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SUMARIOSUMARIO

El número 12 de Cubía inicia una nueva etapa en la presenta-ción de contenidos. A partir de ahora hacemos una apuestapor el color y por una mayor cantidad y calidad de imágeneslo que, sin duda, esperamos que contribuirá a hacer de Cubíauna revista no sólo interesante sino también más atractiva.Hemos querido dedicar principalmente este número a unapuesta al día sobre el karst burgalés. Desde que en 1992publicáramos el nº 6 de Kaite, monográfico sobre GrandesCavidades Burgalesas, una obra de conjunto del Grupo Edel-weiss, promovida principalmente por Francisco Ruiz, han sidomuchos los descubrimientos realizados en las grandes redesentonces publicadas, así como en otras nuevas, que apenashabían visto la luz en artículos aislados o, sobre todo, ennuestra página web www.grupoedelweiss.es, por lo que nosha parecido oportuno reunir toda esa información y actualizar-la, procurando aportar pinceladas novedosas y visiones de

conjunto hasta ahora no planteadas, que complementen a lasfotografías, planos y esquemas geomorfológicos.También aportamos una visión histórica de la evolución de losestudios del karst burgalés, que iniciamos con una sucintadescripción de la vieja relación existente entre el Hombre y laCaverna, que en Burgos se remonta a más de un millón deaños, continuamos con las visitas del siglo XVI y las primerasexploraciones sistemáticas del siglo XVIII en Atapuerca, asícomo con los estudios pioneros llevados a cabo desde el sigloXIX y principios del XX en toda la geografía burgalesa, queculminan en la impresionante labor que se está realizandoactualmente al amparo de Atapuerca, ese formidable tesoroque alberga nuestra provincia, al que aparece ligada la histo-ria del Grupo Edelweiss.Atapuerca, Ojo Guareña, el Pozo Azul, Fuente Azul y el Cas-tro Valnera son páginas principales a nivel nacional, e inclusointernacional, en el mundo del karst. Por eso nos congratula-mos en ir desvelando un poco más ese patrimonio naturalsubterráneo burgalés, no siempre bien conocido y valoradopor sus habitantes.

EDITEDITORIALORIAL

Editorial

El Karst de BurgosDistribución del karstCaracterísticas del karst

El estudio del Karst de Burgos

Actualidad 2009

128

3465

CUBÍABoletín del Grupo Espeleológico EdelweissNº 12. Septiembre 2009

COORDINACIÓN Miguel A. Rioseras GómezMiguel A. Martín Merino

MAQUETACIÓNMiguel A. Rioseras Gómez

COLABORADORESMiguel A. Martín MerinoFrancisco Ruiz GarcíaAna I. Ortega Martínez

PORTADAPeña LusaMontes de ValneraFoto Miguel A. Martín Merino

CONTRAPORTADARío Guareña. Tercer PisoOjo GuareñaFoto Javier Trueba

EDITAExcma. Diputación Provincial de Burgos. Unidad de CulturaGrupo Espeleológico Edelweiss

ISBN: 84-86841-78-XDEPÓSITO LEGAL: BU-554-1999

IMPRIMECOPI-NOVA S.L. Burgos.

Memoria de Actividades 2008Grupo Espeleológico Edelweiss

MonografíaEl Karst de Burgos

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2 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

Memoria de Actividades 2008GGrruuppoo EEssppeelleeoollóóggiiccoo EEddeellwweeiissss

Miguel Ángel Martín MerinoG.E. Edelweiss

I. Actividades relacionadas con la Sie-rra de AtapuercaI.1. Estudio Geomorfológico del Karstde Atapuerca y Campaña 2008

Durante este año se dio por finalizado elestudio geomorfológico del karst, que haconstituido parte de la tesis doctoral de AnaIsabel Ortega, defendida ante el correspon-diente tribunal ya en el año 2009. Tres salidasse destinaron a la toma de datos en laGalería del Sílex y Galería de las Estatuas,dentro del estudio paleoclimático del Holoce-no realizado por el equipo dirigido por JavierMartín Chivelet, de la Universidad Compluten-se de Madrid, con una importante participa-

ción de varios investigadores del CIEMAT.Como en años anteriores, se participó en

la Campaña de 2008, especialmente en laslabores realizadas en la excavación del Por-talón de Cueva Mayor, bajo la codirección dela miembro del G. E. Edelweiss, Ana IsabelOrtega. También se realizaron diversas sali-das con los geólogos y geomorfólogos delEIA, obteniendo nuevas muestras de sedi-mentos y finalizando las fotografías de deta-lle. Igualmente se realizó la correspondienteinstalación de la Sima de los Huesos, asícomo su ulterior desmontaje.

Se realizaron cuatro salidas al complejominero de Olmos de Atapuerca, en donde el

Mina de Olmos de Atapuerca

Foto Miguel A. MartínMerino

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3Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

alcalde de la localidad y la empresa Geode-sia, están preparando un proyecto de recupe-ración y rehabilitación del patrimonio minerode la zona. Colaboramos en la localización dealgunas bocaminas que se encontraban com-pletamente obstruidas, que habían sidoexploradas por nosotros en 1975, así comoen las labores de exploración y de conexiónentre ellas, obstruidas por recientes derrum-bes, que impedían su comunicación con lamina principal, conocida como "Esperanza".

El 10 de junio también se explicó el karstde Atapuerca a un grupo de geomorfólogosde diversas universidades francesas que visi-taban diversas cavidades de Guipúzcoa,Cantabria y Burgos.

En la prensa local aparecieron lossiguientes artículos sobre nuestras activida-des:• En el suplemento ATA 08 de El Correo deBurgos del 2 de agosto, p. 5: "Los espeleólo-gos de Edelweiss, los grandes conocedoresde las entrañas de Atapuerca".• En el suplemento ATA 08 de El Correo deBurgos del 20 de septiembre, pp. 4-5: "Edel-weiss, ligados a Atapuerca desde hace másde 50 años".

I.2. Publicaciones científicas y artícu-los a Congresos

En 2008 se publicaron los siguientes artí-culos de Ana Isabel Ortega en coautoría conotros autores:• "Cueva Mayor y la Sima de los Huesos (Sie-rra de Atapuerca, Burgos) en un manuscritode la Biblioteca Nacional de Madrid de 1795",en Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehis-toria y Arqueología, t. 16-17, pp. 337-355,

junto con Isaac Rilova.• "El Neolítico en la nueva secuencia estra-tigráfica del yacimiento del Portalón de CuevaMayor (Sierra de Atapuerca, Burgos)", en IVCongreso de Arqueología Peninsular, pp.221-229, junto con otros 5 miembros del EIA.• "Karst development related to the Neogeneand Quaternary Landscape evolution in theSierra de Atapuerca (Burgos, Spain)", enActas del 13º Congreso Internacional Lands-cape, Evolution & Geoarqueology, junto conotros 3 miembros del EIA y Miguel ÁngelMartín.• "Clima y vegetación durante el PleistocenoSuperior y Holoceno en el yacimiento del Por-talón de Cueva Mayor (Sierra de Atapuerca,Burgos)", en Actas de las XXIV Jornadas dela Sociedad de Paleontología, p. 193, juntocon 8 miembros del EIA.• "A new Holocene archeological sequencefrom Portalón of Cueva Mayor (Sierra de Ata-puerca, Burgos, Spain)", en BAR InternationalSeries, vol. 18, pp. 3-10, junto con otros 13miembros del EIA.• "A Late Pleistocene-Early Holocene archae-ological sequences of Portalón de CuevaMayor (Sierra de Atapuerca, Burgos, Spain)",en Munibe (Antropología y Arqueología), vol.59, pp. 93-106, junto con otros 5 miembrosdel EIA.

I.3. Conferencias, cursos de forma-ción, proyecciones y exposiciones

Durante el mes de junio se colaboró conel Departamento de Ingeniería Topográfica yCartográfica de la ETS de Ingenieros enTopografía, Geodesia y Cartografía de la Uni-versidad Politécnica de Madrid, en la tutoría

Fotografía aérea de laSierra de AtapuercaFoto Miguel A. MartínMerino

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del proyecto fin de carrera Levantamientomediante Láser Escáner 3D de la Zona deLos Zarpazos en el yacimiento arqueológicode Atapuerca y, durante el 1 al 6 de septiem-bre, con el mismo Departamento, en el cursoNew Mapping Technologies: Atapuerca.

El 22 de octubre en Aranda de Duero,Ana Isabel Ortega dio una conferencia sobreCuevas Arqueológicas de la Provincia de Bur-gos, dentro de las Jornadas Espeleológicasque anualmente organiza el G. E. Ribereño.

II. Actividades relacionadas con OjoGuareñaII.1. Colaboración con el Proyecto deInvestigación Paleoclimática

Se realizaron siete salidas de campo, a laCueva de Kaite, y otra más a las turberas delas lagunas de Gayangos y de la cascadaSalceda, dentro de la colaboración con elequipo que dirige Javier Martín Chivelet, geó-logo de la Universidad Complutense deMadrid, para el proyecto iniciado en 2002 yauspiciado por el Ministerio de Ciencia y Tec-nología, renovado a partir de 2007 con elnuevo proyecto "Caracterización de cambiosclimáticos abruptos en el Norte de Españamediante registros paleoclimáticos de espe-leotemas y lagos, y estudios de las cuevaskársticas como sistemas naturales de alertatemprana del cambio global (CLISP-2)".Dicho proyecto se desarrolla por especialistasde varios centros de investigación, fundamen-talmente del Departamento de Estratigrafía

de la Facultad de Ciencias Geológicas de laUniversidad Complutense de Madrid y delCIEMAT, Centro de Investigaciones Ecológi-cas y Medio Ambientales, colaborando entodo momento el Grupo Edelweiss.

II.2. Exploración y topografíaDurante 2008, se han continuado revi-

sando algunos sectores de Ojo Guareña. Serealizaron 14 salidas de campo, fundamental-mente en Las Diaclasas, donde se localizaronalgunos conductos nuevos, y en el DédaloOeste, finalizando la topografía de varias late-rales localizadas el año anterior. También serevisaron algunas laterales de Cueva Cornejoy Galería de la Esperanza, en el Sector Este,así como del Sector Dulla.

II.3. Investigación bioespeleológica deOjo Guareña

Un año más se ha continuado colaboran-do con el proyecto de investigación bioespe-leológica de Ojo Guareña, fruto del conveniofirmado entre la Junta de Castilla y León y elMuseo Nacional de Ciencias Naturales deMadrid del CSIC. El proyecto es dirigido,desde 2002, por la bióloga Ana Isabel Cama-cho, especialista del MNCNM y tambiénmiembro del Grupo Edelweiss, junto con unequipo de científicos del citado Museo con elque colaboran habitualmente varios miem-bros del Grupo como Carlos Puch, Fidel Moli-nero, Fortunato Lázaro, Ana Mª de Juan yJesús Ignacio Robador. Entre los más de 75

Sala del CaciqueOjo Guareña

Foto Miguel A. MartínMerino

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taxones acuáticos analizados por el equipo selocalizaban 12 endemismos, con algunasespecies nuevas ya publicadas, tales comolas Iberobatynellas burgalensis, cornejoensis,guarenensis y edelweiss, esta última dedica-da a nuestro grupo espeleológico, así comoabundante material que aún se encuentra enestudio.

II.4. Publicaciones divulgativasEn 2008 aparecieron los siguientes artí-

culos de miembros del Grupo:• "Cincuentenario de las exploraciones en OjoGuareña. Últimos descubrimientos en elComplejo", en Cubía 11, pp. 26-29, por JoséLuis Vivanco, José Manuel Rodríguez, RaúlMartínez, Jesús Riezu, Sara Pérez y LuisRomán.• "50 Años de la Expedición Ojo Guareña1958. La mayor aventura subterránea delmundo", en Cubía 11, pp. 30-35, por MiguelÁngel Martín.

II.5. Otras actividades relacionadascon Ojo Guareña

En dos ocasiones se colaboró con lostécnicos de los Servicios Territoriales deMedio Ambiente y Cultura de la Junta de Cas-tilla y León en la revisión del itinerario aconse-jado para la realización de visitas guiadas degrupos reducidos a Ojo Guareña, basado ennuestro informe de 1993.

También se cedió al Servicio Territorialde Medio Ambiente, para su uso en carto-grafías y documentos internos, la topografíadel Complejo de Ojo Guareña, en coordena-das U.T.M.

El 29 de febrero se participó en la JuntaRectora de Ojo Guareña

Durante 2008 se acompañaron a lassiguientes visitas al Karst de Ojo Guareña:• Los días 26 y 27 de abril al geólogo AdolfoEraso y sus alumnos del tercer ciclo de docto-rado de la Escuela Superior de Ingenieros deMinas de Madrid.• El 1 de julio a los periodistas del Diario deBurgos que preparaban un reportaje especialsobre el 50 Aniversario de la Expedición Inter-nacional de 1958 a Ojo Guareña.• El 18 de agosto con un equipo de geómorfó-logos, prehistoriadotes y espeleólogos france-ses que colaboran con nosotros en diversostrabajos en la provincia de Burgos.

El 21 de junio, dentro del programaImpresiones de Naturaleza en Castilla y León,organizado por Caja de Burgos y la Funda-ción Patrimonio Natural de Castilla y León, se

dio una conferencia en la Casa del Parque deOjo Guareña sobre el Karst y la Arqueologíade Ojo Guareña.

Durante 2008 en los medios locales apa-recieron los siguientes artículos sobre OjoGuareña:• En el suplemento Mundo Natural de ElCorreo de Burgos del 5 de febrero, pp. 1, 4 y5: "Bajar a las entrañas de Ojo Guareña"• En el Diario de Burgos del 6 de julio, pp. 1-5: "En las entrañas de Ojo Guareña"• En el Diario de Burgos del 10 de noviembre,p. 4: "Ojo Guareña en el recuerdo"• En El Correo de Burgos del 26 de noviem-bre, p. 10: "Edelweiss estudiará un gran sifónen el Complejo de Ojo Guareña".

Los días 8 de junio y 20 de septiembre secolaboró, con sendas conferencias, con elvoluntariado ambiental de Ojo Guareña, orga-nizado por la Fundación Oxígeno y dirigidopor la Consejería de Medio Ambiente de laJunta de Castilla y León.

También se continuó colaborando con laFundación Naturaleza y Hombre, para elCentro de Interpretación Ecomuseo-Fluvia-

Los Lagos Ojo Guareña Foto Miguel A. MartínMerino

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rium de la Montaña Cantábrico-Burgalesa enLiérganes (Cantabria), cediéndoles otras 3diapositivas para un montaje audiovisual.

Se mantuvo una reunión con Esther Mur-ciano, de la empresa Ecotono, encargada decoordinar los trabajos tendentes a la acredita-ción de la Carta Europea de Turismo Sosteni-ble para Ojo Guareña.

III. Actividades en los Montes delSomo y Valnera

Se realizaron 13 salidas a los sectores deValnera, Pico de la Miel, Lastrías, Cuetos,Resquebrajo, Hoyadas, Hazabil y Pinillo delHoyuelo, en las que se aprovechó para posi-cionar correctamente algunas cavidades yatopografiadas hace años. También se locali-zaron un importante número de cavidades

inéditas que fueron correctamente situadas,aunque quedaron pendientes de explorar.

En compañía de miembros del SpéléoClub de Dijon se topografiaron 500m de nue-vas galerías del Sumidero de Lunada, con loque su topografía ya supera los 3 km dedesarrollo. También se consiguió enlazar laV-59 a la Torca del Mirador, una de las princi-pales cavidades del Castro Valnera, con undesarrollo de 1.688m.

A finales de año se realizó un primerintento de coloración con fluoresceína desdelas cavidades burgalesas de lo alto del Puertode Lunada hacia la surgencia del Gándara,pero un gran temporal de nieve impidió lostrabajos que tuvieron que aplazarse hasta losprimeros meses de 2009.

Del mismo modo, se continuaron los tra-bajos de gabinete destinados a la edición deuna futura monografía de esta zona, dentrode la serie Kaite, Estudios de EspeleologíaBurgalesa.

En el nº 11 de Cubía se publicó el artícu-lo "Estado de las exploraciones del SpéléoClub de Dijon en el Sistema del Gándara", pp.36-39, por Patrick Degouve de Nuncques.

En el Diario de Burgos del 26 de noviem-bre, p. 27 apareció el artículo: "Edelweisscompletará en dos años el estudio de losMontes de Valnera".

IV. Otras ActividadesIV.1. Actividades de campo

En el mes de marzo se realizaron tressalidas de campo a la Comarca de Los Jua-rros, con vistas a ultimar los trabajos tenden-tes a su publicación en el nº 11 de Cubía.

Por el mismo motivo, se realizaron variassalidas al karst de yesos localizado entre Bri-viesca y Belorado, así como otras al sectordel Páramo de la Mazorra y Los Altos de

Castro ValneraFoto Miguel A. Martín

Merino

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Dobro.

IV.2. Difusión CulturalDel 20 al 22 de febrero, Ana Isabel Orte-

ga impartió las materias relacionadas con laArqueología y el Karst (12 horas) en el cursode guías del Museo de Kobenkoba (Carran-za, Vizcaya), promovido por el Fondo de For-mación de Euskadi, S.L. y coordinado desdeel Museo Nacional y Centro de Investigaciónde Altamira.

En el nº 11 de nuestra revista Cubía seincluían, aparte de los artículos ya citadossobre las zonas de trabajo tradicionales delGrupo, los siguientes:• "Memoria de Actividades 2007 del G. E.Edelweiss", pp. 4-11, por Miguel ÁngelMartín.• "Las Cavidades de la Comarca de Juarros.Partida BU-IV.B. Burgos", pp. 12-21, porFrancisco Ruiz, Ana Isabel Ortega y MiguelÁngel Martín.• "El GPS en Espeleología. Aplicación prácti-ca", pp. 22-25, por Carlos Puch".• "Karst de yesos en Burgos. III. Valle deValleasnera", pp. 40-41, por Teresiano Antón.• "En homenaje a Félix Rojo. Miembro funda-dor del Grupo Edelweiss".

También durante 2008 el veterano miem-bro del Grupo Edelweiss, Luiso Orte, publicóel libro Tierra Abajo, una particular visión desus experiencias durante los años que cola-boró activamente en el estudio del karst bur-galés. Como era de esperar, la publicación senutre de un importante número de fotografíasen blanco y negro de finales de los añossesenta y principios de los setenta.

Otros artículos de prensa que hicieronmención a las actividades del Grupo fueron:• En el Diario de Burgos del 27 de enero, p.18: "Ana Isabel Ortega, presidenta de laSociedad de Espeleología".• En el Diario de Burgos del 23 de julio, p. 14:"Vivencias bajo el suelo de Burgos".• En el Diario de Burgos del 31 de agosto, pp.40-41: "De la belleza de los karst a los largossifones de Burgos"• En el suplemento Mundo Natural de ElCorreo de Burgos, del 28 de octubre, pp. 1 y4-5: "Los karst un patrimonio para conservar"

En este apartado también queremosincluir el constante crecimiento y actualiza-ción de nuestra página web www.grupoedel-weiss.es, cuyo webmaster es el miembro delGrupo Miguel Ángel Rioseras, en la que lasnovedades que se producen en relación con

el karst de la provincia de Burgos, práctica-mente se ven reflejadas en el mismo día y enla que mantenemos información detallada decasi 1.500 cavidades de la provincia de Bur-gos, aparte de un numeroso repertorio deartículos, colaboraciones y pdf's de trabajosimpresos en estos últimos años.

IV.3. Otras AccionesDurante los días 30 de mayo al 1 de

junio, varios miembros del Grupo asistieron alas XIX Jornadas Científicas de la SEDECK,que se desarrollaron en Cabezón de la Sal(Cantabria) y versaron sobre la Conservacióndel Karst. Durante las mismas se visitaron laCueva del Soplao y la Neocueva de Altamira.En la actualidad, la miembro del GEE AnaIsabel Ortega es presidenta de la SEDECK yotros tres miembros forman parte de su JuntaDirectiva.

V. Miembros que han participado enlas actividadesV.1. Activos y HonorariosTeresiano Antón PalaciosMiguel Ángel Rioseras GómezMiguel Ángel Martín MerinoFortunato Lázaro AlcaldeJesús Ignacio Robador BernalAna Mª de Juan NúñezFrancisco Ruiz GarcíaAna Isabel Ortega MartínezCésar Velasco ArnáizRoberto García EspinosaEsther Martín PascualJosé Manuel Rodríguez VadilloFernando Ausín BermejoPaúl Cantalapiedra RiocerezoJuan Sebastián Galaz VillasanteMaría Luz Hernando MartínezMaría Almudena Chana VirsedaJosé Luis Vivanco PeredaRaúl Martínez MerinoSara Pérez EscobosaLuis Román CrespoCarlos Puch RamírezFidel Molinero GonzálezAna Isabel Camacho PérezJesús Riezu Bravo

V.2. ColaboradoresGaizka Ruiz GonzálezLluisa MengualV.3. Otros grupos que han colaboradoSpéléo Club de Dijon

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8 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

El estudio del karst de BurgosAna Isabel Ortega Martínez Miguel Ángel Martín Merino

G.E. Edelweiss

El uso de las cuevas desde la Prehis-toria a la Edad Media

En la provincia de Burgos la relación delas diferentes especies de homínidos con elmedio subterráneo se remonta hasta hacemás de un millón de años, cuando el Homoantecessor habitaba la Sierra de Atapuercautilizando las entradas de sus cavidadescomo refugio. Mas tarde, el Homo heidelber-gensis dejaría huellas de su presencia enmás cavidades de la misma Sierra de Ata-puerca pero, sobre todo, nos dejaría unainusual acumulación de esqueletos en el

fondo de la Sima de los Huesos que, en opi-nión de los especialistas que realizan suestudio, representaría la más antigua evi-dencia entre los homínidos de una preocu-pación por sus muertos.

Posteriormente, el Homo neanderthalen-sis ya se expandió por toda la geografía,dejando restos de su industria lítica ennumerosas cavidades, especialmente en lasdel Valle del Arlanza y en la Cueva de Val-degoba, en Huérmeces, donde también sehan conservado sus propios restos fósiles.Finalmente el Homo sapiens, nuestra propiaespecie, acabó por sustituir a las últimaspoblaciones de neandertales, trayendo con-sigo el arte, que quedó plasmado en lasparedes de la Cueva de Penches y de OjoGuareña, donde los grupos de cazadores-recolectores del Paleolítico superior tambiéndejaron evidencias de haberse internado, almenos, varios centenares de metros en susdiferentes galerías.

En el Neolítico, Calcolítico y Bronce, losgrupos de agricultores y ganaderos poseíanun gran conocimiento del medio subterrá-neo, siendo frecuente encontrar restos desus hábitats, zonas sepulcrales, santuariosde arte rupestre y otras evidencias de susincursiones en la mayor parte de las galeríasaccesibles, e incluso en el fondo de algunasima, de Ojo Guareña y Atapuerca situadas,en ocasiones, hasta 1.250m de su entrada.

En la Edad del Hierro el establecimiento

Portalón de KaiteOjo Guareña

Foto Miguel A. Martín Merino

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de poblados en el exterior parece conllevarun alejamiento del mundo subterráneo, aun-que en Ojo Guareña se localizó el esqueletode un individuo del 550 a.C. a más de 500mde la entrada de Cueva Palomera, muertopor inanición tras haberse extraviado ydeambulado por un complicado laberinto enel que dejó marcas de tizones a lo largo devarios cientos de metros (Ortega y Martín,1986). De este momento destaca la incur-sión realizada al Santuario prehistórico de laCueva de San García (Santo Domingo deSilos), en la que se conserva en su interioruna inscripción incisa realizada con alfabetoceltíbero (Moure y García-Soto, 1986) y tam-bién el hallazgo de una espada de gavilanescurvos o tipo Miraveche en la Cueva de LaMuela, en el Castro de Amaya (Abásolo etal., 2008), elementos todos ellos que pare-cen apuntar más a hechos rituales que ahábitats u ocupaciones.

De época romana destaca en nuestraprovincia el santuario priápico de la Cuevade Román, con numerosas inscripciones yfiguras modeladas en barro, que se caracte-riza también por las obras de ingeniería rea-lizadas para facilitar el abastecimiento deagua a la ciudad de Clunia (G.E.R., 1986a y1986b; Palol y Vilella, 1986; Palol, 1994).También destacan las cinco inscripciones dela Cueva del Puente de Villalba de Losa, enlas que se narra la exploración de la cavidaden el 235 d.C., por un numeroso grupo con-ducido por un tal Nicolavo (Ortega, 2000 y2004). Numerosas cuevas conservan en susentradas cerámicas tardorromanas que evi-dencian su uso como refugio en los momen-tos de crisis del imperio.

En época altomedieval comienza elfenómeno eremítico con la utilización decavidades o construcción de otras artificialespara iglesias rupestres, cenobios, etc. hechoespecialmente extendido en toda la Cuencadel Ebro (Rubio, 1981), así como en los bor-des de la Sierra de la Demanda, especial-mente en torno al Arlanza (Rubio, 1986) Entoda la Edad Media siguen localizándoseevidencias del uso de las cavidades comorefugio, destacando el hábitat de CuevaMayor (Ortega et al., 2008a) y de la SimaDolencias de Ojo Guareña, lo que implicaría,en este último caso, un descenso de 23m dedesnivel o un recorrido subterráneo de900m. También se conocen necrópolis sub-terráneas, pertenecientes a la comunidadjudía, en cuevas artificiales como las delCerro de San Miguel de Burgos (Ortega,

1997) y galerías artificiales en algunos casti-llos con funciones bien defensivas o deabastecimiento.

Primeras referencias escritas sobrecavidades burgalesas

A partir del siglo XV, comienzan a locali-zarse inscripciones en las paredes de laCueva Mayor de Atapuerca (aunque Sampa-yo y Zuaznávar, en 1868, citaron la presen-cia de inscripciones del siglo XIII e inclusoárabes que no hemos logrado encontrar),existiendo ya dos manuscritos que relatanvisitas efectuadas a la cavidad en el sigloXVI (Ortega y Martín, 2005; López Torrijos,2006). Las inscripciones son mucho más

abundantes en los siglos posteriores, espe-cialmente a partir del siglo XVIII cuando ungrupo de vecinos de Rubena realiza suexploración sistemática, incluido el descensode todas sus simas, entre ellas la actual-mente conocida como Sima de las Huesos,extrayendo los primeros restos fósiles de losque tenemos constancia escrita y descri-biendo la existencia de numerosas eviden-cias arqueológicas, aunque sin acertar a

Grafittis de los siglos XV yXVIII en Cueva Mayor.Sierra de AtapuercaFotos Miguel A. Martín Merino

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valorarlas (Ortega et al., 2006; Rilova y Orte-ga, 2007). No obstante, será ya en la segun-da mitad del siglo XIX, cuando comience lapreocupación por el catálogo, estudio y pro-tección de sus cavidades.

Precisamente la conservación delmanuscrito de la Biblioteca Nacional deMadrid de M. F. de Paula (1795), cura deRubena, ha permitido conocer las primerasexploraciones sistemáticas de Cueva Mayory Cueva del Silo de la Sierra de Atapuerca,por parte de su combeneficiado Josef Gil yun grupo de vecinos de Rubena. Dichomanuscrito incluye interesantes y originalesobservaciones sobre los fenómenos subte-rráneos que describe, entre los que destacala presencia en el fondo de la Sima de losHuesos de restos humanos y huesos degrandes animales. Se les podría considerarverdaderamente como los pioneros de laespeleología en Burgos, representando lafigura de M. F. de Paula a un naturalista quese anticipa a los ingenieros del siglo XIX,Sampayo y Zuaznávar.

En otro de esos manuscritos, que for-man parte de la documentación del Diccio-nario Histórico-Geográfico de Burgos que seencuentra en la Biblioteca Nacional, enviadodesde Villabáscones en 1773, se localiza laprimera referencia escrita a la Cueva de SanTirso y San Bernabé, del Complejo de OjoGuareña, si bien la describen como “mina” ya sus silos prehistóricos como “ornillas endonde derretían la plata por ser de fuego yno de azogue” También describe que “pordebajo de la qual se introducen por diferen-

tes ojos todas las aguas, rio y arroyos y vana salir al Valle de Mena a un lugar llamadoTrambas Aguas”, que evidentemente hacereferencia al Ojo del Guareña, el sumiderodel río que da nombre al Complejo y querelacionan erróneamente con el nacimientodel río Cadagua (López, 1773: Ms 7.296, fol.680 y 682).

Años después, dicha documentación fuefundamental para la elaboración de otra granobra, el Diccionario de Madoz, que afortuna-damente esta vez sí pudo ver la luz (Madoz,1845-1850). En ella se recopilaban abun-dantes informaciones sobre cavidades,muchas de ellas burgalesas, aportadas porla vasta red de colaboradores de que dispu-so el citado autor. Entre todas ellas destaca,cuando alude a Barrio Panizares, la referen-cia a la Cueva del Agua, las dolinas y elpuente natural existentes entre dicha locali-dad y Basconcillos del Tozo:

“...hay una piedra de calidad muy fuertey en ella grabada la pisada de un hombreestraordinario con tanta perfeccion queadmira á cuantos la ven; en la misma piedraexiste tambien la pisada de un terrible caba-llo con mas la rodillada del mismo animal:estas dos últimas señales se advierten conigual forma en otra piedra inmediata, y enambas de 6 á 8 lanzadas, todo representadomuy á lo vivo y en ademan de estar el caba-llo dando vueltas: este sitio conserva detiempo inmemorial el nombre de la Patadadel Cid, habiendo llamado tan raro fenóme-no la atencion de los franceses en la guerrade la Independencia, y muy particularmente

Cueva del Agua deBasconcillos del Tozo

Sumidero del río Hurónen crecida.

Foto César Velasco Arnáiz

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11Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

la de los ingleses que á propósito enviaronun comisionado para que lo examinase:refiérese por tradicion que en él hubo unaserpiente que se tragó siete niños y que noti-cioso de ello el Cid, fué y la mató,encontrándose a pocos pasos una cuevaque infunde cierto terror donde dicen se abri-gaba aquella. A 1/2 cuarto de leg. entre elenunciado sitio y el pueblo, se ve un puenteen la posicion más escabrosa que llaman lapuente del Hoyo, fabricado por la mismanaturaleza en tal estado, que siendo todo éluna piedra viva, está hecho con la mayorperfeccion, adornándole un hermoso arcopor bajo del cual jamás ha corrido aguaalguna, y contando igualmente la tradicion laanécdota de que fué abierto por la serpientepara ir á beber desde su cueva al r. Ruton.”.

Los primeros estudios en cuevasburgalesas (1863-1936)

Los primeros estudios que tratan decavidades burgalesas van a ir de la manodel reconocimiento de los primeros restoshumanos de época prehistórica, coincidien-do con la publicación del importante hallazgode industrias líticas en el yacimiento delPaleolítico inferior de San Isidro de Madrid(Ortega, 2006a). El 20 de mayo de 1863Felipe de Ariño y Ramón Inclán publican enEl Eco Burgalés la primera referencia escritasobre la existencia de restos arqueológicosen una cavidad burgalesa: Cueva Ciega(Sampayo y Zuaznávar, 1868). Entre los res-tos que describían destacaban principalmen-te los restos óseos humanos que lamenta-blemente fueron enterrados en el cementeriolocal. Posteriormente Laureano Pérez Arcas,Catedrático de Zoología del Museo de Histo-ria Natural de Madrid, realizaría nuevasprospecciones en 1870, asignando los res-tos a cromañones (Pérez Arcas, 1872).

Ese mismo año de 1863, Felipe deAriño, en instancia dirigida a la reina IsabelII, también alertaba sobre los expolios quese venían produciendo en la Cueva de Ata-puerca, solicitando la cesión de la propiedadde la misma durante 60 años, con la finali-dad de hacer investigaciones en su interior,así como de realizar un plano de la misma.La Comisión Provincial de Monumentos, confecha 10 de noviembre de 1863, informófavorablemente la citada solicitud, pormediación de Martínez Rives, secretario dela Comisión y director del Museo Arqueológi-co de Burgos (Ortega y Martín, 2003b; Orte-ga, 2006a).

Otra importante referencia para los estu-dios sobre las cavidades en España es laobra de Casiano de Prado (Prado, 1864)que incluye en su catálogo de cuevas

españolas varias cavidades burgalesas,entre ellas las, con el tiempo famosas, deAtapuerca y Ojo Guareña. En 1868 Francis-co Coello realiza un plano geográfico de laprovincia de Burgos en el que sitúa un buennúmero de cavidades, entre ellas gran partede las publicadas por Madoz (Coello, 1868).

En ese mismo año de 1868 aparecepublicada (Sampayo y Zuaznávar, 1868) laobra Descripción con planos de la Cueva lla-mada de Atapuerca, que podemos conside-rar como la primera monografía burgalesasobre una cavidad que, aparte de incluir unaguía descriptiva sobre la misma, analiza losaspectos geológicos y morfológicos, asícomo algunos de los arqueológicos ypaleontológicos. Esta obra se complementa

Plano de la Cueva de Ata-puerca (Cueva Mayor) deSampayo y Zuaznávar (1868)

Grabado de Cueva Mayor deAtapuerca de Isidro Gil(1868)

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12 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

con un plano desplegable a escala 1:5.000con la situación geográfica y accesos a lastres principales cavidades conocidas y otrodesplegable a escala 1:1.000 con la topo-grafía de Cueva de Atapuerca (CuevaMayor) en planta, con perfiles proyectadosde sus dos niveles de galerías, presentadostanto de forma independiente, como con unaproyección múltiple. Ellos mismos aclaranque no incluyen cortes transversales porestar convenientemente suplidos por las lito-grafías de I. Gil, mostrando el interés porreferenciar una exacta y precisa cartografíade la cavidad, así como de los diferentesregistros que la caracterizan, en línea conlos estudios sobre cuevas que se realizabanen otros lugares de Europa. Por el trata-miento monográfico que presenta este inte-resantísimo trabajo se constituye en uno delos estudios pioneros que intenta abordar deforma integral el estudio total sobre un karsten España. Por si alguien tuviera dudas,dejan clara la finalidad de su estudio en lostres párrafos finales:

“... no nos ha guiado un movimiento demera y estéril curiosidad, ó el deseo de pro-curar un recreo á los viajeros ó curiosos.Nuestro objeto como amantes de la ciencia,que escudriña con su atrevido escalpelo lasentrañas de la tierra, es de mas trascenden-tales y útiles consecuencias...”

“El estudio bien entendido de estas cue-vas puede ser útil no solo á la ciencia geoló-gica, sino también á la arqueología, la antro-pología, la industria y la agricultura por losdiferentes objetos que en ellas suelen ence-

rrarse, y de que todos estos ramos del saberhumano sacan un partido inmenso para susrápidos adelantos y progresos.”

“Pero para lograr esto es necesario: 1ºfacilitar el acceso de los subterráneos desuyo incómodo y desagradable; y 2º auxiliarlos trabajos científ icos con recursos ymedios suficientes: cosas ambas que nopueden llevarse á cabo sin la cooperacionde las Autoridades y Corporaciones provin-ciales, á quienes en obsequio del bienestarde sus administrados y mejoras que lesestán encomendadas, nos atrevemos á diri-gir nuestra débil voz llamando su atencionsobre un punto, á nuestro entender, de noescasa importancia.” (Sampayo y Zuazná-var, 1868).

También mostraban su preocupaciónpor el estado de deterioro de la cavidad indi-cando que sería conveniente “darlas enarrendamiento a personas como el Sr.Inclán” quien, por aquel entonces, hacía laslabores de guía. El hecho es que en 1890 seotorga la concesión de la Cueva de Atapuer-ca, como mina de tierra casel t i tulada“Nueva Ventura”, a su hijo, Ramón Inclán,garantizándose de esta manera la propiedadde la cueva. En la solicitud presentada paraobtener dicha concesión minera se incluíauna copia de los planos de Sampayo yZuaznávar en la que se habían añadido,aunque sin guardar las proporciones debi-das, los perfiles de dos de las simas noincluidas en los originales: El Silo (Sima delos Huesos) y la existente en la Galería delas Estatuas (Ortega y Martín, 2004a).

Igualmente, la provincia de Burgoscuenta con algunos de los primeros estudiosbioespeleológicos realizados por los natura-listas españoles relacionados con esta cien-cia: en 1872 serían muestreadas CuevaAlbia y Cueva Perilde, en Sierra Salvada,por el Padre de La Brûlerie, Uhagon, Simón,C. Bolívar e I. Bolívar, mientras que en 1881Simón muestreó la Cueva de la Majada, muypróxima a aquellas (Martín, 2000a; Cama-cho, 2000).

En mayo de 1891 Romualdo Moro iniciasus prospecciones y excavaciones en elcastro de Peña Amaya, cuyos asentamien-tos se suceden desde época prerromanahasta momentos plenomedievales, incluyen-do la exploración de cuatro de las cavidadesubicadas en los escarpes de La Muela, entreellas una con las paredes estucadas, con unpuñal depositado en un recoveco natural,identificado posteriormente como una espa-

Cueva PerildeSierra Salvada

Foto Miguel A. Martín Merino

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da de gavilanes curvos de tipo Miraveche,abundantes cerámicas y un hacha plana debronce, éstas ya en las proximidades de laentrada (Moro, 1891).

En 1896 se publica el primer catálogode cavidades de España, por Gabriel Puig yLarraz, que engloba tanto las cavidadesnaturales como las artificiales (Puig y Larraz,1896), incluyéndose bastantes pertenecien-tes a la provincia de Burgos, siendo referen-cia obligada para todos los estudios poste-riores.

En el primer tercio del siglo XX son,principalmente, los prehistoriadores quienestoman la batuta en la prospección y estudiode cavidades, buscando evidencias de res-tos prehistóricos en su interior, tanto de ocu-pación humana como del arte rupestre que,por fin, desde la rectificación de Cartailhac,en 1902, comenzaba a ser valorado y enten-dido como una manifestación más de épocaprehistórica.

En 1906 se realiza un estudio hidrogeo-lógico en término de Nebreda, con la finali-dad de alumbrar las aguas subterráneas delas calizas cretácicas de la zona, que permi-tieran el abastecimiento de la villa de Lerma.Los trabajos previos fueron realizados por elingeniero francés M. P. Gottancin pero, antela disconformidad del alumbramiento conse-guido con lo reflejado en su contrato con elayuntamiento de Lerma, posteriormente fue-ron revisados por el ingeniero Rafael Sán-chez Lozano, por orden de la Comisión delMapa Geológico de la Dirección General deAgricultura, Industria y Comercio, quien rea-lizó un estudio geológico de toda la zonasurgente existente entre Solarana, Nebreday Quintanilla del Agua, especialmente lassurgencias kársticas conocidas como LosBorbollones (Sánchez, 1910).

Fue Jesús Carballo (1910) el primero envalorar el yacimiento prehistórico de CuevaMayor, tanto el de su rampa de acceso exte-rior, como el del Portalón de entrada y el desu interior, describiendo restos cerámicos,óseos faunísticos, algunos de especies yaextinguidas, y muestras de arte rupestre.También hizo lo propio con la Cueva deAmeyugo (Carballo, 1911) y con la Cueva deSan García, en compañía del Padre Saturio,quien contagiado de la afición prehistóricadescubriría un buen número de yacimientosen cuevas en torno al monasterio de SantoDomingo de Silos (Carballo, 1920).

En 1912 los prestigiosos prehistoriado-res Henri Breuil y Hugo Obermaier, profundi-

zaron en el estudio del arte rupestre deambos yacimientos, desmintiendo alguna delas figuras publicadas por Carballo y descri-biendo nuevos motivos en diferentes

galerías de Cueva Mayor, así como en la,por entonces aislada de ésta, Cueva del Silo(Breuil y Obermaier, 1913). Posteriormente,Obermaier (1916) incluirá varios yacimientosen cuevas burgalesas en su monografíasobre El Hombre Fósil, que serían amplia-dos en su segunda edición de 1925, y Breuil(1920), en compañía del Padre Saturio,estudiaría también la Cueva de San García.

La primera referencia a la existencia dela Cueva de Román se debe a Vicente Hino-jal, quien en 1913 ya aludía a que la ciudadromana de Clunia tenía solucionado suabastecimiento de agua gracias a que selocalizaba sobre una laguna subterránea(Hinojal, 1914). Posteriormente IgnacioCalvo detalla las investigaciones efectuadasen 1915 en la Cueva de Román y en CuevasCiegas, dentro de los trabajos de excavaciónde la ciudad romana de Clunia emprendidosbajo su dirección (Calvo, 1916) e indica noestar de acuerdo con la interpretación deHinojal.

En 1915 los padres jesuitas de Oña,José Mª Rodríguez Fernández y MiguelGutiérrez descubren el arte rupestre paleo-lítico de la Cueva de Penches (Gutiérrez,1915), que sería estudiado y publicado porEduardo Hernández Pacheco (1917). En losaños siguientes, en compañía del PadreIbero, exploran un buen número de cavida-

Cueva de PenchesGrabado paleolíticoFoto: Miguel A. Martín Merino

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des en la zona, descubriendo importantesyacimientos paleolíticos, entre ellos la Cuevadel Caballón, con el único resto de arte mue-ble hallado hasta la fecha en nuestra provin-cia (Rodríguez, 1916a; Rodríguez, 1916b;Ibero, 1923). El arqueólogo burgalés JulioMartínez Santa-Olalla intenta sistematizar ensus diferentes obras (Martínez Santa-Olalla,1925, 1926a, 1926b, 1930) todos los hallaz-gos prehistóricos conocidos hasta la fechaen la provincia de Burgos, siendo numero-sos los producidos en cuevas.

El geólogo José Royo y Gómez cita porprimera vez (Royo, 1926) los rellenos pleis-tocenos de la Trinchera, aunque sin advertirla presencia de los restos fosilíferos en losmismos. También realiza unas interesantesdescripciones de Cueva Mayor, Cueva delSilo y de la Torca de Gredilla la Polera. Unaobra fundamental y pionera en los estudioskársticos en la provincia de Burgos se debeal polifacético Clemente Sáenz García(1933) quien realizó interesantes descripcio-nes y correlaciones hidrogeológicas sobrediferentes fenómenos kársticos del norte deBurgos, tales como Puentedey, El Ventanón,Ojo Guareña, Basconcillos del Tozo, Bricia,Orbaneja del Castillo, así como los cañonesdel Ebro y del Rudrón.

Entre 1930 y 1936, aproximadamente,pueden datarse dos croquis de Cueva Mayory Cueva del Silo realizados por el jesuita yprofesor de la Universidad de Comillas, JoséRuiz Goyo. En ellos se denota que estánhechos por un aficionado con muy buena

voluntad, pero sin instrumental topográficoalguno. Sus proporciones son bastante ine-xactas y sus direcciones incorrectas pero elcorrespondiente a la Cueva del Silo es el pri-mero que se conoce de esta cavidad. Gra-cias a él podemos vislumbrar los importan-tes cambios provocados a mediados delsiglo XX por la cantera localizada junto a suentrada, que implicaron la desaparición desu acceso original y de una galería ubicadafuera de la verja actual (Ortega, 2009a). LaGuerra Civil española supuso un parón defi-nitivo en todas las investigaciones que sevenían realizando, en el primer tercio delsiglo XX, relacionadas con el karst burgalés.

Los trabajos iniciales del GrupoEspeleológico Edelweiss (1951-1971)

La exploración y estudio de cavidadesen la provincia de Burgos se reanudó connuevos bríos en 1951, con la creación delGrupo Espeleológico Edelweiss, el primeroen constituirse en Castilla y León y uno delos más veteranos de España. Su tempranavinculación, en 1954, con la Excma. Diputa-ción Provincial de Burgos, como Servicio deInvestigaciones Espeleológicas adscrito a suDepartamento de Cultura, motivó que laorientación principal de sus actividades fuerahacia la prospección, catalogación, estudio yprotección de los fenómenos kársticos de laprovincia burgalesa, así como a su difusióncultural, colaborando prácticamente desdesu fundación con proyectos de investigacióndesarrollados por equipos de las más varia-das disciplinas (Rubio, 1982; Martín, 2001;Ortega y Martín, 2004b y 2007).

En 1954 el G.E.E. comienza sus traba-jos en la Sierra de Atapuerca. Si bien de losartículos de prensa de la época y de lacorrespondencia se deduce que tambiénrealizaron alguna topografía de las cavida-des, desgraciadamente no se conserva nin-guna de esta época en sus archivos. En1955 colaboran en la que sería su primerapublicación, de la mano del arqueólogoEduardo Ripoll, sobre los grabados paleolíti-cos de la Cueva de Penches (Ripoll yG.E.E., 1957), e inician sus trabajos en Sie-rra Salvada, colaborando con Llopis Lladó.En 1956 comienzan las exploraciones enOjo Guareña y descubren el primer santua-rio de arte rupestre del Complejo: la Galeríade los Grabados.

En 1962, bajo la dirección de José LuisUribarri, miembros del G.E.E. descubren losprimeros restos de fauna fósil en el Yaci-

Plano de la Cueva del Silo(Sierra de Atapuerca) deRuiz Goyo (1930-36)

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miento de la Trinchera del Ferrocarril de Ata-puerca (Osaba, 1963) que entregaron aldirector del Museo Arqueológico Provincial,Basilio Osaba, en cuya compañía, así comoen la de diversos periodistas y fotógrafos,volvieron el 15 de abril de 1963, realizandodiversas catas en las que apareció un bifazachelense de cuarcita verdoso que sirviópara contextualizar el yacimiento en elPaleolítico inferior (Osaba, 1965). Posterior-mente indicaron la existencia del yacimiento,tanto a Miquel Crusafont como a FranciscoJordá. Este último visitó el yacimiento enfebrero de 1964 y planteó una campaña deexcavaciones en la que participaron losarqueólogos Javier Fortea y Ricardo MartínValls, junto con miembros del Grupo Edel-weiss, prospectando también en CuevaMayor. A partir del 7 de noviembre Jordávolvió a la Trinchera, esta vez acompañadodel geólogo Llopis Lladó y de los paleontólo-gos Villalta y Truyols (Ortega y Martín,2004b; Jordá, 1965).

En 1964, un equipo alcoyano de espe-leólogos, que colaboraba con el G.E.E. enOjo Guareña, comienza la topografía dediversas cavidades del karst de Orbaneja delCastillo (Pla, 1964). En 1965 se publica elprimer trabajo monográfico sobre Ojo Gua-reña (Eraso, 1965) en el que se actualizabatoda la información recogida en esos prime-ros años por los diferentes grupos espeleo-lógicos que allí habían trabajado bajo lacoordinación del Grupo Edelweiss.

En 1966 tuvo lugar otra nueva campañade excavaciones en Atapuerca dirigida porJordá, también con apoyo del Grupo Edel-weiss, planteándose nuevas campañas ensucesivos años que no llegaron a realizarse.En junio de 1968 Uribarri recibía una cartade Villalta en la que databa los fósiles deTrinchera en unos 500.000 años, siendoentregados al Museo Arqueológico Provin-cial (Ortega y Martín, 2004b).

Entre 1968 y 1969 el G. E. Edelweissdescubre los principales yacimientos de OjoGuareña: la Sala de las Pinturas, lasGalerías de las Huellas, la Sala de la Fuentey la Cueva de Kaite. El primer estudio sobrela Sala de las Pinturas pronto vería la luz(Osaba y Uribarri 1968), seguido de un estu-dio preliminar de la Sala de la Fuente (Jordá,1969) y de otro bastante más completosobre la Cueva de Kaite (Uribarri y Liz,1973). En 1969 también descubre el yaci-miento musteriense de la Cueva de la Ermita(Hortigüela) que poco después sería estu-

diado bajo la dirección Alfonso Moure yGermán Delibes (1972) y, en 1970, restosarqueológicos en el Abrigo del Mirador, de laSierra de Atapuerca, que son entregadospor César Liz al Museo de Burgos (Osaba,1979).

En 1970, el G.E.E. aconseja al equipoinglés de espeleología de la Universidad deLancaster, que había manifestado su interésen comenzar a trabajar en el norte deEspaña, que inicie los trabajos en la Cuevadel Piscarciano y proyecte sus esfuerzos entoda la zona (Proctor et al., 1972).

Cueva de la Ermita o de SanPelayo (Valle del Arlanza).San Pedro de ArlanzaFoto Miguel A. Martín Merino

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La sistematización de los trabajos yel despertar de Atapuerca (1972-1991)

Un nuevo planteamiento va a marcar eldesarrollo de las actividades espeleológicasdel Grupo Edelweiss a partir de los añossetenta, siguiendo los criterios establecidospor Llopis Lladó (1954), respecto a que loverdaderamente importante en espeleologíano es conocer cavidades aisladas sino com-prender un karst en su conjunto/totalidad,cuyo objetivo únicamente se alcanza con laprospección de todas las cavidades(pequeñas y grandes) de un enclave kársti-co. Siguiendo estos criterios se sistematizala provincia en una serie de zonas kársticasque condicionarán la planificación de los tra-bajos. Este planteamiento va a llevar consi-

go una concentración de esfuerzos y ralenti-zación de resultados, ya que en algunaszonas representa una labor ingente de déca-das de dedicación.

En 1972 el Grupo Edelweiss publica elnº 0 de la revista Kaite que marcaría el iniciode las publicaciones periódicas sobre elkarst burgalés, aunque en este repaso histó-rico sólo nos centraremos en los estudios deconjunto de zonas, no a los referentes acavidades aisladas. Durante el verano, unequipo de la Universidad de Arizona bajo ladirección de Geoffrey A. Clark realizó unaserie de prospecciones arqueológicas encuevas del norte de Burgos, bajo la autoriza-ción de Martín Almagro, Comisario Generalde Excavaciones Arqueológicas, quiéndelegó en José Luis Uribarri, presidente delGrupo Edelweiss y por entonces DelegadoProvincial de la citada Comisaría, para elapoyo y guía en las labores de campo ylocalización de las cavidades, tarea que ensu mayor parte recayó en David Pérez Uri-barri, geólogo y miembro del G.E.E. Este tra-bajo presenta una abundante prospecciónde yacimientos en cuevas (60 de los 63inventariados), concentrándose en los con-juntos bien conocidos de Ojo Guareña, Pen-ches y la Sierra de Oña, la Sierra de Ata-puerca, Frías, Piscarciano, Covanera-SanFelices del Rudrón y Orbaneja del Castillo(Clark, 1979).

Poco después, el G. E. Edelweiss iba aprotagonizar otro de los descubrimientosfundamentales de Atapuerca: el Santuariode la Galería del Sílex, lo que motivó lainmediata implantación de nuevos cierres ala cavidad y el comienzo de la colaboraciónen las campañas de excavación que inicióJuan Mª Apellániz al año siguiente y que seprolongarían hasta 1983. Fruto de dichostrabajos serían dos monografías sobre laGalería del Sílex, con importante participa-ción de miembros del Grupo Edelweiss(Apellániz y Uribarri, 1976; Apellániz yDomingo, 1987).

En 1974 el G.E.E. descubre en el Valledel Arlanza el yacimiento musteriense deCueva Millán, muy próximo al de la Cuevade la Ermita, que también sería excavadapor el equipo de Alfonso Moure (Moure yGarcía-Soto, 1983) y, al año siguiente, el deCueva de la Mina, también en Hortigüela. En1975 se inician los trabajos espeleológicosen los Montes del Somo y Valnera, una delas zonas kársticas de mayor interés de laprovincia (Antón, 1977).

Galería del Sílex deCueva Mayor

Sierra de AtapuercaFoto Miguel A. Martín Merino

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En 1976 el Grupo Edelweiss colaboraen la campaña de excavaciones de Trinidadde Torres en Atapuerca, a quien le habíanenseñado el Yacimiento Trinchera endiciembre de 1975 con motivo de un ciclo deconferencias al que le habían invitado. En eltranscurso de esa campaña se le indica lagran abundancia de restos de úrsidos, elobjeto de su tesis, en la Sima de los Huesosde Cueva Mayor, destacando a un equipo decuatro personas a su interior, apareciendoentre los centenares de restos de oso, losprimeros fósiles de Homo heidelbergensis,punto de partida del posterior proyecto deEmiliano Aguirre (Aguirre et al., 1976a;Torres, 1976 y 1978).

En el Proyecto de Investigación queEmiliano Aguirre presenta al Ministerio, seencomienda al Grupo Espeleológico Edel-weiss, bajo la dirección de José Luis Uriba-rri, la prospección, la participación en lasexcavaciones y el replanteamiento topográfi-co de Cueva Mayor-Cueva del Silo, laborque fue realizada entre 1977 y 1980, Conello se cumplía el objetivo que Aguirre plan-teaba en su proyecto de “realizar un cierretopográfico de gran precisión entre las doscavidades ya citadas y el exterior, perforan-do una galería en el punto de menor separa-ción” (Aguirre, 1976). También se ampliaronlos trabajos al resto de las cavidades delkarst de la Sierra de Atapuerca, que sepublicará en 1981 (Martín et al., 1981), y serealizó un montaje gráfico conjunto con lascavidades de la Trinchera, pudiendo com-probar algo que ya se sospechaba, la estre-cha relación existente entre el relleno sedi-mentario que obstruía el final de la GaleríaBaja y el relleno conocido como TrincheraElefante, quedando claro que ambos teníanun mismo origen.

En el transcurso de estos trabajos deprospección se produjeron, en marzo de1978, una serie de voladuras con explosi-vos, dentro de las habituales maniobras mili-tares en Trinchera, precisamente en el frentede excavación de Trinchera-Galería, quedejaron al descubierto, junto al techo, unpequeño orificio que, el día 2 de abril, unavez agrandado, permitió al Grupo Edelweissel descubrimiento de una sala, bautizadacomo Cueva de los Zarpazos debido a laabundancia de éstos (Ortega, 1999). Lacolaboración del G.E.E. en el proyecto seconsolidó a partir de agosto de 1978, con elinicio de las campañas de excavación porparte del Equipo de Investigación de Ata-

puerca (Ortega y Martín, 2004b).El año 1979 va a representar la conse-

cución de una serie de esfuerzos del G.E.E.encaminados a la divulgación de sus traba-jos espeleológicos: la edición del nº 1 de la

serie Kaite, revista especializada en temasdel karst de Burgos. Esta publicación inclu-ye, entre otros artículos, la actualización dela topografía en Ojo Guareña hasta 1977(Martín, 1979a) y el estudio del conjunto delas cavidades del Valle del Arlanza (Martín,1979b). También se realiza una nueva topo-grafía, a escala 1:100 de la Galería delSílex, incorporando un mayor detalle de ele-mentos morfológicos, necesarios para podersituar con precisión los centenares de siglas

Puente naturalCastro ValneraFoto Miguel A. Martín Merino

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representativas de la presencia de diversosrestos arqueológicos: cerámicas, huesos ymaterial lítico. Esta nueva versión seríapublicada, aunque sensiblemente reducida,años después, tras la finalización de la tesi-na de Salvador Domingo, que tuvo por obje-to el estudio de los materiales de superficiede la Galería del Sílex (Apellániz y Domingo1987).

En 1981 aparece el nº 2 de la serieKaite en el que se reproduce, en facsímil, eltrabajo de Sampayo y Zuaznávar de 1868.En este volumen se publica el estudio detodas las cavidades de la Sierra de Atapuer-ca (Martín et al., 1981) así como el plantea-miento general del Catastro Espeleológicode Burgos (Plana 1981) en el que se siste-matiza toda la labor de catalogación de cavi-dades de Burgos en diferentes zonas, a suvez subdivididas en subzonas y partidas,establecidas fundamentalmente de maneraacorde a unos criterios hidrogeológicos ymorfológicos.

En este mismo año de 1981 tambiénaparece publicado un interesante estudiosobre los rellenos sedimentarios del Com-plejo de Piscarciano (Garay y Sendra, 1981),en el Valle de Valdebezana, aunque en él noadvertirían la presencia del importante yaci-miento del Paleolítico medio, y un año más

tarde el Grupo Espeleológico Ribereño publi-ca el catálogo de cavidades del cañón delrío Mataviejas en la orla mesozoica de laIbérica (G.E.R., 1982b). En 1982 se publicala Memoria sobre los 30 primeros años delGrupo Edelweiss (Rubio, 1982), en la que sedescriben los hechos más significativos deese período.

En 1983 el Grupo Edelweiss publica elnº 3 de la serie Kaite en el que se incluye untrabajo sobre el sector burgalés de la Sierrade Pradales (Martín y Ruiz Vélez, 1983), enlas estribaciones del Sistema Central, asícomo un trabajo sobre las cavidades dePeña Cironte de Hozabejas (Antón et al.,1983). También incluye un artículo de Emi-liano Aguirre en el que planteaba las basesfuturas del Proyecto de Atapuerca (Aguirre,1983) y una actualización y avance delCatastro Espeleológico de Burgos (Ruiz,1983). Por su parte, el Grupo de Espeleo-logía de Telefónica publica las cavidades delcañón del río Lobos (Fernández Tabera yBermejo, 1983), que se completaría, en1984, con el avance de los trabajos realiza-dos por el Grupo Espeleoduero en SierraCalva y el propio cañón del río Lobos (G.E.,1984).

También en 1983 ve la luz el primero delos estudios geomorfológicos relacionados

Gour de la Vía SecaOjo Guareña

Foto Miguel A. Martín Merino

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19Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

con la Sierra de Atapuerca (Zazo et al.,1983), así como otro interesante trabajosobre la morfología del Pozo Azul (Sanz yMedina, 1983), que ya despuntaba comouno de los principales sifones españoles. En1984, al iniciarse las excavaciones sistemáti-cas en el fondo de la Sima de los Huesos,se realizó una nueva topografía de detallede la misma, a escala 1:20, que se completócon cortes transversales y longitudinalescada medio metro, con el fin de dejar claraconstancia de las condiciones en que elequipo de investigación se encontró el yaci-miento antes de su excavación (Aguirre,1987).

En 1986 el Grupo Edelweiss edita lamonumental Monografía sobre Ojo Guareña(G.E.E., 1986), nº 4-5 de la serie Kaite endonde se incluye la topografía completa delas casi 400 cavidades del karst, incluyendolos 89km topografiados por entonces en lared principal del Complejo de Ojo Guareña.Se incluían artículos descriptivos sobretodos los sectores del karst, así como otrosespecíficos sobre Geografía (Plana, 1986),Geología (Eraso, 1986), Geomorfología(Martín, 1986), Arqueología (Ortega yMartín, 1986) y otras materias. También edi-tan otro trabajo sobre el Karst de Burgos,actualizando la relación de mayores cavida-des burgalesas (Ruiz, 1986).

Ese mismo año es prolífico en la publi-cación de trabajos de diferentes zonas kárs-ticas, realizados por otros grupos espeleo-lógicos, destacando entre todos ellos lamonografía del Grupo Espeleológico Alavéssobre el Karst de Sierra Salvada (López deIpiña y Pinedo, 1986) que, si bien se centraespecialmente en el sector alavés, es deindudable interés para el conocimiento delkarst burgalés por la interrelación hidrogeo-lógica de varias de sus principales redessubterráneas. Dicho estudio monográficocompletaba el avance referente al principalsistema kárstico de Sierra Salvada (Lópezde Ipiña y Alangua, 1984). Los otros trabajosaludidos hacen referencia a un interesanteestudio del G. E. Ribereño sobre la Cuevadel Agua de Basconcillos del Tozo (G.E.R.,1986c) y otro del G. E. Niphargus sobre elkarst en los conglomerados oligocenos dePuras de Villafranca (Martínez de Cañas yRenuncio, 1986).

En 1987 se publicaba la primera mono-grafía sobre los yacimientos de Atapuercadel equipo formado por Emiliano Aguirre(Aguirre et al., 1987) que incluía un intere-

sante artículo sobre el contexto geológico ygeomorfológico de la Sierra de Atapuerca,que incidía en la génesis y evolución de estekarst (Zazo et al., 1987). También ese año,

el Grupo Edelweiss localiza las inscripcionesromanas de la Cueva del Puente de la Juntade Villalba de Losa (Ortega, 2000) y, en laslabores topográficas previas al inicio de lasexcavaciones en la Cueva de Valdegoba, enHuérmeces, descubre los primeros restoshumanos de Homo neanderthalensis (Díezet al., 1991; Quam et al., 2001). Carlos Puch(1987b) también publica un interesante tra-bajo sobre la Torca de los Morteros, porentonces la principal cavidad localizada en

Cueva AraosSierra SalvadaFoto Miguel A. Martín Merino

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20 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

los Montes del Somo y Valnera. Ese año, elG. E. Ribereño publica sus trabajos realiza-dos en la Peña Carazo (Nuño et al., 1987).

En 1989 el G. E. Niphargus publica elcatálogo de cavidades localizadas en elborde norte de la Sierra de La Tesla (G.E.N.,1989) y, al año siguiente, las del Páramo deCubillos del Rojo (G.E.N., 1990). Tambiénen 1990, el G. E. Tazzelgurm publicaría lascavidades de la zona de Urrez (G.E.T.,1990). Los espeleólogos franceses delSpéléo Club de Dijon, que desde hace bas-tantes años trabajaban en la vertiente nortede los Montes del Somo y Valnera, en tornoa la cabecera de los ríos Asón y Gándara,publican entre 1990 y 1991 dos trabajos degran interés para la vertiente meridional bur-galesa (Degouve y Simmonot, 1990, 1991),el primero de ellos referente a la Cueva delas Bernías y el segundo sobre la gran redsubterránea de la Cueva del Lobo, que seextiende bajo Peña Lusa y remonta hastaadentrarse en territorio burgalés.

La consolidación de Atapuerca comoreferente en estudios kársticos (1992-2009)

En 1992 el G.E.E. edita una nuevamonografía de la serie Kaite, la nº 6, quetrata sobre las Grandes Cavidades Burgale-sas (G.E.E., 1992). En su primer trabajo(Ruiz, 1992) se contextualizaban las princi-pales zonas kársticas burgalesas, avanzan-do una distribución de las mayores cavida-des entre las zonas del Catastro Espeleo-lógico de Burgos. El resto de la monografíahacía referencia a las clasificaciones y des-

cripciones de las cavidades burgalesas demás de 1.000 metros de desarrollo o de másde 100 metros de desnivel, así como de losmayores pozos, salas y sifones buceadoshasta la fecha (Ruiz y García, 1992). Tam-bién en 1992 se presenta al VI CongresoEspañol de Espeleología un nuevo trabajode conjunto sobre el karst burgalés (Martín1992), con la salvedad de que en él se agru-pan a los principales macizos en función delas cinco grandes áreas geomorfológicasburgalesas.

Ese mismo año, en la Sima de los Hue-sos, se localizan tres cráneos humanos casicompletos, lo que motivaría la primera publi-cación de Atapuerca en revistas científicasinternacionales de primer nivel (Arsuaga etal., 1993). A petición de Juan Luis Arsuaga,el Grupo Edelweiss amplió la topografía dedetalle a toda su planta, incluyendo a larampa, aunque esta vez a escala 1:100.Estas labores topográficas se ampliarían enaños sucesivos a todo el entorno de la Salade los Cíclopes y laterales próximas, siendopublicadas en el artículo sobre la geomorfo-logía del yacimiento del número monográficoque Journal of Human Evolution dedicaría almismo (Arsuaga et al., 1997b).

En 1993 se publica el primero de losestudios hidrogeológicos que Eugenio Sanzestá desarrollando en zonas kársticas de lasSierras de Neila y Urbión (Sanz, 1993,1996a y 1996b), que afectan tanto a la cabe-cera del Arlanza como a la del Najerilla. Porsu parte, el G. E. Niphargus publica los pri-meros trabajos referentes al Complejo dePiscarciano (Martínez de Cañas et al., 1992;Martínez de Cañas, 1993), que se comple-tarían al año siguiente con un libro monográ-fico con la topografía completa del conjuntode cavidades de la zona (G.E.N., 1994).También en 1994 apareció un nuevo trabajodel Grupo Espeleoduero sobre el catálogode las cavidades de Sierra Calva (G.E.,1994).

En 1994 con motivo de la exposición“Primeros Europeos”, que organizó conjunta-mente el Brithis Museum y el Museo Nacio-nal de Ciencias Naturales de Madrid, semostraba la importancia de los yacimientosen cueva del Pleistoceno burgalés, al consti-tuir el yacimiento estrella de dicha exposi-ción el enclave de la Sierra de Atapuerca,apareciendo también los restos humanos deneandertales de Valdegoba y los moldes delas huellas humanas de Ojo Guareña, tresyacimientos cuyo descubrimiento estaba vin-

Sala de los Cíclopes de Cueva Mayor

Sierra de AtapuercaFoto Miguel A. Martín Merino

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21Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

culado al Grupo Edelweiss. En 1993 se pre-sentarán a la Junta de Castilla y León elPlan Director de los Yacimientos de Atapuer-ca (Ortega et al., 1993a) y el Plan de Viabili-dad Turística de Ojo Guareña (Ortega et al.,1993b), ambos con una importante participa-ción de miembros del Grupo Edelweiss.

En 1995 aparecen editadas las actas delas Jornadas Científicas Internacionalescelebradas en 1992 en Medina del Campo(Bermúdez de Castro et al. 1995) y, en1997, la revista Journal of Human Evolution,publica una monografía sobre la Sima de losHuesos de Atapuerca (Arsuaga et al.,1997a). Es también el año en que se publi-can los restos de Homo antecessor enScience, otra de las revistas científicas demayor impacto internacional, (Bermúdez deCastro et al., 1997).

En 1998 se publican en Geogaceta dosartículos relacionados con el endokarst deAtapuerca, el primero sobre la estimación delas paleovelocidades y sentidos de circula-ción del agua en el karst (Eraso et al.,1998a) y el segundo con la distribución delos planos de debilidad en el macizo y suinfluencia en la karstificación (Eraso et al.,1998b). También en 1998 se editaron lasintervenciones presentadas en el SimposioInternacional “Atapuerca y Evolución Huma-na”, celebrado en la Fundación Ramón Are-ces en abril de 1996 (Aguirre, 1998). Igual-mente fue el año en que se editó la primeramonografía divulgativa sobre los yacimientos(Cervera et al., 1998).

También en 1998 aparecen publicadaslas dataciones de la Sala de las Pinturas deOjo Guareña (Corchón et al., 1998), con-firmándose como un santuario de finales delPaleolítico superior. Desde 1995 un equipodirigido por Juan Antonio Gómez-Barrera yAna Isabel Ortega, con una importante parti-cipación de miembros del Grupo Edelweiss,había emprendido el estudio del arte rupes-tre de Ojo Guareña, comenzando por el san-tuario de la Sala de la Fuente, aunque susprincipales publicaciones comenzarían a verla luz años después (Gómez Barrera et al.,2000, 2002, 2003 y 2004).

En 1999 se comienza a editar la revistaanual Cubía, dedicada a la publicación denoticias espeleológicas, así como cavidadesaisladas y pequeñas zonas. También secrea la página web en la que se empieza aincorporar un gran volumen de informaciónsobre el karst burgalés. El Grupo Edelweisscolabora en la organización de las II Jorna-

das Científicas de la SEDECK que giran entorno al Karst de la Sierra de Atapuerca.

En 1999 también se editan la mono-grafía de Journal of Human Evolution sobreAtapuerca, en este caso sobre el nivel TD6de Gran Dolina (Bermúdez de Castro et al.,1999a) y la de Trinchera-Galería (Carbonellet al. 1999) y se inaugura en el MuseoNacional de Ciencias Naturales de Madrid laexposición Atapuerca nuestros antecesores

(Bermúdez de Castro et al., 1999b) que pos-teriormente iniciaría una itinerancia portodas las provincias de Castilla y León(Bermúdez de Castro et al., 2000).

En 2000, el Grupo Edelweiss edita elKaite nº 7, una monografía sobre El Karst deMonte Santiago, Sierra Salvada y Sierra dela Carbonilla (G.E.E., 2000), donde se inclu-yen las topografías y descripciones de casi400 cavidades, incluyendo artículos específi-cos sobre la Geografía, Geología y Geomor-fología (Martín, 2000c) así como sobreArqueología y Paleontología (Ortega, 2000)entre otros. También en ese año aparece elnº 2 de Cubía, que incluía el catálogo decavidades del Valle de Valdivielso (Rioseras,2000).

Hay que destacar el decaimiento de laactividad espeleológica desarrollada por losdiferentes grupos de Espeleología que tradi-cionalmente han trabajado en los karst de laprovincia, comprobando como a partir del2000 las publicaciones se reducen a los artí-culos de la revista Cubía, entre los que des-tacamos el nº 3 conmemorativo del 50 ani-versario del Grupo Edelweiss (G.E.E., 2001).En relación con dicho aniversario el Grupo

Sala de la FuenteOjo GuareñaGrabado postpaleolíticoFoto Miguel A. Martín Merino

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22 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

Edelweiss organiza en torno a Ojo Guareñalas VI Jornadas Científicas de la SEDECK,en las que se presentaron trabajos sobre lahidroquímica del acuífero (Eraso et al.,2001a), la Arqueología (Ortega y Martín,2001), el Karst (Martín y Ortega, 2001) ysobre el método topográfico empleado en elmismo (Plana y Rioseras, 2001).

En 2001, la prestigiosa revista L’anthro-pologie dedicó un doble número monográfi-co a los yacimientos de Atapuerca (Carbo-nell et al., 2001), entre cuyos artículos seincluían uno referido expresamente a la geo-logía del karst (Pérez González et al., 2001).También aparece el primero de los diversosartículos referentes a la revisión del arterupestre de Atapuerca (García et al., 2001,2004 y 2005), con importante participación

en su estudio por parte de miembros delGrupo Edelweiss.

En 2002, en el nº 4 de Cubía, el G.E.E.publica una recopilación sobre todas lasreferencias hidrogeológicas del Karst de OjoGuareña (Ruiz, 2002) y en el nº 5 un intere-sante artículo sobre la aplicación de la foto-grametría aérea respecto a la situación decavidades (Galaz, 2002). También en 2002,el Grupo Edelweiss inicia la colaboracióncon el equipo liderado por Javier Martín Chi-velet que realiza análisis paleoclimáticos dealta resolución, a partir de espeleotemasgenerados en cuevas. Los trabajos se ini-cian en la Cueva de Kaite, del Complejo deOjo Guareña, extendiéndose poco despuésa las galerías del Sílex y Estatuas de CuevaMayor de Atapuerca (Martín Chivelet et al.,2004, 2006 y 2007; Turrero et al., 2004a,2004b, 2007a y 2007b).

Ese mismo año se inicia el estudio sis-temático de la Bioespeleología de Ojo Gua-reña, bajo la dirección de Ana Camacho,incorporándose desde el primer momento enlas labores de apoyo diferentes miembrosdel Grupo Edelweiss. Fruto de las laboresiniciadas en 2002 es la aparición de nuevasespecies faunísticas para la ciencia (Cama-cho, 2005a, 2005b y 2007, Camacho et al.,2004 y 2006).

En 2003 el G.E.E. publica, en el nº 6 deCubía, las cavidades de Castrillo del Val(Ortega y Martín, 2003a). Tiene lugar enNueva York, en el American Museum ofNatural History, una exposición monográficasobre la Sierra de Atapuerca: The First Euro-peans: Treasures from the Hills of Atapuerca(Arsuaga et al., 2003).

En 2004 se presenta la tesis doctoral deAlfonso Benito (Benito, 2004), sobre el análi-sis geomorfológico y la evolución de los pai-sajes neógenos y cuaternarios de la Sierrade Atapuerca y valle medio del río Arlanzón,fundamental para establecer ulteriores corre-laciones con el endokarst. En 2005 se publi-ca, en las actas de la IV Reunión Nacionalde Geoarqueología, un avance sobre losestudios geomorfólogicos que se venían rea-lizando en el karst de Atapuerca (Ortega etal., 2005).

En los números 7 y 8 de Cubía, corres-pondientes a 2004 y 2005, se publica laconexión de los conductos de la surgenciade La Torcona con el Complejo de Ojo Gua-reña, alcanzando un desarrollo de 110km yun desnivel total de más de 200m (Rioseras,2005). Destaca el nº 9 de Cubía, de 2006,

Sala de los Cíclopes de Cueva Mayor

Sierra de AtapuercaFoto Miguel A. Martín Merino

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23Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

por incluir un interesante avance sobre elkarst de los Montes del Somo y Valnera(Ruiz, 2006), así como el primero de unaserie de artículos sobre el karst existente enlas margas yesíferas localizadas entre Bri-viesca y Belorado (Antón, 2006, 2007 y2008) y las circunstancias del hallazgo de unbrazalete de oro de la Edad del Bronce en laCueva del Silo (Ortega, 2006b).

En 2006 también se publica un intere-sante artículo sobre el yacimiento de Elefan-te (Rosas et al., 2006), que apunta a unagran antigüedad de sus niveles, hecho quese confirmaría en 2007 con la aparición derestos de Homo antecessor datados en másde 1,2 millones de años, lo que supondríauna nueva portada en la revista Nature (Car-bonell et al., 2008). Otra publicación divulga-tiva sobre Atapuerca (Arsuaga et al., 2006),en edición de lujo, incluye algunos anaglifosen 3D realizados por el miembro del G.E.E.Juanse Galaz.

En el número 10 de Cubía, ya en 2007,se incluye un resumen de las aportacionesdel Grupo Edelweiss a los descubrimientos,conservación, divulgación e investigacionesdel karst de Atapuerca (Ortega y Martín,2007). También en ese año, en el informeencargado por la Junta de Castilla y Leónpara la declaración del Espacio Cultural dela Sierra de Atapuerca, aparece una puestaal día de todos los recursos patrimonialesque integrarán la citada declaración (Ortega,2007).

En 2008, dentro de Cubía 11, se incluyeel estudio de las cavidades de la comarca deJuarros (Ruiz et al., 2008) y una puesta aldía de los trabajos del Spéléo Club de Dijonen el Sistema del Gándara (Degouve, 2008).Este año también se publican dos importan-tes aportaciones sobre las excavacionesque, desde el año 2000, se vienen realizan-do en el Portalón de Cueva Mayor (Ortega,2008a y 2008b), con una columna estratigrá-fica que incluye toda la secuencia Holocenay parte del Pleistoceno superior.

Finalmente, en 2009, ve la luz la tesisdoctoral de Ana Isabel Ortega (Ortega,2009a), sobre la evolución geomorfológicadel Karst de Atapuerca, correlacionando losdiversos yacimientos con las terrazas de losvalles circundantes, e incluyendo nuevasversiones de las topografías del karst reali-zadas a lo largo de los años anteriores.También se edita una nueva obra divulgativasobre Atapuerca (E.I.A., 2009) con motivode la exposición sobre los yacimientos reali-

zada en el Museo de Historia Natural deParís. Por último, en el número monográficoque la revista Pyrenaica dedica al mundosubterráneo, también se incluye un artículosobre los yacimientos arqueológicos de OjoGuareña (Ortega, 2009b).

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ropologie, XXIV, 1-16.• Calvo, I. (1916): Excavaciones en Clunia. Memoriade los trabajos realizados en el año 1915. JuntaSuperior de Excavaciones y Antigüedades. Madrid.26 pp.• Camacho, A. l. (2000): La fauna cavernícola deMonte Santiago, Sierra Salvada y Sierra de la Carbo-nilla. En Grupo Espeleológico Edelweiss (Ed.): ElKarst de Monte Santiago, Sierra Salvada y Sierra dela Carbonilla. Kaite, 7 (1999), 291-301.• Camacho, A. I. (2005a): Expanding the taxonomicconundrum: Three new species of groundwater crus-tacean (Syncarida, Bathynellacea, Parabathynellidae)endemic to the Iberian Peninsula, Journal of NaturalHistory, 39 (21), 1819-1838.• Camacho, A. I. (2005b): One more piece in thegenus puzzle: a new species of Iberobathynella Sch-minke, 1973 (Syncarida, Bathynellacea, Parabathy-nellidae) from the Iberian Peninsula, Graellsia, 61(1),123-133.• Camacho, A. I. (2007): The first record of the genusVejdovskybathynella Serban and Leclerc, 1984 (Syn-carida, Bathynellacea, Bathynellidae) in the IberianPeninsula: three new species, Journal of Natural His-tory, 41 (45-48), 2817-2841.• Camacho, A. I.; Valdecasas, A. G.; Rodríguez, J. yPuch, C. (2004): A través de la aparente oscuridad,Cubía, 7, 34-40.• Camacho, A. I.; Valdecasas, A. G.; Rodríguez, J.;Cuezva, S.; Lario, J. y Sánchez Moral, S. (2006):Habitat constraints in epikarstic waters of an IberianPeninsula cave system, Ann. Limnol. – Int. J. Lim., 42(2), 127-140.• Carballo, J. (1910): De Espeleología. Boletín de laReal Sociedad Española de Historia Natural, X, 468-481.• Carballo, J. (1911): Conchas de Haro. Cavernas deAmeyugo. Macizo de Pancorbo. Boletín de la RealSociedad Española de Historia Natural, XI, 148-154.• Carballo, J. (1920): Las cuevas de Atapuerca y SanGarcía (Burgos). Boletín de la Real SociedadEspañola de Historia Natural, XXI, 138-141.• Carbonell, E.; Rosas, A. y Díez, J. C. (Eds) (1999a):Atapuerca: Ocupaciones humanas y paleoecologíadel yacimiento de Galería, Arqueología en Castilla yLeón, 7. Ed. Junta de Castilla y León. Zamora. 390pp.• Carbonell, E.; Arsuaga, J. L. y Bermúdez de Castro,J. M. (Eds) (2001): Atapuerca. L’anthropologie, 105(1-2), 1-312 • Carbonell, E., Bermúdez de Castro, J. M., Parés, J.M., Pérez-González. A., Cuenca-Bescós, G., Ollé, A.,Mosquera, M., Huguet, R. Made J van der, Rosas, A.Sala, R., Vallverdú, J., García, N., Granger, D. E.,Martinón, M., Rodríguez, X. P., Stock, G. M., Vergès,J. M., Allue, E., Burjachs, F., Cáceres, I., Canals, A.,Benito, A., Díez, C., Lozano, M., Mateos, A., Navazo,

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M., Rodríguez, J., Rosell, J. & Asuaga, J. L.: (2008):The first hominin of Europe. Nature, 425, 465-470• Cervera, J.; Arsuaga, J. L.; Carbonell, E.; Bermúdezde Castro, J. M. y Trueba, J. (1998): Atapuerca unmillón de años de historia. Plot Ediciones y EditorialComplutense. Madrid. 240 pp.• Clark, G. A. (Ed.) (1979): The North Burgos Archae-ological Survey. Bronze and Iron Age Archaeology onthe Meseta del Norte (Province of Burgos, North-Cen-tral Spain). Anthropological Research Papers, 19, 307pp.• Coello, F. (1868): Atlas de España y sus posesio-nes de Ultramar. Burgos. Plano.• Corchón, M. S.; Valladas, H.; Bécares, J.; Arnold,M.; Tisnerat, N.; Cachier, H. (1998): Datación de laspinturas y revisión del Arte Paleolítico de Cueva Palo-mera (Ojo Guareña, Burgos, Spain), Zephyrus, 49(1996), 37-60.• Degouve, P. (2008): Estado de las exploracionesdel Spéléo Club de Dijon en el Sistema del Gándara,Cubía, 11, 36-39.• Degouve, P. y Simonnot, G. (1990): Las Cuevas delas Cabañas de Lunada (Espinosa, Province de Bur-gos). Sous le Plancher, 5, 45-50.• Degouve, P. y Simonnot, G. (1991): La Cueva delLobo et le Karst de La Lusa. Sous le Plancher, 6, 51-90.• Díez, C.; Gracia, A.; Gil, E.; Jordá, J. F.; Ortega, A.I.; Sánchez, A. y Sánchez, B. (1991): La Cueva deValdegoba (Burgos). Primera campaña de excavacio-nes Zephyrus, XLI-XLII (1988-89), 55-74.• Equipo de Investigación de Atapuerca (2009): Ata-puerca. Sur les traces des premiers européens, Juntade Castilla y León y Museúm National d’HistoireNaturelle, 149 pp.• Eraso, A. (1965): Introducción al estudio del Karstde Ojo Guareña. Geo y Bio Karst, 5-6, 1-31.• Eraso, A. (1986): El Karst del complejo de cavida-des de Ojo Guareña (Burgos). En Grupo Espeleo-lógico Edelweiss (Ed.): Monografía sobre Ojo Gua-reña. Kaite, 4-5, 39-49.• Eraso, A.; Baquero, J. C.; Opolka-Gadek, J. yGadek, B. (2001a): Investigación hidroquímica en elacuífero de Ojo Guareña. Repercusiones hidrogeoló-gicas. SEDECK, 2, 21-28.• Eraso, A.; Domínguez, M. C.; Pérez González, A.;Martín, M. A. y Ortega, A. I. (1998a): Estimación delas paleovelocidades y sentidos de circulación delagua en el karst donde se emplaza el yacimientoarqueológico de la Sierra de Atapuerca (Burgos).Geogaceta, 23, 39-42.• Eraso, A.; Domínguez, M. C.; Ortega, A. I.; Martín,M. A.; Gavilán, C. J.; Paredes, C.; Gallego, N. y Giralt,S. (1998b): Ley de distribución de planos de debilidaden la Sierra de Atapuerca (Burgos): aplicación al dre-naje del karst. Geogaceta, 23, 43-46.• Fernández, M. y Bermejo, F. (1983): Exploraciones

en el Karst de Río Lobos. Boletín GET, 2-3, 3-64.• Galaz, J. S. (2002): Fotogrametría aérea aplicada ala situación de cavidades. Cubía, 5, 14-23.• Garay, P. y Sendra, A. (1981): Notas sobre los relle-nos del Complejo de Piscarciano-Vacas-Arenas (Bur-gos). Lapiaz, 8, 39-43.• García, M.; Ortega, A. I.; Martín, M. A.; Hortolá, P. yZuluaga, M. C. (2001): Arte Rupestre de estilo paleo-lítico del Portalón de Cueva Mayor de la Sierra deAtapuerca (Ibeas de Juarros, Burgos): ¿cronologíapaleolítica o contemporánea? Trabajos de Prehistoria58 (1), 153-169.• García, M.; Martín, J.; Ortega, A. I. y Martín, M. A.(2004): Grafismo rupestre postpaleolítico en la Sierrade Atapuerca (Burgos): Salón del Coro, Galería delSilo, Galería Baja, Galería de las Estatuas y Cuevadel Silo. Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehisto-ria y Arqueología, 14 (2001), 227-259.• García, M.; Martín, J.; Martín, M. A. y Ortega, A. I.(2005): The Galería del Sílex (Sierra de Atapuerca,Burgos, Spain): AMS radiocarbon dates of post-pala-eolithic rock art. Rock Art Research 22, 17-21.• Gómez-Barrera, J. A.; Ortega, A. I.; Martín, M. Á.;Fernández, J. J.; Val, J. del y García, M. (2000): ArteRupestre en el Karst de Ojo Guareña, Arqueología,234, 12-21.• Gómez-Barrera, J. A.; Ortega, A. I.; Martín, M. Á.;García, M.; Fernández, J. J. y Val, J. del; (2002): Aarte rupestre na Gruta de Ojo Guareña (Burgos,Espanha): A “Sala de la Fuente“ e suas manifestaço-es, Arkeos, 12, 107-123.• Gómez-Barrera, J. A.; Ortega, A. I.; Martín, M. Á.;García, M.; Fernández, J. J. y Val, J. del; (2003): Lasmanifestaciones gráficas de la Sala de la Fuente (OjoGuareña, Burgos): dataciones absolutas para la con-textualización del arte rupestre, Boletín del Seminariode Estudios de Arte y Arqueología, LXVI (2000), 65-79.• Gómez-Barrera, J. A.; Ortega, A. I.; Martín, M. Á.;Fernández, J. J.; Val, J. del; García, M.; Ruiz, F.;Latorre, P. y Cámara, L. (2004): Arte rupestre en elkarst de Ojo Guareña (Merindad de Sotoscueva-Bur-gos): Trabajos de documentación y Estudio en la“Sala de la Fuente”, Espacio Tiempo y Forma, (serieI, Prehistoria y Arqueología), 14 (2001), 203-226.• Grupo Espeleoduero (1984): Campaña en la “SierraCalva”, Hontoria del Pinar (Burgos). Mesetaria, 1, 68-79.• Grupo Espeleoduero (1994): Avance al catálogo decavidades de la Sierra Calva (Hontoria del Pinar, Bur-gos). Mesetaria, 5, 3-14.• Grupo Espeleológico Edelweiss (Ed.) (1986): Mono-grafía sobre Ojo Guareña. Kaite, 4-5, 415 pp. másAtlas Cartográfico en DIN A-3.• Grupo Espeleológico Edelweiss (Ed.) (1992): Mono-grafía sobre Grandes Cavidades Burgalesas. Kaite,

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6, 219 pp.• Grupo Espeleológico Edelweiss (Ed.) (2000): Mono-grafía sobre El Karst de Monte Santiago, Sierra Sal-vada y Sierra de la Carbonilla. Kaite, 7 (1999), 312pp.• Grupo Espeleológico Edelweiss (Ed.) (2001): Mono-grafía 50 Aniversario 1951-2001, Cubía, 3, 64 pp.• Grupo Espeleológico Niphargus (1989): Contribu-ción al catálogo de cavidades de la Sierra de Tesla(Burgos). Mesetaria, 3, 25-34.• Grupo Espeleológico Niphargus (1990): Contribu-ción al catálogo de cavidades del Páramo de Cubi-llos-Leva (Burgos). Mesetaria, 4, 27-43.• Grupo Espeleológico Niphargus (1994): El Comple-jo Kárstico de Piscarciano-Vacas-Arenas. Burgos.129 pp.• Grupo Espeleológico Ribereño (1982b): Cavidadesen la zona del Mataviejas (Burgos), Mesetaria, 0, 12-25.• Grupo Espeleológico Ribereño (1986a): La Cuevade Román, Clunia. Objeto de una obra de ingenieríaromana. Comunicaciones 9º Congreso Internacionalde Espeleología, España 1986, 2, 202-204.• Grupo Espeleológico Ribereño (1986b): Un posiblesantuario priápico en la Cueva de Román, Clunia.Comunicaciones 9º Congreso Internacional de Espe-leología, España 1986, 2, 205-207.• Grupo Espeleológico Ribereño (1986c): La Cuevade Basconcillos del Tozo. Influencia de la estructurageológica en la génesis de una cavidad. Basconcillosdel Tozo, Burgos. Mesetaria, 2, 47-58.• Grupo Espeleológico Tazzelgurm (1990): El Karstde Urrez. Mesetaria, 4, 3-9.• Gutiérrez, M. (1915): Paleogeografía de los alrede-dores de Oña (Burgos). Congreso de Valladolid, sec-ción 4ª Ciencias Naturales. 279-305.• Hernández Pacheco, E. (1917): Los Grabados de laCueva de Penches. Comisión de InvestigacionesPaleontológicas y Prehistóricas, 17. 34 pp.• Hinojal, V. (1914): Apuntes acerca de las ruinas deClunia, B.S.E.E., XXI, 239-240.• Ibero, J.M. (1923): El Paleolítico de Oña y sus alre-dedores. Razón y Fe, 23 (67), 171-194. • Jordá, F. (1965): Comentarios y Actividades Arque-ológicas. Excavaciones en la Cueva de la Trincherade Atapuerca. Zephyrus, XVI, 149.• Jordá, F. (1969): Nuevas representaciones rupes-tres en Ojo Guareña (Burgos). Zephyrus, XIX-XX, 61-80.• Llopis Lladó, N. (1954): Nociones de Espeleología.Ed. Alpina. Granollers. 72 pp.• López, T. (1773): Diccionario Histórico-Geográficode Burgos. Biblioteca Nacional. Madrid. Inédito.López de Ipiña, J. M. y Alangua, F. (1984): La “SI-44”.Una nueva gran red subterránea en el Karst de SierraSalvada (Álava). Cultura, 6, 1-9.• López de Ipiña, J. M. y Pinedo, R. (1986): El Karst

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Pendants en la Galería de los SedimentosComplejo Kárstico de Ojo Guareña Foto Miguel Angel Martín Merino

Cueva KaiteComplejo Kárstico de Ojo GuareñaFoto Miguel Ángel Martín Merino

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Cara Oeste del Castro ValneraFoto Antonio de Santiago

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abastecimiento de la villa de Lerma en la provincia deBurgos. Madrid. 46 pp.• Sanz, E. (1993): El trasvase subterráneo del naci-miento del río Arlanza (Burgos). Revista de ObrasPúblicas, 3.227, 41-52.• Sanz, E. (1996a): Caracterización de la recarganatural en los sistemas kársticos de Brieva de Came-ros, Las Viniegras (La Rioja) y Fuente Negra (Bur-gos). Geogaceta, 20 (6), 1.261-1.263.• Sanz, E. (1996b): Hidrodinámica de los acuíferoskársticos de las Sierras de Urbión y Neila (Burgos).Estudios Geológicos, 52, 279-305.• Sanz, E. y Medina, J. (1983): La morfología kársticasubterránea del Pozo Azul (Burgos). Jornadas sobreel Karst en Euskadi, I. San Sebastián. 307-322.• Torres, T. de (1976): El Karst de la Sierra de Ata-puerca. En Apellániz, J. Mª y Uribarri, J. L. (Eds.):Estudios sobre Atapuerca (Burgos). I – El Santuariode la Galería del Sílex, Cuadernos de Arqueología deDeusto, 5, 13-15.• Torres, T. de (1978): Los osos fósiles de la Sierrade Atapuerca (Burgos, España). Boletín Geológico yMinero, LXXXIX, 123-132.• Turrero, M. J.; Garralón, A.; Martín-Chivelet, J.;Gómez, P.; Sánchez, L.; Quejido, A.; Ortega, A. I. yMartín, M. A. (2004a): Seasonal changes in the che-mistry of drip waters in Kaite cave (N. Spain), WaterRock International, 1041-1411.• Turrero, M. J.; Garralón, A.; Martín-Chivelet, J.;Gómez, P.; Sánchez, L.; Quejido, A.; Ortega, A. I. yMartín, M. A. (2004b): Caracterización química delagua de goteo de la Cueva de Kaite y monitorizaciónde las variaciones estacionales, Geogaceta, 35, 283-286.• Turrero, M. J.; Garralón, A.; Martín-Chivelet, J.;Gómez, P.; Sánchez, L.; Ortega, A. I. (2007a): Hydro-geochemical record of a recent severe drought atimplications for paleoclimate series based on stalag-mites, Geophysical Research Abstracts, 9, 10878.• Turrero, M. J.; Garralón, A.; Gómez, P.; Sánchez,L.; Martín-Chivelet, J.; Martín, M. A. y Ortega, A. I.(2007b): Geochemical evolution of drip-water andpresent-growing calcite at Kaite cave (N Spain), XIIInternational Symposium on Water RockInternational, 1407-1411.• Uribarri, J. L. y Liz, C. (1973): El Arte Rupestre deOjo Guareña. La Cueva de Kaite. Trabajos de Prehis-toria, 30, 68-120.• Zazo, C.; Goy, J. L. y Hoyos, M. (1983): “Estudiogeomorfológico de los alrededores de la Sierra deAtapuerca (Burgos)“. Estudios Geológicos, 39, 179-185.• Zazo, C.; Goy, J. L. y Hoyos, M. (1987): Contextogeológico y geomorfológico, en Aguirre, E.; Bermú-dez de Castro, J. M. y Carbonell E. (Eds.): El Hombrefósil de Ibeas y el Pleistoceno de la Sierra de Ata-puerca, 41-46.

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Gours del Nuevo PasoOjo GuareñaFoto Miguel Ángel Martín Merino

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El Karst de BurgosFrancisco Ruiz García

Ana Isabel Ortega MartínezMiguel Ángel Martín Merino

G.E. Edelweiss

El estudio del karst en la provincia deBurgos pudo empezar a sistematizarse, gra-cias a la labor pionera en este sentido, reali-zada por Pedro Plana desde la década delos años sesenta en el seno del GrupoEspeleológico Edelweiss, si bien sus conclu-siones no fueron publicadas hasta bastantedespués (Plana 1981). Su perfecto conoci-miento de la provincia de Burgos le permitiórealizar una clasificación de la misma endiferentes zonas, de acuerdo a unos crite-rios hidrogeológicos y morfológicos funda-mentalmente. Las doce zonas mayores enque fue dividida la provincia fueron clasifica-das en unidades menores, denominadassubzonas y estas, a su vez, en partidas, launidad básica de la clasificación, resultandoun total de 51 partidas para el conjunto de laprovincia de Burgos.

Dicha clasificación no nació con voca-ción de inmutabilidad, sino que estabasometida a la mejora del conocimiento delkarst burgalés, por lo que, poco a poco, sefueron realizando diversas modificacionesen la división de las partidas que han sidopublicadas en diferentes trabajos realizadospor otros miembros del Grupo Edelweiss(Ruiz 1983, 1992; Martín 2000a), mientrasque otras modificaciones formales permane-cen inéditas pero se aplican en la clasifica-ción abordada dentro del Catastro Espeleo-lógico de Burgos.

No obstante, en el resumen del Karst de

Burgos presentado por Miguel Ángel Martínen el VI Congreso Nacional de Espeleología(Martín 1992), ya se presentaron los diferen-tes karst primando su localización en torno alas cinco grandes áreas geomorfológicas enque puede clasificarse el territorio burgalés(Figura 1):1. El macizo paleozoico de La Demanda2. La orla ibérica mesozoica3. La depresión terciaria del Duero4. La depresión terciaria del Ebro5. El sector vasco-cantábrico, predominante-mente mesozoico

Este trabajo previo, con alguna revisiónposterior en la página web www.grupoedel-weiss.es fue actualizado y completado porAna Isabel Ortega en su tesis doctoral (Orte-ga 2009: 107-130). A nosotros también nosha parecido oportuno primar esta previa cla-sificación, por ser más cercana a todo aquelque se acerque al territorio burgalés desdelas disciplinas de la geología o la geomorfo-logía.

El macizo paleozoico de La DemandaDe las cinco grandes zonas geomorfoló-

gicos en que se divide el territorio burgalés,sólo el macizo paleozoico de La Demanda,por la naturaleza silícea de sus rocas, estádesprovisto de formas kársticas de interés.No obstante, sobre el núcleo primigenio deLa Demanda se depositaron materialeskarstificables mesozoicos, que fueron some-tidos a los últimos movimientos orogénicos

Distribución del karst

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alpinos y, en buena parte, han sido desman-telados por la erosión, por lo que en laactualidad bordean al paleozoico formandouna orla en torno a él.

La orla ibérica mesozoicaLa Orla Ibérica es un anticlinorio consti-

tuido por una sucesión de pliegues homogé-neos de la cobertera, que afectan a losmateriales mesozoicos que bordean al maci-zo de La Demanda, entre los que seencuentran varias unidades karstificadas.

1. La más oriental es la Sierra de Neila, enla que son muy conocidas las formasexokársticas del paraje de "Las Calderas" y"Los Valladares", desarrolladas en areniscasy pudingas cementadas por carbonato cálci-co. En las calizas jurásicas se desarrollanalgunas cavidades de interés, entre las quedestaca la Cueva de Santa Eugenia, de1.300m de desarrollo, localizada en términode Huerta de Abajo (Ruiz et al. 1992: 88). LaCueva de Neila, nacimiento del río Najerillay Fuente Negra, en Quintanilla de Urrilla,nacimiento del río Tejero, son dos importan-tes surgencias de la zona (Sanz 1996a:1.263, 1996b), así como la de FuenteSanza, en Quintanar de la Sierra, origen delrío Arlanza tras una captura subterránea delas infiltraciones de la ladera norte de la Sie-rra de Urbión, ya en la cuenca del Ebro(Sanz 1993, 1996b).

2. La Sierra Calva y el Cañón de Río Lobosson otro de los sectores karstificados de laorla ibérica. Las cavidades más importantesdel sector burgalés son la Sima del Portillo ySima del Roto, de 162 y 140m de desnivel,respectivamente, localizadas en Hontoria

del Pinar (Ruiz et al. 1992: 131; García,2002a). Igualmente es notable el recorridosubterráneo del propio río Lobos, que enestiaje se infiltra en el inicio del cañón, enHontoria del Pinar y resurge casi en el finaldel mismo, al pie de la cuesta de La Galia-na, ya en término soriano de Ucero.

3. La Sierra de las Mamblas y Valle delArlanza reúnen un buen número de cavida-des, aunque por lo general de escaso desa-rrollo. No obstante, debe citarse la surgenciavauclusiana de Fuente Azul, en Hortigüela,cuyo desnivel total es de 141m, incluyendoel sifón más profundo de España, exploradohasta -135m (Rioseras y Burgui 2006). Fren-te a ella se localiza la resurgencia de laCueva de la Central, originada al otro ladode un pronunciado meandro, tras una pérdi-da parcial de buena parte del Arlanza, al piedel propio monasterio de San Pedro deArlanza, circunstancia aprovechada paragenerar electricidad en una pequeña centralhidroeléctrica (Martín 1979). En el mismomunicipio también deben destacarse losyacimientos arqueológicos musterienses dela Cueva de la Ermita, Cueva Millán, yCueva de la Mina, todas ellas con abundan-tes evidencias de su ocupación por losneandertales (Moure y Delibes 1972; Mourey García-Soto 1983), así como la Cueva deSan García, de Santo Domingo de Silos, porsu arte rupestre postpaleolítico (Moure yGarcía-Soto 1986).

4. En el sector de los Montes de Juarros yde Urrez destaca La Torquilla, en las calizastriásicas de Urrez, con 2km de desarrollo y110m de desnivel (G.E.T. 1990; Ruiz et al.1992: 86-87), con una más que probable

Depresión de Urrez, en primerplano la localidad de Brieva deJuarros y al fondo, a la derecha,la Sierra del MencillaFoto Francisco Ruiz García

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relación con la importante surgencia de Brie-va de Juarros.

Hidrogeologicamente es muy interesan-te la pérdida del río Cueva y su surgencia deLa Cueva en Cueva de Juarros (Ruiz et al.2008)

5. La karstificación de la Sierra de Atapuer-ca es bien conocida. Los rellenos sedimen-tarios de La Trinchera fosilizan un paleo-karst en el que las evidencias de ocupaciónhumana se remontan a más de un millón deaños, con restos de Homo antecessor yHomo heidelbergensis. La cavidad másimportante que se conoce es el SistemaCueva Mayor-Cueva del Silo, en el términode Ibeas de Juarros, cuyo desarrollo alcan-za los 3.700m, distribuidos en tres nivelesde galerías (Martín et al. 1981; Ortega et al.2005; Ortega 2009), siendo una de lasmayores cavidades de la Cuenca del Duero,con un origen hipogénico a partir de flujosascendentes procedentes de un acuíferocautivo, bajo las margas miocenas imperme-ables, alimentado por los múltiples sumide-ros de Villasur de Herreros, en donde lasaguas del Arlanzón se infiltran en el contac-to entre los materiales impermeables delpaleozoico y las calizas cretácicas. Estasaguas, tras ascender de nuevo en el anticli-nal de la Sierra de Atapuerca, hasta alcan-zar el nivel freático, atravesaban su bordemeridional dando origen a la cabecera delrío Pico.

6. En el borde septentrional de la Demanda,

en contacto con la Depresión de de LaBureba, se localizan los conglomerados delOligoceno en los que se desarrolla el karstde Puras de Villafranca, del que son susmáximos exponentes las cuevas surgentesde Fuentemolinos y Fuentegrande con4.100 y 1.600m, respectivamente, de desa-rrollo. Los niveles altos de la primera son degran belleza y actualmente inactivos tras elencajamiento de su curso de agua del quese abastece el pueblo (Martínez de Cañas yRenuncio 1986; Ruiz et al. 1992: 70-72 y88). En esta zona fueron frecuentes lasexplotaciones de manganeso, originado enun antiguo paleokarst totalmente colmatado.

Además son muy interesantes los aflo-ramientos calizos jurásicos del Acuífero deGarganchón.

La depresión terciaria del DueroLa Depresión del Duero es la tercera de

las grandes áreas geomorfológicas de laprovincia de Burgos y la más característicadel territorio castellano-leonés. Tan sólo pre-sentan una cierta karstificación algunospaquetes margosos y calcáreos que coro-nan sus cerros y páramos. Merece citarse lakarstificación de las calizas pontienses de

Cueva de FuentemolinosFotos: Miguel A. Martín Merino

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Peñalba de Castro, en las que se conoce laCueva de Román, con 2,5km de desarrolloque discurren bajo la ciudad de Clunia, habi-litada en época romana para el embalse yabastecimiento de aguas de la citada pobla-ción (G.E.R. 1982a; Ruiz et al. 1992: 80-81).

La depresión terciaria del EbroEn la Depresión del Ebro merece citarse

la karstificación de las margas yesíferas delsector de Carrias, aunque los desarrollos delas cavidades, en buena parte con cursosactivos de agua, son modestos, debido asus rápidos colapsos (Antón 2006).

El Sector Vasco-CantábricoLa última de las grandes áreas geomor-

fológicas y la más importante por sus fenó-menos kársticos es el Sector Vasco-Cantá-brico, también conocido como Las Montañasde Burgos, en donde pueden diferenciarsecinco sectores:

1. En el primero, el Borde Meridional de laCordillera Cantábrica, en el que se incluyenla Lora de Valdelucio, Peña Amaya, Huér-meces, Ubierna y Monasterio de Rodilla, nose conocen cavidades de gran desarrollo.No obstante se localizan algunos yacimien-tos de importancia como la Cueva del Val-degoba, en Huérmeces, en la que han apa-recido restos humanos de Homo neandert-halensis (Díez et al. 1991; Quam et al.2001).

2. En un segundo sector incluimos LosPáramos. En el Páramo de la Lora destacala Cueva del Agua de Basconcillos del Tozo,con 3.300m de cómodo recorrido, por la quese sumergen el río Hurón y el arroyo deMundilla, tras circular por valles de vertienteatlántica y resurgen ya con la denominaciónde río Rudrón, importante afluente del Ebro,ya en término de Barrio de Panizares(G.E.R. 1986; Ruiz et al. 1992: 76; I.T.G.E.1998: 50-51). Muy cerca se localiza el PozoLa Torca, espectacular sifón en la cabeceradel río Fuentes, que poco después une susaguas al propio Rudrón (García 2003a: 31-32).

En el Páramo de Bricia, ya en el Cañóndel Ebro, se localiza el complejo de cavida-des de Orbaneja del Castillo, entre las quedestaca la Cueva del Níspero (Pla 1964;Ruiz et al. 1992: 74-76) y el Sistema Bar-bancho-Socueto (G.E.E. 2004a; Rioseras yOlave 2006), con 3.600 y más de 4.000m,

respectivamente, de recorrido, que aún nose han llegado a conectar y cuyo origendebe buscarse en las infiltraciones delcampo de dolinas y grandes depresionesexistente en el citado páramo, incluso pudie-ra tener alguna relación con el lejano sumi-dero de la Cueva del Aguanal de Bricia. Otrade las grandes surgencias de la zona es elPozo de San Vicente, en término de Pes-quera de Ebro (Subiñas 2005).

En el Páramo de Sedano se localiza ElPozo Azul de Covanera, con un desarrolloexplorado de más de 6.000m, en su mayorparte anegado, que incluye el sifón demayor desarrollo conocido en España, hastael momento con más de 5.000m explorados(Sanz y Medina 1986; Bedoya et al. 1991;Ruiz et al. 1992: 88; G.E.E. 2008), cuyo leja-no origen tal vez haya que buscarlo en laHoya de Huidobro, o incluso en las grandesdepresiones cerradas existentes en el Pára-mo de la Mazorra. En este mismo sector, enLos Altos de Dobro, se localiza la Torca dela Nava, con un desarrollo de 1.037m y undesnivel de 131m. (G.E.S. Dos.S 2006)

Más al NE, ya en la vertiente sur delValle de Valdivielso se localiza la importantesurgencia de Fuente Sagredo, en Condadode Valdivielso, que drena gran parte de estaárea (Ruiz et al. 1992: 204; Rioseras 2000:37), así como la interesante Fuente del OroMaría, ya en Cereceda, una fuente intermi-tente que cautivó el interés de los lugareños,

Cueva de Río Vegas II. Karst de yesos de CarriasFoto Miguel A. Martín Merino

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quienes acostumbraban a entonar una can-ción mientras esperaban el regreso de lasaguas (Rioseras 2000: 37).

3. El tercer sector viene constituido por laBanda Replegada de Manzanedo, Sierra dela Tesla y Montes Obarenes. En La Tesla selocaliza la Sima Charrancha II, en Mijangos,con 1.600m y desnivel de 193m, la Cuevade Pilas I, en Quecedo de Valdivielso, y laSima de los Bloques, en Urria, ambas condesnivel próximo a los 105m (G.E.N. 1989;Ruiz et al. 1992: 87-88 y 134-135; Rioseras2000: 32-34).

En el borde norte de esta Banda Reple-gada se localiza la paramera de El Rojo-Val-debezana donde se ubica la Cueva delPiscárciano, con 13.629m y 105m de desni-vel, que evoluciona muy próxima al nivelfreático local (Proctor et al. 1972; Ruiz et al.1992: 62-63; G.E.N. 1994: 60). Si las preci-pitaciones son intensas, la gran depresiónexistente entre ella y la Cueva de las Vacasllega a inundarse completamente, resurgien-do las aguas por la otra entrada de estamisma cavidad, así como por la Cueva delas Arenas, uniéndose poco después a las

que afloran por la próxima Surgencia delTrifón, con 1km, también localizada en Hozde Arreba. En la zona destaca la gran belle-za de Covanegra, en Leva, con 2.100m dedesarrollo (G.E.N. 1990; Ruiz et al. 1992:85-86).

En torno a la Sierra de Oña se localizanimportantes cuevas con restos paleolíticoscomo la Cueva de Penches, con arte rupes-tre de esta época (Hernández Pacheco1917) y la Cueva del Caballón, con un nota-ble yacimiento en el que apareció el únicobastón perforado que, hasta la fecha, se halocalizado en Burgos (Rodríguez 1916).

4. En el cuarto sector, el Gran Flanco Mono-clinal, se localizan varias de las principalesredes subterráneas burgalesas. En el paisa-je regional resalta una crestería coniacienseen la que se suceden los macizos de OjoGuareña, Montes de la Peña y Sierra Salva-da.

En el karst de Ojo Guareña, en la Merin-dad de Sotoscueva, se localiza uno de loscomplejos de cavidades de mayor recorridodel mundo. Los ríos Guareña, Trema y elarroyo de Villamartín han modelado unsinfín de galerías y salas que se escalonanen seis diferentes niveles. En las grandesavenidas las aguas llegan a anegar la mayorparte de los tres niveles inferiores, efectuán-dose la descarga del acuífero por diferentesresurgencias escalonadas en una falla, a lolargo de kilómetro y medio del cauce del ríoTrema. El desarrollo topografiado en la redprincipal de Ojo Guareña supera los 110kmy rebasa los 200m de desnivel, siendonumerosas las cavidades relacionadas conella pero que aún no han podido ser comuni-cadas (G.E.E. 1986; Ruiz et al. 1992: 58-61;Martín y Ortega 2001; Rioseras 2005). Elenrejado de Las Diaclasas, la Cueva de lasYeguas, ambas con 2km, Cueva García,con 102m de desnivel, o la más alejadaCueva del Paño, con 1.400m, ya en laMerindad de Valdeporres, son otras de lasmayores cavidades de Ojo Guareña (G.E.E.1986; Ruiz et al. 1992: 84, 87 y 135; García1999). El interés arqueológico del Complejoes excepcional, con yacimientos en buenaparte de sus entradas y muestras de arterupestre de época paleolítica y postpaleolíti-ca en diversas galerías pero, sobre todo,con abundantes evidencias del tránsito enmomentos prehistóricos por múlt iplesgalerías (Ortega y Martín 1986, 2001).

En Bercedo de Montija, en la margen

Surgencia de Fuente Sagredo Foto Francisco Ruiz García

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izquierda del río Cerneja, que bordea a losMontes de la Peña, se desarrolla la laberínti-ca Cueva del Molino, con más de 2km degalerías que discurren, en su mayor parte,bajo el propio pueblo. Se trata de un sumi-dero del río Cerneja que, si las precipitacio-nes son intensas, llega a anegar por com-pleto la cavidad, produciéndose una capturasubterránea de cuenca hacia el río Cada-gua, ya de vertiente cantábrica (Ruiz et al.1992: 84-85).

En los Montes de la Peña sólo la gransala de la Cueva de Lérdano, con un desa-rrollo total de 1km (Ruiz et al. 1992: 190),merece destacarse, aunque la impresionan-te surgencia de El Bocarón, por donde naceel río Cadagua, en el borde del diapiro deMena, hace prever la existencia de una grancavidad (Martín 2000a: 33; García 2003a:32-33).

El karst de Sierra Salvada, que seextiende entre las provincias de Burgos,Álava y el enclave vizcaíno de Orduña, esotro de los principales karst peninsulares.Dentro de él individualizamos los sectoresde Monte Santiago, Pozalagua, Sierra Sal-vada y la Sierra de la Carbonilla (G.E.E.2000).

· En el Monte Santiago, término de Berbera-na, se localizan la Cueva de las Paúles, de2.300m de desarrollo, y la Sima MS-III, de2.000m, ambas pertenecientes al mismo sis-tema hidrológico que el Sumidero de FuenteSantiago (Ruiz et al. 1992: 82-83 y 86;Antón y Rioseras 2000a: 63-65) de cuyointerior se han podido recuperar dos capite-les románicos, así como otros elementosconstructivos de la antigua iglesia y delmonasterio que se localizaban junto a ladolina de acceso (Ortega 2000: 253-255).Todos los cursos de agua que circulan porestas cavidades finalmente surgen por OjoLezea (Délica, Álava), alimentando la cuen-ca del río Nervión (Antón y Rioseras 2000a:68).· Toda la escorrentía superficial del bordesur de Sierra Salvada acaba infiltrándosepor diferentes sumideros que han sido cap-turados, bajo el pastizal de Pozalagua, porla cuenca cantábrica, a escasos metros dela cabecera del arroyo de Zaballa, de ver-tiente mediterránea. Todos ellos alimentanel Sistema de Pozalagua, con 13km. dedesarrollo y desnivel de 201m. Entre susentradas de Cueva Perilde (Villalba de Losa,Burgos) y Goba Haundi (Tertanga, Álava)

Complejo Kárstico de Ojo GuareñaSala del CaciqueFoto Miguel Ángel Martín Merino

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puede realizarse un recorrido de 4.500m. y175m. de desnivel (Ruiz et al. 1992: 63-67;Martín y Antón 2000: 143-150). Por encimadel colector, aunque sin llegar a conectar, selocalizan la Sima PZ-1 y Covanera (PZ-7),con 139 y 121m, respectivamente, de desni-vel, que constituyen otros importantes pun-tos de infiltración (Ruiz et al. 1992: 131-133;Martín y Antón 2000: 160-161).· En Sierra Salvada, el Sistema del Hayal dePonata cuenta con 45km de desarrollo y415m de desnivel. Posee dos entradas enÁlava y una Vizcaya, si bien su tercio finaldiscurre bajo el término municipal del Vallede Losa (López de Ipiña y Alangua 1984;Ruiz et al. 1992: 61-62; López de Ipiña et al.1993). Canaliza la mayor parte de las aguasde infiltración de la zona hacia la impresio-nante surgencia de la Cueva del Agua deQuincoces de Yuso (Martín 2000b, 2004).La Cueva del Rebollar II de Baró, con1.600m de desarrollo, y la Sima del Puentede Lloréngoz, con 180m de desnivel, estánrelacionadas con el Sistema del Hayal dePonata aunque no llegan a conectar (Ruiz etal. 1992: 87 y 128; Antón y Rioseras 2000b).

Otras cavidades de importancia del sectorson la Sima Marcenejas, de Lastras deTeza, otro gran colector que cuenta con 3kmde desarrollo y 100m de desnivel, y el Siste-ma Puente-Alberques-Espino, con 2.300mde galerías y 103m de desnivel, en sumayor parte inactivas, que se desarrolla entérmino de Villalba de Losa (Ruiz et al.1992: 78 y 83-84; Antón y Rioseras 2000b).

· Como hemos visto, en la Sierra de laCarbonilla se localiza la Cueva del Agua deQuincoces de Yuso, la principal surgenciadel karst, en la que diferentes coloracioneshan demostrado su relación tanto con el Sis-tema del Hayal de Ponata como con la SimaMarcenejas (Martín 2000b). La exploraciónde su sifón terminal ha permitido superar los1,3km de desarrollo.

Entre el Gran Flanco Monoclinal y laBanda Replegada de los Montes Obarenesse sitúa la Sierra de Árcena, en la que seubica la Sima del Acebal, con 160m de des-nivel (Ruiz et al. 1992: 130).

5. El quinto de los sectores del área geo-morfológica conocida como Las Montañas

Sumidero de Fuente SantiagoMonte SantiagoFoto Miguel Ángel Martín Merino

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de Burgos está constituido por la alineaciónde cumbres que forman la Divisoria Cantá-brica Monoclinal: los Montes del Somo yValnera y los de Ordunte se elevan brusca-mente salvando desniveles de hasta 1.000metros que delimitan la vertiente cantábricade la mediterránea. Los Montes del Somo yValnera se caracterizan por sus espectacu-lares formas exokársticas, producto de suintensa fracturación, elevada pluviometría ygénesis en condiciones periglaciares. Lakarstificación se centra en las calizas urgo-nianas del Aptiense y Albense, así como enlos bancos de arenisca intercalados entrelas primeras. Aquí se localizan la mayoríade las cavidades burgalesas de mayor des-nivel y los 15 pozos con más de 100m devertical absoluta que se conocen en la pro-vincia, todos ellos originados por grandesacumulaciones de hielo o nieve en dolinas odepresiones exteriores y su continua infiltra-ción por el mismo punto (Martín 1992: 72;

Ruiz 2006). Las zonas kársticas de mayorinterés las identificamos en cuatro subzo-nas: Sil de la Peña, Engaña-Sierra de losMorteros, Valnera-Bernacho-Lunada, yPeña Lusa-Imunía.

En la subzona de Sil de la Peña seconoce, en término de la Merindad deSotoscueva, la Torca de Fuente del Rey,con un desarrollo de 1.030m (García 2000).

En la subzona de La Engaña-Sierra delos Morteros se localizan la Cueva de Salde-rrañao, un enrejado superior a los 3km, laCueva de los Manojos, con 2.700m, y laTorca de Cantos Blancos, de 1.100m, todasellas en la Merindad de Sotoscueva, asícomo la Torca de Sogalamuela y Torca delMortero, de 106 y 100m, respectivamente,de desnivel, ambas en Espinosa de losMonteros (A.R.E.S.D. 1974; Ruiz et al.1992: 78-79, 90, 134-136).

La subzona Valnera-Bernacho-LunadaSumidero de Lunada Foto Francisco Ruiz García

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es la de mayor densidad en cavidades de laprovincia, todas ellas localizadas en términode Espinosa de los Monteros. Representa elnúcleo original del antiguo glaciar del Valne-ra, asentado sobre la cabecera del actual ríoTrueba, si bien la mayoría de las aguas deinfiltración son capturadas por la vertientecantábrica, siendo canalizadas hacia la gransurgencia del Gándara, ya en Cantabria,

donde un gran sistema de cavidades demás de 100km topografiados se desarrolla aescasa distancia de la divisoria provincial yprogresivamente va remontando hacia lacabecera burgalesa (Degouve 2003 y 2008;Ruiz 2006).· Dentro de ella, el macizo de La CubadaGrande alberga al Sistema de la Cubada, demás de 7km y 400m de desnivel, incluyendoun pozo de entrada de 100m, y a la TorcaCM-13, de -142m, relacionada hidrológica-mente con la anterior (Ruiz et al. 1992: 70 y131; García 2002b).· En los afloramientos calizos de Cuetosdestacan el sistema Torca de Celadías-Cue-tos 13, con desarrollo de 2.500m y desnivelde 200m, y Cuetos 1, con -119m (Ruiz et al.1992: 81-82 y 133).· En el lapiaz de Lastrías se desarrolla elSistema de Las Bernías, de 15km y desnivelde 276m, aún sin conectar con la Cueva deLas Bernías, de 5km y desnivel de 141m. Enun estrato inferior se desarrolla el Sumiderode Lunada, con más de 3 km de desarrollo y-358m de desnivel y, un poco más baja, la

Cueva de Lastrías con 138m de desnivel.Todas ellas se abren en delgados estratosde calizas intercalados entre bancos de are-nisca, configurando una de las cabeceras dealimentación del citado Sistema del Gándara(Degouve y Simonnot 1990; Ruiz et al.1992: 67, 70, 133 y 216; Degouve 2003 y2008; Ruiz 2006;).· En el macizo del Castro Valnera se cono-cen 17 torcas que superan los 100m de des-nivel, de las que las torcas V-72, V-23, delMirador, del Corralón y de la Rana sobrepa-san los 200m. También son 11 los pozoscon vertical absoluta superior a 100m quese localizan en el Castro Valnera. Sinembargo, sólo la Torca del Mirador y laTorca de Rajas tienen un desarrollo superiora mil metros, ya que la mayoría de sus gran-des verticales de entrada finalizan brusca-mente al alcanzar el estrato subyacente deareniscas (Ruiz et al.1992: 126-132; García2001 )· En el macizo del Pico de la Miel se cono-cen la Torca del Hoyo, de 260m de desnively la PM-6-7-8, de -157m (Ruiz et al. 1992:126 y 130).

La cuarta subzona de interés de losMontes del Somo es la de Peña Lusa-Imunía, desarrollada íntegramente en térmi-no de Espinosa de los Monteros. En elladestaca el Sistema de la Peña del Trillo-LaTramasquera, con dos entradas en el térmi-no cántabro de Soba y otra en la provinciade Burgos, cuyo desarrollo sobrepasa los19km y su desnivel alcanza los 436m. Laentrada burgalesa se localiza junto a lamorrena sur de uno de los glaciares asenta-dos en la zona, por lo que su relación pare-ce evidente. Muy próximo se desarrolla elsistema de la Cueva del Lobo, también con15km y 284m de desnivel, aunque todas susentradas y la mayor parte de su desarrollose localizan en el Valle de Soba (Dègouve ySimonnot 1991; Ruiz et al. 1992: 216;García 2003b). La Torca de los Morteros, decasi 10km de desarrollo y 453m de desnivel,es la más profunda de las cavidades burga-lesas, e incluye entre sus tres pozos supe-riores a 100m de vertical absoluta, al mayorde la provincia: el Pozo Amable, de 233m(Puch 1987; Ruiz et al. 1992: 67-70). Otrascavidades de cierta importancia son laCueva del Oso, de poco más de un kilóme-tro y 111m de desnivel, la Cueva de Valdes-caño, de 1km, El Covarato, de -136m, y laTorca del Haya, de -108m de desnivel (Ruizet al. 1992: 90, 132 y 134; E.G. 2003).

Dolina de embudo conacumulacion de materiales

periglaciales al pie del Macizo de Peña Lusa

Foto Francisco Ruiz García

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Hasta aquí y siguiendo un criterio espe-leológico se han recogido 98 cavidades,muchas de ellas publicadas en su momentoen el Kaite 6 (G.E. Edelweiss 1992), quesuperan un desarrollo topografiado de másde 1.000m y/o un desnivel de más de 100m.Y otras, incluso surgencias impenetrables,que hemos considerado relevantes por dife-rentes motivos que ponen en evidencia un

importante karst.Entre todas acumulan

un desarrollo de 345km,siendo uno de los objeti-vos de este artículo deter-minar como se distribuyeese desarrollo de acuerdocon su ubicación en "uni-dades geomorfológicas" yde acuerdo con su desa-rrollo dentro de una deter-minada "litología". Implíci-tamente estamos supo-niendo que el indicador"desarrollo acumulado" delos conductos espeleo-lógicos, es decir accesi-bles a la exploración, esun factor proporcional a laintensidad de la karstifica-

ción de un área.Las unidades geomorfológicas en las

que se ubican las más importantes cavida-des se recogen en el mapa de distribuciónde unidades geomorfológicas (figura 1) y enla tabla de Geomorfología y Karst de la Pro-vincia de Burgos. Esta clasificación se haefectuado atendiendo a los criterios efectua-dos por diversos autores en diferentesmomentos (Plana 1981; Martín 1992) y con-siste en divisiones sucesivas a partir de las5 grandes áreas geomorfológicas ya antesreseñadas: el Sector Vascocantábrico, laDepresión del Ebro, la Cordillera Ibérica ensus dos grandes divisiones, el Núcleo de LaDemanda y la Orla Ibérica Mesozoica y porúltimo, la Depresión del Duero.

La agrupación de los desarrollos acumu-lados según la localización correspondienteen cada unidad geomorfológica nos propor-ciona la figura 2. Llama poderosamente laatención que el 95% del desarrollo acumula-do de toda la provincia se implante en elSector Vascocantábrico, siendo el GranFlanco Norte del Sinclinal de Villarcayo y laDivisoria Cantábrica Monoclinal las unidadesgeomorfológicas más privilegiadas acumu-lando entre ambas el 84% del total.

Figura 2 Desarrollo acumulado de cavida-des por unidades geomorfológicas.

Unidad geomorfológica

Divisoria cantábrica monoclinal

Gran flanco monoclinal

Banda replegada

Paramos

Orla ibérica mesozóica

Borde septentrional de la Demanda

Depresión del Duero

Desarrollo acumulado (metros)

Borde meridional de la CoordilleraCantábrica

193.818

93.513

20.289

19.490

9.663

5.686

2.500

Figura 1Distribución de las unidadesgeomorfológicas

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La clasificación de los materiales en losque se desarrollan las cavidades relaciona-das se ha efectuado situándolas sobre elplano 1:200.000 del Atlas del Medio Hídricode la Provincia de Burgos (ITGE 1998). Sehan obtenido de esta manera 8 series litoló-gicas en donde se desarrolla algún tipo demanifestación kárstica como se muestra enla tabla inferior.

Llamaremos la atención sobre tres pun-tos: · El tramo carbonatado del Cretácico supe-rior (tramo inferior del Coniaciense - Turo-niense) es el que ocupa mayor extensión yen donde se desarrolla el 71% de todo eldesarrollo acumulado. Una visión más deta-llada indica que esa distribución no es uni-forme ya que de ese porcentaje, el 85% seacumula en el afloramiento coniaciense delFlanco Norte Monoclinal del Sector Vasco-

cantábrico.· El tramo más intensamente karstificado dela provincia de Burgos corresponde a laalternancia de calizas arrecifales y depósitosterrígenos del Complejo Urgoniano delAptiense-Albiense con un índice de caverna-miento 1,16km/km2. Hay que tener en cuen-ta que estos materiales sólo afloran en Bur-gos en una muy pequeña porción de la Divi-soria Cantábrica Monoclinal y que se extien-den hacia Cantabria, bajo cuyo subsuelo sedesarrollan sistemas como el del Gándara(>100km) o la Cueva del Lobo (14.780m). · Por el contrario, el tramo de la serie carbo-natada del Cretácico superior (tramo supe-rior) del Campaniense-Santoniense, aunsiendo muy extenso, apenas presenta gran-des cavidades, excepción hecha del PozoAzul.

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El exokarstLos procesos de disolución de las rocas

dan lugar a diferentes formas de relieve si seproducen en la superficie (exokarst) y a pro-cesos de cavernamiento si se producen enel interior de la tierra (endokarst). En Burgos,el afloramiento de materiales susceptiblesde cavernamiento se cuantifica en 2.108km2

(1), lo que supone un 15,03%.Son muchos los ejemplos de formas

exokársticas que afectan al paisaje burgaléspor lo que sólo citaremos las que a nuestrojuicio nos parecen las más notorias.

Los cañones y hoces se hayan especta-cularmente representados por la incisión flu-vio-kárstica que ha desarrollado el río Ebroal atravesar las calizas de los Páramos, laBanda Replegada de Manzanedo y la Sierra

de La Tesla o, el más modesto en desarro-llo, pero no menos espectacular, desfiladerode La Yecla, excavado por el arroyo delHelechal al atravesar las margocalizas ycalizas cretácicas de las Peñas de Cervera.Existen casos en que el condicionamientokárstico se ha impuesto al fluvial como es elcaso del puente natural sobre el río Nela ysobre el que se levanta el pueblo de Puente-dey.

Aún cuando el circo de San Bernabé yel Sumidero del Guareña sean un magníficoejemplo de valle ciego en fondo de saco,tenemos otro hermoso ejemplo en el valle endonde se sitúa la Cueva del Agua de Bas-concillos del Tozo.

Las dolinas son depresiones cuya plantaes más o menos circular con formas próxi-

Características del karst

Puente Natural de Puentedey Foto Miguel A. Martín Merino

(1) No se han tenido en cuenta las "calizas del Páramo" depositadas en la Cuenca del Duero, dado elcarácter excepcional de desarrollo de cavidades como la "Cueva de Román" en el páramo de la ciudadromana de Clunia. Tampoco se ha tenido en cuenta la extensión del karst de yesos de La Bureba, dadoque principalmente en él se desarrollan fenómenos de subsidencia, ni los conglomerados de la Sierra deNeila donde se encuentra los fenómenos exokársticos de Las Calderas y Los Valladares

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mas a los embudos, o en forma de artesa, ocon las paredes escarpadas con un fondoplano. Destacaremos como ejemplos laHoya de los Caracoles en la Cueva del Aguade Basconcillos, que permanece colgadasobre los niveles actuales de circulación o laHoya de Piscarciano, que en ocasiones seve inundada. También son dignas dereseñar las depresiones o uvalas, productode la coalescencia de varias dolinas, queexisten en Monte Santiago, o el caso de lasdenominadas localmente "navas", situadasentre el Páramo de Sedano y el Sinclinal deValdivielso, en la Zona Tectónica de Zaman-zas, depresiones kársticas en cuyo fondo sesitúan sumideros o ponors, caso de la Torcade la Nava en Dobro. En este caso, todasesas formas deprimidas forman parte de unadepresión mucho más extensa como es unpolje.

Los lapiaces son formas exokársticasde disolución, causadas por las aguasmeteóricas, que se manifiestan en forma deestructuras superficiales de disolución delsubstrato rocoso. El fenómeno se puedeestudiar en cuanto a su extensión como alas formas generadas, pero en general sepuede resumir en la formación de agudascrestas y profundas grietas, en cuyos bordesse presentan acanaladuras y ondulaciones.Son espectaculares, debido a las aportacio-nes nivales y a una litología favorable, loslapiaces situados en los Montes del Somo yValnera.

EndokarstLas galerías

Las galerías son conductos más omenos horizontales que se han desarrolladoa favor de los planos de debilidad de lamasa rocosa en las que la longitud es lacaracterística geométrica más importante.Por su extensión (235km2), es en el karst

desarrollado en el Gran Flanco Monoclinalsituado al N del Sinclinal de Villarcayo dondese encuentren las galerías con más desarro-llo longitudinal, constituyendo algunas deellas auténticos ejes vertebradores del siste-ma de conductos. En el Complejo Kársticode Ojo Guareña podemos destacar comoejemplo, el caso de la Galería del Aburri-miento, que forma parte de la l lamadaSegunda Axial, la cual, casi sin conductoslaterales, adaptada a la pendiente estructu-ral y condicionada en dirección por la pre-sencia de una falla se anega al interceptar elnivel freático (Sifón Terminal-Resplandor) yllegar hasta el Sector Resurgencia.

Canales de disolución en lapared de un lapiaz . Foto Francisco Ruiz García

Valle ciego y valle "reculée".Sumidero del río Hurón ySurgencia del Rudrón Fotos Miguel A. Martín Merino

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Otro ejemplo destacable de gran desa-rrollo longitudinal es el caso de la Sima delHayal de la Ponata en Sierra Salvada, cuyaentrada principal se sitúa en Álava. En suenrejado de más de 40km, que mayoritaria-mente se desarrolla en territorio alavés, sepuede seguir a la principal circulación sub-terránea, el río de Kobata, durante 10kmantes de sifonarse en dirección a la Cuevadel Agua, en Quincoces de Yuso. (López deIpiña et al. 1993).

La circulación subterránea La infiltración del agua en el subsuelo se

produce de una manera extensiva en toda lasuperficie de un karst y se introduce a travésde la cobertera edáfica y de las fisuras de laroca hasta llegar al acuífero, sin embargo,existen puntos por los cuales los caucessuperficiales se infiltran directamente, sonlos sumideros o ponors.

Sin duda alguna, en Burgos, el más

famoso es el Ojo del Guareña, situado al piedel anfiteatro de San Bernabé. Hoy en díaes la última etapa de un ciclo, que comenzóen los niveles superiores, representados porlos accesos de la cueva de San Bernabé yde la ermita, y que dan lugar a galerías degran volumen, en las que se puede ver el

condicionamiento estructural y en los que lacirculación fue buscando la profundidadcreando un Sistema Multinivel, en el que losdiferentes pisos jerarquizan la red degalerías de forma laberíntica. La intensafracturación también favorece la instalaciónde simas, como "Dolencias". En la faseactual del ciclo kárstico, el río Guareña circu-la en los niveles inferiores por galerías decarácter "vadoso" hasta perderse al llegar alnivel freático

Otro ejemplo de circulación vadosa seencuentra en el Complejo kárstico de MonteSantiago. El paraje de Monte Santiago fuedeclarado Monumento Natural por la Juntade Castilla y León el 14 de marzo de 1996,ya que en él confluyen extraordinarios valo-res paisajísticos, botánicos, geológicos ygeomorfológicos. Dentro de estos últimos,hay que destacar la impresionante cascadadel Nervión, producto del retroceso erosivodel citado río sobre el frente de la estructuramonoclinal. La presencia de depresiones yuvalas, producto de la coalescencia de lasalineaciones de dolinas son los fenómenosexokársticos más importantes.

El conjunto formado por la surgencia-sumidero de Fuente Santiago, la Sima III y laCueva de las Paúles, tejen una red de con-ductos de carácter vadoso y activos queconducen el agua hacia las surgencias situa-das en el frente de la cuesta, siendo OjoLezea y Tortatela las más importantes. Eldesarrollo topografiado de estos conductoses de 5.350m.

Es de destacar el proceso de hundi-miento de una galería formando así la dolinade Fuente Santiago, lo que ha permitido elacceso a un tramo de la circulación subterrá-nea.

Los pozosLos pozos son conductos netamente

verticales, generalmente ligados a fracturasmuy claras, que permiten una infiltraciónrápida de las aguas en profundidad, muchasveces aparecen consecutivamente, hasta

Esquema de la circulaciónsubterránea en el Complejo

Kárstico de Ojo Guareña. (Ruiz García, 2002)

Perfil del Sistema del Hayal dela Ponata y relación con la

Cueva del Agua de Quincoces.(Topografía: G.E.Alavés)

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encontrar una galería horizontal o un nivelimpermeable, caso de la Torca de los Morte-ros, del Sistema de la Peña del Trillo-La Tra-masquera o del Sistema de la Cubada Gran-de, tambien claros ejemplos de SistemasMultinivel(2).

Para la formación de grandes pozos serequiere un fuerte potencial orográfico y

kárstico, circunstancias que en Burgos con-curren en los Montes de Valnera, en dondeposiblemente haya que añadir una acciónpostglaciar; concretamente en el propio Cas-tro Valnera y en el macizo de Imunía seemplazan 15 pozos que superan los 100mde vertical absoluta y 3 cavidades que supe-ran los 400m de desnivel. (García 2001)

Perfil proyectado del sector DédaloOeste del Complejp Kárstico de OjoGuareña. Topografía: G. E. Edelweiss

Perfil Suroeste-Nordeste del karst de Monte SantiagoDibujo Francisco Ruiz

Red de conductos del Complejo Kárstico de Monte Santiago Topografía: G.E.Edelweiss

(2) No incluimos en este apartado a las "chimeneas", también conductos verticales pero en los que el flujocirculante es ascendente, caso de la surgencia de Fuente Azul, que veremos más adelante.

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La Torca de los Morteros es una cavi-dad estructurada en niveles horizontalesescalonados, formados por conductos inacti-vos, generalmente amplios. Sobre ellos seha excavado una red activa más moderna,que desciende a través de grandes pozos(P120, P137, P233), instalados justamentesobre fracturas y separados a veces pormeandros, hasta alcanzar un nivel imperme-able inferior, coincidente con una alternanciade capas de caliza margosa, areniscas ymargas. En ese nivel (entre -350 y -400metros de profundidad) las aguas son cana-

lizadas a través de estrechísimos meandroso laminadores, impenetrables al cabo deunas decenas de metros. (Puch 1988 y com.pers.)

El Sistema de la Peña del Trillo estáestructurado en tres niveles diferenciados:Una red de pozos que profundiza hasta unlaberinto de galerías inactivas con abundan-cia de desprendimientos clásticos y sedi-mentos arcillosos. Por debajo de este nivelintermedio discurre el nivel activo dondeconvergen diversos aportes que confluyenen un único río. Estos conductos, de escasa

Perfil de laTorca de los Morteros

Sistema Peña del Trillo- LaTramasquera

Perfil proyectadoSistema de la Cubada Grande

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sección ajustada a la estratificación de lascalizas margosas y margas, desciendensegún el buzamiento hasta converger conlos conductos superiores. (García 2003b)

En el Sistema de la Cubada Grande,los pozos de cabecera, de 101m y de 50m,enlazados por un estrecho conducto y unaserie de meandros desfondados, permitenalcanzar en profundidad a una caóticagalería subhorizontal a la que también esposible acceder por el techo, por un enreja-do de meandros. Está desarrollada sobre unnivel impermeable de areniscas y claramen-te influenciada por una falla. En este caso lared está jerarquizada por un colector únicoen el que confluyen aportes colaterales.(García 2002b).

Las surgencias y resurgenciasLas fuentes que evacúan las aguas con-

finadas en los acuíferos kársticos reciben elnombre de surgencias si la recarga del acuí-fero proviene exclusivamente de los aportesde lluvia y nieve. Si el aporte principal pro-viene de las pérdidas de circulacionessuperficiales las fuentes reciben la denomi-nación de resurgencia. Son muchas lasfuentes kársticas que se encuentran en laprovincia de Burgos por lo que destacare-mos sólo cuatro ejemplos.

El Pozo Azul El Pozo Azul es una surgencia de des-

bordamiento que evacúa el caudal drenadopor un único conducto, situado casi por ente-ro por debajo del nivel freático, resulta unclaro ejemplo de karst "freático".

El conducto discurre por el flanco nortedel Sinclinal de Sedano y tiene un trazadocasi horizontal orientado en la dirección O-E,perpendicular a la del buzamiento de losestratos (5º al S) lo que provoca un desarro-llo sensiblemente horizontal. (Sanz y Medina1986).

El Pozo Azul se sitúa en un barrancodonde convergen las acciones de disoluciónkárstica en el banco de calcarenitas del San-toniense medio-superior (2) y la erosión flu-vial realizada en los tramos superiores demargas gris-verdosas (3) y margas, calizas ydolomías arenosas (4), ya que sobre estaárea del flanco N del Sinclinal de Sedano seha instalado una serie de barrancos, a favordel buzamiento, que realizan el drenajesuperficial hasta el río Moradillo y sobre todohacia el Rudrón. El acuífero descansa sobreun nivel impermeable (1) de margas gris ver-dosas del Santoniense inferior-medio. (Orte-ga et al. 2006)

El drenaje hipógeo lo realiza el conducto

Las grandes verticales situa-das en el "Castro Valnera" sonclaro ejemplos de pozos"excavados" a partir de lafracturación que afecta a losniveles de calizas y areniscasque conforman la estratigrafíade la citada montaña. La infil-tración de las precipitaciones,mayoritariamente nivales, y enun pasado, de origen glaciar,han dado espectaculares sec-ciones de formas redondea-das.

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del Pozo Azul, con un trazado, sensiblemen-te paralelo al del citado río, y a un nivel infe-rior, de acuerdo con los datos aportados porlos exploradores y topógrafos. La cavidad sedesarrolla en la zona freática, excepto lazona de la Burbuja que presenta circulaciónlibre, con secciones del tipo paragenético, esdecir con velocidades del flujo que permitenla deposición de sedimentos (Sanz y Medi-na, 1986). La anecdótica presencia delitogénesis, pequeña y escasa, ya apuntadapor los citados autores, podría reflejar sola-

mente un pequeño paréntesis de inac-tividad o de circulación libre o, tal vez,evidenciar algún episodio paleoclimáti-co digno de estudio.

Cueva del Agua de Orbaneja delCastillo

Está cueva forma parte de una redcompuesta, además, por las cuevasdel Níspero, Barbancho y Socueto,

que podríamos calificar de "delta hipógeo",de la cual es la surgencia permanente. Esuna surgencia de vertimiento, penetrable,por la que ven la luz aguas que se acumulanen un acuífero kárstico, desarrollado en unaestructura de plataforma y "colgado" sobre elnivel actual del río Ebro.

Clemente Sáenz, precursor en Españade la ingeniería geológica, apuntó en 1933,basándose en una leyenda local (Sáenz1933), que el origen de las aguas está en laCueva del Aguanal, situada en el Páramo de

Bricia. Sin embargo la tectónica local ylas numerosas formas exokársticas deinfiltración que se sitúan en ese pára-mo evidencian un sistema más com-plejo.

Sector Resurgencia de Ojo Gua-reña

Conjunto de resurgencias con unfuncionamiento temporal: en el estío, elrío Trema aflora en una resurgenciaformada por impenetrables grietas

Aspecto del sinclinal deSedano por su flanco norte.Por debajo se desarrolla el

Pozo Azul. Foto Francisco Ruiz García

El Barranco del Pozo Azul. Ala izquierda de la foto se

pueden apreciar los relievesresiduales de las calizas

Santonienses. Foto Francisco Ruiz García

La geología del Pozo Azul.(Tomado de Ortega, L. I. y

Cuesta, J. ,2006)

Corte estratigráfico delCañon del Ebro en Orbaneja

del Castillo:1. Calizas masivas, dolomías

y calizas dolomíticas.2. Margas

Dibujo Francisco Ruiz

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situadas en el propio lecho. A medida que elacuífero entra en carga comienza a evacuarpor El Torcón, permanentemente inundada,y por último La Torcona, cavidad penetrableen el límite de la zona freática y la vadosa.El condicionamiento estructural de este con-junto de resurgencias resulta evidente yaque se encuentran perfectamente alineadascon la Falla de Villamartín accidente tectóni-co perteneciente al Área Plegada del Trema.

El Bocarón El Bocarón, mencionada también por

Clemente Sáenz (1933), es una espectacu-lar surgencia, tanto por la belleza de suemplazamiento como por la violencia de susavenidas. Se emplaza en el borde del diapi-ro de Mena al pie de los cantiles calizos dela Peña de la Magdalena en los Montes dela Peña, dando lugar al nacimiento del ríoCadagua, siendo por lo tanto de vergenciacantábrica.

Su estratégica posición, como se hadicho al borde de un diapiro, asociado al

conjunto de fallas que afectan a la estructuramonoclinal de los Montes de la Peña, hacenpensar que su cuenca de alimentación nosólo se extienda a los citados montes sinoque se encuentre en Sierra Salada.

Fuente AzulSituada en calizas cretácicas de la Orla

Ibérica Mesozoica, en las cercanías delMonasterio de San Pedro de Arlanza, estasurgencia es un claro ejemplo de fuente vau-clusiana, emplazada a favor de juntas deestratificación, del flanco de un anticlinalfuertemente verticalizado (Martín 2003).Eleva las aguas desde una profundidad de135m (Rioseras y Burgui 2006) imponiendoun sentido de circulación desde niveles pro-fundos o conductos batimétricos hasta elnivel marcado por el río Arlanza. Sin embar-go, en el mismo entorno del Monasterio deSan Pedro de Arlanza se observa un "by-pass" natural del meandro del río Arlanza, asu mismo nivel, compuesto por el conjuntoSumidero-Resurgen-cia de la Central(Martín 1979).

Las capturas decuencas

Puede ocurrirque el drenaje de lasaguas efectuado porlas redes subterrá-

La Torcona en crecida. Foto Miguel A. Martín Merino

Surgencia del Cadagua encarga Foto Miguel A. Martín Merino

Perfíl longitudinal desarrolladode "El Bocarón", surgencia delCadagua

Seccion del acuifero de Ojo GuareñaDibujo Francisco Ruiz

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58 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

neas de conductos no tenga el mismo desti-no que el de las aguas que discurren por lasuperficie. En la provincia de Burgos sonvarios los casos que hemos podido consta-tar. Uno de los más espectaculares es lapérdida del río Hurón, también conocidocomo Valtierra, y del arroyo de Mundilla enla Cueva del Agua de Basconcillos del Tozo.Este arroyo discurre por el Valle de Valdelu-cio y su sentido natural hubiera sido confluiren el río Úrbel (Cuenca del Duero). Sinembargo, al sumirse por la cueva reapareceen Barrio Panizares convertido en el ríoRudrón (Cuenca del Ebro), hecho que tam-bién fue recogido por Clemente Sáenz.(Sáenz 1933).

En la cuenca alta del río Trueba eltransvase de la Cuenca del Ebro hacia laCuenca Cantábrica es muy complejo. Lakarstificación es muy intensa y afecta a dife-

rentes litologías que componen el ComplejoUrgoniano extendiéndose mayoritariamentehacia Cantabria. Guy Simonnot nos eviden-cia siete, de los que denomina, "SistemasHidrogeológicos" lo que supone un desnivelde 1.500m, desde el Castro Valnera hasta elValle del Asón. (Simonnot 2006).

Los que afectan a la provincia de Bur-gos son los dos superiores: El más alto es eldenominado "Sistema Hidrogeológico Lusa"y está compuesto principalmente por lasredes de la Cueva del Lobo, de la Peña delTrillo-Tramasquera y de la Torca de LosMorteros. Las tres se instalan en la Forma-ción de las Calizas de las Machorras, perose encuentran aisladas hidrogeológicamenteentre sí, sin que se tenga una idea clara deldestino de las aguas que drenan. Esa forma-ción litológica descansa sobre un nivelimpermeable denominado Formación de las

Sección del conjunto de cavi-dades de San Pedro de

Arlanza: 1) Cueva de San Pelayo 2) Cueva-Sumidero de la

Central3) Cueva del Gato

4) Resurgencia de la Central5) Fuente Azul6) Covanegra

Dibujo Francisco Ruiz

Izquierda, anticlinal en el quese instala la surgencia vauclu-

siana de Fuente Azul y dere-cha, aspecto de la entrada.

Fotos Miguel A. Martín Merinoy Francisco Ruiz García

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59Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

Fotomontaje de la Cueva delAgua de Basconcillos delTozo. Basado en la ortofoto deSigPac y la topografía del G.E.Ribereño.

Sistemas Hidrogeológicosdel Karst de los Montes deValnera.

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60 Grupo Espeleológico Edelweiss | www.grupoedelweiss.com(es) | Boletín Nº 12 - Septiembre 2009

Disposición de los conduc-tos principales de Sierra

Salvada.Topografías G. E. Alavés y

G. E. Edelweiss(Martín, 2000: 47 )

Perfil esquemático delSistema de Pozalagua.

Topografía G. E. Edelweiss)

Areniscas del Portillo de las Escalerucas quela aísla del sistema inmediatamente inferior.

El "Sistema Hidrogeológico Gándara" sedesarrolla en las Formaciones de las Calizasdel Picón del Fraile y de Areniscas de Luna-da. La red de conductos está compuestaprincipalmente por la propia red del Sistemadel Gándara (>100km) que transcurre desdeBustalveinte por debajo del Picón del Fraile,del Hojón, de la Sierra de la Helguera hastaverter a las Fuentes del Gándara.

La otra cabecera de esta cuenca sub-terránea, confirmada mediante trazadores,se encuentra en Lunada, y está formada porlas cavidades de Lastrías I, Sumidero deLunada, Cueva de las Bernías y Sistema delas Bernías. Todo este conjunto se disponeen los estratos calcáreos de espesor métricoy decámetrico que se intercalan entre ban-cos terrígenos de la Formación de las Are-niscas de Lunada y se corresponden estra-tigráficamente con los conductos que discu-rren por debajo del Picón del Fraile y sepuede extender hacia las cavidades del PicoLa Miel.

En Sierra Salvada la disposición de losconductos, muy marcada por la tectónica,

hace que en escasa distancia se produzcandrenajes opuestos: el Sistema del Hayal dela Ponata (López de Ipiña et al., 1993) cana-lizan el drenaje hacia el río Jerea (Cuencadel Ebro) principalmente a través de la sur-gencia de la Cueva del Agua en Quincocesde Yuso, la cual funciona como trop-plein.

Y pocos kilómetros más al sur, el Siste-ma de Pozalagua lleva las aguas hacia lasimpresionantes surgencias de Goba Haundiy Goba Txiki cuyo caudal se dirige al Cantá-brico

Sierra Salvada ocupa 140km2 de la GranCuesta Monoclinal, a caballo entre las pro-vincias de Álava y Burgos. La red de fractu-ras ha motivado el desarrollo de tres gran-des sistemas kársticos (Ruiz 1992; López deIpiña et al. 1993, Maeztu, 1996). De N a Sson:• Sistema de San Miguel el Viejo (3) de ver-gencia cantábrica debido al retroceso de lacabecera del Valle de Angulo.• Sistema del Jerea, de vergencia mediterrá-nea, compuesto por el colector Sima de Mar-cenejas (5) - Pozo Nuevo II (6), Sima delAgua de los Losinos (10) y principalmentepor el Sistema de del Hayal de la Ponata (1)

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y Sima del arroyo de Kobata (12), cuya prin-cipal emergencia es la Cueva del Agua deQuincoces de Yuso.• Sistema de Pozalagua (2), de vergenciacantábrica, drenada por Goba Haundi,desde sumideros como Cueva Perilde y laDepresión del Hoyo.

El río Arlanza (Cuenca del Duero) tienesu nacimiento en el paraje denominadoFuente Sanza al pie del Puerto del Colladoentre las Sierras de Neila y de Urbión. Fuen-te Sanza es la surgencia principal de unacuífero que se alimenta de las precipitacio-nes de lluvia y nieve pero que tiene unarecarga muy importante por parte de las pér-didas de los arroyos que bajan por la ver-tiente norte del Urbión y que debieran ir a laCuenca del Ebro. (Sanz Pérez, 1996a)

Las Calizas Jurásicas Marinas constitu-yen una formación acuífera distribuida enuna franja de materiales carbonatados quese extiende desde Urrez, los montes de Jua-rros, montes de Lara, que afloran en la ver-tiente norte de la Sierra de Neila en el vallede Valdelaguna y llegan hasta las laderasseptentrionales de los Picos de Urbión,constituyendo el contacto con el NúcleoPaleozoico de la Sierra de la Demanda de laOrla Ibérica Mesozoica (Ruiz et al. 2008). Enella se emplazan importantes surgenciascomo la de Cueva de Juarros, Fuentenegra,la surgencia del Río Najerilla en Neila y la yacitada Fuente Sanza. También hay que citaralguna cavidad como la Torquilla de Urrez yla Cueva de Santa Eugenia.

AtapuercaEl karst de la Sierra de Atapuerca se

desarrolla en el flanco meridional de la Sie-rra de Atapuerca, un suave anticlinal, quedomina el valle del Arlanzón. El conjunto

está compuesto por una red principal degalerías, dispuestas en tres niveles, y unaserie de cavidades que fueron puestas enevidencia a finales del siglo XIX al excavaruna trinchera para el paso del ferrocarrilminero y que hoy configuran los YacimientosPleistocenos de la Sierra de Atapuerca.

La dolina de hundimiento de CuevaMayor da acceso al llamado Portalón ydesde allí al nivel superior formado por laGalería del Silex, Salón del Coro y Galeríade las Estatuas. Son conductos muy evolu-cionados de amplias secciones y con granprofusión de espeleotemas que le confierenuna gran belleza.

El Nivel intermedio está formado por laGalería del Silo y la Galería Baja, que acabacolmatada por los sedimentos que entraronpor un pretérito acceso hoy llamado Simadel Elefante.

El Nivel inferior se desarrolla desde laSima de los Huesos, la laberíntica Cueva delSilo y la llamada Cueva Peluda, son conduc-tos de reducida sección de formas freáticasen donde se detectan en los puntos másamplios fenómenos clásticos. El carácterfreático de este nivel se ve remarcado por laprofusión de chimeneas, antiguos conductosde evolución ascendente y, sobre todo, poruna terraza fluvial que aflora en los puntosmás bajos del karst.

Esquema del acuífero de laSierra de Urbión. (Sanz Perez,1996 & I.G.M.E. 1978):1. Techo del acuífero: arenis-cas, conglomerados y margas.2. Calizas jurásicas marinas.3. Triásico: base del acuífero,arcillas del Keuper.

El valle de Valdelaguna. En la ver-tiente septentrional (derecha de lafoto) afloran las calizas jurásicas.Foto Francisco Ruiz García

Fuentenegra Foto Francisco

Ruiz García

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Conjunto de cavidades queconforman el Karst de la Sierra

de Atapuerca. (Topografía G.E. Edelweiss,

en Ortega et al. 2005)

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EEl pasado 11 de mayo de2009, Ana Isabel OrtegaMartínez, miembro del

Grupo Espeleológico Edelweissdesde 1979, y participante desde1981 en los diferentes proyectos deexcavación de la Sierra de Atapuer-ca, defendió en la Universidad deBurgos su tesis doctoral "La evolu-ción geomorfológica del karst de laSierra de Atapuerca (Burgos) y su rela-

ción con los yacimientos pleistoce-nos que contiene", obteniendo lamáxima calificación de sobresa-liente "cum laude".La dirección de la tesis corrió acargo de Alfredo Pérez-González,

del Centro Nacional deInvestigación sobre la Evo-lución Humana y coordina-dor de las investigacionesgeológicas realizadas enAtapuerca en los últimos20 años y la codirecciónen el profesor de la UBUJosé Miguel Carretero. Formaron parte del tribunallos codirectores del EIAJuan Luis Arsuaga yEudald Carbonell, el geólo-

go del CENIEH Alfonso Benito, el geólogo

de la UBU Enrique Aracil y el biólogo yespecialista en karst de la Universidad delas Islas Baleares Ángel Ginés.Este trabajo de investigación sobre elkarst de la Sierra de Atapuerca ha permiti-do establecer la evolución de sus cavida-des, elemento básico para contextualizarla formación y evolución de los yacimien-tos arqueo-paleontológicos de esta sierra,Patrimonio de la Humanidad.

EEntre los dias 7-12 deabril, y dando comien-zo a la campaña de tra-

bajos del año 2009 en losMontes de Valnera, el G.E.Edelweiss ha realizado unacoloración con fluoresceínapara verificar la relación hidro-lógica entre las Cabeceras delGándara, concretamente elSumidero de Lunada (Bur-gos) y las surgencias del Sis-tema del Gándara (Cantabria).Con esta coloración se ve confirmado que el sistema de con-ductos de Lastrías, Cueva ySistema de las Bernías sonuna de las cabeceras de cap-tación del Sistema del Gánda-ra, conformando una red decavidades que pudiera alcan-zar los 125 km con una desni-vel cercano a los 1.000 m. Seconfirma también un transvasesubterráneo de las aguas de laCuenca del Ebro hacia laCuenca Cantábrica.

En la últ imaquincena dejulio, tres equi-

pos ingleses y holan-deses han coordinadola exploración de lacavidad. John Volan-then (Cave DivingGroup) y Rene Hou-ben (Dutch Cave DiveGroup) ampliaron la punta de exploración en el sifón S2 dePozo Azul a 4.395m, en una inmersión de 12 horas.Tres días después, Jason Mallinson (Cave Diving Group)amplió la punta de exploración en el sifón S2, a 5.020m, enuna inmersión de poco más de 20 horas. Cuatro días después, Rick Staton (Cave Diving Group)avanzó por el segundo sifón S2 5.160m hasta alcanzar unasegunda galería aérea de 90m de recorrido. Seguidamenteexploró 160 metros en el nuevo sifón S3 de la cavidad,alcanzando una profundidad máxima de 8m.El gran colector subterráneo del Pozo Azul continúa.

POZO AZULNuevas exploraciones elevan el desarrollo a 6.410m/-71m

AACCTTUUAALLIIDDAADD22000099 LA COLORACIÓN

DEL GÁNDARAConectado hidrológicamente conel Sumidero de Lunada

ATAPUERCATesis doctoral sobre el Karstde Atapuerca en la UBU

Foto Ángel Ayala. DB

Foto JP Bressel

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