sumario - el granito de arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/egda_julio-agosto_18_baja.pdf ·...

19
Sínodo 2018 Instrumentum laboris San Manuel Nueva parroquia en Madrid Para meditar El Evangelio a la lámpara del Sagrario XII Capítulo general Misioneras Eucarísticas de Nazaret Un presente esperanzador Un futuro apasionante

Upload: others

Post on 30-Jul-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

Sínodo 2018Instrumentum laboris

San ManuelNueva parroquia en Madrid

Para meditarEl Evangelio a la lámpara del Sagrario

XII Capítulo generalMisioneras Eucarísticas

de Nazaret

Un presente esperanzadorUn futuro apasionante

Page 2: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

4

51012

141622252628

3032333434

Editorial: Nos necesitan, los necesitamos

Instrumentum laboris del Sínodo de los jóvenes

Catequesis del papa: la santa Misa (VII)

Homilía del papa en la celebración del Corpus Christi

Orar con el obispo del Sagrario abandonado

XII Capítulo general de las Misioneras Eucarísticas

Resonancias en nuestra Iglesia de hoy

Herederos de un carisma

Palabras de santo

El Evangelio a la lámpara del Sagrario

Con mirada eucarística

Cordialmente, una carta para ti

Cartelera recomendada

Asuntos de familia

Agenda Julio - Agosto

Conoce y vive

Familia Eucarística Reparadora

Desde la fe

Sum

ario

12 Corpus ChristiHomilía

del papa Francisco30Con mirada eucarísticaOtro diálogo

es para el verano

26Palabras de santo La alegría

del sembradorRevista y editorial fundadas por

san Manuel González Garcíaen 1907

Edita:Misioneras Eucarísticas de NazaretTutor, 15-17, 28008 - MADRIDTfno.: 915 420 887E-mail: [email protected]

Imprime:Azul IbéricaISSN: 2340-1214Depósito Legal: M-12242-2016

En portada: Nuevo gobierno ge-neral de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. En el centro, Mª Teresa Castelló, Superiora general. De iz-quierda a derecha, sus consejeras: Marta Mª Carreras Mainar, Ana Mª Fernández, Mª Antonia del Sagra-rio Acosta y Mª del Valle Camino.

Boletín de suscripción a El Granito de Arena

Nombre y apellidos: _________________________________________________ DNI: _ _ _ _ _ _ _ _ - _Dirección: _____________________________________________________________________________Población: _____________________________________________________________ CP: _ _ _ _ _Provincia: ________________________________________________ Teléfono: _ _ _ _ _ _ _ _ _E-mail: _____________________________________________________ Móvil: _ _ _ _ _ _ _ _ _

Precio de la suscripción (marcar lo que corresponda): q España 15,00€ q Otros países: 42,00€q Europa 32,00€ q Bienhechor: 50,00€

Formas de pago (marcar lo que corresponda): q Giro postalq Transferencia bancaria

Bankia: IBAN ES16 2038 1826 1160 0069 7790Banco Popular: IBAN ES07 0075 0001 8606 0693 9575La Caixa: IBAN ES59 2100 0721 0802 0056 1498

q Domiciliación bancaria. Los datos de mi cuenta son:Nombre del titular: ___________________________________________________ DNI: _ _ _ _ _ _ _ _ - _Nº de cuenta: _ _ _ _ - _ _ _ _ - _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Banco: _____________________________________

HacemosEl Granito de Arena

Dirección:Mónica Mª Yuan cordiviola

Equipo de Redacción

Miguel Ángel arribas sÁnchez

ana Mª caYuso Prados

Mª del valle caMino gago

Mª andrea chacón dalinger

ana Mª FernÁndez herrero

Manuel gonzÁlez lóPez-corPs

Teresa MarTínez esPejo

sergio Pérez baena

Manuel Ángel Puga

aurora Mª lóPez Medina

Mª del carMen ruiz izquierdo

lucrecio serrano Pedroche

Page 3: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

4

EDITORIALNos necesitan,los necesitamos

E l pasado 19 de junio se hizo público el do-cumento de trabajo sobre el que se desa-rrollarán las discusiones en el Sínodo de

los Obispos de este año. Se trata del así deno-minado Instrumentum laboris. Como ya es bien conocido, el tema de esta próxima Asamblea Ordinaria será «Los jóvenes, la fe y el discer-nimiento vocacional».

El documento comienza afirmando que «ocuparse de los jóvenes no es una tarea fa-cultativa para la Iglesia, más bien es una par-te sustancial de su vocación y de su misión en la historia. Esta es la esencia del ámbito espe-cífico del próximo Sínodo: como el Señor Je-sús caminó con los discípulos de Emaús (cf. Lc 24,13-35), también la Iglesia está invitada a acompañar a todos los jóvenes, sin excluir a ninguno, hacia la alegría del amor.

Los jóvenes pueden, con su presencia y su palabra, ayudar a la Iglesia a rejuvenecer su rostro. Un hilo ideal une el Mensaje a los jóve-nes del Concilio Vaticano II (8 de diciembre de 1965) y el Sínodo de los jóvenes (3-28 de oc-tubre de 2018) que el santo padre explicó in-troduciendo la Reunión Pre-sinodal: “Me acuer-do del maravilloso Mensaje a los jóvenes del Concilio Vaticano II. [...] Es una invitación a bus-car nuevos caminos y seguir con audacia y con-fianza, teniendo la mirada fija en Jesús y abrién-dose al Espíritu Santo, para rejuvenecer el ros-tro de la Iglesia” acompañando a los jóvenes en su camino de discernimiento vocacional en este cambio de época» (n. 1).

Ya queda poco menos de cuatro meses pa-ra el inicio de esta Asamblea, sin embargo, y tal como desarrollamos ampliamente en las si-guientes páginas, los trabajos previos han co-menzado hace más de un año y han intentado ser un momento fuerte de escucha de la reali-dad juvenil de todos los países y culturas, no

olvidando a nadie e intentando mostrar una particular cercanía también con aquellos jóve-nes que no profesan la fe católica. Todos han tenido ocasión de expresar sus ideas y opinio-nes, sus sufrimientos y anhelos, sus deseos más profundos y sus inquietudes más hondas.

El Instrumentum laboris adquiere, por este motivo, una importancia especial y, gracias a los medios de comunicación actual, debería ser de lectura obligada entre quienes nos decimos cristianos, seguidores de Cristo, preocupados por la felicidad, es decir la salvación, de todos los que se encuentran a nuestro lado.

La juventud es un tiempo tan lleno de vigor y entusiasmo como de incertidumbres y du-das. Es por esto que la Iglesia se siente madre de cada joven y ve en ellos una invitación a mostrarles el rostro misericordioso del Padre.

Las brechas generacionales, sin embargo, pueden jugar una mala pasada y, a veces, crear muros en lugar de puentes y alejarnos de esos jóvenes que nos necesitan. ¡Más que nadie, en este comenzar la vida adulta, necesitan la cer-teza de que nunca estarán solos!

Pero no solamente son ellos los necesita-dos. También la Iglesia y cada uno de nosotros, cristianos, más aún, miembros de la Familia Eucarística Reparadora, necesitamos su ilusión y entusiasmo, su inamovible certeza de que la paz, el amor y la reconciliación no son un sue-ño trasnochado sino una obra que construir. Ellos, los jóvenes, pueden contagiarnos la ilu-sión por la evangelización, porque son capa-ces de dar su vida por aquello que da sentido a su existencia.

Los jóvenes, en definitiva, tal vez sin pala-bras, suplican una Iglesia abierta y serena, una Iglesia que sepa mostrarles el verdadero ros-tro de Dios, una Iglesia feliz y entregada, co-herente y fiel. Es nuestra labor construirla. «

5

Instrumentum laboris del Sínodo sobre los jóvenes

E sta preparación comenzó el 13 de enero de 2017 con una carta que el papa dirigió a los jóvenes

informándoles sobre el tema del próxi-mo Sínodo de los obispos. En sus bre-ves líneas, en donde afirmaba llevar-los en el corazón, les ofrecía el Docu-mento preparatorio, que se hacía pú-blico ese mismo día, como una «guía para este camino».

A partir del mismo se creó una web donde jóvenes, instituciones, dió-cesis, movimientos laicales y de vida consagrada podían hacer sus aporta-ciones al cuestionario ofrecido.

Pre–sínodo, en RomaEn marzo de 2018, además, 300 jóve-nes de todo el mundo se reunieron en Roma para una reunión Pre–sinodal y elaboraron un Documento que expli-caba, en su introducción su sentido y alcance: «El joven de hoy se encuen-

tra con una gran cantidad de desafíos y oportunidades internos y externos, muchos de ellos son específicos de su ambiente, mientras otros son com-partidos en todo el mundo. A la luz de esto, es necesario que la Iglesia re-flexione sobre su concepción de los jóvenes y el modo de interactuar con ellos, para ser una guía que sea efec-tiva, relevante y portadora de vida.

Este documento es una síntesis donde expresamos algunos de nues-tros pensamientos y experiencias. Es importante destacar que estas son las reflexiones de jóvenes del siglo XXI, de religiones y ambientes culturales diversos. Con esto en mente, la Igle-sia debería ver estas reflexiones, no como un análisis empírico de un tiem-po pasado, sino como una expresión de dónde estamos ahora, hacia dón-de vamos, y como un indicador de lo que ella tiene que hacer para avanzar.

Para iniciar, es importante clarifi-car los parámetros de este documen-to. No se trata de componer un trata-do teológico, ni de establecer una nue-va enseñanza de la Iglesia. Más bien, es una reflexión sobre realidades es-pecíficas, personalidades, creencias, y experiencias de jóvenes de todo el mundo. Este documento está desti-nado a los Padres Sinodales, como

una orientación que les ayude a com-prender mejor a los jóvenes: una ho-ja de ruta para el Sínodo de los obis-pos sobre “Jóvenes, Fe y Discerni-miento vocacional” de octubre de 2018. Es importante que estas expe-riencias sean vistas y entendidas de acuerdo a los distintos contextos en que los jóvenes se encuentran.

Estas reflexiones surgen de la reu-nión de más de 300 jóvenes represen-tantes de todo el mundo, convocados en Roma del 19-25 de marzo de 2018, en la Reunión Pre–sinodal de Jóve-nes. Este documento es un resumen de los aportes de todos los participan-tes, basado en el trabajo de 20 grupos lingüísticos y en la participación de 15.000 jóvenes conectados online a través de grupos de Facebook. Este documento es una de las fuentes, en-tre otras, que conformarán el Instru-mentum laboris, que contribuirá al tra-bajo del Sínodo de Obispos de 2018. Esperamos que la Iglesia y otras ins-tituciones puedan aprender de este proceso Pre–sinodal y escuchar la voz de los jóvenes».

Instrumentum laborisTeniendo en cuenta este Documento en el que colaboraron miles de jóve-nes, la Secretaría del Sínodo elaboró el Instrumentum laboris, que se hizo público el pasado 19 de junio. En su presentación intervinieron el carde-nal Lorenzo Baldisseri y Mons. Fabio Fabene para ilustrar los contenidos del Instrumentum laboris y el proceso

El próximo 3 de octubre dará inicio la XV Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos. El tema de este encuentro es «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional» y desde hace más de un año se está desarrollando una preparación a todos los niveles.

Más de 300 jóvenes se reunieron en Roma

para elaborar el Documento que fue

presentado al Sínodo de los obispos

A la escuchade los jóvenes

Page 4: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

76

de su elaboración. Ofrecemos, a con-tinuación, un amplio resumen de sus intervenciones.

La finalidad del Sínodo«El objetivo principal del Sínodo es hacer que toda la Iglesia tome con-ciencia de su importante y nada fa-cultativa tarea de acompañar a cada joven, ninguno excluido, hacia la ale-gría del amor; en segundo lugar, to-mando esta misión en serio, la Iglesia misma podrá readquirir un renovado dinamismo juvenil; en tercer lugar también es importante para la Iglesia aprovechar esta oportunidad de dis-cernimiento vocacional, con el fin de descubrir cómo puede responder me-jor hoy a su llamada a ser alma, luz, sal y levadura de nuestro mundo.

Como consecuencia de estos pro-pósitos, el Instrumentum laboris está redactado según el método del dis-cernimiento. Sustancialmente, el mis-mo Sínodo es un ejercicio de discer-nimiento, cuyo proceso se realiza dan-do los mismos pasos que ayudan a to-dos los jóvenes a arrojar luz sobre su vocación. El papa Francisco, en Evan-gelii Gaudium (n. 51), presenta el pro-ceso de discernimiento con tres ver-bos: reconocer, interpretar, elegir. Por esta razón, el texto se divide en tres partes, cada una refiriéndose a uno de los tres verbos.

Primera parte: reconocerDespués de haber aclarado en la in-troducción los propósitos, el método y la estructura, la primera parte («Re-conocer: la Iglesia a la escucha de la realidad») se compone de cinco ca-pítulos. Los dos primeros ofrecen una visión bastante amplia de los diferen-tes contextos, mostrando que en efec-to existen muchas diferencias y mu-chas similitudes entre los jóvenes de todo el mundo: la globalización crea mucha homologación, pero las dife-rencias sociales, económicas, cultu-rales, religiosas y espirituales siguen siendo importantes. Entre las diver-

sas preocupaciones indicadas, subra-yo el tema de las relaciones interge-neracionales –que ven a los adultos en competencia tendencial más que en alianza con los jóvenes– y la pre-sencia ya transversal del continente digital, que es una plataforma de vi-da sin precedentes para los jóvenes y conlleva importantes oportunidades y nuevos peligros.

Siguen tres capítulos que pode-mos definir tres focos específicos so-bre cuestiones puntuales. La prime-ra lupa mira a los jóvenes más pobres y abandonados, que son continua-mente rechazados por un mundo que se auto–comprende a partir del para-digma del descarte, ese de comprar, usar y tirar. Cuando esta cultura se aplica a las personas humanas, se pier-de cualquier consideración de su dig-nidad: el trabajo (tanto desde el pun-to de vista de su falta como desde el de la explotación), la migración, la discriminación y la exclusión social son un triste ejemplo.

La segunda lupa, el cuarto capítu-lo, ofrece una lectura más profunda sobre seis desafíos antropológicos y culturales que la Iglesia está llamada a enfrentar hoy en su compromiso pastoral con los jóvenes: la nueva com-prensión del cuerpo, de la afectividad y de la sexualidad; el advenimiento de nuevos paradigmas cognitivos que transmiten un enfoque diferente de la verdad; los efectos antropológicos del mundo digital, que impone una com-prensión diferente del tiempo, el es-pacio y las relaciones humanas; la des-ilusión institucional generalizada tan-to en la esfera civil como eclesial; la parálisis decisional que aprisiona a las generaciones más jóvenes en caminos limitados y limitantes; por último, la nostalgia y la búsqueda espiritual de los jóvenes, que parecen menos reli-giosos, pero más abiertos a experien-cias auténticas de trascendencia.

El tercer y último foco de la pri-mera parte se refiere a escuchar la pa-labra de los jóvenes. Partiendo del da-

to de que a la Iglesia hoy le cuesta tra-bajo escuchar, surgen las demandas y las cuestiones de los jóvenes: piden coherencia, autenticidad, espirituali-dad; desean una capacidad relacional renovada y una dinámica de acogida profética; piden una liturgia viva y vi-vaz; piden un compromiso desinte-resado con la justicia en el mundo. Están sedientos de fraternidad. La voz de los seminaristas y de los jóvenes religiosos y religiosas sobre estos te-mas es particularmente valiosa.

Segunda parte: interpretaciónLa segunda parte («Interpretación: fe y discernimiento vocacional»)cons-ta de cuatro capítulos. A la luz de la fe, ofrece una visión panorámica des-de diferentes puntos de vista sobre las palabras clave del Sínodo: juven-tud, vocación, discernimiento, acom-pañamiento.

El primer capítulo, de naturaleza bíblica y antropológica, tiene la tarea de acompañar al lector para profun-dizar la idea de la juventud a partir de algunas constantes bíblicas que ilu-minan sus rasgos fundamentales. A través de varios textos emerge que la juventud es el tiempo del amor y de la alegría, de la fuerza, de la conquis-ta y del riesgo, de la incertidumbre y del miedo, de la caída y de la conver-sión, de la disposición a escuchar y de la maduración. Sobre todo, es un momento de contacto salvífico con el Dios de la alianza y del amor que ofre-ce su Palabra y la relación con Él de cara a una vida plena y abundante.

El segundo capítulo es de natura-leza teológica y eclesiológica. Partien-do de la escucha de los jóvenes y de los educadores/formadores, es evi-dente la necesidad de ofrecer un mar-

co de comprensión amplio de la cues-tión vocacional, que la haga capaz de ser significativa para todos los jóve-nes, ninguno excluido, y no solo en el sentido más específico de vocacio-nes al ministerio ordenado y a la vi-da consagrada. Por eso el capítulo par-te de la necesidad de iluminar la vida desde el horizonte vocacional y ter-mina invitando a valorizar todo tipo de vocaciones en la Iglesia y en el mun-do. Entre ellas, la familia ciertamen-te tiene una posición prominente, al-go que nos vincula fuertemente con el Sínodo anterior.

El tercer capítulo entra luego en los dinamismos del discernimiento vocacional. En un mundo que perci-ben como confuso y fragmentado, muchos jóvenes piden que se les ayu-de a leer los acontecimientos de su vi-da a la luz de la fe. El capítulo aclara, pues, el significado y el contenido del discernimiento, haciendo hincapié en los tres verbos de reconocer–inter-pretar–elegir. La confrontación con la conciencia personal sigue siendo decisiva en este camino.

El último capítulo está dedicado al tema del acompañamiento. Se ofre-ce una perspectiva de los diferentes tipos de acompañamiento: en efecto hay un acompañamiento de ambien-te y de comunidad; hay un acompa-ñamiento en la lectura de los signos de los tiempos, uno de tipo psicoló-gico y uno más espiritual, así como se es acompañado en la familia y entre iguales. También emerge la relación entre el Sacramento de la Reconcilia-ción y el acompañamiento. Muy in-teresantes son las palabras de los jó-venes cuando resaltan las cualidades que se esperan de las personas que los acompañan. Constatan con pesar que en muchas situaciones y en muchos contextos eclesiales no encuentran personas preparadas y adecuadas.

Tercera parte: elegirEl título de la tercera parte («Elegir: caminos de conversión pastoral y mi-sionera») retoma una frase de Evan-gelii Gaudium. Es una perspectiva exigente: después de haber recono-cido e interpretado, la referencia a la

elección está decididamente orien-tada a la conversión del corazón y de la mente y a la renovación de las prác-ticas pastorales. Aquí también, co-mo en la segunda parte, tenemos cua-tro capítulos.

El primero es introductorio y sir-ve de orientación: acompaña la rede-finición del rostro de una Iglesia que desea ser generativa con los jóvenes, haciendo del discernimiento su forma habitual de proceder y su estilo incon-fundible. Una Iglesia llamada a cues-tionarse sus formas y su manera de ha-bitar el mundo de hoy; llamada a ser un signo de fraternidad en un mundo desgarrado; llamada a trabajar por el reino de Dios de una manera integral, desinteresada y descentralizada.

El segundo capítulo es el más con-sistente de todo el Instrumentum la-boris. Muestra la necesidad de que la Iglesia se confronte con la vida coti-diana de los jóvenes y esté presente y operativa donde viven su existencia concreta. A menudo se culpabiliza a los jóvenes, atribuyéndoles la respon-sabilidad de que muchos se han ale-jado de la Iglesia. Pero tantas veces han vivido situaciones tales que los llevan a afirmar que es la Iglesia la que se ha alejado de ellos. Y lo dicen abier-tamente. En muchos casos no la han sentido y no la sienten cercana en las diferentes experiencias y en los dife-rentes ámbitos de su vida: escuela, universidad, mundo laboral, compro-miso político, entorno digital, músi-ca, deporte y amistad. Sin excluir la cercanía y el sostén necesarios en el malestar y la marginación: discapa-cidad y enfermedad, dependencias y otras fragilidades, prisión, violencia y guerra, migraciones y muerte. Ser par-te de la vida cotidiana de los jóvenes significa ser capaces de reconocer que su existencia está atravesada por la presencia de Dios y por la acción de la gracia que debe ser acogida, acom-pañada y llevada a cumplimiento.

El tercer capítulo se refiere a la for-ma y la fuerza de la comunidad ecle-

Los jóvenes piden una liturgia viva y vivaz y un compromiso con la justicia en el mundo

Logo que acompañó los trabajos pre-sinodales de los jóvenes en marzo de 2018.

Page 5: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

98

sial hoy en relación con su identidad y misión para y con los jóvenes. En diez pasajes se analizan los puntos de fuerza, de debilidad, de profecía y de discusión surgidos de las peticiones de los jóvenes y de las respuestas de las Conferencias Episcopales en to-do el mundo. Hay muchos puntos que deben profundizarse: desde la forma familiar de la Iglesia hasta su propues-ta espiritual, desde la evaluación de su pasión educativa hasta la partici-pación de las familias en el ministe-rio vocacional juvenil, desde la cali-dad de la iniciación cristiana hasta la valorización de la Palabra de Dios y de la liturgia, del servicio y del volun-tariado desde el punto de vista del discernimiento vocacional de la vo-cación de la Iglesia como abierta y acogedora para todos.

El último capítulo del Instrumen-tum laboris está dedicado a la anima-ción y organización de la pastoral. Aquí también surgen numerosas op-ciones y elecciones, porque las cues-tiones planteadas tras la escucha han sido innumerables: ¿cómo promover el protagonismo juvenil en una rea-lidad eclesial tendencialmente toda-vía dominada por el clericalismo? ¿Cómo crear comunión entre los di-versos niveles de animación de la pas-toral (mundial, diocesano, parroquial)? ¿Cómo podemos poner en marcha o fortalecer una labor de comunión en-tre los diferentes sujetos de la pasto-ral juvenil vocacional (clero, religio-sos y religiosas, movimientos y aso-ciaciones)? ¿Cómo fortalecer el tra-bajo en red no solo en la Iglesia, sino entre diferentes religiones y diferen-tes sujetos civiles, sociales y religio-sos? ¿Cómo estructurar programas

educativos y pastorales que puedan unificar eventos extraordinarios y vi-da cotidiana de los jóvenes? ¿Cómo diseñar propuestas de formación apro-piadas para los candidatos al sacerdo-cio y a la vida religiosa, acompañán-dolos en un camino de maduración en libertad y discernimiento progre-sivo en vista de una elección definiti-va? Finalmente, ¿desde qué perspec-tiva pensar en una pastoral verdade-ramente integrada y orientada hacia la centralidad de los jóvenes?

El Instrumentum laboris termina con un relanzar hacia la santidad. En tres breves pasajes se aclara que la san-tidad es la vocación única y unifica-dora de toda la humanidad, porque nadie está potencialmente excluido de esta meta de la existencia. Luego se subraya que también la juventud, como todas las otras edades de la vi-da, es un tiempo propicio para la san-tidad, es decir, para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Por último, se recuerda que tenemos a nuestra dis-posición una multitud de jóvenes san-tos que nos han mostrado la mejor manera de experimentar esa edad en-tusiasta de la vida que es la juventud.

Volver a desear lo imposibleEn un mundo que ya no nos ayuda a soñar, este Instrumentum laboris pue-de leerse como una invitación a vol-ver a desear lo imposible, a soñar pa-ra y con los jóvenes, grandes cosas. El n. 43 recoge lo que dicen los jóvenes en el Documento de la reunión Pre–sinodal: «A veces, terminamos re-nunciando a nuestros sueños. Tene-mos mucho miedo, y algunos de no-sotros hemos dejado de soñar. Esto está vinculado a las múltiples presio-nes socioeconómicas que pueden se-car la esperanza entre los jóvenes. A veces ni siquiera tenemos la oportu-nidad de seguir soñando».

He aquí que el Sínodo dedicado a los jóvenes brinda la oportunidad de redescubrir la esperanza de una vi-da buena, el sueño de la renovación

pastoral, el deseo de la comunión y de la pasión por la educación. Desea-mos que este Sínodo sea una ocasión de vida y esperanza para los jóvenes, para la Iglesia y para el mundo. Para que todos los jóvenes, en un mundo que les está robando los afectos, los vínculos y las perspectivas de vida, redescubran la belleza de la vida a par-tir de la relación feliz con el Dios de la alianza y del amor. Para la Iglesia, para que en un momento que no es fácil, readquiriera, a través de un ca-mino de auténtico discernimiento en el Espíritu, un dinamismo juvenil re-novado. Y finalmente para todo el mundo, para que todos los hombres y mujeres puedan redescubrirse co-mo destinatarios privilegiados de la buena nueva del Evangelio.

Numerosas aportacionesEl Instrumentum laboris es el punto de convergencia de la escucha de to-dos los miembros de la Iglesia y tam-bién de diferentes voces que no per-tenecen a ella. El documento, de he-cho, es el resultado de un amplio pro-ceso de consulta promovido por la Secretaría General del Sínodo a par-tir de la presentación del Documento Preparatorio, que tuvo lugar el 13 de enero del año pasado.

Según la praxis habitual de todos los Sínodos anteriores, de acuerdo con las normativas sinodales, se con-

sultaron los Sínodos de las Iglesias Católicas Orientales, las Conferen-cias Episcopales, los dicasterios de la Curia Romana y la Unión de Supe-riores Generales. Todos estos orga-nismos fueron invitados a responder al cuestionario que era parte integral del Documento Preparatorio, para ex-presar su comprensión del mundo de la juventud, comunicar su experien-cia de acompañamiento vocacional y compartir algunas buenas prácticas. Teniendo en cuenta las diferentes si-tuaciones en las que los jóvenes vi-ven, tres preguntas del cuestionario antes mencionado fueron sobre una base continental.

Para este Sínodo, sin embargo, la consulta se ha ampliado, añadiendo a esta modalidad, que llamaría clási-ca, otras iniciativas dirigidas a invo-lucrar a todo el pueblo de Dios, espe-cialmente a los jóvenes, en la profun-dización del tema del Sínodo.

La primera iniciativa fue el Semi-nario internacional sobre la condición de los jóvenes celebrado en septiem-bre de 2017. Participaron alrededor de cincuenta expertos y una veintena de jóvenes de los cinco continentes. Los temas tratados se referían a los jóvenes en relación con su búsqueda de su identidad, a la relación con los demás, al mundo del estudio, del tra-bajo, de la política, del voluntariado, de la tecnología y de la religión.

La segunda ha sido el cuestiona-rio online presente en la web del 14 de junio al 31 de diciembre de 2017. Contenía preguntas distintas que las dirigidas a las Conferencias Episco-pales y a los otros órganos menciona-dos anteriormente. De hecho, se di-rigía explícitamente a los jóvenes pa-ra que pudieran dar a conocer sus si-tuaciones concretas de vida y expre-sar su opinión sobre algunos temas importantes relacionados con la Igle-sia y la sociedad.

La tercera fue la Reunión Pre–si-nodal, celebrada del 19 al 24 de mar-zo de este año, a la que asistieron 300 jóvenes físicamente presentes en Ro-ma y unos 15.000 conectados online a través de la creación de páginas de Facebook en los 6 idiomas principa-les. El Documento final de esta reunión es el fruto de intensas jornadas de tra-bajo y expresa la voz directa de los jó-venes. Venían de ámbitos y situacio-nes diversas y colaboraron felizmen-te, llegando a un acuerdo sobre el tex-to que se entregó al santo padre.

Por último, también se han toma-do en consideración las contribucio-nes que un gran número de jóvenes, grupos y movimientos de los cinco continentes han enviado a la Secreta-ría del Sínodo.

Son cinco, pues, las fuentes utili-zadas para el Instrumentum laboris. La voz directa de los jóvenes es la más

presente. Hay más de cien referencias a las tres fuentes en las que los jóve-nes se han expresado directamente: muchas veces se trata de citas bastan-te largas. Todo el quinto capítulo de la primera parte está dedicado a dar-les espacio y voz. En este documen-to, no solo se habla de los jóvenes, si-no que se les da la palabra. Del con-junto del trabajo de escucha –y, lo ha demostrado sobre todo, el desarrollo de la Reunión Pre–sinodal– se pue-de decir ciertamente que los jóvenes se han mostrado abiertos al diálogo intergeneracional, colaborativos y proactivos, reflexivos y disponibles. Este diálogo con los jóvenes conti-nuará, de alguna manera, también du-rante el Sínodo.

Redes durante el SínodoTeniendo en cuenta que el uso de las redes sociales durante la Reunión Pre–sinodal ha resultado ser una experien-cia positiva, durante la Asamblea Ge-neral de octubre habrá un espacio de comunicación dirigido directamente a los jóvenes. Se usarán las redes so-ciales (en particular, Facebook, Ins-tagram y Twitter), con los tiempos y los lenguajes propios de ellas. Se ten-drá así la posibilidad de una interac-ción diaria, también a través de imá-genes y videos.

Naturalmente, entre los auditores, además de los educadores de los di-versos campos, habrá un número con-siderable de jóvenes, también con ex-periencias particulares que nos harán reflexionar sobre las situaciones difí-ciles de la vida de muchos de ellos. Como en todos los Sínodos, no falta-rán los Delegados fraternos de dife-rentes confesiones cristianas ni los in-vitados especiales de otras religiones.De este modo, la XV Asamblea Ge-neral Ordinaria será una expresión de los sentimientos, deseos y expectati-vas de todos los jóvenes del mundo, tal como lo deseaba el santo padre».

Mónica M. Yuan Cordiviola, m.e.n.con información de news.va

El texto sobre el que trabajarán los obispos

durante el Sínodo ha dado gran espacio

y voz a los jóvenes

Jóvenes participantes en la reunión Pre-sinodal que tuvo lugar en Roma.

Page 6: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

La santa Misa (VII)

Q ueridos hermanos y herma-nas, en el recorrido de cate-quesis sobre la celebración eu-

carística hemos visto que el Acto pe-nitencial nos ayuda a despojarnos de nuestras presunciones y a presentar-nos a Dios como somos realmente, conscientes de ser pecadores, con la esperanza de ser perdonados. Preci-samente del encuentro entre la mise-ria humana y la misericordia divina

toma vida la gratitud expresada en el «Gloria», «un himno antiquísimo y venerable con el que la Iglesia, con-gregada en el Espíritu Santo, glorifi-ca a Dios Padre y glorifica y le supli-ca al Cordero» (Ordenamiento Gene-ral del Misal Romano, 53).

Gratitud La introducción de este himno –«Glo-ria a Dios en el cielo»– retoma el can-

to de los ángeles en el nacimiento de Jesús en Belén, alegre anuncio del abrazo entre cielo y tierra. Este can-to también nos involucra reunidos en oración: «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra, paz a los hombres que ama el Señor».

Después del «Gloria», o cuando este no está, inmediatamente después del Acto penitencial, la oración toma forma particular en la oración deno-minada Colecta, por medio de la cual se expresa el carácter propio de la ce-lebración, variable según los días y los tiempos del año (cf. ibíd., 54). Con la invitación «Oremos», el sacerdo-te insta al pueblo a recogerse con él en un momento de silencio, con el fin de tomar conciencia de estar en pre-

sencia de Dios y hacer emerger, cada uno en su corazón, las intenciones personales con las que participa en la Misa (cf. ibíd., 54). El sacerdote dice «Oremos» y, después, viene un mo-mento de silencio y cada uno piensa en las cosas que necesita, que quiere pedir en la oración.

Silencio oranteEl silencio no se reduce a la ausencia de palabras, sino a la disposición a es-cuchar otras voces: la de nuestro co-razón y, sobre todo, la voz del Espíri-tu Santo. En la liturgia, la naturaleza del silencio sagrado depende del mo-mento en el que tiene lugar: «Pues en el acto penitencial y después de la invitación a orar, cada uno se recoge en sí mismo; pero terminada la lectu-ra o la homilía, todos meditan breve-mente lo que escucharon; y después de la Comunión, alaban a Dios en su corazón y oran» (ibíd., 45).

Por lo tanto, antes de la oración inicial, el silencio ayuda a recogerse en nosotros mismos y a pensar en por qué estamos allí. He ahí entonces la importancia de escuchar nuestro áni-mo para abrirlo después al Señor. Tal vez venimos de días de cansancio, de alegría, de dolor, y queremos decír-selo al Señor, invocar su ayuda, pedir que nos esté cercano; tenemos ami-

gos o familiares enfermos o que atra-viesan pruebas difíciles; deseamos confiar a Dios el destino de la Iglesia y del mundo. Y para esto sirve el bre-ve silencio antes de que el sacerdote, recogiendo las intenciones de cada uno, exprese en voz alta a Dios, en nombre de todos, la oración común que concluye los ritos de introduc-ción, haciendo de hecho «la colec-ta» de las intenciones.

Cristo es el oranteRecomiendo vivamente a los sacer-dotes observar este momento de si-lencio y no ir deprisa: «Oremos» y que se haga el silencio. Recomiendo esto a los sacerdotes. Sin este silen-cio, corremos el riesgo de descuidar el recogimiento del alma. El sacerdo-te recita esta súplica, esta oración co-lecta, con los brazos extendidos y la actitud del orante, asumida por los cristianos desde los primeros siglos –como dan testimonio los frescos de las catacumbas romanas– para imitar a Cristo con los brazos abiertos sobre la madera de la cruz. Y allí, Cristo es el orante y es también la oración. En el crucifijo reconocemos al Sacerdo-te que ofrece a Dios el culto que le agrada, es decir, la obediencia filial.

En el Rito Romano las oraciones son concisas pero ricas de significa-do: se pueden hacer tantas medita-ciones hermosas sobre estas oracio-nes. ¡Muy hermosas! Volver a medi-tar los textos, incluso fuera de la Mi-sa, puede ayudarnos a aprender có-mo dirigirnos a Dios, qué pedir, qué palabras usar. Que la liturgia pueda convertirse para todos nosotros en una verdadera escuela de oración.

Papa Francisco

La liturgia: verdadera escuela de oraciónProseguimos el ciclo de catequesis que el papa Francisco ha dedicado a la santa Misa. En la séptima explicó el significado del Gloria y de la oración denominada Colecta, pero sobre todo insistió en la importancia de los silencios que hay que respetar dentro de la celebración eucarística. Y concluyó con un deseo: «Que la liturgia pueda convertirse para todos en una verdadera escuela de oración». Publicamos el texto pronunciado en la Audiencia general del 10 de enero.

El sacerdote recita la oración con los brazos

extendidos y actitud orante para imitar a

Cristo con los brazos abiertos en la cruz

Orar con la oración ColectaEn esta catequesis el papa Francisco hace una invita-ción especial a orar con la liturgia y, de forma especial, con la oración colecta, ya que es la que une las inten-

ciones de todo el pueblo de Dios. Ofrecemos algunas de las oraciones colectas de este tiempo, para poder prepararnos para la Misa:

26 de julio: Santos Joaquín y Ana, padres de la bienaventurada Virgen MaríaSeñor, Dios de nuestros padres, que concediste a los santos Joaquín y Ana la gracia de que naciera de ellos la Madre de tu Hijo encarnadoConcédenos, por la plegaria de ambos, la salvación prometida a tu pueblo. PNSJ.

19 de agosto: XX domingo del Tiempo OrdinarioOh Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde la ternura de tu amor en nuestros corazones, para que, amándote en todo y sobre todas las cosas,consigamos alcanzar tus promesas, que superan todo deseo. PNSJ.

27 de agosto: Santa MónicaOh Dios, consuelo de los que lloran que acogiste misericordiosamente las piadosas lágrimas de santa Mónica en la conversión de su hijo Agustín,concédenos, por intercesión de madre e hijo, llorar nuestros pecados y alcanzar la gracia de tu perdón. PNSJ. Cristo crucificado que pende sobre

el altar del Templo expiatorio de la Sagrada Familia, Barcelona.

10 11

San Joaquín y santa Ana junto a la Virgen niña. Parroquia Santa María la Blanca (Los Palacios y Villafranca, Sevilla).

Page 7: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

1312

Homilía del papa en la celebración del Corpus Christi

E n el Evangelio que hemos escu-chado se narra la Última Cena, pero sorprendentemente la aten-

ción está más puesta en los prepara-tivos que en la cena. Se repite varias veces el verbo «preparar». Los dis-cípulos preguntan, por ejemplo: «¿Dónde quieres que vayamos a pre-pararte la cena de Pascua?» (Mc 14,12). Jesús los envía a prepararla dándoles indicaciones precisas y ellos encuen-tran «una habitación grande, acon-dicionada y dispuesta» (v. 15). Los discípulos van a preparar, pero el Se-ñor ya había preparado.

Jesús prepara para nosotrosAlgo similar ocurre después de la re-surrección, cuando Jesús se aparece por tercera vez a los discípulos: mien-tras pescan, él los espera en la orilla, donde les prepara pan y pescado. Pe-ro, al mismo tiempo, pide a los suyos que lleven un poco del pescado que acababan de pescar y que él les había indicado cómo pescarlo (cf. Jn 21,6.9-10). También aquí, Jesús prepara con antelación y pide a los suyos que coo-peren. Incluso, poco antes de la Pas-cua, Jesús había dicho a los discípu-los: «Voy a prepararos un lugar […] para que donde estoy yo estéis tam-bién vosotros» (Jn 14,2.3). Es Jesús

quien prepara, el mismo Jesús que, sin embargo, con fuertes llamamien-tos y parábolas, antes de su Pascua, nos pide que nos preparemos, que es-temos listos (cf. Mt 24,44; Lc 12,40).

Jesús, en definitiva, prepara para nosotros y nos pide que también no-sotros preparemos. ¿Qué prepara Je-sús para nosotros? Prepara un lugar y un alimento. Un lugar mucho más dig-no que la «habitación grande acon-dicionada» del Evangelio. Es nuestra casa aquí abajo, amplia y espaciosa, la Iglesia, donde hay y debe haber un lu-gar para todos. Pero nos ha reservado también un lugar arriba, en el paraí-so, para estar con él y entre nosotros para siempre. Además del lugar nos prepara un alimento, un pan que es él mismo: «Tomad, esto es mi cuerpo» (Mc 14,22). Estos dos dones, el lugar y el alimento, son lo que nos sirve pa-ra vivir. Son la comida y el alojamien-to definitivos. Ambos se nos dan en la Eucaristía. Alimento y lugar.

Corazón palpitante de la IglesiaJesús nos prepara un puesto aquí aba-jo, porque la Eucaristía es el corazón palpitante de la Iglesia, la genera y re-genera, la reúne y le da fuerza. Pero la Eucaristía nos prepara también un puesto arriba, en la eternidad, porque

es el Pan del cielo. Viene de allí, es la única materia en esta tierra que sabe realmente a eternidad. Es el pan del futuro, que ya nos hace pregustar un futuro infinitamente más grande que cualquier otra expectativa mejor. Es el pan que sacia nuestros deseos más grandes y alimenta nuestros sueños más hermosos. Es, en una palabra, la prenda de la vida eterna: no solo una promesa, sino una prenda, es decir, una anticipación, una anticipación concreta de lo que nos será dado. La Eucaristía es la «reserva» del Paraí-so; es Jesús, viático de nuestro cami-no hacia la vida bienaventurada que no acabará nunca.

En la Hostia consagrada, además del lugar, Jesús nos prepara el alimen-to, la comida. En la vida necesitamos alimentarnos continuamente, y no so-lo de comida, sino también de proyec-tos y afectos, deseos y esperanzas. Te-nemos hambre de ser amados. Pero los elogios más agradables, los rega-los más bonitos y las tecnologías más avanzadas no bastan, jamás nos sacian del todo. La Eucaristía es un alimen-to sencillo, como el pan, pero es el úni-co que sacia, porque no hay amor más grande. Allí encontramos a Jesús real-mente, compartimos su vida, senti-mos su amor; allí puedes experimen-

tar que su muerte y resurrección son para ti. Y cuando adoras a Jesús en la Eucaristía recibes de él el Espíritu San-to y encuentras paz y alegría.

Queridos hermanos y hermanas, escojamos este alimento de vida: pon-gamos en primer lugar la Misa, des-cubramos la adoración en nuestras comunidades. Pidamos la gracia de estar hambrientos de Dios, nunca sa-ciados de recibir lo que él prepara pa-ra nosotros.

Vivir eucarísticamentePero, como a los discípulos entonces, también hoy a nosotros Jesús nos pi-de preparar. Como los discípulos le preguntamos: «Señor, ¿dónde quie-res que vayamos a preparar?». Dón-de: Jesús no prefiere lugares exclusi-vos y excluyentes. Busca espacios que no han sido alcanzados por el amor, ni tocados por la esperanza. A esos lugares incómodos desea ir y nos pi-de a nosotros realizar para él los pre-parativos. Cuántas personas carecen de un lugar digno para vivir y del ali-mento para comer.

Todos conocemos a personas so-las, que sufren y que están necesita-das: son sagrarios abandonados. No-sotros, que recibimos de Jesús comi-

da y alojamiento, estamos aquí para preparar un lugar y un alimento a es-tos hermanos más débiles. Él se ha hecho pan partido para nosotros; nos pide que nos demos a los demás, que no vivamos más para nosotros mis-mos, sino el uno para el otro. Así se vive eucarísticamente: derramando en el mundo el amor que brota de la carne del Señor. La Eucaristía en la vida se traduce pasando del yo al tú.

Los discípulos, dice el Evangelio, prepararon la Cena después de haber «llegado a la ciudad» (v. 16). El Se-ñor nos llama también hoy a prepa-rar su llegada no quedándonos fuera, distantes, sino entrando en nuestras ciudades. También en esta ciudad, cu-yo nombre –«Ostia»– recuerda pre-cisamente la entrada, la puerta. Se-ñor, ¿qué puertas quieres que te abra-mos aquí? ¿Qué portones nos pides que abramos, qué barreras debemos superar? Jesús desea que sean derri-bados los muros de la indiferencia y del silencio cómplice, arrancadas las rejas de los abusos y las intimidacio-nes, abiertas las vías de la justicia, del decoro y la legalidad. El amplio pa-seo marítimo de esta ciudad llama a la belleza de abrirse y remar mar aden-tro en la vida. Pero para hacer esto

hay que soltar esos nudos que nos unen a los muelles del miedo y de la opresión. La Eucaristía invita a dejar-se llevar por la ola de Jesús, a no per-manecer varados en la playa en espe-ra de que algo llegue, sino a zarpar li-bres, valientes, unidos.

Abramos las puertas al SeñorLos discípulos, concluye el Evange-lio, «después de cantar el himno, sa-lieron» (v. 26). Al finalizar la Misa, también nosotros saldremos. Cami-naremos con Jesús, que recorrerá las calles de esta ciudad. Él desea habi-tar en medio de vosotros. Quiere vi-sitar las situaciones, entrar en las ca-sas, ofrecer su misericordia liberado-ra, bendecir, consolar. Habéis expe-rimentado situaciones dolorosas; el Señor quiere estar cerca. Abrámosle las puertas y digámosle:

Ven, Señor, a visitarnos. Te acoge-mos en nuestros corazones, en nues-tras familias, en nuestra ciudad. Gra-cias porque nos preparas el alimento de vida y un lugar en tu Reino. Haz que seamos activos en la preparación, portadores gozosos de ti que eres la vida, para llevar fraternidad, justicia y paz a nuestras calles. Amén.

Papa Francisco, 3 de junio de 2018

La Eucaristía es el pan que alimenta nuestros sueños más hermosos

Este año el papa Francisco celebró la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo con la comunidad parroquial de Santa Mónica, en la localidad de Ostia (Roma). Presidió la Eucaristía en la plaza y, seguidamente, tuvo lugar la procesión con el Santísimo Sacramento hasta la parroquia de Nuestra Señora de Bonaria, donde impartió la Bendición. Durante la santa Misa dirigió la homilía que publicamos a continuación.

Jesús busca espacios que no han sido alcanzados por el amor ni tocados por la esperanza

Sagrario de una de las capillas de la Casa de espiritualidad Santa María de Nazaret, en Palencia.

Page 8: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

Orar con el obispo del Sagrario abandonado

1514

S an Manuel lo tiene claro: «Ante todo advierto que el apostolado que ahora preconizo no es apos-

tolado de dar la razón a troche y mo-che, ni a ojos cerrados. El negar la razón a lo no razonable puede ser tan meritorio como darla a lo razonable» (OO.CC. III, n. 5117).

El papa Francisco, en la exhorta-ción apostólica Alegraos y regocijaos, insiste en la necesidad de pedir el don del discernimiento, para obtener la luz del Espíritu que nos ayude a mi-rar con ojos de fe los acontecimien-tos, a razonar si las mociones interio-res vienen de Dios o del diablo, a cre-cer en el cumplimiento de la volun-tad divina.

Este tiempo de adoración eucarís-tica es tiempo de luz, porque la ora-ción larga y serena ante el Señor Sa-cramentado, la escucha atenta del Evangelio, el examen de conciencia que lo que vamos haciendo, es lumi-nosidad que viene de lo Alto para so-segar nuestro espíritu y acertar a quién debemos dar la razón.

De entrada, es apostolado menu-do dar la razón a los que mandan. Porque suponemos que lo hacen con responsabilidad, buscando el bien común, cuidando a los más débiles y desfavorecidos, y siendo justos y equi-tativos en el reparto de los bienes. Pe-ro san Manuel advierte: «El error, el

vicio, el escándalo y lo que envuelve peligro de unos u otros males, expón-gase por quien se exponga, por alto que esté y preséntese como se pre-sente, no merece más que esto sólo: desprecio y reprensión» (OO.CC. III, n. 5117).

Oremos para que quienes ejercen la autoridad, tanto en el ámbito civil como eclesial, lo hagan siempre bus-cando el bien común y el acierto en sus decisiones.

Oración inicialOh Dios, Padre Creador, que has cons-tituido al ser humano a vivir en co-munión con los otros y has estableci-do la necesidad de una autoridad que oriente a todos hacia el bien común, haz que quienes ejercen el gobierno de pueblos, ciudades, regiones o na-ciones lo hagan con la fuerza moral de ser honrados, limpios, honestos y responsables, trabajadores y servicia-les, de modo que sean ejemplo para los ciudadanos a los que gobiernan. PNSJ.

Escuchamos la PalabraRm 13,1-5; Tit 3,1-2; 1Pe 2,13-14.

El bien comúnEl bien común reclama el desarrollo armónico, equilibrado, sostenido y sostenible de la naturaleza, el repar-

to equitativo de los bienes, la defen-sa de los derechos humanos, el logro de cultura, educación y sanidad bási-ca para todos los seres humanos.

Quienes ejercen la autoridad de-ben regirse por el orden moral de las leyes justas, con conciencia recta, res-petando a cada persona, evitando cualquier forma despótica, dictato-rial o autoritarista de gobierno. Es así como los ciudadanos están obligados, en conciencia, a obedecer y a consi-derar la dignidad de los que gobier-nan (cf. GS 74).

De su experiencia de ejercicio del ministerio episcopal, san Manuel nos invita a este apostolado menudo: «¡Cómo están pidiendo a gritos la paz de los pueblos, de las familias, de las comunidades, hermandades y agru-paciones de hombres y la amistad de los corazones y el buen orden de la vida la intervención y multiplicación de los apóstoles de dar la razón y por medio de su apostolado el apacigua-miento, el consuelo, la rehabilitación, la concordia, la cordialidad de las al-mas heridas y lastimadas por esta fu-nesta avaricia de no dar la razón al que manda!» (OO.CC. III, n. 5125).

La avaricia de no dar la razón al que mandaEn una sociedad huérfana de pater-nidad responsable, de políticos ho-nestos y de maestros vocacionados, el ejercicio de gobernar instituciones, familias y Estados se hace cada vez más difícil.

Lo que sucede hoy sucedía en tiem-pos de nuestro fundador: todo el mun-do cree poseer la verdad y desea qui-

tar la razón a su padre, a su amigo, al vecino o a cualquiera.

Así lo escribe san Manuel: «Yo creo que hay hombres y mujeres para los que el día más feliz de su vida sería aquel en que se convencieran de que en todo el mundo nadie llevaba razón más que ellos» (OO.CC. III, n. 5117).

A esta inclinación, a este pecado lo llama: «una nueva clase de avari-cia», la de no dar la razón a nadie.

«Y ahondando un poco en la psi-cología de este fenómeno tan exten-dido y tan intenso, de esa fuerte pro-pensión del corazón humano a qui-tar o no dar razón, me inclino a esta-blecer una nueva clase de avaricia: la de no dar la razón, como la hay de no dar dinero» (OO.CC. III, n. 5118).

Consecuenciasde esta nueva avariciaEnumeramos las más significativas:

• se niega la razón a un superior• cuanto más próximo es el supe-

rior, mayor avaricia de negarle la razón

• cuanta más categoría ejerce sobre mí, más ganas de quitarle la razón en todo

• cuanto más lejano de mí esté el su-perior, menos ganas o avaricia sien-to de quitarle la razón

• los propios hijos son los que qui-tan la razón a sus padres

• experiencia de un superior que se lamentaba de la indocilidad y du-reza de sus súbditos: «De ordina-rio, para los súbditos el mejor su-perior es el penúltimo».

Remedio a la avaricia de no dar la razónDice san Manuel González: «Contra el mal del amor propio, que no es otro ese taimado y levantisco avaro en dar razones, el remedio de la justicia, el de la caridad y el de la humildad de un corazón sinceramente cristiano y piadoso.

Y ante mi afán desordenado de co-mentar en público o a mis solas cada orden, precepto o consejo del que es-tá sobre mí o junto a mí con el gesto de la desconfianza o de la rebeldía, la mueca de la burla o del ridículo con la palabra de la duda, discusión o ter-giversación de las intenciones rectas... Frente a ese afán inconsiderado y te-merario de mi amor propio, la incli-nación habitual de mi espíritu a acep-tar generosamente la determinación, el consejo, el aviso, el ruego de mi su-perior» (OO.CC. III, n. 5123).

¿Por qué es tan bueno este reme-dio? ¿Cómo sucede en el ámbito ecle-sial y comunitario?

Mi superior tiene más asistencia de Dios que yo, más abundancia de datos, elementos de juicio y experien-

cia para acertar en lo que me manda. Es de justicia ser generoso con él.

Mi superior es como un padre conmigo; me dice lo que le duele de mi, de mi altanería, discusiones o re-beldía adolescente. Es de caridad amarle porque está ejerciendo esa misión de ser autoridad en el nom-bre de Cristo y como servicio a la vi-da comunitaria.

Mi superior puede equivocarse. No es perfecto. pero desde la humil-dad, no debo ser receloso de sus de-cisiones, ni quitarle la razón, ni im-ponerle la mía, ni comentar nada con otro iguales. Cristo aprendió, sufrien-do, a obedecer.

Oración final«Corazón de Jesús tan generoso en dar la razón al César en lo que es del César y tan sereno y apacible en ne-garla en lo que no lo es, multiplica en-tre tu pueblo los menudos apóstoles de dar la razón al que en tu nombre manda» (OO.CC. III, n. 5126).

Miguel Ángel Arribas, Pbro.

Rm 13,1

«Y dar la razón a los que están un dedo más alto que nosotros, con prontitud y sinceridad, sin reservas ni recámaras de segundas o terceras intenciones... ¡heroísmo, heroísmo!» (OO.CC. III, n. 5116). ¿Cuándo se debe dar la razón a los que mandan? ¿Qué es razonable y qué no? ¿Cómo discernir? ¿Qué criterios aplicar?

Que todos se sometan a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios

Detalle (avaricia y envidia) de «Mesa de los pecados capitales», El Bosco, 1505-1510. Museo del Prado, Madrid.

14

Page 9: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

XII Capítulo general de las Misioneras Eucarísticas

C on gozo y con un profundo sen-timiento de gratitud a Dios y a todas vosotras, y en nombre de

las hermanas del Consejo general y en el mío, os doy la bienvenida.

Comenzamos hoy a vivir una ex-periencia muy importante y signifi-cativa, pues es una alegría encontrar-nos y saber que aquí está la vida de nuestras comunidades, o sea, de la Congregación entera. Todas hemos sido convocadas, estamos aquí por-que nuestras hermanas han puesto su confianza en nosotras, para que siga-mos dando vida nueva a lo que el día 3 de mayo de 1921 empezó a nacer.

Venimos de varios lugares de Amé-rica y Europa, lugares donde estamos, impulsadas por esa llamada, y nece-sitamos estar por este tiempo sin pri-sa, aunque hayamos dejado grandes responsabilidades, sabiendo que el Señor habla a través de todos, espe-cialmente de los más pequeños.

Hemos invocado con fervor al Es-píritu Santo en la celebración de la Eucaristía. Deseamos ser muy cons-cientes de su presencia para vivir es-te acontecimiento bajo su protección. Él nos acompañará durante este tiem-po, lo necesitamos cerca. Sigamos pi-diendo que nos ilumine, que nos con-ceda un corazón atento y abierto, ca-paz de captar su paso, para que bus-

quemos con toda sinceridad cuál es la voluntad de Dios para nuestra Con-gregación.

Nos proponemos, para ello, aco-ger la invitación de san Pablo, «Rea-viva el don de Dios que hay en ti» (2 Tm 1,6), como lema para nuestro Ca-pítulo. Reaviva, es decir, haz activo y eficaz, el don que has recibido.

Elegidas para eucaristizarLa vocación es un carisma, una gra-cia, un don de Dios, y estamos llama-das y exhortadas siempre a reavivar este fuego, es decir, a dar oxígeno y combustible a una llama que no está apagada, de la que siempre permane-cen al menos las brasas ardientes ba-jo la ceniza.

Todo don de Dios es algo defini-tivo: «Los dones y la llamada de Dios son irrevocables», (Rm 11,29). Pero nuestra libertad, a la cual se confía ca-da don de Dios, es responsable de que arda o permanezca bajo las cenizas. Esto por designio de Dios, que nos eligió para esta vocación eucarística-reparadora, pero además, por deseo de nuestro fundador; sabemos que somos responsables de permitir al ca-risma que sea fuego y no solo brasas, de que el carisma viva de verdad, en nosotras y en la Familia Eucarística Reparadora.

El don de Dios es, podríamos de-cir, el «primer amor» (Ap 2,4), el fuego del amor primero que, quizá, podríamos haber ido disminuyendo y que estamos convocadas constan-temente a reavivar. ¿Cómo? Es dicho, en otro pasaje del mismo libro, a la Iglesia de Laodicea: «Sé ferviente y arrepiéntete. Estoy a la puerta llaman-do. Si alguien oye y me abre, entraré y cenaremos juntos» (Ap 3,19-20).

En definitiva, es necesario abrir la puerta al Señor para que haya esa co-rriente de aire que reavive el fuego del primer amor, del don de Dios que se nos ha encendido desde el comien-zo, que ha inflamado desde el inicio a nuestra Congregación, como lo hi-zo en el comienzo de la Iglesia el día de Pentecostés.

Lo que reaviva el fuego del don de Dios es el entusiasmo y la conversión, que permitirán a la Palabra y a la pre-sencia de Jesús entrar en nuestro co-razón y en nuestra sala capitular. Por eso, lo primero, a nivel personal, ca-da una reavivemos, hagamos emerger lo que hoy el Espíritu pide o sugiere a nuestro corazón.

Intercesión poderosaSolo de esta forma, nuestra vida y el trabajo que realicemos se reanimarán en la fuente del don de Dios, de la pre-sencia de Jesús y del Evangelio. «Abrid el corazón para acoger las mociones interiores de la gracia de Dios; am-pliad la mirada para reconocer las ne-cesidades más auténticas y las urgen-cias de una sociedad y de una gene-ración que están cambiando» (papa

Francisco, 8/11/2014). San Manuel González, nuestro padre fundador, estará muy presente. Él, sin duda, in-tercederá por nosotras y a él acudire-mos con frecuencia buscando la luz que nos permita ser fieles, hoy, al ca-risma que el Espíritu le regaló para bien propio, de la Congregación y de la Iglesia.

Finalmente, queremos sentir la presencia de las hermanas que, en to-das las comunidades de nuestra Con-gregación, realizarán con nosotras el

Capítulo, y también de los miembros de la Familia Eucarística Reparadora que están pendientes de este aconte-cimiento. La oración y el interés de todos por seguir el día a día de lo que viviremos, a través de Internet o de otros medios, será un apoyo muy va-lioso. Sentiremos también la presen-cia de tantas hermanas que nos han precedido. Aquí quiero tener un re-cuerdo especial para las veinte her-manas que han fallecido durante es-te sexenio. Desde la plenitud de Dios

que las envuelve estoy segura que nos acompañan, junto con nuestros pa-dres fundadores.

Encomendamos a nuestra Madre Inmaculada el trabajo capitular y los nuevos caminos que se abren a la Con-gregación como espacios de gracia y revelación de Dios. Con Ella y como Ella, queremos acoger y mantener nuestro «sí» al proyecto salvador de Dios para continuar eucaristizando el mundo.

Mª Leonor Mediavilla, m.e.n.

en la apertura del XII Capítulo generalComo informábamos en el anterior número de El Granito de Arena, el pasado 13 de junio dio comienzo el XII Capítulo general de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, un acontecimiento de gracia que se prolongó hasta el día 23 del mismo mes. Ofrecemos, en estas páginas, las palabras con las que la Superiora general del sexenio 2012-2018, hna. Mª Leonor Mediavilla, inauguró los trabajos capitulares.

Gozo y gratitud

1716

De izquierda a derecha, Hna. Mª Antonia Moreno, consejera general desde el año 2000, Mons. Manuel Herrero Fernández, o.s.a., obispo de Palencia, hna. Mª Leonor Mediavilla, Superiora general de los dos últimos sexenios y hna. Mª Teresa Castelló, Vicaria general desde el año 2006 y nueva Superiora general.

El obispo de Palencia presidió la Misa de apertura del Capítulo,en la mañana del 13 de junio.

Page 10: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

1918

XII Capítulo general de las Misioneras Eucarísticas

C on gozo y gratitud me dirijo a vosotras, hermanas capitulares, a las hermanas que tienen la

oportunidad de seguirnos en directo y a todas y cada una de las hermanas que formamos Nazaret. El XII Capí-tulo general ha sido un acontecimien-to preparado, orado, vivido y celebra-do por todas y cada una de nosotras. Todas lo hemos sentido como parte de nuestra existencia.

El lema que nos ha acompañado: «Reaviva el don de Dios que hay en ti», nos recuerda la llamada recibida, nos trae a la memoria aquella mirada de Jesús que a nuestro Padre “le de-cía mucho y le pedía más”, nos evoca la siembra de tantas hermanas que con su sentido de pertenencia han ido construyendo Nazaret, nos da la cer-teza de que el carisma permanece vi-vo, porque es el Espíritu Santo, dador de Vida, quien sigue encendiendo en nuestros corazones la luz de la fe, la fuerza de la esperanza y la constancia de la caridad, para seguir irradiando el desbordamiento de amor que se hace presente en la Eucaristía.

El sexenio que hemos concluido nos ha brindado una especial ocasión para reafirmar nuestras raíces carismá-ticas, gracias a varios acontecimientos:• La celebración del I Congreso In-

ternacional sobre la figura de nues-

tro Padre, que ha sido un “Fuego en el Corazón del mundo” y en ca-da una de las que formamos Na-zaret.

• El estudio de la actualización del carisma, que nos ha permitido ahondar en la esencia de nuestra espiritualidad, vida y misión.

• La canonización de nuestro Pa-dre, que nos ha ofrecido un testi-monio de vida realizada en pleni-tud y nos ha propuesto un cami-no: dejarnos eucaristizar para vi-vir eucaristizando.Junto a estos eventos el XII Capí-

tulo general ha significado, desde el momento mismo de su convocatoria y preparación, un signo más de que el Espíritu quiere «reavivar el don de Dios» en cada una de nosotras.

El trabajo capitular se ha centra-do, como todas sabemos, en el estu-dio y aprobación de las Constitucio-nes renovadas, que son nuestra hoja de ruta, el libro dónde está delineada la vida de una nazarena. Con esta cer-teza, cuando tengamos en nuestras manos el texto definitivo y aprobado de las Constituciones actualizadas, po-dremos llegar a decir, como los discí-pulos de Emaús, ¿acaso no arde nues-tro corazón al leerlas?

Asimismo nos encontramos en un momento histórico trascendental pa-

ra Nazaret, ya que en el año 2021 ten-drá lugar la celebración del Centena-rio de nuestra fundación. Si, herma-nas vamos a celebrar un año jubilar, un año de gracia del Señor. ¿Qué sig-nificado puede tener esta celebración en nuestra vida, en nuestras comuni-dades, en nuestra Congregación, en la Iglesia, en el mundo? Somos partí-cipes de la obra de nuestro Padre Fun-dador, somos continuadoras de la his-toria que han ido plasmando nuestras hermanas, desde aquel 3 de mayo de 1921, recordemos de manera espe-cial a nuestra Madre Mª Antonia y a nuestra Madre Mª de la Concepción.

Estamos llamadas a seguir alimen-tando nuestra vocación en las fuen-tes de la Eucaristía, a centrar toda nuestra existencia en el amor repara-dor. El agradecimiento ha de ser el motor que mueva nuestros corazo-nes a la generosidad, a la salida. Estas

palabras de nuestro santo fundador se siguen haciendo presentes para nuestro hoy: «El apostolado más efi-caz… y el que hoy quieren el Cora-zón de Jesús y la Madre Iglesia que se emplee, no por exclusión, pero sí con preferencia a todas las demás artes apostólicas, es el apostolado por me-dio de la Eucaristía (…) Orientar to-do nuestro ministerio a obtener o tra-tar de obtener que el Evangelio vivo sea conocido, el pan vivo sea comido, el maná escondido sea gustado, el Dios del sagrario sea reverenciado, la providencia que en él vive sea tenida

en cuenta y el Modelo vivo que en él se exhibe sea imitado» (OO.CC. III, nn. 4790 y 4812).

El papa Francisco en su reciente exhortación apostólica Gaudete et exultate nos ofrece un impulso para seguir alimentando nuestras comu-nidades con el Pan de la Palabra y de Pan de la Eucaristía: «Compartir la Palabra y celebrar juntos la Eucaris-tía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera» (n. 142). En estas pala-bras del papa encontramos la fuerza dinamizadora para llevar a nuestra realidad personal, comunitaria y pas-toral los cauces y las líneas de fuerza para este nuevo sexenio.

Con gozo y gratitud, que son las mismas palabras con las que he inicia-do, quisiera concluir nuestro XII Ca-pítulo general, haciendo también a ca-da una de nosotras una fuerte llama-

da a la esperanza, a la ilusión, al entu-siasmo, a la fraternidad, con la certe-za de que es el Señor quien dirige nues-tra vida, quien camina a nuestro lado. Con esta disponibilidad acojamos la invitación del profeta Isaías: “Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua. Señor, tú nos da-rás la paz, porque todas nuestras em-presas nos las realizas tú” (Is 26, 4.12).

Nuestra Madre Inmaculada con su Magníficat da gracias al Señor des-de el comienzo de su vida, se aban-dona siempre, incluso sin conocer con certeza los planes de Dios. A Ella, Mujer Eucarística, de la disponibili-dad y del abandono confiado enco-mendamos la siembra realizada por este XII Capítulo general.

Antes de concluir, pero no por ser menos importante, quiero dirigir un «gracias» a toda la Familia Eucarís-tica Reparadora, a nuestros familia-res, a nuestros amigos y conocidos, a tantos sacerdotes y religiosos, que nos han acompañado durante este tiem-po con su cercanía y oración. Un gra-cias profundo a las Hnas. Mª Leonor Mediavilla, Mª Antonia Moreno, Mª Lourdes Caminero y Mª Lourdes del Pozo por su entrega gratuita y gene-rosa en estos años de servicio a Na-zaret. Gracias también a las Hnas. Ana Mª Fernández, Mª del Valle Camino, Marta Mª Carreras y Mª Antonia del Sagrario Acosta, el nuevo equipo que me acompañará en este sexenio.

«Reaviva el don de Dios que hay en ti». Sigamos caminando con pro-fundo sentido de familia, reavivando e irradiando allí donde el Señor nos llama la buena nueva de la Eucaristía.

Mª Teresa Castelló Torres, m.e.n.

Unas de las funciones del Capítulo general es la elección de los miembros del Gobierno de la congregación para el siguiente sexenio (2018-2024, en este caso). En la mañana del sábado 16 de junio se procedió a la elección de la Superiora general, cargo que recayó en la hasta entonces Vicaria general, Hna. Mª Teresa Castelló Torres, valenciana. Ofrecemos, a continuación, las palabras de clausura del XII Capítulo general que pronunció la nueva Superiora general en la tarde del viernes 22.

Vivir con ilusión la certeza de que

es el Señor quien dirige nuestra vida, quien

camina a nuestro lado

Hermanas delegadas para el XII Capítulo general.

Gozo y gratitud por el pasadoEsperanza, ilusión y entusiasmo para el presente

Page 11: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

Familia eucarística, familia nazarenaXII Capítulo general de las Misioneras Eucarísticas

S i bien fueron 25 las hermanas ve-nidas de todo el mundo quienes se reunieron en Palencia, toda la

Congregación trabajó y oró activa-mente desde muchos meses antes del inicio de su celebración. Esto, que es así con ocasión de cada Capítulo, se ha visto potenciado con motivo de la redacción de las Constituciones reno-vadas, en las que cada hermana y co-munidad colaboró activamente y que,

Dios mediante, serán enviadas a la Santa Sede para su aprobación pon-tificia, tal como lo establece el Códi-go de derecho Canónico.

También la Familia Eucarística Reparadora, tal como lo afirmaron las Superioras generales saliente y en-trante, se hizo presente en este tiem-po de gracia con su oración, su inte-rés y el seguimiento a través de redes sociales, Blog Eucarístico e Internet.

Los nuevos medios, de esta for-ma, han ayudado a crear un ambien-te digital de confianza y hermandad, de fraternidad y alegría, de sentido de pertenencia y confianza en Dios.

En futuros ejemplares de El Gra-nito de Arena, ofreceremos nuevos do-cumentos, homilías y discursos sur-gidos con motivo del XII Capítulo general. En estas páginas de cierre de este suplemento especial, ofrecemos imágenes y palabras de hermanas de todo el mundo que se han sabido par-te de este evento tan importante pa-ra la Familia Eucarística Reparadora.

Mónica M. Yuan Cordiviola, m.e.n.

El XII Capítulo general de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret fue un evento que involucró, de una forma u otra, a cada una de las hermanas y, también, a los miembros de la Familia Eucarística Reparadora.

20

Tuvimos una experiencia extraordinaria. El día del Corazón de Jesús no pudimos hacer las compañías por las comuniones y confirmación y lo dejamos para el siguiente viernes y por la gracias del Espí-ritu Santo ese mismo nos dijeron que el sábado era la elección de la Madre y su Consejo. Fue la compañía toda la noche ante el Santísimo, espe-cial para el capitulo. Una experiencia maravillosa.Mª Blanca Ventura, m.e.n. (Quito)

El capítulo ha sido un momento de gracia en el «aquí» y «ahora» de nuestra Congregación y por ella para la Iglesia y el mundo. Me ha motiva-do mucho en la preparación y viven-cia el lema «reaviva el don de Dios que hay en ti» he pedido con todas mis fuerzas que se reavive en todas nosotras el don del carisma pues so-lo así seremos significativas y fecun-das en la Iglesia y en el mundo.

Mª del Carmen Ruiz, m.e.n. (Huelva)

Me sorprende ver cómo el Señor nos acompaña y nos va guiando a cada

momento de nuestra vida, y se hace presente a través de personas y acon-

tecimientos tan concretos. Creo que la celebración del XII Capítulo ge-

neral ha sido uno de estos momentos de gracia. El Dios de las sorpresas

ha venido a nuestro encuentro, nos ha hecho arder el corazón y reavivar

el don que gratuitamente hemos recibido. Es tiempo de dar gracias, por

todo el camino recorrido hasta ahora, y por lo que vendrá. Me da mucha

paz y alegría sentir que el Señor nos confirma en nuestra vocación y vuel-

ve a enviarnos a la misión. Una misión compartida con toda la Familia

Eucarística Reparadora y que la Iglesia y el mundo de hoy esperan y ne-

cesitan. Un tesoro que se nos ha regalado y que brilla y vale más cuando

lo compartimos con los demás. ¡Don y tarea! ¡Gracias Señor!Mª Andrea Chacón Dalinger (Roma)

Desde que se convocó al Capí-tulo Gral. y durante el mismo lo

viví en oración intensa junto a mis hermanas y demás miembros

de la FER de Rosario, Argentina, muy unidos a la Congregación.

Con expectación. ¡Orando!Raquel Mª Farías, m.e.n (Rosario)

El martes 12 de junio, día previo al inicio del XII Capítulo, las capitulares realizaron una excursión a Aguilar de Campoo y visita a la exposición «Las Edades del hombre».

A la izquierda: Integrantes del nuevo Gobierno general rezando en la Capilla del Nazaret de Palencia (Santo Domingo), Casa Madre de la Congregación.

21

Page 12: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

2322

D. José Mª, si bien es en este año que han comenzado propiamente las obras de construcción, la historia de la pa-rroquia es, seguramente, más antigua. ¿Nos contaría brevemente estos pri-meros pasos de la parroquia san Ma-nuel González?¡Con mucho gusto! En diciembre de 2010 se erigió la parroquia y fui nom-brado párroco. Había un solar que es-taba destinado a una nueva parroquia pero solo contaba con el terreno y una valla que marcaba sus límites.

Sin embargo, con templo o sin él, ya éramos una naciente Iglesia, por lo cual comenzamos a hacer los trá-mites para contar con una pequeña edificación, un barracón, donde po-der tener las celebraciones. Mientras tanto, todos los domingos se cele-braba la Misa al aire libre. No cesa-mos de agradecer a Dios que, hasta que no tuvimos este templo tempo-ral, nunca llovió los domingos por la mañana.

En abril de 2012 pudimos comen-zar a celebrar dentro de esta estructu-ra provisional. Fue el Jueves Santo el día que inauguramos este barracón

como templo y, por si faltaban signos, ¡ese día diluvió! Fue un día muy bo-nito, en el que comprendimos con ma-yor hondura, cuánto nos cuida Dios.

Sin embargo, la parroquia es mucho más que una estructura, un templo, una serie de salones... ¿Cómo se co-menzó, simultáneamente, a construir esta Iglesia de piedras vivas?Nada más recibir este encargo pasto-ral, comencé a pedir a Dios que en-viara personas que sacaran esta aven-tura adelante. Y comenzaron a venir, con muchísima ilusión. El barracón ayudó mucho, porque sin unos salo-nes ni un templo era muy complica-do sentirse una familia congregada. A partir de abril del 2012, por tanto, fue posible seguir adelante, con mu-cha fuerza, este proyecto. Comenza-ron las catequesis y reuniones de otros grupos parroquiales y comenzaron a acercarse muchas familias más.

Ahora, sin embargo, el barracón ya no está porque se están poniendo de-cenas de miles de ladrillos, vigas, ce-mento, y demás materiales para la

construcción del templo definitivo. Han pasado más de cinco años des-de aquella erección de la parroquia y su nombramiento como párroco has-ta la colocación de esta primera pie-dra. ¿Cómo surgen los planos, las ideas y el arte que habrá en esta parroquia?Se vio necesario hacer una especie de concurso de arquitectos y se presen-taron unos 14. A todos los que esta-ban interesados en presentar un pro-yecto se les explicó quién era san Ma-nuel y qué características tenía que tener esta nueva iglesia. Como nos había dicho desde un inicio el arzo-bispo de Madrid, debía ser un tem-plo eucarístico, porque la parroquia tenía que ser profundamente eucarís-tica. El que fue finalmente seleccio-nado, en efecto, tiene una arquitectu-ra muy adecuada, porque está toda ella enfocada al Sagrario. Nada más entrar, podremos encontrarnos con el Señor en el Sagrario.

Las obras, desde sus mismos cimien-tos nos permiten ver un templo am-plio y espacioso, que invita a la ora-ción y a la celebración comunitaria. ¡Muy al estilo de san Manuel Gonzá-lez! ¿Cómo han ido surgiendo y cre-ciendo estos sueños y anhelos?Yo tengo muy claro que esta parro-quia es un verdadero y total milagro de generosidad. En plena crisis co-menzamos a soñar y construir y se-guimos soñando y construyendo. Y, lo que más claro me demuestra que es un milagro de Dios es que no hay un gran apoyo económico por detrás, sino miles de pequeñas generosida-des, muy similares a la ofrenda de la viuda en el templo, en quien se fijó Jesús. Y... ¡ cuánto me hace recordar a lo que vivió san Manuel hace 100

Resonancias en nuestra Iglesia de hoy

«Allá por el año 1918, siendo a la sazón obispo de Olimpo y Administrador apostólico de la diócesis de Málaga, me metí en la locura (así la llamaban no pocos amigos cuerdos) de levantar lo que, mientras fue sueño, llamé mi seminario y, cuando fue realidad, el seminario del Corazón Eucarístico de Jesús» (OO.CC. II, n. 1917).

Querido don Manuel: Como bien narras con tu atrayente estilo andaluz, hace 100 años comenzabas una historia llena de aventuras por amor a Jesús Eucaristía y al pueblo que se te encomendó. ¡Estamos festejando un centenario! No puede ser simple casualidad, por tanto, que en este año haya comenzado en San Sebastián de los Reyes (Madrid) la construcción de una parroquia que lleva tu nombre. Entrevistamos a quien se siente agradecido y humilde sucesor tuyo en esta tarea de acercar las almas a Dios y a Dios a las almas, D. José Mª Marín, su párroco.

Verdadero milagro de generosidad

años comenzando a soñar y construir su Seminario! ¡Cuántas pequeñas ofrendas con valor infinito! Hay más de 500 familias colaborando y colo-cando su pequeño –e indispensable– granito de arena.

Yendo a lo material y económico. ¿Có-mo se están cubriendo estos gastos de construcción que, seguramente, no son para nada pequeños?En primer lugar contamos con sus-criptores que mensualmente hacen una aportación que es lo que nos ha permitido comenzar. Además, se rea-liza un mercadillo y una cena benéfi-ca. Hay, también, un grupo de seño-ras que vienen a coser y todo lo que recaudan queda para seguir cubrien-do gastos de la obra.

Enternece ver de dónde viene, mu-chas veces, el dinero. A los niños, in-cluso, se les ha ocurrido la idea de pa-sar la hucha a los invitados durante la fiesta de su primera Comunión y to-do lo que recaudan lo entregan, con

ilusión indescriptible, para la cons-trucción de su parroquia.

Ha habido dos bendiciones especia-les en el comienzo de las obras: la de la primera piedra por parte del papa y la de las obras. ¿Qué han significa-do ambos momentos?La bendición del papa fue un verda-dero regalo. Lo solicitamos a Roma y, no solo que nos lo concedieron, si-no que la fecha asignada fue el miér-coles previo a la canonización de D. Manuel. ¡Vaya regalo! Más aún por-que compruebo que la gente de la pa-rroquia crece, cada día, en su devo-ción a su santo patrono. La peregri-nación que con estos dos motivos –bendición y canonización– se orga-nizó a Roma estuvo formada por 150 personas. Todos lo vivimos con mu-chísima ilusión, más aún al ver cómo el papa tocaba la piedra y rezaba, bre-vemente. Sentimos que era mucho más que bendecir una piedra, estaba rezando, aun sin conocernos, por ca-

da uno de nosotros, piedras vivas de esta parroquia.

La bendición de las obras también fue un momento muy especial ya que sentimos cómo nuestro obispo y pas-tor ha querido acercarse y animarnos en esta tarea. Vino D. Santos Monto-ya, obispo auxiliar de Madrid, y nos ayudó a comprender cuán importan-te es nuestra labor, la de cada uno, en la evangelización. ¡Cuánta gente po-drá acercarse al Señor, a los sacramen-tos, a las celebraciones, gracias a nues-tra labor callada y constante! Más aún, nos desafió para que seamos cristia-nos verdaderamente eucarísticos, que formemos un templo donde la cari-dad brote naturalmente de nuestra conciencia y vivencia sacramental. La gente se sintió muy implicada y deci-dida a colaborar en Cáritas, pastoral familiar y juvenil, catequesis y demás actividades e iniciativas parroquiales.

En una obra tan grande seguramen-te los tiempos pueden variar pero,

D. José Mª Marín, párroco de San Manuel González. Al fondo, estado de las obras.

Page 13: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

24

Herederos de un carisma

N o es posible hablar de un caris-ma prescindiendo del pasado, pero tampoco del presente y

de lo que de este pasado (más remo-to o más próximo) ha ido haciéndo-se carne en nosotros. El carisma reci-bido necesariamente ha de renovar-se porque está llamado a encarnarse en cada época y lugar. Se cambia por fidelidad, para ser fiel a lo esencial, buscando cómo anunciar a Jesucris-to desde el carisma fundacional. Es decir, no cambiamos por cambiar, no buscamos cambiar simplemente por adaptarnos a los tiempos. Cambia-mos por fidelidad.

La vuelta a las fuentes, a nuestras raíces, al proyecto fundacional, no puede ser signo de mera nostalgia por lo pasado, de la tentación de volver atrás porque parecía que estábamos mejor, porque vivíamos al pie de la letra las enseñanzas del fundador.

Con espíritu renovado y fielVolvemos a las fuentes para poder lan-zarnos hacia delante con la sabiduría de nuestro pasado, de nuestra histo-

ria. Y se mira hacia delante porque es hacia el futuro hacia donde nos guía el Espíritu, no solo como una salida de urgencia a una situación de super-vivencia, sino como una llamada. Se mira hacia delante como un rasgo constitutivo de nuestro carisma, de sentirnos enviados a que nuestro mun-do y la entera creación sean un refle-jo de la gloria divina, participando en la misión de Jesús en la construcción del Reino. Y entre el pasado y el futu-ro, entre la mirada hacia atrás y la mi-rada hacia delante, el tiempo presen-te se nos regala como tiempo de cam-bio, de transformación, de renova-ción, de conversión, y por esa misma razón como tiempo de reparación.

La acción constante del Espíritu no es un hecho episódico. Precisa-mente porque se trata de una expe-riencia que es por su naturaleza in-trínsecamente carismática en su trans-misión y en su consiguiente encarna-ción conserva una creatividad siem-pre nueva y actual.

El carisma del fundador infunde a la gracia de la vocación de sus segui-

dores una potencia dinámica de adap-tación a las diversas circunstancias de una época.

Que todos los que formamos la Familia Eucarística Reparadora po-damos hacer realidad este Mensaje del papa Benedicto XVI: «A lo largo de los siglos, el cristianismo se ha co-municado y se ha difundido gracias a la novedad de vida de personas y co-munidades capaces de dar un testi-monio eficaz de amor, de unidad y de alegría» (Mensaje a los participantes en el II Congreso mundial de los movi-mientos eclesiales y de las nuevas comu-nidades, 22/5/2006).

Pedimos la intercesión de la Vir-gen, «¡la Inmaculada! ¡La más María de todas las Marías!» (OO.CC. I, 648).

Mª Teresa Castelló Torres, m.e.n.

25

En marzo de este año, con motivo de un nuevo centenario de la fundación de la Familia Eucarística Reparadora, comenzábamos esta sección que tenía por objeto ayudarnos a redescubrir y valorar el inmenso don (carisma) que hemos recibido. Ofrecemos, a continuación, la conclusión del mismo, en el que se explica que solo se puede ser fiel si se busca responder con creatividad y audacia a las situaciones de cada tiempo y lugar.

La novedad que brota

de lo antiguo

¿hay alguna estimación sobre las fe-chas de finalización de las obras o, al menos, algunas de las fases en que es-tá dividida?La idea es terminar las obras de esta primera fase en junio de 2019. Sin embargo, entonces será necesario tra-mitar numerosas licencias. Si Dios quiere, podríamos inaugurar en sep-tiembre-octubre de 2019... ¡aniversa-rio de la canonización!

Para entonces no estaría todo ter-minado. Quizás la capilla de adora-ción aún no estará completa o inclu-so al retablo le falte alguna parte. Pe-ro, por supuesto, será posible celebrar la Eucaristía, estarán los bancos, la iluminación, etc. Incluso habrá salo-nes donde poder tener reuniones y catequesis.

Mónica M. Yuan Cordiviola, m.e.n.

El Sagrario: pequeña locura de amor«Siempre soñé que el Sagrario es-tuviese inspirado en aquel que tan bellamente diseñó y describió san Manuel para el Seminario de Má-laga. A los arquitectos se les expli-có, desde un principio, que el cen-tro de la parroquia debía ser el Sa-grario, de tal forma que cuando al-guien entra en el templo le quede muy claro que aquí está Jesús. Por esto todo está enfocado hacia Je-sús Eucaristía en la arquitectura.

No estamos construyendo so-lamente un lugar para celebrar si-no también un espacio para la ora-ción, para el encuentro personal con Dios, con Jesús Eucaristía. Es en este sentido que mucha gente

está empeñada en eso que les gus-ta llamar una pequeña locura de amor: la de sentirse constructores de este Sagrario tan especial, el Sa-grario de su parroquia, donde vivi-rá Dios en medio de ellos.

Será un Sagrario grande (1,70 m de alto), estilo sevillano y tendrá tres esmaltes: la Virgen comulgan-do de manos de san Juan (porque aquí queremos tratar a Jesús como ella lo hacía), san José y la virgen mostrando al Niño Jesús (invitan-do a la adoración) y Jesús enseñan-do a los niños (para que sea el mis-mo Señor quien nos enseñe a ser ofrenda eucarística)».

José Mª Marín, párroco

Un grupo de Marías, feligresas y Misioneras Eucarísticas que asistieron a la Misa de bendición de las obras de la nueva parroquia. En el recuadro, D. Santos Montoya, obispo auxiliar de Madrid, bendice las obras.

Page 14: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

2726

Palabras de santo

E n la revista El Granito de Arena nuestro autor dedicó a la pasto-ral catequética una sección lla-

mada «De mi Catecismo». El libro que hoy comentamos recopila algu-nos de los escritos que aparecieron en dicha sección. El título se inspira en la parábola evangélica: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas» (Mt 13,31-32).

Con estos versículos del Evange-lio da comienzo el libro. Este se pre-senta como la segunda serie de Par-tiendo el pan a los pequeñuelos (1923), con el subtítulo: «Notas del gran mun-do de la gente menuda». El plan del libro consta de dos partes: 1) el terre-no en que hay que sembrar y 2) có-mo hay que sembrar. Según D. Da-niel Padilla, las ideas fundamentales son: «a) El elogio de las cosas peque-ñas y la grandeza de Dios en lo míni-mo y cómo un catequista siembra gra-nos de mostaza y recoge árboles fron-dosos; b) El alma de los niños es co-

mo un terreno virgen y sin explorar, de muy buena calidad. El catequista tiene que llegar primero a ese terre-no y realizar una generosa siembra; c) Lecciones de vida, modos de en-señar a los niños a hacer oración an-te el Sagrario, así como prepararse pa-ra la comunión o la acción de gracias; d) Cuando en un alma sencilla se siembra la fe, se puede esperar una cosecha de paz y gracia» (Fuego en el corazón del mundo. Libro de actas del Congreso Internacional Bto. Manuel González, p. 173).

Al aparecer la primera edición, las páginas de El Granito lo anunciaban con estas palabras: «Es uno de los li-bros que más interés ha despertado. Apenas salido de la imprenta está ha-ciendo honor a su nombre extendién-dose y propagándose con la rapidez del granito de mostaza, a pesar de ser

Dentro del amplio abanico que don Manuel abordó con su pluma, uno de los temas pastorales más desarrollados fue el de la catequesis, y especialmente la catequesis destinada a los más pequeños. Sembrando granos de mostaza, libro publicado en 1931, es un claro ejemplo de ello. Sus páginas recogen anécdotas del mundo de los niños que revelan el alma infantil y proponen modos para cultivarla.

el más menudo de nuestra Bibliote-ca, no en su tamaño sino en días de existencia. Los pedidos a la Adminis-tración de El Granito de Arena, Pla-za de San Francisco, 1 – Málaga» (El Granito de Arena, 5 y 20 de junio de 1931, p. 328). Y los pequeños grani-tos de mostaza continuaron propa-gándose hasta alcanzar 4 ediciones (1931, 1938, 1947 y 1957).

¡Todos sembradores!Dejemos que María de Echarri, una entusiasta lectora de los libros de don Manuel, nos transmita su opinión acerca de esta nueva publicación del santo obispo andaluz: «Había ya su autor, el excelentísimo señor Obispo de Málaga, sembrado en la tierra de las almas granitos de arena, granitos de sal… Había hecho vibrar los co-razones de chicos y grandes con sus

libros rebosando ternura, ingenio y sobre todo amor, amor a Jesús Euca-rístico, al Corazón del Amor divino… Teníamos Mi comunión de María, Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el Sagrario, Apostolados menudos, Ore-mos en el Sagrario, etc., etc. El último libro, más último ahora que no pode-mos saber cuándo ni cómo podrá la pluma fecundísima del virtuoso Pre-lado producir nuevas páginas de las que se leen sin descanso, porque cuan-do se ha leído uno de estos granos de mostaza, que exhalan a veces perfu-me de una piedad ingenua que pone lágrimas en los ojos, y otras perfume y aroma de una gracia que hace son-reír y disfrutar, todo ello encerrado en el jardín de las almas de los niños andaluces, no se contenta el lector con ese solo granito, pide otro, y otro, y más, y hasta que los acaba todos,

agradecido desde lo más íntimo de su corazón al ya antiguo conocedor y amador de los pequeños, fundador de las escuelas del Polvorín de Huel-va, porque nos ha regalado con ese fruto tan jugoso y tan provechoso, que tanto bien está llamado a hacer, si no es que él, como sus hermanos mayores, ha perecido en el incendio que manos criminales encendieron en el Palacio Episcopal.

En su introducción habla el autor de estos granitos de mostaza de las cosas grandes que hace Dios con co-sas chicas, en el orden natural, en el orden sobrenatural, y tiene en este úl-timo párrafo frases tan hermosas co-mo éstas: ¿Para qué poner más ejem-plos, locuras de rumbo de Dios a fa-vor de las cosas chicas? ¿No es nues-tra religión bendita la religión del pe-renne engrandecimiento y de la eter-

La alegría del sembrador

Los dos mejores libros de un maestro«Los dos mejores libros de un maestro son el niño y el Evangelio. Cómo se han de leer esos libros, como todos los libros: con dos ojos. El libro del Ni-ño hay que leerlo con el ojo de la observación constante y con el de la paz, pese a todas las protestas y rabietas del genio, de los nervios y del mal hu-mor. El libro del Evangelio hay que leerlo a través de la limpieza del corazón y de la luz de la lámpara del Sagrario. Cuando se lee el Evangelio con cora-zón limpio y con luz de Sagrario, se aprenden estas dos grandes lecciones que compendian toda la vida y toda la fecundidad del verdadero maestro:

Lección 1ª: El Maestro Jesús no enseñó nada que antes no hubiese prac-ticado. Antes de ser maestro de palabras hay que serlo de ejemplos. ¿Que-réis que vuestros educandos aprendan a ser de Jesús, a ser otros Jesús? Sed vosotros de Jesús: sed otros Jesús…

Lección 2ª: San Pablo pudo definir al Maestro Jesús y sintetizar toda su obra en estas palabras: «Me amó y se entregó a sí mismo por mí». A me-dida que el maestro o la maestra se acerque a ese amor y a esa entrega por sus discípulos, se acerca al tipo del verdadero Maestro, es más maestro». (4ª edición, pp. 213-215).

Imágenes: Portadas de las 4 ediciones de Sembrando granos de mostaza.

Page 15: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

28

El Evangelio a la lámpara del Sagrario

29

na glorificación de lo chico, que es el pesebre de Belén, la oscu-ridad de Nazaret, la Cruz del Calvario, el silencio y el abando-no del Sagrario de Jesús, las gotas de lágrimas de los penitentes y portadores de la cruz, de sudor de los Apóstoles, de sangre de los mártires y el aroma como de incienso quemado de tanto sa-crificio oculto y no agradecido? (…) El mismo que en su libro Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el Sagrario escribió una de las páginas más hermosas y consoladoras sobre los sembra-dores de las almas, insiste en Granitos de Mostaza en la necesi-dad de sembrar, sembrar sin descanso, sin desalentarse, y nos enseña de qué modo se debe hacer la siembra en los pequeños (…) Que todos cuantos puedan se hagan con el libro… Hoy, que al alma de nuestros niños se la quiere ahogar en un ambien-te de indiferencia que se convertirá en uno de impiedad, estos granitos deben de multiplicarse, deben de darse a conocer a los pequeños…

Se me dirá tal vez que si se quemó la edición, basta que se haga otra. Pero, en estas horas de amargura intensa para los que militamos en las filas de Cristo, ¿habrá quien pudiendo se nie-gue a gastarse unas pesetas en editar de nuevo estos Granitos de Mostaza que reunió el celosísimo Prelado, ausente hoy de su diócesis, sellado con el sello de la persecución y de la cruz, con el solo fin de que se sembrase por toda nuestra patria?» (Escri-to para La Gaceta del Norte, de Bilbao, en El Granito de Arena, 20/08/1931, pp. 476-479).

Dichos, hechos y leccionesEn el tercer tomo de las Obras Completas de san Manuel, dedi-cado a los escritos catequísticos y de liturgia, se incorporan, con el título Dichos, hechos y lecciones, una selección de textos extrac-tados de sus dos libros Sembrando granos de mostaza y Partien-do el pan a los pequeñuelos (OO.CC. III, nn. 4436-4685).

Esta selección de sus mejores páginas catequéticas había si-do incorporada, junto con los folletos Todos catequistas y Carti-lla del catequista cabal, a la quinta edición del libro de don Ma-nuel La gracia en la educación (1985), con el fin de que el volu-men «resulte adecuado instrumento de trabajo a todos los edu-cadores, catequistas y almas comprometidas en la fiel transmi-sión del mensaje de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida», según palabras del autor del prólogo, Dr. Andrés Molina Prieto.

En estas breves pinceladas podemos ver que muchas y valio-sas enseñanzas nos transmiten las páginas de pedagogía prácti-ca escritas por nuestro santo obispo catequista. Leyendo Gau-dete et exsultate, la última exhortación apostólica del papa Fran-cisco, vemos también mucha sintonía en los mensajes de sus au-tores. Ambos nos invitan a vivir la fe con paciencia y mansedum-bre, alegría y sentido del humor, audacia y fervor, prestando atención a los detalles, en comunidad, en oración constante. Y todo y siempre: ¡a la luz de la lámpara del Sagrario! Queridos lectores: disfrutemos de estas lecturas que la Iglesia nos ofrece, demos gracias a Dios por el don de la fe y ¡buena siembra!

Mª Andrea Chacón Dalinger, m.e.n.

Como en todos los números de El Granito, ofrecemos una selección de textos de san Manuel González relacionados con el Evangelio de cada domingo. En el Blog Eucarístico (noticias.uner.org) se pueden encontrar las de las solemnidades que no caen en domingo o que no pueden incluirse por motivos de espacio.

Domingo 22 de julioXVI Tiempo OrdinarioMc 6,30-34: Como ovejas sin pastor.«Y veréis cómo el reposo precipita al fondo de vuestra conciencia las miserias y torpezas de la parte del hombre y hace flotar las maravillas de misericordia y gracia de la parte de Dios... Y ¿os parece poco ir sabiendo en cada obra que hace-mos, en cada beneficio o persecución que reci-bimos la parte de Dios para agradecerla y secun-darla y la parte nuestra para corregirla, si es de-fectuosa, reforzarla, si es débil, anularla, si es per-judicial, o guardarla perseverante, si es buena? Vuelvo a deciros, ¡a descansar un poco todos los días en el Sagrario!, ¡a estar a solas con Dios! Trabajad con vuestros pies, con vuestras manos, con vuestra boca, con vuestra cabeza, con todo vuestro corazón... pero, ¡por Dios!, que no olvi-déis el trabajar de rodillas..., esto es, ¡descansad un poco!» (OO.CC. I, n. 512-513).

Domingo 29 de julioXVII del Tiempo OrdinarioJn 6,1-15: Les repartió cuanto quisieron «Madre Inmaculada, repetidas veces he leído el Evangelio de la multiplicación de los panes y los peces y meditado que esa milagrosa multiplica-ción de alimento corporal era anuncio, ejemplo y prenda de la otra más milagrosa de alimento del alma, ¡la multiplicación de la sagrada Euca-ristía!, pero hasta hoy no me he detenido en el significado de aquel comer hasta hartarse, del Evangelio. Y para seguir la comparación me he hecho esta pregunta: Cuando recibo cada día el Pan celestial de la divina multiplicación, ¿come también mi alma hasta hartarse? ¡Cuántas con-

solaciones y enseñanzas presumo sa-car de enterarme bien de esa hartu-ra! ¿Quieres ayudarme, Madre? ¡Me tienen tan acostumbrada mi flaqueza y mi sensualidad a no tomar en cuen-ta ni en estima las cosas de mi alma!» (OO.CC. I, n. 1233).

Domingo 5 de agostoXVIII Tiempo OrdinarioJn 6,24-35: El que viene a mí no tendrá hambre.«El Jesús del Sagrario está callado, se ha obligado a perpetuo silencio. Y no obstante lo riguroso e impenetrable de éste, cualquiera que tenga oídos y se acerque a las puertas de los Sagra-rios, que se ha buscado para vivir en la tierra Sacramentado, oirá que del fondo de ellos surge a modo de sus-piro, que las más de las veces suena a grito de angustia, el ¡sitio! de su últi-ma hora de Cruz. ¡Sed y hambre in-saciables de corazones, que lo coman y gusten en su Comunión y Evange-lio, lo vivan por sus Mandamientos, se reformen por su Gracia y se trans-formen por su Espíritu Santo en Él...!» (OO.CC. III, n. 5220).

Domingo 12 de agostoXIX del Tiempo Ordinario Jn 6,41-51: Yo soy el Pan vivo que ha bajado del cielo.«¡Dios mío! qué pregunta más tris-te se me ocurre hacer al repetir esa palabra: ¿Por qué comulgando tan-tos quedan todavía tantos hombres-hombres y se ven tan pocos hom-bres-hostias? ¿Por qué hay entre los que comen a diario a Cristo tan po-ca asimilación de Él? La respuesta no es dudosa: porque se le come mal. ¿Por falta de hambre?, ¿de limpieza de alma?, ¿de paladeo? Indudable-mente cada una de esas faltas impi-

den o retardan la nutrición y asimi-lación. Y, además, porque nos empe-ñamos en ir al Sagrario por camino opuesto al que trae Jesús para llegar a él. Él llega al Sagrario después de haber pasado por el Calvario; no se hace sacramento de mi Comunión, sino después de ofrecer su ser en sa-crificio; no se hace Pan de vida mía, sino haciéndose Cordero de Dios. Es Belleza, Poder y Palabra de Dios; pero se oculta, está inmóvil y se ca-lla. Mi Comunión es participación de su Sacrificio. ¡Ése es el camino pa-ra el Sagrario!» (OO.CC. I, n. 1166).

Domingo 19 de agostoXX del Tiempo OrdinarioJn 6, 51-58: Mi carne es verdadera comida.«Si mi Comunión no es sólo comida de Pan vivo, sino fruto y participación de la Misa, es comida de Pan vivo sa-crificado, del Cordero inmolado, de la Hostia santa, pura e inmaculada, ¿de qué mejor modo puedo y debo expresar mi gratitud que trabajando por hacer mi alma un cordero de sa-crificio, una hostia, y poner en todas sus obras el olor, el color y el estilo y la forma del Cordero? Si el fin de la

comida es la asimilación, ¿el fin de mi Comunión habitual del Cordero de Dios no debe ser mi estado de corde-ro? Es decir, ¡hostia por Hostia! Ésta es la gran acción de gracias» (OO.CC. I, n. 1202).

Domingo 26 de agostoXXI del Tiempo Ordinario Jn 6, 60-69: ¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.«¡Singular contraste! Jesús, tan con-descendiente en dar el pan del cuer-po aun sin pedírselo, se muestra solí-citamente riguroso en no dar el Pan del alma, su Eucaristía, sino a los que lo desean, tienen hambre de Él y con instancias se lo piden. La primera vez que anuncia su Pan, que es Él mismo, dado en comida, provoca asombro, horror y huidas en la mayor parte de los que le oyen. ¡No se inmuta! An-tes impele a los que quedan a su lado a que se pronuncien explícitamente si quieren o no su Eucaristía. ¡Qué bella confesión de hambre de Jesús profiere san Pedro!... “¿A quién ire-mos? Tú tienes palabras de vida eter-na”» (OO.CC. I, n. 1049).Recopilación: Sergio Pérez Baena, Pbro.

El Callado del Sagrario sigue hablando

«Milagro de los panes y los peces». Giovanni Lanfranco, 1620. National Gallery of Ireland. Dublín.

Page 16: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

30

Con mirada eucarística

3030

A l lado de nuestra casa hay un co-legio. A la hora del recreo pue-den escucharse los gritos casi

alarmantes de los niños que encum-bran la alegría hasta los cielos. Aun-que hayan hecho su pausa estival, no quiere decir que no sigan existiendo. El paréntesis vacacional nada elimi-na, todo sigue el curso natural de su existencia.

Tomados de la manoTodas las mañanas, a la misma hora de nuestro camino a misa, el abuelo y la nieta caminan cogiditos de la ma-no. Los perdemos de vista cuando do-blan la esquina ensimismada, casi al mismo tiempo en el que cada uno en-tramos en nuestra propia y particular puerta: ellos al cole, nosotros a la igle-sia. La sonrisa del hombre, a través de la cual nos dice buenos días, se alarga por el brazo que termina en los dedos que enlazan otros dedos. La niña, con su síndrome de Down guardado en su mochila, nota la fuerza del cariño co-bijado entre su palma. Bello diálogo de mano contra mano que seguirá exis-tiendo más allá de todos los veranos.

Aunque el verano es el tiempo ideal para el diálogo, tiempo para co-gerse de la mano y expresar los senti-mientos que llevamos dentro y deja-mos para luego, los dejamos para otra ocasión más conveniente. Ahora es el mejor momento para dar lugar a la caricia que nos cuesta, para que el be-

so que se nos resiste acuda solícito hasta el lugar que estamos deseando y que tanto echamos de menos. El ve-rano es el mejor momento para los encuentros, para buscar y devolver encuentros que tan pesados se nos han hecho a lo largo de los fríos del invierno. Que crezcan los abrazos tan largos como son los días.

La mirada visibleA veces ni siquiera es necesaria la pa-labra. Basta un gesto. Por las tardes, sin nubes que lo estorben, el sol se oculta lentamente con un incendio de todos los colores. El rojo insultan-te del vino y las amapolas, al amarillo esperanzador de los trigales, el azul pausado de una virgen, el amoratado del dolor, el cárdeno de la alegría, el blanco más visible... todos están en la custodia que forma el poniente en su abrazo de tierra con el cielo.

Con solo mirar es suficiente. La mirada es recuerdo, proyecto, viven-cia, pero con amor. La mirada es un silencioso diálogo de amor. Limpie-mos nuestros ojos en estos ponientes veraniegos y acudamos a la tarea de mirar con todos los colores, sin ex-cluir a ninguno, sin excluir a nadie. Todos somos hermanos. Qué ridicu-lez seguir haciendo distinciones en función de razones heredadas, de cau-sas aparentes, de excusas inventadas.

Cuentan que el santo Cura de Ars, asombrado ante el silencio dialogan-

te del campesino delante del Sagra-rio, se atrevió a preguntarle por lo que le decía a Jesús Eucaristía, ante lo que aquél contestó sencillamen-te: Él me mira, yo lo miro. Para qué más. Sobre todo cuando mirar tam-bién es admirar.

Admirar es reconocer la belleza que nos rodea, de todos los colores, y que con tanta frecuencia nos pasa desapercibida, belleza también del detalle, de lo pequeño, de lo casi im-perceptible, como las manos medio ocultas del abuelo y la nieta que van camino del colegio. Admirar es reco-nocer que el otro está tan necesitado como yo, que el infinito nos corres-ponde de la misma manera a pesar del insulto, del desprecio, de la des-creencia. Admirar es saber que Dios está siempre presente, aunque no lo sepamos. Admirar es mirar con amor al semejante.

La palabra interiorY sobre todo la palabra, aunque sea vieja o esté desgastada. A veces el to-no, la frecuencia, la ocasión convier-ten a la palabra en una novedad aca-riciante. La palabra es para el verano. Es sin duda, y en primer lugar, para los que tenemos a nuestro alrededor: los hijos, los nietos, los hermanos, la familia... Es hora de juntarse porque el tiempo libre, las vacaciones tienen lugar en esta época veraniega. Y hay

que encontrar la palabra que nos atesti-gua que estamos en el camino de la proxi-midad, de la entrega, del desinterés, de la plenitud.

Y también para los otros. Hay que en-contrar la palabra para el que sabemos que está necesitado de ella. Sus destinatarios son especialmente los testigos de la sole-dad. Con frecuencia nos llega la espeluz-nante noticia de que una persona ha sido encontrada muerta en su casa después de no sé cuántos años, sin que nadie haya notado su desaparición. Y esto sucede en la época de los teléfonos móviles. Nues-tra palabra para el que vive sin ninguna compañía, para el enfermo que no tiene ya esperanza, para el que carece de todo y que ya sólo rumia su silencio. Convir-tamos al verano en una delicia dialogan-te porque la luz nos viene de lo alto.

Y también para nosotros mismos. Bus-quemos en nosotros la palabra que sea capaz de ponernos en movimiento, la que nos demuestra que estamos vivos, la que nos sostiene y nos da fuerzas para seguir adelante, para cumplir con nuestra misión de amar. Dialoguemos con nosotros mis-mos, que cada cual se pregunte y respon-da en su interior por el sentido de su vi-da, por las razones de su actuar, por la pa-sión que nos mantiene en pie. Hagamos este diálogo posible delante de un Sagra-rio y proclamémoslo con humildad, con convicción, porque la Verdad está delan-te de nosotros y al alcance de la mano. Di-gamos sin miedo que la convivencia no es posible sin la Palabra de Cristo, aun-que muchos pretendan apartar a Cristo de nuestra convivencia. Porque siempre, sin duda, llegaremos a la palabra motiva-dora del amor. Porque Dios es amor. Fe-liz verano.

Teresa y Lucrecio, matrimonio UNER

Otro diálogo es para el veranoPor fin el sol se ha hecho el dueño de nuestra vida. Las lluvias de la primavera son ya solo un recuerdo convertido en los frutos granados que cuelgan de los árboles y ondean en los campos. San Juan acaba de anunciar el triunfo impresionante de la luz. Es el verano.

Limpiemos nuestras miradas en estos ponientes veraniegos para no excluir a nadie

31

Page 17: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

3332

Cartelera recomendadaCordialmente, una carta para ti

P ues bien, debo confesarte que en esta ocasión, amigo lector, no elegí ni abrí el tomo al azar, sino

que lo hice intencionadamente. Bus-caba algún texto sobre el veraneo, por-que es algo que está a punto de llegar en el momento en que te escribo es-tas líneas. San Manuel, siempre aten-to al mundo que le rodeaba, no podía olvidar la realidad social del veraneo. Y eso que en aquellos tiempos el fre-cuentar lugares de descanso en vera-no era costumbre más bien de las mi-norías. No era como ahora que casi todo el mundo se va de veraneo a la playa, a la montaña o a hacer turismo.

En uno de sus escritos nos explica san Manuel lo que significa ser una María. Dice: «Si, pues, ser María es esencialmente comulgar en desagra-vio del abandono en que lo tienen los que no comulgan, a nadie ni a ningu-na Obra le interesa tanto saber comul-gar como a la María y a su Obra» (OO.CC. I, n. 1168). Alta y noble misión la que nuestro santo reservó a las Marías. Nada menos que comulgar diariamen-te en desagravio del abandono en que tienen al Sagrario quienes no comul-gan. Auténtica Eucaristía reparadora.

En otro lugar, en el apartado que lleva por título «Vuestro verano», el fundador transmite a las Marías una queja de parte del Corazón de Jesús Sacramentado. Refiriéndose a dicha queja, escribe: «Yo no me mudo, me ha dicho, como las estaciones del año,

soy siempre el mismo y para no pocas almas, sin embargo, parece que en los veranos dejo de ser su Dios y Señor… Marías que habéis veraneado, ¿ha si-do durante el verano, que acaba de pa-sar, Dios y Señor vuestro el mismo de todo el año?» (OO.CC. I, n. 755).

Misericordia inamovibleAnte una pregunta tan directa com-probamos, estimado lector, que san Manuel transmite la queja a las Ma-rías. Es a ellas a quienes únicamente se la transmite. Sin embargo, ¿verdad que podría transmitirla también a ca-da uno de nosotros? ¿Verdad que esa queja del Corazón de Jesús Sacramen-tado es válida para todos los que nos consideramos cristianos, esto es, se-guidores de Cristo? Por tal razón, de-bemos tener presente que Dios es siempre el mismo durante todo el año, ya sea primavera, verano, otoño o in-vierno. Él no se muda, como lo hacen las estaciones del año. Dios es siem-pre el mismo. Cambiaremos noso-tros, cambiará la vida, cambiará todo lo que nos rodea… Pero Él no cam-bia nunca, al igual que tampoco cam-biará el amor y la misericordia que siente hacia nosotros. Dios siempre nos amará con un amor infinito y siem-pre será misericordioso con nosotros. Todo consiste en procurar seguir el camino del bien. Como decía Séne-ca, «Dios tiene para los buenos un corazón de Padre».

En el apartado siguiente, el titula-do «Marías: Aprovechad vuestro ve-rano», san Manuel da algunos con-sejos para aprovechar el tiempo du-rante el verano. Dice que el veraneo se puede aprovechar de muchos mo-dos. «Uno de ellos –escribe– es dan-do a conocer nuestra Obra en donde no se conoce o se conoce poco o mal. En muchos sitios se debe la funda-ción de un Centro de Marías a unas que estuvieron allí de veraneo: su ejemplo de Marías y su propaganda fueron la semilla de la Obra en ellos» (OO.CC. I, n. 756). Hoy, lo mismo que en tiempos de nuestro santo, se puede y se debe sem-brar la semilla de la Obra. Cuando ve-mos que son muchos los que vienen sembrando el mal, es preciso que al-guien se esfuerce en la siembra del bien. Es seguro que algunas semillas caerán en buena tierra y germinarán. Aunque solamente sea por esto, me-rece la pena el esfuerzo de sembrar.

Por último, no debemos olvidar que ese Dios que durante todo el año siente por nosotros un amor infinito es el mismo que nos ama también en verano. Dios no olvida en verano el inmenso amor que siente por noso-tros… Pero, ¿hacemos nosotros lo mismo con Él?, ¿correspondemos en verano a su amor o, más bien, nos re-lajamos y nos olvidamos de Él? Sería maravilloso, amigo lector, que a la vuelta de este verano tuviésemos la valentía de responder a la pregunta que san Manuel dirige a las Marías: «¿Ha sido durante el verano, que aca-ba de pasar, Dios y Señor vuestro el mismo de todo el año?».

Con el deseo de un feliz veraneo, te saluda cordialmente,

Manuel Ángel Puga

Dios, también en veranoApreciado lector: Quizá recuerdes que en una de mis últimas cartas te decía que, cuando tengo un rato libre, acudo a las Obras Completas de nuestro san Manuel para elegir un tomo, abrirlo al azar y leer el capítulo o apartado correspondiente. Leerlo y meditarlo durante algún tiempo. Te decía también que esto lo hacía por un compromiso… Sí, por un compromiso muy personal que tengo con nuestro santo. Es posible que recuerdes a qué compromiso me refiero.

M aximiliano Kolbe es, proba-blemente, una de las figuras más conocidas e internacio-

nales de Polonia. La decisión heroi-ca que puso fin a su vida le ha cata-pultado a la fama en todos los rinco-nes de la tierra.

La película combina las declara-ciones de expertos, de miembros de su orden religiosa y de personas que le conocieron y quedaron impactados por sus palabras y acciones, con la re-creación de hechos hasta ahora des-conocidos, protagonizados por acto-res que aportan al conjunto un tono más cercano y emotivo. La parte do-cumental fue preparada en Polonia, Japón e Italia y entre otros partici-pa Kazimierz Piechowski, a quien co-noció en el campo de concentración.

Su historia comienza siendo niño, en un encuentro con la Virgen, quien porta en sus manos dos coronas: una blanca y otra roja. La blanca significa la pureza, la roja el martirio. Debe ele-gir entre ambas pero, a modo de pro-fecía y con la inocencia de un niño, Kolbe elige las dos. Este hecho mar-có profundamente su vida y le lleva-rá más tarde a ser un gran devoto de la Virgen Inmaculada e ingresar en la Orden de los Franciscanos.

Fundó en Roma la Milicia de la Inmaculada, como medio para hacer frente a la maldad promovida por la

masonería. Su finalidad era promo-ver el amor y el servicio a la Virgen y la conversión de las almas a Cristo. Más tarde, ya en Polonia, tras supe-rar muchas dificultades, y con la ayu-da de sus hermanos, logra publicar la revista mensual Caballero de la In-maculada, convirtiéndose así en uno de los grandes difusores de prensa cristiana en Polonia.

La vida del Padre Kolbe tuvo siem-pre un horizonte: hacer coincidir su voluntad humana con la voluntad de Dios. Eso no solo le llevó hasta luga-res tan lejanos como Japón, sino que le trajo durante su vida muchas in-comprensiones, incluso de los que te-

nía cerca. Impulsado siempre por la voluntad divina y contando con la Providencia y el cuidado maternal de la Virgen María, estuvo siempre dis-puesto a emprender todo tipo de ha-zañas, con tal de luchar porque el bien y el amor triunfaran sobre el mal.

Fue canonizado en 1982 por san Juan Pablo II, su paisano, quien dijo que «Maximiliano Kolbe hizo como Jesús, no sufrió la muerte sino que donó la vida».

La vida de este mártir, que ofre-ció su vida por Cristo, presente en el prójimo a quien los nazis iban a ma-tar, nos ofrece a los cristianos de hoy un testimonio de amor y de esperan-za, incluso en los momentos más di-fíciles.

Maximiliano Kolbe supo descu-brir, entre los avatares de su vida, su camino a la santidad. Que el Espíritu Santo nos conceda la lucidez necesa-ria para que, sean cual sean las cir-cunstancias de nuestra vida, sepamos descubrir en ellas el camino que nos conduce a la santidad.

Ana Mª Cayuso Prados, m.e.n.

Listos para dar la vida por nuestros ideales

Dos coronas es un documental sobre la vida de san Maximiliano Kolbe, un hombre que cruzó los límites y se convirtió en referencia de amor y entrega para los hombres de todos los tiempos. La intrepidez, la creatividad y la tenacidad de este santo del siglo XX son algunos de los aspectos destacados en la trama, junto con su faceta misionera y su amor ardiente por la Inmaculada.

Dos coronasDuración: 92 minutosAño: 2018 - País: PoloniaGénero: Documental, biografía

Page 18: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

Intención del papa para el mes de julioPara que los sacerdotes que viven con fatiga y en la soledad el tra-bajo pastoral se sientan confortados con la ayuda de la amistad con el Señor y con los hermanos.

Afirma el papa en su vídeo para este mes (elvideodelpapa.org): «El cansancio de los sacerdotes... ¿Saben cuántas veces pienso en eso? Los sacerdotes, con sus virtudes, con sus defectos, desa-rrollan su labor en tantos campos. Y ante tantos frentes abiertos no se pueden quedar parados después de una desilusión. En esos momentos es bueno que recuerden que la gente quiere a sus pas-tores, los necesita, confía en ellos. Recemos juntos para que los sacerdotes que viven con fatiga y en la soledad el trabajo pastoral se sientan ayudados y confortados por la amistad con el Señor y con los hermanos».

Intención del papa para el mes de agostoPara que las grandes opciones económicas y políticas protejan la familia como el tesoro de la humanidad.

Encuentro de animadores UNERDel 14 al 16 de septiembre tendrá lugar el Encuentro de Anima-dores UNER. Como en años anteriores, se realizará en la Casa de Ejercicios Nuestra Señora de la Anunciación (Arturo Soria, 228; Madrid). Más información e inscripciones: Delegación UNER ([email protected]; tel. 915 41 82 31).

Encuentro mundial de las familiasDel 21 al 26 de agosto se celebrará en Dublín el noveno Encuen-tro mundial de las familias. El papa Francisco ha confirmado su asistencia a los actos de los dos últimos días. Se prevé una asisten-cia masiva ya que en poco más de cuatro horas se agotaron las en-tradas (gratuitas) para los principales eventos.

AgendaJulio

AgendaAgosto

Asuntosde familia

7Sábado

22Domingo

25Miércoles

6Lunes

15Miércoles

25Sábado

30Jueves

Iglesia: Visita pastoral del papa Francisco a Bari (Italia)

FER: Santa María Magdalena: «Apóstola de los apóstoles». Discípula del Señor presente en el Calvario Iglesia: Solemnidad de Santiago apóstol

Iglesia: Fiesta de la Transfiguración del Señor

Iglesia: Solemnidad de la Asunción de la Virgen María

Iglesia: Hasta el domingo 26, viaje apostólico del papa Francisco a Irlanda, con ocasión del IX Encuentro Mundial de las Familias en Dublín

FER: Aniversario de la Aprobación pontificia de la Congregación de Misioneras Eucarísticas de Nazaret (1960)

34

Ejerciciosespiritualesen Nazaret

Palencia Carretera de Burgos, km 2Tel: 979 72 18 00Mail: [email protected]

9 21-30 de julio: P. Javier Garzón, o.p.9 22-31 de agosto: P. Toni Catalá, s.j.

Page 19: Sumario - El Granito De Arenaelgranitodearena.com/revistas/granito/EGDA_julio-agosto_18_baja.pdf · Orar con el obispo del Sagrario abandonado XII Capítulo general de las Misioneras

6 de agosto

La Transfiguració

n

de nuestro Se

ñor Jesucris

to

El Maestro solo responde y con

respuestas de dulcedumbres inefables

y de bendiciones de fortaleza y de

esperanzas a los que, transfigurados

como Él en la tierra por la pobreza y

el dolor, se van al Sagrario de las

transfiguraciones de su humildad y

con el mismo ardimiento y la misma

prisa que san Pedro, le dicen: ¡Bien

se está así, Señor, déjame estar

transfigurado todo el tiempo que Tú

quieras! Y allí se quedan, en espíritu

por lo menos, repitiendo con los

labios el «bien se está aquí».

¡Bendito, bendito el Sagrario de

nuestras transfiguraciones!

San Manuel González (OO.CC. I, n. 446) Sagrario que reproduce, en su puertecilla, el pasaje evangélico de la Transfiguración. Capilla de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, Madrid.