sueÑos de piedra · 2007. 7. 16. · daria a modo de eldorado de la escalada; son mon-tañas en...

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SUEÑOS DE PIEDRA

ACERCAMIENTO A UNA LEYENDA

Son un enigma de piedra. Una «fantásticaconstelación triple», así las llamó GuntherLanges en su vieja guía de escalada. Empleó

también la expresión italiana La fantástica Trinità,que ha llegado a usarse de manera habitual paradesignar a estas montañas dolomíticas famosasen todo el mundo.

Langes escribió aún más: los «tres monstruo-sos y afilados bloques montañosos» se alzan en«singular parecido fraternal» como «lanzados porimpetuosas fuerzas primitivas sobre la faz de la tie-rra», de modo que todo montañero permanece«en estado de admiración y entusiasmo» ante estaimagen de «naturaleza dolomítica salvaje y primi-tiva». El autor incluso cita a Dante para hacer jus-ticia al paisaje, escribe sobre el Empireo delleDolomite, el «cielo más alto de los Dolomitas».

Los escaladores no son parcos en palabrascuando describen el objeto de sus deseos. Deesta manera, el Petit Dru (al menos si se contem-pla desde Montenvers bajo la luz roja del sol deponiente) se convierte en la «llama granítica». ElCampanile di Val Montanaia en el grupo Montfal-coni constituye para muchos nada menos que la«montaña ilógica», y el Campanile Basso en laBrenta es el «enigma mundial de piedra». Otraserie de atributos resultan menos agradables;como la «montaña del destino de los alemanes»para el Nanga Parbat o la «pared asesina» para lagrandiosa Cara Norte del Eiger. Sin embargo, elhecho de que el Col di Lana desde la PrimeraGuerra Mundial también se haya denominado Coldi Sangue o «montaña de la sangre», obedece auna explicación bastante más trágica.

5 Paisaje invernal (desde el Sasso diSesto: Refugio Locatelli, Monte Paternoy las Tres Cimas de Lavaredo).

3 Vista hacia las Tres Cimas por encimade la Forcella Lavaredo.

Estos atributos, añadidos a la designacióntopográfica, aportan a las montañas un significadosimbólico, pretenden transformarlas en leyendas,quizá incluso dotarlas de cierto carácter, como siuna montaña pudiera poseer algo por el estilo.

Sin embargo en realidad están constituidasbásicamente por roca y bloques de hielo perpe-tuo. Encima de la superficie rocosa en algunoslugares se han formado glaciares, que han labra-do en ella aristas, paredes y faldas. Sea como fue-re el modo en que se formaron, por sí mismas lasmontañas son elevaciones inertes de la superficie

terrestre; sí, inertes, aun cuando existe vida jun-to a ellas y sobre ellas, y aun cuando ellas mismas«viven» en la medida en que van cambiando. Pesea todo no son más que piedra.

De vez en cuando los montañeros empleanotros adjetivos como «hermoso», «grandioso»o «impresionante» al referirse a las montañas.De esta forma expresan valoraciones que, porotra parte, casi siempre están relacionadas convivencias positivas. El Cervino es «hermoso»porque se asemeja más que ninguna otra mon-

taña a la estructura imaginaria ideal, aunque hayque reconocer que sólo cuando se contempladesde Zermatt. Quien alcanzó la cumbre delCervino y marcó un hito en su carrera comoescalador, difícilmente podría admitir que el Cer-vino es un «montón de piedras soldadas por elhielo», como escribió Gaston Rébuffat. Para élseguirá siendo la montaña en su forma máspura…

Cualquier montaña que nos impresione porsu figura o por su tamaño nos parecerá en prin-cipio grandiosa. Se trata de una percepción que

queda y quedará siempre supeditada al punto devista del observador.

Ante las Tres Cimas de Lavaredo, sobre todocuando se admiran por primera vez desde la For-cella Lavaredo1 o desde el norte, suelen faltarle auno las palabras, o bien convertirse éstas ensuperlativos que no admiten mayor intensidad.Tras regresar repetidamente al lugar, cuando cree-mos que ya estamos acostumbrados a su ima-gen, su grandeza nos hace enmudecer una y otravez. Las Tres Cimas son un enigma de piedra.

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5 Bajo inconsistentes muros, junto a laForcella di Mezzo.

1. N. del T.: En cuanto a la toponimia de lugares y picos de la zona de las Tres Cimas, se ha optado por hacer figurar el nombre en ita-liano, por considerarse más usual en español que la denominación alemana del original. No obstante cuando se ha considerado nece-sario o significativo, se ha incluido el nombre alemán, junto con o sin el italiano. Al final del libro se añade un anexo con las equivalen-cias de nombres italianos y alemanes.

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ble; mucho más hermoso, mucho más compla-ciente es tumbarse en la hierba cerca de las Cimasy no hacer otra cosa que maravillarse e imaginara los titanes trabajando, y dejar que el enigmasiga siendo eso… un enigma.

Pero hay algo que resulta curioso: existe unpequeño librito de Josef Kiniger y Karl Schwinntitulado Historias y leyendas de Sesto. En él no seencuentra ni una sola leyenda sobre las TresCimas de Lavaredo; ni sobre su formación, niacerca de las historias misteriosas acontecidas entorno a estas montañas de aspecto tan singular.

Quizá sea porque las Tres Cimas ni siquiera pue-den contemplarse desde Sesto, donde otrasmontañas bien diferentes dominan el panorama,como la Croda Rossa, la Punta dei Tre Scarperi ola Croda dei Toni (Cima Dodici).

Con todo, las Tres Cimas poseen algo legen-dario, y no me refiero a gnomos, hombrecillos delos bosques o espíritus. Se trata de una fama legen-daria a modo de Eldorado de la escalada; son mon-tañas en las que se ha escrito y con certeza seseguirá escribiendo la historia de la escalada y losinsólitos logros de personas con nervios de acero.Y todo ello en unas montañas tremendamenteimponentes, en unas montañas que no son másque un enigma de piedra.

Naturalmente, hoy en día tenemos capaci-dad para explicar tanto la historia geológica comoel origen de las Tres Cimas. Por este motivo lasleyendas se van olvidando, como aquéllas quecuentan que quizá alguna mano gigantesca defuerza sobrehumana, haya propinado una palizaa un bloque pétreo, igualmente descomunal, has-ta que éste se fracturó y dejó sus restos eleván-dose hacia el cielo como si señalaran el caminohacia esferas desconocidas. ¿Estamos ante la obrade algún titán como Prometeo? ¿Habrá utilizadolas Cimas como campo de maniobras? ¿Pensó

acaso en construir pirámides y luego las cortópor el lado norte? ¿Dio forma allí a la graciosaTorre di Toblin, rectificó aquí de un solo golpe lapared oeste de la Croda dei Toni? ¿Lanzó losescombros al Val Fiscalina y al Val Campo di Den-tro, a las pedreras bajo el Passo Grande dei Ron-doi? Pero quizá haya sido un dios de la escaladael que haya creado las Tres Cimas para el gocede todas aquellas personas que no anhelan otracosa que ascender hasta su morada, alcanzandolas elevaciones más salvajes e inaccesibles de latierra, aquéllas que no pocas veces se nos figu-ran catedrales.

No, los geólogos pueden esforzarse todo loque quieran y explicarlo con el mayor rigor posi-

5 Escombros y rocadesgajada (en elMonte Paterno).