subsidio jmov 2013

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Alguien te ama… ¿Sabes quien? Semana de Oración por las Vocaciones - 2013 Córdoba, 4 de Abril de 2013 Querida Comunidad: Como Equipo de Pastoral Vocacional, queremos animar el trabajo y la oración por las vocaciones. Por 50º año consecutivo se llevará a cabo la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Benedicto XVI, bajo el lema: «Las vocaciones signo de la esperanza fundada sobre la fe», nos anima a reflexionar y orar sobre Este regalo. Por eso los invitamos a unirse como comunidad a una Semana de Oración por las Vocaciones, que comenzaremos el día 14 de Abril, previa a la Jornada de cierre del día 21 de Abril en el Colegio Taborín. Como otros años queremos acercarles este material que hemos preparado, donde encontrarán el Mensaje del Papa Benedicto XVI, una Oración por las vocaciones, para compartir todos los días en la entrada de los colegios, al iniciar una reunión o encuentro en la Parroquia, para rezar en familia etc. Luego, proponemos cinco encuentros en donde trabajamos el Mensaje de la Jornada de Oración por las Vocaciones, destacando los siguientes temas: a) La esperanza y la fidelidad de Dios, b) El amor de Dios, c) Mi encuentro con Jesús, d) El encuentro con los otros que caminan en la fe, y e) La oración hace crecer la fe de la comunidad cristiana; en cada uno encontrarán un fragmento del Mensaje de Benedicto XVI, una reflexión, una lectura bíblica, cantos, y un gesto o compromiso. Incluimos además, una Adoración Eucarística, un Rosario Vocacional y un encuentro con el tema: “La vocación”. Este subsidio está destinado a alentar la oración y reflexión por las vocaciones. Les pedimos que lo utilicen como referencia en sus actividades pastorales, recordando la insustituible dimensión vocacional de toda la pastoral de la Iglesia. Alentemos en nuestras comunidades parroquiales, religiosas, asociaciones, colegios, familias, en nuestros movimientos y diferentes grupos la oración por las vocaciones. Respondamos al mandato del Señor: «Rueguen por tanto al dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9, 38). Que este compromiso se extienda también a lo largo de todo el año. Recemos la oración por las vocaciones, promovamos y afiancemos las adoraciones al Santísimo, el rezo del Santo Rosario, utilicemos los diferentes materiales que contiene este subsidio. Quedamos a su disposición para cualquier duda y/o consulta, pueden escribir al siguiente email: [email protected]. Además, en el facebook Pastoral Vocacional Córdoba, estaremos subiendo más material, canciones, reflexiones, videos, etc. ¡Gracias por su generosa colaboración! Equipo de Pastoral Vocacional Córdoba.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Córdoba, 4 de Abril de 2013

QQuueerriiddaa CCoommuunniiddaadd:

Como Equipo de Pastoral Vocacional, queremos animar el

trabajo y la oración por las vocaciones.

Por 50º año consecutivo se llevará a cabo la Jornada

Mundial de Oración por las Vocaciones. Benedicto XVI, bajo el lema: «Las

vocaciones signo de la esperanza fundada sobre la fe», nos anima a reflexionar y orar

sobre Este regalo. Por eso los invitamos a unirse como comunidad a una SSeemmaannaa ddee

OOrraacciióónn ppoorr llaass VVooccaacciioonneess, que comenzaremos el día 14 de Abril, previa a la

Jornada de cierre del día 21 de Abril en el Colegio Taborín.

Como otros años queremos acercarles este material que hemos

preparado, donde encontrarán el Mensaje del Papa Benedicto XVI, una Oración por

las vocaciones, para compartir todos los días en la entrada de los colegios, al iniciar

una reunión o encuentro en la Parroquia, para rezar en familia etc. Luego, proponemos

cinco encuentros en donde trabajamos el Mensaje de la Jornada de Oración por las

Vocaciones, destacando los siguientes temas: a) La esperanza y la fidelidad de Dios,

b) El amor de Dios, c) Mi encuentro con Jesús, d) El encuentro con los otros que

caminan en la fe, y e) La oración hace crecer la fe de la comunidad cristiana; en cada

uno encontrarán un fragmento del Mensaje de Benedicto XVI, una reflexión, una

lectura bíblica, cantos, y un gesto o compromiso. Incluimos además, una Adoración

Eucarística, un Rosario Vocacional y un encuentro con el tema: “La vocación”. Este

subsidio está destinado a alentar la oración y reflexión por las vocaciones.

Les pedimos que lo utilicen como referencia en sus actividades

pastorales, recordando la insustituible dimensión vocacional de toda la pastoral de la

Iglesia.

Alentemos en nuestras comunidades parroquiales, religiosas,

asociaciones, colegios, familias, en nuestros movimientos y diferentes grupos la oración

por las vocaciones. Respondamos al mandato del Señor: «Rueguen por tanto al dueño

de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9, 38).

Que este compromiso se extienda también a lo largo de todo el

año. Recemos la oración por las vocaciones, promovamos y afiancemos las

adoraciones al Santísimo, el rezo del Santo Rosario, utilicemos los diferentes

materiales que contiene este subsidio.

Quedamos a su disposición para cualquier duda y/o consulta,

pueden escribir al siguiente email: [email protected]. Además, en el facebook

Pastoral Vocacional Córdoba, estaremos subiendo más material, canciones,

reflexiones, videos, etc.

¡Gracias por su generosa colaboración!

Equipo de Pastoral Vocacional Córdoba.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI PARA LA JORNADA

MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES 21 DE ABRIL DE 2013 – IV DOMINGO DE PASCUA

““LLaass vvooccaacciioonneess ssiiggnnoo ddee llaa eessppeerraannzzaa ffuunnddaaddaa ssoobbrree llaa ffee””

Queridos hermanos y hermanas:

Con motivo de la 50 Jornada Mundial de Oración por las

Vocaciones, que se celebrará el 21 de abril de 2013, cuarto domingo de Pascua, quisiera

invitaros a reflexionar sobre el tema: «Las vocaciones signo de la esperanza fundada sobre la

fe», que se inscribe perfectamente en el contexto del Año de la Fe y en el 50 aniversario de la

apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II. El siervo de Dios Pablo VI, durante la Asamblea

conciliar, instituyó esta Jornada de invocación unánime a Dios Padre para que continúe

enviando obreros a su Iglesia (cf. Mt 9,38). «El problema del número suficiente de sacerdotes –

subrayó entonces el Pontífice– afecta de cerca a todos los fieles, no sólo porque de él depende el

futuro religioso de la sociedad cristiana, sino también porque este problema es el índice justo e

inexorable de la vitalidad de fe y amor de cada comunidad parroquial y diocesana, y testimonio

de la salud moral de las familias cristianas. Donde son numerosas las vocaciones al estado

eclesiástico y religioso, se vive generosamente de acuerdo con el Evangelio» (Pablo

VI, Radiomensaje, 11 abril 1964).

En estos decenios, las diversas comunidades eclesiales

extendidas por todo el mundo se han encontrado espiritualmente unidas cada año, en el cuarto

domingo de Pascua, para implorar a Dios el don de santas vocaciones y proponer a la reflexión

común la urgencia de la respuesta a la llamada divina. Esta significativa cita anual ha

favorecido, en efecto, un fuerte empeño por situar cada vez más en el centro de la espiritualidad,

de la acción pastoral y de la oración de los fieles, la importancia de las vocaciones al sacerdocio

y a la vida consagrada.

La esperanza es espera de algo positivo para el futuro, pero

que, al mismo tiempo, sostiene nuestro presente, marcado frecuentemente por insatisfacciones y

fracasos. ¿Dónde se funda nuestra esperanza? Contemplando la historia del pueblo de Israel

narrada en el Antiguo Testamento, vemos cómo, también en los momentos de mayor dificultad

como los del Exilio, aparece un elemento constante, subrayado particularmente por los profetas:

la memoria de las promesas hechas por Dios a los Patriarcas; memoria que lleva a imitar la

actitud ejemplar de Abrahán, el cual, recuerda el Apóstol Pablo, «apoyado en la esperanza,

creyó contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que

se le había dicho: Así será tu descendencia» (Rm 4,18). Una verdad consoladora e iluminante

que sobresale a lo largo de toda la historia de la salvación es, por tanto, la fidelidad de Dios a la

alianza, a la cual se ha comprometido y que ha renovado cada vez que el hombre la ha

quebrantado con la infidelidad y con el pecado, desde el tiempo del diluvio (cf. Gn 8,21-22), al

del éxodo y el camino por el desierto (cf. Dt 9,7); fidelidad de Dios que ha venido a sellar la

nueva y eterna alianza con el hombre, mediante la sangre de su Hijo, muerto y resucitado para

nuestra salvación.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

En todo momento, sobre todo en aquellos más difíciles, la

fidelidad del Señor, auténtica fuerza motriz de la historia de la salvación, es la que siempre hace

vibrar los corazones de los hombres y de las mujeres, confirmándolos en la esperanza de

alcanzar un día la «Tierra prometida». Aquí está el fundamento seguro de toda esperanza: Dios

no nos deja nunca solos y es fiel a la palabra dada. Por este motivo, en toda situación gozosa o

desfavorable, podemos nutrir una sólida esperanza y rezar con el salmista: «Descansa sólo Dios,

alma mía, porque él es mi esperanza» (Sal 62,6). Tener esperanza equivale, pues, a confiar en el

Dios fiel, que mantiene las promesas de la alianza. Fe y esperanza están, por tanto,

estrechamente unidas. De hecho, «“esperanza”, es una palabra central de la fe bíblica, hasta el

punto de que en muchos pasajes las palabras “fe” y “esperanza” parecen intercambiables. Así,

la Carta a los Hebreos une estrechamente la “plenitud de la fe” (10,22) con la “firme confesión

de la esperanza” (10,23). También cuando la Primera Carta de Pedro exhorta a los cristianos a

estar siempre prontos para dar una respuesta sobre el logos –el sentido y la razón– de su

esperanza (cf. 3,15), “esperanza” equivale a “fe”» (Enc. Spe salvi, 2).

Queridos hermanos y hermanas, ¿en qué consiste la fidelidad

de Dios en la que se puede confiar con firme esperanza? En su amor. Él, que es Padre, vuelca en

nuestro yo más profundo su amor, mediante el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5). Y este amor, que se

ha manifestado plenamente en Jesucristo, interpela a nuestra existencia, pide una respuesta

sobre aquello que cada uno quiere hacer de su propia vida, sobre cuánto está dispuesto a

empeñarse para realizarla plenamente. El amor de Dios sigue, en ocasiones, caminos

impensables, pero alcanza siempre a aquellos que se dejan encontrar. La esperanza se alimenta,

por tanto, de esta certeza: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído

en él» (1 Jn 4,16). Y este amor exigente, profundo, que va más allá de lo superficial, nos alienta,

nos hace esperar en el camino de la vida y en el futuro, nos hace tener confianza en nosotros

mismos, en la historia y en los demás. Quisiera dirigirme de modo particular a vosotros jóvenes

y repetiros: «¿Qué sería vuestra vida sin este amor? Dios cuida del hombre desde la creación

hasta el fin de los tiempos, cuando llevará a cabo su proyecto de salvación. ¡En el Señor

resucitado tenemos la certeza de nuestra esperanza!» (Discurso a los jóvenes de la diócesis de

San Marino-Montefeltro, 19 junio 2011).

Como sucedió en el curso de su existencia terrena, también

hoy Jesús, el Resucitado, pasa a través de los caminos de nuestra vida, y nos ve inmersos en

nuestras actividades, con nuestros deseos y nuestras necesidades. Precisamente en el devenir

cotidiano sigue dirigiéndonos su palabra; nos llama a realizar nuestra vida con él, el único capaz

de apagar nuestra sed de esperanza. Él, que vive en la comunidad de discípulos que es la Iglesia,

también hoy llama a seguirlo. Y esta llamada puede llegar en cualquier momento. También

ahora Jesús repite: «Ven y sígueme» (Mc 10,21). Para responder a esta invitación es necesario

dejar de elegir por sí mismo el propio camino. Seguirlo significa sumergir la propia voluntad en

la voluntad de Jesús, darle verdaderamente la precedencia, ponerlo en primer lugar frente a todo

lo que forma parte de nuestra vida: la familia, el trabajo, los intereses personales, nosotros

mismos. Significa entregar la propia vida a él, vivir con él en profunda intimidad, entrar a través

de él en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo y, en consecuencia, con los hermanos y

hermanas. Esta comunión de vida con Jesús es el «lugar» privilegiado donde se experimenta la

esperanza y donde la vida será libre y plena.

Page 4: Subsidio jmov 2013

Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Las vocaciones sacerdotales y religiosas nacen de la

experiencia del encuentro personal con Cristo, del diálogo sincero y confiado con él, para entrar

en su voluntad. Es necesario, pues, crecer en la experiencia de fe, entendida como relación

profunda con Jesús, como escucha interior de su voz, que resuena dentro de nosotros. Este

itinerario, que hace capaz de acoger la llamada de Dios, tiene lugar dentro de las comunidades

cristianas que viven un intenso clima de fe, un generoso testimonio de adhesión al Evangelio,

una pasión misionera que induce al don total de sí mismo por el Reino de Dios, alimentado por

la participación en los sacramentos, en particular la Eucaristía, y por una fervorosa vida de

oración. Esta última «debe ser, por una parte, muy personal, una confrontación de mi yo con

Dios, con el Dios vivo. Pero, por otra, ha de estar guiada e iluminada una y otra vez por las

grandes oraciones de la Iglesia y de los santos, por la oración litúrgica, en la cual el Señor nos

enseña constantemente a rezar correctamente» (Enc. Spe salvi, 34).

La oración constante y profunda hace crecer la fe de la

comunidad cristiana, en la certeza siempre renovada de que Dios nunca abandona a su pueblo y

lo sostiene suscitando vocaciones especiales, al sacerdocio y a la vida consagrada, para que sean

signos de esperanza para el mundo. En efecto, los presbíteros y los religiosos están llamados a

darse de modo incondicional al Pueblo de Dios, en un servicio de amor al Evangelio y a la

Iglesia, un servicio a aquella firme esperanza que sólo la apertura al horizonte de Dios puede

dar. Por tanto, ellos, con el testimonio de su fe y con su fervor apostólico, pueden transmitir, en

particular a las nuevas generaciones, el vivo deseo de responder generosamente y sin demora a

Cristo que llama a seguirlo más de cerca. La respuesta a la llamada divina por parte de un

discípulo de Jesús para dedicarse al ministerio sacerdotal o a la vida consagrada, se manifiesta

como uno de los frutos más maduros de la comunidad cristiana, que ayuda a mirar con

particular confianza y esperanza al futuro de la Iglesia y a su tarea de evangelización. Esta tarea

necesita siempre de nuevos obreros para la predicación del Evangelio, para la celebración de la

Eucaristía y para el sacramento de la reconciliación. Por eso, que no falten sacerdotes celosos,

que sepan acompañar a los jóvenes como «compañeros de viaje» para ayudarles a reconocer, en

el camino a veces tortuoso y oscuro de la vida, a Cristo, camino, verdad y vida (cf. Jn 14,6);

para proponerles con valentía evangélica la belleza del servicio a Dios, a la comunidad cristiana

y a los hermanos. Sacerdotes que muestren la fecundidad de una tarea entusiasmante, que

confiere un sentido de plenitud a la propia existencia, por estar fundada sobre la fe en Aquel que

nos ha amado en primer lugar (cf. 1Jn 4,19). Igualmente, deseo que los jóvenes, en medio de

tantas propuestas superficiales y efímeras, sepan cultivar la atracción hacia los valores, las altas

metas, las opciones radicales, para un servicio a los demás siguiendo las huellas de Jesús.

Queridos jóvenes, no tengáis miedo de seguirlo y de recorrer con intrepidez los exigentes

senderos de la caridad y del compromiso generoso. Así seréis felices de servir, seréis testigos de

aquel gozo que el mundo no puede dar, seréis llamas vivas de un amor infinito y eterno,

aprenderéis a «dar razón de vuestra esperanza» (1 P 3,15).

Vaticano, 6 de octubre de 2012

BENEDICTO XVI

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

OOrraacciióónn ppoorr llaass vvooccaacciioonneess

Dios generoso,

que nos has mostrado el sendero que lleva a la vida eterna,

y por medio de nuestro bautismo,

nos has llamado a proclamar la Buena Nueva.

Bendice y fortalece a aquellos quienes han hecho

un compromiso de servicio en la iglesia.

Concédeles sabiduría y guía

a aquellos que están discerniendo su vocación.

Enriquece a tu iglesia con matrimonios y soleros dedicados;

con diáconos, sacerdotes

y con personas consagradas a la vida religiosa.

Llenos de tu Espíritu Santo te pedimos esta bendición

para que nosotros tu pueblo sigamos a Jesús

nuestro Buen Pastor, ahora y siempre.

Amén

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

PPrriimmeerr ddííaa:: ““LLaa eessppeerraannzzaa yy llaa ffiiddeelliiddaadd ddee DDiiooss””

DDeell MMeennssaajjee ppaarraa JJoorrnnaaddaa MMuunnddiiaall ddee OOrraacciióónn ppoorr llaass vvooccaacciioonneess……

“La esperanza es espera de algo positivo para el futuro, pero que, al mismo tiempo, sostiene nuestro

presente, marcado frecuentemente por insatisfacciones y fracasos. ¿Dónde se funda nuestra

esperanza? Contemplando la historia del pueblo de Israel narrada en el Antiguo Testamento,

vemos cómo, también en los momentos de mayor dificultad como los del Exilio, aparece un

elemento constante, subrayado particularmente por los profetas: la memoria de las promesas

hechas por Dios a los Patriarcas; memoria que lleva a imitar la actitud ejemplar de Abrahán, el

cual, recuerda el Apóstol Pablo, «apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza que llegaría

a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había dicho: Así será tu descendencia»

(Rm 4,18). Una verdad consoladora e iluminante que sobresale a lo largo de toda la historia de la

salvación es, por tanto, la fidelidad de Dios a la alianza, a la cual se ha comprometido y que ha

renovado cada vez que el hombre la ha quebrantado con la infidelidad y con el pecado, desde el

tiempo del diluvio (cf. Gn 8,21-22), al del éxodo y el camino por el desierto (cf. Dt 9,7); fidelidad de

Dios que ha venido a sellar la nueva y eterna alianza con el hombre, mediante la sangre de su Hijo,

muerto y resucitado para nuestra salvación.

En todo momento, sobre todo en aquellos más difíciles, la fidelidad del Señor, auténtica fuerza

motriz de la historia de la salvación, es la que siempre hace vibrar los corazones de los hombres y de

las mujeres, confirmándolos en la esperanza de alcanzar un día la «Tierra prometida». Aquí está el

fundamento seguro de toda esperanza: Dios no nos deja nunca solos y es fiel a la palabra dada. Por

este motivo, en toda situación gozosa o desfavorable, podemos nutrir una sólida esperanza y rezar

con el salmista: «Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza» (Sal 62,6). Tener

esperanza equivale, pues, a confiar en el Dios fiel, que mantiene las promesas de la alianza. Fe y

esperanza están, por tanto, estrechamente unidas. De hecho, «“esperanza”, es una palabra central

de la fe bíblica, hasta el punto de que en muchos pasajes las palabras “fe” y “esperanza” parecen

intercambiables. Así, la Carta a los Hebreos une estrechamente la “plenitud de la fe” (10,22) con la

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

“firme confesión de la esperanza” (10,23). También cuando la Primera Carta de Pedro exhorta a los

cristianos a estar siempre prontos para dar una respuesta sobre el logos –el sentido y la razón– de

su esperanza (cf. 3,15), “esperanza” equivale a “fe”» (Enc. Spe salvi, 2).”

Lectura Bíblica: Romanos 4. 13-25

Pensemos en un momento de silencio:

¿Dónde se funda nuestra esperanza?

¿En qué situaciones de mi vida pude descubrir que Dios no me dejó solo y fue fiel a su

alianza?

Canto: Somos el pueblo de Dios.

Oración: Oración para cambiar la vida (fragmento de Marcelo A. Murúa)

Rezamos en silencio esta oración. Luego de meditarla unos minutos se invita a los

participantes a rezar en voz alta la parte de la oración que más le llegó y le parece significativa para su vida.

Enséñanos a orar, Señor, para encontrar tu rostro.

Invítanos al silencio para escuchar tu voz.

Aclara nuestra mirada, para descubrir tus signos.

Danos valor y decisión para aceptar lo que debemos cambiar.

Ayúdanos a discernir lo que realmente importa: seguir tus pasos.

Enséñanos a comprometernos activos, dispuestos, alegres,

en la construcción del Reino.

Enséñanos a orar, Señor, nos hace falta.

Queremos buscar tu rostro, encontrar tus huellas, reconocer tu paso.

Necesitamos volver la mirada, descubrir tus ojos, llamarte "Padre", sentir tu aliento.

Descansar en tu mirada, llenarnos de ella, palpar tu abrazo cercano, charlar contigo

como niños sencillos, pocas palabras, bien abiertos los oídos,

para aprender a cambiar.

Invítanos al silencio, ayúdanos a callar.

No estamos acostumbrados, nos gusta hablar mucho,

para no escucharnos, ni escuchar tu voz que surge de adentro.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Vuélvete a nosotros, Padre bueno, llamamos por nuestro nombre.

Insiste, porque somos duros, nos cuesta reconocer tu voz.

Llama, Padre, interpela, sacude, levanta tu voz,

a ver si te hacemos caso y nos decidimos a mirarnos en el espejo de tu Evangelio para

aprender a cambiar.

Danos tu Espíritu, para guiarnos, para revisar, desde El, nuestras convicciones,

nuestros modelos, nuestros gestos y actitudes, nuestras metas y proyectos.

Ayúdanos a discernir, a caminar según el Espíritu,

para aprender a cambiar.

Enséñanos a comprometernos, Señor, que nuestra vida cristiana

sea levadura y fermento para un mundo que pide a gritos, la irrupción del Reino.

Danos audacia a la hora de las decisiones, danos generosidad, a la hora de la entrega,

danos constancia, a la hora del trabajo.

Fortalece nuestra fe en camino, anima nuestra esperanza,

activa nuestro amor en proyectos de vida.

Ayúdanos a cambiar, Padre bueno,

para que seamos testigos, mensajeros, y constructores de tu Evangelio.

Amén

Creer es ponerse delante de Dios en la actitud de Samuel: "Habla, que tu siervo

escucha", o en la actitud de María: "Hágase en mí...!.

La fe transforma la vida en un sí a Dios que no falla ni en los momentos difíciles o más

grises de la vida. "Creer es comprometerse". La fe es el presupuesto necesario e

imprescindible para descubrir toda vocación.

Con la oración del Padre Nuestro pedimos a Dios que aumente nuestra fe y nos enseñe a

servirle en lo concreto de cada día.

Rezamos juntos el Padre Nuestro.

Oración por las vocaciones.

Canto a María

Gesto:

Realizar una cartelera con un mensaje de ESPERANZA, que surge ante distintas

situaciones gozosas y desagradables, para compartir y difundir. Que represente una

firme confesión de nuestra esperanza.

Page 9: Subsidio jmov 2013

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

SSeegguunnddoo ddííaa:: ““EEll aammoorr ddee DDiiooss””

DDeell MMeennssaajjee ppaarraa JJoorrnnaaddaa MMuunnddiiaall ddee OOrraacciióónn ppoorr llaass vvooccaacciioonneess……

“Queridos hermanos y hermanas, ¿en qué consiste la fidelidad de Dios en la que se puede confiar

con firme esperanza? En su amor. Él, que es Padre, vuelca en nuestro yo más profundo su amor,

mediante el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5). Y este amor, que se ha manifestado plenamente en

Jesucristo, interpela a nuestra existencia, pide una respuesta sobre aquello que cada uno quiere

hacer de su propia vida, sobre cuánto está dispuesto a empeñarse para realizarla plenamente. El

amor de Dios sigue, en ocasiones, caminos impensables, pero alcanza siempre a aquellos que se

dejan encontrar. La esperanza se alimenta, por tanto, de esta certeza: «Nosotros hemos conocido el

amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16). Y este amor exigente, profundo, que va

más allá de lo superficial, nos alienta, nos hace esperar en el camino de la vida y en el futuro, nos

hace tener confianza en nosotros mismos, en la historia y en los demás. Quisiera dirigirme de modo

particular a vosotros jóvenes y repetiros: «¿Qué sería vuestra vida sin este amor? Dios cuida del

hombre desde la creación hasta el fin de los tiempos, cuando llevará a cabo su proyecto de

salvación. ¡En el Señor resucitado tenemos la certeza de nuestra esperanza!» (Discurso a los jóvenes

de la diócesis de San Marino-Montefeltro, 19 junio 2011).”

Lecturas Bíblicas: Gálatas 2, 20 – 1Juan 4, 12

Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a

amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que

podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).

Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su

misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a

amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar

por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).

¿Qué significa para vos el amor de Dios?

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

¿Cómo fuiste creciendo en su amor?

Canto: "Si conocieras como te amo" de la Hna Glenda

Oración por las vocaciones.

Canto a María

Gesto: Crear un momento de silencio y reflexión para descubrir el Amor de Dios en la

vida y dar gracias.

Recorre en tu historia y recuerda qué personas te han mostrado el amor de Dios.

¿Quién te ha perdonado en tu vida? ¿Cómo responderías a ese Amor?

TTeerrcceerr ddííaa:: ““MMii eennccuueennttrroo ccoonn JJeessúúss””

DDeell MMeennssaajjee ppaarraa JJoorrnnaaddaa MMuunnddiiaall ddee OOrraacciióónn ppoorr llaass vvooccaacciioonneess……

“Como sucedió en el curso de su existencia terrena, también hoy Jesús, el Resucitado, pasa a través de los caminos de nuestra vida, y nos ve inmersos en nuestras actividades, con nuestros deseos y nuestras necesidades. Precisamente en el devenir cotidiano sigue dirigiéndonos su palabra; nos llama a realizar nuestra vida con él, el único capaz de apagar nuestra sed de esperanza. Él, que vive en la comunidad de discípulos que es la Iglesia, también hoy llama a seguirlo. Y esta llamada puede llegar en cualquier momento. También ahora Jesús repite: «Ven y sígueme» (Mc 10,21). Para responder a esta invitación es necesario dejar de elegir por sí mismo el propio camino. Seguirlo significa sumergir la propia voluntad en la voluntad de Jesús, darle verdaderamente la precedencia, ponerlo en primer lugar frente a todo lo que forma parte de nuestra vida: la familia, el trabajo, los intereses personales, nosotros mismos. Significa entregar la propia vida a él, vivir con él en profunda intimidad, entrar a través de él en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo y, en consecuencia, con los hermanos y hermanas. Esta comunión de vida con Jesús es el «lugar» privilegiado donde se experimenta la esperanza y donde la vida será libre y plena.”

Lectura Bíblica: Mateo 4, 17-25

¿Qué dice y hace Jesús cuando llama a sus discípulos?

¿Qué hacen ellos ante la llamada de Jesús?

¿Qué nos dice la Palabra de Dios en mí/nuestra situación concreta (en mi vida)?

¿Qué le digo yo al Señor?

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Canto: Pedro y la red

¿Cuándo y cómo sentiste la invitación de Jesús "Ven y sígueme"?

Oración: Señor Jesús te doy gracias porque me llamas a conocerte,

a seguirte y a amarte, porque me envías a colaborar

en la construcción de un mundo nuevo,

anunciando tu Evangelio.

Como respuesta a tu invitación yo me comprometo a anunciar tu amor,

en este grupo, en mi casa, en nuestra comunidad y donde me encuentre.

Envía sobre mí, Señor, tu Espíritu.

Que sepa escuchar tu Palabra,

que mi corazón medite en ella todos los días

y que mi boca la anuncie como testimonio de tu presencia.

Quiero responder a tu llamada.

Amén

Oración por las vocaciones.

Canto a María

Gesto: A partir del fragmento del Documento de Aparecida n° 164 - 180 : “Lugares

eclesiales para la comunión”:

Compartir en comunidad cómo fue tu encuentro con Jesús.

Elegir un lugar de los que nombra el Documento de Aparecida y proponer un

encuentro con Jesús.

CCuuaarrttoo ddííaa:: ““MMee eennccuueennttrroo ccoonn llooss oottrrooss qquuee ccaammiinnaann eenn llaa ffee””

DDeell MMeennssaajjee ppaarraa JJoorrnnaaddaa MMuunnddiiaall ddee OOrraacciióónn ppoorr llaass vvooccaacciioonneess……

“Las vocaciones sacerdotales y religiosas nacen de la experiencia del encuentro personal con Cristo, del diálogo sincero y confiado con él, para entrar en su voluntad. Es necesario, pues, crecer en la experiencia de fe, entendida como relación profunda con Jesús, como escucha interior de su voz, que resuena dentro de nosotros. Este itinerario, que hace capaz de acoger la llamada de Dios, tiene

Page 12: Subsidio jmov 2013

Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

lugar dentro de las comunidades cristianas que viven un intenso clima de fe, un generoso testimonio de adhesión al Evangelio, una pasión misionera que induce al don total de sí mismo por el Reino de Dios, alimentado por la participación en los sacramentos, en particular la Eucaristía, y por una fervorosa vida de oración. Esta última «debe ser, por una parte, muy personal, una confrontación de mi yo con Dios, con el Dios vivo. Pero, por otra, ha de estar guiada e iluminada una y otra vez por las grandes oraciones de la Iglesia y de los santos, por la oración litúrgica, en la cual el Señor nos enseña constantemente a rezar correctamente» (Enc. Spe salvi, 34).”

Lectura Bíblica: 1Corintios 16, 1-24

En las recomendaciones que da Pablo, podemos ver cómo va mencionando a algunos

integrantes de su comunidad destacando ciertos detalles, que hablan de conocimiento,

de sensibilidad, de amor hacia sus hermanos. Intentemos reflexionar sobre cada uno de

los integrantes de mi grupo o comunidad, ¿los conozco? ¿Llevo a la oración a aquellos

que se que están pasando momentos difíciles o también, de mucho gozo y alegría? ¿Nos

reunimos como comunidad a rezar por alguna intención particular?, recordando que

donde dos o más estén reunidos en el nombre de Jesús, él está allí en medio nuestro.

Canto: Llamas y me ofreces con amor

Esto que soy, esto te doy.

Toda vocación nace, se alimenta y se desarrolla en la Iglesia y a ella está vinculada por

origen, desarrollo, destino y misión. Por esta razón las comunidades diocesanas y

parroquiales están llamadas a reforzar el compromiso en favor de las vocaciones al

sacerdocio y a la vida consagrada.

Gesto:

Armamos un cartel con los nombres de los diferentes grupos que hay en la comunidad.

Presentamos el cartel y pedimos a Dios que desde los integrantes de los grupos que

conforman nuestra comunidad surjan vocaciones sacerdotales, religiosas y de laicos

comprometidos.

Oración por las vocaciones.

Canto a María

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

QQuuiinnttoo ddííaa:: ““LLaa oorraacciióónn hhaaccee ccrreecceerr llaa ffee ddee llaa ccoommuunniiddaadd ccrriissttiiaannaa””

DDeell MMeennssaajjee ppaarraa JJoorrnnaaddaa MMuunnddiiaall ddee OOrraacciióónn ppoorr llaass vvooccaacciioonneess……

“La oración constante y profunda hace crecer la fe de la comunidad cristiana, en la certeza siempre renovada de que Dios nunca abandona a su pueblo y lo sostiene suscitando vocaciones especiales, al sacerdocio y a la vida consagrada, para que sean signos de esperanza para el mundo. En efecto, los presbíteros y los religiosos están llamados a darse de modo incondicional al Pueblo de Dios, en un servicio de amor al Evangelio y a la Iglesia, un servicio a aquella firme esperanza que sólo la apertura al horizonte de Dios puede dar. Por tanto, ellos, con el testimonio de su fe y con su fervor apostólico, pueden transmitir, en particular a las nuevas generaciones, el vivo deseo de responder generosamente y sin demora a Cristo que llama a seguirlo más de cerca. La respuesta a la llamada divina por parte de un discípulo de Jesús para dedicarse al ministerio sacerdotal o a la vida consagrada, se manifiesta como uno de los frutos más maduros de la comunidad cristiana, que ayuda a mirar con particular confianza y esperanza al futuro de la Iglesia y a su tarea de evangelización. Esta tarea necesita siempre de nuevos obreros para la predicación del Evangelio, para la celebración de la Eucaristía y para el sacramento de la reconciliación. Por eso, que no falten sacerdotes celosos, que sepan acompañar a los jóvenes como «compañeros de viaje» para ayudarles a reconocer, en el camino a veces tortuoso y oscuro de la vida, a Cristo, camino, verdad y vida (cf. Jn 14,6); para proponerles con valentía evangélica la belleza del servicio a Dios, a la comunidad cristiana y a los hermanos. Sacerdotes que muestren la fecundidad de una tarea entusiasmante, que confiere un sentido de plenitud a la propia existencia, por estar fundada sobre la fe en Aquel que nos ha amado en primer lugar (cf. 1Jn 4,19). Igualmente, deseo que los jóvenes, en medio de tantas propuestas superficiales y efímeras, sepan cultivar la atracción hacia los valores, las altas metas, las opciones radicales, para un servicio a los demás siguiendo las huellas de Jesús. Queridos jóvenes, no tengáis miedo de seguirlo y de recorrer con intrepidez los exigentes senderos de la caridad y del compromiso generoso. Así seréis felices de servir, seréis testigos de aquel gozo que el mundo no puede dar, seréis llamas vivas de un amor infinito y eterno, aprenderéis a «dar razón de vuestra esperanza» (1 P 3,15).”

Lectura Bíblica: Tesalonicenses 5.17-24

¿Qué es lo que te resonó de la cita?

¿A qué nos invita Dios en esta cita?

En forma de oración podemos expresar nuestra reflexión.

Oración: DDeecciirr ccoommuunniiddaadd

Decir comunidad es decir camino compartido, multitud de manos que se unen para,

entre todos, hacer la marcha más liviana abrazo de miradas que se buscan para

buscar, unidas, la mirada de Aquel que por nosotros dio la vida.

Es compartir, la vida entrelazada, es reunir bajo las mismas esperanzas las diferencias,

que así, no nos separan.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Decir comunidad es hablar de proyecto común, sueños compartidos, camino

acompañado.

Es pensar en el otro y en lo mejor para el otro y pensar, juntos, en lo mejor de nosotros

para todos los otros.

Decir comunidad es darse fuerzas entre todos.

Es alentarse con la palmada al hombro, es corregirse sin miedo a los enojos.

Es animarse a crecer juntos poco a poco.

Decir comunidad es hablar de apertura y entrega servicio a los demás, aprender a

brindarse, generosos.

Es compartir la vida de Dios fuente de vida, de esperanza y amor.

Decir comunidad es común-unidad de criterios verdaderos (los del Evangelio) de

opciones valientes (las de Jesús) de desafíos audaces (los del Reino en marcha)

Decir comunidad es el encuentro de muchos que animados y alentados por el Espíritu,

buscan clamar a Dios,¡ Abba !

Aquí estamos Señor unidos y en camino para hacer crecer tu Reino donde pidas.

Marcelo A. Murúa

La vida de cada hombre es un viaje interior de fe y amor para encontrar a Dios y

descubrir el rostro del hermano, para amar.

En este día queremos agradecer a Dios por el llamado particular al sacerdocio y a la

vida consagrada. Vocación que se gesta desde la experiencia vivida en comunidad.

Agradecemos por la respuesta fiel de tantos sacerdotes, consagrados y consagradas que

con su testimonio viven comprometidos con la calidad de vida del pueblo al que fueron

enviados.

Cada uno de nosotros estamos llamados a descubrir la manera con la cual Dios quiere

que entreguemos nuestra vida. Descubrir esto, significa descubrir nuestra felicidad y la

de nuestros hermanos. Dar la vida como Cristo la dio por nosotros.

Canto: Mano abierta y tendida

Oración por las vocaciones.

Canto a María

Gesto:

- Asumir un compromiso de invitar a la Jornada de Oración por las Vocaciones, a

realizarse el 21 de Abril, con carteles, panfletos, etc.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

- Compartir en la comunidad Parroquial o Colegios, testimonios de grupos que

trabajan en ella, de matrimonios, de religiosos/as, de sacerdotes, seminaristas,

etc.

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

AAddoorraacciióónn VVooccaacciioonnaall

Introducción:

Guía: Jesucristo, estamos aquí, frente a tu presencia, para cumplir un mandato tuyo.

Recemos, en especial este tiempo de preparación para la Jornada Mundial de Oración

por las Vocaciones.

Señor, enséñanos a orar, y manda tu Espíritu Santo

para que Él nos dé su Luz y purifique nuestra oración,

haciéndola humilde, sencilla, perseverante,

llena de fe, de confianza y de amor.

Escuchamos con un corazón dispuesto y atento la Palabra de Dios.

Lectura Bíblica:

Luego de un breve silencio, el guía o un lector lee de un modo sereno la Palabra de

Dios: 1 Samuel 3, 1-18

Silencio por unos minutos...

Reflexión

Guía: ¿Quién es Samuel?

Es significativa su experiencia vocacional. Era un buen muchacho que fue llevado al

templo para servir de acólito; y lo hacía con diligencia, pero sin tener experiencia de

Dios. Para él era válida también la afirmación de que “en aquel tiempo era rara la

palabra de Dios”.

Samuel, que respetaba reverentemente a Elí, estuvo dispuesto a levantarse hasta tres

veces de noche para atenderle, al escuchar aquellas misteriosas llamadas. Tenía un

fondo de prontitud, de disponibilidad. Tal vez, no rezaba mucho, pero a través de las

mediaciones religiosas de su familia conservaba un gran sentido de Dios y de la

autoridad. Por eso estuvo dispuesto a repetir una frase, que Elí le sugirió: “Habla, Señor,

que tu siervo escucha”.

(Breve silencio)

Guía: ¿Cuándo tiene lugar su vocación?

La vocación de Samuel sucede en tiempos en que “era rara la Palabra de Dios y no eran

corrientes las visiones” (1 Sam 3,1). Hay, en efecto, tiempos de poca familiaridad con la

Palabra de Dios. Esa falta de profecía crea una situación dolorosa, que nosotros también

podemos constatar en nuestro tiempo y lamentablemente sabemos de sus consecuencias.

A Samuel le llegó la llamada desde su familia, por la oración de su madre (Cf. 1 Sam

1,11). Para algunas vocaciones es decisivo un ambiente familiar de oración y entrega al

Señor.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

En el episodio nocturno, Samuel recibió la llamada no cuando estaba rezando, sino

cuando estaba durmiendo. Antes no había mostrado ni deseo ni especial interés por

buscar a Dios. Pero Él se le adelanta e insiste en llamarle. Sólo a la tercera vez, Samuel

se dará cuenta de que se trata de una palabra de Dios.

Quien llama es Dios mismo con su Palabra misteriosa y repetida. En la historia de

Samuel, la iniciativa de Dios ocupa siempre el primer plano. Dios puede y quiere

manifestarse inmediatamente al hombre.

• Dios quiere acercarse al hombre y entrar en diálogo con él.

• El hombre es el que está llamado a hacerse disponible al diálogo.

Todos recibimos una vocación, todos somos llamados a ser hermanos, a estar unidos, a

ser hijos de Dios. Pero el Señor se sirve de algunos hombres para que tengan una

conciencia más viva y la transmitan a los demás.

Naturalmente se necesita una particular gracia de Dios y esta es la gracia con la que

comienza la misión profética de Samuel.

(Breve silencio)

Intenciones

Guía: En este tiempo especial, mes de las vocaciones, recurrimos a Ti y esperamos que

atiendas las necesidades de nuestra Iglesia. A cada intención respondemos.

”Habla, Señor, que tu siervo escucha”

Señor, protege a tu Iglesia, para que se mantenga permanentemente abierta a

la escucha de la Palabra de vida, la acoja en su seno, se nutra de ella, se renueve en

virtud de su fuerza y llegue a ser a su vez mediación de tu llamada para muchos.

Oremos…

Señor, míranos a todos nosotros. Haz que nos sintamos movidos al testimonio

personal, que nos atrevamos también a proponer a los jóvenes con valentía y

credibilidad el seguimiento de Jesús. Oremos…

Señor, ilumina a los que gobiernan la tierra para que, obedeciendo tu Palabra,

pongan más empeño en conseguir la plena justicia, la igualdad, la paz y la prosperidad

de todos los pueblos. Oremos…

Señor, ayúdanos a perseverar en la oración, para que oremos de tal manera al

Dueño de la mies, que podamos contar cuanto antes con nuevas vocaciones. Oremos…

Cuida, Señor, de aquellos que se han sentido llamados al seguimiento una

vocación de especial consagración para que no desfallezcan. Fortalece también a sus

educadores y formadores.

Que juntos colaboren en la tarea de responder cubrir las necesidades

evangelizadoras de los lugares más necesitados. Oremos…

Nos ponemos en manos de nuestra madre, la Virgen María, que con su

humildad, fidelidad y obediencia; ayude a escuchar y a guardar la Palabra de

Dios, como hizo ella en su corazón. Oremos…

Por las familias cristianas, para que sean tierra fértil donde cultivar la fe y la

vocación de servicio y santidad que nuestro mundo necesita. Oremos…

Por los jóvenes, para que escuchando el llamado de Jesús sean generosos en la

entrega de su vida al evangelio y la iglesia. Oremos…

(Momento de silencio)

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Guía: Por Jesús somos hermanos e hijos de un mismo Padre. A Él elevamos nuestra

oración: Padre Nuestro…

Ave María y Gloria

Recemos juntos la oración por las vocaciones…

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

RRoossaarriioo VVooccaacciioonnaall

OBJETIVO: Fomentar a través de la oración comunitaria del Santo Rosario, la

intención de rezar por las vocaciones en las familias, colegios, parroquias, conventos,

seminario, casas de formación, comunidades religiosas, hospitales, hogares, etc

MISTERIOS GOZOSOS (Lunes y sábado)

La Anunciación (Lc. 1, 30-32,38)

“El ángel le dijo: No temas María, porque has hallado gracia delante de Dios,

vas a concebir en el seno y vas a dar a luz a un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

El será grande y será llamado Hijo del Altísimo. Dijo María: He aquí la esclava del

Señor; hágase en mí según tu Palabra.”

Te pedimos Virgen Santísima que muchos corazones respondan con amor y

generosidad a la llamada del Señor a dejarlo todo y seguir sus pasos dondequiera que

vaya. Especialmente pedimos por un aumento de vocaciones al sacerdocio para nuestra

Iglesia de Córdoba.

La visitación de la Santísima Virgen a su prima Santa Isabel (Lc 1,39-43)

“Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en

su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo:

Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de dónde a mí que la

madre de mi Señor venga a visitarme?”

Te pedimos Virgen Santísima visites los corazones de muchos jóvenes para que

con su entrega generosa sepan descubrir que servir es crear una sociedad nueva de

hermanos para construir el reino de Dios.

El nacimiento del niño Jesús en Belén (Lc. 2, 6-10)

“Y sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días del

alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en

un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.”

Te pedimos Virgen Santísima por el nacimiento de tu Hijo Jesús, se encienda la

chispa del amor fiel y duradero en los jóvenes llamados a vivir la vocacional

matrimonial, para que sean generadores de vida nueva en la sociedad y la Iglesia.

La presentación del niño Jesús en el templo (Lc 2, 34-35)

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

“Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y

elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - y a ti misma una

espada te traspasará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de

muchos corazones.”

Te pedimos Virgen Santísima concedas paz y serenidad a todos los jóvenes que

experimentan en sus corazones la llamada a la Vida Religiosa para que puedan

responder a la voluntad del Padre.

El niño Jesús perdido y hallado en el templo (Lc 2, 41-47)

“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Subieron

ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se

quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Se volvieron a Jerusalén en su busca.. Al

cabo de tres días, le encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros,

escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían estaban estupefactos por su

inteligencia y sus respuestas.”

Te pedimos Virgen Santísima por todos aquellos que en la búsqueda por darle una

respuesta a la voluntad de Dios se han alejado de ella, por temor y debilidad. Te

pedimos les des la gracia de la fortaleza para ser fiel al querer de Dios.

MISTERIOS GLORIOSOS (Domingos y miércoles)

La resurrección del Señor (Mt 28, 5-6)

“El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Ustedes no teman, pues sé que

buscan a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho.

Vengan, vean el lugar donde estaba. Y ahora vayan enseguida a decir a sus discípulos:

Ha resucitado de entre los muertos.”

Te pedimos Virgen Santísima que por los méritos de la resurrección de tu Hijo,

levantes a muchos jóvenes a vivir el llamado de la Vocación Religiosa. Para que llenen

con su vigor juvenil a toda la Iglesia. Haz que sean muchos los que respondan al Señor

sin límite ni condición, dando el todo por el todo.

La Ascensión del Señor (Lc 24, 50-51; Mc 16,20)

“Jesús los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos los bendijo. Y

sucedió que mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo. Después

salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la

Palabra con las señales que le acompañaban.”

Te pedimos Virgen Santísima que al igual que los primeros apóstoles, los jóvenes

descubran que la Misión "Ad Gentes" es una manera de vivir todas las vocaciones

específicas, respondiendo al envío de Jesús a sus discípulos antes de subir a los cielos;

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

de esta manera, todo cristiano, donde quiera que se encuentre, ha de buscar ante todo

promover la evangelización.

La venida del Espíritu Santo (Hch 1, 14; 2, 1-4)

“Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de

algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. Al llegar el día de

Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un

ruido que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas

como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos

llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les

concedía expresarse.”

Te pedimos Virgen Santísima que la fuerza del Espíritu Santo invada el corazón

de los jóvenes para que descubran que la misión de la Iglesia es revelar a Jesucristo y su

Evangelio a los que no los conocen, como programa fundamental de la Iglesia que

desde la mañana de Pentecostés, ha recibido de Jesús. Anunciar a toda humanidad que

necesita del Evangelio. Dios "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al

conocimiento de la verdad".

La Asunción de Nuestra Señora a los cielos (Ct 2, 10-11, 14)

“Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Porque, mira, ha pasado ya el

invierno, han cesado las lluvias y se han ido. Muéstrame tu semblante, déjame oír tu

voz; porque tu voz es dulce y bello tu semblante.”

Te pedimos Virgen Santísima por los jóvenes para que descubran que “Ser

discípulos y misioneros de Jesucristo es estar al servicio de nuestros pueblos, y así en

Cristo tengan vida, y asumiendo evangélicamente las tareas que contribuyan a la

dignidad de todo ser humano. Guía sus pasos para seguir y amar a Jesús en la comunión

de tu Iglesia, celebrando y viviendo el don de la Eucaristía.

La Coronación de Nuestra Señora (Sal 45, 14-15; Ap 11, 19; 12,1)

“Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con

sus brocados es llevada ante el rey. Y una gran señal apareció en el cielo; una mujer,

vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su

cabeza.”

Te pedimos María Madre nuestra, que como madre, nos ayudes a vivir nuestra

vocación de Discípulos-Misioneros, fortalece los vínculos fraternos entre todos, alienta

a la reconciliación y el perdón, y ayuda a que los discípulos de Jesucristo se

experimenten una familia, la familia de Dios. Danos siempre el fuego del Santo

Espíritu, que ilumine nuestras mentes y despierte entre nosotros el deseo de contemplar

a Jesús, el amor a los hermanos, sobre todo a los afligidos, y el ardor por anunciar a tu

Hijo Jesús.

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

MISTERIOS LUMINOSOS (Jueves)

El Bautismo del Señor (Mt 3, 13, 16-17)

“Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser

bautizado por él. Salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu

de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los

cielos decía: Este es mi Hijo amado, en quien yo me complazco.”

Te pedimos Virgen Santísima, nos ayudes a descubrir y vivir la vida del Discípulo-

Misionero ya que tu Hijo nos hace partícipe de su misión, ayúdanos cumplir éste

encargo como parte esencial de nuestra identidad de cristianos bautizados.

Su auto-revelación en las bodas de Caná (Jn. 2, 1-5)

“Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue

invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se

había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: No tienen vino. Jesús les

responde: ¿Qué tengo Yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su

madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga.”

Te pedimos Virgen Santísima por las familias, fundadas en el sacramento del

matrimonio entre un varón y una mujer, para que se descubran signo del amor de Dios y

desde esta experiencia vivan la paternidad y maternidad por una sociedad mejor.

El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión (Mc 1, 15,21; 2,3-11)

“Marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha

cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva. Llegan a

Cafarnaún y le vienen a traer a un paralítico al no poder presentárselo a causa de la

multitud, abrieron el techo y a través de la abertura que hicieron, descolgaron la

camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo,

tus pecados te son perdonados, a ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”

Te pedimos Virgen Santísima que mantengas fieles a tus sacerdotes mediadores del

perdón, concédeles la gracia de un celo ardiente por la predicación del Evangelio y por

la salvación de las almas.

La Transfiguración (Mt 17, 1-3,5)

“Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y a su hermano Juan, y los

lleva a parte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso

brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les

aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. Una nube luminosa los cubrió con

su sombra y de la nube salía un voz que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me

complazco; escuchadle.”

Te pedimos Virgen Santísima que reafirmes en todos aquellos jóvenes que son llamados

a una vocación de especial consagración, la certeza de la elección de Dios que los llama

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

y se les revela a todos. Que sepan escuchar esta llamada del Señor que los invita

diciéndoles: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco, escúchenlo"

La institución de la Eucaristía (Jn 13,1; Mt 26, 26-29)

“Sabiendo Jesús, que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo

amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Y mientras

estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos,

dijo: Tomen, coman, éste en mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la

dio diciendo: Beban de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es

derramada por todos para perdón de los pecados.”

Te pedimos Virgen Santísima que derrames en muchos corazones la gracia de la entrega

generosa, entrega que va más allá, que se da hasta el extremo. Te pedimos que

despiertes en todos los bautizados llamados a asimilar los sentimientos de tu Hijo,

un fervor y amor por la adoración Eucarística.

MISTERIOS DOLOROSOS (Martes y viernes)

La oración de Jesús en el Huerto (Mt 26, 36-37; Lc 22, 41-44)

“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos:

Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de

Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en

tierra, y dijo: Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino

la tuya. Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas

espesas de sangre que caían en tierra.”

Te pedimos Virgen Santísima por todos aquellos jóvenes que sienten duda de la

elección e invitación del Señor a la Vida Consagrada. Te pedimos que al igual que Jesús

sepan responder: "Padre si quieres aparta de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad

sino la tuya". Que aún a cuesta de lo que sea sepan responder al Señor.

La flagelación de Jesús (Jn 18, 38-40; 19,1)

“Pilato volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él

¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar

diciendo: ¡A ése no; a Barrabás! Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.”

Te pedimos Virgen Santísima que los jóvenes tengan el coraje de Cristo, ser fiel a la

verdad de Dios. Ayúdalos a ser sinceros con Él, en todas las cosas, para que su voluntad

pueda realizarse en y durante todas sus vidas. Muéstrales como perseverar en la lucha

por conseguir las cosas santas.

La coronación de espinas (Mt 27, 29-30)

“Los soldados trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su

mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo:

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la

cabeza.”

Te pedimos Virgen Santísima que fortalezcas a los jóvenes para que vivan su vocación

y den a nuestra patria, días más felices y una sociedad moralmente más sana. Muéstrales

cómo soportar la maldad pacientemente, ayúdalos a aceptar los sufrimientos que otros

trasgredan a causa de ser fiel a Jesús.

Jesús carga con la cruz (Jn 19, 17;Mc 15, 21)

“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le

llevaron a crucificarle. Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado

Calvario. Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene a que llevara su cruz.”

Te pedimos Virgen Santísima que nos ayudes a vivir a como Discípulos-Misioneros de

tu Hijo. Que podamos entender que Dios nos cuida, y que Él nos pide que cuidemos a

los otros, especialmente a los más necesitados. Danos un amor especial por los pobres y

los enfermos.

La crucifixión y muerte de Jesús (Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19,33-35)

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. Jesús decía: Padre perdónales,

porque no saben lo que hacen. Era ya cerca de la hora sexta cuando al eclipsarse el

sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. Jesús, dando un fuerte

grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró. Como le

vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el

costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.”

Te pedimos Virgen Santísima que por los sufrimientos de tu Hijo en la cruz, y la

fecundidad de su Corazón Traspasado, se renueve la Vida Consagrada, dando a muchos

jóvenes la gracia que ellos necesitan para que en sus vidas germine la semilla de su

vocación y por medio de su sí, sean ellos cooperadores de nuestra Iglesia.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

EEnnccuueennttrroo VVooccaacciioonnaall

Tema: LA VOCACIÓN

“Valora tu vida, aprende a amarla y a darla”

Objetivo: Valorar la vida reconociendo los dones que Dios nos ha dado, y sentirnos

llamado por Él a entregarla.

Motivación:

Lectura del cuento: “Cierta vez un ángel” (Carlos Joaquín Durán).

Comentamos el cuento a partir de las preguntas del subsidio.

Desarrollo:

- Lluvia de ideas acerca de la palabra Vocación. Diferenciamos vocación con

profesiones o inclinaciones, capacidades para realizar una tarea específica.

- Dios hace un regalo a cada persona a través de la vocación. Que quiere decir

llamado. Y espera una respuesta concreta de cada uno. En la Iglesia las

vocaciones son tres: Sacerdocio, Vida Religiosa y Laicado.

- Hoy vamos a reflexionar juntos acerca de dos vocaciones (Domingo del Buen

Pastor) que son de “Especial Consagración”: el Sacerdocio y la Vida Religiosa.

*Dejan todo por su amor y son felices

viviendo lo que Dios les pide.

* La Vocación es un llamado y siempre necesita una

respuesta libre *Jesús llama a seguirlo más de cerca, es

una vocación especial, un camino para ser santos.

*Las personas consagradas son

de Dios, le pertenecen.

Los sacerdotes y los religiosos/as tienen que amar

mucho a Jesús y ayudar a sus hermanos “como

pastores” a llegar a Dios.

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Alguien te ama… ¿Sabes quien?

Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

Actividad: Trabajan de a dos

Cuento:

Cierta vez un ángel

Cierta vez un ángel, que esperaba sentado en el banco de suplentes, oyó la voz de Dios

que lo llamaba.

-Ildemar, ángel mío... ¿Me oís?

El ángel pegó un salto, se acomodó las alas, y se presentó ante el Padre del cielo.

Entonces Dios dijo:

-Vení acá, mi lindo. Te tengo preparada una misión.

-A mi juego me llamaste.

Dios explicó su plan:

-Resulta que allá abajo hay tres viejecitos que son amigos. Cada noche se reúnen en la

capilla del pueblo, y después de jugar a la escoba de quince rezan que es una delicia.

-¿Y qué querés que haga, mi señor? -preguntó el ángel Ildemar.

-Quiero que les lleves estas virtudes de regalo. A cada uno le darás las tres principales,

porque quiero saber qué harán con ellas. Para ello, harás como te voy a indicar: Bss...

bsss... bsss...

(Acá el Señor Dios secreteó el resto de su plan en la oreja de Ildemar porque, como

todos saben pero pocos recuerdan, los planes de Dios siempre son un misterio: parecen

una cosa y resultan otra).

Al final, Tata Dios bendijo a su mensajero, y de una palmada en las alas lo mando a la

Tierra. Ildemar cargó en su bolsa las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, y

vestido de croto bajó hasta el lugar donde los tres viejitos jugaban a la escoba y golpeó

a la puerta.

1. ¿Cuál de los elementos que describen lo que es tener una vocación de especial consagración te pareció más importante? ¿Por qué?

2. Si tuvieras la oportunidad de preguntarle a algún sacerdote algo de su vocación, ¿Qué le preguntarías?

3. Y a un/a religioso/a de clausura, ¿Qué le preguntarías? 4. Y a una religiosa o un religioso, ¿Qué le preguntarías sobre su

vocación? 5. En estos días la Iglesia nos pide que recemos por las vocaciones, ¿por

qué crees que es importante que todos lo hagamos?

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Semana de Oración por las Vocaciones - 2013

-Quién será a esta hora... -protestó uno de ellos- Justo ahora, que estaba por levantar

el siete de oros ¡Qué mala suerte! ¡Ya va...!

Y al abrir, encontró la cara sonriente de un linyera.

-Güenas y santas... -dijo el croto.

-Santas y güenas... -contestó el viejecito-. ¿Qué te trae por acá, a estas horas? Mirá

que ésta no es casa de ricos. Esta es la capilla del pueblo...

Como lo tenía previsto, Ildemar explicó que sólo pretendía pasar la noche bajo techo y,

de ser posible, con el estómago ocupado.

Enseguida los viejos encendieron un brasero, calentaron agua, ensillaron mate y

cortaron galleta, bondiola y queso de chacra.

Mientras Ildemar comía, los viejos empezaron a preguntar:

-Y si se puede saber, ¿de dónde venís?

-De donde el diablo perdió el poncho -contestó el peregrino-, sin faltar a la verdad.

-¿Y es lindo el pago de donde venís? -volvieron a preguntarle.

Ildemar contestó:

-Es... otro mundo... -con lo cual, tampoco faltó a la verdad.

Esa noche, el ángel y los viejecitos conversaron hasta que cantaron los gallos. Antes de

irse, Ildemar anunció:

-Bueno... todo está muy lindo, pero yo tengo que seguir...

-¿Y adónde vas ahora?

-Adonde Dios quiera... -dijo el ángel, sin mentir ni un chiquito. Y metió la mano en su

bolsa:

-Quiero dejarles algo de recuerdo por esta noche, como prenda de mi agradecimiento.

Entonces Ildemar dio a cada uno tres virtudes. Saludó y se fue.

Apenas se presentó en el cielo, Tata Dios lo mandó a llamar.

-Contame cómo te fue…

-El primero de los viejos recibió las virtudes, y al verlas consideró que eran monedas

de oro. Dijo: "Ya mismo las llevaré al banco para hacer un buen negocio...".

Entonces Dios dijo:

-Ese es un materialista, un hombre práctico.

-El segundo recibió las virtudes y, al verlas, consideró que eran palabras hermosas.

Dijo: "Con ellas voy a escribir hermosos discursos, libros y hasta sermones...".

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Entonces Dios dijo:

-Ese es un idealista... pura espuma, como el chajá... ¿y el tercero? Ese me pareció el

más loco de los tres. Apenas recibió las virtudes, consideró que eran granos de trigo.

Me dijo: "Esta mañana mismo los sembraré y esperaré hasta la cosecha...".

Entonces Dios consideró:

-Ese es el santo.

Carlos Durán, Ed. Didascalia

¿Cuál es el mensaje del cuento?

¿Los tres viejitos eran diferentes y recibieron el mismo regalo: la fe, la esperanza y la

caridad?

¿Cómo obró cada uno con su regalo?

Algunas ideas en torno a la Vocación:

Vocación viene del latín y significa llamado. Es concretamente el llamado que Dios

hace a cada uno de sus hijos para una misión concreta. La vocación implica una

elección de Dios desde siempre, un llamado que se hace concreto en un momento

determinado de nuestra historia, y para una misión al servicio de la Iglesia y de todos

los hombres. Elección-Llamado-Misión.

Por eso decimos que la vocación es un concepto religioso (aunque también sea

utilizado validamente en otros ámbitos de la vida) porque implica la relación con

Dios, la intimidad para conocer sus planes. Pues Dios al crearnos nos otorga dones y

nos piensa con una misión para que con esos dones podamos hacer crecer su Cuerpo

que es la Iglesia. Y esto es muy importante. Pues la vocación se descubre en la Iglesia.

Dios no nos llama para algo que tengo que vivir solo y sin relación con los demás. Al

contrario, nuestra historia esta inserta en la historia de la salvación del Pueblo de Dios.

Del lado de la persona, la vocación implica una íntima relación con Dios, una vida

animada por el Espíritu para poder escuchar el llamado de Dios. Como decimos,

implica una vida de fe. Así como también un gran amor a Jesús, a su Iglesia y un

fuerte deseo de que todos Pero también implica un pleno ejercicio de su libertad. La

vocación conlleva la respuesta de la persona a Dios que sale a su encuentro con

nuevos planes. Solo con una libertad que esté arraigada en el amor a Dios, el hombre

puede comprender y elegir el plan de Dios. Así como suplicar a Dios que le muestre

sus designios, pues sabe que lo que Dios quiere para él lo hará plenamente feliz y de la

mayor manera posible. La perfecta felicidad y santidad de un cristiano consiste en

llevar a cabo la voluntad de Dios, a imagen de Jesús que amó al Padre y cumplió su

voluntad.

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La vocación implica un compromiso grande pues existe para el servicio de los demás.

La vocación es una misión concreta y específica. Esta reclama ser vivida con

radicalidad, con santidad.

En realidad la vocación es una forma concreta de vivir el llamado común a la

santidad. Las vocaciones son muchas aunque la santidad es una. Existen en la Iglesia 3

grandes Estados de Vida y dentro de ellos muchas vocaciones:

- Vocación Laical, cuya misión fundamental es transformar el mundo según los

criterios del evangelio. Aquí se encuentran la gran parte del pueblo de Dios: los

bautizados que cumplen la triple misión de ser sacerdotes, profetas y reyes. Dentro de

ella está la vocación matrimonial, la vocación misionera, la vocación catequística, y

todas las realidades humanas que son experimentadas y vividas como una vocación

(docencia, trabajo político, etc), también aquí encontramos la vocación de laicos

consagrados, etc.

- Vida Consagrada, cuya misión fundamental es reflejar la condición futura de la

Iglesia a través de la consagración total a Dios y mediante los votos de pobreza,

castidad y obediencia manifestar la belleza de Cristo. Además viven al servicio del

Reino de Dios. Dentro de ella está la vocación a la vida religiosa, activa o

contemplativa, la vida monástica, las vírgenes consagradas, etc..

- Vida Ministerial, cuya misión es continuar la obra de salvación de Cristo a través de

la celebración de los sacramentos y el pastoreo del pueblo de Dios. Son los mediadores

de la nueva alianza. Vocación diaconal, sacerdotal y el episcopado.

- Una última idea en torno a la relación entre vocación y profesión. Muchos jóvenes

cristianos en la etapa en que finalizan la secundaria se planean por su lugar en el

mundo. O simplemente sobre que van a hacer en su vida. Por ello encaran la

búsqueda por el lado de la profesión. Desde la fe y la confianza en Dios decimos que el

primer paso a dar es ayudarles a que descubran frente a Dios quienes son para Él

(¿Quién soy yo para Ti Señor?), y quién es Dios para cada uno de ellos (¿Quién eres

Tú para mí Señor?); y busquen en Él el para qué de sus vidas. La vocación es una

realidad que impregna toda la vida. Que va dando forma a mis decisiones y mis

actitudes.

Que se vive en un proceso de crecimiento. Pensemos como la vocación bautismal-

cristiana va “impregnando” y determinando todas mis decisiones.

La profesión es una manera concreta de vivir nuestra vocación. Pensemos por ejemplo

en tantos laicos que viven con pasión la docencia. Trabajo necesario para el sustento

personal y familiar pero sobre todo lugar de entrega en el amor, lugar de

evangelización y de santificación personal. La profesión de una persona puede

cambiar o terminar con el paso del tiempo. Pero la vocación permanece como una

realidad que ha “formado” al hombre. También hay que decir que muchos cristianos

experimentan un llamado de Dios a servir en distintas profesiones y la viven como

una vocación, como una misión dada por Dios.

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Adjuntamos el capítulo V de la constitución Lumen Gentium (Luz de los Pueblos), del

Concilio Vaticano II. Es el texto magisterial base para comprender el llamado común a

la santidad y como esta se da en distintos estados de vida, en distintas vocaciones.

CAPÍTULO V: UNIVERSAL VOCACIÓN A LA SANTIDAD EN LA IGLESIA

39. LLAMAMIENTO A LA SANTIDAD

La Iglesia, cuyo misterio expone este Sagrado Concilio, goza en la opinión de todos de

una indefectible santidad, ya que Cristo, el Hijo de Dios, a quien con el Padre y el

Espíritu llamamos "el sólo Santo", amó a la Iglesia como a su esposa, entregándose a Sí

mismo por ella para santificarla (cf. Ef., 5, 25-26), la unió a Sí como su propio cuerpo

y la enriqueció con el don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Por eso todos en la

Iglesia, ya pertenezcan a la Jerarquía, ya sean dirigidos por ella, son llamados a la

santidad, según aquello del Apóstol: "Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra

santificación" (1 Tes., 4, 3; Ef., 1, 4). Esta santidad de la Iglesia se manifiesta

incesantemente y se debe manifestar en los frutos de gracia que el Espíritu Santo

produce en los fieles; se expresa de múltiples modos en todos aquellos que, con

edificación de los demás, tienden en su propio estado de vida a la perfección de la

caridad; pero aparece de modo particular en la práctica de los que comúnmente

llamamos consejos evangélicos. Esta práctica de los consejos, que por impulso del

Espíritu Santo muchos cristianos abrazan, tanto en forma privada como en una

condición o estado admitido por la Iglesia, da en el mundo, y conviene que lo dé, un

espléndido testimonio yejemplo de esa santidad.

40. EL DIVINO MAESTRO Y MODELO DE TODA PERFECCIÓN

El Señor Jesús, divino Maestro y Modelo de toda perfección, predicó la santidad de

vida, de la que El es autor y consumador, a todos y cada uno de sus discípulos, de

cualquier condición que fuesen: "Sed pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre

Celestial es perfecto" (Mt., 5, 48). Ha enviado a todos el Espíritu Santo, que los mueva

interiormente, para que amen a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda

la mente y con todas las fuerzas (cf. Mc., 12, 30) y para que se amen unos a otros

como Cristo nos amó (cf. Jn., 13, 34; 15,12). Los seguidores de Cristo, llamados y

justificados en Jesucristo, no por sus propios méritos, sino por designio y gracia de El,

por el bautismo de la fe han sido hechos hijos de Dios y partícipes de la divina

naturaleza, y, por lo mismo, santos; deben, por consiguiente, conservar y perfeccionar

en su vida, con la ayuda de Dios, esa santidad que recibieron. Les amonesta el Apóstol

a que vivan "como conviene a los santos" (Ef., 5, 3) y que "como elegidos de Dios,

santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, benignidad, humildad,

modestia, paciencia" (Col., 3, 12) y produzcan como fruto del Espíritu la santidad (cf.

Gál., 5, 22; Rom., 6, 22). Pero como todos tropezamos en muchas cosas (cf. Sant., 3,

2), tenemos continua necesidad de la gracia de Dios y hemos de orar todos los días:

"Perdónanos nuestras deudas" (Mt., 6, 12). Es evidente, por tanto, para todos, que

todos los fieles, de cualquier estado o grado, son llamados a la plenitud de la vida

cristiana y a la perfección de la caridad; con esta santidad se promueve, aun en la

sociedad terrena, un nivel de vida más humano. Para alcanzar esa perfección, los

fieles, según la diversa medida de los dones recibidos de Cristo, deberán esforzarse

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para que, siguiendo sus huellas y haciéndose conformes a su imagen, obedeciendo en

todo a la voluntad del Padre, se entreguen con toda generosidad a la gloria de Dios y al

servicio del prójimo. Así la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes,

como brillantemente lo demuestra en la historia de la Iglesia la vida de tantos Santos.

41. LA SANTIDAD EN LOS DIVERSOS ESTADOS

Una misma es la santidad que cultivan en cualquier clase de vida y de profesión los

que son guiados por el Espíritu de Dios y, obedeciendo a la voz del Padre, adorando a

Dios Padre en espíritu y verdad, siguen a Cristo pobre, humilde y cargado de la cruz,

para merecer la participación de su gloria. Cada uno según los propios dones y las

gracias recibidas, debe caminar sin vacilación por el camino de la fe viva, que excita

la esperanza y obra por la caridad.

Es menester, en primer lugar, que los Pastores del rebaño de Cristo cumplan con su

deber ministerial, santamente y con generosidad, con humildad y fortaleza, según la

imagen del Sumo y Eterno sacerdote, Pastor y Obispo de nuestras almas; cumplido así

su deber, será para ellos mismos un magnífico medio de santificación. Escogidos para

la plenitud del sacerdocio reciben la gracia sacramental, para que orando, ofreciendo

el Sacrificio y predicando, con todas las formas de solicitud y servicio episcopal,

ejerciten un perfecto oficio de caridad pastoral, no tengan miedo a dar su vida por sus

ovejas y haciéndose modelo del rebaño (Cfr. 1 Pe., 5, 3) inciten también con su

ejemplo a la Iglesia a una santidad cada día mayor.

Los Sacerdotes, a semejanza del orden de los Obispos, cuya corona espiritual forman,

participando de la gracia del oficio de éstos por Cristo, eterno y único Mediador,

crezcan en el amor de Dios y del prójimo por el ejercicio cotidiano de su deber,

conserven el vínculo de la comunión sacerdotal, abunden en toda clase de bienes

espirituales y den a todos un testimonio vivo de Dios, emulando a aquellos sacerdotes

que en el transcurso de los siglos nos dejaron muchas veces, con un servicio humilde y

escondido, preclaro ejemplo de santidad, y cuya alabanza se difunde por la Iglesia de

Dios. Ofrezcan, como es su deber, sus oraciones y sacrificios por su pueblo y por todo

el Pueblo de Dios, reconociendo lo que hacen e imitando lo que tratan. Así, en vez de

encontrar un obstáculo en sus preocupaciones apostólicas, peligros y aflicciones,

sírvanse más bien de todo ello para elevarse a más alta santidad, alimentando y

fomentando su actividad de la abundancia de la contemplación, para consuelo de toda

la Iglesia de Dios. Todos los sacerdotes, y en particular los que por el título peculiar de

su ordenación se llaman sacerdotes diocesanos, recuerden cuánto contribuirá a su

santificación la fiel unión y la generosa cooperación con su propio Obispo. Son

también participantes de la misión y de la gracia del Supremo Sacerdote, de una

manera particular los ministros de orden inferior, en primer lugar los Diáconos, los

cuales, al dedicarse a los misterios de Cristo y de la Iglesia, deben conservarse inmunes

de todo vicio y agradar a Dios y ser ejemplo de todo lo bueno ante los hombres (cf. 1

Tim., 3, 8-10; 12-13).

Los clérigos, que llamados por Dios y separados para tener parte con El, se preparan

para los deberes de los ministros bajo la vigilancia de los pastores, están obligados a ir

adaptando su manera de pensar y sentir a tan preclara elección, asiduos en la oración,

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fervorosos en la caridad, solícitos para todo lo que es verdadero, justo y de buen

nombre, realizando todo para gloria y honor de Dios. A los cuales todavía se añaden

aquellos seglares, escogidos por Dios, que, entregados totalmente a las tareas

apostólicas, son llamados por el Obispo y trabajan en el campo del Señor con mucho

fruto.

Conviene que los cónyuges y padres cristianos, siguiendo su propio camino, se ayuden

mutuamente con constante amor a mantenerse en la gracia durante toda la vida, y

eduquen en la doctrina cristiana y en las virtudes evangélicas a la prole recibida

amorosamente del Señor. De esta manera ofrecen al mundo el ejemplo de un

incansable y generoso amor, edifican la fraternidad de la caridad y se presentan como

testigos y cooperadores de la fecundidad de la Madre Iglesia, como símbolo y

participación de aquel amor con que Cristo amó a su Esposa y se entregó a sí mismo

por ella. Un ejemplo análogo lo dan de otro modo los que, en estado de viudez o de

celibato, pueden contribuir no poco a la santidad y actividad de la Iglesia. Y por su

lado, los que viven entregados a un trabajo con frecuencia duro, deben perfeccionarse

a sí mismos con las obras humanas, ayudar a sus conciudadanos y hacer progresar la

sociedad entera y la creación hacia un estado mejor, pero también con caridad

operante, gozosos por la esperanza y llevando los unos las cargas de los otros, imitar a

Cristo, cuyas manos se ejercitaron en el trabajo, y que continúa trabajando por la

salvación de todos en unión con el Padre, y con su mismo trabajo cotidiano subir a

una mayor santidad, incluso apostólica.

Sepan también que están unidos de una manera especial con Cristo en sus dolores por

la salvación del mundo todos los que se ven oprimidos por la pobreza, la debilidad, la

enfermedad y otros muchos sufrimientos, o padecen persecución por la justicia; el

Señor en su Evangelio los llamó bienaventurados, "El Señor... de toda gracia, que nos

llamó a su eterna gloria en Cristo Jesús, después de sufrir un poco, nos perfeccionará

El mismo, nos confirmará y nos consolidará" (1 Pe., 5, 10).

Por consiguiente, todos los fieles cristianos, en cualquier condición de vida, de oficio o

de circunstancias, y precisamente por medio de todas esas cosas se podrán santificar

más cada día, con tal de recibirlo todo con fe de la mano del Padre Celestial, y con tal

de cooperar con la voluntad divina, manifestando a todos, en el mismo servicio

temporal, la caridad con que Dios amó al mundo.