stolowicz, b. (2012) a contracorriente de la hegemonia conservadora. méxico. itaca, uam

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Reporte de lectura: Stolowicz, B. (2012) A contracorriente de la hegemonía conservadora. México: ITACA, UAM. 1 El “posneoliberalismo” y la reconfiguración del capitalismo en América Latina. El nuevo momento latinoamericano Veinte años de “posneoliberalismo” La reconfiguración capitalista La reestructuración de la sociedad La utilidad de lo social La importancia del Estado y la reconfiguración del poder Un punto de llegada Nuevas interrogantes Estamos asistiendo a un punto de llegada de realización exitosa de una estrategia dominante ejecutada desde hace veinte años para estabilizar y legitimar la reestructuración del capitalismo en América Latina, dicha estrategia es lo que sus impulsores llaman “posneoliberalismo”. Desde 1990 esta estrategia dominante reconfigurativa del capitalismo se ha consolidado en tres etapas: 1) ajuste, estabilización e inicio; 2) profundización de reformas estructurales y 3) consolidación de las reformas y restauración de los niveles de inversión. El “posneoliberalismo” (término acuñado desde el sistema) se autodefine como la superación del neoliberalismo que al mismo tiempo es contraria al populismo. Esta definición llego gracias a la crítica de los ideólogos a algunos postulados del liberalismo económico los cuales deberían ser corregidos pero nunca negados. La posneoliberal es una concepción estratégica lucida y compleja que no ve a las democracias como un peligro contra la continuación de la reestructuración capitalista, sino como una oportunidad para construir consensos moderados a favor de las llamadas reformas económicas, para lo cual la política ya la democracia debían ser instrumentos de gobernabilidad. Características del modelo posneoliberal: a) transición a una competitividad autentica impulsada desde el capital transnacional por su aporte financiero, tecnológico y acceso a mercados; b) garantizar buen clima de negocios, ganancias más atractivas, seguridad jurídica, estabilidad financiera, bajo déficit fiscal y pago de deuda; c) mayor activismo estatal para fortalecer el sector privado y d) reducción del Estado a través de reducción de salarios y desempleo para legitimar las políticas sociales encaminadas a reforzar la gobernabilidad. Conversión doctrinaria: economistas y teóricos posneoliberales son los nuevos expertos en teoría política, democracia y gobernabilidad quienes conjuntamente con la vieja clase política conservadora han pulido el concepto de posneoliberalismo hasta llegar a presentarlo como una “alternativa” viable. En estos veinte años hemos observado la gran capacidad de adecuación táctica de cambio en el uso de los instrumentos, de modificación discursiva en la ejecución de la estrategia dominante.

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Page 1: Stolowicz, B. (2012) a Contracorriente de La Hegemonia Conservadora. México. ITACA, UAM

Reporte de lectura: Stolowicz, B. (2012) A contracorriente de la hegemonía conservadora. México: ITACA, UAM.

1 El “posneoliberalismo” y la reconfiguración del capitalismo en América Latina.El nuevo momento latinoamericanoVeinte años de “posneoliberalismo”La reconfiguración capitalista

La reestructuración de la sociedadLa utilidad de lo socialLa importancia del Estado y la reconfiguración del poder

Un punto de llegadaNuevas interrogantes

Estamos asistiendo a un punto de llegada de realización exitosa de una estrategia dominante ejecutada desde hace veinte años para estabilizar y legitimar la reestructuración del capitalismo en América Latina, dicha estrategia es lo que sus impulsores llaman “posneoliberalismo”.

Desde 1990 esta estrategia dominante reconfigurativa del capitalismo se ha consolidado en tres etapas: 1) ajuste, estabilización e inicio; 2) profundización de reformas estructurales y 3) consolidación de las reformas y restauración de los niveles de inversión.

El “posneoliberalismo” (término acuñado desde el sistema) se autodefine como la superación del neoliberalismo que al mismo tiempo es contraria al populismo. Esta definición llego gracias a la crítica de los ideólogos a algunos postulados del liberalismo económico los cuales deberían ser corregidos pero nunca negados.

La posneoliberal es una concepción estratégica lucida y compleja que no ve a las democracias como un peligro contra la continuación de la reestructuración capitalista, sino como una oportunidad para construir consensos moderados a favor de las llamadas reformas económicas, para lo cual la política ya la democracia debían ser instrumentos de gobernabilidad.

Características del modelo posneoliberal: a) transición a una competitividad autentica impulsada desde el capital transnacional por su aporte financiero, tecnológico y acceso a mercados; b) garantizar buen clima de negocios, ganancias más atractivas, seguridad jurídica, estabilidad financiera, bajo déficit fiscal y pago de deuda; c) mayor activismo estatal para fortalecer el sector privado y d) reducción del Estado a través de reducción de salarios y desempleo para legitimar las políticas sociales encaminadas a reforzar la gobernabilidad.

Conversión doctrinaria: economistas y teóricos posneoliberales son los nuevos expertos en teoría política, democracia y gobernabilidad quienes conjuntamente con la vieja clase política conservadora han pulido el concepto de posneoliberalismo hasta llegar a presentarlo como una “alternativa” viable.

En estos veinte años hemos observado la gran capacidad de adecuación táctica de cambio en el uso de los instrumentos, de modificación discursiva en la ejecución de la estrategia dominante.

Para la reestructuración social posneoliberal el desempleo y el empobrecimiento son concebidos como la gran oportunidad para emprender su legitimación. Busca disolver a los sujetos colectivos (populares) en la pugna distributiva.

Gracias a la democracia de propietarios que impulsa el posneoliberalismo es posible que la precarización del trabajo y el autoempleo sean vistos como formas de equidad, contrario a la doctrina ortodoxa del neoliberalismo.

La estrategia posneoliberal para disolver a los sujetos populares de la pugna distributiva plantea, asimismo, otras líneas de acción que discursiva o doctrinariamente cuestionan las concepciones liberales o social-liberales fincadas en el individuo. Líneas que reivindican la utilización de organizaciones intermedias (entre el individuo y el Estado) para la gestión limitada de la convivencia, como el comunitarismo.

Con el comunitarismo, la estrategia posneoliberal legitima un microcorporativismo conservador que mantiene a los sujetos populares dispersos de la pugna distributiva, no cuestiona la distribución de la riqueza, invisibiliza la desigualdad, no incide en las decisiones del sistema político ni del Estado pero es percibido (en el discurso) como participación y empoderamiento del individuo.

La vocación social del posneoliberalismo combina el asistencialismo y la organización comunitaria, su prioridad es articular y legitimar la estrategia desde el plano social, cooptando sectores de izquierda para transformar conservadoramente a la sociedad y para lubricar la entrega de la administración del Estado a la derecha tradicional.

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El campo de lo social es lo que materializa la asociación Estado-mercado-sociedad donde los pobres y las capas medias financian a los extremadamente pobres.

En el posneoliberalismo, el neoinstitucionalismo juega un imprescindible papel, ya que busca convertir en estado de derecho la estrategia de acumulación por desposesión. El despojo es legalizado, todo se hace conforme a la ley, y con un activo poder judicial que sanciona su no cumplimiento.

El Estado posneoliberal acentúa su función subsidiaria gracias a la existencia de asociaciones público privadas que operan en todo. Estas asociaciones (en sus actividades básicas) indirectamente exigen el control del territorio con el despojo a pueblos, campesinos, pequeños propietarios y comunidades indígenas, para lo que operan la militarización y el paramilitarismo cuando es necesario.

Las asociaciones público privadas alcanzan también a las que habían sido definidas como esferas exclusivas del Estado en el ejercicio del monopolio de la fuerza. La seguridad, que era única función privativa del Estado, también es provista por privados con financiamiento público, en función policial, cárceles y funciones militares.

El posneoliberalismo produce una reconfiguración de la sociedad y del ejercicio del poder que rompe con los fundamentos del Estado liberal moderno, hace que el termino corrupción pierda sentido, el patrimonialismo hace que lo privado domine de manera directa, abierta y legitimada a lo público. Con el posneoliberalismo estamos ante una especie de Estado neo-oligárquico transnacionalizado de derecho, abiertamente orientado al gran capital (transnacional), incluso cuando financia lo social. El cual mantiene la envoltura de las formas liberales, como elecciones y tres poderes, pero que son subordinadas al capital por el interés nacional del desarrollo y acotadas por la juridización de la política y la economía.

También estamos ante una reconfiguración de la dominación en términos de mediaciones sociales que declara la gobernabilidad por encima de la composición y ejercicio del poder en el Estado, si produce gobernabilidad entonces no es un Estado fallido. Esta legitimación del poder se hace también a través del tema de la seguridad: la inseguridad es inducida y explotada para validar el ejercicio de la fuerza pública y privada. Se han construido nuevos enemigos, algunos muy difusos, no solo el llamado terrorismo que alude asimismo a luchas sociales contra el despojo capitalista.

El posneoliberalismo hace parecer también que el imperialismo se ha debilitado, pero es importante recordar que el imperialismo no solo es dominio territorial sino también dominio del capital financiero, y que utiliza al poder de sus Estados para su penetración territorial, para la exportación de capital, de mercancías y tecnología, para la apropiación de riquezas naturales y plusvalía.

La reconfiguración del poder capitalista se acompaña con la gestación de una nueva hegemonía burguesa que legitima una concepción de Estado como soporte material e institucional de un neodesarrollismo transnacional.

La estrategia posneoliberal ha buscado eliminar barreras políticas, sociales, institucionales y de creación de espacio, despejando el camino para que el capital avance sin obstáculos.

Una contrahegemonía no se trata solo de superar las concepciones de las elites económicas, políticas e intelectuales, o el individualismo sino también de hacer un esfuerzo para encontrar como esa hegemonía de los dominantes también se realiza mediante la manipulación de formas de organización y practicas populares “antiliberales”, con formatos similares a los emancipatorios pero con contenidos y objetivos de subordinación.