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Alejo SteimbergEl postapocalipsis rioplatense de Marcelo Cohen. Una lectura de Donde yo no estaba. PresentacinLa primera pregunta a plantearse al tomar a Cohen para una reflexin sobre los imaginarios apocalpticos es Por qu Cohen?. O un poco ms largo: Por qu, si hay otros autores1 en cuyas obras lo post-apocalptico aparece de manera mucho ms explcita?. La respuesta que se intentar ilustrar es la siguiente: porque Cohen explota, a travs de su obra, los imaginarios de la ciencia ficcin distpica que plantea escenarios, en mayor o menor medida, postapocalpticos. Lgicamente, el primer paso debe consistir en la enumeracin de los rasgos de un mundo postapocalptico. En un segundo momento se analizar cmo estos rasgos se actualizan en la ltima novela de Marcelo Cohen, Donde yo no estaba, en la que desarrolla el mundo del Delta Panormico, que haba comenzado a crear en su libro anterior, Los acuticos. El Delta Panormico, sin ser explcitamente una versin futura de nuestro mundo, presenta numerosos rasgos que se evidencian como una extrapolacin de caractersticas de nuestra sociedad actual a diversos niveles: tecnolgico, poltico, social y religioso, o como una especulacin sobre su desarrollo. El anlisis se centrar en uno de los elementos que ubican la novela de Cohen en el terreno de la ciencia ficcin: la Panconciencia, la conciencia compartida de los habitantes de ese mundo, que cumple importantes funciones de control social y acta 1 Por ejemplo Eduardo Blaustein con Cruz diablo, Orlando Espsito con No somos una banda, o Rafael Pinedo con Plop.This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) 246 Alejo Steimberg en muchos aspectos como una droga escapista.2 Tambin ser resaltada la presencia de elementos lingsticos y culturales que funcionan como marcas de cierta argentinidad del texto y que resultan en una apropiacin del gnero no desterritorializada.Los mundos postapocalpticosJames Berger, en el primer captulo de After the End, analiza la particular paradoja de los relatos apocalpticos: The apocalypse [] is The End, or resembles the end, or explains the end. But nearly every apocalyptic text presents the same paradox. The end is never the end []. In nearly every apocalyptic presentation, something remains after the end []. In modern science fiction accounts, a world as urban dystopia or desert wasteland survives []. The study of post-apocalypse is a study of what disappears and what remains (Berger 57).Esos mundos de despus del fin suelen tener determinados rasgos en comn. Como seala Berger, en la ciencia ficcin lo que suele sobrevivir es una tierra balda o una distopa urbana (como pasa en la rama del cyberpunk). El mundo del Delta Panormico presenta diversos elementos de lo cyberpunk:3 la existencia de un sistema poltico distpico, en este caso la Democracia Gentil;el gran desarrollo de la tecnologa, que se manifiesta en la forma de un enorme abanico de artefactos: IAs, cyborgs animales, etc.;la presencia de dispositivos (tecnolgico-qumicos y/o producto de las facultades mentales) que compiten con la 2 Como se ver luego, dispositivos semejantes suelen ocupar un lugar prominente en la ciencia ficcin distpica.3 Estos rasgos, una constante en las obras que se adscriben al subgnero, ya estaban presentes en Neuromancer, de William Gibson, una de las novelas fundacionales de lo cyberpunk. This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) El postapocalipsis rioplatense de Marcelo Cohen 247 realidad material, la suplantan y eventualmente llegan a constituir un continuo indiferenciable con ella: la realidad virtual en la literatura cyberpunk, la Panconciencia en los relatos del Delta Panormico.En el mundo que crea Cohen estas caractersticas coinciden con otros rasgos que provienen de las tradiciones apocalpticas ms antiguas, rasgos vinculados sobre todo con la temporalidad.La ruptura con el pasado y el fin de todo proceso histrico nos son sealados como rasgos del mundo postapocalptico por diversos autores. As, Freddy Raphal (14, 17), en Esquisse dune typologie de lApocalypse, sostiene queLavnement du royaume se fera par un processus rvolutionnaire qui rompra la chane des causalits naturelles et historiques. Il sagit dune vritable effraction qui dsintgrera le vieux monde. [...] ce royaume futur [] est sens [sic] se soustraire tout processus historique. Cette fin ultime constitue [] une rupture brutale avec la squence de lhistoire. James Berger, al hablar del postapocalipsis postmoderno, opina de manera similar al definirlo como el espacio de la post-historia (Berger 9), y algo semejante expresa Parkinson Zamora al recordar que segn San Juan en el Apocalipsis el tiempo cesar, y que [] el Apocalipsis se mofa de la nocin de finales concluyentes, a la vez que propone precisamente eso: la narracin concluyente del fin de la historia (2230). Lo que implica este fin de todo proceso histrico es una ausencia de fin; el mundo del postapocalipsis, segn la tradicin religiosa, entra en el plano de la eternidad. Como no poda ser de otra manera, en las representaciones contemporneas del postapocalipsis este rasgo toma una forma particular.Frank Kermode, en el captulo The Modern Apocalypse de The Sense of an Ending, habla sobre el sentido contemporneo de crisis, y sostiene que si los momentos que llamamos crisis son fines y comienzos, una particularidad de nuestra imaginacin es que elige constantemente estar en el final de una era (Kermode 1967: 9697). Y a esta percepcin constante de crisis se agrega la de la transicin, igualmente perenne. Kermode (1002) seala que la etapa de transicin, durante la cual se da una coexistencia del pasado y del futuro, se ha This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) 248 Alejo Steimberg vuelto eterna. La creencia de que la propia poca es transicional entre dos grandes perodos se modifica y la transicin en s se transforma en una poca, un saeculum. La nuestra sera entonces una era de transicin y crisis eternas. El fin ya no es inminente simo inmanente; al movernos de transicin en transicin, nuestra existencia no establece ninguna relacin inteligible con el pasado ni ninguna relacin predecible con el futuro. La mezcla de pocas es caracterstica de los relatos post-apocalpticos contemporneos; as, junto a la anacrnica era neo-medieval del ciclo The History of the Runestaff de Michael Moorcock (1979) podemos mencionar a la barbarie semitecnificada del filme Mad Max. Donde yo no estaba proporciona diversos ejemplos de atisbos de eternidad y de una temporalidad confusa y poco precisa, si se quiere de maneras ms sutiles. Una de las maneras en las que la eternidad se manifiesta es a travs de la Panconciencia.La Panconciencia, espacio atemporalLa primera visita a la Panconciencia que se nos narra, que tiene lugar relativamente pronto en la novela, nos es presentada con lujo de detalles: Mi cerebro haba olvidado esta adiccin, persuadido de que era anticuada, pero la Pan se ha puesto de moda otra vez []. De inmediato, aunque con los ojos abiertos, me encontr derivando en las cuatro dimensiones de una claridad glauca o verdegrs. Por los bulevares abstractos de la posibilidad interior sin otro rumbo que la corazonada. Haba un titilar de rayitas. Luego motivos geomtricos, diagramas. Se combinaban sensaciones de rojo con acordes musicales menores y olor a amonaco; o bien texturas heladas de permafrost con penumbra amarillenta. Dur poco. Una presin en el crtex me anunci que se aproximaba algo ms concreto. La oscura viscosidad empez a dividirse en estampas flotantes. Creca el vocero de la conciencia universal conjunta. Ya no estaba solo. En unas estructuras giratorias aguardaban formas de pensamiento viables. Con una sacudida brusca me sent caer en una conciencia ajena. Mi visitado estaba inspeccionando los bulones del neumtico trasero de un camin cargado de coches; debajo de nuestros ojos apareca el reborde del cuello de un chubasquero de hule rojo y en nuestra capucha repicaba la lluvia []. Ese hombre [...] no iba a enchufarse This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) El postapocalipsis rioplatense de Marcelo Cohen 249 [...]; por lo tanto no habra retorno. Pero aunque no pudiramos contactarnos, al resto de conciencia ma que an estaba en m la alegraba haber oteado una vida diferente, otra atmsfera, un paisaje invernal y adusto (Cohen 75).La descripcin siguiente, igualmente detallada, sucede mucho ms adelante: Me enchuf pues a la Panconciencia. Entiendo que haya pasado de moda el uso de esta facultad humana. No es como la risa. Es demasiado accesible. Con una nfima dosis de voluntad, sentado como estaba, en un santiamn me encontr derivando en las cuatro dimensiones de una claridad glauca. Por los bulevares abstractos de la posibilidad sin otro rumbo que la corazonada. Titilaban rayitas como intenciones. Dej de percibir nada exterior. Ocurri la conocida cancula de la razn. Luego motivos geometrizantes, diagramas y en seguida una combinacin de sensaciones de rojo con acordes musicales menores y olor a amonaco, etc. Todo esto dura muy poco. Luego hubo esa especie de presin en el crtex ventromedial, como una sospecha de que se va a poseer algo ms concreto o figurado. Iba creciendo un rumor atenuado, el vocero de un multiverso interior. Mi historia personal ya no era cosa solitaria. Todo alrededor se perfilaban poliedros giratorios. Era divertido. Pero sin tiempo casi a verla aparecer, ca bruscamente en otra conciencia, la diversin aminor [...]. Hay en la Panconciencia una indagacin del acaso que llega a ser de lo ms insulsa (381).La descripcin del fenmeno en s, cuya enorme precisin cumple evidentemente una funcin de verosimilizacin, es bastante similar en ambos casos; sus etapas pueden resumirse as :visin de un paisaje abstracto,1. presin en el crtex que preludia un pasaje a una experiencia 2. ms concreta,cada en una conciencia ajena, que consiste en ver y percibir 3. lo mismo que la persona contactada.En ambos fragmentos se aclara tambin el fuerte componente de azar del contacto (en un caso se habla de una deriva por los bulevares abstractos de la posibilidad sin otro rumbo que la corazonada; en el otro, de una indagacin del acaso), y la posibilidad (que en ninguno de los dos casos se realiza) de que el contacto sea de ida y vuelta. Pero ms all de estas constantes, hay tambin notables divergencias en uno y otro caso en lo que respecta a la apreciacin del fenmeno. As, This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) 250 Alejo Steimberg mientras en el primer fragmento se nos dice que la Pan se ha puesto de moda otra vez, y se nos describen sus atractivos, en el segundo el narrador afirma entender que haya pasado de moda, y se la pinta como algo, a fin de cuentas, bastante poco atractivo. Este acercamiento entra en consonancia con lo que se sostiene algunas pginas despus, cuando se explica un supuesto desinters creciente por la Panconciencia: El gusto por conectarse a la Pan se desvanece; cede la pasin que segn los relatos de mi abuelo haba provocado el hallazgo en tiempos de su padre, el furor que caus a los humanos ese turismo mental desarrollado por la especie. Y a buen seguro el desinters se debe a que la conciencia no es til ni prctica, dice Ynder; no es una herramienta; no se puede dirigir a la obtencin de resultados especficos; es imprevisible, ingobernable como un viejo vicio; ms todava: la Panconciencia, por ser natural, no puede competir con la admiracin supersticiosa que los hombres siguen sintiendo por la tecnologa. [...] hoy la Panconciencia parece un simple lapsus que vuelve y vuelve (391).Esta aparente contradiccin temporal (primero se nos dice que la Panconciencia volvi a ponerse de moda; luego, que pas de moda, todo en un lapso de das) no lo es tal si se pone en relacin con un rasgo muy importante de la novela, que es el borramiento de las marcas claras del paso del tiempo y de un proceso histrico lineal. Un presente que es retaguardia del futuro: el tiempo intercambiable En la primera descripcin de una experiencia de Panconciencia sta es definida como un vicio que nos llena de mundos ajenos, nica eternidad (76). Al ser una experiencia puramente mental, la Panconciencia separa de lo carnal, de lo material, del aqu y ahora y, por ende, del tiempo, y de ah su carcter de cuasi eternidad. Esa bsqueda de la eternidad en un afuera tambin aparece en la diatriba de Fusco Maraguane, el fumigador contestatario, que se centra en fustigar el escapismo:[...] nadie quiere asumir que vive en el tiempo; quieren rapidez; puro narcisismo; nusea, irrealidad, alineacin, autonoma total; anhelo de satisfaccin instantnea y constante... en esta isla de pordioseros!. [...] el narciso quiere que el tiempo This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) El postapocalipsis rioplatense de Marcelo Cohen 251 culmine en una eternidad perfecta; y lo quiere enseguida; por eso la gente se relame con la Panconciencia y se olvida de la materia real, las lombrices de la tierra, las vides (139).En su discurso aparece un elemento importante en la conformacin del espacio en el que sucede la accin, y es la descripcin de Isla Mrmora como una isla de pordioseros, una isla ms atrasada que muchas otras del Delta Panormico. Aliano, el narrador, se expresa tambin sobre el carcter atrasado de la isla en un prrafo significativo :Ac en Mrmora somos la retarguardia provinciana del futuro, pero ya en la poca de Mench, no s bien cunto hace, Isla Arturo haba jubilado la Democracia Gentil. Nadie recordaba ya el viejo, idealista programa de rehabilitar a los delincuentes [...]. El cemento que mantena unida a la comunidad era la represin. Comprender menos y castigar ms: bajo este eslogan el Estado canalizaba el victimismo de la sociedad en una retrica de la condena y una ingeniera del castigo (285).La importancia de este fragmento es, por lo menos, doble. Por un lado, pone en relacin Isla Mrmora (y, por ende, el Delta Panormico), con uno de los cronotopos tpicos de la literatura cyberpunk, la dictadura represiva de un futuro distpico. Por otro, ejemplifica lo brumoso del paso del tiempo en el Delta Panormico; los perodos nunca son mencionados de manera precisa, y cuando s lo son, como se ver ms adelante, es siempre de manera confusa y contradictoria. Pero tenemos adems la descripcin de la isla como retaguardia provinciana del futuro. De manera literal, la frase hace referencia a la posicin secundaria de la isla en el mapa socio-poltico y tecnolgico del Delta Panormico; en trminos extradiegticos, no puede no leerse este subdesarrollo de la isla como la codificacin de una identidad argentina o latinoamericana. La idea de que todo llega tarde a Isla Mrmora, que se muestra entonces como espacio de un anacronismo que debe leerse en clave sociopoltica, aparece en diversas partes de la novela. Todo lo nuevo en Isla Mrmora ya es viejo en otras partes de Delta, ya se trate de sistemas polticos (la Democracia Gentil), instituciones familiares (el trimonio, matrimonio de a tres), avances tecnolgicos y hasta productos culturales de consumo masivo. Lo que sucede es que, lejos de ser monoltico, este recurso se ve constantemente contrarrestado por contradicciones (como en las descripciones de la Panconciencia). Estas contradicciones This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) 252 Alejo Steimberg cumplen la funcin de interrumpir todo intento de cuadrar la obra dentro un gnero o subgnero puro (como la ciencia ficcin o el cyberpunk); la novela utiliza recursos genricos (de la ciencia ficcin, de la novela realista; hasta del diario ntimo, que es la forma que toma) sin verse encorsetada por ellos.Pese a que Aliano est al tanto del carcter atrasado de su isla, hay algunas muestras de esto que no dejan de sorprenderlo. As, cuando descubre que el folletn de pantalltor Lber m que fascina a sus hijos es de la poca de Carlos Mench, un escritor de otra isla que muri hace mucho tiempo, se siente un idiota til de los empresarios de pantalltor, que a nuestro basurero de isla le colocan como nueva una serie ya vista hace tiempo en una isla ms atrasada (491492). El hecho de que no pueda reconocerse que una serie tenga, como mnimo, dcadas, es otra muestra de la temporalidad casi paralizada del mundo del Delta Panormico, que parece haber alcanzado un avanzado estado tecnolgico que, sin embargo, no avanza ms. Ningn texto de los muchos que cita el diario de Aliano dan cuenta de otras coordenadas tecnolgicas; no el libro de Mench, y ni siquiera el Libro del Yud, el libro cannico de la Religin del Pensar, en el que aparecen monitorios (inteligencias artificiales que supervisan el estado de una casa). El Delta Panormico: un postapocalipsis argentino?En su ya famoso artculo Disparen sobre el policial negro, Carlos Gamerro (2005) escribe sobre las dificultades que plantea la adaptacin del gnero policial a la Argentina, y termina esbozando un declogo del policial argentino, que l mismo pondr en prctica en su novela El secreto y las voces. La propuesta de Gamerro parte empricamente de la aceptacin de que, para evitar caer en un simple calco de modelos que, a falta de adaptacin, ser siempre inferior al original, es necesario que la apropiacin de gneros se realice de formas que podramos llamar no desterritorializadas; esto es, que las coordenadas (geogrficas, socioculturales, histrico-literarias) de produccin del texto formen parte de la matriz de escritura. Gamerro plantea la necesidad de esta This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) El postapocalipsis rioplatense de Marcelo Cohen 253 reformulacin del gnero como una imposicin de la necesidad de verosimilitud interna del texto; uno de sus ejemplos es que una novela policial con un hroe detective, como en la variante norteamericana, resultara absurda en un pas en que los detectives privados son todos ex-miembros de las fuerzas de seguridad, fuertemente desacreditadas por su participacin en golpes de Estado y dictaduras. Esta necesidad de adaptacin es igual o ms fuerte en el caso de la ciencia ficcin, en la que el cronotopo de la obra suele construirse a partir de la extrapolacin de rasgos de la sociedad contempornea a su contexto de produccin (Malmgren 1988: 27).Tanto en Donde yo no estaba como en Plop, de Rafael Pinedo,4 podemos encontrar lo que podramos llamar marcas de territorializacin del gnero (en este caso, la ciencia ficcin), que vuelven intradiegticas las coordenadas geogrficas y socioculturales de produccin del texto su origen argentino. Estas marcas son, por lo menos, de tres tipos:culturales,1. idiomticas,2. geogrficas.3. En Donde yo no estaba, una de las ms flagrantes marcas culturales, verdadero guio al lector, lo constituye una de las formas en las que puede beberse la omnipresente y verstil infusin de yecle; as, en un alto en su periplo por Isla Mrmora, el narrador nos cuenta como [] se abri la ronda de yecle en cscara de calabaza, sorbido con una caa, estimulados por el cual, bajo un lienzo negro irisado por la luna, todos sentimos que llegaba el momento de cumplir al fin, por una vez, el retorno idlico a la comunidad primitiva: contndonos historias (560).Para un lector argentino o conocedor de las costumbres argentinas, esa descripcin corresponde, sin confusin posible, a una ronda de mate (infusin tpica de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil), que se toma de la manera mencionada y en general en grupo, constituyendo en s 4 Vale la pena sealar que Plop apareci en una coleccin dirigida por Marcelo Cohen, Lnea C. This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) 254 Alejo Steimberg misma una forma particular de socialidad. En Plop, para completar el ejemplo, las marcas culturales se nos muestran en formas de atavismos de los grupos humanos sobrevivientes, que viven en toldos (tiendas) y tienen brujos, rasgos todos de sociedades indgenas precolombinas de Argentina. Las marcas idiomticas aparecen, en ambas novelas, en la forma del voseo. Las marcas geogrficas no son reconocibles en Plop, ya que el mundo no parece ser otra cosa que un enorme basural. Donde yo no estaba, por su parte, sucede en el Delta Panormico, un mundo de islas y ros sin la ms mnima referencia a conformaciones geogrficas de mayor dimensin. S se hace mencin al mar, pero como cosa de un pasado lejano y casi legendario.El ro, el delta, son rasgos definitorios, si no de lo argentino, s de lo rioplatense (lo mismo que el mate, y el voseo, dicho sea de paso). El Delta Panormico presenta adems, notables rasgos de homogeneidad cultural (no parece haber en l ms que una sola lengua). El Delta Panormico no es, entonces, un mundo en el sentido de planeta; slo se vuelve mundo en el sentido de sistema cerrado al estar cortado de toda referencia exterior. Este rasgo tambin puede tomarse como una reflexin metagenrica, como si se nos dijera que ese aislamiento es la nica manera de crear un imaginario ciencia-ficcional argentino o rioplatense. Por otra parte, las mismas relaciones de fuerza pases desarrollados/ pases en desarrollo que existen en nuestro mundo se repiten en el interior del Delta Panormico, como si se postulara la imposibilidad del aislamiento recin mencionado. Una vez ms, como todo a lo largo de la novela, se sostiene al mismo tiempo una cosa y su contrario; con este recurso, Cohen consigue imprimirle al Delta Panormico casi la misma inaprensibilidad, la misma complejidad que la del mundo del que es, como todo mundo de ciencia ficcin, sombra y fantasma al mismo tiempo. This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) El postapocalipsis rioplatense de Marcelo Cohen 255 BibliografaBerger, James, After the End (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1999).Blaustein, Eduardo, Cruz Diablo (Buenos Aires: Emec, 1997).Cohen, Marcelo, Donde yo no estaba (Buenos Aires: Norma, 2006). Espsito, Orlando, No somos una banda (Buenos Aires: Grupo Cero, 1991).Gamerro, Carlos, Disparen sobre el policial negro, in Clarn, Suplemento , 13/08/05.Gibson, William, Neuromante (New York: Ace Books, 1984).Kermode, Frank, The Sense of an Ending (New York: Oxford University Press, 1967).Malmgrem, Carl D., Worlds Apart: A Theory of Science Fiction, in Heller, Arno (ed.), Utopian Thought in American Literature (Tbingen: Narr, 1988), pp. 2542.Moorcock, Michael, The History of the Runestaff (London: Granada, 1979).Raphal, Freddy, Esquisse dune typologie de lApocalypse, in Raphal, Freddy, et al. (ed.), Lapocalyptique (Paris: Geuthner, 1977), pp. 1138.Parkinson Zamora, Lois, Narrar el apocalipsis [1989] (Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1994).Pinedo, Rafael, Plop (Buenos Aires: Interzona, 2004). This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00) This document is licensed to Paulo Thomaz (3-9640807|00)