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Soy educadora written by Revista Voces | julio 14, 2016 Soy educadora Mariana Ernesto Ángel alumna de la ENMJN El siguiente texto forma parte de una serie de ensayos elaborados por algunas estudiantes de cuarto semestre del Curso Optativo. Producción de Textos Académicos, impartido por la Profra. María Esther Magdalena Fuentes Martínez y que muestran su propia y particular percepción sobre el papel actual de la Educadora, el Jardín de Niños y la Educación Preescolar. En el siguiente ensayo se presentan aspectos del trabajo realizado por una educadora, así como las dificultades a las que se enfrenta, no sólo en el aula, sino ante la sociedad e, incluso, ante los planes y programas de educación. Porque, aun cuando el trabajo de una educadora parece ser sencillo, resulta todo un proceso lleno de contradicciones y dificultades. Para mí ésta es una de las labores más humanistas. Un ingeniero trabaja con máquinas y sus errores tendrán soluciones, un arquitecto diseña y crea con toda libertad; un doctor diagnostica y

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Soy educadorawritten by Revista Voces | julio 14, 2016

Soy educadora

Mariana Ernesto Ángelalumna de la ENMJN

El siguiente texto forma parte de una serie de ensayos elaborados por algunasestudiantes de cuarto semestre del Curso Optativo. Producción de TextosAcadémicos, impartido por la Profra. María Esther Magdalena FuentesMartínez y que muestran su propia y particular percepción sobre el papelactual de la Educadora, el Jardín de Niños y la Educación Preescolar.

En el siguiente ensayo se presentan aspectos del trabajo realizado por unaeducadora, así como las dificultades a las que se enfrenta, no sólo en el aula, sinoante la sociedad e, incluso, ante los planes y programas de educación. Porque,aun cuando el trabajo de una educadora parece ser sencillo, resulta todo unproceso lleno de contradicciones y dificultades. Para mí ésta es una de las laboresmás humanistas. Un ingeniero trabaja con máquinas y sus errores tendránsoluciones, un arquitecto diseña y crea con toda libertad; un doctor diagnostica y

puede garantizar mejorar la salud; sin embargo, una educadora aprende arealizar trabajos muy similares con la única intención de formar seres humanosque, a lo largo de su vida, tengan las bases necesarias para enfrentar coninteligencia las demandas que la misma le exige.

¿Qué debe enseñar una educadora? Siempre creí que el trabajo de una educadora sería una cosa sencilla, cantar,bailar, jugar y hacer manualidades; que era un trabajo sin mayor dificultad y quelo único necesario era tener mucha creatividad. Además, pensé que seguramenteera una carrera poco demandante: ¿quién querría cuidar niños? Además, estasideas no sólo yo las concebía. Es la sociedad misma la que se ha encargado deetiquetar con esas características el trabajo que desempeñan las educadoras.

A pesar de mis ideas, jamás fue de miinterés formarme como educadora (ocomo actualmente se l lama a laprofesión Licenciada en EducaciónPreescolar). Siempre me interesé porlos animales, por la naturaleza y missueños de grandeza profesional see n f o c a b a n a l a s c i e n c i a sbiológicas. ¿Qué sucedió entonces paraque actualmente esté cursando el 4ºsemestre en la ENMJN? En vista deque no sé cantar, desconocía lascanciones infantiles, las manualidadeseran una tortura, pues carecía decreatividad y jamás imaginé estar con

tantos niños al mismo tiempo en un solo espacio; es más, al escuchar a miscompañeras decir que ellas habían elegido esta carrera porque les gustaban losniños, llegué a pensar que estaba en el lugar equivocado.

Es muy confuso explicar el momento en que tomé la decisión de formarmeprofesionalmente como educadora, no recuerdo exactamente cuándo encaminé mivida a ello. Sin embargo, sabía que éste era el lugar donde quería estar, sobretodo, cuando me di cuenta de todas las injusticias que se dan hacia los niños, lafalta de amor, de respeto, de tolerancia y de la importancia que los niños tienenen cualquier lugar del mundo.

¿Por qué digo del mundo? Sí,confieso que jamás he salido delpaís, sin embargo, no necesitohacerlo para ser testigo de lamaldad a la que están expuestos losciudadanos más pequeños de lascomunidades y poblaciones sinimportar cuáles. No hay que salir deun con tex to pa ra obse rva revidencias de otros lugares lejanoscon carencias, en materia de salud yeducación infantil.

Fueron justo estas carencias y necesidades de los niños lo que me motivó aprepararme profesionalmente y a querer ser partícipe de la formación depequeños seres humanos. Ellos son el futuro para hacer un lugar mejor. En lopersonal, siempre he pensado que no hay mejor forma de cambiar al mundo si noformamos parte de ese cambio. Para ser parte de tal cambio, con el que sueño,me he preguntado: ¿cómo será posible llegar a él con tantos obstáculos queenfrentamos? Acaso empezando por contrarrestar la desvaloración y mala famaque se da a los maestros, incluidas las educadoras.

Como antes mencioné, el concepto que la sociedad tiene de las educadoras esmenospreciar el trabajo tan enorme que realizamos. ¿Por qué lo digo?, Porquepienso que las educadoras no están para cuidar niños cuando la realidad es otramuy distinta, y que, aun cuando así lo fuera, el tener bajo nuestro cuidado a otrapersona requiere de mucha atención, trabajo, amor y dedicación, de respeto ytolerancia. Y encima, se considera que todo eso es un trabajo sencillo, elimaginario social considera que las maestras en Educación Preescolar no tienenningún reto o dificultad para desempeñar su trabajo docente.

Ahora bien, cabe señalar que las educadoras no sólo son maestras dentro de unaula, también fungen como psicólogas, porque escuchan a sus alumnos y a suspadres y brindan su ayuda sin esperar nada a cambio. Al atenderlos podemosconocer más sobre nuestros niños y, con ello, tener las bases y los conocimientossobre cómo atender sus requerimientos. También fungimos como doctores ydetectives porque debemos estar siempre alertas de cualquier situación que sepresenta en el ambiente en que se desarrollan los pequeños, además de realizarun diagnóstico que busque las medidas, técnicas y métodos necesarios paracombatir aquello que les afecta. Incluso ser educadora es convertirse en unasegunda madre porque hay familias muy fragmentadas, entonces estamos allípara acompañarlos en todo momento.

Pero entonces si retomamos el papel de la educadora, ¿cuál es realmente eltrabajo de las estas profesionistas?, ¿qué es lo que debe enseñar una educadora?,¿qué impacto tienen ellas en la formación de los niños?, ¿qué es lo que los niñosdeberían aprender? De acuerdo con el PEP2011 se espera que los niños:

Aprendan a regular sus emociones, a trabajar en colaboración, resolverconflictos (…)Adquieran confianza para expresarse, dialogar y conversar en su lenguamaternaDesarrollen interés y gusto por la lectura, usen diversos tipos de texto ysepan para qué sirven.

Usen el razonamiento matemáticoSe interesen en la observación de fenómenos naturalesSe apropien de los valores y principios necesarios para la vida encomunidadUsen la imaginación y la fantasía, la iniciativa y la creatividadMejoren sus habilidades de coordinación, control, manipulación ydesplazamiento

Entonces la docente debe responder con su intervención a todas estasimposiciones que el programa exige. Retomo lo que dice Paulo Freire (1969)sobre la educación bancaria, “el educador es siempre quien educa; el educando,el que es educado. El educador es quien disciplina; el educando, el disciplinado.El educador elige el contenido de los programas; el educando lo recibe en formade “deposito”. El educador es el sujeto del proceso; el educando, su objeto.Concepción tal de la educación hace del educando un sujeto pasivo y deadaptación” (pág. 17), pero ¿qué es realmente lo que a los niños les interesa ycuáles son sus verdaderas necesidades?

¿Será que nuestros planes yprogramas responden a l asnecesidades actuales? Pues concerteza no lo sé. Existen propuestasmuy buenas como las que plasma elPEP2011. Sin embargo, en elc a m i n o , t o d o e s t o s e v atransformando porque también haycosas fuera de contexto, porejemplo, una escuela y educación decalidad no tendría que responder a

los problemas reales, es decir, desde mi perspectiva una escuela de calidad ycomprometida no se trata tan sólo de implementar las reglas y normas, ni serexactas en cada tema que exige el programa aplicado a los niños. El trabajo deuna educadora va más allá de todo eso.

Para comenzar, la educadora pone al frente de las prioridades de los niños, suinterés, sus gustos, sus necesidades y, sobre todo, el amor que cada uno de ellosrequiere; no por imposición, más bien por convicción, porque se preocupa de quecada niño reciba lo que merece; no se fija en clases sociales, por el contrario

siempre va en busca de formar personas con valores, que apoyen y vean por susemejantes, por dejar huellas que, con el paso de la vida, uno percibe que lamaestra de preescolar lo enseña porque pretende fomentar la paz y la solidaridad;espera respeto y tolerancia para construir una mejor sociedad, porque tal como lomenciona Paulo Freire (1969) “la educación es una acto de amor, de coraje; esuna práctica de la libertad dirigida hacia la realidad, a lo que no teme; más bienbusca transformarla, por solidaridad, por espíritu fraternal” (pág. 9).

Quienes no son docentes, aquellos no tienen una cercanía con personas queejerzan esta profesión, son las personas que desconocen las verdaderasdificultades que enfrentan los maestros y las educadoras. El problema no es lateoría, no es lo que dice un plan o un programa; la dificultad es llevarlo a lapráctica tratando de cubrir cada uno de los aspectos que menciona sin dejar a unlado lo que nuestros grupos viven y necesitan.

Pero entonces caemos en una contradicción: si los niños deben recibir un trato yuna educación dignos y de calidad que respondan a sus necesidades,considerando que a los grupos llegan niños con barreras de aprendizaje o querequieren una atención especializada. No es que una educadora carezca de lafacultad de trabajar con ellos; sin embargo, hacerse cargo de un grupo de hasta45 niños (con situaciones difíciles, necesidades e intereses diferentes y

características específicas de atención) resulta un lio al momento de brindar todolo que merece. No obstante, como la educación actualmente es integradora, lasautoridades no perciben qué tan difícil pueda ser esta labor.

Por un lado, “el principio de atención a la diversidad está basado en la obligaciónde los Estados y sus Sistemas Educativos a garantizar a todos el derecho a laeducación (Dieterlen, 2001; Gordon, 2001), reconociendo la diversidad de susnecesidades, combatiendo las desigualdades y adoptando un modelo educativoabierto y flexible que permita el acceso, la permanencia escolar de todo elalumnado, sin excepción, así como resultados escolares aceptables (UNESCO,1994)”. Por lo tanto, esto debería llevarse a la práctica desde el lugar correcto:con docentes que se preparan especialmente para atender este tipo desituaciones y no tratar de cubrirse desde trincheras que sólo sirvan para decirque la educación atiende a la diversidad.

Además, otra situación a la que debe enfrentarse una educadora, será laevaluación. “Los maestros difieren frecuentemente en los resultados deaprendizaje que esperan observar en sus alumnos y que podría explicarseconsiderando que evalúan diferentes cosas porque sus creencias en la evaluacióntambién son distintas” (Samuelowiczy Bain, 2002). Éste es un tema muycomplicado. La teoría dice que no todos debemos evaluar y ser evaluados de lasmisma manera (porque el aprendizaje de cada persona es gradual y diferente losestándares que se les pide a las educadoras son los mismos para todos). Entonces,

¿deben las educadoras preocuparse por cumplir un lineamento o por el progresoo el rezago verdaderos que sus alumnos presentan?

Fue a partir de estos aspectos queme interesé por la profesión. Larealidad va muy alejada de lo que seespera que resulte de los programasy la práctica es completamentedistinta a los estudios que losautores realizan con uno o dos niñosaisladamente, y porque, ante estasinjusticias y necesidades, laseducadoras estamos trabajandos iempre con la f ina l idad detransformar el mundo, es decir,dejar en los niños una base devalores y actitudes de amor.

Es importante formar parte de la construcción de grandes sueños de los niñospara que el resto de sus vidas ello mismos trabajen por conseguirlos. Es así comose logrará el cambio que la sociedad necesita, por lo que la educadora debe tomaren cuenta sus intereses y necesidades. Ya que los niños, aunque sean pequeñosson grandes en fuerza, en espíritu y mente, son seres inteligentes que, si biendependen de los adultos, es con el trabajo de la educadora que, desde susprimeros años, les darán las herramientas para ser personas reflexivas,respetuosas y críticas, que los lleve a ser jóvenes emprendedores y ciudadanosresponsables.♦

Bibliografía

Programa de Educación Preescolar 2011La educación como parte de la libertad, primera edición 1969. PauloFreireAtención a la diversidad y desarrollo de procesos educativos inclusivos,junio 2010. Natividad Araque Hontangas. Universidad Complutense de

Madrid.