solicitada lucecita contra el aborto

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SOLICITADA LUCECITA CONTRA EL ABORTO UNA LUZ EN LA OSCURIDAD Por Tomás I. González Pondal El día 2 de noviembre del 2011 – día de todos los fieles difuntos -, dos divisiones de niñas de entre diez y once años junto a algunas maestras del Colegio Santa María, se encaminaban hacia un pueblo del interior de la provincia de San Luis para llevar a cabo una misión. Antes de llegar al destino final un tren carguero impactó contra el colectivo en el cual viajaban, finalizando con la vida de ocho personas: seis pequeñas y dos docentes. Con tan solo diez años y antes de pasar a la otra vida a raíz de la indicada tragedia padecida en la localidad de Zanjitas (San Luis), Luz María Bianciotti le hizo una petición por escrito a la Santísima Virgen María, en donde le rogaba que el aborto no sea sancionado: El original se encuentra en poder de los papás de Lucecita – así la llamaban sus familiares y seres queridos. Amén de que en la hoja aparecen otras peticiones (“Por la salud de: Ñata, Teté, etc.), parece ser que la principal es la referente a la temática aborto. En efecto se halla en la parte superior de la hoja, en letra más bien grande y redactada con distintos colores. Si bien la petición no puede ser más clara (“Para que no se sancione la ley del aborto”), la pequeña quiso resaltar aun más dos palabras: “no” y “aborto”; la primera con una tinta celeste, la segunda con tinta verde. Ruega a la Madre de Dios y dice: “NO al ABORTO.” Pureza hermosísima que destila el alma de una princesa del Creador; sencillez incalculable en la que, desapareciendo los rodeos, sabe ver el mal donde está el mal, y el bien donde está el bien, y no llama al bien mal ni al mal bien. Reclutada en el silencio interior, con tan corta edad, ya presenta ante el trono Divino súplicas por los daños que muchísimos mayores formulan y cometen. Con alma y corazón de niña, entiende lo que significa la maniobra abortiva. No quiere para el bebito encerrado en el claustro materno, lo que tampoco hubiera querido que con ella hiciesen. Bellísima lección que algunos parecen haber olvidado: ellos que hoy bregan por el aborto para otros, seguramente no hubieran querido el aborto para cuando aun poseían días de vida en el vientre materno. Luz... misteriosa y encantadora Lucecita. Pequeña gigante. Caminante de pocos pasos y llegada infinita. Hija de la Alegría. Relámpago sagrado en la noche de los tiempos que supiste barrer la hipocresía. Sabia. Si el ya difunto y famoso doctor Nathanson, apodado el Rey del Aborto por haber asesinado unos 75.000 pequeños en los Estados Unidos, se arrepintió tras ver la bestialidad de lo que implicaba el aborto y se hizo un fervoroso defensor de la vida, ¿cómo es posible que hoy nos lo quieran proponer como un derecho? Lucecita que has alumbrado entre tanta oscuridad, sigue a la Virgen rogando, para que acabe la monstruosidad. Tomás I. González Pondal DNI 27.310.273

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Page 1: Solicitada   lucecita contra el aborto

SOLICITADA

LUCECITA CONTRA EL ABORTOUNA LUZ EN LA OSCURIDAD

Por Tomás I. González Pondal

El día 2 de noviembre del 2011 – día de todos los fieles difuntos -, dos divisiones de niñas de entre diez y once años junto a algunas maestras del Colegio Santa María, se encaminaban hacia un pueblo del interior de la provincia de San Luis para llevar a cabo una misión. Antes de llegar al destino final un tren carguero impactó contra el colectivo en el cual viajaban, finalizando con la vida de ocho personas: seis pequeñas y dos docentes.

Con tan solo diez años y antes de pasar a la otra vida a raíz de la indicada tragedia padecida en la localidad de Zanjitas (San Luis), Luz María Bianciotti le hizo una petición por escrito a la Santísima Virgen María, en donde le rogaba que el aborto no sea sancionado:

El original se encuentra en poder de los papás de Lucecita – así la llamaban sus familiares y seres queridos. Amén de que en la hoja aparecen otras peticiones (“Por la salud de: Ñata, Teté, etc.), parece ser que la principal es la referente a la temática aborto. En efecto se halla en la parte superior de la hoja, en letra más bien grande y redactada con distintos colores. Si bien la petición no puede ser más clara (“Para que no se sancione la ley del aborto”), la pequeña quiso resaltar aun más dos palabras: “no” y “aborto”; la primera con una tinta celeste, la segunda con tinta verde. Ruega a la Madre de Dios y dice: “NO al ABORTO.”

Pureza hermosísima que destila el alma de una princesa del Creador; sencillez incalculable en la que, desapareciendo los rodeos, sabe ver el mal donde está el mal, y el bien donde está el bien, y no llama al bien mal ni al mal bien. Reclutada en el silencio interior, con tan corta edad, ya presenta ante el trono Divino súplicas por los daños que muchísimos mayores formulan y cometen. Con alma y corazón de niña, entiende lo que significa la maniobra abortiva. No quiere para el bebito encerrado en el claustro materno, lo que tampoco hubiera querido que con ella hiciesen. Bellísima lección que algunos parecen haber olvidado: ellos que hoy bregan por el aborto para otros, seguramente no hubieran querido el aborto para sí cuando aun poseían días de vida en el vientre materno.

Luz... misteriosa y encantadora Lucecita. Pequeña gigante. Caminante de pocos pasos y llegada infinita. Hija de la Alegría. Relámpago sagrado en la noche de los tiempos que supiste barrer la hipocresía. Sabia. Si el ya difunto y famoso doctor Nathanson, apodado el Rey del Aborto por haber asesinado unos 75.000 pequeños en los Estados Unidos, se arrepintió tras ver la bestialidad de lo que implicaba el aborto y se hizo un fervoroso defensor de la vida, ¿cómo es posible que hoy nos lo quieran proponer como un derecho?

Lucecita que has alumbradoentre tanta oscuridad,

sigue a la Virgen rogando,para que acabe la monstruosidad.

Tomás I. González Pondal DNI 27.310.273