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Sociología de la educación fundamental ANDRES ABAD ASENJO Licenciado en Filosofía y Letras Inspector de Enseñanza Primaria EL CURSO Y SUS PROPOSITOS Fiel a uno de los fines más nobles que le han sido encomendados —el perfeccionamiento de la función docente—, otra vez el SEM ha llevado a cabo en el marco espléndido de la Universidad Menéndez Pelayo de la impar Santander un curso de verano de quince días de duración para estudiar algunos de los proble- mas que plantea la «Sociología de la educación fun- damental». Bajo la presidencia y dirección, respectivamente, de los excelentísimos señores don José María Mendoza Guinea, jefe nacional del SEM, y del doctor don Adol- fo Muñoz Alonso, catedrático de la Universidad Cen- tral; cincuenta cursillistas internos y una docena de externos, afiliados todos a las cinco Asociaciones -le Enseñanza Primaria que integran el Servicio Español del magisterio, han seguido paso a paso las distintas actividades fijadas en el programa y escuchando la palabra de algunas grandes figuras de la pedagogía actual española y extranjera. El momento presente de España es eminentemente social y muy propio para la debida y auténtica so- cialización del individuo. Así lo ha comprendido el SEM y, porque entiende que la función escolar y la de todo docente primario es paradójica en el sentido de, por una parte, tener que desplegar al máximo las virtualidades latentes en cada individuo hasta hacer de él una persona humana perfecta, y, por otra, tener que insertarle y acoplarle del modo más perfecto en el «cuerpo social» a fin de que sólo viva conviviendo con los otros, la Jefatura Nacional del Servicio Espa- ñol del Magisterio ha convocado a miembros de sus cinco Asociaciones (Profesores de Escuelas del Magis- terio; Inspectores de Enseñanza Primaria; Directores de Grupos Escolares; Magisterio Oficial y Magisterio Privado) al estudio y solución de los difíciles proble- mas escolares que plantea la «Sociología de la educa- ción fundamental». Que son hondos problemas de la escuela y de los docentes primarios fácilmente se advierte al analizar uno cualquiera de tantos fenómenos sociológicos como hoy están cambiando radicalmente nuestro status so- cial, ya que en el fondo de todos estos profundos cambios operan siempre los mismos datos : los de la formación humana básica y fundamental. DESARROLLO DEL CURSO Y así, el 16 de agosto, en la apertura del curso, el director del mismo, doctor don Adolfo Muñoz Alonso, en breves, certeras y precisas palabras señaló en pre- sencia de los excelentísimos señores Rector Magní- fico de la Universidad y Gobernador civil de Santan- der, que tanto nos honraron presidiendo el acto, cómo función primordial de la escuela hoy y el mejor es- tudio del curso que se inauguraba, debería ser no la «sociología de la educación fundamental», sino más bien la «formación del hombre de fundamento», del «hombre con sustancia», que sepa regirse y conducirse como debe en medio de tantos accidentes que obnu- bilan su destino, y de una sociedad que no nos gusta, y que sólo podrá gustarnos cuando esté llena de «hom- bres de fundamento». Resulta absurdo y paradójico el tener que defender al niño de hoy contra su misma familia, porque con demasiada frecuencia esta primera célula social ha perdido ya el timón y, por ello, la dirección y el sentido de su deber y función educati- vos. Es, pues, gran tarea y responsabilidad de la escuela y del maestro hacer de cada alumno un «hom- bre con sustancia» para ir regenerando así poco a poco esta sociedad de hoy. Los niños serán mañana lo que hoy seamos nosotros sus maestros, porque —cual nuevo ave fénix— el futuro de España surge también de las cenizas del presente. A continuación, el catedrático de la Universidad Central y jefe nacional del Servicio Español del Pro- fesorado, doctor don Agustín de Asís Garrote, pronun- ció la primera conferencia del curso sobre «Escuela y sociedad». Comienza entendiendo la escuela en su sentido más amplio y extendiendo tal concepto a toda institución docente, cuyo objeto formal es la educación. Con Su Santidad Pío XI, en la encíclica Divini Illius Magistri reconoce que la educación es obra no de individuos, sino de la sociedad, para desarrollar la personalidad del educando. Parte también de la idea aristotélico, del «logos», no sólo como idea, sino más bien como comu- nicación que establece las primeras relaciones sociales educador-educando. La escuela es una institución social y un instru- mento de la sociedad para la educación y la enseñan- za. Engarzada plenamente en la sociedad y en sus diversos sectores, se halla en relación íntima con las diversas entidades sociales en la medida en que éstas tienen derecho a la educación. Es complementaria y subsidiaria —pero no secundaria—de la familia, de la Iglesia y del Estado. Es instrumento de la socie- dad, pero no de ninguna de estas instituciones, sobre todo del Estado, como, a partir de Rousseau, proclamó la Revolución francesa. Afirma que la escuela es de y para la sociedad porque todas las entidades sociales (sobre todo las naturales y primarias: familia, iglesia, municipio, Sindicato, etc.) tienen intereses respectivos en la educación humana.

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Sociología de laeducación fundamentalANDRES ABAD ASENJO

Licenciado en Filosofía y LetrasInspector de Enseñanza Primaria

EL CURSO Y SUS PROPOSITOS

Fiel a uno de los fines más nobles que le han sidoencomendados —el perfeccionamiento de la funcióndocente—, otra vez el SEM ha llevado a cabo en elmarco espléndido de la Universidad Menéndez Pelayode la impar Santander un curso de verano de quincedías de duración para estudiar algunos de los proble-mas que plantea la «Sociología de la educación fun-damental».

Bajo la presidencia y dirección, respectivamente, delos excelentísimos señores don José María MendozaGuinea, jefe nacional del SEM, y del doctor don Adol-fo Muñoz Alonso, catedrático de la Universidad Cen-tral; cincuenta cursillistas internos y una docena deexternos, afiliados todos a las cinco Asociaciones -leEnseñanza Primaria que integran el Servicio Españoldel magisterio, han seguido paso a paso las distintasactividades fijadas en el programa y escuchando lapalabra de algunas grandes figuras de la pedagogíaactual española y extranjera.

El momento presente de España es eminentementesocial y muy propio para la debida y auténtica so-cialización del individuo. Así lo ha comprendido elSEM y, porque entiende que la función escolar y lade todo docente primario es paradójica en el sentidode, por una parte, tener que desplegar al máximo lasvirtualidades latentes en cada individuo hasta hacerde él una persona humana perfecta, y, por otra, tenerque insertarle y acoplarle del modo más perfecto enel «cuerpo social» a fin de que sólo viva conviviendocon los otros, la Jefatura Nacional del Servicio Espa-ñol del Magisterio ha convocado a miembros de suscinco Asociaciones (Profesores de Escuelas del Magis-terio; Inspectores de Enseñanza Primaria; Directoresde Grupos Escolares; Magisterio Oficial y MagisterioPrivado) al estudio y solución de los difíciles proble-mas escolares que plantea la «Sociología de la educa-ción fundamental».

Que son hondos problemas de la escuela y de losdocentes primarios fácilmente se advierte al analizaruno cualquiera de tantos fenómenos sociológicos comohoy están cambiando radicalmente nuestro status so-cial, ya que en el fondo de todos estos profundoscambios operan siempre los mismos datos : los de laformación humana básica y fundamental.

DESARROLLO DEL CURSO

Y así, el 16 de agosto, en la apertura del curso, eldirector del mismo, doctor don Adolfo Muñoz Alonso,en breves, certeras y precisas palabras señaló en pre-

sencia de los excelentísimos señores Rector Magní-fico de la Universidad y Gobernador civil de Santan-der, que tanto nos honraron presidiendo el acto, cómofunción primordial de la escuela hoy y el mejor es-tudio del curso que se inauguraba, debería ser no la«sociología de la educación fundamental», sino másbien la «formación del hombre de fundamento», del«hombre con sustancia», que sepa regirse y conducirsecomo debe en medio de tantos accidentes que obnu-bilan su destino, y de una sociedad que no nos gusta,y que sólo podrá gustarnos cuando esté llena de «hom-bres de fundamento». Resulta absurdo y paradójicoel tener que defender al niño de hoy contra su mismafamilia, porque con demasiada frecuencia esta primeracélula social ha perdido ya el timón y, por ello, ladirección y el sentido de su deber y función educati-vos. Es, pues, gran tarea y responsabilidad de laescuela y del maestro hacer de cada alumno un «hom-bre con sustancia» para ir regenerando así poco apoco esta sociedad de hoy. Los niños serán mañanalo que hoy seamos nosotros sus maestros, porque—cual nuevo ave fénix— el futuro de España surgetambién de las cenizas del presente.

A continuación, el catedrático de la UniversidadCentral y jefe nacional del Servicio Español del Pro-fesorado, doctor don Agustín de Asís Garrote, pronun-ció la primera conferencia del curso sobre «Escuelay sociedad».

Comienza entendiendo la escuela en su sentido másamplio y extendiendo tal concepto a toda institucióndocente, cuyo objeto formal es la educación. Con SuSantidad Pío XI, en la encíclica Divini Illius Magistrireconoce que la educación es obra no de individuos,sino de la sociedad, para desarrollar la personalidaddel educando. Parte también de la idea aristotélico, del«logos», no sólo como idea, sino más bien como comu-nicación que establece las primeras relaciones socialeseducador-educando.

La escuela es una institución social y un instru-mento de la sociedad para la educación y la enseñan-za. Engarzada plenamente en la sociedad y en susdiversos sectores, se halla en relación íntima con lasdiversas entidades sociales en la medida en que éstastienen derecho a la educación. Es complementaria ysubsidiaria —pero no secundaria—de la familia, dela Iglesia y del Estado. Es instrumento de la socie-dad, pero no de ninguna de estas instituciones, sobretodo del Estado, como, a partir de Rousseau, proclamóla Revolución francesa. Afirma que la escuela es dey para la sociedad porque todas las entidades sociales(sobre todo las naturales y primarias: familia, iglesia,municipio, Sindicato, etc.) tienen intereses respectivosen la educación humana.

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175 . LX SOCIOLOGIA DE LA EDUCACION FUNDAMENTAL

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Desecha el concepto marxista de la socialización encuanto «disposición de los medios económicos y deproducción y su utilización por parte de instanciassupraindividuales» y hace otro tanto con el conceptosocialista (no marxista) de la misma en cuanto que«conjunto de medidas que exigen una ordenación eco-nómica», para quedarse con el cristiano dado por laMater et Magistra como «hecho real que consiste enla multiplicación de las relaciones sociales que secrean con la vida moderna». Terminó analizando lasventajas e inconvenientes que toda socialización traeconsigo.

Sobre el tema «La escuela como sociedad intermedia»disertó don Ricardo Marín, director de la Escuela delMagisterio de Valencia. Definió la escuela primariacomo ser social que sirve de tránsito entre la familiay la sociedad. Tiene, por tanto, que servir a los inte-reses de ambas instituciones. Pero, como nuestra so-ciedad española nos demanda con urgencia la puestaa punto de más y mejores sectores sociales, así comola de hombres y mujeres que integren dichos grupos, laescuela primaria no puede seguir sus viejos sistemas depreparación, sino que debe tender a la rápida creaciónde una escuela media, esto es, de una escuela prima-ria superior, o de una escuela de enseñanzas mediasde tipo inferior, pero —eso sí—regida y dirigida pormaestros primarios.

Porque la escuela primaria o es orientadora o no esnada, se precisa que en ella los niños que han decompletar su escolaridad hasta los catorce arios, en-cuentren una orientación profesional que los encamineluego a su más perfecta inserción dentro de la futurasociedad en que les tocará vivir. Por eso la escuelay el maestro deben conocer bien el ambiente social delos alumnos, así como la estructura social de la mismaescuela, es decir, el cúmulo de relaciones sociales queen ella establecen mutuamente los niños entre sí. Delmismo modo los alumnos deberían conocer —para in-tegrarse mejor en ella— los sectores y estructuras dela actual sociedad. Los descorazonadores resultados ciela encuesta llevada a cabo entre niñas valencianasponen bien de relieve este gran fallo de nuestrasinstituciones docentes.

El inspector central de Enseñanza Primaria, donAdolfo Maíllo García, desarrolló el tema «Posibilidady limites de la socialización de la educación primaria».El señor Maíllo comienza distinguiendo entre sociedad«como marco en que se desenvuelve la vida del hom-bre», socialismo en cuanto «doctrina política del ma-terialismo histórico para el cual todos los productosmateriales o espirituales son superestructuras basadasesencialmente en la economía», y entre socialización oo «adaptación del niño y del hombre, mediante unastécnicas especiales de trabajo, a las estructuras socia-les de la época en que vive y va a vivir. La socializa-ción, desde el punto de vista educativo, no sólo ES

posible, sino también conveniente y necesaria para ladebida integración social y una mejor convivencia hu-mana. Desde el punto de vista político, la socializaciónimplica el trasvase de ciertas funciones de la sociedadal Estado y del Estado a la sociedad. Aún no existe elderecho escolar a pesar de que Spranger lo reclamabaya en 1920, pero urge conceder a la escuela primariauna política y unos derechos que la coloquen en situa-ción de un mayor influjo sobre su medio circundante.

Después de establecer una triple distinción de laresponsabilidad en los órdenes jurídico, político y psi-comoral, se muestra partidario de la educación escolarprimaria como «servicio público», frente al «monopo-lio del Estado», por una parte, y la «libertad absolutade enseñanza», por otra. Entendida como «servicio pú-

blico», la función docente exigiría del Estado un con-cierto con entidades no estatales —la escuela prima-ria, entre ellas—, lo que seria bien distinto de unmonopolio. Entonces su financiación tendría estas dossoluciones: o un reparto escolar proporcional al nú-mero de alumnos (Alemania, Bélgica), o el sistema decontrato de subvenciones (Francia), parecido al siste-ma español de las escuelas reconocidas y subvenciona-das. No se muestra partidario de las soluciones radi-cales de socialización o de nacionalización propuestosfuera y dentro de España.

Para la socialización de la educación primaria es-pañola dictó, entre otras muchas, estas medidas ur-gentes: «Vacunar de sociología las doctrinas pedagó-gicas»; «acabar con la competencia entre escuela es-tatal y escuela no estatal»; «crear la escuela media yelevar a dieciséis arios la escolaridad obligatoria»,«gratuidad absoluta en la enseñanza y hacer por todoslos medios efectiva la asistencia escolar obligatoria»;«elaborar un nuevo estatuto del magisterio no de tipoadministrativo, sino de carácter sociológico», e «impul-sar desde abajo —no desde arriba— la institución deasociaciones de padres de tipo humano, psicológico yescolar, desprovistas de todo carácter político».

Si al tema de esta su primera conferencia lo cali-ficó de arriesgado, al de la segunda, sobre «Psicosocio-logia y escuela», el señor Maillo lo calificó de difícilpor ser nuevo en España. Gran lástima fue que lafalta de tiempo le obligase a esquematizar esta se-gunda conferencia! En ella, sin embargo, comenzó es-tableciendo una clara distinción entre «macrosociolo-gía» y «microsociología», para hacer coincidir el con-cepto y contenido de la primera con la sociología engeneral. Explicó luego cómo la «microsociología» coin-cide con el concepto moderno de la «Psicosociología»,o tratado de las relaciones sociales de los pequeñosgrupos humanos.

Expuso luego clara —aunque muy concisamente—ladinámica del grupo pequeño, en el cual, como en todogrupo social, se da también el conflicto, pero «la su-presión de uno de los que disienten —dijo— es brutalY Primitiva».

Distinguió luego entre mando autoritario, mandodemocrático y mando del «dejar hacer», y, en aplica-ción práctica de todo ello y refiriéndose concretamentea la escuela primaria, se mostró partidario del estudiosocial de la clase, de la formación de grupos o equi-pos para el trabajo escolar y de dar una mayor parti-cipación al niño dentro del grupo social o de los gruposque él libremente elija.

La quinta conferencia corrió a cargo de don JoséPlata Gutiérrez, inspector de Enseñanza Primaria deMadrid, el cual abordó el tema de la «Psicosociometríay escuela».

Dijo que del mismo modo que de Augusto Comptearranca la sociología, así también de ésta se despren-de luego con Gustavo Le Bon la psicología social, por-que entiende que lo sociológico ha de basarse esen-cialmente en lo psicológico. De aquí parte la psicosocio-logia, ciencia que estudia los fenómenos psicosociales,es decir, psíquicos y sociales a la vez, de los que aducevarios ejemplos aclaratorios.

Como la «Psicosociometria» es la medida del fenó-meno psicosocial, expone seguidamente la técnica delos tests sociométricos ideados por el norteamericanoMoreno. Analiza el concepto sociométrico de «átomosocial» y aporta ejemplos gráficos de sociogramas y suadaptación y aplicación concreta escolar para estu-diar y conocer los grupos espontáneos que forman losniños de una misma clase o escuela.

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10 [ 70] REVISTA DE EDUCACION - CRONICA LX. 175

El reverendo padre José Todolí, catedrático de laUniversidad de Valencia, disertó sobre «La formaciónsocial del niño» y, por la gran amplitud del tema, selimitó a exponer la formación social del párvulo.

El padre Todolí comenzó esta su primera conf eren-cia haciendo una caracterización psicológica del pár-vulo casi exhaustiva. Estudia el medio ambiente quedebe rodear al párvulo en su casa y en la escuela.Esta —al menos— debe estar inundada de luz, de aire,de colorido y de alegría. En cuanto a instrucción debePredominar siempre el carácter intuitivo, el estético, elreligioso y hasta el de una incipiente integración so-cial. Para ello estudia también el medio ambiente so-cial en que el párvulo debe abrirse y cómo debe ser eltrato que ha de dársele y los peligros que se le hande evitar (golpes, gritos, desaires, miedos, etc.), a finde que no se repliegue sobre sí mismo y se obstaculicesu integración social. «La primera apertura social delpárvulo es la familia, donde él configura su persona-lidad incipiente.» «Es la madre su primera orientadorasocial, porque su función amorosa es insustituible.» Lapalabra, la lectura al niño (no del niño) y la imita-ción de los buenos ejemplos deben aunarse para for-mar al párvulo y romper su feroz egocentrismo.

«La formación social del adolescente» fué objeto dela segunda conferencia del padre Todolí. Partiendo enella del concepto filosófico de la «persona humana».la cual tiene que tomar conciencia de sí misma y dellugar que ocupa entre las cosas y los hombres, pusoen primer plano la libertad del hombre como pro-ducto de su autonomía, a la que sigue luego la respon-sabilidad. Surge un flujo y reflujo de relaciones entrepersona y sociedad; pero el adolescente, que quierelibertad casi absoluta, se ve oprimido por las leyesque la misma sociedad impone, por lo cual nace esechoque que proporciona al joven la sensación de fra-caso.

Para integrarle socialmente, no hay que crear en élideologías, hay que crear conciencia, educar. Hay quecontar con él, con sus ilusiones y su afán de indepen-dencia. predicándole no con palabras. sino con ejem-plos, porque el joven ve a cada paso en el mundo lainautenticidad en la conducta de quienes le predican,y esto es , algo que le sulfura.

Sobre «El asociacionismo juvenil y la escuela» diser-tó don Eliseo Lavara Gros, inspector de EnseñanzaPrimaria y Jefe de Departamento del CEDODEP,quien comenzó definiendo la educación como integra-ción del joven en la sociedad. Se apoya en la historiapara demostrar cómo nace la escuela corno una ne-cesidad social para atajar la desintegración que habíaproducido en el niño y el joven la revolución indus-trial y la emigración que ésta trajo consigo.

La escuela primaria no debe ser sólo lo que ahoraes: meramente instructiva. Porque lo es, dota insu-ficientemente al alumno en la mayor parte de sus di-mensiones humanas (religiosa, social, estética, etc.).Para satisfacer estas necesidades no cubiertas por laescuela, el Estado ha creado, entre otros medios e ins-tituciones complementarias, el asociacionismo juvenil,el cual, dirigido por la Delegación Nacional de Juven-tudes. viene a remediar la falta de integración socialque debe proporcionar al niño la escuela primaria. Porello, «hay que reformar totalmente la escuela actual».

Don José Mariano López-Cepero Jurado, director dela Escuela de Publicidad, trató el tema de la «Sociolo-gía juvenil», la cual—dijo— «ha surgido como conse-cuencia de la crisis de la juventud». Con sus nuevasformas de vida las juventudes actuales están adqui-riendo unas vivencias sociales que jamás pudieron so-ñar y, menos aún, lograr sus padres. Las ideologías son

para los jóvenes algo así como lo contrario de lo queellos piensan, porque es cierto que hoy «la juventudtiene conciencia de que existe y de que hay que con-tar con ella».

Puso de relieve el enorme contraste que se adviertehoy entre el pensar y actuar del adulto y el del niñoy del joven, ya que se ha impuesto en éstos el espíritudel dominio de las técnicas. Una doble vertiente perci-bimos en la juventud actual: la de los conformistasy la de los reformistas o rebeldes. cuyo estrato másdegradado es el de los gamberros. El deber de los ma-yores es aupar a la juventud.

Don Andrés Abad Asenjo, secretario de este cursoe inspector de Enseñanza Primaria de Ciudad Real,abrió su segunda semana con su conferencia sobre«Técnicas del trabajo escolar que favorecen la viday la integración sociales». Discrepa del enfoque mera-mente intelectualista, memorista y verbalista de laescuela actual que redime, a lo sumo, un tercio de losalumnos, dejando el setenta por ciento restante en laestacada. Si esta escuela valía para la sociedad del1800, no vale ya para la del ario 2000, cuyos hombresse sientan hoy en sus bancos.

Estudia la escuela como el primer plantel de tras-plante social que debe ser. Para la integración escolarde los niños es previo el conocimiento sociometrico dela escuela a base de tests que manifiesten las relacio-nes espontáneas de los niños en la clase y quiénesson los preteridos y rechazados para aplicar una so-cioterapia esccilar y encajar a cada niño en su órbitasocial.

Como para la inmensa mayoría de los niños el saber

no es más que saber hacer, fustiga con poderosas ra-zones a nuestra «Escuela-auditorio», la cual debe darpaso a la moderna «Escuela-laboratorio» y enfocarseinversamente : vivencia experimental —> actividad

voluntad —> sentimientos —>- memoria inteligen-

cia, porque sólo así proporciona las debidas motivacio-nes, y no en el sentido contrario de la escuela actual,que empieza por la inteligencia, pasa a la memoria y,a lo sumo, llega a los sentimientos sin más trascen-dencia ulterior. Y, de entre las varias técnicas quepropone, destaca el trabajo escolar en equipos y lastécnicas Freinet, de resultados tan sorprendentes enFrancia para la formación e integración social de losniños y la debida interacción y cooperación de la es-cuela primaria y de la sociedad.

Doña Vera Passen, profesora del Istituto Magistraledi Ferrara (Italia), disertó sobre «El educador entredos épocas». En bellísima e impresionante conferenciacontrapone la figura del maestro que nos brinda ellibro de Amicis, con la de «El maestro de Vigévano»,que Alberto Sordi llevó a la pantalla. Es éste un maes-tro sin autoridad ni prestigio, tiranizado por los su-periores, despreciado por las familias de los alumnosy hasta por su mujer, porque gana demasiado poco.

Después de pasar revista a la situación tétrica delmomento actual con un mundo de adultos que seresquebraja, y el mundo inestable de la juventud queavanza impetuoso, dice que en estas condiciones eldiálogo es imposible. El maestro no puede aprenderde los jóvenes la lozanía de un entusiasmo que ya noexiste: el joven no puede aprender del maestro elsentido de la vida perdido por ambos; pero el do-cente debe resolver ese difícil saber incorporarse a lacrisis de sociedad moderna con el compromiso de su-perarla.

«Humanismo auténtico y humanismo falso en la erade la técnica» fue el tema tratado por doña VeraPasseni en su segunda conferencia presidida por los

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175 . LX

SOCIOLOGIA DE LA EDUCACION FUNDAMENTAL

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excelentísimos señores Legaz Lacambra, subsecreta-rio de EN, y Pérez Bustamante, rector magnífico.

Define el verdadero humanismo como doctrina cen-trista del momento en que el pasado, superado por lavida, es captado por la conciencia como condicionantedel presente y transformado en síntesis vital de nue-vas perspectivas históricas. Por eso no es humanismoaquello que pone a la humanidad y no al hombreen el centro de la historia.

Por tratarse de un acto unitario del espíritu, se opo-ne a la integración de la cultura humanística y de 'acultura técnica, cosa que sería artificiosa. La cienciay la técnica de nuestro tiempo han cambiado la fazdel mundo, pero no nos han dado una nueva con-cepción del hombre. Función de la escuela es formarsin deformar, seleccionar sin imponer, orientar sin de-terminar. Sólo en una escuela de la persona y para lapersona puede encontrar su puesto justo la culturatécnico-cientifica.

Sobre «El movimiento asociativo familiar y la escue-la» disertó don Juan José Rojo Martínez, delegadoprovincial de Asociaciones de Murcia. Analiza la gé-nesis, evolución y sentido del movimiento familiar aso-ciativo y subraya su condición de hecho social nacidode la convivencia. Con la Mater et Magistra definesocialización como multiplicación progresiva de asocia-ciones privadas e instituciones públicas necesarias pa-ra la debida coherencia y estabilidad sociales.

El movimiento asociativo familiar es una llamada ala responsabilidad de los cabezas de familia y a susociabilidad proyectiva. No es la familia, en sí, uncauce de representación, sino la asociación familiar. Lafamilia necesita, a través de dicha asociación, un en-caje exacto con las instituciones escolares, no paraabsorber a la escuela, sino para ser orientada por éstay colaborar con ella en la educación integral del niñoespañol.

Don Antonio Gil Alberdi, inspector general de En-señanza Primaria, en su conferencia sobre «La opiniónpública y la educación fundamental» calificó el mo-mento actual de eminentemente social y socializador,por lo que hemos de actualizamos para intensificarcuantitativa y cualitativamente las relaciones sociales.La hora es propicia para esto por darse una verdaderaósmosis entre escuela y sociedad. «La familia españolaha intuido que la promoción general humana tieneque partir de la escuela primaria»; su intuición essegura y certera.

La sociedad actual se perfila con afanes de perfec-ción y deseos de independencia para luchar contra losnuevos neocolonialismo, neocapitalismo, neo feudalismoy neoliberalismo que ahora surgen impetuosos. Las cri-sis y luchas sociales pasadas han hecho nacer enEspaña esta opinión pública sobre la educación fun-damental. A pesar de los profundos cambios socialesque advertimos, queda aún mucho bueno en la entrañapopular.

Don Antonio Sanz Polo, inspector central de Ense-ñanza Primaria, disertó en su conferencia sobre «Es-cuela y comunidad local». Estudió sucintamente el pro-ceso de constitución y evolución de las comunidadeslocales hasta el momento actual en que la movilidadvertiginosa de una sociedad de masas ha transformadomucho las condiciones de vida del campo y de la ciu-dad. En esta realidad sitúa los problemas educativosy escolares, se detiene en los más importantes y des-taca el establecimiento de escuelas comarcales y es-cuelas-hogar, pero dice que debe procederse con lamáxima cautela. También se ocupa de cuestionarios,escuelas subtutiales, enseñanzas de adultos, etc.

La señorita Rosa Marín Cabrero, doctora en pedago-gía y directora de grupo escolar, habló en su confe-rencia sobre «Escuela y promoción familiar». Afirmóque la relación entre familia y Escuela es un hechogeneral para ambas entidades, pero su sentido puedeser —y es— positivo y negativo, y, en ambos casos,débil. La escuela puede actuar positivamente sobre lafamilia influyendo en su elevación de varios modos,pero primaria y esencialmente buscando su colabora-ción y orientándola para que pueda llegar a feliz tér-mino la educacón del escolar, que es su hijo; luego,abriendo a sus ojos, en un clima de confianza, nuevoshorizontes de cultura y desarrollo de la personalidad.Encareció muchísimo la atención a la madre por serel corazón de la familia y estar más necesitada depromoción. Dió cuenta de un ensayo de «Escuela demadres» que está llevando a cabo en su grupo escolar«Zumalacárregui», de Madrid.

En su tercera conferencia, el reverendo padre JoséTodolí trató «La sociología de la educación desde lasencíclicas» e hizo una síntesis histórica del pensa-miento cristiano y de las corrientes filosóficas a travésdel tiempo hasta desembocar en el hombre actual, que,en contra del pensamiento de Ortega y Gasset, puedeser a la vez hombre cristiano y hombre moderno. Hizoun vibrante llamamiento a los educadores para que ex-pongan la verdad con claridad y autenticidad, vengaella de donde venga. El pensamiento social pontificioexpresado en las encíclicas preconiza nuestra presenciacristiana en la sociedad, un profundo conocimiento delas verdades y una entrega apostólica por la palabray por la conducta.

Don Raimundo Drudis Baldrich, director de la Es-cuela del Magisterio de Toledo, trató en su conferen-cia «El problema de la responsabilidad socio-profesio-nal». Analizó en ella los conceptos de responsabilidadsocial y profesional, señaló sus fundamentos e insistióen el carácter moral del problema y su importanciadentro de la ética profesional. Después de enunciarlas responsabilidades principales del docente primario,aludió a la preocupación de los profesionales por estetema, señalando cómo el profesional tiene en su pro-fesión no sólo un medio legítimo de vivir, sino algomás importante: un instrumento de perfección y desalvación espiritual.

Don José Nieto de las Torres, profesor adjunto de laUniversidad Central, trató en la suya «La importan-cia social del grupo juvenil». Analiza el concepto de«grupo juvenil» y sus particulares características. De-fine la juventud como contraposición a «los jóvenes» ydice que no es aquélla la operante, sino que son losgrupos primarios los que operan. El joven necesitaconcertarse con los adultos y con «el adulto» que elcomporta en razón a su edad de trátaito. El escua-drismo es el sistema en el que el jovett encuentra suencuadre social.

El adolescente necesita encontrarse a >mismo yanhela sentirse libre para así poder insertarse mejoren la vida social. Su gran problema es lograr la debidaintegración en una estructura social que ya encuentrahecha : la de los adultos. Sólo cuando ya son profe-sionales, aparecen los jóvenes insertos en la vida so-cial; hasta entonces, realmente se mantienen fuera deella. El maestro tiene la misión de continuar en suescuela su gran misión social y, mediante la dinámicade grupos. llegar a dar al niño el verdadero sentidodel hombre y de lo humano.

Don Juan García Yagüe, profesor de Escuela delMagisterio y de la Escuela de Psicología, trató en suconferencia del «Estudio de la evolución psicológico-social del niño en relación con la escuela». Con gran

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fluidez y documentación, fruto de sus estudios y expe-riencias psicológicos, defendió la tesis de que la ter-cera infancia debe ser considerada como período esco-lar, con independencia de sus factores biológicos. Alrelacionar con algunos procedimientos didácticos enboga las conclusiones a que se ha llegado últimamentepor las experiencias psicológicas realizadas, se opusoa la costumbre actual de que la Didáctica caminesola, sin apoyarse de continuo, como debe, en la Psi-cología. Por último, señaló como problema difícil dela Escuela la promoción de los hombres en la socie-dad y el papel importante asignado a la familia endicha promoción.

CLAUSURA DEL CURSO

La conferencia clausural corrió a cargo del exce-lentísimo señor don José María Mendoza Guinea, jefenacional del S. E. M. y presidente del curso, que di-sertó sobre la «Transformación social de España»,desde un status puramente agrícola y conservador ha-cia estructuras sociopolíticas de país industrializado.Sólo a titulo personal hace unas reflexiones sobre elimpacto que en el futuro de nuestra educación esco-lar habrán de hacer tan profundos cambios socioló-gicos como el crecimiento masivo de grupos sociales,tales como la gran urbe y gran empresa, la super-valoración de lo útil por encima de lo cultural, y elnuevo sentido de la propiedad volcada hacia el con-

sumo en contra del ahorro.

Los aspectos negativos de estos cambios, referidosal hombre, se reflejan en una disolución de lo indi-vidual y personal y en necesidad de asociación y cole-giación, en criterios utilitarios de la vida que llevana la juventud hacia los negocios y carreras técnicas,sobre todo, en pérdida de religiosidad y de moralidady en mayores conquistas de independencia. Tambiéntiene sus aspectos positivos traducidos en mayoresposibilidades materiales, en bienes y servicios que pue-den mejorar al hombre, en aumento cuantitativo ycualitativo de puestos de trabajo que reclaman máspoblación activa, en una democratización de la cultu-ra y de la enseñanza y en una participación activa deltrabajador en la política.

No es extraño, pues, que el crecimiento de la po-blación escolar por la disminución de la mortalidadinfantil; que unos mayores deseos y necesidades deinstrucción más extensa e intensa en la ciudad y enel campo; que la elevación del nivel de vida y logrode mayores ocios y recreos con su secuela de revis-tas, libros, cine, televisión, etc.; que la competenciae interferencia de mercados con su exigencia de pro-ducir más a menor precio y mejor calidad; que ladisminución de la mano de obra no cualificada ygran demanda de la cualificada, y que la «conquista»de otros países se hace ahora, no por las armas, sinoa través de especialistas, técnicos, profesores, películas,libros, etc., no es extraño —decimos—que haya pro-ducido en casi todo el mundo la «explosión escolar»de que nos habla Louis Cross. Pero para el que ana-lice en su base y raíz todos estos fenómenos y cam-bios sociológicos, siempre subyace y late la mismarazón y causa formal, la única capaz de explicarnostales cambios y las mejoras posibles a lograr en elfuturo : la Escuela primaria, el Maestro, y su labor

transcendental en el seno de la sociedad.

LX. 175

EPILOGO

Cerremos este resumen con algunas de las líneasleídas por el secretario del curso en la clausura delmismo :

«Hemos estudiado la sociología de la educación fun-damental... conscientes de la gran transcendencia quetiene nuestra misión docente y educadora en el mun-do y en la sociedad actuales.

Si al mundo nos asomamos, advertimos en seguidauna quiebra tal de valores —los humanos, sobre todo—que hasta parece que la educación misma ya no tenganada que hacer. En la medida en que este mundoha sido ganado por las técnicas y las máquinas, enesa misma medida lo ha ido perdiendo el hombre,el cual ya sufre en la entraña viva de su cuerpoy de su espíritu la suave y constante lamedura letár-gica del gusano materialista. Y, si nos asomamos ala sociedad moderna de masas estructuradas racional-mente, advertimos en ella una sintomatología muyparecida, ya que —al cimentarse esencialmente sobreel hombre de nuestro tiempo— adolece de sus mismosdefectos. El «cuerpo social» ha crecido y se despliegaahora en estructuras gigantes, pero su espíritu másbien se ha debilitado. Si la evolución natural y pro-gresiva de las ideas y de los tiempos ha hecho naceruna sociedad más homogénea frente a la sociedad«clasista» anterior acortando las distancias sociales, elcontacto y entendimiento dialogal de hombre a hom-bre —tan natural como necesario en todo tiempo—se hace hoy difícil, confuso e ininteligible.

Urge, pues, empuñar ahora la lámpara de Diógenespara buscar hasta encontrarle, no a un hombre, comoél quería, sino al hombre, en medio de este ruido in-fernal de máquinas y motores. De lo más profundodel alma de cada niño brota impetuoso el «hornosum» de Terencio en su Heautontimoroumenos; y,como nada propio de los hombres juzga ajeno a símismo, urge presentarle de continuo al hombre talcomo él lo sueña y quiere, si no queremos verle auto-torturarse también al no tener ya modelos vivientesque imitar y al no poder realizar ni percibir en suser las dimensiones colosales de lo humano porque nosupo, no quiso o no pudo encontrarse a sí mismo.

Desde la Escuela primaria a la Universidad, desdela Escuela al aprendizaje profesional, desde la Escuelaal taller o la fábrica, desde la Escuela al tractoragrícola o al barquito de pesca, ha de empezarse labúsqueda y la conquista de ese hombre y su mejorinserción en la sociedad moderna para que sea fer-mento que la regenere. El necesario acceso a la ma-yor cultura posible de ingentes masas de poblaciónhumana para que sea una realidad auténtica la nece-sidad social de que el trabajo escolar de cada niñodespliegue máximamente sus latentes virtualidades,ha de lograr que nuestra vieja «Escuela primaria parapocos» sea la moderna «Escuela para todos».

Pero, como sociedad mediadora que debe ser, tieneque lograr de forma efectiva la formación social teó-rica y práctica de sus alumnos, al objeto de que lainserción e integración social de los mismos sea lenta,suave, progresiva y eficiente. Para ello tendrá quecambiar radicalmente muchas cosas. Tal vez el pri-mer cambio haya de ser el de su actitud, el del en-foque que viene dando a su tarea al presentar direc-tamente la verdad al niño sin darle a éste la opor-tunidad de indagarla por sí mismo, partiendo ya desus vivencias experienciales, de su actividad y de susintereses, cosas todas éstas que son motivaciones err sí,o causa y origen de las más hondas motivaciones. ElConsejo Superior de Investigaciones Científicas debe-

REVISTA DE EDUCACION - CRONICA

Page 6: Sociología de la educación fundamental · mento de la sociedad para la educación y la enseñan-za. Engarzada plenamente en la sociedad y en sus diversos sectores, se halla en relación

175 . LX SOCIOLOGIA DE LA EDUCACION FUNDAMENTAL

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ría contar con un Consejo Inferior—el primero y prin-cipal— en cada Escuela primaria española.

El trabajo en equipos debe ir sustituyendo paulati-namente nuestra enseñanza de tipo frontal si quere-mos que nuestra Escuela rinda más y mejor. Para ellola Psicosociologia y la Psicosociometría escolares y unmejor conocimiento del alumno en toda línea nos ayu-darán a encontrar un camino más amplio en nuestraEscuela, donde se estructuren y formen socialmentenuestros niños, y en donde los padres —cooperadoresprimarios y naturales de la educación— también en-cuentren cabida, consejo, apoyo y hasta enseñanzaeducativa.

La edad difícil de la adolescencia —etapa en quecuaja la personalidad— es uno de los momentos máspropicios, aunque también de los más peligrosos, parala integración social del joven. Los movimientos aso-ciativos juveniles entran así en el ámbito escolar.

Estos han sido los problemas debatidos en el curso.Los coloquios a que han dado lugar han sido muyvivos, tanto en este «Salón de la Reina», como en losdemás salones y tertulias de la terraza. ¡ Quisiera elSeñor bendecir esta pequeña siembra para que rindaluego el ciento por uno en espléndida cosecha defrutos para nuestra Patria y nuestra sociedad espa-ñolas!»