SOCIEDAD DE JOVENES

NO ES TAREA FACIL

Preparar programas inspiradores y edificantes para la sociedad de jóvenes Adventistas no es fácil. Debido a falta de ideas y orientación apropiada, los directores de jóvenes a menudo presentan programas tan lánguidos y apáticos que en vez de conferir entusiasmo y vitalidad a la audiencia, inyectan estopor espiritual e indolencia hacia el programa. En muchas iglesias este programa ha sido eliminado por completo y en otras esta agonizando.

La sociedad de jóvenes fue oficialmente incorporada en la iglesia Adventista en Mayo de 1907. Sin embargo, sus raíces se extienden a 1879 cuando Lutero Warren -14 años de edad- le sugirió a Harry Fenner –17 años de edad- que buscaran un lugar apropiado para orar y pedirle a Dios que les ayudara a encontrar medios apropiados para acelerar su venida.

Este incidente ocurrió mientras estos dos adolescentes caminaban por un camino de tierra rodeado de potreros, en el pequeño pueblo donde vivían. Lutero observo dentro de uno de los potreros cercanos, una pequeña arboleda que invitaba codiciosamente a la oración. Sus atracciones fervorosas despertaron en sus corazones el determinado deseo de organizar un grupo de jóvenes misioneros en la iglesia de Hazelton, Michigan, su pueblo natal – hoy día conocido como Juddville Center.

Esta primera sociedad de jóvenes estuvo formada al principio estrictamente por muchachos, pero semanas después las muchachas de la iglesia fueron también invitadas a unirse al grupo.

Doce años después de iniciarse el primer grupo de jóvenes misioneros voluntarios en Hazelton, el pastor Meade MacGuire formo otro grupo similar en anito, Wisconsin. Este grupo se reunía los sábados de noche para cantar, orar, estudiar la Biblia y compartir testimonios.

En 1982, la Señora Elena White expreso repetidamente desde Australia la necesidad de organizar a la juventud adventista en actividades misioneras. El diecinueve de Diciembre de ese mismo año, aconsejo que el ejercito de nuestros jóvenes debía ser instruido e involucrado en planes bien organizados para ayudar a otros jóvenes y para que testificaran dignamente de la verdad.

La iglesia de Adelaide, Australia fue la primera en responder a este llamado, organizando a sus jóvenes bajo el liderazgo de Arturo Daniells, quien entonces oficiaba como presidente de la conferencia Australiana. Cuando la Asociación General tomo el voto en Suiza, de añadir el Departamento de jóvenes en 1907, ya existían sociedades de jóvenes Adventistas operando en varios países del mundo. El nombre original que se le dio a esta organización fue: “Sociedad de jóvenes Misioneros Voluntarios”. Para identificarla con la iglesia a la que corresponde, posteriormente el nombre fue cambiado a “Sociedad de jóvenes Adventistas”. Aunque este ultimo es el nombre oficial que la iglesia le ha dado, en muchos lugares todavía se le sigue llamando con el nombre antiguo.

El club de Conquistadores, los guías mayores, el año bíblico y el libro de Meditaciones Matinales: “matutina”, son algunas de las creaciones innovadoras y beneficiosas que el Departamento de jóvenes ha dejado a la iglesia Adventista como un legado de valor imponderable. Pero más valerosa que estas herencias, son las proezas misioneras que miles de jóvenes misioneros voluntarios han realizado a través de los años. Arturo Spalding cuenta algunos relatos inspiradores que miembros consagrados de la sociedad de jóvenes han realizado.

El mundo adventista hispano, pudo gozar por primera vez de “la matutina” en Español en 1913. Ese mismo año, nuevas Sociedades de jóvenes abrieron sus puertas en Hungría y el Centro de Europa.

Propósito El blanco de la Sociedad de jóvenes Adventista resume en forma sucinta el propósito por el cual esta organización fue originada: “El mensaje del advenimiento a todo el mundo en esta generación”.

Desde un principio, el objetivo de la sociedad de jóvenes ha sido el de proveer programas semanales con el fin de robustecer a la juventud adventista. Algunos objetivos específicos que se han añadido a través de los años, están enumerados en los siguientes renglones:

Reclutar jóvenes para que se alisten en las filas de Cristo. “La iglesia languidece por falta de ayuda de jóvenes que den un testimonio valiente, que con celo ardoroso aticen las indolentes energías del pueblo de Dios, y aumenten así el poder de la iglesia en el mundo. Se necesitan jóvenes que resistan la marea de la mundanalidad y eleven una voz de advertencia contra los primeros pasos de la inmoralidad y el vicio (M J 21)

Capacitar futuros lideres entre la juventud adventista.“Tenemos hoy día un ejército de jóvenes que podría hacer mucho si fuere debidamente estimulado y dirigido... Queremos que desempeñen una parte en planes bien organizados para ayudar a otros jóvenes. Que todos los jóvenes sean adiestrados para que puedan presentar correctamente la verdad dando razón de la esperanza que hay en ellos y honrando a Dios en cualquier ramo de la obra en donde estén capacitados para actuar” (General Donrerence Bulletin, enero 29,30, 1893 p. 24)

Invitar a la juventud a trabajar a favor de otros jóvenes. “¿No querrán los jóvenes y las señoritas que realmente aman a Jesús organizarse como obreros, para trabajar no solamente entre los que profesan ser observadores del sábado, sino también a favor de los que nos son de nuestra fe?” (Signs of the times, mayo 29, 1893)

Fomentar el estudio de la Biblia y sus principios eternos. “La obra de cada maestro debe ser aferrar la mente de los jóvenes a las grandes verdades de la Palabra inspirada. Esta es la educación esencial para esta vida y la venidera...¿Por qué nuestros novenes, aun los de edad madura, son tan fácilmente inducidos a la tentación y al pecado? La razón esta en que no se estudia la Biblia ni se medita en ella como se debe” (Consejos para los maestros p. 427)

Estimular el amor y la ayuda mutua entre los jóvenes. “Dios quiere que los jóvenes se ayuden mutuamente” (Consejos para los Maestros p. 537)

Planear actividades y programas que edifiquen a nuestra juventud y que su vez sean una salvaguarda contra diversiones peligrosas. “El deseo de excitación y agradable entretenimiento es una tentación y una trampa para el pueblo de Dios y especialmente para los jóvenes. Satanás esta preparando constantemente seducciones que distraigan

las mentes de la obra solemne de preparación para las escenas que están a punto de sobrevenir” (Consejos para los maestros, p. 309)

Involucrar a nuestra juventud en los programas y deberes de la iglesia. “Otra obligación considerada ligeramente con demasiada frecuencia, que debe explicarse a los jóvenes despiertos con respecto a las exigencias de Cristo, es la proveniente de su relación con la iglesia... La lealtad a Cristo exige la ejecución fiel de los deberes de la iglesia” (La educación p. 261)

Exaltar a Cristo en todas sus actividades como nuestro creador y redentor. Esto esta en tono con el lema de esta sociedad: “El amor de Cristo nos constriñe” . Campamentos juveniles, el año Bíblico, actividades misioneras, reuniones sociales, semanas de oración, programas variados e instructivos, y la Voz de la Juventud- conferencias dirigidas por jóvenes- son algunas de las actividades recomendadas para lograr los objetivos de la Sociedad de jóvenes.

Estrategias

El secreto para mejorar la asistencia a los programas de jóvenes consiste en promocionarlos inteligentemente. Hay excelentes programas de jóvenes poco concurridos porque muy pocas personas fueron informadas acerca de la calidad del programa por presentarse.

Cartelones, volantes y otros letreros ubicados en lugares estratégicos contribuirán considerablemente para promocionar los programas de jóvenes. Pedirle al pastor con tiempo para que lo anote en el boletín de la iglesia, o para que permita que un joven promueva el programa desde el pulpito, a la hora de los anuncios el sábado por la mañana, es una de las maneras más efectivas para informar a la congregación de los programas de jóvenes.

El futuro de esta Causa

El Pastor J.L. McElhany, en un sermón que dio en College Place, Washington, el 24 de Noviembre de 1928 dijo: “El movimiento de Dios nunca podrá terminarse sin nuestros jóvenes... El futuro de esta causa depende de nuestros jóvenes”. ¡Cuan ciertas son estas palabras! De nuestros jóvenes depende en gran medida la conservación y perpetuidad de nuestras instituciones y nuestro mensaje. Hay mucho en juego para que tratemos a nuestra juventud negligentemente. Dios nos ayude a proveerles los recursos y la instrucción necesaria para que su labor sea facilitada y formación adecuada.

CUALIDADES DEL DIRECTOR DE JOVENES EXITOSO

Responsable. Siempre cumple con su deber Dedicado. Prepara programas interesantes y provechosos. Puntual. Empieza y finaliza sus programas a tiempo Organizado. Planea y reparte las partes del programa con tiempo suficiente para que los

participantes se preparen bien. El director general de jóvenes debe proveer a sus asociados con un calendario de eventos en los que se les asigne con meses de anticipación las fechas en las que cada asistente dirigirá.

Creativo. Varia sus programas. Evita programas horoscopicos, monótonos y repetitivos.

Evalúa periódicamente. Es importante pedir que la congregación evalúe mensualmente la efectividad de los programas presentados. Cambios para mejorar la calidad de los programas deben efectuarse expeditivamente. La evaluación puede lograrse a través de cuestionarios o por medio de un buzón de sugerencias.