snowplanet girl 04

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Temporada noseque nosecuantos We are all water / Todos somos agua

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Free Snowboarding Magazine for Girls

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Temporada noseque nosecuantosWe are all water / Todos somos agua

Torah Bright es una de las mejores riders del mundo y una de las que la temporada pasada no se resistieron a dar el paso al freeride. Se trata de un retrato hecho por Matt Georges, ya nuestro fotógrafo oficial de portadas,

con una transferencia de Polaroid. Tal cual, analógico puro y sin retoques.

EDITA SNOWPLANETBASE S.L.

DEP. LEGAL: B 48294-95.

DIRECCIÓN EDITORIAL: Antonio Kobau & Sebastián Saavedra.

DIRECCIÓN GENERAL: Antonio Kobau.

DIRECCIÓN DE CONTENIDOS: Claudia Almendros.

DIRECCIÓN DE ARTE + DISEÑO GRÁFICO: Irene Sanz en AvALANChA (www.avalancha.net).

AYUDANTE DE DISEÑO: María Ferrés.

EDITORA DE FOTOGRAFÍA: Crista Leonard.

COORDINACIÓN DE PRODUCCIÓN: Natàlia Tortosa.

ASISTENTE DE PRODUCCIÓN: Mónica Jiménez.

TRADUCCIÓN: Claudia Almendros.

PUBLICIDAD: Antonio Kobau & Natàlia Tortosa.

SECRETARIADO & CONTABILIDAD: Noelia González.

Teléfono redacción: 93 253 17 74 /// Fax: 93 417 18 61

E-mail: [email protected]

EDITA: Snowplanetbase S.L. Pasaje Maluquer, 13, entlo 2a. 08022 Barcelona.

Snowplanet no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores. Queda terminantemente prohibida

la reproducción de textos o contenidos fotográficos.

Agradecimientos a todos nuestros fotógrafos y colaboradores que hacen posible la publicación Snowplanet.

La primera revista gratuíta de snowboard en la península desde 1994.

vERSIÓN INTERACTIvA: www.snowplanetgirlmag.com

Editorial

Snowplanet Girl® es una revista gratuita de Snow Planet Base. Infórmate en: www.planetbase.net

Otros productos de SPB son: Uno, Cutback, Shock Action Sports, Snowplanet & S Ski Magazine.

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Me atrevo a decir que la temporada pasada fue la mejor que hemos disfrutado los de mi quinta. Después de

varios años de catástrofe y desesperanzadoras alarmas del fin de la nieve, el planeta nos regaló el año pasado la

mejor temporada que hemos disfrutado hasta ahora muchos de nosotros. Dicen voces que monsieur Iker

Fernandez afirma que fue la mejor en 10 años.

Europa entero, Asia y EEUU se convirtieron en mares de nieve fresca para deleite de un sector que estaba al borde

de la desesperación. ¿Cuántas películas y revistas habéis visto este año cargadas de imágines de toneladas de

powder que ni en sueños hemos imaginado?

Hacer la selección de contenidos de este número no ha sido tarea fácil. Nos han llegado historias de todas las

esquinas del mundo con fotos de las mejores sesiones de freeride vistas en mucho tiempo. Incluso riders a las

que sólo habíamos visto grindando barandas o pegadas al pipe local se pasaron la temporada hundidas en nubes

de powder.

Hemos optado por resumirlo en tres viajes narrados personalmente por tres riders: Cristina Monclús en un viaje

de españolas a Suiza, Conny Bleicher en el Líbano con riders de toda Europa y finalmente Anne-Flore Marxer,

rider internacional, nos narra su experiencia en el powder más remoto en Japón.

La rider europea más internacional nos habla de powder y tempura en la tierra de los contrastes. Rider: Anne-Flore Marxer / Foto: Matt Georges

Sumario.22

Sumario.30Carlos Blanchard y su harén de riders europeas nos cuentan una aventura en Oriente Medio. Rider: Julia Baumgartner / Foto: Carlos Blanchard

18Snowplanet Girl n.02. Las paredes son de aire, nuestro techo son las nubes.

Sumario.46Repetimos aventura en los glaciares de los Alpes, esta vez en Saas Fee. El pueblecito de ensueño se convirtió en el punto de encuentro entre España y Polonia durante una semana. Foto: Jaime Lahoz

Foto: RoxyKaprun, Austria.

18

Del 08 - 10 de Enero del 2010 en

Saalbach hinterglemm, Austria.

Premio: 50.000 dólares.

Foto: Crista LeonardEl Tarter, Andorra.

6 de Febrero, el Tarter, Grandvalira, Andorra.

JapónTexto: Anne-Flore Marxer Foto: Matt Georges

EN

Japón es uno de los países más fascinantes que he visitado hasta hoy. La amabilidad y timidez de la gente, los valores, las sonrisas, el ruido, el Patchinko, las luces en las calles, la comida. Todo es mágico. Los japoneses son una nación que une extremos opues-tos. Siguen las tradiciones más antiguas ro-deados por la tecnología más avanzada del mundo. Del detallismo absoluto en lo dimi-nuto a los gingantes luchadores de sumo. De la máxima timidez y discreción en las relaciones sociales al máximo desporre en el karaoke. Todos los opuestos se encuen-tran en Japón y eso es lo que seduce y hace vayamos de un lugar a otro medio despier-tos medio adormilados. Incluso la nieve que cae en Japón se rige por las reglas de lo opuesto, con montañas cubiertas de pow-der tan profundo, compacto pero a la vez tan ligero, que a penas se siente y se desva-nece bajo los pies.

Cuando me subí al avión no tenía ni idea de qué condiciones nos esperaban en Japón, de a qué iba o con quién. Lo único que sabía era que no había parado de nevar y que me moría por un plato de tempura. La confusión empezó en el aeropuerto. Allí me encontré con Matt Georges y cogimos el autobús que va a la segunda terminal, como nos habían indicado en información. Una vez allí, en la segunda, nos volvieron a mandar a la primera. Y de vuelta, la educa-dísima azafata nos comunicó que los equi-pos de snowboard no estaban permitidos en sus vuelos a Sapporo y que teníamos que ir al otro aeropuerto de Tokyo, en la otra punta de la ciudad. Llegamos a Grand Heraffu por la noche y no fue hasta la mañana que nos dimos cuenta de que teníamos una vista de las montañas espectacular. Las pistas de Nise-ko están en lo que había sido un volcán y se diferencian de las europeas en muchos as-pectos: los arrastres no llegan hasta la cima y los trabajadores limpian las sillas antes de que te sientes mientras te desean un buen día. En la góndola le ponen una protección a la tabla y la llevan para ti. Nos pasamos el día buscando spots hasta que empezó a caer u paquete que no dejaba ver a dos me-tros. Durante el resto del viaje no dejaron de caer copos como monedas de 2 euros. No volvimos a ver el cielo. Nos pasamos el viaje ripando nubes del powder más ligero y profundo que he visto en la vida, incluso por la noche. Me sentía como si formara parte de un videojuego, la cabeza sólo me daba para analizar una ima-gen y el resto parecía surrealista. Encontra-mos setas de powder por todas partes, a la altura de la cintura, todas con perfectas re-cepciones planas y profundas. La nieve era tan profunda que al ripar me quedaba a la altura de la cabeza.

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ita.

Partimos hacia Niseko en tren sin haber catado el tempura. El viaje duró 8 horas con 6 cambios de tren, lo cual no fue fácil teniendo en cuenta que como buena chica que soy llevaba exceso de equipaje. Llega-mos a Nagano entrada la noche y de nuevo no veríamos el sol, esta vez por culpa a la lluvia. Nos recibieron Andy y Sarah de Snow Season Jaan, que amenizaron el viaje ha-ciendo de guías y llevándonos a los mejores spots. En Japón conviene ir con riders loca-les porque en Japón está prohibido salir a fuera-pista. Los guardas harán todo lo posi-ble por atrapar a los que lo intenten. Se dice que detectan cualquier movimiento sospe-choso y que incluso cuando estás todavía en las pistas te llaman la atención porque intuyen que planeabas salir de los límites. Después de un día entero de riding y una sesión de drops en un embalse, fuimos a darnos el tradicional baño desnudos llama-do Onsen. Como era la única chica, me tocó irme sola sin saber muy bien cómo funcio- naba, debí de parecer muy perdida porque a los dos minutos se me acercaron dos se-ñoras mayores y me arrancaron la toalla

con la que me tapaba. Allí estaba, entrando como llegué al mundo en una habitación vaporosa llena de mujeres diminutas des-nudas. Las niñas no dejaban de mirarme y las mayores me enseñaban los baños. Había unos 5 o 6 baños distintos, uno de ellos en el exterior con vistas a las pistas… Y seguíamos sin haber comido tempu-ra cuando decidimos pasar una noche en Tokio. Obviamente pasamos la noche ente-ra cantando karaoke hasta que caí rendida en mi litera del “hotel cápsula”. Los ingle-ses se marcharon por la mañana y nosotros decidimos dar un paseo por la ciudad hasta que al fin mi deseos se hicieron realidad y conseguimos culminar el viaje con un plato de delicioso tempura vegetal.

Viajar a japón fue una experiencia muy di-vertida y nunca olvidaré las setas de powder y la el equipo de lujo que me acompañó.

Incluso la nieve que cae en Japón se rige por las reglas de lo opuesto, con montañas cubiertas de powder tan pro- fundo, compacto pero a la vez tan ligero, que a penas se siente y se desvanece bajo los pies.

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Hay cumpleaños de los que una nunca se olvida – sean nuestros o de otra gente. Los primeros están más bien apretados: 15, 16, 18, 20, 25… y 30. Son los pasos que poco a poco nos avisan de que nos acercamos a la edad adulta y la autonomía. Son buenas celebra-ciones, fiestas, pasteles, regalos y alguna que otra borrachera. Más adelante la cosa ya va a décadas, 40, 50, 60… con atención nula a los años intermedios.

Pero no tengáis miedo! Los cumpleaños ya no son lo que era. No no. En nuestra cultura del culto a la juventud y la belleza ya no basta con tener un cuerpo perfecto, pelo brillante, dientes fluo-rescentes y tetas y culo neumáticos durante la adolescencia. No, hay que mantener dichos estándares hasta la menopausia. Hay que envejecer “guapamente”. Al decir “guapamente” me refiero a ser como Helen Mirren, que con 60 años tiene 7% de grasa en el cuerpo, piel de terciopelo, una estructura ósea envidiable y pechos ingrávidos.

Por qué hay que mantener estos estándares? Por qué una mujer de 45 años tiene que tener el cuerpo de un nnno de 12? Porque los 30 son los nuevos 18, 40 los nuevos 20 y 50 los nuevos 30.

Algo tiene el mundo surfero global – surf, skate y snow-board - que atrae a la mayoría de Peter Panes, hombres que no son más que chicos perdidos al margen del resto. ¿Y qué pasa con las chicas? ¿Encajamos con el cliché de Nunca Jamás? Cuesta ver un futuro en el que snowboard y vejez coexisten en paz. ¿Nos ayuda el snowboard a mantener cuerpo y mente jóvenes? Si es así, ¿es eso positivo o significa que estamos atra-pados en un bucle de estándares superficiales?

Significa que si haces snowboard tienes que aparentar y comportarte de cierta ma-nera. Entonces llega un día en que ese comportamiento y esa apariencia no resultan apropiados y empiezan a incomodar. ¿Y entonces? Adoptas una personalidad falsa, te disfrazas y tuneas para parecer auténtico porque el mundo no entiende la ecuación “chica + snowboard + edad = OK” como válida.

Qué pasa cuando una rider cumple 35 o 40? O… suspiro, 50, y sigue ripando?

A medida que vamos envejeciendo, unas mejor que otras, vamos desapareciendo del panorama, escondidas bajo una capa invisible, al margen de los radares. Recuerdo cuando fui a Tahoe Legends of Snowboarding en 2007.

Estaban todas las leyendas de los 80 y los 90. - Shaun Farmer, Palmer, Tom Collins, Bob Klein y Mike Chantry. Había un pipe shapeado a mano y hubo sesión de handplants con tablas vintage. No había ni una sola mujer “legendaria”. Pregunté dónde estaba Michelle Taggart. Me contestaron que no pudo ir porque estaba en casa con los niños.

Sin embargo esquivar radares tiene sus ventajas y beneficios. Sig-nifica moverse con libertad, lejos de juicios, prejuicios y expecta-tivas. Por eso cuando me encuentro con una rider que alcanza los 50, ahora nuevos 30, me doy cuenta de que la edad es algo total-mente arbitrario. No es más que un número.

En el 2006 participé en la Legendary Baker Banked Slalom. Eramos cuatro gatos en Grand Master y sólo había una mujer de mi edad – Jeannie DiBari. Jannie no solo es una rider local “de cierta edad”,

también es la dueña de un restaurante italiano lla-mado Milano’s. Demostró estar al nivel de todos

los locales. El mejor rider del mundo comple-taría el slalom en 1:30. Jeannie, de 53 años, lo completó en 2:09. En 2005 lo había completa-do en 2:00 y salio pitando hacia el restaurante, a esa hora lleno hasta los topes, para asegu-

rarse de que iba todo en orden, saludó a los clientes por su nombre y sirvió y bebió hasta

la media noche. Al salir completó la noche con unas rondas de tequia en Frosty’s

hasta las 3 de la madrugada. Yo de mayor quiero ser Jeannie.

Me gusta pensar que el snowboard me mantiene joven, abierta y vital. Me

gusta pensar que nunca me preguntarán o cuestionarán si encajo con algún este-

reotipo de rider imposible para mi edad. Me encanta que los 50 sean los nuevos 30 siempre que mi viejo culo arrugado me permita subir a la

montaña.

Text: C.A. Ilustración: Jessica Boston

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POWDERROOM

www.powderroominternational.comwww.ripzone-europe.de

Sport 2002, S.L. Telf.: 93 683 53 09

TORMENTAS en el

LíbanoText: Conny BleicherFotos: Carlos Blanchard

Partimos desde Munich el día 19 de Febrero. Después de una parada en Estambul donde recogimos a Thea, pusimos rumbo a Beirut. Llegamos a media noche con una hora de retraso. Ha-bíamos contactado con un señor al que no conocíamos y del que no teníamos ningún tipo de información de contacto. Pintaba mal pero pronto nos dimos cuenta de que los Libaneses son de la gente más amable del planeta. Rayan, nuestro guía improvisado, nos llevó en 40 minutos desde Beirut a las pistas de Faraya, que serían nuestro campamento base durante los siguientes 8 días. Se supone que esa distancia se suele hacer en algo más de una hora… si uno presta atención a la velocidad. Al fin llegamos a casa, algo pálidos y moribundos a las 3 de la madrugada. Pasa-mos un rutinario control de armas y conocimos a nuestro asis-tente Charbel, que nos llevó a los apartamentos/sótanos al lado de las sillas. No era lo más lujoso que hemos visto pero había camas. A Carlos, por supuesto, le tocó el sofá.

Dormimos hasta la 1 de la tarde, como buenos europeos. Subi-mos arriba a ver las condiciones y casi se nos lleva la tormenta.Habían cerrado las pistas, así que optamos por el turisteo. Rayan y Charbel vinieron a recogernos y nos enseñaron lo poco que se podía apreciar. Definitivamente no tenía sentido intentar hacer nada ese día, menudo bajón. Rayan nos llevó a su casa súper lujosa, nos dio de comer hasta reventar y esperamos a que me-jorasen las condiciones. Al ver que no se iba a dar el caso, no pudimos con las ganas de tomar el aire y salimos a dar un paseo. La primera impresión fue que las casas están todas a medio cons-truir y no hay ni un alma por las calles excepto cuando de vez en cuando pasa un Hummer.Encontramos el primer spot y lo preparamos para hacer una se-sión al día siguiente. Fue un buen principio que nos dio ánimosy algo que celebrar, así que guiados por nuestros nuevos amigos, fuimos a un restaurante libanés de verdad. Para mi tenía todo un

Después de muchas charlas y negociaciones decidimos cancelar el viaje para evitar riesgos, pero una llamada de un amigo de Julia nos convenció y decidimos lanzarnos a la aventura y comprar billetes. El equipo lo formábamos Julia Baumgartner, la jefa que consiguió todos los contactos, Thea Stenshagen desde Noruega, Diana Sadlowski desde Polonia, Conny Bleicher desde Austria aunque alemana y cómo no, el mejor fotógrafo Carlos Blanchard.

No dejamos de preguntarnos en todo momento si no sería demasiado peligroso. Sólo habían pasado 3 años desde la última Guerra Civil, acababan de entrar en conflicto con Israel y había protestas por todas partes.

Día 1 Día 2

Cuando pensamos en posibles destinos para hacer un viaje de snowboard, el Líbano no es el primero que viene a la cabeza, especialmente cuando hablamos de un viaje de chicas.

En la fotografía: las tormentas de viento no consiguieron frenar este Fs Air de Thea Stenshagen.

aire como a las tapas en España. El camarero no dejó de traer platitos con albóndigas, hummus, queso de cabra, pita, salsas de yogur, estaba todo delicioso. Oímos que en Faraya sólo hay un bar y se llama Powder Bar, había que verlo. Empezamos por una ronda de cócteles y otra más que nos llevó a los inevitables chu-pitos que nos llevaron a unos bailes y a hacernos amigos de todo el pueblo en la primera noche. Nuestros planes de irnos a casa temprano se vieron arruinados por las ganas de seguir haciendo amigos así que nos dejamos arrastrar hasta el club Igloo, del que salimos a las 4. Nevaba demasiado para estar fuera así que nues-tros amigos nos llevaron a casa, a 200m. En un Hummer, por supuesto.

Día 3A pesar de vivir en sótanos, al despertarnos podíamos oír las tormentas, así que decidimos dormir “un poco” más. Las pistas estaban cerradas otra vez. Por la tarde salimos a dar una vuelta, palas en mano, para ver si encontrábamos algo o agún sitio en el que hacer alguna foto pero la tormenta no nos dejaba ver nada. Finalmente optamos por pasar el resto del día haciendo una se-sión de minishred en casa. Las pistas enteras parecían un parque infantil para haer drops, ollies y rock to fakies ante un paisaje espectacular. Al anochecer volvimos a la valla en la que habíamos empezado el día, quitamos toda la nieve que había caído y Carlos la iluminó. A pesar de las interrupciones meteorológicas, el resultado fue un éxito, así que satisfechos y agotados, nos fuimos a la cama con esperanzadoras previsiones de buen tiempo para el amanecer.

El paisaje de los pueblos en decadencia del Líbano no tiene desperdicio. Diana Sadlowski sabe sacarle partido.

Día 4Nos encontramos con Rayan a las 8 en el arrastre. El sol brillaba como nunca y las pistas estaban abiertas. El día perfecto. La pri-mera experiencia con el viejo y diminuto arrastre fue complica-da. Especialmente para Carlos, goofy y cargado con gigante mo-chila de la cámara. Sufrimos alguna que otra caída que nos fue bien para despertarnos. Al llegar arriba descubrimos que era el único arrastre abierto. Afortunadamente encontramos un win-dlip perfecto para montar un kicker, con la mala suerte de que al terminarlo llegaron las nubes y nos estropearon la luz. Dimos lo mejor de cada una hasta que Conny y Thea, cansadas, tiraron la toalla y se fueron a casa. Los demás fueron al pueblo a por algo de jibbing hasta entrada la noche.

Día 5Mal tiempo y pistas cerradas para variar. Suena un poco deso-lador pero fue un buen día. ¿Habéis vivido una tormenta con sus truenos en medio de las pistas? Da mucho miedo. Aún así encontramos dos spots para sacar algunas fotos. Empezamos a palear nieve y a los diez minutos teníamos un grupo de 5 niños ayudando, nuestros primeros groupies, a los que se unieron otro grupo de chicos que nos siguieron durante el resto del viaje. A pesar de la falta de comunicación se acabaron convirtiendo en guías de lujo. Nos llevaron a ver Beirut y la maravillosa vista del Mediterráneo.

Día 6Todavía con pistas cerradas, fuimos a buscar más spots fuera. Encontramos una casa en ruinas que parecía una nave espacial e hicimos una sesión en lo que quedaba del tejado. Luego busca-mos una pared para hacer algún drop. El día había sido produc-tivo, así que volvimos a nuestro local favorito, Powder Bar.

Día 7A las 7 ya estábamos todos en pie. Al fin brillaba el sol pero ha-bía cansancio generalizado después de tantas sesiones sin descan-so. Al llegar a la cima aparecieron nuestras amigas las nubes y la visibilidad era nula. Decidimos hacer sesión en una pared que

Carlos había visto en el pueblo. La preparamos para darle en la puesta de sol. Al volver nos encontramos a los chicos de Dubai aprovechando nuestro trabajo. Qué listos. Sacamos fotos hasta el anochecer y el resultado fue una de las mejores sesiones del viaje.

Felicidad postpowder de Conny Bleicher.

Día 8Después de tantos días de estrés y presión para sacar material, nos olvidamos del tema y fuimos a ripar todos juntos para pa-sarlo bien. Las montañas del Líbano no tienen nada que ver con todo lo que habíamos visto hasta entonces. Los guías nos lleva-ron por el backcountry y encontramos first tracks para todos, fue increíble. Por la tarde volvieron las nubes y Rayan nos llevó

a ver Byblos, un antiguo puerto fenicio al norte de Beirut. Se dice que Byblos es la ciudad inhabitada más antigua del mundo. ¿Alguna vez habéis pasado la mitad del día en el powder y la otra en el mar? Es alucinante.

Julia Baumgartner: de puente a puente y un Ollie porque la lleva la corriente.

Último díaLlegó el momento de despedirse de Faraya. Charbel nos acompañó a Beirut con la intención de visitar la ciudad pero la lluvia nos lo puso difícil así que vimos lo que pudimos desde el coche. Fuimos a un bar a tomar unos mojitos y algo de sushi y al famoso club Element. Esa noche pusieron una televisión

gigante con un concierto de Red Hot Chili Peppers, parecía que estábamos viéndoles en directo. El tiempo voló y se nos hizo la hora de volver a Europa. Salimos con tres horas de retraso y una sonrisa enorme. El voaje al Líbano fue la mejor aventura que he vivido.

Moonlight shadow Stalefish

de Conny Bleicher.

Dibujo de Desiree Melancon con texto de su amigo Mike

- Parece muy pesado

- Lo es- ¿De dónde lo sacaste?

- Del río“¿Me lo das?” Preguntó Feeble

sin sonreír. Estaba seria. Apo-

yada sobre el precipicio, tenía

las alas abiertas para mantener

el equilibrio. Apartó las alas de

Fleet para poder ver mejor el

pez de aspecto delicioso.

“No!” Gritó Fleet. Fleet debería

de de saber que Fleet nunca

comparte a comida con ella.

Nunca. Sujetaba el pescado vis-

coso en las manos. Se lo llevó a

la boca. Un ruido arriba. Incli-

naba la cabeza y escuchaba. De

nuevo una tos, falsa.

“¿Si?”“¿Entonces te lo vas a comer

entero?”“Mmmhm” Fleet arrancó la

cabeza de un mordisco. Mas-

ticaba la espina del pescado

cuando suspiró. “Pesca tu pro-

pio pescado, Feeble”

“¿En el río?”“Si, idiota”“No pienso meter las manos en

el agua. No sé nadar, pero eso

tú ya lo sabes, Fleet”

“Lo sé, pero a penas es un río.

Mira, son sólo una panda de

peces fláccidos.”

Feeble saltó por el precipicio.

Sorprendida, Fleet se asomó

por encima de la cabeza de

pájaro. Pescar no era algo típico

de Feeble. Feeble aterrizó junto

a Fleet, agitando una rama.

Fleed abrió las alas para aguan-

tarse. “Uy Feeble, avísame

antes de hacer algo así!”

“¿A qué sabía?”“¿Nunca has probado la tru-

cha?” Se río Fleet con sarcasmo.

“Cuando era joven mi mamá

las pescaba para mi”

“Lo sé. Somos hermanas, Fee-

ble”“Te quiero”“Ya lo s锓¿Me lo das?”“No, Feeble! Mira, el río está

lleno de los malditos peces!

Ahora baja y coge uno con las

manos fuertes que tienes y

sube aqu픓¿Cómo hago que paren de

moverse?”

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Cuando me reuní con Laia, Nuria, Claudia y Jaime ellos ya llevaban una jornada de risas y coche desde Barcelona. Habíamos decidi-do unos días antes que lo mejor sería que la primera noche se quedasen a dormir en mi apartamento en Grenoble para no hacer todo el viaje hasta Saas Fee en el mismo día.

Hacía tiempo que no veía a toda esta panda así que la cena fue para ponernos al día sobre nuestros últimos meses y para recordar grandes momentos en 2 Alpes y Cerler.

Todos estábamos deseando llegar al glaciar de Saas Fee y empezar a ripar. El viaje comenzó con un gran Tetris en el maletero del coche de las Vendrell... Nos pusimos en marcha cuando Jaime consiguió la puntua-ción más alta en lo que a encajar trastos se refiere.

Unas cuantas horas después llegamos a nuestro destino. Saas Fee es el típico pueblo de montaña suizo, con casitas de madera y ambiente tranquilo, un sitio que transmite buenas vibraciones nada más llegar.

Dejamos el coche en el parking de la entra da del pueblo y un cochecito eléctrico del hotel Pop Corn nos ayudó a llevar el equipaje hasta el hotel. La habitación Roxy en Pop Corn que nos habían reservado era muy divertida, fotos de las riders por todas partes, 4 literas y una cocinita, auténtico estilo backpacker. Íbamos a pasar cuatro días geniales.

Empezamos a organizar el día siguiente en el glaciar, daban buen tiempo y la idea de hacer snowboard en septiembre nos hacía flotar unos cuantos palmos sobre el suelo de la habitación.

Un poco más tarde llegó Agnieszka, rider polaca de Volkl a la que yo conocía de unos días en el camp de surf de Volkl en Seignos-se. Agnieszka llevaba un palizón de horas de coche encima pero, como siempre, tenía una gran dibujada en la cara en la boca y las mismas ganas que nosotras de subir al día siguiente.

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Agnieszka se lleva de este viaje un gran repertorio de frases en español como “ Que te calles” o “Pa´ti pa´siempre” que seguro le serán muy útiles en próximos viajes. De nada, Gumska, para eso tenemos a las gitanillas, para que te enseñen el español más inútil que podías aprender.

Por la mañana nos levantamos, desayunamos y subimos para arriba. El glaciar me pareció impresionante, lleno de grietas que formaban un paisaje espectacular. Estaba muy bien de nieve aunque era como una pista de patinaje sobre hielo... un maillot rosa de lentejuelas y unos patines con cuchillas nos habrían ido bien ese día. Poco a poco, fue ablandando y nosotras fuimos haciéndonos con el terreno; era el primer día de pruebas y aclimatamiento, así que estuvimos dándole un buen rato a un bidón que había en el park hasta prácticamen-te última hora cuando Laia le dió demasiado fuerte al bidón y salió disparada a la recep-ción, dura como nada. Resultado: un sustito que quedó en eso (La gipsy no es tan fácil de parar, Señor Bidón) y señal de que, como primer día, habíamos terminado.

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El tercer día fue mejor, habían caído unos centímetros de nieve y el glaciar estaba mucho más amable. Nosotras seguíamos con nuestras cositas: rails, saltos, un poco de pipe e inspecciones del terreno para ver qué podía-mos construir. Vimos que al salir de la cabina había una espacio abierto con cosas que quedaban por colocar en el park y cachiba-ches varios; había una estructura de metal de las que llevan las ratracs detrás (perdonarme,

no sé el nombre técnico) y le construimos una rampa para poder darle al día siguiente.

Esa noche bajamos al club del hotel Pop Corn a ver pinchar a Kalbermatten mientras Jaime se quedó en la habitación reivindicando el Metal Rock (di que sí, Jaime) y nosotras nos recogimos prontito, no porque no hubiera mucho ambiente sino porque somos gente responsable...

La mañana siguiente empezaría nuestro último día de buen tiempo. Aprovechamos para saltar un poco y fotear el “cacharro de metal”. Al pa-recer después de un par de tiros decidí que era un gran momento para probar un tail bonk accidental sobre el gancho que sobresalía de la caja. Resultado: frontflip improvisado a todo el hielazo, “vídeo pa´haberse matao” y alguna que otra buena foto.

El último día amaneció malo y parecía que iba a seguir así unos días. De todos modos subimos a comprobar, no queríamos remor-dimientos de conciencia, ya se sabe que en montaña todo cambia en cuestión de minutos. No fue el caso. Hicimos unas cuantas fotos y nos echamos unas risas en los túneles de la estación, ya que no se podía ni salir al glaciar de la ventisca que hacía. Bajamos para reco-ger todo; era el momento de acabar el viaje, todo el mundo tenía muchas cosas que hacer de vuelta a sus ciudades: comienzo de clases para nosotras cuatro y tareas de mayores para Claudia y Jaime. Cómo mola ser estudiante. Nos despedimos y comenzamos a deshacer el camino que cuatro días antes habíamos traza-do; a mí me dejaron en Grenoble y siguieron rumbo Barcelona con la mala suerte de que el coche se les quedó tirado y el viaje de vuelta debió de resultar entretenido... o no.

Las tardes pasaban tranquilas, comprobando con Jaime las fotos de por las mañanas, espe-rando a que Agnieszka y yo nos levantásemos de la siesta y con largas discusiones sobre lo mucho que les gusta en Francia el Tech-tonik, demostraciones de Claudia incluidas, que constituyen un maravilloso documento en soporte digital.

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De este viaje me llevo un gran recuerdo y la sensación de que lo dimos todo, la oportu-nidad de ripar en septiembre con tres riders muy completas y todos los buenos momentos que pasamos. Sólo me queda dar gracias a Claudia y Snowplanet Girl por la confianza, a Jaime Lahoz por su paciencia y su “savoir – faire” y a nuestros sponsors por ayudarnos a andar cada día más y mejor.-Snowplanet Girl agradece a a Prisca los pases para el glaciar de Saas Fee y a Daniela el acogimiento y las camas en la habitación Roxy de Pop Corn. OS QUEREMOS!

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¿Cómo es un día de invierno en la vida de Susie Floros?Depende mucho del día. Si es fin de semana lo más probable es que esté en una competición de snowboard. Durante la semana estoy siempre volando de aquí para allá, con las chicas del equipo en algún sitio con montañas. Paso mucho tiempo con el equipo y mucho mandando e-mails a las ofici-nas de Vermont desde mi Blackberry.

¿Y un día de veranoDesayuno, 20 minutos de coche a Burlington. Cada día paso por delante de un camello. Me pregunto qué harán camellos en Vermont. Interesante. Luego al gimnasio y a trabajar.Trabajo con el equipo para planear sesiones de fotos y competiciones de la temporada. Mi amigo Tomas y yo vemos algo de producto, se lo enseñamos a las riders para que opinen. Algo de ecición de foto y luego a la bici.Y repetimos.

¿Qué tal la temporada pasada?Increíble. La mejor hasta ahora.

¿De dónde eres? ¿En qué sitios has vivido antes de llegar a vermont? ¿Con cuál te quedas?Soy de Rhinebeck, en el estado de NY. Es un pueblo que queda a unos 45 minutos de NYC. He vivido en Plattsburgh NY, Saranac Lake NY, MT Hood OR, Ashland OR, Mammoth Lakes CA, Oceanside CA, San Clemente CA, Burlington VT y ahora en Bolton.Cada sitio ha sido interesante de una manera u otra, me gusta vivir el ahora y disfrutar al máximo donde estoy en cada momento.Mi casa de Vermont está literalmente en la montaña. Prácticamente puedo salir con la tabla puesta. No echo de menos mi pueblo, me fui con 18 años y voy de visita siempre que quiero.

¿Cómo te convertiste en la Women’s Team Manager de Burton?Fue en noviembre del 2005, estaba trabajando en la revista Snowboarder cuando Dave Driscoll me llamó para ofrecerme el trabajo. Estaba muy con-tenta allí, vivía en la playa, surfeaba cada día y escribía sobre snowboard pero después de hacer la entrevista vi que no podía dejar pasar la oportu-nidad. Y aquí estoy.

¿Participas en el diseño del material?Si. Es una gran parte de mi trabajo. Hacemos reuniones con los riders conti-nuamente y al fin de cada colección vamos todos a la casa de Jake y Donna Burton para cerrar. El equipo tiene un papel imprescindible.

he oído a más de un team manager hablar de su trabajo como “canguro”. ¿Es cierto? ¿Cómo describirías tú tu trabajo?Bueno a veces te puedes sentir como una canguro, sobretodo cuando estás en NYC con las chicas y el alcohol entra en la ecuación ;)Más que nada lo que hago es cuidar de las chicas. Tenemos un equipo muy unido que casi parece una familia. Sonm autosuficientes y se aprecian entre ellas. Para mi es un lujo poder trabajar con ellas. Mi trabajo consiste en llevarlas al máximo de eventos posible, montar sesiones de fotos y ase-gurarme de que tienen todo lo que necesitan. Soy el intermediario entre ellas y los diseñadores de producto, marketing, RRPP, etc. Somos mucha gente apoyando al equipo.

¿Cuál es tu criterio para elegir una rider?Talento, potencial, motivación, creatividad, estilo y progresión. Tiene que ser alguien que aporte un estilo propio y único combinado con habilidad.

¿En qué momento cruzan la línea al team GLOBAL?Una rider que llega al estatus de Global es uan rider que se ha convertido en profesional en todos los aspectos.Hay muchas expectativas sobre las riders por eso hay que esperar a que estén para ascenderlas.

¿Y cuándo se decide que una rider tiene que dejar el equipo?Esas decisiones se suelen tomar por motivos de presupuesto. En un mundo ideal, las riders mismas sabrían que ya han hecho su carreara y ha llegado el momento de buscar nuevas metas.

¿ves muchas diferencias con el equipo masculino?No. Los riders son riders, aunque tengo que admitir que los chicos tienen más tendencia a meterse en líos. El año pasado en NZ uno de los aparta-mentos de los chicos acabó destrozado y cubierto de fotos porno… Las chi-cas son más tranquilas pero tienen sus maneras de meterse en “situacio-nes”.

Qué porcentage de tu tiempo pasas:Ripando 30Trabajo de oficina 30De camino 40 (incluye trabajo de oficina remoto)Otros En todo el invierno me paso unos 10 días en casa.

¿Cuál es el proyecto/viaje de tus sueños?Un viaje que incluya snow-surf-skate-música en Groenlandia, Islandia, Suiza, Finlandia, Irlanda, Tailandia, Swazilandia, Escocia, Alemania, Polo-nia y Holanda.

¿Crees que se hará?Si quieres, puedes.

¿Puedes describir a cada rider del equipo con una palabra?Spencer O´Brien - EstiloGabi Viteri– EnergéticaKelly Clark- AtletaHannah Teter– FilántropaEllery Hollingsworth - GenialNatasza Zurek- AbstractaVictoria Jealouse– MatriarcaMaddy Schaffrick – Rookie

¿Algún consejo para las chicas que sueñan con un trabajo como el tuyo?¡Hazlo!

¿Y para chicas que sueñan con estar en el equipo Burton?Ante todo estilo, trucos y progresión.

¿Sabes decir algo en español?Uno cerveza por favor!

Texto: CA Ilustraciones: Susie Floros

Dis.playFoto: Crista LeonardEstilismo: Snowplanet Girl

Modelos: Jael & Saray

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Laia Gypsy Superstarporcasa con David Hidalgo y Lex al fondo, en la première de Burton.

La cumbre del snowboard femenino en Saas Fee durante el Women In Boardsports.

Parece que Steffi Weiss de Vans está entusiasmada con sus riders ;)

Anda, mirad a quien nos encontramos en el glaciar de Stubai. Qué cosas oye.

Making snowplanet hipsterismo. ¡¡¡ Viola de TTR vino al Total Fight !!!

Caras de entusiasmo a las 2 de la mañana en un pueblo perdido de Francia esperando la grúa. La vida del viajero tiene sus contras…

Team

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Irene Sanz Prevosti, f

ART director.

Muchas gracias Maria, CristaCarlos, Noelia, Mami & Papi

^_^

Crista Leonard, FOTOshoper.

Jessica Boston, artista.

Claudia Almendros,

directora de INcontenidos.

Muchas gracias Maria, CristaCarlos, Noelia, Mami & Papi

^_^

Jessica Boston, artista.