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Camilo Echandía Castilla Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) Septiembre de 2011

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Camilo Echandía Castilla

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011)

Septiembre de 2011

La Fundación Ideas para la Paz (FIP) es un centro de pensamiento creado en 1999 por un grupo de empresarios colombianos. Su misión es generar conocimiento de manera objetiva y proponer iniciativas que contribuyan a la superación del conflicto armado en Colombia y a la construcción de una paz sostenible, desde el respeto por los derechos humanos, la pluralidad y la preeminencia de lo público.La FIP con independencia se ha propuesto como tarea central contribuir de manera eficaz a la comprensión de todos los escenarios que surgen de los conflictos en Colombia, en particular desde sus dimensiones política, social y militar. Como centro de pensamiento mantiene la convicción de que el conflicto colombiano necesariamente concluirá con una negociación o una serie de negociaciones de paz que requerirán la debida preparación y asistencia técnica. Como parte de su razón de ser llama la atención sobre la importancia de preparar al país para escenarios de postconflicto.

Fundación Ideas para la paz

Septiembre de 2011Serie Informes No. 13

Camilo Echandía Castilla

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011)

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Contenido •

Contenido Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011)

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Presentación

Periodización del conflicto armado

Primer periodo 1990-1998: Las FARC se reorganizan y comienzan a operar con el propósito de golpear a la Fuerza Pública

Segundo periodo 1998-2002: En medio de las negociaciones del Caguán la Fuerza Pública se transforma y aumenta la capacidad de combate contra las FARC

Tercer periodo 2002-2006: La Política de Seguridad Democrática lleva a un cambio en la correlación de fuerzas

Cuarto periodo 2007-2010: Las Fuerzas Militares logran ubicar varios objetivos de alto valor a lo cual las FARC responden incrementando su accionar

Situación actual de las FARC

Sinopsis

Bibliografía

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Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 5

Presentación

En los últimos meses ha venido creciendo la sensación de que estamos ante un resurgir de las FARC. Para algu-nos sectores cercanos al ex Presidente Álvaro Uribe esto se debe a que su sucesor, el actual Presidente Juan Manuel Santos, ha bajado la guardia y como tal, se ha disminuido la presión militar sobre esta organización. A esto le suman el argumento de la reducción en la moral de las fuerzas, producto de la inseguridad jurídica en la que se encuen-tran operando. Por otro lado, algunos analistas del con-flicto armado han llamado la atención sobre que las FARC vienen cumpliendo exitosamente desde el 2008 su “Plan Renacer”, en el marco del cual adaptaron sus operaciones y tácticas al escenario de confrontación impuesto por la se-guridad democrática.

Evidentemente las FARC han incrementado su nivel de actividad lo cual se hace palpable desde el 2009. Así lo demuestran los análisis que se vienen haciendo en los úl-timos años, los cuales se basan en datos coyunturales y en el mejor de los casos en miradas de mediano plazo. Sin embargo, antes de saltar a conclusiones alarmistas sobre el “renacer” de la guerrilla y que le hacen eco al interés de esta organización de mostrar fortaleza, hay que hacerse la pregunta sobre la posibilidad de que este grupo recupere los niveles que tuvo en los años noventa cuando logró su mayor capacidad ofensiva en la historia del conflicto. Una mirada en perspectiva de las dinámicas de largo plazo, muestran una fotografía un tanto diferente de la que se ha difundido en el debate actual en relación no sólo a la si-tuación de las FARC, sino también a los esfuerzos de las Fuerzas Militares en combatirlas.

El presente estudio de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), realizado por Camilo Echandía*, analiza la situación actual de las FARC a partir de los cambios en la correlación de fuerzas, así como en los movimientos, las tácticas y la territorialidad del grupo guerrillero, con una cobertura cro-nológica que va desde 1990 al primer semestre de 2011. Así, se elaboró una periodización del conflicto que permite identificar los cambios en la relación de fuerzas entre las Fuerzas Militares y las FARC en el largo plazo, lo que sugiere

conclusiones muy diferentes a las que actualmente se ven-tila públicamente, acerca de lo que sucede hoy con ambas partes del conflicto.

En primer lugar, la evolución de las acciones de las FARC y de los combates de las Fuerzas Militares en tér-minos absolutos, muestra que a partir de 2002 el grupo guerrillero reduce su iniciativa, y no obstante el repunte en sus acciones, los combates de la Fuerza Pública superan la sumatoria de emboscadas, hostigamientos, ataques a instalaciones militares y sabotajes a la infraestructura. Una situación que se mantiene hasta el momento actual. Por ende, es difícil sostener la idea de que ha habido una dismi-nución del esfuerzo militar en el Gobierno Santos. Es obvio que el nivel de los combates tienda a reducirse, en un con-texto en que la guerrilla ha perdido más de la mitad de sus efectivos y del territorio, y por ello también caen los niveles de capturados, abatidos y desmovilizados individuales, que no obstante siguen siendo significativos.

En segundo lugar, difícilmente el repunte de las acti-vidades de las FARC desde 2009 puede ser interpretado como el resultado de un proceso de reorganización y como un indicador de que el grupo guerrillero ha retomado la ini-ciativa militar en la confrontación. Lo que refleja la situa-ción actual del grupo guerrillero es lo contrario, que no ha podido salir de la situación de repliegue y que el repunte en su accionar tiene el propósito de defender las zonas donde busca sobrevivir y evitar que la Fuerza Pública logre ubicar los mandos.

A diferencia de otros estudios sobre la situación actual de las FARC, en el presente trabajo no se considera váli-do incluir los campos minados o los francotiradores en el mismo nivel que las acciones armadas que expresan ini-ciativa militar como las emboscadas o los hostigamientos. Las primeras categorías son ante todo un recurso defensivo utilizado por las FARC para intentar frenar el avance de las tropas terrestres hacia las zonas de retaguardia, y para la protección de cultivos ilícitos o corredores de movilidad del grupo guerrillero1.

Una mirada de largo plazo abre una nueva perspectiva acerca de la situación actual de las FARC y su comporta-miento, y permite comprender de manera distinta los esce-

* Docente e investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Este trabajo se elaboró en el marco del proyecto de investigación “Seguimiento y análisis del conflicto armado en Colombia” de la línea de investigación en Negociación y Manejo de Conflictos del Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales (CIPE).

1 En los estudios elaborados principalmente por la Corporación Nuevo Arco Iris fuera de que no se diferencia entre las iniciativas de las Fuerzas Militares y las FARC, se le da el mismo estatus a una mina activada por un soldado, que hace por ejemplo labores de registro y control, o a una acción de un francotirador, que actúa por fuera del combate, que a las emboscadas y los hostigamientos que sí permiten medir las acciones por iniciativa de esta agrupación contra la Fuerza Pública.

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narios actuales de la guerra. Para la FIP, las alarmas de un renacimiento ofensivo de la agrupación armada han sido encendidas en falso, y no hay indicios concretos para pen-sar en una reorganización profunda en el grupo guerrillero que lleve al país a experimentar la violencia de los noventa, o para interpretar el número decreciente de operaciones militares como una actitud de “brazos caídos” en las Fuer-zas Militares.

Maria Victoria LLorente

Directora Ejecutiva

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Periodización del conflicto armado

En el presente trabajo se identifican cuatro periodos en la evolución de las FARC entre 1990 y 2011, a partir de los cuales se analizan los cambios en la territorialidad y las estrategias a fin de interpretar la situación actual del grupo guerrillero, tal como se observa en el gráfico 1.

El primer periodo considerado se define entre 1990 y 1998. Si bien es cierto que hacia finales de los años ochen-ta ya era evidente el aumento de la presencia territorial y del poder de fuego de las FARC, el ELN era para aquel en-tonces la guerrilla más activa. Es a raíz de la ofensiva de las Fuerzas Militares contra el Secretariado de las FARC en diciembre de 1990, que el grupo guerrillero comienza a ex-hibir el mayor protagonismo armado y a registrar avances en el proceso de especialización de sus frentes, así como la creación de columnas móviles.

Durante el gobierno de César Gaviria (1990-1994), los combates por iniciativa de las Fuerzas Militares se incre-

mentaron en virtud de la llamada “guerra integral contra la guerrilla” lanzada tras el fracaso de los diálogos de paz con la Coordinado Guerrillera Simón Bolívar (CGSB)2. La propor-ción entre los combates iniciados por las Fuerzas Militares y las acciones de las FARC aunque siguió siendo desfavora-ble al Estado, mejoró ostensiblemente.

En 1993, en el marco de la ofensiva militar, las FARC re-currieron a la táctica de replegar sus estructuras armadas para impedir su debilitamiento. En medio de este repliegue táctico, las FARC llevaron a cabo su Octava Conferencia, con el propósito de reagrupar sus frentes en siete bloques bajo el mando de un miembro del Secretariado. Con esta reorga-nización, las FARC durante el gobierno de Ernesto Samper (1994-1998) buscaron mediante la ejecución de una serie de acciones contundentes desbordar la capacidad de reac-ción y contención de la Fuerza Pública.

En este contexto, las FARC lograron su mayor éxito mili-tar en momentos previos al inicio de las conversaciones de paz en gobierno de Andrés Pastrana. En noviembre de 1998,

GRÁFICO 1PERIODIZACIÓN DEL CONFLICTO ARMADO A PARTIR DE LA EVOLUCIÓN DE LOS COMBATES

DE LAS FF.MM Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (Enero 1990 / Junio 2011)

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ACCIONES COMBATES FF.MM

2501. Luego del fracaso de las negociaciones en el Gobierno Gaviria, las FARC se reorganizan y comienzan a operar con el propósito de golpear a la Fuerza Pública.

4. En medio de la tendencia descendente en la intensidad del conflicto, las FF.MM. logran ubicar varios objetivos de alto valor a lo cual las FARC responden incrementando su accionar.

3. La Política de Seguridad Democrática lleva un cambio en la correlación de fuerzas.

2. En medio de las negociaciones del Caguán, la Fuerza Pública se transforma y aumenta la capacidad de combate contra las FARC.

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2 La Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar a partir de 1987 agrupa el conjunto de las guerrillas –FARC, ELN, M-19, EPL, PRT y el Quintín Lame– que se presentaron como un solo ejército. Pese a que el propósito de conformar un ejército guerrillero es evidente, éste sólo llegó a tener expresión en la ejecución de acciones armadas en la primera mitad de los años noventa, puesto que sus integrantes no renunciaron a su liderazgo e identidad política ni a su inde-pendencia financiera.

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Mitú, capital del departamento de Vaupés, fue tomada por asalto en una acción guerrillera que produjo la muerte de 16 miembros de la Fuerza Pública y el secuestro de otros 61.

Si por una parte, esta acción cierra el primer periodo con-siderado, la recuperación del control de Mitú mediante una operación de las Fuerzas Militares, marca el inicio del segun-do periodo en el cual paralelamente con las negociaciones del Caguán, los combates con las FARC se incrementan gra-cias al proceso de transformación militar y al Plan Colombia.

En el segundo periodo considerado, que corresponde al cuatrienio Pastrana (1998-2002), la reforma militar, que dotó al Ejército de nuevas capacidades para enfrentar a los grupos guerrilleros, impidió que las FARC alcanzaran el equilibrio estratégico con el Estado y puso limite al uso tác-tico que se habían propuesto dar a la denominada Zona de Distensión (ZD).

Al tiempo que el gobierno negociaba con las FARC, los grupos paramilitares o de autodefensa, que desde los años ochenta tenían una fuerte relación con el narcotráfico, co-menzaron a adquirir mayor protagonismo. En la disputa con este actor por el control de posiciones estratégicas, las FARC recurrieron a prácticas de terror similares a las em-pleadas por los paramilitares, y con ello contribuyeron en forma significativa a degradar del conflicto.

La ruptura del proceso de paz entre el gobierno y las FARC, en febrero de 2002, dio paso a una escalada del conflicto tanto por el incremento de los combates de las Fuerzas Militares como de las acciones del grupo guerrillero orientadas a afectar la gobernabilidad local, mediante ame-nazas contra las autoridades locales, a quienes se forzaba a renunciar.

El tercer periodo entre 2002 y 2006 corresponde al pri-mer gobierno de Álvaro Uribe Vélez. En este lapso se produjo un cambio sin precedentes en la dinámica de la confronta-ción armada, que se expresa en que por primera vez, los combates librados por las Fuerzas Militares superaron de manera sostenida las acciones lanzadas por las FARC.

La decisión de la administración Uribe de reducir mili-tarmente a las FARC, forzó al grupo irregular a retomar de su experiencia inicial los comportamientos propios de la guerra de guerrillas y a optar por el repliegue hacia zonas de refugio, lo cual se expresa en un ostensible descenso de su accionar a nivel global.

Ante su inferioridad militar las FARC tuvieron que limitar sus operaciones a ocupar algunas posiciones estratégicas, que defienden mediante el uso de minas antipersonal. Lo anterior ha resultado especialmente costoso para la Fuerza Pública, que registra un considerable número de víctimas por efecto de la activación de estos artefactos.

La conducta de las FARC durante este periodo se carac-teriza por las acciones intermitentes, ejecutadas por peque-ñas unidades que utilizan la táctica de golpear y correr para eludir el choque directo con la Fuerza Pública. Esta táctica, además de multiplicar los escenarios de la confrontación, dificulta la identificación del enemigo, que en muy pocas ocasiones se presenta como un frente estático.

Adicionalmente, aplicando el principio de economía de fuerza, las FARC buscan reducir al máximo las bajas y los costos de operación, mientras que la Fuerza Pública redo-bla esfuerzos para responder a los ataques en diferentes sitios del país. Lo anterior revela, por otra parte, el propósito del grupo guerrillero de tratar de diluir la ofensiva militar desplegada contra su retaguardia estratégica.

Es incuestionable que durante este periodo se produjo una ruptura en la confrontación armada, en la medida en que la ofensiva de las Fuerzas Militares se traduce en un enorme retroceso de las FARC con respecto a las posiciones conseguidas tras dos décadas de expansión territorial. Las zonas bajo influencia de esta guerrilla vuelven a ser ante todo rurales y en algunos de estos escenarios establecen alianzas con las estructuras armadas que sobrevienen a la desmovili-zación de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Por último, en el período comprendido entre 2007 y 2010, en medio de la tendencia descendente que se im-pone en la intensidad del conflicto, las Fuerzas Militares lo-gran ubicar varios objetivos de alto valor, a lo cual las FARC responden incrementando su accionar.

No obstante que a partir de 2009 las FARC registran paulatinamente un repunte en su accionar, los combates de la Fuerza Pública superan la sumatoria de emboscadas, hostigamientos, ataques a instalaciones militares y sabota-jes a la infraestructura, situación que no ha cambiado en el presente, como se aprecia en los gráficos 2 y 3.

Ante la eficacia de las operaciones militares que en este periodo se expresa en la ubicación de varios objetivos de alto valor, las FARC responden con acciones que buscan de-fender sus zonas de repliegue y evitar que la Fuerza Pública siga golpeando los mandos de la organización.

El recurso a las minas antipersonal y a los francotira-dores demuestra la prevalencia del repliegue en las FARC, mientras que el incremento desde 2009 de los hostiga-mientos, las pequeñas emboscadas y los ataques a insta-laciones de la Fuerza Pública, responde a la necesidad de desconcentrar las operaciones militares que persiguen los objetivos de alto valor, como se aprecia en el gráfico 4.

De otra parte, el descenso en los combates que se re-gistra en este periodo no se puede interpretar como una pérdida de la capacidad militar del Estado. La reducción de

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 9

GRÁFICO 2PARTICIPACIÓN DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS FARC SEGÚN PERIODOS

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GRÁFICO 3EVOLUCIÓN DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM.

Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (PROMEDIO ANUAL POR PERIODO Y PRIMER SEMESTRE DE 2011)

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ACCIONES FARCCOMBATES FF.MM

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GRÁFICO 4EVOLUCIÓN DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM.

Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (1990-2011 junio)

EMBOSCADACOMBATES FF.MM.

ATAQUE A INSTALACIÓNHOSTIGAMIENTO

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GRÁFICO 5EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO ARMADO Y DE LOS

MUNICIPIOS CON ACTIVIDAD DE LAS FARC Y COMBATES DE LAS FF.MM. (1990-2011 junio)

ESCENARIOS DE LOS COMBATES FF.MM.CONFLICTO

MUNICIPIOS PRESENCIA ACTIVA FARC

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la territorialidad de las FARC es el factor que permite expli-car la disminución de los contactos armados por iniciativa de las Fuerzas Militares.

Como se aprecia en el gráfico 5, la territorialidad de las FARC se ha reducido considerablemente. En efecto, la pre-sencia activa del grupo guerrillero que en 2002 se expresa en 377 municipios, en 2010 corresponde a 142 municipios. La consecuencia de la ostensible reducción de la presencia activa de las FARC es la disminución de los combates.

Así mismo, hay que tener en cuenta que a partir de 2009 se registran los mayores índices de combates por municipio. En efecto, si bien es cierto que hay un descenso

GRÁFICO 6

EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO ARMADO Y DEL ÍNDICE DE CONCENTRACIÓN MUNICIPAL DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE

LAS FARC (1990-2011 junio)

ACC/MUN CMBT/MUN CONFLICTO

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de los combates registrados entre 2006, con 1580 en 327 municipios, y 2010, con 986 en 155 municipios, también lo es que la relación de combates registrados por municipio se incrementó pasando de 4.8 en el primer año a 6.4 en el segundo, como se aprecia en el gráfico 6.

Es importante señalar que en el primer semestre de 2011, pese a que las FARC maniobran para tratar de evi-tar que la Fuerza Pública ubique a Guillermo Sáenz Vargas alias ‘Alfonso Cano’, se libraron 529 combates en 129 municipios, frente a 279 acciones del grupo guerrillero en 114 municipios. Se colige de lo anterior que en el primer semestre de 2011 la relación de combates por iniciativa de la Fuerza Pública por municipio (4.1) es casi el doble del índice de acciones de las FARC por municipio (2.4).

No tiene por ello sustento el planteamiento de que haya disminuido el esfuerzo militar contra la guerrilla. Es obvio que el nivel de los combates se reduzca, en un contexto en que las FARC han perdido más de la mitad de su pie de fuerza y del territorio, y por ello también caen los niveles de capturados, abatidos y desmovilizados individuales, que no obstante siguen siendo significativos.

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Primer periodo 1990-1998: Las FARC se reorganizan y comienzan a operar con el propósito de golpear a la Fuerza Pública

La actividad armada de las FARC registró un notable incrementó en 1990, luego de la realización de la quinta cumbre de la CGSB, en la que se acordó la ejecución de acciones contra la Fuerza Pública y la infraestructura eco-nómica del país. La escalada alcanzó su nivel más alto en-tre los meses de noviembre y diciembre con acciones que generaron gran conmoción, como la emboscada tendida a una patrulla de la Policía en el municipio de Algeciras en el departamento del Huila, en la que perdieron la vida un cabo, un agente y seis menores.

Por su parte, las Fuerzas Militares, en 1990 se con-centraron en combatir a las FARC principalmente en el sur oriente del país. En noviembre, culminó la primera etapa de la Operación Centauro, emprendida por la VII Brigada, con el propósito de golpear los campamentos del Estado Mayor del Bloque Oriental (Embo). En diciembre, se llevó a cabo la segunda fase de la Operación Centauro, que permitió a la IV División del Ejército ocupar los campamentos del Se-cretariado de las FARC en el municipio de Uribe (Meta). La operación más importante se realizó el día 9 de diciembre coincidiendo con la elección de los 70 miembros que inte-grarían la Asamblea Nacional Constituyente.

A partir de esta ofensiva de las Fuerzas Militares, las FARC aceleraron su expansión hacia el centro del país y lograron avanzar en el proceso de especialización de sus frentes, así como en la creación de columnas móviles. En 1991, las FARC en respuesta a la ofensiva militar contra su Estado Mayor, escalaron su accionar a niveles nunca antes registrados. Como se observa en el gráfico 7, los meses de enero y febrero corresponden a los picos más elevados. El alto número de acciones y la contundencia de las mismas, así como la diversidad de las zonas afectadas pusieron de presente que las FARC contaban con una territorialidad y poderío militar que las situaba lejos de la etapa inicial de las autodefensas.

En marzo, comenzó a disminuir la ofensiva guerrillera luego de que las FARC y el ELN aceptaran la propuesta de la administración Gaviria de iniciar conversaciones directas

y sin condiciones. En junio la intensidad de la confrontación registra los niveles más bajos, y es justamente este el mo-mento en que se inician los diálogos entre el gobierno y la CGSB en Caracas, Venezuela.

En el segundo semestre de 1991, se produjo una nueva escalada de acciones de las FARC, en momentos en que la Asamblea Nacional Constituyente presentaba la nueva Carta Política y acababa de finalizar la segunda ronda de conversaciones entre el gobierno y los representantes de la CGSB en Caracas3. Las Fuerzas Militares intensificaron las operaciones que se habían iniciado el año anterior en la región de los ríos Duda y Guayabero, con nueve más: Neptuno, Oro Negro, Apolo, Dignidad, Saturno, Luz Blanca, Reconquista y Destrucción. Las operaciones se extendieron a los departamentos de Córdoba, Norte de Santander, An-tioquia, Meta, Caquetá, Bolívar, Arauca y Huila.

No obstante que en el primer semestre de 1992 la acti-vidad de las FARC fue baja, no se puede perder de vista que al finalizar las conversaciones en Caracas, la CGSB había adquirido el compromiso de no atentar contra la población civil, ni realizar acciones de destrucción de la infraestruc-tura. La evidencia disponible muestra que las acciones de sabotaje no cesaron y se continuaron registrando ataques a poblaciones, asesinatos de civiles y secuestros de dirigen-tes políticos, comerciantes y ganaderos.

Ante la imposibilidad de lograr un acuerdo de cese al fuego, el gobierno aceptó continuar las conversaciones en México, mientras que en el país se desarrollaba la confron-tación armada. A partir del mes de mayo, luego de que el gobierno y la CGSB anunciaron en un comunicado conjunto un receso para hacer una evaluación del proceso de paz, se comenzó a afianzar una tendencia ascendente en la con-frontación armada.

En el mes de julio, cerca de 500 hombres del bloque José María Córdoba atacaron la población de Dabeiba (An-tioquia) y combatieron durante varios días con el propósito de aislar la región de Urabá y producir un salto cualitativo pasando de la guerra de guerrillas a la guerra de movimien-tos. Con este ataque, las FARC ratificaron su decisión de privilegiar la acción militar en su estrategia de combinación de las formas de lucha.

Lo acontecido hizo que el gobierno cerrara la posibili-dad de reanudar los diálogos con la CGSB. La escalada de la guerrilla adquirió mayor fuerza luego de que el gobierno

3 La escalada de acciones armadas, según los voceros de la guerrilla expresó el descontento con la nueva carta política que no contó en su redacción con la participación de la CGSB que sostenía negociaciones con el gobierno. Alias ‘Alfonso Cano’ tocó el punto en la instalación de una nueva ronda de conversa-ciones en Caracas el 4 de septiembre de 1991.

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decretara, el 8 de noviembre, el Estado de Conmoción In-terior, a raíz del ataque perpetrado por el frente 32 de las FARC a un complejo petrolero en Orito (Putumayo), en el que perdieron la vida 26 policías. Las acciones terroristas que se hicieron sentir unos días después de que se adop-taran medidas excepcionales para enfrentar la escalada guerrillera, se expresaron en las principales ciudades del país mediante el incendio de automotores y la activación de artefactos explosivos.

En 1993, en el marco de la denominada guerra integral contra la guerrilla, se triplicó la capacidad de combate de la Fuerza Pública con respecto a 1990, se duplicó en relación con 1991 y fue mayor a la de 1992, año en el que ya se habían producido avances en el fortalecimiento de la capa-cidad operativa y de inteligencia.

Ante el propósito gubernamental de reducir militarmen-te a la guerrilla, las FARC recurrieron al repliegue táctico de sus estructuras y de aquí que se haya producido una osten-sible reducción de su accionar en 1993. En este año com-parativamente con los tres anteriores, se registró el menor número de acciones de sabotaje contra la infraestructura económica del país y también se redujeron las embosca-das, los hostigamientos y los ataques contra instalaciones de la Fuerza Pública.

En medio del repliegue táctico, las FARC realizaron la Octava Conferencia, a fin de reagrupar sus frentes en sie-te bloques bajo el mando de un miembro del Secretariado. Con esta reorganización, las FARC se preparaban para lle-var a cabo acciones contundentes en contra de la Fuerza Pública.

Entre los meses de enero y agosto de 1994, pese a que la ofensiva del Ejército contra los grupos guerrilleros se

GRÁFICO 7 EVOLUCIÓN DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (Septiembre 1990 / Agosto 1998)se

poc

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0

ATAQUE A INSTALACIÓN ATAQUE A POBLACIÓN HOSTIGAMIENTO COMBATES FF.MM.SABOTAJEEMBOSCADA

mantuvo, se produce un incremento de la actividad de las FARC con especial énfasis en los meses en que se llevaron a cabo los comicios electorales para el Congreso en marzo y la Presidencia en mayo, pero principalmente en la coyuntu-ra de cambio de gobierno, hacia finales de julio y la primera semana de agosto. En este lapso, la actividad de la guerrilla registró uno de sus picos más elevados con el propósito de “despedir” al Presidente Gaviria y hacer una demostración de poderío al nuevo gobierno.

En el gobierno de Ernesto Samper, entre 1994 y 1998, las FARC lograron avanzar en la ejecución de su “plan estratégico” concebido en la Séptima Conferencia de 1982 y renovado en la Octava Conferencia de 1993, con el propósito de conformar un ejército regular, con-trolar territorios y rodear las grandes ciudades. En este lapso, las FARC recurrieron al secuestro para conseguir su fortalecimiento estratégico y económico. Los plagios comenzaron a crecer debido a los secuestros masivos de miembros de la Fuerza Pública y los secuestros políticos y extorsivos económicos.

A partir del 7 de agosto de 1994, el accionar de las FARC empezó a disminuir y se ubicó en un nivel que contrasta con el registro de la primera semana del mes de agosto, antes de producirse el cambio de gobierno. Este cambio en la con-ducta del grupo guerrillero se produjo, coincidiendo con la presentación de la política de paz y las primeras manifes-taciones de los grupos alzados en armas en el sentido de acoger la iniciativa del Gobierno Samper.

En el mes de octubre, en el momento en que se llevaron a cabo las elecciones para alcaldías, concejos y gobernacio-nes en todo el país, las acciones armadas por iniciativa de las FARC mostraron un leve repunte. No obstante que en los

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meses subsiguientes la actividad armada de las Farc fue baja, en noviembre tendieron una emboscada en Puracé (Cauca) en la que perdieron la vida nueve agentes de la Policía y dos civiles.

En 1995, mientras que la iniciativa en la confrontación armada fue asumida por las Fuerzas Militares, las FARC incrementaron en forma ostensible la presión sobre la población civil. De aquí que los asesinatos superaran los registros de años anteriores. Los hechos más graves tuvie-ron lugar en Urabá; en donde los asesinatos de dirigentes y simpatizantes adscritos a Esperanza, Paz y Libertad, movi-miento político surgido del proceso de paz con el EPL, se in-crementaron debido a la persecución de que fueran objeto los Esperanzados por parte de las FARC y la disidencia lide-rada por Francisco Caraballo. El incremento de la violencia en Urabá también obedeció a la arremetida paramilitar que contó con el apoyo de sectores de los desmovilizados agru-pados en los llamados Comandos Populares, para obligar a las FARC a replegarse.

Tras el rechazo de las FARC a la iniciativa de paz adu-ciendo que el presidente no contaba con la autoridad necesaria para adelantar las negociaciones sumado al asesinato en Bogotá del dirigente conservador Álvaro Gó-mez Hurtado, el gobierno declaró el Estado de Conmoción Interior, con el propósito de adoptar medidas excepciona-les, encaminadas a combatir los factores de perturbación del orden público.

En 1996, se estableció el punto de partida de la más fuerte arremetida de las FARC contra la Fuerza Pública, que le permitió al grupo guerrillero exhibir una nueva forma de operación, derivada de la acumulación de experiencia en la preparación y conducción táctica de los ataques.

La ofensiva de las FARC se inició en abril con un ataque a Puerres (Nariño). Posteriormente en el mes de agosto, coincidiendo con las marchas de protesta contra la fumiga-ción de cultivos ilícitos en Putumayo, Caquetá y Guaviare, las FARC atacaron la base militar de Las Delicias (Putuma-yo). En el desarrollo de esta acción, murieron 27 militares, 17 fueron heridos y 60 más fueron secuestrados.

En septiembre, se registró la situación más grave. En quince departamentos, las FARC mediante amenazas y la quema de vehículos que afectaron el transporte, generaron serios problemas de abastecimiento. En la escalada de la guerrilla, 30 militares resultaron muertos en el ataque a la base militar de La Carpa (Guaviare).

En 1997, la base naval de Juradó (Antioquia) fue ataca-da en enero y posteriormente en diciembre la base militar de Patascoy (Nariño). Por su parte, las Fuerzas Militares desplegaron las operaciones Destructor I y II para ubicar

objetivos de alto valor en Meta, Caquetá y Huila. Después de intensos ataques aéreos y combates, el gobierno reco-noció no haber logrado neutralizar a ninguno de los inte-grantes del Secretariado. Es importante destacar que en los meses previos a la realización de comicios electorales del mes de octubre, las FARC presionaron la renuncia de candidatos a los concejos y alcaldías en el 10% de los mu-nicipios del país.

En 1998, el Ejército sufrió un duro revés en su empeño de debilitar la retaguardia estratégica del bloque sur; en el mes de marzo las FARC lograron tomar por sorpresa a las tropas de la Brigada Móvil No. 3 en la vereda El Billar de Cartagena del Chairá (Caquetá), ocasionando la muerte de medio centenar de soldados profesionales y el secuestro de 43 más. Posteriormente, en agosto, las FARC atacaron las bases de la Policía en Miraflores (Guaviare) y Uribe (Meta), así como las instalaciones del Ejército en Pavarandó (Ura-bá); en desarrollo de estas acciones murieron cerca de 100 personas entre uniformados y civiles y fue secuestrado un centenar de miembros de la Fuerza Pública.

El mayor éxito en la ejecución de su “plan estratégico” lo consiguieron las FARC en el momento en que el proceso de paz propuesto por el Gobierno Pastrana se comenzaba a abrir paso contando con el respaldo de amplios sectores de la sociedad que veían la negociación como la única forma de impedir que la guerrilla lograra sus propósitos por la vía armada. En noviembre de 1998, Mitú, capital del departa-mento de Vaupés, fue tomada por asalto en una acción que produjo la muerte de 16 miembros de la Fuerza Pública y el secuestro de 61 más.

En este primer periodo el balance de fuerza, que es des-favorable al Estado, tuvo el agravante de que la tendencia ascendente en los combates de las Fuerzas Militares con las FARC a partir del fracaso de las negociaciones en el Gobierno Gaviria, se invirtió a partir de mediados de 1997 cuando comienzan a caer en picada hasta julio de 1998.

La relación de fuerzas se expresa en que en promedio por año las Fuerzas Militares libraron 296 combates con las FARC, mientras que el grupo guerrillero realizó 391 acciones armadas. Los combates que parten de la iniciativa de las FF.MM. representan el 43% de los eventos de la confronta-ción armada, mientras que las acciones por iniciativa de las FARC tienen una mayor participación que representa 20% en sabotajes a la infraestructura, 14% en hostigamientos, 8% en emboscadas, 4% en ataques a poblaciones, 3% en ata-ques a instalaciones militares y de la Policía, 3% en asaltos a entidades, 3% en piraterías terrestres y 2% en retenes.

Como se observa en el gráfico 8, los combates que las Fuerzas Militares libraron con las FARC superan la iniciativa

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 13

del grupo guerrillero en tan solo cinco departamentos: An-tioquia, Caquetá, Córdoba, Choco y Quindío. A pesar de que las acciones de las FARC superan los combates por inicia-tiva de las FF.MM. en la gran mayoría de los departamen-tos del país, cabe señalar que al comparar los índices de contactos y acciones por municipio, como se muestra en el gráfico 9, se tiene que existe una mayor concentración de los combates frente a las acciones de la guerrilla en trece departamentos: Meta, Caquetá, Antioquia, Bolívar, Córdo-ba, Casanare, Cundinamarca, Norte Santander, Guajira, Quindío y Amazonas.

GRÁFICO 8RELACION ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (PROMEDIO ANUAL

1990-1998 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

ANTIOQUIACAQUETÁ

CÓRDOBACHOCÓ

QUINDÍOVICHADAGUAINÍA

AMAZONASVAUPÉS

RISARALDAATLÁNTICO

GUAJIRACALDASSUCRE

BOGOTÁ D.C.NORTE SANTANDER

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CASANAREARAUCABOYACÁ

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CAUCACUNDINAMARCA

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0 20 40 60 80

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

GRÁFICO 9

COMPARACIÓN DEL ÍNDICE DE COMBATES DE LAS FF.MM. Y ACCIONES DE LAS FARC POR MUNICIPIO

(PROMEDIO ANUAL 1990-1998 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

ARAUCA META

CAQUETÁ ANTIOQUIA

BOLÍVAR CÓRDOBA

CASANARE CUNDINAMARCA

CHOCÓNORTE SANTANDER

GUAJIRA QUINDÍOGUAINÍA

AMAZONASVAUPÉS

RISARALDASUCRE

ATLÁNTICOCALDASNARIÑO TOLIMA

VICHADA BOYACÁCESAR HUILA

CAUCA SANTANDER

VALLE MAGDALENA

PUTUMAYO BOGOTÁ D.C.

GUAVIARE0 2 4 6 8 10

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

En el mapa 1 (página siguiente) se observa que en el periodo 1990-1998, el escenario de la confrontación armada corresponde a 163 municipios en promedio por año. Si por otra parte, se considera el balance de fuerzas a nivel municipal en promedio por año, se corrobora que es favorable a las FARC, cuyo nivel de acción supera los combates en 96 municipios, mientras que los combates sobresalen frente a las acciones de la guerrilla en 59 mu-nicipios. Cabe anotar que en cero municipios coinciden el número de acciones y combates.

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Segundo periodo 1998-2002: En medio de las negociaciones del Caguán la Fuerza Pública se transforma y aumenta la capacidad de combate contra las FARC

Si bien es cierto que el asalto a Mitú, en 1998, repre-sentó para las FARC su logro más importante, la recupera-ción del control de esta capital de departamento en poco tiempo mediante una operación conjunta de la Policía y las Fuerzas Militares, marca el inicio de una serie de opera-ciones exitosas contra las FARC, resultado del proceso de transformación militar llevado a cabo en el Gobierno Pas-trana, mientras que en el Caguán se adelantaban las con-versaciones con el grupo guerrillero.

En este periodo las Fuerzas Militares fueron sometidas a un proceso de profundo cambio en los ámbitos institucio-nal, doctrinario y tecnológico, que se expresó en la profesio-nalización del Ejército, la adecuación de la doctrina militar a las realidades del conflicto interno, la mayor efectividad en el planeamiento y conducción de las operaciones, la adop-ción de un concepto operacional proactivo, ofensivo y móvil, y el mejoramiento en inteligencia, tecnología y en las estruc-turas de comando, control y comunicaciones.

La reforma militar que dio al Estado nuevas capacidades para combatir a los grupos irregulares, impidió que las FARC avanzaran en su “plan estratégico” y utilizaran de manera táctica el escenario de las conversaciones, como se había propuesto el grupo guerrillero desde el momento en que se creó la Zona de Distensión (ZD) en el área correspondiente a los municipios de San Vicente del Caguán en Caquetá y Uribe, Mesetas, Vistahermosa y La Macarena en Meta4.

MAPA 1RELACIÓN ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS

FARC (PROMEDIO ANUAL 1990–1998 SEGÚN MUNICIPIOS)

META

VICHADA

AMAZONAS

CAQUETA

GUAINIA

VAUPESC

HO

CO

ANTIOQUIA

GUAVIARENARIÑO

CAUCA

CASANARE

CES

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BOLIVAR

ARAUCA

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CO

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GUAJIRA

PUTUMAYO

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SUCRE

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CUNDINAMARCA

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NORTE DE SANTANDER

RISARALDA

ATLANTICO

ARCH. SAN ANDRES

QUINDIO

Balance de Fuerzas1990_1998

Favorabilidad a las FARC

Empate

Favorabilidad a las FF.MM.

Ninguno

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 15

La intensión de dar un uso táctico a la ZD se evidenció en julio de 1999, con posterioridad al inicio de las negociacio-nes, a partir de la escalada de acciones de las FARC. En este momento la ZD fue utilizada como plataforma de los ataques lanzados hacia los municipios ubicados en los alrededores.

Las acciones en Caquetá tuvieron como escenario prin-cipal los municipios de El Doncello y Puerto Rico, donde lue-go de retomar la iniciativa, las Fuerzas Militares causaron 40 bajas en las filas de las FARC, mientras que un número aproximado de 37 agentes de la Policía fueron registrados como desaparecidos. Simultáneamente, en Valparaíso, la Policía repelió un ataque de las FARC que se proponían to-marse la población; en desarrollo de los combates murieron dos agentes y varios civiles. Paujil también fue escenario de combates. En Meta, las acciones se registraron en ju-risdicción de los municipios de Puerto Lleras y Puerto Rico, donde los puestos de la Policía fueron atacados, mientras que el apoyo del Ejército permitió dar de baja un número elevado de guerrilleros. En San José del Guaviare, la base antinarcóticos fue hostigada con cilindros de gas cargados con explosivos y utilizados como morteros, la respuesta de la Fuerza Pública causó la muerte a varios de los atacantes.

Estas acciones pusieron al descubierto el propósito de las FARC de avanzar en su “plan estratégico” mientras se llevaban a cabo las conversaciones con el gobierno en el Caguán. La escalada de la guerrilla buscaba, en primer lu-gar, contribuir al desgaste del gobierno que era blanco de fuertes críticas en torno al manejo de la ZD. En segundo lugar, ampliar el dominio territorial del grupo guerrillero a partir de la ZD, donde concentró un componente de histó-rica importancia. En tercer lugar, romper el cerco que los paramilitares habían tendido desde la zona San Martín-Granada-San Juan de Arama y Fuente de Oro en el Meta.

Como se aprecia en el gráfico 10, paulatinamente las Fuerzas Militares van recuperando la iniciativa en la confron-tación gracias al incremento en la movilidad y la mayor capa-cidad de reacción aérea para contrarrestar los ataques de las FARC. A los reveses sufridos por las FARC en julio de 1999 en Puerto Rico (Caquetá) y Puerto Lleras (Meta) se sumó en agosto, una operación de la Fuerza Aérea en Hato Corozal (Casanare), en la que fueron dados de baja 45 guerrilleros.

Hacia finales del año 2000, en el municipio de Suratá (Santander) la Fuerza Pública desarticuló una columna de las FARC que había partido de la ZD con el propósito de recu-perar territorios bajo control paramilitar en el Magdalena Me-

dio. En el desarrollo de esta operación, fueron dados de baja 72 guerrilleros y 136 más fueron capturados. Así mismo, el cerco tendido por el Ejército en la región del Sumapaz, corre-dor estratégico de las FARC entre la ZD y Bogotá, produjo in-tensos combates con saldo de 16 guerrilleros dados de baja.

En febrero de 2001, la operación Gato Negro, desplega-da en el departamento de Vichada, permitió la captura del narcotraficante brasilero Fernandiño protegido por las Farc, la baja de 19 guerrilleros y la captura de 29 más. Posterior-mente, en mayo, se llevó a cabo la operación Tsumaní en Nariño, que produjo la baja de 12 integrantes del frente 29. Durante el mes de agosto, las Fuerzas Militares lograron asestar otro duro golpe a las Farc en el suroriente colombia-no, con la interceptación de la columna Juan José Rondón que había partido de la ZD, con el propósito de tomar por asalto a Barrancominas (Guainía).

Para tratar de compensar su inferioridad militar, las FARC atacaron sistemáticamente poblaciones para destruir los puestos de la Policía y debilitar la presencia estatal en escenarios donde buscaron ampliar su influencia. La rea-lización de los ataques contra la Policía se convirtió en un propósito estratégico inscrito en el desarrollo de planes dis-puestos a lograr el control de zonas específicas.

Entre otros objetivos de los ataque, las FARC buscaban compensar la pérdida de acceso al mar por el Golfo de Ura-bá, posición sobre la cual los grupos paramilitares logra-ron el dominio y control a partir de la segunda mitad de los años noventa. En efecto, la localización de los ataques

4 El 14 de octubre de 1998 se estableció, mediante la Resolución presidencial No. 85, la Zona de Distensión que abarcaba un total de 42.129 kilómetros cuadrados. El 7 de noviembre, la zona entró en vigencia y las Fuerzas Armadas recibieron la orden presidencial de retirarse.

GRÁFICO 10EVOLUCIÓN DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM.

Y LAS ACCIONES DE LAS FARC(Septiembre 1998 / Agosto 2002)

HOSTIGAMIENTO COMBATES FF.MM.SABOTAJEATAQUE A INSTALACIÓN ATAQUE A POBLACIÓN EMBOSCADA

sep

oct

nov

dic

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- 99

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rm

ay jun jul

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0

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evidenciaba el propósito de crear un corredor entre los de-partamentos del suroriente y la costa Pacífica, cruzando por municipios de Huila, Tolima, Valle, Cauca y Nariño.

Las tensiones creadas por el evidente interés de las FARC de dar un uso táctico a la ZD, llevaron a la intensifica-ción de la confrontación armada en el sur del país. A partir de 2001, la presión militar contra las FARC fue cada vez más fuerte en Meta y Caquetá. Ante la clara superioridad militar del Estado, que bloqueó las posibilidades de am-pliar el dominio territorial de las FARC, el grupo guerrillero perdió interés en la ZD. Los representantes de la guerrilla argumentaron que los controles militares puestos por el go-bierno en la zona periférica de la ZD constituían el mayor obstáculo para continuar con las conversaciones, lo que llevó a que el 9 de enero de 2002 solicitaran al gobierno 48 horas para evacuar la ZD.

A partir de ese momento, el Ejército entró en alerta máxima y se inició la movilización de 7.000 soldados hacia la ZD, lo que hizo que las FARC iniciaran una escalada de acciones que en un principio tuvo su principal epicentro en los departamentos de Meta y Caquetá. Mediante la realiza-ción principalmente de sabotajes, la guerrilla buscó que las tropas concentradas en las salidas de la ZD tuvieran que

atender la alteración del orden público que se empezaba a registrar en muchos puntos de la geografía nacional.

La agonía del proceso de paz se produjo en medio de grandes esfuerzos de las FARC para ganar tiempo y lograr poner a salvo sus mandos. Finalmente, el 20 de febrero, luego de que en horas de la mañana un comando de las FARC perpetrara el secuestro de un vuelo comercial que cumplía la ruta Neiva-Bogotá, el presidente Pastrana anun-ció formalmente el fin del proceso de paz.

Dos días después de producirse la ruptura del proceso de paz y en medio de una fuerte intensificación del conflic-to, la candidata presidencial Ingrid Betancourt y su asesora Clara Rojas que se dirigían hacia San Vicente del Caguán, fueron secuestradas por guerrilleros del frente 15 en un re-tén establecido en el sitio El Cinco entre los municipios de El Paujil y La Montañita.

En este segundo periodo, a pesar de la notable recupe-ración de la capacidad de combate de las Fuerzas Militares, que en 1998 había sufrido una fuerte caída, las acciones de la guerrilla se elevaron en una proporción un poco ma-yor, y por ello el balance de fuerzas en la confrontación con-tinuó a favor a las FARC.

GRÁFICO 11RELACION ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (PROMEDIO ANUAL

1999-2002 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

ANTIOQUIAMETA

SANTANDER GUAVIARE

QUINDÍO CÓRDOBA

GUAINÍAAMAZONASATLÁNTICO

VAUPÉSBOGOTÁ D.C.

VICHADA GUAJIRA

RISARALDA NORTE SANTANDER

CALDASSUCRE CESAR

MAGDALENABOLÍVAR

CASANAREVALLE

CHOCÓ PUTUMAYO

TOLIMABOYACÁ

HUILA NARIÑO

CAQUETÁCAUCA

CUNDINAMARCA ARAUCA

0 20 40 60 80

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

GRÁFICO 12

COMPARACIÓN DEL ÍNDICE DE COMBATES DE LAS FF.MM. Y ACCIONES DE LAS FARC POR MUNICIPIO

(PROMEDIO ANUAL 1999-2002 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

GUAVIARE PUTUMAYO

VAUPÉS VICHADA

ANTIOQUIA GUAINÍA

SANTANDER CUNDINAMARCA

GUAJIRA QUINDÍO

CÓRDOBA AMAZONAS ATLÁNTICO

BOYACÁ NORTE SANTANDER

TOLIMA SUCRE VALLE

BOLÍVAR NARIÑO CALDAS CESAR HUILA

CASANARE CAUCA CHOCÓ

RISARALDAMAGDALENA

CAQUETÁ BOGOTÁ D.C.

META ARAUCA

0 2 4 6 8 10 12

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 17

En efecto, mientras que los combates aumentaron en un 68% con respecto al periodo anterior al pasar de 296 a 498 en promedio por año, las acciones de las FARC crecie-ron en un 86% al pasar de 391 a 728 en promedio por año.

La relación de fuerzas desfavorable a las FF.MM. se expresa en que los combates representan el 41% de las acciones de la confrontación armada, frente a la mayor par-ticipación del accionar de las FARC representada un 19% en sabotajes a la infraestructura, 14% en hostigamientos, 10% en piraterías terrestres, 5% en retenes, 4% en ataques a instalaciones militares y de la Policía, 3% en emboscadas, 3% en ataques a poblaciones y 1% en asaltos a entidades.

Como se observa en el gráfico11, los combates que las Fuerzas Militares libraron con las FARC superan la iniciati-va del grupo guerrillero en siete departamentos: Antioquia, Caquetá, Córdoba, Choco, Quindío, Vichada y Guainía. Cabe señalar que los departamentos donde la relación de fuer-zas es favorable a las FF.MM., se incrementaron con res-

pecto al periodo anterior en el que sólo aparecían los cinco primeros.

A pesar de que las acciones de las FARC superan los com-bates por iniciativa de las FF.MM. en la gran mayoría de los departamentos del país, la comparación de los índices de con-tactos y acciones por municipio, que se presenta en el gráfico 12, muestra que existe una mayor concentración de los com-bates frente a las acciones de la guerrilla en once departamen-tos: Guaviare, Putumayo, Vaupés, Vichada, Antioquia, Guainía, Santander, Cundinamarca, Guajira, Quindío y Córdoba.

En el mapa 2, se muestra que en el periodo 1999-2002, el escenario de la confrontación armada corresponde a 292 municipios en promedio por año. En lo concerniente al balance de fuerzas, se corrobora que es favorable a las FARC, cuyo nivel de acción supera los combates en 189 mu-nicipios, mientras que los combates sobrepasan las accio-nes de la guerrilla en 88 municipios. Cabe anotar que en 15 municipios coinciden el número de acciones y combates.

MAPA 2RELACIÓN ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM Y LAS ACCIONES DE LAS

FARC (PROMEDIO ANUAL 1999–2002 SEGÚN MUNICIPIOS)

META

VICHADA

AMAZONAS

CAQUETA

GUAINIA

VAUPES

CH

OC

O

ANTIOQUIA

GUAVIARENARIÑO

CAUCA

CASANARE

CES

AR

TOLI

MA

HUILA

BOLIVAR

ARAUCA

BOYACA

SANT

ANDE

R

CO

RD

OB

A

GUAJIRA

PUTUMAYO

MA

GD

ALE

NA

SUCRE

CALDAS

CUNDINAMARCA

VALLE DEL CAUCA

NORTE DE SANTANDER

RISARALDA

ATLANTICO

ARCH. SAN ANDRES

QUINDIO

Balance de Fuerzas1999_2002

Favorabilidad a las FARC

Empate

Favorabilidad a las FF.MM.

Ninguno

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Tercer periodo 2002-2006: La Política de Seguridad Democrática lleva a un cambio en la correlación de fuerzas

Durante este periodo se produjeron cambios sin prece-dentes en la dinámica de la confrontación, expresados prin-cipalmente en el aumento de la capacidad de combate de las Fuerzas Militares que invirtió la relación de fuerzas con las FARC, obligando al grupo guerrillero a reducir de manera muy significativa su accionar armado y presencia territorial. Esta situación, que parece irreversible, se produjo gracias al proceso de transformación de la Fuerza Pública iniciado en la administración Pastrana y profundizado en el gobier-no de Álvaro Uribe5.

En el primer Gobierno Uribe se diseñó y llevó a la prác-tica la Política de Defensa y Seguridad Democrática que priorizó el desmantelamiento de los grupos armados irregu-lares mediante el desarrollo de grandes operaciones milita-res sostenidas en el tiempo. Como se observa en el gráfico 13, el escalamiento del conflicto armado en este periodo se produjo, principalmente como resultado de los comba-tes librados por la Fuerza Pública y no como consecuencia de las acciones de las FARC, que presentan una tendencia descendente.

El mayor esfuerzo militar dirigido contra las FARC co-mienza a producir un quiebre en la dinámica de la confron-tación a partir de la declaración de la región de Montes de María y el departamento de Arauca como Zonas de Rehabi-litación y Consolidación, en septiembre de 2002.

En el Oriente antioqueño, la operación Marcial desple-gada en 2003, le permitió al Ejército retomar la iniciativa en la lucha contra la guerrilla, lo cual se expresó en un alto número de combates librados contra los frentes 9 y 47 de las FARC. La contundencia de la ofensiva, expresada en un alto número de bajas y capturas y de entregas voluntarias, forzó el repliegue de las estructuras armadas al occidente antioqueño, el oriente de Caldas y el norte del Tolima.

En Cundinamarca la retaguardia de las FARC fue fuer-temente golpeada por el Ejército en 2003 en desarrollo de la operación Libertad I que permitió dar de baja a cinco co-mandantes, entre ellos a Carlos Arturo Osorio Velásquez, alias ‘Marco Aurelio Buendía’. Los frentes 42, 22, 53, 54 y la columna Reinaldo Cuéllar salieron del departamento

ante la ofensiva militar que se expresó en el elevado núme-ro de combates, bajas y capturas.

Entre 2004 y 2006 se desplegó el “Plan Patriota” cuyo objetivo principal fue el de recuperar el control de una ex-tensa área del sur y oriente del país, considerada la reta-guardia estratégica de las FARC. El teatro de operaciones del “Plan Patriota” corresponde al escenario donde más guerrilleros fueron abatidos en desarrollo de los combates y donde las FARC fueron afectadas en su logística y principal fuente de recursos.

La contundencia de la ofensiva militar en este periodo obligó a las FARC a modificar sus tácticas para tratar de compensar su inferioridad. El modus operandi de esta gue-rrilla se comienza a caracterizar por la realización de accio-nes intermitentes a través de pequeños grupos que utilizan la táctica de golpear y correr, buscando reducir al máximo sus bajas y costos de operación.

Las FARC retoman de su experiencia los comportamien-tos propios de la guerra de guerrillas, que ante todo se orientan a evitar los contactos directos con el Ejército y en cambio optan por el aguijonamiento del enemigo, al cual buscan desconcertar y desgastar mediante constantes hos-tigamientos y pequeñas emboscadas. Así mismo, las FARC tienen que limitar sus propósitos a defender sus posiciones estratégicas, recurriendo a la siembra de minas antiper-sonal para evitar las ofensivas militares y la erradicación manual de cultivos de coca en regiones como el Nudo de Paramillo, Oriente antioqueño, Nariño y Meta.

La conducta de las FARC sigue el principio de econo-mía de fuerza, y por ello se incrementan las acciones que implican un mínimo esfuerzo militar. Con esta conducta, se buscaba agotar física y moralmente a las Fuerzas Mili-tares, mediante la realización de acciones que multiplican los escenarios de la confrontación y dificultan la identifica-ción del enemigo que en muy pocas ocasiones se presenta como un frente estático. Tal como se observa en el gráfico 13, los sabotajes hostigamientos y las emboscadas a las patrullas del Ejército y la Policía, fueron las acciones más recurrentes.

Las tendencias de la confrontación en este periodo evi-dencian que para las FARC, el control de zonas de carácter estratégico es prioritario ante la imposibilidad de defender amplios dominios territoriales. De aquí el cambio en los movimientos y las formas de operar que buscan evitar a toda costa los combates con las Fuerzas Militares, y al mis-

5 La estrategia contrainsurgente ha contado sobre todo con el apoyo del Plan Colombia de Estados Unidos. Colombia también ha recibido asistencia técnica militar y de seguridad de otros países, entre éstos el Reino Unido e Israel.

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 19

GRÁFICO 13EVOLUCIÓN DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM.

Y LAS ACCIONES DE LAS FARC(Septiembre 2002 / Agosto 2006)

HOSTIGAMIENTO COMBATES FF.MM.SABOTAJEATAQUE A INSTALACIÓN ATAQUE A POBLACIÓN EMBOSCADA

sep

oct

nov

dic

ene

- 03

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago sep

oct

nov

dic

ene

- 04

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago sep

oct

nov

dic

ene

- 05

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago sep

oct

nov

dic

ene

- 06

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago

250

200

150

100

50

0

mo tiempo tratar de desgastar a su oponente, acudiendo a las prácticas descritas, así como al asesinato selectivo de policías y soldados (Plan pistola). De esta forma, las FARC adoptan una estrategia eminentemente defensiva para evi-tar recibir más golpes.

Una serie de hechos ocurridos a partir en 2005, evi-dencia el propósito de las FARC de ir en contravía de la estrategia del Estado. En efecto, mientras que las Fuerzas Militares se propusieron como objetivo principal lograr el control territorial del suroriente del país, las FARC buscaron el dominio estratégico de zonas que garantizara su supervi-vencia, como el Pacífico o el Catatumbo.

La actividad de las FARC en estos escenarios pretende diluir el mayor esfuerzo militar desplegado contra su núcleo histórico en suroriente del país y por ello insisten en mul-tiplicar los escenarios de confrontación. De aquí la ola de “paros armados” impuestos por las FARC en plena coyuntu-ra electoral de 2006 (Chocó, Guaviare, Caquetá, Huila, Pu-tumayo y Nariño), los ataques contra civiles (Huila y Meta) y contra la Fuerza Pública (Córdoba, Nariño, Putumayo, San-tander, Norte de Santander y Cesar).

Cabe mencionar algunas de las acciones que se regis-traron en 2005: • El 1 de febrero, en una acción realizada por las FARC,

dieciséis integrantes de la infantería de marina perdie-ron la vida y otros 25 resultaron heridos en Iscuandé (Nariño). En menos de una semana, luego de lo ocurrido en Nariño, murieron diecinueve soldados y un oficial en una emboscada en Mutatá (Antioquia).

• El 5 de abril una emboscada tendida a una patrulla en la via Fortul-Tame (Arauca) dejó dieciocho uniformados muertos. El 14 de abril, unos 150 guerrilleros del fren-te 6 y la columna móvil Jacobo Arenas atacaron el mu-nicipio de Toribío (Cauca), causando la muerte de tres

policías y un niño y la destrucción de varios edificios públicos.

• El 24 de mayo, miembros de las FARC asesinaron a cua-tro integrantes así como al secretario del Concejo Muni-cipal de Puerto Rico (Caquetá).

• El 31 de julio murieron a manos del grupo armado sie-te campesinos y 25 personas más fueron reportadas como desaparecidas en San Miguel (Putumayo).

• El 2 de octubre, el ataque a un grupo de erradicadores de cultivos de coca cobró la vida de tres de sus integran-tes en Vistahermosa (Meta).

En este tercer periodo, debido a que la iniciativa militar contra las FARC se incrementó en un 150% con respecto al periodo anterior, al pasar de 498 a 1248 combates en promedio por año y a que se logró una amplia superioridad frente a las acciones de la guerrilla, el balance de fuerzas es favorable al Estado. Por su parte, las FARC alcanzan en este periodo su máximo nivel de actividad armada al pasar de 728 a 815 acciones en su mayoría sabotajes contra la infraestructura y hostigamientos a la Fuerza pública.

La relación de fuerzas por primera vez favorable a las FF.MM. se expresa en que los combates representan el 60% de las acciones de la confrontación armada, frente a la menor participación del accionar de las FARC represen-tada 17% en sabotajes a la infraestructura, 11% en hosti-gamientos, 4% en ataques a instalaciones militares y de la Policía, 4% en emboscadas, 3% en piraterías terrestres y 1% en ataques a poblaciones.

Como se observa en el gráfico 14, los combates que las Fuerzas Militares libraron con las FARC superan la ini-ciativa del grupo guerrillero en veinticinco departamentos: Antioquia, Meta, Caquetá, Tolima, Arauca, Cundinamarca, Huila, Cesar, Bolívar, Magdalena, Caldas, Guajira, Casana-re, Sucre, Boyacá, Choco, Guaviare, Santander, Córdoba, Risaralda, Quindío, Vichada, Guainía, Atlántico y Amazonas. Es muy notorio el incremento de los departamentos donde la relación de fuerzas es favorable a las FF.MM. con respec-to al periodo anterior en el que sólo aparecían siete.

La comparación de los índices de contactos y acciones por municipio, que se presenta en el gráfico 15, muestra que existe una mayor concentración de los combates frente a las acciones de la guerrilla en veinte departamentos, que en buena medida corresponden con los escenarios donde la iniciativa de las FF.MM. supera el accionar de las FARC.

Durante este tercer periodo, la geografía de la confron-tación armada experimenta cambios muy importantes com-parativamente con los dos periodos anteriores. Las Fuerzas Militares combaten a las FARC en múltiples escenarios, que

20 • www.ideaspaz.org/publicaciones •

incluyen las zonas donde históricamente el grupo armado concentró su mayor poderío militar y económico, así como en las áreas centrales de gran importancia estratégica.

En el mapa 3, se aprecia la mayor extensión del esce-nario de la confrontación armada que se registra en este periodo con 321 municipios en promedio por año. En lo concerniente al balance de fuerzas a nivel municipal, se corrobora que es favorable a las FF.MM, a través de los combates que superan las acciones de las FARC en 204 municipios, mientras que el accionar de esta guerrilla es superior a los contactos en 90 municipios. Cabe anotar que en 27 municipios coinciden el número de acciones y com-bates.

GRÁFICO 14RELACION ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (PROMEDIO ANUAL

2003-2006 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

ANTIOQUIAMETA

CAQUETÁ TOLIMA ARAUCA

CUNDINAMARCA HUILA

CESAR BOLÍVAR

MAGDALENA CALDAS GUAJIRA

CASANARE SUCRE

BOYACÁ CHOCÓ

GUAVIARE SANTANDER

CÓRDOBARISARALDA

QUINDÍO VICHADA GUAINÍA

ATLÁNTICO AMAZONAS

BOGOTÁ D.C. VAUPÉS

NORTE SANTANDERPUTUMAYO

VALLE NARIÑO

CAUCA 0 50 250200150100

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

GRÁFICO 15

COMPARACION ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y ACCIONES DE LAS FARC POR MUNICIPIO

(PROMEDIO ANUAL 2003-2006 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

ARAUCA META

CAQUETÁ MAGDALENA

ANTIOQUIA VICHADA

GUAVIARE CESAR

CALDAS TOLIMA

GUAJIRA CÓRDOBA

RISARALDA GUAINÍA QUINDÍO BOYACÁ

CUNDINAMARCA SANTANDER

ATLÁNTICO AMAZONAS

CHOCÓ SUCRE

CASANARE BOLÍVAR

HUILA BOGOTÁ D.C.

NORTE SANTANDERNARIÑOVAUPÉS CAUCAVALLE

PUTUMAYO 0 2 128 0064

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 21

Cuarto periodo 2007-2010: Las Fuerzas Militares logran ubicar varios objetivos de alto valor a lo cual las FARC responden incrementando su accionar

En este período, se impone una tendencia descen-dente en la intensidad del conflicto armado. No obstante que las FARC logran incrementar su accionar a partir de 2009, la correlación de fuerzas se mantiene a favor del Estado. Si bien es cierto que en este periodo el repunte de las acciones de las FARC contrasta con el descenso registrado en los combates por iniciativa de la Fuerza Pública, este comportamiento sin embargo no puede in-terpretarse como resultado de una supuesta caída del

esfuerzo militar que habría permitido la reactivación del grupo guerrillero.

Los grandes avances conseguidos en la lucha contra las FARC en la primera fase de la Política de Seguridad Demo-crática, permitieron a las Fuerzas Militares a partir de 2007 concentrarse en la ubicación de objetivos de alto valor. En 2007, la Operación Sol Naciente llevada a cabo en el de-partamento del Guaviare, entre San José y Barranco Minas, permitió copar el campamento del frente 16 y dar de baja a su jefe, Tomas Medina Caracas, alias ‘El Negro Acacio’, jun-to con 16 guerrilleros más. ‘El Negro Acacio’ era clave para el sostenimiento de las FARC a partir de la coca y la adqui-sición de armas, explosivos y municiones en el oriente del país. Así mismo, estaba encargado de mantener el contacto con las redes internacionales del narcotráfico, como se de-mostró en la operación Gato Negro en la que fue capturado el narcotraficante brasilero ‘Fernandiño’.

MAPA 3RELACIÓN ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM Y LAS ACCIONES DE LAS

FARC (PROMEDIO ANUAL 2003–2006 SEGÚN MUNICIPIOS)

META

VICHADA

AMAZONAS

CAQUETA

GUAINIA

VAUPES

CH

OC

O

ANTIOQUIA

GUAVIARENARIÑO

CAUCA

CASANARE

CES

AR

TOLI

MA

HUILA

BOLIVAR

ARAUCA

BOYACA

SANT

ANDE

R

CO

RD

OB

A

GUAJIRA

PUTUMAYO

MA

GD

ALE

NA

SUCRE

CALDAS

CUNDINAMARCA

VALLE DEL CAUCA

NORTE DE SANTANDER

RISARALDA

ATLANTICO

ARCH. SAN ANDRES

QUINDIO

Balance de Fuerzas2003_2006

Favorabilidad a las FARC

Empate

Favorable a las FF.MM.

Ninguno

22 • www.ideaspaz.org/publicaciones •

Hacia finales de 2007, en la región de Montes de María, en el marco de la operación Aromo, fue dado de baja Gus-tavo Rueda Díaz, alias ‘Martín Caballero’, jefe del bloque Caribe de las FARC. Más tarde, a mediados de 2010, una operación de las Fuerzas Militares en zona rural de El Bagre (Antioquia) permitió neutralizar a ‘Ciro Romero’ y ‘Jaime Ca-naguaro’ y quince guerrilleros más, quienes pretendían re-tomar los Montes de María por órdenes directas de ‘Alfonso Cano’ y ‘Pablo Catatumbo’.

En 2008, en desarrollo de la operación Fénix en terri-torio ecuatoriano, las FARC pierden por primera vez a un miembro del Secretariado. Pero aún más importante que la muerte de Luis Edgar Devia, alias ‘Raúl Reyes’, es el signifi-cado de la operación que constituye un fuerte revés para el grupo guerrillero que había optado por el repliegue táctico a las áreas de frontera como un propósito esencial para res-guardar la integridad de su retaguardia estratégica.

Hacia mediados de este mismo año, una operación mi-litar realizada en un territorio selvático del suroriente del país controlado por el frente 1, permitió liberar a Ingrid Be-tancourt, los contratistas estadounidenses Keith Stansell, Marc Gonsalves y Thomas Howes y once integrantes de la Fuerza Pública. La denominada operación Jaque al haber logrado infiltrar a las FARC para producir el rescate de los 15 rehenes, puso en evidencia la vulnerabilidad de una or-ganización que se había caracterizado por su alto grado de hermetismo y cohesión.

Este revés para las FARC se produce a poco tiempo de que ‘Alfonso Cano’ sucediera a Pedro Antonio Marín, alias ‘Manuel Marulanda’ en la jefatura máxima de la organiza-ción. La adversa situación registrada en la primera mitad de 2008, se agrava en la segunda con la muerte de otro miem-bro del Secretariado, Manuel de Jesús Muñoz, alias ‘Iván Ríos’, quien fue asesinado en Caldas por un hombre de su guardia personal y con la entrega de Elda Neyis Mosquera, alias ‘Karina’, jefe del frente 47 en el oriente antioqueño.

A comienzos de 2009 las FARC fracasaron en el in-tento de recuperar dominio territorial en algunos sectores de Cundinamarca aledaños a Bogotá. En desarrollo de la operación Fuerte, fue dado de baja Arnovis Guevara, co-nocido como ‘Gaitán’, máximo jefe del frente Antonio Na-riño y capturado el ‘Negro Antonio’, segundo al mando de la estructura. Con esta operación el Ejército logró impedir que las FARC se reposicionaran en el páramo de Sumapaz, corredor militar y logístico que comunica la zona de asen-tamiento histórico del grupo guerrillero en el suroriente con la capital del país. El ‘Negro Antonio’ tenía la misión de po-nerse al frente del llamado “Plan 2010”, mediante el cual las FARC se habían propuesto volver a tener presencia en

las regiones de donde salieron debido a la presión militar.En 2010, faltando pocos meses para que finalizara el

segundo Gobierno Uribe, se llevó a cabo la operación Ca-maleón, en la que fueron rescatados cuatro integrantes de la Fuerza Pública, entre ellos tres oficiales de la Policía. En este mismo año, apenas se iniciaba el Gobierno Santos, las Fuerzas Militares dieron de baja a Victor Julio Suárez, alias ‘Jorge Briceño’, máximo estratega de las FARC, miembro del Secretariado y uno de los comandantes más poderosos de la organización. La trayectoria de 35 años de vida en armas de quien fuera más conocido como el ‘Mono Jojoy’, recoge como pocas el ascenso y consolidación de una cúpula gue-rrillera que llevó a cabo los más grandes ataques contra la Fuerza Pública.

De otra lado, en 2010, con la entrada en operación de la Fuerza de Tarea del Sur del Tolima unos siete mil hom-bres de dos divisiones, de la Primera Brigada y de las briga-das móviles 8 y 20, así como 4 batallones de alta montaña, intensificaron la búsqueda que se había iniciado en 2008 del jefe máximo de las FARC, quien se refugia en el cañón de Las Hermosas, un entramado de montañas superiores a los 3000 metros sobre la cordillera Central.

En este periodo se evidencia que las FARC maniobran para intentar desconcentrar el mayor esfuerzo militar dirigi-do a golpear los objetivos de alto valor. En efecto, con el pro-pósito de poner a salvo su retaguardia estratégica, el grupo guerrillero registra a partir de 2009, un repunte de su accio-nar con el propósito de diluir las operaciones adelantadas por la Fuerza de Tarea Conjunta Omega que combate con las estructuras del ‘Mono Jojoy’ en el suroriente del país y el Comando Conjunto del sur del Tolima que tiende un cer-co a ‘Alfonso Cano’ en la Cordillera Central. Son varios los escenarios donde las FARC actúan para tratar de aliviar la presión militar contra sus mandos, pero es principalmente en el sur oriente y sur occidente del país donde la estrategia de las FARC adquiere mayor significado.

En el suroriente, entre los hechos que tuvieron mayor impacto en el Meta cabe mencionar el ataque llevado a cabo en 2009, en zona rural de Puerto Rico, que cobró la vida de un suboficial y cinco soldados profesionales, cuan-do tropas de la Brigada Móvil 4, orgánica de la Fuerza de Tarea Conjunta ‘Omega’, pretendían desmantelar un cam-pamento del frente 43. En otro ataque en la serranía La Lin-doza en jurisdicción de La Macarena, perdieron la vida un oficial y cuatro soldados profesionales de la Brigada Móvil 7, orgánica de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega.

Mucho más graves fueron los hechos registrados en Caquetá. En 2009 el Gobernador del departamento, Luis Fernando Cuéllar, fue secuestrado y posteriormente asesi-

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 23

nado por integrantes de la columna móvil Teófilo Forero. En 2010, en momentos en que una patrulla de la Policía Na-cional prestaba vigilancia en el corregimiento de Maguaré, en Doncello, fue emboscada por integrantes del frente 14 y la columna móvil Teófilo Forero, que produjeron la muerte a catorce Carabineros.

También cabe destacar la acción que llevó a cabo la co-lumna móvil Teófilo Forero, en 2009, cuando irrumpió en el concejo municipal de Garzón (Huila), con el propósito de se-cuestrar a todos sus integrantes. En desarrollo de la acción tipo comando, un concejal fue secuestrado y dos celadores y un policía que impidieron el plagio colectivo resultaron muertos.

El norte del Cauca es el epicentro del accionar de las FARC en el sur occidente del país. Desde mediados de 2008, unos meses después de que muriera ‘Manuel Ma-rulanda’ y se diera inicio a la persecución militar contra ‘Alfonso Cano’, frentes del bloque Occidental hostigan cons-tantemente a la Fuerza Pública. Esta zona hace parte de un corredor estratégico que comunica el Cañón del las Hermo-sas donde es perseguido Cano con el Pacífico, y por lo tanto podría servir de ruta de escape al jefe guerrillero.

Entre las acciones por iniciativa de las FARC que en 2009 causaron mayor impacto, cabe destacar dos: en ju-nio, seis patrulleros y un teniente adscritos a la IV regional de la Policía pierden la vida en una emboscada tendida en el corregimiento Timba, en el municipio de Buenos Aires; posteriormente, en noviembre, mueren nueve militares que custodiaba dos antenas de comunicaciones en el cerro La Cruz, a raíz de un ataque al puesto de mando de la Brigada de Contraguerrilla 112 en Corinto.

De otra parte, es importante señalar que las zonas de frontera son escenarios fundamentales en la estrategia de

GRÁFICO 16EVOLUCIÓN DE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES

DE LAS FARC (Septiembre 2006 / Junio 2011)

HOSTIGAMIENTO COMBATES FF.MM.SABOTAJEATAQUE A INSTALACIÓN ATAQUE A POBLACIÓN EMBOSCADA

sep

oct

nov

dic

ene

- 07

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago sep

oct

nov

dic

ene

- 08

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago sep

oct

nov

dic

ene

- 09

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago sep

oct

nov

dic

ene

- 10

feb

mar ab

rm

ay jun jul

ago

sep oc

tno

vdi

cen

e - 1

1fe

bm

ar abr

may jun

160

140

120

100

80

20

60

40

0

las FARC no solamente porque permiten eludir la perse-cución de la Fuerza Pública, sino por los ataques que se pueden lanzar desde allí. En efecto, en 2009, columnas móviles con presencia a lo largo de la frontera con Ecuador realizaron acciones en la autopista Pasto-Tumaco y destru-yeron torres de alta tensión. En 2010, un Escuadrón Móvil de la Policía que custodiaba la frontera colombo-ecuatoria-na, en límites entre Putumayo y la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, fue atacado por integrantes del frente 48 que causaron la muerte a ocho Carabineros. También, en Nor-te de Santander fueron tendidas emboscadas que cobra-ron la vida de un alto número de integrantes de la Fuerza Pública como la que, en 2009, el frente 59 ejecutó en la serranía del Perijá, con saldo de ocho soldados orgánicos del batallón de caballería No.2 “Juan José Rondón”, o la que en 2010, produjo la muerte de nueve integrantes de una patrulla de la Policía en el Catatumbo, encargada de controlar el narcotráfico y el contrabando de combustible desde Venezuela.

En este cuarto periodo, tal como se aprecia en el gráfi-co 16, el balance de fuerzas es ampliamente favorable al Estado, no obstante que las tendencias de la confrontación armada muestran el descenso de los combates por iniciati-va de las Fuerzas Militares y un leve repunte de las acciones de las FARC.

Entre 2007-2010 la iniciativa militar contra las FARC registra su nivel más alto con respecto a los periodos ante-riores, con 1277 combates en promedio por año que hacen que el balance de fuerzas sea ampliamente favorable al Es-tado. Por su parte las FARC registran una fuerte caída en su actividad armada al pasar 815 a 359 acciones.

La relación de fuerzas ampliamente favorable a las FF.MM. se expresa en que los combates en promedio por

24 • www.ideaspaz.org/publicaciones •

año representan el 78% de las acciones de la confrontación armada, frente a una disminuida participación del accionar de las FARC representada 8% en sabotajes a la infraestruc-tura, 7% en hostigamientos, 4% en emboscadas y 3% en ataques a instalaciones militares y de la Policía.

Como se observa en el gráfico 17, los combates que las Fuerzas Militares libraron con las FARC superan la iniciativa del grupo guerrillero en el conjunto de los departamentos del país, excepto en Nariño. La comparación de los índices de contactos y acciones por municipio, que se presenta en el gráfico 18, muestra que existe una mayor concentración de los combates frente a las acciones de la guerrilla en el conjunto de los departamentos, menos en Nariño, siendo especialmente elevada en Meta, Arauca, Vichada, Guavia-re, Caquetá, Córdoba y Putumayo.

En el mapa 4, se advierte una reducción en el tamaño del escenario de la confrontación armada con 246 munici-pios en promedio por año, 75 menos con respecto al pe-riodo anterior. En lo concerniente al balance de fuerzas a nivel municipal, se corrobora que es favorable a las FF.MM, a través de los combates que superan las acciones de las FARC en 193 municipios (11 menos con respecto al periodo anterior), mientras que el accionar de esta guerrilla supera

GRÁFICO 17RELACION ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (PROMEDIO ANUAL

2007-2010 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

METACAQUETÁ

ANTIOQUIACAUCA

ARAUCATOLIMA

GUAVIAREHUILA

PUTUMAYO VALLE

CÓRDOBA NORTE SANTANDER

BOLÍVAR CALDAS

VICHADA CHOCÓ

GUAJIRA CASANARE

CESAR SUCRE

BOYACÁ SANTANDER MAGDALENA

QUINDÍOGUAINÍA

RISARALDAVAUPÉS

CUNDINAMARCA BOGOTÁ D.C.

ATLÁNTICOAMAZONAS

NARIÑO0 400300200100

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

METAARAUCA

VICHADA GUAVIARE CAQUETÁ

CÓRDOBA PUTUMAYO

TOLIMA CAUCA

ANTIOQUIAGUAJIRA

HUILANORTE SANTANDER

GUAINÍAVALLE

BOLÍVAR CALDAS

CASANARE VAUPÉS CHOCÓ CESAR

BOYACÁ SANTANDER

CUNDINAMARCA QUINDÍO

SUCRE BOGOTÁ D.C.

RISARALDAMAGDALENA

ATLÁNTICOAMAZONAS

NARIÑO0 2515 20105

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

GRÁFICO 18

COMPARACION DEL ÍNDICE DE COMBATES DE LAS FF.MM. Y ACCIONES DE LAS FARC POR

MUNICIPIO (PROMEDIO ANUAL 2007-2010 SEGÚN DEPARTAMENTOS)

los contactos en 38 municipios (52 menos con respecto al periodo anterior). En 15 municipios coinciden el número de acciones y combates.

Situación actual de las FARC: Un análisis de los cambios en las estrategias y la territorialidad (1990-2011) • septiembre de 2011 • 25

Situación actual de las FARC

En 2011, en desarrollo de las operaciones militares contra ‘Alfonso Cano’, desplegadas en una amplia zona comprendida entre el sur del Tolima y los límites con Valle, Cauca, Quindío y Huila, han sido dados de baja siete de los integrantes de la cúpula del Bloque Central entre ellos ‘Je-rónimo’ y ‘el Abuelo’. La presión cada vez mayor sobre las estructuras que garantizan la seguridad de ‘Cano’ es resul-tado de una estrategia dirigida a lograr el control del área de refugio del jefe guerrillero e impedir que se desplace a otras zonas, en primer lugar, mediante el establecimiento de batallones de alta montaña en los cañones de Las Her-mosas, Anamichú, Siquila, Hereje y Atá, para taponar los corredores de movilidad sobre la Cordillera Central, y en se-gundo lugar, mediante la presencia de la Brigada Móvil No. 8 en Planadas y el establecimiento de puestos de control en

MAPA 4RELACIÓN ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM Y LAS ACCIONES DE LAS

FARC (PROMEDIO ANUAL 2007–2010 SEGÚN MUNICIPIOS)

META

VICHADA

AMAZONAS

CAQUETA

GUAINIA

VAUPES

CH

OC

O

ANTIOQUIA

GUAVIARENARIÑO

CAUCA

CASANARE

CES

AR

TOLI

MA

HUILA

BOLIVAR

ARAUCA

BOYACA

SANT

ANDE

R

CO

RD

OB

A

GUAJIRA

PUTUMAYO

MA

GD

ALE

NA

SUCRE

CALDAS

CUNDINAMARCA

VALLE DEL CAUCA

NORTE DE SANTANDER

RISARALDA

ATLANTICO

ARCH. SAN ANDRES

QUINDIO

Balance de Fuerzas2007_2010

Favorabilidad a las FARC

Empate

Favorabilidad a las FF.MM.

Ninguno

otros centros poblados como Albania, Gaitania, La Lindosa, El Limón, La Marina y San José de las Hermosas.

Al mismo tiempo que las tropas del Ejército logran tras-pasar los anillos de seguridad del máximo jefe de las FARC, la actividad del grupo guerrillero se incrementa ostensible-mente en el norte del Cauca. La ejecución en forma simul-tánea de ataques contra la Fuerza Pública principalmente en Toribío, Corinto, Caldono, Caloto y Jambaló, pone al des-cubierto el propósito de las Farc de intentar bajar la presión militar contra “Cano” en su zona de refugio.

Es importante señalar que los ataques en el Cauca, son realizados por milicianos, que se esconden en casas civiles, visten como campesinos y ponen a los indígenas como escu-dos humanos. Las acciones incluyen, además de francotira-dores, granadas, carros bomba y morteros hechizos lanzados desde el área montañosa que rodea los cascos urbanos de los municipios. Una de las acciones que generó mayor con-

26 • www.ideaspaz.org/publicaciones •

moción se registró hacia mediados del año, en Toribío, con el estallido de una chiva bomba contra el puesto de la Policía, que produjo la muerte de tres civiles y un uniformado, un centenar de heridos y la destrucción de 460 viviendas.

Entre los ataques de las FARC en Nariño, dos registra-dos en el mes de agosto en Tumaco tuvieron gran impacto en la Policía. En el corregimiento de Llorente, milicianos de la columna móvil Daniel Aldana quienes hacen presencia en el perímetro urbano, tendieron una emboscada a una patrulla en el sitio conocido como Calle Oscura sobre la vía que conduce a Zabaleta, dejando un saldo de cinco agentes muertos y otro herido. En la vereda El Guayabo, a orillas del río Mira, cerca de la frontera con Ecuador, cinco agen-tes antinarcóticos que brindaban protección a un grupo de erradicadores de cultivos de coca, perdieron la vida en la acción que como la anterior, fue atribuida a la columna mó-vil Daniel Aldana.

En Caquetá y Meta las FARC protagonizan algunas ac-ciones que responden a la lógica conocida de tratar de multiplicar los escenarios de confrontación para la Fuerza Púbica. A comienzos de 2011, la columna móvil Teófilo Fo-rero atacó el puesto de Policía de San Vicente del Caguán, causando la muerte de tres uniformados y una menor de edad. El 14 de junio, sobre la vía Florencia – Puerto Rico una emboscada tendida a una patrulla del Ejército causó la muerte de dos civiles que viajaban en un taxi que quedó en medio del fuego. El 4 de agosto, en la vía entre San Vicente del Caguán y Puerto Rico, integrantes de la Columna Móvil Teófilo Forero incineraron seis camiones cisterna cargados con combustible. En el departamento del Meta la acción más grave se llevó a cabo en agosto, en el municipio de Vista Hermosa, a través de los frentes 27 y 43 que tendie-ron una emboscada al paso de un convoy de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, dejando un saldo de cuatro milita-res muertos y 12 heridos. Con posterioridad a este ataque, Tropas de la Brigada XIII del Ejército dieron de baja en com-bate a ‘R1’, segundo al mando del frente 51, en una opera-ción que contó con apoyo de la Fuerza Aérea, en la vereda La Hoya de Varela en jurisdicción del municipio de Uribe. ‘R1’, era el encargado de ejecutar secuestros, extorsiones y atentados terroristas en Bogotá, Tolima y Cundinamarca, principalmente en la región del Sumapaz.

La tendencia creciente en el accionar de las FARC se caracteriza por la realización de acciones que involucran muy bajo esfuerzo militar y sobre todo por responder a la necesidad de diluir la presión ejercida para neutralizar los mandos de la organización. De aquí la seguidilla de accio-nes registrada hacia mediados de 2011 en lugares distan-tes del principal teatro de operaciones.

En el momento actual la geografía del conflicto arma-do muestra que la presencia activa de las FARC correspon-de principalmente con las áreas selváticas y apartadas donde el grupo guerrillero permanece replegado. Cabe destacar que en las áreas de frontera con Ecuador y Ve-nezuela que corresponden con Nariño y Putumayo en el sur, y con Arauca, Norte de Santander y La Guajira en el norte, las estructuras de la guerrilla conservan un poder de fuego que en algunos municipios supera los combates por iniciativa del Ejército. De otro lado, se advierte que en el extremo oriente, en Vaupés, Vichada y Guainía la pre-sencia guerrillera se ha incrementado paralelamente con los cultivos de coca que constituyen la principal fuente de recursos de las FARC.

La puesta en escena por parte de las FARC de las nue-vas formas de operar, que tiene el propósito de proyectar la imagen de una guerrilla que se fortalece y retoma la ini-ciativa, hace que el Gobierno Santos tenga que ajustar la doctrina, las operaciones y los procedimientos de la Fuerza Pública. La búsqueda de mayor eficacia se expresa en la ne-cesidad de operar en unidades más pequeñas y acentuar el esfuerzo en inteligencia y colaboración con la justicia, sin que esto implique el desmonte de las operaciones contra los objetivos de alto valor.

La respuesta del gobierno al propósito de las FARC de aliviar la persecución contra sus mandos multiplicando los escenarios de alteración del orden público, se expresa en la creación de la Fuerza de Tarea de Algeciras y la Brigada Mó-vil No. 27, para aumentar la capacidad de combate contra la columna móvil “Teófilo Forero”, que actúa bajo el man-do de ‘El Paisa’ en los departamentos de Huila y Caquetá. Así mismo, la creación de un Batallón de Alta Montaña en Tacuelló, responde a la necesidad de taponar el corredor de movilidad que ha permitido a los guerrilleros del frente 6 atacar en el norte del Cauca y posteriormente replegarse a la parte alta de la Cordillera Centra.

Para bloquear la capacidad de maniobra de la guerrilla a través de acciones que requieren en su ejecución muy bajo esfuerzo militar y son realizadas por milicianos, no sólo se necesita de mayores recursos de inteligencia y justicia sino que la Fuerza Pública esté en capacidad de proteger de las represalias a los ciudadanos que colaboren en la identi-ficación de los responsables.

Si bien es cierto que desde la segunda administración Uribe, con la Política de Consolidación de la Seguridad De-mocrática se buscó ampliar la presencia de la Fuerza Públi-ca en áreas remotas, para dar sustento a las instituciones, sobre todo las del sector de la justicia, y a los programas sociales, como la inversión en infraestructura rural y alter-

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nativas económicas al cultivo de la coca, es preciso concen-trar mayores esfuerzos en lograr que la población respalde decididamente las instituciones y rechace la presencia de los grupos al margen de la ley.

Es importante destacar que en el primer semestre de 2011, pese a que las FARC maniobran para tratar de evitar que la Fuerza Pública ubique a ‘Alfonso Cano’, se libraron 529 combates que representan el 66% de las acciones de la confrontación armada, frente a 279 acciones del grupo guerrillero representadas 10% en sabotajes a la infraes-tructura, 10% en emboscadas, 7% en hostigamientos y 7% en ataques a instalaciones militares y de la Policía.

Como se observa en el gráfico 19, los combates que las Fuerzas Militares libraron con las FARC, superan la ini-ciativa del grupo guerrillero en diecinueve departamentos siendo especialmente significativa la diferencia en Meta, Cauca, Caquetá, Antioquia, Tolima, Arauca, Valle, Guaviare, Córdoba, Huila y Casanare, mientras que el accionar de las Farc supera la iniciativa del Ejército en Nariño, Putumayo, Norte de Santander, Choco, La Guajira y Risaralda. También es importante destacar que en el primer semestre de 2011 la confrontación armada no tiene expresión en ocho depar-tamentos afectados en los periodos anteriores.

METAARAUCA

CAQUETÁCÓRDOBA GUAVIARE

CAUCA TOLIMA

VALLE ANTIOQUIA CASANARE

GUAJIRA NARIÑO

VICHADA VAUPÉS

SANTANDER CUNDINAMARCA

CALDAS BOYACÁ

BOLÍVAR SUCRE

QUINDÍO MAGDALENA

GUAINÍA CESAR

BOGOTÁ D.C. ATLÁNTICOAMAZONAS RISARALDA

HUILACHOCÓ

PUTUMAYO NORTE SANTANDER

0 106 842

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

GRÁFICO 20COMPARACION DEL ÍNDICE DE COMBATES DE LAS FF.MM. Y ACCIONES DE LAS FARC POR MUNICIPIO

(2011 junio SEGÚN DEPARTAMENTOS)GRÁFICO 19

RELACION ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM. Y LAS ACCIONES DE LAS FARC (PROMEDIO ANUAL

2011 junio SEGÚN DEPARTAMENTOS)

METACAUCA

CAQUETÁANTIOQUIA

TOLIMAARAUCA

VALLE GUAVIARECÓRDOBA

HUILACASANARE

BOLÍVAR VICHADA VAUPÉS

SANTANDER CUNDINAMARCA

CALDAS BOYACÁ SUCRE

QUINDÍO MAGDALENA

GUAINÍA CESAR

BOGOTÁ D.C. ATLÁNTICOAMAZONAS RISARALDA

GUAJIRA CHOCÓ

NORTE SANTANDER PUTUMAYO

NARIÑO0 15010050

ACCIONES FARC COMBATES FF.MM.

De otra parte, la comparación de los índices de contac-tos y acciones por municipio, que se presenta en el gráfico 20, muestra que la concentración de los combates es es-pecialmente elevada en Meta, Arauca, Caquetá, Córdoba, Guaviare, Cauca y Tolima. No en todos los departamentos donde el balance de fuerzas es favorable a las FARC el ín-dice de acciones por municipio es superior al de combates. En efecto en Nariño y La Guajira las acciones de la FARC se producen de manera más dispersa frente a la mayor concentración de los combates por iniciativa de las Fuerzas Militares.

El mapa 5, muestra que el escenario de la confronta-ción armada en el primer semestre de 2011 corresponde a 166 municipios. En lo concerniente al balance de fuerzas a nivel municipal, se corrobora que es favorable a las FF.MM, a través de los combates que superan las acciones de las FARC en 98 municipios, mientras que las acciones de esta guerrilla superan los combates en 53 municipios. En 15 municipios coinciden el número de acciones y combates.

La localización de la FARC en la actualidad que, por una parte, representa un inmenso retroceso en cuanto al propósito de ampliar su presencia a los principales centros político-administrativos del país, de otro lado, ofrece opor-

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tunidades para que pueda prolongar su existencia. En efec-to, las aéreas donde las FARC se han replegado le dan la oportunidad de aprovechar la contigüidad geográfica entre estados vecinos, no sólo para realizar actividades de finan-ciamiento, sino también para establecer áreas de refugio del otro lado de la frontera desde donde el grupo irregular puede lanzar ataques.

Si bien es cierto que los cambios en las tácticas y los movimientos de las FARC pueden prolongar su permanen-cia en un escenario especialmente adverso e incierto, el balance de fuerzas ampliamente favorable al Estado es el principal impedimento para que el grupo guerrillero pueda salir de la situación de repliegue y logre retomar la iniciativa militar en la confrontación.

MAPA 5RELACIÓN ENTRE LOS COMBATES DE LAS FF.MM Y LAS ACCIONES DE LAS

FARC (2011 junio SEGÚN MUNICIPIOS)

META

VICHADA

AMAZONAS

CAQUETA

GUAINIA

VAUPES

CH

OC

O

ANTIOQUIA

GUAVIARENARIÑO

CAUCA

CASANARE

CES

AR

TOLI

MA

HUILA

BOLIVAR

ARAUCA

BOYACA

SANT

ANDE

R

CO

RD

OB

A

GUAJIRA

PUTUMAYO

MA

GD

ALE

NA

SUCRE

CALDAS

CUNDINAMARCA

VALLE DEL CAUCA

NORTE DE SANTANDER

RISARALDA

ATLANTICO

ARCH. SAN ANDRES

QUINDIO

Balance de Fuerzas2011

Favorabilidad a las FARC

Empate

Favorabilidad a las FF.MM.

Ninguno

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Sinopsis

En este trabajo se analizaron los cambios en las estra-tegias y la territorialidad de las FARC entre 1990 y 2011, a partir de una periodización que permite hacer comparacio-nes con el fin de establecer cuál es la situación actual del grupo guerrillero.

En el primer periodo, entre 1990 y 1998, las FARC, se reorganizaron con el propósito de golpear de manera con-tundente a la Fuerza Pública. Mediante la puesta en esce-na de una nueva forma de operar, el grupo guerrillero logró concentrar fuerza y ejecutar acciones puntuales contra objetivos militares aislados, en movimiento y en posición vulnerable. El balance de fuerzas, que es desfavorable al Estado, se expresa en que en promedio por año las Fuerzas Militares libraron 296 combates con las FARC, mientras que el grupo guerrillero realizó 391 acciones armadas. Si por otra parte, se considera el balance de fuerzas a nivel de-partamental, los combates sobrepasaron las acciones de la guerrilla en tan solo cinco escenarios. Así mismo, en el ámbito municipal se corrobora la superioridad las FARC en 96 municipios, mientras que los combates de las Fuerzas Militares sobresalen frente a las acciones de la guerrilla en 59 municipios. En este periodo el escenario de la confron-tación corresponde a 163 municipios en promedio por año.

En el segundo periodo, entre 1998 y 2002, la trans-formación militar llevada a cabo en el Gobierno Pastrana, impidió que las FARC alcanzaran el equilibrio estratégi-co con el Estado y puso limite al uso táctico que el grupo guerrillero se había propuesto dar a la Zona de Distensión, lo que le habría permitido pasar a otra etapa de la guerra y ampliar significativamente su dominio territorial. La evi-dencia presentada corrobora que en medio de las nego-ciaciones del Caguán, las Fuerzas Militares incrementaron ostensiblemente la capacidad de combate contra las FARC que alcanza su nivel más elevado en el momento en que se produce la ruptura de las conversaciones. No obstante que en este lapso se registraron 498 combates en prome-dio por año, la iniciativa de las FARC fue superior con 728 acciones. Los departamentos donde la relación de fuerzas es favorable a las FF.MM., se incrementaron con respecto al periodo anterior pasando de cinco a siete. El escenario de la confrontación armada, que corresponde a 292 muni-cipios en promedio por año, se amplía con respecto al pe-riodo anterior. En lo concerniente al balance de fuerzas a nivel municipal, se corrobora que sigue siendo favorable a las FARC, cuyo nivel de acción supera los combates en 189 escenarios, mientras que en 88 los combates sobrepasan las acciones de la guerrilla.

En el tercer periodo, entre 2002 y 2006, la ofensiva mi-litar sin precedentes contra las FARC lleva a que el grupo guerrillero pierda la iniciativa en la confrontación y a que los combates superen ampliamente la sumatoria de embosca-das, hostigamientos, ataques a instalaciones militares y ata-ques a la infraestructura. Al mismo tiempo, se produce un enorme retroceso territorial en las FARC con respecto a las posiciones conseguidas tras dos décadas de expansión. Las zonas con presencia guerrillera vuelven a ser ante todo rura-les y apartadas de los centros administrativos y los principa-les polos de desarrollo nacional. Con el fin de sobrevivir en un contexto en que por primera vez la correlación de fuerzas es ampliamente favorable a las Fuerzas Militares, las FARC retoman los métodos propios de la guerra de guerrillas.

La superioridad de la iniciativa militar en este periodo se expresa en 1248 combates en promedio por año, fren-te a 815 acciones realizadas por las FARC, en su mayoría sabotaje contra la infraestructura y hostigamientos a la Fuerza Pública. El número de departamentos donde los combates de las Fuerzas Militares superan las acciones por iniciativa de las FARC, se eleva a veinticinco. En este periodo el escenario de la confrontación registra su mayor extensión con 321 municipios en promedio por año. En lo concerniente al balance de fuerzas a nivel municipal, se co-rrobora que es ampliamente favorable a las FF.MM, a través de los combates que superan las acciones de las FARC en 204 municipios, mientras que el accionar de esta guerrilla supera los combates en 90 escenarios.

En el cuarto periodo, entre 2007 y 2010, en medio de la tendencia descendente que se impone en la confrontación armada, las Fuerzas Militares logran neutralizar varios de los mandos de las FARC, a lo cual el grupo guerrillero res-ponde incrementando su accionar. No obstante que a partir de 2009 las FARC registran un repunte en sus acciones, la iniciativa militar contra las FARC alcanza su nivel más alto con 1277 combates en promedio por año, frente a la muy disminuida iniciativa del grupo guerrillero expresada en la realización de 359 acciones. Los combates que las Fuer-zas Militares libraron con las FARC, superan la iniciativa del grupo guerrillero en el conjunto de los departamentos del país, excepto en Nariño. En este periodo el escenario de la confrontación corresponde a 246 municipios en promedio por año (75 menos con respecto al periodo anterior). En lo concerniente al balance de fuerzas a nivel municipal, los combates de las Fuerzas Militares superan las acciones de las FARC en 193 municipios (11 menos con respecto al periodo anterior), mientras que el accionar de la guerrilla supera la iniciativa militar en 38 municipios (52 menos con respecto al periodo anterior).

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En un contexto especialmente adverso para las FARC, debido a la superioridad militar lograda por el Estado, las estructuras de la guerrilla en el momento actual tratan de evitar a toda costa los combates pues no tienen la capa-cidad para sostenerlos, y se muestran, ante las Fuerzas Militares, como un enemigo difuso, elusivo y difícil de iden-tificar. Es así como, la caída en los combates que se registra a partir de 2007 se enmarca en la decisión de las FARC de eludir choques directos y por lo tanto no se puede interpre-tar como una disminución en la capacidad militar del Esta-do. Y lo que es más importante, la ostensible reducción de la territorialidad de las FARC es el factor clave que permite explicar el descenso de los combates por iniciativa de las Fuerzas Militares.

Como se ha podido constatar a partir de la evidencia presentada en este trabajo, la territorialidad de las FARC se ha reducido considerablemente. En efecto, la presencia ac-tiva del grupo guerrillero que en 2002 se expresaba en 377 municipios, se reduce a 142 municipios en 2010. Es muy importante destacar que en los últimos años no ha habido una disminución del esfuerzo militar contra la guerrilla, sino una mayor concentración de los combates. Si bien es cierto que hay un descenso en términos absolutos de los comba-tes registrados entre 2006, con 1580 en 327 municipios, y 2010, con 986 en 155 municipios, también lo es que la re-lación de combates registrados por municipio se incremen-tó pasando de 4.8 en el primer año a 6.4 en el segundo.

En el primer semestre de 2011, pese a que las FARC maniobran para tratar de evitar que las Fuerzas Militares logren ubicar a ‘Alfonso Cano’, se libraron 529 combates en 129 municipios, mientras que el grupo guerrillero realizó 279 acciones en 114 municipios. Se colige de lo anterior que la relación de combates por iniciativa de la Fuerza Pú-blica por municipio (4.1) es casi el doble del índice de accio-nes de las FARC por municipio (2.4).

No tiene por ello sustento el planteamiento de que en el gobierno actual haya disminuido el esfuerzo militar contra la guerrilla. Es obvio que el nivel de los combates se reduz-ca, en un contexto en que las FARC han perdido más de la mitad de su pie de fuerza y del territorio, y por ello también caen los niveles de capturados, abatidos y desmovilizados individuales, que no obstante siguen siendo significativos.

De otro lado, se ha visto que el repunte del accionar de las FARC, que pretende mostrar al grupo guerrillero forta-lecido y reactivado, más bien ha puesto al descubierto la pérdida de iniciativa militar en la confrontación. En efecto, ante la contundencia de las operaciones de las Fuerzas Mi-litares, las FARC reaccionaron incrementando las acciones que requieren en su ejecución muy bajo esfuerzo, funda-

mentalmente para aliviar la presión que se ejerce contra los mandos de la organización.

Adicionalmente, el hecho de utilizar minas y francotira-dores, comprueba la situación de repliegue y de defensa en la cual permanecen las FARC. Por lo tanto, no se puede hablar de fortalecimiento y reactivación militar de las FARC, si lo que refleja la situación actual es lo contrario, es decir que la pérdida de capacidad ofensiva del grupo guerrillero es irreversible y desesperadamente trata de garantizar la supervivencia de su retaguardia.

También cabe señalar que las alianzas que las FARC han establecido con las estructuras armadas que sobrevie-nen a la desmovilización de los grupos de autodefensa son una muestra más de debilidad en esta guerrilla y del alto riesgo de descomposición al que están expuestos varios de sus frentes. En el sur de Bolívar, Urabá, Córdoba, Bajo Cau-ca antioqueño, sur de Cesar, Meta y Vichada, los frentes de las FARC han establecido pactos con las estructuras del narcotráfico para el manejo de los cultivos de coca, la pro-tección de los laboratorios y la utilización de las rutas para la exportación de droga.

La puesta en escena de las nuevas formas de operar de las FARC, ha obligado al Gobierno Santos a introducir ajustes en la doctrina, las operaciones y los procedimien-tos de la Fuerza Pública. La búsqueda de mayor eficacia se expresa en el propósito de comenzar a operar en unidades más pequeñas y acentuar el esfuerzo en inteligencia y cola-boración con la justicia, sin que esto implique el desmonte de las operaciones desplegadas contra los objetivos de alto valor.

Es importante recalcar que la localización de las FARC en la actualidad que, por una parte, representa un inmenso retroceso en cuanto al propósito de ampliar su presencia a los principales centros político-administrativos del país, de otro lado, ofrece oportunidades para que pueda prolongar su existencia.

Si bien es cierto que el cambio en las tácticas y los movi-mientos de las FARC podría prolongar su permanencia en el escenario adverso e incierto que ofrece el conflicto interno en el momento actual, el balance de fuerzas ampliamen-te favorable al Estado abre la posibilidad de lograr la paz, siempre y cuando el grupo guerrillero acepte las condicio-nes que garanticen que un proceso de negociación no sirva a otros propósitos.

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