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Sinopsis

Antecedentes

La tuberculosis es una enfermedad transmisible que constituye una importante causa de morbilidad, una

de las 10 primeras causas de mortalidad del mundo y la principal debida a un solo agente infeccioso

(por encima del VIH/sida). Está provocada por el bacilo Mycobacterium tuberculosis, que se propaga

cuando las personas infectadas expulsan bacterias al aire, por ejemplo al toser. Generalmente afecta a

los pulmones (tuberculosis pulmonar), pero también puede afectar a otros órganos (tuberculosis extra-

pulmonar). Aproximadamente una cuarta parte de la población mundial está infectada por M. tubercu-

losis y por tanto expuesta a la enfermedad.1

Con el diagnóstico oportuno y tratamiento con antibióticos de primera línea durante seis meses, la ma-

yoría de las personas enfermas de tuberculosis pueden curarse y la transmisión de la infección puede

frenarse. El número de casos anuales de tuberculosis (y por ende el número de muertes debidas a la

enfermedad) también puede aminorarse reduciendo la prevalencia de los factores de riesgo de la tu-

berculosis (por ejemplo, el tabaquismo, la diabetes y la infección por VIH), ofreciendo tratamiento

preventivo a las personas con infección latente por tuberculosis y adoptando medidas multisectoriales

sobre los determinantes generales de la infección y la enfermedad (por ejemplo, la pobreza, la calidad

de la vivienda y la desnutrición).

El presente informe

La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene publicando un informe mundial sobre la tuberculosis

cada año desde 1997. Su objetivo es ofrecer una evaluación completa y actualizada de la epidemia de

tuberculosis y de los progresos logrados para darle respuesta a nivel mundial, regional y nacional, en el

contexto de los compromisos y estrategias mundiales. El informe se basa principalmente en los datos

recogidos por la OMS en rondas anuales de compilación y en bases de datos mantenidas por otros

organismos multilaterales. En 2019, remitieron datos 202 países y territorios que en total representan

más del 99% de la población mundial y del número estimado de casos de tuberculosis.

Compromisos mundiales para poner fin a la tuberculosis y rendición de cuentas multisectorial

El 26 de septiembre de 2018, las Naciones Unidas celebraron su primera reunión de alto nivel sobre la

tuberculosis, lo que elevó al nivel de los Jefes de Estado y de Gobierno los debates sobre el estado de

la epidemia de tuberculosis y sobre la forma de frenarla. Anteriormente, en noviembre de 2017, se había

celebrado la primera conferencia ministerial mundial sobre la tuberculosis, organizada por la OMS y

el Gobierno de Rusia. El documento final fue una declaración política acordada por todos los Estados

Miembros de las Naciones Unidas, en la que se reafirmaron los compromisos ya contraídos con los

Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Estrategia Fin a la Tuberculosis de la OMS, además de

añadirse nuevos compromisos.

La meta 3.3 de los ODS incluye el objetivo de poner fin a la epidemia de tuberculosis de aquí a 2030.

En la Estrategia Fin a la Tuberculosis se definen los hitos o metas intermedias (2020 y 2025) y las metas

(2030 y 2035) para reducir los casos de tuberculosos y las muertes conexas. Las metas establecidas para

2030 son reducir en un 90% el número de muertes por tuberculosis y en un 80% la tasa de incidencia

de la enfermedad (nuevos casos por 100 000 habitantes y año), en comparación con las cifras de 2015.

Las metas intermedias para 2020 consisten en reducir en un 35% el número de muertes por tuberculosis

y en un 20% la tasa de incidencia. En la estrategia se incluye también para 2020 la meta intermedia de

que ningún paciente de tuberculosis ni sus familias se enfrenten a gastos catastróficos como consecuen-

cia de la enfermedad.

En la declaración política se incluyeron cuatro nuevas metas mundiales:

• tratar a 40 millones de personas con tuberculosis en el periodo de cinco años entre 2018

y 2022;

• ofrecer al menos a 30 millones de personas tratamientos preventivos contra la tuberculosis para

tratar infecciones latentes en el periodo de cinco años entre 2018 y 2022;

2

• movilizar al menos US$ 13 000 millones anuales para ofrecer acceso universal a servicios de

diagnóstico, tratamiento y atención de tuberculosis para 2022; y

• movilizar al menos US$ 2000 millones anuales para investigaciones sobre la tuberculosis.

En la declaración política también se solicitaba al Secretario General de las Naciones Unidas que, con

el apoyo de la OMS, presentara en 2020 a la Asamblea General un informe sobre los progresos alcan-

zados a nivel nacional y mundial, que serviría de base para un examen amplio que se llevaría a cabo en

una reunión de alto nivel en 2023. Se solicitó al Director General de la OMS que siguiera desarrollando

el marco de rendición de cuentas multisectorial para la tuberculosis (MRC-TB) y que velara por que se

aplicara oportunamente.

Estado de la epidemia de tuberculosis

En el ámbito mundial, se estima que 10 millones de personas (intervalo: 9-11,1 millones)2 enfermaron

de tuberculosis en 2018, un número que se ha mantenido relativamente estable en los últimos años. La

carga de morbilidad varía enormemente de un país a otro, desde menos de 5 a más de 500 nuevos casos

por 100 000 habitantes y año, con una media mundial que se sitúa en torno a los 130 casos.

Se estima que en 2018 se registraron 1,2 millones (intervalo, 1,1-1,3 millones) de muertes por tubercu-

losis entre personas VIH-negativas (reducción de un 27% desde los 1,7 millones de 2000), y otras

251 000 muertes (intervalo, 223 000-281 000)3 entre personas VIH-positivas (reducción del 60% desde

las 620 000 de 2000).

La tuberculosis afecta a ambos sexos en todos los grupos etarios, pero la carga más elevada se registra

en los hombres (edad ≥15 años), que en 2018 representaban el 57% de todos los casos de tuberculosis.

En comparación, las mujeres constituían el 32% y los niños (edad <15 años) el 11%. De todos los casos

de tuberculosis, el 8,6% eran personas con VIH.

Desde el punto de vista geográfico, la mayoría de los casos de tuberculosis de 2018 se registraron en

las Regiones de la OMS de Asia Sudoriental (44%), África (24%) y el Pacífico Occidental (18%), con

porcentajes menores en el Mediterráneo Oriental (8%), las Américas (3%) y Europa (3%). Ocho países

representaban dos tercios del total mundial: India (27%), China (9%), Indonesia (8%), Filipinas (6%),

Pakistán (6%), Nigeria (4%), Bangladesh (4%) y Sudáfrica (3%). Estos países más los otros 22 de la

lista OMS de los 30 países con alta carga de tuberculosis acapararon el 87% de los casos mundiales.4

La tuberculosis farmacorresistente sigue siendo una amenaza de salud pública. En 2018, se manifesta-

ron aproximadamente medio millón de nuevos casos5 de tuberculosis resistente a la rifampicina (de los

que un 78% tenían tuberculosis multirresistente).6 Los tres países con mayor proporción de carga mun-

dial fueron la India (27%), China (14%) y la Federación de Rusia (9%). En el ámbito mundial, 3,4% de

los nuevos casos de tuberculosis y el 18% de casos previamente tratados tenían tuberculosis multirre-

sistente o resistente a la rifampicina (TB-MR/TB-RR). Las proporciones más altas (>50% en casos

tratados previamente) se dan en países de la antigua Unión Soviética.

Progresos hacia el logro de las metas intermedias para 2020 de la Estrategia Fin a la Tuberculosis

Actualmente, considerado el mundo en conjunto, la mayoría de las regiones de la OMS y muchos países

con alta carga de tuberculosis no están en vías de alcanzar las metas intermedias para 2020 de la Estra-

tegia Fin a la Tuberculosis.

A nivel mundial, la tasa media de descenso de la tasa de incidencia de la tuberculosis fue del 1,6% anual

en el periodo 2000-2018, y del 2% entre 2017 y 2018. La reducción acumulada entre 2015 y 2018 fue

solo del 6,3%, considerablemente inferior a la meta intermedia de la Estrategia Fin a la Tuberculosis:

una reducción del 20% entre 2015 y 2020. La reducción mundial en el número total de muertes por

tuberculosis7 entre 2015 y 2018 fue del 11%, también menos de un tercio de la prevista para lograr la

meta intermedia de la Estrategia Fin a la Tuberculosis: una reducción del 35% para 2020.

La buena noticia es que la Región de Europa de la OMS está en vías de lograr las metas intermedias

para 2020 en la reducción en el número de casos y de muertes. Entre 2015 y 2018, la tasa de incidencia

se redujo en un 15% y el número de muertes por tuberculosis en un 24%. La incidencia y el número de

3

muertes también descienden con rapidez relativa en la Región de África de la OMS (4,1% y 5,6%,

respectivamente, por año), con reducciones acumuladas del 12% para la incidencia y el 16% para el

número de muertes entre 2015 y 2018. Siete países con alta carga de tuberculosis están en vías de lograr

las metas intermedias para 2020: Federación de Rusia, Kenya, Lesotho, Myanmar, Sudáfrica, República

Unida de Tanzanía y Zimbabwe.

De 2016 a 2019, 14 países (entre ellos siete con alta carga de tuberculosis) cumplimentaron una encuesta

nacional por centros de salud sobre los costos a los que se enfrentan los pacientes con TB y sus familias.

En las mejores estimaciones el porcentaje de pacientes que se enfrentan a costos totales catastróficos

oscilaba entre el 27% y el 83% para todas las formas de tuberculosis, y entre el 67% y el 100% para la

tuberculosis farmacorresistente. Los resultados de la encuesta se utilizan para orientar enfoques con

respecto a la financiación, la prestación de servicios y la protección social que permitan reducir tales

costos. Para 2019-2020 se han iniciado o están previstas otras 37 encuestas.

Diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis

Lograr la meta establecida en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas de tratar

a 40 millones de personas con tuberculosis entre 2018 y 2022 requiere tratar a unos 7 millones de per-

sonas en 2018 y unos 8 millones en años posteriores. Las metas se integraron en la iniciativa insignia

de la OMS: «Find. Treat. All. #EndTB» (Encontrar. Tratar. Todos. #Fin a la TB).

Según los datos de las notificaciones de casos remitidos a la OMS, la meta para 2018 se alcanzó. En el

ámbito mundial, en 2018 se notificaron 7 millones de nuevos casos de tuberculosis, un aumento frente

a los 6,4 millones de 2017 y un incremento considerable frente a los 5,7-5,8 millones notificados anual-

mente en el periodo 2009-2012.

Gran parte del incremento en las notificaciones mundiales de casos de tuberculosis desde 2013 se ex-

plica por las tendencias en la India e Indonesia, los dos países que ocupan el primer y tercer puesto en

el número estimado de casos nuevos anualmente.8 En la India, las notificaciones de nuevos casos se

incrementaron de 1,2 millones a 2 millones entre 2013 y 2018 (+60%). En Indonesia, las notificaciones

aumentaron de 331 703 en 2015 a 563 879 en 2018 (+70%), cifra que incluye un incremento de 121 707

(+28%) entre 2017 y 2018.

Pese al incremento en la notificación de casos de tuberculosis, sigue habiendo una amplia brecha entre el

número de nuevos casos notificados (7 millones) y los 10 millones estimados (intervalo, 9-11,1 millones)

de nuevos casos en 2018. Esta brecha se debe a una combinación de la subnotificación de los casos detec-

tados y los casos que no se diagnostican (es decir, personas con tuberculosis sin acceso a servicios de

salud o que no son diagnosticadas cuando tienen acceso).

El 80% de la brecha se concentraba en 10 países, entre los que la India (25%), Nigeria (12%), Indonesia

(10%) y Filipinas (8%) representaban más de la mitad del total.9 En esos países en particular se requiere

intensificar los esfuerzos para mejorar la notificación de los casos de tuberculosis detectados y el acceso

a servicios de diagnóstico y tratamiento.

A medida que los países intensifican sus esfuerzos por mejorar el diagnóstico y el tratamiento contra la

tuberculosis y cerrar brechas entre incidencia y notificaciones, la proporción de casos notificados que

están bacteriológicamente confirmados debe supervisarse a fin de garantizar que los diagnósticos son

correctos y que el paciente empieza lo antes posible el tratamiento más eficaz. El objetivo debería ser

incrementar el porcentaje de casos confirmados bacteriológicamente mediante el uso de las pruebas

diagnósticas recomendadas (por ejemplo, las pruebas moleculares rápidas), que son más sensibles que

la baciloscopia. En 2018, el 55% de los casos pulmonares se confirmaron bacteriológicamente, lo que

supone un ligero descenso frente al 56% de 2017. En los países de ingresos altos, con acceso generali-

zado a las pruebas diagnósticas más sensibles, se confirma bacteriológicamente en torno al 80% de los

casos de tuberculosis pulmonar.

El porcentaje de pacientes con tuberculosis notificados que disponían de resultados verificables de la

prueba del VIH ascendió al 64% en 2018, frente al 60% de 2017. En la Región de África de la OMS, que

registra la carga más alta de tuberculosis asociada con el VIH, el 87% de los pacientes de tuberculosis

4

tenían resultados verificables de la prueba del VIH. Se notificó un total de 477 461 casos de tuberculosis

entre personas VIH-positivas, de los que el 86% estaban en tratamiento con antirretrovirales.

Los datos más recientes sobre los resultados del tratamiento de nuevos casos de tuberculosis muestran

una tasa mundial de éxito del 85% en 2017, un aumento con respecto al 81% de 2016. La mejora se

debió principalmente a los progresos logrados en la India.

Tuberculosis farmacorresistente: diagnóstico y tratamiento

En la declaración política de la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis se

incluyeron compromisos para mejorar la cobertura y calidad del diagnóstico, tratamiento y atención de

las personas con tuberculosis farmacorresistente.

La detección de la TB-MR/TB-RR requiere confirmación bacteriológica y pruebas de farmacorresis-

tencia mediante pruebas moleculares rápidas, métodos de cultivo o tecnologías de secuenciación. Se

requiere tratamiento con fármacos de segunda línea durante al menos 9 meses y hasta un máximo de

20 meses, con apoyo de asesoramiento y supervisión para la detección de efectos adversos.

Entre 2017 y 2018 se registraron algunos progresos en las pruebas, detección y tratamiento de la

TB-MR/TB-RR. En 2018, en el ámbito mundial, un 51% de las personas con tuberculosis confirmada

bacteriológicamente se sometió a la prueba de resistencia a la rifampicina, lo que supone un aumento

frente al 41% de 2017.10 La cobertura de la prueba era del 46% para los casos nuevos y del 83% para

los pacientes de tuberculosis previamente tratados. En 2018 se detectaron y notificaron en total 186 772

casos de TB-MR/TB-RR, un ascenso frente a los 160 684 de 2017, y 156 071 casos iniciaron trata-

miento, frente a los 139 114 de 2017.

Pese a las mejoras, el número de personas inscritas en programas de tratamiento en 2018 equivalía solo

a un tercio del aproximadamente medio millón de personas que adquirieron TB-MR/TB-RR ese año.

Para subsanar esta enorme brecha se requiere el aumento de uno o varios de los siguientes factores: la

detección de casos de tuberculosis, la proporción de los casos de tuberculosis confirmados bacterioló-

gicamente, la cobertura de las pruebas para detectar la farmacorresistencia entre los casos confirmados

bacteriológicamente y la cobertura de tratamiento de las personas diagnosticadas de TB-MR/TB-RR.

Diez países representaban el 75% de la brecha mundial entre inicios de tratamiento y el número esti-

mado de nuevos casos de TB-MR/TB-RR en 2018, que, por tanto, influirán de forma destacada en los

progresos para subsanar la brecha. Se trata de China, la Federación de Rusia, Filipinas, la India, Indo-

nesia, Mozambique, Myanmar, Nigeria, el Pakistán y Viet Nam. Solamente en la India y China se con-

centra el 43% de la brecha mundial.

Los últimos datos sobre resultados del tratamiento de personas con TB-MR/TB-RR muestran una tasa

de éxito mundial del 56%. Como ejemplo de países de elevada carga de TB-MR con las mejores tasas

de éxito del tratamiento (>70%) cabe citar Bangladesh, Etiopía, Kazajstán y Myanmar.

Servicios de prevención de la tuberculosis

La principal intervención de atención sanitaria disponible para reducir el riesgo de que una infección

latente progrese hacia una tuberculosis activa es el tratamiento preventivo.11 Vacunar a los niños con la

vacuna BCG (bacilo de Calmette-Guérin) también puede ofrecer protección, especialmente frente a

formas graves de la tuberculosis en niños.

En las orientaciones de la OMS publicadas en 2018 se recomienda el tratamiento preventivo contra la

tuberculosis para las personas con VIH, las que están en contacto en el hogar con casos de tuberculosis

pulmonar bacteriológicamente confirmados y los grupos en riesgo clínico (por ejemplo, las personas

dializadas). La meta de ofrecer a 30 millones de personas tratamiento preventivo contra la tuberculosis

en el periodo de cinco años entre 2018 y 2022, establecida en la reunión de alto nivel de las Nacio-

nes Unidas sobre la tuberculosis, se desglosaba del siguiente modo: 6 millones de personas con VIH y

24 millones de personas que están en contacto en el hogar con casos de tuberculosis (4 millones de

menores de cinco años y 20 millones de otros miembros de hogares en contacto con personas afectadas

por la enfermedad).

5

En 2018, en el ámbito mundial, 65 países notificaron haber puesto en marcha tratamiento preventivo

contra la tuberculosis para 1,8 millones de personas con VIH (61% en Sudáfrica), frente a 1 millón en

2017. La cifra de 2018 sugiere que la meta de 6 millones establecida para el periodo entre 2018 y 2022

puede alcanzarse. En los 16 países con alta carga de TB o TB/VIH que declararon ofrecer tratamiento,

la cobertura variaba del 10% de personas con VIH recientemente inscritas en programas de atención en

Indonesia al 97% en la Federación de Rusia. En conjunto, en los 66 países para los que podía calcularse,

la cobertura era del 49%.

El número de personas que están en contacto en el hogar con casos de tuberculosis y que habían iniciado

tratamiento preventivo en 2018 era muy inferior: 349 487 niños menores de cinco años (20% más que

los 292 182 de 2017), lo que equivale al 27% de los 1,3 millones que podrían ser tratados, según las

estimaciones; y 79 195 personas en otros grupos etarios (30% menos que las 103 344 de 2017). Para

alcanzar las metas establecidas en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas será necesario inten-

sificar considerablemente los esfuerzos.

En 2018, 153 países declararon ofrecer la vacuna BCG como parte habitual de los programas de inmu-

nización infantil, de los que 113 señalaron una cobertura de ≥90%.

Financiación de la prevención, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis

La financiación para la prestación de servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento de la tubercu-

losis se ha duplicado desde 2006, pero sigue siendo insuficiente para lo que se necesita.

En los 119 países de ingresos bajos y medianos que aportaron datos (que concentran el 97% de los casos

de tuberculosis notificados en el mundo), la financiación alcanzó US$ 6800 millones en 2019, frente a

US$ 6400 millones en 2018 y US$ 3500 millones en 2006. Ahora bien, el monto de 2019 es inferior en

US$ 3300 millones a los US$ 10 100 millones necesarios, según las estimaciones recogidas en el Glo-

bal Plan to End TB 2018-2022 de la Alianza Alto a la Tuberculosis, y poco más de la mitad de la meta

mundial de lograr al menos US$ 13 000 millones anuales para 2022, acordada en la reunión de alto

nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis.

Como en años anteriores, la mayoría (87%) de los fondos disponibles en 2019 provienen de fuentes

nacionales. Esa cifra conjunta está muy influida por los países del grupo BRICS (Brasil, China, Fede-

ración de Rusia, India y Sudáfrica). Esos países aportan el 53% de la financiación disponible en 2019,

y el 95% de su financiación procede de fuentes nacionales. En la India la financiación nacional se ha

cuadruplicado entre 2016 y 2019.

En otros países de ingresos bajos y medianos, la financiación procedente de donantes internacionales

sigue siendo crucial y representa el 38% de la financiación disponible en los 25 países con carga alta de

tuberculosis, exceptuando los del grupo BRICS, y el 49% de la financiación disponible en los países de

ingresos bajos.

La financiación procedente de donantes internacionales asciende a US$ 900 millones en 2019, el 73%

de la cual proviene del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (el Fondo

Mundial). Este total es muy inferior a los US$ 2700 millones necesarios anualmente, según se estima

en el plan anteriormente citado. El principal donante bilateral es el Gobierno de los Estados Unidos,

que aporta casi el 50% del total de la financiación de donantes internacionales para la tuberculosis,

cuando se combina con los fondos encauzados a través del Fondo Mundial y asignados por este.

Cobertura sanitaria universal, acción multisectorial y determinantes sociales

Las metas intermedias de la Estrategia Fin a la Tuberculosis para 2020 y 2025 solo se pueden lograr si

se prestan servicios de diagnóstico, tratamiento y prevención de la tuberculosis en el contexto de los

avances hacia la cobertura sanitaria universal (CSU) y si se pone en marcha una acción multisectorial

para abordar los determinantes generales que influyen en la epidemia de tuberculosis y sus efectos so-

cioeconómicos.

La CSU significa que todas las personas pueden acceder a los servicios sanitarios que necesitan sin

sufrir dificultades financieras. Con la meta 3.8 de los ODS se busca alcanzar la CSU en 2030; los

6

dos indicadores para el seguimiento de los progresos son el índice de cobertura de los servicios de

la CUS y el porcentaje de población que experimenta gastos domésticos sanitarios elevados en relación

con los otros gastos domésticos o los ingresos.

El índice de cobertura de los servicios aumentó constantemente entre 2000 y 2017, desde un valor

conjunto de 45 (sobre 100) en 2000 a 66 en 2017. En los 30 países con carga alta de tuberculosis (con

el 87% de los casos mundiales de tuberculosis) ese índice se situó mayoritariamente entre 40 y 60, lo

que demuestra que aún queda mucho por hacer para lograr la CSU en esos entornos. Los valores más

elevados registrados en el Brasil (79), China (79) y Tailandia (80) son alentadores.

En 2015, al menos 930 millones de personas, es decir el 12,7% de la población mundial, se enfrentaron

a gastos sanitarios catastróficos (definidos como un porcentaje igual o superior al 10% de los gastos o

ingresos domésticos anuales), frente al 9,4% de 2010.

En 2018, según las estimaciones, 2,3 millones de casos de tuberculosis eran atribuibles a la subalimen-

tación, 0,9 millones al tabaquismo (de los que 0,8 millones eran hombres), 0,8 millones al abuso del

alcohol, 0,8 millones a la infección por VIH y 0,4 millones a la diabetes.

Tras la petición dirigida al Director General de la OMS en la reunión de alto nivel de las Naciones

Unidas, en mayo de 2019 se publicó un marco de rendición de cuentas multisectorial para la tuberculosis

(MRC-TB). Los países reciben apoyo para que adapten y utilicen el marco.

Investigación y desarrollo

Las metas de los ODS y de la Estrategia Fin a la Tuberculosis para 2030 no se podrán cumplir sin

intensificar la investigación y desarrollo. Se necesitan avances tecnológicos de aquí a 2025 para que la

disminución anual de la tasa de incidencia mundial de la tuberculosis pueda acelerarse a un promedio

del 17% al año. Entre las prioridades cabe citar las siguientes: una vacuna que reduzca el riesgo de

infección, una vacuna o nuevo tratamiento farmacológico que reduzca el riesgo de tuberculosis en los

1700 millones de personas que ya tienen infección latente, pruebas diagnósticas rápidas que se puedan

utilizar en el lugar de consulta y pautas más simples y cortas para tratar la enfermedad.

Son muchas las pruebas diagnósticas en fase de investigación, pero en 2019 no han surgido nuevas

tecnologías. Al mes de agosto de 2019 había 23 nuevos fármacos, varios tratamientos combinados y 14

vacunas candidatas en fase de ensayo clínico. Recientemente se descubrió que la vacuna candidata

M72/AS01E protegía contra la tuberculosis en un ensayo de fase IIb entre sujetos con infección latente

demostrada. Si los resultados se confirman en un ensayo de fase III, esta vacuna podría transformar las

actividades mundiales de prevención de la tuberculosis.

Los últimos datos publicados por Treatment Action Group muestran una financiación de US$ 772 mi-

llones para la investigación y desarrollo contra la tuberculosis en 2017, cifra muy inferior a la meta de

al menos US$ 2000 millones anuales establecida en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas

sobre la tuberculosis.

Conclusión

Los dirigentes de todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas se han comprometido a «acabar

con la epidemia mundial de tuberculosis» para 2030, apoyándose en metas e hitos concretos.

Se está avanzando en ese sentido. Los indicadores mundiales para la reducción en los casos y el número

de muertes por tuberculosis, la mejora del acceso a prevención y atención de la tuberculosis y la mayor

financiación son progresos en la dirección correcta. Una región de la OMS y siete países con alta carga

de tuberculosis están en vías de alcanzar las metas intermedias de 2020 para la reducción en los casos

y el número de muertes por tuberculosis.

No obstante, el ritmo de los progresos en el ámbito mundial y en la mayoría de las regiones y países no

es suficiente. En los tres próximos años, la financiación anual para la prevención y atención de la tu-

berculosis y para las investigaciones contra la enfermedad debe aproximadamente duplicarse, el acceso

a la atención y el tratamiento preventivo de la tuberculosis debe ampliarse, los considerables costos a

7

los que se enfrentan los pacientes y sus familias deben mitigarse y la acción multisectorial sobre los

determinantes generales de la epidemia de tuberculosis debe intensificarse.

El informe del Secretario General de las Naciones Unidas a la Asamblea General en 2020, que se pre-

parará con el apoyo de la OMS, ofrecerá la próxima oportunidad de evaluar los progresos hacia el logro

de las metas e hitos acordados contra la tuberculosis.

1 El riesgo a lo largo de la vida oscila entre el 5% y el 10%.

2 Tanto aquí como en el resto del informe, estos «intervalos» se refieren al intervalo de incertidumbre del 95%.

3 Cuando una persona VIH-positiva muere de tuberculosis, la causa subyacente se codifica como VIH en el sistema de

la Clasificación Internacional de Enfermedades.

4 Los otros 22 son: Angola, Brasil, Camboya, Congo, Etiopía, Federación de Rusia, Kenya, Lesotho, Liberia, Mozambique,

Myanmar, Namibia, Papua Nueva Guinea, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República Popular

Democrática de Corea, República Unida de Tanzanía, Sierra Leona, Tailandia, Viet Nam, Zambia y Zimbabwe.

5 El intervalo de incertidumbre del 95% es 420 000-560 000.

6 Definida como la resistencia a la rifampicina y la isoniazida.

7 Incluidas las muertes por tuberculosis de las personas VIH-positivas y VIH-negativas.

8 En la figura 4.2 se muestran otros países con grandes incrementos relativos en 2016-2018.

9 Los otros seis países se muestran en la figura 4.20. 10 Los números citados se refieren a casos pulmonares.

11 Las cuatro pautas terapéuticas recomendadas actualmente por la OMS se explican en el capítulo 5.