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ISSN: 1138-9664 2001,4 77-88 SÍMBOLOS Y ESPACIOS EN LABIRINTO DE INVERNO DE FERMIN BOUZA ALVAREZ MARIA MARTfNEZ XOUBANOVA Universidad Complutense de Madrid A RAUL 5. Y ANA A. R ealizar un estudio sobre el sistema simbó- lico de esta obra es ya una tarea compro- metida pues, como señala Beusoño, codo imbo/o es siempre fico de indeterminaciones y entrevistas penumbrasi y por le tanto, nuestro aná- lisis reduce inevitablemente el poema. Pero esta reducción no sólo afecta a la calidad de los símbolos expresados, sino también a la cantidad que Labirin- iv de inverno ofrece; los que aquí se exponen quie- ren ser, únicamente, una muestra representativa. Asimismo, el objetivo de este artículo es el de señalar no sólo la importancia que el espacio cobra en [a estructura simbólica de la obra, sino también la función que éste cumple con respecte al tiempo; en las páginas del libro, asistiremos a una revalori- zación de la dimensión espacial frente a la tempo- ral, que irá progresivamente anulándose. 1. ESTRUCTURA SIMBÓLICA ESPACIO-TEMPORAL El titule de la obra nos hace referencia a las des principales coordenadas que rigen la vida humana: el espacio, representado en la obra por ci laberinto y el tiempo, expresado a través del invierno. El laberinto es un símbolo de tradición ances- tral. 2 Se documenra ya en las culturas primitivas en las que parece indicar la naturaleza de la vida huma- ria, plagada de dificultades y obstáculos. Se trata de una estructura arquitectónica y espacial que suele usarse para proteger su centre. Éste guarda un secre- re que sólo le es revelado a les audaces que son capa- ces de superar las dificultades del camino. Debe Bousoño, Carlos, 7?oria de ti expresión poética, Madrid, Gredos, 1990, Vol 1 (p.l3). Biedersnann, H., Diccionario de símbolos, Barcelona, Edi- clones Paidós, 1993. tenerse en cuenta que el laberinto es un espacio des- conocido, que se traduce en una extrañeza que afec- ra al lector y a la voz poética del libre. Ambos igno- ran qué se encuentra en el centre de esa estructura compleja. El secreto que se busca no tiene por qué ser un tesoro; puede tratarse de una trampa que nos aniquile o incluso, de un sistema infinito que nos devuelva al punto de partida. En este último caso, estamos ante un laberinto en espiral en el que se refleja un continuo caminar. Así pues, el laberinto implica el desconocimiento del camino pero tam- bién un desconocimiento de su sentido, que sólo hallaremos en la travesía. Es inútil no participar en juego. Estamos dentro, nacimos allí y somos eso. A partir de estas premisas todo es elección. Qué camino hemos de escoger o el ritmo de nuestro paso depende de nosotros. Esta concepción de la vida como búsqueda es muy antigua y se refleja en todos los momentos de la Historia: desde el arcaico juego de la oca3 y las ancestrales inscripciones prehistóri- cas,4 basta las modernas teorías existencialistas que afirman que somos Jibres para todo excepto para dejar de serlo5. Evidentemente, en la ruta descono- cida se generan conceptos como el miedo, la parali- zación, la esperanza, la decepción o eJ desee de huida. Así pues, ej viajero revela en la travesía el héroe o el mediocre que guarda en su interior. Llarch, Joan., Historias de .4, Cataluña mágica, Barcelona, Plaza y ¡ana (p.l 6). ~Jhidem. «El hombre es Libre,.. Estoy condenado a existir para siem- pre allende de mi esencia, allende los móviles y los motivos de acto: estoy condenado a ser libre. Esto significa que no podrían encontrarse a mi libertad más límites que ella misma», Sartre, J.P, El sery la nada, Barcelona, Alraya, 1993 (p.466) hombre está condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado así mismo, y sin embargo, por erro lado, libre, porque una vez atrojado al mundo es responsable de todo lo que hace, Sartre, JE, El existencialismo es un humanismo, Bar- celorra, Edhasaj.989 (p.26}.

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ISSN: 1138-9664

2001,4 77-88

SÍMBOLOS Y ESPACIOS EN LABIRINTO DE INVERNO

DE FERMIN BOUZA ALVAREZ

MARIA MARTfNEZ XOUBANOVAUniversidadComplutensede Madrid

A RAUL 5. Y ANA A.

Realizarun estudiosobreel sistemasimbó-lico de estaobraes ya unatareacompro-metida pues,como señalaBeusoño,codoimbo/oessiemprefico de indeterminaciones

y entrevistaspenumbrasiy por le tanto,nuestroaná-lisis reduce inevitablementeel poema. Pero estareducciónno sóloafectaa la calidaddelos símbolosexpresados,sino tambiéna lacantidadqueLabirin-iv de inverno ofrece; los queaquí se exponenquie-ren ser, únicamente,unamuestrarepresentativa.

Asimismo, el objetivo de este artículo es el deseñalarno sólo la importanciaqueel espaciocobraen [aestructurasimbólicade la obra,sino tambiénla función queéstecumpleconrespecteal tiempo;en las páginasdel libro, asistiremosa unarevalori-zaciónde la dimensiónespacialfrentea la tempo-ral, que irá progresivamenteanulándose.

1. ESTRUCTURA SIMBÓLICAESPACIO-TEMPORAL

El titule de la obranoshacereferenciaa las desprincipalescoordenadasquerigen la vida humana:el espacio,representadoen la obrapor ci laberintoy el tiempo, expresadoa travésdel invierno.

El laberinto es un símbolo de tradición ances-tral.2 Se documenraya en las culturasprimitivas enlas quepareceindicarla naturalezadela vida huma-ria, plagadade dificultadesy obstáculos.Se tratadeuna estructuraarquitectónicay espacialque sueleusarseparaprotegersucentre.Ésteguardaun secre-re quesólole es reveladoa les audacesquesoncapa-ces de superarlas dificultades del camino. Debe

Bousoño,Carlos, 7?oria de ti expresiónpoética, Madrid,Gredos, 1990,Vol 1 (p.l3).

Biedersnann,H., Diccionario desímbolos,Barcelona,Edi-clonesPaidós,1993.

tenerseen cuentaqueel laberintoesun espaciodes-conocido,quese traduceen unaextrañezaqueafec-raal lectory a la voz poéticadel libre. Ambosigno-ran qué se encuentraen el centrede esaestructuracompleja. El secretoque se buscano tienepor quéserun tesoro;puedetratarsedeunatrampaquenosaniquile o incluso, de un sistemainfinito que nosdevuelvaal puntode partida. En este último caso,estamosanteun laberinto en espiral en el que serefleja un continuo caminar.Así pues,el laberintoimplica el desconocimientodel camino pero tam-bién un desconocimientode su sentido, que sólohallaremosen la travesía.Es inútil no participareneí juego. Estamosdentro, nacimosallí y somoseso.A partir de estaspremisastodo es elección. Quécaminohemosde escogero el ritmo denuestropasodependede nosotros.Esta concepciónde la vidacomo búsquedaes muyantiguay se reflejaentodoslos momentosde la Historia: desdeel arcaicojuegode la oca3y las ancestralesinscripcionesprehistóri-cas,4 bastalas modernasteoríasexistencialistasqueafirman que somosJibres para todo excepto paradejarde serlo5. Evidentemente,en la ruta descono-cidasegeneranconceptoscomo el miedo, la parali-zación, la esperanza,la decepción o eJ deseedehuida. Así pues,ej viajero revela en la travesía elhéroeo el mediocrequeguardaen suinterior.

Llarch,Joan.,Historiasde .4, Cataluñamágica, Barcelona,Plazay ¡ana (p.l 6).

~Jhidem.«El hombreesLibre,.. Estoycondenadoa existir parasiem-

pre allendede mi esencia,allendelos móvilesy los motivos demí acto: estoycondenadoa ser libre. Esto significa quenopodríanencontrarseami libertadmáslímitesqueella misma»,Sartre,J.P, El sery la nada, Barcelona,Alraya, 1993 (p.466)

eí hombreestácondenadoaserlibre. Condenado,porqueno se hacreadoasímismo,y sinembargo,porerro lado,libre,porqueunavez atrojado al mundo es responsablede todo loquehace, Sartre,JE,El existencialismoesun humanismo,Bar-celorra,Edhasaj.989(p.26}.

MARIAMARTÍNEZYOUBANOVA SÍMBOLOS YESPACIOSENlABIRINTO DL INVERNO DE FERMÍNBOUZAALVAREZ

El invierno es también otro símbolo con unagrantradición; es la épocadela muertede la natu-ralezaen Ja que todo pareceextinguirsey por eso,se asociacon la oscuridady la noche.En algunosmomentos,los poemasse presentana oscurascontan sólo unapequeñaluz en la líneadel horizonte.Laestaciónde la que tratamosse analizaen el libredesdevarios niveles de profundidad;es un invier-no real y físico a veces y en otras ocasiones,noshallamosante un invierno existencial. Esta esta-ción está configurada a través de la lluvia, queinunda las páginasdel libre y que representaelpoderde la adversidadt

El laberinto de invierno, unión de ambossím-bolos, es la dificultad vital que el poetaintentarásuperar.Estano es otraque la propiasoledad:el yopoéticose irá ensombreciendo,desfigurándose,anteunafuerzaquelo dejavacie. El invierno le vuelvehueco porque en él todo es ausencia(presente,pasaday futura). La mismaesenciadel serhuma-no parecedefinirsea travésde ella. El peregrino,que aún guarda un finísimo hilo de esperanza,intentasabersi se escondealgo detrásde la triste-za y la dificultad; si éstaes partede su vida e es lavida misma. Pero el protagonistase equivoca enalgo: no podemos negar que la vida tiene susmomentosdifíciles perosi, a medidaqueavanzaeípoema,descubriremosqueci invierno se identifi-ca con la memoriay no tanto con la ausencia,quees sri consecuencia.Todo estoformapartede unaconcepciónexistencialy ontológicamuy cencretaque constituirála piedraprimigenia,el centredellaberinto,la verdadrevelada.Peroestosconceptosíes dejaremosparael final del análisis.

El sistemasimbólico de la obraes complejo,notanto por los símbolosescogidoscomo por la com-binaciónde los mismosquese confunden,sc modi-fican y se simbolizanunosa otros. El laberinto seidenrilicaen otros poemascon ei Caminode San-

riago dondeel peregrinese enfrenraconlas dificul-radesde la ruta, perotambiénseasociacon la nave-gación; en ella, el tt-ipulanredel barco debelucharcontrala adversidadde las olas:hai un inverno nosocéanos!unhaproaco rostro dequenJbxe/unhaaltísi-ma auga caendo na cuberca!aflíndindo o navío..,Labirinco de inverno que nos twa ó naufraxio (p.140). El cielo (identificadocon el mar), desarrolla

Mejía,U., Prólogoa Antologíaáepoetasgallegos(inédito>.

tambiénestafunción: Os ollos alongándose!nosaltoslabirintos/domar inverso (p. SI)?

EJ invierno es frío y IJuvia pero también oJeaje,nochey sombra.Es la ciudadde SantiagodeCom-postelay es,en último término, el pájaro:ó incóg-nito paxaro dos- ix vernos!a testa no cristal os al/osquedos/repenicandoa alma co seupeceirofrio(p. 16).

Detrás del símbolo de una nube o un barcopodemosver también al peregrino.Peroestossím-bolosno se presentansolos:atributos,personajesyespacioscomplicanJa comprensióndel texto.

Pero además,la obra nos presentaun laberintode laberintos y un invierno de inviernos que semanifiestan,comohemosintentadoexplicar,a tra-vés de íes distintosaspectosde la vida humana.Cadauno de elles tienesu sistemasimbólico pro-pie y abiertoque permitela incursiónde unosenotroshastaformarunacomplejamadejasimbólicaen el que todosse hallanmezcladosa pesarde suparticularidad. Intentaremosenumerar de unamaneraaisladacuálessen estos laberintosen losque el poetase encuentrapara lograrexpresardeuna forma más clara el contenido.Sin embrago,debemosseñalarque éstos no puedenni debendisociarseasí porqueformanpartedel mismo labe-tinto que es la existenciay por lo tanto,dependenunes de otros como parres de un todo. ¿Cómoentendereí laberinto del yo, si no tenemosencuentael de los erres?o, ¿cómoopinar de Diosprescindiendode ellos?

]. LABERINTO i)FL 10

El viaje iniciátice es en el poemarioel recorridopor la interioridaddel ye poéticoque seadentraenles laberintosde la introspección.El sujeteinten-ra encontrarsey salvarsea sí mismo frentea la cre-cientepresenciadel dolor, la soledady la melanco-lía. Las ausenciasy los recuerdostiendena sumiral

BeuzaAlvarez, Fi, Labi,-ineodeinterno, SantiagodeCom-posrela,Edici¿nsSotelo Blanco, 1990.En imágenescomoestaspodemosencontrarunavinculación entre[a poesíade l3ouzayla je Salinaso JuanRamónJiménez.La confusiónde estos dosespacioses muy frecuenteen la poesíade ambospoetas.«¡Oh‘‘tal, ciclo rebelde/caídodc los cielos!» CJin,¿ncz,J.R.,Diario ele

un pm-ra reciéncasado,Madrid, Visor, 1995 ».. lisias) Van a sucieltv/ su cielo eí mar,queazul, cielo duplica.!», SS.linas,Pedro,ibelo más claro. 171 Conreosplááo,Madrid, Alianza Editorial,1993 (pl

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MARJÁMARTJÑEZXOUBANOVA SÍVIBOLOSYRS7’ACIOSENLABIR.INTO DE INVERNÉ) DEFERMÍNBOUZAALVAREZ

poetaen la tristezaque va ganandoposicionesensu almay que amenazacon consumirla.

En estelaberinto,nosencontramosalgunossím-bolos queconfiguranlo que acabamosde explicar.El invierno (el dolery la soledad)cercaunacasaenla quesóloel protagonistahabita.Pecea poco,loselementosde vida se han alejadoy dejanal poetaabandonadoy temerosofrente al frío. Estacasa,quees la representaciónmismadel alma, seprotegedelgélido exteriora travésdelas ventanasy las puertas:“pecha ajiestraópaxaro” (p. 16) — dice al comienzodel libro.8

Pero es vulnerable.De hecho, existetina partedela casaen la que el inviernoha entrado.El salónde sueloajedrezadocon un granmiradorquedaalbosqueesla estanciaque el invierno,con sussom-brasy humedades,ocupaa pesarde tos mediesquese ponenpararetenerlo.El alma,que se defiende,no ha podido evitar que la soledady la tristezaleinvadan.Se trata de unacasatomadaquerespon-de muy bien a la narraciónde Cortázar)Las pre-sencíasdel salón no parecenestartranquilas.Lasoledadde estaestanciaamenazaal restode la casae irá progresivamentetomando posicioneshastaquerer adueñarsede la figura del propio poeta:[sembrasj arrio/atlas, xuntas no escuro rabaño! enprocesiónceimudaqueocupaoscuartos.. (p. 61). Unborne frente ás sombras,! nesa escura batalla! doinvernocontra el! sen axudasequeradesi mesmo,!sóé unha nada agardandoa derroca (p. 64).

En estapartede la casaestáel fraile barométri-cequeregistrala presenciade les elementesinver-nalesy se almacenanobjetosde antepasadosquedesaparecieronen esaotra forma de ser vencidopor la sombraque es la muerte. Perfumes,som-breros,fotografías(poemadela p. 17)... recuerdanal poetala ausenciade seresque ya no esran:cone-cer ó sendonopo/o obxecco,!a presenciaalongándosenos signes,!a persistencia da melancolía!atén damesmamorce (p. 110). Los objetes(bazar asasmno,p. 93) poseeneseextrañodon de la evocaciónque,comeveremos,es una de las peores trampasdelinvierno:A malí/ita semánticadasceusas!quesósone/as mesmas!para o maxínabsurdo! dun gramáticofrío (p. 166).

Nprovechansosparahacernotarque la segundapersonacs polivalentey lleva, en algunoscasos,aunaconfosionInter-pretativa.

Cortázar,l.~ Casatomaday otros re/uros, Madrid,Aguilar,1995 (pp7-l7).

Allí se encuentratambiéneJviejo reloj, elementemaldito, que tienemuchoquever con la memoriay con la concienciadel paso del tiempo: no escurocorredor!orn/e o reloxio coida! o transcursodo tempona entra bandada casa (p. 179).

Pero en el laberinto de invierne del alma existeuna presenciaque persenificala amenaza.iÚEn elsalón habirael ajedrecistacon su perro negro queretaal poetaa una difícil e imposiblepartida: Labi-rinto de inverno co xaquede caba/o! ¿endeestán jisaxudasqueagardabas!dosmescrese doslibros,! ce reia piquesdeperdelocodo,!o treno, a dignidade,jis altasluces!dosseuso/los 4/ti vos ó devaloda tarde? (p. 85).

Peroademás,desdela ventana,se observala pre-sendadel pájaroal que le hemoscerradolas puertasy que es el símbolode invierno,es decindela partedel poetaatrapadaen la ausencia(quees soledad,anhelos,memoria...).Se tratade un ave al que noapetecemirar porque trae tristezasy doloresanti-guos que forman partede nosotrosmismos. Sinembargo,estepájaro llama y repiqueteaen el cristalcon su pico heladoparadejarle pasar;su presenciaagobiaal poetaquequierealejarloy olvidarlo.

Frentea este lado de la casa,el laberintodel yoguardasu espaciointacto (cadavez más pequeño)dondeaúnexistealgodeluz y puedetomarseel caféque reconforta.Es la débil esperanzaque se resisteamorir: Ficaremoscercadospero vivos (p. 104). Éstaestá presentetambiénen eí pequeñorefleje del solque observaen el horizonteoscuro:ficamossósnostongoscorredores!sós nosenanosvacíosendeos mazásrecendmn!sósceínfimosol! no miradorsennaide!liñasdeluzcomanaval/asfi-rs. (p. 27).

2. LAIwR1~To DEL OTEo

En estabúsquedadesalvaciónfi-ente a la soledady a la nada,el ye poético descubreotros laberintosque podemoslocalizar en la relación con los erres.De un lado el amory la amistadofrecende nuevouna doble cara. Por una partesuponenuna espe-ranzaparaacabarcon la melancolíaque abordasualma: eso/lespara ver!a bocaparaabrirse ó avanzarda laval queprocura o tea centro!de laberintoa labe-rinco!.. dendeten centro ó centro da viaxe!no frndoe/osespellosende...semiran ósolIos osamadores,lentos

Pcrsoniñcaciéndeun símbolo.

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MARIAMARTIÑEZXOUBANOVA sÍMBOLoSVESPAtIOSLVLABIRINTO DEINVERNÉ) DE FERMÍNBOUZI ALVAREZ

(p. 134).Por otrasinembargo,seconvierteen frus-tración,enorigeny causademayorsoledad,ya queel amor no funciona,no logra aportar eí entendi-mientonecesarioy sólo se concibecomo unahuidainútil. De esta manera,el poeta dice no quererpa/abras!co impávido señor dos amoresinmóbiles!con lumes queson xeos, vacíos na brancura! do senfrío sentir (p. lO6).~~ Asimismo, le dice a la amadaque el peerde sus inviernos es el de ella. El amoracabapor sumarsoledades:de códolosestragos!nadacoma teus o/los! semel/andoas ruinas dunha estaciónno invernol.. chegandode ninguresnun expreso Ion-xano...chegandodeoncro tempo(p. 127).El poetascdebateentre ambasopcionesaunque,de nuevo, lanegativapareceser muchomásfuerte.

Peroenel laberintodelyo frenteal errose inclu-ye también la vida en sociedad,la política. EsteJaberintoes el Camino de Santiagoque rjene su

invierno en la Compostelade la dictadura fran-quisto, segúnse deducede las alusionestextuales.Las callesy la piedrade Santiagosen la imagendeuna sociedaddura e inflexible que no se mueve,que seviste de negroy de agua,queahogacon eííolas libertadesy que pareceya irrecuperable.Es unámbito llene de espaciosquea chuvia ocupadeudosempre! dendea orixe do mundo,no inverno intermi-nable(p. 89>. El enemigosocial (equivalenteal aje-drecistadela casa)estápersonificadoen censoresymandatariosdel régimen:meiraderesde medo]habi-cabannostúnelesdo estrago!e comerciabanco silencio!dassombrasalongándose!no cerneeL memorialnego-ciando co medo na cidade ca/ada (p. 164). Eran—dice— cemposescuras(p. 164). Pero frente a eíío sehalla el café, último reductode unalibertad que,como ci alma, se encuentracercadapero viva. Elcafé, húmedoy amenazadopor la lluvia de la ciu-dadque le alberga,es el centrede las charlas,de laexpresiónlibre y del sueñe.Aquí encentramosdenuevo la fuerzade la esperanzay la fe. Otra vez,rodo pareceabocadoa la destruccióndel hombreen el laberintoa manosdel enemigo(p. 54).

PeroSantiagono essóloun inviernepOlíticosinoque es también la suma de muchos laberintos deinvierno en los que peregrinansus habitantes.Unlaberintode laberintos:a cidacleé o ánimo mollado

La oposiciónentremovilidad y quietud va a estar muy

relacionadacon las propuestasdel auroral final dc la obra. Loinmóvil sevinculo con la pasividady la huidadcl coniprenii-so vital: Pero non sendo isto un tratado áeornitoíoxía, senónunha guía para a acción só Inc resta pro/sor ó lector... recreo-Liangustiaata sentirseináis libre. (p. 208).

dosseusvermes(p. 96) ... quesonescurosporqueasísefixeron!paseniñoa eles mesmos!,.deixan o semefríocandofalan de amor (p. 146). El poetaobservaelinvierneencadauno de los moradoresdeesaciudadcallada:o incógnitopaxarodosinvernosípeceirandonaa/ma do men raro veciño... presentenos seus ollas dederrota! no seu anclar calado!arredor do seu medo!nocauto pasoda mulle] achigándosea el con pés dechumbo.(p. 112).

3. L..~1wl~.íy,’o DEL IIOMI3EF? FRENTE x l)íos

En la obraseperlila la amenazade undios imper-fecro y malvado,incapaz de poderponer fin a suinvierno, maquinariadiabólica creada para hacersufrir al hombre.Baje estavisión anrireisrase perci-be la sospechadel yo poéticoelela sinrazóndela viday la concepciónde ésta como un absurdo.Aquí seescondela probabilidadde queno existaun sentidoal final del laberinto que,al menos,le de unaexpli-cación.Esteese

tdiosdelos hombresdepechodepól-vora mojadapor la lluvia, dueñodeun laberintoquesólo es de invierno y que es eí reflejo de la realidadquecircundaal poeta.Veu a mañámorniñacomoseun deuschegase!amainandoo que el mesmodesatara!nunancol/o benpropio da sria condición. (p. 42). Dioses un ser, descontentoco sen mesmotrabal/o! eterna-mentesópo/a alta sombra!sen sequerapoderpara-lainverno!por non contradecirse(p. 103).

Pero aunqueeste dios es despiadadopor crearun mundoimperfecto,eí poetasigueconfiandoenque estacreaciónsuyasea también imperfectaensu sufrimiento.De nuevo aparece,tímida, la espe-ranzaen formade pregunta:¿pero é razonableundeusilimitado? (p. 42).

II. OBJETOS Y ARMAS PARACAMINAR EN EL LABERINTO:EL ESPEJO

En este sistemasimbólico, ci espejo cebra unafunción muy importantepues tieneun valor ambi-guo; de un lado es el armade la que disponemosparaobservarnosy de otro, esel quenosofrecerefle-josquenosinducena error. La concienciao espejo,hija del propio laberinto,parricipadesuscualidades.A travésde ella nosadentramosen el alma sin dar-nos cuenta de que la concienciase ha forjado denuesuapropiaconfusióny quesólo mira a travésde

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MARIAMARTÍ/VEZXOÚI3AVOVA SíMBOLOSYESPACIOSENLABLIUNTO DE INVERNÉ)DE FERMÍNBOUZAALVAREZ

las estructurascóncavasy convexasde nuestraexpe-riencia. La obrava a estarplagadade estos instru-mentesque se multiplican en las páginasdel libre.En el interior de la casa,se reflejansus“deshabitan-tes”; en Santiago,se forman en los charcosde lascallesy en la piedrade la calzadaparareflejary mul-tiplicar Ja soledad. Cada unede estos laberintoscuentaconsuspropiosespejosen los que eí hombrese reflejay casinuncase reconoceporqueseniegaaaceptarle observadoen cílos (nin se enconcracons¡~o¡za imaxeacuosa!quedevo/veo espeio,p. 69).Lo queen ellos ve es, en muchasocasiones,el refleje de laderreray del miedo queprovocala tiraníadel deve-nir temporal.Por eso,a veces,desearomperlos,fal-searlesu obviarlosen un afán de huidade su propiatristeza. Los ojos (de la conciencia) que miran lastunasde estosobjetesmágicossenal mismo tiempoespejes.Es un juegoóptico laberínticoqueencierraal sujeteen la trampade suspropiosengañes:ceuso/los sondous tránsitos!para o íntimo medo, corazón(p. 137>. Los ojos son húmidoslabirincosde miradaimprecisa(p. 69).

Es inútil acabarcon el espejoporquecon elle nonos cambiamos,simplementeno queremosmirar,nos negamosa adentramosen nosotrosmismos, amadurar.Por eso,el poetacomprendequeéseno eseJ caminecorrectoy se dice: co/le do chan o espella!recompónos anacos!limpa do sangueos tetisfiridosollos!prepáraceo cafr! atacao medo!descesúpetoeseron-do!Movea rabiapolofrío chan!agardaqueo inimzko!errea xogadapróxima!Moveo áal/e agarda (p. 83).

La derrotahacecurvo el espejodel ojo que todolo percibedesdesu visión perdedoray triste : atezado mundo!é a certezada imaxinaciónalongandoa memoriapara frra! daspálpebrasí..espello! quedevolveasimaxesa gustodequen mira! invernoquesefo! po/a medidado teupropio inverno (p. 82). Elespejoes,por tanto,algo quenosatraeperoque nodominamosy en consecuencia,es capazdedevorar-nos.Si al mirarnosencontramosdesolación,puedeque interpretemosesta revelacióncomo la imagendenosotrosmismosy entonces,nosperdamosenél,Pero no debemosolvidar que no es la imagendelespejola quecreala figura, sino al contrario.

III. ACCIÓN DEL PROTAGONISTA.PROGRESION

A pesarde lo quepuedaparecerpor el plantea-mientoanterior,no es el invierneel queacabacon

el protagonista.El poeta, perdido en el laberintode lluvia, logra sobrevivira él con éxito. Es ciertoqueel invierne sehaceprogresivamentefuerteantela poca resistenciadel sujeto a defendersus espa-cies, peroeí desarrollodel poemarioviraráel rumbode los acontecimientos.Primero, el invierno seanunciacomo una presenciamolesta:que invernonosespera!¡za escumadasfirvenzas!¡za lareira vacía!por un golpe de morce!nosteus o/las xeados!polospri-meirosfríos (p. 24). Posteriormente,los poemasasis-tirán al crecimiento del dominio invernal ante laactitud defensivade un poetaquecierra las puertasdesu casay seatemorizaanteel ajedrecista.Así tam-bién,Santiagose hacecadavez máspétreoy duromientrasel protagonistase refugia en el café. Laactitud defensivadel no iniciado, hace que ladesesperacióngane terreno: ninguén se salvaráe/estabatalla húmida (p. 44); a delicada luz! retidano horizonte!., fracasará caendo! e/ende o ceo áspucharcas (p. 92). El autor es conscientede sermiembrodel laberintoperono es capazde avanzarcon paso firme. Camina temerosode lo que leaguardaal girar la esquina.Sin embargo,en unmomentodellibro, la débil fe en las causasperdidas(enlacasacercadaporel invierno,enel reyenjaquedelapartida,enel posibleamorque nossalve,eneírenacerde Santiago...)decideparticiparen la bata-lía. Es el mementodel nacimientodel héroe. DeSantiagoes capazde decirahora: Cidadedosegredo!fermosa coma un anxo! abrindo as ás de pee/ra noObradoiro! os o/los solidarios dos que cren noucrovento!floreceráestapee/rasóparaquenama (p. 146).

El poetaentoncescambiasu estrategiapor unaactitudofensivay bélicaen la quecogeel cuchilloy se adentraen el salón paraacabarcon las som-brasy con el estúpidoajedrecista:macaro xadrecis-ca! mataro xadrecistae/un golpe depaxaro (ya vere-mes qué significa esto) unpuñalpara a morce!doxogador mirándocepola mar de xadrezt. cravarás opuñalno vencofrío! doso/los que sonocos!mirándoteno medo (p. 136). El ye poéticofrecuentalos cafésde Santiagoy muestracon suspalabrasla fe de losque se creeny sonlibres.

Pero la guerra que se desatano presentaunaprogresiónclara. En ella se sucedenlas victoriasylas derrotasporquese trata de una lucha con unfuerte enemigo.Se estableceun pulso entredesfuerzasque cadavez sonmás homogéneas.Final-mente,el poetaacabarávenciendoy la fe que le haayudadose conviertepaulatinamenteen certezay

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MARÍAMARTÍNEZXC)URA]VOVA SÍMBOLOSYESPACIOSENLABIRINTO DE INVERNO DE EERMIÑBOUZAALVAREZ

por último, en realidad:fusil de balasqueson lumes!dunhaclara victoria!.. ¡za alegríadosdías queven-cerón o cempo(p. 184). 0 corazónrexorde!Luzgar-da coma un soño que era aire! o xadreciscade anu-badoso/los! morrendeamor vencido(p. 194). Perocómose forja rodo,es unahisteriamás larga.

IV. PERSONAJES FEMENINOS DE LAOBRA: ENTRE EL PODER I)EARIADNA Y EL DOMINIO DELtJZGARDA

Antes de explicar cuál es la verdadque el poetadescubreen su camino,convienehablarde los desgrandessímbolos femeninosdel libro: Ariadna yLuzgarda.Comohemosdicho, la batallase estable-ce entrela desolacióny la esperanza,queacabaporvencer.Ambas fuerzasse personificanen estasdesfiguras. El personajede Luzgardaes tremendamen-re complejoy aunquenos hemosatrevido a inter-prerarlo,quisiéramosseñalarquese tratadeun con-cepro más amplio de lo que se exponeen estaspáginas.Luzgardaesla quenos lleva por el caminoerróneodela temporalidad,comoanalizaremosmástarde.Es un personajecon el queel ye poéticoman-tieneuna relación amorosano correspondidapor-que, aunqueLuzgardale ofrecesu cuerpoy se pres-ra al encuentrosexual,se niegaa darleel amorquebusca: O corazón vencido!esvarando¡zas altassoida-des!dunha campárachando!o espaciode agua co senInio! musicalLuzgarda!Bicha Vencidocorazón noc-turno! agáchace¡zassabaseprocura/oamornosbaixos/hndos!doceu leico de medos(p. 139), El protagonis-ta sienteunairremediablefascinaciónpor ella quelo atrapaa pesarde la mismavoluntad.Lo únicoque a cambioofrecees frustracióny un gran dolor,precisamente,por todo le que el poetaanheladeella y no encuentra:amor sena/malLuzgarda,flore/evidro! traicionandoó queama!cos tteusbeizosquefhxen(p. 162).Es la mujerdespiadaday destructiva.Peroademás,se configuracomo un ser tremendamentepoderosoy por ello, capazde provocarterror:enve-lenandoos o/los de quen mira!.. poderosae inmortalLuzgarda,amor! bestadeouro ¡za mañátraslúcida (p.102).Es la enemigaquesubyugay a quien se dirigeel poetaen unaspalabrasque buscaninútilmentecomprensión:amarás o inim¡ko cando non ceñasnada!nun instanteconfuso!cansópor un instante(p.157).Pero la crueldadconla que estaenemigatrataa susamantes,susciraenlos versospalabrasde odie:

para morrer de medo nospuñaisque empuñas!porgarda-lo misterio! macandoe/un amora quen otisase!penetrare morir no ceu segredo!Luzgarda:puta (p.144). Podemosconcluir por ahoraqueLuzgardaesla representantedel camino erróneoque escogeelpoetay queaunqueparecesalvarle,le lleva hacia lafrustración.Ella, como Ariadna. tambiéntiene unhilo, pero un hilo heladoy tramposoqueen lugardeubicar, deserienta.La actirriddefensivay sumisaque lo llena de desolaciónes eí camino que ellamarca:Luzgardanesalaminadecriscaisespe/Une/ose!en criscais! osespe/losficando nosespel/os!a auga con-

tea a auga(p. 144). Pero,principalmente,es la repre-senrantede la vida como temporalidadantela cualel hombresienteterrory se paraliza.

Frentea Luzgarda,se encuentrael personajedeAriadna que,en contraposición,representala sere-nidad.Es decir, ella esla salvadora,la queofreceelcaminecorrectoal hombrey le convierteen héroe,flmbién es poderosa,pero se muestraamableycorrespondeal amordel poeta:chegaremosa ceo-aeacougaremos!a caeóndeoutroslumes!nosespaciosqueagardana quenloica! no paraísopropio! unha noitt’deinvernonosteus beizosqueamno (p. 141).Ariadnaes el amor por la vida, el laberinto de la obra,Comeveremosal final, seráella mismala quenosrevelequeesaperegrinaxeo quesalva (p. 201) y queapacriaestáno horizonte(p. 151).Ariadnaes un serpiadoso y dulce pero gris, una tonalidad que elsujeteacabapor amarcomo partede la mujer a laque adora:amadadosquesabencoñece-loseu tenrolcorazóngris (p. 109). El gris es representantede laasunciónplenade la existenciacomo la unión dedescontraríes.

El color de Luzgardaesel blancoquecobra,enestoscasos,un valer negativoen cuantorepresen-ta el vacio y el silencio.

Como a la mujer malvada, a Ariadna sólo esposibleencontrarlaa travésdelos espejes.Es decir,a travésdeunaintrospecciónperoque,enestecaso,haabandonadoej temor:Ariadna nosvidrios ca senrostro de nube!ca seufo agardandoa quense acrevala viaxar ó invernodesi mesmo(p. 140) Ariadnadosfros,! amadadosespellos,miño dona!e señora. Queofo que mc’ e/eches!chegueata o centro do misterioesaiba! o dificil cambio(p. 78). Su hilo se encuentraarado a la tímida esperanzaque se escondíaalcomienzode la obra. Luzgardajuega con ventajaporqueofreceeí suyoenla desesperaciónquedomi-naal hombreen su invierne.Peroparadójicamente,pierde.

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MARIA MARTÍNEZXCUBANOVA SÍMBOLOSY ESPACIOSENLABIRINTO DE INVERNO DE FERMIÑBOUZAALVAREZ

Por último merecela penadestacarla importan-ciaqueen la obraadquierela figurade Ofelia. Res-catadadel dramade Shakespeare,la observamosmuertaen el fondo del agua.12 Sin embargo,estepersonajedesconciertaal poeta ya que su rostroreflejavida: nescepuntoda inverno! comose nada semovesenunca!mira os ollos de Ofilia queparecenvivos (p. 196). Éstees quizáel personajemás ino-cente del drama. Su muertees la última conse-cuenciade una locura producidapor un mundohostil y cruelante el cual acabapor claudicar. Sudemencia,como la del príncipe Hamlet,constitu-ye unahuidaanteel dolor. Beuzaescogea esteper-sonajecomo representantede la esperanzaperdiday de lavíctimaque el hombrecreaal soltarlas rien-das de su propiaexistencia.La vida que aúnrefle-jan sus ojos, expresalo mismo que esastímidasluces que se vensobreel horizonteen otros versos.Una interpretaciónmásarriesgadade estepersona-je puedellevarnosa pensarqueOfeliaes unarepre-sentacióndel propio poeta.Si tomamosel aguaenla queyaceel personajecomo un espejo(algo que,como hemosvisto, es muy frecuenteen la obradeBeuza) debemosinterpretara Ofelia como unreflejo de la partedel poetaabandonadaa la deso-lación en la que reside, sin embargo,una últimaesperanza.El poetaparece incluso confundir losejesde estepersonajecon los suyos:Ojhlia moveoso//os na flírna traspasada!de luz, tanfrrmosae tansoal non sei se vou ser dzgno!e/esta resurrección doso/los!o costumeda sombrapon un medo¡zaspá/pebras(p. 185). Ofeliaesotra maneradepoetizarel poderdel ajedrecista,Ja insistenciadeJ pájaroo Ja lluviaque ahogaSantiago:O corazón rexore/e! Luzgardacoma un sañaque era aire! o xadreciscadeanubadoso/los! morreu de amor vencido!a mirada de OJkliainza unpuntodeluz (p. 194). Denuevo el poema-rio pareceapostarpor las causasperdidasy esperalaresurrecciónde la dama: Ofilia... unhaflor emer-xendoe/endeofrndoda agua!rexurdiráda invernocoseu tráxico amor! morrerá tantasvecescomaci candoamas (p.98).

12 Se trata deunaescenamatginalde Hainletque tansólo

noses referidaa través dc las palabrasdc la reinay íes sepul-tureros ( Shakespeare,WI, Hamlet, Barcelona,Edícomunica-eión,1992,pp.I 55-158, escenaVII del acto IV y escena1,acto y). EnLahirineode interno, cl río cn ci queyaceahoga-da, se convierteen su único hábitat.Ofeliaestáya muertacnlos versosdeBouza.

V. EL SECRETODEL LABERINTO:REVELACIONES

Labirinto de invernoesunaobracomplejapor lagran cantidadde niveles de análisis que presenta.Sin embargo, en las últimas páginastodo parecesimplificarse. Las identificacionesse predigan(lossímbolosse conviertenen metáforas)’3y existeunaconexiónentrelos distintosmotivos desarrolladosalo largo del poemario.Es lógico, puestoque al finalde la obra se alcanzael conocimiento.Pero todoesto tieneunatraducciónfernial; el contenidopoé-tico se expresaal comienzoen versoparaposterior-menteoptarpor el versículo y. finalmente,por laprosa.

En las páginasde Labirinca de invernosealcan-za una revelaciónen la que el protagonistacom-prendevariascosas:en primerlugar, que es impo-siblee inútil salir del laberintoporqueno hay nadafuera de él. El laberinto es Ja vida y es absurdoignorarsu realidad.La formaqueéstetiene esla dela espiralen la que,como señalamosal comienzo,se terminaempezandounanuevaruta: chegaremosa unpuntodaprincz¡io (p. 119).

Pero descubrirque no hay salidano es en abso-luto una causade dolor parael poeta.El laberintoeternono es lo mortificante, sine la maneraen laque ese laberinto se observa.Hay que mover elespejede les ejes hastapoderencontrarunavísíenreconfortantequereafirmeel pase.El hombretienela posibilidad de elegir las característicasde sucaminar; suelosde verano o invierno puedenserpisadospor un hombrealegreo por un triste. Exis-reunaúltimaopciónqueesla dehacerdependerelpasodel sueloque se pisa:seralegreen las estanciasveraniegasdel laberintoy llorar en las frías habira-

‘~ Las característicasformalesde csraobra merecenuncstudio aparre.Lahirineode interno cs un poemarioquepre-senraun gran interésdesdeel puntodevistarctórico.Aunquereducimoseí procesoformal a una evolución dc ía expresiónsimbólica a la metafórica, no cs cxactameníeasí. De hecho,algunasmetáforasquescestablecenal final del poemariopre-senranun término real queno es tal. El términoA dela ima-gen, segúnla terminologíadeBuosoño,estáconstituido,enn,uchasocasiones,por un símbolo:eí pájaro,por ejemplo,¿a

alma dos internos. Asimismo,estetérmino puedc llegar a serla personificaciónde un clemcnto simbólico anteriormentcexpuesto(ésrcese1casodel ajedrecistaquerepresentaal miedofrenteal invierno). La obrajuegaa crearfigurasen basea unaestructuraalegórica previa, lo que cemplicala clasificación.Por eso,preferimoshablarde«identificacioncs»puestoqueeltérmino metáforaquedaalgo impreciso.

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cíenesde invierno. En estecaso,el hombrerompeel espejoporqueha dejadode buscary solamenteespera.Estoes hacersedependerde circunstanciasexternas; intentar evitar la responsabilidadsinlograrcon ello evitar el dolerpresente.queramosono, en la naturalezade la vida. Quizáéstaseaunade las primeras revelacionesque el protagonistaencuentraen el libro: la de la libertady la respon-sabilidad humanas: quen virá (hombre futuro,quizá) quenon peña!ó leico que osinvernos!fixeronparaosce>edosnaoutra bandada casa...ata quepasea chuvia/firmesnoprexuizodeconca-lasderrotasporinvernas/ea vidapo/ossolesquea/timaron(p. 67). Esdecir, que el hombreno es la circunstanciaexternay no puedejustificarsepor las dificultadesinevita-bies quepresentala vida. Debe por tanto escogerunade las des formasde afrontarla.

Evidentementesi así se planteanlas cesas,pocoshay queprefieranvivir cometristes.El problemaescómo se enfrenta la vida con alegría. Habíamosdicho que el invierno se concebíano sólo como unadificultad vital sino también como memoria. Elmismo poetalo afirma en une de sus verses:e amesmamemoria despregarla no cempa (p. 199). Laconcepciónde la memoriaen Labirinto do invernotieneunascaracterísticasconcretasquepodemosverenotros poetasy filósofos comeUnamuno14o Saíi-rras.i5 El pasadocobraunaimportanciafundamen-tal en el presentey seextiendetambiénhaciael futu-re porquese puededesearrecuperarciertascosasdeél en lo venideroo lo que es aún máscomplejo,sepuedeañorarun futuro distintoy nuevodel mismomodoen el que sesientenostalgiadel pasado:Por-quecaménhai unhamemoriadofuturo. Oqueseacre-vaa exercelaxa estáno laberinto (p. 199).El laberin-te, símbolo de la vida, se caracterizaprecisamentepor eso.El hombrehacedeciertosanhelosunanece-sidad quenacede le másprofundode la personali-dad; los añoracomo si los hubiesetenidoy los sien-re como una pérdida.

Esta memoria de pasadoy de futuro es unamáquinadiabólica. El invierno ofrecesustrampasen las queel hombreno puedeevitar caerpuesel

~ “Con recuerdosde esperanzas!y esperanzasde recuer-

des!vamosmatandola vida” Unamuno,Miguel de,Aneo!ogíapoética,Madrid, Espasa-Calpe,1989 (p.99).

‘Tú me serás,dolor, [aprueba de otravida en que nome dolías”. Salinas, P, La voz a ti debida. Razón de amorLargo lamento,Madrid, Cátedra,1997 (p.23l).

serhumanoestáinmersoen su temporalidad.Éstasuponeun peligro porquepuedehacerleservícti-madel mayordelosenemigos:eJ miedo.La angus-tia que se deriva de la libertad y del ser temporaldel hombrele hacetemerla pérdida:sientevértigoante el pasadoirrecuperable,temeperderel bienpresentey le angustiano poderrecuperarle que lepertenecedel futuro: esemedodo amanteapere/e-locambio!queo leva ataafiescradechora-laqueperde!nas lanxaníasdunha raia escura! ... a carón dosespectrosque debuxanas chamas(p. 138). El pre-senre,en la llama que arde, se humilla ante eltemor de ser perdido, como anuncian los espec-tres.El deseesevuelvetemory el hombresepara-liza en la aurocompasióny la angustia:alá ondeescivemosfloreceflor deangustia,que¿flor deliber-cae/e(p. 199). En definitiva, se olvida de disfrutardel momentofavorable,quese transformaen terri-ble: pero¿non ¿ a estacióndasaugase dosventas!aqueamosaa emociónda belezaten-ib/e?(p. 42).

El hombre culpa de su angustiaa los factoresexternos,quiereganarla alegríahuyendo,intentan-do evitar un dolor que espartedel laberinto.No seda cuentade que estáperdidoen el invierno de lamemoria,enredadoen la trampadel temory cuan-do creeluchar contrale externe,se debateen unalucha consigo mismo: e agardamosun compromisocoassombrasmaisteimudas!para lima-las un/las dosseusreptise o escrondodo seus!sicarios noscalexónsdomedo!de cal xeito que o duro enconcra con elas nonsexaunhainútil baca/lacon nósmesmos(p. 175-176).Si el dolor es inevitable,hayque, como indican losversosanteriores,asumirlo y enfrentarlo:Para cei-barse de tal flor é precisopór/le tuba estatuaa cadapétalo, un poemano cempoda memoria(p. 199).

La últimaenseñanzadel libre, el secretodellabe-rinro, la piedra primigenia del bosque,es el seresféricode Parménides.Paraél no existeel movi-miento y, en consecuencia,no existe el tiempo.Nadacomienzay nadaacaba,simplementeesy essiempre.’6El quetecala piedramágicapuedeverel laberintode la vida desdela perspectivade undios o parasermásexactos,desdela perspectivadela Verdad. La vida no es tiempo, o labirinco estáfeitoe/uncempoúnico (p. 199).La líneatemporalesun engañode los sentidos,hechosde invierno ymemoria. El hombrese estancaen los recuerdos,

16 I-Ier0clito, Parménides, Zenón. Poemasy fragmentos,

Barcelona,Avesra, 1995 (pp.9O-98).

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en las pérdidas(del presenteo del futuro) y seempeñaen convertirseen algo fragmentarioqueevoluciona,que desaparece,pero no se da cuentade que lo queúnicoqueunetodoslos fragmentoses el hechounitario de vivir en el quedebeimpo-nertodassusfuerzas:ascausasquesucedennas¡ma-xinacións!e as quenosentran nossentidos!fan a cer-cezadunha cousa única! poíos cuartos vacíos queunifican a vida (p. 155).Anhelar no debesertris-teza sino certeza: en nuestros anhelosse revelanuestroser más profundo, nuestro yo, ahí estálaidentidadoculta baje una temporalidadque nosdisfrazade otros: amo ceus o//oscomoson no inver-no! no instantequenosvence!mencresarrasa o medo(p. 138)17 Si en lugar de vivir tememos,el invier-no se cuelaen casa,vagaráprogresivamentede uncuartoa otro, avanzaráen formade ríesy charcasa lo largo de todala ciudady se filtrará enlas con-versacíenesdel café: J-fai unhaforma de humidadelenta! quepenetranosporosda arxi/a e do granito!eprocuranoscorpasa suscanciada vida!parafacerconela o mesmoqueasavisparas!coa suscanciadaflor eirse,!andeo mar nosagardaca seucanto deinverno(p. 147). El amor entoncesserásólo una frustra-ción futurae unarelación insatisfechapor la queno se lucha (esemedodo amantea peri/e-/o camiño!quealevaataafiescradechora-loqueperi/e,p. 138).El mayor enemigose encuentradentrodel miedoy tiene la caradel ajedrecista,ladracomeel perronegro del salón, se rodea de sombrasfalaces,nosreprimecomo les hombresdel estadoen Compos-reía, seconvierteen un dios de infiernos.

La dificultaddel inviernesecombateconla valen-tía del iniciado que es una alegría serena.Paraserhéroe (o mejor, paraser hombre)hay quecultivar elamor al laberintoy asumir la vida en pleno. En sudolor y en su alegría,el hombresalvadovive y esde ello responsable.El cobardepierde;se vuelvesombraen el doler y en la alegría ve el inviernefuturo. Pareceunarevelacióndemasiadoelementalperopor esoes grande.Al poetase le habíaolvida-do que lo único quesomoses vida y puestoque ledemás no es nuestro, debemosintentar lucharcontrala conciencia.El único mementoreal es elpresente,que podemosdenominarcomepresenteeternoe en palabrasde Beuza,«tempeúnico».

De nuevo podemosencontraruna cierta vinculación

con la poéticadeSalinasen cuantoa queeí ser serevelaen eldolor y muestraen él su sermásprofundo.

Otrossímbolosquedanahoramásclaros;el espe-jo o concienciase muestraahora transparenteydejade sermisterioso.Al mirarnosen él (al anali-zarnos)no podemosencontrarotra cosadistintaquenuestratemporalidadpueseseso le que pare-cemosser: o/los espe/Une/ose!portasqueson lindeirosentreo mundoquecocasleomundoqueseesvae!ficgazcomounhanube(p. 69); espaciosquesoncempo! a/e’ndo espacionidio! ondepausa-lospésparaseguirandan-do! traspasandoaucros vidros! entrandono misterio!das vascas xeomecríasda memoria!portas alén dasportas!osespe//osinfi ni/os!can-eirosqueseencontranna liña do horizonte!punto omegado espacio!quesinala o lugar do labirinto! no que un xogai/or deso/icarios!ficou no seu espel/opara sempre(p. 36).Estatemporalidades precisamenteeí camineerro-neo. El espejerevela lo que creemosque somos,pero no somos lo que ésterefleja. Es decir, es uninstrumentode apariencia.La concienciaunitariay parménicadevuelveen el espejeun perfil defini-do y bidimensional.Sólonosotrospodemoslograrque eí espejodeje de ser falaz y estees unatareadificil: conseguircon unaconcienciatemporal,verel serunitario quesomoses comepretendermirar-nos el alma en el espejo. Pero es posible; en lamirada, en les gestos,se revela la interioridaddeun forma sutil como, en la melancolíay en laausencia,puede percibir el iniciado la vida:vidrio.., queagora se clarexa!e transformaen reais!ós o//os nidios contra o ceo de invernalsen encantonin portasa oucros mundos(puesno lleva a/pasadoni al futuro)funcionalartefactopara saberde un,exactono reflexo!¿ouxa o cruzachee estásandeque-rías?(p. 69).

El pájaro, queera el almadel invierno,se revelaahora tambiéncomo temporalidadque ha de sersuperada(parafi¿xir e/esaavehay quesubir nela, p.200) y al mismo tiempo, como origen del miedo:paxaro das lembranzasco peceiroxeado,!cinxida corde marte!maisjbrcecá voncae/ede vacío,!maisJbrteco silencio! da memoriacruel (p. 58). Por eso laspalabrasfinales dela obradicen:Saubemosdasartesdo Paxaro e resistimos.Sabemosquenon ¿ invencible(p. 214). Peroestesímboloadquiereun significadouniversal pues rige la vida de todo ser humano,cualquieraqueéstesea:¿opaxaroquevoano ceodoMedioevosabreas cabezasdasapestados,e sepausanatiara papaL e levantaa seuvooparao ceoi/o invernoe chegaáfiescradasherexese bebedo seuca/donasnai-cescheasdepátinae luzíntima (p. 204).

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MARIAMAIt! ÍNL% XC)lIBANOVA SÍMBOLOSYLSPACIOSEN IABIRINTO DE INVERNO DEFERMÍNBOUZAALVAREZ

La carenciaafectivaqueprovocaLuzgardapuedeya superarsedesdeel mementoenque el poetasabeque no es suscarenciassino sus anhelos.Mientrasatacala adversidad,el iniciadose descubrepuesesen la ausenciade felicidad externadondemejorserevelan las necesidadesdel hombre y dondeésteve, de formavisionaria,cuálesson susprioridadesvitales.No esposibleencontrarla agradabley vera-niegaestanciade la serenidadsi Ariadnano tiendesuhilo desdeel invierno.En el profundodolor, sereveíala carade la profundaalegría.Sin él es difi-cil reconocerla.

El invierne es una estanciatramposadel labe-rinto parménice’8por la que es obligadopasar.Sisomosaudaces,caminaremoscon la piedrarevela-dora en la mano, seremoscapacesde salir de ellalas vecesqueseannecesariassin anularnos:Ó caboda viaxe acoparémo-laalegría, que sc1 perteneceósestúpidose ósaudaces.Gañarémolanescaúltima cate-gana dee/exudas(p. 200).

VI. OTROS SÍMBOLOS

Dentro de esta estructurasimbólica, se incluyenotra serie de elementesque vienen a enriquecerymarizarlas ideasque hemosintentadoexplicar conanterioridad.Así, hallamossímbolosoriginalescomoel de los medios de consunicaciónaudiovisuales.Éstosse identifican con el valor negativodel espejo,es decir, con el poder evocadorde la memoria. Laradioo el cine nesasfirmas de lumequesefigurancer-cas!no maríndequenmirasecontemplancomoarti-lugios engañososen cuantonoshacenpresentesrea-lidades ajenasy distantes,creandola ficción de suactualidad.

Como ya hemos observado,la simbolegíadeBeuzaAlvarez constituye una compleja red. Sinembargo,toda la realidad poetizadase enmarcadentrodel sistemabinario establecidoen sutítulo:el laberinto de invierno. De esta manera,nosencontramosanteunapoesíaqtie se convierte enhierofánica.Todo es símbolo o representacióndeesagran realidad.En estesentido, los versessonconscientesde estatendenciasimbolistay exegéti-

« NsSresecomo en La obra, ci tiempoacabapor anniarse

hastael puntodeespacializarse.El espaciodel laberintoabsor-berála temporalidaddel invierno queacabapor serunapartedel mismo.

caqtíe seapreciaenla voz poéticay queparececues-tienarse algunasveces en boca del propio autor:¿pero ¿ literatura! ou é. en verdade, un acompasadomavemencodas sambras conxuradaspara pórchemedo..?(p. 61). El sujete se preguntasí esta ces-runibrede literaturizarlas cesas(quecomoveremos,es interpretarla realidad) es unapaixón secreta!po/a

decoraciónromántica!e cercapropensióna mecafisi-ca!ó xeico de Giorgio de Chirico (p. 79) o realmen-re es un medio para revelarla verdad oculta.Así,cuandose ve pasarpor el miradordesierto,dudade su primer impulsequele lleva a versecomo untropo vivay concluye:¿auseráquepasabas,soamen-

ce? (p. 79).Estaveitínradde reinterpreraciónde unarealidad

complejabaje el prisma de la nuevaverdad descu-bierta,adquiereunaextensiónliterariay críticaen laque seproduceunaasimilaciónde símbolosy moti-ves poéticosajenos.Puestoqueestadoctrinafilosó-fica esuniversaly seaplicaa todo serhumano,puedetambién reconecerseen la obrade cualquierautor,en cuantoa hombre.Poreso, esbastantepatenteelvalor que la inrertextualidadadquiereen la obradeBeuza.ResalíaePoe hablan,como no puedeser deotra manera,del mismo laberinto de invierno: anegrasombra¿a sombrado paxaro das invernosnafiescra de Rosalía (p. 202); crácasedo mesmapaxaroquechamapolo nenoElis: Elis candeo merlo bradeno escurobosque,!seráo reu ocaso!Os tetis beizesbebena frescurademanantialazul (p. 203); ¿acorvodo Poe e osa/los desedeusparanoico!que mira sen servisco ós cristianasdoencesdo! seu mee/opoíoscuartosescurasda tentacióne a pecado(p. 205).

El tono irónico aparecea menudoen el poema-rio que, como hemosvisto con anterioridad,se ríede sí mismo, cuestionándose.Pero la ironía no seescapaa estesistemade signes;aunqueno constitu-ye por sí mismael elementede salvación(queeslavalentíaalcanzadapor el poeta),sí suponeun factorpositivo a la hoja de enfrenrarsecon la dificultad.Podíamosdecirque se tratadeun métodode resis-rencíafrente a le desconcertante.Por esto,aparecegeneralmenteasociadaa la esperanza:quemedea ocañazo coa sincaxe algún bisneco de ilhscán Tzaradurantes¿culos...queveña un sonetistacon trece milsonetose unha chaiselonguepara bocarsenela mencresmerecicaata o día do xuízolsenon Ile metoa daga nopeicoa estexogadarde avancaxequecheganos inver-nospara co/lernosfibleseíntimos (p. 170).

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Y CONSECUENCIAS DEL SISTEMAIDEOLOGíCO PROPUESTO PORLA OBRA

En este aparradotrataremosalgunascuestionesque se desprendendel conceptoontológicoplante-ado en Labirinco deinverno. El ser parménícotienesu reflejo en la concepciónde otras nocionesdecaráctertemporalcomeesel casodela Histeria.Denuevopodemosestablecerunacorrespondenciaconlos planteamientode Unamuno al respecto.Si enlos versosde Beuzase apreciala voluntadde abolirla dimensióntemporalcon respectoa la vida parti-culardel hombre,ocurrelo mismo cuandolo anali-zadoes el devenirhistórico. En nuestraconcepcióndel mismo tambiénacostumbramosa dar por váli-dala imagendeaparienciaquenosmuestrael espe-jo y quedenuevo,no es sino el reflejo de unareali-dad falsa, hechaal gustede quien mira: Hai unhaversión leve da Historia que ¿ un paseode vagarporunharúa longa andesesencan,áparca dascasas,per-sonaxesderostros maciosó coidadoe/un disecadorpro-fesionalfiztándonose ilustrandoa versióndo narradorPera se afascamosdun manotazoa esas máscaras,empuxámo-lasportas e entramosnosinteriores, o quevemos¿ unhapaixaseanímicaabraiante:a verdadei-ra Historia (p. 198).Así pues,la intrahisroriauna-muníanase convierte en el reflejo veraz que nosrevela la magnitud de un laberinto en eí que seincluyenotros laberintosmenores,formadospor lasumade luchasindividualesfrenteal miedo: abrideaspartasdasvosascasasós historiadorese amasádel/e-lassabasmexadasdescesdías escuras(p. 198).

Del mismo modo, no existela aparentedivisiónde periodoshistóricosque tiendena fragmentar:elhombrede hoyse idenrificacon susancestrosenesavisión parménicay circulardela Historia.De nuevo,la esenciade éstano es la sucesiónsino la continui-daddelos mismosproblemas:la luchadel hombre.

cia que¿ cristal nafrasepura! labirincos nameadoscontra o sol que traspasa!cada verbae/un alba.

Estamosanteuna poesíaque, como ya hemosapuntado,interpreta la vida laberínticay oscura(aluma e ensina!unanacodo ser) conlaclaridaddeliniciado que sabemoverseen ella (na expresióntransparenteda únicapoesía).Poreso, la expresiónpoética,detrásde la imagenfalsaquenos muestra,es la mayorseñade la victoria. Frentea la ideadequela Poesíaes unhacuriosadiversiónderatasincha-dasparadistribuira/goda rendanacionalentrea/gúnsprofisoresimproductivase autros excéntricose cismáti-cas (p. 208), se reveíala concepciónde éstacomosuperación del miedo que, antes, manteníaelpapelen el blancocolor del invierno: aspalabrasfuxindol do seu texto. Palabras coma neve! Caendona brancura!dopapelagardani/o!o szknodo seufría.

Porúltimo y, a modode conclusión,volvemosa señalarque el presenteestudioes tan sólo unadelas posiblesinterpretacionesque estaobra ofrece.La simbolegíade Beuzanecesitaun análisis másamplio que refleje la gran capacidadsugestivadeunosversosqueatrapanal lectoren múltiplesrelee-ruras. La obra se prestaa ello; la localización deconceptos-claveen las últimas páginaslleva inevi-tablementea las primeras,en buscade la reinter-pretaciónde una poesíaque se presentabaoscu-ra. 9 Queremosdecir con ello que eí proceso delecturaes tambiénlaberínticoy espiral. El que seintroduceen los versosde Bouza no quedaindife-rente; estáobligadoa perderseen ellosparavolvera encontrarseen el puntode partida(estavez, sinembargo,con la piedraprimigeniaen su bolsillo).Deestemodo, seestableceunacuriosacorrespon-denciaentrepoemarioy vida dela cualeJ autoresconsciente:Desa victoria vivirás candova/van assombrasque se co//en e afirran no abismoó quenonfuchesde todo nesteInverno de cans. Va/veale-/o libro. Mécecemáis e máisadentro.Senmedo(p. 210). Estaspalabrassuponenunaruptura; lasúltimas páginaspresentan,bruscamente,

VI. LA POESíA DE BOUZA ÁLVAREZ:CONCLUSIONES

Las mejorespalabrasparadefinir la obrade esteautorson, sinduda,las suyas.En uno de los poe-masdel libro (p. 97), BeuzaAlvarez definela poe-síaa la queaspiray que,a nuestrojuicio, ha legra-do alcanzaren la obra que nos ocupa: falar dooscuro en transparenciadepalabrascIar/simas!si/en-

‘« La característicamáspuramentesimbólicade la prime-ra partedellibro colaboraa la concepcióngeneralde la obra.De nuevopueden ilustrarnosaí respectolaspalabrasde Bou-solio acercadel símbolo. Este nos presenrael término «A»,segúnsus palabras,de un modobrumoso...Es comosilo mirá-sernosa travésde una lentecon un Iikero desenjbque(Beusoijo,op. cir. p. 139). La terminologíausadapor eí critico no puedesermás reveladora.El símboloestambiénun espejoque fal-seay desorientaal lector pero que, parainiciado, refleja contransparencialo másconfuso.

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MARÍAMARTIÑEZXC)UBANOVA SAwOLOSYESPACIOSENLXBIRINTODE INVERNO DEFER.MINBOUZAALVAREZ

cíenesdirectasal lectorenun libro que,hastaenton-ces, lo habíaignoradopor completo.Perono es algoincoherente;el ser parménicoha reto, con su uni-versalidad,el limite de la segundapersonagramati-cal queacabapor referirsea todas;el tú es el ye poé-tico, el erro y, por último, un Lector que se veinmersoenun mundoquele eraajenoy que al final,reconocecomopropio.

El tiempodel autortambiénseve unificadoen elespaciodesu obra,donderecogedosperiodosmuydistantesde su vida; la niñezde Gurense,reflejadaenla casafrenreal bosquey laépocadejuventuden

Compostela,20se confundeny se alternan conti-nuamenre,dandoprioridadal sujetoque las evoca.La concepciónde la casade la infancia comeespa-cíe representativodel alma del poetanos refiere aconceptospsicoanalíticosque de nuevocolaboranaprovocar ía disolución temporal. La niñez y tamadurezrompensuslímites.

La calidad de esta obra, segúnnuestro criterio,mereceun puesto importanteen la historia de laliteraturagallega.Invitamos desdeaquía recono-cer la aportaciónqueBouzaAlvarezha hechoa lapoesía(sin gentiliciosdetrás)delos últimos años.

SC Araguas,V,»Solainadapoesía.»,Dorna, n. 18, 1991.

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