simbolizacion-schkolnik

17
El trabajo de simbolización. Un puente entre la práctica psicoanalítica y la metapsicología Fanny Schkolnik 1 La ampliación del campo psicoanalítico a partir del trabajo con pacientes cuya conflictiva desborda lo que podríamos considerar como propiamente neurótico ha dado lugar a un creciente interés por el tema de la simbolización. Un necesario replanteo metapsicológico se fue dando tanto en relación a la estructuración psíquica como al encare psicopatológico y la práctica del psicoanálisis. Pero al mismo tiempo se fueron desplegando distintos modos de concebir esta noción, dando lugar a dificultades de comunicación en el marco de la misma comunidad psicoanalítica. Mi interés por el tema empezó a partir de los interrogantes que surgían en la tarea de análisis, en particular, con pacientes que me enfrentaban a dificultades que me impedían continuar trabajando orientada a las manifestaciones de lo inconciente reprimido. Fue así que me acerqué a diversas lecturas que me llevaron a conectarme con la propuesta de muchos analistas actuales, vinculadas a lo que entienden como carencia representacional en el caso de pacientes cuyos trastornos se ponen de manifiesto en el área del acto o de la percepción. (10 a) (2). También encontré que solían adjudicarse estas carencias solamente a las patologías narcisistas y a las psicosis. Planteos que me 1. Miembro Titular de A.P.U.- Francisco Muñoz 3013/ 401-Tel. 7070261. Montevideo. E-mail: [email protected] Revista Uruguaya de Psicoanálisis 2007 ; 104 : 23 - 39

Upload: leti

Post on 13-Sep-2015

217 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

simbolización

TRANSCRIPT

  • - 23

    El trabajo de simbolizacin.Un puente entre la prctica psicoanaltica

    y la metapsicologa

    Fanny Schkolnik1

    La ampliacin del campo psicoanaltico a partir del trabajocon pacientes cuya conflictiva desborda lo que podramosconsiderar como propiamente neurtico ha dado lugar a uncreciente inters por el tema de la simbolizacin. Un necesarioreplanteo metapsicolgico se fue dando tanto en relacin a laestructuracin psquica como al encare psicopatolgico y laprctica del psicoanlisis. Pero al mismo tiempo se fuerondesplegando distintos modos de concebir esta nocin, dando lugara dificultades de comunicacin en el marco de la mismacomunidad psicoanaltica. Mi inters por el tema empez a partirde los interrogantes que surgan en la tarea de anlisis, enparticular, con pacientes que me enfrentaban a dificultades queme impedan continuar trabajando orientada a las manifestacionesde lo inconciente reprimido. Fue as que me acerqu a diversaslecturas que me llevaron a conectarme con la propuesta de muchosanalistas actuales, vinculadas a lo que entienden como carenciarepresentacional en el caso de pacientes cuyos trastornos se ponende manifiesto en el rea del acto o de la percepcin. (10 a) (2).Tambin encontr que solan adjudicarse estas carencias solamentea las patologas narcisistas y a las psicosis. Planteos que me

    1. Miembro Titular de A.P.U.- Francisco Muoz 3013/ 401-Tel. 7070261. Montevideo.E-mail: [email protected]

    Revista Uruguaya de Psicoanlisis 2007 ; 104 : 23 - 39

  • 24 -

    resultaron estimulantes para intentar una mayor aproximacin aestos problemas y para ubicarme en mi propia perspectiva. Eneste sentido, entend que era importante repensar el concepto derepresentacin tal como lo utilizamos en psicoanlisis.

    El problema epistemolgico de la representacin

    Sabemos que la utilizacin de un concepto que proviene deotras disciplinas, constituye una dificultad epistemolgica quetiene que ver con los nuevos sentidos que surgen comoconsecuencia del contexto diferente en el cual queda incluido eltrmino que se est manejando. De ah que la nocin derepresentacin que proviene de la filosofa, punto de origen desdeel cual se han ido desgranando las distintas entidades cientficas yhumansticas, requiere una necesaria reformulacin para quepodamos ubicarla en la metapsicologa, que constituye elfundamento terico propio del psicoanlisis. Cualquier conceptoempleado en determinado mbito terico, al incorporarse a unadisciplina distinta se vincula con otros que son propios de esenuevo espacio y sufre transformaciones que dan lugar a cambiosdesde el punto de vista de su significacin. Esto es sin duda fuentede desencuentros y malos entendidos entre quienes se manejan enla misma disciplina y plantea importantes dificultades en el dilogoque se establece a nivel interdisciplinario (3). Por eso, hay quetener en cuenta que si bien el aporte de otras disciplinas nosenriquece, no nos tiene que llevar a perder la especificidad delcontexto terico en que nos movemos.

    Es imprescindible entonces ubicar el concepto de represen-tacin en el marco del psicoanlisis. Esto supone el reconoci-miento de que en esa trasposicin adquiere un nuevo significado,desde el momento en que pasa a formar parte de una concep-tualizacin que habla de un aparato psquico cuyo funcionamientoest sustentado esencialmente en la nocin de inconciente con laconsiguiente divisin del sujeto descentrado del plano de laconciencia. Desde esta perspectiva, lo representable y lo

    Fanny Schkolnik

  • - 25

    irrepresentable tendrn que ser pensados en funcin de unaconcepcin del psiquismo que establece una rupturaepistemolgica con la filosofa de la conciencia en la que nace lanocin de representacin.

    Las definiciones de representacin que surgen de la filosofasubrayan, por un lado, la idea de una reproduccin en la concienciade las percepciones, presentes o pasadas (4), y por otra parteconsideran que la representacin es la imagen mediante la cual seconoce la cosa (1). Es decir que a partir de estos planteos habraque aceptar que la memoria reflejara verdaderamente losacontecimientos vividos y que a travs de la representacin sepodra acceder a un conocimiento que se dara exclusivamente anivel de la conciencia.

    Hay dos elementos de la conceptualizacin filosfica que meparecen fundamentales para encarar el problema: la idea de quela representacin tiene que ver con el conocimiento de las cosasdel mundo y la vinculacin que se establece entre la representaciny las percepciones, presentes o pasadas, que de alguna manerahacen marca en el psiquismo. Pienso que podemos aceptar que larepresentacin para el psicoanlisis tambin se vincula con lamemoria y el conocimiento, pero teniendo en cuenta que esamemoria y ese conocimiento estn en estrecha relacin con unaparato psquico movido por el deseo, que hunde sus races en elinconciente.

    Desde nuestra perspectiva, lo percibido no se refleja directa-mente en la representacin, sino que se procesa, traduce o metabo-liza en funcin de una dinmica pulsional que depende de lasvivencias que se dan en el encuentro con el otro.

    Este encuentro primordial est en el origen de la pulsin dadoque es a partir de l que se produce la transformacin de lobiolgico en psquico en funcin de la cualidad del investimentode ese otro, que a la vez introduce al sujeto en el mundo dellenguaje y la comunicacin.

    Los mensajes que vehiculizan deseos inconcientes del otrooriginario juegan un papel fundamental en las caractersticas delo que se inscribe en el psiquismo, pero tambin habrn nuevas

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...

  • 26 -

    inscripciones a partir de situaciones vitales diversas en relacincon otros significativos.

    Por otra parte, en cuanto a su vinculacin con el conoci-miento, la nocin de inconciente nos lleva necesariamente a unadistinta perspectiva respecto a los aportes que provienen de unapsicologa de la conciencia, porque la tarea de conocer comprometea todo el aparato psquico, aunque en apariencia se manifiesteslo a nivel conciente. La experiencia analtica nos ensea que loinconciente juega un importante papel tanto en los deseos comoen las limitaciones respecto al conocimiento. Y al mismo tiempohay que tener en cuenta que en nuestra concepcin delconocimiento mantienen toda su vigencia las afirmaciones de Freuden cuanto a que, en su naturaleza real, tanto las cosas del mundoexterno como las del mundo interior, son incognoscibles. ( 5 f )Las conocemos en base a la forma en que se representan ennosotros, con las inevitables distorsiones a que da lugar el conflictoentre lo pulsional y las limitaciones que imponen el yo y el superyo.

    El concepto que se maneja de representacin en el propiocampo del psicoanlisis es diferente segn los autores. Esto hallevado a muchos analistas a buscar sustituirlo por la nocin designificante que a mi modo de ver tampoco resuelve las cosas,porque al proceder de la lingstica tambin da lugar a los msdiversos malentendidos. Sin embargo, creo que los aportes dealgunos autores franceses han contribuido a profundizar en lacomprensin y caracterizacin de esas primeras inscripciones quese dan en el psiquismo, antes del acceso al lenguaje y que persistenen lo inconciente sin ser traducidas, sin quedar disponibles altrabajo de la represin.

    As, por ejemplo, Rosolato (9) habla de significantes dedemarcacin, para dar cuenta de las marcas que quedan en lamemoria de las impresiones, sensaciones o experiencias, que porcorresponder a la poca previa a la adquisicin del lenguaje, opor su intensidad excesiva, no pueden ser puestas en palabras.Tambin Laplanche (8 b) se refiere a estas marcas, caracterizn-dolas como pre-inconcientes, trabajando con el modelo freudianode la carta 52 (5 a), en el cual los llamados signos de percepcin

    Fanny Schkolnik

  • - 27

    constituyen una primera transcripcin de las percepciones, porcompleto insusceptibles de conciencia y articulada segn unaasociacin por simultaneidad. Y para referirse a estas primerasmarcas Laplanche habla de significantes enigmticos, anterioresal establecimiento del yo. Son significantes porque hacen signo,tienen efectos en el psiquismo y en el vnculo con el otro. En estalnea de reflexin plantea que con la represin originaria seconstituye el yo y un resto no traducido de significantes enigmticosdes-significados que dan lugar al inconciente. Con la represinsecundaria, en su doble movimiento de desinvestidura y contra-investidura a nivel del preconciente, se dar la incorporacin denuevos significantes des-significados a lo inconciente, que a suvez encontrarn la barrera defensiva impuesta por dicha con-trainvestidura.

    Con estos y otros planteos sobre el significante, desde suubicacin metapsicolgica hasta el alcance que puede tener en laclnica, se enriquece la concepcin que podemos tener acerca delas distintas inscripciones en el psiquismo, que en el encarefreudiano han quedado ubicadas en un alto nivel de abstraccinque hace difcil la posibilidad de utilizarlas como instrumentoterico en la tarea prctica.

    Pero an teniendo en cuenta las complejidades que nos planteael uso del concepto de representacin, yo pienso que no hay unsustituto mejor y que tiene la ventaja sobre otros del pesometapsicolgico adquirido por pertenecer a los orgenes de lateorizacin freudiana y haber acompaado durante todos estosaos los distintos desarrollos tericos de diferentes autorespsicoanalticos. Podemos entonces rescatarlo para el psicoanlisisen tanto consideremos que con esta afirmacin nos estamosrefiriendo a las diversas inscripciones que se dan a partir de losprimeros contactos con el otro. Desde el momento en que lasmarcas de lo percibido son investidas por la pulsin habrinscripciones, que aunque no siempre est disponibles para serprocesadas por un trabajo psquico de simbolizacin que lleve ala emergencia de sentidos, de una u otra forma darn lugar adiversas manifestaciones a nivel de la clnica.

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...

  • 28 -

    Por eso creo que si bien nuestra prctica clnica nos llevamuchas veces a pensar en una carencia representacional, con unaafirmacin as nos alejamos de la dimensin propiamente psquicapara ubicarnos en un registro fenomenolgico, admitiendo quemuchas vivencias no traspasaran el umbral de lo perceptivo-sensorial. Lo que suele calificarse como irrepresentable tendraque ver entonces, tal como yo lo entiendo, con una falla en lasposibilidades de simbolizacin por dificultades de establecer anivel del psiquismo las traducciones necesarias que permitanrealizar los encadenamientos representacionales que instauren unregistro metafrico que habilite la resignificacin a travs de lapalabra. Aunque tambin es cierto que a partir de la relacin conel otro el sujeto ya est necesariamente inmerso en un mundo delenguaje.

    Qu entendemos por simbolizacin?

    Hablar de simbolizacin implica entonces, de acuerdo a micriterio, (11 d) el trabajo psquico a partir las vivencias que sedan en el encuentro-desencuentro con el otro y que en base a losmovimientos metforo-metonmicos a nivel representacionalconfiguran cadenas de representaciones mediante las cuales seconstituye lo que podramos concebir como una verdadera mallaque permite la circulacin del afecto. Una malla siempre disponiblepara una permanente reestructuracin y movilidad. El trabajo desimbolizacin supone la ligazn libidinal necesaria para manteneresa malla, para que puedan darse los cambios que permitan alcrecimiento psquico, pero a la vez la desligazn, las rupturasque posibiliten el establecimiento de nuevos lazos. Lo nosimbolizado es lo que no cambia. Ya sea porque hay un exceso deligazn, con lazos inamovibles, o porque una desligazn tambinexcesiva no permite establecer las redes y estructuras simblicassusceptibles de organizar de alguna manera lo que proviene delotro y de lo pulsional, habilitando la resignificacin y laconsiguiente apertura al sentido. Por otra parte, esa malla siempre

    Fanny Schkolnik

    LeticiaResaltado

  • - 29

    presenta hilos sueltos, ligazones que no se pueden establecer,representaciones que slo corresponden al registro perceptivo-motriz o que se mantienen reprimidas sin poder establecer lazoscon la palabra.

    En cuanto al papel de la simbolizacin en la constitucin delpsiquismo, me parece importante subrayar los aportes deLaplanche, Green y Rousillon que me han sido importantes enese sentido.

    Laplanche (8 b) se refiere a la importancia del otro parapromover la transformacin de los montajes sensorio-motrices delinfans propios del mbito biolgico a las representaciones y afectosque caracterizan al psiquismo. En su planteo destaca latrascendencia de los mensajes enigmticos que provienen de lopulsional inconciente del otro que instauran una situacintraumtica y sexual originaria que implanta los significantesenigmticos como primera inscripcin del vnculo originario. Lascaractersticas de este encuentro primordial con el otro sernfundamentales para favorecer o no las transformaciones que estnen la base del trabajo de simbolizacin.

    Por su parte Green ( 6 a ) maneja la idea de una construccinde la ausencia de la madre, en presencia de ella, alucinacinnegativa de la madre como estructura encuadradora del yo parahabilitar el proceso de simbolizacin y subjetivacin. Al borrarsecomo objeto primario de fusin la madre habilita el investimentode otros objetos. Tal como yo lo entiendo, Green parte de la nocinde alucinacin negativa para considerar las posibilidades olimitaciones de la investidura libidinal en relacin a lo que entiendecomo funcin objetalizante, vinculada a la pulsin de vida ( 6 b ).Con ella, se promueven relaciones de objeto, transformandoestructuras en objetos y dando lugar a un trabajo psquico que sesostiene en una investidura significativa. Mientras que en el casode los distintos destinos patgenos habra un predominio de lafuncin desobjetalizante, vinculada a la accin desligante de lapulsin de muerte

    Y Rousillon (10 c ) subraya el papel simbolizante del objeto,por su disponibilidad libidinal para ser usado en ese necesario

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...

    LeticiaResaltado

    LeticiaResaltado

  • 30 -

    trabajo de presencia-ausencia que permite precisamente construirla ausencia. En el marco de ese vnculo se da lo que l calificacomo simbolizacin primaria, que promueve la transformacindel signo de percepcin en representacin cosa y el desimbolizacin secundaria, vinculado a la traduccin de esta ltimaen representacin palabra. Tambin plantea que las dificultadesen el proceso de simbolizacin primaria daran lugar a entidadespsicopatolgicas que desbordan el registro propio de las neurosisy que califica como patologas identitario-narcisistas.

    Perspectivas psicopatolgicas

    La importancia que en las ltimas dcadas ha pasado a tenerla diferencia entre lo inconciente escindido y lo reprimido estmuy vinculada a una mayor experiencia clnica que ha dado lugara importantes avances en el conocimiento de cmo inciden losdiferentes niveles de simbolizacin en los destinos patgenos delas fallas estructurales del psiquismo y en las caractersticas delas distintas entidades psicopatolgicas.

    En las patologas que desbordan lo propiamente neurticonos encontramos en la clnica con expresiones de un modo defuncionamiento que catalogamos como arcaico, que en algunamedida ya Freud lo tena en cuenta al referirse a los fenmenosresiduales.(5g ) Lo arcaico no es lo originario sino la expresinen el a posteriori, en un psiquismo ya constituido, de fallas a nivelde la represin originaria y una fuerte desmentida de la alteridadque da lugar a la persistencia del narcisismo primario, afectandola instauracin de la represin secundaria y la constitucin delyo. La tendencia a la indiscriminacin da lugar a vnculosfusionales y un conflicto marcado tanto por el pnico del encierroen lo fusional como por la posibilidad de ruptura con el objeto. Aeste se le suman en la clnica las actuaciones, la intolerancia a lasfrustracin, las manifestaciones de una sexualidad pre-genital y laagresividad frecuentemente orientada al masoquismo (11 e).

    En la modalidad de funcionamiento neurtico, lo fallante est

    Fanny Schkolnik

    LeticiaResaltado

  • - 31

    en la represin secundaria y las manifestaciones a nivel de la clnicaresponden al retorno de lo reprimido. La sexualidad est marcadapor los deseos incestuosos propios del Edipo que entran enconflicto con la prohibicin. El narcisismo secundario centradoen las aspiraciones de completud es un narcisismo flico queplantea dificultades para aceptar los lmites y a la vez encuentrael lmite en la amenaza de castracin. Y sus manifestacionessintomticas constituyen formaciones de compromiso que sedespliegan en el registro de lo que Rousillon calificara comosimbolizacin secundaria.( 10 c )

    Si mantenemos la idea de que lo que no cambia, la falta demovilidad en el psiquismo habla de una falla en la simbolizacin,tenemos que aceptar que las limitaciones en las posibilidades desimbolizacin no corresponden slo a las patologas quedesbordan el mbito propio de las neurosis sino que estnpresentes en todas las patologas. Acaso el carcter repetitivo delsntoma en el paciente neurtico no nos est mostrando lo coagu-lado, lo que no cambia, dando cuenta de una simbolizacinfallante? Pero es cierto que en la repeticin vinculada al retornode lo reprimido, los caminos para alcanzar con el anlisis unprocesamiento y movilizacin de eso coagulado, estn en ciertosentido ms disponibles.

    En el caso de lo desmentido y escindido, que tambin sueleestar presente en alguna medida en pacientes neurticos, nosenfrentamos a dificultades ms importantes en las posibilidadesde simbolizacin, al comprometerse el registro metafrico,imprescindible para el trabajo elaborativo que permanentementetiene que realizar el psiquismo. Retomando el concepto derepresentaciones-meta que Freud utiliz en sus primeros trabajos( 5 b ), concibindolos como elementos inductores cuyo papelsera el de guiar el curso de las asociaciones, me he planteado quela carencia de dichas representaciones a nivel del preconcientesera, en el caso de lo escindido, un importante obstculo para laorganizacin de las secuencias representacionales que seestablecen en el proceso de simbolizacin. Tiene que ser el analistaquien proporcione dichas representaciones.

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...

  • 32 -

    Freud se acerc a pensar en los trastornos de simbolizacinen sus planteos acerca de las neurosis actuales, particularmente alreferirse a la neurosis de angustia (5a) hablando de una angustialibremente flotante que aunque se fije a alguna representacindando lugar a una fobia, no establece una cadena representacional.No hay posibilidad de reconducir a otra representacin msoriginaria, ni al conflicto que da lugar a los sntomas.

    Ya desde hace algunos aos me ha parecido importante abor-dar lo desmentido y escindido en las neurosis, coexistiendo con loreprimido (11b). Si bien la estructuracin psquica se realiza en tornoa una represin originaria que permite la discriminacin yo no-yo, sucarcter fallante hace que el narcisismo flico que apunta al deseo decompletud, propio de la represin secundaria, en este caso estacompaado por un narcisismo arcaico vinculado a la desmentidade la alteridad. Junto a las manifestaciones clnicas del retorno de loreprimido nos encontramos con diversas expresiones sintomticasde lo escindido, que se caracterizan por la falta de lmites, la confusin,la indiscriminacin en los vnculos y la tendencia a las actuacionesmuchas veces acompaadas por una llamativa puerilidad.

    En los fronterizos, las perversiones, los pacientes psico-somticos y otros cuadros que se incluyen entre las llamadaspatologas narcisistas, el narcisismo arcaico juega un papelfundamental, dado que se estructuran bsicamente en torno a ladesmentida de la alteridad, de la castracin y de la muerte. Aunquela escisin del yo les permite acercarse parcialmente a unfuncionamiento ms neurtico, no deja de ser una escisin fallante;en alguna medida lo arcaico no queda limitado slo a un mbitode la vida psquica del sujeto (11d).

    En las psicosis, pienso que un punto de partida posible paraentender los importantes trastornos de simbolizacin es lo quedeca Freud en el Caso Schreber: lo abolido adentro retorna desdeel exterior. Lo no simbolizado, vinculado a lo ominoso y mortferovivenciado en la relacin con el otro, retorna en el delirio. Pero eldelirio ya es un intento de curacin, lo verdaderamente psicticoes lo abolido adentro, lo no simbolizado, lo forcludo, comopropone Lacan ( 7 ).

    Fanny Schkolnik

  • - 33

    El trabajo de simbolizacin en el anlisis

    Podramos decir que el encuadre, la transferencia, la absti-nencia y la interpretacin, constituyen los pilares del mtodo psico-analtico que mantienen una permanente interrelacin entre s ycontribuyen a sostener el trabajo de subjetivacin que nos pro-ponemos en el anlisis. El manejo que hacemos de ellos debecontemplar la suficiente flexibilidad para atender las caractersticaspropias de las distintas entidades psicopatolgicas y la singularidadde cada paciente.

    Muchos autores sealan que el encuadre sigue el modelo delsueo, en cuanto a la restriccin perceptiva y motriz, instaurandola prohibicin del incesto y el parricidio, el necesario lmite, enpresencia del otro invisible e intocable, que a su vez posibilita eltrabajo con imgenes visuales y el despliegue de la actividadrepresentativa a travs de la palabra en el anlisis. Green sostieneque esta metaforizacin polismica caracteriza a la especificidadde lo que l entiende como asociacin psicoanaltica ( 6 c ).Rousillon tambin destaca el papel simbolizante del encuadre porlos lmites que establece y la posicin del analista que se ubicafuera de la vista del paciente. Adems, seala que la disimetradivn-silln, junto a la frecuencia de las sesiones, contribuye a laconstruccin de la neurosis de transferencia manteniendo elproceso vivo e intenso.( 10 b )

    La abstinencia, estrechamente ligada al encuadre, implicatambin una restriccin en las variables que pueden darse en elvnculo. La regla, a la vez permisiva y de obligacin, opera tantopara el paciente como para el analista. Y en este doble movimiento,pulsional y restrictivo se generan las condiciones ms apropiadaspara promover ese proceso fermental del interjuego de lastransferencias en base a una actitud comprometida y libidinal delanalista con el paciente y el anlisis.( 11 c ).

    Por otra parte, atendiendo a que desde el punto de vistaetimolgico la interpretacin se vincula a interrogacin,interrupcin e interseccin, podemos pensar que verdaderamenteda cuenta de la actitud del analista que interroga, interrumpe y

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...

  • 34 -

    corta el discurso del paciente, para permitir que pueda salir de larepeticin y se ubique en otras perspectivas. Se abre as laposibilidad de reformulaciones y cambios en la relacin que seestablece entre los distintos elementos de la estructura psquica,as como en la relacin con el otro.

    Tambin me parece importante interrogar el concepto deconstruccin que, a mi modo de ver, slo puede separarse de lanocin de interpretacin en un plano descriptivo, pero no en cuantoa sus efectos. Esa tarea de construccin est vinculada a lasligazones que debe realizar el analista para relacionar distintostiempos, espacios y vnculos del paciente, con lo que se actualizaen la transferencia. Se establecen as nuevos nexos, que permitenel acceso a una historia distinta a la que se constituy comoresultado de un complejo interjuego entre los propios deseosinconcientes del paciente y los de su contexto familiar.

    Es en este sentido que podramos plantearnos que el trabajode interpretacin apunta por momentos a la deconstruccin, paradesarmar las construcciones ms o menos coaguladas del pacientey, por momentos, requiere una labor de ligazn imprescindiblepara promover la resignificacin y la simbolizacin, dando lugara posibilidades asociativas obstaculizadas por defensas de distintotipo (represin, desmentida, escisin). En ese espacio del an-lisis en el cual circulan las transferencias, el trabajo psquico deambos participantes da lugar a un verdadero entrecruzamientorepresentacional que abre la posibilidad de cambios en la dinmicapsquica del analizando (11a).

    Un punto a tener en cuenta es el modo de intervencin delanalista de acuerdo a las caractersticas psicopatolgicas delpaciente. En las neurosis, si bien en alguna medida nosencontramos tambin con lo escindido, lo cierto es que trabajamosfundamentalmente con el retorno de lo reprimido. Los planteosde Freud en sus trabajos de tcnica pienso que nos acercan a losfundamentos de la interpretacin en el marco de la transferenciacuando nos dice: proporcionamos al paciente la representacin-expectativa conciente por semejanza con la cual descubrir en smismo la representacin inconciente reprimida(5e). En el marco

    Fanny Schkolnik

  • - 35

    de los lmites que impone el encuadre y el calor de transferencia,las palabras del analista pueden llegar a vencer por momentos lasresistencias que dan lugar al discurso defensivo, impidiendo laaproximacin a lo inconciente para posibilitar una reconstruccinms verdadera.

    Pero en el caso de patologas en las que predomina el funcio-namiento arcaico no se trata slo de vencer las resistencias. Hayque establecer puentes, realizar ligazones que permitanrecomponer esa malla fallante que no permite el acceso al sentido.Tenemos que ofrecer representaciones-meta ( 5 b ), quenormalmente ejercen una atraccin sobre las otras representacionesorientando el curso de las asociaciones, para facilitar ligaduras enuna malla que no permite el necesario encadenamientorepresentacional. Laplanche (8 a ) propone que la atraccin queejercen estas representaciones-meta se debe a que representanlos fantasmas inconcientes, basndose en lo que dice Freud alreferirse a ellas como representaciones de deseo que responden ala experiencia de satisfaccin. En el caso de estos pacientes lacarencia de dichas representaciones a nivel del preconcienterequiere que sea el propio analista el que en alguna medida lasproporcione para promover atraccin sobre las otras por efectode la transferencia. La tarea de simbolizacin e historizacin sehar relacionando situaciones y vivencias desconectadas entre sy a la vez estableciendo los necesarios lmites para favorecer ladiscriminacin.

    Pero ms all de las caractersticas propias de las distintaspatologas, el proceso de anlisis y sus objetivos quedan en ltimainstancia relacionados con las posibilidades de simbolizacin.Buscamos crear las condiciones para que el paciente se conectecon lo propio a partir del encuentro con otro distinto al originario,que a la vez favorece la actualizacin de vivencias del pasado. Lonuevo y lo viejo se condensan para intentar que, en la medida delo posible, se logre la resignificacin con posterioridad y elprocesamiento psquico de lo reprimido y escindido.

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...

  • 36 -

    ResumenEl trabajo de simbolizacin.Un puente entre la prctica psicoanaltica y la metapsico-

    logaFanny Schkolnik

    En el trabajo se destaca el creciente inters por el tema de lasimbolizacin en psicoanlisis a partir de la experiencia conpacientes en los que se destacan las manifestaciones clnicas de loescindido, que desbordan el modo de funcionamiento propiamenteneurtico.

    A partir de una ubicacin epistemolgica del concepto derepresentacin la autora sostiene la vigencia de este concepto parael psicoanlisis, sin dejar de admitir las complejidades que esoimplica y la riqueza de los aportes de autores que lo sustituyen porla nocin de significante.

    Se plantea que las marcas de lo percibido en el psiquismodado que estn investidas por la pulsin. constituyen siemprealguna forma de representacin. No correspondera hablar deausencia representacional. Lo que muchos califican comoirrepresentable tendra que ver con la incidencia en el psiquismode representaciones que por sus limitaciones en la traduccin yresignificacin daran lugar a fallas de simbolizacin de distintoorden.

    Al trabajar este concepto se apunta a reflexionar acerca delas consecuencias de los trastornos de simbolizacin en lapsicopatologa y su papel en la prctica psicoanaltica.

    SummaryThe work of symbolization.A bridge psychoanalytic practice and metapsychologyFanny Schkolnik

    This article emphasizes the growing interest on the topic ofsymbolization in psychoanalysis from the experience with patients

    Fanny Schkolnik

  • - 37

    where clinical manifestations of splitting is significant and exceedsa neurotic operational mode.

    Starting from an epistemological location of the concept ofrepresentation the author claims the validity of this concept inpsychoanalysis, taking into account the difficulties andcomplexities at stake, and the richness of other authors proposalswhere it is substituted by the notion of significant.

    The marks of perceptions in the psyche, invested by the drive,always become some sort of representation.

    It would not be suitable to speak of a lack of representation.What many refer to as irrepresentable corresponds with theincidence in the psyche of representations that, due to theirlimitations in translation or re-signification, give place to a failedsymbolization of a different kind.

    The work on this concept aims to estimulate reflection aboutdisorders of symbolization in psychopathology and its role in theanalitical practice.

    Descriptores: SIMBOLIZACIN / REPRESENTACINENCUADRE PSICOANALTICO /LO ARCAICO / RESEA CONCEPTUAL

    Referencias Bibliogrficas

    1. ABBAGNANO, N. (1991 )- Diccionario de Filosofa- Fondo de CulturaEconmica- Mxico

    2.BOTELLA; C y S. ( 1997) Ms all de la representacin- E.Promolibro- Valencia

    3. BERNARDI, R. ( 1989) - El poder de las teoras- El papel de losdeterminantes paradigmticos en la comprensin psicoanaltica.Revista de Psicoanlisis- N 6

    4. FERRATER MORA, J. (1975)- Diccionario de Filosofa- Ed.Sudamericana- Bs.As.

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...

  • 38 -

    5. FREUD, S.(1892-99) a- Publicaciones prepsicoanalticas y manuscritosinditos en la vida de Freud- Amorrortu Ed.Tomo 1

    ________ (1900)- b- Sobre la psicologa de los procesos onricos- En:Interpretacin de los sueos Tomo V-Amorrortu Ed.. Bs..As.1979

    ________ (1985)- c- Sobre la justificacin de separar de la neurastenia undeterminado sndrome en calidad de neurosis de angustia- En: Primeraspublicaciones psicoanalticas- Tomo III- Amorrortu Ed. Bs. As. 1981

    ________ (1910)- d -Sobre un caso de paranoia descrito autobiogr-ficamente (Schreber) Tomo XII- Amorrortu Ed Bs.As. .1980

    ________ (1910)- e - Las perspectivas futuras de la terapia psicoanaltica Tomo XI-Amorrortu Ed Bs. As. .1979

    ________ (1940)- f- Esquema del psicoanlisis- Tomo XXIII- AmorrortuEd. .Bs. As .1980

    ________ (1940)-g- Anlisis terminable e interminable. Tomo XXIII.Amorrortu Ed. Bs. As. 1980e

    6. GREEN, A. ( 1983) a- -Narcisimo de vida, narcisismo de muerte-Amorrortu Ed. Bs.As.

    ________ ( 1986) - b -La metapsicologa revisitada- EUDEBA- Bs. As.

    ________ ( 2003) c- Ideas directrices para un psicoanlisiscontemporneo- Amorrortu Ed.- BsAs 2005

    7. LACAN, J. (1955-1956) Les Psicosis- Les Seminaires III- ditionsdu Seuil- 1981- France

    8-LAPLANCHE, J. y PONTALIS, J.B.-(1968) a Diccionario depsicoanlisis- Editorial Labor- Espaa

    ________ (1992) b- -LAPLANCHE - La prioridad del otro- AmorrortuEd.- BsAs.- 1996

    9. ROSOLATO,G.( 1984) Destin du signifiant.- Nouvelle Revue dePsychanalyse N 30

    10. ROUSILLON, R. (1991)- a- Paradojas y situaciones fronterizas delpsicoanlisis- Amorrortu. Ed.Bs.As.-1995

    Fanny Schkolnik

  • - 39

    ________ (1995)-b- Logiques et archologiques du cadre psychanaly-tique- Presse Universitaire de France.

    ________ (2001) c Le Plaisir et la rptition- DUNOT- France

    11. SCHKOLNIK, F (1994) a- El trabajo de interpretacin. En:Interpretar,conocer,crear... Ediciones TRILCE

    ________ (1995)- b- Lo arcaico en la neurosis- Publicacin de las IXJornadas Psicoanalticas de Uruguay

    ________ (1999)- c- Neutralidad o abstinencia- Rev.Urug. de Psic N.89.

    ________ (1999)-d -Representacin, resignificacin y simbolizacin- Rev.

    de Psicoanlisis- Nmero especial Internacional- Bs.As. N. 6.

    ________ ( 2001).-e- Los fenmenos residuales y la represin originariaRev. Urug. de Psicoanlisis N. 94.

    El trabajo de simbolizacin. Un puente entre la prctica ...