Siguiendo a Jesús en medio de una pandemia

Una Carta Pastoral de los Obispos de la Iglesia Episcopal en Connecticut

“Por medio de Cristo, ustedes creen en Dios, el cual lo resucitó y lo glorificó; así que

ustedes han puesto su fe y su esperanza en Dios.” 1 Pedro 1:21

El autor de la Primera Carta de Pedro escribe a los seguidores de Jesús quienes son exilios, disperses en las provincias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. En los tiempos inciertos y difíciles, el autor les suplica a los primeros Cristianos a confiar en la certeza de la Resurrección, a poner su fe en Dios, y trabajar para restaurar, apoyar, y dar esfuerzo a los que sufren. (1 Pedro 5:9-10) Nosotros que vivimos en medio de las realidades de la pandemia de COVID-19 (como la Organización de Salud Mundial ahora caracteriza la coronavirus) estamos viviendo en tiempos inciertos y difíciles, no tan diferente de la experiencia de los primeros Cristianos. Nunca hemos encontrado una situación como la que encontramos hoy. Nuestro mundo ha vuelto cabeza abajo. Miedo, inseguridad, y ansiedad según como COVID-19 afectará a nosotros, a los que queremos, y a nuestras comunidades- incluso a la iglesia, nos consuma. Aplastados de una plétora de información disponible en la red social, la televisión, la radio, los periódicos, parecemos inundados, confusos, y paralizados por no saber qué hacer. Pero nuestra fe nos implora a hacer algo de otra manera, a no ser consumidos por el miedo, la inseguridad, y la ansiedad. Como seguidores de Jesús, ponemos nuestra confianza en el Dios que resucitó a Jesús de la muerta y quien, por el poder del Espíritu Santo, nos envía a ser como la misión de Dios de restauración, reconciliación, e integridad en frente de quebrantamiento, apartamiento, y enfermedad. Ahora es el momento a ser la Iglesia que Dios quiere (y necesita) que seamos. Como sus Obispos, hemos sido, y continuaremos así, en comunicación regular con los clérigos y los líderes laícos de la Iglesia Episcopal en Connecticut (ECCT) según como

debemos responder a las realidades de COVID-19. En las últimas tres semanas, hemos escrito tres cartas a los clérigo y a los guardianes encargados de parroquias que no tienes clérigos con aviso y consejo específico en reacción a COVID-19. Estas cartas, junto con otra información y links importantes en relación a coronavirus, se puede encontrar en el sitio de la Iglesia Episcopal en Connecticut a www.episcopalct.org . Les comendamos estos recursos. Una de las preguntas más urgentes en frente de nosotros en este momento es: ¿debe de la Iglesia Episcopal en Connecticut cerrar a las iglesias y no tener los servicios religiosos? Nuestro consejo principal es que debemos hacer todo que sea posible para evitar la propagación de COVID-19. Como obispos, no tenemos la autoridad individual para cerrar las iglesias de la Iglesia Episcopal en Connecticut. Sin embargo, los cánones de la iglesia (las reglas de la iglesia) nos permiten dar instrucción pastoral según la vida litúrgica y espiritual de las iglesias. Profesionales medicales y de la salud, epidemiólogos, y oficiales del gobierno están de acuerdo de la mejor manera de evitar la propagación de COVID-19 es reducir el contacto humano y practicar “distanciamiento social.” A este fin, les recomendamos enérgicamente a los clérigos y liderazgo laíco de las parroquias de ECCT a decidir a cancelar tener los servicios religiosos por (por lo menos) los próximos dos semanas para evitar la propagación de la coronavirus. Mientras sea prudente cesar por ahora, recomendamos que las parroquias usar la tecnología disponible para ofrecer cualquiera forma de servicio religioso, tan como sea posible, a los fieles. Si usted tiene dificultades en hacer provisiones así, recomendamos que conecta a, y colabora con, las parroquias en su región, tan como utilizar los recursos en las comunicaciones y alabanza que compartimos en nuestra página web de COVID-19. En todos los casos de servicios religiosos, el uso de la copa común en contexto de la Eucaristía no se debe proveer. Junto con limitar los servicios religiosos, recomendamos que los clérigos y líderes laicos en ECCT consideran a cancelar, posponer, o usar tecnología (llamada de video, u otra forma de comunicación digital) para juntar para reuniones de la parroquia en futuro inmediato para evitar la propagación de COVID-19. Una vez más, limitando contacto e interacción física es importante. Eventos y reuniones del Diócesis se cancelarán,

pospondrán, o los conduciremos por zoom. Favor de consultar al sitio web de ECCT para detalles de reuniones específicas. Tan como nuestra llamada es ser sabios en ayudar a mitigar la propagación de la coronavirus, no podemos usar la circunstancia de COVID-19 para evitar la llamada de ser parta de la misión de Dios en el mundo. Es exactamente el opuesto. Debemos mantener fuertes en frente de las fuerzas del miedo, la inseguridad, y la ansiedad, y ser testigos a la realidad compasiva, liberada, y vivificante de Jesús (como nuestro Primado Michael Curry nos recuerda con profundidad). Imploramos a los clérigos y liderazgo laíco de las parroquias de ECCT a tener consejo uno al otro para determinar los pasos mejores para cuidar a los pobres, los marginados, los que no tienen casas y comida segura, mientras siguiendo las pautas de COVID-19 ofrecidas por las agencias medicales y las del gobierno y los oficiales de salud. Una vez más, recursos para ayudarles con discernimiento y participación en la misión de Dios se puede encontrar en el sitio web de ECCT. Mientras el “distanciamiento social” debe ser el orden del día para evitar la propagación de COVID-19, la cercanía no-física y espiritual en estos momentos de aislamiento y cuarentena es más importante que nunca. Oraciones son una fuerza potente en éste. En orar, estamos conectados profundamente con Dios y uno al otro en maneras significantes que pasa todo entendimiento. En orar, nunca estamos solos. Además de continuar nuestras prácticas de oración personal y profunda, les invitamos, con la ayuda e instrucción de sus clérigos y líderes laícos, para desarrollar maneras específicas para conectar uno al otro, con vecinos cercanos y lejanos, usando tecnología disponible. Listas de Oración de intercesión, llamadas telefónicas a los enfermos y los que no pueden salir de sus casas, los que están en aislamiento por cuarentena por la coronavirus, enviando mensajes de texto o correos electrónicos- todas son maneras importantes para mantenerse conectados con Dios y con nuestros vecinos. Estos espacios santos son espacios de escuchar y cuidar. En orar, conectamos uno al otro y a Dios como una gente de esperanza en este momento desafiante. Les invitamos a ser creativos y probar maneras nuevas de ser unidos con Dios y uno al otro en Cristo. Este es un momento de aprehender a ser la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, en maneras nuevas.

A este fin, nosotros, sus obispos, organizaremos una conversación (en inglés) por zoom el domingo, 15 de marzo, desde 1:30-2:30 en la tarde para discutir nuestra vida junta en Cristo y como somos llamados a ser como la misión de Dios en este momento de COVID-19. La cuenta del diócesis de zoom nos permite tener al máximo 300 participantes, entonces queremos invitar a muchos de ustedes a juntarse con nosotros en esta manera nueva de estar juntos. Información específica estará en el sitio web de ECCT. Además, planeamos estar disponibles semanal a los clérigos y guardianes de las parroquias de ECCT en una reunión de zoom cada miércoles, desde 8:30-9:30 de la mañana a discutir como Dios nos está llamando a ser líderes Cristianos en este momento Queridos compañeros en Cristo, en media de la pandemia de COVID-19, se nos recuerda poner nuestra fe, esperanza, y confianza en Dios quien resucitó a Jesús de la muerte y le dio la gloria. Se nos llama a seguir a Jesús, enviados en la misión de Dios que él nos necesita en este momento. En la oración atribuida a San Francisco, oremos: Señor, Haznos un instrumentos de Tu paz. Donde hay odio, que lleve yo el amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la unión. Donde haya duda, que lleve yo la fe. Donde haya error, que lleve yo la verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la luz. Haz que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar. Porque es dando, que se recibe; perdonando, que se es perdonado; muriendo, que se resucita a la Vida Eterna. Amén. Fielmente, The Rt. Rev. Ian T. Douglas The Rt. Rev. Laura J. Ahrens Bishop Diocesan Bishop Suffragan