siembra y operación del cultivo
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Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
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SIEMBRA Y OPERACIONES DEL CULTIVO
INTRODUCCIÓN
En este capítulo se pretende hacer una
descripción con el mayor detalle posible de las
operaciones de preparación de los terrenos, la
selección del clon, preparación y selección del
material vegetativo y la siembra. Se analizan
los diversos sistemas de siembra con sus
ventajas y desventajas.
Con respecto al cultivo, se hace un
exhaustivo análisis de los sistemas de control
de malas hierbas, sistemas de control de
poblaciones. La nutrición de los bananos, por
la importancia y la complejidad del tema se da
en el Capítulo 8.
En la parte final se incluyen las
operaciones de cuidados de la fruta, que
tienen como función la protección del racimo
desde la floración hasta la cosecha, con el
propósito de obtener la mejor calidad.
El autor desea incluir en este capítulo
las operaciones de cultivo, que han permitido
un gran avance en la productividad y calidad
del banano y comprimirlos en un sólo texto.
La mayoría del material descrito
comprende experiencias del autor durante su
vida como productor bananero. Se incluye una
vasta revisión bibliográfica consultada para
sustentar algunas de las opiniones, así como
experiencias de jóvenes investigadores con
mucho futuro en la actividad. Cabe recalcar,
que se emplean términos bananeros de uso
corriente en Costa Rica.
Se pretende que el contenido sea de
utilidad para estudiantes, técnicos y
agricultores dedicados a la producción
económica de bananos, y que con su ayuda se
pueda mejorar la productividad y la calidad de
Siembra y operaciones del cultivo
444
estos.
Preparación del Terreno
Una buena preparación del terreno para
la siembra, resulta determinante para obtener
altos niveles de productividad durante largos
períodos y a bajo costo.
En términos generales existen dos
sistemas que se han prestado para grandes
controversias entre agricultores y fitotecnistas.
Se denominará como sistema tradicional el
usado con mayor frecuencia entre los
agricultores en el pasado, y como mecanizado
el sistema de limpia y roturación de terrenos
con máquinas de diversos tipos.
Sistema Tradicional
Consiste en limpiar el terreno por medio
de machete. En terrenos boscosos la
operación se denomina "socola", y en terrenos
de cultivo se llama "chapia". Mediante este
método se permite una fácil alineación,
transporte y siembra de la semilla de la futura
plantación.
Una vez limpio el terreno se procede a
demarcar el sitio preciso que ocupará cada
planta conforme al sistema de siembra
previamente establecido. Esta operación se
conoce con el nombre de "estaquilla", por
cuanto en el lugar que ocupará cada planta, se
pone una estaca de madera de
aproximadamente 50 cm de alto.
La "estaquilla" es muy simple cuando se
efectúa en sitios totalmente limpios, se usa
una cuerda con las distancias entre plantas
marcadas previamente con cintas de colores.
Si la siembra va a efectuarse en terreno de
bosque, la operación será más compleja,
debido a que los árboles obstruyen el
alineamiento de las cuerdas, y en ese caso
será necesario usar un procedimiento alterno,
con el uso de varas rígidas de madera que
hacen posible ubicar las plantas en su posición
a partir de dos líneas base perpendiculares
entre sí, que permiten un arranque de siembra
ordenado y uniforme.
No es posible iniciar una estaquilla, sin
que previamente se hayan marcado en el
terreno las líneas de cultivo con
seccionamientos rectangulares o cuadrados,
que ordenen la futura plantación. Una de las
líneas de cultivo, es la línea de arranque, la
cual se inicia como base, según el sistema
planeado (Figura 7.1).
Una vez que la estaquilla se ha
terminado para una sección dada, se procede
al transporte y distribución de la semilla
(plántulas) hasta la ubicación de cada
estaquilla. El transporte y distribución se
efectúa a fuerza humana, fuerza animal
(caballos o mulas), por cablecarril, y en el
mejor de los casos usando tractores si el
terreno lo permite. Con el fin de hacer más
fácil este trabajo, es recomendable introducir a
las áreas de siembra los cablecarriles
definitivos, que serán usados para la
introducción de materiales como fertilizantes,
abono orgánico, entre otros.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
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x x x x x x x x x x xx x x x x x x x x x x a
b
Línea de Arranque Línea de ArranqueLínea de Cultivo
Línea de Cultivo
Estaquilla con Cuerdasa) Distancia entre hilerasb) Distancia entre plantas
Estaquilla con Varas Rígidasa) b) Distancia entre plantas
x x x x x x x x x x xx x x x x x x x x x a
b
FIGURA 7.1. Sistema de estaquilla para siembra.
Distribuida la semilla o plántula en su
ubicación definitiva, el paso que sigue es hacer
el hueco para la siembra. Se recomienda
hacerlo de un diámetro de alrededor de 30 cm
y a una profundidad ligeramente superior al
tamaño de la semilla o la bolsa de la plántula.
Profundidades mayores, pueden ocasionar
muerte por asfixia de la planta en las regiones
muy lluviosas, y en el mejor de los casos, la
semilla sembrada profunda obliga al cormo a
subir, provocando la formación de un doble
cormo con pérdida de tiempo y nutrimentos.
En estudios efectuados sobre profundidades
de siembra se encontró que las plantas
sembradas más profundamente duraban más
tiempo para fructificar que las sembradas en
forma superficial (Figuras 7.2 y 7.3).
Tierra que cubre la semilla
Agujero
Semilla
FIGURA 7.2. Agujero de profundidad y
diámetro deseable.
Siembra y operaciones del cultivo
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Doble RizomaAgujero
FIGURA 7.3. Planta producto de una semilla
sembrada profundamente.
La semilla o plántula se ubica dentro del
hueco en forma vertical, esto es con el corte
del pseudotallo hacia arriba. Se recomienda
antes de introducirla en el hueco, recortar el
pseudotallo entre 5 y 10 cm arriba del cuello
del cormo, a fin de eliminar tejidos maltratados
por el transporte, que puedan ser causa de
pudrición. En el caso de plántulas debe
quitarse la bolsa de polietileno, evitando en lo
posible destruir raíces.
La semilla debe cubrirse ligeramente
con tierra suelta para que sus tejidos no se
desequen por exposición directa a la luz solar.
No deben dejarse depresiones en los huecos,
ya que estos se llenan de agua y pueden ser
motivo de pudrición de la semilla. En caso de
plántulas debe de apretarse la tierra alrededor
de las raíces, para facilitar la absorción de
agua.
Una vez que las semillas han sido
plantadas, se procede a cortar los árboles y
plantas de porte alto que fueron dejadas por la
socola. Esta operación debe hacerse de forma
tal, que los árboles caídos no obstruyan los
sistemas de drenajes naturales o artificiales
establecidos y que no interfirieran en lo posible
con las líneas de siembra, sistema de
cablecarril u otras obras construidas o
planeadas. Una vez volteados los árboles, las
plantas inician su crecimiento, con alto grado
de dificultad por los excesos de residuos de
madera. Se recomienda hacer una repica de
las ramas y árboles que obstruyan el
crecimiento normal de las nuevas plantas.
En el caso de siembra de plántulas
producidas por cultivos de tejidos o por
rebrotes, la voltea de árboles debe hacerse
previo a la siembra.
El sistema tradicional antes descrito, fue
seguido por casi 100 años por la mayoría de
los productores bananeros de Centro América
y del Caribe, tiene como ventaja que no
perturba el suelo, y que mantiene la materia
orgánica distribuida en forma uniforme sobre
los suelos. Este sistema no debe
recomendarse en tierras que hayan sido
sometidas por largo tiempo a pastoreo, o en
tierras que fueron dedicadas a la agricultura,
ya que las malezas que provendrían en la
primera etapa de crecimiento de la planta,
sobre todo gramíneas, resultarían
determinantes en el crecimiento normal de las
nuevas plantas; así como también debe de
romperse la compactación provocada por
pisoteo en las tierras de pastoreo. El método
es aplicable a tierras boscosas, con la
agravante de que los residuos de los árboles
cortados pueden durar hasta 10 años en
descomponerse, y ocasionar durante este
período, serios disturbios en las operaciones
de cultivo y cosecha de la fruta.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
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El uso de bosque como área de siembra
para bananos, no es bien visto por grupos
ecologistas y por las normas ambientales, por
lo que su uso debe ser muy restringido, y si se
hace, deben de cultivarse con todos los
lineamientos de las leyes ambientales, muy
estrictas en ese campo en la mayoría de
países.
Sistema Mecanizado
Por sistema mecanizado se entienden
todos los métodos de preparación de terreno
en que se hace uso de maquinaria agrícola
específica para una labor determinada. Hoy en
día, con alto grado de tecnología desarrollado
en este campo es posible obtener el equipo
deseado para una condición dada, y conseguir
altos niveles de eficiencia a un costo
razonable.
La mecanización para la siembra de
bananos, se recomienda en suelos planos
preferiblemente y que se hayan dedicado a la
agricultura o pastoreo durante períodos largos.
La mecanización en terrenos de bosque es
costosa, difícil aún con equipo muy pesado y
causa graves trastornos en los suelos que
pueden ocasionar problemas locales en el
crecimiento de las plantas durante la primera
cosecha.
La materia orgánica es esencial en el
desarrollo de las plantas de banano, es por
ello, que el terreno ha utilizarse para el cultivo,
previamente debe de dejarse en barbecho, si
es posible durante un año, a fin de que exista
un buen tonelaje de materia orgánica, y una
buena biodiversidad en el suelo.
FIGURA 7.4. Preparación del terreno, Puerto
Rico.
El material vegetal se incorpora al suelo
mediante varios pasos de una rastra pesada, y
luego se introduce por siembra una
leguminosa de alto tonelaje, como la Mucuna
sp, que se incorpora al suelo 3 meses antes de
la siembra, para evitar toxicidades a la planta
joven del banano.
La mecanización se inicia con una
limpieza de la vegetación y nivelación de
terreno. El equipo a usar debe ser lo menos
pesado posible y evitar remover la capa
orgánica superior del suelo. Se recomienda el
uso de palas mecánicas con picos, a fin de
que no remuevan la materia orgánica y sólo
eliminen la vegetación mayor y de porte medio,
así como los residuos de madera que
imposibiliten el uso de maquinaria en los pasos
posteriores de la preparación del terreno. En la
nivelación no es deseable el transporte de
tierra, y es preferible una superficie
desnivelada, que sin horizonte orgánico
superior, tan importante en los primeros
estadíos del desarrollo de la planta.
Después se procede a roturar el suelo
haciendo uso de arados, rastras u otros imple-
mentos según conveniencia. En terrenos con
Siembra y operaciones del cultivo
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subsuelos compactados o que tengan estratos
endurecidos e impermeables, se recomienda
el uso de subsoladores, picos y otros equipos
diseñados para cumplir con esta labor en
forma eficiente. En terrenos de pastoreo, la
utilización de subsoladores y picos es
indispensables y puede usarse como única
operación.
FIGURA 7.5. Sub-solador de suelos.
En la fase final es conveniente el paso
de una rastra fina, con el propósito de eliminar
malas hierbas de difícil control en la etapa de
pre-producción.
La siguiente operación consiste en
marcar sobre el terreno la ubicación de las
plantas, pero a diferencia del sistema anterior
no se usan estacas, sino únicamente cuerdas
con marcas de las distancias de siembra. En
cada marca se hace un hueco del tamaño
deseado donde se plantará la semilla o
plántula. El sistema es muy rápido y se
recomienda el uso de varias cuerdas en forma
simultánea para dar oportunidad de hacer los
huecos a un grupo grande de trabajadores. La
distribución se hace a través del cablecarril, en
canastas con capacidad de 10 plantas cada
una, éstas se ubican entre las torres del
cablecarril en el número exacto según las
necesidades de cada área de siembra.
El área mínima de siembra, es el
espacio que media entre el drenaje
secundario, el cablecarril y el espaciamiento
entre dos terciarios. Si el espaciamiento entre
terciarios es de 30 m, el área a sembrar será
de 30 m; menos el 50% de la boca de los
terciarios, por la distancia entre el secundario y
el cable vía, menos el 50% de la boca del
secundario, menos el espacio del cablevía; el
área entre el espacio teórico de una planta,
según la población a sembrar, será el número
de plantas para esa área.
Pueden usarse otros métodos de
distribución, tales como tractores de llantas de
hule y caballos. La siembra se hace siguiendo
los mismos procedimientos del sistema
anterior. La introducción previa del cable vía,
aumenta la velocidad de siembra y reduce
costos.
Algunos agricultores en Puerto Rico
(Rodríguez, 1990), y en Brasil (Soares, 1999),
con el propósito de disminuir costos y mano de
obra, usan surcadores y depositan la semilla
en el fondo del surco para ser tapada.
La mecanización de terrenos con
pendientes es mucho más complicada y
requiere siembras a curvas de nivel (Willis,
1951; Eady, 1953, citado por Simmonds, 1973;
Rodríguez, 1990). Las siembras en Islas
Canarias se hacen en terrazas de alto costo de
inversión y mantenimiento, ya que la gradiente
de los suelos es muy elevada.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
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FIGURA 7.6. Siembra en surcos, Puerto Rico.
El cultivo económico de bananos con
altos niveles de productividad, difícilmente
puede obtenerse en terrenos quebrados. Las
mejores tierras son las planas sin riesgos de
deterioro por erosión. No obstante lo anterior,
en el sur de Brasil, las plantaciones en
terrenos quebrados son rentables bajo las
condiciones de su mercado.
En el pasado ha existido una gran
diversidad de criterios sobre el uso de
mecanización en la siembra de bananos. Los
viejos cultivadores abogan por los sistemas
tradicionales; sin embargo las nuevas
tecnologías desarrolladas en el campo de la
mecanización, los altos costos de manejo de la
plantación y las necesidades en los mercados
de fruta de alta calidad, hacen imperioso el uso
de maquinaria eficiente, que baje los costos y
permita al cultivo competir con otras
actividades del agro que han evolucionado
mucho en los últimos tiempos.
Siembra
En la primera parte de este capítulo en
el título de preparación del terreno se hace un
comentario breve sobre la operación de
siembra, como parte de un proceso. Sin
embargo, falta considerar algunos aspectos
fundamentales como selección del clon,
material de reproducción, poblaciones a
plantar, distancias y sistemas de siembra que
se dan en detalle en este título, con el
propósito de que el lector tenga un concepto
claro de todos los aspectos que deben de
tomarse en cuenta en la siembra de una
plantación comercial de bananos.
Selección del Clon
Uno de los aspectos de mayor cuidado y
que requiere una clara definición es la
selección del clon a plantar. Esta debe estar
relacionada en primer término con las
condiciones ecológicas del área, pero deben
considerarse otros factores como mercados y
sus preferencias, existencia de material
reproductivo, y todos aquéllos que puedan
resultar determinantes para la obtención de
cosechas económicamente rentables.
Conocidas las condiciones del área a plantar,
se recomienda revisar la descripción de cada
clon que se da en el Capítulo 2, y así tener un
concepto claro de la conveniencia o no de un
tipo de banano determinado. Dentro del
Subgrupo "Cavendish", es importante recalcar
la gran adaptabilidad del clon "Gran Enano" a
condiciones de alta humedad y a soportar
vientos fuertes. El clon “Valery" se adapta
mejor a suelos con déficit de humedad, pero
es poco resistente al viento. El clon "Dwarf
Cavendish" se adapta bien a condiciones
subtropicales y es poco exigente en suelos,
pero los dedos del racimo son cortos y no se
adaptan a las necesidades de la mayoría de
los mercados. Los aspectos anteriores y
algunos otros más, deben de tomarse en
Siembra y operaciones del cultivo
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consideración para la selección del clon.
Material Reproductivo
Existen diferentes tipos de material
reproductivo dentro de los cuales se destacan
la semilla (cormos), las plántulas reproducidas
por cultivos de tejidos y las plántulas
reproducidas por rebrotes. El material
reproductivo de semillas y rebrotes de
plantación comercial, por su alta infestación de
pestes del suelo, han caído en desuso por su
baja productividad, dando paso al uso cada
vez más generalizado de plantas de cultivo de
tejidos, o rebrotes de reproducción rápida de
plantas de cultivo de tejidos. Es improcedente
infectar un suelo limpio con material vegetativo
contaminado, ya que una vez contaminado
éste, es muy difícil desinfectarlo para que sea
altamente productivo.
Semilla (Cormos)
Se conocen con el nombre de semilla,
los cormos originados de los brotes o retoños
de reproducción vegetativa en la planta madre.
Los bananos comerciales no tienen
reproducción sexual por ser estériles, debido a
esto la reproducción es vegetativa o clonal, por
medio de la separación de brotes o retoños de
la planta madre y que por replantación
perpetúan la especie. Como consecuencia de
lo anterior, la obtención de semilla es difícil y
se requiere de tiempo y planeamiento para
obtener la cantidad deseada.
FIGURA 7.7. Cormos para la semilla.
Reproducción de Semilla
Los sistemas de reproducción de semilla
son los semilleros, la semilla sobrante de la
deshija y la semilla de plantaciones no
productivas.
1. Semilleros
Se denomina como semillero, al área que
se planta con propósitos únicamente de repro-
ducción sin importar la cosecha. Los semilleros
deben establecerse en el lugar más cercano a
la futura plantación, pero que esté bien
habilitado por carreteras, cablecarriles u otros
sistemas de transporte que permitan movilizar
la semilla en forma rápida, eficiente y a bajo
costo.
Los suelos para el semillero deben ser
de textura media a ligeramente liviana, que
permitan la fácil extracción de la semilla,
deben ser profundos, bien drenados y fértiles.
Se recomienda una buena selección del
terreno, tratando que esté lo más limpio
posible de nemátodos u otras plagas del
banano, que podrían propagarse por medio del
semillero a la futura plantación.
El suelo debe ser bien preparado,
limpiado, y que permita el fácil manejo de los
grandes volúmenes de semilla. Se recomienda
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
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el uso de mecanización, con rastreadas
profundas y subsoladas de ser necesario. El
terreno debe ararse y mantenerse en barbecho
por unos tres meses, luego debe rastrearse
con pasos sucesivos a fin de nivelar el terreno,
y destruir todo vestigio de nemátodos y otras
plagas del banano. No deben usarse terrenos
donde se han detectado brotes de
enfermedades de importancia económica en
este cultivo.
El área de semillero a plantar, debe
estar en relación con el tamaño de la
plantación a establecer; se considera que para
los sistemas convencionales, por cada semilla
plantada se obtiene una reproducción de 10
semillas en un año; por tanto la cantidad a
sembrar en el semillero será el 10 % del total
de necesidades. Si por razones económicas o
administrativas, se quiere sembrar la
plantación en menor tiempo, será necesario
ampliar la cantidad de semilla con relación a la
velocidad de siembra.
Una vez establecida la cantidad a
reproducir y preparado el terreno conveniente,
se procede a seleccionar la semilla que se va
a reproducir, aquí se debe ser muy estricto, no
se pueden permitir semillas diferentes al clon
deseado, ni que estén afectadas ni siquiera en
forma leve por pestes que puedan diseminarse
en el semillero. Para estar seguros de lo
anterior, es indispensable hacer un examen
minucioso de la plantación de la cual se va a
extraer la semilla; y si cumple con los
requisitos deseados, es conveniente que se
supervise la extracción para que no se
contamine. Es preferible pagar 2 a 3 veces el
valor de mercado por una semilla sana, que
diseminar pestes de alto costo de control en la
nueva plantación. Debe tomarse muy en
consideración, que debido a la fuerte presión
de los ambientalistas, en el futuro deberá
reducirse el consumo de agroquímicos
necesarios para el control de pestes en el
suelo y ello podría repercutir en una baja
productividad en cultivos infectados. La semilla
a reproducir, debe de sufrir un proceso de
saneamiento y selección antes de plantarse;
no deben tener un peso menor a 2 kg y los
cormos deben provenir de retoños o hijos de
alta vitalidad y de apariencia normal; semillas
pequeñas, sin vitalidad o malformadas, deben
destruirse. Trabajos efectuados por diversos
autores, muestran que la semilla de mayor
tamaño produce hijos más vigorosos.
Alvaneyra y Carranza (1972), en
ensayos llevados a cabo con semillas de
diferente peso, encontraron que la semilla de 5
kg dio plantas más vigorosas que las
provenientes de semillas de 3 ó 7 kg. A igual
conclusión llegaron Rocha y Fraciosi (1963) y
Samuels (1977), en ensayos llevados a cabo
con semillas pequeñas fertilizadas, encontró
que las plantas de semillas con un peso de
908 a 1.362 g eran superiores en vigorosidad
que las plantas de semillas de 454 g. El
departamento de investigaciones agrícolas de
la United Brands recomienda usar semillas que
sean similares a las provenientes de retoños, o
hijos que tengan un mínimo de 15 cm de
diámetro en el pseudotallo a 15 cm del suelo.
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FIGURA 7.8. Semilla tradicional de banano.
La semilla seleccionada se somete a un
proceso de saneamiento, mediante eliminación
de raíces y la parte superficial de la corteza,
quitando todas las áreas necrosadas que
pudieran ser evidencia de ataque de
nemátodos, bacterias o picudo negro, la
semilla limpia debe quedar blanca, según
recomendación de Loos y Loos (1960) y
Gorenz (1963).
FIGURA 7.9. Plántulas de cultivo de tejidos.
La semilla una vez saneada, se somete
a un tratamiento de eliminación de los
nemátodos, enfermedades u otras plagas que
pudieran aun permanecer en los tejidos
superficiales. Se han llevado a cabo gran
cantidad de trabajos por diversos autores en
este campo; Colbrand (1967), recomienda el
tratamiento con agua caliente a una
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
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temperatura entre 73,5 y 74,5° C durante 20
minutos, Small y Browers (1962), aseguran
que el tratamiento con agua caliente a 65° C
durante 15 minutos no causa problemas en la
vitalidad de la semilla, y logra eliminar los
nemátodos a 1 ó 2 cm de profundidad dentro
de la corteza.
Coates y Poans (1971), recomiendan
para un buen control de nemátodos
inmersiones por 5 minutos en 600 ppm de
nemacur disueltas en agua, sin que la semilla
sufra efectos fitotóxicos. Cabe recalcar, que
concentraciones de 300 ppm por 10 minutos
retardan el crecimiento de las plantas, y dosis
hasta de 1.200 ppm en semillas de plantas
paridas no controlan los nemátodos.
Colbrand (1974), trabajando con agua
caliente entre 53 a 55° C más 0,21 a 0,32 %
de dibromo-3 (D.B.C.P.), encontró buen control
de nemátodos, pero la emergencia de las
plantas se retardó cuando la temperatura fue
entre 58 a 60° C o con concentraciones
mayores de D.B.C.P. Cabe mencionar, que
este producto no debe ser usado debido a que
causa esterilidad en los humanos.
En la zona Atlántica de Costa Rica se
utiliza una solución formada por un nematicida
que podría ser furadán 4F (500 cc) o nemacur
en la misma proporción; un insecticida como el
diazinon 60-E o un equivalente, un fungicida
de amplio espectro, preferentemente un
cúprico y un pegante en 50 galones de agua.
La semilla se trata por inmersión durante 5
minutos y se deja secar antes de trasladarla al
campo de cultivo. Este tratamiento aunque
costoso, no garantiza un material vegetativo
totalmente limpio, y además puede reducir su
germinación.
El material reproductivo ideal es el
proveniente de cultivo de tejidos, ya que está
libre de las principales enfermedades y plagas.
Debe de tenerse el cuidado de eliminar plantas
fuera de tipo, y es conveniente esperar hasta
la parición para obtener material reproductivo.
Una vez preparada y tratada la semilla
se procede a plantarla, estableciendo
previamente una distancia de siembra para un
sistema apropiado. Esto se determinará de
acuerdo a las condiciones ecológicas. Suelos
fértiles permiten mayor cantidad de plantas
que los menos fértiles, ya que la competencia
por luz del sistema foliar es muy importante en
el crecimiento y desarrollo de los retoños o
hijos. Las condiciones climáticas imperantes
durante el período de desarrollo del semillero,
fijarán la cantidad de plantas a cultivar. La
selección del clon define una mayor o menor
población, clones enanos permiten altas
poblaciones, mientras que para clones
gigantes deben reducirse. Fijada la densidad a
plantar se determina el sistema, puede ser en
cuadro, rectangular o en triángulo, así como la
distancia de siembra entre plantas.
Las formas más recomendables son la
triangular y el doble surco, que permiten un
mejor aprovechamiento de la luz; el último
tolera la introducción de máquinas en el
cultivo, con disminución de los costos de
mantenimiento y recolección de la semilla.
Las poblaciones recomendadas van
desde 2.500 hasta 5.000 plantas por hectárea,
dependiendo del clon y las condiciones
ecológicas. Las distancias más corrientes en
triángulo son de 2 x 2 m, 2,5 x 2,5 y 3,0 x 3,0
m.
Siembra y operaciones del cultivo
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En el sistema de doble surco, para
clones semienanos como el "Gran Enano”
podría usarse la distancia de 1 m entre las dos
hileras, 1,5 m entre plantas en las hileras y 3 m
entre surcos; la población sería de 3.300
unidades por hectárea, y puede bajarse hasta
2.500 unidades si la distancia entre matas en
la hilera se aumenta a 2 m (Figura 7.10).
1,0 m
3,0 m
1,0 m
1,5 m
FIGURA 7.10. Sistema de siembra de semilleros a doble surco, con 3.300 unidades/ha.
Establecido el semillero, se procede a
darle mantenimiento acorde con la necesidad
de semilla, si se requiere un rápido desarrollo,
será necesaria la aplicación intensiva de
fertilizantes nitrogenados, si por el contrario la
premura no es grande, podrá buscarse un
crecimiento más lento y de más bajo costo.
La fertilización basada en nitrógeno y
potasio debe ser sistemática, si es posible en
ciclos mensuales. Se recomienda aplicar 115 g
de urea (46 % de nitrógeno o sulfato de
amonio) por unidad de reproducción y el
potasio correspondiente.
El control de pestes debe hacerse cada
vez que se identifique una enfermedad o una
plaga, aun a niveles muy bajos, a fin de evitar
su propagación. Se recomienda el uso de
nematicidas e insecticidas para controlar
nemátodos y picudo negro en ciclos de 4
meses. Si la germinación ha sido baja, es
conveniente hacer una resiembra 3 ó 4
semanas después de la siembra. Una vez que
las plantas están en desarrollo y cuando
tengan de 4 a 4 y medio meses de edad,
deben deshijarse para dejar los cinco mejores
hijos que servirán de semilla en los próximos
meses; los hijos prensados o mal formados
deben de eliminarse, para permitir un mejor
desarrollo de los demás.
Las plantas desarrolladas dejan caer las
hojas más viejas, esto obstruye la salida de
nuevos hijos y evitan que la luz solar estimule
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las yemas, por tal razón es conveniente cortar
las hojas viejas de las plantas y limpiar su
base o corona de hijos. Entre los 5 y los 6
meses, según el clon, las plantas florecen, la
inflorescencia joven debe quitarse, para
transferir los nutrientes de crecimiento a los
hijos, y evitar que el peso excesivo provoque
volcamiento a las plantas. Por ningún concepto
debe cortarse la planta madre, hasta que sus
hijos se hayan independizado (Ver Desarrollo
de Brotes, Capítulo 2).
El control de malas hierbas, se hará
como se indica en la parte correspondiente de
este capítulo. El control de Sigatoka después
del tercer mes es obligado (Ver Enfermedades
y Plagas).
Una vez que los brotes o hijos han
alcanzado el desarrollo esperado y que la
semilla tenga el tamaño y vitalidad apropiados,
se procede a separarlos uno a uno de acuerdo
a su estado de desarrollo. En un período de 5
a 6 meses después de iniciarse la producción
podrán obtenerse alrededor de 10 semillas por
unidad de reproducción. Si las necesidades de
semilla son muy grandes, se procede a
acelerar su reproducción, para ello se separan
las vainas más viejas desde su base, con el
propósito de excitar las yemas que quedarán
expuestas a la luz; por este procedimiento es
posible obtener 20 semillas de 100 a 400 g en
un período de 7 a 8 meses por cada unidad
reproductiva. Este procedimiento no es
recomendable para reproducir semillas para
plantaciones de explotación económica, se
aconseja únicamente utilizarlo para reproducir
semilla en semilleros.
2. Semilla de Deshija
Cuando se cuenta con una plantación
comercial bien establecida que no tenga
pestes que puedan propagarse, y que la edad
de la cepa sea mayor de 3 años, se puede
obtener semilla de los hijos que no se
seleccionan para dar continuidad a la unidad
de producción. En este caso, los hijos para
semilla se seleccionan y marcan con una cinta
plástica de color. No debe de seleccionarse
más de un hijo por unidad. La selección se
efectúa durante la operación de deshija, y
cuando el brote tiene una altura de alrededor
de 50 cm. El brote o hijo seleccionado se deja
crecer con la planta madre, hasta que ésta se
coseche y haya una nueva unidad de
producción; en ese momento es posible
obtener la semilla sin causar deterioro a la
unidad de producción. Por ningún concepto
debe extraerse la semilla de una madre sin
cosechar, ya que los riesgos de volcamiento y
pérdida de la unidad son muy altos.
No es recomendable la extracción de
semilla de una plantación comercial, ya que no
solamente sufre la plantación con pérdidas en
la cosecha, sino también los sistemas de
cablecarril al transportar los grandes
volúmenes y pesos de la semilla. Además,
esta semilla por lo general está altamente
contaminada, y aun con tratamiento y limpieza
no se garantiza su sanidad.
3. Semilla de Plantaciones no Productivas
La obtención de semilla de plantaciones
no productivas o abandonadas es la forma
más barata de conseguir semilla, pero quizás
la más riesgosa, ya que tienen plantas de
pobre desarrollo, mal nutridas y que producen
Siembra y operaciones del cultivo
456
hijos de poca vitalidad.
Asimismo, es frecuente en este tipo de
plantación encontrar gran variedad de pestes,
producto de su abandono o de su falta de
vigor. La semilla producida debe seleccionarse
muy bien, y su preparación y tratamiento para
la siembra deben ser muy cuidadosos. Este
material vegetativo no debe de usarse por ser
altamente contaminante, y su éxito en el
cultivo es muy cuestionable.
Tipos de Semilla
Por sus características de vitalidad y
potencial de desarrollo, se clasifica la semilla
en cinco tipos:
1. Cormos de Plantas Maduras Paridas
Es un material reproductivo de gran
tamaño, cuyas yemas se ubican en la parte
más alta y como consecuencia conserva poca
vitalidad. Este material no tiene capacidad
para emitir nuevas raíces, y muere pronto,
dejando los brotes que pudieran haberse
producido sin nutrición auxiliar. Los retoños de
este tipo de material son débiles, aunque
crecen varios a la vez, y requieren de un buen
control de malezas que les permita
desarrollarse sin dificultad. Este material se
recomienda sólo en caso de suma urgencia, ya
que por lo general está altamente
contaminado.
2. Cormos de Plantas Maduras sin Parir
Al igual que el anterior, son de gran
tamaño, pero las yemas conservan su
vitalidad, con un meristema principal activo
que prosigue su crecimiento con emisión de
hojas y raíces, que dan origen a una nueva
planta. En este caso la semilla produce
retoños muy vigorosos, que darán una buena
fructificación.
Este material se usa poco, en primer
término por el alto valor de transporte de un
material tan voluminoso y pesado, y también
porque la existencia de este material es poco
frecuente con respecto a los otros materiales
usados.
3. Cormos y Pseudotallos con cormo de
Plantas Cosechadas (Caballos)
Los cormos y pseudotallos de plantas
cosechadas, conocidas también en la jerga
bananera como “caballos”. Estos son un
excelente material reproductivo cuando se
arranca por corte en la parte superior del
cormo, dejando la parte inferior para nutrición
del hijo de sucesión, y es conveniente
extraerlo 2 semanas después de la cosecha a
más tardar (Figura 7.7). A pesar de que
produce hijos muy vigorosos, tiene la
inconveniencia del alto costo de transporte y
manejo, por lo que se utiliza mucho en
resiembra.
4. Semilla de "Hijos de Espada"
Por semilla de hijos de espada, se conoce
el material reproductivo proveniente de brotes
bien desarrollados y sincronizados, que
cuando tienen el tamaño apropiado producen
una semilla de 3 a 5 kg de peso de gran
vitalidad. Este material reproductivo es el más
aconsejable por su vigor, facilidad de
transporte y manejo (Figura 7. 11).
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
457
FIGURA 7.11. Hijo de espada.
5. Semilla de "Hijos de Agua”
Se conoce como semilla de hijo de
agua, el material vegetativo proveniente de
retoños malformados, de poca vitalidad y
crecimiento desincronizado. Son provenientes
de cormos de plantas cosechadas o muy
afectadas por pestes. Esta semilla no debe
plantarse por ningún concepto. Se reconoce
por su tamaño pequeño, de forma alargada y
yemas con poca vitalidad (Figura 7.12).
FIGURA 7.12. Hijo de agua.
6. Semilla de "Hijos Recortados"
Es el material reproductivo proveniente
de buenos retoños, que por no haber sido
marcados en la deshija fueron cortados, pero
que por su vitalidad mantienen su crecimiento.
Este material, produce una semilla tan buena
como la de "hijo de espada", y algunos
agricultores aseguran que su tamaño y peso
es mayor; no obstante lo anterior, sólo es
aconsejable usar semilla de retoños cortados
que lo hayan sido por una sola vez, bajo riesgo
de perder vitalidad con podas sucesivas.
Selección y Preparación de la Semilla
Gran número de trabajos de
investigación muestran que el volumen y peso
más conveniente es el de 5 kg (Rocha y
Fraciosi, 1963; Alvaneyra y Carranza, 1972).
United Brands (1975), recomienda semilla
proveniente de retoños que tengan un mínimo
de 15 cm de diámetro en el pseudotallo a 15
cm del suelo. La semilla así seleccionada
tendrá un peso entre 3 y 5 kg y un alto grado
de vitalidad.
Por unidad reproductora debe de
arrancarse no más de una semilla, para no
falsear la cepa y provocar con ello
volcamientos. La extracción de la semilla debe
hacerse con una herramienta que separe el
retoño de la madre en un sólo corte, sin causar
lesiones innecesarias a ninguno de los dos y
que la palanca sea suficiente para sacar el
retoño con facilidad. La herramienta
recomendada es una pala angosta y larga,
denominada con el nombre de "palín", que se
usa al hacer huecos para enterrar postes. El
Planta Madre
Siembra y operaciones del cultivo
458
palín debe de reforzarse por detrás con varillas
de acero soldadas, para que permita usarse
como palanca sin el riesgo de quebrarse. El
hueco debe cubrirse con tierra "apisonada" y
poner un nematicida e insecticida.
La semilla extraída debe cuidarse de
golpes, heridas o maltratos que puedan
estropear sus yemas o ser causa de
podredumbres por hongos o bacterias. Para su
transporte y manejo, a la semilla se le deja una
porción de pseudotallo de 20 cm, evitando que
el meristema principal sufra deterioro.
También deben impedirse todo tipo de
maltratos en el lugar de preparación y
tratamiento; el cual es conveniente que esté lo
más cerca posible del área de siembra y
dotado de suficiente agua, indispensable para
la operación.
Para la preparación y tratamiento de la
semilla, se recomienda construir un cobertizo
con techo para cubrir a los trabajadores de las
inclemencias del tiempo. Este debe tener
varias mesas resistentes para examinar y
preparar la semilla, así como un tanque
ovarios para el tratamiento de la semilla
necesaria para la siembra.
La semilla extraída del semillero debe
de transportarse el mismo día si es posible, al
lugar de tratamiento para su preparación y
siembra. Debe de examinarse para comprobar
su vitalidad y peso, si no reúne las
características deseadas debe desecharse.
Una vez aceptada, si se muestra limpia,
resultado de un buen trabajo en el semillero,
sólo se le quitan las raíces y la tierra y se
recorta el pseudotallo 5 cm; si por el contrario
la semilla muestra evidencias de nemátodos u
otras pestes, ésta debe de pelarse con cuchillo
hasta encontrar un color blanco, eliminando
toda posible fuente de propagación de pestes
(Ver preparación de semilla para semillero). La
semilla limpia se procede a tratar con
fungicidas, insecticidas y nematicidas, en la
misma forma que se hace para la semilla de
semillero. Ningún tratamiento garantiza la
limpieza de la semilla, pero si puede reducir su
germinación.
Reproducción por Cultivo de Tejidos
La reproducción por cultivo de tejidos,
ha mostrado ser un sistema eficiente y seguro
para la producción económica de bananos.
Como todos los sistemas nuevos en
introducción, la reproducción de bananos por
cultivo de tejidos tuvo al inicio graves
problemas, no sólo por variación somaclonal
(Ver Capítulo 5), sino que también por la
selección de las plantas madres; sin embargo,
esos problemas se han ido corrigiendo aunque
no con la prontitud y eficiencia deseable. Aun
existen riesgos no medibles que podrían
provocar graves problemas a la actividad
bananera. No obstante, en la actualidad, son
mayores las ventajas que se obtienen de
reproducir un material sano y de alto potencial
de producción en relación con materiales
contaminados y envejecidos de bajo potencial
de producción, no acordes con las exigencias
del mundo moderno de alta eficiencia y baja
contaminación ambiental.
Es indudable, que la reproducción por
cultivo de tejidos abre un nuevo capítulo en el
cultivo económico de las Musas, y será
necesario capacitar al personal técnico sobre
las nuevas tecnologías; deberán revisarse los
sistemas de siembra, transporte de las
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
459
plántulas, fertilización, control de malas
hierbas y control de población, entre otros
aspectos no menos importantes.
Viveros
Los viveros o casas sombra, son
infraestructuras construidas con soportes
verticales de madera o concreto, separados 6
m y con una altura de 3 m. En la parte superior
de los postes, se ponen alambres o cables
tensados en todas las direcciones, a fin de
formar una cuadrícula. Los cables o alambres
se fijan al suelo mediante soportes y tensores.
Sobre la cuadrícula de alambre o cable, se
tiende sarán # 60 de 6 m de ancho, con ojetes
de bronce, que permiten fijar al sarán uno con
otro, y con alambres o cables. La fijación entre
sarán no debe ser rígida, y se hace con cuerda
de polipropileno, a fin de permitir su
separación en el momento del endurecimiento
de la planta.
El tamaño del vivero será el adecuado a
las necesidades de las plantas; se estima una
capacidad de 16 a 20 plantas/ m2.
La superficie se divide en eras, de 1 m
de ancho por 30 cm de alto, para facilitar el
drenaje natural; las eras y los drenajes se
cubren con plástico negro para evitar malezas
y que las raíces de los brotes penetren en el
suelo.
Se recomienda utilizar el sistema de
riego por goteo, con 2 tubos de distribución por
era, perforados según la distribución de las
bolsas, con un “espagueti” por planta. No es
aconsejable el sistema de riego por
microaspersión, ya que incrementa la
humedad relativa del aire en forma innecesaria
y moja la hoja, pudiendo provocar la presencia
de enfermedades no deseables en esa etapa,
como la Sigatoka. Por lo tanto, no se sugiere
tampoco la aplicación de fertirriego por
microaspersión en el vivero de bananos.
Una vez construido el vivero, las plantas
o brotes se siembran en bolsas de plástico
negro perforadas, con un diámetro de 15 a 20
cm y un largo de 20 cm. En las bolsas se pone
un sustrato constituido por 33% de cascarilla
de arroz o aserrín de madera y 67% de arena;
el sustrato debe de estar libre de
enfermedades y plagas y ser muy permeable,
para mantener la planta bien oxigenada. Si se
siembran brotes, los pseudotallos se recortan
antes de sembrarlos, y los cortes se cubren
ligeramente con el sustrato, para evitar la
quema por sol. Las plantas una vez
sembradas, se ponen en las eras en dos
hileras para facilitar el riego y el manejo.
FIGURA 7.13. Vivero de plantas de cultivo de
tejidos.
Las plantas se fertirriegan 2 veces por
día según el siguiente programa:
Fertilización para 9000 plantas por sección:
1) 38 mangueras de 237 goteros cada uno –
Total = 9000
2) Capacidad del tanque: 500 lts.
Siembra y operaciones del cultivo
460
3) Pulsaciones / minuto de goteros: 48
4) Producto:
Urea (46 %-N) 5.0 Kg..
Nitrato de Potasio (45 %-K2O) 14,0 Kg.
Acido Fosfórico (85 %-P2O5) 5,5 Lts.
Nitrato de Calcio (27%-CaO) 5,0 Kg
Multimicro Fluid (13 %) 5,5 Lts.
Sulfato de Magnesio (16 %-MgO) 2,3 Kg.
El Nitrato de Potasio y el de Calcio,
deben de aplicarse por separado, para evitar
incompatibilidades con los sulfatos. Para la
producción orgánica, la base de la fertilización
será de bioles ricos en Nitrógeno, reforzados
con Sulfato de Potasio de roca (50%-K2O), y
Sulfato de Magnesio.
5) Fertilizar 10 minutos/ sección, 2 veces/
día.
Debe hacerse fertilización foliar al menos
una vez por semana, sobre todo en la
producción orgánica, y de fungicidas, si se
detectan brotes de Sigatoca, o cualquier otra
enfermedad.
FIGURA 7.14. Sistema de fertirriego.
Las plantas se mantienen en vivero
durante 6 semanas, en que alcanzan el
desarrollo deseable para trasplantarse al
campo con el mínimo de estrés; las pequeñas
o débiles se separan para darles mayor
tiempo. Una semana antes del traslado de las
plantas al campo, se les quita el sarán para
permitir la entrada de luz y endurecer la planta
antes de ir al campo. El transporte del vivero al
campo debe ser muy cuidadoso, a fin de evitar
deterioros de las plantas (Figuras 7.15 y 7.16).
El productor deberá especializarse en la
operación de viveros y manejo de plántulas
muy sensibles a cambios ambientales.
La planta una vez fuera del vivero,
donde ha estado por 6 semanas bajo humedad
y sombra controlada, debe de trasladarse
rápidamente al campo y sembrarse bajo las
mejores condiciones de preparación del
terreno, aplicando un fertilizante alto en fósforo
en el fondo del hueco para activar la formación
de raíces; debe evitarse en lo posible el
deterioro de las raíces durante el transporte o
al quitar la bolsa plástica; no deben hacerse
trasplantes en suelos con déficit hídricos, bajo
riesgo de pérdidas importantes de plantas o
provocar un estrés mayor que el normal.
La planta trasplantada pasa un período
de letargo de alrededor de 4 semanas, a partir
de las cuales se inicia un proceso de
crecimiento acelerado, superior al alcanzado
con plantas provenientes de semilla. En el
momento en que se reinicia el crecimiento,
consecuencia de un profuso sistema radical
renovado, se hace necesario la primera
aplicación de nitrógeno en forma de urea o
preferiblemente sulfato de amonio, a la dosis
de 86 g/planta; esta aplicación se repite 4
semanas después. A las cuatro semanas de la
última aplicación, se recomienda poner una
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
461
fórmula completa que incluya además de
nitrógeno, fósforo y potasio, elementos tales
como azufre y magnesio, indispensables en
esta fase de crecimiento (Ver Nutrición del
Banano, Capítulo 8).
FIGURA 7.15. Cable carril dentro del vivero
para transportar plántulas.
FIGURA 7.16.Transporte de plántulas por el
cable carril.
FIGURA 7.17. Endurecimiento de plántulas por
exposición al sol durante una semana
antes de salir del cultivo.
Las plantas se desarrollarán con gran
vigor si las condiciones ambientales son
apropiadas; debe hacerse un buen control de
malezas, evitando el uso de herbicidas que
puedan provocar intoxicaciones como el
Diurón y las Ametrimas o sistémicos que
puedan producir deformaciones en el sistema
foliar o la planta, tal como el Glifosato; debe
utilizarse únicamente herbicidas no tóxicos del
tipo del Glufosinato de Amonio, con el cuidado
de no hacer contacto con las hojas. Una
primera aplicación de Fluazifob-butil, en áreas
con gramíneas podría dar el tiempo suficiente
para que las plantas crezcan sin riesgo y hacer
aplicaciones posteriores de Glufosinato de
Amonio o control mecánico mediante chapeas.
El alto vigor y posiblemente residuos
hormonales hacen que las plantas de cultivo
de tejidos, emitan una gran cantidad de brotes
que se transforman en hijos en forma
temprana, por tal razón si se manejan con la
deshija adecuada podrá obtenerse un retorno
en segunda cosecha muy rápido.
Las plantas de cultivo de tejidos son
muy homogéneas en su crecimiento y al llegar
Siembra y operaciones del cultivo
462
a la fase adulta impiden el paso de luz hacia
los retoños, que al haberse desarrollado en
una etapa muy temprana, se ven restringidos
en su crecimiento; por tanto, resulta
indispensable antes de la floración hacer una
operación de pre-deshija para eliminar los hijos
de pobre crecimiento. En el título de control de
población, subtítulo deshija de este capítulo,
se hace una descripción detallada de esta
operación.
Es indudable que durante la primera y
segunda cosecha, las plantas de crecimiento
homogéneo durante su fase adulta provocarán
un alto nivel de sombra que disminuirá el creci-
miento normal de los hijos. Es por ello que
sistemas de siembra en doble surco, con
suficiente espaciamiento en la entrecalle
podrían acelerar el retorno en las cosechas
posteriores y aumentar la productividad,
además facilitar las operaciones de cultivo y la
cosecha, y mejorar los rendimientos de la
fruta.
Reproducción por Rebrotes de
Plantaciones Comerciales
La planta adulta en su proceso de
sucesión, activa un buen número de yemas
superficiales que se convierten en brotes, cada
uno es una planta potencial con todas las
características genéticas de la planta madre.
Si los brotes se dejan crecer se convierten en
hijos y en plantas madres.
El cormo de estos hijos es la semilla de
uso corriente en las fincas bananeras. Si estos
brotes se separan de la planta madre en una
etapa temprana de su crecimiento, constituyen
una yema capaz de crecer y desarrollarse si el
ambiente es apropiado.
Este material reproductivo se separa de
la planta madre, se sanea y se pone en vivero
en bolsas plásticas por un período de 6
semanas, período en el cual se produce una
plántula muy semejante a la obtenida por
cultivo de tejidos.
La operación de vivero debe ser muy
cuidadosa, los brotes deben de ser bien
seleccionados en la plantación y estar muy
frescos para su siembra, limpiarse muy bien y
ante cualquier duda de contaminación
desecharse. Los brotes limpios deben de
tratarse con un fungicida de amplio espectro
para evitar pudriciones, una vez tratados y
secos deben de ponerse en bolsas plásticas,
llenas con un sustrato de arena o suelo
arenoso, mezclados con un 33 % de cáscara
de arroz.
Al sustrato se le aplica un fertilizante
fosfatado para ayudar a la emisión de raíces y
se incorpora un nematicida para eliminar los
nemátodos que puedan contaminar el rebrote.
El brote o yema se cubre ligeramente
con tierra y se pone en el vivero con sombra
controlada al 60 % y sistema de riego, estos
germinarán en el transcurso de una semana e
iniciarán un crecimiento acelerado de hojas y
raíces. A las 2 semanas se aplica una fórmula
completa alta en fósforo a razón de 30 g/
planta, a las 4 semanas se aplica un
nematicida granular y a las 6 semanas, al
momento de salir al campo se hace otra
aplicación de fórmula completa.
A las 6 semanas, la planta tendrá una
altura de 30 a 60 cm y podrá ser trasplantada
al campo en las mismas condiciones descritas
para las plántulas de cultivo de tejidos. El
porcentaje de germinación y pegue en el
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
463
vivero dependerá del manejo y podrá variar
desde un 10 hasta un 30 % de pérdidas,
siendo lo normal entre 10 y 20 %.
Por lo general, el material vegetativo de
estos rebrotes es poco vigoroso, y la mayoría
de las veces muy contaminado, por lo que no
se recomienda su uso en forma comercial. Las
experiencias con este material en Costa Rica
han sido muy malas en cuanto a vigor y
productividad.
Reproducción por Rebrotes de Plantas de
Cultivo de Tejidos
La obtención de material vegetativo por
rebrotes de plantas de cultivo de tejidos, es
una operación bien conocida, que permite
obtener material vegetativo limpio, vigoroso y a
muy bajo costo.
El proceso se inicia con un semillero de
plántulas de cultivo de tejidos, de un 1/20 de
las necesidades de plantas del proyecto. El
lugar del semillero debe ser muy bien
escogido, con suelos libres de patógenos y
cercano al área de siembra.
Se recomienda plantar de 2500 a 3000
plantas por hectárea, con doble surco para
facilitar la operación. Para el semillero se usa
la misma técnica descrita en el subtítulo
semilleros, pero debe de tenerse especial
cuidado de contaminación. Resulta adecuado
poner una cerca alrededor del semillero y si es
posible hacer un canal secundario en el
perímetro, que impida la entrada de agua y
agentes contaminantes, así como un control
sanitario en el portón de entrada.
Las plantas de cultivo de tejidos por su
vigor y los residuos hormonales producen gran
cantidad de hijos a una edad temprana de
desarrollo. Para que los hijos (rebrotes) tengan
buen vigor la planta madre debe de tener un
estado de desarrollo cercano a la fructificación.
En ese estado el contenido de biomasa es
óptimo, y se da un rompimiento de la
dominancia apical en la planta madre por corte
o polarización del punto de crecimiento,
dejando las reservas de nutrimentos del
pseudotallo y el cormo para nutrir los brotes.
FIGURA 7.18. Planta de cultivo de tejidos con múltiples hijos.
Siembra y operaciones del cultivo
464
Una vez rota la dominancia apical los cormos
con el máximo de pseudotallo se extraen del
suelo mediante palancas y se inicia un proceso
de reproducción rápida. La extracción del
cormo facilita la separación de los brotes y
estresa a la planta para que produzca más
brotes. La primera extracción puede tener
hasta 10 brotes, de los cuales 5 son semillas
de regular peso que podrán sembrarse
directamente en la plantación bajo cuidados
especiales. Una vez extraídos los primeros
brotes la planta se regresa al suelo, se cubre
con tierra y se espera para una segunda,
tercera y hasta cuarta cosecha de brotes. Los
brotes de las últimas cosechas están
propensos a perder el vigor, como
consecuencia de la pérdida de nutrimentos de
la planta madre, que tienden a agotarse.
FIGURA 7.19. Rebrotes de plantas de cultivo de tejidos.
Los brotes separados cuidadosamente
se seleccionan por tamaño y peso, se limpian
con esmero y se trasladan al vivero en el
menor tiempo posible. Los cuidados en el
vivero son los mismos descritos para plantas
de cultivo de tejidos, su sanidad depende de
su manejo en el semillero y en el vivero.
Densidad de Siembra
La densidad de siembra, no constituye
un aspecto fundamental en el cultivo del
banano, ya que más bien debe usarse el
concepto de población de unidades de
producción por área. La población para un
área dada, está en relación con el clon a
cultivar, las condiciones ecológicas de la
región, las necesidades de los mercados y el
período de duración de la plantación.
Los clones enanos o semienanos,
permiten mayores poblaciones que los
gigantes, por ejemplo, para el "Gran Enano"
una población aceptable es de 1.750 a 2.000
unidades por hectárea, mientras que el
'”Valery" soporta de 1.400 a 1.700 y el
"Lacatán" apenas permitiría de 625 a 850
unidades.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
465
Suelos buenos, profundos y bien
drenados, permiten poblaciones más bajas
que suelos malos con limitaciones; asimismo,
climas apropiados para el buen desarrollo de
los bananos, permiten poblaciones menores
que los climas menos apropiados. Tal cosa
sucede, porque bajo condiciones ecológicas
favorables, las plantas se desarrollan más,
creando mayor competencia por luz y como
consecuencia en forma proporcional debe
bajarse la población.
Si las necesidades de fruta en los
mercados son altas deben de sembrarse altas
poblaciones para aumentar la producción en la
primera cosecha, si por el contrario, los
mercados están saturados, se requiere fruta
de alta calidad, y ello se consigue con
poblaciones más bajas. Para plantaciones que
se espera tengan un corto período de vida, se
recomiendan altas poblaciones iniciales para
aumentar la producción de la primera cosecha.
Cuando exista carencia de semilla, y la
primera cosecha no sea importante
financieramente para el agricultor, se
recomienda plantar una población baja y luego
por retoños alcanzar la población definitiva. Es
importante dejar claro, que la distancia de
siembra en sí misma, no es otra cosa que una
población inicial, que podrá duplicarse o hasta
triplicarse por selección de retoños si se desea
aumentar la población, o reducirse por poda si
la población inicial fue muy alta.
Sistemas de Siembra
Una vez determinada la población inicial
que se desea establecer, se procede a buscar
el sistema de siembra más conveniente, que
se debe entender como aquella forma de
distribución de las plantas en el campo que
permita un mejor aprovechamiento de la luz
dentro de una condición ecológica dada. Se
conocen cinco sistemas de siembra de uso
regular para las plantaciones de banano, cada
uno es o ha sido utilizado para las condiciones
de desarrollo de un determinado clon de
acuerdo a la ecología de la zona.
Cuadro
Este sistema se usó para la siembra de
"Gros Michel” en las primeras etapas de la
actividad bananera. Si se considera el área
foliar de la planta de banano como distribuida
en forma circular, este método no parece ser el
que mejor aprovechamiento hace de la luz y
del terreno (Figura 7.22).
El número de plantas por una hectárea
cuadrada se calcula para una hilera, al dividir
100 m entre la distancia de siembra. El número
de hileras se calcula dividiendo 100 m entre la
distancia entre hileras.
Rectángulo
Es una modificación del sistema anterior
con mayores defectos en cuanto a la
utilización de luz y terreno por las plantas
(Figura 7.22).
Triángulo Equilátero (Tres bolillo)
Es el que mejor aprovechamiento hace
de la luz y del terreno por su distribución
regular; por tal motivo presenta una mayor
densidad de población sin sacrificar la luz para
el normal crecimiento de las plantas. Este
sistema es el más usado para el cultivo de los
clones del Subgrupo "Cavendish", que por su
baja altura permite una mejor utilización de la
Siembra y operaciones del cultivo
466
luz y del espacio (Figura 7.20).
El número de plantas por hectárea
cuadrada se calcula dividiendo los 100 m de
ancho entre la distancia entre plantas y se
obtiene el número de plantas por hilera. El
número de hileras se obtiene de dividir los 100
m de largo de la hectárea, entre la altura (h) de
los triángulos. La altura (h) se calcula por la
siguiente fórmula (Champion, 1968):
H = a√3
2
Donde:
a= distancia entre plantas
√3= 1,73205
FIGURA 7.20. Siembra en triángulo equilátero
(tres bolillo).
Hexagonal
Es una modificación del sistema de
triángulos equiláteros, donde se siembran un
33 % menos de plantas, con el fin de dar un
mayor espacio entre unidades. Este método es
complejo y poco funcional, si se desea un
mayor espacio entre plantas, pueden
ampliarse las distancias en el sistema triángulo
equilátero.
Doble Surco
Como consecuencia de los avances en
la tecnología del cultivo del banano, las
siembras se hacen con plantas de cultivo de
tejidos o rebrotes de cultivo de tejidos; estos
materiales sanos, de gran vigor tienen la
misma vitalidad para su desarrollo, por lo que
todas las plantas crecen en forma simultánea,
y en su estado adulto en el momento de
floración producen un sombreo excesivo que
dificulta el crecimiento normal de los retornos.
Por consiguiente, ha sido necesario buscar un
sistema de siembra, que no solamente permita
una buena utilización de la luz y del terreno,
sino que también permita mecanizar la mayor
cantidad de operaciones de cultivo. Esta
situación se da en el sistema de doble surco,
donde las plantas entre hileras orientadas de
este a oeste, reciben mayor cantidad de horas
luz, a la vez que los entresurcos espaciosos,
permiten el uso de maquinaria agrícola. Este
sistema facilita las operaciones de cultivo,
supervisión y cosecha, al efectuarse dichas
actividades a través de los anchos
entresurcos.
La limitante es que las hileras deben
estar orientadas de este a oeste para un
máximo aprovechamiento de la luz, esto fija de
antemano el sistema de cablecarril, ya que
estos deben estar colocados en sentido
contrario, (de norte a sur), para facilitar las
operaciones de cosecha, cultivo y supervisión
antes anotadas. Como consecuencia de lo
anterior, el sistema de drenajes también queda
prefijado, tal y como se detalló al inicio de este
capítulo. Esta orientación, no parece ser tan
sensible en el Ecuador, done los rayos de luz
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
467
son verticales.
El sistema de doble surco parece ser la
mejor opción para los clones enanos del
Subgrupo "Cavendish", ya que por su poca
altura permiten una alta densidad de
población, con un máximo aprovechamiento de
la luz y del espacio. El mantenimiento es difícil,
ya que los brotes nuevos saldrán hacia el lado
del entresurco, cerrando los espacios, por lo
tanto se recomienda en la operación de
deshija, eliminar aquellas unidades que se
salgan dentro de lo que podría considerarse
como un alineamiento normal. El tipo de
deshija conocido como dirigido permite
seleccionar los hijos dirigidos hacia el este,
eliminando la dominancia apical de los hijos
que se desarrollan en otras direcciones.
Experiencias muy satisfactorias han sido
desarrolladas en Costa Rica. Es lógico que el
alineamiento de la siembra tendrá que
perderse en alguna medida, pero es suficiente
con que se mantenga el entresurco con
medidas cercanas a su ancho inicial, a fin de
que no se pierdan las ventajas antes
enumeradas (Figura 7.21 y 7.23).
FIGURA 7.21. Siembra en doble surco Costa de Marfil.
Siembra y operaciones del cultivo
468
a
b
Sistema en Cuadro
Hileraa
b
a
b
Hilera
a
b
Sistema Rectangular
b
aHilera
a
b
h
h = a √3 2Sistema Triángulo Equilátero
Sistema en Hexágono
b
a AHilera
FIGURA 7.22. Distribución de plantas en los sistemas de cuadros, rectángulo, triángulo y
hexágono.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
469
FIGURA 7.23. Siembra en doble surco, para uso mecánico en el control de Sigatoka. Veracruz,
México.
Las densidades de población más
recomendadas con este sistema son de 1.450
a 1.850 unidades de producción por hectárea
para el clon "Valery" y de 1.850 a 2.000
unidades para "Gran Enano". En ambos casos
la siembra inicial puede hacerse con 1.848
unidades con las siguientes distancias de
siembra: 1 m entre hileras, 2,27 m entre
plantas de cada hilera dispuestas en triángulo
equilátero y 3,76 m en las entrecalles (Figura
7.26).
FIGURA 7.24. Sistema “tres bolillo” FIGURA 7.25. Sistema a doble surco.
Siembra y operaciones del cultivo
470
SISTEMA DE SIEMBRA EN DOMOS Y DOBLE SURCO
FIGURA 7.26. Sistema de siembra a
doble surco.
FIGURA 7.27. Operaciones de siembra con plantulas.
x x
x x x x
x x x x
x x x x
x x x
Entre Surco
Doble Hilera
3,76 m
2,27 m
1,0 m
Detalle A
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
471
CONTROL DE MALAS HIERBAS
Se conoce con el nombre de mala
hierba, a toda planta que se encuentra fuera
del lugar que le corresponde en una plantación
para un cultivo dado y según el sentido
utilitario que pueda darle el hombre; por
ejemplo, las gramíneas que son una mala
hierba para el cultivo del banano, son de gran
utilidad en los terrenos de pastoreo, por tanto
el concepto es ambiguo y en tal sentido se
utilizará en este texto.
Las "malas hierbas” causan daños
directos e indirectos a los cultivos, y la
influencia que pueden ejercer se conoce como
interferencia.
Estas interferencias pueden darse como
competencias por agua, luz, espacio y nutri-
mentos. La competencia por agua y
nutrimentos parece ser el factor de mayor
importancia en el cultivo de bananos.
Chambers (1970), Lassoudiére (1972),
Guillemot (1975), Rodríguez (1978) y Soto
(1983), indican que el grado de competencia
se origina por la coincidencia de sistemas
radicales y que se acentúa en perjuicio de la
planta de banano, por características propias
de las malas hierbas, tales como proliferación,
rusticidad, resistencia, desuniformidad y otros
factores que les permiten una mayor
adaptación.
Otra forma de interferencia de las malas
hierbas con el cultivo, es la bioquímica,
conocida como alelopatía. Mediante este
fenómeno las malas hierbas liberan sustancias
tóxicas al medio, que dificultan el normal
crecimiento de las plantas de cultivo. Este
fenómeno produce enanismo, amarillamiento,
disminución de la cosecha, falta de
germinación de las semillas, o muerte de las
plantas pequeñas.
Las malas hierbas también interfieren
con el cultivo, al constituirse en hospederas de
enfermedades y plagas, Buddenghagen (1960)
y Berg (1970), mencionan a las malas hierbas
como hospederas de la bacteria Pseudomonas
solanacearum, causante del "Moko"; Feakin
(1975), cita a Radopholus similis albergado en
malas hierbas; Edmunds (1971), se refiere a
las malas hierbas como hospederas de
Rotylenchulus reniformis, y múltiples autores
mencionan a plantas de la familia Musaceae
como hospedero de Cosmopolites sordidus.
Las malezas dificultan las labores
agrícolas y disminuyen la eficiencia del trabajo,
aumentando los costos.
Autores como Nieto (1968), kasasian y
Seeyave (1969), Seeyave y Phillips (1970) y
Ureña (1982), destacan la importancia de las
malas hierbas por su interferencia en la planta
de banano en los primeros estados de
crecimiento. Ureña (1982), encontró un
alargamiento en la edad de floración, en
plantas interferidas por malas hierbas.
No obstante lo anterior, no todo es
perjudicial en las malas hierbas, ya que la
mayoría permite una buena cobertura del
suelo que evita la erosión. Las gramíneas en
los canales de drenaje o de riego, son
magníficas preservadoras de los taludes.
Asimismo, las malas hierbas adicionan materia
orgánica al suelo y permiten el reciclaje y
conservación de los minerales del suelo;
algunas fijan nitrógeno, y todas ayudan a
mantener la vida silvestre y el equilibrio natural
biológico, tan indispensable en la naturaleza.
Siembra y operaciones del cultivo
472
De la Cruz et al (2000), encontraron que una
cobertura de malezas entre 40 a 70 % del
suelo, ayuda a retener y reducir la lixiviación
del Ca2+, Mg2+, NO3, K+ entre un 40 y 58 %
aproximadamente. El NO3 más claramente
retenido, mientras que la retención del K+ fue
difícil de apreciar.
Primavesi (1984), asegura que las
gramíneas con un sistema radial superficial
ayudan a la oxigenación de los suelos, al
romper las costras superficiales en éste.
Tipos de Malas Hierbas, según Condición
del Terreno de Origen
El tipo de malas hierbas para una
plantación de banano determinada, depende
del sitio donde fue desarrollada la plantación,
ya sea en un bosque, en terrenos
abandonados o charrales, o en potreros
establecidos. En cada caso, las malezas serán
diferentes y su combate variado.
En las plantaciones a partir de bosque,
luego de la voltea de los árboles, se
desarrollan gran número de malezas de hoja
ancha que dominan por completo el hábitat.
Luego de las primeras medidas de control,
comienzan a aparecer cyperáceas y
gramíneas que comienzan a aumentar su
densidad, conforme avanza la edad de la
plantación.
Las primeras malezas en aparecer son
plantas leñosas o semileñosas como balsa
(Ochrama sp), saragundí (Cassia reticulata),
dormilona (Mimosa invisa) y otros matones.
Luego aparecen las malezas herbáceas del
tipo de la escobilla (Sida sp), tamarindillo
(Phyllanthus urinarie), chirrite (Eupatorium sp),
pepinillo amargo (Momordica charantia),
churristate (Ipomoea sp), paira (Malanthera
nivea), y comalillo (Hydrocotyle bonariens).
Las gramíneas que inician su aparición son en
su mayoría Digitaria sp, Paspalum sp,
Eleusine indica y otras (Pittier, 1978).
En las plantaciones a partir de
abandonos o charrales, las malezas son
mezclas de gramíneas, hoja ancha y algunas
cyperáceas. Las gramíneas son variadas y
predominan algunas Digitarias (Digitana sp)
Paspalum (P. conjugatum. P. paniculatum, P.
fasciculatum), Eleusine indica, Rottboellia
exaltata y Erogrostis sp. Se encuentran
también algunas cyperáceas como Cyperus
tennuis, C. ferax, C. Iuzulae, C. metesse y
KyIIinga sp.
En plantaciones establecidas a partir de
pastizales, el problema de gramíneas es muy
agudo, ya que por un período largo se han
seleccionado los zacates, para los cuales se
requiere ahora su control. La mayoría de las
gramíneas, son zacates de uso corriente como
el amargo (Paspalum conjugatum), gramalote
(Paspalum fasciculatum), zacate guinea
(Panicum maximum), zacate bermuda
(Cynodon dactylon), zacate pangola (Digitaria
sanguinalis), zacate gigante (Pennisetum
purpureum), zacate estrella africana (Cynodon
nenlenfuensis) y otros, que por haberles
quitado la competencia se han extendido y
predominan en la mayoría del área.
Manejo y Control de las Malas Hierbas
Debido a la importancia que tienen las
malas hierbas en la producción de cosechas,
es indispensable encontrar procedimientos que
mantengan los campos de cultivos libres de
malezas, o al menos evitar que éstas alcancen
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
473
una densidad y desarrollo tal que produzcan
efectos económicos adversos. Debe evitarse
toda introducción de nuevas malezas difíciles
de combatir, y las existentes tratar de reducir
al máximo su proliferación, combatiéndolas
antes de que sus estructuras reproductivas
produzcan semilla.
El combate de las malezas puede
hacerse mediante erradicación, que consiste
en eliminar todas y cada una de las malas
hierbas y sus estructuras reproductivas; o
mediante control, que consiste en mantener
las malas hierbas en una población y
desarrollo que no causen problemas
significativos al cultivo.
El control de malezas debe ser
integrado, y debe de partir de un estudio de
cada maleza, sus hábitos de crecimiento y su
control. La sombra de la plantación, los
residuos de cosecha y un porcentaje de
cobertura adecuados son imprescindibles para
el planeamiento del control de las malezas.
Consecuencia de la contaminación ambiental
producida por los herbicidas y la pérdida de la
biodiversidad por la eliminación total de las
malezas, se ha encontrado en las plantaciones
bananeras de Costa Rica con más de 10 años
de edad un deterioro en el vigor de las plantas,
ocasionado en parte por baja asimilación de
nutrientes e incremento de enfermedades y
plagas propias del cultivo. Es por ello que el
control de malezas ha sido revisado, y un buen
número de herbicidas han sido eliminados del
cultivo del banano, y para los muy pocos en
uso se han reducido los ciclos a 8, 2 y hasta 0
por año. Existe un número importante de
productores que por más de 3 años han
eliminado en su totalidad el uso de herbicidas,
con buen éxito en su producción y haciendo
que ésta sea más sostenible.
El autor ha trabajado por más de 5 años
con un control integrado de malezas, usando
sombra, residuos de cosecha y 2 ciclos de
control químico de la siguiente manera, 1 ciclo
con un herbicida de baja toxicidad en
primavera (mayo), seguido de 3 ciclos de
chapea, los resultados han sido muy buenos, y
se ha mantenido la cobertura de los suelos y la
concentración de la materia orgánica.
Es innegable que un control integrado
es más costoso económicamente que el
control solamente químico, pero el estado de
salud de la plantación hace que su producción
sea más sostenible.
Los métodos de control de malezas son
cultural, mecánico y químico. A continuación
se describe cada uno de ellos.
Control Cultural
Entiéndase como control cultural, los
sistemas que puede usar el hombre para
combatir las malezas sin recurrir a
herramientas, maquinaria o productos
químicos.
Dentro de las formas utilizadas, la más
eficiente, fácil y económica es el sombreo. La
mayoría de las malezas no lo resisten, por lo
que es conveniente el manejo de una
población de plantas de banano, que dificulte
el desarrollo normal de las malas hierbas.
Poblaciones normales para un clon
determinado deberían controlar las malezas
por sombreo en cerca de un 70 %.
El uso de coberturas de residuos de
cosechas, tales como tallos y hojas, así como
Siembra y operaciones del cultivo
474
otro tipo de material de bajo costo, distribuidos
sobre la superficie del suelo, limitan la
germinación y desarrollo de las malas hierbas.
Simmonds (1973), menciona la aplicación de
200 y 250 toneladas por hectárea de malezas
cortadas, técnica muy utilizada en los
bananales en la Guinea francesa.
Lassoudiére (1972) y Simmonds (1973),
sugieren el uso de paja convenientemente
manipulada para el control de malezas,
conservación del suelo y la humedad y aporte
de nutrimentos y materia orgánica; pero el
último autor encuentra un efecto adverso, ya
que estos residuos estimulan la proliferación
de raíces en la superficie del suelo, y al
pudrirse la paja deja el sistema radical
seriamente vulnerable a la sequía o a daños
mecánicos.
El uso de plantas de cobertura resulta
muy recomendable para el cultivo del banano,
sin embargo sólo unas pocas plantaciones lo
aplican comercialmente. La experiencia
muestra que el banano no es muy afectado por
la competencia de malezas de hoja ancha,
especialmente si son leguminosas. Osborne
(1954) citado por Simmonds (1973), menciona
que Bidens pilosa fructifica libremente en los
bananales de Jamaica, así como varias
especies de Commelina. Estas son por lo
general tolerantes a la sombra y se propagan
fácilmente por estolones, lo que las hace
apropiadas para este fin, sin embargo
Commelina diffusa y Commelina elegans, son
hospederas del nemátodo Rothylenchus spp
en las Islas Windward (Chambers, 1970) y del
virus del banano en Puerto Rico (Kasasian,
1971).
FIGURA 7.28. Cobertura mediante diversas
plantas. Costa de Marfil
Monnett (1953) citado por Simmonds
(1973), experimentó con Calopogonium
muconoides, Canavalia ensiformis, Crotalaria
retusa, Crotalaria striata, y Desmodium
ovalifolium. De ellas, C. striata tuvo un efecto
ligeramente favorable sobre la cosecha, pero
se extinguió en menos de 12 meses; las otras
no obtuvieron efecto alguno, o lo tuvieron
desfavorable. United Brands (1975), ha hecho
investigaciones con Cajanus indians,
Calopogonium mucoides, Canavalia
ensiformes y Casia minusoides, en la región
del Pacífico Sur de Costa Rica. Otros
investigadores han trabajado en este campo,
el que parece muy promisorio para el futuro de
la actividad bananera. Por otro lado, United
Brands ha usado con mucho éxito en
Changuinola, Panamá la oreja de ratón
(Geophyla repens), y numerosos productores
han usado en la zona atlántica de Costa Rica
con poco éxito el maní forrajero (Arachis
pintoe).
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
475
Control Mecánico
Se conoce como control mecánico de
malas hierbas, el sistema que permite el uso
de herramientas o maquinaria especializada
para el combate de las malezas. Dentro de
este método, el más conocido es la deshierba
manual mediante el uso de machetes, azadas,
gradas, layas y otros. El método de control de
malas hierbas por "chapea a machete”, es tan
antiguo como la actividad misma. Tiene como
ventaja que no requiere mano de obra espe-
cializada ni equipo costoso, no altera la
ecología ni permite la erosión de los suelos.
Además, combate todo tipo de malas hierbas,
aunque por corto tiempo, pero sin deteriorar
las condiciones físicas de los suelos por
compactación.
Su desventaja principal, aparte de ser
lento y requerir mucha mano de obra, es que
ocasiona gran cantidad de daños a los brotes
nuevos, permitiendo la introducción de
enfermedades bacteriales o de plagas como el
"Picudo Negro". Es por ello que no resulta
conveniente efectuar chapeas con malezas
muy altas. La introducción en el mercado de
roto chapeadoras de fácil manejo, parece ser
una muy buena opción para el futuro en la
actividad bananera, resultados muy aceptables
han conseguido en el cultivo de banano
orgánico en Ecuador.
Con la introducción del sistema de
siembra de doble surco, se hace posible
introducir algún tipo de maquinaria agrícola
para el control de malas hierbas, sobre todo en
la etapa de desarrollo inicial, conocido como
estado de "plántula". En ese
momento es posible combatir la maleza
mediante el uso de cultivadoras, rastras
livianas, chapeadoras y cualquier otro equipo
especializado. Este método sólo se puede usar
en plantaciones jóvenes de no más de 4
meses de edad, por cuanto se corre el riesgo
de destruir parte significativa del sistema
radical; excepto con el uso de chapeadoras.
FIGURA 7.29. Control de malezas mecánico
en siembra de plátano en doble surco.
Puerto Rico.
Control Químico
Con la modernización de la actividad
bananera, se introdujo este tipo de control,
como solución a los grandes problemas que
presentaban las malezas al cultivo económico
del banano. Este método se desarrolló y
generalizó en los primeros años de la década
de 1970, aunque se conocían investigaciones
de algunos años antes, como los trabajos
llevados a cabo por el autor en 1959, de
Kramer (1960), Kasasian (1964), Cull (1965) y
otros.
Al respecto, se ha tenido un gran
avance en los últimos años, con la aparición
en el mercado de productos muy específicos y
de alto grado de eficiencia. El combate se
hace mediante el uso de productos llamados
herbicidas, que son sustancias químicas
Siembra y operaciones del cultivo
476
específicas que al entrar en contacto con las
plantas, producen alteraciones fisiológicas
letales sin causar perjuicio al cultivo. El uso de
herbicidas, sustituyó la mayoría de los otros
sistemas de control, por ser más eficiente, más
rápido y actuar por períodos más prolongados.
Además es de bajo costo, el equipo que se
requiere es sencillo, y el esfuerzo del operador
es mínimo.
Los herbicidas, al igual que los
pesticidas deberán estar registrados y
aprobados por el Departamento de Agricultura
de los Estados Unidos (USDA) y por la
Agencia de Protección del Ambiente (EPA) en
sus concentraciones debidas. Al mismo tiempo
tendrán que ser aceptados tanto por el país
productor como por el importador, así como
por las compañías que intervienen en el
proceso de mercadeo y por las agencias
gubernamentales correspondientes. Es obli-
gación de la casa productora indicar en la
etiqueta del agroquímico las instrucciones
necesarias para su uso, y las precauciones del
caso para evitar todo tipo de accidente.
El uso de concentraciones y residuos
máximos es de acatamiento obligatorio y de
comprobarse la presencia de productos no
autorizados o cantidades mayores a las
aprobadas en los mercados, el cargamento de
bananos será rechazado en el puerto de
entrada. El control químico de las malas
hierbas en banano, es un excelente avance
tecnológico, pero estas sustancias fitotóxicas,
aún las más selectivas deben de usarse con
un buen criterio técnico, a fin de que no
causen daños en los cultivos, suelos, ecología
del área o al mismo trabajador.
Los herbicidas se han convertido en un
arma indispensable en el control de malas
hierbas para el cultivo del banano, pero su
uso indiscriminado causa problemas
irreversibles a las poblaciones bananeras,
es por ello que en la actualidad, se prefiere
el control integrado de las malezas, con
umbrales de cobertura, como se mostró en
líneas anteriores, en los trabajos de De La
Cruz et al (2000).
Al inicio de su introducción de los
herbicidas en el cultivo en los años 60 existía
un gran recelo por parte de los productores
respecto a su uso, ya en los años 70 su
utilización se hizo generalizada y en los 80 se
inició un abuso sistemático de estos productos,
que eran nuevos en el cultivo, altamente
eficientes, de gran poder residual y alta
toxicidad, incluso para los humanos, y que son
aplicados en forma irrestricta y posiblemente
hasta irresponsable por los productores.
Las plantaciones de bananos se
convierten en áreas de suelo arrazado y
desnudo, desaparece la materia orgánica y se
disminuye la acción microbiológica en el suelo;
es a partir de este momento en que se inician
problemas graves de nutrición para las plantas
de banano y aunque tecnológicamente se
avanza mucho en otros campos, se hace
necesario abandonar áreas significativas del
cultivo en la Zona Atlántica de Costa Rica.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
477
FIGURA 7.30. Control de malezas con
herbicidas.
FIGURA 7.31. Abuso de herbicidas y agua en
una Plantación de banano. El Oro,
Ecuador.
Es posible asegurar, que parte
importante de los problemas de nutrición en
los cultivos de banano de esa región se debe a
intoxicaciones por herbicidas, solos o en
interacción con los fungicidas usados para el
control del Sigatoka, tal es el caso
comprobado de la Ametrina y el Tridemorph
(Calixin) y muy posiblemente del Tridemorph
con el Diurón, de uso muy generalizado por
algunos productores.
Es opinión del autor, que se debe
racionalizar el uso de herbicidas en banano y
tratar de convivir con las malas hierbas,
haciendo su control por medios culturales,
tales como la sombra, plantas de cobertura,
uso de residuo de cosechas, entre otros, y
aunque en este libro se da una amplia
información sobre herbicidas de uso en
banano, ello no significa que sean
recomendables para el cultivo y para salud
humana, como el caso del Paracuat, a su vez,
los herbicidas pre emergentes no se pueden
usar con la siembra de plántulas de cultivo de
tejidos.
Los herbicidas se clasifican por su
modo de acción en quemantes o de contacto y
sistémicos.
Herbicidas Quemantes o de Contacto
Son sustancias químicas que aplicadas
al follaje de las malezas, queman y destruyen
las partes afectadas. Su aplicación debe ser
muy uniforme. Solamente son eficaces contra
malas hierbas anuales, especialmente cuando
son pequeñas y tienen poco desarrollo.
Herbicidas Sistémicos
Se conoce con el nombre de herbicidas
sistémicos, aquellas sustancias químicas que
penetran a la planta y se traslocan a través de
la savia o el xilema. Son productos muy
eficaces contra hierbas perennes, ya que su
acción puede llegar hasta el órgano donde
actúa. Por su sistema de absorción existen dos
Siembra y operaciones del cultivo
478
tipos, los que son absorbidos por las hojas (se
transportan vía floema) y los que se absorben
por las raíces (se transportan vía xilema).
De acuerdo al momento de aplicación,
se clasifican en aptos para la pre-siembra,
como pre-emergentes y como post-
emergentes.
Herbicidas de Pre-siembra
Son productos químicos que se aplican
antes de sembrar, ya sea durante la
preparación del terreno o inmediatamente
antes de la siembra. Tienen como función
controlar las malas hierbas que puedan
aparecer antes o durante la brotación.
Herbicidas Pre-emergentes
Son herbicidas que se aplican después
de la siembra, pero antes de que emerja el
cultivo y las malas hierbas. El término pre-
emergente puede darse también en cultivos
perennes como el banano para las malezas
cuando aún no han emergido y se efectúa su
control.
Herbicidas Post-emergentes
Este término se aplica a herbicidas que
se aplican a cultivos que ya han germinado. En
cultivos perennes como el banano, el término
se puede aplicar también al estado de
desarrollo de las malas hierbas.
Posteriormente se especificará sobre su
uso en banano.
Grupos Químicos
Por su afinidad los herbicidas
pertenecen a un número reducido de grupos
químicos. Dentro de estos, existen unos con
fórmula molecular básica, pero con
modificaciones secundarias en su estructura,
lo que les imparte características
fisicoquímicas y fisiológicas diferentes y por
ende un comportamiento desigual. Los grupos
más importantes se dividen en inorgánicos y
orgánicos. Los primeros carecen de
importancia, ya que se usan en situaciones
muy específicas, mientras que la mayoría de
los herbicidas de uso corriente, son orgánicos,
dentro de los cuales los más importantes son
los que pertenecen a las siguientes familias:
Alifáficos
Dentro de esta familia se encuentran
herbicidas sistémicos y de contacto o
quemantes que pueden ser de aplicación pre-
emergente y post-emergente. Son muy
efectivos para el control de gramíneas y
cyperaceas, además controlan malezas de
hoja ancha. Ejemplo de herbicidas de este
Subgrupo son: MSMA y DSMA, Glifosato,
TCA.
Amidas Sustituidas
Estos productos inhiben la germinación
de las semillas en sus primeras etapas de
desarrollo, ya que se absorben por el
hepicotilo y las raíces, interfiriendo en el
crecimiento de las plántulas. Otros son de
aplicación post-emergente temprano y actúan
por contacto. Algunos ejemplos son: Propanil,
Alaclor y Metaclor. No se acostumbra utilizar
productos de esta familia en banano.
Benzoicos
Derivados del ácido benzoico. Son
productos usados para el control de malezas
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
479
de hoja ancha, semileñosas y leñosas.
Algunos de aplicación pre-emergente y otros
en post-emergencia tardía. Ejemplos: Dicamba
y Cloramben. No se conoce uso de estos
herbicidas en cultivo de banano.
Bipiridilos
Se usan en pre-siembra como
quemantes, o en aplicaciones dirigidas sin
tocar al follaje de los cultivos. Algunos se les
da mucho uso como defoliantes, ya que
ocasionan necrosis súbita en los tejidos.
Ejemplos: Paraquat y Diquat.
Carbamatos
Son productos derivados del ácido
carbámico, muy usados en pre-emergencia, ya
que impiden la división celular (Cloro IPC y
Betanol). No se acostumbra el uso de
Carbamatos en banano.
Tiocarbamatos
Son derivados del ácido tiocarbámico;
todos estos productos son muy volátiles, hay
que aplicarlos en pre-siembra incorporados.
Son muy efectivos contra Cyperaceas, por
tener la capacidad de penetrar en las yemas
de los tubérculos de los Cyperus y paralizar el
proceso mitótico. Sus efectos son poco
duraderos (EPTC, Vernolato y Butilato).
Tampoco se combaten malezas en banano
con este tipo de productos.
Difenil Éter
Son productos derivados del Difenil éter.
No tienen efecto prolongado residual al
inactivarse en el suelo. Se usan en pre-
emergencia, o en post-emergencia temprana.
Tienen la capacidad de penetrar foliar o
radicalmente. Ejemplos: Nitrofen y Oxifluorfen.
Dinitroanilinas
Derivados del dinitroanilina. Son muy
fotosensibles por lo que se usan en pre-
siembra incorporados. Actúan sobre las
semillas en germinación. La Trifluralina y
Pendimentalina pertenecen a esta familia y
sólo se han usado experimentalmente en el
cultivo del banano.
Fenoles
Son derivados del fenol (DNBP y
Pentaclorofenol).
Fenoxiacéticos
Muy efectivos para el control de maleza
de hoja ancha. Tienen poco efecto sobre gra-
míneas. Generalmente su efecto consiste en
un bloqueo de los haces vasculares
impidiendo la translocación de carbohidratos
(2,4 D; 2,4,5 T; MCPA). Estos productos no se
utilizan en banano.
Ureas Sustituidas
Se derivan de la Urea. Todos son
inhibidores de la fotosíntesis, y se absorben
por las raíces. Tienen un efecto residual
prolongado (Diurón y Cinurón).
Triazinas Simétricas
Existen tres grupos que son las
Clorotriazinas (Atrazina y Simazina), las
Metoxitriazinas, y las Mercaptotriazinas
(Ametrina y Prometrina).
Siembra y operaciones del cultivo
480
Triazinas Asimétricas
Son más recientes y difieren de las
anteriores en la distribución de los carbones en
la molécula. Ejemplo de ello son la Metribuzina
y la Cianazina.
De acuerdo al fin perseguido, los
herbicidas pueden ser selectivos y no
selectivos. Por selectivos se entienden
aquellos herbicidas que al entrar en contacto
con las plantas, estas pueden absorberlo o no,
causando o no fitotoxicidad. La selectividad
puede ser fisiológica si penetra dentro de la
planta descomponiéndose o causando
toxicidad; o morfológica, si la planta por su
estructura no absorbe el producto.
Los herbicidas no selectivos, son los
que causan fitotoxicidad a las plantas
aplicadas. Resistencia es la selectividad de un
herbicida frente a una maleza o grupo de
malezas.
Conocidos los aspectos de carácter
general, se hará una descripción de los
principales herbicidas usados en banano, sus
efectos, dosis y sistemas de aplicación. Para
mayor comprensión los herbicidas se dividirán
en pre-emergentes y post-emergentes, así
como algunas mezclas que han dado buen
resultado en el control de malas hierbas.
Herbicidas Pre-emergentes
La competencia de las malas hierbas en
las primeras etapas de crecimiento del
banano, se dice ser la más perjudicial tanto
para su desarrollo como para su producción
(Chambers, 1970; Lassoudiére, 1972; Ureña,
1982).
Varios son los productos probados y que
han arrojado resultados satisfactorios en el
control de malas hierbas en esta fase.
1. Diurón
Urea sustituida que como pre-emergente
es absorbida por las raíces y traslocada vía
xilema hasta las hojas en donde bloquea la
reacción de Hill. Si se le agrega un surfactante,
su acción post-emergente es considerable y
actúa por contacto (National Academy of
Science, Weed Science Society of America).
La dosis de aplicación del diurón, al igual que
otros pre-emergentes, varía según la especie
de maleza y su densidad, pero principalmente
por el tipo de suelo; se recomiendan dosis más
bajas en suelos livianos.
Varios autores, Kramer (1960), Cull
(1965), Seeyave (1972), Lifshitz, citado por
Lassoudiére (1972), Lassoudiére (1972),
Guillemot (1975), Pérez y Rodríguez (1977),
Rodríguez et al (1978), Paresh y Misra (1979)
y Ureña (1982), han trabajado con dosis que
varían desde 1,0 kg/ha hasta 6,0 kg/ha. Estos
informan haber obtenido resultados
satisfactorios en control de malas hierbas por
períodos hasta de 3 a 4 meses sin dañar al
cultivo.
Por su parte, Kasasian (1964),
Lassoudiére (1972), Guillemot (1975)
observaron síntomas de fitotoxicidad, con
dosis menores a los 6,0 kg/ha, que van desde
una leve clorosis marginal en las hojas hasta
necrosis de las mismas. Este fenómeno se da
sobre todo en suelos livianos, pero por lo
general el cultivo se recupera y no se afecta su
rendimiento. Al respecto, Ureña (1982) en
Costa Rica, probó el diurón a 4 kg/ha en un
suelo franco, al final lo consideró el mejor
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
481
tratamiento después de compararlos con
simazina, ametrina, oxifluorfen y metribuzina.
El efecto herbicida duró 90 días con un control
de 90 %. Aún cuando al principio se notaron
síntomas fitotóxicos en el cultivo, estos
desaparecieron a los 90 días de post-siembra.
Este herbicida no debe de usarse en la
siembra de plántulas de cultivo de tejidos.
Existen buenas razones para creer que el
uso continuado y su interacción con
Tridemorph (calixin) puede estar causando una
toxicidad crónica en las plantas de banano en
los suelos livianos de la región de Guápiles,
Costa Rica.
2. Ametrina
Es una triazina simétrica, que se
absorbe tanto por la raíz como por el follaje.
Su traslocación ocurre en forma acrópeta e
inhibe la reacción de Hill.
Al igual que con otros herbicidas, se
presentan controversias entre autores, pues
unos usando dosis más bajas, informan de
fitotoxicidad, mientras que otros con dosis
mayores no la indican, lo que se puede deber
a diferencias de suelos.
Romanowski, citado por Lassoudiére
(1972), encontró un efectivo control de
malezas por cuatro meses, con la ametrina y
dosis de 5,5 a 11 kg/ha. El mismo autor cita a
Charpentier, el cual encontró cierta
fitotoxicidad con cantidades de 3,2 a 6,4 kg/ha.
Barba y Romanowski (1970), señalan
que la ametrina fue menos tóxica al cultivo que
la atrazina y relacionan la fitotoxicidad con la
capacidad de absorción del suelo.
Vélez y Vega (1977), evaluaron dentro
de otros herbicidas a la ametrina, la cual fue
relativamente inocua al plátano, pero en dosis
de 2,24, 4,48 y 8,86 kg/ha se encontró
reducción en el peso por racimo.
Seeyave (1970), usó la ametrina a 3
kg/ha, y no notó ningún daño en la plantación.
Ureña (1982), ensayó con ametrina 4
kg/ha, la cual contrarrestó el crecimiento de las
malezas en forma efectiva. Se observó una
clorosis leve en las hojas jóvenes, que
desapareció a los pocos días de la aplicación,
sin embargo hubo una disminución en la
calidad de la fruta, fundamentalmente en el
largo de los dedos. La ametrina a 2,0 kg/ha, no
perjudicó la fruta, pero el control fue efectivo
sólo por 30 días.
Siembra y operaciones del cultivo
482
FIGURA 7.32. Plantación bajo el control de malas hierbas.
Daños comprobados por el autor,
muestran que existe una interacción entre la
Ametrina y el Tridemorph (Calixin) usado para
control de Sigatoka, que provoca fitotoxicidad
a las hojas del banano, y que su uso continuo
origina una intoxicación crónica que afecta en
forma dramática la nutrición de los bananos en
suelos livianos de la región de Guápiles, Costa
Rica.
Esta triaziana simétrica, es absorbida
por la raíz. Su traslocación ocurre en forma
acrópeta. Actúa en forma similar a la ametrina.
Israeli y Hameiri (1976), informan una
eficacia intermedia de la simazina a 1,25
kg/ha.
Moreau (1971) y Tosa y Mohanty
(1978), con simazina a 3 kg/ha, obtuvieron
buenos resultados en el control de malezas,
por 1 mes y hasta por 3 meses
respectivamente.
Pérez y Rodríguez (1977) y Rodríguez
et al (1978), señalan un buen control de
malezas con aplicaciones pre-emergentes de
simazina a 4,8 kg/ha.
Paresh y Misra (1979), trabajaron con la
simazina de 2 a 6 kg/ha en pre-emergencla e
informan que ésta restringió el crecimiento de
las malezas. La simazina a 6 kg/ha aumentó
significativamente el peso del racimo (10,4 kg),
el número de manos de racimo (7,6), la
longitud del fruto (11,2 cm), el peso de la pulpa
y la relación pulpa-cáscara de los dedos. El
rendimiento se aumentó también y fue superior
al de simazina a 4 kg/ha. Por su parte Ureña
(1982), observó mal control de malezas y
daños al cultivo, con simazina a 2 y 4 kg/ha.
3. Atrazina
Es una triazina simétrica de uso
parecido a la simazina, sólo que también se
puede usar en post-emergencia de las
malezas.
Se ha utilizado en dosis de 2,5 a 5 kg/ha
con la que se ha conseguido buen control. Se
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
483
observó clorosis marginal a dosis de 3,5 kg/ha,
según Walker, Kasasian, Bergnon, citados por
Lassoudiére (1972).
Sessing (1978) en Jamaica, encontró
que la atrazina en dosis de 2,4 a 3 kg/ha
suprimió el crecimiento de las malas hierbas
por 4 meses y medio, y luego de la siembra.
Por otro lado, Pérez y Rodríguez (1977),
utilizaron la atrazina a razón de 4 a 4,8 kg/ha y
la notaron fitotóxica al cultivo.
4. Membuzina
Su absorción principal es a través del
sistema radical, pero se absorbe también por
el follaje. Se trasloca en forma acrópeta e
inhibe la reacción de Hill.
Vélez y Vega (1977), aplicaron
metribuzina en 2,24, 4,48 y 8,96 kg/ha un día
después de sembrar y encontraron un buen
control de malezas. La metribuzina fue tóxica a
dosis altas y redujo el rendimiento del cultivo.
No se halló residuo del herbicida en la fruta
cosechada.
5. Oxifluorfen
Pertenece a la familia de los difenil éter.
Se absorbe a través de raíces, tallos y hojas
en los primeros estados de desarrollo de la
planta. Su traslocación es muy baja. El modo
de acción no está del todo claro, sin embargo
según varios autores citados por Ureña (1982),
el mecanismo de acción del herbicida involucra
la participación de la luz, a través de procesos
fotoeléctricos por medio de los cuales ciertos
pigmentos receptores de luz inducen la
formación de radicales libres, los cuales
reaccionan con los componentes lipídicos de
las membranas celulares, de modo tal que
modifica las propiedades de permeabilidad de
las mismas. Consecuentemente ocurre la
pérdida de agua y sales minerales, que
ocasionan la muerte de las plantas. El
oxifluorfen actúa principalmente sobre malezas
de hoja ancha.
Ureña (1982), utilizó el oxifluorfen a 1 y
2 kg/ha, con un resultado muy efectivo, pero la
maleza Paspalum conjugatum invadió las
parcelas y le restó efectividad. Se mostró
fitotoxicidad sobre el banano, con una necrosis
que avanza de los bordes de la hoja hacia
adentro y de la base hacia el ápice. Sin
embargo, esta sintomatología desapareció a
los 60 días de la aplicación del herbicida de tal
manera que a los 90 días luego de la
aplicación, las plantas lucían completamente
sanas y alcanzaron una altura mayor que la
del testigo deshierbado.
Se concluyó que el oxifluorfen a razón
de 1 kg/ha, puede ser empleado para el control
de malezas de hoja ancha en banano con un
período efectivo de 45 días.
Trabajos recientes con este herbicida,
han mostrado un buen control de malas
hierbas hasta por 90 días, cuando se usa para
rodajear siembras nuevas, siempre y cuando
la aplicación se haga en horas de bajas
temperaturas y sin vientos. No debe de usarse
en plántulas de cultivo de tejidos, por su alta
toxicidad foliar.
Mezclas Herbicidas Pre-emergentes
Las mezclas de herbicidas en pre-
emergencia, han mostrado un buen resultado,
atribuible tal vez al mayor rango de malezas
que pueden combatir en su acción conjunta.
Lassoudière y Pinon (1971), anotan que
Siembra y operaciones del cultivo
484
la ametrina más simazina (2+ 4 kg/ ha),
ejercieron un buen control de malezas y no
provocaron daño en el cultivo.
Rodríguez et al (1978), afirman que la
mezcla ametrina más simazina (2,4 + 2,4 y 1,6
+ 1,6 kg/ha) puede ser empleada para el
combate de malas hierbas desde el momento
de la plantación, sin peligro para la cosecha y
a intervalos de seis meses. Se garantiza un
buen control por más de 90 días.
Pérez y Rodríguez (1977) en Cuba,
apuntan la mezcla ametrina más simazina (2,4
+ 2,4 kg/ ha) con un control efectivo de
malezas en banano.
Herbicidas Post-emergentes
En banano, se usan herbicidas puramente
post-emergentes como son el Paraquat,
Dalapón y Glifosato; pero también herbicidas
de carácter pre-emergente tales como Diurón,
Ametrina, Simazina y Oxifluorfen, ya sea en
combinación con post-emergentes o solos, con
resultados satisfactorios.
1. Paraquat
Es el herbicida que más se ha usado en
banano y no ha dado problemas de toxicidad a
las dosis usuales (Lassoudiére, 1972).
Pertenece a la familia de los bipiridilos.
Se aplica al follaje, por el que es absorbido
rápidamente, donde ejerce su acción oxidativa.
En el suelo se inactiva en forma violenta por
absorción de las partículas coloidales (Weed
Science Society of America, 1979).
Lassoudière y Pinon (1971), Walker,
citado por Lassoudiére (1972), Alvarez de la
Peña (1976, 1978), han empleado el Paraquat
a razón de 2-3 L/ha con el que han encontrado
un combate efectivo de malezas sin perjuicio
para el cultivo. Aún a dosis que varían desde
1,5 hasta 11,5 L/ha, el Paraquat ha sido inocuo
al banano, en aplicaciones dirigidas a la
maleza. El control fue superior al agregar un
humectante no iónico o no catiónico (Kasasian;
citado por Lassoudière, 1972), Guillemot
(1975), Lassoudiére (1978), Liu et al, (1981) y
Gamboa (1983), indican un control
satisfactorio de malas hierbas por mes y medio
o más, con dosis de 0,3 a 0,5 kg/ha de
Paraquat.
Observaciones del autor han mostrado un
efecto de fitotoxicidad en los hijos durante la
etapa de desarrollo y reducción del
crecimiento. Este producto ha mostrado ser
muy tóxico para humanos, por lo que se ha
eliminado en la mayoría de las plantaciones
bananeras de Costa Rica, y su uso debe ser
restringido al máximo.
2. Dalapón
Herbicida perteneciente a la familia de los
alifáticos, se usa en el combate de malezas
anuales y perennes en varios cultivos. Se
absorbe por raíces y hojas, de donde se
trasloca rápidamente y se acumula en los
tejidos jóvenes (Weed Science Society of
America, 1979). Su acción es lenta y parece
actuar sobre los equilibrios enzimáticos.
Kramer y Leiderman (1962), Cull (1965),
Chambers (1970), Alvarez de la Peña (1976) y
Rodríguez (1978), informan que para el control
de zacates perennes y algunas hojas anchas,
el Dalapón desde 2,75 kg/ha, es eficiente y no
causa daños a la planta de banano. Por otro
lado Gamboa (1983), aplicó 3 kg/ha de dicho
herbicida, con el cual consiguió un control bajo
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
485
de gramíneas y malezas en general, y sin
embargo no causó efectos fitotóxicos en el
cultivo.
Respecto a su toxicidad sobre el cultivo,
Kasasian, citado por Lassoudiére (1972), ha
trabajado con dosis de hasta 10 a 30 kg/ha de
Dalapón, sin que se haya visto un efecto
detrimental.
3. Glifosato
Herbicida de amplio espectro usado para
el control de malezas anuales y perennes. Se
absorbe por el follaje y se trasloca a través de
la planta hasta la raíz Previene el rebrote en
especies perennes lo que implica su muerte.
(Weed Science Society of America, 1979).
FIGURA 7.32. Lámina foliar deformada por
glifosato
Alvarez de la Peña (1978) y González
(1978), encontraron un control efectivo sobre
Cvperus spp, con una dosis de 1,4 a 2,3 kg/ha
de glifosato. Para Cynadon dactylon, una
aplicación de 2,3 a 3,2 kg/ha fue suficiente. No
se observaron daños en la plantación
provenientes del uso del herbicida.
Martínez y Pulver (1975), limitaron el
crecimiento de Cyperus rotundus por 12
meses, con 4 aplicaciones de glifosato de 1,5
a 2 kg/ha.
Gamboa (1983) en Costa Rica, utilizó el
glifosato a razón de 0,75 kg/ha, con el que
obtuvo un 80 % de control general de malezas
hasta por 75 días. El producto no fue nocivo al
cultivo. Sin embargo, Guillemot (1975), usó el
glifosato en dosis de 0,75 kg/ha también, pero
sólo combatió las malezas por mes y medio, y
el control no fue tan bueno.
Se notó fitotoxicidad con dosis dobles y
cuádruples a las anteriores, manteniéndose
por 4 meses. Este herbicida parece una buena
opción cuando se presenta resistencia de
algunas malas hierbas, como Cyperus
rotundus y Paspalum paniculatum a los
herbicidas de uso corriente. Debido al alto
costo de este producto, debe apIicarse en
volúmenes bajos.
El autor encontró deformaciones foliares y
de la planta, en aplicaciones de 0,75 kg/ha en
plantío, por lo que considera que su uso debe
ser restringido. En plantaciones establecidas
su uso debe ser cuidadoso, y si es posible
utilizar productos de baja concentración del
ingrediente activo.
4. Fluazifob-butil
Es un típico graminicida sistémico de
aplicación post-emergente. Se absorbe por el
follaje y se trasloca a toda la planta. No tiene
efecto sobre malezas de hoja ancha ni
Cyperáceas.
Actúa sobre gramíneas anuales y
perennes, necrosando sus nudos y puntos
terminales de crecimiento. Su acción es muy
Siembra y operaciones del cultivo
486
lenta.
Gamboa (1983) en Costa Rica, lo empleó
en dosis de 0,25 y 0,50 kg/ha. El producto
contrarrestó en forma muy efectiva a las
gramíneas, pero el combate de Cyperaceas y
malezas de hoja ancha fue nulo, resultado que
se esperaba. La selectividad del producto
sobre el cultivo es tal, que se han asperjado
hojas de la planta de banano sin mostrar
ningún síntoma fitotóxico.
Es muy recomendable como primera
aplicación en siembras nuevas, dando una
cobertura hasta de 60 días en gramíneas.
5. Glufosinato de Amonio
Es un producto del grupo químico de los
aminoácidos, es un herbicida de contacto no
selectivo de amplio espectro, controla
gramíneas, hoja ancha, anuales y perennes.
Este herbicida penetra a través de los tejidos
verdes de las plantas susceptibles e inhibe la
fotosíntesis. Presenta bajo riesgo de toxicidad
en plantas adultas e hijos; es un herbicida
“noble” para el hombre, los animales y el
ambiente.
Controla muy bien hierbas como
Borreria sp, resistente a Paraquat y Glifosato,
así como trepadoras del tipo de las Ipomoras.
Por su acción y baja toxicidad se adapta muy
bien a los nuevos conceptos de manejo
integrado de malezas.
Mezclas de Herbicidas Post-emergentes
En bananales establecidos, es normal
encontrar mezclas de malezas; por ello las
mezclas de herbicidas han tomado cada vez
más importancia, pues estas presentan la
ventaja de poder ampliar el espectro de acción
sobre las malezas.
Varias mezclas de pre-emergentes más
post-emergentes se han probado con éxito:
1. Diurón
Kasasian y Seeyave (1968), aplicaron
diurón más paraquat (1,6 + 1,5 kg/ha), y
obtuvieron un control bueno y económico de
malezas.
Guillemot (1965), usó el diurón más
paraquat (1,0 + 0,3 kg/ha) y encontró
efectividad en el combate de malas hierbas por
3-4 meses. El estudio mostró mejor efecto por
parte de la combinación herbicida que con el
diurón solo. No se notó fitotoxicidad. Por otra
parte, Alvarez de la Peña (1976), indica
buenos resultados en Islas Canarias con dosis
de 2,4-3,2 + 0,4-0,6 kg/ha de diurón más
paraquat.
Moreira (1976), utilizó diurón más paraquat
(2 + 0,3 kg/ha) y encontró un control adecuado
de malezas sin efectos nocivos al banano.
Asimismo, Gamboa (1983), indica un 80 % de
control por 40 días con la misma dosis.
Kasasian citado por Lassoudiére (1972),
informa que el dalapón 5,5 kg/ha más diurón
3,5 kg/ha, rindieron muy buen efecto en el
combate de malezas en banano.
Almeida y Teixeira (1974), anotan al
diurón más dalapón (3 + 8 kg/ha), entre los
que dieron mejores resultados en el control de
malezas, sin obtener un buen control de
malezas con el diurón solo a una dosis de 3
kg/ha.
Gamboa (1983) en Costa Rica, probó el
diurón más dalapón (2 + 3 kg/ha) e informa un
75 % de combate de malezas durante 40 días,
sin daños al cultivo.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
487
No obstante los anteriores resultados, el
autor recomienda un uso restringido del diurón
como post-emergente, ya que se han
observado detrimentos en la cosecha cuando
su uso es continuo.
Es posible que su interacción con los
fungicidas por el control de Sigatoka, estén
causando problemas graves de fitotoxicidad.
2. Ametrina
Moreau (1971) en Madagascar, indica
que la ametrina más simazina (2 + 1,1 kg/ha),
fue mejor que la simazina más paraquat (2 +
0,3 kg/ha), para el control post-emergente de
malas hierbas.
Guillemot (1975), anota que la ametrina
más metiltictriazina (3 + 3 kg/ha) y la ametrina
más simazina (0,8 + 1,6 kg/ha), ejercieron un
combate satisfactorio de hierbas sin detrimento
para la cosecha y por un lapso de 3-4 meses.
Pérez y Rodríguez (1977), consiguieron
un buen control de malas hierbas sin dañar al
banano, con ametrina más simazina (2,4 + 2,4
kg/ha).
Venereo (1980) en Cuba, utilizó varias
combinaciones y dosis de diurón, ametrina y
atrazina, antes de sembrar y a las 2,5, 5,5 y
8,5 meses después de la siembra. Las
mezclas de diurón más ametrina (3 + 2 kg/ha)
y (3 + 3,5 kg/ha) rindieran un combate
adecuado de las malezas Digitaria sanguinalis,
Echinochloa colonum y Eleusine indica.
Gamboa (1983), aplicó ametrina (3
kg/ha), ametrina más paraquat (3 + 0,3 kg/ha)
y ametrina más dalapón (3 + 3 kg/ha) en post-
emergencia. A los 15 días de la aplicación los
3 tratamientos fueron muy buenos para el
combate de malezas. A los 40 días después
de la aplicación, la ametrina y ametrina más
paraquat, reflejaban un 90 y 95 % de control
respectivamente; pero a los 75 días, sólo la
ametrina más paraquat conservaba un 70 %
de control.
En Costa Rica, Gamboa (1983), trabajó
con ametrina más paraquat en dosis de 1 y 2
kg/ha + 0,3 kg/ha. En ambas dosis consiguió,
90 % de control a los 45 días, 80 % a los 65
días después de la aplicación y 70 % a los 80
días.El autor considera que la ametrina, sola o
en mezcla, no debe usarse como post-
emergente en banano, pues es causante de
fuertes intoxicaciones de las plantas con
detrimento grave de la cosecha.
3. Oxifluorfen
La Rohm y Hass (1979) en Costa Rica,
realizó experimentos con el oxifluorfen más
MSMA (1 + 1,8 kg/ha) en banano. El control de
malezas a los 15 días de la aplicación fue de
91 %. Además, la mezcla oxifluorfen más
MSMA (0,9 + 2,3 kg/ha) superó en un 32 % el
control de malezas, a las combinaciones
ametrina más MSMA (2,2 + 2,3 kg/ha) o
ametrina más dalapón (2,2 + 4,5 kg/ha)
Escorriola et al (1979) y Gamboa (1983),
mencionan la mezcla oxifluorfen más paraquat
(1 + 0,3 kg/ha) y aseguran haber
contrarrestado muy efectivamente, el
crecimiento de las malezas por más de 90
días. Ambos autores, señalan una acción
sinérgica muy marcada, de la combinación
herbicida.
El Cuadro 7.1 muestra los herbicidas
más comúnmente usados en banano.
Siembra y operaciones del cultivo
488
CUADRO 7.1. Herbicidas de uso corriente en banano.
Familia Nombre
Técnico
Nombre
Comercial V. absorción
Epoca
Aplicación
Forma de
Acción
Dosis
Alifáticos
Dalapón
Glifosato
Dowpon,
Basfapon
85/sol.
Round-up
480 g/l S.A.
Hojas, raíces
Hojas
Post
Post
Sistémico
Acción
Fugaz
Sistémico
1,0 a 3,0 Kg
0,75 a 3,21
Difenel éter Oxifluorfen Goal 240 g/l
C.E. Hojas Pre, Post
Acción
Fugaz 2,00 a 4,00 l
Bipiridilos Paraquat
Gramoxone,
Radex, otros.
200 g/l S.A.
Hojas
Post
Poco
residual
Contacto 1,00 a 3,00 l
Ureas
Sustituidaas Diurón
Karmex
80 PM Raíces Pre Persistente
1,00 a 6,00
Kg
Triazinas
Simazina
Atrazina
Ametrina
Metribuzina
Gesatop 500
FW
Gesaprim
500 FW
Gesapax 500
Fw
Sencor 75
PM
Raíces
Raíces
Raíces
Raíces,
Hojas
Pre
Pre
Pre
Pre
Residual
Persistente
Residual
Acción
Fugaz
Residual
2,00 a 6,00 l
2,50 a 5,00 l
2,00 a 5,00 l
2,00 a 8,00
Kg
Fluazifob-
Butil
Fluazifob-
butil
Fusilade 350
g/l Hojas Post
Sistémico
Selectivo 1,00 a 2,00 l
Aminoácidos Glufosinato
de Amonio Finale Hojas Post Contacto 0,75 a 1,00 l
CONTROL DE POBLACION
Se define como control de población, los
diversos métodos de cultivo que se usan para
mantener un número ideal de unidades de
producción, para un clon determinado en una
condición ecológica dada. Aspectos como
mercados o situaciones financieras de las
empresas, pueden influir en la densidad de
siembra para su plantación.
El control de la población de una
plantación de bananos, es quizás la operación
de cultivo más cuidadosa, ya que requiere de
un concepto muy claro de las condiciones
requeridas por el clon plantado en cuanto a
clima, suelos, drenajes y mercados. Una vez
determinada con el mayor grado de exactitud
posible la cantidad de unidades de producción
deseables, su número debe mantenerse tan
cerca del ideal como permitan las
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
489
circunstancias.
Unidad de Producción
Se definirá en primer término el
concepto de unidad de producción, como la
unidad de producción permanente, formada
por una línea de sucesión materna, partiendo
de la madre como planta adulta, parida o sin
parir, con la reproducción de un hijo (retorno)
que suplirá a la planta madre en un momento
dado, para así mantener una línea de sucesión
continua (Figura 7.32).
Abuela MadreHijo
Nieto
a) Sucesión Lineal
Abuela Madre
Hijos
b) Sucesión Múltiple
FIGURA 7.32. Unidades de producción.
Si por alguna circunstancia prevista, la
sucesión de la madre pasa a dos o más hijos,
el número de nuevas unidades de producción
será igual al del número de hijos. Si la planta
madre no tiene hijos, la unidad de producción
como tal quedará eliminada.
Población
La población deseable, deberá de
definirse desde el momento de la siembra, y
regularse con los sistemas y distancias de
siembra. Una vez fijada, ésta debe de
mantenerse con el menor número de variantes
posibles. No obstante lo anterior, el método no
debe ser rígido, sino que debe mantener el
número de unidades de producción por área,
dentro de un margen de mínimos a máximos; y
en algunos casos específicos, poder
aumentarse o disminuirse en forma notable sin
perder el sistema.
Variaciones de mínimas a máximas
pueden darse bajo condiciones climáticas
cambiantes de una región determinada.
Períodos de alta nubosidad, baja temperatura
y alta pluviosidad, hacen necesario disminuir la
población, a fin de que la poca luminosidad
existente, pueda penetrar para excitar las
yemas que darán origen a los nuevos brotes.
Si la población se mantiene alta, el desarrollo
de los hijos será lento y se provocará mala
sincronización entre madre e hijo con
disminución del tamaño de la fruta de la
próxima generación. Por el contrario, períodos
de alta luminosidad, con buenas condiciones
de temperatura y humedad, permiten
poblaciones mayores, dentro de los límites
máximos permisibles, sin causar daños de
coordinación entre madres e hijos para las
próximas generaciones.
Poblaciones mayores a las máximas
convenientes, provocan en forma permanente
el fenómeno antes anotado, así como también
deterioro en la cepa por falta de vitalidad,
aumento en la incidencia en pestes, además
de disminución en la calidad de la fruta, por
reducido tamaño de los dedos y mala
Siembra y operaciones del cultivo
490
formación, bajo grado y largo período de días
colgando de la fruta que puede causar
madurez prematura. Puede decirse que altas
poblaciones es sinónimo de fruta pequeña de
baja calidad. La producción por área de una
plantación de banano depende de tres factores
multiplicados: población, retorno y cajas por
racimo, cualquiera de estos factores que se
reduzca o aumente, iniciará en forma directa
sobre la producción. Una breve producción con
calidad, se consigue con el balance adecuado
de los tres factores.
En condiciones normales de cultivo, el
exceso o falta de población puede medirse con
el índice de producción por planta (retorno)
que se obtiene de medir el número de frutas
producidas por hectárea por año entre el
número de unidades de producción. Indices de
1,30 frutas, son causa de una buena
luminosidad, con buen tamaño y calidad de los
frutos, índices mayores, hasta 1,5 a 1,6 frutos
por unidad de producción indican bajas
poblaciones, con costos muy altos de control
de malas hierbas y sigatoka, fruta de gran
tamaño, difícil de manejar y con alto riesgo de
quema por sol; altos retornos se consiguen en
plantaciones con
condiciones ecológicas óptimas para el cultivo,
tal y como sucede en Tapachula, México, y la
costa Pacífica de Guatemala. Altas
poblaciones desincronizadas en su desarrollo,
muestran retornos de alrededor de 1,0 frutos
por unidad de producción por año, con fruta de
bajo peso y calidad, que redundará en baja
producción.
Algunos autores consideran que la
población ideal es aquélla que permita un
traslape de las hojas de un 25 a 30 % en el
espacio. Es necesario hacer estudios que
muestren la luminosidad óptima dentro de la
plantación a fin de conseguir el retorno
deseable.
Como puede observarse de los
anteriores conceptos emitidos, el control de
población no sólo es una operación de
cuidado, sino que puede causar serios
perjuicios a una plantación por un largo
período, hasta el punto de hacerla peligrar
económicamente.
Conteos de Población
A fin de no excederse u operar con
faltantes de población, se recomienda hacer
conteos periódicos, en lapsos no mayores de
tres meses. Para ello, es indispensable tener
muy claro el concepto de unidad de producción
descrito en la primera parte de este título.
En una plantación dada, pueden darse
múltiples variantes en la composición de
unidades entre las cuales las más corrientes
son:
Madre e hijo seleccionado
1 unidad
Madre sin hijos
0 unidades
Una madre con dos hijos seleccionados
2 unidades
Una madre con tres hijos seleccionados
3 unidades
Resiembra
1 unidad
Los métodos de conteo dependerán de
los sistemas de siembra; en cultivos en
cuadro, rectangular, triangular o hexagonal,
cuyo lineamiento de plantas se ha perdido con
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
491
el tiempo, el sistema más recomendado es el
de un círculo trazado desde un centro buscado
al azar, con por lo menos tres muestras por
cada sección de 10 hectáreas donde se
recomienda el uso de una cuerda de una
longitud dada, que se usará como radio a partir
de un centro determinado. La cuerda se hará
girar a partir del centro, y todas las unidades
de producción dentro de ese círculo se
contarán a fin de obtener el número de
unidades de producción para el área de la
circunferencia. El total de plantas se
multiplicará por un factor que es el resultado
de dividir los 10.000 metros de una hectárea
entre el área del círculo en metros. Esta última
se calcula elevando al cuadrado la longitud de
la cuerda (radio) y multiplicar por el factor fijo
de 3,14.
El autor recomienda una cuerda de 8,0
m, que da un área para el círculo de 200 m2 y
el factor de multiplicación para el número de
unidades de producción es 50. Así por ejemplo
un conteo de 38 unidades, será equivalente a
1.900 unidades de producción por hectárea.
United Brands en La Lima, Honduras,
recomienda cuerdas de 10,3 m lo que da un
factor de multiplicación de 30 (Figura 7.33).
En los cultivos de doble surco, por
tratarse de un sistema ordenado, se cuentan
las unidades para una longitud y cantidad de
surcos dobles, después de calcular la distancia
entre surcos y entre calles, se determina el
área del rectángulo formado. El factor de
conversión a hectáreas, se obtiene de dividir,
10.000 entre el área en metros del rectángulo
(Figura 7.34).
8 m
Punto de Partida
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
FIGURA 7.33. Conteo de población sistema de círculo al azar.
Siembra y operaciones del cultivo
492
1
2
3
4
5 6
7* 8 9
10
11
12
13
14 15
16
17
18 19
***
*
** *
*12,5 m
1 m
1 m
3,76 m
3,76 m
9,52 m
12,50 m
Área : 12,50* 9,52 =119 m2
Factor : 10000/119= 84
Población :19* 84=1596
• Espacios sin plantas
FIGURA 7.34. Conteo de población en doble surco
Material de Sucesión de la Unidad de Producción
Antes de analizar los diferentes
sistemas de control de población se hará una
descripción de los hijos retoños (retorno), que
constituyen el material de sucesión de la
unidad de producción; y que constituirán las
generaciones sucesivas.
Cuando una plantación se establece,
esas primeras plantas constituyen la primera
generación, si el material vegetativo fueron
plantas de cultivo de tejidos, todas las plantas
crecen igual y fructificarán en alrededor de 20
semanas después de la siembra, el período de
fructificación será de alrededor de 10
semanas; en la segunda generación, el
período de fructificación se inicia alrededor de
la semana 52 y termina en la semana 67; en la
tercera generación, la fructificación se inicia en
la semana 79 y se extiende hasta la semana
104, se obtienen 3 cosechas en dos años
(Figura 7.35 y Cuadro 7.2). En la cuarta
generación se uniforma en todo el período de
crecimiento y no existen picos tan marcados,
como los observados en las tres primeras
generaciones. Si el material vegetativo usado
es heterogéneo, como semilla de cormos,
estas secuencias de generación no son tan
pronunciadas.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
493
0
50100
150
200
250300
350
400450
500
550
600650
700
1 4 7
10
13
16
19
22
25
28
31
34
37
40
43
46
49
52
55
58
61
64
67
70
73
76
79
82
85
88
91
94
97
100
103
Pre-producción
Generación plantío Segunda generación Tercera generación
2.098 2.288 2.114
Semana
Fruta/
Generación
FIGURA 7.35. Fructificación de las tres primeras generaciones de plantas de banano desarrolladas
a partir de cultivo de tejidos, para 2200 plantas.
CUADRO 7.2. Fructificación de las tres primeras generaciones de plantas de banano desarrolladas
a partir de plantas de cultivo de tejidos, para 2200 plantas/ha.
Generación Plantío Segunda Generación Tercera Generación
Semana Cantidad Semana Cantidad Semana Cantidad Semana Cantidad
21 32 52 84 77 16 95 80
22 44 52 68 78 8 96 80
23 446 54 48 79 76 97 68
24 648 55 96 80 54 98 60
25 464 56 275 81 46 99 48
26 222 57 256 82 44 100 40
27 132 58 308 83 76 101 40
28 55 59 345 84 76 102 26
29 32 60 332 85 96 103 19
30 15 61 153 86 136
31 8 62 204 87 104
63 63 88 136
64 36 89 164
65 4 90 89
66 4 91 92
67 0 92 160
68 6 93 100
69 6 94 180
2098 2288 2114
Siembra y operaciones del cultivo
494
Hijos de Espada
Se conocen como hijos de espada, los
retoños originados de yemas bien formadas y
de alta vitalidad. Son hijos que por su
ubicación reciben nutrición y dominancia apical
de la planta madre, permitiendo un desarrollo
sincronizado, con un sistema radical bien
desarrollado y un sistema foliar formado por
escamas, hojas angostas y lanceoladas,
característica por la cual se les denomina
como "hijos de espada" (Figura 7.36).
Los primeros hijos en aparecer en una
plantación establecida, son los más vigorosos,
pero el hijo axial o "hijo de puntal", no sólo es
el primero que emerge, sino que por lo general
es el mejor. Si se desea mayor información
sobre este aspecto, véase el subtítulo brotes,
retoños o hijos del Capítulo 2
Hijos de Agua
Se denominan con el nombre de "hijos
de agua", a aquellos brotes de crecimiento
desincronizado, que por ausencia de
dominancia apical y de nutrición de la planta
madre, desarrollan un sistema foliar completo
aunque muy pequeño y a una edad muy
temprana. Estos hijos, que han conseguido su
independencia temprana, son de pobre
desarrollo y su fructificación será muy escasa y
de baja calidad en caso de que se produzca.
Los hijos de agua son producidos por
yemas que han perdido su vitalidad, por corta
o cosecha de la planta madre. No debe usarse
como material de sucesión de la unidad de
producción, salvo que la situación sea tan
crítica que se justifique tal acción, a sabiendas
de que los resultados a esperar serán malos.
Mientras exista un hijo de espada, no es reco-
mendable dejar un hijo de agua como retorno
(Figura 7.37)
FIGURA 7.36. Hijo de espada FIGURA 7.37. Hijo de agua
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
495
Hijos de Retoño
Se conocen como "hijos de retoño",
aquellos hijos de espada que fueron cortados
en deshijas o podas anteriores, y que su
sistema foliar continúa en crecimiento. Estos,
si han sido recortados una sola vez, son un
material casi tan bueno como un hijo de
espada normal, y puede usarse para sustituir
unidades de producción perdidas por
volcamiento u otras causas. Este tipo de hijo
se usa con frecuencia para la obtención de
semilla. Los hijos de retoños, pierden su
vitalidad si son recortados más de una vez.
Sistemas para el Control de Población
Determinado así el tipo de material de
sucesión de una población, se puede concluir,
que existen tres sistemas para controlar una
población deshija o poda, ralea y resiembra.
Deshija o Poda
Se conoce como deshija o poda, la
operación de cultivo que consiste en
seleccionar y regular el número de hijos por
unidad de producción, podando los otros hijos.
La eliminación total o no de los hijos no
seleccionados, es motivo de gran controversia
entre los diferentes especialistas en el cultivo
del banano. El autor considera, que los hijos
no seleccionados no deben desaparecer del
todo, ya que dan vitalidad y anclaje a la planta
madre, debido a su profuso sistema radical,
que brinda nutrimentos y sostén a la unidad de
producción, otros autores por el contrario,
consideran a los hijos no seleccionados como
competidores por nutrimentos de la planta
madre. En vista de tal discrepancia, el autor ha
montado un ensayo en la Región Atlántica de
Costa Rica, con poda de los hijos,
manteniéndoles su vitalidad, sin causar daño a
la fruta. Los resultados iniciales muestran un
bajo volcamiento de madres, y un buen
desarrollo de las unidades de producción, sin
detrimento aparente por competencia, ya que
los nutrimentos absorbidos por estos hijos se
regresan al suelo como materia orgánica. Será
necesario mantener esta investigación por más
tiempo, a fin de definir cuál es el sistema que
mejor conviene al desarrollo de la planta.
• Deshija de Formación
• Deshija de Mantenimiento de población
- Hijo Puntal
- Cambio de Dirección
- Deshija Direccional
La deshija o poda, como parte de un
sistema de control de población, debe ser
hecha con criterio individual para cada unidad,
y global para la posición que ocupa con
respecto a otras. Debe tenerse muy presente,
que una población balanceada es aquella que
recibe la luz necesaria para un buen
desarrollo, y por tanto la competencia por luz
entre unidades es vital; por tal razón, para
cada una el hijo de sucesión será el que está
ubicado en el espacio de mayor luz, y que por
lo general es el mejor y el producido primero.
No obstante lo anterior, la selección de dicho
hijo, no debe competir por espacio con el hijo
de otra unidad ubicado en el mismo lugar; ante
esta circunstancia, debe elegirse el segundo
hijo mejor colocado, sacrificando la posición
anterior en aras de un mejor aprovechamiento
Siembra y operaciones del cultivo
496
de la luz.
En algunos casos, donde exista mucho
espacio de luz, se pueden dejar dos o más
hermanos, que formarán nuevas unidades de
producción aumentando la población.
El deshijador antes de efectuar la poda,
debe ubicar la unidad dentro de la población
total, y decidir si el espacio vital es insuficiente,
suficiente o excesivo. Si es insuficiente,
eliminará todos los hijos y con ello la unidad de
producción con la cosecha de la planta madre;
si es suficiente, buscará el hijo sucesor mejor
colocado y podará los demás; pero si el
espacio es excesivo, dejará varios sucesores
de acuerdo con el espacio; también dentro de
este mismo concepto, si una o más unidades
vecinas tienen un crecimiento pobre, podrán
ser sustituidas por nuevas descendencias de
una planta más vigorosa.
Deben eliminarse los hijos que aunque
vigorosos interfieran con caminos,
cablecarriles, canales u otras obras
indispensables en la explotación económica de
los bananos. Ello se conoce como cambio de
posición, si el hijo a exterminar es el primero,
debe de eliminarse la dominancia ápical,
destruyendo el punto de crecimiento, a fin de
favorecer al siguiente, si el segundo hijo
tuviese problema debe hacerse la misma
operación que con el primero, a fin de
favorecer el terreno.
La poda de hijos no debe hacerse
cuando éstos tengan un crecimiento inferior a
60 cm; la United Brands en sus plantaciones
de Honduras, fija este límite en 1 metro. Los
hijos menores constituyen la reserva de
población futura con excepción de los hijos de
agua, que pueden eliminarse desde el primer
momento.
La misma compañía recomienda no
deshijar las plantas que no han parido; y
seleccionar el hijo primario siempre que esté
bien ubicado, y si es posible que tenga yemas
de brotes en desarrollo (nietos). Esta
recomendación tiene gran lógica y el autor
sugiere su aplicación.
La deshija dependerá del material
vegetativo, sistema de siembra, distancia entre
plantas y la edad de la plantación. La deshija
de acuerdo al estado de desarrollo de la
plantación, puede ser de formación “en
plantaciones de primera generación, o de
mantenimiento para las generaciones
siguientes”.
Deshija de Formación
Se conoce con este nombre a la primera
deshija que se hace a una plantación de
primera generación, también conocido como
plantía. Esta deshija debe de ser muy
cuidadosa, a fin de seleccionar los mejores
retornos para las generaciones sucesivas si la
plantación se establece con plantas de cultivo
de tejidos, los primeros 5 hijos aparecerán muy
temprano, cuando la planta madre tiene poco
desarrollo y por tanto poca biomasa, esos hijos
por lo general son débiles y no aptos como
sucesión o retorno; ensayos efectuados por el
autor, mostraron que la selección, del hijo 6, 7
u 8 de acuerdo a la posición, son mejores en
vigor que en cualquiera de los primeros 5, y
que no se retardo la cosecha de la segunda
generación. Selecciones tan tardías como los
hijos 11 y sucesivos, mostraron
desincronizaciones de crecimiento entre madre
y retorno.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
497
Selecciones posteriores de primer hijo
con dominancia ápical, sólo pueden hacerse
eliminando el punto de crecimiento de hijos
anteriores; así si se desea seleccionar el 6,
debe de eliminarse el punto de crecimiento de
los primeros 5.
FIGURA 7.38. Planta de cultivo de tejidos en
su primer ciclo de producción
FIGURA 7.39. Planta de cultivo de tejidos,
donde se eliminó el primer pentágono.
FIGURA 7.40. Hijo desincronizado en su
crecimiento, al seleccionarlo en el primer
pentágono.
Este sistema de deshija puede aplicarse
a plantaciones de plantía, sembradas con
cormo, pero los resultados no son tan
evidentes, consecuencia de diferente vigor que
pueda aportar el cormo por su tamaño y
reserva de nutrimentos.
En plantaciones con cormos es difícil a
veces distinguir entre un hijo de la unidad, o un
"hermano" resultado del desarrollo de una
yema del mismo cormo. Los hermanos no
constituyen sucesión, sino unidades diferentes,
y son por lo general de pobre desarrollo, como
resultado de la competencia del brote apical.
Los hijos, que por lo general vienen un poco
tarde, son vigorosos y constituirán la
verdadera población de la segunda cosecha.
Siembra y operaciones del cultivo
498
Es por ello que algunos cultivadores prefieren
eliminar la yema apical del cormo y desarrollar
las yemas laterales.
La deshija de plantío determina la
población futura, no importa la distancia de
siembra; la selección de uno, dos o más hijos
por unidad, dará poblaciones iguales, dobles o
más grandes que la población inicial de
siembra. La selección de un hijo por unidad se
conoce como deshija lineal y de dos o tres,
como doble o triple. En los sistemas de
siembra a doble surco, la selección de los hijos
debe hacerse de tal forma, que las nuevas
descendencias no obstruyan la entrecalle. La
Standard Fruit en sus plantaciones en Costa
Rica, recomienda seleccionar hijos que no
vayan más lejos de 80 cm a partir de la base
de la planta inicial. United Brands recomienda
la selección de hijos que vayan en el mismo
sentido de la siembra, esto es hacia el este
(Figura 7.41) Este sistema conocido como
direccional es muy conveniente para mantener
las distancias de siembra en el doble surco.
La experiencia del autor, es que el
sistema no puede ser muy rígido, y que es de
menor importancia perder un poco de
alineamiento que perder una buena cosecha.
Es indudable que la tendencia de las plantas
será de ocupar el espacio de luz de la
entrecalle y podrá darse alguna libertad en las
tres primeras cosechas, pero a partir de la
cuarta, deben eliminarse todas las unidades
mal ubicadas y sustituirse con hijos de otras
mejor localizadas. A partir de ese momento, la
competencia por luz es menos fuerte, ya que
los espacios en los entresurcos se han abierto
y existe la posibilidad de la brotación de
buenas yemas hacia un lado de la planta
madre.
Por otro lado, el uso de productos
químicos como limitantes del crecimiento de
los hijos ha sido estudiado por United Brands
(1975), Singh (1969) y Jamaica Banana Board
(1964). La United Brands establece el uso de
2,4 D-amina al 2 % de producto activo o 5 %
de producto comercial en áreas donde no
puede usarse machete, debido a la alta
incidencia de enfermedades bacteriales
contagiosas como el "Moko" (Pseudomonas
solanacearum). Singh (1969), sugiere el 2,4 D
atomizado a los hijos en la India. Por otro lado,
Banana Board en Jamaica, recomienda el uso
de aceite mineral, malta, diesel u otros
productos similares inyectados en los hijos, sin
provocar efectos adversos en el resto de la
unidad de producción.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
499
180°
180°
180°
Hijo
Hijo
Hijo Línea Teórica
FIGURA 7.41. Selección de hijos en sistema de doble surco.
En Islas Canarias con el fin de
programar la cosecha para épocas de mejor
mercado se usa Kerosene en los cortes de
hijos no deseables para eliminar el punto de
crecimiento.
Para esta operación, el autor no
considera conveniente el uso de productos
químicos y sobre todo sistémicos, en
plantaciones comerciales, ya que el efecto se
transmite al resto de la unidad y a otras
unidades, con modificaciones indeseables en
el crecimiento de las plantas y hasta las frutas.
Con respecto a la época de poda, sí
parece existir gran diversidad de criterios,
entre los diferentes autores, ya que tal
situación puede estar fijada por condiciones
climáticas, condiciones de mercado o por
condiciones de oportunidad. Zambrana et al
(1973), aconsejan la poda de hijos en los
meses de enero y mayo en Brasil; mientras
que Logie y Kuhne (1976), recomiendan las
podas en abril y octubre para la obtención de
cosechas del 78 y 75 % en diciembre y marzo.
Como consecuencia de las variaciones
estacionales de los mercados, se ha iniciado
un sistema de poda periódica total, que
permite obtener la cosecha en un período
determinado al año, de acuerdo con las
mejores opciones de mercado. Este sistema
es conocido como "cosecha programada".
FIGURA 7.42. Hijo marcado para mantener la
sucesión de la unidad de producción.
(Proyecto siglo XXI, DOLE, Costa Rica)
Siembra y operaciones del cultivo
500
Cosecha Programada
El término de cosecha programada se
usa para el sistema de deshija o poda que
permite organizar la cosecha para las épocas
de buen mercado, evitando las pérdidas por
sobre oferta en momentos de bajo consumo.
El sistema selecciona hijos de edades
similares y elimina las plantas de diferentes
edades, de manera que la cosecha se obtiene
en un período máximo de 12 semanas. El
método se realiza cada nueve meses o cuando
las condiciones de mercado lo requieran.
Existen varios sistemas para la
obtención de una cosecha programada.
Algunos productores consideran conveniente
al seleccionar los hijos no eliminar la planta
madre, sino solamente su fruto, esto con el
propósito de mantener las formas de nutrición
y dependencia de la unidad. Los defensores
de este accionar aseguran que el proceso se
acelera y se obtiene frutos de mayor tamaño y
calidad, lo que parece estar de acuerdo con el
aprovechamiento de reservas del pseudotallo.
Otros productores prefieren eliminar
todas las plantas que consideran innecesarias
y dejan sólo los hijos seleccionados. Por el
contrario, algunos prefieren sembrar la
plantación cada vez que sea necesario (De
Valdenebro, 1984). Este último sistema parece
estar ganando adeptos en renovación de
poblaciones con altas densidades de siembra,
hasta de 3000 plantas por hectárea.
La cosecha programada no es un
sistema bien establecido en el negocio
bananero y presenta ventajas como el acceso
de la cosecha a los mercados en momentos
oportunos, aplicación de nutrimentos en los
mejores períodos de desarrollo de las plantas,
control sistemático y oportuno de las malas
hierbas, mejor control de enfermedades y
plagas (por rompimiento del ciclo biológico),
operaciones selectivas para un estado dado y
como consecuencia mejor supervisión.
También ofrece desventajas como que el
exceso de cosecha en un momento dado
dificulta el empaque normal de la fruta y afecta
su calidad, también el excedente de población
(en la plantación) produce frutas de menor
tamaño, incremento de incidencia de plagas y
enfermedades, prolongación del período
floración-cosecha, aumento de crecimiento de
malas hierbas durante los primeros períodos y
quizá lo más perjudicial es que provoca la
desincronización de crecimiento entre las
madres podadas y los hijos seleccionados, con
lo que se da una independencia de hijos muy
jóvenes que al perder la dominancia apical de
la planta madre, se convierten en adultos en
una época muy temprana de su desarrollo, con
un sistema foliar y radical desincronizados que
provocan la formación de frutos pequeños y de
baja calidad.
Esa falta de orden puede causar pérdida
de vitalidad en la unidad de producción con
consecuencias imprevisibles para las
cosechas siguientes.
La práctica de cosecha programada se
realiza con éxito en Colombia, Filipinas,
Ecuador y Centro América (De Valdenebro,
1984).
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
501
FIGURA 7.43. Cosecha programada
En condiciones Subtropicales de
Australia, Israel, Tunes, Africa del Sur e Islas
Canarias la deshija no solamente selecciona el
mejor retorno, sino que también el que
producirá un fruto en la mejor época climática
o en el mejor momento de mercado.
Kuhne, citado por Galán (1992), dice que
en Sudáfrica se seleccionan hijos que tengan
de 30 a 60 cm de altura en diciembre, para
que la floración se produzca en los meses
cálidos.
En Israel, consecuencia de inviernos
severos, se evita la floración en esos meses,
para conseguirlo, se toma en cuenta el
número de hojas hasta la parición con un
promedio de 38±2, obtienen hijos que hayan
producido de 22 a 24 hojas al llegar el invierno,
11 hojas después se produce la floración en
verano.
La fórmula usada es la siguiente:
CUADRO 7.3. Fórmula de deshija. utilizada en Israel. (Clones “Gran Enano”, “Williams”, y “Dwarf
Cavendish”).
Sistema de riego
Primer ciclo
(generaciones)
Ciclos siguientes
(generaciones)
Aspersión
Goteo
8/8/8
(6 o 5)/8/8
(7 o 6)/6/6
(5 o 4)/6/6
1º Número = No. de hojas
2º Número = día del mes
3º Número = No. del mes
Fuente: Galán, (1992).
Siembra y operaciones del cultivo
502
Para conseguir lo anterior, en abril se
eliminan todos los hijos y esta operación se
repite el 15 de julio, ajustando el crecimiento
de las plantas y número de hojas, según la
fórmula. Con plantas de cultivo de tejidos, la
fórmula debe ajustarse a un mayor crecimiento
de este tipo de material.
La práctica normal de deshija en
Canarias, para “Dwarf Cavendish” es la
eliminación de todos los hijos nacidos antes de
abril (invierno), de los que emergen en
primavera, se elige el sucesor definitivo a fines
de junio o hasta julio, para obtener una
floración a fin del verano y una cosecha en los
meses de invierno de buen mercado.
Las características deseables del hijo
seleccionado, deben tener 15 a 18 hasta 19 a
22 hojas visibles, de las cuales 1 a 5 hasta 5 a
8, deben ser mayores que F-10 y la altura del
hijo entre 0,90 a 1,10 hasta 1,20 a 1,50 (
Galán, 1992).
Según el mismo autor, en forma general,
se eligen como sucesores los hijos del
segundo pentágono, específicamente el
número 9 y en algunos casos hasta los hijos
12, 13 ó 14, del tercer pentágono. El sistema
parece ser muy apropiado para programar la
cosecha, sin embargo se requiere de un muy
buen conocimiento del crecimiento fenológico
de la planta, para cada condición y para cada
época climática.
Ralea
Otro de los métodos de control de
población es la ralea. Se conoce con este
nombre, la operación que tiene como función
eliminar aquellas plantas adultas, paridas o sin
parir, que por efectos de mala deshija han
crecido en competencia por luz, y por lo tanto
tienen un desarrollo desincronizado, o están
inhibiendo la evolución normal de los hijos de
las unidades vecinas. Estas plantas deben
eliminarse por ralea, permitiendo la entrada de
luz dentro de un equilibrio normal.
Cuando por alguna circunstancia, la
población total se ha excedido con graves
riesgos para la producción, es necesario hacer
una ralea profunda; pero debe ser muy
cuidadosa, ya que un desbalance muy
marcado en los equilibrios de luz podría
provocar cambios de dirección en el
crecimiento de las plantas con pérdidas por
volcamiento o pérdidas en la fruta por quema
de sol. Las raleas deben hacerse en forma
consistente para afectar muy pocas plantas
por área; en el caso indispensable de una alta
población, debe encomendarse al trabajador
más hábil y de mayor conocimiento sobre el
tema.
El autor sugiere conteos de población
cada tres meses como máximo, a fin de
determinar la necesidad o no de la ralea. Estos
conteos deben de hacerse después de la
deshija.
Resiembra
Otra forma de modificar la población es
mediante la resiembra. El objetivo es introducir
por siembra las unidades faltantes en los
espacios de luz aprovechable. La resiembra
aunque resulta fundamental para mantener la
población, no es considerada por algunos
agricultores que prefieren llenar esos espacios
con hijos dobles o hasta triples, ya que estas
crecen más rápido y producen racimos de
mayor tamaño. El material de reproducción
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
503
para resiembra, debe ser de inmejorable
calidad, con buen tamaño y vitalidad. En
plantaciones recién sembradas, se recomienda
hacer la resiembra 4 semanas después de la
brotación de las yemas, a fin de que las
nuevas plantas no tengan desventajas de
crecimiento con las de siembra inicial. La
semilla de resiembra se prepara en la misma
forma que la usada para la plantación inicial.
En plantaciones establecidas, con una
población normal para el clon, el sombreo
inhibe el crecimiento del material vegetativo de
resiembra. Diverso material vegetativo se ha
usado en la resiembra, con poco éxito debido
a la competencia por luz, los materiales
corrientemente usados han sido: semilla de
cormo, hijos de 1 a 2 m de altura y plantas de
cultivo de tejidos; en todos los casos, las
plantas han sido débiles con una producción
no exportable por tamaño y calidad de fruto y
un retorno que la mayoría de las veces no
aprovechable.
Como consecuencia de lo anterior, en un
ensayo montado por Buchelli y Andrade (1998)
bajo la dirección del autor, se evaluaron los
siguientes materiales vegetativos: plantas de
cultivo de tejidos, hijos de espada en estado
FM, hijos satélite, plantas adultas a las que se
les eliminó el punto de crecimiento
(vampireadas) y plantas adultas cosechadas
(Caballos), (Figuras 7.44, 7.45, 7.46, 7.47,
7.48, 7.49 y 7.50).
FIGURA 7.44. Hijo de espada en estado FM antes de convertirse en material de resiembra.
Hijo de espada utilizado para la resiembra
Siembra y operaciones del cultivo
504
FIGURA 7.45. Hijo de satélite.
FIGURA 7.46. Corte del pseudotallo.
Hijo de Satélite, el cual presenta características deseables para ser reproducido
Introducción de la herramienta justo en el centro del pseudotallo a 25 cm fde la base
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
505
FIGURA 7.47. Procedimiento de eliminación del punto de crecimiento.
FIGURA 7.48. Herramienta utilizada para el vampireo o la eliminación del punto de crecimiento.
Traspaso de la herramienta través del pseudotallo, eliminando el punto de crecimiento
Siembra y operaciones del cultivo
506
FIGURA 7.49. Hijo producido por el “caballo".
FIGURA 7.50. Elaboración del material
denominado “caballo”.
Del ensayo se concluye que el mayor
vigor de los hijos se obtuvo con plantas adultas
a las cuales se les eliminaron el punto de
crecimiento y el de plantas adultas cosechadas
o “caballos”, ello como consecuencia del
mayor contenido de nutrimentos mantenido
como reserva en el cormo y pseudotallo,
según se anota en el Capítulo 8. El material
de “caballo” resulta más recomendable, debido
a su mayor disponibilidad, ya que
semanalmente se cosechan al menos 40
plantas por hectárea, susceptibles de dar este
tipo de material. Es importante tomar en
consideración, que las reservas del cormo y
pseudotallo, son vitales para la nutrición del
retorno es por ello que al separarse parte del
cormo, como se observa en la Figura 7.49,
Planta adulta cosechada o “Caballo”
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
507
debe de tratar dejarse la mayor parte posible
de cormo al retorno, a fin de que su nutrición,
aunque disminuida, resulte suficiente. Los hijos
del material de “caballo”, produjeron fruta
exportable de calidad, y los retornos fueron tan
vigorosos como sus madres.
FIGURA 7.51. Deshija direccional dirigida
FIGURA 7.52. Deshija química (CANARIAS)
RENOVACION DE PLANTACIONES.
Como consecuencia del monocultivo y el uso
indiscriminado de agroquímicos, sobre todo de
herbicidas y fertilizantes químicos
nitrogenados, el suelo bananero pierde su
salud, y con ello la capacidad de producir
cosechas económicamente rentables, como se
muestra en el grafico N
En estas circunstancias se hace necesario
determinar por su gravedad si se hace una
Rehabilitación de la plantación, si los factores
negativos son corregibles, a un costo
financiero aceptable, y es posible mantener la
producción, o por lo contrario hacer una
renovación de la plantación, con pérdida de la
producción, si los factores negativos son
corregibles con unas inversión razonable, que
se pueda amortizar con el mejoramiento de la
plantación, si por el contrario, del proyecto no
es financieramente aceptable, quedan dos
alternativas:
1-Explotar la finca de acuerdo a los
niveles de productividad, bajando el
punto de equilibrio financiero.
2-Cambiar de actividad por otra mas
rentable económicamente.
Siembra y operaciones del cultivo
508
FIGURA 7.53. Problemas asociados al manejo del banano como monocultivo.
Si la renovación es factible
económicamente, debe de iniciarse por
corregir los factores negativos, usando los
conceptos de Agricultura de Precisión. Los
factores pueden ser entre otros, los
siguientes:
1- Suelos
Grados y sub grados de aptitud.
2-Fertilidad, interacciones entre nutrimentos
y toxicidades.
3-Drenajes.
4-Edad de la plantación.
5-Tipo de clon.
6-Incidencia de enfermedades y plagas.
7-Operaciones de cultivo inadecuadas.
8-Factores socio económicos adversos.
9-etc
Para determinar el nivel de
productividad por áreas de las fincas, se han
usado muestreos de producción por áreas
específicas, marcando la fruta que es enviada
a la planta de empaque, este sistema además
de muy costoso es impreciso, ya que requiere
de vigilancia permanente, y dificulta la labor de
cosecha, en la Finca Comercial de la
Universidad EARTH, se han encontrado
diferencias en datos hasta del 40%, lo que
muestra poca precisión en este importante
factor.
Es por ello que Soto.M.(2006), muestra
Baja productividad
Ingresos insuficientes
Reducción de
producción
No se cumple
con paquete tecnológico
Deterioro de la
plantación Calidad
se deteriora
No se cumple con los
mercados
Crisis económica
No se cumple con
compromisos laborales y sociales
Actividad insostenible.
BANANO
COMO
MONOCULTIVO
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
509
un sistema sencillo y práctico para medir con
precisión la productividad en cajas/ha/año de
áreas específicas, usando correlaciones de las
variables fisiológicas del desarrollo del fruto, y
cogiendo el tamaño del fruto, como número de
manos a la cosecha, posesionado globalmente
en un área determinada, para una población
conocida, y conociendo el punto de equilibrio
financiero.
Las variables correlacionadas fueron las
siguientes:
1-Peso del racimo/ número de manos.
Donde:
y= 4,6894 X+11,269
R2=0,9951
2-Cajas por racimo/ número de manos-
Donde:
y= 0,2586X+0,62
R2= 0,995
Según los siguientes gráficos:
Correlaci—n entre tama–o de la fruta en nmero de manos y cajas/racimo
2.18
1.90
1.68
1.39
0.92
1.08 y = 0.2586x + 0.62R2 = 0.995
0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
5.0 6.0 7.0 8.0 9.0 10.0
Nmero de manos
Cajas por racimo / número de
manos
Correlaci—n entre tama–o de la fruta en nmero de manos y cajas/racimo
2.18
1.90
1.68
1.39
0.92
1.08 y = 0.2586x + 0.62R2 = 0.995
0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
5.0 6.0 7.0 8.0 9.0 10.0
Nmero de manos
Correlaci—n entre tama–o de la fruta en nmero de manos y cajas/racimo
2.18
1.90
1.68
1.39
0.92
1.08 y = 0.2586x + 0.62R2 = 0.995
0
0.5
1
1.5
2
2.5
3
5.0 6.0 7.0 8.0 9.0 10.0
Nmero de manos
Cajas por racimo / número de
manos
FIGURA 7.54. Relación cajas por
racimo/número de manos.
FIGURA 7.55. Relación peso del
racimo/número por el de números de
manos.
El modelo se desarrolló para la finca
comercial de la Universidad EARTH, y se
encontró que para el proyecto 4, la curva de
regresión, fue la siguiente:
Correlación entre tamaño de la fruta en número de manos y el peso de la fruta
19,63
39,56
16,6825,255
30,5134,455
y = 4,6894x + 11,269R2 = 0,9951
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0
Número de manos
Peso (Kg)
Siembra y operaciones del cultivo
510
FIGURA 7.56. Correlación tamaño de fruta con productividad en cajas/ha/año.
Donde:
Y= cajas/ha/año
X= número de manos/racimo.
Por lo que:
5,83 manos/racimo= punto de
equilibrio financiero.
7,07 manos/racimo=2400 cajas/
ha/año (meta de la finca).
Una vez determinadas las áreas bajo el
punto de equilibrio financiero, y estudiados los
factores adversos, con sus correcciones e
inversiones, la renovación debe de seguir el
proceso siguiente:
1-Eliminar las causales de detertioro.
2-Eliminar la plantación y plantas hospederas
de enfermedades y plagas.
3-Subsolado profundo, no menos de 0,80 m,
de los suelos, en dos pasos cruzados usando
equipo específico.
4-Introducir coberturas vegetales.
Mono coberturas (Sorgo, Mucuna,
Flemigea, Canavalias,etc)
Coberturas mixtas (Plantas de la
región+ Mucura+Flemigea+Canavalia+etc)
5-Tiempo de descanso (Barbecho): Mayor de 6
meses para restablecer biodiversidad, en
plantaciones orgánicas el tiempo puede ser
menor.
6-Siembra de plantas sanas provenientes de
cultivo de tejidos, o rebrotes de las mismas.
7-Control integrado de malezas.
8-Control de población con deshija direccional
dirigida.
9-Oxigenación regular de los suelos, al menos
dos veces por año.
10-Drenajes en domos, con siembra en doble
surco, y deshija direccional dirigida.
11-Fertilización de acuerdo al desarrollo
fenológico de la plantación.
12-Reducción de fertilizantes químicos
Correlación entre tamaño de la fruta en número de manos y productividad en cajas/ha/año
1000
1500
2000
2500
3000
3500
6,0 6,5 7,0 7,5 8,0 8,5 9,0
Número de manos
Cajas/ha/añ
o
y=296,73X +301
r2= 0,74
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
511
nitrogenados.
13-Fertilización orgánica, con Bioabonos,
sólidos y líquidos, reforzados química y
biológicamente.
14-Control preventivo de enfermedades y
plagas, mediante.
-Equilibrio nutricional (Teoría de
Trofobiosis de Chaboussou).
-Fertilización con bioabonos sólidos
reforzados química y biológicamente.
-Fertilización con bioabonos líquidos
reforzados química y biológicamente.
-Fertilización foliar con bioabonos
líquidos reforzados química y
biológicamente.
Detalles sobre esta fertilización, se dan en el
capitulo 8.
REHABILITACIÓN DE PLANTACIONES
Si la plantación no requiere de renovación,
porque los efectos adversos no son tan
críticos, y pueden subsanarse manteniendo la
plantación, ello puede deberse a excesos de
lluvias por períodos prolongados, inundaciones
por mas de 3 días, falta de fertilización o de
labores de cultivo por problemas financieros, o
cualquier otro fenómeno de deterioro
moderado, debe de hacerse una rehabilitación,
iniciando por la corrección de los factores
adversos.
Para este proceso, existen dos modelos ha
seguir:
1-La plantación sufrió en forma
moderada, pero mantiene su vigor.
2-La plantación sufrió en forma severa,
pero los hijos de sucesión muestran vigor.
En el primer caso se recomienda una
reactivación foliar, aplicando abonos foliares
activados con compuestos de algas marinas,
ricos en citocininas, como bioactivadores
radicales. La fertilización debe de ser
sistemática, pero no antes de que se
restablezca el sistema radical, preferible hacer
fertilizaciones orgánicas.
Debe de efectuarse conteos de población para
reponer las plantas no productivas, y mejorar
los sistemas de riego y drenajes.
Para el segundo caso. debido a la gravedad
del efecto sobre las plantas adultas, con
perdidas muy significativas de plantas
productivas, lo mas recomendable es eliminar
las plantas adultas dejando los hijos de
sucesión, para lo cual existen dos métodos.
1-Eliminación por corte de las plantas
adultas, dejando los hijos menores al estado
fisiológico de FM, este método es conocido
con el léxico bananero de “Shop Down”
2-Eliminación de las plantas adultas, por
eliminación del punto de crecimiento, dejando
los hijos menores al estado fisiológico de Fm,
este metodo se conocew en el léxico bananero
como “vampireo”, que puede ser físico,
mediante la introducción de un objeto cortante
que paralice el punto de crecimiento, o químico
con ETHREL, que hace un efecto semejante.
En ambos casos se pretende obtener los
nutrimentos depositados en el pseudotallo,
para el desarrollo del hijo.
En ambos métodos debe de prestarse especial
atención al desarrollo de los hijos, ya que al
perder la dominancia apical en forma
temprana, tienden a desincronizarse en su
desarrollo, produciendo fruta pequeña en la
primera generación. Mas detalles sobre este
aspecto, se encuentran en el título, cosecha
programada de este capítulo
Siembra y operaciones del cultivo
512
PROTECCION DE LA FRUTA
Se conocen así, a aquellas labores de
cultivos que tienen como objetivo proteger la
fruta contra daños ocasionados por pestes,
agentes físicos, pérdidas por volcamiento, o
cualesquiera otros que reduzcan su
producción y calidad según las necesidades de
los mercados.
En el clon "Gros Michel", por la alta resistencia
de la cutícula de sus frutos, no se hizo
necesario aplicar medidas de protección del
fruto, así mismo, la gran resistencia al
volcamiento y su alto porte, hicieron
innecesario o muy difícil la protección del
racimo, pero la introducción al mercado de los
bananos del Subgrupo "Cavendish", de frutas
muy sensibles a las magulladuras, al ataque
de pestes y al manejo, y ayudado por el porte
bajo de plantas enanas o semienanas, hizo
posible establecer operaciones sistemáticas de
protección de la fruta, de manera que se llegó
en algunos casos conocidos a labores tan
sofisticadas como embolse por dedos y uso de
almohadillas entre manos, para evitar los
daños por la punta del dedo, durante el
período de crecimiento de la fruta.
Es importante destacar, que las operaciones
de protección, resultan indispensables para
producir frutas de una presentación aceptable,
de acuerdo a las exigencias de los mercados,
debido a que las frutas sin protección no son
exportables, ya que les falta lozanía y buena
presentación.
Las principales operaciones de
protección de la fruta, son: embolse,
eliminación de los residuos florales, poda de
manos, poda de dedos deformes eliminación
de la flor masculina, apuntalamiento y
fechamiento o fijación de edad de la fruta.
Embolse
No se conoce a ciencia cierta cuándo y
dónde se inició el embolsado de la fruta en
forma comercial, si parece existir consenso de
que dos circunstancias separadas hicieron
originar el procedimiento, tal y como se
desprende de los resultados de
investigaciones iniciales, donde unos autores
usan la cobertura de la fruta para evitar la
quema de la cutícula del fruto por bajas
temperaturas en algunas épocas del año
(Berril, 1956; Perumal y Adam, 1966); mientras
que otros estudian el efecto de esa operación
en el aspecto de sanidad de la fruta (Berril,
1956; Heenan, 1973).
González (1994), en su publicación
Embolse del banano en la mata, su origen y
paternidad, asegura que la primera fruta que
se embolsó se inició como un ensayo bajo
supervisión en Finca Yuma, propiedad de
United Fruit Company en Guatemala en el año
de 1956, y que para mediados de ese año la
operación se generalizó en las diferentes
divisiones de la compañía.
Los resultados encontrados fueron muy
satisfactorios y la operación fue generalizada
por la Standard Fruit Company en Honduras y
Costa Rica a partir de la década de los años
60, lo que permitió efectuar una serie de
ensayos a fin de determinar el grosor de la
lámina de polietileno más conveniente, así
como la distribución de los huecos y la
distancia entre ellos.
El autor, tuvo la oportunidad de
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
513
participar en esos ensayos y se demostró que
entre grosores del polietileno de 0,08, 0,10 y
0,13 mm, el más recomendable por su costo
era el de 0,08 mm, pero todos los grosores
producían el mismo efecto esperado. Lara
(1970), asegura que gruesos mayores de 0,13
mm causan deformaciones y quema de la fruta
por los rayos solares.
Con respecto a las perforaciones, se
hicieron ensayos con bolsas sin perforar,
perforadas en la parte inferior, en la parte
superior, y perforada en su totalidad. Las frutas
embolsadas con bolsas sin perforar, o
perforadas en la parte superior o inferior,
mostraron muy altas incidencias en infecciones
de hongo como fumaginas y otros, como
consecuencia de la alta humedad relativa
dentro de la bolsa. La bolsa perforada en su
totalidad (con perforaciones de 12,7 mm de
diámetro, cada 76 mm en cuadro), fue la que
mostró los resultados deseados.
FIGURA 7.57. Bolsa con huecos de 12.7 mm
por 76 mm en cuadro. República
Dominicana.
FIGURA 7.58. Bolsa microporo de plástico de
alta densidad.
En cuanto al color del polietileno, el autor
experimentó en 1971, con bolsas de color azul,
verde, rosado y transparente. La bolsa de color
transparente mantuvo fruta más verde con
mayor resistencia de la cáscara; el color azul,
aunque disminuyó el color verde de la fruta, no
presentó efecto importante en la calidad de la
misma, las bolsas verdes y rosadas produjeron
frutas de color pálido con cutículas muy
sensibles a la magulladura. Cann (1965),
informa que en Australia el embolsado con
plástico azul es el preferido, pero también son
buenos los de color verde y amarillo. Bond
(1977), encontró que la bolsa azul aumentó la
consistencia de la cáscara.
Siembra y operaciones del cultivo
514
FIGURA 7.59. Bolsa transparente de plástico
de baja densidad.
FIGURA 7.60. Bolsa opaca que dificulta la
visión en la operación de cosecha, por lo
que el cortador la rasga.
FIGURA 7.61. La bolsa opaca no debe usarse
bajo penumbra, porque disminuye la
capacidad fotosintética del racimo y
debilita la cutícula del dedo
Ensayos llevados a cabo por Cayon et al
(2000) en la Corporación Colombiana de
Investigación Agropecuaria, en el embolse de
plátano Dominico-Hartón (macho por hembra)
con bolsa de color verde, azul, roja, blanco,
negro, amarilla, transparente y un testigo sin
bolsa, se encontró que los racimos
embolsados con bolsas color verde, superaron
en peso en un 15 % a los racimos embolsados
con las otras bolsas. El contenido de almidón
en la pulpa fue similar en todos los
tratamientos, pero los azúcares aumentaron
con las bolsas azules, transparentes y blancas.
La concentración de sólidos solubles en la
pulpa fue mayor en las bolsas azules,
amarillas y blancas. Los resultados anteriores
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
515
muestran que las condiciones de calor de la
bolsa parecen favorecer la síntesis de
sustancias celulares y por lo tanto tiene
influencia en la calidad de los frutos.
El embolse, como operación agrícola de
protección de la fruta contra bajas
temperaturas, control de plagas y efecto
abrasivo de hojas y productos químicos,
obtuvo resultados muy satisfactorios; pero
fueron quizás los resultados secundarios los
que acusaron mayor expectación e hicieron
que esta operación se universalizara en el
mundo bananero. La reducción del intervalo
floración-cosecha, aumento del largo y
diámetro de los dedos y el peso del racimo,
fueron factores determinantes sobre el futuro
de la producción bananera. Sobre estos
aspectos, se han llevado a cabo muchas
investigaciones por diversos autores, y es así
como Lara (1970), asegura que la fruta
embolsada en el Atlántico de Costa Rica
aumenta de grado de corta en mayor
proporción que la fruta no embolsada (Cuadro
7.4).
Si se mide el crecimiento del diámetro
de los dedos a partir de grado 40, Lara (1970),
encontró que es constante, pero que el
diámetro de las frutas era mayor cuando
estaban embolsadas, con un incremento diario
de 0,2779 grados, mientras que en la fruta sin
bolsa fue de 0,2568. Los datos anteriores
muestran un aumento en grado de la fruta
embolsada de aproximadamente 2 grados en
el período de llenado sobre la fruta no
embolsada (Figura 7.62).
CUADRO 7.4. Promedio de calibración y variación al madurar de la fruta colgando de la planta
(calibración promedio), grados.
Manos por Racimo Con Bolsa Sin Bolsa
9 50,13 47,95
10 50,41 48,56
11 51,24 49,89
12 51,12 50,18
Fuente: Lara, (1970).
Perumal y Adam (1968), en Honduras
estudiaron el efecto del embolse de racimos
del clon "Robusta" sobre el intervalo entre la
floración y la cosecha y encontraron que dicho
período se reduce en 16 días cuando la fruta
fue cubierta con papel kraft en la época fría y
lluviosa y de 8 días durante la época caliente y
seca. El uso de la bolsa de plástico perforado
redujo el período en 8 días, Heenan (1973),
investigó el efecto de la cobertura de racimos
con bolsas de polietileno azul, en los clones
"Gran Enano" y “Valery" en Australia, y
encontró que el embolse redujo el periodo
entre la floración y la cosecha entre 4,8 y 14,0
Siembra y operaciones del cultivo
516
días de acuerdo al clima, tal como se
desprende el Cuadro 7.5.
Días Después de Grado 40
0 5 10 15 20 25 30
40
41
42
43
44
45
46
Gra
dos
Con Bolsa 0,2779
Sin Bolsa 0,2568
FIGURA 7.62. Crecimiento del diámetro de los dedos en frutas embolsadas y sin embolsar.
Es evidente, que no sólo existe una
diferenciación para el clima, sino que también
entre los diferentes clones, y que el embolse
muestra un cambio fisiológico notable en el
llenado de la pulpa y ello parece obedecer a
diferencias microclimáticas en el racimo, como
consecuencia de la cobertura. Ganry (1975),
encontró en Guadalupe que el uso de bolsas
de polietileno en los racimos, aumenta la
temperatura en la fruta en un promedio de
0,5°C con reducción del intervalo floración-
cosecha en 5 días Perumal y Adam (1968),
atribuyen la reducción del intervalo floración-
cosecha a temperaturas más altas asociadas
con el embolse. El autor asesorando a
González (1985), encontró diferencias de
temperatura hasta de 6,75° C en Costa Rica a
horas del mediodía.
Con respecto al efecto de la bolsa sobre
el peso de la fruta, es evidente que para un
intervalo floración-cosecha determinado, al
aumentarse el grado de la fruta embolsada
también aumenta el peso. Bond (1977),
encontró que el embolsado del racimo con
polietileno incrementó el peso del racimo en un
8 %, a resultados similares había llegado Bern
en 1956 en Australia.
Cann (1965), observó incrementos en la
cosecha en Australia en un 25 %; a
semejantes conclusiones llegó Turner (1970) y
Sampaio y Simao (1970).
Lara (1970) encontró, que los dedos de
los racimos embolsados eran más largos que
los de los racimos sin embolsar. El mismo
autor señala que la fruta embolsada puede
llegar a calibraciones más altas sin riesgo de
madurar, en comparación con la fruta sin
bolsa.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
517
CUADRO 7.5. Efecto del embolse de los racimos de los clones “Dwarf Cavendish” Y “Giant
Cavendish” (Gran Enano) sobre el número de días entre la emergencia del racimo y la
cosecha (Este de Australia).
Mes de Cosecha “Dwarf Cavendish” “Gran Enano”
Sin Bolsa
Días
Con Bolsa
Días
Sin Bolsa
Días
Con Bolsa
Días
Diciembre 110,0 102,5 109,8 105,5
Enero 104,0 92,6 103,8 95,0
Febrero 98,0 91,0 101,8 88,0
Marzo 97,3 83,3 90,5 82,0
Abril 89,3 82,4 90,3 86,3
Es en la calidad de la fruta donde el
efecto del embolse ha obtenido grandes
beneficios. Bond (1977), dice que el
embolsado incrementó el rendimiento de la
misma.
Heenan (1973), indica que la fruta
embolsada fue mucho más atractiva, libre de
manchas por insectos, hongos, aves, la acción
abrasiva de las hojas y residuos del fruto
contra la infección de Strumeta musae.
El mismo autor, en un ensayo sobre el
embolse de racimos de los clones "Dwarf
Cavendish" y "Gran Enano" encontró que el
uso de la bolsa de polietileno reduce la
resistencia de la cutícula de los frutos a la
ruptura por presión, y que el efecto es más
pronunciado en el clon "Gran Enano" que en el
"Dwarf Cavendish", tal como se desprende de
los siguientes datos presentados en el Cuadro
7.6.
CUADRO 7.6. Efecto del embolse sobre la resistencia de la cutícula a la ruptura por presión
(gramos).
Sin Bolsa Con Bolsa % Diferencia
“Dwarf Cavendish” 376,9 307,7 18,3
“Gran Enano” 520,0 357,4 31,0
Este efecto es de gran importancia
económica para el transporte del banano a los
mercados, y parece ser producto de la alta
humedad y temperatura dentro de la fruta. Al
respecto, debe incrementarse la Investigación
en el futuro, ya que representa un factor
adverso muy importante para esta operación.
Una sensibilidad alta de la cutícula hace que la
fruta sea más propensa al maltrato.
Lara (1970), dice que los racimos
embolsados producen fruta de mejor calidad
para la exportación, que los racimos no
Siembra y operaciones del cultivo
518
embolsados, los primeros con reducciones
muy notables en el número de dedos maduros,
maltrato, lesiones viejas y otros; dice así
mismo, que los racimos embolsados producen
mayor proporción de cajas de primera calidad
que los racimos sin embolsar (Cuadro 7.7).
Con respecto al control de daños por
insectos (no corregibles con el embolse), se
trabajó durante mucho tiempo con insecticidas
en polvo aplicados al interior de las bolsas
antes de ponerla. Este sistema resultó
eficiente, sólo que en algunos casos, por altas
concentraciones o por uso de sustancias
inertes indebidas se provocó algún grado de
fitotoxicidad en la fruta, con pérdidas sensibles
en los rendimientos.
CUADRO 7.7. Calidad de la fruta al empaque con racimos con bolsa y sin bolsa (Calibración 48).
Con Bolsa Sin Bolsa
Peso (Kg) 41,80 42,20
Calibración 48,00 47,99
No. De Manos 10,60 10,80
% de Dedos Maduros 1,00 3,00
Maltrato 3,76 5,90
Lesión Vieja 0,63 3,29
Mancha de madurez 0,23 1,36
Otros 2,62 3,60
Cajas Empacadas:
Primeras (%) 90,50 79,20
Segundas (%) 9,50 10,80
Relación Cajas/Racimo 1,79 1,61
Fue así, como aparecieron en el
mercado los clorpirifos, que impregnados en la
bolsa en el momento de su producción
industrial, dan una excelente protección a la
fruta contra la mayoría de insectos que la
dañan durante su período de desarrollo.
Johnson (1975), menciona que el uso de
embolse de racimos con polietileno,
impregnado con clorpirifos a concentraciones
de 0,5, 1 y 2 %, dieron una efectiva protección
al racimo contra áfidos, trips, lepidópteros y
coleópteros en Costa Rica, Panamá y
Ecuador.
lttyeipe (1978a) en Jamaica, estudió el
efecto del embolsado con polietileno azul
impregnado con clorpirifos al 1 % y encontró
una reducción en los daños en la cáscara por
insectos, babosas, ratas y otros.
Análisis sobre residualidad del clorpirifos
impregnado en bolsas de polietileno muestra
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
519
que la concentración a las 12 semanas es de
alrededor del 20 %. La eficiencia del embolse
como práctica de protección de fruta, ha
servido para que técnicos y cultivadores
busquen nuevas alternativas hacia el uso de
diferentes materiales, tamaño y número de
huecos, diámetro y largo de las bolsas.
La bolsa tradicional, como se mencionó
en párrafos anteriores, está hecha de
polietileno transparente con un grueso de 0,08
mm, con huecos de 12,7 mm de diámetro
distribuidos en cuadro cada 76 mm. Esta
bolsa, es un cilindro de 81 cm de diámetro por
155 a 160 cm de largo. Las medidas en
longitud, representan el tamaño promedio de
los racimos en Centro América aunque un
porcentaje importante es mayor o menor que
las anotadas, con pérdidas por falta de
cobertura en unos casos o por exceso de
material en otros. A fin de encontrar una
solución aceptable a dicho problema, los
productores han comenzado a usar “tubos" de
polietileno con las características de las
bolsas, pero con longitud indeterminada, cada
unidad de embolse se corta a la medida del
racimo, de manera que la fruta queda
totalmente cubierta, sin faltante ni sobrante del
material de cobertura. Esta modificación ha
permitido en la mayoría de las plantaciones, un
mejor control sobre la calidad y una reducción
en el gasto de materiales hasta de un 20 %.
En los meses de alta luminosidad con
altas temperaturas, el plástico se calienta y
produce quemaduras a la cutícula de los
dedos con perjuicios para la calidad.
FIGURA 7.63. Bolsa precortada que muestra
un largo excesivo con respecto al tamaño
de la fruta.
Ese efecto negativo del embolse, se ha
corregido mediante el uso de bolsas opacas
que no permiten el paso de la luz, los
materiales usados son los de color blanco
lechoso y plateado. Estas bolsas se usan en
áreas expuestas al sol directo, tales como
orillas de caminos, ferrocarriles, canales y
áreas administrativas. El efecto del sol también
puede evitarse, si se pone cualquier material
opaco del lado de la luz directa, tal como papel
periódico u otros. Estos materiales, aunque
evitan la quema y decoloración de la cutícula
por la acción directa del sol, su grado de
sombreo puede resultar perjudicial, ya que los
frutos tienen en su corteza clorofila con
capacidad para fotosintetizar, que podría ser
disminuida no sólo por la oscuridad del
material de cobertura, sino que también por el
color. Es criterio del autor que deben evitarse
Siembra y operaciones del cultivo
520
los materiales opacos en áreas donde no
exista alta luminosidad, sobre todo si hay
deficiencia en el número y calidad de las hojas.
Standard Fruit Company ha
comercializado el uso de una bolsa con
perforaciones de 3 mm de diámetro
distribuidas en cuadro cada 12,5 mm. Esta
bolsa, parece que ha producido muy buenos
resultados al mejorar el microclima dentro de
la bolsa y adelantar el grado de maduración de
la fruta en varios días.
En los países de latitudes subtropicales
donde la temperatura baja puede resultar
crítica en algunas épocas del año; se usan
bolsas de invierno hechas de papel corrugado
o de dos láminas lisas de papel impregnado
con cera. La lámina inferior es de papel de 14
libras y la exterior de papel de 20 libras (United
Brands, 1976).
La operación de embolse en sí, consiste
en poner la bolsa de polietileno sobre el
racimo, tan temprano como sea posible, a fin
de contar con los beneficios de la práctica el
mayor tiempo. La operación más generalizada,
es colocar la bolsa al racimo cuando éste haya
botado su última bráctea, o sea cuando la
última mano verdadera ha iniciado el volteo de
sus dedos hacia arriba. En este momento, el
racimo tiene 2 semanas después de emerger
por el boquete foliar. La bolsa debe ponerse
arrollada en la fruta, para que no sufra
rasgaduras y luego bajarse con cuidado. En la
parte superior se amarra con un cordel
delgado al raquis, en la parte inmediatamente
superior de la primera cicatriz bracteal (Figura
7.67). La bolsa no debe torcerse al hacer el
amarre, ya que puede causar deformaciones
en los dedos de las manos superiores. Y debe
colgar libremente de su amarre, sin
depositarse en la curvatura de la primera o
segunda mano, ya que ello provocaría
acúmulo de agua que al recibir la luz directa
del sol actúa como un lente, ocasionando
quemas de las coronas, raquis y dedos.
FIGURA 7.64. Embolse temprano con tubo
continuo que se corta en el momento de
embolse.
FIGURA 7.65. El embolse temprano evita el
daño por ninsectos atraídos por el
néctar de las flores.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
521
Algunos agricultores han ensayado con
embolses a diferentes edades, con resultados
variables; el autor usó desde 1974 a 1978 la
práctica de embolse prematuro, que consiste
en colocar el material cuando la yema floral es
muy joven. Esta operación tiene la ventaja de
cubrir la fruta en su etapa más crítica contra el
daño de enfermedades y plagas; pero para
obtener los beneficios esperados, es
indispensable eliminar las brácteas que se han
desprendido, que en muchos casos la bolsa no
deja caer libremente, y son recogidas por las
manos cuando los dedos se voltean hacia
arriba. Los deshechos se pudren y provocan
deformaciones, decoloraciones y residuos en
los dedos, peciolos y coronas, con deterioro
manifiesto de la calidad. Para que esta
práctica sea efectiva, debe hacerse el embolse
con limpieza de fruta dos veces por semana.
Los resultados obtenidos por el autor durante
cuatro años de operación comercial, fueron
muy buenos sobre todo en plantaciones donde
existía alta incidencia de pestes en la fruta.
La United Fruit Company en Honduras,
ha trabajado con embolse prematuro, usando
1 ó 2 minibolsas adicionales. La práctica se
hace en la misma forma que se describió en
párrafos anteriores, pero cuando la fruta ha
desarrollado 3 ó 4 manos se procede a poner
otra bolsa corta, que se amarra en la base de
la última mano desarrollada. En algunos casos
se pone una tercera bolsa para cubrir las
últimas dos manos, parece ser que se obtiene
fruta más uniforme y de mejor calidad, con
adelanto en la cosecha de aproximadamente
una semana sobre el método de embolse
normal (United Brands Company, 1975)
(Figura 7.65). Este sistema también ha sido
usado por algunos agricultores y por la
Standard Fruit Company en Costa Rica, pero
su uso no se ha generalizado por el alto costo.
Otros procedimientos muy sofisticados de
protección de la fruta, se usaron en el pasado
en plantaciones de Esteban Quirola en
Ecuador y algunos fueron puestos en práctica
por el autor, con resultados que no justificaron
su utilización. Dentro de estos, se usaron
bolsas individuales para cada dedo, a fin de
evitar el daño que causan los residuos florales
del extremo del dedo en la cutícula de los
dedos de la mano superior; asimismo se usa
una almohadilla de uretano para separar las
puntas de los dedos de las manos inferiores y
evitar el daño a las manos superiores, este
sistema es muy recomendable, por cuanto
elimina en gran medida el maltrato de las
cutículas, por contacto con las puntas de los
dedos inferiores del racimo Estos separadores,
conocidos con el nombre de “daipas”, se
ponen en la fruta en el momento del desflore.
FIGURA 7.66. Uso de “daipas” para protección
de la fruta
Siembra y operaciones del cultivo
522
Como consecuencia de la diversidad de
opiniones sobre materiales y sistemas de
embolse, el autor asesoró a González♣ (1985)
para que hiciera una investigación al respecto.
Se usaron los siguientes materiales y
sistemas: bolsas de polietileno con
perforaciones de 3 mm de diámetro en cuadro
cada 12,5 mm (microporo) o de 12,5 mm de
diámetro distribuidos en cuadro cada 76 mm.
Los tratamientos incluyeron combinaciones de
embolses simples y dobles, además de una
bolsa perforada únicamente hasta la mitad,
con huecos tipo microporo. Los resultados
indicaron que en las coberturas aumentaron
las temperaturas de los racimos en horas del
medio día hasta en 6,75° C en relación con las
frutas sin bolsa.
La bolsa tipo microporo aumentó menos
la temperatura que la bolsa corriente. Salas
(1994), determinó el efecto de la longitud de la
bolsa, con respecto al tamaño del racimo en la
temperatura interna, y encontró que a mayor
longitud de bolsa, menor es el intercambio de
temperatura entre el ambiente y el interior de
la bolsa, por lo que recomendó la longitud de
la bolsa hasta la última mano, a fin de
disminuir los efectos negativos de las bajas
temperaturas acumuladas durante la noche.
♣ González, M; (ACORBAT 1985); Tesis de Grado.
FIGURA 7.67. Operación de embolse.
Al medir el efecto de esos materiales
sobre el desarrollo del fruto, en embolse
precoz (al momento de la floración) o a los 15
días de la floración, se encontró que el
embolse precoz mejora el tiempo de llenado
de almidones en la fruta sobre el embolse
tardío, y en ambos casos, la bolsa corriente
fue superior a la bolsa microporo, como
consecuencia de que el espacio abierto total
en esta bolsa es superior al de la bolsa
corriente, no obstante que los poros son más
pequeños pero en mayor número (González et
al, 1985).
Como consecuencia, de la importancia
económica de la fabricación de este producto,
algunos fabricantes ensayaron con la
manufactura de bolsas, con polietileno de alta
densidad, en vez del de baja densidad en uso.
Los resultados dieron una bolsa de alta
resistencia que permite un laminado muy
delgado, cosa que no se puede hacer con el
polietileno de baja densidad, porque al reducir
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
523
el grueso de la lámina se vuelve autoadhesivo,
pudiendo deformar los dedos, cuando están en
la etapa de curvatura hacia arriba, en
embolses prematuros. El laminado más
delgado, permite obtener hasta un 33% más
de bolsas por kilogramo de polietileno, con la
consecuente economía en costos y
ambientales.
Resultado de la presencia de este nuevo
material en el mercado, el autor asesoró a Sig-
tu (1996), para hacer un ensayo como su
trabajo de graduación en la Escuela de
Agricultura de la Región Tropical Húmeda, en
la zona Atlántica de Costa Rica, con los dos
materiales. En el ensayo se probaron cuatro
materiales de polietileno de baja densidad y
cuatro de alta densidad, con materiales
opacos, transparentes, con hueco normal y
microporo. Los resultados no mostraron
diferencias significativas entre ellas en cuanto
a grado de la fruta, peso promedio de las
manos, longitud de dedos, defectos en la
cutícula y resistencia de la misma; por lo que
para esos efectos, es indistinto el uso de
polietileno de alta y baja densidad,
obteniéndose ventajas económicas y
ambientales con el material de alta densidad.
Con respecto a la temperatura interna
de la bolsa, los materiales de alta densidad
almacenan por más tiempo las temperaturas
altas que los materiales de baja densidad, lo
que parece ser una ventaja para la fisiología
del fruto.
Recientemente, como consecuencia de
los compromisos ambientales de la actividad
bananera, que obliga a remover de las
plantaciones y reciclar los plantíos a un alto
costo, se han ensayado en CORBANA, Costa
Rica bolsas manufacturadas con ácido
poliláctico, 100 % biodegradable, los
resultados muestran que el material es tan
transparente y resistente como el polietileno, y
permite un uso de protección de la fruta por
todo el período de desarrollo fisiológico, sin
diferencias con otros materiales. Este producto
tiene un costo más alto por kilogramo como
consecuencia de los bajos volúmenes
comercializados. Sin embargo, conforme
aumente el consumo el costo disminuirá y con
ello, los costos de reciclaje y contaminación
ambiental.
FIGURA 7.68. Embolse prematuro con una o
dos minibolsas adicionales.
Eliminación de Residuos Florales
La eliminación de los residuos florales
en la fruta muy joven, es una práctica que se
conoce como desflora en el campo. Esta fue
ensayada por Chorín y Rotem (1961) en Israel,
con el fin de eliminar o reducir la pudrición de
la punta del fruto causada por los hongos
Dathiorella gregaria y Fusarium sp. Si la
operación se efectuaba 20 a 30 días después
de la floración, resultaba inútil para el propósito
buscado, pero si se quitan inmediatamente
Siembra y operaciones del cultivo
524
después de su formación, se reduce la
incidencia de la infección.
Tenkin-Gozodeiski y Chorín (1971),
obtuvieron buen control de Gibberella fujikuroi
en lsrael, mediante la remoción de flores no
más tarde que 14 días después de la floración.
Bhakthavathsalu et al (1977),
mencionan que las flores pueden ser
fácilmente removidas entre los 8 y 12 días
después de la floración, y que la desfloración
adelanta la maduración de la fruta por varios
días. Además, disminuye la incidencia de
enfermedades en el ápice del dedo (causadas
por Gloeosporium sp y Betrydiploidia sp), y
reduce los daños a la cáscara.
El autor practicó la operación de
desflora en el campo con buenos resultados
en cuanto a presentación de la fruta al
empaque, reduciendo los daños ocasionados
por las cicatrices florales durante la cosecha y
transporte de la fruta a la planta de empaque.
La práctica no se generalizó por su alto costo y
por el riesgo que significa el derrame de látex
que ocasiona pérdidas en la calidad de la fruta,
cuando la operación no se hace en el
momento debido. La operación debe de
hacerse 2 veces por semana, en la primera
vuelta se desfloran las primeras 3 manos en el
momento en que los dedos están hacia abajo,
en la segunda vuelta se hace el resto del
racimo, el látex que se derrama es acuoso y se
cristaliza, sin causar daños a la fruta. En
Canarias esta operación se ejecuta cuando la
fruta tiene 12 semanas de edad, el derrame de
látex es cuantioso, se precipita sobre la
cutícula de los dedos, dando un aspecto muy
desagradable a la fruta (Figura 7.69).
Trabajos efectuados por Sandoval y
Pérez (1997), en Corbana Costa Rica,
mostraron que la desflora uniformó la
calibración y el largo de los dedos.
FIGURA 7.69. Fruta desflorada en el campo.
Poda de Manos
Como consecuencia de las exigencias
de los mercados de exportación con relación a
una longitud mínima de los dedos de 20,3 cm;
y un diámetro mínimo de 38 a 40 grados, los
técnicos bananeros y cultivadores idearon la
poda de las manos interiores, cuyos dedos en
forma regular no alcanzan esa longitud ni
grado. El sistema se inició con la eliminación
de las manos que no alcanzarían las medidas
antes anotadas en el momento de la cosecha,
para ello se fijó como norma, la poda de una
mano para frutas menores de 9 manos y la
poda de 2 manos para frutas mayores de 9
manos. En clones de dedo corto como "Gran
Enano" y "Dwarf Cavendish”, puede ser aún
mayor y va de acuerdo a las necesidades. La
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
525
poda para que rinda el mejor de sus efectos,
debe de hacerse cuando la fruta tiene dos
semanas de edad.
A causa de la alta incidencia de
Sigatoka Negra en muchos países, la
reducción de la superficie fotosintética es una
realidad, con la consecuente disminución en el
llenado de almidones y por tanto del grado. En
estas circunstancias la poda de manos
inferiores y aún superiores parece ser una
opción aceptable, lo mismo sucede en
regiones donde el llenado de almidones es
lento, consecuencia del clima, tal es el caso de
Ecuador entre los meses de mayo a agosto.
Al respecto, se han realizado muchos
ensayos, con resultados muy positivos en
aumento de grado, de longitud de los dedos, y
mejoras en apariencia y calidad de la fruta.
Akehurst (1975), podó hasta 7 manos en
racimos de 12, con el objeto de incrementar el
grado del fruto. Encontró que el mayor
rendimiento económico se obtiene cuando se
podan dos manos; a igual conclusión llegó
Stevenson (1977). Por su parte, Hasselback e
ldoe (1973), compararon los efectos de la poda
de manos en el banano "Valery” y encontraron
que no aumentó el peso de los racimos pero sí
el tamaño de los dedos de las manos
inferiores.
Boncato (1969), condujo un ensayo en
Filipinas en el clon "Lacatán" y encontró un
incremento en el peso y tamaño del racimo.
Por otro lado, Walter et al (1975), observaron
que el desmane tenía efectos sobre el
desarrollo del racimo en el clon "Valery”. Los
resultados mostraron que la poda de dos
manos, hizo incrementar el tamaño de los
dedos, pero el efecto no fue comercialmente
significativo. El peso del racimo disminuyó,
pero se aumentó el peso promedio en las
manos, y se observó una tendencia al
incremento de enfermedades postcosecha en
los frutos con manos podadas.
Lara (1970), encontró que la fruta con
manos podadas tiene un período de llenado de
almidones menor para llegar al grado de corta,
que la fruta sin podar; esta reducción en el
número de días del período floración a
cosecha, facilita la llegada al grado de corta en
menos días, y por lo tanto permite mayor
calibración que la fruta sin podar. Al obtenerse
lo anterior para una edad determinada, se
obtiene una ganancia real en peso de 1,5 a 2,7
kg por racimo (Figura 7.70).
En el Cuadro 7.8 se observan las
diferencias en calidad y rendimiento entre fruta
con poda y sin podar.
No obstante lo anterior, Meyer (1975),
encontró que el incremento por grado,
producido por la eliminación dedos manos por
racimo, no compensó las pérdidas en los
rendimientos totales en peso. También
observó, que en plantaciones a nivel del mar la
separación de una mano por racimo fue
antieconómíca, pero en plantaciones a una
altitud de 40 msnm la práctica se justificó.
United Brands (1975), dice que el
desmane reduce el peso del racimo, pero que
ello es compensado con una producción de
fruta de muy buena calidad durante todo el
año, además de que acelera la cosecha cerca
de 3 días, por incremento de grado.
Siembra y operaciones del cultivo
526
Grado de Corta 45 46 47 48 49
115
110
105
Per
íod o
Flo
raci
ó n- C
o se c
h a (
Día
s )
Manos sin Podar
Manos Podadas
FIGURA 7.70. Período de floración-cosecha de fruta con manos podadas y sin podar.
CUADRO 7.8. Calidad y rendimiento de frutos con o sin poda de manos (racimos de 12 manos con
grado 47).
Sin Desmane Con Desmane
Racimos Procesados 100,00 100,00
Promedio de Peso (Kg) 46,80 46,20
Promedio de Calibración (grados) 47,40 46,80
Período Floración – Cosecha
(días)
112,44 112,25
Cajas de Primera (18,14 Kg) 182,30 187,70
Cajas de Segunda (18,14 Kg) 7,80 2,10
Relación Racimo/Caja 1,82 1,88
Cajas Maduras al Destino 12,40 0,00
Dedos por Caja 101,60 100,70
Calibración Promedio por Caja 43,70 43,80
Longitud de Dedo (cm) 23,70 24,00
En vista de las discrepancias existentes
entre los diferentes investigadores, el autor en
conjunto con la Universidad de Costa Rica,
asesoró a Calvo (1984), para efectuar un
estudio de poda de manos en el clon "Gran
Enano”. Se compararon racimos podados en
una y dos manos inferiores; poda de la primera
mano superior, y de la mano superior y una y
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
527
dos inferiores. Los resultados indicaron que la
poda de manos de la mano superior e inferior
fue el mejor tratamiento si se analiza el racimo
como unidad, y se obtiene mayor peso por
mano, mejor grado de la fruta, peso de los
dedos, volumen de los dedos, peso de la
cáscara, peso de la pulpa, relación pulpa-
cáscara y mejor índice de curvatura (dedos
más rectos), el tratamiento que le siguió fue
desmane inferior y por último desmane
superior (Cuadro 7.9).
Si se analiza el aprovechamiento de la
fruta por calidades (Cuadro 7.11), se observa
que es correcta la afirmación de varios autores
que encontraron pérdida de peso en los
racimos desmanados, pero esa pérdida que
para este ensayo fue de 0,68 kg para desmane
inferior y 2,16 kg para desmane superior e
inferior, se compensa plenamente por un
aumento de fruta aprovechable con respecto a
la fruta sin desmanar de 3,96 kg para el primer
tratamiento y 8,37 kg para el segundo. El
aumento se vende como fruta de primera
calidad.
FIGURA 7.71. Poda de falsa más dos.
CUADRO 7.9. Efecto del desmane sobre la calidad de la fruta.
Variables Peso Racimo
Peso Mano
Peso Pinzote
Diámetro Interno
Peso Dedo
Volumen Dedo
Densidad Dedo Central
Peso Cáscara
Peso Pulpa
Relación Pulpa / Cáscara
LongExte
Tratamiento
(Kg) (Kg) (Kg) (mm) (g) (mL) (g/mL) (g) (g) (cm)
Desmane Superior e Inferior
c* A b A A A A a A A a
Sin Desmane A B b D D D C d D D d
Desmane Superior B B c C C C D c C C c
Desmane Inferior B A a B B B B b B B b
* Tratamiento con diferente letra para una misma variable y difieren estadísticamente según Prueba de Tukey al 5 %. CUADRO 7.10. Poda de dedos deformes clásicos y no clásicos y desflora, en el coln de banano “gran
enano”, para mejorar la calidad y cantidad de fruta exportable – Costa Rica. (Junio-Setiembre)
Tratamientos Longitud de dedos
(cm) Peso de racimo (Kg) % de Dedos c
Segunda mano
Última mano
Calibre Total Exportable
Cajas/ racimo Lesión
vieja Deformes
Poda falsa +2 27,5 21,74 43,97 36,72 23,04 1,25 4,19 5,23 Poda clásica +no clásica +2 27,0 21,66 44,94* 34,80 26,61* 1,45* 4,37 1,12* Poda clásica sin poda de manos 26,94 21,74 44,26 37,89 25,56 1,39 3,59 5,86 Poda clásica +2 21,39 42,38 32,33 20,69 1,12 4,79 ND Poda clásica +no clásica +1 26,23 21,29 43,90 38,00 25,12 1,37 4,63 3,29
Falsa +2: Tratamiento comercial de la finca. Poda clásica: Dedos marcados estadísticamente. Poda no clásica: Dedos que muestran tendencia a deformidad.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
529
CUADRO 7.11. Aprovechamiento de las frutas por calidades. efecto del desmane en la calidad de fruto del banano. Clon “Gran Enano”. Cariari, Pococí; de 1982 a abril de 1983.
Tratamiento Peso del
Racimo Peso del Pinzote
Peso de manos de Primera1
Peso de manos de Segunda2
Peso de manos de Rechazo3
Mano Falsa
Peso de Fruta
Aprovechable
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^.(kg)^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
(a) (b) (d) (e) (f) (a-(b+e+f)
Desmane Superior e Inferior
26,06 2,27 19,99 0,30 3,50 0,00 20,29
Sin Desmane
28,22 2,11 16,04 0,38 8,77 0,92 16,42
Desmane Superior
26,20 1,95 17,30 0,23 5,78 0,94 17,53
Desmane Inferior
27,54 2,37 20,07 0,31 4,79 0,00 20,38
1. Manos de primera: aquellas cuyos dedos tenían un diámetro interno superior o igual a 40 grados y
longitudes mayores de 20,32 cm al momento de la corta. 2. Manos de segunda: aquellas cuyos dedos presentaron un diámetro interno mayor o igual a 40 grados y
longitudes menores de 20,32 cm y mayores a 17,78 cm. 3. Manos de rechazo: todas las manos que no cumplieron con las medidas de primera ni de segunda.
De acuerdo a los resultados, el
desmane inferior por su costo produce mejores
resultados económicos que los otros
tratamientos en estudio.
Poda de Dedos Deformes
Como consecuencia de las normas de
calidad impresas por los mercados
internacionales, un porcentaje importante de
dedos que en su crecimiento se deforman son
extraídos durante el proceso de selección,
debido a que dan una apariencia desagradable
en el patrón de empaque de la caja, con lo
cual se producen pérdidas importantes de
fruta. Es por ello que algunos productores en
Costa Rica, con base en estudios hechos por
CORBANA, han comenzado a eliminar los
dedos laterales de las 3 primeras manos del
racimo, con el fin de corregir en parte el
defecto.
Debido a la importancia del tema, el
autor asesoró a Moscoso y Jaramillo (1997),
en su trabajo de graduación en la Escuela de
Agricultura de la Región Tropical Húmeda, en
Costa Rica, para ubicar estadísticamente los
dedos deformes en racimos de banano, del
clon “Valery”. La investigación se efectuó en
abril, época adversa para el crecimiento del
fruto, por bajas temperaturas y déficit híbrido, y
en setiembre, época de buen desarrollo
fisiológico.
Los dedos deformes se clasificaron en 4
categorías: dedos flacos (baja calibración);
dedos dobles, ligados por una cáscara común;
Siembra y operaciones del cultivo
530
dedos curvos, que se curvan sobre los otros
dedos, ya sea hacia los lados o hacia arriba, y
que por su defecto no sólo se deterioran
durante el manejo postcosecha, si no que
también deterioran los dedos vecinos; y dedos
desalineados, que no mantienen su posición
en las hileras internas y externas propias de
cada mano, estos dedos pueden alinearse si
se hace un corte apropiado de los gajos en el
momento de selección (Figura 7.71).
Del análisis porcentual, Cuadros 7.10 se
concluye que la mano # 1 es la que presenta el
mayor porcentaje de dedos curvos y dobles,
tanto en la época de abril como en la de
setiembre, y la hilera interna es la que
presenta en mayor grado esas deformidades,
pero en la época de abril el porcentaje de
dedos curvos es muy alto en todas las manos,
no siendo así en setiembre.
Los dedos flacos, faltos de espacio, no
muestran un patrón uniforme; mientras que los
dedos metidos o deslineados, muestran un
porcentaje muy alto en abril, con un promedio
de 16,20 % de los dedos por mano, este
porcentaje se reduce a 3,84 % dedos por
mano en setiembre.
Este defecto se corrige en gran parte
durante la separación de gajos en la selección,
por lo que este defecto aunque desmejora la
calidad no es tan serio como los otros
apuntados. Por otra parte, se analizaron
estadísticamente los dedos deformes por su
posición en cada mano e hilera de dedos
(Cuadro 7.10.). Las deformaciones se
calificaron como clásicas para los dedos en
posiciones estadísticamente comprobados, y
como no clásicos para dedos con altas
tendencias, pero no comprobadas
estadísticamente.
Se encuentra una tendencia muy
marcada a que el dedo # 1 de la hilera interna
de las primeras 5 ó 6 manos sea deforme;
asimismo, que el penúltimo dedo de la hilera
interna de la tercera mano sea curvo hacia
arriba, metiéndose por lo regular en el centro
de la segunda mano.
En la época de abril, los dedos centrales
de la primera mano presentan mayor grado de
deformidad que las manos restantes, como
consecuencia de la falta de espacio, estos
dedos por lo general son flacos o dobles, este
fenómeno se presenta también en setiembre
aunque con menor intensidad. El fenómeno de
deformidad por falta de espacio se da también
en las manos 2 y 3 y en menor grado en la 4 y
5.
Como consecuencia del anterior trabajo,
Castro y Delgado (1998), bajo la supervisión
del autor en su trabajo de graduación de la
Escuela de Agricultura de la Región Tropical
Húmeda en Costa Rica, hicieron una poda de
dedos deformes, según la ubicación
estadística del trabajo de Moscoso y Jaramillo
(1997) y los resultados resumidos se dan en el
Cuadro 7.10, donde se muestra que el
tratamiento de poda de dedos deformes
clásicos, más los no clásicos como dedos
dobles, flacos o desalineados, manos
malformadas, entre otros, no estadísticamente
ubicados, pero si reconocibles por el
trabajador encargado de la labor con previa
capacitación, más la mano falsa más 2 con
desflora se comportó superior al tratamiento
comercial de la finca, con respecto a la
calibración, peso de la fruta exportable, cajas
por racimo, porcentaje de dedos deformes y
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
531
cortos. El incremento de fruta exportable
representó un 15,50 % de incremento sobre el
testigo comercial, por lo que para una
productividad promedio de 2500 cajas por
hectárea, podría llegarse a 2887 cajas,
productividad suficiente para cubrir los costos,
más utilidades razonables para cualquier
productor del mundo. Esta labor por su costo y
grado de dificultad debe hacerse
simultáneamente con la desflora.
Sandoval y Pérez (1997), en un ensayo
llevado a cabo en CORBANA, Costa Rica, con
desflora y eliminación de dedos laterales de
las manos superiores, encontraron que el
tratamiento con desflora y poda de dedos
laterales incrementó el peso del racimo, el
grado y la relación cajas por racimo,
porcentaje de dedos deformes y dedos cortos,
todo ello a una proporción inferior a la
encontrada por Castro y Delgado (1998).
Eliminación de la Flor Masculina o Deschira
La eliminación de la flor masculina es
una práctica corriente en las plantaciones
bananeras comerciales del mundo. Sus
resultados no son bien conocidos y los datos
son a veces contradictorios. Clemente (1961),
encontró que la eliminación de la flor
masculina, ocasionaba un aumento en el peso
de los racimos. Resultados semejantes
encontraron Trupin (1956) y Walker (1972a),
este último observó que conforme aumentaba
el número de manos, la diferencia de peso
entre los racimos deschirados y no
deschirados se incrementaban. Boncato
(1974), encontró que esta práctica no sólo
favoreció el peso total del racimo sino que
también afectó en forma positiva el tamaño del
mismo.
Por el contrario, Sampaio y Simao
(1970) y Gregory citado por Simmonds (1973),
no encontraron diferencias significativas en el
peso de los racimos tratados o no; Moreira et
al (1971), llegaron a la misma conclusión.
Becerra (1974), no encontró respuesta
significativa a la deschira en el clon "Gran
Enano", pero sí en el "Valery". Por su parte,
Alagiamanavalan y Balakrishnan (1975),
encontraron en el clon "Robusta" que los
racimos a los que se les eliminó la chira en
diferentes etapas del desarrollo, obtuvieron
mejor peso promedio que aquellos a los que
no se les suprimió.
Monge (1984), en un ensayo llevado a
cabo con los tratamientos de deschira a los
dos, tres y cuatro semanas postfloración y sin
deschirar, encontró que la práctica no aumentó
el peso del racimo, pero sí mejoró el índice de
curvatura de la fruta haciéndola más recta, lo
mismo que el peso de la cáscara de los dedos
y la relación pulpa-cáscara. Los mejores
resultados se obtuvieron con el tratamiento de
4 semanas después de la floración.
La poda de la flor masculina afecta otros
factores importantes de producción. Varios
investigadores opinan que la supresión de la
chira no favorece la precocidad. Walker
(1973), encontró que los racimos podados
maduran antes que los no podados. Por otra
parte, Trupin (1959), Clemente (1961) y
Nóbrega citado por Becerra (1974), informan
que la poda de la chira disminuye el número
de plantas volcadas por el viento.
Algunos autores piensan que la deschira
reduce los daños causados por algunas
enfermedades. Lozano et al (1970), informan
Siembra y operaciones del cultivo
532
que es el principal sistema para el combate del
"Moko del banano” causado por la bacteria
Pseudomonas solanacearum (Raza F).
Cardeñosa-Barriga (1983), anotan que la
eliminación de la chira es una de las medidas
para el combate de la "Antracnosis del
banano” causado por el hongo Gloeosporium
musarum.
Apuntalamiento
Los cultivares del Subgrupo
"Cavendish", se caracterizan por el crecimiento
inclinado de las plantas si se comparan con el
patrón de crecimiento del clon "Gros Michel"
(Figura 7.74). Del hábito de producir un fruto
con gran peso y un pobre sistema radical en
las plantas paridas, se desprende la necesidad
de dar apoyo a las plantas de alta
productividad, para poder conseguir su
cosecha.
No obstante la importancia de esta
operación, pocos autores hacen referencia a
ella. Simmonds (1973), menciona la necesidad
de apuntalamiento de los bananos para evitar
pérdidas por volcamiento, y detalla la práctica
con materiales rígidos y alambres, también
hace hincapié en que se puede dañar la base
de las vainas, si no se tiene cuidado.
Un informe anónimo (1961), hace
referencia de las pérdidas por volcamiento en
las Antillas, considera que el apuntalamiento
es antieconómico, y que las pérdidas pueden
reducirse con una operación de deshija bien
orientada, para que los hijos ayuden en el
anclaje de la planta, sobre todo el hijo axial o
hijo puntal. Marseault y Beugnom (1970),
hacen referencia del puntal rígido en bananos;
y Mobbs (1957), se refiere al apuntalamiento
de bananos en Australia.
Diversos sistemas de soporte se han
ensayado en el pasado, con el fin de reducir el
número de plantas perdidas por volcamiento.
Los sistemas de uso más regular, son los si-
guientes: apuntalamiento con materiales
rígidos, amarre con cuerdas de diferentes
materiales y apuntalamiento aéreo.
Apuntalamiento con Materiales Rígidos
Este sistema ha sido quizás el más
generalizado en el pasado en las plantaciones
bananeras. Consiste en aplicar uno o dos
puntales rígidos en el sentido contrario a la
inclinación de la planta, soportando el
pseudotallo en la parte superior, tan cerca
como sea posible del punto de salida del
raquis, y la planta soportando el pseudotallo en
la parte superior, tan cerca como sea posible
del punto de salida del raquis.
FIGURA 7.72. Apuntalamiento con bambú.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
533
FIGURA 7.73. Apuntalamiento con madera.
Número de Clon Grados de inclinación 1) "Plantain" 67,25 2) "Guinea" 69,05 3) "Robusta" (Valery) 70,87 4) "Lacatán" 71,02 5) "Gran Enano" 73,38 6) “Lady's Finger” 77,68 7) “Gros Michel” 78,38
FIGURA 7.74. Inclinación de las plantas en 7 clones de la serie eumusa.
Siembra y operaciones del cultivo
534
Varias formas de esta práctica se han
ensayado, algunos cultivadores usan un sólo
puntal rígido apoyado en la parte superior del
pseudotallo, con el evidente deterioro de las
vainas y hojas inferiores; a fin de obviar ese
defecto, se modificó el tipo de apoyo haciendo
una amarra con cuerda de la parte superior del
pseudotallo con el puntal (Figura 7.75).
FIGURA 7.75. Sistema de apuntalamiento con puntal rígido.
Este método tiene el inconveniente de
ser muy inestable, ya que movimientos de
viento en cualquier sentido diferente a la
inclinación de la planta provoca el volcamiento.
También causa serios deterioros en la fruta por
rozamiento, con pérdidas de calidad. Para este
tipo de apuntalamiento, el material más
resistente es la caña de bambú (Bambusa
vulgaris), que tiene como inconveniente su
grosor, tanto para manejo como por maltrato
de la fruta.
A fin de resolver los problemas que se
presentan con el método de apuntalamiento
antes descrito, técnicos y agricultores
bananeros, recomiendan el uso de dos varas
rígidas aplicadas en "V" invertida en el sentido
contrario a la inclinación de la planta y
amarradas en la parte superior del pseudotallo,
de tal forma que el racimo cuelgue libremente
entre las dos varas sin problemas de
rozamiento (Figura 7.76).
Este sistema tiene grandes ventajas
sobre el anterior, ya que no ocasiona
deterioros serios en la planta y la fruta no se
maltrata por rozamiento. Los materiales más
corrientemente usados son: madera aserrada
de 38 mm en cuadro, tratada con fungicidas e
insecticidas; caña de bambú (Bambusa
vulgaris); caña brava (Chusquea sp), varillas
de metal, varillas de eucalipto (Eucalyptus sp);
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
535
y otros materiales rígidos que cumplen con el
objetivo.
El apuntalamiento con "dos puntales en
tijera" es el más seguro, ya que con su amplio
apoyo, asegura el más bajo nivel de pérdidas
por volcamiento, tiene como desventaja el
hecho, de que en áreas tropicales de alta
humedad, los materiales se deterioran
aceleradamente; y si no se sustituyen
rápidamente, la caída puede incrementarse
por quebradura de uno de los soportes El
autor, asegura, que en la mayoría de las
plantaciones de banano apuntaladas con este
sistema, entre un 10 y un 20 % de los puntales
en un momento dado, no tienen la resistencia
requerida para soportar una fruta por un
período mayor de 90 días. Este sistema resulta
muy costoso, y no puede aplicarse en regiones
donde los materiales son escasos.
FIGURA 7.76. Apuntalamiento con dos
puntales en tijera.
Apuntalamienro con Cuerdas
Dentro de los sistemas de apuntalamiento, el
uso de cuerdas parece ser el método más
generalizado. Se han usado materiales de
cabuya (Furcraea sp) tratadas con fungicida y
de polipropileno. La cabuya tiene el
inconveniente de que los hongos y las
bacterias causan su pudrición, además de
alargarse cuando se humedece, por lo que
pierde su tensión. El polipropileno de 21.000
deniers, con una resistencia a la tensión de
9,14 a 11,25 kg/cm2 es sin duda alguna el
material más recomendable hasta la fecha, no
sólo por su durabilidad, sino también por su
costo y fácil manejo.
FIGURA 7.77. Apuntalamiento en siembra en
triángulo, con plantas de cultivo de
tejidos, lo que dificulta la cosecha.
Siembra y operaciones del cultivo
536
FIGURA 7.78. Apuntalamiento con cuerda de polipropileno de mata a mata.
FIGURA 7.79. Estaca de plástico reciclado, en
siembras en triángulo en plantas de cultivo de
tejido para facilitar la cosecha.
La cuerda o cuerdas, ya que pueden
usarse una o dos, se colocan en sentido
contrario a la inclinación de la planta, y se
amarra el pseudotallo en su parte superior, en
el punto donde la inflorescencia emerge. La
amarra debe hacerse de manera que la cuerda
no corte o apriete en forma excesiva los
peciolos de las hojas hasta el punto en que
puedan romperse, con pérdida innecesaria de
área foliar. United Brands (1975), recomienda
el amarre en la base de los peciolos entre la
tercera y cuarta hoja.
El extremo o extremos libres se amarran
a estacas clavadas en el suelo a ex profeso, y
en la posición deseada; o a la base de otras
plantas, que por ángulo y ubicación,
constituyen el o los puntos de soporte más
convenientes. Pueden usarse "tocones" de
plantas recién cosechadas.
Existen varias formas de fijar el material
en la base de la planta sostén, se recomienda
un tipo de amarre que no permita que la
cuerda se deslice hacia arriba con pérdida de
tensión; para lo cual, lo más conveniente es,
que una vez hecho el nudo, se use la vaina
suelta más vieja sobre la misma, ya sea hacia
el interior o hacia el exterior (Figura 7.80).
Otro método utilizado es el “nudo no
corredizo", que se conoce con el nombre de
nudo "ahorcado" que evita que la cuerda se
deslice hacia arriba (Figura 7.81).
Un sistema más práctico, aunque no el
más conveniente, es el pasar el extremo de la
cuerda a través de la vaina o vainas más
viejas, mediante el uso de un pasador metálico
(Figura 7.82). Esta metodología tiene el
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
537
impedimento de no poder utilizarse donde
existen enfermedades infecciosas como el
"Moko" (Pseudomonas solanacearum),
además de que debe tenerse el cuidado de
perforar sólo las vainas más viejas, y hacerlo
únicamente en plantas adultas y
preferiblemente paridas.
FIGURA 7.80. Sistema de amarre en la planta de sostén.
FIGURA 7.81. Sistema de nudo “ahorcado”.
FIGURA 7.82. Sistema de amarre con
perforación de la vaina.
a) Con vaina interna. b) Con vaina externa
Pasador
Siembra y operaciones del cultivo
538
El apuntalamiento de amarre con
cuerda, aunque un poco menos seguro que el
puntal rígido, tiene la ventaja de ser menos
costoso y de más fácil manejo. La cuerda de
polipropileno resiste perfectamente sin
deteriorarse de 15 a 20 semanas bajo
condiciones de alta humedad. El puntal rígido,
depende del material y del tipo de tratamiento,
y resiste entre 6 meses y varios años; pero
tiene el inconveniente que al usarse varias
veces, siempre hay una vez en que su
resistencia se ha vencido, y su ruptura
ocasiona el volcamiento de la planta; por el
contrario, la cuerda de polipropileno se usa
una sola vez, y el material siempre está en el
punto óptimo de resistencia. Debido a los
costos corrientes del material de apuntalar, los
productores colombianos del Valle de Urabá,
han comenzado a reusar la cuerda de
polipropileno, trenzada a 2 ó 3 hilos corrientes,
con buenos resultados.
El uso continuado de cuerda de
polipropileno por varios años, causa una alta
contaminación del suelo, con detrimento para
el crecimiento normal de las plantas.
En trabajos efectuados por la Escuela
de Agricultura de la Región Tropical Húmeda
en Costa Rica, en plantaciones de más de 10
años de edad, se encontró hasta 2 500
kilogramos de cuerdas superficiales por
hectárea de cultivo, Soto (1996), determinó el
contenido de polipropileno en suelos
bananeros y se encontró que fue desde 6,62
m/m2 en suelos de fincas de 5 años de edad,
la cuerda se localizó entre los 0 y 0,20 m de
profundidad del suelo.
Con el fin de cumplir los requisitos de
las normas ambientales las fincas de Costa
Rica extraen toda la cuerda de polipropileno
para ser reciclada a un alto costo, es por ello
que el uso de cuerda de ácido poliláctico
(biodegradable) puede ser una excelente
solución.
Apuntalamiento Aéreo
Como consecuencia de la importancia
que el apuntalamiento tiene en el cultivo de los
bananos, investigadores y agricultores han
tratado de encontrar sistemas cada vez más
seguros, que disminuyan los riesgos de
pérdidas de cosecha, y los costos de
producción. Dentro de este concepto, se ha
investigado el uso de postes de madera o
concreto, que sirvan de base de unión a las
plantas vecinas (Figura 7.83).
Poste Alambre
FIGURA 7.83. Sistema de amarre a un poste
central.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
539
FIGURA 7.84. Apuntalamiento aéreo en Cuba.
El amarre se hace con alambre
galvanizado # 6, en cuyo extremo se pone
cuerda de polipropileno para fijar la planta.
Este sistema fue usado por la Standard Fruit
Company en el Valle de la Estrella en Costa
Rica, en forma experimental a principio de la
década de los años 60, pero fue desechado
por su alto costo, aplicación irregular y difícil
manejo.
Luego evolucionó y fue mejorado a
través del tiempo, los postes se alinearon y se
unieron con un alambre galvanizado # 6 en
sus extremos superiores, de tal forma que las
plantas se amarraban del alambre. El sistema
se aplicó con su mayor eficiencia, cuando las
nuevas plantaciones se sembraron con las
plantas alineadas a doble surco, y el alambre
galvanizado de baja resistencia se cambió por
alambre de acero de 5 mm de diámetro,
colocado en la parte superior de los postes con
una tensión entre 210,9 y 351,4 kg/cm2. Este
material, de uso corriente en estructuras
pretensadas de concreto, parece ser el
alambre más conveniente, ya que por su
resistencia y longitud de sus rollos, permite
poner anclajes separados desde los 500 a los
1.200 m, cosa que no se puede con el alambre
galvanizado. La altura de los postes depende
del tipo de clon cultivado, pero debe ser mayor
que la altura del punto de emergencia del
racimo, a fin de que éste quede colgado. Para
el clon "Valery" se recomiendan postes de 6 m
con 1 m de entierro y para "Gran Enano" de 5
m.
La construcción debe ser muy
cuidadosa y es una inversión de alto costo. Su
mayor o menor eficiencia depende del
alineamiento de las plantas en el sistema de
siembra, y de la forma posterior que pueda
darse mediante los métodos de deshija.
La instalación consiste en anclar el
alambre por sus dos extremos a la tensión
antes citada sobre postes de soporte, que
pueden ser de madera, concreto o metal. Los
postes de madera o concreto, deben tener una
sección no menor de 12,6 por 7,6 cm, y se
Siembra y operaciones del cultivo
540
colocan cada 40 ó 60 m, según la necesidad.
Los postes extremos deben tener una sección
50 % mayor.
La Standard Fruit Company en sus
plantaciones en Costa Rica, usa postes de
concreto o de metal en los extremos, y trípode
de sostén de caña de bambú cada 30 ó 40 m,
con buenos resultados y bajo costo.
El alambre se anda al suelo, fijando el
extremo de una varilla de acero de 9,5 mm de
diámetro que está sostenido en su extremo
inferior por una baldosa de concreto de 60 cm
de largo por 40 de ancho y 10 de espesor. La
baldosa se entierra a 1 m de profundidad, y
será el sostén del cable aéreo (Figura 7.85).
Una vez anclado el alambre de acero,
se procede a tensarlo del otro extremo y a
soportarlo con postes u otros materiales según
conveniencia. El sistema instalado permitirá
apuntalar las plantas con grandes ventajas
sobre los otros tales como:
-Menor volcamiento de plantas.
-Menor daño de la fruta por rozamiento del
puntal.
-No existe estorbo para la cosecha de la
fruta.
-Ahorro de cuerda.
-Facilidad de operación y mayor eficiencia
-Mejor supervisión
-Permite mecanización.
De las ventajas antes enumeradas se
desprende que el apuntalamiento aéreo, es el
más eficiente y de bajo costo, no obstante su
alta inversión inicial, es por ello, que
transnacionales como la Standard Fruit
Company ha iniciado un programa de
instalación de cable aéreo en sus fincas, con
reubicación de las plantas en doble hilera.
FIGURA 7.85. Anclaje de cable aéreo.
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
541
Las plantas se amarran al alambre con
una o dos cuerdas de polipropileno, según
conveniencia, haciendo uso de un nudo que no
se deslice (Figura 7.86). La experiencia a
través del tiempo ha mostrado que la cuerda
de polipropileno de colores claros se degrada
más por la luz del sol, que las de color oscuro
y negro, por tanto la cuerda de color negro
parece ser más recomendable, no siendo así
en plantaciones donde se amarre de planta a
planta por su poca visibilidad.
También se puede hacer colocando
postes bajos de un metro de altura sobre el
suelo con la desventaja, de que interfiere con
el transporte de la cosecha sobre todo con el
cablecarril, por lo que debe construirse en
tramos cortos. Su operación y manejo es más
fácil que en el sistema de poste alto (Figura
7.87).
PostePoste
CuerdaCuerda
Alambre
FIGURA 7.86. Sistema de apuntalamiento aéreo en plantación a doble surco.
FIGURA 7.87. Sistema de apuntalamiento aéreo con cable a media altura.
Alambre Hilo
Alambre
Hilo
Soporte Soporte
Siembra y operaciones del cultivo
542
En regiones de fuertes vientos este
sistema no ha resultado conveniente, por
cuanto la caída de un cable arrastra consigo la
caída de muchas plantas.
Limpieza de Racimos
Se conoce como limpia de racimos, la
operación de cultivo que tiene como objetivo
mantener el racimo colgando de la planta sin
hacer contacto con ningún material que pueda
deformarlo o causar lesiones a la epidermis de
los dedos. Aquí se eliminan las porciones de
hoja, brácteas o cualquier otro material que
cause rozamiento a la fruta.
Las hojas se cortan con cuchillos
curvos, quitando únicamente la parte que
pueda ocasionar problemas. En épocas de alta
luminosidad, debe evitarse quitar más hojas de
lo necesario, a fin de evitar la quema de la
fruta por sol. La hoja denominada "capote” no
debe cortarse, y antes bien debe usarse para
protección de la fruta contra la luz.
La limpieza de la fruta debe hacerse al
menos una vez por semana. Dentro de esta
operación se incluye la deshoja de
saneamiento, que tiene como función eliminar
de la planta las hojas no funcionales, que
pueden causar deterioro a la calidad de la
fruta, o ser fuente de propagación de
enfermedades y plagas. Se quitan todas las
hojas dobladas, maduras, secas, o con
enfermedades o plagas visibles; debe evitarse
remover más hojas de las necesarias, ya que
ello conllevaría problemas en el desarrollo
normal de la fruta.
En el embolse prematuro de la fruta esta
operación debe hacerse en forma muy
cuidadosa 2 veces por semana, con el fin de
que las manos al dar vuelta hacia arriba no
aprisionen las brácteas, que al descomponerse
deterioran la cutícula de la fruta, disminuyendo
su calidad de exportación.
Si se regresa al Capítulo 2, en el titulo
correspondiente a brotes, hijos o retoños,
encontramos que se define como hijo axial o
hijo puntal, al retoño que primero se desarrolla
en la planta, y que a su vez constituye el hijo
por lo general más fuerte. Al ser este concepto
necesariamente cierto, el rápido desarrollo de
estos hijos en los clones enanos o
semienanos, puede causar interferencias por
contacto con la fruta en desarrollo, con
pérdidas inevitables en la calidad. Es corriente
encontrar en el clon “Gran Enano", hijos
introducidos en la bolsa causando deterioro a
la fruta; es por esa circunstancia que técnicos
y cultivadores han buscado un sistema que
permita obviar tal problema.
Desviación de Hijos
La operación de desviar hijos, conocida
en algunos países bananeros como "salvar
hijos", consiste en desviar de su crecimiento
normal al hijo que causará problemas a la
fruta; para ello se usan vainas secas, o
nerviaciones centrales de las hojas, que
usadas como cuerdas, con la planta madre
como apoyo, permite colocar a los hijos en la
posición deseada.
Es importante que el material de amarre
que se use, sea de poca duración para evitar
deformación del hijo en su desarrollo (Figura
7.88).
Bananos: técnicas de producción, poscosecha y comercialización
543
FIGURA 7.88. Desvío de hijos con nerviaciones centrales de hojas y vainas.
En algunos casos, cuando no puedan
usarse vainas o nerviaciones centrales de
hojas, podrá usarse porciones de pseudotallo
cortado o cualquier otro material que no
deforme el hijo (Figura 7.89).
Fechamiento o Fijación de la Edad de la Fruta
La información completa sobre este
título se dará en forma extensa en el Capítulo
10^
FIGURA 7.89. Desvío de hijos con porciones
de pseudotallo.
Siembra y operaciones del cultivo
544
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