shelley o., grecia ,29 ene 2015

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La Jornada, 29 de enero de 2015, p.28 Nuevas situaciones ORLANDO DELGADO SELLEY F inalmente, luego de siete años y medio de haber iniciado esta crisis, ha llegado al control del aparato gubernamental en Europa una fuerza política que propone enfrentar las inegables dificultades económicas con políticas que respeten las condiciones de vida de la mayoría de la población. Grecia ha sufrido las consecuencias de políticas económicas diseñadas para enfrentar la crisis, partiendo de la base de que lo central es restablecer las condiciones para que el cumplimiento de los compromisos de la deuda externa sea viable financieramente. Consecuentemente se diseñaron políticas para que recursos públicos cuyo destino era el gasto social se destinarán a pagar intereses y capital de la deuda externa. El resultado de esta política ha sido devastador. La economía griega perdió la cuarta parte de lo que producía en 2010; cientos de miles de trabajadores fueron despedidos y no han podido recuperar el empleo, lo que se evidencia con la mayor tasa de desempleo en toda Europa, superior a 26 por ciento y que entre los jóvenes griegos alcanza prácticamente 50 por ciento; los niveles de pobreza se duplicaron en cinco años; los pensionados vieron cómo se reducía su nivel de vida con los recortes sufridos en sus pensiones y los incrementos en el precio de servicios públicos fundamentales; los empleados públicos de todo tipo también sufrieron reducciones en sus remuneraciones; una de cada tres de las empresas que existían en 2010 han tenido que cerrar sus puertas. Pese a esto, la deuda pública sigue estando en niveles insostenibles, manteniéndose en cerca del 175 por ciento del PIB.

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Shelley O

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La Jornada, 29 de enero de 2015, p.28

Nuevas situacionesOrlando Delgado SelleyFinalmente, luego de siete aos y medio de haber iniciado esta crisis, ha llegado al control del aparato gubernamental en Europa una fuerza poltica que propone enfrentar las inegables dificultades econmicas con polticas que respeten las condiciones de vida de la mayora de la poblacin. Grecia ha sufrido las consecuencias de polticas econmicas diseadas para enfrentar la crisis, partiendo de la base de que lo central es restablecer las condiciones para que el cumplimiento de los compromisos de la deuda externa sea viable financieramente. Consecuentemente se disearon polticas para que recursos pblicos cuyo destino era el gasto social se destinarn a pagar intereses y capital de la deuda externa.El resultado de esta poltica ha sido devastador. La economa griega perdi la cuarta parte de lo que produca en 2010; cientos de miles de trabajadores fueron despedidos y no han podido recuperar el empleo, lo que se evidencia con la mayor tasa de desempleo en toda Europa, superior a 26 por ciento y que entre los jvenes griegos alcanza prcticamente 50 por ciento; los niveles de pobreza se duplicaron en cinco aos; los pensionados vieron cmo se reduca su nivel de vida con los recortes sufridos en sus pensiones y los incrementos en el precio de servicios pblicos fundamentales; los empleados pblicos de todo tipo tambin sufrieron reducciones en sus remuneraciones; una de cada tres de las empresas que existan en 2010 han tenido que cerrar sus puertas. Pese a esto, la deuda pblica sigue estando en niveles insostenibles, mantenindose en cerca del 175 por ciento del PIB.Est claro quines han perdido con esta poltica. Ha habido, por supuesto, ganadores. En primer lugar estn los acreedores, los bancos que colocaron recursos significativos en Grecia pese a que las posibilidades de pago se reducan. Estas empresas mantuvieron sus balances inalterados y pudieron deshacerse de los bonos gubernamentales griegos sin prdidas. Estos bancos estn en toda Europa, pero se concentran en la propia Grecia y en Alemania. Ganaron tambin quienes sostenan la tesis de que frente a la crisis haba que privilegiar el control del dficit pblico y de la deuda. Se trata, como Krugman ha descrito con dureza, de los halcones de la austeridad, que pudieron sostener que esta poltica generaba crecimiento, lo que claramente es errneo.El dato relevante es que, luego de cinco aos de aplicar la poltica diseada por los halcones de la austeridad, la brecha entre dnde estn y dnde hubiesen estado dichas economas si la crisis no hubiese ocurrido es enorme. En Europa, adems, la brecha creci en 2014. Este resultado desastroso es producto de decisiones polticas tomadas por quienes dirigen los gobiernos de mayor importancia en la Europa del euro. Estas polticas contrajeron drsticamente la demanda, haciendo que la inversin se detuviera y que, en consecuencia, no se creasen nuevos empleos. El problema en Europa es, como seal la semana pasada Stiglitz, que las polticas son estpidas.Los electores griegos decidieron impedir que sus polticas siguieran siendo estpidas y votaron por la fuerza poltica que propona expresamente devolver la dignidad al pueblo griego. Syriza se propone poner de pie lo que estaba de cabeza. El sentido verdadero de la poltica es el mejoramiento de las condiciones de vida de la poblacin y cuando ocurren choques econmicos impedir que esas condiciones de vida se deterioren. Para los halcones de la austeridad primero son los mercados financieros y luego las personas. Los electores griegos han dicho no, ese no puede seguir siendo el sentido de las prioridades. Han decidido que primero est la gente y despus los bancos y sus defensores.La ruta es larga y complicada. Apenas se han planteado los nuevos propsitos. Falta iniciar su instrumentacin y enfrentar a las fuerzas que se oponen a un replanteo de la poltica econmica de esta magnitud. Har falta negociar con los acreedores el pago de la deuda y con los gobiernos europeos el pago de los prstamos y lograr que acepten que el pago estar condicionado a que la economa griega crezca. Aunque el resultado de esta negociacin no es claro, lo cierto es que han cambiado los trminos y eso abre posibilidades que hasta ahora estaban cerradas. Podemos estar frente al fin de la estupidez [email protected] al inicio del texto