sermones voz del menor

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Sermones Voz del Menor EL REY DE REYES Decídete por el Rey (miércoles) ¿Conoces al Rey? Desarrollo del tema Debe ser interesante y lindo vivir en un castillo rodeado de hermosos parques y jardines, grandes espejos, lindos juegos recreativos, piscinas, canchas para jugar tu deporte favorito. ¡Ah! Enormes mesas decoradas con ricos dulces y manjares. Pero aún falta algo más interesante, que estoy seguro también les gustará conocer, el personaje más importante que vive en ese castillo de sueño y fantasía: El rey. ¡Ah, queridos niños y amigos, el rey es la persona más importante. Sin él no hay castillo, ni reino. Pero debido a su alto cargo él no puede andar y caminar como lo hacemos nosotros. Yo sé que a ustedes les gustaría conocerlo, pero esto es casi imposible. ¡Qué lástima! Pero esta noche quiero darles una linda noticia, una gran sorpresa. ¿Cuál es? Conoceremos al Rey más grande que haya tenido la historia de esta tierra cuyo reino no tiene comparación de belleza y majestuosidad con los que conocemos aquí. Tengo el grato placer de presentarles al Rey de reyes: Jesús. (Mostrar en este instante a Jesús con una hermosa corona). Seguramente ustedes han visto muchas veces figuras como ésta (mostrar a Jesús crucificado) y se pregunten cómo es que Jesús siendo el Rey del universo murió así colgado a una cruz como un criminal o delincuente. Yo les voy a explicar cómo es que fue todo esto. Cuando Dios creó al mundo lo hizo hermoso, no habían animales salvajes, las rosas no tenían espinas; no habían los extensos desiertos, ni profundos océanos. Todo fue hecho perfecto: la tierra estaba cubierta como una verde alfombra con lindas flores de diversos tamaños y formas. Las aves alegraban el día con sus dulces trinos y el sol con sus cálidos y brillantes rayos bañaba todo un paraíso de belleza. Y para coronar esta creación perfecta, con mucho amor y sabiduría modeló a Adán y Eva. Hay una prueba de amor que nunca falla: la de la obediencia. Si nosotros amamos realmente a nuestros padres les obedeceremos con alegría. Pero Adán y Eva no lo hicieron así; ellos desobedecieron a Dios e hicieron caso a Satanás. Esto entristeció mucho a Dios y lamentablemente tuvieron que salir del bello hogar. Pero Jesús y su Padre los amaba tremendamente y por eso pensaron cómo podrían rescatarlos, puesto que habían caído en la trampa de Satanás. Es aquí donde Jesús dio a conocer el plan más hermoso, el plan para salvar a Adán y Eva, a la humanidad, a ti y a mí. Jesús vendría a vivir una vida perfecta, una vida sin pecado y luego entregaría su vida, es decir, moriría por todos a fin de rescatarnos de la prisión donde Satanás nos tenía atrapados. Desde ese momento todos fuimos libres y volvimos a tener la esperanza de una vida mejor en Jesús. Él ahora está en el cielo y ama mucho a los niños, lo demostró mientras vivía en la tierra. Él cogía a los niños pequeños y los sentaba en sus muslos, los juntaba muy cerquita a su pecho y les contaba lindas y tiernas historias; los niños no se cansaban de escucharlo. Leamos Lucas 18:16. Jesús hasta tenía tiempo para conversar de las cosas que a ustedes les gusta hablar: de su perrito, del gatito, etc. Él siempre se daba tiempo para dedicarlo a los niños; a veces los pequeñitos hasta se dormían en sus brazos y Jesús con la ternura que lo caracteriza, tomaba al niño, lo besaba en la frente y luego lo entregaba con amor a su mamá. ¿Qué bueno es Jesús! Él es nuestro Rey! Qué felicidad saber

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Sermones la voz del menor

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Sermones Voz del Menor

EL REY DE REYES

Decdete por el Rey (mircoles)Conoces al Rey?

Desarrollo del tema

Debe ser interesante y lindo vivir en un castillo rodeado

de hermosos parques y jardines, grandes espejos, lindos

juegos recreativos, piscinas, canchas para jugar tu deporte

favorito. Ah! Enormes mesas decoradas con ricos dulces

y manjares. Pero an falta algo ms interesante, que estoy

seguro tambin les gustar conocer, el personaje ms importante

que vive en ese castillo de sueo y fantasa: El rey.

Ah, queridos nios y amigos, el rey es la persona ms importante.

Sin l no hay castillo, ni reino. Pero debido a su

alto cargo l no puede andar y caminar como lo hacemos

nosotros. Yo s que a ustedes les gustara conocerlo, pero

esto es casi imposible. Qu lstima!

Pero esta noche quiero darles una linda noticia, una gran

sorpresa. Cul es? Conoceremos al Rey ms grande que

haya tenido la historia de esta tierra cuyo reino no tiene

comparacin de belleza y majestuosidad con los que conocemos

aqu. Tengo el grato placer de presentarles al Rey

de reyes: Jess. (Mostrar en este instante a Jess con una

hermosa corona).

Seguramente ustedes han visto muchas veces figuras como

sta (mostrar a Jess crucificado) y se pregunten cmo es

que Jess siendo el Rey del universo muri as colgado a

una cruz como un criminal o delincuente. Yo les voy a explicar

cmo es que fue todo esto.

Cuando Dios cre al mundo lo hizo hermoso, no haban

animales salvajes, las rosas no tenan espinas; no haban los

extensos desiertos, ni profundos ocanos. Todo fue hecho

perfecto: la tierra estaba cubierta como una verde alfombra

con lindas flores de diversos tamaos y formas. Las aves

alegraban el da con sus dulces trinos y el sol con sus clidos

y brillantes rayos baaba todo un paraso de belleza.

Y para coronar esta creacin perfecta, con mucho amor y

sabidura model a Adn y Eva. Hay una prueba de amor

que nunca falla: la de la obediencia. Si nosotros amamos

realmente a nuestros padres les obedeceremos con alegra.

Pero Adn y Eva no lo hicieron as; ellos desobedecieron a

Dios e hicieron caso a Satans. Esto entristeci mucho a

Dios y lamentablemente tuvieron que salir del bello hogar.

Pero Jess y su Padre los amaba tremendamente y por eso

pensaron cmo podran rescatarlos, puesto que haban cado

en la trampa de Satans. Es aqu donde Jess dio a conocer

el plan ms hermoso, el plan para salvar a Adn y Eva, a la

humanidad, a ti y a m.

Jess vendra a vivir una vida perfecta, una vida sin pecado y

luego entregara su vida, es decir, morira por todos a fin de

rescatarnos de la prisin donde Satans nos tena atrapados.

Desde ese momento todos fuimos libres y volvimos a tener la

esperanza de una vida mejor en Jess. l ahora est en el cielo

y ama mucho a los nios, lo demostr mientras viva en la

tierra. l coga a los nios pequeos y los sentaba en sus muslos,

los juntaba muy cerquita a su pecho y les contaba lindas

y tiernas historias; los nios no se cansaban de escucharlo.

Leamos Lucas 18:16. Jess hasta tena tiempo para conversar

de las cosas que a ustedes les gusta hablar: de su perrito, del

gatito, etc. l siempre se daba tiempo para dedicarlo a los

nios; a veces los pequeitos hasta se dorman en sus brazos

y Jess con la ternura que lo caracteriza, tomaba al nio, lo

besaba en la frente y luego lo entregaba con amor a su mam.

Qu bueno es Jess! l es nuestro Rey! Qu felicidad saber

que servimos a alguien que se preocupa por cada cosa pequea

que nos sucede. Y aunque ahora est lejos, podemos

sentir su cuidado.

Escuchen ahora la historia que les voy a narrar, y ustedes se

darn cuenta del cuidado de Jess a una pequea nena que

poda haber sido alguno de ustedes.

El TRIGAL pareca una campo de oro, y a Carlos les gustaba

verlo ondear agitado por el viento.

- Se forman olas como en el agua exclam Carlos.

Su padre sonri. S, hijo, y maana entrar la cosechadora.

Carlos saba lo que era la cosechadora. Era una enorme

mquina que daba vueltas y vueltas alrededor del campo. Esa

mquina cosechaba el grano que estaba en las espigas y lo

arrojaba en camiones que luego lo llevaban al mercado del

pueblo.

En un sentido, Carlos estaba un poco triste pensando

que ya no podra ver ondear el trigo con el viento por mucho

tiempo ms. Si la cosechadora comenzaba a trabajar en la

maana, lo ms probable sera que en la tarde todo el campo

estara cosechado.

- Extraar el triga, pap murmur Carlos.

El padre sonri y poniendo su mano en el hombro de

Carlos, dijo: - Creo que yo tambin. Pero es la poca de

la cosecha. T sabes, la Biblia dice que hay un tiempo para

la cosecha. Sembramos el trigo en la poca debida, y creci

muy bien. Despus de muchos meses el viento y las lluvias

lo maduraron. Ahora est listo para ser cosechado. Si queda

demasiado tiempo en planta, los tallos que sostienen las espigas

se debilitarn y caern. Entonces perderemos el grano.

Carlos escuch un silencio a su padre. Luego sonri porque

saba que sus padres necesitaban el dinero que les dara

el trigo, para pagar la granja. Lentamente extendi la mano

y tom la de su padre. Me alegro que sea la poca de la

cosecha.

-Y yo tambin aadi su padre apretndole firmemente

la mano. A la maana siguiente Carlos y su hermanita Lisa

salieron para ver la cosechadora cuando llegara por el camino

del pueblo. El cielo estaba claro y el sol brillaba con todo

su esplendor. Transcurri un largo rato, pero la cosechadora

no lleg. Lisa se puso inquieta.

- Hagamos otra cosa rog. Estoy cansada de esperar la

cosechadora.

Carlos ser rio. Muy bien. Por qu no cazamos mariposas

mientras tanto? Acabo de ver una que vol hacia el trigal.

-Oh, s! palmote Lisa. -Yo tambin veo una!

Y sali corriendo hacia la casa tan rpido como se lo permitan

sus piernecitas regordetas. Carlos se qued mirndola

por unos instantes y luego l mismo se puso a perseguir

una mariposa.

Y no sabe cunto tiempo pas cazando mariposas. Pronto

perdi de vista la primera, pero vio otras de otros colores y

tamaos que atrajeron su atencin. Se olvid de Lisa y de la

cosechadora, hasta que oy que vena por el camino.

- Lisa! grit dirigindose a la casa -Aqu viene la cosechadora!

Pero Lisa no contest. La madre oy los gritos de Carlos,

y sali al patio. Lisa no est conmigo dijo la madre. Pens

que haba salido contigo para ver llegar la cosechadora.

- Ella estaba explic Carlos, -pero empezamos a cazar

mariposas. Yo la vi correr hacia la casa tratando de agarrar

una.

Carlos vio a su padre que sala del galpn y corri a encontrarlo.

Pap, est Lisa en el galpn? pregunt. No

respondi el padre extraado. Pens que estaba contigo.

Carlos sinti deseos de llorar.

- Ella estaba conmigo dijo. Pero empezamos a cazar

mariposas y ahora ya no s dnde est.

El pap pareci preocupado, pero le dio una palmadita

en el hombro para consolarlo. La encontraremos dijo. Le

dir a los hombres que no pongan en marcha la cosechadora.

Lisa puede estar en el trigal. Carlos mir hacia el trigal

que tena hectreas de extensin. Cmo podran encontrar

a Lisa en ese enorme campo? Pero el pap tena un plan. l

y los hombres de la cosechadora, juntamente con la madre

y Carlos se tomaran de las manos y caminaran a travs

del campo. Caminaremos y llamaremos hasta que

lleguemos al borde explic el pap.-Entonces daremos

vuelta y regresaremos caminando otra vez. As no pasaremos

por alto ni un solo lugar. Lisa puede haberse sentado

en algn lugar para descansar y haberse dormido;

en ese caso no nos oir al llamarla. Si no nos tomamos

de la mano, en este trigal tan grande podramos no encontrarla.

Los hombres pensaron que el plan era bueno.

Cuando se alinearon y se tomaron de la mano, el pap

elev una oracin pidiendo la ayuda de Jess. Cuando

termin la oracin, Carlos tom la mano de su padre

y extendi la otra para tomar la mano de otra persona.

Pero se sorprendi. Estaba en el extremo de la lnea. El

pap lo mir y le dijo suavemente: -Tmate de la mano

de Jess, hijo. l nos ayudar a encontrar a Lisa. Mientras

cruzaban el trigal, Carlos casi sinti que Jess lo estaba

teniendo de la mano. El trigo era muy alto. En algunos

lugares era ms alto que l, pero por alguna razn no

le costaba caminar a travs de esas plantas tan altas.

Carlos poda or que todos los hombres que formaban

la lnea llamaban a Lisa. Tambin el pap y la mam

llamaban. l no lo haca. Tena que mantenerse al paso

con su pap que daba zancadas muy grandes.

De repente Carlos se solt de la mano de su pap y

comenz a correr a travs del trigal. Cuando se hubo

adelantado un poco, se detuvo, se arrodill y or. Oy

que su padre lo llamaba para que regresara antes de que

l tambin se perdiera, pero cuando termin de orar, se

levant y corri en otra direccin.

De pronto se detuvo. Justo frente a l estaba Lisa.

Estaba durmiendo en el trigal. -Pap! Aqu est Lisa!

Cuando lleg el padre, Lisa se despert y se frot los

ojos. Me perd solloz. Llam y llam pero nadie saba

dnde estaba yo.

Carlos la tom de la mano. Jess saba. l me ayud

a encontrarte. Cuando nos tomamos de la mano para

buscarte, pap me dijo que me tomara de la mano de Jess.

Jess me dijo lo que deba hacer.

Para entonces los dems que haban estado buscando

a Lisa, llegaron al lugar. Oyeron lo que Carlos dijo. Uno

de los hombres sonri y le dijo: -Hijo, creo que realmente

Jess te llev de la mano.

Carlos sonri a su vez. Estaba seguro de que Jess

haba extendido su mano a travs de todo el trigal.

Tambin Jess extiende su mano para encontrarnos a

nosotros cuando estamos lejos de l. (Leer Lucas 19:10)

Cuntos esta noche aceptan a Jess como su mejor amigo

y le entregan su corazn? (Levanten sus manos) (Haga

una oracin corta y fervorosa colocando en la mente de

los nios que Jess es el amigo que nunca falla).

SERMONES

El Rey que dio su vida para salvarte (jueves)El fro y la nieva cubran un inhspito lugar de Siberia.

El seor mand llamar al siervo ms fiel y le dijo: Tengo

que mandar a mi esposa y a los nios al otro lado del bosque,

al pueblo de sus padres, pues su madre est muy grave

y quiere ver a su hija y a sus nietos. Prepara el trineo

con tres caballos y parte enseguida que no te sorprenda

la noche.

Listos para partir, el padre se despidi de los suyos,

dio las ltimas instrucciones al servidor, y le dijo:

-Confo plenamente en ti. Eres responsable de la vida

de mis seres amados.

-No se preocupe respondi el fiel servidor. Respondo

con mi vida por el bien de los suyos.

La travesa comenz. Poco tiempo despus entraron

en el bosque. Comenz a nevar y estaban recin a mitad

de camino cuando los sorprendi la noche. Al rato

escucharon aullidos que helaban la sangre. Eran lobos

hambrientos. El siervo fustig a los caballos que corran

desesperados. Pero pronto los lobos estaban a la vista. La

lucha fue terrible. Lanzaron a las fieras todo el alimento

que llevaban, pero en pocos instantes lo devoraban y volvan

al ataque. Luego soltaron un caballo que distrajo un

tiempo a los lobos. Pero otra vez ya estaban encima del

trineo.

A lo lejos se vean las luces del pueblo, pero los lobos

atacaban furiosamente y ya se disponan a saltar dentro

del trineo. Haba que hacer algo rpidamente!

-Seora, tome usted las riendas, corra hacia el pueblo.

El heroico servidor tom su ltigo, salt fuera del trineo

y cay entre los lobos; entretanto la seora alcanz

a llegar al pueblo. Algunos hombres fuertemente armados

entraron en el bosque, pero lo nico que encontraron

fueron ropas ensangrentadas y unos pocos huesos. Los

recogieron y los sepultaron en el cementerio del pueblo.

La familia puso una lpida que deca: MURI POR NOSOTROS.

No s cuntos de los que estn aqu presentes seran capaces

de dar su propia vida para salvar a alguien que est

en peligro de muerte. Se han visto casos, pero son muy

escasos, sobre todo si se trata de algn ser amado. Una

madre por su hijo, un hijo por su padre, un hermano por

su hermano, etc. Pero, Lo haras t por alguien a quien

no conoces o a quien no quieres? Creo que no. Pero hubo

alguien que s lo hizo, lo hizo por ti, por m, por los creyentes

e incrdulos, por los amigos y enemigos, por todo

el mundo. Seguramente ya sabes de quin estoy hablando.

Muy bien, de Jess, el buen Jess, el Rey del cielo que

dej su corona, su palacio real, su trono, todo, para salvarte.

Leamos San Juan 3:16.

Lo normal hubiera sido que l dejara todo para convertirse

Rey de alguno de los tantos planetas que no haban cado en

pecado. Pero no fue as. Jess no vino a un mundo perfecto,

sino a uno que haba sido tomado prisionero por Satans.

Ah, pero Jess, por amor a los hombres, mujeres y nios de

esta tierra, vino a este mundo y no a nacer en un gran palacio,

ni en una cuna de oro, no; Jess naci en un establo cuya

cuna era un pesebre donde se alimentaban los animales, no

en la gran Jerusaln, sino en una aldea olvidada del imperio

romano, Beln, pueblo despreciado y desconocido en el

mundo. Y encima, el Rey de su pas cuando se enter de

su nacimiento, quiso matarlo, por los que sus paps tuvieron

que huir con l a Egipto.

Jess pas su infancia como cualquier nio de su edad; ayudaba

a mam (mostrar figuras de la infancia de Jess), ayudaba

a pap en la carpintera y aprendi tambin el oficio.

Mara, su madre, le contaba lindas historias bblicas y promesas

que Jess las atesoraba en su mente y corazn. A los

12 aos Jess fue llevado al templo como era la costumbre de

su poca; y fue capaz de conversar y discutir con los doctores

de la ley de su poca. Ellos quedaron asombrados de la

sabidura e inteligencia del nio. Veamos lo que dice Lucas

2:46, 47 (leer).

A los 30 aos Jess fue bautizado por su primo Juan el Bautista,

con lo que empieza su ministerio de amor y salvacin.

Leemos en Lucas 3:21, 22 (leer).

Jess recorra todos los pueblos y ciudades de Palestina. Y

por donde l pasaba, la tristeza y el dolor desaparecan, se

volva en cosa del pasado: los invlidos despus que Jess

los sanaba, caminaban, corran y saltaban como corderitos.

A los ciegos que jams haban visto nada, Jess los tocaba y

ellos podan ver los hermosos colores de la naturaleza. Los

leprosos que venan con sus heridas y llagas sangrantes, bastaba

un toque sanador y su piel era transformada a la de un

nio, limpia, suave y tersa. Hasta resucitaba muertos, devolvindoles

la vida. Qu amor y bondad de Jess!

Pero a pesar de lo bueno que era, su vida en este mundo

no fue fcil porque aunque predicaba del amor y salvacin,

muchos lo rechazaron y hasta queran verlo muerto. Esto lo

entristeca y le causaba un gran dolor en el corazn. Pero

Jess saba que haba una sola manera de salvar al mundo

de la muerte eterna: tena que morir en su lugar. Jess vivi

una vida perfecta y podra volver al cielo, si as lo hubiera

querido, pero l no amaba y prefiri la muerte a fin de que

nosotros pudiramos vivir eternamente.

El mismo pueblo al cual haba venido a salvar, lo rechaz y

pidi su muerte al sumo sacerdote que tampoco amaba a Jess.

La turba enfurecida lo insult, lo golpe, se burlaron

de l. Sin embargo Jess no pronunci palabra alguna de

enojo o ira; manso y humilde se dej llevar a la cruz como uncordero. Jess soport que lo colgaran y lo crucificaran en

una cruz de madera; muerte que slo reciban los criminales

y los delincuentes de su poca. Pobre Jess! l soport todo

esto y mucho ms por salvarnos, nadie poda entender por

qu Jess que era sumamente bueno y bondadoso, tena que

morir as. Los nios lloraban desconsoladamente al pie de la

cruz; no entenda por qu su amado amigo se encontraba all.

Las mujeres y los que haban sido sanados de alguna manera,

tambin lloraban sin poder contenerse.

Nadie poda comprender. Todos los amigos se preguntaban,

Por qu? Y no hallaban respuesta. Pero nosotros, ustedes

nios, lo comprenden y todos lo entendemos perfectamente:

Jess muri para que pudiramos ser perdonados. Muri

para hacernos buenos. Muri para que al fin podamos

ir al cielo salvados por su sangre preciosa. Hechos 4:12 dice:

(leer).

Ahora, mientras inclinamos la cabeza y cerramos los ojos,

yo har una oracin dando gracias a Jess por su sacrificio.

Mientras oro, todas las personas, nios y adultos que aman

al querido Jess que dio su vida para salvarnos, y aceptan su

sacrificio y le quieren decir: Gracias Jess porque diste tu

vida por m, se levantarn silenciosamente. Jess que ahora

est en el cielo se sentir feliz al ver que no fue en vano su

sacrificio.

Hacer una oracin fervorosa. Al terminar, invitar a los que se

pusieron de pie, tomarse de las manos y cantar lo siguiente:

Entra, Jess,

Entra, Jess,

En mi corazn, oh Cristo!

Ven, oh s!

Y vive en m,

En mi corazn, oh Cristo.

La Escolta Real (viernes)Ustedes habrn podido notar que siempre los grandes personajes

como presidentes, reyes, prncipes, ministros, etc.,

estn vigilados y resguardados por unos hombres grandes

y fuertes. Ellos forman su guardia personal o escolta, ellos

se encargan de protegerlos de cualquier peligro o situacin

difcil a costa an de sus propias vidas, pues esa es su misin

y responsabilidad.

Todos los que amamos a Jess tenemos un privilegio que no

lo tienen ni los prncipes, ni los reyes que no son hijos de

Dios. Contamos con una escolta dada por el rey del universo

mismo; son seres invisibles y que estn siempre prestos a acu dir cuando estamos en peligro. Ya adivinaron de quines

estoy hablando? Muy bien, de los ngeles.

Ellos son seres creados por Dios para cumplir dos importantes

funciones en hermossimos coros con sus arpas que

llenan el cielo de msica. Y en segundo lugar vigilan y protegen

a todos los que aman a Dios, no porque sea su deber

sino por amor.

En la Biblia tenemos un versculo que dice: El ngel de Jehov

acampa alrededor de los que le temen y los defiende.

Para que ustedes lo comprendan, les voy a relatar lo que le

sucedi a un jovencito que amaba a Dios.

El camino normal que conduca a Bamburg era largo

y escabroso y Pedro Marshall estaba muy cansado. Toma

un atajo, pens para s.

La noche era muy oscura. Los nicos sonidos que se

podran percibir era el murmullo del viento y ocasionalmente

el balido de alguna oveja. Aunque no tena una luz

que lo guiara, estaba seguro que iba en la direccin correcta.

De repente escuch un llamado urgente que provena

de la oscuridad: -Pedro.

-S, Quin es? pregunt mientras se detena para poner

atencin. Esperaba escuchar nuevamente la voz a fin

de saber de quin se trataba, -Qu quieres?

La nica respuesta que recibi fue el murmullo del

viento.

-Quin est all? -Nada! No reciba ninguna respuesta.

El lugar pareca desolado. Tal vez fue slo mi imaginacin,

pens Pedro mientras avanzaba unos pasos. Entonces

escuch la voz una vez ms, slo que ahora era ms

fuerte y denotaba urgencia:

-Pedro! Sobresaltado, tropez y cay de rodillas. Pedro

trat de asirse de algo, pero lo nico que sinti fue el

espacio vaco.

Palp cuidadosamente con la mano donde estaba arrodillado

y se dio cuenta que estaba al borde de una cantera

abandonada. Un paso ms y hubiera cado al vaco, cientos

de pies abajo, a una muerte segura.

Los ngeles son seres invisibles, no los podemos ver, pero s

los sentimos. Es como el aire, no podemos tocarlos ni ver

sus formas, su color, pero s sentimos su presencia a travs

del cuidado y de sus hechos. A veces hasta sentimos su

toque corporal, como le pas a Rhomb.

RHOMB estaba cansado. El ardiente sol africano caa

despiadadamente sobre su ensortijada cabellera negra, y el

polvo que se levantaba del angosto camino de tierra casi lo

sofocaba. Y como si fuera poco, los brazos le dolan hasta

los huesos por la pesada carga que llevaba.

-Abuelo, no podemos detenernos y descansar? suplic Rhomb. El anciano sacudi la cabeza.

-No respondi. Debemos llegar a la aldea tan pronto

como sea posible. La gente necesita estas races.

Rhomb mostr su conformidad avergonzado por haberse

quejado. Qu importaba el calor y el polvo cuando

haba tantos enfermos en la aldea y las races que el abuelo

haba desenterrado en la selva podran ayudarlos a sanarse?

Rhomb enderez sus hombros y aceler su paso mientras

escuchaba la meloda que su abuelo haba comenzado a

cantar. Era un canto que Rhomb nunca haba odo. l

estaba familiarizado con todos los cantos de la selva, aunque

l mismo nunca los haba contado. Por alguna siempre

haba odiado esas melodas. Pero ese canto era diferente.

Pareca tan apacible y consolador que Rhomb se olvid de

su cansancio.

-Qu es ese canto, abuelo? pregunt Rhomb despus

de un momento.

-Es un himno replic su abuelo. Lo aprend el sbado

pasado en la reunin misionera.

-Oh! murmur Rhomb. l deseaba desesperadamente

hacerle a su abuelo muchas preguntas acerca de lo

que ocurra en la casa blanca que estaba en la colina. Pero

record la advertencia de su padre:

-Rhomb, no te acerques a la casa embrujada del misionero

blanco! l presenta muchas historias falsas acerca

de un dios llamado Jess. l embruj a tu abuelo. No creas

nada de lo que tu abuelo te diga. Si escuchas sus historias,

los malos espritus te castigarn.

Rhomb se preguntaba temeroso si los malos espritus

lo castigaran por escuchar el himno. Pero qu otra cosa le

quedaba? El abuelo todava segua cantando! No obstante,

de pronto el abuelo dej de cantar y comenz a hablar:

-Rhomb le dijo suavemente, -yo s que tu padre no

quiere que te hable de Jess, pero siento que antes de mucho

nos encontraremos en un gran peligro. Tendremos que

pedir a Jess que nos proteja, y necesitar tu ayuda para

orar.

-Orar al dios llamado Jess! exclam Rhomb.-Nunca

podr hacerlo. Los malos espritus no me lo permitiran.

Puso su mano en el brazo del abuelo y le dijo:

-Quiero orar.

-Muy bien! exclam el abuelo y comenz a arrodillarse.

Pero Rhomb no pudo hacerlo. Algo mantena sus rodillas

rgidas, y una voz pareca susurrarle: Aqu no. Arrodllate

a la izquierda del camino.

Rhomb repiti esas palabras en voz alta. Sorprendido,

el abuelo, obedeci por no advertirle: -No demasiado a la

orilla. Estamos casi al borde de un acantilado.

Despus que Rhomb y su abuelo oraron, la voz que

Rhomb haba odo antes, le dijo: Agchate, agchate!.

En ese instante Rhomb oy el ruido que el len haca

al acercarse. Tambin escuch de nuevo la voz. sta se

hizo ms fuerte. De hecho era tan fuerte que Rhomb se preguntaba

por qu no la oa su abuelo. Pero, Qu significaba?

Entonces, rpidamente, como la luz de un relmpago.

Rhomb entendi. Extendiendo la mano, tom al abuelo por

el hombro, y lo empuj hacia abajo con todas sus fuerzas. En

el preciso momento en que el abuelo y l cayeron al suelo, un

cuerpo oscuro pas zumbando por sobre su cabeza y fue a

dar al acantilado.

El abuelo se incorpor.

-Estamos a salvo, hijo! susurr. -pero cmo pensaste

en tirarte al suelo cuando el len salt?

-Los ngeles de Jess me dijeron que lo hiciera respondi.

Y entonces explic cmo la voz le haba dicho que deba

arrodillarse al lado del camino.

Luego aadi:

-Me alegro porque decid orar a Jess. Y me alegro tambin

porque sus ngeles me dijeron lo que deba hacer. Creo

que l siempre me ayudar.

Y por cierto que los ngeles de Jess le ayudaron a Rhomb

muchas veces. Y lo que es mejor, le ayudaron a darle a su

padre el conocimiento de Jess. Ahora el abuelo ya no va

ms solo a las reuniones misioneras. Rhomb y su padre los

acompaan, y cun felices y agradecidos estn ellos!

Los ngeles pueden volar, tienen alas para desplazarse con

rapidez donde se necesite su ayuda.

Cada uno de nosotros aqu presentes, tenemos a nuestro lado

un ngel guardin, puesto por Dios, desde la niez hasta la

sepultura.

Cun maravilloso es pensar en esto! Nuestros ngeles pueden

realmente contemplar la faz de Dios. Ellos pueden informar

a nuestro Padre Celestial los hechos de los hombres de

la tierra. Por medio de su ministerio en el cielo, ellos estn

siempre muy cerca de los hijos de Dios. No importa dnde

estamos; por parques, avenidas, durmiendo, comiendo, en la

escuela, all estarn presentes estos seres celestiales.

Seguramente ustedes han visto alguna vez un cuadrito donde

hay dos nios tomados de la mano, caminando a la orilla de

un precipicio. Estn al mismo borde del abismo que parece

muy profundo. Uno de los nios procura agarrar una mariposa

sin darse cuenta del peligro que est delante de l. La

nia se agacha para cortar las flores que hay en el camino, y

detrs de ellos con brazos extendidos para protegerlos est

el ngel guardin. Qu lindo!, verdad? Nos muestra claramente

el cuidado y proteccin que ejercen los ngeles.

Cuntos agradecen a Jess por darnos una escolta de ngeles

que nos cuidan y protegen en todo momento y lugar?

Que Dios los bendiga a cada uno de ustedes.