sermón del cura de ars del orgullo

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Un sermón que nos habla del Orgullo

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TEMA DELIMITADO: LA MUERTE DEL ORGULLOSOExordio o introduccin: Lucas 18, 11 El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los dems hombres, rapaces, injustos, adlteros, ni tampoco como este publicano.Proposicin: 1.- Sin este pecado todo seramos felices:Entra ms se comete este pecado, menos se siente culpable, y a que jams se convencer de que es culpable ni que anda bien; piensa que todo lo que hace est bien, que nada le sale mal, que si se llega a equivocar no es por culpa suya, sino por culpa de los dems.Si el pecado del orgullo no existiera, Adn no habra pecado, y nosotros aun estuviramos en el Paraso, es ms si ste pecado no existiera, Lucifer jams se habra revelado a Dios, y as nadie habra tentado nuestros primeros padres.Todos los pecados ofenden a Dios, todos los pecados mortales merecen un castigo. Desde aquel que avariento y solo se procura por su porvenir, hasta el que se entrega a la bebida y se vuelve un animal, y no se diga el que es vengativo y se venga de aquellas cosas que le cometen, desprecia a Dios, rechaza aquella buena obra de salvacin, volvindose un esclavo del demonio.Pero el orgulloso no es menos que estos que han cado en pecados, sino que es igual o peor, por arremeter contra la caridad para consigo mismo y con su prjimo; de ellos somos muchos de nosotros, somos un gran nmero de orgullosos.Confirmacin:Lc 18, 10- 12 Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los dems hombres, rapaces, injustos, adlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias.Esta es un claro ejemplo de orgullo, en lugar de dar gracias a Dios porque gracias a l, se ha obrado el bien, presume todo ante Dios, como si todo eso hubiese procedido de s mismo y no de Dios.Un ejemplo actual en nuestro tiempo, lo encontramos en nios, presumiendo sus juguetes a nios que no tienen, a jvenes presumiendo muchas parejas sexuales cuando en realidad no tienen ninguna, a adultos presumiendo conocimientos que ni siquiera saben que significan. Se aplauden y les agrada que les aplaudan, cada uno busca atraer a los dems a sus grupos.Un vivo ejemplo es en las riquezas, porque cuando una persona aumenta sus bienes econmicos, cambia en seguida de vida, busaca primeros puestos, ser vista con atuendos caros, y les gusta que los saluden primero, usando tecnicismos, que no entienden ni ellos. Su preocupacin va ms a que le alaben, si en algn momento dijo algunas palabras que fueron motivo de aplauso, las repetir por donde quiera que se pare, con tal de ser aplaudida una, y otra vez, a tal grado de fastidiar a los dems, con lo mismo. Pero nunca se dar cuenta de que se burlan de su aparente cultura. En la intimidad, muchos la desprecian.O aquel que presume de muchas riquezas a causa de sus ganancias en su negocio, pero pdele dinero para las obras de caridad, y dirn que nada tienen.Esto lo notamos cuando nos gloriamos de algn logro, no hecho por obra propia, sino por obra colectiva, la cual nos adjudicamos presumiendo que he sido yo, quien ha realizado todo, por ser inteligente, por ser capaz de hacer eso y ms, un orgullo que solo hiere a su persona, y a quienes hicieron la mayor parte del trabajo.Este orgulloso no solo resulta insoportable ante los ojos de Dios, sino tambin ante los ojos de los hombres; ya que est no puede ser aceptado por nadie, es ms ni por otro orgulloso, ya que uno presumir ms que el otro. Este quiere elevarse por encima de los que son iguales, y otras veces quieres igualarse con quienes estn sobre l.Peroracin:Por ello si eres una persona que haces obras buenas, evita ser visto por los dems, porque muchas veces se hacen obras buenas para ser tenidos por buenos.Lo contrario al orgullo es la sencillez, reconocernos como lo que somos; reconocer las virtudes de los dems, y ayudarle a que aumenten.Solo as Dios ser quien premie las buenas obras hechas en nombre suyo, y no a nombre propio, olvidemos las obras de caridad a la poltica actual.