“COMO REACCIONAR ANTE LA CRITICA”

Introducción. 1. Todos tenemos una responsabilidad con nuestros hermanos en la fe y es: responder a las preguntas difíciles. Es decir, ser responsable ante alguien incluye abrir su vida a algunos leales confidentes cuidadosamente seleccionados, que le digan la verdad a uno, con el derecho de examinar, preguntar, evaluar y dar consejo. 2. No se sugiere ni por un momento que la responsabilidad de carta blanca al público para que entre en todos los aspectos de nuestra vida privada. El propósito de la relación no es hacerlos sentir incómodo, es para servir de ayuda, para protegerlo de peligros potenciales, señalar “un punto débil,” y para servir de consejero ¡y brindar la perspectiva y sabiduría que pudiera faltar! 3. El dar cuenta de sus actos debe caracterizar al cristiano que quiere crecer en su fe. La experiencia de ser responsable incluye tanto el ser criticado como criticar a otros. Cuando somos demasiados serviles para confrontar a alguien, un pequeño disgusto puede convertirse en amargura y arruinar una buena relación. 4. De la misma manera, para estar en el cuadro de honor de la escuela de la vida cristiana, se requiere aprobar el curso cobre aceptación de la crítica. Necesitamos a personas que estén dispuestas a dirigir una luz sobre las manchas obscuras de nuestro carácter o conducta. 5. Uno de los temas más mencionados en el libro de Proverbios es el inapreciable valor de los consejeros y la crítica. Existe una retroalimentación que proviene de las personas a quienes damos cuentas de nuestros actos. O. T. Pero ya sea que pidamos que se nos critique o que recibamos críticas no pedidas, ¿qué recomendaciones prácticas hay para reaccionar a ella? ¿Cómo podemos discernir entre la crítica malsana y la que es constructiva y que necesitamos desesperadamente? I. RECUERDE: ¡LOS CRÍTICOS EXISTEN!

1. Criticar significa “evaluar o actuar como juez.” Lo que hace un crítico es observar las evidencias, sacar sus conclusiones y después expresarlas. Regularmente asociamos la crítica con una retroalimentación negativa. A quien tiene la tendencia de encontrar sólo defectos en las personas o cosas, le llamamos “¡Criticón!” Pero la crítica puede ser tanto positiva como negativa. 2. Y usted es un crítico positivo cuando reconoce en otros sus virtudes y talentos 1ª Tesalonicenses 5:11 “Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.” NVI 3. Sin embargo, las palmadas en la espalda no es la única retroalimentación que necesitamos, porque la crítica negativa saca a relucir nuestra conducta inadecuada. Lo que hace el crítico es descubrir una debilidad o error y después proyecta una luz verbal sobre él. 4. La crítica negativa puede ser destructiva como constructiva. Cuando se basa en evidencias válidas, interés por la persona y cuando se expresa de forma amorosa, la crítica negativa amplía la visión del receptor y lo motiva a cambiar. 5. Todos necesitamos que alguien nos diga la verdad, aunque no nos agrade. Si tratamos de esquivar o escapar de esa persona, nuestra entrega espiritual estará en peligro. No todos quieren decir la verdad cuando es dolorosa y no todas las personas quieren oír la verdad si duele. 6. Pero nadie madura cuando está ausente la verdad; nadie se siente impulsado a ser mejor. Sin llamadas de atención, es raro que crezcamos. 7. Pero la crítica negativa en forma errónea puede destruir a otros. Sin están basadas en un rumor, han sido producidas por un motivo egoísta o si se han dicho en forma insensible, las opiniones negativas tienen un efecto destructivo en la autoestima de una persona frágil. 8. Un crítico sabio equilibra lo negativo con observaciones positivas. Cualquiera que desee cultivar un carácter parecido al de Cristo, aceptará ambas clases de crítica. Después de todo lo anterior, abróchese su cinturón de seguridad y viajemos por la ruta de Proverbios.

II. APRENDA: ¡LA CONDICIÓN DE LA CRÍTICA! 1. Proverbios nos advierte que no adoptemos una actitud de “yo lo puedo hacer por mí mismo,” como si esto fuera cristianismo; porque no hay alternativa, los cristianos se necesitan unos a otros. 2. Crecemos espiritualmente por medio de la interacción con personas que comparten nuestra fe. Esta dependencia se revela en el énfasis que hace Proverbios. 3. Prov. 1:5 “Escuche esto el sabio, y aumente su saber; reciba dirección el entendido”; Prov. 9:9 “Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber”; Prov. 12:15 “Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio atiende al consejo” Prov. 27:17 “El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.” NVI 4. En nuestra cultura, el individualismo excesivo afecta al cristianismo. Tendemos a pensar que al único que debemos dar cuentas por nuestros hechos es a Dios, cuando en realidad, él ha fijado una línea horizontal de responsabilidad entre los hermanos en la fe. 5. El tomar una actitud de “¡no te metas en lo que no te importa”! hacia alguien quien trata de reprendernos, tal vez estemos impidiendo que Dios nos regrese a la buena senda espiritual. 6. Hace tiempo apareció en una foto en una revista para caballeros, que no tenía nada de extraordinario. Salta a la vista que la mujer que posó desnuda había sido secretaria de una iglesia cristiana y había tenido relaciones sexuales con un televangelista. A pesar de todo, asegura que es seguidora de Cristo. 7. Su comentario fue: “Probablemente posar desnuda es lo mejor que me ha pasado, con excepción del día en que conocí a Cristo.” Y agregó: “Me di cuenta de que realmente no hay nadie a quien tenga que dar cuenta. La iglesia es para pecadores y devotos.” 8. En que su relación con Cristo se auténtica no nos toca a nosotros decirlo, pero su declaración de que “a nadie tiene que darle cuentas” no es compatible con lo que la Biblia enseña acerca de la responsabilidad que tenemos con otros

por nuestros actos. Vemos en esta historia un marcado individualismo. Proverbios nos recuerda: “Aquel que cree que aprenderá por sí mismo, tiene el peor maestro.” 9. Proverbios dedica una gran cantidad de espacio para hablar de nuestra actitud al recibir la crítica. Es evidente que Dios sabe que necesitamos más ayuda para aceptar la crítica que para hacerla. 10. Hay abundantes citas: Prov. 12:1 “El que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que odia la reprensión es torpe.” LBLA Prov. 13.18 “Pobreza y deshonra tendrá quien desprecia el consejo; grandes honores, quien atiende la corrección.” DHH Prov. 15:31-32 “31 El que atiende a la reprensión que da vida, tendrá un lugar entre los sabios. 32 El que desprecia la corrección no se aprecia a sí mismo; el que atiende a la reprensión adquiere entendimiento.” DHH Prov. 17:10 “Cala más un regaño en el entendido que cien azotes en el necio.” DHH Prov. 29:1 “El que es reacio a las reprensiones será destruido de repente y sin remedio.” NVI 11. Quienes nos critican no siempre dan en el blanco y tampoco obtienen las más altas medallas Sin embargo, Proverbios nos responsabiliza de nuestra reacción hacia ellos. En lugar de refunfuñar: “¡Déjame vivir en paz!” debemos sintonizar con ellos. Hay algo que aprender de nuestros críticos:

descubre el camino de vida, 6:23.

Adquiere sabiduría, 9:9.

Recibe honra, 13:18. Tiene mejores relaciones con quien le reprende, 28:23 “A fin de cuentas, más se aprecia al que reprende que al que adula.” NVI 12. Dios no usa tanta tinta para escribir comentarios acerca de criticar a otros; sin embargo, Proverbios da a entender que una forma de interés por los demás incluye la confrontación. La forma en que otros responden a nuestra confrontación indica cómo es su carácter, pero la manera en que nosotros

criticamos, si es que lo hacemos, es un indicio del nuestro Proverbios 9:8; 27:5-6; 28:23. 13. Proverbios admite que no todos responden a la corrección con un espíritu dócil. La confrontación puede acercar a las personas, pero también puede ocurrir lo contrario. Aun cuando actuemos con tacto, las personas inmaduras o inseguras pueden resentirse con la observación y a su vez tratar de ofendernos Prov. 9:7-8 “7 "El que corrige al burlón se gana que lo insulten; el que reprende al malvado se gana su desprecio. 8 No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte; reprende al sabio, y te amará.” NVI 14. Algunos reaccionarán tapándose los oídos a lo que hablamos Prov. 13:1 “El hijo sabio acepta la corrección del padre; el insolente no hace caso de reprensiones.” DHH y otros despreciarán la verdad cuando son confrontados Prov. 15:12 “El insolente no ama al que le reprende, ni busca la compañía de los sabios.” DHH III. ESCUCHE: ¡HAY QUE SABER RESPONDER! 1. Cuando un jefe, compañero de trabajo, cónyuge, compañero de la escuela o hermano en la fe le critican, es como sentarse en una tachuela: Si la punta da en el blanco, le causará dolor. Así que cuando alguien nos critique, vamos a responder aplicando la solución que Proverbios provee para estos casos.

Oración. Pida al Señor que ponga en usted un espíritu de mansedumbre en vez de un espíritu agresivo. Ruegue por discernimiento para determinar qué es real y qué es exagerado en la crítica.

Permita que la persona termine. Aunque usted piense que esa opinión está equivocada, resista la tentación de interrumpir para aclarar. Cuando nuestro ego se siente amenazado, automáticamente respondemos rápido Prov. 29.11 “El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla.” NVI

Si se requiere un perdón, sea lo suficientemente hombre o mujer y proceda a pedirlo. Dejarlo para luego sólo dificulta decir: “perdón” recuerde que ¡la verdad no duele, pero incomoda!

Si en el momento no está convencido de que la crítica sea correcta. Tómese un tiempo para decir “puede que usted tenga razón. Voy a pensar en lo que me ha dicho.” Al decir esto, no está aceptando nada, sino dando a entender que está tomando en serio lo que se le está diciendo. Tomar tiempo para analizar las cosas también le permite calmarse y evaluar más objetivamente la crítica.

(1) Considere de dónde procede. Pregúntese: ¿La persona que me está criticando es íntegra? ¿Tiene antecedentes de lealtad hacia mí? ¿Qué gana esta persona con criticarme? (2) Piense en cuántas personas le han criticado por lo mismo. Si más de una persona le ha hecho la misma observación, puede que tengan razón. (3) Pida la opinión de alguien a quien respeta y que le conozca bien. Dígale lo que le dijeron y después pregúntele: “¿Te doy esa misma impresión?” La persona que me critica, ¿ha expuesto algo en lo que debo cambiar? ¿Qué le contestó? CÓMO CONFRONTAR.

Hable con la otra persona en privado. Su opinión tendrá más peso si no la expresa en presencia de otros.

Si es posible, escriba lo que planea decir o mande una carta.

No exagere sus observaciones.

Con mucho tacto haga preguntas que conduzcan a la confrontación.

Conclusión. Es evidente que la práctica de criticar y aceptar la crítica es cuestión de discipulado. Dios nos ha llamado a la unidad. Realmente somos “uno en el Espíritu” y “uno en el Señor.” Al desarrollar la habilidad de criticar y ser criticados, podemos expresar mejor esa unidad ante Dios y después mostrarla a los hombres sin Cristo.