serie informe medio ambiente nº 10 - libertad y desarrollo tierra... · 2015. 1. 12. · frontado...

Marzo de 2003

ISSN 0717-1536 LIBERTAD Y DESARROLLO

SERIE INFORME MEDIO AMBIENTE

Nº 10

LA TIERRA: ¿MEJOR O PEOR? DESARROLLO SUSTENTABLE A 10

AÑOS DE RÍO

LLIIBBEERRTTAADD YY DDEESS AARRRROOLLLLOO

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LLAA TTIIEERRRRAA:: ¿¿MMEEJJOORR OO PPEEOORR?? DDEESSAARRRROOLLLLOO SSUUSSTTEENNTTAABBLLEE AA 1100 AAÑÑOOSS DDEE RRIIOO

Resumen Ejecutivo

Este documento incluye las presentaciones del semi-nario La Tierra: Mejor o Peor - Desarrollo Sustentable a 10 años de Río, organizado por Libertad y Desarrollo, el Insti-tuto de Políticas Públicas de la Universidad Finis Terrae y el International Policy Net-work.

El seminario tuvo como objetivo abordar con una mi-rada positiva, la realidad del entorno medioambiental del planeta.

Reconociendo las gra-ves deficiencias que aún per-sisten en esta materia, el análisis aborda de manera coherente, la realidad particu-lar de cada país, y en espe-cial de Chile.

Tras diez años de la Cumbre de Río, se han con-frontado visiones tanto pesi-mistas como optimistas en la discusión sobre la evolución de políticas en pro de un de-sarrollo medioambiental sos-tenible, en lo relativo a la ver-dadera condición ecológica de la Tierra.

Las presentaciones ana-lizan la situación medioam-biental actual, en compara-

ción con lo que ocurría hace una década.

El documento contiene las exposiciones de Juan Cla-ro, Presidente de la Sociedad de Fomento Fabril; Hernán Buchi, Consejero de Libertad y Desarrollo; Gianni López, Director Ejecutivo de la Co-misión Nacional del Medio Ambiente; Julian Morris, Di-rector del International Policy Network; Bjorn Lomborg, au-tor del libro El Ambientalista Escéptico y profesor de la Universidad de Aarhus, Di-namarca; Aldo Cerda, Direc-tor Ejecutivo de EcoNativa; Guillermo Geisse, Presidente del Centro de Investigación para el Medio Ambiente y Jo-sé Manuel Ovalle, Director de la División de Medio Ambien-te del Ministerio de Relacio-nes Exteriores.

Juan Claro, detalla los esfuerzos del sector producti-vo que han producido mejo-ramientos ambientales en la Región Metropolitana y en el resto del país.

Hernán Büchi, señala que cuando las políticas am-bientales son correctas, se transforman en el sentido de que un impulso al desarrollo, logra la deseada protección

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ambiental. Aquellas políticas que no restringen la libertad de las personas, y que esta-blecen incentivos para que la protección ambiental y el con-trol de la contaminación, son beneficiosas para todos y ca-da uno de nosotros.

Gianni López, a través de cifras muestra cómo ha mejorado la calidad ambiental en la última década. La con-centración de PM10 se ha reducido en cerca de un 25% y la fracción fina, la más agresiva para la salud de la población en poco menos de un 50%.

Cerca del 99% de la po-blación urbana tiene acceso a agua potable y alcantarillado, y el tratamiento de aguas servidas alcanza hoy cerca de un 30%. La privatización de ESVAL, por ejemplo, per-mitió limpiar de colilformes fecales las playas de la V Región, uno de los centros turísticos más importantes de nuestro país.

Una mayor cantidad de residuos sólidos se tratan en forma adecuada y las emisio-nes de gases y partículas de la minería del cobre se han reducido en forma importante.

Julian Morris , entrega una visión sobre qué es y como se logra el desarrollo sustentable. Asimismo, se refiere en forma crítica a la

participación de agencias in-ternacionales en la gestión ambiental, a través de la his-toria del movimiento ambien-talista, con el fin de iluminar algunos de los actuales pre-dicamentos y situarlos en su momento histórico, así como profundizar en cómo pode-mos avanzar en forma razo-nable hacia una visión más adecuada de la protección ambiental y situarla en una visión más amplia de desarro-llo sustentable.

Bjorn Lomborg, nos muestra como ha mejorado el medio ambiente en los últi-mos años y como un mayor desarrollo económico ha permitido cumplir los objeti-vos ambientales, que nos permite estar cada vez mejor.

La producción agrícola per cápita en el mundo subdesarrollado ha aumenta-do al igual que la ingesta calórica. Las condiciones sanitarias y ambientales tam-bién han mejorado. El núme-ro de personas con acceso a agua potable y alcantarillado ha aumentado, la contamina-ción atmosférica ha disminui-do, tenemos una mayor can-tidad de recursos naturales no renovables a nuestra disposición.

Los recursos naturales no se están agotando, no hay una extinción masiva de es-pecies, ni están desapare-


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ciendo los bosques y los pe-ces y el aire y agua del plane-ta está menos contaminada que antes.

Por su parte, Aldo Cer-da, hace un análisis crítico de sustentabilidad forestal en Chile; en tanto que Guiller-mo Geisse, entrega una vi-

sión de la importancia de la participación ciudadana en las políticas ambientales y José Manuel Ovalle presen-ta la posición de Chile ante la Cumbre de Johannesburgo.


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IINNDDUUSSTTRRIIAA YY MMEEDDIIOO AAMMBBIIEENNTTEE:: LLOOGGRROOSS YY DDEESSAAFFIIOOSS

Juan Claro, Presidente de la Sociedad de Fomento Fabril♦♦

uisiera iniciar la exposición con un planteamiento más bien optimista acerca de la evolución que ha experimen-tado la gestión ambiental y el estado del medio ambiente

en Chile.

Respecto de estos temas es común aproximarse a materias ambientales más bien desde una perspectiva crítica y negativa. No obstante que la evidencia empírica nos sugiere ser positivos. Si se analiza como se está hoy día respecto del año 1992, año que se celebró la Cumbre de Río de Janeiro, el balance resulta, a nuestro juicio, bastante alentador.

Desde luego, si se revisa el estado de la calidad de los ríos en Chile, se puede constatar que es positiva. Así ocurre en el Bío-Bío, que ha sido objeto de tres monitoreos en los últimos 10 años, cada uno de los cuales exhibe resultados crecientemente mejores.

Lo mismo se puede decir de la calidad del aire. En Santiago, ciudad emblemática desde el punto de la contaminación atmosfé-rica, objetivamente las mediciones de los últimos 10 años, entre-gan una calidad de aire considerablemente mejor a la de los años ´90.

En definitiva, si se va comparando la situación actual versus la del año 92, en que se celebró la Cumbre de Río, podemos decir que Chile exhibe hoy una gestión ambiental más seria y rigurosa. Chile tiene una Ley de Base de Medio Ambiente que ha venido a ordenar conceptualmente la gestión ambiental. Antes de esta ley existía un marco regulatorio compuesto por 1.200 cuerpos legales de relevancia ambiental, dispersos, incoherentes e inconsistentes. Hoy se cuenta con una Comisión Nacional del Medio Ambiente, en cuya máxima instancia, que es el Consejo Directivo confluyen 13 o 14 Ministerios con competencia ambiental, que viene a garantizar una gestión holística, sistémica e integradora. Antes habían 14 Ministerios con competencia ambiental y 32 Servicios Públicos llamados a supervigilar el cumplimiento de dicha normativa, cuya gestión fue objeto de las más diversas críticas. Además, se cuen-ta con planes de descontaminación y otros que están siendo ela-borados o revisados. Finalmente, se tiene una institucionalidad ambiental arraigada en cada una de las trece Regiones de Chile

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♦ Posteriormente fue elegido Presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio


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Chile exhibe hoy un estado de su medio ambiente y una ges-tión ambiental considerable, incomparablemente mejor de lo que se tenía a principios de la década de los 90, lo que se percibe también al interior de la industria y de los gremios empresariales, ámbito en que el tema ambiental ocupa un lugar de primerísima importancia.

Sin perjuicio de estos avances, es común escuchar plantea-mientos más bien alarmistas que anuncian catástrofes y una falta de gestión ambiental más restrictiva. Algunas veces estos plan-teamientos van más allá y se transforman en una crítica radical a la idea de progreso que nos esforzamos por construir.

Frente a eso, lo que está ocurriendo con estas posturas radi-cales es la creencia de que nuestra idea de progreso tiene más que ver con un ejercicio político, que intenta establecer verdades representadas a través de nuevos paradigmas que no incorporan las prácticas del pasado. Pero, como resulta que este mismo pa-sado explica lo que somos, lo que va ocurriendo es que se reduce la realidad y aparecen posiciones más fundamentalistas. Esta vi-sión tiende a chocar con la de los empresarios, que son más orientados a la acción, quizás más modestos intelectualmente, pe-ro más optimistas y positivos respecto del progreso.

Los empresarios entienden el progreso como una acumula-ción de conocimientos o prácticas cada vez más adaptativas, en donde las visiones se van modificando para dar respuesta a lo nuevos problemas o requerimientos, pero lo nuevo, que supera lo viejo, no rompe sino que incorpora la experiencia acumulada.

Cada día la actividad productiva se adecua a la sustentabili-dad ambiental a través de regulaciones eficientes desde el punto de vista del crecimiento económico. En ese sentido, hoy la dis-yuntiva entre protección al medio ambiente y desarrollo económi-co, es a juicio de los empresarios una falsa disyuntiva. Existen discrepancias entre los actores en el debate ambiental, pero no dicen relación con esta disyuntiva, sino más bien con los instru-mentos que se eligen para garantizar el desarrollo sustentable.

Un ejemplo de que es posible desarrollar la economía en Chile sin plantearlo como disyuntiva para el medio ambiente, es lo que ha ocurrido en el desarrollo industrial de Santiago. En 1990 había 1.200 fuentes fijas que emitían alrededor de 8.200 toneladas de material particulado respirable. El año 2000 hay cinco mil fuen-tes fijas que emiten sólo 1.000 toneladas. Es decir, el total de


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emisiones se ve disminuido en un 88% y las emisiones por fuentes se redujeron en 35 veces, que equivale aproximadamente al 97%. Este resultado bastante espectacular fue posible, porque se aplicó un instrumento económico denominado “permisos o cupos de emisión transables”. De hecho, el sector industrial es el único en la Región Metropolitana donde hasta ahora se aplica este sistema, aunque los anuncios de la máxima autoridad ambiental regional indica que se aplicará en fuentes móviles y fuentes difusas.

Si bien ha habido problemas ambientales en Chile, buena parte de ello obedece a políticas o medidas erradas, por lo que se sostiene que en torno a esta institucionalidad actual, se deben aproximar a un debate los diversos actores.

Los desafíos se refieren a temas de institucionalidad, a la po-lítica para definir estándares, a una tendencia a la planificación centralizada detrás de los argumentos ambientales, a los proble-mas de interacciones a través de los tratados, donde se generan situaciones que suben los estándares más allá de lo conveniente y al uso de argumentos ambientales que están motivados por inter-eses comerciales.

Si se ve el comportamiento de las organizaciones no guber-namentales, no se percibe claridad ni consistencia en el tiempo respecto de lo que se plantea en relación con la institucionalidad. Se subraya la importancia de la gestión holística integradora del medio ambiente, porque este es un sistema que requiere de una gestión sistémica y se exige que se integren las diversas perspec-tivas sectoriales en las definiciones ambientales del país. Pero esa es la definición institucional que tiene actualmente Chile. La existencia del Consejo Directivo o Consejo de Ministros del CO-NAMA obedece a la Ley de Bases del Medio Ambiente, se funda en un principio de la gestión sistémica. Sin embargo, lo que se ve es que se vuelve a la idea de crear un Ministerio del Medio Am-biente, que, a nuestro juicio, está encontrado con esta visión que se argumenta debe establecerse. Distinto es discutir la fuerza obligatoria que deberán tener las decisiones de la CONAMA, lo que no se soluciona elevando esta institución a nivel de Ministerio, sino dándole la fuerza obligatoria a los acuerdos del consejo Di-rectivo, para lo cual bastaría con agregar un inciso nuevo en el ar-tículo 73 de la Ley de Bases de Medio Ambiente.

Otro desafío que se debe abordar es la política para definir estándares. Se debe tener claridad en la política pública de Go-bierno, en cuanto al anuncio hecho como política ambiental que


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los estándares que iban a establecerse en Chile estarían relacio-nados con el ingreso per cápita y se graficó señalándose que un país que tiene ingreso per cápita de US$ 5.000 como promedio anual, no se le puede imponer una norma ambiental propia de un país que tiene entre US$ 28.000 y US$ 35.000 de ingreso per cá-pita promedio anual, planteamiento que al sector empresarial le pareció razonable. Es decir, el estándar debe ser de acuerdo con el desarrollo de los países. Sin embargo, se va constatando que al interior del propio Gobierno ha habido muchas voces disidentes respecto a este marco conceptual que definió el Presidente de la República y el Ministro de Hacienda. No se ha visto en esta mate-ria, que es crucial para el país y para su desarrollo una consisten-cia, una coherencia y unidad monolítica en torno a esta idea. Por ejemplo, se ve que la administración o la autoridad ambiental co-menzó a elaborar una norma de material particulado extrafino, co-nocido como PM2.5, norma mucho más exigente a la exigida en los países más desarrollados.

Se han visto vacilaciones y falta de claridad conceptual en algunos sectores respecto al desarrollo de nuevas inversiones, frente a lo cual SOFOFA se ha tenido que pronunciar oficialmente. En esto se ve una tendencia a planificar centralizadamente. Chile adhiere a la libre iniciativa económica, la que no reconoce otro lí-mite que las normas legales que la regulan y, sin embargo, se ven sectores que han comenzado a reclamar planificación territorial y han comenzado a decir que si se hubiese planificado el uso territo-rial, por ejemplo en la X Región, no se habrían producido conflic-tos entre los proyectos forestales y el sector de salmones o entre los viñateros y los forestales, etc. En estos casos corresponde hacer presente a la opinión pública que Chile es un país que ad-hiere a la libre iniciativa y que en este tipo de tendencias hay que ser prudentes, porque se puede abrir una “caja de Pandora”, que por tratar de planificar para que las externalidades entre los distin-tos sectores se vaya minimizando se entre a generar una situación donde se inhiba la inversión y la libertad para emprender.

En el ámbito internacional se enfrenta el debate con bastante cautela. Desde luego, se debe señalar que los principios funda-mentales por los que se rige la comunidad internacional han esta-do en permanente cuestionamiento. Esto se refiere al principio de que cada país es soberano para definir sus propios niveles de pro-tección ambiental. En relación con ello, documentos muy antiguos de las Naciones Unidas, lo que se ve reiteradamente en el Nafta o en el acuerdo con Canadá, sin embargo, sigue siendo materia de


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fuertes cuestionamientos en los foros internacionales. Incluso hay autoridades locales que han llegado a sostener que nuestro país debería adherir a los más elevados estándares de calidad ambien-tal que hoy imperan en el resto del mundo, si se quiere competir de igual a igual con esos países en el mercado internacional, por-que de lo contrario se va a acusar a Chile de dumping. Esto es como argumentar que para acceder a los países desarrollados, antes debemos ser desarrollados. Este es un tema en que hay que ser prudentes.

Muchas veces estas normas, como se ve en la actividad in-dustrial, entre sectores o empresas, en los tratados de libre co-mercio, que detrás de muchas de las posturas ambientales hay intereses comerciales. Por ejemplo, lo que está ocurriendo en los alimentos genéticamente modificados, ámbito en que se sabe que hay un conflicto comercial entre América y Europa, entonces el pa-ís se ve en el medio y las autoridades muchas veces, como en es-te caso, hace que se tomen los estándares más exigentes.

En resumen, existen importantes desafíos que dicen relación con una discusión respecto de la institucionalidad del sector, de mantener las políticas para definir los estándares o el nivel me-dioambiental de acuerdo a nuestro nivel de desarrollo, respecto a evitar la tendencia a planificar centralizadamente utilizando argu-mentos que de esa manera se habrían evitado externalidades me-dioambientales entre los distintos sectores. También se debe te-ner una posición clara respecto del mundo internacional en cuanto a dejar espacios para que soberanamente se puedan establecer estándares propios y defenderse de los recursos de dumping que muchas veces responden a intereses comerciales. Todo ello, de manera de no restarle competitividad a la economía respecto de otros países que cuentan con legislación moderna.

Hay mucho por hacer en esta materia. La industria, a dife-rencia de los años 70, ha incorporado el tema medioambiental como parte central de su agenda, ha cambiado el paradigma, in-corporando la amigabilidad con el medio ambiente como un valor adentro de la empresa. Una empresa que no es capaz de mos-trarse amigable con el medio ambiente, tampoco es capaz de po-sesionarse comercialmente en un mercado competitivo y, en ese sentido, está el convencimiento de que Chile tiene experiencias exitosas en el tema ambiental, no obstante que a niveles nacional e internacional los acuerdos en estos temas son difíciles. En este sentido, se reitera el compromiso de los industriales con el desa-rrollo sustentable trazado para este país.


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MMEEDDIIOO AAMMBBIIEENNTTEE:: ¿¿OOBBSSTTÁÁCCUULLOO PPAARRAA EELL DDEESSAARRRROOLLLLOO??

Hernán Büchi, Consejero Libertad y Desarrollo

e corresponde hacer una reflexión sobre el tema “Me-dio Ambiente: Obstáculo para el Desarrollo”. El título no lo puse yo, pero refleja algo, por lo que iniciaré mi

presentación reflexionando acerca de la dificultad de los seres humanos de analizar que supuestamente los avances logrados se deben a la capacidad de reflexión, producto de lo cual vamos aprendiendo de la experiencia pasada en forma relativamente ob-jetiva. La dificultad que tiene el hombre es ser precisamente obje-tivo. De otra manera sería inexplicable la cantidad de conflictos que existen en el mundo, si siempre se pudieran mirar las cosas muy imparcialmente y tomar las decisiones sobre la base de lo que efectiva y objetivamente es lo más adecuado. De alguna ma-nera, la carga emotiva que hay detrás de los temas que se plan-tean y la forma como se discute, influyen en el análisis y e l debate.

Donde más se aprecia esto es en la política, donde lo más importante es quien pone la agenda. Si se logra imponer la agen-da, probablemente se tiene ganado el conflicto.

De alguna forma, detrás del título de la ponencia hay una agenda. Cuando se dice: Medio Ambiente: Obstáculo para el De-sarrollo, hay varias cosas implícitas. Probablemente, para lograr un mejor medio ambiente, se requiera que ello sea a costa de de-sarrollo y al revés, que el desarrollo sea a costa del medio ambien-te. Todas esas cosas están implícitas en el título. A través de mi presentación reflexionaré sobre estos temas, aunque no es fácil. Es como hacer una presentación bajo el título: “Salario Mínimo: Problema para el Desempleo”. Se parte de inmediato con un han-dicap, las personas sienten que el salario es algo que les importa, por lo que es un deseo de todos. Cuando se plantea como “obs-táculo para el desempleo”, genera una antipatía no despreciable en el inicio de la conversación.

En primer lugar, trataré de hacer un planteamiento general de cómo enfocar el tema, luego entregaré los conceptos genera-les, para finalizar con un análisis de ciertas situaciones específicas que sirvan para ejemplificar el análisis previo. Ese es el propósito.

El entorno respecto de los planteamientos generales, entre otros será considerar al auditórium como académico, por lo que el

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análisis tendrá que ver mucho con el plano de las ideas. Al estar en un plano académico correré el riesgo de no cuidar algunas de las palabras, lo cual no haría en un escenario distinto, lo que no quita que se genere este tipo de conflicto en un tema como este. A modo de ejemplo, hace algunos años, leí a Edward Wilson, un zoólogo entomólogo de la Universidad de Harvard, que escribió acerca de la sociobiología, un tema tabú y que el solo hecho de haber acuñado la palabra le significó la crítica de una parte impor-tante de la comunidad académica. Ello casi le significa perder su puesto. Hará pocos años este mismo señor acuñó otra palabra, que aquellos que están en el medio ambiente han oído mencionar: “biodiversidad”. Con eso pasó a ser apreciado por todos los que lo habían atacado, todo esto en un ambiente muy académico. Cuando se habla de medio ambiente, no conocer o no hablar del concepto de biodiversidad, es como desconocer uno de los pivo-tes más importantes en el debate actual.

Lo otro que haré será hablar en un plano básicamente con-ceptual y cualitativo. Más adelante tendremos una interesante discusión acerca de las dificultades que existen cuando se pasa al plano cuantitativo. Ese plano arregla las dificultades ideológicas y sólo presenta hechos objetivos. Sin embargo, ello no es tan sim-ple. Basta observar las diferentes opiniones de los estadísticos en todos los planos. El hecho de actuar en el plano conceptual y cua-litativo no desmerece, sino que complementa el análisis de los da-tos.

El primer concepto general a plantear es que el medio am-biente es entendido implícitamente como algo bueno, que se quie-re preservar. Cuando se enfrenta el dilema: medio ambiente y de-sarrollo, nadie se imagina metido en un pantano lleno de mosqui-tos, con paludismo y a punto de ser atacado por culebras. A na-die le gustaría vivir en un medio ambiente de esas características y de hecho la humanidad ha hecho lo posible por cambiar esas condiciones para mejorar su calidad de vida. Uno imagina el me-dio ambiente como algo positivo, como la existencia de paisajes adecuados, o cuando se acepta el valor de la diversidad, la exis-tencia de lugares en donde se pueda preservar esa biodiversidad.

Cuando se entiende el medio ambiente en ese concepto, no puede haber un conflicto con el desarrollo. Sería lo mismo que decir que las horas libres son conflictivas con el desarrollo. Lo que se hace, cuando se quiere aumentar el desarrollo, es tener más de esas cosas que parecen positivas. Se valoran más. Esa es la esencia del desarrollo, cuya definición es tener más de lo que más


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apreciamos. Por lo tanto, si implícitamente se toma al medio am-biente como lo positivo que han valorado las personas, es imposi-ble que haya conflicto.

El dilema que han tenido las sociedades es la generación de mecanismos por los cuales millones de personas que piensan y sienten distinto, que enfrentan realidades distintas, al final logren convivir eligiendo cada vez más de aquellas cosas que estiman y aprecian más. En este sentido, es complicado poner lenguaje económico porque pareciera que se le pone precio al medio am-biente porque se va a comparar con otras cosas. Pero es necesa-rio reflexionar sobre economía para darse cuenta que lo que vale es la relación de valor entre las distintas cosas que en ese mo-mento se pueden elegir dentro de una sociedad. Si para mejorar la calidad del aire de Santiago, se paran todas las industrias y na-die puede circular, ello va a repercutir en la calidad del aire dentro de las casas. En esas condiciones, las personas no van a percibir ingresos y no podrán pagar sus cuentas. Para calefaccionarse tendrán que quemar los árboles del patio. Hace poco tiempo es-tuve al interior de una vivienda Masai. No pude estar más de 10 minutos debido al dolor en los ojos, por el humo y los distintos olo-res, que son parte de la vida de las personas que viven en esas condiciones de ingresos.

El primer elemento a compartir es que es difícil entender un conflicto entre medio ambiente y desarrollo, entendiendo por lo primero aquellas cosas que van teniendo valor desde el punto de la sociedad. Por lo tanto, lo que se espera es que los países, a medida que se van desarrollando, también vayan mejorando el medio ambiente. Eso es lo debe verse en los datos y probable-mente se vea. Está el problema de lo se quiere ver y lo que ve, parece que los datos dicen eso, pero hay gente que piensa distinto y si se analiza y valora efectivamente el medio ambiente como aquellas cosas que se creen superiores, obviamente se tiene que mejorar en la medida que haya desarrollo. Sin embargo, la evi-dencia empírica muestra que se siente que hay un conflicto entre medio ambiente y desarrollo. El Presidente de la SOFOFA dijo que las industrias no sienten que estén dañando el medio ambien-te. Desde el momento que dice eso, es que hay una percepción pública de que efectivamente hay un conflicto.

Mirado desde el punto de vista de un economista, efectiva-mente el medio ambiente puede transformarse en un obstáculo para el desarrollo, cuando las instituciones no son las adecuadas. Cuando se tienen determinados valores y hay cosas que son


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apreciadas, puede suceder que se tenga menor avance, menor progreso, menor obtención de medio ambiente y desarrollo porque las instituciones no permiten tomar las decisiones que hagan ac-tuar a las personas para obtener más de lo que todos quieren. El gran problema durante todo el desarrollo de la humanidad ha sido ir creando instituciones que permitan que las personas sigan un proceso, - bastante complejo, porque son millones de personas que están tomando decisiones – donde puedan elegir de aquellas cosas que se cree que valen más, cuando hay diferencias de opi-niones y se puede pensar distinto a otra persona de qué cosas son las más valiosas.

El origen del progreso ha sido crear esas instituciones, creándose un mayor número en algunas áreas. En la medida que algunos países progresaron y crearon instituciones, en la cual la más importante ha sido un marco legal y la asignación de dere-chos y responsabilidades a través de la propiedad privada, como la tierra o los derechos de agua, que permiten hacer obras de re-gadío que se puede utilizar para hidroelectricidad. Cuando no se genera ese marco, no es posible esa utilización de los recursos. En la medida que puede generar esas instituciones. El progreso de la humanidad, va generando ese mayor desarrollo y bienestar de cosas que antes no existían. De hecho, la evolución normal en el tiempo es que algo que no existía como recurso, hoy existe. Los derechos de agua, por ejemplo, en países secos como los nuestros, son distintos a los de países del norte donde los proble-mas de agua no eran los mismos que acá. Se ve como la evolu-ción de los derechos se produjeron con más fuerza y en forma más completa y compleja en los lugares donde era escaso, donde era un bien que efectivamente se necesitaba y era necesario ge-nerar un mecanismo para que la sociedad lo usara mejor y le sa-cara más provecho.

La historia de las instituciones muestra que en un principio existe ignorancia respecto de un recurso que necesitamos, poste-riormente empiezan a aparecer los problemas debido a la inexis-tencia de reglas y hay choques entre las personas por el deterioro del recurso. Las cosas funcionan después de fundar las institu-ciones que ordenan su funcionamiento en forma relativamente or-gánica.

A mi parecer, el medio ambiente se incluye dentro de este concepto, porque aunque no es un problema nuevo, el avance de la tecnología y del desarrollo han llevado a aparecer nuevos ele-mentos y hay que lograr crear las instituciones para esos nuevos


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elementos. El medio ambiente no es un obstáculo para el desa-rrollo, entendido como algo que se valora. En el fondo, es parte del desarrollo y pasa a ser más o menos obstáculo cuando no so-mos capaces de crear las instituciones adecuadas.

La pregunta que cabe hacerse es: ¿Qué se ha hecho para crear las instituciones adecuadas?. Sin querer discrepar con el Presidente de la SOFOFA, hay un avance en el tema del medio ambiente porque por definición es parte de lo que se quiere des-arrollar, pero se ha avanzado poco en las instituciones. Al avan-zar poco, se percibe mucho conflicto. Para avanzar, como en to-dos los recursos que son escasos y se valoran, se tienen que crear sistemas y mecanismos que permitan una multiplicidad de cosas: ser capaz de valorar y tener una percepción del costo be-neficio de lo que se está haciendo, no sólo en términos absolutos sino de los costos alternativos, tener capacidad de valorar los riesgos relevantes. No tomar una decisión significa un riesgo, to-marla también.

El Presidente de la SOFOFA se refirió a los productos gené-ticamente modificados. Me pregunto, ¿qué hubiese pasado de hacer una evaluación de impacto ambiental de los primeros inten-tos de la agricultura del trigo o del arroz? Probablemente habría habido un efecto negativo, por el cambio de la especie. Pero el cambio permitió a la sociedad hacer un logro. Había un riesgo, pero el riego alternativo era no tener todos los beneficios que se han visto. Entonces, además de estas tres realidades, costo be-neficio, costo alternativo y evaluaciones de riesgo, hay otro ele-mento en estas instituciones. Cada individuo puede verlos de ma-nera distinta, no tienen que verlos todos iguales. Además de tener mecanismos para ellos, se deben tener mecanismos para que la toma de decisiones se lleve a cabo a pesar de que distintas per-sonas esperen distintos resultados o incluso aunque esperen los mismos resultados tengan distintas preferencias. En esto el medio ambiente ha avanzado poco, en crear los mecanismos. Esto no es sólo válido en Chile, sino en todas partes. Pero, se ha avanza-do poco porque no es fácil. A la sociedad le cuesta generar este tipo de cosas y hay ciertas razones de institucionalidad política y de sicología social. Siempre es atractivo para el que visualiza pri-mero un problema, tratar de imponer su punto de vista a los de-más. La mejor manera de hacerlo es evitar que haya decisiones descentralizadas, transformarlo en un problema lo más público y llamativo posible y ser el que más sabe o aparentemente más sa-be del tema y guiar a la sociedad en un sentido determinado.


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En resumen, no creo que haya un conflicto entre medio am-biente y desarrollo. Todo lo contrario, el medio ambiente es parte del desarrollo y por lo tanto ingrediente del desarrollo. Entonces, en la medida que haya desarrollo habrá progreso medio ambien-tal, en la medida que sea lo positivo. Hay que tener cuidado en crear estas organizaciones que permitan ir avanzando, institucio-nes que permitan que estas distintas apreciaciones se realicen mediante decisiones de costo beneficio. En eso, mi tesis es que no se ha avanzado y por eso existe esa percepción de conflicto.

A modo de ejemplo, uno de los elementos interesantes de la Ley de Medio Ambiente es la evaluación del impacto ambiental a que deben someterse algunos proyectos. Esta evaluación puede seguir dos caminos totalmente distintos. Uno que consistiría en transformar todas las decisiones sociales en una decisión colecti-va donde se pregunta si el proyecto puede hacerse o no. Ello es la contradicción misma de una sociedad plural y libre; es por esencia lo que no podemos hacer y que no se hace en decisiones tan importantes como cuantos hijos se quieren tener, cuanto quie-re fumar, etc. Lamentablemente, el estudio del impacto ambiental en la sociedad chilena está tomando ese camino, con un poco de conflicto político al final, donde se pone la línea y empieza a haber una especie de presión de cuánto se logra.

A mi modo de ver, la evaluación del impacto ambiental debió haber tenido otro propósito. En primer lugar, corroborar que las cosas que ya existen se están cumpliendo y las cosas nuevas sir-van para crear nuevas reglas. Como ejemplo, si una nueva mina se instala cerca de San Pedro de Atacama, obviamente aparecerá el conflicto porque echará a perder el paisaje y en este lugar se instaló un hotel en razón del paisaje. Aparece un tema nuevo, y en lugar de iniciar una gran discusión sobre el proyecto en particu-lar, debería ayudar a definir básicamente cuales deberán ser las reglas futuras a cumplir respecto de los paisajes, quién es dueño del paisaje. Lo importante es definir una regla que permita rápi-damente a la sociedad irse a un lado u otro. En esto han ayudado los economistas de institucionalidad política, en el sentido que no importa donde pongan la regla, sino que la pongan. Ahora se po-drá analizar donde poner la regla, dependiendo de los costos de transacción futuros, cómo es más fácil o más di fícil hacer las tran-sacciones. Pienso que el estudio de impacto ambiental debió haberse encaminado por ese rumbo. Aparecen conflictos nuevos, se definen nuevas reglas. No se ha avanzado mucho en eso. To-davía está la discusión en Chile si el estudio del impacto ambiental


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es lo que acabo de explicar, o sea, esta gran discusión de con-senso político de cada decisión.

Esto explica lo difícil que resulta aprobar proyectos, porque la ley establece 120 días para resolver, pero siempre es un poco más. También se requiere de una serie de otras instituciones, y como la economía funciona, aparecen las instituciones de lobby, de capacidad de generar opinión pública para uno de los dos la-dos. Esto es una mala manera de hacer ver lo que son los valores en juego respecto a lo recién explicado.

Un caso que llama la atención, si se mira desde el punto de vista de los incentivos, es el tema de los rellenos sanitarios. Pare-ce que nadie quiere la basura. Es razonable pensar que si me van a instalar un basural al lado de mi casa, me moleste. Pero, estoy casi seguro que habría gente dispuesta a que le instalen un basu-ral cerca de su casa, porque le ofrecen pagarle por hacerlo y si se generara un mecanismo institucional para que así sea y efectiva-mente pueda cobrarse. Claramente hay problemas de un bien, que al no estar asignado, nadie quiere el costo porque no se tiene compensación por dicho costo.

No es simple crear las reglas del juego, pero tampoco es tan difícil. Se ha hecho en cosas mucho más complicadas. Por ejem-plo, los mismos derechos de agua, que se inician desde la época de los Romanos. Otro ejemplo. Durante un Festival Aéreo en To-balaba, el operador debió atender muchas llamadas de los vecinos por el ruido, en las cuales le solicitaban que se comunicara con la autoridad aérea. El operador explicaba que se trataba de un fes-tival y que era presidido por esa autoridad. Hay que recordar que el aeródromo se construyó cuando solo había campo y luego se fue poblando de viviendas. La pregunta es quien es dueño de qué. Por último, o los vecinos se compran el aeródromo para venderlo por terreno o al revés, que Tobalaba efectivamente dis-minuya los ruidos. Pero lo importante es definir las reglas.

Al tema de la contaminación atmosférica en Santiago, le falta el uso de instrumentos como el mencionado por el Presidente de la SOFOFA, los permisos de emisión transables, que era la posibi-lidad que tenían las industrias de poder intercambiar los máximos asignados de emisiones. Fue tremendamente útil. Así se puede avanzar bastante y, además, se puede avanzar en dar informa-ción, como lo que aparecerá en la prensa sobre la contaminación y los problemas bronco pulmonares en los niños. Esto es dramáti-co y complicado, pero se debe conocer el número de cuantos de


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esos niños tienen sus problemas por contaminación dentro del hogar. Si lo que se hace es detener el desarrollo, en el hogar habrá mayor combustión inadecuada y combustibles que no co-rrespondan. Es cosa de visitar los lugares donde vienen las per-sonas que tienen esos problemas, ento nces se requiere ese tipo de antecedentes, más las instituciones.

Hay muchos otros casos en los cuales no me detendré, por-que son de tipo distinto. Por ejemplo, los sistemas de propiedad están bastante bien definidos, pero al generar la idea de que los estudios de impacto ambiental y el medio ambiente son algo dis-tinto al desarrollo, se han diluido los sistemas de propiedad. Era bien claro que el bosque era parte de la propiedad y si se quiere preservar el bosque se tienen los Parques Nacionales. Si se quie-ren preservar bosques privados, ello puede hacerse indemnizando a las personas que tienen bosque. Hay muchos mecanismos vi-gentes. Si se actúa dentro de este marco conceptual no se nece-sita ninguna disposición nueva, simplemente actuar en ese senti-do.

Uno de los problemas más graves de contaminación en San-tiago se refiere al Río Mapocho, que es una alcantarilla a tajo abierto. Las empresas sanitarias siguen discutiendo respecto de lo elevado o no de las tarifas, si deben o no pagar el costo de lim-piar las aguas. Las instituciones están, las ideas están, sin em-bargo, la discusión puede llevarse a mal relativamente fácil, lo que dilata más un problema como ése.

Para terminar, lo primero que dije fue que detrás del sólo títu-lo hay ideas preconcebidas, como que el medio ambiente es un bien superior y que el desarrollo es conflictivo con el medio am-biente. Lo segundo que dije fue que en la medida que el medio ambiente es un bien superior no es confli ctivo con el desarrollo, sino parte del desarrollo. Esta percepción de conflicto nace por-que no se crean las instituciones adecuadas para ir tomando las decisiones en forma ordenada y, por lo tanto, obtener mejor medio ambiente y mejor desarrollo.

Lo tercero que dije, es que en Chile, sin desmerecerlo res-pecto del país porque ha sido real en el mundo, hemos sido poco capaces de generar esas instituciones con la velocidad que se ha necesitado, dado el grado con que se han precipitado los aconte-cimientos. En esto, he dado ejemplos de porque pienso así.


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CCHHIILLEE ++1100:: MMIITTOO,, RREEAALLIIDDAADD YY OOPPOORRTTUUNNIIDDAADDEESS MMEEDDIIOOAAMMBBIIEENNTTAALLEESS

Gianni López, Director Ejecutivo CONAMA

diferencia del señor Büchi, yo cambié el título de la exposición, la denominé “Chile+10: Mito, realidad y oportunidades medioambientales”, muy basada en

antecedentes de medio ambiente en Chile en los últimos 10 años. ¿Por qué Chile+10? Porque desde el punto de vista medioam-biental, la discusión internacional está centrada en analizar el gra-do de cumplimiento de los acuerdos tomados en Río el año 92. Hoy se está en Río+10, que es Johannesburgo en el mes de sep-tiembre, donde el mundo tiene una cita cumbre para ver como se ha cumplido con los desafíos de la sustentabilidad, no sólo desde el punto de vista medio ambiental, sino también social y económi-co. Pero claramente gran parte de la discusión se centra en lo medioambiental.

Esta primera década de discusión de la sustentabilidad en el desarrollo de los países, también coincide con los diez años de la primera gestión ambiental institucionalizada en Chile. Esta gestión ha estado marcada por muchos elementos de los que me haré cargo y comparándola con alguna información objetiva disponible respecto de la situación ambiental del país y como ha evoluciona-do históricamente.

LOS MITOS

La discusión ambiental en este país ha tenido dos etapas. Una primera muy rica, en los primeros años de la década del 90, que permitió tener una Ley de Medio Ambiente, donde se tuvo la posibilidad de hacer una discusión estratégica de visión de país, que permitió sacar la ley en plazos razonables dentro de la discu-sión parlamentaria. La segunda mitad de los 90, una etapa muy marcada no por la discusión estratégica, sino centrada en los ins-trumentos de la ley y, quizás, extremadamente marcada por la po-lémica en torno a uno de los instrumentos de gestión ambiental que indica la ley, que es el sistema de evaluación de impacto am-biental.

Este es un país capturado en los proyectos cuando se discu-te el impacto ambiental, por lo que se discuten posiciones a favor y en contra, terminando en enfrentamientos que se referían antes a la dificultad que puede significar para ambos lados. Comunida-

A


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des que no se sienten reflejadas en las decisiones o inversionistas que sienten que sus inversiones se dilatan más allá de lo razona-ble.

Esto se ha centrado en dos grandes mitos. La protección al medio ambiente es un freno al crecimiento económico. Hay gente que dice que hay que esperar a tener niveles de ingresos per cápi-ta muy superiores a los actuales para empezar a enfrentar el tema. El segundo mito es que el Gobierno prioriza el crecimiento eco-nómico y la disminución del desempleo por sobre la protección del medio ambiente, mito que ha surgido muchas veces con mucha fuerza.

Esto ha estado marcado fuertemente por la gestión del sis-tema de evaluación del impacto ambiental y por las pre emergen-cias de Santiago. Existen opiniones de que el país está mal am-bientalmente porque se aprueban muchos proyectos o se está bien porque se rechaza un número mayor de proyectos por la eva-luación del impacto ambiental. Me sorprende, al haber asumido la Dirección Ejecutiva de CONAMA, que se haga una discusión de un tema tan relevante con situaciones tácticas del día a día, se discute el futuro energético del país y su discusión se centra en la ampliación de las termoeléctricas, sin mirar las estadísticas de aumento de la demanda eléctrica y la situación que se tenga de distintas capacidades de dispersión de las cuencas atmosféricas.

Quiero comparar estos mitos, que han sido profusamente re-flejados en los medios de comunicación, con algunos anteceden-tes de la realidad. Estos antecedentes son parciales, no reflejan un conjunto de indicadores para toda la situación ambiental del pa-ís, pero ciertamente se refieren a las que guardan relación más directa con la protección de la salud de la población, primer ele-mento clave, objetivo de la gestión ambiental de un país.

Lo que indica el gráfico Nº 1, es la evolución de la producción de cobre refinado, sin considerar el concentrado porque no tiene mucha relación con las emisiones de SO2. Se ve que entre 1993 y 2000 casi se duplica la producción de cobre refinado y se reduce a menos de la mitad las emisiones de dióxido de azufre. Si esta estadística se prolonga hasta 1990, la reducción es mucho más importante. Ciertamente, a pesar de los avances del país, el co-bre sigue siendo fundamental desde el punto de vista del producto interno bruto y sus exportaciones. Al mirar el gráfico, al menos en un ámbito, el más relevante desde el punto de vista del impacto medioambiental minero como es la contaminación atmosférica por


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dióxido de azufre, el crecimiento experimentado en la década del 90 es sustentable. No deja de ser menor con la importancia que tiene esta actividad desde el punto de vista económico en el país.

Gráfico Nº 1 Evolución de la Producción de Cobre Refinado y Emisi ones de SO2

El Gráfico Nº 2 corresponde a la comparación entre 1989, como un referente del 100%, y lo indicado en rojo que es la evolu-ción del promedio anual del material particulado fino, PM2,5.

Este país tiene las series históricas de PM2.5 más largas del mundo, equivalente a 13 años de monitoreo de material particula-do fino que es el que más afecta a la salud. Lo indicado en azul es el aumento del producto interno bruto del país, muy similar al de la Región Metropolitana. En esto se puede ver que en un con-texto de crecimiento, sin parangón histórico, de la actividad de es-ta Región, con la triplicación del parque de vehículos, algo similar con la actividad industrial y, en general, todo el crecimiento de la actividad de la ciudad reflejado por el aumento del PIB, en la con-dición de aumento de más del 100%, la contaminación atmosférica más grave se ha reducido en un 52%. Esto puede parecer insólito en el contexto de las polémicas que significa la discusión de la contaminación atmosférica en Santiago, porque ciertamente el te-ma no está resuelto, pero la situación actual en una ciudad que es dos veces más relevante desde el punto de vista de su productivi-dad en el conjunto de sus actividades, haber reducido la contami-nación a la mitad es un gran avance, pero no significa un resultado


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definitivo, el año 2001 se tuvo 6 superaciones del nivel 300 que significa pre emergencia, pero comparado con las 32 tenidas el año 90 en una ciudad que era mucho más pequeña que la actual.

Gráfico Nº 2

Se ha solicitado a destacados académicos que busquen an-tecedentes en situaciones tan dinámicas de crecimiento como es-ta, reducciones de contaminación en el material particulado más complejo para la salud como éste y no se han encontrado antece-dentes en otros lugares. De ningún modo se puede ser exitista con esto, pero se está mucho más cerca de lograr revertir el pro-blema de contaminación atmosférica en Santiago.

El gráfico Nº 3 muestra la situación de la calidad de aguas al año 1996 en todas las playas del gran Valparaíso. La línea roja horizontal representa la norma, 1.000 coliformes fecales por cada 100.000 litros de agua. Hay playas, como la del Casino en Viña del Mar, con 240.000 coliformes fecales por cada 100 ml. En el inconsciente de todos se sabe que las playas de Valparaíso no son para bañarse.

La imagen siguiente corresponde a la calidad del agua de las mismas playas, según el muestreo de enero y febrero del año 2002. Todas las playas cumplen la norma. Se pueden hacer un conjunto de reflexiones sobre estos elementos, pero sin duda hay un aporte importante a la protección de la salud de la gente, pero también en otras actividades como el turismo de la V Región esto


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es muy importante, desde el punto de vista de la promoción turísti-ca.

Gráfico Nº 3 Calidad de las aguas en Valparaíso 1996 y 2002

En el gráfico Nº 4 se muestra el porcentaje de tratamiento del total de aguas servidas en el país. Se inicia el año 90 con un 5%, que son experiencias más bien pilotos, para llegar hoy al 35%, - porque el 27% indicado todavía no reconoce la puesta en marcha de El Trebal, ya que el gráfico está hecho para el 2001.

Al término del Gobierno del Presidente Lagos el 2006 se lle-gará con el 83% de las aguas servidas tratadas en el país.


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Gráfico Nº 4

Hace algún tiempo, en una conversación con el Ministro de Medio Ambiente de México, al comentarle el nivel del tratamiento actual de las aguas servidas y las expectativas al término del Go-bierno no lo podía creer, porque desde el punto de vista de los países en desarrollo el tema del agua es clave y gran parte de su solución pasa por el financiamiento en los países en desarrollo. Estos países dicen que el financiamiento de la protección ambien-tal y su recuperación pasa por un mayor aporte de los países des-arrollados. Los países desarrollados expresan que solo pueden mantener los niveles de financiamiento internacional que existen hoy.

El empleo de instrumentos innovadores, con participación del sector privado está demostrando algunos resultados bastante re-levantes, distintos al de otros países similares a Chile. Esto tiene muchas interpretaciones. Que distinto es vivir en un país que trate el 83% de las aguas servidas, sobre todo desde el punto de vista de las enfermedades asociadas al problema de la contaminación del agua y al uso de ellas en el riego de actividades agrícolas. Pe-ro, aparte del beneficio para la gente, es distinto vender productos agrícolas en la Unión Europea, de un país que trata el 83% de las aguas servidas a uno que trata el 3%. Ciertamente hay un tre-mendo aporte a la competitividad del país, no solamente porque la gente vive más sana, sino porque los productos tienen condicio-nes de higiene en su origen notablemente distintas.


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El gráfico Nº 5 es un ejemplo de cómo captura la discusión diaria de una evaluación de impacto ambiental. Todos se han preocupado del relleno de Santa Marta, del relleno de Chillán o de Osorno y se ha pasado de una situación en que el año 1994 toda la basura que se generaba, se disponía en sitios que no cumplían ninguna condición ambiental. Al 2002, se generan 400.000 tone-ladas de basura al mes y el 50% de los residuos se disponen en lugares que cumplen con condiciones sanitarias, los que cuentan con proyectos aprobados con resolución ambiental y aprobado el sistema de evaluación del impacto ambiental. La gran mayoría de ellos, incluso algunos con exigencias de ISO 14.000 al tercer año de operación. Al final del Gobierno del Presidente Lagos se llega-rá al 80% de la disposición final de residuos domiciliarios en relle-nos sanitarios.

Gráfico Nº 5

La experiencia de la década pasada demuestra que es posi-ble avanzar ambientalmente en un contexto de altas tasas de cre-cimiento económico. En un país que espera crecer a las mismas tasas de la época del 90 y se pregunta si es posible que sea sus-tentable, la respuesta es la experiencia de la misma década. Esto se pretende revelar como elemento clave para las definiciones ambientales de aquí en adelante. Este es un país que ha logrado en ámbitos claves de su economía mostrar sustentabilidad, princi-palmente en lo que se refiere a lo que los ecologistas llaman el medio ambiente gris. El 90% de los chilenos vive en las ciudades. En el medio ambiente verde, que tiene que ver con la naturaleza los avances no son tan sustanciales como los mencionados.


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El análisis que aparte de mejorar la calidad de vida de la gen-te y la protección de su salud, tiene un valor desde el punto de vis-ta del posicionamiento del país en el extranjero. Hoy, por solicitud de las otras capitales Latinoamericanas y el Banco Mundial, San-tiago preside la iniciativa para descontaminar las capitales lati-noamericanas, que es un proyecto del año 1998. Los avances en la descontaminación, en el medio ambiente respecto de la protec-ción de la salud de la gente, son muy distintos a los de nuestros vecinos.

Para entrar en el análisis de las causas de estos resultados, la haré en función de las opiniones de Daniel C. Esty y Michael Porter del Instituto para Estrategias y Competitividad de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Hicieron un estudio llamado “Ranking Nacional Ambiental”, que indica que la condición medioambiental de un país y la calidad de sus regulaciones son un indicador relevante en la competitividad de los países. Hicieron una primera prueba comparando 75 países, en el estudio publica-do a fines del año 2001, en que Chile ocupa el lugar 25, pero cuando hacen la distinción desde el punto de vista de los países de ingreso medio, entre US$ 6.500 y US$ 23.000, Chile ocupa el 5º lugar, detrás de Singapur, Estonia, Nueva Zelanda y Latvia, de-lante de todos los países latinoamericanos. Las razones que ex-ponen son que, en primer lugar, la situación medioambiental de un país depende fuertemente de la calidad de la regulación ambiental y de su estado económico y legal. Los resultados que se ven en la gestión ambiental del país obedecen a que se tiene una institu-cionalidad fuerte y más allá de imperfecciones de ámbitos no nor-mados y otros normados con algún tipo de falta de armonización entre las normativas que haya que corregir, este es un país que institucional y normativamente está en un muy buen pie en el tema ambiental. Esto se puede ver en los antecedentes presentados por Estados Unidos en el inicio de las negociaciones del TLC res-pecto de la situación ambiental, de un país en condiciones de en-frentar este tipo de discusiones.

Otro punto también recogido por el estudio de la Universidad de Harvard, es que los países con fuerte regulación ambiental tienden a crecer económicamente más rápido. Esto es fruto de haber analizado 75 países, en un estudio que recoge mucha in-formación de cada país.

En tercer lugar y muy relevante, existe una fuerte relación positiva entre PIB per cápita y el estado del medio ambiente, lo


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que sugiere que el crecimiento económico debe ser una prioridad en las políticas ambientales, no solo en las económicas.

Habiendo trabajado especialmente en lo que se refiere a me-dio ambiente gris, me sorprende cuando la gente de la Universi-dad Austral muestra informaciones y algunos estudios del uso del bosque nativo en la actualidad, la que en mayor medida está vin-culado al uso de la leña. Existen problemas de contaminación at-mosférica en algunas ciudades del sur y una pérdida importante de bosque nativo asociado a la calefacción por leña. Esto tiene relación directa al nivel de ingreso de la gente. El señor Büchi se refería a la contaminación intradomiciliaria, la que efectivamente tiene relación con el nivel de pobreza de las personas. Desde esa perspectiva, mayor protección ambiental requiere, o un camino pa-ra obtenerla, un mayor crecimiento económico.

LOS DESAFIOS

Desde la perspectiva de nueva Dirección Ejecutiva de CO-NAMA es necesario, viendo los análisis de las causas que se han tenido como avance ambiental de la década pasada, completar las regulaciones ambientales sobre todo en lo vinculado a la preser-vación y uso sustentable del patrimonio natural. Se debe ser ca-paz, a fines de esta década, de mostrar ind icadores tan positivos en ámbitos como las aguas, los residuos o el aire. Este es un país que tiene el 25% de superficie protegida, pero no guarda relación con lo más valioso a proteger. Uno de los ordenamientos claves es definir una estrategia de protección a la diversidad.

En segundo lugar, es necesario generar instrumentos inno-vadores que permitan el crecimiento de la actividad económica y la protección ambiental. Se está comprometido con la Ley de Bo-nos de Descontaminación, que será despachado al Parlamento el segundo semestre y está comprometido en la Agenda Pro Creci-miento. También hay un compromiso con la producción limpia, que es una tremenda herramienta para el sector de las Pymes, para lo cual ya existe una serie de incentivos financieros. Hay empresas que pueden postular desde el diseño de las soluciones ambienta-les para el financiamiento por parte de CORFO. Elementos como la certificación ambiental, la posibilidad de tener empresas que puedan tener avances sustanciales de las normas o administra-ción de sistemas de gestión ambiental puedan tener un sello de distinción frente a los demás. También hay un conjunto de opor-tunidades en los incentivos para el desarrollo de iniciativas priva-das de conservación, ecoturismo y varias otras más.


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En función de este diagnóstico, se ha armado una agenda ambiental para el país hasta el año 2006, en la cual se plantean cuatro líneas de acción. En primer lugar, el conjunto de esfuerzos necesarios para terminar de capturar todos los beneficios de las proyecciones que se mencionaron en residuos, aguas, aire, no só-lo en Santiago sino en el resto del país, es decir, la recuperación ambiental de las ciudades es una primera línea de acción.

La segunda línea de acción es la protección del patrimonio natural, donde existe un atraso y es necesario poner en marcha una serie de instrumentos que permitan avances como los obteni-dos en temas urbanos.

En tercer lugar, la modernización y agilización de la gestión ambiental del país, que tiene que ver con lograr que los proyectos de inversión tengan una tramitación más ágil en el sistema de eva-luación de impacto ambiental, pero también con la promoción de los resultados del seguimiento de los proyectos que han sido aprobados por este sistema y, en general, con el cumplimiento de la normativa. Muchas veces la razón de la conflictividad de los proyectos de evaluación de impacto ambiental tiene que ver con que los referentes que se tenían ya no son válidos. Cuando al-guien piensa en un relleno sanitario cree que esto es un eufemis-mo para tratar de ocultar que le pondrán un hoyo con basura al lado de su casa. Los referentes que se tienen se agotan en estos temas, es decir, cuando se habla de relleno sanitario, la gente cree que es un hoyo con basura o cuando habla de estación de transferencia piensan que es lo mismo. Viendo los antecedentes de proyectos que pueden tener resistencia de la comunidad y la CONAMA considera que están bien, lo han aprobado, sabiendo que la comunidad queda con cierto grado de duda crítica frente a como se hizo. Es muy necesario mostrar los resultados de la fis-calización y control que se sigue sobre los proyectos, para que la gente vea que se está cumpliendo y cuando no, se apliquen todas las sanciones que correspondan.

La última línea de acción de la agenda ambiental es la pro-moción de la cultura ambiental, usando algunos instrumentos in-novadores para integrar este tema a la educación, creando un te-ma de certificación de colegios del punto de vista ambiental y otra serie de elementos.

A diferencia de otros ámbitos, como la economía, la discu-sión ambiental del país, tiende a ser muy subjetiva, sin estar fun-dada en indicadores objetivos. Lo que hemos tratado de hacer es


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definir prioridades en la gestión ambiental del Gobierno para poder objetivar donde están los avances reales con la mejor información disponible y así poner toda la energía y esfuerzos en los temas que están más atrasados.


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¿¿QQUUÉÉ EESS DDEESSAARRRROOLLLLOO SSUUSSTTEENNTTAABBLLEE??

Julian Morris, Director del International Policy Network

resentaré algunas ideas acerca de Desarrollo Sustenta-ble. La base de esto es la cumbre mundial de desarrollo sustentable de principios de septiembre del 2002 en Jo-

hannesburgo. Pero antes, quiero ofrecerles una breve historia del movimiento ambientalista, con el fin de iluminar algunos de los ac-tuales predicamentos y situarlos en su momento histórico, así co-mo profundizar en cómo podemos avanzar en forma razonable hacia una visión más adecuada de la protección ambiental y si-tuarla en una visión más amplia de desarrollo sustentable.

BREVE HISTORIA DEL AMBIENTALISMO

Los problemas ambientales son tan antiguos como las civili-zaciones. El ser humano ha estado explotando el medio ambiente desde el comienzo de las civilizaciones y probablemente, también antes.

Platón, en un escrito de hace 2.500 años, hablaba del dete-rioro de su Ática nativa debido al sobre pastoreo. Evidencia ar-queológica reciente confirma que esto efectivamente ocurrió.

La agricultura intensiva de los romanos probablemente con-tribuyó a la degradación de planicies una vez fértiles en África del Norte.

Avanzando unos dos mil años – el Londres del siglo XVI era un lugar desagradable, estaba tan contaminado que el Rey ordenó prohibir la quema de ‘Carbón de Mar’, una variedad de carbón con alto contenido de azufre.

Pero esto fue poco efectivo para reducir el uso cada vez ma-yor de carbón como fuente de calor para los hogares Británicos, sometidos a un clima riguroso – estábamos en la mitad de la Pe-queña Edad de Hielo, período en el cual el Támesis se congelaba en forma frecuente.

Durante el siglo XIX, tales problemas ambientales estaban tan difundidos que surgió un movimiento solicitando el control del problema por parte del Estado.

Sociedades para reducir las molestias debidas del humo na-cieron en casi todos los pueblos industrializados.

P


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La respuesta fue la introducción de leyes locales de “Mejo-ramiento de los Pueblos” y, en Londres, el Acta de Abatimiento del Humo en 1854.

Estas leyes típicamente especificaban la emisión de humo máxima permisible para plantas industriales. Sin embargo, no eran muy exitosas por un sinnúmero de razones.

• Primero, era difícil monitorear el nivel de emisiones – no se disponía de tecnología adecuada para hacerlo.

• Segundo – y en parte relacionado con lo anterior- los jueces se rehusaban a hacer cumplir dichas leyes.

• Tercero, y tal vez lo más importante, la legislación sólo era aplicable a las emisiones industriales, y en la mayoría de los pueblos la mayor parte de las molestias por el humo provenían de fuentes residenciales.

Pero en otras zonas de Inglaterra - especialmente en los pueblos de Manchester, Salford y St. Helen - había un problema aún peor: la emisión de ácido clorhídrico de las plantas de álcali de los alrededores.

Informes de la época indican que la emisión de estos ácidos causaba daño importante al tracto respiratorio humano, sin men-cionar su efecto en otras formas de vida más sensible.

En la Inglaterra de la época, la esperanza de vida promedio era de 40 años. En St. Helen, se dice que la esperanza de vida era de menos de 30 años.

Hubo intentos legales para restringir estas y otras formas de contaminación industrial. Un caso famoso en 1865 involucró a un rico terrateniente llamado Tipping, que vivía a unas pocas millas de St. Helen y cuyos árboles y arbustos habían sido dañados por emisiones de una refinería. Tipping demandó a los dueños y ob-tuvo una importante suma de dinero por los daños. Aún así, la contaminación continuó.

El problema fue que las cortes no querían detener lo que ellos veían como una actividad económica deseable, aún para te-rratenientes adinerados, a costa de meros inquilinos.

De modo que en lugar de permitir que las partes afectadas establecieran el precio de la contaminación – que habría sido po-sible a través del envío de un mandato en contra del contamina-


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dor, permitiendo una negociación entre las dos partes - las cortes intentaron poner ellos el precio – y ciertamente lo establecieron muy bajo.

Casos como este gatillaron la creación de campañas anti po-lución, como Manchester and Salford Society for the Abatement of Noxious Vapors (la Sociedad de Manchester y Salford para el Abatimiento de Vapores Nocivos).

Estos grupos tuvieron su primer éxito importante con el Alcali Act de 1846 y 1873, que impuso restricciones tecnológicas a las emisiones de ácidos de plantas productoras de álcali.

A finales del siglo XIX, los ahora poderosos grupos ambienta-listas se unieron en lo que hoy es la National Society for Clean Air (Sociedad Nacional para el Aire Limpio).

La NSCA hizo un incesante lobby por cerca de medio siglo para un mejor control de la contaminación, culminando en la Acta para el Aire Limpio de 1954 y 1962.

A partir de los años 1940, la gente comenzó a cambiar sus ineficientes chimeneas a carbón por calefacción central a gas na-tural.

Esta transición ciertamente fue impulsada por las restriccio-nes para la quema de carbón impuestas por el Clean Air Act, pero la mayoría de la gente lo hizo porque pudo financiarlo – una con-secuencia del aumento de riqueza y los menores costos de la tec-nología – y por la conveniencia de tener calefacción central en comparación con chi meneas a carbón, que requieren de atención constante.

De hecho, la evidencia sugiere que el efecto más importante de estas leyes fue el control de las emisiones industriales.

Durante los años 60, Londres había dejado de ser el pueblo brumoso de antaño para convertirse en un lugar atractivo, con ca-lles y aire limpio y sus buses de rojo brillante en lugar de un gris tenebroso.

Transiciones similares tuvieron lugar en gran parte del mun-do industrial, desde Pittsburg hasta Hamburgo.

Estoy seguro que Bjorn Lomborg les entregará estadísticas más detalladas acerca del mejoramiento ambiental que ha tomado


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lugar en el mundo desarrollado, y las mejorías en la salud huma-na.

El también esclarecerá los desafíos restantes, especialmente en los sectores más pobres del mundo, incluyendo por supuesto a Chile y otros países de Latinoamérica.

Es claro, por ejemplo, que la contaminación de agua y aire son problemas significativos. De hecho, la contaminación bacte-riana y por amebas de los recursos hídricos es aún la causa más importante de mortalidad infantil en India, causando diarrea y di-sentería. En tanto, la contaminación intradomiciliaria, producto de la quema de leña y estiércol en chimeneas con poca ventilación, es responsable de más de 2 millones de muertes por enfermeda-des respiratorias.

Irónicamente, el movimiento ambiental moderno raramente aborda estos problemas, y prefieren focalizar su esfuerzo en otros supuestos problemas.

Este movimiento puede ser rastreado hasta principios de los 60 con la publicación de Rachel Carson, Una Primavera Silencio-sa, que cataloga los supuestos efectos del amplio uso de moder-nos pesticidas sintéticos.

Carson mezcla hechos con fantasía – usando evidencia cien-tífica genuina de daño causado por pesticidas, tal como neurotóxi-co metil paratión, pero exagerando sus efectos. Ella supone que el uso extendido de pesticidas eventualmente puede hacer des-aparecer la población de pájaros.

En particular, el DDT recibe el oprobio de Carson y pronto de los movimientos ambientalistas modernos.

Kenneth Boulding, un economista de renombre, sugirió que estábamos viviendo en la “nave tierra”, que requeriría control cen-tralizado para prevenir el sobreuso de recursos y el deterioro am-biental.

El año 1968, el año del Verano de Amor, se publicó “La Bomba de la Población” de Paul Ehrich, en la cual el joven biólo-go, nos previene que la fornicación nos llevará a la devastación. Mostrando un gran talento de clarividente, él predijo grandes ham-brunas que afectarían a Estados Unidos en los 1980.

El verano siguiente, estudiantes activistas en los Estados Unidos organizaron una protesta ambiental por el daño que el


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hombre hacía al medio ambiente y demandaron cambios radicales en los patrones de producción y consumo para salvar la tierra. Ellos se auto denominaron Friends of the Earth (Amigos de la Tie-rra).

En 1970, se formó en Canadá un grupo llamado “Don’t Make a Wave Committee’ (Comité no Hagan Olas) para protestar por las detonaciones nucleares en el Pacífico Sur por el gobierno de Francia. El grupo aseguraba que dichas detonaciones causarían un tsunami o una ola gigante, que causaría una inmensa devasta-ción.

Los franceses siguieron con sus pruebas y nunca hubo tsu-nami. El grupo entonces cambió su nombre por Greenpeace y si-guió protestando por todo tipo de supuestos problemas.

En 1971, Richard Sanbrook y unos pocos colegas dejaron una carga de botellas usadas en la puerta de Cadbury-Schweppes, un embotellador de bebidas gaseosas, exigiendo el reciclaje de dichas botellas. De este modo, como un acto de van-dalismo, nació el capítulo inglés de Friends of the Earth.

Estos grupos difieren de los primeros movimientos ambienta-listas en varios aspectos:

1. Focalizan sus preocupaciones en problemas más distantes en el tiempo, y no en el presente.

2. Ellos tienden en gran medida a prescribir soluciones, deman-dando típicamente control centralizado en el uso de recursos y regulaciones extremas al uso de nuevas tecnologías.

3. Son esencialmente pesimistas en relación con la influencia del hombre sobre la naturaleza.

Estos ambientalistas modernos encontraron apoyo intelectual en el trabajo de grupos como el proyecto del MIT ‘El hombre y el Medio Ambiente’, informe que en 1970 detalló numerosos supues-tos problemas – incluyendo el calentamiento global- y en el Club de Roma, que en 1972 publicó su informe con predicciones simila-res a las que Paul Ehrich había hecho 4 años antes.

También encontraron apoyo legal en la Ley de Protección Ambiental sueca de 1969 y en la Ley para el Aire Limpio alemana de 1970, que crearon burocracia ambiental y les dieron amplio po-der para imponer restricciones tecnológicas sobre la base de que ellas podrían dañar el medio ambiente. La legislación seguía el


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principio legal de suponer culpabilidad hasta que se pruebe la ino-cencia.

Durante principios de los 1970, se creó burocracia ambiental en otros lugares, incluyendo Estados Unidos e Inglaterra, pero es-ta tenía un alcance más limitado.

Los grupos ambientalistas demandaron mayores controles y especialmente la eliminación del peso de la prueba.

En el escenario internacional, encontraron apoyo en la reu-nión de las Naciones Unidas, que se realizó en Estocolmo en 1972. Dicha reunión dio lugar a la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Por 30 años, el PNUMA ha venido creando convenciones in-ternacionales para controlar problemas ambientales. Y por 30 años, ha trabajado codo a codo con el movimiento ambientalista moderno.

Un ejemplo es la Convención Internacional para el Comercio de Especies en Peligro de Extinción (CITES), que se firmó en 1973 y entró en vigencia dos años después.

CITES intenta prevenir la pérdida de especies en peligro de extinción, imponiendo restricciones al comercio internacional tanto para dichas especies como para sus productos (tal como marfil y cuernos de rinoceronte).

Si bien la pérdida de biodiversidad y la extinción de especies son preocupaciones serias, CITES parece ser un medio inapro-piado para abordarlas.

Primero, gran parte de la pérdida de biodiversidad es el re-sultado de pérdida de hábitat: el ser humano convirtiendo tierra virgen para agricultura o actividad forestal. Para la mayoría de las especies en peligro de extinción , el comercio es irrelevante por-que simplemente es inexistente.

Segundo, para muchas especies en peligro de extinción, pa-ra las cuales hay comercio de especies y sus partes, las restric-ciones al comercio han tenido efectos negativos. Consideremos el ejemplo del elefante africano en África en la década del 80.

Se le entregó a los nativos derechos sobre la administración de especies en peligro y la vida salvaje en general. En Sudáfrica, la gente comenzó a conservar estas especies, porque obtenían


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beneficios de esa conservación. Podían establecer derechos de caza y podían vender derechos para llevar a cabo ecoturismo. También podían vender los productos de las especies que ellos conservaban, en particular, el marfil, que era muy valioso. Sin embargo, en 1989 el elefante africano fue puesto en el apéndice 1 del CITES, que prohibió el comercio del elefante y sus partes, cu-yo objetivo era reducir el precio del elefante en esa zona. Pero, ¿qué resultó de ello? Bien, en el largo plazo significa que los habi-tantes locales tienen menos razones para conservar. Se puede observar como afectaron estos incentivos analizando lo que ocu-rrió en Kenya desde la década del 60 en adelante.

En ese país, los aldeanos no tenían derechos sobre los ele-fantes y la vida silvestre y no invirtieron en conservación, de modo que la población de elefantes cayó drásticamente a partir de la dé-cada de 1960. EN contraste, la población de elefantes de África del Sur aumentó.

Otro ejemplo de legislación mal concebida fue aprobada en el espectro internacional fue la Convención en contra de la deserti-ficación, firmada en 1994. Este tema fue levantado como una preocupación en Estocolmo, cuando un oficial de USAID señaló que el Sahara se estaba expandiendo hacia el norte.

El PNUMA entonces, en 1977 citó a una conferencia sobre Desertificación, a la que siguieron muchos años de actividad que ostensiblemente intentaba reducir esta amenaza. Como ejemplos, podemos incluir el uso de retroexcavadoras de gran escala para crear barreras a las arenas que supuestamente avanzaban; la plantación de especies que contraían las dunas y otros locos es-quemas.

En la década de 1980, algunos investigadores de la Univer-sidad de Lund en Suecia descubri eron – usando una combinación de imágenes satelitales y datos terrestres- que el Sahara simple-mente no estaba avanzando en forma sistemática. Por el contra-rio, el límite del desierto se movía hacia el norte o hacia el sur, de-pendiendo del nivel de precipitaciones, que resulta ser variable en esta parte del mundo. No había evidencia de cambios de largo plazo en el movimiento de arena desde 1930 a 1980.

Sin perjuicio de lo anterior, el PNUMA persistió en su de-manda de que cientos de millones de personas que vivían en tie-rras áridas estaban en riesgo por la desertificación y gastaron de-


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cenas de miles de millones de dólares en ayuda para corregir este problema.

Tal vez no debiera causar sorpresa que el PNUMA encontra-ra apoyo a su tesis por parte de funcionarios de gobiernos africa-nos, que vieron en ello la mantequilla de su pan. Asimismo, el go-bierno financió organizaciones de caridad como Oxfam, cuyas preocupaciones por los pobres son tan grandes como su demanda por mayores fondos de ayuda gubernamental para ayuda extranje-ra.

Finalmente, luego de años de negociaciones, una Conven-ción para Combatir la Desertificación fue firmada en 1994. Des-graciadamente, sin embargo, la convención no hará nada para prevenir el problema real de degradación de tierras, que resulta de los regímenes inapropiados de tenencia de tierra.

Las tierras comunes de Sud África, Zimbabwe, India y otros lugares donde autoridades externas no permiten a los campesinos poseer la tierra o construir sistemas de administración común de los recursos, sufren de sobreexplotación resultando en erosión, salinización y todo tipo de degradación.

Pero la solución a este problema no es la ayuda externa – es la reforma a la tenencia de la tierra. Démosle a la gente título de dominio sobre la tierra que administran y ellos tomarán los res-guardos para asegurar el incremento de su valor. También serán capaces de usar la tierra para obtener préstamos que les permita invertir en negocios para escapar de la pobreza.

En 1989 se firmó la Convención de Basilea que regula el comercio de desechos peligroso, que impuso restricciones a la capacidad de los países de exportar e importar materiales supues-tamente peligroso. Sin embargo, la definición de “peligroso” fue modificada y hoy incluye el plomo. Como consecuencia, India, que ha sido uno de los mayores recicladotes de plomo ha dismi-nuido su disponibilidad de plomo. Uno puede pensar que está bien, pero actualmente, en India, las empresas de reciclaje de-pendían en forma importante de plomo importado. Hoy, sin em-bargo, gran parte del plomo proviene de la fundición de baterías que cada indio lleva a cabo en su patio trasero, lo que no constitu-ye precisamente una regulación que proteja la salud y la seguri-dad. Debido a la carencia de plomo, producto del Convenio de Basilea, las ex recicladores han enfrentado problemas y han debi-do cerrar sus plantas. Como resultado, hoy se sigue reciclando el


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plomo, pero en el mercado informal. Es decir, una regulación que intentaba proteger a las personas y al medio ambiente, ha dañado tanto al hombre como al medio ambiente.

Otro problema que ha recibido gran cantidad de atención del PNUMA y los grupos ambientalistas modernos es la amenaza del calentamiento global inducido por el hombre.

En la década de los 1970, las principales preocupaciones eran el enfriamiento global, respecto al cual se dijo que era un evento natural de largo plazo que iba a ser exacerbado por la emi-sión de aerosoles, un subproducto de la quema de combustibles fósiles, que estaba previniendo la entrada de radiación ultravioleta.

A principios de 1980, la tendencia de 30 años de enfriamien-to había terminado y la preocupación se focalizó en el calenta-miento global. Ahora, las emisiones de dióxido de carbono, el producto dominante de la quema de combustibles fósiles, se dice está atrapando más radiación infrarroja emitida por la tierra.

El PNUMA enganchó en este problema putativo y en 1986 propuso la creación de un panel intergubernamental para evaluar el efecto de las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono y otros gases invernadero y proponer medios para revertir dichos efectos.

Estoy seguro de que Bjorn Lomborg tendrá mucho que decir acerca del calentamiento global, de modo que solo formularé las siguientes preguntas:

• ¿Por qué el PNUMA y el movimiento ambientalista moderno focalizan su atención exclusivamente en el impacto del hom-bre en el clima, buscando donde sea posible implicar que toda la tendencia de calentamiento observada en temperaturas ba-sadas en mediciones terrestres es causada por el hombre?

• ¿Por qué la única solución a este supuesto problema promovi-do públicamente por el PNUMA y la mayoría de los grupos ambientalistas involucra la imposición de restricciones en el uso de combustibles fósiles?

Cuando James Hanses, un científico de renombre que es el más importante promotor de la toma de acciones por parte de Es-tados Unidos, sugirió que sería más apropiado usar como meta de corto plazo el metano, fue más o menos ignorado, excepto en la literatura académica.


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Pero hay más soluciones posibles, incluyendo la geoingenie-ría, el secuestro de carbono y la adaptación, muchas de las cuales vale la pena considerar, en especial la última, porque el clima va a seguir cambiando, independiente de la acción del hombre. Un clima estático no es posible ni deseable.

Por su parte, la convención sobre diversidad biológica ha te-nido beneficios relativamente bajos y poco impacto con excepción de la colaboración del protocolo de bioseguridad. El protocolo de bioseguridad se basa en la premisa que el comercio de organis-mos vivos modificados (OGM), es decir organismos que son pro-ducto de la biotecnología, no puede llevarse a cabo sin el consen-timiento del país importador. En el caso de OGM que signifiquen acuerdos sanitarios y fitosanitarios que imponen restricciones a las importaciones, ellos deben basarse en evidencia científica que habrá algún daño de su importación, o bien un análisis de riesgo que establezca la necesidad de imponer restricciones. El protoco-lo de bioseguridad, por el contrario, tiene una serie de cláusulas que esencialmente permiten al país importador imponer restriccio-nes arbitrarias e incorpora un principio llamado “precautorio” que significa que se puede prevenir la importación de un producto en particular, aunque no haya evidencia científica alguna de su segu-ridad o peligrosidad.

Filosóficamente, es imposible probar una negación, es decir probar que algo no produce daño.

Mientras es perfectamente posible que algún tipo de OGM pueda de hecho cruzarse con variedades nativas, llevando a híbri-dos que bajo ciertas circunstancias pudieran poseer ventajas se-lectivas, es poco probable que estas ventajas selectivas persistan en la naturaleza, donde las amenazas son muy diferentes a aque-llas que enfrentan las cosechas agrícolas.

De hecho, unos pocos experimentos de largo plazo, sugieren que cuando se someten a competencia directa, las variedades ge-néticamente modificadas pierden rápidamente su condición convir-tiéndose en variedades comunes. Asimismo, para plantas salva-jes que inadvertidamente adquieren condiciones de elementos GM, en la mayoría de los casos, dichas condiciones les conferirán desventajas selectivas y el número de descendientes con la con-dición heredada desaparecerá rápidamente.

Más aún, se debe contrastar esto y otras supuestas amena-zas con el beneficio, tanto para el hombre como para el medio


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ambiente, que puede resultar de la adopción más amplia de com-puestos genéticamente modificados.

Para el hombre, una ventaja sería un mayor rendimiento en las cosechas, ya que se logra una mayor adaptación a condicio-nes locales. Un ejemplo es la papaya hawaiana, en peligro de ex-tinción por un virus y que fue salvada gracias al descubrimiento de un gen que cuando fue insertado en la papaya, le confirió protec-ción contra el virus. Nuevas variedades de cosechas están siendo desarrolladas hoy en día para permitir a las cosechas crecer tanto en climas más cálidos y secos, como también en otros más salinos y húmedos.

Otra posible ventaja es la obtención de cosechas más nutriti-vas; el arroz dorado desarrollado por Ingo Potrykus es un ejemplo. La cassava, baja en glucósidos cianogénicos, que causaba papa-da y kinzo, es otro.

Mientras tanto, si la mayor amenaza a la biodiversidad pro-viene de la usurpación de hábitat, entonces seguramente una tec-nología que aumente los rendimientos y reduzca la presión sobre la biodiversidad en hábitat salvajes debiera ser bienvenida. Esto es aplicable por supuesto, tanto en el contexto de agricultura y fo-restación.

No está claro si seremos capaces de sacar ventajas de estos beneficios en el presente debate, debido a un acuerdo denomina-do Protocolo de Bioseguridad, que amenaza minar el sistema re-gulatorio del comercio internacional para organismos vivos genéti-camente modificados y por tanto actúa como un fuerte desincenti-vo a la inversión en nuevos tipos de plantas genéticamente modifi-cadas, especialmente cuando el mercado primario para estas plantas son los países en desarrollo.

Finalmente, la declaración de Río, que en algunos aspectos es muy positiva, fomenta el desarrollo económico, pero también tiene la cláusula 15 que es el enfoque precautorio, que es algo que me preocupa. Este principio ha creado incertidumbre. Ese es el principal problema de sugerir que algo podría ser regulado so-bre la base de que podría ser dañino. Ello reduce los incentivos de las compañías para invertir en nuevas tecnologías y estoy segura que a ustedes también les preocupa en alguna medida. En el lar-go plazo, las nuevas tecnologías tienden a beneficiar al ser huma-no. La calefacción central es un ejemplo. Sin duda deja fuera de mercado a la minería del carbón, pero provee trabajo a la industria


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del gas y los instaladores de calefacciones y reduce los niveles de contaminación a que están expuestas las personas al interior de sus hogares.

¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto en la forma de políticas concretas para promover desarrollo sustentable?

La primera generación de ambientalistas – desde campañas que buscan la reducción de vapores nocivos en el norte de Ingla-terra como Henry Thoreau – veía al hombre como un ser emine n-temente benigno; ocasionalmente sobrepasando los límites, pero no de manera irreversible. En la medida que hicieran demandas públicas, se podían mejorar las instituciones existentes – que tra-bajaban bien en otros aspectos en la promoción del bien común.

Por el contrario, los movimientos ambientalistas modernos se inspiran en visiones paternalistas de los colonialistas, que evitaron que los Africanos usaran su tierra para sobre producir y por tanto los condenaron a morir de hambre removiendo su seguro contra la sequía. Estas personas son la base de la misantropía, a través de demandas que dicen actuar en el interés de la humanidad. Ellos buscan cambios radicales en las instituciones de la sociedad, de-mandan menos consumo, menor cantidad de nuevas tecnologías, menor transporte de bienes, un control más centralizado de la producción.

Hace diez años, los líderes mundiales se reunieron en Río de Janeiro, probablemente en la conferencia más importante en te-mas ambientales desde Estocolmo en 1972. Allí, decidieron gran parte de la legislación marco que se transformaría en la base de las negociaciones para tratados ambientales en la década de los 1990: la Convención Marco sobre Cambio Climático dio lugar al Protocolo de Kyoto; la Convención de Diversidad Biológica engen-dró el Protocolo de Bioseguridad. Los países pobres firmaron es-tos tratados porque se les prometió ayuda internacional; (el pago para los países africanos firmantes fue en la forma de la Conven-ción para Combatir la Desertificación, que también prometió ayuda internacional). Muy poca ayuda se ha materializado. Esto es pro-bablemente positivo, porque la ‘ayuda’ tiende a generar corrup-ción, eliminando los incentivos de los reguladores para acceder a los deseos de su gente, impulsando proyectos que benefician a los consultores occidentales y al grupo político de turno. Son in-gresos sin representación. Pero los acuerdos por sí solos no son benignos; aún cuando ha habido pocos resultados concretos, és-


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tos han creado incertidumbre y por lo tanto desincentivado la in-versión.

Probablemente los misántropos en el movimiento ambiental moderno aplaudirán la reducción de la inversión causada por los acuerdos que ellos han exigido. Pero el mundo ha visto de todos modos un increíble aumento de la inversión, al menos en los paí-ses del mundo desarrollado. Los pobres siguen pobres. Pero no siguen pobres porque los ricos sean más ricos. Eso es ridículo. Siguen pobres debido a la falta de inversión. Y la falta de inver-sión es el resultado de la carencia de instituciones apropiadas pa-ra crear incentivos para la inversión.

Creo que los primeros ambientalistas lograron un buen equi-librio y, contemplando la idea de desarrollo sustentable, debiéra-mos aprender de ellos.

En particular, buscaron asegurar que las instituciones de la sociedad se estructuren de tal manera de incentivar a la gente a mejorar su parcela, sin dañar la de su vecino. ¿Qué quiere decir esto?

1. Los derechos de propiedad deben estar claramente defini-dos y protegidos. Es la institución de la propiedad privada más que cualquier otra, la que permite a las personas es-capar de la mira de la pobreza. Los derechos de propiedad son capital; entregan a las personas los incentivos para invertir en su tierra y les dan a las personas un activo so-bre el cual tener acceso a préstamos y la posibilidad de transformarse en empresarios.

Los 900 millones de pobres rurales en India no están oprimi-dos por compañías multinacionales. La mayoría de ellos ni siquie-ra han oído hablar de compañías multinacionales y aquellos que lo han hecho, sueñan con trabajar para una de ellas. No, los 900 mi-llones de pobres rurales en India están oprimidos por la regulación de tenencia de tierras, que les dificulta arrendar, comprar o vender su propiedad formalmente. Las transacciones de tierra, típicamen-te involucran el pago de grandes coimas a los funcionarios locales, que tienen un gran interés en el status quo. Casi exactamente la misma situación se observa en Perú, cosa que Fernando de Soto muestra claramente en El Otro Sendero.

2. Las personas deben ser libres para asociarse unos con otros.


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La libertad contractual es esencialmente la libertad de aso-ciación con otros de manera formal. Incluye la libertad de transac-ción – para vender y comprar una propiedad- y como tal, es esen-cial definir en forma clara y rápida derechos de propiedad. Los contratos crean una mayor certeza legal y por tanto incentivan a la gente a comprometerse en el comercio y la inversión.

Armados con contratos y derechos de propiedad bien asig-nados, los campesinos se transforman en hombres de negocio.

3. Las decisiones para limitar la actividad humana deben to-marse en el nivel más local posible, pero deben estar limi-tadas por otros principios que prevengan abusos de po-der, lo que significa evitar las instancias de regulación global.

Entonces, las lecciones para Johannesburgo son simples:

• Promover una mejor protección de los derechos de propiedad

• Promover la libertad de asociación contractual

• Impulsar una investigación acerca de los méritos de los acuer-dos ambientales globales existentes, con el fin de retirarse de cualquier acuerdo que no muestre tener claros beneficios para la humanidad.


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LLAA TTIIEERRRRAA:: ¿¿MMEEJJOORR OO PPEEOORR??

Bjorn Lomborg, académico Universidad de Aarhus, Dinamarca

uisiera darles una idea de cómo le está yendo en reali-dad al mundo y consecuentemente, qué debiéramos hacer en el futuro. Por supuesto, este es realmente el

tema al cual Julian se estaba refiriendo. Necesitamos concentrar-nos en cuáles son los verdaderos desafíos, porque seguramente hay cosas que hacer, cosas buenas que hacer, pero necesitamos tener la certeza de no hacer cosas que no tengan ningún efecto.

Esto es básicamente lo que voy a tratar de describir, para darles una breve versión del libro “El ambientalista escéptico” en que abordo el tema de cómo están realmente las cosas en el mundo y cuáles son los problemas a los que deberíamos abocar-nos.

Si vamos a hablar de sustentabilidad, sobre qué es importan-te, necesitamos enfocarnos en dos aspectos.

La primera es que tenemos que confrontar nuestros mitos. Si en realidad el mundo no se va a acabar, es increíblemente im-portante saberlo; si pensamos que todo está cada vez peor, lo que no es así -y voy a tratar de mostrarles muchas estadísticas dife-rentes que indican que así es -, si el mundo no se va a acabar, no debemos tomar acciones dramáticas y decir, “¡Dios mío, tenemos que hacer algo ahora!”.

La idea es que si pensamos que no tenemos ninguna salida, haremos cualqui er cosa y tomaremos decisiones muy estúpidas. Es como si alguien se acercara a ustedes con una pistola en la cabeza y dijera ¡dame tu billetera!, uno no se para a pensar, "po-dría haber gastado mejor mi dinero, comprar una nueva tostado-ra..." Simplemente le entrega el dinero. Entonces, necesitamos desechar nuestros mitos.

El segundo punto que quiero enfatizar es que necesitamos recabar la mejor información posible para tomar buenas decisio-nes, y esto es economía 101. Sólo tenemos una cantidad deter-minada de dinero, pero hay tantas buenas causas, que tenemos que priorizar, porque al hacer algunas cosas, tenemos que dejar de hacer otras. Necesitamos transmitir ese punto de vista al públi-co, pero no podemos hacerlo a menos que realmente justifique-mos que el mundo no está cada vez peor sino que, en realidad, está cada vez mejor.

Q


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LAS COSAS ESTÁN MEJORANDO

Primero me gustaría mostrarles que en realidad, en general, hay cosas que están mejorando, y otras que presentan problemas, pero se necesita priorizar. ¿Cuál es el costo si no priorizamos co-rrectamente?

Permítanme mostrarles el resumen de la primera parte de mi libro. En casi todas las áreas las cosas están mejorando. Tene-mos más tiempo de esparcimiento, mayor seguridad, menos acci-dentes, más educación, más comodidades, mayores ingresos, menos inanición, más comida y una vida más sana y prolongada y, lo que es más importante, esto ocurre tanto en los países des-arrollados, como en aquellos en vías de desarrollo.

Permítanme mostrarles cómo las cosas han mejorado dra-máticamente y es probable que sigan mejorando a largo plazo.

El Gráfico Nº 1 mues-tra la cantidad de calorías per cápita que ingerimos diariamente en el mundo. No estoy inventando estas cifras, son de la Organiza-ción para los Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO).

Pero, no miremos tan-to a los países desarrolla-dos. Tenemos más calorías de las que podríamos ma-nejar y si tenemos proble-mas sería el engordar mu-cho. El principal problema está en los países en vías de desarrollo. Fíjense que

en 1961, la primera vez que se dispuso de datos reales para todos los países en vías de desarrollo, la cantidad de calorías por perso-na era de 1.932 al día. El año pasado, cuando publicaron los datos para 1998, el consumo era de alrededor de 2.650 calorías por persona al día.

Esto sugiere dos cosas. Primero, las cosas están mejoran-do. Es mucho mejor consumir 2.650 calorías por persona al día que simplemente 1.930. Pero eso no significa que todo esté bien

Gráfico Nº 1 Calorías Consumidas en el Mundo Desarrollado

y Subdesarrollo entre 1961 y 2030

1.900

2.100

2.300

2.500

2.700

2.900

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3.500

1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020 2030

Cal

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Developing

World


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y que no debamos seguir preocupándonos. No quiere decir que los habitantes de los países en vías de desarrollo no deberían consumir más calorías. Lo que es digno de destacar, es que es-tamos avanzando en la dirección correcta. Aparentemente no vamos cuesta abajo o hacia un abismo y esa información es im-portante. Pero también tenemos que mirar hacia el futuro.

Como señaló Julian Morris, muchas organizaciones “verdes” dirán que tal vez nos esté yendo muy bien, pero sólo porque hemos entrado en un acuerdo extraño con el medio ambiente y como con los personajes de dibujos animados, vamos cayendo por un precipicio, pero aún no nos damos cuenta. Entonces esta-mos destinados a caer. De hecho, no es así.

Si miramos los mejores modelos y nos preguntamos ¿cómo va a ser en el futuro?, la respuesta es que vamos a tener incluso más alimentos también para los países en vías de desarrollo. En el año 2030 se consumirán aproximadamente 3.000 calorías por persona al día en los países en vías de desarrollo. Igual no es su-ficiente, es casi lo que consumía el mundo desarrollado en 1960, pero es mucho mejor de lo que los países en vías de desarrollo tenían antes.

Muchos de ustedes habrán visto las citas y las estadísticas, yo las veo todo el tiempo, y tienen que concentrarse en si ésta es una forma estadística de manipular las cifras, lo que es poco pro-bable, pero no puede haber una persona comiéndoselo todo. O podría ser simplemente la clase media que se lo está comiendo todo. Entonces la gente pobre de todos modos va a estar murien-do de hambre. Sin embargo, ello no es así.

Por primera vez en 1970, la ONU hizo una encuesta global sobre cuántas personas morían de inanición. Esta mostró que en los países en vías de desarrollo, el 35% de los habitantes estaban muriendo de hambre. En la actualidad esto se ha reducido a un 18% y en 2030 se espera que se reduzca a un 6%. Lo que nos muestra que tendremos un mundo mucho mejor, con sólo un 6% de inanición en vez de 35% de inanición.

Pero ello no significa que no haya problemas. En el 2030 habrá 400 millones de personas muriendo de inanición en forma innecesaria.

Fácilmente podemos alimentar a estas personas. Hay cosas buenas que hacer. Entonces, si las cosas están mejorando, no deberíamos hacer cosas sólo porque estemos preocupados, no


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deberíamos hacerlas sólo porque nos sentimos desesperados, deberíamos hacerlas porque tiene sentido y es razonable.

Les voy a entregar algunos indicadores sobre algunas de las ideas que trato de señalar, diciendo “escuchen, las cosas están mejorando” y tenemos que focalizar nuestros esfuerzos.

Por supuesto, estas son sólo algunas de esas cosas. Cuan-do me refería a que disponemos de más comida y mueren menos niños, tenemos ingresos más altos, etc., igual alguien puede decir “sí, pero el medio ambiente puede estar socavando nuestro futuro. Tal vez no seremos capaces de manejar nuestro futuro, porque nos quedaremos sin recursos o porque simplemente nos contami-naremos hasta la muerte”.

Trataré de analizar estos dos temas muy rápidamente. Es importante concentrarnos en que la calidad del aire y del agua han mejorado -lo vimos en la presentación de la CONAMA- y también nos tenemos que concentrar en algunos de nuestros temores acerca de los químicos, que fue lo que dio inicio a todo el movi-miento ambientalista moderno. La pregunta medioambiental más importante de hoy es si el clima global va a cambiar. Ojalá tuviera tiempo para profundizar en cada uno de estos temas.

Pero fijémonos en el aire y en el calentamiento global, con un ejemplo para cada una de estas áreas. En primer lugar, permí-tanme mostrarles cuáles son las cosas que dieron vida a los mo-vimientos ambientalistas. “No tenemos un clima de repuesto para cuando se nos acaben los recursos” eso fue lo que motivó a los movimientos ambientalistas.

En los años 70s, tuvimos la crisis del petróleo. Esta fue bási-camente una situación de oligopolio, donde Arabia Saudita presio-nó para fijar el precio de este recurso y nosotros lo interpretamos como si éste se estuviera agotando. Ello nos hizo percibir que nos estábamos quedando sin nada aquí en la tierra y fue ciertamente una idea tipo catastrofista. A partir de ello, se trató de establecer límites al crecimiento.

Hay algo muy obvio que quiero mostrarles. Lo que yo hago mejor es el análisis de datos, así es que les quiero mostrar lo que sabíamos respecto del consumo de petróleo a lo largo del tiempo.


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El gráfico muestra cuánto petróleo pensábamos que nos quedaba en 1920 y cuánto utilizamos en esa época. Si dividimos los dos números, obtendremos los años de petróleo que quedan, con el consumo de 1920. La respuesta fue 10 años. En 1920 pensábamos que nos quedaba petróleo para 10 años de consu-mo. Ciertamente, en 1930 deberíamos habernos quedado sin pe-tróleo. En esa época, la Oficina de Minas de Estados Unidos in-formó que en 1930, el mundo se quedaría sin petróleo.

Lo sorprendente es que esto no sucedió. En 1930 gastamos 10 años de petróleo, usamos más petróleo en 1930 que en 1920 y todavía teníamos petróleo para 10 años más, a un nivel nuevo de consumo más alto en 1930.

Quizás no sorprenda a nadie, pero nuevamente la Oficina de Minería de Estados Unidos dijo que nos quedaríamos sin petróleo en 10 años. De hecho, si seguimos con esta serie, lo que resulta es que a pesar de que usamos más y más petróleo, tenemos aún más y más petróleo sobrante. Aún más sorprendente es el hecho de que nunca habíamos tenido tanto petróleo como las reservas que tenemos en la actualidad. Esto no significa, que la tierra no es redonda. Sólo hay una cierta cantidad de petróleo aquí. Signi-fica que hay un problema fundamental en la forma en que pensa-mos en nuestros recursos.

Gráfico Nº 2 Petróleo, Tiempo de consumo

SSiimmoonn eett aall.. 11999944 && EEIIAA 11999977,, 11999999,, 22000000

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1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

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Pensamos “sólo tenemos esta cantidad, pero si abusamos de él, nos quedamos sin nada” y entonces, ya va a ser tarde. Es co-mo entrar a la cocina, abrir el refrigerador y decir: “sólo me queda fruta para tres días, así es que el cuarto día voy a morir”. Eso no es así. Voy a salir a comprar en dos días más. Eso es lo que hemos hecho y la razón por la cual encontramos más y más petró-leo es porque cada vez somos mejores encontrándolo, extrayén-dolo, utilizándolo y cuando llegue el momento, substituyéndolo.

Por supuesto, que no vamos a seguir usando combustibles fósiles para siempre, pero como al Jeque Germani, fundador de OPEC, le en-canta señalar, “sí, la era del petróleo se va a acabar pe-ro no va a ser porque nos quedemos sin petróleo, igual que la era de piedra llegó a su fin, no por falta de piedras”. Dejamos de usar piedras porque encon-tramos una mejor alternati-va. No fue como decir “se nos acabó el hierro, tene-mos que cambiarnos al bronce”. La idea, enton-ces, es pensar que nos las arreglamos para buscar mejores soluciones y eso va a ser muy importante en el futuro, cuando miremos los recursos renovables.

El precio de la energía proveniente de recursos renovables ha estado cayendo en casi un 50% por década en el transcurso de los últimos 30 años y se espera que esta tendencia continúe en el futuro. Si su precio disminuye, estos recursos se harán competiti-vos cerca de la mitad del siglo, lo que significa que es poco proba-ble que no hayamos hecho una transición hacia los recursos reno-vables o a la fusión o algo en lo que ni siquiera hemos pensado para finales de este siglo.

Es decir, no nos vamos a quedar sin petróleo, no nos vamos a quedar sin energía.

Gráfico Nº3

Costo de la Energía Renovable se reduce un 50% ca-da década

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Sólo para darles una idea de la escala del problema, si inten-tamos producir toda la energía que actualmente consumimos con celdas solares -las actuales y eficientes celdas solares- podemos hacerlo poniéndolas en el desierto del Sahara. Ello consumirá el 2,6% del aire del Sahara y cubriría todo el consumo mundial de energía.

No lo hacemos, porque resulta muy caro, pero ello muestra que no nos vamos a quedar sin petróleo. De hecho, no nos va-mos a quedar sin carbón o gas o energía o cualquiera de los de-más combustibles no fósiles. Intento mostrarles ese gráfico en mi libro y que los mismos conceptos se aplican para estos y otros combustibles fósiles y no fósiles. A pesar de que hemos usado más y más de ellos, tenemos más reservas ahora.

Lo que hacemos con los minerales de hierro es usar aquellas vetas de más fácil acceso y al mismo tiempo, desarrollar tecnolo-gía para que nuestros hijos y nietos hereden la difícil tarea de ob-tener mineral de hierro, pero también la tecnología que hace que ello sea posible y ellos puedan obtenerlo incluso más barato. De hecho, lo que vemos es que los precios de prácticamente todas las materias primas han estado disminuyendo.

¿Por qué? Es verdad que usamos algunas materias primas de fácil acceso, pero para ello necesitamos que la tecnología lo haga cada vez más accesible para nuestros hijos y nietos. Es por ello que hemos visto una dramática disminución de aproximada-

Gráfico Nº 4 Precio de Materias Primas 1845 - 2000

The Economist, 2001

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6

1840 1880 1920 1960 2000


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mente 20% en los precios de las materias primas en el transcurso de los últimos 150 años.

Esa es la razón y es la forma correcta de apostar y el mundo seguirá avanzando así.

Por eso si estamos hablando de sustentabilidad como una forma de dejar este mundo para que sea un mejor lugar para nuestros hijos y nietos, estamos arreglándonoslas bien. De hecho, estamos dejando un lugar mucho mejor para nuestros hijos y nietos cuando hablamos de recursos. Estas cosas apuntalarán su futuro cuando hablemos de cuán bien les va a ir.

Mi argumento es que las cosas no sólo han ido mejorando en el pasado sino que también seguirán así en el futuro. Tendremos suficiente comida; vamos a poder comprar más comida para nues-tros hijos y nietos y los dejaremos con oportunidades aún mejores para utilizar petróleo, carbón, gas y otros combustibles renovables y no renovables. En el largo plazo, ellos podrán hacer una transi-ción a otras fuentes de energía tales como las renovables, el vien-to, la energía solar y otras. Parece que estamos haciéndolo bien y estamos dejando un mundo incluso mejor para nuestros hijos y nietos.

Por supuesto, la pregunta que surge enseguida es que te-nemos más y más dinero y ¿cómo va a ayudar eso si la contami-nación va a socavar nuestro desarrollo futuro? Tendremos más y más dinero, pero vamos a toser todo el camino hasta llegar al banco.

A esto quiero referirme ahora. ¿Estamos socavando nuestro futuro? Permítanme mostrarles este gráfico, que abarca gran par-te del argumento. Tenemos la idea de que la contaminación del aire es un fenómeno reciente y que está empeorando.

Pero de hecho podemos fijarnos en Londres. La razón por la que les hablo sobre la contaminación del aire es porque es lejos el contaminante más importante. La Agencia de Protección del Me-dio Ambiente de Estados Unidos calcula que entre 86% a 96% de todos los beneficios sociales que se derivan de la regulación de la contaminación provienen de regular un contaminante: el material particulado respirable. Si nos referimos a la contaminación en ge-neral, si nos referimos al medio ambiente en general, sólo hay una cosa que es masivamente importante y esa es la contaminación por material particulado. Y si nos fijamos en el pequeño gráfico


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que tenemos aquí, vemos datos que datan de 1585 en Londres y hasta aproximadamente 1995, casi hasta el día de hoy.

Gráfico Nº 5

Anhídrido Sulfuroso y Partículas en Londres - 1585 - 1995

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Sm

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and S

O2, g/m

3

Lo que vemos aquí es que la contaminación del aire no es un fenómeno reciente, que esté cada vez peor. De hecho, ha sido peor desde 1585 hasta prácticamente 1890 y desde entonces ha declinado dramáticamente y hoy está por debajo de lo que fue en 1585.

La contaminación atmosférica no es un fenómeno reciente que está empeorando. En Londres, la contaminación del aire es un fenómeno antiguo que ha ido mejorando en el transcurso de los últimos 110 años y el aire de Londres nunca había estado más limpio que ahora, desde la época medieval. La mayoría de las personas no lo creen. Si se realizan encuestas en los países des-arrollados, la gente va a opinar, en forma abrumadora, que el aire está empeorando y si creen eso, es probable que hagan malas in-versiones.

Lo que estoy diciendo es que las cosas están mejorando. Pe-ro ello no significa que esto no pueda mejorar aún más. De hecho, la mayoría de los estudios demuestran que deberíamos disminuir la contaminación, tal vez instalando caros convertidores catalíticos en autos diesel. Eso es una buena inversión, pero deberíamos hacerlo porque es una buena idea no porque tengamos miedo.


51

Por supuesto, eso sólo se aplica a los países desarrollados, pero en los países en vías de desarrollo, por ejemplo, Beijing y Ciudad de México y probablemente también habría dicho Santiago si no hubiera escuchado la presentación del Director de la CO-NAMA. Ciertamente en muchas de las grandes mega ciudades del mundo la contaminación del aire empeora. ¿Por qué? Bási-camente, porque están haciendo lo mismo que Londres y la mayo-ría de los países desarrollados.

El gráfico Nº 8 es una estimación del Banco Mundial. Si to-mamos el ingreso per cápita en el eje horizontal y la concentración de material particulado en el eje vertical, tenemos que primero empeora la situación y en la medida que somos más ricos, mejora cada vez más.

Gráfico Nº 7 Contaminación por Material Particulado, 1957

–1998/2010

Gráfico Nº 6 El impacto de los Distintos Contaminantes

Atmosféricos

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100 1.000 10.000 100.000 Ingreso per Cápita, 1985 PPP$

1972

1986 µµ g/m3

Gráfico Nº 8 Ingreso per Cápita del Mundo en Desarrollo

Estos resultados no son sorprendentes. Sin industria, no hay problemas ambientales, pero tampoco hay dinero. Luego se desa-rrolla una industria donde uno dice “buena onda, puedo obtener comida para mis hijos, puedo darles educación o puedo comprar cosas para mí, no importa si toso un poco”. Y después, no importa si toso más, para luego aceptar ese trade off entre toser más y hacerse más rico hasta que se es lo suficientemente rico y se dice “mmm sería bueno toser menos” y se produce una demanda por un mejor medioambiente.

Eso es lo que hizo el mundo occidental y eso es lo que pro-bablemente harán los países en vías de desarrollo cuando se vuelvan lo suficientemente ricos. El punto es que hay muchas de-cisiones políticas que determinan exactamente cuándo hemos lle-gado al punto de inflexión.

Al ser lo suficientemente rico, te puedes preocupar por el medioambiente; si eres pobre no puedes. Si no sabemos de dón-de provendrá nuestra próxima comida, no hay forma que nos po-damos preocupar del medio ambiente que habrá en 100 años más. Entonces, la contaminación no vi ene de los países ricos, no es consecuencia de producir más y más.

Si se fijan en el mundo, los países más limpios son los más ricos del mundo. La contaminación proviene de ser pobre y en ese sentido es increíblemente importante señalar que tenemos que asegurarnos que el mundo en vías de desarrollo se vuelva lo suficientemente rico para que ellos se preocupen del medioam-biente y así todos podremos tener soluciones globales para los problemas globales y soluciones locales para los problemas loca-les.


53

Lo que les estoy tratando de mostrar es que las cosas están mejorando y es probable que sigan así en el futuro. No seremos socavados por la contaminación. De hecho, el mundo desarrolla-do ya le está dejando a sus hijos y nietos un mundo mejor, incluso en términos de contaminación, porque yo les garantizo que nues-tros hijos no estarán respirando un aire tan sucio como nuestros abuelos y probablemente nuestros padres y lo mismo es probable que pase con los países en vías de desarrollo. Sus hijos y nietos, de seguro van a experimentar una disminución en los niveles de contaminación atmosférica, al mismo tiempo que sean más y más ricos.

Igual hay un tradeoff pero es un tradeoff que la mayoría de las personas estarían dispuestas a asumir cuando sean lo sufi-cientemente ricas, porque prefieren no toser a tener un equipo musical adicional.

Debemos preguntarnos entonces, qué tipo de problemas tendremos en el futuro y ahí es donde me gustaría concentrarme: en el calentamiento global.

Para darles una idea de lo que está sucediendo, también lo veremos a partir de algunos gráficos. Permítanme señalar que el calentamiento global está sucediendo. Esta es la mejor estima-ción de temperatura que tenemos de los últimos 40 años. El mun-do se ha calentado en la primera parte del siglo, probablemente debido a causas naturales; de hecho se enfrió un poco en la dé-cada de los 40s, que creemos se debió a la contaminación por partículas y luego vemos la parte del calentamiento que corres-ponde bastante bien con los modelos globales que tenemos aho-ra. Lo que esperamos es que tendremos un calentamiento global bastante fuerte y la pregunta es ¿entendemos estas cosas?

Primero que todo, el dióxido de carbono efectivamente au-menta el calentamiento. De hecho, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) señala que el calentamiento se produce por medio de las emisiones de dióxi-do de carbono. Este no es un organismo perfecto, ha recibido muchas críticas, y aunque no se le puede creer a pie juntillas, es nuestro mejor esfuerzo para entender cómo funciona el mundo y qué va a suceder si seguimos utilizando grandes cantidades de combustibles fósiles.


54

El costo total del calentamiento global va a ser de aproximadamente 5-8 billones de dólares y esta no es una cifra trivial, de hecho, más adelante voy mostrarles de donde provienen estas estimaciones. Esto no es fácil, sin embargo, aún tenemos que preguntarnos ¿qué tan importante es esto? ¿Qué pasa con las consecuencias futuras de las emisiones de dióxido de carbono? Y esta es por supuesto la verdadera pregunta ¿qué debemos hacer?.

Quiero mostrarles algunas cifras que indican qué tan impor-

tante será el calentamiento global. Una de las áreas más impor-tantes, cuando nos referimos al calentamiento global, debe ser la producción de alimentos. Estas son las mejores estimaciones que tenemos del Panel del Clima de las Naciones Unidas del IPCC.

Las cifras son de 1996. El IPCC no actualizó sus cifras en el informe del 2001. Lo que se muestra es cual será el efecto en la producción agrícola, si sólo consideramos el incremento de la temperatura; luego si también incorporamos presunciones razona-bles en el modelo. Este modelo probablemente se estabilice aun que ello es difícil de asegurar, ya que no ha sido bien calibrado. Pero si consideramos que al año 2070 tendremos una producción agrícola que probablemente duplicará la actual, los aumentos de temperatura producto del calentamiento global, significan que la producción agrícola, en vez de aumentar un 100% lo hará sólo en 80% a 89% de la producción. Esto es serio a nivel mundial. Por supuesto, también hay que tomar en consideración la acción ferti-

Gráfico Nº 9 Temperatura Global 1856 – 2000

Jones et. al. 2001

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lizante del dióxido de carbono, lo que también está vinculado di-rectamente con los próximos 70 años. Los agricultores adaptarán las épocas de cosechas, lo que significa que cultivarán sus cose-chas en fechas distintas o tal vez incluso decidirán cambiar los productos de sus cosechas.

Las cosas funcionan mejor en un clima más caluroso. Si es-to es así, la producción agrícola mundial virtualmente no se verá afectada. Pero el punto que es importante señalar es que no es así para la distribución de alimentos. El mundo industrializado ga-nará y el mundo en vías de desarrollo perderá. La razón de por que señalo ésto es, obviamente, porque la agricultura es un pro-blema importante, pero también es un indicador bastante bueno de casi todas las otras áreas que nos interesan.

Es probable que tengamos un aumento de la temperatura de 2°C a 3°C, es lejos el más probable si vamos a tener esa substitu-ción que les mencioné entre energía renovable y no renovable a mediados del siglo o al menos hacia el final del siglo. De este modo, no estaremos utilizando grandes cantidades de combusti-bles fósiles a fines de este siglo. La mayoría de los estudios muestran que en el mundo industrializado, algunas veces se ob-tendrán beneficios, algunas veces tendrán dificultades, pero en promedio será indiferente. Los países en vías de desarrollo, en tanto, tendrán grandes problemas producto del calentamiento glo-bal. Las Naciones Unidas utilizan aproximadamente 800 páginas para explicar por qué, pero la verdad es obvia.

Si el mundo va a estar más caliente ¿dónde prefieres vivir? ¿En un lugar no tan caluroso o en un lugar que ya es super calu-roso?. Los países en vías de desarrollo típicamente se ubican en los trópicos, donde van a tener muchos más problemas con el ca-

Tabla Nº 1 Consecuencias del Calentamiento Global en la Agricultura

(Cambio porcentual en la producción)

Escenario, +2.5 a +5.2 ºC Mundo Países Países Industrializados en vías de desarrollo ________________________________________________________________ Sólo aumento de temperatura -11 a –20 -4 a –24 -14 a -16 + efecto del CO2 -1 a –8 -4 a +11 -9 a -11 + adaptación lumínica 0 a +5 +2 a +11 -9 a -13 + adaptación moderada -2 a +1 +4 a +14 -6 a -7


56

lentamiento global. La idea es que cuando hablamos sobre hacer algo por el calentamiento global, realmente estamos hablando de ayudar al tercer mundo. Tenemos que preguntarnos, entonces, ¿estamos haciendo lo correcto cuando queremos ayudar al tercer mundo?

Gráfico Nº 10 Consecuencias del Calentamiento: Más tormentas

(Fuente: Landsea et al., 1999)

Ahora estamos hablando de Kioto el resultado de la Conven-ción de Río. Básicamente Kioto espera que reduzcamos las emi-siones de dióxido de carbono en países industrializados en aproximadamente un 30% de lo que habrían sido de otra manera en el 2010.

Gráfico Nº 11 Las Consecuencias del Protocolo de Kioto

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1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995

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1990 2000 2010 2020 2030 2040 2050 2060 2070 2080 2090 2100

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Busines as usual

Kyoto


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Tenemos los modelos del IPCC, por lo que podemos analizar cuál es el efecto de seguir Kioto en comparación con no hacerlo. Este modelo proviene de Weggley que es el autor principal del In-forme del IPCC de 1986, es no es un “don nadie”. Este modelo muestra que si no hacemos nada, entre 1990 y el 2100 tendremos un aumento de temperatura de 2,1°C con relación a la temperatu-ra que se observó en 1990. Ese es un aumento de temperatura no despreciable, que causará grandes problemas, especialmente en los países en vías de desarrollo.

Si actuamos de acuerdo a lo recomendado en el Protocolo de Kioto, el calentamiento global no va a desaparecer. La tempe-ratura aumentará de acuerdo a la línea roja, es decir tendremos un aumento de 1,9° C en el 2100, levemente más bajo al que ten-dríamos si no hacemos nada. Para expresarlo más claramente, el Protocolo de Kioto sólo pospone el aumento de temperatura del año 2094 al año 2100. Lo que hace el Protocolo de Kioto es pos-poner el calentamiento en aproximadamente 6 años.

Es decir, el pobre tipo en Bangladesh que se tiene que cam-biar de casa, porque se inundará en el 2100, ahora puede esperar para cambiarse hasta el 2106. Es bueno, pero no muy bueno. Y la pregunta importante es, ¿es esa una buena inversión para nuestros recursos?

Fíjense en el costo del Protocolo de Kioto. La mayoría de los modelos y las presunciones más razonables del mercado, asumen que el costo del protocolo será entre US$ 150 mil millones y US$ 350 mil millones al año. Esa es una gran cantidad de dinero. Bá-sicamente, estamos hablando de gastar entre 3 y 7 veces la ayuda global en desarrollo que hoy le entregamos a los países en vías de desarrollo, que es aproximadamente US$ 50 mil millones al año. ¿Es esa una inversión brillante?

De hecho, tenemos indicadores de lo que podría haber sido de otra manera. Permítanme mostrarles un ejemplo. Todos hemos oído hablar del tema de la higiene y el acceso a agua po-table. Con el costo anual de Kioto, el 2010 podríamos resolver de una vez por todas el problema más grande del mundo; podríamos darle agua limpia para beber e higiene a cada ser humano en la tierra. Costaría aproximadamente US$ 200 mil millones, y salvaría 2 millones de vidas cada año.

Salvará a más de medio millón de personas de enfermarse gravemente cada año. ¿No sería eso una mejor alternativa para


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4,820 4,575

8,553

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gastar ese dinero?. Podríamos resolver el problema más grane del mundo al año 2010, con el costo de Kioto y luego en el 2011 po-dríamos hacer algo igual de bueno y luego en el 2012 y 2030.

Gráfico Nº 12 Costo Anual y Costo Total de Implementación

del Protocolo de Kioto

Aquí hay algo fundamentalmente equivocado. Se intenta

hacer muy poco, a muy largo plazo y a un costo extremadamente alto, cuando hay tantos otros problemas reales que resolver, que permitirían salvar al tercer mundo y salvarlo con soluciones que sí sabemos que funcionan.

Existen muy buenos modelos que permiten calcular el co-

sto y beneficio del calen-lentamiento global. To-dos muestran que con muy poca regulación se puede lograr un uso razonable de los recur-sos. Lo que muestra este modelo en particu-lar es el costo de no hacer nada, que alcan-zaría cerca de US$ 5 billones. Ese es el costo

Gráfico Nº 13

Visión del Calentamiento Global

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No trade Double Bubble Annex I Global

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del calentamiento global. No podemos esperar que esto haga desaparecer el calentamiento global, pero podemos reducir el co-sto en US$ 300 mil millones de dólares si actuamos cuidadosa-mente, esto es, reduciendo las emisiones más baratas.

Sin embargo, fácilmente podemos hacer un cálculo de cos-tos globales, si adoptamos soluciones más radicales. El protocolo de Kioto costará aproximadamente US$ 1 billón y soluciones aún más radicales como la estabilización global de la temperatura, que sería una especie de extensión natural de Kioto, terminaría cos-tándonos tal vez dos veces más. Ello, porque pagaríamos mucho dinero ahora e igual seguiremos teniendo problemas durante los próximos 20 o 30 años. Es un acuerdo bastante malo.

Tenemos que tomar conciencia de esto para asegurarnos de gastar nuestro dinero sabiamente, en lugar de gastarlo sobre la base de nuestras percepciones que consideran que el mundo está empeorando.

Y esto, me lleva a la verdadera razón, a la verdadera conclu-sión de por qué es tan importante concentrarse en lo que es real-mente la verdad. ¿Cómo funciona realmente el mundo? Porque incurrimos en un tremendo costo si nos preocupamos de las cosas equivocadas. Creo que está bien que nos preocupemos por el mundo, porque eso demuestra que nos importa, pero también te-nemos que asegurarnos de hacer las cosas correctamente, y defi-nitivamente incurrimos en un costo al preocuparnos de las cosas equivocadas.

El ejemplo que les voy a mostrar es un estudio del Centro de Análisis de Riesgo de Harvard, el más importante que se haya hecho en Estados Unidos, relativo a leyes que intentan salvar vi-das humanas. Se considera toda la legislación, que ha tenido co-mo enfoque principal salvar vidas humanas.

Gran parte de la legislación ambiental no tiene como objetivo principal salvar vidas humanas. Si hablamos de salvar el tigre de bengala, eso probablemente tiene el efecto contrario. Pero, fijé-monos en aquellas áreas donde sí tratamos de salvar vidas humanas y luego comparemos su eficiencia en términos de costo de salvar una vidas en el área medioambientales y en otras áreas diferentes.

Este estudio fue llevado a cabo por 11 investigadores, que invirtieron 3 años de sus vidas revisando todo el material publica-do y la legislación norteamericana. Revisaron más de 600 cuer-


60

pos legales. Permítanme mostrarles sólo un gráfico, que muestra el costo promedio de aumentar la esperanza de vida de un ser humano en un año en diferentes áreas.

En el área de salud, por ejemplo, debido a la regulación, se puede aumentar en un año la esperanza de vida de una persona por alrededor de US$ 19 mil. Que eso sea barato o caro, si nos vamos de fiesta con ese dinero, es una decisión política, pero la idea es que ahora podemos comparar ese valor con el costo en otros sectores. Lo que ustedes ven es que la legislación que regu-la las áreas residenciales, permite aumentar en un año la espe-ranza de vida de una persona por alrededor de US$ 26 mil; en el área de transporte, este costo es de US$ 56 mil; la regulación la-boral permite aumentar en un año la esperanza de vida de una persona a un costo de US$ 350 mil y el mismo propósito se logra en el área medioambiental, por US$ 4,2 millones.

Podríamos denominar este gráfico como “Cómo descubrir una mala inversión”.

Esto no significa que la legislación ambiental sea mala. Re-ducir las emisiones, es probablemente una muy buena idea. El punto es que el costo de mejorar el medio ambiente en compara-ción con otras áreas, muestra que es una muy mala inversión. El problema es que esto sucede de verdad, porque nos sobre pre-

Gráfico Nº 14 Gastos Generales para diferentes Áreas

(Tengs. et. al., 1995)

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ocupamos por esta área y la sobre focalizamos y consecuente-mente olvidamos muchas de las otras áreas que son importantes.

Las consecuencias son fáciles de predecir. Este estudio, de aproximadamente 300 regulaciones, que incluye también informa-ción del costo total, muestra que los Estados Unidos gastan anualmente aproximadamente US$ 21 mil millones salvando cerca de 60 mil vidas humanas.

Ahora, ¿Se ha gastado este dinero de la mejor forma posi-ble? Con el mismo dinero se podrían haber salvado 120 mil vidas humanas cada año. Entonces, la pregunta surge cuando mira-mos el proceso de priorización y nos preguntamos ¿por qué noso-tros renunciamos a salvar 60 mil vidas humanas gratis, cuando tomamos esa decisión o si esa no era nuestra intención? O qui-zás más peliagudo ¿por qué hacemos una priorización que come-te 60 mil asesinatos estadísticos al año? Y la respuesta, por su-puesto, es que nos preocupamos demasiado de algunas áreas y muy poco de otras.

Tenemos un enfoque equivocado, porque creemos que es-tamos arrinconados en una esquina y estamos dispuestos a tomar malas decisiones. Por eso tenemos que conocer el estado real del mundo para entender cómo obtener la sustentabilidad.

Estamos en un camino, donde las cosas están mejorando cada vez más y es probable que lo sigan haciendo en el futuro. Pero esto no significa que no haya problemas o que no sea nece-sario preocuparse. Todavía quedan muchas cosas por hacer, pe-ro necesitamos focalizarnos en las áreas correctas. Si no lo hacemos, terminaremos perdiendo nuestro dinero, terminaremos haciendo menos bien del que podríamos haber hecho, terminare-mos haciendo un mundo menos bueno de lo que podría haber si-do de otra manera.

Hay muchos problemas, pero por lo general son menos y más pequeños de lo que creemos. Por eso, necesitamos priorizar y este es el mensaje que tenemos que llevar a Johannesburgo: si vamos a hacer el bien en este mundo no es suficiente decir “tengo las mejores intenciones para con el mundo”. Seguro que es así, pero no podemos preocuparnos por cosas de las que no es nece-sario preocuparse, porque eso significa que terminamos dejando de lado las cosas en las que realmente nos tenemos que concen-trar.


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Necesitamos lograr una adecuada priorización, pero para lle-gar a ella, tenemos que hacer que las personas entiendan que, en general, las cosas y el mundo no lo están haciendo cada vez peor, sino mejor.


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MMEESSAA RREEDDOONNDDAA:: OOPPTTIIMMIISSMMOO OO PPEESSIIMMIISSMMOO

SEÑOR ALDO CERDA, DIRECTOR EJECUTIVO ECONATIVA

arte importante de esta discusión es si acaso el mundo está mejor o peor. He titulado mi exposición como Análi-sis crítico de sustentabilidad forestal en Chile: bosque nativo y plantaciones 1985-2000. Se ha reconocido que

dentro de la agenda ambiental, lo forestal es particular y los bos-ques nativos y las plantaciones son temas emblemáticos de la dis-cusión de los últimos 10 años y parte importante es que no hay muchos elementos técnicos. Lo que se ha tratado de hacer es identificar un referente técnico, identificar un indicador de susten-tabilidad en los últimos 15 años para el sector forestal.

Uno de los problemas que existe es la definición de susten-tabilidad, acuñada el año 1987 por la Comisión Brundtland, que es dejar una herencia de capital humano, físico y natural a las futuras generaciones, a lo menos igual a lo nosotros recibimos. Está bien, pero es difícil de operacionalizar. En el caso del sector forestal en particular, muchos de estos problemas se derivan del hecho de que existen numerosas externalidades vinculadas al recurso y, por lo tanto, dar cuenta de ellas y tratar de cuantificar la magnitud de las mismas, resulta complicado. Ese es el desafío.

Haré una rápida descripción de lo que es el sector forestal.

- En Chile, representa el 13% de las exportaciones.

- Ha crecido desde US$ 800 millones en 1985 a US$ 2.300 mi-llones a hoy.

- Desde el punto de vista del impacto que pueda tener, las est i-maciones indican que las exportaciones el 2010 llegarán a US$ 4.000 millones, reflejando una tendencia creciente.

- Chile cuenta con 15,6 millones de hectáreas de recurso fores-tal, que corresponde a la superficie que existe entre Santiago y Temuco o la República de Irlanda y Portugal.

- Del total de bosques el 86% es nativo y el resto son plantacio-nes, con algo de bosque mixto.

Una de las características importantes del sector forestal en Chile, a diferencia de otros sectores es que a pesar de que el bos-que nativo representa en superficie seis veces más que las plan-

P


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taciones, la relación de producción de madera es exactamente la opuesta. O sea, el 85% de la madera para la industria viene de las plantaciones, que fueron establecidas con esa finalidad. Parte importante de los problemas que se identificarán con relación al bosque nativo guardan relación con la distribución de este y su identificación.

Explicaré la forma en que se puede identificar un indicador de sustentabilidad, cuando lo interesante es saber si el sector fo-restal está capitalizando o descapitalizando. La ecuación básica de Pierce y Atkinson en 1993 y hoy es el referente habitual del Banco Mundial y se denominan “los ahorros genuinos”, que dicen como es la relación entre lo que se invierte en un sector y lo que se deprecia o aprecia en un sector. Los componentes de la ecua-ción que se muestra son inversión o ahorro, apreciación o depre-ciación del capital físico, apreciación o depreciación del capital na-tural, apreciación o depreciación del capital humano, apreciación o depreciación del capital social, más el valor presente del desarrollo tecnológico en el tiempo.

SG = S - dKM - dKN - dKH - dKS + PV(T)

Ahorro : forestación y reforestación

dKM : depreciación capital físico

dKN : a(de)preciación capital natural

dKH : a(de)preciación capital humano

dKM : a(de)preciación capital social

PV(T) : valor presente del cambio tecnológico.

La ecuación básica está concentrada en la depreciación del capital natural, que es cómo varía el stock del recurso más la va-riación de la producción de las externalidades. Uno de los puntos en los cuales se ha avanzado en los últimos 5 años es reconocer que los bosques son más que madera, proveen una multifunciona-lidad de bienes y servicios a la sociedad y uno de los problemas más complicados es que estos bienes y servicios no tienen mer-cado donde expresarse, por lo tanto, la discusión de que tan gran-de es el tamaño de esas externalidades está en el corazón de to-da discusión de la sustentabilidad forestal.

En las figuras Nº 3 y 4 se muestra como se está capitalizan-do el sector. En el caso de plantaciones hay dos grandes espe-


65

Fig. 5: Superficie de Bosque Nativo por Categoría

1985-2000

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P r o t e c c i ó n 4 . 3 0 1 4 . 3 0 3 4 . 3 0 4 4 . 3 0 5 4 . 3 0 6 4 . 3 0 8 4 . 3 1 0 4 . 3 1 2 4 . 3 1 5 4 . 3 1 7 4 . 3 1 9 4 . 3 2 1 4 . 3 2 3 4 . 3 2 3 4 . 3 2 3 4 . 3 2 3

P o t e n c i a l 1 . 3 7 3 1 . 3 7 3 1 . 3 7 3 1 . 3 7 0 1 . 3 6 8 1 . 3 6 0 1 . 3 5 8 1 . 3 5 1 1 . 3 4 6 1 . 3 4 0 1 . 3 3 4 1 . 3 3 7 1 . 3 3 9 1 . 3 3 6 1 . 3 3 3 1 . 3 3 1

C o m e r c i a l 4 . 0 2 6 4 . 0 1 4 4 . 0 0 1 3 . 9 8 7 3 . 9 7 1 3 . 9 5 6 3 . 9 4 1 3 . 9 2 7 3 . 9 1 3 3 . 9 0 2 3 . 8 9 0 3 . 8 7 4 3 . 8 6 1 3 . 8 4 7 3 . 8 3 4 3 . 8 2 1

1 9 8 5 1 9 8 6 1 9 8 7 1 9 8 8 1 9 8 9 1 9 9 0 1 9 9 1 1 9 9 2 1 9 9 3 1 9 9 4 1 9 9 5 1 9 9 6 1 9 9 7 1 9 9 8 1 9 9 9 2 0 0 0

cies, pino radiata y eucaliptos. Toda la información está basada en estadísticas de CONAF, INFOR y modelos que son de dominio público. La variación del inventario de madera de las plantaciones de pino radiata en los últimos 15 años muestra una tendencia cre-ciente. En el caso del eucaliptos, que es una especie de más rá-pido crecimiento, el cambio es aún más drástico, porque se ha partido forestando fuertemente en la década de 1990.

Donde hay pro-blemas es en el bosque nativo, porque se ha tenido poco avance en tér-minos de la ca-lidad de la in-formación. Los que trabajan en el sector se re-cuerdan del in-forme del Banco Central de 1995, que mostraba que en ciertas Regiones habría desaparecido el bosque nativo a esta fecha. El informe es malo en términos pro-fesionales, pero

independiente de ello, lanzó una sombra de duda en las re-laciones de co-laboración que deben existir entre institucio-nes académi-cas. El último trabajo que hizo la Unidad de Cuentas Am-

F ig . 3 : Ex i s tenc ias de P ino rad ia ta

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Fig.4: Existencias de Eucalyptus

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bientales del Banco Central con CONAF muestra (Fig. 5) que la superficie de plantaciones no está cayendo un millón de hectáreas y que se ha producido una recuperación producto de lo que de-nominó un problema de valor.

A partir de esta in-formación de super-ficie, se ve que el volumen de madera contenida en los bosques nativos en Chile está creciendo producto de una fuerte recuperación que existe en el área de renovales, donde hay alrededor de 4 millones de hectá-reas (Fig. 6).

Otra externalidad es la emisión y cap-tura de carbono a la atmósfera. Un ba-lance del sector fo-restal desde el pun-to de vista de emi-siones efectuado por la CONAF se muestra en la figura Nº 7. El sector fo-restal en Chile, bos-que nativo y plantaciones es un capturador neto de CO2 y de gases equivalentes, por lo tanto está generan-do una externalidad positiva.

El cambio de la productividad de

suelo, que se produce, por ejemplo, cuando se tiene un terreno que está degradado, con peligro de erosión y al plantarlo se recu-

Fig. 6: Stock Total de Madera Bosque Nativo Comercial 1985 - 2000

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Fig. 8: Superficie de Bosques con Cambio de Productividad del Suelo

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R e c u p e r a c i ó n d e S u e l o s Sus t i t u c i ón C o s e c h a s I n a d e c u a d a s I n c e n d i o s


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pera el suelo y se recupera productividad, pero también se puede estar haciendo una cosecha de mala forma y se pierde productivi-dad. Lo que se muestra en la figura 8 es un balance de las super-ficies que están involucradas en cada una de las partes y después se valorizan desde el punto de vista de los cambios que existen en los distintos segmentos.

También es importante considerar el efecto sobre la biodiver-sidad, el efecto sobre la regulación hidrológica, efectos estéticos de ecoturismo y valor de existe ncia.

Por lejos el principal insumo es la valorización del cambio de existencia de madera. Lo que se muestra en la figura 9 es que pa-ra todo el período de análisis el recurso crece más de lo que se extrae. Sistemáticamente durante 16 años lo que se está extra-yendo del bosque en términos madereros es mucho menos de lo que el bosque crece y eso es una buena señal.

En las figuras 10 a 13 se resumen todas las otras externali-dades que van desde valorizaciones sobre efectos de biodiversi-dad, de cambio en la productividad, por efecto del cambio climáti-co. Todas se resumen en el último indicador, que nos muestra los

Fig. 10: Inversión Anual en Establecimiento de Plantaciones 1985 - 2000

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Fig. 11: Valor de la Captura Anual de Carbono

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Fig. 9: Valor del Cambio en las Existencias de Madera de los

Bosques Chilenos 1985-2000

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P i no r a d i a t a E u c a l y p t u s B . N a t i v o


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ahorros genuinos del sector para el período 1985 al 2000. Cuando los ahorros genuinos son positivos, quie-re decir que se sigue una trayectoria sustentable.

Para el período anali-zado, bajo una serie de su-puestos que estoy llano a revisar, los ahorros genuinos en el sector forestal, van to-dos en la misma dirección,

subestimando lo que no se sabe y extremadamente crítico con as-pectos como la biodiversidad, donde existe menos información. Sistemáticamente se observan ahorros genuinos positivos en el sector forestal.

Resumo en 10 conclusiones:

1. Si alguien pregunta en términos técnicos si el sector forestal es sustentable en consideración al indicador más aceptado, la respuesta es positiva, porque el recurso ha crecido más de lo que se ha extraído.

2. Los aspectos positivos que se pueden destacar con relación a plantaciones y bosque nativo. Las plantaciones no solo pro-veen una fuente de madera sustentable, sino desde el punto de vista de recuperación de suelos y de la captura de carbono. El bosque nativo se está recuperando.

3. En las plantaciones nos debe preocupar cuando éstas han sus-tituido bosque nativo, para saber donde sería deseable que la sociedad no hiciera conversiones porque el ecosistema es muy valioso. Este tipo de información recién está en los orígenes.

F ig . 13: Va lor de las Externa l idades Ad ic iona les de l

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Fig . 14: Ahorro Genuino de l Sector Foresta l Chi leno

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4. En el caso del bosque nativo los problemas tienen que ver con lo mismo, ha habido un historial de confrontaciones y debates durante 15 años que ha hecho que las empresas no se intere-sen en el bosque nativo, por lo tanto el recurso pierde valor. Si se ha recuperado ha sido a pesar de ello y no gracias a ello y ahí está una fuente de oportunidades a futuro.

5. En general todos los sectores consideran que tener una certifi-cación ISO 14.001 es una garantía de sustentabilidad, pero en el sector forestal ha sido tanto el debate que esa certificación está superada hace mucho tiempo. El 60% de la superficie de plantaciones está con la certificación ISO 14.001 y lo que se ha desarrollado fuerte en el mundo son instrumentos voluntarios en los cuales se certifican manejos forestales sustentables. En el año 2003 se estima que el 70% del volumen que produce Chile va a tener esta certificación de performance, que es un buen indicador.

6. Si el 70% de la producción va a poder mostrar certificación in-dependiente, con un nivel de exigencia mucho mayor que la que exige hoy un plan de manejo, claramente a lo que se debe avanzar es que la regulación en el caso del sector forestal de-be cambiar de foco.

7. Si se tiene una certificación independiente de mucho mayor ni-vel, la autoridad no debe enfocar sus esfuerzos ahí, sino en las áreas presumiblemente de bosque nativo donde requiere ma-yor nivel de recursos y fiscalización para prevenir efectos nega-tivos en la biodiversidad.

8. Parte importante que se consideró en el desarrollo de los sis-temas de certificación tiene que ver con la participación de la gente. Todos los sistemas que se han desarrollado en el mun-do se caracterizan por una masiva presencia de ONGs partic i-pando como representantes de la sociedad civil. Eso funciona en Estados Unidos o Europa. Por ejemplo en Estados Unidos existen 2 millones de ONG´s y la más grande tiene 1,5 millones adherentes y cada uno paga en promedio US$ 660 al año, lo que significa que tiene un presupuesto de US$ 90 millones pa-ra trabajar. En cierta medida las ONG´s son una forma de par-ticipación ciudadana. En Chile hay una cantidad ínfima y se debe reconocer que, en general, se representan a ellos mi s-mos, por lo tanto es un asunto de ser objetivo con relación a reconocer que la participación ciudadana se canalice a través de las ONG´s puede ser un modelo que va a funcionar en el fu-


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turo. Pretender que estas organizaciones no son escuchadas significa ponerse de espaldas a la ciudadanía es lejano a la realidad.

9. Si alguien revisa detalladamente los avances y lo que se puede encontrar en el estudio, se va a encontrar con áreas que faltan desarrollar en términos de investigación y desarrollo, que son prioritarias. Me gustó cuando Bjorn Lomborg expresó que hay problemas grandes y chicos. Hay que concentrarse en los grandes problemas. Este estudio ayuda a saber donde están esos problemas, no es que falten problemas sino que debe cambiarse el foco de atención.

10. En cuanto a la responsabilidad social, ECONATIVA se hace cargo de las afirmaciones que realiza, lo que es importante si se quiere avanzar en una cultura de sustentabilidad en térmi-nos de ser responsable de las afirmaciones.

SEÑOR GUILLERMO GEISSE, PRESIDENTE DEL CENTRO DE INVESTIGACIONES PARA EL MEDIO AMBIENTE

n relación a lo señalado por Hernán Büchi, en cuanto a que no ve al medio ambiente como un obstáculo, sino como una parte del desarrollo y los obstáculos los ve

más bien en la institucionalidad ambiental, quisiera ir un poco más lejos. Veo la conservación ambiental y el crecimiento como dos líneas de acción que se refue rzan mutuamente. Es decir, para poder seguir creciendo es necesario ir haciéndolo conservando simultáneamente el medio ambiente. El problema no está en la institucionalidad ambiental, sino en la institucionalidad democráti-ca, que aún no llega a un grado de maduración o de liberarse del modelo que se tuvo por tanto tiempo, propio del Estado de Bienes-tar, del Estado Benefactor, que protegía las economías.

No se ha llegado a hacer esa reforma del Estado, que entre muchos aspectos incluye la introducción de comunicaciones elec-tromagnéticas en los sistemas de los Servicios Públicos, también la descentralización política del país. El sistema ya no sirve para nuevos temas; hay que hacer adaptaciones importantes del siste-ma de vinculación entre la sociedad que participa y el Gobierno que decide, siendo el Gobierno Central el que decide y nadie más, y siendo los Partidos Políticos los que vinculan las nuevas necesi-dades y demandas frente al sector público.

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Partidos que se encuentran hoy debilitados y no parecen re-presentar a la gente en sus nuevos temas, que son transversales, que pasan las barreras ideológicas, que llaman más bien a la uni-dad para enfrentar los problemas juntos y que además son fun-damentalmente locales. Excepto de aquellos problemas que se han referido aquí, que son un poco lejanos a nosotros porque no los producimos nosotros, como el calentamiento de la tierra o la destrucción de la capa de ozono y menos está a nuestro alcance resolverlos.

Con respecto a la intervención de Bjorn Lomborg, la encontré muy interesante, pero igualmente provocativa, polémica y con el brillo de un buen comunicador. Me pareció entender que él pen-saba de que hay que tener paciencia y esperar a ser ricos para resolver los problemas ambientales.

Pienso que aquello es casi llegar a una especie de determi-nismo histórico o a pensar que la historia es lineal. Me recuerda un libro que se publicó hace 40 años, que decía que nuestro ca-mino hacia el desarrollo pasaba necesariamente por seguir las mismas etapas que pasaron los países desarrollados. A la sema-na de publicarse el libro en Chile era motivo de una fuerte crítica social de personas como Fernando Enrique Cardoso, Ricardo La-gos, etc.

Si se mira un poco hacia atrás en la historia, lo que ocurrió primero en los países desarrollados, fue lo que originó el Día de la Tierra. Ello sucedió en abril de 1970 en Estados Unidos, cua ndo un muchacho de Stanford, que estaba siguiendo su Doctorado, después de unos seis meses de organización, hizo un llamado pa-ra que la gente dijera lo que sentía. Producto de ello, se reúnen millones de gentes para decir que no están dispuestos a aceptar que para crecer se tenga que aceptar esta pobre calidad de vida. Eso generó un movimiento formidable en Estados Unidos, que significó una revolución ambiental en que las empresas se vieron presionadas por una demanda que exigía calidad ambiental. De ahí viene lo que se llama “producción limpia”, manejo sustentable de los recursos, cuando las empresas incentivadas por innovar en tecnología descubrieron que mitigar la contaminación podría ser motivo de un ahorro, ahorrar energía, eliminar los residuos tóxicos que después se debían desechar que eran caros por los estánda-res y las normas.

Luego, apareció el “milagro” que las industrias más eficientes son las más limpias. Esto todavía no está difundido y existen mu-


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chas cosas que deben resolverse ante un dilema en el que hay que sacrificar algunos de los objetivos del desarrollo sustentable por otro, cuando se trata de los gastos públicos, de problemas acumulados de hace mucho tiempo que no se pueden internalizar los costos y convertirlos en beneficio del sector privado. Eso es una decisión política, donde los ciudadanos tienen que tener una parte en la decisión. Por ejemplo, cuando se trata de sacrificar crecimiento por conservación, o viceversa.

Me pasó una experiencia cuando era estudiante recién llega-do a Berkeley, veía en la televisión una discusión pública entre técnicos y la población organizada con relación a si se le ponía o no flúor al agua. Por segunda o tercera vez, los políticos que de-bían tomar la decisión no se atrevían porque había un conflicto. A pesar de que los argumentos técnicos decían que se ahorrarían millones de dólares en caries, había gente que no estaba dispues-ta. Como resultado, no se puso el flúor al agua y la gente tenía razón, porque 10 años después se llegó a conclusiones notables en cuanto a los efectos colaterales que tenía el tipo y cantidad de flúor que se ponía al agua. La gente tiene que opinar a través de sus representantes.

En este país hay un problema, en el sentido que la demanda ambiental en la población se hace sentir por el año 95 o 96, cuan-do su ingreso era US$ 5.000 per cápita. Por otro lado, se tiene una demanda ambiental que viene de sociedades de esos países que la ejercen a través del Comercio Exterior. Es un escenario completamente distinto, a US$ 5.000 per cápita se está sometido a una demanda ambiental, que en buena hora llegue a generar en Chile las reacciones que vayan por el camino del desarrollo sus-tentable. Por encontrar aquella fórmula casi mágica, que para po-der crecer se tiene que hacer buenas cosas para el medio ambien-te, cosa que está ocurriendo, no al nivel de la política nacional o en forma masiva en el país. Los casos de ganar por medio am-biente y ganar por productividad y eficiencia son la excepción, pe-ro las oportunidades son bastantes más que las excepciones, mu-chos más que los casos reales. Hay en Chile industrias que están trabajando sobre la base de producción limpia. Hay industrias que voluntariamente se están autorregulando y poniéndose estándares bastante más altos que las normas nacionales para poder compe-tir en los mercados internacionales y están encontrando que redu-cen los costos de producción.

Hay un conjunto de caletas en la VIII Región que salieron de la pobreza crítica a que los llevó la extinción de los locos que ellos


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mismos extraían y se les impuso una veda por ese motivo. No te-nían ningún destino hasta que se contactaron con Alberto Castilla, Biólogo Marino de la Universidad Católica, que llevó su teoría a la práctica haciendo partes industriales y los convirtió en cultivadores de locos. A través del desarrollo sustentable, quintuplicaron los ingresos que tenían antes de la veda, repusieron sus casas, cons-truyeron escuelas, mejoraron su calidad de vida y, lo mejor de to-do, que no tuvieron que emigrar a una “callampa” a Vallenar o La Serena donde habrían perdido su identidad.

Esas cosas están ocurriendo en Chile, porque hay sectores que están demostrando que se puede crecer y se puede limpiar. Se están resolviendo esos mitos que hay que planificar para esto. Hoy, la tendencia es recurrir a los instrumentos más eficientes ca-da vez que se pueda y estos son instrumentos de mercado. Pero siempre van a haber problemas en que hay que tomar una deci-sión y hacer un trade off, donde hay que decidirse por uno u otro y eso no se puede hacer sin la participación de la gente. En estos momentos eso es muy difícil en un país tan inmensamente centra-lizado, el más centralizado entre las democracias y economías de mercado en el mundo y eso no permite a la gente participar. Hay que llevar las decisiones mucho más cerca de la gente, además porque los problemas que ellos enfrentan son locales y también cuando presentan sus problemas ambientales lo hacen en forma integrada y no responde a esa forma integrada una oferta sectori-zada, centralizada que viene desde Santiago.

SEÑOR JOSÉ MANUEL OVALLE, DIRECTOR DE LA DIVISIÓN DE MEDIO AMBIENTE DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

l tema de la mesa redonda a la que he sido invitado es “Optimismo o pesimismo desde el punto de vista interna-cional”. Por naturaleza soy optimista y, si bien, en el de-

sarrollo de los últimos 30 o 40 años de la humanidad se puede ver una serie de progresos en materia de búsqueda del desarrollo sustentable en materia de protección del medio ambiente, creo que no se puede llegar a una conclusión color de rosa.

Si se mira atrás, 30 o 35 años, se verá que en este período de la historia de la humanidad, se han producido a nivel interna-cional una serie de progresos. Parto por recordar la Conferencia de Estocolmo el año 1972 sobre medio ambiente humano. Así se creo el organismo de la Naciones Unidas destinado a servir de ca-talizador y foro de los temas ambientales. Además la Conferencia

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de Estocolmo acordó una serie de principios y, lo más importante, creó conciencia de una humanidad, al señalar que todos estába-mos en el mismo barco y que no había soluciones individuales y que cualquier solución pasaba por el esfuerzo mancomunado de toda la humanidad. Dos décadas después en Río de Janeiro tuvo lugar la Conferencia de Medio Ambiente y Desarrollo, que tuvo un carácter fundacional al analizar todas las materias ambientales desde una perspectiva global, generando para su aprobación o firma una serie de documentos trascendentales. De la Declara-ción de Río se habló de 27 principios fundamentales en Derecho Ambiental, como por ejemplo, quien contamina paga, el principio precautorio, el principio de responsabilidad común pero diferen-ciada. También se acordó la Agenda 21, un completo programa de acción en la búsqueda del desarrollo sustentable compuesto por 40 capítulos, la cual estaba destinada a ser cumplida por los Estados, los individuos, las Organizaciones No Gubernamentales, por la sociedad en general. Abrió la firma el Convenio de Biodi-versidad y de Cambio Climático. Crearon la Comisión de Desarro-llo Sustentable destinada al seguimiento de esos acuerdos, en fin, removió la conciencia de la humanidad acerca de los problemas ambientales y situó esta preocupación al más alto nivel político de nuestros dirigentes. Basta recordar que asistieron más de 120 Je-fes de Estado.

En estos 30 años, desde Estocolmo y pasando por Río de Janeiro hasta ahora se han firmado en la comunidad internacional una serie de acuerdos vitales para la búsqueda del ideal y del de-sarrollo sustentable, muchos han sido citado hoy día. Por ejem-plo, la Convención de Helsinki que tiende a proteger las especies amenazadas de la flora y la fauna. La Convención de Viena para la protección de la capa de ozono, que es un acuerdo internacio-nal muy exitoso, que ha disminuido en gran porcentaje el uso de los elementos que perjudican la capa de ozono, como son los clo-rofluorocarbonos. El Protocolo de Montreal también destinado al mismo fin. Varias convenciones, incluidas la llamada Agenda Química Internacional, firmado por los organismos contaminantes persistentes el año pasado en Estocolmo. Convención de los Cambios Climáticos y el Protocolo de Kyoto, que si bien es muy cuestionado, se podrían invertir esos recursos en forma mucho más inteligente.

Por lo menos, cabe mencionar que para Chile el Protocolo de Kyoto y la Convención de Cambios Climáticos tiene una serie de aspectos que podrían ser útiles y de interés, como en el aspecto


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forestal. La Convención de Biodiversidad y el Protocolo de Carta-gena sobre bioseguridad. La creación del foro de Naciones Uni-das sobre bosques para el manejo sustentable de este recursos. La creación del Global and Enviromental Facility, que hoy tiene más 171 países y en lo que lleva de vida desde 1991 ha financia-do más de 800 proyectos, con total de US$ 3,5 billones destinados a proteger el clima, la biodiversidad de la capa de ozono o las aguas internacionales.

La última reunión de las partes contratantes de la OMC, en Doja, en que por primera vez en la historia del sistema multilateral de comercio ha plasmado un mandato para una negociación rela-tiva a conciliar el Comercio y el Medio Ambiente. La Conferencia de Monterrey sobre financiamiento para el desarrollo, si bien no tuvo resultados muy auspiciosos, al menos los principales líderes que intervinieron acordaron que era necesario aumentar el flujo de fondos para la búsqueda del desarrollo sustentable.

Se podrían nombrar numerosos otros aspectos que son posi-tivos en el desarrollo de la humanidad y del cooperación interna-cional en la búsqueda del desarrollo sustentable.

Sin embargo, pese a todos estos progresos, hay numerosos aspectos en los cuales los problemas persisten o se han agravado o no se han solucionado. Basta mencionar el crecimiento demo-gráfico. El crecimiento de la población, si bien a una tasa decre-ciente continúa teniendo en algunas regiones un fuerte impacto en los recursos naturales, salud, etc., por lo tanto en el desarrollo sus-tentable. En los 90, la tasa de pobreza, de aquellos que viven con menos de US$ 1 al día, en los países en desarrollo bajó del 29% en 1990 al 23% en 1998, el total de la población en extrema po-breza declinó ligeramente de 1,3 mil millones a 1,2 mil millones de habitantes. Sin embargo estas cifras nos conducen a un engaño porque en el África subsahariana no ha existido progreso en esta área y más de la mitad de la población continua viviendo en ex-trema pobreza.

En materia de salud, en los últimos años las condiciones de salud, expectativa de vida, mortalidad infantil han tenido enormes mejorías en sus indicadores, los déficit continúan siendo un gran problema, principalmente en la regiones subdesarrolladas del mundo y especial el África.

En alimentación se podría decir lo mismo, no obstante en la última década la producción de alimentos ha crecido más rápido


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que la población, algunas prácticas agrícolas han conducido a un mayor deterioro ambiental y a pérdida de bosques y pastizales, con la consiguiente pérdida de biodiversidad.

Cerca del 50% de la pesquerías se encuentran en estado de explotación máxima. 25% se considera sobre explotada y sólo un 25% tendría potencial de crecimiento. Esta sobre explotación no solo reduce el crecimiento económico sino que también, entre mu-chos otros efectos, debilita la seguridad alimentaria y afecta nega-tivamente la vida en las áreas costeras y pequeños Estados islas.

Se podrían enumerar muchos otros factores negativos. Por ejemplo, la disminución de la ayuda al desarrollo. En estos últi-mos años ha disminuido la ayuda oficial al desarrollo. Aumento de la emisión de gases de efecto invernadero, pérdida de bosques, falta de voluntad política de las grandes potencias. Particularmen-te, después del atentado a las Torres Gemelas, para anteponer los objetivos de largo plazo en la búsqueda del desarrollo sustentable a las preocupaciones inmediatas y necesidades de corto término.

En materia de desarrollo sustentable, hoy no se puede ser optimista ni pesimista, pues en los últimos 30 años se ha hecho mucho y la humanidad ha experimentado enormes progresos polí-ticos, científicos y sociales, que le acercan al ideal de desarrollo sustentable. Tampoco se puede ser optimista si se observa lo mucho que falta por hacer en erradicación de la pobreza, protec-ción ambiental, protección de los recursos, salud, justicia, distribu-ción del beneficio del progreso, cambio en los patrones de consu-mo y producción. Por ello creo, como conclusión personal, que hoy, en vez de ser optimista o pesimista, lo que podemos tener es esperanza, basada en la conciencia que tiene la humanidad hoy día, que los problemas que se solucionan son globales. No hay más soluciones individuales o particulares a un país o región.

La conciencia, especialmente de las nuevas generaciones y miembros de la sociedad civil, que se deben cambiar los patrones de vida, producción y consumo, si se quiere un mundo más justo, solidario y que proteja al planeta para nosotros y las generaciones que nos sigan.

Desde esta perspectiva, se tiene una esperanza que la próxima Cumbre sobre el desarrollo sustentable, que tendrá lugar en Sudáfrica en septiembre próximo sea una oportunidad para que la comunidad internacional acuerde nuevas metas y esfuerzos que permitan perseguir el desarrollo sustentable y hacerlo más viable


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para nuestras poblaciones. Desde ese punto de vista, para la reunión de Johanesburgo, Chile puso especial énfasis en los te-mas que son de particular prioridad para el país, como es la pro-tección de los océanos y sus recursos, el término de los subsidios pesqueros que permiten la sobre explotación de los recursos. La minería y el medio ambiente, de manera que se le dé un enfoque positivo y la minería no sólo se destace en los elementos negati-vos que pudiera tener, que se le considere un factor de desarrollo y también una palanca para conseguir el desarrollo sustentable. La erradicación de la pobreza, la participación de la sociedad civil en ella. La búsqueda de nuevos recursos para la protección de la capa de ozono. La gobernabilidad doméstica que aliente una so-ciedad compatible con el desarrollo sustentable y también el apo-yo al libre comercio, que bien aplicado puede ser un instrumento de desarrollo sostenible.

CLAUSURA SEÑOR CRISTIÁN LARROULET

esulta muy positivo un debate como el que los exposito-res han protagonizado. Primero, porque se ha debatido largamente sobre la importancia del crecimiento econó-

mico y su relación con el cuidado del medio ambiente, el concepto del desarrollo sustentable y existe un nivel de acuerdo y consenso desde el Director de Greenpeace al señor Bjorn Lomborg sobre la importancia de cuidar el crecimiento económico y su compatibili-dad con el medio ambiente.

Eso lleva al optimismo, sin embargo debo poner una nota de pesimismo en el debate, respecto de que durante los años 96 y 97 surgió con más fuerza la demanda ambiental en Chile. Lo que pa-sa que a esa fecha el país había duplicado su ingreso por habitan-te después de 10 años de crecimiento y sucede que a la tasa de crecimiento hoy, que es del 1,5% per cápita, nos demoraremos 70 años en volver a duplicar nuestro ingreso per cápita. En conse-cuencia, esa es una mala noticia desde el punto de vista del medio ambiente. La prioridad nuevamente es que el país tiene que vol-ver a crecer, volver a echar a caminar la economía con fuerza para cuidar también el medio ambiente.

La segunda reflexión, que también se ha debatido largamen-te, sobre cuales son los instrumentos más adecuados para cuidar el medio ambiente. Me parece que, partiendo de una mala base, hay que ser optimista y daré un ejemplo a propósito del cuidado de los peces. Si se mira las Pesquerías en Chile, se debería estar muy amargado de lo que ha pasado en los últimos 12 años porque

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se agotó el langostino colorado, el jurel y ocurre que se ha tenido que aprender sobre la base de eso, sobre cual es la mejor manera de regular. La experiencia que muestra la mejor manera de regu-lar es que cuando se utiliza el mecanismo del mercado para cuidar el medio ambiente, el resultado es infinitamente mejor que las otras fórmulas. Hoy se tiene langostino colorado, la VIII Región después de tener un sistema de cuotas individuales transferibles, no perfectas, pero como las de Nueva Zelanda, Islandia o Finlan-dia está volviendo a tener jurel y la gente que estaba desempleada o tenía el temor al desempleo, está volviendo a tener esperanzas.

En consecuencia, hay dos lecciones importantes para Chile. Tiene que volver a crecer y empezar a utilizar instrumentos más racionales para cuidar el medio ambiente.

Libertad y Desarrollo

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