ser y la energía nuclear tras la catástrofe de japón, ,
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Recopilación de artículos publicados por distintos miembros de Socialistas en RedTRANSCRIPT
SeR, marzo de 2011
Socialistas en Red1
Limpia, barata y segura
Nicolás Mengual en El viaje de Ulises
Si Europa cree que la
situación en Japón, tal
vez el país del mundo
mejor preparado contra
los terremotos y con
unas centrales
nucleares más seguras,
es "apocalíptica"
después del seísmo de
hace unos días y el
posterior tsunami,
¿qué no puede ocurrir
con nuestras centrales nucleares mucho más obsoletas y menos preparadas
para este tipo de desastres?
Alguien se ha dedicado a mentir a la ciudadanía en general al insistir una y
otra vez sobre lo seguros que nos debemos sentir teniendo este tipo de
centrales y sobretodo no cerrando las más antiguas como se comprometió
el Gobierno. Resulta obvio que se han antepuesto motivos económicos a
motivos de seguridad y es bastante escandaloso como se ha hecho con el
acuerdo cómplice de PSOE y PP.
La Merkel se ha apresurado a anunciar el cierre de siete reactores
inaugurados antes de 1980. Mujer astuta ésta, que ante el panorama de ser
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castigada en las urnas adopta una medida pero sólo por motivos
electorales.
La Agencia de la Energía Atómica dice descartar otra situación como la de
Chernóbil pero se entiende mal esta postura con la afirmación anterior de
una situación "apocalíptica" y un reactor "fuera de control". Continúan
mintiendo y ese es el peor síntoma de lo que está pasando. Temen que se
sepa la verdad.
Limpia, barata y segura. Con esos tres adjetivos nos han estado vendiendo
la energía nuclear. Sobra con ver las noticias. Vaya tela.
Charlton Heston en la playa de Tokio
Miguel Álvarez en Moral y política
En Japón, en la planta nuclear de Fukushima se ha
producido un incendio seguido de una fuga de
material radioactivo. Lo he escuchado esta
madrugada en la radio. A las catástrofes naturales
se unen las que ha propiciado el hombre.
Eran las cuatro de la madrugada, y cuando he
escuchado el boletín radiofónico no he podido evitar levantarme de la cama
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y asistir en directo mediante la NHK a los acontecimientos. Sobre la energía
nuclear hemos oído de todo y no es mi intención unirme al coro que
denuncia sin más. El problema es bastante más profundo de lo que parece,
hunde sus raíces en un modo de vida y es fácil, muy fácil, quejarse de un
determinado tipo de energía mientras mantenemos las luces de la casa
innecesariamente encendidas o quemamos gasolina de modo irracional.
Tras veintitantos años de trabajo con ciudadanos y gobiernos los
defensores de la energía nuclear se encuentra nuevamente en el mismo
lugar en el que los puso Chernobil. Han sido ya varios los casos de fugas
radioactivas, alguna leve hemos tenido en España, y el miedo permanece en
la población. El enemigo silencioso e invisible sigue presente. Sabemos que
las energías alternativas son, hoy por hoy, más caras y no ofrecen
continuidad pero será inevitable progresar en ellas si queremos una vida
más segura y caminar hacia un marco donde las fuentes de energía no
tengan los inconvenientes que hoy tienen. Es indudable que lo que ha
pasado en Japón va a tener una fuerte trascendencia sobre nuestra vida
desde el punto de vista político, social y económico si queremos resolver de
una vez por todas esto.
Las catástrofes acaecidas en Japón reportará, sin duda, cambios de todo
tipo incluso para este pueblo de apáticos ensimismados volcado en esas
sombras de ilusión que nos proyectan diariamente en las paredes de
nuestra caverna. En algún momento nuestro equipo, nuestra selección, el
fútbol y demás deportistas dejarán de ser el todo y tendremos que
ocuparnos de lo que realmente nos interesa como colectivo.
La NHK sigue ofreciéndonos noticias alarmantes. La cadena pública
japonesa viene desarrollando un trabajo en el que la imparcialidad no
exenta de crítica es un ejemplo. ¿Sería posible algo similar en España?
Los especialistas de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y del Foro
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de la Energía Atómica aparecen también en la pantalla e insisten en que
una situación similar no podría darse aquí. sus gestos y el modo de
comunicar traiciona el mensaje.
Seguro que el ingeniero jefe que diseñó la central de Fukushima hizo su
trabajo a conciencia. Entre planos y reglas de cálculo llego a la firme
convicción de que los reactores nucleares resistirían los terremotos tan
frecuentes en Japón. Se tendría que dar un cúmulo de casualidades para
que en el futuro hubiese un problema se dijo. Son los mismos argumentos
que esgrimen estos especialistas y políticos españoles que procuran
tranquilizarnos.
Edward A. Murphy, ingeniero también, formuló su famoso principio que
algunos elevaron a ley: «Si hay más de una forma de hacer un
trabajo y una de ellas culminara en desastre, alguien lo hará de
esa manera” Siempre es posible el desastre.
En TVE 24 Horas aparecen Sebastián, Cospedal e Iglesias - observará el
lector que los coloco a todos juntos en el mismo cesto y sin orden - lo
dicho por cualquiera de estas personas tienen para mí un valor muy similar.
No hago distingos entre ellos. Nos dicen, todos, que nuestras centrales son
muy seguras y que aquí no tiene porque pasar lo mismo. Grotescos,
simplemente grotescos no por lo que dicen, que también, sino por el como
lo dicen, en este caso sus caras son un espejo del alma.
A menudo me pregunto del porqué los medios dan tanto pábulo a nuestros
políticos. La información patria gira y gira en torno a políticos y
futbolistas. Acabaremos todos igual que ellos, gilipollas integrales.
Mi padre trabajó durante los sesenta en la central nuclear de Garoña, era
empleado de ITASA una empresa de Bilbao a la que encargaron el
aislamiento de la vasija del reactor. Estaba orgulloso de su trabajo. Esa
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central, junto con el superpuerto de Bilbao, la autopista a San Sebastián, la
refinería de Somorrostro, el acceso a la meseta y la central de Lemoiz era
la entrada a la modernidad y el desarrollo para aquella tierra. El pacto
entre el franquismo y la oligarquía empresarial vasca cifraba en aquello el
gran despegue.
Vuelvo a ver la NHK, me admira el temple de los japoneses y el modo de
tratar este gravísimo problema, el Nikei suma entre ayer y hoy el 20% de
caída y los muertos aparecen por centenares en las playas de Iwate, Miyagi
y Fukushima. A pesar de todo sorprende la disciplina de un pueblo con una
disciplina interna muy particular y forjado en las desgracias.
Cuando por Franklin J. Schaffner director del Planeta de los Simios hizo
que Charlton Heston se postrara abatido y de rodillas en aquella playa ante
la ruina de la Estatua de la Libertad no estaba haciendo un brindis al sol.
No han sido pocas las películas que han antecedido a la realidad.
Conciliar el bienestar y la seguridad es el reto. La confusión se instala
hasta en los ámbitos que creíamos mas concienciados, hemos visto, hace
cosa de unos meses, como los sindicatos mayoritarios exigían la continuidad
de la central atómica burgalesa con el objetivo de seguir manteniendo los
puestos de trabajo. No son los únicos, cuando tocan nuestro bolsillo o
nuestra silla lo que era ayer deja de serlo hoy. En este caso, como en otros,
el interés de la mayoría vinculado a la seguridad es el que ha de prevalecer.
Las otras energías alternativas serán caras pero no habrá más remedio que
acometer esas inversiones y tendremos que acabar de una vez por todas
con el derroche de energía ¿Serán capaces nuestros políticos de tener en
esta ocasión una grandeza de miras? Lo veremos.
Socialistas en Red6
La energía nuclearPedro
Pedro Fresco en La República heterodoxa
La explosión de un reactor de fisión en la central nuclear de Fukushima en
Japón, después del devastador Tsunami del pasado viernes, ha llegado en
un momento esencial para el debate energético que va a haber, si no lo está
habiendo ya, en España y en todo el mundo.
Creo que es importante analizar un poco qué es lo que existe en el
subconsciente de la sociedad y de los ciudadanos políticamente conscientes
o militantes respecto a las fuentes de energía. Creo que existen dos
bloques enfrentados entre lo que podríamos llamar ecologistas y
conservadores, y las interacciones, debates y luchas entre estos dos grupos
es lo que ha creado unos parámetros generales en los que se concentra el
debate.
Los ecologistas son partidarios, como su nombre indica, de avanzar
rápidamente hacia una energía totalmente renovable y limpia
(técnicamente, renovable no tiene por qué ser limpia, pero no vamos a
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entrar ahí), y su preocupación principal está focalizada en la economía y
sostenibilidad. Los conservadores, en cambio, se guían por conceptos
totalmente economicistas y no les preocupa especialmente ni la protección
del medio ambiente ni la sostenibilidad, y apoyan el uso de las fuentes de
energía tradicionales. Desde posiciones conservadoras se ha defendido el
negacionismo sobre el cambio climático de una forma muy irresponsable
muchas veces, y ya en los últimos años y al combinarse tanto la poca
aceptación de este negacionismo como la evolución al alza del precio de los
combustibles fósiles, han pasado a defender entusiastamente la energía
nuclear.
De forma general la izquierda política se posiciona junto con los
ecologistas, mientras que la derecha lo hace junto a los conservadores. No
obstante hay mucha gente que se encuentra en posiciones intermedias o es
contraria a la visión mayoritaria de su bloque político, y esto hace muy
bonito el debate. Desgraciadamente, todavía hay una posición mayoritaria
de integrismo a la hora de analizar esta realidad, aunque menor que en
otros debates.
Desde hace unos años hemos sido bombardeados por una serie de ideas
pronucleares que decían que la energía nuclear era limpia, barata, segura y
que debía representar el futuro a corto-medio plazo para nuestro
suministro energético, mientras que las renovables eran energías caras,
ineficientes, que lastraban nuestra economía y cuya defensa provenía de
una especie de “hipismo” por parte de los políticos de izquierda. El
accidente de Chernobil, decían, se produjo por la pésima tecnología y la
baja seguridad de la ingeniería soviética, y que algo así pudiese pasar en el
siglo XXI en centrales modernas era imposible.
Por otro lado desde círculos ecologistas se decía que la energía nuclear era
peligrosísima, y que accidentes como los de Chernobil se podían repetir.
Denunciaban la peligrosidad de los residuos nucleares que van a permanecer
miles de año con una radioactividad elevada y la problemática que tiene,
para las generaciones futuras, su contención. También se ha hablado de las
fugas radiactivas más o menos frecuentes en las distintas centrales
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nucleares como hechos peligrosísimos para la salud humana y el medio
ambiente.
Ambos posicionamientos, en mi opinión, son extremos, aunque estoy algo
más cerca del segundo que del primero. No es cierto que la energía nuclear
sea tan barata, y no lo es porque es muy caro construir nuevas centrales
nucleares (véase cuantas centrales nucleares se han construido en Europa
en las tres últimas décadas), se tarda mucho tiempo en ponerlas en marcha
y las amortizaciones son largas. Obviamente cuando la central ya está
amortizada generar energía es muy barato, pero no lo es construir nuevas
centrales. Estas centrales también llevan asociado un coste de personal
altísimo.
Por otro lado los residuos nucleares sí es cierto que son muy peligrosos,
pero en cualquier caso parecen un problema menor que las emisiones de
millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Las fugas de
gases radioactivos es cierto que son frecuentes, pero en principio no
parece que tengan un peligro excesivamente importante sobre la salud.
Pero definitivamente creo que el factor fundamental aquí debe ser la
seguridad. Las centrales nucleares nuevas son, por supuesto, infinitamente
más seguras que la de Chernobil pero, ¿Son 100% seguras? Evidentemente
no. Miremos como en un país como Japón, tecnológicamente avanzadísimo y
con una eficiencia en el trabajo muy alta, acaba de tener un problema muy
grave con una de sus centrales a causa de un fenómeno natural. No vamos a
saber realmente en alcance de lo que ha pasado hasta de aquí a muchos
años (¿Habrá efectos sobre la salud de las personas? ¿Podremos
medirlos?), pero simplemente los centenares de miles de personas
desplazados y el enorme impacto económico ya nos hacen desear que esa
central no se hubiese construido nunca. Una central nuclear que sufra un
grave accidente puede devastar una zona de un país por centenares de
años, y eso hay que tenerlo muy claro y saber perfectamente que el riesgo,
aunque sea mínimo, es terrorífico.
Socialistas en Red9
Por supuesto que España no es Japón, y en España no va a haber Tsunamis
en los ríos ni siquiera en zonas costeras por la tectónica de placas de esta
zona, pero no podemos escudarnos en eso para obviar la peligrosidad de lo
que tenemos entre manos. En Chernobil falló la técnica y la seguridad, en
Japón falló la ubicación y un desastre natural, ¿Quién nos garantiza que no
pueda fallar otra pieza diferente en una central en la península ibérica?
En cualquier caso no quiero, por favor, dejar una sensación de dramatismo
y de ser totalmente antinuclear. No creo que sea el momento, con la cabeza
caliente y las noticias en la televisión, de sacar conclusiones precipitadas.
Querer cerrar todas las centrales nucleares mañana sería también una
irresponsabilidad y una precipitación generada por el miedo. Eso no se debe
hacer así, y para lo que nos tiene que valer este hecho es para tener una
referencia más para proyectar nuestro futuro energético para las próximas
décadas.
Hace un par de semanas dije en otro foro cual era mi visión para la energía
en España: Alargar la vida útil de las centrales nucleares que teníamos
activas que cumpliesen con los requisitos de seguridad pero no construir
más, y aprovechar este alargamiento para ir sustituyendo poco a poco esta
energía y la proveniente de los combustibles fósiles por las renovables más
eficientes que tengamos.
Pero esto lo desarrollaré en una entrada posterior.
Socialistas en Red10
El desastre de Japón... y el principio precautorio
Félix Gálvez en Energía y Aire
Veo las imágenes de los japoneses atemorizados
ante la incertidumbre de lo que se les puede
venir encima si se produce un escape masivo de
uranio fundido, de los tres reactores activos de
la central de Fukushima y se me encoje el
corazón, máxime al tratarse de un pueblo que
sabe como ninguno lo que es verse expuesto a la
radiación nuclear.
La central de Fukushima
Posee 6 reactores de “agua ligera” (LWR Light Water Reactor) que son de
“agua en ebullición” (BWR Boiling Water Reactor).
Los reactores 1, 2 y 3 se detuvieron automáticamente cuando se produjo el
terremoto, mientras que los números 4, 5 y 6 estaban parados por
mantenimiento. A consecuencia del tsunami posterior, los generadores de
emergencia (diésel y baterías) resultaron dañados, y sin energía auxiliar,
los sistemas de refrigeración se habrían mostrado incapaces de refrigerar
los reactores.
Un reactor nuclear es un contenedor hermético en el que merced a la fisión
del uranio, se genera una enorme cantidad de calor. Dicho calor se utiliza
para vaporizar agua con la que se mueven las turbinas que producirán la
Socialistas en Red11
electricidad. Ahora bien, es tal la energía que se desencadena, que es
preciso por un lado “moderar” la reacción para que se mantenga dentro de
límites seguros y por otro refrigerar continuamente el sistema para
evacuar el calor.
El peor desastre: la fusión del uranio y del contenedor
El peor tipo de accidente nuclear que puede existir, se produce cuando el
calor generado es tan grande que funde el uranio y la vasija que lo
contiene. Ello puede suceder porque el ritmo de fisiones crezca sin control
o porque falle el sistema de refrigeración. En tal caso hablamos de la
fusión del núcleo, que va acompañado de explosiones químicas –no
nucleares, pues eso no es posible por el tipo de uranio utilizado-.
Cuando se produce la fusión del núcleo, queda aún una esperanza y que la
barrera de contención de acero de más de 15 cm de grosor no deje escapar
el material. Por ejemplo en Chernobyl, se carecía de tal barrera que sí
poseen los reactores de Fukushima.
En el reactor 1 de Fukushima, la pérdida de los sistemas de refrigeración
provocó un descenso del nivel de agua dentro del núcleo y el consiguiente
aumento de la temperatura interna y de la presión dentro del recinto del
reactor. Los operadores intentaron reducir la presión liberando gases y
vapor ligeramente contaminados (venteo), lo que explica las primeras
informaciones que nos llegaron sobre contaminación radiactiva.
En una fusión completa del núcleo y la vasija, materiales muy radiactivos
(más de 100 toneladas de combustible) pueden escapar al exterior y
contaminar grandes extensiones de terreno … y eso es de lo que estamos
hablando en el caso de Fukushima.
Socialistas en Red12
Nuestro peligroso sistema de vida
Siempre he defendido la energía nuclear como parte coyuntural del mix
hasta que podamos cubrir todas nuestras necesidades con energías
renovables, más limpias y seguras, pero no cabe duda de que cada desastre
le hace a uno replantearse todos sus principios.
Tal vez nuestro modo de vida sea sencillamente insostenible
Tal vez la naturaleza, de cuando en cuando, nos lanza un claro aviso para
intentar convencernos de que así no vamos a ningún sitio, de que jugamos a
ser dioses y que cuando se nos viene encima el sombrajo, lloramos como
adolescentes que no habían calculado el alcance de sus irresponsabilidades:
Tal vez la rotura de la presa de Vega de Tera (Zamora), y posterior
muerte de 144 de los 549 habitantes de Ribadelago (sólo se recuperaron
28 cuerpos) el 9 de enero de 1959, cuando fue arrasado por unos 8
millones de metros cúbicos agua procedente del embalse, nos muestre que
las presas son nocivas.
Tal vez los miles de muertos anuales en accidentes de tráfico nos muestren
que la automoción es nociva.
Tal vez el accidente de la planta química de Bhopal (India) en el que
murieron en 1984 unas 30.000 personas y se vieron afectadas un millón,
por una fuga de 42.000 kg de isocianato de metilo en una fábrica de
pesticidas, nos muestre que estas instalaciones son nocivas (fármacos,
detergentes, pinturas, insecticidas, abonos, etc.)
Tal vez la tragedia aérea del aeropuerto de Los Rodeos (Tenerife) el
27 de marzo de 1977, en la que dos aviones Boeing 747 colisionaron,
muriendo 583 personas nos muestre que la aviación es nociva.
Socialistas en Red13
Tal vez desastres como los de los petroleros Prestige, Erika o Exxon
Valdez nos muestren que el transporte de petróleo es nocivo.
Tal vez nuestro modo de vida es nocivo y peligroso.
El principio precautorio
En ciencia hay un principio que dice:
“Si existe una probabilidad, aunque sea baja, de que una actividad puede
terminar en desastre, debe evitarse”.
Tal vez debamos aplicarlo y rechazar el confort que es, en definitiva, el
que nos lleva a violar el principio para “vivir mejor” … hasta que la
realidad nos juega una mala pasada como esta y lo improbable se hace
posible.
Si lo piensas, serás un mar de dudas … o careces de sensibilidad.
Socialistas en Red14
Japón: Su desastre nos debe hacer recapacitar Carlos Rodríguez en Apodérate
Japón se ha convertido por su
desgracia en el epicentro de todas
las miradas de los medios de
comunicación de todo el mundo. Es
necesario que sea así porque
además del drama humanitario que
el movimiento tectónico ha
provocado, cientos de muertos y
fallecidos, el problema nuclear
cada ves más importante, hace que todos observemos atentamente la
evolución de los hechos. Porque a todos nos afecta por más kilómetros de
distancia que existan.
En Japón, un país muy avanzado en todos los sentidos, se han conjugado
tres acontecimientos que de por sí, uno a uno, ya sería un muy grave
problema: Un terremoto de magnitud 9 en la escala de Richter, un tsunami
provocado por el mismo y la explosión de varios reactores nucleares que
están provocando un eminente riesgo de radiación nuclear y la adopción de
medidas urgentes para proteger a la población en la medida de lo posible.
Mientras tanto, las réplicas del terremoto siguen sacudiendo Japón en un
constante run run terrorífico. El número de víctimas del tsunami sigue
aumentando y el miedo al desastre nuclear aumenta minuto a minuto.
Socialistas en Red15
¿Sabemos toda la verdad? Considero que no.
Este drama lo que sí ha provocado ha sido la reapertura de un debate nunca
cerrado: El del sí o no a la energía nuclear. Mi posicionamiento es claro: No.
Mi total oposición a una forma de crear energía que no es segura. Se debe
reabrir y potenciar de una manera diáfana y contundente el
aprovechamiento de los recursos naturales que ya poseemos, me refiero,
evidentemente, a las energías renovables. Son limpias y seguras. Quizá
ahora más caras, pero son seguras y España tiene la suerte de ser rica en
horas de sol, fuerza del viento y de sus aguas. Debemos apostar por ellas.
Ir en otro sentido es erróneo.
El mundo está plagado de centrales nucleares, hay muchas. Demasiadas. En
nuestro país tenemos ocho reactores de agua ligera distribuidos en seis
centrales nucleares en Cataluña, Valencia, Castilla La Mancha, Castilla y
León y Extremadura. Solo Francia que, está aquí junto a nosotros, tiene
más de 40. Demasiadas. Centrales que se presuponen modernas, modernidad
que no las hace seguras, con el problema añadido de los residuos nucleares
que no se sabe que hacer con ellos y es una herencia que estamos dejando a
nuestros descendientes. Es bárbaro.
Esperemos que este drama humano y ecológico sirva para un punto de
inflexión de los diversos gobiernos de este nuestro mundo. No tenemos
otro. Cuidémoslo o desaparecerá y no precisamente por un desastre
natural. La mano del hombre lo está provocando.
Pensémoslo muy seriamente.
Socialistas en Red16
¿Nucleares? Si, por favorJúcaro en 14 de abril
Dice el dicho que las desgracias
nunca vienen solas. A la dramática
situación que se vive en Japón
ocasionada por el terremoto y el
posterior tsunami, se une ya una
alarma nuclear de imprevisibles
consecuencias. Con el paso de los
días se contaran las vidas humanas
que se perdieron por el
estremecimiento de la naturaleza;
será más complicado conocer los datos reales ocasionados por el, hoy más
probable, desastre nuclear.
Como casi nos habían convencido de la alta seguridad de las centrales
nucleares, muchos poníamos la atención en la peligrosidad de los residuos
radioactivos y en la gestión de los mismos. Hoy, cuando se está
produciendo una fusión en el núcleo de los reactores de la planta de
Fukushima, e independientemente de sus consecuencias, debemos tomar
conciencia del peligro de la energía nuclear.
En estos momentos de incertidumbre y mucha preocupación me permito el
distanciamiento irónico y burlesco. Cuando vuelve a tomar absoluta
vigencia el eslogan tantas veces repetido desde los años setenta,
“¿Nucleares? No, gracias ” reproduzco una estrofa, entre burlona y
macabra, de la canción “Nucleares, si“, de Aviador Dro.
Socialistas en Red17
Yo quiero bañarme en mares de radio/ con nubes de estroncio cobalto y
plutonio/Yo quiero tener envolturas de plomo/ y niños deformes montando
en sus motos,/desiertas ruinas con bellas piscinas,/ mujeres resecas con
voz de vampiras, / mutantes hambrientos buscando en las calles,/
cadáveres frescos que calmen su hambre
Interesante lo escrito por: Alberto Sotillos, Fernando Berlín, Hugo Martínez
Abarca, Juanlu González y RGAlmazán,
Socialistas en Red18