Ser vs Deber ser

Nadie quiere ser el malo. Pero aunque lo seamos, frecuentemente trataremos de ocultar nuestras manchas y arrugas. No nos gusta vernos mal y menos que otros vean el sucio que hay en nosotros. Hay una tendencia para justificarnos de lo que por dentro sabemos que esta mal delante de Dios, y si todos lo hacen, es una perfecta excusa para decir que lo que yo hago es normal o es aprobado. Pero lo único que logramos es engañarnos a nosotros mismos.

Dios es perfecto y el ve lo profundo de nuestro corazón, no podemos engañarle a El, podemos engañar a nuestros amigos, entorno, incluso convencernos a nosotros mismos de una mentira o dejarnos convencer por el acusador de los hermanos.

Mateo 23 27 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. 28 Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.

A veces nos colocamos esa máscara de piedad para sentirnos tranquilos con nosotros mismos o simplemente ignorar lo malo que hacemos mientras que acumulamos cada vez mas ira para el día del juicio. Se nos coloca el corazón de piedra y comenzamos a llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno.

Comenzamos a tener conductas como: Criticar todo de la iglesia, excusarnos en que x o y actividad carnal es normal, evitar relacionarnos con cristianos para no ser expuestos a la luz, a veces simplemente ignorar la voz del Espíritu Santo redarguyéndonos por dentro…

Dios nos llama a sacar el fariseo que llevamos para poder ser lo que El quiere que seamos y no que exista una brecha tan grande entre lo que somos y lo que debemos.

Dios nos llama a alejarnos de la hipocresía y apariencias, para poder ser íntegros y vivir una vida agradable delante de Dios, porque quizás al hombre podemos engañarle, pero no podemos engañar al que examina los corazones.

Volver a Dios que Dios nos limpie por dentro.