separata conferencia

12
CONFERENCIA DEL EPISCOPADO DOMINICANO CARTA PASTORAL La Vida Consagrada 21 de enero del 2015 INTRODUCCIÓN 1. El Papa Francisco ha convocado un Año de la Vida Consagrada con motivo del 50 aniversario de la Constitución dogmática Lumen gentium (LG), sobre la Iglesia, que en el capítulo sexto trata de la misma, así como del Decreto Perfectae cari- tatis (PC), sobre la renovación de la vida religiosa, iniciado el pasado 30 de noviembre, primer Domingo de Adviento, y que terminará con la fies- ta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero de 2016. 2. La Iglesia que peregrina en la República Dominicana, acoge con gozo, gratitud y esperanza esta propuesta del Papa y la ha hecho parte de su Plan Nacional de Pastoral junto al valor de la soli- daridad con el lema “Amor y solidaridad, camino de santidad”. Así, durante todo este año vamos a celebrar, valorar e impulsar la Vida Consagrada como don de Dios precioso y necesario “para el presente y el futuro del Pueblo de Dios, porque pertenece íntimamente a su vida, a su santidad y a su misión” 1 . 3. Por esta razón, dedicamos esta Carta Pastoral a compartir con todo el Pueblo de Dios la identidad de la Vida Consagrada en relación con el misterio de la Trinidad y de la Iglesia, sus grandes dimen- siones, sus características propias, su diversidad de carismas y, al mismo tiempo, convocarles a que asumamos los grandes objetivos de este Año de la Vida Consagrada en nuestras respectivas Iglesias Diocesanas, mirando el pasado con gratitud, viviendo el presente con pasión y abrazando el futuro con esperanza, a la vez que celebrando junto a todas las Comunidades de Vida Consagrada pre- sentes entre nosotros. AÑO 34 - EDICIÓN 1750 Domingo 18 de enero de 2015 SEMANARIO CATÓLICO NACIONAL

Upload: cesar-jimenez

Post on 07-Apr-2016

234 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: Separata conferencia

CONFERENCIA DEL EPISCOPADO DOMINICANO

CARTA PASTORAL

La Vida Consagrada

21 de enero del 2015

INTRODUCCIÓN

1. El Papa Francisco ha convocado un Año dela Vida Consagrada con motivo del 50 aniversariode la Constitución dogmática Lumen gentium(LG), sobre la Iglesia, que en el capítulo sexto tratade la misma, así como del Decreto Perfectae cari-tatis (PC), sobre la renovación de la vida religiosa,iniciado el pasado 30 de noviembre, primerDomingo de Adviento, y que terminará con la fies-

ta de la Presentación del Señor, el 2 de febrero de2016.2. La Iglesia que peregrina en la República

Dominicana, acoge con gozo, gratitud y esperanzaesta propuesta del Papa y la ha hecho parte de suPlan Nacional de Pastoral junto al valor de la soli-daridad con el lema “Amor y solidaridad, caminode santidad”. Así, durante todo este año vamos acelebrar, valorar e impulsar la Vida Consagradacomo don de Dios precioso y necesario “para elpresente y el futuro del Pueblo de Dios, porquepertenece íntimamente a su vida, a su santidad y asu misión”1.

3. Por esta razón, dedicamos esta Carta Pastorala compartir con todo el Pueblo de Dios la identidadde la Vida Consagrada en relación con el misteriode la Trinidad y de la Iglesia, sus grandes dimen-siones, sus características propias, su diversidad decarismas y, al mismo tiempo, convocarles a queasumamos los grandes objetivos de este Año de laVida Consagrada en nuestras respectivas IglesiasDiocesanas, mirando el pasado con gratitud,viviendo el presente con pasión y abrazando elfuturo con esperanza, a la vez que celebrando juntoa todas las Comunidades de Vida Consagrada pre-sentes entre nosotros.

AÑO 34 - EDICIÓN 1750Domingo 18 de enero de 2015 SEMANARIO CATÓLICO NACIONAL

Page 2: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional 2 Domingo 18 de enero del año 2015

Primera Parte

LA IDENTIDAD DE LA VIDA CONSAGRADA

1. UNA DEFINICIÓN DE LA VIDA CONSAGRADA

4. Muchos entienden que el término de vidaconsagrada o de consagrados y consagradas serefiere a todos los bautizados más entregados en laIglesia sin mayor distinción. Es verdad, que todossomos consagrados y consagradas por el Bautismo,pero en la Iglesia llamamos Vida Consagrada:5. A una forma estable de existir en la cual hom-

bres y mujeres bautizados, llamados por Dios Padrea vivir de una manera particular y radical los con-sejos evangélicos de pobreza, castidad y obedien-cia, siguen más de cerca a Cristo bajo la acción delEspíritu Santo y se dedican totalmente a Dios comoa su amor supremo, entregados por un nuevo ypeculiar título a su gloria, a la edificación de laIglesia y a la salvación del mundo. Lo hacen unidosen una comunidad fraterna inspirados en el carismade su fundador o fundadora para responder a unasnecesidades concretas de la Iglesia y de lasociedad.2

6. En otras palabras, la vida consagrada es unestado de vida “constituido por la profesión de losconsejos evangélicos”3, porque implica la eleccióndefinitiva de vivir “para Dios solo”4 y de entregarsetotalmente a conseguir la santidad que es “la per-fección de la caridad en el servicio del Reino deDios y, convertidos en signo preclaro en la Iglesia,preanuncian la gloria celestial”5.7. La vida consagrada no es un una posición

intermedia en la estructura jerárquica de la Iglesia.“Este estado, si se atiende a la constitución divina yjerárquica de la Iglesia, no es intermedio entre el delos clérigos y el de los laicos, sino que de uno y otroalgunos cristianos son llamados por Dios paraposeer un don particular en la vida de la Iglesia ypara que contribuyan a la misión salvífica de ésta,cada uno según su modo”6. Por tanto, la vida con-sagrada “aunque no pertenece a la estructurajerárquica de la Iglesia, pertenece, sin embargo demanera indiscutible, a su vida y santidad”7.

2. LAS GRANDES DIMENSIONES DE LA VIDA CONSAGRADA

8. A partir de esta definición del ConcilioVaticano II que recoge en síntesis la enseñanzasobre la vida consagrada, profundizada en lasExhortaciones apostólicas Evangelica testificatio(ET), del 21 de junio de 1971, del Beato Pablo VI,y Vita Consecrata (VC), del 29 de marzo 1996, deSan Juan Pablo II, así como por los textos litúrgicosde los rituales de la profesión religiosa, desentrañe-mos las tres grandes dimensiones de la vida con-sagrada que son la consagración, la comunión y lamisión.

1. La consagración de Dios y a Dios

9. En la Biblia la consagración tiene un doblemovimiento que, en primer lugar, va desde Diosque consagra a una persona o a una cosa y la hacepropiedad suya, poseyéndola totalmente y ponién-dola a su servicio8. En segundo lugar, vuelve a Diosdesde la persona que se entrega a Él y responde a sullamado con fidelidad y amor.10. La consagración de Dios y a Dios es propia

de todo el Pueblo de Dios en virtud del Bautismorecibido, como hermosamente lo presenta elConcilio Vaticano II: “Cristo Señor, Pontífice toma-do de entre los hombres9, de su nuevo pueblo«hizo... un reino y sacerdotes para Dios, su Padre»(Ap 1, 6; cf. 5, 9-10). Los bautizados, en efecto, sonconsagrados por la regeneración y la unción delEspíritu Santo como casa espiritual y sacerdociosanto, para que, por medio de toda obra del hombrecristiano, ofrezcan sacrificios espirituales y anun-cien el poder de Aquel que los llamó de las tinieblasa su admirable luz (cf. 1P 2, 4-10)"10.11. Ahora bien, la consagración en la Vida

Consagrada “es considerada como una singular yfecunda profundización de la consagraciónbautismal en cuanto que, por su medio, la íntimaunión con Cristo, ya inaugurada con el Bautismo,se desarrolla en el don de una configuración másplenamente expresada y realizada, mediante la pro-fesión de los consejos evangélicos”11.12. La vocación a esa forma de vida es “una ini-

ciativa enteramente del Padre (cf. Jn 15, 16) que semanifiesta como una experiencia de este amor gra-tuito de Dios… hasta tal punto íntima y fuerte quela persona experimenta que debe responder con laentrega incondicional de su vida, consagrandotodo, presente y futuro, en sus manos”12.13. Esta llamada la hace el Padre por medio de

su Hijo Amado, Jesucristo, en cuya mirada “sepercibe la profundidad de un amor eterno e infinitoque toca las raíces del ser. La persona, que se dejaseducir por él, tiene que abandonar todo y se-guirlo13.14. A su vez, esta llamada a la vida consagrada

“está también en íntima relación con la obra delEspíritu Santo. Es Él quien, a lo largo de los mile-nios, acerca siempre nuevas personas a percibir elatractivo de una opción tan comprometida... Es elEspíritu quien suscita el deseo de una respuestaplena; es Él quien guía el crecimiento de tal deseo,llevando a su madurez la respuesta positiva y soste-niendo después su fiel realización”14.15. Esta dedicación para Dios, se vive en la

vida consagrada como seguimiento de Cristo(sequela Christi), que es su norma fundamental15, laesencia misma y el elemento dinámico que, sobre labase del discipulado único de Jesús, constituye loespecífico de su ser y de su quehacer. Es decir, queella es una de las modalidades para aceptar aJesucristo y continuar su misión en la Iglesia y conella extender y hacer presente el Reino de Dios.16. Ella está llamada a ser memoria y tradición

viviente del modo de existir y de actuar de Jesús“supremo consagrado y misionero del Padre para su

Reino” que con “su vida de virginidad, obedienciay pobreza manifiesta su filial y total adhesión aldesignio del Padre (cf. Jn 10, 30; 14,11). Su per-fecta oblación confiere un significado de consa-gración a todos los acontecimientos de su existen-cia terrena”16.17. De ahí que el signo visible de la consa -

gración en ella como expresión del seguimiento deCristo es la profesión de los llamados "consejosevangélicos"17 identificados tradicionalmente en elcelibato por el reino de los cielos o castidad con-sagrada, en la pobreza evangélica y en la obe-diencia18.18. Mediante el voto o de otros vínculos sagra-

dos se hace el compromiso de observar los con-tenidos de los consejos evangélicos. Así ellosrepiten el gesto de la alianza; a través de un signose evidencia la intención de una fidelidad absolutay definitiva a Dios. Este signo es valorizado por elritual litúrgico y está regulado por los cánones ecle-siásticos. Detengámonos brevemente a considerarcada uno de estos consejos evangélicos que nospermitirá conocer más profundamente lo propio dela vida consagrada.

1. La castidad o celibato por el Reino de los Cielos

19. El consejo evangélico de castidad asumidopor el Reino de los cielos, es un carisma19, don delEspíritu para la realización del reino, librementedado y libremente aceptado20. 20. Así abrazando la virginidad, y con la

obligación de observar perfecta continencia en elcelibato hace suyo el amor virginal de Cristo y loconfiesa al mundo como Hijo unigénito, uno con elPadre 21 “y es signo del mundo futuro y fuente deuna fecundidad más abundante en un corazón nodividido, lleva consigo la obligación de observar”22.

2. La pobreza

21. En la Vida Consagrada, se asume el noposeer para ser más libre en la total disponibilidadpara Dios. ”El consejo evangélico de pobreza, aimitación de Cristo, que, siendo rico, se hizo indi-gente por nosotros, además de una vida pobre dehecho y de espíritu, esforzadamente sobria ydesprendida de las riquezas terrenas, lleva consigola dependencia y limitación en el uso y disposiciónde los bienes, conforme a la norma del derechopropio de cada instituto”23.22. La pobreza manifiesta que Dios es la única

riqueza verdadera del corazón humano24. Los con-sagrados y consagradas están llamados a ser“pobres según el ejemplo de Cristo en el uso de losbienes terrestres necesarios para el sustento coti-diano”25, “y a responder a la llamada dramática delos pobres”26. “Este voto de pobreza los libera deexigencias de comodidad”27, “desemboca en lacomunión de los bienes”28 “y exige una entrega altrabajo”29.

3. La obediencia23. La obediencia en la Iglesia nos asemeja a

Page 3: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional 3Domingo 18 de enero del año 2015

Cristo en su total dependencia y fidelidad al Padre.“El consejo evangélico de obediencia, abrazadocon espíritu de fe y de amor en el seguimiento deCristo obediente hasta la muerte, obliga a someterla propia voluntad a los Superiores legítimos, quehacen las veces de Dios, cuando mandan algosegún las constituciones propias”30.24. Así se configura con Cristo que “es el obe-

diente por excelencia, bajado del cielo no parahacer su voluntad, sino la de Aquel que lo ha en-viado (cf. Jn 6, 38; Hb 10, 5.7). Él pone su ser y suactuar en las manos del Padre (cf. Lc 2, 49). Enobediencia filial, adopta la forma del siervo: «Sedespojó de sí mismo tomando condición de siervo… obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz»(Flp 2, 7-8)”31.

2. Comunión con Dios, comunióneclesial y comunión fraterna

25. La comunión es una exigencia indispensa-ble de toda la vida cristiana y, por tanto, de la vidaconsagrada que se vive y se expresa en la comunióncon Dios, con la Iglesia y con los hermanos.

1. Comunión con Dios

26. El Papa Francisco en su Carta apostólica atodos los consagrados señala que “las personas con-sagradas, en efecto, viven «para» Dios y «de»Dios”32. Esta consagración a Dios es posible sólo enla medida que “los que profesan los consejosevangélicos, ante todo busquen y amen a Dios, quenos amó a nosotros primero, y procuren con afánfomentar en todas las ocasiones la vida escondidacon Cristo en Dios, de donde brota y cobra vigor elamor del prójimo en orden a la salvación del mundoy a la edificación de la Iglesia. Aun la misma prác-tica de los consejos evangélicos está animada y re-gulada por esta caridad”33.27. Esta “búsqueda de Dios” es la expresión

más antigua y renovada de la comunión con Diosen la vida consagrada. Evoca el deseo bíblico debuscar el rostro de Dios34 y responde a la exhor -tación evangélica de buscar el reino de Dios35. Elcontenido global de tal comunión puede resumirseen la densa exclamación del apóstol Pablo: “Lavida de ustedes permanece oculta con Cristo enDios" (Col 3, 3).28. Esta comunión con Dios en la vida con-

sagrada la ha expresado la misma tradición eclesialcon la imagen del matrimonio poniendo de relieve“la dimensión de una peculiar alianza con Dios,más aún, de una alianza esponsal con Cristo”36,“que hace referencia a la exigencia de la Iglesia devivir en la entrega plena y exclusiva a su Esposo,del cual recibe todo bien”37.

2. Comunión eclesial29. La vida consagrada se realiza en comunión

con toda la Iglesia y pertenece a la vida misma dela Iglesia. Testimonio de esta plena comunión conla Iglesia lo encontramos en los fundadores y fun-

dadoras en quienes “aparece siempre vivo el sen-tido de la Iglesia, que se manifiesta en su plena par-ticipación en la vida eclesial en todas sus dimen-siones, y en la diligente obediencia a los Pastores,especialmente al Romano Pontífice. En este con-texto de amor a la Santa Iglesia, «columna y funda-mento de la verdad» (1 Tm 3, 15), se comprendenbien la devoción de Francisco de Asís por «el SeñorPapa», el filial atrevimiento de Catalina de Sienahacia quien ella llama «dulce Cristo en la tierra», laobediencia apostólica y el sentire cum Ecclesia(sentir con la Iglesia) de Ignacio de Loyola, lagozosa profesión de fe de Teresa de Jesús: «Soyhija de la Iglesia»; como también el anhelo deTeresa de Lisieux: «En el corazón de la Iglesia, mimadre, yo seré el amor»” 38.30. Esta comunión eclesial se manifiesta en la

vinculación afectiva y efectiva con el Sucesor dePedro y con los Obispos, la adhesión de mente y decorazón a su Magisterio, su disponibilidad misio-nera y generosa para expandir el Evangelio alugares y ambientes diversos en todo el mundo, enel intercambio de dones y carismas, en la incultu-ración del Evangelio, en la integración activa aldesarrollo de la pastoral diocesana, en la promocióndel espíritu misionero a nivel local y hacia otroslugares, en la colaboración con los laicos, y con losotros institutos de vida consagrada39.

3. Comunión fraterna31. La comunión fraterna es uno de los elemen-

tos propios y esenciales de la vida consagrada quese manifiesta en la vida de comunidad hasta talpunto que es la primera manifestación visible de loespecífico de la vida consagrada.32. Movida y a imagen de la Trinidad y siguien-

do el modelo de la primera comunidad cristiana, lacomunidad de consagrados y consagradas que sehan hecho «un corazón solo y una sola alma» (Hch4, 32) por el don del Espíritu Santo derramado enlos corazones40, tiene “como exigencia interior elponer todo en común: bienes materiales y experien-cias espirituales, talentos e inspiraciones, idealesapostólicos y servicios de caridad”41.33. Esta experiencia comunitaria, manifestada

en tener una casa común, una mesa común, un

fondo común, una espiritualidad común, una mi-sión en común, hace de las comunidades de per-sonas consagradas casas y escuelas de comuniónque fomentan la espiritualidad de la comunión en laIglesia misma y en el mundo de hoy, muchas vecesdesgarrado por las divisiones de todo tipo42.34. Desde sus orígenes esta comunión fraterna

en las comunidades de vida consagrada ha giradoalrededor de un fundador o fundadora que harecibido el carisma de parte de Dios y que lo hahecho partícipe a otros y a otras que atraídos por elEspíritu se unen a un proyecto común. Al mismotiempo, esa comunidad se estructura alrededor deuna regla de vida que, junto al fundador o fundado-ra, formulan entre todos y que cuenta con la aproba -ción inicial de la Iglesia diocesana y en muchoscasos, posteriormente, de la Iglesia Universal. Poresta vivencia de una regla se les llama comunidadesregulares.

3. La misión en la vida Consagrada

35. La vida consagrada siempre ha estado unidaa una misión especial dentro de la Iglesia inspiradapor Dios a uno de sus elegidos o de sus elegidaspara responder a una determinada necesidad de lacomunidad eclesial y del mundo, vinculada, en lageneralidad de los casos, a situaciones de los máspobres y abandonados. “En su llamada está inclui-da por tanto la tarea de dedicarse totalmente a lamisión; más aún, la misma vida consagrada, bajo laacción del Espíritu Santo, que es la fuente de todavocación y de todo carisma, se hace misión, comolo ha sido la vida entera de Jesús”43.

1. Primera misión: ser signo y testimonio36. El primer aporte que están llamados a dar

los consagrados y consagradas es ser testigos ysignos vivos de Cristo. De ahí que “antes que en lasobras exteriores, la misión se lleva a cabo en elhacer presente a Cristo en el mundo mediante eltestimonio personal. ¡Este es el reto, éste es el que-hacer principal de la vida consagrada! Cuanto másse deja conformar a Cristo, más lo hace presente yoperante en el mundo para la salvación de los hom-

Page 4: Separata conferencia

4 Domingo 18 de enero del año 2015 Semanario Católico Nacional

bres”44. La vida religiosa no es un ministerio,aunque dentro se ejerzan ministerios (como elsacerdocio y diferentes servicios); es originaria-mente una vocación a ser, no a tener ni a hacer; y elser es un don gratuito.

2. Segunda misión: el profetismo

37. La vida consagrada participa de una formaespecial en “la función profética de Cristo, comuni-cada por el Espíritu Santo a todo el Pueblo deDios… La función de signo, que el Concilio Vati-cano II reconoce a la vida consagrada (LG 44), semanifiesta en el testimonio profético de la primacíade Dios y de los valores evangélicos en la vida cris-tiana”45.38. Como muy bien dice el Papa Francisco en

su Carta apostólica a los consagrados: “«la radica l-idad evangélica no es sólo de los religiosos: seexige a todos. Pero los religiosos siguen al Señor demanera especial, de modo profético». Esta es laprioridad que ahora se nos pide: «Ser profetas comoJesús ha vivido en esta tierra... Un religioso nuncadebe renunciar a la profecía»46.39. Una cualidad esencial del profeta es el dis-

cernimiento de espíritu. “El profeta recibe de Diosla capacidad de observar la historia en la que vive yde interpretar los acontecimientos: es como un cen-tinela que vigila por la noche y sabe cuándo llega elalba (cf. Is 21,11-12). Conoce a Dios y conoce a loshombres y mujeres, sus hermanos y hermanas. Escapaz de discernir, y también de denunciar el maldel pecado y las injusticias, porque es libre, no deberendir cuentas a más amos que a Dios, no tieneotros intereses sino los de Dios. El profeta está ge-neralmente de parte de los pobres y los indefensos,porque sabe que Dios mismo está de su parte”47.40. Así, ante una “cultura hedonística que busca

en la sexualidad sólo el placer egoísta y sin nin-guna norma moral objetiva, promoviendo unaespecie de idolatría del instinto, la vida consagradares ponde con la práctica gozosa de la castidad per- fecta, como testimonio de la fuerza del amor deDios en la fragilidad de la condición humana... Sí,¡en Cristo es posible amar a Dios con todo elcorazón, poniéndolo por encima de cualquier otroamor, y amar así con la libertad de Dios a todas lascriaturas!”48.41. Ante “un materialismo ávido de poseer,

desinteresado de las exigencias y los sufrimientosde los más débiles y carente de cualquier consi d-eración por el mismo equilibrio de los recursos dela naturaleza, la respuesta de la vida consagradaestá en la profesión de la pobreza evangélica, vivi-da de maneras diversas, y frecuentemente acom-pañada por un compromiso activo en la promociónde la solidaridad y de la caridad”49.42. Se trata de “dar testimonio de Dios como la

verdadera riqueza del corazón humano. Pero justa-mente por esto, la pobreza evangélica contestaenérgicamente la idolatría del dinero, presentán-dose como voz profética en una sociedad que, entantas zonas del mundo del bienestar, corre el peli-gro de perder el sentido de la medida y hastael significado mismo de las cosas. Por este motivo,

hoy más que en otros tiempos, esta voz atrae laatención de aquellos que, conscientes de los limita-dos recursos de nuestro planeta, propugnan elrespeto y la defensa de la naturaleza creada me-diante la reducción del consumo, la sobriedad y unaobligada moderación de los propios apetitos”50.43. Por eso, la opción preferencial por los

pobres es parte de la vida consagrada ya que “labúsqueda de la belleza divina mueve a las personasconsagradas a velar por la imagen divina defor-mada en los rostros de tantos hermanos y hermanas,rostros desfigurados por el hambre, rostros desilu-sionados por promesas políticas; rostros humilladosde quien ve despreciada su propia cultura; rostrosaterrorizados por la violencia diaria e indiscrimi-nada; rostros angustiados de menores[que no cuen-tan con el amor y el cuidado de una familia]; ros-tros de mujeres ofendidas y humilladas; rostroscansados de emigrantes que no encuentran dignaacogida; rostros de ancianos sin las mínimas condi-ciones para una vida digna”51 y rostros de niños nonacidos, pequeños y frágiles, descuartizados desdeel vientre materno por sus progenitores y médicossin escrúpulos con la indiferencia o la aprobaciónde una sociedad que se deja hipnotizar por la cul-tura de la muerte.44. La vida consagrada es una denuncia con-

stante de la idolatría de libertad amoral y subjetivaque se quiere presentar como un absoluto en nues -tro tiempo. “Ante aquellas concepciones de liber-tad que, prescinden de su relación constitutiva conla verdad y con la norma moral una respuesta eficaza esta situación es la obediencia que caracteriza lavida consagrada”52. Esta hace presente de modoparticularmente vivo la obediencia de Cristo alPadre y, precisamente basándose en este misterio,testimonia que “no hay contradicción entre obe di-encia y libertad”. Esto es lo que quiere expresar la

persona consagrada de manera específica con estevoto, con el cual pretende atestiguar la concienciade una relación de filiación, que desea asumir lavoluntad paterna como alimento cotidiano53, comosu roca, su alegría, su escudo y baluarte54.45. Ante el individualismo que se promueve

con nueva fuerza que divide y crea discordia, lavida consagrada responde con la vivencia de lafraternidad en una comunidad concreta como ellugar privilegiado para discernir y acoger la volun-tad de Dios y caminar juntos en unión de espíritu yde corazón reconociendo en quien la preside laexpresión de la paternidad de Dios y el ejercicio dela autoridad recibida de Él, al servicio del discer-nimiento y de la comunión55.46. El testimonio escatológico que da la vida

consagrada a la humanidad y a la Iglesia se sitúa enla perspectiva del futuro que está en manos de Dios.“Fijos los ojos en el Señor, la persona consagradarecuerda que «no tenemos aquí ciudad permanente»(Hb 13,14), porque «somos ciudadanos del cielo»(Flp 3,20). Lo único necesario es buscar el Reino deDios y su justicia (cf. Mt 6,33), invocando incesan-temente la venida del Señor”56.47. En este sentido, la vida consagrada mani fi-

esta “que los bienes celestiales se hallan ya pre-sentes en este mundo”, testimonia “la vida nueva yeterna conquistada por la redención de Cristo” y“prefigura la futura resurrección y la gloria delreino celestial”57. “Esto lo realiza sobre todo laopción por la virginidad, entendida siempre por latradición como una anticipación del mundo defini-tivo, que ya desde ahora actúa y transforma al hom-bre en su totalidad”58.48. Esta espera “aunque dirigida al Reino

futuro, se traduce en trabajo y misión, para que elReino se haga presente ya ahora mediante la instau-ración del espíritu de las Bienaventuranzas, capazde suscitar también en la sociedad humana acti-tudes eficaces de justicia, paz, solidaridad yperdón... La tensión escatológica se convierte enmisión, para que el Reino se afirme de modo cre-ciente aquí y ahora. A la súplica: «¡Ven, SeñorJesús!», se une otra invocación: «¡Venga tu Reino!»(Mt 6, 10)”59.

3. DIVERSIDAD DE ESTILOS DE VIDA CONSAGRADA

49. El Espíritu Santo ha suscitado una multitudde formas históricas de vida consagrada, muchas delas cuales han sembrado el Evangelio entre noso -tros. Como muy bien expresa San Juan Pablo II:“éstas aparecen como una planta llena de ramas(LG 43) que hunde sus raíces en el Evangelio y dafrutos copiosos en cada época de la Iglesia. ¡Quéextraordinaria riqueza!”60.50. En el Código de Derecho Canónico61 se han

agrupado esta diversidad en dos grandes tipos deinstitutos de vida consagrada que son: los institutosreligiosos y los institutos seculares. También sereconocen como parte de la vida consagrada lassociedades de la vida apostólica, los eremitas, lasvírgenes y las viudas y viudos consagrados62.

Page 5: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional 5Domingo 18 de enero del año 2015

Además pueden existir “otras formas de vida con-sagrada aprobada por la Sede Apostólica y elObispo Diocesano”63.

1. Los institutos religiosos

51. Según se define en el Código: “Un institutoreligioso es una sociedad en la que los miembros,según el derecho propio, emiten votos públicos per-petuos, o temporales que han de renovarse sinembargo al vencer el plazo, y viven vida fraterna encomún”64.52. En los Institutos Religiosos se incluyen las

Órdenes, Congregaciones y Fraternidades. Entreellos hay Institutos de Vida Contemplativa forma-dos por mujeres o por hombres, que en la soledad yel silencio, mediante la escucha de la Palabra deDios, el ejercicio del culto divino, la ascesis per-sonal, la oración, la mortificación y la comunión enel amor fraterno, orientan toda su vida y actividad ala contemplación de Dios. Es la vida monástica,formada por los monjes y las monjas de Oriente yOccidente dedicados a la oración, a la penitencia ya las obras de la caridad65 son la vida monástica, delos monjes y monjas de Oriente y Occidente dedi-cados a la oración, a la penitencia y a las obras dela caridad66.53. Son numerosos los Institutos de vida reli-

giosa apostólica que según un carisma específicoregalado por Dios a sus fundadores y fundadoras yen una forma estable de vida común realizan unmultiforme servicio apostólico al Pueblo de Dios.“Entre ellos tenemos las diversas familias de Canó -nigos regulares, las Órdenes mendicantes, los Clé-rigos regulares y, en general, las Congrega cionesreligiosas masculinas y femeninas dedicadas a laactividad apostólica y misionera y a las múltiplesobras que la caridad cristiana ha suscitado”67. EstosInstitutos Religiosos pueden ser compuestos sólopor sacerdotes por los que se les llama institutosclericales o pueden ser laicales o pueden ser mixtosformados por sacerdotes y laicos.54. Deseamos destacar la vocación religiosa de

los religiosos hermanos que son hombres que seconsagran a Dios profesando los tres votos ydesempeñando múltiples y valiosos servicios den-tro y fuera de la comunidad, participando así en lamisión de proclamar el Evangelio y de dar testimo-nio de él con la caridad en la vida de cada día.Existen Congregaciones formadas sólo por estosreligiosos hermanos y, a su vez, hay hermanos enlos Institutos formados por sacerdotes participandoen la misión del Instituto, con servicios que seprestan en colaboración con aquellos que ejercen elministerio sacerdotal, sea dentro de la comunidad oen las obras apostólicas68.

2. Los Institutos Seculares

55. De manera breve en el Código se dice que:“Un instituto secular es un instituto de vida con-sagrada en el cual los fieles, viviendo en el mundo,aspiran a la perfección de la caridad, y se dedican aprocurar la santificación del mundo sobre tododesde dentro de él”69.

56. Lo propio de estos Institutos es su seculari-dad, es decir, su presencia en el mundo, “a manerade levadura que impregna todas las cosas con elespíritu evangélico para fortaleza e incremento delCuerpo de Cristo”70. Ellos profesan los consejosevangélicos de castidad, pobreza y obediencia através de unos vínculos sagrados que pueden reve-s tir la forma de juramento (o promesa) establecidospor el mismo Instituto71.57. Estos Institutos Seculares pueden ser laica -

les y clericales, pero pueden ser mixtos de clérigosy de laicos. En ese caso, “los miembros laicos par-ticipan en la función evangelizadora de la Iglesia enel mundo y tomando ocasión del mundo bien seacon el testimonio de vida cristiana y de fidelidad asu consagración, bien con la colaboración queprestan para ordenar según Dios los asuntos tempo-rales e informar al mundo con la fuerza del Evan-gelio. Y también ofrecen su propia cooperación alservicio de la comunidad eclesial, de acuerdo consu modo de vida secular”72.58. Los miembros que son sacerdotes, “por el

testimonio de la vida consagrada, ayudan sobretodo a sus hermanos en el presbiterio con peculiarcaridad apostólica, y realizan en el pueblo de Diosla santificación del mundo a través de su ministeriosagrado”73.59. Los miembros de Institutos Seculares viven

en “las circunstancias ordinarias del mundo, yasolos, ya con su propia familia, ya en grupos devida fraterna, de acuerdo con las constituciones”74.

3. Sociedades de Vida Apostólica60. Señala el Código que: “A los institutos de

vida consagrada se asemejan las sociedades de vidaapostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos,buscan el fin apostólico propio de la sociedad y,llevando vida fraterna en común, según el propiomodo de vida, aspiran a la perfección de la caridadpor la observancia de las constituciones”75. Haysociedades de vida apostólica “cuyos miembrosabrazan los consejos evangélicos mediante un vín-culo determinado por las constituciones”76.

4. La Vida Eremítica

61. Un estilo de vida especial es la eremítica. Seestablece en el Código que: “Además de los insti-tutos de vida consagrada, la Iglesia reconoce la vidaeremítica o anacorética, en la cual los fieles, con unapartamiento más estricto del mundo, el silencio dela soledad, la oración asidua y la penitencia, dedi-can su vida a la alabanza de Dios y salvación delmundo”77 siempre que profesen públicamente lostres consejos evangélicos en manos del Obispodiocesano78.

5. Vírgenes, Viudas y Viudos

62. Las Vírgenes son aquellas que se consagrana Dios para servir a la Iglesia, ya sea de forma indi-vidual o asociadas. Se dice en el Código: “A estasformas de vida consagrada se asemeja el orden delas vírgenes, que, formulando el propósito santo deseguir más de cerca a Cristo, son consagradas aDios por el Obispo diocesano según el rito litúrgicoaprobado, celebran desposorios místicos con Jesu-cristo, Hijo de Dios, y se entregan al servicio de laIglesia”79. Y agrega: “Las vírgenes pueden asocia-rse, para cumplir su propósito con mayor fidelidady para realizar mediante la ayuda mutua el servicioa la Iglesia congruente con su propio estado”80.63. La Iglesia reconoce que también las viudas

y los viudos pueden consagrar su vida a Dios. “Hoyvuelve a practicarse también la consagración de lasviudas, que se remonta a los tiempos apostólicos(cf. 1Tim 5, 5.9-10; 1Co 7, 8), así como la de losviudos. Estas personas, mediante el voto de casti-dad perpetua como signo del Reino de Dios, con-sagran su condición para dedicarse a la oración y alservicio de la Iglesia”81.

6. Nuevas Formas de Vida Consagrada

64. La Exhortación Apostólica sobre la VidaConsagrada nos dice: “La perenne juventud de laIglesia continúa manifestándose también hoy: enlos últimos decenios, después del Concilio Ecumé -

Page 6: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional Domingo 18 de enero del año 20156nico Vaticano II, han surgido nuevas o renovadasformas de vida consagrada. En muchos casos setrata de Institutos semejantes a los ya existentes,pero nacidos de nuevos impulsos espirituales yapostólicos. Su vitalidad debe ser discernida por laautoridad de la Iglesia, a la que corresponderealizar los necesarios exámenes tanto para probarla autenticidad de la finalidad que los ha inspirado,como para evitar la excesiva multiplicación deinstituciones análogas entre sí, con el consiguienteriesgo de una nociva fragmentación en gruposdemasiados pequeños. En otros casos se trata deexperiencias originales, que están buscando unaidentidad propia en la Iglesia y esperan ser recono-cidas oficialmente por la Sede Apostólica, únicaautoridad a la que compete el juicio último”82.

Segunda Parte

UNA MIRADA AL PASADO, AL PRESENTE Y AL FUTURO DE LA VIDA CONSAGRADA EN NUESTRO PUEBLO

65. El Papa Francisco en su Carta apostólica atodos los Consagrados con ocasión del Año de laVida Consagrada del 21 de Noviembre del 2014 fijalos tres grandes objetivos de este acontecimientosiguiendo los que “san Juan Pablo II propuso a laIglesia a comienzos del tercer milenio, retomandoen cierto modo lo que ya había dicho en la Exhor -tación apostólica postsinodal Vita consecrata:«Ustedes no solamente tienen una historia gloriosapara recordar y contar, sino una gran historia queconstruir. Pongan los ojos en el futuro, hacia el queel Espíritu les impulsa para seguir haciendo conustedes grandes cosas» (n. 110)”83. Estos objetivosson: “Mirar al pasado con gratitud, Vivir el presentecon pasión y Abrazar el futuro con esperanza”84.66. En esta Segunda Parte nos proponemos,

apoyados en estos objetivos, hacer una mirada a lasmaravillas de Dios realizadas en nuestro pasadohistórico a través de tantos hombres y mujeres con-sagrados, que desde esta tierra dieron su vida porCristo y su evangelio; reconocer el presente de laVida Consagrada entre nosotros y proponer algunasesperanzas que tenemos, como Pastores, de cara alfuturo de la misma, en nuestras Iglesias diocesanasy en nuestro pueblo.

1. MIRAR AL PASADO CON GRATITUD

67. Al mirar nuestra historia brota espontáneauna gran acción de gracias “por la pléyade de evan-gelizadores que dejaron su Patria y dieron su vidapara sembrar en el Nuevo Mundo la vida nueva dela fe, la esperanza y el amor… Ellos anunciaron «labondad de Dios nuestro salvador y su amor a loshombres» (Tt 3, 4), a unas gentes que ofrecían a susdioses, incluso, sacrificios humanos”85.68. La gran mayoría de estos misioneros y

misioneras que llegaron a nuestro suelo quisque -yano eran consagrados y consagradas, que juntocon la proclamación de la Palabra, la enseñanza dela catequesis, la celebración de los sacramentos,fueron defensores infatigables de los indios, protec-tores de los valores que había en sus culturas, pro-motores de humanidad frente a los abusos de colo-nizadores a veces sin escrúpulos. “La denuncia delas injusticias y atropellos por obra de Montesino,Las Casas, Córdoba, Fray Juan del Valle y tantosotros, fue como un clamor que propició una legis-lación inspirada en el reconocimiento del valorsagrado de la persona”86.69. Fue un religioso, Fray Bernardo Boyl, de la

Orden de los Mínimos perteneciente a los Ermi -taños de Fray San Francisco de Paula, compañerode Colón en su segundo viaje, primer Vicario apos-tólico de las Indias Occidentales quien celebra laprimera Eucaristía el 6 de Enero de 1494 en estastierras.70. Recordamos con admiración a los pioneros

de la evangelización y catequistas que fueron her-manos religiosos, no sacerdotes, quienes fueron avivir entre los indígenas para aprender su idioma yconocer sus costumbres e ideas religiosas y asítransmitirles el evangelio, respetando y valorandosu cultura. Ellos fueron Fray Ramón Pané, monjede la Orden de San Jerónimo, quien fue el primereuropeo en estudiar y aprender una lengua indíge-na, el taíno, y el primero que escribió el primertratado sobre cultura indígena taina; y sus com-pañeros franciscanos Fray Juan de la Duella y FrayJuan Tissin así como los mercedarios, Juan deSolórzano y Juan Infante.71. Reconocemos a Fray Juan de la Duella y a

sus compañeros como los fundadores de la primeracomunidad cristiana formada por indígenas enAmérica al conferir el bautismo a Juan Mateo y suhermano Antón quienes se convirtieron en losprimeros catequistas del Nuevo Mundo al lograr elbautismo del Cacique Guaticagua y de 16 miem-bros de su familia.72. Hacemos memoria de la primera comu-

nidad religiosa establecida entre nosotros en 1502por la Orden Franciscana de Frailes Menores alfundar los primeros monasterios en La Vega, LaVera Paz (hoy en Haití) y Santo Domingo, y con-virtiéndose en el grupo religioso más numeroso dela Isla a lo largo de toda la historia colonial. LosFranciscanos se comprometieron con la defensa delos indios y fueron los que crearon la primeraescuela para la educación de la dirigencia indígenaen su monasterio de La Vega y fundaron sus estu-dios generales para la formación de sus miembros.73. Todavía resuena entre nosotros y nos inspi-

ra el grito de Fray Antón de Montesino del cuartoDomingo de Adviento del 1511 que, en nombre dela comunidad de la Orden de Santo Domingo oFrailes Predicadores presidida por Fray Pedro deCórdoba y establecida en el 1510, tronó en defensade los indígenas sometidos a cruel y horrible servi -dumbre por parte de los españoles. Este Sermón deMontesino es signo y símbolo de la lucha por la jus-ticia y los derechos humanos, basados en los prin-cipios de la antropología y de la política de laépoca. Al preguntarse “con qué derecho se lesesclaviza y maltrata y es que no son gentes” va másallá de la denuncia y sienta la base de una lucha yuna preocupación y propuesta pastoral que estarápresente en la misionología americana a lo largo detodo el periodo colonial.74. Esta voz profética no se quedó en una

denuncia sino que generó una lucha titánica conti n-uada por un ex-encomendero, hecho primero sa cer-dote y después fraile dominico, Fray Bartolomé deLas Casas, quien puso pasión, imaginación y pen-samiento a la causa hasta lograr las famosas Leyesde Burgos que favorecían a los nativos.75. Fueron estos Frailes Dominicos quienes,

preocupados por elevar el nivel educativo de losjóvenes que ingresaban a la Orden, fundaron elCentro de Estudios Generales Santo Tomás deAquino, que más tarde a solicitud de esa orden reli-giosa fue elevado a Universidad por el Papa PabloIII, con la Bula In Apostolatus Culmine, siendo éstala primera Universidad que tuvo el Nuevo Mundo

Page 7: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional Domingo 18 de enero del año 2015 7y, que con el correr del tiempo, a ella acudían estu-diantes de las Antillas y de Tierra Firme. Esta insti-tución superior, de servicio educativo que hoy sub-siste como la Universidad Autónoma de SantoDomingo, alberga en sus aulas miles de alumnos.76. Y, a ellos les cabe el mérito de que en este

convento de los dominicos se gestó el primerCatecismo de América titulado “Doctrina Cristianapara instrucción e información de las Indias pormanera de historia” escrito por Fray Pedro deCórdoba e impreso en México en 1544.77. Tenemos presente en este Año de la Vida

Consagrada a la Orden Real y Militar de NuestraSeñora de la Merced y la Redención de los Cauti -vos (Mercedarios) quienes se establecieron en el1527. Ellos fundaron la iglesia Patronal de LasMercedes en la Ciudad de Santo Domingo y cons -truyeron conventos en el Santo Cerro de La Vega,en Santiago de Los Caballeros, en Azua y en lazona rural de Toza de Hato Mayor, incentivando ladevoción a Nuestra Señora de las Mercedes.78. Misioneros, maestros, escritores y Obispos

salieron de sus claustros, como Fray Gabriel Téllez(Tirso de Molina) y el arzobispo Fray FernandoCarvajal y Rivera, crítico de la política colonial queno permitía el paso de sus reclamos a la Corte;planeó fugarse en un barco maderero para llevar susreclamos al rey, y lo logró.79. Rememoramos que a estas Órdenes mas-

culinas se unieron las femeninas. Primero la Ordende las Hermanas Pobres de Santa Clara (clarisas)establecidas, hacia 1551 por el obispo Alonso deFuenmayor, con diez clarisas traídas de España ydieciséis jóvenes de la Isla. En 1560 abría sus puer-tas el monasterio de Regina Angelorum con seisdominicas andaluzas. De ellas salieron las fundado-ras de los primeros conventos de Venezuela (1633)y de Puerto Rico (1651).80. Nuestro recuerdo agradecido se dirige a la

Compañía de Jesús, los Jesuitas, la sexta comuni -dad religiosa a establecerse en nuestra tierra en1658. Siguiendo vocación, se adentraron en la edu-cación y asumieron un colegio, el Colegio deGorjón; dirigieron el seminario; y finalmente, fun-daron su universidad, la Real y Pontificia de San -tiago de la Paz y de Gorjón. También, se dedicarona las misiones populares. Para perjuicio del desar-rollo educativo y evangelizador de la Colonia, losjesuitas fueron expulsados en el 1767, al ser supri -mida la Compañía de Jesús en los territoriosespañoles.81. Es digno que mencionemos el aporte

brindado por las comunidades de vida consagrada ala fundación y fortalecimiento de la Iglesia en estaIsla durante la época colonial a través de los 2Obispos y 21 Arzobispos quienes la dirigieron. LaOrden de Frailes Menores dieron el primer Obispode Santo Domingo, Fray García de Padilla (1511-1515), así como otros dos más; cinco de la Ordende los Predicadores (dominicos); cuatro de la Ordende San Agustín; de la Orden de San Jerónimo y dela Orden de la Merced cada una con dos; con sólouno, las siguientes Órdenes: Cistercienses, FrailesMenores Capuchinos, de San Benito, de SanBasilio, los Mínimos, Premonstratense, los Trini -

tarios de la Sociedad de Don Bosco (salesiano).82. Un hecho de triste memoria para nuestra

historia nacional y eclesial fue el Tratado de Basileade 1795 firmado por España y Francia para lograrla paz entre ambas naciones que incluía la cesión dela colonia española a Francia. La Corona españolapermitió que los habitantes de la parte españolapudieran transferirse con sus bienes a otros territo-rios de su posesión. Una vez conocida esta posibi l-idad, el arzobispo Fray Fernando Portillo, OP,ordenó a su clero y a los religiosos y religiosasenviar sus archivos y objetos de culto a La Habanay abandonar la Isla. A pesar de la resistencia demuchas congregaciones y de los sacerdotes, ya enel 1798, todos dejaron esta tierra, incluido el Arzo -bispo. La parte Oriental de la Isla pasó a dominiofrancés y fueron extinguidos los conventos y retira-dos oficialmente los religiosos. Algunos religiosossin autorización de sus superiores permanecieronen la Arquidiócesis de Santo Domingo, ejerciendoel ministerio bajo la obediencia de las restantesautoridades eclesiásticas.83. El breve respiro de la restauración del poder

español en 1809, el período de la España Boba,hizo posible que en el 1818 regresaran algunosfranciscanos, dominicos y mercedarias, quienes sededicaron a labores parroquiales y de enseñanza, yen 1829 algunas monjas clarisas y dominicas. Pero,ante el intento de la Independencia de 1821 y lainvasión haitiana del 1822, los religiosos pre-firieron nuevamente abandonar el país movidos porlos condicionamientos impuestos por los nuevosgobernantes y por su fidelidad a España.84. Aunque de 1861-1865 nuestra naciente

República Dominicana fue anexada a España, losreligiosos y religiosas no regresaron. Sin embargo,después de la Restauración de la República nuestraIglesia fue dirigida, de 1866-1884, por tres Vicariosapostólicos, todos ellos religiosos: el belga reden-

torista P. Luis Nicolás Buggenoms (1866-1870); elarzobispo Leopoldo Angel Santaché, franciscanoconventual italiano (1870-1873) y el arzobispoFray Rocco Cocchia, capuchino italiano (1874-1883) quien, al proponer a Mons. Fernando Meriñopara Arzobispo de Santo Domingo, contribuyó arestaurar la jerarquía dominicana.85. Especial recuerdo merece el P. Francisco

Javier Billini quien gestionó la llegada al país de lasHermanas de los Pobres Inválidos y de los NiñosPobres, llamadas hoy Hijas de la Caridad del Car -denal Sancha, fundadas en Cuba por el P. CiriacoSancha. Ellas hicieron, desde entonces, de la Repú -blica Dominicana su vida y sede, ocupándose deobras de beneficencia, asilos de ancianos yorfanatos de niños y luego incursionaron en la edu-cación. El crecimiento de vocaciones nativas hizoque por mucho tiempo se les llamara las “monjascriollas”.86. Por otra parte, recordamos que en el 1881,

el P. Billini fundó las Hijas del Buen Pastor, uninstituto religioso de derecho diocesano que desa-pareció luego en el 1890 tras la muerte de suFundador.87. Cabe el honor a Mons. Adolfo Alejando

Nouel (1906-1930) de ser el impulsor de la vidaconsagrada en el segundo momento fuerte de lapresencia ésta en la República Dominicana. Con -vencido de que se necesitaban misioneros, debido ala escasez del clero y la sobrecarga de trabajo, seesforzó en conseguir “hombres de sandalia y bastónque prediquen día y noche el Evangelio”87.88. Así, desde 1907 hasta el 1916, fueron lle-

gando los Padres Eudistas para ocuparse de ladirección del Seminario, y en 1923 les sucedieron,en la misma misión, los Misioneros Hijos delCorazón de María (Claretianos).89. Evocamos que con la llegada de la Orden de

Page 8: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional 8 Domingo 18 de enero del año 2015

frailes Franciscanos Capuchinos, en el 1909, semarcó una nueva etapa misionera en el País. Comoverdaderos frailes de sandalia y bastón (quienescubrieron pastoralmente a San Pedro de Macorís,La Romana, Santo Domingo, y, el Norte y el Sur dela República), fundaron Escuelas, dieron MisionesPopulares, editaron varias publicaciones periódicase impulsaron la Acción Católica así como el catoli-cismo popular y la fundación de la fecunda y fielTercera Orden Franciscana.90. Por gestiones de los Capuchinos llegaron,

en el 1910, las Hermanas Mercedarias de la Cari -dad, fundadas por el Beato Cegrí, quienes se dedi-caron a labores de atención hospitalaria como laCasa de Beneficencia (hoy Hospital Padre Billini) yel Leprocomio de Nigua. También, se dedicaron ala educación en Santiago, Montecristi, La Vega(Santo Cerro) y San Cristóbal.91. En 1925, invitadas por los capuchinos, lle-

garon las Hermanas Franciscanas de los SagradosCorazones, quienes se entregaron a labores educa-tivas en La Vega, San Pedro de Macorís, SantoDomingo y Barahona, así como a la asistencia deancianos y de la salud. Es interesante ver que estaComunidad acogió a un pequeño grupo de domini-canas que animadas por un capuchino se iniciabanen la vida religiosa.92. Las fundaciones en el país se sucedieron

una tras otra: los Agustinos Recoletos (1927) enSan Cristóbal, en Salcedo y en otros lugares; loseducadores Hermanos de las Escuelas Cristianas deLa Salle quienes instalaron sus Colegios en SantoDomingo y Santiago (1933).93. Recordamos el 1930 como un año emble -

mático por la instauración del régimen autocráticoy reconstructor, de larga data, del general RafaelLeonidas Trujillo. A la fecha, la Iglesia da muestrade debilidad, sobre todo en su dirigencia, por larenuncia del Arzobispo auxiliar, Mons. Luis Anto -nio De Mena; y por el débil estado de salud delarzobispo Nouel. Nuevamente se vuelve a losAdministradores apostólicos (1931-1935) sinlograr que a Mons. Nouel lo sucediera un sacerdotenativo. La alternativa del momento fue la elecciónde un religioso italiano, el salesiano Ricardo Pittiniquien dirigió la Iglesia durante 26 años (1935-1961).94. A partir del 1936 fueron llegando nuevas

congregaciones religiosas como los salesianos,quienes fundaron colegios y parroquias en la ZonaNorte de Santo Domingo y luego en Moca; los ge -nerosos y esforzados misioneros canadienses yfranceses del Sagrado Corazón, quienes asumenparroquias del ángulo nordeste del país; y, tresjesuitas españoles en la Frontera Norte, respectiva-mente para trabajar en parroquias y en educación.Se ocupan áreas marginales de la geografíanacional.95. Posteriormente, los redentoristas, en 1946,

se encargarían de la provincia San Juan de laMaguana. En 1952 llegan los Escolapios; y en1953, los Carmelitas Descalzos; en 1954, los Paúlesy los Agustinos; vuelven los Dominicos e inician sumisión en la línea Noroeste; y en Fantino, losMisioneros de los Sagrados Corazones. En 1956,

llegan los Terciarios Capuchinos; y el 1958, losPasionistas y los Misioneros del Inmaculado Cora -zón de María, quienes se ubican en Barahona yBahoruco.96. También, nuevos Institutos Femeninos

fueron fundando en este período: Hijas de MaríaAuxiliadora, salesianas (1937); Apostolinas (1943);Dominicas de Adrian (1946); Misioneras Domini -cas del Rosario y Hermanas del Perpetuo Socorro(1948); las Carmelitas Teresas de San José y lasHermanas Carmelitas de la Virgen María del MonteCarmelo (1949); Carmelitas de Vedruna y Herma -nas de la Inmaculada Concepción (1951); la So -ciedad Apostólica de las Hijas de la Caridad (1952);Siervas de María (1953); las Religiosas de los Án -ge les Custodios e Hijas de Jesús (1955); Misionerasde los Sagrados Corazones (1956); Car melitas delCorazón de Jesús (1957); Dominicas del SantísimoSacramento (1959).97. Es necesario agradecer a Dios el aporte de

crecimiento de nuestras Iglesias diocesanas al rega-larnos en este segundo momento de la presencia dela vida consagrada a los siguientes Obispos: al yamencionado Arzobispo de Santo Domingo, Mons.Ricardo Pittini, de la Sociedad de Don Bosco; aMons. Francisco Panal, piadoso fraile capuchino,primer Obispo de La Vega (1953-1961); a los re -dentoristas Mons. Thomas Reilly, primer Preladode la Prelatura Nullius de San Juan de la Maguanay luego su primer Obispo (1953-1977) y Mons.Ronald Gerard Connors, primero Obispo coadjutor(1976-1977), y luego Obispo de San Juan de la Ma -guana (1977-1991); y al jesuita P. Felipe Gallegocomo Obispo auxiliar de Santo Domingo (1945-1951).98. Desde el año 1961 en adelante se inicia una

nueva etapa de la Vida Consagrada con la llegada alpaís de un numeroso grupo de religiosos y reli-giosas que salieron de las congregaciones ya exis-tentes y la incorporación de nuevos Institutos reli-giosos. Realmente, la Iglesia Dominicana recibióun fuerte impulso en su labor evangelizadora en unmomento crucial de la salida de la dictadura truji l-lista y el ensayo de una sociedad con democracia.En las décadas sesenta a ochenta se realizan unas

25 nuevas fundaciones de congregaciones venidasde otras naciones; cuatro de ellas masculinas y 21femeninas.99. Se añade a esta nueva fase, el hecho de que

la Iglesia se vio sometida a cambios institucionalespromovidos por el Concilio Vaticano II (1962-1965)y por las Conferencias Episcopales de Medellín(1968) y Puebla (1979). También la vida consagra-da recibió nuevas inspiraciones, cuestionamientosinternos y externos, crisis y búsqueda de nuevasformas de vivir el Evangelio y de hacer más cohe r-ente y eficaz la opción preferencial por los máspobres.100. Con el Salmista podemos decir, con ale-

gría, que la tierra ha dado sus frutos (Salmo 66,7) alcontemplar el surgimiento de Institutos de VidaConsagrada en nuestra Iglesia como los son el Insti -tuto Secular Altagraciano (1951); las Misionerasdel Corazón de Jesús (1964); Hijas de la Altagracia(1978); Misioneras Franciscanas (1979); Hermanasdel Amor Trinitario (1986); Franciscanas Defen -soras de la Fe; Hijas de la Misericordia (1986);Hermanos Diocesanos de la Evangelización; Será -ficas; y más recientes, la Fraternidad Mercedariadel Santísimo Sacramento; Misioneras del PadreFantino; Misioneras Contemplativas del BuenPastor; Misioneras de Jesús.101. “Teniendo en torno nuestro tan gran nube

de testigos” (Heb 12, 1) es saludable que destaque-mos algunos de ellos que tuvieron su incidenciaentre nosotros como lo fueron:1. El pasionista P. Benito Arrieta y los misio -

neros del Sagrado Corazón P. Emiliano Tardiff,cuyas causas de canonización están abiertas; y el P.Cipriano Fortín, evangelizador caritativo y grandirector espiritual de consagrados y sacerdotes.2. Los Obispos Mons. Thomas Reilly y Mons.

Ronaldo Connor de los redentoristas y el jesuitaMons. Francisco José Arnáiz quien hizo tantosaportes en la vida eclesial y social de nuestro país;3. A los jesuitas: P. Jesús Veiga, P. Mateo An -

drés, P. José Somosa, P. Miguel Benavides y otrostantos formadores del clero; P. José María Uranga,fundador de las Altagracianas y gran formador desacerdotes; P. Benito Blanco que guió con amor ysabiduría su propia Compañía de Jesús así como elproceso de diferentes comunidades religiosasfemeninas, algunas de ellas nacientes; P. RamónDubert, de grandes intuiciones y realizaciones pas-torales y sociales y su gran aporte en la formacióny desarrollo de los Presidentes de Asamblea; P.Wenceslao García y P. Cavero, fundador e impulsorrespectivamente de Radio Santa María; P. Fernandode Arango, inquieto promotor de la justicia; el P.Manuel González Quevedo, gran formador de sa-cerdotes y apasionado por la justicia social; el P.Daniel Baldor, hombre bueno, quien impulso laPastoral de Conjunto; P. Benigno Juanes, gran guíay formador de la Renovación Carismática Católica;P. Antonio Sánchez, gran misionero sembrador delEvangelio en todos los rincones del país.4. A los capuchinos Fray Cipriano de Utrera,

escritor y misionero; a Fray Justo de Verja; y, FrayFrancisco de Castro, quien fomentó la AcciónCatólica;

Page 9: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional Domingo 18 de enero del año 2015 95. A los dominicos: Fray Vicente Rubio, quien

hizo suya esta Patria e investigó su historia; FrayJosé Rodríguez Mantilla, impulsor de los Cursillosde Cristiandad;6. La ursulina Virginia Laporte, promotora

incansable y renovadora de la catequesis; 7. La Madre Amadora de Jesús, dedicada a su

Congregación de las Hermanas del Cardenal San -cha y a los pobres; la Hna. Eugenia Peña, entrega-da a la catequesis de los niños y jóvenes y promo-tora de la devoción al Santo Cristo de Bayaguana.8. Al belga Rogelio De la Roselle, CICM, quien

trabajó con ardor por la Pastoral de Conjunto y alservicio de la Conferencia del Episcopado Domi -nicano.9. La Madre Petra Grullón, viuda y fundadora

de primer Monasterio Carmelita, en San José deLas Matas y Santiago.10. La Hermana Teresita Vásquez y la Hermana

Patria, de las Hermanas del Perpetuo Socorro,entregadas a la catequesis y a la educación.102. Son innumerables los hombres y mujeres

de vida consagrada que han sabido dejar la vida ennuestros campos, barrios y ciudades por causa delEvangelio. Hemos tomado sólo una muestra muyreducida a sabiendas que ha de ser mayor nuestragratitud para todos aquellos, que siendo los más, nohemos podido mencionarlos debido a nuestras lim-i taciones. Para todos, los de ayer y los de hoy,vayan nuestras oraciones y bendiciones.

2. VIVIR EL PRESENTE CON PASIÓN

103. Como expresa el Papa Francisco “la me -moria agradecida del pasado nos impulsa, escu -chando atentamente lo que el Espíritu dice a laIglesia de hoy, a poner en práctica de manera cadavez más profunda los aspectos constitutivos”88 de lavida consagrada para así “vivir el presente conpasión”89.104. Nos consuela y alegra como Pastores des-

cubrir que contamos con 137 carismas diversos devida consagrada, distribuidos así: 122 son los Insti -tu tos Religiosos; ocho los Institutos Seculares; treslas Sociedades de Vida Apostólica y cuatro lasAsociaciones de fieles. Todos juntos con un total de2, 200 miembros repartidos en unas 447 casas entoda la geografía nacional. Además, contamos conunas 70 vírgenes consagradas en las Arquidiócesisde Santo Domingo y de Santiago.105. Los Institutos Religiosos masculinos son

26 distribuido de la siguiente manera: 25 de vidaapostólica activa y uno de vida contemplativa de laOrden Cisterciense de estricta observancia (OCSO),establecidos en Jarabacoa (1986) y que cuenta consiete miembros. Los 26 Instituto tienen unos 469miembros distribuidos en 94 comuni dades. Es in -teresante notar que con excepción de una, todas lasCongregaciones Religiosas masculinas llegadas alpaís han permanecido. Las últimas fundaciones sonla de la Orden de los Somascos quienes sirven enDajabón y Manzanillo; y la congregación de losHermanitos de Santa Teresita del Niño Jesús, enSan Pedro de Macorís.

106. Los Institutos religiosos femeninos suman96 de los cuales 90 son de vida apostólica activacon unas 297 casas, y los otros seis son de vida con-templativa con unos 11 monasterios y unas 118monjas. Los 96 Institutos cuenta con un total de1,608 consagradas, de las cuales las más antiguas ylas más numerosas son las Hermanas de la Caridaddel Cardenal Sancha (1873).107. Las Sociedades de Vida Apostólica son

tres: dos de ellas vinculadas a la familia vicentinacomo son la Congregación de la Misión (PadresPaúles), con unas cinco casas; y las Hijas de laCaridad de San Vicente de Paúl, con unas 11 comu-nidades. La otra es la Virgo Flos Carmeli de losHeraldos del Evangelio con una casa, establecidahace pocos años en el país con miembros venidosde Brasil y Colombia.108. Los Institutos Seculares son ocho, con

unos 26 centros y un total de 143 miembros. Losmasculinos son dos: Voluntas Dei con unas ochocomunidades sacerdotales y el Instituto Secular deSacerdotes Diocesanos de Schoenstatt con miem-bros en las Arquidiócesis de Santo Domingo ySantiago, y en las Diócesis de La Vega, San Fran -cisco de Macorís y Mao-Montecristi. Los InstitutosSeculares femeninos son seis: el Instituto SecularAltagraciano con unas ocho casas; Alianza en Jesúspor María, con una casa; Filiación Cordimariana,con otra casa; Unión Lumen Dei, con tres casas;Oblatas Misioneras de María Inmaculada, con doscasas; y las Hermanas Marianas de Schoenstatt, contres casas.109. También, están presentes entre nosotros

cuatro Asociaciones de Fieles que incluyen vidaconsagrada con unos 22 miembros; dos son inter-nacionales: la Institución Teresiana con cuatro cen-tros, y las Claraeulalias con un centro; y dos sonnacionales: las Misioneras de Jesús establecidas enMonte Plata y Nagua con dos casas, y la Frater -nidad de Emaús Hermano Charles de Foucauld, condos casas.110. Nos complace constatar que de los 2,200

consagrados y consagradas 1,376, lo equivalente al66%, son nacidos en nuestra tierra. Las religiosasalcanzan la suma de 1,078 nativas (67% de todaslas femeninas). De los religiosos 298 (64%) sonnacidos aquí. De las religiosas contemplativas, 119equivalente al 74% son dominicanas. Esto indicaque la vida consagrada se ha inculturado entrenosotros, fruto del testimonio de una consagraciónvivida con alegría, entusiasmo y dedicación.111. Nos regocija el hecho de que en nuestra

Patria haya 12 monasterios que esparcidos en 9Diócesis son “en el corazón de la Iglesia y delmundo, un signo elocuente de comunión, un lugaracogedor para quienes buscan a Dios y las cosas delespíritu, escuelas de fe” (VC 7) y que aseguran laconstante oración tan necesaria para hacer fecundala evangelización de nuestro pueblo dando los fru-tos del Reino.112. Animados por esta mirada a la realidad,

como Pastores del Pueblo de Dios, y haciéndonoseco de las palabras del Papa Francisco, que es tam-bién un religioso jesuita, deseamos que ese fuegodivino que un día se encendió en el corazón de cada

consagrado y consagrada crezca más y más y nuncadisminuya el amor primero90. Para esto es necesarioque la regla absoluta tal como desearon sus fun-dadores y fundadoras sea el Evangelio para seguirmás de cerca a Jesucristo91 viviéndolo con radicali-dad y sinceridad hasta poder decir llenos de amorapasionado con Pablo: «Para mí la vida es Cristo»(Flp 1, 21).92

113. Dejen que se desborde y se haga operativala fantasía de la caridad en las diversas realidadesde la vida de la gente y se apodere de ellos y deellas la pasión por nuestro pueblo, sean cercanos aél hasta compartir sus penas y alegrías, así comopara comprender verdaderamente sus necesidades ypoder ofrecer su contribución para responder aella93.114. Para esto será necesario que cultiven la

comunión fraterna al estilo de la primera comu-nidad cristiana que tenían un solo corazón y unasola alma94. “Vivir el presente con pasión es hacerse«expertos en comunión»”95, testigos y artífices delproyecto de comunión que es el Reino de Dioscomo vivencia de relaciones filiales con Dios y derelaciones fraternas en la comunidad. Esperamosque cuando nos pregunten cómo se vive en una ver-dadera comunidad podamos enviarlos a visitar lascomunidades de vida consagrada para que sóloviendo cómo se aman aprendan a vivir en comu-nión96.115. Les alentamos a seguir asociando a su

vocación y misión a los laicos y laicas que Diosacerca a ustedes como colaboradores en sus obras.Así como hicieron las antiguas Órdenes con lasTerceras Órdenes que aún continúan entre nosotros,cultiven y hagan partícipes de su espiritualidad aestos laicos y laicas organizándoles desde el caris-ma propio de cada Instituto. Es importante que estapresencia de los laicos se vea como una gracia y nosimplemente para suplir la deficiencia numérica delpersonal consagrado; se vea “como un nuevo capí-tulo, rico de esperanzas, en la historia de las rela-ciones entre las personas consagradas y el laica-do”97.

3. ABRAZAR EL FUTURO CON ESPERANZA

116. Después de agradecer las maravillas queDios hizo en nuestro pasado a través de la vida con-sagrada y de constatar la vitalidad dinámica de lamisma en el presente, abrazamos su futuro conesperanza seguros de que el Señor, en quien hemospuesto nuestra confianza, sigue diciendo a cadaconsagrado y a cada consagrada: «No tengasmiedo, que yo estoy contigo» (Jr 1, 8) y conmigo«nada es imposible» (Lc 1, 37).117. A través del Espíritu que conduce la vida

consagrada, el Señor continuará haciendo cosasgrandes con nosotros en el futuro. Por eso, aunquebajen los números, llegue el envejecimiento, faltenlas fuerzas físicas, haya dificultades en la vidacomunitaria, disminuyan los medios económicos,sean grandes “los retos de la internacionalidad y laglobalización, las insidias del relativismo, la mar-

Page 10: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional Domingo 18 de enero del año 201510ginación y la irrelevancia social...”98, el Señor abriránuevos caminos y dará las fuerzas para enfrentarlos desafíos.118. Alienta y genera esperanza el gran número

de casas de formación a la vida consagrada, lascuales alcanzan un total de 67, entre las que se en -cuentran siete Aspirantados, 17 Postulantados, 20Noviciados, tres Juniorados y 20 casas de forma-ción de futuros sacerdotes. A esto, se suman aque-llos y aquellas que realizan su formación en elextranjero.119. Sin duda, que crece el número de consa-

grados y consagradas jóvenes. A ellos y ellas que-remos dirigirnos con el Papa Francisco: “son el pre-sente porque ya viven activamente en el seno de susInstitutos, ofreciendo una contribución determi-nante con la frescura y la generosidad de su opción.Ustedes son al mismo tiempo el futuro, porquepronto serán llamados a tomar en sus manos la guíade la animación, la formación, el servicio y la mi-sión. Este año tendrán un protagonismo en el diálogo

con la generación que les precede. En comuniónfraterna, podrán enriquecerse con su experiencia ysabiduría, y al mismo tiempo tendrán ocasión devolver a proponerle los ideales que ha vivido en susinicios, ofrecer la pujanza y lozanía de su entusias-mo, y así desarrollar juntos nuevos modos de vivirel Evangelio y respuestas cada vez más adecuadasa las exigencias del testimonio y del anuncio”99.120. Permítannos, queridos consagrados y con-

sagradas, presentarles, como Pastores del Pueblo deDios, algunas expectativas con motivo del Año dela Vida Consagrada.

1. La Alegría de la Consagración121. Muestren a todo el pueblo la alegría de su

consagración para que se cumpla en ustedes estahermosa frase del Papa Francisco: «Donde hay reli-giosos hay alegría». Demuestren que Dios es capazde colmar sus corazones y hacerles felices100. Abra -zando la cruz reconocemos a Aquel a quienseguimos y nos identificamos con Él cuando llegan“las dificultades, las noches del espíritu, la decep-ción, la enfermedad, la pérdida de fuerzas debido ala vejez. Precisamente en esto deberíamos encon-trar la «perfecta alegría», aprender a reconocer elrostro de Cristo, que se hizo en todo semejante anosotros, y sentir por tanto la alegría de sabernossemejantes a él, que no ha rehusado someterse a lacruz por amor nuestro”101.122. Recordemos con el Papa Francisco que

“la vida consagrada no crece cuando organizamosbellas campañas vocacionales, sino cuando losjóvenes que nos conocen se sienten atraídos pornosotros, cuando nos ven hombres y mujeresfelices. Tampoco su eficacia apostólica depende dela eficiencia y el poderío de sus medios. Es su vidala que debe hablar, una vida en la que se trasparentala alegría y la belleza de vivir el Evangelio y deseguir a Cristo”102.

2. Actitud Profética123. La vida del consagrado y su comunión con

los otros es voz profética “porque la nota que car-acteriza la vida consagrada es la profecía”103. Setrata de que con sus palabras y sus obras en estahumanidad dormida anuncien la utopía del Reinocreando “«otros lugares» donde se viva la lógicaevangélica del don, de la fraternidad, de la acogidade la diversidad, del amor mutuo”104, siendo cadavez más “la levadura para una sociedad inspiradaen el Evangelio, la «ciudad sobre un monte» quehabla de la verdad y el poder de las palabras deJesús”105.

3. Espíritu de Comunión

124. Sean «expertos en comunión» cultivandoy promoviendo la «espiritualidad de comunión» yacojan en primera línea “«el gran desafío que te-nemos ante nosotros» en este nuevo milenio que es:«Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comu-nión»”.106 y así “el ideal de fraternidad perseguidopor los fundadores y fundadoras crezca en los másdiversos niveles, como en círculos concéntricos”107.125. Valgan para ustedes y para nosotros la

advertencia del Papa de que “la crítica, el chisme,la envidia, los celos, los antagonismos, son acti-tudes que no tienen derecho a vivir en nuestrascasas”108. Crezcamos en “«la mística de vivir jun-tos» que hace de nuestra vida «una santa peregri-nación» (EG 87)”109. Testimonien que es posiblecrear un mundo de hermanos viviendo una enrique-cedora “relación entre personas de diferentes cul-turas, teniendo en cuenta que sus comunidades sehacen cada vez más internacionales”110.126. Deseamos que crezca la comunión eclesial

en los consagrados y consagradas y de todo elPueblo de Dios con ustedes. En este sentido, noshacemos eco de nuestras Iglesias Diocesanas que sealegran cuando les ven integrados en el Plan Na -cional y Diocesano de Pastoral haciéndolo opera ti-vo en sus propias casas y sus obras así como colab-orando activamente en su implementación a niveldiocesano, parroquial y sectorial.127. Les aseguramos nuestra disposición a

dialogar y buscar caminos comunes con todos losInstitutos de Vida Consagrada para que desde sucarisma contribuyan al crecimiento y fortaleci mien-to de nuestras Iglesias Diocesanas. Sepan que nosnecesitamos mutuamente para que cada vez más sedesarrolle el Reino en nuestro pueblo.128. En esta misma línea es necesario que

crezca la comunión entre los miembros de los dis-tintos Institutos… para desarrollar juntos, en elámbito local y global, proyectos comunes de for-mación, evangelización, intervenciones sociales…“Nadie construye el futuro aislándose, ni sólo consus propias fuerzas, sino reconociéndose en la ver-dad de una comunión que siempre se abre al en -cuentro, al diálogo, a la escucha, a la ayuda mutua,y nos preserva de la enfermedad de la autoreferen-cialidad”111.129. Reconocemos el esfuerzo continuo y per-

severante de la Conferencia Dominicana de Reli -giosos (CONDOR) y de la Conferencia de Insti -tutos Seculares (CONDIS) por crear vínculos, arti -cular proyectos comunes de formación, de acción

evangelizadora y de profetismo, así como de serpunto de encuentro. Es muy importante que estaobra común se refuerce a nivel nacional y en lasfiliales de nuestras Diócesis y en la colaboraciónmutua en las Zonas Pastorales.

4. Salir a las Periferias130. Salgan de sí mismos para ir a las periferias

existenciales. “«Vayan al mundo entero», fue laúltima palabra que Jesús dirigió a los suyos, y quesigue dirigiéndonos hoy a todos nosotros (cf. Mc16,15). Hay toda una humanidad que espera: per-sonas que han perdido toda esperanza, familias endificultad, niños abandonados, jóvenes sin futuroalguno, enfermos y ancianos abandonados, ricoshartos de bienes y con el corazón vacío, hombres ymujeres en busca del sentido de la vida, sedientosde lo divino...”112.131. Ya que se encuentra vida “dando la vida, la

esperanza dando esperanza, el amor amando”113, lesinvitamos a ser creativos en la realización de“gestos concretos de acogida a los refugiados, decercanía a los pobres, de creatividad en la cateque-sis, en el anuncio del Evangelio, en la iniciación ala vida de oración”114 y en tantos otros campos quenos propone nuestra realidad.

5. Estar atentos los Signos de los Tiempos y a los Grandes Desafíos de Hoy

132. Esperamos “que toda forma de vida con-sagrada se pregunte sobre lo que Dios y la huma -nidad de hoy piden”115 haciendo un serio y profun-do análisis de los signos de los tiempos en los queel Espíritu de Dios nos urge y nos desafía. Que Élpermita que “este Año de la Vida Consa grada seconvierta en un auténtico kairós, un tiempo de Dioslleno de gracia y de transformación”116.133. En este sentido, nos permitimos señalar

algunas urgencias que necesitan una respuesta ecle-sial entre nosotros:1. La inserción en el lenguaje digital y una

mayor presencia en los demás medios de comuni-cación social del mundo de hoy a través del usointeligente y adecuado de los medios electrónicos yde las redes sociales para anunciar el Evangelioespecialmente a la nueva generación.2. El reconocimiento de la dignidad de la mujer,

de su aportación específica a la vida, a la sociedady a la acción pastoral y misionera de la Iglesiadesde el Evangelio y con una visión global sindejarse conquistar por concepciones unilaterales117.3. Una formación humana, cristiana y profe-

sional en los diferentes campos teológicos y pas-torales, y en los propios de la misión que realizacada a partir de su carisma. Es importante que no seescatimen los esfuerzos y la inversión de recursoshumanos y financieros para tal fin, ya que una per-sona formada crece humanamente a la vez quepuede aportar mucho más y rendir con mayor efi-ciencia eficacia118.4. Una evangelización entendida como un pro-

Page 11: Separata conferencia

11Semanario Católico Nacional Domingo 18 de enero del año 2015

ceso de iniciación cristiana tanto para los niños,adolescentes, jóvenes y adultos que los lleve demodo paulatino a hacer suyos los pensamientos,sentimientos y comportamientos propios de Jesu -cristo. En este sentido, es necesario que asumamosel proyecto de la Misión Continental Permanentetal como la hemos ideado y planificado para nues -tro país.5. Una atención más organizada y sistemática a

la Pastoral de Adolescentes y a la Pastoral Juvenilasí como a la Pastoral Universitaria para que supe r-emos la brecha de indiferencia religiosa que semanifiesta en las edades de 15-49 años119.6. Presencia calificada en el mundo de la edu-

cación que ayude a sus interlocutores a crecer enhumanidad, a encontrarse con Jesucristo, Camino,Verdad y Vida y que contribuya “a unir en una sín-tesis armónica lo divino y lo humano, Evangelio ycultura, fe y vida”120.7. La evangelización de la cultura con sus nue -

vos desafíos presentados por la nueva cultura queva tomando amplios campos de la vida de hoy,siguiendo la tradición de la vida consagrada de con-tribuir a la construcción de una cultura humana ycristiana y que logre el diálogo entre cultura y fe121.8. Presencia en el campo de la salud tan propio

de muchos Institutos de Vida Consagrada, en estosmomentos que se promueven esquemas y prácticasde salud que buscan afectar la vida de las personas,especialmente, de las mujeres y su vida reproducti-va así como la de los niños en el vientre materno.9. Por último, un campo de vital importancia y

que nos urge a todos es la realidad de la pastoralfamiliar. Estamos asistiendo a un mundo y unasociedad enferma, donde la más perjudicada estásiendo la estructura familiar con el detrimento desus más sanos valores, causa a su vez del deteriorode la misma sociedad. Urge pues, una mirada y unaatención especial a la pastoral de la familia desdetodas las posibilidades y ámbitos de nuestra Iglesia.

CONCLUSIÓN

CELEBREMOS JUNTOS LA VIDA CONSAGRADA

134. Como nos indica el Papa Francisco “elAño de la Vida Consagrada no sólo afecta a las per-sonas consagradas, sino a toda la Iglesia”122 ya quesin la vida consagrada, “la caridad que anima a laIglesia entera, correría el riesgo de enfriarse, la pa -ra doja salvífica del Evangelio de perder garra, la salde la fe de disolverse en un mundo de seculari -zación”123.135. En primer lugar, nosotros los Obispos, nos

proponemos acentuar con amor y alegría la vidaconsagrada “como un capital espiritual para el biende todo el Cuerpo de Cristo”124, que como un donpara la Iglesia, nace en la Iglesia, crece en laIglesia, y está totalmente orientada a la Iglesia125.Sugerimos tres formas concretas a través de lascuales podemos celebrar, entre nosotros, durantetodo este año, la Vida Consagrada: encuentros y

visitas; compartir y dar a conocer los carismas ycomunidades; orar y apoyar.

1. Encuentros y Visitas136. Nosotros, como pastores, nos disponemos

a visitar en este año todas las casas de Vida Consa -grada en nuestras Iglesias Diocesanas, ya sea parti -cularmente o agrupando varias cercanas, para com-partir la Eucaristía y las inquietudes, esperanzas ydificultades de cada Instituto. También, deseamosparticipar en las actividades diocesanas que animenlas filiales de la CONDOR y la CONDIS así comolas diferentes Vicarías Episcopales y ComisionesPastorales de nuestras Diócesis.137. Una manera especial de celebrar el Año de

la Vida Consagrada es hacerlo en familia parareconocer este don de Dios y motivar a la vida con-sagrada. Que en familia se realicen visitas a losfamiliares que hayan optado por la Vida Consa -grada junto a los niños, niñas, adolescentes y jóve -nes. El Papa insiste diciendo que “familia y vidaconsagrada son vocaciones portadoras de riqueza ygracia para todos, ámbitos de humanización en laconstrucción de relaciones vitales, lugares de evan-gelización. Se pueden ayudar unos a otros”126. A lavez recomendamos que se organicen encuentros,visitas y peregrinaciones a las Comunidades deVida Contemplativa, a obras propias de las Congre -gaciones, a templos dirigidos o asistidos por reli-giosos o religiosas.138. Proponemos además, que para este año

tengamos encuentros por Diócesis con todas lascomunidades religiosas masculinas y femeninas, yun gran Encuentro Nacional donde como Iglesiapodamos todos juntos evaluar y reconocer los fru-tos de la vida religiosa en nuestro país, así comoagradecer a Dios por ellos y compartir experienciasy criterios pastorales que nos permitan crecer enuna mayor comunión eclesial al servicio del pueblode Dios.

2. Compartir y Dar a Conocer

139. Nos comprometemos a desarrollar conmás vigor una solicitud especial para promover ennuestras comunidades “los distintos carismas, seanhistóricos, sean carismas nuevos, sosteniendo, ani-mando, ayudando en el discernimiento, haciéndosecercanos con ternura y amor a las situaciones dedolor y debilidad en las que puedan encontrarsealgunos consagrados y, en especial, iluminando consu enseñanza al Pueblo de Dios el valor de la vidaconsagrada, para hacer brillar su belleza y santidaden la Iglesia”127.140. Animamos a que se dé a conocer el don de

tantos consagrados y consagradas, que han vivido ytrabajado entre nosotros haciendo memoria de losque están en la Casa del Padre y reconociendo condiferentes actos a los que permanecen con nosotros.En este sentido, ayudará mucho al pueblo de Diosconocer los grandes santos religiosos y religiosas, ya sus fundadores a través de la literatura sobre susvidas, de películas, videos y hasta por representa-ciones teatrales128.

141. Invitamos a las personas consagradas y asus comunidades a que durante este Año se dispon-gan, en comunión con los organismos diocesanoscompetentes y con los Párrocos, a dar a conocer supropio carisma y su historia a todo el Pueblo deDios. Abran sus momentos de oración a la partici-pación de las parroquias, sectores, comunidades ygrupos apostólicos; organicen encuentros con ellos;comuniquen con murales, literatura propia, mediosaudiovisuales y en las redes sociales toda la riquezaespiritual que el Señor les ha regalado. Ofrezcanencuentros vocacionales, semanas de presentaciónde su Instituto en sus obras y parroquias.

3. Orar y Apoyar

142. Encomendamos a nuestros sacerdotesorganizar, dentro del Plan de Pastoral Parroquial,un calendario de actividades que permitan al pueblocristiano orar intensamente por la Vida Consagraday por las vocaciones a la misma a través de jornadasde oración, de momentos de Adoración Eucarística,de Vigilias y en las Celebraciones Eucarísticasdiarias y dominicales.143. Se pueden promover momentos de oración

con las comunidades de vida consagrada, especial-mente, el rezo de la Liturgia de las Horas. Tambiénse pueden tener diálogos sobre su propio Instituto,en los que participen especialmente niños, adoles-centes y jóvenes, a fin de que puedan conocer yentusiasmarse con la belleza de la vida religiosa.144. Motivemos, además, el apoyo solidario a

las obras que dirigen los consagrados y consa gra -das, principalmente, las que realizan con los másnecesitados. Así podemos desarrollar el valor deeste año en nuestro Plan Pastoral que consiste enhacer nuestras las necesidades de todos y de todas,especialmente de los más pobres. Con el PapaFrancisco motivamos a los laicos y laicas que estánasociados a las personas consagradas, “que com-parten con ellas ideales, espíritu y misión”129, a con-tinuar muy de cerca ofreciéndoles todo tipo decolaboración.145. Hagámosles sentir a los consagrados y

consagras que de verdad les queremos y les agrade-cemos por su entrega, generosidad y los tantos sa c-rificios con los que nos dan testimonio del amor deCristo a nosotros expresado a través de sus vidas yde su misión.146. Para concluir pedimos que, junto a sus

santos fundadores y a Nuestra Madre del Cielo,Nuestra Señora de la Altagracia, Dios Todopode -roso colme de abundantes bendiciones a todosnues tros consagrados y consagradas y todas suscomunidades. Que en este año les conceda abun-dantes vocaciones, un alto crecimiento espiritual yfructíferas obras caridad y misericordia. Que atodos, con el deseo de que hagamos vida el lema deeste año pastoral “Amor y solidaridad, camino desantidad”, les derrame Dios abundantes bendi-ciones.Santo Domingo, 21 de enero del año 2015, fies-

ta de Nuestra Señora de la Altagracia.

Les bendicen,

Page 12: Separata conferencia

Semanario Católico Nacional 12 Domingo 18 de enero del año 2015

Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez,Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo,

Primado de América,

Ramón Benito De La Rosa y Carpio,Arzobispo Metropolitano de Santiago de los Caballeros

Gregorio Nicanor Peña Rodríguez,Obispo de la Altagracia, Higüey

Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano

José Dolores Grullón Estrella,Obispo de San Juan de la Maguana

Vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano

Antonio Camilo González,Obispo de La Vega

Francisco Ozoria Acosta,Obispo de San Pedro de Macorís

Freddy Antonio de Jesús Bretón Martínez,Obispo de Baní

Rafael Leonidas Felipe Núñez,Obispo de Barahona

Diómedes Espinal De León,Obispo de Mao-Montecristi

Julio César Corniel Amaro,Obispo de Puerto Plata

Fausto Ramón Mejía Vallejo,Obispo de San Francisco de Macorís

Amancio Escapa Aparicio, O.C.D.,Obispo Auxiliar de Santo Domingo

Valentín Reynoso Hidalgo, M.S.C.,Obispo Auxiliar de

Santiago de los Caballeros

Víctor Emilio Masalles Pere,Obispo Auxiliar de Santo Domingo

Fabio Mamerto Rivas Santos, S.D.B.,Obispo Emérito de Barahona

Jesús María De Jesús Moya,Obispo Emérito de

San Francisco de Macorís

Pablo Cedano Cedano,Obispo Auxiliar Emérito de Santo Domingo

Oración por la Vida Consagrada compuesta

por San Juan Pablo II

“A ti, Madre, que deseas la renovación espiritual y apostólica de tus hijos e hijas en la respuesta de amor y de entrega total a Cristo, elevamos confiados nuestra súplica. Tú que has hecho la voluntad del Padre, disponible en la obediencia, intrépida en la pobreza y acogedora en la virginidad fecunda, alcanza de tu divino Hijo, que cuantos han recibido el don de seguirlo en la vida consagrada, sepan testimoniarlo con una existencia transfigurada, caminando gozosamente, junto con todos los otros hermanos y hermanas, hacia la patria celestial y la luz que no tiene ocaso.

Te lo pedimos, para que en todos y en todo sea glorificado, bendito y amado el Sumo Señor de todas las cosas, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

NOTAS

1 Juan Pablo II, Exhortaciónapostólica Post-sinodal VitaConsecrata, Librería EditriceVaticana, Ciudad del Vaticano1996, 3.2 Cfr. Código de Derecho Canónico, c. 573, § 1; LG 44.

3 LG 44-45.4 PC 5.5 Código de Derecho Canónico, c.573, § 1.6 LG 43.7 LG 44.8 Cfr. Is 42, 1.6-7; Mt 3, 16;1Sam 16, 13.9 Cfr. Hb 5, 1-5.10 LG 10.11 VC 30.12 ˝dem, 17.13 Cfr. Mc 1, 16-20; 2, 14; 10,21.28.14 VC 19.15 Cfr. PC 2, a.16 VC 22.17 LG 44; PC 2e.18 Cfr. PC 12-14; LG 43.19 Cfr. 1Cor 7, 7.20 Cfr. Mt 19, 10-12.21 Cfr. Jn 10, 30; 14, 11.

22 Código de Derecho Canónico, c. 599; cfr. VC 16.

23 ˝dem, c. 600.24 Cfr. VC 90.25 ET 16.26 ˝dem, 17-18.27 ˝dem, 19.28 ˝dem, 21.29 ˝dem, 20.30 Código de Derecho Canónico,

c. 601.31 VC 22.32 ˝dem, 41.33 PC 6.34 Cfr. Sal 27, 8.35 Cfr. Mt 6, 33; Lc 12, 31.36 VC 105.37 ˝dem, 34; cfr. Ef 5, 25-32.38 ˝dem, 46.39 Cfr. VC 46-54.40 Cfr. Rm 5, 5.41 VC 42.42 Cfr. VC 51.43 ˝dem, 72.44 ˝dem, 72.45 ˝dem, 84.46 Francisco, Carta apostólica atodos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, II, 2.47 ˝dem, 2.

48 VC 88.49 ˝dem, 89.50 ˝dem, 90.51 IV Conferencia General delEpiscopado Latinoamericano y delCaribe, Documento de SantoDomingo (10 noviembre 1992), 177.52 VC 91.53 Cfr. Jn 4, 34.54 Cfr. Sal 18, 3 y VC 91.55 Cfr. VC 91.56 ˝dem, 26.57 LG 44.58 VC 26.59 ˝dem, 27.60 ˝dem, 5.61 Cfr. Código de DerechoCanónico, cc. 603; 604; 607; 710; 731.

62 Cfr. VC 7.63 Código de Derecho Canónico,

c. 605.64 ˝dem, c. 607.65 Cfr. VC 6.66 Cfr. ˝dem, 6 y 8.67 ˝dem, 9.68 Cfr. ˝dem, 60.69 Código de Derecho Canónico,

c. 710.70 ˝dem, c. 713.

71 Cfr. ˝dem, c. 713, § 1.72 ˝dem, c. 713, § 2.73 ˝dem, c. 713, § 3.74 ˝dem, c. 714.75 ˝dem, c. 731, § 1.76 ˝dem, c. 731, § 2.77 ˝dem, c. 603, § 1.78 Cfr. ˝dem, c. 603, § 2.79 ˝dem, c. 604, § 1.80 ˝dem, c. 604, § 2.81 VC 7.82 ˝dem, 12.83 Francisco, Carta apostólica atodos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, Ciudad del Vaticano,21 de noviembre 2014, introduc-ción.84 ˝dem, I, 1-3.85 Juan Pablo II, DiscursoInaugural, IV Conferencia Generaldel Episcopado Latinoamericano ydel Caribe, Documento de SantoDomingo (10 noviembre 1992),177.86 Cfr. ˝dem.87 Cfr. Lluberes A., Breve Historiade la Iglesia Dominicana (1493-1997), Amigo del Hogar, SantoDomingo 1998, p.139.88 Francisco, Carta apostólica a

todos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, I, 2.89 ˝dem, I, 2.90 Cfr. Ap 2, 4.91 Cfr. Francisco, Carta apostólicaa todos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, I, 2.92 Cfr. ˝dem, I, 2.93 Cfr. ˝dem, I, 2.94 Cfr. Hch 2, 42 ss.95 Francisco, Carta apostólica atodos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, I, 2.96 Cfr. ˝dem, I, 2.97 VC 54.98 Francisco, Carta apostólica atodos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, I, 3.99 ˝dem, I, 3.100 Cfr. ˝dem, II, 1.101 ˝dem, II, 1.102 ˝dem, II, 1.103 ˝dem, II, 2.104 ˝dem, II, 2.105 ˝dem, II, 2.106 ˝dem, II, 3.107 ˝dem, II, 3.

108 ˝dem, II, 3.109 ˝dem, II, 3.110 ˝dem, II, 3.111 ˝dem. II, 3.112 ˝dem, II, 4.113 ˝dem, II, 4.114 ˝dem, II, 4.115 ˝dem, II, 5.116 ˝dem, II, 5.117 Cfr. VC 57.118 Cfr. VC 58; 65-69.119 Cfr. ENDESA 2013.120 VC 96; cf. 97.121 Cfr. ˝dem, 98.122 Francisco, Carta apostólica

a todos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, III, 2.123 ET, 3, citado en Francisco,Carta apostólica a todos losConsagrados con ocasión del Aæode la Vida Consagrada, III, 2.124 Francisco, Carta apostólica atodos los Consagrados conocasión del Aæo de la VidaConsagrada, III, 5.125 Cfr. ˝dem, III, 5.126 ˝dem, III, 2.127 ˝dem, III, 5.128 Cfr. ˝dem, III, 2.129 ˝dem, III, 1.