sentimientos congelados, de lara siscar

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Sentimientos congelados, de lara siscar

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Page 1: Sentimientos congelados, de lara siscar

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Título del escrito: Sentimientos

Congelados

Tipo de escrito: Relato Corto

Nombre: Lara Siscar Morell

Edad: 14 años

Nacionalidad: Española

Publicado en: LeerLibrosOnline.es

Page 2: Sentimientos congelados, de lara siscar

SENTIMIENTOS

CONGELADOS

Page 3: Sentimientos congelados, de lara siscar

“-Y…¡ahí va el desafortunado nº 8 de esta semana!”

“Si, ¡otro que no ha podido con Emma! ¿Quién crees que será el siguiente?”

Estas eran, día a día, algunas de las expresiones más oídas en el instituto. ¡Y

no era para menos! Emma Jones, alumna de 3º de Secundaria, tenía gran

fama en el tema de noviazgos. Pero no era la que más parejas conseguía en

poco tiempo; ella era la que menos hombres quería a su lado. Cada día, una

cierta cantidad de muchachos, ansiosos por saber si eran el indicado para ella,

le pedían salir uno tras otro.

Pero todos fracasaban en su intento; Emma los rechazaba a todos. Su mejor

amiga, Lidia, siempre la aconsejaba sobre elegir a un chico de una vez para

probar como era la experiencia de eso a lo que llamaban “amor” y, así, terminar

de una vez con aquello; con aquella tortura para esos chavales enamorados.

Pero todo era en vano. Emma se negaba a enamorarse de alguien. Para ella,

el amor era algo estúpido y sin sentido. Afirmaba que al enamorarte tu mente y

tu cuerpo se hacían débiles. Y ella se negaba a ser una persona frágil y débil.

Verdaderamente, Emma tenía un corazón de hielo. Un corazón de hielo al que

nadie había sido capaz de llegar.

Bueno, nadie hasta que él apareció.

Era una mañana como cualquier otra. Faltaba solamente media hora para que

las clases comenzasen y Emma iba a paso lento hacia el instituto.

Todas las mañanas pasaba por delante del mismo parque de árboles con

preciosas hojas verdes. En aquel parque había, en concreto, un árbol enorme

al que Emma tenía mucho cariño porque era, bajo ese árbol (sin excepción), el

lugar en el que se sentaba por las tardes con su libro favorito en las manos.

Como cada día, encontró a muchos de sus compañeros de clase usando la

misma ruta que ella para llegar al colegio. La mayoría iba con sus auriculares,

intentando disfrutar del tiempo que les quedaba hasta llegar al instituto y

empezar la misma rutina de siempre, y unas tremendas caras de sueño

pegadas a la suya. Nombró mentalmente a cada uno, evaluando divertida,

quién parecía tener más ganas de dar media vuelta y volver a la cama, hasta

que su mirada recayó en alguien al que no conocía. Un chico.

Un chico desconocido que, definitivamente, no le sonaba de nada. No creía

posible que hubiera estado en otra clase y que en medio año no se hubiera

cruzado nunca con sus preciosos ojos marrones….

Tras este pensamiento, se maldijo mentalmente por pensar semejantes cosas.

Otro pensamiento invadió su mente: ¿Seria un chico nuevo?

- A ver chicos, prestad atención. Quiero presentaron a un nuevo alumno de

intercambio que estará con nosotros estos 5 meses que vuestra compañera

Haley Stewart pasará en Italia. Este es Luca Cicarelli y es de Venecia. Confío

en vosotros para que le enseñéis el instituto e intentéis ayudarle con los

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problemas que pueda ocasionarle el cambio de idioma. – dijo su profesor

mientras presentaba, a medida que iban llegando los adormilados alumnos, al

muchacho que había visto Emma de camino al instituto. Sí, definitivamente era

nuevo. Y sí, también iba a estar en su misma clase.

Al verlo otra vez, Emma pudo fijarse mejor en sus rasgos: una piel tostada por

el sol pero sin llegar a ser completamente morena, un precioso pelo rubio y

sus hermosos ojos castaños.

¡Ah sí! Y esa bonita sonrisa que no abandonaba su rostro….

Mentalmente, Emma se maldijo por segunda vez en menos de una hora.

Sacudió la cabeza para librarse de esos estúpidos pensamientos que tenía

sobre su nuevo y, todavía desconocido, compañero.

A lo largo del día, Luca tuvo que presentarse en cada clase y a cada profesor,

por lo que Emma descubrió algunas cosas sobre: que era el más joven en su

casa debido a dos hermanos mayores y que adoraba la lectura, como ella.

Aquella tarde al salir del instituto lo único en lo que podía pensar Emma era en

volver a casa; estaba agotadísima. Bueno, por lo menos tenía intención de

dirigirse a casa hasta que vio salir a Luca…

El joven muchacho se estaba despidiendo de algunos amigos que había hecho

y, después, emprendió el camino hacia la iba a ser su casa durante esos

próximos 5 meses. Sin saber por qué, Emma empezó a seguirle. Realmente

no sabía porque seguía a Luca; solamente sabía que este muchacho la atraía

confusamente (¿o eran sus ojos?), pues no hacía mucho que lo conocía. De

cualquier modo, Luca atraía a Emma de una forma que ella nunca había creído

posible. Tan sumida estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que

ella también estaba siendo seguida por una silenciosa espía…

Emma continuó persiguiéndole en absoluta discreción hasta que llegaron al

parque por el que había pasado aquella mañana. El ocaso coloreaba

suavemente las hojas de los árboles volviéndolas de color cobre. Emma se

escondió tras un árbol y desde allí espió a su objetivo. Luca se sentó bajo su

querido árbol y sacó un libro de la mochila. El libro favorito de Emma, para ser

exactos. El viento empezaba a levantarse haciendo que el cabello rubio del

miembro más joven de la familia Cicarelli se meciera al compás del viento,

enmarcándole un rostro sumamente atractivo.

Emma enrojeció cuando otros pensamientos de este tipo llegaron a su mente y

su corazón empezó a latir rápidamente, de una forma que nunca había

experimentado. Tan encandilada estaba que no se había dado cuenta de que

él había intuido su presencia y la observaba con aquella cálida y bonita sonrisa

en su rostro.

-Oye, puedes salir de ahí. No te voy a morder….Emma, ¿verdad? – dijo Luca

sin dejar de sonreír.

Ella volvió a enrojecer, saliendo tímidamente de detrás del árbol.

–Siento haberte seguido. Tenía curiosidad por saber donde ibas a ir.

–Pues…en teoría a mi nueva casa. Seguramente la señora Stewart se creerá

Page 5: Sentimientos congelados, de lara siscar

que me he perdido o algo así si no llego pronto. –Volvió a sonreír. Una sonrisa

pícara que no parecía dispuesta a querer abandonar sus labios - Pero me han

dicho que cerca del instituto había un parque muy bueno para cuando quieres

estar tranquilo y me parecía buena idea venir a verlo con mis propios ojos.

Siempre he dicho que el ambiente adecuado para leer lo creas tú.

– Realmente es una coincidencia que te guste leer en el mismo sitio que a mí.

Aunque estoy flipando más por el hecho de que estés leyendo el mismo libro

que yo… Esto es muy extraño.

Una suave carcajada que hizo dar un salto al corazón de Emma salió de los

labios del chico.

–Bueno, ya sabes lo que dicen, ¿no? Las mejores historias empiezan con una

tonta coincidencia. ¿Tienes prisa por volver a casa? Me gustaría que te

quedaras un rato conmigo, si no te importa.

A toda respuesta, Emma sonrió. Una sonrisa pequeña, presagio de futuras

promesas y nuevas historias.

Detrás de ella, unos metros más atrás escondida tras otro árbol, Lidia lo

observaba todo en silencio. Al ver la sonrisa que adornaba el rostro de Emma,

sonrió complacida.

“- Vaya, por una vez, puede que la reina del corazón de hielo se haya

enamorado…”

“Lara Siscar Morell. – Sentimientos Congelados”

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