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Madrid, 25 de mayo de 2009
La crisis económicaespañola enun contexto global Reformas para recuperar la prosperidad
Seminarios y jornadas 60/2009
Seminarios y jornadas
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ISBN: 978-84-92424-83-2Depósito Legal: M-32762-2009
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La crisis económica española en un contexto global
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Introducción
La sucesión de acontecimientos que se han producido desde el verano de 2007 y muyespecialmente desde la primavera de 2008 marcan una situación a escala internacio-nal y nacional prácticamente sin precedentes. El origen financiero inicial de la crisis, conincreíbles pérdidas de riqueza financiera (caídas bursátiles en los últimos doce mesessuperiores al 40% en las bolsas de los países desarrollados) y una fuerte contraccióndel crédito, ha acabado afectando a la economía real (recesión, aumento del desem-pleo) en un contexto también nuevo en el desencadenamiento de una crisis: una eco-nomía globalizada.
Desde la óptica de la política económica las respuestas también han resultado, cuan-do menos, excepcionales. No sólo porque las políticas puestas en funcionamiento hansido en una mayoría de casos improvisadas, sino también por el giro tan radical quehan tenido en su orientación en un plazo de tiempo muy escaso.
España no ha quedado, como era lógico pensar por su apertura y grado de integracióneuropea, ajena a este proceso de crisis económica, alcanzando unos registros que cadavez se tornan más negativos en lo que se refiere a detención del nivel de actividad eco-nómica (crecimiento negativo del PIB), desempleo (tasas cercanas al 20%), precios(proceso muy acusado de desinflación sin ajuste salarial) y desequilibrio externo.
En este contexto se enmarca este seminario de reflexión y debate cuyo objetivo esaportar ideas y propuestas que ayuden a encontrar una salida a la crisis española y suposterior recorrido. La presentación de estas ideas y propuestas se realiza desde el co-nocimiento y el rigor que aportan cada uno de los economistas que toman parte en elmismo, reputados especialistas en los ámbitos diseñados como tales por la Fundacióny el Instituto, que abren un camino de colaboración que seguirá dando frutos en unfuturo inmediato.
Los ejes centrales del seminario se articulan en los siguientes frentes:
1) La crisis económica vista desde fuera y sus repercusiones sobre España.
2) La crisis económica vista desde dentro: valoración de las respuestas de polí-tica económica ofrecidas por el Gobierno.
3) Las reformas necesarias para la economía española en cuatro ámbitos clavespara hacer frente a la crisis: competitividad; mercado de trabajo; educación;y cambios institucionales.
Seminario 60 | Programa
Sesión de mañana
Presentación: Juan Manuel Eguiagaray, Fundación Alternativas............................................................ 9
Bloque 1: La crisis económica vista desde el exterior ........................................................................ 11
Moderador: Juan Manuel Eguiagaray, Fundación Alternativas
Joaquín Almunia. Comisario de Asuntos Económicos y Financieros.Comisión Europea................................................................................................................................................................................................ 11
André Sapir. Université Libre de Bruxelles y Bruegel ............................................................................................ 19
Coloquio .......................................................................................................................................................................................................................... 37
Bloque 2: La crisis económica vista desde dentro ...................................................................................... 45Moderador: Tomás Mancha, Instituto de Análisis Económico y Social
Carlos Solchaga. Ex ministro de Economía y Hacienda .................................................................................. 46
José Luis Leal. Ex ministro de Economía .............................................................................................................................. 59
Coloquio .......................................................................................................................................................................................................................... 69
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Sesión de tarde
Bloque 3: Las reformas necesarias para la economía española .......................................... 77
Moderador: Juan Manuel Eguiagaray, Fundación Alternativas
Competitividad: Rafael Doménech. Economista Jefe Serviciosde Estudios BBVA.................................................................................................................................................................................................... 78
Comenta: Juan R. Cuadrado. Instituto de Análisis Económico y Social,Universidad de Alcalá.................................................................................................................................................................................... 102
Mercado de trabajo: Luis Toharia. Catedrático, Universidad de Alcalá ............................ 114
Comenta: Juan F. Jimeno. Servicio de Estudios Banco de España.................................................. 127
Moderador: Tomás Mancha, Instituto de Análisis Económico y Social
Educación: Juan José Dolado. Catedrático, Universidad Carlos III .............................................. 137
Comenta: Ángel de la Fuente. CSIC........................................................................................................................................ 149
Cambios en el diseño institucional: Xosé Carlos Arias. Catedrático,Univ. de Vigo ............................................................................................................................................................................................................ 153
Comenta: Felipe Serrano. Catedrático, Universidad del País Vasco ............................................ 164
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Joaquín AlmuniaComisario de Asuntos Económicos yFinancieros. Comisión Europea
Xosé Carlos AriasCatedrático, Universidad de Vigo
Juan R. CuadradoInstituto de Análisis Económico y Social,Universidad de Alcalá
Juan José DoladoCatedrático, Universidad Carlos III
Rafael DoménechEconomista Jefe Servicios de Estudios BBVA
Juan Manuel EguiagarayDirector del Laboratorio de la FundaciónAlternativas
Ángel de la FuenteConsejo Superior de InvestigacionesCientíficas
Juan F. JimenoServicio de Estudios Banco de España
José Luis LealEx ministro de Economía
Tomás ManchaInstituto de Análisis Económico y Social
André SapirUniversité Libre de Bruxelles y Bruegel
Felipe SerranoCatedrático, Universidad del País Vasco
Carlos SolchagaEx ministro de Economía y Hacienda
Luis TohariaCatedrático, Universidad de Alcalá
IntervencionesMiembros de las mesas
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IntervencionesDel público asistente
Alfredo CadenasProfesor de la Universidad Autónoma deMadrid
Javier DozDpto. de Asuntos internacionales deComisiones Obreras
Pablo Martín AceñaUniversidad de Alcalá
Antonio MerinoDirector de Estudios de Repsol
Rafael MiróUniversidad Complutense de Madrid
Martin RobertsCorresponsal de la agencia de noticiasReuters
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Juan Manuel Eguiagaray | Director del Laboratorio de laFundación Alternativas
Hemos tenido la iniciativa de organizar este seminario con la idea de poder discutir deuna forma solvente la situación económica general del mundo, la europea y especial-mente la española y tratar de que en torno a los debates sobre la situación, los oríge-nes, las causas y los remedios, pudiera haber algunas conclusiones de interés.
Quiero expresar mi agradecimiento específico a quienes han contribuido a hacer posi-ble este seminario: a la Universidad de Alcalá, desde luego, a la Fundación FriedrichEbert, a Red Eléctrica de España, al Instituto de Crédito Oficial y al periódico Cinco Días,ya que todos ellos de una forma o de otra nos están ayudando en la organización deestas jornadas. Y quiero agradecer de manera muy especial a todos los que han ofreci-do su esfuerzo personal para que este seminario se pueda celebrar. Al comisarioAlmunia en primer lugar, que será nuestro primer interviniente, y al profesor Sapirquien, a pesar de su muy apretada agenda, ha tenido la deferencia de venir a Madridayer por la noche, aunque después tendrá que escaparse también con cierta rapidez.
La primera idea era que pudiéramos debatir, en torno a tres grandes grupos, varios delos temas relacionados con la crisis económica y especialmente con los remedios de lacrisis para volver, como hemos dicho, a la senda de la prosperidad. La idea era que pues-to que estamos ante una crisis global, no viéramos al mundo desde la aldea sino desdeuna visión de conjunto y, sin duda alguna, una parte al menos de ese conjunto es el es-cenario europeo. Era por tanto importante que desde la atalaya de la Unión Europea,de las políticas europeas, abordásemos los problemas del conjunto, no solamente losque afectan a España sino los que afectan a todas las economías mundiales.
La segunda idea era que no volviéramos a pensar, como casi siempre ocurre, que ésta es laúnica crisis que ha existido en la Tierra, en el mundo, o la única que va a ocurrir, sino quees la última. Desde luego la más grave de las últimas conocidas, pero no es desde luego laúnica. Algunas de las experiencias del pasado, aunque se hayan producido en circunstan-cias distintas y contextos diferentes, pueden ser útiles, al menos cuando se trata de abor-
Presentación
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dar las consecuencias de la crisis y sus efectos, no sólo técnicos o económicos sino tambiénlos efectos políticos y, si es necesario, adoptar medidas políticas para hacerles frente. Poreso hemos solicitado el concurso de los responsables que fueron en gobiernos anterioresde distinto signo: uno, en un gobierno de la UCD, José Luis Leal, ministro de Economía, yotro, en un gobierno del Partido Socialista, Carlos Solchaga, para que nos hablen hoy dela situación del mundo a la luz de sus experiencias en crisis anteriores.
Finalmente, nos parecía que aunque no podemos ignorar el mundo, el contexto y el ca-rácter global de la crisis, es inevitable aterrizar en nuestro país. Y aunque los orígenesde la crisis no estén necesariamente en España, es verdad que hay rasgos locales de lacrisis; hay efectos específicos de la crisis; y, probablemente, problemas específicos en lacrisis en nuestro país. Y la discusión en torno a las reformas que puedan, por lo menos,contribuir a suavizar los efectos y la duración de la crisis o a hacernos salir de ella conmayor celeridad, parecía indispensable.
Es verdad que en los últimos tiempos ha habido una cierta polémica en el mundo inte-lectual, en el mundo económico, en torno a qué reformas hay que llevar a cabo, cuá-les son las más indispensables o las menos indispensables. Y se han producido igual-mente algunas discusiones – que probablemente serán objeto de análisis– sobre si esnecesario hacer reformas sobre áreas que, a pesar de que no están en el origen de lacrisis, son relevantes para encontrar soluciones en el futuro. Se ha discutido de pensio-nes, de mercado de trabajo y de otros asuntos sensibles con cierto nivel de intensidad,en ocasiones con cierto nivel de incomprensión intelectual.
La ventaja que tiene organizar un seminario por instituciones académicas e institucio-nes de pensamiento es que no es necesario ser fiel a ninguna tesis especialmente par-tidaria o gubernamental y que podemos tener la inmensa libertad de hablar con la in-tención de contribuir a través del diagnóstico y el análisis a buscar nuevos caminos y so-luciones a algunos de los problemas. Por lo tanto, es tiempo, esperamos, de hablar deestas cuestiones con libertad. Y ojalá que la contribución, también, de algunos de losrelevantes académicos que intervendrán en la sesión de la tarde nos permita posterior-mente tener una aproximación sensata y solvente a algunos de estos problemas.
Como saben, en esta jornada nuestra intención es grabar todas las intervenciones. Porsupuesto, pediremos a todos los que intervengan en el debate que se identifiquen enel momento oportuno para que quede registrado adecuadamente su nombre en la gra-bación a efectos de la ulterior publicación. Confiamos en que las intervenciones de losponentes, debidamente depuradas, posteriormente puedan ser objeto de una publica-ción interesante. Me parece que esto es todo desde el punto de vista de la logística.Así que, sin más, vamos a iniciar la sesión de esta mañana, con la intervención de losdos ponentes que me acompañan en la mesa. Tenemos aproximadamente una hora ymedia para las dos intervenciones y después un coloquio de alrededor de media hora yespero que esto dé lugar a un debate interesante.
Joaquín, mi agradecimiento por tu participación de nuevo. Tienes la palabra.
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Joaquín Almunia | ponente
Agradezco enormemente a laFunda ción Alternativas, al Labora-
torio de Alternativas, a la Universidad deAlcalá y al Instituto de Análisis Económico ySocial el que hayan organizado estas jorna-das con una agenda tan interesante, actualy necesaria. Agradezco igualmente la opor-tunidad de compartir una visión europeasobre el punto de la crisis en que nos encon-tramos y qué hay que seguir haciendo paratratar de salir de la misma lo antes posible yde la manera más satisfactoria.
Actuación desde el comienzo de lacrisis
Comencemos tratando de refrescar la me-moria y recordar lo que se ha hecho enEuropa, en particular desde el terremotocreado por la quiebra de Lehman Brothersen septiembre de 2008. La fase anterior dela crisis comenzó en agosto de 2007 ypuede considerarse de turbulencias, aun-que fue a partir del punto de inflexiónmencionado antes, cuando los perfiles yniveles de todo tipo de curvas económicas,de indicadores, de actitudes, de percepcio-nes cambiaron totalmente. Además, du-
rante las semanas posteriores a la quiebradel banco de inversión estadounidense,hubo momentos de riesgo serio de colap-so del sistema financiero, lo que hubiesellevado a una parálisis aun mayor la econo-mía. No sólo la de Estados Unidos, Europao los países industrializados, sino la de lospaíses emergentes y la del conjunto delmundo.
Se habla de gran cantidad de medidas adiferentes niveles, que a su vez podrían di-vidirse en: qué se ha hecho en Europa,qué se está haciendo y qué se debe haceren el futuro.
Entre las medidas puestas en marcha des-tacan las enormes sumas destinadas aapoyar al sistema financiero, en particularal sector bancario. Los planes de los go-biernos europeos han ofrecido 310.000millones de euros para recapitalizar enti-dades financieras, de los cuales 190.000(equivalente a cerca de un 2% del PIB dela UE) ya han sido utilizados. Se han com-prometido casi 3 billones de euros en ava-les y garantías, de los cuales un billón(más del 20% del PIB) ya se ha utilizado.Se han creado también ayudas y estrate-gias en el ámbito individual y nacional, in-cluyendo instrumentos específicos paratratar activos dañados. No se incluyen
Bloque 1: la crisis económica vista desde elexterior
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aquí solamente los derivados de las hipo-tecas subprime y productos estructura-dos, sino también activos dañados por laulterior desaceleración de la economía nofinanciera, que afectan también a la saludde los balances de las entidades financie-ras. Se trata de paquetes de ayudas debase nacional extraordinariamente am-plios y las competencias para este tipo dedecisiones siguen estando en manos delos Estados miembros. Por su parte, laComisión Europea y el Banco CentralEuropeo están participando activamente;por ejemplo, mediante la publicación devarias decisiones sobre la interpretacióndel reglamento en materia de ayudas deEstado a las entidades financieras. ElTratado tiene una previsión específicapara flexibilizar el régimen de vigilanciassobre las ayudas de Estado en momentosde crisis sistémica como la actual, de di-mensiones desconocidas desde la crea-ción de la Unión Europea. Se trata de tra-bajar y orientar dentro de un marco másflexible, evitando en todo caso –a pesarde la urgencia y de la emergencia con laque hay que analizar estos programas– laruptura del mercado interior y la renacio-nalización del sistema financiero, que es-taba comenzando un proceso de integra-ción transfronteriza, incluyendo fusionesde bancos europeos operando en muchosotros países de la Unión. Es de importan-cia vital, pues, impedir a toda costa quedicho proceso tan necesario dé marchaatrás ahora. Seguiremos autorizando pa-quetes de ayuda siempre y cuando no ge-neren distorsiones evidentes en funciona-miento del mercado interior y, a medidaque mejore la situación del sistema finan-ciero, aproximándonos gradualmente afijar condiciones para la reestructuraciónde las entidades que se hayan beneficiadode ayudas públicas.
Es evidente que ha habido fallos encuanto a la regulación, o más bien la au-sencia de ésta, y supervisión financiera,donde ha faltado coordinación y riguro-sidad. Los supervisores no han sabido ac-tuar con una visión global frente a losriesgos detectados caso a caso en dife-rentes entidades financieras bajo su su-pervisión y no han llamado la atenciónde las autoridades responsables sobre lanecesidad de adoptar medidas. Antetales problemas, Europa no se ha queda-do ni mucho menos parada, aprobandomedidas de regulación de agencias decalificaciones de riesgos (rating) y modifi-cando la directiva de fondos propios,bajo el voto del Consejo y el Parlamentoa partir de propuestas de la Comisión.Además, se ha presentado recientemen-te una propuesta de directiva para regu-lar los fondos de capital riesgo, hedgefunds y fondos de inversión alternativa,que será discutida por el próximo Parla -mento junto con el Consejo. Los sistemasde remuneración han sido claramenteprocíclicos, claramente incentivadores dela asunción de riesgos más allá de lo ra-zonable y, por supuesto, han sido ética-mente reprochables por la ingente canti-dad de dinero que ha podido canalizarsea los bolsillos de gestores y ejecutivos deforma inmerecida.
Aunque ha habido alguna acción concre-ta, queda bastante por hacer en cuanto ala reforma de algunas normas y criterioscontables, tarea en la que Estados Unidosva más adelantada que Europa. En Europahay un instituto encargado de definir lasnormas contables que opera con total au-tonomía. Según los ministros éste cuentacon demasiada autonomía y no es tan ágilni rápido como las circunstancias exigen,por lo que se le está presionando para
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que adapte algunos criterios contablesque se han demostrado claramente procí-clicos en el funcionamiento del sistema fi-nanciero durante los últimos años.
La Comisión ha encargado y publicado elInforme “De Larosière” como base paramejorar la coordinación de la supervisiónfinanciera a escala europea. Paradó -jicamente, desde 1999 se está en procesode favorecer e incentivar la integración fi-nanciera, pero los supervisores siguensiendo de índole nacional. Dichas autori-dades son reticentes a coordinarse yestán abiertamente en contra de aceptarque una autoridad a escala europea seacapaz de tener una visión global y de re-solver diferencias de interpretación de lasmismas directivas por parte de los orga-nismos nacionales. Se trata de crear auto-ridades de supervisión microfinanciera aescala europea, no encargadas de super-visar directamente las entidades financie-ras, sino con capacidad para armonizarcriterios y para tomar decisiones en casosde discrepancia. El segundo aspecto quederiva del Informe “De Larosière” es lacreación de un Consejo, cuya columnavertebral será el BCE, que analizará lasamenazas y riesgos sistémicos para la es-tabilidad financiera, algo en lo que hastala fecha se ha fracasado estrepitosamen-te en Europa y en el conjunto de la eco-nomía global. A este organismo habríaque añadir las tres autoridades de super-visión financiera a escala europea (encar-gadas de la supervisión bancaria, de se-guros y de mercados) y la Comisión Eu -ropea como la institución a la que co rre s -ponde tomar las iniciativas en materia deregulación. Adicionalmente, uno de loslogros más relevantes de las cumbres delG-20 es la formación del Consejo para laEs tab ilidad Financiera, anteriormente Fo -
ro para la Estabilidad Financiera, que ten-drá una relación nueva y más estrechacon el Fondo Monetario Internacional pa -ra analizar los riesgos sistémicos para laestabilidad financiera, producir alertas yrecomendaciones a escala global. Portanto, en este campo hay un amplio lista-do de actuaciones, algunas ya completa-das y otras en marcha, que van a cambiarel panorama de la regulación financiera yde la supervisión.
En cuanto a la política monetaria, el BancoCentral Europeo, en su papel firme e inde-pendiente, proporciona liquidez abundan-te a los mercados y ha reducido desde oc-tubre sus tipos de referencia en 3,25 pun-tos porcentuales hasta un nivel récord del1% actual. El BCE lleva tiempo proporcio-nando a las entidades financieras liquidezilimitada a precio fijo a plazos cada vezmayores y la lista de colaterales admitidosha sido ampliada. Tal problema, muygrave al comienzo de la crisis, se ha amor-tiguado considerablemente: si nos fijamosen la evolución de los exprés en los mer-cados de dinero a corto plazo, vemos quese han recuperado hasta alcanzar nivelespor debajo de los que tenían antes de laquiebra de Lehman Brothers. Con el obje-tivo de aflojar el endurecimiento de lascondiciones de crédito, el BCE ha decididoademás poner en marcha medidas noconvencionales de política monetaria. Porejemplo, cabe destacar la compra de cé-dulas hipotecarias por valor de 60.000 mi-llones de euros, lo cual añade capacidadde financiación y gestión de balances paralas entidades financieras. Por tanto, aun-que la tensión se ha reducido, el BCE to-davía debe seguir manejando la situacióny resolviendo los problemas de índole mo-netaria en Europa.
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En lo que concierne a la política fiscal ypresupuestaria, gracias al Plan Europeo deRecuperación Económica aprobado a fina-les de 2008 a iniciativa de la Comisión, adía de hoy los gobiernos de los Estadosmiembros han aprobado estímulos fiscalesdiscrecionales por un valor equivalente aaproximadamente el 1,9% del PIB euro-peo para el periodo 2009-10. Se añade lacircunstancia de que en Europa los estabi-lizadores automáticos son muy potentes ylógicamente están actuando plenamenteen la recesión actual; al tenerlos en cuen-ta, se estima que el conjunto de apoyopresupuestario a la actividad económicaasciende al 5% del PIB europeo. Comoconsecuencia de la utilización de los ins-trumentos fiscales y presupuestarios, eldéficit en la Zona Euro en 2009 va a serdel 5,3% según las últimas previsiones dela Comisión, lo que supone un 3,4% másque el año pasado. De un año al otro eldéficit ha sobrepasado el famoso umbraldel 3% fijado por el Tratado de Maastrichtpara condiciones normales en la ZonaEuro. Según las mismas previsiones, el añopróximo alcanzará el 6,5% y a partir deallí es de esperar que dicho crecimientovaya remitiendo. Este aumento del déficitgenera un nivel de endeudamiento mayorque, unido a los apoyos prestados al siste-ma financiero, hace que la deuda públicaen la Zona Euro entre 2007 y 2010 vaya aaumentar en 18 puntos porcentualessobre el PIB, aumentando del 66% al84%. España, que partía de una tasa deendeudamiento menor que la media de laZona Euro gracias a la consolidación pre-supuestaria de los años anteriores, tendráun aumento mayor. El punto de partida dela deuda de nuestro país en 2007 era del36,7% del PIB y, según nuestras previsio-nes realizadas de acuerdo con las decisio-nes tomadas en política económica y laevolución de la economía, pasará en 2010
al 62,3%; es decir, un aumento del 26%frente al 18% ya mencionado de la mediaeuropea.
No hay que olvidar que también se hanpuesto en marcha medidas de apoyo sec-torial y mejora del funcionamiento delmercado de trabajo.
La situación actual y su tratamiento
Actualmente hay abundante liquidez en losmercados financieros a plazos cortos, comolos de tres y seis meses. Salvo en el caso dealgún país concreto con problemas especí-ficos, los bancos han reducido considera-blemente los depósitos que hacían al finaldel día en el Banco Central Europeo, lo cualimplica que están utilizando la liquidez queobtienen. Las emisiones de bonos, tanto deempresas como de deuda pública, funcio-nan mejor de lo imaginado hace meses. Latitulización no funciona bien salvo en lascédulas hipotecarias y similares, lo cual enEuropa es menos grave que en EstadosUnidos, donde la titulización es un instru-mento mucho más habitual. Pero en cam-bio en Europa se enfrenta al problema deque las empresas se financian a través delsistema bancario en mayor medida que enEstados Unidos: el 70% de la financiaciónempresarial procede de la vía bancaria enEuropa, frente a un 30% en EstadosUnidos. Además, los bancos todavía debenresolver problemas antes de volver a conce-der créditos en situaciones normales. Exis -ten problemas de demanda de crédito porla debilidad de la economía, pero la ofertade crédito no funciona como es debido yese es el punto más preocupante, con dife-rencia, de la situación del panorama finan-ciero actual. No se trata de un credit crunchen general, sino que hay problemas claros
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de oferta de crédito y hasta que no se sa-neen los balances de las entidades banca-rias no se volverá a una situación de nor-malidad.
Los Estados soberanos no están teniendograndes problemas para emitir deudahasta el momento, aunque es cierto quela emiten a plazos más cortos. Algunospaíses tienen unos diferenciales o spreadselevados, pero estos se han reducido enlos últimos meses y están volviendo pocoa poco a niveles más normales. Por tanto,a corto plazo no hay grandes problemasde financiación del endeudamiento públi-co como se hubiese podido temer hacemeses. Sin embargo, se esperan tensionesfuertes en el futuro por dos razones prin-cipales. Primeramente, dado que hoy endía los plazos de endeudamiento son cor-tos, muchos países bajo presión deberánrefinanciar su deuda en los mercados, si-tuación a la que se añadirá un mayor nú-mero de países solicitando más capitalpara financiar su endeudamiento. Aquípodría destacar Estados Unidos que, conun déficit público del 13% del PIB, segu-ramente introducirá una presión muyfuerte en los mercados de deuda. Se -gundo, las necesidades y la demanda definanciación procedente del sector privadoirán en aumento a medida que se recupe-re la actividad económica y la inversión.Mientras el sistema bancario no esté biensaneado, numerosas empresas acudirán abuscar financiación a los mercados debonos, por lo que es de esperar que dichomercado sufra tensiones fuertes en lospróximos años.
Por su parte, la economía real se encuen-tra todavía en lo más hondo de la crisiscon una contracción fortísima en los últi-mos trimestres y cifras espectacularmen-te negativas en prácticamente todo el
mundo en cuanto a caída de la produc-ción industrial, comercio exterior, etc. Alobservar la página final de la publicaciónThe Economist con datos de varias dece-nas de países de todos los continentes yde todo tipo de niveles de renta per capi-ta y capacidad económica, vemos que lossignos positivos en materia de PIB o deproducción industrial son escasísimos.China es considerada la gran esperanzablanca para provocar un tirón de la de-manda, pues es el único país entre losque muestran ciertos signos positivoscon capacidad económica como paracausar un efecto de arrastre en otras par-tes de la economía mundial. Para Europaen el conjunto de 2009 se estima unadisminución de un 4% del PIB: tras uncomienzo de año muy negativo, se espe-ra que el segundo trimestre contempleun menor ritmo de decrecimiento y sevaya acercando a una situación de creci-miento en torno a cero. Aunque todavíase encuentre en territorio negativo esteaño, se prevé que algunos países europe-os ya experimenten trimestres positivoseste año.
La confianza empieza a recuperarse cla-ramente de acuerdo con los indicadoresdentro y fuera de Europa, pero la utiliza-ción de la capacidad productiva todavíase encuentra a niveles muy bajos por loque hay un margen largo antes de que lainversión empiece a tirar de la economía.El comercio exterior comienza a recupe-rarse de caídas espectaculares en sus ni-veles con lo cual la demanda externa noayuda de momento, aunque China po-dría ayudar a mejorar expectativas pron-to. Es de esperar que los efectos de lospaquetes de estímulo monetario y fiscalse noten próximamente, pues normal-mente existe un desfase, pero es difícilestimar a qué velocidad se dejarán notar
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dichos impactos positivos. En el consumoprivado, en particular en el consumo debienes no duraderos, la caída de los pre-cios está ayudando en cierto modo. Esun elemento de la demanda que no tieneun comportamiento muy dinámico, peromenos negativo que el resto y hasta po-sitivo en algunos casos gracias a la mejo-ra de la capacidad adquisitiva de las fa-milias por la caída de precios. Aunque enla Zona Euro no presenciamos riesgos se-rios de deflación, no debemos descartar-la completamente pues las previsionesinflacionistas son negativas a lo largo de2009 en varios países europeos, entreellos España. De todos modos, lo másprobable es que antes de que acabe elaño la inflación volverá a territorio positi-vo, manteniéndose por debajo del objeti-vo del 2% de estabilidad de precios. Noparece pues que en Europa haya riesgossignificativos de deflación, lo cual es unelemento muy positivo sobre el que hayque apoyar una parte de las esperanzasde recuperación.
Al contemplar la situación de la economíareal, el crédito aparece como un aspectoclave, un cuello de botella estratégico,con las consecuencias que esto conllevasobre las prioridades de actuación. Por su-puesto que se debe prestar atención aldesempleo y a las finanzas públicas, perolas tareas inmediatas tienen que ver antetodo y sobre todo con acabar de resolverlos problemas que el sistema financierosigue teniendo para que el crédito fluya ala economía. Así se evitará que se estran-gulen las posibilidades de salir adelanteque empiezan a darse con algunos de losllamados “brotes verdes” en China, algu-no en Estados Unidos y en las actitudes deconfianza, que reflejan menor pesimismoe incluso algo de optimismo por parte delos agentes económicos.
El sistema financiero, en particular el siste-ma bancario, en Europa todavía presentaproblemas de transparencia. No se cono-cen completamente las pérdidas implícitasen los balances y el mercado no estarátranquilo hasta que no sepa con exactitudqué hay dentro de los balances de las en-tidades financieras. El paso siguiente alabrir la ventana para ver qué hay dentrode estos es contar con una estrategia paratratar los activos dañados. Hay diferentesfórmulas y mecanismos en marcha quevan desde los “bancos malos”, fórmulapor la que optan Irlanda o a su maneraAlemania, al aseguramiento de activos da-ñados, fórmula británica, hasta la nacio-nalización o la toma de control por partedel Estado de algunas entidades que se haproducido en algunos países europeos, sinplantear a priori los mismos problemasideológicos ni morales que en EstadosUnidos. En todo caso, independientemen-te de cuál sea la fórmula de tratamientode los problemas de los balances de lasentidades financieras, en Europa hay másnecesidad de mayor recapitalización. Yaquí el sector privado debe poner de suparte, o de lo contrario el sector públicotendrá que acudir a recapitalizar entida-des. Hay que ser coherente con las llama-das a la necesidad de tener un sistema fi-nanciero sano y hay que ver hasta quépunto el sistema financiero puede aguan-tar su debilidad en los próximos trimestresante la recesión y la fuerte contracción dela economía no financiera.
Desde el punto de vista de la Comisión,primero es necesario realizar pruebas deesfuerzo o stress test a escala europeaque precisan contar con una serie de hipó-tesis y de escenarios comunes para teneruna visión de cuál es la situación. Esto per-mitirá abordar la solución con coherenciae impedir una nueva nacionalización y
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proteccionismo financiero, de los cualeshay signos actualmente, que ponen enriesgo muy serio el futuro económico deEuropa. Además, cuando llegue el mo-mento oportuno habrá que ir planteandogradualmente la necesaria reestructura-ción de las entidades que hayan necesita-do recursos y apoyos públicos para sobre-vivir en el mercado. En segundo lugar hayque mejorar la coordinación de la aplica-ción de los estímulos fiscales ya decididos,evitando tentaciones proteccionistas quepuedan romper el mercado interior. Noparece necesario adoptar un nuevo pa-quete de estímulo fiscal a escala europea,pero tampoco se puede descartar ya quelas incertidumbres siguen siendo elevadas.
Por otra parte, hay que promover desde laUnión Europea una actuación más decidi-da para tratar el problema del aumentodel desempleo. Es de esperar que la Presi -dencia sueca en la segunda parte del añotome muy en serio su propio conocimien-to del asunto, impulsando políticas activasy una estrategia para hacer eficaces y efi-cientes las políticas de empleo a escala eu-ropea. Así se conseguirá evitar que el parode hoy se convierta en desempleo estruc-tural en los próximos años. Por supuesto,hay que completar los paquetes de regu-lación financiera a los que se hacía refe-rencia anteriormente.
La salida de la crisis
Una vez tratados los temas y complicacio-nes a resolver de manera más urgente hayque diseñar una estrategia de salida de lacrisis, lo cual se está empezando a discutirde forma incipiente, pero debe hacerse deforma más clara y explícita. Se planteauna estrategia a dos niveles.
El primero consiste en la retirada de las“muletas” que han sido necesarias paraevitar que la economía acabase cayendodel todo. Se trata de discutir y preparar unaestrategia a escala europea acerca de cómoretirar ordenadamente al Estado de donde-quiera que se haya introducido dentro delsistema financiero. En la actualidad se ma-nifiestan distorsiones en la relación entreentidades intervenidas por el Estado y lasque no, pues se crean graves problemas decompetencia. Estas disfunciones puedenllevar a una pérdida de eficiencia del siste-ma en su conjunto y a un retraso de las so-luciones que este necesita.
También hay que discutir la manera deconsolidar a medio plazo las cuentas pú-blicas, recuperando su sostenibilidad amedio y largo plazo, lo que va a exigir unaaplicación muy rigurosa del Pacto deEstabilidad y Crecimiento en los próximosaños. En estos meses el Pacto de Esta -bilidad está siendo aplicado con su máxi-mo grado de flexibilidad, introducido enel año 2005, pero pronto habrá que vol-ver a apretar las clavijas. No será en elcorto plazo, ya que el estímulo fiscal esnecesario en tanto que la actividad econó-mica no se recupere y alcance niveles nor-males, pero hay que tener una estrategiade salida clara para acabar con niveles deendeudamiento tan altos como los alcan-zados. En caso contrario, la confianza delos ciudadanos caerá afectando al consu-mo y entonces no habrá capacidad desalir adelante con unas tasas de creci-miento razonables en Europa.
El Banco Central Europeo deberá decidiren su momento cuándo y cómo retirar elimpulso monetario. Dado que es una ins-titución federal e independiente, tienecier ta facilidad para tomar ese tipo de de-
cisiones pero no debería ser capaz de an-ticipar dicha decisión. Por lo tanto es ne-cesario que la situación de la política fiscalofrezca garantías de que posee una estra-tegia clara de salida; en caso negativo, elBCE se verá obligado a retirar el impulsomonetario antes de tiempo.
La segunda parte de la estrategia de sali-da se centra en las reformas estructuralesa las que debe enfrentarse Europa. Es unproblema que nos afecta directamente:nuestro potencial de crecimiento ya erabajo antes de la crisis, pero ahora y en losprimeros momentos de salida de la crisises y será todavía más bajo. La capacidadactual de nuestras economías para crecersin desequilibrios no supera el 1% del PIBy a ese nivel, por muy equilibrado que sea,no es posible solucionar los problemas niatender las demandas a afrontar. Es impe-rativo contar desde ahora con una estrate-gia para aumentar nuestro potencial decrecimiento. Tal y como se ha venido ha-ciendo con la Estrategia de Lisboa, hayque seguir discutiendo cómo elevar los ni-veles de empleo y mejorar la utilización delos recursos humanos. No se trata sola-mente de recuperar los niveles de empleoprevios a la crisis, pues se había mejoradosustancialmente pero sin llegar a nivelesrazonables en cuanto a tasas de participa-ción en el mercado de trabajo. Dicha es-trategia tiene que ser capaz de utilizar ydotar de cualificación a los recursos hu-manos que tiene Europa de la maneramás eficiente posible.
Otro punto de la estrategia de reformasestructurales debe abordar el serio proble-ma de la escasez de productividad, dina-mismo y flexibilidad en el funcionamientode los mercados Europeos, para capacitar-nos y hacer frente a nuestros competido-res, tanto tradicionales como recientes.
Aunque se trataba del objetivo primordialde la Estrategia de Lisboa en el año 2000,no se ha conseguido alcanzar durante losbuenos tiempos del ciclo. Ahora es un im-perativo y Europa tiene que volcarse enmejorar el funcionamiento de su econo-mía desde el punto de vista de la produc-tividad, la cualificación de los recursos hu-manos, sistemas de ciencia e innovación,del funcionamiento de los mercados, la in-troducción de las nuevas tecnologías y lautilización de palancas como la lucha con-tra el cambio climático para avanzar enuna nueva etapa de utilización racional dela energía, pero a la vez de avances tecno-lógicos. En Europa se había iniciado unaamplia gama de reformas gracias a unaestrategia coordinada de una forma de-masiado suave y es hora de cambiar si de-seamos evitar una época larga de creci-miento mortecino.
Esto conecta directamente con otro de -sa fío ampliamente analizado y todavíano resuelto como el envejecimiento de lapoblación en Europa, pues en la próximadécada las consecuencias del envejeci-miento empezarán a ser serias en algu-nos países europeos. España, más atra-sada en ese sentido, tardará todavíaunos años en sentir consecuencias seriasdel envejecimiento, pero también se sen-tirán. Hay que conectar este grave pro-blema con una estrategia de aumento dela productividad y dinamización econó-mica. Aunque no es fácil combinar am -bos, resulta extraordinariamente urgentehacerlo para evitar que la década si-guiente se caracterice por tener un creci-miento ínfimo.
Europa tiene tareas propias como la políti-ca monetaria, la regulación financiera, lavigilancia presupuestaria y la preservacióne incluso profundización del mercado inte-
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rior. Para hacerlo de forma eficiente, cohe-rente, huyendo de tentaciones proteccio-nistas, renacionalizadoras y populistas, hayque responder cuanto antes a la pregunta¿Después de la Estrategia de Lisboa, qué?Esta pregunta tiene que ser respondida aprincipios del año que viene, durante laPresidencia española de la Unión Europeaen el primer semestre de 2010, siendo pro-bablemente este su cometido más impor-tante. Habrá que encontrar una respuestacoherente, creíble y apoyada por los princi-pales países miembros que dé una visiónsistemática y eficaz al ingente paquete dereformas definible como estrategia de sali-da. Será necesario rehacer lo deshecho du-rante la crisis, más las reformas que permi-tan hacer lo que no se hizo bien antes dela crisis. Esto exige liderazgo y coordina-ción a escala europea, además de coordi-nar mejor su voz a escala global, en lo queEuropa también debe esforzarse más quehasta el momento.
Esta es la primera crisis discutida por partede los líderes políticos a una escala verda-deramente global. En las Cumbres del G-20 en Washington y Londres encontramossentados alrededor de la misma mesa alos líderes de los grandes países industria-lizados, la Unión Europea y los líderes delos países emergentes más las institucio-nes financieras multilaterales, FondoMonetario, Banco Mundial y algunas otrasinvitadas. En algunos momentos de esasdiscusiones se ha oído la voz europea, locual es muy de agradecer pues no es fácilintegrar en una sola voz, en una posición,en una sola política, los diferentes intere-ses y situaciones de los países europeos.Se ha conseguido en una parte de laagenda, pero en otros temas todavía hayun punto de interrogación. Ese es el otroelemento clave que tiene que trabajarEuropa, no sólo coordinar sus reformas y
estrategia de salida, pues cada país por sucuenta no tendrá éxito. Pero ademásEuropa no puede dejar pasar esta oportu-nidad para reforzar y reafirmar su voz aescala global. En el escenario mundial hayun actor omnipresente que es EstadosUnidos, otros llegados más recientementeque no van a dejar de estar como losgrandes países emergentes, hay una vozque se escucha de forma muy débil que esla de países en vías de desarrollo y, por úl-timo, hay un ruido que a veces se convier-te en voz, pero en otras ocasiones es sóloruido, que es Europa. Si nos paramos apensar un minuto cómo nos ven desdefuera de Europa, a veces es preocupante.En ese tipo de reuniones, uno tiene aveces la sensación de que algunos no eu-ropeos están tentados a dialogar entreellos y dejar a los europeos aclararse entresí. Y creo que no nos podemos permitirese lujo: Europa aquí también es muy im-portante.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
Muchas gracias, Joaquín, por tu inter-vención. Tiene ahora el turno el profesorAndré Sapir de la Universidad Libre deBruselas. Él hablará en inglés, por lo tanto,quienes lo precisen tienen ahí los cascospara la traducción simultánea. ProfesorSapir, cuando quiera.
André Sapir | ponente
Muchas gracias a los organizadorespor su amable invitación. Es un ver-
dadero placer y un honor estar aquí estamañana.
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Quería empezar con dos disculpas. La pri-mera disculpa, como ya se ha dicho, esque desdichadamente no voy a estar aquíesta tarde. Tengo ya un compromiso paraestar en los Países Bajos esta tarde. Y lasegunda disculpa es más importante, hedecidido hablar sobre España, frente atantos economistas españoles tan bienconocidos y con un conocimiento bastan-te mínimo de España por mi parte, real-mente. Lo que he venido a hacer enton-ces es ver, mirar a España, compararla conalgunos de los otros países de la ZonaEuro y, sobre todo, he decidido enfocarmesobre la comparación entre España eIrlanda. Voy a hablarles un poco sobre loque voy a hacer en mi presentación.
Como veremos, España e Irlanda, se en-frentan a una crisis similar en 2009 y 2010.Hay una serie de indicadores que son bas-tante iguales. Intentaré explicarlo. Creotambién que España e Irlanda se enfrentana un reto más estructural que comparteciertos puntos similares. Ambos países hanseguido una estrategia de crecimiento conéxito pero esta estrategia está terminándo-se. Estaba agotándose incluso antes de lacrisis. En lo que yo quiero hacer hincapiéaquí es algo que Joaquín Almunia ya hahablado al final de su presentación. Son losretos a largo plazo. Habló de cambio climá-tico, envejecimiento, estos son realmentelos retos que todos nuestros países debenenfrentar y quiero ver de qué maneraEspaña e Irlanda en su estrategia lo enfren-tan, cuáles han sido las estrategias y susproblemas. Han tenido éxito hasta ciertopunto pero ¿por qué deben reformarse?
Luego diré que hay algunas diferenciasimportantes entre España e Irlanda encuanto a la parte estructural y concluirécon algunos elementos de políticas en re-lación con España.
Bien, vamos a empezar mostrando sim-plemente unas cuantas cifras. Son cifrasque surgen de la predicción de la primave-ra de la Comisión que se publicó hace unpar de semanas. Doy cifras, no voy a cu-brirlas todas, sobre el crecimiento del PIB,desempleo, deuda pública, etc. ParaEspaña e Irlanda en 2009 y 2010. Estasson las predicciones de la Comisión.(Diapositiva 1).
Naturalmente el crecimiento del PIB enambos países es negativo en los dos años.El desempleo es el más alto en la ZonaEuro. Conocen ya las cifras de España,pero las cifras en Irlanda también sonterri bles, 13% este año y 16% el año queviene. Las cifras para el déficit presupues-tario: ya conocen las cifras para España,las irlandesas son incluso mayores: 12%de déficit este año, casi 16% el que viene.Y en ambos países la deuda pública va asubir muy rápidamente: 50% este año enEspaña, 60% el año que viene. 60% esteaño en Irlanda, 80% el que viene enIrlanda.
Bien, me parece a mí que ambos paísesaunque han tenido mucho éxito en el cre-cimiento en los años recientes, creo quehabía elementos en su estrategia de creci-miento que realmente eran insostenibles,es decir, que necesitaban una breve refle-xión muy profunda en cuanto a dóndeiban, dónde se dirigían. Es decir, sin nin-guna clasificación de importancia, voy acubrir simplemente cinco factores que re-almente están interrelacionados entre sí.(Diapositiva 2).
El primero, naturalmente, es los influjosde capital. Entradas masivas de capitalparcialmente relacionadas con los fondosestructurales. Ambos países han recibidounas cantidades masivas de fondos es-
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Fuente: European Commission, Spring 2009 Forecasts.
Diapositiva 1
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 2
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tructurales. Irlanda, durante el períodode 2007 al 2013 no recibirá fondos es-tructurales. España seguirá recibiendocierto dinero pero muy reducido con re-lación al período anterior. Ambos paíseshan tenido una inmigración masiva en ladécada reciente y al entrar en la ZonaEuro hay una gran reducción en las tasasde interés y en los tipos de interés. Estoha sido posiblemente uno de los motivospara el boom de la construcción que hasido muy importante en ambos países.Hay un último factor en el que quierohacer mucho hincapié. España claramen-te está en la Eurozona y en la UniónEuropea pero es un país de ingresos me-dios. En cuanto a la media europea dePIB per cápita, España está en el nivel in-termedio y ha tenido mucho éxito en esesegmento. Sin embargo, con la entradade nuevos Estados miembros, creo queha habido un nuevo reto, un reto muyreal, como veremos para los países delEste que tienen unos salarios mucho másbajos, que están muy bien situados y quetienen una productividad muy alta. Es unreto para España, es un reto inclusomayor para la clase de especialización in-dustrial y de situación.
Hablé ya en Irlanda hace tres o cuatroaños y estaba claro entonces que los irlan-deses se daban cuenta del hecho de quesu crecimiento tan rápido basado en la es-trategia anterior estaba terminándose yque, debido a la ampliación y al final delos fondos estructurales, todo esto ya noera posible. Entonces, para recordarlesuna vez más las cifras –para España las co-nocen mejor que yo– simplemente queríamostrárselas aquí para compararlas conIrlanda. (Diapositiva 3).
Si miramos la cifra del período desde el 92al 2004, España ha tenido un crecimiento
anual del 3% e Irlanda del 7%. En losaños antes de la crisis, del 5 al 7, Irlandase las arregló para seguir creciendo muyrápidamente, aún en el 6%, y Españatuvo un éxito tremendo, un crecimientode casi el 4% anual. Como sabemos, enambos países parcialmente debido a la in-migración, hubo un crecimiento del em-pleo que ha sido mucho más rápido quela media de la Unión Europea. España eIrlanda realmente destacan con tasas decrecimiento de entre el 2% y el 4% anualen el empleo. Realmente un elementomuy importante tras el crecimiento delPIB, sobre todo en España como veremos.
Sabemos que en ambos países, si vemosla estructura del PIB en 2007, aunque laestructura es algo distinta sobre tododonde España ha tenido un déficit decuenta corriente muy importante, pero noha sido el caso de Irlanda en absoluto,pero en lo que los dos países han sidomuy parecidos es en la importancia delsector de la construcción. El18% del PIBen España es muy alto, incluso más altorealmente en Irlanda. Esta es la situaciónantes de la crisis. (Diapositiva 4).
Ahora, ambos países se ven enfrentados auna reducción tremenda del PIB, un au-mento muy grande del paro, gran déficit,gran subida del endeudamiento público ylos dos países los años anteriores a la cri-sis estaban creciendo muy deprisa basán-donos en mucho empleo en el sector de laconstrucción y las ventajas de la situacióngeográfica donde estaban los fondos es-tructurales. Todos estos elementos ayuda-ron. Sin embargo, me parece que son ele-mentos importantes que los dos paísestambién han compartido justo antes de lacrisis y uno de ellos eran las finanzas pú-blicas. Afortunadamente los dos paísesdieron los pasos adecuados. Posiblemente
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 3
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 4
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tendrían que haber hecho incluso más,pero claramente sí hicieron mucho. Muybuenos alumnos de la Eurozona.
En el período 2005 y 2007 como media,vemos que en ambos países hay superávitpresupuestario de aproximadamente el1,7% y la deuda pública de España se re-dujo hasta alcanzar aproximadamente el40%. En Irlanda, hasta el 25%. Real menteaprovecharon el crecimiento rápido paraordenar sus finanzas públicas y dejar de in-vertir dinero reservado para los días malos.Resulta que los días malos han resultadopeores de lo que se esperaba y los márge-nes menores de lo que se había esperado,pero aún así empezaron con un margen yhemos visto que en 2009 y 2010, sin em-bargo, ese margen se va a tener que esti-rar mucho y que incluso no va a ser sufi-ciente. Esto es en cuanto a los puntos simi-lares entre los dos países. (Diapositiva 5).
Aunque no voy a entrar en este punto, cla-ramente hay una diferencia importante enla parte positiva a favor de España en estacrisis y la situación en el sector bancario;aunque hay problemas en los bancos espa-ñoles. La situación de España podría decir-se que es brillante en comparación con lasituación tan grave de Irlanda. Para hacerun puente con lo que dijo el comisarioAlmunia antes, creo que va a ser un deba-te muy difícil en los meses y años venide-ros cuando estemos hablando del mercadoúnico y los servicios financieros, pues ve -mos que a menos que nos arreglemos re-almente para completar la arquitectura fi-nanciera institucional de Europa, va ahaber dificultades para países pequeñoscon grandes bancos. Irlanda es un caso.Islandia, que no está en la Zona Euro, peroque está en el área económica europea,desde luego es el epítome, pero en mipaís, Bélgica y los Países Bajos, Austria,
todos ellos están sufriendo mucho.Grandes bancos en países relativamentepequeños. Y si Europa y la integración fi-nanciera de Europa significan que sólo losgrandes países van a tener grandes ban-cos, pues naturalmente este va a ser unaño muy extraño. Pero claramente vemosahora que solamente hay dos equilibrios.Volvemos a una situación en que solamen-te los países que puedan permitírselo, esdecir los grandes países, tengan grandesbancos y con un grado mínimo de integra-ción, o si no un modelo distinto. Vamos ahacer avances mucho mayores y tener unsistema financiero europeo realmente inte-grado con algunas implicaciones muy difí-ciles en términos políticos.
No sé si estamos preparados pero por lomenos tenemos que tener una arquitec-tura financiera paneuropea, en quetodos los bancos pequeños o grandesestén en la misma posición. Desde luegono estamos en esta situación. Españaestá en mucha mejor situación queIrlanda. Desde luego no solamente debi-do a su tamaño porque hay otros mu-chos factores, incluyendo las políticas tanprudentes seguidas por el Banco deEspaña, y el recuerdo naturalmente delas crisis en años anteriores que no estándemasiado lejos todavía.
Así que esto ha sido la parte positiva paraEspaña en comparación con Irlanda. Creo,sin embargo, que hay una desventaja muyimportante para España en comparacióncon Irlanda y es su crecimiento débil de laproductividad, y de lo cual querría hablarun momento comparando a España conIrlanda.
Les he dado antes las cifras del período del92 al 2005 y 2006 y 2007 en términos decrecimiento del PIB y tasas de empleo.
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Ahora debemos deducir el crecimiento deproductividad laboral, etc. Y bueno, cuan-do comparamos las cifras que conocemos,España en comparación con Europa y conla Eurozona, en general está a un creci-miento de la mano de obra y de la pro-ductividad muy bajo en comparación conel resto de Europa. Este gráfico viene deuna publicación reciente para el período95 a 2005. La productividad laboral en laEurozona. (Diapositiva 6).
No pueden ver posiblemente todas lasbarras pero es suficiente decir que de loscatorce países en la Eurozona, España esla trece, la decimotercera en términos deproductividad laboral, de modo que estámuy al final de la cola. Irlanda, por otrolado, es la segunda; de modo que hay uncrecimiento muy bajo de la productividadlaboral en España.
Si vemos ahora en términos de crecimien-to y productividad total, esto viene de lamisma publicación y aquí la comparaciónes entre España y los otros tres grandesEstados de la Eurozona, Italia, Alemania yFrancia. (Diapositiva 7).
Aquí una vez más España, que siempre esla barra a la extrema derecha, siempre salepeor parada. Si ven ustedes, la industriatotal de España es la que va peor y paramuchos de los sectores España es la que lohace peor. Hay un sector, y es el único, enque el crecimiento es positivo, en queEspaña lo hace mejor que todos los otrospaíses importantes de la Eurozona y es enservicios financieros, lo cual es una carac-terística bastante importante. Pero en ge-neral y de otra manera, España es la quelo hace peor. Esto está parcialmente rela-cionado con este gráfico que a lo mejor es
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 5
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Fuente: ECB, based on EU-KLEMS.
Diapositiva 6
Fuente: ECB, based on EU-KLEMS.
Diapositiva 7
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Fuente: OECD, EAG 2008 and 2000.
Diapositiva 8
difícil leer pero es un gráfico que llega deun informe reciente de Peter Mandelsonsobre la situación en el Reino Unido y lanecesidad de una nueva estrategia para elReino Unido aprovechando la crisis.(Diapositiva 8).
No es necesario ir a la definición peroverán ustedes que hay aquí en los paísesde la Unión Europea y en otros países(estos son datos de la OCDE), verán queEspaña está bastante hacia la derecha,entre los países que lo están haciendopeor en 2006, aunque hay una mejora im-portante en comparación con 1998.Sabemos que ha habido una acumulaciónde capital en España, pero España aún asíestá muy por detrás, está junto a México,Turquía y Portugal, muy por detrás no so-lamente de algunos de los países de la
Unión Europea más avanzados, sino muypor detrás incluso de los nuevos Estadosmiembros. Realmente el país que mejor lohace es la República Checa y luego tene-mos una serie de Estados miembros queestán allí también y lo hacen mucho mejorque España. Así que claramente hay pro-blemas con las habilidades laborales y pro-blemas, como sabemos también, si vemosuna serie de países de la Unión Europea,sobre todo en la investigación y desarrollofinanciada por las empresas en España.Aquí España está muy por debajo.(Diapositiva 9).
Aquí vemos a España en la parte inferiorcon Italia, Portugal, Grecia. Estos son fac-tores muy bien conocidos, pero factoresque tienen un papel muy importante encuanto al crecimiento de la productividad.
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Bien, el resultado de todo esto es que sí,aunque el crecimiento ha sido muy rápidoen España, no solamente ha sido menosrápido que en Irlanda, sino que el creci-miento del PIB per cápita es menos favo-rable de lo que parecía porque gran partedel crecimiento se ha visto animado por lainmigración, por el empleo de los inmi-grantes. Y lo que vemos en esta otra dia-positiva, y aquí comparo a España con laUnión Europea de los 15 y de los 25, es losiguiente. (Diapositivas 10 y 11).
Ahora sí vemos a España en comparacióncon los 25. Pues España está por encimade la marca cien en términos del PIB percápita, pero no es cierto si lo compara-mos con los 15 antiguos. Aquí ven el pe-ríodo de 1980 a 2007. Y aquí vemos queha habido esencialmente cuatro períodos.El período justo antes de que España se
uniera a la Unión Europea. Aquí el perío-do del año 80 al 87 en que no había con-vergencia en absoluto. Luego hay un pe-ríodo de convergencia cuando Españaentró en la Unión Europea, desde 1986 aprincipios de los 90 y luego hay otro perí-odo sin convergencia. Desde principios delos 90 a finales de los 90. Luego llegamosal crecimiento relativamente rápido paraEspaña, donde hay una convergencia realque empieza a finales de los años 90 conrelación a una serie de reformas, sobretodo reformas del mercado laboral y deproducción que continuaron hasta hoy,donde vemos ya convergencia. Sin em-bargo, la convergencia de España en tér-minos de PIB per capita no es nada com-parada con la situación de Irlanda. Así esque sí, Irlanda y España hoy se enfrentana problemas bastante similares en la cri-sis, pero cuando vemos de dónde llegan
Fuente: Eurostat.
Diapositiva 9
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Fuente: European Economy, 2007.
Diapositiva 10
Fuente: European Economy, 2007.
Diapositiva 11
los problemas y retos vienen de una víamuy distinta en los últimos años. Es cier-to que aunque Irlanda se unió a la UniónEuropea en 1973, Irlanda realmente nodespega en términos de convergenciahasta finales de los 80. Ven que incluso elPIB per cápita de Irlanda en azul, hastaaproximadamente el año 90 realmente esmenor que en España. Realmente nohabía convergencia por parte de Irlanda.Irlanda sigue estando realmente muyplano. Y luego desde el 90 hay una con-vergencia muy rápida activada por unacantidad de buenas políticas, algunas sos-tenibles y otras no, pero realmente haytambién mucho capital humano, muchaacumulación de capital humano y muchaproductividad no solamente laboral sinototal de factores relacionados con la acu-mulación de capitales humanos. Este es elcontraste entre España e Irlanda que creoque es bastante sorprendente.
Quería también mostrarles esto, pero esprobablemente muy difícil verlo. Estoviene una vez más del Banco CentralEuropeo. Es muy útil verlo. Mide la espe-cialización de España, basado en especia-lización de exportación. Es un índice deventajas comparativas. Vean el períododesde mediados de los 90 a mediados delos 2000. ¿Cuáles habrán sido los cambiosen España en este sentido? (Diapositivas12 y 13).
No voy a verlo en detalle porque es difícilverlo, pero a la derecha arriba en el cua-drante en rojo, ésta es el área que los pa-íses que están ganando cuota de mercadoen sectores que son dinámicos en los mer-cados mundiales. Aquí es donde querría-mos estar, querríamos que nos fuera bienen zonas en que hay dinamismo en la de-manda en todo el mundo. Aquí querría-mos estar y desde luego querrían salir de
las áreas en la parte inferior a la izquierda.Verán que España realmente no estámucho en ninguno de estos cuadrantes.Gran parte de la especialización de Españaestá o bien a la derecha abajo, son zonasen que España ha ganado cuota de mer-cado, pero desdichadamente son sectoresen que hay una demanda mundial relati-vamente lenta; bien ha estado per diendo en la parte superior izquierda. Ha estadoperdiendo cuota de mercado en sectoresprecisamente donde hay alto crecimientoen los mercados mundiales, así que ahíEspaña desdichadamente está en los doscuadrantes azules aunque tendría queestar en los rojos. Tendría que estar salien-do de los sectores malos y entrando en losbuenos en términos de dinamismo de de-manda. Lamentablemente no es lo queestá ocurriendo ni lo que están haciendohasta ahora.
Los colores de los círculos aquí están re-lacionados con distintos niveles de tecno-logía y los azules, el azul oscuro, son in-dustrias farmacéuticas y otras, indicansectores de alta tecnología. Estas son lasnoticias positivas. España lo ha hechomuy bien en el sector farmacéutico quees de alta tecnología, está ganandocuota de mercado y hay un crecimientomuy alto de demanda pero es una excep-ción. Así que sí hay puntos positivos cla-ramente, pero no son suficientes. Demodo que hay muchas debilidades en es-pecializaciones y el cambio de especiali-zaciones.
El resultado de todo esto puede verse porlas cifras que acaba de emitir la EscuelaEmpresarial de Lausanne que todos losaños publica índices e indicadores decompetitividad. Ven que hay muchos pro-blemas sin duda, pero siempre hay algoque merece la pena mirar sin convertirse
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Fuente: ECB.
Diapositiva 12
Fuente: ECB.
Diapositiva 13
en un esclavo de estos indicadores.(Diapositiva 14).
Estas cifras acaban de salir y lo que les voydando aquí es España contra Irlanda unavez más. La clasificación es de 57 países.En 2008, para la competitividad total,España estaba en el puesto 33 de 57, enel centro. Y de acuerdo con ellos, Españaestá perdiendo parte de su clasificación,está yendo hacia abajo. No es terrible-mente malo, pero va bajando en vez desubiendo. Irlanda, que le iba mucho me -jor, que estaba en la posición 12, tambiénha perdido con todas estas cosas que leshe dicho. Está ahora en el número 19. Entérminos de la puntuación, España está 57en 2008, en el centro en algún lugar,Irlanda, 77. De modo que esto confirmarealmente que sí estamos viendo la com-petitividad con distintos indicadores.
Intentamos resumir estos indicadores.Claramente España está por detrás deIrlanda. Ambas han perdido algo, peroEspaña está muy por detrás de Irlanda ylo que ha hecho IED este año ha sido unaprueba de tensión, pero de la tensión dela economía. Su evaluación de hasta quépunto está bien equipada la economíapara salir de la crisis. No solamente losfactores estructurales, una combinaciónde lo estructural y los macrofactores. Venaquí que España lo hace muy mal. De 57países, España está en el 50 con unapuntuación de ocho sobre cien.(Diapositiva 15).
No tanto como la competitividad total,pero ninguno de los dos lo está haciendomuy bien, aunque una vez más España loestá haciendo mucho peor en compara-ción con Irlanda. (Diapositivas 16 y 17).
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Fuente: IMD.
Diapositiva 14
Bien, ahora vamos a llegar a dos diapositi-vas en que me voy a tirar de cabeza y veralgunas interacciones de políticas paraEspaña.
Creo que son bastante claras. Una vezmás, en lo que yo querría hacer hincapié,lo que se ha intentado enfatizar es quetanto España como Irlanda se enfrentan aun año muy difícil, el 2009, probablemen-te tengamos tiempos difíciles, si creo en laprevisión del comisario para 2010. Estoyutilizando el paraguas de la Comisión paraver lo que ocurre en 2009 y 2010.Tenemos tiempos difíciles por delante perome parece a mí que lo que está haciendoesta crisis, como siempre hace toda crisis,es sacar hacia delante algunas debilidadeslatentes. He intentado mostrar que tantoIrlanda como España, aunque de forma di-ferente, se enfrentaban ya a retos antes de
la crisis con sus modelos de crecimiento.Tenían ya ciertas dificultades estructuralesy creo que parte de ellas también llegandel hecho de que Europa ha cambiado yhay menos dinero estructural para España,incluso menos para Irlanda. La especializa-ción que tendría que haberse obtenido enlos países de ingresos medios dentro de laUnión Europea, con la protección externa,pues ahora hay nuevos Estados miembrosque vienen con salarios bajos y con muybuenos niveles de educación, altos nivelesde productividad. Así que los costes demano de obra han bajado en esos países yhay unos cambios de los emplazamientospor los Estados miembros a nuevosEstados miembros. Para Irlanda y España,algunas compañías de tecnología se estánmudando a nuevos Estados miembros.Sobre estos elementos ha llegado el mo-mento de llegar a una nueva estrategia.
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Fuente: IMD.
Diapositiva 15
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Fuente: Groningen Growth and Development Centre, Total Economy Database, November 2007.
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Fuente: Groningen Growth and Development Centre, Total Economy Database, November 2007.
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Desde un crecimiento tan fácil parcialmen-te arrastrado por los fondos estructurales ylos inmigrantes, llegar a una nueva estrate-gia en que la productividad, los niveles deeducación, la competitividad, que todosesos elementos reciban mucha más impor-tancia. Por tanto no debe ser sorprenden-te que esté enfatizando esto. Crear lascondiciones para un crecimiento más rápi-do de la productividad y luego el capitalhumano tiene que mejorar todo lo relacio-nado con la educación a todos los niveles.Luego tenemos que hablar de mercadosde productos, tener mayor competitividady también se trata del mercado laboral. Unsistema en el que tenemos muchos traba-jos temporales y este mercado laboraldoble no conduce mucho a la productivi-dad y a la inversión en capital humano; porlo tanto, esto necesita resolverse.(Diapositiva 18).
Mi última diapositiva es lo que no deberíahacerse. Lo que no debería hacerse estomar medidas para intentar conservar loque ya he descrito como pasado, tenden-cias pasadas. (Diapositiva 19).
Tenemos que aceptar que la crisis está re-velando que algunas tendencias estabanya agotándose, que no se podía continuarcon este crecimiento tan fácil, con esa es-trategia tan fácil de crecimiento. Debería -mos evitar medidas que refuercen esto ytenemos que morder la bala, por así decir-lo, y desde luego al hacerlo esto significano crear instituciones financieras tipozombie, entre comillas.
El comisario ha hablado sobre Japón y losaños difíciles que ha tenido Japón. Elloshan experimentado estas dificultades alayudar al sector financiero que estaba vi-
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 18
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Fuente: Elaboración propia.
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viendo únicamente debido a que estabanrecibiendo ayudas. Sabemos que hay mu-chas literaturas económicas que nos dicenque ha bajado la productividad japonesaporque había bancos de baja productivi-dad y muchas instituciones financierasque permanecieron vivas demasiado tiem-po debido a una ayuda financiera que nodebían haber recibido. Así que hay queevitar crear instituciones financieras zom-bie y luego evitar también la creación defondos económicos o compañías econó-micas zombie también. Creo que no sola-mente me fiaría del perro guardián de lacompetitividad, también tendría que fiar-me del perro guardián doméstico, y laperseverancia nacional de querer llegar aun modelo de crecimiento diferente alque tenemos ahora.Muchas gracias porsu paciencia.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
Muchas gracias, profesor Sapir por estaexcelente presentación, estimulante parael debate, espero.
Ahora tenemos media hora de posiblesintervenciones del público, de preguntashasta las 11:00. Únicamente les recuerdoque se identifiquen al hablar y que tratende formular sus preguntas o consideracio-nes con brevedad para que pueda haberel máximo posible de ellas. Aquí por de-lante veo la primera.
La crisis económica española en un contexto global
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Alfredo Cadenas
Mi nombre es Alfredo Cadenas,soy profesor de la Universidad
Autónoma de Madrid. En primer lugar suspresentaciones me han parecido excelen-tes, pero hay un asunto que creo que estápresente en muchas políticas de interven-ción, etc. que no ha aparecido hoy y meha dejado un poquito desasistido.
Tanto en Estados Unidos el presidenteObama, como en España el presidentedel Gobierno, están hablando de una sa-lida, de una vía de actividad económicapara el futuro que es en España la llama-da economía sostenible y en EstadosUnidos todo lo que tiene que ver con lasenergías renovables. Ahí ha citado usted,profesor Sapir, en el último renglón deeconomías reales zombies. ¿Me puededecir si en esa categoría está usted po-niendo ese tipo de cosas, en tanto encuanto su competitividad y otras medidasno dan la medida que se puede dar enotros sectores? Muchas gracias.
Javier Doz
Me llamo Javier Doz y me ocupo delos asuntos internacionales de
Comisiones Obreras.
En primer lugar quisiera agradecer a losdos intervinientes lo interesante de su ex-posición aunque pudiera no estar deacuerdo en todos los aspectos que hanplanteado. Joaquín Almunia ha plantea-do la estrategia de salida en dos térmi-nos. Uno la retirada del Estado, que yopuedo compartir en términos de los estí-mulos fiscales, las políticas monetarias, de
la intervención directa en el sistema fi-nanciero, ahí podría discutirse más, yluego reformas estructurales en términosde competitividad, flexibilidad, producti-vidad. Tam bién son necesarias, peroyendo un poco más allá de la crisis me pa-rece que habría que hacer algo más queuna retirada del Estado compensada en locoyuntural por la regulación financiera.Pienso que si hay un elemento esencial deesta crisis en Europa y en el mundo es nopermitir que aquellos que han tenido unilimitado poder económico y financiero yque nos han llevado a esta situación pue-dan seguir haciéndolo. Cosa que metemo que, una vez pasada la crisis, pue-dan volver a repetirse los términos delpredominio absoluto de la capacidad deintervención del capital financiero o delcapital que pueden tener las empresasmultinacionales en la economía delmundo. Por lo tanto, yo diría que creo ne-cesaria alguna de las retiradas que hadicho el señor Almunia, pero tambiénmucho más poder de lo público, de lo pú-blico mundial, de lo público europeo, delo público en cada país para que no vuel-van a repetirse las cuestiones.
En segundo lugar, me parecería que ade-más de los epígrafes de productividad,etc. me gustaría que se asumiera que talvez serían necesarias políticas industrialesde corte europeo, mucho más reforza-miento de la capacidad de acción europeay sobre todo que no se confunda avanzaren esos terrenos con el desmontaje delderecho laboral europeo que significa esacombinación, por ejemplo, de la actituddel Consejo Europeo en la revisión de laDirectiva de Tiempo de Trabajo o las inter-pretaciones de la sentencia del Tribunal deJusticia Europeo en los casos Laval, Viking,Ruffert y Luxemburgo.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
Muchas gracias. Hay una pregunta aquídel profesor Doménech.
Rafael Doménech
Creo que se avecinan tiempos untanto difíciles para la consolidación
fiscal por dos razones. Una la ha apunta-do el comisario europeo, el señorAlmunia, y es el tema de que Europa va atener que hacer frente a esa consolidaciónfiscal en los próximos años con una tasade crecimiento potencial ligeramentemenor que en el pasado y eso desdeluego es una dificultad añadida y la otraes que el déficit público que estamosafrontando ahora en estos trimestres sedebe no sólo al papel de los estabilizado-res automáticos y la caída provocada porlas políticas fiscales discrecionales, sino alel hecho de que algunos de los ingresosen bastantes países europeos han desapa-recido. Esto tiene que ver bastante con elboom inmobiliario, ingresos públicos quehan estado beneficiando las cuentas delas administraciones públicas y que tam-poco esperamos una recuperación de losmismos durante los próximos años. Por lotanto, creo que el trabajo de la consolida-ción fiscal va a ser bastante difícil en lospróximos años.
Martin Roberts
Una pregunta al señor comisario.Dentro del ámbito del estímulo de
empleo, se comenta mucho, pero quisiera
saber, a su parecer, ¿qué medidas concre-tas se pueden adoptar? Muchas gracias.
Rafael Miró
Me gustaría reflexionar un minutosobre el tema de la productividad
del trabajo. La comparación que hahecho el profesor Sapir de Irlanda yEspaña y otras comparaciones que sehacen, resaltan mucho el lento aumentode la productividad del trabajo en Españay yo no voy a discutir que detrás de esohay un problema de competitividad por-que es un hecho común y aceptado porlos economistas y me parece claro. Perocreo que deberíamos tener en cuenta elshock inmigratorio que ha tenido España,que no me parece que sea comparable alde Irlanda probablemente en cuantía. Laprueba está en que tras ese lento creci-miento de la productividad, estamos te-niendo ahora enormes aumentos. Esdecir, si los datos españoles son creíbles,estamos creciendo ahora como al 4% enla productividad. Eso, lo que quiere decires que tenemos un mercado de trabajodonde rápidamente se ensanchan las ta-reas marginales de baja productividad ydonde rápidamente se eliminan. Y, portanto, hay algo que acotar al tema deproductividad y competitividad. Pero megustaría saber sus opiniones.
Juan Ramón Cuadrado
En este caso mi pregunta puede irprincipalmente a Don Joaquín
Almunia, pero también quizás el profesorSapir puede decirnos algo.
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Una de las cosas que ha apuntado elseñor Almunia es el tema del liderazgo dela Unión Europea y uno realmente se pre-gunta si eso en los próximos meses puedemejorar o si hay alguna perspectiva quepermita pensar que va a mejorar. Porquesi no, realmente una de las cosas quevamos a seguir viendo es cómo cada paísbusca su salida, cada país toma sus medi-das, hay discrepancia en la forma de abor-dar los temas y, al final, el resultado es ne-gativo para todos aunque a lo mejor posi-tivo para un país en particular.
La pregunta sería muy concreta. ¿Hay al-guna posibilidad de que esto pueda cam-biar o cómo lo ve? Supongo que es difícilpara usted contestar por razones lógicasde prudencia, pero en todo caso el profe-sor Sapir sí que puede contestar.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
No sé si había alguna pregunta más. Sino, abrimos el turno de los intervinientes.
André Sapir | ponente
Bueno, pues empezaré con la últi-ma pregunta, evidentemente.
Voy a ser valiente. Bien, más coordinación.¿Qué debemos hacer? Si tuviese que daruna nota de 1 a 10 para la coordinación,pues daría un 6-6,5. Reconozco que la co-ordinación es una tarea difícil. Natura l -mente estamos hablando de presupuestosy son los presupuestos de los Estadosmiembros y no hay ningún presupuesto eu-ropeo para ello, ni lo va a haber. Es una
cuestión por lo tanto, de realmente con-vencer a los distintos países para quehagan lo correcto.
Les doy un 6-6,5 porque la Comisión sí haadelantado el plan de estímulo de recupe-ración en diciembre y ha suministrado unmarco y creo que esto era muy necesario.¿Por qué no doy más de un 6? Porquecreo que más allá del marco, pues nohabía nada.
Le dije al comisario que me he sentido desi -lusionado, no por la Comisión. Creo que laComisión ha hecho dentro del marco quetenemos en Europa su trabajo, ha presen-tado la propuesta. Estoy hablando sobre elpunto de vista presupuestario, no de lacompetencia, etc. Pero sobre cuestionespresupuestarias creo que lo han hechomuy bien. Tampoco estoy hablando delPacto de Estabilidad, estoy hablando de laparte del estímulo. El Plan de Crecimiento,creo que ha hecho todo lo que podíahacer. Donde creo que podría haber habi-do más y donde me he sentido decepcio-nado claramente y lo he puesto por escritoes en cuanto al Eurogrupo. El Eurogrupoha tenido una oportunidad fantástica. ElEurogrupo es este grupo informal y es ven-tajoso ser un grupo informal aunque tam-bién hay desventajas. El Eurogrupo, en miopinión, en el ámbito de los ministros de fi-nanzas ha sido invisible. No se les ha visto.Y afortunadamente hemos tenido unEurogrupo hiperactivo, un presidente deEstado hiperactivo en este Eurogrupo.Creo que hay unos puntos positivos y ne-gativos con esta persona hiperactiva perocreo que en este caso específico ha sidomuy importante en mostrar a los ciudada-nos que a nivel político existía dicho grupo.No es lo mismo que la Comisión. LaComisión no tiene el mismo nivel políticoque los Estados miembros. Son los países
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los que lo tienen. Ha sido importante, porlo tanto, para los países y para elEurogrupo este papel que han interpretadoy no tener la impresión que muchos hantenido de que ha sido el Banco Central elque ha estado actuando. Respecto alEstado político, la Comisión ha hecho loque puede dando el marco y luego hay unpoco de vacío. Y creo que sí ha habido unpoco de vacío por parte del Eurogrupo.
Como he dicho, me ha gustado muchoque Sarkozy adoptara esta iniciativa. Losjefes se han reunido y han enviado unaseñal muy importante en octubre de2008. Francamente estábamos en caídalibre en todas partes, sin paracaídas ade-más. En caída libre en términos de las no-ticias económicas. Hasta enero, estába-mos en caída libre, repito. Cada vez tení-amos noticias peores, abríamos un perió-dico y veíamos más noticias horribles y nosabíamos dónde íbamos. Pero creo queen esta clase de situación, los ciudada-nos, todos nosotros necesitamos la im-presión de que hay algún motor allí.Alguien que nos comunica que no vamosa estar solamente bajo el paraguas de laComisión y del Banco Europeo, sino tam-bién del liderazgo político y este liderazgopolítico para mí, hubiese necesitado lle-gar del Eurogrupo. Afortunadamentellegó de estos jefes de Estado, inclusomás informales que el Eurogrupo.
Si pudiese contestar una sola preguntamás y luego ya doy la palabra al comisario.Es la primera pregunta sobre la energíasostenible y renovable. Para mí sí, esto esun producto de mirar al futuro, una estra-tegia nueva de crecimiento. Creo que haymuchas cosas que se dicen muy ingenuassobre todo esto, sobre cómo la estrategiaestá relacionada con el cambio climático ycómo nos van a salvar en términos de cre-
cimiento. Posiblemente nos salven en tér-minos del planeta, lo cual está muy bien yestoy a favor, todos vivimos en el mismoplaneta, pero creo que en términos econó-micos no deberíamos ser ingenuos. No de-bemos pensar que cada vez que ponga-mos una etiqueta verde o una etiqueta delcambio climático esto sea estupendo yapor sí mismo. No podemos derramar dine-ro en todo esto porque de pronto se nosva a acabar. Tenemos que ser no solamen-te cuidadosos en hacer cosas para el cam-bio climático, sino que tenemos que teneren cuenta que es una estrategia económi-ca y no tenemos que desperdiciar muchosrecursos. Creo que sí, hay una oportuni-dad aquí y hay una necesidad de ello, delas energías renovables, pero no entremosen ello a ciegas.
Joaquín Almunia | ponente
Sobre la primera pregunta yo queríaañadir que, sin duda, cuando habla-
mos de cambio climático de las políticaspara apoyar sectores, tecnologías, tipos deenergías, no estamos hablando de sectoreszombie, ni de empresas zombie, hoy. Sidentro de diez años el nivel de subvencio-nes ha aumentado e incluso si se mantieneen el mismo nivel, habrá que empezar ahablar de eso. Pero hoy no. Hoy merecenese apoyo y lo que hay que esperar es queese apoyo les sirva para vivir sin muletas ypara ayudarnos a respirar un aire puro yvivir en un planeta habitable.
Javier Doz
Yo estoy totalmente de acuerdo enque uno de los elementos de la es-
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trategia de salida tiene que ser acabar concomportamientos y con la tolerancia haciacomportamientos como los que se hanproducido en el sistema financiero, enparticular por los sistemas de remunera-ción a los cuales me he referido y por laslagunas evidentes de regulación o fallosevidentes de supervisión. De todo eso seestá hablando cuando hablamos de regu-lación financiera. Se está hablando a esca-la europea, se está hablando a escala glo-bal. Incluso a escala global en el G-20, seha empezado a hablar creo que por pri-mera vez de forma muy seria de los paraí -sos fiscales, lo cual no era habitual en esetipo de reuniones. Por lo tanto, yo com-parto sus preocupaciones de que no hayque repetir los errores y en eso estamos. Yhay un paquete muy fuerte de regulación.En cuanto a esa regulación, yo vengo deun fin de semana de reuniones con gentedel sector privado, también hablando deestos temas financieros. No en España, enotro país europeo. Por lo tanto no eran es-pañoles los que intervenían. Algunos delos intervinientes del sector privado finan-ciero, europeos y alguno americano,daban la sensación como de querer volveral punto de partida lo antes posible. Peroclaramente eso no va a ser así. Y creo quehay una toma de conciencia en buenaparte de los propios responsables de enti-dades financieras y desde luego en las au-toridades públicas, en los reguladores, enlos gobiernos, en las instituciones multila-terales, en la Unión Europea de que nodebe ser así y no va a ser así. Va a haberun paquete de regulación financiera inclu-yendo temas de remuneraciones y el im-pacto de esos sistemas de remuneraciónen los comportamientos y actitudes, muyimportante.
Sobre las políticas industriales europeas,bien, depende de lo que entendamos por
políticas industriales europeas. Si son po-líticas horizontales, hacen falta y mucho.Desde políticas de apoyo a la innovaciónhasta políticas de mejora del entorno delas empresas, hasta políticas de creaciónde canales de financiación alternativos alos que se han venido usando y que pro-bablemente no van a tener la mismafuerza en el futuro que tuvieron en el pa-sado, precisamente porque vamos ahoraa asistir a un proceso de mayor regula-ción financiera y, por lo tanto, el sistemafinanciero va a estar menos apalancado yva a producir menos alegrías por las víastradicionales en el sector empresarial.Hay muchas políticas industriales hori-zontales que hay que impulsar y hay queimpulsar con mayor decisión y convenci-miento a escala europea de lo que hasido la norma hasta ahora, en la que sehacían grandes declaraciones que noiban seguidas en absoluto de ningún tipode compromiso de actuar en común y deeliminar barreras o poner en marcha ins-trumentos. Yo recuerdo, y André Sapir lorecuerda perfectamente porque hizo unmagnífico informe antes de aquella dis-cusión, el debate sobre las actuales pers-pectivas financieras del presupuesto eu-ropeo para el período 2007-2013, cómoaquellas grandes ambiciones iniciales deque íbamos a financiar desde Europatodas las políticas de innovación, de I+D,de competitividad que eran necesariaspara ponernos al mayor nivel mundial,pues se fueron quedando en partidaspresupuestarias bastante tímidas queademás no se utilizan con la eficienciaadecuada en muchos casos porque no seles presta la atención debida por parte delos responsables. Tenemos un problemade atención por parte de los responsa-bles de los Estados miembros a algunaspolíticas europeas que es significativo. Yono sé si alguien ha hecho la estadística
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de la presencia de los máximos responsa-bles, de lo que podemos entender comopolítica industrial, políticas de apoyo altejido productivo, al sector empresarial, alas pequeñas y medianas empresas, a lossectores que pueden incorporar mayorvalor añadido y que pueden absorbermejor las tecnologías, que pueden mejo-rar la productividad. ¿A cuántos conse-jos, llamados Consejos de Competi -tividad, han asistido los máximos respon-sables de cada uno de los países europe-os en estas materias? Creo que la esta-dística sería bastante lamentable.
Estoy de acuerdo en los temas que hayque proteger, preservar, también adaptar.Pero la adaptación no es incompatible conla protección y la preservación de los nive-les del modelo social europeo y los nivelesde producción necesarios para los trabaja-dores en el ámbito laboral. Otra cosa escuáles son los instrumentos de protecciónpor los cuales hay que debatir y hay quedebatir mucho. Respondo con eso a lapregunta del periodista de Reuters, quémedidas concretas en materia de empleo.Cualificación, empleabilidad, esas son pa-labras que enseguida salen a la palestraen cualquier documento que leamos de laUnión Europea, de la Comisión, de los sin-dicatos europeos, de quien sea. Ahora,¿cómo se pone en marcha eso? ¿Qué ins-trumentos tenemos en cada uno de lospaíses para tener políticas activas de em-pleo a escala escandinava? Eso es muycaro. Eso hay que organizarlo, hay queponerlo en marcha. ¿Qué instrumentostiene el Fondo Social Europeo para incen-tivar eso y no otras cosas? Y no todo loque incentiva el actual Fondo SocialEuropeo es tan bueno. Como las buenaspolíticas activas de empleo, como sabe-mos bien en España. Esta misma mañanaen la radio oía el caso de alguien que en
una comunidad autónoma española habíatenido un problema con los tribunalesporque había recibido dinero del FondoSocial Europeo por actividades que no seiban a realizar, ni se habían realizado. Esdecir, ahí tenemos que utilizar energía ycapacidad política para obtener el máximoresultado de esos recursos y para utilizarmejor los instrumentos que pueden utili-zarse y que deben utilizarse.
Hay que activar los mecanismos de protec-ción para que el paro no se convierta enestructural y hay que evitar –coincido per-fectamente con el análisis que ha hechoAndré Sapir– la dualización del mercadode trabajo.
Dificultades para consolidación fiscal, quepreguntaba Rafael Doménech. Sin duda,van a ser extraordinariamente importan-tes. Coincido plenamente con el comen-tario que has hecho sobre los ingresosque ya no van a volver a fluir a las arcaspúblicas. No se computan técnicamente,los académicos no los computáis comoestabilizadores automáticos en el cálculoese del 5%. Va incluido también el im-pacto de esa caída de ingresos pero,claro, eso automáticamente no se va a re-generar, lo cual va a producir un debate,que está muy apagado en Europa, sobrelos impuestos. La unanimidad ha matadoel debate de los impuestos en Europa,dicho mal y pronto. Una y otra vez, mestras mes el Ecofin se reúne, tiene puntosque tienen que ver con temas tributariosy es noticia no lo que se acuerda, sino elhecho de que un Ecofin alguna vez hayaacordado algo en materia tributaria.Porque es que son unas discusiones sinfin por la horrible regla de la unanimidad.Hay que volver a discutir de temas tribu-tarios para que el sistema tributario con-tribuya de manera eficiente, pero contri-
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buya a ese proceso de consolidación fiscalcomo tiene que contribuir la retirada delos estímulos que por definición, para quesean eficaces y eficientes, tienen que sertemporales. Por lo tanto, los que no seantemporales habrá que revisarlos, por supropia naturaleza habrá que revisarlos yhay que ver el gasto. Y hay un debate quesí se ha iniciado en los últimos tres años,entre los ministros de Economía yHacienda en el Ecofin, sobre la calidad delas finanzas públicas. No es sólo el tama-ño del déficit o el tamaño del gasto sobreel PIB, es qué hacemos sobre eso. ¿Quéestamos haciendo con el dinero público?¿Lo estamos empleando bien, lo estamosempleando mal? ¿Dónde hay que emple-ar el dinero público para que generemayor valor añadido para el conjunto delos ciudadanos? Son debates extraordina-riamente importantes.
Las cuentas públicas van a pasar dificulta-des. Algunos países que ahora han afloja-do un poco el nivel de su preocupaciónporque el mercado todavía les asume susemisiones de deuda, dentro de dos o tresaños van a tener serias dificultades y porlo tanto vamos a tener que profundizaren la discusión porque ya en Europa y enparticular en la Zona Euro, los problemasque pueda tener un país para refinanciarsu deuda no son problemas de ese paíssólo, son problemas de todos nosotros.En particular en la Zona Euro es así, laZona Euro tiene necesidad de tener unmecanismo no coercitivo desde el puntode vista de las normas, no es posible,pero sí coercitivo desde el punto de vistapolítico. Decir: oiga, si usted no se conso-lida, nos está desconsolidando a todos.Por usar palabras suaves.
Por último, liderazgo europeo, un comen-tario. Es verdad lo que dice André Sapir.
Por supuesto es verdad cuando ha dichoque la Comisión ha actuado como debíaactuar. Es verdad que fue extraordinaria-mente necesario, útil y oportuno el latiga-zo que supuso la convocatoria de unareunión no del Eurogrupo, de jefes deEstado y de gobierno de la Zona Euro.Porque el Eurogrupo es sólo la reunión delos ministros, pero de Jefes de Estado y deGobierno de la Zona Euro, pero yo debodecir aquí, sabiendo que hay prensa, porfavor que no lo repitan.
Tres o cuatro días antes de aquella reu-nión de París en la que se desbloqueó larespuesta necesaria, los ministros habíanestado debatiendo exactamente lo mismoy algunos ministros de finanzas cuyos pri-meros ministros tres días después dijeronsí, estaban diciendo no en el Eurogrupo.Lo cual es un problema para el Eurogrupoy es un problema importante y serio.Desde entonces, el Eurogrupo está conun problema de credibilidad. Dicen: oiga,usted no ha sabido resolverlo en el ámbi-to ministerial y en cambio sus jefes lo re-suelven en un pispás en cuanto van aParís. Pero eso responde a un problemaque va a ser serio ahora. Y lío con la con-solidación fiscal entre otras cosas, perotambién con las reformas necesarias ycon lo que hay que hacer para salir de lacrisis en buenas condiciones. Si los prime-ros ministros, jefes de Estado y de gobier-no, los miembros del Consejo Europeo noapoyan, no potencian, no empujan y noaplauden a sus ministros de finanzascuando los ministros de finanzas hacen loque tienen que hacer, sino que se dedicana decir: “esto sólo lo podemos resolvernosotros porque es una cuestión políti-ca”, esto no tendrá solución. Iremos auna intergubernamentalización que crea-rá barreras, alentará proteccionismos y nonos abrirá la puerta de salida. Por lo tanto
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es verdad que el Eurogrupo no ha estadoallá donde tenía que estar en todas lasocasiones, pero no hay que echar la culpasólo a los que se sientan allí en aquellamesa, como bien sabe el presidente delEurogrupo que también se sienta en laotra.
Juan Manuel Eguiagaray | moderador
Muy bien. Pues muchas gracias a los dos,profesor Sapir, comisario Almunia, graciaspor esta excelente intervención y discusión.
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Tomás Mancha | moderador
Vamos a reanudar la segunda parte delseminario que, como ya expuso en la pre-sentación genérica Juan Manuel Eguia -garay, está destinada a lo que nosotros,cuando concebimos la jornada de hoy, lellamamos la visión desde dentro. Y cuan-do nos planteamos la visión desde dentropensamos que la deberían hacer personasque hubiesen tenido oportunidad, másbien diría por desgracia que por suerte, delidiar con situaciones de crisis, porque lascrisis, como antes también se ha comenta-do, desgraciadamente aparecen de vez encuando. Es decir, eso de querer vivir siem-pre en el sendero de la prosperidad delque antes se habló es una especie de qui-mera. Nos vienen situaciones como esta,esta es distinta evidentemente. Pero creoque es muy útil aprovechar la experienciade dos personas en momentos, evidente-mente, sumamente complicados, porquea José Luis Leal, cronológicamente, le tocóprimero lidiar con los problemas, y creoque es más que conocido, está más queestudiado que la crisis económica de los70 en España tuvo un impacto muy fuer-te precisamente en la etapa en la que élocupó el Ministerio de Economía. Por lo
tanto contar con su voz y su experiencia essumamente ilustrativo. Igualmente aCarlos Solchaga también le cupo esatarea. Evidentemente creo que tuvo tam-bién la suerte de lidiar con período bueno,de crecimiento, justo cuando él se hizocargo del Ministerio de Economía, perocontó con un período previo que creo fuebastante complicado y ha sorteado conmucha habilidad todo el proceso de re-construcción industrial. Muchas veces unose olvida, pero es él quien estuvo atrás deese proceso de reconstrucción en un mo-mento también de ajuste bastante duropara la economía española. Y despuéstambién le tocó parte de lo que ahora lla-mamos la crisis de los 90, que entoncescasi no nos habíamos dado cuenta de quehabía habido una crisis, por lo menos notuvo unas consecuencias tan dramáticascomo esta.
Por lo tanto creo que es una suerte prose-guir después de haber oído las vocesdesde fuera –la de Joaquín Almunia y lade André Sapir– y poder contar con lasvoces desde dentro que nos van a ofrecerCarlos Solchaga y José Luis Leal, a los quesin más le cedo la palabra, y siguiendo elorden previsto tiene la palabra CarlosSolchaga.
Bloque 2: la crisis económica vista desdedentro
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Carlos Solchaga | ponente
Muy bien, muchas gracias, Tomás,por tus amables palabras de pre-
sentación. Gracias también a la FundaciónAlternativas por esta invitación que me sa-tisface mucho, porque en tiempos comolos actuales, tener la posibilidad de hablarlibremente sobre estos temas que son tanimportantes, de alguna manera ayuda porlo menos a una cosa, a racionalizar los te-mores y ciertamente, como dijo en sutoma de posición hace haya muchos añosFranklin Delano Roosevelt, “sólo hay quetener miedo al miedo”. Cualquier cosaque nos sirva para racionalizar, para discu-tir el lugar donde estamos, las posibilida-des de salida, siempre es mucho mejorque la negativa, como a veces se oye conmás frecuencia de la que sería deseablepor parte de algunos interlocutores socia-les, a debatir sobre tal o cual tema.
Bien, yo me propongo tratar tres puntossucesivos, el primero, el origen de la crisisen España y la situación en la que nos en-contramos. El segundo, sobre las perspec-tivas de salida, y en este verán ustedesque hay muchas conexiones con las consi-deraciones que ha hecho el profesorAndré Sapir en su intervención anterior.Finalmente el tercero, al que dedicaré sóloun tiempo limitado, un juicio sobre la po-lítica económica que se está llevando ennuestro país, ciertamente conectada conel resto de Europa, pues estamos ante unacrisis global y una crisis financiera y global.Cuando esto ocurre, la coordinación inter-nacional y el buen entendimiento entre lasnaciones es absolutamente imprescindiblepara que haya una perspectiva de salidade la crisis razonable, por tanto casi todasnuestras iniciativas las debemos ver en elcontexto, en la perspectiva de coopera-
ción con niveles y foros internacionalesimportantes.
Empecemos pues, por el origen de la crisisen nuestro país. Como en todos los paísesy sobre todo como aquel que de verdad esel origen de toda ella, tiene mucho quever con un período prolongado de tiposde interés reales negativos, que en nues-tro caso, al contrario que en EstadosUnidos, no va acompañado de un aumen-to de la autorregulación y unas debilida-des enormes en el sistema de supervisióny regulación, aquí no se dan. Pero desdeluego, que produce como en EstadosUnidos y otros muchos países, Irlanda,Islandia y muchos otros más, lo que es ha-bitualmente un triple efecto. En primerlugar, tipos de interés extremadamentebajos llevan, simplemente por racionaliza-ción y maximización, al sobreendeuda-miento de empresas y familias. A esostipos de interés reales negativos, tienesentido tomar a préstamo e invertir. Enconsecuencia, sobre lo que son los habi-tuales flujos de ahorro, empresas y fami-lias compiten por comprar activos, y natu-ralmente existen a consecuencia de ellosubidas exuberantes, diría Greenspan, dedeterminados precios de activos, como enlos mercados inmobiliarios o como en losmercados de valores.
Y en tercer lugar, los bancos y otras insti-tuciones de crédito, pero fundamental-mente los bancos que naturalmente tie-nen un sistema adicional de estimulacióno incentivo para sus directivos, que es ab-solutamente asimétrico, en el sentido deque si ganan lo que se proponen obtienenun bonus, pero si no ganan lo que se pro-ponen no obtienen “malus”, en conse-cuencia este conjunto de cosas; tipos deinterés bajos: con tipos de interés bajosuno puede rebajar los de pasivo ya que no
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puede cargar mucho en los de activo peroencuentra un límite que es el tipo de inte-rés cero y por consiguiente antes o des-pués el margen entre tipos de interés deactivos y pasivos se va reduciendo y losbancos se ven necesitados de considerarun aumento por algún sitio del negocio.Con lo cual, generalmente sus exigenciassobre el nivel de riesgo empiezan a dulci-ficarse a veces de manera tan insensatacomo ocurrió con los préstamos subprimehipotecarios en los Estados Unidos. Perocuando no se da así, la verdad es que un0,5% de margen por mil, significa cin-cuenta, pero por dos mil ya significa cien.Con frecuencia los bancos en esta situa-ción han tendido a multiplicar gigantesca-mente el tamaño de su activo. ¿Por quéprocedimiento? No esperando al creci-miento de sus depósitos porque eso tieneun límite fácilmente alcanzable, sino reuti-lizando a través de titulizaciones, emisio-nes de cédulas hipotecarias, emisiones debonos y otras emisiones, el mercado al pormayor para financiar el crecimiento delcrédito. Esto es lo que hizo España tam-bién. No hizo nada muy distinto de otrospaíses, pero es interesante notar queEspaña, que era un país medio o menosde medio en lo que se llama a veces índi-ces de profundidad financiera, cuya medi-da más habitual es la suma del activo y elpasivo de los bancos en porcentaje sobreel PIB, pues el que era un país medio, hoyestá en el extremo. Es uno de los países enlos que activos más pasivos suponen unasdos veces y media el valor del PIB. Paraque se hagan una idea, en Estados Unidos que es un país financiero por excelencia,no llegan al 200%. Eso es España que esun país que empieza a tener también elriesgo del que hablaba el profesor Sapir.Un país demasiado pequeño para lo gran-de que puede ser su sistema financiero.No es el caso extremo de los Países Bajos
o de Bélgica ni es el caso extremo obvia-mente de Irlanda o Islandia, pero es uncaso ya digno de ser considerado.
España, a su vez, en este clima de creci-miento rápido con tipos de interés realesbajos y una visión relativamente laxa en lamateria de juicio de los riesgos por partede la banca, en general banca y cajas deahorro, se encontró con una enorme con-centración de la inversión en vivienda.Una inversión en vivienda que además es-taba impulsada por unas expectativas decrecimiento sucesivo continuo del propioprecio de la vivienda, que aceleraba, anti-cipaba la demanda en vivienda que a suvez encontraba una financiación muy fácilporque los bancos, vuelvo a repetir, tanpronto como formaban un número sufi-cientemente grande de hipotecas podríanhacer una emisión de cédulas hipotecariaso podían hacer una emisión de securitiesrespaldadas por estas hipotecas, podíanobtener en todo caso financiación sufi-ciente. No eran malas hipotecas en el99% de los casos, no eran subprime, nodejaban de tener una garantía suficiente.Y esa garantía existe, pero lo que sí escierto es que para seguir manteniendouna cartera de créditos como la que habíaalcanzado la banca, era absolutamente in-dispensable no sólo que siguieran crecien-do los depósitos, sino que en una propor-ción mucho mayor, conforme las emisio-nes de titulizaciones fueran venciendo,pudiera la banca española hacer el rollover, es decir, hacer la refinanciación delas mismas, que es lo que se cortó total-mente cuando aproximadamente enagosto del 2007 empezaron a plantearselos problemas internacionales de la bancaen Estados Unidos y otros países.
Ese sistema de financiación de los bancosespañoles se cortó y en la medida en que
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se cortó, aunque respaldara una financia-ción de buenos activos –no en general demalos activos como puede haber sido elcaso de otros países–, no tuvo otra apela-ción la banca y las cajas de ahorro que pro-ducir una contracción brutal del créditobancario. No la llamaron así, no la recono-cieron así, nadie la reconocía así, y si hoyse pregunta si el triste camino que recorreel crédito bancario ya es consecuencia másde la contracción de la oferta o del deterio-ro de la solvencia de la demanda probable-mente la respuesta será fifty-fifty.
Pero cuando empezó todo esto fue la ne-cesidad ineludible de la banca y las cajas deahorro de conseguir toda la liquidez quepudieran por el procedimiento del BancoCentral, por las nuevas líneas que a partirde diciembre del año pasado se abrierondesde el Tesoro, o por cualquier otro proce-dimiento con el fin de garantizar que cuan-do fueran venciendo sus titulizaciones dis-ponían de dinero suficiente como para notener que vender una parte muy considera-ble de su cartera de inversiones cotizadasen un mercado a la baja, o tener que ven-der otros activos a precio de saldo.
Esta es la historia en España. Seguramentenosotros no podíamos mantener un creci-miento de la demanda que dependieratanto y tan crucialmente de la construc-ción, pero seguramente conforme hubierapodido haber más interés en otras inver-siones alternativas dentro de Europa, unaparte importante de la financiación queestá obteniendo la banca española hubie-ra ido desviándose lentamente y los recur-sos se hubieran ido reasignando lenta-mente en el ámbito europeo por otrosprocedimientos, lo que también probable-mente hubiera permitido, no sin ciertosbatacazos, pero en general, un ajuste gra-dual de España a la nueva situación.
Pero cuando ya se inicia la crisis, y en par-ticular cuando en el otoño pasado caeLehman Brothers, entonces es evidenteque España, como todos los demás países,se ve afectada muy gravemente por la cri-sis, la contracción crediticia ya es brutal nosolamente en España, en todo el mundo,y a partir de ese momento la demandadoméstica de cada uno de los países cae ycomo consecuencia de ello, el comerciointernacional que venía creciendo al 9% oal 10%, pasa a tasas negativas a finalesdel año 2008 y se espera que este año secontraiga alrededor del 10%, el 11% o el12% dependiendo de las previsiones deunos o de otros.
¿Cuál es nuestra situación en estos mo-mentos? Bueno, conocemos los datos re-cientes del Instituto Nacional de Esta -dística. En estos momentos merece lapena señalar que nuestra economía estádecreciendo en el entorno del 3% en tér-minos anuales, primer trimestre sobre elprimer trimestre del año pasado, pero siponemos en tasa anual el decrecimientodel primer trimestre sobre el cuarto delaño anterior, estamos decreciendo al7,4%. Es decir, si lo que nos ha pasado enel primer trimestre respecto del cuarto,nos pasara en el segundo respecto del pri-mero, y así cada uno de ellos hasta finaldel año respecto del inmediatamente an-terior, el producto interno bruto deEspaña se contraería en alrededor del7,5% en el año 2009.
Si hiciéramos esta cuenta para Alemania, elresultado no sería inferior al 12% y si la hi-ciéramos para Japón no sería inferior al16%. Quiero decir que en todas partes cue-cen habas y en algunos casos con peores re-sultados. Es interesante señalar en este sen-tido que a pesar de los muchos anunciosque nos hacen sobre la situación de este
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país y las perspectivas de salida de la crisis,hasta ahora la economía española, habién-dolo pasado mal, tampoco ha sufrido tanto.Por ejemplo, si comparamos dentro delGrupo de los 20, los 15 países aproximada-mente que tienen contabilidad nacional tri-mestralizada (hay países como Turquía,Polonia y otros que no lo tienen) resultaríaque el cuarto trimestre de 2008 y el prime-ro de 2009 es donde se ha concentrado elbulk de la recesión; bien, China ha conse-guido crecer un 4%, la India ha decrecidoun 0,9%. Pero si pasamos a los países rela-tivamente avanzados, Francia ha decrecidoun 4,5%, España un 5,3%, los EstadosUnidos un 6,2%, el Reino Unido o Italia un6,8%, Alemania un 11,3%, Japón aproxi-madamente un 13%.
Si pasamos a las previsiones para esteaño, tenemos que España y Francia van adecrecer alrededor del 3%, lo mismoaproximadamente que Estados Unidos,pero Corea decrecerá el 4%, el ReinoUnido un 4,1%, Italia un 4,4%, Holandaun 4,8%, Alemania un 5,6%, que laspropias autoridades –estoy recogiendodatos del Fondo Monetario Internacional-dicen que va a ser el 6% y Japón por en-cima del 6%–. Es decir, ni nos ha ido tanmal en impacto hasta ahora, ni las previ-siones para el 2009 y 2010– como la quenos ha enseñado en parte comparandoIrlanda con España el profesor Sapir– sontan malas como para decir que necesaria-mente estamos en el peor de los mundosposibles.
España, como ha pasado generalmente,con diferencias probablemente de unospocos meses, y con diferencias probable-mente de unas pocas décimas y más bienpor arriba de la media que por debajo, sal-drá de esta crisis aproximadamente comolos demás.
No hay ninguna razón especial -ni a travésde la habitual mala conciencia que suelenproducir las crisis, que desde los tiempos delos profetas israelíes se ha creído que noson sino la manifestación de la ira de Dios,porque algo hemos hecho mal, ni las ton-terías que se dicen sobre los patrones decrecimiento y las nuevas sostenibilidades, niotras muchas cosas- para pensar que estepaís vaya a tener que padecer más que losdemás. Por cierto, con lo que vamos a pa-decer ya nos basta. Pero no hay razonesmuy serias para pensar que lo contrario vaa ser verdad. Por eso he querido llamar laatención sobre algunos de los aspectos enlos que somos fuertes, pero también enaquellos en los que somos débiles, para versi tiene o no algún fundamento este temora nuestra salida de la crisis.
Bien, las fortalezas las pasaré rápidamenteporque son conocidas y tampoco es cues-tión de regodearse en ellas. Es verdad quetenemos una ratio de deuda pública bas-tante más baja que la media de la UniónEuropea. A pesar de todo lo malo que ya vaa ser este año, con un déficit que según laComisión es del 8,6%, según mis perspec-tivas se va a acercar mucho más al 10% delPIB en el año 2008. Probablemente nuestradeuda representará algo así como el 50%del PIB mientras que la de la Eurozona es-tará en el 77,7%, y la de la Europa de los27 en el 72,6%. Y el año que viene tam-bién con otro 10% aproximadamente esta-remos alrededor del 63% o 64% frente amás del 85% u 84% para la Eurozona y al-rededor del 80% para la UE.
Empezamos también este recorrido haciael déficit y aumento de la deuda desdeuna posición un poco mejor porque des-pués de todo nuestro gasto público escinco puntos por debajo de la media en laUnión Europea. Lo era al inicio. Ahora va
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a sobrepasar esa media porque nuestroimpacto de impulso fiscal está siendo im-portante. Al mismo tiempo es interesanteseñalar que de ese gasto público nosotros,aproximadamente, entre el 9% y el 10%lo dedicamos a gastos de inversión en in-fraestructuras, que son cuatro puntos másde lo que se dedica, de una cantidadmayor del PIB, que es el gasto europeopor término medio en la Eurozona. Sondos cosas que son también una cierta for-taleza. Una más difícil de medir es la quese refiere al potencial de crecimiento. Nosha hablado de ello el profesor Sapir tam-bién. El potencial de crecimiento enEuropa va a ser mucho más bajo de lo quevenía siendo. Posiblemente es verdad si nose producen determinadas cosas.
¿Y en el caso de España y por compara-ción Europa? El caso de España tambiénva a ser seguramente el potencial de cre-cimiento en los próximos años, a menosque hagamos reformas profundas, másbajo de lo que ha venido siendo en el últi-mo quinquenio. ¿Igual de bajo que el deEuropa? De algo habrá servido que mien-tras nosotros en los últimos diez añoshemos tenido, al menos desde el 2000para aquí, alrededor de entre el 29% y30% de formación bruta de capital fijosobre el PIB, frente a alrededor del 19% o20% que han tenido en países europeos,de algo habrá servido para alejar desde elorigen la frontera del crecimiento, esdecir, nuestro potencial de crecimiento. Amenos que pensemos que toda esa inver-sión era absolutamente inútil y tiene unatasa de retorno cero o negativa. Haymucha gente que dice: una parte impor-tante eran las residenciales. Sí, es que laresidencial es parte de la riqueza, y si estepaís tuviera una buena ley de alquileres, lodemostrarían todos los propietarios sacan-do muy buen dinero de eso, como lo
sacan de otras inversiones reales. Peroaparte de todo, nuestra inversión enbienes de equipo, o nuestra inversión eninfraestructuras ha sido muchísimo mayorque la que se ha visto en Europa, de ma-nera que deberíamos pensar que ahí tene-mos un potencial de crecimiento, todo lodemás igual, claramente mejor queEuropa. Y lo mismo pasa con la incorpora-ción a la oferta de trabajo y al empleo denuevos recursos. España ha crecido enempleo en ese tiempo en un 30%, laUnión Europea alrededor del 15%. Es ver-dad que una parte de ese empleo puedeconsiderar uno que son inmigrantes, tran-sitorios, que ahora mismo empezarán adisminuir sus posibilidades y quizá a irsede España y no formar parte de la pobla-ción activa, es verdad. Pasará aquí y pasa-rá en toda Europa. Pero hay otra parteque son las mujeres que se han incorpora-do al trabajo. Ha aumentado en más dediez puntos el total de la participación dela tasa femenina, que está ahí para que-darse. Lo podrán pasar mejor o peor, di-versos grupos son más vulnerables, o no,a la disminución de la demanda de em-pleo, pero están para quedarse. Y cuandoconsideras estas dos cosas, que por unlado tenemos más factor trabajo, con uncrecimiento mayor, y una mayor inversiónen capital, una parte de la cual es tambiéninfraestructuras públicas que producenimportantes economías externas a las in-versiones privadas, uno piensa que haybuenas razones para creer que en el futu-ro no tendremos por qué tener menor po-tencial de crecimiento, sino al contrario,que la Unión Europea.
Finalmente, aunque todas estas cosas deíndices de competitividad, etc. es buenomirarlas, como dicen los anglosajones “conun grano de sal o un grano de pimienta”,de desconfianza, sí es verdad que hay algu-
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nos índices que no son muy favorables. Porejemplo la OCDE ha hecho su índice de re-gulación. En ese índice de regulaciónEspaña es el país que más ha progresadoen el sentido de simplificarla y eliminarla ynos queda mucho por hacer de toda laUnión Europea. Y en estos momentos asícomo ese índice que tiene una medida,como todos estos indicadores sintéticos,era en el año 1998 de 2,5 pudiendo serhasta 6 cuando es el mayor de los desas-tres. Pues 2,5 y en la Unión Europea era el2,25; en estos momentos la Unión Europeatiene un 1,8 y nosotros tenemos un 1,5 conuna mejora sustancial.
Veamos entonces las debilidades. Empeza -remos por el tema de la competitividad.Hemos perdido competitividad. Este no esel tema de la productividad, la competitivi-dad de un país es la relación entre la evo-lución de su productividad y de su salario,ya sea la productividad por hora y salario,y por hora, etc. Eso es lo que importa parasaber si un país es competitivo. El ejemplotípico: un país puede tener una tecnologíamuy mala para producir calzado deportivo,de manera que tiene una productividadpor hombre que es la tercera parte que enEstados Unidos. Pero si el salario enEstados Unidos por hombre es cuatroveces el de ese país, el país es competitivo.Es el primero con tecnología peor. Este esun análisis puramente estático, comparati-vo. A largo plazo, naturalmente, el quetiene buena tecnología acabará imponien-do sus ganancias de productividad y com-petitividad. Pero la relación de competitivi-dad es una que tiene que ver con los cos-tes del factor trabajo y la productividad delfactor trabajo en su conjunto.
Pues bien, en competitividad tenemos se-ñales malas. Nuestros precios han crecidodesde la entrada en la Unión Monetaria
Europea por encima de los precios predo-minantes en la misma. ¿Cuánto? Un 11%cuando consideramos el conjunto debienes y servicios, pero tan sólo un 6,5%cuando consideramos solamente los bie -nes. Hemos perdido competitividad, peroes quizá menos dramático de lo que algu-nos dicen. Lo mismo pasa cuando consi-deramos los costes laborales unitarios. Silos consideramos en términos nominales,los nuestros han crecido un 11,5% másque los costes laborales nominales de laUnión Europea. Pero en términos reales,en estos ocho años tan sólo han crecido6,8 puntos más y quizá una prueba inte-resante para saber que tenemos un pro-blema de competitividad, pero ponerlo ensu perspectiva adecuada para que no nosproduzca más temor del estrictamente ne-cesario. España ha sido capaz de sosteneral cabo de estos ocho años su cuota en eltotal de las exportaciones mundiales hastael 2007. La ha mantenido. En ese mismoperíodo la Unión Europea ha perdido 6,8puntos en el total de las exportacionesmundiales. Así que algo debe estar pasan-do aquí que no va muy bien con las cosasque leemos en The Economist.
Pasemos al tema de la productividad, quesí que es un tema de largo plazo, y segu-ramente mucho más serio que el de lacompetitividad. Es evidente que en Es -paña, como ha demostrado el señor Sapirmostrando simplemente su comparacióncon Irlanda, el crecimiento de la producti-vidad ha sido pequeño. Algunos lo hanquerido atribuir al hecho de que como cre-cíamos mucho en el ladrillo, en el ladrillo lagente ya sabe que la productividad noavanza, lo cual es una teoría curiosa, por-que obviamente es falsa. El ladrillo, comoen todos los sitios, tras buenos sistemas deorganización y muchas otras cosas, permi-te un avance muy considerable de la pro-
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ductividad. Si tomamos en cuenta aspec-tos como la calidad del producto termina-do, quizá hasta podríamos medirlo mejor.Pero en fin, la gente piensa que allí no seavanza a la misma velocidad a la que seavanza haciendo cojinetes o motores. Enconsecuencia, como era tan importante elladrillo, hemos tenido un crecimiento de laproductividad menor. Esto no es cierto, esdecir, los únicos análisis que se han hechomedianamente serios los ha hecho elFondo Monetario Internacional, y demues-tran que en el crecimiento de la producti-vidad en España y otros países es casi irre-levante la composición del producto inter-no bruto, el peso que tenga la industriamanufacturera, la energía u otros.
En segundo lugar, cuando uno mira a tra-vés de la contabilidad nacional, del cre -cimiento, qué cosas han afectado alcrecimien to, o al crecimiento per cápitacomo ustedes quieran, de la producciónen España, se encuentran con que el fac-tor capital no es en general lo que ha fal-tado, es decir, el crecimiento de la produc-tividad por hombre o por hora, comoquieran ustedes medirla, atribuible a la in-tensificación del capital en España, es se-mejante al de Europa o al de EstadosUnidos. Quizá tenemos un poco menospara poder distinguir entre los capitales, elcapital de las TIC, las tecnologías de co-municación e información, frente al capi-tal clásico tradicional, lo que algunos ton-tos llamaron en otros tiempos “la nueva yla vieja economía”. Aunque quizás tenga-mos un poco menos en capital, TIC, en elfondo apenas hay diferencias en el impac-to que tiene sobre el crecimiento nuestraproductividad frente a los Estados Unidoso Europa por término medio.
Como ha señalado el señor Sapir, la habili-dad de nuestra mano de obra es muy
mala, por comparación. Y tiene razón, unono puede evitar la herencia de analfabetis-mo del pasado simplemente borrándola oenseñando a los niños ahora a leer. Si suspadres eran analfabetos difícilmente van adejar de serlo. Pero a pesar de eso el creci-miento de la productividad no depende denuestro nivel de analfabetismo, por decirlode una manera burda, sino de cómo éstedisminuye. Entonces cuando ves el caso deEspaña, se podía ver en el gráfico la dife-rencia entre 1998 y el 2008, que eran losdos datos que tenían en cada una de lasbarras. En el caso de España ha aumenta-do muy considerablemente el impactosobre la productividad, en torno a 0,4 pun-tos anual acumulativos de la mejora en lacapacidad de nuestra mano de obra, esdecir, que se va estructurando una manode obra, donde crecientemente hay másuniversitarios y universitarias, más gradosmedios y menos gente poco especializada.Por tanto ni es el capital, ni es la mejora dela mano de obra la que explica esta caídade la productividad. La explica, ya ven us-tedes, la productividad total de los factoreso el llamado Factor Residual de Solow, quees aquello a lo que le damos un nombrepara ocultar nuestra ignorancia. No sabe-mos lo que es. Sólo con buen sentido atri-buyó aquello a la mejora tecnológica, elsesgo tecnológico que poco a poco se in-corpora y que el capital en sus estadísticaso el propio trabajo a la hora de medir la ca-lidad del mismo, era incapaz de reflejar.Por consiguiente, si al final la mitad delcrecimiento de la productividad se debía alconjunto de los factores o ese factor resi-dual, sería que se iban introduciendo nue-vas tecnologías. Y uno entonces se pre-gunta si siguiendo un poco la paradoja deSolow respecto de los ordenadores, si estees un país que se ha modernizado cons-tantemente en los últimos 20 años. Si sinexagerar produce asombro a cualquiera de
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los visitantes que estuvo a finales de los 90en España, verla ahora, y no digo a quie-nes estaban a mitad de los 80 verla ahora.¿Dónde está de verdad el problema?Porque la modernidad está en todas par-tes, menos en las estadísticas de producti-vidad, lo cual no deja de llamar la aten-ción. Simplemente lo señalo porque algodebe estar mal en términos de medida oen términos de evaluación. Porque, insisto,en aquellas cosas que son más fácilmentemensurables, como es el incremento de laproductividad como consecuencia del pro-ceso de acumulación de capital, somoscomparables a los demás, como es la me-jora en la productividad como consecuen-cia de la mejor capacitación de la mano deobra, no somos solamente comparables alos demás sino que estamos por arriba. Yes esa otra cosa intangible, tan extraordi-nariamente importante, la que nos haceestar tan mal. Pero habrá que estudiarlo,habrá que ver cómo podemos mejorar,que no sea el procedimiento actual queconsiste en reducir trabajo a mayor veloci-dad a la que se reduce la producción.
Un tercer tema importante: ¿la burbuja dela construcción es tan importante comopara retenernos y hacernos imposible elcrecimiento a la par de otros países? Eso,por ejemplo, dice la Comisión. Los serviciosde nuestro amigo Almunia dicen: Españatiene ahí ese muerto de la construcción, elexceso de viviendas y esto hace muy difícilque pueda recuperarse. Creo que hay quedistinguir dos cosas, el flujo y el stock, elnivel de actividad y de empleo en la cons-trucción y luego el stock de viviendas exis-tentes y su impacto futuro sobre el nivel deactividad y empleo. Sobre el nivel de activi-dad y empleo, como ustedes saben, en elpunto más alto la construcción residencial,que hablamos generalmente de construc-ción, pero la construcción de infraestructu-
ras sigue más o menos igual. Ha tenido unapequeña bajada, pero ya este primer tri-mestre se está reponiendo y está en el pro-pósito de las autoridades por un procedi-miento u otro mantener como uno de losmotores de política anticíclica un nivel im-portante de inversión en infraestructuras,que son construcciones. Voy a hablar sim-plemente de la construcción en vivienda. Laconstrucción en vivienda llegó a ser el7,6% del producto interno bruto en el pri-mer trimestre del año 2007, el punto culmi-nante. Ahora ya en el primero de este añoestá en el 5,7%. Ha perdido 2 puntos. Esteporcentaje es muy parecido a la media eu-ropea de los países avanzados. Hay paísesque como tienen tasas demográficas decrecimiento muy pequeñas, naturalmenteno requieren mucha construcción de vi-viendas, hay otros que requieren un pocomás, los hay que están cambiando por ra-zones de inmigración las necesidades de lamisma, pero la situación es que ahora esta-mos parecidos, aunque todavía no ha ter-minado el ajuste.
El empleo, que llegó a representar el13,3% del total de la población ocupadaestá ahora, dos años después, en el10,4%, es decir que, en el despacho hici-mos un cálculo hace dos años o tres,sobre perspectivas de back to the mean,de vuelta a la media aproximadamente delsector de la construcción y qué significa-ría. En nuestro caso pensábamos que enun escenario optimista, que naturalmentetuvimos que revisar inmediatamente queempezó la crisis mundial, eso significaríala pérdida de 400.000 puestos de trabajo;y en uno pesimista, de unos 800.000.Bueno, en estos momentos, en los dosaños que han transcurrido hemos perdidocerca de 700.000. Con esto quiero decirque en el nivel de actividad y de empleoprobablemente estamos aproximándonos
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al final del ajuste, con lo cual es evidenteque no podrá tener un impacto de pro-fundización de la crisis aunque tampocohay que esperar de este sector ningunaayuda adicional para la salida de la misma.Nada para la recuperación, pero quizáshabría que pensar que casi seguro a lolargo del año 2009, el ajuste en actividady empleo se habrá culminado.
En cuanto al nivel del stock de viviendas,es un tema que, como he sugerido antes,tendría una solución relativamente fácilcambiando la Ley de Alquileres. Comoesto es demasiado sencillo seguramenteno lo haremos y nos liaremos en un siste-ma de subsidios para el que alquila y nosé qué, que nos gastaremos mucho dine-ro y naturalmente no funcionará. Mien -tras no cambies la ley, no va a haber mu-chos más dispuestos a ofertar sus pisos enel mercado de alquileres. Pero ¿cómomedir el exceso? Habrán oído hablar unasveces de un millón de viviendas sobrantes.A mí se me ha ocurrido que una forma demedirlo es calculando la proporción quehay ahora y que había antes de la crisisentre el número de familias y el númerode viviendas, y dando por supuesto quelas familias no quieren tener un porcenta-je mayor de segundas viviendas de las quequerían antes, lo cual no es verdad. Unade las formas que tienen las familias de al-canzar mayores niveles de bienestar con-siste en tener una segunda vivienda. Perosupongamos que no. Entonces, a princi-pios de la crisis, a principios del boom, allápor los años 2000 ó 2001, el número deviviendas por familia era 1,51. Cada tresfamilias, tenían dos viviendas. De cadatres, dos tenían dos viviendas, esa era lasituación. Al final, en el año 2007-2008,estamos en 1,55. Si volviéramos a 1,51entonces eso sobre el stock de viviendasque existe en el país significaría que ten-
dríamos un exceso de viviendas por enci-ma de lo deseable de 585.000, que esuna cosa importante, pero en cierta medi-da es más o menos manejable. El proble-ma es si podremos, por un lado, mante-ner una cierta capacidad de compra de lasviviendas una vez que se reconstituya elflujo normal de crédito, dependiendo dela evolución del tipo de interés y por tantodel coste hipotecario y la evolución de lossalarios, y naturalmente el desempleo, o sino podremos mantenerlo. Esto es algoque tendremos que ver en los próximosaños. Pero siendo verdad que la construc-ción no va a ser uno de los factores líde-res para la recuperación, también unagran parte de lo que ha representadocomo freno o como agudización de lacaída, ya se ha producido.
Podríamos seguir hablando de otros temascomo la balanza de pagos por cuentacorrien te, que es un tema importante aun-que últimamente está teniendo correccionesmuy significativas que hace que algunosestén previendo ya que el déficit que llegó ensu punto máximo a ser el 9,6% o 9,8% delPIB, pudiera concluir este año en el entornodel 5%, o en todo caso por debajo del 6%,lo cual no es sino la otra cara de lo que esta-mos padeciendo en términos de crecimientode la demanda doméstica. No es nada espe-cial. Pero sí conviene señalar que cuandoestás dentro de una Unión MonetariaEuropea algunas cosas no pueden medirsecomo cuando tienes una moneda propia ypor tanto como problema de financiación dela economía en moneda extranjera.
No podemos mantener niveles de financia-ción de la economía desde fuera de nues-tras fronteras relativamente importantes,sin temor a que nuestro papel, el papel enel que emitimos, o nuestra deuda sean par-ticularmente maltratados. En mucha mayor
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proporción de lo que pueda hacer un paísque tiene una moneda propia. Y de mane-ra no muy diferente a que lo pueda haceruna parte de España, que sistemáticamen-te tiene un nivel de inversión superior al desu ahorro. Al final eso depende de que:
a) Exista un sistema financiero de reasigna-ción de recursos que funcione flexible-mente y sin problemas. No es el casoahora, pero podría serlo en el futuro.
b) Determinadas zonas de un país duran-te un período relativamente prolonga-do de tiempo muestren mejor potencialy también mejor ejecución de creci-miento que otras.
Creo que este va a seguir siendo el casoen España. Preveo que España va a tenerun período relativamente largo donde se-guramente la financiación de nuestra eco-nomía, o si quieren ustedes la otra cara, eldéficit por cuenta corriente, podrá ser re-lativamente significativo, no obviamentedel 10%, pero probablemente algo queesté entre el 2% y el 5%.
De manera que con esto concluyo estaparte, y ya paso muy rápidamente a laevaluación de las políticas.
Estamos en una situación no muy diferen-te de otros, con una ventaja respecto deotros en la que no he querido detenerme,como es un sistema bancario bastantemejor, pero que dada su dependencia delfuncionamiento de los mercados de provi-sión de financiación mayoristas, pues nodeja de tener sus debilidades, y tiene tam-bién dentro algún problema concreto eimportante como pueden ser las últimasalegrías en materia de financiación a pro-motores inmobiliarios que hoy todavía nohan saltado todas a la superficie. Muchos
de los problemas se conocen, pero lasconsecuencias financieras sobre los balan-ces bancarios todavía no han aparecidodel todo. Están ahí como amenazas, perose están haciendo estos intentos de dar lapatada adelante y seguir a ver cuántoaguanta la deuda de tal o de cual inmobi-liaria, que difícilmente va a ser pagada enlas condiciones en las que se está acor-dando ahora por parte de los bancos. Ahíhay un problema, pero en general no escomparable a los problemas que bancos ycajas de ahorro tienen en otros países.
La política económica. En España nos en-frentamos, como en todos los paísesavanzados, a todo tipo de problemas.Gente superendeudada ha decidido desa -palancarse a toda velocidad. El aumentodel ahorro de las familias más de trespuntos en menos de un año de la rentadisponible es una señal evidente de cómoestá reaccionando en general la econo-mía. Por motivos precautorios, el temor acaer en el desempleo, la inseguridadsobre las expectativas de rendimientos fu-turos del capital o del emprendimientoempresarial, por toda suerte de razones lagente está ahorrando mucho más, lo cuales el ajuste que a largo plazo hay quehacer, pero que en el corto plazo, si sehace de manera demasiado rápida tieneun impacto muy negativo sobre el consu-mo. No menos negativo es el impactoque tiene el efecto riqueza. El efecto ri-queza en nuestro país en otros tiemposapenas era relevante. No lo fue por ejem-plo en el gran crash del año 1987 enEstados Unidos. Bajó la bolsa, pero ape-nas tuvo un efecto sobre la demanda in-terna, pero ahora esta es una economíade clases medias mucho más importante,la gente tiene directamente inversionesen bolsa, y si no las tienen directamente através de sus participaciones en fondos
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de pensiones o en fondos de inversión oen otro tipo de instituciones de ahorrocolectivo. Natural mente la caída de losvalores de bolsa, o caída de los fondos depensiones particularmente cuando esta-ban invertidos en renta variable, ha teni-do un efecto verdaderamente devastadorsobre el consumo en nuestro país.Naturalmente la inversión en estos mo-mentos está cayendo mucho más que elconsumo pero está en su naturaleza quesea así. El consumo no se corta tan fácil-mente. Al final hay que comer, hay queseguir viviendo a final de mes, pero la in-versión sí se corta de cien a cero tan sólocon una decisión. En estos momentos lainversión está decreciendo en España enbienes de equipo alrededor del 18%mientras que el consumo privado está de-creciendo tan sólo un 3%, y previsible-mente vamos a encontrarnos con una si-tuación semejante a esta que además nopodrá ser compensada por una marchabrillante de las exportaciones, porquecomo he dicho antes, todo el comerciomundial se está cayendo, y a una veloci-dad verdaderamente inquietante.
Por tanto, tienes que luchar contra todosestos elementos, y la forma de luchartiene que ser una política monetaria ex-pansiva que se encuentra con el inconve-niente doble de que:
a) Tiene un recorrido corto. Ya estamos entipos de interés muy bajos, mucho másno pueden llegar.
b) En la medida en que no se recupere laconfianza en estos mercados mayorita-rios de los que hablaba antes y en losmercados interbancarios, todo el dineroque vayas proveyendo en aumentos deliquidez en la banca, va a quedarse enla propia banca para hacer frente a los
vencimientos de las titulizaciones yotras puntas de liquidez importantes.
Hoy un banquero de lo que va presumien-do por ahí no es de cuánto crece su acti-vo o cómo crece su cuenta de beneficios,sino de que tiene liquidez hasta el año2010 ó 2011. Pues que bien ¿no? Peroesta es la imperiosa necesidad que tienenlos bancos de dar la seguridad de quepueden hacer frente a todos los pagos.Tendremos problemas también de solven-cia en algún caso concreto, pequeños, fá-cilmente resolubles si no enredan muchoalgunos, incluso en el caso de las cajas deahorro, y no es por ahí seguramente pordonde deberíamos tener más preocupa-ciones, pero tampoco muchas esperanzasde salir de la crisis. Esto poco a poco, paripassu conforme se vaya recuperando laconfianza, los bancos que ya vean que tie-nen previsiones de liquidez suficiente, em-pezarán a sentir el dolor que representapara ellos no aumentar el crédito y porconsiguiente renunciar a rentabilidades,irán aumentándolo y se irá yendo hacia lanormalidad, pero muy poco a poco.
Desde luego nunca podremos estar segu-ros de haber empezado una recuperaciónsólida si no creemos que los problemas fi-nancieros internacionales y también losespañoles están en camino de resolución yno tienen peligro. Por tanto debemos con-fiar más en la política fiscal. La política fis-cal ya saben ustedes que tiene todo tipode problemas. Se decide ahora, se hacemucho más tarde y tiene unos efectos tar-dísimos, con lo cual la gente pierde la pa-ciencia en el camino y están todo el díaagitando a los ministros como si fuerancocteleras para que gasten todavía más, locual en algunos gobiernos que tienen vo-cación de esta naturaleza es extremada-mente peligroso porque se ponen a gastar
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inmediatamente. Por eso es bueno tenersiempre un ministro de Hacienda quediga: “oye, esto luego hay que pagarlo”.Espero que este sea nuestro caso ahora.Este es un tema en el cual hay que sabercómo conseguir las dos cosas, un impulsofiscal significativo que en mi opinión tieneque basarse más en el gasto público queen los ingresos. El aumento en los ingre-sos con esta tendencia a desendeudarsepor parte de las familias no lleva sino a unaumento en el ahorro y no en el consumo.Todos los impuestos que usted le perdone,excepto aquellos que tienen que ver conel gasto inmediato, como puede ser estedel automóvil que se está considerando.Creo que es mucho mejor el aumento enel gasto, y el gasto tiene los inconvenien-tes que he dicho y al final, en todo caso,uno tiene que pensar qué tipo de cuentasson sostenibles en el medio plazo dondese sume a las nuevas necesidades de fi-nanciación en un año o año y medio. Yentonces, será un problema difícil; portanto, hay que pensar si hemos llegado yao no al punto de lo que se puede hacer enmateria de política fiscal. Pero el Gobiernoaquí en general ha actuado bien. Nocaben aquí muchas finuras, la política esun poco de brochazo, hay que ponerla enmarcha. Estas obras públicas de los ayun-tamientos no son muy buenas, pero sonalgo. No hay que esperar que ademássean perfectas. Bueno, ponemos cosas enmarcha, se hacen cosas, se mantiene elnivel de empleo y se mantiene también unmínimo de nivel de salario.
Es bueno también lo que está haciendo elGobierno –aunque no hace en esto sinocumplir la ley– en todo lo que se refiere atransferencia de dinero a aquellos que através del subsidio de desempleo obtienenuna forma de mantener un cierto nivel mí-nimo de consumo. Habrá un momento en
que uno se pregunte si dados los nivelesde desempleo, puede o no hacerse con lamisma generosidad que hasta ahora.Quizás haya que ser un poco menos gene-roso. Esto ya nos ha ocurrido en el pasa-do. Ha habido momentos en los cuales,transcurrido un tiempo, se acercaba al 5%del producto interno bruto, la transferen-cia para el sostenimiento de losdesemplea dos. Consideraba también laspolíticas activas de empleo y hubo quemedir si éramos capaces o no de sostenerese grado de cohesión con posibilidad desupervivencia en el medio plazo.
Pero seguramente es prudente decir quehay que hacer menos caso de todas laspeticiones que hay en esta materia, seguircon los programas actuales. Vamos atener dos años de déficit de alrededor del10% y luego, aun cuando quisiéramoscorre gir mucho el tercero, va a ser imposi-ble bajar el déficit del 7% u 8%. Bajar undéficit del 10% hasta el equilibrio, nosaben ustedes lo que puede costar.Bueno, sí lo saben porque lo han experi-mentado y si tienen memoria histórica lorecordarán. Pero se tarda mucho.
Siguiente, habría que ser prudente en esamateria y habría que considerar seguramen-te un poco más algunas de las reformas es-tructurales de las que se han venido hablan-do. Es evidente que se puede mejorarmucho la productividad y al mismo tiemposalir en mejores condiciones si se hacen re-formas como algunas de las que he men-cionado en el mercado de alquileres, porejemplo, pero también en el mercado detransporte, mejorar la utilización de la redde la antigua RENFE, mejoras en la gestiónde puertos y aeropuertos. Estaría bien, porejemplo, que se traspusiera limpiamente ycon cierta ambición la directiva de servicioscomunitarios, cosa que cada vez ve uno
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más en duda. Particularmente en lo que serefiere al comercio minorista donde proba-blemente va a ocurrir lo de siempre. Paraqué repetirlo.
Luego tenemos el gran problema delmercado de trabajo. El mercado de traba-jo creo que está deformando lo que de-bería ser el debate de la Nación. Se estádeformando porque verdaderamente side verdad este Gobierno, o cualquierotro, o todos nosotros de manera mayo-ritaria creemos que hay que hacer máspor el que menos puede defenderse, de-beríamos poner al frente de la manifesta-ción a los trabajadores con contratostemporales. En este país se han perdidoalrededor de 1,3 millones de puestos detrabajo en el último año. ¿Saben cuántoscon contrato indefinido han perdido elpuesto de trabajo? Ni uno. ¿Cómo niuno? No, no, ha habido 29.000 más em-pleados. Los demás, o son gente que haaparecido como incremento de la pobla-ción activa y no ha encontrado trabajo osi no, son los que tienen contratos de seismeses y conforme han ido venciendo loscontratos, no se los han ido renovando.De manera paradójica e irónica, aquí seestaba pidiendo por parte de todos quese redujera del 33% que aparentementerepresentaban sobre el total de los ocupa-dos, los que tenían estos contratos de tra-bajo; bien, ya se ha reducido, no son másque el 25% y si siguen así, no serán másque una memoria histórica. ¿Por qué noplanteamos esto? Si es así de sencillo. Eneste país se está reduciendo el empleo y aunas velocidades asombrosas en compa-ración con cualquier otro país. En dosaños Alemania habrá decrecido alrededorde un 7% y nosotros alrededor de un4%. En Alemania habrá aumentado latasa de desempleo dos puntos y en nues-tro caso, trece. Algo debe estar pasando
ahí. Esto es un poco raro. Sobre todo, noes que sea un poco raro porque quedauno feo porque tiene una tasa de desem-pleo alta, no. Es que el desempleo es lapropagación de la crisis.
Si un país es capaz de aguantar la reduc-ción de la producción, repartiendo mejorde alguna manera las horas de trabajo eimpidiendo que una parte importante dela población pase directamente al desem-pleo, realmente aparte de tener unamayor flexibilidad, lo que está haciendotambién es que la propagación de la crisissea mucho más lenta. Es decir, que el des-empleo no es solamente aquello que nosexplicaba la señora Joan Robinson: el mul-tiplicador del desempleo y el empleo. Eldesempleo, aparte de todo, que natural-mente cae conforme cae la actividad,también produce nuevas caídas de activi-dad. Y produce nuevos problemas adicio-nales al deterioro de riesgos en el sistemafinanciero. De manera que no es que nosneguemos algunos a aceptar estas subi-das brutales del desempleo por razonesde estética comparativa. Es que es un dis-parate que nos pase, y que nos pase eneste momento. Por lo tanto, algo habráque considerar sobre por qué evolucionael desempleo así, por qué tenemos estadualidad en el mercado de trabajo y sitiene que ver o no con ella y por qué; con-tra lo que creen algunos, las propuestasinteligentes no representan un coste deldespido más barato. Y lo explicaré en unsegundo.
Si de los 700.000 que han perdido el em-pleo en el último año ninguno es de con-trato indefinido, vale, esto no ha costadonada. ¿Y los otros? Los otros tampoco.Los otros no han costado nada, porquecon seis meses de trabajo no tienes dere-cho a nada. Eso es lo que pasa. Sin embar-
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go, si a partir de ahora existiera un contra-to, por lo menos para los nuevos, que tu-viera que ver en su indemnización pordespido con el período de antigüedad,que fuera portable, es decir, que cuandote cambiaras de una empresa a otra, pu-dieras mantener las cotizaciones que sehubieran asignado para este objetivo,pues seguramente a todos estos que losestán echando gratis les pagarían un dine-rito. De manera que en el corto plazo, estádentro de lo posible que el coste inicial seamás caro que el actual. Pero eso sí, seríauna actitud mucho más racional y sinduda con mucho menos coste humano enel sentido de las personas afectadas. Estome parece que es bastante razonable. Nodiré que evidente, pero razonable. Perosiendo o no siendo razonable, como ladiscusión sobre la estrategia más o menosautónoma, la negociación de los conve-nios colectivos, o como las fincas andalu-zas manifiestamente mejorables del INEMen materia de ocupar a la gente. Lo queno veo es por qué va a ser objeto de tabú-es por parte de nadie a la hora de discutircómo enfrentamos una crisis. ¿Por qué al-guien tiene la capacidad, la legitimidad, oDios sabe qué otro derecho para decir queesto no se puede poner en la mesa deldiálogo social? Y esto sencillamente meresulta imposible de entender, porqueademás este es un país que ha ido hacien-do las cosas poco a poco. Unas veces demanera más brillante y otras de maneramás mediocre. Pero cuando consideras loque ha sido la transformación de Españaen los últimos 30 años no puedes dejar dereconocer que ha sido una historia deéxito, en la que ha contribuido todo elmundo. Desde unas políticas sindicalesque eran extraordinariamente duras en losaños 70 y 80, a una política de modera-ción salarial como la que hay ahora. Es uncambio sustancial. Desde una política de
desconfianza en la Nación y de huida delcapital, a una política de captación de ca-pital internacional para invertir en España.Hay una diferencia brutal. Desde un paístotalmente intervenido, desde la bancahasta el último negocio, hasta un país ge-neralmente liberalizado como el actual,hay otra diferencia que es brutal. Desdeun gobierno incompetente y con frecuen-cia arrogante, hasta un gobierno que tratade hacerlo lo mejor que puede, que haprivatizado aquellas cosas que no son ne-cesarias, hay una diferencia brutal. Y todoesto se ha hecho sin grandes revoluciones.Se ha hecho con reformas sensatas, casisiempre a través de la discusión, con leyesque se han aprobado en las cortes y se hahecho, sobre todo, porque nadie ha le-vantado la mano y ha dicho: yo les prohí-bo discutir de esto o de lo otro. Es así desencillo, con hacer este tipo de cosas se-guramente seremos capaces de ir viviendocomo hasta ahora lo hemos hecho.
Muchas gracias.
Tomás Mancha | moderador
Muchas gracias. En el coloquio tendre-mos oportunidad de que se suscite un de-bate, porque creo que ha sido suficiente-mente atractiva la intervención de CarlosSolchaga. Sin más preámbulos, le dejamosla palabra a José Luis Leal.
José Luis Leal | ponente
Muchas gracias por tus palabrasanteriores y muchas gracias tam-
bién a la Fundación Alternativas y a JuanManuel Eguiagaray por invitarme a com-partir algunas reflexiones, que en mi caso
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van a ser más bien desde una perspectivade largo plazo, aunque también hablaré,cómo no, de la situación actual.
La amplitud y la intensidad de la crisis ac-tual inducen a visitar el pasado para ver siencontramos algún remedio, o alguna ex-periencia, que pueda ser útil para superarlos problemas que nos aquejan. Contem -plar el pasado histórico es siempre un ejer-cicio interesante, aunque haya que poner-se en guardia ante la tentación de aplicarrecetas que antes fueron eficaces y que enel presente, por ser distintas las circuns-tancias, podrían ser ineficaces o inclusocontraproducentes.
La primera imagen que viene a la mente alexplorar el pasado reciente es la de losPactos de la Moncloa, que fueron un hitoen la historia económica de nuestro país,al permitir que se hiciera de manera con-sensuada frente a la crisis que azotaba laeconomía. Tal vez sea esta nostalgia delconsenso la que explica el porqué se havuelto a hablar ahora de aquellos tiempos.
Pero las circunstancias son muy diferentes.Hay en común el problema del empleo yel déficit exterior; el déficit público se pre-senta de forma distinta, y nada tiene quever con aquellas circunstancias el proble-ma de la inflación. Conviene recordar queen el otoño de 1977 los precios amenaza-ban con alcanzar una tasa de incrementodel 30%, algo que era preciso atajar parano entrar en una espiral parecida a la queexperimentaban muchos países latinoa-mericanos por aquellas fechas. Convienerecordar, también, que la explosión de losprecios produce una redistribución anár-quica de las rentas de la que se beneficianlos más fuertes y de la que salen aún másdebilitados quienes no cuentan con lafuerza necesaria para defender sus intere-
ses, y que suelen ser las personas mayoreso las excluidas, por una u otra razón, delos sistemas sociales de protección.Además de ser una fuente de injusticias,la inflación perturba seriamente la asigna-ción de recursos productivos y es por ellofuente de ineficiencias y, en definitiva, dedesempleo. Conviene recordarlo porqueel peligro de la inflación está siempre pre-sente y aunque ahora no lo experimente-mos, no por ello hay que bajar la guardia.
En el lado opuesto, se ha evocado la posi-bilidad del peligro simétrico en materia deprecios: la deflación. El que la tasa de in-flación sea negativa, y vaya a seguir sién-dolo algunos meses, ha despertado unfantasma nuevo para nuestra economíapero, a mi juicio, poco preocupante. Ladeflación consiste en una bajada persis-tente y generalizada de los precios, algoque no se da en España. En primer lugarporque el origen de la caída de los preciosestá claramente centrado en los produc-tos energéticos y, en segundo lugar por-que lo más probable es que, pasado el ve-rano, volvamos a tasas positivas, aunquemoderadas, de aumento de precios. Nohay que olvidar que la inflación subyacen-te sigue, y seguirá siendo, positiva.
Hay pues, diferencias fundamentales conla situación que prevalecía en 1977. Si sebusca alguna semejanza en la política eco-nómica habría que ir un poco más atrásen el tiempo y centrarse en las consecuen-cias que tuvo la crisis energética de 1972-73 sobre la economía mundial y sobre lanuestra. España, al contrario que otras na-ciones, intentó “puentear” la crisis pormiedo a una explosión social en las postri-merías del franquismo. En este sentido,los mensajes políticos actuales recuerdana los de aquel período. Me refiero a afir-maciones como las siguientes: “hay mar-
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gen presupuestario”, “no es hora de pedirun esfuerzo a los españoles”, “los despro-tegidos saldrán beneficiados por la crisis”,etc. Esta es una crisis de la que nadie sal-drá beneficiado, una crisis en la que hayque pedir a todos un esfuerzo para supe-rarla y una crisis en la que el margen pre-supuestario, a la hora actual, ha desapare-cido. Volveré sobre este tema, pero losmensajes evocados tienen poco o nadaque ver con los de los Pactos de laMoncloa, en los que se convocaba al es-fuerzo y a la solidaridad para superaraquellos momentos difíciles. Hay, por últi-mo, un aspecto que no debería olvidarse yque no es otro que el consenso.
La crisis actual es, desde el punto de vistaeconómico, la más grave desde, por lomenos, el fin de la guerra civil, por lo quesus consecuencias serán, con toda proba-bilidad, profundas y duraderas. Lo mejorpara superarla, y salir fortalecidos de ella,sería un acuerdo entre los principales par-tidos para acometer las reformas queEspaña necesita, y un acuerdo entre losagentes sociales para acelerar la recupera-ción cuando se produzca y reducir eldesem pleo. No será tarea fácil, ni tan si-quiera es seguro que haya acuerdo sobresu conveniencia, al menos en el ámbitopolítico, pero si algo demostraron losPactos de la Moncloa fue que el acuerdoera posible y beneficioso para todos. Talvez sea esa la principal lección de aquél pe-ríodo fundacional de nuestra democracia.
La crisis actual tiene un componente inter-nacional que no tuvo la de 1977 aunquesí la que se produjo inmediatamente des-pués, a partir de 1979, como consecuen-cia del fuerte aumento de los precios delpetróleo. Nuestra economía es muchomás abierta hoy que entonces y, además,forma parte de una zona de moneda
única, por lo que nuestro destino estámucho más unido que ayer al de nuestrossocios y vecinos de la Eurozona. En 1980el grado de apertura de la economía, queno es otra cosa que la suma de las impor-taciones y exportaciones dividida por elPIB, era del 34%, mientras que en 2008era ya de casi el 59%. Por otra parte, elhecho de estar integrados en una zonacon una moneda única implica la cesiónde la política monetaria a una autoridadcentral independiente, lo que significa, enla práctica, que los ajustes individuales decada país deberán realizarse a través depolíticas de oferta y de medidas presu-puestarias, pero dentro de los límites fija-dos por la libre concurrencia y por el Trata -do de Maastricht.
Si miramos hacia el pasado podemos com-probar que, en líneas generales, los ciclosde nuestra economía han sido más am-plios que los del promedio de la UniónEuropea, tanto al alza como a la baja.Además, los períodos de recuperación,tras los breves episodios recesivos ocurri-dos a lo largo de los últimos años, han sidomás largos que los de nuestros vecinos.
Durante los primeros años del ajuste de laeconomía, entre 1977 y 1981, la actividadcreció en España bastante menos que enlos principales países europeos (un 0,7%frente al 2,4% de Francia o el 2,1% deAlemania). Fue a partir de entonces, entre1981 y 1985, cuando la economía espa-ñola comenzó a crecer a tasas similares alas de estos dos grandes países, pero infe-riores al promedio de la Unión Europea(un 1,7% frente al 2%). Durante todosestos años nuestra economía tuvo quehacer frente al ajuste de la primera crisisdel petróleo que, como vimos anterior-mente, se había demorado por las circuns-tancias peculiares que acompañaron el fin
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del franquismo y tuvo, así mismo, que li-berarse de buena parte de las rigideces ycontroles de la etapa anterior, además dehacer frente a la segunda crisis energéticade finales de los años setenta y comienzode los ochenta. La economía española,muy dependiente del petróleo, era y siguesiendo particularmente vulnerable a lasfluctuaciones de esta materia prima.
A partir de 1986 las cosas cambiaron y elcrecimiento hasta 1991 fue del 4,3%anual, muy superior al 2,7% de la UniónEuropea. En parte ello se debió a las fuer-tes inversiones extranjeras en España a raízde nuestra entrada en la Comunidad. Paralos inversores internacionales España seconvirtió en un lugar donde merecía lapena invertir para exportar desde nuestroterritorio al resto de los países comunita-rios, algo parecido a lo que hoy sucede conlos países del Este de Europa, pero con laventaja añadida de que nuestro sistemaeconómico, a pesar de sus trabas, siemprehabía permanecido en el ámbito de la eco-nomía de mercado. El crecimiento, salvoen la última parte del período, fue relativa-mente ordenado ya que el déficit públicose mantuvo, en promedio, por debajo del4% del PIB y el déficit de la balanza porcuenta corriente fue, también en prome-dio, del 1,6% del PIB. Pero al final del pe-ríodo las tensiones se fueron acentuandode tal forma que, en 1991, el déficit públi-co superaba ya el 4% del PIB y el de la ba-lanza por cuenta corriente el 3,5%.
La crisis de 1992-94 fue más intensa enEspaña que en la Unión Europea, ya quenuestro crecimiento fue de un 0,6% anualfrente al 1,1% de la Unión. La amplitudque habían alcanzado nuestros desequili-brios hizo necesaria una corrección enér-gica en un período de desaceleración eu-ropea, primero, y de recesión después. En
1993, la caída del PIB en España fue del1,3% mientras que en la Unión Europea elretroceso fue tan sólo de dos décimas, yello a pesar de que en dicho año el déficitpúblico alcanzó en España la nada desde-ñable cifra del 6,6% del PIB. El déficit porcuenta corriente se redujo a partir de1993 hasta casi desaparecer en 1997,pero el desempleo creció fuertementehasta alcanzar un máximo del 24,1% en1994. Conviene tener presentes estas ci-fras a la hora de valorar el impacto de lacrisis actual sobre nuestra economía.
A partir de 1995 se inició un largo ciclo deintenso crecimiento que duró hasta 2005.En este período de tiempo, el incrementomedio anual de nuestra economía fue del3,7%, muy superior al de la UniónEuropea, que fue del 2,5%. La conse-cuencia de este elevado ritmo de creci-miento fue una reducción drástica deldesempleo que cruzó a la baja la barreradel 10% en 2005 para situarse en el 9,2%de la población activa. En esos años secrearon cinco millones de empleos que enbuena medida fueron ocupados por tra-bajadores inmigrantes: contra toda expec-tativa, la población creció en 3,8 millonesde personas. Las finanzas públicas se sa-nearon notablemente ya que el déficitmedio del período fue del 1,1% del PIB, yen 2005 se alcanzó, por primera vez enmucho tiempo, un superávit en las cuen-tas de las Administraciones públicas.
El principal motor de la expansión a lolargo de estos años fue la construcción re-sidencial hasta el punto de que, en algúnmomento, España llegó a construir tantasviviendas como Alemania, Francia e Italiajuntas. Como ya había sucedido en otrasocasiones, el aparato productivo fue inca-paz de atender al crecimiento de la de-manda interna, lo que provocó tensiones
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en la oferta de bienes y servicios y, en pro-medio, una inflación superior en un puntoa la media europea. También provocó unfuerte desequilibrio exterior que tuvo sureflejo en el déficit de la balanza por cuen-ta corriente, que alcanzó, en 2005, el7,4% del PIB, el más elevado de las gran-des economías avanzadas del mundo. Elahorro interno no llegaba, ni con mucho,a cubrir las necesidades financieras de lossectores inversores, especialmente las dela construcción, de tal forma que asisti-mos a un movimiento paralelo de desen-deudamiento del sector público y de fuer-te endeudamiento del sector privado en elexterior.
Llegamos así al período 2005-2008 en elque el crecimiento se desaceleró hasta caerpor debajo del 3% frente al 2,5% de laUnión Europea. Las tendencias que se ha-bían apuntado al final del periodo anteriorse consolidaron: el sector público continuóregistrando excedentes hasta alcanzar el2,2% del PIB en 2007; se crearon, en lostres años, 2,1 millones de puestos de tra-bajo, cifra de nuevo equivalente a la delaumento de la población, y el desempleosiguió bajando hasta alcanzar un mínimodel 8,3% de la población activa. Por suparte, el déficit exterior superó en 2007 el10% del PIB, lo que aumentó aún más elendeudamiento de España con el exterior.
La posición de inversión internacional neta(comprendida la posición del Banco deEspaña) de la economía española reflejaun endeudamiento global equivalente al80% del PIB. Es una cifra muy elevada queprocede, esencialmente, del sector priva-do. A ella ha contribuido, en primer lugar,el déficit de la balanza por cuenta corrien-te, pero también la internacionalizaciónde nuestras empresas, fenómeno impor-tante y positivo a largo plazo para nuestra
economía. El fuerte crecimiento del déficitde la balanza de rentas (que supera yaampliamente la aportación positiva de losservicios) sugiere que los beneficios de lainternacionalización de nuestras empre-sas, desde la perspectiva del endeuda-miento exterior, están aún por llegar.
La evolución anteriormente descrita per-mite situar en perspectiva la crisis actual.Merece la pena, antes de entrar en unanálisis algo más detallado, mencionar lasprevisiones del FMI sobre nuestra econo-mía para el período 2008-2011 y quecoinciden, en líneas generales, con las delBanco de España, las de la ComisiónEuropea y las de la OCDE. El FMI prevéuna caída media anual del PIB del 1%, li-geramente superior a la de la UniónEuropea, un déficit público medio en2009 y 2010 (no hay previsiones para el2011) del 7,5% del PIB, un déficit porcuenta corriente del 4,7% del PIB y unatasa de paro del 19,3% en 2010. La des-trucción de empleo sería particularmenteintensa en 2009 (720.000 empleos) y sesuavizaría en 2010 hasta situarse ligera-mente por encima de 200.000 empleos.
Si comparamos estas cifras con las del ini-cio del período comentado, podemos ex-traer algunas consideraciones de ordengeneral. Desde la Transición hasta esta cri-sis hemos crecido más que la media de lospaíses de la Unión Europea, aunque tam-bién con mayores desequilibrios que ellos.Fuimos capaces de abrir nuestra economíaa los intercambios mundiales manteniendoel equilibrio exterior en una primera etapa,aunque no al final del período, cuando elmotor principal del crecimiento fue laconstrucción. Nuestra renta por habitanteha crecido considerablemente hasta acer-carse al promedio de la Europa de los 15,pero también ha crecido nuestro endeuda-
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miento. Saneamos nuestras cuentas públi-cas en el período de bonanza, pero nohemos podido evitar un fuerte deterioro,bastante mayor que el de nuestros sociosde la Unión Europea, a la hora de la crisis.Por último, hemos de constatar que cadaepisodio recesivo ha traído consigo unosdesequilibrios cada vez mayores, lo queplantea un reto de gran envergadura parala política económica.
A la luz del pasado, la crisis actual se pre-senta con características específicas queno hacen sino agravar sus posibles conse-cuencias. Comencemos por el problemafinanciero.
No merece la pena dedicar mucho tiempoa la génesis de la crisis financiera, pues esbastante conocida. Lo que en un principiofue un problema localizado en el mercadode las hipotecas de alto riesgo en EstadosUnidos se extendió por todo el mundogracias a los llamados productos estructu-rados que incorporaron, en su composi-ción, buen número de hipotecas tituliza-das. Cuando el mercado hipotecario nor-teamericano cambió de ciclo y los preciosde las viviendas comenzaron a bajar, elvalor de las hipotecas titulizadas descen-dió en picado y se produjo un problemade valoración de los activos de los que for-maban parte. Como estos productos es-tructurados eran muy complejos resultabacasi imposible fijar su precio, por lo que elmercado se paralizó. Los bancos no podí-an estimar el valor de los balances de losotros bancos, ni tan siquiera podían cono-cer con precisión el valor de sus propiosactivos. La parálisis de los mercados deproductos estructurados llevó, inevitable-mente, a la parálisis de los mercados inter-bancarios y, en consecuencia, a un graveproblema de confianza que se tradujo enuna crisis de liquidez en todo el mundo. A
partir de ahí se produjo una rápida des-aceleración del crédito que incidió decisi-vamente en la financiación de las empre-sas y en la llamada economía real, agra-vando las consecuencias de una crisis cuyoorigen remoto se encontraba en el merca-do hipotecario norteamericano y en losexcesos cometidos en algunos segmentosde los mercados financieros.
No deberíamos, sin embargo, condenarsin apelación el sistema financiero ni caeren la cómoda tentación de achacar la cri-sis actual únicamente a factores financie-ros. En primer lugar, tanto la multiplica-ción de innovaciones financieras, como lamundialización de los mercados, fueronavances positivos que favorecieron la efi-ciencia de las entidades y una mejor adap-tación de sus productos a las necesidadesde sus clientes. Pero esta evolución trajoconsigo una falsa sensación de seguridadbasada en el viejo principio de que lamejor garantía contra las consecuenciasfinancieras de un siniestro consiste en ladispersión del riesgo. A esto vino a añadir-se la aparición en los mercados financierosde nuevas técnicas de aseguramiento delriesgo residual que permanecía en los ba-lances de las entidades, principalmentebancos de inversión, tras haber dispersadopor el mundo los riegos originalmentecontraídos.
Por otra parte, un cierto número de regu-ladores y supervisores no estuvo a la altu-ra de las circunstancias al permitir el des-arrollo de posiciones cada vez más arries-gadas por parte de operadores importan-tes en los distintos mercados. Unos porexceso de confianza y otros por exceso deideología, el caso es que cuando se dieroncuenta de sus errores ya era demasiadotarde. Afortunadamente, al conocerse laamplitud de los problemas, los bancos
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centrales y las autoridades de regulaciónreaccionaron adecuadamente e hicieronlo que no habían hecho antes de la crisis,es decir, se consultaron entre ellos y coor-dinaron sus actuaciones. Como ya conta-ban con la experiencia de la gran crisis de1929, conjuraron los peligros que una cri-sis de liquidez prolongada podría haberacarreado al orden económico mundial yresolvieron con prontitud los problemasde solvencia que se fueron presentando,al menos los más urgentes. Los bancos deinversión, principales responsables de losexcesos, desaparecieron como tales, almenos los más importantes, y al cabo decasi dos años de problemas podemosdecir hoy que lo peor de la crisis financie-ra ha pasado ya aunque aún quede bas-tante camino por recorrer antes de conse-guir la plena normalización de los merca-dos y la puesta en práctica de nuevos mo-delos de regulación y supervisión más efi-caces que los actuales.
De todo esto podemos hablar con másdetalle en la discusión, pero ahora no con-viene olvidar, como se hace a menudo,que la crisis hunde sus raíces en el mundoreal de la economía y en las políticas cam-biarias de algunos países, especialmenteChina.
Cuando se analicen estos primeros añosdel siglo XXI con una perspectiva históricaaparecerá con claridad la importancia dela vuelta de China al escenario mundial.Olvidamos con frecuencia que hasta losprimeros años del siglo XIX, al inicio de larevolución industrial en Inglaterra, la eco-nomía china seguía siendo la primera delmundo, tras haberlo sido durante muchossiglos. El desarrollo de los países occiden-tales, primero de Inglaterra, luego deFrancia y Alemania y por fin de EstadosUnidos, el colonialismo del siglo XIX y pri-
mera mitad del XX, la competencia entreel modelo occidental de libre mercado y laeconomía planificada del mundo comu-nista, el propio desarrollo y posteriorderrum be del sistema comunista, todosestos acontecimientos sucedidos a lolargo de dos siglos repletos de invencionesy descubrimientos, de debates ideológi-cos, de grandes avances en todos losterre nos de la Ciencia, de notables con-quistas en lo relativo al bienestar de laspoblaciones de los países avanzados,todos estos acontecimientos hicieron olvi-dar que la Historia tiene sus inercias y quemás allá de las tensiones y pasiones delmomento fluye por los canales del tiempopara aparecer de nuevo con más fuerza enlos escenarios donde se juega el porvenirdel mundo.
China ha vuelto a la Historia tras varios si-glos de postración y aislamiento, y esteserá uno de los grandes acontecimientosde nuestro siglo. Esta vuelta implica, enprimer lugar, el fin de la pesadilla del ham-bre y la miseria para centenares de millo-nes de seres humanos en Asia, aunque noen otras regiones del mundo como África.Ello ha sido posible, o en cualquier casopotenciado, por la liberalización de los in-tercambios comerciales en el mundo, porla llamada mundialización. En realidad,donde se dice China puede leerse, de ma-nera general, los países emergentes asiáti-cos y, muy especialmente, India, si bien elmodelo que sigue este país es muy dife-rente del chino.
La emergencia de los grandes países deAsia está produciendo la desindustrializa-ción de los viejos países de Occidente. Esun fenómeno hasta cierto punto habitualen el mundo, que ya ocurrió en otras épo-cas, pero con una diferencia esencial: lavelocidad a la que se está produciendo di-
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ficulta la adaptación de los países que seven afectados en un período de tiemporazonable. De ahí surgen tensiones que amenudo se achacan a la mundialización yque, en realidad, no son otra cosa que elresultado inevitable de la marcha de laHistoria. Afortunadamente el pasado nosha enseñado que lo mejor que podemoshacer es adaptarnos a los nuevos tiemposy no caer en la tentación, inútil y peligro-sa, del proteccionismo. Todo esto es cier-to, como también lo es que la políticacambiaria China, al mantener el remimbíen un nivel artificialmente bajo, no hahecho sino acelerar el proceso de desin-dustrialización de los países occidentalesde tal manera que, en vez de intentar con-trolar los tiempos de adaptación a las nue-vas realidades, no hemos hecho sino ace-lerarlo. Al mismo tiempo, esta políticaprovocó fuertes desequilibrios en las ba-lanzas de pagos tanto de China como deEstados Unidos y, como consecuencia,grandes flujos de capital que hubo que fi-nanciar de una manera u otra.
A estos factores se unen las periódicas cri-sis energéticas provocadas por el alza delos precios del petróleo, a su vez conse-cuencia del aumento de la demanda en elmundo de esta materia prima esencial.Cada vez que tienen lugar estas crisis seplantea el problema del reciclaje de los ca-pitales que fluyen hacia los países produc-tores de petróleo, lo que no deja de plan-tear problemas como, por ejemplo, los de-rivados de la adquisición de grandes em-presas privadas por los fondos soberanoscreados en algunos países productores depetróleo.
Al final, a nadie debe extrañar la agudiza-ción de conflictos y tensiones sociales pordoquier en el mundo. La crisis actual tienemucho que ver con estas cuestiones aun-
que las urgencias del día a día y la espec-tacularidad de algunos problemas finan-cieros desvíen con frecuencia los focos deatención. De todo esto habrá que hablar,y mucho, en los próximos tiempos.
España no podía permanecer ajena a estosacontecimientos. Al principio, cuando seinició el cambio de ciclo en los EstadosUnidos, hubo quienes creyeron queEuropa podría permanecer relativamenteinmune a las consecuencias de la crisispuesto que el punto de partida de su eco-nomía era más sólido y equilibrado que elde los Estados Unidos. Los precios estabancontrolados, la balanza por cuenta corrien-te estaba en equilibrio y las cuentas públi-cas se habían ido ajustando a los límites es-tablecidos en Maastricht. Hubo inclusoquienes pensaron que Europa, junto conlos países emergentes, podría tomar el re-levo de la economía norteamericana por loque se refería al crecimiento.
Pero no fue así. A lo largo de los meseshemos visto agudizarse la crisis en Europade tal manera que, al final, la caída del PIBserá este año bastante mayor que la quetendrá lugar en Estados Unidos y, tam-bién, la recuperación comenzará mástarde. La transmisión de la crisis por la víadel comercio exterior golpeará con unadureza inusitada a la economía alemana,tradicional locomotora del crecimiento enEuropa, que podría caer este ejercicio un6% en términos reales. Los problemas ylas debilidades de la economía europeadeberían incitar a una reflexión sobre sufuncionamiento y, más allá, sobre su pro-pio porvenir. La crisis está poniendo aprueba la solidez del proyecto europeo. Esevidente que se han producido grandesavances de los que ahora nos beneficia-mos, entre los que conviene destacar launión monetaria; la incidencia de la crisis
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sobre los países que forman parte de lazona del euro habría sido mucho más im-portante si hubieran conservado sus anti-guas monedas. Pero nos hemos quedadoa medio camino como muestra la dificul-tad de coordinar las políticas presupuesta-rias para hacer de ellas un todo coherentecon la política monetaria.
Y si las debilidades de la Unión Europeason importantes a la hora de enfrentarsecon la crisis, ¿qué decir de la economía es-pañola? Nuestra base productiva esmucho más frágil que la europea, muy de-pendiente de ésta en sectores esencialescomo el del automóvil. Nuestra situaciónde partida, al inicio de la crisis, era peorque la de nuestros socios por el fuerte en-deudamiento de las familias y las empre-sas, por el carácter dual y la rigidez denuestro sistema laboral y por el problemade competitividad que se encuentra en labase del déficit exterior. Estas y otras razo-nes hacen que la crisis sea más peligrosapara España que para muchos de los paí-ses de nuestro entorno. Nos ha ayudadola fortaleza del sistema financiero y labuena situación económica del sector pú-blico, pero esta última ventaja ha desapa-recido en los últimos meses y nuestro dé-ficit superará, con mucho, el del promediode los países de la Unión.
Podemos preguntarnos qué puede hacerla política económica para aliviar primerolas dificultades de la situación y para im-pulsar, después, una salida razonable de lacrisis. La respuesta nos la vienen dandodesde hace mucho tiempo los organismosinternacionales y el sentido común: hayque promover una economía más flexibley apostar por la formación y el conoci-miento. Desgraciadamente, a pesar de losdiscursos y de las buenas intenciones, enestos terrenos los deberes están por hacer.
Empecemos por la flexibilidad. El impara-ble aumento del paro en España es utiliza-do por algunos como argumento a favorde la flexibilidad real del sistema. La tre-menda destrucción de empleo de los últi-mos meses (1,4 millones desde que co-menzó la crisis en el tercer trimestre de2007) sería, desde este punto de vista,una prueba indiscutible de que las empre-sas pueden ajustar sus plantillas con rela-tiva facilidad. El argumento es cierto, perono tiene en cuenta que esta flexibilidad sedebe al carácter dual, y profundamenteinjusto, del mercado laboral en España.Cinco millones (ahora ya sólo cuatro) detrabajadores temporales viven en la másabsoluta precariedad, mientras que elresto se encuentra sobreprotegido. En elprimer colectivo figuran mayoritariamenteinmigrantes y jóvenes en sus primeros em-pleos y su funcionamiento, en la práctica,es un obstáculo de primera magnitud parala formación profesional en el trabajo. Elcontexto actual no incita, ni a empresas nia trabajadores, a mejorar la formaciónprofesional. Y, sin embargo, el aumentodel valor añadido de nuestra producciónde bienes y servicios es una condición in-dispensable para superar la crisis y asentarsólidamente el bienestar de los españoles.Es bastante revelador que el plan de me-jora de la formación profesional prometi-do por el Gobierno al inicio de la crisis aúnno se haya puesto en marcha.
La apuesta por el conocimiento tiene quever, además, con la formación a todos losniveles empezando por la educación pri-maria y terminando por la universidad ylos centros de investigación. En las prue-bas que periódicamente se realizan paraevaluar los sistemas educativos de losprincipales países del mundo, España salesiempre en mala posición, por debajo dela media. En la clasificación del nivel de las
universidades, la primera española apare-ce siempre más allá del puesto númerocien, lo que contrasta con la clasificaciónde nuestras escuelas de negocios que seencuentran, sistemáticamente, entre lasmejores del mundo. Este ejemplo permitepensar que si nos lo propusiéramospodría mos situar alguna de nuestras uni-versidades en los puestos que nos corres-ponden por el nivel de desarrollo quehemos alcanzado, pero lo que falta es lafirme voluntad de hacerlo.
Para los partidarios del statu quo actual,enfrentarse con el problema de la duali-dad del mercado del trabajo es poner enpeligro el diálogo social por lo que, aña-den, lo más conveniente es quedarnoscomo estamos, lo que quiere decir quedebemos resignarnos a las injusticias de ladualidad y a sus consecuencias sobre laformación. Cuando se elevan voces sobreel problema del equilibrio a medio plazode la Seguridad Social vuelven a escuchar-se las voces conservadoras diciendo queno hay problema alguno, que quienes semolestan en hacer proyecciones a largoplazo se equivocan y que lo mejor es se-guir como estamos, sin discutir a fondolos problemas del equilibrio de las pensio-nes a largo plazo. Por último, los partida-rios del sistema educativo actual encuen-tran justificaciones, a veces sorprenden-tes, a la hora de intentar explicar el fraca-so, en términos comparativos, de nuestrosistema educativo a todos los nivelescuando se le compara con el de los paísesmás avanzados. Lo mejor, para ellos, es nohacer nada, dejar que pase la crisis, quelas aguas se calmen y que todo vuelva aun impo sible ayer.
Pero el problema es que cuando salgamosde la crisis actual las cosas no serán comoantes. Ya no podremos seguir creciendo a
base de construir muchas más viviendasde las necesarias, ni podremos continuarendeudándonos indefinidamente comoimplica necesariamente el déficit exteriorque nos pronostican los expertos, tantonacionales como internacionales. Y ten-dremos, además, que reducir un déficitpúblico que podría superar el 10% denuestro PIB hasta el 3% que figura en elTratado de Maastricht. Y, sobre todo, ten-dremos que ser capaces de encontrar unmodelo de competitividad capaz de darempleo a los millones de personas que seencuentran en paro.
Todo esto requiere reformas. Algunas deellas serán difíciles de emprender sin unamplio acuerdo político y social. Otraspueden ser iniciadas por el gobierno deturno, incluso si ello supone riesgos de in-comprensión e impopularidad al principio.No creo que la reforma del mercado labo-ral implique necesariamente una rupturadel diálogo social: los agentes sociales,sindicatos y empresarios, han demostradoa lo largo de los últimos treinta años unamadurez y una capacidad de entendi-miento notables. No me parece oportunoque el Gobierno traslade sus responsabili-dades a la sociedad para que sea ésta laque, en definitiva, haga el trabajo que co-rresponde hacer a quienes han sido elegi-dos democráticamente para gobernarnuestro país. Tampoco creo que maestros,universitarios e investigadores, por citar alos principales agentes de la elaboración ytransmisión del conocimiento, sean im-permeables a la necesidad de reformar elsistema. Habrá que encontrar, con ellos ycon todos, el camino que conduzca haciauna mejor perspectiva de futuro lo que,por descontado, no será fácil.
Por último, debemos preservar la unidadde mercado, amenazada por las políticas,
a menudo divergentes, adoptadas por lascomunidades autónomas en materia eco-nómica. Sería incongruente que la cons-trucción del mercado único europeo seviera amenazada, en su misma raíz, por laconstrucción de mercados locales cadavez más segmentados.
La crisis actual, como cualquier crisis, agu-diza los problemas económicos, pero tam-bién ofrece oportunidades. La preguntaque podemos hacernos, y con ella terminomi exposición, es la siguiente: ¿sabremosaprovecharlas? Esperemos que así sea.
Muchas gracias.
Tomás Mancha | moderador
Gracias también a José Luis Leal. Losdos han sido justos utilizadores del tiempoque tenían asignado y nos quedan ahoraunos 30 minutos para que se puedan pro-ducir intervenciones.
Creo que los temas que han planteado sonlos relevantes e incluso de alguna maneraabren el interés de la sesión de la tarde,que justamente está situado básicamenteen las cuestiones que ellos han señaladocomo relevantes: la competitividad, la pro-ductividad, el mercado de trabajo, la edu-cación y, por qué no también, el tema deldiseño institucional que creo que tambiéncondiciona bastante. Esta última referenciaa los temas que tienen que ver con la uni-dad de mercado en España es una cues-tión que evidentemente está íntimamenterelacionada con ese diseño institucional.
No quiero abusar más del uso de la pala-bra y dejo abierto el coloquio. Luis, adelante.
Luis Toharia
Aunque voy a intervenir esta tardey algunas de las cosas que voy a
decir ahora las voy a decir luego, por siacaso no están ustedes lo tengo quedecir.
Quería decir una cosa. Yo no soy de losque están en contra de la reforma delmercado laboral, en absoluto. Lo queestoy es en contra de decir que el ele-mento fundamental de salida de la crisises la reforma laboral. La otra cosa contrala que estoy es contra un debate en elque se utilizan los datos de una maneraerrónea y no puedo por menos que deciralgo que se ha mencionado esta mañanaque no es correcto. En el año 2008, elempleo en stock, el empleo indefinidoaumentó, es cierto. Pero hubo 700.000despidos de trabajadores indefinidos. Noes que no se despidiera a nadie, se despi-dieron a muchos y hubo casi un millón decontratos, perdón, dos millones de con-tratos indefinidos. Dos millones de con-tratos. Se contratan personas indefinidas,incluso hubo casi un millón de contratosindefinidos ordinarios a coste de despidode 45 días. Esas son las cosas que me lle-van a pensar que hay algo más en el pro-blema de la temporalidad –sin duda elgran problema del mercado de trabajoespañol, el que más injusticia crea y elque debemos tratar– que el coste del des-pido y que el tema del contrato, de loscontratos. Eso es lo que me lleva a dudar.Yo no tengo ninguna receta, lo que digoes: ojo con los datos. Veamos bien losdatos que se presentan. No seamos unpoco ingenuos con algunas propuestas.Se ha despedido a muchas personas, mu-chas. Ha habido muchos despidos, no ol-videmos nunca eso.
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Antonio Merino
Es una percepción sobre lo queCarlos Solchaga ha dicho, que es
una crisis que está en línea con otras crisisy que saldremos cuando salgan los demás.Mi reflexión va en línea con lo que ha con-tado José Luis Leal, es: en un entorno com-pletamente distinto, porque estamos en eleuro y, por lo tanto, la salida va a ser com-pletamente distinta a las anteriores, es po-sible que esto dificulte mucho la salida y,segundo, sobre la magnitud de los des-equilibrios. Creo que se dan dos circunstan-cias: los desequilibrios tradicionales que elcrecimiento económico español ha genera-do, más un desequilibrio que ahí no estoytan de acuerdo con lo que se ha dicho, quees el desequilibrio del sector de la construc-ción y del sector financiero que se ha seña-lado, probablemente sea mayor o menor,pero sí tiene un componente nuevo y escómo la salida no es vía devaluación. Elproblema de la competitividad, es una pre-gunta, probablemente sea más importan-te. Porque la salida hacia delante va a re-querir quizá ganancias de competitividaden las que ahora no estamos pensando.Porque estamos en la Zona Euro y entiendoque al final vamos a tener un problemamás grave que en el pasado de evoluciónde los salarios reales, si queremos seguircreciendo, y un problema mucho másgrande de competitividad frente al restodel mundo porque tenemos el euro que noes una moneda, como se está viendoahora, que se comporte como la peseta.
Entonces, mi primera pregunta, Carlos, es:si esta crisis es más importante de lo queestamos diciendo. Y dos, si la salida haciaadelante no es más complicada que enotras, porque has señalado que la produc-tividad es algo que solamente se cambia
muy en el largo plazo. En ese sentido tam-bién es verdad que José Luis Leal ha seña-lado, o he entendido, esa sensación deque la crisis puede ser, por su magnitud ypor su nueva situación de contexto, máspreocupante. Es preguntaros qué implica-ciones tendría esto, si tiene alguna.
Pablo Martín Aceña
Es una pregunta a algo que CarlosSolchaga ha dicho al principio de su
intervención, que refleja la situación actualsobre los altos niveles de intermediación fi-nanciera que existen en España y que sonel 2,5 del PIB. Y que estos niveles altos deintermediación se han logrado de maneramuy rápida. Entonces mi pregunta es:¿esto es una debilidad de la economía es-pañola? ¿Es un factor negativo el que elsistema bancario español sea tan grande yhaya alcanzado niveles de internacionali-zación tan importantes? Sobre todo te-niendo en cuenta la trayectoria de los dosgrandes bancos españoles, BBVA ySantander. ¿Sería conveniente frenar estainternacionalización y reducir el tamañodel sistema financiero? Porque creo quetambién ha dicho que la economía del países de un tamaño que no corresponde altamaño que tiene nuestro sistema finan-ciero. Me han llamado la atención estasobservaciones y quiero saber si es que te-nemos ahí otro desequilibrio tan importan-te y grave y si lo que necesitamos es redi-mensionar ese sistema financiero. Gracias.
Carlos Solchaga | ponente
Si me permiten, empezaré con lasconsideraciones de Luis Toharia.
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¿Es crucial la reforma laboral para la salidade la crisis o no lo es? La verdad es que yolo único que me propongo y que me pro-pondría si estuviera en la acción pública enestos momentos es: ¡discutámoslo!
Lo que me niego es a que se discuta por-que alguien considera a priori que estotiene un sesgo ideológico de una u otranaturaleza. Me parece disparatado. Di -cen: no, esto no se puede hablar. ¿Cómoque no se puede hablar? Hay una salidasocial a la crisis y no pasa por esto. ¿Porqué no habría de empezar por esto?¿Quién define lo que es social? ¿Quiénoptimiza los intereses de los trabajadoreso de aquellos que tienen menos capaci-dad económica? Creo que lo primero quehay que hacer es eso.
La segunda cuestión es que al final lo quesí es relevante sobre el diferente compor-tamiento son los saldos netos, que nobrutos. Por supuesto que cada año apare-ce nueva gente en el mercado, unos ob-tienen un contrato indefinido y otros no.Pero al final el saldo neto es que los quetenían contrato indefinido han manteni-do. En un momento en que no hay másoferta de trabajo sino menos, o va dismi-nuyendo. No es exacto decir esto sinoque el ritmo al cual iba creciendo la ofer-ta de trabajo que era de 600 ó 650.000 alaño, está pasando a ser un ritmo –si unoconsidera el primer trimestre del año2009, con respecto al cuarto trimestre–de 36.000 por trimestre o lo equivalentea 150.000 al año. Eso es una cosa quenos debe dar una cierta tranquilidad por-que alrededor de cuatro puntos que nosha podido meter casi en la tasa de des-empleo el aumento de una población ac-tiva que no era posible ocuparla, ese paísva desapareciendo. El boca a boca de “novenga a España que hay muy pocas pro-
babilidades de encontrar empleo” estáfuncionando, y de hecho la población ac-tiva está creciendo ahora a una tasa anualde 150.000. Venía creciendo a tasas porencima de los 600.000. Entonces al finalel hecho es elemental. Hay el mismo nú-mero de contratados de manera que losque desaparecen vuelven a ser contrata-dos por un procedimiento u otro, entanto que hay un millón aproximadamen-te menos de contratados temporales. Ypor tanto todo el ajuste se está yendo nocon las mismas personas necesariamenteporque muchos de los que están contra-tados definitivos habían sido temporales,pero se está yendo fundamentalmentepor este tipo de contrato.
En cuanto al tema del euro y de la deva-luación, creo que aquí se confunden doscosas. Creo que es una bendición que es-temos en el euro. Y como he tenido quepadecer una crisis acompañada de deva-luaciones, pues no hace falta que le digapor qué. Es una auténtica bendición. Loque van a padecer los países de EuropaOriental que no están en el euro en estascondiciones de crisis, no se lo deseo ni ami peor enemigo, y tengo bastantes.
De manera que, de verdad, considerán-dolo todo, estar en el euro es una ciertatranquilidad. Ahora viene la segundaparte: en otros momentos salíamos de lascrisis produciendo una devaluación. Creoque aquí ha hecho un esfuerzo pedagógi-co José Luis Leal diciendo: eran otras cri-sis, eran amores distintos. No comparenustedes. Cuando tú has tenido como con-secuencia de una política monetaria, fis-cal o una combinación de ambas dema-siado laxa, un problema de inflación y debalanza de pagos, necesitas un ajuste. Yese ajuste se puede hacer más o menosrápido si lo haces con ayuda del tipo de
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cambio y naturalmente luego un controlsobre las magnitudes monetarias paraque no echen a perder el ajuste de pre-cios reales del tipo de cambio. Pero esteno es el caso ahora. Ahora lo que tene-mos es una demanda global, en el ámbi-to mundial y doméstica en todos y cadauno de nuestros países que se ha contraí -do brutalmente con la ayuda del crédito.Por tanto, lo primero que tenemos quehacer es salir de aquí. Y una vez que sal-gamos de aquí veremos quién tiene mejo-res posibilidades de crecer, cosa que des-conocemos bastante. Nosotros ya no po-dremos hacerlo en la construcción.Tampoco pensaba nadie cuando salíamosde la crisis del 92-94, donde había un ex-ceso de viviendas tremendo, vaya usted aver la Costa del Sol y otros muchos sitios.Nadie pensaba ni siquiera en aquel mo-mento si íbamos a ser capaces de estar ono en la Unión Europea Monetaria y tan-tas otras cosas.
Hay que dejar que la Historia se desenvuel-va por sí misma y no tratar de ponerlepuertas al campo de antemano. No sabe-mos por dónde va a ir, pero la Historia loque sí nos enseña es que si formas partede una unión monetaria pues probable-mente lo que te va a acontecer a ti no serámuy diferente de la media. Y hay buenasrazones para pensar que a pesar de que túmantengas tus relaciones de tipo de cam-bio con los demás, sobre todo con unaparte muy importante que son los otrospartners de la Unión Monetaria Europea,no debes estar tan mal, vuelvo a repetir loque he dicho, cuando la Unión Europea ensu conjunto, la Eurozona, ha perdido seispuntos en la participación del conjunto delcomercio mundial hasta 2007 y España no.Al comparar las exportaciones de Españacomo porcentaje del total de las exporta-ciones mundiales, están un poco por deba-
jo del dos y se han mantenido aproximada-mente ahí. La Unión Europea, que es estu-penda, que tienen un programa y un siste-ma mucho más fuerte que el nuestro,mucho más eficiente, ha perdido seis pun-tos. No me pregunten por qué. Pero estaes la realidad. Por tanto, no confundamoslas dos cosas, si tú tienes un problema dedesajuste tuyo y se te han resbalado lascuentas y tienes un problema de inflaciónde balanza de pagos insostenible, tienesque hacer un ajuste y a eso te puede ayu-dar la devaluación. Si no tienes devalua-ción, lo tienes mal. Pero si ese no es el pro-blema, sino el problema de una grave con-tracción de la economía mundial y un pro-blema también de crédito, etc., veremosen qué medida. Sin embargo hacer deter-minadas cosas puede ayudar. Pero no estásen la misma situación que antes y portanto esos argumentos en mi opinión tie-nen un valor muy limitado.
En cuanto a Martín Aceña: ¿es una debili-dad o una fortaleza tener esa profundidaddel sistema financiero en un país? En miopinión es una fortaleza. Lo cual no quie-re decir que, como muchas otras fortale-zas, te haga vulnerable. La gran fortalezaalemana es su capacidad de exportar perocuando hay una contracción del comerciomundial, la hace más vulnerable que acualquier otro país. Es sorprendente quelos malos, que éramos los que gastába-mos, los que no ahorrábamos, no lo esta-mos pasando tan mal. Y los buenos, queeran los que exportaban y tal, y aumenta-ban su ahorro como Japón o Alemania, laestán pasando fatal con caída del 12% al15%. Lo cual quiere decir que en materiade economía, la virtud siempre es difícil decualificar. Pero en todo caso, creo que esbueno para un país tener un sistema fi-nanciero que como nos ha enseñado elprofesor Sapir cuando ha citado los nive-
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les de productividad comparados en uno yotro sector, es extraordinariamente efi-ciente y muy bueno. Que se ha internacio-nalizado teniendo éxito. Una forma muyfácil de medir el éxito. ¿Se acuerdan uste-des los tres bancos que compraron elAMRO Bank? Bueno, pues dos están bajocontrol después de esta gran operaciónbrillante, Royal Bank y Fortis, y el otro quees el Banco Santander está ahí también. Osea que alguien debe hacer las cosasmejor que otros. Ese tipo de medidas se-ñalan que España tiene un sistema finan-ciero muy bueno, va a seguir teniéndolo yes verdad que si tuviéramos una monedaúnica española, una peseta, es posibleque un descalce en nuestro sistema finan-ciero se llevara por delante la estabilidaddel sistema. Ese es el problema de otrospaíses, como puede ser Islandia o comopodría ser, en un escenario horrible, Suiza.Que a pesar de ser un país muy rico tieneun PIB que no es comparable a su poten-cia financiera y la capacidad de ésta tam-bién de desestabilizar el propio país. Hoyesto no es imaginable porque después detodo, el franco suizo sigue siendo unagran moneda, pero algún apuro ha pasa-do últimamente a partir del comporta-miento de sus grandes bancos.
O sea que está bien, es bueno tenerlo,pero a continuación viene la segundaparte: hay que vigilarlo. Y eso es lo que engeneral el Banco de España ha hecho bien.El Banco de España ha vigilado bien y hayuna cosa que no está en la competenciadel Banco de España y que sin embargodebe preocuparnos, no ha sido hastaahora objeto de la preocupación o almenos de la ocupación reglamentaria delos bancos centrales, ni de las autoridadesde supervisión del mercado de valores,pero alguien debe hacerse cargo de esto.La historia de una acumulación de un largo
período de tipos de interés reales y la exu-berancia en los mercados de determinadosactivos que van siempre paralelas desdehace más de cien años, cuando llegan aproducirse deberían hacernos pensar si losprecios de los activos deberían ser unaseñal importante a la hora de determinarla política monetaria. Si no solamente de-bería ser la inflación de los precios de losbienes y servicios corrientes sino que sitambién cada vez que el Banco de Españaobservara una subida gigantesca de losprecios de los inmuebles o una subida exu-berante de los precios de los valores no de-bería decir: ¿no deberíamos poner un tipode interés real un poco más alto? Aunqueno estén subiendo los precios de las cosasy aunque no haya tensiones inflacionistasen los mercados de bienes y servicios. Esees un tema que tendrán que discutirlo ensu día los expertos y tendrán que conside-rarlo también los países, los gobiernos y lasautoridades en cada uno de ellos.
Ese es un problema que a nosotros nospuede plantear una contradicción.Naturalmente, nosotros hemos vivido unperíodo de tipos de interés reales muybajos. No sólo como consecuencia de queteníamos una inflación superior a lamedia sino como consecuencia de que laprincipal economía de referencia para elBanco Central Europeo a la hora de de-terminar cuál era el tipo de interés desea-ble, no era España sino Alemania. Y en lamedida en que Alemania, Francia, Italiacrecían a ritmos bastante por debajo de loque era su potencial, el Banco CentralEuropeo ha decidido que estaban bienaquellos tipos de interés. Pero aquellostipos de interés combinados con nuestrastasas de inflación, hacían que fuera casiabsurdo no endeudarse de manera im-portante. Entonces, ahí tenemos un pro-blema relativamente importante que re-
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solver en un próximo futuro. Es decir, elproblema en última instancia de quecuando usted tiene un sistema financieromuy, muy importante y tiene una granprofundidad financiera, seguramente lasostenibilidad del mismo pasa por hacerfrente no solamente a las amenazas deinflación de los bienes y servicios corrien-tes, sino a las amenazas de subidas deprecios exageradas o excesivas en losmercados de activos.
José Luis Leal | ponente
Estamos retomando también lastres preguntas. Completamente de
acuerdo con lo que decía Carlos sobre elmercado de trabajo. Tal vez se pueda aña-dir algo. Realmente es sorprendente cómoha funcionado el mercado de trabajo por-que efectivamente el número de contra-tos indefinidos se ha mantenido mientrasque el paro se ha centrado en los trabaja-dores temporales, sin que sean necesaria-mente los mismos. Ha habido despidos,obviamente, de trabajadores indefinidos,pero se han contratado otros. Pero en ladiscusión, lo que es bastante notable es ladificultad que tenemos para experimentaren este país. Hay unos empresarios quedicen y parece razonable: mire usted, siponen en marcha un contrato indefinidocon una indemnización menor, contrataríaa gente. Dejando todo lo demás sin tocar.Pues existe una especie de oposición fun-damentalista a decir: vamos a probarlo aver qué pasa. Pongámoslo en marcha y sifunciona, bien, y si no funciona se supri-me. Es algo sorprendente en vista de lamagnitud del problema, pero aparte haymuchas otras soluciones, como decíaantes Carlos. Realmente se puede ir porun modelo como el que utilizan en
Austria, en fin, hay muchas cosas que sepueden experimentar, pero tenemos unadificultad enorme en España cuando se in-tenta cambiar las cosas, cuando se inten-ta experimentar para explorar caminosnuevos. Es decir que vamos con relativarapidez a posiciones fundamentalistas encuestiones que son claves.
En cuanto a la competitividad, tambiénestoy de acuerdo con lo que decías, querealmente hemos perdido menos cuota demercado, sorprendentemente, que otrospaíses. Según los datos de la OCDE en losúltimos diez años hemos perdido menoscuota de mercado que Francia e Italia. Loque pasa es que esto habrá que interpre-tarlo y ver qué quiere decir. Realmente elproblema es China. En lo que nos atañe,hemos pasado de importar por valor de1.000 millones de euros al año a 20.000millones. Y tenemos un déficit con Chinaque es el segundo que tenemos ahora des-pués de Alemania. Un déficit de 18.000millones de euros. ¿Entonces, en qué me-dida estamos más amenazados o menosque los demás? Me temo que si Francia eItalia han perdido cuotas de mercado, sien-do como son sus productos, en general,con más valor añadido que los nuestros,creo que vamos a tener muchas dificulta-des porque vamos a ir añadiendo valorproductos que están y que van a seguir es-tando bastante amenazados. Pero de mo-mento, desde luego, lo único que pode-mos hacer es congratularnos por haberperdido menos que países con los que nosestamos comparando continuamente. Locual no quiere decir que nuestro déficit, ami juicio, sea sostenible. El hecho es que seva a reducir este año, evidentemente, perohay una horquilla entre lo que decía elFondo Monetario Inter nacional que anun-ciaba un 5% este año y el que viene, o loque dice la Comisión, que la reducción
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será en torno al 7% del PIB. Es decir,vamos a seguir teniendo un déficit porcuenta corriente muy importante que hayque financiar. El problema es que ese défi-cit indica que nuestro endeudamiento esimportante y va a continuar aumentando.Nuestra posición internacional neta exte-rior indica que debemos el 80% de nues-tro PIB, teniendo en cuenta la posición delBanco de España. Estados Unidos está entorno, con todos sus problemas, al 30% ó35% del PIB. Francia está equilibrada, laUnión Europea está en torno al 10%-15%del PIB. Es decir que estamos muy fuera delo que es la norma habitual en endeuda-miento exterior. Endeudamiento que esfundamentalmente privado. Y el problemaes que va a seguir aumentando. Esto evi-dentemente tiene un reflejo en la cuentacorriente. El reflejo es en nuestra balanzade rentas cuyo deterioro es rapidísimo,como es lógico visto nuestro endeuda-miento. Puede llegar un momento en elcual, aunque mejoremos mucho en laparte real de exportaciones de bienes yservicios, seamos incapaces de compensarese otro deterioro que nos viene por el en-deudamiento y en algún momento eso fre-nará el crecimiento.
Respecto a la política económica que esta-mos siguiendo hay algo sobre lo que creoque sería bueno debatir en algún momen-to. ¿Es nuestra política como la de losdemás? ¿Más eficaz o menos eficaz? Sepuede discutir si el Banco Central Europeoha tenido, como por otra parte era relati-vamente lógico, una actuación más acor-de con los intereses de Francia y Alemaniaque con los nuestros. Es decir, nuestroproblema era un problema de liquidez, node solvencia. Problema que habría quehaber resuelto en el otoño del año pasadoy no fue así. Pero, en fin, ahí sí que pode-mos interrogarnos sobre las consecuen-
cias de la política monetaria del BancoCentral Europeo para España a lo largo deesta crisis. Pero también podemos interro-garnos sobre la política presupuestaria.Según las previsiones tanto del Banco deEspaña como de organismos internacio-nales, en estos tres años el deterioro de lasfinanzas públicas, de las cuentas públicas,en promedio, en la Comunidad, será deseis puntos del PIB. El aumento de los dé-ficits, si queremos ponerlo así, puesto quese va a pasar prácticamente del equilibrioa un 6% o algo más de media al final delperíodo. En nuestro caso es exactamenteel doble, vamos a pasar de un excedentedel 2% a un déficit del orden del 10%, esdecir, doce puntos del PIB. El doble que losdemás para quedarnos igual, porqueprácticamente en esos tres años nuestrocrecimiento o nuestra caída van a ser igualque las de los demás. Hay que decir que,además, nosotros tenemos la crisis de laconstrucción que es un añadido y que esorepresenta también dos o tres puntos.Pero quedan por ahí dos o tres puntos degasto, o de déficit, que requerirán proba-blemente un escrutinio mayor y es obvioque en algunos momentos del año pasa-do y en parte de este año, cuando hayuna tasa de ahorro de las familias que estácreciendo rápidamente, porque la gentetiene pánico, realmente los 400 euros uotras medidas del mismo género fuecomo echar agua en un cesto roto. Habríasido mucho mejor ir a medidas muchomás calibradas, mucho más finalistas,mejor estudiadas y adaptadas.
Por último, por lo que se refiere a la inter-mediación financiera, en la comparacióncon Estados Unidos hay que tener en cuen-ta que Estados Unidos es un país en el quelas empresas se financian relativamentemenos en el sistema financiero y relativa-mente más en los mercados. En general el
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modelo norteamericano difiere en esto delmodelo continental que es un modelo demayor financiación a través de los bancosque a través de los mercados. Pero enEspaña hemos sido capaces de construir unsistema financiero sólido y estable y afortu-nadamente es así porque, si no, ese endeu-damiento del 80% que tenemos en rela-ción con el resto del mundo, eso ha sido in-termediado con una suavidad realmenteasombrosa. Es decir que nuestro sistema fi-nanciero funciona y funciona muy bien.Realmente no pienso que sea útil plantear-nos reducir su tamaño. Creo que se van apresentar nuevos problemas para los ban-cos centrales. Carlos señaló con toda larazón del mundo que probablemente ten-gan que vigilar más la evolución de los ac-tivos, del precio de los activos financieros.También es cierto que tendrán que resolver
otros problemas de coordinación. En parti-cular en la zona del Euro. Tendrán que re-solver problemas de supervisión y tendránque plantearse también algunas propues-tas basadas en nuestra experiencia quecreo que ha sido muy positiva.
El Banco de España obligó a los bancos amantener siempre una parte del riesgo ensus balances aunque titulizaran, y me pare-ce que en el futuro las cosas deben ir porahí. Los sistemas financieros, el sistema fi-nanciero europeo e incluso los mundiales,tienen cosas que aprender de nosotros.Pero, en cualquier caso, el sistema financie-ro funciona bien y tiene una dimensión, unasolidez y una solvencia que nos están evi-tando muchos problemas, porque una crisisfinanciera es un asunto muy complicado deresolver y, desde luego, muy costoso.
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Juan ManuelEguiagaray | moderador
Muy buenas tardes. Espero que no seauna hora intempestiva o inadecuada paradiscutir seriamente los temas que estánprevistos.
La verdad es que las sesiones de la maña-na eran un aperitivo para entrar en lo quede verdad nos trae aquí que es para ha-blar (porque los orígenes de la crisis y unaparte de sus manifestaciones, en buenamedida, ya los conocíamos) no tanto delanálisis del pasado, sino del intento deconstrucción de algo hacia el futuro y aquienes ideamos este seminario nos pare-cía que era importante poner el énfasisen la necesidad de reformas. Hemos con-vocado para las dos sesiones de la tarde aun conjunto, entendemos, de buenos es-pecialistas, competentes economistaspara hablar de algunas de las posibles re-formas que esta mañana se han evocadoy de otras que quizás no haya tiempo deentrar. Algunas que tienen que ver con lamejora de la competitividad de la econo-mía española en diferentes aspectos. Estamañana se ha hablado de la productivi-dad total de los factores, de la productivi-
dad en general, de la competitividad de laeconomía, si habíamos perdido, ganadoo estábamos a la par en cuota de merca-do en el ámbito internacional. Hemos ha-blado en varias ocasiones de las polémi-cas, no siempre demasiado inteligibles,en torno a si se puede o se debe, es or-todoxo o es heterodoxo, hablar de la re-forma del mercado de trabajo. Tenemosaquí en esta primera mesa a cuatro per-sonas que van a hacer un planteamientoen torno a estas dos cuestiones en losmismos términos que anteriormente, conuna intervención inicial y un comentarioen torno a la intervención inicial, de talmanera que se puedan hablar de lascosas con sus matices.
Para hablar de competitividad, RafaelDomé nech, economista jefe del Serviciode Estudios del Banco Bilbao VizcayaArgentaria y Juan Ramón Cuadrado, coor-ganizador juntamente con la FundaciónAlternativas a través del Instituto deAnálisis Económico y Social de laUniversidad de Alcalá, van a ser los que in-tervengan. Para hablar de mercado de tra-bajo, Luis Toharia, catedrático de laUniversidad de Alcalá y Juan FranciscoJimeno, del Servicio de Estudios del Bancode España, tendrán la palabra.
Bloque 3: las reformas necesarias para laeconomía española
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Me gustaría decirles que creo que hemostenido una sesión excepcional esta maña-na, del máximo interés, pero no les ocultoque mi entusiasmo está hoy en la aporta-ción que los buenos académicos puedanhacer sobre temas que creo que formanparte, deben formar parte no sólo del de-bate académico, sino del debate social sinningún tipo de tapujos. Una parte del futu-ro de nuestro país y de la búsqueda de unasenda de renovada prosperidad tienen, ami juicio, bastante que ver con los asuntosque ahora vamos a debatir, aunque nohayan estado en el origen causal de la cri-sis. Así que, sin duda, esta puede ser unasesión extraordinariamente estimulante.Empezamos por la competitividad. Rafael,cuando quieras, tienes la palabra.
Competitividad
Rafael Doménech | ponente
En primer lugar, permítame queagradezca la invitación de la
Fundación y de todas las instituciones quepatrocinan este evento para estar hoy aquícon todos ustedes para hablar de un tematan importante como el de la competitivi-dad de la economía española.
En 1998, España entró en la UniónEconómica y Monetaria (UEM) y, hasta laactual crisis internacional, hemos visto tresmanifestaciones de lo que los economistashablan, han llegado a un consenso, que esun problema de la falta de competitividadde la economía española. (Diapositiva 1)
El primero de ellos es un diferencial de in-flación positivo con la UEM. El segundo,un déficit exterior persistente y, sobretodo, creciente y el tercero de ellos es el
pobre comportamiento relativo de la pro-ductividad de trabajo, que esta mañanahemos tenido ocasión de ver fundamental-mente con Estados Unidos pero tambiéncon otros países europeos. En esta ponen-cia lo que voy a hacer es analizar esta evi-dencia empírica, cuáles son las causas queestán detrás de este problema de competi-tividad, de estas tres manifestaciones.Sobre todo desde un enfoque fundamen-talmente agregado. Lo bueno de tener unbuen diagnóstico es que podemos llegar asaber cuáles son las políticas apropiadaspara resolver este problema. Algunas de laspolíticas que necesita esta economía van atener efectos importantes a largo plazopero es difícil que lo tengan a muy cortoplazo. Fundamentalmente estoy hablandode las políticas que tienen que ver con lamejora del capital humano o con la inver-sión de I+D+i. Porque estos son procesosmuy lentos, de cambios en la sociedad y enlas economías que llevan mucho tiempo yque por lo tanto los efectos sólo se dejaránsentir a largo plazo. Sin embargo, tambiénhay otro conjunto de políticas que tienenque ver con las regulaciones de los merca-dos de trabajo y de productos que no sólotienen efectos a largo plazo, sino que tam-bién pueden tener efectos a corto plazo. Elreto, como veremos, para los próximosaños va a ser, a diferencia de lo que ocurrióen la época de expansión, en estos 14 añosque han acabado con la crisis actual, redu-cir el desempleo y simultáneamente mejo-rar la productividad, cuando uno de losproblemas de la economía española es quedurante el período expansivo anterior ocu-rrió justo lo contrario.
Voy a empezar hablando, por lo tanto, dela primera manifestación de este problemade competitividad que tiene que ver con eldiferencial de inflación. Existen distintasformas, como decía, para presentar este
La crisis económica española en un contexto global
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Introducción
Desde 1998, fecha de incorporación a la UEM, hasta la actual crisis internacional, la economía española ha mostrado un diferencial de inflación positivo con la UEM, un déficit exterior creciente, y un pobre comportamiento relativo de la productividad del trabajo con respecto a EE.UU. y otros países europeos.
Aunque algunas empresas y sectores son muy competitivos internacionalmente, el consenso existente es que estos tres problemas se encuentran interrelacionados y han sido la manifestación de una falta de competitividad de la economía española.
Objetivo: analizar la evidencia empírica y las causas que están detrás de este problema de competitividad a nivel agregado.
Algunas de las políticas (mejora del capital humano e inversión en I+D) sólo tienen efectos importantes a largo plazo.
Sin embargo, también hay un amplio conjunto de políticas (regulaciones en los mercados de trabajo y de productos) que pueden tener también importantes efectos a corto plazo.
Reto: reducir el desempleo y, simultáneamente, mejorar la competitividad.
La competitividad de la economía española 2
Introducción
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2
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 1
problema de competitividad. Un enfoquebastante habitual, sobre todo en la opi-nión pública y en los medios de comunica-ción, es referirse a este problema de com-petitividad mediante el diferencial de in-flación. Luego veremos que este enfoqueno es del todo apropiado, pero como es elmás popular o habitual, permítanme queempiece por aquí. La idea es relativamen-te sencilla: dentro de una UniónEconómica Monetaria, con un tipo decambio nominal fijo, un diferencial de in-flación positivo, implica una apreciacióndel tipo de cambio real y, por lo tanto, unapérdida de competitividad. Este enfoquees correcto cuando se utiliza la inflaciónde los bienes comercializables. Cuandohablamos de la inflación con los datos quepopularmente manejan los medios de co-municación, esto no es del todo correctoporque la inflación de bienes de consumo
incluye simultáneamente tanto bienes co-mercializables como bienes no comerciali-zables. En este gráfico se observa cuál hasido la inflación en España y la inflación enla Eurozona y el área que tienen de colorazul es el diferencial de inflación, que enpromedio se ha situado en torno a casi unpunto anual desde nuestra incorporacióna la Unión Europea. (Diapositiva 2)
El patrón de ese comportamiento, de estainflación diferencial, está presente tanto sise utiliza la inflación agregada como si seutiliza el componente subyacente, que seconoce popularmente como la CoreInflation, y por lo tanto podemos concluirque los elementos más volátiles de la in-flación, por ejemplo la energía, no son lacausa de este diferencial. Alguien podríapensar que el problema que tiene Españaes que el diferencial de inflación está cau-
Seminarios y jornadas 60 2009
80
sado por un aumento por encima de otrospaíses de estos componentes más volátilesy en el gráfico se ve muy claramente queesto no es cierto. Da igual que el diferen-cial de inflación lo midamos con el agre-gado total de inflación o que nos quede-mos con los componentes subyacentes.(Diapositiva 3)
Una posible explicación es que este dife-rencial de inflación positivo pueda ser laconsecuencia natural del proceso de con-vergencia. Los economistas sabemosdesde hace mucho tiempo que aquellaseconomías con niveles de renta per cápitamás bajos tienen, en general, niveles deprecios también inferiores y, por el contra-rio, aquellas economías con rentas per cá-pita más elevadas tienen niveles de pre-cios superiores. En el gráfico siguiente serepresenta en el eje horizontal la renta per
cápita relativa respecto al promedio de laUnión Europea. En el eje de las ordenadas,el eje vertical, tienen los precios relativosde los bienes de consumo. Efectivamentese ve que hay una relación positiva.(Diapositiva 4)
¿Qué da de sí esa evidencia? Si analiza-mos el período considerado desde 1998en adelante, estos diez últimos años, en elgráfico de la izquierda se ha representadola tasa de crecimiento de la renta per cá-pita promedio y en el eje vertical tienen latasa de inflación. Se ve que hay bastantedispersión. La correlación es positiva, peroel proceso de convergencia real explicasólo una pequeña parte de la inflación:poco menos del 25%. (Diapositiva 5)
En el gráfico de la derecha se puede verpor qué. Hay países como Finlandia que
La competitividad de la economía española
Competitividad y diferencial de inflación con la UEM
3
Enfoque correcto cuando se utiliza la inflación de los bienes comercializables.
Uno de los hechos estilizados de la economía española desde el establecimiento de la moneda única es la persistencia del diferencial de inflación con respecto a la UEM.
En promedio, el diferencial de inflación se ha situado en torno al 0,9% anual.
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Fuente: Eurostat y SEE BBVA
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Existen distintas alternativas para presentar la evidencia sobre el problema de competitividad de la economía española.
Un enfoque habitual para referirse a este problema es mediante el diferencial de inflación con los países de la UEM: con un tipo de cambio nominal fijo un diferencial de inflación positivo implica una apreciación del tipo de cambio real.
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 2
La crisis económica española en un contexto global
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La competitividad de la economía española 5
La existencia de un diferencial de inflación positivo puede ser consecuencia natural del proceso de convergencia que caracteriza a las economías que parten de un nivel de renta per cápita inferior.
Los países con renta per cápita relativa tiene un nivel de precios mayor.
Competitividad y diferencial de inflación con la UEM
Renta per cápita y nivel de precios de consumoUEM 12, 2007
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La competitividad de la economía española 4
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Nota: *Hasta Marzo 2009.
Fuente: Eurostat y SEE BBVA
España en relación con el Área Euro-12Diferencial de Inflación
El patrón de comportamiento del diferencial de inflación está presente si se utiliza, indistintamente, la medida de inflación agregada IPCA y la de su componente subyacente.
Los elementos más volátiles de la inflación (energía) no son la causa de este diferencial.
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Competitividad y diferencial de inflación con la UEM
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 3
Seminarios y jornadas 60 2009
82
han estado aumentando su renta per cá-pita y disminuyendo el nivel de precios. Laevidencia que uno encuentra más favora-ble a este proceso de convergencia se daen economías como Grecia o Irlanda.Irlanda es esta línea que tienen en la partesuperior de la derecha, de un país que sis-temáticamente se mueve hacia esa esqui-na superior aumentando simultáneamen-te renta per cápita y nivel de precios hastaalcanzar, como hemos visto también en lapresentación de André Sapir, una de losmayores niveles de renta per cápita.Empieza aproximadamente en la media yacaba diez años más tarde con una de lasrentas per cápita más elevadas de la UniónEuropea. Por lo tanto esta explicación dade sí lo que da de sí, sólo una parte. Estoya lo han analizado también otros autores.Hay un trabajo bastante reciente de ÁngelEstrada, Juan Francisco Jimeno y José Luis
Malo de Molina en el que analizan esteproblema. En el caso concreto de España,la evidencia además no es muy favorable.¿Por qué? Básicamente, el mecanismoque está detrás de este diferencial de in-flación y de este proceso de convergencia,que se denomina como el efecto Balassa-Samuelson, no se corrobora empíricamen-te para el caso de España. Y no se corro-bora por la siguiente evidencia. En el grá-fico de la izquierda tienen el crecimientode la productividad. (Diapositiva 6)
La línea azul es la de bienes comercializa-bles, la línea gris es la de bienes no co-mercializables. Es cierto que la producti-vidad de los bienes comercializables hacrecido un poco más que la de los bienesno comercializables, pero tampoco deforma muy elevada. Incluso hay períodosen los que de forma bastante persistente,
La competitividad de la economía española
Competitividad y diferencial de inflación con la UEM
6
Sin embargo, en el período considerado el proceso de convergencia real explica sólo una pequeña parte de la inflación registrada en el conjunto de la UEM (<25%).
La tasa de inflación de España ha sido superior a la que predice el crecimiento de la renta per cápita, de acuerdo con la relación observada en otros países de la UEM.
Renta per cápita y precios relativos 1998-2008, base 2007
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 5
el crecimiento de la productividad de losbienes comercializables ha sido negativo.Si representamos ese gap de crecimientode la productividad entre bienes comer-cializables y no comercializables con el di-ferencial de inflación, en el gráfico de laderecha, la correlación sorprendentemen-te es negativa. El efecto Balassa-Samuelson precisamente da lugar a unacorrelación positiva, es decir, en aquellospaíses y en aquellos períodos en los queel crecimiento de la productividad de losbienes comercializables es mayor que elde los bienes no comercializables, se de-bería observar un crecimiento de los pre-cios por encima del promedio. Pero esque además, si analizamos cuál es la evi-dencia de corte transversal, para la mues-tra de países de la UEM, obtenemos quepara la mayor parte de ellos esa correla-ción es negativa. (Diapositiva 7)
De hecho, si uno excluye a Irlanda de lamuestra, que es el único país para el quese verifica claramente la hipótesis deBalassa-Samuelson, se encuentra una rela-ción negativa y estadísticamente significa-tiva, es decir, hay una correlación inversaentre inflación y el crecimiento de la bre-cha de productividad entre bienes comer-cializables y no comercializables.
Una posible explicación de por qué nofunciona el efecto Balassa-Samuelson po-dría ser que el problema del diferencial deinflación fuera un problema de inflaciónimportada. Cuando uno analiza esta posi-bilidad (en el cuadro siguiente tienen losresultados) se observa que, en generalpara casi todos los países pero paraEspaña muy claramente, el problema deldiferencial de inflación tiene que ver conla evolución de la inflación doméstica y no
La crisis económica española en un contexto global
83
La competitividad de la economía española
Competitividad y diferencial de inflación con la UEM
7
En España no se ha registrado una diferencia sostenida en el crecimiento de la productividad de los bienes comercializables en relación al de los no comercializables (Estrada, Jimeno y Malo de Molina, 2009).
El proceso de convergencia no sólo explica una pequeña parte del diferencial de inflación sino que el mecanismo sobre el que subyace esta correlación, el efecto Balassa-Samuelson, no se corrobora empíricamente para el caso de España.
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 6
Seminarios y jornadas 60 2009
84
es un problema de inflación importada.(Diapositiva 8)
Cuando se hace un ejercicio de conta-bilidad de inflación empiezan a apare-cer algunos problemas que van a serrecurrentes en el resto de la ponencia.(Diapositiva 9)
Lo que se puede ver en este cuadro es quefundamentalmente hay dos razones queestán detrás de ese diferencial de inflaciónpositivo de España con respecto a los paí-ses del área euro. En primer lugar que lossalarios, aunque han crecido en algunosaños menos que en otros países en térmi-nos nominales, lo han hecho muy por enci-ma de la productividad en términos reales,por lo tanto hay un gap entre salarios y pro-ductividad. Esta causa explica aproximada-mente el 45% de ese diferencial de infla-
ción. La segunda causa tiene que ver con elcrecimiento de los márgenes, los benefi-cios. La tasa de crecimiento nominal de losbeneficios ha crecido muy por encima delcrecimiento del PIB real. Aproximadamenteesto contribuye en un 55% en ese diferen-cial de inflación. Por lo tanto, tenemos unproblema de funcionamiento de mercadosde bienes, beneficios que crecen por enci-ma del PIB real, y tenemos un problema enel funcionamiento del mercado de trabajo,salarios nominales que crecen por encimade la productividad real.
Sin embargo, como ya decía al principio,quedarse sólo en el análisis del diferencialde la inflación no es del todo correctoporque en realidad lo que deberíamosmirar es el diferencial de inflación medidopara los bienes comercializables.(Diapositiva 10)
La competitividad de la economía española 8
Además, para el conjunto de la UEM, la brecha de productividad media en el período considerado está inversamente relacionada con la inflación, lo cual indica que aquellos países con un brecha de productividad menor han registrado mayor inflación.
Inflación y crecimiento de la productividad(comercializable vs. no comercializables)
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 7
La crisis económica española en un contexto global
85
La competitividad de la economía española 10
España se encuentra entre los países que registraron un crecimiento del salario nominal sustancialmente por encima de la media. A esto se sumó el pobre comportamiento de su productividad del trabajo.
La aceleración de la demanda interna ejerció una considerable presión al alza sobre los márgenes de beneficio en España, Grecia, e Irlanda.
Total Salarios Productividad Márgenes ImpuestosÁrea Euro-12 1,99 1,29 0,41 0,89 0,23
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Irlanda 1,15 1,01 0,41 0,41 0,14Grecia 1,39 0,73 0,21 0,74 0,12
España 1,74 0,36 -0,32 0,98 0,08Francia -0,12 0,13 -0,01 -0,18 -0,08
Italia 0,49 -0,13 -0,44 0,19 0,00Luxemburgo 1,10 0,23 -0,25 0,51 0,11
Holanda 0,62 0,61 0,32 0,21 0,11Austria -0,39 -0,19 0,27 0,25 -0,18
Portugal 0,98 0,59 -0,09 0,07 0,22Finlandia -0,43 0,34 0,37 -0,26 -0,14
Nota: La contribución de los márgenes de beneficio se calcula como residuo. El total es la
suma de las contribuciones de salarios, márgenes e impuestos, menos la contribución de
la productividad.
Fuentes: AMECO y SEE BBVA.
En desviación con respecto a la media del Área Euro-12
Contabilidad de la Inflación. Países del Área Euro-12Deflactor del Producto Interior Bruto, 1999-2008
(contribuciones al cambio)(tasas de crecimiento medio anual en porcentaje)
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 9
La competitividad de la economía española 9
Una posible explicación de este diferencial es que se tratara de inflación importada.
España, Grecia y Portugal: la contribución de la inflación doméstica a la determinación del diferencial de inflación es significativamente mayor que la contribución de la inflación importada.
Alemania ha tenido un papel decisivo para reducir la inflación media en el área euro.
Total Costes Domésticos Costes ImportadosÁrea Euro-12 2,04 1,58 0,46
Bélgica 0,47 -0,46 0,94Alemania -0,63 -0,38 -0,25
Irlanda -0,03 -0,30 0,27Grecia 1,31 0,93 0,38España 1,14 1,08 0,06Francia -0,36 -0,06 -0,30
Italia 0,63 0,32 0,30Luxemburgo 1,21 -0,27 1,48
Holanda -0,09 -0,16 0,07Austria -0,08 -0,19 0,11
Portugal 0,43 0,41 0,02Finlandia -0,36 -0,36 0,00
Nota: La contribución de los costes importados del Área Euro-12 se calcula como media
ponderada de las contribuciones de los costes importados de los países. Para el caso de
Luxemburgo, la contribución de factores domésticos se calcula como residuo utilizando
la tasa de cambio anual del deflactor de demanda final. La figura total es la suma de las
contribuciones.
Fuentes: AMECO y SEE BBVA.
En desviación con respecto a la media del Área Euro-12
(tasas de crecimiento medio anual en porcentaje)
Contabilidad de la Inflación. Países del Área Euro-12Deflactor de la Demanda Final, 1999-2008
(contribuciones al cambio)
Competitividad y diferencial de inflación con la UEMCompetittividad y diferen l de inflaciónncia la UEMn con
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9
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 8
Seminarios y jornadas 60 2009
86
La línea azul de este gráfico representa elefecto acumulado del diferencial de infla-ción para los bienes no comercializables y,efectivamente, se ve que el la inflación hasido muy superior en España respecto alos países de la Unión Europea y por esose observa esa apreciación. Los precios delos bienes no comercializables han crecidomucho más en España que en el resto delos países del área Euro. Pero también haocurrido, aunque no con la misma intensi-dad, en el caso de los bienes comercializa-bles. Ha habido por lo tanto una aprecia-ción, aproximadamente en la mitad quepara el caso de los bienes no comercializa-bles, que ha supuesto una pérdida de laventaja competitiva que tenía España alentrar en el Euro. Las estimaciones quehabía en la época venían a decirnos queEspaña entró con una moneda depreciadaen el entorno del 8% y en diez años ha
desaparecido totalmente esa depreciacióncon la que entramos en la UEM.
En los últimos diez años, por lo tanto, hahabido una pérdida de competitividad quese ha manifestado con la apreciación deltipo de cambio real, no sólo en los bienesno comercializables sino también en losbienes comercializables. De hecho, en elgráfico siguiente aparece en primer lugar eldiferencial de inflación, la línea azul, mien-tras que la línea de color rojo es el diferen-cial de inflación de bienes comercializables.Para el conjunto del período también esediferencial ha sido positivo.
Sólo en los últimos trimestres empezamos aver una depreciación del tipo de cambioreal. Una depreciación del tipo de cambioreal en una magnitud que no se había regis-trado en la última década. (Diapositiva 11)
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 10
La competitividad de la economía española 13
El nivel de precios de la cesta de consumo de bienes no comercializables ha aumentado a un ritmo superior que en el resto de la UEM.
La reciente depreciación del tipo de cambio real del bien comercializable se refleja en la apertura del diferencial negativo de inflación en los bienes comercializables que ha alcanzado una magnitud no registrada en la última década
Diferencial de Inflación, IPCA y Bien Comercializable
(España con respecto al Área Euro-12)
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Fuente: Eurostat y SEE BBVA
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En los últimos diez años, la pérdida de competitividad de la economía española se manifiesta en el ámbito internacional a través de la apreciación del tipo de cambio real de los bienes comercializables.
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13
La crisis económica española en un contexto global
87
La competitividad de la economía española 12
La apreciación del tipo de cambio real sirve como indicador del diferencial de inflación acumulado en los últimos diez años
El deterioro del tipo de cambio real ha sido particularmente acusado en el conjunto de bienes no comercializables, si bien se ralentiza en las últimas observaciones
Hasta mediados de 2004 el tipo de cambio real de los bienes comercializables se depreció más de un 5%, para estabilizarse a continuación. Este patrón de comportamiento indicaría que España habría agotado en 2004 la ventaja competitiva de entrar en el euro a un tipo de cambio nominal depreciado del 8% aproximadamente.
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M02
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2003
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2005
M01
2005
M08
2006
M03
2006
M10
2007
M05
2007
M12
2008
M07
2009
M02
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Fuente: Eurostat y SEE BBVA
Competitividad y diferencial de inflación con la UEM
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12
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 11
Bien, este es un primer problema, una pri-mera manifestación del problema de com-petitividad. La segunda tiene que ver conel déficit exterior. El déficit por cuentacorrien te en España, como saben, llegó asuperar el 9,5% en 2008 y es uno de losmás elevados de la Unión Europea.(Diapositiva 12)
En el gráfico que aparece a la izquierdatienen los distintos países con déficitspara el año 2008. En general todos losnuevos países miembros de la UniónEuropea presentan déficits. Algunos deellos muy elevados. Los superávits se con-centran en general en los países que tie-nen rentas per cápita más elevadas. En elgráfico de la derecha se representa preci-samente esta relación entre el PIB per cá-pita y el saldo de la balanza por cuentacorriente. España, como tienen destaca-
do, presenta un déficit de la balanza porcuenta corriente. Aunque la volatilidad esbastante grande, esa correlación entrerenta per cápita y el saldo de la balanzapor cuenta corriente es bastante significa-tiva, y España es uno de los países quemás se alejan de este patrón. Es decir, quepara el nivel de renta per cápita relativaque tiene, España está muy alejada delpatrón que se predice para el conjunto dela muestra.
Uno de los análisis que hemos hecho en elServicio de Estudios de BBVA ha sido apli-car el enfoque intertemporal de la balan-za por cuenta corriente. Esto se basa endos trabajos bastante conocidos, uno deBergin y Sheffrin, y otro de Campa yGavilán en el Banco de España, hace unosaños. Lo que hemos hecho ha sido actua-lizar este trabajo para ver qué validez ten-
Seminarios y jornadas 60 2009
88
dría esta explicación. Así se observa queefectivamente no hay un cambio signifi-cativo en el hecho de añadir cuatro añosmás al periodo que analizaron Campa yGavilán para la economía española.(Diapositiva 13)
Básicamente lo que tenemos es que algomás de un 50%, aproximadamente un60% del déficit de la balanza por cuentacorriente, lo han venido explicando las ex-pectativas del crecimiento de la renta yaproximadamente un 40% los tipos de in-terés reales. Dado que en una unión mo-netaria el tipo de interés nominal es fijo,por lo tanto, lo que mide este segundocomponente fundamentalmente tieneque ver con el diferencial de inflación, eneste caso bien medido a través de los bien-es comercializables y, por lo tanto, reflejauna pérdida intrínseca de competitividad.
Es cierto que en la coyuntura que estamosatravesando en los últimos meses se estáproduciendo una doble corrección. Por unlado ha habido una corrección a la bajaen las expectativas de crecimiento futuroy esto está provocando un ajuste signifi-cativo de este déficit de la balanza porcuenta corriente. Además también lo queestamos viendo es que, por primera vezen mucho tiempo, ese diferencial de infla-ción sobre todo en bienes comercializa-bles es ahora negativo, lo que acelera esacorrección del déficit de la balanza porcuenta corriente.
Otro resultado que me parece bastante in-teresante es el que tiene que ver con la co-rrelación positiva entre la inversión en I+Dcomo porcentaje del PIB, en el eje horizon-tal en este gráfico, y el saldo de la balanzapor cuenta corriente. (Diapositiva 14)
La competitividad de la economía española 14
Saldo de la Balanza por cuenta corriente vs PIB per capita
Promedio 2002-2008
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Fuente: EUROSTAT
El déficit por cuenta corriente de España, un 9,5% en 2008, sigue siendo uno de los más elevados de la Unión Europea.
Aunque en mercados integrados como la UE, el déficit exterior puede ser la consecuencia de un proceso de convergencia (mayores expectativas de renta per cápita), el déficit de España es superior al que correspondería con su nivel de renta, lo que indica un problema de competitividad.
Competitividad y déficit exterior
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Diapositiva 12
La crisis económica española en un contexto global
89
La competitividad de la economía española 15
Enfoque intertemporal de la balanza por cuenta corriente (Bergin y Sheffrin, 2000, Campa y Gavilán, 2005): las expectativas sobre la evolución futura de la renta en el territorio nacional y en el resto del mundo de bienes producidos en España (output neto) y los tipos de interés reales (diferencial de inflación) explican el saldo de la balanza por cuenta corriente de la economía.
En la coyuntura actual, la corrección a la baja en las expectativas de crecimiento futuro provoca un ajuste significativo del déficit exterior.
Además, en los últimos años ha aumentado la contribución porcentual del tipo de interés real al déficit exterior (hasta casi un 50%). La corrección al alza en las expectativas del tipo de interés real (mediante subidas del tipo de interés nominal y caídas en los precios relativos frente al exterior) ayudará a corregir el déficit exterior.
Modelo Intertemporal de la Cuenta Corriente
(Contribuciones)
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Fuente: SEE BBVA
Competitividad y déficit exterior
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Diapositiva 13
La competitividad de la economía española 16
Correlación positiva entre la inversión en I+D y el saldo de la balanza por cuenta corriente. La inversión en I+D desempeña un importante papel para ganar cuota de mercado en el comercio internacional.
En las conclusiones de la Presidencia del Consejo Europeo de Barcelona de marzo de 2002 se resaltaba ya que para conseguir una economía más competitiva “el gasto global en I+D e innovación en la Unión debería aumentarse con el objetivo de alcanzar el 3% del PIB en 2010. Dos tercios de esta nueva inversión deberían provenir del sector privado”
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16
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 14
Seminarios y jornadas 60 2009
90
Ese patrón de nuevo es positivo y ademásestadísticamente significativo. Se observaclaramente que aquellos países que dedi-can un mayor esfuerzo en términos de PIBa la inversión en I+D+i también tienen unsuperávit mayor en la balanza por cuentacorriente.
Alguien podría decir que este resultado noes sorprendente puesto que ya habíamosvisto una correlación positiva entre el saldode la balanza por cuenta corriente y el nivelde renta per cápita. En la medida que la in-versión en I+D+i es uno de los principalesdeterminantes de la renta per cápita lo queestaríamos representando en este gráficopodría ser, en principio, una correlación es-puria entre ambas variables. Sin embargo,incluso cuando controlamos por el efectode la renta per cápita esta correlación siguesiendo estadísticamente significativa. Esteresultado no está lejos de las conclusionesde la Presidencia del Consejo Europeo deBarcelona, que ya en 2002 resaltaba la ne-cesidad de que, para conseguir una econo-mía europea más competitiva, el gasto glo-bal en I+D+i debería alcanzar el 3% en2010. Sobre todo en el sector privado, éstees uno de los grandes problemas de la eco-nomía española. Como saben, el esfuerzoinversor que realizan las administracionespúblicas es bastante parecido al que hacenotros países europeos, pero no así el sectorprivado que está muy por debajo.
El problema es que cuando se analiza elproblema el déficit de la balanza porcuenta corriente, éste es el resultado dedos fuerzas contrapuestas. Por un lado,cómo lo hacemos en los mercados exte-riores de exportación y, por otro lado, cuáles la penetración de las importaciones ennuestro país. Y aquí hay una dualidad muygrande. (Diapositiva 15)
De hecho, en el gráfico de la izquierda seve que el problema fundamentalmente hatenido que ver no con una caída de las ex-portaciones que se han mantenido en losúltimos diez años a niveles en promedio re-lativamente estables, sino con un aumentomuy intenso de las importaciones que úni-camente se ha empezado a corregir en losúltimos trimestres. De hecho, cuando seanalizan las cuotas de exportaciones espa-ñolas sobre el comercio internacional mun-dial, se encuentra que sorprendentementeesas cuotas de exportaciones se han man-tenido constantes en los últimos diez años,cuando en otros países como en Francia,Reino Unido o Estados Unidos han estadocayendo. Lo cual tampoco es sorprendentesi uno tiene en cuenta que durante estosdiez últimos años uno de los aspectos mássobresalientes en términos del comercio in-ternacional ha sido la irrupción del gigantechino. No resulta sorprendente que estospaíses hayan perdido cuota de exportaciónsencillamente porque una economía tangrande como China la estaba ganando. Sinembargo, resulta más sorprendente elhecho de que España y Alemania hayansido las dos principales economías de laEurozona que han podido mantener estascuotas de exportación. Por lo tanto, el pro-blema de la competitividad, el problemadel déficit exterior en la economía españo-la, no es tanto el comportamiento de lasempresas exportadoras como el hecho deque las empresas que se dedican a satisfa-cer la demanda interna han ido perdiendocuota de mercado respecto a importacio-nes del resto del mundo.
En España las empresas que exportan songrandes empresas, fundamentalmente. Yademás son empresas que hacen I+D+i.Esto es lo que pone de manifiesto estegráfico. (Diapositiva 16)
La crisis económica española en un contexto global
91
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Fuente: SEE BBVA a partir de OMC
La competitividad de la economía española 17
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Fuente: OMC
Las exportaciones españolas no han perdido cuota de mercado en el comercio mundial de bienes y servicios, mostrando un comportamiento más favorable que otras economías avanzadas, que han visto disminuir sus cuotas de participación significativamente por la irrupción de China.
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Diapositiva 15
La competitividad de la economía española 18
La evidencia existente muestra que las empresas innovadoras presentan un ratio de exportaciones por empleado notablemente superior a aquellas que no realizan dicho esfuerzo. En concreto, para las PYME’s el ratio es casi cuatro veces superior, mientras que para las grandes empresas es cerca del doble.
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Fuente: ESEE
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Diapositiva 16
Seminarios y jornadas 60 2009
92
El gráfico de la izquierda se refiere a laspymes y el gráfico de la derecha a lasgrandes empresas manufactureras. Labarra azul más intenso son aquellas em-presas que hacen gasto en innovación,aquellas con el color azul más claro sonlas que apenas realizan gasto en innova-ción. Lo que se observa es que las expor-taciones por empleado son mucho mayo-res, tanto en el caso de las grandes em-presas como de las pymes, en las empre-sas que realizan innovación.
Un primer resumen de esta evidenciapreliminar que hemos analizado hastaahora es el siguiente: primero un diferen-cial de inflación positivo y persistente enel tiempo; segundo, un déficit exteriortambién elevado y persistente en el tiem-po. No se puede explicar ese diferencialde inflación acudiendo a la hipótesis deBalassa-Samuelson. Hay una pérdida decompetitividad, que en estos diez añosexplica aproximadamente un 40% deldéficit de la balanza por cuenta corrien-te. Un problema de crecimiento del exce-dente bruto de exportación y del creci-miento de los salarios por encima de laproductividad, que da lugar a ese dife-rencial de inflación positivo. Detrás deestos problemas lo que estamos viendoes que ha habido un escaso crecimientode productividad. Esto se veía muy bien ala hora de explicar ese diferencial de in-flación en la fase expansiva del ciclo.Unos salarios nominales que estaban cre-ciendo por encima de la productividadreal y unos márgenes que crecían por en-cima del PIB real.
Si escarbamos un poquito más, si investi-gamos el problema de la productividad,en este gráfico aparece representado contoda su crudeza. En el gráfico siguiente laproductividad se ha normalizado respecto
a Estados Unidos que representa el100%. (Diapositiva 17)
La línea azul se refiere a la Eurozona, lalínea roja a la economía española. Lo quese observa es que a Europa le ha costadodurante los últimos diez años mantenerese diferencial en el entorno a unos 15puntos con relación a Estados Unidos.Desde el año 95 España ha ido perdiendoproductividad en términos relativos, esdecir, la productividad por empleado porhora trabajada ha aumentado muchomenos que en Estados Unidos y tambiénmenos que en los restantes países delárea euro. Detrás de este problema deproductividad, hay un problema de fun-cionamiento del mercado de trabajo quetiene que ver con la productividad del em-pleo temporal. (Diapositiva 18)
España es el país que tiene la tasa de tem-poralidad más elevada entre los países eu-ropeos. Es un problema que han destaca-do algunos autores, Juan José Doladotiene un excelente trabajo sobre estetema y también hay un trabajo bastantereciente, que acaba de salir publicado enInvestigaciones Económicas de Sala y Silvasobre el problema de la temporalidad enel mercado de trabajo.
Un segundo problema tiene que ver conel tamaño medio de las empresas espa-ñolas. Las empresas españolas de mayortamaño son tan productivas como las deEstados Unidos. Un tercer problema es detipo institucional o de regulaciones en losmercados de producto, puesto que loscostes regulatorios y administrativos parala actividad económica están bastantepor encima de países como EstadosUnidos, Dinamarca, Canadá o Irlanda. Es -to también lo hemos visto en presenta-ciones anteriores.
La crisis económica española en un contexto global
93
La competitividad de la economía española
La productividad de España en relación con EE.UU. y la UEM
20
Desde 1995 la productividad relativa de España respecto a EE.UU. ha disminuido del 90% al 75%, mientras en la UEM apenas lo hacía.
PIB por hora trabajada (EE.UU.=100)Funcionamiento del mercado de trabajo. Baja productividad del empleo temporal (Dolado y Stucchi, 2008, Sala y Silva, 2009).
Menor tamaño medio de las empresas españolas: las empresas españolas de mayor tamaño son tan productivas como las de EE.UU.
Instituciones y regulaciones: elevados costes regulatorios y administrativos para la actividad económica, muy por encima de Estados Unidos, Dinamarca, Canadá o Irlanda.
Capital tecnológico: el gasto dedicado a I+D sobre PIB en España similar al de Italia, Grecia o Portugal, por debajo del 1,5 por ciento, muy lejos de EE.UU., Japón, Finlandia o Suecia (>2,5%).
Capital humano inferior a otras economías.
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 17
La competitividad de la economía española 21
El gap en capital humano explica 2/3 del gap de productividad de España con respecto a EE.UU.
(30% en 2008), y la menor productividad total de los factores (PTF) un 25%.
PIB por hora trabajada, desviación porcentual respecto a EE.UU. Factores estructurales y cíclicos:
Descomposición del PIB potencial: escaso crecimiento relativo de la PTF (A) y gap en capital humano por adulto (s)
La evolución de la productividad también se ve afectada por factores cíclicos:
Cambios en la composición sectorial y mayor peso de algunos sectores poco productivos (e.g., construcción).
Perturbaciones de demanda y productividad contracíclica. Sobreutilización de factores productivos con productividad marginal decreciente.
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21
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 18
Un cuarto problema es que el capital tec-nológico, antes ya he presentado algunaevidencia preliminar sobre este punto, elgasto dedicado a I+D sobre el PIB enEspaña es similar al de Italia, Grecia yPortugal y está por debajo, muy por deba-jo, del de Estados Unidos, Japón, Finlandiao Suecia que casi duplican nuestro esfuer-zo inversor.
Y luego un quinto problema tiene que vercon el capital humano que es inferior al deotras economías. En dos trabajos, uno deellos realizado con el profesor Ángel de laFuente, ya se analizaban estos problemasque están detrás del peor comportamien-to de la productividad relativa de Españacon relación a las economías más avanza-das. Uno de estos trabajos, por cierto, esel que Juan Manuel conoce muy bien por-que lo publicó la Fundación Alternativashace unos meses.
Si se descompone ese diferencial relativode productividad se encuentra que aproxi-madamente dos tercios está explicado porel gap en términos de capital humano yun tercio aproximadamente por el escasocrecimiento de la productividad total delos factores.
Es cierto que detrás del comportamientode la productividad hay factores cíclicos,pero también hay factores estructurales. Elcapital humano es uno de ellos y entre losfactores cíclicos por un lado están loscambios en la composición sectorial y elmayor peso de algunos sectores poco pro-ductivos, por ejemplo, el peso que ha idoganando en los últimos quince años laconstrucción. Un sector que tiene unaproductividad por empleado menor queotros sectores. Y también es cierto quedetrás de este comportamiento cíclico dela productividad está el hecho de que ante
perturbaciones de demanda y con unaproductividad contracíclica, nos encontra-mos con este peor comportamiento relati-vo de la productividad, que tiene que vercon una sobreutilización de factores pro-ductivos con una productividad marginaldecreciente. (Diapositiva 19)
En este gráfico aparece representado enel eje horizontal el capital por hora traba-jada, es decir, la dotación de capital entérminos relativos al trabajo y en el ejevertical, el PIB por hora trabajada. Se re-presenta también la frontera de produc-ción que pasa por Estados Unidos condos outliers que están fuera de esa fron-tera, que son Noruega, por la producciónde petróleo, e Irlanda.
Por lo tanto, a largo plazo, hay que co-rregir este gap en términos de capital hu-mano. A corto plazo eso no nos va a re-solver el problema, hay que incidir másen las mejoras de la eficiencia de los fac-tores productivos, es decir, fundamental-mente mejoras en la productividad totalde los factores. Es cierto que estamosviendo en los últimos trimestres una me-jora de la productividad del trabajo.Saben que está creciendo en términosinteranuales por encima del 3%. Estocomportamiento contracíclico de la pro-ductividad es bien conocido para muchospaíses europeos, pero sobre todo paraEspaña. Hay un trabajo reciente deGordon sobre este problema. La produc-tividad, a diferencia de lo que ocurre enEstados Unidos, tiene en España un com-portamiento contracíclico y, por lo tanto,desde mi punto de vista el gran reto alque se va a enfrentar la economía espa-ñola en los próximos años va a ser redu-cir la tasa de empleo sin que se resientala productividad, tal y como ya ocurrió enla expansión anterior.
Seminarios y jornadas 60 2009
94
La crisis económica española en un contexto global
95
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 19
La competitividad de la economía española 22
Otra forma de visualizar el problema de la productividad en España es que la distancia a la
frontera la explica la PTF y el capital humano.
Distancia a la frontera tecnológica.
El capital humano y tecnológico cambia muy lentamente, por lo que los efectos de las políticas educativas son a largo plazo.
A corto plazo medio la mejora de la productividad tiene que descansar en un uso más eficiente de los factores productivos, es decir, en mejoras de la PTF.
Como consecuencia de la crisis económica se observa una mejora de la productividad del trabajo, debido a un efecto cíclico (Dew-Becker y Gordon, 2008).
El reto en los próximos años será reducir la tasa de desempleo sin que se resienta la productividad, al contrario de lo que ocurrió en la expansión anterior.
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22
¿Cuáles son los determinantes de la pro-ductividad total de los factores y, por lotanto, la receta a corto plazo?
El primero de los determinantes de la pro-ductividad de los factores, ya lo he dicho,tiene que ver con la inversión en I+D. Elsegundo con el funcionamiento del mer-cado de trabajo, y sobre esto tendremosocasión de discutir largo y tendido en lasiguiente sesión. Ese funcionamiento delmercado de trabajo puede tener efectossobre la productividad total de los facto-res a través de dos vías. La primera deellas ya la he mencionado, al hablar deltrabajo de Dolado. Los efectos que tienela elevada tasa de temporalidad sobre laproductividad. Y luego el hecho de que,como muestra un trabajo reciente de JuanRamón García, España es uno de los paí-ses, a diferencia de lo que uno observa en
las economías de los países anglosajones,donde los salarios tienen una menor sen-sibilidad a la productividad y a los resulta-dos económicos. Esto hace que hayapocos incentivos por parte de los trabaja-dores a mejorar la productividad de lasempresas, en la medida en que esas me-joras no tienen efectos sobre los salarios.
La tercera de las razones es la de la com-posición sectorial y el tamaño de las em-presas y el cuarto, las regulaciones de losmercados de producto. La evidencia em-pírica sobre este punto es bastante rica yabundante. Hay un trabajo en EconomicPolicy de Nicoletti y Scarpetta de haceunos años en el que exponían y revisabantoda la evidencia empírica. Se observaque en general aquellos países que tienenunos mercados de productos con mejoresregulaciones tienen menor desempleo y
Seminarios y jornadas 60 2009
96
una mejor asignación de recursos produc-tivos entre los distintos sectores y mayoresincentivos para que las empresas innovene inviertan.
Además muchos de esos determinantesestán correlacionados entre sí. Es decir,una de las virtudes de muchas economíases que lo hacen en muchas áreas simultá-neamente. Y el capital humano es unclaro determinante que está claramentecorrelacionado con todas estas que acabode mencionar. (Diapositiva 20)
El capital humano, como se ve en el gráfi-co de la izquierda, está correlacionado deuna manera muy significativa con la inver-sión, con el esfuerzo inversor en I+D+i. Dehecho no es de extrañar esta correlaciónpositiva si uno tiene en cuenta que paraaquellas empresas que realizan inversiónen I+D el input más importante en el pro-ceso de innovación es precisamente el ca-pital humano. El capital humano tambiénestá muy correlacionado con el coste delas regulaciones. Aquellos países que tie-nen mejores sistemas regulatorios no espor casualidad que sean lo que tienen unmayor nivel de capital humano.
Respecto al funcionamiento del mercadode trabajo, como hay una ponencia poste-rior sobre este tema no me voy a deteneren ello. Únicamente les presento las dosevidencias empíricas a las que acabo dealudir, al tema de la tasa de temporalidad.(Diapositiva 21)
En el gráfico de la izquierda se ve cómoefectivamente antes de la crisis la tasa detemporalidad estaba por encima del 30%,más del doble del promedio del conjuntode los países europeos. En el gráfico de laderecha tienen la distribución de las tasasde crecimiento de la productividad para
distintos sectores productivos y distintosaños en España y la distribución de la tasade crecimiento de los salarios, medidasambas variables en términos reales. Loque se observa es que la desviación típicadel crecimiento salarial es mucho más re-ducida que la desviación típica de los cre-cimientos de la productividad, es decir,que hay una compresión salarial mayor yuna mayor dispersión, por el contrario, delcrecimiento de la productividad en el ám-bito sectorial.
Con respecto al tamaño de la empresa,me gustaría que se detuvieran sobre todoen la última columna del siguiente cuadroen la que se observa que en aquellas em-presas con más de 250 trabajadores, laproductividad del trabajo es muy similaren España a la de Estados Unidos y que,por lo tanto, tenemos un problema decomposición debido a la distinta distribu-ción de empresas según su tamaño.Puesto que la productividad de empresascon igual número de empleados, sobretodo aquellas más grandes, es muy similaren España y en Estados Unidos, una expli-cación posible es que en España sonmucho más abundantes las empresas demenor tamaño, que son las que tienenuna productividad menor. Es decir, tene-mos un sector productivo muy atomizado,con pequeñas empresas que tienen unaproductividad muy reducida. Por lo tanto,de nuevo aquí tenemos una manifesta-ción de un problema que está íntimamen-te relacionado. Las empresas más grandestienen una productividad mayor, de hechosimilar a la de otros países, y son las queinnovan y exportan. Creo que JuanRamón tendrá ocasión de profundizarsobre este tema en sus comentarios, perohay un problema de heterogeneidad muyimportante. No todas las empresas soniguales y, por lo tanto, el gran problema
La crisis económica española en un contexto global
97
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 20
La competitividad de la economía española 25
Elevada compresión salarial en relación con la productividad (García, 2009). La productividad
mejora cuando los salarios son más sensibles a los resultados de las empresas (Bayoumi,
Laxton y Pesenti, 2004)
Crecimiento de los salarios y de la productividad.
Antes del inicio de la crisis España presentaba la tasa de temporalidad más elevada en la EU-
27, con efectos negativos sobre la productividad
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Diapositiva 21
La competitividad de la economía española 24
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El capital humano está muy correlacionado con la inversión I+D (0.6): es el input más
importante en el proceso de innovación.
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Seminarios y jornadas 60 2009
98
que tenemos en España es un sector pro-ductivo con pequeñas empresas que noinnovan, que no exportan y con poco ca-pital humano. (Diapositiva 22)
El último tema sobre el que voy a hablarya para acabar mi presentación, tiene quever con el tema de las regulaciones en losmercados de productos. Este problemaestá íntimamente relacionado con eldesem pleo. En el gráfico siguiente lo quehe representado en el eje horizontal es elindicador de costes de regulaciones quepublica la OCDE. (Diapositiva 23)
Puesto que lo voy a relacionar con la va-riable que aparece en el eje vertical, quees la tasa de desempleo estructural para2005, he utilizado el coste de esas regu-laciones del año 2003. No es el últimodato porque para explicar el problema del
desempleo estructural tiene más sentidoutilizar cómo estaba nuestro país en tér-minos de regulaciones hace unos años yno en 2008. Se observa de nuevo una co-rrelación estadísticamente significativapara el conjunto de países de la OCDE.España era el cuarto país con peor siste-ma regulatorio de los países de la OCDE yel segundo país con una peor tasa de des-empleo estructural, lo cual no es casuali-dad. De hecho esto es algo que ya, a prin-cipios de los años 90, Layard, Nickell yJackman utilizaban como uno de los pushfactors a la hora de explicar el problemadel desempleo. Más recientemente se haanalizado este problema con más profun-didad y se ha llegado a la conclusión deque la liberalización de los mercados deproductos disminuye obviamente los cos-tes de entrada y aumenta la competencia,lo que a su vez da lugar a mejoras de pro-
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 22
La competitividad de la economía española 26
Tamaño de las empresas
La productividad de España en relación con EE.UU. y la UEM
Cuadro 1: Productividad del trabajo y tamaño de las empresas, 2005 Número de empleados
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La productividad agregada del trabajo es inferior en España respecto a Estados Unidos por un efecto composición debido a la distinta distribución de empresas según su tamaño: la productividad de empresas con igual número de empleados es muy similar en ambos países pero en España son mucho más abundantes las empresas de menor tamaño, cuya productividad media es menor.
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La crisis económica española en un contexto global
99
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 23
La competitividad de la economía española 27
NAIRU y regulaciones, 2005.
Regulaciones en los mercados de productos (RMP) y desempleo
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NAIRU, 2005
Indicador de regulación mercado de bienes, OCDE, 2003
Las regulaciones en los mercados de productos determinan los costes de entrada y el grado de competencia.
Cuanto menos competitivo son los mercados de productos menor es la demanda de trabajo (Layard, Nickell y Jackman, 1991)
mayor desempleo.
Blanchard y Giavazzi (2003): la liberalización de los mercados de productos disminuye los costes de entrada y aumenta la competencia (mejoras en las productividad), lo que permite una disminución del desempleo.
Facilita la introducción de mejoras en la regulación del mercado de trabajo.
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ductividad en las empresas y a una dismi-nución del desempleo. Hacer simultánea-mente reformas en el mercado de trabajoacompañadas de reformas en los merca-dos de bienes y de servicios me parecemuy importante.
En el gráfico siguiente tienen representa-da cuál ha sido la evolución de esta regu-lación en el sector de servicios que utilizala OCDE. (Diapositiva 24)
Es cierto, como saben, que desde princi-pios del año 2000 a finales de la décadaha habido una mejora muy importanteen el caso de la economía española.Aunque esa mejora en el caso de los in-dicadores de la OCDE presenta al menosdos dudas. La primera de ellas es que nose ve corroborada por otros indicadorescomo los que publica el Banco Mundialen la publicación que todos ustedes co-nocen de Doing Business o la que hemos
visto esta mañana cuando André Sapirpresentaba la evidencia del WorldCompetitiveness Indicator de IMD endonde, de los 57 países analizados,España ocupaba una de las peores posi-ciones. Y el segundo de los problemas deeste indicador que publica la OCDE esque España ahora mismo está, por ejem-plo en el caso de las telecomunicaciones,en una de las mejores posiciones dentrode la muestra de países de la OCDE. Sinembargo esta mejora en la regulación nose ha visto acompañada por mejoras re-lativas de la productividad y de los pre-cios en este sector. En este cuadro tienenun conjunto de indicadores que básica-mente lo que hacen es reflejar lo que laOCDE publicó la semana pasada y quesalió en todos los medios de comunica-ción. A pesar de todas estas mejoras,España sigue teniendo uno de los acce-sos de banda ancha de menor capacidady, además, de los más caros dentro de lospaíses de la OCDE. (Diapositiva 25)
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 24
Según la OCDE, ha habido una mejora sustancial en España durante los últimos años, que no se ve corroborada por otros indicadores (Doing Business, IMD World Competitiveness Indicator).
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 25
Sin embargo, parece que esta mejora en regulación, no ha venido acompañada de mejoras relativas en la productividad y precios.
La competitividad de la economía española 29
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ingresosPrecio de canasta de telefonía móvil ($ por mes) 21.7 17.0 17.0Precio de canasta de servicio de internet 32.0 7.5 13.7Fallas (por c/ 100 líneas de teléfono) 14.2 n.d. 5.8Suscriptores de teléfono por empleado* 656 559 389Suscriptores de Alta Velocidad (por cada 100 personas) 15.1 17.1 19.2Capacidad de banda ancha (bits por persona) 2,776 6,864 4,346
Indicadores de desarrollo del sector de las telecomunicaciones
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29
La crisis económica española en un contexto global
101
Por ello tampoco hemos visto mejoras enla inflación en servicios. Como ven en elsiguiente cuadro, si uno compara la infla-ción en el sector servicios se ha manteni-do un diferencial positivo. Ha sido muy es-table en el caso de España en los últimosdiez años y muy por encima de los paísesde la Eurozona. (Diapositiva 26)
Para acabar, porque lo he mencionadoantes, creo que habría que aprovechar queen estos momentos estamos realizando latransposición de la directiva de servicios.Deberíamos hacer una transposición ambi-ciosa de la misma y también de la propiaLey de Comercio. Quiero recordarles que laLey de Comercio ha quedado fuera de laLey Paraguas y la Ley Ómnibus para el casode la economía española. Dos leyes muyimportantes que son las que van a traspo-ner la Ley de Servicios. La Ley de Comercio
se va a modificar pero lo va a hacer fuerade estas dos grandes leyes. Sería buenohacer una transposición lo más ambiciosaposible, sobre todo en el caso de la Ley deComercio y para ilustrar por qué, no sólopor el hecho de que puede facilitar laadopción de reformas en el mercado detrabajo, sino también porque tendría unimpacto considerable en términos de PIB,productividad, consumo, inversión y sala-rio real, como recientemente ha analizadoel Ministerio de Economía y Hacienda rea-lizando unas simulaciones de los efectosreales que tendría una implantación deesta Directiva de Servicios.
Por lo tanto, y con esto acabo la presenta-ción, España ha tenido un problema de di-ferencial de inflación, de déficit exterior yde productividad relativa. Aunque algunasempresas y sectores son muy competitivos
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 26
La competitividad de la economía española 30
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internacionalmente, el consenso que existeentre los economistas es que estos tres pro-blemas están muy relacionados entre sí yque no son sino la manifestación de la faltade la competitividad agregada de la econo-mía española. En la crisis actual, en esta co-yuntura que estamos atravesando, es cier-to que los problemas de competitividad, dediferencial de inflación y de déficit se estáncorrigiendo, pero lo están haciendo de unamanera muy traumática, con el aumentode la tasa de paro que no tiene preceden-tes en otros países europeos. Por lo tanto,el reto debería ser en los próximos años re-ducir esa tasa de desempleo y simultánea-mente hacerlo con una mejora de la com-petitividad. Para ello sería necesario em-prender reformas estructurales lo antes po-sible, para reforzar las políticas que denlugar a una mejora de la productividad y almismo tiempo a una reducción del desem-pleo. La gran ventaja de las reformas quese enumeran aquí, como mejorar el capitalhumano, aumentar el esfuerzo de inversiónen I+D+i, las regulaciones en los mercadosde productos o las reformas en el mercadode trabajo para reducir la dualidad y au-mentar la sensibilidad de los salarios a laproductividad, es que no dan lugar a untrade-off entre mejorar la productividad yreducción del desempleo, es decir, quetodas y cada una de estas medidas simultá-neamente permitirían reducir el desempleoy mejorar la productividad simultáneamen-te. Muchas gracias por su atención.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
Muchas gracias, Rafael. Tiene ahora lapalabra para comentarios sobre la inter-vención, Juan Ramón Cuadrado.
Juan Ramón Cuadrado
Buenas tardes. Ante todo, deseo fe-licitar al ponente, Dr. Rafael
Doménech, por su detallada y rica interven-ción. Mis comentarios pretenden comple-mentar alguno de los puntos que él ha tra-tado y añadir algunas consideraciones sobreel tema que estimo pueden tener interés yque espero tengamos ocasión de debatirmás tarde.
1. Sobre el concepto de “competitivi-dad” al aplicarlo a los países
Quiero empezar mi intervención formulan-do unos breves comentarios sobre el temade la competitividad externa de las econo-mías porque considero que se hacen conti-nuas referencias al mismo sin que exista re-almente una gran claridad al hacerlo.
La “moda”, permítanme la expresión, dehablar de “competitividad” de las econo-mías se inició hace algunos años. Uno desus principales valedores, que figura entrelos que lanzaron la idea fue, sin duda,Michael Porter (1990) en su conocido libroThe Competitive Advantage of Nations,donde si bien acababa adoptando una vi-sión más microeconómica y subrayando lanecesidad de adoptar este enfoque, no esmenos cierto que su punto de partida de-fendía el hecho de que los países o regio-nes pueden tener determinadas “ventajascompetitivas” en sus relaciones con otrospaíses o regiones, lo que conduce a tenerque prestar atención, precisamente, a losfactores que otorgan o pueden ofrecertales ventajas en sus relaciones con el restodel mundo. Años más tarde el WorldEconomic Forum (Davos) empezó a produ-
1 Véase: European Commission (2004 y 2005) y European Commission (2009)
La crisis económica española en un contexto global
103
cir de forma regular unos indicadores decompetitividad de los países, que sigue pro-porcionando cada año. Y, a imitación de loanterior, otras entidades e instituciones vie-nen produciendo también, con distintos in-dicadores, listas de países en las que se re-fleja comparativamente el grado de com-petitividad de los mismos en función de al-gunos indicadores más o menos acertados.
La propia Unión Europea también ha reali-zado esfuerzos para “medir” la competiti-vidad de los países miembros y de laComunidad en su conjunto, poniendo suseconomías e intercambios internacionalesen relación con Estados Unidos y con otrospaíses importantes del mundo. Buenaparte de estos informes1 han concluidomostrando la “falta de competitividad” oel gap de competitividad que registran laseconomías europeas (con algunas excep-ciones de países) y la necesidad de realizaresfuerzos importantes para lograr su mejo-ra, bien sea a través de avances sustancia-les en el terreno tecnológico (donde desta-can los Acuerdos de Lisboa y la llamadaEstrategia Renovada de Lisboa), o bien po-niendo en práctica políticas y reformas quedinamicen el comercio exterior de laComunidad, con objeto de que sus bienesy servicios puedan competir con el restodel mundo en todos aquellos renglones ocategorías en los que esto sea posible.
Este abundante uso de la idea de “competi-tividad” referida a las economías de los paí-ses y también de las regiones (por ejemplo,dentro de la UE-15) no siempre ha idoacompañado de una claridad conceptualsuficiente. De hecho, considero que la trans-posición de la idea de competitividad desdeel ámbito de las empresas, que es donde al-canza su verdadero sentido, al nivel de unEstado constituye un salto bastante discuti-ble o, cuando me nos, no equiparable.
En el ámbito de la empresa la idea de su“capacidad competitiva” y su posible esti-mación son mucho más evidentes. Unaempresa gana competitividad cuando escapaz de mantener o de ganar cuota demercado a sus rivales, colocando sus pro-ductos en unos mercados abiertos a lacompetencia. Esto puede llegar a determi-nar, incluso, que alguna empresa compe-tidora sea expulsada de dichos mercadosdebido a su falta de competitividad, e in-cluso hacer que alguna de las empresas ri-vales quiebre o que reduzca tanto sus be-neficios que se vea obligada a reestructu-rar su organización. El hecho de que unacompañía gane cuota de mercado a ex-pensas de otras compañías que operan enel mismo sector, o en los mismos segmen-tos de mercado, ha servido para estable-cer unos vínculos muy fuertes entre la ideade competitividad de los negocios o em-presas y la idea de “rivalidad”.
Sin embargo, todo lo anterior no puedetrasladarse fácilmente al mundo de lospaíses y de las economías nacionales o re-gionales. Parecería que se trata solamen-te de un cambio de escala, pero no es re-almente así. En el caso de las economíasnacionales no es posible hablar, por ejem-plo, de que un país pueda ser expulsadode los mercados. Tampoco cabe hablar deuna posible bancarrota de ese país, almenos desde una óptica muy agregada ygeneral. Los números rojos de la balanzade pagos no tienen nada que ver con lascuentas de una empresa que exporta ono exporta, ni con su cuenta de resulta-dos. Por tanto, cuando se toman comoreferencia el conjunto de unas determina-das economías y se pretende establecerun ranking de “competitividad” no seestá manejando un concepto equivalenteal que utilizamos cuando nos referimos auna empresa concreta y sus productos,
Seminarios y jornadas 60 2009
104
sino que nos estamos refiriendo a cómose comporta dicha economía “en su con-junto” en relación con otras. Lo cual estanto como decir que estamos agregandola capacidad competitiva de todas susempresas con intención de comparar di-chos datos (representados por la cuota demercado, por la evolución de sus exporta-ciones, etc.) con los agregados de otraseconomías, que también incluyen a susrespectivas empresas. En consecuencia,hay que admitir que aunque utilizamos elmismo término (“competitividad”) noexiste una equivalencia en su aplicación alcaso de una empresa y sus productos y alde un país en su conjunto. De hecho, lautilización del término “competitividad”a una economía nacional incorpora ciertaambigüedad y puede ser criticada, comolo hizo hace algunos años Paul Krugman(1990), que subrayó incluso que la ten-dencia a considerar las relaciones econó-micas internacionales a la luz de la rivali-dad competitiva que se utiliza en el ámbi-to empresarial “constituye una peligrosaobsesión”.
Lo anterior no debe significar, sin embar-go, que todo lo que se ha escrito sobre“competitividad” de los países, y en par-ticular la intervención de R. Doménech,no tenga sentido. Creo que lo tiene, peroque debemos situarnos en un ámbito queno es el mismo del de las empresas. En úl-timo término hay que admitir que la com-petitividad de un país depende del com-portamiento y de la capacidad competiti-va que tengan sus empresas, y los datosde éstas no son tan fácilmente agrega-bles. Lo que casi siempre se hace al hablarde “competitividad” de los países es utili-zar algunos indicadores que nos aproxi-man, de forma global, a la mejora o em-peoramiento de posición que registran di-chas economías nacionales con respecto
a otras o en relación con el conjunto depaíses con los que se relaciona con mayorintensidad, como ocurre cuando compa-ramos la evolución del comercio exteriorde España en relación con los demás paí-ses de la UE o con otros países pertene-cientes a otras áreas del mundo. La com-petitividad de un país sería o es, en todocaso, como ya he subrayado, el resultadode la capacidad competitiva de cada unade sus empresas, tomando como referen-cia las que se mueven en mercados inter-nacionales o aquellas que estando dedi-cadas al mercado nacional reciben lacompetencia de productos elaborados enotros países.
Hechas estas advertencias previas, que re-tomaré al final, podemos pasar a comen-tar algunos aspectos de la “competitivi-dad” en relación con los países y muy es-pecialmente con referencia a España. Alrespecto, la literatura muestra diversasvías para expresar las mejoras o empeora-mientos de la “competitividad de un país”a través de algunos indicadores, como lacuota de exportaciones, y si ha ganado operdido algún punto en dicha cuota; el di-ferencial de inflación del país comparadocon otros países o un conjunto de ellos,puesto que ello expresaría un posible en-carecimiento relativo de sus precios sidicho diferencial es superior al de suscompetidores; las variaciones relativas alos costes de producción comparadas; o lacomposición de las exportaciones del paísy su evolución en los mercados internacio-nales. Pero, creo que no tiene mucho sen-tido que repita algunos puntos que ya hadesarrollado el Prof. Doménech, y pasaré,por ello, a subrayar algunos aspectos de laevolución reciente de la balanza por cuen-ta corriente española y de los indicadoresde competitividad, tanto vía precios comovía tecnología.
La crisis económica española en un contexto global
105
2. La evolución de la balanza porcuenta corriente y la balanza co-mercial de España
La balanza por cuenta corriente enEspaña ha venido mostrando un elevadodéficit durante los últimos años. En 2007,dicho déficit equivalió al 10% de PIB delpaís y en 2008 el porcentaje se mantuvoen un nivel similar (9,5%). La trayectoriade dicho saldo empeoró sustancialmentea partir de 2004 y ha seguido una líneade deterioro casi continuo que ha perdu-rado hasta la fecha, aunque seguramentese detendrá en 2009 como consecuenciade la crisis, como ya empezó a suceder enlos últimos meses de 2008. El Gráfico 1ofrece una panorámica de la evolución dela balanza por cuenta corriente y la balan-za comercial como porcentaje del PIB es-pañol, que no ofrece dudas al respecto.
En todo caso, creo que no habría queconfundir la “mejora” que se registra enlos últimos meses de 2008 o la que seacabe produciendo en 2009 con un giroprofundo en la tendencia anterior, ya queestá motivado –sobre todo– por el dete-rioro que está experimentando el comer-cio internacional y por el impacto queestá teniendo la crisis en la economía es-pañola, a lo que se suman las mejorasque se han producido en los precios delcrudo y de otras materias primas queEspaña se ve obligada a importar delresto del mundo.
Aunque este año y quizás los próximos lasituación puede mejorar, sería absurdoolvidar que estos datos tan agregadosmuestran un problema de fondo denuestra economía en relación con el restodel mundo, que nos lleva a tener que
Fuente: Elaboración propia.
Gráfico 1. Balanza por cuenta corriente 1999-2008. Saldos acumulados s/.12 meses(en porcentaje del PIB)
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acudir a la financiación exterior puestoque el déficit comercial, que ya suponíacerca del -4% del PIB en 1998, ascendióya al -5,1% del PIB un año después, al-canzó aproximadamente el -9% delmismo en 2007 y supuso todavía el -8%en 2008. Lo que conviene tener muy encuenta es, por tanto, que no hay queconceder importancia capital a un giro enel saldo por cuenta corriente que se expli-ca básicamente por las circunstancias decrisis actual, sino reconsiderar las causasque subyacen en dicho déficit (productosque exportamos e importamos; precios;productividad de la economía y porramas de actividad; etc.), y, sobre todo,es necesario definir el horizonte hacia elque España debería caminar cuando sesupere la crisis si no queremos que nue-vamente se agrave la situación exteriorde nuestra economía.La situación de fuerte déficit exterior que
caracteriza la evolución de la economíaespañola en los últimos años hubiera de-terminado hace tiempo que nuestro paísemprendiese una devaluación, con objetode reequilibrar las relaciones económicasexternas y estabilizar una economía cuyosniveles de demanda y de gasto eran muysuperiores a su capacidad de oferta, deforma continuada. Si esto no ha ocurridoes porque España forma parte del área deleuro, lo cual ha actuado simultáneamentecomo escudo y como hipnótico (Requeijo,2008) puesto que un país que mantieneun déficit por cuenta corriente como el deEspaña y con un diferencial de inflación deaproximadamente un punto porcentualpor encima de la media de la UE-15 nopuede ignorar la inviabilidad de esta situa-ción. Si ha sido posible es porque la UniónMonetaria de la que formamos parte notransmite a los mercados financieros inter-nacionales los desequilibrios de una eco-nomía de pequeño tamaño, como la espa-
ñola (representamos aproximadamente el9% de la Eurozona), y porque obtuvimosuna financiación relativamente fácil dedicho déficit exterior en los mercados in-ternacionales (principalmente europeos),con un tipo de interés muy bajo y sin dis-poner de una política monetaria autóno-ma para corregirlo.
Desde el punto de vista de la balanza co-mercial hay que subrayar, sin embargo,que apenas hemos perdido cuota de ex-portaciones a escala mundial, si bien seha producido una ligera tendencia a lacaída de la misma. En el caso de los bien-es, dicha cuota inicia su caída en 2003-04, de forma que si en dicho momentoEspaña representaba un 2,1% de las ex-portaciones mundiales, en 2006 se situósólo algo por encima del 1,7%, con unacaída inferior a la de otros países pero nopor ello insignificante. En el caso de losservicios nuestra cuota es algo superiorpero también ha registrado una caída,desde el 4% al 3,7% del total mundial,principalmente gracias al turismo, perono es menos cierto que con la presenciade algunas exportaciones de serviciosque deberían crecer en los próximosaños, como los transportes, la prestaciónde servicios a la construcción e incluso al-gunos servicios financieros.
Pero hay que recordar también dos rasgosque caracterizan nuestra balanza comer-cial. En primer lugar, el escaso peso de lasexportaciones españolas a los paísesemergentes y hacia los países en los quelas importaciones crecen más en los últi-mos años. Nosotros estamos exportando,sobre todo, hacia países maduros. ElGráfico 2 muestra claramente que Españaexporta comparativamente poco hacia lospaíses cuyas importaciones crecen más, altiempo que exportamos casi el 70% a los
La crisis económica española en un contexto global
107
países más avanzados y en especial haciala UE.
Por otra parte, otro rasgo de la balanzacomercial española en los últimos años hasido la vulnerabilidad a la competencia delos países de Europa del Este, EuropaCentral y a los países asiáticos. Esta maña-na daban un dato de las importacionesque España realiza de China, lo que es unbuen ejemplo de este hecho aunque hayotros que también lo refrendan.
3. Competitividad-precios y competi-tividad-tecnología
A la hora de analizar la “competitividad”global de un país suelen tomarse como re-ferencia dos aproximaciones: su competi-tividad en relación con los precios (o
“competitividad-precios”); y su competiti-vidad en cuanto al tipo de productos queexporta y el nivel tecnológico de los mis-mos (o “competitividad-tecnología”).
En el tema de la competitividad–precios, noañadiré nada casi a lo que ha expuesto congran detalle Rafael Doménech, apoyado endiversos cuadros y datos muy ilustrativos.Sin embargo, quiero subrayar, en todocaso, que tanto la evolución del IPCA (el in-dicador de precios armonizado) como el dela “inflación subyacente” indican clara-mente que la economía española ha veni-do perdiendo año tras año un punto por-centual debido al diferencial en contra quemuestran estos indicadores en relación conla UE. Lo importante es que, en términosagregados, este diferencial de precios afec-ta al tipo de cambio efectivo real de la eco-nomía, lo cual determina un empeoramien-
Fuente: Elaboración propia.
Gráfico 2. España exporta poco a los paises cuyas importaciones crecen con mayor intensidad aescala mundial (2003-2007)
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108
to relativo de los precios (y por tanto de lacapacidad competitiva por esta vía) que haequivalido en el período 2002-2008, y condatos del Banco de España, a una pérdidade aproximadamente el 10% respecto a lospaíses de la Zona Euro; pérdida que esmucho mayor cuando hablamos de todoslos países de la OCDE (un 15%, aproxima-damente); que alcanza el 17% frente a lospaíses industrializados (OCDE y los paísesasiáticos industrializados); y que asciende auna pérdida del 38% frente a los paísesasiáticos más industrializados (Corea,China, India, Singapur).
La pregunta que cabe hacerse al contem-plar estos porcentajes de pérdidas compa-rativas es si ello constituye una cuestiónnegativa insalvable o si puede ser reme-diada por alguna vía.
Mi respuesta es, en este punto, negativa.En otras palabras, no resto importancia al-guna a lo que significan los datos en tér-minos de pérdida de capacidad competiti-va que España ha experimentado comoconsecuencia de unas tasas de inflaciónsuperiores a las de otros países, pero, alpropio tiempo, considero que no deberíaverse tan negativamente ni centrar en estepunto la atención a los problemas denuestras exportaciones. ¿Por qué? Porquelas compañías compiten, y con ello vuelvoa la idea de que la competitividad se refie-re esencialmente a las empresas, en pre-cios, pero también lo hacen y deben ha-cerlo en términos de la calidad de lo quevenden u ofrecen a otros países; compi-ten, asimismo, en los servicios posventaque ofrecen; y compiten en la fiabilidaden los plazos que han acordado entregarun producto; o en las condiciones en lasque se realizan los contratos y la exporta-ción; etc. Por tanto, los precios constitu-yen una variable que sin duda hay que
tener muy en cuenta, pero que no es sólopor esta vía por la que pierde competitivi-dad un país, ni la única que los comprado-res de los productos o servicios de un paístienen en cuenta.
¿Dónde y cuándo son importantes los pre-cios? Lo son muy especialmente cuandonos estamos refiriendo al caso de losbienes o servicios poco diferenciados. Esdecir, todos aquellos que pueden fabricaru ofrecer muchas empresas en el mundo,porque sus costes más relevantes son lasmaterias primas y la mano de obra y cos-tes añadidos a ella. En este terreno, tieneny tendrán ventaja siempre aquellas empre-sas que operan en países donde los sala-rios son mucho más bajos, al tiempo quetambién son más reducidos los costes dela seguridad social, la presión fiscal, etc.,todo lo cual puede determinar que unpaís con elevados salarios y altos costessociales y fiscales tengan grandes dificul-tades para competir con los anteriores.
Sin embargo, cuando un producto es másdiferenciado e incorpora más valor añadi-do y tecnología, el cliente no se acerca a élsimplemente por el precio sino que buscala calidad, estudia los servicios posventa,exige la mayor fiabilidad, y desea obtenerun producto realmente avanzado desde elpunto de vista tecnológico. Por este moti-vo, aunque la evolución de los precios re-sulte o pueda resultar desfavorable, lo quehabría que fijarse más es en qué exporta-mos y en qué renglones de la producciónde bienes y servicios resulta ser importanteel tema precios. Esto no significa, en abso-luto, que no haya que prestar atención a laevolución de los precios en España y al di-ferencial de inflación que penaliza nuestrasexportaciones. Todo lo contrario. Hay queponer en práctica políticas de liberalizaciónde los mercados (por ejemplo en el ámbito
La crisis económica española en un contexto global
109
de los servicios, cuyo diferencial es todavíamás elevado y que contagian a los preciosde los bienes, directa o indirectamente),políticas que incrementen la competenciaen la oferta de materias y productos inter-medios, y políticas que reduzcan los impul-sos inflacionistas de la economía, aún te-niendo en cuenta la aproximación de losprecios que inevitablemente se va produ-ciendo entre España y los países más de -sarro llados de la UE.
En este punto, no cabe duda de que la ac-tual tendencia de los precios (el IPC, enparticular) ha sido claramente negativa ydebe advertirse, al propio tiempo, que sibien en los últimos meses el IPC españolregistra tasas de variación negativas quepermiten reducir el gap de inflación quenuestra economía ha venido registrando,no por ello debe considerarse un tema re-suelto. De nuevo, la advertencia que hayque hacer es que estamos en una situa-ción muy vinculada a la fase de crisis queestá atravesando la economía española yla internacional, lo cual empuja en nuestrocaso la caída de los precios debido al bajopulso del consumo y a la disminución quehan registrado algunas materias a escalainternacional, particularmente la energía.
La segunda forma de aproximarse a lacompetitividad, en este caso también porpaís, sería la competitividad-tecnología yahí sí que parece probado o bastante in-discutible que las exportaciones manufac-tureras de un país crecen más cuantomayor es la proporción de bienes de altatecnología que es capaz de producir y devender a otros países.
Hay razones que los economistas conoce-mos muy bien y que proporcionan apoyoa esta afirmación. En primer lugar hay queseñalar el hecho de que la elasticidad-
renta de la demanda mundial es más ele-vada para este tipo de productos que tie-nen un contenido tecnológico elevado; y,en segundo lugar, que la elasticidad-precio es más baja en estos productos yaque lo que se persigue no es sólo un buenprecio, sino una determinada calidad yprestaciones del producto o un servicioparticularmente sofisticado.
Para valorar los productos según su conte-nido tecnológico puede servir, aunque seaalgo simplificadora, la clasificación quepuso en circulación hace años la OCDE alordenar las ramas productivas y sus princi-pales productos en: industrias o productosde alta tecnología, de tecnología media ybaja tecnología. Pues bien, si aplicamosesta clasificación al caso español, lo que secomprueba es que en el relativamenteamplio conjunto de productos que expor-tamos hay un claro predominio de los queson de baja o media tecnología y una es-casa presencia de los de elevada tecnolo-gía. Estos últimos suponen alrededor del10% del total de las exportaciones espa-ñolas, una cifra claramente inferior a la depaíses como el Reino Unido, Alemania,Estados Unidos, Francia y otros.
España es, sobre todo, exportadora deproductos intermedios y productos de bajatecnología, un terreno en el que sí operacomo factor determinante de la competiti-vidad el factor precio, puesto que compe-timos con países que son capaces de poneren los mercados muchos de nuestros mis-mos productos (metálicos, de madera, tex-til, etc.) a unos precios muy inferiores a losnuestros y con una calidad igual, mejor oal menos tan aceptable como la española,aunque quepan determinadas excepcio-nes. Esos países, sean asiáticos, de EuropaCentral u Oriental, pueden competir conventaja con nuestros productos porque tie-
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nen costos de producción más bajos. Yalgo parecido cabe aplicar a los serviciosmás convencionales que son exportables,porque nos estamos olvidando demasia-das veces de que los servicios son ya uncomponente importante en nuestras ex-portaciones. No sólo en turismo (donde elfactor precios tiene también su relevanciay tenemos fuertes competidores) sino enotros ámbitos de servicios donde todavíaEspaña registra un saldo negativo, comosucede en los transportes, en los serviciosa empresas, o en los llamados servicios cul-turales y de ocio.
Realmente, sólo tenemos un saldo positi-vo en el área de los servicios en el caso delturismo, con una clara tendencia a estabi-lizarse o incluso perder algunas posicio-nes, y en los servicios vinculados a la cons-trucción, posiblemente por las obras quealgunas compañías están trabajandofuera. Me parece que ahí hay un campoimportante para poder avanzar y que, eneste sentido, la Directiva comunitaria deServicios (que pretende precisamente des-regular, abrir, fomentar el comercio inter-nacional en este sector), puede venirlemuy bien a España, siempre que estetema se aborde como una cuestión en laque nuestro país puede estarse jugandoalgo más que cumplir simplemente con latransposición de la Directiva, y que se rea-licen planes para impulsar la mejora y di-namización de los servicios y su exporta-ción a otros países.
4. Mirando hacia el futuro
Lo que he expuesto en los apartados 2 y 3podría resumirse en los siguientes puntos:
• España ha venido acumulando en los úl-timos años un fuerte déficit por cuenta
corriente, en cuya base está el déficit dela balanza comercial. La consecuenciaha sido un proceso de endeudamientocon el exterior, que ha concurrido tam-bién con un diferencial de inflación tam-bién negativo para España.
• De no estar integrados en la UEM nues-tro país se hubiera visto abocado a reali-zar una devaluación de su moneda pro-pia y a adoptar medidas de ajuste internocomo acompañamiento a dicha medida.
• Esto no ha ocurrido por nuestra perte-nencia al área euro y porque no dispo-nemos ya de instrumentos de políticamonetaria de tipo de cambio propias. Eleuro ha sido un buen anclaje para laeconomía, pero ha actuado como escu-do y también como hipnótico, permi-tiendo que no se corrigiese a tiempo elfuerte desequilibrio.
• Las exportaciones españolas se han vistoafectadas por el diferencial de inflaciónque ha supuesto notables pérdidas decompetitividad en términos de tipo decambio efectivo real.
• Cuando se analiza la “competitividad”de las exportaciones de un país puedehablarse de “competitividad-precios” y“competitividad-tecnología”. La estruc-tura de las exportaciones españolashace que el tema de los precios afecte auna buena parte de ellas dado que engran medida se trata de productos pocodiferenciados, donde los competidoresson capaces de aplicar precios muchomás bajos.
• A la vez, desde el punto de vista delvalor añadido y el contenido tecnológi-co, las exportaciones españolas se ca-racterizan por el predominio de produc-
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tos de baja o media tecnología y poruna limitada presencia de productos dealta tecnología, lo que nos aleja de bas-tantes mercados internacionales.
• Las exportaciones de servicios tampocomejoran nuestra posición. En unos casosporque la evolución de los precios tieneefectos negativos (turismo) y en otrosporque nuestras exportaciones en servi-cios más avanzados son reducidas.
Para no alargar mi intervención he evitadoproyectar algunas transparencias quecompletaban o apoyaban estas ideas.Pero no puedo dejar de señalar algunasideas para el futuro.
La primera de ellas es que España necesi-ta reconducir su crecimiento fundándoloen mayor medida en su capacidad expor-tadora. El crecimiento sobre la base de lademanda interna (vivienda; gastos de con-sumo de los ciudadanos…) está agotado.
La segunda es que es probable que en lospróximos meses se produzca –de hecho yase ha iniciado– una progresiva mejora dela balanza por cuenta corriente, debido ala caída de las importaciones y a la mejo-ra de los precios del crudo y otras mate-rias, al mismo tiempo que las empresasbuscan mejorar sus exportaciones a lavista de la caída del mercado interior. Estamejora no debe en ningún caso llevar apensar que el problema de fondo se estáresolviendo, porque básicamente es sóloconsecuencia de los efectos de la crisisque estamos padeciendo. Podría muy bienocurrir, además, que los precios del petró-leo y de otras materias vuelvan a pulsar alalza, lo que automáticamente empeoraríala balanza debido a la dependencia de laeconomía española con respecto a deter-minadas importaciones.
La tercera es que se impone poner enpráctica acciones con objetivos a largoplazo que procuren efectivamente impo-ner un giro en las relaciones de la econo-mía española con el exterior. Me limitaré aseñalar algunas líneas básicas que podre-mos ampliar en el coloquio. En particularseñalaré lo siguientes frentes de acciónque se relacionan con el sector exterior:
• Es preciso afrontar el problema de nues-tra fuerte dependencia energética delexterior. Reformular las fuentes de pro-ducción de energía implica debatir va-rios temas: el alcance de las energías re-novables (en mi opinión y la de muchosexpertos, muy limitado) y la producciónde energía nuclear, que posiblementecon las tecnologías que están hoy dispo-nibles ya no debería ser un tema tabú.
• Poner en marcha políticas comercialesque permitan abrir mercados en los paí-ses emergentes, cuyo crecimiento estádeterminando que sean los mayores de-mandantes de productos de los paísesmás desarrollados y donde España tieneuna posición muy baja.
• Combatir el diferencial de inflación, deforma que no se siga produciendo unapérdida de competitividad por esta vía,sobre todo porque afecta al grueso denuestras exportaciones, que no son detecnología alta sino baja o intermedia.
• Impulsar la productividad de la econo-mía española, lo que incluye no sólo unempleo más eficiente de los recursos,sino la dinamización de las innovacio-nes. En este terreno, creo que el proble-ma no es realizar un mayor gasto enI+D, que en muchos casos tiene conse-cuencias muy bajas en el sistema pro-ductivo, sino impulsar la innovación y la
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competencia en los mercados internos,tanto de producción de bienes como deservicios. Gastar más en investigaciónno equivale a innovar ni a dar un impul-so al sistema productivo. Muchas inno-vaciones son producto de “ideas” comohan señalado algunos economistas mo-dernos. Además, es grave que la partici-pación privada en el gasto en I+D sea in-ferior al 50% del total. Algo falla.
• Hay que innovar también en servicios yapoyar dicha innovación. Ahí podemosperfectamente innovar, podemos redu-cir costes, podemos mejorar la producti-vidad y podemos estar en las mejorescondiciones para competir. Y eso no re-quiere que se monte un nuevo institutoen el Consejo de Investigaciones o quese gaste un 0,3% más del PIB. En mu-chos casos es innovar en diseño, en nue-vas ideas; y es también proporcionar unbuen servicio.
• Hay que favorecer que exista mayorcompetencia en los mercados. Un temaque afecta de modo especial a los servi-cios. La transposición de la Directiva co-munitaria, que se está retrasando enor-memente, constituye una oportunidadpara activar la competencia y removerobstáculos en el campo de los servicios,pero también con efectos directos e in-directos en la producción de bienes.
• Hay que podar ampliamente las regula-ciones que ahora existen en España.Muchas de ellas promovidas desde lascomunidades autónomas, que han lle-vado a una fragmentación del mercado,y otras dependientes de los municipios,que también han abusado ampliamentede su capacidad reguladora. Con seguri-dad que esa normativa tan frondosaafecta a la creación y crecimiento de las
empresas y, por supuesto, a su capaci-dad exportadora.
• Hay otros muchos campos en los quedebería actuarse y que directa o indirec-tamente afectan al tema que estamostratando. Este es el caso del transporte(especialmente del transporte de mer-cancías y, en particular, por vía ferrovia-ria, que ha caído a unos niveles lamen-tables)
5. La “competitividad” está, sobretodo, en las empresas
No quiero cerrar estos comentarios sin re-ferirme de nuevo al tema que planteé alprincipio. La competitividad de un país ra-dica básicamente en sus empresas y es eneste terreno donde hay que actuar ydonde es preciso fijarse y aplicar medidascon visión de futuro.
Si la recuperación económica implica, entreotras cosas, que España debe exportar másy de más calidad, entonces es preciso pen-sar en dos objetivos: 1) que aumente el nú-mero de empresas exportadoras; y 2) queel volumen de exportación por empresacrezca muy sustancialmente. En este senti-do, es bueno recordar que la media de ex-portación por empresa es en España de 4,6millones de euros. Una cifra casi ridículaque nos conduce asimismo a saber quesólo un 0,5% de las empresas tienen unaexportación igual o superior a los 50 millo-nes de euros anuales, y que un 2% más deempresas se mueve en un volumen de ex-portaciones comprendido entre los 10 y los50 millones de euros. Por el contrario, el63,7% de las empresas realizan exportacio-nes por debajo de los 50.000 euros anua-les, lo que supone un volumen de exporta-ción del 0,3% del total (Tabla 1)
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Por otra parte, cuando se examina afondo la conducta de las empresas y seutiliza el concepto de “empresas exporta-doras regulares”, que son las que han re-petido exportaciones durante cuatro añosseguidos, se observa también que su nú-mero disminuye drásticamente con rela-ción al total de empresas exportadoras(Tabla 2) y que, además, el número de em-presas que exportan a nuevos mercados omercados emergentes (China, India,Rusia, Marruecos, Brasil, etc.) es muy re-ducido, aunque no es menos cierto queen los últimos años dicho número ha au-mentado, como muestran los datoscorres pondientes al período 2003-2007.
Estos datos y otros que podría aportar ycomentar indican algo que ya he anuncia-do al principio y que en el caso español esparticularmente relevante: la competitivi-dad del país y su evolución no puedensólo medirse a través de indicadores muyagregados, ya que en último término de lo
que depende es del comportamiento desus empresas. Y en el caso español me pa-rece muy claro que es en este terrenodonde es preciso actuar y centrar las polí-ticas de recuperación del sector exterior.
Referencias citadas
European Commission (2003): A Study onthe Factors of Regional Competitiveness. Report for the European Comm., Cam -bridge Econometrics and Ecorys-Nei, poli-copiado.
European Commission (2004 y 2005):European Competitiveness Report 2003 y2004, Bruselas.
European Commission (2009): Competi -tiveness developments within the EuroArea. Special report, Dir.Gral Ecofin, poli-cop., 49 páginas.
Fuente: Secretaría de Estado de Comercio, a partir de datos del Departamento de Aduanas e impuestos Especiales de laAgencia Estatal de Administración Tributaria. (Tomado del Boletín Económico del ICE, n. 2965, mayo 2009)
Tabla 1. Operadores de exportación por tramos (2007)
Número de empresas Volumen de exportación
Total Porcentaje del total Millones Porcentaje del totalde empresas de euros de exportación
TOTAL 98.513 100,0 181.479 100,0
Menos de 50.000 € 62.719 63,7 486 0,3
Entre 50.000 y 500.000 € 18.174 18,4 3.593 2,0
Entre 50.000 y 2,5 mill. € 10.504 10,7 12.253 6,8
Entre 2,5 mill. € y 10 mill. € 4.677 4,7 23.209 12,8
Entre 10 mill. € y 50 mill. € 1.963 2,0 40.285 22,2
Más de 50 mill. € 476 0,5 101.652 56,0
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Krugman, P. (1994): Competitiveness: adangerous obsession; Foreign Affairs, 73(2): 28-44.
Requeijo, J. (2008): Quousque tan-dem…?; en: Papeles de EconomíaEspañola, n.116: 35-44.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
Bueno, muchas gracias. Completamosasí la primera parte de la exposición sobrelos temas de competitividad.Tiene ahorala palabra Luis Toharia para hablar delmercado de trabajo.
Mercado de trabajo
Luis Toharia | ponente
Muchas gracias. En primer lugar esobligado agradecer a la Fundación
Alternativas y a los compañeros del Insti -tuto Universitario de Análisis Eco nómico ySocial que me hayan invitado a participar.Tengo que decir a la audiencia, para quesean conscientes de ello, que cuando meinvitaron mi primera respuesta fue decir-les que no. La razón por la que les dijeque no, no fue personal, por supuesto, niporque la jornada no me pareciera intere-sante, sino porque el título de lo que ellosquerían era: Las reformas necesarias parala economía española, mercado de traba-
Fuente: Elaboración propia con datos de Aduanas. (Tomado del Boletín Económico del ICE, n. 2965, mayo 2009)
Tabla 2. Empresas exportadoras regulares por área de destino delas exportaciones 2003-2007
2003 2004 2005 2006 2007* Variación Exportaciónmedia anual media
2007/2003 (miles deeuros) 2007
TOTAL MUNDIAL 33.289 34.903 38.020 38.750 39.214 4,2 4.627,90Unión Europea 18.812 19.210 19.233 19.360 18.848 0,1 6.671,05
Zona euro 17.986 18.321 18.607 18.714 18.408 0,6 5.543,40
Resto UE 8.001 8.302 8.264 8.397 8.315 1,0 2.849,42
Turquía 1.323 1.393 1.632 1.738 1.836 8,6 1.613,01
Rusia 1.192 1.369 1.556 1.689 1.777 10,6 1.173,86
Marruecos 2.505 2.845 3.244 3.549 3.889 11,6 817,16
Argelia 991 1.069 1.139 1.150 1.176 4,4 585,35
México 2.903 3.171 3.483 3.550 3.541 5,2 368,54
Brasil 1.339 1.386 1.468 1.518 1.484 2,6 1.391,93
India 522 622 795 859 943 16,2 786,96
China 632 794 1.054 1.208 1.317 20,5 2.462,17
Corea del Sur 742 779 891 888 899 5,1 1.488,20
*Datos provisionales
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jo, y yo no tengo ninguna reforma queofrecer. Entonces, como no tengo ningu-na reforma que ofrecer me parecía queno era yo la persona adecuada para ha-blar. Pero a pesar de eso, insistieron y di-jeron: bueno, algo tendrás que decir.Bueno, pues algo diré. Y por lo tanto, esoes un poco lo que voy a hacer, decir algu-nas cosas desde el bien entendido. Peroes verdad que no tengo ni defiendo nin-gún programa de reforma. No creo queexista. Quizás por un descreimiento quedebe ser cosa de la edad. Yo estaba enuna propia propuesta de reforma en elaño 1991 con Julio Segura, SamuelBentolila y Federico Durán. Hicimos unapropuesta de reforma de temporalidadque aparentemente estaba tan bien queal ministro de Trabajo de la época le en-cantó, publicó un libro y naturalmenteuna vez que está publicado el libro la re-forma no sirvió para nada. Porque cum-plió su papel político de “esto ya lo tene-mos, a partir de aquí no vamos a negociarmás”. Como no era el objetivo que pro-poníamos, aquello quedó ahí.
Ha habido más reformas, pero en el año2001 yo estuve con varios compañerosdiscutiendo extensamente, incluido JuanFrancisco Jimeno esporádicamente ennuestras discusiones sobre temporalidad.Este es el libro que se publicó en 2005. Elproblema de que se publicara antes noera político, como en un momento pare-ció o se dijo, el problema era que la con-clusión del libro era la no-reforma. Perono a la reforma porque pensáramos queel statu quo era estupendo, no. En abso-luto. Sino porque no llegábamos a la con-clusión de que hubiera ninguna reformaevidente que se pudiera proponer que notuviera efectos negativos. Esta mañanadecía José Luis Leal que España es un paísque no experimenta, que hay que experi-
mentar. Yo creo que la reforma de 1984fue bastante experimental. Y puede quede aquellos barros vengan estos lodos.Este es el problema de experimentar,como decía Tomás esta mañana: ex -perimen tar con gaseosa. O sea, no expe-rimentemos. Expe rimentar en cuestionessociales tiene efectos más duraderos ymás difíciles de cambiar.
Dicha esa introducción, quería hablar dedos cosas. Una, aspectos básicos o datosbásicos y luego un comentario final sobreel mercado de trabajo que en realidaddará pie a la intervención de JuanFrancisco que será mucho más específica(como ya nos lo hemos pasado, ya sabe-mos lo que vamos a decir cada uno de losdos). Esa es la ventaja de tener al comen-tarista de amigo y viceversa. Entonces, yasabemos lo que vamos a decir. Él va a ha-blar más de reforma específicamente.Posiblemente será más interesante desdeel punto de vista de la reforma y lo mío es-pero que sirva a alguien para al menostener los números bien. Para que no sedigan cosas como las que hemos oídoesta mañana con los números. Por lomenos que se argumente como se quiera,pero que se digan los números bien.
Los cinco aspectos de que quería hablarson: primero, una evolución general delempleo y del paro. Segundo, es el temade la temporalidad y volver a las experien-cias de las reformas anteriores, todas ins-piradas en una política de acercamientode costes que no han funcionado. No hanfuncionado esas medidas. Es algo que te-nemos que saber. No es la primera refor-ma que estamos planteando. Hemoshecho bastantes. ¿Qué ha pasado conellas? Evaluemos. Tercera cuestión: con-tratos indefinidos y contratos temporales.Esta mañana también se han dicho algu-
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nas cosas. Los contratos indefinidos pare-cía que no se hacía ninguno. Bueno, sehacen muchos. Ya lo veremos luego.Sucede una cosa que a mí me llamamucho la atención y que no es fácil expli-car. Es que los contratos indefinidos boni-ficados, los que tienen un coste laboralmás bajo tienden a durar menos. Duranmenos que los que tienen el coste laboralmás alto. Es decir, que cuando se introdu-ce una política, la duración media de loscontratos baja. De tal manera que elstock, evidentemente, al acercar el flujode entrada aumenta de contratos indefini-dos, pero el stock no aumenta tanto comose esperaría. Ese es el problema que estápasando. Por eso esas políticas no estánfuncionando. A mí es una cosa que mesorprende. La otra cosa que me sorprendede la que no hablamos nunca y debería-mos pensar es: hay muchos contratostemporales de duración muy corta. Luegolo diré. De menos de siete días, de menosde un mes. ¿A esos contratos les importael tipo de contrato? ¿Les importa el costede despido? Yo me pregunto: ¿qué haydetrás de esos contratos?
La cuarta cuestión que quería mencionarson los despidos. El despido en España es,desde el año 2002, libre. Esto es un hechoque cualquiera debe reconocer y cuandouno oye hablar parece como si en Españano hubiera pasado nada en los últimos 30años y hablamos de un mercado de traba-jo del franquismo, y no es así hoy en día.El coste del despido no ha sido un factorrelevante para el despido. Hay muchísi-mos despidos en España. Se despide mu-chísimo, no es ningún problema.Tampoco lo es para la contratación.Porque se siguen haciendo contratos in-definidos ordinarios que son los que lle-van el coste de despido más alto, el de 45días. Pueden contratar de 33 y se contra-
ta de 45. Eso se hace. Y el último puntoque quería mencionar: prestaciones pordesempleo, que se habla de ampliarloahora. Me parece que hay una cuestiónque se menciona poco y que yo querríadestacar, que es no lo que ha pasado enla crisis, sino lo que pasó en la expansiónanterior. Es un aumento muy notable delnúmero de beneficiarios. Claro, está liga-do a la temporalidad, pero es algo que elpropio sistema lo permite. Si alguna vezse habla de reformar el sistema de presta-ciones ahí es donde hay que poner eldedo, en mi opinión. Nadie lo dice, yo lodigo, lo menciono. Es muy difícil porquesupone posiblemente un recorte, una rigi-dificación de la ley, hacer algo más difícilel acceso a las prestaciones. Pero si hayalgo en mi opinión que es llamativo de lasprestaciones, es eso.
Vamos al primer punto rápidamente. Estegráfico tiene la evolución del empleo y elparo por sexo. Están en la misma escala.Los hombres están arriba, las mujeresestán abajo, pero están en la misma esca-la. Lo que pasa es que como hay tanta di-ferencia entre ellos, se pueden poner en elmismo gráfico y no se cruzan y se puedenhacer estos gráficos juntos en la mismaescala. (Diapositiva 1)
Lo que a mí me llama la atención es que lacrisis actual es una crisis que se caracterizapor la heterogeneidad, y ahora diré que delas cosas que me gustaría destacar máscomo palabra clave es “heterogeneidad,heterogeneidad, heterogeneidad” y no“agregado, agregado, agregado”. Lo sien-to por los macroeconomistas. Lo hacenmuy bien, no tengo nada contra ellos,pero creo que cuando uno mira sobre todoel mercado de trabajo, hay que bajar a ladesagregación. A pesar de eso, la caracte-rística fundamental es que aquí tenemos
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 1
una caída del empleo que no hubo en el92, 93 y 94, hubo una caída del empleofortísima y la tasa de paro de los hombresllegó al 20% y de las mujeres al 31%. Elempleo de las mujeres apenas disminuyó,ya está disminuyendo. O sea que la crisisactual desde el punto de vista del empleoes más fuerte de lo que fue la del 93.Todavía no tenemos esas tasas de paro, notardaremos en llegar, seguramente, perohubo una crisis muy fuerte. La otra cues-tión importante es que tenemos un tama-ño de mercado de trabajo que es notable-mente mayor. En el año 94 teníamos diezmillones de hombres, ahora tenemos trecemillones. Teníamos seis millones de muje-res y ahora tenemos diez. Es decir, tene-mos casi siete millones más de personas enel mercado de trabajo. Es desde luego im-portante también recordar desde el puntode vista de la evolución y del futuro.
El siguiente punto que quería mencionares la evolución sectorial del empleo. Creoque esto es muy importante de destacar.(Diapositiva 2)
Es verdad que el empleo entre el cuarto tri-mestre de 2007 y el cuarto de 2008 perdió620.000 empleos, pero la construcciónperdió casi tanto, 558.000, la industria pe-sada, 150.000, bastante, el sector públicoo los servicios públicos, educación, sanidady administración pública aumentó225.000. Hay mucha heterogeneidad.Cuando uno piensa en el mercado de tra-bajo, tiene que pensar que hay sectoresque crecen y otros que no. Esto pasó entreel cuarto y el cuarto trimestres. Cogemosel primer trimestre que ha sido el peor, elprimer trimestre de 2009. Hay que hacerlode esta manera porque ha cambiado laclasificación y no se puede enlazar de cuar-
tos del 2007 a 2009, hay que hacerlo decuarto a cuarto y de primero a primero.Viendo del primero al primero, vemos aquíque tenemos de nuevo que la construcciónson 700.000 de pérdida. Aquí ya conside-rando primero a primero, vemos que hayotros sectores que han caído detrás tam-bién. Ya no es sólo la construcción, obvia-mente la construcción tira de la industria y,por efecto de la demanda, tira de todos lossectores. Pero el sector público aumentó240.000 entre primero de 2008 y primerode 2009. 700.000 cayó la construcción yya cae comercio y hostelería. Una granparte de esta caída es estacional porque elprimer trimestre es el peor, pero es prime-ro con primero, por lo tanto es estacional,pero no tanto. O sea que es el trimestre deajuste fuerte, como ya nos lo ha dicho estamañana Joaquín Almunia y alguien tam-bién mencionó que la construcción tenía
un exceso de 800.000, no sé si lo ha dichoSolchaga y quizás posiblemente haya lle-gado al fondo, pero quién sabe hastadónde puede llegar. Pero fundamental-mente quería destacar la heterogeneidadque hay sectorial y el gran peso que tienela construcción. Porque la construcción esun sector muy particular, desde el puntode vista de todo lo que es el funcionamien-to del mercado de trabajo.
Otro punto del que quería hablar es eltema de la temporalidad. Esta es la evolu-ción de la temporalidad desde el año 87 yhe marcado las distintas reformas que sehan hecho para ver un poco que la reformadel 92, la del 94, la temporalidad despuésde la reforma aumenta. (Diapositiva 3)
Teóricamente en el año 1994 hubo unajuste del coste del despido o eso preten-
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 2
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 3
día la reforma. Claro, es entonces unacuestión de grado, evidentemente. Y enese sentido sólo hay un grado que elimi-naría totalmente la temporalidad, es elimi-nar el coste del despido totalmente.Evidentemente. Pero por definición todosserían temporales o todos indefinidos, daigual a esos efectos. La siguiente reformade 1997, vemos que claramente pretendíaeliminar la temporalidad. La temporalidadvenía bajando ya un poquito. No se notaun gran salto. En el año 2002 hay un cam-bio en los costes de despido que se recor-tan por la eliminación de los salarios detramitación en la mayoría de los casos y,sobre todo, se vuelven ciertos. Cuandodigo que es libre es porque hoy se puededespedir con tal de poner la indemniza-ción de 33 ó 45 días en el juzgado de losocial, el trabajador está despedido inme-diatamente y no hay discusión posible.
Algunos discuten, pero son los menos.Además, todo lo que pueden sacar es loque ya les están dando. ¿Para qué van adiscutir? Se discute fundamentalmentecuando el cálculo que le han hecho noestá bien hecho. La litigiosidad viene porel hecho de: usted me ha calculado 45días a tal salario el día y es más; es lo quedicen los jueces que es la litigiosidad quehay, pero el grueso de los trabajadorescogen el despido, se van a cobrar las pres-taciones al día siguiente y se acabó.
La reforma del 2006 en cambio es la únicareforma que produce un efecto inmediato.No muy grande desde el punto de vista dela cantidad, pero sí un efecto claro.Evidentemente a partir de aquí esta caídaes la crisis, no cuenta, pero es la única re-forma que produce un efecto gracias alplan extraordinario de conversiones que se
aprobó y que tiene un efecto pequeño du-rante el final de 2006 y a partir de ahí seagota. Probablemente porque el efecto erael que cabía esperar. De la temporalidadquería destacar también otra cuestión quees el elemento sectorial. (Diapositiva 4)
El elemento sectorial me parece importan-te porque esta mañana se dijo que de losindefinidos no se despedía ninguno, ycuando uno mira el stock de indefinidoshay 95.000 que aumentó entre el cuarto yel cuarto pero en la construcción hubo135.000 pérdidas de empleos indefinidos.O sea que eso de que indefinidos no sepierden, un momento, hay que mirar losdatos. No vale mirar el agregado nada más.Y desde luego, claro, hay muchos tempora-les más que se pierden. ¿Pero quiénes sonlos temporales en una empresa? En unafarmacia cojo indefinido y cojo al trabaja-
dor más cualificado, le hago jefe o encar-gado y a ese lo tengo indefinido y a los queestán allí de vendedores que puedo cam-biarlos en cualquier momento, los hagotemporales. Del indefinido no me quierodesprender, es el más valioso para mí. Eltrabajador indefinido es el valioso. No esporque sea indefinido, es porque es valiosoque le hago indefinido y no al revés. Esa esen parte siempre la confusión, creo yo, conel contrato. El contrato va después, cuandotengo un trabajador valioso, lo hago inde-finido. Al que no es valioso, desde luegoque no. Basta con mirar los contratos inde-finidos y la probabilidad que hay de tenerun contrato indefinido en función del nivelde estudios o la cualificación para ver queeso efectivamente es así.
Por completar lo de la evolución sectorialde la temporalidad, el del primer trimestre
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 4
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con el primer trimestre es la misma idea,pero vemos que el aumento de indefini-dos, vienen 222.000 del sector público,un poquito de servicios de todo tipo,150.000 pierde la construcción y en la in-dustria también se pierden. Menos, tam-bién se pierden menos temporales, lógica-mente porque hay menos temporalestambién en la industria.
Sobre el tema de los contratos, tercerpunto que mencionaba, en este cuadroviene la evolución del número de contra-tos que se han firmado en los servicios pú-blicos de empleo en los últimos años y elúltimo dato es una estimación que a par-tir de los datos de enero a marzo, me atre-ví a hacer una estimación de enero amayo. Da igual un poco, pero aquí lo rele-vante en todos estos gráficos es que hayde enero a mayo de 2006 para comparar.(Diapositivas 5 y 6)
Evidentemente en el año 2009 se estácontratando menos que en los años ante-riores. Estamos en crisis, eso no hay quienlo dude. Pero contratos indefinidos ordi-narios, 45 días de despido, hay casi300.000, más que en el 2006. Menos queen el 2007 y 2008, pero más que en2006. Esto me parece que es algo llamati-vo. No se puede decir que no se está con-tratando a nadie. Se está contratando, yocreo, a mucha gente. ¿Se está contratan-do mucho temporal? Claro, muchísimos.El año pasado se firmaron 14,7 millonesde temporales. Este año posiblemente ter-minemos en 11 millones de contratos.Claro, son contratos de muy corta dura-ción, evidentemente, no cabe ningunaduda. Me llama la atención y me pregun-to: muy bien, no estoy seguro de dóndevienen –me llama la atención y creo quees importante tenerlo en cuenta cuandohablamos de estas cosas–, es decir, la dis-
tribución por duración de los contratos.Hay 2,7 millones de contratos de menosde siete días en el año 2008. Y hay otrosdos millones más de menos de un mes. Entotal, casi cinco millones de contratos demenos de un mes. Lo que quería decir esque hay 600.000 personas, de esos cincomillones de duración, que se repiten.Claro. Son 600.000 personas las que sólorecibieron contratos de menos de 30 días.En media, por cierto, recibieron tres. Notrabajaron más de tres meses de media. Yhay un total de 1,6 millones que recibie-ron algún contrato de esa duración. Casimitad hombres y mitad de mujeres, unpoco más de mujeres pero no mucho más.Hay muchísimos contratos de muy cortaduración, de días, que se siguen haciendo.Podrían hacer contratos más largos, nopasaría nada, podrían renovar, en fin, haymuchas posibilidades.
Sobre la duración de los contratos indefini-dos, sólo quería mencionar un trabajo queestamos a medio acabar. Encontramos quela probabilidad con respecto a los ordina-rios, los contratos bonificados, aunquetengan despido alto, tienen una probabili-dad menor. Las conversiones de tempora-les en definidos, que también hay muchas.No lo he dicho antes, pero se conviertentemporales en definidos en el orden de850.000 en el año 2008 y este año unpoco menos porque hubo disminución porla crisis, evidentemente. Estos resultados,en mi opinión, sugieren que las políticas dereducción de los costes, es decir, acerca-miento de costes entre indefinidos y tem-porales, aunque pueden elevar la entrada,cosa que me parece indiscutible, si redu-cen la duración de los contratos indefini-dos, surten un menor efecto que el espe-rado en el stock. Y esto es algo que mellama la atención. No estoy seguro desaber explicarlo. No es un problema de
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 5
Fuente: Elaboración propia.
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efecto de composición, porque estos resul-tados son del modelo de duración econo-métrico en el que se han tenido en cuentaesos efectos. Hay algo más que no se tieneen cuenta. Parece que hay algo más que elcoste en las diferencias entre temporales eindefinidos. La segmentación es más es-tructural y no está determinada por el tipode contrato. En este sentido quisiera recor-dar algo importante y es que dentro deEspaña tenemos 17 comunidades autóno-mas que tienen una tasa de temporalidadmuy diferente y en la cual la actitud em-presarial, casi fue lo que más encontramosen el estudio en el 2001 yendo por comu-nidades autónomas, hablando con los em-presarios, hablando con los inspectores detrabajo, hay una cuestión de forma de en-tender la gestión de la mano de obra. EnCataluña hay mucho menos temporalidady en el País Vasco, que en la Costa del Sol.
En la Costa del Sol me decían una vez:ahora vamos a resolver el problema de latemporalidad porque van a venir aquí unosempresarios vascos y vas a ver cómo estose arregla.
Cuarto punto. Los despidos y su coste. Enesta transparencia lo que quería des tacares la e v o lución de los despidos.(Diapositiva 7)
Olvidaos de las cuestiones técnicas de latransparencia. Da igual de dónde vieneesto. Viene en este país que discutimos deldespido y del coste y no sabemos cuánto esel despido, cuántos despidos hay y cuántocuestan, que no tenemos una buena esta-dística de eso. Cuando hablamos de refor-ma del mercado de trabajo, todo el mundodice: coste del despido, coste del despido,coste del despido. ¿No debería ser así? No,
Fuente: Elaboración propia.
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pero es lo que es. Es así. Estas cifras provie-nen de los datos de prestaciones por de -sempleo. ¿Prestaciones por desempleo? Sí.Es la forma de obtener el número de des-pedidos en España hoy en día. Estas cifrassugieren que el número de despidos esmuy alto. Son 585.000 en el año 2007;432.000 al amparo de la ley 45/2002 (es ladel despido que les decía que se pone la in-demnización en el juzgado y el despido esinmediato). Para el 2008 he estimado casi700.000, para 2009 puede que lleguen a800.000 el número de despidos que se re-gistran. Puede que haya más despidos por-que no todo despedido cobrará prestacio-nes. Yo tiendo a suponer que sí, en la me-dida que todo despedido cobre prestacio-nes estará en esta estadística. Si algún des-pedido no cobra prestaciones, pues no.
Eso me lleva a pensar que el coste del des-pido no es un elemento importante. Porcinco razones. Puede estar, por supuesto,equivocado, porque yo tengo muy pocacreencia en casi nada, en casi todo. Ha ha-bido muchísimos contratos ordinarios enel año 2008, incluso con duración de 45días cuando se podía sólo de 33. Para esaspersonas generalmente cualificadas elcoste del despido no era problemático. Sieres un trabajador cualificado, te da igual,ni se lo preguntas, ni se lo dices. El despi-do en España se ha vuelto automático,como he dicho antes. Las empresaspodrían perfectamente amortizarlo ohacer un seguro, o tenerlo en cuenta en lanegociación salarial, como seguramentehacen con los temporales. A un temporal,cuando se le contrata, se tiene en cuentaque cuando se vaya se le van a tener quepagar ocho días y se le descuenta del suel-do. Eso lo hago yo, lo digo. Con contratode investigación. ¿Habría sido más lento elajuste con un contrato único de por ejem-plo veinte días o diez? Yo no estoy nada
seguro. ¿Es el coste del despido un factorinhibidor de la contratación? Bastante di-fícil de creer. Al trabajador interesante, elempresario sabe muy bien lo que tieneque hacer con él. Al que quiero, al que meinteresa, lo contrato indefinido. No nos ol-videmos, perdonadme que sea tan pesa-do, lo he dicho tantas veces, que el con-trato indefinido lo inventó un empresario,no lo inventó un trabajador y no voy a in-sistir en eso. En suma, no me parece muyrazonable afirmar que el coste del despidotiene algo que ver con la crisis actual, nique la reducción facilitará la recuperación.
Quinto punto: el papel de las prestacionespor desempleo. Aquí realmente lo únicoque quería es mencionar la importanciaque tiene este aumento en los últimosaños. (Diapositivas 8 y 9)
El elevadísimo número de personas queson beneficiarios en algún momento delaño. Estudios recientes sobre la reinciden-cia, el abuso que se está haciendo del sis-tema de prestaciones por algunas empre-sas y trabajadores. Quizás a los trabajado-res no les queda más remedio, pero tam-bién lo usan. Tenemos un problema yocreo, cuya magnitud no sé decir, ni sé sihay datos sobre eso, pero puede haberhabido un uso excesivo del sistema deprestaciones en la época de expansión yque ahora esos trabajadores se queden sinprestaciones. Porque la prestación se vagastando y aunque uno puede retomar laprestación anterior, puede reanudar, detodas maneras si lo gasta, lo gasta. No te-nemos datos, no se publican, sobre el de-recho no consumido que tienen los bene-ficiarios actuales que realmente, desde elpunto de vista de la protección, sería lo re-levante. Sí hay un dato sobre esto quequería mencionar, y es que en el primertrimestre de 2009 hubo un aumento de
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Fuente: Elaboración propia.
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Fuente: Elaboración propia.
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800.000 parados, como sabéis, extraordi-nario, y aumentó el número de hogares,de acuerdo con la encuesta de la pobla-ción activa, en los cuales no hay personasque tengan alguna persona ocupada.Aumentó en 250.000, creo recordar, elnúmero de hogares en que todos susmiembros están parados. Sin embargo,sólo aumentó en 30.000 el número de ho-gares dentro de esos parados que no tu-viera prestaciones por desempleo. Esdecir, que los parados que están entrandoestán todavía consiguiendo prestacionespor desempleo. ¿Cuánto les durará? Es laclave, es lo que no sabemos. De momen-to, desde el punto de vista de aguantar.Pero no era eso lo que quería destacar, loque quería destacar sobre todo desde elpunto de vista de la reforma, si se quierehacer una reforma, era más bien lo quedecía del aumento del número de be ne fi -cia rios. El aumento del número de benefi-ciarios que ahora no parece tanto en esca-la porque este aumento tan enorme haceque la escala quede un poco falseada,pero fijaos, en el año 1993, que es el mo-mento histórico peor de beneficiarios,pues hubo los mismos beneficiarios queen 2007. Que es el momento en quetodos hablábamos de pleno empleo yhabía muchísimos beneficiarios de presta-ción contributiva, no de asistencial, contri-butiva. Que es lo que se está usando deesa manera. Esto es lo que creo que debe-ría revisarse en un momento dado, si seplantea una reforma que afecte a las pres-taciones por desempleo.
En el mismo sentido, con datos ya unpoco antiguos, hay tres millones y picode personas frente a un millón de bene-ficiarios medios que hay en un momentodel tiempo, a lo largo de un año, hay tresmillones que han pasado en algún mo-mento por el sistema de prestaciones por
de sempleo. Es una cosa bastante llamati-va el gran número de personas con res-pecto al stock que hay en un momentodado que cobran prestaciones en algúnmomento.
Para ir terminando, creo que el mercadode trabajo no es el responsable de la cri-sis. Nadie lo cree pero me parece impor-tante darse cuenta del elemento sectorialporque el auge y la caída de la construc-ción tienen poco que ver con las situacio-nes del mercado de trabajo. Y si tienenque ver, todavía no he oído quién me loexplique. A lo mejor el equivocado soyyo. Yo estoy dispuesto a aprender todavíasi puedo.
Las empresas han podido ajustar sus plan-tillas tanto temporales como de indefini-dos. También ha habido despidos de inde-finidos, no hay que olvidarlo. Yo creo queno hay impedimentos a la contratación, sesiguen contratando. Menos, claro, esta-mos en crisis, pero no se puede decir queno se contrate. Temporales o indefinidos.Indefinidos también. Creo que la reformadel mercado de trabajo no es el elementofundamental para salir de la crisis. Estamañana decían: el que dice que no hayque reformar el mercado de trabajo esporque está contento con lo que hay. No.Lo que digo es que uno puede hacer unenemigo a un hombre de paja. Lo quedigo es: no hay que poner el acento en lareforma del mercado de trabajo como ele-mento primario y fundamental. ¿Hay quediscutirla? Por supuesto. ¿Hay cosas quemejorar? Por supuesto. Llevamos años dis-cutiendo sobre eso. ¿Y avanzamos? Pueslo que se puede avanzar en estas cosas,no avanzamos mucho. Llegará el momen-to en que sean otros los que discutan,bueno. Por lo menos lo que he visto discu-tir hasta ahora, nos hace en general ser
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muy escépticos, muy descreídos de estascuestiones.
Nada más, gracias.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
Muchas gracias, Luis, por expresarcosas no convencionales dentro de lo noconvencional que está siendo este debateya. Adelante, Juan Francisco.
Juan FranciscoJimeno
La verdad es que necesitaría algoasí como quince horas para contes-
tar al torrente de ideas que ha soltadoLuis. Muchos de vosotros sabéis que yo fuialumno de Luis, luego fui compañero enel departamento y hemos tenido oportu-nidad de hablar y discutir mucho sobreestas cuestiones durante mucho tiempo.Cuando recibí la invitación a participar enestas jornadas no lo dudé un momento,dije que sí. He disfrutado cada uno de losminutos que he tenido con Luis para ha-blar de estos temas y no tuve ningunaduda de decir que sí para seguir hablandocon él sobre estas cuestiones.
Para organizar un poco las cuestiones,creo que hay cuatro preguntas que debe-ríamos responder. Una: ¿por qué es nece-saria la reforma laboral? Si es que lo es. Ensegundo lugar, si es prioritaria, urgente;en tercer lugar, cómo debería abordarse; yen cuarto lugar, qué orientaciones genera-les debería tener. Bueno, voy a contestar aestas preguntas, pero no voy a dar mis
respuestas. En una vida anterior las daba ydiscutía mucho con Luis. Ahora llevo otravida y si quiero seguir llevándola, tengoque mantener un perfil bajo...
Tampoco son las respuestas del Banco deEspaña. Cuando el personal del Banco deEspaña que no pertenece a la alta admi-nistración viene a este tipo de eventos, notransmiten las posiciones institucionalesdel Banco de España que se comunicanmediante otra vía. Digo esto porque si hayalgún periodista aquí y atribuye algo de loque voy a decir al Banco de España, puedeque tenga que cambiar de vida otra vez.
¿Qué es lo que voy a hacer? Lo que voy ahacer es abordar estas cuestiones utilizan-do varios documentos que creo que sonmuy interesantes. Uno es un informe de laComisión de expertos para el diálogo so-cial, que fue un informe que encargó elprimer Gobierno socialista nada más lle-gar al poder. Es un informe en el que co-laboramos Luis y yo donde se hablaba dela necesidad de la reforma, cómo habíaque hacerla y si había que hacerla o no. Elimpacto de esto fue cero. Fue un informemuy costoso en términos de tiempo y depersonas. Había ocho personas, cuatronominadas por el Gobierno, creo que Luisy yo éramos del Gobierno, luego había re-presentantes de los sindicatos y de laCEOE. Nos reunimos durante seis meses,esto salió, se guardó en un cajón y no sir-vió para nada. Algunos de esos informeshan contribuido al descreimiento de Luis.El segundo es lo que acaba de decir Luis.El tercero es un documento que está pre-parando la Fundación Ideas, que está ensu versión preliminar, que Luis tuvo la gen-tileza de mandarme y que ValerianoGómez tuvo la gentileza de permitirnoscitar en esta sesión. Por último laPropuesta para la Reactivación Laboral,
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que está tan de moda, que han promovi-do algunos de los mejores economistas la-borales del país. No sé por qué la llamanEl Manifiesto de los Cien. Son trece pro-motores, noventa y tantos firmantes yahora hay ciento y pico más adhesiones.Lo del Manifiesto de los Cien no es unnombre muy afortunado.
Lo que voy a hacer es hablar rápidamentede lo que dicen estas ponencias y tratar deconcluir algo de lo que dicen.
Primera pregunta: ¿por qué es necesaria lareforma laboral? Creo que deberíamospreguntarnos cuáles son los objetivos, pri-mero si es necesaria para salir de la crisis ono. Aquí hay una cuestión fundamental, sila crisis es financiera o es estructural.Supongo que esto se ha discutido muchoesta mañana. Pido disculpas por no haber
podido asistir y no voy a incidir muchosobre esto. Y luego la siguiente cuestiónes si aparte de la crisis hay problemas enel funcionamiento del mercado de trabajoque hay que resolver y si las institucioneslaborales que tenemos son las más ade-cuadas.
Aquí aparece lo que dicen estos docu-mentos, voy a ir muy rápido sobre estastransparencias. Algunos de ellos están dis-ponibles, otros no lo están. (Diapositiva 1)
Sí quiero detenerme un poco en lo quedecía el Informe del Comité de expertosdel año 2005 porque, cuando se dice queesto es nuevo y que siempre se utiliza enlos malos momentos para proponer las re-formas, resulta que a principios de 2005se decía: el crecimiento experimentadopresenta debilidades, es difícilmente sos-
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 1
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tenible, tiene un sesgo sectorial, hay de -sequilibrios económicos y si esto no secorri ge, habrá destrucción de empleo.Luego, los otros tres documentos dicenque el mercado de trabajo no es el res-ponsable de la crisis y algunos son más fa-vorables o no al papel que pudo jugar lareforma laboral como solución a esa crisis.Creo que todos ellos reconocen que elmercado de trabajo es mejorable. Luis nocree que sirva para salir de la crisis, laFundación Ideas es un poco más positiva ylos de los cien hablan prácticamente deque es condición necesaria aunque no su-ficiente. Creo que leyendo estos docu-mentos y viendo un poco la discusiónsobre el tema, cuando nos plantemos lapregunta sobre cuál es el origen de la cri-sis, no estamos ante una crisis estricta-mente financiera. No sólo es culpa deBush y sus reguladores, y no se sale deésta sólo arreglando los bancos y con másgasto público. De hecho, la desace lera -ción en España empieza a mediados de2006, antes de los primeros síntomas dela crisis financiera de julio de 2007 y,como decía en el Informe de la Comisiónde expertos para el diálogo social, ya seseñalaba que había debilidades y que nonos iba a ir muy bien. Entonces, como de -cía, en cuanto a ele men tos comunes, creoque cualquiera que mire al mercado detrabajo español se da cuenta que es mejo-rable, que no ha funcionado bien.
Con relación a la salida de la crisis, lo quesiempre se pone de manifiesto es esta ne-cesidad de cambio de modelo productivo.Hay un agotamiento de cambio de mode-lo productivo y, por tanto, necesitamosotro tipo de economía para hacer frente alos problemas que tenemos. Esto de cam-bio de modelo productivo es como una deesas cosas que Juan José Dolado llama:“mantras”. Es algo que todo el mundo re-
pite y no sabemos muy bien qué quieredecir. Bajo mi punto de vista, lo de cambiode modelo productivo está muy relaciona-do con la reafirmación del empleo, desdeel sector de la construcción a otros secto-res y con la recuperación de la competiti-vidad, de la que se ha hablado en la sesiónde antes. Y como decía antes, el papelque la reforma laboral puede jugar pararesolver estos problemas es donde haymás desacuerdo.
Para algunos la reforma laboral es unacondición necesaria aunque no suficiente,por ejemplo, la propuesta para la reactiva-ción laboral. Para otros, la segmentaciónlaboral y el funcionamiento del mercadode trabajo es una consecuencia del mode-lo productivo y no al contrario. Se dice: esla estructura productiva, no el modelo la-boral lo que crea nuestros problemas. Yocuando oigo este tipo de argumentos...Decía que no iba a dar mis opiniones perome siento como en la vida anterior, asíque las voy a dar. Incorregible. Cuandooigo este tipo de argumentos, no entien-do muy bien qué es lo que me quierendecir. Cuando hablan de estructura pro-ductiva, siempre pensé que tiene que vercon qué producimos y cómo lo produci-mos. Y eso, según nos enseñan en los pri-meros cursos de macroeconomía, tieneque ver con la dotación de factores pro-ductivos y cómo se organizan esos facto-res productivos. No es un capricho de losgobernantes, no es un castigo divino laestructura que tenemos, por tanto, si laestructura productiva tiene que ver con ladotación de factores y la forma en que losorganizamos, me parece que está relacio-nado con el mercado laboral. Cuando Luisdice que la segmentación laboral y el fun-cionamiento del mercado de trabajo esuna consecuencia del modelo productivoy no al contrario, que no depende del
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mercado de trabajo, a mí me cuesta en-tender lo que quiere decir. Entiendo algu-nas cosas de las que dice con el tipo de loscontratos. Él mira a la duración de los con-tratos y ve que la duración de los contra-tos no depende tanto de los costes deldespido. Entiendo que este es un poco tuargumento cuando utilizabas los contra-tos bonificados. Pero claro, el tema de loscontratos bonificados duran un poco por-que están bonificados y cuando se acabala bonificación no es sólo un tema decoste de despido, es un tema de la estruc-tura de la bonificación. Aquí tenemos lamala costumbre de usar bonificacionespara premiar a las empresas que másrotan el empleo, en lugar de lo contrario,que sería lo razonable.
Hay un segundo punto de vista diferente yes cómo se puede generar dicho cambio.Aquí los que tienden a pensar que la es-tructura productiva es un capricho de losgobernantes, piensan que la solución sonpolíticas sectoriales, que hay que crear sec-tores estables y productivos y que esto de-pende de las políticas sectoriales, hay queelegir los sectores más competitivos y pre-miarlos. Bueno, creo que aquí hay que serbastante incrédulo sobre esto. Los gober-nantes no suelen hacer un buen trabajo ala hora de elegir cuáles son los sectoresmás competitivos y en el mundo globaliza-do en el que estamos con un nuevo para-digma del comercio internacional es muydifícil elegir cuáles son los sectores máscompetitivos. En cuanto a políticas instru-mentales, hemos hablado de educación,de I+D+i. Creo que todo el mundo está deacuerdo que nos iría mejor si tuviéramosun sistema educativo, si tuviéramos másinnovación. El problema es que estas polí-ticas instrumentales se deciden con undesfase temporal muy largo, como decíaRafa. En educación ahora vamos a tener
los premios de las políticas educativas quese hicieron hace 15 ó 20 años. Y en I+D+i,como decía Juan Ramón, gastar más no esuna garantía de que las cosas vayan bien.Sobre todo en un país donde hay más in-genieros industriales dando cursos de pro-gramas de MBA y asesorando a empresassobre cómo explotar y aprovecharse de lasdesgravaciones fiscales, que haciendo ge-nuinos proyectos de innovación. Pido dis-culpas si hay algún ingeniero industrial enla sala, pero es verdad. Así es como funcio-na la I+D+i en este país.
Por tanto, aquí hay, como decía, distintasformas de entender la reforma laboral.(Diapositiva 2)
Hay quien habla de reforma del mercado detrabajo, en la Fundación Ideas se habla dereforma para el mercado de trabajo. Esto esuna sutileza gramatical que no entiendomuy bien –siempre fui más de ciencias quede letras–, sobre todo porque, como vamosa ver a continuación, el contenido de la re-forma es la misma más o menos. Y Luis quecree que es muy difícil diseñar una reforma.
¿Es urgente o prioritaria? (Diapositiva 3)
Bueno, para Luis no lo es; para el Informedel Comité de expertos era un poco más;para la Fundación Ideas no es la clavepara salir de la crisis pero es un instru-mento de acompañamiento útil; para lapropuesta de los Cien, si no se hace esto,va a ser muy difícil reasignar trabajo yconseguir que haya sectores más compe-titivos y más avanzados. La pregunta es:¿por qué ahora? ¿Por qué discutimostanto ahora sobre la reforma laboral si elproblema no es nuevo? Porque comodecía Luis, muchas de las reformas que sehan hecho en el pasado no han funciona-do, han sido reformas parciales, contra-
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 3
Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 2
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dictorias, muy ine ficaces y porque tene-mos la mala costumbre de afrontar losproblemas cuando no tenemos más re-medio. Las reformas estructurales o lasreformas laborales siempre se han llevadoen situaciones de crisis.
Algún miembro del Gobierno, creo recor-dar, ha dicho que la crisis es una magníficaoportunidad que no se puede desaprove-char. No sé si estaba pensando en térmi-nos de economía política o no, pero es así.Si no lo planteamos ahora es difícil que sepueda plantear en otro momento. ¿Cómodebería abordarse? ¿Planteamiento parcialo global, o qué papel debe jugar el diálo-go social en esto? Luis no se ha referido aesto de forma directa, lo ha hecho deforma indirecta. Ha hablado mucho decoste de despidos. Creo que la reforma la-boral de la que se debería hablar ahora notiene nada que ver con costes de despido.Luis tiene una transparencia que si pudierarecuperar, me gustaría comentar. Es la nú-mero trece que es bastante desafortunada.Mi consejo muy amable es que la mandesa la papelera de reciclaje y la quemes...
Ahora la discusión no es si el coste de des-pido es relevante o no, ahora no es el mo-mento de reducir el coste de despido.Ahora es el momento de pensar en cómoorganizar un sistema de contratos de tra-bajo que proporcione mayor estabilidad ymayor productividad. Porque, como decía,la idea de que los contratos y la inestabili-dad del mercado de trabajo dependen dealgo que no entendemos muy bien, a míme cuesta creerlo. Creo que cuestionessobre si se pueden hacer contratos tem-porales, en qué condiciones se puedenhacer los contratos temporales, es muyfundamental para entender por qué tene-mos tanta inestabilidad. Ciertamente loscostes de despido puede que no sean tan
relevantes, pero no por las razones que túpiensas. Luis dice: los costes de despidono son muy importantes porque se hacencontratos bonificados a 33 días cuando sepueden hacer a 45 días. Bueno, la explica-ción es obvia, en primer lugar, el coste, ladiferencia de coste de despido entreambos contratos es muy pequeña. En tér-minos de despido colectivo; cero, en tér-minos de despido por causas objetivas,cero; en términos de despido disciplinariopor causa subjetiva, cero. Sólo es en elcaso de despidos objetivos cuando la in-demnización es a 33 días. En caso de des-pido improcedente, de 45. Pero claro, losdespidos por causas objetivas ¿cuántosson? ¿Menos del 10% de los que se pro-ducen? Son completamente irrelevantes.Por tanto, la diferencia entre el coste dedespido entre estos dos tipos de contratoses cero.
En segundo lugar, que se hagan contratos a45 días en un mercado de trabajo que,como decía Luis, es muy heterogéneo, haymuchas empresas, muchos trabajadores,pues es perfectamente lógico. Hay genteque se compra un Mercedes de la clase Ecuando tiene disponibles coches más bara-tos y esto no significa que el precio delcoche no sea un factor relevante a la horade decidir qué coche nos compramos. Eltipo de empresas influye, una empresa pú-blica que contrata a un director general,pues no le va a hacer un contrato de fo-mento del empleo. Queda poco elegante.Por lo tanto, hay muchas razones por lascuales yo creo que el tema de los costes dedespido, seguramente, a la hora de contra-tar no es tan relevante como algunos pien-san, pero no deberíamos olvidar los costesde despido. Hay otra cosa que ha dicho Luisque es cierta, es el tema de que el despidoes libre y cierto. No es tan así. En el caso delos despidos colectivos, no es cierto.
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Luis Toharia
¿Cuántos son los despidos colecti-vos?...
Juan Francisco Jimeno
En el caso de lo despidos individua-les…
Luis Toharia
Lo que no puedes hacer es: cuando teinteresa es irrelevante y cuando no te
interesa no es irrelevante. Esto es igual de irre-levante estadísticamente que el contrato…
Juan Francisco Jimeno
Pero importa a la hora de tomar ladecisión de contratar...
Luis Toharia
El despido colectivo no lo hace unaempresa pequeña, lo hará una em-
presa grande. Las grandes empresas quellevan muchos años con trabajadores…Esos despidos no son para contratar.
Juan Francisco Jimeno
En cuanto a los despidos individua-les, este es el argumento que se
utilizaba en un artículo del JPE en el año1990 y es cierto. Si el coste del despido es
cierto y las empresas pueden ajustar el sa-lario, pueden hacer lo que hace Luis conlos contratos de investigación. El proble-ma es la interacción entre el coste de des-pido, negociación colectiva y suelos sala-riales que hacen imposible en determina-dos segmentos del trabajo este ajuste sa-larial. Lo siento, como decía, necesitaríamucho más tiempo para hablar de esto.
Creo que lo fundamental es poner el focosobre la estabilidad laboral y la productivi-dad. El tema de los costes de despido esuna manía mía y de Luis que discutiremosmás en privado. Con respecto al papel deldiálogo social, aquí el diálogo social haprogresado poco. La reforma laboral,pocas reformas laborales se han hechocon concertación social, pocas relevantes.La de 1994 que ha sido la más importan-te en términos de contenidos, costó doshuelgas generales. ¿Entonces, qué papeldebe jugar el diálogo social en esto? ¿Esun derecho de veto o debería ser un ins-trumento? Creo que aquí deberíamosaprender de otros países y un ejemplo pa-radigmático es el ejemplo holandés,donde se han hecho muchas reformaspactadas, se ha ampliado la edad de jubi-lación, se han hecho pactos de congela-ción salarial. Y aquí hay dos elementosfundamentales que explican por qué laconcertación social tiene éxito en Holanday aquí no lo tiene. Luis Garicano y MarcelJansen han escrito un artículo sobre estoque lleva en el cajón del editor de El Paísvarias semanas y que a lo mejor se publi-ca en un día de estos. Los dos elementosson que el Gobierno debe ser más activo,que no renuncie a tomar decisiones encaso de desacuerdo, y la disponibilidad deestudios técnicos independientes.
En cuanto a orientaciones generales no mevoy a parar para abreviar, pero sí quiero
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decir que cuando uno lee estos documen-tos, lo que encuentra es que todas las pro-puestas que se están haciendo no son pro-puestas que recorten los derechos de lostrabajadores, sino que son propuestas quehablan de cómo garantizar mejor estos de-rechos y dada las ineficiencias actuales quevemos en el mercado de trabajo español,es posible garantizar mejor estos derechos.(Diapositivas 4, 5, 6, 7)
Es posible mejorar la eficiencia y la equi-dad al mismo tiempo. Cuando uno plan-tea la discusión de esta manera, que esposible mejorar la eficiencia y la equidadal mismo tiempo, la discusión ya es unacuestión técnica, más que una discusiónpolítica. Para estas discusiones técnicas loque se requiere es análisis riguroso, evi-dencia empírica, como dice Luis, nos fal-tan datos, y la interpretación acertada deesta evidencia empírica.
Hay una última cosa que quería mencio-nar y es sobre las perspectivas y los co-mentarios finales. Como decía, cuandoplanteamos o cuando hablamos de refor-ma laboral, creo que hay que plantearlaen dos cuestiones. Una es: ¿dadas estasineficiencias, es posible mejorar eficienciasy liquidez al mismo tiempo? En segundolugar: ¿qué papel puede jugar la reformaen estos momentos? Aquí la posición deLuis es: lo que nos está pasando dependeen buena medida de la situación mundial,la economía española ha perdido muchoempleo y costará recuperarlo pero esto yapasó en el año 1992, 93, por tanto ya lohemos pasado antes. Necesitamos unnuevo modelo productivo y la reforma la-boral no es lo que nos va a dar ese nuevomodelo productivo. Sobre este punto, yalo he dicho antes y quiero insistir, tengo laidea de que hay que crear sectores másestables, más productivos y que hay que
hacer este cambio de modelo productivo,entendido el cambio de modelo producti-vo de la manera que yo hablaba antes (nopensando en una refundación del capita-lismo ni esas cosas más profundas de lasque hablan algunos), me parece que elmercado de trabajo es una pieza funda-mental para llevar a cabo ese cambio demodelo productivo.
En cuanto a la recuperación, es evidenteque mientras no se recupere la economíamundial, no vamos a tener el impulso dedemanda externa que necesitamos parasalir de ésta, pero también me parece evi-dente que incluso aunque se recupere estasituación mundial, que vamos a ver cuán-do se recupera, no tenemos los fundamen-tos sólidos para que se produzcan contra-taciones estables y productivas en los sec-tores que deben tomar el relevo. Y no lostenemos porque la regulación del mercadode trabajo está creando una rotación labo-ral excesiva y porque mientras exista estadualidad del mercado de trabajo donde sepermiten contratos temporales de la ma-nera en que se permiten, con contratos in-definidos con costes de despido tan altos,será imposible evitar esa inestabilidad.
En cuanto a que esto ya nos pasó en 1992y 93 y ya salimos de ésta, dos cosas: la re-cesión que tenemos ahora no es la del 92y 93, es mucho más grave y va a durarmás. En segundo lugar, en 1992 y 93 sali-mos devaluando. Ahora no sé cómovamos a salir. Nada más.
Juan ManuelEguiagaray | moderador
Quiero agradecer especialmente vues-tras últimas intervenciones. Ya sabía que lo
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Fuente: Elaboración propia.
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Fuente: Elaboración propia.
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Fuente: Elaboración propia.
Diapositiva 6
Fuente: Elaboración propia.
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habíais “ensayado” –dicho quede en tonode broma– para escenificar la intensidaddel debate sobre el tema de la reforma detrabajo y os ha salido muy bien. Creo quevale la pena que pensemos los organizado-res en iniciar alguna otra sesión en algúnotro momento sobre este y otros temas.
Vamos a hacer, si os parece, una pausapara poder continuar después con el aná-lisis de las otras dos mesas.
Tomás Mancha | moderador
Vamos a reanudar la última parte delseminario.
Ya un insigne literato como Proust tratóde recuperar el tiempo perdido, pero recu-perar el tiempo perdido es algo evidente-mente poco viable. No voy a extendermemás. Me gustaría decir algunas cosas.Creo que las cuatro personas que están ami izquierda son personas sobradamenteconocidas por sus trabajos, por sus trayec-torias, y voy a pasar por alto este tema yle voy a dar ya directamente la palabra aJuan José Dolado. Simplemente diciendoque tenemos muchas cosas donde elegir yelegimos las dos que ya se han tratado,los dos ámbitos que ya se han tratado, yde los muchos que quedaban decidimosconcentrar la atención en el tema de laeducación, que ya ha salido en algún mo-mento, y en el tema de los cambios en eldiseño institucional.
Sin más preámbulos, arrancamos coneducación y tiene la palabra Juan JoséDolado.
Educación
Juan José Dolado | ponente
Me uno al agradecimiento a los or-ganizadores por la invitación a par-
ticipar en tan interesante encuentro.Además, me hace especial ilusión que mehayan invitado para discutir de un temaque no entra dentro de mis campos habi-tuales de especialización. No obstante,como profesional del sistema educativo,obviamente tengo mi propia opiniónsobre las cuestiones mas relevantes decómo afrontar el gran reto que supone laeducación en el siglo XXI que a continua-ción les paso a exponer.*
Si España desea optar a un nuevo modeloproductivo, una vez superada la profundarecesión actual, resulta imprescindible em-prender una apuesta decidida por la po-tenciación de nuestro sistema educativo.Tras jugar un papel decisivo en el logro delos sustanciales avances socioeconómicosexperimentados por nuestro país desde larestauración de la democracia, dicho siste-ma lleva más de una década mostrandoclaros síntomas de agotamiento. Sinduda, las reformas educativas requiereninversiones adicionales tanto públicascomo privadas, pues nuestro esfuerzo pre-supuestario en gasto educativo todavía sesitúa por debajo del llevado a cabo enotros países de nuestro entorno (ll gastopúblico en educación en 2008 es alrede-dor del 4,3% del PIB, casi un punto por-centual inferior al de la UE-15 y OCDE. Elgasto en educación terciaria representa el1,1% del PIB frente al 1,5% en la UE-15).
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* Adaptación del artículo publicado en el libro electrónico La crisis de la economía española: lecciones y propuestas (http://www.crisis09.es/) parasu presentación en el seminario La crisis económica española en un contexto global (Fundación Alternativas e Instituto de Análisis Económico ySocial- UAH).
Sin embargo, la disponibilidad de mayoresrecursos (cantidad) no parece ser una con-dición suficiente para lograr subsanar lasdeficiencias actuales del sistema educativoespañol. En efecto, si no se consigue unnivel de eficiencia (calidad) muy superior alque actualmente se obtiene a partir de losrecursos disponibles, es bastante probableque el deseable aumento del gasto eneducación acabe resultando ineficaz. Portanto, el avance simultáneo en ambas di-recciones resulta ser un requisito impres-cindible para, por un lado, alcanzar unasenda de crecimiento sostenido a medioplazo y, por otro, lograr una mayor cohe-sión social basada en la igualdad de opor-tunidades en el acceso a la educación. Estaúltima condición constituye el principio bá-sico de funcionamiento de cualquier siste-ma educativo eficaz y equitativo.Desdichadamente, dicho principio todavíaesta lejos de alcanzarse en nuestra socie-dad, donde fracaso escolar y acceso a laeducación superior permanecen fuerte-mente determinadas por las característicasfamiliares. La idea de que los países des-arrollados podrán continuar compitiendoen las mismas condiciones con otras eco-nomías intensivas en trabajo poco cualifi-cado y con bajos salarios parece cada vezmás inviable. Es bien conocido que paísesemergentes como China o India están au-mentando la calidad de su fuerza laboral agran velocidad. La combinación de mejo-res cualificaciones y salarios todavía reduci-dos es un reto para los países desarrolladosque sólo puede afrontarse flexibilizando ymejorando la calidad de sus sistemas edu-cativos, de manera que el conocimiento yla información se trasmitan eficazmente ala gran mayoría de los ciudadanos.
Desde la llegada de la democracia, el avan-ce en el acceso a la educación en nuestropaís ha sido impresionante. (Diapositiva 1)
En 1980, la proporción de personas entre25 y 64 años que no habían completadoel bachillerato superior era del 89% (56%en la UE) mientras que el 8% tenía estu-dios universitarios (UE: 12%). En la actua-lidad, dichos porcentajes son del 58%(UE: 34%) y 27% (UE: 23%), respectiva-mente. En las universidades españolas haycasi 1,4 millones de estudiantes, una ciframuy similar a la de Alemania (o Francia)con la mitad de población. Un avance tansustancial en la acumulación de capitalhumano conlleva necesariamente disfun-ciones transitorias que pueden tardar unao dos décadas en desaparecer. El proble-ma es que los desajustes temporales seconviertan en permanentes. La primeradisfunción se refiere a la primacía de lacantidad sobre la calidad. La segunda, aldeterioro progresivo de los contenidos delos programas educativos y a los proble-mas de gestión y financiación de los cen-tros donde se imparten los diferentes pro-gramas educativos.
Educación infantil
Los estudios neurológicos y socioeconó-micos (liderados por el Nobel James H.Heckman) sobre el desarrollo de las capa-cidades de aprendizaje en edades tem-pranas (0-3) han puesto de manifiestoque la educación infantil es un medio ex-tremadamente eficaz para sentar lasbases del aprendizaje posterior, prevenirel abandono escolar y reducir las des-igualdades educativas derivadas del estra-to familiar de procedencia. Si bien ha ha-bido avances sustanciales durante la últi-ma década, las tasa de escolarización enla fase inicial (0-2), alrededor del 18%(aunque en algunas comunidades autó-nomas como el País Vasco alcance el47%), están todavía muy alejadas de lamedia de la UE (25%). Además, a dife-
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rencia de lo que ocurre en los posterioresniveles educativos, y también en la mayo-ría de la UE donde la educación pública esdominante, los centros privados son ma-yoritarios (57%) en la etapa de educacióninfantil. De hecho, como resultado de lacreciente escasez de plazas a consecuen-cia del boom inmigratorio, se ha venidoproduciendo un progresivo efecto “ex-pulsión” de aquellas familias con nivelesde renta cercanos a los requeridos paraacceder a los centros públicos. Aunqueexiste un plan de aumento sustancial deeste tipo de plazas (Plan Educa3, con elobjetivo de ofrecer 300.000 nuevas pla-zas de guarderías durante 2008-2012 porparte de la Administración central y lascomunidades autónomas), su desarrolloha sido mínimo por el momento. Resultacrucial que se ponga en marcha y logre suobjetivo con rapidez.
Educación primaria y secundaria(Diapositiva 2)
Por lo que respecta a los dos siguientes ni-veles educativos, la ampliación de la educa-ción obligatoria hasta los 16 años y, poste-riormente, el acceso creciente de un alum-nado procedente de la inmigración han su-puesto los dos retos principales a los que sehan venido enfrentando gobiernos centra-les y autónomicos de uno y otro signo. Eléxito logrado ha sido escaso, dado queEspaña es uno de los países de la UE conmayor tasa de fracaso escolar en el bachi-llerato: un 31% de estudiantes abandonanla educación secundaria post obligatoria (delos cuales un 14% sólo alcanza estudios deprimaria) frente a un 15% en la UE.
La secuencia de reformas LOGSE-LOCE-LOE ha abordado el problema desde dife-
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Fuente: Elaboración propia.
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rentes ópticas ideológicas: unas con unenfoque tendente a la integración, des-cuidando a cambio la calidad y empeo-rando la disposición de los alumnos anteel proceso de aprendizaje. Otras, con unenfoque más elitista, endureciendo lascondiciones de funcionamiento de la en-señanza pública y favoreciendo a la ense-ñanza privada (representa un 5%) y con-certada (25%), pero sin ofrecer medios eincentivos suficientes a la escuela pública(70%). El resultado final ha sido un pro-gresivo deterioro de los conocimientosque aporta la ESO, fenómeno plasmadoen los mediocres resultados que nuestrosalumnos obtienen en las comparacionesinternacionales (estudios PIRLS y PISA). Laaprobación de la LOE en 2006 con el votoen contra del principal partido de la opo-sición puso de manifiesto la dificultad delograr consensos. Resulta incomprensibleque, frente a los déficits de rendimiento
educativo acumulados durante las dos úl-timas décadas, los ejes centrales de la po-lémica se hayan centrado, por un lado, ensi la asignatura de Religión deba o no sercurricular (en una sociedad laica) o, porotro, en si Educación para la ciudadanía(bastaría una asignatura donde se estu-diaran los artículos de la Constitución)deba ser el caballo de batalla de la nuevareforma. Todo ello mientras que la pro-porción de alumnos sin los mínimos re-queridos en lectura (26%), ciencias(20%) o matemáticas (25%) supera en 3ó 4 puntos porcentuales a la media de laUE. Sin embargo, frente a la opinión ge-neralizada de que existe una tendenciauniforme hacia la mediocridad, cabeapuntar que la evidencia al respecto no estan concluyente: existe una distribuciónbimodal de rendimientos, donde los bue-nos estudiantes son bastante mejores queen generaciones previas mientras que los
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Fuente: Elaboración propia.
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malos estudiantes son definitivamentemucho peores.
Los árboles no nos dejan ver el bosque.Nos olvidamos de otros temas de muchomayor calado, como son: (i) la recupera-ción de la cultura del esfuerzo medianteincentivos adecuados; (ii) la existencia delos controles centralizados (sería muyconveniente recuperar la antigua reválidaa los 14 años abolida en 1970); (iii) la in-suficiente oferta de “pasarelas” de acce-so a la formación profesional al acabar laprimaria (la ratio de alumnos en FP y uni-versidad es 1:3 en España, frente a 1:1 enla UE). Los vigentes Programas deGarantía Social (50.000 alumnos) y los re-cientes programas de CualificaciónProfesional Inicial (PCPI) no han pasadode beneficiar a menos de la tercera partedel alumnado afectado por abandono es-colar prematuro; (iv) el reforzamiento delaprendizaje de los idiomas extranjeros(todavía un 55% de la población españo-la no habla ninguno); (v) la financiacióngenerosa de grupos de apoyo para losalumnos desaventajados; (vi) el uso detecnologías modernas en la transmisiónde conocimiento (sólo en el 8% del tiem-po en clase se utilizan las TIC), en combi-nación con el necesario esfuerzo memo-rístico y el trabajo en casa; y, (vii) el refor-zamiento de la figura del profesor me-diante su formación y reciclaje continuo.En definitiva, se trata de enfatizar el men-saje inequívoco de que la educación no esalgo lúdico sino costoso. Estas son las re-cetas del éxito en países como Corea oFinlandia, los líderes de PISA. Se trata deextender a la educación pública lo que yaofrece la privada y concertada, para quecompitan en igualdad de oportunidades,eliminando la baja movilidad social queimpera en el sistema actual donde larenta familiar (p. ej. la disponibilidad de li-
bros en el hogar) es un indicador precisode la elección del tipo de colegio.
Educación superior
Si hablamos de regresión social clasista,qué decir del sistema de financiación denuestro sistema universitario. Un estu-diante en la universidad pública cuestaaproximadamente unos 7.500 euros alerario público y paga como matrículaunos 800 euros, esto es, un 11% delcoste real para nuestra sociedad. Ello im-plica que cada alumno, con independen-cia de su nivel socioeconómico familiar yde su rendimiento académico, recibe unsubsidio anual de 6.700 euros del contri-buyente. La justificación de este subsidiodescansa tradicionalmente en la existenciade externalidades positivas para la socie-dad (mayor productividad y cohesión so-cial, mejor salud, etc.) que no se financia-ría privadamente. Sin embargo, aunque elsistema impositivo sea progresivo, la fi-nanciación actual resulta catastróficamen-te regresiva y completamente ineficiente.El rendimiento salarial de un año adicionalde educación universitaria se sitúa en unrango del 7-10% anual (mayor que el dela gran mayoría de activos financieros)mientras que el rango del rendimiento so-cial es del 1-3%. Estas cifras parecen in-terpretarse completamente al revés enEspaña, puesto que implican que el estu-diante debería sufragar un 70% del costede su formación en vez del 11% actual.Frente al sistema anglosajón de matrículaselevadas o préstamos-renta que financienbecas generosas para los alumnos con ta-lento procedentes de familias con reduci-da capacidad económica (España destinaa becas el 0,08% del PIB, mientras que laUE destina el 0,25%), aquí se mantieneuna estricta política de “café para todos”,donde la obtención de un título en una
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buena o mala universidad apenas es rele-vante, como tampoco importa el retrasoen completar una titulación, apenas pena-lizado mediante recargas por matrículamucho más elevadas que las actualmenteexistentes en el increíblemente generosonúmero (generalmente 6) de convocato-rias extraordinarias en nuestro sistemauniversitario.
Al igual que en la ESO, las cifras de fracasoescolar en la universidad vuelven a ser muyelevadas, volviendo a repetirse la propor-ción “maldita” vigente en la etapa anterior:un 30% de los alumnos abandonan des-pués de 2 años sin obtener titulación algu-na y sólo un 30% acaban una licenciaturade 4 años en dicho período (la duraciónmedia es de 6 años). Generalmente se ig-nora en el debate público que dicho fraca-so lleva aparejado un elevado desperdiciode recursos públicos para la sociedad quepodrían tener usos alternativos más pro-ductivos. En efecto, como bien puso demanifiesto el Nobel Michael Spence, elefecto “señal” (también conocido comoefecto “diploma”), aparejado al logro deuna titulación en un mundo de informa-ción asimétrica, puede ser mucho más rele-vante para el éxito en la inserción laboralque la propia acumulación de capital hu-mano parcialmente adquirido por los alum-nos que abandonan prematuramente elsistema educativo.
A modo meramente ilustrativo, se ofrecena continuación unos cálculos orientativossobre la pérdida de recursos acarreada poreste fenómeno tan extendido en nuestropaís, comenzando con el análisis del casoque nos ocupa. (Diapositiva 3)
Con un flujo de entrada anual de 220.000alumnos en la universidad pública y unstock de 1,22 millones en 2008, ello impli-
ca un desperdicio anual de algo más de2.790 millones de euros al año, casi el0.26% del PIB. Dicha cifra surge de la si-guiente operación: 6700x {0,3x[220.000x2]+ 0,7x[1.220.000x(2/6)]} =2.792 millones de euros (donde 0,3 repre-senta el 30% del flujo de estudiantes nue-vos que abandona al cabo de 2 años sinpoder licenciarse en ninguna carrera, y 0,7representa el 70% del stock de estudiantesuniversitarios que emplean 2 años mas delo necesario para acabar una titulación de 4años, es decir, un tercio adicional, 2/6, de lafinanciación necesaria para acabar una enel plazo habitual). Respecto al cómputo delcoste del fracaso escolar en la ESO (cuyaduración es de 4 años), el flujo de entradaanual en la escuela pública en 2008 ascien-de a 380.000 nuevos alumnos en secunda-ria en 2008, con un coste anual por alum-no de 4.500 euros. Conse cuen temente,dicho coste equivaldrá a 4.500 x{0.3x[380.000x4] + 0.35x [1.820.000x(1/4)]} =2.770 millones de euros. al año. El PIB en2008 era de casi 1.1 billones de euros.(Diapositiva 4)
Si a este coste añadimos otros 2.050 mi-llones de euros (0,19% del PIB) proceden-tes del otro 30% de abandono escolar enla ESO (cuyo gasto anual por alumno en elsistema público es de 4.500 euros) y queun 35% de este colectivo acaba dichaetapa educativa en 5 años y no en la du-ración habitual de 4 años, la pérdida anualagregada se eleva a 5.562 millones deeuros, es decir, cada año puede llegar adesperdiciarse algo más de medio puntoporcentual del PIB a consecuencia de la in-eficiencia del sistema educativo público ennuestro país (un 12% del 4,3% del PIBque se gasta en educación). Obviamenteestas cifras han de interpretarse comocotas superiores de la pérdida de recursossufrida por nuestra sociedad, puesto que
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Fuente: Elaboración propia.
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Fuente: Elaboración propia.
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algunos de los alumnos que abandonan elsistema educativo pueden reengancharseposteriormente y, seguramente, habránadquirido alguna destreza durante su es-tancia en el mismo. Aun así, resultan bas-tante alarmantes pues la eliminación delfracaso escolar liberaría cerca de la mitaddel punto del PIB en gasto educativo quenos separa de la UE-15.
En este sentido, la universidad privada (23de 70 universidades presenciales existen-tes, ofreciendo el 16% de las titulacionesa un 11% del alumnado universitario) noha supuesto una vía de mejora a la calidaddel sistema de educación superior en suconjunto, en contraste con lo que ocurreen otros países. A diferencia de los cole-gios concertados/privados de primaria ysecundaria, los centros universitarios deeste tipo generalmente son de reducidacalidad. En la mayoría de los casos, acogea un alumnado procedente de familiascon medios económicos suficientes parapagar una matrícula de 6.000-10.000euros anuales, pero que carece de notasuficiente para acceder a la pública.Incluso en aquellos pocos casos donde suprestigio docente es elevado –equivalen-tes a los colleges en EE UU– su output deinvestigación es manifiestamente mejora-ble (Véanse los rankings del diario ElMundo donde, sobre 150 institucionesprestigiosas en 50 titulaciones universita-rias, sólo aparecen 9 privadas en 2008 yninguna en los primeros lugares).(Diapositivas 5 y 6)
A su vez, la financiación de las universida-des públicas depende fundamentalmentedel número de alumnos (90%) y poco dela calidad de su docencia e investigación(10%). Si a ello unimos un mercado labo-ral dual presidido por la precariedad con-tractual de los jóvenes, el resultado es un
grado de “sobreeducación” (cercano al25%) muy elevado, donde la educaciónsuperior ha perdido buena parte de su ca-pacidad de señal de las habilidades del in-dividuo. Muchas carreras están sobresatu-radas de contenidos y de falta de deman-da, dando lugar a notas de acceso muybajas, mientras que en otras la falta deadecuación de las plazas existentes al cre-cimiento de su demanda provoca impor-tantes barreras de acceso a determinadosestudios (el caso de Medicina en la actua-lidad). Los desajustes se mantienen en eltiempo y el exceso de formación muy es-pecífica dificulta la reinserción de los tra-bajadores en caso de pérdida del empleoa diferencia, por ejemplo, de EE UU dondeuna formación mucho más flexible y diver-sificada (sistema de majors) permite en-contrar empleos en ocupaciones alternati-vas sin experimentar reducciones salarialesimportantes.
Frente a la posibilidad de reformar el nú-mero de carreras, sus contenidos y la ex-cesiva duración de las mismas, el Procesode Bolonia ha supuesto otro sonado fra-caso. La posibilidad de acceder al merca-do laboral tras un grado de 3 años, conconocimientos más transversales, y que laespecialización posterior (máster de 2años) se produjera vía una mayor compe-tencia entre universidades (este es el sis-tema masivamente adoptado por 43 delos 46 países firmantes del Acuerdo deBolonia) se ha decidido mantener el statuquo de 4 años de duración en los grados.Los grados de 3 años hubieran reducidosustancialmente el fracaso escolar, recu-perando buena parte de la pérdida de PIBanual comentada anteriormente.También hubiera supuesto un foco deatracción de estudiantes extranjeros,prácticamente inexistentes (2,3% frenteal 15% en EE UU y RU). Sin embargo, una
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Fuente: Elaboración propia.
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Fuente: Elaboración propia.
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reforma de este tipo chocaba frontalmen-te con los intereses de un profesoradocorporativista, todavía seleccionado ma-yoritariamente de forma endogámica(¿hasta cuándo funcionarial?), con escasaactividad investigadora (aunque con algu-nos grupos de élite muy destacados) quesolo desea mantener sus privilegios deantaño (asignaturas = financiación) con laayuda de instituciones garantes de arca-nos y esencias de otros tiempos.(Diapositivas 7, 8 y 9)
Sólo un sistema universitario mucho máscompetitivo conseguirá sacarnos del ma-rasmo actual. La necesaria reforma denuestra universidad pública requiere la im-plantación urgente de un conjunto de me-didas, entre las que destacaría las siguien-tes: (i) el cambio en el gobierno de las uni-versidades mediante la constitución de
patronatos (boards), compuestos pormiembros de la propia universidad y parti-cipantes externos, que cuenten con auto-nomía suficiente para poder nombrar a losrectores, incluyendo entre los candidatosa personas de reconocido prestigio socialo académico procedentes de ámbitos ex-ternos a las propias universidades, (ii) sus-titución, con efectos retroactivos, de esta-tus funcionarial para los profesores univer-sitarios por contratos laborales ordinariosque permitan una mayor flexibilidad de lasplantillas en casos de manifiesta incompe-tencia docente o investigadora; (iii) unamayor libertad en la fijación de tasas ordi-narias de matrícula y en la penalizacióndel coste de las tasas extraordinarias paralos alumnos repetidores; (iv) una mayorflexibilidad en la duración de los grados(como ocurre con las licenciaturas donde,durante bastante tiempo, han venido coe-
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Fuente: Elaboración propia.
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Fuente: Elaboración propia.
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Fuente: Elaboración propia.
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xistiendo las de 4 y 5 años); (v) un sistemasalarial mucho más flexible dentro de loslímites presupuestarios (con fondos públi-cos y privados) de cada institución, evitan-do la excesiva uniformidad por categoríaprofesional (TU y CU) que rige en el mo-delo funcionarial existente; (vi) una finan-ciación pública que dé mucho más peso ala calidad y no tanto a la cantidad, me-diante la evaluación periódica de los de-partamentos universitarios en cada disci-plina (tipo Research Assessment Exerciseen el Reino Unido); (vii) un estatuto de lacarrera profesional del personal académi-co (PDI) que fomente la movilidad y elcontrol de calidad del mismo (con ampliosperíodos de prueba o tenure track), evi-tando la endogamia existente y los desin-centivos derivados de la funcionarizaciónmasiva y prematura de una significativa
proporción de sus integrantes; (viii) laapertura de nuestro sistema universitario ainvestigadores procedentes de otros paí-ses (solo el 0,5% de nuestros profesoresuniversitarios son extranjero frente al 30%en EE UU y el 25% en RU); y (ix) una po-tenciación de la financiación y reconoci-miento social de la FP superior como víade acceso mucho mas eficiente al merca-do laboral para muchos alumnos que fra-casan en la universidad. (Diapo sitiva 10)
Conclusión: la educación es el motor debienestar y está en una encrucijada. Elmundo es indiferente a la tradición y la re-putación pasada. Sólo escogerán el cami-no del éxito aquellos países que, ignoran-do las quejas de aquellos que se resisten aperder sus privilegios, estén dispuestos aimplementar cambios sustanciales.
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Fuente: Elaboración propia.
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Tomás Mancha | moderador
Muchas gracias. Tiene la palabra ahoraÁngel de la Fuente.
Ángel de la Fuente
Antes que nada quería agradeceral Instituto y a la Fundación el es-
pacio para la discusión que han creado,hoy y en muchas otras ocasiones. En estepaís tradicionalmente ha habido un déficitde discusión, o al menos de discusiónseria, y últimamente parece que las cosasvan a peor. Empieza a ser difícil hablar desegún qué cosas sin que le riñan a uno. Ypor eso precisamente se agradecen toda-vía más foros como éste.
Juanjo (Dolado) ha dicho muchas cosas ylas ha dicho muy rápido. Intentando resu-mir su presentación, creo que hay en ellados ideas fundamentales. La primera es laenorme importancia de la educación. Laeducación es un factor crucial de creci-miento y de competitividad, y lo es cadavez más en un mundo en el que la pro-ducción es cada vez más intensiva en co-nocimientos. Pero también es un instru-mento fundamental para el fomento de lacohesión social. Por ambos motivos, esta-mos hablando de algo muy importante. Lasegunda idea es que el sistema educativonecesita mejorar, o no progresa adecua-damente. Tenemos un problema funda-mentalmente de calidad, no de cantidad.Hemos mejorado muchísimo el acceso alos distintos ciclos educativos pero los ni-veles de conocimientos y de competenciasson bajos y las tasas de fracaso son enor-memente elevadas en muchos casos. Trasestas dos ideas, Juanjo ha hecho una largaserie de recomendaciones que no voy a
repetir en detalle. En esencia, ha manteni-do que necesitamos una apuesta decididapor la educación infantil, así como traba-jar para mejorar la calidad del resto de losciclos educativos.
Siento decirlo, porque seguramente la se-sión habría sido más divertida de otraforma, pero estoy de acuerdo con práctica-mente todo lo que ha dicho el ponente, loque no deja demasiado espacio para la dis-cusión en sentido estricto. Lo que voy a in-tentar hacer es resumir brevemente algu-nos de los principales resultados de la in-vestigación reciente en economía de laeducación. Me centraré en dos idea muysencillas que de alguna forma justifican ydan coherencia a buena parte de las pro-puestas que ha hecho Juanjo. Tambiénquiero hablar brevemente sobre algunasimplicaciones de estas ideas que en mi opi-nión son muy relevantes en el caso espa-ñol. Básicamente, la literatura nos viene adecir que es posible encontrar un compro-miso sensato entre la equidad y la eficien-cia, entre la calidad académica y la igualdadde oportunidades porque los dos objetivosno son incompatibles aunque es cierto queexiste una cierta tensión entre ellos.
Creo que esto me dejará cinco minutos li-bres. Quiero aprovecharlos para volversobre el tema de la sesión anterior (el mer-cado de trabajo). Dado que yo no trabajopara el Banco de España, quizás puedahablar sobre esto con más libertad queJuan Franciso (Jimeno). Y algunas cosasque me gustaría decir.
Empiezo con las dos ideas fundamentalesde la economía de la educación que hemencionado hace un momento. La prime-ra es que el dinero no lo es todo. Igual queen otros aspectos de la vida, tampoco eneducación el dinero lo arregla todo.
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Cuando las cosas no funcionan bien, lasolución no pasa necesariamente por gas-tar más, por mucho que tengamos unatendencia a pensar en estos términos. Porsupuesto, hay veces en que más recursospueden ayudar mucho, pero la evidenciaque tenemos nos dice que el volumen degasto no es ni mucho menos la variablecrucial, al menos una vez se ha llegado alos niveles de gasto que hay en paísescomo el nuestro. Hay países que con pocodinero lo hacen muy bien.
Más importante que el dinero es asegurar-nos de que todos los participantes del pro-ceso educativo tienen los incentivoscorrec tos, lo que nos lleva en la direcciónde muchas de las medidas que sugeríaJuanjo. Una herramienta muy importanteen esta línea son las “reválidas”, esto es,exámenes externos que nos permitensaber cómo van los críos y ayudan a fijarun estándar objetivo de qué es lo que hayque saber en cada momento. Otras cosasque parece que funcionan son dotar demayor autonomía (en ciertas áreas) a loscentros educativos, fomentar la compe-tencia entre ellos, crear sistemas de incen-tivos económicos para los profesores enfunción de sus resultados y aumentar elpoder de decisión de los padres. Todo elloha de hacerse con cuidado, porque medi-das mal diseñadas podrían ser contrapro-ducentes, pero hay experiencias de otrospaíses que pueden servir de guía. Algunasde estas experiencias, como el cheque es-colar, tienen muy mala prensa en España,pero creo que merecerían una discusiónseria y libre de prejuicios ideológicos.
La segunda idea que quiero destacar sepodría resumir diciendo que cada cosatiene su tiempo. La educación es un pro-ceso largo y acumulativo. Empezamosmuy pequeñitos a aprender cosas muy bá-
sicas, como centrar la atención en algo oseguir intentándolo aunque no nos ape-tezca, que nos sirven para aprender mejor.Luego vamos adquiriendo conocimientosy competencias más complicados, perosiempre apoyándonos en la base de lo quehemos construido antes.
Esto implica que los primeros años de vidason cruciales. La inversión temprana eneducación es enormemente importante,especialmente para los niños que vienende familias desfavorecidas, porque es elúnico momento en el que podemos teneralguna esperanza de compensar, aunquesólo sea parcialmente, las deficiencias quevienen de su medio familiar. Si no los co-gemos a tiempo, remediar los déficits deorigen es cada vez más difícil y más caro ytermina siendo casi imposible. Por tanto,invertir pronto puede ser extraordinaria-mente rentable, tanto en términos deequidad como de eficiencia. Como biendecía Juanjo, tenemos que apostar deforma muy decidida por una educación in-fantil muy temprana y de calidad.
Lo que llevo dicho hasta el momento esmuy general y es seguramente aplicable encualquier país. Pero pasemos al nuestro yconsideremos algunos de sus problemasespecíficos. Uno muy importante es que laeducación es en España un tema muchomás conflictivo que en otros sitios.Mientras que en otros países parece existirun consenso básico que casi nadie cuestio-na, en España la educación es objeto depelea continua entre lo que, para enten-dernos, podemos llamar la izquierda y laderecha. Una pelea que se ha traducido enuna notable inestabilidad normativa. Cadavez que cambia el partido en el poder, elnuevo gobierno se embarca en una refor-ma educativa que pone patas arriba todo elsistema. Esto es muy mala idea. El sistema
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educativo es una cosa demasiado seriacomo para no ponernos de acuerdo en unmarco estable de funcionamiento.
Una parte de la pelea tiene que ver con lautilización del sistema educativo comoinstrumento para la transmisión de valo-res. Estoy hablando fundamentalmente delas asignaturas de Religión y de Educaciónpara la ciudadanía: cada uno tira para sulado e intenta utilizar la escuela para pro-mover los valores que considera priorita-rios. No sé si esto tiene solución pero, encualquier caso, no podemos dejar queesto condicione todo el diseño del siste-ma. Mi propuesta sería dejar esto de lado(que cada gobierno haga lo que le dé lagana en esta materia) y centrar nuestrosesfuerzos en intentar alcanzar un consen-so en torno al segundo tema en el quehay desacuerdo.
La segunda causa de la permanente peleaeducativa que sufrimos tiene que ver con latensión que existe entre igualdad y calidad.En principio, casi todos estamos de acuer-do en que las dos cosas son deseables. Enla práctica, sin embargo, las dos sensibilida-des en disputa tienden a otorgar priorida-des muy diferentes a una cosa y a otra, loque les ha llevado a apostar por diseñosmuy distintos del sistema educativo. Desdela promulgación de la LOGSE hasta nues-tros días, la igualdad de oportunidades hasido sin duda el objetivo dominante de lapolítica educativa española. La LOGSE ex-tendió la educación obligatoria desde los14 hasta los 16 años y estableció un mode-lo de escuela "comprensiva" con un itine-rario único para todos los estudiantes hastala finalización del primer ciclo de secunda-ria. La ley tuvo, sin duda, aspectos muy po-sitivos entre los que se incluye una univer-salización de la educación secundaria quese tradujo en un apreciable aumento del
nivel medio de formación de la poblaciónespañola y contribuyó a reforzar la cohe-sión social. El modelo que en ella se esta-blece, sin embargo, no ha conseguido re-ducir apreciablemente nuestras tasas deabandono prematuro y fracaso escolar y noha evitado el gradual deterioro del rendi-miento académico de nuestros estudiantes.
Existen opiniones muy diversas sobre lacausa de este último problema. Muchosdefensores del modelo LOGSE lo atribu-yen a la insuficiencia de medios para des-plegar plenamente las medidas de refuer-zo y apoyo que la ley prevé. Sus detracto-res, sin embargo, destacan las dificultadesque implica la apuesta por mantener jun-tos en una única aula hasta los 16 años aestudiantes con niveles de preparación ymotivación y planes inmediatos muy dis-tintos, y sostienen que el resultado ha sidouna reducción del nivel de exigencia paraadaptarlo al ritmo de los más lentos omenos interesados. Muchos también criti-can ciertas apuestas pedagógicas y curri-culares así como un posible exceso deatención a la igualdad en detrimento delmérito y el esfuerzo.
El repaso que hemos hecho más arriba dealgunos aspectos de la literatura sugiereque ambas explicaciones son en partecorrec tas, ayuda a clarificar los términosdel trade-off entre calidad e igualdad y su-giere también algunas vías de actuaciónque permitirían avanzar en ambas direc-ciones. Una conclusión importante es quelas actuaciones correctivas destinadas areducir el riesgo de fracaso de los alumnosmenos favorecidos deberían concentrarseen los primeros ciclos educativos. La peti-ción de mayores recursos seguramenteestá justificada si estos se destinan a ex-tender la cobertura y mejorar la calidaddel sistema de educación preescolar y a
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medidas de refuerzo en la educación pri-maria. A niveles superiores, sin embargo,tales medidas tienden a ser muy costosasy poco efectivas. También parece probableque abandonar el itinerario único en el se-gundo ciclo de la ESO sea una buena idea.Seguramente no hace falta separar a losalumnos por centros, pero podría tenersentido separarlos por aulas, al menos du-rante parte de la jornada. En este sentido,existe un margen considerable para adap-tar la formación a las necesidades, aptitu-des e intereses de los alumnos mediante laadopción de un currículo más flexible quepodría incluir la opción de cursar, ademásde ramas con mayor o menor orientaciónacadémica, una misma asignatura a dis-tintos niveles de exigencia, como ya sehace en otros países (el honors level ame-ricano es un ejemplo).
Pasando a la universidad, querría insistiren la tesis de Juanjo de que es necesarioreformar el sistema de financiación uni-versitaria lo que, entre otras cosas, exigeuna subida muy importante de las tasas,acompañada de más y mejores becas ypréstamos. Si lo pensamos bien, el sistemaactual es bastante disparatado. Es un sis-tema en el que el contribuyente medioestá subvencionando con enormes canti-dades de dinero a un señor que va a sermucho más rico que él. Además, es un sis-tema que no asegura la igualdad de opor-tunidades ni proporciona los incentivoscorrectos para que los estudiantes se es-fuercen. Si vienes de una familia conpocos medios, es muy fácil que no puedasir a la universidad aunque sea gratis por-que es probable que necesites trabajarpara comer o para ayudar a sostener a tufamilia. Me parece mucho más sensatocobrar matrículas realistas y luego darbecas y préstamos a quien los necesite y aquien saque buenas notas. Además de ser
mucho más equitativo, una reforma delsistema en esta dirección tendría un efec-to enormemente benéfico sobre los incen-tivos de los estudiantes. La universidad es-pañola es un sitio magnífico para tirarseocho años de vacaciones a un precio muybajo. La prueba está en que tenemos unmontón de estudiantes que tienen muypoca prisa por salir de ella. Si les costasesiete u ocho mil euros, seguramente se lotomarían con mucha menos calma.
Finalmente, quiero volver brevementesobre el tema de la reforma laboral. Yosoy uno de los firmantes del Manifiestode los Cien o como se llame. No soy unode los redactores, me llegó como está y lofirmé pensando que, aunque alguna cosaes seguramente mejorable, el mensajecentral es correcto. Y el mensaje centralno es que la reforma del sistema laboralque proponemos sea la solución de la cri-sis. No lo es, pero sí serviría para mitigarsus efectos y para repartir mejor los cos-tes sociales de la crisis.
Como ya se ha dicho esta mañana,España no está peor que la mayoría de lospaíses industriales en términos de caídadel PIB. Pero sí que está peor, mucho peorque casi todos ellos, en términos de lapérdida de empleo. El fenómeno, además,no es nuevo. Cada vez que hemos tenidouna crisis (en el 92, en los ochenta, en lossetenta…), España siempre se ha distin-guido por su enorme capacidad para des-truir empleo de forma rápida. Dada la ex-periencia, no resulta demasiado arriesga-do concluir que hay algo en nuestro mer-cado laboral que no funciona bien, quehace que el ajuste sea básicamente encantidades y no en precios.
Muchos de nosotros pensamos, y comotodos nos podemos equivocar, que buena
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parte de esto tiene que ver con dos cosas.Una es el sistema dual que tenemos, condos clases, dos castas distintas de trabaja-dores, unos enormemente protegidos yotros enormemente desprotegidos, en elque además los insiders, los muy protegi-dos, son los que dominan, controlan yguían la acción de unos sindicatos que, porlo tanto, no tienen demasiados incentivospara la flexibilidad salarial que sería necesa-ria para mitigar la destrucción de empleo.
La segunda parte del problema es que lanegociación salarial se realiza en el ámbitodel sector-provincia. Se trata de un nivel denegociación intermedio, ni muy centraliza-do ni muy descentralizado. Y, por una vez,cualquiera de los dos extremos sería mejorque la posición intermedia. Con una nego-ciación muy centralizada, los negociadoresno tendrían más remedio que internalizarlos efectos sobre el empleo de la fijaciónde salarios. Con una negociación muy des-centralizada, los acuerdos reflejarían mejorlas condiciones de cada empresa y podríanevitar el cierre de muchas de ellas.
Quiero insistir en que el mensaje centraldel manifiesto no es que haya que reducirlos costes de despido, sino que hay quereequilibrarlos de forma que no exista unaasimetría tan fuerte entre unos trabajado-res y otros. De esta forma, las partes ne-gociadoras tendrían más incentivos a bus-car formas de ajuste que repartan mejorlos costes sociales de la crisis y reduzcan ladestrucción de empleo.
Tomás Mancha | moderador
Muchas gracias, Ángel. Finalmente perono menos importante, viene el tema relati-vo al diseño, a lo que tiene que ver con
cambiar el diseño institucional que tene-mos, creo que es una cuestión probable-mente crucial y que seguramente ahí arras-tramos déficits de los que se han venido ha-blando esta mañana y justo ahora acaba desalir uno. Si ya nos hemos convencido deque la estabilidad económica es algo queno se discute y los gobiernos cambian y nolo discuten, forma parte de eso que se llamala coordinación intertemporal, en este casode las políticas económicas, pues probable-mente en educación habría que llegar a unacuerdo de ese tipo, pero desgraciadamen-te estamos lejos de ello y probablemente eneste tema también estemos lejos de alcan-zar a lo mejor un consenso necesario parasacar adelante algunas cosas.
Le dejo la palabra al señor Xosé CarlosArias.
Cambios en el diseñoinstitucional
Xosé Carlos Arias | ponente
Muchas gracias a la Fundación y alInstituto, y particularmente a
Tomás y a Juan Manuel, por su invitaciónpara estar hoy aquí participando en esteinteresante espacio de debate.
Quiero empezar proclamando mi conven-cimiento acerca de la necesidad de refor-mas estructurales para la economía espa-ñola, reformas profundas, relativas a todolo que tiene que ver con nuestro déficit deproductividad, de competitividad. Porejemplo, la reforma del mercado de traba-jo es ciertamente necesaria, como lo es ladel sistema educativo (tal y como emerge
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de la excelente ponencia del profesorDolado). Pero siendo las reformas necesa-rias, cosa distinta es su posibilidad efecti-va, cuestión en la que voy a entrar en lasegunda parte de mi intervención. Porqueme han pedido que hable de reformas ins-titucionales y esto sitúa el escenario en unplano algo diferente de lo que hasta elmomento se ha hablado, aunque cierta-mente algunas cosas han ido saliendo enlas sesiones anteriores que tienen que vercon lo que yo abordaré: la cuestión de sitenemos o no en España una estructurainstitucional –sobre la cual se basa todo elsistema de intercambios, de transaccionesde nuestra economía– que pueda califi-carse de eficiente. Debo decir que la no-ción de instituciones que voy a manejaraquí es la propia de las corrientes contem-poráneas del institucionalismo, es decir, laidea de instituciones como reglas, las cua-les, de algún modo, contribuyen a confor-mar los incentivos de los agentes. Y si laestructura institucional es eficiente, en-tonces ello permitirá el ahorro de costesde transacción, la solución de problemasde información, etc. Como saben, esas so-luciones pueden ser tanto formales comoinformales, aunque yo me voy a referiraquí básicamente a las instituciones for-males, con alguna alusión a las de carác-ter informal.
¿Tenemos una estructura institucional efi-ciente? Creo que ante este interroganteno cabe dar una respuesta de sí o no. Contodos los necesarios matices, y sin drama-tizar, lo cierto es que tenemos unas insti-tuciones económicas más bien mediocresen términos generales. Esta conclusión sederiva directamente de la observación dealgunos de los datos que suelen mencio-narse más frecuentemente al respecto.Desde que, hace unos años, se puso demoda la expresión Institutions matter, un
sinnúmero de organismos evalúan la cali-dad de las instituciones: agencias multila-terales, think tanks, incluso ONG intentancalibrar la calidad de las instituciones, ela-borando rankings para numerosos paísesde todas las regiones.
Comenzaré expresando un punto de es-cepticismo sobre lo que yo mismo presen-taré en unos instantes. Este tipo de clasi-ficaciones hay que tomarlas con ciertadistancia, porque muchos de estos estu-dios están directamente mal hechos opresentan algunos sesgos ideológicosbastante marcados, porque estamos ha-blando de cuestiones que admiten esesesgo. Pero una vez dicho esto, y toman-do como indicadores los resultados de al-gunos de los trabajos más conocidos, seobtiene un panorama interesante –y pre-ocupante– de nuestra estructura institu-cional. Por ejemplo, en el muy conocidoDoing Business que se elabora en elgrupo del Banco Mundial, que tiene efec-tivamente muchos problemas de metodo-logía, España ocupa la posición 49 en elmundo en la clasificación general de cali-dad institucional correspondiente a 2009.En cuanto al Global CompetitivenessReport, en el pilar que interesa aquí, eldenominado calidad de instituciones,España ocupa el puesto 43. Y en otro in-forme muy conocido, GovernanceMatters que dirige Daniel Kaufmann yque publica también el Grupo del BancoMundial, España presenta un índice deVoice and Accountability que, siendoaceptable (valor 87 en 2006), es clara-mente inferior al de los países que ocupanlas primeras posiciones (que suelen ser, enrelación con estos asuntos, los escandina-vos: Finlandia: 100; Noruega: 99; Suecia:98). Algo muy parecido ocurre si la varia-ble medida es la “efectividad del gobier-no” o “el control de la corrupción”.
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Entrando un poco más en detalle, es cier-to que en la estructura institucional espa-ñola hay algunas luces que merecen sermencionadas. Elementos de virtud absolu-ta, muy pocos, pero sí hay ámbitos en losque nuestro país mantiene una posiciónperfectamente homologable y en algunascosas incluso destaca ligeramente.Mencionaré tres aspectos. En primer lugar,todo lo que tiene ver con los sistemas con-tables y la canalización de los flujos de in-formación; ahí se han registrado importan-tes mejoras, por mucho que nos quejemosde los problemas con las estadísticas quemanejamos. Hay que recordar en estepunto que, hace ya más de una década,España fue solventando el complicadoproceso de cumplimiento de los criteriosde Maastricht sin mayores trampas, cosaque no se puede decir de un cierto núme-ro de países europeos (de los cuales se haprobado que trampearon claramente consus contabilidades nacionales para cumplirformalmente las reglas, para acceder alclub: el caso más conocido es el de Grecia).En segundo lugar, es también indiscutibleque tenemos esquemas y estructuras deregulación perfectamente homologables(una cuestión que ha sido ya tratada aquí,si bien con opiniones un poco contradicto-rias). En el caso de los mercados financie-ros, esta cualidad ha sido incluso mereci-damente reconocida en ámbitos interna-cionales: tendría aquí la economía españo-la uno de los pocos puntos de fortalezaclara, una ventaja a tener en cuenta alafrontar todo lo que queda de crisis, quepor desgracia probablemente será bastan-te. Y en tercer lugar, España mantiene unpatrón homologable en lo relativo a la for-mación de políticas públicas (hablaremosde ello en la última parte de esta interven-ción). En ese patrón hay sobre todo un ele-mento virtuoso que procede del hecho depertenecer a la Unión Económica y
Monetaria, lo cual nos ha proporcionadouna política macroeconómica que ha ge-nerado unas condiciones favorables a laestabilidad, elemento importante para laexpansión productiva y el progreso de losúltimos diez años. Y tomándolo de unamanera más general, desde el ingreso dela propia Unión en el año 1986.
Pero, claro, tenemos también algunos pro-blemas muy graves y en ellos es donde voya centrarme a continuación. He seleccio-nado entre ellos los cuatro que me pare-cen más significativos, pues considero quetienen un impacto económico indudable:a) la existencia de problemas singulares decorrupción; b) la notable carga burocráticaasociada a la actividad económica; c) unsistema judicial altamente ine ficiente; y d)un modelo muy descontrolado y hastacierto punto ineficaz de federalismo fiscal.
Fíjense en un aspecto que creo importan-te: estos problemas, o al menos algunosde ellos, son asumidos por la ciudadaníacomo problemas importantes de la socie-dad española, de la máxima gravedad enalgún caso (y así lo revelan todas las en-cuestas, las del CIS en primer lugar). Elcaso más claro es el del sistema judicial, alque me referiré dentro de un momento.Pero raramente se ven como problemasque produzcan efectos económicos im-portantes. A lo largo del día de hoy se hahablado de muchas cosas, pero no heoído mencionar, por ejemplo, al sistemajudicial. Tendemos a olvidarnos, de pensarque se trata de otra cosa. Sin embargo, esése un problema importante desde elpunto de vista económico, que puede las-trar de un modo apreciable el propio pro-ceso de crecimiento económico.
En primer lugar, España dista de haber re-suelto el problema de la corrupción. Es sabi-
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do que la medición y comparación interna-cional más reconocida de esta variable es laque realiza Transparencia Inter nacional,cuyos resultados suelen ser generalmenteaceptados. Pues bien, España ocupaba elpuesto 28 en el año 2008. Fíjense: 6,5 pun-tos frente al mejor, que es Dinamarca con9,3. Además, ha tendido a empeorar al finalde la expansión, con la pérdida de seis osiete puntos en esos años. Es cierto, sin em-bargo, que una parte de este problema pa-rece haberse aliviado en el momento másreciente, en el momento de la crisis, y ellotiene una explicación inmediata. La propiaTrans parencia Internacional viene diciendoque una parte muy importante de los pro-blemas de falta de transparencia, y en últi-mo término de corrupción en España, tieneque ver con el sector que ha sido protago-nista destacadísimo de la propia crisis, laconstrucción residencial (en todo lo que serefiere a las recalificaciones de suelo, etc.)En ese sentido, aunque yo no tenga unaposición para nada panglosiana en estepunto, la crisis, que es tan dramática en tan-tos sentidos, hay que decir que ha tenidotambién algún efecto positivo. Y es que dealgún modo ésta es la crisis que nos ha sal-vado de nuestro propio impulso depreda-dor. Supongo que muchos de los presentesestarán de acuerdo conmigo en que el fa-moso modelo de crecimiento tan basado enese sector nos hacía crecer mucho en activi-dad y empleo, pero también tenía unasconsecuencias terribles, e irreversibles,sobre el territorio, y también originaba algu-nos comportamientos nefastos en nuestravida política y social (como el que ahora secomenta del aumento de prácticas corrup-tas). Por todo ello, no parecerá un disparatedecir que, en algún aspecto, esta crisis nosha salvado de nosotros mismos.
En todo caso, es importante recordar quela corrupción tiene un importante coste
en términos económicos, y ello resalta conmayor claridad en las actuales circunstan-cias de dificultad. Porque en el centro deesta crisis hay un enorme problema deconfianza y, desde luego, este tipo de pro-blemas tienden a destruir elementos im-portantes de confianza en la interacciónsocial, y por tanto también en las transac-ciones económicas.
¿Vías de solución? Hay algunas que pue-den parecer inmediatas y directas. Porejemplo, no vendría mal la creación de unorganismo parecido a la Office ofGovernment Ethics que existe en EstadosUnidos (una agencia independiente quetiene una presencia visible en la vida públi-ca norteamericana). Sin embargo, hay unproblema de fondo que tiene que ver conla vigencia de reglas informales. Y es queda la impresión de que hay sectores de lapoblación que no acaban de entender lacorrupción como un verdadero problema.Cada vez vemos más casos de corruptelasmanifiestas que apenas son penalizadaspor el electorado, por lo que inevitable-mente se extiende la idea de que lacorrup ción tiene un coste escaso, lo queevidentemente genera escasos incentivospara ponerle coto. Todo ello representaríaun problema mucho más grave, pues es-taríamos ante un problema de actitud so-cial, de regla informal, que como todos losasuntos de esta índole sería de resoluciónmucho más difícil.
En lo relativo a la carga burocrática, creoque la economía española tiene un impor-tante –aunque no excesivamente difícil deresolver– problema. Tomemos como ejem-plo la información de Doing Business,2009 relativa a la facilidad para la apertu-ra de una empresa (una cuestión nadairrelevante desde el punto de vista de loque revela en cuanto a dinamismo econó-
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mico): España en este punto ocupa elpuesto 140 en el mundo. Si comparamosla posición de España y la del Reino Unido(que ocupa la posición número ocho), lasdiferencias son muy marcadas. En Españapara abrir una empresa hacen falta diezprocedimientos y el proceso dura 47 días.En el Reino Unido, basta con seis procedi-mientos y trece días. Aunque la tendenciasea a mejorar, otros muchos datos mues-tran que la economía española padece unexceso de carga burocrática, en relacióncon cuya reducción aparece un margenimportante para la ganancia de eficienciaen nuestra economía.
Más grave es el problema de la ineficien-cia del sistema judicial. Existe una ya largae interesante corriente de literatura eco-nómica –que tiene algunos jalones impor-tantes en el libro de North de 1990(Institutions, Institutional Change andEconomic Performance) o en los trabajosde La Porta, López de Silanes y Schleiffer–que acreditan que un sistema judicial ine -ficiente tiende a representar una rémorapara el crecimiento económico sostenidoen el largo plazo.
Planteada esta cuestión para el caso espa-ñol, inmediatamente alcanzamos la ideade que nuestra economía tiene un proble-ma en este punto. Fíjense en algunosdatos (que en su mayoría extraemos delartículo de Iglesias y Arias, El sistema judi-cial español, PyGP, 2007, y también del re-ciente libro de Cabrillo y Fitzpatrick, TheEconomics of Courts and Litigation,2008). Es de sobra conocido que estamosante un sistema judicial lento, que acumu-la importantísimos retrasos en su genera-ción de resoluciones. En ese punto hay undato interesante, pero demoledor: segúnun estudio del Banco Mundial, con datosde 2005, son necesarios 515 días para la
resolución judicial en un conflicto comer-cial en España, en tanto que la media dela OCDE es de 351. Hay por tanto una di-ferencia significativa. También el grado deformalismo procedimental es muy impor-tante, lo que añade rigidez y lentitud alsistema: según el conocido trabajo deDjankov et al., Courts: The Lex MundiProject, 2003, el índice correspondiente aun procedimiento de reclamación de che-que es de 5,25 en España, frente al índicemedio de los países anglosajones, (2,76).De hecho, este simple dato revela que setrata de un sistema judicial muy burocrati-zado. Por su parte, la calidad de las reso-luciones judiciales es manifiestamentemejorable, dado que solamente dos ter-cios de las sentencias se confirman final-mente (el resto son revocadas total o par-cialmente por parte de un tribunal supe-rior). Y todo ello con el problema añadidode alcanzar un grado de ejecución de lassentencias realmente reducido. O sea,toda la carga que tienen los juzgados,toda la carga de conflictividad que se tra-duce en sentencias, significa que sola-mente una parte muy pequeña de las sen-tencias se aplican. Y luego están todos losproblemas de independencia que son muyrelevantes y, por desgracia, fácilmenteidentificables, pero sobre los cuales no po-demos ahora detenernos por la evidentefalta de tiempo.
Por último tenemos un marco político de-mocrático, que si bien reúne las principa-les virtudes del sistema de democracia,también posee algunos rasgos preocu-pantes, algunos déficits notorios que, porejemplo, detecta cada año el informesobre la calidad de nuestra democraciaque elabora la Fundación Alternativas. Esesta una discusión muy amplia que nocabe proponer aquí, pero sí nos referire-mos a un aspecto concreto de gran rele-
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vancia: el modelo de federalismo fiscal vi-gente es altamente desordenado y produ-ce resultados problemáticos en altogrado. En este punto aclararé –por aque-llo tan schumpeteriano de que en rela-ción con asuntos tan complicados comoeste conviene expresar de antemano lapropia visión–, no les habla un centralistasino que mi visión es más bien federalista;el problema desde mi punto de vista esque en la vida española no pocas veces seimponen pulsiones que son más bien detipo confederal. El proceso de descentra-lización que se desarrolla desde la apro-bación de la Constitución de 1978, cierta-mente, ha venido muy marcado en mu-chas ocasiones por consideraciones quetienen poco que ver con la eficacia y laeficiencia y sí con cuestiones más bien detipo esencialista, con problemas identita-rios, etc.; y no pocas veces, también haestado muy influido por manifestacionesde oportunismo político descarnado,cuando no del simple clientelismo. Todolo cual ha llevado a que un cierto núme-ro de competencias estén muy mal ubica-das en la estructura del gobierno multini-vel, que hoy se nos muestra como muyperturbada, con algunas perversiones im-portantes. Creo que, por ejemplo, rela-cionando este problema con el anterior,contribuiría a una mejora de la eficaciadel sistema judicial una mayor descentra-lización, pero en cambio lo que no soycapaz de entender es cómo el tratamien-to de las catástrofes naturales está des-centralizado: nada bueno puede salir deahí en ningún caso. Por cierto que estono solamente vale para las comunidadesautónomas, sino que también el nivelmás descentralizado, los gobiernos loca-les, está pésimamente caracterizado yesto también lleva aparejados algunosproblemas importantes. Por ejemplo, lainsuficiencia fiscal de los ayuntamientos
para las funciones que tienen que cubrirconduce a que buena parte de sus recur-sos procedan de los aprovechamientosurbanísticos, lo cual si por un lado contri-buyó a inflar la burbuja del suelo y laconstrucción residencial, por otro enestos momentos aboca a muchos de ellosa una absoluta penuria.
En definitiva, desde una perspectiva deconjunto, estaríamos ante un procesopermanentemente abierto; que generaimportantes problemas de coordinación;que provoca algún grado de segmenta-ción artificial de los mercados (en una in-tervención anterior de Juan RamónCuadrado aparecía algo que tiene que vercon esto); y que pone piedras en el cami-no de la resolución de algo tan complica-do como es esta enorme recesión que es-tamos viviendo. Y conviene aclarar queno nos referimos solamente a gobiernosde orientación nacionalista; también en elcomportamiento de comunidades comola de Madrid hay mucho de todo eso.
Creo que lo más grave, con todo, es el pro-blema de mentalidad colectiva que subya-ce. A esto me gusta llamarlo el efectoArcimboldo. Arcimboldo fue un pintormuy original del Cinquecento del norte deItalia que era incapaz de recoger una figu-ra humana si no era a través de una cons-trucción compleja de flores o leños, fiján-dose en cada uno de los detalles. El efectoArcimboldo –idea propuesta por UmbertoEco hace ya algunos años aplicándolo a unasunto totalmente diferente– es la incapa-cidad de ver un problema atendiendo a sutotalidad compleja, sin tener que fijarse encada detalle. En algo parecido radica unaparte importante de la originalidad proble-mática de nuestra estructura institucional,y en torno a ello se originan algunas difi-cultades propias y diferenciales para afron-
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tar un problema como el que ahora esta-mos viviendo.
Voy ahora a la segunda parte de la expo-sición, donde me voy a referir ya a la po-sibilidad efectiva de la reforma.Naturalmente esa posibilidad depende delas circunstancias en las que estamos, queson ciertamente muy excepcionales. Creoque la crisis que estamos viendo es, sinningún tipo de hipérbole, de proporcio-nes históricas, y que ello condiciona elavance efectivo de la reforma en dos sen-tidos distintos. Primero hay que conside-rar que estamos probablemente ante elpunto de partida de un clima de malestarsocial del que todavía sólo hemos vistouna pequeña parte, y esto hay que tener-lo en cuenta a la hora de proponer cual-quier tipo de reformas. Y en segundolugar, también hay que considerar que es-tamos ante un momento que muy proba-blemente sea de cambio general, del quesaldrán efectos a largo plazo sobre el en-torno institucional de la formación de po-líticas económicas.
En relación con la primera cuestión, hay unfamoso argumento denominado “hipóte-sis de la crisis” (formulado por algunos tra-bajos publicados hace unos 15 años entorno a la introducción de la agenda de re-formas del hoy desprestigiado Consensode Washington, como los editados porJohn Williamson en 1994, y por Bates yKrueger en 1993), según la cual la crisisabre una ventana de oportunidad para elcambio. Algo parecido hemos oído aquí enalgún momento, pero creo que esto estápor acreditar. O que, más bien, está acre-ditado lo contrario, y que en todo caso,sólo cuando las crisis son moderadas pue-den abrir esa oportunidad. Cuando sontan complejas y difíciles como esta hay quetener mucho cuidado con la hipótesis de la
crisis. En todo caso, la economía políticade la reforma siempre es compleja. Porquela dinámica del cambio genera juegos per-versos de ganadores y perdedores. La pér-dida siempre está concentrada. El perde-dor siempre se reconoce desde el primermomento como perdedor. Es a cortoplazo, es segura. En tanto que la gananciatiende a ser difusa, es difícil reconocersecomo ganador. De manera que esto gene-ra una dinámica perversa de la acción co-lectiva frente a las reformas: el perdedortendrá un gran incentivo para oponersecon todas sus fuerzas a las reformas; encambio el ganador, probablemente secomporte más como un free-rider.
Este tipo de problemas hay que considerar-los a la hora de ponerse en serio a introdu-cir reformas, cuya necesidad yo he empeza-do por reconocer desde el punto de vista delpuro razonamiento económico. Lo que pasaes que en este momento hay una alta pro-babilidad de que se produzca un fuerte au-mento de la conflictividad social. Creo quesería quimérico pretender otra cosa y esto lovamos a empezar a ver rápidamente.
Es imposible que una crisis económica deesta entidad no tenga efectos sociales yeventualmente también efectos políticos,tanto aquí como en otros países. Los efec-tos políticos los vamos a dejar aparte. Hayque tener en cuenta que la crisis está ge-nerando un clima de reacción social com-plejo, y que es preciso ir más allá del razo-namiento económico, tener las antenaspuestas ante esto, porque creo que condi-ciona mucho la posibilidad efectiva de re-formas. Algunas de esas reacciones estánjustificadas, otras no tanto. Por ejemplo, seha producido una sobrerreacción anteunas operaciones de salvamento bancariocon grave coste para el erario público queefectivamente han tenido lugar en otros
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países, pero que aquí propiamente todavíano ha habido, más allá de la pura exten-sión de los mecanismos públicos de garan-tía (si no hablamos del caso, irrelevantedesde una perspectiva de conjunto, de laCaja de Castilla La Mancha). Sin embargo,es preciso tener en cuenta todas esas reac-ciones que cada vez vamos viendo más deltipo de “no somos los responsables: la cri-sis que la pague el capital”. Esa idea deque la expansión jugó a favor del capital yahora lo va a tener que pagar el ciudada-no. Creo que no debemos reírnos anteestos argumentos porque es cierto que al-gunos elementos de verosimilitud tiene.Una verosimilitud parcial. Por ejemplo, esindiscutible que, durante la fase de fuerteexpansión, la distribución de la renta nojugó precisamente en favor de los salarios.Además, hay que tener en cuenta que esprevisible que se acabe imponiendo unafuerte presión sobre los salarios para elajuste. En mi opinión, de esta crisis no sesale sin un ajuste en los salarios.
Pero, por otro lado, es difícil pensar en unarecuperación sostenida si no se producenunos consensos sociales básicos, que evi-ten las tentaciones de buscar salidas paragrupos particulares, por la vía de juegos nocooperativos. Y si sólo será posible aban-donar la recesión a través de la búsquedadel consenso, entonces hay que decir cla-ramente que determinadas reformas noson sólo improbables, sino que en estemomento tal vez sean incluso inconve-nientes. No quiere decirse con ello que de-bamos ser esclavos del statu quo, puesdebe avanzarse con pequeños pasos haciacambios que permitan mejoras de compe-titividad en la economía. Pero hay que serextremadamente cuidadoso con las refor-mas relativas al mercado de trabajo y,sobre todo, al sistema de pensiones, en lascuales los aspectos ideológicos y, en mu-
chas ocasiones, la pura retórica, tienden aimponerse por encima del puro cálculo (enel caso singular de la reforma laboral, exis-ten también algunas dudas razonables deque el momento adecuado para introdu-cirla de un modo eficaz sea precisamenteéste, cuando el desempleo, a cargo sobretodo de los antiguos contratos temporales,ya se ha desbocado). El tiempo de unatransformación de mayor profundidad lle-gará cuando la recuperación alcance unacierta velocidad de crucero, suficiente paraeliminar el pathos de malestar social.
En todo caso, las reflexiones anteriores serefieren a algunas reformas, pero no atodas. Por ejemplo, no veo por qué tieneque afectar a la reforma educativa, queno parece mucho más difícil en la crisis delo que pudo ser durante la etapa de ex-pansión. Lo que pretendo decir es que elpanorama complejo que se ha descritopuede estar abriendo una ventana deoportunidad para reformas como las insti-tucionales, que están menos marcadaspor ese tipo de problemas. Es en todocaso indudable que una reforma en pro-fundidad del sistema judicial no será fácilen ningún momento, pues siempre ten-derá a provocar reacciones corporativistaspor parte de los sectores afectados (enprimer lugar, de los propios jueces). Estáclaro también que para corregir en pro-fundidad los problemas de ineficacia e in-eficiencia del sistema judicial español esnecesaria una dotación presupuestariaimportante y que en estos momentos defuertes y generalizadas presiones sobre elpresupuesto, el incremento de esa partidase hace especialmente problemático.Pero, desde luego, las ganancias econó-micas –además de las sociales y ciudada-nas– derivadas de esa reforma la haríanplenamente recomendable, y no significa-tivamente más difícil ahora que hace dos
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años. Y por lo que respecta a las reformasdirigidas a reducir la carga burocrática,creo que son factibles y que pueden apor-tar una vía para que la economía españo-la gane eficiencia de un modo apreciable.Sin embargo, este tipo de cuestiones estáen gran medida fuera de la agenda, talvez debido a que los economistas creenque no les conciernen, mientras que juris-tas y politólogos tienden a pensar sobreello, y a hacer propuestas, sin considerarsus consecuencias económicas de primerorden.
La última cuestión que quisiera plantearme fuerza a dar otra vuelta de tuerca. Enlos términos más generales, todas las re-formas que se propongan y el diseño delfuturo –se plantee o no como un cambioen el modelo de crecimiento–, debentener en cuenta que las circunstancias delpresente son absolutamente excepciona-les. Imagino que la amable invitación deJuan Manuel y Tomás se debe a que sabenque llevo algún tiempo dándole vueltas ala cabeza sobre esto. Yo creo que estácambiando la propia naturaleza de la polí-tica económica, y que ello ocurre en variossentidos. Aunque esta no sea otra grantransformación en el sentido de Polanyi,cualquiera que frecuente los grandes me-dios de prensa internacionales sabrá queesta expresión cada vez es utilizada conmás profusión por todo tipo de columnis-tas. Y en todo caso, es cierto que una re-lectura de The Great Transformation anadie le sobrará si quiere entender algu-nas de las claves de lo que está ocurrien-do. Gran transformación o no, lo induda-ble es que estamos ante un gran trastornoque va a hacer que cambien bastantescosas para un período de tiempo bastanteprolongado. Seguramente lo estamosviendo, están pasando ya delante denuestros ojos.
La primera cosa que está cambiando de unmodo importante ya desde este momentoes el propio razonamiento económico (yesto no lo digo para contentar a mi co-mentarista, al que sé que le agrada). Unasimple mirada a la historia del conocimien-to económico nos sugiere que las grandescrisis económicas del pasado provocaroncambios de orientación, por lo general ra-dicales, en las ideas. Ahora, el razonamien-to económico más basado en el supuestode ultrarracionalidad de los agentes, etc.,creo que va a ser muy difícil de sostenerdurante bastante tiempo; en cambio ganaespacio de modo importante todo lo queestá más basado en incertidumbre, inclusoen comportamientos patológicos: en miopinión, una de las aportaciones más im-portantes, si no la aportación más trascen-dente, que ha dado la economía desde elnacimiento de la crisis, es precisamente ellibro Animal Spirits de George Akerlof yRobert Shiller, aparecido en enero de2009, que va en esta línea. Por cierto queesto no lo digo porque afecta a las ideasde los demás, sino a las mías propias. Creoque la propia idea de instituciones eficien-tes habrá que revisarla. Dani Rodrik, o elpropio Daniel Kaufman –al que ya he men-cionado en esta intervención– lo han dichoantes que yo. Sin duda, muchas cosas vana cambiar en nuestra academia en los pró-ximos años.
Pero me quiero centrar en la relación queexiste entre mercados y formación de po-líticas económicas, que creo que está so-metida ya –y tal vez lo esté más en el fu-turo inmediato– a una fuerte pulsión decambio. ¿Por qué lo digo? Porque ustedessaben que en todos los mercados globalesha estado vigente a lo lago de los últimos25 años un modelo de formación de polí-ticas que ha tenido sus luces y sus som-bras. Los mercados de capitales se han
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convertido no solamente en omnipoten-tes y omnipresentes, sino también en om-niscientes. Les hemos dado el atributo deomniscientes, o ultrarracionales, en el sen-tido de aceptar que los mercados calibran,evalúan de un modo racional en cada mo-mento las consecuencias de las decisionesdel resto de los agentes, también de losgobiernos: los mercados, en definitiva, de-ciden la calidad de las políticas públicas.Un famoso columnista norteamericano,Thomas Friedman, denominó a esto, enuna expresión que hizo fortuna, la Goldenstraitjacket, la camisa de fuerza de la polí-tica impuesta por los mercados. Esta ma-crorrestricción trajo consigo una serie decambios institucionales de la máxima im-portancia en la definición de las políticas.Hablamos de un fenómeno que, obvia-mente, no concierne sólo a España, ni alconjunto de los países desarrollados, sinoa toda la economía global. Con ello hantenido que ver tendencias contemporáne-as tan conocidas como la eliminación delos sesgos ideológicos en la política ma-croeconómica, o el famoso criterio derules rather than discretion, reglas mejorque discrecionalidad, que lejos de quedar-se en un criterio teórico, ha impuesto unaorientación de políticas basadas en reglas,fundamentalmente para el caso de las po-líticas fiscales (entre otras, en la propia eu-rozona). También ha impulsado fuerte-mente la independencia de los bancoscentrales y agencias reguladoras; y ade-más ha marcado una especie de vacia-miento del nivel central del gobierno, enel sentido de que algunos elementos,pocos, de definición de políticas se hantrasladado hacia arriba, hacia ámbitos su-pranacionales, pero sobre todo, hay otrasque se han desplazado hacia abajo en laestructura de gobierno multinivel. ¿Porqué? Pues porque todo esto de la strait-jacket ha afectado básicamente a las polí-
ticas que, según la vieja teoría del federa-lismo fiscal, son propias precisamente delnivel central de gobierno (y el ejemplomás claro sería el de las políticas fiscalespasivas). Todo ello ha afectado muchomenos a las políticas micro, las políticas deasignación de recursos, las cuales se supo-ne que quedan en las manos de los go-biernos descentralizados.
Sin embargo, toda esta concepción de lapolítica se ha venido estrepitosamenteabajo con la gran recesión. Defender enestos momentos que los mercados sonomniscientes puede provocar las peoreschanzas o insultos. Lo que ahora se abre esla perspectiva de un modelo de formaciónde políticas macroeconómicas diferente,que no sabemos muy bien hacia dónde va,pero que posiblemente afecte a la dinámi-ca de la decisión política en todos los paí-ses a lo largo de los próximos años. Y todoesto creo que es necesario tomarlo en con-sideración. ¿Por qué? Porque a todo lo queyo he tratado de explicar en los apartadosanteriores le introduce un elemento de in-certidumbre muy marcado.
Me centro en dos cuestiones que conside-ro de mucho interés, porque no tengotiempo para hablar de otras cosas. En pri-mer lugar, un interrogante: ¿se va a pro-ducir una recentralización? Podría ser. Adiferencia de lo que ocurría con el mode-lo de formación de políticas de los últimoscinco lustros, en el que existía una razóneconómica que inclinaba la balanza haciala descentralización, ahora esa mismarazón apuntaría a la centralización. Esdecir, siguiendo la lógica económica ahoracabría pensar en una tendencia hacia lacentralización en la toma de decisiones,pero la lógica política en España –llamo laatención sobre este punto– no apuntaprecisamente a la centralización. Estamos
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ante un posible, y muy interesante, pro-blema de tensión entre lógica política y ló-gica económica. A propósito de ello, fíjen-se en el ejemplo de la financiación auto-nómica, que probablemente será el pro-blema más importante de la política espa-ñola de los próximos tiempos. ¿Es razona-ble que precisamente en este momentonos enredemos en la ardua controversiade la financiación económica, cuando es-tamos hablando de un déficit público del8,5% o del 10 %, que va a costar mucho,en todo caso, dominar, controlar a partirde la situación actual? Pues parece queno. Creo que en este punto está muy ex-plícita y muy clara esta tensión importan-te entre lógica económica y lógica política.
Una segunda cuestión, que creo que es demucha importancia, es la referida a ciertosinterrogantes de primer orden que puedenestar apareciendo sobre el futuro de laEurozona. Dando por cierto que lo mejorque le ha pasado a la economía españolaha sido su integración en Europa desde elaño 1986 y su posterior integración en elclub del euro, tengamos en cuenta que lapropia Eurozona está sometida en estemomento (como se deduce de mi razona-miento anterior) a algunos peligros reales.Para empezar, las propias reglas. Hay unapresión sobre la propia idea de reglas, lasque en este momento están vigentes en laUEM: es de sobra conocido el grado de in-cumplimiento que ahora mismo tienen yque muy probablemente van a seguir te-niendo en los próximos años. Se suponíaque con la reforma del Pacto deEstabilidad del año 2005 se había corregi-do la tendencia de algunos países a pasarpor encima de la norma, y que estábamosentrando en un período en el que las re-glas se cumplían de un modo amplio ybastante sistemático. Esta es una cuestiónfundamental, porque si las reglas no se
cumplen, no son nada. Se supone que lasreglas proporcionan ganancias de credibili-dad. ¿Pero qué ganancia de credibilidadpuede haber si las reglas no se cumplen?En términos de credibilidad, mejor que nohaya reglas a que haya reglas y no se cum-plan. Pues el problema es que se extiendela impresión de que las reglas que funda-mentan la Eurozona, el Pacto deEstabilidad, se van a incumplir durantemucho tiempo. El cálculo que algunos or-ganismos internacionales, como el FMI,hacen de que la deuda pública podría fá-cilmente alcanzar el 140% del PIB en mu-chos de los principales países en el hori-zonte de 2014, resulta en este punto muypreocupante. La propia Comisión Europea,consciente de la gravedad del asunto, hafijado como límite temporal para los in-cumplimientos el año 2012, pero hay mu-chas dudas sobre que efectivamente losdéficits se hayan reducido a menos de un3% en ese momento. Creo que de ahí saleinevitablemente una presión sobre la pro-pia idea de reglas en Europa, y estamosante una cuestión central, porque laEurozona sin reglas es imposible.
Por otro lado, creo que vamos a vermucha presión sobre la independencia delos bancos centrales, principio que yo de-fiendo, pero estamos viendo ya que políti-cos tan decisivos como Nicolás Sarkozyfrecuentan las declaraciones fuertementecríticas, a veces explosivas, sobre el com-portamiento del consejo del BancoCentral Europeo y sobre la propia condi-ción de organismo independiente.
En último término, el Banco de Españapodría volver a la situación anterior a1995; no sería bueno, pero podría. Pero elBCE, si no es independiente ¿qué otracosa puede ser? Por tanto, hablamos decuestiones que pueden afectar de un
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modo importante al futuro de la econo-mía, pues se refieren al elemento más vir-tuoso que hemos tenido en nuestro entor-no institucional a lo largo de las últimasdécadas. Aunque se trate de cuestionesque tampoco parecen estar muy presentesen el debate político económico actual.
Conclusiones:
En primer lugar, y sin dramatizar, la econo-mía española tiene algunos déficits institu-cionales serios, como los relativos al siste-ma judicial, el modelo de federalismo fis-cal, etc. Segundo, la posibilidad efectiva deintroducir reformas estructurales es unacuestión más compleja de lo que muchasveces se pretende: este es el punto de ten-sión y drama que tenemos en este mo-mento. Comparto totalmente que son ne-cesarias, pero las veo muy improbables eincluso en este momento pudieran ser in-convenientes. Si se hubieran hecho en elmomento en el que había que hacerlo –noen plena crisis, sino durante la expansión–mejor preparada estaría ahora la economíaespañola para hacer frente a las dificulta-des, pero su puesta en marcha en estosmomentos chocaría frontalmente con elpathos reinante de malestar social, y po-dría causar graves daños a un elementocentral para la recuperación: la crea ción deun acuerdo social básico y un clima coope-rativo. En tercer lugar, se abre una ventanade oportunidad para darle prioridad a re-formas institucionales que tienen otro tipode condicionantes o que están menos con-dicionadas por ese tipo de problemas,como vía importante para ganar eficiencia.Y en cuarto lugar, estamos ante un entor-no de gran incertidumbre que marcamucho todo el modelo de formación depolíticas económicas, en el que probable-mente se registrarán cambios significati-
vos; las amenazas sobre la Eurozona sonlos más significativos –y preo cupantes–para la economía española. Muchas gra-cias por su atención.
Felipe Serrano
Gracias. Voy a invertir el orden demi intervención siguiendo el ejem-
plo de Ángel. Quiero referirme en primerlugar al asunto de la reforma del mercadode trabajo, y luego emitiré unos rapidísi-mos comentarios al trabajo del profesorArias.
No fui uno de los firmantes originales deldocumento pero sí me he adherido a él.Recibí un correo dos días o tres días des-pués y lo firmé. ¿Significa esto que estoycompletamente de acuerdo con la literali-dad de dicho documento? No. Significasencillamente que comparto la necesidadde realizar una reforma, no diría tanto delmercado de trabajo, como del marco derelaciones laborales. Hay un punto sobreel que creo que, en este momento, ya nose puede discutir: el entramado institucio-nal que regula las relaciones laborales eneste país, y en cualquiera, no es neutralpara la actividad innovadora de las empre-sas. Según qué flexibilidad se les propor-cione, el perfil de las empresas será más omenos innovador. Pues bien, si lo que sepretende es que las empresas españolassean más innovadoras, entonces necesa-riamente hay que influir en el marco de re-laciones laborales, facilitando un marcoque permita aquellas organizaciones deltrabajo que se sabe que son más innova-doras que otras.
No creo que en este momento el puntocentral esté en reformar el despido o las
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modalidades de contratación, aunque susimplificación sería buena. Creo que elpunto central está en cambiar, de una vezpor todas, el modelo de negociación co-lectiva. No solamente el espacio en el cualse negocia, que tiene consecuencias direc-tas sobre la distribución de las rentas nue-vas que genera la innovación, sino tam-bién el propio contenido de la negocia-ción colectiva. A las empresas hay queofrecerles otras formas de flexibilidad ade-más de la flexibilidad numérica que se lesestá dando con los contratos temporales.Si queremos acabar, o si queremos dismi-nuir la tasa de temporalidad, no quedamás remedio que plantear un intercambioentre temporalidad y flexibilidad funcio-nal, y este intercambio pasa por llenar decontenido la negociación colectiva. Creoque este debate no queda más remedioque abrirlo. En caso contrario no habráposibilidades de transitar hacia un modelode crecimiento basado en la innovación.
Vayamos con los comentarios a la pre-sentación de Xosé Carlos Arias.
Antes de nada debo reconocer que me hasorprendido favorablemente que en unseminario sobre la crisis económica sehaya reservado un espacio para la “varia-ble institucional”. Así se cumple el aforis-mo de que “sólo nos acordamos de SantaBárbara cuando truena”. Mientras la eco-nomía transita por un ciclo expansivo lasinstituciones (algunas) y las regulacionesse tienden a considerar como corsés inso-portables que trabajan en contra del creci-miento económico y la eficiencia de losmercados. Una prueba de lo señalado esel éxito alcanzado durante la última etapade expansión económica de la sugerentedoctrina de Greenspan sobre “las fuerzasregulatorias privadas estabilizadoras de losmercados”.
¿El redescubrimiento de las institucionesserá “flor de un día” o tiene vocación depermanencia? Albergo ciertas esperanzasde que tenga vocación de permanencia,siempre que los economistas no enrede-mos demasiado o, dado que esto será im-posible, siempre que, al menos, nos acer-quemos a su estudio cambiando de regis-tro. Sobre este aspecto versará mi breveintervención, que empalma directamentecon dos de las sugerencias que hacía elprofesor Arias en su presentación: la nece-sidad de cambiar la estructura del razona-miento económico dominante y la idea deabandonar el concepto neoclásico de ins-tituciones eficientes. Me permito matizaren este punto al ponente, el problema esla idea neoclásica de eficiencia, no la deinstituciones eficientes. Las institucionesdeben de ser eficientes, lo que no puedenser es eficientes en el sentido que el pen-samiento neoclásico da al término.
El redescubrimiento de la importancia delas instituciones para el correcto desenvol-vimiento de la economía (más allá de losdesarrollos teóricos de la nueva economíainstitucional dirigidos a completar los mo-delos de equilibrio neoclásicos, y sobre losque volveré más adelante) aparece conec-tado en los últimos años con el fracaso delas políticas de desarrollo asociadas a la li-beralización de los flujos internacionalesde capital. Algunos modelos de crecimien-to endógeno ya se habían ocupado de ex-plorar la relevancia del entramado institu-cional para el crecimiento económico. Sinembargo, ha sido la constatación de queno se han cumplido las predicciones de lateoría lo que ha rehabilitado a las institu-ciones como variable relevante para im-pulsar el crecimiento económico.
La variable “calidad institucional” (a laque se ha referido el profesor Arias en su
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intervención) comienza a aparecer en losmodelos econométricos con signos y coe-ficientes que hablan acerca de su impor-tancia. La información que proporcionanestos modelos, en todo caso, debe tomar-se con ciertas cautelas, ya que la mediciónde la “calidad institucional” no es unasunto fácil. Un ejemplo tal vez ayude aentender lo que pretendo señalar. Duran -te los primeros meses del año 2008 unode los working papers que más se bajaronde la NBER fue un trabajo de Forbes en elque se interrogaba acerca de las causaspor las cuales los extranjeros preferían in-vertir en Estados Unidos. La conclusión ala que llegaba era que “los inversores ex-tranjeros eligen las inversiones en carteranorteamericanas para beneficiarse del altodesarrollo, liquidez y eficiencia de los mer-cados financieros norteamericanos, asícomo de su sólido gobierno corporativo yde las instituciones norteamericanas”.
La crisis financiera actual, y aunque estopueda resultar paradójico, no necesaria-mente entra en contradicción con la con-clusión de Forbes. Es evidente, visto lo quehemos visto, que la calidad del entramadoinstitucional al que se refiere Forbes eramuy débil (lo que incide en lo ya apunta-do sobre las dificultades de medición de la“calidad institucional”). Ahora bien, lapercepción mayoritaria no era esta. Másbien generaba cierta admiración la capaci-dad de reciclar el exceso de liquidez mun-dial que tenía el sistema financiero norte-americano. Los capitales fluían desde laseconomías emergentes (en contra de laspredicciones de la teoría neoclásica) haciael mercado norteamericano en busca dealtas rentabilidades. La “calidad” del en-tramado institucional se suponía (como elvalor cuando se hacía la mili) y, además,era un aspecto secundario. Lo que verda-deramente amalgamaba a los gestores de
los capitales y a los inversores era la creen-cia de que los mercados de capitales fun-cionaban eficientemente y que el que máseficientemente fun cionaba era el mercadonorteamericano, debido a que estabamenos sometido a controles “externos”.
Si expresamos esta creencia en clave deteoría institucional diríamos que, durantelos pasados años de crecimiento económi-co, se generalizó un “juicio por conven-ción” (apoyado en la creencia de que losmercados de capitales son eficientes) queguiaba el comportamiento de todos (o dela mayoría) de los agentes participantes enlos mercados de capitales. Cada uno imi-taba el comportamiento que observabaen los demás y de esta manera todos con-tribuían a alimentar la “burbuja”. Ni losgestores de fondos, ni los ejecutivos de losbancos, son sádicos que conscientementenos han llevado hasta la situación en laque nos encontramos. Sencillamentetodos hacían lo mismo porque todostenían la misma convicción en la capaci-dad de los mercados de capitales para re-alizar una asignación eficiente de recur-sos. El riesgo inicial se trasladaba a un ter-cero y así sucesivamente. El mercado, sepensaba, era capaz de absorberlo todo.
En el origen de la actual crisis se encuen-tra esta creencia en la eficiencia de losmercados. Los mercados de capitales, sinembargo, no son eficientes y, además, esimposible que lo sean. Los mercados decapitales no son eficientes no porque aúnno se haya dado con la regulación ade-cuada (como aún se sigue pensando), sinoporque es imposible (por la existencia deincertidumbre) estimar el riesgo y el valorfuturo de un activo. Si no podemos fijaren el presente el precio cierto de un acti-vo, no hay equilibrio posible. Hace ya bas-tantes años que Keynes (apelando a la
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existencia de incertidumbre) explicó porqué la función de los mercados de capita-les no es realizar asignaciones eficientesde capital, sino proporcionar liquidez. Enel Informe sobre estabilidad financiera delBanco de Inglaterra de abril del 2007, des-pués de explicar el anormal crecimientode los índices de liquidez internacional delos últimos años, que doblaban en valor alos alcanzados en los dos años anterioresa la crisis financiera del sudeste asiático,los redactores del Informe se hacen cuen-tas de la necesidad que existe de gestio-nar esta fuente de riesgo financiero. Lapregunta inmediata es obvia: ¿qué institu-ción u organismo internacional puede re-gular esta liquidez?
Si no nos hubiésemos olvidado que losmercados de capitales no están para reali-zar asignaciones eficientes, sino para pro-porcionar liquidez, probablemente hubié-semos desarrollado un marco institucionaly regulatorio de los mercados financieros(nacionales e internacionales) distinto, hu-biésemos limitado la libertad de circulaciónde capitales, y las crisis financieras (queprobablemente también hubiesen apareci-do) hubieran sido menos dramáticas.
La culpa de lo que ha ocurrido, o si se pre-fiere la culpa de haber sembrado la creen-cia de que los mercados de capitales soneficientes, es de los economistas. La efi-ciencia de los mercados es una idea queinicialmente se desarrolla para combatir elmodelo de relaciones económicas que do-minaba en el Antiguo Régimen. Posterior -mente cobró fuerza de la mano de la teo-ría del equilibrio económico que, bajo lashipótesis de información perfecta y racio-nalidad instrumental, acabó de perfilar elconcepto de eficiencia neoclásico. A nivelagregado, la hipótesis de expectativas ra-cionales completó el círculo (por el proce-
dimiento de ocultar lo obvio, esto es, queen el mundo en el que vivimos existe in-certidumbre), afirmando que podían pro-ducirse equilibrios eficientes con asigna-ción intertemporal de recursos. Esta es lateoría económica que se ha trasladado alos manuales que se explican en las facul-tades de Economía y que los egresados dela universidad han aceptado de maneraacrítica.
En cierta ocasión escuché al profesorPerroux contar que, durante los años se-senta, cuando empezaron las políticas deplanificación en los países recién descolo-nizados, y le proponían participar en lascomisiones de planificación, lo primeroque pedía era que la permitiesen leer loslibros de texto que se impartían en las es-cuelas. De esta manera, señalaba, podíaformarse una opinión acerca de los cono-cimientos y las creencias que se transmití-an a través de la educación. Este era elpunto de partida de su trabajo como pla-nificador.
Pues bien, por los libros de texto que seutilizan en las facultades de Economía espor donde hay que empezar para que lascosas puedan cambiar. En algo ya se haavanzado. A los alumnos aún se les sigueinyectando en vena la hipótesis de infor-mación perfecta, aunque también se lesexplica ya la existencia de costes de infor-mación y la existencia de información asi-métrica que están en el origen del nuevoanálisis institucional que poco a poco seestá abriendo paso en las aulas. No obs-tante, aún no se renuncia a la idea de efi-ciencia neoclásica, más bien se tiende apresentar el asunto de la “calidad institu-cional” como el nuevo camino para llegaral mismo sitio. En algún momento habráque enseñarles que el vaciado de los mer-cados por la libre interacción de los agen-
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tes (incluso con instituciones de calidad)forma parte de las creencias de los econo-mistas, al igual que la idea de que la eco-nomía tiende al equilibrio a largo plazo. Seles sigue ocultando, sin embargo, queriesgo e incertidumbre son dos conceptosdistintos. Los dos son necesarios, peromientras que el primero puede ser gestio-nable sin grandes armazones instituciona-les, el proceso de formación de expectati-vas a largo plazo sí los reclama.
También se les debería explicar, para evitarpasar del dogmatismo del mercado al dog-matismo de las instituciones, que éstas noson infalibles, entre otras razones, porquelos procesos sociales y económicos de losque forman parte son evolutivos y, portanto, lo que vale para un momento nonecesariamente tiene que servir para otro.En economía las funciones no son conti-nuas. También se les debería explicar quelas instituciones no son el resultado de unproceso racional, animado por sujetos ra-cionales que saben lo que quieren y quesólo seleccionan las instituciones óptimas.No existe la institución óptima, existe lainstitución “adecuada” para según quéobjetivos se persigan. También se les debe-ría explicar que las instituciones son pro-ducto de las tensiones sociales en las quevivimos inmersos. El “espacio” en el que se“producen” las instituciones no es elmismo que el “espacio” en el que se des-arrolla el proceso económico. No existe de-terminación del segundo sobre el primeroy, a menos que renunciemos a la democra-cia, debemos aceptar que la convivenciaentre ambos “espacios” puede ser contra-dictoria. Las “agencias reguladoras” inde-
pendientes no son la solución a estas ten-siones. Blinder, el que fuera vicepresidentede la Reserva Federal Norteamericana, se-ñalaba que es posible que los bancos cen-trales sean independientes del poder polí-tico, pero que tenía serias dudas sobre suindependencia de los banqueros.
Es difícil hacer teoría económica con estosmimbres, pero esto es lo que hay. Muchasgracias por su atención.
Tomás Mancha | moderador
Después de la maratón, a mí me gusta-ría terminar como se suele terminar enestas ocasiones, destacando algunasideas. Voy a decir una sola. Creo que el se-minario, la jornada de casi once horas quehemos estado aquí ha servido para el finque fue concebida y es el de plantearcuestiones de interés, cuestiones que ilu-minen, que ayuden no sé si a tomar deci-siones o no, pero por lo menos a ponersobre el tapete algunos de los problemasque tiene hoy en día planteada la econo-mía española.
Creo que la sesión de la mañana con laperspectiva externa, la interna y la de estatarde, la que llamo “de los especialistas”en cuatro ámbitos concretos, pues hanpuesto un granito de arena que pública-mente era bastante necesario. A ver si sedifunde después en la publicación que sal-drá oportunamente y se logra generaralgún tipo de impacto positivo.
A los últimos de Filipinas, muchas gracias.
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Cuadernos publicados1/2004. El control político de las misiones militares en el exterior.
2/2004. El sector del automóvil en la España de 2010.
3/2004. La temporalidad en la perspectiva de las relaciones laborales.
4/2004. La contención del gasto farmacéutico.
5/2004. Alternativas para la educación.
6/2004. Alternativas para el cambio social. Zaragoza, 26 de noviembre 2004
7/2005. Las bases y los límites del consenso en la política exterior española.
8/2005. Los mecanismos de cohesión territorial en España: análisis y propuestas.
9/2005. La inversión de la empresa española en el exterior: nuevos aspectos económicos, políticos y sociales.
10/2005. El futuro de RTVE y EFE.
11/2005. El recurso de amparo constitucional: una propuesta de reforma.
12/2005. Guerra de Irak y elecciones del 14 M: un año después.
13/2005. Azaña y Ortega: dos ideas de España.
14/2005. El aborto en la legislación española: una reforma necesaria.
15/2005. Los objetivos políticos del Presupuesto de Defensa español.
16/2005. Alternativas para la España plural.
17/2005. Reformas para revitalizar el Parlamento español.
18/2005. Las nuevas tecnologías aplicadas a la agroalimentación. Entre la preocupación y la urgencia.
19/2005. El crecimiento del sistema español de I+D. De la teoría a la realidad.
20/2005. La Agencia Europea de Defensa y la construcción europea: la participación española.
21/2006. Alternativas para la España plural.
22/2006. La crisis energética y la energía nuclear.
23/2006. Unión Europea y América Latina: retos comunes para la cohesión social.
24/2006. Alternativas para la España plural.
25/2006. Una financiación autonómica equitativa y solidaria.
26/2006. Solución de conflictos por medios no jurisdiccionales.
27/2006. El sistema de servicios sociales español y las necesidades derivadas de la atención a la dependencia.
28/2006. El modelo social europeo. Laboratorio Alternativas-Policy Network.
29/2006. Alternativas para la España plural.
30/2006. Inmigración e integración: un reto europeo.
31/2006. La intervención médica y la buena muerte.
32/2006. La frontera entre el sistema público de I+D+i y las empresas. Un obstáculo capital para el desarrollo.
33/2006. Retos del modelo social y económico europeo.
34/2006. Alternativas para la España plural.
35/2006. Sanidad y cohesión social.
36/2006. La identidad europea: unidad en la diversidad. Sevilla, 16 de noviembre de 2006.
37/2006. Un espacio de seguridad compartido en el Magreb: la contribución franco-española. 13 de noviembre de 2006.
38/2006. Justicia de las víctimas y reconciliación en el País Vasco.
39/2007. Servicios sociales y atención a las necesidades de dependencia.
40/2007. Hacia un Espacio Europeo de Educación Superior. Murcia, 5 de febrero de 2007.
41/2007. La cooperación en cultura-comunicación, vista desde Iberoámerica.
42/2007. Misiones de paz de las Fuerzas Armadas españolas. Zaragoza, 7 de junio de 2007.
43/2007. El papel de la financiación público-privada de los servicios sanitarios: modelos de gestión. Toledo, 29 de marzo de
2007.
44/2007. Soluciones para la crisis constitucional europea. Oviedo, 29 de junio de 2007.
45/2007. ¿Qué hoja de ruta para la política de defensa europea? Quel agenda pour la politique de défense européenne?
46/2007. Los partidos políticos marroquíes: elecciones legislativas y política exterior. El Sáhara Occidental.
47/2007. Los fondos de cohesión como instrumento de cooperación al desarrollo en Mercosur. Buenos Aires, 1 y 2 de octu-
bre de 2007.
48/2008. La potenciación del sistema de I+D+i en España. Primer balance.
49/2008. El futuro energético europeo: ¿común, seguro, sostenible? Tarragona, 30 de enero de 2008.
50/2008. La visibilidad o invisibilidad de la víctima. Madrid, 29 de febrero de 2008.
51/2008. La Unión para el Mediterráneo y el reforzamiento del núcleo euromediterráneo.
52/2008. Los asuntos pendientes en la regulación del sector eléctrico. Madrid, 25 de junio de 2008.
53/2008. Los retos de la Unión Europea y la agenda política española para la Presidencia del 2010. Madrid, 23 de junio de
2008.
54/2008. Sistema Nacional de Salud 2008: nueva etapa, nuevos retos.
55/2008. El papel de las Fuerzas Armadas en misiones de respuesta a catástrofes en el exterior.
56/2008. Hablamos de Europa. ¿Qué Europa queremos?
57/2009. El sindicalismo en España.
58/2009. Políticas públicas de integración en el sistema educativo español.
59/2009. Fondo de cohesión eurolatinoamericana. Seminario de discusión con sindicatos europeos y latinoamericanos.