Segundo domingo de PascuaDomingo de la divina misericordia

Lecturas del día: Hechos 4:32 – 35; Salmo 118:2 – 4, 13 –15, 22 – 24 (1); 1 Juan 5:1– 6; Juan 20:19 – 31. Hacia el final de la Liturgia de la palabra, podemos preguntarnos por el peso específico que nuestra fe tiene en la vida que llevamos. En los Hechos de los Apóstoles, observamos cómo cambia la vida de los discípulos gracias a sus convicciones de fe. Ellos “tenían un solo corazón y una sola alma”, tenían sus bienes en común y daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La Primera carta de san Juan nos enseña que creer en Jesús es determinante para la propia vida. La fe, hemos escuchado, es la victoria que conquista el mundo. ¿Cabe el miedo si vivimos nuestra fe? El relato de Tomás, en el evangelio, tiene ecos en muchos de nosotros, porque la duda va acompañada del

creer. Tomás no cree a los discípulos que “han visto al Señor”. Duda, hasta que el Señor se le aparece. Nos parece-mos a Tomás porque queremos tener pruebas sólidas. Pero necesitamos apoyarnos en la proclamación de Jesús: “Benditos los que creen sin haber visto”. Aunque no hemos visto con nuestros ojos físicos, hemos visto con los ojos de la fe, y hemos creído. La pregunta es si ese creer marca la diferencia en nuestra vida y en la vida de los demás. Se debe notar que somos hijos de Dios porque amamos a Dios y por-que guardamos sus mandamientos. ¿Perciben los demás que somos discípulos de Cristo, por el modo como vivimos?

El don de la pazSeñor resucitado,has venido para que creamos.Junto con el Apóstol Tomás,proclamamos tu soberanía.Te aclamamos “Señor mío y Dios mío”,y anunciamos nuestra fe en ti.Ayúdanos cuando nos tienta la traicióny las dudas nos asaltan.Danos tu paz,danos tranquilidad para ofrecer la paz

a otros.Guía nuestro caminara donde quiera que nos envíes.Mantente a nuestro ladocuando llevemos tu palabraa la familia, los amigos y compañeros.Tú que vives y reinas con Dios Padreen la unidad del Espíritu Santo,y eres Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

Domingo, 12 de abril del 2015“Mi Señor y mi Dios”

Recursos reproducibles para Cuaresma-Triduo Pascual-Pascua 2015

La semana en casaLunes, 13 de abril del 2015Nacidos de arribaJesús y Nicodemo platican sobre el corazón de la Ley de Moisés: ¿Cómo ser justo ante Dios y entrar en el Reino de los Cielos? La respuesta de Jesús es breve y sorprendente: “Nadie puede entrar al reino de Dios si antes no ha nacido de arriba”. Este nuevo nacimiento del que habla Jesús era el nacimiento espiritual, un nacimiento radical en el Espíritu Santo. ¿Está verdaderamente transformando nuestra vida el Espíritu Santo? Lecturas del día: Hechos 4:23 – 31; Salmo 2:1– 3, 4 – 7a, 7b–9 (11d); Juan 3:1– 8.

Martes 14 de abril del 2015Confiándonos al Espíritu SantoEn hebreo, la palabra “espíritu” significa tanto “viento” como “aliento”. Seguido oímos y sentimos el viento, pero no sabe-mos de dónde viene. De forma parecida, podemos ver al Espíritu Santo trabajando en la vida de las gentes. El Espíritu es nuestro guía, el que nos da fortaleza para dar testimonio, divulgar y defender el evangelio, de palabra y obra. Pocas veces pedimos consejo al Espíritu Santo. ¿Cómo podemos hacer que la confianza en el Espíritu sea parte de nuestra vida? Lecturas del día: Hechos 4:32 – 37; Salmo 93:1ab, 1cd–2, 5 (1a); Juan 3:7b–15.

Miércoles, 15 de abril del 2015Ver a Dios en los demásHoy escuchamos del evangelio que Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo sino para salvarlo. Al llevar el evan-gelio a los demás, recordemos que no es tarea nuestra conde-nar. En palabras del papa Francisco, estamos llamados a “reconocer a Dios en los demás y saliendo de nosotros mis-mos para buscar el bien de todos” (La alegría del Evangelio, 39). Seamos conscientes de que nuestro amor a los demás irradia el amor de Dios. Lecturas del día: Hechos 5:17– 26; Salmo 34:2 – 3, 4 – 5, 6 – 7, 8 – 9 (7a); Juan 3:16 – 21.

Jueves, 16 de abril del 2015Vivir sin miedoDurante la liturgia del tiempo pascual, la primera lectura se toma de los Hechos de los Apóstoles, un libro del Nuevo Testamento que cuenta cómo los apóstoles divulgaron el Evangelio. Hoy escuchamos que el Sanedrín reconvino a los apóstoles recordándoles que ya les había advertido no hablar sobre lo que Jesús hizo. La respuesta de los apóstoles muestra que no desistirán, aunque estén en juego sus vidas. Ellos obedecen las palabras de Cristo y no tienen miedo. Lecturas del día: Hechos 5:27– 33; Salmo 34:2 y 9, 17–18, 19 – 20 (7a); Juan 3:31– 36.

Viernes, 17 de abril del 2015Abundantes bendicionesEscuchamos cómo Dios nos nutre de muchas maneras. La multitud que sigue a Jesús está hambrienta; él sabe que lo quieren escuchar pero también que necesitan comer algo. Por eso no los despide con el estómago vacío, sino que les da comida en abundancia, tanta, que los sobrantes llenan doce canastos. A veces creemos que Dios nos da lo suficiente, sin reparar en la abundancia de sus bendiciones para nosotros. Lecturas del día: Hechos 5:34 – 42; Salmo 27:1, 4, 13 –14 (4abc); Juan 6:1–15.

Sábado, 18 de abril 2015No temanEl evangelio del día cuenta que los apóstoles están solos durante una tormenta en el lago, y describe la situación como “oscura”. La oscuridad era física y espiritual también. Cuando Jesús se deja ver, Juan anota que los discípulos se “aterrorizaron”, hasta que Jesús los tranquiliza y calma las aguas: “Soy yo. No teman”. Cuando nos sobreviene alguna calamidad, ¿recordamos las palabras de Jesús? Lecturas del día: Hechos 6:1– 7; Salmo 33:1– 2, 4 – 5, 18 –19 (22); Juan 6:16 – 21.

© Liturgy Training Publications. 1-800-933-1800. Texto de Michael R. Prendergast. Ilustración de Cody F. Miller. Texto bíblico conforme a La biblia de nuestro pueblo. Biblia del peregrino (2001). Aprobación canónica de la Arquidiócesis de Chicago, 30 de octubre del 2014.