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- Ramo: Rehabilitación Neurológica - Nombres: Manuel Muñoz Edison Torres Méndez David Vargas Cárcamo - Profesores: Cristina Flores Semi nari o Reha

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Analisis BMC de s

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Page 1: sedente-bipedo

- Ramo: Rehabilitación Neurológica

- Nombres: Manuel Muñoz

Edison Torres Méndez

David Vargas Cárcamo

- Profesores: Cristina Flores

Edgardo Sierra

- Fecha : 11 de septiembre del año 2014

Semi

nario

Reha

bilita

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Introducción

Como bien sabemos la hemiplejia se define como la parálisis de uno de los lados del cuerpo,

que compromete, en grado variable, las extremidades de ese lado junto a la mitad respectiva

de la cara y del tronco. Tal afección puede ocurrir de un evento tan común en la actualidad

como lo son los accidentes cerebros vasculares y traumatismos encefalocraneanos.

Sin duda la hemiplejia es una de las afecciones que más altera la vida diaria del paciente, ya

que cambia absolutamente todo a como lo realizaba antes, es cosa de que por un momento

tratemos de realizar alguna actividad de la vida diaria, con tan solo un hemicuerpo y nos

daremos cuenta de lo importante que es tener indemnes todos nuestros segmentos

corporales. La hemiplejia es una afección bastante difícil de asumir para el paciente sobre

todo en edades avanzadas por ende debemos tener ciertas precauciones como profesionales

ante dichas situaciones.

El terapeuta en este tipo de pacientes juega un rol fundamental, ya que a través de las

facilitaciones con el paciente debe ser capaz de ser un solo individuo, por ende debe ganarse la

confianza del paciente, el cual en las primeras sesiones se volverá un paciente más bien tímido,

aumentando su tono muscular y no generando lo deseado, por ello la confianza es algo

fundamental en la terapia.

Algo también muy importante es preguntarnos ¿Cuándo debemos actuar?, y lo cierto es que

debemos estar presentes en todas las etapas de recuperación.

Específicamente durante el desarrollo de este trabajo daremos a conocer la transición de

bípedo a sedente y viceversa en una persona normal y un paciente hemipléjico, analizando

aspectos desde el punto de vista biomecánico principalmente. La importancia de este trabajo

de análisis radica en saber a través de la normalidad de esta transición, el cómo se genera, que

se produce, y que cambios ocurren en la anormalidad del movimiento, que genera un paciente

con alteraciones específicamente en este caso en un paciente hemipléjico y en base a esto

trabajar en un tratamiento futuro.

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Conceptos

Antes de comenzar a profundizar más sobre la transición de sedente a bípedo y

viceversa, tanto en el paciente normal como en el paciente hemipléjico, nos gustaría

definir algunos conceptos claves para poder comprender de mejor manera lo qué

mencionaremos durante el informe.

- Hemiplejia: Parálisis de uno de los lados del cuerpo, que compromete, en grado

variable, las extremidades de ese lado junto a la mitad respectiva de la cara y del

tronco. (Guía clínica; Teletón; Año 2007; Página 63)

- Base de sustentación : Por base de sustentación se entiende la superficie que se

encuentra debajo del cuerpo. Desde el punto de vista físico, no es necesario que el

cuerpo este en contacto con dicha supercie. (Libro experiencias con el concepto

Bobath; Betina Paeth, Año 2006; Página 30)

- Base de Apoyo: Se entiende como la superficie que esta efectivamente en contacto

con el cuerpo en interacción. En esta superficie pueden descargarse pesos, de manera

que el esfuerzo contra la gravedad sea menor. (Libro experiencias con el concepto

Bobath; Betina Paeth, Año 2006 ; Página 30)

- Punto clave central: Punto funcional que se encuentra en el centro del cuerpo entre la

apófisis xifoides y la séptima y octava vertebras torácicas. (Libro experiencias con el

concepto Bobath; Betina Paeth, Año 2006 ; Pagina 33)

- Centro de masa corporal : Punto que se encuentra dos centímetros anterior a sacro

dos.

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Importancia de la bipedestación

La bipedestación sin duda es una de nuestras mejores características como especie, es

una de las cosas que nos hace diferentes en comparación a otros seres vivos en el

planeta. El poder deambular sobre nuestras extremidades y mantener una posición

erguida le proporcionó una serie de ventajas a nuestras generaciones antepasadas y a

esto me refiero a retroceder en la historia y llegar hasta el Homo sapiens quien gracias

a la postura bípeda logro por ejemplo, liberar las manos y así obtener un mejor control

visual del territorio, menor gasto energético y a través de las manos la habilidad de

manipular objetos, y así fabricar artefactos con el fin de cazar y defenderse de sus

depredadores.

Todo esto se logró a través de varias modificaciones, desde el punto de vista

biomecánico ellas son: el foramen magnum se ha desplazado casi hacia la base del

mismo cráneo. La columna vertebral, ha adquirido curvaturas que le permiten

distribuir de mejor manera el peso. La pelvis ha sufrido un ensanchamiento, lo cual ha

sido fundamental en la evolución de nuestra especie, ya que favorece la estabilidad a

la carga de peso. Las piernas han sufrido cambios estructurales importantes y

evidentes, los miembros inferiores se han robustecido, el fémur se inclina hacia

adentro, de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el

cuerpo, la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional (esto quiere decir

que puede moverse en diversas direcciones). Los pies se han alargado,

particularmente en la región del talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando

de tener la capacidad de manipulación, El dedo pulgar del pie tiene una función vital

para lograr el equilibrio durante la marcha y la postura erecta. Todos estos cambios

morfológicos y estructurales nos han ayudado a subsistir como especie.

Desde el punto de vista fisiológico el acto de la bipedestación trae consigo múltiples

beneficios, es por ello que es muy importante estimular la bipedestación desde

temprano, dichos beneficios son: promueve un desarrollo musculo esquelético

adecuado, ayuda a prevenir el acortamiento de partes blandas, aumenta la circulación

sanguínea, proporciona una correcta alineación del tronco y las extremidades

inferiores, posibilita descargar peso en los miembros inferiores con lo que ayuda a

disminuir la espasticidad, favorece el desarrollo óseo, reduce el riesgo de ulceras,

mejora el drenaje urinario, ayuda a la resistencia cardiovascular, facilita la respiración,

reduce las infecciones en la vías respiratorias superiores, aumenta el consumo de

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oxígeno, permite una mejor expansión pulmonar, normaliza una mejor función

pulmonar, aumenta la actividad gastrointestinal y favorece la relación con el medio

que lo rodea.

Puntos claves

- Sedestacion erguida

En la sedestacion erguida, especialmente en un asiento elevado, las cinturas

escapulares se encuentran ligeramente hacia anterior con respecto al punto clave

central, esto origina en esta parte del cuerpo un predominio funcional y conveniente

del tono en los flexores, que es necesario en la principales tareas que efectúan los

dedos, las manos y los codos, como son asir, manipular y traer objetos. La pelvis se

encuentra en posición ligeramente anterior, es decir, su punto central esta posterior

respecto al punto clave central. Por esto predomina el tono de los extensores, que en

las piernas origina el desarrollo de la fuerza necesaria para contrarrestar la fuerza de

gravedad.

- Bipedestación

En bipedestación puede observarse la misma alineación de los puntos clave que en

sedestacion erguida, esto quiere decir que el punta clave de la cintura escapular se

encuentra ligeramente posicionada hacia anterior y la pelvis hacia posterior respecto

al punto clave central. Los puntos de gravedad de la pelvis y el punto clave central se

encuentran más alejados de la base de sustentación, lo que aumenta el tono de

extensión de la parte inferior del cuerpo.

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Transición de sedente a bípedo en una persona normal

En este ítem del trabajo analizaremos la transición de sedente a bípedo por medio de

diferentes aspectos tales como desplazamiento del punto clave central, movimiento

de la pelvis, actividad muscular que también genera movimientos articulares

específicamente de tronco, caderas, rodillas y tobillo que son los que participan

activamente en esta transición. En donde ambas cinturas escapulares y brazos o bien

cuelgan ligeramente a los lados, o bien ejecutan alguna función propia como por

ejemplo sujetar un objeto, pero no participan de manera activa en esta transición.

Al realizar el análisis de esta transición la hemos dividido en dos fases; una fase de

flexión y otra de extensión. Este análisis lo realizaremos de manera segmentada en

sentido céfalo-caudal, para generar un orden, lo que no quiere decir que un

movimiento preceda a otro, sino más bien que éste se produce casi de manera

simultánea y conjunta.

El comienzo de esta transición como ya hemos mencionado se inicia desde el sedente

en donde en esta posición la base de apoyo es la pelvis y por ende la carga de peso cae

sobre esta zona y se realiza de manera simétrica, en este aspecto al realizar la

transición se pasa desde esta base de apoyo pelvis a la base de apoyo pies y por ende

la carga de peso también se desplaza en este mismo sentido, y a su vez a través de

este movimiento generar que la línea del centro de masa o gravedad caiga dentro de la

base de sustentación para generar una posición bípedo estable y equilibrada.

- Fase de flexión

Esta fase se desarrolla desde que se produce la inclinación de tronco hasta que se

produce el despegue de los glúteos del asiento.

Cabe también señalar que en esta fase se produce movimientos de manera horizontal

a diferencia de la fase de extensión donde se realizan los movimientos en sentido

vertical.

Partiendo por el tronco, éste se encuentra en un sedente erguido orientado de manera

vertical. Desde esta posición se produce una flexión (inclinación) de tronco, en donde

el punto clave central (PCC) se desplaza de manera horizontal, el cual actúa como

propulsor para poder llevar la parte superior del cuerpo hacia delante y poder producir

el despegue de los glúteos del asiento en una instancia posterior. Ésta flexión se

produce en un comienzo gracias a la acción de los músculos abdominales los que se

contraen de manera concéntrica para poder producir esta acción, sin embargo en el

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último tramo de este movimiento se genera una leve activación de la musculatura

erectora de columna que se activa de manera excéntrica para poder controlar este

movimiento del tronco, pero que a su vez no evita que esta inclinación genere la

propulsión que ayuda a la realización el despegue de los glúteos. Esta inclinación de

tronco a su vez genera que la pelvis se desplace desde una posición neutra, o leve

ante versión en caso de algunas personas, hacia anterior.

A nivel de caderas se genera una flexión de esta articulación, la que en un principio se

encontraba alineada en un ángulo recto respecto del tronco, esta flexión se produce

de manera más bien pasiva, más que por una acción muscular, la que viene dada por la

propia flexión de tronco que la precede. Sin embargo al final de la flexión de tronco y

cadera se genera una contracción concéntrica del glúteo mayor, para que en

combinación con la flexión de tronco y retraso de los pies que veremos más a delante,

se produzca el despegue de las nalgas de la silla. Esta contracción concéntrica del

glúteo mayor continúa desarrollándose en la fase de extensión.

De manera simultánea en esta fase se genera un retraso de los pies, idealmente 10 cm

respecto de la vertical dada por el centro articular de la rodilla (flexión aproximada de

75° A nivel de la rodilla). Este retraso de los pies como podemos inferir viene dado por

un movimiento de flexión a nivel de la rodilla en donde los isquiotibiales actúan de

manera concéntrica para poder generar este movimiento. Este retraso de los pies

ayuda también, a que el centro de gravedad se mueva hacia anterior y caiga por

delante de los pies, lo que produce que el tronco y la parte superior del cuerpo se

muevan en este sentido, permitiendo así que la incorporación resulte en un menor

esfuerzo lo que deriva en generar un movimiento económico con un menor gasto

energético por parte de la musculatura.

Por otra parte también debido a la propulsión del cuerpo para poder incorporarse al

bípedo mediante a la inclinación de tronco se produce un desplazamiento en sentido

anterior del fémur que deriva finalmente en un avance tibial sobre el pie, al instante

que este permanece fijo a la superficie de contacto (suelo) luego de haberse retrasado.

En esta acción más bien pasiva es controlada mediante una contracción de tipo

excéntrica por parte de los músculos flexores plantares (Soleo y Gastrocnemios).

- Fase de extensión

Esta fase se desarrolla desde que ocurre el despegue de los glúteos hasta que la

persona se orienta totalmente en sentido vertical gracia a la extensión de sus

articulaciones.

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En primer lugar el tronco luego de ser flexionado para poder generar el impulso de

despegue, realiza éste una extensión la cual le permitirá poder orientarse de manera

vertical esta acción es realizada gracias a la acción de los músculos erectores

principalmente, que al contraerse de manera concéntrica llevan al tronco a la

extensión. Esto genera que el PCC se desplace de manera vertical y en sentido

ascendente. Por otra parte esta extensión de tronco genera que la pelvis que estaba

en ante versión en la fase de flexión, comience a movilizarse en sentido de la

retroversión, para orientarse finalmente en el bípedo más bien en una posición neutra.

De manera simultánea y como mencionamos en la fase anterior a nivel de las caderas

se genera también una extensión de esta articulación donde la musculatura extensora

(Glúteo Mayor) actúa también de manera concéntrica para poder generar esta

extensión, la cual ayuda así a la persona a poder incorporarse a la posición bípeda.

Por otra parte a nivel de la articulación de la rodilla también se produce una extensión

mediante la activación de los músculos del cuádriceps que se activan de manera

inmediata después de producirse el despegue de los glúteos de él asiento, estos se

contraen se manera concéntrica para poder producir este movimiento articular y de

esta forma extender las extremidades inferiores, y así ayudar a elevar el tronco y las

parte superior del cuerpo, para lograr alcanzar la posición bípeda. Por ende este grupo

muscular desempeña un rol importante respecto a la generación de fuerza para poder

cumplir estas acciones y a su vez lograr vencer la fuerza de gravedad.

A nivel de los tobillos lo que se produce en esta fase es una flexión plantar, la genera

el movimiento de la tibia sobre el pie el cual permanece fijo a la superficie. Este

movimiento articular es generado por la contracción de tipo concéntrica de los

músculos flexores plantares (Soleo, Gastrocnemios) que generan esta plantiflexion que

trae a la articulación del tobillo de la dorsiflexion a posición neutra de éste. Generando

así un correcto alineamiento en sentido vertical o longitudinal de la articulación del

tobillo respecto de las rodillas y caderas.

Como hemos señalado en esta fase los movimientos articulares de extensión de las

diferentes articulaciones y plantiflexion, en caso de los tobillos, son los que finalmente

generan la incorporación al bípedo. Dentro de esto podemos referir que la

musculaturas involucrada en este movimiento de extensión se contraen en su

totalidad de manera concéntrica, debido a que éstas deben vencer una resistencia

oponiéndose en sentido contrario, que en este caso es la fuerza de gravedad, y a

través de el acortamiento de sus fibras logran finalmente vencer esta resistencia para

poder incorporar el cuerpo en la posición bípeda.

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Transición de bípedo a sedente en una persona normal

En esta parte del trabajo al igual que en la transición de sedente a bípedo

analizaremos los movimientos tanto de la pelvis (mov. de ante versión y retro versión)

el desplazamiento del punto clave central, el movimiento del tronco, así como las

articulaciones que participan de manera activa en la ejecución de esta transición como

lo son cadera, rodilla y tobillo.

Al realizar el análisis correspondiente dividimos esta transición en dos fases, que son

una fase de descenso y otra fase de recepción, cabe remarcar que en estas 2 fases

analizaremos en sentido céfalo-caudal los distinto movimientos de las estructuras

comprometidas, lo que no significa que en este orden se producen los movimientos, si

no que más bien estos se desarrolla de manera casi conjunta y simultanea como un

todo para generar la acción.

- Fase de descenso

Esta fase se desarrolla desde que la persona desciende en sentido vertical desde el

bípedo hasta apoyar los glúteos sobre el asiento.

A nivel de tronco lo que se genera como en la fase de flexión es una inclinación del

tronco en sentido anterior, producida por él desplazamiento en este mismo sentido

del punto clave central partiendo de una posición vertical del tronco. A su vez esta

inclinación de tronco vuelve a desplazar la pelvis en sentido anterior. Toda esta acción

es controlada desde el aspecto muscular por la acción de los músculos erectores de

columna que realizan una contracción de tipo excéntrica, donde este estiramiento

controlado de sus fibras permite controlar el descenso del tronco.

De manera simultánea a nivel de las caderas también se genera una flexión de esta

articulación, partiendo de la extensión en la que se encuentran ésta en bípedo, esta

flexión viene dada por este desplazamiento de inclinación del tronco, en donde la

acción de los músculos extensores de cadera, principalmente de glúteo mayor, a

través de una contracción excéntrica permite una flexión controlada de la cadera.

Al mismo tiempo en que se producen estos movimientos en tronco y cadera, se genera

a nivel de rodilla una flexión, que en el bípedo también parte desde una extensión que

es en la posición en la que se encuentra la rodilla, esta flexión tiene gran relevancia

para permitir generar el descenso del cuerpo hasta la posición sedente. Esta flexión de

rodillas se produce a favor de la gravedad por ende la actividad muscular se remite a

los cuádriceps los cuales deben generar una contracción excéntrica de mucha fuerza,

debido a la carga de peso que se genera en esta parte del cuerpo, así también para

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poder frenar en cierto punto y controlar principalmente esta flexión de rodillas

evitando así un colapso o pérdida del control del movimiento descendente.

A su vez esta flexión de rodillas genera una dorsiflexion a nivel de tobillo el cual se

encuentra es posición neutra, en donde la tibia avanza o en otras palabras genera una

rotación en plano sagital sobre el pie el cual permanece fijo a la superficie de apoyo.

Este movimiento de la tibia es controlado gracias a la actividad muscular excéntrica de

los músculos flexores plantares como lo son soleo y gastrocnemio, que al igual que los

músculos del cuádriceps deben generar una importante fuerza muscular para poder

controlar en excéntrico éste avance tibial primeramente y a su vez el descenso del

cuerpo debido a que son las zonas que en posición bípeda que más peso cargan.

La acción de las diferente musculatura en esta fase de descenso como ya hemos

señalado se realiza en excéntrico, esto porque a diferencia de la fase de extensión en

la transición de sedente a bípedo en donde la acción principalmente era concéntrica

para poder vencer en sentido opuesto a la fuerza de gravedad, en esta fase se debe

resistir en el mismo sentido de la fuerza de gravedad, para poder controlar el

movimiento, y eso se realiza gracias a la acción excéntrica de la musculatura.

- Fase de recepción

Esta fase comienza cuando los glúteos se apoyan y descansan sobre el asiento hasta

que el tronco se alinea en sentido vertical en la posición sedente.

Al comienzo de esta fase el mayor trabajo muscular ya ha pasado, el cual fue generado

en la fase anterior que es la de descenso. En esta fase a nivel de la extremidad inferior

no hay una mayor actividad muscular más bien cabe señalar que a nivel de la

articulaciones partiendo en un sentido caudal hacia cefálico el tobillo queda alineado

en una leve dorsiflexion, a nivel de la rodilla esta queda en una flexión de 90° lo que a

su vez genera que tanto la tibia como el peroné queden orientados de manera

perpendicular al suelo. Mientras que en la cadera también se produce una alineación

de 90° de flexión sin embargo esto no se produce hasta que de manera simultánea el

tronco genera la única actividad muscular que se desarrolla en esta fase, en donde los

erectores de columna ahora realizan una contracción de tipo concéntrica para traer el

tronco de una leve posición de flexión hasta una posición más bien vertical o neutra,

que genera un sedente de tipo erguido, y a su el desplazamiento del punto clave

central en sentido posterior, y la movilización de pelvis en sentido posterior para

ubicarse finalmente en una posición neutra.

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Incorporación del sedente erguido al bípedo en paciente hemipléjico

El paciente hemipléjico en posición sedente genera una inadecuada carga y

transferencia de peso hacia el lado afectado, entonces la base soporte pelvis posee

una carga asimétrica de peso, esto genera el primer punto de partida desfavorable

para generar la incorporación al bípedo, debido a que nosotros necesitamos

normalmente tanto la base soporte pelvis como la base soporte pie y que tengan una

carga simétrica de peso, sin embargo lo anterior no ocurre en un paciente hemipléjico.

Esto a su vez genera una postura inicial de movimiento anormal en donde el paciente

carga peso en su lado sano y el lado afectado queda cargando menos peso con una

inclinación de tronco hacia el lado no afectado, en donde el lado afectado genera una

contracción concéntrica lateral de tronco y el lado no afectado genera una contracción

de tipo excéntrica de tronco. . Esto debido a que el paciente le cuesta generar una

contracción excéntrica del lado afectado debido al daño neurológico que provoca que

esta musculatura se encuentre espástica.

Para explicar la transición de sedente a bípedo con más detalle, primero que todo hay

que hacer un análisis de cómo se encuentran posicionadas las diferentes estructuras

del cuerpo tales como tronco, pelvis, cadera, rodilla y tobillo.

El tronco en sedente se encuentra como se describió anteriormente de manera

asimétrica con una inclinación de tronco lateral hacia el lado sano , con una con

tracción excéntrica en el lado sano, y con una contracción concéntrica en el lado

afectado , por otro lado la pelvis en un paciente hemipléjico en sedente ,se encuentra

una hemipelvis ascendida( la del lado afectado) y otra hemipelvis descendida ( la del

lado sano), la asimetría de la pelvis viene dada por el reparto asimétrico de peso, en

posición sedente ambas hemipelvis se encuentran en una posición de retroversión, la

cadera del lado no afectado se encuentra en flexión, abducción y rotación externa ,

mientras que cadera del lado hemipléjico se encuentra en también en flexión, pero con

una ligera rotación interna y aducción, por su parte la rodilla del lado sano se

encuentra en una flexión de 90 grados, mientras que la rodilla del lado hemipléjico se

encuentra en una sinergia flexora o bien en una sinergia extensora y el tobillo en el

lado sano se encuentra en una posición relativamente neutra, debido a que el reparto

de peso no es equitativito, donde el ante pie y el medio pie miran hacia afuera,

mientras tanto el tobillo del lado afectado se puede encontrar en una dorsiflexion o en

una plantiflexion. Cuando el paciente desea pasar del sedente al bípedo, todo el peso

del cuerpo debe trasladarse hacia el hemicuerpo no afectado, el centro de masa debe

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caer en la base apoyo pie de la extremidad inferior indemne. Durante la transición de

sedente a bípedo el tronco no se inclina hacia anterior como sucede en un individuo

normal, sino que más bien inicia y termina el movimiento con una extensión de tronco,

por otro lado la transición de sedente a bípedo se puede apoyar de la extremidad

superior no afectada, para que así la actividad resulte ser menos costosa, en cuyo caso

dicha extremidad estaría extendida para así favorecer el impulso y la estabilidad

necesaria para incorporarse al bípedo. La hemipelvis del lado hemipléjico permanece

fija en una posición de retroversión, mientras que la hemipelvis del lado sano durante

la transición se dirige hacia una anteversion en el momento que se carga peso con la

intención de incorporarse, cuando el pie del lado no afectado se desliza hacia atrás,

esta hemipelvis continua moviéndose hacia una anteversion y a medida que el tobillo,

la rodilla, la cadera y el tronco comienzan a extenderse la hemipelvis del lado no

afectado se mueve hacia una retroversión, hasta alcanzar una posición neutra una vez

que el cuerpo alcance la posición vertical, mientras tanto la hemipelvis del lado

afectado permanece en retroversión en todo el transcurso del movimiento. Por otro

lado el glúteo mayor del lado sano debe trabajar concéntricamente para lograr

despegar las nalgas de la silla, esto significa un aumento de tono anormal, ya que el

tono del musculo debe ser lo suficientemente alto como para levantar ambas caderas

tanto la del lado sano como la del lado hemipléjico. A su vez a nivel de rodilla en lado

no afectado ocurre inicialmente una flexión que viene dada por la contracción

concéntrica de los músculos isquiotibiales, al mismo tiempo ocurre un avance tibial

sobre la articulación del tobillo es decir ocurre una dorsiflexion tibial, esta dorsiflexion

es necesaria para preparar la fase de extensión que ocurrirá en la extremidad inferior

indemne, y también es necesaria para movilizar el centro de masa por sobre el área de

apoyo pie del lado sano, una vez terminado este movimiento le sigue una extensión de

rodilla dada por el musculo cuádriceps (mientras tanto a nivel de cadera está

ocurriendo una extensión)que tiene que trabajar concéntricamente para realizar la

acción ,de manera sinérgica a nivel de tobillo ocurre una plantiflexion dada

principalmente por los músculos soleo y gastrocnemio, de lo anteriormente descrito se

puede decir que la máxima fuerza que impulsa el cuerpo hacia el bípedo se genera por

la acción musculo cuádriceps, esta fuerza le permite a la cadera y tronco extenderse

para así llegar al bípedo.

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Bípedo a sedente en un paciente hemipléjico

El paso de bípedo a sedente, ocurre de la siguiente forma, primero que todo el

paciente en bípedo mantiene la postura asimétrica de tronco anteriormente descrita.

Cuando el paciente intenta pasar del bípedo al sedente debe primero asegurarse que la

silla este en una buena posición para iniciar el descenso hacia el sedente, esto es más

que nada por miedo a sufrir una caída, si la silla posee un apoya brazos entonces el

paciente utilizara la extremidad superior sana para brindarle estabilidad y seguridad al

cuerpo mientras este desciende. Como el paciente no puede realizar la flexión anterior

de tronco, el movimiento parte desde una extensión de columna, el descenso

comienza con la flexión de rodilla del lado sano lo que requiere de la contracción

concéntrica de los isquiotibiales, sin embargo esta acción es controlada por la

contracción excéntrica del musculo del cuádriceps que a medida que el cuerpo

desciende gradúa y controla todo el movimiento, sin embargo llega un momento en el

cual el musculo cuádriceps cede su acción y el cuerpo prácticamente cae en el asiento

de la silla más que nada por a acción de la gravedad y del propio peso, esto sucede

porque el cuerpo busca siempre la forma más económica para realizar un movimiento

a pesar de existan posibles limitaciones ,tal como ocurre en el caso de una hemiplejía.,

por otro lado el musculo glúteo mayor genera una contracción de tipo excéntrica en el

inicio del movimiento, por su parte la hemi pelvis del lado sano que se encontraba en

una posición neutra, comienza desde este momento a descender y a bascularse en

sentido posterior, simultáneamente a nivel de la tibia está ocurriendo una dorsiflexion

tibial que se genera a partir de la flexión de el muslo sobre la tibia, una vez que las

nalgas del paciente están apunto de tocar el asiento de la silla, el musculo glúteo

mayor genera una contracción de tipo concéntrica, mientras tanto la hemipelvis genera

una ligera anteversion( por su parte la hemipelvis del lado afectado continua en una

retroversión ,de hecho nunca varia su posición), por otro lado el musculo cuádriceps

comienza a ceder lentamente su acción de tipo excéntrica ,y la dorsiflexion tibial

comienza a disminuir , para así provocar una plantiflexion. Una vez que el musculo

cuádriceps cede su acción, la pelvis, la cadera y el tronco descienden de forma rápida

hasta alcanzar el asiento de la silla, la hemipelvis del lado sano en el instante que el

musculo cuádriceps cede su acción excéntrica , la hemipelvis se mueve hacia una

retroversión, simultáneamente el musculo glúteo mayor se contrae excéntricamente

para permitir la flexión de cadera del lado no afectado, a su vez la extremidad inferior

no afectada se encuentra con una flexión de rodilla de 90 grados aproximadamente, y

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con el tobillo en una posición neutra con el ante pie y el medio pie mirando hacia

afuera debido al reparto asimétrico de peso, una vez dispuestas las articulaciones en

esta posición el paciente hemipléjico ha alcanzado el sedente erguido (no olvidar que

los movimientos anteriormente descritos han ocurrido por el lado no afectado del

paciente, y como el lado hemipléjico está cargando menos peso no participa

activamente en la transición, sino que más bien de manera pasiva).También es

importante mencionar y como se ha descrito anteriormente que la transición de

bípedo a sedente se puede acompañar de la extremidad superior indemne, en tal caso

solo se haría uso de esta solo para generar una mayor estabilidad y confianza del

paciente, otro punto importante a destacar es que el paciente hemipléjico mantiene en

todo el transcurso del movimiento su postura asimétrica de tronco.

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Conclusión

Al poder finalizar este trabajo hemos llegado a concluir lo siguiente:

La transición de sedente a bípedo y de bípedo a sedente en una persona normal, es un

movimiento fluido cuyo patrón de movimiento presenta ciertas características casi

imperceptibles a simple vista cuando realizamos esta transición en el día a día, pero

que a su vez son de gran importancia, como lo son el retraso de los pies y la

inclinación de tronco hacia anterior que generan en conjunto un movimiento

económico, coordinado, espontaneo y a su vez que permite realizar un menor

esfuerzo. Cabe señalar que esta transiciones no tiene un patrón único, si no que más

bien cada persona idea su propia estrategia de movimiento la cual viene dada por

aspectos genéticos, biomecánicas, ambientales, psicológicos entre otro.

Por otra parte al analizar el patrón de transición en paciente hemipléjico podemos

decir que este se encuentra alterado, ya que el paciente genera todo el movimiento a

expensas del lado sano, sin embargo esta condición a futuro si se genera una

adaptación a este patrón anormal, conllevaría a la aparición de nuevos problemas

tanto musculo esquelético como sensitivo. Y es ahí donde se genera la importancia de

una intervención kinesica temprana, que corrija la alteración del patrón de

movimiento y evite también la aparición de problemas secundarios.

Y es por esto que la real relevancia para nosotros como estudiante de este trabajo de

investigación y análisis principalmente, es poder conocer como genera una persona

normal el movimiento en primera instancia, ya que conociendo lo normal sabremos

distinguir la alteraciones que presenta un paciente que en este caso es hemipléjico.

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Bibliografía

BIBLIOGRAPHY Davies, P. M. (2003). Pasos a seguir. Panamericana.

Diaz, R. C. (2007). Guia Clinica Teleton. Teleton.

Paeth, B. (2006). Experiencias con el Concepto Bobath. Madrid: Panamericana.