secularización casanova

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43 Las modernidades múltiples rechazan tanto la noción de una ruptura radical moderna con las tradiciones como la noción de una continuidad moderna esencial con la tradición. Todas las tra- diciones y civilizaciones se transforman radicalmente en los pro- cesos de modernización, pero también tienen la posibilidad de modelar sus propios caminos para la institucionalización de los rasgos modernos. Las tradiciones están forzadas a responder y ajustarse a las condiciones modernas, pero en los procesos por los que reformulan sus tradiciones para los contextos modernos, tam- bién ayudan a configurar formas particulares de modernidad. ¿Decadencia, renacimiento o transformación de la religión? El declive progresivo de la religión cristiana institucional en Europa es un hecho socialmente innegable. Desde la década de 1960 una creciente mayoría de la población europea ha abando- nado su participación en la práctica religiosa tradicional según una base regular, mientras que mantienen aún niveles relativa- mente altos de creencias religiosas individuales privadas. Grace Davie ha caracterizado esta situación general en Europa como «creer sin pertenecer». 15 Al mismo tiempo, sin embargo, gran- des cantidades de europeos, incluso en los países más seculares, aún se identifican a sí mismos como «cristianos» señalando ha- cia una identidad cultural cristiana implícita, difusa y sumergi- da. Danièle Hervieu-Léger ha ofrecido la caracterización inver- sa de la situación europea como «pertenecer sin creer». 16 De Fran- cia a Suecia y de Inglaterra a Escocia, las Iglesias históricas (católica, luterana, anglicana o calvinista), aunque vaciadas de su membrecía activa, aún funcionan, aunque de forma vicaria, como portadores públicos de la religión nacional. Con respecto a esto, las identidades culturales «cristiana» y «secular» están entrelazadas en modos extrañamente verbalizados y comple- jos entre la mayoría de los europeos. 15. Grace Davie, Religion in Britain Since 1945: Believing Without Belon- ging, Blackwell, Oxford, 1994; y de la misma autora, Religion in Modern Euro- pe: A Memory Mutates, Oxford University Press, Oxford, 2000. 16. Danièle Hervieu-Léger, «Religion und Sozialer Zusammenhalt in Eu- ropa», en Transit. Europäische Review, 26, verano de 2004, pp. 101-119.

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Pequeña parte del libro "Genealogías de la Secularización" de Casanova.

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43Las modernidades mltiples rechazan tanto la nocin de unaruptura radical moderna con las tradiciones como la nocin deuna continuidad moderna esencial con la tradicin. Todas las tra-diciones y civilizaciones se transforman radicalmente en los pro-cesosdemodernizacin,perotambintienenlaposibilidaddemodelar sus propios caminos para la institucionalizacin de losrasgos modernos. Las tradiciones estn forzadas a responder yajustarse a las condiciones modernas, pero en los procesos por losque reformulan sus tradiciones para los contextos modernos, tam-bin ayudan a configurar formas particulares de modernidad.Decadencia, renacimiento o transformacin de la religin?El declive progresivo de la religin cristiana institucional enEuropa es un hecho socialmente innegable. Desde la dcada de1960 una creciente mayora de la poblacin europea ha abando-nado su participacin en la prctica religiosa tradicional segnuna base regular, mientras que mantienen an niveles relativa-mente altos de creencias religiosas individuales privadas. GraceDavie ha caracterizado esta situacin general en Europa comocreer sin pertenecer.15 Al mismo tiempo, sin embargo, gran-des cantidades de europeos, incluso en los pases ms seculares,an se identifican a s mismos como cristianos sealando ha-cia una identidad cultural cristiana implcita, difusa y sumergi-da. Danile Hervieu-Lger ha ofrecido la caracterizacin inver-sa de la situacin europea como pertenecer sin creer.16 De Fran-ciaaSueciaydeInglaterraaEscocia,lasIglesiashistricas(catlica, luterana, anglicana o calvinista), aunque vaciadas desu membreca activa, an funcionan, aunque de forma vicaria,como portadores pblicos de la religin nacional. Con respectoaesto,lasidentidadesculturalescristianaysecularestnentrelazadas en modos extraamente verbalizados y comple-jos entre la mayora de los europeos.15. Grace Davie, Religion in Britain Since 1945: Believing Without Belon-ging, Blackwell, Oxford, 1994; y de la misma autora, Religion in Modern Euro-pe: A Memory Mutates, Oxford University Press, Oxford, 2000.16. Danile Hervieu-Lger, Religion und Sozialer Zusammenhalt in Eu-ropa, en Transit. Europische Review, 26, verano de 2004, pp. 101-119.Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 4344No obstante, las explicaciones tradicionales de la seculariza-cin europea mediante la referencia a la creciente diferenciacininstitucional y racionalidad o el progresivo individualismo no sonconvincentes desde el momento en el que otras sociedades moder-nas, como EE.UU., no manifiestan niveles similares de decaden-ciareligiosa.Unvezsereconoceelcarcterexcepcionaldelosdesarrollos religiosos europeos, es necesario buscar la explicacinms en desarrollos histricos europeos particulares que en proce-sos generales de modernizacin. Ciertamente, el asunto ms in-teresante sociolgicamente no es la decadencia religiosa crecienteentre la poblacin europea desde la dcada de 1950, sino el hechode que este declive se interprete a travs de las lentes del paradig-ma de la secularizacin junto a una consecuente autocompren-sin que interpreta el declive como normal y progresivoesto es, una consecuencia casi normativa de ser un europeo mo-dernoeilustrado.Lasecularizacindelassociedadeseuro-peas occidentales puede explicarse mejor en trminos del triunfodel rgimen de conocimiento del secularismo que en trminos deprocesos estructurales del desarrollo socioeconmico. Adems, lasvariaciones internas en Europa pueden explicarse mejor en trmi-nos relativos a las estructuras histricas de las relaciones Estado-Iglesia e Iglesia-nacin, as como en trminos de los caminos dife-rentes de la secularizacin entre las diferentes ramas de la cris-tiandad, que en trminos relativos a los niveles de modernizacin.Es la tendencia de vincular procesos de secularizacin conprocesosdemodernizacin,envezdeconlasestructurasdefusin y disolucin de las comunidades sociales, polticas y re-ligiosas esto es, de Iglesias, Estados y naciones la que estenlasracesdenuestropuntomuertoeneldebatesobrelasecularizacin. De acuerdo con Weber podramos distinguir ana-lticamente entre las comunidades religiosas de salvacin y elculto de la comunidad.17 No toda religin de salvacin funcio-na como una comunidad de culto esto es, no necesariamentecoincide con una comunidad poltica territorial o juega la fun-cin durkheimiana de integracin social. Se puede pensar so-bre las muchas denominaciones, sectas o cultos en EE.UU. que17. Max Weber, The Social Psychology of the World Religion, en H.H.Gerth y C.W. Mills (eds.), From Max Weber, Oxford University Press, NuevaYork, 1946, p. 272.Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 4445funcionan de forma primaria como religiones de salvacin in-dividual. Ni siquiera todos los cultos de comunidad funcionancomounareligindesalvacinindividualofreciendoacadaindividuo salvacin individual de la enfermedad, de la pobrezaydetodotipodedesastreypeligrosepodrapensarenelconfucianismo de Estado en China, el sintosmo en Japn o enla mayor parte de los cultos imperiales cesaropapistas. Formasmenores de religin folclrica tienden a proveer de salvacin yde curacin individual.La Iglesia cristiana y la Umma musulmana son dos formasparticulares, aunque muy diferentes, de fusin histrica de cul-tos comunitarios y religiones de salvacin individual. La verda-dera cuestin enigmtica y la clave explicativa en relacin con elcarcter excepcional de la secularizacin europea es por qu lasIglesiasnacionales,unavezquehancedidoalEstado-nacinsecular sus funciones histricas tradicionales como comunida-des de culto esto es, como representaciones colectivas de lascomunidades nacionales imaginadas y portadoras de la memo-ria colectiva, tambin pierden en el proceso su habilidad paraservir como religiones de salvacin individual. Un asunto cru-cial es por qu los individuos en Europa, una vez que pierden lafe en sus Iglesias nacionales, no se molestan en buscar religio-nes de salvacin alternativas. En cierto sentido, la respuesta seencuentraenelhechodequeloseuropeoscontinansiendomiembros implcitos de sus Iglesias nacionales, incluso despusde abandonarlas explcitamente. Las Iglesias nacionales quedanah como un bien pblico al cual tienen acceso legtimo cuandollegaelmomentodecelebrarlosritostrascendentesdepaso,nacimiento y muerte. Esta situacin peculiar es la que explica lacarencia de demanda y la ausencia de un mercado religioso ver-daderamente competitivo en Europa.Por el contrario, la peculiar estructura de separacin de Igle-siayEstadocodificadaenlaclusuladualdelaPrimeraEn-mienda sirvi para organizar la estructura nica del pluralismoreligioso estadounidense. En este pas no han tenido nunca unaIglesia nacional. De hecho, todas las religiones en EE.UU., tan-to Iglesias como sectas, independientemente de sus orgenes, de-mandas doctrinales e identidades eclesiales, se convirtieron endenominaciones formalmente iguales bajo la constitucin y encompeticin dentro de un mercado religioso relativamente libre,Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 4546pluralista y voluntarista. Como principio y forma organizacionalde tal sistema religioso, el denominacionalismo constituye la graninvencin religiosa estadounidense.18 Junto a todas y cada unade las denominaciones, aunque diferenciada de ellas, la religincivil estadounidense funciona como culto de la nacin.La diversidad y la igualdad sustancial fueron, en primer lu-gar, institucionalizadas slo como pluralismo religioso denomi-nacional dentro del protestantismo estadounidense. EE.UU. fuedefinido como una nacin cristiana y cristiano signific ni-camente protestante. Pero, de hecho, tras prolongados inten-tos de nativismo protestante dirigidos ante todo hacia los in-migrantes catlicos, la estructura permiti la incorporacin delos otros religiosos, catlicos y judos, dentro del sistema depluralismoreligiosoestadounidense.Tuvolugarunprocesode acomodacin dual a travs del cual el catolicismo y el judas-mo se convirtieron en religiones de EE.UU., mientras que la re-ligin y la nacin estadounidenses fueron igualmente transfor-madas en el proceso. EE.UU. se convirti en una nacin judeo-cristianayprotestantes,catlicosyjudosseconvirtieronentres denominaciones de la religin civil estadounidense.El hecho de que las religiones, las instituciones religiosas ylas identidades religiosas jugasen un papel central en el procesode incorporacin de los inmigrantes europeos ha sido amplia-mente documentado y forma el ncleo de la bien conocida tesisde Will Herberg.19 La tesis de Herberg de que los inmigrantesdevinieron ms religiosos en tanto en cuanto se convertan enms estadounidenses, ha vuelto a afirmarse por la mayor partede los estudios contemporneos de las religiones inmigrantes enEE.UU.20 Es importante darse cuenta, por tanto, de que la reli-giosidad inmigrante no es simplemente un residuo tradicional,una supervivencia del Viejo Mundo cerca de la desaparicin al18. Sydney E. Mead, Denominationalism: The Shape of Protestantismin America, en The Lively Experiment: The Shaping of Christianity in Ameri-ca, Harper & Row, Nueva York, 1976; Andrew M. Greeley, The Denominatio-nal Society: A Sociological Approach to Religion in America, Scott, Foresman,Glenview, 1972.19. Will Herberg, Protestant-Catholic-Jew, Doubleday, Garden City, 1960.20. Cf. Jos Casanova, Immigration and the New Religious Pluralism: AEU/US Comparison, en Thomas Banchoff (ed.), The New Religious Pluralismand Democracy, Oxford University Press, Nueva York, 2007.Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 4647adaptarse al nuevo contexto, sino ms bien una respuesta adap-tativa al Nuevo Mundo. La tesis implica no slo que los inmi-grantestiendenaserreligiososdebidoaciertapresinsocialpara ajustarse a las normas religiosas estadounidenses, lo cuales el caso sin duda, sino que, y ms importante, las identidadesreligiosas colectivas han sido siempre una de las vas fundamen-tales de estructurar el pluralismo social interno a lo largo de lahistoria de EE.UU.21 Desde mi punto de vista, la tesis ofrece tam-bin una explicacin ms plausible de la vitalidad religiosa esta-dounidense que las teoras sobre la oferta de la eleccin racionalen los mercados religiosos competitivos.Tiene sentido decir que tanto los desarrollos seculares eu-ropeoscomolosreligiososestadounidensessonbastanteex-cepcionales y nicos. Con respecto a esto podemos hablar, talcomo los europeos han hecho durante dcadas, del excepcio-nalismo estadounidense o bien, tal como se ha puesto de modahoy, del excepcionalismo europeo. Pero ambas caracteriza-ciones son muy problemticas si suponen, como lo fue en elpasado, que EE.UU. fue la excepcin a la norma europea de lasecularizacin, o si significan, habitual hoy en da, que la Eu-ropaseculareslaexcepcinaalgunatendenciamundialderevivalismo religioso.22 Para la religin no hay un nico raserouniversal. Actualmente, todas las religiones del mundo se es-tntransformandoradicalmentemediantelosprocesosdemodernizacin y globalizacin, tal como lo hicieron durante laera de la expansin colonial europea. Pero las transformacio-nes han sido en formas variadas y mltiples.Todas y cada una de las religiones del mundo son forzadas aresponder a la expansin mundial de la modernidad as como asus retos mutuos y recprocos. Tambin experimentan procesos21. La raza ha sido la otra forma primaria para la estructuracin del plura-lismo social interno en la historia de Estados Unidos. No solo la religin, talcomoelestudiodeHerbergparecesuponer,ynosollaraza,talcomolosestudios sobre la inmigracin contemporneos parecen sugerir, pero la reli-gin y la raza, y sus intrincadas relaciones, han servido para dar forma a laexperiencia estadounidense de la incorporacin de la inmigracin de hechoson las claves del excepcionalismo estadounidense.22. Grace Davie, Europe: The Exception that Proves the Rule?, en PeterBerger (ed.), The Desecularization of the World, Ethics and Public Policy Cen-ter, Washington, 1999.Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 4748mltiples de aggiornamento y tienen que competir entre ellos en elsistema mundial emergente de religiones para competir entre ellas.Bajo las condiciones de la globalizacin, las religiones del mundono slo recurren a sus propias tradiciones sino tambin aprendenmutuamente las unas de las otras. Los encuentros interciviliza-cionales, las imitaciones culturales y los prstamos, difusiones me-diante la dispora, hibridaciones, formas criollas los puentes trans-culturales, son todos partes integrante del presente mundial.Los socilogos de la religin deberan estar menos obsesio-nados con el declive de la religin y ms afinados hacia las nue-vas formas que la religin est asumiendo alrededor del mundoen tres niveles distintos de anlisis: el individual, el de grupo y elsocial.Enciertosentido,lostrestiposdereligindeErnstTroeltsch misticismo individual, secta e Iglesia corres-ponden a estos tres niveles de anlisis.23 En el nivel individual laspredicciones de Troeltsch y de William James a principios delpasado siglo respecto al misticismo individual se han sostenidobien.24 Lo que Thomas Luckmann llam religin invisible enla dcada de 1960 mantiene la forma dominante de la religinindividual y es probable que, con el tiempo, gane ms preemi-nencia mundial.25 El individuo moderno est condenado a tenerque eleguir dentro de un catlogo amplio de sistemas de signifi-cados. Desde la perspectiva monotesta occidental, tal condicinde libertad individual polimrfica y politesta podra parecer muynovedosaoposmoderna.Perodesdeunaperspectivanoocci-dental, particularmente la de las tradiciones religiosas pantes-tasdeAsia,lacondicinseparecemsalviejoestadodelascosas. El misticismo individual ha sido siempre una opcin im-portante, al menos para las lites y los virtuosos religiosos, den-tro de las tradiciones hind, budista y taosta. Lo que Inglehartllama la expansin de los valores espirituales posmaterialistaspuede ser entendido segn esto como la generalizacin y la de-mocratizacin de opciones que hasta ahora slo estaban dispo-nibles para las lites y los virtuosos religiosos en la mayor parte23. Ernst Troeltsch, The Social Teachings of the Christian Churches, MacMi-llan, Nueva York, 1931.24.WilliamJames,VarietiesofReligiousExperience,HarvardUniversityPress, Cambridge, MA, 1985; Charles Taylor, Varieties of Religion Today: WilliamJames Revisited, Harvard University Press, Cambridge, MA, 2002.25. Thomas Luckmann, Invisible Religion, MacMillan, 1967.Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 4849de las tradiciones religiosas. As como las condiciones materia-les privilegiadas disponibles para las lites durante milenios sehan visto generalizadas para toda la poblacin, tambin lo hansido las opciones religiosas y espirituales que estaban normal-mente reservadas para ellos. No caracterizara, sin embargo, esteproceso como decadencia religiosa. Pero lo que es nuevo de ver-dad en nuestra era global es la presencia y disponibilidad simul-tneasdetodaslasreligionesdelmundoytodoslossistemasculturales,delosmsprimitivosalosmsmodernos,amenudo desligados de sus contextos espaciales y temporales, lis-tos para apropiaciones individuales flexibles o fundamentalistas.En el nivel de las comunidades religiosas, la mayor parte de lasociologa ha lamentado la prdida de Gemeinschaft (sentimientocomunitario) como una de las consecuencias negativas de la mo-dernidad. Se supone que tanto el individualismo como la sociali-zacinseexpandenacostadelacomunidad.Lasteorasdelamodernizacin son predicadas sobre dicotomas simples de tradi-cin y modernidad, y de Gemeinschaft y Gesellschaft (sentimientode pertenencia social). La mayor parte de las teoras de la secula-rizacin estn basadas sobre las mismas dicotomas simples y, enltima instancia, sobre la premisa de que los procesos a largo pla-zo de racionalizacin social moderna hacen la comunidad invia-ble. Pero el hecho es que la modernidad, como vio Tocquevilleclaramente, ofrece posibilidades nuevas y ampliadas para la cons-truccin de comunidades de todo tipo como asociaciones volun-tarias y, particularmente, para la construccin de nuevas comuni-dadesreligiosascomocongregacionesvoluntarias.Lasectaes,por supuesto, el tipo paradigmtico de una congregacin religio-sa voluntaria. Pero en la teora tradicional, la secta vive finalmen-te en una tensin alta e insostenible con la sociedad que la contie-ne. El denominacionalismo estadounidense, por contraste, puedeser entendido como la generalizacin y relajacin del principiosectario de asociacin religiosa voluntaria.Lamayorpartedelosllamadoscultos,nuevasreligio-nesonuevosmovimientosreligiososasumenlaformadecongregaciones voluntarias. As lo hacen las formas ms din-micas del cristianismo, como las comunidades cristianas en La-tinoamrica o las Iglesias pentecostales en todo el mundo o delislam tales como la Tablighi Jamaat, una forma de islam evan-glico semejante al metodismo estadounidense de principios delGenealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 4950siglo XIX adems de las variadas hermandades sufes. Inclusoentre las religiones del mundo, como el hinduismo o el budis-mo, que tienen una tradicin menos desarrollada de congrega-cionalismo, est surgiendo como una nueva forma institucionalprominente, particularmente en las disporas inmigrantes. Estatransformacin institucional en las disporas inmigrantes est afec-tando, a su vez, de forma profunda a las formas religiosas insti-tucionales en las reas civilizacionales de origen.En el nivel social de lo que podran llamarse comunidadesreligiosas imaginadas, el nacionalismo secular y las religionesciviles nacionales continuarn siendo destacados vehculos delas identidades colectivas, pero los procesos de globalizacin encursoestaumentandoprobablementeelrenacimientodelasgrandes religiones del mundo como comunidades religiosasimaginadas transnacionales y globalizadas. Mientras que nue-vas comunidades imaginadas y cosmopolitas germinarn, las msrelevantes probablemente sern de nuevo las viejas civilizacio-nes y religiones del mundo. En esto reside el mrito de la tesis deSamuelHuntington.26Peroestaconcepcingeopolticadelascivilizaciones como unidades territoriales semejantes a Estados-nacin y superpotencias es problemtica, llevndole a anticiparfuturos conflictos mundiales a lo largo de las fronteras (fractu-ras)civilizacionales.Dehecho,laglobalizacinrepresentanoslo una gran oportunidad para las viejas religiones del mundoen la medida en que puedan liberarse de las restricciones territo-riales del Estado-nacin y recuperar sus dimensiones trasnacio-nales, sino tambin una gran amenaza en la medida en que laglobalizacin implica la desterritorializacin de todos los siste-mas culturales y amenaza con disolver los lazos esenciales entrehistorias, pueblos y territorios que han definido todas las civili-zaciones y religiones del mundo.Privatizacin religiosa, desprivatizacin religiosa o ambas?No es probable que los regmenes autoritarios modernos o lossistemas democrticos liberales modernos tengan en ltima ins-26. Samuel P. Huntington, The Clash of Civilizations and the Remaking ofWorld Order, Simon & Schuster, Nueva York, 1996.Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 5051tancia xito en desterrar la religin a la esfera privada. Los reg-menes autoritarios pueden tener temporalmente xito a travs demedidas represivas que impongan la privatizacin de la religin.Los regmenes democrticos, por el contrario, es ms probableque tengan mayores dificultades para hacerlo, salvo a travs de latirana de la mayora secular sobre las minoras religiosas. Comomuestra el caso de Francia, la laicidad puede convertirse efectiva-mente en un principio constitucional sacralizado, consensualmen-te compartido por la abrumadora mayora de los ciudadanos, loscuales apoyan el refuerzo de la legislacin para desterrar los sm-bolos religiosos ostensibles de la esfera pblica, ya que son vistascomo una amenaza al sistema nacional o a la tradicin nacional.Obviamente, el caso opuesto en EE.UU., donde las minoras secu-lares pueden sentirse amenazadas por las definiciones judeocris-tianas de la repblica nacional.No puedo encontrar una razn convincente, segn los fun-damentos democrticos o liberales, para proscribir los princi-pios religiosos de la esfera democrtica pblica. Se podra, comomucho, defender sobre principios histricos pragmticos la ne-cesidad de separar la Iglesia del Estado, aunque ya no sigoconvencidodequelaseparacincompletaseaunacondicinnecesariaosuficienteparalademocracia.Pero,encualquiercaso, el intento de establecer un muro de separacin entre reli-gin y poltica es tan injustificado como probablemente con-traproducente para la misma democracia. La restriccin del ejer-cicio libre de la religin per se debe llevar a la limitacin delejercicio libre de los derechos civiles y polticos de los ciudada-nos religiosos y, en ltima instancia, violara la vitalidad de unasociedad civil democrtica. Los discursos religiosos o las prcti-cas religiosas particulares pueden ser objetables y susceptiblesdeprohibicinlegaldeacuerdoconlosprincipiosliberalesodemocrticos, pero no porque sean religiosas per se.Tocqueville fue quizs el nico terico social moderno quefue capaz de tratar estos asuntos con relativa claridad y libera-dos de los prejuicios seculares. Discuti las dos premisas centra-les de la Ilustracin en la crtica de la religin, en especial en loque se refiere a que tanto el avance de la educacin y la razncomo el desarrollo de las libertades democrticas haran que lareligin fuese polticamente irrelevante. Anticip, bastante pres-cientemente, que la democratizacin de la poltica y la entradaGenealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 5152de la gente comn en la arena poltica aumentara, ms que dis-minuira, la relevancia pblica de la religin. Encontr la confir-macin emprica en la experiencia democrtica de EE.UU., queen ese tiempo era la ms democrtica de las sociedades moder-nas y con los mayores niveles de alfabetizacin.27La historia de la poltica democrtica a travs del mundo haconfirmado las suposiciones de Tocqueville. Los asuntos religio-sos, los recursos religiosos, los conflictos interdenominaciona-les, las fracturas referidas al binomio secular/religioso han sidotodas relativamente centrales en la poltica electoral democrti-ca y para la poltica de la sociedad civil a lo largo de la historia dela democracia. Incluso en la Europa secular, donde la mayorade las lites polticas y de los ciudadanos comunes han conside-rado las tesis de la privatizacin garantizadas, de forma inespera-da los asuntos religiosos estn en discusin, han vuelto de nuevoalcentrodelapolticaeuropea.28NosorprenderatantoenEE.UU., donde histricamente la religin ha estado siempre enel mismo eje de todos los grandes conflictos polticos y movi-mientos de reforma social. Desde la independencia hasta la abo-licin, desde el nativismo al sufragio femenino, desde la prohi-bicin [del consumo de alcohol]* al movimiento de los derechosciviles, la religin ha estado siempre en el centro de los conflic-tos, pero tambin a ambos lados de las barricadas polticas. Loque es nuevo en las ltimas dcadas es el hecho de que por pri-mera vez en la historia poltica estadounidense las guerras cul-turales contemporneas comienzan a parecerse a las fracturasdel par secular/religioso que eran endmicas en la poltica conti-nental europea en el pasado. La religin por s misma se ha con-vertido ahora en uno de los asuntos pblicos en discusin.Si tuviera que revisar algo de mis primeros trabajos hoy, serami intento de restringir, sobre lo que pens que eran los principios27. El hecho de que Tocqueville utilice el subterfugio de discutir los asun-tos relativos a la esclavitud de los negros y el genocidio de los nativos america-nosenuncaptuloseparadoalfinaldelLibroIporqueestnfueradelademocracia, muestra la amplitud hasta la que Tocqueville fue, al menos im-plcitamente, consciente de que Estados Unidos era una democracia racial,slo para blancos, y, por tanto, lejos de ser un modelo de democracia.28. Jos Casanova, Religion, Secular Identities, and European Integra-tion, en Timothy Byrnes y Peter Katzenstein (eds.), Religion in an ExpandingEurope, Cambridge University Press, Cambridge, 2006.* [N. del T.] Interpretacin del traductor.Genealogias.pmd 29/11/2012, 12:07 52