sección cultura urbana, revista indesign

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V amos a comenzar con un pequeño esbozo de ese largo proceso a través del cual dos mun- dos se han encontrado, se han peleado y de alguna manera hoy no sólo coexisten sino que se fecun- dan y se transforman. Si queremos entender ese trayecto, esa larga gestación de lo popular-urbano, habría que parr del lenguaje común y de su opo- sición entre pueblo y ciudad: pueblo como lo ele- mental y lo auténco; ciudad como lo sofiscado y lo industrial, por una parte, y, por otra, lo com- plicado, lo arficioso, lo engañoso, lo falaz. De ahí parmos, no sólo del sendo común sino de una larga experiencia histórica que ha opuesto el pue- blo y la ciudad como dos modos de habitar este planeta, dos modos de ver, de vivir, de senr, de sufrir, de gozar, en el eje de lo elemental versus la complicación y el arficio, y de lo auténco versus lo menroso y hasta lo traicionero. Como no se puede hablar de lo urbano sin nom- brar procesos históricos, quiero mencionar dos ex- periencias ampliamente reflexionadas. La primera es la experiencia de los años veinte a los cincuenta en Argenna, más precisamente en Buenos Aires, que en estos úlmos años ha sido temazada por historiadores, sociólogos de la cultura, antropólo- gos y literatos. Al respecto, yo mencionaría un libro de Beatriz Sarlo Buenos Aires, una modernidad pe- riférica, en el cual se hace una historia del Buenos Aires de entonces a parr de las escrituras de la ciudad, desde los textos de Borges hasta los textos periodíscos. En segundo lugar voy a referirme a la experiencia brasileña en la configuración urbana de la música negra, que también se ha invesga- do en estos úlmos años tanto por historiadores como por antropólogos y estudiosos de los proce- sos de comunicación. Como no se puede hablar de lo urbano sin nombrar procesos históricos, quiero mencionar dos experien- cias ampliamente reflexionadas. La primera es la experiencia de los años veinte a los cincuenta en Argen- na, más precisamente en Buenos Aires, que en estos úlmos años ha sido temazada por historiadores, sociólogos de la cultura, antropólogos y literatos. Al respecto, yo mencionaría un libro de Beatriz Sarlo Buenos Aires, una modernidad periférica, en el cual se hace una historia del Buenos Aires de entonces a parr de las escrituras de la ciudad, desde los textos de Borges hasta los textos periodíscos. En segundo lugar voy a referirme a la experiencia brasileña en la configuración urbana de la música negra, que también se ha invesgado en estos úlmos años tanto por historiadores como por antropólogos y estudiosos de los procesos de comunicación.

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Trabajo Parcial Tercer semestre In Design

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Vamos a comenzar con un pequeño esbozo de ese largo proceso a través del cual dos mun-

dos se han encontrado, se han peleado y de alguna manera hoy no sólo coexisten sino que se fecun-dan y se transforman. Si queremos entender ese trayecto, esa larga gestación de lo popular-urbano, habría que partir del lenguaje común y de su opo-sición entre pueblo y ciudad: pueblo como lo ele-mental y lo auténtico; ciudad como lo sofisticado y lo industrial, por una parte, y, por otra, lo com-plicado, lo artificioso, lo engañoso, lo falaz. De ahí partimos, no sólo del sentido común sino de una larga experiencia histórica que ha opuesto el pue-blo y la ciudad como dos modos de habitar este planeta, dos modos de ver, de vivir, de sentir, de sufrir, de gozar, en el eje de lo elemental versus la complicación y el artificio, y de lo auténtico versus lo mentiroso y hasta lo traicionero.

Como no se puede hablar de lo urbano sin nom-brar procesos históricos, quiero mencionar dos ex-periencias ampliamente reflexionadas. La primera es la experiencia de los años veinte a los cincuenta en Argentina, más precisamente en Buenos Aires, que en estos últimos años ha sido tematizada por historiadores, sociólogos de la cultura, antropólo-gos y literatos. Al respecto, yo mencionaría un libro de Beatriz Sarlo Buenos Aires, una modernidad pe-riférica, en el cual se hace una historia del Buenos Aires de entonces a partir de las escrituras de la ciudad, desde los textos de Borges hasta los textos periodísticos. En segundo lugar voy a referirme a la experiencia brasileña en la configuración urbana de la música negra, que también se ha investiga-do en estos últimos años tanto por historiadores como por antropólogos y estudiosos de los proce-sos de comunicación.

Como no se puede hablar de lo urbano sin nombrar procesos históricos, quiero mencionar dos experien-cias ampliamente reflexionadas. La primera es la experiencia de los años veinte a los cincuenta en Argen-tina, más precisamente en Buenos Aires, que en estos últimos años ha sido tematizada por historiadores, sociólogos de la cultura, antropólogos y literatos.

Al respecto, yo mencionaría un libro de Beatriz Sarlo Buenos Aires, una modernidad periférica, en el cual se hace una historia del Buenos Aires de entonces a partir de las escrituras de la ciudad, desde los textos de Borges hasta los textos periodísticos. En segundo lugar voy a referirme a la experiencia brasileña en la configuración urbana de la música negra, que también se ha investigado en estos últimos años tanto por historiadores como por antropólogos y estudiosos de los procesos de comunicación.

Una tribu urbana es una subcultu-ra que se origina y se desarrolla

en el ambiente de una urbe o ciudad.Aunque el neologismo de tribu urbana no implica nada acerca de la edad, el au-tor norteamericano Ethan Watters define tribus urbanas como grupo de personas solteras con intereses comunes que dis-frutan de un mismo estilo de vida urbano.

Así, las tribus urbanas son grupos de personas (mayormente jóvenes) cu-yas asociaciones están basadas en un mismo estilo de vida o actividades.También son el resultado de las per-sonas que se dividen de la socie-dad y forman grupos urbanos.Las subculturas como tribus urbanas son más comunes en las grandes urbes o metrópolis, donde la complejidad y el inmenso tamaño de la ciudad y la so-ciedad crean una sensación de aliena-ción o aislamiento del nivel individual.Esto, en efecto, puede conducir a la for-mación (oficial o no oficial) de tribus urbanas cuyos miembros están uni-dos bajo un conjunto de características, pensamientos, modas e intereses comunes para formar una pequeña comunidad relativamente pequeña, pero con una identidad propia.El neologismo de tribu urbana fue utilizado por primera vez en el 1990 por Michel Maffesoli en un libro llamado “El Tiempo de Las Tribus”

Algunos críticos y analistas aseguran que el fenómeno de las tribus urbanas no es nada más que la búsqueda de los jóvenes por aquella identidad tan añorada. Cuando un joven se in-tegra a una sociedad que posee las mismas tendencias modas y pensamientos que él,

éste se sentirá identificado tanto con el grupo como sus símbolos y modas, y probablemen-te sentirá repulsión hacia un grupo de tendencias opuestas, lo cual podría llevar a la violencia.La identidad de cada una de estas tribus variará según su ideología y según la persona mis-ma, por ejemplo, mientras que los skinheads son de tendencias violentas, los hippies no rivalizan contra ningún grupo, pues son pacifistas y no hay grupo alguno que les sea totalmente opuesto.

Tribus Urbanas

I d e n t i d a d

Tribus Urbanas: La diversidad

cultural que crece en colombia

Las “Tribus Urbanas” comparten gus-tos similares, que los caracterizan como tal y lo hacen diferente del resto, es aquí donde se despren-

de una sensación del “nosotros” como normales y los “otros” como diferentes.

Para comenzar hablando de este fenómeno cultural es necesario entender que hemos y estamos atravesando un gran cambio social/cultural, donde se interrelacionan diferentes maneras de ver el mundo, don-de los jóvenes son los principales actores.

No debemos tomarlo como cambios bruscos, sino verlo y entenderlo como un proceso de transformación de prác-ticas sociales, donde también influyen relaciones entre factores como la eco-nomía y la política. Un proceso que en el que todos aportamos como sujetos sociales, desde los valores que se trans-miten, las normas sociales y culturales, hasta las cotidianeidades más comunes.

Desde un punto analítico personal que em-pleo para una definición de este fenómeno socio/cultural como lo son las pos-moder-namente denominadas “Tribus Urbanas”, es que son grupos sociales, generalmente de jóvenes, que por características, formas de entender la vida y el mundo, por sus simbologías del entorno y sus intereses, se juntan conformando un grupo social más. Conforman micro culturas que nacen en medio de un gran desarrollo de tecnologías y nuevas formas de expresión. Donde a la vez en-tran en juego una serie de factores que influyen directa e indirectamente como la clase social, la carga y el entramado cultural, la forma de vida que cada sujeto porte, el tejido de valores y creen-cias en el que se encuentre, como así también el proceso individual de su desarrollo emocional.

Muchas veces el formar parte de un determinado grupo social/cultural se debe al hecho de no quedar excluido, de tener ese sentimiento de pertenecer e identificarse con un grupo. También, este “placer” de identificarse con un grupo determinado proviene de la supresión de reglas de conductas que fueron impuestas o de la suspensión de determinadas prácticas sociales, lo cual impulsa a la persona a buscar un espacio donde poder realizar lo que en algún aspecto se le prohíbe, esto lo buscará en personas de similares características. De esta manera, cada grupo, crea propio su universo con sus reglas, conduc-tas, exigencias, construyendo nuevas simbolizaciones e interpretaciones del mundo que los rodea.

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