se van o el perro verde

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A dónde van? Los miro dormir, me siento tranquila cuando duermen. Sueñan tan quietos, en ese momento puedo descansar, puedo acercarme a ellos y deleitarme junto a su calor Se van, otra vez, siento el cerrojo de la primer puerta, los llamo quiero ir con ellos por qué no lo entienden. El sonido de la segunda puerta, los pasos alejándose de la vereda hasta transformarse en un imperceptible sonido que se licua con los ruidos del mundo. Toda una soledad para mí, reviso la primer habitación, debajo de la cama, el perfume de la ropa en el piso, la cama sin hacer, las hormigas que entran por la puerta de atrás. Corro hacia la otra habitación, las mismas ausencias, ellos ya no están quizás no vuelvan nunca más. Me recuesto y comienzo a entender lo que es el tiempo, lo relativo, se estira la eternidad encerrada entre paredes, desearía un poco de libertad, poder ir para buscarlos. Qué hacer ahora, suspiro un par de veces y me acuesto buscando taparme con sueños dónde ellos vuelvan. Afuera toda una vida que conozco solo por lo que escucho. Una moto, el colectivo, pasos por todos lados, pero no son ellos, nunca son ellos, pajaritos gatos, hojitas y todo el viento que rasguña las ventanas y la oscuridad que va tragando el tiempo.

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cuento mío que escribí mientras me picaba un huevo

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Page 1: Se van o el perro verde

A dónde van?

Los miro dormir, me siento tranquila cuando duermen. Sueñan tan

quietos, en ese momento puedo descansar, puedo acercarme a ellos y

deleitarme junto a su calor

Se van, otra vez, siento el cerrojo de la primer puerta, los llamo

quiero ir con ellos por qué no lo entienden. El sonido de la segunda

puerta, los pasos alejándose de la vereda hasta transformarse en un

imperceptible sonido que se licua con los ruidos del mundo. Toda una

soledad para mí, reviso la primer habitación, debajo de la cama, el

perfume de la ropa en el piso, la cama sin hacer, las hormigas que

entran por la puerta de atrás. Corro hacia la otra habitación, las mismas

ausencias, ellos ya no están quizás no vuelvan nunca más. Me recuesto

y comienzo a entender lo que es el tiempo, lo relativo, se estira la

eternidad encerrada entre paredes, desearía un poco de libertad, poder

ir para buscarlos. Qué hacer ahora, suspiro un par de veces y me

acuesto buscando taparme con sueños dónde ellos vuelvan. Afuera toda

una vida que conozco solo por lo que escucho. Una moto, el colectivo,

pasos por todos lados, pero no son ellos, nunca son ellos, pajaritos

gatos, hojitas y todo el viento que rasguña las ventanas y la oscuridad

que va tragando el tiempo.

ruido de la segunda puerta, son ellos, en silencio los espero para

no asustarlos, no quiero que se arrepientan, que me dejen otra vez sola,

una eternidad en la sombra de una habitación repensando toda mi vida,

deseando escapar entre los techos como los gatos para que esto no me

vuelva a ocurrir. Se abre la primer puerta, estalló de felicidad y pienso

Cuánto tiempo debo mover la cola para que no se vayan nunca más...