Saluda

Queridos vecinos y amigos:

A pesar de que en España, como en el resto del mundo, estamos atra-vesando una crisis prácticamente sin precedentes, las fechas son las que marca el calendario y éste nos indica que llegaban las fiestas en honor al Santísimo Cristo del Milagro y de Nuestra Señora la Virgen de la Soledad.

Contra viento y marea, pero con las mismas ganas e ilusión de siem-pre, hemos confeccionado nuevamente un Programa de Fiestas variado, atractivo y completo para dar cobertura a todos los sectores de población

de Villaviciosa, habiendo procurado reducir los gastos de una partida presupuestaria que en estos tiempos podría resultar de otra manera, incongruente y antisocial.

La buena gestión y el sentido común de la Concejalía de Participación Ciudadana nos va a permitir afrontar unas fiestas con todo su esplendor y con las menores carencias posibles.

Dedicamos este año el Programa a la conmemoración del 250 aniversario de la muerte del Rey Fernando VI, aquí en Villaviciosa.

Contamos para ello con la inestimable colaboración del afamado historiador D. Guillermo Calleja, que ha tenido la deferencia de confeccionar unos textos e imágenes ilustrativas de la efeméride, que nos transporta a tiempos remotos y significados de una parte importante de nuestra historia.

Agradecemos en estas líneas a Guillermo Calleja su buen hacer y desinteresada contribu-ción, que prestigia de manera significativa nuestro Programa de Fiestas.

Como alcalde y amigo vuestro, os invito a que viváis vuestras Fiestas Patronales acudiendo a los actos y disfrutando de unos días de encuentros, de distracción y de celebraciones, demos-trando una vez más que los villaodonenses somos hospitalarios y muy buenos anfitriones.

¡Qué disfrutéis de las Fiestas en paz y armonía!

A todos un saludo muy cordial y afectuoso.

José Jover SanzAlcalde-Presidente

Ya han llegado las Fiestas Patronales que celebramos en honor del San-tísimo Cristo del Milagro y de Nuestra Señora la Virgen de la Soledad. En estos días de alegría y esparcimiento os invitamos a compartir con nosotros los actos que con todo cariño hemos organizado. Que estos entra-ñables días contribuyan a fomentar la amistad y solidaridad de los villaodo-nenses con la ayuda del Cristo del Milagro y de la Virgen de la Soledad.

Saludo de las Hermandades

Hoy te quiero cantarhoy te quiero rezarMadre mía del cielosi en mi alma hay dolorbusco apoyo en tu amory hallo en ti mi consuelo–Estribillo–Hoy te quiero cantarhoy te quiero rezar Virgen de la Soledadhoy te quiero ofrecerlo más bello y mejor

Estimados convecinos y amigos:Como es tradición y costumbre os ofrecemos un programa de activi-dades hecho a la medida de cuantos vamos a participar en estos días de fiesta, actuaciones musicales, toros, bailes, fuegos, procesiones y nuevas actividades que esperamos contribuyan a dar mayor colorido y realce a nuestras Fiestas Patronales.

Saludo del Consejo Sectorial de Fiestas

Virgen de la Soledad (Habanera)

Fiestas Patronales en Honor del Santísimo Cristo del Milagro y Nuestra Señora la Virgen de la Soledad

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que hay en mi corazón.Porque tienes a Dios (bis)Madre todo lo puedessoy tu hijo también (bis)y por eso me quieres–Estribillo–Dios te quiso elegir (bis)como puente y caminoque une el hombre con Dios (bis)en abrazo divino.–Estribillo–

Villaviciosa de Odón recuerda a Fernando VI, quien la distinguió y ennobleció con el título de Real Sitio

Fernando VI de Borbón, apodado el Prudente o el Justo, fue Rey de España desde 1746 hasta 1759. Aunque su reinado ha sido, en cierto modo, minusvalorado de forma injusta por su ausencia de brillo y

gloria militar, fue un gran monarca que destacó por su bondad, sentido de la justicia y preocupación por el bienestar de todos sus súbditos.

Apoyado y aconsejado por su esposa, doña Bárbara de Braganza, supo ro-dearse de ministros fieles y de una enorme valía junto a los cuales dio a España un periodo de paz sin precedentes desde los tiempos de Felipe II y emprendió importantes reformas administrativas. Gracias a su política se estimularon las artes, la industria, la agricultura y la ganadería, y se reformaron ejércitos y fortificaciones, siendo,en definitiva un periodo de transición entre el turbulento reinado de su padre, Felipe V, y el refor-mismo de Carlos III.

El pueblo de Villaviciosa de Odón, al que el monarca quiso de forma entrañable, siempre le ha estado agradecido y se ha mantenido fiel a su memoria, profesándole una devoción muy especial. Preci-samente, fue él quien por Real Cédula de 1754 distinguió la villa anteponiendo “Villaviciosa” al nombre original de Odón y, sobre todo, la ennobleció con la concesión del título de Real Sitio.

Además, su nombre permanecerá para siempre unido a nuestro pueblo porque residió durante el último año de su vida en el Castillo de Villaviciosa de Odón, convirtiendo la localidad en escenario de la política internacional en Plena Guerra de los Siete Años. Allí, entre sus gruesos y recios muros que hoy albergan el Archivo Histórico del Ejército del Aire, Fernando VI encontró finalmente la muerte.

Con motivo del 250 aniversario de su fallecimiento, el Ejército del Aire, a través de su Servicio de Historia Aeronáutica (SHYCEA), y en colaboración con el Ayuntamiento de Villaviciosa, ha querido recordar la figura del monarca mediante la exposición 1759-2009. Fernando VI en el castillo de Villaviciosa de Odón. Archivo Histórico del Ejército del Aire.

Guillermo Calleja LealComisario de la Exposición y

Miembro de Número del consejo Asesor del IHCA

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Los Marqueses de Moya quedaron autoriza-dos por real merced de los Reyes Católicos, de 20 de julio de 1480, para construir forta-

lezas en los territorios que les habían donado el día 5 del mismo mes. Para la elección del lugar en que se construyó el Castillo de Odón, el Marqués tuvo en cuenta dos aspectos esenciales: disponer de una exce-lente situación estratégica y un entorno cuya riqueza garantizara la propia supervivencia del Castillo.

A partir de los Libros de Acuerdos del Ayunta-miento de Madrid sabemos que la construcción del Castillo se realizó conforme a las técnicas de los castillos medievales, en una época en la que ya no se edifi caban castillos de carácter defensivo. Hoy sus

El Castillo, propiedad de los Condes de Chinchón.De fortaleza medieval a castillo-palacio renacentista

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L

gruesos y muy robustos muros perimetrales causan la admiración a los visitantes con sus trece pies de

grosor, construidos en mampos-tería de granito encintado con trozos de carbón de fragua, tipo segoviano, rellenos de cascote y piedra suelta.

Precisamente, tales caracte-rísticas de sus recios muros per-mitirán que la fortaleza se man-tenga en pie pese a los destrozos realizados por los comuneros en 1521; su aprovechamiento en la reconstrucción posterior y su

Imagen aérea del Castillo antes de su reconstrucción.

Vistas del patio herreriano antes ydespués de la restauración.

En 1966, el Ejército del Aire adquiere el Castillo de Villaviciosa y lo somete a una profunda y necesaria reforma. Años después se convertirá en sede del Archivo Histórico del Ejército del Aire.

sostenimiento como fortaleza-palacio en estado de ruina por el abandono al que fue sometido en dis-tintas épocas anteriores a 1966, que fue cuando el Ejército del Aire lo adquirió en ruinas para darle una nueva función castrense: la de sede del Archi-vo Histórico del Ejército del Aire.

Desde que Antonio Ponz escribió su Viaje por España (1947), se ha venido repitiendo que el III Conde de Chinchón encargó la restauración del Castillo, tras sus primeros destrozos, al célebre arquitecto don Juan Herrera por el aire escuria-lense de su puerta principal, su patio y su sencilla y a la vez imponente escalera de honor. Aunque asi-mismo no han faltado quienes han asegurado que el proyecto fue de su discípulo Francisco de Mora o incluso de Bartolomé de Elorriaga. En definitiva, el castillo medieval y en ruinas se transformó en un castillo palacio al uso renacentista, según los gustos de su dueño y de su época.

Los días de máximo esplendor de Villaviciosa de Odón y su Castillo tuvieron lugar en el siglo XVIII, que fue cuando quedaron vin-

culados a la Real Casa de Borbón como lugares de asueto y práctica del arte venatoria, ya que los Bor-bones de España siempre han sido muy aficionados a la caza. Pero suele llamar la atención el especial

1738. Cómo y por qué Villaviciosa de Odón y su Castilloquedaron vinculados a los Borbones

1759-2009

L interés que mostraron por nuestra entonces pequeña localidad, cuando en realidad no guardaba el menor parecido con otros Reales Sitios.

Su construcción se debe a Andrés de Cabrera y se inicia entre el 28 de marzo y el 6 de mayo de 1496. De porte militar, su función fue la de ofrecer protección a las tierras colindantes. Pero, y con el paso del tiem-

Van Loo fue uno de los pintores de la corte francesa que Felipe V se trajo consigo al subir al trono español. En el retrato familiar de Felipe V, el grupo de la izquierda lo constituyen los siguientes personajes: la infanta María Ana Victoria; doña Bárbara de Braganza; el príncipe de Asturias Fernando, futuro rey de España con el nombre de Fernando VI. El grupo central está integrado por el rey Felipe V; el cardenal infante don Luis, hijo menor de los reyes; la reina Isabel de Farnesio, en el centro de la escena; don Felipe, hijo de los reyes y su esposa Luisa Isabel de Borbón. En el suelo juegan con un perro las infantas María Luisa y María Isabel. El grupo de la derecha está presidido por Carlos, futuro monarca de España con el nombre de Carlos III; tras él, su esposa, María Amalia de Sajonia; María Antonia Fernanda, hija de Felipe V y María Teresa, delfina de Francia.

po, ¿qué podía ofrecer Villaviciosa a los Borbones? Pues sus bosques y su Cas-tillo como pabellón de caza, la tranquili-dad del lugar y la hospitalidad proverbial de sus vecinos. Si lo que pretendían era pasar un breve tiempo de caza y descan-so, y sobre todo, cuando se trataba de una única jornada, los palacios de Aranjuez, La Granja de San Ildefonso y Riofrío les resultaban demasiado distantes.

La clave de cómo se produjo la estrecha vincula-ción de Villaviciosa de Odón y su castillo con la nueva dinastía reinante estuvo en la obsesión de doña Isabel de Farnesio en dar tronos, títulos y privilegios a sus hijos, pues al tener su marido Felipe V dos hijos de su primer matrimonio con doña María Luisa Gabriela de Saboya, don Luis y don Fernando, parecía imposible que cualquiera de ellos pudiera ser Rey de España.

El título condal de Chinchón fue vendido por su titular, don Juan Jorge Sforza y Conti, X Conde de Chinchón, a don Felipe de Borbón y Farnesio, pasando por tanto a uno de los miem-bros de la Familia Real. Pero a través de un documento del Archivo Munici-pal de Villaviciosa de Odón (octubre, 1738) sabemos que Felipe V no sólo aprobó la compraventa del título y sus

posesiones, sino que fue quien aportó los fondos en nombre de su hijo, por lo que fue el verdadero comprador.

Posteriormente, por Real Provisión de 1739, se inició una ampliación importante de los límites del territorio de la Villa de Odón y que vino a coinci-dir, con bastante aproximación, a su actual término municipal.

Gracias al escudo que preside la fachada principal del Castillo, podemos advertir el origen del primer propietario real, el infante don Felipe. El escudo se encuentra arropado por una barroca tarjeta aná-loga a las que guarnecen los escudos reales del reinado de Fernando VI en el Palacio Nuevo de Madrid, ya que los dos collares de las órdenes del Toisón de Oro y del Espíritu Santo que rodean el escudo tienen una situación antigua. A este escudo le falta hoy la corona, rota en su momento como ocurrió con la de la hermosa Fuente de los Ca-ños. Pese a ello, sabemos que se trata del escudo heráldico del infante don Felipe por tener una Cruz de Santiago.

Los dos primeros documentos que hoy dispone-mos y que hacen alusión expresa a Odón, nom-bre de la localidad en sus orígenes, datan respec-

tivamente de 1459 y 1477. El primero es un documento de compra conservado en el archivo del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón, fechado en 22 de febrero de 1459, y por el que Pedro Fernández de Lorca, Secretario y Tesorero del rey Juan II de Casti-lla y León, adquiere varias fincas en Odón. En cuanto al segundo docu-mento, trata de la concesión que hace el Concejo de Segovia del Perdón del Viernes a los siguientes: Nuño de Pe-ñalosa, Juan de Peñalosa, Fernando de Piedra, Jorge y Carrillo; todos ellos vecinos de Odón, y que habían concertado la muerte de su convecino Pedro de Cuéllar.

Otra referencia, aunque posterior, se encuentra en el Libro de Acuerdos del Ayuntamiento de Ma-drid correspondiente a 1494.

Aunque el nombre originario fue Odón, desde el siglo XVI también empezó a utilizarse los de Villa-

Odón, Villaviciosa y Villaviciosa de Odón: Tres denominacionesempleadas indistintamente para la Villa antes de 1754

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L viciosa y Villaviciosa de Odón, indistintamente, dado que entre las diversas acepciones de la voz “viciosa” en la lengua castellana y tal consta en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, significa: “vigorosa y fuerte, especialmente para producir”; como también

la de “abundante, provista y deleitosa”. Con ello, se quiso referir de forma ex-presa a su riqueza por su vegetación exuberante y sus magníficos bosques y cultivos. En las Relaciones de los pue-blos de España, ordenadas por Felipe II en 1575, se hace referencia a “Odón comúnmente llamado Villaviciosa”, re-saltándose su importancia como centro de gran actividad económica y adminis-trativa.

Documentos de los siglos XVI y XVII muestran el uso indistinto de ambas denominaciones, como también

en el siglo XVIII anteriores a 1754. Antonio Pardo Riquelme, cronista oficial de Villaviciosa de Odón, en su Breve historia de Villaviciosa de Odón (1998) nos ha aportado varios documentos como por ejemplo un escrito de Felipe V a “Villaviciosa”, fechado en abril de 1732.

Reproducción del documento de compra de Odón, conservado en el Archivo del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón.

1739. El gran proyecto de Giovanni Battista Sacchetti

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La reproducción del proyecto de Sacchetti, donado por el Ejército del Aire, se puede contemplar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón.

El proyecto de remodelación del Castillo fue encargado al arquitecto italiano Giovanni Battista Sacchetti en febrero de 1739, cuyo

plano original, fechado en 20 de abril de 1739, se con-serva en el Archivo Geográfico del Ejército. Aquellos días fueron de gran actividad proyectiva y constructi-va para Sacchetti, que además de atender a otros reales sitios, hacía un año que había puesto la primera piedra del Palacio Nuevo de Ma-drid y de cuyo taller salió el proyec-to para Villaviciosa.

Conforme a su proyecto, el cas-tillo es el centro de una disposición cruciforme rigurosa-mente axial y equilibrada, aparentemente igual pero con

diferentes significados, todo dentro de un cerramiento de clara estirpe barroca. Siendo imposible modificar la estructura del edificio, Sacchetti se limitó a centrar la entrada principal en la fachada, haciendo de su crujía un importante zaguán que salía al eje del patio, man-teniendo la distribución interior existente y llevando la

capilla al torreón oriental. Pero la parte principal del proyecto corres-pondía a la reforma del exterior del Castillo y que no llegó a realizarse.

Así, la puerta principal, conta-ría con dos fuentes murales a un lado y a otro, y cabe preguntarse si

la actual Fuente de los Caños sería una de las fuentes que figuran en el plano de ese proyecto.

E“Sacchetti se limitó a centrar la entrada principal en la fachada,

manteniendo la distribución interior y llevando la capilla al torreón.

La reforma exterior del Castillo no llegó a realizarse.”

El Castillo de Villaviciosa de Odón, pabellón de caza de los Borbones

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Puerta de Felipe VHe venido en declarar que el nuevo Bosque de la Villa de Odón o Villaviciosa que es

propio del Infante Don Felipe mi hijo sus límites con sus

aumentos o extensiones que en adelante tuvieran son y han de ser Bosque Real con todos sus

privilegios y libertades(Decreto Real de 1739)

“

“

Felipe V compró el condado de Chinchón en 1738 para su hijo don Felipe, pero como gran entusiasta de la organización de jornadas cinegéticas y excelente ca-zador, quiso convertir el Castillo en pabellón de caza de su Real Familia. Así lo recoge uno de los cuadros de Francesco Battaglioli (imagen superior), en el que se aprecia a miembros de la Corte en una de las jornadas de caza.

En la parte inferior mues-tra de las armas de la época.

Cuando Felipe V compró el condado de Chinchón en 1738 para su hijo don Felipe, y como gran entusiasta de la organización

de jornadas cinegéticas y excelente cazador, quiso en febrero de 1739 convertir el Castillo de Villaviciosa de Odón en pabellón de caza de su Real Familia. Con tal fin creó el Real Bosque de Villaviciosa y dispuso algunas pequeñas reformas en el interior de la forta-leza para convertirlo en un verdadero château fran-cés, con su casa de oficios y caballerizas y todo ello inserto en magníficos jardines al modo dieciochesco.

El Real Bosque de Villaviciosa, que años después recibiría el nombre de Los Testarales y hoy se conoce como Prado Redondo, tenía unas enormes extensiones y por ello los pueblos limítrofes de Vi-llaviciosa de Odón, Boadilla, Sacedón, Móstoles y Alcorcón lo consideraron como la causa principal de su empobrecimiento.

Años después enviarían un informe al Marqués de la Ensenada, con fecha de 9 de febrero de 1749, solicitando la intervención de Fernando VI para que anulara los límites impuestos a la caza mayor y me-nor en el Real Bosque, y que sus tierras que habían sido convertidas en cotos fueran restituidas y con-vertidas en tierras de pasto y de labor.

C

Al fallecer Felipe V, su hijo don Fernando de Borbón y Saboya, Príncipe de Asturias fue solemnemente proclamado

Rey de España, el 11 de julio de 1746, con el nombre de Fernando VI.

Siempre fiel a la tradición familiar, el nuevo Rey mostró un especial interés por Villaviciosa de Odón y por su Castillo. Por ello, si desde 1739, siendo Príncipe de Asturias, hasta febrero de 1749 sólo los había visitado en dos únicas ocasiones, luego fue el monarca quien tuvo una mayor presencia en la loca-

Fernando VI concedió a Villaviciosa de Odón el muy distinguido título de Real Sitio y su nombre definitivo

1759-2009

A lidad. Continuó la idea de su padre y quiso que Vi-llaviciosa de Odón y su Castillo, aun pertenecientes al condado de Chinchón y por tanto posesiones de su hermano el infante don Felipe, duque de Parma, quedaran estrechamente vinculados a la Corona y a la dinastía reinante como Real Sitio.

Tal merced de ennoblecer a la localidad por Real Cédula de 1754 vino a significar su elección como lugar para trasladarse con la Corte y establecer su Residencia Real, lo mismo que hacía cuando iba a otros Reales Sitios y se alojaba en el Palacio de El

El pintor Francesco Battaglioli plasmó en sus pinturas a la Villaviciosa de mediados del siglo XVIII. En el cuadro se aprecia el Castillo, a la izquierda de la imagen, la Huerta del Infante, rodeada de las casas de labor, la Iglesia y en primer plano a miembros de la Corte.

Pardo o el Monasterio de El Escorial. También qui-so expresar su reconocimiento al trato amable y muy hospitalario de los lugareños, ya que cuando los Bor-bones iban allí a cazar y se alojaban en el Castillo, su séquito siempre lo hacía en el pueblo.

Por otra parte, como hasta entonces la localidad era denominada indistintamente de tres formas dife-rentes (Odón, Villaviciosa y Villaviciosa de Odón), Fernando VI dispuso asimismo en esta Real Cédula de 1754 que en lo sucesivo se llamaría Villaviciosa de Odón para evitar equívocos y sobre todo poner de manifiesto la riqueza de sus bosques, la feracidad de sus hermosas tierras y su abundancia de aguas.

A la Reina doña Bárbara de Braganza jamás le atrajo la caza, dado que su estado de salud y su corpu-lencia no le permitieron realizar grandes caminatas ni tampoco el ejercicio violento, prefiriendo otras aficio-

nes más acordes con sus gustos refinados y posibilida-des. Pero sabemos que en 1754 acompañó a su marido en varias visitas a Villaviciosa de Odón por cinco cua-dros del pintor italiano Francesco Battaglioli. A su muerte en 1758, su marido se trasladaría al Castillo para pasar allí una temporada y establecer allí su Real Residencia, aunque luego se alargaría y sería donde pasó el último año de su vida.

El Castillo conservó su aspecto exterior y Fer-nando VI encargó la hermosa Fuente de los Caños, atribuida a Ventura Rodríguez, cuyas aguas proce-dían de un manantial de la Colina de la Atalaya donde se hallaba la Fuente de la Atalaya, a un cuarto de legua de la fortaleza, en dirección a Boadilla.

Siendo colindantes la fuente y el Castillo con el terreno conocido como Huerta del Infante, parece ser que todo formaba parte de los propios terrenos de la fortaleza palacio, que se extenderían has-ta el lugar don-de el arroyo de la Madre corta el camino de la Rinconada, y allí sería donde em-pezaría el pueblo de Villaviciosa de Odón.

Detalle de uno de los lienzos de Francesco Battaglioli.

Acuarela de la Fuente de las Caños del pintor villaodonense, Felipe Jiménez de la Rosa.

Tras morir la Reina doña Bárbara de Bra-ganza en el Palacio de Aranjuez, Fer-nando VI decidió marchar al Castillo de

Villaviciosa por consejo del duque de Huéscar, para hallar sosiego ante el profundo dolor que sentía por la pérdida de su amada esposa. Creyó que allí podría descansar y entretenerse durante unos días, pero luego, al caer enfermo, per-maneció durante un año. Llegó el 28 de agosto de 1758, el mismo día del entierro de doña Bárbara; por tanto, no se hizo ninguna obra de reforma, limitándose el apo-sentador del rey, don Francisco Manuel de Mena a dar sólo una serie de disposiciones para hacer más cómoda su estancia y que en-comendó como era habitual a em-pleados de Palacio.

Resulta difícil imaginar el asombro de los vi-llaodonenses durante los cuatro primeros meses con el continuo ir y venir de criados y personal de muy distintos oficios desde la corte de Madrid, quienes en incontables carros, coches, galeras, calesas, mulas y acémilas se dedicaron a traer y llevar muebles, cua-dros, tapices, alfombras, batería de cocina, instru-

El Castillo de Villaviciosa de Odón, última morada de Fernando VI

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T mentos musicales... y un sinfín de cosas imaginables como la ropa interior del rey, su relicario y perte-nencias personales. Una idea del movimiento que hubo en esos días es que para amueblar el cuarto de don Fernando se emplearon cuarenta pinturas, vein-

tisiete mesas de piedra con pies dorados y tres arañas de cristal de ocho luces cada una; y para el cuarto del infante don Luis Anto-nio, que le acompañaría hasta su óbito, se trajeron también de Ma-drid catorce pinturas, dos mesas de piedra y dos arañas de cristal.

En los primeros días, a don Fernando le agradaban las visi-tas, como el verse rodeado de una corte íntima y reducida, entre cu-yos miembros merecen especial

mención el infante don Luis Antonio de Borbón y Farnesio o su amigo entrañable don Carlo Broschi Farinelli. A veces, iban a visitarle dos músicos y compositores a quienes también apreciaba: Luigi Boccherini y Doménico Scarlatti.

Pero pronto su comportamiento se hizo muy irre-gular. El 7 de septiembre, Fernando VI firmó las últimas consultas de asuntos de gobierno negándose

Doña Bárbara de Braganza

a recibir a los embajadores de Francia y Nápoles mientras el embajador británico comunicaba a Lon-dres que el Rey se hallaba muy deprimido y no quería vivir. Sucedió que el Rey estaba psicológicamente enfermo y comenzaba a tener una de sus crisis ma-níaco depresivas heredadas de su padre y en las que solía querer abdicar. La salud física y mental de Fer-nando VI se fue deteriorando de forma alarmante, sobre todo a partir de noviembre, y pronto perdió la cabeza quedando incapacitado para reinar.

El 1 de noviembre de 1758, don Fernando se negó a despachar más asuntos de gobierno y de-cidió permanecer encerrado en su aposento, por lo que desde entonces las intrigas desataron toda clase de reuniones, cruces de acusaciones, meca-nismos para mantener el poder o su apariencia, y disputas teológicas y médicas. Resultó necesaria la creación de un “Consejo Real” de carácter in-

formal o semioficial para dirigir a los secretarios de Estado, que fue llevado esencialmente por don Ricardo Wall, el Duque de Huéscar, el Conde de Valparaíso y el infante don Luis Antonio. La pe-sada maquinaria de la Monarquía se hallaba atas-cada en plena guerra de los Siete Años, una con-tienda internacional ante la que España continuaba adoptando una posición neutral.

El 10 de diciembre ocurrió algo insólito e ines-perado. Hallándose lúcido ante su mayordomo, don Joaquín Diego López de Zúñiga, duque de Béjar, el Conde de Valparaíso y el capellán José de Rada, hizo testamento verbal encargándoles que lo con-virtieran en pieza testamentaria.

En dicho testamento nombró heredero universal a su medio hermano el infante don Carlos, quien debería abdicar como Rey de las Dos Sicilias para serlo de España. Además, dispuso que doña Isabel de Farnesio fuera nombrada regente del Reino tras su fallecimiento hasta la llegada de su hijo don Carlos. Por último, ordenó que “después de mi fallecimiento mi cuerpo sea llevado con la mayor consideración y la menor pompa que mi estado real permita al Real Monasterio de la Visitación de Nuestra Señora fundado en Madrid, por mí y por la Reina difunta, mi muy amada mujer..., a fin que allí sea sepultado juntamente con el cuerpo de la misma Reina difunta o a su lado”; y añadió que se dieran cien mil misas por su alma con la mayor brevedad.

Retrato de la familia de Fernando VI. En él podemos apreciar, a la derecha del rey, al compositor, Scarlatti, y al cantante castrato, Farinelli.

En 1759, el Castillo de Villaviciosa de Odón se convirtió en escenario de la política internacional como consecuencia de las constantes presiones recibidas para alcanzar la alianza de España y la incertidumbre por el estado de su monarca. Todos estos sucesos hi-cieron que las potencias beligerantes ordenaran a sus embajadores el establecimiento de redes de información en la tranquila localidad de Villaviciosa. Así pues, es-pías al servicio de Francia y de Inglaterra establecie-ron allí su residencia, para informar a sus gobiernos de cualquier suceso o movimiento que ocurriera dentro o fuera de los muros del Castillo.

F i n a lmen t e , el 10 de agosto de 1759, poco después del decimotercero aniversario de su proclamación al tro-no (9-07-1746), y

un año después de la muerte de su esposa

(27-08-1759), le sobrevino el estertor de la muerte y en-tregó su alma a Dios a las cuatro y cuarto de la madru-gada en su aposento. En uno de los actuales despachos de la primera planta del Castillo, hoy sede del Archivo Histórico del Ejército del Aire, hay una placa en la que se indica donde murió el monarca hace 250 años.

Los restos de Fernando VI fueron depositados en la Iglesia de la Visitación del Convento de las Sa-lesas Reales junto a los de su esposa, fundadora del mismo, cumpliéndose así la voluntad de ambos. Años más tarde, Carlos III dispuso la construcción de dos mausoleos independientes, realizados por el arquitecto

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Sabatini y el escultor Gutiérrez. El de don Fernando, de mármoles exquisitos, fue ubicado al lado derecho del crucero de la iglesia de las Salesas Reales, y el de doña Bárbara, más sencillo, detrás del otro, justo en el coro bajo de las monjas. Además, el Monarca hizo colocar esta inscripción sobre el sepulcro:

Yace aquí el rey de las EspañasFernando VI, óptimo príncipe, que murió sin hijos, con una numerosa

prole de virtudes patrias

Guillermo Calleja LealUniversidad Antonio de Nebrija

Esta placa indica la fecha en la que falleció el monarca en uno de los aposentos del Castillo.

“

“

Sepulcro de Fernando VI en la Iglesia de la Visitación del Convento de las Salesas Reales.

Saluda

Queridos vecinos y amigos:

Un año más, es una satisfacción personal dirigirme a vosotros como concejal de Fiestas y Participación Ciu-dadana del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón.

Este año, al igual que años anteriores, me gustaría resaltar el esfuerzo que se ha llevado en la concepción de un programa lo más variado, interesante y atractivo posible para que pudie-ra satisfacer los gustos y exigencias de todos los vecinos.

En la organización de las fiestas 2009 nos hemos tenido que ceñir a un presu-puesto austero y muy contenido en los gastos, tal y como marca la actual situación económica. No obstante, este Ayuntamiento, y en concreto la concejalía de Fiestas, viene aplicando esta política de contención desde el inicio de la legislatura. Pese a ello, hemos suplido la menor cuantía presupuestaria aplicando mayores dosis de imaginación, trabajo y esfuerzo para organizar unas Fiestas Patronales de las que los villaodonenses podrán sentirse orgullosos.

Concluyo agradeciendo a las Hermandad del Santísimo Cristo del Milagro y a la de Nuestra Señora la Virgen de la Soledad, así como al Consejo Sectorial de Fiestas, su colaboración en la organización de nuestras fiestas patronales.

Miguel Ángel Ron FernándezConcejal de Festejos

AgradecimientosNuestro más sincero agradecimiento a todos aquellos que colaboran de manera desinte-resada en la organización de las fiestas como son el equipo de torileros, Enrique Prie-to, Enrique Ureta, Mariano Placer, Rafael Gamero, Urbaser y Hotel Quo Godoy. Además, también es obligado reconocer el trabajo que realizan el personal de Ser-vicios del Ayuntamiento, la Policía Local, Protección Civil, la Guardia Civil y las Peñas de la localidad. Igualmente, queremos dar las gracias a todos los anunciantes que han hecho posible la edición de este Programa de Fiestas.

Alcalde-PresidenteJosé Jover SanzConcejal de FestejosMiguel Ángel Ron FernándezConcejala de ComunicaciónTeresa Faba MartínCoordinaciónPilar Martínez-Fresneda Ortiz de SolórzanoJefa de Protocolo y R.R.I.I.Fernando Barbolla BarbollaMaría Navarro MenaGabinete de Comunicación Coordinador de FiestasFederico Crespo IglesiasDocumentación y textosGuillermo Calleja LealFotografíasGabinete de ComunicaciónArchivo Histórico del Ejército del Aire y Patrimonio Nacional EditaAyto. de Villaviciosa de OdónProducciónConsultores Gráficos, S.L.PublicidadAna Martín PadellanoDiseño y maquetaciónAgustín Aparicio CalotoImprimeGráficas Muriel, S.A.

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