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SALUD, ESTILOS DE VIDA Y CONDICIONES DE TRABAJO DE LOS MÉDICOS Y MÉDICAS DE CATALUÑA

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SALUD, ESTILOS DE VIDA Y CONDICIONES DE TRABAJO DE LOS MÉDICOS Y MÉDICAS DE CATALUÑA

Edita: Fundación GalateaAutoras: Centre d’Anàlisis i Programes Sanitaris (CAPS) Izabella Rohlfs Pilar Arrizabalaga Lucía Artazcoz Carme Borrell Mercè Fuentes Carme VallsCoordinación del trabajo de campo: Lucía Baranda

Depósito legal: B:D.L.3016-08

Informe editado en noviembre de 2007

3

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Presentación

A punto de celebrar el décimo aniversario del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo

(PAIME), podemos afirmar que la Fundación Galatea ha consolidado con éxito un modelo de asisten-

cia y rehabilitación para los profesionales de la medicina y de la salud que es ya un referente reconoci-

do en nuestro entorno inmediato, así como a nivel estatal y europeo. Teniendo en cuenta que la salud

de los profesionales es una condición necesaria para garantizar una buena calidad asistencial, la tarea

del PAIME resulta ya imprescindible.

Sin embargo, la experiencia de estos años también nos ha llevado a preguntarnos acerca de los factores

que pueden influir o determinar la salud o enfermedad de nuestro colectivo. Ello nos obliga, inevitable-

mente, a plantearnos la necesidad de profundizar en esta cuestión.

Siguiendo los pasos de otros programas que han sido pioneros en la atención al médico enfermo, especial-

mente los de EEUU, Canadá y Australia, la Fundación Galatea inició hace pocos años diversos programas

con el objetivo de promover la investigación, y las estrategias de actuación consiguientes, en el ámbito de

la prevención y promoción de la salud de médicos y médicas.

El estudio que ahora presentamos se enmarca dentro de lo que hemos llamado “programa sobre Salud,

Género y Ejercicio profesional”. Aunque este trabajo es un punto de partida en un campo de conoci-

miento que deberá consolidarse con posteriores investigaciones, estamos ante un hito destacado, ya que

disponemos por primera vez de datos cuantificados acerca de aspectos clave sobre la situación de la pro-

fesión. Este trabajo, además, es pionero en un enfoque que plantea medir la salud, los estilos de vida y las

condiciones laborales de médicos y médicas teniendo en cuenta muy especialmente una perspectiva de

género, que hemos considerado obligada por la creciente feminización de nuestro colectivo.

La salud y el bienestar del profesional sanitario son cuestiones muy importantes, como ya hemos dicho,

para garantizar una praxis de calidad, sin olvidar el hecho que médicos y médicas representamos un rol

ejemplar en la sociedad. Esperamos que los resultados que hoy les presentamos sirvan para avanzar con-

juntamente desde todos los estamentos relacionados con la profesión médica, en la senda de las acciones

que promuevan el bienestar y la salud de los que debemos de cuidar por la salud de los demás.

Quiero agradecer a las autoras la calidad y el rigor del trabajo realizado, y a los laboratorios MSD

(Merck-Sharp-Dohme) su mecenazgo; sin ellos este estudio no habría sido posible.

Dr. Jaume Padrós i Selma

Presidente de la Fundación Galatea

4

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

1. Introducción ............................................................................................................................................9

2. Antecedentes ............................................................................................................................................11

2.1. La morbimortalidad y las condiciones de trabajo ...................................................................................12

2.2. La salud percibida de los médicos y médicas ..........................................................................................12

2.3. Los estilos de vida de las médicas y los médicos .....................................................................................13

2.4. La utilización de los servicios sanitarios y medicamentos por parte de los médicos y médicas .................13

2.5. La salud reproductiva de las médicas .....................................................................................................14

3. Objetivos de la encuesta .........................................................................................................................16

3.1. Objetivo general ....................................................................................................................................16

3.2. Objetivos específicos .............................................................................................................................16

4. Metodología .............................................................................................................................................17

4.1. Universo estadístico y población de estudio ...........................................................................................17

4.2. Respuesta ..............................................................................................................................................17

4.3. La confidencialidad ...............................................................................................................................18

4.4. El cuestionario y el trabajo de campo ....................................................................................................18

4.5. Las variables compuestas .......................................................................................................................19

La estructura familiar .........................................................................................................................19

El entorno psicosocial del trabajo ..........................................................................................................19

La salud mental ..................................................................................................................................20

El Índice de Masa Corporal .................................................................................................................21

La actividad física ...............................................................................................................................21

El consumo de tabaco ..........................................................................................................................22

El consumo de alcohol .........................................................................................................................22

4.6. Análisis .................................................................................................................................................23

4.7. Estructura del informe de resultados ......................................................................................................23

5. Principales resultados ............................................................................................................................25

5.1. Las características sociodemográficas......................................................................................................25

La distribución por edad, sexo y lugar de nacimiento .............................................................................25

La distribución según especialidades .....................................................................................................26

5.2. La situación laboral y la actividad profesional ........................................................................................27

Número de trabajos y sector de actividad ..............................................................................................27

El principal centro de ejercicio de la actividad profesional ......................................................................28

La antigüedad y el tipo de contrato .......................................................................................................30

Los cargos de mando ............................................................................................................................30

La jornada de trabajo y las horas trabajadas .........................................................................................32

El entorno psicosocial del trabajo ..........................................................................................................34

La insatisfacción laboral ......................................................................................................................38

Índice

5

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

5.3. El ámbito doméstico y familiar ..............................................................................................................40

La estructura de convivencia del hogar..................................................................................................40

La distribución de los trabajos domésticos y el cuidado de las personas dependientes ..................................41

El uso del tiempo .................................................................................................................................42

La satisfacción con las diferentes esferas de la vida .................................................................................44

5.4. El estado de salud ..................................................................................................................................44

El estado de salud percibido .................................................................................................................44

Los trastornos crónicos .........................................................................................................................46

El sobrepeso y la obesidad .....................................................................................................................48

La salud mental ..................................................................................................................................49

El dolor y el cansancio .........................................................................................................................51

5.5. Las conductas o estilos de vida relacionados con la salud .......................................................................53

La actividad física ...............................................................................................................................54

El consumo de tabaco ..........................................................................................................................56

El consumo de alcohol .........................................................................................................................58

Las horas de sueño ...............................................................................................................................59

5.6. El uso de servicios sanitarios y medicamentos y las prácticas preventivas ................................................62

Comportamiento ante un problema de salud .........................................................................................62

Tener médico/ca de cabecera e historia clínica abierta ............................................................................64

Ingresos y adscripción del hospital de ingreso ..........................................................................................65

Consumo de fármacos ..........................................................................................................................66

Las prácticas preventivas: vacuna de la gripe, revisión periódica de la tensión arterial y del colesterol ........70

5.7. La salud reproductiva de las médicas .....................................................................................................73

Las prácticas preventivas ......................................................................................................................73

La situación de la menstruación y los síntomas premenstruales ................................................................74

Los embarazos .....................................................................................................................................76

6. Apuntes finales y conclusiones ............................................................................................................78

Las características sociodemográficas, la situación laboral y la actividad profesional .................................78

El ámbito doméstico y familiar ............................................................................................................79

El estado de salud ................................................................................................................................80

Las conductas o estilos de vida relacionados con la salud .........................................................................81

El uso de servicios sanitarios y medicamentos y las prácticas preventivas...................................................81

La salud reproductiva de las médicas ....................................................................................................83

7. Bibliografía ...............................................................................................................................................84

6

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Tabla 1. Escalas de riesgo psicosocial .....................................................................................................................................20

Tabla 2. Comparación de las condiciones de trabajo de las médicas y médicos con la población ocupada catalana ................34

Tabla 3. Comparación del estado de salud percibido y la morbididad con población ocupada y clase social I ........................50

Tabla 4. Comparación con población ocupada y clase social I de conductas o estilos de vida relacionados con la salud .........61

Tabla 5. Comparación del consumo de medicamentos (prescritos o iniciativa propia) con la población ocupada

y clase social I ..........................................................................................................................................................69

Tabla 6. Comparación de las prácticas preventivas con población ocupada y clase social I ....................................................72

Tabla 7. Comparación de las prácticas preventivas con población ocupada y clase social I .....................................................74

Figura 1. Pirámide de edad según el sexo ..............................................................................................................................25

Figura 2. Distribución según las especialidades més frecuentes en las mujeres .......................................................................26

Figura 3. Distribución según las especialidades més frecuentes en los hombres .....................................................................27

Figura 4. Distribución según el número de trabajos remunerados actuales (mujeres) ............................................................27

Figura 5. Distribución según el número de trabajos remunerados actuales (hombres) ...........................................................28

Figura 6. Distribución según sector de actividad y sexo ........................................................................................................28

Figura 7. Distribución según centro de trabajo y sexo...........................................................................................................29

Figura 8. Prevalencia de profesionales con más de un trabajo según centro de trabajo y sexo ................................................29

Figura 9. Distribución según tipo de contrato y sexo ............................................................................................................30

Figura 10. Prevalencia de ocupación de cargos de confianza según centro de trabajo y sexo ..................................................31

Figura 11. Ditribución según sexo del jefe inmediato en hombres y en mujeres ....................................................................31

Figura 12. Distribución según jornada de trabajo y sexo .......................................................................................................32

Figura 13. Distribución de las horas semanales de trabajo remunerado para hombres y mujeres

que hacen guardias según edad .............................................................................................................................33

Figura 14. Número de horas de trabajo remunerado semanal según centro de trabajo y sexo ................................................33

Figura 15. Factores de riesgo psicosocial según sexo ...............................................................................................................36

Figura 16. Apoyo de los superiores según centro de trabajo y sexo........................................................................................36

Figura 17. Exigencias psicológicas según centro de trabajo y sexo ..........................................................................................37

Figura 18. Control sobre el trabajo según centro de trabajo y sexo ........................................................................................37

Figura 19. Apoyo de los compañeros según centro de trabajo y sexo .....................................................................................38

Figura 20. Participación en las decisiones de la unidad según centro de trabajo y sexo ..........................................................38

Figura 21. Insatisfacción con las condiciones de trabajo según centro de trabajo y sexo .........................................................39

Figura 22. Prevalencia de insatisfacción con las condiciones de trabajo según el tipo de relación laboral y el sexo .................39

Figura 23. Distribución según sexo de la estructura de convivencia del hogar .......................................................................40

Figura 24. Edad según la estructura de convivencia del hogar y sexo .....................................................................................41

Figura 25. Distribución según sexo de las principales personas responsables del cuidado de los menores de 15 años

en personas que viven en pareja ............................................................................................................................41

Índice de tablas

Índice de figuras

7

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Figura 26. Distribución según sexo de las principales personas responsables de las tareas domésticas

en personas que viven en pareja ...........................................................................................................................42

Figura 27. Horas de trabajo doméstico según la estructura de convivencia del hogar y sexo ..................................................43

Figura 28. Horas de trabajo remunerado según la estructura de convivencia del hogar y sexo ...............................................43

Figura 29. Distribución de la disponibilidad de tiempo para las aficiones o para descansar tranquilamente

en la última semana según sexo ...........................................................................................................................44

Figura 30. Prevalencia de insatisfacción con los diferentes aspectos de la vida según el sexo ..................................................44

Figura 31. Distribución del estado de salud percibido según sexo ..........................................................................................45

Figura 32. Prevalencia de trastornos crónicos según el sexo ...................................................................................................47

Figura 33. Prevalencias de trastornos crónicos según sexo y edad ...........................................................................................48

Figura 34. Distribución según el índice de masa corporal según sexo ....................................................................................49

Figura 35. Prevalencia de sufrimiento psicológico según insatisfacción con diferentes aspectos de la vida y sexo ....................50

Figura 36. Nivel de dolor según la estructura de convivencia en el hogar y sexo ....................................................................51

Figura 37. Nivel de cansancio según centro de trabajo y sexo ................................................................................................52

Figura 38. Distribución del número de minutos semanales dedicados a la actividad física en el tiempo

de ocio según sexo (deporte + caminar) ...............................................................................................................55

Figura 39. No realización de deporte durante el tiempo de ocio según la estructura de convivencia en el hogar y sexo ..........56

Figura 40. Distribución del consumo de tabaco según sexo ..................................................................................................57

Figura 41. Distribución del consumo de alcohol según sexo ..................................................................................................59

Figura 42. Distribución de las horas de sueño según la estructura del hogar y sexo ...............................................................61

Figura 43. Distribución de las respuestas a la pregunta: - Cuando tiene un problema de salud que considera importante,

¿acostumbra a pedir consejo a uno o a diversos colegas?- según sexo ....................................................................63

Figura 44. Distribución según la respuesta a la pregunta - Cuando tiene un problema de salud, ¿pide consejo a colegas?,

según centro de trabajo (hombres).......................................................................................................................63

Figura 45. Distribución de las respuestas a la pregunta: - La última vez que se ha encontrado mal, ¿a quién ha

recurrido?- según sexo .........................................................................................................................................64

Figura 46. Prevalencias de tener médico/médica de cabecera y haber estado ingresado en un hospital durante

el último año según sexo (excepto partos) ............................................................................................................64

Figura 47. Distribución del motivo de ingreso según sexo (% sobre ingresados) ...................................................................66

Figura 48. Distribución según la adscripción del centro del último ingreso (mujeres) ...........................................................66

Figura 49. Prevalencias de consumo de fármacos en las últimas dos semanas (hombres) .......................................................67

Figura 50. Prevalencias de consumo de fármacos en las últimas dos semanas (mujeres) .........................................................67

Figura 51. Distribución del consumo de psicofármacos según sexo ........................................................................................68

Figura 52. Utilización de psicofármacos según la estructura de convivencia en el hogar y sexo ..............................................68

Figura 53. Prevalencia de la vacunación de la gripe cada otoño y control periódico (menos de 2 años) de la tensión

arterial y del nivel de colesterol en sangre ............................................................................................................70

Figura 54. Distribución de la vacunación de la gripe cada otoño según centro de trabajo y sexo ...........................................71

Figura 55. Control periódico del colesterol (menos de 2 años) según edad y sexo ..................................................................72

Figura 56. Distribución según el método anticonceptivo utilizado de manera regular entre las mujeres que tienen

la menstruación ...................................................................................................................................................73

Figura 57. Distribución según la situación en relación con la menstruación ..........................................................................74

Figura 58. Prevalencia de síntomas premenstruales en mujeres que tienen la menstruación según centro de trabajo ..............75

Figura 59. Distribución según el número de embarazos ........................................................................................................76

Figura 60. Distribución según el número de partos prematuros entre las mujeres que han estado embarazadas alguna vez ...76

Figura 61. Prevalencia de complicaciones obstétricas en mujeres que han estado embarazadas según centro de trabajo ..........77

9

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

1. Introducción

La medicina es una profesión con un fuerte compromiso social que, frecuentemente, conlleva una gran

implicación en el trabajo, pero también se sabe que los y las profesionales de la medicina están, cada día

más, sometidos/as a presiones de diverso origen (usuarios, organizaciones en las que trabajan, aspectos

académicos...) que pueden dificultar el mantenimiento de las condiciones necesarias para un desarrollo

saludable de su tarea. El PAIME (Programa de Atención Integral al Médico Enfermo) se creó para

atender a los médicos y médicas que ya están enfermos/as y no reciben una asistencia adecuada. Durante

estos años de funcionamiento del PAIME ha quedado claro que es necesario estudiar mejor los factores

de riesgo y los grupos de profesionales sometidos a mayor peligro, y prevenir la aparición del síndrome

de desgaste profesional (Burn-out) y del estrés patológico. Todo esto con el fin de detectar, tan pronto

como sea posible, la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad, sufrimiento mental o conducta

adictiva en los profesionales, para que así reciban el tratamiento adecuado. La salud de los profesionales

sanitarios, relacionada con la calidad de los servicios asistenciales y con el funcionamiento de las institu-

ciones sanitarias, son cuestiones que están irrumpiendo con gran fuerza en el ámbito de los sistemas sani-

tarios de los países más avanzados. En los países latinos, aparte de la experiencia del PAIME, parece que

el problema no exista, a pesar de las múltiples situaciones que se viven en el funcionamiento cotidiano de

los centros sanitarios y que quedan reflejadas en la prensa especializada y general.

Excepto en el ámbito anglosajón, faltan investigaciones que estudien la relación de las condiciones de vida

y trabajo con la salud de médicos y médicas, que establezcan comparaciones según el sexo y estudien las

posibles desigualdades (perspectiva de género). Con esta perspectiva se tienen en cuenta, además de los

efectos de la carga laboral y profesional, los derivados de los trabajos domésticos y el cuidado de la familia,

se averiguan las diferencias y desigualdades entre médicos y médicas en la distribución de estas tareas y se

analizan cuáles con sus efectos en su salud y calidad de vida.

En el año 2004 el Colegio de Médicos de Barcelona publicó un estudio sobre los médicos de Barcelona (Ro-

dríguez J.A. y Bosch J.L.C., 2004) y, dado que más del 75% de los médicos y médicas de Cataluña pertenecen

a la circunscripción de Barcelona, en líneas generales algunos de los resultados de este estudio pueden ser

extrapolados al colectivo médico de toda Cataluña. De este estudio hay que destacar los datos que reflejan la

juventud de estos profesionales, y una feminización progresiva de la profesión médica que augura, si conti-

nuan las tendencias actuales, un escenario para los próximos años en el que las doctoras serán mayoría.

10

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Saber si hay diferencias y desigualdades de salud entre doctores y doctoras, y qué relación tienen los

problemas de salud que presentan con sus condiciones de vida y trabajo es necesario para desarrollar

estratégias de promoción y prevención de la salud entre estos profesionales.

Es un hecho conocido que los profesionales de la medicina, cuando sufren problemas de salud, se com-

portan de una manera diferente de la que recomiendan a sus pacientes. En general, sus comportamientos

y actitudes son contradictorios, tanto cuando son pacientes, como cuando hacen de terapeutas de mé-

dicos enfermos. La reacción más característica es la negación o minimización de su problema de salud

o, frecuentemente, la ocultación, como si tener un problema de salud fuese una debilidad, una vulnera-

bilidad imposible de asumir. Otra característica destacable es que les resulta muy difícil establecer una

relación médico paciente normal y seguir el proceso habitual: cita programada en la agenda, espera previa

a la consulta, pruebas diagnósticas siguiendo los protocolos, historia clínica abierta y actualizada, etc. Les

resulta especialmente difícil seguir las indicaciones terapéuticas que se les prescriben.

Cuando el problema de salud es mental y/o adictivo, la ocultación es casi sistemática, y es posible que si

continúan ejerciendo puedan poner en riesgo la salud de sus pacientes.

La Fundación Galatea se creó para tratar de modificar la situación de falta de datos y programas específi-

cos para los médicos y médicas. Su proposito es estudiar los problemas de salud mental de los profesiona-

les sanitarios, los factores de riesgo que desencadenan estos problemas y desarrollar todas las actuaciones

posibles, dentro de su ámbito y posibilidades, que generen el bienestar de estos profesionales y la preven-

ción y curación de sus enfermedades.

El objetivo de este informe es presentar los principales resultados de la encuesta “Salud, estilos de vida y

condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña”, promovida y comisionada por la Funda-

ción Galatea y realizada por un equipo de investigadores del Centro de Análisis y Programas Sanitarios

de Barcelona (CAPS).

En primer lugar se revisa la literatura sobre el tema. Posteriormente se describen los objetivos, métodos y

resultados. Finalmente se hacen unos apuntes sobre las principales conclusiones del estudio.

11

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

2. Antecedentes

El interés por conocer el estado de salud de los profesionales sanitarios, principalmente médicos y mé-

dicas y enfermeras profesionales, ha propiciado algunos estudios, sobre todo en los países anglosajones

y del norte de Europa, aunque la bibliografía sobre el tema no es tan extensa como se pensaba en un

principio. Una de las primeras limitaciones al realizar una búsqueda bibliográfica sobre la salud de mé-

dicos y médicas es la dificultad de escoger las palabras clave en el Medical Subject Headings (MeSH). Si

introducimos médicos (MeSH “doctor” o “physician” o “physician role”) y salud (“health”), la gran mayoría

de artículos resultantes de la búsqueda tratarán sobre la actuación profesional y minoritariamente sobre

aspectos de la salud de los propios profesionales. A pesar de refinar más la búsqueda, este solapamiento

de temas persiste. En el MeSH (Medical Subject Headings) no se ha encontrado un término que permita

seleccionar bibliografía específica sobre salud, bienestar, estilos de vida y utilización de servicios de salud

de los propios médicos y médicas

Los primeros estudios sobre la salud de los médicos provienen de los EEUU y se realizaron en la segunda

mitad de los años 70. Estos estudios trataban específicamente el consumo abusivo de alcohol y/o drogas

por parte de los médicos. Posteriormente, a lo largo de los 80, se añadieron los trastornos mentales. Hacia

los 90, sin abandonar la preocupación por las psicopatologías de los médicos, se comenzó a hablar de la

salud en general de los médicos y de su percepción. Más o menos por esta época también comenzaron

los estudios sobre el Burn-out y el estrés. Actualmente, el ámbito de interés anglosajón está mucho más

centrado en el bienestar de los profesionales, sus estilos de vida y sus condiciones de trabajo, así como en

las repercusiones que pueden originar estos factores en la calidad de los servicios sanitarios.

La mayoría de estos estudios y reflexiones han surgido del mundo anglosajón, sobre todo de los EEUU

y, posteriormente, de Canadá, Australia y Nueva Zelanda. En Europa los países nórdicos han trabajado

más que nadie, y los británicos, desde los 90, han estado muy centrados en los temas de estrés y alcohol.

En nuestro entorno europeo y latino no existen estudios sobre el estado de salud de los médicos y muy

pocos sobre la percepción que ellos mismos tienen de su propia salud.

12

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

2.1. La morbimortalidad y las condiciones de trabajo

Entre los años 40 y 70 del siglo pasado, los pocos estudios epidemiológicos efectuados mostraron una

disminución progresiva de la mortalidad entre los profesionales de la medicina en compración con la

población general en los países del norte de Europa (Hörte L.G. y cols., 1987). Por el contrario, la tasa de

suicidios entre los médicos fue muy superior a la de la población general, hecho que ha sido confirmado

claramente por diversos estudios posteriores (Lindeman S. y cols., 1996; Aasland O.G., Ekeberg O.,

Schweder T., 2001).

Diversos estudios han analizado la relación entre la morbididad y la mortalidad entre los médicos y mé-

dicas y determinadas condiciones de vida y trabajo. Hay que destacar los estudios sobre el entorno psico-

social del trabajo, el estrés, el desgaste emocional y la depresión (Firth-Cozens J., 2001; McManus I.C.,

Winder B.C. y Gordon D., 2002). Los trabajos más recientes informan de un incremento progresivo de

la insatisfacción de los profesionales en su práctica médica que se ha producido en los últimos años. En

los años 70 menos de un 15% de los médicos refería insatisfacción laboral, a partir de los años 80 ya lo

verbalizaba más de un tercio y en el año 2001 lo manifestaba un 58% del colectivo médico estudiado por

Zuger y colaboradores (Zuger A., 2004). Algunos estudios apuntan a que los médicos traducen la insatis-

facción en síntomas somáticos, mientras que las médicas la traducen en desgaste psíquico (Bergman B.,

Ahmad F. y Stewart D.E., 2003).

Los resultados de un estudio realizado en Mallorca entre médicos de familia indican que más de una

cuarta parte de los médicos encuestados presentaban sufrimiento psíquico de acuerdo con el cuestionario

GHQ 28. Según este mismo estudio, la satisfacción laboral es un elemento clave en la protección de la

salud mental y del desgaste profesional (Esteva M., Larraz C. y Jiménez F., 2006).

Asimismo, algunos estudios recientes han demostrado que la salud de las médicas es especialmente sen-

sible al entorno psicosocial negativo del trabajo (Stewart D.E. y col., 2000; Linzer M. y col., 2002). Las

médicas tienen un 60% más de probabilidades que los médicos de presentar signos y síntomas de desgaste

psíquico y de pérdida de motivación profesional o burn-out. El riesgo relativo de burn-out se incrementa

del 12% al 15% por cada 5 horas adicionales que se trabajen a la semana, por encima de las 40 horas

(McMurray y cols., 2000).

2.2. La salud percibida de los médicos y médicas

En Finlandia, en el año 1997, se realizó una encuesta postal a una tercera parte de los médicos y médicas

colegiados menores de 66 años y que estuviesen en activo en la profesión, obteniendo un 74% de respues-

tas (3.313 profesionales). Se estudió el estado de salud percibido, los trastornos crónicos y la utilización de

servicios sanitarios. A la vez, estos datos se compararon con los datos obtenidos en la encuesta realizada por

13

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

la Encuesta Nacional de Salud de Finlandia de la población ocupada. En general, los resultados indicaron

que las médicas tenían un mejor estado de salud percibido que las mujeres ocupadas de la población gene-

ral, pero que utilizaban más los servicios sanitarios y acumulaban más días de baja que sus colegas hombres.

En cambio, los médicos usaban menos los servicios de salud que la población general, y se autotrataban y

medicaban en una proporción más alta que las médicas. También se mostró que los médicos reportaban

más trastornos crónicos que los hombres ocupados de la población general. Éste es el estudio que más se

acerca a la metodología usada en el estudio que se presenta en este informe (Toyry S. y cols., 2000).

2.3. Los estilos de vida de las médicas y los médicos

Diversos estudios han mostrado que los médicos y médicas tienen estilos de vida más saludables y tasas de

mortalidad más bajas que la población general, incluso cuando se los compara con personas de su misma

posición socioeconómica. Este hecho está especialmente bien documentado en lo referente al consumo

de tabaco. El estudio de la salud de las médicas de los EEUU (Women Physician’s health Study), por

ejemplo, ha mostrado que sólo un 4% de las médicas fumaban, mientras que lo hacían un 8% de las

mujeres de su misma clase social y un 25% de las mujeres de la población general (Frank E. y cols., 1998;

Frank E., 2004). Además, las conductas de los médicos relacionadas con la salud parecen afectar a las

actitudes de los pacientes y su motivación por cambiar su estilo de vida. En 1984 se publicó un estudio

marco en este sentido, que puso de manifiesto que los consejos médicos dados a los pacientes reflejaban

en gran medida las creencias y comportamientos relacionados con la salud de los propios profesionales

(Wells K.B., Lewis C.B. y Ware J.E., 1984). En un estudio realizado en Palo Alto (California) se halló

que un 96% de los médicos y un 82% de las médicas hacían ejercicio físico regularmente, hecho que

contrasta con el descubrimiento de que un 48% de los médicos y un 32% de las médicas tenía sobrepeso

(Bortz W.M. II, 1992). Este mismo estudio encontró un porcentaje de fumadores del 2%.

Un artículo publicado recientemente (Sebo P. y cols., 2007) señala el espectacular descenso que ha habido

del tabaquismo en médicos y médicas de atención primaria en Suiza, e indica que actualmente un 12%

son fumadores, mientras que en la población general este porcentaje es de un 30%. Llama la atención

el alto porcentage de consumo de riesgo de alcohol entre los profesionales (30% de acuerdo con el cues-

tionario AUDIT). De acuerdo con este mismo cuestionario (AUDIT), un 6% de los médicos y médicas

encuestados, en un estudio realizado en 2003 en California, eran bebedores de riesgo (Reinhardt T. y

cols., 2005). En nuestro entorno no se ha encontrado ningún estudio sobre el consumo de alcohol entre

médicos y médicas.

14

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Es bien conocida la paradoja de que los profesionales de la medicina no tienen el mismo cuidado de su

propia salud que de la de sus pacientes. La importancia de la salud de los médicos y médicas, tanto la

física como la relacionada con el equilibrio psicológico y afectivo, es fundamental para poder ofrecer a los

ciudadanos una atención de calidad y evitar los errores médicos.

La mayoría de los estudios consultados sobre la utilización de servicios de salud por parte de médicos y

médicas ponen de manifiesto que estos profesionales utilizan menos los servicios sanitarios formales que

la población general. La opción más frecuente es la consulta informal a los compañeros o personas del

trabajo y la autoprescripción (Forsythe M., Calnan M. y Wall B., 1999; Bruguera y cols., 2001; Davidson

S. y Schattner P., 2003; Kay M., Mitchell G. y Del Mar C., 2004; Töyry S. y cols.; Hem E. y cols., 2005).

En nuestro entorno, un estudio promovido por el Colegio de Médicos de Barcelona en el año 2000 (Bru-

guera et al, 2001) mostró que un alto porcentage de médicos no tenía una historia clínica abierta (48%),

un 47% no realizaba las revisiones de salud periódicas que ofrecía el centro de trabajo, y más de la mitad

(52%) no seguía las instrucciones del profesional que había consultado; otro resultado impactante es que

un 82% se automedicaba. Este estudio señala en sus conclusiones que: “una elevada proporción de médicos

adopta actitudes inadecuadas en relación con el cuidado de su salud, lo que hace recomendable una reflexión

en la propia profesión sobre la necesidad de cambiar estos comportamientos”.

Respecto a la autoprescripción, los resultados de un estudio realizado en Noruega subrayan que el 90% de

los médicos que ha utilizado medicación que requiere prescripción se ha autorecetado. Los medicamentos

utilizados con más frecuencia han sido los antibióticos (71-81%), los analgésicos (18-21%) y los hipnóti-

cos (9-12%) (Hem et al, 2005). Töyry y col. (2004), a partir de los resultados de un estudio longitudinal

realizado en Finlandia entre 1986 y 1997 señalan: “resulta preocupante la alta proporción de médicos que

tratan sus propias enfermedades, especialmente los trastornos mentales, con medicamentos autorecetados. Ade-

más, llama la atención el alto porcentage de automedicación para enfermedades crónicas, que exigen, no sólo

medicación, sino también un cambio de estilo de vida y un control de las complicaciones”.

2.5. La salud reproductiva de las médicas

Desde hace más de treinta años se ha estado informando en la literatura médica de un incremento de los

problemas obstétricos entre las médicas. En un estudio en el que se comparan médicas y población gene-

ral, las primeras tenían un riesgo relativo (RR) de 1,86 de presentar complicaciones durante el embarazo

o el parto. Las médicas tenían un RR de 4,0 de contracciones prematuras y un RR de 2,33 de tener un

prematuro, más alto que las mujeres no médicas. También se observó un incremento de los exámenes con

ecografías entre las médicas (Miller N.H., Katz V.L. y Cefalo R.C., 1989).

2.4. La utilización de los servicios sanitariosy medicamentos por parte de los médicos y médicas

15

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Otro estudio descubrió que el 43% de las médicas que se quedaban embarazadas durante el programa

de formación como residentes presentaban complicaciones médicas, así como una incidencia de hiper-

tensión (12%) más elevada que la de la población general (5%), y esto con una incidencia igual en tres

especialidades (Obstetricia-ginecología, psiquiatría y cirugía) (Phelan S.T., 1988).

Diferentes estudios han relacionado el trabajo de las mujeres en el área quirúrgica con una mayor presen-

cia de abortos espontáneos, malformaciones congénitas y esterilidad. En un estudio realizado en Ingla-

terra entre 5.700 mujeres médicas se demostró que las que trabajan en el área de anestesia tenían recien

nacidos de bajo peso, más frecuencia de mortalidad neonatal y recien nacidos con más malformaciones

congénitas del sistema cardiovascular que otras mujeres médicas. Se sospecha que los gases anestésicos son

la posible etiología (Pharoah P.O. y cols., 1977).

16

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

3. Objetivos de la encuesta

Proporcionar información respecto a la salud, los hábitos y conductas relacionados con la salud, la utili-

zación de los servicios sanitarios y medicamentos, y los trabajos (remunerado y doméstico) de médicos

y médicas de Cataluña, para la planificación de acciones de prevención y promoción de la salud de estos

profesionales, así como para profundizar en el conocimiento de las similitudes, diferencias y desigualda-

des en la salud de médicos y médicas (perspectiva de género).

3.1. Objetivo general

Conocer las características sociodemográficas, las condiciones de trabajo y del entorno extralaboral (con-

vivencia, distribución de los trabajos domésticos, cuidado de las personas dependientes y disponibilidad

de ayuda) de las médicas y los médicos catalanes.

Describir la salud percibida de las médicas y los médicos catalanes y analizar su relación con la edad, la

estructura de convivencia del hogar y el principal centro de trabajo.

Describir hábitos y conductas relacionados con la salud de las médicas y los médicos catalanes y descubrir

su relación con la edad, la estructura de convivencia del hogar y el principal centro de trabajo.

Describir la utilización de servicios sanitarios y el consumo de medicamentos de los médicos y médicas catala-

nes y conocer su relación con la edad, la estructura de convivencia del hogar y el principal centro de trabajo.

Hacer un análisis comparativo de todos los ámbitos estudiados según sexo y, siempre que sea posible, con

perspectiva de género.

Comparar algunos de los principales resultados con los de la población ocupada de Cataluña del mismo ran-

go de edad y también con la población ocupada del mismo rango de edad y la misma clase social (CS I).

3.2. Objetivos específicos

17

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

4. Metodología

La Encuesta de Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña se

ha dirigido a todos los médicos y médicas colegiados en los Colegios de Médicos de Cataluña (Barcelo-

na, Girona, Lleida y Tarragona) que se encuentran en activo (entre 30 y 55 años) y que desarrollan su

actividad profesional en la atención a los pacientes. En este sentido se excluyen los colegiados/as que se

encuentran en excendencia o que se dedican exclusivamente a tareas de gestión, formación o investiga-

ción. La muestra que se diseñó preveía la obtención de 800 cuestionarios. Finalmente se han analizado

762 válidos, es decir, un 95,3% de la muestra prevista. Esta muestra es representativa del colectivo de

médicos y médicas de Cataluña (según los criterios especificados más arriba) y consigue un margen de

error del ±3,55% sobre el total. La selección de los efectivos a entrevistar se ha hecho de manera aleatoria

y probabilística a partir de listados ciegos (sin datos de identificación) de las personas, facilitados por los

colegios correspondientes. La distribución interna de los efectivos es proporcional a las características del

universo en base a las variables control de sexo, edad, territorio y especialidad.

4.1. Universo estadístico y población de estudio

La respuesta se situa en un 31,5%: sólo una de cada 3 personas que han recibido el cuestionario lo ha devuelto

rellenado. Ha habido que enviar 2.400 cuestionarios para conseguir la muestra prevista. Hay que decir que

esta respuesta se puede considerar elevada en encuestas por correo, más aún si tenemos en cuenta que el cues-

tionario es relativamente largo y que se dirige a un colectivo con poca disponibilidad de tiempo.

De hecho, una gran parte de la respuesta ha sido posible gracias al seguimiento telefónico realizado, que

ha sido bastante exhaustivo. Así, si calculamos el porcentage de respuesta entre personas a las que no se ha

llamado, porque no se disponía de un teléfono de contacto, ésta se situa en un 14,4%, lo que nos indica

que las llamadas recordatorias han más que duplicado la respuesta. No se observan diferencias entre los

que han contestado el cuestionario y las no respuestas. Hay que decir que el propio diseño de la encuesta

ya preveía la sustitución de las no respuestas por personas con las mismas características.

4.2. Respuesta

18

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Para más detalles sobre el diseño y el control de la representatividad muestral, y sobre el desarrollo del

trabajo de campo, se puede solicitar más información a la Fundación Galatea.

Uno de los elementos de la encuesta que más ha preocupado a la hora de diseñarla y plantear el sistema

de recogida de información ha sido garantizar la confidencialidad de las respuestas, en tanto que son

necesarias para la investigación pero pertenecen a ámbitos privados. En este sentido hay que decir que,

aunque se ha recurrido al uso de datos de identificación, este uso se ha restringido a los procesos en que

era absolutamente necesario, por ejemplo el envio de cartas y cuestionarios, y el seguimiento telefónico

para incentivar respuestas. Como hemos visto la extracción de la muestra se ha realizado a partir de lis-

tados ciegos, en los que no aparecía ningún dato personal, y se ha establecido una operativa de trabajo

de campo en la que el nombre de la persona que contesta (y el resto de datos identificativos) no se podía

poner en relación con la información procedente del cuestionario.

De acuerdo con un riguroso seguimiento de las normas éticas y de protección de datos, la base de datos

con los resultados de la encuesta no incorpora ningún dato que permita identificar a la persona que ha

respondido (incluso los municipios de residencia pequeños han sido agrupados y codificados), y ni siguiera

los Colegios de Médicos o la Fundación Galatea pueden tener conocimiento de quién ha contestado qué.

4.3. La confidencialidad

La encuesta, autoadministrada en base a un cuestionario precodificado de 86 preguntas, ha sido realizada

por correo con un seguimiento telefónico (hasta 7 llamadas por cuestionario) destinado a favorecer y

estimular la respuesta. El trabajo de campo, envio y recepción de cuestionarios se han realizado entre

diciembre de 2005 y abril de 2006.

Los ámbitos principales de estudio han incluido: los hábitos y comportamientos relacionados con la

salud; la percepción de la salud propia; la calidad de vida percibida; los trastornos de la salud; la utili-

zación de los servicios sanitarios y el consumo de medicamentos; la satisfacción en diversas esferas de

la vida; la situación laboral y profesional; y la estructura familiar y doméstica. En el caso de las médicas

se han estudiado también diversos aspectos de la salud reproductiva. El cuestionario se ha diseñado de

manera que permitiese la comparación con la Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA) del año 2002

(Servicio Catalán de la Salud 2003).

4.4. El cuestionario y el trabajo de campo

19

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Los cuestionarios recibidos han sido codificados y gravados informáticamente para ser trabajados con el

programa de tratamiento estadístico SPSS.

La base de datos resultante contiene 209 variables directas del cuestionario, a las que hay que añadir otras

que han sido agrupadas o generadas a partir de las anteriores. Sin entrar a comentar las variables agrupa-

das de manera estándar (edad, número de horas, etc.), que se encuentran convenientemente etiquetadas

a lo largo del informe, definiremos las principales variables generadas, que son:

La estructura familiar

Variable generada a partir de la información sobre el número de personas que conviven en el hogar con

las personas entrevistadas, y su parentesco. La estructura del hogar se clasifica como:

Unipersonal: cuando la persona vive sola. »Vive en pareja: cuando la persona vive con su pareja (sin hijos). »Vive con pareja e hijos: cuando la persona vive con su pareja y los hijos de ambos o de alguno de los »miembros de la pareja.

Monoparental/monomarental: cuando la persona vive con hijos y sin pareja. »Otros tipos de hogar: cuando la persona vive con otras personas más del nucleo familiar correspon- »diente, sean familiares o no. En esta categoría también se ha incluido pareja y otras personas, pareja

e hijos y otras personas, y hogares monoparentales con otras personas. La mayoría de las personas

incluidas en esta categoría viven en familias compuestas por pareja, hijos y otras personas (n=37, 45%

de la categoría “Otros tipos de hogar”).

El entorno psicosocial del trabajo

Éste ha sido medido mediante una adaptación del “Job Content Questionnaire” (Karasek R.A., Pieper C. y

Schwartz J., 1993; Escribà-Agüir V., Más-Pons R. y Flores Reus E., 2001) que mide las exigencias psicoló-

gicas, el control, el apoyo y las compensaciones del trabajo. Los factores de riesgo psicosocial son de natu-

raleza abstracta, por lo que no se miden con una sola pregunta sino con una batería de ítems –escalas– rela-

cionados con el concepto de interés (Tabla 1). La puntuación máxima de cada ítem es 4 (exceptuando las

exigencias psicológicas, en que a mayor puntuación hay menor riesgo psicosocial). Para obtener el índice

de riesgo psicosocial las respuestas a estos ítems han sido codificadas considerando las medias de las cinco

dimensiones estudiadas: el apoyo de los superiores, las exigencias psicológicas, el control, el apoyo de los

compañeros/as y la participación. Las respuestas obedecían a una escala de Likert que variaba de 1: muy

de acuerdo, a 4: muy en desacuerdo. Exceptuando la dimensión de exigencias psicológicas, las preguntas

4.5. Las variables compuestas

20

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

negativas han sido recodificadas. Los resultados van del 1 (ausencia de exposición) hasta el 4 (máxima

exposición). Se ha calculado la consistencia interna de las escalas con el coeficiente alfa de Cronbach que,

a excepción del ítem de control sobre el trabajo (alfa de Cronbach = 0,577), ha sido siempre superior a 0,7

(Cronbach L.J., 1951).

En la Tabla 1 se muestran las difentes escalas y su consistencia interna medida con el coeficiente alfa de

Cronbach.

Tabla 1: Escalas de riesgo psicosocial

Dimensión Ítems

Apoyo de los/las superiores(alfa de Cronbach =0,828)

A mi jefe o jefa le preocupa el bienestar de los que trabajan con él/ella

Mi jefe/jefa presta atención a lo que le digo

Mi jefe/jefa es hostil o conflictivo/a conmigo

Mi jefe/jefa consigue que la gente trabaje en equipo

Exigencias psicológicas (alfa de Cronbach =0,703)

Tengo que trabajar mucho

En mi trabajo me piden a menudo que haga cosas incompatibles

Mi trabajo requiere que me concentre durante mucho rato en lo que estoy haciendo

A menudo me interrumpen en el trabajo, y por ello debo reempren-derlo más tarde

Tengo que trabajar contrarreloj

A menudo mi trabajo se demora porque tengo que esperar elresultado de pruebas que realizan otras personas o departamentos

Control sobre el trabajo (alfa de Cronbach =0,577)

Mi trabajo requiere que sea creativo/va

Mi trabajo me permite tomar muchas decisiones por mi cuenta

En mi trabajo alcanzo a hacer una gran cantidad de cosas diversas

Tengo mucha influencia sobre lo que pasa en mi trabajo cada día

Apoyo de los compañeros/as (alfa de Cronbach =0,794)

Mis compañeros/as de trabajo son hostiles o conflictivos conmigo

Mis compañeros/as de trabajo se interesan por mí como persona

Mis compañeros/as de trabajo fomentan el trabajo en equipo

Si tuviera algún problema en el trabajo podría contar fácilmente con la ayuda de mis compañeros/as

Participación(alfa de Cronbach =0,776)

Puedo influir de manera importante sobre las decisiones queafectan a mi unidad

En mi unidad las decisiones se toman colectivamente

Se tienen en cuenta mis ideas sobre el trabajo de la unidad

21

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

La salud mental

Se ha optado por incorporar a la encuesta la medida de salud mental “General Health Questionnaire” de

12 ítems (GHQ12). El GHQ12 (Goldberg D., 1972), que se utiliza habitualmente en la “Encuesta de

Salud de Barcelona” y en la “Encuesta de Salud de Cataluña” dirigidas a la población general, es un ins-

trumento que detecta dos tipos de trastornos: la incapacidad para continuar desarrollando con normali-

dad las actividades de un individuo “sano”, y los fenómenos de nueva aparición de naturaleza ansiógena

(distress). Asímismo, este instrumento de cribaje es muy utilizado para detectar disfunciones psicológicas

actuales y diagnosticables, principalmente centradas en rupturas momentáneas del funcionamiento psi-

cológico normal, más que en patologías psiquiátricas establecidas. Por esta razón cubre desórdenes de

personalidad o patrones de adaptación cuando estos estan asociados con la angustia. Según el método

recomendado por el GHQ (Goldberg D., 1978) para obtener el Índice de Salud Mental, las respuestas

1 y 2 de cada pregunta puntuan 0 y las respuestas 3 y 4 valen 1 punto. Se considera que las personas que

tienen más de 2 puntos estan en riesgo de sufrimiento psicológico.

El Índice de Masa Corporal

Para determinar la obesidad se utiliza el Índice de Quetelet o Índice de Masa Corporal (IMC), basado en

el peso y la talla declarados: IMC= kg / m2. Es el parámetro que mejor se correlaciona con el porcentage

de grasa corporal, aunque lo sobreestima en individuos musculosos y lo infravalora en personas con baja

masa magra (ancianos). Se acepta como punto de corte para la obesidad un valor de IMC igual o superior

a 30 kg / m2. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS 2000) el IMC se clasifica en:

Bajo peso: individuos con un IMC inferior a 20 kg / m » 2

Peso aceptable: varía según el sexo » Mujeres: IMC de 20 a < 25 kg / m2

Hombres: IMC de 20 a < 27 kg / m2

Sobrepeso: varía según el sexo » Mujeres: IMC de 25 a 30 kg / m2

Hombres: IMC de 27 a 30 kg / m2

Obesidad: individuos con un IMC superior a 30 kg / m » 2

La actividad física

Para este estudio se ha considerado que la actividad física total es la suma del número de minutos sema-

nales dedicados a caminar y hacer deporte. También se considera separadamente el número de minutos

dedicados a hacer deporte. En este estudio se ha considerado que el mínimo de actividad física con

repercusiones positivas para la salud es de 90 minutos (caminar, hacer deporte o ambas actividades) a la

semana (30 minutos como mínimo 3 días) (Pate R.R. y cols., 1995). Las cifras de minutos siempre se

22

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

agrupan en múltiples de 30 minutos. Así, los que hacen más de 210 minutos de actividad física semanal

son los que hacen más de 30 minutos diarios de actividad física, que es la situación considerada ideal.

El consumo de tabaco

En esta encuesta se clasifican las personas consultadas en las diferentes categorías de fumador en función

de su respuesta. Las categorías son:

Fumadores:

Fumador/a habitual: las personas que fuman diariamente (un cigarrillo diario como mínimo)

+

Fumador/a ocasional: las personas que fuman menos de un cigarrillo diario

No fumador/a: las personas que no fuman actualmente y que no han fumado nunca

Exfumador/a: las personas que habían sido fumadores habituales u ocasionales pero que ahora no fuman

El consumo de alcohol

Para conocer la cantidad de alcohol consumido se pregunta el número de consumiciones, vasos o copas

consumidos durante un día laborable y durante el fin de semana. Este dato nos permite conocer los gra-

mos de alcohol ingeridos por cada individuo a partir de la equivalencia entre los gramos que contiene

cada tipo de bebida y la medida consumida. La equivalencia considerada es:

Cerveza (mediana) 10 grs

Vaso de vino, cava o similares 10 grs

Dosis de coñac, carajillos, vermut, licores y similares 20 grs

Dosis de whisky, ginebra, vodka, ron, aguardiente, combinados y similares 20 grs

Una vez conocida la frecuencia y la cantidad consumida, calculamos la media de los gramos consumidos

diariamente por aquellos individuos que declaran consumir alcohol como mínimo una vez por semana.

Posteriormente los individuos se clasifican en:

Abstemio/a: persona que declara que no ha consumido alcohol ningún día. »Consumo prudente: persona que ha consumido alcohol en cantidades que se situan: » hasta 20 gr diarios en el caso de las mujeres y hasta 30 gr diarios en el caso de los hombres.

Consumo ligero: consumo de 21-30 gr/día para las mujeres y de 31-40 gr/día para los hombres. »Bebedor/a de riesgo: persona que ha consumido alcohol en cantidades que sobrepasan el límite de riesgo: » 31 grs o más diarios (mujeres).

41 grs o más diarios (hombres).

23

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

4.6. Análisis

Los datos se presentan en frecuencias y porcentajes. Para las variables continuas se presentan las distribu-

ciones a través del ANOVA, con los respectivos intervalos de confianza al 95%.

Los resultados que no presentaban distribución normal fueron comparados mediante pruebas no para-

métricas como el test de la U de Mann-Whitney. Además, en algunos casos se han ajustado modelos de

regresión logística multivariables.

Bajo un intervalo de confianza del 95%, las diferencias se han de considerar significativas cuando p<0,05.

Todos los resultados comparan hombres y mujeres. El análisis se ha realizado usando el paquete estadístico

SPSS 13.

4.7. Estructura del informe de resultados

Este informe presenta 7 apartados (5.1 a 5.7), con los resultados obtenidos del análisis de la encuesta

“Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña”. En el apartado 5.1

se presenta una descripción general de la población encuestada, representativa de los médicos y médicas

de Cataluña, de 30 a 55 años, que se encuentran en activo profesionalmente y que trabajan en tareas

médicas, quirúrgicas, de laboratorio, de radiodiagnóstico u otras tareas de atención a los pacientes. En el

apartado 5.2 se describen detenidamente las características y condiciones del trabajo remunerado, y en el

5.3 el ámbito doméstico y familiar de la población estudiada.

Los siguientes apartados son: el estado de salud; las conductas relacionadas con la salud; la utilización

de servicios y consumo de medicamentos; y la salud reproductiva de las médicas. En el apartado sobre

el estado de salud se describen y analizan los principales indicadores de salud utilizados en encuestas

poblacionales: el estado de salud percebido, los trastornos crónicos y la salud mental. También se estudia

el dolor y el cansancio. En el apartado sobre las conductas relacionadas con la salud se analizan las horas

de sueño, el consumo de tabaco y alcohol, el índice de masa corporal (IMC) y la actividad física. En el

apartado sobre la utilización de servicios y consumo de medicinas, se analiza y describe el comportamien-

to de los médicos y médicas relacionados con el cuidado de su propia salud, las prácticas preventivas y el

consumo de medicamentos, preescritos o no. Finalmente, en el apartado sobre la salud reproductiva de

las médicas, se analizan las visitas ginecológicas periódicas, las mamografías periódicas, la situación de la

menstruación y los síntomas premenstruales, y los embarazos y su resultado.

24

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

En los apartados 5.4, 5.5 y 5.6 el análisis ha seguido el orden siguiente:

En primer lugar todas las variables presentadas se comparan según sexo en los tres ejes que hemos con-

siderado fundamentales para el análisis de los datos: la edad (agrupada en 2 categorías: 30 a 44 años y

de 45 a 55 años); la estructura de convivencia del hogar: hogares unipersonales, convivencia con la

pareja, convivencia con la pareja e hijos/as, convivencia del progenitor o progenitora con hijos/as (hogares

monoparentales/monomarentales) y otras situaciones de convivencia; el principal centro de trabajo:

Centro de Atención Primaria (CAP), servicio quirúrgico de un hospital, servicio médico de un hospital,

clínicas o consultas privadas, y otras situaciones. La elección de estos ejes de análisis se justifica dada su

importancia y repercusiones en la salud, estilos de vida y utilización de servicios.

En segundo lugar se analizan hombres y mujeres separadamente, siguiendo los mismos ejes mencionados

anteriormente, para detectar si hay diferencias en los determinantes estudiados entre médicas y médicos.

Asimismo, en algunos casos, también se realizan análisis complementarios, que pueden añadir informa-

ción a los resultados.

En el apartado 5.7 se analizan las variables de la salud reproductiva de las médicas según el principal cen-

tro de trabajo y la edad. El análisis de la estructura familiar de convivencia se ha mostrado colineal en la

mayoría de variables analizadas (hecho esperable dado que tienen entre ellas una estrecha relación), y por

ello se ha considerado que no añadía información relevante al análisis descriptivo.

Los resultados estadísticamente significativos (p<0,05) son los más ámpliamente analizados en este in-

forme, aunque también se comentan algunos resultados que, a pesar de no ser significativos, resultan

destacables por el significado de su contenido (en dichos casos, siempre se menciona que las relaciones

encontradas no son estadísticamente significativas).

En las principales variables de todos los apartados, y siempre que ello resulta posible, se presenta una tabla

comparando los resultados encontrados con los datos poblacionales de la Encuesta de Salud de Cataluña

del 2002 (ESCA) en población ocupada del mismo grupo de edad, y también en población ocupada del

mismo grupo de edad y misma clase social (clase social I).

25

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

La distribución por edad, sexo y lugar de nacimiento

La encuesta fue contestada por 762 personas, un 47,1% hombres y un 52,9% mujeres, y sigue la misma

estructura de distribución de los médicos y médicas colegiados de este grupo de edad.

La mayoría de los médicos encuestados están en el grupo de 45 a 55 años, y en cambio en las médicas son

mayoría las del grupo de 30 a 44 años (p<0,05). Este hecho indica una clara feminización de la profesión

en la última década. La edad media es de 46,2 años (D.E.=6,3) para los hombres y de 43,5 (D.E.=6,8)

para las mujeres.

La Figura 1 muestra la pirámide de edad de la población estudiada en grupos quinquenales.

5 Principales Resultados

5.1. Las características sociodemográficas

Figura 1. Pirámide de edad según el sexo

40 30 20 10 10 20 30 40

Hombres

Mujeres

30 a 34 5,6% 12,4%

35 a 39 12% 20,8%

40 a 44 17% 17,9%

45 a 49 30,9% 26,1%

50 a 54 34,5% 22,8%

26

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

La mayoría de los médicos (80,1%) y médicas (78,4%) han nacido en Cataluña, un 13,8% y un 16,4%

(médicos y médicas respectivamente) han nacido en otras CCAA. Sólo un 5,5% son de otros países, entre

los que destaca un 3,3% de nacidos en algún país de América del Sur. No se han encontrado diferencias

estadísticamente significativas entre hombres y mujeres según el país de nacimiento. Aún así, destaca el

mayor porcentaje de médicas no nacidas en Cataluña, hecho que coincide con la mayor mobilidad labo-

ral de las mujeres, tanto por razones personales (para acompañar a la familia o pareja), como por razones

laborales (a causa de las ofertas del mercado de trabajo).

La distribución según especialidades

Un 88,3% de las personas encuestadas tienen una especialidad, sin diferencias entre hombres y muje-

res, aunque existen diferencias según el tipo de especialidad. Entre las mujeres las seis especialidades

más frecuentes son la medicina familiar y comunitaria (28,8%), la pediatría (10,9%), la anestesiología

y reanimación (6,1%), la psiquiatría (5,6%), la obstetricia y ginecología (5,9%) y la medicina interna

(5,6%). El resto de médicas que respondieron (37%) están distribuidas en otras 32 especialidades dife-

rentes. Entre los hombres las seis especialidades más frecuentes son la medicina familiar y comunitaria

(21,3%), la cirugía ortopédica y traumatología (7,3%), la cirugía general y del aparato digestivo (7%),

la anestesiología y reanimación (5,1%), la obstetricia y ginecología (5,4%) y la pediatría (3,8%). El

resto de médicos que respondieron (46,9%) están distribuidas en otras 35 especialidades diferentes

(Figura 2 y Figura 3).

Sólo un 18,1% ha hecho el doctorado y un 13,1% lo está cursando en la actualidad.

Figura 2: Distribución según las especialidades més frecuentes en las mujeres

Otros37,1%

Obstetricia y ginecología5,9%

Psiquiatría5,6%

Anestesiología y reanimación6,1%

Medicina interna5,6%

Pediatría10,9%

Medicina familiar y comunitaria28,8%

27

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Número de trabajos y sector de actividad

Casi la mitad de las personas encuestadas tiene más de un trabajo (Figura 4 y Figura 5), con diferencias

significativas según el sexo. Así como un 62,2% de los hombres afirma tener más de un trabajo remune-

rado, entre las mujeres dicha proporción es de sólo un 33,6%. Entre los hombres tener más de un trabajo

se asocia con la edad: a medida que aumenta la edad aumenta la probabilidad de tener más de un trabajo.

En cambio para las mujeres esta relación no es significativa1.

5.2. La situación laboral y la actividad profesional

1 Resultados correspondientes al ajuste de modelos de regresión logística multivariable.

Figura 3: Distribución según las especialidades més frecuentes en los hombres

Otros46,9%

Osbtetricia y ginecología5,4%

Anestesiología y reanimación5,1%

Cirugía general y del aparato digestivo7,0%

Cirugía ortopédica y traumatología7,3%

Medicina interna7,0%

Medicina familiar y comunitaria21,3%

Figura 4: Distribución según el número de trabajos remunerados actuales (mujeres)

Cuatro o más1,5%

Tres6,2%

Dos25,9% Uno

66,4%

28

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Estas diferencias se explican dada la distribución de hombres y mujeres en el sector público y en el sector

privado. Más de la mitad de las mujeres trabaja exclusivamente en el sector público y, en cambio, este

porcentaje, entre los hombres, es de un 30,7%. Un 46,6% de los hombres trabaja concomitantemente en

el sector público y en el privado; en las mujeres esta proporción es de un 24,1% (Figura 6).

El centro de ejercicio de la actividad profesional principal

En consonancia con la segregación de género en las especialidades existen diferencias entre mujeres y

hombres en los centros donde desarrollan su trabajo. La mayoría de las mujeres trabaja en Centros de

Figura 5: Distribución según el número de trabajos remunerados actuales (hombres)

Cuatro o más5,3%

Tres15,4%

Dos41,5%

Uno37,8%

Figura 6: Distribución según sector de actividad y sexo

0

20

40

60

Mujeres

Hombres

Público y privadoPúblicoPrivado

80

22,6% 21,6%

30,7%

54,3%

46,6%

24,1%

100

%

29

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Tener más de un trabajo es más frecuente en los hombres, independientemente del centro de trabajo.

Hay que destacar la alta proporción de médicos que tienen dos trabajos entre aquellos que realizan su tra-

bajo principal en servicios quirúrgicos de hospital (72,1%), en otros lugares (72,9%) e incluso en CAPs

(58,4%) (Figura 8).

Figura 7: Distribución según centro de trabajo y sexo

0

20

100

40

80

Hombres

Mujeres

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicioquirúrgico hospital

Centro AtenciónPrimaria

60

24,8%

40,2%

24,0%19,4% 16,4%

13,4%10,2%

21,4%

14,6%15,6%

%

Figura 8: Prevalencia de profesionales con más de un trabajo según centro de trabajo y sexo

0

20

40

60

80

100

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

CAP

58,4%

24,1%

72,1%

42,3%

55,9%

72,9%

43,9%

54,5%

32,2%

44,0%

Hombres

Mujeres

%

Atención Primaria (CAPs) (40,2% en contraste con el 24,8% de los hombres). El porcentaje de hombres

que trabaja en hospitales es superior, en particular en los servicios quirúrgicos (Figura 7).

30

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

La antigüedad y el tipo de contrato

La antigüedad media en el lugar de trabajo actual es significativamente superior en los hobres que en

las mujeres (13,3 años frente a 9,6 años) –realidad que concuerda con el hecho de que los médicos son

mayores que las médicas–.

Existen diferencias de género en el tipo de contrato. Los hombres tienen contratos fijos con más frecuen-

cia que las mujeres (69% frente a 58,5%), mientras que la situación es la inversa por lo que se refiere a

trabajo autónomo y situación de interinidad (Figura 9).

También hay que señalar que los contratos temporales, la prestación de servicios y la interinidad son más

frecuentes entre los médicos y las médicas menores de 45 años (p<0,05).

Para aquellos que son asalariados (en la Figura 9 todos, excepto los que trabajan por su cuenta), el por-

centaje de contrataciones temporales (categoría que incluye interinos, contratos temporales, prestación de

servicios y otros) en las médicas triplica el de las mujeres de la misma clase social, y supera entrece puntos

al de las mujeres de la población catalana. En los médicos, este porcentaje de contratación temporal es casi

seis veces más alto que entre la población ocupada de Cataluña de clase social I (Tabla 2).

Los cargos de mando

Existen también claras diferencias de género en la ocupación de cargos de mando (33,8% de los hombres

y 18,7% de las mujeres), que no se explican por la edad, la antigüedad o el tipo de centro de trabajo2.

2 Resultados correspondientes al ajuste de modelos de regresión logística multivariables.

Figura 9: Distribución según tipo de contrato y sexo

0

20

40

60

100

OtrosPrestaciónde servicios

TemporalInterinoFuncionario ocont. indefinido

Por sucuenta

9,8%12,4%

69,0%

13,9%

4,5% 7,3%

58,5%

8,4% 7,7%5,0%

80

1,2% 2,5%

Hombres

Mujeres

%

31

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Como se aprecia en la Figura 10, en cualquier tipo de centro de trabajo, incluyendo el ámbito de pri-

maria, donde las mujeres encuestadas estaban representadas ocho puntos por encima de los hombres, la

proporción de hombres con cargos de mando es superior a la de mujeres.

Comparando con datos de la ESCA, en Cataluña la proporción de cargos de mando es similar entre las

médicas (18,7%) y la población de mujeres ocupadas (16,8%), pero muy inferior a la de la población

ocupada femenina de la misma clase (37%). En los médicos, la proporción de cargos de mando (33,8%)

es ligeramente superior a la de todos los hombres ocupados (28%), pero muy inferior a los de la clase

social I (51,4%) (Tabla 2).

La mayoría de las personas encuestadas tiene un jefe inmediato que es hombre, si bien la segregación de

género hace que sea ligeramente más frecuente en los hombres que su jefe inmediato sea otro hombre, y

en las mujeres otra mujer (Figura 11).

Figura 10: Prevalencia de ocupación de cargos de confianza según centro de trabajo y sexo

0

20

40

60

80

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro AtenciónPrimaria

16,9%

6,2%

38,4%

17,9%

53,4%

39,6%

24,4%29,9%

47,3%

23,0%

Hombres

Mujeres

%

100

Figura 11: Ditribución según sexo del jefe inmediato en hombres y en mujeres

0% 20% 40% 60% 80% 100%

DiversosMujerHombreNo tiene jefe

Mujeres

Hombres

8,3% 57,1% 29,3% 5,3%

7,0% 69,2% 19,0% 4,8%

32

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

La media de horas trabajadas en la última semana, contando todos los trabajos remunerados y las guar-

dias, es de 52 horas para los hombres y de 45,6 horas para las mujeres. Un 44% de las personas encues-

tadas han hecho guardias en los últimos 30 días, lo que ha supuesto 72,7 horas de media, sin diferencias

según sexo.

El número de horas de trabajo semanales se incrementa a medida que lo hace el número de trabajos que

tienen las personas encuestadas, pasando de 44,7 en las que tienen sólo un trabajo, a 55,6 en las que

tienen cuatro.

Un 56,5% de los hombres de 30 a 44 años y un 41% de los de 45 a 50 años han hecho guardias en el

mes anterior a la encuesta. En cuanto a las mujeres, un 53,4% de las de 30 a 44 años han hecho guardias,

porcentaje que se reduce al 30% entre las de 45 a 55 años. En la Figura 13 se puede observar que la dis-

tribución de horas de trabajo varía según si se hacen o no se hacen guardias, la edad y el sexo. Entre los

más jóvenes (de 30 a 44 años) que hacen guardias no se dan diferencias en las horas semanales de trabajo

según sexo. Entre los de 40 a 55 años, en cambio, los hombres trabajan más horas que las mujeres.

La jornada de trabajo y las horas trabajadas

La jornada de trabajo difiere según el sexo. Ellos hacen con más frecuencia jornada partida; ellas estan

más representadas en las jornadas contínuas de tarde, haciendo turnos o trabajando algunas mañanas y

algunas tardes (Figura 12).

Figura 12: Distribución según jornada de trabajo y sexo

0

20

40

60

Continuanoche

Muyvariante

OtrosJornadaparcial

Continuamañanay tarde

Algunas mañanas

y/o algunastardes

TurnosContinuatarde

Continuamañana

Partida

44,7%

30,2% 30,4%26,7%

7,8%10,5%

5,3%8,7%

5,0%

13,5%

2,5% 3,2%1,4% 2,2% 1,1% 1,5% 1,1% 1,5% 0,6% 2,0%

Hombres

Mujeres

%

80

100

33

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

El número de horas semanales de trabajo remunerado varía según el centro de trabajo. Como se observa

en la Figura 14, el número de horas es mucho más alto en los servicios hospitalarios, donde no hay

diferencia según sexo, que en los centros de atención primaria, donde el tiempo de trabajo de los hom-

bres es significativamente superior al de las mujeres, dato que probablemente está ligado al hecho de

que los hombres tienen, con más frecuencia, más de un trabajo remunerado. Hay que considerar que la

relación estudiada es la de las horas totales de todos los trabajos remunerados según el lugar de ejercicio

del trabajo principal.

Figura 14: Número de horas de trabajo remunerado semanal según centro de trabajo y sexo

30

40

50

60

70

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro AtenciónPrimaria

Med

iana

de

hora

s (IC

95%

)

Hombres

Mujeres

Figura 13: Distribución de las horas semanales de trabajo remunerado para hombres y mujeres que hacen guardias según edad

61 o más horas

41-60 horas

28-40 horas

menos de 28 horas

HOMBRES30 - 44 años

HOMBRES45 - 55 años

MUJERES30 - 44 años

MUJERES45 - 55 años

30,0%

52,9%

17,1%

44,8%

43,8%

11,5%

34,5%

43,6%

20,9%

27,8%

44,3%

27,9%

0,9%

34

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

La media semanal de horas de trabajo de médicos y médicas es claramente superior a la de la población

ocupada de Cataluña, y casi diez horas mayor a la de la población ocupada de la misma clase social

(Tabla 2).

Tabla 2: Comparación de las condiciones de trabajo de las médicas y médicos con la población ocupada catalana

Personal médicoPoblación ocupa-

da de Cataluña

Población ocupada de clase social I

Cataluña

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

% de contrato temporal en asalariados 23,5 33,2 14,4 20,0 4,3 11,5

Media semanal de horas de trabajo 52,0 45,6 41,4 36,4 42,6 36,9

Cargos de mando 33,8 18,7 28,0 16,8 51,5 37,0

El entorno psicosocial del trabajo

Existe una amplia evidencia acerca del efecto de los factores de riesgo de naturaleza psicosocial sobre la

salud. A diferencia de los riesgos de seguridad, de higiene o de ergonomía, los psicosociales son intan-

gibles. Su evaluación, por lo tanto, requiere en primer lugar concretar esta realidad abstracta mediante

modelos teóricos que expliquen el estado de salud, y, en segundo lugar medir, mediante escalas, las

dimensiones de riesgo identificadas por los modelos. Uno de los abordajes más utilizados para explicar

la relación entre los factores de riesgo psicosocial y la salud es aquel que se basa en el balance exigencias

psicológicas –control– apoyo social (Artazcoz L., 2001).

Por exigencias psicológicas se entiende el volumen de trabajo, la presión de tiempo y las interrupciones

que obligan a la persona trabajadora a dejar momentáneamente las tareas para retomarlas más tarde, y

que suelen estar relacionadas con una planificación inadecuada o con descoordinación. El control sobre

el contenido del trabajo tiene dos subdimensiones: oportunidad de desarrollar las propias habilidades, es

decir, realizar un trabajo en el cual la persona tiene la posibilidad de trabajar en aquello que mejor sabe

hacer (trabajos variados y creativos); y autonomía. Además, más allá de las tareas, es necesario considerar

la importancia del control de las decisiones de la unidad, la participación en estas.

El apoyo social se refiere tanto a la relación emocional como al aspecto operativo que implica contar con

compañeros/as o superiores competentes, que cooperen para llevar adelante el trabajo. La situación más

negativa para la salud se caracteriza por altas exigencias psicológicas, bajo control y bajo apoyo social.

También es negativo trabajar aíslado (Johnson J.V. y Hall E.M., 1988).

Recientemente, diversos estudios han mostrado el efecto nocivo sobre la salud –los estudios se centran so-

bre todo en los trastornos cardiovasculares– de la falta de equilibrio entre el esfuerzo y las compensaciones

35

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

en el trabajo. El trabajo remunerado tiene como posibles fuentes de compensación el salario adecuado al

esfuerzo, el reconocimiento o valoración del trabajo, y el control de estatus, es decir, el grado de certeza

sobre el propio futuro, o de cumplimiento de expectativas que cada quien se ha credo sobre uno mismo.

Las amenazas al futuro del trabajo remunerado minan la percepción sobre la eficacia del propio trabajo, el

autocontrol y la autoestima, a causa de la vivencia continuada de sentimientos de rabia y frustración, de

miedo, de bloqueo, o de irritación. (Siegrist J., 1996).

Desde el punto de vista del control de estatus son consideradas amenazas: la inestabilidad laboral (Artazcoz

y cols., 2004), la falta de perspectivas de promoción, los cambios no deseados, o la inconsistencia de esta-

tus. En definitiva, hacer un trabajo por debajo de la propia cualificación rompe unas expectativas de vida

futura que la persona se había planteado. Algunas teorías psicológicas defienden que la situación de falta

de equilibrio entre el esfuerzo y las compensaciones no se mantiene durante un largo periodo de tiempo,

y por lo tanto no tiene importancia fisiológica. Las personas, de acuerdo con esta hipótesis, actúan para

equilibrar el balance, reduciendo su esfuerzo o sus expectativas. El problema es que, en la actualidad, los

trabajadores y trabajadoras no tienen libertad para tomar esta decisión, en un mercado laboral con alta

inestabilidad y competitividad. Esta circunstancia provoca que, entre las personas menos cualificadas,

se mantenga de forma crónica la situación de desequilibrio entre el esfuerzo y las compensaciones para

conservar el lugar de trabajo. Entre los más cualificados, el desequilibrio se produce entre el esfuerzo y las

compensaciones para desarrollar la carrera profesional.

Las exigencias psicológicas, el control sobre el contenido del trabajo, el apoyo social en el trabajo y las

compensaciones constituyen los cuatro ejes generales básicos que explican el efecto de los riesgos psicoso-

ciales sobre la salud. Los trastornos asociados van desde los situados en la esfera psicosocial a corto plazo

(ansiedad, depresión, insatisfacción laboral, trastornos psicosomáticos) a los de la esfera biológica a más

largo plazo (trastornos cardiovasculares, úlceras de estómago, o dolor de espalda, entre otros).

En este estudio, todas las dimensiones psicosociales analizadas se situan en un nivel medio-alto, salvo el

de la participación en las decisiones de la unidad, que estarían en un nivel medio. No existen diferencias

de género por lo que se refiere al apoyo social de los superiores ni a las exigencias psicológicas. En cambio,

el control sobre el trabajo y la participación en las decisiones de la unidad son menores entre las mujeres,

y el apoyo de los compañeros es superior (Figura 15)3. Es interesante señalar que las diferencias de género

encontradas en el control y la participación se mantienen también en las personas que no tienen cargos

de mando.

3 Prueba U de Mann-Whitney.

36

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Las características del entorno psicosocial difieren según el centro de trabajo. Los médicos y médicas que

trabajan en los CAPs tienen más exigencias psicológicas, menos control sobre su trabajo, y menos parti-

cipación en las decisiones de la unidad. Para los hombres, las diferencias en el apoyo de los compañeros

y compañeras no son significativas según el centro de trabajo. En cambio, las mujeres que trabajan en

servicios médicos de hospital son las que menos apoyo tienen por parte de compañeros y compañeras.

En ambos sexos se observan diferencias en el apoyo de los superiores, más bajo en aquellos que trabajan

en “otras situaciones”. Un análisis que desglosa esta categoría apunta que en los servicios de urgencias es

donde se encuentra un menor apoyo de los superiores (Figura 16).

Figura 15: Factores de riesgo psicosocial según sexo

1,0

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

ParticipaciónSoportecompañeros

ControlExigenciaspsicológicas

Soporte superiores

Med

iana

(IC

95%

)

Hombres

Mujeres

2,0

Figura 16: Apoyo de los superiores según centro de trabajo y sexo

1,0

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro AtenciónPrimaria

Med

iana

(IC

95%

)

Hombres

Mujeres

2,0

37

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Como se aprecia en la Figura 17, las exigencias psicológicas son similares, y sin diferencias de sexo, en los

CAPs y en los centros hospitalarios. Destacan las exigencias más bajas en los hombres que trabajan en los

servicios quirúrgicos de hospitales y en los hombres y mujeres que trabajan en clínicas y consultas privadas.

Así como las exigencias son similares, el nivel de control de los que trabajan en los CAPs es significativa-

mente menor que el de los que trabajan en los servicios hospitalarios. Cabe destacar el menor control de

las mujeres en comparación con sus colegas hombres en los servicios quirúrgicos y médicos de hospital

(Figura 18).

El apoyo de compañeros y compañeras es alto en cualquier centro de trabajo, y no se encuentran diferencias

entre mujeres y hombres (Figura 19).

Figura 17: Exigencias psicológicas según centro de trabajo y sexo

1,0

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro AtenciónPrimaria

Med

iana

(IC

95%

)

Hombres

Mujeres

2,0

Figura 18: Control sobre el trabajo según centro de trabajo y sexo

1,0

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro AtenciónPrimaria

Med

iana

(IC

95%

)

Hombres

Mujeres

2,0

38

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Al igual que sucede con el control, la participación en las decisiones de la unidad es menor en los CAPs

que en los servicios de los hospitales. Destaca la menor participación de las mujeres en comparación con

los hombres tanto en los CAPs como en los servicios médicos de hospitales (Figura 20). Estas diferencias

se mantienen después de restringir el análisis a personas sin cargos de mando.

La insatisfacción laboral

Se encuentra más insatisfacción entre los profesionales de los CAPs y otras situaciones –especialmente

urgencias hospitalarias– que entre los de los servicios médicos y quirúrgicos de hospitales (Figura 21).

También está más insatisfechos los médicos interinos y las médicas con contrato temporal (Figura 22).

Figura 19: Apoyo de los compañeros según centro de trabajo y sexo

1,0

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro Atención Primaria

Med

iana

(IC

95%

)

Hombres

Mujeres

2,0

Figura 20: Participación en las decisiones de la unidad según centro de trabajo y sexo

1,0

1,5

2,5

3,0

3,5

4,0

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro AtenciónPrimaria

Med

iana

(IC

95%

)

Hombres

Mujeres

2,0

39

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

En un modelo de regresión logística multivariable, teniendo en cuenta simutáneamente el sexo, la edad, el

número de trabajos, el tipo de centro de trabajo, el tipo de relación laboral y el número de horas de trabajo

remunerado semanal, las variables que explican la insatisfacción laboral son el centro de trabajo (mayor insa-

tisfacción entre los y las profesionales de los CAPs), la relación contractual (mayor insatisfacción entre los au-

tónomos), y el número total de horas de trabajo (cuantas más horas se trabajan, mayor es la insatisfacción).

Aunque en la ESCA 2002 no se preguntaba separadamente sobre la satisfacción con las condiciones

laborales y la satisfacción con el salario, la pregunta general sobre la satisfacción con el trabajo actual

arroja resultados muy diferentes de los hallados en este estudio. Sólo un 9,1% de los hombres catalanes

con un trabajo remunerado y un 11,1% de las mujeres en la misma situación manifestaban sentir insa-

tisfacción laboral. En la población catalana de la clase social I estos porcentajes son más bajos todavía

(9,7% de los hombres y 3,9% de las mujeres).

Figura 21: Insatisfacción con las condiciones de trabajo según centro de trabajo y sexo

0

20

40

60

80

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicioquirúrgico hospital

Centro AtenciónPrimaria

57,3% 59,0%

47,7% 46,1%

27,1%

58,3%

51,2%

43,4%

13,6%

50,8%

Hombres

Mujeres

%

100

Figura 22: Prevalencia de insatisfacción con las condiciones de trabajo según el tipo de relación laboral y el sexo

0

20

40

60

80

Prestaciónde servicios

TemporalInterinoFuncionario ocontrato indefinido

Por su cuenta

14,3%10,0%

52,0%55,4%

31,3%

42,3%

50,4%

56,7%

71,0%

50,0%

Hombres

Mujeres

%

100

40

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

La estructura de convivencia del hogar

La mayoría de las personas encuestadas viven con su pareja e hijos o hijas, sobretodo en el caso de los

hombres. La proporción de mujeres que viven solas (13%) casi duplica la de hombres. También es supe-

rior la proporción de mujeres que viven sin pareja y con hijos/as (la mayoría como responsable de hogares

monomarentales). La proporción de responsables de hogares monoparentales es de un 2,2% entre los

hombres y casi tres veces superior entre las mujeres (6%) (Figura 23).

5.3. ámbito doméstico y familiar

Las personas más jóvenes son las que en mayor proporción viven solas o sólo con su pareja (Figura 24).

Un 74,1% de los hombres y un 64,3% de las mujeres tienen hijos o hijas viviendo en su casa. Un 7% de

los hombres y un 10,4% de las mujeres conviven temporal o permanentemente con personas con disca-

pacidad o mayores de 75 años.

Figura 23: Distribución según sexo de la estructura de convivencia del hogar

0

20

40

60

80

OtrosMonomarental/monoparental

Pareja e hijos/asParejaUnipersonal

6,7%12,9%

15,1%

52,0%

2,2%8,7%

16,4%

67,2%

6,0%12,7%

Hombres

Mujeres

%

100

41

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

La distribución de los trabajos domésticos y el cuidadode las personas dependientes

A pesar de que un 70% de las mujeres y un 66% de los hombres que viven en pareja afirman compartir

el cuidado de los/as hijos/as menores de 15 años, se observan desigualdades de género en la distribución

de estas tareas. Mientras que un 6,2% de las mujeres las hacen solas, un 22,9% de los hombres reconoce

que las hace su pareja, situación en la que se encuentran sólo un 5% de las mujeres (Figura 25).

Figura 24: Edad según la estructura de convivencia del hogar y sexoM

edia

na d

e ed

ad (I

C95

%)

Hombres

Mujeres

30OtrosMonoparental/

monomarentalPareja e hijos/asParejaUnipersonal

35

40

45

50

55

60

Figura 25: Distribución según sexo de las principales personas responsables del cuidado de los menores de 15 años en personas que viven en pareja

0

20

40

60

80

OtrosCompartido con parejaParejaSolo/a

0,6%6,2%

22,9%

70,8%

10,6%5,0%

65,9%

18,0%

Hombres

Mujeres

%

100

En la población catalana (ESCA 2002) un 55% de las mujeres con un trabajo remunerado (43,1% en la

clase social I) y un 57% de los hombres (55,1% en la clase social I) afirman compartir el cuidado de los/as

42

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Los resultados de la ESCA 2002 indican que en un 50,9% de casos, las mujeres con un trabajo remune-

rado y que viven con su pareja (26,9% entre las de la clase social I), son ellas solas las principales respon-

sables de las tareas domésticas, mientras que este porcentaje es de un 2,4% para los hombres (2,9% en

la clase social I). Un 5,4% de las mujeres (17,6% en la clase social I) declaran que lo hace una persona

contratada, mientras que este porcentaje es del 3,6% (18,6% en la clase social I) entre los hombres.

Figura 26: Distribución según sexo de las principales personas responsables de las tareas domésticas en personas que viven en pareja

0

100

20

80

40

60

OtrosCompartidopersona

contratada

Personacontratada

Compartidopareja

ParejaSolo/a

0%

7,3%

43,5%

35,6%

14,6%

1,0%4,4%

37,8%

11,3%

4,4%

37,1%

3,1%

Hombres

Mujeres

%

hijos/as menores de 15 años. Resulta destacable que un 29,1% de las mujeres (30,4% para las de la clase

social I) declaran ser exclusivamente ellas las cuidadoras de los menores de 15 años, mientras que por lo

que se refiere a los hombres, este porcentaje es de un 1,6% (1,4% para los de la clase social I).

Las desigualdades en el hogar estan mucho más acentuadas en la distribución de otras tareas domésticas

como limpiar, planchar, cocinar, etc. Una tercera parte afirma compartir las tareas domésticas, pero nin-

gún médico es el principal responsable de estas tareas, mientras que así se definen un 7% de las médicas.

Una tercera parte de las médicas comparte esta responsabilidad con una persona contratada. Finalmente,

un 43,5% de los hombres señala a su pareja como la encargada de las tareas del hogar, situación en la que

se encuentra sólo un 4,4% de las mujeres (Figura 26).

Un 71% de las personas encuestadas tiene alguna persona contratada en el hogar para realizar tareas

domésticas como limpiar, planchar, cocinar, etc., sin diferencia de sexo. Una proporción menor, un 16%

tiene alguna persona contratada de manera habitual que se encarga de los niños, personas mayores o en-

fermas que viven en casa, también sin diferencias de sexo.

43

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Cuando viven en pareja las mujeres dedican menos tiempo que los hombres al trabajo remunerado y las

diferencias se acentuan cuando llegan los/as hijos/as. Cabe destacar el mayor número de horas de trabajo

remunerado de las mujeres entre las personas que viven solas (Figura 28). Estos resultados son compa-

tibles con la división sexual del trabajo, que por un lado asigna a las mujeres los trabajos domésticos y

de cuidado de las personas dependientes, dificultándoles así el ascenso profesional y, por otro lado, hace

persistir la centralidad del hombre como principal proveedor de los recursos económicos de la unidad

familiar. Este hecho se traduce en sobrecarga para los dos sexos, aunque de tipo distinto.

Figura 27: Horas de trabajo doméstico según la estructura de convivencia del hogar y sexo

0

3

6

9

12

15

OtrosMonoparental/monomarental

Pareja e hijos/asPareja

Med

iana

de

hora

s (IC

95%

)

Hombres

Mujeres

18

Figura 28: Horas de trabajo remunerado según la estructura de convivencia del hogar y sexo

30

40

50

60

70

OtrosMonoparental/monomarental

Pareja e hijos/asParejaUnipersonal

Med

iana

de

hora

s (IC

95%

) Hombres

Mujeres

El uso del tiempo

Las mujeres que viven en pareja o en hogares monomarentales dedican más horas al trabajo doméstico

que los hombres en su misma situación. Si entre las personas que viven en pareja, sin nadie más, no se

observan diferencias de género, estas aparecen, igual que en la población general, con la existencia de otras

personas, mayoritariamente hijos o hijas, conviviendo en casa (Figura 27).

44

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Figura 30: Prevalencia de insatisfacción con los diferentes aspectos de la vida según el sexo

0

20

40

100

60

AmistadesOcioOtras condicionestrabajo

SalarioFamiliaPareja

10,1%13,1%

5,9%

54,7%

47,2%

56,7%

8,2%

57,0%

47,8%

16,9%

53,6%

19,6%

80

Hombres

Mujeres

%

La satisfacción con las diferentes esferas de la vida

La utilización de preguntas sobre la satisfacción respecto a diferentes aspectos de la vida es un buen indi-

cador para analizar el estado de adecuación y bienestar de una persona al entorno donde vive.

No se observan diferencias de género en la satisfacción con las diferentes esferas de la vida. En general,

los médicos y médicas estan más satisfechos con su vida privada (menos en relación con sus relaciones

amistosas que con las de pareja o de familia) que con su vida laboral. Más de la mitad afirman no sentirse

satisfechos con su salario o con otras condiciones de trabajo. Cabe destacar el alto grado de insatisfacción

con el tiempo libre (Figura 30).

Como se aprecia en la Figura 29 un 21% de los hombres y un 27% de las mujeres afirman no haber tenido

tiempo para dedicarse a sus aficiones o para descansar tranquilamente en la semana previa a la entrevista.

Figura 29: Distribución de la disponibilidad de tiempo para las aficiones o para descansar tranquila ente en la última semana según sexo

0

20

100

40

80

NoAlgunas vecesCasi siempreSiempre

7,3% 6,0%

25,4%

48,4%

17,7% 21,1%

46,2%

27,9%

60

Hombres

Mujeres

%

45

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

El estado de salud percibido

El estado de salud percibido es uno de los indicadores utilizados con más frecuencia en la literatura mé-

dica y epidemiológica, y se ha usado ampliamente en las encuestas de salud poblacionales. Consiste en la

siguiente pregunta cerrada: “¿Me puede decir si en general su salud es excelente, buena, regular o mala?”

(de la traducción del inglés: excelent, good, fair or poor?). (Krause y Jay, 1994). La versión utilizada en la

Encuesta de Salud de Cataluña (ESCA) y en este estudio es una variación de esta pregunta: “¿Cómo diría

que es su salud en general?” Con las opciones de respuesta: excelente, muy buena, buena, regular y mala.

Una de las principales razones para usar este indicador de salud en las encuestas es la facilidad de obtener

resultados a través de una única pregunta, y su capacidad de captar de una forma sucinta diversos aspec-

tos de la salud (Bergner, 1985). La autovaloración del estado de salud combina la experiencia subjetiva

de enfermedades agudas y crónicas, fatales o no fatales, con sensaciones como sentirse agotado o cansado

o tener dolores. Esta capacidad lo avala como un buen indicador de la calidad de vida de las personas.

Diversos autores justifican la utilización de este indicador porque es una medida relacionada tanto con

las percepciones del individuo respecto a su estado físico y mental, como con la presencia de enfermeda-

des clínicamente diagnosticadas, y por ser un fuerte predictor de mortalidad. (Segovia J., Bartleti R.F. y

Edwards A.C., 1989; Ross y Bird, 1994; Idler E.L. y Benyamini Y., 1997).

El estado de salud de los médicos y médicas de Cataluña es bueno. Sólo un 4,8% de los hombres lo consi-

deran regular o malo, y en las mujeres este porcentaje es de un 7%. Esta diferencia no es estadísticamente

significativa (Figura 31).

5.4. El estado de salud

Figura 31: Distribución del estado de salud percibido según sexo

0

100

20

80

40

60

MalaRegularBuenaMuy buenaExcelente

13,1% 10,7%

39,9% 40,1%

4,2%0,6%

42,1% 42,2%

6,5%0,5%

Hombres

Mujeres

%

46

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Cuando se compara el estado de salud de mujeres y hombres, no se encuentran diferencias según los dos

grupos de edad analizados, ni según la convivencia o el centro de trabajo.

Al analizar separadamente los dos sexos se puede observar que los médicos que trabajan en un CAP

tienen una mayor proporción de salud regular o mala (10%) que los que trabajan en otros lugares –por

ejemplo 1,3% en los que trabajan en un servicio médico de un hospital (p<0,05). Este hecho se repite en

las médicas que trabajan en los CAP (8,5% de mal estado de salud), aunque por lo que se refiere a ellas

esta relación queda en el límite de la significación estadística (p=0,05).

Cuando se comparan estos porcentajes con los de la población de Cataluña se encuentra que son similares a

los de las personas de la misma clase social, e inferiores a los del total de la población ocupada (Tabla 3).

Los trastornos crónicos

La presencia de trastornos crónicos es considerada un indicador objetivo de salud, tanto en los diagnósti-

cos resultantes de evaluaciones clínicas, como en el relato subjetivo de la presencia de estas enfermedades.

Las preguntas abiertas o los listados específicos son utilizados con frecuencia en encuestas de salud (Kehoe

y cols., 1994). Algunos autores han estudiado las asociaciones entre diversos factores y la exactitud de la

respuesta a preguntas respecto a la presencia y tipos de trastornos crónicos. Ente estos factores destacan la

edad (Liang et al., 1991; Kehoe y cols., 1994), el sexo (Jackson y cols., 1996), la educación (Kehoe y cols.,

1994; Kriegsman et al., 1996) y el contacto previo con el sistema sanitario (visitas al médico, hospitaliza-

ciones, etc.) (Kriegsman y cols., 1996).

La propia definición de trastornos crónicos ya indica una de sus ventajas como indicador de salud: su

duración (Verbrugge, 1995). De esta manera, la declaración subjetiva de una enfermedad crónica supone

un hecho estable que justifica su utilización como un buen indicador de salud (Kriegsman, 1996). Una

de las ventajas de la presentación de un listado recordatorio de trastornos crónicos es la homogeneidad

de las respuestas en los instrumentos que utilizan estos listados (Borrell, 1995). Sin embargo, la principal

limitación de estos listados es que la no inclusión de ciertas enfermedades puede reflejarse en una infra-

declaración de éstas.

Tipos de trastornos crónicosEn la encuesta utilizada en este estudio se ha utilizado un listado de seis trastornos crónicos (enfermedades

respiratorias, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, trastornos afectivos y/o ansiedad, y

enfermedades digestivas), a causa de su alta prevalencia en la población catalana adulta. En esta pregunta,

sin embargo, existía un campo abierto donde se podía indicar y especificar la presencia de otro trastorno

crónico. También se ha utilizado una pregunta específica sobre los dolores musculoesqueléticos y cefaleas,

que comentaremos más adelante.

47

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

La prevalencia de diabetes en los médicos (2,2%) es muy parecida a la de la población catalana (1,6%

- 0,7% clase social I). Las médicas, en cambio, presentan una prevalencia de diabetes muy inferior a la de

las mujeres ocupadas y más baja aún que las mujeres de la misma clase social (Tabla 3).

Si establecemos comparaciones con los datos de la ESCA, en Cataluña la prevalencia de hipertensión arte-

rial en los médicos es inferior a la de los hombres ocupados de la misma clase social (10,1% y 12,6%, res-

pectivamente) e igual a la de los hombres de la población ocupada (10,3%). En las médicas, la prevalencia

de hipertensión es inferior a la de la población de mujeres ocupadas, y de la misma clase social (Tabla 3).

Presencia de algún trastorno crónicoPara que las relaciones entre los trastornos crónicos y las variables de estratificación (edad, centro de traba-

jo, y estructura del hogar) sean de más fácil comprensión, y aumente la potencia estadística en las compa-

raciones entre mujeres y hombres, se han agrupado estos trastornos en una variable dicotómica: trastornos

sí (presencia, en la misma persona, de uno o más trastornos), o no (ningún trastorno crónico).

No se encuentran diferencias significativas entre hombres y mujeres según los dos grupos de edad estu-

diados o según el centro de trabajo. En cambio, el porcentaje de trastornos crónicos en las mujeres que

viven solas es inferior (40,4%) al de los hombres en la misma situación (75%).

Cuando analizamos separadamente mujeres y hombres, observamos que tanto los hombres como las mu-

jeres mayores de 44 años presentan más trastornos crónicos (55,6% i 57,9%, respectivamente), aunque

las diferencias son más acentuadas entre los profesionales de 30 a 44 años (Figura 33).

Figura 32: Prevalencia de trastornos crónicos según el sexo

0

40

10

30

20

Enfermedadesdigestivas

AnsiedadEnfermedadescardiovasculares

HipertensiónDiabetesEnfermedadesrespiratorias

5,6%7,2%

2,2% 3,5%1,4%

10,4%

0,5%

10,1%

1,0%

6,2%

18,1%

6,7%

Hombres

Mujeres

%

50

La Figura 32 presenta la prevalencia de trastornos crónicos según el sexo. Destaca la alta proporción de

trastornos afectivos y/o de ansiedad tanto en mujeres (18,1%) como en hombres (10,4%). La hiperten-

sión en los médicos (10,1%) y las enfermedades respiratorias en las médicas (7,2%) son las siguientes

enfermedades con una mayor frecuencia en la población de estudio.

48

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Figura 33: Prevalencias de trastornos crónicos según sexo y edad

0

20

40

100

60

45 - 55 años30 - 44 años

33,1%

55,6%

41,7%

57,9%

80

Hombres

Mujeres

%

Para los hombres, ni la estructura del hogar ni el centro de trabajo son factores determinantes para la

presencia de trastornos crónicos. Para las mujeres, en cambio, la estructura del hogar sí lo es. Las mujeres

que viven en hogares monomarentales son las que representan la mayor proporción de trastornos crónicos

(75%), y en cambio las que viven con sus parejas sin hijos son las que menos presentan (38%).

El sobrepeso y la obesidad

La International Obesity Task Force (IOTF), la Organización Mundial de la Salud (OMS), las sociedades

científicas, entre ellas la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), y los grupos de ex-

pertos, en la actualidad, aceptan como criterio para la definición de obesidad, valores iguales o superiores

a 30 para el índice de masa corporal (IMC) (peso en kg/talla en m2). El estudio SEEDO’97 permitió

estimar la prevalencia de obesidad en España utilizando este criterio, mediante medidas antropométricas

individuales. A partir de estos datos datos se estimó una prevalencia de obesidad (IMC > 30) para el

conjunto de la población española entre 25 y 60 años de 13,4% (un 11,5% en hombres y un 15,2%

en mujeres). La sobrecarga ponderal global (sobrepeso + obesidad o un IMC > 25) se encuentra en un

58,9% en los hombres y un 46,8% en las mujeres. A partir de datos de la Encuesta Nacional de Salud,

basadas en el peso y la talla referidos por el encuestado, se había estimado una prevalencia de obesidad

para la población española mayor de 20 años de un 7,8% (8,4% en las mujeres), cifras considerablemen-

te inferiores a las mencionadas anteriormente. Aunque el peso y la talla referidos presentan una buena

correlación con las medidas individuales, habitualmente conllevan un sesgo por sobreestimación de la

talla y subestimación del peso. Ello repercute en el IMC e induce una infraestimación de la prevalencia

de obesidad en los estudios poblacionales. (Consenso SEEDO´2000 ).

Un 37% de los médicos y un 70% de las médicas tienen un índice de masa corporal dentro de la norma-

lidad (IMC entre 20 y 24). El bajo peso es más frecuente entre las mujeres (6,5%). Cabe destacar el alto

porcentaje de sobrepeso (53,4%) y obesidad (8%) en los hombres (Figura 34).

49

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Un 8,9% de las mujeres jóvenes presentan un porcentaje de bajo peso, mientras que no se encuentra a

ningún hombre en esta situación. El sobrepeso es más frecuente entre los hombres y las mujeres de 45 o

más años. En cambio el aumento en el porcentaje de obesidad con el aumento de la edad sólo se aprecia

en los hombres. No se encuentran diferencias entre el IMC de mujeres y hombres que viven solos. En

cambio, los hombres que viven con su pareja, con pareja e hijos, o en otras situaciones familiares tienen

más sobrepeso y obesidad que las mujeres en la misma situación de convivencia. Si se analiza esta variable

según el centro de trabajo, en todos ellos se encuentra una mayor proporción de hombres con sobrepeso

y obesidad.

En el análisis separado por sexos, se observa que la edad no es determinante para el IMC de las mujeres,

y en cambio sí lo es para el de los hombres. Se encuentra más sobrepeso y obesidad entre los médicos de

45 a 55 años. Ni la estructura del hogar ni el centro de trabajo son determinantes para el IMC de mujeres

y hombres.

La salud mental

El cuestionario GHQ-12 (General Health Questionaire de 12 ítems) es un instrumento de cribaje de salud

mental en población general, desarrollado por Goldberg (1972, 1978) y adaptado a muchos idiomas, incluí-

do el catalán. Se trata de uno de los dos instrumentos utilizados más frecuentemente en las encuestas de salud.

Diversos estudios han demostrado que el sexo, la edad y el nivel de estudios no afectan significativamente la

validez de este instrumento.

Este estudio ha utilizado el GHQ-12 como indicador de salud mental. Se ha considerado el mismo corte

que utiliza la ESCA en la población de Cataluña, que considera que las personas entrevistadas con una

puntuación superior a 2, en una escala de 12, presentan sufrimiento psicológico.

Figura 34: Distribución según el índice de masa corporal según sexo

0

20

40

60

80

ObesidadSobrepesoNormalPeso bajo

1,7%6,5%

36,9%

19,6%

8,0%

69,8%

53,4%

4,1%

Hombres

Mujeres

%

100

50

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

La prevalencia de sufrimiento psicológico de los médicos (16,2%) es más alta que los resultados hallados

en la población ocupada catalana, sobretodo si la comparamos con la de los hombres ocupados (9,1%), y

la de los hombres de la clase social I (12,6%). En las mujeres también observamos una mayor proporción

de sufrimiento psicológico en las médicas (Tabla 3). Este hecho coincide con la alta prevalencia de con-

sumo de medicamentos psicoactivos en los médicos y médicas (se comentará más adelante este hallazgo

en el apartado de utilización de servicios).

Tabla 3: Comparación del estado de salud percibido y la morbididad con población ocupada y clase social I

Personal médicoPoblación ocupada

Cataluña

Población ocupada de clase social I

Cataluña

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Mal estado de salud percibido 4,8 7,0 10,4 15,9 3,5 6,7

Sufrimiento psicológico 16,2 21,1 9,1 16,6 12,6 17,8

Diabetes 2,2 0,5 1,6 2,0 0,7 3,3

Hipertensión arterial 10,1 3,5 8,1 5,7 9,0 4,4

Según los resultados del GHQ12, un 21,1% de las mujeres y un 16,2% de los hombres de este estudio

presentan sufrimiento psicológico, y la diferencia entre ellos está en el límite de la significación estadística

(p=0,049). No se han hallado diferencias entre mujeres y hombres en los dos grupos de edad, ni tampo-

co según el centro de trabajo o la estructura del hogar. Tampoco en el análisis separado por sexos se han

encontrado relaciones entre la salud mental y la edad, el centro de trabajo o la estructura del hogar. Sin

embargo, resulta interesante observar una relación estadísticamente significativa, tanto para mujeres como

para hombres, entre la salud mental y diferentes aspectos de satisfacción. En este sentido, lo que más afecta

la salud mental de las mujeres es la insatisfacción con las relaciones familiares, y en cambio, este es el único

aspecto que no tiene una relación estadísticamente significativa con la salud de los hombres. Para los hom-

bres, lo que más afecta su salud mental es la insatisfacción en la relación con su pareja (Figura 35).

Figura 35: Prevalencia de sufrimiento psicológico según insatisfacción con diferentes aspectos de la vida y sexo

0

20

100

40

80

60

AmistadesOcioOtrascondiciones trabajo

SalarioFamiliaPareja

28,6%

36,2%

9,5%

25,4%27,8%

22,2%

54,5%

21,1%

30,9%

45,6%

26,0% 24,4%

Hombres

Mujeres

%

51

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

El dolor y el cansancio

El dolorEl dolor es una de las maneras que tienen las personas para expresar los sufrimientos físicos y psíquicos. A

menudo también es la expresión del malestar frente a las presiones sociales, las situaciones de estrés o las

desigualdades. El dolor crónico localizado o generalizado es un fuerte determinante de la mala calidad de

vida de muchas mujeres y de muchos hombres (Rohlfs, Valls y Perez, 2005).

El dolor de espalda crónico puede ser una de las primeras manifestaciones de sufrimientos físicos y men-

tales. Puede estar estrechamente relacionado con enfermedades somáticas o degenerativas, pero también

con la sobrecarga física y emocional, y con las condiciones de los trabajos remunerados y del trabajo

doméstico.

Para este estudio se ha elaborado una escala con una puntuación máxima de 4, basada en las respuestas a

cuatro preguntas: dolor de espalda en la zona cervical, dolor de espalda en la zona dorsal, dolor de espalda

en la zona lumbar y dolor en las articulaciones (incluídos pies y manos), con opciones de respuesta de

siempre a nunca (Alfa de Cronbach=0,68).

En esta escala de dolor, las mujeres (1,64 IC95%: 1,59-1,69) puntúan significativamente más alto que los

hombres (1,48 IC 95%: 1,44-1,53).

En el análisis separado por sexos, tanto para mujeres como para hombres, los mayores de 44 años son los que

obtienen una mayor puntuación. No se han hallado relaciones entre el dolor y el centro de trabajo. Para los

hombres, no se ha hallado relación entre el dolor y la estructura de convivencia en el hogar. En cambio, esta

relación es estadísticamene significativa para las mujeres, y las que presentan peores puntuaciones son aque-

llas que viven en familias monomarentales, u otras situaciones de convivencia en el hogar (Figura 36).

Figura 36: Nivel de dolor según la estructura de convivencia en el hogar y sexo

1,0

1,5

2,0

2,5

Otras situacionesMonoparenta/monomarental

Con parejae hijos/as

Con parejaUnipersonal

Med

iana

(IC

95%

)

3,0

Hombres

Mujeres3,5

4,0

52

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Cuando se analiza la puntuación de la escala de cansancio y el número de horas de trabajo productivo

según sexo, y se controla según la salud percibida (agrupada en buena: excelente, muy buena y buena;

Figura 37: Nivel de cansancio según centro de trabajo y sexo

1,0

1,5

2,0

2,5

3,0

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

Centro AtenciónPrimaria

Med

iana

(IC

95%

)

Hombres

Mujeres

El cansancioLa sensación subjetiva de cansancio también puede ser una señal de alerta, y aunque a menudo no se re-

laciona con los actuales indicadores de salud, la persistencia de esta sensación a lo largo del tiempo puede

afectar el bienestar físico y mental. También cabe mencionar que la sensación de cansancio puede estar

relacionada con patologías clínicas o subclínicas, diagnosticadas o no, como es el caso de las anemias,

el hipotiroidismo, o las neoplasias. Sin embargo, en este estudio no se puede determinar si la causa del

cansancio es la presencia de alguna enfermedad. Asimismo, el cansancio también refleja las condiciones

de vida y de trabajo, y la sobrecarga que conlleva una disminución de la calidad de vida de las personas.

Para este estudio se ha elaborado una escala con una puntuación máxima de 3, basada en las respuestas

a tres afirmaciones: “me he encontrado cansado/da al levantarme por la mañana”, “me he sentido cansa-

do/da a partir de media jornada”, “al finalizar mi jornada de trabajo me he sentido tan agotado/da que

no he podido hacer ninguna otra actividad”, con opciones de respuesta de “nunca” a “siempre” (Alfa de

Cronbach = 0,72).

En esta escala de cansancio, las mujeres (1,91 IC95%: 1,85 -1,96) puntúan significativamente más alto

que los hombres (1,68 IC 95%: 1,63-1,74).

En el análisis separado por sexos, resulta interesante observar que tanto los hombres como las mujeres de

44 o menos años puntúan más alto que el grupo de 45 a 55 años. No se ha hallado relación entre el centro

de trabajo y el cansancio de los hombres. En cambio, para las mujeres esta relación es significativa, y las

que trabajan en los servicios médicos de un hospital o en otras situaciones son las que presentan mayor

cansancio (Figura 37). No se ha hallado relación entre el cansancio y la estructura de convivencia en el

hogar, ni para los médicos ni para las médicas.

53

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

mala: regular y mala), para los hombres se encuentra un gradiente (a medida que aumentan las horas de

trabajo, aumenta el grado de cansancio). En cuanto a las mujeres, no se observa ningún gradiente para las

que tienen buena salud, y tampoco para las que la tienen mala. Llama la atención que las que presentan

menos cansancio son las que trabajan entre 28 y 40 horas (puntúan mejor en la escala que las que trabajan

menos de 28 horas semanales). Al tratarse de un estudio transversal, no podemos averiguar la direcciona-

lidad de esta relación. Es posible que el hecho que estén más cansadas conlleve que trabajen menos horas

(esto puede estar relacionado con trastornos crónicos, sufrimiento psicológico, sobrecarga de los trabajos

domésticos y del cuidado de las personas etc.). Otra explicación de porqué, aún trabajando menos horas,

están más cansadas, puede ser las condiciones adversas y la precariedad del entorno laboral. Sin embargo,

estas relaciones no son estadísticamente significativas para las mujeres, y tampoco para los hombres.

Otro factor que se ha considerado en el análisis es haber hecho o no guardias durante el último mes. Se

observa que los hombres que no han hecho guardias, pero que trabajan más de 60 horas, puntúan más

alto en la escala de cansancio que los que trabajan el mismo número de horas, pero sí han hecho guardias

(relación estadísticamente no significativa). Entre las mujeres, las que hacen guardias y las que trabajan

menos de 28 horas, o más de 60 horas a la semana, son las que están más cansadas (relación estadística-

mente no significativa).

Si se analiza la relación entre el número de horas de trabajo doméstico y de cuidado de las personas y el

cansancio, tampoco se encuentran resultados estadísticamente significativos. Cabe destacar que para los

hombres existe un claro gradiente (a medida que aumentan las horas de trabajo doméstico y de cuidado

de las personas aumenta el grado de cansancio). Por lo que se refiere a las mujeres, se observa que las que

dedican menos de 5 horas a la semana a este trabajo tienen un grado de cansancio similar a las que dedi-

can 10 o más horas (bastante superior a las que dedican de 5 a 9 horas).

Las conductas o los estilos de vida pueden tener consecuencias beneficiosas o perjudiciales para la salud.

Algunos autores consideran que los estilos de vida son elecciones individuales discrecionales, y que, por

consiguiente, las responsabilidades en las decisiones de adoptar o no ciertas conductas son de caracter

personal. Sin embargo, otros han subrayado la importancia de la contextualización de las personas en

el entorno social, económico y personal para explicar la adopción de determinados estilos de vida, y su

relación con la salud. Los estilos de vida dependen, entre otros factores, de la edad, del sexo/género, de la

clase social, y de la cultura. Tampoco pueden olvidarse algunos aspectos psicológicos, que determinan que

una persona adopte o no ciertos hábitos (Dean, 1989; Donaldson y Blanchard, 1995).

Los comportamientos positivos para la salud son llamados de manera genérica, comportamientos salu-

dables: “Los comportamientos saludables son actividades que el individuo realiza para estar sano, prevenir

5.5. Las conductas o estilos de vida relacionadoscon la salud

54

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

enfermedades, proteger y promover su salud. Existe una considerable amplitud en la definición de comporta-

mientos saludables, que puede incluir actitudes activas, como una correcta nutrición y la realización de ejercicio

físico, o la no adopción de hábitos como el tabaquismo” (Krick y Sobal, 1990). En contraposición, existen

diversos comportamientos o estilos de vida que tienen consecuencias claramente negativas para la salud.

El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, y el sedentarismo y su relación con el sobrepeso o la

obesidad son citados como los factores que contribuyen en mayor medida a la morbididad y mortalidad

para enfermedades crónicas en países desarrollados (Frazier y cols., 1996).

Según diversos estudios, las personas con mayor nivel educativo realizan más actividad física de ocio,

fuman menos, y utilizan en mayor medida los programas de cribaje de cancer (Rohlfs I. y cols. 1998;

Atienza A.A. y cols. 2006; Harper S. y Lynch J. 2007). Krick y Sobal (1990) destacan que la educación

influye positivamente en el conocimiento de temas relacionados con la salud y en la participación social,

y proporciona un mayor sentido de dominio sobre el entorno.

La actividad física

En el concepto de actividad física generalmente se diferencian dos componentes: laboral y de ocio. Ha

sido sugerido que en la sociedad moderna, con el descenso de requerimientos de actividad física en la

mayoría de los trabajos, el principal tiempo en que se puede realizar suficiente actividad física que afecte

positivamente a la salud es el de ocio (Caspersen y cols., 1985).

Basándose en el análisis de las evidencias fisiológicas, epidemiológicas y clínicas, la cantidad de actividad

física necesaria para obtener beneficios en la salud recomendada para los adultos (Pate R.R. y cols.; 1995) es

de treinta minutos o más de actividad física de moderada intensidad en la mayoría de los días de la semana,

preferiblemente todos, y como mínimo tres días por semana. Esta recomendación recalca los beneficios de la

actividad física de moderada intensidad y de la actividad física que puede ser acumulada en periodos relati-

vamente cortos, e indica que mantener un gasto aproximado de 200 kilocalorías/día es lo más importante.

Entre los beneficios de la actividad física se puede mencionar su importancia en la prevención de enfer-

medades cardiovasculares o la osteoporosis. Asimismo, se ha observado que algunos estados psicológicos

como la ansiedad, el estrés y algunos tipos de depresión pueden mejorar con la práctica de ejercicio

aeróbico regular (Santaularia, 1995). De manera general, la realización de actividad física de ocio puede

significar una actividad lúdica y agradable, que proporciona contactos sociales (Kaplan y cols., 1996),

sensación de bienestar físico y mental, entretenimiento y, para algunas personas, evasión.

Los resultados de este estudio indican, por un lado, que un 20,1% de las mujeres y un 20,6% de los hom-

bres declaran no haber caminado en su tiempo de ocio durante los quince días anteriores a la entrevista.

La relación entre el sexo y esta actividad no es estadísticamente significativa. La mayoría camina menos

de noventa minutos a la semana, pero un 18,4% de los médicos y un 20,6% de las médicas camina más

de tres horas y media a la semana (211 minutos o más).

55

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

No se encuentran diferencias significativas entre hombres y mujeres según los dos grupos de edad estu-

diados, o según el centro de trabajo. En el tiempo dedicado a caminar tampoco se hallan diferencias entre

mujeres y hombres según la estructura del hogar. En cambio, el porcentaje de no realización de deporte

en mujeres que viven con la pareja e hijos (50,2%) o en hogares monomarentales (54,2%) es superior al

de los hombres en la misma situación (43,8% y 12,5%, respectivamente) (p<0,05) (Figura 39). Resulta

interesante observar que, si se analizan los minutos totales de actividad física (suma de caminar y hacer

deporte), no se encuentran diferencias entre mujeres y hombres. Posiblemente, esto es debido a que las

mujeres aprovechan su tiempo de ocio para caminar o pasear con sus hijos.

Figura 38: Distribución del número de minutos semanales dedicados a la actividad física en el tiempo de ocio según sexo (deporte + caminar)

0

100

20

80

40

60

211 o más min151 a 210 min90 a 150 minMenos de 90 minNingún

11,3% 13,3%20,3% 21,0%

9,9%

41,7%

19,3% 16,9%

11,0%

35,5%

Hombres

Mujeres

%

Por otro lado, un 59,1% de los médicos y un 50,9% de las médicas han declarado haber realizado una acti-

vidad física deportiva durante las dos semanas anteriores a la entrevista. Las médicas hacen menos deporte

que los médicos (p<0,05). Se observa que un alto porcentaje de médicos hace este tipo de actividad más de

tres horas y media a la semana (18,8%), mientras que entre las médicas, este porcentaje no alcanza el 10%.

En la Encuesta de Salud de Cataluña no se preguntaba sobre el tiempo dedicado a caminar, de modo

que sus resultados sólo pueden compararse con los del estudio en cuanto a los porcentajes de realización

de actividad física deportiva. En la población catalana ocupada, un 68,3% de los hombres (48,3% en la

clase social I) y un 75,6% de las mujeres (66,9% en la clase social I) hacen deporte durante su tiempo de

ocio. Los médicos hacen más deporte que los hombres de su misma clase social, y en cambio las médicas

hacen menos (Tabla 4).

Si se consideran los minutos totales de actividad física, sumando los minutos dedicados a caminar con

el tiempo de actividad física deportiva4, no se encuentran diferencias entre mujeres y hombres. Cabe

destacar el alto porcentaje de médicos (68,5%) y médicas (67,5%) que hacen más de noventa minutos

semanales de actividad física durante su tiempo de ocio (Figura 38).

4 En este estudio, se ha considerado como umbral mínimo de actividad física 90 minutos a la semana (30 minutos como mínimo 3 días). Después, las cifras de minutos siempre se agrupan en múltiples de 30 minutos. Así, los que hacen más de 210 minutos de actividad física semanales, son los que hacen más de 30 minutos diarios de actividad física, situación considerada ideal.

56

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Figura 39: No realización de deporte durante el tiempo de ocio según la estructura de convivencia en el hogar y sexo

0

20

100

40

80

60

Otras situacionesMonomarental/monoparental

Pareja e hijos/asParejaUnipersonal

33,3%40,4% 35,8%

50,2%

12,5%

40,0%

48,5%43,8%

54,2%51,0%

Hombres

Mujeres

%

En el análisis separado por sexos, no se observa que la edad sea un factor determinante para caminar o

hacer deporte, ni para mujeres ni para hombres. Sin embargo, cuando se analizan lo minutos totales de

actividad física, se halla que un 16,1% de los hombres menores de 45 años no realiza ninguna actividad

física, en contraste con el 8,7% de los de 45 a 55 años.

La estructura del hogar no es determinante para la realización de actividad física durante el tiempo de

ocio para ningún sexo. Resulta destacable que el centro de trabajo no se relacione con la actividad física de

los hombres, y en cambio sí en el caso de las mujeres. Un 23,4% de las mujeres que trabajan en servicios

médicos de hospitales no han llevado a cabo ninguna actividad física en los quince días anteriores a la

encuesta, hecho que contrasta con sólo un 6,5% de las que trabajan en consulta/clínicas privadas.

El consumo de tabaco

La relación entre el consumo de tabaco y la mortalidad ha sido un tema largamente estudiado, y se ha

señalado al tabaquismo como una importante causa de mortalidad prematura. El cáncer de pulmón, la

enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la enfermedad coronaria son algunas de las enfer-

medades asociadas al tabaquismo (Peto y cols., 1992; Ezzati M. y cols., 2005). Los cigarrillos, y principal-

mente la nicotina que éstos contienen, son sustancias potencialmente adictivas, y por ello los intentos para

dejar de fumar son difíciles y a menudo infructuosos (Schelling, 1992). Los efectos adversos del consumo

de tabaco han sido ampliamente divulgados durante las últimas décadas, y actualmente son conocidos por

la población en general (Breslow, 1996). A pesar de todo, la prevalencia de fumadores continúa siendo ele-

vada (Borràs J.M. y cols., 2000). Este hábito se inicia y se consolida principalmente en los primeros años

de la adolescencia. Villalbí y Nebot (1996) destacan que la elevada proporción de adolescentes fumadores

es un signo del fracaso relativo en la protección de éstos frente a la adicción al tabaco.

57

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

En algunos países desarrollados existe una tendencia decreciente en el consumo de tabaco. Aunque his-

tóricamente este hábito empezó y se extendió entre las clases acomodadas, esta tendencia decreciente se

debe principalmente a la disminución del consumo de tabaco entre las personas de mayor nivel educativo

(Pierce, 1989).

Waldron (1991) ha estudiado en profundidad los matices de las diferencias en el consumo de tabaco

según el género, y publicó un artículo fundamental sobre el tema. Según esta autora, en los países oc-

cidentales, con algunas raras excepciones, la mayor proporción de fumadores siempre se ha observado

entre los hombres. Al inicio del siglo XX, fumar cigarrillos era un hábito poco extendido: la mayoría

de tabaco se consumía fumado en pipas, o en forma de puros o rapé, y era una costumbre típicamente

masculina. El consumo de cigarrillos se extendió rápidamente entre los hombres, pero eran pocas las

mujeres que fumaban. A mediados de los años veinte este hábito comenzó a propagarse entre las mujeres

jóvenes. Con el paso del tiempo, estas mujeres representaron las primeras cohortes de mujeres mayores

qe fumaban. A partir de finales de los años 40, el tabaquismo se consolidó entre las mujeres, y comenzó

la disminución de la diferencia de prevalencia entre sexos. A partir de la mitad de los años 60, en muchos

países ya se observó que el consumo de tabaco entre los hombres había empezado a disminuir, mientras

que se constataba un aumento del consumo de tabaco entre las mujeres, principalmente a causa de una

incorporación masiva de adolescentes al hábito tabáquico, de manera que se recortaron las diferencias de

prevalencia entre sexos (Rahkonen O., Berg M. y Puska P., 1995).

No se encuentran diferencias según el sexo en el consumo de tabaco: actualmente un 20,3% de los mé-

dicos y un 18,4% de las médicas son fumadores. Un 38,2% de los hombres y un 35,5% de las mujeres

son exfumadores (Figura 40).

Figura 40: Distribución del consumo de tabaco según sexo

Exfumadores/as

Fumadores/as

No fumadores/as

MUJERES HOMBRES

34,5% 38,3%

18,4% 20,4%

47,1%41,3%

La mediana de edad de inicio de consumo de tabaco fue a los 17 años en los hombres y a los 18 en las

mujeres. Mientras que los médicos afirman fumar ocho cigarrillos diarios (mediana), las médicas decla-

ran que se fuman cinco. Llama la atención que el número de cigarrillos diarios que los exfumadores y

las exfumadoras reconocen que fumaban sea mucho más alto (veinte cigarrillos en el caso de los médicos

58

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

y diecinueve cigarrillos en el caso de las médicas). Esta diferencia puede ser atribuible a una mayor di-

ficultad, de los fumadores y fumadoras actuales, para reconocer el número real diario de cigarrillos que

fuman. Para las personas que han dejado de fumar, en cambio, reconocer el número de cigarrillos que

fumaban sería menos dificultoso.

Un 35,1% de los hombres fumadores y un 39,2% de las mujeres fumadoras declaran haber intentado

dejar de fumar durante los doce meses anteriores a la entrevista (p<0,05).

No se encuentran diferencias significativas en el tabaquismo de mujeres y hombres según la edad o el cen-

tro de trabajo. En cambio, según la estructura de convivencia en el hogar, se encuentran diferencias entre

las mujeres y hombres que viven en hogares monomarentales/monoparentales: las mujeres (29,2%) en esta

situación fuman más que los hombres (0%).

En el análisis separado por sexos, se observa que, en el caso de los hombres, la edad se relaciona con el

porcentaje de fumadores actuales (fuman más los de 45 o más años). En cuanto a las mujeres, la edad se

relaciona con el porcentaje de exfumadoras (las mayores de 45 años han abandonado el hábito tabáquico

en una mayor proporción).

El porcentaje de fumadores entre los hombres que viven solos (41,7%) duplica el porcentaje de cual-

quier otra categoría de convivencia. Aquellos que viven en pareja con hijos/jas son los que menos fuman

(18,3%). En cambio, para las mujeres, la estructura de convivencia del hogar no es determinante del taba-

quismo. Tanto para hombres como para mujeres, el centro de trabajo no se relaciona con el tabaquismo.

Los médicos y médicas fuman en una proporción muy inferior a la población catalana ocupada. Son

fumadores/as un 35,4% de los hombres y un 44,5% de las mujeres de la clase social I en la población ocu-

pada de Cataluña, mientras que fuman un 29,4% de los médicos y un 18,4% de las médicas (Tabla 4).

El consumo de alcohol

“El alcohol es un factor de riesgo de numerosos problemas físicos y psicosociales, el cual se incrementa a medida

que aumenta el consumo. Un 67,7% de la población catalana ente 15 y 64 años dice haber consumido alcohol

en el transcurso de los últimos 30 días, y un 9,5% es bebedor de riesgo. Según la Organización Mundial de la

Salud (OMS), en el año 2002 los problemas relacionados con el consumo de alcohol contribuyeron a un 4% de

la morbididad total en el mundo. El alcohol ocupa el tercer lugar entre los factores de riesgo para la salud en los

países desarrollados, medido en años de vida perdidos ajustados por discapacidad” (Segura L 2006).

Igual que sucede en la población general, los médicos beben más que las médicas (p<0,05), aunque hay

que destacar la bajísima proporción de médicos y médicas que hacen uso abusivo de esta sustancia, ya

que sólo un 0,3% de los hombres y un 0,2% de las mujeres son bebedores de riesgo (41 gramos o más

59

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Figura 41: Distribución del consumo de alcohol según sexo

0

20

40

60

80

100

RiesgoLigeroPrudenteAbstemio/a

16,4%

29,5%

82,7%

0,5% 0,3%

69,7%

0,6% 0,2%

Hombres

Mujeres

%

Las horas de sueño

A pesar de que las necesidades básicas de sueño no están completamente claras, diversos estudios sugieren

que las personas que duermen menos de 6 horas o más de 9 horas por noche tienen peores indicadores de

salud que aquellas que duermen 7-8 horas.

de alcohol diarios para los hombres, 31 gramos o más para las mujeres). La mayoría de los encuestados

se sitúa entre los bebedores y bebedoras prudentes (menos de 30 gramos de alcohol diario para los hom-

bres y menos de 20 gramos para las mujeres). Un 16,4% de los hombres y un 29,5% de las mujeres son

abstemios (Figura 41). En la población catalana ocupada, el porcentaje de consumo de riesgo de alcohol

es mucho más alto, tanto en el caso de los hombres (10,2% y 8,8% en la clase social I), como en el de las

mujeres (3,4% y 0,8% en la clase social I) (Tabla 4).

No se hallan diferencias de consumo de alcohol entre médicas y médicos de 45 a 55 años. En cambio,

entre los más jóvenes se halla el doble de mujeres abstemias (40%) que de hombres abstemios (20%).

No se encuentran diferencias entre mujeres y hombres según la estructura del hogar. Al realizar el análisis

según el centro de trabajo se observa que en los servicios médicos de hospital hay un mayor porcentaje de

mujeres abstemias (29,5%) que de hombres abstemios (14,3%).

En el análisis separado de sexos, la edad no es un determinante para el consumo de alcohol en los médi-

cos, pero sí que lo es para las médicas. Un 64% de las mujeres de 30 a 44 años son abstemias, cifra que se

reduce a un 36,1% entre las mujeres de 45 a 55 años.

No se encuentra relación entre el consumo de alcohol y la estructura familiar o el centro de trabajo, ni en

el caso de las mujeres ni en el de los hombres.

60

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Algunos estudios señalan que la privación de sueño disminuye la productividad, la atención y la capaci-

dad de recordar o de aprender. La falta de sueño puede tener también un impacto negativo en la salud

como, por ejemplo, una mayor probabilidad de obesidad y el aumento del riesgo de sufrir enfermedades

crónicas como la diabetes o las cardiopatías. La falta de sueño también tiene un impacto negativo en la

salud mental: en las personas que duermen menos de 6 horas por noche se aprecia un aumento del riesgo

de depresión, de ansiedad e irratibilidad, y de abuso de sustancias (Weinger M.B. y Ancoli-Israel S.A.).

Asimismo, la falta de sueño puede comprometer la seguridad de la persona o de su entorno, por ejemplo,

por el hecho que aumenta el riesgo de accidentes laborales o de tráfico.

Para el análisis que nos ocupa, se han agrupado el número de horas diarias de sueño en “6 horas o me-

nos”, “7-8 horas” y “9 o más horas”. La condición que se considera más desfavorable para la salud es la

de dormir 6 o menos horas diarias.

En general, los médicos duermen menos horas que las médicas. Mientras que casi un tercio de los hom-

bres (29,8%) duerme 6 horas o menos, este porcentaje es de 23,6% entre las mujeres. No obstante, la

mayoría de médicos (70%) y médicas (74,2%) duerme entre 7 y 8 horas diarias.

La relación entre el sexo, las horas de sueño y la edad está en el límite de la significación estadística para

los más jóvenes de 45 años. Así, mientras un 32,2% de los hombres de este grupo de edad duerme 6 horas

o menos, este porcentaje se reduce al 22,8% de las mujeres del mismo grupo de edad (P=0,046).

No se encuentran diferencias entre mujeres y hombres en las horas de sueño según el centro de trabajo.

En cambio, es interesante observar que las mujeres que viven solas duermen menos horas que los hombres

en esta misma situación (p<0,05). Esto contrasta con el hecho de que los hombres que viven con pareja e

hijos/as duermen menos que las mujeres en esta misma situación (p<0,01). Llama la atención que un 50%

de los hombres en hogares monoparentales duermen 6 horas o menos, pero el escaso número de hombres

en esta situación que recoge la muestra (n=8), no permite realizar contrastes estadísticos (Figura 42).

La edad y el centro de trabajo no son determinantes del número de horas de sueño, ni para los hombres

ni para las mujeres. La estructura del hogar tampoco es determinante del número de horas de sueño

diarias para los hombres y, en cambio, para las mujeres sí lo es. Así, las mujeres que viven solas (30,8%)

y las que viven en pareja (28,8%) son las que en mayor proporción duermen 6 o menos horas diaria-

mente. Entre las que viven con pareja e hijos/as o en hogares monomarentales, este porcentaje es de un

20% (Figura 42). Este hecho coincide con el alto porcentaje de mujeres que viven solas o con la pareja

y que trabajan más de 60 horas a la semana. Al ajustar modelos de regresión logística por edad, centro y

estructura del hogar, separados por sexo, no se halla un mayor riesgo de dormir 6 o menos horas para las

mujeres ni para los hombres.

61

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Figura 42: Distribución de las horas de sueño según la estructura del hogar y sexo

0

20

40

60

80

100

OtrosMonoparentalParejae hijos

ParejaUnipersonalOtrosMonoparentalParejae hijos

ParejaUnipersonal

HOMBRES MUJERES

16,7% 25,9% 29,6% 50,0% 41,9% 30,8% 28,8% 20,1% 20,8% 25,5%

83,3% 74,1% 70,0% 50,0% 58,1% 69,2% 71,2% 78,5% 75,0% 64,7%

0% 0% 0,4% 2,2% 0% 0% 0% 1,4% 4,2% 9,8%

9 horas

7 - 8 horas

%

6 horas o menos

Entre los hombres no se ha encontrado relación entre tener problemas para dormir y las horas de sueño.

En cambio, las mujeres que tienen estos problemas muchas veces o siempre presentan un porcentaje más

alto en la categoría de 6 o menos horas de sueño (un 62,5%, en contraste con un 32,6% entre los hom-

bres). Entre las mujeres que no tienen nunca problemas para dormir este porcentaje es de un 19,8%. Esta

relación continúa siendo significativa cuando se ajusta por edad.

Si analizamos las horas de sueño como una variable continua, la media diaria de horas de sueño es 6,8

(D.E.=0,7) para los hombres y 7,0 (D.E.=0,8) para las mujeres.

El porcentaje de personas que duermen 6 horas o menos en la población catalana ocupada es más bajo

que el de los médicos y médicas (Tabla 4).

Tabla 4: Comparación con población ocupada y clase social I de conductas o estilos de vida relacionados con la salud

Personal médicoPoblación ocupada

Cataluña

Población ocupada de clase social I

Cataluña

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Deporte en el tiempo libre 59,1 50,9 68,3 75,6 48,3 66,9

Consumo de tabaco 20,4 18,4 43,8 33,7 35,4 44,5

Bebedores/as de riesgo 0,3 0,2 10,2 3,4 8,8 0,8

6 o menos horas de sueño 29,8 23,6 22,9 22,7 23,9 17,4

62

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

La importancia de obtener y analizar datos sobre la utilización de los servicios sanitarios está ampliamente

reconocida, y entre sus aplicaciones destaca principalmente la planificación sanitaria y la evaluación de

recursos. Roberts y cols. (1996) hacen un resumen de estas aplicaciones: “Los datos respecto a la utili-

zación de los servicios sanitarios son importantes para el conocimiento de la epidemiología del impacto de las

enfermedades, de las asociaciones entre los comportamientos relacionados con los cuidados de salud, de los costes

de condiciones médicas específicas y generales, así como también para la planificación y gestión sanitaria”. La

utilización de los servicios sanitarios depende de diversos factores. Estos pueden estar ligados tanto a los

usuarios/pacientes (caso de la edad, el sexo, la prontitud y el reconocimiento de los síntomas y la necesi-

dad de buscar atención), como a factores relacionados con los servicios de salud, como es el caso del tipo

de servicio, su disponibilidad y la confianza que en él se puede depositar. Tampoco se puede perder de

vista la calidad de los servicios disponibles y el trato humano que en ellos se dispensa. Según Meininger

(1986), las percepciones subjetivas de los síntomas y la interpretación de la posibilidad de que la atención

sanitaria podría resolverlos o minimizarlos están relacionados positivamente con la utilización de los ser-

vicios sanitarios. Una de las consecuencias de la presencia de enfermedades crónicas es la utilización de las

consultas médicas y de otros servicios de salud (Verbrugge y Patrick, 1995). Asimismo, una percepción

de la salud regular o mala condiciona una mayor utilización de servicios sanitarios, principalmente de las

visitas en atención primaria, tanto a médicos generales como a especialistas (Fernández de la Hoz y Leon,

1996). Bucquet y Curtis (1986) relacionaron los niveles de discapacidad o dependencia como determi-

nantes en la búsqueda de curas o tratamientos médicos.

Desde diferentes perspectivas de análisis, diversos estudios afirman que las mujeres, en comparación con

los hombres, utilizan más y en mayor proporción los servicios sanitarios (Macintyre, 1993; Sweeting,

1994). Algunos de estos estudios intentan demostrar el porqué de las diferencias, y otros señalan la falta

de homogeneidad en la utilización de servicios por parte de hombres y mujeres según el tipo de servicio,

los grupos de edad y las clases sociales. En conclusión, de manera general se afirma que las mujeres utilizan

más los servicios sanitarios, a pesar de que cuando se analizan separadamente algunos tipos de servicios,

clases sociales y grupos de edad, esta tendencia puede cambiar.

Comportamiento ante un problema de salud

La mayoría de los médicos y médicas piden consejo a sus colegas cuando tienen un problema de salud:

sólo un 10,3%% de los hombres y un 8,2 de las mujeres no lo hacen (Figura 43). No se encuentran

diferencias entre mujeres y hombres según la edad, la estructura del hogar o el centro de trabajo.

5.6. El uso de servicios sanitarios y medicamentosy las prácticas preventivas

63

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Figura 43: Distribución de las respuestas a la pregunta: – Cuando tiene un problema de salud que considera importante, ¿acostumbra a pedir consejo a uno o a diversos colegas?– según sexo

0

20

40

60

80

NoSí a diversosSí a uno

61,8%66,3%

24,8%

10,3%

27,3%

8,2%

Hombres

Mujeres

%

100

La edad y la estructura de convivencia del hogar no son determinantes de este comportamiento ni para

hombres ni para mujeres, y en cambio, el centro de trabajo sí lo es para los hombres. Los médicos que tra-

bajan en CAPs son los que presentan el porcentaje más alto en la categoría “no piden consejo a colegas” (un

18%) (Figura 44).

Figura 44: Distribución según la respuesta a la pregunta - Cuando tiene un problema de salud, ¿pide consejo a colegas?, según centro de trabajo - (hombres)

0 20% 40% 60% 80% 100%

CAP

Hospital-servicio quirúrgico

Hospital-servicio médico

Consulta-clínica privada

Otros 66,7% 18,8% 14,6%

64,4% 28,8% 5,1%

55,8% 31,2% 13,0%

74,4% 1,2%24,4%

50,6% 30,3% 18,0%

No

Sí a diversos

Sí a uno

Cuando las personas encuestadas se encuentran mal piden ayuda sobre todo a un compañero de trabajo,

o a un amigo o amiga. Se encuentran diferencias entre las acciones emprendidas por hombres y por mu-

jeres: mientras que un 7% de los hombres no ha pedido ayuda, este porcentaje es de un 4,7% entre las

mujeres. Prácticamente un 40% de los médicos pide ayuda a un compañero de trabajo, mientras que este

porcentaje se reduce a un 28% en el caso de las médicas. Las médicas, en cambio, buscan más ayuda de

sus médicos o médicas de cabecera (18%) y especialistas (25%) (Figura 45).

64

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Figura 46: Prevalencias de tener médico/médica de cabecera y haber estado ingresado en un hospital durante el último año según sexo (excepto partos)

0

80

20

60

Ha tenido algun ingreso hospitalarioSí, médico cabecera

22,3%

7,2%

33,3%

6,2%

40

Hombres

Mujeres

%

100

Tener médico/ca de cabecera e historia clínica abierta

Un 22,3% de los hombres y un 33,3% de las mujeres tienen un médico/ca de cabecera que pueden

consultar habitualmente cuando tienen un problema de salud (Figura 46). La mayoría de personas

que tienen médico/ca de cabecera tienen una historia clínica abierta, pero cabe destacar que entre los

médicos, el porcentaje de los que no tienen historia clínica es del 20%, cifra sustancialmente superior al

de las médicas (9%) (p<0,05). No se encuentran diferencias entre mujeres y hombres según la estructura

de convivencia del hogar, ni según el lugar de trabajo. En el análisis separado por sexos, ninguna de las

variables mencionadas ha sido determinante para tener médico de cabecera e historia clínica abierta.

Figura 45: Distribución de las respuestas a la pregunta: - la última vez que se ha encontrado mal, ¿a quién ha recurrido?- según sexo

0

100

20

80

40

NadieOtroMédicofamiliar/amigo

Compañero/atrabajo

EspecialistaCabeceraNo se ha encontrado mal

1,7% 1,5%

12,0%

25,1%

39,3%

0,6%

18,1% 19,2%

28,3%

4,7%2,0%

7,0%

60

19,8% 18,9%

Hombres

Mujeres

%

65

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Habitualmente, el médico de cabecera elegido pertenece a la sanidad pública (es el caso de un 76,2%

para los hombres, y de un 83% para las mujeres que tienen médico/médica). No se observan diferencias

en la adscripción de este profesional entre mujeres y hombres según ninguna de las variables estudiadas:

edad, estructura de convivencia del hogar y centro de trabajo. La edad, la estructura de convivencia del

hogar y el centro de trabajo no son determinantes de la adscripción del/la médico/ca de cabecera para los

hombres. Por lo que se refiere a las mujeres, entre las tres variables de interés, el único determinante es

el centro de trabajo: se observa que las que trabajan en consultas/clínicas privadas se visitan menos en la

sanidad pública (52,4%), lo que contrasta con un rango de utilización de la sanidad pública que va del

84 al 100% en los demás lugares de trabajo.

Ingresos y adscripción del hospital de ingreso

Si excluimos los ingresos por parto, un 7,2% de los hombres y un 6,2% de las mujeres han estado ingre-

sados en un hospital durante el año anterior a la entrevista (Figura 46). Sólo se encuentran diferencias

entre mujeres y hombres según la estructura de convivencia del hogar: los hombres que viven solos ingre-

san más que las mujeres en la misma situación (un 12,5% en el caso de los hombres, y ningún ingreso en

el caso de las mujeres). En el análisis separado por sexos, la única relación significativa que se observa es

entre los ingresos hospitalarios (exceptuando los debidos a un parto) y la edad de las mujeres: las mayores

de 45 años ingresan más que las de 30 a 44 años (un 8,6% y un 3,9%, respectivamente).

También en la ESCA 2002 se observa que, excluyendo los ingresos por parto, durante el año anterior a la

encuesta un 7,4% de los hombres ocupados de la población catalana de este grupo de edad (9,4% en la

clase social I) y un 6,7% de las mujeres (6,3% en la clase social I) han tenido algún ingreso hospitalario.

Estos datos indican que los hombres ocupados de la clase I de la población catalana tienen un porcentaje

más alto de ingresos hospitalarios que los médicos. En cambio, el porcentaje de ingresos de las médicas es

igual al de las mujeres ocupadas de Cataluña de la clase social I.

Si se analizan los motivos de ingreso (incluyendo el parto) se observa que el principal motivo de ingreso

para los hombres son las cirugías (42,3%), y para las mujeres, el parto (40%). Llama la atención el alto

porcentaje de ingresos por accidentes en los hombres (Figura 47).

66

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Consumo de fármacos

Los fármacos más consumidos, tanto por hombres como por mujeres, son los antiinflamatorios y los anal-

gésicos, aunque las mujeres los consumen en un porcentaje más alto. También el consumo de vitaminas

y minerales es superior entre las médicas, y en cambio los medicamentos para el colesterol son más con-

sumidos por los médicos. En los otros fármacos estudiados no se encuentran diferencias entre hombres y

mujeres. Cabe destacar la alta proporción de fármacos que las personas encuestadas se toman por iniciativa

Figura 47: Distribución del motivo de ingreso según sexo (% sobre ingresados)

Otro motivo

Accidente

Cirugía

Enfermedad

HOMBRES MUJERES

23,1% 40,5%

42,3% 4,8%

30,8%16,7%

3,8%

Parto

2,4%

35,7%

La mayoría ha ingresado en centros sanitarios públicos (65,4% de los hombres ingresados y 61,9% de las

mujeres ingresadas). No se encuentran diferencias entre mujeres y hombres en la adscripción del hospital

según edad, estructura de convivencia del hogar y centro de trabajo. El centro de trabajo sólo es un deter-

minante para la adscripción del hospital de ingreso en las mujeres. Se observa que ninguna de las mujeres

que trabajan en consultas/clínicas privadas ha ingresado en un hospital público: la mayoría ha acudido a

un hospital de una mutua, o a un centro privado (Figura 48).

Figura 48: Distribución según la adscripción del centro del último ingreso (mujeres)

0 20% 40% 60% 80% 100%

CAP

Hospital-serviciomédico

Consulta-clínicaprivada

Otros 75,0% 12,5% 12,5%

80,0% 20,0%

63,6% 18,2% 18,2%

72,2% 16,7% 11,1%

Centro privado

Mutua privada

Mutua privada obligatoria

Público

67

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Figura 49: Prevalencias de consumo de fármacos en las últimas dos semanas (hombres)

0

80

20

60

40

AntidepresivosVitaminas/minerales

TranquilizantesAntibióticosAntiinflamatoriosy analgésicos

HipnóticosMed.Alergia

Med.Colesterol

3,1%4,7%

5,6%2,0% 1,7%

4,5%

34,4%

2,8% 0,6%

4,2% 5,0%2,5% 3,4%

1,4%

0,6%

8,7%

Sí, iniciativa propia

Sí, prescrito otro médico

100

%

Figura 50: Prevalencias de consumo de fármacos en las últimas dos semanas (mujeres)

0

80

20

60

40

AntidepresivosVitaminas/minerales

TranquilizantesAntibióticosAntiinflamatoriosy analgésicos

HipnóticosMed.Alergia

Med.Colesterol

Sí, iniciativa propia

Sí, prescrito otro mmédico

100

%

1,0%1,2%

5,2%

3,7% 0,7%5,0%

46,9%

5,0% 1,2%2,2%

9,0%

2,5% 3,2%2,5%

4,0%

11,4%

Un 16,8% de personas encuestadas (el 14,9% de los médicos y el 18,9% de las médicas) ha contestado

que había tomado psicofármacos (hipnóticos, tranquilizantes, antidepresivos) durante las dos semanas

anteriores a la encuesta. La mayoría había tomado sólo un fármaco, pero un 3% de los hombres y un

3,2% de las mujeres habían tomado dos o más fármacos de esta categoría. Las diferencias entre hombres

y mujeres no son estadísticamente significativas (Figura 51).

propia, hecho que contrasta con la baja proporción de autoprescripción en la población general (Tabla 5).

Cabe decir, incluso, que el consumo de tranquilizantes e hipnóticos por iniciativa propia alcanza, respec-

tivamente, el 5% y el 4,5% entre los médicos, y el 9% y el 5% entre las médicas. Cabe decir también, sin

embargo, que el consumo de antidepresivos se realiza en un porcentaje más alto por prescripción de otro

médico o médica que por iniciativa propia (Figura 49 y Figura 50).

68

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Figura 52: Utilización de psicofármacos según la estructura de convivencia en el hogar y sexo

0

100

20

80

40

Otras situacionesMonomarental/monoparental

Pareja e hijos/asParejaUnipersonal

20,8%

13,5%18,5% 16,7%

25,0%

9,7%13,6% 13,3%

37,5%

31,4%

60

%

Hombres

Mujeres

Entre los más jóvenes (de 30 a 44 años), no se encuentran diferencias entre hombres y mujeres en el

consumo de psicofármacos. Las mujeres de 45 a 50 años, en cambio, consumen psicofármacos en mayor

proporción que los hombres de estas edades: el 24,4% de las mujeres frente al 15,7% de los hombres. No

se encuentran diferencias en el consumo de psicofármacos entre mujeres y hombres según la estructura de

convivencia del hogar ni el centro de trabajo.

Al analizar los determinantes de consumo de psicofármacos, separando los sexos, se observa que la edad

solamente es significativa para las mujeres (las de 45 a 55 años consumen casi el doble que las de 30 a

45 años –un 24,4% frente a un 13%–). Para los hombres, la estructura de convivencia del hogar no es

determinante para el consumo de psicofármacos, y en cambio se observa que las mujeres que viven en

familias monomarentales son las que más psicofármacos consumen (un 37,5% frente a un 13,5% de las

que viven solas) (Figura 52). El centro de trabajo no es determinante para el uso de psicofármacos, ni en

el caso de las mujeres, ni en el de los hombres.

Figura 51: Distribución del consumo de psicofármacos según sexo

0

20

40

60

80

100

Dos o másUnoNinguno

85,5%81,1%

15,6%

3,0%

11,4%

3,2%

Hombres

Mujeres

%

69

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Hay que distinguir entre el consumo de hipnóticos y tranquilizantes y el consumo de antidepresivos. Un

4,5% de los médicos y un 5% de las médicas han consumido hipnóticos en los 15 días anteriores a la

encuesta; el porcentaje de consumo de tranquilizantes es de un 7,5% para los médicos y un 11,4% para

las médicas; y en lo referente a los antidepresivos, este porcentaje es de un 4,7% para los médicos y un

5,7% para las médicas.

También se ha analizado el número de medicamentos consumidos por iniciativa propia. Se observa

un alto porcentaje de médicos (84,4%) y médicas (88,3%) que se medica por iniciativa propia. Cabe

recordar, sin embargo, que los principales responsables de estos resultados son los antiinflamatorios y

analgésicos, y las vitaminas y minerales. No se encuentran diferencias entre mujeres y hombres en la

automedicación según la edad, o el centro de trabajo. En cambio, se observa que existen diferencias signi-

ficativas entre mujeres y hombres según la estructura de convivencia del hogar. Así, las mujeres que viven

con pareja e hijos se medican más que los hombres en la misma situación (un 90,4% de las mujeres y un

83,3% de los hombres). Resulta interesante observar que, cuando se trata de medicación prescrita, no

existen diferencias entre hombres y mujeres de 45 a 55 años, pero sí entre los de 30 a 44 años. También

es este caso las mujeres reciben más medicación prescrita.

En el análisis separado por sexos se observa que ninguna de las variables de interés (edad, estructura del

hogar y centro de trabajo) es determinante para los hombres ni para las mujeres, tanto en la automedica-

ción como en el consumo de medicación prescrita.

Tabla 5: Comparación del consumo de medicamentos (prescritos o iniciativa propia) con la población ocupada y clase social I

Personal médico Población ocupada CataluñaPoblación ocupada de clase

social I CataluñaHombresPrescrito

HombresIniciativa

propia

MujeresPrescrito

MujeresIniciativa

propia

HombresPrescrito

HombresIniciativa

propia

MujeresPrescrito

MujeresIniciativa

propia

HombresPrescrito

HombresIniciativa

propia

MujeresPrescrito

MujeresIniciativa

propia

Med. Colesterol 4,7 3,1 1,2 1,0 1,7 0 1,9 0,3 3,5 0 1,8 0Med. Alérgias 2,0 5,6 3,7 5,2 2,1 0,3 2,1 0,3 3,2 1,1 3,2 1,1Hipnóticos 1,7 4,5 5,2 3,7 1,6 0,1 2,6 0,4 2,4 0 2,4 0Antiinflamatoriosy analgésicos

2,8 34,4 5,0 46,9 6,7 16,1 9,2 21,0 7,4 18,4 7,5 18,5

Antibióticos 0,6 4,2 1,2 2,2 2,1 0,4 1,8 0,6 3,5 0 3,1 0Tranquilizantes 2,5 5,0 2,5 9,0 3,3 0,1 5,2 1,0 3,3 0 3,1 0Vitaminas/minerales

0,6 8,7 4,0 11,4 1,5 2,3 3,8 4,5 3,5 3,1 2,3 3,1

Antidepresivos 3,4 1,4 3,2 2,5 2,3 0,2 5,4 0,8 3,1 1,5 2,0 0

70

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Las prácticas preventivas: vacuna de la gripe, revisión periódica de la tensión arterial y del colesterol

Los principales grupos de personas que deben vacunarse anualmente (en otoño) con la vacuna antigripal

son: el personal sanitario, los mayores de 65 años, los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas

o cardiovasculares y los inmunodeprimidos (CDC 2004).

La importancia de la hipertensión arterial como problema de salud público radica en su rol causal en la

morbimortalidad cardiovascular. Es uno de los cuatro factores de riesgo modificables en las enfermedades

cardiovasculares, juntamente con las dislipemias, la diabetes y el tabaquismo. Se calcula que un alto por-

centaje de la población hipertensa no conoce su condición, y por tanto no se controla la enfermedad. El

PAPPS (Programa Prevención y Promoción de la Salud de la Sociedad Española de Medicina Familiar y

Comunitaria) hace las siguientes recomendaciones para el control periódico de la tensión: “Se recomienda

medir la presión arterial: al menos una vez hasta los 14 años de edad; cada 4 o 5 años desde los 14 hasta los 40

años de edad; y cada 2 años a partir de los 40 años sin límite superior de edad” (Villar A.F. y cols., 2003).

A las personas asintomáticas de bajo riesgo se les recomienda hacerse una determinación de colesterol

total sérico al menos una vez, en los hombres antes de los 35 años de edad y en las mujeres antes de los

45 años. Después esta determinación debería hacerse con una periodicidad de cinco o seis años, hasta los

75 años de edad. A las personas mayores de 75 años que nunca se hallan medido el colesterol sérico se les

recomienda determinarlo una vez como mínimo (Villar A.F. y cols., 2000).

Un 45,7% de los médicos y un 40,9% de las médicas declaran que se ponen la vacuna de la gripe cada

otoño. En la población catalana ocupada este porcentaje es mucho más bajo (Tabla 6).

Figura 53: Prevalencia de la vacunación de la gripe cada otoño y control periódico (menos de 2 años) de la tensión arterial y del nivel de colesterol en sangre

0

20

40

60

80

100

Revisión colesterol(menos de 2 años)

Revisión tensión(menos de 2 años)

Vacuna gripe

45,7%40,9%

82,1%

69,1%

89,4%

72,0%

Hombres

Mujeres

%

71

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Resulta interesante observar que un 42% de los hombres y un 32,3% de las mujeres declaran que se

controlan la tensión arterial de manera periódica, a pesar de que un 89,4% de los hombres y un 82% de

las mujeres lo han hecho hace menos de 2 años (p<0,05) (Figura 53). No se encuentran diferencias entre

mujeres y hombres según la edad. Los hombres con pareja e hijos se controlan la tensión periódicamente

en una proporción más alta (89,6%) que las mujeres en la misma situación de convivencia (78,5%). Asi-

mismo, los hombres que trabajan en los servicios quirúrgicos de hospitales se controlan (90,7%) más que

las mujeres (75,6%) en la misma situación. En el análisis separado por sexos se observa que ninguna de

las variables de interés es determinante para el control de la tensión arterial, ni en el caso de los hombres

ni en el de las mujeres. La población catalana ocupada de la clase social I se controla la tensión arterial

en menor medida que los médicos y médicas (un 81,3% de los hombres y un 74,8% de las mujeres se

controlan periódicamente la tensión arterial) (Tabla 6).

No se encuentran diferencias entre mujeres y hombres en el control periódico del colesterol: un 58,5%

de los hombres y un 57,1% de las mujeres encuestados declaran que se revisan los niveles de colesterol

en sangre, a pesar de que un 72% de los hombres y un 69% de las mujeres declaran habérselo controlado

en los últimos 2 años (Figura 53).

Figura 54: Distribución de la vacunación de la gripe cada otoño según centro de trabajo y sexo

0 20% 40% 60% 80% 100%

No

CAP (hombres)

CAP (mujeres)

Hospital-servicio quirúrgico (hombres)

Hospital-servicio quirúrgico (mujeres)

Hospital-servicio médico (hombres)

Hospital-servicio médico (mujeres)

Consulta-clínica privada (hombres)

Consulta-clínica privada (mujeres)

Otros (hombres)

Otros (mujeres)

No

38,1% 61,9%

41,7% 56,3%

22,0% 78,0%

32,2% 67,8%

41,0% 59,0%

51,9% 48,1%

34,1% 65,9%

38,4% 61,6%

51,2% 48,8%

58,4% 41,6%

No se encuentran diferencias entre mujeres y hombres en la vacunación de la gripe cada otoño para nin-

guna de las variables de interés (grupo de edad, estructura de convivencia del hogar y centro de trabajo).

En el análisis separado por sexos se observa que sólo el lugar de trabajo es determinante, para hombres y

mujeres, en la vacunación de la gripe cada otoño: los que trabajan en los CAPs con los que lo han hecho

en mayor proporción (Figura 54).

72

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Tabla 6: Comparación de las prácticas preventivas con población ocupada y clase social I

Personal médicoPoblación ocupada

Cataluña

Población ocupada de clase social I

Cataluña

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Dones

Vacuna de la gripe 45,7 40,9 9,1 6,4 7,4 6,2

Control periódico de la tensión 89,4 82,1 74,0 78,1 81,3 74,8

Control periódico del colesterol 69,1 72,0 67,8 70,3 70,3 71,3

Figura 55: Control periódico del colesterol (menos de 2 años) según edad y sexo

0

20

40

60

80

45 - 55 años30 - 44 años

58,9%

74,5%70,4%

73,6%

100Hombres

Mujeres

%

En el análisis separado de sexos se observa que la edad es deteminante para el control periódico del co-

lesterol en los hombres, pero no lo es para las mujeres. Así, un 74,5% de los médicos de 45 a 55 años se

controlan periódicamente el colesterol, mientras que este porcentaje, entre los de 30 a 44 años, baja a

58,9%. La estructura de convivencia del hogar o el centro de trabajo no son determinantes del control

periódico del colesterol, ni en el caso de los hombres ni en el de las mujeres.

En la Tabla 6 se puede observar que no se hallan diferencias con la población catalana ocupada de la clase

social I (un 70,3% de los hombres y un 71,3% de las mujeres se controlan periódicamente el colesterol).

Se observa que en el grupo de edad de 30 a 44 años las mujeres se controlan el colesterol periódicamente

en un porcentaje más alto que los hombres (Figura 55).

73

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Las prácticas preventivas

Un 23,6% de las médicas encuestadas afirma que no va de manera regular a una visita ginecológica para

hacerse una citología. Esta proporción sube entre las mujeres que no han estado nunca embarazadas (35%)

y entre las que tienen la menopausia natural (33%). Entre las mujeres catalanas ocupadas, del mismo gru-

po de edad y de la clase social I, sólo el 13,9% no se hace una citología periódicamente (Tabla 7).

Más de la mitad (56,8%) de las mujeres se hace una mamografía a intervalos regulares, o de manera

periódica. Entre las mayores de 50 años lo hace un 88% y entre las más jóvenes, aunque en esta edad no

está indicada la mamografía para cribaje de cáncer, lo hace un 48%. No se encuentran diferencias signi-

ficativas según el centro de trabajo. Hay que destacar que en las mujeres catalanas mayores de 50 años de

la clase social I se observa un porcentaje más alto de realización de mamografías periódicas: un 100% de

las encuestadas ha declarado en la ESCA 2002 que se hace periódicamente este prueba (Tabla 7).

El 46% de las mujeres que declaran que tienen la menstruación no utilizan ningún método anticon-

ceptivo. El método anticonceptivo más frecuente es el preservativo (21%), seguido por el DIU (12%)

(Figura 56).

5.7. La salud reproductiva de las médicas

Figura 56: Distribución según el método anticonceptivo utilizado de manera regular entre las mujeres que tienen la menstruación

Quirúrgica (vasectomía)2,6%

Ligadura trompas3,6%

Preservativo20,8%

Ninguno45,9%

Otros3,9%

DIU12,4%

Hormonales10,7%

74

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Figura 57: Distribución según la situación en relación con la menstruación

Embarazada2,5%

Otros1,2%

Menopausia quirúrgica4,2%

Menopausia natural15,7%

La tiene76,4%

La mayoría de las encuestadas (76,6%) tiene la menstruación en periodos que van de 25 a 32 días; un

6,3% tiene periodos totalmente irregulares, aunque hay que destacar que la mayoría de éstas tiene más

de 44 años (79%). Al 63,4% de las encuestadas la menstruación les dura de 3 a 5 días; al 13% 3 días o

menos; y al resto más de 5 días. Cabe destacar que un 20,7% de las médicas de 30 a 44 años presenta

metrorragias, un 21,3% presenta la menstruación con coágulos y un 13,3% afirma que en los últimos

seis meses le parece que su menstruación es más abundante, hechos compatibles con el efecto del estrés

en los trastornos menstruales.

Tabla 7: Comparación de las prácticas preventivas con población ocupada y clase social I

MédicasPoblación ocupada

CataluñaPoblación ocupada de clase

social I Cataluña

Citologías periódicas 76,0 76,7 86,1

Mamografías periódicas (mayores de 50 años)

88,0 76,3 100,0

La situación de la menstruación y los síntomas premenstruales

Un 15,7% de las médicas encuestadas está en situación de menopausia natural y un 4,2% quirúrgica.

Un 2,5% estan embarazadas (Figura 57). Un 33% de las mujeres que está en situación de menopausia

utiliza algún tipo de terapia hormonal substitutiva. La utilización de la terapia hormonal es mucho más

elevada que la de la población de mujeres de la misma edad, que no supera un 10%, aunque no existen

estadísticas fiables de población a este respecto.

75

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

Figura 58: Prevalencia de síntomas premenstruales en mujeres que tienen la menstruación según centro de trabajo

0

20

40

60

80

100

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

CAP

73,0%68,8%

84,8%83,6%

90,5%

%

Un 79% de las mujeres que tiene la menstruación tiene síntomas premenstruales, y no se halla relación

ni con la edad ni con la estructura del hogar. En cambio, la relación con el lugar de trabajo se halla al

límite de la significación estadística (p=0,046). Las mujeres que trabajan en consultas/clínicas privadas

son las que más declaran tener síntomas premenstruales (90,5%) y, en cambio, las que trabajan en servi-

cios quirúrgicos de hospitales son las que declaran tener síntomas premenstruales en menor proporción

(68,8%) (Figura 58).

La mayoría de médicas encuestadas considera que sólo ellas se dan cuenta de los síntomas premenstruales

(73,7%), pero el 26,3% considera que también lo nota su entorno. Estas cifras son mucho más elevadas

que en la población general, de la cual podemos tener referencias genéricas por estudios de la población

anglosajona (Di Giulio G., Reissing E.D.), ya que no tenemos referencias de síndrome premenstrual en

la población española. El síndrome premenstrual, considerado de moderado a grave en un 26,3% de las

encuestadas, puede interferir en la capacidad de concentración y en el rendimiento laboral cuando se

prolonga más de tres días al mes.

Los embarazos

El 70% de las encuestadas han estado embarazadas en alguna ocasión. Lo más frecuente es haber tenido

dos embarazos a término (36,1%) (Figura 59). Hay que destacar que un 17,7% de las médicas han teni-

do un hijo, frente a un 45,8% que han tenido dos o más de dos (un 9,7% de las médicas han tenido tres

o más hijos). El número de hijos/as por mujer es más alto que en Cataluña y España (en estos momentos

está en 1,5 hijos por mujer).

76

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

Un 23,6% de las médicas que han estado embarazadas alguna vez ha tenido un aborto, y un 9,3% ha

tenido dos o más. Un 33% de abortos es una proporción muy elevada, ya que según los datos del Minis-

terio de Sanidad y Consumo, en la población de la misma edad no se supera un 20%. Sin embargo, hay

que señalar que no sabemos en qué proporción estos abortos han sido una interrupción voluntaria del

embarazo (IVE), o bien un aborto espontáneo.

Figura 60: Distribución según el número de partos prematuros entre las mujeres que han estado embarazadas alguna vez

Ninguno89,6%

Dos o más3,3%

Uno7,1%

Figura 59: Distribución según el número de embarazos

Ningún embarazo30,0%

Ninguno a término6,5%

Tres o más9,7%

Dos36,1%

Uno17,7%

Como se observa en la Figura 60, un 10,4% de las mujeres que han estado alguna vez embarazadas han

tenido una criatura prematura.

77

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

5 Resultado del ajuste de modelo de regresión logística.

Un 42,5% de las mujeres de 30 a 44 años ha tenido alguna complicación obstétrica, mientras que entre

las de 45 a 55 años este porcentaje es de un 31,7% (p=0,046).

No se encuentran relaciones entre los prematuros y los abortos según el centro de trabajo. En cambio,

las complicaciones obstétricas son más frecuentes entre las que trabajan en hospitales (54,2% entre las

que trabajan en los servicios quirúrgicos y 41,7% entre las que lo hacen en los servicios médicos). Esta

relación continúa siendo significativa cuando se ajusta por edad5 (Figura 61).

Figura 61: Prevalencia de complicaciones obstétricas en mujeres que han estado embarazadas según centro de trabajo

0

20

40

60

OtrosClínica/consultaprivada

Servicio médicohospital

Servicio quirúrgicohospital

CAP

38,1%

54,2%

35,0%41,7%

17,5%

80

%

100

78

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

6. Apuntes finales y conclusiones

Las características sociodemográficas, la situación laboraly la actividad profesional

La feminización de la medicina no es un fenómeno temporal, sino que las tendencias, desde hace más de

una década, confirman que en los próximos años las mujeres serán mayoría en esta profesión. Este hecho

debe implicar una profunda reflexión, y una adaptación tanto de las condiciones de trabajo como de las

políticas de conciliación de la vida personal y laboral.

Algunas especialidades, en las que los hombres continúan siendo mayoría, deberán ofrecer atractivos

laborales y personales a las médicas con el fin de que no falten determinados especialistas en el mercado

laboral, carencia que en estos momentos ya se empieza a observar.

En consonancia con la segregación de género en las especialidades, existen diferencias entre mujeres y

hombres en los centros donde desarrollan su trabajo. La mayoría de las médicas trabajan en Centros de

Atención Primaria, mientras que los médicos lo hacen en hospitales. La mayoría de médicos tiene más de

un trabajo, mientras que las médicas trabajan mayoritariamente sólo en un lugar.

Resulta preocupante el alto porcentaje de contratos temporales e interinidad entre los asalariados, muy

por encima de la población general. Entre los médicos, el número de este tipo de contratos es seis veces

más alto que entre los hombres de su misma clase social, y entre las médicas es más del triple. Estos datos

son un fuerte indicador de precariedad laboral en este colectivo. Las situaciones precarias de trabajo (con-

trato, etc.) se dan sobre todo en los y las profesionales jóvenes. Resulta clara la diferencia entre la situación

de los médicos mayores de 45 años, que tienen contrato, ejercen en el sector privado y comenzaron a

trabajar en un momento en que la medicina tenía “prestigio social”, y la situación de los médicos jóvenes

asalariados en condiciones precarias. La medicina ha pasado a ser una profesión de asalariados.

Ya se sabe que en la profesión médica se dedica un elevado número de horas al trabajo: los médicos y

médicas trabajan una media de casi 10 horas más a la semana que los hombres y mujeres de su clase social.

Hay que señalar que entre los médicos y médicas que hacen guardias este número de horas es todavía más

79

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

alto. En este sentido, vale la pena destacar que casi la mitad de los médicos de 45 a 55 años que hacen

guardias trabajan más de 60 horas semanales.

El bienestar, la calidad de vida y la salud de las personas trabajadoras están muy ligadas a las condiciones

psicosociales del trabajo. Los datos observados indican que las médicas y los médicos pueden sufrir al-

gunos riesgos de esta naturaleza. A pesar de que estos profesionales disfrutan de buenos niveles de apoyo

social de los superiores y compañeros/as, los niveles de participación no son muy altos y las exigencias

psicológicas del trabajo son elevadas.

El grado de insatisfacción con la profesión (condiciones de trabajo y salario, principalmente) es alto entre

médicos y médicas, sobre todo entre los que trabajan en Atención Primaria. Esto podría estar relacionado

con el hecho de que, a pesar de que el nivel de exigencias psicológicas sea similar al de los profesionales

que trabajan en hospitales, los médicos y médicas de los CAPs participan menos en las decisiones de la

unidad, y tienen menos control sobre su trabajo (autonomía y oportunidad de desarrollar las actividades

propias). Este desequilibrio –altas exigencias psicológicas con poca participación y poco control– lleva a

una situación de alto riesgo psicosocial en el trabajo. Asimismo, cabe destacar que las médicas (tanto las

de los CAPs como las de los servicios médicos de los hospitales) tienen una participación muy baja en las

decisiones de su unidad.

El ámbito doméstico y familiar

La división sexual de los trabajos es un hecho entre estos profesionales. A pesar de que una proporción

elevada de médicos y médicas afirman compartir el cuidado de sus hijos e hijas, cuando se trata de trabajar

en el hogar (cocinar, lavar, etc.) las médicas son las que, de manera muy mayoritaria, se responsabilizan

de estos trabajos en sus hogares. En comparación con la población de su misma clase social, las médicas

son en una menor proporción las principales responsables de los trabajos domésticos y del cuidado de las

personas. Este hecho coincide con la realidad de que casi tres de cada cuatro médicas disponen de una

persona contratada para compartir o realizar estos trabajos.

Cuando viven en pareja, las mujeres dedican menos tiempo que los hombres al trabajo remunerado, y

las diferencias se acentúan cuando conviven con hijos e hijas. Cabe destacar que, entre las personas que

viven solas, las médicas realizan un mayor número de horas de trabajo remunerado que los médicos. Estos

resultados son compatibles con la división sexual del trabajo, que por un lado asigna a las mujeres los

trabajos domésticos y el cuidado de las personas dependientes, dificultándoles así el ascenso profesional

y, por otro lado, hace que, en muchos casos, todavía persista la centralidad del hombre como principal

proveedor de los recursos económicos de la unidad familiar. Este hecho se traduce en sobrecarga para los

dos sexos, aunque de tipo diferente.

80

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

No se observan diferencias de género en la satisfacción con las diferentes esferas de la vida. En general, los

médicos y médicas estan más satisfechos con su vida privada (concretamente, menos con sus relaciones

amistosas que con las de pareja o de familia) que con su vida laboral.

El estado de salud

En general, la prevalencia de trastornos crónicos entre médicos y médicas es similar a la de la población

de su misma clase social. Sin embargo, hay que destacar que, comparada con la población ocupada de la

clase social I, existe una proporción más elevada de médicos con diabetes, y en cambio la proporción de

médicas con esta enfermedad es muy inferior.

En contraste con todo lo que hemos mencionado anteriormente, los médicos y médicas tienen un estado

de salud percibido mejor que el de la población de su mismo grupo de edad y clase social. Una de las

hipótesis para explicar este resultado es que lo que los médicos y médicas consideran como “salud” está

mucho más ligado al hecho de no tener una enfermedad, o bien, en el caso de tener una enfermedad leve

o crónica, poder conocer su pronóstico y evolución. Ello hace que minimicen su efecto. Otro resultado

del estudio que da fuerza a esta hipótesis es que, si consideramos el bienestar psicológico, medido por el

cuestionario GHQ12, hallamos que el sufrimiento psicológico de médicas y médicos, principalmente de

las primeras, es más alto que el de la población general. Estos resultados nos llevan a pensar que los pro-

fesionales de la medicina, al evaluar su salud, no tienen en cuenta, o consideran secundario, su bienestar

psicológico. En cualquier caso esta hipótesis debería investigarse mediante estudios en profundidad, y con

metodologías cualitativas, que permitiesen averiguar cuáles son los factores que los médicos y las médicas

consideran cuando evaluan su propia salud.

Resulta interesante observar que tanto los hombres como las mujeres más jóvenes de 45 años puntúan

más alto en la escala de cansancio. No obstante, y para todas las edades, en una escala de 3 puntos, las

medias de las puntuaciones de las mujeres llegan casi al 2 y las de los hombres sobrepasan el 1,5. El alto

número de horas trabajadas y la insatisfacción con el tiempo libre pueden ser algunas de las explicaciones

del alto grado de cansancio de este colectivo profesional.

Los médicos, y principalemente las médicas, puntúan alto en la escala de dolor. Este hecho puede estar

expresando enfermedades, problemas con la ergonomía del lugar de trabajo, sufrimientos físicos y psíqui-

cos y, frecuentemente, malestar ante las presiones sociales, las situaciones de estrés o la sobrecarga laboral

de este colectivo.

Hay que destacar el alto porcentaje de sobrepeso (53,4%) y obesidad (8%) entre los médicos, principal-

mente entre los mayores de 45 años (p<0,05). En contraste, entre las médicas, el 19,6% presenta sobre-

peso y el 4% obesidad, y no se halla realción del IMC con la edad. Este hecho debe ser estudiado en pro-

fundidad, ya que la epidemia de obesidad en la población es motivo de preocupación y los profesionales

81

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

de la medicina, a pesar de ser conscientes de la comorbidad y mayor probabilidad de mortalidad entre las

personas obesas, parece que en este sentido se apliquen poco los consejos que dan a los pacientes.

Las conductas o estilos de vida relacionados con la salud

Es interesante observar que a pesar del alto porcentaje de sobrepeso y obesidad, casi el 70% de las per-

sonas encuestadas afirman hacer más de 90 minutos semanales de actividad física. Tampoco no es muy

positivo el descubrimiento de que más de la tercera parte de los médicos y médicas sea sedentario o haga

semanalmente menos de 90 minutos de ejercicio físico moderado durante su tiempo libre. Si conside-

ramos sólo la actividad deportiva, excluyendo el tiempo dedicado a caminar, los médicos hacen más

deporte que los hombres de su misma clase social y, en cambio, las médicas hacen menos. El porcentaje

de médicos menores de 45 años que no realizan ninguna actividad física es prácticamente el doble que el

de las médicas de la misma edad (16,1% de los médicos y 8,7% de las médicas).

A pesar de que algunas voces disonantes insisten en que los profesionales de la medicina fuman más que

la población general, el resultado que se ha hallado en este estudio no es éste. La proporción de médicos

y médicas (no hay diferencia entre sexos) que fuma llega justo al 20%, mientras que en la población

general, del mismo grupo de edad y de la clase social I, fuma el 44,5% de las mujeres y el 35,4% de los

hombres. La edad se relaciona con el porcentaje de fumadores actuales en el caso de los hombres (fuman

más los de 45 o más años). En cambio, las mujeres mayores de 45 años han abandonado más este hábito

que las más jóvenes.

Los resultados observados de consumo, ligero o de riesgo, de alcohol, son mucho más bajos entre mé-

dicos y médicas que entre la población general. Estos resultados deben considerarse con cautela, ya que

el estigma social que lleva asociado el consumo de esta substancia, principalemte entre los profesionales

de la medicina, puede haber comportado una infradeclaración del consumo. Sin embargo, no tenemos

herramientas para afirmar que esta infradeclaración sea más alta que la de la población general. La

mayoría de la mujeres de 30 a 44 años declaran ser abstemias (64%) mientras que este porcentaje entre

las mayores de 45 años es del 36,1%.

La mayoría de médicos y médicas duerme entre 7 y 8 horas diarias. En general, los médicos duermen menos

horas que las médicas. La tercera parte de los médicos y casi la cuarta parte de las médicas duerme diaria-

mente 6 o menos horas (los mayores porcentajes de menos de 6 horas de sueño se halla entre los médicos

menores de 45 años). Hay que estar muy alerta ante estos datos, ya que estos porcentajes son superiores

a los de la población general, y hay estudios que indican que la privación de horas de sueño aumenta los

errores médicos y mengua el bienestar físico y psicológico, situación que se traduce en insatisfación, estrés

e incluso depresiones.

82

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

El uso de servicios sanitarios y medicamentos y las prácticas preventivas

Confirmando los resultados del anterior estudio del COMB (Bruguera y cols., 2001), los médicos y las

médicas continúan utilizando poco los servicios sanitarios formales. La gran mayoría pide ayuda a un/a

compañero/a de trabajo o a un pariente médico, o a un amigo o amiga. Las médicas son las que más

buscan la atención del/la médico/a de cabecera o de un especialista (43,2%), mientras que solamente una

tercera parte de los médicos lo hacen. En la misma línea de estos resultados hay que señalar que menos

de la cuarta parte de los médicos y la tercera parte de las médicas declaran tener un médico o médica de

cabecera. Todavía resulta más preocupante el hecho de que, entre los que tienen un médico o médica de

cabecera, un 20% de los médicos y un 9% de las médicas no tienen historia clínica abierta.

Si excluimos los ingresos por parto, se observa que los médicos y médicas tienen una proporción similar

de ingresos hospitalarios. A pesar de ello, debe mencionarse el alto porcentaje entre los médicos de ingre-

sos debido a accidentes. En comparación con la población general, los médicos tienen un porcentaje más

bajo de ingresos hospitalarios que los hombres ocupados de la clase social I. En cambio, el porcentaje de

ingresos de las médicas es igual que el de las mujeres ocupadas de la clase social I.

El alto porcentaje de consumo de fármacos entre médicos y médicas puede tener diversas explicaciones.

En primer lugar, los medicamentos más consumidos son antiinflamatorios y analgésicos. Más de la mitad

de las médicas y más de la tercera parte de los médicos consumen este tipo de fármacos, y en su gran

mayoría lo hacen por iniciativa propia. Tal y como se ha comentado anteriormente, estos profesionales

puntúan alto en la escala del dolor, y ésta podría ser una de las explicaciones. El porqué las médicas y los

médicos sufren tanto dolor es un tema que, más allá de las consideraciones hechas anteriormente (pro-

blemas con la ergonomía del lugar de trabajo, sufrimiento físico y psíquico y, frecuentemente, malestar

ante las presiones sociales, las situaciones de estrés o la sobrecarga laboral), debe ser explorado en profun-

didad, a fin de hallar explicaciones fundamentadas y poder actuar en la mejora de esta situación. La otra

explicación sería el fácil acceso a los medicamentos, y la confianza de que éstos son la medida más rápida

y eficaz de tratamiento. Las diferencias con la población general podrían atribuirse al hecho de que ésta,

o bien no sufre tanto dolor, o bien utiliza otras medidas para tratarlo.

El alto porcentaje de consumo, principalmente a través de automedicación, de sustancias psicoactivas

entre los médicos, y principalmente entre las médicas, es un motivo de preocupación. Entre los más

jóvenes (de 30 a 44 años), no se encuentran diferencias entre mujeres y hombres en lo referente al consu-

mo de psicofármacos. En cambio, las mujeres de 45 a 55 años consumen psicofármacos en un porcentaje

más alto que los hombres de estas edades (24,4% y 15,7% respectivamente). Cabe destacar que un 5%

de los médicos y un 9% de las médicas consumen tranquilizantes por iniciativa propia. Si sumamos a es-

tos datos la proporción de consumo con prescripción, hallamos que 7 de cada 100 médicos y 11 de cada

100 médicas consumen tranquilizantes. En lo referente a los hipnóticos y los antidepresivos, el consumo

de estos fármacos también es mucho más elevado entre los médicos y médicas que entre la población

catalana de la misma edad y clase social.

83

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajode los médicos y médicas de Cataluña

A pesar de que entre estos profesionales la vacunación para la gripe es mucho más frecuente que entre la

población general de la misma edad y clase social, la proporción de médicos y médicas vacunados no llega

al 50%. Hay que recordar que la recomendación es que todo el colectivo sanitario que tenga contacto con

pacientes se vacune cada otoño.

En comparación con la población general, la proporción de médicos y médicas que se controla periódi-

camente la tensión arterial es alta. La proporción de médicos y médicas que se controlan periódicamente

el colesterol es similar a la de la población general de su misma edad y clase social.

La salud reproductiva de las médicas

Las médicas se hacen menos citologías periódicas que la población general. Como no sabemos la periodi-

cidad con la que se la hacen no podemos afirmar si esta práctica sigue las actuales recomendaciones, que

indican la conveniencia de que las mujeres que están fuera de los grupos de riesgo, o que no hayan tenido

molestias ginecológicas se realicen esta prueba cada 3 años. En lo referente a las mamografías, un 88% de

las médicas mayores de 50 años se las hace. A pesar de que en las menores de esta edad no está indicada

la mamografía como cribaje de cáncer, un 48% de las encuestadas se hace esta prueba.

Aunque existen evidencias de que la terapia hormonal sustitutoria no está indicada en la gran mayoría

de mujeres durante la menopausia, la tercera parte de las médicas en esta situación utilizan algún tipo de

terapia hormonal sustitutoria.

Entre las médicas se observan porcentajes más altos que los considerados normales en la población espa-

ñola de metrorragias, hipermenorrea y síndrome premenstrual. Estos datos sugieren que se trata de un

colectivo particularmente estresado. Se necesitan estudios posteriores y cuidadosos para determinar si la

pérdida excesiva de sangre puede contribuir a la aparición de trastornos hematológicos (anemia, ferrope-

nia) que tengan un papel potencial en el cansancio, particularmente alto entre las médicas.

Más del 60% de las médicas catalanas han tenido embarazos a término, y casi el 46% ha tenido dos o

más hijos. Esta proporción, superior a la media de hijos en Cataluña y España (1,5), muestra que el rol

de reproducción biológica forma parte del núcleo de sus intereses.

La proporción de prematuridad es alta: un 10,4% de las médicas que han estado alguna vez embarazadas

han tenido una criatura prematura. La tercera parte de las médicas han declarado haber tenido algún

aborto. No obstante, cabe señalar que no sabemos en qué proporción este aborto ha sido una interrupción

voluntaria del embarazo (IVE), o un aborto espontáneo. La proporción de complicaciones obstétricas es

más alta entre las menores de 45 años (42,5%) que entre las de 45 a 55 años, donde este procentaje es de

un 31,7%. No se encuentran relaciones entre los prematuros y los abortos según el centro de trabajo y, en

cambio, las complicaciones obstétricas son más frecuentes entre las que trabajan en hospitales.

84

Salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los médicos y médicas de Cataluña

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FUNDACIÓN GALATEA

Presidencia:Dr. Jaume Padrós Selma

Gerencia:Dr. Antoni Arteman Jané

Coordinación de programas:Dra. Eulàlia Masachs Fatjó

Soporte administrativo:Sra. Natàlia Raguer Escuder

91

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PATRONATO

Presidente:Dr. Jaume Padrós SelmaSecretario del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona

Vicepresidente:Dr. Joan Profitós TusetVicesecretario del Col·legi Oficial de Metges de Girona

Vocales:Dra. Leonor Ancochea SerraïmaVocal de la Junta de Govern del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona

Dr. Xavier Blancafort SansóExpresidente SMIR del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona

Dra. Mercè Botinas Martí Vocal de la Junta de Govern del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona

Sra. Mariona Creus VirgiliPresidenta del Col·legi Oficial d’Infermeria de Barcelona

Dr. Eduard Jaurrieta MasDirector Adjunto de desarrollo del profesional de l’Institut Català de la Salut. Departament de Salut

Dr. Ramon Balius JuliMédico jubilado del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona

Dr. Baldomero Tormo CarnicéSecretario del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona

Dr. Ignacio Orce SatrústeguiPresidente de Assistència Sanitària Col·legial

Dr. Antoni Plasència TaradachDirector general de Salut Pública del Departament de Salut

Dr. Carles Querol VelaSecretario del Col·legi Oficial de Metges de Lleida

Dr. Marc Soler FàbregasGerente del Àrea Professional del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona

Dr. Alexandre Darnell TeyVicepresidente de Mutual Mèdica de Catalunya i Balears