sÁbado1de septiembre de 2018 harmony slater: “el yoga...

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rentes ciudades. Es así como en los próximos meses su agenda tiene marcados destinos como Basilea, Mallorca, Budapest, Fortaleza, Buenos Aires y Goa, además de Santiago, en que esta- rá impartiendo clases entre el 9 y 14 de noviembre en Ashtanga Yoga Chile (www.108.cl), ubica- da en Diego de Almagro 4667, Ñuñoa, la escuela perteneciente a la profesora Loreto Cortés, quien ha sido la principal res- ponsable de la difusión de este método en nuestro país. Al teléfono desde British Co- lumbia, donde vive junto a su pequeño hijo, Slater se muestra muy animada con su primera vi- sita a Chile. Sobre su amor por el yoga, ella dice que todo comen- zó con las primeras clases que tuvo de Ashtanga. “Desde un principio sentí que era algo ma- ravilloso. Aunque antes de eso había bailado, corrido e ido al gimnasio, nunca antes me había sentido tan limpia y elevada. Así que fue algo muy transformador que me quitó las ganas de tomar alcohol, fumar o no comer sa- no”, señala. —¿De qué forma el yoga la ayudó a distanciarse de los pro- blemas de autoestima que sufrió cuando era bailarina? “Cuando bailaba tenía una imagen muy pobre de mi cuer- po, odiaba como me veía y siem- pre me estaba criticando a mí misma. Eso llevó a que tuviese problemas alimenticios y pade- ciera un trastorno dismórfico corporal —el que consiste en una preocupación fuera de lo normal por algún defecto, ya sea real o imaginario, percibido en las características físicas pro- pias—, y toda clase de proble- mas psicológicos y físicos. Pesa- ba 40 kilos y sentía que me esta- ba muriendo. Gracias al apoyo de mi familia dejé de bailar, pe- ro no fue hasta que comencé a practicar yoga que mi cuerpo se volvió un amigo y tuve una relación más sana con- migo misma. Fue así como todo ese comportamiento dañino se volvió antiético, pues no me ayudaba hacer- me daño a mí, a mi prácti- ca y a mi desarrollo. Por lo tanto, el yoga me ayudó a sanarme desde adentro y a unir el puente roto en- tre mi cuerpo y mi men- te”. L a primera pregunta que muchos le hacen a Har- mony Slater es si ese es su nombre de nacimien- to. Casi predestinada a llevar una vida adentrándose en la meditación y el yoga, esta ca- nadiense originaria de Calgary nació dentro de una familia de padres hippies que la bautizaron como “Armonía”, algo que ha buscado durante toda su vida, ya sea primero como bailarina de ballet y danza, y luego como practicante de yoga y profesora de ashtanga, método creado por el maestro K. Pattabhi Jois, y que hoy es liderado por su nieto Sha- rath, quien reúne a cientos de alumnos provenientes de todo el mundo en su escuela ubicada en Mysore, India. Como buena practicante de yoga, la historia de Harmony (40 años) está marcada por una búsqueda espiritual y un senti- do mayor de la vida. Fue así co- mo tras una adolescencia meti- da en la danza, en donde sufrió problemas para aceptar su cuer- po, llegó a estudiar Filosofía y Estudios Religiosos, especiali- zándose en budismo y sánscrito. Esto y su práctica de yoga la lle- varon primero a China para pro- fundizar su investigación en la meditación budista, y luego a Mysore, lugar al que ha vuelto más de una decena de veces, lo que le ha valido transformarse en profesora certificada, el reco- nocimiento más alto que se pue- da recibir en ashtanga y que le permite dar clases de series avanzadas (el método de as- htanga se divide en seis series distintas según el avance de los alumnos). Según ella misma cuenta, “desde la primera vez que cono- cí a Pattabhi Jois, en 2004, mi co- razón se llenó de amor y reve- rencia. Él podía transmitir tanto a través de su tacto, su mirada penetrante o pocas palabras. Esos primeros años de práctica con él solidificaron mi dedica- ción y devoción hacia su linaje. Recuerdo que por primera vez estaba en paz conmigo misma. Esa experiencia era tan real y profunda, que sabía que ese era mi camino”. A manera de llevar sus cono- cimientos a más alumnos es que desde hace unos años Slater se transformó en profesora viajera, dejando su escuela en Canadá para dar talleres y clases en dife- —Sin embargo, en las salas de yoga tampoco es difícil ver a jó- venes con problemas alimenta- rios. “Es algo muy difícil de tratar. Hay que tener claro que uno no es su cuerpo ni su mente. A me- dida de que más nos identifica- mos con el cuerpo, es más com- plicado salir de ese patrón, por- que si pensamos que somos esa cosa, entonces solo queremos ser de esa forma determinada. Recuerdo que los primeros años que fui a Mysore había mujeres practicando que sufrían anore- xia a las cuales Patthabi Jois se les acercaba y les gritaba: ‘¿Por qué no comen? ¡Ustedes, co- mer!’. Todos en la sala lo podía- mos escuchar. Como profesora debemos hacer énfasis en la fuerza en vez de la ligereza, en la suavidad en vez de la rigidez, y también mejorar la autoesti- ma de nuestros alumnos a tra- vés de crear un balance en sus vidas”. —Eso pareciera ser aún más complicado hoy en día con las redes sociales como Instagram, donde aparecen muchos practi- cantes de yoga luciendo sus físi- cos trabajados mientras hacen diferentes posturas. “Hay mucha presión de verse de cierta forma, tener un cuerpo hermoso, pero lo interesante es que el yoga es sobre la mente, no el cuerpo, así que muchas veces entendemos la práctica desde la perspectiva opuesta, porque yo- ga no tiene nada que ver con el físico. El cuerpo es solo una he- rramienta que nos ayuda a crear una apertura de nuestra men- te y la integración de nuestra energía. El yoga no tiene que ver con cómo luce el cuer- po”. —¿Qué tiene tan especial As- htanga que logra que los practi- cantes terminen por confrontar los aspectos más oscuros u obse- sivos de sus vi- das? “La práctica nos da un microcosmos o un reflejo que nos permite vernos de más cerca. Eso no ocurre si no nos confrontamos a los desafíos que presenta el mat (la alfombra so- bre la cual se practica). Con la práctica creamos un significado y un valor a algo que realmente no lo tiene, pues poner la pierna de- trás de la cabeza no tiene valor para tu vida, pero al transformar- lo en una meta le damos impor- tancia y se vuelve un reto que re- quiere un plan o estrategia para poder realizarlo. La vida hay que verla de la misma forma para ser mejores padres o mejores perso- nas. Lo interesante es que una vez que nos damos cuenta en un aspecto de nuestras vidas, eso se traduce en una conciencia más amplia en todas las áreas. Así al hacer cambios en el mat, también se hacen transformaciones ma- yores fuera de él”. —Usted es una de las pocas profesoras certificadas en as- htanga. ¿Qué significa ser porta- dora de ese reconocimiento? “Es un honor grande, ya que es algo que uno espera lograr, pero no existe ninguna garantía de que alguna vez vaya a llegar. An- tes de ser certificada tuve a mi bebé, así que durante tres años estuve retomando mi práctica de asanas avanzadas, mientras que mi mente se fue volviendo más fuerte, así que al volver a Mysore Sharath vio el trabajo que había hecho, se percató de mi familia y de mi labor como profesora y me certificó, lo cual lo veo como un reconocimiento a mi dedicación hacia el linaje y la práctica”. —Hablando de la materni- dad, usted escribió un libro so- bre el yoga y las mujeres. ¿Qué elementos en común encontró en los testimonios que recopiló? “Esencialmente el libro habla sobre los problemas y las situa- ciones que afectan a las mujeres. En el caso nuestro, todos los me- ses tenemos el llamado ‘ladies holidays’ (durante el período, las mujeres no pueden practi- car), además de que hay que li- diar con los ciclos hormonales que pasemos regularmente por cambios drásticos. Es así como debemos aprender a ser más fle- xibles en nuestra aproximación a la práctica y no pensar que te- nemos que hacer todas las asa- nas de una forma determinada todos los días. El yoga debe ser un beneficio para la vida más que una disciplina donde solo hay que lograr metas”. HARMONY SLATER: “El yoga no tiene que ver con cómo luce el cuerpo” En los últimos años, la práctica de Ashtanga Yoga ha ido aumentando tanto en el mundo como en Chile; sin embargo, son pocos los que han alcanzado un nivel como el de esta profesora canadiense, quien estará en Santiago impartiendo un taller en noviembre. FELIPE RAMOS Harmony Slater estará dictando un taller en Santiago. en RED ados La web ha impactado en prácticamente todas las actividades del ser humano, incluso en el amor. Sí, amor de pareja. Un reciente artículo de The Economist arrojó sorprenden- tes luces sobre el tema. Afírmese: se viene un cambio monumental, pues así como antaño los padres elegían con quién se casaban sus hijos, ahora quien escoge no es el progenitor, sino una aplicación. ¿Sabía usted que hoy en Estados Unidos prácticamente un tercio de todos los matrimo- nios son de parejas que se conocieron a través de alguna aplicación y que la red es la segun- da forma más popular de conocer a alguien del sexo opuesto? No se espante: globalmen- te, al menos 200 millones de personas usan servicios o aplicaciones digitales para conocer a la persona de su vida. Lo otro llamativo es que investigaciones realizadas en Estados Unidos han comprobado que matrimonios que se conocieron online tienen más probabili- dades de permanecer unidos en el tiempo, y además confiesan estar más felices con sus parejas que aquellos casados offline. Tanto han impacto la web y las aplicaciones en el mundo de las parejas que desde el surgi- miento de internet los divorcios en EE.UU. han disminuido. En vista de las cifras reuni- das por The Economist, salimos a buscar las aplicaciones más populares para ayudar en temas de amor. Tinder (www.tinder.com) es la más conoci- da y usada en Occidente. Entre los millennials del mundo, es la aplicación número uno. Su forma de uso es replicada de una u otra mane- ra por todas las apps del mundo. En resumi- das cuentas, permite a los usuarios comuni- carse y contactarse en base a las preferencias y otras variables. En Latinoamérica y Chile, su símil es Badoo (http://badoo.com), ¡tiene más de 350 millones de usuarios! Cuando se trata de números, los chinos llevan la delantera. Las siguientes aplicacio- nes chinas suman más de 400 millones de usuarios: Momo (www.immomo.com), Tan- tan (https://tantanapp.com/en/) y QingChi- fan (www.qingchifan.com). Esta última tiene la única condición de uso que el usuario está obligado a invitar al otro a una comida en la primera cita. Pero también hay herramientas para cono- cer personas en otros ámbitos. Por ejemplo, cuando se va de viaje. Aquí el más popular es Miss Travel (http://misstravel.com/), aplica- ción para viajar y conocer gente en el camino. Para los que tienen intereses especiales, como el mundo outdoor o de la naturaleza, está Meet Me Outside (http://mmoutside.com/). Y si tus necesidades van más por el lado social y quieres compartir tus inquietudes, tienes NEQTR (https://neqtr.com). Otras aplicaciones con reglas especiales para conocer parejas es Bumble (https:// bumble.com/). Aquí solo las mujeres pueden iniciar el primer contacto. Se define como un “movimiento social que promueve un trato amable, igualitario, honesto y respetuoso en cada paso de una relación”. Y no podríamos dejar afuera a WooPlus (http://www.woo- plus.com/), para mujeres y hombres más entrados en talla y que buscan una relación sin complejos. El amor en los tiempos de la web, toda una revolución Las cifras son sorprendentes. Tanto, que desde el surgimiento de internet en Estados Unidos, las cifras de divorcio han bajado. Los responsables son las aplicaciones de citas, un boom que se está apoderando del mundo. Hay para todos los gustos. POR LUIS GOYCOOLEA U. 3 SÁBADO 1 DE SEPTIEMBRE DE 2018

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rentes ciudades. Es así como enlos próximos meses su agendatiene marcados destinos comoBasilea, Mallorca, Budapest,Fortaleza, Buenos Aires y Goa,además de Santiago, en que esta-rá impartiendo clases entre el 9 y14 de noviembre en AshtangaYoga Chile (www.108.cl), ubica-da en Diego de Almagro 4667,Ñuñoa, la escuela pertenecientea la profesora Loreto Cortés,quien ha sido la principal res-ponsable de la difusión de estemétodo en nuestro país.

Al teléfono desde British Co-lumbia, donde vive junto a supequeño hijo, Slater se muestramuy animada con su primera vi-sita a Chile. Sobre su amor por elyoga, ella dice que todo comen-zó con las primeras clases quetuvo de Ashtanga. “Desde unprincipio sentí que era algo ma-ravilloso. Aunque antes de esohabía bailado, corrido e ido algimnasio, nunca antes me habíasentido tan limpia y elevada. Asíque fue algo muy transformadorque me quitó las ganas de tomaralcohol, fumar o no comer sa-no”, señala.

—¿De qué forma el yoga laayudó a distanciarse de los pro-blemas de autoestima que sufriócuando era bailarina?

“Cuando bailaba tenía unaimagen muy pobre de mi cuer-po, odiaba como me veía y siem-pre me estaba criticando a mímisma. Eso llevó a que tuvieseproblemas alimenticios y pade-ciera un trastorno dismórficocorporal —el que consiste enuna preocupación fuera de lonormal por algún defecto, ya seareal o imaginario, percibido enlas características físicas pro-pias—, y toda clase de proble-mas psicológicos y físicos. Pesa-ba 40 kilos y sentía que me esta-ba muriendo. Gracias al apoyode mi familia dejé de bailar, pe-ro no fue hasta que comencé apracticar yoga que mi cuerpose volvió un amigo y tuveuna relación más sana con-migo misma. Fue así comotodo ese comportamientodañino se volvió antiético,pues no me ayudaba hacer-me daño a mí, a mi prácti-ca y a mi desarrollo. Por lotanto, el yoga me ayudó asanarme desde adentro ya unir el puente roto en-tre mi cuerpo y mi men-te”.

La primera pregunta quemuchos le hacen a Har-mony Slater es si ese essu nombre de nacimien-to. Casi predestinada a

llevar una vida adentrándose enla meditación y el yoga, esta ca-nadiense originaria de Calgarynació dentro de una familia depadres hippies que la bautizaroncomo “Armonía”, algo que habuscado durante toda su vida,ya sea primero como bailarinade ballet y danza, y luego comopracticante de yoga y profesorade ashtanga, método creado porel maestro K. Pattabhi Jois, y quehoy es liderado por su nieto Sha-rath, quien reúne a cientos dealumnos provenientes de todo elmundo en su escuela ubicada enMysore, India.

Como buena practicante deyoga, la historia de Harmony(40 años) está marcada por unabúsqueda espiritual y un senti-do mayor de la vida. Fue así co-mo tras una adolescencia meti-da en la danza, en donde sufrióproblemas para aceptar su cuer-po, llegó a estudiar Filosofía yEstudios Religiosos, especiali-zándose en budismo y sánscrito.Esto y su práctica de yoga la lle-varon primero a China para pro-fundizar su investigación en lameditación budista, y luego aMysore, lugar al que ha vueltomás de una decena de veces, loque le ha valido transformarseen profesora certificada, el reco-nocimiento más alto que se pue-da recibir en ashtanga y que lepermite dar clases de seriesavanzadas (el método de as-htanga se divide en seis seriesdistintas según el avance de losalumnos).

Según ella misma cuenta,“desde la primera vez que cono-cí a Pattabhi Jois, en 2004, mi co-razón se llenó de amor y reve-rencia. Él podía transmitir tantoa través de su tacto, su miradapenetrante o pocas palabras.Esos primeros años de prácticacon él solidificaron mi dedica-ción y devoción hacia su linaje.Recuerdo que por primera vezestaba en paz conmigo misma.Esa experiencia era tan real yprofunda, que sabía que ese erami camino”.

A manera de llevar sus cono-cimientos a más alumnos es quedesde hace unos años Slater setransformó en profesora viajera,dejando su escuela en Canadápara dar talleres y clases en dife-

—Sin embargo, en las salas deyoga tampoco es difícil ver a jó-venes con problemas alimenta-rios.

“Es algo muy difícil de tratar.Hay que tener claro que uno noes su cuerpo ni su mente. A me-dida de que más nos identifica-mos con el cuerpo, es más com-plicado salir de ese patrón, por-que si pensamos que somos esacosa, entonces solo queremosser de esa forma determinada.Recuerdo que los primeros añosque fui a Mysore había mujerespracticando que sufrían anore-xia a las cuales Patthabi Jois seles acercaba y les gritaba: ‘¿Porqué no comen? ¡Ustedes, co-mer!’. Todos en la sala lo podía-mos escuchar. Como profesoradebemos hacer énfasis en lafuerza en vez de la ligereza, enla suavidad en vez de la rigidez,y también mejorar la autoesti-ma de nuestros alumnos a tra-vés de crear un balance en susvidas”.

—Eso pareciera ser aún máscomplicado hoy en día con lasredes sociales como Instagram,donde aparecen muchos practi-cantes de yoga luciendo sus físi-cos trabajados mientras hacendiferentes posturas.

“Hay mucha presión de versede cierta forma, tener un cuerpohermoso, pero lo interesante esque el yoga es sobre la mente, noel cuerpo, así que muchas vecesentendemos la práctica desde laperspectiva opuesta, porque yo-ga no tiene nada que ver con elfísico. El cuerpo es solo una he-rramienta que nos ayuda a crear

una apertura de nuestra men-te y la integración de

nuestra energía. El yogano tiene que ver con

cómo luce el cuer-po”.

—¿Qué tienetan especial As-htanga que lograque los practi-cantes terminenpor confrontarlos aspectos másoscuros u obse-sivos de sus vi-

das?“La práctica nos

da un microcosmos oun reflejo que nospermite vernos de

más cerca. Eso noocurre si no nos

confrontamos a los desafíos quepresenta el mat (la alfombra so-bre la cual se practica). Con lapráctica creamos un significado yun valor a algo que realmente nolo tiene, pues poner la pierna de-trás de la cabeza no tiene valorpara tu vida, pero al transformar-lo en una meta le damos impor-tancia y se vuelve un reto que re-quiere un plan o estrategia parapoder realizarlo. La vida hay queverla de la misma forma para sermejores padres o mejores perso-nas. Lo interesante es que unavez que nos damos cuenta en unaspecto de nuestras vidas, eso setraduce en una conciencia másamplia en todas las áreas. Así alhacer cambios en el mat, tambiénse hacen transformaciones ma-yores fuera de él”.

—Usted es una de las pocasprofesoras certificadas en as-htanga. ¿Qué significa ser porta-dora de ese reconocimiento?

“Es un honor grande, ya que esalgo que uno espera lograr, perono existe ninguna garantía deque alguna vez vaya a llegar. An-tes de ser certificada tuve a mibebé, así que durante tres añosestuve retomando mi práctica deasanas avanzadas, mientras quemi mente se fue volviendo másfuerte, así que al volver a MysoreSharath vio el trabajo que habíahecho, se percató de mi familia yde mi labor como profesora y mecertificó, lo cual lo veo como unreconocimiento a mi dedicaciónhacia el linaje y la práctica”.

—Hablando de la materni-dad, usted escribió un libro so-bre el yoga y las mujeres. ¿Quéelementos en común encontróen los testimonios que recopiló?

“Esencialmente el libro hablasobre los problemas y las situa-ciones que afectan a las mujeres.En el caso nuestro, todos los me-ses tenemos el llamado ‘ladiesholidays’ (durante el período,las mujeres no pueden practi-car), además de que hay que li-diar con los ciclos hormonalesque pasemos regularmente porcambios drásticos. Es así comodebemos aprender a ser más fle-xibles en nuestra aproximacióna la práctica y no pensar que te-nemos que hacer todas las asa-nas de una forma determinadatodos los días. El yoga debe serun beneficio para la vida másque una disciplina donde solohay que lograr metas”.

HARMONY SLATER: “El yoga no tieneque ver con cómo luce el cuerpo”

En los últimosaños, la práctica

de AshtangaYoga ha ido

aumentando tantoen el mundo como

en Chile; sinembargo, son pocos

los que hanalcanzado un nivel

como el de estaprofesora

canadiense, quienestará en Santiago

impartiendo untaller en noviembre.

FELIPE RAMOS

Harmony Slater estará dictandoun taller en Santiago.

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La web ha impactado en prácticamentetodas las actividades del ser humano, inclusoen el amor. Sí, amor de pareja. Un recienteartículo de The Economist arrojó sorprenden-tes luces sobre el tema.

Afírmese: se viene un cambio monumental,pues así como antaño los padres elegían conquién se casaban sus hijos, ahora quien escogeno es el progenitor, sino una aplicación.

¿Sabía usted que hoy en Estados Unidosprácticamente un tercio de todos los matrimo-nios son de parejas que se conocieron a travésde alguna aplicación y que la red es la segun-da forma más popular de conocer a alguiendel sexo opuesto? No se espante: globalmen-te, al menos 200 millones de personas usanservicios o aplicaciones digitales para conocera la persona de su vida. Lo otro llamativo esque investigaciones realizadas en EstadosUnidos han comprobado que matrimoniosque se conocieron online tienen más probabili-dades de permanecer unidos en el tiempo, yademás confiesan estar más felices con susparejas que aquellos casados offline.

Tanto han impacto la web y las aplicacionesen el mundo de las parejas que desde el surgi-miento de internet los divorcios en EE.UU.han disminuido. En vista de las cifras reuni-das por The Economist, salimos a buscar lasaplicaciones más populares para ayudar en

temas de amor.Tinder (www.tinder.com) es la más conoci-

da y usada en Occidente. Entre los millennialsdel mundo, es la aplicación número uno. Suforma de uso es replicada de una u otra mane-ra por todas las apps del mundo. En resumi-das cuentas, permite a los usuarios comuni-carse y contactarse en base a las preferencias yotras variables. En Latinoamérica y Chile, susímil es Badoo (http://badoo.com), ¡tiene másde 350 millones de usuarios!

Cuando se trata de números, los chinosllevan la delantera. Las siguientes aplicacio-nes chinas suman más de 400 millones deusuarios: Momo (www.immomo.com), Tan-tan (https://tantanapp.com/en/) y QingChi-fan (www.qingchifan.com). Esta última tienela única condición de uso que el usuario estáobligado a invitar al otro a una comida en laprimera cita.

Pero también hay herramientas para cono-

cer personas en otros ámbitos. Por ejemplo,cuando se va de viaje. Aquí el más popular esMiss Travel (http://misstravel.com/), aplica-ción para viajar y conocer gente en el camino.Para los que tienen intereses especiales, comoel mundo outdoor o de la naturaleza, estáMeet Me Outside (http://mmoutside.com/).Y si tus necesidades van más por el lado socialy quieres compartir tus inquietudes, tienesNEQTR (https://neqtr.com).

Otras aplicaciones con reglas especialespara conocer parejas es Bumble (https://bumble.com/). Aquí solo las mujeres puedeniniciar el primer contacto. Se define como un“movimiento social que promueve un tratoamable, igualitario, honesto y respetuoso encada paso de una relación”. Y no podríamosdejar afuera a WooPlus (http://www.woo-plus.com/), para mujeres y hombres másentrados en talla y que buscan una relaciónsin complejos.

El amor en los tiempos de la web, toda una revoluciónLas cifras son sorprendentes. Tanto, que desde elsurgimiento de internet en Estados Unidos, las cifras dedivorcio han bajado. Los responsables son las aplicaciones decitas, un boom que se está apoderando del mundo. Hay paratodos los gustos. POR LUIS GOYCOOLEA U.

3SÁBADO 1 DE SEPTIEMBRE DE 2018