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Ruiz, Alfonso Martínez y Fer-nando de Rojas; año más tarde,vestigios esporúdicos de estospersonajes aparecen de nuevo enla novela sentimental, en La Lo-çana Andaluza de FrançÎsco De-

licado y, aunque con menosluerza, en la novela picaresca

Lazarilo de Tormes.

Con la creaciÓn de la nuevaliteratura de la cpoca hum,mista,no termina el cscudriiîamiento

de la hembra. Sigue la ilimitadaenumeraciÓn de los vicios deque se les acusaba antes, pero,liel a la humanista síntesis espa-

fiola de los conceptos paganos ycristianos, los escritores de lai~pOc;i toman "lo agradahle" decada una de las dos corrientes y,sacando lo que más les convie-ne, proscriben la receta que hade seguir la mujer ideaL. Esta

síntesis de conceptos paganos ycristianos, por una parte, descri-

be a una mujer que, con el énfa-sis de los estudios eI:isicos, luchapw el desarrollo annÒnico detodas sus facultades- Hay tam-bién la mujer que quiere gozar

de la vida y que, dejando de po-ner énfasis en el más allá, nodescansa hasta lograr la comple-

ta igualdad con el varón. Parale-

lamente a esta dual idealidad sedibuja a una mujer ejemplar queaspira a volver a la simplicidad

primitiva de la pura doctrina de

Cristo. Con Erasmo como jefeinspirador de este movimiento,

los au tores conciben a una mu-jer débil que sÓlo puede salvarse

si busca una religiosidad inte-rior. Dentro de este dualismo

pagano-cristiano los autores co-

2

mentan todos los VlCioS femeni-nos del pasado. Como tambiéndejan ver algunas de sus buenas

acciones, se concluye que los es-critores humanistas no están nien pro ni en contra de la mujer,sino que se muestran vivamente

interesados en la suerte de su

ilustre contrafigura.Al examinar las obras de dos

autores que tenían mucho para

decir sobre las imperfecciones

de la mujer, nuestro fin no será

el de juzgar la intenciÓn de los

escritores. Este estudio sólo pre-tende descubrir los vicios atri-buidos a la mujer de la época

inmediatamente anterior del si-glo XVI como vistos por Alfon-so Martínez, conocido como elArcipreste de Talavera y las re-comendaciones con las cuaIcs.J uan Luis Vives, un clérigo de laépoca humanista, intenta su con-versiÓn:

1. Alfonso Martínez, Arcipres-te de Talavera

Aunque El Corbacho de Al.fonso Martínez signifique unpaso atrás en cuanto a la presen-taciÓn de los tipos lemeninos,

demuestra, al mismo tiempo, unaspecto importante en el retratonegativo de la mujer. La obra es

i nd udab lcmente antifeminista.Sin embargo, el Arcipreste deTalavera no llega a describir a lamujer con la misma profundidadcon que lo hace Juan Ruiz. ElÚnico vicio femenino nuevo quesubraya en su obra es el de lamujer aficionada al vino. Los

otros deméri1.OS se rcIacionan

más bien con las mujeres de laliteratura de los "enxiemplos".

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A diferencia de Juan Ruiz, laobservación limitada de Alfonso

MartÍnez le lleva a detenerse enlos rincones más íntimos de lamujer, pero, mientras Ruiz in-funde vida a los tipos femeninosmediante la mofa de su aspecto

fí sico, el Arcipreste de Talavera,olvidando las cualidades corpo.redes de la mujer, se detiene en

la lengua que habla. Aunque ellenguaje no tenga importancia

en la literatura de los "enxiem-plos", llega a ser el arma pri-mordial de Alfonso Martínez, de

manera que este recurso es sucontribuciÓn más importante enla proyección negativa de la mu-Jer.

Antes de pasar a la caracteri-zación de las mujeres de El Cor-bacho debemos de tememos porun momento en la figura de lamujer bebedora. Aunque estetipo no represente el ejemplo

más brilante de la caracteriza-ción negativa de la figura feme-

nina, es esta figura la que me-

jor señala la afinidad de AlfonsoMartínez con Juan Ruiz, el Ar-cipreste de Hita. El primer Arci.preste avisa a los hombres (y noa las mujeres) contra el vicio debeber (1), mientras Martínezaconseja a todo hombre que evi-te la amistad ede la mujer em-

briagada. Los dos autores, noobstante las diferencias, demues-tran una profunda comprensión

del estado mental del alcohóli-

co. Dice Alfonso Martínez:

Son muchas dellas ladronas,lurtando !H1ra beber; escon-den los jarros e cantarillospor la casa, .10 la cama, so la

rropa, e más avn en las arcas,por Ienchir el cuerjJO de vino.

¡Maldita sea la que tal en sycanosce e non Iuye de fïnodo qu iera que lo vee! Por la

qual enbriageza non ay mugerque, por loçana que sea, ninde linaje, nin Iermosa, que

por peor que bestÙi bestialnon sea rreputada. (2)

Volviendo a la contribuciÓnprincipal de El Corbacho, vea-

mos ahora los retratos de las de-más figuras femeninas. Entre losvarios tipos negativos que pre-

senta Alfonso Martínez, las mu-

jeres que más se destacan pre-sentan los siguientes defectos:

l. Avaras y codiciosas

El Arcipreste de Talavcra dice

que la mujer, por mucho quetenga, siempre está llorando y

quejándose de ser pobre, de ma-nera que su desenfrenado apeti-to le lleva a cometer toda clase

de males por conseguir joyaspreciosas y otros arreos. La mu-jer codicia una blanca como sifuera mil maravedíes; toma can.

tanda, pero, dice el Arcipreste,

que si se le pide algo, regaña 110"

randa. Aunque no tenga nombrepropio, el monfiogo de la mujerque va de casa en casa después

(1) Juan Ruiz, Libro de Buen Amor, ed. Manuel Criado de Val (Madrid, i 965), pág.151.

(2) Alfonso MartÎnez de Toledo, l:1 Corbacho, ed. Leslcy Byrd Simpson (Berkely,1939), pág. 186.

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de perder un huevo amplificabien el retrato de las avaras de

la literatura de los "enxiem-

plos":

¿Que se fizo este hueuo?¿Quien lo tomÓ? ¿Quien loleuo? ¿A do le este huevo?¿A vnque vedes que es blanco.quiça negro sera oy este hue-uo? ¡Quien comio estehueuo comida sea de malarrauia! iAy, hueuo mio dedos yemas, que lJara echarvos guardaua yo! iAy,hueuo! iAy, que gallo e quegallina salieran de vos! Del.e:allo fïzìera calJOn que mevaliera veynte m ara v edis. e fa

gallina catorze. O quiça laechara e nu: sacara tantospollos e pollas con que puedie-ra tanto multiplicar que fuera

causa de me sacar el pie dcllodo. Agora estanne comod esauenturada, pobre comosolia. iAy hueuo mio de lameajuda rredonda. de la cas-cara tan cl!uesa! ¿Quien mevos comio? ¡Ay, lJUtamarica, rrostros de golosa,que tu me as lançado porpuertas! ¡Yo te juro que losrrostros te queme, doña vil,suzia, golosa! (3)2. Habladoras y maldicientes

Es tal vez el mismo vicio de

la murmuración lo que lleva alautor a lijarse en el lenguaje de

la mujer. Según Altonso Mar-

tínez, ella no permite que otroshablen, no le gusta escucharsino ser escuchada y, cuando notiene con quién hablar, hablaconsigo misma. Es muy prestaen descubrir a tudos los defec-

tos de los demás; pero se cree

una criatura perfecta que ha lle-gado al mundo por obra del Es-píritu Santo. A pesar del delirioenumerativo en que cae el autoral comentar la moda de las mu-

jeres, debemos insistir en que,no obstante las citas costumbris-tas de Rogerio S(inchez (4) es lalengua y no la descripciÚn de

los defectos personales lo que

más plasma a estos tipos. Las si-guientes palabras, aunque seanpocas, ya revelan el carácter dela mujer que las pronuncia:

i Yuy. y comodomingo deda! (.5)

yua Fulana elPasqua arrea-

3. Envidiosas

La Jnujer, en CLlanto ve a otramás bella, se llena de tanta en-vidia que, segÚn el Arcipreste,

hasta las madres les tienen envi-dia a sus propias hijas. El si-guiente monÓlogo resulta cuan-do una mujer oye a alguien ha-blar bien de su vecina. La com-paraciÚn con los animales re-cuerda el retrato de las serranas

de Jucin Ruiz:

iO, SC1îor, y que cosa es

fauor! Non la han visto des-

(3) Martíiiez de Toledo, pág. 123.

(4) José Rogerio Sánchez, "Palabras preliminares", El Corbacho (Madrid, 1930), pág.36.

(5) Martíncz dc Toledo. pág. 130.

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nuda como yo el otro dio. enel baño. Mas negra es que vndiablo; flaca, que non paresçesynon a la meurte; sus cabe-

llos negros como la pes, Úlcabeça gruesa, el cuello gordoe corto como de toro, los pechos todos huesos, ÚlS tetaslenguas como de cabra; todavn z'a , egual; non tyene fac-

áon de cuerpo; las piernasmuy delgadas paresçen de c£-guerìa; los pies tyene gal£ndos.De gargajos nos farto Úl suzia,v£l, podrida. El otro dia en elbaiio asco nos tomo a ÚlS que

ay estauamos, que rrendirnoscuydo fazer a lis mas denosotras. (6)

4. InconstantesPara subrayar la facilidad con

que la mujer cambia de parecer,Alfonso Martínez la comparacon el viento:

...a las vezes es leuante, otrasvezes a poniente, otra ves a

mediodia, quando quiere atras montarìa. (7)

5. 'rraicÙmeras

La mujer traicionera com-parte el mismo defecto de lamujer inconstante. Jura por suvida y por la de toda su familia,pero el corazÓn indica todo locontrario. Como modelo de sunaturaleza lraicionera cita

Alfonso Martínez la muy cono-cida historieta bíblica de Sansóny Dalila:

Mira a Santson como desque

rreuelo a su muger DalÙia quetenia la fuerça en vna vendija

de li cabeça, como con arte

e spu(flandole e tJeynandole,

desque dormido ge lo corto, ea sus enem~flos le l£bro, equando quiso fazer armas fa-llose privado de /uerça, e asyle sacaron los ojos e le trayanpor los mercados, plaças, e

bodas por escarnio, diÚendo:"¿Que vos parece? El tarabrauo como oueja es torna-do ". (8)

Sin descontar los méritos des-

criptivos del autor, insistimos

que es solo a través de la pinto-resca len¡:rua de las toledanas

que logra descubrir la insinceri-dad del carácter femenino:

¿Non me queres creer? Ago-ra tanto me da, creedlo o non

lo creays; que sy tal cosa jïze

nin tal cosa dixe, n£n por miboca sal£o, ¡quemada mevean, amen! (9)6. Mentirosas

La historia de que se SirvlO

Alfonso Mart Ínez era un variantedel "enxiemplo de la espada o

del lienzo. (10) Como en las fá-bulas, la mujer infiel escondió al

(6) Martínez dc Toledo, págs. 140.141.

(7) Martínez de Toledo, pág. 46.

(8) Martínez de Tolcdo, pág. 152.

(9) Marínez de Toledo, pág. 156.

(lO) Pcdro Alfonso, DilcipÜl dericas, ed. Angel González Palcncia (Madrid, 1948),págs. 121-122.

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amante mientras buscaba medios

para distraer al marido; esta vez

el cuento parece un poco más pi~

cante:

-Marz"do, non sabes como sea fz"nchado mz" teta, e rrauz"o

con la mucha leche,-. Dijo elesposo: "Muestra; veamos".Saco la teta e dz"ole vn rrayo

de leche por los ojos que lecegó del todo, e en tanto elotro salio. (11)El marido creía sentir ruido

de un hombre, pero es a travésde la contestación de la mujer

que se logra demostrar la facili~dad con que la mujer inventamentiras:

El gato, cuytada, es que melieua la carne. (12)

7. Desobedz"entes

En el capítulo siete el Arci-preste explica que la mujer es

desobediente y que si uno lemanda hacer algo, piensa ellaque debe hacer todo lo contra-rio. Cita Alfonso Martínez al sa,bio Tolomeo, que dijo: "Sy a lamujer le es mandado cosa ven-dada, ella fará cosa mega-da". (1 3) Sigue el Arcipreste

apoyando esta crecncia con al-gunos ejemplos entre los cualesse encuentra el del hombre sa-bio de Escocia. Vivía este señor

con su mujer en la ciudad de

Salustria y, al saber que suesposa le había sido infiel, aspi-raba acabar con ella. Para verlamuerta por su mano sin sufrirpersecución de la justicia, llevóa cabo el plan siguiente: metió

una "ponçoña en un vaso devino y ante todos los criados dela casa le dijo a su mujer que nolo probara. El sabio esposo ape-

nas había llegado a la puertacuando la mujer, fiel a su natu-raleza desobediente, tomó el va-so gritando: "iA osadas quema-

da me vean sy non veo que esesto! ". (14)

Claro está, el tomar el vinoprovocó su muerte y, con tantostestigos en la casa, no se acusó

al marido. En la literatura de los"enxiemplos" (15) el retrato deesta mujer se logró medianteunas pocas frases descriptivas.La fábula en el Arciprestc de

Talavera no es menos corta, pe-ro, a pesar de la brevedad del

monólogo, la vitalidad de las pa-labras amplifica mucho la figurade este tipo de mujer.

8. Vanaglorz"osas

A causa de la vanagloria de lamujer, con pretexto de quererpasear o de ir a misa, acude a

las plazas e iglesias más llenas degente. En la literatura de los"enxiemplos" y en el Libro deBuen Amor este vicio se comen-

(li) Martínez de Toledo, pág. 180.

(12) MartÍnez de Toledo, pág. 180.

(13) MartÍnez de Toledo, pág. 167.

(14) Martínez de Toledo, pág. 167.

(15) Clemente Sánchez de Vercial, Libro de los Exemplos, ed. John Esten Keller(Madrid, 1960), págs. 240-241.

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la solo a trav(~s de breves frases

descriptivas. La figura de la IlU-jer- soberbia se amplifica bastan-te cu,mdo el Arcipreste revelacÚmo es la mujer que, faltándo-le la .ropa ~ue desea, se preparapara ir a misa:

,\tarica, veme a casa de miprima, que nie preste su sayade :.;rana. juiiullla, veme a ca-sa de ¡ni hennana, que mepreste su aljuha, la verde de

florf'stin. Ynesyca, veme a ca-sa de mi coinadre, que mepreste su (Jespina e avn el al-manaca. Catalinilla, ve a casade mi vezina, (/ue me prestesu cinta e sus arracadas de

oro. Francisquilla, ve a casa

de mi serìora la de Fulano,que me preste sus paternos-tres de oro. (16)

S i tomamos en cuenta laobservación realista con que elArcipreste 'de Talavera enumeralos defectos personales que ve

en los rincones más íntimos de

la mujer retratándolas dentro de

su ambiente, no nos extrai'a na-da la insistencia de varios auto-

res en las notas costumbristas deEl Corbacho. Al comentar el to-cador de la mujer, nos deja verel espejo, los "alfileres", la "al-cofolera", el "peyne" y toda laclase de lCmnulas complicadaspara hacer afeites. Por sus deta-

lladas descripciones tocante a

vestidos y joyas, parece conocerla moda fcmenina mejor quc la. .riiisrna n1u.ier.

Bilingsley, (17) al considerar

sus cualidades dc pintor, las vecomo habilidad de experto lotÓ-gTalo, mientras que ßell explicael afán de los recursos costum-

bristas diciendo que:The Archpriest lived in un agewhenmen were heginning todemand o/ history tlial ltshould be accurale and trust-wortliy and o/ literature ihatit s h o u ld be serÙms andlrue. (18)

Rogcrio Sánchez (19) quetambicn destaca los cuadros dccostumbres, opina que cn estoni el mismo Juan Ruiz le aven-taja. Estos críticos tienen raz(m

en reconocer el realismo dc lasdescripciones del ambiente tole-dano, pero olvidan que no son

sicmpre las cosas materiales de

que se sirven los personajes lo

que más les concretiza.

Insistimos una vez mÚs enque la entidad más individualiza-dOLI la novcdad que mci.s separay auiii cnta en el logro del retra-to negativo de la mujer en laobra de Alfonso Martínez se re-vela principalmcnte en el lengua-j e q u e emplea. Martínez

(lb) Martínez d" Toleuo, pág. 175.

(17) A1lie Ward Billngsley, The Arcipreste de Talavera: Author and Masterpiece (Urba-na, i 959), pág. 170.

(18) Aubrey F. G. Bell, "rhc Archpriest of Talavera", BuUetin of Spanish Studie. VI,O 929), pág. 67. 'O 9) José Rogerio Sánchcz, "Palabras preliminares", El Corbacho (Madrid, 1930), Pág.

11.

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López (20) Y Martín de Ri-quer, (21) aunque no subrayanla caracterización del tipo feme-

nino, han reconocido la vitali-dad de los modismos callejeros.Como último testimonio del mé-rito linguístico del vocabulario,

ofrecemos el siguiente resumen:...la locuacidad hiperbólica yexuberante, los vehementesapóstrofes, los revueltos y en-

marañados gi"ros en que sepierden las desatadas lenguas

femeninas, forzosamente te-nía que expresarse el autor tn

esa fecunda lengua desarticu-lada y pintoresca, en la len-gua de la conversación diaria,de la plaza y del mt'r-cado. (22)

lI. Juan Luis VivesEs Juan Luis Vives un eras-

mista cuyo estilo se caracteriza,según Prjevalinsky, (23) por suconcisión, claridad, equilibrio yarmonía. Siguiendo la filosofíade la moderación y la armonía

interior, le obsesiona el deseo dela utilidad y logra elaborar estas

ideas en beneficio de la mujer

en De InstItutione ChristIanaeFoemInae. El tratado, que sepublico en diciembre de 1523,

comenta el papel al cual la hem-bra se encuentra condenada du-

rante este época y lo dedica a

María Tudor, hija de EnriqueVIII y de Catalina de Aragón, a

quien servía de maestro.

La primera parte del libro,que es la más importante, estádedicada a la instrucción de lasvírgenes. Dice Vives que' se lesdebe enseñar a sostener la vida"hilando lana y tejiendo" y cen-

sura los pasatiempos livianos:

...a los cuales se arriman las

frívolas ánimas de las donce-llas, corno son los bailes, loscantarcicos y otros juegos de

esta calidad, pel(e;rosos e in-sulsos. (24)

Vives subraya la culpabilidadde nuestra primera madre y lasdebilidades que transmitió a to-das sus hijas:

Así que, puesto que la mujeres un ser flaco y no es segura

de su juicio, y muy expuestoal engaño, no convwne queella enseñe (según mostróEva, madre de los hombres,que por muy poco se dejóembobecer del demonio), noconviene que ella enseñe, nosea que una vez que se hubie-re a si misma lJersuadido de

una opinión fàlsa, con suautoridad de maestra influya

(20) Enrique MatÍnez López, Alfonso MartÍnez, insuficiente Arcipreste (Toledo, 1953),pág. 25.

(21) Martín de Riquer, "Estudio preliminar", Corvacho, Reprobación del amor munda.no (Barcelona, 1949), pág. 2.

(22) Arnald Steiger, Contribución al estudio del vocabulao del 'Corbacho' (Madrid,1923), pág. 7.

(23) Olga Prjevalinsky rerrer, "De lo rcnacentista y harroco en las máximas morales deVives y Gracián", RL XV, (1959), págs. 95-103.

(24) Juan Luis Vives, Obras completas, ed. Lorenzo Riher (Madrid, 1947), pág. 1,000.

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en sus oyentes y arrastre fá-cilmente a los otros a su pro-pio error, puesto que los dis-cípulos de grado van en posde quien les ensena. (25)Vilalón, en El Scholástico,

presenta a mujeres aptas en va-rias ramas de la vida académ ica,

pero Vives, quc parece estimar

menos su capacidad intcIectual,solo recomienda la lectura de laliteratura moral:

Nada aprenda a o ir, naf.aprenda a hablar, sino lo queconduce al temor deDios. (26)

La mujer no debe hablar enpúblico y, tocante a su virgini-dad, le recomienda que imite "ala madre de su esposo y de su

selÎor". Critica el exceso de arre-glo al citar a San Cipriano:

Los arreos y ,galas de los ves-tidos y enganos de los afeitesno convienen sino a las pros-titutas e impúdicas mujeres,

en quienes no hay atavío pre-cioso más que en aquellas enque el pudor es Vil. (27)

Critica, como lo ha hechoJuaii Ruiz, a la mujer que asistea los espectáculos públicos para

ser mirada y recomienda que lamujer se quede en casa porque

la compañía de otras mujerescorrompe las buenas costum-

(25) Vives, pág. 100 l.

(26) Vives, pág. i 00 l.

(27) Vivcs, pág. 1017.

(lB) Vives, pág. 1058.

(29) Vives, pág. 1086.

(30) Vives, pág. 1089.

bres. Critica a la doncella que

codicia al esposo de otra mujcr

y demuestra su poca confianzaen la habilidad de aquella para

escoger a su propio marido:¿Cómo podrá la doncella, re-cluida entre las paredes de sucasa, conocer el carácter y lascostumbres de los maridosposibles fJOrque haga elección

o, radicalmente que inexper~

ta, conocer lo que le conven-

ga? (28)La segunda parte del libro,

que trata sobre la vida de la mu-jer casada, explica la conducta

que ha de seguir para tener éxi-to en el matrimonio. De la mis-ma manera que la doncella se vesujeta a sus padres, le manda .a

la casada:

¡Estarás debajo del poder de

tu marido, y él te domina-rá/ (29)

Vives condena los celos en lamujer; critica a la adúltera, pe-

ro, aunque la vea como inferiora su marido, espera veda supe-

rior en su capacidad para perdo-

narle cualquier falta:

Santil-quese al marido infielpor la e:;posa liel. (30)Debe la casada ejercer la mis-

ma industria de sus manos quela doncella y debe evitar todoslos errores de la mala madre.

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La tercera parte del libro tra-ta de las costumbres de las viu-das. Vives les aconseja ocuparse

con la crianza de los hijos. Tam-bién cita los vicios connines en-

tre las mujeres sin marido:y evita también las viudasociosas, ensâiadas a andar decasa en casa, y no solamente

ociosas, más aun parleras ycuriosas, parlando lo que noconviene. (31)

Como todos los autores ante-riores, Vives prefiere que la viu-da se mantenga fiel a la memo-ria del marido; sin embargo,dice:

S i a 19una mujer, viuda ymoza, receta caer en el lazode su flaqueza, cásese, si quie-re, pero solo en el Seiior, ydelegue en sus padres la elec-ción del marido. (32)

Aunque se señaIc a Vives co-mo se¡.ruidor de la filosofía pro-pagada por Erasmo, no se puede

dejar de notar alguna diferencia

entre los dos:

Era Vives más austero y r(f!;£-do que Erasmo: era tambihiun espíritu más piadoso ymás atento a la contempla-

ción de las cosas divinas. (33)Adams nos indica que Vives,

como Thomas More, el humanis-

ta inglés, estaba muy en contrade la heroína tal como ésta eradibujada en los romances tradi-cionaIcs:

They were against the ideathat the heroine of romance

(e.g., Guinevere) or history(e.g., in the epic, /Ielen ofTroy; or in history, Cleopa-

tra) , should be admired orimitated any more than thehero for sensualities andadulteries, however speclacu-

lar, at the expense of ideals

of Christian marriage. (34)

El ataque que hizo Vives con-

tra el romance medieval habíaempezado dieciocho años antescuando Erasmo, durante una vi-sita a Inglaterra en 1505, hizocon More unas traducciones deLuciano. El Menippus, traduci-do por More, en vez de destacara EIcna de Troya como figurautÓpica y vencedora, nos lleva alInfierno para ver el cadáver de

quien fue responsable de lamuerte de tantos valientes. LuisVives, como los demás humanis-tas, se burló de la literaturadondc la mujer se portaba como"a sort of mindless sex symbol

or lure". (35) Es esta mismaidea lo que llevó a Vives a con-

denar a la Celestina llamándola

la "alcahueta madre de las m,ù-dades". (36)

(31) V ive~, pág. 1089.

(32) Vive~, pág. 1095.

(33) Rufino Blaco, Luis Vives, (Madrid, 1935), pág. 10.

(34) Robert P. Adams, The Beter Part of Valor: More Erasmus, Colet, and Vives, onHumanism, War, and Peace (Seattlc, 1962), pág. 330.

(35) Adams, pág. 330.

(36) Juan Luis Vivcs, Instrucción de la mujer cnstiana, cd. E~pasa-Calpc (Bueno~Aires, 1940), pág. 36.

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l'arecidas al pensamiento deVives son las exhortaciones pro-pagadas en el tratado sobre elPaternoster de Erasmo. Lasideas están sacadas del libro deRicharde Hyrde que escribiÓ laprimera defensa en inglés sohrcla educaciÓn de la mujer. (37)Vives y Erasmo creen que lamujer debe educarse, pero aquéltiende a no aceptar la educaciÓnacadémica. He aquí unos idealesque reaparecen en las variasobras human í sticas contra losmuchos hombres que se niegana dar enseñanza a la mujer:

For women, no less than formen, good books show theimage and ways of goodliving, evenri:r;ht as a mirrarshoweth the body. Withaut a

trainedmind aman Ù' "worsethan an unreasonable beast",and so Ù' a woman. (37)

Se subraya también el valor dela enseñanza durante la juven-iud:

... then learning will be "delec-table in vouth, comfortablein age, a~d projilable in ailseasons". And a woman 01such a mind wiil gel and Iwepmore love, lor she will nothave to depend sole/y on bo-dily heauty which declinesinevitably wiih age. (38)

Implica también que si Elenade Troya se hubiera educado,habría podido resistir las seduc-ciones de París. Vives suprime

cualquier utilidad de los estu-

(37) Adams, pág. 331.

(38) Adams, pág. 332.

dios académicos en la vida delas mujeres subrayando la hilan-dería y la tejcduría y acabanombrando, corno ejemplo de laperfección femenina, a la reinaIsabel, esposa de Fernando elCatólico.

Si se ha de decir en qué con-

siste el antiferninismo de Luis

Vives se tendría que concluir enque es de los primeros que, ade-

más de criticar a la mujer, since-ramente busca normas con lascuales ella pueda mejorar sucomportamiento. Su intenio notiene ningÚn rasgo jocoso; tam-

poco reproduce los viejos tiposde la literatura de los "enxiem-plos". N o se a ficiona a la exage-rada sentimentalidad de las no-velas y, muy distinto a losmisÓgino s de su profesión, pare-

ce resignado a mejorar la socie-dad mediante la mujer, a quicnreconoce corno un miembromuy poderoso en la familia. ElArcipreste de Hita se recreaba

con los retratos femeninos mien-tras que el de Talavera, noobstante el risible sarcasmo de

sus no muy sutiles modismos, aveces deja escapar una marcadaamargura, pero, más dogmáticosen su crítica de la mujer y com-pletamente sinceros en su inten-to de mejorar la sociedad, los

demás autores de la literaturadidactIca van a seguir los pasos

iniciados por Luis Vives, el mástemprano de los erasm istas espa-ñoles.

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vo tema como si se tratara deun asunto que es tarea ociosa,diletante, intranscendente, faenadecididamente verbalista. Talenfoque de las cosas va en des-medro de un estudio sesudo quepor su propia Índole revela ma-

durez de parte de quienes de ve-

ras sienten latir dentro de sí el

compromiso intelectual y moralde tratar una cuestión que, por

así decido, ocupa el centro detoda auténtica vocación filOSófi-ca.

U na falsa devoción a princi-p i o s dogmáticos cientificistastan en boga a fines del décimo-

nono, una fe ciega en una onto-logía platonizante, afanosa en lab ú s q u e d a y justificación dc"verdades eternas", ha abierto elcamino a ciertos medios intelec-tuales del momento americano aconsidcrar la temática de "lapersona humana" como unasunto por completo desligado

del acontecer sociaL. En estos

sectores prevalece la idea de queuna consideración acerca de lapersona humana o, simplemente,de "la persona", en nada se vin-eula con el devenir histórico yque, por el contrario, existe unaradical diferencia entre el área

"social" y el área "personal",

como si se tratara de dos cate-gorías ontológicamente antitéti-cas y sobre las cuales la medita-ción fiososófica poco o nadapodría proponer y mucho me-nos plantear posibles soluciones.

y dentro de nuestra realidadhispanoamericana es posible dis-cernir claramente algunos mo-

mentos cimeros en los cuales el

concepto de "persona humana"se vincula de manera frecuente

y coherente con lo sociaL. Esmás, en no pocas direcciones fi-losóficas de Hispanoamériea, 10

social aparece como un conela-to de lo personal (el esp Íri tu) y,a su vez, la idea de la persona

humana se encuentra, digámosloaSÍ, en el centro de las reflexio-nes sobre el "ser" de lo sociaL.

Sobre el particular, es importan-te indicar cómo ciertas tenden-cias "personalistas" hispano-

americanas han insistido en ladoctrina de que "lo espiritual"representa un eje o un focoautónomo, por completo () porentero desligado de la actividad,por ejemplo, económica, de ladinámica social, del tráfago im-placable del mundo de las cosascorrientes. ¿Cómo, entonces,podríamos explicarnos al hom-bre en términos tan metafísi-

cos? ¿De qué manera se justifi-caría ante los ojos del hombrecomún una tan árida y seca teo-ría del hombre? En el procesodialéctico del espíritu, en las va-loraciones científicas y sociales,una teoría del hombre tiene quedescansar sobre el hombre mis-mo, con todas sus virtudes y to-dos sus defectos, con su haber

"material" o físico y con susconquistas en el campo de lasideas. Nuestro intento se dirige,en particular, a señalar los avata-

res, dentro de nuestras posibili-dades, que el tema de la personahumana ha experimentado en elpensamiento hispanoamerieano,

indicando aquellos instantes quea nuestro juicio representan ins-tancias decisivas en la marcha y

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trayectoria de un concepto quepoco a poco ha ido ganando le-rreno tanto en extensión como

en profundidad.

A partir de un cierto momen-to de la historia del pensamien-

to filosófico de Occidcnte y,

mucho mÚs atrás, de las épocasclásicas y medieval, la noción de"persona" se sobreponen a lasimple noción de "cosa". Sibien entre los "antiguos" griegos

s u ontología no discierne demanera sistemática las zonas quea cada aspecto le corresponde,

sí poseen, por lo menos intuiti-vamente, la noticia de que fren-te a la persona humana es iá elmundo natural. Justamente, enaquella formidable tríada heléni-ea formada por Sócrates, Platóny Aristótales se advierte wia

marcada insistencia en este tÓpi-co, buscando aquellas cualidadesque tipifican a la persona y lasnotas que caracterizan a la "co-sa". Hasta entre los grandes tÚ-gicos y comediantes de la época

ya se especula, con estilo litera-rio, sobre las radicales diferen~

cias existentes entre ambos nive~les de la existencia. No asoma,sin embargo, de manera muy de-finida aquello de subjetividad

para la persona y de la objetivi-dad para la cosa, pero sí se des-

cubrc su íntimo deseo de catalo-gar someramentc 10 que a cada

parte de esta corrcIación le co~

rresponde.

Ya entre pensadores judíos ymusulmanes aparece la sospecha,principalmente, dentro de la ricay fecunda tradición de Averroes,

dc un principio supraindividual,

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punto de partida de la arquitec-tura humana, fundamento dedonde arranca la racionalidad yla capatación de instancias axio~

lógicas que hacen del hombreuna especie soberana dentro delreino de las puras individuali-dad. Si bien como se cree, elhombre participa, junto conolros seres, de propiedades que

los m¡tlCOmunan, con ello que-da de hecho establecido queéste se haya, de suyo, colocado

en una dimensión superior a lameramenle individuaL. Se trata,en realidad de verdad, de la doc-trina del Intelecto Unico y Uni-versal y que los averro í stas, si-guiendo en este sentido, la máspositiva orientación aristotélica,pusieron en boga durante ellranscurso del siglo XII. Sólo

que de aquí habría de brotaraquella disputa en torno a quesi el hombre tiene o no unaexistencia autónoma; de que siel hombre es, utilizando una ori-ginal frase de Max Scheler, unser "incrustado en la naturale-

za".

Gran parte de la tradición fi-losófica del mundo occidental sefunda, así, en la concepción de

que "la persona humana" no essÓlo un amasijo de vivenciaspsíquicas reales, temporales niuna yuxtaposición de experien-cias íntimas que, sumadas dancomo resultado eso que se l1arnael "espíritu". No se trata, pues,de la doctrina del asociacionis-

mo puesta en circulación por elEmpirismo encabezado por Hu-

me mucho menos del princi-pio del "hombre máquina" del

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mas VICJO cartesianismo. Por elcontrario, figuran tendencias dc-

cididamente "espiritualistas"que, sin negar las posibles raíces

psíquicas del "espíritu",afirman su auionomÍa. Mientras

todas las formas del materialis-mo esta libertad-contingenciafrente a las fuerzas ciegas de las

leyes de la naturaleza física, lUladirecciÓn personalista -, que noespiritualista de tipo metafísico-. veía en el hombre el eje en

torno al cual toda verdad y todaforma enunciaLIva cobra su ver-dadero sentido; en donde elhombre, así a secas, no se afian-za sino en sí mismo y, por loconsiguiente, su autonom Ía que-

da realmente confirmada y ga-

rantizada. Juslamente, quisieramostrar - que no tanto "de-mostrar" -- de qué m,mera elpensamiento filosófico hispano-amcncano se mueve en b'Tan me-dida dentro de esta concepción

de un reconocimiento tanto delhombre, de la persona humanay de su independencia frente almundo real y que en no pocosrepresentan les de este pensa-

miento dicha autonomía no im-plica un desconocimiento de lacondiciones y realidades efecti-vas como factores actuantesen las orientaciones y determi-

naciones, en cierta medida, de!

hombre. En este aspecto, el pen~s amiento hispanoamericano seescinde y pierde, por lo tanto,su iniidad, pero se mantiene en

ambas formas la convicción deque no cabe hablar de un pensa-

m i en t o filo s ó f i e o h i s p ano-

americano si no lo vinculamos al

drama del hombre o, si se quie-re, a su comedia.

Intentamos destacar tambiéneste intcr(:s de pensadores de laAmérica Latina, en todos los lu-gares y momentos, que hanpuesto al serv icio de la críticafilosófica esta activa preocupa-

ciÓn por lo humano como tras-fondo del acaecer histÓrico y so-cial e, igualm en te, como jus LIfi-caciÓn de una actitud de respetohacia las mejores y más creado-

ras tradiciones que, desde los

Sofistas griegos, han permaneci-do vigentes como testimonioelocuente de esa especie de ten-taci()l metafísica que circula enlas más Íntimas esferas, los másprofundos repliegues de filóso-fos como Korn, Vaz Ferreira,Enrique Molina, Manano Iberi-co, J osé Vasconcelos, FranciscoRomero, CarcÍa Bacca y otrosque integran toda una constela-ción de fiÚsofos y hombres deciencia que han tomado en susmanos la difícil y espinosa tareade auscultar con criterio "per-sonalista", "humanista", la reali-dad del mundo hispanohablante.En todos ellos pululan ideas, su-gerencias, una plausible inten-ción filosófica, una reveladora

capacidad analí iica, una entralÎa-b\e decisión y curiosidad que es

toda una convicción renovadora,

sin sujetarse a estrictos esque-

mas que obstaculicen la investi-gación creadora, el ímpetu con-

veniente para trazar perfies ob-jetivos sobre el contexlo de!

hombrc y sus condiciones.En todos ellos, pues, en una

u otra forma campea la convic-

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ción de que una caracteristicabásica de la persona humana es

su objetividad, esto es, su capa-

cidad de "convertir en objetivasu propia constitución fisiolÓ-gica y psíquica y cada una de

sus vivencias psíquicas" (1). In-dependientemente de las tenden~cias admitir que en todas ellas,guardando las debidas propor-ciones y relaciones, se respiraesta misma atmósfera de preocu-pación por la persona humana,entendida ésta, como ya diji-mos, a título de categoría onto-

lógica fundamental, como con-cepto que se ha ido forjando abase de una serie de vivencias yque, nutridas de múltiples in-fluencias del mundo exterior, hatomado una dimensión queabarca desde las reflexiones epis-temológicas de don AndrésBello, imbuidas de la tradiciónescocesa, las meditaciones místi-cas de José Vasconcelos, las se-sudas indagaciones positivas deJosé Ingenieros hasta el pensa-miento histórico-materialista deun José Carlos Mariátegui en elPerú y de un Lombarda Toleda-no y un Eli de Cortari en el Mé-

xico de hoy. Este mismo interéspor la persona humana aparece

en las precisiones matafÍsicas de

Alejandro Korn, en las observa-ciones críticas de Carlos Vaz Fe-rreira, incluso en los postuladossociales de José Victoriano Las-

tarria o en la apología de lo

irracional de Mariano Ibérico.

Nos sentimos tentados de mos-

trar cÓmo ciertas corrientesideológicas del Viejo Mundo hanllegado a nuestra América para-

lelas al pensamiento de un Sar-miento e incluso un tanto poste-riores a ciertas modalidades del

Positivismo francés. Pero no esnuestro propósito como tampo-co selÎalar, punto por punto, lasresonancias posibIcs o efectivasdel pensamiento europeo sobre

el pensamiento hispano-amencano.

Sábese que el término "perso-na" desih'1aba entre los griegosclásicos la connotaciÓn de "más-cara", la cual se utilizaba para

cubrir el rostro del actor, 10

que, como nos dice FranciscoRomero, "apunta a algo extrañoy sobrepuesto a la individuali-dad del actor de carne y hueso,

a algo que se substituye a suefectivo modo de ser, constitu-yendo con él un modo de sernuevo" (2). Lo quc quiere decirque la "persona" no se identifi-ca con el individuo que, según

este mismo autor, es pura es-pontaneidad, un ser natural, en-tregado, como diríamos en for-ma más concisa, al puro ser. Elindividuo es pura subjetividad,un conjunto de reacciones anÍ-

micas; la persona es, en parte,todo esto, pero cualitativamente

mucho más.Es un scr con la innata capa-

cidad de convertir en cosas losfenómenos del mundo reaL.

O) Max Scheler: EL PUESTO DEL HOMBRE EN EL COSMOS. Ed. Losada, S. A.Buenos Aires. Tercera Edición, 1957. Pág. 68.

(2) Francisco Romero: FILOSOI'IA DE LA PERSONA. Ed. Losada, S. A. BuenosAires, 1944. Pág. 20.

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Mientras que el individuo seidentifica con la especie a lacual pertenece, se vincula a ésta

subordinándose y repitiendo, pa-so por paso, las tipificacionesque le corresponden como con-

junto real o ideal, la persona se

constituye, se convierte en uncentro que es pura objetividad,lo que equivale a decir que es,en sí y para sí, un ser libre, norecluido dentro de ninguna ins-tancia tempo-espacial. Todavía

más, la persona como tal quieredecir "libertad" porque tiene,hablando en términos hegelia-nos, conciencia de sí y tambiénde lo otro que ella. Mientras,pongamos por caso, una horm i-ga tiene percepción visual, sensi-bilidad de reacciÓn, actividad

puramente sensorial, ésta no tie-ne, sin embargo, la menor con-

ciencia de sus percepciones ni

de su contorno ni mucho menosde ella misma, condición que sí

se da en la persona la cual, obje-tivizando su propias circunstan-

cias, su propio contorno lo hacesuyo y le confiere significado osentido y de tal modo llega mu-cho más lejos en tanto que escapaz de orientar sus interesesintelectuales o vitales hacia ese

reino de puras objetividades que

son los valores. Y mientras---

subiendo Ll la escala zoológica

el orangután bien pudiera

crear dentro de sí imágenes figu-r a t i vas, soÙar, recrearse antesombras chinescas o antc un es-pejo, no puede, sin embargo, ni

tener conciencia dc este hecho

ni mucho menos llegar a trans-mitir estas figuraciones en térmi-

nos del lenguaje simbólico que

es, por cierto, un atributo exclu-sivo del hombre. Tomando encuenta esta disiinción real y for-mal, los filósofos hispanoameri-

canos - sin tomar en cuenta su

filiaciÓn ideológica - han fijadopuntos de vista que se atienen,en sus gTandes líneas, a todo lo

dicho arriba y sobre estos prin-cipios han elaborado interesan-tes planteamientos, análisis y re-flexiones doclrinalcs al respecto.

No existiendo coincidencia enlos planteamientos cientificistas,por ejemplo, de .J osc liigenierosy Carlos Octavio Bwige en rela-ción con el espiritualismo deEnrique Molina y AlejandroDeústua, ello no implica de ma-

nera alguna que, en lo tocante auna antropología tilosÒfica exis-tan algunos puntos de contacto

que indican o evidencian hasta

qué punto la preocupación por

cI tema de la persona humana sedestaca como una constantedentro del pensamiento hispano-

americano de hoy y de ayer..P e r s p e ctivas insospechadas scpresentan en este campo de lapreocupación por la "naturale-za" del hombrc, por su estructu-ra, su proyecciÓn y su destino,ya en las investigaciones socioló-gicas de Alberdi y Sarmiento, yaen las metódicas precisiones de

Alejandro Kom o de Josi~ Enri-que RodÓ. Y si bicn es ciertoque las diferencias entre uno yotros se presentan de modo pa-tente, no menos cierto es quede distintas maneras hay entreellos una confesión, vcIada o

abierta, de personalismo, de unintento por haccr filosofía no

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estrictamente metafísica, ceñida

a los criterios imperantes en laEuropa de los siglos xix y XX,sino una filosofía arraigada enlos intereses dcI hombre comopersona, como ser que posee, entérminos profundos, una mismi-

dad, una interioridad, un algoque es intransferible como loson la voluntad, el lenguaje, lacapaciùad de autoùeterminarrumbos y que, a diferencia de losanimales, no vive alterado en re-lación con su contorno. Comolo ha expresado ya don J osé Or-tega y Casset, "el animal no rigesu existencia, no vive desde símismo, sino que está siempreatento a lo que pasa fuera de él,a lo otro que cl. Decir que el

animal no vive desde sí mismosino desde lo otro, traído y lle-vado y tiranizado por lo otro,equivale a decir que el animal

vive sicmpre alterado, enajena~

do, que su vida es constitutivaalteración" (3). Este hecho, así

en su forma escueta, ¿no signifi-ca acaso que, en definitiva, todafilosofía reconoce la existenciade una conciencia personal quecuando actúa en la palestra delos hechos y de las circunstan-cias, nos hace distintos a los de-más individuos? Empero, den-tro de algunas direcciones filosó-ficas, el concepto de "persona"como que se diluye, se pierdeen la maraña de las especulacio-nes como ocurre, digamos por

caso, eon las imponentes y nomenos severas formas del pan-teÍsmo. Y 10 que habría que sal-var en esta ocasión es el princi-pio personalista que impone, desuyo, la necesidad de reconocer

un ente tal que trasciende lo es-

trictamente anímico, sensible onatural para abrirle el paso a

aquellas formas supremas de laconciencia que se orienta en elsentido de los valores o, si sequiere, de las instancias ideales.No escaparía a una considera-ción tal lo concerniente al bien,

la belleza, la libertad, etc.

Hasta el momento, hemosquerido hacer una primera in-cursión en el tema general del

hombre como persona, del hom-bre como instancia que trascien-de lo impersonal, del hombrecomo una categoría histórica,no conceptual, no sometida aningún proceso mecánico, salvosu forma corpórea, reducida porcierto a espacio y materia, pero

que en todo caso hállase sujeta- esa forma corpórea - a losint1ujos de lo "espiritual". Noobstante, pccarÍamos de incon-secuentes si afirmásemos que es-tos influjos no se realizan, a suvez, "de abajo hacia arriba", es-to es, de lo físico a 10 no físico.

y aquí nos encontramos con la

vieja polémica que planteó en suépoca el dualismo cartesiano ycuya formulación y posibles so-

(3) Josc Ortega y Gasset: ENSIMISMAMIENTO y AL TERACION. Obras Complctas.Tomo V, Segunda Edición. Revista de Occidente, Madrid, 1951, pág. 298. Las másrecientes investigaciones confirman este punto de vista, llamando poderosamente laatcnción la enorme radical distancia que existe entre el homhrc y el resto de losvertebrados superiores, hasta el punto de que parcciera esfumarse i~ tesisfundamental del evolucionismo del décimonono.

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luciones no han dejado de in-quietar posteriormente a genera-

ciones de hombres de' pensa-miento, interesados, no precisa-mente en hacer planteamientosde tipo clásico, sino en replan-

tear una polémica con sobrado s

resultados positivos por cuantodespertaron inquietudes, suscita-ron interrogante s y llegaron a

impulsar un nuevo rumbo, muyamericanista por cierto, en la

trayectoria del pensamiento fio-sófico hispanoamericano. Lasfórmulas "monistas" que hoy seensayan y que tratan de superarla vieja querella dualista, tam-

bién comparten el interés por lanaturaleza del hombre, por laestructura de su "ser", por su

porvenir. En tal sentido, podría-

mos intentar, por lo pronto, unademarcación objetiva de las zo-nas de controversidad y de ave-

nencias, afinar procedimientos ytécnicas de estudio, así comoprecisar, con mayor amplitud yambición, propósitos bien defi-nidos. Se impone la faena sobretodo como responsabilidad y seimpone también como necesi-dad. Empero, las circunstanciasnos son en muchas ocasiones ad-versas y ello explica que, noobstante lo ambicioso de nues-

tro fundamental propósito, limi-tamos nuestra labor dentro deun área un tanto restringida, sinque ello vaya cn menoscabo de

la seriedad y objetividad exigi-das en la presente situación.

Situados en esta persepcctiva

es como nos proponcmos esbo-zar una especie de historia inte-lectual del hombre dentro del

pensamiento filosófico hispano-americano, tomado como coor-denadas ideológicas algunas delas más representativas figurasdel universo cultural de Hispa-

noamérica. Precisamente quere-mos destacar nuestro interés pordeslindar, clasificar y definir unaposición que no se avenga con

ningún tipo de dogmatismo filo-sófico - que ya cs de hecho ne-

gar el espíritu de la filosofía "-,que es ante todo, reflexión críti-ca, indagación severa, rigurosasobre lo que podríamos llamarla "esencia" del hombre: un serque es, de pos sí, pura concien-cia, una conciencia que se va

como evaporando a medida quenos retroproyectamos hacia losprimeros momentos del existirhumano, pero que por un im-pulso propio del hombre, va co-

brando contornos precisos a tra-vés de las categorías del pensa-

miento y que, como marcos in-telectuales, configuran en él, eneste hombre, una dirección, unaorientación axiológica y que, en

definitiva, 10 llevan a eso queSche1er ha denominado conbuen tino "acto de la ideación".

Cuando, en su polémica con-tra el Positivismo, pensadores

como el brasileño Raimundo deFarÍas Brito y el argentino Ale-

jandro Kom, hablaban de estadirección cien tificista en térm i-nos de una aguda crítica negati-va, y cuando posteriormente, ya

más cerca a nosotros, FranciscoRomero nos hablaba de la"miopía lilosófica del Positivis-mo", ellos y todos los anti posi-ti vistas, se estaban revelando

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contra el espíritu cerrado deuna corriente de pensamientosegún la cual las categorías men-tales, los conceptos básicos de laconciencia y de la objetividadde la persona humana, quedabanprácticamente reducidas al fríoesquema físico-matemáticomuy propio de las ciencias natu-rales y exactas. Para el espíritu

libre, para la conciencia espontá-nea no existía, de este modo,ningún lugar porque la únicaforma de legitimar una verdad,un principio, una norma social omoral, un precepto cualquiera,consistía en hacerles pasar por

el t amIz establecido ya por

Comte y Littré, ya por Spencery Stuart Mil. Así, por ejemplo,

criticando las pretensiones de

los "positivistas" brasileños, donRaimundo de Farías Brito ex-presaba con tono polémicoaquello de que "para nuestrospensadores (se refiere, claroestá, a los positivistas) parece

que el espacio del tiempo quedódefinitivamente cerrado y que elmovimiento de la filosofía llegóa su término con Augusto Com-

te" (4). De esta manera,Raimundo de Farías Brito haquerido poner límite a los se-cuaces de ese movimiento quehabía hecho de la Ciencia unaespecie de religión sin Dios, unadoctrina que aspiraba a encamarla suma total de los conocimien-tos humanos, insinuándose, ade-más, como el verbo viviente deuna nueva "edad dorada" en lacual se habría alcanzado, por así

decirlo, la cima de la perfeccióndel género humano, la culmin-ción de las mejores y más legíti-mas aspiraciones del hombre,pero de un hombre que, en cier-to sentido, está gobernando porfuerzas ciegas c'Uantificables, ma-temáticamente orientadas y sindejarlo a la conciencia pensante

la libertad de actuar y de mo-verse espontáneamente, sentan-do también el principio de unprogreso inevitable, coneeptoque se aproxima con las más ce-rradas doctrinas mecanicistas,

las cuales someten al hombredentro de una red de fuerzasenergéticas y de funcionespsíquicas.

Esta diatriba contra el monis-

mo positivista es, en Farías Bri-to, compatible con el principiode que frente a los poderes delinstinto y de las puras leyes filo-gen éticas, la persona humanapermanece incólume, no obstan-te las presiones que continua-

mente ejercen sobre ésta los po-deres del mundo exterior. Estetono del pensamiento de Farías

Brito nos revela en él la tenden-cia a proclamar en cierta medidala impotencia del saber cient ífi-ea para resolver, en términosp la usibles, los problemas delhombre, la imposibilidad de larazón para convertirse en porta-voz de la vida social, política ymoral. De esto a la religión hayun paso muy corto, pero muchomás estrecho es la diferencia en-tre todo lo anterior y la glorifi-

Citado por Manfrcdo Kempff Mercado: HISTORIA DE LA FILOSOFIA ENLATINOAMERICA. Empresa Editora Zig-..Zag, Santiago de Chile, 1958. Pág. 165.

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cacion del subjetivismo hasta

culminar, consecuentemente, enuna negación casi absoluta de laobjetividad. Otra cosa: podría-

mos objetar que una concepción"personalista" es opuesta a unaconcepción panteísta, porque enefecto, en este autor, se revelan

los rasgos típicos del pensamien-to de Spinoza. Por eso compartela idea de que el mundo naturaldentro del cual vive el hombre

encerrado en sus distintos com-partimientos, es la única cosa

sobre la cual algo podemos sa-ber y de que fuera de ese mun-

do es prácticamente inconcebi-ble cualquier tipo de conoci-miento. Admitir un conocimien-

to fuera de la realidad natural -

que es algo así como la patriadel hombre -, equivale a caeren una contradicción. Toda estafe en los principios del panteÍs-

mo espinocista van encaminadosa impugnar no sólo el conceptode trascendencia (de Dios), a re-chazar la noción de filosofía co-mo conoeimiento acabado y de-finitivo sino también a restaurarla confianza en las potenciascreadoras del hombre y auncuando admite que el hombre esparte de la conciencia de Dios,

de un Dios inmanente al mun-do, Farías Brito ha sabido indi-car como estas aseveracionesque lo comprometen con unmonismo panteísta y espiritua-lista, no están relÎidas con unaconcepción orgánica del hom-

bre, como corre lato personal de

Dios o, bien, como el espejo in-telectual en donde Dios se miray, m irándose, hace de cadahombre una persona moral, unapotencia ética.

Pero en el pensamiento de Rai-mundo de Farías Brito ¿no lateacaso una manifiesta tendencia ainterpretar la realidad en térmi-

nos pesimistas con respecto a lasciencias y a la misma filosofía?En efecto, hace resaltar aquellode que "la cieneia es un conoci-

miento ya hecho, el conocimien-

to organizado y verificado, entanto que la filosofía es el cono-cimiento en proceso de forma-ción, entendida también comoprincipios generador y dinámicodel conocimiento" (5). Le asig-naba, así, a la ciencia, un papcIsecundario, una significaciónque, comparada con el conoci-miento filosófico, queda su va-lor reducido a simple concre-

ción y yuxtaposiciÒi~ empíricas.

No nos explicamos, por ejempo,como según nos dice FaríasBrito, si la filosofía es "un esta-

do caótico" pueda dar como re-sultado un saber organizado y

verificado como lo es el sabercientífico. De todos modos, es-tas disertaciones del filósofo

brasileño se hace bajo la inspira-ción de una especie de reveren-cia hacia lo que algunos llaman

"el hombre moral", tratando asu manera de "salvar" de la ma-

(5) Abelardo Vilegas: PANORAMA DE LA FILOSOFIA IBEROAMERICANAACTUAL. Eudcba, Bs. Aires, i 963. Pág. 71. Citado de la obra de Raimundo deFar ías Brito, LA FILOSOFlA COMO ACTIVIDAD PERMANENTE DELESPIRITU HUMANO,

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rejada especulativa el núcleo hu-mano que como categoría fun-damental se sobrepone al purodevenir natural o, bien, a la pu-ra presencia de fuerzas sobre-

naturaIcs.

Las limitaciones que le impo-

ne el medio social a cualquierpensador se hacen mucho másnotorias cn un país en donde yaotro filósofo se refería a su pa-

tria, el Brasil, como de una na-ción que padecía de "eslrelÎi-miento cerebral", que tenía"ponzolÎas en el cerebro" y que

constituían una especie de "an-tropoides literarios". Es un he-cho, reiteradamente comproba-

do, de que los imperativos am-

bientales de una sociedad deadaestablecen la pauta en la marchadel pensamiento fiosófico, muypor encima de los mejores pro-pósitos y de las mejores inten-

ciones de cada hombre. Si enFarÍas Brito no hemos encontra-do un estudio orgánico y siste-mático en el sentido de una an-tropología fiosófica, ello pudieraobedecer a estas circunstancias,amén de motivaciones ideológi-cas, moraIcs y psicológicas que,

como escollos insalvables, hanpostergado planteamientos e in-dagaciones fiosóficas más obje-tivas acerca dc la naturaIcza delhombre. Queda, no obstante enFarías Brito, como en otras dcsus compatriotas la saiisfacciónde que si no llegaron a imponer

iina determinada orientación an-

tropo lógica en el Brasil, si hicie-ron resaltar, cada uno a su ma-nera y dentro de pequeñoscenáculos y publicaciones, la ne-cesidad de hacer de la fiosofíay de la ciencia, ante todo y so-

bre todo, una problema, unacuestiÓn de la cual vale ocuparse

como un testimonio de la feque se tiene en las dotes intelec-tuales y volitivas del hombre, ensu capacidad también para res-ponderle al reto que el ambicntele impone y que, como respues-ta, puede, con actitud socrática,hacerse una interrogación tanvieja como venerable, aquella in-terrogación que inmortalizó almaestro de Platón y que habría

de llevar muy lejos al pensa-

miento reflexivo helénico, hastaculminar en el déciminono, en

un sistema racionalista, el deHegel, y cuyas posteriores in-fluencias no es posible ignoradasni m ucho menos ncgada-s.

Al referirse a la presencia de

Alejandro Korn en el pensa-miento filosófico argentino,

Juan Antonio Villalod expresala convicción de quc "a Ale-jandro Korn, en la Argentina,

cabc la honra dc haber esboza-

do, con las INFLUENCIAS FI-LOSOFICAS, una sociología dela cultura, cuyas principales con-

clusiones juzgamos extensivas alas sociedades latinoameri-canas" (6). Seiìalemos, de pasa-

da, que KOITl figura como unode los patriarcas de la intcligen-

(6) Juan Antonio Villalod: EXISTENCIA DE UNA SQCIOLOGIALATINOAMERICANA. Citado por Ricaurte Soler en EL POSITIVISMOARGENTINO. Imp. NaJ. Panamá, 1959, pág. 23.

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cia argentina y que, no obstantesu poco influencia inicial dentrodel ambiente de su patria, hallegado a convertirse allí en unade las figurds representativas del

movimiento filosófico del Platay, en particular, dentro de las

tendencias y corrientes que,dentro o fuera de la cátedra,

busca fortalecer una concepciónantropológica de profunda raíz

filosófica, arraigada en la mejortradición del Neokantismo, reva-

lorizando las enseñanzas y resul-tados del Idealismo alemán, vol-viéndose hacia los principios dela metafísica de Bergson, Blon-

del, Maritain, Cabriel Marcel,

Scheler y Ortega y Casset. J us-tamente, una de las modalidades

que caracterizan a estos fióso-fos "espiritualistas" es un acen-

tuado interés por los tópicos re-lativos al hombre, una concep-tuaciÓn idealizante y axiológica

acerca de los fenómenos profun-dos de la conciencia e, igual-mente, un cierto desplazamiento

de una zona en donde todas lasformas del monismo naturalistay toda concepciÓn evolucionistaviene a ser "suplantado" por losprincipios de la "evolución crea-

dora" de Bergson. Sobre el pa-pel de B ergson en el desarrolloy trayectoria del pensamiento fi-losófico europeo, se ha conside-

rado que su obra descansa bási-

camente en haber desvelado una

imagen del universo y del hom-bre que aparentando una "movi-

lidad viva" bien puede interpre-tarse en términos de una restitu-ción de las premisas parmenídi-

cas, por lo que la "fiosofía" de

Bergson habría entonces que re-valorizarla por cuanto, por ejem-plo, algunos la interpretan en supapel, como dirigida sobre todoa demoler los principios de lasciencias naturales y, paralela-

mente, a expresar una profundaaversión tanto a la racionalidad

como a la objetividad. Pensamosque no obstante esta significa-ciÓn "retrógrada" de Bergson,

no implica necesariamente una

posición semejante en muchos

de sus discípulos y eomentaris-

taso

y es a partir de este período,

la década de los años veinte,cuando tendencias muy defini-das dentro del "espiritualismo"europeo comienzan a ganar te-rreno en la conciencia latino-. .americana, comienzan a gozartanto en la Argentina comoMéxico, Perú y Chile, cte., delprivilegio de ser tomadas más encuenta, más en serio, iniciándosede esta manera una especie devuelco hacia tradiciones secula-res que en cierto modo han es-tado asociadas con muchas delas modalidades típicas, no sola-mente del Idealismo -fiosóficode la línea Leibniz-Wolff sino

incluso de algunas de las formas

que en nuestros días caracteri-zan el Irracionalismo. La posible

opción por estas innovaciones

dentro del panorama filosóficoen la América Latina tiene mu-cho que ver con la lógica reac-ción contra el materialismo dog-

mático, positivista y mecanicistaque se reconocía como oficial-mente admitido en Universida~

des, instituciones oficiales, cen~

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tros intelectuaIcs y científicos

de reconocido prestigio. Sereemplaza, en el presente caso, aSpencer por Bergson, a Comte,

Littré y Ernest Haeckel por Cui-llermo Dilthey y por Husserl.Cobra fuerza, pues, este "movi-miento" que intenta "reivindi-car" los derechos de la persona

humana frente a la imagen me-canicista y determinista que du-rante varios decenios ha prevale-

cido bajo diferentes ropajes enel universo científico, moral yfilosófico de la segunda mitaddel siglo xix y comienzos del

XX. En tal orden de ideas, laAmérica Latina no ha escapado

a esta especie de marea o depleamar "espiritualista" que hainundado principalmente aEuropa, movimiento que se en-laza en gran medida, con las dis-tintas especies de panteísmo fi-losófico de la India.

Dentro de este escenario, Ale-jandro Korn polemiza contra 10

él considcra "excesos del positi-vismo". Este, al referirse al con-cepto de experiencia sustentados

por José Ingenieros en sus PRO-POSICIONES RELATIVAS ALPORVENIR DE LA FILOSO-FIA, se expresa negando en éste

una posición consecuente en re-lación con dicha idea, señalan-

do, por ejemplo, que en la men-

cionada obra se invoca la expe-riencia de continuo como únicafucnte de nuestro conocimiento,

pero sin tomar en cuenta que elconccpto de experiencia lo desa-rrolla el maestro Ingenieros en

relación con la especie humana

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y que, en consecuencia, salva el

criterio de una verdad que, den-tro de sus dilatadas circunstan~

cias y condiciones experiencia-

les, se aplica por lo menos aesta misma especie. Korn ha in-tentado, a su manera, la "supe-

ración" del positivismo. Y anuestro juicio, no tanto por loque tenga éste de realmente"positivo", sino por una cues-

tiÓn de principios: en tanto que

el materialismo mecanicista sus-tenta una metafísica corporalis-ta, utilizando igualmente crite-rios de tipo biológico y en don-

de todo está sometido a las le-yes eternas de la evolución filo-genética, para Korn los princi-pios de la filosofía espiritualistaviene, por decirlo así, "a salvar alhombre", a colocarlo en ellugar privilegiado que se merece,a reconocerle su especialísima

condición como epicentro quees de la historia, de la sociedad.

En esta forma ensaya Korn unaverdadera antropología filosóficay que contrapone a la doctrinamecánico -na turalista. Piensaque se hace impostergable, enuna época como la nuestra, tancargada de espíritu utilitarista,poner a buen resguardo lo quequeda de este hombre que la ci-vilización industrial ha conver-

tido en algo así como en unapieza del pavoroso engranaje de

la técnica. No se vuelve, sin em-

bargo, contra el pragmatismoporque en el fondo de éste po-dríamos entresacar una solución"razonabIc" a los múltiples pro-blemas ante los cuales se abocael hombre.

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Korn hace una distinción en.tre dos tipos de Utiltarismo: elvulgar y el filosófico. Piensa queel más peligroso es el segundo, y10 es por su sutileza sofística.Mientrds que el Utilitarismo vul-gar puede ser combatido y refu-tado con el ejemplo y aplacarse

con el simple hecho de darle alhombre aquello que sus necesi-dades demanden, el Utilitarismofilosófico es de suyo sutil, reser-vado y calculador, penetrante,casi imperceptible; éste vive y se

agita en la conciencia del hom-

bre, se hunde en su pensamien-

to, de él se nutre y allí, incu-bando razones, preceptos, cáno-nes de conducta y sin mucha es-tridencia, se va desarrollando co-mo una especie de hielra intelec-tual que con el tiempo hace pre-

sa en la voluntad del hombre,

atenazándolc, estereotipando suconciencia; que la función, la ta-rea de este tipo de utilitarismose ve claramente cumplida cuan-

do se arraiga en forma de con-

vicción cien tí fica o de fe filosó-

fica; desarraigarlo requiere unesfuerzo titánico ya que sientede hecho el principio de la sub-ordinación de la persona huma-

na a los intereses de la simple

vida vegetativa, de nuestro re-cÓndito egoísmo, en tanto quelas instancias superiores quedansujetas a los niveles de la vida

inferior. .Justamente las teorías

mecanicistas y materialistas hanjuzgado -- piensa Kom - quesiendo el hombre un productofilogenctico de la evolución bio-

lógica, su voluntad, su concien-

cia o su espíritu vienen a ser co-

ino una "fosfolesencia" de esa

masa de materia indeterm inaday que por efectos puramentemecánicos, culmina en la apari-ción de las primeras formas vi-vientes elementales y en sucesiva

marcha ascendente por un pro-ceso de complejidad creciente,alcanza aquella cima en dondereside el cerebro, punto en elcual la evolución da paso a losvariados fenómenos de la con-ciencia. Sobre el particular re-cordemos algunas de las premi-sas del materialismo biológico

de Ernst Haeckcl, autor de LOSENIGMAS DEL UNIVERSO. Sila preocupación inicial del maes-tro Korn en lo relativo al hom-bre es la estructura de éste y su

función dentro del cosmos,. en

alguna forma se ha interesadotambién sobre su posible origen;en este aspecto se muestra radi-calmente colocado frente a ladiscutida ley biogenética formu-lada por HAECKEL ("la ontoge-nia recapitula la filogenia").Insiste éste, mucho más queCarlos Darwin, en el papel asig-nado a las condiciones ambien-

tales en el desarrollo de las for~mas orgánicas de vida.

La preocupaciÚn de Korn conrespecto al destino que se leasigna al hombre dentro del es-quema materialista, ha sidoigualmente compartida por otrosde sus contemporáneos dentro yfuera de la Argentina. Esta in-

quietud se centra en una especie

de imperativo moral que lo po-ne en actilud polémica contra

todos los intentos por reducir alhombre a meros componentesespaciales, y yuxtapuestos den"

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tro de un universo mecánico. El

postulado de la identidad abso-

luta que reclama para sí el ma-

terialismo mecanicista, la pareee

a Korn una contradicción, y ental sentido es importante anotarcómo dentro de corrientes mate-rialistas de tipo dialéctico, la leyde la identidad absoluta tiene,encuentra una franca oposiciónde principios. Así, por ejemplo,

la identidad total, absoluta e ili-mitada paréceles a muchos ma-terialistas no mecanicistas dehoy una inconsecuencia lógicapuesto que proporciona "unaimagen petrificada del univer-so" (7). Ya en otros estudios

nos hemos referido a algunos as-pectos del moderno pensar dia-léctico en donde sin llegar al espi-ritualismo se hace un alegato

contra estas premisas del meca-

nicismo que hace de la personahumana un ser que está someti-do a la deriva eterna de los pro-

cesos energéticos físicos- quí-

micos.

La vigorosa defensa que haceAlejandro Korn de la personahumana tiene mucho de espírituapasionado, un tanto dionisÍaco

por 10 que lleva de idealismo

moral, pero también un tantoapolíneo por 10 que tiene de se-veridad racionalista y de armo-nía en el trazado que hace acer-

ca de la singularidad del destino

humano. En sus páginas maes-tras nos encontramos con cosas

como éstas: "el sujeto es autó-nomo pero no soberano", "la li-bertad no nos es dada, es preci-so conquistada", "no somos la

gota de agua obediente a la leydel declive sino la energía, la vo-

luntad soberana que rige el to-rrente", "del fondo de la con-

ciencia deviene el yo como untorso", etc. Con especial maes-

tría ha proclamado Korn la ne-cesidad de un concepto nuevo

del mundo y del hombre porqueéstos se han renovado; en su

obra LA LIBERTAD CREADO-RA proclama con encendida fey con un no disimulado lirismode que "la ciencia no basta, deque es menester subordinada a

un principio superior, a un prin-cipio ético". Aquí ya lo vemosubicándose más decididamentepor una renovación en todos losórdenes de la vida, social, políti-co, moral, económico. En tantoque el Positivismo combatido

por él eximía en cierto sentidoal hombre de determinadas res-po nsabilidades por efecto de

que éste era un simple productonatural de la evolución filogené-

tica, y en tanto que la modali-

dad del materialismo mecanicis-

ta veía al hombre y a la culturacomo fenómenos explicables só-lo desde el punto de vista cuan-

.~.'j

~I

"1

(7) Eli de Gortari: LOGICA GENERAL. Ed. Grijalbo, S. A. México, 16, D. F. 1965,pág.122. En la misma obra agrega el autor: "Por otro lado, la identidad completa yrigurosa entre dos o más procesos, lo mismo que cntre dos o más conceptos, loshace enteramente indiscernibles...la identificación llcvada a ese cxtremo hace que sepierda la posibildad de la identificación llevada a ese cxtremo hace que se pierdala posibilidad de la identificación individual. el supuesto i:arácter absoluto dc la

identidad ha sido refutado reiteradamente por la ciencia".

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titativo, negándole a la concien-cia humana la espontaneidad dela voluntad, Korn reitera en LALIBERT AD CREADORA la ur-gencia de una fiosofía quehabría de liberar al hombre "dela pesadila del automatismo me.cánico y ha de devolvl.'Tnos ladignidad de nuestra personalidad

consciente, libre y duelÎa de su

destino". Así, la persona huma-na posee ese rango de dignidady de bullente capacidad paraconstruir con sus manos y consu mente, con el corazón y elmúsculo, su propio mundo.

Cuando el Utilitarismopiensa Korn - hace la desvalori-zación de la persona humana,ello no es más que una conse-

cuencia natural de una posición

doctrinaria según la cual lo ver-dadero es "lo útil", lo que másrinde en la esfera de los intere-ses de la civilización material ytécnica, que le exige al hombreuna participación casi cómpliceen esto de justificar tipos deconducta condcionadas e instinti-vas, sujetas tan sólo a la me-

cánica de los hechos. La doctri-na de Kom defiende, pues, elprincipio de que la personahumana es absoluta en su valory rango, que la concicncia no esuna simple instancia metafísicacomo lo sostiene el Idealismoclásico ni tampoco que ésta ten-ga bajo sí un sustrato material yde la cual ha surgido por una

ley mecánica. Lo que le da cate-goría suprema al hombre, digni-dad y presencia es esa capacidad

que tiene de ser legislador desus propias normas, lo que quie-

re decir hablando en términos

kantianos - piénsese en la CRI-

TICA DE LA RAZON PRACTI-CA - que el hombrc establecesus cánonoes morales, sus máxi-mas y principios éticos, que esun centro activo en donde seelaboran, como en un crisol, lospreceptos y las leyes del actuarhumano y que, por lo consi-guiente, se puede inferir de todoello que el hombre es, en defini-tiva, un ser autónomo. Todo es-to tiene una lejana resonancia

kantiana, pero mientras el filÚ-sofo de Köenisberg, al hablarnosdel imperativo moral 10 conce-

bía a manera de imperativo ca-tegórico, de rígido respeto a laley por el deber mismo de res-petada, Korn se separa de estaconcepción para dejar actuar, enla esfera de nuestras determina-

ciones y de nuestro procederético, aquellas instancias que yaScheler defendiera con tanta se-renidad y con no menos calor yentusiasmo: los valores, cuyo

rango y jerarquía han sido anali-zados por Scheler y quien, por10 pronto, ha destacado de qué

manera gravitan sobre las deci-siones nuestras y por qué, porejemplo, la existencia de éstos

no garantiza su realización ni sureconocimiento y captación. Elobjetivismo de Scheler apunta alhecho de que un valor "es" in-dependientemente de que locaptemos o lo reconozcamos. La

ceguera axiológica es tan realcomo la física. En Kom esteprincipio es reconocido en partepuesto que considera que los va-lores no constituyen objetos en

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sí Sllo objetos para el hom bre y

lo son en la medida en que en

su constitución entre la vida

moral, social, intelectual y eco-

nómica del hombre.N o podemos afirmar que

Korn sea un filósofo que estáadscrito a las resonancias del

momento dentro de) pensamien-to europeo; lisa y llanamente es

un hombre al tanto de lo queocurre en las distintas zonas delViejo Mundo en cuanto a in-novacioncs que invitan, eso sí, aplantear, en términos muy pro-pios, digamos argentinos o ame-ricanos, los problemas de la ho-ra presenie. Hombre de decididavocaciÚn fiosófica, entregado ala tarea de constituir un nÚcleoque le hiciera frenle al medio

refractorio dentro del cual se

mov ía, se convirtih en algo así

como en la conciencia del mo-mento, como un transinutadorde vcrdades o de principios quedurante años ocuparon el privi-legio de ser los más respetados ylos dc mayor rango o jerarquía.y todo cste empeilo, toda esta

difí cil tarea de organizar, pensarpor propia cuenta, de incitacióntambién a que otros pcnsarancon espíritu crítico, representaun csfuerzo tit:l1ico que bienmcrece ser mencionado comoejemplo de persistencia, de vo-

luntad y de sereno empeño, ra-

yano en la rica tradición estoicade mantener convicciones propiay objetivas, de defenderlas en

cuanto han sido encontradas,socráticamente hablando, porcuenta y riesgo propios, no tan-to como encargo oficial sino co-mo un algo que le impone laconciencia a manera dc impera-

tivo moraL. Francisco Romero,

examinando con espíritu pene-trante la trayectoria del maestro

Korn dentro de la vida intelec-tual y filosófica de su país, ad-

vierte en éste una "entrcga ple-na a una vocación elevada a dig-nidad de destino, reforzada porun cúmulo de aptitudes extrañasen cualquier parte y quc resul-tan sorprendentes si se considerasu espontaneidad, su afinación y

robustecimiento prob'Tesivos Y lacallada energía con que debie-ron afirmarse la inclemencia del

contorno" (8). En el presente"fenómeno Korn" - si se nospermite la expresiÓn -, pudiéra-

mos aplicar aquello que se had ic h o de Sócrates, que fue"doctrina y ejemplo". Este sin-gular destino que se traza den-

tro de la vida de AlejandroKorn, tal vez está determinado,

en mucho, por una crisis moraly advertida por él en su tiempo,

crisis que justifica, a los ojos de

(8) Francisco Rom~ro: TIEMPO Y DESTIEMPO DE ALEJANDRO KORN, cnFILOSOFIA DE AYER Y DE HOY, Argos, S. A. Buenos Aires, 1947, pág. 240.-Recordemos quc cn su época, Korn se mueve como una figura solitaria que noobstantc sabe abrirse a las corricntes tiosófieas de huropa que sc vuclcan comouna especic dc aire tæsco del humanismo que ahora preknde reivindicar, confórmulas "espiritualistas", al Jiomhre "cxtraiiado", "alienado", torturado por losavances, por cjemplo, del materialismo histórico, que no del makrialismomecanicista y p~simista,

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cinicos utilitaristas, toda clase

de egoísmos, que exonera deculpa a quienes hacen la apolo-gía de la peor forma de pragma-

tismo, dando como resultado ~y esto lo reitera una vez más enLA LIBERTAD CREADORA -a un pasmoso progreso que en

el fondo, es un desastre, un"progreso" que aumenta, sí, elpoder del hombre sobre las co-sas, su conocimiento acerca de

la naturaleza del mundo peroque en nada implica un verdade-

ro dominio humano sobre todasestas cosas. Es, así, una especie

de alienacibn en donde las co-sas se imponen sobre las perso-nas y en donde el hombre su-cumbe ante el espejismo de unfementido "progreso". Kom, ensuma, repite con insistencia, consocrática terquedad, el llamado

a las fuerzas del espíritu, un

planteamiento serio, severo delas reivindicaciones que se impo-nen en el mundo de los valores.La riqueza del hombre no estátanto en el dominio de la natu-raleza sino en el dominio sobre

sí mismo.

Ahora bien, ¿son en Kom losvalores concebidos como purasinstancias ideales o, por el con-

trario, su naturaleza y categoría

responden a realidades de ordentemporal, real, histÓrico? Yahemos dicho que Korn no es unsimple receptor del mensajescheleriano o bergsoniano. Sabe

distinguir él entre los valores en

el sentido de Hartmann y deScheler, como de que no sonaprehendidos ni por un acto de

abstracción intelectual ni tanpo-ea por un proceso inductivo; deque en verdad son instancias ob-jetivas. Y hasta allí considera laposibilidad y el hecho efectivo

de la existencia de los valores.

Pero ahondando un poco más ensu posición con respecto a esteúltimo punto, nos parece queKorn se percata, por lo menos

en forma que 10 hace más con-

secuente con un espíritu equili-brado, que una posible única de-mostración de que un hecho tie-ne valor, reside en la circunstan~

cia de que sabemos que producevalores efectivos. Advertimos ensu AXIOLOGIA, edición de1930, que reconoce la objetivi-dad de los valores en cuanto aque son entes cuya presencia -

la bondad, la justicia, la santi-dad, etc. -, se reconoce como

tal pero que por otro lado son

objetivos, particularmente si se

toma en cuenta que una actituddentro del contexto de la con-

ciencia está integrada necesaria-

mente en la relaciÓn persona-

valor y viceversa. Un fiÓsofo

norteamericano contemporáneo

ha señalado el hecho de que losvalores son relativos y que talaserción no constituye, dice, al-go que nos pueda causar extralÎe-za. La verdad de un juicio devalor no depende tanto de su-puestos metafísicos como de lascondiciones dentro de las cualeséste se hace o se constituye yque, por ejemplo, "los valores,en cierto sentido honorífico, los

valores intelectuales, presuponendesde luego actividades intelec-

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tuaIes" (9). El hecho escueto deque los valores sean instanciassupenores en rango, pues, no re-baja su cualidad y jerarquía y

cn tal sentido, creemos queKom pudiera suscribir una tesisque, en lo profundo, no di sientede su criterio axiológico espiri-tualista. Tal vez, en este intentode "salvar al hombre como per-sona" se incurra en algunos ex-

cesos "espiritualistas". Posible-

mente no llegó el maestro Koma percatarse de mancra suficien-te de que no podemos arribar aun conocimiento científico, ob-jetivo, sin tomar en considera-

ción los fundamentos reales im-plicados en el proceso histó-rico-social en que está involu-

crado el hombre.En el México contemporáneo

no es menos interesante la polé~mica contra el Positivismo enca-

bezada, sobre todo, por losmaestros Antonio Caso y J oscVasconcclos, formidables adver-

sarios de estos principios enmar-

cados en el Materialismo meca-

nicista de Comte y de Spencer.

El ideal positivista en general, se

funda en la doctrina de que lasfuerzas de la naturaleza repre-

sentan un orden tan perfectoque no hay motivos válidos paraque la sociedad no la imitara.Prevalece dentro de esta fioso-

fía la convicción dc un orden

eterno mecánico y de un natura-lismo biologizante. El Dr. Leo-

poldo Zea, en su obra funda-mental sobre el positivismo me-xicano, llama la atención sobre

el hecho de que esta doctrinafue, además, la expresión ideoló-gica de la burguesía mexicana,

grupo mediocre, dice, que ampa-raba sus intereses en los postula-dos de la supervivencia de los

más aptos dentro dcI orden na-tural; y dc que cn Spencer yDarwin encontraría el grupo so-cial que sostenía tales princi-pios, la justificaciÓn de su exis-

tencia y su acciÓn social y losmedios dc que se había servidopara IOhrrarlo. A esto afiade JoséVasconcelos de que tomandocomo base el darwinismo socialse pretendió nada menos quenegar al pueblo su derecho a

opinar y defender sus interesesy de que toda intcrvención con-traria a los efectos de las leyes

de supervivencia era condenada;

por lo tanto, concluye Vascon-

celos, con estas premisas, en la

lucha por la vida siempre triun-faba el más apto ( i O). y contraesta beligerancia del positivismo

_ beligerancia política - se han

pronunciado todos aquellos inte-lectuales mexicanos que supie-ron ver cn tal doctrina una ma-

nera de imponer sobre el país

una dictadura férrea (dominio

(9) 10hn R. Reid: NATURALEZA y CATEGORIA DE LOS VALORES. EnFILOSOFIA DEL FUTURO. Compañía General de Ediciones, S. A. México, S/F,pág. 509.

(lO) Citado por Leopoldo Zca en EL POSITIVISMO EN MEXICO. Fondo de CultmaEconómica, México, 1968, pág. 31. Entre las aportaciones más importantes de lacultura fùosófica en México están las polémicas encendidas contra esta especie dctutela imperialista que tuvo aiií el Positivismo.

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del Partido de los Científicos en

el período de Porfirio Díaz) yuna pauperizaciÚn de las clasessociales más bajas y menos-preciadas por quienes, en conso-

nancia con la idea del "progresoinevitable", juzgaban incluso po-sible algunas formas de lo quehoy se conoce con el nombre degenocidio.

No nos interesa, por 10 pron-to, averiguar por quc el comtis-

mo y no la doctrina de Spencerfue adoptada como ideología dela clase dominante en la era por-firista, ni tampoco establecer losmotivos últimos que hicieronposible imponerla como "idealde vida", Queremos, sí, destacarla ciclÚpea tarea de intelectuales

como Antonio Caso y José Vas-concelos por restaurar en Méxi-co la confianza en la calidad de

la persona humana, su vocación

por una interpretación de laexistencia en términos humanis-

tas.Frente al "rcalismo" de los

positivistas mexicanos, AntonioCaso se consagra a la tarea derescatar al hombre. Para él, lapersona humana, en el conceptode los positivistas resulta atomi-zado, subordinado a la mecánicapura de los hechos naturales. Elrepresenta en gran medida losideales de una generación que sesiente hastiada, casi indigesta,

del imperio intelectual positivis-ta. Si ante la urgencia de no

únicamente entregarse a la medi-tación seria y profunda sobre lalibertad y sus consecuencias mo-

rales sino también la de encon-

trar nuevos rumbos dentro del

saber humano, dentro del haberintelectual, artístico, del hom-bre, De esta manera intenta reali-zar tambicn el desinterés como

antítesis de lo que él y muchosde sus contemporáneos llamaron"el egoísmo del positivismo ",en su modalidad mexicana. Con-

tra esa especie de "escolásticapositivista", contra esa especie

de esclerosis espiritual que pade-cen los secuaces del Positivismo,

el maestro Caso hace por sucuenta la apología del espiritua-lismo de Bergson, espiritualismoopuesto al evolucionismo enton-

ces vigente y al poder, digamos

oligárquico, de los "científicos"oponía él el imperio de una so-ciedad "basada en la justicia".

Antonio Caso encabeza y de-sarrolla en México una actividadpolémica que lo enfrentaría pos-teriormente no sólo al positivis.mo militante sino incluso a lasdistintas corrientes del Materia.

lismo Histórico. Llevado de lacreencia apasionada de la singu-laridad del hombre frente a locolectivo o a la comunidad quelo tiraniza, no se adhiere, sin

embargo, a las diversas tesis delindividualismo en boga. En Ca-

so, lo que le confiere categoría

superior al hombre es esa espe-cie de unidad ética o de unión

moral en donde todos respetanlos valores que le dan sentido ala vida. Anota en LA PERSONAHUMANA Y EL ESTADO TO-TALIT ARIO que el hombre es,sobre todo, "un creador de valo-

res" y en tal sentido llega a serlo que es: una persona. Sus ale-

gatos contra el Positivismo y el

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Materialismo histórico no lo lle-van, empero, a una justificaciónde las muchas modalidades del

irracionalismo que, justamente

en Bergson, se había comenzadoa manifestar en Europa Occiden-tal. Se percata de lo peligroso

que resulta echarse en brazos de

"tendencias nuevas" por el sim-ple temor al materialismo. Por

eso, mostrando una clara con-ciencia de la situación histórica,dándose cuenta de las implica-cIones de un llano repudio alPositivismo o de una ingenuaadhesión al intuicionismo, se de-clara, como 10 anota Pedro Hen-ríquez Ureña, seguidor del inte-lectualismo. Tal hecho resultaaltamente significativo en unmedio espiritual en donde se vi-vía sometido de continuo a laspresiones del Positivismo enbancarrota y de un irracionalis-mo militante y a¡"i-esivo y, dcsdetodo punto de vista, inconse-cuente con la reforma integraldel espíritu humano y, en parti-cular, con la reforma que de-

mandaba México en materia deeducación intelectual, estética ycientífica. Si bien se percataba

de los límites del intelecto, talcircunstancia no lo llevÓ, en rea-lidad, a un repudio de és te y,por lo tanto, en desmedro de

los principios racionales.

Es interesante destacar lo va-

lioso quc, dentro del pensamien-

to hispanoamericano contempo-ráneo, representa la figura, laobra y la trayectoria de don An-tonio Caso. Repetimos: no seadvierte en él una preocupaciónsistemática sobre la cuestión an-

32

--

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;~

tropológica, pero sí un constan-

te interés por destacar, del fon-

do de sus meditaciones, aquellosaspectos que en mayor medida,

bien pudieran contribuir a colo-car a la persona humana en elnivel moral e intelectual quc lecorresponde en los planos real eideaL. EscribiÓ una obra, I,AEXISTENCIA COMO ECONO-MIA, COMO DESINTERES yCOMO CARIDAD. Allí ha ex-puesto sus convicción de que,

en última instancia, el tema delhombre no puede desligarse desu condición histÚrica, de queuna antropología filosófica nopuede ensayarse al margen de latemporalidad del hombre, de sus

condiciones rcales o efectivas.Indica con sagacidad lo impor-

tante que resulta no tomar alpie de la letra la idea de "pro-

greso" que tanto destacan y su-pervaloran los positivistas. Se re-quiere, entonces, una elabora-

ción conceptual y axiológica en

donde se tome en cuenta la se-rie de los niveles del progreso;

no solamente el llamado progre-so material, la industria por

ejemplo, sino también el progre-so ctico el cual implica una ele-vación en el orden de la valora-ción humana y, finalmente, unprogreso en el orden estético.Pero se pregunta: (l.es todo estorealmente progreso? ¿Acaso po-

demos hablar objetivamente deun mejoramiento en las condi-ciones humanas dentro de unasociedad industrial que más bienha producido una desfiguraciónde la persona humana, ha sem-

brado cn el hombre una apatía

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frente a las formas pavorosas de

la civilizaciÓn industrial? ¿Re-

presenta el fementido progreso

industrial y técnico un "progre-

so" en la naturaleza física del

hombre? ¿En quc sentido,pues, hemos superado la bellezafísica del hombre clásico grie-go? Y en el orden moral, mien-tras el Estado, la ciencias y

otras instituciones de la cultura

han experimentado modificacio-nes en sus estructuras, "la hu-manidad vive como en el primerdía"; no se ve, dice con vehe-

mencia, por ningún lado el sur-gimiento de nuevas virtudes nitampoco el periclitar de las la-cras morales. En lo que atañe alprogreso estético, Antonio Casotampoco reconoce progresoauténtico y pleno. El sentimien-

to de la belleza no ha aumenta-

do un ápice en relación con elsentimiento de la belleza entrelos antiguos. Muy por el contra-rio, concluye que más bien elmundo se afea por todas partes;que la belleza cede ante el influ-jo del espejismo introducido por

el utilitarismo, un mal entendi-do pragmatismo y un culto alegoísmo, incompatible todo estocon el respeto a la persona hu-

mana. Late, aSÍ, en Antonio Ca-

so, un interés por el destino delhombre y, alejándose de todametafísica acerca de la natura-leza de éste, se interesa más porel tema de la libertad humana yde la conciencia moraL.

Interesado así en una di scu-siÚn en torno al problema de la

libertad humana, reclama laemancipación de la ciencia con

respecto a la tutela del Estado.

Admitir esta subordinación eshacer dc la ciencia, no una in-vestigación rigurosa y objetiva alservicio del hombre mismo sinoal servicio de ese espíritu esco-

lástico que comparten por igualtanto el Positivismo como el vie-jo racionalismo dogmático. En

ambos prevalece lo que en supaís llamaría Vaz Ferreira "almatutorial" o de autoridades y en

quienes domina cl afán de man-

dar o de ser mandado. lnpugnaigualmente el principio de que

la industria pueda ser un instru-mento de regeneración social ode reintcgración del hombre a sí

mismo. ¿Cómo puede ser esto silos dctentadores de la industriason algo así como seres parasita-rios, piensa, agentes malsanos deuna causa estereotipada en cáno-nes que representan el triunfodel impersonalismo? Es real-~ent,e la filosofía positivista, di-ria el, una causa que embonacon la causa de la libertad delhombre, con la supervivencia delos valores del espíritu? ¿.Hasta

qué punto es el Positivismo unadoctrina verdaderamente cicntí-fica y liberadora del hombre yde los prejuicios seculares?

¿ Son, en efecto, positivistasauténticos los "positivistas" me-

xicanos, los que figuran comomiembros del Partido dc losCientíficos? Son en el fondoalmas escolásticas que hablan ellenguaje dc Demócrito y deH o b b e s , deL e u cipo y deHaeckel sin entenderlos. ¿Noserá acaso que éstos, interpre-tando en forma torcida y secta-ria los postulados comtistas han

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desfigurado el nucleo original dela doctrina del ilustre franccs,Augusto Comtel Estas intero~gantes no son únicas en el maes-

tro Caso; son las mismas que lageneración anti positivista llegÓa plantearse muy seriamcnte y

que Leopoldo Zea ha recogidomagistralmente en EL POSITI-VISMO EN MEXICO en donde,además, recoge la afirmación dcCaso de que él, Antonio Caso,

con su obra ha derrocado la he-gemonía dc Comte.

Prevalece en Antonio Caso eltema, pues, de la libertad en sumás profundo. significado moraL.y si se interesa por los temas

cosmológicos y metafísicos, éstosdesembocan siempre cn unaconccpción libertarIa del hom-bre como criatura moral y cuyaautonomía queda establecida dehecho al rechazarsc el principiode una depcndencia del hombrecon relaciÓn a las leyes mecáni-

cas o biológicas de la naturaleza

física. Funda, así, el orden mo-ral en la libcrtad: libertad con

respecto al acontecer cÓsmico onatural, libcrtad frente a las le-yes del dcvenir eterno del mun-do de las cosas. La justificaciónde toda filosofía está de estcmodo en que patentiza o debepatentizar la naturaIc7,a ética del

hombre, que es conciencia abier-ta hacia un dilatado horizonte

de creciente complejidad espiri-tual en donde, hegelianamente

hablando, el espíritu se debe

imponer sobre la necesidad co-mo condición de toda posible li-bertad. Dentro de esta circuns-tancia se impone Caso el deber34

l.~

de impugnar al comtismo y dehacer una apología del esplri-tualismo.

Pero en Antonio Caso preva-

lecen algunos criterios que con-trarían no sólo al Idealismo en

sus formas objetiva, y subjetiva,sino también a aquel precepto

escolástico de una libertad deri-vada de una especie de concien-cia providenciaL. No acata la fór-mula positivista de una libcrtadque surge mecánicamente y de-fiende en este sentido 10 que élmismo llamó la libertad metafí-sica y la libertad moraL. Insiste

en aquella convicción de que siel hombre estuviera sujeto a lasleyes inmutables de la naturale-za inerte o incluso a la regulari-dad biológica de los seres vivos,éste sería un ser "completamen-te inmoral". No obstante, po-dríamos oponer a esta idea 10siguiente: que la libertad cs algoconcreto que concierne directa-mente a la cspontaneidad delhombrc y de que en ningún mo-mento o circunstancia podría-mos entcnderla como una sim-ple idea abstracta, separada for-

malmente de los intereses direc-tos del hombre; que la libertadla podemos concebir como unapotencia concreta en cada uno

de los grandes momentos de laexistencia del hombre y que, eneste devenir, la libertad está re-lacionada al proceso histórico dela humanidad. y en cuanto aaquello de que el orden moral

no lo podemos hacer dependerde las leyes del mundo natural yque de ser así "seríamos seres

sin moral", podríase argumentar

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en esta otra forma: que el hom-bre pleno, el hombre como tal,el hombre de carne y hueso -

animal simbÓlico, etc. -no pue-de deshacerse jamás de sus nece-sidades naturales, así como tam-poco podría renuneiar a los im-perativos espirituales que gravi-tan sobre la vida humana. En suintegridad, el hombre no tienemás remedio que admitir la exis-tencia de estas necesidades por-

que reconoce en ellas el modode ser de él, del hombre.

La historia registra entre susmúltiples sucesos, cÓmo la liber-tad no es una dádiva dc la Pro-vincia ni tampoco una deriva-ción en abstracto a partir de unprincipio metafísico o moral, si-no una demolición de aquellosobstáculos que no permiten alhombre el goce pleno, com ple-to, de su vida sobre la Tierra. Es

lenta y efectiva conquista del

hombre sobre el medio y sobresí mismo; conciencia de sus li-mitaciones. Justamente en estepunto del concepto de libertadse hizo más acentuada su polé-mica con el marismo. Este le re-prochaba, dcntro de la vidaintelectual de México, su ideali-zación de la libertad. Ya Vicen-

te Lombarda Toledano recalca-ba, frente a este concepto meta-físico de la libertad, un concep-to sociológico de la misma: "Lalibertad no consiste en imaginar

a la conciencia del hombre aisla-

da de la naturaleza, sino denlrode ella, como fruto de un gran~

dioso devenir y como su factormás trascendental, porque puedeactuar sobre el mundo exteriory cambiarlo para ponerlo enconsonancia con sus necesidadesy sus sueños... La filosofía idea-lista sigue postulando la tesis dela libertad irrestricta del hom-bre. Su propósito es claro: el deseparar al hombre de la natura-leza, el de hacerlo depender, node la evolución general del mun-do y de la vida, sino de un po-der sobrenatural que 10 gobier-na". (11) Esta con lroversia no es-

tuvo exenta de un cierto apasio-namiento y se reconoce lo im~

portan te que resulta ahondar en

sus raíces, establecer, por ejem-plo, los motivos más profundos

que hicieron posible que unacontienda filosófica se plantearano sólo en el terreno de las pu-ras ideas sino lambién en la are-na política. Y llama la atencibn

cómo estas ideas del maestroCaso coinciden con algo muy se-mejante defendido por Benedet-

to Croce en su HISTORIA CO~MO HAZAl\A DE LA LIBER-TAD, a saber, de que la teoríadel materialismo histÓrico nos

presenta un tipo de hombre

"deshumanizado" en la mismamedida en que esta teoría es"ofensiva contra la plenitud y

dignidad del espíritu". Esta in-sistencia de muchos apologistas

(11) Vicente Lombardo Toledano: SELECCION DE OBRAS. hdl:ración EditorialMexican. Vallarta 14, México 4, D. F. 1972. -- Recucrdcse cste hccho: dI: qul: lareacción antipositivista cn México SI: hizo sólo desdl: el punto de vista delI:spiritualismo y dI: allí las posteriores impicaciones.

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del Idealismo de que la persona

humana encuentra únicamentesu plenitud en el nivel puro de

las ideas o de las realizaciones

del espíritu, nos parece anticientífico, incluso anti fiosófi-co, toda vez que no es posibledisociar el destino humano conla marcha de los acontecimien-

tos de la historia social de lospueblos. Si, como dice Croce,

"la historia de la humanidad nodepende de revoluciones de lossistemas solares ni las vicisitudesdel individuo de la posición dc

los planetas" (12), tampoco po-demos negar la siguiente verdad:que no se rebaja o menosprecia

a la persona humana ahondandoo indagando en su verdaderoser, sabiendo también que delhombre se puede decir que seha ido elevando más y más den-

tro de la estructura del mundonatural como resultado de unagradual evolución en donde haentrado en juego la capacidad

creadora de los hombres en sus

distintos niveles de la existencia

y de que, en la medida cn que

éstos conozcan el mecanismo ylos resortes de la naturaleza, ellapodrá ser sometida a los más al-tos designios de las sociedades

y, así, humanizarla. Las diatri-bas de Antonio Caso contra lasdiversas modalidades del mate-

rialismo, tal vez se deriven de suexperiencia personal cuando en

México existiÓ el imperio del po-sitivismo, una verdadera dictadu-ra intelectual que, presentándosecomo "Cientificismo", limitómucho el horizonte moral, esté-tico y social del hombre mexica-no particularmente durante elrcgimen porfirista. Dentro de es-ta experiencia de Caso dentro

del contexto de la sociedad me-

xicana de su época, anota Leo-

poldo Zea que el pensamientosocial y filosófico de Augusto

Comte no se reemplazó enMéxico por "una filosofía cohe-rente" y de orden superior. Des-

taca que tal es la limitaciónideológica de los "ateneÍstas" y

en Caso se prueba esta afirma-ción por el hecho de que éste seatuvo primero, para rebatir alPositivismo, al pensamiento deHenri Bergson, pasando luego

por el llamado Empirismo Lógi-

co y finalmente rematando enlas filas de la tenomenología deIIusserl. No obstante, como yahemos explicado en otra parte,Caso se muestra consciente delos peligros que entraña para elpensamiento filsófico poner elacento en lo irracional; precisa-mente declara una especie dealerta contra las "especulaciones

fiosóficas que de Europa nosllegan" y que se caracterizan

por su ninguna le en lo racional,en el elemento intelectual comoprincipio de orden. Piensa que

(12) Rcnedetto Croce: LA HISTORIA COMO HAZAÑA DE LA LIBERTAD. Fondo deCultura Económica. ColecciÓn Populw. México, 1960. pág. 260. En otro ensayohemos hecho menciÓn de cÓmo, segÚn G. Lukács, Ud nivel fiosófico dc unideÓlogo dependc d" la profundidad con que sepa penctrar cn los problcmas de sutiempo, de su capacidad para sabcrlos elevar a la altura suprema de la abstracciónfilosófica" (EL ASALTO A LA RAZON. F. C. E. México, 1959 p. 8).

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la anarquía está a la orden deldía cuando las corrientes escép-ticas, nihilistas y agnósticas

echan garra en la conciencia delos hombres. Y en este sentido,Caso es un ejemplo extra-ordinario de reconocida probi-

dad intelectuaL.

Un intento por fundamentar

una antropología, sistemática ensu estructura, lo podemos adver-tir en el maestro mexicano, tam-bicn ateneísta, José Vasconce-

los. Es una figura en quien se

mancomunan los principios dela acción con los del pensamien-

to. De allí esa constante rela-ción en Vasconcelos del políti-co, del pensador especultativo,del reformador social y delhombre de . las gTandes ideas me-tafísicas. No es sólo en Vascon-celos en quien advertimos esta

reiterada forma de ser que, co-mo una onda gigantesca, recorreel Continen americano de parte aparte, en todos sus confi-nes y latitudes. En el caso parti-cular de J osé Vasconcelos no

hay dudas con respecto a su in-terés, en último término, en"la" circunstancia del hombre,

en sus problemas concretos pero

tratados con un alto sentido es.peculativo dentro de la mejor

tradición del pensamiento filosó-fico de Occidente. Reaccionan-

do contra las premisas petrifica-das del Positivismo, Vasconcelos

intentará una superación del na-turalismo rnecanicista y del inte-lectualismo proponiendo en sulugar una metodología intuicio-nista, mística. así, como conse-cuencia de esta oposición rotun-

da al espíritu del racionalismo

de tipo kantiano o hegeliano, al

utilitarismo y al Imperativo ca-

tegórico e, igualmente, toda me-

tafísica que pretenda hacer delos valores cosas como "objetosideales", "antes subsistentes",

etc.

Confiesa haber encontradoinspiración en la filosof Ía deSchopenhauer, en el pitagorismoy en el pensamiento platónico.

Tres momentos informan supensamiento filosófico: el con-cepto de la unidad dentro de ladiversidad (Monismo Estético),la idea de Substancia en térmi-

nos de energía y un personalis-mo estético. El monismo deVasconcelos se inspira, en granmedida, en los principios recto-res del paJteísmo hindostánico

y en la doctrina emanatista de

Platino, sin dejar de indicar

también una posible relacióncon las tradiciones de mayor je-rarquía de la teogonía náhuatl.

El acento que pone en la ideade la "unidad" expresa ya en él

su interés por la reflexión meta-

física así como un expreso re-chazo del dualismo de cualquiergénero. La concepción de wianaturaleza identificada con Dioses una clara confesión de pan-

teísrno. Este panteísmo estable-ce que 10 Absoluto, justamente

por serlo, no es susceptible de

ninguna predicación. Por lo tan-to, nada se puede decir acerca

de El. Nada, sí, pero todo tam-bién. Nada porque un ser relati-vo como lo es el hombre nuncapodría ni tan siquiera intuir untodo que es un Absoluto. Todo

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porque este mismo Absoluto en-cierra, por su misma naturaleza,todas las cualidades posibles oefectivas de la existencia. No

obstante, en Vasconcelos el re-conocimiento de un monismometafísico no significa una afir-mación del impersonalismo, un

rechazo de la persona humana.El monismo no es incompatiblecon el reconocimiento de indivi-dualidades plurales. Precisamen-

te, es en el seno de esa totalidaden donde la persona humana ad-

quiere su verdadera dimensiÓn,

su verdaero estatuto. Esta con-vicción se viene a enlazar perfec-

tamente con su posterior adhe-siÓn al Cristianismo en dondcconcibe a Dios en tLTminos de

pura trascendencia. La doctrinadc la trascendencia nos es, pues,en Vasconcelos otra que el coro-lario de su reconocimiento y

afirmación de la persona huma-

na y de su empelÎo por edificar,con métodos intuicionistas, unaantropología fiosófica que difie-ra radicalmente de los esquemas

intclectualistas y materialistas.

Sus ideas acerca de la perenni-dad de los valores espirituales,de la espontaneidad del homhrefrente al mundo de las necesida-des y de la propia vida frcnte alimperio de las fuerzas mecáni-

cas, lo colocan precisamente en

las fias del intuicionismo. La in-tu iciÓn cobra, as í, en él tUl ca-

r iÍcter primario, ocupando elpunto dc partida de todo cono-

cimiento. De la misma mmieracomo en la Antigüedad, Plotinohizo de la intuiciÓn mística el

principio de todo saber, inclusode lo Inefable, y así como

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Spinoza vio en la intuición inte-lectual el principio de la verdad,

en tanto que Bcrgson y Schcler

la convirtieron en el eje de laconciencia c.ognoscente, Vascon-

celos destácase ahora, en su me-

dio americano, como defensorde un. intuicionismo en donde

todo elemento intelectual ha si-do virtualmente eliminado.

En el sentido arriba expuesto,Vasconcelos siguiÓ en sus línea

generales la ideología del filÓso-f o alemán, Arturo Schopen-hauer. Este último a su vez vio enlos sistemas monistasy panteÍstas de la India elmodclo de las concepciones delmundo. A la intuiciÓn la enten-diÓ como el instnimento de ac-ceso a 10 Absoluto. Sábese que

Arturo Schoenhauer reprcsentadentro del desarrollo filosóficoalemán uno de los momentosmás importantes en la consolida-e i Ó n de las posiciones anti-in t elcctualistas o francamenteirracionalistas. Se ha visto en latrayectoria del pensamiento deSchopenhaucr motivos de ordcnsocial y en parte con la dcsinte-I-'Tación posterior del hegelianis~mo, visto también su triunfo an-terior. En todo caso, aletea en

la filosofía schopenhaUliana unmarcado pcsimismo, subrayado

con insistencia, entre otros porel filósofo húngaro, George Lu-

kács quien no deja de insitir enaquello de que a partir de estepensador se asiste a un des-

pliegue frcUlco en donde el "pe.s i mismo irracionalista" rcalizauna labor de destrucciÓn negati-va consistente en imponer la

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cunvicciÒn de la no existenciade una realidad exterior objeti-va. y en medio de esta maraiìa

de posiciones fiosóficas encon-

tradas surge el desconciertoideológico, se hace patente tam-bién cómo la constelaciÓn defuerzas imperantes pone de ma-nifiesto que no hay cosas como"posiciones filosóficas inocen-

tes" sinu que en toda ocasión o

circunstancia se puede encontraruna tenue pero rcal relación en-tre los conceptos filosóficos y lasconvicciunes sobre la persona

humana y una determinada ma-nera "de ser" del mundo. El pe-

simismo, pues, que se nota enSchopenhauer, nos dirá Lukács

"es un reflejo ideolÓgico del pe-

ríodo de la RcstauraciÚn", en

tanto que el mismoSchopenahuer se presenta cuma"el primer precursor del cosmo-

poli tismo decadente". Ahorabien, hal esquema se lo pode-mos aplicar en sentido cstricto aJusé Vasconcelos? ¿Podríamosdecir que su monismo estético,su pantcÍsmo basado también enparte en la cosmología náhuatl

es el producto de una reación

consciente o inconsciente contra

el cicntificismo? Esta actitud,áepresenta de veras tUl espíritudecadente, un alma cosmopolita,una conciencia pesimista? ¿Has-

ta qué punto la posición ideoló-gica de Vasconcelos podría obe-

decer a una determinda posi-.cón pulí tIca dentro de la socie-dad mexicana de su tiempo?¿Existe realmente una relaciónefectiva entre, por ejemplo, la

idea del hombre y la situaciónefectiva que ocupa éste dentro

de la estructura de la sociedad?

dmpulsos de qué naturaleza po-drían haber determinado estaposible relación?

No obstante, nos interesa des-tacar en Vasconcclos algunos dc

sus conceptos capitales que loconvirtieron en una de las figu-ras de mayor relieve dentro delpanorama de las ideas filosóficasen la América Latina. Su interéshacia una filosufía sobre la reali-dad concreta dentro de la cualse agitaba su existencia, puso así

especial empeno en formular losfundamentos de un tipo de edu-cación que respondiera a los in-tereses de la nación mexicana.

Labor educativa, pedagÚgica,formativa, integral. Labor que seproyccta en su doctrina de la"acción contemplativa, por de-

cirlo así, militante, que sabe delos sinsabores de la vida pero

que también ha sabido de lafruición estética que provoca lacontemplaciÒn de las más altasformas espirituales a través de laintuición.

En otra parte hcmos vistoque Vasconcelos se intercsa porelaborar una antropología asiste-mática, que viene a ser la culmi-nación de su meditación sobre

los procesos cosmológicos. Apartir de un principio creador,

primordial, se va estructurando,

cn sucesivas etapas, la concien-

cia a partir dcl átomo elemental.y es entonces que, emergiendo

de la conciencia, surge propia-

mente el hombre y se inicia asíel proceso de manifestación dcI

espíritu. Empero, lo que suelellamarse "vida consciente" no se

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cIrcunscribe al simple saber in-telectual, al mero conocimientoracional puesto que éste es, si sequiere, el momento en que la vi-da consciente inicia una marchahacia una forma superior de co-nocimiento, el conocimiento in-tuitivo. Dominado por el princi~pio de una filosofía de la acciÓnque en muchos aspectos recuer-da a Maurice Blondel, Vasconce-

los cree en la posibilidad y efec-

tividad de una ética generada

precisamente en la doctrina dela acción, en el dinamismo crea-

dor del esp Íritu. Y en esta tor.ma vemos también su rotundaoposición al cIentificismo el cualha querido establecer, a manerade rígidas fórmulas, los modosde la conducta, explicable sólo

desde el punto de vista de losmecanismos de la vida orgánica.De ser así, piensa Vasconcelos,se compromete la libertad y lavida moraL. Si la libertad es, ensu pensamiento, el fundamento

de la espiritualidad, cualquier

forma de negarle autonomía a laprimera equivale a negarle reali-dad a la sel,'1nda. Porque una li-bertad que esté condicionada,

¿podríamos llamarla realmentelibertad? Acaso podríamos con-

signar una objeción a esta ideaque tiene Vasconcelos acerca de

la libertad: que persistir en laafirmación de que el hombre,para ser libre, su libertad tiene

que ser ilimitada, absoluta, in-condicionada, es mantener unsecular prejuicio que a la postretrae como resultado una situa-ción psicológicamente decepcio-

llMnentc, de amargura, tal vez,

40

frente al hecho escueto de queser libre es tener conciencia de

las limitaciones del hombre y,dentro de éstas, tratar de supe-rarlas con los instrumentos del

intelecto y de la experiencia.

Esta convicción vasconceliana

de b libertad no se agota, sinembargo, en las explicacionesantes indicadas. Todavía utilizaotras expresiones para referirseal tema Todavía quiere salvar alhombre como persona, como es-píritu que es capaz de crear for-mas bellas, de alto valor estéti-co. Ni el imperativo categórico

kantiano, cargado de puro inte-lectualismo ni mucho menos elutilitarismo materialista puedendar cuenta perfecta de la con-

ducta moral del hombre. En al-go que nos recuerda a Bergson,

Vasconcelos reafirma a su mane-

ra la doctrina de que no es con-

cebible una libertad del espíritu

dentro del contexto de la mate-

ria; de que la libertad equivale a

creatividad, sobre todo a creati-vidad de orientaciones axiológi-cas que son, en el fondo, instan-cias impregnadas de desinterés yopuestas, por lo tanto, al ego Ís-

mo utilitarista. En tanto quehay hombres guiados por el másbajo interés por las conquistas

inmediatas, los hay también cuyonorte se fija justamente en las

esferas puras del desinterés, elcual poco o casi nada tendr laque ver con el pretendido "al-truísmo" de los positivistas, al-truísmo que fue utilizado pre-textando amor a la "humani-

dad" pero que en realidad justi-ficaba, bajo capa de humanita-

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rismo, el odio, la rapma y elegoísmo calculador. En todo es-te alegato de Vas cancelas acer-ca de la naturaleza y estructuradel cosmos, del orden natural,del hombre y de su destino, hayel interés por demarcar, dentrode su monismo metafísico, unametafísica de la persona. La per-sona, siendo espíritu. es libertadpura, eje de su propiodestino, tendida siempre hacia elreino de lo superior: el reino de

los valores, que no son catego-rías puras del intelecto sinorealidades del mundo espirituaL.Profesando un antiintelectua-lismo, Vasconcelos, pues, conce-

de el primado del conocimiento

a la intuición, toda vez que el

conocimiento es una cuestiónque nunca podrá encontrar solu-ción alguna dentro de las fronte-ras del intelecto ( 13). En mu-chos aspectos Vasconcelos reviveciertos conceptos del pensa-miento místico del períodoHelenístico Romano: aquella pa-sión esteticista por la imagen

que le da un decidido tono reli-gioso, en donde ésta viene a re-presentar el símbolo acabado dela cspiritualidad. No deja de se-1Ìalar la importancia que tiene lamezcla racial como instrumentode renovación para llegar a loque él llamaría la "raza cósmi-

ca" o síntesis de razas y que,

lejos de presentar degeneracio-

nes es el punto de partida de

una nueva forma de vida moral,espirituaL.

Tócanos ahora referimos a lano menos importante figura dcEnrique Molina. La significaciónfilosófica de Enrique Molina enChile cobra mayor relieve porcuanto predomina en él una jus-tificada preocupación por lascuestiones que más atañen alhombre, los problemas morales

y la espiritualidad en todas sus

variantes. En efecto, siendo unode los portavoces del anti positi-vismo cn la etapa en la cual letocó actuar, Enrique Molina se

entrega de lleno a la tarea, notanto- de polemizar contra el im-perio del positivismo sino de

sustentar una doctrina que tengacomo soporte una firme convic~

ción en los postulados del espí-

ritu. No lo encontramos, por lopronto, colocado dentro delidealismo clásico ni tampocodentro del movimiento materia-lista. Le parece que ambas ten-dencias doctrinales son demasia:

do parciales, por lo que conside-

ra necesario hacer una elabora-

ción conceptual de una fiosofía

que recoja lo más positivo y lomás vivo de un espiritualismoque no se identifique ni con elsistema de las categorías kantia-nas ni con la doctrina de laidentidad de un Schellng o deun Spinoza. Reconocc, sí, su ad-miración y su deuda conBergson a quien le dedica mu-

(13) Esto nos recuerda un tanto lo dicho por Dilthcy de que los princios básicos delsaber tiencn lugar en la vida y sólo en ella y de quc las intelccçioncs no pueden ir

más allá de las vivencias del hombrc, dejando por fuera, claro, la independencia dela conciencia con relación al ser.

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chas páginas en su obra más co-nocida, DE LO ESPIRITUALEN LA VIDA HUMANA.

l) i stanciado del Positivismoen materia propiamente doctri-nal y conociendo la idea opti-mista que tiene éste accrca delprogreso, Molina piensa másbien que el progreso sólo lo po-demos entender a título de "unmejoramiento de las relacionesentre los hombres, difícil de ase-gurar sin el prefeccionamiento

de las almas y aumento de po-

derío humano en el conocimien-to y dominio de la naturale-za" (14). Comienza Molina porreconocer que no le parece fácilel advenimiento del día en que

todos los hombres vivan todos

agrpados bajo el manto de unamisma creencia. El entiende la"creencia" en tUl sentido noprecisamentc "teÍsta" sino den-

tro de una concepción "deÍsta",

de religión natural, en donde lasluces del entendimiento le reve-len a los hombres la necesidad

de vivir agrupados solidaria-mente, resolviendo así el inquie-tante problema de la división dela fe y de las creencias.

Su concepto de lo espititualno lo circunscribe a las fórmulas-

tradicionales de la filosol Ía idca-lista. No es el espíritu una espe-cie de hálito misterioso, ni tam-

poco un insondable ser que seescapa de la red de las relacio-nes humanas, ni mucho menosuna "fosforescencia" surgida al

amparo de la evolución energé-

tica y filogenética de las espe-

cies. Repasando algunas ideasacerca del espíritu, recuerda losi¡''1iente: que entre el vulgo elespiritualismo se le entiende co-

mo "una sustancia leve, difusa,vaga, in"rrávida"; que en JoséOrtcga y Casset el espíritu es"el conjunto de los actos Ínti-mos de que cada cual se sienteautor o protagonista" y de que

el ejemplo más evidente es lavoluntad. Que en Nicolai Hart-maln el espíritu está colocado

por encima de la conciencia;que en la India subsiste la creen-cia en un "espíritu universal,único, incorruptible y eterno",

siendo las "almas" especies dc

chispas desprendidas de ese gran

principio; que en Hegel, el Espí-

ritu no es otra cosa que "tener

el centro en sí, residir en sí mis-mo"; que en Rudolf Eucken elespíritu es una realidad supremaque envuelve por completo a to-dos los hombres; que VonUexsküll sostiene que "la enteIc-quia es una propiedad especialde todos los seres vivos'" noexistiendo ésta en el espacio. Y

que en llenri Bergson, el espíri-

tu se identifica con el impulso

vital ("élan vital"). Manifiesta

por su parte la afirmación de

que el hecho de negar una sus-tancia de tipo espiritual no im-

plica la negación del Espíritu.

Pero que también la idea de unespíritu puro, intocable, ajeno altiempo y al espacio, a la expe-

(14) Enrique Molina: DE LO ESPIRITUAL EN LA VIDA HUMANA. Ed. Nascimiento.Segunda Edición, Santiago de Chile, 1946.

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riencia humana, (:s algo inconce-bible. N o llena nuestra satisfac-ción ni nuestras esperanzas el

concepto de un ser espiritual di-vorciado de la vida afectiva, in-telectiva y volitiva; que en talforma la doctrina de los valoresen el sentido dc poseer objetivi-dad o una total autonomía nose compagina con los interesesya del hombre biolÚgico, ya delhombre como ser social o cultu-raL. Lo espiritual tampoco lo po-demos considerar marginado delas ambiciones y de las necesida-des del individuo y de la especie

humana. No se trata, pues,(k una especie de entelequiaaristotélica ni de una sustancia

ideal cuyas cualidades sean de

un orden tan suprasensiblc que

determ ine su inaccesibilidad por

part(: del hombre. La personahumana no se constituye, pues,como esencia intcmporal ni tam-poco como un ser que encuen-tra su explicaciÓn última enprincipios al modo de las clási-cas categorías del sistema racio-nalista de Kant.

De lo anterior podemos dedu-cir algunas verdades como éstas:que en Enrique Molina se afirmaun tipo de espiritualismo ético,nacido precisamente de la espe-eial condición humana. La im-portancia que le concede a losvalores así como a otras creacio-nes del genio humano, indicancn él su creencia en que talesinstancias constituyen la base dela estructura fundamental de lavida, sin mostrar, empero, nin-

(15) Ibid. Pg. 18.

guna adhesión a supuestos tras-cendentales y que sobrcpasan lasfrontcras de lo fenoménico, y

que es, en el caso de las mitolo-gÍas y de las religiones r(:vcladas,el punto en donde estas comien-

zan con divagaciones, fantasías,explicaciones - fuera del mundode los fenómenos tempo-espacia-les. Y en tanto que lo espiritualno es propiamente hablando un

principio corpÓrco tampoco lopodríamos entender como sepa-rado de la vida total. Si en otraparte, separándose en este puntode las teor Ías axiológicas en

boga, sostiene que "es improba-ble la existencia en s Í de las

ideas platónicas", más adelante

afirma creer que "por nuestra

parte creemos que los valoressignifican vivencias relativas alhombre" (15). Siguiendo estamisma línea de p(:nsamiento ad-vertimos en Enrique Molina una

especie de "espiritualismo natu-ralista", atendiendo a las si-guientes aseveraciones suyas: lavida espiritual es un hecho realy su existencia queda asegurada,

garantizada, en tanto haya vida

humana como función de nues-tro ser; tal funciÓn implica el

devenir orgánico de una sus-tancia elemcntal a la cual se ledenomina casi siempre "mate~rIa"; dentro del dinamismo deesta "materia" o sustancia pri-mitiva, lo espiritual viene a ser

como un resultado de esta sus-tancia primitiva; y que no es loespiritual principio sino efecto,

cima de un proceso que a su vez

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se convierte en causa, que no

causa eficiente, aristotélicamentehablando, sino funciÓn que se

realiza en los distintos momen-tos de la actividad creadora del

hombre. Aun cuando tuviera, di-ce cI, existencia real lo que mu-chos filÚsofos han denominado"Espíritu Universal", tal espírituno podría manifestarse o darseen la realidad fenoménica sinopor medio del hombre concreto,la persona. Le parcce a EnriqueMolina como cosa sin sentido labella idea de Spinoza de que elmundo ha salido de las manosde Dios de manera tan neccsariacomo dos rectos es la suma delos ángulos de un triáuò'1110, yno menos aquello de Bergson deun Espíritu Universal que sedesplaza como un flujo eterno,continuo e inaprehensible. Se hapodido comprobar en reiteradasocasiones que las realizacionesdel espíritu humano son comopuntos fijos o asideros en dondeéste se agarra para afianzarse en

algo estahle, "jalones para seguir

construyendo el porvenir". Nopodríamos condenar al hombresujeto a este eterno flujo vitalque todo lo arrastra en precipi-tado proceso en donde sus de-signios quedan confundidos conlos designios inescrutabIes del

"élan vital". Una coneepciÚntal, dice Molina, nunca podría

satisfacer nuestras aspiracioncs

de una vida institucionalizada,forjada en ciertas normas de

convivencias ni tampoco podríaexplicamos cómo de un princi-pio tan difuso y tan fluido pro-venga todo el conjunto de valo-raciones y creaciones que le dan

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sentido a la vida. En algunos de

los alegatos de Lukcs contra elespíritu de la fiosofía deBergson, alega el filósofo hÚnga-

ro que la tarea del autor de IN-TRODUCCION A LA META-FISICA, estriba en lo fundamen-tal en haber llegado al descubri-

m i e nto de un concepto de Imundo que, aparentando unaapariencia de "movilidad viva",lo que hace en realidad es res-taurar el principio de un "esta-

tismo reaccionario", de lo que

se desprenden que la posiciónadversa del pensamiento deBergson se dirige básicamente alevantar una serie de argumentosen contra de la objetividad delconocimiento y, también, delcarácter científico de las cien-cias de la naturaleza, olvidando

Bergson que la práctica repre-senta el verdadero criterio de"la verdad teórica", haciendo

también énfasis en la "impoten-cia del idealismo metafísico.Molina, sin embargo, no se ad-hiere en forma plena a estosprincipios que ponen en entre-dicho la tesis fundamental de laobjetividad del mundo real y delcarácter científico del conoci-

miento racional; aunque enalòiunas ocasiones deja traslucir,sin tapujo s, una amplia y decidi-da admiración -que no adhe-sión precisa y exacta - a los

postulados del bergsonismo. Im-

porta indicar aquí que no apare-

ce aÚn en Enrique Molina unaclara convicción acerca del he-

cho de que la auténtica riquezaintelectual y artística de los

hombres está en relaciÚn directa

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con la riqueza de sus nexosefectivos con el mundo objetivo.Tampoco ha llegado a percatarse,pese a su profunda y vasta cul-tura filosÓfica, de que a la luzde la dialéctica de la historia so-cial de los pueblos, debemosconcebir al hombre, cn lo esen-

cial, como un ser histÓrico, co-mo un ente social, tomando encuenta que si descuidamos esta

cspecial manera de entender alhombre, es haccr de éste unasimple abstracción por cierto de-formada y que desdibuja alhombre en su espontaneidad yobjetividad. Tampoco cae Moli-na en lo que podríamos llamar

"agnosticismo histórico" pero

imputa a lo espiritual la pri-macía sobre todo otro elementocomo lo es, por ejemplo, el es-pacio físico, la temporalidad ensu acepción efectiva. No com-partc lo que se ha llamado el"miedo zoológico a la revolu-ción proletaria" pero insiste enla necesidad de lIcgar a un equi-librio de la sociedad por la vía

de la persuasión, de la prédica

en la cátedra, indicando, sí, que

las categorías sociales son unafunción de la vida en tanto éstaes gcneradora de valores en laesfera de la vida moral, social ycstética.

Es frccuente en el pensamien-

to de Enrique Molina la conside-ración sobre el sentimiento de lavida, la búsqueda de una orien-iación para la existencia huma-

na, una cr Í tica, también, de I pe-simismo lilosótïco y del pesimis-

(l 6) lbid. Pág. 57.

mo empírico. Según él, el pesi-mismo "se nos presenta cncierto sentido como un ensayode condenar la vida, cuando elestado interior del sujeto que

juzga significa sólo falta de vi-da... Suponemos abiertas gran-des posibilidades para la vida, apesar de que no se puede afir-mar nada a la vez respecto delvalor trascedental" (i 6). Estasconsideraciones lo llevaron a en-sayar una axiologÍa en dondelos valores se conciben comofunciones de la vida espiritual,como funciones de la existenciahumana, que no entes abstractoso entelequias metafísicas fuera

del contexto del mundo delhombrc. Conclu ye diciendo quelos valores son cosas útiles tanto

para el creyente como para elagnóstico. En el creyente, losvalores fortalecen su fe por lo

menos para sobrevivir y hacerlefrente a las contingencias de la

vida. El agnÓstico o el no cre-

yente se prendc de los valoresasumiendo que no haya penetra-do en su alma el más radical es-cepticismo: por lo menos tendráque creer en sí mismo, en sus

propias potencias y facultades,en su capacidad para actuar po-sitivamente y crear obras, mar-

chando siempre dentro de unadirecciÓn en donde se acentúa

su carácter de persona.

Como corolario a su exposi-ciÓn fiosófica nos dice Molina

que está muy justificada la fcque se ha puesto en el humanis-

mo como fundamento real y

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teÒrico de la cultura. El huma-

nismo lo entiende cl en térm i-nos de espíritu amplio, dilatado,ilimitado en sus aspiraciones y

en sus perspectivas, no especia-

lista en el sentido pragm,ítico

usuaL. El humcU1Ismo, así, no es

confundible con la simple y lla-na ilustraciÓn general, crudi la,sino perfeccionamiento de la vi-da interior, comprensión, en de-finitiva, dc la vida humana.

Lo que podríamos denominarcomo la "fiosofía de la perso-na" en el pcnsamiento hispano-

americano del presente se expre-sa también a m,uiera de unaconcepClOn humanista de estemismo pensamiento en su con-texto y en su trayectoria. Den-

tro del esquema tradicional de"humcuiismo", cste desipia sen-cilamcntc un vasto movim iento

espiritual - intelectual y artísti.co - iniciado hacia el siglo XV

y cuya más destacada nota seríaaquello del "retorno a los idea-les de la cultura cl:tsica grecola-

tina". En muchos aspectos se hapecado de excesivo en esla con-s ideraci(m un tanto genérica,

por cuanto ya en la misma EdadMedia los autores clásicos eranconocidos, comentados e inclusoimitados por muchos pensadores

profundamente penetrados delas letras griegas y latinas. Lo

que sí es importante destacar esque el Renacimiento no se opo-ne al Medioevo en el sentido dcIconocimiento de los textos clási-cos, sino sobre todo en la inter-pretaciÓn que se les dio a éstosen uno y otro per íodo. Mientras

AristÓteles, por vía de ejemplo,

era utilizado por muchos secua-

ces de la Escolástica como princi-pio y como doctrina en fun-ción de los postulados de laTeología, en el pcr Íodo renacen-iis la, AristÓletes - y tambiénPlatón - sirven a los humanistas

para cimentar y justificar el nue-vo orden, las nuevas actitudes

que permiten afirmar que "laAntigüedad comienza a ser valo-rada desde wl ángulo distinto ya asumir por eso mismo, frentea otra clase social, una significa-ción que hasta entonces no te-nía" (17)

E n e I m u ndo hispano-americano, el humanismo seconfi¡,'Ura siguiendo, en sus lí-neas generales, las orientacionesy tendencias del humanismoeuropeo, con lo cual podemos

afirmar que los problemas que

ataÙen al hombre no hubieronde seguir, punto por punto. pa-so a paso, las vicisitudes de unaantropología al estilo de Euro-

pa. El contacto con una reali-dad, ontológicamente nueva cn

(17) AnÎbal Poncc: HUMANISMO BURGUES y HUMANISMO PROLETARIO. Ed.NascImiento. Santiago de Chile, I972, pág. 30. En cl Prólogo a csta edición, nosdice Héctor Agosti que AnÎbal Ponee es "el tcstinionio de una conciencia", iinpensador en cuya conciencia fructifia, plena, la idca de un humanismo no basadoen conjeturas abstractas sino inspirado en la "realidad cotidiana del mundo", unhumanisnio quc promuevc a la acción, a la práctica, a la niilitancia positiva ycotidiana del trabajo creador, constructivo y que tiende así a modificar, ahumanizar la realidad sociaL.

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la América Latina, realidad queinclu ía no solamente personas yculturas muy diversas sino tam-bién aspectos de la misma natu-

raleza como las inmensas llanu-ras, los gigantescos "ríos milcna-rios" sobre los cuales nos habla

Pablo Neruda en su CANTOGENERAL, los valles y desier-tos, las colinas que se pierden

en la raya de! horizonte, las bru-mas de los mares misteriosos delNuevo Mundo, todo eso - tene-mos que admitrirlo-, ha idomodelando no solamente untipo de hombre diferente enmuchos sentidos, sino también,con el tiempo, dará pábulo auna concepción antropológica,humanista, personalista, del pen-sar americano. Y ya bien entra-do el siglo xix, lodo este com-

plejo de- situaciones reales, ubi-cadas ell el tiempo y el espacio

hispanoamcTicanos, servirá desoporte, por así decido, en laestructuración de un conceptodel hombre americano que sinconfundirse por completo con eltipo de hombre europeo, guarde

con cste un innegable parentes-

co genérico y que nunca noscansaremos de destacar cómo laAmcrica Latina ha dado unfruto humano que tiene raícestelúricas en el barro del Nuevo

M u ndo, en las vivencias del

indio araucano, del maya, de lostoltecas, aztecas y los numero-sos grupos indígenas esparcidos

en todas las latitudes del Conti-nente, en la vastedad de suscuencas hidrográficas, en las so-

ledades de las más inaccesibleszonas americanas.

Con una naturaleza así, endonde el medio físico es un fac-tor que actúa poderosamente so-bre la idiosincrasia del hombre,

¿podría acaso surgir una filoso-fía personalista, humanista almodo como lo ensayaron los fi-lósofos europeos de los siglosxviii y XiX? Frente a una rea-lidad en donde las confrontacio-nes son tan distintas a las deEuropa, ¿sería posible una an-tropología al estilo de un Hart-

mann o un Scheler? . Se nos vie-ne a la mente aquella afirmaciónde Mariano Ibérico de que "to-da la vida, como un mar, va yviene, diríamos, siguiendo las os-cilaciunes del sol en el espacio.

y así, la rí trnica de las estacio-

nes nos da, como ninguna rítmi-ca del cosmos, la impresión sin-f ó nica de la vida universal"

(18). En efecio, la vida huma-na, dentro de su especial cir-cunstancia, oscila, va y viene deaquí para allá como obedecien-

do a una fuerza ciega que laobliga a moverse dentro de cier-tas regularidades que, cumo le-yes, actúan de mudo permanen-te sobre e! hombre físico y su-bre la persona espirituaL. En elcaso hispanoamericano - y co-

mo ha ocurrido también en laAmérica Anglosajona tene-m os motivos suficientes parapensar en términos muy propiosde una "antropología filOSóficaamericana", cuyos fundamentos

tendríamos que buscarlos, no en

(l k) MarIano Ibcrico: EL SENTIMIENTO DE LA VIDA COSMICA. Ed. Losada. Bs.Aircs, 1946. Pág. 164.

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el cielo metafísico de las ideas

eternas, ni en posibles constan-

tes racionales que gravitan sobre

el hombre americano, muy aje-nas éstas a las vivencias que sur-gen como resultados de un con-tacto que ha sido ajeno al pensar

europeo. Dentro de nuestro es-tudio no hemos hecho amplia-ciones merecidas en torno a fi-guras como Rodó, Deústua oCarlos Vaz FerreIra y otros. He-

48iL.______ .

mos dejado para un estudio pos-terior una consideración porme-

norizada y amplia sobre estosautores que han contribuido aforjar también, con su esfuerzo ysu talento aeador, una antro-pología americana, una filosofíaamericana de la persona y que,en definitiva, expresa el conteni-do último del pensamiento filo-sófico hispanoamericano.

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()SM A N ILIF:()N EL fiF1RClJS()N

elJ' el e/ 'lt.if4cLzaecticaen ltífilosofía

Trabajo presentado al VSympo.ium Nacioiwl de Antro-¡xlog(a, Arqueolog(a y Etoolo.g(a, efectuado en el AuditorioA. P. L. A. F. A. (Facultd deMedcin, UlÚvcnad de Pan-má.) El autor lo dedica al Dr.

Julio Pinillo Chiari, Dirctor dela Escuela de Filsofía de la Fa-cult de HumalÚdades.

Es costumbre habitual de gen-te profana en asuntos del inte-lecto, preguntar por la utilidadque puede obtenerse, derivarsede la tarea dirigiòa al estudio òela Filosofía. Cuestión que con-duce, en muchas ocasiones, aperder el tiempo en estériles einútiles discusiones cuando el in-terlocutor, ignorante de las fae-nas filosÓficas, pretende que elsentido de utilidad debe tradu-

cirse en resultados vulgarmente

prácticos. Para estos cronófagos

no existe actividad humana algu-na que descanse sobre los funda-mentos de la filosofía.

Al advenir cada uno de noso-

tros al mundo, este hecho quetodos hemos vivido, es califica-do como el llegar a la luz, cuan-do en realidad de verdad somos

dados a la obscuridad. Obscuri-

dad que debemos y tenemos

que dominar; vencer poco a po-co, tras una ardua, tenaz y cons-ciente labor de aprendizaje que

se convierte en el conocimientoque la Realidad, Naturaleza o

Universo logramos, conseguimos.

Este conocimiento en nuestroentendimiento o inieligencia seda en forma conceptual y losconceptos los formamos a base

de la experiencia del diario vivir.

Los conceptos representan, ennuestro intelecto, a los objetos

o entes que componen el Uni~verso que nos rodea. Ese Univer-

so puede definirse -según Ortegay Gasset- como "lodo cuantohay", El conjunto de ese "todo

cuanto hay" es clasificado poruna disciplina filosÓfica deno-minada Ontología, en cuatrograndes regiones, hasta el pre-sente. Cada una de esas parcelasde la Naturaleza las ha en contra-

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do el filósofo, en el transcurso

de 26 centurias, despucs de pe-netrar en lo profundo de ella yemerger hacia la superficie, ensu labor de desvclar o desnudar

10 latente del Cosmos. El filóso-fo pone al descubierto aquello

que existe, aquello que es y quenadie, hasta entonces, ha visto.En esa forma la Ontología noshabla de la región de los objetoso entes reales, de los objetos oentes ideales, de los entes meta-físicos y de los valores.

Martín Heidegger, filósofoque hoy ocupa uno de los pues-tos cimeros en el ambiente filo-sófico, enseña que decir es darnombres. Este dar nombres a 10

que descubre el filósofo, obligaa penetrar en el área del lengua-je. El lenguaje ha surgido comollamada de atención sobre elmundo (1). El lenguaje sirve pa-ra que comuniquemos nuestrosaber sobre algo a los demáshombres. Labor importante dellenguaje es la de explicar 10 que

conocemos.

Hablar de las regiones ontoló-gicas de la realidad significa quedemos claridad, pongamos a laluz, en qué consisten las diferen-tes áreas de la Naturaleza: En-

tendemos por objetos reales losque captamos a través de la fa-cultad sensible y que subdividi-mos en objetos reales físicos ocosas y objetos reales psíquicos.

Su diferencia descansa en quelos objetos reales físicos o cosas

ocupan espacio. Todas las cosas

son objetos, pero no todos losobjetos son cosas. Los objetos

ideales son captados por el razo-namiento humano, como son losobjetos matemáticos, los princi-pios lógicos del razonamiento

humano y las leyes científicas.Los objetos o entes metafísicos

trascienden el ambiente sensibley comprenden los temas referen-tes al tiempo, al espacio, el al-

ma, Dios y el más amplio, ex-tenso y profundo de todos losconceptos: el concepto de ser,mediante el cual nos explicamos

el porqué cada uno de nosotros

responde como ente-hombre,pues poseemos la esencia huma-na, esto es, la humanidad. Estaposibilidad se hace real, porquehay existencia: la existencia eslo que actualiza a la esencia. Es-

ta relación entre lo posible y lo

real es de condición primaria pa-ra el científico de hoy cuandose explica lo que es el desarrollode los entes vivientes. En nues-

tro siglo, el filósofo ha penetra-do en otro sector del Universo:

en el área de los valores o cuali-dades que encontramos en losentes reales físicos y en las ac-ciones de la conducta del hom-bre.

El empleo del l.enguaje, porparte del pensador, es '10 que ha-

ce difícil, aparentemente, el tra-to con la Filosofía. El filósofo

ha creado su lenguaje para con-tarle a los demás humanos loque él ha encontrado en sus via-jes por las diferentes regiones

(i) L1edo, Emilo: FILOSOFIA y LENGU AJE. Ediciones Ariel. Barcelona 1970. p.241.

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del Universo. "El filósofo es ele-gante puesto que dice lo quehay que decir, ya que sabe ele-gir lo que hay que decir. Al ac-to de elegir los clásicos latinos

llamaron elegancia, y a lo que sedice los heleno s calificaron de

fama", son explicaciones legadas

por Ortega y Gasset. Esta expe-

riencia vivida se originó, según

Aristóteles de Stagira, porque

"todos los hombres tienen natu-ralmente el deseo de saber. Elplacer que nos causan las per-cepciones de nuestros sentidosson una prueba de esta verdad..La ciencia que se llama filosofíaes el estudio dc las primeras

causas y de los principios. Por10 pronto concebimos al filósofoprincipalmente como el conoce-dor del conjunto de las cosas,en cuanto es posible, pero sintener la ciencia de cada una deellas en particular...La ciencia

que estudia las causas es la quepuede enseñar mejor; porquelos que explican las causas de

cada cosa son los que verdadera-

mente enselÎan. Conocer y sabercon el sólo objeto de saber co-

nocer, tal es por excelencia el

carácter de la ciencia de lo máscientífico que existe...De todo10 que acabamos de decir sobrela ciencia misma, resulta la defi-nición de la Filosofía que busca-

mos. Es imprescindible que seala ciencia teórica de los prime-

ros principios y las primeras

causas, porque una de las causases el bien, la razón finaL...Lo

que en un principio movió a los

hombres a hacer las primeras in-dagaciones filosóficas fue, como10 es hoy, la admiración". (2)

A través de la Historia se pre-sentarán diferentes concepcionesen torno al papel y lugar que le

toca jugar en el panorama cien-tífico a ese conocimiento que secaractcriza por ser eminente-

mente racional, antidogmático,objetivo y de extensión univer-

sal: La Filosofía, que es, entrc

las ciencias, aquella que se buscapor sí misma, sólo por el ansiade saber, e(' más valiosa que lasque se estudian por sus resulta-dos. El filósofo no debe recibirleyes y sí dadas, pues al estu-diar las causas que motivan el

ser del Universo, está en condi-

ciones de enseñar mejor el valorque tiene, para el conocimientohumano, la evolución de la es-tructura física de los entes vi-

vos, desde el protozoo hasta elhombre.

En un principio, esta condi-ción de asombro o admiraciónllevó a los primeros atisbadores

conscientes del Universo a to-mado tal como aparecía ante susensibilidad, entendiendo que"el mundo puede comprender-se": esa fue la obra de los tresprimeros naturalistas, físicos o fi-siólogos jónicos Tales, Anaxi-

mandro y Anaxímenes de Mile-to. En su época, siglo VI a. n.t., también se iniciaban en el

Lejano Oriente direcciones espi-rituales de enormes consecuen-

cias, relacionadas con el nombrc

(2) Q"r. ARISTOTELES, OBRAS COMPLETAS. Tomo 11. Bibliográfica Omega. Bue.nos Aires. 1967. pp 45-50.

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de Gautama Buda, de Lao Tsé yde su contemporáneo mcts jovenConfucio.

La J onia presentaba, en aque-llos días, condiciones geográficase histÓricas que favorecían el

desarrollo del pensamiento, serc-no e inteligente, pues el país no

pertenecía a ningún Estado po-

deroso; el intercambio comer-

cial, favorecido por la nevcga-

ción, fue vehículo medular en elintercambio de las ideas, y lascomunidades, establecidas sobreislas, no estaban regidas por ór-denes sacerdotalcs que se opu-sieran a' cualquier cambio de es-tructuras. Los fisiÓlogos jónÎcos

estaban convencidos de que "elmundo en torno suyo era algosusceptible de comprenderse,

tan sólo con tomarse la molestiade observarlo convenienlemen-

te". (3). La modcrna teoría dela isostacia, según la cual loscontinentes flolan en un líqui-do, sobre una substancia pLtsticamás densa situada bajo ellas, tie-ne su génesis en las especulacio-nes de Tales de Mileto. La teo-ría de Anaxímenes de la rarefac-ciÓn-condensaciÓn es el puente

que condujo a las teorías poste-riores del atomismo.

Xcnófanes de Colofón descu-briÓ y supo analizar los fósilesen las áreas de llalia meridional

a mediados del Siglo VI a. n. t.Iniluyó en la vida de Hcráclito

de Efeso, de quien han llegado

hasta nuestros días fragmentos

escritos de su pensamiento filo-

sófico. En uno de ellos decía:"Este mundo, el mismo para la-dos nosotros, no ha sido hecho

por ninguno de los dioses nininguno de los humanos, ha si-do siempre y será fuego cons-

tantemente vivo, produciendo amedida llamas y extinguiéndose

también a medida". Heráclitofue el antecesor de Nietzsche,

quien muere en 1900.

En cierto modo la antigualeoría atÓmica de Leucipo y De-mónita (hacia el 480 a. n. t.) esla verdadera precursora del ato-mismo con temporáneo, quederiva de los estudios deGasscrndi (n. en 1592), intro-ductor del atomismo en la cien-cia moderna, después de estu-diar los escritos de Epicuro,

quien los hab ía recibido, a su

vez, de Demócrito. En el campode los problemas físicos, relacio-nados con los átomos y molécu-las, Dalton es deudor tambiéndel alomista heleno.

Durante el siglo V a. n. t., seconvierte la ciudad-estado de

Atenas en un importante empo-

rio econÓmico, político y cultu-ral del mundo mediterráneo. Allado de la figura del insigne Pe-

rieles, florecen literatos, artistasy filósofos. Aparecen por estosdías los llamados sofisias, tan vi-lipendiados por Platón en sucampaña por enaltecer a su ma-estro Sócrates. Sin embargo, pa-

ra el hombre actual, el movi-miento de los solistas es sinóni-mo de la obra de la IlustraciÓn

(3) SCHORODINGER, EDWIN: LA NATURALEZA Y LOS GRIhGOS. Traduccióndel inglés por Federico Portillo. Aguilar. Madrid. 1961. p. 65.

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en el pasado siglo XVIII. De en-

lre ellos, Protágoras de Abdera,consideraba a la percepciÓn sen-

sible como el único vehículo se-

guro para elaborar una verdade-

ra visiÓn del cosmos. SeinteresÓ también por el estable-cimienlo de un orden social más

justo, con igualdad de derechos

ciudadanos para todos, laborque no se vio apoyada por elpatrón-económico que regulabala vida ateniense de entonces.

Su lema: "El hombre es la me-dida de todas las cosas", hace

posible entender la subjetividaddel conocimiento sensible, delracional y el ordenamiento de

leycs y costumbres adecuadas a

la naturaleza humana, alejadasde loda vinculación supersticiosay religiosa. Muchos investigado-res de la Filosofía han visto en

el sofista Protágoras un antece-sor de Inmanucl Kant, quienlambién manifestaba quc nadaconocemos como realmente es,que nada conocemos auténtica-mente y que la vcrdad está su-mergida en la obscuridad.

Un grupo de pensadores es es-tudiado con el nombre de pita-gÓricos, que toman del fundadorde la escuela, PitagÓras, figura

rodeada de leyendas y relatossobrenaturales. Es interesante sutesis que explica que lodocuanto existe es fundamental enel número. En otras palabras: elser de lo que existe es el núme-ro, que representa la proporcióncn que un componenle se repre-scnta en la composición de algo

existente. Adelantaron los pita-gÓricos la teoría de que la Tie-

rra no es más que uno de losplanetas de uno de los soles, yéste, de una de las galaxias. Elsentido de la armonía en la mú-

sica los llevó a explicar el con-

cepto del número en la descrip-ciÓn de las Órbitas de los cuer-pos celestes.

Los pitagóricos tradujeron afÓrmulas matemáticas la infini-dad de formas que presenta lanaturaleza en pleno. Al desarro-

llar cada fórmula, de modo ade-cuado, surge ante nosotros larealidad de lo físico. Un con-

t c m poráneo de Pitágoras,Alcmeón de Crotona, descubriólos principales nervios sensoria-

les y su terminaciÓn en el cere-bro, que reconociÓ como Órganocentral de la actividad mental.

La tarea pitagÚrica de conver-

tir en fÓrmulas matcmáticas las

formas naturales será imitada

por Sócrates de Atenas, a travésde su continua lucha porque sus

in terlocutores definieran, conexactitud, los términos que utili-zaban en sus conversaciones. Es-ta exigencia socrática, nosexplica Aristóteles, motiva elmétodo inductivo, que remite, asu vez a la formación de losconceptos. La constituciónconceptual hace posible quenosotros podamos explicar elconocimiento que poseemos en

tomo a un tema, a un asunto osobre un ente determinado. La

abstracción más general que tc-nemos de los entes u objetosconduce al conocimiento delconcepto ser.

En SÓcrates se origlfan dife-rentes orientaciones que in ter-

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pretan la vida humana: su pen-

samiento ha llegado a nosotros através de la tesis de Platón,

quien ridiculiza el sentido de lademocracia en algunos de susDiálogos; de Antístene que es,en cierto modo, de conducta so-cialista, y de Aristipo, de ten-dencia anarquista y quien pre-tendía un mundo donde noexistieran amos ni esclavos. De

estos discípulos socráticos emer-

ge, en el período helenístico.

romano, la doctrina del epicu-

reísmo, así como la del estoicis-mo, de intenso valor en la com-posición del cristianismo. Epicu-

ro sostenía que "La historia dellenguaje consiste en el hecho deque los sonidos emitidos por elhombre, como los de los demásanimales, bajo el impulso de laemoción, se desarrollaron porconvención convirtiéndose enun instrumento apto para comu-

nicar los pensamientos de unhombre a otro" (4).

Procedente del Norte, de re-giones que el heleno denomina-

ba con el calificativo de bárba-ras, se presentó en la Academiade Platón un joven macedonia:

Aristóteles de Stagira. Su inmen-so dominio del conocimiento dela época 10 volcó en una varie-dad de escritos que se refieren atemas de la naturaleza sensible,política, arte, poética y asuntosmetafísicos. Con él nació el in-terés por la Biología y se organi-

zó el estudio de los problemas

1 ó gicos del conocimiento del

hombre. Aquella dificultad queoscureció el pensamiento de He-ráclito al no poder explicar conclaridad lo que entendía portransformación o cambio -baseracional para captar lo que hay-

fue vencida por el genio del Es-tagirita: el cambio es el paso deuna posibilidad o potencia delser a una realidad o actualidad

de ser. Sentaba, en esa forma, labase de lo que en el siglo pasa-do Darwin denunció en su teo-ría de la evolución de las espe-cies.

A partir de los días de Aristó.

teles no hubo aportación de im-portancia en la Filosofía y, en

consecuencia, en las ciencias. Elmedioevo cristiano somete a launa y a las otras a los patronesdel marco teológico. La especu-

lación intelectual se reduce a laacción de la Escuela y, más tar-de, a las Universidades, que soncrea tu ras de esta época de laHistoria.

Sin embargo, si la filosofía enmanos de la Escolástica fue unaaplicación de la dialéctica a laTeología Cristiana, en el mundoárabe un pensador llamado Ibn

Sina, Avicena para nosotros, re-presenta 10 que da en llamarse

la izquierda aristotélica. Acepta-

ba Avicena, como tesis suyas, laeternidad de la materia, la invio-labilidad de las leyes de la causa-

lidad y la no resurrección de

los muertos. Al negar la resu-rrección de la carne, eliminó la

(4) FARRINGTON, BENJAMIN, CIENCIA Y POUTICA EN EL MUNDO ANTIGUO.2a. edición. Traducción; Domingo Plácido Suárez. Editorial Ciencia Nueva, S. L.Madrid. - I968. p. 1 28.

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creencia de la supervivencia indi-vidual, con lo cual la religión seve privada de los castigos físicosdel infierno, así como de losplaceres del cielo. La materia -según la izquierda del aristotelis.mo - es aquella que lleva den-tro de sí sus formas característi-cas y las realiza a través de su

movimiento. (5)

Al reanudarse la vieja polémi-ca entre Platón y su discípulo

Aristóteles, que se conoce en laEdad Media como la controver-sia de los universales, los nomi-

nalistas Ockam y Duns Scotoniegan la existencia de los con-

ceptos generales. El nominalis-

mo es definido por Marx comola primera expresión del mate-

rialismo consecuente. El hombrese queda con su razón, pero au-sente de Dios y sin mundo,mundo que tiene que conquis-tar. En esta coyuntura históricase perfila el hombre de la Mo-dernidad que adelantan FrancIs

Bacon, Galieo y Descartes, losfundadores de la ciencia moder-na.

"Las Matemáticas constituyenpara los hombres del siglo XVIIIuna especie de divertimiento,una diversión superior. Y no seforzaría en exceso la nota si secompara a los matemáticos deentonces con nuestros jugadoresde ajedrez. Como la Matemáticasdel siglo XVIII, nuestros ju-gadores de ajedrez tienen, de oro

dinario, una profesión de la queviven, y el noble juego no es pa-ra ellos otra cosa que una activi-dad paralela. Les gusta reunirse

para medir sus fuerzas, mantie-nen correspondencia entre sí sinhaberse visto jamás; y el que hadado con un buen problema, lopropone para quien quiera dedi-carse a él, publicándolo en unarevista". (6). Igual hacían estoscientíficos, pero en vez de valer-se de publicaciones lanzaban sus

desafíos por medio de cartelesfijados sobre los muros de laciudad. Situación semejante leabrió al soldado Descartes las

puertas del mundo de las rela-ciones científicas.

Descubre en Filosofía 10 in-termediario entre el sujeto cog-

noscente y el objeto cognosci-

ble: esto es, la imagen o noemay, como elemento productor denoemas, la acción de pensar, elacto noético, la noesis. La ima-

gen es un aspecto del objetoque ve el espectador, el mirÓnque en algunos momentos ins-pecciona y en otros mira con

desconfianza, en forma circuns-pecta. Descartes nos expone unsecreto suyo en uno de sus es-critos que guarda con celo: esesecreto es su método, que loconvierte en pensador de profe-sión y maestro de pensar.

El problema del origen delconocimiento, en este momento,orientó a la Filosofía en dos di-

(5) Cfr. BLOCH, ERNST: AVICENA y LA IZQUIERDA ARISTOTELlCA. Traduc-ción: Jorge Deike Robles. Editorial Gencia Nueva. Madrid. 1966. pp. 47 - 64.

(6) V ALENSIN, AUGUSTE: IMAGENES DE DESCARTES. Traducción y prólogo delP. Francisco Pérei. Cuadernos Taurns. 52. Taurus Ediciones. Madrid. 1963. p. 16.

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recciones: los racionalistas enal-

tecen el valor de las matemáti-

cas, como bien 10 señalan lasaportaciones cartesianas de laGeometría Analítica y el descu-brimiento, casi simultáneo, del

cálculo por parte de Leibniz y

Newton. Por su parte, los empi-ristas procuran el desarrollo de

las Ciencias Naturales y las ta-reas del laboratorio.

Un seguidor del racionalismo,el judío Baruch Spinoza, pro-pugnó por la teoría de la unidadmaterial del Universo, y que laNaturaleza, que se desarrollaba

de acuerdo con sus propias le-yes, era causa de sí misma y nodependía de fuerzas sobrenatu-rales para existir. Determine), en

esa forma, el llamado pantcísmospinoziano del siglo XVII.

El triunfo de la revolución de

la burguesía francesa de 1789

fue consecuencia de las prédicasde los filósofos ilustrados, quie-

nes aportaron a la Filosofía laconcepciÓn de la unidad de lamateria y el movimiento de la

elaboración del sistema de laNaturaleza. Materia, para ellos,es todo cuanto excita al equiposansorial nuestro y el movimien-lo es el autodinamismo de lamateria. El conocimiento consis-te en reflejar, en el cerebro, los

objetos y fenÚmenos que exis-ten con independencia del sUJe-

to del conocimiento.

El fiósofo que trató de armo-

nizar las soluciones dispares antelos problemas gnoseológicos fue

Inmanuel Kant. Su labor de aná-lisis y revisión de lo que la Filo-

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sofía había logrado hasta el mo-mento, recibe el nombre de Cri-ticismo, que conocemos cn suscélebres tratados "Crítica de laRazón Pura", "Crítica de la Ra-zón Práctica" y "Crítica del Jui-cio". Las investigaciones kantia-

nas sobre la concepción del Uni-verso, la aptitud del hombre pa-ra conocer, su sistema de cate-gorías lógicas y teorías dialécti-cas son de inmenso valor para elfilÚsofo contemporáneo.

Entre los años 1770-1831transcurre la vida del más ilustrerepresentante dc la fiosofía clá-sica alemana; George W. F.Hegel, quien ha sido calificadocomo la "madurez de Europa".Aceptaba que la Naturaleza eraconsecuencia de la actividadcreadora del Espíritu Universal

o Idea Absoluta, especie de con-

ciencia extrahumana. El EspírituAbsoluto se desarrolla por símismo, trae a la vida objetos yfenómenos en la naturaleza, enun momento de su desarrollo yluego engendra a la sociedad hu-mana, cuya historia es el proce-so del conocimiento de ese mis-

mo Espíritu Absoluto.Hegel propuso las leyes fun-

damentales del método dialécti-co. Para ello se valió de la filo-sofía no estática, sino dinámica,enunciada por Ileráclito, allápor los días cuando la especula-ción racional se iniciaba en elmundo helénico; sobre esta baseHegel construye su interpreta-ción dialéctica de la Realidad,

pero dentro del carácter idealistade la Filosofía. Dos de sus dis-cípulos van a tomar esta con-

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cepción suya y a darle su funda-mentación materialista. Son ellosKarl MalX y Friedrich Engels.

A ellos se debe la aceptaciónde la importancia de los fenó-

menos econónicos y su labor in-gente en la marcha de la socie-dad humana, cI análisis de la es-tructura contradictoria de la

economía capitalista y sus rela-ciones con el salario y la pro-ducción materialista de la Histo-ria, nacida en el pasado siglo

xix, y expuesta en el famoso"Manifiesto Comunista" y en elprefacio de la "Contribución a

la Crítica de la Economía Políti-ca".

Para el marXismo, nuestraconciencia nace de lo incons-

ciente y lo orgánico de 10 inor-

gánico. En los diferentes escalo-nes de ese proceso de desarrollolos cambios cuantitativos setransforman en cualitativos.

Nuestra consciencia es expresiónde la materia. La dialéctica de lanaturaleza posee un caráctercompletamente materialista.

Hemos querido presentar aUds., a través de esta jornada a

base de pinceladas, la variedadde problemas que han preocupa-

do y preocupan aún al fiósofo,ese hombre que es siempre elgran intcrrogador, que está siem-pre hurgando en lo desconocido

con el fin de conocer. Bien dice

la experiencia que el filósofo esun constructor que está siempre

construyendo o revisando los ci-mientos de su construcción, co-mo dominado por el temor deque cualquier falla fundamental

pueda causar el derrmbe de laestructura soberbiamente levan-tada. La Filosofía es una expre-

sión de eterna problematicidad.

Es el conocimiento organizado ysistemático de lo que es, de loabsoluto.

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SONIA RIQUELME:

APROXIMACIONES A LOSDOS PREMIOS NOBEL DE LI-

TERATURA CHILENA.

GABRIELA MISTRALy PABLO NERUDA

DIFICIL MISION, ya 10 creo,pero si los asuntos nos llegan

hondamente los caminos seabren y el derrotero es asequi-

ble.

Se han dicho muchas cosas deGabriela Mistral y de Pablo Ne-ruda por separado, pero hay al-gunas cuestiones que serviríanpara emparejar a estos dos poe-

tas chilenos, ambos Premios No-bel de Literatura, que hacen el

duplo más potente de la líricaespañola contemporánea.

Es curioso hablar de dos ex-

traordinarios creadores, y encon-trar los adjetivos que más con-vengan a cada uno. Sin embar-

go, las impresiones se aúnan, se

entremezclan para decir algunascosas que son comunes a ambos.

Para entrar en materia, haga-

mos acopio de ciertos asuntosque han preocupado a la estilís-tica desde hace largo tiempo yque se refieren a la int1uencia

del paisaje geográfico en el artis-ta, a la relaci6n del medio am-biente con el creador... Pero, ¿acuento de qué preocuparnos de

paisaje y de geografía si habla-

mos de Gabriela MIstral y de

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Pablo Neruda? A decir verdaddeb emos hacerla de partida,pues una y otro son productos

a u t óctonos, legítimos, perma-nentes de Chile, situado en losconfines brumosos y de locageografía que es el cono sur de

América.

Aclaramos ideas y nos apoya-mos en un estudio valoso: "L'Esthetique du paisage" de Pau-

lham, que considera como paisa-je el retraro de la naturaleza,

pero no el simple traslado objeti-vo de la naturaleza a la tela deun pintor o a las páginas de un

libro, sino el paisaje que implicauna concepción del mundo delartista: "concepci6n sentimentaly afectiva, concepci6n intelec-t ual o filosófica, concepción

moral o religiosa".

He aquí las directrices quemarca la geografía de Chile enla formación personal de ambosescritores. La Mistral y Nerudason chilenos de pura cepa, por

esencia y por nacimientQ y a pe-sar del largo peregrinar de los

dos por el mundo, cada uno porsu lado, jamás perdieron de vistasu tierra ni pudieron dejar al in-dio araucano que llevaban meti-do muy adentro. Neruda lo con-fesó en algunos versos "De lasfronteras traje las soledades y el

galope del último caudilo". Y

en uno de sus manifiestos poéti-cos lo corroboró: "Pertenezco a

un pedazo de pobre tierra aus-tral hacia la Araucanía".

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Asimismo Gabriela Mistral ha-bla de su país cuando los años

han pasado y ha recorrido mu-chos caminos:

Quiero volver a tierras niiias;Llévenme a un blando país de aguas ".

lndio~ caudillo- Araucanía,

blando país de aguas- Chile, te-mas repetidos muchas veces enla poesía de los dos.

Ciertamente creemos que unescritor no merece una naciona-lidad por el solo hecho de ha-

llarse anotado en los registrosciviles de su país. Es mucho másque eso y es preciso hacer méri-tos para tener derecho a esa na-cionalidad.

En el caso de Gabriela y Pa-

blo, esa fue su realidad. Siempreestuvieron prÓximos a los valo-res primitivos de su pueblo y seimpregnaron de los asuntos vita-les de la tierra austral. Sus ver-

bos ancestrales y puros, nacen

del mestizaje de dos razas vio-lentas y apasionadas que se fun-dieron para dar origen a un tipomuy particular que es la mujery el hombre de Chile.

Ambos poetas llevaron a supatria a cuestas y le cantaban

por donquiera que iban, jamásperdieron el contacto con la tie-rra suya. La imagen que dieron

de Chile es una imagen total,unificadora, lejos de las diferen-cias que unas veces separan a lospueblos.

Sus voces están arraigadas enlas pampas salitreras del desiertonorteño, en los valles agrícolas

del centro, en las minas de eo-

bre y de carbón. El eco de sus

versos baja de los macizos andi-

nos y su sonoridad poética se

estrella en las nieves eternas de

la Antártica.Ellos, Gabriela y Pablo, pue-

den considerarse como auténti-cos, genuinos y universales poe-

tas chilenos. Porque para amarel universo es necesario empezarpor amar la propia tierra.

Gabriela Mistral, de voz fuer-te y austera en la mayor parte

de su obra, se hizo simple y di-recta cuando incluyÓ a Chile en

las rondas infantiles que tara-rean los niños de todo el territo-rio desde su infancia:

"Danzamos en tierra chilena,la tierra de rosas y miel,la tierra que amasa a los hombresde labios y pechos sin hiel,la tierra más verde de huertos,la tierra más rubia de mies... "

y continúa la enumeración de

todos los aspectos que llaman laatención de mujer chilena que

ama a su patria. Estos sencilosversos desembocan más larde enuna prosa poética extraordina-ria; "Recados contando aChile", publicados en 1958 des-

pués de su muerte y que es unarecopilación de colaboraciones

de la poetisa en periódicos de

distintos países, en que el paisa-je, la literatura y los tipos chile-

nos se expresan con mayor in-tensidad.

Dato curioso e interesante dedestacar es que en el método detrabajo de la Mistral, cuando

anotaba sus ideas, para elaborar-

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las poéticamente luego, siempre

figuraba un acápite que decía:

"Escribir una menciÚn deChile",

Así pues en cualquier lugarque residicra: Brasil, EE.UU.,Lisboa, EspalÎa o Italia, adondela llevara su que hacer diplomá-tico siempre sus patrios lares cs-laban en su coraztm. Su pluma

estuvo impregnada hasta el últi-mo momento por ese espíritu;incluso moinento por cse ex-

píritu; incluso en su Testamento,redactado en 1956, poco antesde morir, distribuyÓ sus bienes

entre los que más amaba: su re-ligitm, su patria, los nifios.

y quiso volver a Chile, cuan-

do el mundo le quitó el últimoverso de la boca. Y Chile la reci-biÚ con veneración y afecto. Susrestos mortales reposan en Mon-tegrande, donde nació, un villo-rrio del Valle del Elc¡ui "cefiido

de cien montafias o de más".

Pablo Neruda, por su parte,es más fuerte, más poderoso. Elcanta a Chile en su totalidad,ningún detalle escapa a su obser-vaciÚn de hombre amanle, cadaasunto de su tierra le inleresa.Toda su obra cstá llena de lacon figuración geográfica del

país, de las costumhres de sus

habitantes, de su flora, dc los

guisos criollos y de los oficiosde los trabajadores y el más her-

moso y sentido canto a la pa-tria, pleno de sencillez, de liris-mo y dc intención política es:"Cuando de Chile", en el libro"Las uvas y el viento".

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"Oh Chile, largo pé/lifode mar y vino y nieve,ay cuándo

ay cuándo y cuándo

ay cuándome encontraré cont(i;o,enrro llarás tu cinta

de estJUma blanca y negra en mi cintura,desencadenaré mi poesía

sobre tu territorio".

y conlÎnúa, siempre en cl to-no Íntimo y coloquial que des-cribe sensaciones, estados de

ánimo:Voy por el mundo...Pero si llueve en Lo ta

sobre mí cae la lluviasi en Lonquimay la nieveresbala de las hojasllega la nieve donde estoy".

La nostalgia errabunda delpoeta comprometido en cues-tiones políticas también se dejascntir, se derrama en cada versoy todo el poema continúa conun largo solioquio que transmi-

te la hondura del sentimiento deamor patrio.

El poema "Oda con nostalgiasde Chile" corrobora la necesidad

de hacerse uno con la tierra, deafincarse en ella:

"A mor de mis amores,

tierra pura,cuando vuelvame amarraré a tu proade emharcación terrestre".

y en su obra máxima: "Can-to General", el bardo chileno pi-di() ser enterrado en el lugar desu residencia postrera:

"Enterradme en Isla Negra,junto al rnar que conozco".

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Allí sc quedó, ahora es polvo

dc Chile, arena de las playas delMar Pacífico al que tanto amó.

Además del extcnso tema dela geografía de Chile en la obra

de la Mistral y de Neruda hayotras características que los hi-cicron merecedores del Premio

Nobel de Literatura, a la prime-ra en 1945, al segundo en 1971.

Allí está su tremendo podercreador que los hermana en lacima del verso universaL.

Pensamos en Gabriela Mistral,nacida en 1889, a fines del siglo19, impregnado aún del Roman-ticismo becqueriano y cuandoRubén Darío hacía malabares ensu frágil torre de marfil moder~

nista. También, en los primeroslustras del siglo 20, otro poetachileno: Vicenle Huidobro,transplantado de su tierra y desu gcnte, trataba de fundar en

París una nueva escuela literaria:el Creacionismo. Sin embargo,Huidobro, instalado en una to-rrc de cristal que él mismo se

fabricÓ, no pudo romper nuncala distancia que lo separaba deChile. Sus teorías estéticas sólofueron aplaudidas y gustadaspor un público minoritario y en-tendido. Y si Vicente Huidobro

no prestó demasiada atención a

Chile tampoco puede decirseque mi país se apasionara porél, a pesar de que siempre he-

mos sido rcspetuosos y admira-dores de los artistas, especial-mentc de los escritores.

Gabriela pudo beber en lasfuentes de esa poesía nueva,

plástica, llena de luz y de color

que llegaba fácilmente a los sen-tidos antes que al corazón, pudotransformarse en una adeptamás que copiara el molde, perosu destino era de alto vuelo líri-co y toda esa marejada reinante:Romanticismo, Modernismo,Creacionismo, no lograron enca-silarla. Su potencia creadora sedio a conocer en 1914 en losJuegos Floralcs de Santiago deChile. Entonces apareció su poe-sía: íntima, doliente, apasiona-

da, que hizo vibrar la sensibili-dad de la época y que estabalejos de los palacios versallescos,

de las ninfas y de los centauros

rubendarianos.

De todos modos, es justo re-conocer que la poetisa sintióprofunda admiracicm por el vatenicaragüense y en 1913, cuandoRubén Dado dirigía en París laRevista Elegancias, la Mistral leenvió dos colaboraciones suyas

que Darío hizo publicar ese mis-mo año.

Pese a esto la poesía de Ga-

briela Mistral tuvo un tono dis-tinto, un tono de gravedad ma-

yor hondo y acompasado quefue el resultado del propio dolorque le laceraba el alma por el

suicidio del hombre a quienamaba y que marcó la primeraépoca de su poesía.

El destino señala sucesos un-

portantes en la vida de los seresy Neruda, nacido en Parral eni 904, huérfano de madre a laspocas semanas de vida es llevadopor su padre a Temuco, ciudad

de indios y de copihues, y es

allí donde se encuentran la Mis-

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tral que Trabaja como profesoraen el Liceo de la ciudad y un

tímido chiquilo que le es pre-sentado como poeta. Corría elaño de 1920 y comenzaba el ca-mino lírico de los dos grandesde la literatura chilena. Según

propia confesiÓn de Neruda fue

la Mistral quiCl lo inició en elconocimiento de los buenos es-cri tores clásicos.

En 1923 se publican los dosprimeros libros de Neruda "Cre-pusculario" y "Veinte poemasde amor y una canciÓn desespe-

rada" y el romanticismo del te-ma es recreado por el joven poe-ta y es encauzado en un tono

diferente, sufrido pero profun-

damente vitaL. La apasionadacarga de sensualidad que en-. .. .cierran esos versos pnmigenios

sÓlo puede ser expresada por al-guien que vive intensamente,que sin languidecer ni amilanar-se mira la vida frente a frente.Es el caso de Neruda que reco-nociendo su personal soledad decreador superó etapas y después,

al contacto con los asuntos de

todos los días, hizo universal

creación. Así, verso a verso, lle-gÓ a consolidarse su personali-dad poética. El poeta entendiÓ

su misión y lo dijo en su libro:"Navegaciones y rewcsos":

Cumpliendo con mi oji"ciu...a todos tengo que dar a~r-o

cada semana y cada día,un regalo de color azul,un pétalo frío del bosque...yo estoy limpiando mi campana,

mi corazón, mis herramientas.Tengo rocío para todos.

62

V olvarnos a Gabriela Mistral y

veamos cómo su vaso de reso-nancias se desbordó cuando supotencial maternidad no se hizocarne sino poesía, transida de

ternura y devociÓn para cantarleal hijo que nunca tuvo:

Velloncito de mi carne,que en mi entraña yo tejí,velloncito friolento,

duérmete apegado a mí.

Sin ser madre cantó con lasmadres del mundo y supo de loscuentos y de los juegos infanti-les que son las poesías de su

obra: "Ternura", dedicada a losnilÎos.

Asimismo, plenos de humani-

dad y de sentimiento profundo,

indicio de mujer apasionada queamó celosamente, son los poe-mas del libro: "Desolación". En"Los Sonetos de la Muerte", enmemoria del suicida amado ex-clama con voz atormentada yquemante, en un largo monÓlo-go:

¡\1l~ alejar/: cantando m Ù. venga'I'IZ(iS ht~"'m()!j"ti!porque a es(' honor recúndito la inano dt.' ning'luUl

hajará a disputarm,e tu lJuiiado de hueso,'"

y la súplica desgarradora di-

cha a media voz-como en sordi-na- tiene reminiscencias bíblicas

que agrega un valor sublime a supoesía:

.''(;;1.,or¡ 'lû :J:aDei" córno con encendido brío!por los seri?s f?xtraÚ()s 0'1,£ palrihra te invoca,v(;,'ng"o ahora a tJt:dirte lJVr uno que era 'mío,rn£ vaso de frescura, el lJ(tnol de 17£ boca.

El ruego que implora el per-dÓn para el hombre que se haquitado la vida continúa y se

identifica con la voz de una mu.

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jer amante de cualquier lugar dela tierra.

Esto es lo valioso y que ad-

quiere la calidad de legítimacreación cuando se transborda elámbito personal y el verso llegaa ser de todos, cuando en todoslos rincones del mundo, hom-bres y mujeres se sienten inter-pretados.

Es así cómo todos los temasque a los mortales nos intere-san-temas humanos y divinos-

son materia poética en Gabriela

MIstral y en Pablo Neruda y espor eso que la llama que encen-

dieron a comienzos de este sigloseguirá iluminando el oficio poé-tico de muchas generaciones.

SONIA RIQUELME R.Panamá, David, Marzo 21 dcl975.

Cuando en Chile comienza el OtOlio, yen el Valle de Elqui, la tierra deUabriela Mistral y en el Parral deNeruda las uvas están doradas portodos los soles de mi país natal.

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INTRODUCCIONTraer los elementos que forman la Historia Intelectual del Poeta

Obrero, es tarea titánica que hoy vencemos.Los documentos recogidos a lo largo de una investigación mi-

nuciosa, facilitarán a estudiantes, profesores, investigadores y a

cualesquiera otras personas, la búsqueda de datos sobre la persona-lidad de José del Carmen de los Dolores Escobar, conocido en lasletras como Federico Escobar.

He aquÍ el Plan:

PARTE PRIMERALa Producción de Federico Escobar

Capítulo Primero: Poesías

Capítulo Segundo: Prosa

PARTE SEGUNDAEscritos Sobre la Personalidad y Obra de Federico Escobar.

Capítulo Primero: Juicios y Crítica Sobre Federico Escobar

El Bardo Negro desarrolló su labor literaria en tiempos dw-os, mu-chos órganos de expresión de su época han desaparecido, otrospocos se encuentran bastante deshechos por el tiempo y mal cuido.

6!'

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Con satisfacción, traemos a la actividad a un valor descono-

cido e ignorado, que desde, el taller de Carpintería supo hacer

Poesía.

(1 )

LA PRODUCCION DE FEDERICO ESCOBAR

Escobar Federico. Hojas Secas.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

(2) Escobar Federico. Oda al 28 de Noviembre.Folleto Panamá, 1899.

(3) Escobar Federico. El Renaciuuento de un Pueblo -Oda aCuba-Folleto Star & Herald. Panamá, 1902.

(4)

(5 )

Escobar Federico. Instantáneas.Empresa Tipográfica Panamá R. de P. 1907.Escobar Federico. Patrióticas.Tipograf(a "Moderna" Panamá R. de P. 1909.

CAPITULO PRIMERO(Poesías)

1 A.......Federico Escobar, Hojas Secas

i 13 págs. Pág. 62Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

2 A BELISAFederico Escobar, Hojas Secas

113 págs. Pág. 23Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

3 A BE LISAFederico Escobar, Hojas Secas

113 págs. Pág. 33Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

4 A BELISAFederico Escobar, Hojas Secas

113 págs. Pág. 50

5 A BELISARIO PORRAS (AutÓgrafo)La Prensa, Año 11, No. 286.Panamá, R. de P. Febrero 1 8 de 1911.

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6 A CARMENFederico Escobar, Hojas Secas

113 págs. Pág. 57.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

7 SONETOS EPICOSA COLOMBIA (1900)Federico Escobar, Patrióticas.53 págs. Pág. 50.

Tipografía "Moderna". Panamá, 1909.

8 A COLOMBIAEl Aspirante. Periódico de Intereses Generales.

Ano 1, No. 16.Panamá, Abril 18 de 1891.

9 A COLONEl Aspirante. Periódico de Intereses Generales.

Año 11, No. 92. (Edición Extraordinaria)Panamá, Octubre 12 de 1892.

io iADIOS!Federico Escobar,

113 págs. Pág. 65.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

1 1 A CUBA (Para Dagoberto Arosemena S.)El Cronista, Segunda Epoca.Ano XVIII, SêrIe XCVIII, No. 1991.Panamá (República de Colombia) Septiembre 28 de 1895.

12 ADIVINANZA (A Aizpuru Aizpuru)Diario de Panamá, Año VI, No. 1534.Panamá, R. de P. Marzo 17 de 1910.

13 ADIVINANZADiario de Panamá, Año VI, No. 1539.Panamá, R. de P. Marzo 23 de 1910.

14 A DON ERASMONuevos Ritos, Revista Quincenal IlustradaAño V, No. 71, 72. Pág. 619.Panamá R. de P. Septiembre 10. de 1910.

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15 A ESP ANAEl Tío Sam, Periódico Crítico Social y Americanista."Todo por Cuba; Nada para España".Año 1, No. 16.República de Colombia. Panamá, Julio 3 de 1898.

16 A LA CARIDAD (Canto Escolar)Estrella de Panamá, Vol. LX, No. 14764. Pág. 12.Panamá, Enero 7 de 1910.

17 AL CAER DE LAS TARDESNuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año V, No. 109. Pág. 5.Panamá R. de P. Mayo 10. de 1912.

18 SECCION POETICAA LA CIENCIA (A mis colegas de la Sociedad EscuelaLiteraria)El Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

Año 1, No. 4.Panamá, Enero 24 de 1891.

19 AL DISTINGUIDO ARTISTA RAFAEL DE ARCOS (Hijo)El Cronista.

Panamá (República de Colombia) Octubre 20 de 1896.

20 AL JOVEN PIANISTA COLOMBIANOFederico Escobar, Hojas Secas

113 págs. Pág. 51.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

21 SONETOS EPICOSAGUILAS FRANCESAS (LAS)Federico Escobar, Patrióticas.Tipografía "Moderna", Panamá, 1909.

22 SONETOS EPICOSA JOHN BULLFederico Escobar, Patrióticas.53 págs. Pág. 42.

Tipografía "Moderna", Panamá, 1909.

23 AJUSTICIADO (EL)La Revista, Año 1, No. 2.Panamá, Diciembre de 1889.

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24 AJUSTICIADO (EL)Federico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 72.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

25 A LA LIBERTADFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 1 1.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

26 A LA P ATRlAFederico Escobar, "Hojas Seeas"

113 págs. Pág. 1 1.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

27 A LA PRENSALa República, Periódico de Intereses Generales, Organo delPartido ConstitucionaL.

Año 1, No. 42.Panamá R. de P. Sábado Octubre 8 de 1904.

28 SECCION POETICAA LA SANTA INQUISICION (Al escritor panameño VíctorDubarry)El Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 1, No. 6.Panamá, Febrero 7 de 1891.

29 AL ASTRO REYFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 35.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

30 A LORENZO M. PEREZEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 11, No. 74.Panamá, Junio 11 de 1892.

31 A LESBIAFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 110.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

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32 A LUCJANO NAPOLEON BONAPARTE WISE.El Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

AlÎo 1, No. 2.Panamá, Enero 10 de 1891.

33 A MALVINADiario de Panamá, Año VI, No. 1529.Panamá R. de P. Marzo 11 de 1910.

34 SECCION POETICAA MANUELAEl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

Año 1, No. 17.Panamá, Abril 25 de 1891.

35 AMARGA PENA (Al Maestro Mario Valenzuela S. J. )Nuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año 3, No. 60. Pág. 312.Panamá R. de P. Febrero 15 de 1910.(Lleva el nombre de Soneto, en "Hojas Secas" Pág. 38.

36 AMELIA DENIS DE ICAZA (VIII del libro inédito"Fotograbados" 1887)

El Comercio, Año 1, No. 6.Panamá, R. de P. Viernes Agosto 18 de 1911.

37 A MI MADRELa Prensa, Gran Diario de InformaciÓn.Año 11, No. 410. Pág. 2.Panamá R. de P. Julio 15 de 1911.

38 AMERICA y I...OS MARTIRES DE LA INDEPENDENCIAFederico Escobar, "Hojas Secas"

1 13 págs. Pág. 10.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

39 A MI PATRIAEl Heraldo del Istmo, Revista Ilustrada.Año 1, No. 1. Pág. 16.Panamá R. de P. Enero 3 de 1904.

40 AL ARTISTA PANAMEl'OFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 26.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

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41 A PANFILOFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 82.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

42 A ORILLAS DEL MAREl Cronista.

Año iv, Série XXViII, No. 251. Pág. 1021.Panamá, Sábado 15 de Octubre, 1881.

43 A ORILLAS DEL MARFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 9.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

44 AL PUEBLO ECUATORIANOFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 19.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

45 AL PUEBLO P ANAME!\O (para Gmo Batalla)Revista Variedades.

Panamá R. de P. 1909.

46 AL PUEBLO P ANAME!\OLos Hechos, Diario Político, Organo de la Unión Patriótica.Año 1, No. 41.Panamá R. de P. Lunes 18 Diciembre de 1911.( F in al del discurso en la manifestación al Dr. PabloArosemcna)

47 A RODOLFO CAICEDOFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 105Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

48 A RODOLFO CAICEDOEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.Año 111, No. 112.Panamá, Febrero 25 de 1893.

49 VARIEDADES:ANTE EL CADA VER DE MI BUEN AMIGO LORENZOTEJADA L.El Cronista, Segunda Epoca.Año XV, Série LXXXII, No. 1712. Pág. 9273.Panamá (República de Colombia) Diciembre 5 de 1893.

71

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50 AL SEl\OR DON RENE ECHARTEFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 86.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

51 ANTONIO MACEO (Soneto escrito delante de su retratoecuestre)El Mercurio, Año XIII, No. 1577.República de Colombia, Panamá, Martes Mayo 20 de 1902.

52 A SIMON BOLIVARFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 25.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

53 A TOMAS MARTIN FEUILLETFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 70.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

54 A UN AMIGOFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs.- Pág. 39.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

55 LITERATURA:A UN BARDO DECADENTE (Para Las Novedades)Las Novedades.Año VI, Série XXIII, No. 903.República de Colombia, Departamento de Antioqu Ía.Medellín, Enero 28 de 1898.

56 ARTE (EL)Federico Escobar, "Hojas Secas"

1 13 págs. Pág. 98.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

57 A. S. M.

Recorte de Periódico.

58 A VICTOR MANUEL ALVARADONuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año V, No. 77 Y 78. Pág. 745.Panamá R. de P. Diciembre 10. de 1910.

72

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59 BOLlVAR y NAPOLEONFederico Escobar, "Hoja Secas"

113 págs. Pág. i 7.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

60 BOLlVARLa Voz CatÓlica, Semanario Religioso VERlTAS LlBERABITVOS.Scrie 5, No. 18. Pág. 72.

Panamá, Marzo 5 de 1893.

61 BROCHE DE ORO (para Carlos F. Collino)Recorte de PeriódicoPanamá, Enero de 1902.

62 CANTARES POPULARESNuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año 111, No. 52. Pág. 92.Panamá R. de P. Octubre lo. de 1909.

63 CANTARES POPULARES (PanamelÎas)Nuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año 111, No. 57 y 58. Pág. 233.Panamá R. de P. Enero 15 de i 9 i o.

64 CANTARES POPULARES (Panameñas)Nuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.AlÎo i 11, No. 59. Pág. 286.Panamá, R. de P. Febrero 10. de 1910.

65 CANTARES POPULARES (Panameñas)Nuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año i i i, No. 61. Pág. 331.Panamá, R. de P. Marzo lo. de 1910.

66 PARENTESiS:CANTO AL FIERROFederico Escobar, "Patrióticas"53 págs. Pág. 33.

Tipografía "Moderna", Panamá, 1909.

67 CANTO A LA PATRIAFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. i 2.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

73

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68 SONETOS EPICOSeA T ACLISMOS (Muerte del Libertador)Federico Escobar, "Patrióticas"53 págs. Pág. 43.

Tipografía, "Moderna" Panamá, 1909.

69 CAlDA DEL GRAN COLOSO Y MUERTE DELLIBERTADOREl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 11, No. 58.Panamá, Febrero 20 de 1892.(Se encuentra en pág. 43 de "PatriÓticas".

70 CESAR CONTOEl Aspirante, Periódico De Intereses Generales.AlÎo 1, No. 36.Panamá, Septiembre 5 de 1891.

71 COALICION (LA) T AMBORERADiario de Panamá, Año VI, No. 1507.Panamá, R. de P. Febrero 14 de 1910.

72 SECCION POETICA:CONSTITUCIO N ALInADEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 1, No. 8.Panamá, Febrero 21 de 1891.

73 CONTRASTESEl Cronista, Segunda Epoca.Año XVIII, Série XCVII, No. 1997. Pág. 7987.Panamá, (República de Colombia) Octubre 12 de 1895.

74 CONTRASTES (para mi hija América)Nuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año V, No. 1 i 6. Portada.Panamá, R. de P. Agosto 15 de 1912.

75 CONTEST ACIONFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 88.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

76 CORAM POPULO (A mi distinguido amigo Carlos Bertoncini)El Cronista, Tercera Epoca.Año XXiV, No. 2899.Panamá, (República de Colombia) Julio 11 de 1902.

74

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77 SABADOS LITERARIOS:CRUZADO DEL ARTE (EL) Para Carlos A. Mendoza.El Cronista, Tercera Epoca.Año XXX, No. 3752.República de Panamá, Panamá, Enero 25 de 1908.

78 CHARADA F ACILEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 1, No. .Panamá, 1891.

79 CHISPASEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 111, No. 109.Panamá, Febrero 4 de 1893.

80 DECADENTESEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 111, No. 156.Panamá, Diciembre 13 de 1893.

81 DECIMASFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 54.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

82 DEL NATURAL (Para el Criterio)El Criterio, Periódico Político y de Variedades.AlÎo 1, No. 9.Panamá (República de Colombia) Jueves Septiembre 21 de1899.

83 DESAHOGOEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 1, No. 18.Panamá, Mayo 2 de 1891.

84 DIA DE REDENCIONFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 82.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

85 DIALOGO F ANTASTICO (Composición Filosófica dedicadaal Sr. Emilio Briceño)El Cronista, Periódico Político i Noticioso.Año 1, Série XXX, No. 281. Pág. 1142.Panamá, Sábado Enero 28 de 1882.

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86 DIALOGO F ANTASTlCOFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 2\.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 189ft

87 DIAS DE CLORIADiario de Panamá, AlÎo VI, No. 1541.Panamá, R. de P. Marzo 21 de 1910.

88 12 de OCTUBREEl Comercio, AlÎo 1, No. 43.Panamá, Jueves 12 de Octubrc 1911.

89 DOLOR INTERNOEl Mercurio, Año xiv, No. 1706.República de Colombia, Panamá, Sábado Marzo J 4 de 1903.

90 DRAMAS DE LA LIBERTAD (ComposiciÓn que dedica suautor al respetable Cuerpo dc Bomberos "Panam,i No. J, en el

tercer aniversario de su fundación, y eptagcsimo primero de laIndependencia del Istmo.El Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

Año ll, No. 101.Panamá, Diciembre 10 de \892.

(Se encuentra en PatriÓticas Pág. 1.

91 ELEGIA (En la muerte de Amelia Denis)Nuevos Ritos, Revista Quincenal llustrada.Año V, No. 94, 95. Pág. 1149, 115\.Panamá, R. de P. Septiem Iire 5 de 191 J .

92 ELEGIA (En la Sepultura de Edmundo Botello)Los Hechos, Año 1, No. 34. Pág. 4.Panamá, Diciembre 7 de 1911.

93 EN EL ANIVERSARIO DE LA MADRE DE MI MADREFederico Escobar, "Hojas Secas"

I 13 págs, Pág. 3.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

94 EN EL ANIVERSARIO DE CHILEEl Comercio, Año 1, No. 33.Panamá, Jueves Septiembre 28 de 1911.

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95 EN EL CONVENTOEl Mercurio, AlÎo XVUI, No. 1973.Panamá, R. de P. Sábado Noviem bre 17 de 1906.

96 EN EL NACIMIENTO DE MI PRIMOGENITAFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs, No. 109.

Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

97 EN LA MUERTE SENTIDAFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 Págs, Pág. 83.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

98 SECCION POETICA:EN LA MUERTE (Del Dr. Felipe Pérez)El Aspirante, PeriÚdico de Intereses Generales.

Año 1, No. 9.Panamá, Febrero 28 de 1891.

99 EPIGRAMAFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs, Pág. 22.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

100 EPIGRAMADiario de Panamá, Año VI, No. 1521.Panamá, R. de P. Marzo 2 de 1910.

101 EPIGRAMADiario de Panamá, Año VI, No. 1535.Panamá, R. de P. Marzo 18 de 1810.

102 EPIGRAMADiario de Panamá, Año VI, No. 1536.Panamá, R. de P. Marzo 19 de 1910.

103 EPIGRAMADiario de Panamá, AlÎo VI, No. 1537.Panamá, R. de P. Marzo 21 de 1910.

104 EPIGRAMADiario de Panamá, Año VI, No. 1540.Panamá, R. de P. Marzo 24 de 1910.

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105 EPIGRAMAEl Comercio, Año 1, No. 41.Panamá, Octubre 10 de 191 1.

106 EPIGRAMAEl Comercio, Año 1, No. 42.Panamá, Octubre 1 1 de 1911.

107 EPISODIOEl Heraldo del Istmo, Revista Ilustrada.Año 1, No. 12. Pág. 5.Panamá, Julio 12 de 1904.

108 EPINICIOS CLASICOS:EPISODIOS DE LA LIBERTAD (Espinelas)Federico Escobar, Patrióticas.53 págs, Pág. 2.Tipografía, "Moderna" Panamá, 1909.

109 EPIT ALAMIOFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 112.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

110 ESTE SIGLO ¿QUIEN LO DUDA? ES EL SIGLO DE LASLUCESFederico Escobar-Hojas Secas-113 págs. Pág. 59.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

111 ESTUDIO (EL)Federico Escobar, "Hojas Secas"

11 3 págs. Pág. 89.

Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

112 EXAMEN DE ETIMOLOGIA (Examinador y Alumno)El Lápiz, Publicación Semanal, Tercera Epoca.Año 111, No. 55. Pág. 4.Panamá, Mayo 29 de 1896.

113 SABATINA:FLORES y NOTASEl Mercurio, Año XIII, No. 1493.República de Colombia, Panamá, Sábado, Noviembre 2 de1901.

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114 GASPAR NUr;EZ DE ARCE (De mi libro inédito"Fotograbados"El Comercio, Año 1, No. 17.Panamá, Jueves 31 de Agosto 191 1.

115 GRACIAS Y SALUDEl Cronista, Tercera Epoca.Año XXX, No. 3724.República de Panamá. Panamá, Noviembre 23 de 1907.

116 SABATINA:GRITO DE INDIGNACION (A los farsantes caudilosliberales)El Mercurio, Año XIII, No. 1511.República de Colombia. Panamá, Sábado 14 de Diciembre de1901.

117 HARTZEMBUSCH (Medallón Ibero - Germano)El Cronista, Tercera Epoca.Año XXX, No. 3776.República de Panamá. Panamá, Marzo 21 de 1908.

118 LLAVE DE ORO:HARTZEMBUSCHFederico Escobar, Patrióticas.53 págs. Pág. 53.

Tipografía "Moderna", Panamá, 1909.

119 HIMNO PATRIOTICO A PANAMAFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág.113.

Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

120 VARIEDADES:HOJA DE LAUREL (En el album de Brindis de Salas)El Cronista, Segunda Epoca.Año XX, No. 2484. Pág. 90671.Panamá (República de Colombia) Diciembre 8 de 1898.

121 HOMBRES DEL DIA (Instantáneas)Diario de Panamá, Año VI, No. 1704.Panamá, R. de P. Octubre 4 de 1910.

122 HOMBRES DEL DIA (Instantánea)Diario de Panamá, Año VI. No. 1707:Panamá, R. de P. Octubre 7 de 1910.

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123 HOMBRES DEL DIA (Instantánea)Diario de Panamá, Año VI. No. 170S.Panamá, R. de P. Octubre S de 1910.

124 H01\1BRES DEL DIA (Del Libro Instantáneas 1 a Serie)Diario de Panamá, Año VI. No. 1705.Panamá, R. de P. Oct ubre 5 de 19 i O.

125 VARIEDADES:HURRAH! (Una carta y un Soneto)El Cronista, Segunda Epoca.Año XV, Scrie LXXi'XIL No. 1723. Pcg. 9319.(Panamá, República de Colombia) Diciembre 30 de IS93.

126 INCENDIO (EL) Adoptado para el Cuerpo de Bomberos dePanamá.El Mercurio, AIÌo XVIlI. No. i 973.Panamá R. de P. Sábado Abril 16 de 1904.

128 IMPROVISACIONFederico Escobar, "Hojas Secas"

i 13 págs. Pág. 34.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, IS90.

L29 INSTANTANEAEl Comercio, Afio 1. No. :17.Panamá, Octubre 5 de 1911.

130 JEHOV AFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 1.Imprenta de Samud N. Ramos. Panam,í, 1890.

131 JERONIMO OSSA (Instantánea, No. XXII)El Cronista, Tercera Epoca.Año XXVIII. :\0. ::;598.RepÚblica de Panamá. Panamá, Enero 26 de 1907.

132 JVAN l\IO;\TALVOEl Comercio, Año 1. No. 8.Panamá, R. de P. Lunes Agosto 21 de 1911.

133 JUDASEl Oposicionista, ()rgano Político y de Intereses Generales.

Aiìo 1. l\o. 11. Pág. 3.Paiiaimí, R. de P. Enero 19 de 1912.

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134 SONETOS EPICOS:JOSE ANTONIO P AEZFederico Escobar, Patrióticas.53 págs. Pág. 41.

Tipografía "Moderna", Panamá, 1909.

135 JOVENES DE ACTUALIDADDiario de Panamá, Año Vi. No. 17) 6.Panamá, R. de P. Octubre 18 de 19 i o.

) 36 JUGADOR (EL)Federico Escobar "Hojas Secas"i 13 págs. Pág. 66.Imprenia de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

1 37 JUSTICIAEl Mercurio, Año XIII. No. 1586.República de Colombia, Panamá. Sábado, Junio 7 de 1902.

138 LIBERTAD DE AMERICA (En el día de la RedenciÓn delIstmo) A Pablo Arosemena Jurisconsulto y Orador.Diario de Panamá, Año VL. No. 1751. Pág. 2.Panamá, R. de P. Noviembre 28 de i 9 i o.

139 LIBRE EXAMEN (EL) A SimÓn Chaux.El Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

AlÎo 11. No. 103.

Panamá, Diciembre 24 de 1892.

140 LIBRA NUEVA (Para Julio N. Galofre y Julio Florez)Las Novedades.Año iV, Série XXII, No. 217. Pág. 867.República de Colombia, Departamento de AntioquÍa.Medellín No. 19 de 1897.

i 41 ¡LOCA!El Heraldo del Istmo, Revista Ilustrada.AflO 1, No. 5. Pág. 8.Panamá, R. de P. Marzo 23 de 1904.

i 42 LUMINICONuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año V, No. 100. Porlada.Panamá, R. de P. Noviembre 15 de 1911.

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143 MADRIGALDiario de Panamá, Aiìo VI. No. i 542.Panamá, R. de P. ~larzo 28 de 1910.

144 MADRIGALESDon Quijote, Semanario Joco Serio.Aiìo 1, No. 10.Panamá República de Colombia Septiembre 2 i de 1899.

145 MADRUGADA El\ EL CAl\lPO (soneto lstmico)Nuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año V, No. 75 y 76. Portada.Panamá, R. de P. Septiembre lo. de 1910.

146 MANOJITO DE FLORES (EL)El Atleta, Semanario Cientifico PoÍítico Literario y I\oticioso.Año 1. No. 4.Panamá, R. de P. Mayo 2 de 1912.

147 MARINERAEL Cronista, Segunda Epoca.Año XV, Série LXXXIl, No. 1697. Pág. 9213.Panamá (República de Colombia) Octubre 28 de 1893.

148 EL MILAGRO DE LA SANTAEl Comercio, AlÎo 1, No. 20.Panamá, Martes Septiembre 5 de 1911.

150 MI LEVITA (Fábula)Diario de Panamá, Año VI, No. 1710. Pág. 2.Panamá, R de P. Octubre 11 de 1910.

151 1886-1887 Y EL FISGON IMPERTINENTEFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 90.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

152 MI OFRENDA (En la tumba del Poeta León A. Soto)El Heraldo del Istmo, Revista Ilustrada.Año 11, No. 29. Pág. 35.Panamá, R. de P. Marzo 15 de 1905.

153 MISERICORDIAEl Cronista, Tercera Epoca.Aiìo XXIV. No. 2819.Panamá (República de Colombia) Diciembre 27 de 1901.

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154 CARICATURA A LA PLUMA.MI VECINA CAROUNADiario de Panamá, Abril 17 de 1911.

155 1\10J\lENTOS DE DUDAFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 27.imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

156 ~IO~lEl\TO IIISTORICO (Para Adriano C. Velasco)El Tío Sam, Peribdico Crítico Social y Americanista."Todo por Cuba; Nada para España"

Arìo 1. 1\0. 7.República de Colombia (Panamá) Junio 18 de 1898.

157 l\IORIR ES DESCANSAR, VIVIR ES PADECERFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 35.Imprenta de SamucI N. Ramos. Panamá, 1890.

158 i\IUERTE DEL TOROEl Istmo de Panamá, Trisemanario de Intereses Generales deColumbia y de los demás países de la Raza Latina.Aùo iv. No. 415.Panamá, Martes 13 de Diciembre de 1898.

159 SABADOS LITERARIOS:MUERTE DEL BOHEMIO (En el album de E. Velarde)El Cronista, Tercera Epoca. Al0 XXX. No. 3734.República de Panamá, Panamá Diciembre 14 de 1907.

160 MUERTE DE LA CALANDRIAEl Comereio, Al0 l. No. 9.Panamá, Martes Agosto 22 de 1911.

161 MUJERES POPULARES (Instantánea)Diario de Panamá, AlÎo VI. No. 1713.Panamá, R. de P. Octubre 14 de 1910.

162 MUJERES POPULARESDiario de Panamá, Año VI. No. 1719.Panamá, R. de P. Octubre 21 de 1910.

163 MUJERES DEL PUEBLOEl Comercio, Año 1. No. 38.Panamá, Octubre 6 de 1911.

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164 SABADOS LITERARIOS:NAPOLEONICAEl Cronista, Tercera Epoca.Año XXX. No. 3755.RepÚblica de Panamá, Panamá, Febrero 10. de 1908.

L65 NEGRA Y HLANCANuevos Ritos, Revisla Quincenal Ilustrada.Ai'lO V. No. 77 y 78.Panamá, R. de P. Diciembre lo. de 1910.

166 NERONFederico Escobar, "Hojas Secas"

1 1 3 págs. Pág. 8.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

167 NIEBLASFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 53.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

168 CARICATURA A LA PLUMANil\A MIMOS!\ (LA)El Comercio, !\íio J. No. 12.Panamá, Viernes Agosto 25 de 1911.

169 NOCTURNALEl Ensayo, Semanario Literario de Variedades e InteresesGenerales.Ai'ío 1, No. 34 Pág. 135.República de Colombia, Panam,:í, Mayo 14 de 1897.

1 70 CARICATURA A LA PLUMA:NOTABILIDAD DE BULTOLos Hechos, No. 27, Arlo 1. Pág. 4.Panamá, Octubre 20 de 191 I .

1 71 VARIEDADES:iOIl HUMANIDAD! (De Cuba y América de la Habana)El Cronista, Tercera Epoca.Año xxiv. No. 2703.Panamá(República de Colombia) Octubre 2 de 1901.

172 OBRERO (EL)Estrella de Panamá, Vol LX, No. 14797. Pág. i 2.Panamá, R. de P. Marzo 15 de 1910.

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173 OCTOSILAßOS (Para Rodolfo Aguilera)El Liberal, Semanario Político dc Intereses Generales yCrítico.AÚo 1. No. 1.Panamá, R. de P. Marzo 21 de 1912.

17 4 PACIFICAS LIDESEl Aspirante, PeriÚdico de Intereses Generales.Afio l. No. :13.

Panamá, Agosto 15 de J 891.

175 PAISAJE ISTMICO (Para Roberto Lcwis)Dia1"o de Panamá, Ai'o 1, No. 260. Pág. 2.Panamá, R. de 1'. Octubre i O de 1905.

176 P ALADIl' DE LOS ANDES (EL) (Para mi amigo J. M. Borris)El Cronist.a, Tercera Epoca.RepÚblica de Panamá, Panamá Julio 20 de 1907.

177 PANAl\1EI'A (LA) Tipo del Pueblo. (Para el Istmo dePanainá)El J st.mo de Panamá, Trisemanario de Inlereses de Colombia yde los demás países de la Raza Latina.Ai'o IV, !\o. 410. Pág. 2.

Panamá, Lunes 28 de Novicmbre 1898.

178 P ¡\ R A EL ALBUM (De la Sta. Mercedcs Villa loro)El Deber, PublicaciÓn Política y de Variedades.

Afi(i I 1, No. 65. Pág. 259.RepÚblica de Cc)lombia, Panamá 14 de Noviembre 1894.

179 PARA EL MENTIROSO DE MARRAS ( Un Calumniador)El Padre Cubo, Político, Literario y Travieso.Eveniual, No. 13.

Panamá Octubre 9 de 1915.

180 PARALELO:\1arzo 5 de 1911.(Recorte de Peri/'dico)

181 PARA LA TUMBA DE DON JOSE GMO LEWIS (Dedicado ami distinguido amigo Samuel Lewis)El Mcrcurio, alÌo xiV. ;\0. 1639.

RepÚblica de Columbia. Panamá, Jueves 9 de Octubre 1902.

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182 SECCION POETICA:PASADO y PRESENTEEl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.Año 1. No. 1 L.Panamá, Marzo 14 de 1891.

183 PECADORANuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año 111, No. 49. Pág. 2L.Panamá Enero 15 de 1909.

184 PECADORADiario de Panamá, Aiìo V. No. 1210.Panamá Febrero J 9 de 1909.

185 POESIA! ! ! !! (Imitación)El Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

Año 1. No. 3.Panamá, Enero 17 de 1891.

186 POLOS OPUESTOS (Rimas)La Guadaña, Periódico Político y de Variedades.Año 1. No. 1.Panamá (República de Colombia) Noviembre 22 de 1890.

187 PINTOR Y EL ZAPATERO (EL) FábulaEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 1. No. 14.Panamá, Abril 4 de 1891.

188 ¿POR QUE NO CANTAS?Federico Escobar, "Hojas Secas"

1 i 3 págs. Pág. 4.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

189 ¿POR QUE LLORAS?Federico Escobar, "Hojas Secas"

1 J 3 págs. Pág. 61.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, i 890.

190 PROTER V ADiario de Panamá, Año 1. No. 294.Panamá, R. de P. Lunes Noviembre 20 de 1905.

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191 PROTERVANoventa y Tres, Periódico Político destinado a la Defensa delos intereses del Partido LiberaL.

Año 1, No. 2. Pág. 2.Panamá, R. de P. Mayo 11 de 1912.

192 ¿QUIERES QUE CANTE?Federico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 30.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

193 RATO DE OCIOEl Deber, Publicación Semanal, Política y de Variedades.Año 11, No. 31. Pág. 123.República de Colombia, Panamá, Marzo 27 de 1894.(El Poema aparece en cinco estancias).

194 RECUERDOSFederico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 74.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

195 REDENTOR (EL)Diario de Panamá, Año VI. No. 1540.Panamá, R. de P. Marzo 24 de 1910.

196 RELAMPAGOEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 111. No. 116.Panamá, Marzo 25 de 1893.

197 RENACIMIENTO (Al distinguido Poeta colombiano Ismael E.Arciniegas)El Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 111. No. 110.Panamá, Febrero 11 de 1893.

198 RINA DE GALLOS (LA)Federico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 75.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

199 RITMO ALADO (A los artistas modernos)El Heraldo del Istmo, Revista Ilustrada.Año 111. No. 65.Panamá, R. de P. Septiembre 20 de 1906.

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200 ROMA (para Nucvos Ritos)Nuevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Año 1, No. 24. Pág. 573.Panamá, Encro 15 de 1908.

20 i SONETOS EPICOS:ROMAFederico Escobar, Patrióticas.53 págs. Pág. 45.

Tipografía "Moderna", Panamá, 1909.

202 SECCION POETICA:ROMANTICISMOEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 1. No. 10.Panamá, Marzo 7 de 1891.

203 ROSA O LA HIJA DEL PESCADOREl Heraldo del Istmo, Revista Ilustrada.Año 11, No. 38. Pág. 109.Panamá, R. de P. Julio 30 de 1905.

204 RUGIDOS (A mi amigo el Poeta José Santos Chocano)El Deber, Publicación Semanal, Política y de Variedades.

Año 11. No. 26.República de Colombia, Panamá, Febrero 20 de 1894.

205 RUISEi"OR y EL BURRO (EL) Fábula.El Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

Año 11 L No.118.Panamá, Abril 8 de 1893.

206 SAFICOSFederieo Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 20.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

207 SECCION POETICA SUMA y SIGUESALOMON PONCE AGUILERAEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 1. No. 23.Panamá, Junio 6 de 1891.

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208 SALUDOFederico Escobar, "Hojas Secas"

L i~) págs. Pág. 108.Imprenta de Samucl J\ Ramos. Panamá, J 890.

209 SABATINA:SALUDO ( A José Sanlos Chocano)El :'Iercurio, AÚo XIII. l\o. 1487.RepÚblica de Colombia, P,marmí Sábado Octubre 19 de 1901.

210 SECClON POETlCA: SASTRE y SU APRE;-DlZ (EL)Fábula.El Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.Aúo l. l\o. i 2.Panamá, l\1arzo 21 de 1891.

211 SEMBLANZASFederico Escobar, "Hojas Secas"

1 J 3 págs. Pág. 64.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

212 SE;.IBLANZASFederico Escobar, "Hojas Secas"

1 J 3 págs. Pág. 64.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panam,i, 1890.

213 VARIEDADES:SERENATA (LA)El Mercurio, ArlO IV, Serie 45. No. 481.

Panamá, Miércoles Junio 14 de 1893.

214 SER O NO SEREl Lípiz, Semanario de Literatura, Noticias y Variedades.AIÌo 11, No. 27, TerCCfa Epoca.

Panamá, Octubre 19 de 1895.

2 I 5 SIEMPREVIVADiario de Panamá, Año.Panamá, R. de P. Mayo 1 1 de 1911.

216 SIGUE CANTANDOFederico Escobar, "Hojas Secas"

11" págs. Pág. 18.

Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

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217 Sotletos épicos:si:\i()~ 1301.1 Vi\R

Federico Escobar, "PatriÓticas"53 p,tgs. P:ig. :.El.Tipografía ":\Ioderna", Panamá, 1909.

21 R SOCR1\TES JESUCRISTO y COLO:\IBODiario de Panamá, Alio.Panamá, R. de P. Abril 12 cle 1912.

219 SOLEDADES DEL C()RAZO~Federico Escobar, "Hojas Secas"

i 13 págs. Pág. 5.Imprenta de Samuel i\. Ramos. Panamá, 1890.

220 SOi\ETOFederico Escobar, "Hojas Secas"

i 13 págs. Pág. 38.Impn;nta de Samuel N. Ramos. PananÚ, 1890.

221 SONETOFederico Escobar, "Hojas Secas"

1 i 3 págs. Pág. 63.Imprenta de Samuel 01. Ramos. Panamá, 1890.

222 SUEl\O DE LA GLORIA (EL) Poema en un canto paraRicardo l'v!irÓ.N uevos Ritos, Revista Quincenal Ilustrada.Ai10 1, No. 2. Pág. 31.

Panamá, R. de P. Febrerc) 15 de 1907.

223 TE:\IPES'1'AD

Diario de Paiiamá, 1\iìo V. No. 1227.Panamá, R. de P. Marzo 11 de 1909.

224 TEMPESTAD EN LA SELVA (Para Carlos i\ :\kndoza)Diario de Panamá, i\i1o VI. No. 1646.Panamá, R. de 1'. Julio 2R de 1910.

225 '\'us OJOSDiario de Panamá, 1\i10 L No. 226.Panamá, R. de P. Octubre I 7 de 1905.

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226 TU NOÌ\1BREFederico Escubar, "Hojas Seeas"

I i 3 págs. P:g. 'L2.Imprenta de Samuel :\. Ramos. Panamá, 1890.

227 ElI:\ICIOS CLASICOS::1 de :\OVIE\IBREFedcrico Escobar, "PatriÚticas":-13 p,ígs. l\íg. 20.Tipografía "\loderna", Panamá, 1909.

228 V,\RIEDADES:TRES NOTAS CRO:-IATIC:\S (Para Samuel Lewis)El :\lercurio, ,\i'w Vlll. Seric 72. Nu. 824.Panamá, Miércoles, Octubre 7 de 1896.

229 TRISTEZARecorte de l'eriÚdico.

230 TRISTEZASFederico Escobar, "Hojas Secas"

J 13 págs. Pág. 58.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panaimi, 1890.

2:11 UlIl\IAS PALABRAS DE ~ii l\IADREFederico ESClJliar, "Hojas Secas"1 13 págs. P;'ig. 34.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panam.i, 1890.

232 UTIMA VEZFederico Escubar, "Hujas Secas"

113 págs. Pág. 4:-LImprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

2:n ULTIMO DE LA GALERIA (EL)Diario de Paiiamá~ Nov., 18 de 1911.

2:35 CARICATURA A LA PLUl\IA:UI' EMPLEADO DEL TESORODiario de Panaimi, Abril 12 de 191 L.

236 CARICATURA A LA PLUMAUN HEROEDiario de Panamá, Abril 18 ùe 1911.

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237 CARICATURA A LA PLUMA:UN MEDICO I10MEOPATADiario de Panamá, Abril 11 de 1 911.

238 CARICATURA A LA PLUMA:UN PICAPLEITOSDiario de Panamá, Abril 14 de 191 i.

239 CARICATURA A LA PLUMA:UN POLll1CO JOVENDiario de Panamá, Mayo 6 de 1911.

240 CARICATURA A LA PLUMA:UN RAHULAEl Cronista, Tercera Epoca.Aí10 XXV. No. 2980.

Panamá (RepÚblica de Colombia) Enero 19 de 1903.

241 UN SONETO Y UN RETRA 1'0 -JUDAS-El Oposicionisla, Organo Político y de Intereses Generales.Aí10 1, No. 11. P(ig. ~1.Panamá, R. de P. Enero 19 de 1912.

242 UNA CARTA Y UN lllMNODiario de Panamá, Enero de 1906.

243 UNA BOJ A (Para la corona fÚnebre del escritor colomhianoAclriano Paéz)

Recorte de PeriÓdico.

245 UNA SIßILARecorIC de PeriÓdico.

246 V ANITAS VAN ITATUM (Para el allnim de RosendoArosemena)El Cronista, Tercera Epoca.Aí10 XXVIII. No. 3577.

RepÚblica de Panamá, Panamá, Diciembre 17 dc 1906.

247 28 de Noviembre (Oda)Federico Escobar, "Hojas Secas"

113 págs. Pág. 92.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, i 890.

92

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248 28 de Noviembre (Soneto)El Aspirantc, PeriÓdico de Intereses Generales.

Afí.o 1, No. 48, EdiciÓn Extraordinaria.Panamá, Noviembre 28 de 1891.

249 EPINICIOS CLASICOS:28 de Noviembre (Oda Premiada 1889.)Federico Escobar "PatriÓticas"53 págs. Pág. 9.Tipograf ía "Moderna" Panamá, 1909.

250 i20 de JULIO!Federico Escobar "Hojas Secas"

i 13 págs. Pág. 67.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, i 890.

25 i VENUS ENFERMAEl Ensayo, Semanario Literario de Variedades e IntercsesGenerales.Aiio 1, No. 23. Pág. 91.

Panamá, Enero 4 de 1897.

252 VERSOSFederico Escobar, "Hojas Secas"

1 i ~ págs. No. 49.Imprenta de Samucl N. Ramos. Panamá, 1890.

253 VICTOR I-UGOFederico Escobar, "Hojas Secas"

i 13 págs. Pág. i 03.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, i 890.

254 VARIEDADES:VICTOR HUCO (para Erneslo Haner)El Cronista, Tercera Epoca.AlÎo XXIII. No. 2726.

Panamá (RepÚblica de Colombia) Mayo 27 de 190 i.

255 VIERNES SANTOFederico Escobar, "Hojas Secas"

i 1:3 págs. Pág. 29.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, 1890.

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256 VIERNES SANTO ( El Alba 1881)El Aspirante, PeriÚdico de Intereses Generales.

!\iio 1. No. 13.Panamá, Marzo de 1891.

2S7 VOZ DE ALARMA(La SituaciÚn Política, Comercio, Industria, Literatura,Noticias y Variedades)

Organo del Partido LiberaL.Serie 1 No. 8.ColÓn (Colombia) Abril 30 de 1894.

25H VOZ DEL SIGLO (Paz y Arbitraje)Recorte de PeriÓdicoPanamá, Mayo de 1901.

259 YO TE AMOFederico Escobar, "Hojas Secas"

i 13 p,'igs. Pág. 24.Imprenta de Saniuel N. Ramos. Panamá, 1890.

260 U?)El Cronista, Segunda Epoca.AflO 1, Série LXXXII, No. 1636. Pág. 8071.Panamá(RepÚblica de Colombia) Junio 8 de 1893.

CAPITULO SEGUNDO(Prosa)

261 AGUINALDO DE NAVIDAD (EL)Diario de Panamá, Año VII. No. 1774.Panamá, R. de P. Diciembre 24 de 1910.

262 ALMIBAR Y ACIBAREl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

AÙo 1. No. 21.Panamá (Colombia) Mayo 23 de 1891.

263 A MANERA DE GACETILLAEl Liberal, Año i, No. 6. Pág. 2.Panamá, R. de P.Junio 27 de 1912.

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264 CALUMNIA (LA)El Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 11. No. 102.Panamá, Diciembre 17 de 1892.

265 CARTA DEDICATORIAFederico Escobar, "Hojas Secas"

1 i 3 págs. Pág. 1.Imprenta de Samuel N. Ramos. Panamá, i 890.

266 CARTA A MATEO ITURRALDEEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales

Año 1. No. 11.Panamá, Marzo 14 de 1891.

267 CARTA LITERARIAEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 11. No. 62.Panamá, Marzo 19 de 1892.

268 CARTA LITERARIAEl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.Año 11 1. No. 11 1.Panamá, Febrero 18 de 1893.

269 CARTA RENUNCIAEl Mercurio, Año XIII. No. 1523.República de Colombia (Panamá) Sábado Enero 11 de 1902.

270 CARTA DE CONDOLENCIA (Al Dr. Carlos A. Mendoza)Diario de Panamá, Año VI. No. 1525.Panamá, R. de P. Marzo 5 de 1910.

271 CARTA POLITICAEl Liberal, Semanario Político de Intereses Generales y

Crítico.Año 1, No. 3. Pág. 3.Panamá, R. de P. Junio 6 de 1912.

272 CUCARACHA BLACA MANDINGA (LA)La Estrella de Panamá, Vol, LXII, No. 15236. Pág. 10.Panamá, R. de P. Julio 15 de 1911.

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273 DISCURSO DEL JOVEN FEDERICO ESCOBAR,PRONUNCIADO EN LA REUNIONPOLITICA EFECTUADA EN EL PARQUE DE SANTA ANA,EL 3 DE SEP.La Union Liberal, Organo del Directorio de este nombre.Série 1. No. 12.

Panamá, Septiembre 10 de 1 881.

274 DISCURSO PRONUNCIADO POR EL POETA FEDERICOESCOBAR EN REPRESENT ACION DE LA SOCIEDAD"ESCUELA LITERARIA" ANTE EL CADAVER DEL Sr.MANUEL B. de la TORRE L.El Cronista, Segunda Epoca.Año XVI, Serie XCIII. No. 1923.Panamá (República de Colombia) Abril 23 de 1895.

275 DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SE1\OR FEDERICOESCOBAR, ANTE LA TUMBA DEL Di. MATEOITURRALDE.El Cronista, Segunda Epoca.Año XVI, Série XCVI. No. 1963.Panamá (República de Colombia) Julio 25 de 1895.

276 DISCURSO PRONUNCIADO POR EL JOVEN POETA DONFEDERICO ESCOBAR, ANTE EL CADA VER DE ADRIANOC. VELASCO.El Lápiz, Publicación Semanal, Política, Literaria, Artes,Ciencias.Noticias, Variedades.AlÎo VI, Cuarta Epoca. No. 77.

Panamá, Septiembre 8 de 1899.

277 DISCURSO PRONUNCIADO POR EL SARGENTO MAYORFEDERICO ESCOBAR, EN NOMBRE DEL EJERCITO, ALA LLEGADA DEL Dr. MANUEL AMADOR GUERREROEN LA EST ACION DEL FERROCARRIL.Estrella de Panamá, Vol. LV. No. 13180.Panamá, R. de P. Diciembre 9 de 1903.

278 DISCURSO PRONUNCIADO POR FEDERICO ESCOBAR,EN EL MITIN DEL lo. DE OCTUBRE.Diario de Panamá, Año 1. No. 152.Panamá, R. de P. Octubre 2 de i 905.

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279 DISCURSO PRONUNCIADO POR EL POETA l\ACIOl\ALFEDERICO ESCOBAR, Al\TE EL CADA VER DE Ì\IAl\UELAMADOR GUERRERO.Diario de Panamá, Año V. I\o. 1268.Panamá, R. de P. Mayo 4 de 1909.

280 DISCURSO ESCRITO POR DOl\ FEDERICO ESCOBAR,PARA SER PRONUI\CIADO Al\TE EL CADA VER DELEXCMO SEl\OR DE OBALDIA.Diario de Panamá, Afo VI. ;\0. 1526.Panamá, R. de P. l\1arzo 7 de 1 910.

281 DISCURSO PRONUNCIADO POR FEDERICO ESCOBAR ENLA MANIFESTACION AL Di. PABLO AROSEMEl\A ELDlA 16 DE DICIEMBRE.Los Hechos, Diario Político, Orgatio de la Unilll Patri(¡tica.Año 1. No. 41.Panamá, R. de P. Lunes Diciembre 18 de 19 i 1.

282 DISCURSO PRONUNCIADO POR EL I)ECAl\O DE LOSPOETAS ISTMEKlOS EN LA MAl\IFEST ACTOl\ LLEVADAA CABO EL SABADO 23 A DON PEDRO A DIAZ.Los Hechos, AlÎo 1. No. 118.Panamá, R. de P. Marzo 25 de 1912.

283 DOCTOR MARIO V ALENZUELA (EL) (S. J.) Para EusebioA. Morales.

Diario de Panamá, Año VI. No. 1710.Panamá, R. de P. Noviembrc 4 de 1910.

284 EN CONSEJO DE GABINETE (Cucnto)Estrclla dc Panamá, Vo. LXIII, No. 15348. Pág. i l.Panamá, R. de P. Marzo 12 de 1912.

285 EN EL NACIONAL (Miguel Muñoz)Recorte de Periódico.

286 EN EL CAMPO Y EN LA CORTE (Cucnto)La Revista "Lotería" No. 93, Pág. 22.Panamá, R. de P. Febrero de 1949.

287 EN EL MISMO TEMPLOI.os Hechos, Ai'io l. No. 7.

Panamá, Julio 16 dc 1911.

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288 EN EL MISMO TEMPLOLos Hechos, Año 1. No. 11.Panamá, Agosto 12 de 1911.

289 EN EL MISMO TEMPLOLos Hechos, Año 1. No. 15.Panamá, Abril 24 de 1911.

290 EN EL MISMO TEMPLOLos Hechos, Año 1. No. 138.Panamá, Abril 24 de 1912.

291 EN EL CLUB LIBERAL ISTMEI'OLos Hechos, Año 1. No. 11 7.Panamá, Marzo 24 de 1912.

292 EN LA LUNA DE MIEL (Cuento)La Estrella de Panamá, VoL. LXII, No. 15401. Pág. io.Panamá, R. de P. Enero 28 de 1912.

293 FLORES MUSTIAS (Ensayo Crítico)El Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

Año 11. No. 54.Panamá, Enero 16 de 1892.

294 GALOS .....FUERA DE LAS PUERTAS DE ROMADiario de Panamá, Año V. No. 1293.Panamá, R. de P. Mayo 28 de 1909.

295 IMPRESIONES DE ARTEEl Comercio, Año 1. No. 14.Panamá, Lunes Agosto 28 de 1911.

296 LIBERALES A LA PRENSA (Editorial)La Guadaña, Periódico Político y de Variedades.Año 1. No. 1.Panamá (República de Colombia) Noviembre 22 de 1890.

297 MERIENDA DE LOS NEGRITOS (LA)Los Hechos, Año 1, No. 31. Pág. 4.Panamá, Noviembre 18 de 1911.

298 MIS VERSOS (Ensayo Crítico)El Istmo de Panamá, No. 26.Panamá (República de Colombia) Mayo 7 de 1895.

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299 ¡\IIS VERSOSEl Istmo de l'anam,í, No. 28.

Panamá (RepÚblica de Colombia) Mayo 14 de 1895.

300 l\HS VERSOSEl 1st nio de Panamá, ;\u. 30.Pan,lIÜ (RepÚblica de Colombia) Mayo 2 L de i 895.

:\0 i ¡\IUERTE DEL PRELADO (LA)Diario de Pan,uná, Juniu 25 de 191 i.(RecorIC de Peribdico)

302 :\AUFRAGOSDiario de Panamá, Junio 25 de 1911.(Recorte de Perit)dico)

~)03 ORTOSEl Heraldo del Istmo, Revista Ilustrada.Aíic) 1, ='o.2. Pág. 8.

Panam,í, R. de P. Enero 16 de i 904.

304 OSTE1\'TACION EN EL LUJO (LA)El Aspirante, Periódico de Intereses Generales.

AI'io 1. l\o. 19.

Panamá, Mayo 19 de 1891.

305 PAZ Y ARHITRAJEEl Cronista, Tercera Epoca.AlÎo XXIII. No. 2718.

Panamá (RepÚblica de Colombia) Miércoles Mayo 8 de i 901.

306 ¡PERDON!La Estrella de Panamá, Vol. LXII. No. i 5248.Panamá, R. de P. Julio 29 de i 9 i 1.

:W7 POLllICASTROS y SANGUIJUELASEl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.Aiìo I 1. No. 53.Panamá, Enero 9 de i 892.

308 POR NUESTROS HOMBRESLa Estrella de Panamá, Vol. LXII. No. 15255.Panamá, R. de P. Agosto 6 de i 9 i 1.

309 PLUMADASLa Prensa, PeriÓdico de Gran Información.Panamá, Mayo 25 de i 908.

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310 PROVIDENCIALES (LOS)El Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

AlÎo 111. No. 118.

Panamá, Abril 8 de 1893.

311 PRUEBAS CATAPULTANI'ESLa Prensa.Panam,í, R. de P. Julio i 7 de i 9 I i.

312 RAZONES CONTRA RAZONESEl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.Año l. No. 32.Panamá, Agosto 8 de 189 J .

313 SIN NOMBREEl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

Año 1. No. 3 L.Panamá, República de Colombia, Agosto 2 de 1 891 .

314 TIRAR AL BLANCO Y ERRAR EL TIROEl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.Año 1. No. 12.Panamá, Marzo 21 de 1891.

315 UN APLAUSOEl Aspirante, Periódico de Inlereses Generales.

Año V. No.Panamá, Junio 22 de 1895.

316 VICTOR DUBARRYEl Aspirante, PeriÓdico de Intereses Generales.

AlÎo VI. No.

Panamá, Noviembre 28 de 1896.

PARTE SEGUNDA

(ESCRITOS SOB RE LA PERSONALIDAD Y OBRA DEFEDERICO ESCOBAR)

Juana Gonzálcz de PradoBIO-BIBUOGRAFIA DE FEDERICO ESCOBARUniversidad de Panamá. 1953- 1 954.T. 869.9 Espl.

ioa

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2 Manuel de Jesús Canto R.EL EL.EMENTO SOCIAL ROMANTlCO y FEDERICO ESCOBARUniversidad de Panamá. 1962-1963.T. 869.91 E lb.

3 Rodrigo MiróFEDERICO ESCOBARLa Literatura Panameña (Origen y Proceso):H8 págs. Pág. 165.Imprenta Trejos HermanosSan José, Costa Rica, 1972.

CAPITULO PRIMEROQuicios y Críticas)

Ramón Gómez GaviriaA FEDERICO ESCOBAREl Aspirante, Periódico de Intereses Generales.Año 11. No. 66.Panamá, Abril 16 de 1892.

2 Simón ChauxARTE (EL) A Federico EscobarEl Artista, Año l. No. 1.Panamá, R. de P. Octubre 19 de 1911.

3 Aurelio DorpuniCARTA LITERARIAEl Aspiranie, Periódico de Intereses Generales.

Año 111. No. 106 y 107.Panamá, Enero 14 y 21 de 1893.

4 S. de la Barra

CARTA LITERARIAEl Aspirante, Periódico de Intcreses Generales.

Año 111. No. 121.Panamá, Abril 29 de 1893.

5 EN EL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE FEDERICOESCOBAR (Notas Editoriales)Lotería, Organo de la Lotería Nacional de Bcneficencia.i i Epoca. No. 68.Panamá, R de P. julio de i 961.

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6 CARLOS A. CRESPO A.Esbozos Biol"Jfáficos (Federico Escobar)Estrella de Panamá, VoL. LXIX, No. 18519. Pág. 13.Panamá, R. de P. Domingo Abril 20 de 1919.

7 M. Am bulo L.FEDERICO ESCOBARLa República, PeriÓdico de Intereses Generales.Organo del Partido ConstitucionalAí'io 1. No. 49.Panamá, R. de P. Noviembre 14 de 1904.

8 J eremias J aén

FEDERICO ESCOBAR (ColÓn Sep., 23 de 1907~El País.

Panamá, R. de P. Octubrc 3 de 1907.

9 Octavio Mcndez PereiraFEDERICO ESCOBARParnaso Panameño, iX, 392, págs. Pág. 121.Panamá, Tipografía El Istmo, 1916.

i O Victor A. de LeÓn S.FEDERICO ESCOBAR (En el XIII Aniversario de su muerte)El Mundo, Revista Ilustrada, PublicaciÓn MensuaL.

Panamá, R. de P. Agosto 2 de 1925.

11 Rodrigo MiróFEDERICO ESCOBARCien Afios de Poesía cn Panamá346 págs. Pág. 64.Panamá, 1953, Año del Cincuentenario.

12 Gaspar Octavio Hcrnández

FEDERICO ESCOBARObras Selectas, 578 págs. Ng. 4 18.Panamá, R. de P. Imp. Nal. 1967.

13 Josc SimÓn RuoabadoIN MEMORIAMEl Tiempo, Diario Comercial, Noticioso y de Variedades.

Afio 1. No. 14.

Colón R. de P. Agosto 22 dc 1912.

102

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14 Edmundu BotellaPE RF1LESEl Aspinintc, PeriÓdico de Intereses Generales.AÚn ll i. No. 110 y 111.Panamá, Febrero I 1 Y 18 de i 893.

15 Rudolfo AguilcraULTll\10 LIBRO DE FEDERICO ESCOBARDiario de Panamá, Año Y. No. 1266.Panamá, R. de P. Abril de 1909.

103

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NUMERO S PREMIADOS EN LOS SORTEOS DE LA LOTERIANACIONAL DE BENEFICENCIA LOS DOMINGOS DE

MAYO DE 1975

SORTEOS N: PRIMERO SEGUNDO TERCERO

Mayo 4 2932 0479 8684 5934Mayo 11 2933 6196 5672 5090Mayo 18 2934 1027 1239 0463Mayo 25 2935 2395 8383 6948

NUMERO S PREMIADOS EN LOS SORTEOS DE LA LOTERIANACIONAL DE BENEFICENCIA LOS MIERCOLES DE

MAYO DE 1975

SORTEOS N: PRIMERO SEGUNDO TERCERO

Mayo 7 444 1550 5470 9565Mayo 14 445 4401 1030 3243Mayo 21 446 1817 5416 6105

Mayo 28 447 1485 3413 0961

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