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18 de enero de 2019 68 Ilustración: AURELIO A partir de 1920,cuando las revistas habaneras comenzaron a publicar sus poemas, Rubén “cristaliza en arrebatados sonetos su fogoso patriotismo”, al decir de Roa. RUBÉN MARTÍNEZ VILLENA Excelente versificador que aportó piezas antológicas a la lírica nacional, fue también un genial estratega en la conducción del movimiento obrero y comunista El poeta que organizaba huelgas Por PEDRO ANTONIO GARCÍA H ABÍA sido el alma de la Con- federación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) en los pre- parativos de su IV Congreso Obre- ro, llamado también “de Unidad Sindical”. Pero el agravamiento de su enfermedad obligó a su ingre- so en el sanatorio La Esperanza. Cuando la magna reunión proleta- ria comenzó sus sesiones, el 12 de enero de 1934, en el estadio Arena Cristal, ubicado en Infanta y Pe- droso, en la capital cubana, su es- tado de salud era tan delicado que le impidió asistir a las jornadas de trabajo del evento. El 15 de enero, aún internado en el sanatorio, Rubén Martínez Villena incumplió las prescripcio- nes del médico e incluso, jugó al ajedrez con un interno. Un ataque de disnea durante la tarde puso en alarma a los facultativos. Se recu- peró tras una inyección e incluso, aceptó una fruta que le ofrecieron. “Vale la pena comerse un meloco- tón antes de morirse”, dijo. Le repitieron los ataques en la noche y en la madrugada. No se recuperó. A las 4:30 a.m. del 16 de enero dejó de existir. El poeta rebelde Había nacido en Alquízar, en la hoy provincia de Artemisa, el 20 de diciembre de 1899. Se graduó de bachiller en 1916 y de 1917 a 1922, estudió Derecho en la Universidad Nacional de La Habana, en donde se recibió de abogado. Su primer artículo en prosa, “Luis Padró”, en homenaje a quien fuera su maestro, apareció en la revista Evolución en julio de 1917. A partir de 1920, las revistas habaneras comenzaron a publicar sus poemas. Esta fue la época en que, al decir de su amigo y biógrafo Raúl Roa Gar- cía, “cristaliza en arrebatados sone- tos su fogoso patriotismo”. Ejemplo de ello son los poemas “Rescate de Sanguily”, “Jimaguayú”, “Máximo Gómez”. Su reacción contra el mo- dernismo transnochado que impe- raba en la lírica nacional lo llevó a buscar, citemos nuevamente a Roa García, “su propio medio expresivo y su personal rumbo lírico”. Una pieza característica de aquellos días (1921) es “Canción al sainete póstumo”. Su primer cuento publicado, En automóvil, fue recogido por la re- vista Chic en diciembre de 1922. El año 1923 marca dos importantes hitos en su existencia. En el plano poético, logró piezas antológicas como “La pupila insomne” y “El gi- gante”, entre otras. Por otra parte, con la Protesta de los 13 (18 de marzo de 1923) co- menzaba a participar activamente en la vida política nacional cuando lideró a un grupo de jóvenes que protestaron públicamente contra la corrupción gubernamental. El hecho tuvo como sede la anti- gua Academia de Ciencias. Rubén y

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18 de enero de 201968

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A partir de 1920,cuando las revistas habaneras comenzaron a publicar sus poemas, Rubén “cristaliza en arrebatados sonetos su fogoso patriotismo”, al decir de Roa.

RUBÉN MARTÍNEZ VILLENA

Excelente versifi cador que aportó piezas antológicas a la lírica nacional, fue también un genial estratega en la conducción del movimiento obrero y comunista

El poeta que organizaba huelgas

Por PEDRO ANTONIO GARCÍA

HABÍA sido el alma de la Con-federación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) en los pre-

parativos de su IV Congreso Obre-ro, llamado también “de Unidad Sindical”. Pero el agravamiento de su enfermedad obligó a su ingre-so en el sanatorio La Esperanza. Cuando la magna reunión proleta-ria comenzó sus sesiones, el 12 de enero de 1934, en el estadio Arena Cristal, ubicado en Infanta y Pe-droso, en la capital cubana, su es-tado de salud era tan delicado que le impidió asistir a las jornadas de trabajo del evento.

El 15 de enero, aún internado en el sanatorio, Rubén Martínez Villena incumplió las prescripcio-nes del médico e incluso, jugó al ajedrez con un interno. Un ataque de disnea durante la tarde puso en alarma a los facultativos. Se recu-peró tras una inyección e incluso, aceptó una fruta que le ofrecieron. “Vale la pena comerse un meloco-tón antes de morirse”, dijo.

Le repitieron los ataques en la noche y en la madrugada. No se recuperó. A las 4:30 a.m. del 16 de enero dejó de existir.

El poeta rebelde

Había nacido en Alquízar, en la hoy provincia de Artemisa, el 20 de diciembre de 1899. Se graduó de bachiller en 1916 y de 1917 a 1922,

estudió Derecho en la Universidad Nacional de La Habana, en donde se recibió de abogado. Su primer artículo en prosa, “Luis Padró”, en homenaje a quien fuera su maestro, apareció en la revista Evolución en julio de 1917. A partir de 1920, las revistas habaneras comenzaron a publicar sus poemas.

Esta fue la época en que, al decir de su amigo y biógrafo Raúl Roa Gar-cía, “cristaliza en arrebatados sone-tos su fogoso patriotismo”. Ejemplo de ello son los poemas “Rescate de Sanguily”, “Jimaguayú”, “Máximo Gómez”. Su reacción contra el mo-dernismo transnochado que impe-raba en la lírica nacional lo llevó a buscar, citemos nuevamente a Roa García, “su propio medio expresivo y

su personal rumbo lírico”. Una pieza característica de aquellos días (1921) es “Canción al sainete póstumo”.

Su primer cuento publicado, En automóvil, fue recogido por la re-vista Chic en diciembre de 1922. El año 1923 marca dos importantes hitos en su existencia. En el plano poético, logró piezas antológicas como “La pupila insomne” y “El gi-gante”, entre otras.

Por otra parte, con la Protesta de los 13 (18 de marzo de 1923) co-menzaba a participar activamente en la vida política nacional cuando lideró a un grupo de jóvenes que protestaron públicamente contra la corrupción gubernamental.

El hecho tuvo como sede la anti-gua Academia de Ciencias. Rubén y

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La Protesta de los 13 tuvo

una gran cobertura en la prensa.

Un almuerzo sabático del Grupo

Minorista, según Massaguer.

otros intelectuales interrumpieron un homenaje a una escritora uru-guaya para acusar en medio del acto a un ministro del Gobierno que allí estaba, de complicidad con las mal-versaciones que se cometían. Tras abandonar el salón donde se celebra-ba el homenaje, los 13 intelectuales marcharon hacia la redacción de un periódico para entregar allí un ma-nifi esto explicativo de su conducta. Publicado en el diario, los 13 fueron detenidos posteriormente. Martínez Villena supo por primera vez los rigo-res de la prisión. Este hecho tendría una resonancia en la obra poética de Rubén, su “Mensaje lírico civil”. El poema es, volvemos a citar a Roa García, “una franca incitación a la lu-cha armada”: Hace falta una carga para matar bribones/ para acabar la obra de las Revoluciones.

A partir del núcleo de intelectua-les participantes en la Protesta de los 13, se organizó de forma espon-tánea el llamado Grupo Minorista, el cual Rubén lideraba con su ca-risma excepcional. Coincidieron allí escritores, pintores, escultores, mú-sicos, profesionales, en una masa de pensamiento heterogéneo, pero con una creciente inquietud en favor de las corrientes más actuales de la po-lítica y de la creación artística, como formulara en una ocasión Juan Ma-rinello. Integrante del grupo, era la primera vez que los intelectuales cubanos expresaban de manera colectiva su solidaridad con los pue-blos latinoamericanos, denunciaban a las tiranías que se entronizaban en varios países de la región, recha-zaban públicamente las injerencias yanquis y proclamaban la necesidad de un gobierno del pueblo.

El dirigente comunista

El pensamiento de Martínez Ville-na se fue radicalizando al entrar en contacto con Julio Antonio Mella y otros marxistas cubanos. Con este último, colaboró estrechamente en la Universidad Popular José Martí y en la fundación de la Liga Antim-perialista de Cuba.

Rubén ingresó al primer Partido Comunista de Cuba en 1927. Como asesor legal (abogado) de la CNOC, se convirtió en su líder natural aunque nunca asumió su secretaría general. En el Partido, igualmente, se convir-tió en el máximo dirigente, aunque

nunca ostentó cargo alguno. El tirano Machado había dicho que una huelga no le duraría más de 15 minutos y el 20 de marzo de 1930, Rubén le parali-zó el país por más de 24 horas.

Años más tarde, en agosto de 1933, la impronta de Martínez Vi-llena fue decisiva para que una huelga económica, surgida en un paradero de ómnibus de la capital, deviniera política y nacional. El país se hizo ingobernable y el tira-no Machado tuvo que huir del país.

Enfermo de muerte, Rubén par-ticipó activamente en todo el conte-nido y los proyectos para el IV Con-greso Nacional Obrero de Unidad Sindical. Según el líder proletario

Isidro Figueroa, intervino “incluso en (la elaboración de) una nueva estructura que se le quería dar al movimiento sindical y hasta (en) la reglamentación de la CNOC”.

Cuando unos compañeros fue-ron al sanatorio a darle la noticia de la nutridísima participación de delegados y de la exitosa inaugu-ración del Congreso, dicen que ex-clamó: “Si es así, ya me puedo mo-rir, porque me siento feliz”.

______________Fuentes consultadasLas biografías Rubén Martínez Ville-na, de Ana Núñez Machín, y El fuego en la semilla del surco, de Raúl Roa.

18 de enero de 201970

ANIVERSARIO 80 DE LA CTC

La razón de ser de esta central sindical ha sido agrupar a la clase obrera para la defensa de sus genuinos intereses

El largo camino hacia la unidad

Por PEDRO ANTONIO GARCÍA

EN 1937 se vivía en Cuba un mo-mento muy especial. En medio de una aguda crisis económica

y política, las fuerzas reaccionarias, lideradas por el coronel Fulgencio Batista, se mostraban incapaces de enfrentar el creciente movimiento de masas que exigía el fi n del régi-men tiránico. A la vez, los revolucio-narios, divididos por sectarismos estériles, sin un dirigente con el sufi ciente consenso para lograr la unidad, eran incapaces de vencer a la reacción.

Por otra parte, ante el avance de las fuerzas nazifascistas en Europa y el peligro que ello signifi caba, Estados Unidos se mostró más proclive a regí-menes democráticos en América La-tina, en los que se permitiera la exis-tencia legal de partidos comunistas.

Batista comprendió que para mantenerse en el poder, tenía que

Lázaro Peña. Su primer secretario general, en un mitin de la CTC.

José María Pérez presidió la Federación de Trabajadores de la provincia de La Habana (FTPH), un importante paso en pos de la unidad sindical.

hacer concesiones que, por un lado, satisfi cieran demandas populares y, por el otro, cumplieran las expec-tativas de Washington. En diciem-bre de 1937, más de 3 000 presos políticos fueron liberados. Pocas semanas después, se permitió la li-bre actividad sindical, hasta enton-ces semiclandestina, y se restable-ció la autonomía universitaria.

Lázaro Peña, José María Pé-rez y otros destacados líderes del movimiento obrero, aprovecha-ron estas medidas para fundar la Federación de Trabajadores de la provincia de La Habana (FTPH) y se eligió para presidirla a José María Pérez. Esta institución or-ganizó el acto conmemorativo por el 1o de Mayo, al que asistieron más de 70 000 obreros. Más de 40 actos similares se desarrollaron en el resto del país. La creación de una

organización sindical nacional era el segundo paso obligado de esa estrategia.

El 23 de enero de 1939, en el hoy Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, se inauguró el Congreso Nacional de los Trabajadores, en el cual, en su última sesión, el 28 de enero, se constituyó la Confedera-ción de Trabajadores de Cuba (CTC). Lázaro Peña, del sindicato tabacale-ro, fue elegido democráticamente su secretario general. Años después, cambiaría su nombre por la de Cen-tral de Trabajadores de Cuba.

En sus primeros años, la CTC desarrolló sin difi cultades su labor sindical aunque como institución no fue legalizada hasta después de la entrada de Cuba en la Segunda Gue-rra Mundial. Al llamado “gobierno constitucional” de Fulgencio Batista (1940-1944), en medio de la confl a-gración, no le convenía un enfrenta-miento con el movimiento obrero.

No sucedió así con los llamados “gobiernos auténticos” (1944-1952). La reacción ya tenía las manos li-bres, sobre todo, a partir del dis-curso del inglés Winston Churchill, en Fulton (5 de marzo de 1946), que prácticamente inició la guerra fría y la histeria anticomunista en Eu-ropa occidental y América.

Mientras que en Hollywood se iniciaba la cacería de brujas con todo lo que oliera a izquierda, en Cuba se producían la persecución y los asesinatos de dirigentes sin-dicales, la mayor parte, miembros del Partido Socialista Popular (co-munista).

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Año 111/No. 2 71

PRIMERA QUINCENA

2 (1849) Nace en Majaguabo, hoy provincia de Santiago de Cuba, el mayor general José Mar-celino Maceo y Grajales. ANIVERSARIO 170.

3 (1934) Fallece el dirigente univer-sitario y comunista Gabriel Barceló. ANIVERSARIO 85.

6 (1959) Es arrestado el ciudadano estadounidense Allen Robert Mayer, quien tenía el propósito de atentar contra la vida de Fidel.ANIVERSARIO 60.

9 (1959) El Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario confi e-re la condición de “cubano por naci-miento” al comandante Ernesto Che Guevara. ANIVERSARIO 60.

12 (1954) Ante la visita del ti-rano Fulgencio Batista al Pre-sidio Modelo, los moncadistas acuerdan darle la bienvenida cantando la Marcha del 26 de Julio. ANIVERSARIO 65.

EFEMÉRIDES DE FEBRERO

En 1947, el Gobierno de Ramón Grau San Martín intervino militarmente la CTC e impuso allí a una dirigencia mediatizada.

Prestigiosos dirigentes sindicales como el azucarero Jesús Menéndez (izquierda) y el portuario Aracelio Iglesias fueron asesinados por pandilleros del Gobierno al no poder doblegar a sus sindicatos.

Valiéndose del inciso K, un im-puesto creado para construir escue-las y mejorar la Educación, que en la práctica era saqueado por los gober-nantes corruptos, se pagó a pandi-lleros para que se apoderaran por la fuerza, incluso apelando al asesinato, de la dirección de los sindicatos.

En 1947, el Gobierno de Ramón Grau San Martín intervino mili-tarmente la CTC e impuso allí a una dirigencia mediatizada, corrupta y vendida a la patronal. El pueblo co-menzó a llamar a aquel engendro con el apelativo de CTK, en alusión al ya mencionado inciso. Al no poder doblegar a sus sindicatos, prestigio-sos dirigentes sindicales como Jesús Menéndez (azucarero) y Aracelio Iglesias (portuario) fueron asesina-dos por pandilleros del Gobierno.

El movimiento obrero quedó así partido en dos. En cada sindicato de base sobrevivía clandestinamente la CTC obrera pero los dirigentes ofi ciales, por lo general, respondían a la CTK. Tal división propició que

Batista, en 1952, usurpara el poder mediante un golpe de Estado, ya que el movimiento obrero, ante su fraccionamiento, había perdido toda capacidad de respuesta en defensa de los intereses patrios. Además de que toda la dirigencia de la CTK en pleno se plegó al golpista.

Batista siguió la política de asalto a los sindicatos y durante su san-grienta tiranía (1952-1958) impuso por las bayonetas a direcciones sin-dicales no elegidas por los trabajado-res, como en los sindicatos bancario, azucarero y textilero.

En 1958, en respuesta a las orien-taciones emitidas por Fidel desde la Sierra, los elementos patrióticos del movimiento obrero se agruparon en el FONU (Frente Obrero Nacional Unido), el cual organizó la huelga general de enero de 1959 que conso-lidó el triunfo revolucionario.

Para el Congreso de la CTC cele-brado en noviembre de 1959, por pri-mera vez desde 1947 los trabajado-res pudieron elegir libremente a sus delegados al evento. En los 12 años de “democracia” auténtica y batis-tiana, la CTK designaba de dedo a la mayor parte de los delegados.

En estos 60 años de Revolución en el poder, la CTC, a la cabeza del movimiento obrero, ha desempe-ñado un papel destacado, ya sea en la defensa de la patria, en la pro-ducción y los servicios, en las mo-vilizaciones agrícolas y en cuanta tarea le han encomendado Fidel y la dirección de la Revolución.

Como en 1939 y en 1959, para la CTC, hoy, la unidad sigue siendo la clave esencial en la defensa de los intereses de la nación, en la lucha por preservar las conquistas fun-damentales de la Revolución.

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