rÉssenyes - universitat de valència · 2007-03-27 · su capacidad de seducir con argumentos bien...
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RÉSSENYES
J. MESTRE 1 GODES: Els catars. Problema
religiós, pretext políticoEd. 62. Barcelona, 1994, Edicions 62, pp. 270.
Entre les terflpies d' infaliblesresultats contra el sentiment d'una
historia escamotejada hi ha la que passaper recular cap a les glories Iluminosesdel passat. És una finta que barrejal' orguIl i l' amargura, la delectancra i unacerta morbositat malaltissa. La paraula,o millor potser, la idea «Occit~mia» haalimentat poderosament els registresd'un imaginari catala voluntarista queha percacraten els intersticis de la historiael perque d'una frustació nacional.
La Renaixencra va teixir mites comaquest capacros de desbordar els ambitsendogamics de I' erudició. En vespresdel tercer mil.lenari no sois perdurensinó que disposen d'un públic consumidor, avid de col.leccionar rareses iexotismes, apocaI.lipticismes idesviacions de I'uniformitat cultural
cada vegada més hegemonica. La qüestiócatara serveix com poques per a aquestspropositsformatius entre sectors benheterogenis de la societat deIs Pai"sosCatalans. Per a uns hi ha I' atracció
indefugible del «nord», que inclouVerdaguer, I'Emporda, els Pirineus, Pla,
Dalí, la neu o els bolets del Bergada. 1Muret, és ciar: «el gran descencís, el pasendavant, el pas enrere, el camí cap a lafOSCOT»,que en diu Mestre i Godes. Pera uns altres, els valencians en particular,subministra la possibilitat d' eludir lapedida Catalunya i trobar en els flonjosplecs de la patria Ilemosina referentsoriginaris i fins i tot lingüístics.Curiosament, els indigenistes d'unRegne de Valencia independent i foral,en la parafernalia de les darreresconvocatories del 9 d'Octubre,exhibeixen banderes occitanes, quealmenys acoloreixen l' escarransidaIitúrgia ratpenatista.
No sé com han judicat elsprofessionals universitaris I' obra de Jesús Mestre. Cap a aquesta banda delSénia ningú no n'ha parlat. No és estrany,aixo, tan poc circulen cap avall elscomuns materials culturals. Posaria la
ma en el foe, tanmateix, que el gremis'ho ha mirat amb una certa
condescendencia, com perdonant elspecats del precari andamiatge erudit quesosté el llibre. Petit pecat de superl;>iadeIs qui només entenen la narrativitat dela historia en funció d'un aparell denotes dilatat i d'un llenguatge clus,incapa~ de traspassar els llindars
Revista d'Historia Medieva/6. pp. 193-215
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academics. Jesús Mestre, amb nou
edicions al carrer, ha aconseguitinteressar un ampli ventall de lectorsque ens demanen a nosaltres, elsprofessionals de la Universitat, tambéplaer i distracció.
La fórmula emprada és ben senzillaja que el seu lIibre mai no s' aparta d'unsparametres divulgatius i ben aclaridors,de manera que el lector se'n fa cabal deles heretgies medievals, de l' estat del'Església contemporania, deltermometre social del L1enguadoc, deles originalitats del catarisme i del procésmilitar que condueix a la victoria delpapat i de la monarquia francesa deiscapets. Jesús Mestre sintetitza unabibliografia considerable, pero sobretotés deutordelllibrecol.lectiuLes cathares
en Occitanie (Fayard, 1982),especialment de la contribució excel.lentde Paul Labal, aquella que gira entom del'Església de Roma enfront delcatarisme.
L'heretgia atrau; els fets queI'envoltaren tenen una aura de novel.la
fantastica que no decep; la simultanei"tat
P. LÓPEz ELUM: La conquista y repoblación valenciana durante el reinado
de Jaime /. Valencia, impenta. FedericoDomenech, s. A., 1995, pp. 226.
La memoria histórica de un puebloexplica, casi siempre tratando de justificar, las claves de la situación presente en una determinada sociedad. La
imagen percibida por esa misma sociedad, la valenciana, y sus historia-
amb la rutilant cultura deis trobadorsn'augmenta la fascinació; la lectura enc1aupolítica de la desfeta possibilita alsanys setanta una tímida revifalla nacio
nalista, que no va acabar de quallar ipredi u la liquidació del país, si capmiracle no el salva. Quan els catalans esmiren Occitania en realitat es miren a simateixos, heus ací altres raons de fons
de l' hit inesperat d' un lIibre d' historia.L'espill de I'epopeia catara projecta laimatge d'una por de córrer la mateixasort, i la nostalgia del somni de construirun estat amb els Pirineus com a eix
central, tal i com ho van interpretar elsromantics decimononics: «Es podria filarprim i somniar un país que fos la sumad'aquestes dues meitats ... Tenim unacultura, una reali tat geopolítica i semprecontinuarem matenint el somni...
Després de Muret ja ni somni queda».Somnis tramuntanals ara i adés: no hi ha
rastre del Sud ni tan sois en l' inconscient;vull dir, deis historiadors de l' altra ratlladel Sénia.
Ferran Carcia-Oliver
dores, sobre uno de sus momentos
fundacionales, el de la conquista yocupación cristiana del siglo XIII -quizás el más decisivo, pero no únicocorno en ocasiones se propone- y suvaloración en la actualidad, constituye un excelente mecanismo para conocer la propia conciencia de nación.
Una memoria, la valenciana, quese muestra dividida, rota incluso, por
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una consciente manipulación de sensibilidades, interpretaciones y fuentes éstas últimas ciertamente escasas, complejas, pero nunca soslayables. En arasde un proyecto ahistórico con tintesfoIcloristas, se pretende liquidar, en última instancia, el propio «problema»,centrado, según esta perspectiva, en torno a un tema regional. El Norte, ¿pero,qué Norte?, proporciona los hombres,las lenguas y la polémica a un Sur ocupado: musulmán, fronterizo o colonial.
La batalla dura varios decenios. De
un lado, el presentismo de la visión másconservadora, amparada por manipulaciones interesadas y por una brutal ignorancia de fondo, reclamando ciegamente la posesión de una verdad sentidapero jamás demostrada. Enfrente, unaperspecti va científica de carácterhistoricista, con datos e interpretacionesfundamentados en investigaciones rigurosas -aunque también, hay que reconocerlo, con algunos complejos- defendida por una mayoría de historiadores que,mejor que erudición, conservan un mínimo sentido común, más o menos comprometido con un proyecto nacional. Setrata de un conflicto que no admite verdades a medias, silencios cautelosos, nisoluciones de compromiso: hasta que nosea asumido -y liquidado, aceptando eltrabajo científico de todos los especialistas- no permitirá el más mínimo avance en la, hoy, embrionaria cuestión nacional valenciana.
Pedro López Elum es un verdaderocorredor de fondo que, desde sus relativos aislamientos, intenta avanzar en eltema con una mentalidad historiográficay con su propio utillaje de historiador.Las cuestiones abordadas en la obra que
comentamos, la conquista y el' proCesórepoblador, le resultan habituales p(>rsulínea de investigación; pionera, mirlo"ciosa hasta el detallismo, a veces a con
tracorriente del academicismo que convirtió, por uno de los frentes, la propiatemática «fundacional» en un férreo de
cálogo expositivo, articulado porun cOnjunto de verdades históricas indiscutibles, por demostradas en base a unasfuentes escasas, pero absolutas en suverdad y objetividad.
Nada más lejos de la realidad: lacontinuada exploración del autor en lossenderos de la historia medieval valen
ciana, amplia, diversa y dilatada, le permiten disponer de una destacable capacidad crítica. Una nítida trayectoria profesional que, en los últimos veinte afíos,le lleva -a través de muchos alumnos,entre los que me encuentro- por el estu"dio de la arqueología medieval, la cultura material a través de la cerámica y, endefinitiva, por lo que se plantea ahoracomo aportación futura más completa:la castellología valenciana.
Es precisamente como prólogo a esteamplio estudio, donde nos sitúa la obra.Ante todo, plantea una serie de cuestiones, interrogantes y dudas -expuestos enla introducción general- que precisanser contestados para comprenderperfectamente el papel de los castillosen la vida valenciana de la época «cruzada». Las respuestas elaboradas por LópezElum parten de una bibliografía muyseleccionada -poco más de una treintenade títulos en una temática que supera,con creces, los dos centenares, y enocasiones con ausencias quizás clamorosas o significativas- y tamizada por láconsulta de las fuentes, ya directa, ya a
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través de ediciones, especialmente en elcaso de la Cronica de Jaime 1, de laColección Diplomática editada por A.Huici y D. Cabanes, o del Llibre delRepartiment en su edición de A.Ferrando.
Las más de doscientas páginas de laobra se dividen, casi por mitad, en dospartes: la conquista y la repoblación. Entérminos generales, ambas responden auna estructuración previa ya adelantadapor el autor en tres trabajos anteriores,de carácter divulgativo pero muy notables (editados en Cuadernos de Historia16, Historia del País Valencia, vol. 11 yen la Historia del Pueblo Valenciano), ala vez que incorpora sus últimas investigaciones, generales y concretas, sobreambas cuestiones. Una actualización,pues, que destaca por su tono didáctico,su capacidad de seducir con argumentosbien fundamentados, sin dejar apenascabos sueltos, empleando fotografías yreproducciones de documentos ciertamente clarificadoras.
La obra se lee bien gracias a su estiloclaro -en ocasiones minucioso hasta el
detalle, pero siempre con gran afán deconvicción- y a un aparato crítico muyequilibrado: a pesar de tener más de 500notas y una buena cantidad de referencias documentales, todas se inscriben enel conjunto de la argumentación, sincrear rupturas en la lectura. Casi se desean, atraído el lector por la seduccióncon que son planteadas las cuestionesque aborda.
La mayor virtud de la obra resideprecisamente en sucapacidad de convertiral lector en cómplice, obligándole -perosin forzarle- a seguir unos argumentosverdaderamente razonables y planteados
con absoluta honestidad. No interesatanto crear una visión cerrada de los
hechos cuanto una capacidad de críticasobre éstos. Aquí reside el principio dela historia-problema, aunque se puedasacrificar brillantez narrativa o un cierto
sosiego al receptor, creando una falsavisión armónica y unitaria. En ciertomodo, uno cierra el libro pensando tantoen el camino avanzado como en lo mu
cho que queda por hacer.El análisis de la primera parte, la
conquista, se verifica a lo largo de unasochenta páginas, complementadas porun adecuado apéndice fotográfico de 25páginas y 32 fotografías suficientemente explicativas. La exposición se estructura en cuatro capítulos, precedidos poruna breve presentación de las fuentes yla bibliografía empleadas. El primero,sobre la guerra y las incursiones de saqueo, trata de deslindar precisamenteambos extremos, puntualizando las características más generales de la cuestión: diversas formas de combate, elsaqueo, el botín y los asedios. Una guerra, en definitiva, «controlada» que precisa pocos pero muy especializados contingentes, frente a un enemigo -Valencia y, en general, AI-Andalus postalmohade- en profundo estado de descomposición. Ambas determinacionesjustifican bastante las características tanespecíficas de una conquista que duraalgo más de trece años, donde los ataques se realizarán sobre los núcleosurbanos -por lo tanto, amurallados- yno sobre la red de castillos; lográndoseel control de unos centros específicos-que no fueron espacialmenteconsecutivos, en el habitual sentidonorte-sur- y, fundamentalmente,
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obteniendo el control de abundantes
áreas mediante pactos con la poblaciónmusulmana. El breve repaso por la coyuntura política peninsular ratifica elproceso.
Los siete años anteriores a la con
quista, inaugurados por el intento deasedio a Peníscola y la convocatoria deTeruel, permiten a Jaime 1 aclarar susobjetivos. El vasallaje de Abu Zayd,desposeído por un dubitativo Zayyán,entre Murcia y Valencia, el papel deBlasco de Alagón y el verdaderoconocimiento de sus propios recursos,da paso a unas primeras operaciones,crepuscularmente iniciadas a principiosde siglo, que se plantean unos objetivosclaros establecidos en la celebérrimareunión de Alcañiz. La maestría del au
tor nos lleva al contenido más que alcontinente: interesa conocer qué se tratóy decidió más que determinar un cuándoprobable. Los episodios de Morella yAres son el auténtico inicio del dramamusulmán valenciano.
En el País Valenciano altomedieval,permítaseme el exceso cronológico, elXúquer separa dos ámbitos territoriales.El norte se logrará en dos actos: Borriana(1233) y Valencia (1238), ciudades queequivalen a un territorio completo y queobligan al monarca al máximo esfuerzo.Las circunstancias de ambas acciones,ampliamente explicadas en este tercercapítulo, así como las diversas expediciones y su naturaleza (Alzira, Cullera,Villena), dan paso al gran salto final,que se aborda en el siguiente capítulo. Elsur del Xúquer plantea el punto álgidode la tensión cristiana: la delimitaciónde fronteras con Castilla, la escasez derecursos bélicos y, por tanto, la necesaria
negociación con los musulmanes, la tregua con Zayyán y, por último, la escasezde recursos humanos en cuanto a pobladores. Toda una serie de condicionantes
que explican el decurso de una conquistaque, entre 1239 y 1245, a través de dosasedios en Xativa y uno en Biar, llevÓalcontrol del territorio valenciano hasta lalínea pactada en Camp de Mirra: BussotBiar. Las sucesivas sublevaciones mu
déjares y la definitiva ampliación haciael sur años después, con Jaime n, fueronultimando la provisionalidad de una conquista muy precaria en época del Conquistador.
La segunda parte trata sobre el proceso de repoblación. A lo largo de sietecapítulos y un poco más de cien páginasse aborda con bastante rigor el tema tabúmás polémico en la historia medievalvalenciana. El recurso a las fuentes di
rectas de los Registros de Cancillería,Llibres del Repartiment y las CartasPuebla (en la reciente edición de E.Guinot), así como el concurso de unabibliografía con dieciocho títulos -que,en nuestra opinión, puede parecer escasa- proporciona una narración menoságil pero bastante contundente en cuanto a pruebas. Es un texto más específicoen su cientificidad, menos didáctico yconcebido para un lector iniciado. LópezElum no cae en los viejos tópicos: tratade situar la problemática en términosestrictos de discusión especializada,como demuestra la cantidad de ejemplos aportados, citados en el discurso,con notas muy abreviadas y el propiotono argumental de carácter demostrativo, no apriorístico. Y para corroborar laargumentación, la mayor parte de loscapítulos lleva un pequeño apéndice con
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documentos originales, donde se exponen ejemplos concretos.
La repoblación se inicia con el estudio de las fuentes, sus problemas y lasdispares valoraciones con que se haninterpretado, particularmente los tresvolúmenes del Repartiment. Una variación que apenas alcanza el uno por ciento, entre catalanes y aragoneses, ridiculiza una polémica que ha de centrarse enaspectos más concretos: posibilidadesde las fuentes y la resolución de susproblemas específicos. Abordar los diferentes signos notariales y su significación constituye el paso previo e indispensable para comprender lo que, tantopara la ciudad de Valencia como para elconjunto de su reino, nos quieren indicarestos registros. Lo que se deduce delprimer y el tercer volumen delRepartiment es, sobre todo, una ciudadque dista mucho de alcanzar un niveldemográfico óptimo antes de 1270, perocon un notable peso específico en elnuevo reino. También, que esta fuente,pieza clave de la discordia, ya estabadesfasada en esas mismas fechas: la realidad había desbordado los planes idealesde un centro urbano autosuficiente, consus casas, tierras, obradores y barriosencuadrados a nivel social y de procedencia. Toda una lección de Historia
repetida en el volumen segundo, parcialmente referido al conjunto del País ydemostración de la quimera real: completar los auténticos repartos establecidos y posiblemente redactados in situ, encada localidad.
Que la repoblación no termina en elRepartiment lo demuestran los sucesivos análisis sobre el proceso a través delos registros de la Cancillería Real y, más
claramente todavía en el caso de las
Cartas Puebla. La primera de las fuentesmanifiesta novedades muy destacables:esa doble actuación real, personal y através de repartidores, directos o indirectos, en ocasiones contradictoria. La conformación de un sistema de tenencia de
la tierra y, en definitiva, de un proceso defeudalización escasamente homogéneoo lineal. Estamos en las páginas, a mimodo de ver, más logradas por la aportación y exhaustivo análisis de documentos -en una fuente tan castigada por lahipervaloración de sólo una parte de suselementos- y el aprovechamientoargumental, profundamente lógico.
Las breves líneas dedicadas a las
Cartas Puebla resultan, sin embargo, degran importancia. Frente a la visión común y reduccionista, nos hallamos antediversos y sucesivos documentos quemanifiestan una notable complejidad deetapas, siempre modificables, como demuestran el ejemplo de Catí o esa magistral exposición de más de dieciseis tiposdocumentales distintos. Creo que lasconclusiones de este capítulo (en la página 215) son impresionantes por su rigor.
La valoración final del esfuerzo
repoblador, lejos con Jaime 1de habersecompletado pero tampoco tan escasocomo en ocasiones se plantea, cierra unaexposición que trata de situar en su justocentro el proceso. Las revueltas mudéjares, en especial la de AI-Azraq, implicanuna despertar sobresaltado para los cristianos: los musulmanes no estaban com
pletamente sometidos. Ahora, 12501256, parece iniciarse un segundo impulso que, agravado por la conflictivadécada de 1270, llevará a corregir lacorrelación de fuerzas en las primeras
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décadas ya del Trescientos. Asumir cierto nivel demográfico y, a la vez, integrarel territorio mediante el enceldamientofeudal, en el que no se excluye a unapoblación musulmana que se está convirtiendo verdaderamente en mudéjar.
Estas conclusiones son, a la vez, lashipótesis previas para la integración delestudio del sistema castral valencianoen el medio histórico de la conquista y larepoblación.
Quedamos, sin embargo, sorprendidos con este final un tanto abrupto. ¿Porqué no se exponen algunas conclusiones
~R. NARBONA, F. GARCIA-OLlVER, E.
CRUSELLES, M. RUZAFA, P. VICIANO, J.M.a CRUSELLES, V. VALLÉS: L'universdels prohoms (Perfils socials a laValencia baix-medieval). Valencia,edicions 3 i 4, 1995, pp. 292.
Siempre he creído que el título espara un libro la llave de la puerta deentrada hacia su contenido. Como tal,las palabras que sejuntan para darle vidahan de resultar atractivas para quien laslee tanto como explicativas sobre lo quese contiene en las páginas que quedantras ellas. Pero no es nada fácil realizar
esa conjugación. iCúantas obras adolecen de desconexión entre título y contenido! Ello es debido en muchos casos a
que el autor limita todo su ingenio a laculminación del proyecto y se olvida porcompleto de que ha de darle un nombre
generales con respecto a la repoblación?;¿sería posible establecer algún nexo entre ambos procesos, conquista y repoblación? Quizás estemos planteando yaaspectos que serán abordados en la futura obra, en curso, nos consta, de elaboración final. Tan sólo desear que el trabajotenga una difusión mayor que el de losestrechos cauces editoriales que ofrece.La obra y el autor, a nuestro entender, lomerecen.
Manuel Ruzafa Carda
que responda a todas las preguntas quesobre él se puedan realizar.
No sucede esto con el trabajo quereseñamos. Todo lo contrario. Los quelo gestaron, historiadores de oficio, hanalcanzado a precisar al máximo en estesentido con un título, L'univers deis
prohoms (Perfils socials a la Valenciabaix-medieval), que además de atrayente, literario, es tremendamente acertadoporque responde a su contenido.
Comenzaré por reconocer que el libro que tengo en mis manos no necesitade reseña. Cabría tan sólo trasladar: el
prólogo de P. Iradiel a cualquier apartado con ese nombre de cualquier publicación de carácter científico para que através de la excelente pluma delprologuista el lector tuviese mayorcerteza sobre la obra objeto de lectura que laque estas torpes palabras puedan inducir.
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De lo particular a lo general es elmodelo seguido por los autores paraaproximarse al conocimiento de la sociedad medieval valenciana, puesto quedesde el análisis de la experiencia vitalde un solo individuo, representativo ono de sus contemporáneos, alcanzan,aun sin pretenderlo, a construir no tantosus vidas sino antes bien su relación con
una sociedad sustentada por ellos mismos. Siete historias de individuos y familias son las que se nos presentan. Ellinaje de los Marrades es analizado desde su perspectiva política, mostrándosecomo un partido patricio que para consolidar su situación de privilegio intentaatraer hacia su lado a satélites que engrosan sus filas de partidarios para luchar contra el enemigo, la familia -partido- enemiga. Ramon Puig-roi se presenta como un claro ejemplo de mercader de tipo medio que aprende y explotasu oficio con distinta suerte, siguiendolas pautas de aquellos que no tienensuficiente capital para lanzarse a aventuras económicas de envergadura y quehan de formar pequeñas sociedades enlas que las cantidades invertidas no sonelevadas, pero que al fin y al cabo lesreportan importantes beneficios. Un camino más curioso es el recorrido porFrancesc Agramunt, que de campesinopotentado pasa a, sin abandonar esemenester, ocuparse de actividades comerciales sobre sus propias producciones al tiempo que se convierte enprestamista de pequeños campesinos,ocupaciones todas ellas defendidasdesde su puesto en el Consell municipal de su localidad. También el deJoan Caro, mercader que creyó ver en
el movimiento agermanado la fórmulamás efectiva para luchar por ampliar ydiversificar el gobierno político ciudadano, muriendo en el empeño. Lejos,muy lejos de estas trayectorias se muestra la presentada porun acomodado JoanL1opis, personaje que de la mano de unvalenciano Alejandro VI -Roderic BOIjaalcanzó las más altas cimas de la jerarquía eclesiástica tras versepromocionado hasta el cardenalato enlos años finales de Cuatrocientos. Así
como también distintas aparecen dosfiguras pertenecientes a los grupos étnico-religiosos minoritarios: un HusuaToquea, calificado por su autor y no sinrazón como «un home de sort», o un AIíXupió, cuya condición de judío y sarraceno respecti vamente no les impidió desarrollar una actividad económica de
cierta importancia, más allá incluso desu propio ámbito natural y privilegiado:la aljama, y alcanzar altas cotas de significación social dentro de sus respectivascomunidades.
Se trata, pues, de una obra que desdesiete historias inconexas en espacio ytiempo presenta como denominador común el análisis biográfico yprosopográfico de personas que sin alcanzar parámetros de gloria exageradaconsiguieron diferenciarse de ese amplísimo grupo de individuos sin nombrepara la Historia gracias al desempeño desus actividades cotidianas. De original,ponderada y analítica cabe calificarse,tanto como a sus autores, cuya procedencia y bagaje son toda una garantía.
José Vicente Cabezuela Pliego
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Ana Maria OLIVAy Olivetta SCHENA:1parlamenti Dusay-Rebolledo nellaSardegna di Ferdinando IJ. Cagliari,Consiglio Nazionale delle Ricerche, 1995,pp. 268.
Publicada en la Collana di Studi
Italo-Iberici del Consiglio Nazionaledelle Ricerche, la obra constituye, comoadvierten al inicio las profesoras sardasOliva y Schena, el estudio introductoriode la edición crítica de las actas de loscuatro parlamentos celebrados en Cerdeña por los virreyes de Fernando elCatólico, Juan Dusay (1491-1507) yFernando Girón de Rebolledo (15081514), en 1495, 1497, 1500 Y 15041511. El trabajo completo -estudio yactas- será publicado en la colecciónActa Curiarum Regni Sardiniae fffillnciado por el Consiglio Regionale dellaSardegna dentro de su proyecto deedición de los parlamentos sardos de lossiglos XIVal XIX.Los tres primeros volúmenes de la colección publican las conclusiones de la reunión celebrada enCagliari en 1984, para definir los problemas metodológicos y los criterios deedición, y los parlamentos de Pedro IV
de 1355 y de Alfonso el Magnánimoentre 1421 y 1452, a cargo de los profesores Meloni y Boscolo.
La edición de las actas de cortes yparlamentos, como es sabido, no es unintento aislado ni novedoso. Sus antece
dentes, en el contexto europeo, los podemos remontar al siglo pasado: laDeputazione di Storia Patria en Italia, laReal Academia de la Historia en España ... El proyecto sardo, aunque con algún logro aislado como la publicación en1910 del parlamento de Pedro IV por elprofesor Solmi, no se materializa hasta
1953. Ese año se inicia, con la publicación de los parlamentos de Alfonso Vpor el profesor Boscolo, la cole<.:ci6nActa Curiarum regni Sardiniae (s. XIV
XVII),a cargo de la Deputazione di StoriaPatria per la Sardegna, que diez afiosmás tarde sólo había conseguido publicar dos volúmenes más: el parlamentode 1481-85 y los del virrey Fernández deHeredia (1553-1554) a cargo de los profesores Era y Sorgia.
El proyecto sardo actual, que deseoy espero ver culminado, no es un casoaislado. Estos últimos años, y vinculados a los procesos autonómicos, se haniniciado o propuesto proyectos similares que sólo en algunas zonas comoSicilia y Navarra han conseguido materializar resultados importantes.
El comité científico sardo ha articulado cada volumen en cuatro apartados:una introducción sobre el parlamento ysu inserción en el contexto hist6rico, elanálisis archivístico y diplomático desus fuentes, la edición de las mismas ylos índices y bibliografía. La opciónsarda, inducida por el ConsigilioRegionale en un intento de acercar losparlamentos -en latín, catalán, castellano, sardo e italiano- a un público amplio,me parece acertada. Entiendo que elproyecto no se agota en sí mismo y quela edición de estas fuentes facilitará noticias para otro tipo de estudios, al tiempo que permitirá vislumbrar el papel delparlamentarismo sardo en su historia yposibilitará los estudios comparativosen la medida que los demás asumamosproyecto similares. No comparto, sinembargo, las normas adoptadas en latranscripción de los documentos (volumen 1,apéndice 11)a cargo de la doctoraOlla Repetto, porque que no tienen encuenta las reglas propias de cada una de
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las lenguas, como evidenciaba claramente en su día la doctora Cadeddu en eln° 44 de Saitabi y como puede apreciarse en anteriores ediciones y en las citastextuales que se aportan en este estudio.
Las autoras, A. M. OLiva y O.Schena, son investigadoras de temasinstitucionales italo-ibéricos de la épocamedieval y moderna y colaboradoras deMedioevo. Saggi e Rassegne y de laMiscellanea di studi medievali sardocatalani. La profesora Oliva es autorade La nazione sarda alla luce
dell'ordinamento giuridico di Cagliaritra XII e XIV y coeditora de la Genealogiemedioevali di Sardegna. La profesoraSchena, coordinadora de las actas delXIV congreso de Historia de la Corona de
Aragón, ha preparado y actualizado Iparlamenti de Alfonso il Magnanimo(/42/-/452) del profesor Boscolo, re
publicado en esta misma colección, y Le
Leggi palatine di Pietro IV d'Aragona.El trabajo conjunto que ahora nos ofrecen, I parlamenti Dusay-Rebolledo, esun avance, como en su día hiciera elprofesor Meloni, del estudio in
troductorio, que dividen en 6 capítulos,la bibliografía y los índices. Los responsabilidad del l y e14, sobre la documen
tación y a los parlamentos, correspondea la profesora Schena y la del 2, 3 Y5,acerca de la historiografía, el contexto ylos donativos, a la profesora Oliva, mientras que comparten la responsabilidaddel 6, relativo a los capítulos de corte.
El primer capítulo, la documentación, efectua un cuidado y sistématicoexamen archivístico y diplomático delos escritos localizados, que se completa, en la tradición manuscrita de las
actas, con un elenco que permite localizar rápidamente toda la documentación
utilizada y editada. El segundo, los parlamentos Dusay-Rebolledo en la tradición historiográfica y en las fuentesnormativas, evidencia la atención cons
tante hacia estos parlamentos, al tiempoque se valoran las sucesivas aportaciones, que se retrotraen a mediados del
siglo XVI. El tercero, Cerdeña y el Mediterráneo en la época de Fernando elCatólico, muestra las transformaciones
del cuadro político entre los siglos xv yXVI Yel programa de Fernando el Católico tanto para la península hispánica(unidad) como para el exterior: fronterafranco-pirenáica, política italiana y guerra con el norte de Africa, terminando
con el análisis de su actuación y la de susvirreyes en Cerdeña. El cuarto, los parlamentos Dusay-Rebolledo, es un análisis de cada uno de los parlamentos, vinculándolos a la situación general en laque se insertan e incidiendo en las particularidades de su desarrollo. El quinto,los donativos, matiza las vicisitudes de
su concesión, distribución y recaudación por parte de cada uno de los parlamentos. El sexto, los capítulos de corte,analiza las peticiones presentadas porcada uno de los brazos. Capítulos queevidencian tanto la problemática en elseno de cada uno de ellos así como su
eco ante el rey.La introducción, bastante más am
plia que la fijada en su día por el comitecientífico, está bien estructurada y contempla los apartados básicos en este tipode estudios. La documentación no sola
mente se ha visto ampliada en un intento
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de exahustividad sino que se facilita sulocalización. El análisis de la tradiciónhistoriográfica evidencia el continuadointerés por estos parlamentos así comoel conocimiento parcial de los mismos.El contexto histórico trata de matizar las
peculiaridades sardas en el marco general de la política exterior de Fernando elCatólico. Los parlamentos no sólo se
insertan en su contexto, sino que seseñalan las dificultades presentadas enel transcurso de su desarrollo; echamosde menos los aspectos formales de lacelebración, una aproximación a los protagonistas así como su estudio comparativo con otras cortes celebradas por elmismo monarca en otros territorios de
su Corona. Hay que tener en cuenta queen 1495, por ejemplo, se celebran cortes, además, en Valencia, Aragón y Cataluña, aunque su documentación sóloha sido publicada de forma parcial.Encuentro a faltar la inversión del dona
tivo, aunque soy consciente, como señalan las autoras, de las dificultades quepresenta la documentación relacionada
R. NARBONA VIZCAÍNO: Valencia, mu
nicipio medieval. Poder político y luchas ciudadanas. 1239-1418. Valencia,pp. 192. Ayuntamiento de Valencia,1993.
Como indica en el prólogo ErnestBelenguer, lo primero que hay que destacar del libro de Rafael Narbona es que
con los diversos aspectos del mismo. El
análisis de los capítulos de corte aportalas claves explicativas para lá compren"sión tanto de la situación de cada UJiodé
los brazos como de los resultados obte~nidos.
En resumen, se nos ofrece anticip,l"damente un trabajo coherente y bienestructurado, compartido por ambas au~'toras, que nos aproxima a la actividadparlamentaria de Fernando el Cat6lícoen Cerdeña a partir de la documentaciónespecífica y que formará parte de unaimportante edición documental en su
día. Los múltiples intentos de análisis'yedición de las fuentes parlamentarias,que sólo en ocasiones ofrecen resultados,remarcan la importancia y las dificultades, no sólo económicas, de este tipo deobras. Dificultades que nos llevan a felicitar al Consiglio Regionale deltaSardegna por su proyecto, y a las autoras que con su cuidada colaboracióncontribuyen a hacerlo posible.
MQ Rosa Muñoz Pomer
supone una ruptura con la historiografíaanterior sobre el municipio medievalvalenciano. Culmina aquí su trayectoriainvestigadora iniciada con su memoriade 'icenciatura leída en 1985 y publicada cinco años después con el título Mal·hechores, viol~ncia y justiba ciu4,ad4na en la Valencia bajomedie~al,(l3601399), en la que dejó claro que Valencia
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no era la ciudad idílica modelo de
convivencia democrática pacifica quealgunos autores habían pretendido, sinomás bien lo contrario. El autor que haasimilado perfectamente las aportaciones de la más reciente historiografía,especialmente la italiana y francesa,reproduce para la ciudad de Valencia el
I1)0delode ciudades-república italianascomo Florencia, Venecia, Luca, etc,donde el ejercicio político estaba reservado a la oligarquía local que utilizabalos órganos de gobierno en beneficiopropio, a través de una mecánica electoral a su servicio, que les garantizaba poruna parte el control del gobierno municipal, y por otra les legitimaba en elejercicio del mismo, para impedir todobrote de violencia o contestación social.
Utilizando el título de la tesis docto
ral del autor, las «estrategias de poder delpatriciado urbano» son la clave para analizar y entender la problemática socioinstitucional del municipio europeo y,por ende, del valenciano, que estaba gobernado por un patriciado constituidopor los principales linajes locales, deacuerdo con los principios de laautorreproducción. El control político selogró de forma paulatina y con los consiguientes altibajos, como la lucha por elpoder que se desató en el seno de lasfamilias dominantes, enfrentando a loslinajes de la ciudad, lo que provocó lasconocidas banderías y con la tácticapactista del patriciado y la corona.
Sobre este esquema aproximado podemos situar la obra de Rafael Narbona,donde encontramos una explicación certera sobre el origen y desarrollo de lasinstituciones de la ciudad de Valencia enla Edad Media.
La obra estructurada en cinco capítulos analiza paso a paso todos los aspectos del municipio valenciano desdesu fundación por Jaime 1, como el organigrama municipal, con la caracterización de la institución de gobierno local,la mecánica electoral y el acceso de losdiferentes grupos sociales a los cargosmunicipales; la evolución de la oligarquía en el Trescientos y su representación en el Consell. Sus tesis quedanavaladas con el estudio en profundidadde una de las familias más destacadas:
los Marrades, que de unos orígenes sociales humildes a principios del Trescientos accedieron a la caballería en elCuatrocientos. Finaliza su estudio escudriñando la violencia en el seno de la
élite gobernante, a través de las luchasciudadanas, las banderías, que van adesempeñar un papel destacado en laevolución política y social de las ciudades del antiguo reino de Valencia, cuyasramificaciones alcanzaron a las más al
tas instancias políticas, con la presión delas facciones enfrentadas sobre el rey ysu entorno, llegando a afectar estas luchas ciudadanas a la suerte de los conse
jeros reales, el Compromiso de Caspe, elconsejo privado del rey o a las Cortesgenerales del reino.
La anualidad de la ocupación delos oficios, la introducción del azar enel sistema electoral y el reparto delpoder entre nobles y ciudadanos eranlas bazas utilizadas por la corona y laoligarquía para garantizar la «paz social». El reparto del poder establecía,por tanto, una claras diferencias cuantitati vas y cualitati vas, ya que reservaba las principales magistraturas a unnúmero reducido de vecinos, nobles y
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ciudadanos, y dejaba sólo una presencianotable pero simbólica a las corporaciones y oficios.
El autor como culminación de una
brillante trayectoria trufada de artículos
y libros centrados en las instituciones yen la sociedad valenciana, nos muestra
en esta última entrega las claves delsistema político municipal valenciano,
1. VILLALMANZO: Joanot Martorell.
Biografía ilustrada y diplomatario.Valencia, Ajuntamentde Valencia, 1995,pp. 581
La bibliografia de JoanotMartorell i
la seua novel.la genial Tirant lo Blanchs' ha vist enriquida els darrers anys, arran
del cinqué centenari de l' editio princepsde l' obra (Valencia 1490), amb
publicacions de gran relleu: una edició
anotada a partir de I'incunable de la
Biblioteca Universitariade Valencia, perAlbert G. Haufi VicentJ. Escartí, diver
sos estudis de crítica literaria entorn del
Tirant, originals de Martí de Riquer,Joan Fuster i el mateix Hauf, entre altres,
i pel que respecta a la materia que ara ens
ocupa, una extraordinaria aportació do
cumental a la biografia de I'escriptor,
deguda a Jesús Villalmam;o i Jaume J.
Chiner,que va aparéixer el 1992 amb el
títol La pluma y la espada. Els dos autors
citats han prosseguit (:ncara després la
investigació en sengles· monografies:Chiner, amb El viure novel.lesc (1993), i
Villalmanzo, finalment, amb la que és
ofreciéndonos una producción que yadesde su aparición se va a convertir enun clásico de la historiografía valencia .•
na que va a crear escuela y de obligadaconsulta y referencia para posteriores
trabajos que permitan aclarar con mayor
nitidez cada una de las peculiaridades de
las diferentes mm;cipalidades valencianas.
Juan Antonio Barrio Barrio
motiu del nostre comentario
Jesús Villalmanzo ha tra<;at ara de
bell nou, soIs tres anys després de La
pluma y la espada. una nova reconstruc~ció de la vida del cavaller valencia lIe
traferit, els seu s orígens familiars i els
parents immediats, avalada amb un corpus documental de 914 peces, bé en
forma de regest o editades en la seua
integritat, <;0 que suposa I'addició devora tres-cents nous textos als 628 com
pilats en l' anterior estudi biografic. La
documentació procedeix sobretot deis
Arxius de la Corona d' Aragó i del Reg
ne de Valencia, pero també han aportatfon18 l' Arxiu de Protocols del Col.legi'
del Patriarca (Valencia), l'Archivo Hi~
tórico Nacional (Madrid), els de les Catedrals de Valencia i de L1eida i els
Municipals de Valencia, Gandia, Culle~
ra, Alzira i Alcoi, entre altres diposits.Una col.lecció documental, dones, de
gran riquesa, I'interés de la qual no escircumscriu a la família i la vida de
Joanot Martorell, ans bé serveix igual
ment per a resseguir la formació i l' ascens
d'un IIinatge de cavallers -{\'homes de
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vila promoguts a la cavalleria-, per aacabar en el cas deIs Martorell en una
penosa decadencia.La genealogia de Joanot -amb I'ús
del diminutiu justificat, segons I'autor,per l' existencia d' altres parents delmateix nom- es retrotrau fins a un
primer Guillem Martorell, justícia deGandia I'any 1342. En el mateix segle,els Martorell desempenyen oficis elevatsde la casa d' Alfons d' Aragó, comte deRibagon;a i de Dénia i marqués deVillena, futur duc de Gandia: Guillem,besavi de Joanot, és dispenser de lacomtessa; el seu fill homonim, cavallerísi dispenser del duc, i encarregat de lesrendes del marquesat de Villena. El primer Guillem Martorell esmentat seriacreat cavaller per I'infant Joan,govemador general de laCorona, el 1374,passant elllinatge a integrar-se dins delbra~ militar.
El segon Guillem Martorell, I'avi deJoanot, entrava al servei del rei Martíl' Huma el 1399, en qualitat de conselleri coI.lector deis drets reials al regne deValencia, carrec lucratiu que va consolidar I'status social i economic de lafamilía. La nova posició determinaria eltrasllat de Guillem i el seu fill Francesc,des de Gandia, a la ciutat de Valencia(avei"nament registrat el 13 de febrer de1400). Francesc Martorell, el pare delnoveI.lista, continua dedicat a l' exercicid' oficis reials: batle de Cullera, sobrecoci uixer d' armes de MartíI, promotor deisnegocis de la cort amb Alfons elMagnanim. El seu casament ambDamiataAbelló, fillad'un ric ciutadade
Valencia, li permetra enlla~ar ambdistingits lIinatges de lacapital del regne:els Mercader o els Monpalau (doc. núm.87).
L' arrendament de drets senyorials aGandia, i després la gestió de rendes dela Corona, foren la base de l' acumulaciód' una fortuna que conduiriaels Martorellal' adquisició de petits senyoriusterritorial s, en un procés seguit per altresmoltes famílies de ciutadans ennoblits.Als lIocs de Murta i Benibrafim, situatsa la vall de )caló, s'uneix el 1402 la vilai castell de Murla, a la vall de Popo Unacompra, pero, massa costosa, i, ultraaixo, gravada amb carregues onerosesde deutes censals deixats pels anteriorspropietaris, els Vilanova, que havia deser permutada més tard pel senyoriu deXaló.
Amb Francesc Martorell, comremarca I'autor, comencenja els signesdel decIivi: una família nombrosa, ambfills per heretar i filles per dotar, deutesi demandes judicials per causa deIssenyorius de la vall de Xaló; un descensd'ingressos quanja els carrecs de la cortno tenen la importancia de la generaciód'abans. Jesús Villalmanzo descriu,sense massa pietat, els infortunis deI'extensa fillada: Galceran, cavallerbregós en excés; L1uís, el canonge deL1eida mort carregat de deutes, senseque arribem a saber-ne lacausa; Damiata,ofesa pel cosí Joan de Monpalau sotaparaula de matri moni; Guillem; Jaumot;Jofré; Aldon~a; Isabel, que fou mullerdel poeta Ausias March; i Joanot, el méscapa~ i el predilecte de Frartcesc.
Diversos documents nous ressaltenentre el nodrit diplomatari i donen lIumaclaridora en alguns aspectes ignorats, opoc coneguts, de la vida de JoanotMartorell, comen~ant per corregir-ne lacronologia: un pagament a la seua dida(núm. 488) autoritza a fixarel naixementde l' escriptor entorn del 141O,a la ciutat
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de Valencia, domicili del pare; deFrancesc Martorell consta també que hifou elegitjurat I'any 1412, per a majorcorroboració de la filiació valencianadel futur novel.lista. Noves són també
les proves documentals de la participacióde Francesc, amb els fills Galceran iJoanot, en les primeres campanyesitalianes d' Alfons V (núm. 646), i laseua possible intervenció, com suposal' autor, en la batalla de Pon~a l' agost de1435; o I'aportació d'una major c1aríciasobre el fetde ladetenció irregulard'unsramaders castellans aXivael1449, dirigida pel propi Joanot, que apareix, nocom un acte de bandidatge, ans bé comuna decisió militar, gens ortodoxatanmateix, en temps de guerra (núms.820 i 849).
Extremadament interessant resultala notícia de l' estada de Joanot Martore
11a Napols la decada del 1450. En aquelltemps, s'encarrega de missions confiades pel rei Alfons, amb el títol de cambrer del monarca (núms. 849 i 869).Després de la ruIna del patrimoni familiar, venuda la vall de Xaló, el nostrecavaller, sense una font d'ingressos peral manteniment del seu estat, hauria hagut d'ingressar en el servei reial, potserprotegit, entén Villalmanzo, perI'intluent secretafÍ del rei Magnanim, elvalencia Francesc Martorell, possibleparent de Joanot -ja no sembla tanmateix, tan versemblant que arribas a incorporar-se a la cancelleria. El coneixement de I'ambient palatí, i les infoffilacions que hi aplegarien del L1evant ambla conquesta turca de Constantinoble,foren sens dubte preciosos per a la construcció deIs ambients del Tirant, i lanovel.la molt bé podria haver estat con-
cebuda -així ho suggereix el biografen aquelles terres on renaixia l' esperitde croada.
Mort el rei Alfons (1458), JoanotMartorell torna a Valencia, a la casa dela germana Damiata -ell ja ni en posseIa, d'alberg-, prop de I'església deSant Jordi, a la pla~a del mateix nOrn,j1mdita de Rodrigo Botet, de la capital delregne. Allí pogué escriure Tirant lo Blanch, els anys finals de la seua vida. JesúsVillalmanzo proposa l' atractiva idea queel cavaller s'hagués integrat en la tertúlia literaria aristocratica aplegada acasa del batle general Berenguer Mercader, parent seu, on, de ser certa la hipotesi, hauria tingut ocasió de conéixerel jove Joan Roís de Corella i rebut laintluencia del nou stil de valencianaprosa. Aixo podria explicar una qüestióhui molt debatuda per la crítica -»hipercrítics», en diu ViIlalmanzo-, enopinió del biograf, que es reafirma en laseua adhesió a la tesi de I'autoria única
de la novel.Ia, no compartida amb ManíJoan de Galba o amb Corella.
Mossén Joanot Martorell moria obs
curament, intestat, pel mar~ o l'abril de1465, enmig de dificultats monetaries.Ja feren aquesta precisió cronologicaVillalmanzo i Chiner a La pluma y laespada, en base a l' acta de la reclamacióde la parca herencia del difunt, interposada tres anys més tard pels germansdavant la cort del justícia civil de Val~ncia.
Hem de qualificar I'obra que comentem d' estudi biografic complet, preCÍsi ben treballat, fonamentat, en especial, en una recerca arxivÍstica practioament exhaustiva, com reclamavaI'escriptor valencia, autor d'una obra
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capital de la literatura catalana medieval. Jesús VilIalmanzo, arxiver de professió, ha reeixit a aportar-hi encaranovetats de primer ordre,sumades a lesmolt notables ja oferides el 1992 ensemsamb Jaume J. ChineroHi farem observar
únicament que hauria estat oportuna laregularització de I'onomastica, tot evi-
Antoni FURI6: Historia del PaísValencia, Valencia, 1995, EdicionsAlfons el Magnanim, 658 pp.
Des de la publicació, en 1968, del'Aproximació a la historia del PaísValencia del professor Joan Regla, larecerca historica valenciana ha passatper una etapa especialment prolixa enaven~os. Les dades, els coneixements iels problemes no han parat de multiplicar-se, almenys fíns a certes dates. Peraixo les no escasses actualitzacions
historiografiques de conjunt fetes en elsdarrers trenta anys han estat encomanadesa equips, més o menys coordinatsd' «especialistes» en cada epoca, mentrealhora ningun autor s'atrevia a afrontarindividualment una tasca d' aquesta mena.Les histories del País Valencia -i també
deIs pa"isos catalans- són, doncs, elresultat de l' addíció de monografiesinconnexes, fetes per autors diversos ambcriteris diferents i des de pressupositsideologics o conceptual s que poc o restenen a veure entre si. Malgrat laindubtable qualitat de moltes de les«aportacions» reunides enaquests reculls,el resultat final es troba lIuny d'oferiruna
tant I'ús massa reiterat de toponims ambgrafia castellanitzada en 1I0cde les formes genu"ines, sempre preferibles, enparticular en una monografia historica.
Mateu Rodrigo Lizondo
veritable intel·ligibilitat del passatvalencia.
Antoni Furió ha assumit ara el reptei el risc d'escriure la Historia del País
Valencia. Per a valorar aquesta obra comcal és necessari tenir en compte no sois lagrandiosa tasca de compilació realitzadaper I'autor, sino, per damunt de tot,I'esfor~ intel·lectual esmer~at en laconstrucció d'un discurs d'una qualitat iuna solidesa sorprenents, sense gens deconcessions a les ambigüitats i els 1I0cscomuns. Unassolimentd'aquesttipustinguem-ho present- és molt costós pera una sÍntesi de tal abast. No són merits
menors de I'obra haver aconseguitconjuminar densitat de contingut iflu"idesa narrativa -la lectura arriba a
fer-se apassionant-, a més d'untractament cronologic feli~mentequilibrat i la integració de tota mena defets en la reflexió, fins i tot els més
aparentment erratics. La Historia deFurió, més enlIa del topic, és una obraque pot ser lIegida tant per un públicampli, de cultura mitjana, com perl'historiador més exigent.
Des del principi, I'autor posa demanifest un exercici de pensar la realitat
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historicament, que no és una altra cosaque dotar-la de racionalitat. El PaísValencia --com qualsevol altre paísno és un producte de la geografia, sino dela historia, ens diu Furió de bon
comen~ament; i la formació d'aquestpaís s' engega en un moment molt concretoNi els territoris tribals deIs edetans i els
contestans, ni les qurií andalusines deBalansiya iTudmir, ni les precaries taifesque sorgiren a l' est d' al-Andalus hi tenenres a veure. L' aconteixement precís de laconquesta de 1238 instal·la i ensolca elprocés que ens porta a I'actualitat. Furióel ressegueix minuciosament i ensn' ofereix una descripció coher~nt i completa ,-discutible en certs aspectes,evidentment-, des de la colonització
feudal fins l' afermament del capitalisme.Al meu parer, la principal virtut de
l' obra de Furió rau, precisament, en el fetde posar en evidencia una dinamica social que, per la logica de la seua propiaevolució -que no és una altra cosa queel seu funcionament-, ens porta de lacolonització feudal a la consolidació del
capital industrial. La idea del «creixement» constant presideix tota l' obra. 1éslegítim, pense, desprendre'n que la implantació del feudalisme determina elsprocessos d'acumulació estable de riquesa necessaris per al desenvolupament capitalista. El treball de Furió és unassaig sobre la genealogia de l' actualsocietat valenciana que, alhora, mostraaquest ambit d' estudi com un laboratoriprivilegiat per a I'analisi deis processosexpansius de les societats, diguem-ne,«occidentals» .
Cal dir que una obra d'aquestescaracterístiques encaixa mal en l' actualpanorama de fragmentació i capelletesacademiques. Potser no faltaran
«especialistes» disposats a menystenir /l'ambiciosa «intrusió» de I'autor enambits aliens a la seua formació de
medievalista. Estic conven~ut que, mésque una limitació, aquest fet s' esdevé unavantatge. Furió no cerca «orígens»,construeix el procés: se situa en elmoment inicial de la dinamica, la identifica i la recorre des d'una perspectivamenys condicionada pel resultat final.Hi ha Iimitacions, obviament, pero nosón tant de l' autor com de la bibliografiadisponible. La mancan~a a penes plantejaproblemes en els capítols dedicats aI'epoca medieval-sens dubte els mésbrillants del lIibre-, atés que la densaexperiencia investigadora inMita deI'autor i el seu equip de col·laboradorscompensa bé la fretura de publicacions.No pot ser així, pero, a les parts «moder-na» i «contemporania», les quals,inevitablement, traspuen un subtildescens de l' agudesa analítica manifes-tada en referir-se a laBaixaEdat Mitjana.Ara bé, la validesa general del discurs nose'n ressenteix mai, em sembla, de mánera seriosa. 1 si se'm permet unaobservació, «gremial» si es vol, no coneccasos inversos reeixits de forma equiparable.
L' obra de Furió mereix, doncs, una
atenció especial com a referent iactualització deIs coneixements historicssobre la societat valenciana. Un examen
general, mínimament acceptable, deIs
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continguts requeriria un espai excessiu ino és aquest ellloc adienl. Em limitaré,
per tant, a efectuar unes poquesobservacions sobre els tres primerscapítols deis vuit (més I'epíleg) quecomposen elllibre, els quals comprenenel període entre la conquesta (1238) i lesGermanies (1525).
Ja m'he referit abans allloc centralque ocupa la noció del «creixement» enel discurs de ]'autor. La idea no és, enabsolut, un simple recurs utilitzatconvenientment de tant en tant; ben alcontrari, és el veritable element
articulador de fons. Podem advertir-ho,per exemple, a partir d'una reflexió que,aparentment, hi tindria poc a veure: quanel textcritica la imatge liberal i romimtica
de la monarquia pactista i la concepcióde les corts com un «parlamentestamental». Furió descriu aquestainstitució com una derivació de les
relacions feudo-vassallatiques i de les
necessitats financeres de la corona, queutilitza les corts com una eina per aexplotar al seu favor e1desenvolupamentde la vida urbana, és a dir, l' acumulacióprodui"daals centres urbans.
Més endavant, la incongruenciad'untemps calamitós de «crisi», durant la
segona meitat del segle XIV, ambl' observació rigorosa deIs indicadors
demografics i economics en augmentesdevé la prova més tangible del caracterexpansiu de la dinamica. SoIs es tracta
d'una conjuntura adversa que pot considerar-se «una crisi de cicle curt dins el
marc d'una fase més lIarga decreixement» (p. 104).Les raons d' aquest
fet s'han de cercar en I'origen colonialdel regne de Valencia, en la seuapertinenrra a una periferia en «faseexpansiva» de l' Europa feudal. Furió nosolament aporta ací indicadorsquantitatius, sino que examina atentament
un creixement agrícola generat per laespecialització productiva, per la demanda deIs mercats urbans, que afecta alsconreus aprehensibles tradicionals (elblat, la vinya i I'oli) i, alhora, incorporanovetats com la producció massivad'arros i de sucre. El canyamel,precisament, manifesta una facies colo
nial gens negligible: és gairebé unmonocultiu a la Safor, on produeix ungreu impacte ambiental; el trebalI resta acarrec de camperols andalusins sotmesosa una forta sobreexplotació; la produccióroman sota el control de mercaders
italians i alemanys. Un control exteriorsemblant s'exerceix també, com sabem,sobre la llana del Maestral.
Les exigencies de la mercantilitzaciósemblen condicionar l' economia
camperola (cristiana, afegiria jo) mésque no l' estricta renda feudal. Tanmateix
Furió, al meu parer, deixa prou ciar queI'activitat urbana i mercantil no és gensindependent de la logica de les relacionssocials feudals. 1 tampoc oblida que lesexaccions a afrontar pel camperolatultrapassen ampliament els Iímits formal sde la renda senyorial. Es tracta de lesdemandes exercides pels governs localsi les corts. Les reunions de corts del
tercer quart segle XIV posen en marxaassaigs de procediments tributaris que,en paraules de l' autor, menaran al
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RESSENYES
«naixement d'una nova fiscalitatd' estat».
D' altra banda, el financramentmunicipalprimer (ja en 1366) i el de l' hisenda reialdesprés, en posar en marxa elscarregaments de censals, articularan elmercat del credit i propiciaran lacirculaci6 de grans masses monetaries(recordem que un nou sistema monetaris'erigeig en aquests moments amb lesemissions de florins a Valencia i al
conjuntde la Coronad' Arag6). El resultatd'aquesta articulaci6 convertira la ciutatde Valencia en un centre absorbent deIs
recursos del camperolat.La perplexitat que, temps enrere, ens
provocaven les dades contradictories del
Quatrecents és definitivament superadaper l'explicaci6 que Furi6 construeix apartir de la realitat abans exposada. Elretrai"ment i la depressi6 de «la crisi delsegle XV» s6n, precisament, les propiesbases de la «prosperitat amb matisos»,de l' «esplendor» inclús, que s' adverteixa la ciutat de Valencia i a determinades
viles del regne, les classes dominants deles quals exploten el rerapaís rural através de mecanismes tan nous com
efectius: la parceria i el censal. Elsavantatges relatiusde que podiagaudirelcamperolat «pioner» sorgit de lacolonitzaci6 -terra, franquícies- ja fatemps que han deixat de tenir valorefectiui les contradiccions del segle esclaten ala revolta de les Germanies. Amb el
tercercapítol, Furi6clou la més perspicacri convincrent descripci6 d'un períodé dela historia valenciana forcradifícil, finsara, d' acomodar-se a interpretacionsplenament satisfactories,
En un altre ordre de coses, no seriajust oblidar els aspectes més discutiblesdel text, els més propicis al debat endefinitiva. Des del meu punt de vista, ~importancia indiscutible del fet urba fet que potser caldria perfilarconceptualment amb major concisi6al regne de Valencia no és atribuible a la«densa trama urbana heretada d'al
Andalus» (p. 46) o a la «armadura urbana» que, pretesament, «cohesionava elpaís islamic» (p. 36). No deixa de sobtarla insistencia de l' autor en aquesta qüesti6(hi toma novament a les pp. 48-49, 63 i89), sent així que es tracta d'una«herencia» ben poc creible d' acord ambel (poc) que sabem sobre les mudunandalusines de la zona; i, en tot cas,resulta innecessaria per a explicar ladensitat de la xarxa urbana: és un fet de
colonitzaci6 i res més. Els alemanys quecreuaren I'Elba no trobaren a penes burgseslaus i, tanmateix, crearen promptexarxes més articulades que la del regnede Valencia. S' ha de dir, no obstant, queFurió no perd de vista normalment lacontextualització de la colonitzaci6 va
lenciana dins l' expansi6 feudal europea.En segon lIoc, potser hi ha certa
precipitaci6 en el tractament de laqüesti6de l' «Estat»; Furi6 aporta una intel·ligentproposta de mesura de l' aparelI «estatal»a partir deIs ingressos municipal s,patrimonial s i deIs donatius acordats acorts, pero no atorga contingut conceptual precís a un apareIl «estatal» que, encas d'admetre la seua existencia, no
solament pot equiparar-se a I'Estat anticni al liberal -acceptablement definits
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RESSENYES
pels historiadors-, sino tan soIs al més
proxim absolutista. ¿De que parlem,doncs, quan parlem d'Estat als seglesXIV i XV? Sembla for~a necessaria unareflexió conjunta sobre aquest problema.
En tercer 1I0c, l'emfasi posat perI'autor en la presencia constant al paísd'espais buits susceptibles de ser posatsen explotació és un argument important-i no incorrecte- de la capacitat derecuperació front lesconjuntures adversesid'unes possibilitats de creixement agrarino exhaurides, a diferencia del quesucceeix -aparentment- a les zonesmatriu del món feudal. L'objecció quepodria fer-se'n rau en el fet de no havertingut en compte que els espais buits nosón d'una qualitat homologable alsocupats des del segle XIII, sino ambitsespecials, aptes més aviat per a conreusespecífics (secans, maIjals, vessants), pocadequats per a la reproducció autonomade families camperoles i més proclius aI'especialització productiva i aI'explotació per part de rendistes.
Finalment, trobe a faltar un tractament específic de I'articulació del cam-
Castilla y Europa. Comercio y mercaderes en los siglos XIV, XV Y XVI. Edición de Hilario Casado Alonso. Diputación Provincial de Burgos. Madrid, 1995.283 pp.
Este libro nace al amparo de la conmemoración del V Centenario del Con
sulado de Burgos y se ocupa de un ilustredesconocido: el comercio castellano en
perolat andalusí (<<mudejar»),amb totesles seues especificitats (no precisament«religioses») en el sistema feudal construn al regne de Valencia. Es tracta d'unaparticularitat decisiva per a la comprensió historica del país, mereixedora d'unesfor~ addicional, d'una relectura, malgrat les fortes Iimitacions bibliografiqueso
Les observacions critiques anteriorsno pretenen ~ni poden fer-hodesmereixer en absolut el (demostrat)rigor i la riquesa de I'obra de Furió. Pelcontrari, considere que es tracta d'unamostra de la fecunditat del treball, de laseua potencialitat per a generar qüestionsrellevants i convidar a la reflexió i al
debat. Són virtualitats cada vegada mésabsents a la producció historiografica.Antoni Furió ens ofereix propostes deconeixement c1ares i de gran qualitat.L' enorme esfor~ de síntesi i d' explicacióhistorica, portat a termini en uns tempsde fragmentació de la recerca i vacunatdel pensament, fa de la seua obra unobjecte singular i imprescindible.
Josep Torró
su momento de mayor esplendor. Estácompuesto por nueve estudios y un prólogo del editor. la temática de los mismoses muy diversa, aunque han sido reagrupados en torno a dos epígrafes: análisisde diferentes ámbitos de comercio y estudio de perfiles económicos y socialesde los mercaderes.
Aunque no se trata de un estudiogeneral (de los que el tema adolece y el
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RESSENYES
esditor echa de menos), contiene grannúmero de sugerencias para superar elactual estado de la cuestión. Esta tarea
exige superar una serie de tópicos yapriorismos que han lastrado el conocimiento de esta'interesante faceta econó
mica. Frente a las habituales etiquetas, ellibro nos presenta la realidad de unaprimera potencia europea, que sustentala recuperación de la crisis bajomedievalen unas agricultura y ganadería especializadas, en la adopción de nuevas técnicas mercantiles, en la expansión extraterritorial, etc.
El tópico de un comercio «no activo», dominado por mercaderes extranjeros, es matizado por los diferentes estudios, que muestran una activa participación de los súbditos de la Corona. Elfuncionamiento de las colonias castella
nas analizadas por Hilario Casado, esparangonable, en cuanto a privilegios,funcionamiento e integración, a las principales colonias asentadas en Castilla.En ambos casos cabe preguntarse, además, acerca del carácter «extranjero» defamilias afincadas en un lugar durantevarias generaciones, que ocupan en élcargos públicos, ligadas por matrimonios a la aristocracia local, que participan en las querellas religiosas y socialesdel entorno, etc. Por otra parte y comoseñala Juan M. Bello, el camino abierto
por los extranjeros fue seguido por grancantidad de nacionales, no sólo mercade
res sino también grandes propietarios,artesanos o transportistas, que aprovecharon las posibilidades abiertas poraquellos para aumentar sus beneficios,
en un ambiente claramente
«precapitalista». En la misma direcciónapunta el estudio de Jean-Philippe Priotti,al analizar las vías utilizadas por mercaderes vascos para superar el papel de«transportistas» que tradicionalmente seles asigna, al cobijo de comerciantesmás importantes, en este caso castellanos. La misma idea de participaciónactiva se optiene de la lectura de lostrabajos de Cuadrada-López, Ferreira yFagel, acerca del papel de los castellanos en el Mediterráneo y en Brujas. Lasactividades mercantiles de flamencos y
mallorquines prueban, además, que lapresencia de extranjeros en un plaza noacaba con el comercio activo de susvecinos.
El calificativo de «colonial», asignado al comercio castellano, tambiénresulta afectado por anacrónico. El intercambio de productos naturales porproductos terminados no tenía las mismas consecuencias que en la actualidad.En la Baja Edad Media, la riqueza de unpaís se medía fundamentalmente por susexcedentes agrarios, que permitían laimportación de las manufacturas quepudiese necesitar. Ello no oculta que talabundancia podía crear a la larga elespejismo de una solvencia infinita, contra el que se alza el autor del memorialestudiado por Francis Brumont. Conviene no olvidar, sin embargo, que elmismo data de mediados del siglo XVI,
momento en que la riqueza castellana seliga más a los metales preciosos que a lasactividades primarias. No en vano todoel daño de las mercaderías está en Flan-
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des y Francia y en algunas partes deYtalia. Por ser provincias de muchasgentes y no alcanzar minas de oro ni de
plata. an se dado a oficios que ansi beranque todo lo malo es artificial. La situación castellana era, de partida, envidiable. Contaba con recursos agrícolas, conuna excelente red portuaria, con oficios ycolectivos humanos preparados, con unaprivilegiada posición en las principalesvías comerciales del momento y otrosimportantes activos, como analiza J.Bello. Además, la situación no era tan
simple como se suele presentar. Rodríguez LLopis caracteriza el comercio exterior murciano por la importación depastel y alimentos frente a la exportaciónde cereal y alumbre; mientras que Brumont insiste en que Castilla importabaproductos básicos, eleborados o no, en
tre los que destacaban los textiles y alimenticios. No hay que olvidar, por otraparte, que el comercio respondía a políticas de especialización, por lo que nopuede extrañar la afirmación «que lasimportaciones textiles de calidad no afectaron a la industria local de Murcia». La
lógica económica llegaba también a losmedios y técnicas empleados, como ponede manifiesto el estudio de Coral Cua
drada y Dolores López, al analizar lajerarquización de los navíos utilizadospor los castellanos para servir a diferentes mercados.
En el libro encontramos respuesta,asímismo, a la pretendida copia miméticade las instituciones mercantiles. El traba
jo de Elisa Ferreira pone de manifiestocomo un mismo término, en este caso
consulado, puede encerrar realidades di
ferentes. Ello no equivale a negar elcarácter precursor de ciertas colectividades, sino a situar el mismo en los distin
tos contextos geográficos y temporales.La relativa autonomía de los mercaderescatalanes frente a la corona choca con el
mayor intervencionismo real en Castilla.
Incluso, cabría preguntarse si la aparición de consulados en el norte de estereino se debe a un funcionamiento dife
rente del almirantazgo. En cualquier caso,parece claro que los consulados españoles (de designación regia, no corporativos, sujetos a legislación real...) son unaprueba más de la predilección de la monarquía hispánica por las institucionescastellanas.
Por último, la riqueza del comerciocastellano esconde una riqueza de situaciones, que el volumen pone de relieve.En primer lugar, la singulariad de lasdiferentes regiones del reino. La fachadacantábrica difiere de la atlántica y ésta dela mediterránea. Cada una cuenta con sus
propios condicionantes: poblamiento,producciones, ámbitos de comercio, competidores ... En segundo lugar, la variación temporal. El caso murciano, estudiado por Rodríguez LLopis es paradigmático en este caso. La desaparición dela frontera granadina sirve para explicarla elección de vías, la instalación de
colonias, el momento de auge, etc. Yahemos visto, por otra parte, como laamplitud cronológica del estudio ofrecerealidades algo diferentes de unos trabajos a otros. Un aspecto capital en esteterreno es el de las condicones de pro-
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ducción, analizadas por Camón de Iscara propósito de la lana y sucomercialización. A menudo, esta variación temporal se halla reforzada por unavariación política. La alianza castellanacon la Casa de Austria tuvo importanterepercusión en sus lazos comerciales conlos Países Bajos, tal como analiza FageI."En otras ocasiones, las variaciones songenerales para toda Europa, como señalaH. Casado al hablar del agotamiento delmodelo de colonias mercantiles, debidoa problemas de tipo gerenciaI. La variedad de situaciones no debe llevamos, sin
embargo, a una compartimentación queolvide las interconexiones y los fenómenos supraregionales. Esta óptica debeaplicarse, en primer lugar, a la fijaci6ndel ámbito del comercio exterior. Su
restricción a las zonas litorales marginaría amplios aspectos productivos y deredistribución. La fijación de la rutaToledo-Cartagena y el interés por ella deitalianos establecidos en Andalucía ilustran perfectamente esta idea. Además,sinesta consideración no podríamos comprender el papel de Toledo, Burgos,Medina, y otras poblaciones de la mesetaen el comercio exterior, tal como recuerda el viaje del flamenco Eustache de laFosse, citado por R. FageI. La simbi6sisde visiones locales y generales debe alcanzar también al manejo de las fuentes.Es éste uno de los principales logros delos artículos contenidos en este libro ybase de la renovación en los estuidos del
comercio castellano que se propugna.
Eduardo Amar Vallejo
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