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    IGUALITARISMO Y LAS ELITES

    Murray N. Rothbard

    Publicado originalmente en el Review of Australian Economics, Vo1.8, No. 2 (1995): 39-57.

    Disponible en ingls en formato PDF.

    Disponible en espaol en formato PDF.

    ndice

    1. La supuesta verdad manifiesta de la igualdad2. "Igualdad" en qu?3. La nueva elite coactiva4. La ley de hierro de las oligarquas.5. Institucionalizando la envidia.6. El nuevo igualitarismo grupal.7. La nueva elite igualitaria.8. Notas.

    http://www.mises.org/content/mnr.asphttp://www.mises.org/raedisplay.asphttp://www.mises.org/journals/rae/pdf/rae8_2_3.pdfhttp://www.liberal-venezolano.net/MNR-igualitarismo-elites.pdfhttp://www.liberal-venezolano.net/MNR-igualitarismo-elites.pdfhttp://www.mises.org/journals/rae/pdf/rae8_2_3.pdfhttp://www.mises.org/raedisplay.asphttp://www.mises.org/content/mnr.asp
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    La supuesta verdad manifiesta de la igualdad

    Una de las ms grandes glorias de la humanidad es que, a diferencia de otrasespecies, cada individuo es nico y, por lo tanto, insustituible; cualesquiera seanlas semejanzas y los atributos comunes entre los hombres, son sus diferencias las

    que nos llevan a honrar, celebrar o deplorar las cualidades o acciones de unapersona en particular1. Es esta diversidad, esta heterogeneidad de los sereshumanos uno de los atributos ms destacados de la humanidad.

    Esta heterogeneidad fundamental es lo que hace ms curioso el penetrante idealmoderno de la "igualdad". Pues "igualdad" significa "equivalencia" --dos entidadesson "iguales" si y slo si son la misma cosa. X = y slo si son idnticas o son dosentidades que son lo mismo en algn atributo. Si x, yy zson "iguales en longitud",eso significa que cada una de ellas es idntica en longitud, por ejemplo 1 metro.Entonces, la gente slo puede ser "igual" en tanto es idntica en algn atributo: por

    lo tanto, si Smith, Jones y Robinson miden cada uno 1,80 m de altura, entonces son"iguales" en altura. Pero excepto en esos casos especiales las personas sonheterogneas y diversas, es decir, son "diferentes". La diversidad y, por lo tanto, ladesigualdad son entonces hechos fundamentales de la raza humana. De maneraque, cmo explicamos la casi universal adoracin contempornea en el templo dela "igualdad", tanto as que prcticamente ha borrado otros fines y principios ticos?Y encabezando este culto han estado filsofos, acadmicos y otros lderes ymiembros de las elites intelectuales, seguidos por la tropa entera de "formadoresde opinin" de la sociedad moderna, incluyendo expertos, periodistas, ministros,maestros de escuelas pblicas, consejeros, asesores de relaciones humanas y

    "terapeutas". Y sin embargo, debera ser casi evidentemente claro que el esfuerzoen bsqueda de la "igualdad" viola flagrantemente la naturaleza esencial de lahumanidad y que, por tanto, slo se puede perseguir, mucho menos intentar lograr,mediante el uso extremo de la coaccin.

    La veneracin actual de la igualdad es, de hecho, una nocin reciente en la historiadel pensamiento humano. Entre filsofos o pensadores prominentes, la idea apenasexista antes de mediados del siglo XVIII; si era mencionada, slo se haca comoobjeto del horror y la burla2. La naturaleza profundamente anti-humana yviolentamente coactiva del igualitarismo fue claramente mostrada en el altamenteinfluyente mito clsico de Procrustes, quien forzaba a los viajeros a acostarse en

    una cama y si eran muy largos les cortaba aquellas partes del cuerpo quesobresalan, mientras que a los que eran ms pequeos les estiraba las piernas. Por

    eso se le daba el nombre de Procrustes [el estirador]3.

    Uno de los pocos filsofos modernos crticos de la igualdad argument quepodemospreguntar si un hombre es tan alto como otro o podemos, como Procrustes, buscar

    establecer al respecto la igualdad entre todos los hombres4. Pero nuestra respuestafundamental a la pregunta de si existe igualdad en el mundo real debe ser,

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    claramente, que no y cualquier intento de "establecer la igualdad" slo puededesencadenar las grotescas consecuencias de cualquier esfuerzo Procrusteano.Entonces, cmo no vamos a considerar el ideal Procrusteano de la igualdad comonada ms que monstruoso y antinatural? La siguiente pregunta lgica es por quProcrustes elige perseguir tal inhumano objetivo y que slo puede guiarnos a

    desastrosos resultados?

    En el contexto del mito griego, Procrustes slo persigue un descabellado objetivo"esttico", supuestamente siguiendo su propia estrella personal, respecto a quecada persona sea precisamente igual en longitud a la de su cama. Y aun as, estetipo de argumento nulo, esta suposicin blanda de que el ideal de la igualdad nonecesita justificacin es endmica entre los igualitarios. As, el argumento deleconomista chicaguense Henry C. Simmons a favor de un impuesto sobre la rentaprogresivo era que para l la desigualdad de ingresos era claramente maligna yhorrible5. Presumiblemente, Procrustes podra haber usado el mismo tipo de"argumento" en cuanto a la "horrible" naturaleza de la desigualdad de alturas, si sehubiese molestado en escribir un ensayo promoviendo su programa igualitarioparticular. De hecho, muchos escritores suponen que la igualdad es y debe ser el finsupremo de la sociedad y que apenas si necesita algn argumento de apoyo, nisiquiera un frgil argumento de esttica personal. Robert Nisbet estaba y todavaest en lo correcto cuando escribi, hace dos dcadas, que

    es evidente que (...) la idea de la igualdad ser soberana en lo que queda de este siglo en

    prcticamente todos los crculos relacionados con las bases filosficas de la poltica

    pblica (...) En el pasado, las ideas unificantes tendan a ser de naturaleza religiosa.

    Ciertamente hay seales de que la igualdad se est transformando en un aspecto sagrado

    entre muchas mentes hoy en da, que est adquiriendo rpidamente un carcterdogmtico, al menos entre muchos filsofos y cientficos sociales

    6.

    El socilogo de Oxford A. H. Halsey, de hecho, era incapaz de imaginarse ningunarazn, adems de 'malevolencia', por la que alguien debiera oponerse a suprograma igualitario. Presumiblemente esa "malevolencia" slo podra serdiablica7.

    "Igualdad" en qu?

    Examinemos ahora el programa igualitario ms cuidadosamente: exactamente ques lo que se debe hacer igual? La respuesta vieja o "clsica" era que deban ser losingresos monetarios. Se supona que los ingresos monetarios deban hacerse iguales.

    Superficialmente, esto pareca de cajn, pero rpidamente surgieron gravesdificultades. As, los ingresos iguales deberan ser por persona o por hogar? Si lasesposas no trabajan, debera el ingreso aumentarse proporcionalmente? Debera

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    forzarse a trabajar a los nios para que estn bajo el manto de la "igualdad", y deser as, a partir de qu edad? Adems, no es tan importante la riqueza como elingreso anual? Si A y B cada uno gana 50.000 $ anuales, pero A posee un patrimoniototal de 1.000.000 $ y B no posee prcticamente nada, sus iguales ingresos noreflejan en nada una igualdad de posicin financiera8 .Pero si a A se le cobran

    impuestos ms altos debido a esta acumulacin, no es esta una penalizacin extraal ahorro? Y cmo se deben resolver estos problemas?

    Pero, aun si dejamos de lado el problema del patrimonio y nos enfocamos en losingresos, acaso pueden ser igualados realmente los ingresos? Desde luego, el ente aser igualado no puede ser simplemente el ingreso monetario. El dinero es, despusde todo, slo un papel, una unidad de cuenta, de manera que el elemento a serigualado no puede ser un mero nmero abstracto, sino que deben ser los bienes yservicios que pueden ser comprados con ese dinero. El igualitario mundial (y sinduda el verdadero igualitario no puede detenerse en la frontera nacional) no sepreocupa con igualar totales monetarios, sino poder de compra real. De manera quesi A recibe un ingreso de 10.000 Dracmas anuales y B gana 50.000 florines, eligualitario tendr que averiguar cuantos florines son en realidad iguales a undracma en poder de compra, antes que pueda blandir su hacha igualadoracorrectamente. En pocas palabras, lo que los economistas llamar ingreso "real" y nomeramente ingresos monetarios es lo que debe ser igualado para todos.

    Pero una vez que el igualitario ha aceptado enfocarse en ingresos reales, se veatrapado en una maraa de problemas ineludibles e insolubles. Pues, un grannmero de bienes y servicios no son homogneos y no pueden ser replicados paratodos. Uno de los bienes que un griego puede consumir con sus dracmas es vivir o

    pasar un buen tiempo en las Islas Griegas. Este servicio (de disfrutar continuamentede las Islas Griegas) est inevitablemente prohibido para el hngaro, para elestadounidense y para todo el resto del mundo. Similarmente, cenar regularmenteen un caf al aire libre en la ribera del Danubio es un estimable servicio fuera delalcance de todos los que no vivimos en Hungra.

    Entonces, cmo se deben igualar los ingresos reales en todo el Mundo? Cmopueden ser medidos, mucho menos comparados con otros servicios de la ubicacinpor el igualitario, el disfrute de las Islas Griegas o las cenas en el Danubio? Si yo soynebrasqueo y las manipulaciones con las tasas de cambio supuestamente hanigualado mis ingresos con un hngaro, cmo se compara vivir en Nebraska con viviren Hungra? El panorama empeora cuando se contempla. Si el igualitario consideraque el disfrute del Danubio es de alguna manera superior al paisaje de Omaha o deuna granja en Nebraska, exactamente basndose en qu va a gravar el igualitarioal hngaro y a subsidiar al resto del mundo? Cmo va a medir en trminosmonetarios el "valor de cenar en el Danubio"? Obviamente, los estrictos rigores delorden natural le previenen, a pesar de lo mucho que le gustara hacerlo, moverfsicamente el Danubio y parcelarlo equitativamente entre todos los habitantes del

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    planeta. Y qu de la gente queprefiere los paisajes y la vida en una comunidad degranjas nebrasqueas al ajetreo de Budapest? Quin, entonces, debe ser gravado,quin subsidiado y con cunto?

    Quizs en medio de la desesperacin, el igualitario puede retroceder a la visin que

    la ubicacin de cada quien refleja sus preferencias y que, por lo tanto, podemossimplemente suponer que la ubicacin puede ser despreciada en la granreordenacin igualitaria. Pero as como es verdad que virtualmente cualquier lugares amado por alguien, tambin es cierto que algunas ubicaciones son altamentepreferidas a otras. Y el problema de la ubicacin ocurre dentro, as como entrepases. Es un hecho generalmente aceptado por los residentes, as como porforasteros envidiosos, que el rea de la Baha de San Francisco est mucho mscerca al Paraso Terrenal -por el clima y la topografa- que, digamos, VirginiaOccidental o Hoboken, Nueva Jersey. Por qu es entonces, que estos oscurosforasteros no se mudan hacia el rea de la Baha? En primer lugar, muchos de elloslo han hecho, pero para otros es prohibitivo por el hecho de su tamaorelativamente pequeo, lo cual (entre otras muchas restricciones impuestas por elhombre, tales como leyes de zonificacin) limita severamente las oportunidades demigracin. As que, en nombre del igualitarismo, deberamos pechar con unimpuesto especial a los residentes del rea de la Baha y de otros determinadospuntos paradisacos, para reducir sus ingresos psquicos de disfrute y luego subsidiaral resto de nosotros? Y qu de verter subsidios en reas Sombras especialmentedesignadas como tales para, nuevamente, intentar igualar los ingresos reales? Ycmo se supone que el gobierno igualador va a determinar cunto ama la gente engeneral -y con ms razn cada residente individual- vivir en el rea de la Baha ycunto ingreso negativo sufren por vivir en, digamos, Virginia Occidental oHoboken? Obviamente, no le podemos preguntar a los varios residentes cuntoaman u odian los lugares donde viven, pues los residentes de cualquier rea, desdeSan Francisco hasta Hoboken, tienen todos los incentivos para mentir --paraapurarse a proclamar cunto desprecian el lugar en el que viven.

    Y la ubicacin es slo uno de los ejemplos ms obvios de bienes y serviciosheterogneos que no pueden ser igualados a lo largo de la nacin o el mundo.

    Adems, aun si la riqueza y los ingresos reales fueran igualados, cmo se igualarana laspersonas, sus habilidades, culturas y rasgos? Aun cuando la posicin monetariade cada familia fuese la misma, acaso no naceran los nios en familias connaturalezas, habilidades y cualidades muy diferentes? No es eso --para usar unnotorio trmino igualitario-- "injusto"? Entonces, cmo puede hacerse a las familiasiguales, es decir, uniformes? No tiene una "injusta" ventaja un nio que nacedentro de una familia culta, inteligente y sabia, sobre el nio que nace en un hogardeshecho, ignorante y "disfuncional"? El igualitario debe, en consecuencia, presionarms y proponer, tal como lo han hecho muchos tericos comunistas, lanacionalizacin de todos los nios al nacer, y su crianza en guarderas legales y

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    estatales idnticas. Pero, ni siquiera as se puede lograr el objetivo de la igualdad yla uniformidad. El molesto problema de la ubicacin seguir en pi y una guarderaestatal en el rea de la Baha, aunque sea igual en todos los dems aspectos a unaubicada en las tierras remotas del centro de Pensilvania, todava disfrutar deinestimables ventajas, o como mnimo, diferencias inerradicables respecto a las

    otras guarderas. Pero aparte de la ubicacin, la gente --los administradores,nieras, profesores dentro y fuera de los varios campamentos-- sern todosdiferentes, dndole as al nio una experiencia inevitablemente diferente ydesbaratando la bsqueda de la igualdad para todos.

    Desde luego, lavados de cerebro apropiados, burocratizacin y la robotizacin ybanalizacin del espritu en los campamentos estatales pueden ayudar a reducir atodos los profesores y nieras, as como a los nios, a un denominador ms comn,pero diferencias y ventajas inerradicables seguirn existiendo.

    Y aun si, para propsitos del argumento, podemos asumir igualdad general de

    ingresos y patrimonio, otras desigualdades no slo seguirn existiendo, sino que enun mundo de ingresos iguales, sern ms evidentes e importantes a la hora deevaluar a la gente. Diferencias de posicin, diferencias de ocupacin y diferenciasen la jerarqua laboral y, en consecuencia, en status y prestigio se harn msimportantes, ya que el ingreso o el patrimonio ya no sern calibres para juzgar oclasificar a la gente. Las diferencias de prestigio entre mdicos o carpinteros, oentre ejecutivos y obreros, se harn ms acentuadas. Por supuesto, el prestigiolaboral puede ser igualado eliminando completamente toda clase de jerarqua,aboliendo todas las organizaciones, corporaciones, grupos voluntarios, etc. Todo elmundo ser entonces igual en rango y en poder de decisin. Las diferencias en

    prestigio slo podran ser eliminadas entrando en el paraso marxista y aboliendotoda especializacin y divisin del trabajo entre ocupaciones, de manera que cadaquien hara de todo. Pero en ese tipo de economa, la raza humana se extinguiracon rapidez impresionante9.

    La nueva elite coactiva

    Cuando confrontamos al movimiento igualitario, comenzamos a encontrar lasprimeras contradicciones prcticas, no ya lgicas, en el programa mismo: que sus

    promotores ms resaltantes no estn para nada en las filas de los pobres yoprimidos, sino que son profesores de Harvard, Yale y Oxford, as como otros lderesde las clases sociales privilegiadas y las poderosas elites. Qu tipo de igualitarismoes este? Si se supone que este fenmeno encarna la presuncin masiva de una culpaliberal, entonces es curioso que no vemos a muy pocos de esta auto-flagelante elitedesprendindose de sus bienes materiales, prestigio o condicin para ir a vivirhumildemente y annimamente entre los pobres y desposedos. Todo lo contrario,

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    no parecen tropezar ni un paso en su escalada hacia la riqueza, la fama y el poder.En cambio, invariablemente se regodean en felicitaciones a s mismos y a sussimilares colegas de la elevada moral en la que se han envuelto a s mismos.

    Quizs la respuesta a este acertijo reside en nuestro viejo amigo Procrustes. Como

    ningn par de personas es uniforme o "igual" en ningn sentido en la naturaleza, oen los resultados de una sociedad libre, para crear y mantener semejante igualdades necesaria la imposicin de una poderosa elite armada con el devastador poder dela coercin. Pues el programa igualitario claramente requiere de una poderosa elitegobernante para empuar las formidables armas de la coercin y hasta del terrornecesarias para operar el torno Procrusteano: para tratar de forzar a todo el mundoal molde igualitario. Por lo tanto, al menos para la elite gobernante, no hay"igualdad" aqu; slo vastas desigualdades en poder, toma de decisiones e,indudablemente, de ingresos y patrimonio tambin.

    As, el filsofo ingls Anthony Flew seala que el ideal procrusteano tiene, comoest destinado a tener, la ms poderosa atraccin para aquellos que juegan oesperan jugar en el futuro partes prominentes o provechosas de la maquinaria de

    aplicacin [del programa igualitario]. Flew nota que este ideal procrusteano es laideologa unificadora y justificadora de una clase ascendente de asesores polticos

    y de profesionales del bienestar pblico, agregando significativamente que estasson todas personas al mismo tiempo involucradas en el negocio de hacerla cumplir

    [la ideologa igualitaria] y que le deben a ellos sus avances pasados y futuros10.

    Que la consecuencia necesaria del programa igualitario es la decididamente noigualitaria creacin de una despiadada elite fue reconocido y adoptado por el

    socilogo ingls marxista-leninista Frank Parkin. Parkin concluye que Eligualitarismo parece necesitar de un sistema poltico en el que el estado es capazde mantener a raya aquellos grupos sociales u ocupacionales que, en virtud de sus

    destrezas, o atributos personales o educativos, de otra forma podran reclamar una

    parte desproporcionada de las recompensas de la sociedad. La manera ms efectiva

    de mantener dichos grupos a raya es negando el derecho a organizarse

    polticamente, o de otra manera, socavar la igualdad social. Presumiblemente este

    es el razonamiento bajo el caso Marxista-Leninista por un orden basado en la

    dictadura del proletariado11.

    Pero como es que Parkin y su clase igualitaria nunca parecen darse cuenta que este

    asalto explcito sobre la "igualdad social" conlleva a grande desigualdades en poder,autoridad para tomar decisiones e, inevitablemente, en ingresos y patrimonio? Dehecho, por qu esta pregunta aparentemente obvia nunca es planteada entre ellos?Podra ser que detrs de esto hay hipocresa o simplemente engao?

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    La ley de hierro de las oligarquas

    Una razn por la cual un programa poltico igualitario debe conducir a la instalacinde una nueva elite poltica coactiva es que las jerarquas y desigualdades en elpoder de decisin son inevitables en cualquier organizacin humana que logra

    cualquier grado xito en el logro de sus objetivos.

    Robert Michels fue el primero en observar esta ley de hierro de las oligarquas, alver a los partidos socialdemcratas europeos a finales del siglo XIX, oficialmentecomprometidos en la igualdad y la abolicin de la divisin del trabajo y en laprctica siendo conducidos por una pequea elite gobernante. Y no hay nada --fuera de las fantasas igualitarias-- malo con este hecho humano universal, o ley dela naturaleza. En cualquier grupo u organizacin va a surgir un ncleo de liderazgode los ms capaces, energticos y comprometidos con la organizacin; yo conozco,por ejemplo, una pequea, pero exitosa sociedad musical voluntaria en Nueva York.Aunque tiene una junta directiva electa anualmente por sus miembros, el grupo hasido gobernado por aos por la benevolente pero absolutamente autocrtica manode su presidente, una dama altamente inteligente e innovadora y que, aunque tieneempleo a tiempo completo en otro lugar, es capaz y est dispuesta a dedicar unagran cantidad de tiempo y energa a la organizacin. Hace algunos aos algunosdescontentos retaron su liderazgo, pero el reto fue derrotado fcilmente, ya quecada miembro racional estaba completamente convencido de que ella eraabsolutamente esencial para el xito de la organizacin.

    No slo no hay nada malo con esta situacin, sino que bendito sea el grupo en elque ese tipo de persona existe y puede pasar a primera plana! De hecho, en

    organizaciones voluntarias o de mercado, la subida al poder de los ms hbiles yeficientes --la "elite natural", en trminos jeffersonianos-- tiene todo de bueno. Elvoto democrtico --en su mxima expresin cuando los accionistas de unacorporacin votan proporcionalmente a la parte de los activos que poseen-- es slosecundariamente til como mtodo para desplazar aristcratas naturales o"monarcas" cados en desgracia, o en trminos aristotlicos, que se han degradadode "monarcas" a "tiranos". El voto democrtico, por lo tanto, es aun en su mximaexpresin escasamente un bien primario, mucho menos un bien en s mismo a serglorificado o hasta divinizado.

    Durante un perodo a mediados de los aos 60, la Nueva Izquierda, antes dedegenerar en Estalinismo y estrambtica violencia, estaba tratando de poner enprctica una nueva teora poltica: la democracia participativa. La democraciaparticipativa sonaba libertaria, pues la idea era que el gobierno de la mayora --aunen una organizacin privada y voluntaria-- es "coercitivo" y que, por lo tanto, todaslas decisiones de semejante organizacin deben ser despojadas de rasgos dedominio oligrquico. Cada miembro participara entonces igualmente, y adems,cada miembro tendra que dar su consentimiento para cada decisin. En cierto

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    sentido, esta Regla de la Unanimidad presagi y era anloga a la Regla de laUnanimidad de James Buchanan y de la "economa del bienestar" de Pareto.

    Un amigo mo daba clases sobre la historia de Vietnam en la Neo-IzquierdistaUniversidad Libre de Nueva York, originalmente una organizacin acadmica

    fundada por una joven pareja de socilogos. La Universidad Libre se propusogobernarse a s misma sobre la base de los principios de la democraciaparticipativa. El rgano de gobierno, la junta de la Universidad Libre, enconsecuencia, consista en el "personal" --la pareja de socilogos-- adems decualesquiera estudiantes (quienes pagaban una modesta matrcula) o profesores (adhonorem) que se molestaran en asistir a las reuniones de la junta. Todos eraniguales, el personal fundador no era ms poderoso que cualquier profesor odivagante estudiante. Todas las decisiones de la universidad eran tomadas por lajunta, desde los cursos que se impartan, asignaciones de salones, hasta si launiversidad necesitaba o no un trabajo de pintura y qu color se deba usar, nuncavotando, sino siempre por consenso unnime.

    Ac tenamos un experimento sociolgico fascinante. No slo --como era deesperarse-- muy pocas decisiones de cualquier tipo eran tomadas, sino que las"sesiones de la junta" se alargaban infinitamente, de manera que la sesin de lajunta se expandi hasta convertirse en la vida misma --un tipo de situacin sinsalida sartriana. Cuando mi amigo sala de las perpetuas reuniones todos los das alas 5:00 p.m. para irse a casa, era entonces acusado de abandonar las sesiones y deesa manera "traicionar al colectivo" y a la universidad al intentar vivir algn tipo devida privada fuera de las reuniones. Quizs es esto lo que tienen en mente losactuales tericos izquierdistas que exaltan la "vida pblica" y las "virtudes cvicas":

    el abandono de las vidas privadas a favor de las permanentemente flotantes y"cvicamente virtuosas" reuniones colectivas "de la comunidad"!

    No nos debera sorprender mucho la revelacin que la Universidad Libre de NuevaYork no durara mucho. De hecho, rpidamente se degrad de una organizacinacadmica a la "enseanza" de la astrologa Neo-Izquierdista, cartas del tarot,gimnasia rtmica y pare usted de contar, a medida que todos los acadmicos huandel hombre comn, o como una Ley de Gresham sociolgica en plena accin. (Encuanto a la pareja fundadora, la mujer termin en la crcel por intentar sin xitovolar un banco, mientras que el hombre, cada vez ms con ojos vidriosos, en unaproeza de magia sociolgica, se convenci de la nocin que la nica ocupacinmoral para un socilogo revolucionario era la de reparador de radios.)

    Durante ese perodo la teora educacional Neo-Izquierdista tambin permeuniversidades ms ortodoxas a lo largo del pas. En aquellos das, la doctrina no eratanto que la enseanza debiera ser "polticamente correcta", la relacin normalprofesor-estudiante era malvada por ser inherentemente desigual y jerrquica.Como se supone que el profesor sabe ms que el estudiante, entonces la forma de

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    educacin verdaderamente igualitaria y democrtica, la forma de colocar alestudiante y al profesor en igualdad de condiciones es eliminar por completo elcontenido de los cursos y sentarse en una rueda a discutir los "sentimientos" delestudiante. No slo son los sentimientos en cierto sentido iguales, al menos en elsentido que los sentimientos de una persona no pueden ser considerados

    "superiores" a los de otra, sino que esos sentimientos son supuestamente los nicostemas relevantes para el estudiante. Un problema surgido de esta doctrina es,desde luego, por qu deben los estudiantes, o mejor dicho sus largamente sufridospadres, pagar profesores calificados en el conocimiento de la economa, sociologa,o cualquier otra cosa excepto en psicoterapia, para ponerse a charlar sobre lossentimientos del estudiante?

    Institucionalizando la envidia

    Como lo he discutido en otras ocasiones, al impulso igualitario, una vez concedidalegitimidad, no se le puede apaciguar. Si los ingresos monetarios o reales sonhechos iguales, o si hasta el poder de decisin es igualado, otras diferencias entrelas personas se magnifican y se hacen irritantes para el igualitario: desigualdades enapariencia, inteligencia y as sucesivamente12. Sin embargo, hay un puntointrigante: hay desigualdades que nunca parecen indignar a los igualitarios, a saber,desigualdades de ingreso entre aquellos que proporcionan directamente servicios deconsumo; notablemente atletas, actores de cine y televisin, artistas, novelistas,dramaturgos y roqueros. Quizs es esta la razn del poder persuasivo del famosoejemplo "Wilt Chamberlain" de Robert Nozick en favor de los ingresos determinados

    por el mercado. Hay dos explicaciones posibles: (1) Que lo mismos igualitariosposeen estos valores de los consumidores y son, por lo tanto, considerados comolegtimos, o (2) que excepto por los deportes, estos son campos reconocidosimplcitamente como dominados hoy en da por formas de entretenimiento y arteque no necesitan de talento real. Las diferencias en ingresos son, por tanto,equivalentes a ganar la lotera y los que se ganan la lotera son universalmentealabados como "afortunados", sin asociarles envidia alguna por atributossuperiores13.

    El socilogo alemn Helmut Schoeck ha sealado que el igualitarismo moderno es

    esencialmente una institucionalizacin de la envidia. Al contrario de sociedadesexitosas o funcionales, en las cuales la envidia es considerada como un sentimientovergonzoso, el igualitarismo establece una actitud dominante que la excitacin dela envidia al manifestar alguna forma de superioridad es considerada como el malmayor. O, como Schoeck lo pone, el ms elevado valor es la "elusin de la envidia"14. De hecho, los anarco-comunistas explcitamente buscan la eliminacin de lapropiedad privada porque creen que sta es causa de desigualdades y, por lo tanto,de sentimientos de "envidia" y por ellos, es "causa" de crmenes violentos contra

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    aquellos que tienen ms propiedad. Pero tal como Shoeck seala, entonces laigualdad econmica no sera suficiente y debera ser seguida por la uniformidadobligatoria de apariencias, inteligencia, etc.15 Pero aun en el caso en que todas lasdiferencias entre individuos pudiesen ser erradicadas de alguna manera, agregaSchoeck, todava persistira un elemento irreductible: la mera existencia de la

    privacidad individual. Schoeck argumenta que si un hombre realmente hace uso desu derecho a estar solo, la molestia, la envidia y la desconfianza de sus

    conciudadanos sern estimuladas (...) Cualquiera que se asle, que cierre las

    cortinas y pase algn tiempo fuera del rango de observacin ser siempre visto

    como un potencial hereje, un esnob, un conspirador16. Luego de unos comentariosgraciosos sobre la sospecha del "pecado de la privacidad" en la culturaestadounidense, particularmente en la extendidad poltica de las "puertas abiertas"entre los acadmicos, Schoeck vira hacia el kibbutz israel y a su amplia yexcesivamente adorado filsofo, Martin Buber. Buber mantena que para conformaruna verdadera comunidad, los absolutamente iguales miembros del kibbutz deban

    tener acceso mutuo entre s y estar dispuestos para los otros. Tal como Schoeckinterpreta a Buber: una comunidad de iguales, donde nadie deba envidiar a nadieno est garantizada por la simple ausencia de posesiones, sino que requiere la

    posesin mutua, en trminos puramente humanos (...) cada quien debe tener

    siempre para todos los dems y cualquiera que acapare este tiempo, su tiempo

    libre y su privacidad, se excluye a s mismo17.

    El nuevo igualitarismo grupal

    Hasta ahora hemos estado discutiendo lo que podra llamarse el igualitarismo"clsico" o Antiguo, destinado a hacer a todos los individuos iguales en algnsentido, generalmente en ingresos o en patrimonio. Pero en aos recientes todoshemos estado sometidos a un floreciente y acelerado Nuevo Igualitarismo, queenfatiza no que cada individuo debe ser igual, sino que los ingresos, el prestigio o elestatus de una aparentemente inacabable variedad de "grupos" deben ser hechosiguales entre s.

    A primera vista, podra parecer que el nuevo igualitarismo grupal es menos extremoy ms realista que el viejo credo igualitario individualista. Pues, si cada individuo esrealmente igual al resto en ingresos, patrimonio o estatus, entonces se sigue

    lgicamente que cualquier subconjunto de grupos de individuos ser tambin igual.Desplazar el nfasis del igualitarismo individual hacia el grupal, por lo tanto,deber implicar conformarse con un grado menos severo de igualdad. Pero estaconclusin confunde completamente el punto fundamental del igualitarismo, viejoo nuevo. Ningn igualitario espera jams estar realmente en un estado de igualdadabsoluta, ni mucho menos comienza su anlisis desde ese punto de partida.

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    Quizs podemos ilustrar la verdadera naturaleza de la campaa por el igualitarismoy la relacin entre el movimiento viejo y el nuevo, enfocndonos no en suspatentemente absurdos y autocontradictorios supuestos objetivos de igualdad,como normalmente se hace, sino en los medios necesarios para lograr dichosobjetivos: a saber, la llegada al poder del aparato estatal procrusteano, la nueva

    elite coactiva. Quines son la nueva elite procrusteana? Es decir, cules grupos senecesitan para construir dicha elite? Por una extraa coincidencia, la composicinde dichos grupos pareciera corresponder, casi uno a uno, con aquella gente que hasido ms entusiasta sobre el igualitarismo a travs de los aos: intelectuales,acadmicos, formadores de opinin, periodistas, escritores, la elite meditica,trabajadores sociales, burcratas, abogados, psiclogos, consultores personales y,especialmente para el siempre acelerado nuevo igualitarismo grupal, un autnticoejrcito de "terapistas" y entrenadores de la sensibilidad. Adems, desde luego, deideogos e investigadores para soar y descubrir nuevos grupos que necesitenigualacin.

    Si estos grupos, de lo que muy informalmente podra llamarse la "inteligentsia" [laelite intelectual], son la fuerza que impulsa la personificacin del viejo y el nuevoigualitarismo, cmo espera esta minora convencer a la mayora del pblico de quele entregue en sus manos un aparato de poder desptico? En primer lugar, losintelectuales comienzan con una enorme ventaja, ms all de su relativa pequeezen nmero: ellos son dominantes dentro de la "clase formadora de opinin" queintenta dar forma a la opinin pblica y frecuentemente tiene xito en esta tarea.Como es siempre el caso, el estado necesita el apoyo de la clase formadora deopinin para manipular el consentimiento del pblico. En el igualitarismo viejo, lospotenciales gobernantes buscaban atraer hacia su campo, en primer lugar, a losaparentes beneficiarios del programa igualitario --los grupos de ingresos inferioresque seran recipientes de buena parte de la transferencia, o el desplume de losricos (parte de la transferencia desde los ricos, por supuesto, ira hacia los cofresde la misma elite procrusteana, los intermediarios de la transferencia igualitaria dela riqueza). En cuanto a los saqueados ricos, estos seran inducidos a apoyar elsistema, persuadindolos de que deben arrepentirse de su "culpa" por ser ms ricosque sus empobrecidos conciudadanos. La infusin de culpa es un camino clsicopara persuadir a la rica vctima de entregar su riqueza sin ofrecer resistencia.

    Por supuesto, cualquier xito del programa igualitario antiguo llev a una expansin

    del nmero, la riqueza y el poder de la nueva elite procrusteana, resultando en unadefinicin cada vez menor de los ingresos de "los ricos" a ser saqueados y una cadavez mayor definicin de "los pobres" a ser subsidiados. Este proceso ha estado muyclaramente en funcionamiento en los Estados Unidos y en el mundo occidentaldurante el siglo XX. De estar confinado a los sectores de mayores ingresos, loscontribuyentes del impuesto sobre la renta han descendido a los rangos de la muchoms numerosa clase media. Al mismo tiempo, el "nivel de pobreza" a ser subsidiadoy consentido ha marchado constantemente hacia arriba, a medida que la "lnea de

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    pobreza" es constantemente aumentada y los subsidiados escalan desde los muypobres, hacia los desempleados, hasta los ms opulentos "trabajadores pobres".

    Desde el punto de vista de los igualitarios, sin embargo, la debilidad del antiguoigualitarismo yace en que slo tiene una categora de beneficiario, "los pobres"

    comoquiera que se definan y una categora de saqueados, "los ricos" (que ellosmismos sean beneficiarios notables siempre se esconde discretamente tras el mantodel altruismo y la supuesta experticia. Que cualquier otro seale este punto esconsiderado poco caballeroso, o aun peor, que est envuelto en la muy despreciada"teora de conspiracin histrica")18.

    A la luz de este anlisis, examinemos el nuevo igualitarismo grupal. Como todossabemos, los neo-igualitarios buscan grupos "oprimidos" que tengan menos ingresos,estatus o prestigiosos empleos que otros, quienes se convierten en los designados"opresores". En el izquierdismo clsico o marxismo, haba slo un supuesto "grupooprimido", el proletariado. Entonces las esclusas fueron abiertas y las filas de los

    designados "oprimidos" o "vctimas acreditadas" han proliferado aparentemente sinlmites. Comenz con los oprimidos negros y luego, en rpida sucesin, habamujeres, hispanos, indgenas, inmigrantes, invlidos, los jvenes, los viejos, losenanos, los muy altos, los gordos, los sordos, y as sucesivamente ad infinitum. Elpunto es que la proliferacin es, de hecho, infinita. Cada individuo "pertenece" auna casi infinita variedad de grupos o clases. Tome, por ejemplo, al Sr. John Smith.l puede pertenecer a un enorme nmero de clases, por ejemplo, a la de personasllamadas "Smith", personas llamadas "John", personas de 1,60 m de altura, personasde menos de 2 m de altura, personas que viven en Battle Creek, Michigan, personasque viven al norte de la lnea Mason-Dixon, personas con un ingreso de..., etc. Y

    entre todas estas clases, hay un nmero casi infinito de permutaciones. Se hallegado al punto de que la nica "teora" de la "opresin" necesaria es si alguno deesos grupos tiene un ingreso, estatus o riqueza menor al de otros grupos. El grupopor debajo del promedio, cualquiera que ste sea, es entonces por definicin"discriminado" y, por lo tanto, designado como oprimido. Mientras que cualquiergrupo sobre el promedio es, por definicin, el discriminador y, por consiguiente,nombrado opresor.

    Cada nuevo descubrimiento de grupos oprimidos puede traerle a los igualitarios mspartidarios en su bsqueda del poder y tambin crea ms opresores para hacersentir culpables. Todo lo que se necesita para conseguir siempre nuevas fuentes deopresores son datos [estadsticos] y computadoras y, por supuesto, investigadoresdel fenmeno --los investigadores mismos constituyendo felices miembros de laelite procrusteana19.

    El encanto del igualitarismo grupal para la clase intelectual-tecncrata-teraputica-burocrtica es, entonces, que proporciona una casi infinita y acelerada oferta degrupos oprimidos para unirse alrededor de los esfuerzos polticos igualitarios.

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    Entonces, hay muchos ms potenciales partidarios que reunir alrededor de la causaque los que se podran encontrar si slo "los pobres" estuviesen siendo exhortados abuscar y promover sus "derechos". Y a medida que la causa se expande, desdeluego, hay una multiplicacin de los empleos y una aceleracin del financiamientomediante impuestos fluyendo hacia las arcas de la elite gobernante procrusteana,

    una caracterstica nada accidental del esfuerzo igualitario. Joseph Sobran escribirecientemente que en el lxico actual "necesidad" es el deseo de la gente desaquear la riqueza de otros, "avaricia" es el deseo de estos otros de conservar eldinero que se han ganado y "compasin" es la funcin de aquellos que negocian latransferencia. La elite gobernante puede ser considerada la clase "compasivaprofesional". Desde luego, es fcil ser visiblemente "compasivo" si otros son forzadosa pagar las cuentas.

    Esta aceleracin del nuevo igualitarismo conlleva, relativamente rpido, aproblemas esenciales. En primer lugar est lo que Mises llamaba "la agotamiento delfondo de reserva", es decir, los recursos disponibles para ser saqueados para pagarpor todo esto. Como corolario, paralelamente a este agotamiento puede venir lareaccin violenta, cuando los genuinamente oprimidos -los saqueados, aquellos quealguna vez William Graham Sumner llam "El Hombre Olvidado"- puedan hastiarse,rebelarse y sacudirse las cadenas que han atado a este Gulliver y forzado a soportarlas cada vez ms pesadas cargas parasticas.

    La nueva elite igualitaria

    Concluimos con una de las grandes paradojas de nuestro tiempo: que el poderoso ynormalmente indiscutible grito por "igualdad" es conducido por el decididamenteanti-igualitario objetivo de cabalgar sobre su espalda hacia el cada vez msabsoluto poder poltico, un triunfo que desde luego convertira a los mismosigualitarios en una elite gobernante en ingresos y en riqueza, as como en poder.Tras las dulces, pero patentemente absurdas, peticiones de igualdad se encuentraun deseo despiadado de colocarse a s mismos al tope de la nueva jerarqua delpoder. La nueva elite intelectual y teraputica impone su dominio en nombre de la"igualdad". Tal como Antony Flew elocuentemente lo plantea: la igualdad sirvecomo la ideologa unificadora y justificadora de ciertos grupos (...) el ideal

    Procrusteano tiene, como est destinado a tener, la ms poderosa atraccin paraaquellos que juegan o esperan jugar en el futuro roles prominentes y provechosos

    dentro de la maquinaria de su aplicacin20.

    En una crtica brillante y mordaz de la actual ascendencia de los intelectualesliberales [socialdemcratas] de izquierda, el gran economista y socilogo JosephSchumpeter, escribiendo apenas durante la Segunda Guerra Mundial, sealaba queel capitalismo "burgus" de libre mercado del siglo XIX, al barrer las estructuras

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    polticas aristocrticas feudales y al retar el rol "irracional" de la religin y lasvirtudes heroicas a favor del utilitarismo, tontamente logr destruir las defensasnecesarias para su propio orden de libre mercado. Schumpeter lo planteavvidamente: La bolsa de valores es un pobre substituto para el Santo Grial.Schumpeter contina:

    La racionalidad capitalista no se deshace de impulsos sub o suprarracionales.

    Simplemente los hace salirse de sus cabales al eliminar las limitaciones de la tradicin

    sagrada o semisagrada. En una sociedad que carece de los medios, e incluso la voluntad

    de guiarlos, dichos impulsos se rebelarn (...) De la misma manera que el llamado por

    credenciales utilitarias nunca ha sido dirigido a los reyes, seores y papas en un estado

    de nimo judicial que aceptaran una respuesta satisfactoria, el capitalismo enfrenta su

    juicio ante jueces que ya tienen la sentencia de muerte en sus bolsillos. Dichos jueces

    dictarn esta sentencia, sin importar la defensa que puedan escuchar; el nico logro que

    una defensa victoriosa quizs pueda producir es un cambio en la acusacin.

    El proceso capitalista, agrega Schumpeter, tiende a eliminar estratos protectores,a deshacer sus propias defensas, a dispersar las guarniciones de sus trincheras. Adems,

    el capitalismo crea un estado de nimo crtico que, despus de destruir la autoridad

    moral de tantas instituciones, al final se vuelve contra la suya misma; el burgus se

    encuentra para su asombro con que la actitud racionalista no se detiene ante las

    credenciales de reyes o papas, sino que pasa a atacar la propiedad privada y el esquema

    entero de valores burgueses.

    En consecuencia, seala Schumpeter, la fortaleza burguesa se hace polticamenteindefendible. Pero,

    fortalezas indefensas atraen agresiones, especialmente si hay ricos botines en ellas (...)

    Sin duda es posible, durante algn tiempo, sobornarlas. Pero este recurso falla apenas

    [los agresores] se dan cuenta que pueden tenerlo todo.

    Schumpeter nota que esta explicacin para la creciente hostilidad hacia elcapitalismo de libre mercado en una poca en la que haba trado al mundolibertades y prosperidad sin precedentes, es confirmada por el impactante hechoque,

    haba poca hostilidad [hacia el capitalismo de libre mercado] en principio en tanto laposicin burguesa estaba a salvo, aunque haba entonces muchas ms razones para la

    hostilidad, esta se propag pari passu con el derrumbamiento de las barreras

    protectoras21

    .

    A la cabeza y en el centro nervioso del vigoroso empuje para tomar ventaja de estadebilidad burguesa han estado los intelectuales izquierdistas, una clasemultiplicada vastamente por la prosperidad del capitalismo y particularmente por

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    continuos y vastos subsidios gubernamentales a las escuelas pblicas, la educacinformal y a las comunicaciones modernas. Estos subsidios no slo ayudaron a crearuna enorme clase de intelectuales, sino tambin les proporcionaron --as como alaparato estatal-- por primera vez en la historia las herramientas necesarias paraadoctrinar a la masa del pblico en general22. Adems, como el orden de libre

    mercado burgus est profundamente comprometido con los derechos de propiedadprivada y, en consecuencia, con la libertad de expresin y de prensa, por losmismos principios en el corazn de su sistema, [los burgueses] se encuentranimposibilitados de "disciplinar" a los intelectuales, usando la frase de Schumpetermeter en cintura a los intelectuales. As, los intelectuales, criados en el seno de lasociedad capitalista de libre mercado, toman la primera oportunidad para volversesalvajemente contra sus benefactores, para roer las fundaciones de la sociedadcapitalista y, finalmente para organizar una campaa por el poder, usando suvirtual monopolio del proceso de formacin de la opinin [pblica], mediante laperversin del significado original de palabras como "libertad", "derechos" e

    "igualdad"23

    .Quizs el aspecto ms esperanzador de este proceso es que, tal como el difuntosocilogo Christopher Lasch sealara en su nuevo trabajo, los valores, actitudes,principios y programas de la cada vez ms arrogante elite intelectual izquierdistaestn tan fuera de sintona, tan en conflicto con los de la masa del pblicoestadounidense, que una poderosa reaccin contrarrevolucionaria es probable queocurra y, de hecho, pareciera estarse propagando rpidamente en este momento alo largo del pas24.

    En su brillante ensayo, Equality as a Political Weapon Samuel Francis gentilmente

    regaa a los opositores conservadores del igualitarismo por gastar una enormecantidad de energa en crticas filosficas, histricas y antropolgicas del conceptoy la doctrina de la igualdad. Toda esta crtica formal, por muy satisfactoria yreveladora, declara Francis, realmente le da de lejos al punto:

    En un sentido, creo que ha sido hacer lea del rbol cado, ms estrictamente, de un

    rbol de mentira, una bestia que existe slo en leyendas. El error, creo yo, es que la

    doctrina formal de la igualdad es en s misma inexistente o al menos irrelevante25

    .

    Cmo as? La doctrina de la igualdad es irrelevante, explica Francis, porque nadie,excepto quizs Pol Pot o Ben Wattenberg, realmente cree en ella y nadie, al menos

    entre aquellos que la profesan ms ruidosamente, est seriamente motivado porella. Aqu Francis cita al gran Pareto:

    un sentimiento de igualdad (...) est relacionado con el inters directo de los individuos

    que estn inclinados a escapar ciertas desigualdades que no estn a su favor y a erigir

    nuevas desigualdades que s estn a su favor, siendo estas ltimas su principal

    preocupacin26

    .

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    Entonces Francis seala que el verdadero significado de la doctrina de la igualdad,as como su verdadero poder como fuerza social e ideolgica, no puede sercontrarrestado con crticas meramente formales. Pues,

    el verdadero significado de la doctrina de la igualdad es que sirve como un arma

    poltica, para ser desenvainada cada vez que sea til para derribar barreras --ya seanhumanas o institucionales-- al poder de aquellos grupos que la llevan en la cintura

    27.

    Por lo tanto, para montar una respuesta efectiva al reinante igualitarismo denuestra poca es necesario, pero apenas suficiente, demostrar lo absurdo, lanaturaleza anti-cientfica, contradictoria de la doctrina igualitaria, as como lasdesastrosas consecuencias del programa igualitario. Todo eso est bien. Pero nocapta la naturaleza esencial, as como la refutacin ms efectiva, del programaigualitario: exponerlo como una mscara de la bsqueda del poder de la eliteizquierdista y meditica que gobierna actualmente. Ya que estas elites son las hastaahora indiscutibles clases formadoras de opinin en la sociedad, su dominio no

    puede ser desplazado hasta que el oprimido pblico, instintiva peroincipientemente opuesto a estas elites, aprecie la verdadera naturaleza de lasodiadas fuerzas que lo gobiernan. Para usar las frases de Nueva Izquierda de finalesde los aos 60, la elite gobernante debe ser "desmitificada", "deslegitimada" y"desantificada". Nada puede avanzar ms su desantificacin que la comprensinpblica de la verdadera naturaleza de sus eslganes igualitarios.

    Notas

    1. Me doy cuenta que los especialistas en abejas u hormigas sealarn laexistencia de la divisin del trabajo entre varios grupos de estas especies,pero permanezco escptico respecto a que una hormiga o abeja individualtenga una "personalidad" digna de ser honrada, extraada o denunciada.

    2. As, el gran filsofo rabe de finales del siglo XI al-Ghazali denunciaba la ideade la igualdad obligada y adverta severamente que el compartir la riquezadeba ser voluntario. Vase S.M. Ghazafar y A.A. Islahi, The EconomicThought of an Arab Scholastic: Abu Hamid al-Ghazali (1058-1111), History ofPolitical Economy 22 (Verano 1990): 381-403.

    3. Antony Flew, The Politics of Procrustes: Contradictions of Enforced Equality(Buffalo, N.Y.: Prometheus Books, 1981), frontispiece.4. J.R. Lucas,Against Equality Again, Philosophy 52 (Julio 1977): 255.5. Henry C. Simons, Personal Income Taxation (Chicago: University of Chicago

    Press, 1938), p. 19.6. Richard Nisbet, The Pursuit of Equality, The Public Interest 35 (1974): 103,

    citado en Antony Flew, Politics of Procrustes, p. 20.7. Citado en ibid., pp. 22, 187.

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    8. El impuesto sobre la renta progresivo, una de las herramientas favoritas delos igualitarios para ayudar a igualar los ingresos, desprecia la diferencia enpatrimonio. Como consecuencia, apenas si es excntrico paramultimillonarios con bajos ingresos anuales, apoyar impuestos progresivosque paralizaran a sus ascendentes jvenes competidores con altos ingresos,

    pero poco patrimonio. Vase Ludwig von Mises, Human Action, 3rd rev. ed.(Chicago: Henry Regnery, 1966), p. 809.

    9. Sobre el ideal marxista de la abolicin de la divisin del trabajo, vaseMurray N. Rothbard, Freedom, Inequality, Primitivism, and the Division ofLabor (Menlo Park, Calif.: Institute for Humane Studies, 1971), pp. 10-15(reimpreso en 1991 por el Instituto Ludwig von Mises) y Paul Craig Roberts,

    Alienation and the Soviet Economy, 2 edicin (New York: Holmes and Meier,1990).

    10.Flew, Politics of Procrustes, pp. 11-12, 62.11.Frank Parkin, Class Inequality and Political Order(London: Paladin, 19721, p.

    183; citado en Flew, Politics of Procrustes, pp. 63-64.12.Murray N. Rothbard, Freedom, Inequality, Primitivism, and the Division ofLabor, 2 ed. (1971; Auburn, Ala.: Ludwig von Mises Institute, 1991); yRothbard, Egalitarianism as a Revolt Against Nature, en Egalitarianism as aRevolt Against Nature and Other Essays (Washington, D.C.: LibertarianReview Press, 1974), pp. 1-13.

    13.Helmut Schoeck se refiere a la absoluta igualdad de oportunidades queprevalece en un juego de azar, el cual, tal como todos saben desde el

    principio, slo puede ser ganado por unos pocos. Schoeck seala que elganador del premio gordo es muy poco envidiado. Esto es debido a la

    verdadera igualdad de oportunidades y de la naturaleza absolutamentefortuita de la seleccin del ganador. Una esposa no se quejara con su esposo

    por no haber comprado el boleto acertado de la lotera (...) nadie podra

    sufrir seriamente de un complejo de inferioridad como resultado de sus

    repetidos fracasos. Helmut Schoeck, Envy: A Theory of Social Behavior(NewYork: Harcourt, Brace and World, 1970) p. 240

    14.Ibid. p. 151.15.Para penetrantes ejemplos de esta distopa en obras de ficcin, vase L. P.

    Hartley, Facial Justice (London: Humish Hamilton, 1960) y Kurt Vonnegut,Jr., "Hamson Bergeron" (1961), en Welcome to the Monkey House (New York:Dell, 1970), pp. 7-13.

    16.Schoeck, Envy, p. 295.17.Martin Buber Paths in Utopia (Boston, Beacon Press, 1958), pp. 144ff;

    Schoeck Envy pp. 298-99.18.Me parece a m que lo que se necesita para percibir estas relaciones no es

    una altisonante "teora", sino una disposicin a apartar las cortinas deofuscamiento, ver lo que en realidad est sucediendo y aceptar que elEmperador no tiene ropa.

    http://www.mises.org/humanaction.asphttp://www.mises.org/fipandol.asphttp://www.mises.org/fipandol.asphttp://www.amazon.com/exec/obidos/redirect?link_code=ur2&camp=1789&tag=elliberalvene-20&creative=9325&path=tg/detail/-/0945999631/qid=1128011481/sr=2-1/ref=pd_bbs_b_2_1?v=glance%26s=bookshttp://es.wikipedia.org/wiki/Distop%C3%ADahttp://es.wikipedia.org/wiki/Distop%C3%ADahttp://www.amazon.com/exec/obidos/redirect?link_code=ur2&camp=1789&tag=elliberalvene-20&creative=9325&path=tg/detail/-/0945999631/qid=1128011481/sr=2-1/ref=pd_bbs_b_2_1?v=glance%26s=bookshttp://www.mises.org/fipandol.asphttp://www.mises.org/fipandol.asphttp://www.mises.org/humanaction.asp
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    19.Sobre el nuevo igualitarismo grupal, vase Rothbard, Freedom, inequalityand primitivism, and the division of labor.

    20.Flew, Politics of Procrustes, pp. 11-12.21.Joseph A. Schumpeter, Capitalism, Socialism, and Democracy (New York:

    Harper & Bros., 1942), pp. 137, 143-44.

    22.Para una discusin iluminante sobre el uso de tales subsidios y tecnologaspor las elites polticas y mediticas para manipular el apoyo de las masas,vase Benjamin Ginsberg, The Captive Public: How Mass Opinion PromotesState Power(New York: Basic Books, 1986), pp. 86-98.

    23.Schumpeter, Capitalism, p. 150.24.Vase Christopher Lasch, The Revolt of the Elites, Harper's 289 (November

    1994): 3949.25.Samuel Francis, Equality as a Political Weapon, Essays in Political Economy

    10 (July 1991): 2. El ensayo fue presentado originalmente como una clase enla conferencia del Instituto Ludwig von Mises sobre "Igualdad y la sociedad

    libre" en abril de 1991. Tambin publicado en Beautiful Losers: Essays on theFailure of American Conservatism (Columbia, Mo.: University of MissouriPress, 1993).

    26.Samuel Francis, Beautiful Losers: Essays on the Failure of AmericanConservatism, pp. 208-9. La cita de Pareto viene de The Mind and Society dePareto (New York: Harcourt, Brace, 1935), vol. 2, pp. 735-36.

    27.Francis, Beautiful Losers, p. 209.