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1 Domingo 11 de octubre de 2020 sofá en el www.laprensaaustral.cl Rodrigo Maturana L. Manuel Troncoso Silva La crítica mirada a la educación de un profesor normalista En la intimidad de su hogar, junto a su esposa, la también educadora, Margarita Popovic Vera.

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    Domingo 26 de marzo de 2017

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    Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

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    Manuel Troncoso Silva

    La crítica mirada a la educación de un profesor normalista

    En la intimidad de su hogar, junto a su esposa, la también educadora, Margarita Popovic Vera.

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    Domingo 26 de marzo de 2017

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    Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

    Ma n u e l Tronco-so Silva (14 de a g o s t o

    de 1940, Constitución) y su esposa, Margarita Po-povic Vera, profesora de Lenguaje y orientadora, viven la pandemia en la calidez de su hogar, en la población Fitz Roy, jugando con su perrita Mía Mafalda y observan-do Punta Arenas desde un altillo, en el que cada uno tiene su escritorio, en un espacio en que los libros y recuerdos copan cada rincón. Agradecen la visita y que se hayan acordado de ellos, am-bos profesores norma-listas, formados en una época muy distinta a la

    actual. Hijo de Francisco Ja-

    vier Troncoso Muñoz y de Sara Luisa Silva Sepúlveda, se crió en Valparaíso y tuvo 10 hermanos. Estudió en el Liceo Eduardo de la Barra en la preparatoria y en el Liceo San Ber-nardo hasta sexto de Humanidades. Poste-riormente, se formó en la Escuela Normal José Abelardo Núñez, entre 1958 y 1960, para des-pués pasar a la Facultad de Filosofía y Educa-ción en la Universidad de Chile, entre 1960 y 1965. Troncoso lleva 48 años de matrimonio con Margarita Popovic y tu-vieron dos hijos: Ivka y Lautaro, que se su-

    man a los otros cuatro que Troncoso tuvo de su primer matrimonio, entre los que destacan el ex seremi de Economía, Bernardo Troncoso, y la profesora, Susana Tron-coso.

    “Partí haciendo cla-ses en escuelas rurales y después en la Escue-la Normal de Valdivia, y posteriormente, en la Escuela Normal de An-cud, para después ve-nirme a Punta Arenas. Me vine a vivir en 1977, porque estaba exone-rado y cesante, y como Margarita era de aquí, llegamos como comer-ciantes hasta que ella comenzó a hacer clases en una escuela básica y yo en el Instituto Don Bosco, donde permane-cí hasta 1990. Allí volví a la educación pública, como seremi de Edu-cación”, Troncoso, que dictó clases de Filosofía en la Escuela Normal y en el IDB hizo clases de Historia y fue director de estudios.

    A su esposa Margari-ta la conoció en el aula. “Ella fue mi alumna. Llegué a Ancud y ella llegó a estudiar Peda-gogía en la Escuela Nor-mal. Yo tenía 30 años, nos conocimos, com-partíamos muchas ideas y tuvimos un pololeo. Nos casamos en Ancud y en diciembre cumpli-remos 48 años de matri-monio”.

    Sus años como autoridad

    Ser seremi en el pri-mer gobierno tras el retorno a la democra-cia, fue todo un desafío para Manuel Troncoso. “Fue muy difícil, por-

    que había que restable-cer las relaciones con las Fuerzas Armadas y como soy socialista, ha-bía una imagen de que iba a actuar de manera muy confrontacional, y no fue así. En general, encontré un grupo de gente que cooperó y lo hicimos bastante bien”, recalca.

    Entre las principales obras de su etapa como autoridad de Educación, destacó, en primer lu-gar, el reintegro de los profesores que habían sido exonerados. “Otra contribución grande que hicimos fue la vin-culación entre educa-ción y salud, creando la comisión con el seremi de Salud, el doctor Ga-briel González Lillo. Y lo más importante, fue que cuando asumí, hice un estudio diagnóstico de la región, y me di cuen-ta que solamente había gimnasios en los liceos particulares, colegios grandes, y en una que otra escuela básica. Así

    que entre mi periodo en la seremi, entre 1990 y 1994, todos los colegios municipales tuvieron gimnasio, con lo cual se intensificó la educa-ción física. También el apoyo que le dimos a la educación diferencial, creamos la primera es-cuela para ciegos; des-pués creamos la prime-ra escuela para niños autistas. Pero lo más trascendente del go-bierno de Aylwin, jun-to con el apoyo del in-tendente Roque Tomás Scarpa, fue el gran de-sarrollo a la educación técnico-profesional. No solamente ampliamos los programas y robus-tecimos con materiales al Liceo María Behety, sino que también crea-mos los talleres y trans-formamos una escuela pequeña de Natales, en el Liceo Politécnico. Y además, hicimos el proyecto del que llegó a ser el Liceo Politécnico, convertimos el Liceo de Niñas en politécnico y

    toda la educación mu-nicipal media se volvió mixta”, destaca.

    Esos cambios, pun-tualmente los últimos, no tuvieron mucha aceptación, así como el programa de Educación Sexual que implementó, en especial, “programas para que no se separaran del sistema educacio-nal, a las niñas que que-daban embarazadas, eso sí que tuvo resistencia. Pero logramos penetrar en las conciencias para llegar a esta apertura que se da hoy en día”.

    Estos últimos planes llegaron cuando ya es-taba en la Corporación Municipal, donde es-tableció el lema “Todo niño tiene derecho a crecer mentalmente sano”, ya que “eso im-plicaba no solamente un desarrollo educacional en lo intelectual y emo-cional, sino también cívico. Por eso hicimos una gran fusión entre la educación y la sa-lud”, apunta Troncoso,

    Por Cristian Saralegui [email protected]

    Formado como profesor normalista, fue el primer seremi de Educación del regreso a la democracia, en el gobierno de Patricio Aylwin. Militante socialista, también fue jefe del Area de Educación de la Corporación Municipal de Punta Arenas,

    una trayectoria que le hace tener una visión crítica de la formación docente y el estado de la educación actual.

    Manuel Troncoso Silva

    “Hay una desvalorización de la labor del profesor y del sentido que tiene

    para la vida, la educación”

    Manuel Troncoso saludando al entonces Presidente Patricio Aylwin, en 1990. Aparecen también Jaime Jelincic, Yanko Vilicic y Juan Vivar, fallecido en 2016.

    En 2018 recibió un homenaje en su antigua Escuela Normal de Ancud.

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    También en 1990 como seremi de Educación, junto al entonces ministro de la cartera, Ricardo Lagos Escobar.

    Año 2000, en su despedida de la Corporación Municipal, Manuel Troncoso recibe el saludo de quien considera su maestra, Viola Soto Guzmán.

    Entregando reconocimientos a estudiantes, en su etapa como seremi de Educación.

    que ocupó el cargo de secretario general de la Cormupa, en el periodo alcaldicio de Nelda Pa-nicucci.

    En esa etapa, desta-ca la intensificación de las actividades com-plementarias en los es-tablecimientos, “para que no fuera un pro-grama tan intelectual, sino también afectivo. Además que logramos el programa de salud bucal, de enjuagatorios con flúor, para los ni-ños, porque descubri-mos que más del 90% de los niños llegaban a oc-tavo básico con su den-tadura en muy mal esta-do y creamos este plan, cuando estaba de mi-nistra de Salud Michelle Bachelet, que nos donó laboratorios denta-les ambulatorios. Esos programas fueron muy importantes, porque no solamente les mejoraba la autoestima a los ni-ños, sino que además les permitía tener una me-jor salud”.

    Tras retirarse de la Corporación Municipal, en el año 2000, siguió haciendo clases en la Universidad de Maga-llanes, en las carreras de Pedagogía, hasta hace unos pocos años.

    El legado de la Escuela Normal

    Sin duda, para Manuel Troncoso, la formación en la Escuela Normal fue trascendental, al punto en que afirma que “el gran deterioro de la educación chilena, en mi concepto, se debe al cierre de las escuelas normales. Porque la dic-tadura consideraba que eran un antro de revolu-cionarios. La verdad es que sí, eran progresis-tas, pero inspiradas in-cluso en un norteameri-cano que planteaba que

    la educación tiene que ir vinculada a la realidad que se vive y los alum-nos tienen que anali-zar esa realidad. De ahí surge este pensamiento pedagógico moderno de Paulo Freire, en que se busca que la educación ayude al alumno a tomar conciencia, no sólo de sí mismo sino del mun-do en el que vive, para que sea un promotor de cambios. Y la dictadura no solamente me exo-neró a mí, sino a todos los profesores que hu-bieran sido simpatizan-tes de Allende, no sólo militantes, pero en la mayoría de las escuelas normales, los profesores éramos de pensamien-to laico y socialista”, lamentó Troncoso, que junto a su esposa nun-ca pudo vivir tranquilo durante la dictadura, porque su casa era vigi-lada constantemente.

    Así, la formación de los profesores básicos co-menzó a ser en las uni-versidades, que “eran un mundo académico, quizás con mucha so-lidez, pero no tenían la vivencia de la educación popular, que tiene una gran tradición en Chile, que viene del creador de la primera Escuela Nor-mal, Domingo Faustino Sarmiento, la que a su vez estaba inspirada en una formación de maes-tros para la educación popular, no tanto una elite intelectual, sino de formar una masa de ciu-dadanos con conciencia no solamente demo-crática, sino vinculada a la realidad. Por eso se formaban maestros rurales. Entonces ese concepto, de vincular la educación a la realidad, se perdió. Y las univer-sidades forman pro-fesores, pero ponen el énfasis en lo académico,

    tienen muy poca vin-culación y relación con la realidad. Nosotros íbamos no solamente a hacer clases, sino a en-señar vida ciudadana, desarrollo comunitario; en la Escuela Normal de Ancud les enseñába-mos a trabajar la tierra, porque se pensaba que el profesor que llegara a una comunidad, no po-día ser extraño a ella”, profundizó Troncoso.

    Es así como destaca a algunos profesores nor-malistas que dejaron huella: Humberto Agui-la, “Popeye” Cárdenas, Leopoldo Seguel, Ela-dio Agüero Pletikosic y Neftalí Carabantes Burr, con quien trabajó en la seremi de Educa-ción, “porque teníamos un proyecto educa-cional muy similar en nuestras concepciones de vida”. Por eso, reitera que “jamás la educación chilena volverá a ser lo que era, sin la presencia de una institución que una la educación con la realidad, lo práctico con lo teórico, que dé un sentido de sistema y unidad al proyecto edu-cativo”.

    Por lo que lee, escucha y ve, tiene una visión muy crítica del estado actual de la educación: “Me duele lo que pasa en las escuelas, ese poco arraigo en la conciencia de la gente de lo que sig-nifica la escuela como institución, como es-pacio de vida. Entonces el profesor tiene que ser un especialista en co-municación, relaciones humanas, en una visión sistémica de la vida, que

    le permita ir generando en los alumnos, pro-yectos de vida. Hay una desvalorización de la labor del profesor y del sentido que tiene para la vida, la educación. El ser humano no nace como humano; nace con las potencialidades de un ser humano, pero llega a ser humano solamente a través del proceso de la educación. Hay que ser un especialista en humanización, amar al ser humano, respetarle sus derechos, tener una visión de la vida muy centrada en la persona. Los seres humanos no somos cosas. Las co-sas se usan, las perso-nas se desarrollan y se enseñan unos a otros”, reflexiona, y por eso su discrepancia con las políticas actuales. “No hay proyecto educativo sin una visión política; cuando digo esto me re-fiero a una visión de la relación de los hombres entre sí y de cómo el po-der se tiene que ejercer”.

    El plebiscitoComo llegó al tema

    político, Troncoso tam-bién observa con cu-riosidad el camino de una nueva Constitución, cuya primera estación es el plebiscito del 25 de octubre. “La dictadura destruyó la estructu-ra política de este país, pero no la aniquiló. Hay interés de la gen-te en política, pero hay un interés por tener un poder, no por generar el poder como un acuerdo. Estoy completamen-te de acuerdo en una concepción en que una

    Constitución sea elabo-rada por el pueblo, y soy partidario de que se ge-nere una nueva gestión para producir esa Cons-titución. Pero tengo ple-na conciencia también de que hay muy poca cultura política, no hay una conciencia del gran significado y poder que tenemos como ciuda-danos para hacer la po-lítica, entonces el que tiene más posibilidad de penetración a través de la propaganda, es el que a veces se impone. En-tonces, faltan lideraz-gos auténticos, faltan movimientos de estudio y análisis de los proble-mas sociales y políticos. Entre los jóvenes no hay conciencia política, no les interesa, y eso es grave, porque no le in-teresa vivir con otros ni llegar a acuerdos. En-tonces el que gana es el más fuerte, el más vio-lento, el que tiene más poder económico. Y la política no es eso, sino que nos sentemos y nos pongamos de acuerdo en cómo vivir”.

    Pero ni siquiera el es-tallido social de hace casi un año lo ve con

    muy buenos ojos, por-que “son movimientos necesarios, pero muy violentos; y no vamos a lograr acuerdos a través de la violencia. Pau-lo Freire decía que la educación es una con-cientización, ayudar a la gente a darse cuenta. Y los poderes econó-micos y empresariales, no quieren que la gente se dé cuenta, porque es peligroso para ellos”.

    Ahora, en su casa, vive bien, a pesar de las pensiones tan bajas que reciben los profe-sores. Y aunque no está retirado, sí se reconoce alejado, pero “cuando uno tiene una forma-ción política y una vi-sión social, nunca deja de ser lo que es. Yo soy socialista, sigo sién-dolo, participando no, pero sí militando. Y soy consecuente. Cuando hay elecciones siempre se acuerdan de llamar-me; los socialistas no esperamos que nos lla-men, actuamos. Traba-jamos mucho por la de-mocracia, en la calle”. Por eso, finalmente re-flexiona que, en base a su formación, “creo en la libertad y la justicia, no solamente para mí, sino para los demás. Y eso se llama frater-nidad, estar unidos a otro. Soy libre, pienso libre y tengo que ser consecuente y respon-sable con mi libertad, y por lo tanto, estar per-manentemente en bús-queda de respuestas. Y creo que todos los seres humanos somos igua-les. Hay que tener esa visión global. Libertad, igualdad, fraternidad, conceptos tan antiguos y que siguen siendo los pilares de definición para ser una persona que viva humanamen-te”.

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    Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

    Víctor HernándezSociedad de Escritores de Magallanes

    Por

    Parte I

    Universidades populares en Chile y algunas experiencias en Magallanes

    En octubre nos a p r e s t a m o s a conmemo-rar diversos a c o n t e c i -

    mientos históricos, po-líticos y culturales. Estos eventos no se condicen con la dramática situa-ción sanitaria que afecta a la humanidad, al país, y por supuesto, a nuestra Región Magallanes.

    En el pasado recordá-bamos fechas históricas como la Batalla o De-sastre de Rancagua, (1 y 2 de octubre de 1814); el Combate Naval de An-gamos, (8 de octubre de 1879); y el llamado “Descubrimiento de América” por Cristóbal Colón, (12 de octubre de 1492). En años recientes, hemos incorporado a la agenda de efemérides, el día que ingresa la flota de Hernando de Magallanes a recorrer el estrecho que hoy lleva su apelli-do, preludio de un viaje de circunnavegación al-rededor del planeta, que demostrará a su vez, la esfericidad de la Tierra, episodio que completará cinco siglos exactos, el próximo 21 de octubre.

    En este mes también se rememora la fundación del Colegio de Profesores de Chile, un 16 de octu-bre de 1974, circunstan-cia que aprovecharon las autoridades de aquella época, para fusionar e instituir, tres años más tarde, con la promulga-ción del decreto ley Nº 1.938, el Día del Profesor. De esta manera, desde 1977, cada 16 de octubre

    se recuerda la obra des-plegada por los educa-dores en nuestra patria. El problema radica en que en la designación de esa fecha se engloba y se circunscribe a dos acontecimientos, que si bien tienen que ver con la educación, son com-pletamente distintos en su gestación.

    En nuestra reseña pu-blicada por El Magalla-nes, el 13 de octubre de 2019, hicimos hincapié en que por lo menos du-rante tres décadas, desde 1943 hasta 1973, se cele-bró en Chile, haciendo propio el acuerdo adop-tado en la Primera Con-ferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Ame-ricanas, de festejar cada 11 de septiembre, como el Día Panamericano del Maestro, en recuerdo del día y del mes que evo-caba el fallecimiento del educador y político ar-gentino Domingo Faus-tino Sarmiento (1811-1888).

    En esa crónica men-cionamos además, las diversas actividades que se realizaban en todo el país para distinguir a destacados maestros. Escribimos que el Minis-terio de Educación so-lía entregar en solemne ceremonia en el Teatro Municipal de Santia-go, una medalla de oro a todos los pedagogos que hubieran cumplido treinta años de servicios. El evento incluía el tras-lado y la estadía de los docentes en la capital.

    Dijimos también, que en Magallanes, desde 1967 a 1973, la Dirección Provincial de Educación preparaba la “Semana del Maestro”, que incluía una romería al Cemente-rio Municipal en recuer-do a los maestros falleci-dos, la elección de reina, veladas artísticas a cargo del Conjunto Folclórico del Magisterio, compe-tencias recreativas y de esparcimiento, efectua-das en el Gimnasio de la Confederación Depor-tiva y el reconocimien-to a los profesores más

    destacados. Llamaba la atención en aquel en-tonces, la organización dispensada por el Sin-dicato Unico de Traba-jadores de la Educación, poderoso ente gremial que agrupaba a todos los sindicatos de profesores y personal paradocente vinculado con el mundo de la enseñanza.

    En esa oportunidad, destacamos en la nece-sidad de restablecer un día único que congratu-le al maestro, y de paso, llamamos la atención, a la cantidad excesiva

    de fechas instituidas en el último tiempo con el objeto de enfatizar espe-cialidades de los docen-tes, lo que a la postre, tiende a generar mayor confusión en la opinión pública. ¿No será más adecuado unificar crite-rios y definir un solo día del año para congratular a todos los profesores, estén en actividad o ha-yan sido acogidos a jubi-lación?

    Dejamos planteada esa interrogante porque en esta ocasión, nos impor-ta describir sobre un área específica de la educa-ción terciaria de la que se habla y escribe mucho en estos momentos. Nos referimos a las deno-minadas Universidades Populares y las pregun-tas típicas, ¿Hubo alguna vez instituciones de esas características en Chile? ¿Se conocieron expe-riencias de ese tipo en Magallanes?

    En esta primera entre-ga, haremos una breve síntesis de las principa-les ideas que cristaliza-ron en lúdicas experien-cias, efímeras algunas, duraderas otras, sobre la implementación de uni-versidades populares en Chile y reseñaremos en la próxima semana los exi-tosos ensayos obtenidos en distintos momentos de nuestra historia re-gional, por el Magisterio de Magallanes y otras organizaciones, princi-palmente sindicales, que se ocuparon en dotar al austro de este tipo de es-cuelas o universidades, y

    cuyo único propósito fue elevar el nivel de educa-ción y de cultura de la clase trabajadora.

    Algunos casos emblemáticos

    El primer ejemplo de este tipo lo encontramos en 1918, cuando miem-bros de la Federación de Estudiantes de la Uni-versidad de Chile, ini-cian tratativas para ha-bilitar cursos destinados a obreros y artesanos. En efecto. Influenciados por la reforma a la educación superior que se vivía en la ciudad universitaria de Córdoba, en Argenti-na, los estudiantes chi-lenos dirigidos por su presidente Pedro León Loyola, plantearon la necesidad de acercar el conocimiento y la cul-tura a las clases más des-poseídas.

    Luego del término de la Primera Guerra Mun-dial (1919) se vivía en el país, una época de pro-fundas transformacio-nes políticas y sociales. Habían desaparecido los últimos imperios que conoció la humanidad, y las ideologías totali-tarias, fascismo y na-cionalsocialismo; anar-quismo y comunismo, ganaban adeptos en todo el orbe. En Chile, los es-tudiantes universitarios abrazaban los ideales ácratas que difundían en el periódico “Claridad”. Importantes figuras de la cultura y la literatura adscribían al movimien-to, entre ellos, la educa-dora Amanda Labarca,

    El 7 de noviembre de 1968, en el seno de la Universidad Católica, nace el Departamento Universitario Obrero Campesino (Duoc), centro educativo destinado a entregar conocimientos técnicos a estudiantes de escasos recursos económicos.

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    “En el verano de 1972, destacados profesores de la Universidad Católica de Valparaíso

    realizaron con inusitado éxito en nuestra provincia, una escuela de verano dictando talleres experimentales abiertos a toda la comunidad sobre investigación aplicada

    en diversas temáticas. De las conclusiones emanadas se decidió crear la sede regional

    del Duoc, iniciativa cultural que se materializó el 29 de agosto de 1972, con la inauguración

    oficial en Punta Arenas de este centro de estudios, ubicado en calle Chiloé Nº1129”

    el poeta y narrador Pe-dro Prado, los novelistas Manuel Rojas y Santos González Vera; el filóso-fo Juan Gómez Millas, el vate y dramaturgo José Domingo Gómez Rojas.

    Con este panorama se funda la Universidad Po-pular Lastarria, llamada así como una forma de resarcir el nombre de uno de los fundadores de la Sociedad de la Igual-dad, el escritor y político José Victorino Lastarria (1817-1888). El centro de estudios funcionó du-rante unos doce años. La malla curricular ofrecía ramos de castellano, fi-losofía, historia, física, geometría, higiene y as-tronomía. Los fines de semana se agregaban las asignaturas de ciencias económicas y sociales.

    El legado de esta uni-versidad, que llegó a contar con una matrícu-la de trescientos obreros, se mantiene hasta el día de hoy con las clínicas jurídicas que anualmen-te dictan profesores y estudiantes a trabaja-dores. En este sentido, a ochenta años de su fundación en 1940 se mantiene incólume, la Escuela Nocturna para Obreros de la Cons-trucción (Enoc) y desde 1990, el preuniversitario popular José Carrasco Tapia.

    Una segunda expe-riencia fue la Univer-sidad Popular Valentín Letelier. Nacida tam-bién bajo el alero de la Universidad de Chile, durante la rectoría de Juvenal Hernández Ja-que y la presidencia de los estudiantes que ejer-cía Felipe Herrera Lane. Desde un comienzo se contó con el apoyo de la Confederación de Traba-jadores de Chile (CTCH), la Federación de Educa-dores y de los ministe-rios de Educación y de Trabajo.

    En el estudio de 2017, “Educación Mutua & Libre: experiencias edu-cativas estudiantiles de la Universidad de Chi-le”, de los investiga-dores Felipe Montoya, Antonio Olivares, Caro-lina Riquelme y Romi-na Oñate, se exponen los principales trazos de esta universidad, funda-da en 1945, la que por lo

    menos hasta 1953, contó con tres mil quinientos alumnos distribuidos en las diversas sedes regio-nales que tuvo la U. de Chile. Los autores hacen hincapié en que la falta de recursos obligó a su privatización, anticipo de lo que ocurriría con el sistema universitario chileno a inicios de la década del ochenta del siglo pasado.

    Un caso singular acon-teció en Concepción. A instancias del arzobispo de esa ciudad, Alfredo Silva Santiago, (1894-1975) el 16 de mayo de 1948 se funda la Univer-sidad Popular Obrera, con el objeto de capaci-tar a jóvenes y adultos para integrarlos desde una perspectiva cristia-na, al ámbito laboral. En principio, se entrega-ban cursos de carpinte-ría, corte y confección, mecánica, peluquería, primeros auxilios y za-patería.

    Con el tiempo la Uni-versidad se convirtió en 1981, en el Centro de Educación Integrada de Adultos, (Ceia) “Monse-ñor Alfredo Silva Santia-go”. De inmediato, se in-corporaron los ciclos de enseñanza básica en sus tres niveles, paso previo a la decisión adoptada en 1988, de dictar cur-sos de enseñanza media para personas mayores de dieciocho años. En esta nueva época, el Ceia penquista será adminis-trado por diversas fun-daciones que harán olvi-dar, lamentablemente, el origen proletario de la institución.

    Aparece el EstadoApreciamos una si-

    tuación diferente en la implementación de la Escuela de Técnicos Uni-versitarios, génesis de la sede Talcahuano de la prestigiosa Universidad Técnica Federico San-ta María. La idea surge luego de la visita que hi-ciera a Chile en 1969, el rey Balduino de Bélgica, en que se concibió un proyecto de intercam-bio educativo, con el propósito de capacitar a obreros de esa región, tí-picamente industrial, en la adopción de nuevas tecnologías.

    En 1970 se comisio-

    naron a Bélgica a nueve profesores, futuros en-cargados de planificar los primeros cursos téc-nicos. Al año siguiente, se iniciaron las clases con las asignaturas de electrónica y electrici-dad; mecánica de man-tenimiento y química analítica. La sede uni-versitaria en Talcahuano fue inaugurada en 1972 con asistencia del Presi-dente Salvador Allende y del embajador de Bélgica en Chile, Jan Tielemans. Para 1975 esa casa de Es-tudios Superiores, en-tregaba a la Región del Biobío los primeros téc-nicos titulados en aquél recinto universitario.

    La noción de extender la educación secundaria otorgando el grado de técnicos, como requisi-to previo al ingreso a la universidad, formó parte del programa de reforma integral a la educación impulsada por el gobier-no del Presidente Eduar-do Frei Montalva (1964-1970). Basados en los análisis sobre deserción escolar, que aumen-taban a medida que se acercaba el final del ciclo de secundaria, el gobier-no propició un proyecto que consistía en la for-mación especializada de técnicos, de los cuales adolecía el país. Como puntualizó el historia-dor Cristián Gazmuri en la página 626 del tomo II de su magnífico estudio “Eduardo Frei Montal-va y su época”, que: “El problema se veía agrava-do, más aún, porque de los egresados de las Hu-manidades sólo un por-centaje minoritario in-gresaba efectivamente a la universidad, quedan-

    do el resto con una edu-cación que no los había preparado para realizar un trabajo especializado o técnico. Muchos jóve-nes chilenos iniciaban así su vida laboral como “cesantes ilustrados” y terminaban por em-plearse como podían sin que los conocimientos adquiridos les sirvieran apreciablemente”.

    Este fue el espíritu que generó la fundación del Instituto Nacional de Capacitación (Inacap), el 21 de octubre de 1966. Fruto de una iniciativa conjunta entre la Cor-poración de Fomento (Corfo) y el Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), el proyecto empezó a ser implemen-tado en todo el país. Ade-más, durante el sexenio 1967-1973, Inacap contó con el apoyo y asesoría en diversos programas de estudio debido a los convenios suscritos con los gobiernos de Bélgica, Dinamarca, Francia, In-glaterra y Suiza.

    Los cambios y trans-formaciones experimen-tados por la sociedad chilena en esos años ter-minaron por socavar el anquilosado sistema de educación superior chi-leno, en que sólo una élite minoritaria podía continuar en la vida aca-démica. Dentro de este contexto histórico, de-bemos situar la reforma universitaria iniciada en agosto de 1967 por los propios estudiantes en la Universidad Católi-ca de Valparaíso y que continuarán con mayor brío los alumnos de la Universidad Católica de Santiago y los de la Uni-versidad de Chile, con

    sus distintas sedes re-gionales.

    Fruto de la discusión, la polémica y de la ma-yor participación estu-diantil en las decisiones académicas, nace el 7 de noviembre de 1968, en el seno de la Univer-sidad Católica, el De-partamento Universita-rio Obrero Campesino (Duoc), centro educati-vo destinado a entregar conocimientos técnicos a estudiantes de escasos recursos económicos. Una innovación con res-pecto a otros proyectos de este tipo, descritos en esta reseña, es que durante el primer año de funcionamiento, las clases fueron impartidas por alumnos en prácti-ca. En un principio, se contó con una matrícula de 475 estudiantes. Para 1970 se habían agregado tres sedes regionales con un incremento de 3.033 alumnos, que para fines de 1972 era de 30.000. El éxito del proyecto llevó a que el Duoc se indepen-dizara del tutelaje de la Universidad Católica, la que accedió a otorgarle autonomía jurídica y de gestión, aprobándose la creación de la Fundación Duoc, el 7 de septiembre de 1973.

    Surge el DuocRecordemos que en

    el verano de 1972, des-tacados profesores de la Universidad Católica de Valparaíso realizaron con inusitado éxito en nuestra provincia, una escuela de verano dic-tando talleres experi-mentales abiertos a toda la comunidad sobre in-vestigación aplicada en temáticas como “El pro-ceso de Reforma Agraria en Magallanes”; “Im-plicancias de la inmi-gración desde Chiloé”; “Importancia del Puerto Libre en la zona austral”; “Historia de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego”; “Desarrollo del proceso educativo y la reforma de 1965”; “Pers-pectivas de la Universi-dad Técnica del Estado y su desarrollo futuro”; “Crecimiento demográ-fico de Punta Arenas en relación a otros departa-mentos como Natales y Porvenir”.

    De las conclusiones

    emanadas se decidió crear la sede regional del Duoc Magallanes, bella iniciativa cultural que se materializó el 29 de agosto de 1972, con la inauguración ofi-cial en Punta Arenas de este centro de estudios, ubicado en calle Chiloé Nº1129.

    Antes que finaliza-ra aquel año, los alum-nos ofrecen una prime-ra demostración ante la comunidad. El 19 de diciembre estrenan en dependencias del Club Social Católico la obra de teatro escrita por Angel Moya, “La rebelión de los jóvenes”.

    La presencia del Duoc en Magallanes fue bre-ve, pero con una intensa actividad estudiantil. El 29 de octubre de 1975, un incendio redujo a cenizas el Club Social Católico. Los alumnos alcanzaron a rescatar parte del inmobiliario, libros, documentos y los trabajos de fin de año que exhibirán en el Pala-cio Montes a contar del 17 de noviembre. Entre varios objetos se expo-nen ejemplos de modas y peluquería; alfombras y choapinos, telares, fo-tografías y muestras de pintura en género.

    Un último esfuerzo por reactivar este ins-tituto en Magallanes se produjo en julio de 1976 con la inauguración de la Primera Escuela de Temporada de Invier-no organizada por el Duoc en Magallanes. Diez profesores dictaron cursos relacionados con el estudio comparado de idiomas, el lengua-je cinematográfico y de técnicas para la com-prensión del género dramatúrgico. Se agre-gó al cuerpo docente el destacado académico y educador magallánico Ernesto Livacic Gazza-no, que ofreció al públi-co dos conferencias ma-gistrales: “Humanismo Cristiano y la Universi-dad” y “El cuento chile-no contemporáneo”.

    Nada hacía presagiar lo que vendría. La grave crisis económica y social que afectará al país y a Magallanes en los años venideros, dejará in-concluso este noble pro-yecto educativo.

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    Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

    Parte IV

    Jaime Bustamante BórquezPor

    Hacia 1936, la vida musi-cal de Punta Arenas ha-bía sufrido

    algunas ausencias que debilitaban sus diferen-tes puestas en escenas. Primero, fue Nicanor Molinare, quien partió al centro del país, lue-go, probablemente en-tre 1936 y 1937, Enrique Artigas Soriano. Artigas, violinista barcelonés, ha-bía llegado a Punta Are-nas con su padre, prome-diando la segunda década del siglo XX. Su excelente formación en el conser-vatorio de su ciudad na-tal, lo ubicó desde su lle-gada, como líder natural, por su talento y disposi-ción para todas las activi-dades relacionadas con la música.

    En la Perla del Estrecho trabajó en las nacientes salas, acompañando el cine mudo. El 10 de no-viembre de 1923, se in-corporó con su orquesta al nuevo Teatro Politeama y en 1925, junto a Jovino Fernández, Angel Ros-si y otros músicos loca-les dieron vida al primer concierto sinfónico reali-zado en la ciudad.

    La llegada del maes-tro Francisco Gil de Sanz junto al violinista Alfredo Castaño originaron esta idea, que causó sensación entre los magallánicos. Era la primera vez que se escuchaba en Punta Are-nas una orquesta de 45 profesores, bastó con la obertura de “Las bodas de Fígaro”, de Mozart, para conquistar al ansioso pú-blico que llenó el Palace Theare.

    Trabó una sincera amis-tad con José Bohr, desa-rrollando juntos varios proyectos. Bohr, conoce-

    dor de su talento, lo invi-tó en 1926 a Nueva York, para ser parte del espec-táculo que ofrecía por esos días. Tras un año en el país del norte, regresó y junto a otro español, el navarro, Benjamín Divas-son, formaron en 1929, la primera Orquesta Sin-fónica de Magallanes, de imperecedero recuerdo. En 1930, siendo profesor de música del Liceo Fiscal (hoy Luis Alberto Barre-ra), compuso la música del himno del estable-cimiento, que celebraba sus bodas de plata y como número central había convocado a un concurso para crear este icono que los muchachos y mucha-chas cantan hasta hoy.

    Junto a su labor de con-certino en la Sinfónica de Magallanes, entre 1933 y 1935 ofreció en el salón de la Escuela Nocturna Popular, conciertos di-dácticos junto a Divasson y al cuarteto que dirigía, integrado por: J. Reyno. J. Martinich y R. Meza. La orquesta que habían fundado con mucho sa-crificio, comenzó a ma-nifestar una severa crisis de financiamiento y re-novación de integran-

    tes. Los conciertos hacia 1936, estaban práctica-mente suspendidos. En estos avatares, fue cuan-

    do encaminó sus pasos a la capital.

    En Santiago se incor-poró al cuerpo docente

    del Instituto Barros Arana y posteriormente al Ins-tituto Nacional. Culminó su exitosa carrera siendo uno de los fundadores de la Orquesta Filarmónica, dependiente del Teatro Municipal de Santiago. La contribución de este músico catalán es enor-me al desarrollo musical de Magallanes.

    Música chilena comienza a marcar presencia en el austro

    Desde 1936 en adelan-te, los programas de las diferentes veladas y pro-gramas de radio realiza-dos en Punta Arenas co-mienzan a manifestar la presencia de aires nacio-nales. Un aporte funda-mental, fue Hilda García de Schrebler, figura na-cional que en su reperto-rio incluía a varios auto-res chilenos, destacando las canciones de Osmán Pérez Freire. Arribó a Punta Arenas hacia fines de 1937, acompañando a su esposo, junto a sus tres pequeñas hijas Miriam, Sonia y Astrid.

    Hilda quien ya era co-nocida en el ambiente artístico nacional como Cora Santa Cruz, de in-

    mediato se contactó con los artistas regionales y entregó su experiencia en las diferentes mani-festaciones que se ofre-cían en la ciudad. Es así, como el 9 de junio de 1938, su nombre apa-rece en la inauguración de “La hora cultural”, un programa auspiciado por el Departamento de Extensión Cultural del Destacamento Magalla-nes e irradiado a través de radio La Voz del Sur. Hay que recordar que la iniciativa del espacio ra-dial, al igual que muchas obras en beneficio de la cultura, tenían como promotor al comandante Ramón Cañas Montalva. Junto a Cora aparecen los nombres de Lina de San-telices, José Kramarenko, Antonio Colomé, Fran-cisco Coloane y José Ma-ría Robledano.

    Cora y sus hijas, sólo permanecieron hasta 1939, pero en ese corto periodo, los magalláni-cos, les hicieron sentir cariño y admiración, por su trabajo artístico y no dudaban de las grandes proyecciones de estas ar-tistas.

    Y los puntarenense no estaban equivocados. Cuando finalizaba la dé-cada del 40, las herma-nas Schrebler ascendían rápidamente al estrellato de Chile, luego Améri-ca. Inicialmente triunfa-ron como el dúo Sonia y Miriam, luego iniciarían carreras por separado. El recordado y querido lo-cutor y comunicador so-cial Juan Miranda Vargas, en su estancia en San-tiago, tuvo la ocasión de trabajar con Miriam, y la artista siempre recordaba su fugaz paso por Maga-llanes.

    Desde la Orquesta Sinfónica a los nuevos aires de chilenidad

    La primera Orquesta Sinfónica de Magallanes, de imperecedero recuerdo.

    Enrique Artigas Soriano, violinista barcelonés que dejó una huella musical en Punta Arenas.

  • Domingo 11 de octubre de 2020 7

    La gran mayoría de los galardonados son personas que han dedicado su vida a la docencia y a la investigación. A la fecha, han sido 24 los distinguidos. De todos los premiados, la única mujer en recibirlo fue Sol Serrano Pérez el año 2018.

    Hace algunas s e m a n a s conocimos el nombre del nuevo

    Premio Nacional de His-toria 2020 que recayó en Iván Jaksic Andrade. De este modo es el segundo magallánico en ser galar-donado con tan alta dis-tinción y reconocimiento. Anteriormente en el año 2000 este mismo premio lo obtuvo merecidamen-te el connotado abogado, historiador y Premio Bi-centenario Mateo Marti-nic Beros.

    El Premio Nacional de Historia se instauró en Chile en 1974, por Decreto Ley Nª681, se entregaría cada dos años al “investi-gador de historia patria o a quien, divulgándola con continuidad y nobleza de estilo a juicio del jura-do, lo mereciere”, el cual recibiría un diploma, un monto fijo de dinero y una pensión mensual vitalicia. De manera tal que se crea este premio para la difu-sión y reconocimiento de quienes hagan grandes aportes en la historiogra-fía nacional y que forma parte de los Premios Na-cionales de Chile. Si lo comparamos con el Pre-mio Nacional de Litera-tura es de reciente data y constituye un gran honor para los magallánicos, que dos hijos de esta tierra ha-yan sido reconocidos en esta disciplina tan impor-tante como es la historia.

    La gran mayoría de los galardonados son perso-nas que han dedicado su vida a la docencia y a la investigación, también se le ha entregado el premio a gente que no son his-toriadores en el sentido tradicional. A la fecha han sido 24 los galardonados. De todos los premiados, la única mujer en recibir-lo fue Sol Serrano Pérez el año 2018. Eugenio Pereira Salas inaugura esta dis-tinción en 1974, cuya es-pecialidad fue la historia de la cultura en el perio-do colonial y su principal

    obra: “Los orígenes del arte musical en Chile”.

    Eugenio Pareira Salas (1904-1979). Nació en Santiago, fue profesor de Historia, Geografía y Edu-cación Cívica titulado en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chi-le, ejerció docencia en la Universidad de Chile y destacó como historiador por sus contribuciones a la historia de la cultura chilena. Sus aportes al es-tudio de la música, el tea-tro y las bellas artes en el periodo colonial y el siglo XIX fueron notables. Fue decano de la facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile y presidente de la Acade-mia Chilena de la Historia entre los años 1962 y 1979. En 1966 obtuvo el Premio Atenea. Escribió 13 libros, 246 artículos, 205 reseñas y 263 escritos de distinta índole.

    En 1976, fue Mario Gón-gora del Campo (1915-1985) quien recibió el Pre-mio Nacional de Historia. Es considerado uno de los historiadores más desta-cados del siglo XX, tanto por su obra historiográfica como por su labor aca-démica desarrollada du-rante más de 30 años en la Universidades de Chile y Católica. Abandonó su profesión de abogado y comenzó los estudios de pedagogía en la Univer-sidad de Chile, alcanzó el grado de Licenciado en Filosofía con mención en historia. Su especialidad fue la historia colonial, social e historia de las ideas basadas en un enfo-que crítico e inspirado en la Escuela de los Annales. Sus principales obras fue-ron: “Encomenderos y estancieros. Estudio acer-ca de la constitución so-cial aristocrática de Chile después de la conquista, 1580-1660” (1970) y “En-sayo histórico sobre la no-ción del Estado en Chile en los siglos XIX y XX”. (1981). El historiador Ser-gio Villalobos lo considera “el más riguroso, metó-

    dico y penetrante de los historiadores chilenos del siglo XX” y para Ricardo Krebs es “la figura más destacada de la historio-grafía chilena de los últi-mos tiempos”.

    Juan Luis Espejo Tapia (1888-1983), nacido en Santiago fue el galardo-nado con el Premio Na-cional de Historia en 1978. Es considerado uno de los historiadores más desta-cados del siglo XX por su aporte al progreso de los estudios genealógicos en Chile y en la formación de academias y sociedades dedicados a la investiga-ción histórica y genea-lógica de Chile. En 1913, se tituló de ingeniero agrónomo, profesión que ejerció en la larga carrera profesional que desarro-lló en el Departamento de Bienes Raíces del Servicio de Impuestos Internos donde jubiló como jefe. En 1914, el gobierno lo comisionó para investigar en diversos archivos que concluyeron con dos im-portantes obras. En 1917, escribió “Nobiliario de la antigua Capitanía Gene-ral de Chile”, obra en la que demostró un acucio-so trabajo investigativo

    de archivos coloniales en Chile y España.

    En 1980, el premio reca-yó en Néstor Meza Villa-lobos (1913-1983), quien nació en Retiro, Linares. En 1936, se tituló de pro-fesor de Historia, Geogra-fía y Educación Cívica en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chi-le. En 1943, realizó clases en la cátedra de Historia de América en la Univer-sidad de Cuyo, Mendoza. En 1947, hizo clases en el Instituto Pedagógico. Su línea investigativa fue la Historia de Chile y Amé-rica en el periodo india-no. En 1947 fue contrata-do por el Departamento de Historia del Instituto Pedagógico de la Univer-sidad de Chile como pro-fesor auxiliar de la cátedra de Historia de Chile. Lue-go en 1951, ascendió como profesor extraordinario de Historia de Chile, profesor investigador de Historia de América en 1952 y pro-fesor de Historia de Amé-rica en 1955. Sus obras más importantes fueron: “La conciencia política chilena durante la monar-quía” y “Estudios sobre la conquista de América”. No fue un historiador co-

    nocido fuera del ambiente académico.

    Ricardo Krebs Wilc-kens (1918-2011). Obtu-vo el Premio Nacional de Historia en 1982. Nació en Valparaíso y luego de ter-minar sus estudios secun-darios, viajó a Alemania en 1936 para iniciar su forma-ción universitaria. En 1941 se tituló de Doctor en Filo-sofía con mención en His-toria en la Universidad de Leipzig. Realizó clases en la Pontificia Universidad Católica y luego llegó a la Universidad de Chile en 1947. En esta institución fue profesor extraordina-rio de Historia Universal y Contemporánea. Más ade-lante ejerció como profe-sor titular de Historia Mo-derna en la Universidad de Colonia, Alemania, 1970. Fue miembro de la Acade-mia Chilena de la Historia desde 1955. Sus obras más importantes son “Historia universal” (1955), “La mo-narquía absoluta en Euro-pa: el desarrollo del Estado moderno en los siglos XVI, XVII y XVIII” (1979).

    Gabriel Guarda Geywitz (1928). El benedictino valdiviano fue el galar-donado con el Premio Nacional de Historia en 1984. Cursó la enseñanza secundaria en el Interna-do Barros Arana y luego ingresó en la escuela de Arquitectura de la Uni-versidad Católica donde se tituló. Posteriormen-te su vocación religiosa lo hizo entrar a la Orden de los Benedictinos, de la que llegó a ser abad emé-rito. En la Orden cambió su nombre civil, Fernando por el de Gabriel. Se dedi-có a la docencia a partir de 1970 donde enseñó en las facultades de Teología, de Derecho y de Arquitec-tura, además de impartir cátedras en las Universi-dades Austral, de Sevilla y otras. Es miembro de nú-mero de la Academia Chi-lena de la Historia y desde el año 2000 preside la Co-misión de Bienes Cultura-les de la Iglesia Católica en Chile. Recibió el Premio

    Bicentenario en el 2003. Cuenta con más de 300 publicaciones entre artí-culos y libros, muchos de ellos están orientados a la historia, a la genealogía y a la arquitectura. Guarda se ha especializado en el periodo de la dominación española, por considerar allí donde están las bases de lo que fue el país, in-cluido la arquitectura y el urbanismo.

    Rolando Mellafe Rojas (1929-1995), nacido en Santiago de ascendencia palestina y dedicado a la genealogía, fue el ga-lardonado con el Premio Nacional de Historia en el año 1986. Se recibió de Profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica en 1958 en el Ins-tituto Pedagógico de la Universidad de Chile. En esta institución trabajaría hasta el final de sus días. Su investigación históri-ca se especializó en temas de demografía histórica y esclavitud. Sus principa-les obras son “Demogra-fía en Hispanoamérica” y “Demografía histórica en América Latina”.

    Fernando Campos Ha-rriet (1910-2003), obtu-vo el Premio Nacional de Historia en 1988. Nació en Concepción, se tituló de abogado en la Universidad de Concepción en 1930. En 1950, ingresó como docente a la Universidad de Concepción, fundan-do la cátedra de Historia Constitucional de Chile. En 1952, fue contrata-do por la Universidad de Chile donde dictó la mis-ma cátedra en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, además de His-toria del Derecho, hasta 1978. En 1946, obtuvo el Premio Atenea por la Uni-versidad de Concepción. Como escritor se dedicó a la especialidad de la his-toria jurídica de Chile y la historia del Chile colo-nial. Sus principales obras son “Historia Constitu-cional de Chile” (1951) e “Historia de Concepción” (1979).

    El Premio Nacional de Historia

    1974 Eugenio Pereira Salas1976 Mario Góngora del Solar1978 Juan Luis Espejo Tapia1980 Néstor Meza Villalobos1982 Ricardo Krebs Wilckens1984 Gabriel Guarda Geywitz1986 Rolando Mellafe Rojas1988 Fernando Campos Harriet1990 Alvaro Jara Hantke1992 Sergio Villalobos Rivera1994 Mario Orellana Rodríguez1996 Walter Hanisch Espíndola1998 José Armando de Ramón Folch2000 Mateo Martinic Beros2002 Lautaro Núñez Atencio2004 Jorge Hidalgo Lehuedé2006 Gabriel Salazar Vergara2008 Eduardo Cavieres Figueroa2010 Bernardino Bravo Lira2012 Jorge Pinto Rodríguez2014 Sergio González Miranda2016 Julio Pinto Vallejos2018 Sol Serrano Pérez2020 Iván Jaksic Andrade

    AÑO PREMIOS NACIONALES DE HISTORIA

    Ernesto Fernández de Cabo ArriadoProfesor de Historia Liceo Sara Braun

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    Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

    Sergio Lausic GlasinovicPor

    La expedición naval Magallanes-Elcano, hito histórico de dimensión mundial.

    Aportes y problemáticas en su historiografía Carlos I recibió a Elcano en Valladolid, le concedió una pensión de 500 ducados de oro, el título de hidalgo, y un escudo de

    armas en el que figuraba un globo terrestre con la leyenda “Primus circumdedisti me”. Y las especias traídas por la Victoria, sobre todo clavo, fueron vendidas en Amberes, con tan buenos resultados que cubrieron los gastos de la expedición y dejaron beneficios.

    Juan Sebastián Elcano, nació en 1476 y falleció en 1526, en el naufragio de la expedición naval de García Jofré de Loaysa, en el Pacífico. Carlos I de España le había otorgado una pensión de 500 ducados de oro y un escudo con la leyenda “ Primus circumdedisti me” (El primero en circunnavegarme). Litografía de J. Donon, 1854.

    IntroducciónProntos a conmemorar

    el paso, en las aguas del Estrecho, por la expe-dición iniciada por Her-nando de Magallanes, su nombre se ha inmor-talizado en la toponimia universal que, hasta los tiempos actuales, es re-conocido este accidente geográfico marino. La fecha del 16 de octubre de 1520 es un símbolo que, en la Región de Ma-gallanes y Antártica Chi-lena, debiera ser motivo no sólo de un momento de alegría conmemorati-va, -que es por lo demás totalmente propio- sino fuente de reflexión para que este hecho históri-co, nos ayude a repensar y a construir una ruta, para todos nosotros, que nos indique el rumbo en los tiempos futuros.

    Se están viviendo si-tuaciones muy difíciles, tanto a nivel mundial, nacional y en especial en nuestra región, que obli-gan a meditar, profun-damente, en las nece-sidades y posibilidades reales que se tienen para superar los obstáculos del presente inmedia-to; además, se debiera avizorar el futuro, con estudios reales y objeti-vos, de las dimensiones de una realidad regional, aportando de esta ma-nera cierta seguridad.

    La expedición maga-llánica es un buen ejem-plo de utilizar y motivar como, en momentos y tiempos difíciles, se pue-de salir adelante y supe-rar las contingencias y desafíos que obstruyen el cumplir las demandas y objetivos trazados.

    Vale entonces la pena tratar de entregar algu-

    nas informaciones sobre la expedición iniciada por Magallanes, pero culminada por Elcano.

    Zarpe de la expediciónEl zarpe de la expedi-

    ción naval es efectiva-mente desde el puerto fluvial de Sevilla, en su sector de las Mulas un 10 de agosto de 1519. De acuerdo a su itinerario, previamente planeado, efectuó otros atraques antes de salir a la gran Mar Océano, como era conocido el océano Atlántico. La expedi-ción naval la componían diversas naves, ya cono-cidas pero necesarias de recordar: Trinidad, Vic-toria, Santiago, La Con-cepción y San Antonio.

    Las investigaciones es-tablecen que, original-mente, las tripulaciones completaban una can-tidad de 247 personas en sus diversas catego-rías. Importante ha sido identificar a cada uno de ellos y establecer que fue de sus vidas y acon-tecimientos, hasta llegar a tener claro, quiénes fueron esos 18 hom-bres que, inicialmente, culminaron la etapa de la primera circunnave-gación terráquea. Hay algunas informaciones contradictorias sobre la definitiva cantidad pero, con los documentos res-pectivos, se establecen los números arriba pre-sentados.

    Antecedentes más recientes

    Debido a la significa-ción de esta expedición, se han intensificado las investigaciones histó-ricas y otras sobre, por ejemplo, la identidad de

    sus componentes hu-manos. Esta afirmación es más efectiva en países que le han asignado, a este suceso, una mayor significación por los al-cances históricos y polí-ticos, como a su vez, en una perspectiva actuali-zada, y de posibilidades económicas. Son los ca-sos de España y Portugal. Además, cuentan con la presencia de los prin-cipales archivos donde, hasta los días actuales, se descubren nuevos do-cumentos y fuentes so-bre este acontecimiento.

    Uno de estos investi-gadores es Luis García Rebollo quien, con acu-

    ciosidad, aporta infor-mación sobre los cuatro hombres que se incor-poran en las islas Cana-rias. Así se pueden saber sus nombres, pero esta-bleciéndose que no está clara su procedencia.

    Ellos son el Maestre Pedro, el cual sobrevi-vió, pues lo apresaron los portugueses, en Cabo Verde; Hernán López, embarcado como “so-bresaliente” en la Tri-nidad, sustituyendo a Lázaro Torres, el cual abandona el viaje. Falle-ce en Cebú el 1 de mayo de 1521; Blas Alonso, que formó parte de la nave Concepción, pasando

    más tarde a la Trini-dad, cuando tuvieron que quemar la primera, en isla Bohol, Filipinas, por falta de tripulantes para navegarla. Muere en el retorno, el 14 de octubre de 1522; Andrés Blanco, enrolado como grumete en la Santiago, trasladándose a la Victo-ria, por su naufragio en las costas patagónicas y muriendo, en Cabo Ver-de, al ser apresado por los portugueses, el 14 de julio de 1522.

    En el caso de Maestre Pedro, se debe agregar que, es trasladado a la Victoria, desde la nao Santiago. También apre-sado por los portugue-ses, en Cabo Verde, fue uno de los 13 prisioneros que retornaron a España, después de varias sema-nas.

    Alberto García Mon-tesdeoca, historiador de esta temática, señala que hay cierta polémica en las islas Canarias, sobre el sitio donde fondearon las naves, antes de pro-seguir su viaje. Se pone en duda, por algunos, si fue realmente el puer-to de Santa Cruz. Sobre estas elucubraciones, el historiador, expresa que lo más seguro es que fue así, ya que Santa Cruz “era puerto real desde 1506”.

    Resumiendo, del total de 247 tripulantes, que las crónicas establecen como embarcados, los resultados finales de ellos fueron como sigue: 1, desconocido; 12, que-dados en el camino; 34, regresaron a España, en diversos momentos; 58, son considerados deser-tores; 142, son los falle-cidos. Se desprende que

    el costo en pertrechos y vidas humanas, en una empresa de esta enver-gadura, no fue menor.

    Origen de los tripulantes

    El análisis de la com-posición de las tripula-ciones que se embarca-ron, en las cinco naves, comprueba que estas expediciones, de gran envergadura, tienen una composición multicul-tural y étnica. Lo aseve-rado es significativo, ya que revela que el mun-do europeo de la época, era bastante complejo y que los componentes procedían de una rea-lidad política, econó-mica y cultural variada. En el presente se tiene a la Unión Europea como símbolo de estas situa-ciones; antes, eran los grandes imperios y di-nastías reales las que ejemplarizaban la uni-dad y pertenencia.

    La composición de la expedición Magallanes-Elcano, así lo demuestra. Para ejemplarizar lo afir-mado, las investigacio-nes históricas y sus con-clusiones manifiestan que, originarios de las tierras españolas proce-den unos 147 individuos, equivalente a un 60% del total de embarcados. Fuera de España se con-tabilizan 100 personas, con un 40% de los tripu-lantes.

    De la tripulación pro-piamente española, pro-cede como sigue: 2 de Coruña; 3 de Asturias; 2 de Cantabria; 21 de Viz-caia; 8 de Guipúzcoa; 4 de Pontevedra; 1 de Lugo; 1 de León; 2 de Pa-lencia; 9 de Burgos; 3 de Navarra; 1 de Ourense; 2

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    Elcano. Los Grandes Hombres, del autor Celso García Moran, 1924. (Memoria Chilena).

    Réplica de la nao Victoria, primer barco que dio la vuelta al mundo. (Imagen: http://www.eldiarioalerta.com.).

    de Salamanca; 2 de Ma-drid; 1 de Zaragoza; 1 de Guadalajara; 4 de Caste-llón; 1 de Cáceres; 2 de Toledo; 1 de Badajoz; 1 de Córdova; 1 de C. Real; 1 de Valencia; 31 de Huel-va; 26 de Sevilla; 2 de Jaén; 1 de Albacete; 5 de Cádiz; 1 de Málaga; 2 de Granada; 4 de Tenerife.

    Esta distribución, es un muy buen ejemplo de cómo es fundamental efectuar una selección del personal y así con-seguir los objetivos que se proponen en la tarea. Una mayoría de los tri-pulantes son individuos de las riberas, tanto flu-viales como marinas, desde donde, las expe-riencias en la navegación estaban más desarrolla-das; estas eran las costas del norte, lo que es hoy en general el País Vasco, donde se construyeron las naves, y en el sur, de los sectores de Andalu-cía.

    Nuevas fuentes históricas

    La construcción de las realidades históricas, con sus diversas interpreta-ciones, debe estar siem-pre basada en el estu-dio de las fuentes y sus análisis. Estos normal-mente, se efectúan por personas que tiene una formación profesional ad hoc a las demandas que se exigen, dando serie-dad y objetividad a los enunciados posteriores.

    Debido a lo expresado, llama la atención que, han salido a flote, in-formaciones que nacen de un nuevo documento histórico. Se trata, por lo tanto, de un aumento en las fuentes históricas, sobre esta primera vuel-ta al mundo, que final-mente culminara Juan Sebastián Elcano, como comandante. En cues-tión, se trata del grume-te Martín de Ayamonte, quien entrega nuevos antecedentes.

    Esta fuente documen-tal fue hallada en el Ar-chivo Nacional Torre Da Tombo, en Lisboa y se suma al relato entregado por A. de Pigafetta, uno de los 18, de los 247 que zarparon ese 10 de agos-to de 1519 y que llegan finalmente, con J.S. El-cano, a Sevilla, además del piloto Albo.

    Se trata de una decla-

    ración del grumete de la nao Victoria que ya capi-taneaba Elcano. Este jo-ven, Martín, fue apresa-do e interrogado por los portugueses, cuando se encontraba en la isla de Timor, después del de-sastre de la nave. En esta su declaración establece la “fortaleza del carácter de Elcano, como las tác-ticas de los nativos en su combate contra los tri-pulantes y la proceden-cia de los embarcados”.

    Tomás Mazón, in-tegrante experto del equipo que encontró y trabajó el documento, traducido con los apor-tes de profesionales en paleografía portuguesa, manifiesta que “es in-comprensible que haya pasado desapercibido en la historiografía”.

    En resumen, el 5 de fe-brero de 1522, Martín de Ayamonte y el soldado Bartolomé Saldaña de-sertaron de la nao Victo-ria, en la isla de Timor. Lo hicieron, dice, por temor de no sobrevivir en el re-torno, escondidos en la selva; esperaban, en una oportunidad, retornar a las Molucas donde se re-paraba a la Trinidad es-perando que así podían retornar vía México.

    Descubiertos por los portugueses, fueron aprehendidos y tras-ladados al fuerte de Malaca, hoy Malasia, donde se le procedió a un interrogatorio ofi-cial, el 1 de junio de 1522, con un escribano que tomó y registró su declaración.

    Este importante do-cumento histórico fue hallado, primeramente, en Lisboa en 1933, por el historiador Antonio Baiao, y fue traducido al portugués actual. El documento fue desco-nocido hasta que fue re-descubierto por el inves-tigador Mazón.

    A su vez, los expertos polígrafos del Archivo General de Indias, en Sevilla, lo han traducido por primera vez al caste-llano.

    De ahí se sabe que J.S. Elcano hizo prevalecer su opinión sobre la ruta del retorno, frente a la postura de sus oficiales. Su opinión de ruta se basaba que podían ser descubiertos y apresa-dos por los portugueses,

    además, la presencia de los vientos monzones no les serían propicios. Así se alejó de la cos-ta evitando los peligros expuestos.

    Por su parte, en el combate de Mactán, donde muere Magalla-nes, los nativos idearon un sistema de trampas con estacas donde eran ensartados sus com-pañeros. Expresa, la procedencia de algunos

    miembros de la tripula-ción como Juan Serrano, de la nao Santiago, que era extremeño; tam-bién de Juan de Carta-gena, que era burgolés. Que el maestre y el pi-loto eran griegos y que estos querían la ruta de Malaca, que era territo-rio portugués. Sobre El-cano manifiesta que era Guipuzcoano, en rea-lidad, Vizcaíno, nacido en Getaria. La autoridad

    que encabezó el inte-rrogatorio fue el capitán portugués Jorge de Al-buquerque.

    Otros investigado-res del presente hacen nuevas hipótesis sobre la muerte del propio Magallanes. Expresan que su muerte, en con-diciones tan adversas de combate, se debió a que, en la confusión y desproporción de las fuerzas contrarias, Ma-gallanes se habría sobre expuesto a la lucha, por ir en ayuda de un esclavo suyo. Estos investiga-dores manifiestan que, el esclavo, sería hijo del propio comandante y que por eso actuó como lo hizo. Todo basado en la experiencia de bata-lla que llevaba consigo Magallanes y al hecho de que, un comandante, en esas condiciones no debía exponerse a su-cumbir.

    Como se puede obser-var, hay todavía ma-terias que no han sido del todo esclarecidas y que deben ser objeto de una continua investi-gación histórica. Aquí, en la Región de Maga-llanes, no está tampoco dicha la última palabra. La sociedad actual, y en especial la que está creciendo, no está to-talmente convencida de las interpretaciones en boga, en especial de aquellas a las que han dado más publicidad.

    Los nuevos grupos emergentes siempre necesitan nuevas inter-pretaciones históricas donde apoyarse; éstas así, le ayudan a obtener una información que les permita mirar el futuro con mayor seguridad. El futuro, siempre tie-ne un grado de insegu-ridad e incertidumbre; para mitigarlo, la his-toria y sus corolarios, son de por sí muy ne-cesarios. El caso de Ma-gallanes-Elcano es una buena oportunidad que se presenta, para poder visionar este futuro, en una región extrema como la nuestra. Des-graciadamente al pare-cer, las condiciones y en especial, cierto pru-rito de mezcla de des-información y escasa experiencia en aprove-char las coyunturas, por parte de las autoridades, limitan desde hace al-gún tiempo, las posibi-lidades de enfrentar el futuro con propuestas de trabajo y con con-tenidos de mayores posibilidades de éxito. Todavía hay tiempo de rectificaciones y labo-res participativas.

    Nota: el autor participó en el encuentro y análi-sis del V° Centenario de las Universidades Ma-gallánicas, efectuado en la comuna de Sabrosa, Oporto, Portugal, enero de 2017.

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    Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

    Puzzle Histórico

    Sopa de letrasEncuentre los nombres de las 10 figuras que se muestran. Estos nombres pueden estar en cualquier dirección, considerando que una letra puede formar parte de más de una palabra.

    SudokuPoner los números comprendidos entre el 1 y 9, ambos números incluidos, en cada casilla vacía pero sin repetir ningún número en una misma columna ni fila, ni en la misma sección de 3 x 3 casilleros

    Solución jueves 8 de

    octubre

    Sudoku se publica en los

    suplementos La Lleva, y El Sofá

    CRUCICLAVESLAS SIETE DIFERENCIASLas diferencias entre las dos escenas son:OJO ALERTASoluciones

  • Domingo 11 de octubre de 2020 11

    Ojo Alerta

    Siete diferencias

    En este recuadro debes encontrar las 2 figuras que no están repetidas ¡Vamos a buscar!

    LaberintoEncuentra el camino correcto para superar este laberinto

    CruciclavesTrata de ubicar los vocablos que están dados en los recuadros laterales y que están divididos de acuerdo al número que lo componen. Coloca primero las palabras que son únicas te servirán como orientación.

    Sopa de LetrasBusca los seis términos que están relacionados con el tema de la imagen y que se identifican en la parte de abajo del dibujo.

    ARIES (21 de marzo al 20 de abril)AMOR: Mire para el lado y aprenda valorar más a quien ha estado con usted tanto tiempo. SALUD: Trate de disfrutar más la vida y las cosas bellas que ésta le da. DI-NERO: No se haga tanto de rogar cuando se trata de ofertas de trabajo. COLOR: Gris. NUMERO: 6

    TAURO (21 de abril al 20 de mayo)AMOR: Desconfiar tanto de la pareja no está nada bien. Si usted no tiene actitudes extrañas no tiene nada que temer. SALUD: Protéjase de las afecciones respiratorias. DINERO: Siempre debe estar alerta para evitar que los amigos de lo ajeno actúen. COLOR: Rojo. NUMERO: 18.

    GEMINIS (21 de mayo al 21 de junio)AMOR: No saca nada con esconder la ca-beza pensando que las cosas se solucio-narán sin que usted no haga nada. SALUD: Sus nervios no deben dominarle tanto. DINERO: Puede que el camino se compli-que, pero si continúa en su lucha logrará todo lo que se propuso. COLOR: Negro. NUMERO: 12.

    CÁNCER (22 de junio al 22 de julio)AMOR: Esa fantasía que tiene en la cabeza puede hacer temblar su relación, pero no es nada más que eso. SALUD: Controle el consumo de alcohol. DINERO: Si demues-tra sus capacidades en su trabajo muy pronto estará recibiendo más responsa-bilidades. COLOR: Marengo. NÚMERO: 14.

    LEO (23 de julio al 22 de agosto)AMOR: Los miembros de su familia tam-bién tienen un límite a la hora de entro-meterse en su relación de pareja. SALUD: No se debe achacar por los problemas, usted puede salir adelante. DINERO: No deje las cosas a la mitad, termine lo que inicia. COLOR: Lila. NUMERO: 2.

    VIRGO (23 de agosto al 22 de sept.)AMOR: Debe combatir esa inseguridad, eso le hace titubear y la otra persona lo nota. Como resultado éste se aleja de us-ted. SALUD: No debe permitir que la pena sea más fuerte que usted. DINERO: Evite que el dinero se el escape de las manos. COLOR: Café. NUMERO: 4.

    LIBRA (23 de sept. al 22 de octubre)AMOR: Propóngase llevarse bien con quie-nes están en su entorno. SALUD: La pri-mavera comienza a dejar sus estragos en cuanto a las alergias. DINERO: No siempre aparecen oportunidades tan continua-mente, no las desaproveche cuando apa-rezcan. COLOR: Blanco. NUMERO: 11.

    ESCORPIÓN (23 de octubre al 22 de nov.)AMOR: Quien le diga que pasar un tiempo en soledad es malo está muy equivocado/a. Le servirá para reencon-trarse con usted mismo/a. SALUD: Si usted ama y quiere su cuerpo, entonces cuídese más. DINERO: Buena posibilidad de recibir ofertas laborales. COLOR: Na-ranjo. NUMERO: 5.

    SAGITARIO (23 de nov. al 20 de dic.)AMOR: Usted no es propiedad de nadie y eso se lo debe hacer entender a esa persona. Si no quiere entender entonces adiós. SALUD: No importa qué edad tenga usted, no debe sobre exigir a su organis-mo. DINERO: Para alcanzar el triunfo debe esforzarse. COLOR: Celeste. NUMERO: 3.

    CAPRICORNIO (21 de dic. al 20 de enero)AMOR: Si algunas personas no le tratan bien, sea como Jesús, y ponga la otra mejilla. No odie ni sienta rencor. SALUD: El sedentarismo le hará muy mal y usted lo sabe. DINERO: Es mejor planificar las cosas en lugar de improvisarlas. COLOR: Granate. NUMERO: 10.

    ACUARIO (21 de enero al 19 de febrero)AMOR: Respete a su pareja y no ande de picaflor por la vida. Además que está ha-ciendo un papelón. SALUD: Debes buscar la forma de eliminar ese exceso de peso, pero de un modo sano. DINERO: Usted sabe que tiene capacidades, pero debe aprovecharlas más. COLOR: Azul. NUME-RO: 1.

    PISCIS (20 de febrero al 20 de marzo)AMOR: El destino se encarga de poner las cosas frente a usted, pero la decisión de tomarlas es sólo suya. SALUD: No deje pasar tanto tiempo sin controlar esas molestias con un médico. DINERO: No se rinda a la tarea de buscar trabajo. COLOR: Verde. NUMERO: 9.

    Horóscopo

    SOPA PARA NIÑOS SOPA DE LETRAS DOMINICAL LABERINTO

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    Padre Santiago Redondo: de la guerra civil española a Chile

    Roberto Hofer OyanederPor

    Entre los discos infantiles que dejaron huella en los ‘70, selectos artistas nacionales comparten espacio con el Topo Gigio, Heidi y la vecindad del Chavo.

    Parte XII

    Crónicas del vinilo chileno

    El brillo de melodías encadenadas con la dulce edad

    La cultura del vinilo abarca va-rias dimensiones para desem-polvar desde la nostalgia, como el de las canciones infantiles. De larga raigambre nacional, su

    influjo es bastante anterior al talento chi-leno de “31 Minutos”, e incluso va mucho más atrás que la dorada era de “Cachu-reos”.

    Nuestros criollos anaqueles suman una excepcional producción discográfica, muy por encima de la mediocridad pro-medio ligada al consumismo infantil de las últimas décadas.

    ¿Quién inventó la rueda en este nicho musical? A falta de registros en los mo-nofónicos años ’50, lo más a la mano se-rían Las Ardillitas y su disco “Juguemos a la rueda” (1962, CBS Argentina), también editado en Chile. Pero con orgullo, en la misma temática y en simultánea figura nuestro compositor y arreglador Larry Godoy, con el Coro Infantil de Hernán Castillo, que hizo historia con “Rondas infantiles” (1962, RCA Victor).

    Godoy tenía 34 años al realizarlo y había grabado con éxito sus primeros álbumes infantiles en Cuba (uno de ellos con 35 mil copias vendidas), llegando sus tra-bajos a toda Centroamérica, incluso Es-tados Unidos y España. De ahí lo especial de este primer LP que el músico dedicó a los niños de Chile, y con voces de acá (entre ellas habrían figurado también sus hijitas).

    Además de clásicas melodías como “La pájara pinta”, “Arroz con leche” y “La niña María”, este insuperable regis-tro musicalizó magistralmente “Dame la mano/Todo es ronda”, tributando a Ga-briela Mistral. Y, si de aporte universal se trata, basta dejarse llevar por la monu-mental “Marcha de las letras”.

    Canto y cuentoEn discos infantiles hubo fenómenos de

    ventas, como el circunspecto Raúl Matas, “Maestro” de la locución, quien al servi-cio de Disney le puso voz al cuento “Pe-dro y el lobo/ El aprendiz de brujo” (1966, Discos Disneylandia).

    Un conjunto triunfador y por parti-da doble, serían Los Ratoncitos Blancos, pues el primero de sus dos discos de RCA Victor -1969 y 1970) sería reeditado en un doble volumen junto a las rondas de La-rry Godoy y con el arte de René Olivares (portadista de Los Jaivas).

    Con una ayudita de la TV, unos scouts llamados Los Patitas Negras -responsa-bles del hit “Juan sonrisa”- popularizaron un disco homónimo navideño y “Sonríe y canta” para Philips. Lo propio hizo la actriz Gladys Del Río (antes del Jappening con Ja), que grabó el LP “Para cantar y

    bailar” (1973, Proa), con arreglos y direc-ción musical de Juan Azúa de composi-ciones de la inmortal María Elena Walsh.

    También dejaría huella en disco “Ya so-mos amigos” (1977, Arena Producciones), programa de Televisión Nacional bajo la dirección musical del pianista Jorge As-tudillo, y que tuvo junto a la Tía Patricia (Undurraga) y a Florcita Motuda disfraza-do del mudo, esponjoso y sudoroso buzón Preguntón.

    Quienes sí la rompieron, al alero del Canal 9 (U. de Chile), fueron la Tía Puche-rito, Tío Memo y compañía con “El club de los bochincheros” (1976, Granizo), ál-bum que contó con arreglos y dirección orquestal de Nino García.

    Este último, destacado y sensible ar-tista, supo musicalizar con gran acierto junto a su Quinteto Hindemith los cuen-tos de Juan Da Silva: “El osito ladrón”, “El ratón aventurero” y “Las ranitas atolon-dradas” (1974, Dismar), con las voces del recordado locutor Juan Carlos Gil y el Dúo Libra (Paz y Sofía Aldunate).

    Su alma de niño también aportó arre-glos y dirección al minidisco conceptual de Fernando Ubiergo “Al principito” (1978, RCA), junto al coro del grupo scout Cóndores de Fuego.

    Si de destacadas se trata, Mazapán co-menzó a grabar en 1980, aunque recién en

    2017 veríamos un primer vinilo.

    Los niños unidos…La temática infantil nunca fue un afán

    ajeno a los cultores de la Nueva Canción Chilena -buen ejemplo es el CD “Trave-suras” de Inti Illimani Histórico (2010, Feria Music)-.

    En su momento, Angel Parra se anotó con “Al mundo-niño, le canto” (1968, Arena), álbum de estudio con diez peda-zos de su vida de niño (canciones), y una poética dedicatoria a Angélico y Javiera, sus hijos, y a quienes “las tomen para vol-ver a dejarlas”, cual juguetes que el rocío refresque y las estrellas acompañen.

    Otra perla casi desconocida es el trabajo “Cachencho en la playa-juego musical de Luis Advis” (1971, Dicap), verdadera sin-fonía de dulzura y chilenidad de Advis, inspirada en el espacio televisivo “Las aventuras de Cachencho” (del universi-tario Canal 9), con las voces de Fernando Gallardo, Mónica Carrasco y otros acto-res.

    Un clásico infantil con mayúscula es “Tolín Tolín Tolán” (1971, IRT), disco de Charo Cofré con textos de María de la Luz Uribe y dibujos de Fernando Krahn, ilus-trador de fama mundial. En 2011, la in-térprete de “A la ronda, ronda”, me con-tó que “los ejecutivos de entonces (Julio

    Numhauser) sí creían en los artistas y ello los hacía incurrir en costos enormes. Ha-cer esa carátula fue un lujo, era una cosa impensable”.

    Incluso Charo Cofré demandó a TVN hace unos 13 años por utilizar sus cancio-nes de “Tolín Tolín Tolán” sin reconocerla a ella, en el espacio “Tikitiklip”.

    Imagen y sonidoEn los años ’70, cuando el estímulo

    visual de la televisión puso rostro a sus acordes enlazados más populares, los sellos nacionales editaron a figuras mul-tinacionales del género. Así, desde Ar-gentina fuimos conquistados por Hijitus, infantil superhéroe animado de Manuel García Ferré, que llegó a las disquerías con “Las aventuras de Hijitus” (1974, Quatro) además de sus singles EP “Felices fiestas/La escoba voladora” y “Canciones Ante-ojitus” (que incluía su popular “Serenata a la vecinita”), ambos de 1975. Otro sub-producto de la misma factoría fue “El dis-co gordo de Petete” (1975, Banglad).

    Compartieron igualmente pantalla con los anteriores en Televisión Nacional: el Topo Gigio, prensado en 1975 por Emi Odeón (“Las travesuras de Topo Gigio”, “Feliz Navidad con Topo Gigio”), el Cha-pulín Colorado y personajes creados por Roberto Gómez Bolaños (“Chespirito y sus canciones “¡No contaban con mi as-tucia!”, “El Chavo canta eso, eso, eso”, “Así cantamos en la vecindad del Cha-vo”), con sus derivados: La Chilindrina (“Canta la Chilindrina ¡fíjate, fíjate, fíja-te!”!) y Quico (“Quico”, “Más Quico”), editados entre 1976 y 1977.

    Inolvidable también fue el gran suceso de “Heidi, banda original de la serie de TV” (1977, RCA Victor) y el payaso azteca Cepillín (“Navidad con Cepillín”, 1977), también versionado por la peruana Yola Polastri en “Rondas y ronditas” (1978, Emi Odeón).

    En esos años alguien preguntó a quién le ha ganado Cepillín, si en Chile tenía-mos al gran payaso Pin Pón (Jorge Guerra Baeza). Respuesta: su figura estaba silen-ciada, él exiliado y al parecer las bellas composiciones de Vittorio Cintolesi para Pin Pón no alcanzaron a editarse en vini-lo antes de 1973. Justicieramente, la So-ciedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD) preserva su legado desde 2017 con el Concurso Vittorio Cintolesi “Canciones para los niños de hoy”.

    Más allá de su estado de conservación, si la escucha de alguno de estos recuer-dos encapsulados aún nos llega a la fibra, querrá decir que este material ha enveje-cido de manera digna. Aunque por dentro siempre nos resistiremos a dejar de ser niños.

    Angel Parra.Club de los bochincheros.

    Larry Godoy.Heidi.