ro e d o res de la mente · brepasan a las personas y surge la ansiedad. c l a s if i ca c i Ò n...

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Viernes 23 de febrero de 2018 EL UNIVERSAL E14 CULTURA PROYECTO UNAM Texto: Rafael López [email protected] Conferencia sobre Lutero y Carlos V El Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM invita a la conferencia “Lutero y Carlos V al comienzo de su reinado en la península”, que impartirá Horst Pietschmann, de la Universidad de Hamburgo, el 28 de febrero, a las 12:00 horas, en el Salón de Actos del citado instituto, en Ciudad Univer- sitaria. Informes en los teléfonos 56-22-75-16 y 56-22-75-27, extensión 37 5. ESPECIAL Estudiantes desarrollan robot limpia-cisternas Luis Carlos Valverde, Arístides García y Noé Lozano, alumnos del octavo semestre de las licenciatu- ras de Ingeniería Industrial e In- geniería Petrolera de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, crea- ron un robot con capacidad de inspeccionar y limpiar cisternas sin necesidad de vaciarlas o inte- rrumpir el suministro de agua. El vehículo sumergible (de 35 por 35 y 30 centímetros de altura) es con- trolado vía remota y está equipado con una cámara de video que per- mite revisar las condiciones de los depósitos, medir la turbidez del agua y controlar la limpieza. Joven invidente obtiene el grado de maestra en Música Itzel Santiago Cortés, la primera mujer invidente de la Facultad de Musica de la UNAM que obtuvo la licenciatura en Piano (en 2014, en la entonces Escuela Nacional de Música), alcanzó —con una inves- tigación interdisciplinaria en la que propone la instrucción musi- cal para personas con discapaci- dad visual desde una perspectiva social y de derechos humanos— el grado de maestra en Música, en el campo de Educación Musical, ava- lado por dicha facultad, el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico. CORTESÍA UNAM Trastornos de ansiedad: roedores de la mente Son desencadenados por la pérdida del control de los mecanismos cerebrales relacionados con el estrés y el miedo. Ya representan un problema de salud pública Las personas que vivieron he- chos impactantes, como la pérdida de seres queridos o su patrimonio, podrían padecer secuelas psicológicas, entre ellas trastornos de ansiedad, un conjunto de al- teraciones que modifican el comportamiento y son desencadenadas por la pérdida del control de los mecanismos cerebrales relacionados con el estrés y el miedo. “La ansiedad y el miedo son respuestas nor- males de los seres vivos ante un riesgo real o imaginario. Sin embargo, estas sensaciones pueden ser difíciles de manejar y convertirse en trastornos de ansiedad. Estos cuadros casi siem- pre se acompañan de síntomas neurovegetati- vos como palpitaciones, opresión en el pecho, sensación de nudo en la garganta, sudoración en las manos, dolores de cabeza o mareos fre- cuentes, entre otros”, explica Joaquín Gutiérrez Soriano, especialista del Departamento de Psi- quiatría y Salud Mental de la Facultad de Me- dicina de la UNAM. La preocupación o las proyecciones de nues- tros pensamientos a futuro son parte del día a día pero, si no se resuelven favorablemente, so- brepasan a las personas y surge la ansiedad. Clasificación El trastorno de ansiedad más común es el de ansiedad generalizada, que tiene su base, espe- cíficamente, en las preocupaciones. Aparece en aquellas personas “preo cup onas”, es decir, que tienden a pensar de manera difícil, riesgosa o complicada sobre lo que ocurre o podría ocurrir en su vida, ya sea por motivos laborales, fami- liares o escolares. Imaginan, con o sin funda- mento, que algo malo puede suceder; por ejem- plo, que sus hijos salen de la casa y no regresan, lo cual las atormenta y las empuja a imaginar los peores escenarios posibles. Por lo que se refiere al trastorno de angustia, se manifiesta mediante una súbita sensación de nerviosismo que va acompañada de descargas del sistema nervioso autónomo (taquicardias, palpitaciones, reacciones físicas); asimismo, quien lo padece está en un estado de alerta exa- gerado, pues piensa todo el tiempo que una nue- va crisis de angustia está en puerta porque algo malo podría ocurrirle (por ejemplo, un infarto al corazón), lo cual empeora su condición y facilita que sobrevengan nuevas crisis de angustia. La agorafobia (miedo a espacios públicos) es experimentada en centros comerciales, merca- dos, cines... Se desencadena cuando la persona tiene pensamientos semejantes a falsos presa- gios de que, si algo malo le sucede, no recibirá ayuda. Dicha sintomatología es parecida a la de la claustrofobia (miedo a espacios cerrados, co- mo elevadores, túneles o donde hay una gran aglomeración de personas); sin embargo, la preocupación de la persona de que no pueda ser ayudada es un punto importante para diferen- ciarlas. Además de causar malestar, la agorafo- bia y la claustrofobia acarrean dificultades para salir a trabajar, desplazarse o permanecer en un solo lugar. Otros trastornos de ansiedad son las fobias específicas, como el miedo a los insectos o a los roedores, que producen temores intensos, de tal modo que los individuos se paralizan, hu- yen e incluso se muestran reacios a hablar so- bre el tema. La ansiedad social se manifiesta por medio de un rotundo rechazo a conversar con otras personas o a hablar en público por temor a ser juzgados por sus interlocutores o a expresarse incorrectamente. “Cuando se enfrentan a estas situaciones, las personas pueden ruborizarse y experimentar temblores, sudoración y palpitaciones; algunas incluso se paralizan. Obviamente, una condi- ción así limita la capacidad de relacionarse con los otros”, dice Gutiérrez Soriano. Dos trastornos de ansiedad se presentan en la infancia: el mutismo selectivo y la ansiedad por separación. Con el primero, los niños no verbalizan nada ni platican con nadie porque se sienten ansiosos en entornos específicos, aun- que en otros lo hacen sin dificultad. Con el se- gundo, los niños se muestran aterrados de que sus padres salgan porque imaginan, quizá, que podrían sufrir un accidente o no regresarán y ellos se quedarán solos. Puede aparecer tam- bién en la adolescencia. Discapacitantes En opinión del especialista universitario, los trastornos de ansiedad representan un proble- ma de salud pública. Ahora bien, uno de los es- collos para que una enfermedad mental sea considerada un problema de salud pública lo re- presenta el hecho de que, aparentemente, no hace que aumente la mortalidad de manera sig- nificativa, como el cáncer o un infarto; sin em- bargo, las enfermedades mentales sí pueden empujar a la muerte a quienes las padecen (por suicidio u homicidio). Así pues, otro aspecto relevante de las enfer- medades mentales es que se asocian a las en- fermedades que pueden llevar a la muerte, co- mo en el caso de las personas que sufren in- fartos y reportan ansiedad y angustia conti- nuas. Ellas tienen mayor riesgo de volver a in- fartarse que aquellos mentalmente sanos. Igualmente, los diabéticos que padecen depre- sión tienden a descuidarse y muestran menos apego al tratamiento farmacológico, con lo que empeoran sus condiciones de salud. Además, cuando algunos individuos entran en un estado de discapacidad, la ansiedad y la depresión crecen. De este modo, las enferme- dades mentales se han posicionado, estadísti- camente, como enfermedades discapacitantes y ya ocupan los primeros lugares entre ellas. “Ésta es la razón por la que la Organización Mundial de la Salud ha establecido que no hay salud sin salud mental. Aun más: abundan los reportes de discapacidad por demencias, las cuales van acompañadas de depresión y trastor- nos de ansiedad, al grado que se están colocando entre las primeras causas de muerte en grupos de edad avanzada”, apunta el especialista. Estrés postraumático y estrés agudo Anteriormente, el trastorno de estrés postrau- mático y el de estrés agudo estaban clasificados dentro del grupo de trastornos de ansiedad. Hoy en día, ambos se están presentando con mucha frecuencia en la población expuesta a desastres naturale s. Es pertinente aclarar que el trastorno de estrés agudo surge después del evento traumático y puede durar de tres días a un mes. También afecta a personas que no vivieron el evento. “Tal vez otras fuentes de información descri- ban y transmitan las consecuencias de un de- sastre natural (como sucedió en septiembre pa- sado con las televisoras), lo cual causará, en una parte de la población, reacciones asociadas al evento, como pesadillas angustiosas que impi- den conciliar el sueño, o reacciones adrenérgi- cas, como palpitaciones, sudoración y nervio- sismo que dificultan recuperar la normalidad de la vida cotidiana”, indica Gutiérrez Soriano. Si al paso del tiempo el trastorno de estrés agu- do persiste, se puede convertir en trastorno de estrés postraumático. A veces, las personas reexperimentan lo vivido como si estuvieran vi- viendo lo mismo. A lo mejor, alguien experi- mentó que el edificio de al lado se cayera, y si en algún momento llega a sonar la alerta sís- mica, vivirá de nueva cuenta ese episodio. Medición Entre el estrés y la ansiedad hay diferencias. Mientras el primero se define como una res- puesta biológica a factores que generan cambios en el entorno, la ansiedad es un fenómeno más complejo, que depende de diferentes aspectos de la actividad mental. Con respecto a la posibilidad de medir la an- siedad, la ciencia médica aún no cuenta con un aparato como el que mide la presión arterial. “Los profesionales contamos con estudios de imagenología, pero son muy costosos y poco claros para diagnosticar, y, también, con diver- sas escalas (el Inventario de Ansiedad de Beck, las escalas de Ansiedad Estado-Rasgo, etcétera) que resultan útiles para que aquello que ha ex- perimentado una persona pueda plasmarse de manera objetiva y medible. Esa es la forma co- mo medimos la ansiedad, ya sea desde el punto de vista de la persona o desde el punto de vista del médico clínico”, comenta el especialista. Terapias y tratamientos ¿Qué hacer ante un trastorno de ansiedad? En primer término es mejor aceptar que uno es an- sioso y empezar un tratamiento, que dejar que la ansiedad persista y limite las relaciones in- terpersonales o complique la convivencia en el hogar o el trabajo. “Por supuesto, la persona debe acercarse a un profesional de la salud, comunicarle sus sínto- mas y recibir una valoración. Sabemos con pre- cisión que la ansiedad, la depresión y las demen- cias son enfermedades discapacitantes”, añade Gutiérrez Soriano. Actualmente se dispone de varias terapias pa- ra tratar los trastornos de ansiedad, como la te- rapia cognitivo-conductual, que arroja notables resultados; el método Maindfulness , que fusio- na otras corrientes con el planteamiento clínico común; y, desde luego, la meditación, el Tai-Chi y el yoga, que pueden ayudar a que las personas se relajen. No se debe olvidar que el ejercicio es fundamental para reducir la ansiedad. “En cuanto a los tratamientos farmacológicos, los antidepresivos son básicos para tratar los trastornos de ansiedad, seguidos de las benzo- diacepinas, que se prescriben cuidadosamente por el riesgo adictivo que representan, aunque, una vez que hacen efecto, se pueden retirar de manera gradual”, concluye el especialista. b ESPECIAL “Los cuadros de ansiedad casi siempre se acompañan de síntomas neurovegetativos como palpitaciones, opresión en el pecho, sensación de nudo en la garganta, sudoración en las manos, dolores de cabeza o mareos frecuentes, entre otros” JOAQUÍN GUTIÉRREZ SORIANO Especialista del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM

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Page 1: ro e d o res de la mente · brepasan a las personas y surge la ansiedad. C l a s if i ca c i Ò n El trastorno de ansiedad mÀs comÙn es el de ansiedad generalizada, que tiene su

Viernes 23 de febrero de 2018 EL UNIVERSALE14 CU LT U R A

PROYECTO UNAM Texto: Rafael Lópezrl o p e z g @h o t m a i l.c o m

Conferencia sobre Lutero y Carlos VEl Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM invita a la conferencia“Lutero y Carlos V al comienzo de su reinado en la península”, que impartiráHorst Pietschmann, de la Universidad de Hamburgo, el 28 de febrero, a las12:00 horas, en el Salón de Actos del citado instituto, en Ciudad Univer-sitaria. Informes en los teléfonos 56-22-75-16 y 56-22-75-27, extensión 37 5.

E S P E

C I A L Est u d i a ntes

desarrollan robotl i m p i a - c i ste r na sLuis Carlos Valverde, ArístidesGarcía y Noé Lozano, alumnos deloctavo semestre de las licenciatu-ras de Ingeniería Industrial e In-geniería Petrolera de la Facultadde Ingeniería de la UNAM, crea-ron un robot con capacidad deinspeccionar y limpiar cisternassin necesidad de vaciarlas o inte-rrumpir el suministro de agua. Elvehículo sumergible (de 35 por 35y 30 centímetros de altura) es con-trolado vía remota y está equipadocon una cámara de video que per-mite revisar las condiciones de losdepósitos, medir la turbidez delagua y controlar la limpieza.

Joven invidenteobtiene el grado demaestra en MúsicaItzel Santiago Cortés, la primeramujer invidente de la Facultad deMusica de la UNAM que obtuvo lalicenciatura en Piano (en 2014, enla entonces Escuela Nacional deMúsica), alcanzó —con una inves-tigación interdisciplinaria en laque propone la instrucción musi-cal para personas con discapaci-dad visual desde una perspectivasocial y de derechos humanos—elgrado de maestra en Música, en elcampo de Educación Musical, ava-lado por dicha facultad, el Institutode Investigaciones Antropológicasy el Centro de Ciencias Aplicadasy Desarrollo Tecnológico.

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Trastornos de ansiedad:

ro e d o resde la mente

Son desencadenados por la pérdida del control de losmecanismos cerebrales relacionados con el estrés y elmiedo. Ya representan un problema de salud pública

Las personas que vivieron he-chos impactantes, como lapérdida de seres queridos o supatrimonio, podrían padecersecuelas psicológicas, entre

ellas trastornos de ansiedad, un conjunto de al-teraciones que modifican el comportamiento yson desencadenadas por la pérdida del controlde los mecanismos cerebrales relacionados conel estrés y el miedo.

“La ansiedad y el miedo son respuestas nor-males de los seres vivos ante un riesgo real oimaginario. Sin embargo, estas sensacionespueden ser difíciles de manejar y convertirse entrastornos de ansiedad. Estos cuadros casi siem-pre se acompañan de síntomas neurovegetati-vos como palpitaciones, opresión en el pecho,sensación de nudo en la garganta, sudoraciónen las manos, dolores de cabeza o mareos fre-cuentes, entre otros”, explica Joaquín GutiérrezSoriano, especialista del Departamento de Psi-quiatría y Salud Mental de la Facultad de Me-dicina de la UNAM.

La preocupación o las proyecciones de nues-tros pensamientos a futuro son parte del día adía pero, si no se resuelven favorablemente, so-brepasan a las personas y surge la ansiedad.

C l a s if i ca c i ó nEl trastorno de ansiedad más común es el deansiedad generalizada, que tiene su base, espe-cíficamente, en las preocupaciones. Aparece enaquellas personas “preo cup onas”, es decir, quetienden a pensar de manera difícil, riesgosa ocomplicada sobre lo que ocurre o podría ocurriren su vida, ya sea por motivos laborales, fami-liares o escolares. Imaginan, con o sin funda-mento, que algo malo puede suceder; por ejem-plo, que sus hijos salen de la casa y no regresan,lo cual las atormenta y las empuja a imaginar lospeores escenarios posibles.

Por lo que se refiere al trastorno de angustia,se manifiesta mediante una súbita sensación denerviosismo que va acompañada de descargasdel sistema nervioso autónomo (taquicardias,palpitaciones, reacciones físicas); asimismo,quien lo padece está en un estado de alerta exa-gerado, pues piensa todo el tiempo que una nue-va crisis de angustia está en puerta porque algomalo podría ocurrirle (por ejemplo, un infarto alcorazón), lo cual empeora su condición y facilitaque sobrevengan nuevas crisis de angustia.

La agorafobia (miedo a espacios públicos) esexperimentada en centros comerciales, merca-dos, cines... Se desencadena cuando la personatiene pensamientos semejantes a falsos presa-gios de que, si algo malo le sucede, no recibiráayuda. Dicha sintomatología es parecida a la dela claustrofobia (miedo a espacios cerrados, co-

mo elevadores, túneles o donde hay una granaglomeración de personas); sin embargo, lapreocupación de la persona de que no pueda serayudada es un punto importante para diferen-ciarlas. Además de causar malestar, la agorafo-bia y la claustrofobia acarrean dificultades parasalir a trabajar, desplazarse o permanecer en unsolo lugar.

Otros trastornos de ansiedad son las fobiasespecíficas, como el miedo a los insectos o a losroedores, que producen temores intensos, detal modo que los individuos se paralizan, hu-yen e incluso se muestran reacios a hablar so-bre el tema.

La ansiedad social se manifiesta por mediode un rotundo rechazo a conversar con otraspersonas o a hablar en público por temor a serjuzgados por sus interlocutores o a expresarseincorrec tamente.

“Cuando se enfrentan a estas situaciones, laspersonas pueden ruborizarse y experimentartemblores, sudoración y palpitaciones; algunasincluso se paralizan. Obviamente, una condi-ción así limita la capacidad de relacionarse conlos otros”, dice Gutiérrez Soriano.

Dos trastornos de ansiedad se presentan enla infancia: el mutismo selectivo y la ansiedadpor separación. Con el primero, los niños noverbalizan nada ni platican con nadie porque sesienten ansiosos en entornos específicos, aun-que en otros lo hacen sin dificultad. Con el se-gundo, los niños se muestran aterrados de quesus padres salgan porque imaginan, quizá, quepodrían sufrir un accidente o no regresarán yellos se quedarán solos. Puede aparecer tam-bién en la adolescencia.

D i sca p a c ita ntesEn opinión del especialista universitario, lostrastornos de ansiedad representan un proble-ma de salud pública. Ahora bien, uno de los es-collos para que una enfermedad mental seaconsiderada un problema de salud pública lo re-presenta el hecho de que, aparentemente, nohace que aumente la mortalidad de manera sig-nificativa, como el cáncer o un infarto; sin em-bargo, las enfermedades mentales sí puedenempujar a la muerte a quienes las padecen (porsuicidio u homicidio).

Así pues, otro aspecto relevante de las enfer-medades mentales es que se asocian a las en-fermedades que pueden llevar a la muerte, co-mo en el caso de las personas que sufren in-fartos y reportan ansiedad y angustia conti-nuas. Ellas tienen mayor riesgo de volver a in-fartarse que aquellos mentalmente sanos.Igualmente, los diabéticos que padecen depre-sión tienden a descuidarse y muestran menosapego al tratamiento farmacológico, con lo que

empeoran sus condiciones de salud.Además, cuando algunos individuos entran

en un estado de discapacidad, la ansiedad y ladepresión crecen. De este modo, las enferme-dades mentales se han posicionado, estadísti-camente, como enfermedades discapacitantesy ya ocupan los primeros lugares entre ellas.

“Ésta es la razón por la que la OrganizaciónMundial de la Salud ha establecido que no haysalud sin salud mental. Aun más: abundan losreportes de discapacidad por demencias, lascuales van acompañadas de depresión y trastor-nos de ansiedad, al grado que se están colocandoentre las primeras causas de muerte en gruposde edad avanzada”, apunta el especialista.

Estrés postraumático y estrés agudoAnteriormente, el trastorno de estrés postrau-mático y el de estrés agudo estaban clasificadosdentro del grupo de trastornos de ansiedad. Hoyen día, ambos se están presentando con muchafrecuencia en la población expuesta a desastresnaturale s.

Es pertinente aclarar que el trastorno de estrésagudo surge después del evento traumático ypuede durar de tres días a un mes. Tambiénafecta a personas que no vivieron el evento.

“Tal vez otras fuentes de información descri-ban y transmitan las consecuencias de un de-sastre natural (como sucedió en septiembre pa-sado con las televisoras), lo cual causará, en unaparte de la población, reacciones asociadas alevento, como pesadillas angustiosas que impi-

den conciliar el sueño, o reacciones adrenérgi-cas, como palpitaciones, sudoración y nervio-sismo que dificultan recuperar la normalidad dela vida cotidiana”, indica Gutiérrez Soriano.

Si al paso del tiempo el trastorno de estrés agu-do persiste, se puede convertir en trastorno deestrés postraumático. A veces, las personasreexperimentan lo vivido como si estuvieran vi-viendo lo mismo. A lo mejor, alguien experi-mentó que el edificio de al lado se cayera, y sien algún momento llega a sonar la alerta sís-mica, vivirá de nueva cuenta ese episodio.

MediciónEntre el estrés y la ansiedad hay diferencias.Mientras el primero se define como una res-puesta biológica a factores que generan cambiosen el entorno, la ansiedad es un fenómeno máscomplejo, que depende de diferentes aspectosde la actividad mental.

Con respecto a la posibilidad de medir la an-siedad, la ciencia médica aún no cuenta con unaparato como el que mide la presión arterial.

“Los profesionales contamos con estudios deimagenología, pero son muy costosos y pococlaros para diagnosticar, y, también, con diver-sas escalas (el Inventario de Ansiedad de Beck,las escalas de Ansiedad Estado-Rasgo, etcétera)que resultan útiles para que aquello que ha ex-perimentado una persona pueda plasmarse demanera objetiva y medible. Esa es la forma co-mo medimos la ansiedad, ya sea desde el puntode vista de la persona o desde el punto de vistadel médico clínico”, comenta el especialista.

Terapias y tratamientos¿Qué hacer ante un trastorno de ansiedad? Enprimer término es mejor aceptar que uno es an-sioso y empezar un tratamiento, que dejar quela ansiedad persista y limite las relaciones in-terpersonales o complique la convivencia en elhogar o el trabajo.

“Por supuesto, la persona debe acercarse a unprofesional de la salud, comunicarle sus sínto-mas y recibir una valoración. Sabemos con pre-cisión que la ansiedad, la depresión y las demen-cias son enfermedades discapacitantes”, añadeGutiérrez Soriano.

Actualmente se dispone de varias terapias pa-ra tratar los trastornos de ansiedad, como la te-rapia cognitivo-conductual, que arroja notablesresultados; el método Maindfulness, que fusio-na otras corrientes con el planteamiento clínicocomún; y, desde luego, la meditación, el Tai-Chiy el yoga, que pueden ayudar a que las personasse relajen. No se debe olvidar que el ejercicio esfundamental para reducir la ansiedad.

“En cuanto a los tratamientos farmacológicos,los antidepresivos son básicos para tratar lostrastornos de ansiedad, seguidos de las benzo-diacepinas, que se prescriben cuidadosamentepor el riesgo adictivo que representan, aunque,una vez que hacen efecto, se pueden retirar demanera gradual”, concluye el especialista. b

E S P E

C I A L

“Los cuadros de ansiedad casisiempre se acompañan desíntomas neurovegetativos comopalpitaciones, opresión en elpecho, sensación de nudo en lagarganta, sudoración en lasmanos, dolores de cabeza omareos frecuentes, entre otros”JOAQUÍN GUTIÉRREZ SORIANOEspecialista del Departamento de Psiquiatría y SaludMental de la Facultad de Medicina de la UNAM