ritual de exequias

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Ritual para difuntos

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RITUAL DE EXEQUIAS

Conforme al uso de la Iglesia Universal ApostlicaJuan Pablo IIEn Comunin Anglicana

NIT.. 900.395.290-9P.J. ESPECIAL RESOLUCIN No. 5064 Del 25 De Octubre De 2010

PRESENTACIN

En conformidad a lo establecido en los cnones de la Iglesia Universal Apostlica Juan Pablo II En comunin Anglicana y de mi potestad ordinaria, autorizo la presente edicin del subsidio litrgico para el altar de Libro de Oracin Comn, tal como aqu aparece y establezco la obligacin de su uso para todos los servicios religiosos, pblicos y privados de nuestras Vicarias.

Este Ritual fue preparado y Elaborado por el Rvdo. Padre Fredys Ricardo Martnez Rodrguez, basndose en la liturgia del Libro Comn de la Iglesia Universal Apostlica Juan Pablo II en Comunin Anglicana.

Edicin Renovada y revisada en el Snodo realizado en la Conferencia Episcopal Colombiana, asamblea anual de la Iglesia Universal Apostlica Juan Pablo II en comunin Anglicana realizado del 8 al 11 de diciembre de 2015

CERTIFICACIN

Yo, certifico que, de acuerdo con el canon, el Libro de Oracin Comn, ha sido comparada con una copia certificada del Libro Patrn y que est conforme a dicho Libro.

____________________________+ Octavio de J. Castrilln A.OBISPO SUPERIOR

DEDICACIN

A Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espritu Santo. Por darme el honor de ser la cabeza de tu Iglesia Universal Apostlica Juan Pablo II en comunin Anglicana.Ser siervo tuyo es la mayor bendicin de mi vida. Por eso, es para m gratificante, poder compartir con humildad y sencillez, con todos los miembros de Nuestra Iglesia Universal Apostlica Juan Pablo II en Comunin Anglicana, esta edicin, del Libro Comn de Oracin. Orando por aquellos que nos precedieron en el encuentro con el Seor.

Rogando al Seor, enve obreros a su mies, para que ayuden a cumplir con la tarea que nos ha sido encomendada (Lucas 10,2) de servir a los pobres entre los pobres.

Encomendamos tambin a la proteccin de la Santsima Virgen Mara, para que interceda ante su hijo; abundantes Bendiciones para su Iglesia. (Juan 2,3)

A los Excelentsimos Monseores

Monseor Enrique LlerasMonseor Mario Arturo Palomino

De la Iglesia Panamericana de los Estados Uinidos

1.Monicin introductoriaEl ministro se dirige a los presentes, exhortndolos a tener confianza en Dios y a prepararse a escuchar su Palabra.

RITO DE ACOGIDA

Jess nos dijo que el grano del trigo tiene que morir bajo tierra para poder convertirse en espiga; tambin nos dijo que todo rbol que d buena cosecha hay que podarlo para que mejore sus frutos.Lo puso como ejemplo de cmo iba a ser su vida y cmo debe ser la nuestra: renunciar a nosotros mismos para que florezca una nueva vida.En esta Eucarista vamos a recordar a nuestro hermano (a) N.N. teniendo presente la Muerte y la Resurreccin de JessVamos a entender lo que esto significa para nosotros y comprender que todos tenemos que superar esta prueba: la ms difcil pero tambin la ms segura, la que nos trae la esperanza en una vida futura.Para los que creemos en Jess, la muerte slo tiene sentido si la miramos a la luz de la maana de Resurreccin, cuando empiecen a florecer las semillas que hemos depositado en la tierra y a retoar las ramas del rbol cado.

Salmo Se puede recitar uno de los siguientes salmos: Salmo 129Ant. Mi alma espera en el Seor. Desde lo ms profundo te invoco, Seor.Seor, oye mi voz!Estn tus odos atentos al clamor de mi plegaria.Si tienes en cuenta las culpas, Seor.Quin podr subsistir?Pero en ti se encuentra el perdn para que seas temido.Mi alma espera en el Seor y yo confo en su Palabra.Mi alma espera en el Seor ms que el centinela la aurora.Corno el centinela espera la aurora, espere Israel al Seor, porque en l se encuentra la misericordia y la redencin en abundancia:El redimir a Israel de todos sus pecados.

En la iglesia 2.Saludo (Mt. 11, 28) Vengan a M todos los que estn afligidos y agobiados, y yo los aliviar .

O bien: (Cf. Ecl. 2. 6) Confate a Dios, y l te cuidar , corrige tus caminos y espera en l; conserva tu amor y en l envejece.

O bien: (2 Cor 1, 3-4) Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Seor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones.

RITOS INICIALESReunido el pueblo, el sacerdote con los ministros va procesionalmente al altar, mientras se entona el canto de entrada.Cuando llega al altar, el sacerdote con los ministros hacen la debida reverencia, l besa el altar y, si se juzga oportuno, lo inciensa y luego inciensa a todo el pueblo.Despus se dirige con los ministros a la sede. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el sacerdote dice:

1.SALUDOC:/ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo.

El pueblo responde:R:/ Amn.

El sacerdote, extendiendo las manos, saluda con una de las frmulas siguientes:C:/La gracia de nuestro Seor Jesucristo, el amor del Padre y la comunin del Espritu Santo estn con todos ustedes.

ACTO PENITENCIALA continuacin se hace el Acto penitencial que incluye* una invitacin, * una pausa en silencio * y una formulacin de arrepentimiento.

a) El sacerdote invita a los fieles al arrepentimiento:Hermanos:Para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.O bien:El Seor Jess, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucarista, nos llama ahora a la conversin.Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.b) Se hace una breve pausa en silencio.c) Despus, hacen todos en comn la confesin de sus pecados:

PRIMERA FRMULAYo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisin.Golpendose el pecho, dicen:Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.Luego prosiguen:Por eso ruego a santa Mara, siempre Virgen, a los ngeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por m ante Dios, nuestro Seor.

El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

El pueblo responde:Amn.

SEGUNDA FRMULAEl sacerdote dice:Seor, ten misericordia de nosotros.El pueblo responde:Porque hemos pecado contra ti.El sacerdote prosigue:Mustranos, Seor, tu misericordia.El pueblo responde:Y danos tu salvacin.El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.El pueblo responde:Amn.

TERCERA FRMULAEl sacerdote, u otro ministro idneo, dice las siguientes invocaciones u otras semejantes:T que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:Seor, ten piedad. El pueblo responde:Seor, ten piedad.

Sacerdote o ministro:T que has venido a llamar a los pecadores: Cristo, ten piedad. El pueblo responde:Cristo, ten piedad. Sacerdote o ministro:T que ests sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros: Seor, ten piedad. El pueblo responde:Seor, ten piedad.

El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.El pueblo responde:Amn.

Oracin ColectaOremos. Escucha, Seor, la splica que te hacemos, implorando tu misericordia por tu hijo(a) N., a quien has llamado de este mundo a tu presencia. Concdele la luz y la paz que no tiene fin y permtele participar en la asamblea de tus santos. Por Jesucristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: II Seor, Padre todopoderoso y eterno, te suplicamos por el alma de tu hijo(a) N., a quien has llamado de este mundo a tu presencia; concdele gozar del descanso, de la luz y de la paz. Permtele atravesar sin dificultades las puertas de la muerte, para que pueda vivir con los santos contemplando el resplandor de tu gloria, que prometiste en otro tiempo a Abraham y a su descendencia. Que su alma no sufra ningn dao; y cuando llegue el da de la resurreccin y de la retribucin, resuctalo(a) junto con tus santos y elegidos. Perdona todos sus pecados, para que ingresando en el Reino eterno goce de la Vida inmortal en tu compaa. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: III Te encomendamos humildemente, Seor, el alma de nuestro(a) hermano(a), a quien siempre protegiste con inmenso amor; ahora que ha sido liberado(a) de todo mal, hazlo(a) descansar eternamente. Imploramos tu clemencia para que conduzcas al Paraso a este(a) hijo(a) tuyo(a) que ya ha concluido su vida mortal; all no existe ni la muerte ni la angustia ni el sufrimiento, sino la paz y la alegra en compaa de tu Hijo y el Espritu Santo, por los siglos de los siglos. R/ Amn.

O bien: IV Seor, ante tus ojos, todo lo que es perecedero vive y nuestros cuerpos, al morir no desaparecen para siempre sino que se transforman. Te pedimos, humildemente, que hagas recibir el alma de tu servidor(a) N. en la morada del patriarca Abraham, tu amigo, para que resucite el da del gran juicio: Si ha pecado contra ti durante esta vida, que tu amor lo(a) purifique y perdone. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: V Seor, humildemente apelamos a tu misericordia para que recibas con bondad el alma de tu servidor(a) N.: s indulgente y ten piedad de l (ella) a fin de que sea purificado(a) de los pecados, que hubiere cometido en su vida, y as, liberado(a) de toda atadura terrenal, merezca ingresar en la Vida eterna. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: VI Por un difunto joven Dios, t diriges los acontecimientos y determinas la duracin de la vida de los hombres; te encomendamos humildemente a este(a) hijo(a) tuyo(a) N., a quien lloramos por su muerte prematura; te pedimos que le concedas una permanente juventud en la felicidad eterna del cielo. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: VII Por un difunto que trabaj al ser vicio del Evangelio Seor, imploramos tu misericordia para que recompenses con el gozo de tu Reino a tu hijo(a) N., que trabaj asiduamente en la propagacin del Evangelio. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: VIII Por un difunto muerto despus de larga enfermedad Dios, que has dado a tu hijo(a) N., la gracia de servirte en el dolor y la enfermedad concdele que, as como imit la paciencia de tu Hijo, obtenga tambin el premio de su gloria. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: IX Por un difunto muerto repentinamente Mustranos, Seor, el inmenso poder de tu bondad para que, quienes lloramos a nuestro(a) hermano(a) N. muerto(a) repentinamente, creamos que lo (a) has llevado a gozar de tu compaa. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: X Por los padres Dios, que nos mandaste honrar al padre y a la madre, apidate de mi madre y de mi padre (De nuestros padres) y perdona todos sus pecados. Concdeme (concdenos) que pueda (podamos) verlos en el eterno gozo de tu gloria. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: XI Por los esposos S indulgente, Seor, con tus hijos N. y N. y perdona sus pecados, para que la plenitud de tu amor mantenga eternamente unidos a quienes se asociaron en esta vida con el vnculo conyugal. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn. A estas oraciones se puede anteponer. o. aadir la siguiente oracin por los familiares: Oremos. Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos proteges con tu amor eterno, y transformas las sombras de la muerte en aurora de Vida: Mira a tus hijos que lloran afligidos. (S para nosotros como un refugio y reanmanos par a que, superando las tinieblas de nuestro dolor, seamos consolados con la luz y la paz de tu presencia.) Aydanos a encaminar nuestra vida hacia Cristo, tu Hijo y Seor nuestro, que muriendo destruy nuestra muerte y resucitando restaur nuestra vida, de modo que cuando concluyamos esta vida mor tal, nos encontremos con nuestros hermanos, all donde sern enjugadas las lgrimas de nuestros ojos. Por Jesucristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: Por el difunto y los familiares Seor, Redentor nuestro, que te entregaste a la muerte para que todos los hombres se salvaran y pasaran de la muerte a la Vida: Te pedimos, humildemente, que tengas piedad de estos hijos tuyos que lloran y te suplican por el pariente que han perdido. T que eres el nico Santo y lleno de misericordia y que por medio de tu muerte abriste a los fieles las puertas de la Vida, perdona los pecados de este(a) hijo(a) tuyo(a). Rey eterno, no permitas que nuestro(a) hermano(a) sea separado(a) de ti, y por el poder de la gloria que t posees concdele gozar de la luz, de la felicidad y de la paz. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. LITURGIA DE LA PALABRAI.Lectura de la segunda carta del Apstol san Pablo a los cristianos de Corinto4, 14- 5, 1 Lo que se ve es pasajero, lo que no se ve es eterno Hermanos: Nosotros sabemos que aqul que resucit al Seor Jess nos resucitar con l y nos reunir a su lado junto con ustedes. Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde tambin el nmero de los que participan en la accin de gracias para gloria de Dios. Por eso, no nos desanimamos: aunque nuestro hombre exterior se vaya destruyendo, nuestro hombre interior se va renovando da a da. Nuestra angustia, que es leve y pasajera, nos prepara una gloria eterna, que supera toda medida. Porque no tenemos puesta la mirada en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es eterno. Nosotros sabemos, en efecto, que si esta tienda de campaa nuestra morada terrenal es destruida, tenemos una casa permanente en el cielo, construida, no por el hombre, sino por Dios.

Salmo 22Ant. Acurdate de m, Seor, cuando ests en tu Reino. V:/El Seor es mi pastor nada me puede faltar. El me hace descansar en ver des praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me gua por el recto sendero, por amor de su Nombre. R/.

V:/Aunque cruce por oscuras quebradas, no temer ningn mal, porque t ests conmigo. Tu vara y tu bastn me infunden confianza. R/.

V:/T preparas ante m una mesa, frente a mis enemigos; unges con leo mi cabeza y mi copa rebosa. Tu bondad y tu gracia me acompaan a lo largo de mi vida; y habitar en la casa del Seor; por muy largo tiempo. R/.

II.Lectura del santo Evangelio segn san Juan 12, 23-26 Si el grano de trigo muere, da mucho fruto En aquel tiempo dijo Jess a sus discpulos: Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el gr ano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida la perder; pero el que odia su vida en este mundo, la conservar para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo est, estar tambin mi servidor. El que quiera servirme, ser honrado por mi Padre.

Homila Despus de la lectura bblica, el sacerdote o el dicono pueden hacer una breve reflexin.

Oracin de los fieles Hermanos: Invoquemos confiadamente a Dios todopoderoso, que resucit de entre los muertos a su Hijo Jess para salvar a vivos y difuntos. A cada invocacin respondemos: R/ Escchanos, Seor.

Por nuestro(a) difunto(a) N., que recibi en el Bautismo el germen de la Vida eterna; para que el Seor le conceda ser compaero(a) de los santos. Oremos al Seor. Por este(a) hermano(a) nuestro(a) que se aliment con el Cuerpo de Cristo, Pan de Vida eterna: para que el Seor lo(a) resucite en el da final. Oremos al Seor. Para que el Seor olvide los pecados de este(a) hijo(a) suyo(a). Oremos al Seor. Para que lo(a) acepte junto a l en el lugar de la luz y de la paz. Oremos al Seor. Para que permita contemplar el resplandor de su gloria a nuestros parientes y amigos difuntos. Oremos al Seor. Para que conduzca al Reino de los cielos a todos los fieles difuntos. Oremos al Seor. Oremos Te pedimos, Seor, que escuches la oracin que te hacemos por las almas de nuestros hermanos y hermanas difuntos, para que per dones sus pecados y les per mitas participar de tu redencin. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

LITURGIA EUCARSTICA

Acabada la Liturgia de la Palabra, los ministros colocan en el altar el corporal, el purificador, el cliz y el misal; mientras tanto puede ejecutarse un canto adecuado.Conviene que los fieles expresen su participacin en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino para la celebracin de la Eucarista, bien aportando otros dones para las necesidades de la Iglesia o de los pobres.El sacerdote se acerca al altar, toma la patena con el pan y, mantenindola un poco elevada sobre el altar, dice en secreto:Bendito seas, Seor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; l ser para nosotros pan de vida.Despus deja la patena con el pan sobre el corporal.Si no se canta durante la presentacin de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:Bendito seas por siempre, Seor.

El dicono, o el sacerdote, echa vino y un poco de agua en el cliz, diciendo en secreto:El agua unida al vino sea signo de nuestra participacin en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condicin humana.

Despus el sacerdote toma el cliz y, mantenindolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:Bendito seas, Seor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; l ser para nosotros bebida de salvacin.Despus deja el cliz sobre el corporal.Si no se canta durante la presentacin de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:Bendito seas por siempre, Seor.

A continuacin, el sacerdote, inclinado, dice en secreto:Acepta, Seor, nuestro corazn contrito y nuestro espritu humilde; que ste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Seor, Dios nuestro.Y, si se juzga oportuno, inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. A continuacin el dicono o un ministro inciensa al sacerdote y al pueblo.Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:Lava del todo mi delito, Seor, limpia mi pecado.

Despus, de pie en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice una de las siguientes frmulas:Oremos, hermanos, para que este sacrificio, mo y de ustedes sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

O bien:En el momento de ofrecer el sacrificio de toda la Iglesia, oremos a Dios, Padre todopoderoso.O bien:Oremos hermanos, para que, trayendo al altar los gozos y las fatigas de cada da, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.

El pueblo responde:El Seor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oracin sobre las ofrendas. El pueblo aclama:Amn.

RITO DE OFRENDAS.

ORACIN.

Al ofrecerte estos dones por la salvacin de nuestro hermano N. te pedimos humildemente, Seor, que despus de haber reconocido en tu Hijo a su Salvador lleno de bondad, pueda encontrar en l al Juez misericordioso, que vive y reina por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:Amn

PLEGARIA EUCARSTICA

PREFACIO DE DIFUNTOS ILa esperanza de la resurreccin en CristoEste prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Seor est con ustedesR. Y con tu espritu.C. Levantemos el corazn.R. Lo tenemos levantado hacia el Seor.C. Demos gracias al Seor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvacin darte gracias siempre y en todo lugar, Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Seor nuestro.En l brilla la esperanza de nuestra feliz resurreccin; y as a quienes nos entristece la certeza de morir, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.Porque para los que creemos en ti, la vida no termina sino que se transforma, y al deshacerse esta morada terrenal, adquirimos una mansin eterna en el cielo.Por eso, unidos a los coros de los ngeles, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE DIFUNTOS IICristo ha muerto para nuestra vidaEste prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Seor est con ustedesR. Y con tu espritu.C. Levantemos el corazn.R. Lo tenemos levantado hacia el Seor.C. Demos gracias al Seor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvacin darte gracias siempre y en todo lugar, Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Seor nuestro.Porque l quiso morir, uno por todos, para librarnos de la muerte eterna; ms an, l entreg su vida, uno por todos, para que todos viviramos eternamente para ti.Por eso, unidos a los coros de los ngeles, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE DIFUNTOS IIICristo, salvacin y vidaEste prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Seor est con ustedesR. Y con tu espritu.C. Levantemos el corazn.R. Lo tenemos levantado hacia el Seor.C. Demos gracias al Seor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvacin darte gracias siempre y en todo lugar, Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Seor nuestro.l es la salvacin del mundo, la Vida de los hombres y la Resurreccin de los muertos.Por eso, unidos a los coros de los ngeles, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE DIFUNTOS IVLa vida terrena y la gloria celestialEste prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Seor est con ustedesR. Y con tu espritu.C. Levantemos el corazn.R. Lo tenemos levantado hacia el Seor.C. Demos gracias al Seor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvacin darte gracias siempre y en todo lugar, Seor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.Tu poder nos ha creado, y tu providencia nos gobierna; a causa del pecado, nos devuelves a la tierra de donde salimos y estableces que los redimidos por la Sangre de tu Hijo podamos tener parte en su gloriosa Resurreccin.Por eso, con los ngeles y los santos cantamos sin cesar, el himno de tu gloria:Santo, Santo, Santo...

PREFACIO DE DIFUNTOS VNuestra resurreccin por medio de la victoria de CristoEste prefacio se dice en la misa de difuntos.

C. El Seor est con ustedesR. Y con tu espritu.C. Levantemos el corazn.R. Lo tenemos levantado hacia el Seor.C. Demos gracias al Seor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo.Porque si el morir es por causa nuestra, el ser llamados a la vida con Cristo es obra gratuita de tu amor, ya que, habiendo muerto por el pecado, hemos sido redimidos por la victoria de tu Hijo.Por eso, unidos a los coros de los ngeles, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:Santo, Santo, Santo...

PLEGARIAS EUCARISTICAS IEl sacerdote, con las manos extendidas, dice:C:/Santo eres en verdad, Padre, fuente de toda santidad;

Junta las manos y luego las extiende sobre las ofrendas y dice:Te suplicamos, que santifiques estos dones con la efusin de tu Espritu,

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cliz conjuntamente, diciendo:de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, Seor nuestro.

Junta las manos.El, en esta misma noche, cuando iba a ser entregado a su Pasin, voluntariamente aceptada,

Toma el pan y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:Tom pan, dndote gracias, lo parti y se lo dio, diciendo:

Se inclina un poco.TOMEN Y COMAN TODOS DE L, ESTO ES MI CUERPO, QUE SE ENTREGA POR USTEDES.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita sobre la patena. Despus prosigue:Del mismo modo, acabada la cena

Toma el cliz y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:Tom el cliz, te dio gracias con la plegaria de bendicin y lo pas a sus discpulos, diciendo:

Se inclina un poco.TOMEN Y BEBAN TODOS DE L, STE ES EL CLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SE DERRAMA POR USTEDES Y POR TODOS PARA EL PERDN DE LOS PECADOS.HAGAN ESTO EN CONMEMORACIN MA.

Muestra el cliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal Terminada la oracin, adora las especies consagradas haciendo una reverencia profunda.Luego proclama cantando una de las siguientes frmulas:Primera Frmula:C:/Este es el Sacramento de nuestra fe.Y el pueblo prosigue, aclamando:R:/Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurreccin. Ven, Seor Jess!Con las manos extendidas, prosigue diciendo:Padre de bondad, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurreccin de tu Hijo, te ofrecemos, estos dones espirituales y, con humildad, te suplicamos nuevamente:Imponiendo las manos sobre las ofrendas, prosigue diciendo:C1. Que la efusin de tu Espritu Santo permanezca sobre las ofrendas que te ha presentado tu Iglesia y que consagramos.Que transformadas en el Cuerpo y la Sangre de tu Cristo, sean sacrificio agradable a Ti y para quienes las recibimos sean: manantial a travs del cual el Espritu Santo nos inunde con la misma fuerza con la que llen a los Apstoles el da de Pentecosts; sean fuente de comunin que nos ayude a llegar a ser uno, como T Padre y el Hijo son uno; y sean luz que nos fortalezca en la fe, para que, mantenindonos firmes en la verdad y en el amor, incesantemente te alabemos y te glorifiquemos, por Jesucristo nuestro Salvador.

Despus el sacerdote, con las manos extendidas, dice:C2. Acurdate, Seor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aqu en el da en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partcipes de su vida inmortal;

Te pedimos por el Obispo de Roma, el Papa N. Que como primero entre iguales, en la familia de los primados de las Iglesias locales y presidiendo en la caridad, se convierta en signo y vnculo de unidad entre todos los cristianos.Bendice a los obispos miembros de nuestra Comunin de Iglesias Catlicas y Apostlicas, a los dems obispos, a los presbteros y diconos, a los pastores, ministros, servidores y a cuantos cuidan de tu pueblo.Que con nuestro Obispo N., con los presbteros, diconos y todos los miembros de tu Iglesia, lleguemos a ser uno en la fe y en el amor.

C3. Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia; concdele que, as como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, est compartiendo tambin con l la gloria de la resurreccin.

Acurdate tambin, Padre, de nuestros hermanos que murieron en la paz de Cristo, y de todos los difuntos, cuya fe slo t conociste: que contemplando la luz de tu rostro, estn participando en la gloriosa comunin de los santos.Ten misericordia de todos nosotros, y as, con Mara, la Virgen Madre de Dios, los apstoles y cuantos vivieron en tu amistad a travs de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.

Junta las manos. El celebrante y otros ministros idneos toman la patena con el pan consagrado y el cliz y los sostienen elevados. El celebrante canta:Por Cristo, con l y en l, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:R:/Amn.

PLEGARIA EUCARISTICA II: DE LAS ANFORAS GALICANAS E HISPANASEl sacerdote, con las manos extendidas, dice:Santo eres en verdad, Padre, y con razn te alaban todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Seor nuestro, con la fuerza del Espritu Santo, das vida y santificas todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cliz conjuntamente, diciendo:Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que sean Cuerpo y Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Seor nuestro, que nos mand celebrar estos misterios.

Junta las manos.Porque l mismo, la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los am hasta el extremo y, mientras cenaba con sus discpulos,

Toma el pan y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:Tom pan, te dio gracias, lo parti y se lo dio, diciendo:

Se inclina un poco.TOMEN Y COMAN TODOS DE L, ESTO ES MI CUERPO, QUE SE ENTREGA POR USTEDES.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita sobre la patena. Despus prosigue:Del mismo modo,Toma el cliz y, sostenindolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:Tom el cliz lleno de vino, te dio gracias con la plegaria de bendicin y lo pas a sus discpulos, diciendo:

Se inclina un poco.TOMEN Y BEBAN TODOS DE L, STE ES EL CLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SE DERRAMA POR USTEDES Y POR TODOS PARA EL PERDN DE LOS PECADOS.HAGAN ESTO EN CONMEMORACIN MA.Muestra el cliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal Terminada la oracin, adora las especies consagradas haciendo una reverencia profunda.Luego proclama cantando una de las siguientes frmulas:Primera Frmula:C:/Este es el Sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:R:/ Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurreccin. Ven, Seor Jess!

Con las manos extendidas, prosigue diciendo:Por tu Hijo Jesucristo, que se ofreci como vctima por nosotros, nos presentamos ante ti, Padre bondadoso, y nuevamente te suplicamos: acepta benigno estas ofrendas, como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abrahn, nuestro padre en la fe, y la oblacin pura de tu sumo sacerdote Melquisedec:

Imponiendo las manos sobre las ofrendas, prosigue diciendo:C1. Que por la efusin de tu Espritu Santo, fuente de toda vida y santificacin, estasofrendas,quedando bendecidas, santificadas y consagradas, hagan que: por el pan que partimos, comulguemos con el Cuerpo del Seor y por el cliz sobre el cual pronunciamos la accin de gracias, recibamos la sangre de Jesucristo, nuestro Salvador.Que quienes nos hemos congregado en torno a tu altar, para comulgar con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, seamos colmados con la fuerza del Espritu Santo y, participando de la vida nueva de tu Reino, en comunin con todo tu Pueblo santo, alcancemos la perfecta unidad.

Despus el sacerdote, con las manos extendidas, dice:C2. Seor, transfrmanos en ofrenda permanente, para que gocemos de tu heredad, junto con tus elegidos: con Mara, la Virgen Madre de Dios, los apstoles y los mrtires, (san N.: Santo del da o patrono) y todos los santos, por cuya intercesin confiamos obtener siempre tu ayuda.

Te pedimos, Padre, que esta Vctima de reconciliacin traiga la paz y la salvacin al mundo entero. Confirma en la fe y en la caridad a tuIglesia, peregrina en la tierra: Te pedimos por el Obispo de Roma, elPapa N. Que como primero entre iguales, en la familia de los primados de las Iglesias locales y presidiendo en la caridad, se convierta en signo y vnculo de unidad entre todos los cristianos.

Bendice a los obispos miembros de nuestra Comunin de Iglesias Catlicas y Apostlicas, a los dems obispos, a los presbteros, a los pastores, ministros, servidores y a cuantos cuidan de tu pueblo.Que con nuestro Obispo N., con los presbteros, diconos y todos los miembros de tu Iglesia, lleguemos a ser uno en la fe y en el amor.

C3. Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy) de este mundo a tu presencia; concdele que, as como ha compartido ya la muerte de Jesucristo, est tambin compartiendo con l la gloria de la resurreccin.

En los domingos, cuando no hay otro recuerdo ms propio, puede decirse:Atiende los deseos y splicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el da en que Cristo, ha vencido a la muerte y nos ha hecho partcipes de su vida inmortal.

Junta las manos.Por Cristo, Seor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.

Junta las manos. El celebrante y otros ministros idneos toman la patena con el pan consagrado y el cliz y los sostienen elevados. El celebrante canta:Por Cristo, con l y en l, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:R:/ Amn.

RITO DE LA COMUNINUna vez que ha dejado el cliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:Fieles a la recomendacin del Salvador y siguiendo su divina enseanza, nos atrevemos a decir:

O bien:Llenos de alegra por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oracin que Cristo nos ense:

O bien:El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:

O bien:Antes de participar en el banquete de la Eucarista, signo de reconciliacin y vnculo de unin fraterna, oremos juntos como el Seor nos ha enseado:

O bien:Preparemos la comunin con Cristo y los hermanos, rezando con las palabras de Jess:

O bien:Movidos por el Espritu de Dios imploremos su reino sobre nosotros:U otras palabras semejantes.Extiende las manos y, junto con el pueblo, contina:Padre nuestro, que ests en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo.Danos hoy nuestro pan de cada da; perdona nuestras ofensas, como tambin nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentacin, y lbranos del mal.

El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue l solo:Lbranos de todos los males, Padre, y concdenos la paz en nuestros das, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbacin, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.Junta las manos.

El pueblo concluye la oracin, aclamando:Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Seor.

Despus el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:Seor Jesucristo, que dijiste a tus apstoles:"La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concdele la paz y la unidad.

Junta las manos.T que vives y reinas por los siglos de los siglos.

El pueblo responde:Amn.

El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, aade:La paz del Seor est siempre con ustedes.El pueblo responde:Y con tu espritu.

Luego, si se juzga oportuno, el dicono, o el sacerdote, aade:Dmonos fraternalmente la paz.

O bien (especialmente para Adviento y Navidad):Como hijos de Dios, intercambiemos ahora un signo de comunin fraterna.

O bien (especialmente para Cuaresma):En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz, manifestemos un signo de reconciliacin y de paz.

O bien (especialmente para la Cincuentena pascual):En el Espritu de Cristo resucitado, dmonos fraternalmente la paz.Y todos, segn la costumbre del lugar, se dan la paz.El sacerdote da la paz al dicono o al ministro.

Despus toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cliz, diciendo en secreto:El Cuerpo y la Sangre de nuestro Seor Jesucristo, unidos en este cliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Mientras tanto se canta o se dice:Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.Si la fraccin del pan se prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La ltima vez se dice: danos la paz.

A continuacin el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:Seor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, lbrame, por la recepcin de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.Concdeme cumplir siempre tus mandamientos y jams permitas que me separe de ti.

O bien:Seor Jesucristo, la comunin de tu Cuerpo y de tu Sangre no sea para m un motivo de juicio y condenacin, sino que, por tu bondad, sirva para defensa de mi alma y mi cuerpo y sea remedio de salvacin.

El sacerdote hace genuflexin, toma el pan consagrado y, sostenindolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cliz, lo muestra al pueblo, diciendo:ste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.Dichosos los invitados a la cena del Seor.

Y, juntamente con el pueblo, aade:Seor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastar para sanarme.

El sacerdote dice en secreto:El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.Despus toma el cliz y dice en secreto:La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.Despus toma la patena o la pxide, se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, que sostiene un poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:El Cuerpo de Cristo.El que va a comulgar responde:Amn.Y comulga.El dicono y los ministros que distribuyen la Eucarista observan los mismos ritos.Si se comulga bajo las dos especies, se observa el rito descrito en su lugar.Cuando el sacerdote comulga el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunin.Acabada la comunin, el dicono, el aclito, o el mismo sacerdote, purifica la patena sobre el cliz y tambin el mismo cliz, a no ser que se prefiera purificarlo en la credencia despus de la misa.Si el sacerdote hace la purificacin, dice en secreto:Haz, Seor, que recibamos con un corazn limpio el alimento que acabamos de tomar, y que el don que nos haces en esta vida nos sirva para la eterna.Despus el sacerdote puede ir a la sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio o cantar un salmo o cntico de alabanza.

Luego, de pie en la sede o en el altar, el sacerdote dice:Oremos.Te pedimos, Padre omnipotente, que recibas en la morada de la luz y de la paz a nuestro hermano N. por quien hemos celebrado el misterio pascual.Por Jesucristo, nuestro Seor.

Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se haya hecho antes.Despus el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oracin despus de la comunin. El pueblo aclama:Amn.

RITO DE CONCLUSINEn este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.Despus tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:El Seor est con ustedes.El pueblo responde:Y con tu espritu.

BendicinEl sacerdote bendice al pueblo, diciendo:La bendicin de Dios todopoderoso, Padre, Hijo , y Espritu Santo, descienda sobre ustedes.El pueblo responde:Amn.

Otras oraciones conclusivas Todos recitan el Padre nuestro, o bien el ministro dice una de las oraciones siguientes: Dios Padre todopoderoso: Apoyados en la fe, confesamos que Jess muri y resucit para que, por la virtud de este Misterio, tambin nosotros pudiramos resucitar como l. Por eso te pedimos por nuestro(a) hermano(a) N., que se ha dormido en el Seor, para que tambin l (ella) alcance la alegra de la resurreccin. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: Dios nuestro, gloria de los fieles y vida de los justos, por medio de la muerte y la resurreccin de Jess nos has redimido. Acurdate de tu hijo(a) N., y prmialo(a) con la alegra eterna. Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: Dios Padre todopoderoso, que nos salvaste por el Misterio de la cruz de tu Hijo y asociaste nuestras vidas a su Resurreccin, concede a tu servidor(a) N., que se ha liberado de las ataduras de esta vida mortal, que sea asociado(a) a la comunidad de tus elegidos. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: II Hermanos: Unmonos fraternalmente para hacer nuestra oracin; pidamos no slo por nuestro hermano difunto, sino tambin por la Iglesia, por la paz del mundo y por nosotros mismos. Por los pastores de toda la Iglesia: para que lo que predican con su palabra, lo practiquen en su vida; oremos. R/ Escchanos, Seor, y ten piedad. Por los gobernantes de los pueblos: para que promuevan la justicia y la paz; oremos. Por todos los que sufren fsica o espiritualmente: para que nunca se sientan abandonados de Dios; oremos. Para que libre a N., su hijo difunto, de las penas del infierno; oremos. Para que el Seor olvide los pecados de este hijo suyo; oremos. Para que lo acepte junto a l, en el lugar de la luz y de la paz; oremos. Para que permita contemplar el resplandor de su gloria a nuestros parientes y bienhechores difuntos; oremos. Para que conduzca al Reino de los cielos a todos los fieles difuntos; oremos. Oremos Dios, Creador y Redentor de todos los creyentes, concede a nuestros hermanos difuntos el perdn de todos sus pecados; perdn que ellos siempre anhelaron, y que nosotros ahora te imploramos en nuestra oracin. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Seor. R/ Amn.

O bien: III Nuestro Seor Jesucristo dijo: Yo soy la Resurreccin y la Vida. El que cree en m, aunque muera, vivir: y todo el que vive y cree en m no morir jams. Encomendmosle, entonces, a este hermano nuestro: T, que lloraste la muerte de tu amigo Lzaro, enjuga nuestras lgrimas. R. Te rogamos, Seor. T, que resucitaste a los muertos, concede la Vida eterna a nuestro hermano. T, que prometiste el Paraso al buen ladrn, conduce al Cielo a nuestro hermano. T, que purificaste a nuestro hermano en las aguas del Bautismo y lo ungiste con el leo de la Confirmacin, admtelo entre tus santos y elegidos. T, que alimentaste a nuestro herman con tu Cuerpo y tu Sangre, recbelo en la mesa de tu Reino. Y a nosotros, que lloramos entristecidos su partida, reconfrtanos con la fe y la esperanza de la Vida eterna.

Padre nuestro u oracin conclusiva Luego, todos recitan la oracin del Seor, o el sacerdote dice una de las siguientes oraciones:

I Ten misericordia, Seor, de este hijo tuyo difunto: ya que procur cumplir tu voluntad, no lo castigues por sus pecados; as como estuvo unido a tu pueblo fiel, por medio de la fe, concdele asociarse en el Cielo al coro de los ngeles. Te lo pedimos por Cristo nuestro Seor. R/ Amn. II Dios, que ests atento a las splicas de tus fieles y conoces sus buenos deseos, conceder tu servidor N., a quien hoy sepultamos, cumpliendo este deber de misericordia, que consiga la felicidad eterna junto con tus santos y elegidos.Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

III Dios, t que eres el autor de la vida, restauras los cuerpos humanos y aceptas con bondad el ruego de los pecadores: escucha, entonces, las splicas que te dirigimos en nuestra afliccin pidindote por el alma de tu hijo N., para que lo libres de la muerte eterna. Permtele compartir con tus santos las alegras del Paraso. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

II b Seor, tu existencia no tiene fin y tu misericordia es inconmensurable. Por eso te pedimos: recurdanos siempre que nuestra vida es breve y que es incierto el momento de nuestra muerte. Concdenos al Espritu Santo para que l nos conduzca a travs de este mundo con una vida de santidad y justicia. As, despus de haberte servido en comunin con tu Iglesia, mediante la confianza de la fe, el consuelo de la esperanza y la fraternidad con todos los hombres, fruto de la perfecta caridad, podamos llegar a la felicidad de tu Reino. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

III b Dios todopoderoso que destruiste nuestra muerte, por medio de la crucifixin de tu Hijo Jesucristo, y a travs de su descanso en el sepulcro y su gloriosa resurreccin de entre los muertos santificaste las tumbas de los difuntos y nos concediste una Vida nueva e inmortal: escucha la oracin que te hacemos por aquellos que ya participan de la muerte y sepultura de Cristo mientras esperan la feliz resurreccin. T, que eres el Dios de vivos y muertos, concede a quienes te han conocido en la tierra que, con alegra, te alaben eternamente en el Cielo. Por Cristo nuestro Seor.

Aspersin con agua bendita e incensacinEl ministro asperja el cuerpo con agua bendita, y luego dice: Concdele, Seor, el descanso eterno. R/ Y brille para l (ella) la luz que no tiene fin. Ultima recomendacin y despedida Terminada la oracin despus de la Comunin, o, si no se ha celebrado el Sacrificio Eucarstico, acabada la Liturgia de la Palabra, el sacerdote, revestido de casulla o capa pluvial, procede al rito de la ltima recomendacin y despedida. De pie, junto al fretro, mirando hacia el pueblo y teniendo a su lado a los ministros que llevan el agua bendita y el incienso, el sacerdote pronuncia la invitacin con estas u otras palabras semejantes: Hermanos: Mientras realizamos el piadoso ministerio de enterrar a los muertos, roguemos confiadamente a Dios, fuente de toda vida, para que revista con la fortaleza y la gloria de los santos a este hermano nuestro, a quien sepultamos en la debilidad de la carne. Pidmosle que tenga misericordia de l en el da del juicio; que lo libre de la condenacin y lo absuelva de toda culpa par a que, reconciliado con el Padre, sea llevado sobre los hombros del Buen Pastor hasta su Reino eterno, para gozar de su compaa y la de todos los santos.

O bien: Hermanos: Con la certeza que nos da la fe y con la esperanza de la Vida eterna, encomendemos a la infinita misericordia de Dios a nuestro hermano que se ha dormido en la paz de Cristo. Acompaemos con nuestras oraciones a quien, por medio del Bautismo, recibi la adopcin de los hijos de Dios y se aliment en la mesa del Seor, para que ahora merezca la herencia eterna prometida a los santos y participe en el banquete celestial. Oremos tambin por nosotros mismos, que ahora lloramos afligidos, para que, junto con nuestro hermano, podamos un da salir al encuentro de Cristo, nuestra Vida, cuando l se manifieste en la plenitud de su gloria.

O bien: Dios todopoderoso ha llamado de esta vida a su presencia a este hermano nuestro. Ahora, nosotros depositaremos su cuerpo en el sepulcro para que vuelva a la tierra de la cual fue formado. Pero tengamos en cuenta que Cristo, el primero en resucitar de entre los muertos, transformar nuestro cuerpo corruptible en un cuerpo glorioso semejante al suyo. Encomendemos, entonces, a nuestro hermano para que el Seor lo reciba en su paz y resucite su cuerpo en el da final. Y todos oran en silencio por unos momentos.

Canto de Despedida A continuacin se entona uno de los siguientes cantos de despedida: I V.Vengan en su ayuda, Santos de Dios: salgan a su encuentro, ngeles del Seor: R.Reciban su alma y llvenla a la presencia del Altsimo. V. Cristo que te llam, te reciba y los ngeles te conduzcan al seno de Abraham. R.Reciban su alma y llvenla a la presencia del Altsimo. V. Concdele, Seor, el descanso eterno y brille par a l la luz que no tiene fin. R.Reciban su alma y llvenla a la presencia del Altsimo. II V.Te rogamos, Seor y Dios nuestro, que recibas el alma de este difunto, por quien derramaste tu sangre. R.Recuerda, Seor, que somos polvo y que el hombre es como la hierba y la flor del campo que se marchita. V. Estoy atemorizado por mis pecados y me avergenzo ante ti, esperando tu misericordia.R. Recuerda, Seor, que somos polvo y que el hombre es como la hierba y la flor del campo que se marchita.. III V.Seor, t me conociste antes de haber nacido y me hiciste a tu imagen y semejanza. R.Ahora a ti, que eres mi Creador, te entrego mi alma. V.Estoy atemorizado por mis pecados y me avergenzo ante tu juicio. * Ahora. IV V.Yo creo que mi Redentor vive y que en el ltimo da surgir de la tierra. R.Y en esta carne ma ver a Dios, mi Salvador. V.Ser yo mismo quien lo mire, no otro; mis ojos lo contemplarn.R.Y en esta carne ma. Mi corazn. * Y en esta carne ma.

Oracin Luego el sacerdote dice la oracin: OremosPadre de bondad, encomendamos a tu cuidado el alma de nuestro hermano, sostenidos por la esperanza de que en el ltimo da resucitar con Cristo, junto con todos los que han muerto con l. (Te damos gracias por todos los beneficios con que lo favoreciste en esta vida mortal; beneficios que para nosotros se convertiran en signos de tu bondad y en la expresin de esa santidad que brota de la comunin con Cristo.) Por eso, Seor, escucha con misericordia nuestros ruegos: abre para tu hijo las puertas del Paraso; concdenos a los que permanecemos en esta vida, la gracia de poder consolamos mutuamente, con palabras de esperanza, hasta que lleguemos a Cristo y as podamos vivir siempre contigo y con este hermano nuestro. R/ Amn.

O bien: II Seor, te encomendamos el alma de tu hijo N. Aunque l est muerto ante nosotros, sin embargo vive en tu presencia. Por tu inmensa bondad, perdnale los pecados que ha cometido por su humana fragilidad. Te lo pedimos por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

Salida de la iglesia Dicha la oracin, mientras el cuerpo es retirado de la iglesia, se pueden cantar la antfonas que se indican en el nmero siguiente. Pero, si el sacerdote y la asamblea acompaan al cortejo fnebre, la ltima recomendacin Y despedida pueden hacerse en el sepulcro. En este caso, una vez dicha la oracin despus de, la Comunin, o, si no se celebra la liturgia eucarstica, concluida la Liturgia de la Palabra, el cuerpo es retirado de la iglesia. Mientras tanto se pueden decir una de estas antfonas:

I Al Paraso te lleven los ngeles: Que a tu llegada te reciban los mrtires y te introduzcan en la ciudad santa de Jerusaln.

II Que el coro de los ngeles te reciba y junto con Lzaro, que vivi pobre en la tierra, tengas un descanso eterno.

III Yo soy la Resurreccin y la Vida. El que cree en m, aunque muera, vivir, y todo el que vive y cree en m no morir eternamente. Con stas antfonas pueden cantarse versculos de salmos o estrofas adecuadas. En el sepulcro Bendicin del sepulcro Si el sepulcro no est bendecido, se bendecir antes de colocar en l el cuerpo, con una de las siguientes oraciones:

I Oremos. Seor Jesucristo que al descansar en el sepulcro dur ante tres das santificaste las tumbas de los que creen en ti, de manera que no slo sirvieran de sepultura para los cuerpos, sino que estimularan la esperanza de la resurreccin: Concede a tu hijo que descanse en paz en este sepulcro, hasta que t, que eres la Resurreccin y la Vida, lo ilumines con la luz de la resurreccin y le permitas contemplar en el Cielo el resplandor de tu luz eterna. Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/ Amn.

II Dios, por cuya misericordia descansan las almas de los fieles, bendice esta tumba y designa para su custodia a tu santo ngel. Que el alma de quien hoy sepultamos se vea libre de las ataduras del pecado y as se alegre eternamente contigo en la compaa de todos tus santos. Por Cristo nuestro Seor. R/ Amn.

III Seor, t hiciste la tierra, formaste los cielos y estableciste la rbita de los astros. Por medio del agua purificadora diste nueva vida al hombre que yaca en la muerte del pecado. Tambin resucitaste a nuestro Seor Jesucristo hacindolo vencedor de la muerte y del pecado, para que todos los creyentes en l se salvaran y resucitaran. Protege entonces, Seor, esta tumba, para que tu servidor descanse en paz hasta que resucite con tus santos en el da del juicio. R/ Amn.

IV Dios, que decretaste una justa sentencia de muer te en contra del hombre, que haba desobedecido tu precepto, pero le diste la posibilidad de revivir por medio de la conversin y la resurreccin final; Dios, que concediste una sepultura a nuestro padre Abraham, en la tierra prometida, e inspiraste a Jos, el justo, para que preparara un sepulcro destinado al Seor Jess: Te pedimos, confiando en tu bondad, que bendigas esta tumba, preparada para tu servidor, y que, al colocar su cuerpo en ella, su alma ingrese en el Paraso. Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Seor. R/ Amn. Dicha la oracin, el sacerdote asperja con agua bendita e inciensa la tumba y el cuerpo del difunto, a no ser que se haga junto al sepulcro el rito de la ltima recomendacin y despedida.

Rito de la sepultura El entierro se efecta enseguida o al final del rito, segn sea la costumbre del lugar. Mientras el cuerpo es colocado en el sepulcro el sacerdote puede decir: Hermanos: Dios todopoderoso quiso llamar a su presencia a este hermano nuestro; nosotros entregamos ahora su cuerpo a la tierra para que vuelva al mismo lugar de donde fue sacado. Al hacerlo, recordemos que Cristo fue el primer o en resucitar, para transformar nuestro cuerpo corruptible en un cuerpo glorioso como el suyo. Encomendmosle, entonces, al Seor para que lo reciba en su paz y lo resucite en el ltimo da. El ministro dice: Dale, Seor, el descanso eterno. R/ Y brille para l (ella) la luz que no tiene fin. Que descanse en paz. R/ Amn.II. EN EL ANIVERSARIO

A. FUERA DEL TIEMPO PASCUAL

ANTFONA DE ENTRADADios secar todas sus lgrimas y no habr ms muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pas. (ap. 21,4)

Oracin colecta

Seor y Dios nuestro, t eres la gloria de los fieles y la vida de los justos; nosotros, que hemos sido redimidos por la Muerte y Resurreccin de Jess, te pedimos que te acuerdes de tu hijo N. y puesto que crey en el misterio de la resurreccin futura prmialo con la alegra eterna.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Padre del cielo, recibe con bondad estos dones que te ofrecemos por tu hijo N., para que purificado por este sacramento viva para siempre gozando de tu gloria.Por Jesucristo, nuestro Seor.Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINDice el seor: yo soy la resurreccin y la vida. el que cree en m tiene vida eterna y no ser condenado, sino que pasar de la muerte a la vida. (jn. 11,25; 3,36; 5,24)Oracin despus de la comunin

Renovados con estos sagrados misterios, te suplicamos, Padre, que purifiques a tu hijo N. de todas sus culpas y le concedas la gracia de la paz eterna de Cristo.Que vive y reina por los siglos de los siglos.

B. FUERA DEL TIEMPO PASCUAL

ANTFONA DE ENTRADASeor Jess, concede el descanso eterno a nuestros difuntos, t que por ellos derramaste tu preciosa sangre.

Oracin colecta

Al conmemorar el aniversario de la muerte de tu hijo N., te pedimos, Padre, que derrames sobre l tu misericordia y lo hagas participar de la suerte de los santos.Por Jesucristo, Hijo tuyo y Seor nuestro, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Recibe con bondad, Padre, las splicas que te dirigimos por nuestro hermano N. al recordarlo en este da, y por este sacrificio de reconciliacin y alabanza hazlo participar de la comunidad de los santos.Por Jesucristo, nuestro Seor.Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINSeor, t que eres el descanso despus de la fatiga, la vida despus de la muerte, concdeles el descanso eterno.

Oracin despus de la comunin

Despus de haberte ofrecido este sacrificio y nuestras oraciones por tu hijo N., te pedimos humildemente, Padre, que tu amor lo purifique de los pecados que hubiere cometido.Por Jesucristo, nuestro Seor.

C. DURANTE EL TIEMPO PASCUAL

ANTFONA DE ENTRADADios que resucit a Jess de entre los muertos, tambin dar vida a nuestros cuerpos mortales, por medio del espritu que habita en nosotros. (cfr. rom. 8,11)

Oracin colecta

Dios todopoderoso y eterno, Jess se entreg voluntariamente a la muerte por nosotros; concede en tu bondad a nuestro hermano N. participar con l en la admirable victoria de su Resurreccin.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Dios de justicia y misericordia, te pedimos que en virtud de este sacrificio que celebramos purifiques en la Sangre de Cristo los pecados de nuestro hermano N. y ya que lo lavaste con el agua del bautismo no dejes de beneficiarlo con tu bondadoso perdn.Por Jesucristo, nuestro Seor.Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINDice el seor: yo soy el pan vivo bajado del cielo. el que coma de este pan vivir eternamente, y el pan que yo dar es mi carne para la vida del mundo. aleluia. (jn. 6,51)

Oracin despus de la comunin

Despus de recibir el sacramento de tu Hijo nico que por nosotros se inmol y resucit glorioso, te suplicamos humildemente por tu hijo difunto N., para que, purificado por el misterio pascual que hemos celebrado, lo glorifiques con el don de la resurreccin futura.Por Jesucristo, nuestro Seor.D. OTRAS ORACIONES EN EL ANIVERSARIO

Oracin colecta

Te pedimos, Dios nuestro, que en virtud de la Pasin de tu Hijo, concedas a tu servidor N. el perdn que siempre anhel alcanzar, para que conocindote tal como eres, pueda gozar siempre de tu visin.Por Jesucristo, Hijo tuyo y Seor nuestro, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Te ofrecemos, Seor, este sacrificio en sufragio de tu servidor N. y ya que te conoci por la fe durante su vida concdele unirse a ti en la felicidad eterna.Por Jesucristo, nuestro Seor.

Oracin despus de la comunin

Renovados con el alimento de la Vida, te pedimos que por su eficacia, nuestro hermano N. sea purificado de todas sus culpas y pueda participar en la comunidad de tus elegidos.Por Jesucristo, nuestro Seor.

E. OTRAS ORACIONES EN EL ANIVERSARIO

Oracin colecta

Dios misericordioso, al conmemorar el aniversario de la muerte de tu hijo N. te pedimos que le concedas la morada de la paz, el gozo del descanso y la claridad de la luz.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Acepta, Padre, con agrado las splicas y el sacrificio que te ofrecemos pidindote la salvacin de tu hijo N. para que pueda alcanzar la plenitud de la redencin.Por Jesucristo, nuestro Seor.

Oracin despus de la comunin

Dios de poder y misericordia, hemos celebrado este sacramento para tu gloria y en favor de nuestro hermano N.; concdele la purificacin de sus culpas y la felicidad eterna.Por Jesucristo, nuestro Seor.

III. EN DIVERSAS CONMEMORACIONES

A. POR UN DIFUNTO

ANTFONA DE ENTRADAEl seor le abra las puertas del paraso para que pueda volver a la patria donde no hay muerte y el gozo permanece para siempre.

O bien:Yo s que mi redentor vive y que el ltimo da surgir de la tierra y con mi cuerpo contemplar a dios, mi salvador. (cfr. job 19,25.26)

Oracin colecta

Dios Padre todopoderoso, que nos salvaste por el misterio de la cruz de Cristo y asociaste nuestras vidas a su Resurreccin, concede que tu hijo N., liberado de las ataduras de esta vida mortal, sea asociado a la comunidad de tus elegidos.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien:

Presta odos, Padre, a las oraciones con que imploramos tu misericordia en favor de nuestro hermano N.; t que lo hiciste miembro de la Iglesia durante su vida mortal, llvalo contigo a la patria de la luz, para que ahora participe tambin de la ciudadana de los santos.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:Libra, Padre, a tu hijo N. de toda atadura de pecado, y ya que en esta vida lo hiciste imagen de Cristo por medio del bautismo, concdele que pueda gozar en la compaa de los santos, la gloria de la resurreccin.Te lo pedimos por el mismo Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Ten misericordia, Padre, de tu servidor N., por quien te ofrecemos este sacrificio de alabanza, para que en virtud de estos misterios de reconciliacin, merezca resucitar a la vida verdadera.Por Jesucristo, nuestro Seor.

O bien:

Te pedimos, Padre del cielo, que esta ofrenda sirva de ayuda a nuestro hermano N., ya que t has querido que en este sacrificio se perdonen los pecados del mundo entero.Por Jesucristo, nuestro Seor.Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINDice el seor: todo lo que me da el padre viene a m, y al que venga a m, yo no lo rechazar. (jn. 6,37)

O bien:Dice el seor: este es el pan que ha bajado del cielo. el que coma de este pan no morir jams. (cfr. jn. 6,50)

Oracin despus de la comunin

Renovados por este sacramento de la Vida, te pedimos, Padre, que nuestro hermano N. a quien hiciste participar de tu Alianza, sea purificado por la eficacia de este misterio y goce para siempre en la paz de Cristo.Que vive y reina por los siglos de los siglos.O bien:

Te pedimos, Seor, que el sacrificio de tu Iglesia sirva de ayuda a tu hijo N., para que pueda gozar con los santos de la compaa de Jesucristo cuya misericordia recibi en los sacramentos.Por el mismo Jesucristo, nuestro Seor.

B. POR VARIOS O POR TODOS LOS DIFUNTOS

ANTFONA DE ENTRADAConcdeles, seor, el descanso eterno y alegra sus almas con el esplendor de la gloria.

Oracin colecta

Padre clementsimo, que quisiste que tu Hijo nico, vencedor de la muerte, entrara glorioso en el cielo; concede a nuestros hermanos difuntos que, vencida tambin la muerte, puedan para siempre contemplarte a ti, su Creador y Redentor.Por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Seor nuestro, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:

Padre que nos creaste y redimiste concede a tus hijos difuntos la remisin de todos sus pecados, para que mediante nuestras splicas, obtengan el perdn que siempre desearon.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Te rogamos, Seor y Dios nuestro, que aceptes con bondad el sacrificio que te ofrecemos por tus servidores difuntos, y ya que les has concedido el mrito de la fe cristiana, otrgales tambin la recompensa eterna.Por Jesucristo, nuestro Seor.Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINDios envi a su hijo nico al mundo, para que tuviramos vida por medio de l. (1 jn. 4,9)

Oracin despus de la comunin

Por este sacrificio que hemos ofrecido, te pedimos, Padre, que derrames tu misericordia sobre tus servidores difuntos, y concedas la plenitud de la felicidad eterna a quienes diste la gracia del bautismo.Por Jesucristo, nuestro Seor.

O bien:

Que nuestras splicas, Seor, ayuden a tus hijos, para que los purifiques de toda culpa por este sacrificio de tu Hijo nico, y los hagas participar de la salvacin eterna.Por Jesucristo, nuestro Seor.

C. POR VARIOS O POR TODOS LOS DIFUNTOS

ANTFONA DE ENTRADADios am tanto al mundo, que le dio a su hijo nico, para que todo el que cree en l no muera, sino que tenga vida eterna. (jn. 3,16)

Oracin colecta

Dios todopoderoso y eterno, vida de los mortales y gozo de los santos, te pedimos humildemente por nuestros hermanos N. y N.; haz que liberados de toda atadura terrenal, participen de la gloria eterna en tu Reino.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

O bien:

Dios todopoderoso t eres Seor de vivos y muertos y tienes misericordia de todos; te suplicamos confiadamente que perdones los pecados de nuestros hermanos difuntos para que, felices de estar contigo, te alaben eternamente.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Recibe, Seor, en tu bondad la Vctima divina que te ofrecemos por tus servidores N. y N. y por todos los que ya descansan en Cristo.

Haz que liberados de los vnculos de la muerte, por este sacrificio admirable, obtengan el don de la Vida eterna.Por Jesucristo, nuestro Seor.

Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINEsperamos ardientemente que venga como salvador el seor Jesucristo. l transformar nuestro pobre cuerpo mortal, hacindolo semejante a su cuerpo glorioso. (filip. 3,20-21)

Oracin despus de la comunin

Dios todopoderoso, te pedimos que la celebracin de esta eucarista nos sirva a nosotros de salvacin, y a los difuntos que hoy hemos recordado, les alcance tu misericordia y perdn.Por Jesucristo, nuestro Seor.

D. POR VARIOS O POR TODOS LOS DIFUNTOS

ANTFONA DE ENTRADAFelices los que mueren en el seor. s, dice el espritu, de ahora en adelante ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras los acompaan.

Oracin colecta

Dios y Padre nuestro, por cuya misericordia descansan tus fieles, concede bondadosamente el perdn de sus culpas a tus hijos N. y N., y a todos los que descansan en Cristo, para que, liberados de las ataduras del pecado, puedan asociarse a la Resurreccin de tu Hijo.Que es Dios y vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo por los siglos de los siglos.

O bien:

Te rogamos, Padre Dios, que concedas a tus servidores difuntos tu perpetua misericordia, para que puedan alcanzar la salvacin eterna, los que creyeron y esperaron en ti.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.Oracin sobre las ofrendas

Recibe con bondad, Dios nuestro, los dones que ahora te presentamos por el descanso de tus servidores difuntos; gracias a este sacrificio que has instituido para la salvacin humana haz que alcancen un lugar en la comunidad de los santos.Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Seor.

Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINConcede, seor, el descanso eterno a nuestros hermanos difuntos, en cuyo recuerdo nos hemos reunido para participar del cuerpo y de la sangre de cristo.

Oracin despus de la comunin

Imploramos, Padre, tu misericordia para que el sacramento celebrado nos alcance tu proteccin en esta vida y a nuestros hermanos difuntos la salvacin eterna.Por Jesucristo, nuestro Seor.

O bien:

Te pedimos, Padre, que tus servidores N. y N., y todos los que descansan en Cristo, puedan participar de la luz eterna ya que en esta vida recibieron la gracia de tu salvacin.Por Jesucristo, nuestro Seor.

EN LAS EXEQUIAS DE NIOS

A. EN LAS EXEQUIAS DE UN NIO BAUTIZADO

ANTFONA DE ENTRADADice el seor: vengan benditos de mi padre, y reciban en herencia el reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo. (t.p. aleluia) (mt. 25,34)

Oracin colecta

Dios de amor y de clemencia, que en los planes de tu sabidura has querido llamar a este nio(a) en el umbral de su vida; escucha nuestras splicas, apidate de nuestra tristeza, y concdenos la gracia de compartir un da la Vida eterna, en la cual creemos que ya se encuentra nuestro(a) hermanito(a) N. a quien hiciste tu hijo(a) por el bautismo.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien:

T conoces, Padre, nuestra profunda tristeza por la muerte de este(a) nio(a); concede a quienes lo (la) lloramos en la tierra, la gracia de creer que ya goza para siempre en el cielo.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Santifica, Dios nuestro, estos dones ofrecidos y concede a estos padres que, con dolor te entregan el hijo que de ti haban recibido, la alegra de abrazarlo un da en tu Reino.Por Jesucristo, nuestro Seor.

O bien:

Acepta esta ofrenda, Dios nuestro, como testimonio de nuestra entrega, y ya que aceptamos los designios de tu providencia, reanmanos con la dulzura de tu amor.Por Jesucristo, nuestro Seor.

Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINPor el bautismo fuimos sepultados con cristo en la muerte; creemos que tambin viviremos con l. (t.p. aleluia) (cfr. rom.6,4.8)

Oracin despus de la comunin

Despus de recibir la comunin del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, te pedimos, Seor, que consueles nuestra tristeza, y a quienes celebramos esta eucarista reanmanos con la esperanza de la Vida eterna.Por Jesucristo, nuestro Seor.

O bien:

Saciados con los dones divinos te pedimos, Padre, que nos permitas participar en tu Reino de la mesa a la cual ya has admitido a este nio.Por Jesucristo, nuestro Seor.

B. EN LAS EXEQUIAS DE NIOS NO BAUTIZADOSSi un nio, cuyos padres deseaban fuese bautizado, muriera antes del bautismo, el Ordinario del lugar, teniendo en cuenta las circunstancias pastorales, puede permitir que las exequias se celebren en la misma casa del nio, o tambin segn el tipo de exequias que se usa habitualmente en esa regin para los otros entierros.

En estas exequias se celebrar por lo general la liturgia de la Palabra como se indica en el ritual, pero si se juzgara oportuno celebrar la misa, se emplearn los textos siguientes. En la catequesis se ha de tener muy en cuenta no oscurecer ante los fieles la doctrina de la necesidad del bautismo.

ANTFONA DE ENTRADADios secar todas sus lgrimas y no habr ms muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pas. (ap. 21,4)

Oracin colecta

Seor y Dios nuestro, recibe las splicas de tus fieles, angustiados por el dolor de haber perdido a este(a) nio(a); concdeles la gracia de reanimarse confiando en tu gran misericordia.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien:

Padre eterno, t conoces bien los corazones, consuelas con bondad a quienes estn afligidos y sabes cul es la fe de estos padres; te pedimos que los ayudes para comprender, en medio del dolor, que su hijo(a) vive en manos de tu misericordia.Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Oracin sobre las ofrendas

Recibe esta ofrenda, Padre, como testimonio de nuestra entrega, y ya que aceptamos con paz y confianza los designios de tu providencia, aydanos con el consuelo de saber que cuidas amorosamente de nosotros.Por Jesucristo, nuestro Seor.

Prefacio de difuntos, pp. 15, 16, 17, 18, 19

ANTFONA DE COMUNINEl Seor Dios destruir la muerte para siempre y secar todas las lgrimas. (cfr. is. 25,8)

Oracin despus de la comunin

Despus de recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, te pedimos, Seor, que nos confortes en las dificultades de esta vida, y reanimes con la esperanza de la Vida eterna a quienes hemos celebrado estos sagrados misterios.Por Jesucristo, nuestro Seor.

PRIMERAS LECTURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

1. Con el pensamiento puesto en la resurreccin

Lectura del segundo libro de los Macabeos 12, 43-46

Despus de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil dracmas, las envi a Jerusaln para que se ofreciera un sacrificio por el pecado. El realiz este hermoso y noble gesto con el pensamiento puesto en la resurreccin, porque si no hubiera esperado que los cados en la batalla iban a resucitar, habra sido intil y superfluo orar por los difuntos.Adems, l tena presente la magnfica recompensa que est reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mand ofrecer el sacrificio de expiacin por los muertos, para que fueran librados de sus pecados.

Palabra de Dios.

1. Yo s que mi Redentor vive

Lectura del libro de Job 19, 1. 23-27a

Job habl diciendo:Ah, si se escribieran mis palabras y se las grabara en el bronce; si con un punzn de hierro y plomo fueran esculpidas en la roca para siempre!Porque yo s que mi Redentor vive y que l, el ltimo, se alzar sobre el polvo. Y despus que me arranquen esta piel, yo, con mi propia carne, ver a Dios. S, yo mismo lo ver.

Palabra de Dios.3 Los acept como un holocaustoLectura del libro de la Sabidura 3, 1-9

Las almas de los justos estn en las manos de Dios, y no los afectar ningn tormento. A los ojos de los insensatos parecan muertos; su partida de este mundo fue considerada una desgracia y su alejamiento de nosotros, una completa destruccin; pero ellos estn en paz. A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad.Por una leve correccin, recibirn grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los encontr dignos de l. Los prob como oro en el crisol y los acept como un holocausto. Por eso brillarn cuando Dios los visite, y se extendern como chispas por los rastrojos. Juzgarn a las naciones y dominarn a los pueblos, y el Seor ser su rey para siempre.Los que confan en l comprendern la verdad y los que le son fieles permanecern junto a l en el amor. Porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

Palabra de Dios.

O bien ms breve:Lectura del libro de la Sabidura 3, 1-6. 9

Las almas de los justos estn en las manos de Dios, y no los afectar ningn tormento. A los ojos de los insensatos parecan muertos; su partida de este mundo fue considerada una desgracia y su alejamiento de nosotros, una completa destruccin; pero ellos estn en paz. A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad.Por una leve correccin, recibirn grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los encontr dignos de l. Los prob como oro en el crisol y los acept como un holocausto.Los que confan en l comprendern la verdad y los que le son fieles permanecern junto a l en el amor. Porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos.

Palabra de Dios.

4. La edad madura, una vida intachable

Lectura del libro de la Sabidura 4, 7-15

El justo, aunque tenga un fin prematuro, gozar del reposo. La vejez honorable no consiste en vivir mucho tiempo ni se mide por el nmero de aos: los cabellos blancos del hombre son la prudencia, y la edad madura, una vida intachable.Porque se hizo agradable a Dios, el justo fue amado por l, y como viva entre los pecadores, fue trasladado de este mundo. Fue arrebatado para que la maldad no pervirtiera su inteligencia ni el engao sedujera su alma. Porque el atractivo del mal oscurece el bien y el torbellino de la pasin altera una mente sin malicia.Llegado a la perfeccin en poco tiempo, alcanz la plenitud de una larga vida. Su alma era agradable al Seor, por eso, l se apresur a sacarlo de en medio de la maldad.La gente ve esto y no lo comprende; ni siquiera se les pasa por la mente que los elegidos del Seor encuentran gracia y misericordia, y que l interviene en favor de sus santos.

Palabra de Dios.

5. El Seor destruir la muerte para siempre

Lectura del libro del profeta Isaas 25, 6a. 7-9

En aquel da:El Seor de los ejrcitos ofrecer a todos los pueblos sobre esta montaa un banquete de manjares suculentos.El arrancar sobre esta montaa el velo que cubre a todos los pueblos, el pao tendido sobre todas las naciones.Destruir la Muerte para siempre; el Seor enjugar las lgrimas de todos los rostros, y borrar sobre toda la tierra el oprobio de su pueblo, porque lo ha dicho l, el Seor.Y se dir en aquel da: Ah est nuestro Dios, de quien esperbamos la salvacin: es el Seor, en quien nosotros esperbamos; alegrmonos y regocijmonos de su salvacin!

Palabra de Dios.

6. Es bueno esperar en silencio la salvacin que viene del Seor

Lectura del libro de las Lamentaciones 3, 17-26

Ya no hay paz para mi alma, me olvid de la felicidad. Por eso dije: Se ha agotado mi fuerza y la esperanza que me vena del Seor.Recordar mi opresin y mi vida errante es ajenjo y veneno. Mi alma no hace ms que recordar y se hunde dentro de m; pero me pongo a pensar en algo y esto me llena de esperanza: la misericordia del Seor no se extingue ni se agota su compasin; ellas se renuevan cada maana, qu grande es tu fidelidad!El Seor es mi parte, dice mi alma, por eso espero en l.El Seor es bondadoso con los que esperan en l, con aquellos que lo buscan. Es bueno esperar en silencio la salvacin que viene del Seor.

Palabra de Dios.7. Los que duermen en el suelo polvoriento de despertarn

Lectura de la profeca de Daniel 12, 1-3

En aquellos das, yo, Daniel, lloraba y o esta palabra del Seor:En aquel tiempo, se alzar Miguel, el gran Prncipe, que est de pie junto a los hijos de tu pueblo. Ser un tiempo de tribulacin, como no lo hubo jams, desde que existe una nacin hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, ser liberado tu pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro.Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento se despertarn, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el horror eterno.Los hombres prudentes resplandecern como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseado a muchos la justicia brillarn como las estrellas, por los siglos de los siglos.

Palabra de Dios.

PRIMERAS LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTODURANTE EL TIEMPO PASCUAL

1. El fue constituido por Dios juez de vivos y muertos

Lectura de los Hechos de los apstoles 10, 34-43

Pedro, tomando la palabra, dijo: Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepcin de personas, y que en cualquier nacin, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a l.El envi su Palabra al pueblo de Israel, anuncindoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Seor de todos.Ustedes ya saben qu ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, despus del bautismo que predicaba Juan: cmo Dios ungi a Jess de Nazaret con el Espritu Santo, llenndolo de poder. El pas haciendo el bien y curando a todos los que haban cado en poder del demonio, porque Dios estaba con l.Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el pas de los judos y en Jerusaln. Y ellos lo mataron, suspendindolo de un patbulo. Pero Dios lo resucit al tercer da y le concedi que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con l, despus de su resurreccin.Y nos envi a predicar al pueblo, y a atestiguar que l fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de l, declarando que los que creen en l reciben el perdn de los pecados, en virtud de su Nombre.

Palabra de Dios.

O bien ms breve:Lectura de los Hechos de los apstoles 10, 34-43

En aquellos das:Pedro, tomando la palabra, dijo: Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepcin de personas, y que en cualquier nacin, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a l.l envi su Palabra a los israelitas anuncindoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Seor de todos.Y nos envi a predicar al pueblo, y a atestiguar que l fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de l, declarando que los que creen en l reciben el perdn de los pecados, en virtud de su Nombre.

Palabra de Dios.

2. Felices los que mueren en el Seor!

Lectura del libro del Apocalipsis 14, 13

Yo, Juan, escuch una voz que me ordenaba desde el cielo: Escribe: Felices los que mueren en el Seor! S -dice el Espritu- de ahora en adelante, ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras los acompaan.

Palabra de Dios.

3. Los que haban muerto fueron juzgados segn sus obras

Lectura del libro del Apocalipsis 20, 11-21, 1

Yo, Juan, vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en l. Ante su presencia, el cielo y la tierra desaparecieron sin dejar rastros. Y vi a los que haban muertos, grandes y pequeos, de pie delante del trono. Fueron abiertos los libros, y tambin fue abierto el Libro de la Vida; y los que haban muerto fueron juzgados de acuerdo con el contenido de los libros; cada uno segn sus obras.El mar devolvi a los muertos que guardaba: la Muerte y el Abismo hicieron lo mismo, y cada uno fue juzgado segn sus obras. Entonces la Muerte y el Abismo fueron arrojados al estanque de fuego, que es la segunda muerte. Y los que no estaban inscritos en el Libro de la Vida fueron arrojados al estanque de fuego.Despus vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe ms.

Palabra de Dios.

4. No habr ms muerteLectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a. 6b-7

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe ms.Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusaln, que descenda del cielo y vena de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.Y o una voz potente que deca desde el trono: Esta es la morada de Dios entre los hombres: l habitar con ellos, ellos sern su pueblo, y el mismo Dios estar con ellos. El secar todas sus lgrimas, y no habr ms muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pas.Y el que estaba sentado en el trono dijo: Yo hago nuevas todas las cosas. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, yo le dar de beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor heredar estas cosas, y yo ser su Dios y l ser mi hijo.

Palabra de Dios.

SALMOS RESPONSORIALES

1 SALMO 22, 1-6

R. El Seor es mi pastor, nada me puede faltar.

El seor es mi pastor, nada me puede faltar.El me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. R.

Me gua por el recto sendero, por amor de su Nombre.Aunque cruce por oscuras quebradas, no temer ningn mal, porque t ests conmigo: tu vara y tu bastn me infunden confianza. R.

T preparas ante m una mesa, frente a mis enemigos; unges con leo mi cabeza y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu gracia me acompaan a lo largo de mi vida; y habitar en la Casa del Seor, por muy largo tiempo. R.

2 SALMO 24, 6-7c. 17-18. 20-21

R. A ti, Seor, elevo mi alma!

Acurdate, Seor, de tu compasin y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Seor, acurdate de m segn tu fidelidad. R.

Alivia las angustias de mi corazn, y scame de mis tribulaciones.Mira mi afliccin y mis fatigas, y perdona todos mis pecados. R.

Defiende mi vida y lbrame: que no me avergence de haber confiado en ti; la integridad y la rectitud me protegen, porque yo espero en ti, Seor. R.

3 SALMO 26, 1. 4. 7. 8b-9a. 13-14

R. El Seor es mi luz y mi salvacin.

El Seor es mi luz y mi salvacin, a quin temer? El Seor es el baluarte de mi vida, ante quin temblar? R.

Una sola cosa he pedido al Seor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Seor todos los das de mi vida, para gozar de la dulzura del Seor y contemplar su Templo. R.

Escucha, Seor, yo te invoco en alta voz, apidate de m y respndeme!Yo busco tu rostro, Seor, no lo apartes de m. R.Yo creo que contemplar la bondad del Seor en la tierra de los vivientes.Espera en el Seor y s fuerte; ten valor y espera en el Seor. R.

4 SALMO 41, 2. 3. 5bcd; 42, 3-5

R. Mi alma tiene sed del Dios viviente.

Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, as mi alma suspira por ti, mi Dios. R.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente:Cundo ir a contemplar el rostro de Dios? R.

Cmo iba en medio de la multitud y la guiaba hacia la Casa de Dios, entre cantos de alegra y alabanza, en el jbilo de la fiesta! R.

Envame tu luz y tu verdad: que ellas me encaminen y me guen a tu santa Montaa, hasta el lugar donde habitas. R.

Y llegar al altar de Dios, el Dios que es la alegra de mi vida; y te dar gracias con la ctara, Seor, Dios mo. R.

Por qu te deprimes, alma ma?Por qu te inquietas?Espera en Dios, y yo volver a darle gracias, a l, que es mi salvador y mi Dios. R.

5 SALMO 62, 2-6. 8-9.

R. Mi alma tiene sed de ti, Seor, Dios mo!

Seor, t eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua. R.

S, yo te contempl en el Santuario para ver tu poder y tu gloria.Porque tu amor vale ms que la vida, mis labios te alabarn. R.

As te bendecir mientras viva y alzar mis manos en tu Nombre.Mi alma quedar saciada como con un manjar delicioso, y mi boca te alabar con jbilo en los labios. R.

Veo que has sido mi ayuda y soy feliz a la sombra de tus alas.Mi alma est unida a ti, tu mano me sostiene. R.

6 SALMO 102, 8. 10. 13-18

R. El Seor es bondadoso y compasivo.

El Seor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no nos trata segn nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.

Como un padre carioso con sus hijos, as es carioso el Seor con sus fieles; l conoce de qu estamos hechos, sabe muy bien que no somos ms que polvo. R.

Los das del hombre son como la hierba: l florece como las flores del campo; las roza el viento, y ya no existen ms, ni el sitio donde estaban las ver otra vez. R.

Pero el amor del Seor permanece para siempre, y su justicia llega hasta los hijos y los nietos de los que lo temen y observan su alianza, de los que recuerdan sus preceptos y los cumplen. R.

7 SALMO 114, 5-6; 115, 10-11. 15-16ac

R. Caminar en presencia del Seor!

El Seor es justo y bondadoso, nuestro Dios es compasivo.El Seor protege a los sencillos: yo estaba en la miseria y me salv. R.

Tena confianza, incluso cuando dije: Qu grande es mi desgracia!Yo, que en mi turbacin llegu a decir: Los hombres son todos mentirosos! R.

Qu penosa es para el Seor la muerte de sus amigos!Yo, Seor, soy tu servidor, por eso rompiste mis cadenas. R.

8 SALMO 121, 1-2. 4-9

R. Vamos con alegra a la Casa del Seor!

Qu alegra cuando me dijeron:Vamos a la Casa del Seor!Nuestros pies ya estn pisando tus umbrales, Jerusaln. R.

All suben las tribus, las tribus del Seor-segn es norma en Israel- para celebrar el nombre del Seor.Porque all est el trono de la justicia, el trono de la casa de David. R.

Auguren la paz a Jerusaln: Vivan seguros los que te aman!Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios! R.

Por amor a mis hermanos y amigos, dir: La paz est contigo.Por amor a la Casa del Seor, nuestro Dios, buscar tu felicidad. R.

9 SALMO 129, 1-8

R. Espero en el Seor, confo en su palabra.

Desde lo ms profundo te invoco, Seor, Seor, oye mi voz!Estn tus odos atentos al clamor de mi plegaria. R.

Si tienes en cuenta las culpas, Seor, Quin podr subsistir?Pero en ti se encuentra el perdn, para que seas temido. R.

Mi alma espera en el Seor, y yo confo en su palabra.Mi alma espera al Seor, ms que el centinela la aurora. R.

Como el centinela espera la aurora, espere Israel al Seor, porque en l se encuentra la misericordia y la redencin en abundancia: l redimir a Israel de todos sus pecados. R.

10 SALMO 142, 1-2. 5-7ab. 8ab. 10

R. Seor, escucha mi oracin!

Seor, escucha mi oracin, atiende a mi plegaria; respndeme, por tu fidelidad y tu justicia.No llames a juicio a tu servidor, porque ningn ser viviente es justo en tu presencia. R.

Me acuerdo de los tiempos pasados, medito todas tus acciones; considero la obra de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: suspiro por ti como tierra reseca. R.

Respndeme en seguida, Seor, porque estoy sin aliento.Que yo experimente tu amor por la maana, porque confo en ti. R.

Ensame a hacer tu voluntad, porque t eres mi Dios.Que tu espritu bondadoso me conduzca por una tierra llana. R.SEGUNDAS LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO

1. Justificados por su sangre, seremos librados por l de la ira de DiosLectura de la carta del apstol san Pablo a los cristianos de Roma 5, 5-11

Hermanos:Nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios, y esa esperanza no quedar defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todava ramos dbiles, Cristo, en el tiempo sealado, muri por los pecadores.Difcilmente se encuentra alguien que d su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo muri por nosotros cuando todava ramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razn seremos librados por l de la ira de Dios.Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho ms ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.Y e