ritual celta de otoño

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Page 1: ritual celta de otoño

EL RITUAL CELTA DEL OTOÑO

Este ritual es para cuatro personas: El mayor, que lleva un incensario ya encendido.El cazador, que lleva una flecha de plata. La doncella que lleva un caldero pequeño lleno de tartaletas.La mujer sabia, que lleva una hoz de plata.

La flecha puede ser de madera y pintada, el caldero puede ser de latón, de los que se utilizan para transportar plantas de maceta, La hoz puede ser de cartulina, forrada de papel de aluminio.

(Entren de uno en uno, tomando asiento cada uno antes de que entre el siguiente. El mayor al este, el cazador al sur, la doncella al oeste y la mujer sabia al norte. En el altar hay sal, agua, una copa de vino y una espiga pequeña de maíz.

Cada uno coloca su símbolo en la mesa que tiene al lado, entonces el mayor se levanta y enciende las velas colocadas junto a cada punto cardinal, utilizando un cirio y tomando la llama de la vela del altar central. Una vez hecho eso, vuelve al este. Se sientan todos meditando tranquilamente sobre la espiga de la cosecha que hay en el altar. Al cabo de unos minutos, habla el mayor. ¡

Mayor:

El tiempo de la cosecha está aquí, el maíz está alto y debemos dar las gracias a Ceridwen. la madre tierra, por cuidar de nosotros. ¿Cómo podemos hacerlo?

Cazador:Cazaré una cierva blanca para ella y la pondré en el altar.

Doncellas Recogeré miel, moleré cebada y haré tortas para ella.

Mayor:

Cogeré el muérdago sagrado y hierbas fragantes y las quemaré para complacerla, ¿Qué más podemos ofrecer a Ceridiven la madre tierra?

Cazador:

Cazaré para ella el jabalí y decoraré el altar con sus colmillos.

Doncella:

Cortaré mis cabellos y los ataré alrededor de su árbol sagrado.

Mayor:

Compondré para ella una dulce canción y la tocaré al arpa. ¿De qué otro modo podemos honrar a Ceridiven la madre tierra?

Cazador:

Puedo ofrecerme a mí mismo en su altar. Doncella:

Puedo ofrecer mi virginidad a su servicio. Mayor:

Puedo ofrecer mi corona de bardo a otro y bajar por ella a Anwtvn.

Mujer sabia:

(Se acerca al altar.)

Yo soy a quien llamáis, soy yo a quien ofrecéis esas cosas, pero no me ofrecéis lo que yo más deseo.

(Va al este.)

El quemar incienso aromático es placentero, pero mucho mejor es ver crecer las dulces hierbas, o que curen al enfermo. La corona de un bardo es una gran ofrenda, ¿pero quién cantará tan dulcemente si tomas el camino de la oscura Anivivn? Mejor eleva tu voz para complacer a los amantes jóvenes y agitar el corazón del cazador.

(Va al sur.)

La cierva blanca es la forma con la que recorro el bosque ¿Vas a matarme y ofrecerme a mí misma? Mejor guardar la flecha para el viejo y moribundo, para que el sufrimiento sea corto y la muerte piadosa. El jabalí es la forma en la que mi señor colmilludo corre. ¿Me va a dejar con la pena y sólo sus colmillos de recuerdo? Mejor lleva

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tú mismo los colmillos y aprende de su poder, tu vida es dulce y yo no deseo que cese, sino que aumente.

(Va al oeste.)

Suave doncella, come tú misma las tortas, pues mi alimento en Tir Nan Og es mejor todavía. Guarda tu pelo para atar el corazón de un hombre y dale a él tu ser secreto. Lo único que pido es que améis a mis hijos y a los seres que crecen. Lo único que necesito son vuestros corazones, lo único que tenéis que ofrecer es vuestra alegría por mi presencia.

(Vuelve al norte.)

Mayor:

Dulce señora, sabia y buena, sólo somos mortales que olvidamos lo queridas que son esas cosas para tu corazón, sólo tratábamos de mostrarte nuestro respeto.

(Toma entonces el incienso y circunda el templo de este a norte, coloca el incensario en la mesa de ella y vuelve a su lugar. El cazador lleva la flecha del sur al norte, la coloca a los pies de la mujer sabia y vuelve al sur por el este. La doncella lleva el caldero y lo coloca ante los pies de la mujer sabia, volviendo por el este y el sur al oeste. La mujer sabia acepta cada uno de los dones con una inclinación de cabeza.)

Mujer sabia:

Benditos sean los que dieron estos dones, y bendito sea este lugar sagrado.

(Toca cada don con la hoz.)

Que el humo que se alza lleve las oraciones y los sentimientos hacia arriba, hasta el Ser cósmico. Que el vuelo de la flecha eleve la mente a la ismoiración.

Que el caldero alimente el cuerpo y la mente. Esta es la bendición de Ceridwen.

Mayor:

(Va al altar y recoge el vino. La doncella toma las tortas del caldero y las pone sobre el altar.)

Aquí te ofrecemos la comida.

(Todos van al altar y la mujer sabia ofrece el vino a su alrededor, y luego las tortas. Esta se queda junto al altar, mientras los otros recuperan sus símbolos del norte y vuelven a sos lugares. La mujer sabia da la vuelta al ten*- s pío, bendiciendo cada dirección con sus propias palabras y regresando a su asiento.)

Mayor:

Hemos hecho nuestra ofrenda y ha sido aceptada con amor. Ha sido bendecido este lugar y los qut aquí están. Meditemos ahora sobre los dones de esta tierra y ofrezcámonos como sus protectores

(Todos meditan unos minutos.)

Mujer sabia:

Que la bendición de Ceridwen sea sobre la tierra.

Todos:

Recibimos esta bendición con alegría. Mayor:

Vayámonos, llevándonos la cosecha que se nos ha concedido.

Cazador:

Mis flechas serán utilizadas con dirección y piedad.

Doncella:

Mi caldero será ofrecido al hambriento. Mayor:

Lo que he aprendido será enseñado a los que buscan.

Mujer sabia:

Estoy complacida con mis hijos.

(Se apagan todas las velas salvo la del altar, y se van todos, dejando a la mujer sabia, quien se queda un rato, dejando que su personaje del altar, Ceridwen, se desprenda lentamente.)

LECTURAS RECOMENDADAS

Coleridge, Samuel Taylor, Balada del viejo marinero y otros poemas (Visor, 1982)

Frazer, Sir J.G., The Golden Bough (Macmillan, 1936)Richardson Alan, Dancers to the Gods (Aquarian

Press, 1985)

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