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Paradas (Sevilla) 27 de Agosto de 2011 Peña Cultural Flamenca “Miguel Vargas”

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Revista VI Festival Flamenco de de Verano, homenaje a Juan José Hurtado (El Hortelano) y Joaquín Gómez (Algarín), primer presidente y vicepresidente de la Peña Flamenca MIguel Vargas de Paradas

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Paradas (Sevilla) 27 de Agosto de 2011

Peña Cultural Flamenca “Miguel Vargas”

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VI Festival Flamenco de Verano

Portada, Diseño y Maquetación: Roberto SuárezConsejo de redacción: María Hurtado, E.Pastor, R. Suárez.Fotografías y carteles de actuaciones: Archivos de Peña F.Miguel Vargas, Juan José Hurtado y Joaquín Gómez

Edita: Peña Cultural Flamenca Miguel Vargas y Ayuntamiento de Paradas.

Imprime: Grafipérez - Paradas (Sevilla)Depósito Legal: SE- -20112

La historia de la Peña es la historia de una ilusión hecha realidad, una ilusión quetuvo su semilla en unos aficionados locales, como Juan José Hurtado Ramírez (El Hor-telano) o Joaquín Gómez (Algarín), a los que dedicamos este VI Festival Flamenco deVerano, y otros aficionados, que merecen todo un reconocimiento como piedras an-gulares de nuestra Peña.

Desde entonces hasta nuestros días, a pesar de las adversidades y de tiemposmenos favorables, la Peña Cultural Flamenca Miguel Vargas no ha desistido en su co-metido, ni menos aún le ha faltado la ilusión, ilusión que sembraron esos aficionadospor los finales de los años sesenta y que se ha ido transmitiendo en las sucesivas Jun-tas Directivas.

Fundadores de las Peña Flamenca con Melchor de Marchena y aficionados locales,

entre ellos, el presentador Pepe Sánchez (a la izquierda)

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3Extracto de la Revista de la VI Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas (1997), redacción deJerónimo Trigueros y Máximo López

Según Juan José Hurtado Ramírez, primer presidente de nuestra Peña y miembro

fundador de la misma, sus orígenes se remontan a finales de los años sesenta, cuando

se reunía muchas noches, al terminar sus respectivos trabajos, con Manuel Rueda

Maqueda (El Talabartero), Joaquín Gómez (Algarín), José Suárez Aguilar (El Pescaero),

Juan Torres (El Rubio de los Tejeringos), Rafael Peña (El Sepulturero), José Rodríguez

Sánchez y otros aficionados. El motivo que los unía no era otro que echar un rato de

cante en cualquier bar de la localidad, cosa harto difícil en aquel tiempo puesto que

los agentes de la autoridad les imponían el preceptivo silencio a partir de ciertas horas

de la noche.

Ante estas perspectivas no les quedaba otra solución que elegir como “escenario”

de sus cantes cualquier domicilio particular, como la casa de José el Pescaero; luga-

res apartados, como el corralón del Talabartero o la Huerta de la Calle Laguna, o in-

cluso salir a algún ventorro, cerca de Arahal o Marchena.

Pero dejemos que sea el mismo Juan José quien nos ponga en antecedentes, de

su puño y letra, de cómo este grupo sería el germen de una futura Peña Flamenca:

“En una de nuestras reuniones, allá por el año 69, nos decidimos a dar los prime-

ros pasos para constituirnos en peña flamenca, considerando que éste era el único

modo de disfrutar de nuestra afición sin que nadie nos molestara.

Comenzamos denominándola Peña Flamenca de Paradas y, a finales de 1970, de-

cidimos por unanimidad darle el nombre de Miguel Vargas, por tratarse de un hijo

del pueblo que despuntaba ya como una figura del flamenco.

La Peña fue acogida por el pueblo con mucho entusiasmo, como lo demuestra el

hecho de que el número de socios alcanzó una cifra impensable incluso para nosotros,

llegando a sobrepasar los doscientos.

Por nuestra Peña desfilaron muchos cantaores; hicimos varios concursos, tanto de

flamenco como de saetas; además celebramos el Primer Festival con cantaores de

Paradas, llegando a tener tanto éxito que a los participantes se les premió al final con

más dinero del que tenían estipulado en sus contratos.

Yo, Juan José Hurtado —el de la Huerta—, fui presidente durante los primeros

años y me siento muy orgulloso de haber tenido esta iniciativa con mis amigos, y de

haber dejado abiertas las puertas de la Peña para disfrute de todos los que habéis ido

llegando después”.

Los Orígenes de la Peña

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Juan José, mi padre, ese gran cantaor

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Ya de niño apuntaba maneras y sus hermanos, Antonio y Manuel, se disputabanentre sí quien de los dos les habría de enseñar más cantes, pues el niño era una comouna esponja que absorbía todo cuanto les enseñaban con suma facilidad.

La primera vez que cantó en público fue a los siete años en la boda de su her-mana Mª Josefa, la cual le llevaba catorce años. Él recuerda que lo subieron a unamesa para que allí cantara y lo pudieran ver todos. Pero también los vecinos lo lla-maban en las tabernas para escucharlo cantar, cosa que su padre desaprobaba, hom-bre serio y recto al cual él admiraba y quería con delirios, tanto que un día lesorprendió un comentario que su padre hacía a su madre porque le había escuchadocantando una saeta y era así: “Niña, el Juan José cuando sea grande va a ser saetero,

que te lo digo yo, que canta bien”.

Mi abuelo sabía lo que decía, él también fue un gran saetero y creador de suspropias letras. Y así puedo decir, con la boca grande, que mi padre ha sido y es ungran saetero y aficionado al cante flamenco, conocedor de los cantes de artistas comoPepe Marchena, El Niño de la Huerta y Vallejo, imitador de los tres rayando la per-fección. En una ocasión cantó delante del Niño de la Huerta, recibiendo de éste ungran abrazo y las felicitaciones porque le dijo el cantaor: “No he escuchado a nadie que

cantara por mi, tan bien como lo había hecho usted, Juan José”.

Canta perfectamente la saeta de Vallejo, así como la seguiriya, los fandangos,etc.…También fue gran amigo de Pepe Marchena al cual visitaba con frecuencia en suchalet de Marchena. Él me contó como con 14 años tuvo la ocasión, o mejor buscóla ocasión para poder ver a su admirado artista. Como ocurría en aquella época du-rante las noches estivales, los adolescentes solía llevar “a prao” ,como se solía deciry ustedes lo recordareis, a los mulos que servían durante el día para las tareas la-briegas, en su caso, en la Huerta de la Calle La Laguna que era donde vivía. Pues bienel llevó los mulos por la parte de Marchena, como llevaba tres, dos de ellos los atópara que estuvieran comiendo durante la noche y no se escaparan y con el tercero semontó encima de él y se dirigió hacia Marchena donde por primera vez vería cantara su cantaor más admirado, luego por la mañana se volvió con los mulos y nadie se en-teró de nada.

Pasaron los años y él seguía cantando. Una noche estando en el bar de Carras-quilla cantando, entran por la puerta un matrimonio, los dueños del llamado teatroSoria, que todas las temporadas acudían por el pueblo; cuando lo escucharon cantarle gustó tanto que le ofrecieron un contrato en el que ganaría sesenta mil pesetas dela época. En principio le dijo que lo tenía que pensar, pero al final lo rechazó, porqueél tenía su vida hecha aquí en su pueblo, en fin, las cosas de la vida.

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Por otra parte, mi casa era un museo de Pepe Marchena, entre discos, pósters, al-manaques, etc… Todo en ella recordaba al cantaor y mucho más la voz de mi padrecantando todo el día:

Porque no vienes jardines míos / Porque no vienes

En mi casita había un viejo / Cuatro padres, Francisco y cuatro del Carmen

Fue tanta su afición por el cante que le llevó a participar en numerosas tertuliassobre cante flamenco, tertulias que él grababa en su radiocasete de la época y queluego escuchábamos en casa en la hora de la sobremesa.

También participó en concursos hasta casi mayor, tiene una cinta de video en laque le toca el Niño Elías en un concurso en la Peña Flamenca Niña de los Peines de Ara-hal, en el 1994 y en otro, dice que le ganó Calixto Sánchez.

VI Festival Flamenco de Verano

Fundadores de la Peña Flamenca con Melchor de Marchena y aficionados locales,

en otra instantánea en la que el Maestro está en plena ejecución de la sonanta.

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Juan José, mi padre, ese gran cantaor

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Fue invitado en bastantes ocasiones a tertulias sobre la saeta en Marchena. Le

ha cantado saetas tanto a las imágenes de Paradas, como de Marchena. “Ya de niñome desplazaba a Marchena en tren para ello y más tarde le cantaba aquí en nuestropueblo a las imágenes nuestras y hace nada en la Exaltación de la saeta”—cuenta son-

riente.

También en mi casa había un lugar para sus amigos a los que él ha querido siem-pre muchísimo. Yo siempre he escuchado de sus labios hablar de su gran amigo Joa-quín Gómez “Algarín”, de Manolo Rueda “El Talabartero”, Juan Torres “El Rubio de los

Tejeringos” y José Suárez “El Pescaero”, mi vecino que además era el tesorero de lapeña. Solían reunirse por las noches en el bar de Marín. Allí derrochaban su arte y yocreo que hasta las paredes temblarían al resonar sus voces.

Pero había un problema, pues vivíamos en época de represión y en cuanto dabanlas doce de la noche ya tenían allí a los “municipales” para dispersar aquella reuniónde arte y amistad. Y ellos pensaban y pensaban preocupados por aquella situación ri-dícula e insostenible: ¿Y si tuviéramos una peña donde reunirnos y cantar todo lo quequisiéramos sin que nadie nos molestara ni nos dijera que nos teníamos que ir? Seríaestupendo.

Por aquellos entonces mi padre compra la casa del porche donde ahora tiene loselectrodomésticos Antonio Segura, siendo la parte de atrás el actual Bar La Peña delos Jardines. Vende la mitad a Antonio Segura y con la otra la arregla estupendamentede bien e instala allí lo que sería la primera sede de nuestra peña flamenca. Al pueblole encantó la idea volcándose en ello y en unos meses ya contaban con más de dos-cientos socios.

Recuerdo algunos festivales como en sueños y aquello me encantaba, los cualestuvieron bastante éxito entre la vecindad. En uno de ellos vinieron La Fernanda y LaBernarda de Utrera que en aquellos entonces eran artistas de mucho éxito y difícilde traer a un pueblo tan pequeño como el nuestro. También hicieron un festival contodos los aficionados del pueblo, entre ellos el Labao y el Quincalla, recuerdo los tra-jines de mi padre y las irritaciones.

Acudía frecuentemente por la Peña Flamenca Melchor de Marchena, un gran gui-tarrista y como no mencionar a su fiel y gran amigo y además, gran guitarrista comoera Rafael Peña, el sepulturero del pueblo, a los que ellos llamaban “el enterraor”,

por la profesión que desempeñaba. Mi padre me cuenta que era un hombre muynoble y que por mediación de él aprendió mucha gente a cantar.

Por faltar, no faltaba de nada, tenían un presentador, Pepe Sánchez, extraordi-nario en su faceta, el cual poseía el don de la palabra, manejándola a su antojo enaquellos elogios en los que resaltaba la personalidad de los artista que presentaba. ¡Amí, me embobaba!

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VI Festival Flamenco de Verano

Más tarde entre ellosdeliberaron y le pusieron elnombre de Miguel Vargasporque era un cantaor delpueblo que estaba despun-tando como artista, obte-niendo grandes premioscomo el de Mairena delAlcor y al que mi padre ad-miraba y decía de él: “Veis

todo lo grande que es, así

es de noble, y va a ser un

gran cantaor, sobre todo

por seguiriyas”.

Pero lo que a mi másgracia me hace es que sedieron cuentas de que es-taba todo muy bonito ymuy bien, pero lo quemenos hacían era cantar,que era lo que verdadera-mente ellos querían.

Fue una iniciativa y unproyecto cargado de ilusio-nes y que más tarde fue re-tomado por los presiden-tes y juntas directivas quele siguieron, resaltando lalabor de mi amigo ManoloMartín que hizo resurgir lapeña cuando estaba en ce-nizas, así como reavivar enmí aquella ilusión por la peña que nació de la mano de mi padre cuando era una niñay que estaba dormida dentro de mí sin yo darme cuentas.

Desde esta tribuna yo os doy las gracias a todos, desde mi padre que tuvo la ini-ciativa, junto con todos sus amigos a los que nunca olvidaré, hasta Hogacero en nues-tros días por amar tanto y mantener viva nuestra peña.

MARÍA HURTADO PARRILLA.

Juan José templando unos tercios. Al toque Rafael Peña

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Programa de Actos

Colabora: Ayuntamiento de Paradas y Diputación de Sevilla8

VI FESTIVAL FLAMENCO DE VERANOHomenaje a Juan José Hurtado (El Hortelano) y Joaquín Gómez (Algarín),

Primer Presidente y Vicepresidente de la Peña Flamenca “Miguel Vargas”

Sábado 27 de Agosto de 2011 - a las 22,00 h.

Plaza del Santísimo (Escuelas de la Plaza)

AL CANTE:

María Hurtado Ana María González

Lidia Rodríguez Manuel Vera "Quincalla"

Manuel Parrilla Francisco Morilla

Paco Morillo Manuel García "El Chino"

AL BAILE:

Academia de Baile de Eli Parrilla

Manuel Romero (cante) Carmelo Picón (toque)

Entrada: 5 Euros

Organiza: Peña Cultural Flamenca Miguel Vargas

Aula Municipal de Cultura La Comarcal

41610 Paradas (Sevilla) Teléfono 954849891

Web: http://pcfmiguelvargas.jimdo.com

Email: [email protected]

PRESENTA:

Eduardo J. Pastor, Rocío Montero y Fidel Humanes

AL TOQUE:

Domingo González Carmelo Picón

Manuel Fernández "El Peroles" Marcos Serrato

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Academia de Baile de Eli Parrilla (Paradas) Manuel Romero (Sevilla)9

María Hurtado: Saetera y cantaora como su padre, Juan José Hurtado “El Hortelano”. Par-ticipó en el Coro Rociero San Eutropio, en el Coro Sabor Añejo y actualmente en el Coro de laHermandad del Cautivo, Zambomba Flamenca de la Peña Miguel Vargas y Escuela de Saetasde Marchena, Exaltadora de la Saeta y Pregonera de la Feria de Paradas, entre otras de susfacetas. Más tarde, después de terminar la Carrera de Derecho, inicia sus estudios en la Es-cuela de Cante Flamenco de Fernando Rodríguez.

Ana María González: Viene de familia cantaora, los Quincalla por parte materna y los Se-villanos, por parte paterna. Componente de la Zambomba de la Peña Flamenca Miguel Var-gas e integrante de la Escuela de Saetas de Marchena, inició su andadura en la copla y mástarde empieza sus estudios en la Escuela de Cante flamenco de Fernando Rodríguez. A par-tir de este año se ha presentado en numerosos concursos de cante flamenco, obteniendo elTercer Premio en el Concurso de Cante Flamenco de la Peña “David Serrano“ de Écija

Lidia Rodríguez: Esta joven cantaora, que empezó sus estudios en la Fundación “CristinaHeeren” de Sevilla resalta por su gran voz y afición al cante. Más tarde, ingresa en la de Es-cuela de Cante Flamenco de Fernando Rodríguez de la Puebla de Cazalla.

Manuel Vera Parrilla “Quincalla de Paradas”: Nació en Paradas (Sevilla) en 1952, en el senode una familia cantaora, de larga tradición flamenca en la campiña sevillana. Hijo de Quinca-lla el "Niño Paradas" quién le trasmitió desde muy pequeñito los cantes que hacía su familiaflamenca. Su andadura profesional la inicia a los 18 años el Ballet de Andalucía “Pepe Mo-reno”. Ha pertenecido al grupo de teatro flamenco "La Cuadra" de Salvador Távora, con el queha recorrido todos los continentes; también actúa en los tablaos sevillanos "Curro Vélez" y "LaCuadra". Participó en la película Carmen de Vicente Aranda, cantando la Liviana primitiva. Ensus cantes demuestra sobradamente su capacidad para quejarse por derecho y enduendar alpúblico. Manuel Vera “Quincalla” ha conseguido importantes premios entre los que destacael Primer Premio en La Unión (cantes por Tonás y Siguiriyas), Primer Premio Bulerías por Soleá(Mairena del Alcor), Primer Premio Velero de la Unión del Cante (Mijas), entre otros. Disponede varias grabaciones colectivas.

Manuel Parrilla: Está vinculado a la Peña Flamenca Miguel Vargas desde los comienzos deésta, cantando siempre en reuniones de cabales. Aunque es conocedor de muchos estilos fla-mencos, destaca sobremanera en el fandango. Desde hace ya algunos años se prodiga enactos organizados por la Peña Flamenca demostrando afición y conocimiento, caso de reci-tales y Zambomba flamenca, así como cantaor en espectáculos de su sobrina Eli Parrilla.

Francisco Morilla: Paradeño afincado en la vecina localidad de Arahal, no ha perdido nuncael contacto con la Peña Flamenca “Miguel Vargas”. A finales de 2003 dio el paso al cante“alante” y lo hizo por primera vez en la Peña Flamenca Miguel Vargas. Seguidor de los cantesde Miguel Vargas, destaca por granaínas, peteneras o serranas.

Paco Morillo: Mairena del Alcor Manuel García “El Chino”: Aguadulce

Carmelo Picón: Huelva Domingo González: Campillos (Málaga)

Manuel Fernández “El Peroles”: Carmona Marcos Serrato (Sevilla)

Los Artistas

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Algarín y la musicalidad del cante

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Podemos decir que hay personas que nacen cantando que ya en sus primerospasos y en sus primeros gemidos se advierte la afinación de sus oídos y el eco trans-parente de su voz y eso le ocurría a nuestro querido Algarín, cuando escuchaba conatención aquellos cuplés que les cantaba su padre y que con motivo de ofrecerle unregalo a cambio hacía que él los repitiera y así aprendiera a cantar, y como lo hacíabien se llevaba el regalito.

Con diez años ya destaca cantando El Romance a Córdoba, cante de aquella épocaque cantaban las cupletistas de los teatros como Adela López, la cual él recuerda concariño como cantaba cuplés y pregones, que luego los practicaría junto a su padre,como el de la Sartenera.

Su referente principal, su padre, gran saetero y cantaor por El Niño de la Isla. Élpuede presumir con orgullo de las saetas antiguas que su padre cantaba, aquellascuartas que ha conservado en su mente, que las ha cantado a las imágenes y trans-mitido a las generaciones posteriores como nosotros. Joaquín Algarín dice con cariñoque le gustaría que nunca se perdieran pues es un legado de su padre, porque: Como

los padres de uno no hay “ná” en el mundo.

Pero nunca se va a perder porque de ello cuida Roberto Narváez, al frente de laEscuela de Saetas Señor de la Humildad de Marchena, tratando que los saeteros pa-radeños que se acercan a la escuela aprendan la antigua saeta de Paradas como él lallama.

Si de su progenitor hereda el entusiasmo y la admiración por los cantaores de laépoca, también Algarín encuentra el cante flamenco en la vida cotidiana, como éldice: “Que en su época el flamenco estaba por todas partes, cuando ibas por un ca-

mino por el campo y se escuchaba un cante muy lejano, pero muy bonito, de alguien

que realizando las tareas de labranza lo estaba ejecutando y que hoy día esa preciosa

costumbre se ha perdido”.

Algarín se queja y con razón, de que en la actualidad el flamenco no lo encontra-mos accesible en los medios de comunicación, radio o televisión, sino que hay quebuscarlo mucho más allá en los festivales, en directo. Es por ello que la juventud se en-cuentra un poco más apartada de lo que es el cante flamenco. Esperemos que de aquíen adelante con las nuevas tecnologías como Internet podamos volver a disfrutar delflamenco en su más pura esencia.

Es más que admirable ver Joaquín Algarín hablando con su amigo Juan José. Conque cariño y admiración se tratan el uno al otro, como recuerdan a los que ya no estány los momentos entrañables vividos. Ellos parten del mismo tronco, de la misma raízde los cantes, tanto que cantaban los mismos cantes. Juan José le dice: “Por mala-

gueñas, Algarín, como tú sólo sabes”.

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VI Festival Flamenco de Verano

de izquierda a derecha, Juan Torres (El Rubio de los Tejeringos), Juan José Hurtado Ramírez

(El Hortelano), Joaquín Gómez (Algarín) y Manuel Rueda Maqueda (El Talabartero)

Algarín como saetero llegó a participar en numerosos concursos, especialmentelos celebrados en Marchena, tertulias sobre saeta, pero sobre todo, lo que más leemociona es cantarle a las imágenes, tanto en Marchena como en Paradas.

En lo que respecta al cante flamenco, Joaquín llegó a participar en numerososconcursos. De los que recuerda con más cariño son aquellos celebrados en Marchenaen las puertas del Ayuntamiento, unos eran sobre fandangos y otros sobre malague-ñas, palos muy bien dominados por él.

También ha cantado en el Festival de la Guitarra de Marchena, junto a Juan JoséEl Hortelano y Manolo El Talabartero, amigos inseparables y en Paradas, en la GranNoche Flamenca celebrada en el Salón del Foti, a beneficio del entonces Secretariado(CARTEL AdJuNTo).

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Algarín y la musicalidad del cante

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Algarín responde al criterio de que le gusta el cante con melodía, haciendo alusiónal vibrato que en ciertas personas le aparece en la voz y según él también Juan Joséposeía. De esta manera son gargantas privilegiadas las que pueden ejecutar ciertotipo de cantes. En esta tesitura hallamos a Vallejo, Niño de la Huerta, Marchena, Ca-nalejas, Pinto, El Sevillano, Valderrama, Molina, Farina o Carbonerillo, entre otros.

A pesar de todo ello reconoce que cantaores como Cepero, aun teniendo una vozmás seca también cantan muy bien y por eso a él le gustan. También habla con agradode Antonio Mairena y sobre todo de Miguel Vargas.

La Peña Flamenca Miguel Vargas en sus albores.

Fundadores de la Peña Flamenca y aficionados

locales, acompañados de un joven Miguel Vargas.

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La afición por el cante heredada de su padre la comparte con sus amigos, dándolesentido a aquellas reuniones de antaño convertidas en verdaderas tertulias de canteflamenco, donde se habla y además se canta para hacer la demostración de lo que seestá diciendo, porque para Algarín el cante es sentimiento y él dice: “Que si no sien-

tes lo que estás cantando no puedes transmitirlo”. En estas reuniones, la verdaderaamistad, el cariño y la admiración entre unos amigos estaba por encima de toda con-tradicción que pudiera surgir en el cante.

Ellos querían tener una peña para poder reunirse y cantar. Nunca supusieron queuna peña flamenca va más allá de los recursos humanos que ya lo eran ellos, sino una

VI Festival Flamenco de Verano

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Algarín y la musicalidad del cante

MARÍA HURTADO PARRILLA14

organización, un balance económico y un sinfín de responsabilidades de las que qui-zás ellos no fueran conscientes cuando tuvieron la maravillosa idea de fundar en Pa-radas, la primera peña flamenca en la historia de nuestro pueblo, como cantaran losentonces llamados, “Romeros del Carmen”.

Han pasado más de cuarenta años de la fundación de la Peña Flamenca y Alga-rín, como primer vicepresidente, se siente muy orgulloso de haber llevado aquel co-metido y recuerda con nostalgia, a Miguel Vargas cantando por soleá, en aquellasnoches de sábado de cante ininterrumpido, donde la musa del cante se hacía pre-sente en cada uno de los rincones de la Peña, situada por aquellos entonces en unade las partes más alegres del pueblo, como son los Jardines de Gregorio Marañón.

Hoy por hoy, en los albores del siglo XXI, ellos se encuentran un poco más apar-tados de la peña porque creen que a su edad, con sus facultades mermadas, como esnatural, no son útiles, y es todo lo contrario, pues la opinión de Algarín o Juan José valesu peso en oro para cualquier aficionado que se precie de nuestra peña flamenca. YaMiguel Vargas les agradeció en su momento el que se hubieran acordado de él paraser el titular de la peña y no sólo se lo demostró cantando con ellos sino que ademáspaseó el nombre de Paradas y de nuestra peña por medio mundo.

Algarín habla con orgullo de aquellas noches de cante en las que la peña era visi-tada por gente afamada de las localidades vecinas, como el guitarrista Melchor deMarchena, de Mairena de Alcor, de Arahal o de la Puebla de Cazalla. ¡Qué noches desábado!, no faltaban aficionados para cantar en nuestra peña. —recuerda Algarín con

nostalgia y satisfacción.

También se acuerda de la organización de concursos por saetas y sobre todo delgran festival de aficionados del pueblo, en el que lo califica, como uno de los mejoresmomentos vividos en la peña, haciendo mención a los grandes de Paradas, como fue-ron LABAO Y QUINCALLA. Pero en aquel mítico festival también cantaron, MIGUELVARGAS, El SEVILLANO DE UTRERA, familiar de la aficionada local Ana González Ave-cilla, que en palabras de Algarín, cantaba estupendamente de bien y El NIÑO COL-CHÓN que lo hacía por Meneses, entre otros.

Para terminar que mejor que lo haga el propio homenajeado con sus palabras:“Sólo decir que me encuentro muy feliz y entusiasmado con la idea de recibir este ho-

menaje por parte de la actual Peña Cultural Flamenca con Antonio Rodríguez “Hoga-

cero” a la cabeza como Presidente y de su Junta directiva. desde aquí quiero transmitir

mi más sincero agradecimiento a toda la organización y dar un aliento de ánimo a la

juventud para que se acerque al flamenco y así a nuestra peña. Muchas gracias y un

abrazo muy fuerte de parte de Joaquín Gómez Algarín”.

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Cartel de actuación correspondiente al año 1972 en el que intervienen los homenajeados junto con

otros aficionados locales.

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Ayuntamiento de Paradas

Diputación de SevillaPeña C. Flamenca

Miguel Vargas

Organiza: Colabora: