revista-trail r-recuerdos la mision

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Auténtica aventura argentina 30 La Misión 2009 se celebró en Villa La Angostura, idílica localidad a ori- llas del impresionante Nahuel Huapí, en su quinta edición se preveía más dura que la anterior, con mayor des- nivel positivo acumulado, más de 30 vadeos de ríos y gran cantidad de nie- ve acumulada por encima de 1.400 m. No iba a defraudar a nadie. El martes 24 de noviembre se pre- sentó la carrera, se entregaron los mapas y se dieron los últimos con- sejos y advertencias. A mediodía del miércoles, unas 500 personas nos aglutinamos bajo el arco de salida tra- tando buscar nuestro lugar. En los pri- meros lugares, varios candidatos a la victoria en sus categorías. Algunos, han sido protagonistas de ediciones anteriores, como Gustavo Muñoz, Facundo Romera, Saúl Pincu o Ezio El Tano Mucelli. Otros, como Ignacio Di Lorenzo, participan por primera vez, pero siendo locales y con expe- riencia en otras carreras, los colo- can como favoritos; especialmente en una edición como ésta en la que se afrontan zonas con valles que se entremezclan en mallínes (pradera cengadosa) de altura, collados y las cimas secundarias que pueden hacer que el conocimiento del terreno cobre una mayor relevancia si cabe. Además de argentinos, hay chile- nos, uruguayos, venezolanos, españo- les, paraguayos, brasileños, ecuato- rioanos, colombianos, estadouniden- ses, lituanos, australianos e ingleses. Y por fin, comienza la cuenta atrás: “9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0!” La salida, neutralizada nos guía a través de las calles de Villa La Angostura. Final- mente, un banderazo libera la carre- ra y la cabeza del grupo se estira. Entramos en un sendero de los que Guri Aznarez, director de la prueba, nos tiene acostumbrados en sus reco- rridos, con fuertes rampas de selec- ción natural. Así, llegamos a una bifur- cación y el grupo en el que voy gira a la izquierda, empezamos a bajar, el ritmo es frenético, ya que las piernas vienen frescas y la adrenalina de la salida no nos deja pensar mucho. Por delante veo varios equipos punteros. Finalmente, confirmamos el error y clavamos los pies. Llegamos a una cascada… preciosa! Pero no debería- mos estar aquí. Damos media vuelta y subimos tan rápido como podemos, pero no evitamos perder unos 20 minutos, suficientes para encontrar- nos casi al final del pelotón. Ramas, cañas, raíces… tratamos de avanzar Un año más, se celebró en la Patagonia Argentina una de las carreras más emblemáticas del continente. La Misión, carrera nacida en diciembre del 2005, es muy poco habitual: 150 km nonstop, pasando por una serie de puntos de control (PC), sin asistencia externa, más allá de los puntos de descanso montados por la organización y sin marcar. La orientación es básica (prohibido el GPS) y se debe llevar una mochila con el equipamiento obligatorio (es difícil bajar de los 8 kg). Todo ello genera una atractiva mezcla que cada año gana adep- tos. Este año otorgaba directamente 4 puntos para correr el UTMB. La Misión Race lo más rápido posible. A la salida del bosque, una pre- ciosa panorámica del valle del Cajón Negro, con amenazantes nubes negras y, al fondo, la cabeza de carre- ra a media altura de la pala que nos llevará a un collado para, de ahí, por una arista cimera, llegar hasta el PC0 Cerro Buol, a casi 2.000 m de altura. Me comunican que voy entre los 30 primeros y a bordo la primera parte de la bajada, una pala con mucha nie- ve en la que la opción más rápida es bajar deslizándonos. Atravesamos un plateau que nos llevará a la naciente de un río. Esta vez acierto y rápida- mente, entre la nieve, encuentro el sendero que tras unos primeros cru- ces de río, se mantiene en el lateral izquierdo durante varios kilómetros. Entramos en una zona de mean- dros que cruzamos varias veces. Lle- go al PC1, en la base de la estación de esquí de Cerro Bayo. En este punto, la cabeza de carrera pasó compues- ta por Di Lorenzo, el Banco Hipote- cario-Zenith-XK Race (Facundo Ro- mera y Alejandro Luchini) y Andrés Valenzuela, quienes aventajan en casi 50 minutos a sus perseguidores. Con un grupo de dos venezolanos, un colombiano y un argentino, deci- dimos arriesgar, cruzando el río en un lugar diferente para evitar la cola que generaba el cruce del río por un tronco. Pero para ello tendremos que mojarnos y afrontar un tramo de orientación entre cañaverales que hará que lo ganado sea insuficiente y nos encontremos más atrás de lo que salimos del PC1. De aquí al PCV ade-

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Page 1: Revista-Trail R-recuerdos La Mision

Auténtica aventura argentina

30

La Misión 2009 se celebró en VillaLa Angostura, idílica localidad a ori-llas del impresionante Nahuel Huapí,en su quinta edición se preveía másdura que la anterior, con mayor des-nivel positivo acumulado, más de 30vadeos de ríos y gran cantidad de nie-ve acumulada por encima de 1.400 m.No iba a defraudar a nadie.

El martes 24 de noviembre se pre-sentó la carrera, se entregaron losmapas y se dieron los últimos con-sejos y advertencias. A mediodía delmiércoles, unas 500 personas nosaglutinamos bajo el arco de salida tra-tando buscar nuestro lugar. En los pri-meros lugares, varios candidatos a lavictoria en sus categorías. Algunos,han sido protagonistas de edicionesanteriores, como Gustavo Muñoz,Facundo Romera, Saúl Pincu o EzioEl Tano Mucelli. Otros, como IgnacioDi Lorenzo, participan por primera

vez, pero siendo locales y con expe-riencia en otras carreras, los colo-can como favoritos; especialmente enuna edición como ésta en la que seafrontan zonas con valles que seentremezclan en mallínes (praderacengadosa) de altura, collados y lascimas secundarias que pueden hacerque el conocimiento del terreno cobreuna mayor relevancia si cabe.

Además de argentinos, hay chile-nos, uruguayos, venezolanos, españo-les, paraguayos, brasileños, ecuato-rioanos, colombianos, estadouniden-ses, lituanos, australianos e ingleses.

Y por fin, comienza la cuenta atrás:“9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0!” La salida,neutralizada nos guía a través de lascalles de Villa La Angostura. Final-mente, un banderazo libera la carre-ra y la cabeza del grupo se estira.Entramos en un sendero de los queGuri Aznarez, director de la prueba,nos tiene acostumbrados en sus reco-rridos, con fuertes rampas de selec-ción natural. Así, llegamos a una bifur-cación y el grupo en el que voy gira ala izquierda, empezamos a bajar, elritmo es frenético, ya que las piernasvienen frescas y la adrenalina de lasalida no nos deja pensar mucho. Pordelante veo varios equipos punteros.Finalmente, confirmamos el error yclavamos los pies. Llegamos a unacascada… preciosa! Pero no debería-mos estar aquí. Damos media vueltay subimos tan rápido como podemos,pero no evitamos perder unos 20minutos, suficientes para encontrar-nos casi al final del pelotón. Ramas,cañas, raíces… tratamos de avanzar

Un año más, se celebró en la Patagonia Argentina una de las carrerasmás emblemáticas del continente. La Misión, carrera nacida endiciembre del 2005, es muy poco habitual: 150 km nonstop, pasandopor una serie de puntos de control (PC), sin asistencia externa, másallá de los puntos de descanso montados por la organización y sinmarcar. La orientación es básica (prohibido el GPS) y se debe llevaruna mochila con el equipamiento obligatorio (es difícil bajar de los 8kg). Todo ello genera una atractiva mezcla que cada año gana adep-tos. Este año otorgaba directamente 4 puntos para correr el UTMB.

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lo más rápido posible. A la salida del bosque, una pre-

ciosa panorámica del valle del CajónNegro, con amenazantes nubesnegras y, al fondo, la cabeza de carre-ra a media altura de la pala que nosllevará a un collado para, de ahí, poruna arista cimera, llegar hasta el PC0Cerro Buol, a casi 2.000 m de altura.Me comunican que voy entre los 30primeros y a bordo la primera partede la bajada, una pala con mucha nie-ve en la que la opción más rápida esbajar deslizándonos. Atravesamos unplateau que nos llevará a la nacientede un río. Esta vez acierto y rápida-mente, entre la nieve, encuentro elsendero que tras unos primeros cru-ces de río, se mantiene en el lateralizquierdo durante varios kilómetros.

Entramos en una zona de mean-dros que cruzamos varias veces. Lle-go al PC1, en la base de la estación deesquí de Cerro Bayo. En este punto,la cabeza de carrera pasó compues-ta por Di Lorenzo, el Banco Hipote-cario-Zenith-XK Race (Facundo Ro-mera y Alejandro Luchini) y AndrésValenzuela, quienes aventajan en casi50 minutos a sus perseguidores.

Con un grupo de dos venezolanos,un colombiano y un argentino, deci-dimos arriesgar, cruzando el río enun lugar diferente para evitar la colaque generaba el cruce del río por untronco. Pero para ello tendremos quemojarnos y afrontar un tramo deorientación entre cañaverales quehará que lo ganado sea insuficiente ynos encontremos más atrás de lo quesalimos del PC1. De aquí al PCV ade-

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lantamos equipos por un sendero quenos lleva hacia un collado a 1.400 m.Al llegar arriba, paro, me abrigo mien-tras los últimos rayos de sol desapa-recen entre las copas de los árboles,como algo, coloco la frontal y arran-co en solitario. Arriba, entre la nievey la oscuridad, el sendero desapare-ce y nos vamos juntando en gruposguiados por nuestras luces.

Poco a poco, descendemos haciael río Cataratas, que cruzaremos unaquincena de veces con agua entre larodilla y la cintura, en una noche contemperaturas negativas. El río seencajona y se separa de nuestra ruta.Aunque con mucho frío, consegui-mos dar con la ruta correcta sin ape-nas dudas y nos presentamos en elPVO Malaico a las 3h45 aproxima-damente. Aquí el grupo desaparece

y cada uno vuelve a jugar su propiaestrategia, vienen 12 km de caminode tierra que hace que muchos sal-gan volando después de marcar. Sal-go a eso de las 4 de la mañana parael PC2, al que llego a las 5h52 de lamañana. Hasta aquí, la cabezaseguía compuesta por los mismos,aunque en su lucha cometen unerror que a la postre les costaría unsusto, al ascender al Cerro Negro yperder así la ventaja que llevabansobre sus perseguidores. En el PC2reviso mis pies que con más de 60km y mucha agua encima, aguantansin grandes problemas. Salgo unahora después con las primeras lucesdel sol reflejando sobre el increíblelago Traful a mis espaldas. Afron-tamos una nueva ascensión de 1.000m de desnivel llegando a los 1.800m del Piedritas, donde empiezo atener problemas respiratorios. Sibien las piernas piden guerra, el

Texto: Xabier AjonaFotografías: Alejandra Melideo

pecho no da aire ni para un ritmomedio, aún así consigo seguir a ungrupo que se forma. Bajamos al ríoMinero, donde una cuerda fija nosayuda en el primer cruce donde elrío viene muy fuerte y ancho. Acier-to en la navegación y adelanto variasposiciones, pero lo que gano nave-gando, lo pierdo en las subidas pormi pobre ritmo. Cruzamos de ladoa lado el Mallín de las Nieblas, unatípica zona pantanosa de hierbainundada, que en esta región es ellugar de nacimiento de los ríos enlas cabeceras de los valles.

Del otro lado, nos sorprende unsendero que a diferencia de lo queparecía en el mapa, no para de cru-zar el río en Ragintuco, una montañarusa continua. Mis problemas respi-ratorios van a peor y trato de mante-ner en las subidas lo que consigoganar en las bajadas. Por fin, a las19h52 del jueves, llego al PC3 a ori-llas del lago Nahuel Huapí. En él, nosencontramos con la sorpresa de quecon la pérdida de los 4 de cabeza, estaya no es de cuatro, sino de 8 al haber-se unido a ellos Jabaliseros del TanoMucelli y Camila Canale, GerónimoCañoles, y Juan Luis Sánchez. A par-tir de aquí, guerra abierta. Di Loren-zo juega de local, pero las múltiplesopciones para subir al último cordónmontañoso, el O'Connor, y la expe-riencia de todos los miembros de estegrupo, pueden desembocar en cual-quier resultado. Di Lorenzo, abando-na el PC3 sin parar, 6 minutos des-pués van Valenzuela, Romera, Luchiniy Sánchez, mientras Mucelli y Cana-le se toman 15 minutos más.

Finalmente, el gran ritmo de DiAngelo y su conocimiento del terre-no, le permiten presentarse en metaa las 19h34, tras 31h34m de carrera,con 2h30 de ventaja sobre el equipoBanco Hipotecario-Zenith-XK Race yValenzuela .

Los de detrás, todavía en el PC3,hemos de decidir entre seguir sindormir hasta la meta (30 km más),parar a descansar o descansar amedio camino. Además, se anunciafrío y viento en la arista del O'Connoresta noche.

Consciente de que es el momen-to para avanzar en la clasificación,decido intentar llegar esa noche.Supero rápido los 12 primeros km,con ligeras subidas y bajadas, y en 2h comienzo el ascenso a los más de1.000 m de desnivel del O'Connor.

Paso el puesto de seguridad antes deentrar al bosque. No veo a nadie enél hasta que aparece la niebla y conella equipos que han decidido des-cansar. Llego a la arista del O'Connor,avanzo por la arista mientras nieblay frío me cubren de una capa de hie-lo cada vez más gruesa, mientrassiento como mi pecho se cierra cadavez más. Superada la cota más alta,tengo que continuar hasta una cimasecundaria y descender por un lomohacia el Oeste, donde encontraré unequipo de seguridad de la organiza-ción y el punto donde debo desviar-me. Respiro cada vez peor, hacedemasiado frío y me lanzo en rumboOeste, en busca de cotas más bajas.Si este es el punto de desvío, estaréavanzando y de no serlo, al menos nopasaré tanto frío. Confirmo que no es,por lo que bajo 250m de desnivel has-ta el bosque y allí monto el vivac. Unahora y media después me despiertael olfateo de un de animal cercano ala tienda, solo de pensar en la posi-bilidad de un puma salgo gritando yhaciendo ruido. Está por amanecer,guardo todo y vuelvo a subir hacia laarista. No he mejorado y veo como unrecorrido que debería costarme alre-dedor de 4 horas hasta la meta, se vaalargando en exceso (terminan sien-do más de 7 horas y media), mientrasveo como más y más corredor se mevan adelantando. Recorto una grancurva de 4,5 km que hace el sende-ro, lanzándome montaña abajo através de la típica y densa vegetaciónde la selva valdiviana que domina estaregión. Acierto presentandome sobreel cruce del río Bonito, desde allí voyhasta la meta con un sabor agridul-ce por el tiempo perdido, pero satis-fecho por llegar.

Al final, para mi sorpresa, medicen que he llegado en el puesto 39de la general y 21 de la categoríaindividuales tras 48h40 de compe-tición, y automáticamente pienso…¡ya queda menos de un año para larevancha!

Más info: www.lamisionrace.com.ar

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