revista gq "cupido 2.0"

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66 ¿ Saldrías con alguien de raza dife- rente a la tuya? ¿Qué tan impor- tante es el signo zodiacal de una persona? ¿Te gustaría que tu pareja fuera más kinky que tú? ¿Preferirías que pasaran cosas buenas o cosas interesan- tes? Bajo circunstancias específicas, ¿la guerra nuclear te parecería interesante? ¿Crees que tu país sería más seguro si todos tuvieran una pistola? Si volteas un guante izquierdo al revés, ¿en cuál mano te lo tienes que poner? ¿ROTO es a TORO como 8347 es a…? ¿Quieres conocer a la gente en persona? ¿Qué tan a menudo te lavas los dientes? Y así continúa el cuestionario (¡dos- cientas y pico preguntas más!) de Ok- Cupid, uno de los sitios de online dating más populares en Estados Unidos y al cual, según mis indagaciones, casi todo neoyorquino soltero de entre 25 y 45 años está suscrito. Así que, tras un año de vivir en Nueva York, por fin dejé los prejuicios y abrí una cuenta (claro, usando como ex- cusa la escritura de este texto, una versión pusilánime del periodismo gonzo). Para mi sorpresa, la mayoría de los candidatos que el algoritmo eligió para mí encajan en el perfil de hombres que me gustan. Para eso sirve el cuestionario eterno del principio, para decirte qué porcentaje de compatibilidad tienes con cada persona. Según una amiga curtida en el online dating, las reglas implícitas son: no salir con gente con la que tengas menos del 80 por ciento de compatibilidad; elegir tragos o café para la primera cita (cenar no es buena idea: si la persona no te gus- ta te la tienes que fletar en lo que logras engullir tu sirloin con puré de papas); si la mujer es la primera en ponerse en contacto con el hombre, lo más seguro es que la cita acabe en la cama; si de pla- no no hay química, decirlo al final de la cita; no azotarse si la cita sale mal; salir con tanta gente como sea posible. El universo de las páginas para en- contrar pareja es apabullante. Hay sitios Cupido 2.0 ILUSTRACIÓN: IGNACIO HUIZAR / LAS OPINIONES EXPRESADAS POR LOS AUTORES NO REPRESENTAN LA POSTURA DEL EDITOR Y LA EDITORIAL. NOVIEMBRE 2014 GQ.COM.MX les con fetiches extraños, también hay hombres atractivos y aparentemente normales que dicen no tener ganas o tiempo de embarcarse en una relación. Una amiga me contó que por medio de esta página conoció a un estudiante de medicina que tenía como cinco horas libres a la semana y con el que tuvo unos meses de sexo increíble. Y otro amigo entró a este sitio buscando un ONS y ese empiernamiento se convirtió en una relación que hasta hoy continúa. No es que crea que el online dating sea el hilo negro para encontrar amor o sexo, y me queda claro que todos estos sitios tienen un equivalente offline: OkCupid sería el amigo que asegura conocer a la persona ideal para ti, las páginas más específicas podrían ser un club del libro, una clase de cocina oriental o un curso de reiki y los anuncios personales de Craig’s List serían esas noches de copas en las que te encamaste con gente a la que co- nociste en el antro. Lo que sí creo es que esta versión reloaded de Cupido promete reducir el número de citas a ciegas del infierno, librarnos de esos segundos de terror —que parecen una vida entera— mientras esperamos que nuestro objeto del deseo nos diga si quiere tomar una chela uno de estos días, echar un café este fin de semana, bailar esta rola. Han pasado varias semanas desde que abrí mi cuenta en OkCupid; he reci- bido algunas invitaciones para salir pero todavía no he aceptado ninguna. Ahora, cuando voy a fiestas, imagino porcentajes flotando sobre las cabezas de los hom- bres que me presentan (Alec: 41% amigo, 59% enemigo; Martin: 83% amigo, 17% enemigo) y trato de adivinar qué tipo de anuncio personal escribirían. para amantes de los caballos o de los gatos, fans de Star Trek, bikers, darketos, payasos, menonitas, adultos a los que les gusta hacerse pasar por bebés, gente intolerante al gluten, gente alta, ¡gente fea! Incluso hay sitios como Carrotdating o Millionaire Match que permiten intercambiar sobornos (desde una cena hasta un certificado de regalo de alguna tienda) por citas. What’sYour- Price.com va aún más lejos y divide a sus miembros en Generosos y Hermosos. Todas estas páginas trabajan bajo el pos- tulado de que “siempre hay un roto para un descosido” y que encontrar la pareja perfecta está a un click de distancia. Del otro lado del espectro está la cultura del hook up (acostón), donde lo único que entra en la ecuación es el sexo. Los avisos personales en craigslist. com son el mejor lugar para encontrar ONS (One Night Stands, ligues de una noche) o relaciones NSA (No Strings At- tached, sin compromiso). En un viernes promedio, Craig’s List Manhattan regis- tra unos 600 posts donde el trueque de sexo recuerda a un viernes de quincena en el mercado de abastos y al cual hay que llegar armado con un diccionario de sex slang para interpretar las siglas de todo lo que ahí se merca. De nuevo, mis suposiciones acerca de sitios como éste eran erróneas, por- que si bien predominan los subnorma- Periodista y escritora. Su primer libro de cuentos se llama Esa membrana finísima. LIPSTICK EN EL ESPEJO ÚRSULA FUENTESBERAIN | @ursula_fb

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Un texto sobre el "online dating"

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¿Saldrías con alguien de raza dife-rente a la tuya? ¿Qué tan impor-tante es el signo zodiacal de una

persona? ¿Te gustaría que tu pareja fuera más kinky que tú? ¿Preferirías que pasaran cosas buenas o cosas interesan-tes? Bajo circunstancias específicas, ¿la guerra nuclear te parecería interesante? ¿Crees que tu país sería más seguro si todos tuvieran una pistola? Si volteas un guante izquierdo al revés, ¿en cuál mano te lo tienes que poner? ¿ROTO es a TORO como 8347 es a…? ¿Quieres conocer a la gente en persona? ¿Qué tan a menudo te lavas los dientes?

Y así continúa el cuestionario (¡dos-cientas y pico preguntas más!) de Ok-Cupid, uno de los sitios de online dating más populares en Estados Unidos y al cual, según mis indagaciones, casi todo neoyorquino soltero de entre 25 y 45 años está suscrito. Así que, tras un año de vivir en Nueva York, por fin dejé los prejuicios y abrí una cuenta (claro, usando como ex-cusa la escritura de este texto, una versión pusilánime del periodismo gonzo). Para mi sorpresa, la mayoría de los candidatos que el algoritmo eligió para mí encajan en el perfil de hombres que me gustan. Para eso sirve el cuestionario eterno del principio, para decirte qué porcentaje de compatibilidad tienes con cada persona.

Según una amiga curtida en el online dating, las reglas implícitas son: no salir con gente con la que tengas menos del 80 por ciento de compatibilidad; elegir tragos o café para la primera cita (cenar no es buena idea: si la persona no te gus-ta te la tienes que fletar en lo que logras engullir tu sirloin con puré de papas); si la mujer es la primera en ponerse en contacto con el hombre, lo más seguro es que la cita acabe en la cama; si de pla-no no hay química, decirlo al final de la cita; no azotarse si la cita sale mal; salir con tanta gente como sea posible.

El universo de las páginas para en-contrar pareja es apabullante. Hay sitios

Cupido 2.0

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les con fetiches extraños, también hay hombres atractivos y aparentemente normales que dicen no tener ganas o tiempo de embarcarse en una relación. Una amiga me contó que por medio de esta página conoció a un estudiante de medicina que tenía como cinco horas libres a la semana y con el que tuvo unos meses de sexo increíble. Y otro amigo entró a este sitio buscando un ONS y ese empiernamiento se convirtió en una relación que hasta hoy continúa.

No es que crea que el online dating sea el hilo negro para encontrar amor o sexo, y me queda claro que todos estos sitios tienen un equivalente offline: OkCupid sería el amigo que asegura conocer a la persona ideal para ti, las páginas más específicas podrían ser un club del libro, una clase de cocina oriental o un curso de reiki y los anuncios personales de Craig’s List serían esas noches de copas en las que te encamaste con gente a la que co-nociste en el antro. Lo que sí creo es que esta versión reloaded de Cupido promete reducir el número de citas a ciegas del infierno, librarnos de esos segundos de terror —que parecen una vida entera— mientras esperamos que nuestro objeto del deseo nos diga si quiere tomar una chela uno de estos días, echar un café este fin de semana, bailar esta rola.

Han pasado varias semanas desde que abrí mi cuenta en OkCupid; he reci-bido algunas invitaciones para salir pero todavía no he aceptado ninguna. Ahora, cuando voy a fiestas, imagino porcentajes flotando sobre las cabezas de los hom-bres que me presentan (Alec: 41% amigo, 59% enemigo; Martin: 83% amigo, 17% enemigo) y trato de adivinar qué tipo de anuncio personal escribirían.

para amantes de los caballos o de los gatos, fans de Star Trek, bikers, darketos, payasos, menonitas, adultos a los que les gusta hacerse pasar por bebés, gente intolerante al gluten, gente alta, ¡gente fea! Incluso hay sitios como Carrotdating o Millionaire Match que permiten intercambiar sobornos (desde una cena hasta un certificado de regalo de alguna tienda) por citas. What’sYour-Price.com va aún más lejos y divide a sus miembros en Generosos y Hermosos. Todas estas páginas trabajan bajo el pos-tulado de que “siempre hay un roto para un descosido” y que encontrar la pareja perfecta está a un click de distancia.

Del otro lado del espectro está la cultura del hook up (acostón), donde lo único que entra en la ecuación es el sexo. Los avisos personales en craigslist.com son el mejor lugar para encontrar ONS (One Night Stands, ligues de una noche) o relaciones NSA (No Strings At-tached, sin compromiso). En un viernes promedio, Craig’s List Manhattan regis-tra unos 600 posts donde el trueque de sexo recuerda a un viernes de quincena en el mercado de abastos y al cual hay que llegar armado con un diccionario de sex slang para interpretar las siglas de todo lo que ahí se merca.

De nuevo, mis suposiciones acerca de sitios como éste eran erróneas, por-que si bien predominan los subnorma-

Periodista y escritora. Su primer libro de cuentos se llama Esa membrana finísima.

LIPSTICK EN EL ESPEJOÚRSULA FUENTESBERAIN | @ursula_fb