revista g7/ edición 96

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Matias Martin Estelares Ines Efron TGLT Pucho Mentasti Lux Lindner Manuel Lozano

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Director: Romina [email protected]

Editor responsable: Soledad Rodero [email protected]

Jefe de redacción: Juan María Fernández [email protected]

Marketing Institucional: Patricio [email protected]

Dirección de arte y diseño: Furia World

Diseño: Tryöwww.tryoweb.com

Departamento de cuentas: Agustina [email protected] /Lorena [email protected]

Colaboran en redacción:Martín E. Graziano, Maru Drozd, Alejandro Grimoldi, Victoria Meli, y Florencia Falabella

Foto de tapa: Gonzalo Lauda.

Colaboran en fotografía: Gonzalo Lauda, Luján Agusti, Victoria Egurza, Milagros Melzi, Gonzalo Corrado.

Agradecimientos: Hermanos Estebecorena, Con-verse, Lan, Chandon, OuiPr, T&T group, Struka,

Administración: Miriam [email protected]

Revistag7.com: Victoria [email protected]

Suscripciones: [email protected]

Catering en exteriores: Bokoto

Impresión: Gráfica Mediterráneawww.graficamediterranea.com

Asesoría contable: Estudio Demartini(4734-5213)

; REVISTA G7Av. Diego Carman 641, Piso 1 Dto3Lomas de San IsidroProvincia de Buenos Aires (C.P. 1642)Domicilio legal: Lanza 2283 - Ciudad autónoma de Buenos Aires (C.P. 1437)E-mail: [email protected]; Distribución en CABA - Vaccaro/Sánchez S.A.Moreno 794 - 9Ciudad Autónoma de Buenos AiresTeléfono: 4-342-4031; Distribución en el interior - BeltránAv. Vélez Sársfield 1950Ciudad Autónoma de Buenos AiresTeléfono: 4-303-1870

G7 es una publicación de REVISTA G7 Se prohíbe la reproducción parcial o total del contenido de esta revista sin previa autorización por escrito del editor. Los anuncios y artículos firmados y las opiniones de los entrevistados no reflejan necesariamente la opinión del editor.

ISSN: 1666-5929Propiedad intelectual: 1992764

Staff

Por suerte, podemos cambiar: de canal, de dentista, de mone-da, de trabajo, de casa, de novio, de ropa, de hobby, de sexo, de tema, de piel, de país, de opinión, de zapatos, de esposa, de dios, de shampoo. Algunas veces, lo hacemos porque la reali-dad nos empuja. Otras, nos transformamos porque queremos ser otros. Y, en ocasiones, cambiamos para que nada cambie. Un mes atrás, G7 cambió de director. Francisco Condorelli, fundador de la revista, dio un paso al costado para concentrar sus energías en otro proyecto. Por acá, sin embargo, seguimos como siempre: con ganas de descubrir personajes que tengan algo para decir y que, con sus historias y miradas, nos muestren otros mundos.

::Cambios::

Por Juan María Fernandez

Gruposiete se comunica con:

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.52

.16

.32

La BrújuLa

ELEgidos

dossiEr

8 . Planeador10 . Música12 . Libros14 . Arte

16 . Estelares

22 . Inés Efron28 . Diego Kolankowsky

32 . Matías Martin

40 . Arte BA

52 . TGLT

60 . Pucho Mentasti

66 . Lux Lindner

74 . Manuel Lozano

44 . Soñando en invierno

.SumariRevista G7- Número 96

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· 9

60.

74.

66.

.22

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Pura inspiración

ENTRE EL 14 Y EL 20 DE JUNIO SE LLEVARÁ A CABO

LA 12ª EDICIÓN DE ESTA RECONOCIDA EXPOSICIÓN.

COMO SIEMPRE, DESPLEGARÁ LAS PROPUESTAS

MÁS INTERESANTES DEL DISEÑO ARGENTINO Y LATI-

NOAMERICANO.

Durante seis días, lo mejor del diseño de Argentina y La-tinoamérica se podrá ver en la Feria PuroDiseño, que se llevará a cabo en La Rural. En esta ocasión, el comité de curadores está integrado por Benito Fernández, Min Agostini, Julio Oropel, Mónica Cohen, Enrique Avogadro,

Luz Arias y Marina Massone. Como siempre, el principal objetivo del evento es presentar las últimas novedades en diseño de indumen-taria, accesorios, joyas, equipamiento, objetos, artesanías e ilumi-nación, diseño digital y diseño gráfico.Al igual que en ediciones anteriores, la feria no sólo contará con la presencia de expositores en las categorías de diseño de indu-mentaria y accesorios de moda, joyería y artesanía contemporánea, equipamiento, objetos, diseño sustentable y arte e iluminación, sino que también habrá stands de distintas provincias argentinas que exhibirán las producciones de sus diseñadores más destacados.Como todos los años, se otorgarán los Premios PuroDiseño, que distinguen las mejores propuestas en cada una de las categorías, y el Premio al Mejor Diseñador de las Provincias, que se entrega des-de el año pasado. Asimismo, la feria presentará los espacios Puro verde, Espacio Sustentable, Joyeros en Acción, La Selección y El Es-pacio de Arte. Como novedad, este año se incorporará el Espacio del Futuro, desarrollado por Remade in Argentina y Feria PuroDi-seño. En él, diseñadores consagrados exhibirán diseños exclusivos inspirados en el futuro y participarán en charlas acerca del futuro del diseño. También se realizarán rondas de negocios nacionales e internacionales, seminarios y workshops.Creada en 2001, la Feria PuroDiseño es una plataforma única para los nuevos talentos del diseño que buscan posicionarse a nivel regional. En su última edición, 100.000 personas recorrieron los stands de más de 350 diseñadores de diferentes categorías, reu-nidos en un espacio de más de doce mil metros cuadrados. Cada año visitan la feria comerciantes del interior del país y compradores especializados de todo el mundo.

Más información en: www.feriapurodiseno.com.ar.

FEria PurodisEÑo Revista G7 Planeador

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::diÁLogo EN La osCuridad

::CCEBa EN CorTo

::BaBasÓNiCos

Los días 14, 15, 16 y 29 de junio, Babasónicos realizará una serie de shows exclusivos en el Teatro Vorterix (Av. Federico lacroze 3455). Los recitales contarán con una puesta en escena similar a la que el grupo utilizó en sus últimas presentaciones en grandes estadios. Sin embargo, la cercanía y la intimidad que ofrece el Teatro Vorterix harán de estos shows un evento único. La banda liderada por Adrián Dárgelos editó hasta el momento diez discos oficiales y otros tantos de manera paralela, lo que la convierte en una de las bandas más proliferas del rock argentino. A 20 años de la edición de Pasto, su disco debut, Babasónicos ha realizado más de 1.000 shows en Argentina, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Desde sus inicios, el grupo fue reconocido por sus impactantes puestas en escena y su imagen sofisticada. Las entradas se pueden adquirir a través de Ticketek (www.ticketek.com.ar).

Los viernes 22 y 29 de junio, el Centro Cultural de España en Buenos Aires presenta un nuevo ciclo que seguramente se convertirá en un referente en el universo de los cor-tometrajes cinematográficos en Argentina. Continuando con su apoyo a la difusión del trabajo de artistas y realizadores audiovisuales, la institución ofrece un espacio para el cortometraje, un formato con poca cabida en salas comerciales convencionales y que permite el acceso de creadores emergentes al circuito cultural. El programa se inau-gura con la celebración de los 40 años del Festival Internacional de Cine de Huesca, un renombrado encuentro especializado en audiovisuales de corta duración. Ambos días, a partir de las 18, se proyectará una selección de las mejores piezas vistas en las últimas ediciones del festival. El ciclo se realiza en la sede ubicada en Florida 943.

Esta original exhibición, formada por distintos escenarios instalados en la más completa oscuridad, propone una experiencia sensorial inolvidable. Los visitantes ingresan a la sala en pequeños grupos y son guiados por personas ciegas a través de diferentes espacios. El recorrido tiene una duración de aproximadamente una hora y permite atravesar de una manera novedosa situaciones como un paseo por el parque, un viaje en lancha o una visita a un mercado. A través de sonidos, olores, sabores, temperaturas y texturas, Diálogo en la oscuridad invita al público a abordar lugares comu-nes desde una nueva perspectiva. Al mismo tiempo, la experiencia invita a reflexionar acerca de la discapacidad visual y la diversidad. Se puede visitar todos los miércoles, jueves, sábados y domingo hasta el 30 de junio.

Más información en: www.babasonicos.com.

Más información en: www.cceba.org.ar.

Más información en: www.ciudadculturalkonex.org.

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.Músic texto

Martín E. Graziano

::ELECTRIC WARRIOR / T-rEX / UNIVERSAL

::MUNDO ANFIBIO / LisaNdro arisTiMuÑo / VIENTO AZUL DISCOS

::BANGA / PaTTi sMiTH / SONY

En la era dorada de la psicodelia, Marc Bolan era uno de esos duendes que cantaban sobre uni-cornios, constelaciones y sagas de Tolkien. Un par de años más tarde, Lennon profetizó el final del sueño y, en lugar de lamentarse, Bolan se puso a bailar mientras se hundía el Titanic. Eso fue T-Rex: una explosión de hormonas y misticismo para enlazar el rock & roll de los ‘50 con el “wall of sound” de Phil Spector. De paso, puso la piedra fundacional del glam. A cuatro décadas del lanzamiento de Electric Warrior, su disco insignia, Universal acaba de hacer justicia con una edición a la altura del aniversario. Hablamos de remasterizado, adición de singles del período (“There was a time / Raw ramp”, “Hot love”, “Woodland Rock”, “The king of the mountain Cometh”) y respeto por el arte de tapa: aquella fotografía inmortal tomada por Ringo Starr e intervenida por los muchachos de Hipg-nosis. No hace falta más para el Guerrero Eléctrico. La producción cósmica de Tony Visconti, el swing del relajo y la guitarra de Bolan hacen todo el resto.

Después de un disco doble dedicado a la mitología de su infancia patagónica, Lisandro Aristimuño decide abrir el plano y cantar mirando ese pantano populoso que el artista Gabriel Sainz retrató en la tapa de Mundo Anfibio. Dedicado a la memoria de Luis Alberto Spinetta, el disco también funciona como una reflexión sobre el rock argentino y sus líneas de fuga. No casualmente, entre los invitados están Hilda Lizarazu, Boom Boom Kid y Ricardo Mollo: es decir, el linaje melódico, la autogestión y la conexión con los folklores. El método de Lisandro hace la primera diferencia. Como un dramatur-go, su puesta en escena define la profundidad de las canciones: no hablamos sólo de las texturas digitales, sino del color tímbrico de los Azules Turquesas, un ensamble personalísimo que incorpora cuerdas, charango y ronroco, guitarras acústicas y una percusión abundosa. La segunda clave es una inventiva notable para los arcos melódicos (capaz de compensar cualquier debilidad en el plano letrístico), los arreglos y la experimentación. Así, canciones como “Igual que ayer” cruzan el cielo como flechas arrojadas al futuro.

En marzo de 2009, Patti Smith y Lenny Kaye –su guitarrista y socio creativo desde los días de Horses– se embarcaron en el MS Costa Concordia. Un viaje en barco junto a Jean Luc Goddard y su consorte de outsiders para rodar imágenes de la película Socialism. Fue, en palabras de Patti, “un extraño y fructífero viaje”: a bordo lograron trazar la cartografía de Banga, su primer disco de canciones nuevas desde Trampin’ (2004). Un mapa capaz de unir ciudades tan distantes como Andrei Tarkovsky, Amy Winehouse, Américo Vespucio, María Schneider o Neil Young. Con sólo nombrarlos, Patti Smith construye un mundo poético con su propia lógica. Es una voz que viene desde el corazón mismo del rock & roll, expresada con una potencia tan física como espiritual. En este caso, el vehículo de su banda histórica (Kaye, Tony Shahanan y Jay Dee Daugherty) es enriquecido con algunos matices familiares: sus propios hijos, las guitarras de amigos como Tom Verlaine, Johnny Depp y Jack Petruzze-lli. El repertorio es letal. Como una herramienta, cada pieza de Banga tiene un propósito: la juglaresa no canta ni una sola palabra en vano.

Revista G7 La brújula

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.Libros texto

Rusky

::FICCIÓNES

::JOYITAS

::REALIDADES

Gracias al relativo éxito de Aballay, la película de Fernando Spiner, un público ha podido descubrir al gran escritor mendocino Antonio Di Benedetto. La casa editorial Adriana Hidalgo ha publicado un libro encantador que incluye el relato original de Aballay, el guión cinematográfico, la versión gráfica y unas palabras del realizador. Una preciosura. Otro escritor muy aceptado por la crítica pero aún no descubierto por las grandes audiencias es Daniel Guebel. Mondadori acaba de editar La carne de Evita: dos novelas cortas, una obra de teatro y un cuento en un solo tomo que retrata el peronismo a través del mito fundacional de la mujer más famosa de Argentina. Por otra parte, La Bestia Equi-látera, editorial que sigue rescatando los mejores exponentes de la literatura europea, nos trae otro libro exquisito: Noches en Fitzrovia, de Julian Maclaren-Ross. Con ironía y desenfado, este dandy adicto a las pastillas y el alcohol brinda en este libro un fresco encantador de la bohemia londinense de mediados del siglo XX, donde personajes como Dylan Thomas o Graham Greene pueden aparecer como geniales actores secundarios.

Loco Rabia, una nueva editorial dedicada a la novela gráfica, presenta dos excelentes títulos. Los canillitas, escrita por Diego Agrimbau e ilustrada por Fernando Baldó, es una tira costumbrista que se publica diariamente en Tiempo Argentino. Reunida en un tomo, muestra a las claras que es-tos muchachos no tienen nada que envidiarle a las históricas tiras de Trillo y Altuna. Por otro lado, Aloha, de Maco, nos trae un encantador personaje que se desliza por las páginas paseando, jugando, buscando y desestructurando de manera poética y con alegría la narrativa de las viñetas. Por su parte, la también novel editorial Común, regenteada y curada por el mismísimo Liniers, presenta el bellamente ilustrado y mejor editado Fueye, de Jorge González: una triste historia de inmigrantes y tangos de principios del siglo pasado, ilustrada con líneas de mucha intensidad en un acertado y expresivo tono castaño. Tres joyitas.

En los últimos meses se publicaron distintos títulos que, de alguna manera, develan el pre-sente del mundo y el futuro que se avecina. Wiki Media Leaks (Ediciones B), de Martín Bece-rra y Sebastián Lacunza, ofrece un didáctico manual sobre las relaciones que se tejen entre los gobiernos y los medios de comunicación masiva más importantes de América Latina. Retromanía. La adicción del pop a su propio pasado (Caja Negra), por otro lado, es un exce-lente y entretenido ensayo de Simon Reynolds (de quien ya habíamos conocido el también recomendable Después del rock) sobre el triste achatamiento creativo que esta viviendo el mundo de la música pop y rock en este nuevo milenio. Por último, recomendamos Escri-bir las imágenes (Siglo XXI), de la doctora en Filosofía y Letras y profesora de arte Andrea Giunta. El libro incluye una serie de ensayos sobre el arte argentino y latinoamericano, un exhaustivo trabajo sobre las nuevas tendencias en el arte contemporáneo.

Revista G7 La brújula

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.Art::arCoÍris NoCTurNo::101ª EdiCiÓN dEL saLÓN Na-

CioNaL dE arTEs VisuaLEs::PoLaridadEs

El artista plástico nacido en Tucumán, Sandro Pereira, presenta Arcoíris nocturno, una muestra integrada por diez pinturas de reciente realización. “Sandro vive en el décimo piso de una casa de departamentos, frente al cerro San Javier. Allí, acodado en la ventana y desde un privilegiado punto de vista de altura, divisa un paisaje de en-sueño: el abismo luminoso que se abre entre su casa y el cerro. A la altura de sus ojos, un arcoíris despliega sus colores prismáticos, cruza de lado a lado el territorio, sobre el resplandor urbano. Ben-jamín habla de ‘aquello de lo cual el ojo no podrá saciarse jamás’, porque su belleza nutre el deseo de volver a verlo. Y a Sandro, cada noche le regala su imagen”, escribió la crítica de arte Ana Martínez Quijano. Pereira es Licenciado en Artes Plásticas por la Fa-cultad de Artes de la Universidad Nacional de Tu-cumán. Reconocido por su destreza escultórica, ha participado en decenas de muestras colectivas y en numerosas muestras individuales.

La oposición es el eje de esta muestra que se plantea desde la polaridad. Se exponen dos se-ries fuertemente diferenciadas tanto desde su imaginería como en su planteamiento formal que remiten al orden y al caos. Ambos opues-tos son principios que operan y coexisten den-tro del sistema estético del artista. Además de estas polaridades visibles se descubren otros binarismos, algunos conceptuales como las categorías espacio y tiempo, y otros que se dan a través de juegos espaciales entre las nocio-nes de superficie y profundidad. Fernando Cá-novas ahonda sobre la percepción del espacio que lo lleva a crear ilusiones espaciales creadas por la perspectiva, la superposición y la inclu-sión de elementos por dentro y por fuera de la obra. Prácticas que trascienden los límites de la pintura hacia lo objetual y que postulan los difusos límites de los cuadros con su entorno.Cánovas nació en la ciudad de Buenos Aires en 1960 y vive en Nueva York. Su obra ha recorrido las salas y galerías de París, Frankfurt, Roma, San Pablo, La Habana, Nueva York y Shangai, entre otras ciudades. Polaridades exhiben pin-turas realizadas en los últimos cincos años y dos instalaciones específicamente desarrolla-das para la muestra.

El Salón Nacional de Artes Visuales, uno de los concursos de artes plásticas más importantes de Argentina. Concebido en 1911 con la expresa voluntad de generar un ambiente artístico y pro-mover la formación de artistas y espectadores, el certamen se ha transformado en un espacio de consagración y legitimación en la escena local. Este mes se exhibirán obras seleccionadas y premiadas en las categorías Fotografía y Nue-vos Soportes e Instalaciones. En la primera ca-tegoría, se exhiben fotografías de Arturo Aguiar, Ananké Asseff, Facundo de Zuviría, Eduardo Gil, Lucila Heinberg, Gaby Messina, Emiliana Migue-lez, Gabriel Millozzi, Martín Weber, Jorge Miño y Helen Zout, ganadora del Gran Premio Adquisi-ción. Por otro lado, la muestra incluye obras de Elba Bairon, Claudio Frasca, Diana Schufer, Guido Ignatti, Federico Taboada, María Ester Joao, Laura Ferrando, Camilo Guinot y Olga Autunno, entre otros artistas.Los sonidos y los gestos capturados sirvieron como materia prima para un concierto audiovi-sual a cargo del músico Jorge Haro. El cierre de la muestra contará con un concierto de Pablo de la Reta (quien se ocupó del desarrollo tecnológico de la cabina) y músicos invitados.

De Sandro Pereira.Muestra colectiva.

De Fernando Cánovas.

Hasta el 29 de junio, en Espacio Tucumán

(Suipacha 140).

Hasta el 22 de julio, en el Centro Cultural Recoleta

(Junín 1930).

www.centroculturalrecoleta.org

Hasta el 9 de julio, en el Palais de Glace

(Posadas 1725).

www.palaisdeglace.gob.ar

Revista G7 La brújula

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El gabinetede la canción

texto

Martín E. Graziano

fotos

Luján Agusti

::EsTELarEs Revista G7 Música

LA BANDA DE MANUEL MORETTI ACABA DE EDITAR EL COSTADO IZQUIERDO,

SU NUEVO DISCO. CON INVITADOS COMO ENRIQUE BÚNBURY Y ALE SERGI

Y UN REPERTORIO IMBATIBLE, EL GRUPO CONSTRUYÓ UN PUENTE LUMI-

NOSO ENTRE LA SOFISTICADA CULTURA DE AUTOR Y EL UNIVERSO DE LA

CANCIÓN POPULAR. ES HORA DE CRUZARLO.

A diez minutos del comienzo, El costado izquierdo muestra su verdadero an-cho de espadas: una mirada personal sobre el mundo épico de las baladas que se llama “Aleluya” y que los Estelares tocan sin un ápice de cinismo. Una canción que Manuel Moretti canta con gran aplomo junto a un invita-do: Enrique Búnbury. En esa frecuencia, el zaragozano se mueve como pez

en el agua. No es extraño: como Búnbury, los Estelares se formaron en tanto discípulos aventajados del rock de autor y la contracultura. Sin embargo, su génesis emocional es fruto de la ciudad de Junín y la fritura de las radio AM resoplando tanguitos y canto-res románticos. En esa ecuación, sazonada con un rosario de derrotas y victorias tan sociales como personales, está la quintaesencia de Estelares. Formados en la efervescente movida platense de mediados de los ‘90, el derrotero de la banda es una escalada de justicia poética. Sus paradas incluyen un debut tan auspicioso como silenciado, bajones, drogas, mudanzas y un puñado de canciones inolvidables. Finalmente, la cucarda del éxito a caballo de hits maduros como “Ella dijo”, “Un día perfecto” o “Cristal”. La calma de un contrato con PopArt y las giras na-cionales los hacían definitivamente consolidados. Sin embargo, antes de comenzar el trabajo para su sexto disco, Moretti, Víctor Bertamoni (guitarra) y “Pali” Silvera (bajo) se toparon con dos desafíos: una elección y un imprevisto. Por un lado, el alejamiento del baterista Carlos Sánchez (reemplazado en el disco por Fernando Samalea). Por otro, la decisión de prescindir de Juanchi Baleirón como productor.

¿En qué circunstancias apareció este disco?

Fue todo muy movido. En noviembre em-

pezamos a armar los demos y, tras un mes

de laburo, ya teníamos todas las canciones.

Después fue ensayar cinco días con Fernando

Samalea y ya estábamos listos para ir al estu-

dio. La verdad es que estábamos tan direc-

cionados como convulsionados: nos estaba

costando mucho la sala, Carlitos se había ido

de la banda y dejamos de laburar con Juan-

chi. Cayó todo de repente, pero estábamos

tan emocionados que nos sobrepusimos.

Una vez que renunciaron a una escucha ex-

terna tuvieron que enfrentarse con su pro-

pio criterio, con ustedes mismos. ¿Con qué

se encontraron?

Lo primero fue inquietud, sorpresa y hasta

cierto temor. Pero también se trataba de de-

positar confianza en todos nuestros años de

laburar dentro del mundo de la canción. En

todo lo que habíamos aprendido con Juanchi.

Fue un proceso temeroso, pero también muy

querido: en lugar de descansar en otra oreja,

teníamos que empezar a probarnos, tomar

un montón de decisiones y ejercer la última

palabra. Hay algo placentero en eso.

Page 20: Revista G7/ Edición 96

20 ·

Revista G7 Música ESTELARES

A lo largo del disco abordan muchas formas

de la canción popular. ¿Tenían un centro

para el disco?

El único preconcepto era sacarnos todos los

prejuicios: “Son canciones, vamos para ade-

lante. Defendamos lo que amamos”. Este-

lares siempre lo ha hecho, pero esta vez fue

más rotundo. Nos fuimos metiendo dentro

de cada uno de los temas y, lo que la canción

pedía, se lo dábamos. En un momento, Víctor

dijo: “Acá me encantaría que haya vientos”.

Yo no sé si soy muy amante de los vientos,

pero dije: “Ok, probémoslo”. Y quedó buení-

simo. Bueno, yo quería cuerdas posta: made-

ras. Y aparecieron los arreglos de Alejandro

Terán.

La forma de “Aleluya”, por ejemplo, es casi

la de un standard.

La progresión de acordes y ese movimiento

melódico del principio son propios de la ba-

lada épica. Arranca con ese color pero, des-

pués, le meto frases mías entre lo melódico

y el tango. Es muy notorio. En nuestro caso,

se trata de defender todo tipo de canción, sea

popular o de autor: dame cualquier traje que

me lo pongo y me encanta. Eso sí, cuando

son canciones populares, las re-contra pin-

tamos. Que quede bien claro que es una can-

ción popular.

Bueno, en los últimos discos, las canciones

para los invitados parecen trajes a medida.

El costado izquierdo no es la excepción.

¿Cómo aparecieron los invitados?

Era un disco donde no teníamos planeado

tener invitados. Pero teníamos la mejor con

Enrique: a través de un amigo en común nos

habíamos conectado y me había dicho que le

parecía fascinante [la antología] América.

Yo había escuchado sus últimos dos discos

y siempre me pareció un intérprete de pri-

mera línea. Un crack. Entonces, lo invitamos

a cantar, le dimos dos canciones y se termi-

nó copando con “Aleluya”. Por otro lado,

con Ale Sergi habíamos empezado a laburar

“Doce chicharras” durante un asado. Des-

pués, Seba Perkal me dijo: “¿Por qué no lo in-

vitás a Ale para ‘Internacional’, que es medio

pseudo-electrónica, pseudo-Virus y tecno-

pop?” Lo llamamos y su performance estuvo

alucinante. También están los Súper Ratones

–que la rompen, como siempre–, Diego Gar-

cía y el querido Fernando Rickard [cantante

de Pájaros], colega y hermano.

Si bien siempre hay una impronta, con cada

disco parecen desembarazarse más de la

“cultura de autor” y abrazar de lleno la

canción popular. ¿Es una decisión?

Todavía tenemos canciones de autor (como

“Julia”, “Rimbaud” o “Playa Unión”) e in-

cluso nuestros standards populares tienen

versos y variaciones que son bien de autor,

pero algo de eso hay. Nuestra intención es

expandir los colores de la canción popular,

no cerrarnos. La banda tiene ciertas facili-

dades: las mías son melódicas y líricas, los

pibes son unos cracks como arregladores y

músicos. Entonces, abramos la paleta, no la

cerremos: no nos pongamos a la defensiva.

El título cita a la propia obra del grupo.

¿Cómo surgió?

Además de remitir a un verso de una canción

que quiero mucho [“El corazón sobre todo”],

últimamente andaba con el lado izquierdo

medio frágil. Es un lugar donde tuve un gol-

pe muy fuerte jugando al fútbol, donde por

única vez en la vida tuve una distensión de

ligamentos, un esguince altísimo y me que-

bré cuando tenía doce años. Entonces, juga-

ba con el lado izquierdo como la parte más

frágil y el costado irreverente. El costado que

sale a vivir sin ningún otro faro ni patrón que

su propia experiencia.

También resuena una forma popular: cuan-

do Jaime Roos dice “la esperanza escondida

en el zurdo”, se refiere al corazón.

Tal cual. Esa es la idea final; por eso la tapa.

Me acuerdo que le dije al ilustrador Juan

Soto: “Quiero un tipo que se esté comiendo

un corazón”. Tiene tan pocas vueltas y es tan

honesto: me fagocité a mí mismo.

“NuEsTra iNTENCiÓN Es EXPaNdir Los

CoLorEs dE La CaNCiÓN PoPuLar, No

CErrarNos”.

Page 21: Revista G7/ Edición 96

· 21

Aunque Manuel Moretti y Víctor Bertamoni son de Junín, el giro iniciático de Este-lares debe rastrearse en La Plata. En ese linaje paradójico de la ciudad racionalista y romántica, que permitió bandas como los Redondos, Virus, Peligrosos Gor-riones o, ahora mismo, Él Mató a un Policía Motorizado. En ese caldo de cultivo surgió Peregrinos, el eslabón perdido entre Estelares y los Licuados Corazones. El espacio donde, a comienzos de los ‘90, Moretti, Bertamoni y los hermanos Mutinelli trabajaban con el lirismo tanguero como perfume emocional para la banda de rock. La banda que ya tenía en su repertorio algunas piezas que aún se escuchan en los conciertos de Estelares, como “América” o “Ardimos”.

::dE BuENos airEs a juNÍN

Como compositor, ¿eras muy diferente al

que sos ahora?

Era otro compositor. Más visceral y desespe-

rado, no a nivel personal, sino musical. Tra-

bajaba con impresiones muy fuertes. Todas

esas canciones que se me imponían estaban

muy cargadas. Es una época que quiero mu-

cho pero, cuando la viví, fue tortuosa. Este

compositor escribe sobre las mismas cosas

pero con cierta dicha.

¿Quiénes eran tus referentes en ese período?

Escuchaba mucho Van der Graaf Genera-

tor, Lou Reed, David Bowie, Miguel Abuelo,

Pescado Rabioso y Brian Eno. Era una épo-

ca donde leía mucho, escribía y me drogaba

mucho. Entonces, cuando regresamos a esas

canciones notamos que, como son tan inten-

sas, siguen vivas. Por ejemplo, “América”.

Aunque la toquemos en lugares donde somos

casi desconocidos, la gente aplaude por lo

que dice la letra. Este compositor mantiene

el mismo amor y la misma esperanza –o la

misma fe–, pero las tormentas están en otro

lado. Antes cantaba “estoy lleno de pavor”;

ahora canto “tengo alas en mis puños”. Todo

ese tipo de ejercicios aparecen y es lógico:

después de 25 años en el oficio, aparece la so-

fisticación.

En aquella primera etapa dialogaban con

cierto lirismo tanguero. ¿De dónde viene

eso?

Siento que algunos escritores de tango son

los mejores poetas de la canción popular. En

mi caso, viene de mi padre. Cuando era chi-

co, esos poetas estaban en la radio y los escu-

chaba inconscientemente; de grande decidí

ir hacia ellos. Y aún hoy sigo volviendo a esa

fuente. Por ejemplo, “suenan horas esquivas

/ sólo hay silencio”. Esos versos de “Nece-

sito” tienen mucho que ver con [Homero]

Expósito. Y en Estelares también está, ade-

más, el ejercicio de lo melódico. El respeto

hacia tipos como Roberto Carlos, Nino Bra-

vo, Sandro o Leonardo Favio. Favio como el

más sofisticado y serio, digamos: el artista de

primera línea, el poeta entero. Roberto Car-

los era otro gran escritor de canciones. Los

demás, grandes intérpretes. Y eso es parte de

Estelares: mezclar figuras melódicas con ele-

mentos más sofisticados.

Bueno, si bien se curtieron por acá, hay algo

muy del interior en la banda. Y no de cual-

quier lugar, sino de la provincia de Buenos

Aires.

Claro. Tenemos una especie de arrabal de

pueblo. El melodrama de tipos que comenza-

ron a formarse artísticamente en su pueblo y

terminaron de crecer en La Plata. Entonces,

el color es diferente. Primero es la radio. Es

decir, mis dos primeras grandes influencias

las escuché de la radio AM: el tango y lo me-

lódico. Incluso aparece en algunas compo-

siciones, que todavía no grabamos, el corte

folklórico. Después, con La Plata vino cierta

sofisticación: calles de empedrado, árboles,

un espacio infernal, aire y mucho tiempo

para pensar en Jean Cocteau. Ya cuando lle-

gué a Buenos Aires estaba vo-la-do, toman-

do ácido todo el día.

Page 22: Revista G7/ Edición 96

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Revista G7 Música ESTELARES

“a PEsar dE TENEr TaNTas CaNCioNEs

osCuras, La dEVoLuCiÓN Es LuMiNosa.

Y Yo siENTo QuE Es rEaL, QuE Las

CaNCioNEs FuNCioNaN Casi CoMo uNa

asisTENCia EMoCioNaL”.

Cuando empezaron, eran otro tipo de ban-

da, tenían más trabajo guitarrístico. ¿Con

qué idea armaron el grupo?

No sé si estaba muy claro: la banda venía

arrastrando algunas cosas del tango, yo tenía

un montón de canciones nuevas y era muy

fuerte el trabajo de dos violas. De hecho, hay

un tema que se llama “El barrio”, que no fue

editado oficialmente, que tiene arreglos para

dos guitarras bien de tango. Lo que pasa es

que en esa época estudié un poco de guita-

rra y me copé, entonces lo trabajamos con la

banda. Ahora uso la guitarra para componer.

Incluso, si me apurás, soy un tipo que tiene

más devoción por el piano que por la guita-

rra. Me emociona más, desde siempre. Me

siento al piano y me sale una pseudo-épica

que me resulta natural. Viene de haber es-

cuchado tanto a [Peter] Hammill y al primer

Bowie. Todo eso que está en el primer disco.

Si bien es el lugar común decir que la trans-

formación de la banda es fruto del trabajo

con Juanchi, lo cierto es que había empe-

zado antes. ¿Cómo ves ese proceso?

Arranca en Amantes suicidas [1998], cuan-

do teníamos en la cabeza mucho Bob Dylan,

Tom Petty, Travelling Wilburys y todos esos

colores. Ese fue el primer paso. Después, en

Ardimos [2003], empezamos a trabajar de

una manera más intimista. Juanchi laburó

desde mis demos –donde un montón de las

canciones eran oscuras– con otro nivel de

producción. El desafío era cómo pasar to-

das esas canciones a la banda. Ahí Juanchi

empezó a pedirme estribillos y me pareció

bien: después de todo, siempre quise ser un

cantor popular. Ese fue el primer ejercicio.

El segundo fue para Sistema nervioso cen-

tral [2006]: pensar en un power-pop al palo.

Con Una temporada en el amor [2009] fue

ir hacia adentro de nuevo, revisar si lo que

queríamos hacer era realmente power-pop.

Ahora, finalmente, asumimos nuestro amor

por la canción popular y decidimos darle to-

dos nuestros conocimientos.

El año pasado se editó América, una an-

tología que permitió cierta perspectiva. A la

distancia, ¿cuáles son los motores que atra-

viesan la cancionística de Estelares?

La relación con la soledad es lo más impor-

tante. La soledad más honesta de todas: la

imposibilidad del encuentro. Es casi psicoa-

nalítico, porque estoy pensando en la caren-

cia. Sentir la soledad por la imposibilidad de

salir de uno mismo. Esa es la primera y más

fuerte. Después, en función de esa soledad

que a veces es insoportable, la fe: la esperan-

za de que vamos a salir. “Amigo, va a pasar”.

Por eso, a pesar de tener tantas canciones os-

curas, la devolución es luminosa. Y yo siento

que es real, que las canciones funcionan casi

como una asistencia emocional. Hace mucho

tiempo estudié medicina y, después de todo,

me di cuenta de que me estoy dedicando a ser

lo más amable posible con el alma nuestra y

de la gente.

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Cuerpo y almatexto

Juan María Fernández

fotos

Victoria Egurza

DESPUÉS DE PRIVILEGIAR DURANTE AÑOS SU TRABAJO EN CINE, LA AC-

TRIZ DECIDIÓ INVERTIR EL DINERO DE UN PREMIO EN DEMO, UNA OBRA

DE TEATRO QUE SE PRESENTA TODOS LOS JUEVES EN EL CAMARÍN DE LAS

MUSAS. ADEMÁS, DICTA UN SEMINARIO QUE VINCULA EL TRABAJO COR-

PORAL DEL YOGA CON LA ACTUACIÓN. “TUVE QUE RECONOCER QUE YA

TENGO UN RECORRIDO EN ESTA PROFESIÓN”, DICE.

¿Cómo surgió la idea de hacer Demo?

Hace siete u ocho años, estaba haciendo mis

primeras obras de teatro: Poses para dormir,

de Lola Arias, y Temporariamente agotado. Un

día, recibí en el teatro una carta de un abogado,

que me informaba que me habían otorgado el

premio S. El premio consistía en una cantidad

de plata que tenía que utilizar para montar una

obra. Yo, que tenía 21 años, no lo podía creer.

En ese momento, la idea me entusiasmó tan-

to que traté de hacer algo, de dirigir una obra,

pero era demasiado chica. No tenía herramien-

tas para hacerlo. Entonces, el proyecto quedó

parado. Los años siguientes estuve trabajando

en otras cosas y no pude dedicarme a eso. Que-

ría hacer algo que me identificara de verdad.

Un año y medio atrás, más o menos, Ignacio

Sánchez Mestre –a quien conocía porque tam-

bién se formó en la escuela de Nora Moseinco–

me llamó para que leyera el texto de Demo. Y

me encantó. Decidí poner la plata del premio

en esto. Es una obra me permite sentirme plena

en un acto creativo, algo que a veces no sucede

cuando uno trabaja para otros.

¿Qué te atrajo del texto?

Nunca había hecho una obra en un espacio rea-

lista. Demo se desarrolla de principio a fin en

una habitación. De todos modos, en general,

no me interesa tanto qué pasa en una obra, sino

cómo está contado. Demo está lleno de detalles

y sutilezas que forman un mundo muy parti-

cular. Me gustó la manera en que se cuenta la

historia de esta chica abandonada por su novio.

::iNés EFroN Revista G7 Teatro

El cuerpo es el escenario del alma”, dice Inés Efron. Su cuerpo, su escenario, es llamativamente alto y flaco. Tiene el pelo revuelto y los ojos encendidos. Su voz es ingenua, pero dice que ya no es más “Inés niña”. Dice que, hace un tiempo, comenzó una nueva etapa en su carrera como actriz.

Cuando empezó a trabajar, sin embargo, Inés ya no era tan niña. A los 21 hizo su debut en teatro y, un año más tarde, filmó su primera película, Glue. En el film, que ganó la competencia argentina en la edición 2006 del BAFICI, también participaron Nahuel Pérez Biscayart y Nahuel Viale, que habían sido compañeros suyos en la escuela de actuación de Nora Moseinco. Luego vinieron La mujer sin cabeza, de Lucrecia Martel; XXY y El niño pez, de Lucía Puenzo, y El nido vacío, de Daniel Burman, entre otras. “Amorosa soledad también fue una película muy importante para mí”, asegura. “Por eso, tenía ganas de volver a trabajar con la directora, Victoria Galardi, en Cerro Bayo, que se estrenó el año pasado”. En 2011 también se la pudo ver en Verdades verdaderas. La vida de Estela, donde interpretó a Laura Carlotto (la hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo), asesinada por la dictadura militar en 1978. Su última participación fue en Todo lo que necesitan es amor, ópera prima de Gabriel Nesci, que se estrenará en septiembre de este año.Por estos días, Inés está dedicada al teatro. Todos los jueves, desde fines de mayo, protagoniza Demo, en la sala de El Camarín de las Musas. La obra cuenta la historia de Paula, una joven de 27 años que vive en un pueblo perdido en la costa atlántica y que acaba de separarse de su novio. Angustiada, decide subalquilar una habitación de su departamento a Lucas, un chico de 19 años que conoció en la playa.

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26 ·

¿Te sentías identificada con el personaje?

No sé si me sentía identificada. Más bien, pensé

que me iba a sentir cómoda con el personaje.

Me gustaba su “montaña rusa” emocional. Los

ensayos fueron increíbles porque se generó un

clima de entrega total. Iba y me conectaba con

la emoción de una chica que acaba de romper

con el novio y que está muy desequilibrada a

nivel sentimental. Cuando actúo, trato de no

pensar en experiencias personales. Por su-

puesto, uno vivió cosas que sirven como mate-

rial para llegar a otras emociones. Pero no hice

ningún plan para este personaje. Todo se fue

dando de manera natural.

Demo es el debut de David Szechtman, el

coprotagonista de la obra. ¿Eso te generó

algún tipo de presión?

David es increíble. Es oro en polvo, un diaman-

te en bruto. Me generó mucho vértigo saber

que éste era su debut, pero al mismo tiempo

me ayudó a hacerme cargo de que tengo cier-

to recorrido en el medio. Eso me afianza como

actriz.

¿Cómo evolucionan los personajes con el

correr de las funciones?

A veces, uno pasa por momentos en que el

personaje se achancha y siente que se está re-

pitiendo. De todos modos, con el tiempo los

personajes maduran y se van afilando. Crece

la comprensión. Al principio de una obra, los

actores representan algo que desde el cuerpo y

la emoción no terminan de comprender. Pero

llega un día en que uno termina entendiéndolo.

Te cae la ficha, y esa comprensión pasa al cuer-

po. Es una comprensión emocional.

“EN TEaTro, uNo aCTúa dE VErdad.

EN EL CiNE, Todo Es MÁs TruCHo,

Por dECirLo dE aLguNa MaNEra.

Es MÁs diFÍCiL LLEgar a La EMoCiÓN

PorQuE uNo EsTÁ rodEado dE

gENTE QuE EsTÁ TraBajaNdo, No dE

PúBLiCo”.

¿Cómo afecta eso a la obra?

Sobre el escenario uno empieza a entender de

verdad, con el cuerpo, textos que durante los

ensayos simplemente repetía. Además, las ri-

sas, la reacción del público, te hacen tomar

fuerzas. La risa me estimula. Si escucho que el

público se ríe, siento que puedo arriesgar más.

A David, el público lo encendió. Nunca había

estado tan encendido en los ensayos. Las fun-

ciones lo aceleraron, le quitaron sutileza. So-

bre el escenario se termina de armar algo. En

el cuerpo decanta algo de lo que en verdad está

pasando en la escena. Por supuesto, no pasa

todo el tiempo. Hace unos días, estaba nervio-

sa y repetía el texto de manera casi automática.

En esos momentos, los nervios no te permiten

habitar la situación. Mientras estaba sobre el

escenario, pensaba: “Esto es pura forma”. Me

preguntaba cómo lo vería el público. Sin em-

bargo, aun en esas situaciones, la gente se sor-

prende.

¿Qué tan difícil es hacer teatro indepen-

diente en Buenos Aires?

Es duro. El otro día, mientras armaba la esce-

nografía, pensaba en todas las ganas que uno

necesita para hacer teatro. Los procesos de

trabajo son largos. Para preparar Demo, nos

tomamos más de un año. Montar una obra

implica poner plata, armar y desarmar la es-

cenografía todos los días, pasar horas y horas

ensayando... Es mucho trabajo. Siento que

creamos una obra de arte, y eso implica mucho

laburo. Como con esto no ganas plata, te tiene

que generar un placer extremo hacerlo. Si no,

no tiene sentido.

¿Qué te ofrece el teatro, además de placer?

Me curte [risas]. En teatro, uno actúa de ver-

dad. En el cine, todo es más trucho, por de-

cirlo de alguna manera. Es más difícil llegar a

la emoción porque uno está rodeado de gente

que está trabajando, no de público. El teatro,

en cambio, te permite hacer un viaje, navegar.

Uno sabe que en una hora y media va a vivir

un montón de cosas, sin cortes. Hacer teatro

es como salir a la cancha y jugar un partido de

fútbol. Es salir a transpirar. Además, es un es-

pacio en el que uno trabaja mucho la proyec-

ción de la voz, la confianza, el estar encendido.

Es una experiencia que te sirve mucho para

después hacer cine.

¿Te costó pasar del teatro al cine?

No. Mis primeras experiencias fueron muy

frescas. En Glue, trabajé con mis amigos de

teatro. Ni siquiera me daba cuenta de que ha-

bía una cámara filmando lo que hacíamos. Más

tarde, el rodaje de XXY fue parecido. No tenía

consciencia de que estaba frente a una cámara.

Por otro lado, sentía que todo era medio tru-

cho. Cuando tenía que hacer una escena, daba

todo. Después me enteraba de que teníamos

que hacer 20 tomas más y me quería morir. Eso

fue lo más duro.

Sin embargo, te gusta el cine, ¿no?

¡Me encanta! Hace ya algunos meses que no

filmo y estoy empezando a sentir que me falta

algo. Me encanta, pero siento que es otro arte.

Me gusta tener la cámara cerca y expresar cosas

desde otro lugar. En el cine, los escenarios son

reales. Además, tenés que confiar en el director

porque muchas cosas se te van de las manos.

Los rodajes son una experiencia muy intensa.

Por eso siempre hay romances y peleas [risas].

Ofrece algo que no es comparable con el teatro.

El cine me da mucho.

Page 27: Revista G7/ Edición 96

· 27

Estudiaste en la escuela de Nora Moseinco,

por donde también pasaron Nahuel Pérez

Biscayart, Martín Piroyansky y Violeta

Urtizberea, entre otros actores. ¿Qué te

brindó esa experiencia?

Cuando ingresé en la escuela, no sabía bien

por qué quería hacer teatro. Estaba en plena

búsqueda. Con Nora me di cuenta de que la

actuación me volvía loca. Me dio herramientas

para encontrar la verdad en esas ganas de

actuar, de hacer algo y ser vista. Lo que ella

hizo fue organizar esa energía a través del juego

y la verdad. Me enseñó a saborear el momento

de la actuación. Nora maneja una mágica

combinación de verdad y juego.

¿A qué te referís con “verdad”?

A que actuar no significa mentir. No se trata de

“hacer de cuenta que”. Uno se pone en una si-

tuación y tiene que ver qué le pasa con eso. No

hay que forzar las cosas.

¿Desde chica te gustaba ser el centro de

las miradas?

Sí. Es parte de mi vida. Cuando era muy chica

estudiaba danza y me encantaba que me vie-

ran bailar. De todos modos, se pone en juego

una cuestión ambigua: me gusta ser vista sólo

cuando estoy haciendo algo creativo de ver-

dad. Ser visto cuando uno está involucrado en

un proyecto que no lo entusiasma, es brutal.

¿Por qué nunca hiciste televisión?

En realidad, nunca me ofrecieron hacer nada

en la tele. Es un medio bravo. Te da mucha ex-

posición, pero creo que no te termina de con-

tener. Es salvaje. En un punto, también pienso

que mantenerme al margen de ese medio es

una manera de cuidar mi profesión. Igual, me

gustaría hacer tele si me ofrecieran un pro-

yecto interesante. Es un riesgo puedo correr,

no me asusta. No pasa nada si hago algo medio

malo en la tele. La verdad es que no miro mu-

cha tele, pero hay cosas buenas. Ya va a venir.

Confío en que cada cosa tiene su tiempo.

Revista G7 Teatro INÉS EFRON

Page 28: Revista G7/ Edición 96

28 ·

Un tiempo atrás comenzaste a dictar cla-

ses. ¿Cómo vivís la experiencia de la do-

cencia?

Sí, desde hace un tiempo estoy dando semina-

rios. Estoy muy contenta. Es un espacio que me

da la posibilidad de rechazar proyectos que no

me interesan con la tranquilidad de que tengo

otro trabajo. Además, me dio mucha confianza

como actriz. Para ponerme en el lugar de pro-

fesora, tuve que reconocer que ya tengo un re-

corrido en esta profesión. Mi don es el teatro.

Podría ser otra cosa, pero esto es lo que hago.

También me di cuenta de que tengo una capa-

cidad profunda para ver al otro. Dar clases me

genera una sensación muy linda; me siento una

madre que es dulce y rígida al mismo tiempo.

Descubrí que me entusiasma la docencia. Me

apasiona ver el potencial de otra persona y

buscar la manera de hacerlo florecer.

El seminario combina la actuación con el

yoga. ¿Cuál es la relación entre esos dos

mundos?

Me parece importante ir a lo básico. Si uno no

establece una mínima conexión con su cuerpo,

no puede encarar un proceso creativo. Hay que

respirar bien, pararse derecho. Con Micaela

Lorenzo, mi socia, tuvimos la idea de unir el

trabajo físico vinculado al yoga con el teatro.

Es importante entender que somos cuerpo y

que, en la actuación, todo pasa por ahí a nivel

creativo. El cuerpo es el escenario del alma.

Entonces, si no hay consciencia en el cuerpo, si

sin darme cuenta aprieto mucho la mandíbula

o tengo un hombro contraído, no puedo hacer

un trabajo profundo. En ese sentido, el yoga

puede llevarte a lugares muy profundos.

“dEsCuBrÍ QuE ME ENTusiasMa La doCEN-

Cia. ME aPasioNa VEr EL PoTENCiaL dE oTra

PErsoNa Y BusCar La MaNEra dE HaCErLo

FLorECEr”.

Page 29: Revista G7/ Edición 96
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30 ·

En el medio texto

Victoria Meli

fotos

Milagros Melzi

EN 1993, CON APENAS 18 AÑOS, INGRESÓ EN LA REDACCIÓN DE TELEFE

NOTICIAS. EN ESE MOMENTO, NO SABÍA QUE ÉSE SERÍA EL COMIENZO DE

UNA METEÓRICA CARRERA COMO PRODUCTOR DE CONTENIDOS. HOY,

DESPUÉS DE CREAR DECENAS DE PROGRAMAS PERIODÍSTICOS (EL RECOR-

DADO ZOO Y LA CORNISA, ENTRE OTROS), ES DUEÑO DE UNA RADIO Y

PIENSA MONTAR UNA SEÑAL DE TELEVISIÓN.

::diEgo KoLaNKoWsKY Revista G7 Televisión

Cuando era chico, Diego Kolankowsky era el que se encargaba del diario y la radio del colegio y el que escribía los textos de los actos. Además, tocaba la guitarra y pintaba. A los 18 años comenzó a trabajar en los medios y, desde entonces, no paró.Siendo muy joven, fue gerente de noticias en televisión y, durante los

últimos años produjo programas de radio, comerciales y contenidos televisivos. Creó el disruptivo Zoo junto a Juan Castro y, con Luis Majul, La cornisa, un programa periodístico que lleva 10 años en la televisión abierta. A lo largo de su carrera ganó seis premios Martín Fierro. Dicen que trabajar con él es como subirse a una montaña rusa. En la actualidad, Diego dirige la radio FM Delta 90.3 y planea concretar pronto su sueño de tener una señal de televisión.

¿Cómo ingresaste en los medios?

Por un mandato familiar, crecí diciendo que iba a

ser economista. A los 18 años estudiaba Ciencias

Económicas y trabajaba en Pepsi, en el área de

marketing. Pero no estaba feliz con eso, así que

dejé la carrera y el trabajo. Mis viejos me cortaron

los víveres y se fueron de vacaciones. No tenía ni

para comer. Un día, me fui caminando desde Ra-

mos Mejía hasta San Cristóbal, a ver a mi herma-

na que trabajaba en Telefe. En el bar de la esquina

del canal recorrí todas las mesas preguntando si

alguien necesitaba algo para su programa, hasta

que me dijeron que para el noticiero estaban bus-

cando un traductor de inglés.

¿Hablabas inglés?

Poco, pero dije que era traductor y me dijeron

que volviera al día siguiente. Empecé trabajan-

do 16 horas por día y al mes me efectivizaron.

Trabajé ocho o nueve meses en la redacción del

noticiero. En ese momento entró a trabajar Juan

Castro, también en el noticiero. En ese momen-

to era un éxito. Telefe Noticias medía 30 puntos,

más que Tinelli, más que Susana.

¿A qué se debía ese éxito?

En los ’90, el periodismo vivó una revolución.

Había necesidad de comunicar. Los periodistas

se convirtieron en celebridades. En esa época

apareció Jorge Lanata y Bernardo Neustadt vivió

su auge. Todavía no existían los canales de noti-

cias, claro.

¿Cómo pasaste al área de producción?

Empecé dirigiendo clips para el segmento de

Juan Castro en el noticiero. Entonces, pasé a

producción. A los seis meses era coordinador

de producción. Tenía 20 años ya estaba

produciendo el la primera transmisión de

un mundial en la televisión privada. Después

creamos Zoo con Juan y lo vendimos a

América. Yo seguí en Telefe como productor

general y Juan siguió con ese proyecto. En

el 98 hubo despidos masivos en el canal.

Entonces, cobré el retiro voluntario y llevé a

mis amigos de viaje. Cuando volví, lo llamé

a Majul, que había sido columnista en el

noticiero, y creamos La cornisa. Empezó

en el cable, siguió en Canal 7 y terminó

Page 31: Revista G7/ Edición 96

· 31

en América. Como nos fue muy bien, el

dueño del canal, Juan Cruz Ávila, me dio

la posibilidad de generar otros programas.

Trabajé como productor general del noticiero

y como gerente de noticias. Después creé DK

Group, mi propia productora. Desde acá

comencé a producir programas periodísticos

con gente que había conocido trabajando,

amigos. Todos los que trabajan conmigo son

amigos.

¿Cómo surgió la posibilidad de tener tu

propia radio?

Yo producía un par de programas en distintas

radios cuando surgió la posibilidad de com-

prar Cadena Eco. Mi socio en la radio perte-

nece al mundo de la música electrónica, así

que nos complementamos. Yo sé de conte-

nidos y él sabe qué música hay que pasar.

Funcionó desde el primer día. En la radio, la

gente quiere escuchar música. Por eso, traté

de hacer es programas que sumaran valor sin

quitarle aire a la música.

¿Qué aspectos evaluás a la hora de em-

prender un nuevo proyecto?

Me interesa contar historias, así que todo lo

que hago debe tener un principio y un fin. No

me gustan los finales abiertos. Me angustian.

De hecho, pienso los programas periodísticos

como si fueran novelas. Me importa mucho

mas el ‘cómo’ que el ‘qué’.

¿Cómo es eso?

Una vez tuvimos una discusión al respecto

con Majul y Lanata. En ese momento, Majul

y yo producíamos ¿Por qué?, el programa

que conducía Lanata. El primer programa del

ciclo estuvo dedicado a la caída de Fernando

de la Rúa. Nos preguntábamos si entrevistar

a un portero para hablar del tema era un nota

o no. Y la verdad es que lo era. La discusión

por el “qué” es casi obsoleta. Lo importante

es ver cómo uno aborda el tema para obtener

lo que quiere. Cada día, todos los noticieros

cuentan las mismas diez noticias. El elemen-

to diferenciador es el “cómo”.

¿Qué proyectos tenés para el futuro?

Estoy evaluando la posibilidad de tener

una señal de televisión propia. Me resulta

muy fácil desarrollar y diseñar contenidos,

pero los aspectos empresariales son más

complicados. La idea es impulsar una señal

que ofrezca una combinación de noticias

y servicios. Más servicios que noticias.

Me parece que hay una manera de contar

historias a través de los medios audiovisuales

mucho más emparentada con lo que se ve en

internet. Y, hasta ahora, la televisión no lo

está reflejando.

·Más información en:

www.dkgroup.com.ar.

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Buenos Aires::MaTÍas MarTiN Revista G7 Radio

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· 35

texto

Juan María Fernandez

fotografía

Gonzalo Lauda

make up

Sara Boteropara Sofi Klei Studio

agradecimientos

Hermanos Estebecorena

POR SU TRABAJO EN BASTA DE TODO –PROGRAMA QUE LIDERA DESDE HACE 11

AÑOS–, ACABA DE RECIBIR SU SEGUNDO PREMIO MARTÍN FIERRO COMO MEJOR

CONDUCTOR EN RADIO. EN ESTA ENTREVISTA, HABLA DE SU AMOR POR EL MEDIO,

DE SUS COMPAÑEROS, LA ACTUALIDAD DEL PERIODISMO Y SU PASO POR LA TELE-

VISIÓN. “HACE MUCHO TIEMPO APRENDÍ QUE LA RADIO SE HACE EN PRIMERA PER-

SONA”, DICE.

En la casa de los Martin, no se escuchaba radio. Sin embargo, cuando era chico, Matías consiguió un receptor portátil y, cada noche, se lo llevaba a la cama. Allí, antes de dormir, exploraba el dial en busca de nuevos programas. “Buscaba voces”, dice. En su adolescencia, la ra-dio se volvió un medio más cercano a través de las transmisiones de partidos de fútbol y los programas deportivos. Por esos años, Matías descubrió también nuevas voces que brotaban del aparato: persona-

jes como Alejandro Dolina, Lalo Mir, Mario Pergolini o Bobby Flores comenzaron a hacerle compañía. Cuando terminó el colegio secundario, estudió Periodismo Deportivo. Como mu-chos, lo hizo, más que nada, por su fanatismo por el fútbol. “Mientras estudiaba, me di cuenta de que, más que el periodismo, me gustaban los medios, sobre todo la tele y la radio. Y una vez que entré en una emisora, supe que ése era el lugar donde quería estar”, asegura.Hoy, Matías Martin lleva 11 años al frente de Basta de todo (de lunes a viernes, de 14 a 18, en Metro). Unas semanas atrás, recibió su segundo premio Martín Fierro como mejor conductor en radio. En su discurso de agradecimiento, dijo que sen-tía un “amor profundo” por el medio.

¿Cuándo surgió ese amor por la radio?

El amor a la radio se experimenta realmente

cuando hacés radio. Hay que tener continui-

dad para entender los códigos, los tiempos, los

silencios, la música… Cuando te sentís cómodo

usando todas esas herramientas, es especta-

cular. La radio es un medio súper noble. Des-

de que empecé a trabajar en emisoras truchas,

hace 20 años, nunca la dejé.

¿En qué sentido te parece un medio “noble”?

Es algo elemental. Mientras estás mirando te-

levisión, no podés hacer otra cosa. En cambio,

la gente escucha radio mientras labura, mien-

tras maneja, mientras está tirada en la cama

con la mujer o el hombre de su vida. La tele

exige que uno vaya hacia ella, mientras que la

radio te acompaña. Eso genera una cercanía

inigualable, te acerca a la gente. La tele genera

distancia.

En tu discurso de agradecimiento también

mencionaste a Gabriel Schultz, que este año

dejó Basta de todo. ¿Cambió el programa con

su partida y la llegada de Diego Ripoll?

Cuando decidimos hacer este cambio, me pro-

puse no modificar nada en el programa. Por

supuesto, el hecho de que cambie una de las

tres personas que están frente al micrófono,

transforma un poco la lógica del programa y el

modo en que se relaciona el equipo. Me pareció

que ese cambio ya era suficientemente impor-

tante como para variar los contenidos. El pro-

grama es el mismo de siempre. Hubo pequeños

agregados, pero la cosa va sigue el mismo carril

de antes. Si es que hubo un período de adap-

tación a partir del ingreso de Diego, ya termi-

nó. Estamos listos para animarnos a jugar más

y ver si retocamos un poco más el programa.

Siempre creí que hay que hacer pequeños cam-

bios de manera permanente. Así, el programa

parece ser siempre el mismo, pero el oyente no

se cansa.

¿Qué aportó Diego Ripoll hasta el momento?

Llevó al programa a un lugar menos periodís-

tico. Tiene un perfil más histriónico, más acto-

ral. Juega con las voces. En ese sentido, es más

radial. Además, es un generador constante de

situaciones. Gaby tenía un perfil más periodís-

tico.

Page 36: Revista G7/ Edición 96

36 ·

¿Tiene alguna contra trabajar con amigos?

Siempre estuve en contra de laburar con ami-

gos. De hecho, nunca laburé con mis amigos de

toda la vida. La única vez que hice algo pare-

cido, me fue muy mal. Sin embargo, no puedo

evitar hacerme amigo de la gente con la que

trabajo. Por ejemplo, conocí a Diego apenas

entré en Metro y nos hicimos amigos. Ahora

no voy a combatir esa amistad. Pero no podría

hacer el programa con mis amigos de toda la

vida. Eso le funciona a Andy [Kusnetzoff], que

hace el programa con sus amigos, la mamá y el

papá. Para mí, eso sería una traba. Creo que no

lo podría manejar. Una amistad previa puede

trastocar las cosas. En el programa, en cambio,

siempre estuvo claro cuál es el rol de cada uno.

En Basta de todo hablan mucho de cuestiones

personales. ¿Qué te genera compartir tu vida

con los oyentes?

En realidad, parece que contamos mucho más

de lo que realmente contamos. Hay muchas

cosas de las que no hablo. Si viene al caso, pue-

do contar experiencias que vivo con mis hijos o

mi mujer, pero son intimidades que se pueden

compartir. No son las cosas más profundas que

me pasan. Hace mucho tiempo aprendí que la

radio se hace en primera persona. Escuchar

una voz impersonal no me toca, no me llega al

corazón. Es una vaguedad. En cambio, cuando

uno cuenta cosas íntimas, el público se siente

incluido en la historia.

Así es como todos los oyentes saben que tu

psicoanalista se llama Horacio, por ejemplo.

[Risas] Sí. Como hablo mucho de él en el pro-

grama, decidí decir su nombre. De todas ma-

neras, vos creés que en ese dato hay un grado

de intimidad enorme, pero lo cierto es que no

cuento lo que hablo con él. La gente sabe que

mi analista se llama Horacio, nada más.

¿Por qué hablás tanto de tu analista?

Porque me sirvió muchísimo en estos últimos

20 años. La terapia es muy importante para mí.

Es un espacio donde puedo plantear cosas de

mi vida personal y tratar de resolverlas. Enton-

ces, para quitarle solemnidad al tema cuando

surge en la radio, decidí decir el nombre de mi

analista: Horacio.

¿Qué pasa cuando no estás de ánimo para

reírte de las cosas que te pasan?

Ya generé un estado de ánimo propio del pro-

grama. Hice un montón de programas después

de un velorio, después de visitar a un familiar

internado o después de recibir una mala noti-

cia. Pero con sólo entrar a la radio, me siento li-

berado. Y cuando se prende la luz del estudio y

arrancamos, ya está. Es como cuando uno está

llegando a Mar del Plata: al ver la rotonda en

la entrada, cambia su humor. En algunas oca-

siones, simplemente digo al aire que no estoy

en un buen día. La gente sabe que no todos los

días son iguales.

¿Lográs abstraerte y olvidarte de las miles de

personas que escuchan las conversaciones

que tienen frente al micrófono?

Llega un momento en que no pensás que cada

cosa que decís puede llegarle a alguien, pero

tampoco te olvidás de que estás al aire. Nunca

pienso que del otro lado hay 500 mil personas

escuchando. Uno no está hablando frente a un

montón de gente. Por el contrario: hago radio

en un cuartito con mis amigos, mis auriculares

y mi compu. Es como el cuarto de un adoles-

cente, donde uno se siente súper refugiado y

pierde todos los miedos. Cuando está en el aire,

uno siente un cosquilleo de placer. Me pongo

nervioso cuando en el programa se arma una

discusión fea, cuando alguien te bardea. En

esos momentos percibo más el aire.

¿Por qué te parece que funciona tan bien

hablar de cuestiones personales en radio?

Todos los programas de Metro se hacen en pri-

mera persona. La radio se nutre de eso. En ge-

neral, todos los programas de radio se tratan,

más que nada, del conductor y su impronta.

¿De qué se trata el programa de Lalo Mir? De

Lalo. ¿Por qué la gente mira el programa de La-

nata? Para saber lo que dice él, no para ver un

programa político. Es una fórmula, pero tam-

bién es una cuestión de estilo. Metro tiene ese

estilo.

De todos modos, acabas de recibir otro pre-

mio por Basta de todo. ¿Te sentís distinto en

la radio?

Para nada. Siento que tengo un lugar muy im-

portante en una radio muy importante. Para

mí, la Metro es muy grosa. Es una radio ge-

neracional, un fenómeno cultural muy vin-

culado con toda una generación. Así como

Rock & Pop hace unos años, Metro ocupa un

lugar particular y, en líneas generales, repre-

senta a un público determinado. No deja de

ser una radio, pero tiene un lugar importante

para mucha gente. Además, me gusta saber

que, en su momento, le insistí mucho a Andy

[Kusnetzoff] para que viniera a hacer radio.

Después, durante cuatro años, hinché a Pablo

Lete [director de Metro] para que trajera Se-

bastián Wainraich, que antes estaba en X4. Y,

más tarde, todos juntos, pedimos que viniera

Juan Pablo Varsky. No eran ocurrencias mías,

sino cosas que se caían de maduras. Por todo

eso, siento que fui parte del armado de la radio.

Además, puedo laburar con pares, con gente

de mi edad que, en muchos casos, son amigos

míos. Eso no pasa en ningún lado. No hay radio

más homogénea que esta. Incluso, son todos

rusos menos yo. Hasta en eso hay cierta homo-

geneidad [risas].

Además, tienen todos la misma edad, más o

menos.

Juan Pablo y yo nacimos el mismo día, con 2

horas de diferencia. Andy, 20 días después.

Seba es el más joven; tiene cuatro años menos.

¿Qué cosas tenés en común con ellos?

Todo. En general, tenemos opiniones pare-

cidas. Compartimos intereses. Tenemos una

historia en común y muchos años de amistad.

De alguna manera, todos crecimos manejan-

do la misma información. Hicimos la primaria

durante la dictadura y, mientras cursamos la

secundaria, vivimos los albores de la democra-

cia y el destape alfonsinista. Esas cosas, como

todo lo que te pasa cuando sos adolescente, te

marcan un montón. Somos de la generación de

Graduados [risas]. Por eso, tenemos una mi-

rada muy parecida de las cosas. Compartimos

ciertos gustos, como el rock, el fútbol o el cine.

Estamos formados en lugares parecidos. Somos

de una clase media progre prototípica.

“Hago radio EN uN CuarTiTo CoN Mis

aMigos, Mis auriCuLarEs Y Mi CoMPu.

Es CoMo EL CuarTo dE uN adoLEsCENTE,

doNdE uNo sE siENTE súPEr rEFugiado Y

PiErdE Todos Los MiEdos”.

Revista G7 Radio MATÍAS MARTIN

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38 ·

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Revista G7 Radio MATÍAS MARTIN

que tenía adentro. Cuando dejé de hacer pe-

riodismo deportivo, tardé cinco o seis años en

recuperar las plumas, que ahora me salieron

por todos lados. Ahora estoy más “gallina” que

nunca. De todos modos, ya cuando estudiaba

en TEA sabía que no quería dedicarme sólo al

fútbol. Cuando era chico me gustaban progra-

mas como La TV ataca o Fax. Hoy parece que

está de moda pegarle a Nicolás Repetto, pero

para mí es un crack y, por lo tanto, no hay que

subestimarlo. Siempre pensé que podía seguir

la huella de esos programas. Por supuesto, hoy

los tiempos son distintos, pero creo que seguí

una dirección similar.

¿Te animarías a involucrarte con otro tipo de

periodismo, como Juan Pablo Varsky?

¡Juan Pablo quiere ser presidente! A él le en-

cantan la política y el poder. Se mueve con

facilidad en ese ambiente y tiene un vínculo

natural y fluido con políticos de cualquier fac-

ción. Se siente cómodo viendo cómo se admi-

nistra el poder y le gustaría tener la posibilidad

de mejorar la vida de las personas. A mí todo

eso me asusta un poco. No me veo jugando ahí.

“CuaNdo EL goBiErNo HaCE aLgo QuE ME

gusTa, Lo digo. dEsPués, MuCHos ME

PrEguNTaN si No ME MoLEsTa QuE uTiLi-

CEN EsE FragMENTo EN Los PrograMas

oFiCiaLisTas. sÍ, ME da BroNCa, PEro Es

Lo QuE PiENso. QuiZÁs, aLguiEN QuE No

ME EsCuCHa EN La radio Lo VE Y PiENsa

QuE soY uN soLdado dEL goBiErNo,

PEro No ME PuEdo HaCEr Cargo dE Lo

QuE digaN Los dEMÁs”.

¿Cómo te relacionás con el público?

Tengo una relación de mucho cariño con la

gente. Hoy el contacto es mucho más directo y

agresivo que antes. Encima, como el programa

genera una sensación de comunidad y amistad

en la que todo el mundo está incluido, la gente

siente la libertad de decirte: “Che, pelotudo,

¿qué estás diciendo?”. De acuerdo al día que

tengas, eso puede sonar agresivo o cariñoso. En

los mails no se puede leer la ironía. Entonces,

oscilo entre sentirme cómodo y agredido por el

grado de confianza que se generó con la gente.

Hace ya un tiempo que no hacés televisión.

¿Qué te genera ese medio?

La tele es fascinante. Me gusta muchísimo por-

que te ofrece un montón de posibilidades. Por

eso, desde un principio, me propuse hacer co-

sas distintas. Empecé participando en progra-

mas de fútbol, después hice entretenimientos,

un programa de archivo, uno de entrevistas…

Los últimos, La liga y Vértigo, tuvieron un

corte más periodístico. Cuando me involucré

en esos proyectos, me puse más exigente. No

es que antes hiciera cualquier cosa, pero me

metía en proyectos muy variados. A partir de

mis últimas experiencias me di cuenta de que

me gusta hacer entrevistas, tener cara a cara

a peces gordos como [Mauricio] Macri, Aníbal

Fernández o Luis D’Elía. De todas maneras, lo

que hoy me gustaría hacer en televisión es co-

mentar partidos de fútbol. Me han ofrecido va-

rios programas, pero por alguna razón no me

animo. Estoy cómodo.

Empezaste haciendo periodismo deporti-

vo. ¿Por qué decidiste seguir otro camino

después?

Siempre fui muy fanático del deporte y, en par-

ticular, del fútbol. Después de trabajar durante

seis años en Fútbol de primera y de hacer otros

programas en TyC Sports, se murió el hincha

¿Creés que los oyentes también comparten

esa mirada de la realidad?

No sé, pero tampoco me interesa. No quiero

convencer a nadie de nada. Me interesa, eso

sí, tener una opinión formada sobre ciertos

temas, poder fundamentarla y que los oyentes

sepan cuál es mi posición. Tratar de convencer

a los demás sería una actitud infantil y narci-

sista. No siento que cada intercambio de opi-

niones sea una batalla cultural. Me gusta que la

gente sienta que soy honesto y que digo lo que

pienso. Me alcanza con eso. Por supuesto, pue-

do cambiar de opinión. En ese caso, me siento

obligado a explicar la razón de ese cambio. Es

una suerte de transparencia que me sale natu-

ralmente, sin hacer un esfuerzo. Y creo que eso

se nota.

¿Te genera algún tipo de incomodidad decir

algo a favor o en contra del gobierno?

No, aunque mucha gente tomó un lugar en las

trincheras y utiliza lo que uno dice en su favor.

Cuando el gobierno hace algo que me gusta,

lo digo. Después, muchos me preguntan si no

me molesta que utilicen ese fragmento en los

programas oficialistas. Sí, me da bronca, pero

es lo que pienso. Quizás, alguien que no me

escucha en la radio ve eso y piensa que soy un

soldado del gobierno, pero no me puedo ha-

cer cargo de lo que digan los demás. Después

de todo, trabajar en los medios también es eso,

bancarte que otros hablen de vos. Me acuerdo

que, cuando recién empezaba, en un programa

de cable, Maradona se enojó conmigo. ¡No lo

podía creer! En ese momento, Alejandro Fabbri

me dijo: “Bienvenido. Ahora que sabés lo que

es que hablen de vos, te recibiste de periodis-

ta”. Y es cierto. Los periodistas nos pasamos la

vida opinando de los demás, pero cuando ha-

blan de vos, no lo podés creer. Te descoloca. Es

muy duro que hablen de vos.

Page 40: Revista G7/ Edición 96

40 ·

En su momento, tuviste tu propia productora

de contenidos, Fatto in Casa. ¿Cómo fue esa

experiencia?

Me resultó muy difícil ponerme en el lugar de

empresario. Tenía un socio que se ocupaba de

las cuestiones más empresariales. De todos

modos, me gustó mucho jugar a administrar

una empresa, tomar decisiones que nunca ha-

bía tenido que tomar. Fue difícil. En los últimos

años, la lógica de la televisión cambió mucho,

como el mapa de medios. Me alegra haber re-

conocido el momento indicado para salir del

negocio. Cuando abrimos la compañía, los ca-

nales no estaban generando programas y había

lugar para productoras como Fatto in Casa. Nos

fue bien durante el primer año. Después cam-

bió la lógica del negocio y quedaron dos o tres

productoras que dominaban el mercado. Para

las demás, era muy difícil meter programas. De

alguna manera, los canales te extorsionaban

y pedían que hicieras los programas que ellos

querían a cambio de incluir en la grilla una de

tus producciones. Entonces, terminabas ha-

ciendo cosas que no querías. Cerramos la em-

presa antes de pegarnos un palo. Me alegra que

haya sido así porque vi los palos que se pegaron

otros y… mamita.

Llevás 11 años al frente de Basta de todo. ¿Cuál

fue el peor momento que pasaste en el pro-

grama?

Lo peor son las patinadas al aire. Por suerte, en

esos casos, sé pedir perdón y admitir que me

equivoqué. Me duele mucho cuando fallo en

algo que critico habitualmente. Por ejemplo,

en no chequear una información. Cuando me

como un amague y digo algo que no está che-

queado, me quiero morir. Por otro lado, hay

entrevistas que pueden ponerse tensas, pero

yo no lo busco. Creo que si el invitado se pone

tenso y te la quiere hacer pasar mal, queda ex-

puesto él. Son momentos raros. Recuerdo una

entrevista con Guillermo Vilas –que para mí es

un genio– que terminó mal. Pero fue hace mu-

cho.

¿Y cuál fue el mejor momento?

Los mejores momentos son los que emocio-

nan. A fin de cuentas, no es sensiblería. En el

mundo del cine, las mejores películas son las

que te conmueven, los dramas. Buscar la emo-

ción puede ser cursi, pero es muy groso que

te emocione algo que escuchás en la radio. En

el programa hubo un montón de momentos

así. Recuerdo las entrevistas con Maru Botana

y con Facundo Cabral. No imaginaba que esas

notas me podían llegar de una manera tan pro-

funda. También es lindo compartir ciertos mo-

mentos íntimos con los oyentes, como cuando

nacieron mis hijos. Esos instantes son los que

quedan.

¿Qué opinás de la actualidad del periodismo

deportivo en Argentina?

En una época, me molestaba que nadie hablara

de fútbol. En lugar de discutir sobre el juego, se

hablaba del quilombo. En los últimos años eso

cambió un montón. Hoy está lleno de progra-

mas que se preocupan por el juego. En todos los

canales deportivos hay programas en los que

se analiza el juego. Siempre hubo periodistas

que se dedicaron al chusmerío, pero apren-

dí a consumir lo que me gusta y a no hacerme

malasangre por lo que no me gusta. No me en-

gancho con el show de los rumores y el puterío.

Por otro lado, me parece interesante el trabajo

de Diego Latorre como comentarista. Rompió

el molde y se despegó de los demás. Como en

todo, hay muy buenos periodistas y hay mucha

bosta. Lo importante es que hay para elegir.

Revista G7 Radio MATÍAS MARTIN

“dEsPués dE TraBajar duraNTE sEis aÑos

EN FÚTBOL DE PRIMERA Y dE HaCEr oTros

PrograMas EN TYC sPorTs, sE MuriÓ EL

HiNCHa QuE TENÍa adENTro. Tardé CiNCo

o sEis aÑos EN rECuPErar Las PLuMas.

aHora EsToY MÁs ‘gaLLiNa’ QuE NuNCa”.

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Page 41: Revista G7/ Edición 96
Page 42: Revista G7/ Edición 96

42 ·

CoNVErsE Revista G7 Empresas

::Arte y música

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POR SEXTO AÑO, CONVERSE ESTUVO PRESENTE EN ARTEBA, LA

FERIA DE ARTE CONTEMPORÁNEO MÁS IMPORTANTE DE LATI-

NOAMÉRICA. ESTE AÑO, LA MARCA PRESENTÓ UNA INSTALACIÓN

CREADA POR OCG PUBLICIDAD Y EL FOTÓGRAFO GABRIEL RO-

CCA. A TRAVÉS DE LA OBRA, TITULADA TIE YOUR SNEAKERS, NOT

YOUR MIND (ATA TUS ZAPATILLAS, NO TU MENTE), LA COMPAÑÍA

BUSCÓ TRANSMITIR SU ESPÍRITU DE MANERA CREATIVA. POR SU-

PUESTO, EL EVENTO DE PRESENTACIÓN CONTÓ CON LA PRESEN-

CIA DE VARIOS DE LOS MÚSICOS QUE FUERON PARTE DE LA OBRA.

Page 43: Revista G7/ Edición 96

· 43

Page 44: Revista G7/ Edición 96

44 ·

CHaNdoN Revista G7 Empresas

::Colección privada

·Más información en: www.chandon.com.ar.

Como todos los años, Chandon realizó la compra de la primera obra a puertas cerradas en la 21° edición de ArteBA, que se realizó del 18 al 22 de mayo en La Rural. Este año, la empresa otorgó el Premio Adquisición a la obra “Sin título” del artista Martín Reyna. La pieza pasará a formar parte de la colección de la Maison Moët Hennessy Argentina, la nueva sede de la compañía en el país, instalada en una residencia de estilo francés, en el corazón de Barrio Parque. El jurado a cargo de la selección estuvo integrado por: Ramiro Otaño, director general de Möet Hennessy Argentina; Alicia de Arteaga, crítica de arte; Fernando Farina, director del Fondo Nacional de las Artes; Pablo Reinoso, artista; y Javier Iturrioz, arquitecto y ambientador de la Maison.Durante la feria, además, se exhibió la imponente obra de Pablo Reinoso, Reflejos del infinito, sobre el Espacio Chandon. Por otra parte, y como todos los años desde 2008, Chandon fue sponsor del Barrio Joven, el espacio donde artistas y galerías emergentes muestran sus últimos trabajos y novedades.

Page 45: Revista G7/ Edición 96

· 45

LaN

::Una sana costumbre

·Más información en: www.audioguialan.com.ar.

Por sexto año consecutivo, Lan ofreció en ArteBA su excelente audioguía gratuita. Quienes visitaron la 12ª edición de la feria, pudieron disfrutar un original recorrido diagramado por la curadora Florencia Braga Menéndez y locutado por Lalo Mir. Como ya es habitual, los interesados pudieron descargar de internet la audioguía y el mapa del recorrido. Como novedad, este año la compañía presentó en su espacio una serie de auriculares intervenidos por los reconocidos artistas plásticos Marcela Mouján, Edgardo Giménez y Rafael González Moreno. Los auriculares se expusieron junto a las obras que inspiraron cada intervención.

Revista G7 Empresas

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Soñandoen invierno

.dossiEr.

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Page 49: Revista G7/ Edición 96

fotos

Gonzalo Lauda

operador digital:Santiago Rodriguez Del Pozo

productor:Monti

productora:www.struka.com.ar

retoque digital:Diego Speroni

estilismo

Sol Tarlowskimake up

Mechi Miqueomodelos

Vicky Jackson Para Rebel Managment

agradecimientos

www.plantasvivificadas.comLaura Portela

peinado

Clara Luelmo

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54 ·

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· 55

¿Por qué eligieron ciudades como Rosario

y Montevideo para sus desarrollos?

El rubro inmobiliario tiene reglas de juego muy

locales. Por lo tanto, es todo un desafío traspasar

las fronteras y hacer algo en un lugar que no es

el propio. Sin embargo, la idea siempre fue que

TGLT fuera más allá de Buenos Aires. Nos pa-

reció que Rosario era el lugar más natural para

empezar porque es una ciudad increíble que está

a apenas unas horas de acá. Tiene riqueza, está

construida de espaldas al río, tiene una economía

muy dinámica y tenía espacio para gente de otras

ciudades. Córdoba, en cambio, es más difícil de

penetrar. La elección de Montevideo siguió la

misma lógica. Otra cuestión importante es que

Rosario tiene una administración muy pulcra,

con un plan a largo plazo desarrollado por el Par-

tido Socialista. El gobierno local permite que uno

haga cosas, te apoya. Eso, para alguien que viene

de otra ciudad, es fundamental. Arrancamos a

trabajar ahí en 2007. En ese momento éramos los

primeros desarrolladores de afuera de Rosario.

Hoy estamos terminando un complejo de once

edificios en Puerto Norte y tenemos oficinas tan-

to ahí como en Montevideo.

¿Cómo creció la empresa en los últimos

años?

Empecé persiguiendo a la gente con un power-

point. Decía que iba a hacer un edificio de una

manzana en Puerto Madero y el 99 por ciento de

las personas se me reía en la cara. Mientras traba-

jaba en TGLT, participaba en un fondo de ventura

capital que invierte en emprendedores. Eso me

ayudó a comprender mejor lo que le pasa al tipo

que quiere arrancar en algo con muchas ilusiones

y pocos recursos. La trampa consiste en que vos

tenés una idea y para llevarla adelante necesitás

plata. Para atraer esos recursos, necesitás mos-

trar que tenés cierta estructura, pero justamente

no podés bancarla porque no tenés plata. Resol-

ver esa trampa inicial es muy difícil, pero una vez

que lo lográs la rueda empieza a girar. Cuando la

gente ve estás haciendo algo, quiere invertir más

plata. Contraté a los primeros tres empleados de

la empresa después de dar una conferencia en la

Bolsa de Comercio. Se acercaron tres flacos di-

ciendo que querían trabajar conmigo. Al día si-

guiente los contraté. Hice las entrevistas en un

bar porque no tenía oficina. Hoy la compañía

tiene un equipo de 100 personas.

Construir futuro

texto

Maru Drozd

fotos

Victoria Egurza

FUNDADA EN 2005, LA COMPAÑÍA DESARROLLA PROYECTOS INMOBILI-

ARIOS EN BUENOS AIRES, ROSARIO Y MONTEVIDEO.

“ROMPIMOS CON LA ACTITUD OPORTUNISTA QUE PREDOMINA EN LA

INDUSTRIA”, ASEGURA FEDERICO WEIL, CEO DE LA EMPRESA.

::TgLT Revista G7 Empresas

CCuando Federico Weil terminó la carrera de Ingeniería, trabajó unos años en diferentes empresas en Argentina y partió hacia Estados Unidos, donde siguió estudiando y desarrollándose a nivel profesional. Durante la crisis de 2001, cuando muchos argentinos eligieron irse del país, él decidió volver. “Siempre tuve el instinto de ir contra la

corriente”, dice. De vuelta en Buenos Aires, Weil fundó junto a otros socios una compañía de inversiones inmobiliarias. “En plena crisis, compramos tierras y terminamos formando una compañía de explotación agropecuaria. Como quería dedicarme a las inversiones inmobiliarias, en 2003 me fui junto a dos socios y fundamos TGLT. En 2004 me dediqué a estudiar esta industria. Paré la pelota y vi qué oportunidades había en el mercado. En 2005, lanzamos nuestro primer desarrollo”.

Page 56: Revista G7/ Edición 96

56 ·

cómo va a funcionar ese hogar y cómo va impac-

tar en tu vida, las posibilidades que te va a dar a

medida que tu situación vaya evolucionando.

Todas estas cosas se pueden pensar y planificar a

largo plazo. TGLT rompió con la actitud oportu-

nista que predomina en la industria.

¿En qué sentido?

No nos interesa buscar un terrenito y hacer un

edificio si las cosas van bien o, si van mal, guar-

darnos y dedicarnos a otra cosa. Esta es una

compañía que se dedica a desarrollar viviendas

con una visión a largo plazo. Por supuesto, eso se

refleja en la calidad de los edificios y en la rela-

ción que tenemos con los clientes. La forma tra-

dicional de elegir un barrio sería ver dónde son

¿Qué factores se tienen en cuenta a la hora

de elegir un barrio para emprender un

proyecto?

Tengo una forma de mirar diferente a la de la ma-

yoría de los desarrolladores. Cuando uno cons-

truye un lugar para vivir, estás actuando en la

vida de muchas personas. Estás construyendo un

proyecto de vida. Nosotros elegimos los barrios

en función del proyecto de vida que queremos

generar para la gente. Desde el punto de vista

patrimonial y vivencial, comprar una casa es lo

más importante que le pasa al 99 por ciento de las

personas. Muchas veces, no tenemos conciencia

de lo que implica elegir un lugar para vivir. Una

vez que te entregan las llaves, tenés que entender

más caras las propiedades, tratar de comprar el

terrenito que queda disponible y hacer lo mis-

mo que hacen todos. Nos gusta analizar cuál es el

potencial de un lugar aunque en el momento no

esté pasando nada ahí. Nos gusta encontrar luga-

res piolas para vivir, por ejemplo, desde el punto

de vista del acceso. Ese es un tema clave: cuánto

tiempo invierte uno en llegar e irse de su casa. Es

un teman que se analiza. También la calidad am-

biental, los espacios verdes, las posibilidades de

esparcimiento, los jardines de infantes o escuelas

cercanas, etcétera.

¿Cuánto tiempo lleva realizar ese análisis

previo?

Realizamos un análisis permanente vinculado

con lo que queremos hacer y encontrar. Por otro

lado, está la búsqueda de oportunidades. Los te-

rrenos disponibles, a veces, aparecen y desapa-

recen fugazmente. Entonces, si uno sabe muy

bien lo que quiere y tiene el capital para reac-

cionar rápido, puede hacerlo. Esa fue una de las

razones por las que, en 2010, decidimos empezar

a cotizar en la Bolsa. De esa manera, tenemos ca-

pital disponible más fácilmente.

¿Cuáles son los proyectos más importantes

que tiene la empresa en la actualidad?

Todos son importantes. Tenemos más de me-

dio millón de metros cuadrados en desarrollo.

En la Ciudad de Buenos Aires estamos haciendo

edificios en el Bajo Belgrano, Caballito, Paler-

mo y Tigre. Hay proyectos para distintos niveles

económicos, pero nuestro foco está puesto en la

clase media. En el país faltan cuatro millones de

viviendas. Tenemos el mayor déficit de viviendas

de América Latina. Es paradójico porque todavía

tenemos la mejor clase media de Latinoamérica

en términos de distribución de ingresos. Enton-

ces, nos interesa ir por ese lado.

Revista G7 Empresas TGLT

“EN EL MuNdo, sE gENEra MÁs PoLuCiÓN

Por Las EMisioNEs dE Los EdiFiCios QuE dE

Los auTos. Todos HaBLaN dE Los auTos

ELéCTriCos, PEro NadiE HaBLa dE Las CoNs-

TruCCioNEs”.

Page 57: Revista G7/ Edición 96

· 57

¿Qué otras cosas se pueden hacer para

ahorrar energía?

Hay muchas cosas. Hay sistemas de aire acondi-

cionado sofisticados que gastan mucho menos,

pero cuestan mucho más. También se puede

poner un inflador de ruedas en el garage, que es

un compresor que sale dos pesos. Las estadísticas

muestran que los autos con las ruedas infladas

adecuadamente gastan mucha menos nafta. Por

otro lado, las expensas llegan en unos papeles si-

niestros por debajo de la puerta, cuando todo el

mundo se maneja por e-mail. Se podrían crear

sitios web o intranets para que los propietarios

de un edificio puedan convocar a las reuniones

de consorcio, reservar un salón, una cancha de

tenis, etcétera. También se podría implemen-

tar un sistema de pool para que la gente viaje en

un mismo auto al centro, por ejemplo. Hay un

montón de cositas que se pueden ir haciendo.

Poner iluminación de bajo consumo en las áreas

comunes, reciclar el agua de lluvia para el riego

o instalar paneles solares. Deberíamos construir

edificios cada vez más verdes. En el mundo de

las oficinas es mucho más fácil de implementar

porque las empresas obligan a los desarrollado-

res a construir edificios sustentables. Si no, no los

alquilan. Además, están dispuestos a pagar los

costos. En el caso de las viviendas, todo es mucho

más artesanal.

¿Los municipios no demandan ciertos es-

tándares de construcción?

En Argentina, no. En Europa y Estados Unidos

hay municipios que le dan exenciones impositi-

vas a las empresas que desarrollan y planifican.

Para que eso suceda, necesitamos gobiernos con

más consciencia. Es un proceso lento, pero irre-

versible.

¿Cuáles son las nuevas tendencias al mo-

mento de construir?

Al menos en Argentina, no hay tendencias. Todo

depende de lo que podemos pensar y hacer para

resolverle la vida a la gente. Por ejemplo, tratar

de hacer cosas en lugares donde hay vías de ac-

ceso rápidas, transporte público, espacio para

estacionar, etcétera. Para prevenir la inseguri-

dad, tratamos de hacer viviendas que no estén

expuestas a situaciones de riesgo todo el tiempo.

Ahora, por ejemplo, está de moda la sustentabi-

lidad. En el mundo, se genera más polución por

las emisiones de los edificios que de los autos.

Todos hablan de los autos eléctricos, pero nadie

habla de las construcciones. En ese punto, hay

otra trampa. Al construir un edificio, mi historia

termina cuando cobro y le entrego el departa-

mento al comprador. Entonces, mi decisión va a

ser ponerle el sistema de calefacción más barato

que haya. Sin embargo, si tengo cierto interés

en la sustentabilidad y el cliente también, puedo

instalar un sistema de refrigeración de frío / calor

que gaste menos energía, vidrios dobles, etcéte-

ra.

Page 58: Revista G7/ Edición 96

58 ·

Revista G7 Empresas

·Más información en: www.tglt.com.

¿Qué pasa con el sur?

El gobierno de la ciudad está haciendo un esfuer-

zo muy grande por impulsarlo y está teniendo

muy buenos resultados. Se nota que la creación

del distrito tecnológico está rindiendo sus frutos.

La descentralización de la administración pú-

blica, que está mudando algunas de sus oficinas

a la zona, también va a tener su impacto. Ade-

más, hay otros “distritos” que se van a instalar

en el sur. Algunos van a tener éxito, pero otros

son forzados, aunque la intención sea muy bue-

na. Para que la transformación sea más rápida

deberían concentrar recursos y ofrecer incen-

tivos a los desarrolladores inmobiliarios. Como

desarrollador, no veo beneficios en construir en

el sur. Los precios son más bajos, ¿pero quién

quiere vivir ahí? La empresa que corre el riesgo

comercial debe tener una razón para hacerlo. Si

se ofrecieran incentivos a los desarrolladores y el

Banco Ciudad apoyara a los compradores, las co-

sas pueden cambiar y el sur se convertiría en una

zona mucho más interesante a la hora de com-

prar propiedades.

¿Qué busca la gente a la hora de comprar?

Una cuestión que surgió hace ya diez años y que

sigue dando vueltas, es el de las “amenities”. Es

un término que se refiere a un montón de espa-

cios que hacen al disfrute del edificio. Sin embar-

go, es un tema que presenta dos caras. Los últi-

mos edificios donde viví, tenían una guardería

para bebés. Para una mamá que trabaja, es inva-

lorable que su bebé pueda quedarse ahí y que esté

bien cuidado. Por otro lado, el tema de los gim-

nasios es más ambiguo. Cualquier edificio puede

tener uno, pero las personas que van al gimnasio

buscan sentirse bien, encontrar caras nuevas y

ejercitarse en un buen ambiente. Sin embargo,

son muy pocos los edificios en los que se genera

ese tipo de ambiente. No es lo que la gente bus-

ca. A veces, pasa lo mismo con las piletas. En los

últimos años se armó una suerte de carrera sin

sentido por meter en “amenities” de todo tipo.

Se generan espacios que nadie usa y que se dete-

rioran con el tiempo. Por eso, es un capítulo que

debería revisarse. Otro aspecto importante es el

diseño de los departamentos, es decir, cómo es-

tán aprovechados los espacios, la circulación, los

espacios de guardado, etcétera. Es un tema que

va a ser muy importante en el futuro. Sobre todo

porque, mientras no haya mejores créditos, los

espacios van a seguir siendo reducidos. En uno

de nuestros proyectos estamos tratando de im-

plementar ideas muy radicales en cuanto al uso

del espacio y el volumen.

¿Y cuáles son las zonas de mayor deman-

da?

Hoy, lamentablemente, las personas no se fijan

tanto en el lugar donde quieren vivir, sino donde

históricamente está bien visto vivir. Es decir, el

corredor norte: Palermo, Recoleta, Barrio Norte,

etcétera. Pero hay otros lugares de la ciudad que

están buenísimos para vivir.

TGLT

“CoMo dEsarroLLador, No VEo BENEFiCios

EN CoNsTruir EN EL sur. Los PrECios soN

MÁs Bajos, ¿PEro QuiéN QuiErE ViVir aHÍ?

La EMPrEsa QuE CorrE EL riEsgo CoMErCiaL

dEBE TENEr uNa raZÓN Para HaCErLo”.

Page 59: Revista G7/ Edición 96
Page 60: Revista G7/ Edición 96

60 ·

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OFRECE UNA COMBINACIÓN IDEAL DE VIDA AL AIRE LIBRE Y CONFORT CON

TOQUES AUTÓCTONOS.

Situada a la vera del Río Paraná, a 35 km de la ciudad de Iguazú, Misiones, Posada Puerto Bamberg es una antigua hostería instalada en una propiedad de 400 hectáreas de selva atlántica. Respetando su arquitectura colonial, la posada cuenta con 13 habitaciones superiores y una suite con terraza privada y vista al río. Cada habitación cuenta con patio privado y una biblioteca con obras de autores latinoamericanos del siglo XX. Todas son amplias, frescas, de techos altos y muebles autóctonos diseñados por artistas. Su estilo único se distingue en los respaldos de madera multicolor de las camas, originarios de los conventillos de La Boca. Colores de la tierra, mantas de llama, sábanas de puro algodón egipcio y amenities de calidad brindan estilo y confort al viajero. Los grandes ventanales ofrecen una espléndida vista a la selva.Por otro lado, el living de la posada, con amplios ventanales y un piano de cola, invita a la lectura y a dis-frutar los conciertos de música guaraní. La cava cuenta con las mejores 60 etiquetas de vinos argentinos. Asimismo, el lugar cuenta con una huerta orgánica de 6.000 m2. Los sabores y texturas de sus frutos se pueden saborear diariamente en diferentes platos, jugos y cocktails. Entre otras actividades, los huéspedes pueden realizar senderismo, avistaje de aves (tucanes, yuruvás, arasaríes entre muchas otras) y de animales de todo tipo, como coatíes, monos caí o tamandúas. Tam-bién se pueden realizar visitas a una cercana capilla dedicada a Virgen de Itatí, que se encuentra frente al río Paraná, rodeada de una gran variedad de árboles. Los más aventureros tienen la opción de navegar el salto Yasy y el río Urugua-i. Por último, quienes quieran aportar su granito de arena para la reforestación de la selva, pueden donar un árbol y plantarlo ellos mismos en un área donde Posada Puerto Bemberg ha iniciado una plantación de especies autóctonas.

·Más información en: www.puertobemberg.com.

www.lan.com.

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texto

Juan María Fernandez

fotos

Gonzalo Lauda Pucho Mentasti es un mito viviente de la publicidad argenti-na. En 1994, saltó a la fama tras dirigir el videoclip de “Ma-tador”, de Los Fabulosos Cadillacs. “Hasta ese momento, los videos casi no tenían trama. Me gusta contar historias en cualquier ámbito y la publicidad me permitió hacerlo”,

dice. Entre sus producciones más reconocidas figuran Write the fu-ture, Pucho Mentasti es un mito viviente de la publicidad argentina. En 1994, saltó a la fama tras dirigir el videoclip de “Matador”, de Los Fabulosos Cadillacs. “Hasta ese momento, los videos casi no tenían trama. Me gusta contar historias en cualquier ámbito y la publicidad me permitió hacerlo”, dice. Entre sus producciones más recordadas están Pacto, para Renault Clío, Cumbres, para Villavicencio (en la que reprodujo el Cruce de Los Andes), y, más acá en el tiempo, Sábado a la tarde, para Ex-quisita, y Razones para creer, para Coca-Cola. Luego de fundar la productora La Brea (que luego se llamaría 2001), partió a Los Ánge-les, donde realizó decenas de comerciales. Uno de ellos fue junto a George Clooney, para Fiat, en Lago de Como, Italia. De nuevo en Argentina y trabajando para Blue Productora (compa-ñía dirigida por Gonzalo “Gonzo” Llorente), Mentasti sigue con las mismas ganas de siempre. “Me gusta decir que mi mejor laburo es el próximo. Siempre espero proyectos que me motiven”, dice.

::PuCHo MENTasTi Revista G7 Publicidad

¿Por qué te fuiste a Los Ángeles?

Era una asignatura pendiente. Mi viejo, que

vivió la última etapa de Argentina Sonofilm,

decía que no se podía estudiar cine en el país.

Entonces, estudié arquitectura, pero siempre

quise viajar a Los Ángeles y aprender cómo ha-

cen cine los estadounidenses. Allá hay directo-

res y productoras que logran una conjunción

de entretenimiento y contenido que me gusta.

Son especialistas. Como había un par de pro-

ductoras muy grandes interesadas en mi tra-

bajo, me fui. 2001 fue una productora que quise

mucho, pero la cerré porque tenía muchísimas

ganas de viajar. En Estados Unidos viví una

época de experimentación grosa. Trabajaba

con todos los chiches que se usan para hacer

todas las películas, con técnicos de la puta

madre. Aprendí un montón. Incluso aprendí

mucho de producción. Allá, los productores

tienen un corte más creativo. Por supuesto, se

fijan en los números, pero también les intere-

sa mucho que las cosas se hagan bien. Tienen

otro corte. En Argentina, tenemos una forma

de trabajo más estructurada.

Historias extraordinariasDESPUÉS DE PASAR UNA TEMPORADA EN LOS ÁNGELES, EL DIRECTOR

REGRESÓ A ARGENTINA PARA SEGUIR SORPRENDIENDO CON SUS PRO-

DUCCIONES Y ENCARAR LA FILMACIÓN DE SU PRIMER LARGOMETRAJE.

“ME GUSTA CONTAR HISTORIAS EN CUALQUIER ÁMBITO”, DICE.

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¿En qué libros estás trabajando?

Uno es Cuando me muero quiero que me

toquen una cumbia, de Cristian Alarcón. Es

una crónica que cuenta la vida de “Frente”

Vital, un pibe de 14 años que salía a afanar.

Tuvo una vida increíble. Su historia tiene una

épica del carajo, era un Robin Hood. Un tipo

con valores mucho más profundos que mu-

chos de los que dirigieron este país. Es parte

de la realidad argentina, aunque no nos gus-

te. De todos modos, lo tengo un poco rele-

gado porque el proyecto asusta un poco a los

productores. Es una película con un costo

importante. Y no quiero que sea una película

chiquita.

¿Cuál es el otro libro?

Abzurdah, de Cielo Latini. La autora es una

chica que hace unos años abrió un blog don-

de hablaba de la anorexia en primera perso-

na. Le hablaba a las chicas de igual a igual. Es

una mina muy fuerte que, después, vivió una

historia de amor increíble. Me gustaría hacer

esta película para que la vean un montón de

adolescentes y se den cuenta de que uno se

puede equivocar y volver a elegir. La vida es

muy larga.

¿Por qué elegiste dos historias reales?

Me interesa hacer cine con contenido social.

Sobre todo hoy en día, después de todos los

quilombos que vivimos en Argentina y en el

mundo. Me gustaría hacer una película que

diga algo, que sirva para construir.

¿Cómo encontraste el mercado publicita-

rio local cuando llegaste a Buenos Aires?

La escena cambió bastante. Yo viví en carne

propia la refundación de la publicidad que se

dio en los ‘90 y trabajé con las agencias que

lo llevaron adelante. En la última década las

cosas cambiaron por cuestiones económicas

y porque hubo un recambio generacional.

Los “juniors” de antes ahora son directores

creativos de las agencias. Yo había trabajado

con todos y la relación estaba intacta. Ade-

más, hago esto con muchas ganas y eso nos

permite seguir trabajando en armonía a pesar

de la diferencia generacional. Cuando llegué,

encontré un mercado muy avanzado a nivel

intelectual, un mercado instalado en el mun-

do. En la última década, la publicidad argen-

tina se consolidó. Hoy hay creativos argenti-

nos en todas las agencias del mundo. Nuestra

creatividad es muy codiciada. De hecho, en

los ocho años que pasé en Estados Unidos

hice muchas cosas para agencias argentinas.

¿Te mantenés al tanto de lo que hacen los

nuevos talentos en el mundo de la publi-

cidad?

Sí, definitivamente. Este mercado te fagoci-

ta en dos minutos si no estás en la búsqueda

permanente de cosas nuevas. De todas ma-

neras, lo hago porque me gusta. Soy un au-

todidacta del cine. Mi base e formé en base a

investigaciones propias y a la búsqueda per-

sonal, que en los ‘90 era en libros y hoy es en

internet. Tengo muy claro lo que me gusta y

me mantengo al tanto de lo que pasa acá y en

el extranjero. Trato de aprender de todo.

¿Por qué volviste?

Por los afectos. En Estados Unidos me casé y

tuve mi primer hijo. Mientras él era chico, me

acompañaba a todos los viajes. Lo que suce-

de es que, cuando un trabaja en Los Ángeles,

filma muy poco en Los Ángeles. En esos años

trabajé en España, en Canadá, en Australia,

en todas las regiones de Estados Unidos…

Cuando llegó mi segundo hijo y el primero

tenía que empezar el colegio, fue más com-

plicado. No me gustaba dejarlos solos y acá

tienen a su familia. Por otro lado, desde hace

años tengo la idea de filmar un largometraje.

Quería hacerlo allá, pero es bastante difícil

cuando no pertenecés al círculo de egresa-

dos de las universidades locales. Me ofre-

cieron muchas películas, pero todas tenían

una temática latina. Hasta que no demostrás

que podés hacer algo distinto, la industria

te encasilla. En ocho años debo haber leído

más de 40 guiones, pero no quería filmar a

parejas que bailan salsa [risas]. Me proponían

proyectos en los que no me reconocía. Podría

haber hecho alguna de esas películas, pero

me iba a sentir un técnico más. Entonces,

volví a Argentina con la excusa de comprar

los derechos de un par de libros y hacer una

película con mi identidad en el país. Desde

que volví, hace tres años, estoy trabajando

en dos novelas. Después, tal vez vuelva a Los

Ángeles para mostrar mi trabajo.

“aNTEs HaBÍa MÁs rEsPETo Por La

CÁMara. EN La aCTuaLidad Podés

HaCEr uNa PELi CoN uN TELéFoNo.

EsTÁ BuENÍsiMo, PEro TaMBiéN sE

HaCE MuCHa MiErda”.

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¿Cambiaron los modos de producción?

Antes había más respeto por la cámara. En la

actualidad podés hacer una peli con un telé-

fono. Está buenísimo, pero también se hace

mucha mierda. Además, el mercado está su-

perpoblado. La publicidad se ha puesto muy

de moda y me parece que es más fácil llegar.

Para los chicos es más fácil experimentar y

tienen un panorama mucho más amplio para

elegir lo que quieren. Así como nosotros nos

criamos con MTV, las nuevas generaciones

están creciendo con YouTube. Hoy uno lle-

ga más rápido a lo que quiere. Por otro lado,

ahora importa mucho más la realidad. Des-

pués de que la gente viera cómo caían las

torres gemelas, no podés vender que todo es

divino. El contenido y las cuestiones narrati-

vas tienen más valor que la estética o la foto-

grafía. Hoy hay que tener más cuidado con lo

que uno comunica.

¿Sentís que cuando se rodaba en fílmico

había más respeto por la cámara?

Totalmente. Yo trato de usarlo porque soy un

romántico. He filmado un par de ese modo en

los últimos meses. Lo cierto es que prendés la

cámara y en el set todo el mundo se calla por-

que empieza a correr la película. De hecho,

deberían ponerle un ruido a la cámara de vi-

deo para que haya más respeto en el set. Ade-

más, a nivel visual, es otra cosa. Llegá, la pu-

blicidad que hice para YPF en fílmico, tenía

una calidad de puta madre. Me gusta mucho

más. Cuando se puede y la historia lo necesi-

ta, marca una diferencia. En el caso de YPF,

era una película en la que estábamos viajando

con la cámara en busca de distintas realida-

des. Tenía una estética muy documental.

Revista G7 Publicidad PUCHO MENTASTI

Page 66: Revista G7/ Edición 96

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Como romántico, ¿te asusta un poco el

futuro?

El futuro puede ser complicado en ciertos

aspectos, pero hay que adaptarse y aprender

a quererlo. Añoro algunos tiempos pasados,

pero no te podés quedar en eso. Además,

añoro los tiempos de mi viejo, no los míos. Me

siento totalmente contemporáneo y quiero

afrontar lo que venga. Todo está cambiando

muy rápido; la velocidad es abrumante.

El año pasado participaste en la campaña

presidencial de Cristina Fernández de

Kirchner. ¿Cómo fue esa experiencia?

Al principio, me generó dudas. No esperaba

ese llamado. Sin embargo, cuando me empecé

a involucrar, me interesó. Entonces hice un

balance de las cosas que el gobierno había

hecho bien y las que había hecho mal. Cuando

salí de la facultad, en el ‘81, suponía que con

la salida de los militares el país iba a cambiar

realmente, que iba a haber más posibilidades

de progresar para todos y que no íbamos

a tener que vivir sufriendo por cuestiones

económicas. Y la verdad es que me llevé un

montón de desengaños. Por supuesto, sin

los militares –los detesto–, la cosa mejoró en

un montón de aspectos. Cuando Argentina

vivió el quilombo de 2001, yo acababa de

instalarme en Estados Unidos. Desde allá,

vi cómo seguía la cosa. Desde el extranjero,

uno toma una posición bastante crítica, pero

con el tiempo empecé a notar que algo estaba

cambiando. Disfruté mucho mi trabajo en la

campaña. Nos escucharon mucho y pudimos

hacer algunas cosas interesantes. Logramos

construir una imagen sin vender mentiras.

¿Te sentís cercano al gobierno?

No soy una persona que tenga un pensamiento

político muy definido. Hace unos años, los

argentinos (algunos, al menos) vimos que

este gobierno había hecho algunas cosas que

no estaban mal. Por ejemplo, la ley de medios

y el aporte cultural que hizo el gobierno

fueron positivos. Cuando hice la campaña

sentía que íbamos por el buen camino. Ahora

me parece que el país está un poco mareado.

De todos modos, no es momento de juzgar.

Las elecciones fueron hace pocos meses. Hay

que dejar que pase el tiempo.

Antes de mudarte a Estados Unidos,

tenías una productora propia. ¿Volverías

a ponerte al frente de una empresa?

En un ámbito un poco más prolijo, lo haría. Es

difícil tener una empresa en Argentina; hay

muchos vaivenes. Disfruté mucho tener una

productora. El problema es que, por alguna

razón, me propongo objetivos diferentes

a los de todos los demás. El objetivo de mi

empresa no era facturar cada vez más, sino

aprender y crecer. 2001 fue una academia de

experimentación violenta. Había 60 personas

fijas laburando. Cuando la productora cerró,

la gente del staff formó nueve productoras.

Salieron grandes profesionales en todas las

áreas. Mientras tuve la productora, reinvertí

toda la guita con la intención de mantener

un nivel de experimentación constante.

Eso llevó a que la empresa se viera un poco

ahorcada a nivel económico. Tal vez, si

hubiese nacido en otro país las cosas hubiesen

sido distintas. Una empresa tiene que darte

la posibilidad de potenciar tu energía y hacer

cosas grandes. En ese sentido, me gustaría

tener una empresa. Aunque, en esta realidad,

la estrellaría de nuevo. Además, hoy estoy

mucho más cómodo. Gonzalo [Llorente] me

acompaña en la búsqueda de la excelencia.

En ese sentido, me siento contenido.

·Más información en:

www.blueproductora.com.

Revista G7 Publicidad PUCHO MENTASTI

“2001 FuE uNa aCadEMia dE EXPEriMENTa-

CiÓN VioLENTa. rEiNVErTÍa Toda La guiTa

CoN La iNTENCiÓN dE MaNTENEr uN NiVEL dE

EXPEriMENTaCiÓN CoNsTaNTE. Eso LLEVÓ a

QuE La EMPrEsa sE ViEra uN PoCo aHor-

Cada a NiVEL ECoNÓMiCo”.

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Soñar despiertotexto

Alejandor Grimoldi

fotos

Gonzalo Corrado

ESTUDIÓ DISEÑO GRÁFICO Y BELLAS ARTES, PERO NO TERMINÓ NINGUNA

DE LAS DOS CARRERAS. POCAS SEMANAS ATRÁS, UN CENTENAR DE SUS

DIBUJOS PASÓ A FORMAR PARTE DE LA COLECCIÓN DEL MALBA Y, JUNTO

A UN GRUPO DE COLEGAS, GANÓ EL PREMIO ARTEBA - PETROBRAS. “UNO

SE HACE ARTISTA CUANDO LE INTERESAN DEMASIADAS COSAS Y NO QUIE-

RE RENUNCIAR A NINGUNA”, ASEGURA.

¿Cómo te acercaste a las artes plásticas?

Fue un proceso muy lento porque en mi familia

se hablaba mal de los artistas. Se decía que era

gente loca e irresponsable. Además, al princi-

pio me gustaba más la música. Tocaba la bate-

ría, tenía una banda. Me parecía un poco inac-

tual la pintura. Pero no tenía los recursos para

hacer la música que me gustaba, que era elec-

troacústica. El dibujo es la manera más barata

de mandar mensajes. Siempre digo lo mismo:

quizás uno se hace artista cuando le interesan

demasiadas cosas y no quiere renunciar a nin-

guna.

¿Pero te interesaba la plástica?

Sí. Había estudiado mucho la historia del arte.

La leía, en parte, para descubrir nuevos siste-

mas de representación. Me gustaba mucho la

ciencia ficción, escribía historias y las ilustra-

ba. Si tenía que dibujar algo que pasaba en una

dimensión extraña, el dadaísmo o el surrea-

lismo me servían. Muchos de mis dibujos son

como pedazos de historias que se me ocurren,

escenas de una ópera cuyas hojas están volando

por el aire.

¿Hacías historietas?

No, me era muy fatigoso, nunca me tentó mu-

cho. Hay algo con la narración que no me iba,

que me resultaba muy engorroso. Pero ten-

go mucha influencia de ese mundo, porque al

mismo tiempo que estudiaba a diferentes pin-

tores, miraba muchas historietas. En los pri-

meros talleres de pintura a los que fui me mi-

raban mal, me decían que era muy ilustrativo,

muy cómic.

::LuX LiNdNEr Revista G7 Arte

El nombre, Lux Lindner, guarda una ajustada coherencia con el aspecto. Anteojos grandes y redondos, un rostro algo torcido, bien blanco, el pelo casi rapado en los costados y largo arriba, como en los ‘80. Se lo ve excéntrico, mental. Tiene algo de nerd o científico loco, de una inteligencia rara, oblicua. Tie-

ne sentido del humor, pero no es humorista. Podría ser alguien que relacionado de alguna manera con las computadoras. O un desequi-librado prolijo, obsesivo y homicida. Es amable. Charla con afabilidad e interés, aunque por momentos, quizás, haga justicia al mote de “críptico” que él mismo recuerda con preocupación.Sus dibujos son acordes. Paisajes con máquinas y edificios que pa-recen delineados por un robot, con una línea aséptica, como de di-bujo técnico, de plano o manual. Son casi monocromáticos: fondo rojo y línea blanca, o fondo amarillo y línea negra. Combinaciones de ese tipo con un aire entre futurista y surrealista. En ellos pesa su formación. Su padre era dibujante industrial y él estudió en una escuela industrial. En el ‘87 comenzó la carrera de Diseño Gráfico, pero la abandonó. En ese entonces ya dibujaba y, en 1990, ya estaba mostrando sus obras. Después estudió Bellas Artes, aunque también dejó. “Me hubiera gustado terminar esa carrera”, dice. “Siento mu-cho las deficiencias de mi formación. Soy una mezcla entre un auto-didacta y alguien que ha estudiado”. Desde mediados de los ‘90 desarrolla ese estilo por el que se lo re-conoce, aunque no cree que su trabajo sea “una cosa estable”. Tam-bién escribe. Publicó La teoría de la madre, un loco ensayo sobre el matriarcado, y tiene decenas de cuadernos repletos de escritos. Sin embargo, su mayor éxito llegó recién ahora: el Malba compró cien dibujos suyos y, junto al colectivo Post Traumatic Kunst Ensemble, acaba de ganar el Premio ArteBA - Petrobras. Este reconocimiento llegó luego de que el grupo de artistas presentara una obra teatral-performática, un “reality fantasy” delirante pero “serio” (una virtud que, contra las apariencias, Lux considera fundamental).

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¿Cómo fuiste desarrollando tu estilo?

Costó, porque odio ser quien soy. Quisiera ser

otra persona, pero no sé quién. No me gusta

tener un cuerpo; me gustaría ser una máqui-

na o ser otra persona. Por eso siempre intenté

imitar a otros.

Pero desarrollaste un estilo propio…

Sí. Nunca tuve esa sangre fría para dedicarme al

dibujo puramente técnico, por eso tampoco me

dediqué a la filosofía. Hay que tener una espe-

cie de freezer que yo no tengo. Soy una persona

muy sentimental y muy caótica. Tengo que po-

ner orden en eso y la manera que encontré de

hacerlo fue adoptando este estilo. Me ordenaba

mentalmente, entonces, me ayudaba. También

influyó el hecho de que no veía pintores que me

gustaran. Tengo la sensación de que Argentina

tiene mejores dibujantes que pintores. No vi

grandes historias contadas a través del color.

Y también me afectó que se pintara sobre tela.

Yo prefería hacer algo sobre acero inoxidable,

algo que dure mucho. Uno quiere hacer algo

que tenga la posibilidad de sobrevivir a varias

catástrofes.

¿Para dejar un legado?

Sí. Tengo una idea –quizás exagerada– de que

lo que yo hago es muy importante.

¿Para quién? ¿Para Argentina, para la Hu-

manidad?

Para Argentina. La Humanidad no me interesa,

o me interesa en un sentido indirecto.

¿Por qué te resulta tan importante tu país?

Porque es el único país en el que uno siente que

pertenece. Otros lugares pueden ser mejores

o peores, pero en ellos uno no tiene derecho a

decir nada. Yo viví algunos años en Suiza y noté

eso. ¿Qué importaba si uno tenía razón cuando

decía algo? Si no tenía razón, era un tarado, y si

tenía razón, de todos modos, era un extranjero.

“MuCHos dE Mis diBujos soN CoMo

PEdaZos dE HisTorias QuE sE ME

oCurrEN, EsCENas dE uNa ÓPEra

CuYas Hojas EsTÁN VoLaNdo Por EL

airE”.

¿Y cómo ves a Argentina?

Es un país que todavía está en formación, to-

davía no se sabe nada. Acá la gente tiene ideas

estrafalarias. Era un descampado y, de repen-

te, se convirtió en una gran fábrica que creció

a toda velocidad. Y, de repente, volvió a ser un

descampado. Y hay ciencia pero no hay ciencia.

Tiene ganas de estar a la moda, pero después le

da pereza. Para mí, Argentina es un misterio,

un misterio que siempre está al borde de ser

desperdiciado. Es muy confuso. Tiene una chi-

fladez permanente que uno registra.

¿Tematizás el país en tu obra?

Sí, pero no de manera muy directa.

¿Y qué dirías que hay de argentino en vos?

No es algo que se pueda afirmar, sino más bien

una desconfianza frente a lo heredado. Son he-

rencias de deformidades a las que uno todavía

tiene que darle forma. Hay una desconfianza

preventiva y ganas de que la cosa dure. Es un

poco lo que mueve mi trabajo.

¿Cuál sería el mensaje que querés dejar?

Creo que hay que desarrollar una suerte de

egoísmo responsable. Acá estamos muy pen-

dientes de cosas que pasan en otros lados y nos

olvidamos, por ejemplo, de que un montón de

cosas de las que dependemos podrían desapa-

recer. Tenemos que encontrar nuestro lugar en

esta obra de teatro que se llama Humanidad.

Tenemos que escribir nuestro papel para que

no lo escriban otros. Quiero que Argentina so-

breviva y no terminemos en el canibalismo.

En tus obras, más allá de lo representado,

hay algo muy afirmativo en la línea mis-

ma…

La línea es límite. Me interesa decir “esto es un

quilombo, pero no es un quilombo absoluto”.

Siempre tuve una pulseada permanente, sobre

todo con los primeros profesores con los que

estudié dibujo, que me decían: “Abra la línea”.

Todos querían que fuera más libre y yo… Voy a

decir una guarangada: yo ya nací libre, así que

en ese momento no necesitaba que alguien me

hiciera más libre de lo que era. Más bien, ne-

cesitaba algo que ordenara eso, como señales

de tránsito. Con lo lineal siempre he tratado de

crear divisiones de fuerzas dentro del empuje.

Hay un caos y uno trata de poner cierto orden

para uno y para ciertos espíritus sensibles.

¿Cómo te llevás con el mercado del arte?

Una de mis teorías es que un cuadro no está

terminado hasta que no se vende, porque re-

cién cuando se vende entra verdaderamente en

el torrente circulatorio del interés. Si no, queda

como una obra abierta. Los cuadros regalados

no sé si deben ser considerados obras. Es una

manera de encarnar, que tiene que ver, otra

vez, con mi incomodidad con la materia.

Page 71: Revista G7/ Edición 96

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¿Entonces, pensás tu posición dentro del

mercado?

No. Si me pusiera a especular con la reacción

del mercado del arte frente a mis obras, se ge-

neraría una situación muy paralizante. Yo pin-

to para mí y, de repente, me encuentro con una

cosa que tengo que vender. Primero lo hago

para mí y para los siglos. Después, hay que ver

cómo hacer para venderlo, cómo colocarlo,

hacer chistes con la gente. Pero siento que es

más urgente mi responsabilidad por los temas

que tengo que tratar y el mensaje que tengo que

dejar al mundo. Una de las ideas del Post Trau-

matic Kunst Ensemble era convocar a un grupo

de científicos para preguntarles cómo hacer

para que las obras tengan una mejor llegada al

público y comuniquen ideas de mejor manera.

Es una pregunta extraña para hacerle a

una obra de arte, más siendo el artista

quien acude al científico…

Lo obvio no es mi “métier”.

Pero, ¿es una pregunta pertinente?

En principio no, pero si no la hacemos estamos

condenados al oscurantismo y al “me gusta /

no me gusta” de Facebook. Cuando hablo de

Argentina pienso que estamos viviendo en una

especie de minimalismo mental. La gente está

muy canalizada, las conciencias parecen cana-

letas. Me gustaría ver obras que puedan com-

batir esas comodidades mentales. Con el Post

Traumatic intentamos eso, de alguna manera.

Es importante lanzar preguntas complicadas,

preguntas de las que no sea tan fácil salir di-

ciendo “esto no me interesa porque el tío del

tipo una vez le sonrió a Videla”.

Revista G7 Arte LUX LINDNER

Page 72: Revista G7/ Edición 96

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Tenés un costado humorístico. ¿Cómo en-

tra el humor en tu obra?

La situación de Argentina es ridícula por na-

turaleza. Entonces, no es muy difícil tener un

sesgo humorístico. Es casi lo dado. Pero no

me gusta ser chistoso porque sí, es un peligro

eso. Muchas de las obras que he destruido eran

obras chistosas. El “chistesismo” es algo que

funciona sólo a corto plazo. Por eso, creo que

mis obras tienen algo serio. Un chiste se cuen-

ta una vez y ya está, pero mis obras tienen que

durar, no pueden ser solamente un gag.

Te interesa que el arte sea serio…

Sí. Y creo que el arte va a ser cada vez más serio.

Va a ser más influyente en el sentido de que es

cada vez más obvio que cualquier cosa que se

hace es un capricho de alguien o de un grupo

de “alguienes”. Eso es arte, básicamente. An-

tes se hablaba de “Dios” o del “Estado”. Ahora

esas cosas parecen humor negro. Por eso, es

importante que el arte se ocupe de la realidad

de una manera más abarcadora, más desafian-

te. Si no, otra gente se va a ocupar de hacerlo

y va a enseñarles a los chicos a comerse a sus

compañeritos de banco.

¿Le otorgás al arte una especie de función

política?

Es más una función actitudinal, vivencial. Algo

que permita que la gente tenga más recursos,

una paleta más amplia, que no sea tan fácil me-

terse en una canaleta cualquiera.

Es una tarea didáctica…

En parte. Igual, uno también recibe lecciones

de la sociedad y retransmite algo. No es que

uno en su soledad crea algo visionario; eso es lo

que yo llamo “la ecuación egofálica”. Uno tra-

ta de retransmitir cosas para que la gente esté

más alerta, para que haya más variedad y la

vida no sea tan pobre. El arte es como una ma-

cana consciente, un bolazo que se afirma como

tal. Tiene que mantenernos despiertos, soñando

despiertos, no soñando dormidos. El arte tiene

que contribuir a que se sueñe despierto.

“uNo TraTa dE rETraNsMiTir Cosas Para

QuE La gENTE EsTé MÁs aLErTa, Para QuE

HaYa MÁs VariEdad Y La Vida No sEa TaN

PoBrE. EL arTE Es CoMo uN BoLaZo QuE sE

aFirMa CoMo TaL. TiENE QuE MaNTENErNos

dEsPiErTos, soÑaNdo dEsPiErTos”.

Revista G7 Arte LUX LINDNER

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74 ·

saMsuNg Revista G7 Arte

::Arte móvil

Samsung presenta Art is Mobile, un concurso que invita a intervenir imágenes de la realidad a través de la tecnología. El ganador del concurso recibirá un viaje a Nueva York para dos personas y un smartphone Galaxy Note, que permite editar contenidos con el lápiz digital S Pen. Los otros cinco finalistas también se llevarán un Galaxy Note como reconocimiento por su trabajo. Quienes quieran participar deberán tomar una foto de un paisaje urbano, intervenirla digitalmente a través de cualquier dispositivo y subir su obra a la fan page de Samsung Argentina en Facebook, entre el 14 de mayo y el 18 de junio. Los participantes podrán subir hasta tres intervenciones al sitio www.facebook.com/samsungargentina para que sus amigos y los fans de la marca puedan votar por sus obras preferidas. Entre las 100 más votadas, un jurado especializado formado por los artistas Augusto Zanela, Claudio Roncoli, Alberto “Kaiser” Sosa, Dan Stroomer, Ramiro Puebla y Federico González, elegirá los seis ganadores. Además de recibir los premios, las obras seleccionadas serán exhibidas en Tiendamalba, en el Museo Latinoamericano de Buenos Aires, del 3 al 8 de julio. Los integrantes del jurado realizaron sus propias intervenciones, que serán exhibidas en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires.

Page 75: Revista G7/ Edición 96

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·Más información en: www.samsung.com/ar.

Por otro lado, Samsung e Intel entregaron los premios del concurso Art Vision Contest, que también busca estrechar los vínculos entre arte y tecnología. Más de 34 mil personas se inscribieron en www.artvisioncontest.com y más de 4 mil subieron sus trabajos en las categorías Fotografía, Música y Cortos y videos. Los diez trabajos más votados por el público en cada categoría participaron de la final, que se llevó a cabo a principios de junio en la Ciudad Cultural Konex. Los jurados fueron Zeta Bosio (Música), Adrián Caetano (Cortos y videos) y Charlie Mainardi (Fotografía). Los ganadores de cada categoría se llevaron viajes a Nueva York, Los Ángeles y San Francisco y, al igual que quienes se quedaron con el segundo puesto, una notebook Samsung Serie 3 300E4. Durante el evento, todos los finalistas pudieron presentar su trabajo. Los elegidos en la categoría Música, incluso, tocaron sus canciones en vivo, sobre un escenario especialmente construido para la ocasión. Por otro lado, se armó una galería donde se exhibir las fotos seleccionadas por el público y se instalaron más de diez pantallas que mostraron los trabajos audiovisuales de los participantes.

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El caminante

texto

Florencia Falabella

fotos

Victoria Egurza

TRAS DIRIGIR RED SOLIDARIA DURANTE CUATRO AÑOS, EL JOVEN

ABOGADO ACABA DE CREAR SÍ, UNA FUNDACIÓN QUE BUSCA LA

INCLUSIÓN DE LOS SECTORES MÁS VULNERABLES DE LA SOCIEDAD.

ADEMÁS, PUBLICÓ TE INVITO A CREER, UN LIBRO QUE RELATA LAS

EXPERIENCIAS QUE VIVIÓ EN ESTOS AÑOS DE LABOR SOLIDARIA.

Cuando Manuel Lozano, nacido en Chascomús, llegó a Buenos Aires para estudiar Abogacía, tuvo la idea de buscar en Goo-gle la palabra “solidaridad”. Con ese simple ejercicio de sus manos sobre el teclado, descubrió Red Solidaria. Enseguida se acercó a la organización. Primero se anotó en un curso y,

una vez que lo terminó, comenzó a trabajar como voluntario telefónico de y a involucrarse más con sus tareas solidarias que lleva a cabo la fundación. Según cuenta, gracias a las experiencias vividas desde ese entonces y, sobre todo, a las recorridas nocturnas que realiza junto a otros voluntarios para llevar abrigo, comida y compañía a las personas que duermen en la calle, aprendió a pensar en comunidad. También comprendió, de una vez y para siempre, el significado de aquella pala-bra que alguna vez buscó en internet.Sin embargo, la labor solidaria de Manuel había comenzado muchos años antes. “No puedo establecer un día puntual en el que decidí em-pezar a colaborar con este tipo de emprendimientos. Desde muy chico, en Chascomús, trabajé como voluntario en hogares y comedores. Y la verdad es que la solidaridad es un camino de ida. Cuando uno logra darse cuenta de que, desde su lugar, puede modificar la realidad, nun-ca más puede dejar de involucrarse en actividades solidarias”, afirma. Así, mientras transitaba este camino sin retorno, Manuel se recibió de abogado y realizó una especialización en gestión de organizaciones sin fines de lucro. En 2008 ocupó el lugar de director en Red Solidaria, desde donde impulsó acciones concretas y nunca dejó de ayudar a quienes más lo necesitan.A principios de 2012, pensando en el desafío de lograr que los jó-venes de su generación se comprometan con el cambio, editó el libro Te invito a creer. Historias y encuentros para construir otra realidad. En él, Lozano reunió aquellas experiencias que lo marca-ron y que fortalecieron su convicción de que es posible modificar la realidad. Como no podía ser de otra manera, lo recaudado con sus ventas es donado al recientemente inaugurado Centro Universitario Warmi, con base en Abra Pampa, Jujuy.Una década después de su llegada a Buenos Aires, y tras su paso por Red Solidaria (“la considero mi gran escuela; mi experiencia allí fue sin dudas muy positiva”), Manuel decidió crear la Fundación Sí y seguir haciendo camino, ayudando a los más necesitados.

¿Qué motivó la creación de la Fundación Sí?

Nuestro objetivo principal es lograr la inclusión

de los sectores más vulnerables de la sociedad.

Nos planteamos un abordaje integral de este

problema, por lo que buscamos asistir, capaci-

tar y educar a las personas a las que ayudamos,

así como también generar en ellos una cultu-

ra del trabajo. Por otra parte, también quere-

mos fomentar la participación comunitaria. La

fundación está formada por un gran equipo de

trabajo; ésa es la principal riqueza de Sí. Somos

personas que nos fuimos encontrando y cono-

ciendo a lo largo y a lo ancho de Argentina. Por

eso, además del trabajo que realizamos en Bue-

nos Aires, abrimos sedes en Posadas, Resisten-

cia, Goya, Tucumán, Santiago del Estero, Sal-

ta, Córdoba, Rosario, Chascomús y Bariloche,

entre otros puntos del país. Poder armar una

fundación bien federal y lograr proyectos en el

largo plazo es el desafío de Sí para los próximos

años.

::MaNuEL LoZaNo Revista G7 Solidaridad

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Teniendo en cuenta que existen muchas ne-

cesidades y problemáticas a abordar, ¿cómo

establecen las prioridades para organizar

sus actividades?

Trabajamos en función de las demandas que la

misma realidad nos va presentando. El equipo

está conformado por distintos grupos de vo-

luntarios que desarrollan proyectos de acuerdo

al contexto de su ciudad o de su provincia.

¿Qué actividades llevan a cabo en la funda-

ción?

En la actualidad, estamos realizando recorridas

por toda la ciudad para asistir a las personas

que viven en la calle. El objetivo no es sólo que

nadie muera a causa de las bajas temperaturas,

sino también acompañar y profundizar el vín-

culo de confianza con las personas sin techo,

para ayudarlas a salir de la calle. Este año, ade-

más, extendimos las recorridas al Gran Buenos

Aires, Mar del Plata, Rosario y Córdoba. Tam-

bién pusimos en marcha el Centro Universita-

rio Warmi Huasi Yachana y estamos armando

emprendimientos productivos, talleres, cen-

tros de día y apoyo escolar en diferentes puntos

de Argentina.

¿Por qué decidiste donar los ingresos por las

ventas de tu libro al Centro Universitario

Warmi Huasi Yachana?

La creación de este centro de enseñanza, que

inauguramos en marzo de este año, es un sue-

ño que pudimos cumplir con mucho esfuerzo.

Gracias a esta iniciativa, por primera vez, los

jóvenes coyas que viven en la puna pueden ac-

ceder a la educación universitaria sin abando-

nar su tierra y su familia.

¿Qué sentiste al repasar esas vivencias?

Fue un trabajo muy movilizante. Por momen-

tos me resultó divertido, aunque, también di-

fícil y doloroso, de acuerdo a las historias que

iba narrando. La escritura del libro no fue sen-

cilla. El proceso implicó rememorar gran parte

de mi vida, pero estar solo en mi casa, frente a

la computadora, me permitió ir manejando los

tiempos y las emociones. Estoy contento con el

resultado final. Sobre todo porque, desde que

el libro está a la venta, recibí comentarios de

muchos jóvenes que decidieron involucrarse

después de leerlo.

¿Por qué invitás a la gente a creer?

¡Porque hay cientos de razones para hacer-

lo! Porque todos los días miles de argentinos

construyen una realidad mejor. Porque cada

vez somos más los que decimos “sí” y nos

comprometemos a modificar la realidad, a mi-

rarla desde otra perspectiva. Y si lo que yo fui

aprendiendo le sirve a otros, ¡bienvenido sea!

¿Por qué quisiste contar tu historia en un

libro?

Me gustaría que más personas, sobre todo las

nuevas generaciones, crean que transformar la

realidad es posible y decidan involucrarse. En

el libro intenté recopilar todas aquellas expe-

riencias y encuentros que me ayudaron a for-

talecer esta idea. Y quise compartirlas, porque,

para poder empezar a cambiar las cosas, nece-

sitamos creer que es posible modificarlas. En

cambio, si nos resignamos, nos convertimos en

una sociedad que se limita a sobrevivir.

“EsTaMos rEaLiZaNdo rECorridas

Por Toda La Ciudad Para asisTir

a Las PErsoNas QuE ViVEN EN La

CaLLE. EL oBjETiVo No Es sÓLo QuE

NadiE MuEra a Causa dE Las Bajas

TEMPEraTuras, siNo TaMBiéN

aCoMPaÑar Y ProFuNdiZar

EL VÍNCuLo dE CoNFiaNZa CoN

Las PErsoNas siN TECHo, Para

aYudarLas a saLir dE La CaLLE”.

Revista G7 Solidaridad MANUEL LOZANO

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“La CuLTura dE La soLidaridad Es

EsENCiaL Para QuE Los CaMBios

EsTruCTuraLEs sEaN EFECTiVos dE

VErdad. siN EMBargo, EL TraBajo

QuE PuEda rEaLiZar La soCiEdad No

EXiME a QuiENEs Nos rEPrEsENTaN

dE TraBajar Ni dE EsForZarsE Por

CaMBiar Las Cosas”.

¿Hay algún aspecto egoísta en el trabajo so-

lidario?

Cada cosa que hacemos, la hacemos por todos.

Sin embargo, en el trabajo solidario, la priori-

dad siempre es el otro. Y, fundamentalmente,

los más jóvenes.

¿Cómo es un día en tu vida? ¿Es posible

compatibilizar la vida personal y el trabajo

solidario full time?

No existe la rutina para mí. Trabajo mucho

frente a la computadora, viajo bastante al inte-

rior del país, me reúno con los distintos equi-

pos de trabajo y, por las noches, participo en

las recorridas por el frío. Cada día es diferente.

Soy un agradecido de la vida por tener la posi-

bilidad de hacer lo que amo.

También debés enfrentarte con problemas

que parecen no tener solución. ¿Cómo hacés

para seguir adelante en esos momentos?

Inevitablemente, me toca estar en contacto

con el dolor de manera permanente. Por eso

mismo, los logros obtenidos, los buenos resul-

tados y, por supuesto, también los amigos y la

familia, me permiten equilibrar las emociones

y seguir adelante. Es un apoyo fundamental

porque hay mucho por hacer.

La cultura de la solidaridad, ¿atenta de al-

gún modo contra los reclamos de cambios

estructurales en el sistema?

No, en lo más mínimo. Creo que la cultura de

la solidaridad es esencial para que los cambios

estructurales sean efectivos de verdad. Estoy

convencido de que los logros dependen de que

todos los sectores que conformamos la socie-

dad nos complementemos. Sin embargo, el

trabajo que pueda realizar la sociedad no exime

a quienes nos representan de trabajar ni de es-

forzarse por cambiar las cosas.

¿Cuál creés que es, en la actualidad, el prin-

cipal problema de Argentina a nivel social?

Cada día, la gente nos acerca una infinidad de

problemáticas que, en su gran mayoría, se en-

cuentran vinculadas con la pobreza y la mar-

ginalidad. Nuestro gran problema es la falta de

inclusión. De una inclusión real, a largo plazo,

que nos abarque a todos. Aunque parezca una

Revista G7 Solidaridad MANUEL LOZANO

·Más información en:

www.fundacionsi.org.ar.

frase hecha, lo que tenemos que hacer es for-

talecer la educación y el trabajo con las nuevas

generaciones. Hay que trabajar en la preven-

ción, porque, de lo contrario, vamos a vivir

poniendo parches. Bajo esta premisa creamos

Fundación Sí.

¿Qué tan dispuestos a colaborar están los

argentinos?

¡Muy dispuestos! Cuando iniciamos las reco-

rridas nocturnas por el frío en 2009, por ejem-

plo, éramos tres personas. Dos amigas y yo. El

año pasado ya éramos 1.500 voluntarios. La

respuesta de la gente nos sorprende de mane-

ra constante. Cada vez somos más los que le-

vantamos la mirada. Es un fenómeno que está

vinculado con todo un proceso cultural. Los

seres humanos somos solidarios. Estamos des-

pertando.

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