revista emancipaciÓn no.2, enero-abril 2014
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No. 2 Enero-Abril 2014
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EDITORIAL Expulsión definitiva del señor Mayobanex Mueses
Por este medio, hacemos saber al movimiento revolucionario dominicano y al
movimiento revolucionario internacional, que el señor Mayobanex Mueses, ha sido
separado, sin retorno, de nuestra revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA. El Consejo
de Redacción tomó esta decisión atendiendo a las siguientes razones:
Primera razón. La revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA, promueve la unidad de
las fuerzas revolucionarias, de los patriotas, de los marxistas-leninistas; en cambio el
señor Mayobanex Mueses, se coloca en una posición completamente opuesta a la
unidad. Para él todo el mundo es revisionista u oportunista, no hace distinción alguna.
Segunda razón. La revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA, en un ambiente de
crítica, cooperación y ayuda mutua, desea crear un contexto positivo, en el ambiente
revolucionario dominicano, de modo que las organizaciones marxistas que
experimenten divisiones, por el manejo inadecuado de las contradicciones internas,
puedan afrontarlas desde el punto de vista marxista-leninista. Tal fue el caso del PCML
que afortunadamente ya superó la división; en cambio, el señor Mayobanex Mueses,
para evitar la reconciliación y unificación de las filas del PCML se entregó a realizar
todo tipo de intrigas y complots, los cuales fueron descubiertos y derrotados.
Tercera razón. El espíritu escisionista debe ser acorralado, criticado y expulsado donde
quiera que se aloje. No cabe en la izquierda marxista, porque ha sido uno de los factores
que ha motivado que la revolución dominicana se encuentre hoy sumergida en un
oscuro agujero. La fuerza radica en la unidad, la debilidad en la división; las personas
que fomenten la división, al menos en EMANCIPACIÓN PROLETARIA, tienen las
puertas totalmente cerradas.
Cuarta razón. La revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA, se autofinancia en base a
su venta al público progresista. Todo aquel que gire en torno a ella tiene que integrarse a
la venta. ¿Cuál fue la actitud del señor Mayobanex, sobre este particular? No vendió un
solo ejemplar de la primera edición. No vender la revista es conspirar en contra de su
salida estable.
Reiteramos al Partido Comunista Marxista-Leninista de Alemania y a los partidos
marxistas de América Latina, que ya el señor Mayobanex Mueses no forma parte de
nuestra revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA, ha sido separado definitivamente
por su conducta escisionista en extremo. Estaremos muy agradecidos, por su
comprensión ante la medida tomada.
Consejo de Redacción
Revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA
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SECCIÓN 1
ECONOMÍA, DISTRIBUCIÓN DEL
INGRESO Y TÁCTICA POLÍTICA
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AÑO 2013: DESACELERACIÓN ECONÓMICA, RECESIÓN Y ECONOMÍA
POLÍTICA APOLOGÉTICA
En la medida que en el seno del capitalismo la lucha entre las clases sociales
antagónicas se exacerba, la investigación en el campo económico va perdiendo su tinte
neutral y se adecúa al interés de estas clases, mutándose en una economía política
vulgar, como ocurrió en la Europa avanzada del siglo XIX, particularmente a partir del
1830. “La burguesía –dice Marx- había conquistado el poder político en Francia y en
Inglaterra. A partir de este momento, la lucha de clases comienza a revestir, práctica y
teóricamente, formas cada vez más acusadas y más amenazadoras. Había sonado la
campana funeral de la ciencia económica burguesa. Ya no se trataba de si tal o cual
teorema era o no verdadero, sino de si resultaba beneficioso o perjudicial, cómodo o
molesto, de si infringía o no las ordenanzas de policía. Los investigadores
desinteresados fueron sustituidos por espadachines a sueldo y los estudios científicos
imparciales dejaron el puesto a la conciencia turbia y a las perversas intenciones de la
apologética (…)” (Marx -1983-: El capital, Tomo I. Editorial pueblo y educación. La
Habana, Cuba, pág. XXV).
Partido Comunista Marxista-Leninista (PCML)
Introducción
Para elaborar el artículo “AÑO 2013: DESACELERACIÓN ECONÓMICA,
RECESIÓN Y ECONOMÍA POLÍTICA APOLOGÉTICA”, que a continuación
exponemos a la consideración de los lectores de EMANCIPACIÓN PROLETARIA, el
Partido Comunista Marxista-Leninista (PCML), sometió a estudio dos documentos que
aparecen colgados en la página electrónica del Banco Central de la República
Dominicana, bajo los títulos de “INFORME DE LA ECONOMÍA DOMINICANA.
Enero-septiembre 2013”; y “EL BANCO CENTRAL INFORMA LOS RESULTADOS
DEL COMPORTAMIENTO DE LA ECONOMÍA DOMINICANA AL CIERRE DE
2013”.
Nuestro Partido, después de estudiar concienzudamente los informes indicados, sustenta
la idea de que en el año 2013, en la República Dominicana, fuimos testigos de la
reiteración de una economía política apologética (embellecedora del capitalismo), por
parte de la mayoría de las instituciones relacionadas con los asuntos económicos,
particularmente del Banco Central, que ha tendido a esconder el proceso desacelerativo
de la economía dominicana, el retroceso de múltiples actividades productivas, el intenso
proceso de acumulación de capitales, por la burguesía financiera, y las penurias del
proletariado.
Analicemos el primer documento.
Desaceleración de la economía y retroceso de actividades productivas
Una economía se desacelera cuando crece positivamente, pero a un ritmo inferior al
experimentado en períodos pretéritos similares. En el marco del ciclo económico
capitalista, dicho fenómeno genera preocupación e incertidumbre en la clase capitalista,
ya que habitualmente se constituye en el preludio de la recesión, que es cuando la
economía crece negativamente.
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El gobierno burgués danilista, desde que fue instalado en el poder político, junto a su
Banco Central, ha tratado vanamente de mostrar el rostro de una economía en
“crecimiento vigoroso”, no desea que la clase burguesa y la clase proletaria se enteren
del proceso desaceleracionista que acosa a la economía dominicana, puesto que
inmediatamente la primera iría reduciendo el volumen de inversiones y la segunda
arrecia sus demandas de mejoras económico-sociales.
Obreros dominicanos en asamblea exigiendo más empleos y mejores salarios.
¿Qué dicen las cifras del propio Banco Central? Veamos:
Cuadro 1
Producto Interno Bruto
Enero-septiembre 2010-2013
(Año de referencia, 1991)
Período Tasa de crecimiento (%)
2011 4.2
2012 3.9
2013 2.9
Fuente: Banco Centra de la República Dominicana. INFORME ECONÓMICO
DE LA ECONOMÍA DOMINICANA, enero-septiembre, 2013.
Advierta, amigo lector, en el cuadro 1, cómo el ritmo de crecimiento de la economía
dominicana se desacelera en enero-septiembre 2011-2013, al deslizarse a 4.2%,
primero, luego a 3.9%, y finalmente a 2.9%. Esta desaceleración tiene un impacto
igualmente adverso en variables macroeconómicas claves, tales como la producción de
mercancías, el consumo, la inversión privada, el gasto público, las importaciones y el
empleo de la fuerza de trabajo, como lo demostraremos más adelante.
Sin embargo, en su informe económico, el Banco Central, haciendo acopio de su
economía política apologética, es decir, una economía que no hace ciencia, sino que
más bien lo que trata es de mostrar el lado “bello” de la economía capitalista, elude el
fenómeno de la desaceleración.
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En el primer capítulo, del citado informe, destinado a analizar el PRODUCTO
INTERNO BRUTO, el Banco Central se va por la tangente y esquiva el fenómeno de la
desaceleración. Dice:
“Durante el período enero-septiembre de 2013, el Producto Interno Bruto (PIB) en
términos reales experimentó un crecimiento acumulado de 2.9% con respecto a igual
período del año anterior, lo que augura que la economía dominicana estaría creciendo al
cierre de año por encima de la proyección de 3% contemplada en el marco
macroeconómico” (pág. 8). Y agrega: “Este resultado refleja el significativo crecimiento
de 5.5% registrado en el trimestre julio-septiembre, luego de haber crecido a tasas de
0.3% y 2.8%, en los primeros dos trimestres del año, respectivamente” (pág. 8).
Fíjese usted, en primer lugar, cómo el Banco Central ensalza la tasa de crecimiento de
2.9% alcanzada en enero-septiembre 2013, pero no la compara con la alcanzada en
enero-septiembre 2012, tampoco con la de enero-septiembre 2011, pues si lo hiciera
quedaría al descubierto que el ritmo de crecimiento de la economía transita por una
pendiente enjabonada; al no hacerlo cae en la economía política apologética descubierta
y denunciada por Marx. En segundo lugar, el Banco Central afirma, como una cosa
extraordinaria, que la economía estaría creciendo, en el año 2013, por encima de un 3%.
Aquí utiliza también una argucia de muy mal gusto, pues pinta una perspectiva de
crecimiento sin límites: ¡La economía crecerá por encima de 3%! ¿Cuánto? Nadie sabe.
De hecho la economía política apologética lleva al absurdo a “nuestro” Banco Central.
A despecho del optimismo irracional del Banco Central, la desaceleración económica se
ve muy claramente cuando observamos el crecimiento de diversos renglones que dan
cuenta del PIB. Recurramos nuevamente al informe del Banco Central.
Cuadro 2
Renglones del PIB en estado de desaceleración
Enero-septiembre 2010-2013
Tasas de crecimiento
Año de referencia, 1991
Detalle Tasa de crecimiento
2012/2011
Tasa de crecimiento (%)
2013/2012
Sector agropecuario 4.3 3.1
Otras industrias
manufactureras
0.7 0.2
Sector servicio 4.1 2.4
Transporte y
almacenamiento
4.1 1.2
Alquiler de vivienda 3.1 3.0
Administración pública y
defensa
2.3 1.6
Enseñanza 4.1 3.6
Salud 5.6 5.2
Valor agregado 3.3 2.4
Fuente: Banco Centra de la República Dominicana. INFORME ECONÓMICO
DE LA ECONOMÍA DOMINICANA, enero-septiembre, 2013.
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Se destaca la desaceleración del crecimiento del sector agropecuario, lo que pone en
cuestión los aspavientos gobiernistas con las visitas del Presidente Medina a
determinadas comarcas rurales, donde prometió préstamos cuyas cuantías dan lástimas
si se toma en cuenta las necesidades de financiamiento de todo el sector agropecuario.
El Banco Central esconde la desaceleración en el crecimiento del sector agropecuario.
Miren lo que dice: “Para el período enero-septiembre 2013, el sector agropecuario
experimentó un crecimiento de 3.1% en comparación con el mismo período del año
anterior. Dentro de éste, el subsector agrícola registró un aumento de 3.8%, y la
ganadería un 2.2% con relación a igual período de 2012”. (pág. 9). ¡Apología! ¡Señores
del Banco Central no escondan la desaceleración en el sector agropecuario; éste creció
en 3.1%, en enero-septiembre 2013, cuando en enero-septiembre 2012 había crecido
4.3%!
No conforme con lo dicho arriba el Banco Central destaca, con bombos y platillos, que
“El subsector agrícola exhibió un incremento de 3.8% en su valor agregado,
básicamente por el crecimiento de 7.7% obtenido en Otros Cultivos, actividad que
registró una significativa expansión de 15.6% en el trimestre julio-septiembre de 2013”
(pág. 9). Toda persona que lea esta cita, no puede menos que “admitir” una situación
boyante en enero-septiembre 2013, en el subsector agrícola, pero resulta que en el
cuadro que lleva por título “Valor Agregado Sector Agropecuario”, en la página 9, en
el informe del Banco Central, observamos que la tasa de crecimiento del subsector
agrícola, en enero-septiembre 2012, fue de 8.5%, mientras que en enero-septiembre
2013 se desploma a 3.8%. ¿Cómo se llama este descenso? Desaceleración del
crecimiento. ¡Aunque la mona se vista con seda, mona se queda!
Cuando el informe del Banco Central se interna a informar sobre el desempeño del área
industrial, en el campo de Minas y Canteras, la economía política apologética derrocha
un cinismo incomparable. Dice: “En el período enero-septiembre 2013 el valor
agregado de esta actividad continuó su dinámica expansiva, al experimentar un
crecimiento de 217.1%. Este comportamiento se debe principalmente a una mayor
explotación de los yacimientos de oro y plata, por el inicio de las operaciones de la
minera Barrick Gold en Pueblo Viejo, los cuales vieron aumentar su producción en
4,532.0% y 473.0%, respectivamente” (pág. 11). Para la economía burguesa apologética
lo importante es presentar números, cifras. En cambio, desde el punto de vista de la
economía política marxista, la presentación de cifras muertas, sin examinar cómo se
lograron, no tiene sentido desde el interés popular. En efecto, el incremento del valor
agregado de la actividad minera, a cuenta del aumento de la explotación de los
yacimientos de oro y plata, en Pueblo Viejo, por la Barrick Gold, representa una afrenta
para la patria pues el contrato que la faculta para ello constituye un engaño y un robo
como quedó demostrado en el análisis que al respecto hiciera en esta revista,
EMANCIPACIÓN PROLETARIA, primer número, de fecha septiembre-diciembre
2013, el señor M.L. Chu. Luego relievar el “aporte” de Barrick, en verdad constituye
una burla grotesca a la dignidad del pueblo dominicano.
El Banco Central, en su informe, no sólo elude la desaceleración de la economía,
también esconde que una gran cantidad de actividades productivas, su ritmo de
crecimiento ha retrocedido, en consecuencia viven una situación de recesión; al esquivar
esta realidad, dicho banco, amplia el camino de la economía política apologética. En los
cuadros 3 y 4, se observa cómo actividades acusaron tasas positivas de crecimiento en
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enero-septiembre 2012, en cambio, en el mismo período del año 2013, asumieron tasas
negativas de crecimiento; también se puede advertir cómo actividades pasaron de tasas
negativas de crecimiento, a tasas negativas de crecimiento de mayor magnitud, de un
período a otro. En cualquier caso la recesión estuvo allí presente. En esta nueva faceta
del informe del Banco Central se evidencia, con una claridad particular, su manía de
esquivar la economía política esclarecedora de la realidad y trillar el camino
apologético.
Cuadro 3
Indicadores recesivos del Subsector Agrícola, por Rama de Actividad
Enero-Septiembre 2012-2013, Tasas de Crecimiento (%)
Concepto Tasa de crecimiento
(2012/2011 enero-sept.)
Tasa de crecimiento
(2013/2012 enero-sept.)
Arroz -0.1 -1.7
Caña de Azúcar 9.5 -5.5
Café en Cerezos -1.1 -40.1
Cacao en Grano 39.0 -4.9
Guandules 18.5 -5.0
Yuca -1.1 -3.7
Yautía 3.9 -9.0
Ñame 0.4 -8.2
Naranja Dulce 26.8 -10.1
Cebolla -28.6 -15.2
Ajo 42.0 -37.0
Zanahoria 13.8 -14.2
Fuente: Banco Centra de la República Dominicana. INFORME ECONÓMICO
DE LA ECONOMÍA DOMINICANA, enero-septiembre, 2013.
Cuadro 4
Recesión en la Manufactura Local, Enero-Septiembre 2012-2013
Tasas de Crecimiento (%)
Concepto Tasa de crecimiento
(2012/2011 enero-sept.)
Tasa de crecimiento
(2013/2012 enero-sept.)
Manufactura Local 1.8 -0.3
Elaboración de Productos
de Molinería
-5.5 -2.1
Elaboración de Azúcar 4.7 -1.9
Elaboración de Bebidas y
Productos de Tabaco
9.2 -3.3
Elaboración de Productos
de Refinación de Petróleo
14.6 -8.9
Fuente: Banco Centra de la República Dominicana. INFORME ECONÓMICO
DE LA ECONOMÍA DOMINICANA, enero-septiembre, 2013.
El PIB por el enfoque del gasto, la desaceleración y la apologética
En la página 18 de su informe, el Banco Central expone sobre el PIB visto por el lado
del gasto macroeconómico: consumo privado, inversión privada, gasto público,
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exportaciones e importaciones; en esta parte la apologética alcanza un nivel máximo.
¿Cómo se manifiesta? Veamos:
El consumo privado constituye el aporte principal en la conformación del PIB; en
enero-septiembre 2012 representó el 87% del PIB, en el mismo período para el año
2013, disminuyó levemente a 85%. De modo que el ritmo de crecimiento del PIB
depende del ritmo de crecimiento del consumo privado. Para el Banco Central, esta
supremacía no tiene mucha importancia. En su informe divaga del modo siguiente:
“Asimismo, cabe resaltar el crecimiento de 2.9% experimentado por el consumo final en
el trimestre julio-septiembre, influenciado por el incremento de 3.4% en el consumo
privado, cuyo comportamiento estuvo influenciado principalmente por las medidas de
política tendentes a estimular el consumo y la inversión privada, mediante el incremento
del crédito al sector privado.” (pág. 18). (El subrayado es nuestro. M.L.). A despecho de
estas divagaciones, cuando vamos al informe, descubrimos que el crecimiento del
consumo privado, pasó de un pálido 1.8% en enero-septiembre 2012 a un, no menos
pálido, 0.6% en el mismo lapso del año 2013; su crecimiento, pues, se desplomó. ¡La
realidad, señores del Banco Central, no se puede ocultar con trucos, ella existe
independientemente de vuestros deseos!
El sector externo permeado por la apologética
Al informar sobre el sector externo de la economía, el Banco Central en su documento,
se adhiere aún más a la apologética. Allí leemos:
“Durante el período enero-septiembre de 2013 el sector externo dominicano ha logrado
mantener su tendencia positiva, a pesar de la lenta evolución del entorno internacional.
Los resultados para el período muestran un desempeño satisfactorio del sector externo
dominicano, con un resultado global positivo de US$137.3 millones, y una reducción
del déficit en cuenta corriente en US$1,139.1 millones”. (pág. 22).
Así razona el Banco Central; como de costumbre en su discurso se trata de esconder la
realidad, pues en los cuadros estadísticos que presenta en la página 23, queda al
descubierto que la reducción del déficit en cuenta corriente corrió a cargo no tanto del
aumento de las exportaciones de bienes y servicios, que apenas presentó una variación
absoluta de US$536.1 millones, como de la reducción de las importaciones de bienes y
servicios, que montó los US$1,002.9 millones, es decir, la baja en las importaciones fue
casi el doble del aumento de las exportaciones, por tanto, la reducción del déficit tuvo
como motor fundamental la caída de las importaciones, alentada por la desaceleración
en el crecimiento del PIB, por aquello de la función dependiente de las importaciones
respecto al producto agregado.
Ajuste fiscal antipopular adornado por la apologética
En el capítulo V de su informe, “COMPORTAMIENTO FINANCIERO DEL
GOBIERNO CENTRAL”, que comienza en la página 35, el Banco Central hace lo
imposible para esconder los estragos de la política fiscal sobre las clases trabajadoras.
Dice: “En enero-septiembre de 2013, las operaciones fiscales del Gobierno Central
arrojaron un déficit de RD$39,624.9 millones, equivalente a 1.6% del PIB estimado
para 2013, cifra que contrasta positivamente con el déficit de RD$139,695.3 millones de
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pesos en el mismo período del año anterior. Este ajuste fiscal, equivalente a 3.9% del
PIB fue sustentado por la combinación de una reducción del gasto público de 14.3% y
un aumento de los ingresos de 12.5% respecto a igual período del pasado año”. (pág.
35). (El subrayado es nuestro. M.L.).
Advierta usted, amigo lector, la oración subrayada de la cita que hemos realizado arriba,
donde el Banco Central da cuenta del déficit descomunal en que incurrió el gobierno
central en enero-septiembre de 2012. Su interés por ocultar la realidad es tan grande que
de una desgracia como esa, apenas dice eufemísticamente que “… en el mismo período
de 2012 la inversión pública había aumentado considerablemente bajo el influjo del
ciclo electoral”. (pág. 36). Señores del Banco Central, no estamos hablando de cualquier
aumento del déficit fiscal, estamos hablando de algo verdaderamente monstruoso que
ustedes intentan minimizar. En el período discutido, enero-septiembre, año 2010, el
resultado financiero del gobierno central apenas fue de -4,265.5 millones de pesos, en
enero-septiembre 2011, año pre-electoral, asciende a -37,321.4 millones de pesos,
aumentando en 775%; y en enero-septiembre 2012, año de las elecciones presidenciales,
se dispara a -139,695.3 millones de pesos, casi cuatro veces más elevado que en el
período anterior.
El desbocamiento del gasto público con fines electorales, para garantizar la continuidad
en el gobierno del mismo partido que tras 12 años de administración no puede mostrar
nada, absolutamente nada, que haya hecho a favor de las clases sociales oprimidas, fue
el pretexto utilizado para acometer el paquetazo fiscal, en el año 2012, cuyos efectos
antipopulares todavía se dejarán sentir en todo el año 2014. Naturalmente el Banco
Central oculta estos hechos asumiendo, pues, una postura eminentemente política.
Para el gobierno central dominicano reducir su déficit, en enero-septiembre de 2013, a
RD$39,624.9 millones, cuando en enero-septiembre de 2012, el leonelismo lo había
llevado a RD$139,695.3 millones, en una santa alianza con el FMI, está llevando a cabo
una política de ajuste, probablemente la más antipopular que registra la historia
nacional, por el lado tanto de los ingresos como del gasto. Esta política genocida ha sido
ocultada por el informe del Banco Central. Analicemos la situación.
De enero-septiembre 2012 a enero-septiembre 2013, los ingresos totales del gobierno
central aumentaron en RD$29,777.4 millones; de este total RD$22,035.1
correspondieron a ingresos tributarios, es decir, el 74% del incremento en los ingresos
del gobierno provino de los impuestos cargados a la población. Pero lo que es peor
todavía es que de la aplicación del ITBIS se recaudaron RD$15,121.1 millones, por lo
que el 68% del aumento en los ingresos tributarios descansó en un impuesto regresivo
como el ITBIS, mientras el aporte del empresariado capitalista en base al impuesto
sobre los beneficios, fue prácticamente insignificante. Es muy claro, los ingresos
tributarios del gobierno aumentaron merced a los bolsillos de los obreros, campesinos y
la pequeña burguesía urbana, mientras que los grandes magnates del capital siguieron
amasando fortunas. Así funciona el capitalismo, los desvalidos son arrinconados y los
ricos actúan a sus anchas.
El ajuste fondomonetarista por el lado del gasto público fue también devastador. En el
informe del Banco Central se lee:
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“Los gastos totales del Gobierno Central ascendieron a RD$318,281.0 millones en
enero-septiembre de 2013 para una reducción de RD$53,213.9 millones respecto a lo
erogado en el mismo período del año anterior. Dicho ajuste se explica en su totalidad
por la contracción del gasto de capital debido a la política de austeridad implementada
por el gobierno” (pág. 37).
El Banco Central ha confesado la reducción del gasto público en RD$53,213.9 millones.
Sin embargo, algunas partidas experimentaron incrementos y otras reducciones, con lo
que quedó al descubierto la presencia de una determinada concepción del ajuste. De
inmediato desenredaremos este embrollo.
En enero-septiembre 2012 el gasto total fue de RD$371,494.9 millones; en el mismo
período del año 2013 fue de 318,281.0, por lo que efectivamente se redujo en
RD$53,213.9 millones como afirma el Banco Central; ahora, la partida que más sufrió
esta reducción, fue la referida al gasto de capital, particularmente el componente
inversión fija: viviendas, calles, carreteras, hospitales, escuelas, etc., que sufrió una
caída de RD$73,274.7 millones, en cambio el gasto corriente, en particular el
componente servicios personales (sueldos, salarios, viáticos, combustible, etc.),
aumentó en RD$20,060.8 millones; igualmente las transferencias corrientes, a favor de
la burguesía que maneja el negocio eléctrico, aumentaron en RD$3,071.8 millones.
No cabe la menor duda. El ajuste fiscal fondomonetarista ha tenido dos afilados
cuchillos. Un cuchillo se lo enjuga al pueblo humilde a través de impuestos indirectos,
regresivos. El otro cuchillo se lo clava al gasto en viviendas populares, calles,
carreteras, edificios hospitalarios y de educación, al tiempo que facilita el aumento del
gasto en sueldos y salarios para mantener cautivo el voto electoral partidario, así como
el subsidio eléctrico para que la burguesía de este ramo siga engordando. Luego, ¿dónde
se aloja la economía política apologética de “nuestro” Banco Central? En la
presentación de cifras frías sobre el comportamiento financiero del gobierno central, en
encubrir el carácter de clase burgués de la política de ajuste fiscal y en no condenar el
saqueo de que ha sido víctima la economía precarísima de nuestros trabajadores, a
través del paquetazo fiscal.
Burguesía financiera, acumulación y Banco Central
En la página 46 de su informe, el Banco Central presenta algunos datos sobre el sector
financiero, elevando la economía política apologética a la estratósfera; en la citada
página presenta un cuadro, respecto a la estructura institucional del sector, de una
manera tan “ingenua”, que provoca ganas de llorar. Nos dice que en enero-septiembre
2012, había 75 instituciones en el sistema financiero; en el mismo período en el año
2013, esta cifra se reduce a 66, se produjo evidentemente una centralización de capital
cuya base de desarrollo no es sino la supremacía de los más grandes sobre los más
pequeños. La centralización del capital es una ley del capitalismo. Naturalmente el
Banco Central esconde esta ley en su informe.
Los beneficios de las instituciones financieras son verdaderamente elevados. “En el
período enero-septiembre 2012, -dice el Banco Central en su informe- los beneficios
preliminares netos alcanzados por el sector financiero ascendieron a RD$15,474.1
millones, superiores en RD$3,239.9.5 millones (26.5%), a los obtenidos en el mismo
período de 2012.” (pág. 48). (El subrayado es nuestro. M.L.). ¿Dónde está la
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apologética?, en el hecho de que el Banco Central otorga la información y nada más. No
compara, este beneficio, con el nivel de beneficios en otros sectores económicos, en la
industria, en la agricultura, etc. Y no hace la comparación precisamente porque de
inmediato se vería la diferencia abismal en la participación relativa de cada una de las
fracciones componentes de la clase social burguesa, en los beneficios totales generados
en la economía capitalista dominicana. La burguesía financiera ejerce un liderazgo
aplastante en la absorción de una parte significativa de los beneficios totales, dando
cuenta del parasitismo, del financierismo de toda economía capitalista, en la época
imperialista.
Declaraciones del Gobernador del Banco Central y la apologética
Lic. Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, alto exponente de la economía política
apologética de la República Dominicana.
Pasemos ahora a estudiar el segundo documento.
Las declaraciones dadas a la prensa nacional, por el señor Gobernador del Banco
Central, el Lic. Héctor Valdez Albizu, el pasado 16 de enero del presente año 2014, en
relación al comportamiento de la economía dominicana al cierre del año 2013, que a
continuación, el PCML analizará, para que nos eduquemos respecto a la apologética y
sofismas a que recurren los intelectuales orgánicos de la burguesía para justificar el
régimen de explotación que padecen principalmente los obreros y campesinos pobres,
van en la misma dirección clasista descrita por el informe económico enero-septiembre
2013, arriba analizado.
El señor Gobernador informó que la economía había crecido en 4.1% en el año 2013. El
Banco Central ha armado un alboroto con este 4.1%; sin embargo, en este “gran”
crecimiento hay tres elementos que son ocultados. Pasemos a desglosarlos.
Primero, las instituciones que se encuentran directamente vinculadas en la confección
de la política económica, generalmente acogen tasas proyectadas de crecimiento
inferiores a las que ellos vislumbran serán las que finalmente acusará la economía, en
términos efectivos, con el fin de lograr un golpe de impacto. Mostrar el vigor de la
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economía capitalista, que alcanza una tasa efectiva de crecimiento superior a la
proyectada. He aquí en acción la apologética, el engaño; que la economía dominicana
creciera 4.1%, cuando se pronosticaba un 3.0%, no es muestra de ningún vigor, lo que
pone de manifiesto, es la viveza administrativa de seleccionar un crecimiento
proyectado inferior al efectivo.
Segundo, la escogencia de una tasa proyectada de crecimiento equivalente a un 3.0%,
para el año 2013, delató prontamente la intención desaceleradora de la economía, por
parte del gobierno danilista, puesto que en el año 2012 la economía dominicana había
crecido en un 3.9%, es decir, la proyección fue inferior en 0.9 puntos porcentuales, lo
que implicaba someter la economía a la política depresiva que en estos casos dicta el
FMI.
Tercero, la tasa de 4.1%, en el año 2013, cuando es comparada con el crecimiento de
3.9%, en el año 2012, la primera es superior a la segunda, en apenas 0.2 puntos
porcentuales. De hecho el crecimiento económico, en el año 2013, fue igual al
crecimiento del año 2012. La economía se quedó estancada. ¡Es por este estancamiento
que el Banco Central arma todo un alboroto!
¿Cuáles sectores contribuyeron decisivamente con el anunciado crecimiento de 4.1%, en
el año 2013? El señor Gobernador cita dos: el sector construcción que creció en 7.3% y
la minería que creció 151%. De estos dos, piensa nuestro Partido, el predominante fue la
minería. Pero el crecimiento de este último sector, en las condiciones que opera, con un
contrato de explotación depredador del oro de Pueblo Viejo, a favor de la transnacional
Barrick Gold, debe ser anotado como contracrecimiento en el largo plazo, en la medida
que vulnera nuestra naturaleza. A la burguesía no le importa la depredación de los
recursos naturales, por las transnacionales. A esta burguesía lo que le interesa es
presentar tasas positivas de crecimiento, aunque fuere a contra pelo de la vida misma de
la nación dominicana.
El crecimiento altísimo de la minería, 151%, contrasta con el crecimiento pírrico del
sector agropecuario, 4.4%; la manufactura local 0.5%; zonas francas, 2.5% y el sector
servicio, 3%. Este cuadro, crecimiento asombroso de un sector (minería) y crecimiento
pírrico de los demás sectores económicos, pone sobre el tapete el desarrollo caótico del
capitalismo dominicano, la anarquía de la política económica que experimenta bandazos
conforme a los dictados de las denominadas fuerzas del mercado, que hoy actúan bajo el
influjo directo de las transnacionales, especialmente de la Barrick Gold.
Pero donde queda completamente al desnudo, el alboroto, sin base, armado por el
Banco Central, con motivo del “gran” crecimiento económico de un 4.1%, en el año
2013, es cuando el señor Gobernador al analizar la situación del desempleo en la
República Dominicana, admitió que “los resultados de la referida encuesta muestran que
entre octubre 2012-octubre 2013 se generaron unos 69,801 empleos netos en la
economía dominicana, crecimiento similar al experimentado por la población
económicamente activa en igual período, lo que explica que aunque se generaran esos
nuevos empleos, la tasa de desocupación se mantuviera igual”. (El subrayado es
nuestro. PCML). En otras palabras, hemos tenido un crecimiento económico que no
impacta positivamente en la reducción del desempleo. ¡Tremendo crecimiento!
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Veamos ahora la apologética en el sector externo. Muy orondo, nuestro Gobernador
exclama que “En cuanto a la cuenta corriente,… que para el cierre de 2013 el déficit
como porcentaje del PIB fue de 4.5%, experimentando una mejora significativa al
reducirse en 2.2 puntos porcentuales con respecto al 6.7% del PIB registrado en 2012.
Este resultado se explica por el aumento de las exportaciones de bienes y servicios así
como de las remesas y por la disminución de las importaciones”.
¿Cómo se redujo ese déficit? “Aumentando” las exportaciones y reduciendo las
importaciones. Las exportaciones de bienes y servicios, según los datos ofrecidos por el
señor Gobernador, aumentaron en US$627.20 millones (US$523.1 millones en la
exportación de bienes y US$104.1 millones en remesas), en cambio, las importaciones
nacionales disminuyeron en US$1,039.4 millones (US$351.6 millones de la factura
petrolera y US$864.5 millones en el renglón bienes). De modo que el aumento de las
exportaciones apenas fue el 60% de la reducción de las importaciones, o sea, el
mejoramiento del déficit en cuenta corriente, corrió a cargo no tanto del aumento de las
exportaciones como de la reducción de las importaciones, diezmando el crecimiento de
la economía, que tuvo menos posibilidades de incrementar la disponibilidad energética
y de bienes de capital.
Las confesiones del señor Gobernador, les sacan la alfombra al alboroto, y colocan a
plena luz del día la economía política apologética, patrocinada por una institución que
se presenta como sacrosanta, cuando en verdad se encuentra plenamente al servicio de
los peores intereses de la burguesía dominicana, en particular de la parasitaria burguesía
financiera.
Perspectivas económicas para el año 2014
Las perspectivas de la economía dominicana para el año 2014 son ominosas. No
importa que el Banco Central, el Presidente Medina y el neofascismo del PLD traten de
distorsionar la realidad. Los problemas históricos de la balanza de pagos,
específicamente en su cuenta corriente persistirán. Son de esencia estructural. No son
coyunturales.
La brecha entre el valor de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios,
tenderá a incrementarse, habida cuenta el incesante incremento en la importación de
bienes y la limitación exportadora en este renglón que acusa la economía dominicana.
La extracción de recursos del seno de la clase obrera y del campesinado, se intensificará
en el 2014 a causa de la aplicación plena del paquetazo fiscal, lo que debilitará el
consumo privado y por tanto el crecimiento del producto agregado.
La desocupación de fuerza de trabajo no cesará, el capitalismo dominicano
prácticamente no genera empleos dignos, cada vez mayores contingentes de la
población económicamente activa, son arrojados al sector informal de la economía,
donde son abatidos por el desempleo disfrazado.
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Así viven los hijos de obreros dominicanos desocupados.
La burguesía financiera continuará sirviéndose con la cuchara grande, intensificando la
acumulación de capitales, mientras que áreas productivas de la economía operarán
subordinadas al sector financiero, como ha ocurrido hasta ahora.
En el plano externo, la economía dominicana no puede esperar mucho de las economías
de los países imperialistas dominantes, ya que los más afortunados vegetan en pálidos
procesos de crecimiento y otros están atrapados por agudos procesos recesivos.
Las economías de los países imperialistas poseen un alto nivel de desocupación de fuerza de trabajo. El
caso español es dramático.
Ante esta situación el PCML llama a los obreros y los campesinos a incrementar la
lucha para lograr una república democrático-popular en ruta hacia el socialismo.
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A PROPÓSITO DE LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO
Dr. Manuel Linares
Introducción
En el mes de junio, del año 2013, el Frente Amplio, convergencia de fuerzas
democráticas de la República Dominicana, del cual el Partido Comunista Marxista-
Leninista (PCML), forma parte, realizó un evento público, en un hotel de la capital,
sobre la distribución del ingreso.
En dicho acto participaron, como expositores, renombrados intelectuales y políticos
dominicanos. A causa del nivel científico que acusó, la actividad indicada, la prensa
nacional se vio compelida a darle una publicidad inusual.
Los patriotas y marxistas dominicanos felicitamos al Frente Amplio, por ese gran
seminario. La capacitación de nuestros miembros y de la población es clave para que la
revolución avance. Elogios similares hay que prodigarles a AR, MPT, PCT y otras
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organizaciones revolucionarias, que igualmente están enfatizando en la educación y el
debate.
Para aportar al entendimiento del tema, en discusión, acudimos a nuestra obra, El
capitalismo dominicano. Del tomo I, tomé el epígrafe 1.3.8 Convergencia real de renta,
página 20; del tomo II, tomé el epígrafe 11.8.8 Balance del fracaso en el renglón de la
distribución equitativa del ingreso en la República Dominicana, página 616. De esta
unión ha surgido el ensayo que en estos momentos estoy publicando, el cual contiene
cuatro partes. La primera referida a la problemática distributiva del ingreso a nivel de la
economía mundial capitalista. La segunda ventila el problema a nivel de la República
Dominicana. La tercera examina la problemática distributiva en una perspectiva de
largo plazo. En la cuarta se hace un resumen del balance en lo referente a la
distribución del ingreso.
A. La pretendida convergencia real de renta a nivel de la economía mundial
capitalista
El mundo capitalista dice alentar la esperanza de que la globalización de la economía
mundial, tenga como resultado final una convergencia real de renta y que no se
verifique el estribillo “los países ricos se hacen cada vez más ricos, mientras que los
países pobres se hacen cada vez más pobres”.
Sin embargo, el seguimiento de lo que ha ocurrido en el mundo económico, desde el
inicio de la globalización, atestigua la existencia de una divergencia de renta,
confirmándose el estribillo arriba citado. Esta divergencia históricamente se ubica en la
gestación y concreción de la revolución industrial, que tuvo como cuna a Inglaterra. Allí
arranca la divergencia de renta en los países que integran el Norte y los del Sur.
La primera globalización (1870-1914) aceleró la tendencia hacia la divergencia de renta,
por habitante en el mundo, a causa de la industrialización de Europa y la persistencia del
subdesarrollo en el resto del mundo. Antes de que empezara el proceso de
globalización, la diferencia entre los países más ricos y los más pobres, en lo que
concierne al nivel de renta, era de 4 a 1; al final del proceso (año 1913), dicha diferencia
aumentó a un peldaño de 10 a 1.
En la segunda ola de globalización, que comienza en 1950, se está produciendo un
fenómeno inverso, el Sur se industrializa y el Norte se desindustrializa. Se ha verificado
una cierta convergencia de renta, por habitante, entre países ricos y países de reciente
industrialización, pero se ha ensanchado entre los primeros y los países más pobres. En
el año 1960 las diferencias de renta, por habitante, entre la media de los países de la
OCDE y la de los más pobres era ya de 30 a 1, mientras que en el 1997 se situó en 74 a
1. El PNUD (PNUD (2001): Informe sobre el desarrollo humano 2001. Poner el
adelanto tecnológico al servicio del desarrollo humano. Ediciones Mundi-Prensa,
México, p. 185), sitúa para el año 1999, el PIB por habitante, para países de alto
ingreso, en US$23,981.8; y en US$1,002.4, para los países de ingreso bajo, por lo que
la variación porcentual de uno y otro con respecto a los valores alcanzados en el año
1994, fue de 19.19% y –17%, respectivamente. Luego, para el caso de los países de bajo
ingreso, lo que se produjo en la postrimería del siglo pasado fue un retroceso en la
convergencia.
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La organización de las Naciones Unidas, en su World Investment report 2002, encontró
la existencia de diferencias como esta: en Haití el producto per cápita, en el período
1990-2000, apenas fue de US$499.2, mientras los EE.UU. alcanzó uno de US$32,962.0,
es decir, éste fue 66 veces mayor que aquél, para una diferencia relativa de 6,502.96%.
Igualmente, Sánchez Inarejos (2001), en su libro La globalización al desnudo,
apoyándose en publicaciones del PNUD, testimonia también que “(…) después de dos
siglos de desarrollo económico, técnico y social extraordinarios, los pobres de hoy son
más y más pobres que los de 1820. Efectivamente, en 1820 la población total del
planeta era de alrededor de 1,200 millones de personas. Hoy, los pobres de la tierra,
aquellos que sobreviven con menos de un dólar diario, son más de 1,200 millones.
Pero, encima de ser más en cantidad, también su pobreza es más atroz. Un dólar al día
equivale a 365 dólares al año…ni en 1820, ni en 1900, había un solo país con renta per
cápita inferior a 365 dólares, mientras que en 1992 Etiopía y Congo no llegaban a esa
cantidad”. (Sánchez, J. -2001-: La globalización al desnudo. Edición, Chaos-Entropy.
Madrid, pp. 85-86).
El aumento acelerado de la población, en los países más pobres, es tomado como uno de
los factores explicativos de la aludida divergencia en la renta per cápita. En el 1960 el
60% de la población mundial estaba localizado en los países menos desarrollados, y
aumenta a un 80% en el 1999. Un segundo factor es, sin lugar a dudas, la tecnología,
cuyo avance en el campo de la información proporciona ventaja competitiva a aquellas
personas de mayor preparación académica, como suele ocurrir en los países ricos, en
perjuicio de la fuerza laboral menos cualificada del subdesarrollo; la corrupción
administrativa, la aplicación de políticas económica y social empobrecedoras, en los
países menos desarrollados, atizan también la divergencia.
El enfoque crítico expuesto, de hecho colisiona con otros enfoques que lanzan loas a la
globalización. Se aduce que “la globalización genera un proceso de destrucción
creadora, como el que magistralmente describió Joseph Schumpeter en su visión del
desarrollo”; “la globalización económica y el progreso tecnológico…han propiciado
indudablemente un crecimiento espectacular en la renta y en el bienestar del género
humano”; “los ciudadanos de Japón tienen ahora una renta personal treinta veces mayor
que sus antepasados de aquella época”; “los norteamericanos son también veinte veces
más ricos”; “los europeos multiplicamos casi por quince la renta de nuestros ancestros y
hasta los africanos han logrado, cuando menos, triplicar el nivel de vida existente al
principio del período considerado (1828-1998)”. (Toribio, J., 2003: Globalización,
desarrollo y pobreza. Monografía 12. Edición, Círculo de Empresarios. Madrid, pp. 58-
70).
Empero las presunciones optimistas, en torno a la globalización, se derriten rápidamente
cuando son contrastadas con la realidad. Held y Mcgrew, a lo largo de su obra,
Globalización/antiglobalización, presentan un conjunto de tablas, de las cuales se
pueden extraer algunas evidencias empíricas, en adición a las que se exponen en nuestra
Tesis Doctoral, que ponen en cuestión las presunciones optimistas aludidas: en el
período 1990-2002, los usuarios de Internet en el mundo se expandieron
espectacularmente en 19,130.77%, pero este salto se confinó a 11 países desarrollados y
a 4 de reciente industrialización, los países menos desarrollados no aparecen allí;
igualmente mientras el promedio de unos quince primeros países (usuarios de Internet
por cada mil habitantes) fue de 328.16, el promedio mundial apenas alcanza 46.75,
aventajando los primeros al mundo en 70,094.65%. De este modo no puede verificarse
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convergencia alguna. (PNUD -2001-: Informe sobre el desarrollo humano 2001. Poner
el adelanto tecnológico al servicio del desarrollo humano. Ediciones Mundi-Prensa,
México, pág. 185).
Cuando nuestros sentidos chocan con los hechos económicos actuales, sentimos la
sensación de que efectivamente algunas naciones exhiben abundantes recursos que se
manifiestan en una sustancial mejoría en la vida de sus habitantes; tal es el caso de la
mayoría de los países que constituyen la OCDE. Sobre este particular, hasta partidarios
de la globalización, como Wolf (2004), en su obra, Why globalization Works, lanzan
críticas a la dirección de los países desarrollados, por el desnivel que se observa en el
tratamiento a los países subdesarrollados: así, Prakash dice que Wolf “(…) protesta
contra las autoridades cobardes e incompetentes de las naciones ricas, que les piden a
las más pobres que liberalicen el comercio pero no eliminan los subsidios a sus propios
productores”. (Loungani, P. -2004-: Gracias por la globalización. Crítica al libro “Why
globalization Works”, revista “Finanzas y Desarrollo” del FMI, septiembre de 2004,
volumen 41, número 3, pág. 52).
En el plano de la reflexión y la abstracción, el discernimiento de la realidad es mucho
más obvio. Existe un malestar en la globalización, el proceso no está siendo conducido
con inteligencia, pluralidad y con el debido respeto al derecho ajeno. (Ramón
Fernández., realiza un exhaustivo examen de los movimientos antisistémico a que está
dando lugar el malestar en la globalización, en su ensayo “Un recorrido histórico por los
procesos antagonistas del siglo XX y perspectivas para el XXI”, que aparece en el libro
Globalización capitalista). Muchas crisis explotan y se extienden a todo el orbe; es
como si también, la crisis que antes tenían un impacto local, ahora tienden a
globalizarse y a generalizarse: la crisis de la deuda externa, los sucesivos choques de
precios del petróleo, la crisis financiera mejicana de 1994 y la crisis asiática. La
prosperidad [pongamos este vocablo entre comillas: “prosperidad”] que trajo consigo la
globalización en el decenio de los noventa del siglo XX, se convirtió en el hábitat del
cual emergió la semilla de la destrucción, como diría Stiglitz. (Véase a Stiglitz, J. -
2003-: Los felices 90. La semilla de la destrucción. Editorial Taurus. Madrid). (El
corchete es nuestro. M.L.).
Sin dudas, la globalización no es factor de convergencia de rentas, es un factor que atiza
la desigualdad: porque modifica la correlación de fuerzas a favor del capital y en
perjuicio del trabajo; profundiza el desajuste entre los espacios con capacidad
reguladora pública y los espacios en los que opera y se reproduce el capital; porque la
mundialización del modelo de producción y consumo dominante en los países
desarrollados produce un impacto ecológico de rango también global; y porque el auge
de las finanzas mundiales y la fragilidad que le acompaña conciernen a su propio
ámbito, pero, a la vez generan un riesgo sistémico, que amenaza el funcionamiento de la
economía en su conjunto. (Síntesis de proposiciones de distintos investigadores: Lester
Thurow, Vandana Shiva, Luis Ángel Rojo, y Ángel Martínez González-Tablas,
realizada por Luís Méndez Francisco en su artículo “Globalización y desigualdad” que
aparece en la revista española del Instituto de Sociología Aplicada de Madrid,
denominada Cuadernos de Realidades Sociales, Núm. 59-60, enero 2002, pp. 86-88).
El planteamiento de la convergencia de renta, a que supuestamente daría lugar la
globalización, en nuestra opinión, se fundamenta en la teoría dominante de la
distribución de la renta en la economía moderna, expresada en el enfoque neoclásico de
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la productividad marginal, como lo pone de manifiesto T. Palley, en su ensayo Income
distribution. (Palley, T. (2003): “Income distribution”. En Postkeynesian economics.
Printed in Great Britain, pp. 181-185). Este enfoque concibe al capital como un factor
productivo y argumenta una relación inversa, de característica monotónica, entre la tasa
de beneficios y la cantidad de capital empleado en el proceso de producción; esta
relación obviamente se constituye en el determinante principal de la demanda de capital.
La oferta de capital viene influida por un portafolio del capital demandado y,
finalmente, el equilibrio de la tasa de beneficio y el volumen de capital, se localiza en la
intersección de las curvas de oferta y demanda de capital. Por el lado del trabajo, éste
también es concebido, por el susodicho enfoque, como un factor productivo, argumenta
una relación inversa, de característica monotónica, entre la tasa salarial y la cantidad de
trabajo empleado; esta relación constitúyese en el determinante de la demanda de
trabajo. La oferta de trabajo viene determinada por la selección de la maximización de
la utilidad por encima del tiempo de ocio y el ingreso de mercado y, finalmente, el
equilibrio de la tasa de salario y el nivel de empleo, viene determinado por la
intersección de las curvas de oferta y demanda de trabajo. (Palley, T. -2003-: “Income
distribution”. En Postkeynesian economics. Printed in Great Britain pág. 181).
El desarrollo de los acontecimientos, en el capitalismo globalizado, indica que el
soporte teórico de la convergencia de renta ha fracasado, puesto que la emergencia de
mercados extraños a la competencia perfecta (base principal del enfoque neoclásico de
la productividad marginal), la resistencia a la flexibilidad de los mercados de trabajo, la
presencia de uniones comerciales que regionalizan a la economía mundial, echan de
bruces las presunciones analíticas arriba enunciadas, haciendo patente la necesidad de
nuevas explicaciones que tomen en cuenta factores como la propiedad de los recursos
productivos, la asimetría del progreso tecnológico y el grado y calidad de la
intervención gubernamental en la economía.
Argüir una supuesta convergencia de renta, en el marco de la economía mundial
capitalista y en particular en su fase imperialista caracterizada por el predominio del
monopolio sobre la competencia, es pura ficción. La concentración y centralización del
capital constituyen la base para la formación y el desarrollo de los monopolios como
una ley general y fundamental de la fase actual de desarrollo del capitalismo,
atestiguaba Lenin. La tendencia capitalista a incrementar la explotación obrera, con el
fin de atenuar la ley tendencial al decrecimiento de la tasa de beneficio restringe y
elimina los espacios para que se produzca una convergencia de renta. Es imposible
eludir el decremento tendencial de la tasa de beneficio y al mismo tiempo preconizar
por una convergencia de renta; son eventos completamente opuestos que surgen de
teorías burguesas y pequeño-burguesas de la globalización, hoy en franca bancarrota,
que les crean ilusiones a los pueblos oprimidos por el sistema imperialista mundial,
respecto a la posibilidad de acceder a un capitalismo “controlado”, a un capitalismo
“civilizado” o “domado”.
El camarada Stefan Engel, asevera: “Los críticos pequeñoburgueses de la globalización
no pueden comprender, con su modo de pensar pequeñoburgués, que la base económica
del nuevo orden social socialista ya es preparada en el viejo… A partir del desarrollo de
la técnica moderna la socialización de la producción se produjo a escala internacional y
fue llevada hasta su extremo. Esto requiere una gran producción que crece
permanentemente, en la cual las conexiones de la producción deben disponerse cada vez
más según un plan y sistema sin que se afecten las relaciones de explotación.
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Actualmente las fuerzas productivas ya han adquirido un nivel tal que permitirían dar
condiciones de vida humanas y un alto nivel cultural a toda la humanidad. De esta
manera, el capitalismo monopolista de Estado ha CREADO TODAS LAS
CONDICIONES MATERIALES NECESARIAS PARA EL SOCIALISMO,
MIENTRAS QUE EL DOMINIO DE LOS MONOPOLIOS SE HA CONVERTIDO
EN LA TRABA DECISIVA DE CADA PROGRESO SOCIAL”. (Engel, Stefan -2004-:
Crepúsculo de los dioses sobre el “nuevo orden mundial”. Verlag Neuer Weg.
Alemania, pp. 587-588).
B. Distribución del ingreso en la república dominicana
Pasemos a analizar la problemática distributiva del ingreso, en el plano de la República
Dominicana, objeto central de esta investigación.
Decenio de los sesenta
En el 1969, con la colaboración de la ONE, el Banco Central de la República
Dominicana, realiza una encuesta en la ciudad de Santo Domingo, a fin de determinar
en qué condiciones vivían las familias, los ingresos de que disponían, cómo gastaban
estos ingresos y cómo variaban los gastos familiares, conforme variaban sus ingresos.
(Véase Banco Central de la República Dominicana -1971-: Ingresos y gastos de las
familias en la ciudad de Santo Domingo, 1969, págs. XIII-XXXIX). La concentración
de ingresos en la ciudad de Santo Domingo era extrema en el año 1969.
Los hogares ubicados en la escala de ingresos 0-200, que representaban el 53.3% del
total de los hogares, solamente obtuvieron el 25.4% del ingreso generado en el período
en cuestión. Empero, los hogares ubicados en la escala de ingresos 600.1-1000.1 ó más,
que apenas representaban el 9.6% del total de los hogares, acumularon el 39% de los
ingresos generados en el período.
Decenio de los setenta
El Secretariado Técnico de la Presidencia, bajo el auspicio de la OIT, en el año 1973,
llevó a cabo un estudio similar al efectuado por el Banco Central en el 1969.
Dicho estudio puso en evidencia que los grupos de la población con menores ingresos
habían reducido su participación en la distribución del ingreso, pues en el 1969
controlaban el 25.4% y descienden a un 16.8% en el 1973. Los grupos de ingresos altos
conservaron su hegemonía acaparando más del 54% del ingreso, mientras que los
grupos medios avanzaron de 27.6% al 30.2%. (Véase a Lozano, W. -1984-: El
reformismo dependiente. Ediciones Taller. Santo Domingo, R.D., pp. 154-162).
Durante el lapso 1ro.de mayo de 1976 al 30 de abril de 1977, el Banco Central de la
República Dominicana, llevó a cabo la Primera Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos
de las Familias, la cual arrojó evidencias incontrovertibles de la continuidad de los
pesares económicos de la población pobre del país en el decenio de los setenta. (Una
gran proporción de los hogares dominicanos, al momento de la encuesta se correspondía
con una escala de ingresos muy inferior. Decía el Banco Central que “(…) el mayor
porcentaje de hogares obtiene ingresos superiores a RD$100 al mes, pero que no
sobrepasan los RD$200. Asimismo, el ingreso correspondiente al 65.9% de los hogares
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es de RD$200 o menor…” (Banco Central: Primera Encuesta Nacional de Ingresos y
Gastos de las Familias en la República Dominicana. Santo Domingo, D.N., noviembre
1978, pp. 29-30). La escala de ingresos más baja, RD$0-64.43, comprendía el 10.1 de
los hogares con un total de 445,172 miembros. Su ingreso promedio mensual era de
RD$44.81, mientras su gasto ascendía a RD$73.42. El déficit presupuestario mensual
era de 63.9%. El decil más alto, el número 10, con una escala de ingresos de
RD$485.87 y más, abarcaba 87,381 hogares (el 9.8%), su ingreso promedio mensual fue
de RD$885.83, mientras que su gasto ascendía a RD$698.62 por mes, mostraba pues un
superávit de 21.1%. Los hogares que estaban comprendidos en la escala de ingresos
correspondientes a los deciles 1-5, tuvieron déficit mensual, es decir, el 51.3% de los
hogares del país, registraron déficit en su presupuesto mensual y recibieron sólo el
20.9% del ingreso mensual generado en el país para la fecha. Quiere decir entonces, que
el porcentaje restante de hogares, acaparó el 79.10% del ingreso. La desigualdad era
obvia. (Haciendo una comparación entre el primer y décimo decil, la desigualdad se
nota más claramente: “(…) Para el país se observa que el 10% de los hogares, en el
límite inferior de la escala de ingresos, recibe apenas alrededor de un 1%, mientras que
el 10% ubicado en el límite superior absorbe un 39 por ciento. Más significativo aún es
el hecho de que el 20% de los hogares de ingreso superior a RD$300.00 percibe el 54%
del total, en tanto que el restante 80% absorbe el 46 por ciento”. (Rosario Mota, G. y
Soto Bello, R. -1978-: El presupuesto de la familia dominicana, ingreso y consumo
familiar. Banco Central. Santo Domingo, R.D., pp. 9-10).
Si insistimos sobre los déficit-superávits de los hogares, es conveniente recordar lo
escrito por Duesenberry, al respecto: “Ahora bien, el significado real de los déficits no
radica en su magnitud, sino en aquello que revelan con respecto a las relaciones
existentes entre la renta y el ahorro. En primer lugar demostraremos que los déficits
surgieron en gran parte porque las familias cuyos ingresos se redujeron durante la
depresión intentaron preservar el nivel de vida de que disfrutaban antes de ella. Las
familias situadas en los grupos con ingresos elevados hicieron lo mismo, pero lo
consiguieron reduciendo su tasa de ahorro y no desahorrando”. (Duesenberry, J. -1974-:
“Las relaciones entre la renta y el consumo y sus implicaciones”. En Lecturas de
Macroeconomía, pp. 68-69). La hipótesis duesenberriana aplica en gran medida al caso
que estamos estudiando. Es ese el drama que se vive en las capas sociales más
necesitadas de la República Dominicana. Viven de un lío a otro, a fin de preservar su
ritmo de consumo generalmente por encima de la renta mensual.
Por otra parte, la desnutrición azotó duramente a la población pobre del país, haciendo
más penosa la vida de millares de “perdedores” fabricados en el proceso de
globalización. En niños menores de 6 años, los desnutridos oscilaron entre 30.4% y
75.4%, como resultado del bajo consumo de alimentos, evidenciado en las encuestas
realizadas desde el 1962 al 1980. Los desiguales niveles de consumo determinan que la
ingesta de nutrientes diarios por persona difiera según los estratos de ingreso. Esto fue
lo que ocurrió en el decenio de los setenta. En efecto, el 75% de la población no
consumía las calorías diarias requeridas para el buen funcionamiento del cuerpo
humano (2,400 calorías) y cerca del 50% consumía apenas la mitad de la cantidad
recomendada de proteínas (55 gramos).
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Decenio de los ochenta
Esta fue una década muy complicada para la República Dominicana y América Latina
toda. En un estudio denominado “Empleo, deuda y crecimiento económico”, publicado
en el año 1993, el reputado economista dominicano, Miguel Ceara Hatton, aseveraba:
“Pocas economías caribeñas y latinoamericanas han registrado tantos cambios en la
década de los ochenta como la República Dominicana. En donde, la entrada en la
década de los noventa se ha producido en el marco de dos grandes cambios y de cinco
grandes problemas que constituyen restricciones al crecimiento.
“Los dos grandes cambios que se produjeron en la década de los ochenta fueron:
primero, la desaparición de la industria azucarera y la aparición de un nuevo sector de
exportación. Segundo, la aparición de un ciclo de política económica.
“Los grandes problemas son: el desempleo que todavía se mantiene en más de 20%, la
deuda externa que alcanza más del 95% del PIB con un servicio que sobrepasa la tercera
parte de las exportaciones de bienes y servicios, la caída de la producción agropecuaria
e industrial, la crisis energética, que implica un desabastecimiento del orden del 50% de
la demanda y quinto una severa crisis de liderazgos sociales y políticos”. (Ceara Hatton,
Miguel -1992-: “Empleo, deuda y crecimiento económico: un modelo macro”. CIECA.
Santo Domingo, R.D., pág. 9).
En efecto, en el decenio de los ochenta, la nación asistió a la crisis de la deuda externa,
a los momentos de políticas de ajustes económicos, a la quiebra del modelo de
sustitución de importaciones. ¿Cómo actuaron las distintas capas sociales de la sociedad
dominicana? Unas continuaron padeciendo penurias, ahora incrementadas, otras
prosiguieron acumulando fortunas, ahora afincándose en los siguientes ejes: deterioro
del salario real de los trabajadores y comprimiendo los servicios sociales del Estado
dominicano. Es el período de aumentos significativos del Índice de Precios al
Consumidor (IPC), y por tanto de la inflación, muy por encima de los leves aumentos en
los niveles salariales; de disminución real del gasto público social; de la exclusión de la
política de subsidios estatales a determinados renglones de producción y a bienes de
consumo; y de una devaluación impresionante de la moneda nacional. Todo eso se
tradujo en un deterioro del salario real.
Los trabajadores fueron engañados, vía la ilusión monetaria. En el año 1977, el salario
mínimo era RD$90 mensual, pasando en el año 1987 a RD$250. El aumento fue de
177.78%. En cambio, el salario mínimo real no aumentó, al contrario disminuyó, puesto
que al deflactar el nominal a través del IPC, tomando el 1977, como año base, se redujo
a RD$59.22. “Quiere esto decir que la inflación se ha comido los aumentos que ha
experimentado el salario mínimo nominal”. (Linares, Manuel (2000): “El deterioro del
poder adquisitivo del peso (RD$) justifica el reclamo obrero” (pág. 70); en Medidas de
política económica (1986-1990). Impresos computarizados. Santo Domingo, R.D.).
Este proceso se reveló aún más doloroso cuando se piensa que se llevó a cabo no de
manera gradual, sino violentamente; generando traumas en la población y una
agudización del conflicto social. En ese decenio hasta las burbujas desarrollistas fueron
escasas. Fue una década perdida, focalizando los perdedores del proceso globalizador en
el ámbito obrero, pequeños productores agrícolas, desocupados y marginados. Por tanto,
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el nivel de pobreza marcó el 39.2% de la población, en el año 1984, ascendiendo al final
del decenio a 51.7%; la indigencia, también se agudizó pasando de 11.8% a 24.5%.
(CEPAL -2000-: Desarrollo económico y social en la República Dominicana: los
últimos 20 años y perspectivas para el siglo XXI. Santo Domingo, R.D., pág. VII-8).
En dicho decenio, la distribución del ingreso se hizo aún más desigual (conforme a los
resultados de la Segunda Encuesta Nacional sobre Ingresos y Gastos Familiares del año
1984 y de la Encuesta sobre Gastos Sociales de las Familias en el 1989, realizadas por
el Banco Central y el PNUD, respectivamente). Mientras el grupo de hogares ubicado
en el primer decil de la estratificación social, recibía en el 1984 el 2.1% del ingreso
familiar, en el 1989 desciende a 0.8%; en cambio las familias ubicadas en el decil
superior (el número 10), pasaron de recibir el 33% del ingreso en 1984, al 44% en 1989.
En 1984 el coeficiente de Gini, era de 0.43, pero para el 1989 se eleva a 0.51,
aumentando ocho puntos en cinco años.
“El empeoramiento en la distribución del ingreso se deriva, por un lado, de que se
incurrió en excesivos y recurrentes déficit globales del sector público, financiados con
emisión monetaria y descapitalización de las principales empresas públicas, dando lugar
a un prolongado proceso inflacionario, desabastecimiento de bienes y servicios básicos
y caída del salario real. Por otro lado, la política de gastos fiscales concentró el énfasis
en las construcciones, lo que se hizo en desmedro del gasto corriente en servicios
sociales. Además de haber mantenido por decenios los más altos niveles de desempleo
conocidos en América Latina, los salarios reales en el sector formal dominicano se
deterioraron mucho también”. (Santana, I. y Rathe, M. -1993-: op. cit., pág. 185).
Asimismo, en el 1984 el 46.7% de las familias estaban ubicadas por debajo de la línea
de pobreza, subiendo a 56% en el 1989. Las familias indigentes se incrementaron de un
22.7%, en el año 1984, a 35.2% en el 1989. Claro, considerando pobres a todos aquellos
hogares cuyo ingreso es tan bajo que para alimentarse bien tendrían que destinar por lo
menos el 60% de sus ingresos para la adquisición de alimentos, e indigentes aquellos
hogares que “(...) aun en el caso de que gastaran todo su ingreso en alimentación,
todavía resultaría insuficiente para una nutrición adecuada”. (Santana, I. y Rathe, M. -
1993-: op. cit., pág. 191). Los indicadores locales fueron superiores a los de América
Latina, en la que la pobreza de 33.35%, en el año 1986 ascendió a 37.33% en el 1989 y
la indigencia pasó de 14.40% a 18.19 en el mismo período, por tanto estas lacras, en
promedio, alcanzaron magnitudes inferiores a las de la República Dominicana.
Decenio de los noventa
En estos años, el país asiste a una etapa de políticas de estabilización económica y
reforma estructural, a una mayor apertura de la economía y a una inserción mucho más
amplia en el proceso globalizador mundial. Pero aun así, el grado de desigualdad
económica continuó siendo significativo.
En el año 1991, el Instituto de Estudios de Población y Desarrollo, bajo la dirección de
Nelson Ramírez, realizó un estudio acerca de “La fuerza de trabajo en la República
Dominicana”, en el cual se advierte con claridad meridiana el grave problema
distributivo, en la década que comenzaba. En dicho estudio se dice que “(…) la mayoría
de la población trabajadora del país devenga ingresos muy bajos. Aparte de las personas
registradas en la categoría de “Ningún ingreso”, compuesta principalmente por
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trabajadores familiares no remunerados, el 55% de la PEA ocupada tenía en 1991 una
remuneración mensual de 1,200 pesos hacia abajo (la mitad de éstos apenas recibía
entre 1 y 600 pesos).
Debe tenerse presente que, a la fecha de la encuesta, el salario mínimo en las empresas
grandes del sector privado era de 1,120 pesos y el vigente en el sector público era de
725 pesos. Para dicha época el salario nominal requerido para satisfacer las necesidades
de subsistencia de un hogar promedio se calculaba en poco más de tres mil pesos
mensuales”. (Ramírez, Nelson -1993-: “La fuerza de trabajo en la República
Dominicana”. Santo Domingo, R.D., pp. 22-23). La investigación divide la PEA
ocupada de 10 años y más, en 6 sectores, conforme al ingreso mensual que recibían:
Ninguno, 1-600 pesos, 601-1,200 pesos, 1,201-2,000 pesos, 2,001-3,000 y 3,001 pesos
y más. Solamente el 9% de la PEA ocupada estaba ubicado en el estrato de 3,001 pesos
y más, por tanto, el 91% recibía ingresos hasta 3,000 pesos al mes. Así las cosas, el 91%
de los trabajadores obtenían ingresos por debajo del costo imprescindible para satisfacer
sus necesidades de subsistencia. ¡Esto se llama hambre!
En el año 1992 el coeficiente de Gini alcanzó la magnitud de 0.489. Para el 1998, sólo
cede levemente: 0.476. De hecho este indicador se mantuvo estático. En cambio la
desigualdad zonal fue algo muy notorio, pues “(...) mientras en la República
Dominicana el 40% más pobre recibía 14.8% del ingreso en las ciudades y 16.5% en el
campo, el 10% más rico de los hogares recibía 35.5% y 32.6%, respectivamente, siendo
la distancia entre ambos grupos de 9.6 y 7.9 veces, también respectivamente (...)”.
(CEPAL -2000-: Desarrollo económico y social en la República Dominicana: los
últimos 20 años y perspectivas para el siglo XXI. Santo Domingo, R.D., pág. 308). De
todos modos, se produjo una cierta mejoría en el estado de la pobreza, durante el
decenio de los noventa, tanto en la República Dominicana como en América Latina.
Hay “(…) dos razones principales para estas mejorías en las tendencias de la pobreza:
primero la recuperación y crecimiento económico más rápido en muchos países,
particularmente Argentina, Chile, República Dominicana, Perú y Uruguay: en segundo
lugar, el control exitoso de la inflación en Argentina, Bolivia, Brasil y Perú (…)”.
(Morley, S. -2002-: “Distribución del ingreso y reducción de la pobreza en América
Latina después de una década de globalización”. En Articulación de las políticas
económicas y sociales. Impresión Mediabyte, Santo Domingo, R.D., pág. 37).
Definitivamente en la República Dominicana, “(…) el crecimiento estelar de finales de
los noventa no se tradujo en una reducción significativa de la pobreza. Apenas un 1 a 2
por ciento de la población logró salir de la pobreza moderada y extrema durante el
período de elevado crecimiento 1997-2000, y no hubo avances durante 2001-02”.
(Banco Mundial y el BID -2006-: Informe sobre la pobreza en la República
Dominicana: logrando un crecimiento económico que beneficie a los pobres. Resumen
Ejecutivo. Santo Domingo, R.D., pp. 4-5).
Primer decenio del siglo XXI
El Banco Mundial, dice: “Primeramente resulta de interés conocer en qué medida el
nivel de crecimiento y el efecto de cambios en la distribución del ingreso han
contribuido o no a reducir la pobreza durante el período 1997-2004. Es decir cuánto se
debe a que tanto se ensancha el pastel y cuánto a como el pastel se distribuye (…)”
(Banco Mundial -2006-: Informe sobre la pobreza en la República Dominicana.
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Logrando un crecimiento económico que beneficie a los pobres. Santo Domingo, R.D.,
pág. 43).Y agrega: “Se encuentra que la poca mejoría de los niveles de pobreza se
asocia fundamentalmente al reducido crecimiento del ingreso familiar, mientras que los
efectos redistributivos tendieron a reducir su pobreza pero muy modestamente. El
estancamiento de los ingresos de los hogares pobres durante el crecimiento económico
de 1997-2002 y su fuerte reducción durante la crisis del 2003-2004 explican el aumento
de la incidencia de la pobreza. Por su parte, la desigualdad presenta evolución mixta,
aumentando moderadamente en las zonas urbanas y cayendo fuertemente en las zonas
rurales. En conjunto, la desigualdad en el ingreso varió muy poco durante el período
1997-2004, por lo que el efecto redistributivo tuvo un papel limitado en la disminución
de la pobreza (…)” (Banco Mundial -2006-: Informe sobre la pobreza en la República
Dominicana. Logrando un crecimiento económico que beneficie a los pobres. Santo
Domingo, R.D., pág. 43). (El subrayado es nuestro. M.L.).
Esta foto muestra la “riqueza” de la globalización en la República Dominicana.
En el Informe de la Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la
República Dominicana, se lee: “Las condiciones de vida no se han mejorado en la
misma medida que el ritmo del crecimiento económico: entre 1975 y 2006, el Índice de
Desarrollo Humano sólo ha progresado en un 25% cuando el PIB casi se ha duplicado.
Las desigualdades continuaron creciendo: hoy, el 10% de los individuos más ricos tiene
un ingreso 23 veces superior al 40% de los individuos menos favorecidos… El
coeficiente de Gini nunca ha disminuido verdaderamente, y sitúa a la República
Dominicana detrás de Jamaica, Costa Rica y la mayoría de los países africanos…
Además, a pesar de cuatro décadas de crecimiento casi constante, la pobreza persiste.
Así cerca del 14% de la población vive en la extrema pobreza, una tasa que nunca ha
bajado. La República Dominicana no alcanzará para el año 2015 la meta de reducir la
pobreza extrema y el hambre, tal como está contenida en los Objetivos de Desarrollo del
Milenio”. (Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la República
Dominicana -2010-: “Informe sobre la República Dominicana 2010-2020”. Santo
Domingo, D.N., pp.13-14).
“(…) De acuerdo –dice la CEPAL- con los resultados del índice de Gini…, la República
Dominicana es persistentemente un país con un nivel de desigualdad alto (…) En cuanto
a la evolución en el tiempo de este indicador, la evidencia disponible muestra que en los
años noventa, durante los que se sostuvo un ciclo de crecimiento alto y relativamente
prolongado, una clara mejoría en la distribución del ingreso, con una disminución
apreciable del índice de Gini, de 12.5% entre 1992 y 1997. Esta tendencia se
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interrumpió, revirtiéndose, en el transcurso del siguiente decenio (…) Entre 1997 y
2006 el nivel del índice se incrementó 11.8%, regresando a un valor ya muy cercano al
principios de la década de 1990”. (CEPAL -2009-: La República Dominicana en 2030:
hacia una nación cohesionada. México, pp. 219-220). “El hecho es que –continúa
diciendo la CEPAL- la desigualdad económica y social persiste en la República
Dominicana a pesar del alto crecimiento registrado en los últimos 30 años, y éste es un
factor que ha impedido hacer retroceder con mayor amplitud y firmeza los márgenes de
pobreza y exclusión, cuyos niveles siguen siendo un problema importante en el país y
en consecuencia constituyen uno de los principales obstáculos de la cohesión social
(…)” (CEPAL -2009-: La República Dominicana en 2030: hacia una nación
cohesionada. México, pp. 221).
“Es notable que, -asevera Rolando Guzmán- aunque el porcentaje de hogares pobres ha
decrecido desde 2004, todavía en 2010 se encontraba alrededor de seis puntos
porcentuales por encima del nivel que había alcanzado al comienzo de la década (…)”
(Guzmán, Rolando -2011-: Composición económica dominicana. El extracto de
ingresos medios en el umbral del siglo XXI. Santo Domingo, D.N., pág. 24). En el
contexto internacional, República Dominicana siguió teniendo un nivel de desigualdad
alto en comparación con las economías desarrolladas (…) (Guzmán, Rolando -2011-:
Composición económica dominicana. El extracto de ingresos medios en el umbral del
siglo XXI. Santo Domingo, D.N., pág. 25).
C. Visión crítica en la perspectiva de largo plazo
De una encuesta a otra se aprecia que ha habido movimientos en la distribución del
ingreso, en el corto plazo, pero lo interesante a los fines de verificación de nuestra
hipótesis propuesta sobre el particular, es captar la tendencia de largo plazo que muestra
el fenómeno, con el propósito de develar el impacto de la globalización y del
anacronismo institucional, sobre la distribución del ingreso en la República
Dominicana.
La burguesía dominicana no puede negar que para el segundo quinquenio del decenio
de los setenta, el ingreso de los hogares dominicanos se encontraba notoriamente
concentrado, puesto que el ingreso mensual percibido por el 10% de los hogares más
pobres, apenas constituía el 18.5% de la renta media de los hogares; en cambio el 10%
de los hogares más ricos percibían un ingreso promedio 3.7 veces mayor que la renta
media. Era una época en que todavía el modelo económico imperante daba cuenta de un
contexto con resabios autárquicos heredados del modelo trujillista de crecimiento. En el
decenio de los ochenta, ya la economía es mucho más abierta tiende a globalizarse
rápidamente. ¿Y qué aconteció? Los resultados de las nuevas encuestas realizadas en el
1984 y 1989, indican que la desigualdad distributiva se amplió, a efectos, sin lugar a
dudas de los cambios que se operaron en la economía dominicana, al tenor del proceso
de globalización. En el decenio de los noventa la situación distributiva permaneció
estática, según las cifras oficiales. En el largo plazo lo que ha ocurrido es que el
coeficiente de Gini ha aumentado; esta afirmación queda corroborada al comparar el
correspondiente al año 1984, que fue de 0.43, con el ostentado en el 1998, que fue de
0.476 e igualmente, en el año 2010, alcanzó un 0.505.
El deterioro en cuestión se encuentra asociado a múltiples causas. En el decenio de los
ochenta la economía dominicana dio un giro de consideración, la articulación del
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proceso de acumulación de capitales a los ejes de la industria sustitutiva y la
exportación primaria, tiende a cesar, apoyándose a partir de entonces en sectores que
despuntaban: turismo, zonas francas, remesas y telecomunicaciones. Esta tendencia se
afianza en el decenio de los noventa. Pero en el proceso de transición, se produce una
cierta destrucción de empleos, merced al deterioro creciente del sector agropecuario y a
la aplicación de políticas depresivas para atacar la estanflación. Paralelamente el
mercado laboral dominicano también comienza a sufrir cambios estructurales de
importancia, pues los trabajadores que sin calificación alguna encontraban empleo en la
agricultura y la minería, ahora en los sectores de servicio (como turismo y
telecomunicaciones, comercio, etc.), quedan desempleados. Se inicia un proceso
mediante el cual la demanda de mano de obra sin calificación es desplazada por la
demanda de mano obra con cierto grado de calificación. Empieza a surgir un cambio
tecnológico sesgado hacia la mano de obra calificada; por lo que el desempleo
estructural se va tornando insensible ante el manejo de la demanda cíclica keynesiana.
Es por esta razón que aun cuando en el decenio de los noventa el output crece de
manera impresionante, la tasa de desempleo no cedió como se esperaba.
Por otra parte, con la creciente apertura de la economía dominicana, la distribución del
ingreso debió mejorar, si nos atenemos a la teoría de Heckscher-Ohlin, en razón de que
se supone que los bienes exportables dominicanos son intensivos en mano de obra
(factor de producción abundante), lo que debió acrecentar la demanda de trabajo más
que proporcionalmente que la de capital, trayendo como consecuencia un aumento
relativo de los salarios en relación con los precios de renta del capital, en la
terminología neoclásica. Pero no sucedió así. Como la demanda laboral ha girado hacia
la mano de obra calificada, ésta probablemente ha obtenido ganancias salariales, no así
la no calificada, deteriorándose la situación distributiva de la renta en la República
Dominicana. (Creo que esta es la situación de la mayoría de los países latinoamericanos.
Los investigadores Enrique Hernández y Jorge Velásquez, confirman nuestra
presunción cuando en su estudio, teóricamente sustentado y con una evidencia empírica
copiosísima, denominado “Globalización, dualismo y distribución del ingreso en
México”, que aparece en la revista El Trimestre Económico, julio-septiembre de 2003,
pp. 535-578, ponen de manifiesto la tendencia al deterioro de la distribución del ingreso
en el citado país, para el período 1940-2000). Aparentemente la hipótesis de Kuznets,
que postula un aumento en la desigualdad en la distribución del ingreso en las primeras
etapas del crecimiento económico, posteriormente se estabiliza por un tiempo y después
disminuye en las últimas etapas, dando lugar a una curva en forma de “U” invertida, ha
tenido un espacio hostil para verificarse en terreno dominicano.
Curiosamente, para algunos investigadores, la problemática planteada que acusa un
carácter mundial, no es crucial. Así, “(…) para Wolf es más importante aliviar la
pobreza que reducir la desigualdad de ingreso. El crecimiento económico
inevitablemente tendrá al principio efectos desiguales: lamentarse del aumento de la
desigualdad es lamentarse del crecimiento mismo”. (Loungani, P. -2004-: “Gracias por
la globalización”, en Why globalization works. Revista Finanzas y Desarrollo. Fondo
Monetario Internacional. Volumen 41. Número 3, p. 52). El problema radica en el hecho
de que cuando se mejora la pobreza, en medio de un crecimiento concentrado, las
personas que salen de la pobreza quedan en una situación muy vulnerable, que ante
cualquier perturbación que afronte la economía, caen nuevamente en el pozo de la
pobreza, de modo que no es un asunto de quejarse por las características que asume el
crecimiento, es exigir un contexto en que si bien la economía crezca, no lo haga a
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expensa de recrudecer la desigualdad distributiva de la renta. Si esto no se obtiene, en
verdad, para el mundo subdesarrollado y particularmente para los obreros y campesinos
pobres, tal crecimiento no tiene razón de ser.
Investigaciones (en un interesante trabajo de Orazio Atanasio y Miguel Szekely,
denominado “La pobreza en la América Latina. Análisis basado en los activos”, que
aparece en El Trimestre Económico (1999), No. 263, se pone de manifiesto como la
pobreza se ve alimentada en la región por la desigualdad en la distribución de los
activos.
Así viven los pobres latinoamericanos, a pesar de la ¡¿“convergencia de renta”?!
Allí se lee que “(…) alrededor de 21% de la pobreza total está asociada a las
desigualdades entre ocupaciones…en casos como México y Chile, estas disparidades se
asocian con más de 40% de la pobreza total…” p. 335) realizadas en la región
latinoamericana, como la de Luis René Cáceres, Distribución del ingreso e integración
económica (René, L. (2000): “Distribución del ingreso e integración económica”. FCE.
El Trimestre Económico. Vol. LXVII (2). México, Núm. 266, pp. 301-319), ponen al
descubierto que la distribución del ingreso en América Latina se deterioró en el decenio
de los ochenta, siendo además contracíclica, aumentando en la contracción económica
y disminuyendo en la fase de recuperación. En el largo plazo presenta altibajos, pues en
los setenta la porción de ingreso destinado a los estratos bajos y medios aumentó, a
costa del estrato 20% más rico. En los ochenta, la distribución se torna desfavorable a
los pobres, debido a que la porción del 90% más pobre disminuyó mientras que la del
10% más rico aumentó. En los noventa, los deciles más pobres y más ricos
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31
disminuyeron su participación porcentual en el ingreso, mientras que la participación de
los grupos medios aumentó. De modo que “(…) los altos índices de desigualdad que
prevalecen en la región se originan en las grandes porciones de ingreso de los estratos
más ricos. Esto da lugar a una desigualdad excesiva que se manifiesta en1995 en un
coeficiente de Gini 25% más alto de lo que se esperaría con base en el ingreso per cápita
de la región (…)”. (René, L. (2000): “Distribución del ingreso e integración
económica”. FCE. El Trimestre Económico. Vol. LXVII (2). México, Núm. 266, pp.
305).
Sin dudas, “(…) queda de manifiesto que la región dista mucho de ser homogénea. El
PIB per cápita fluctúa entre 473 dólares al año en Nicaragua y 7,435 dólares en
Argentina (antes de la crisis) (…)” (CEPAL (2003): Hacia el objetivo del milenio de
reducir la pobreza en América Latina y el Caribe. Impreso en las Naciones Unidas,
Santiago de Chile, p. 20), como un ejemplo evidente de la desigual distribución espacial
de la renta latinoamericana.
Específicamente en Centroamérica la evolución de los coeficientes que dan cuenta de
una desigual distribución de los ingresos laborales tendió a agudizarse. Se advierte
cómo el coeficiente de Gini fue aumentando en el decenio de los noventa, merced entre
otros factores a “(…) la reducción del porcentaje de trabajadores con jornada completa
en cada país y el aumento concomitante de los trabajadores con jornada parcial y con
sobrejornada. Este cambio aumentó la dispersión entre los trabajadores del número de
horas trabajadas, lo que acentuó la desigualdad del ingreso laboral (…) (Trejos, J. y
Gindling, T. (2004): “La desigualdad en Centroamérica durante el decenio de 1990”.
Revista de la CEPAL, No. 84, diciembre de 2004, p. 196). Pensamos que este fenómeno
se repitió en casi toda América Latina, como resultado propio del modelo neoliberal que
atiza la desigualdad distributiva.
En una perspectiva mundial, también tienen espacios visibles implicaciones de
desahorro familiar y polarización social. (Para el entendimiento del contenido de este
epígrafe, es conveniente consultar Informe sobre Desarrollo Humano, del PNUD, en el
decenio de los noventa; e igualmente la obra de MacEwan, A. (2001): ¿Neoliberalismo
o democracia?, pp. 105-108). Según el Informe sobre Desarrollo Humano 1992, del
PNUD, entre 1960 y 1989, los países con el 20% más rico de la población mundial
aumentaron su participación en el PIB que pasó de 70.2% a 82.7%. Los países con el
20% más pobre de la población mundial vieron descender su participación del 2.3% al
1.4%. Las consecuencias para la distribución de los ingresos han sido dramáticas. En
1960, el 20% de los más ricos recibió 30 veces más que el 20% último, pero en 1989
recibieron 60 veces más...Incluso estas cifras ocultan el verdadero alcance de la
injusticia puesto que se basan en comparaciones de ingresos promedios per cápita entre
países ricos y pobres. En realidad, desde luego, hay grandes disparidades en el seno de
cada país entre gente rica y pobre. (Véase PNUD -1992-: Informe sobre desarrollo
humano. Mundi-Prensa Libros, s.a., Madrid, pág. 34).
Pero esta polarización no tiene como frontera el decenio de los ochenta. En la siguiente
década dicha polarización prosiguió. Nos dice el PNUD, en su Informe sobre Desarrollo
Humano 1999, que las diferencias de ingreso entre la gente y los países más pobres y
los más ricos han seguido ampliándose. En 1960 el 20% de la población mundial que
vivía en los países más ricos tenía 30 veces el ingreso del 20% más pobre; en 1997 era
74 veces superior. En América Latina, en el decenio de los ochenta, con motivo del
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estallido de la crisis de la deuda externa, la participación que correspondió al 10% de la
población con los mayores ingresos aumentó en más de 10%, a costa de todos los otros
grupos; el 10% más pobre sufrió una caída del 15% de la parte que le correspondía en
ingreso; en el decenio de los noventa la concentración del ingreso se ha mantenido casi
sin cambios, y el coeficiente de Gini de la región ha permanecido en alrededor del 0.58.
(PNUD -1999-: Informe sobre el desarrollo humano. Mundi-Prensa Libros, s.a., Madrid,
pp. 36-39.). El aumento de la desigualdad, sin dudas es una criatura indeseada de la
globalización, que incluso afecta a regiones que en el plano económico han mostrado un
crecimiento espectacular, verbigracia, la República Popular China. “En los últimos 25
años, China ha avanzado a pasos agigantados en la lucha contra la pobreza, al tiempo
que se transformaba en una de las economías más dinámicas del mundo. Su tasa de
pobreza actual es probablemente algo inferior al promedio mundial, a pesar de que
alrededor de 1980 la incidencia de la pobreza en China era una de las más elevadas del
planeta”. (Ravallion, M. y Chen, S. (2004): “Aprender del éxito. Cómo se explica el
(desigual) avance de China en la lucha contra la pobreza”. Revista Finanzas y
Desarrollo. Fondo Monetario Internacional. Volumen 41. Número 4, p. 16). En el
período 1981-2001, la proporción de la población que vivía en la pobreza bajó del 53%
al 8%. La pobreza absoluta ha ido disminuyendo, pero la desigualdad en la distribución
del ingreso curiosamente se acentúa. El índice de Gini pasó de 28%, en el 1981, a 39%
en el 2001.
D. Resumen del balance en lo referente a la distribución del ingreso
SUSTENTACIÓN: la distribución del ingreso, depende de la renta nacional y de la
posesión de activos fijos.
DIAGNÓSTICO: en el decenio de los sesenta la concentración de ingresos, en los
estratos superiores, en la ciudad de Santo Domingo, era muy pronunciada y se mantuvo
en el decenio siguiente; en la década perdida, como resultado de la política de ajuste
aplicada, los problemas de distribución del ingreso nacional se agravaron; y en el
decenio de los noventa se continuó reproduciendo en gran magnitud dicha desigualdad.
TERAPÉUTICA: utilización de la función redistributiva, por parte del Estado, a través
del gasto público.
RESULTADOS: en el 1969, los hogares ubicados en la escala de ingresos 0-200, que
representaban el 53.3% del total de los hogares, solamente obtuvieron el 25.4% del
ingreso, los hogares ubicados en la escala de ingresos 600.1-1000.1 ó más, que
representaban el 9.6% del total de los hogares, acumularon el 39% de los ingresos; en
los años setenta los grupos de la población con menores ingresos redujeron su
participación en la distribución del ingreso; en el decenio de los ochenta, el grupo de
hogares ubicado en el primer decil recibía en el 1984 el 2.1% del ingreso familiar, en el
1989 desciende a 0.8%; en cambio las familias ubicadas en el decil superior, pasaron de
recibir el 33% del ingreso en 1984, al 44% en 1989; en el año 1992 el coeficiente de
Gini alcanzó la magnitud de 0.489. Para el 1998, sólo cede levemente: 0.476 y en el año
2010 aumentó a 0.505. El fracaso salta a la vista.
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EL CRECIMIENTO EMPOBRECEDOR DE EDWIN CROES
Dr. Manuel Linares
Introducción
Hemos leído atentamente el interesante artículo “Crecimiento empobrecedor en
República Dominicana”, que aparece en Revista Dominicana de Economía, año 1,
volumen 4, No. 1, enero-junio 2013, editada por la Comisión Económica de la
Academia de Ciencias de la República Dominicana, bajo la firma del distinguido
economista dominicano Edwin Croes.
Dado el sugerente título, que posee el artículo, de inmediato nos propusimos su lectura
y estudio.
Debemos confesar que aprendimos teoría económica y economía dominicana al leerlo,
nos sentimos educados e ilustrados respecto al tema objeto de estudio. Felicitamos, de la
manera más sincera, al economista Edwin Croes, por su ensayo.
Algunos planteamientos, sin embargo, no pudimos entenderlos a cabalidad. Incluso
tenemos algunas observaciones críticas, perdone nuestra osadía, Sr. Croes, que
deseamos expresarlas, siempre y cuando usted nos conceda el permiso. ¿Podemos? Si la
respuesta es aseverativa, comenzamos.
1. Elementos formales
Advertimos que el ensayo muestra una gran cantidad de libros y documentos
consultados; los temas tratados se ven suficientemente explicados y el discurso
expositivo es sumamente elegante. Mas se incurre en diversos problemas formales, que
riñen con algunas reglas de nuestra lengua. Obsérvese:
Página Línea Falta
9 8 Acento
11 20 Subyacente: si se refiere a factores,
debe ir en plural
11 27 enfrente no, enfrenta
14 14 Acento
14 Gráfico Acento
17 4 No estoy seguro si es ha o a
17 21 Acentos
17 28 Acento
17 31 financiado no, financiando
18 10 Eta no, Esta
20 Gráfica, primer
cuadrante, líneas 4 y 5
Acentos
20 14 Acento
20 16 Acento
20 Gráfica Los nombres de los cuadrantes
están extraviados. Noreste no,
noroeste. Noroeste no, noreste.
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34
Sureste no, suroeste. Suroeste no,
sureste.
21 7 deba no, debe
23 4 Acento
24 23 Acento
24 26 Acento
26 12 Acento
27 15 Acento
28 19 las no, la
28 21 Acento
29 5 Acento
30 12 Acento
30 16 Perenemente no, perennemente
30 17 Acento
31 16 Acento
32 14 Acento
33 22 Acento
33 26 Acento
33 30 Acento
36 10 Acento
40 12 Acentos
40 13 Acento
40 32 Acento
43 30 Acento
En la página 19, tenemos un párrafo un poco confuso, en su redacción. Dice: “Aclarado
este tema, podemos pasar a un ejercicio ilustrativo del papel que juegan diferentes
sectores y ramas en el proceso de crecimiento y desarrollo puede lograrse
organizándolos en un plano de dos ejes…” En verdad la idea que se desea transmitir
está confusa. Después de la palabra desarrollo, tenemos la palabra puede; es obvio que
se produce una ruptura. No se entiende. Igualmente, en la página 21, en la nota de pie de
página 16, leemos: “Las actividades industriales se caracterizan un número superior de
fuerzas tendentes a la reducción de costes y a la mejora de la productividad que la
agricultura y los servicios tradicionales”. Esto no se entiende. Es probable que se quiso
decir: “Las actividades industriales se caracterizan por un número superior de fuerzas
tendentes a la reducción de costes y a la mejora de la productividad que no se observa
en la agricultura y los servicios tradicionales”.
Los párrafos contenidos en las páginas 10 y 11, son claves para entender la visión de
fondo del autor, sobre lo que él denomina “Crecimiento empobrecedor en República
Dominicana”, pero al mismo tiempo denotan algunas fallas. Veamos:
“El resultado macro y microeconómico –dice Croes- hoy es tan frustrante como en
aquel lejano pasado [¡Cómo!, es esta una afirmación extremadamente importante]. El
más sobresaliente de estos resultados es una población trabajadora relativamente más
pobre [¡Pauperización del proletariado en el capitalismo] a pesar de un ambiente de
crecimiento relativamente acelerado, lo cual ha generado una mentalidad de frustración
y rabia. La competitividad de la nación está en ruinas, uno a uno se han desmoronado
los éxitos exportadores, lo que no ha dejado otra opción que su sostenibilidad. La
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35
institucionalidad es profundamente cuestionada internacionalmente y los planes y
programas existentes carecen de credibilidad y de la potencia requerida”. (Croes, Edwin
-2013-: “Crecimiento empobrecedor en República Dominicana”. Revista Dominicana
de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D.,
pág. 10). (Subrayados y corchetes son nuestros. M.L.).
“Nuestra perspectiva –continúa diciendo Croes- es que estos resultados son
perfectamente compatibles solo cuando la economía ha caído en una trampa de
crecimiento equilibrado de bajo nivel de ingreso [Es decir, si el bajo nivel de ingreso es
superado, ¡desaparece la trampa!]. El origen de la trampa se encuentra en las graves
fallas estructurales del crecimiento que no han sido resueltas, sino compensadas y hasta
empeoradas por abundancia de recursos externos y deuda…” (Croes, Edwin -2013-:
“Crecimiento empobrecedor en República Dominicana”. Revista Dominicana de
Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág.
10). (El corchete es nuestro. M.L.).
De inmediato, el Sr. Croes, enfatiza en unas denominadas cinco fallas estructurales.
Primera, baja productividad y absorción de trabajo en los sectores modernos. Segunda,
des-industrialización y des-agriculturización prematuras. Tercera, existencia de una
estructura de exclusión oligárquica que mantiene concentrada la riqueza y bloquea la
formación de instituciones y mercados más eficientes. Cuarta, débiles eslabonamientos
intersectoriales. Quinta, institucionalidad y mercados que son disfuncionales al
desarrollo. (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento empobrecedor en República
Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013.
Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pp. 10-11).
En los párrafos transcriptos, se advierte, que el Sr. Croes, procura identificar los
problemas de fondo, que dan lugar al crecimiento empobrecedor, sin embargo, las
conclusiones y recomendaciones que aparecen en las páginas 36-38, expresan un
contenido no de abolición de los obstáculos sino de mitigación. Esta concepción
reformista queda patentizada aquí: “El objetivo es despertar el “espíritu animal”
(keynesiano) de los inversionistas dominicanos para formar una matriz de inversiones
simultáneas capaces de crear rendimientos crecientes generalizados y, finalmente,
provocar una modernización capitalista progresista [¿Capitalismo progresista? ¿Dónde
existe esta formación económica?] de alta productividad y alta absorción de trabajo”.
(Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento empobrecedor en República Dominicana”. Revista
Dominicana de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo
Domingo, R.D., pág. 38). (El subrayado y el corchete son nuestros. M.L.).
La fallas puestas de manifiesto, en los párrafos citados más arriba, se profundizan en la
medida que nos adentramos en las páginas subsiguientes del artículo.
En las páginas 18-22, se amplía la explicación referente a la primera falla aludida en la
página 10 y que tuvimos la ocasión de citarla anteriormente. En estas páginas se lee una
crítica muy dura al problema dominicano de un crecimiento de baja productividad y
absorción de trabajo en los sectores modernos. “En conclusión, –dice el Sr. Croes- la
economía dominicana se encuentra en una trampa que la hace incapaz de provocar un
tipo de crecimiento sustentado en sectores de alta productividad que levante el salario
real de los trabajadores y boroneé (trickle-down) a favor de los pobres”. (Croes, Edwin -
2013-: “Crecimiento empobrecedor en República Dominicana”. Revista Dominicana de
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36
Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág.
22). (El subrayado es nuestro. M.L.). Estas son palabras mayores. La economía se
encuentra sumergida en una trampa. ¿Cómo salir de esta trampa? Es en la salida que el
Sr. Croes se encuentra entrampado.
En las páginas 26-28 nos explica en qué consiste la falla de la des-agriculturización
prematura y concluye con palabras también muy duras: “(…) En conjunto, -afirma el Sr.
Croes- esto ha determinado bajo nivel de ingreso de las masa de población rural, lo cual
ha conducido a una fuerte estrechez del mercado doméstico que se intensifica debido al
contexto de baja productividad y concentración de la propiedad en que hemos visto que
se desenvuelven los procesos productivos agrarios”. (Croes, Edwin -2013-:
“Crecimiento empobrecedor en República Dominicana”. Revista Dominicana de
Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág.
28). (Hemos citado sin corrección alguna. M.L.).
En las páginas 28-32 pasa a explicar la falla de la exclusión oligárquica y concluye con
palabras agridulces: “La lección es clara para los que no la aprendieron de la historia, un
régimen oligárquico exclusivo no se modifica con reformas compensatorias y populistas
[¡Muy bien!], ya que de estas y hasta de las revoluciones la oligarquía dominicana ha
salido triunfante y metamorfoseada. Para transformar un régimen oligárquico exclusivo
centenario se requiere romperlo con una mandarria radical y contundente [¡Eso sí es
verdad!] que ya sabemos no requiere tener un carácter anti-capitalista, sino todo lo
contrario, [¡Ay!, ¡tan contento que estábamos nosotros!] tal como en los casos
contemporáneos de Taiwán y Corea del Sur”. (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento
empobrecedor en República Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4,
No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pp. 31-32). (Subrayados
y corchetes son nuestros. M.L.).
En las páginas 32-34, los lectores somos ilustrados, por el Sr. Croes, respecto a la falla
de los eslabonamientos. “Estas fallas –dice Croes- aún persisten, y hasta se han
profundizado, por lo que las condiciones que caracterizan estas cadenas productivas no
son, en absoluto, conducentes a crear una dinámica de creciente absorción de trabajo
que sea compatible con creciente productividad y remuneración de los trabajadores”.
(Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento empobrecedor en República Dominicana”. Revista
Dominicana de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo
Domingo, R.D., pág. 34).
Finalmente, en las páginas 34-36, se examina la falla de la institucionalidad y mercados.
Si las palabras explicativas de las demás fallas fueron duras, las que citaremos ahora son
durísimas: “Muchas reformas, las fundamentales, fueron mal diseñadas y mal
implementadas. Las reformas de privatización y creación de mercados, en particular,
son las que han fructificado en los peores resultados. Aunque algunas de las empresas
privatizadas han logrado mejoras espectaculares en manos privadas (Tabacalera,
Molinos, Cementos), las más grandes fracasaron en su gran mayoría (azúcar,
electricidad) y otras de más reciente creación están al borde del colapso (seguridad
social). Los entes reguladores creados no han alcanzado su autonomía e independencia,
particularmente no han logrado acometer la defensa de consumidores y la promoción de
la competencia. Para colmo, el nivel de transferencias gubernamentales por subsidios en
los mercados reformados ha crecido de forma sistemática hasta convertirse en una de las
grandes fuertes de endeudamiento externo y peor problema macroeconómico de lo que
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era antes de las reformas”. (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento empobrecedor en
República Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio
2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág. 35).
En las conclusiones y recomendaciones, leemos:
“El principal problema estratégico es que son sectores de baja productividad los que
gobiernan el crecimiento dominicano, alimentado por endeudamiento y remesas”; “El
PIB y el acervo de capital han crecido, pero los salarios reales y la productividad de los
dominicanos han quedado estancados y quizás hasta han empeorado”; “Estamos ante un
crecimiento empobrecedor, un cómodo equilibrio de bajo nivel de desarrollo para las
elites, pero un limbo purgatorio para los más pobres”; “Estamos atrapados en una
trampa macroeconómica del desarrollo y no hay políticas, planes, programas ni acciones
que enfrenten decisivamente el tema”; “La inversión privada y pública, local y
extranjera deciden por sí mismas adonde y en qué actividad localizarse”; “Los
consumidores dominicanos no se están beneficiando de mejores precios y calidades
producto de la competencia inducida por la liberalización de los mercados”; “En el caso
del gobierno, las inversiones no son planificadas, por tanto no hay masa crítica en
ninguna rama o sector en particular”; etc., etc. (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento
empobrecedor en República Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4,
No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pp. 36-38). (Hemos
citado sin hacer ninguna corrección).
¡Lo extraño de toda las críticas lanzadas por el Sr. Croes, es que plantea como salida no
una mandarria radical anticapitalista, sino una mandarria radical pro-capitalista!
Ahora procederemos a demostrar cuán burgués y conservador es el discurso que
subyace en el artículo de referencia.
2. Crítica del contenido del ensayo en cuestión
Hasta este momento hemos examinado elementos vinculados con la forma del artículo.
Ahora nos toca analizar su contenido con el fin de descubrir la política y la ideología
contenidas en el mismo.
2.1. Claudicación de algunos economistas
“Frustrados –dice el Sr. Croes- por los resultados contraproducentes de las políticas
económicas del pasado, una gran parte de los economistas dominicanos abandonaron la
teoría del desarrollo heterodoxa para abrazar completamente la teoría del crecimiento
ortodoxa (o neoclásica)…” (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento empobrecedor en
República Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio
2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág. 9). (El subrayado es nuestro. M.L.). De
la gran parte de economistas aludida, pocos hay que fueran marxistas; la mayoría
predicaba la economía política burguesa, que ante el ruidoso fracaso del keynesianismo,
al final del decenio del 60, siglo XX, optaron por colocarse en filas en la corriente
neomonetarista friedmanista que salía fortalecida de la contradicción inter-burguesa que
se había verificado en el campo de la economía política citada. El trasiego del
keynesianismo al neomonetarismo, que se admite, no hizo sino poner en relieve que la
disputa existente entre keynesianismo y neomonetarismo, es en lo formal, en el discurso
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38
de la economía burguesa y que, por tanto, es enteramente posible el pase de una
corriente a otra, sin claudicar a sus principios de propiedad privada de los medios de
producción y la explotación del trabajo por el capital. De modo que, el Sr. Croes debió
decir: “Frustrados por los resultados contraproducentes de las políticas económicas del
pasado, una gran parte de los economistas dominicanos, adeptos de la economía política
burguesa keinesiana, abandonaron la teoría del desarrollo heterodoxa para abrazar
completamente la teoría del crecimiento ortodoxa (o neoclásica)…”
2.2. Frustración histórica
“El resultado macro y microeconómico hoy es tan frustrante como en aquel lejano
pasado…” (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento empobrecedor en República
Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013.
Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág. 10), se ha dicho. Es este un reconocimiento
de mucha trascendencia. En otras palabras se reconoce que el modelo capitalista
neoliberal, prevaleciente hoy, en la República Dominicana, fracasó; pero igualmente
postula que el modelo capitalista keynesiano, que predominó en el país, hasta el decenio
del 70, siglo XX, también fracasó. Pero si ahondamos en el análisis, tales fracasos no
son de las articulaciones modelísticas, resultan del mismo régimen capitalista de
producción, presa de su contradicción insoluble, es decir, producción socializada versus
apropiación privada. A esta conclusión no se llega en el ensayo analizado, puesto que
sería admitir la necesidad de cambios anticapitalistas para remover los obstáculos que se
oponen al desarrollo de la economía dominicana a favor de los obreros y campesinos
pobres.
2.3. La trampa de crecimiento equilibrado de bajo nivel de ingreso
“Nuestra perspectiva es que estos resultados [empobrecimiento de la población
trabajadora, competitividad en ruinas, acelerado endeudamiento, institucionalidad
cuestionada, programas sin credibilidad, etc.] son perfectamente compatibles solo
cuando la economía ha caído en una trampa de crecimiento equilibrado de bajo nivel de
ingreso…” (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento empobrecedor en República
Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4, No. 1, enero-junio 2013.
Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág. 10). (El corchete es nuestro. M.L.). Con estas
afirmaciones queda deformada la realidad. De inmediato la demostramos.
Tomemos como elemento de análisis el empobrecimiento de la población trabajadora,
que Marx denomina pauperización del proletariado. Este empobrecimiento, Sr. Croes,
conforme a sus propias palabras, dimana de una economía que ha caído en una trampa
de crecimiento equilibrado de bajo nivel de ingreso; es decir, si la economía se interna
en un crecimiento equilibrado pero de alto ingreso, entonces no se genera la
pauperización del proletariado. Esta aspiración es un engaño de la burguesía en
perjuicio del proletariado. ¡Vengan proletarios, colaboren con nosotros, los burgueses
contrarios al modelo capitalista neoliberal, que los empobrecen, para restablecer el
modelo capitalista keynesiano, que los llenará de prosperidad!, clama la burguesía para
embaucar al proletariado.
La pauperización del proletariado dimana del propio capitalismo, independientemente
del modelo económico que prevalezca. Seamos más explícitos. La burguesía ejerce la
propiedad privada sobre los medios de producción. Los proletarios se ven obligados a
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vender su fuerza de trabajo, por un salario, teniendo que desarrollar una jornada laboral,
que tiene dos componentes: trabajo necesario y trabajo excedente, el capitalista se
apropia de este último, es la plusvalía. El salario, con el paso del tiempo, la inflación lo
va deteriorando. El proletario se hace más pobre. Pero también, el capital constante
crece más aprisa que el capital variable (salarios), esta situación implica una tendencia
en la que la oferta de trabajo se hace mayor a la demanda de trabajo, crece el ejército de
desocupados, el cual se constituye en un dique de contención del salario de los
ocupados. Los pequeños productores del campo, son arruinados por la gran producción
agropecuaria, por tanto, los primeros emigran a las ciudades, exigen trabajo, pero no
hay, la oferta sigue siendo superior a la demanda. Los ocupados y los desocupados se
hacen más pobres. La pauperización del proletariado, resulta del capitalismo, para
suprimirla, hay que abolir de una manera revolucionaria al capitalismo. Una sociedad
capitalista moderna y progresista, para los dominicanos, a la cual se ha aludido, no es
sino una fábula burguesa inventada por una economía política en desuso.
Más de 100 años de capitalismo, en la República Dominicana, no han bastado para que,
este régimen, lleve al pueblo dominicano a una situación de bienestar.
Los años pasan y sólo quedan las frustraciones, promesas incumplidas, mayores brotes
de corrupción y clientelismo y más humillación sobre la clase obrera y el campesinado
pobre.
Ha habido una imposibilidad de solución de las contradicciones estructurales que
aquejan al capitalismo dominicano; parece confirmarse la tesis marxista de la
transitoriedad del modo capitalista de producción, desde la perspectiva histórica de la
aparición y sucesión de las formaciones económico-sociales. Se ha aplicado una política
económico-social completamente inútil para conducir el país dominicano, ni siquiera, a
un nivel de desarrollo propio del capitalismo avanzado, condenando a vastos sectores
de la población a vivir en condiciones de precariedad y miseria.
El régimen capitalista de producción vino al mundo con un conjunto de contradicciones
fundamentales, que determina su surgimiento y desarrollo. Estas contradicciones no las
puede eludir, son estructurales. En el caso de la República Dominicana, tal régimen, no
escapa a esa realidad, derivando en un fracaso total, cuando ha tratado de resolverla al
margen de la revolución anticapitalista, de la cual huye la crítica pequeñoburguesa del
capitalismo.
El capitalismo dominicano, auspició y auspicia en los campos, la más descarnada
diferenciación del campesinado. Los campesinos acomodados, dada la propiedad
privada de fincas más extensas y feraces, pudieron acumular recursos productivos, en
términos de tierras, ganados, tecnologías y dinero; se insertaron en el proceso de
acumulación de capital, convirtiéndose, de este modo, en toda una burguesía rural. En
cambio, la inmensa mayoría del campesinado, condenada a ser propietaria de pequeños
lotes de tierra, no pudo prosperar, constituyendo con el proletariado agrícola el polo de
miseria rural. (Véase toda la evidencia empírica, sobre la diferenciación campesina,
desplegada en los capítulos 2 y 8 de los tomos I y II, respectivamente, de nuestra obra
El capitalismo dominicano). Al mismo tiempo ha habido una sistemática explotación
del campo a cargo de la ciudad, la reducción de la población rural, que huye hacia las
ciudades, la succión de los mejores trabajadores agrícolas por la industria urbana, la
caída estrepitosa de la participación del sector agropecuario en el PIB de la República
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40
Dominicana y la penetración incesante de los productos agropecuarios provenientes del
capitalismo avanzado, en el mercado nacional, que hace más precaria la subsistencia del
pequeño productor.
En el período 1936-1960, los obreros y empleados de la industria dominicana,
recibieron valores monetarios, por concepto de jornales y sueldos, por un monto de
RD$512,184,816, en cambio, los patronos capitalistas de la industria, recibieron
ingresos, por concepto de ventas de sus artículos producidos, en el orden de
RD$2,898,496,635, es decir, casi 6 veces mayor que la renta obrera.
Ingresos y utilidades, muy elevadas en manos de un grupito de patronos capitalistas, por
un lado, masa salarial limitada en manos obreras, por el otro lado, configuraron un
cuadro adverso al consumo de la población obrera, frenando el bienestar de ésta.
En el lapso 1961-1978, los obreros y empleados de la industria, recibieron valores
monetarios, por concepto de jornales y sueldos, por un monto de RD$2,285,480,236, en
cambio, los patronos capitalistas de la industria, recibieron ingresos, por concepto de
ventas de sus artículos producidos, en el orden de RD$15,924,825,638, es decir, 6.97
veces mayor que la renta obrera. Hay que aclarar, que este coeficiente fue calculado
para una serie histórica de 18 años, mientras que la serie trujillista fue mucho más
amplia, 25 años, de modo que en menos años fue acumulado una masa de ingresos
mayor, por parte de los patronos capitalistas.
En el lapso 1936-1960, la burguesía industrial le extrajo al proletariado industrial, como
plusvalía, un monto de RD$701,672,532. Si por lo menos una parte de esos 700
millones de pesos, hubiese ido a parar a manos de los obreros, el consumo de éstos
hubiese mejorado e igualmente su bienestar. Mas ocurrió todo lo contrario. Del 1961 al
1978, la masa de plusvalía ascendió RD$3,899,290,312, es decir, 5.55 veces mayor, a
la extraída en la etapa trujillista, y en menos años, operando como un ancla para el
consumo obrero.
Antes del año 1947, no se dispone de datos estadísticos referentes al Índice de Precios al
Consumidor (IPC), por tanto, no fue posible calcular las transferencias de rentas obreras
al capital, vía el aumento generalizado y continuo de los precios. Del 1950 al 1960,
hicimos los cálculos, pero debido al hecho de que la inflación fue muy baja, y al final de
la tiranía, se produjo prácticamente una deflación, el fenómeno de las transferencias de
rentas obreras al capital, fue imperceptible. Hagamos los cálculos para la etapa
postrujillista.
Cuadro 1
Transferencias de rentas obreras al capital como efecto de la inflación (1961-1978)
Años Salarios
industriales
Número de
ocupados
Salarios
monetarios
promedios
1961 38271045 80054 478,07
1962 72940583 89300 816,80
1963 88812260 117831 753,73
1964 106605269 104828 1016,95
1965 81327079 84032 967,81
1966 87796000 96734 907,60
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41
1967 80305000 107595 746,36
1968 82611000 99517 830,12
1969 94400000 98955 953,97
1970 106380000 114876 926,04
1971 111403000 118266 941,97
1972 133395000 130515 1022,07
1973 145191000 144774 1002,88
1974 167790000 146697 1143,79
1975 205068000 130100 1576,23
1976 214589000 119406 1797,14
1977 226427000 127437 1776,78
1978 242169000 130255 1859,19
Continuación
Años IPC Poder adquisitivo
del RD$
Salario real
promedio
1961 100,00 1,00 478,07
1962 103,20 0,97 791,47
1963 110,04 0,91 684,97
1964 110,69 0,90 918,75
1965 109,71 0,91 882,13
1966 108,14 0,92 839,29
1967 110,26 0,91 676,94
1968 112,10 0,89 740,52
1969 110,04 0,91 866,95
1970 114,22 0,88 810,78
1971 119,15 0,84 790,55
1972 128,54 0,78 795,13
1973 147,86 0,68 678,28
1974 167,34 0,60 683,53
1975 191,54 0,52 822,95
1976 206,62 0,48 869,78
1977 233,04 0,43 762,42
1978 249,59 0,40 744,89
Conclusión
Años Diferencia entre SRP y
SP
Total de transferencia
1961 0,00 0
1962 -25,34 -2262615
1963 -68,76 -8101710
1964 -98,21 -10294725
1965 -85,68 -7199578
1966 -68,31 -6607827
1967 -69,42 -7469313
1968 -89,60 -8916870
1969 -87,02 -8611440
1970 -115,26 -13240646
1971 -151,42 -17907677
No. 2 Enero-Abril 2014
42
1972 -226,93 -29618307
1973 -324,60 -46993931
1974 -460,26 -67518609
1975 -753,29 -98002752
1976 -927,36 -110731981
1977 -1014,35 -129266357
1978 -1114,30 -145143464
Fuente: Elaborado por Manuel Linares, con datos de la ONE y el Banco Central.
Del 1961 al 1978, la burguesía succionó a los trabajadores RD$717,887,804 por
conducto de la inflación, obstruyendo las posibilidades de aumentar su bienestar. En
más de 100 años de capitalismo, en la República Dominicana, el país no ha podido
situarse en la franja de sociedades de capitalismo avanzado; siglos de dominio
colonialista, primero, y de dominio imperialista, luego, en colusión con grupos nativos
oligárquicos, los han obstruido. Su fracaso es innegable. (Véase Linares (2013): El
capitalismo dominicano. Impresora La Escalera. Santo Domingo, R.D., pp. 493-496).
2.4 Más sobre la concepción burguesa del crecimiento económico
La crítica de la concepción burguesa del crecimiento económico, en el marco de la
economía política precisamente burguesa, se afana por mostrar el abismo entre el
crecimiento del producto agregado y el crecimiento de las remuneraciones de la fuerza
laboral.
Por eso nuestro economista Edwin Croes, asevera: “El primer síntoma de patología
macroeconómica que se presenta es que el crecimiento del PIB per cápita no coincide ni
en ritmo ni en dirección con el del ingreso promedio en el mercado de trabajo. En
realidad, se ha producido una gran divergencia, en lugar de la convergencia que se
pronosticaría por la estabilidad de precios, apertura externa, privatización y
liberalización de comercio y mercados”. (Croes, Edwin -2013-: “Crecimiento
empobrecedor en República Dominicana”. Revista Dominicana de Economía. Vol. 4,
No. 1, enero-junio 2013. Editora Búho. Santo Domingo, R.D., pág. 14).
Para justificar esa apreciación, en el artículo comentado, página 14, aparece un gráfico,
donde efectivamente en el primer decenio del presente siglo, se presenta una visible
divergencia entre ambas variables. Evidenciar esta realidad, no es malo, es bueno, pero
podría resultar engañosa, si nos quedamos ahí, puesto que una variable económica, el
salario, vinculada con una clase social, el proletariado, aparece asociada con otra
variable económica, el PIB, donde las clases sociales aparecen metamorfoseadas. Aquí
la pugna clasista se esfuma, que es un particular interés de la burguesía. El ensayo
discutido queda atrapado en las redes del análisis burgués del crecimiento.
En cambio, desde la economía política marxista, vemos clave, para tales fines, la
asociación del salario, con otra variable económica donde aparezca nítidamente el feo
rostro de la burguesía, su naturaleza explotadora, su afán por acumular fortunas, con el
fin de educar a los obreros, para que éstos arrecien su lucha emancipadora anti-
capitalista y pro-socialista. En efecto, en el epígrafe, “La trampa de crecimiento
equilibrado de bajo nivel de ingreso”, tratado arriba, hubimos de poner de manifiesto, en
el largo período 1936-1978, el abismo que existió entre el salario obrero e ingresos por
ventas de los capitalistas industriales, así como entre el salario obrero y la masa de
No. 2 Enero-Abril 2014
43
plusvalía. De esta relación se desprende que para liquidar dicho abismo hay que
cuestionar su raíz, que es el mismo capitalismo, la explotación del trabajo por el capital,
la propiedad privada sobre los medios de producción, etc., etc., son estos problemas
medulares que precisamente elude el ensayo analizado.
2.5 Análisis industrial aclasista
En el ensayo que estamos analizando, advertimos que, en el campo de la industria, se
incurre en un examen al margen completamente de las clases sociales. Hay una
preocupación por el llamado síndrome holandés o “Enfermedad Holandesa”, que da
cuenta de la des-industrialización. Pero, ¿qué ha sucedido con el proletariado
industrial?, ¿qué ha sucedido con la burguesía industrial?, en un contexto de des-
industrialización. ¿Se hizo burgués el proletariado industrial y pasó al proletariado la
burguesía industrial? O es que ¿acaso el proletario elevó sustancialmente su bienestar
material y el burgués desaceleró sustancialmente su tendencia a acaparar masas enormes
de beneficios? El análisis clasista de la industria se ve así ocultado. ¡La pobre burguesía
industrial, sus unidades productivas afectadas de la “Enfermedad Holandesa”,
languidece frente a las demás fracciones de la burguesía!, es una exclamación que se
desprende del planteamiento que estamos examinando.
Sin embargo, no es así; la burguesía industrial no deja de succionar plusvalía al
proletariado industrial.
Expliquemos al lector cómo estructuramos algunas variables fundamentales utilizadas
en la cuantificación de la masa de plusvalía.
En el cuadro que se presenta abajo aparece la tasa de depreciación de los activos fijos,
equivalente a un 10%; naturalmente esta es una hipótesis o supuesto que establecemos,
con el fin de viabilizar el cálculo indicado, ya que si nos atenemos a la ley de
Sociedades Comerciales, No. 129-12, vigente en la República Dominicana, que estipula
las tasas de depreciación a que se deben someter activos como muebles y equipos de
oficinas, 25%; maquinarias, 15%; y edificios, 5%, la valorización de la depreciación se
haría imposible de acometer. Por consiguiente, el procedimiento utilizado para calcular
la depreciación, de los activos fijos, es multiplicar la tasa de depreciación por la
inversión de capital, cada año, es decir, D= IC (10%). Por otra parte, la columna
relacionada con los insumos productivos, IP, es el resultado de la adición de los valores
de materias primas, combustibles y energía eléctrica y envases (los jornales y sueldos
quedan excluidos), de modo que, IP= MP+C+E.
En las partes restantes, del cuadro que estamos discutiendo, aparece la variable capital
constante (c). Ésta surge de sumar los valores de la depreciación, D, con los insumos
productivos, IP, es decir, c= D+IP; el capital variable (v), es la erogación que hizo el
sector, para contratar empleados y obreros, es el pago de jornales y sueldos. La
composición orgánica del capital (k), es el cociente que resulta de dividir el capital
constante entre el capital variable, k= c/v; la plusvalía (p) es el resultado de restarle, al
valor del producto (valor de la venta, V), el capital constante y el capital variable, p= V-
c-v; la cuota de plusvalía (p´), resulta de dividir la plusvalía entre el capital variable y
luego multiplicamos por 100, p´= (p/v)(100); y finalmente la cuota de ganancia (g´), es
el cociente que resulta de dividir la plusvalía entre la suma del capital constante y el
capital variable y luego multiplicamos por 100, g´= p/(c+v)(100).
No. 2 Enero-Abril 2014
44
Cuadro 2
Movimiento industrial (1936-1960)
(En RD$)
Años Inversión de
capital (IC)
Tasa de
depreciación
Depreciación
(D)
Insumos
productivos
(IP)
1936 62314340 10% 6231434 5804536
1937 62408322 10% 6240832,2 10926536
1938 73436664 10% 7343666,4 12012354
1939 74726642 10% 7472664,2 12939062
1940 75969535 10% 7596953,5 13959274
1941 74920797 10% 7492079,7 15696650
1942 76137317 10% 7613731,7 20526060
1943 77940339 10% 7794033,9 24653710
1944 79435568 10% 7943556,8 30550218
1945 80000000 10% 8000000 34565906
1946 84170444 10% 8417044,4 42421200
1947 91387013 10% 9138701,3 54238374
1948 92912297 10% 9291229,7 55525006
1949 118366928 10% 11836692,8 54273638
1950 119636855 10% 11963685,5 56724644
1951 131796486 10% 13179648,6 71860455
1952 150368052 10% 15036805,2 77602193
1953 161803288 10% 16180328,8 76035638
1954 166567172 10% 16656717,2 85234540
1955 201491411 10% 20149141,1 83730789
1956 204028994 10% 20402899,4 89969616
1957 228423545 10% 22842354,5 98276704
1958 239154605 10% 23915460,5 106315672
1959 266883579 10% 26688357,9 109532181
1960 279988299 10% 27998829,9 113837482
(Continuación)
Años Combustibles
y electricidad
Envases Jornales y
sueldos
Obreros y
emplea-
dos
Valores
ventas
1936 650785 714419 4561184 20301 16279130
1937 794086 992288 6470660 31956 22883957
1938 778338 938107 6459064 34194 23156558
1939 853332 1191363 6570690 35750 25931499
1940 971120 1254875 7143459 38345 28913663
1941 973281 1555499 6100629 36631 27439355
1942 1126540 2158512 7773089 39475 43290934
1943 1486617 1919731 9506712 41690 47089379
1944 1808245 3236974 16763295 44528 84781214
1945 1611158 3217401 11701530 42003 66761812
1946 1994218 3356293 16821448 48151 90718890
1947 2877825 4360002 21008563 50248 120489008
1948 3210966 4399992 21911949 46940 114264084
No. 2 Enero-Abril 2014
45
1949 3188637 5080743 19449702 45233 107902695
1950 3029882 5013752 18938028 48332 120471745
1951 3140197 6088165 24446741 60942 162286885
1952 4249054 6351291 28784562 61210 161359165
1953 4176541 5335383 29313001 64472 154935281
1954 4617959 5654751 28665979 66229 162516994
1955 5002493 5273394 30481430 71004 165001400
1956 7331988 6422926 35290703 81579 193794897
1957 9905954 6813607 37649706 86811 244549159
1958 9692784 7894318 38263916 85439 219567455
1959 10972008 7902628 39040296 83625 222466660
1960 10894659 8475917 39068480 89591 271644816
Continuación
Año Capital
constante (c)
Capital
variable (v)
Compo-
sición
orgánica
del ca-
pital (k)
Ventas (V) Plusvalía (p)
1936 12035970 4561184 2,64 16279130 -318024
1937 17167368,2 6470660 2,65 22883957 -754071,2
1938 19356020,4 6459064 3,00 23156558 -2658526,4
1939 20411726,2 6570690 3,11 25931499 -1050917,2
1940 21556227,5 7143459 3,02 28913663 213976,5
1941 23188729,7 6100629 3,80 27439355 -1850003,7
1942 28139791,7 7773089 3,62 43290934 7378053,3
1943 32447743,9 9506712 3,41 47089379 5134923,1
1944 38493774,8 16763295 2,30 84781214 29524144,2
1945 42565906 11701530 3,64 66761812 12494376
1946 50838244,4 16821448 3,02 90718890 23059197,6
1947 63377075,3 21008563 3,02 120489008 36103369,7
1948 64816235,7 21911949 2,96 114264084 27535899,3
1949 66110330,8 19449702 3,40 107902695 22342662,2
1950 68688329,5 18938028 3,63 120471745 32845387,5
1951 85040103,6 24446741 3,48 162286885 52800040,4
1952 92638998,2 28784562 3,22 161359165 39935604,8
1953 92215966,8 29313001 3,15 154935281 33406313,2
1954 101891257,2 28665979 3,55 162516994 31959757,8
1955 103879930,1 30481430 3,41 165001400 30640039,9
1956 110372515,4 35290703 3,13 193794897 48131678,6
1957 121119058,5 37649706 3,22 244549159 85780394,5
1958 130231132,5 38263916 3,40 219567455 51072406,5
1959 136220538,9 39040296 3,49 222466660 47205825,1
1960 141836311,9 39068480 3,63 271644816 90740024,1
Conclusión
Años p´ g´
1936 -6,97 -1,92
1937 -11,65 -3,19
No. 2 Enero-Abril 2014
46
1938 -41,16 -10,30
1939 -15,99 -3,89
1940 3,00 0,75
1941 -30,32 -6,32
1942 94,92 20,54
1943 54,01 12,24
1944 176,12 53,43
1945 106,78 23,02
1946 137,08 34,08
1947 171,85 42,78
1948 125,67 31,75
1949 114,87 26,11
1950 173,44 37,48
1951 215,98 48,23
1952 138,74 32,89
1953 113,96 27,49
1954 111,49 24,48
1955 100,52 22,80
1956 136,39 33,04
1957 227,84 54,03
1958 133,47 30,31
1959 120,92 26,93
1960 232,26 50,16
Fuente: Cálculos efectuados por Manuel Linares en base al Anuario Estadístico de
la República Dominicana, 1936-1954, Estadística Industrial de la República
Dominicana, 1955-1960, y el libro Capitalismo y dictadura de Roberto Cassa.
Gráfico 1
Fuente: Cálculos efectuados por Manuel Linares.
La masa de plusvalía extraída al proletariado industrial, por los capitalistas nacionales y
extranjeros, en el período 1936-1960, fue impresionante: RD$701,672,531.8 y la tasa de
plusvalía mostró una tendencia creciente, merced al incremento de la explotación del
0
20000000
40000000
60000000
80000000
100000000
120000000
140000000
160000000
1936 1938 1940 1942 1944 1946 1948 1950 1952 1954 1956 1958 1960
RD
$
Años
Capital constante y capital variable en el sector industrial dominicano (1936-1960)
c
v
No. 2 Enero-Abril 2014
47
trabajo por el capital. El desarrollo del sector descansó en una incesante explotación
obrera, lo que desmiente el argumento de la economía burguesa que intenta explicarlo a
partir del “espíritu emprendedor empresarial industrial dominicano”.
Gráfico 2
Fuente: Cálculos efectuados por Manuel Linares.
Ahora pasamos a cuantificar el valor anual de la extracción de plusvalía al proletariado
industrial, en la industria manufacturera dominicana, en el período 1961-1978.
Cuadro 3
Movimiento industrial (1961-1978)
(En RD$)
Años Inversión de
capital (IC)
Tasa de
depreciación
Depreciación
(D)
Insumos
productivos
(IP)
1961 307208528 10% 30720852,8 116114975
1962 306833025 10% 30683302,5 151573620
1963 296442944 10% 29644294,4 185344322
1964 348846401 10% 34884640,1 206279866
1965 359743807 10% 35974380,7 177538337
1966 374359000 10% 37435900 201954000
1967 394433000 10% 39443300 203807000
1968 415819000 10% 41581900 224676000
1969 458635000 10% 45863500 250467000
1970 451752000 10% 45175200 284226000
1971 467556000 10% 46755600 326649000
1972 506610000 10% 50661000 388235000
1973 547976000 10% 54797600 544840000
1974 622776000 10% 62277600 864854000
1975 756232000 10% 75623200 1047876000
1976 825970000 10% 82597000 1097080000
1977 866190000 10% 86619000 1232843000
-20000000
0
20000000
40000000
60000000
80000000
100000000
1936 1938 1940 1942 1944 1946 1948 1950 1952 1954 1956 1958 1960
RD
$
Años
Masa de plusvalía extraída al proletariado industrial dominicano (1936-1960)
p
No. 2 Enero-Abril 2014
48
1978 927877000 10% 92787700 1312171000
Total 9235259705 - 923525970,5 8816529120
(Continuación)
Años Obreros y empleados Valores ventas
1961 80054 253443174
1962 89300 326590915
1963 117831 364863418
1964 104828 406264559
1965 84032 339509572
1966 96734 403885000
1967 107595 423521000
1968 99517 449862000
1969 98955 502332000
1970 114876 583257000
1971 118266 677271000
1972 130515 826207000
1973 144774 1058350000
1974 146697 1478137000
1975 130100 1890133000
1976 119406 1819128000
1977 127437 2029531000
1978 130255 2092540000
Continuación
Año Capital
constante (c)
Capital
variable (v)
Composición
orgánica del
capital (k)
Plusvalía (p)
1961 146835827,8 38271045 3,84 68336301,2
1962 182256922,5 72940583 2,50 71393409,5
1963 214988616,4 88812260 2,42 61062541,6
1964 241164506,1 106605269 2,26 58494783,9
1965 213512717,7 81327079 2,63 44669775,3
1966 239389900 87796000 2,73 76699100
1967 243250300 80305000 3,03 99965700
1968 266257900 82611000 3,22 100993100
1969 296330500 94400000 3,14 111601500
1970 329401200 106380000 3,10 147475800
1971 373404600 111403000 3,35 192463400
1972 438896000 133395000 3,29 253916000
1973 599637600 145191000 4,13 313521400
1974 927131600 167790000 5,53 383215400
1975 1123499200 205068000 5,48 561565800
1976 1179677000 214589000 5,50 424862000
1977 1319462000 226427000 5,83 483642000
1978 1404958700 242169000 5,80 445412300
Total 9740055091 2285480236 4,26 3899290312
Conclusión
No. 2 Enero-Abril 2014
49
Años p´ g´
1961 178,56 36,92
1962 97,88 27,98
1963 68,75 20,10
1964 54,87 16,82
1965 54,93 15,15
1966 87,36 23,44
1967 124,48 30,90
1968 122,25 28,95
1969 118,22 28,56
1970 138,63 33,84
1971 172,76 39,70
1972 190,35 44,37
1973 215,94 42,09
1974 228,39 35,00
1975 273,84 42,27
1976 197,99 30,47
1977 213,60 31,29
1978 183,93 27,04
Media del período 170,60 32,42
Fuente: Elaborado por Manuel Linares, en base a “Estadística Industrial de la
República Dominicana”, ONE.
La masa de plusvalía extraída al proletariado industrial, por los capitalistas nacionales y
extranjeros, en el período 1961-1978, fue impresionante: RD$3,899,290,312 y su tasa
mostró una tendencia creciente, gracias el incremento de la explotación del trabajo por
el capital. El desarrollo del sector descansó en una incesante explotación obrera, mucho
más intensa que en la época trujillista.
Gráfico 3
Fuente: Cálculos efectuados por Manuel Linares.
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50
De los cálculos realizados se desprende, entonces, que no podemos hablar de una
burguesía industrial que languidece arrinconada por la “enfermedad holandesa”. Su
historial fue y sigue siendo de explotación del trabajo y acumulación de capital.
2.6 Análisis agrícola también aclasista
En el campo agrícola el artículo en cuestión peca del mismo defecto. Analiza, analiza,
analiza… al margen de las clases sociales en la agricultura capitalista dominicana.
En el período 1900-1960, el campesinado dominicano experimentó un creciente proceso
de diferenciación, escindiéndose en tres grupos, el inferior, el medio y el superior. La
aparición de esos tres grupos, se hizo patente, en las evidencias empíricas, tanto en el
espacio geográfico provincial, como en toda la estructura agraria nacional, en el período
referido arriba. Este proceso de diferenciación acaeció en medio de una economía
mercantil, en la que la categoría mercado se consolidó, como referente esencial para que
se efectuaran las transacciones relacionadas con la compra y venta de productos para el
consumo personal, de medios de producción para el consumo productivo y de fuerza de
trabajo. Dicho proceso se produjo en conexión directa con los fenómenos propios del
régimen capitalista: expropiación de los pequeños productores, por los grandes; ruina
de los pequeños productores; acumulación de capitales, por parte de los campesinos del
grupo superior; extorsión campesina por parte del capital comercial y usurero, etc. De
hecho emergieron claramente la burguesía rural y el proletariado rural. La
diferenciación campesina fue extrema, en las zonas cañeras, particularmente en la
Región Este del país, bajo el influjo directo del capital imperialista; sin embargo, en
zonas, como el Cibao, dominada por cultivos permanentes como el café, el cacao y el
tabaco, tal diferenciación fue menos intensa, logrando los grupos campesinos medios
una mejor posición en la tenencia de los medios de producción, en especial de la tierra.
La diferenciación del campesinado dominicano, contribuyó a ampliar el mercado
interior, tanto por el lado del incremento de la demanda de artículos de uso, como de
medios de producción.
Sobre aquello, Lenin decía: “Se comprende que la economía política teórica, al
adherirse en su desarrollo consecutivo a los clásicos, haya dejado sentado con precisión
justamente lo que Sismondi quería negar, a saber, que el desarrollo del capitalismo en
general y de los arrendamientos en particular no reduce, sino crea el mercado interior.
El desarrollo del capitalismo es paralelo al de la economía mercantil, y conforme la
producción doméstica da paso a la producción para la venta, y el artesano a la fábrica, se
va formando el mercado para el capital. Los jornaleros desplazados de la agricultura por
la conversión de los campesinos en arrendatarios proporcionan mano de obra al capital,
y los arrendatarios son compradores de artículos de la industria, y no sólo compradores
de artículos de uso (que antes hacían en su casa los campesinos o los artesanos rurales),
sino también de instrumentos de producción que ya no pueden ser los mismos, al
sustituir la gran producción agrícola a la pequeña”. (Lenin, Contribución a la
caracterización del romanticismo económico, Obras Completas, Tomo 2, p. 134).
El fenómeno de la diferenciación campesina, es muy importante en la explicación
teórica de la formación del capitalismo en la agricultura. Lenin, aconseja acudir al
capítulo 47 del Capital, Tercer Tomo, de Marx, que versa sobre la “Génesis de la renta
capitalista del suelo”. Efectivamente, Marx, dice: “Si examinamos la renta del suelo en
su forma más simple, la renta de trabajo, en la que el productor directo trabaja una parte
No. 2 Enero-Abril 2014
51
de la semana, con instrumentos…que de hecho o jurídicamente son de su pertenencia, la
tierra que de hecho se halla en su poder, y el resto de la semana la finca del
terrateniente, para el terrateniente, sin retribución alguna, vemos que la cosa se presenta
aquí todavía con mayor claridad, que la renta y la plusvalía son aquí idénticas. La forma
en que se expresa aquí el trabajo sobrante no retribuido no es la ganancia, sino la renta
del suelo. Hasta qué punto el trabajador…puede obtener, en estas condiciones, un
remanente sobre sus medios indispensables de subsistencia, es decir, sobre lo que en el
régimen capitalista de producción llamaríamos salario, dependerá, en igualdad de
circunstancias, de la proporción en que su tiempo de trabajo se divida en tiempo de
trabajo para sí mismo y en prestación personal para el terrateniente (…)” (Marx (1982):
El Capital, Tomo III. FCE, México, pág. 732). La renta en producto, significa que “(…)
el productor directo dispone más o menos del empleo de todo su tiempo de trabajo, si
bien una parte de él, que en los comienzos es todo o casi todo el tiempo sobrante, sigue
perteneciendo gratuitamente al terrateniente; la diferencia está en que ahora éste no lo
recibe directamente bajo su propia forma natural, sino bajo la forma natural del
producto en que se realiza (…)” (Marx -1982-: El Capital, Tomo III. FCE, México, p.
736).Y agrega: “(…) Esta renta en productos, en su estado puro, aunque puede perdurar
fragmentariamente y como supervivencia a través de sistemas y relaciones de
producción más desarrollados, presupone lo mismo que la forma de renta anterior un
régimen de economía natural, es decir, un régimen en que las condiciones económicas
se creen totalmente o en una parte grandísima dentro de la misma explotación y puedan
reponerse y reproducirse directamente a base del producto bruto obtenido de la misma
(...)” (Marx -1982-: El Capital, Tomo III. FCE, México, pp. 73-737).
Finalmente, en la renta en dinero, “(…) el productor directo paga a su terrateniente…,
en vez del producto, su precio correspondiente (…)” (Marx -1982-: El Capital, Tomo
III. FCE, México, p. 738) y agrega: “En su desarrollo ulterior, la renta en dinero, tiene
que conducir necesariamente…, o bien a la transformación de la tierra en propiedad
campesina libre, o bien a la forma propia del régimen capitalista de producción, a la
renta abonada al terrateniente por el arrendatario capitalista”. (Marx -1982-: El Capital,
Tomo III. FCE, México, pág. 739). Sin embargo, no son sino en estas líneas que aparece
claramente la diferenciación campesina: “Con la renta en dinero –aduce Marx- la
tradicional relación de derecho consuetudinario entre una parte de los vasallos que
poseen y trabajan la tierra y el terrateniente se convierte necesariamente en una pura y
concreta relación monetaria contractual ajustada a las reglas fijas del derecho positivo.
De este modo, el poseedor-cultivador se convierte prácticamente en un simple
arrendatario. Esta metamorfosis se aprovecha, de una parte, bajo condiciones generales
de producción que por lo demás son adecuadas para ello, para ir expropiando poco a
poco a los antiguos poseedores campesinos, sustituyéndolos por arrendatarios
capitalistas; de otra parte, conduce al rescate del tributo de la renta que pesa sobre el
antiguo poseedor y a su transformación en un campesino independiente, con plena
propiedad sobre la tierra que trabaja. La transformación de la renta natural en renta en
dinero va, además, no solo necesariamente acompañada, sino incluso anticipada por la
formación de una clase de jornaleros desposeídos, que se contratan por dinero. Durante
el período de nacimiento de esta clase, en que ésta sólo aparece esporádicamente va
desarrollándose, por tanto, necesariamente, en los campesinos sujetos al tributo de la
renta mejor situados la costumbre de explotar por su cuenta a jornaleros agrícolas (…)”
(Marx -1982-: El Capital, Tomo III. FCE, México, pp. 739-740). (Los subrayados son
nuestros. M.L.).
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52
La diferenciación campesina acaecida, en el período 1900-1960, ha dado lugar al
surgimiento, en el campo, de dos clases sociales completamente contrapuestas: la
burguesía rural y el proletariado rural. Estas clases sociales tuvieron como signo
distintivo la explotación del trabajo asalariado, por parte de la burguesía rural y la venta
de fuerza de trabajo, por parte del proletariado rural. Estos productos clasistas tuvieron
clara incidencia tanto en el plano económico como en el político.
Desde el punto de vista económico, la burguesía rural tuvo su base de sustentación en el
grupo de campesinos acomodados, que durante toda la primera mitad del siglo XX, se
fue situando en mejores condiciones en términos de acaparar tierras productivas, todo
tipo de ganado, especialmente vacuno, arrendar tierras para ampliar sus esferas de
producción, ampliar el uso de aperos agrícolas y maquinarias, en sus fincas, y comprar
fuerza de trabajo para extraerle plusvalía, la cual es clave para la acumulación de capital
y elevar el progreso de sus fincas, pues, no “(…) puede haber mejora alguna en la
hacienda campesina que no implique un aumento de la explotación del trabajo
asalariado en las haciendas que van mejorando”. (Lenin -1914-: “El campesinado y el
trabajo asalariado”. Tomo 24, Obras Completas. Editorial Progreso, Moscú, pág. 347).
Por su parte, el proletariado rural, tuvo como base de sustentación a los grupos de
campesinos pobres y de campesinos medios. Como tendencia, los campesinos pobres y
los campesinos medios, no tienen manera de competir exitosamente frente a los
campesinos acomodados, dada la precariedad con la que acceden a la tierra, al ganado,
aperos y maquinarias agrícolas, a la tierra en arriendo y a la contratación de mano de
obra asalariada. Particularmente los campesinos pobres, de manera directa, pasan a
formar parte del proletariado rural, a pesar de que habitualmente poseen pedazos de
tierra. Ello parecería contradecir la teoría marxista, pero recordemos lo que nos dice
Lenin: “(…) Cabe agregar que en nuestras obras se comprende a menudo con excesiva
rigidez la tesis teórica de que el capitalismo requiere un obrero libre, sin tierra. Eso es
del todo justo como tendencia fundamental, pero en la agricultura el capitalismo penetra
con especial lentitud y a través de formas extraordinariamente diversas. La asignación
de tierra al obrero del campo se efectúa muy a menudo en interés de los mismos
propietarios rurales, y por eso el tipo del obrero rural con parcela es propio de todos los
países capitalistas (…)” (Lenin -1981-: El desarrollo del capitalismo en Rusia. Editorial
Progreso, Moscú. Obras Completas, Tomo 3, pág. 183).
En el plano político, los susodichos productos clasistas, acogiéndonos a una línea
estrictamente marxista, debieron sentar las bases para una clarificación de los objetivos
que perseguirían los burgueses rurales, por un lado, y los proletarios rurales, por el otro.
Los primeros tras el fortalecimiento del régimen económico-social capitalista,
eliminación de las supervivencias del precapitalismo (aparcerías, colonatos, etc.) y la
formal constitución de la democracia burguesa representativa. Los segundos no
obstaculizar medida alguna que contribuyera al desplazamiento de todo tipo de
precapitalismo, pero con vista a acerar la alianza con el proletariado urbano, en interés
de impulsar las transformaciones democrático-revolucionarias en ruta hacia el
socialismo. Con el paso de los años se puso de manifiesto la frustración transitoria del
camino revolucionario y el triunfo de la burguesía de toda laya. (Recordemos esta
enseñanza sobre la burguesía campesina: “(…) Esta capa –escribía Lenin- tiene en sus
manos no menos de la mitad de todos los instrumentos de producción y de toda la
propiedad de que dispone el conjunto de los campesinos. No puede existir sin contratar
peones o jornaleros. Es indiscutiblemente hostil al régimen de servidumbre, a los
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terratenientes y a la burocracia, y capaza de ser demócrata, pero es aún más indudable
su hostilidad frente al proletariado rural. Todo intento de disimular, de eludir esta
hostilidad de clase en el programa agrario y en la táctica constituye un apartamiento
consciente o inconsciente del punto de vista socialista”. (Lenin -1905-: “El proletariado
y el campesinado”. Tomo 9, Obras Completas. Editorial Progreso, Moscú, pág. 359).
Prosigamos. La tierra, como factor de producción principal, en la agricultura, fue objeto
de intenso acaparamiento en el período 1900-1960. El coeficiente de Gini, que nos
permite medir el grado de concentración de la tierra, el cual indica que cuando es igual a
1, existe una distribución completamente desigual de la tierra, y cuando es igual a 0,
existe una distribución igualitaria, en el año 1950 fue de 0.5. En el ámbito local, la
mayor concentración de la tierra fue exhibida por las siguientes provincias: La
Altagracia, El Seibo, San Pedro de Macorís, La Vega, Duarte, Puerto Plata, Trujillo,
Bahoruco, Barahona y Montecristi. El acaparamiento de la tierra, por una minoría, fue
solo una manifestación del proceso de diferenciación que experimentó el campesino
dominicano, en el que participó no solamente el grupo de campesinos acomodados
dominicanos, que fue emergiendo en el curso del proceso citado, sino también
expresiones del capital imperialista, particularmente en la Región Este del país, a través
de la industria azucarera. Los pequeños productores agrícolas orientales fueron víctimas
del acaparamiento de la tierra, en especial, por el capital imperialista. Éste invirtió
cheles y con la ayuda del gobierno de ocupación norteamericana, 1916-1924, se adueñó
de las tierras de la Región Este, sometió y somete a la más bárbara explotación al
proletariado, tanto agrícola como industrial, de dicha región y, desde entonces, ha
extraído miles de millones de dólares de beneficios de su producción capitalista.
El dominio omnímodo del tirano Trujillo, sobre un campesinado hambreado y pobre,
pero aislado de la civilización y la educación, a pesar de que sufría por el yugo de la alta
concentración de la tierra, a favor de la clase terrateniente, el capital imperialista y los
campesinos ricos, mantenía la lucha por la tierra en un letargo. Ese campesinado,
apenas recibía trozos de tierra en las provincias ubicadas en la zona fronteriza con Haití,
con el fin de poblarla. Distribuciones ridículas como estas, eran aprovechadas por el
trujillismo para hacer propaganda demagógica y ganar adepción en el campesinado,
haciéndole creer que estaba con la reforma agraria y en contra de los terratenientes.
Había “(…) que distraer la atención, ocupar a las masas con altisonantes proyectos de
reformas, aparentar que se hace la guerra a los conservadores y prometer migajas, para
impedir que las masas pierdan la fe…para lograr que sigan a los capitalistas industriales
y financieros, como las ovejas siguen a los pastores”. (Lenin -1913-: “Los liberales y el
problema agrario en Inglaterra”. Tomo 24, Obras Completas. Editorial Progreso,
Moscú, pág. 81). Pretensión esta que se hizo pedazos, a partir de mayo del año 1961,
cuando el tirano fue ajusticiado y la lucha por la tierra irrumpió en el campo
dominicano.
El grado de concentración de la tierra agrícola, en la República Dominicana, siempre ha
sido muy elevado. Veamos:
Cuadro 4
Concentración de la tierra (1950-1998)
Años Coeficiente de Gini
1950 0,50
1960 0,44
No. 2 Enero-Abril 2014
54
1971 0,43
1982 0,49
1998 0,41
Fuente: Calculado por Manuel Linares.
El coeficiente de Gini, en el año 1950, fue altísimo: 0.50. El campesinado tuvo que
esperar casi 50 años, para que dicho coeficiente llegara a 0.41, en el año 1998, para una
ínfima reducción de 18%. La dureza del coeficiente de Gini, es la manifestación más
viva del enorme poder concentrador de la tierra agrícola que tiene la clase terrateniente
dominicana. Si la tierra sigue tan concentrada, en pocas manos, es imposible atacar la
pobreza y la miseria en los campos dominicanos y aprovechar la potencialidad
productiva del campo. Los campesinos están huyendo de las tierras que los vieron
nacer, por el hambre y la ausencia de un bienestar mínimo que les deparan el
latifundismo y el capitalismo agrario. El liberalismo burgués, con sus destacamentos
políticos (PR, PRD y PLD), instaurado después de la liquidación de Trujillo y, con sus
cantos de libertad y democracia, ha sido totalmente incapaz de resolver este agudo
problema agrario. Sus ensayos de reforma agraria, solo han servido para crearles
ilusiones al campesinado, respecto a las posibilidades de alcanzar el bienestar colectivo
en el marco de su estructura agraria latifundista-minifundista, fundamentada en el
régimen capitalista de producción. Los socialistas dominicanos estamos en el deber de
atacar el latifundismo y trabajar para la alianza obrero-campesina, para avanzar hacia la
revolución.
El contenido clasista de los campesinos acomodados y los pobres, se mantuvo al pasar
la sociedad dominicana del período trujillista, al postrujillista. En efecto, los campesinos
acomodados, durante todo el período histórico, 1900-1960, observaron un
comportamiento dinámico no sólo en la concentración de tierra, en la categoría de
propia, sino que incidieron en el mercado de la tierra vía arriendos; en la adquisición de
todo tipo de ganado e implementos agrícolas; y empleo de trabajo asalariado. Todos
estos eventos contribuyeron a fomentar el capitalismo en el campo y a la ampliación del
mercado interior. En el período postrujillista, el fomento de esta capa campesina,
fortaleció su contenido clasista hacia la burguesía, ahora aplicando no sólo los viejos
métodos heredados de la etapa trujillista, sino que con una avidez sin límites se ha
entregado a ocupar y usurpar terrenos del Estado dominicano, con la complicidad de los
políticos burgueses corrompidos y, claro, mucho de éstos mediante el robo de recursos y
activos públicos, han pasado a ser ricos del campo, incorporándose de manera orgánica
a la burguesía campesina. El grupo campesino pobre, que está integrado por aquellos
campesinos que poseen pequeñas parcelas de tierra, en ocasiones las siembran y en otras
no las siembran, por carecer de los recursos económicos imprescindibles para la
actividad agrícola de producción. Como son pequeñas fincas, explotadas con
tecnologías rudimentarias, su productividad es muy baja, por tanto, sus propietarios no
obtienen ingresos suficientes, durante el año, para mantener el hogar, viéndose
obligados a vender su fuerza de trabajo en las fincas pertenecientes al grupo campesino
acomodado. Su destino es ser fuente de proletarios libres agrícolas. De este modo
ocurrió en el período 1900-1960 e igualmente en el período 1961-2010, pero con trazos
verdaderamente dramáticos. Huyen hacia la vecina isla de Puerto Rico, en
embarcaciones frágiles. La mayoría de ellos se convierten en alimentos de los tiburones.
Cuando logran llegar a la costa de Puerto Rico, son detenidos y humillados y luego son
deportados hacia la República Dominicana, de este modo pierden el dinero aportado
para el viaje. Generalmente quedan endeudados o sus casas quedan sin ajuares, pues los
No. 2 Enero-Abril 2014
55
venden para reunir el dinero del “pasaje”. Otros caen en manos del narcotráfico,
muriendo muy jóvenes. Unos pocos se entregan al ejercicio de la delincuencia común y
son asesinados en los famosos intercambios de disparos con la Policía Nacional. A estos
campesinos sólo los salva la revolución. De ahí la pertinencia de la alianza obrero-
campesina para impulsarla firmemente en suelo dominicano.
La diferenciación campesina, después de la liquidación de Trujillo, prosiguió. En la
Región Este, el grupo campesino superior llevó la delantera, según testimonian los datos
estadísticos del VI censo nacional agropecuario de 1971; puesto que con el 5.55%
promedio de las fincas pudo concentrar el 83.22% de la superficie total. Esta última
cifra es superior al promedio nacional, que había sido de 57.20%, es decir, la burguesía
campesina oriental, acaparó con mayor frenesí el factor de producción tierra,
comparándola con la burguesía campesina de todo el país. La aparcería, tenencia de la
tierra, sustentadora de relaciones de producción precapitalistas, fue auspiciada por la
burguesía campesina particularmente en Higuey y El Seibo. En San Pedro de Macorís y
en La Romana, la aparcería no ganó ni siquiera una tarea de tierra, dando cuenta de una
fuerte presencia del capitalismo en la agricultura.
El grupo campesino pobre, si bien acaparó el 71.38% de las explotaciones agropecuarias
de la Región Este, a duras apenas alcanzó el 3.54% de la superficie que comparado con
el 12.86% correspondiente a los campesinos pobres, a nivel nacional, muestra una
exclusión, en la Región Este, muy acentuada en perjuicio de dicho grupo. Respecto a la
aparcería, arriendo y reforma agraria, este grupo, quedó completamente marginado. La
opresión económica del grupo campesino pobre, por el grupo campesino acomodado, en
la Región Este, fue verdaderamente brutal.
En la Región Norte, al igual que en la Este, el grupo campesino superior llevó la
delantera, según testimonian los datos estadísticos del VI censo nacional agropecuario
de 1971, en lo que concierne a la acumulación de recursos económicos; con el 2.39%
promedio de las fincas pudo concentrar el 49,97% de la superficie total. Esta última
cifra es inferior al promedio nacional, que había sido de 57.20%, es decir, la burguesía
campesina norteña, acaparó con menor frenesí el factor de producción tierra,
comparándola con la burguesía campesina de todo el país. La aparcería, tenencia de la
tierra, sustentadora de relaciones de producción precapitalistas, tuvo una mayor
incidencia en Moca, Santiago, La Vega, San Francisco de Macorís, Nagua y Salcedo;
mientras que en Puerto Plata, Samaná, Mao, Sabaneta y Sánchez Ramírez, mostró una
gran debilidad.
El grupo campesino pobre, si bien acaparó el 76.61% de las explotaciones agropecuarias
de la Región Norte, a duras apenas alcanzó el 15,17% de la superficie que comparado
con el 12.86% correspondiente a los campesinos pobres, a nivel nacional, muestra una
situación en la que, estos campesinos estuvieron probablemente menos excluidos en
comparación al estado de sus congéneres a nivel nacional. Respecto al comercio de la
tierra, particularmente en el renglón arriendo, su participación fue relativamente menos
fuerte que el grupo campesino acomodado. La opresión económica del grupo campesino
pobre, por el grupo campesino acomodado, en la Región Norte, fue verdaderamente
brutal, pero de menor grado que la ejercida en la Región Este.
También en la Región Sur, el grupo campesino superior llevó la delantera, según
testimonian los datos estadísticos del VI censo nacional agropecuario de 1971, en la
No. 2 Enero-Abril 2014
56
acumulación de recursos económicos; con el 1.68% promedio de las fincas pudo
concentrar el 43.90% de la superficie total. Esta última cifra es inferior al promedio
nacional, que había sido de 57.20%, es decir, la burguesía campesina sureña, acaparó
con menor frenesí el factor de producción tierra, comparándola con la burguesía
campesina de todo el país. La aparcería, tenencia de la tierra, sustentadora de relaciones
de producción precapitalistas, tuvo una mayor incidencia en Baní, San Juan y Barahona;
mientras que en San Cristóbal, Azua y Bahoruco, mostró una cierta debilidad.
El grupo campesino pobre, si bien acaparó el 75.03% de las explotaciones agropecuarias
de la Región Sur, a duras apenas alcanzó el 18.31% de la superficie que, comparado con
el 12.86% correspondiente a los campesinos pobres, a nivel nacional, muestra una
situación en la que, estos campesinos estuvieron probablemente menos excluidos en
comparación al estado de sus congéneres a nivel nacional. Respecto al comercio de la
tierra, particularmente en el renglón arriendo, su participación fue relativamente menos
fuerte que el grupo campesino acomodado. La opresión económica del grupo campesino
pobre, por el grupo campesino acomodado, en la Región Sur, fue verdaderamente
brutal, pero de menor grado que la ejercida en la Región Este.
Igualmente, en la Región Oeste, el grupo campesino superior llevó la delantera, según
testimonian los datos estadísticos del VI censo nacional agropecuario de 1971, en la
acumulación de recursos económicos; con el 1.84% promedio de las fincas pudo
concentrar el 31.69% de la superficie total. Esta última cifra es inferior al promedio
nacional, que había sido de 57.20%, es decir, la burguesía campesina fronteriza, acaparó
con menor frenesí el factor de producción tierra, comparándola con la burguesía
campesina de todo el país.
El grupo campesino pobre, si bien acaparó el 72.49% de las explotaciones agropecuarias
de la Región Oeste, a duras apenas alcanzó el 23.74% de la superficie que, comparado
con el 12.86% correspondiente a los campesinos pobres, a nivel nacional, muestra una
situación en la que, estos campesinos estuvieron probablemente menos excluidos en
comparación al estado de sus congéneres a nivel nacional. La opresión económica del
grupo campesino pobre, por el grupo campesino acomodado, en la Región Oeste, fue
verdaderamente brutal, pero de menor grado que la ejercida en la Región Este.
En las cuatro (4) regiones, el grupo campesino pobre ha sido verdaderamente vapuleado
en el proceso de gestación, desarrollo y afianzamiento del modo capitalista de
producción. “Esta situación sigue existiendo, incluso hoy, en nuestro campo. ¿Cuál es
la salida, a qué medios recurrir para mejorar la suerte del campesinado? Los pequeños
campesinos pueden sacudirse del yugo del capital únicamente sumándose al
movimiento obrero y ayudándole a luchar por el régimen socialista, por convertir la
tierra y los otros medios de producción (fábricas, máquinas, etc.) en propiedad social.
Tratar de salvar al campesinado defendiendo la pequeña hacienda y la pequeña
propiedad contra el embate del capitalismo significaría frenar inútilmente el desarrollo
social, engañar al campesino con la ilusión de un posible bienestar en el capitalismo y
dividir a las clases trabajadoras, creando una situación privilegiada para la minoría a
expensas de la mayoría (…)” (Lenin -1901-: “El partido obrero y el campesinado”.
Tomo 4. Obras Completas. Editorial Progreso, Moscú, pág. 454).
Por otra parte, el modo de producción capitalista se vio afianzado, en el período
postruillista, en el frente agropecuario. El producto agropecuario real, desde el año 1961
No. 2 Enero-Abril 2014
57
al 1970, tuvo un incremento relativo de 94.75%, en los decenios siguientes, hasta el año
2000, el incremento relativo fue como sigue: 33.17%, -1.80% y 55.23%. La casi
duplicación del producto agropecuario real en el decenio de los sesenta, tuvo que ver,
entre otros elementos socioeconómicos, con el ascenso de la globalización económica
keynesiana, en el plano internacional, y con la reanimación de la economía dominicana,
en la segunda mitad del citado decenio, tomando como base la economía exportadora
agroindustrial (café, cacao , tabaco y azúcar). Sin embargo, en la primera mitad del
decenio de los setenta, la economía mundial se resiente ante el ascenso vertiginoso de
los precios internacionales del petróleo y la reducción de los precios de exportación de
productos básicos, como el café, cacao, tabaco, azúcar, trigo, etc. Dicha economía entra
claramente en las fases de la ralentización y la depresión, repercutiendo ello en la
economía dominicana, razón por la cual, el crecimiento del producto agropecuario real
se reduce significativamente en comparación al ostentado en el decenio anterior. En el
decenio de los ochenta la ralentización se muta en depresión. El incremento relativo se
hace negativo, a causa de la articulación de múltiples factores adversos, como fueron el
estallido de la crisis de la deuda externa, en el continente latinoamericano, la
agudización de la crisis fiscal del Estado dominicano y el agravamiento de los rasgos
depresivos del recetario fondomonetarista aplicado, sin ningún rubor, por el gobierno
burgués jorgeblanquista. Finalmente, en el decenio de los noventa, el entorno
internacional se aligera, se reanima la economía mundial, mejoran los precios de
exportación de los productos básicos de exportación de los países subdesarrollados y
todo ello impacta positivamente el agro dominicano.
En el primer decenio del siglo XXI, el PIB agropecuario continua trillando la senda
expansiva, pero menos intensamente que la correspondiente a los años noventa, a causa,
probablemente del rudo golpe propinado a la economía dominicana por la crisis
bancaria 2003-2004 y la depresión económica experimentada por la economía mundial
a fines del año 2008.
En síntesis, se puede afirmar que en el período 1961-2010, el producto agropecuario
real tuvo un crecimiento acumulativo positivo, ¿merced a una economía natural sujeta al
intercambio ultralimitado de agentes económicos aldeanos, o impulsado por una
economía mercantil simple? Ni lo uno ni lo otro. En la base de tal crecimiento ha estado
el auge de la agricultura comercial asida a la dinámica D-M-D’ (dinero-mercancía-
dinero incrementado), a la acumulación de capital, por parte de la burguesía campesina
y los terratenientes aburguesados, a la interrelación de la economía dominicana con el
resto del mundo, interrelación que es inconcebible en un mundo autárquico
precapitalista. Sin dudas, este auge de la agricultura comercial es el resultado de la
expansión del capitalismo en la agricultura dominicana.
Los estudios estadístico-econométricos indican claramente un rezago del crecimiento
del valor de la producción agropecuaria con respecto al crecimiento del PIB real. Esta
conclusión pareciera entrar en contradicción con la emitida arriba. Mas no es así. La
contradicción emana de la misma dinámica del desarrollo del capitalismo. Por un lado,
fomenta el desarrollo de las fuerzas productivas e incrementa los volúmenes de la
producción agropecuaria. Por otro lado, en el proceso de acumulación de capitales,
destruye fuerzas productivas; succiona la mejor fuerza laboral para la industria urbana;
fomenta el sojuzgamiento del campo por la ciudad; y conduce a la reducción del aporte,
al PIB total, por el sector agropecuario, en función del interés de la industria y del sector
servicio. Es la naturaleza del capitalismo que engendra tal contradicción.
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El aludido rezago, pretende ser liquidado en base a la articulación del sector
agropecuario con la demanda interna (DI), el subsector hotelero, bares y restaurantes
(HBR) y con la variable exportación de bienes (XB); pretensión cuya concreción resulta
inalcanzable, a causa de la naturaleza estructural del rezago. Sin embargo, esta
articulación podría contribuir a reducirlo, dada la correlación positiva existente entre las
variables citadas; mas la existencia del carácter inelástico, de estos nexos, en modo
alguno corrige significativamente el rezago de crecimiento del sector en comparación al
crecimiento en conjunto de la economía. Inelasticidad más inelasticidad, arroja como
producto obligado inelasticidad. El hallazgo de la inelasticidad del producto
agropecuario respecto a las variables utilizadas econométricamente (PIBT, DI, HBR y
XB), pone al descubierto que el quid del asunto se va deslizando de la esfera circulatoria
del producto agrícola, a la de la producción. La acumulación de capital, en el agro, es la
base para el desarrollo de la agricultura dominicana, pero a su vez, esta acumulación se
fundamenta en la explotación de los obreros agrícolas, por los grandes propietarios
burgueses del agro, los cuales les extraen plusvalías, en la expropiación de los pequeños
propietarios por los grandes, y provocan la ruina de la pequeña producción, la
concentración de las mejores tierras en manos de la burguesía, la falta de planificación
de la actividad agropecuaria y la propiedad privada sobre grandes extensiones de tierra
productiva. Si estos elementos estructurales no son extirpados, no hay forma de corregir
el rezago del sector agropecuario, lo que hace más perentorio los lazos de unión entre el
proletariado y el campesinado pobre, en procura de la redención del yugo del capital.
“(…) En la sociedad actual, –dice Lenin, al reseñar el libro de Kautsky, El problema
agrario- la acción progresista sólo puede aspirar a debilitar la nociva influencia del
avance capitalista sobre la población, a fortalecer la conciencia de esta última y su
capacidad de autodefensa colectiva (…)” (Lenin, “Reseña del libro de Kautsky, El
problema agrario”. Obras Completas. Tomo 4, pág. 99).
La burguesía y los terratenientes, a través de sus representantes que se cobijan en la
economía burguesa de nuestros días, al examinar la caída de algunos renglones
productivos agropecuarios o su rezago en el crecimiento, acuden a una visión
cortoplacista y a veces de largo plazo, pero circunscrita a las reformas estructurales que
dejan intacto el régimen capitalista de producción en la agricultura. Éste que desempeñó
un rol progresista en su afán por apoderarse de la agricultura, en pugna dura con los
regímenes precapitalistas de producción que obstruían el desarrollo capitalista del
campo, hoy ese mismo modo de producción, se constituye en la base de los problemas
medulares de la agropecuaria dominicana.
Un análisis clasista de la problemática agraria, como el que hemos hecho, se encuentra
ausente en el ensayo del distinguido economista Edwin Croes.
2.7 Opinión final
El ensayo analizado, del economista Edwin Croes, constituye un esfuerzo notable en la
explicación del crecimiento empobrecedor experimentado por la economía dominicana,
pero muy afectado por la teoría económica burguesa que hoy exhibe, en todo su
esplendor, una bancarrota irremediable. Esta falla fundamental mella su contenido
científico.
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ELEMENTOS TÁCTICOS DEL PCML EN LA COYUNTURA ACTUAL
Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao, excelsos dirigentes del proletariado mundial.
Eddy Bautista, José Alfonseca, Rafael Abreu Then, Jobino Núñez, Luis Santos,
Adolfo Rafael Facenda, Gabriel Guerrero y Manuel Linares, miembros del
Partido Comunista Marxista-Leninista (PCML)
Introducción
El pasado 15 de diciembre del año 2013, se celebró la segunda plenaria de las dos
fracciones en que estuvo dividido el Partido Comunista Marxista-Leninista (PCML),
dando lugar a una colectividad partidaria unida.
La plenaria del 15 de diciembre, fue precedida de varias reuniones, entre ambas
fracciones, para crear un ambiente de camaradería y confianza, porque sin estas
condiciones la unificación no sería sólida.
La unificación se produjo, a pesar de que en una de las fracciones se manifestaron
conductas inapropiadas, disociadoras y escisionistas, de una ínfima minoría, que
finalmente fueron aisladas y derrotadas.
El PCML ha dado un ejemplo, en la historia política dominicana, pues es muy difícil
encontrar una reconciliación de fuerzas encontradas después de una división tan
dolorosa como la que sufrió este partido.
En efecto, uno de los puntos discutidos, en la plenaria del 15 de diciembre, fue la táctica
política del proletariado en la presente coyuntura dominicana que, a continuación,
pretendemos resumir:
Elementos básicos para definir la táctica proletaria
Para definir una táctica política revolucionaria del proletariado, en la presente coyuntura
dominicana, el PCML parte de algunos elementos básicos, extraídos de la doctrina
marxista-leninista, que se expresan en:
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Primer elemento. Lo político viene determinado, en última instancia, por lo económico.
Segundo elemento. La táctica debe ser definida y aplicada asociada a la estrategia.
Tercer elemento. La táctica debe definirse en base a un análisis bien fundamentado de la
lucha e interrelación existente entre las distintas clases sociales que dan cuenta de la
sociedad dominicana.
Acerca del primer elemento
Engels, en la NOTA A LA EDICIÓN ALEMANA, de la obra de Marx, La ideología
alemana, decía: “En su trabajo “Contribución a la historia de la Liga de los
Comunistas”, dice Federico Engels: “En Mánchester, me había dado yo de bruces
contra el hecho de que los fenómenos económicos, que hasta ahora no desempeñan
ningún papel o solamente un papel desdeñable en la historiografía, constituyen una
potencia histórica decisiva, por lo menos en la historia moderna; de que forman la base
sobre la que surgen las actuales contradicciones de clase; y de que estas
contradicciones de clase, en aquellos países en que han llegado a desarrollarse
plenamente gracias a la gran industria, …sirven, a su vez, de fundamento a la
formación de los partidos políticos, a las luchas entre los partidos y, por consiguiente, a
toda la historia política. Marx no solo había llegado a la misma concepción, sino que ya
para entonces… (en 1844) la había generalizado en el sentido de que, en términos
generales, no es el Estado el que condiciona y regula la sociedad civil, sino ésta la que
condiciona y regula el Estado; de que, por tanto, la política y su historia deben
explicarse partiendo de las relaciones económicas y de su desarrollo, y no a la inversa.
Cuando, en el verano de 1844, visité a Marx en París, se puso de manifiesto nuestra
total coincidencia en todos los campos teóricos, y de entonces data nuestra
colaboración. Al reunirnos de nuevo en Bruselas en la primavera de 1845, ya Marx
había desarrollado en sus lineamientos fundamentales, partiendo de los fundamentos
más arriba señalados, su concepción materialista de la historia, y nos pusimos a
elaborar en detalle y en las más diversas direcciones la nueva concepción que acababa
de ser descubierta” (Marx, La ideología alemana, pág. 7). (El subrayado es nuestro.
PCML).
Marx, decía: “No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que
determina la conciencia” (Marx, La ideología alemana, pág. 26).
Para cumplir con el primer elemento básico, hacia la definición de la táctica proletaria,
estamos en el deber de situarnos no en el terreno del idealismo histórico, sino en el
terreno del materialismo histórico.
En efecto, la situación de la economía dominicana, en estos momentos, revela las
siguientes grandes líneas:
a) Los trabajadores dominicanos se ven duramente golpeados por una gran
desocupación. Miles de ellos buscan trabajo y no encuentran; y se ven obligados
a insertarse en el sector informal de la economía, para no morirse de hambre. De
cada 100 miembros de la Población Económicamente Activa (PEA), dice el
Banco Central, 15 están desempleados. En el caso de los jóvenes es peor, esta
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cifra se eleva a 31. Por otro lado, los trabajadores ocupados, devengan salarios
muy bajos que no le permiten tener una alimentación adecuada.
Empleos en el sector informal: una forma de disfrazar el desempleo.
b) La inflación, a pesar de que el Banco Central pregona que en los 12 meses del
año 2013, alcanza tasas muy bajas, sigue ejerciendo una presión sobre las rentas
fijas de los trabajadores, deteriorando su poder adquisitivo.
c) Las finanzas públicas, a despecho del paquetazo fiscal, que tenía por objeto
robustecerla, claro a costa de los bolsillos principalmente de los obreros y
campesinos, sigue padeciendo de un apreciable déficit, que obviamente sirve de
justificación para ahondar la deuda pública y tensar las cadenas de dominio del
capital financiero sobre la nación dominicana.
d) El comercio exterior dominicano se hunde en la bancarrota. No hay forma de
que pueda librarse del déficit crónico que lo abate. El neoliberalismo
globalizador lo tiene prisionero.
e) El crecimiento económico, de hecho, tiene un año prácticamente parado,
exacerbando los obstáculos que tiene ante sí la reproducción ampliada del
capital.
f) El proceso de centralización y concentración del capital se ve arreciado, cada
vez más. Pequeños y medianos empresarios van a la quiebra. Son succionados
por los grandes. El capital transnacional, en lucha a muerte con elementos de la
burguesía local, los someten y los obligan a asociarse. Los grandes capitalistas
locales se unen para rivalizar en determinados mercados. Este es un proceso
indetenible.
g) El capitalismo dominicano ha fracaso en toda la línea. Es esta una verdad
incontrovertible.
Dado el grado de dificultad creciente, de la economía capitalista dominicana, para llevar
a cabo su proceso de acumulación y dado que la economía mundial capitalista vive
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también momentos difíciles, puesto que el paro alcanza cotas históricas en países
imperialistas, como España; el déficit fiscal y el endeudamiento público han provocado
crisis en gobiernos europeos como Grecia e Italia y en los Estados Unidos; la economía,
de este último país imperialista, no termina de superar definitivamente el proceso
recesivo alentado por la crisis financiera del año 2008; y dado que la nueva
organización de la producción capitalista, conforme a la globalización neoliberal, en la
mayoría de los países imperialistas dominantes, sólo ha servido para hacer más precaria
la vida del proletariado y del campesinado, estamos ante la presencia de una crisis
estructural del sistema mundial imperialista, que alienta a las fuerzas revolucionarias
dominicanas a definir y aplicar tácticas políticas que las coloquen en mejores
condiciones tras los objetivos estratégicos que motivan su existencia.
Acerca del segundo elemento
Así pues, el proletariado socialista, en la República Dominicana, tiene el deber de
organizar, educar, agitar y movilizar al pueblo trabajador para que resista la embestida y
acumule fuerzas; para que se vaya articulando las luchas sectoriales con toda una lucha
nacional y la lucha económico-reivindicativa adquiera un carácter político
revolucionario, en interés de acercar el estallido y triunfo de la revolución democrático-
nacional y de la revolución socialista. En este largo camino, el proletariado socialista,
tiene que acudir a todo tipo de métodos de lucha que acerquen el objetivo estratégico,
desde el camino parlamentario-electoral, hasta el camino revolucionario que conduzca a
los obreros y campesinos a la toma del poder político.
Acerca del tercer elemento
En la República Dominicana, ante la agudización de los problemas del capitalismo, la
burguesía dominante y el imperialismo norteamericano, descargan, sin compasión
alguna, toda la crisis sobre el pueblo trabajador; le ponen nuevas cargas tributarias y
aumentan las tasas de las viejas, aplastan la agricultura y la industria nacionales y hacen
el contexto político cada vez más asfixiante, con un PLD hegemónico que marcha hacia
el establecimiento de una dictadura burguesa omnímoda.
Para afrontar esta realidad, en el marco del movimiento revolucionario dominicano, se
vislumbran tres líneas tácticas bien diferenciadas.
1) Táctica socialreformista.
2) Táctica pequeñoburguesa aventurera.
3) Táctica marxista. Pasemos a sintetizar los rasgos básicos de cada una de ellas.
La primera, es socialista en las palabras y reformista en los hechos. Intenta llevar a los
trabajadores hacia el molino de la burguesía. Su único interés es conservar el espacio
que, la fracción burguesa en el poder gubernamental, le otorga cada cuatro (4) años, por
tanto, propone un apoyo militante al peledeísmo gobernante, en su intención de
perpetuarse en el poder. Su representación política se ha inclinado totalmente ante el
poder burgués.
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El Presidente Medina y el ex-Presidente Fernández, cabezas de la dictadura peledeísta.
La segunda, enfatiza en métodos de lucha confrontacionistas, a toda costa, con el Estado
burgués, desconociendo la fase de reflujo en que está sumida la revolución dominicana.
De ahí que pregone salidas desesperadas que obvian el uso del camino electoral, de
manera circunstancial. El uso del parlamento para atacar y denunciar la hipocresía y la
falsedad de la democracia burguesa dominicana, es inútil en la táctica pequeñoburguesa.
Obviamente es una táctica que conduce al aislamiento del movimiento revolucionario,
por su naturaleza aventurera. No por casualidad Lenin advirtió: “La socialdemocracia se
pondrá siempre en guardia contra el aventurerismo y denunciará sin piedad las
ilusiones, que terminan de manera ineluctable en el más completo desengaño…” (Lenin,
“Aventurismo revolucionario”, Obras Completas, tomo 6, pág. 408).
La tercera, sustentada por agrupamientos marxistas dominicanos, en particular por el
PCML, consiste en el uso flexible de la táctica, su modificación y ajuste conforme va
variando la coyuntura. Considera que en los actuales momentos es útil tratar de unir a la
mayor cantidad de fuerzas y sectores sociales, de la República Dominicana, con el fin
de enfrentar la pretensión totalitaria del peledeísmo. En esta perspectiva inicialmente
pugna por la concreción de una alianza amplia de las fuerzas que creen en la necesidad
liberacionista de nuestro pueblo e incluso de fuerzas burguesas oposicionistas que estén
prestas a afrontar el totalitarismo denunciado. Esta táctica incluye el uso del proceso
electoral, con miras a acumular fuerzas y educar el pueblo respecto al carácter
entreguista y reaccionario del bloque de clases que gobierna el país.
Ahora, la toma del poder político, por los obreros y los campesinos pobres, para llevar a
cabo la revolución democrático-nacional y la revolución socialista, es irrenunciable para
el PCML, y obviamente exige como camino ineludible el derrocamiento del poder
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burgués, por la fuerza, la destrucción de la maquinaria estatal burguesa y en su lugar
instaurar la dictadura democrática revolucionaria de los obreros y campesinos. Esta
concepción es totalmente opuesta a la del reformismo y el revisionismo que, sumergidos
en el cretinismo parlamentario, les crean ilusiones al pueblo trabajador de la posibilidad
de hacer la revolución a través de efectuar reformas graduales al capitalismo.
¡Imposible!
Sin embargo, de lo que se trata es que tenemos una situación concreta, que exige una
salida concreta. El país no vive un momento de ascenso de la revolución. Todo lo
contrario. Vivimos una prolongada fase de reflujo del movimiento revolucionario, que
exige precisamente la adopción de métodos que conduzcan, finalmente, a la
incorporación paulatinamente, a los grandes combates de clase, a nuestras masas
proletarias. Negarse, en estos momentos, al uso de métodos de lucha parlamentario-
electorales, precipita el movimiento al fondo de las posiciones desesperadas y
aventureras de la pequeña burguesía, que con sus impaciencias aborta las luchas
revolucionarias y lleva a una coincidencia plena con las posiciones del revisionismo-
trotskismo que vive predicando posturas antimarxistas al respecto.
La táctica del PCML tiene que fundarse en la promoción de la unidad de las fuerzas
revolucionarias y populares, pero no debe temerle al pacto con fuerzas burguesas
liberales, que estén prestas a enfrentar uno de los grandes problemas políticos que
abaten al país: la intención expresa del PLD de establecer una dictadura omnímoda.
Claro los pactos con el liberalismo burgués son transitorios y en modo alguno el
proletariado socialista ha de arriar sus banderas asociadas con la revolución
democrático-nacional y la revolución socialista. Los objetivos estratégicos se mantienen
aunque los tácticos sí pueden variar.
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GRAN FRENTE UNIDO OPOSITOR PARA SALVAR LA NACIÓN
Rafael Abreu Then
Introducción
En la República Dominicana se han producido enormes cambios en la correlación de
fuerzas, en la situación política nacional.
Podemos decir con certeza que los peledeístas han tomado todos los estamentos de la
nación dominicana: Suprema Corte de Justicia, Tribunal Constitucional, Ministerio
Público, Departamento de Prevención contra la Corrupción, Cámara de Cuentas, los
cuerpos castrenses, Junta Central Electoral, firmas encuestadoras, sectores de la Iglesia,
maquinaria de periodistas, medios de comunicación (televisivos, radial y escrito),
Cámara de Senadores y Diputados, sectores de opinión pública, entre otros.
Ante este poderío, de Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana
(PLD), se necesita una gran alianza de todos los sectores sociales que estén dispuestos a
enfrentar esa política de continuismo y de corrupción.
El fascismo
Sus actitudes se nos parecen a los del fascismo de Adolfo Hitler, al de los fascistas y al
de los nazis. En el período de entre guerras triunfó el fascismo en Italia y el movimiento
nazi en Alemania. Las doctrinas fascistas y el nacismo eran anti-liberales, anti-
democráticas y anti-marxistas.
Al libre pensamiento, a la confrontación de ideas, el fascismo proponía la fe en unos
dogmas y la obediencia incondicional a su jefe.
Frente al ideal democrático de igualdad entre los seres humanos, el fascismo aspiraba a
un mundo gobernado por los individuos, las razas y las naciones más fuertes.
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Mussolini y Hitler
Propugnaba por la sujeción de todos los grupos sociales a los objetivos nacionales bajo
la dirección del Estado.
La organización de Estado fascista se concentraba en un partido único con estructura
militar. En la cúspide del partido y en el estado se encontraba el jefe Duce en Italia,
Fuhrer en Alemania. Ejecutaban una dura represión y una propaganda sistemática,
eliminando a los partidos de la oposición.
Los gobiernos fascistas promovieron la autarquía económica, la industrialización y el
rearme. Benito Mussolini y Adolfo Hitler fueron dos grandes fascistas de la época, más
tarde fueron derrotados por el Ejército Rojo Ruso, bajo la dirección del dirigente
revolucionario José Stalin, gracias a la dirección del Estado Ruso y sus aliados.
El fascismo de Trujillo y de Balaguer
Algo similar se vivió en la República Dominicana, durante el régimen de Trujillo,
utilizó los mismos organismos represivos, a través de la persecución y el terror en todas
sus formas para mantenerse en el poder y liquidar plenamente a la oposición.
Para establecer su gobierno de fuerzas fascistas, se apoyó en el ejército, el cual logró
poner bajo su poder absoluto. Se rodeó de servidores militares y civiles, los que les eran
totalmente leales a sus pretensiones. Este régimen se levantó sobre bases muy sólidas,
duró 31 años en el poder.
Trujillo logró aprovechar una situación de confusión social interna entre la oposición,
así como circunstancias internacionales que les fueron propicia, pues los países que
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apoyaban su influencia sobre América Latina estaban ocupados al buscar solución a la
crisis económica.
El gobierno de Balaguer fue otro que ejerció su poder apoyándose en las fuerzas
armadas, en la policía nacional, en el clientelismo, en la corrupción administrativa de
estado, en la represión y en la intolerancia en los sectores políticos de oposición.
Trujillo y Balaguer
Como respuesta a esto, el pueblo dominicano dirigido por la oposición, se reveló y en
todo el país se realizaron huelgas de choferes, de maestros, movilizaciones estudiantiles,
campesinas e innumerables protestas sociales en los diferentes pueblos del país. El
pueblo se organizó y luchó contra un régimen represivo y abusivo.
En el 1974 se formó el Acuerdo de Santiago. En este participaron la mayoría de los
partidos de oposición para exigir la salida de Balaguer del poder.
El fascismo del PLD
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El gobierno del PLD es el continuismo de los gobiernos fascistas mencionados
anteriormente, concentran el poder absoluto en una camarilla de grupos, se basan en el
clientelismo y en un poder económico donde Leonel Fernández compite con la
burguesía tradicional.
Este gobierno ha destruido la conciencia nacional y las ideas patrióticas que les dieron
origen a los dominicanos y dominicanas. Nos han convertido en un país de servicios
para los norteamericanos.
En el exterior promueven que son democráticos y hasta revolucionarios, para crear
confusión, tanto fuera como dentro del país, no son más que unos renegados de las
políticas que les dieron origen a su partido y a las ideas de pueblo, planteadas y
expuestas por su fundador, Prof. Juan Bosch.
Esas ideas de ser el partido único aleja la posibilidad de ser una nación democrática,
alienta el fascismo y la barbarie del pasado, en pleno siglo XXI.
Fascismo y delincuencia
En medio de la pretensión de partido único, auspiciada por el PLD, se asoma ante la
República el feo rostro de dos tipos de delincuencia en el país: la social y la de saco y
corbata.
Esos tipos de delincuencia, han sido facilitados y alentados por los gobiernos
peledeístas, que se caracterizan por el despilfarro y el robo de los recursos del pueblo.
Este es el ejemplo que les están dando a la juventud y al pueblo en general.
Solamente se habla de la delincuencia de baja ralea, pero la de los altos rangos es más
peligrosa y se están adueñando de todo el patrimonio nacional.
Nuestros jóvenes que no llegan a los 30 años, se dedican a delinquir en las calles,
motivados por el hambre, la miseria humana, desempleo, falta de salud, recreación,
educación, falta de servicios públicos, entre otras plagas sociales.
Todo esto produce delincuencia en una nación como la nuestra, donde la juventud no
tiene ninguna oportunidad, solamente les dejan delinquir al precio que sea, sin
importarle que los acribillen o ellos hacérselos a otros hermanos ciudadanos.
La llamada seguridad ciudadana creada en éste gobierno ha sido un puro fracaso. El
señor Ministro de las Fuerzas Armadas dijo: que prefiere que maten 50 delincuentes y
no a un policía. Así no se resuelven los problemas, porque violencia trae violencia,
Señor Pared Pérez.
Frente amplio opositor
Hay algunos que hablan de frente, pero no del que se necesita, para combatir al
enemigo común que está afectando a los dominicanos y dominicanas.
Este frente no debe excluir a nadie, para que entre todos salvemos la nación de los
aprestos de la intolerancia y la delincuencia.
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Existe una contradicción entre el neofascismo peledeísta y la democracia dominicana, lo
que incide fundamentalmente en el proceso de desarrollo de una concepción ideológica.
Aunque entendemos que las contradicciones no desaparecen a corto plazo, sino a través
de un proceso de desarrollo prolongado.
La situación varía de etapa en etapa, todo depende de la circunstancia dada, en un
momento determinado, como nos ilustra el marxismo. Si la situación cambia la táctica y
los métodos de dirección cambiarán.
Las tareas que plantean los que están en el poder y los colaboracionistas y vende patria
es transformar la República en una colonia de ellos.
La nuestra, en cambio, es tener una sociedad que goce de los derechos fundamentales,
de libertad, independencia e integridad territorial.
Derrotar al peledeísmo, se constituye en una tarea dura del momento, porque sus fuerzas
contrarrevolucionarias cuentan con todo el dinero del mundo, pero esto no nos debe
amilanar, ya que el pueblo unido jamás será vencido y no hay mal que dure cien años ni
cuerpo que lo resista, ya que la razón se impone por encima de todo el poderío.
Debemos acumular fuerzas, suficientes para enfrentar al gran opresor, movilizar miles y
miles de personas, sin importar los sectores que participen en el gran frente. Como decía
un líder revolucionario chino, sean cuales fueran las clases, partidos, o individuos de
una nación oprimida que se incorporen a la revolución, tenga o no conciencia de éste
punto, lo entiendan o no en el plano subjetivo, basta con que luchen contra el
imperialismo para que su revolución sea parte de la revolución proletaria y ellos mismos
aliados de ésta.
Este análisis del presidente Mao Tse-tung se corresponde con la realidad objetiva de la
política de la nación Dominicana, del Gran Frente Amplio opositor y de las luchas de
clases.
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Quienes nos gobiernan quieren perpetuarse para siempre en el poder, barrer con todo el
que no esté de acuerdo con ellos, como lo hicieron Adolfo Hitler, Benito Mussolini,
Trujillo y Balaguer.
El Frente Amplio opositor no desistirá en seguir luchando junto al pueblo, por las
reivindicaciones políticas y sociales y así llevar el Frente Unido al poder.
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SECCIÓN 2
EL NEOLIBERALISMO Y LA PATRIA
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EL MODELO CAPITALISTA NEOLIBERAL QUE SOJUZGA Y EXPLOTA A
LA PATRIA DOMINICANA
Dr. Manuel Linares
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria. El ensayo, “El
modelo capitalista neoliberal que sojuzga y explota a la patria dominicana”,
constituye la conferencia magistral que pronunciara el Dr. Manuel Linares, el 14 de
julio del año 2013, Santo Domingo, República Dominicana, en un evento
congresional de Alternativa Revolucionaria (AR).
Buen día a todos los compañeros de Alternativa Revolucionaria (AR), que hoy se
reúnen con el fin de allanar el camino hacia la fusión con el MPT y dar lugar a otra
organización cualitativamente superior que, sin dudas, impulsará la revolución
dominicana para bien de la patria.
Tócame pronunciar unas palabras acerca del modelo neoliberal capitalista, que se ha
instaurado en la República Dominicana y que explota y subyuga a nuestro pueblo.
El régimen capitalista de producción, ha pasado dos grandes momentos históricos en su
proceso de desarrollo. El primero estuvo caracterizado por la libre concurrencia de
capitales en el mercado.
Es un momento en el que, dicho modo de producción, sale triunfante ante el modo
feudal de producción. Es un momento donde la palabra clave era ¡libertad, libertad!,
frente a las ataduras y trabas que, para el desarrollo de las fuerzas productivas,
representaban las relaciones feudales de producción. En el plano de la superestructura,
los cientistas que representaban el punto de vista de clase de la moderna sociedad
burguesa oponíanse a todo lo medieval, procurando desbrozar el camino para el
advenimiento de la modernidad. Esto explica, por ejemplo, los ataques despiadados de
Adam Smith, en su obra Investigación acerca de las causas de la riqueza de las
naciones, en contra de la teoría mercantilista, opuesta al libre comercio internacional.
En aquel momento histórico la burguesía desempeñó una labor de insurgencia de lo
nuevo en contra de lo viejo. El capitalismo representaba una jalonada histórica frente al
atraso y autarquismo feudales.
Mas cuando la transición se completa, que en el plano político coincide con el triunfo de
la revolución burguesa francesa en el año 1848, el modelo liberal comienza a envejecer
y la sacrosanta palabra ¡libertad!, se transforma en una mueca repugnante; y la
transitoriedad histórica del modo capitalista de producción se hace patente, expuesta
magistralmente por Marx en su obra cumbre El capital.
La encarnación del modelo liberal es el modelo neoliberal. “(…) Las ideas básicas de
esta política –dice Arthur MacEwan, en su obra ¿Neoliberalismo o Democracia?- no
son nuevas. Proceden directamente del liberalismo económico clásico que surgió en el
siglo XIX y proclamaba que el mercado era el instrumento de guía adecuado mediante
el cual las personas debían organizar su vida económica. Como nueva encarnación de
esas viejas ideas, esta política económica en alza se llama generalmente
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neoliberalismo”. (MacEwan, Arthur -2001-: ¿Neoliberalismo o Democracia? Intermón
Oxfam. Barcelona, España, pág. 19).
Milton Friedman, economista norteamericano, uno de los grandes exponentes del neoliberalismo.
Luego, tratar de replicar el modelo liberal, bajo el nombre de modelo neoliberal,
después de la afirmación del capitalismo sobre el feudalismo y particularmente cuando
ya el modo capitalista de producción, ha entrado a su segundo momento histórico,
consistente en su transformación, a inicios del siglo XX, en un capitalismo monopolista
patentizado por Lenin, en su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo, es un
acto ahistórico de profundo contenido contrarrevolucionario que intenta consolidar el
caduco régimen capitalista de producción y el dominio de la burguesía sobre el
proletariado.
Entrando en la situación de la República Dominicana, debemos decir que la situación de
la agropecuaria, se ha ido complicando con el paso de los años, no sólo porque el
capitalismo agrícola trae consigo elementos estructurales que, a la postre, traban el
desarrollo de las fuerzas productivas, sino porque también la política agrícola, de los
gobiernos burgueses que hemos padecido, ha estado saturada de neoliberalismo.
El mejor ejemplo, es el porcentaje que del gasto público se destinó a la producción
agropecuaria, en el período 1980-2009. En el año 1980, alcanzó el 14.6%; a partir de
aquí, en los primeros siete (7) años, el mismo experimentó un cierto aumento, pero en la
medida que se fue profundizando la crisis económica, fue descendiendo hasta situarse,
en el año 1989, en un 10.8%. De modo que, desde el año 1980 al 1989, perdió casi
cuatro (4) puntos porcentuales. Estos cambios, como uno de los elementos
determinantes, tuvieron como telón de fondo, la sustitución del modelo económico de
crecimiento, que estaba fundado en la agroexportación, por el modelo económico
neoliberal, basado en el turismo, zonas francas y telecomunicaciones. Estábamos ante la
aplicación de una política netamente neoliberal.
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En el decenio de los años noventa el drama se agudiza. Efectivamente del año 1990 al
2000, el coeficiente pasa de 13.7% a 7%, por tanto, perdió alrededor de siete (7) puntos
porcentuales; fue un período en el cual se consumó el ejercicio de una política
neoliberal en toda la economía.
Al final del primer decenio del siglo XXI, la situación no ha cambiado. La restricción
del gasto estatal en el campo agropecuario fue reiterada, llegando, en el año 2009, a un
coeficiente de 2.3% cuando en el año 2000 había sido de 7%, perdió casi cinco (5)
puntos porcentuales.
¿Cómo se manifestó la reducción del gasto gubernamental en el valor de la producción
agrícola? La reducción del gasto gubernamental, en el sector, se manifestó en un virtual
estancamiento en el crecimiento del valor de la producción agrícola. Éste apenas creció,
en promedio, durante el período 1980-1999, 0.7%. El área de la agricultura que padeció
el mayor castigo fue indudablemente la producción de los cultivos de exportación (caña
de azúcar, café, cacao y tabaco), cuyo valor creció en promedio -2.41%. Este desplome
se entiende, puesto que la política neoliberal asumida por el Estado burgués
dominicano, tenía por objeto, entre otros objetivos, sustituir el modelo agroexportador,
por un modelo fundado en determinados servicios (turismo, telecomunicaciones, etc.).
A este desplome le siguió la producción de leguminosa (habichuelas y guandules) que
creció -0.49%. Otros grupos de bienes agrícolas, tuvieron un crecimiento, en el valor de
la producción, positivo, pero muy limitado: valor de la producción de textiles (sisal y
algodón), 0.27% y varios (bija y frutos de palma), o.39%. Éstos últimos renglones no
pudieron crecer siquiera en un 1/2%.
Donde el modelo neoliberal ha sido eficiente, es en las importaciones. La situación de
estancamiento en el crecimiento del sector agrícola, forzó un ascenso en las
importaciones, el cual contribuyó con el saldo deficitario de la balanza de bienes en el
sector.
El balance agropecuario, en el lapso 1980-1991, alcanza un pico positivo, en el año
1981, de US$546 millones; cae en los dos años subsiguientes y se recupera en el 1984;
desde este último año, inicia un acelerado descenso hasta el año 1991. Desde el año
1992 en adelante el saldo se torna negativo, acumulando un saldo deficitario hasta el
año 1998, de -US$549 millones. La pendiente enjabonada tomada por el balance
agropecuario, desde el año 1984, no es casual. Fue en éste que el gobierno burgués
jorgeblanquista aplicó, con toda sus fuerzas, los ajustes neoliberales a la economía
dominicana, bajo la égida del Fondo Monetario Internacional, los cuales castigaron sin
piedad alguna al sector agropecuario y ahondaron el déficit de producción agrícola
interna.
La política neoliberal gravitó negativamente también sobre el financiamiento de la
producción, por parte de la banca comercial.
El préstamo bancario nominal, al sector agropecuario, fue aumentando de una manera
consistente, pues de RD$1,542 millones, en el año 1982, se disparó a RD$66,502
millones, en el año 1999; naturalmente todo ello fue posible gracias a la gran inflación
que azotó a la economía en el decenio de los ochenta; es por esta razón que cuando
deflactamos tal préstamo, para obtener el real, nuestra afirmación queda confirmada;
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incluso el real alcanzó tasas negativas de crecimiento, en los años 1984, 1985, 1987,
1988, 1990, y 1996.
El Ministerio de Agricultura, en su Anuario Estadístico Agropecuario, del año 2004,
colgado en su página electrónica, aporta muchísimas informaciones estadísticas, que nos
permiten completar el cuadro de la tragedia agraria neoliberal. En el cuadro 9.1, del
Anuario, página 116, aparecen los precios nominales (éstos constituyen los precios
promedios registrados cada año) de algunos productos agropecuarios a nivel de finca, en
el período 1990-2004, expresados en pesos dominicanos por quintal del producto o
pesos dominicanos por millar, en el caso específico del plátano. Se advierten allí,
incrementos porcentuales muy notorios, a favor del productor agrícola. ¡Pero cuidadito,
camaradas, que tienen como base precios nominales, los cuales se ven inflados
directamente por la inflación!, por tanto, tales precios deben ser transformados en
reales, mediante el procedimiento de la deflactación.
En el Anuario, en la página 119, cuadro 9.4, aparecen los precios reales de los productos
agrícolas, a nivel de finca. ¿Cómo el Ministerio hizo los cálculos? Simplemente los
precios nominales fueron deflactados con el Índice de Precios al Consumidor, año base
1989, aportado por el Banco Central de la República Dominicana.
Hagamos la comparación de los resultados obtenidos. Primero, los precios nominales,
de unos 17 productos agrícolas, del año 1990 al año 2004, todos experimentaron
incrementos porcentuales positivos; en cambio sus precios reales, experimentaron
incrementos positivos, solamente en 10, por tanto, 7 productos, en sus precios reales
acusaron incrementos porcentuales negativos. Segundo, los incrementos porcentuales de
los precios nominales, todos fueron de tres dígitos, muy elevados; pero a nivel real
solamente en el caso del tomate industrial fue de tres dígitos. Estos resultados ponen al
descubierto el deterioro de los precios reales a causa del factor inflacionario. Para
finalizar pongamos como ejemplo al productor de arroz, cuando éste puso en manos del
mercado un quintal de arroz blanco, recibió RD$1,097.40, pero en términos reales
solamente recibió RD$142.10, de modo que el precio real apenas representó un 13% del
precio nominal.
Pasemos a examinar la problemática de los costos de producción, por tarea, que en el
Anuario, el Ministerio de Agricultura, los expone en la página 139, en términos
nominales, por lo que la comparación debe hacerse con el precio nominal a nivel de
finca. ¿Qué encontramos, cuando hicimos la comparación? Descubrimos que al
comparar los incrementos porcentuales de los costos de producción, con los
incrementos de los precios nominales, los primeros fueron mayores que los segundos,
en varios productos. Y si ello es así, e indudablemente lo es, entonces los niveles de
beneficios del agricultor también se fueron deteriorando en el período 1990-2004. Estas
relaciones del agricultor con el mercado, dieron lugar a resultados adversos al
productor, facilitando su ruina en el plano económico.
Igualmente, el reparto de trocillos de tierra, por los gobiernos de los partidos burgueses
dominicanos, al amparo de la política neoliberal, queda completamente
desenmascarado. En el capítulo IX, del Anuario que estamos estudiando, vemos cifras
que dan cuenta del desempeño de la “reforma agraria” dominicana. En el extenso
período 1961-2004, se efectuaron 813 asentamientos, beneficiando a 110,524
parceleros, con una extensión de 766,909 hectáreas. Cuando se cuentan por millones
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tanto los campesinos pobres, como las hectáreas de tierra que poseen los terratenientes,
la “reforma agraria” de nuestros gobiernos burgueses, se regocija por asentar unos
cuantos parceleros, en unas cuantas hectáreas, dejando intacto el régimen terrateniente
de posesión de la tierra; esto es lo que se llama una burla al campesinado. ¡En el plano
teórico, palabrería huera, en el plano práctico, traición abierta a la lucha revolucionaria
del campesinado, ha sido el perfil programático de nuestros gobiernos burgueses
neoliberales!
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en el año 2001, publicó su
obra Desarrollo económico y social en la República Dominicana (Tomo I y Tomo II),
donde toca temas de suma importancia, particularmente el referido a la industria
dominicana. El Tomo II, que es el compendio estadístico, de dicha obra, su capítulo VII,
está consagrado a suministrar datos estadísticos de la industria, que nos permitirá
interpretar la evolución de aquélla en los dos últimos decenios del siglo XX. El PIB
manufacturero, que aparece en uno de los cuadros del capítulo citado, la CEPAL lo
estructuró en forma de índice, tomando el 1991, como año base. Salta a la vista, de
manera inmediata, como el índice del PIB manufacturero, en el decenio de los ochenta,
presentó cifras inferiores a las correspondientes al año base, lo que quiere decir que el
PIB manufacturero de los años ochenta estuvo por debajo del PIB manufacturero del
año 1991, en términos absolutos; de donde se desprende que la década perdida,
matizada por la política de ajuste fondomonetarista, tuvo un impacto reduccionista en el
PIB manufacturero, de ahí su pobre desempeño en el lapso indicado, aunque en el
decenio de los noventa, la situación industrial experimentó una ligera mejoría.
La industria, en el primer decenio del siglo XXI (Banco Central de la República
Dominicana -1996-2012-: “Encuesta nacional de opinión empresarial al sector
manufacturero”. Página electrónica, consultada en el mes de agosto de 2012. Santo
Domingo, R.D.), se puede percibir con informaciones del Banco Central de la
República Dominicana, que realiza una encuesta trimestral de opinión empresarial al
sector manufacturero dominicano, desde marzo de 1995.
A partir del año, arriba indicado, hasta el presente, tenemos informaciones, algunas
valiosas, de la industria manufacturera.
El común denominador, de los resultados evacuados de las mencionadas encuestas
trimestrales, fundamentados en las respuestas ofrecidas por los ejecutivos
manufactureros, es el siguiente: aumento de los precios de las materias primas
nacionales y extranjeras; aumento del coste de transporte; ociosidad de la capacidad de
producción; precariedad en el suministro de energía eléctrica; bajo niveles de
exportación; altibajos en la demanda interna, por parte de la población dominicana; etc.
Las empresas grandes fueron proclives a suministrar respuestas alentadoras, en los
campos de la producción, ventas, entre otros, en cambio, las empresas pequeñas
exponen las dificultades que encontraban, cada trimestre, para llevar a cabo sus
actividades productivas, en la era de dominio del neoliberalismo. Aquí se presentó
claramente la diferenciación industrial capitalista. Unos hacia el progreso. Otros hacia la
precariedad.
El descrito común denominador, señala un problema estructural que aqueja el desarrollo
capitalista de la industria dominicana. El modelo neoliberal dominante, ha sido incapaz
de resolver estos problemas que tanto las afectan, obligándolas a elevar sus costos de
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producción, a elevar sus precios, para mantener sus tasas de ganancias y las colocan en
condiciones desventajosas para competir con las transnacionales que invaden el
mercado nacional.
En el Directorio Industrial Manufacturero 2004 (Banco Central de la República
Dominicana -2004-: “Directorio industrial de la República Dominicana”. Página
electrónica, consultada en el mes de agosto de 2012. Santo Domingo, R.D.), dice el
Banco Central que para el año 2004, existía en la República Dominicana un total de
2,028 industrias manufactureras, con 115,804 empleados; distribuidas así: 731, en el
Distrito Nacional, con 48,718 empleados; 528, en la provincia Santo Domingo, con
30,716 empleados; 308, en Santiago de los Caballeros, con 14,017 empleados; y 461, en
el resto del país, con 22,353 empleados. El Distrito Nacional, la provincia de Santo
Domingo y Santiago de los Caballeros, concentraron el 77% de las industrias y el 81%
de los ocupados. El resto del país se quedó con el 23 y 19%, de las industrias y
empleados, respectivamente. Estas características denotan la persistencia de un desigual
desarrollo industrial regional, que el modelo neoliberal lejos de atenuarlo, lo que ha
hecho es agudizarlo.
En el Distrito Nacional, que poseía 731 industrias, de éstas, 110 correspondieron a la
rama de alimentos y bebidas, con 24,726 empleados. Éstos representaron el 51% del
total. Era pues dominante, la rama citada. Les seguían las industrias relacionadas con
actividades de edición e impresión y de reproducción de grabaciones y fabricación de
sustancias y productos químicos. Las industrias productoras de bienes de capital o
medios de producción eran pocas y concentraban un número escaso de empleados, así
las industrias relacionadas con la fabricación de metales comunes; fabricación de
productos elaborados de metal, excepto maquinaria y equipo; fabricación de maquinaria
y equipo; fabricación de maquinarias y aparatos eléctricos; fabricación de instrumentos
médicos, ópticos y de precisión y fabricación de relojes; fabricación de vehículos
automotores, remolques y semirremolques, eran 83, con 2,247 empleados. De modo que
su incidencia cuantitativa era limitada en el Distrito Nacional, en comparación a las
demás ramas de actividad industrial.
Santo Domingo, poseyó 528 industrias manufactureras. De éstas, 93 con 7,091
empleados, pertenecieron a la rama de alimentos y bebidas, seguida de la rama de
fabricación de sustancias y productos químicos, que concentró 73 empresas y atrajo a
6,232 empleados. En esta provincia se destaca la presencia de solamente una gran
industria maquinizada, relacionada con la refinación de petróleo, con 1,402 ocupados.
Igualmente, las industrias productoras de bienes de capital, en Santo Domingo,
comparadas con el resto, estuvieron en minoría, tanto en el número de empresas como
en el nivel de empleados, pues eran 73 con 4,548 empleados.
Santiago de los Caballeros, concentró 308 empresas industriales y 14,017 obreros y
empleados. De estos totales, la rama de productos alimenticios y bebidas, acaparó el
23.37% de las empresas y el 38.54% de los ocupados. Las industrias productoras de
bienes de capital o medios de producción, en esta provincia, tuvieron una presencia casi
imperceptible.
El resto del país, concentró 461 industrias y 22,353 ocupados. La rama de productos
alimenticios y bebidas, acaparó más de la mitad de las empresas (235) y más del 4/5 de
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obreros y empleados (18,483), de modo que la producción de bienes de capital, en el
interior del país, es casi inexistente.
La Oficina Nacional de Estadística (ONE), en el año 2010, realizó un proceso de
captación de informaciones de extrema importancia denominado Directorio de
Empresas y Establecimientos. (Banco Central de la República Dominicana -2004-:
“Directorio industrial de la República Dominicana”. Página electrónica, consultada en el
mes de agosto de 2012. Santo Domingo, R.D.). De conformidad con este Directorio, en
el año 2010, había un total de 4,308 industrias manufactureras, lideradas por
“Elaboración de productos alimenticios” y “Actividades de impresión y reproducción de
grabaciones”. En lo que concierne al total de empresas por rango de ocupados según
sección y división de actividad económica, el Directorio registró 2337 microindustrias
(1 a 9 ocupados); 1,274 industrias pequeñas (10 a 49 ocupados); 247 industrias
medianas (50 a 99 ocupados); 218 industrias grandes (100 a 249 ocupados); 206
industrias grandes (250 ó más ocupados); y 26 industrias adicionales, para totalizar
4308. Estas cifras son un reflejo muy claro del predominio casi absoluto de tamaños de
la industria que no exceden el mediano. En cuanto a la ubicación provincial, de las
industrias manufactureras, éstas tuvieron concentradas en el Distrito nacional (1,600);
Santiago (654); La Vega (135); San Cristóbal (218) y la provincia de Santo Domingo
(971).
¿Qué se infiere de los datos relativos a la industria, suministrados por el Banco Central
y la Oficina Nacional de Estadísticas? Simplemente que el modelo neoliberal no fue
capaz de alentar el desarrollo del Sector I, es decir, el sector productor de medios de
producción; fomentó el Sector II, es decir, el sector productor de artículos de consumo;
en otras palabras fomentó la industria liviana en perjuicio de la industria pesada y sin
ésta no es posible que la República Dominicana, pase del subdesarrollo al desarrollo. En
este aspecto el fracaso del neoliberalismo ha sido estrepitoso.
Al principio de la década de los años setenta, el modelo neoliberal, se fue imponiendo
en el mundo capitalista. Uno de sus atributos fue llevar a cabo una reforma estructural,
de la economía capitalista, para adecuar su funcionamiento al recetario neoliberal, cuya
característica esencial se expresa en excluir el activismo estatal de la economía y
permitir el accionar libre del capital financiero.
En el decenio de los ochenta los países latinoamericanos, y con ellos, la República
Dominicana, sufrieron agudos choques que hicieron retroceder el PIB; los capitales
externos se alejaron y la distribución de la renta alcanzó cotas de desigualdad no vistas.
Al mismo tiempo caía el Muro de Berlín y cesaba la guerra fría. Fue en esta coyuntura
que, según J. Clift, en su artículo “Más allá del Consenso de Washington”, Revista
Finanzas y Desarrollo, del Fondo Monetario Internacional, “(…) el economista John
Williamson acuñó la expresión “Consenso de Washington” para describir la serie de
reformas que las economías estatizadas de América Latina podrían aplicar para atraer
nuevamente a los capitales privados después de la debilitante crisis de la “década
perdida” de los años ochenta (…)”. (Clift, J. -2003-: “Más allá del Consenso de
Washington”. Revista Finanzas y Desarrollo. Fondo Monetario Internacional. Volumen
40. Número 3, pág. 9).
El Consenso de Washington, que data de 1989, implicó 10 reformas económicas que
debían ejecutar los países en desarrollo: disciplina fiscal; reordenación de las
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prioridades del gasto público; reforma tributaria; liberalización de las tasas de interés;
tipo de cambio competitivo; liberalización del comercio; liberalización de la inversión
extranjera; privatización de las empresas estatales; desregulación; y derechos de
propiedad.
Aunque Williamson no la concibió como una receta, rápidamente las instituciones de la
Bretton Woods, la hicieron suyas y la recetaron al mundo en desarrollo, particularmente
en América Latina. ¿Cuáles fueron los resultados? Algunos la evalúan del modo
siguiente: “(…) los países deben completar las reformas – dice Williamson- de
liberalización plasmadas en la versión original del Consenso de Washington. El
resultado de estas reformas puede haber resultado insignificante; mas sin embargo, la
mayoría de las evaluaciones serias concluyen que su impacto fue positivo, a pesar de
que, en algunos casos, se puede criticar la forma de implementarlas. Por ejemplo, la
liberalización del comercio se centró exclusivamente en las importaciones, sin brindar
suficiente atención a mejorar el acceso al mercado de exportación y establecer un tipo
de cambio competitivo para asegurar que los recursos liberados en los sectores que
compiten con los importadores fluyan hacia el sector exportador. La liberalización
financiera a menudo tuvo lugar sin el complemento apropiado de supervisión prudencial
que exige un sistema financiero liberalizado. Con demasiada frecuencia, las empresas
privatizadas no se vendían en un mercado competitivo, ni estaban apropiadamente
reguladas (…)”. (Williamson, J. -2003-: “No hay consenso. Reseña sobre el Consenso
de Washington y sugerencias sobre los pasos a dar”. Revista Finanzas y Desarrollo.
Fondo Monetario Internacional. Volumen 40. Número 3, pág. 12). (Los subrayados son
nuestros). De esta evaluación de Willianson, solo se desprende una conclusión:
fracasaron las reformas de primera generación (reformas comercial, financiera,
tributaria, de la cuenta de capital y privatización de las empresas estatales). Sus puntos
luminosos han traído una gran oscuridad: la liberalización del comercio exterior, tal
como lo admite Willianson, ha permitido que las importaciones aumenten sin freno
alguno y la liberalización de los mercados financieros, han alentado al capital financiero
de corto plazo para que aproveche mejores tasas de interés en nuestras naciones,
provocando a menudo crisis financieras.
Continuemos el balance. “El entusiasmo inicial –asevera Guillermo Ortiz, entonces
gobernador del Banco Central de Méjico- con las llamadas reformas de primera
generación no fue acompañado por resultados acordes con las expectativas
generadas…”, “no se alcanzaron las tasas de expansión observadas en los años de
posguerra…”, “a partir de la segunda mitad de los años noventa, la región experimentó
nuevamente crisis financieras que echaron para atrás buena parte de los logros
alcanzados…”, “los magros resultados obtenidos en estos 20 años han generado un
cuestionamiento sobre el curso emprendido…”, “la insatisfacción con el desempeño
económico se ha reflejado en un desencanto con las reformas económicas e incluso con
los resultados de la democracia…”, y ”repetidas crisis financieras, períodos de
volatilidad en los mercados financieros han generado un sustancial retroceso tanto para
los indicadores de bienestar y pobreza, como para las perspectivas futuras de la
región…” (Los subrayados son nuestros). Todas las expresiones citadas, son parte de la
evaluación que del Consenso de Washington, efectúa Guillermo Ortiz, gobernador del
Banco Central de México. (Ortiz, G. -2003-: “América Latina y el Consenso de
Washington”. Revista Finanzas y Desarrollo. Fondo Monetario Internacional. Volumen
40. Número 3, pp. 14-15).
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Stiglitz, por su parte, asevera: “El experimento denominado reforma está fracasando en
América Latina. Después de un breve repunte a principios del decenio de 1990, el
crecimiento se ha hecho más lento…Muchos de los países de la región sufren
recesiones, depresiones y crisis, algunas de las cuales han alcanzado niveles sin
precedentes, que recuerdan a los de la Gran Depresión…Una estrategia de reforma que
prometió crear una prosperidad sin precedentes ha fracasado de una manera casi sin
precedentes (…)”. (Stiglitz, J. -2003-: “El rumbo de las reformas. Hacia una nueva
agenda para América Latina”. Revista de la CEPAL, Santiago de Chile, No. 80, pág. 8).
(Los subrayados son nuestros).
Ahora, escuchen lo que dice el Banco Mundial: “Aunque la apertura al comercio puede
ser un importante estímulo para el crecimiento, por sí sola la liberalización comercial no
es suficiente para generar aumentos de los ingresos ampliamente distribuidos (…)”.
(Banco Mundial -2002-: Informe anual 2002. Volumen 1. Washington, pág. 62). (El
subrayado es nuestro). No hay dudas, fracasaron las reformas de segunda generación.
“(…) Las reformas macroeconómicas –alegan Moreno, Pérez y Ruiz, en la revista
Perfiles Latinoamericanos- no han logrado insertar a América Latina en una senda de
desarrollo ni tampoco cerrar la brecha de ingresos con respecto a Estados Unidos, su
socio comercial más importante. En 1980, el PIB promedio per cápita de la región era
equivalente al 29.1 por ciento del correspondiente a Estados Unidos. Diez años después,
en 1998, la brecha se había ampliado; en proporción, era todavía más baja (21.2 por
ciento). Dada la reducción del PIB medio per cápita latinoamericano en los últimos seis
años, es normal que la brecha sea todavía mayor: el PIB real latinoamericano es
equivalente apenas a un 19 por ciento del respectivo en Estados Unidos”. (Moreno, C.;
Pérez, E. y Ruiz, P. -2004-: “El Consenso de Washington: aciertos, yerros y omisiones”.
Revista Perfiles Latinoamericanos, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales, Sede México. INTERNET: redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf; consultado el 12
de junio de 2007, pág. 6). (El subrayado es nuestro. M.L.). Huelga cualquier comentario
adicional.
Por otra parte, el impacto de las reformas económicas de primera generación, en la
reducción de la pobreza, no ha sido muy halagador. Samuel A. Morley (2002), en su
estudio “Distribución del ingreso y reducción de la pobreza en América Latina después
de una década de globalización”, al analizar e interpretar a Quentin Wodon (2001), en
su estudio “Poverty in Latin America: Trenes (1986-1998) and determinants”, aporta
evidencias empíricas sobre el impacto de las reformas económicas sobre la pobreza en
el subcontinente latinoamericano. “El trabajo de Morley es central para entender el
origen de la desigualdad en América Latina. Para el autor, la excesiva desigualdad en la
distribución de los recursos escasos (capital y mano de obra capacitada) explica la
persistente inequidad en la región…Otro aspecto importante que discute Morley en su
trabajo es hasta qué punto las reformas económicas aplicadas en la región durante los
90s tuvieron impacto negativo o positivo en la distribución del ingreso. Las evidencias
empíricas no conducen a una conclusión definitiva en torno a la relación mencionada y
más bien se plantea de cómo este impacta a su vez la distribución del ingreso”.
(Lizardo, J. -2002-, p. 8.). En efecto, durante el decenio de los noventa, la reducción de
la desigualdad en la distribución del ingreso, prácticamente fue imperceptible. Hasta los
mismos partidarios de la globalización admiten un agravamiento de la desigualdad
distributiva en el mundo: “(…) la desigualdad entre países obviamente ha aumentado en
las últimas décadas, que el economista de Harvard, Lant Pritchett, ha descrito como
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“auge de la divergencia”. Los ingresos promedios de las naciones avanzadas han
seguido incrementándose, mientras que en el otro extremo de la distribución,
particularmente en muchos países de África subsahariana, se han estancado o han
disminuido”. (Loungani, P. -2003-: “Desigualdad. Se ve, pero no se ve”. Revista
Finanzas y Desarrollo. Fondo Monetario Internacional. Volumen 40. Número 3, pág.
22). (El subrayado es nuestro. M.L.).
Sin embargo, otras investigaciones apuran conclusiones relativamente diferentes a las
arriba externadas. Verbigracia, Andrea C. Bandeira y Fernando García, en “Reformas y
crecimiento en América Latina” (Bandeira, A. y García, F. -2002-: “Reformas y
crecimiento en América Latina”. Revista de la CEPAL, No. 77, pp. 83-100). donde
exponen los resultados de un estudio econométrico para medir el impacto de las
reformas económicas en América Latina, para unos 17 países, arguyen que el impacto
general de las reformas en el producto per cápita fue positivo y considerando la
productividad total y parcial de los factores, el canal principal fue el efecto positivo en
la productividad del factor capital físico. Empero, un “(…) corolario de la investigación
presentada en el presente artículo –dicen nuestros autores- tiene que ver con los efectos
de las reformas en la distribución del ingreso… el impacto de las políticas en la
productividad del capital debe de haber aumentado relativamente más que la de los
demás factores. La evolución relativa de las productividades y, por lo tanto, de las
remuneraciones, causada por las reformas, puede haber favorecido en cierta medida la
concentración de ingresos (…)”. (Bandeira, A. y García, F. -2002-: “Reformas y
crecimiento en América Latina”. Revista de la CEPAL, No. 77, pág. 98). Lo que desean
decir estos distinguidos investigadores es que las reformas impulsaron el crecimiento
económico, pero éste tuvo un carácter concentrado en términos distributivos, a favor del
capital, y en desmedro del trabajo. Con otras palabras estamos diciendo lo mismo:
fracasaron las reformas neoliberales de primera generación.
Las autoridades dominicanas, se sintieron muy optimistas por el hecho de que en el
decenio de los noventa, la economía dominicana estuvo activamente envuelta en
reformas estructurales, propias del Consenso de Washington. En efecto, las tasas de
inflación de dos dígitos desaparecieron, mejoró el ahorro fiscal con la privatización de
las empresas estatales, cesó la expansión monetaria para financiar los déficit del sector
público consolidado, en el comercio exterior irrumpió con gran ímpetu las
exportaciones de zonas francas y las reservas monetarias internacionales, en el Banco
Central de la República Dominicana, se vieron fortificadas.
Sin embargo, desequilibrios crónicos se ampliaron y surgieron nuevos. El déficit de la
balanza de bienes y el déficit en la balanza de renta de la inversión, en la cuenta
corriente de la balanza de pagos, se han tornado recurrentes, crónicos; la inversión en
capital humano es débil, por lo que contextos de equidad y competitividad sistémica, se
alejan; el desarrollo de la actividad productiva se llevó a cabo, sin tomar en cuenta la
preservación del medio ambiente, siendo víctimas de lesiones irreparables en algunos de
sus componentes. Pero también el crecimiento asombroso del PIB, delató una
deficiencia preocupante, puesto que un bajo porcentaje de éste obedeció a una
aproximación del PIB efectivo al PIB estimado, poniendo en claro el fenómeno de la
subutilización y del déficit de producción.
Las reformas de primera generación, particularmente la promulgación de una nueva ley
de inversión extranjera, coadyuvaron a alentar la afluencia de capitales frescos hacia la
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economía dominicana, poniéndole término a la restricción externa que prevaleció en
todo el decenio de los ochenta. Ello, amparado en un marco de cierta estabilidad
macroeconómica y de aumento de la rentabilidad de la actividad productiva. En efecto,
Ffrench-Davis y Reisen, en su libro, Flujos de capital e inversión productiva.
Lecciones para América Latina, dicen: “(…) Sin embargo, la reanudación del acceso al
capital externo también planteó desafíos respecto a la estabilidad y sustentabilidad de
los equilibrios macroeconómicos y puso en peligro las posibilidades de alcanzar un
desarrollo más sólido. En efecto, la afluencia de capitales tuvo un efecto adverso sobre
la evolución de los tipos de cambio reales, contribuyó al auge del crédito interno, y
condujo a la acumulación de pasivos externos…de este modo, hizo a la economía más
vulnerable ante los shocks externos adversos (…)”. (Ffrench-Davis, R. y Reisen, H. -
1997-: Flujos de capital e inversión productiva. Lecciones para América Latina.
McGraw-Hill, CEPAL-OCDE, Impreso en Chile).
A todo lo antes dicho, se añade un alto componente ideológico en las reformas, que se
concretizan en el credo neoliberal: fe extrema en el sector privado, desconfianza al
sector público, las señales que emite el mercado transitan de forma expedita, la
intervención estatal genera desequilibrios y otras expresiones cargadas de ideologías.
Que las reformas se hayan fundamentado en el enfoque neoliberal, de manera
dogmática y esquemática, constituye probablemente el defecto estructural de la reforma
de la economía dominicana. Es por esta razón, que muchas de las reformas se hicieron
de forma precipitada y abrupta, verbigracia la reforma arancelaria que se comenzó a
aplicar antes de que el Congreso Nacional la aprobara.
Las reformas de primera generación deben ser reformadas. Parece ser que se requiere un
proceso de reformas de segunda generación, proponiendo el mejoramiento del
funcionamiento de los mercados, fortaleciendo la importancia de los horizontes de más
largo plazo y de los factores de producción; exigiendo un sector privado dinámico y
moderno y un Estado eficiente; procurando factores de producción, en los cuales la
heterogeneidad sea mínima; y concibiendo las reformas como un medio para el
progreso, abandonando el camino del fetichismo creado a su alrededor. (Véase a
Ffrench-Davis, R. -1999-, en su obra Macroeconomía, comercio y finanzas para
reformar las reformas en América Latina, McGraw-Hill, CEPAL, Impreso en Chile, pp.
1-14). En este camino la reforma institucional es fundamental.
Finalmente tenemos que evaluar, en términos cuantitativos, la competitividad
estructural de la economía dominicana, a lo largo del período bajo estudio, bajo el
influjo de las reformas estructurales neoliberales. Esta competitividad se expresa no sólo
en el comportamiento de las exportaciones, sino igualmente en el avance que pudiera
comprobarse en factores propiamente internos como el aumento de la producción por
habitante.
En la República Dominicana, el producto por habitante ha ido creciendo de manera
significativa, multiplicándose por 1.17 del año 1970 al 2000; magnitud esta parecida a
las alcanzadas, en el renglón discutido, por la Unión Europea y la nación
estadounidense (se multiplicó por 1.71 y 1.56, respectivamente), pero muy inferior a la
alcanzada por Japón, que se multiplicó por 2.12.
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84
El aumento del producto per cápita dominicano, advino por dos corrillos: aumento
propiamente de la producción y caída del crecimiento de la población.
Algo similar ocurrió con las exportaciones per cápita. Aumentaron no solamente gracias
al incremento de las mismas, sino en gran medida por la caída en el crecimiento de la
población dominicana.
El fenómeno de la caída, en el crecimiento de la población, no es exclusivo de la
República Dominicana, puesto que se ha manifestado en toda América Latina; y lo que
es mucho más preocupante es que las poblaciones latinoamericanas están siendo
afectadas por el proceso de envejecimiento. Alerta la CEPAL lo siguiente: (…) Según
cifras… del CELADE…entre los años 1950 y 2000, la relación entre el número de
personas de 60 o más años y la población total habrá aumentado… de 6% a 7.9%. Pero
en el último decenio, este proceso se ha intensificado y se prevé que dicha proporción
llegará a más de 14% en los próximos 25 años (…). (Véase CEPAL -1999-: “En nuevo
perfil demográfico de América Latina y el Caribe”. Notas de la CEPAL. Septiembre
1999, No. 6. INTERNET: www.eclac.cl/prensa /noticias/notas/7/2287/notas6esp.pdf;
consultado el 11 de junio de 2007).
Ahora bien, María del Carmen Guisán, María Teresa Cancelo y otros, en la
investigación de carácter econométrico, denominada Crecimiento económico en los
países de la OCDE, nos orientan sobre el camino a transitar para evaluar la
competitividad estructural de las economías de determinados países desarrollados.
En dicho trabajo ensayan tres (3) modelos con características dinámicas:
Primero. Utilización de tres (variables), el producto por habitante (PH), capital humano
por habitante (PS2), centrado esencialmente en el porcentaje de la PEA que ostenta un
nivel educativo a partir de la conclusión de la educación media y el producto agregado
por habitante con rezago (PH-1); la primera entra como variable dependiente y las dos
restantes como variables independientes.
Segundo. Utilización de tres (variables), exportaciones industriales por habitante (XH),
el producto agregado por habitante (PH) y exportaciones industriales por habitante con
rezago (XH-1); la primera entra como variable dependiente y las dos restantes como
variables independientes.
Tercero. Utilización de tres (variables), exportaciones industriales por habitante (XH),
capital humano por habitante (PS2), centrado esencialmente en el porcentaje de la PEA
que ostenta un nivel educativo a partir de la conclusión de la educación media y
exportaciones industriales por habitante con rezago (XH-1); la primera entra como
variable dependiente y las dos restantes como variables independientes.
Los resultados de la aplicación de los modelos descritos, fueron auspiciosos, en los
cuales se pudo comprobar particularmente el impacto del nivel educativo sobre la
competitividad estructural estudiada, a un grado tal que los autores del estudio, dicen lo
siguiente: “Evidentemente hay otros factores que influyen en la evolución de PH y XH,
pero la mayoría de ellos, como el nivel de stock de capital físico, ya están recogidos en
gran parte a través de la variable retardada. Los resultados ponen de manifiesto la
importante influencia positiva que tiene el incremento del capital humano, para el
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aumento de la competitividad estructural, ya que incrementa tanto la producción por
habitante como la capacidad exportadora”. (Véase CEPAL -1999-: “En nuevo perfil
demográfico de América Latina y el Caribe”. Notas de la CEPAL. Septiembre 1999,
No. 6. INTERNET: www.eclac.cl/prensa /noticias/notas/7/2287/notas6esp.pdf;
consultado el 11 de junio de 2007).
Al aplicar estos modelos, al caso dominicano, de inmediato tuvimos que enmendarlos
profundamente, por la inexistencia de estadísticas bien organizadas sobre las variables
involucradas en los modelos. De ahí que, sí mantuvimos el producto agregado por
habitante; las exportaciones industriales fueron sustituidas por exportaciones de bienes
y servicios; y como capital humano, usamos una variable proxy, el gasto público en
educación. Todas estas variables medidas en términos reales (1970=100).
Los resultados arrojados por los tres modelos econométricos corridos, son muy buenos
estadísticamente y están acordes con la teoría económica. (Ver la bondad del ajuste
econométrico en nuestra obra Política económico-social dominicana, pp. 361-362, 363-
364 y 366-367). En adición debemos decir que, a juzgar por los coeficientes estimados,
el PIB real por habitante mostró una fuerte incidencia en la determinación de las
exportaciones por habitante, e igualmente, éstas por igual con relación a la
determinación del PIB real por habitante. Las variables rezagadas, en cada modelo
mostraron, una mayor incidencia, por encima de las demás variables explicativas,
poniendo al descubierto que probablemente otras variables no explicitadas en los
modelos, verbigracia, la formación de capital, ejercen un impacto considerable en la
determinación de las variables, que desempeñaron el rol de dependientes en los tres
modelos; asimismo, este tipo de resultados, nos pudiera estar diciendo que ni el PIB real
por habitante, ni las exportaciones por habitante, se ajustan de manera instantánea a los
cambios de las variables independientes no afectadas por rezagos, todo lo contrario,
tienden ajustarse con cierto rezago. Finalmente, si bien es cierto que el coeficiente de la
variable explicativa, gasto público real en educación por habitante, asume valores
positivos, en el primer y último modelos, su cuantía, su magnitud es relativamente baja,
por lo que la reacción de variación, de las variables dependientes explicitadas, ante el
cambio relativo de la misma, es rígida; a ello hay que agregar que en el tercer modelo,
el coeficiente de la variable en discusión, resultó estadísticamente no significativo. La
inferencia es obvia, el gasto educativo en la República Dominicana, probablemente por
su cuantía insuficiente y de calidad cuestionable, no guarda la debida relación con las
necesidades de acumular capital humano de calidad, con vista a robustecer la
competitividad estructural de la economía dominicana.
De hecho, entonces, la competitividad estructural de la economía dominicana ha corrido
esencialmente a cargo del aumento del PIB real per cápita y el aumento cuantitativo de
la formación de capital (variable oculta en las variables rezagadas), no así, en lo que
concierne a elevar al nivel educativo de la PEA dominicana. Por otra parte, si
desglosáramos la exportación de bienes y servicios, reduciéndola a la exportación de
bienes industriales, es casi seguro que los coeficientes alcanzados en el segundo y tercer
modelos, por dicha variable, se irían de bruces, a condición de la debilidad dominicana
en la exportación de bienes industriales nacionales.
Siendo el componente educativo, una variable clave para afrontar el aumento de la
competitividad estructural de las economías, a nivel mundial, excepto en la República
Dominicana, en el período bajo estudio, constituye un clavo más en el ataúd del
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“Consenso de Washington”, del modelo neoliberal, de la reforma estructural, de las
reformas coyunturales intensificadas a partir del decenio de los ochenta, y del mismo
Estado burgués dominicano, que muy bien se ha ganado el capirote de fallido, porque lo
único que sabe hacer es obstruir lo que se puede hacer bien y distraer recursos ajenos
hacia manos privadas.
Por otra parte, en el primer decenio del siglo XXI, la situación no ha mejorado mucho,
en el renglón del gasto social educativo, por habitante; éste, medido a precios de enero
de 1999, se desplomó del año 2000 al 2004, pues creció en -41.2%, acumulando un
promedio de -10.3%. Esto fue un verdadero escándalo, aunque hay que advertir que seis
(6) años después experimentó una notable mejoría (año 2010). Sin embargo, cuando es
evaluado a partir del porcentaje que representa respecto al PIB, los resultados son
desalentadores. En el año 2000 ostentó un 2.19%, en el año 2004 cae a 1.19% y en el
año 2010 se recupera alcanzando el 2.20% del PIB, es decir, apenas se pudo recuperar el
porcentaje del año 2000. En otras palabras dicha proporción ha ido del estancamiento al
retroceso, no al progreso. ¡Oh la era de progreso del estimado y excelentísimo Dr.
Leonel Fernández!
Ante el fracaso del modelo capitalista neoliberal, estamos en el deber de asumir las
siguientes providencias:
Intensificar, en el plano teórico-ideológico, la labor de desenmascaramiento del
capitalismo y el neoliberalismo, que se expresan a través de la literatura de la nueva
economía y de la literatura de la vieja economía que patrocina el Banco Central de la
República Dominicana.
Coordinar, promover y respaldar la lucha revolucionaria de nuestro pueblo, para obligar
al gobierno neoliberal a parar en seco toda su política de hambre y miseria que aplica
desde agosto del año 2012.
Unir a los marxistas, unir a los patriotas, unir a la izquierda revolucionaria, unir a los
hombres y mujeres progresistas; y lanzar un potente grito que se escuche en los más
apartados rincones de la República Dominicana: ¡Unidad, Unidad, Unidad… hasta la
victoria final!
Muchas gracias, pasen buen día y el entendimiento vaya con ustedes,
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SECCIÓN 3
MUNDO OBRERO
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PROCESO EVOLUTIVO DEL MERCADO LABORAL DOMINICANO
(1970-2010)
Dr. Manuel Linares
Introducción
Descripción del mercado laboral dominicano postrujillista
En el año 1970 se efectúa el quinto censo nacional de población y familia, en el cual se
presentan resultados que muestran algunos cambios en el mercado de trabajo. En efecto,
la absorción de miembros de la Población Económicamente Activa (PEA), por el sector
agropecuario, sufre un desplome con relación a los resultados del censo correspondiente
al año 1960; de hecho pierde 16 puntos porcentuales. Esto va confirmando la
desagrarización del mercado; mientras que en contraste el proletariado manufacturero
va ganando terreno, como se puede observar en el cuadro que exponemos más abajo, en
las categorías ocupacionales referidas a la industria manufacturera.
Cuadro 1
PEA dominicana (1960 y 1970)
(Valores absolutos y relativos)
Ocupación
Año 1960
Personas %
Año 1970
Personas %
Profesionales, técnicos y afines 23,190 2.83 34,060 2.81
Gerentes, administradores… 3,250 0.40 3,797 0.31
Oficinistas y trabajadores afines 27,360 3.33 81,193 6.70
Vendedores y afines 45,630 5.56 61,705 5.09
Agricultores, ganaderos…y otros 504,820 61.51 551,617 45.52
Mineros, canteros y afines 1,560 0.19 - -
Conductores y afines 18,570 2.26 38,662 3.19
Artesanos y operarios en ind. 71,470 8.71 136,013 11.22
Jornaleros y trabajadores man. 29,090 3.54 66,825 5.51
Trabajadores de servicios pers. 51,130 6.23 63,171 5.21
Ocupaciones no especificadas 44,640 5.44 174,661 14.41
Total 820,710 100.00 1,211,704 100.00
Fuente: Publicación de la ONE. Censos nacionales de 1960 y 1970.
El mercado de trabajo, por otra parte, para el 1970 va adquiriendo un contenido de
salarización más claramente con relación a la situación prevaleciente en el censo de
1960. Ahora, los asalariados asumen una participación relativa definitoria, respecto a las
demás categorías ocupacionales (cuadro 2).
Cuadro 2
Categoría de ocupación (año 1970)
Categoría Cantidad %
Empleadores 33,299 3.65
Trabajadores por cuenta propia 332,079 36.42
Asalariados 473,731 51.95
Trabajadores familiares no
remunerados
72,717 7.97
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90
Total 911,826 100.00
Fuente: Publicación de la ONE. Censo Nacional de población 1960. Resumen
general.
Los flagelos del desempleo y el subempleo estuvieron muy presentes en el mercado de
trabajo, tomando en consideración las informaciones que se derivan del censo de 1970.
“Dichas cifras muestran en el año 1970 una desocupación de un 22.3% para los
hombres y de 29.0% para las mujeres, representando ambos el 24.0% de la PEA de
ambos sexos para el total del país que estaba fuera de las actividades productivas. Se
puede observar además que las mayores tasas de desocupación, tanto en los hombres
como en las mujeres, pertenecen a los grupos de edades más jóvenes”. (Ramírez, Nelson
y otros -1983-: Población y mano de obra en la República Dominicana. IEPD. Santo
domingo, R.D., pág. 8). El nivel de subempleo fue de 40%, uno de los más elevados,
para ese momento, en América Latina.
En el año 1981 se realiza otro censo nacional de población y familia, que nos va a
arrojar la siguiente realidad, a los fines del mercado de trabajo (cuadro 3).
Cuadro 3
PEA dominicana, según sexo y zona (1970 y 1981)
Concepto Censo de 1970 Censo de 1981
Total del país 1,239,092 1,915,388
Hombres 920,182 1,361,109
Mujeres 318,910 554,279
Zona urbana 483,315 1,042,925
Hombres 330,290 677,099
Mujeres 153,025 365,826
Zona rural 755,777 872,463
Hombres 589,892 684,010
Mujeres 165,885 188,453
Fuente: ONE, Censo Nacional de Población y Vivienda 1981.
Al pasar del 1970 al 1981 se advierte, en el mercado de trabajo, que la mujer dio un
paso de avance en su integración a las actividades productivas, pues mientras en el
censo de 1970 su participación en la PEA era de 25.74%, para el censo de 1981 se
mueve a 28.94%. De todos modos, aún en ese momento el aporte de la población
femenina al esfuerzo productivo de la nación era bajo, como resultado de la existencia
de trabas, costumbres y discriminación, típicas de los países subdesarrollados
latinoamericanos y caribeños, en perjuicio del género femenino. En cambio, el aporte a
la PEA, por los hombres, se mantuvo bien por encima del 70%.
Cuadro 4
PEA dominicana de 10 años y más por condición de ocupación, según zona de
residencia y sexo (Censos de 1970 y 1981)
(Valores absolutos y relativos)
Zona y sexo Total Ocupados Desocupados Tasa de
desempleo
(%)
Censo 1970 1,239,092 941,541 297,551 24.0
Hombres 920,182 715,173 205,009 22.3
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Mujeres 318,910 226,368 92,542 29.0
Urbano 483,315 368,004 115,311 23.9
Hombres 330,290 255,026 75,264 22.8
Mujeres 153,025 112,978 40,047 26.2
Rural 755,777 573,537 182,240 24.1
Hombres 589,892 460,147 129,745 22.0
Mujeres 165,885 113,390 52,495 31.7
Censo 1981 1,915,388 1,563,994 351,394 18.3
Hombres 1,361,109 1,119,848 241,261 17.7
Mujeres 554,279 444,146 110,133 19.9
Urbano 1,042,925 896,219 146,706 14.1
Hombres 677,099 592,709 84,390 12.5
Mujeres 365,826 303,510 62,316 17.0
Rural 872,463 667,775 204,688 23.5
Hombres 684,010 527,139 156,871 22.9
Mujeres 188,453 140,636 47,817 25.4
Fuente: ONE, Censo Nacional de Población y Vivienda 1981.
La tasa de desempleo en el mercado laboral dominicano, para el 1980, se mantuvo en
niveles altos (18.3%), aunque ligeramente inferior a la que prevalecía en el 1970 (24%),
(cuadro 4). La desocupación se hace más notoria tanto a nivel de las mujeres como de la
zona rural. “Este grupo de desempleados –dice la ONE- está compuesto por cesantes
que son el 63% y por las personas que buscan trabajo por primera vez o de crecimiento
demográfico (nuevas generaciones), las cuales han incrementado su participación de
2.3% de la población económicamente activa en 1970 a un 6.9% en 1981, cambio éste
atribuible al alto crecimiento demográfico experimentado en el pasado y a la demanda
insatisfecha de puestos de trabajo”. (ONE, Censo Nacional de Población y Vivienda
1981. Santo Domingo, R.D., 1982, pág. 46).
Cuadro 5
PEA dominicana de 10 años y más (1970 y 1981)
(Valores absolutos y relativos)
Ocupación Año 1970 % Año 1981 %
Total 1,211,704 100.00 1,784,213 100.00
Profesionales, técnicos y
afines 34,060 2.81 77,573 4.35
Gerentes, administradores y
directivos 3,797 0.31 20,364 1.14
Oficinistas y trabajadores
afines 81,193 6.70 96,592 5.41
Vendedores y afines 61,705 5.09 133,168 7.46
Agricultores, ganaderos,
pescadores y otros 551,617 45.52 428,045 23.99
Conductores y afines 38,662 3.19 53,375 2.99
Artesanos y operarios en
industrias 136,013 11.22 227,151 12.73
Jornaleros y trabajadores
manuales 66,825 5.51 65,017 3.64
Trabajadores de servicios 63,171 5.21 207,662 11.64
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personales y afines
Ocupaciones no especificadas 174,661 14.41 475,266 26.64
Fuente: Publicación de la ONE. Censos nacionales de 1960 y 1970.
El tipo de ocupación en el mercado de trabajo marcó un signo concluyente: la ocupación
agropecuaria colapsó, pues perdió más de 20 puntos porcentuales de su participación en
el total, como un reflejo de la situación de deterioro de las labores productivas en el
sector citado. A pesar de todo, el grueso de la fuerza laboral continuó concentrado en la
ocupación agrícola (cuadro 5).
Cuadro 6
PEA dominicana de 10 años y más por zona, según sexo y categoría ocupacional
(Censos de 1970 y 1981)
Sexo y
categoría
ocupacional
Total
1970 1981
Urbano
1970 1981
Rural
1970 1981
AMBOS
SEXOS
100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Empleador 2.7 1.6 2.9 1.9 2.6 1.1
Empleado 39.1 51.3 50.8 66.8 31.6 32.8
Trabajador
por cuenta
propia
27.4 34.9 20.5 23.8 31.9 48.2
Trabajador
familiar no
remunerado
6.0 3.3 2.1 2.2 8.4 4.7
Categoría no
declarada
24.8 8.9 23.6 5.3 25.5 13.2
Hombres 74.0 71.1 68.0 65.0 77.8 78.8
Empleador 2.4 1.2 2.4 1.5 2.3 1.0
Empleado 29.4 33.1 34.2 40.3 26.3 24.5
Trabajador
por cuenta
propia
23.2 28.1 16.3 18.3 27.6 40.0
Trabajador
familiar no
remunerado
4.5 1.9 1.2 1.2 6.6 2.8
Categoría no
declarada
14.5 6.8 13.8 3.7 15.0 10.5
Mujeres 26.0 28.9 32.0 35.0 22.2 21.2
Empleador 0.3 0.4 0.5 0.4 0.3 0.1
Empleado 9.7 18.2 16.6 26.5 5.3 8.3
Trabajador
por cuenta
propia
4.2 6.8 4.2 5.5 4.3 8.2
Trabajador
familiar no
remunerado
1.5 1.4 0.9 1.0 1.8 1.9
Categoría no 10.3 2.1 9.8 1.6 10.5 2.7
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Sexo y
categoría
ocupacional
Total
1970 1981
Urbano
1970 1981
Rural
1970 1981
declarada
Fuente: ONE, Censo Nacional de Población y Vivienda 1981.
La PEA, por categoría ocupacional, en el censo de 1981 muestra un considerable
aumento de la participación femenina en la categoría “Empleado”, ya que pasó de 9.7%
en 1970 a 18.2% en 1981. Tal incremento debióse principalmente a una mayor
integración de las mujeres que residen en la zona urbana, a las actividades productivas
(cuadro 6).
Cuadro 7
PEA dominicana de 10 años y más por zona, según sexo y categoría ocupacional
(Censo 1981)
Sexo y categoría
ocupacional
Total 1981 Urbano 1981 Rural 1981
AMBOS SEXOS 1,784,157 998,534 785,623
Empleador 29,903 20,260 9,643
Empleado 982,704 696,186 286,518
Trabajador por cuenta propia 668,540 247,673 420,867
Trabajador familiar no
remunerado
63,654 23,288 40,366
Categoría no declarada 39,356 11,127 28,229
Hombres 1,264,671 647,463 617,208
Empleador 23,761 15,498 8,263
Empleado 633,968 420,338 213,630
Trabajador por cuenta propia 536,631 190,605 346,026
Trabajador familiar no
remunerado
36,270 12,121 24,149
Categoría no declarada 34,041 8,901 25,140
Mujeres 519,486 351,071 168,415
Empleador 6,142 4,762 1,380
Empleado 348,736 275,848 72,888
Trabajador por cuenta propia 131,909 57,068 74,841
Trabajador familiar no
remunerado
27,384 11,167 16,217
Categoría no declarada 5,315 2,226 3,089
Fuente: ONE, Censo Nacional de Población y Vivienda 1981.
Para el año 1993 se realiza el séptimo censo nacional de población y vivienda, que en
términos del mercado laboral arroja los siguientes resultados:
La PEA representó el 47.3% de la población de 10 y más años de edad en el año 1993,
casi de igual magnitud a la ostentada en el 1981 (que fue de 46.6%). La población
ocupada (2,074,512) representó un 81% de la población definida como activa (que era
de 2,607,021 personas). De ésta, un 20% eran agricultores y oficios afines; otro 17%
eran artesanos; 12% eran comerciantes; 11% eran trabajadores en servicios personales y
afines y otro 10% profesionales y afines, entre otros.
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“El censo de 1993 revela cambios muy importantes en la estructura de la población
económicamente activa. Si bien la agropecuaria es todavía en el censo de población de
1981 la rama de actividad más importante en términos del monto de la población
ocupada, con un 29.4% de la población económicamente activa; este nivel de
participación se redujo significativamente a un 21% en 1993, siendo superada por 24%
dedicada a los servicios comunales, sociales y personales. Estos cambios registrados
están relacionados con las modificaciones sufridas por la economía del país en el mismo
período”. (ONE, VII Censo Nacional. Resultados definitivos total país. 1993. Capítulo
de definiciones y conceptos. Santo Domingo, R.D., 1998). (Véase el cuadro 8).
Cuadro 8
Composición porcentual de la PEA dominicana ocupada, por categoría
ocupacional, según dominio de estudio (Censo de 1993)
Categoría
poblacional
Total país Distrito
Nacional
Resto
urbano
Resto rural
Total 100.00 100.00 100.00 100.00
Empleador 3.04 3.45 2.93 2.71
Cuenta propia 38.66 28.85 33.36 57.15
Empleados del Estado 11.32 13.67 12.87 6.51
Asalariados 44.78 52.42 49.07 30.15
Familiar no
remunerado
2.20 1.60 1.76 3.48
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
La categoría ocupacional de la PEA, para el año 2000, no experimentó cambios
fundamentales con relación a la situación prevaleciente en el primer lustro del decenio
de los noventa, puesto que el sector asalariado más bien lo que hizo fue reafirmar su
participación mayoritaria, con un 56.10%; mientras que el sector agropecuario continuó
perdiendo fuerza en la absorción de miembros de la PEA, pues cae a 16.27%, cuando en
el 1993 acaparaba el 21%. En esta misma línea de razonamiento el sector servicio sella
definitivamente su predominio, en el campo analizado, debido a que su participación
supera el 60% de la PEA. Un rasgo positivo que se debe destacar del mercado de
trabajo, al final del siglo XX, es que el nivel de desocupación de la fuerza laboral
descendió notablemente, con respecto al 1993, alcanzando una tasa de desempleo de
13.9%, cuando en el censo de 1993 era de 20.43%. (Véase los cuadros 9, 10 y 11).
Cuadro 9
Principales indicadores del mercado de trabajo dominicano por dominio de
estudio (año 2000)
Tasas % Total del país Distrito
Nacional
Resto del
país
Resto
rural
Global de
participación
55.2 61.1 55.1 49.3
Ocupación 47.6 50.9 47.7 43.9
Desocupación 13.9 16.6 13.4 10.9
Desocupación abierta 5.8 8.2 5.8 2.8
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
No. 2 Enero-Abril 2014
95
Cuadro 10
Composición porcentual de la población dominicana, ocupada por rama de
actividad económica según dominio de estudio (año 2000)
Actividad
económica
Total país Distrito
nacional
Resto urbano Resto
rural
Total 100.00 100.00 100.00 100.00
Agricultura y
ganadería
16.27 1.84 6.17 56.50
Minas y canteras 0.20 0.11 0.24 0.25
Manufactura 16.96 17.14 22.90 8.98
Electricidad, gas y
agua
0.79 1.00 0.79 0.53
Construcción 6.26 6.54 6.76 5.28
Comercio 21.65 25.79 22.99 15.03
Hoteles, bares y
restaurantes
5.22 5.55 5.91 3.94
Transporte y
comunicaciones
6.16 7.29 5.99 5.03
Intermediación
financiera y seguros
1.87 3.32 1.70 0.37
Administración
pública y defensa
4.19 6.39 3.93 1.92
Otros servicios 20.43 25.02 22.61 12.17
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Cuadro 11
Principales indicadores del mercado de trabajo dominicano, por dominio de
estudio (año 2000)
Nivel educativo Total del país Distrito
Nacional
Resto del
país
Resto
rural
Total 100.00 100.00 100.00 100.00
Primario 49.17 39.23 47.94 62.50
Secundario 26.03 31.88 30.20 13.67
Universitario 15.95 26.09 16.11 3.80
Ninguno 8.85 2.81 5.75 20.03
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Tomando como hilo conductor el comportamiento de la evidencia empírica arrojada por
los censos de población y vivienda y encuestas, en dichos campos, que se han efectuado
en la República Dominicana, en la segunda mitad del siglo XX, podíamos pronosticar
que el cambio ocupacional se intensificaría en el mercado laboral dominicano (véanse
los cuadros 12 y 13).
Cuadro 12
Cambio ocupacional de la PEA dominicana (1950 y 1970)
(Valores absolutos y relativos)
Concepto 1950 % 1970 %
Ocupaciones elevadas 34,282 4.15 37,857 3.12
Ocupaciones 13,860 1.67 81,193 6.70
No. 2 Enero-Abril 2014
96
intermedias
Ocupaciones
elementales
777,465 94.18 1,092,654 90.18
Total 825,607 100 1,211,704 100
Fuente: ONE. Censos de 1950 y 1970.
“Para el análisis del cambio ocupacional, tanto si queremos explicar la evolución
pasada como si queremos hacer proyecciones sobre las necesidades de ocupaciones, la
información de base necesaria son matrices que contengan el número de ocupados
según sectores y categorías ocupacionales, al nivel de desagregación más detallado
posible (…) En el caso de las ocupaciones, consideramos tres grupos: ocupaciones
elevadas (directivos, profesionales y técnicos), ocupaciones intermedias
(administrativos y trabajadores industriales especializados) y ocupaciones elementales
(trabajadores de los servicios, obreros agrarios, obreros industriales y ocupaciones
elementales). En el caso de los sectores consideramos seis (…) los dos últimos agrupan
diversas actividades de servicios que tienen estructuras ocupacionales muy diferentes:
Servicios I, que comprende recuperación, hotelería y transporte y comunicaciones;
Servicios II, que comprende los servicios financieros, otros servicios de mercado y los
servicios de no mercado (…)”. (Fina Sanglas, L. -2001-: El reto del empleo. McGraw
Hill, impreso en España, pp. 346-347).
Una predicción, de ese tipo, se pudo basar en cálculos muy concretos. Un primer
indicador de cambio ocupacional que pudimos calcular fue la diferencia absoluta,
existente entre el censo de 1950 y el censo de 1970, en los tres grupos de ocupaciones
(elevadas, intermedias y elementales). En ninguno de los tres niveles se manifestó una
reducción absoluta, sin embargo en la perspectiva relativa si notamos que hubo un cierto
cambio, puesto que el porcentaje referido a la cantidad de personas ubicadas en las
ocupaciones intermedias (de 1.67% en el 1950 pasa a 6.7% en el 1970) se multiplicó
por cuatro (4), en contraste con el correspondiente a las ocupaciones elementales (de
94.18% pasa a 90.18%, en el mismo período) perdiendo cuatro (4) puntos porcentuales.
Cuadro 13
Cambio ocupacional de la PEA dominicana (1970 y 2000)
(Valores absolutos y relativos)
Concepto 1970 % 2000 %
Ocupaciones
elevadas
37,857 3.12 294,258 7.94
Ocupaciones
intermedias
81,193 6.70 490,490 13.24
Ocupaciones
elementales
1,092,654 90.18 2,920,070 78.82
Total 1,211,704 100 3,704,818 100.0
Fuente: Censos de 1970 y encuesta del Banco Central.
Al final del siglo XX se producen cambios ocupacionales dramáticos: los porcentajes de
las ocupaciones elevadas e intermedias se duplican (pasan de 9.82% a 21.14% de 1970
al 2000), mientras que los correspondientes a ocupaciones elementales se reducen
sensiblemente (pasan de 90.18% a 78.82% en el mismo período), perdiendo 11 puntos
porcentuales. Todas estas transformaciones que tienen que ver con los cambios en la
demanda de trabajo, cambios en la productividad del factor trabajo y cambios
No. 2 Enero-Abril 2014
97
tecnológicos y organizativos en las unidades de producción, continuarán al entrar el
siglo XXI. (Véase el cuadro 13).
Una segunda predicción está referida al desplazamiento definitivo del sector
agropecuario de la principalía que ostentaba décadas atrás en el mercado laboral,
basándonos en las siguientes evidencias: en el primer decenio del siglo XXI, la
emigración del campo a la ciudad, se ha agudizado debido al abandono que sufren
nuestros campos; los viajes ilegales a la vecina isla de Puerto Rico no cesan; y las
actividades económicas dinámicas están vinculadas con el sector servicio.
Una tercera predicción está marcada por una integración aún más fuerte de la mujer a la
actividad productiva, en el siglo XXI, marcada por el discurrir de los datos
cuantitativos. Para el censo de 1950 el género femenino ocupaba un lugar mayoritario
en algunas ocupaciones, tales como profesionales, técnicos y trabajadores afines;
gerentes, administradores y funcionarios de categoría directiva; oficinistas y
trabajadores afines; vendedores y similares; artesanos, trabajadores en proceso de
producción y trabajadores en ocupaciones afines; y en trabajadores de servicios y
similares. Los hombres sólo ejercían predominio en ocupaciones rudas como la
agricultura y la minería. (Dirección General de Estadísticas (1953). Censo Nacional de
Población de 1950. Ciudad Trujillo, págs. L-LI). La mujer dio un paso de avance en su
integración a las actividades productivas, pues mientras en el censo de 1970 su
participación en la PEA era de 25.74%, para el censo de 1981 se mueve a 28.94%, y
para la encuesta de fuerza de trabajo de 2000, se sitúa en 37.5%. De todos modos, aún
en ese momento el aporte de la población femenina al esfuerzo productivo de la nación,
se vio entorpecido por la existencia de trabas, costumbres y discriminación, típicas de
los países subdesarrollados latinoamericanos y caribeños, en perjuicio del género
femenino.
Evaluación del mercado laboral dominicano postrujillista
Este análisis será comenzado con una exhaustiva exposición acerca de las características
principales del mercado laboral.
El dispositivo legal trujillista, que en gran medida no era sino una reafirmación local de
las Conferencias Internacionales del Trabajo, auspiciadas por la OIT, fue reafirmado y
modificado en lo posible; tratando el Estado y los estamentos propios del mercado de
trabajo, de ponerle término a la disociación entre el dispositivo legal existente y el
funcionamiento del mercado, tal como acontecía durante la vigencia plena del
trujillismo. El Código Trujillo de Trabajo fue reformado de manera sustancial, después
de 41 años de existencia, surgiendo un nuevo código con la promulgación de la ley No.
16-92 de fecha 29 de mayo de 1992; el cual es relativamente moderno en comparación
al anterior. La tiranía es decapitada en el 1961, pero su código de trabajo sobrevivió 31
años más, lo que da cuenta de un lento cambio institucional incremental en el mercado
laboral dominicano.
Del 1961 al 1965 el sector laboral organizado se va extendiendo por todo el tejido
productivo nacional, tanto público como privado. Los trabajadores acumulan fuerzas
para exigir sus derechos frente a los empleadores y tratan de captar una mayor porción
de la renta nacional. Este proceso encuentra serios escollos en el lapso 1966-1978, en el
cual predomina una especie de despotismo ilustrado; el movimiento sindical y sus
No. 2 Enero-Abril 2014
98
líderes son limitados drásticamente. Se desacelera el movimiento laboral organizado. En
el decenio de los ochenta el ambiente democrático mejora sustancialmente, lo que
alienta nuevamente el proceso organizativo obrero, pero limitado por la influencia del
anarcosindicalismo, el aventurerismo, la corrupción y el auge de los movimientos
populares organizados. El último decenio del siglo XX, marca el ocaso del movimiento
sindical con la desarticulación del social-imperialismo soviético, la hegemonía del
neoliberalismo y la internacionalización del capital a escala planetaria.
El sector patronal, en la etapa trujillista, maniatado totalmente a los caprichos e
intereses del “jefe”, ahora va actuar con autonomía. Organiza diversas entidades que
representan sus intereses económicos, subsume el Estado a sus particulares intereses,
impone las reglas de juego en el mercado de trabajo, con una ausencia casi total de la
resistencia natural del sector laboral. En este momento histórico globalizador, su
hegemonía sobre el mercado de trabajo es casi absoluta.
El mercado de trabajo dominicano tiende hacia un estado de regresión en lo que
concierne al derecho al trabajo y el respeto a la protección social. De inmediato
demostraremos dicho aserto: según la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo,
realizada en el año 2002, por parte del Banco Central de la República Dominicana, en el
sector privado existían 1,221,490 ocupados dependientes, de los cuales 667,958, estaban
laborando sin contrato alguno, dando cuenta de una alta tasa de informalidad interna en
las empresas, equivalente a un 54.68%. El sector público, transita el mismo camino; de
398,929 ocupados, un total de 162,990 carecían de contrato, lo que arroja una tasa de
informalidad interna de 40.85%.
En otra vertiente de este problema, el Banco Central en su Informe de la Economía
Dominicana (enero-diciembre 2002), afirma: “Para el año 2002, los resultados de la
segmentación del mercado laboral muestran que, de cada 100 ocupados que participan
en la actividad económica, 55 se insertan en el sector informal, compuesto por
trabajadores por cuenta propia no profesionales, empleados del servicio doméstico,
trabajadores familiares no remunerados y empleados que trabajan en establecimientos
de menos de cinco trabajadores, mientras que 45 de ellos se incorporan en el mercado
formal, evidenciando la importancia de la informalidad en el mercado laboral
dominicano”. (Banco Central -2002-: Informe de la economía dominicana. Santo
Domingo, R.D., pág. 34).
¿Qué es lo que explica la informalidad expuesta? Varias hipótesis se pueden conjeturar:
a) hegemonía del sector patronal sobre el sector laboral, lo que le permite generar
puestos de trabajo al margen del dispositivo legal que rige dicho mercado; b)
flexibilidad que le otorga el mercado al sector patronal para que reduzca su coste
laboral, a costa del interés obrero. “(...) la informalidad es una forma de flexibilización
de hecho de las regulaciones laborales, que se explica por una alta volatilidad en el
desempeño económico, que mueve a los empresarios a flexibilizar sus costos ante un
escenario cambiante, y a los trabajadores, a aceptar la precariedad a cambio de no estar
desempleados (...)” (Castro, G. y Capellán, W. -2003-: “Diagnóstico preliminar del
mercado laboral y la cesantía).
Del total de trabajadores ocupados en el sector privado, en base a contratos, 371,105
laboraban a partir de contratos indefinidos en el tiempo, alcanzando una elevadísima
tasa de 81.75%. Sólo 55,460 ocupados disfrutaron de contratos por tiempo definido,
No. 2 Enero-Abril 2014
99
alcanzando una tasa muy baja: 12.2%. Un total de 11,179 ocupados sabían cuál era su
estatus (equivalente a un 2.47%) y 16,187 ocupados fueron contratados por un trabajo
específico (para una tasa de 3.57%). Estas cifran delatan una vez más la fortaleza de la
informalidad (en las encuestas de fuerza de trabajo que aplica el Banco Central de la
República Dominicana, se considera dentro de la informalidad, a los trabajadores que
pertenecen a unidades productivas con menos de cinco empleados, a los trabajadores
domésticos, a los trabajadores por cuenta propia y patronos pertenecientes a grupos
artesanales y agricultores, entre otros), pero ahora dentro de la formalidad -ocupados
con contratos-. Luego, lo que queda de formalidad auténtica en el mercado de trabajo
dominicano es casi imperceptible.
La gravedad de la informalidad se agudiza, si reflexionamos en torno a estas
aseveraciones de la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN), donde se pone de
manifiesto que la informalidad aguijonea los ingresos salariales medios: “El aumento de
la informalidad recién documentada obliga a pensar en las consecuencias sociales del
fenómeno en términos de calidad del empleo y capacidad de generación de ingreso. En
ese sentido, los cálculos en base a las encuestas más recientes muestran que la
remuneración de los empleados en unidades pequeñas es menor que la remuneración de
aquellos en firmas mayores, lo cual indicaría que un aumento en la participación de las
primeras iría en detrimento de los ingresos salariales medios…las personas que trabajan
en empresas con empleomanía entre 20 y 49 empleados reciben un ingreso ocupacional
alrededor de 80% superior al de aquellas personas en firmas con menos de cinco
empleados” (ONAPLAN -2000-: Eficiencia y equidad desde la perspectiva del mercado
laboral: una posible interpretación de la experiencia dominicana. Santo Domingo, R.D.,
pág. 64).
En el año 1996 el 44.9% de la población ocupada estaba ubicada en el sector informal;
cuatro años después aumenta a 52.14%. En estos cuatro años, la expansión del sector
informal se manifestó en todas las ramas de actividad económica en la República
Dominicana. Es verdaderamente impresionante el porcentaje que cubre el sector
informal en actividades como construcción, comercio, transporte y agricultura. La
hegemonía del sector informal en diversas ramas de actividad económica, su acelerado
ritmo de crecimiento, tiene su explicación en la ocurrencia de múltiples factores: en
primer lugar, el modelo económico imperante se asienta en subsectores económicos
vinculados al sector servicio (que es el lecho principal de la informalidad), de modo que
al expandirse dichos subsectores, como ocurrió en el decenio de los noventa, la
informalidad tiende también a crecer; en segundo lugar, la persistencia de latifundios en
la estructura de tenencia de la tierra, arrincona a la población campesina en minifundios
que obviamente se desarrollan en la informalidad; y en tercer lugar, la apreciación real
experimentada por el tipo de cambio en el decenio de los noventa, alimentó subsectores
no transables de la economía, hábitat de la informalidad.
“Lo anterior revela que el mercado laboral dominicano es uno de tipo dual, como la
mayoría de los Latinoamericanos; esto es, fragmentado en uno formal y estructurado y
otro precario y rezagado. La literatura económica ha desarrollado una larga discusión
para intentar explicar este fenómeno. Las explicaciones más usuales han estado
vinculadas a la rigidez de las regulaciones laborales, por una parte, y a una forma de
elevar las rentas empresariales, por la otra”. (Castro, G. y Capellán, W. -2003-:
“Diagnóstico preliminar del mercado laboral y la cesantía”, pág. 12).
No. 2 Enero-Abril 2014
100
Varias entidades públicas dominicanas y técnicos del Banco Mundial, en el año 2007
publicaron el estudio “La informalidad en el mercado laboral urbano de la República
Dominicana”. En esta publicación se exhiben datos que muestran la continuidad de la
fuerte incidencia de la informalidad en el mercado laboral dominicano y las penurias a
que se ve sometido el proletariado, por los patronos. Allí leemos lo siguiente: “¿Cuál es
la incidencia de la informalidad en el mercado laboral urbano dominicano? La fi gura a
seguir presenta el porcentaje de trabajadores informales según los tres criterios recién
esbozados. Se observa que, en la zona urbana del país, alrededor de 54% de las personas
ocupadas trabajan en condiciones de informalidad según el criterio legal -esto es,
carecen de licencia o contrato, y no reciben una cantidad razonable de beneficios
laborales contemplados en la legislación. Similarmente, alrededor de 65% de los
trabajadores son informales desde la perspectiva de la seguridad social –esto es, no se
encuentran cotizando actualmente como preparación para la vejez. Finalmente, cerca de
50% de los ocupados y ocupadas urbanas son informales según el criterio OIT, dado
que trabajan en establecimientos pequeños o como cuentapropistas en ocupaciones de
baja calificación”. (SEEPyD, Banco Central y Banco Mundial -2007-: “La informalidad
en el mercado laboral urbano de la República Dominicana”. Santo Domingo, R.D., pág.
31).
Los puestos de trabajo de larga data, en el mercado laboral dominicano, constituyen ya
un mito; de 1,221,490 ocupados dependientes en el sector privado, en el año 2002, sólo
124,926, es decir, el 10.23%, tenía una antigüedad de 10 ó más años, en contraste,
804,984 ocupados dependientes, es decir, un 65.9% tenían una antigüedad en el empleo
igual o inferior a 3 años, “(...) de los cuales un 1/3 ha estado menos de 12 meses en su
actual empleo”. (SEEPyD, Banco Central y Banco Mundial -2007-: “La informalidad en
el mercado laboral urbano de la República Dominicana”. Santo Domingo, R.D., pág.
13). Una inferencia es obligada: los puestos de trabajo actuales son tan volátiles como la
misma economía dominicana.
Según la población ocupada de 16 años y más, la economía dominicana, en el año 2002,
generó 436,739 empleos, encontrándose que el 89.19% de los desocupados encontró
trabajo en un período no mayor de 6 meses; siendo la rotación laboral promedio 26.3%
(inverso de la antigüedad promedio que habíamos calculado en 3.8 años), lo que arroja
el indicador de que cada año un 26.3% de la fuerza de trabajo cambia de empleo; dado
que al momento de la encuesta 275,783 personas se encontraban en estado de cesantía,
de este gran total 207,194 (equivalente a un 75.13% del total) su antigüedad en el puesto
de trabajo no excedía los 6 meses, 35,425 personas (equivalente a un 12.85% del total)
su antigüedad en el puesto de trabajo oscilaba entre 6-12 meses, lo que arroja una tasa
acumulada de 87.97%. En cambio, los cesanteados que tenían una antigüedad 13 meses
y más alcanzaron una cifra de 33,164 personas, equivalente a un 12.03% del total. De
estos cálculos se infiere que el fenómeno de la cesantía afectó en una mayor proporción
a los ocupados dependientes de menor antigüedad en el empleo, configurando un
contexto de inseguridad laboral.
Es a partir de esas evidencias empíricas que los expertos arriba citados, aseveran: “(...)
no es consistente con un aumento sostenido de la productividad laboral una tasa de
rotación elevada, donde un 75% de las personas que rotan duran menos de 6 meses en
su empleo. Dicho lapso impide el desarrollo de habilidades laborales que sólo se pueden
obtener con la práctica de una actividad y, además, no incentivan la inversión de las
empresas en estos trabajadores. El segundo comentario tiene que ver con los datos que
No. 2 Enero-Abril 2014
101
indican la creación de más de 430 mil empleos en un año y otro, que indica que al
momento de la encuesta había 275,000 cesantes. A partir de ellos no se puede inferir
que la economía está creando más empleos que los que destruye, ya que en un caso se
trata del flujo de empleos creados y en el otro del consolidado de cesantes en un
momento dado, dato que no incluye a los trabajadores que buscan empleo por primera
vez. La conclusión provisional más consistente, al observar la antigüedad en el empleo
de los cesantes, es que la economía está creando un alto número de empleos de corta
duración, y que por tanto podría haber un número de trabajadores (as) sometidos a un
constante tránsito entre el empleo y el desempleo (...)” (SEEPyD, Banco Central y
Banco Mundial -2007-: “La informalidad en el mercado laboral urbano de la República
Dominicana”. Santo Domingo, R.D., pág. 16).
El precarismo laboral queda una vez más al descubierto, cuando se examinan los datos
de la encuesta referidos a la población cesante dependiente según causa de despido del
trabajo. ¿Qué se observa allí? Siete motivos de pérdida del empleo: venció el contrato,
cerró la empresa, despidieron, obligaciones familiares, por motivo de salud, júbilo y
otra. Resulta que los tres primeros motivos, que son de naturaleza compulsiva, que
llevan al trabajador al desempleo de forma involuntaria, acaparan el 58.4% de las causas
de despido del trabajo, representando 161,266 trabajadores de los 275,783 cesanteados.
Otro indicador que arroja la encuesta en cuestión, es que del total de trabajadores
cesanteados (275,783), alrededor de 134,666, es decir el 48.8%, cumplía con lo
estipulado en el Código de Trabajo para disfrutar del derecho de auxilio de cesantía
(segmentado así: 10.7% por motivo de cierre de la empresa y 38.1% por motivo de
despido de su trabajo). Mas, sólo 62,847, es decir el 46.67%, lo pudieron percibir;
66,108 no lo lograron (el 49.09%) y 5,711 (es decir el 4.24%) trabajadores estaban en
disputa en los tribunales. Casi el 50% de los trabajadores del total que habría tenido
derecho a percibir el auxilio por cesantía, no pudo concretarlo, lo que muestra la
precariedad de tan importante derecho laboral. Se reafirma la debilidad del poder de
regateo del sector laboral y por consiguiente la hegemonía del sector patronal en el
mercado de trabajo.
Cuadro 14
Convenios colectivos de trabajo registrados en la República Dominicana (1995-
2001)
(Valores absolutos y relativos)
Años Cantidad Variación %
1995 27 -
1996 13 -52%
1997 20 54%
1998 0 -100%
1999 13 -
2000 18 38%
2001 10 -44%
Fuente: Secretaría de Estado de Trabajo de la República Dominicana. Estadísticas
laborales, boletín No. 6, Mayo 2002.
Los convenios colectivos de trabajo, en las unidades de producción registradas, van
decreciendo anualmente. (“Art. 103.- Convenio colectivo de condiciones de trabajo es el
que, con la intervención de los organismos más representativos, tanto de empleadores
No. 2 Enero-Abril 2014
102
como de trabajadores, puede celebrarse entre uno o varios sindicatos de trabajadores, y
uno o varios empleadores o uno o varios sindicatos de empleadores, con el objeto de
establecer las condiciones a que deben sujetarse los contratos de trabajo de una o varias
empresas. Art. 104.- En el convenio colectivo pueden reglamentarse el monto de los
salarios, la duración de la jornada, los descansos y vacaciones y las demás condiciones
de trabajo”. (Secretaría de Estado de Trabajo -2001-: Código de trabajo. Impreso en
GRAFICA COMERCIAL, Santo Domingo, R.D., pág. 57). En el año 2001, existían
registrados legalmente 15,447 establecimientos de producción (Establecimientos
registrados: “Son todos los establecimientos, industriales, comerciales y de servicios,
que todo empleador está obligado a registrar en el Departamento de Trabajo –dentro de
los quince días siguientes al inicio de sus actividades o a más tardar el día 15 de enero
de cada año- mediante el documento “Planilla de Personal Fijo”. (Secretaría de Estado
de Trabajo -2002-: Estadísticas laborales, boletín No. 6, Santo Domingo, R.D., p. 10),
con 595,095 trabajadores fijos (Véase Estadísticas laborales, boletín No. 6 de la
Secretaría de Estado de Trabajo de la República Dominicana, Santo Domingo, mayo
2002, pág. 14), pero sólo se formalizaron 10 pactos colectivos (véase el cuadro 42), de
donde se infiere que los convenios colectivos de trabajo forman parte de la mitología
dominicana de trabajo, reforzando la hipótesis de la vigencia del precarismo en el
mercado de trabajo.
La formación de sindicatos va en picada. Durante el régimen trujillista y el régimen de
despotismo ilustrado que van, desde el 1950 al 1978, la formación de sindicatos estuvo
limitada por el autoritarismo de ambos regímenes, acumulando un 29% del total. Sin
embargo instaurada la democracia menos restringida a partir del 1978, se dinamiza la
formación de sindicatos, acumulando en todo el interregno 1980-2001 el 71% del total
de sindicatos constituido desde el 1950. Sin embargo, hay que resaltar el hecho de que
en el decenio de los noventa la cantidad de sindicatos formados respecto al total, apenas
representa el 21% en contraste con un 50% del decenio anterior (cuadro 15). En la
medida que la economía dominicana se globaliza y el mercado de trabajo se ve arropado
por el precarismo laboral, el sindicalismo pierde fuerza. Se reafirma la hegemonía del
sector patronal sobre el sector laboral.
Cuadro 15
Sindicatos registrados en la República Dominicana según décadas (1950-2001)
Décadas Cantidad % Años de formación
1950-1959 16 1 1952, 1956 y 1957 a
1959
1960-1969 297 11 1960 a1969
1970-1979 465 17 1970 a1979
1980-1989 1,402 50 1980 a 1989
1990-1999 584 21 1990 a 1999
2000-2001 47 2 2000 y 2001
TOTAL 2,811 100 1950-2001
Fuente: Secretaría de Estado de Trabajo de la República Dominicana. Estadísticas
laborales, boletín No. 6, Mayo 2002.
La mano de obra, en diversos mercados de trabajo, en la República Dominicana, tiende
hacia una acelerada sustitución de trabajadores dominicanos, por trabajadores haitianos.
(Para una mayor ilustración de este tema es conveniente consultar la obra de Núñez, M.
-2001-: El ocaso de la nación dominicana. Editorial Letra Gráfica. Santo Domingo,
No. 2 Enero-Abril 2014
103
R.D., pp. 51-53). “Desde principios de siglo la mano de obra haitiana ha venido siendo
empleada en la República Dominicana en diversas actividades como las construcciones
de carreteras, la cosecha de café… Es propiamente en los ochenta cuando su empleo
masivo se ha hecho común en cultivos de gran demanda de mano de obra, sobre todo en
el café y, en menor medida, en el tabaco y en el arroz”. (Lozano, W. -2001-: Los
trabajadores del capitalismo exportador. Santo Domingo, R.D., p. 287). Como esta
mano de obra posee un nivel de escolaridad nulo, y proviene de un país diezmado por la
pobreza extrema, ocasiona permanentemente una depresión de las pujas salariales en los
mercados en que incursiona, le otorga nuevos grados de libertad al empresariado y hace
más precario el trabajo.
Los cambios en los modelos de producción ocurridos en la economía dominicana,
dieron lugar a cambios en el mercado de trabajo. La expulsión de mano de obra del
campo, alentó la emigración de la zona rural a la zona urbana; el modelo de empleo
agrícola se vio debilitado. La emergencia del sector manufacturero sustitutivo suponía
que el sector industrial se convertiría en el eje del crecimiento del empleo, mas no
sucedió así, debido a que la industria se fundamentó en una tecnología intensiva en
capital, ahorradora de mano de obra.
El mercado de trabajo dominicano está completamente terciarizado, en la medida que
los establecimientos registrados en la Secretaría de Estado de Trabajo, el 73.17%
corresponde al sector terciario de la economía y el 55.78% de los trabajadores
pertenecen a dicho sector. Las capas de trabajadores terciaristas, en buena proporción,
históricamente han sido pasivas en la defensa de sus derechos y alérgicas a la
organización sindical; la combatividad obrera en los decenios de los sesenta y ochenta,
descansaba primordialmente en el proletariado azucarero y en el proletariado minero,
hoy ambos en franco y agudo declive en el total de la masa laboral (apenas un 1.12%).
(Véase el cuadro 16).
Cuadro 16
Establecimientos registrados y trabajadores fijos en la República Dominicana
según rama de actividad (año 2001)
Rama de
actividad
Establecimientos % Trabajadores %
Sector primario 281 1.82 6,652 1.12
Sector
secundario
3,863 25.01 256,486 43.10
Sector terciario 11,303 73.17 331,957 55.78
TOTAL 15,447 100.00 595,095 100.00
Fuente: Secretaría de Estado de Trabajo de la República Dominicana. Estadísticas
laborales, boletín No. 6, Mayo 2002.
Esto refuerza aún más la hegemonía patronal para la toma de decisiones en el mercado
de trabajo y se constituye en uno de los factores explicativos de que en seis (6) años,
1996-2001, solamente se registraran en la Secretaria de Estado de Trabajo, 12 huelgas
obreras. (Secretaría de Estado de Trabajo -2002-: Estadísticas laborales, boletín No. 6.
Editora Lozano, Santo Domingo, R.D., mayo 2002, pág. 51). El 2001 solamente se
registró una huelga, que relacionada con los 15,447 establecimientos industriales,
comerciales y de servicios, registrados en el citado ministerio, el guarismo calculado
sería imperceptible: 0.00006 huelgas por establecimiento. El activismo obrero en la
No. 2 Enero-Abril 2014
104
República Dominicana, parece ir en la dirección opuesta de la tendencia del movimiento
obrero internacional. Resulta que en el decenio de los noventa, la economía estuvo
situada en la fase alta del ciclo, sin embargo, el movimiento obrero se mantuvo postrado
en el lecho de la pasividad. Sobre este particular el español Álvaro Espina, dice: “Contra
lo que pudiera parecer a primera vista, los períodos de fuerte conflictividad en los
modernos sistemas de relaciones industriales no coinciden con los de mayores
dificultades, sino con los de bonanza económica. De hecho, el ciclo de la conflictividad
industrial se mueve en fase con el ciclo económico, o a lo sumo con muy ligero desfase,
lo que si bien se mira no resulta extraño, ya que la capacidad de presión y el poder de
negociación de los sindicatos aumenta con el auge económico y disminuye con la
depresión.” (Espina, A. -1991-: “Los sindicatos y la democracia española. La huelga
general de diciembre de 1988 y sus implicaciones políticas”. En Concertación social,
neocorporatismo y democracia. Madrid, pág. 191).
Cuadro 17
Nuevos registros de establecimientos y empleos fijos en la República Dominicana
(año 2001)
Empresa Cantidad de
estableci-
mientos
Estableci-
mientos/Total
Cantidad de
trabajadores
Trabajado-
res/Total
Micro 2,432 73% 9,152 24%
Pequeña 795 24% 13,994 37%
Mediana 82 2% 7,240 19%
Grande 21 1% 7,767 20%
TOTAL 3,330 100% 38,153 100%
Fuente: Secretaría de Estado de Trabajo de la República Dominicana. Estadísticas
laborales, boletín No. 6, Mayo 2002.
Los nuevos puestos de trabajo que se están creando en la economía dominicana,
proceden básicamente de la microempresa, y las empresas pequeñas y medianas. Sus
aportes a la economía datan de varias décadas. “Según un estudio que realizó la
Secretaría de Estado de Industria y Comercio publicado en 1983, se establece que cerca
de la mitad del empleo industrial es generado en pequeñas y medianas empresas (21%
por pequeñas empresas, 26% por medianas empresas, 30% las empresas grandes y 23%
las empresas muy grandes), absorbiendo menos de la quinta parte del capital invertido
(4.5% empresas pequeñas, 14.3% medianas, 31.1% grandes, 50.1% muy grandes)”.
(Ceara Hatton, M. -1988-: Fomento de las pequeñas y medianas empresas. Santo
Domingo, R.D., pág. 29). Las primeras anualmente brotan a borbotones, pero con una
vida productiva extremadamente efímera, yendo los trabajadores ocupados en éstas, del
empleo al desempleo, en lapsos relativamente cortos. Algo parecido ocurre con los
puestos de trabajo de las pequeñas empresas, que aportan un 37% de aquéllos, van
desapareciendo a efectos de la aguda competencia de la gran empresa que operan con
capitales inmensos, venden a precios más bajo y exhiben una mayor productividad. A la
pequeña empresa no lo queda otro camino que languidecer y por tanto, igualmente, los
puestos de trabajo que genera.
En América Central, ocurrió algo similar. “Los cambios –escribe la CEPAL- en los
mercados laborales de los últimos años están influidos en buena medida por los
programas de ajuste del decenio pasado y los primeros años de éste a fin de dar paso a
un modelo económico orientado, más que antes, a fin de dar paso a un modelo
No. 2 Enero-Abril 2014
105
económico orientado, más que antes, al exterior. La disminución del tamaño del Estado
y el crecimiento consecuente de la actividad privada es la primera manifestación que se
hace evidente al observar la acentuada reducción de los asalariados del sector público,
como porcentaje del total de ocupados. En cambio los asalariados del sector privado –
tanto en empresas grandes y pequeñas como en microempresas, y los profesionales y
técnicos en ellas contratados- representan más de la mitad de los ocupados. Otra
tendencia más o menos compartida en los distintos países es precisamente ésta, la de
iniciar NEGOCIOS FAMILIARES O MICROEMPRESAS de parte de la población, a
juzgar por la creciente participación de empleadores dentro del total (…)”. (CEPAL
(1999): “Tecnología y pobreza en el istmo centroamericano”.
http://ap.concytec.gob.pe/planctei/archivos/; consultado el 11 de junio de 2007, pág.
14).
Particularmente en el decenio de los noventa, el mercado de trabajo dominicano,
experimentó cambios en un conjunto de variables claves. Verbigracia, el desempleo
acusó cierto descenso tanto a nivel estricto como a nivel amplio, como se puede
evidenciar en el siguiente gráfico:
Gráfico 1
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Nota: estas tasas de desempleo están referidas a la República Dominicana.
Cuadro 18
Tasas de desempleo en la República Dominicana y otros países de América Latina
(1990-2000)
(%)
Años Rep.
Dom.b
Argen-
tinaa
Boliviaa Costa
Rica
Guate-
malab
Hon-
duras
Nicaraguab
1990 6.6 7.5 9.5 5.4 6.5 7.8 11.1
1991 - 6.5 7.3 6.0 6.4 7.4 14.2
1992 8.1 7.0 5.8 4.3 5.7 6.0 17.8
1993 7.6 9.6 5.4 4.0 5.5 7.1 21.8
1994 5.7 11.5 5.8 4.3 5.2 6.3 20.7
1995 6.0 17.5 3.6 5.7 3.7 5.6 16.9
Tasa de desempleo (1990-2000)
0
5
10
15
20
25
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
Años
Po
rcen
taje
s
Tasa de desempleo
estricto
Tasa de desempleo
amplio
No. 2 Enero-Abril 2014
106
1996 7.0 17.2 3.8 6.6 3.7 6.5 16.0
1997 6.9 14.9 4.4 5.9 5.0 5.8 14.3
1998 - 12.9 4.1 5.4 5.9 5.2 13.2
1999 5.9 14.5 6.1 6.2 - 5.3 10.7
2000 5.8 15.1 7.6 5.3 - - 9.8
Fuente: Banco Central de la República Dominicana y CEPAL. aPrincipales áreas urbanas;
bNacional.
Asimismo, cuando el desempleo dominicano es comparado con el de varios países de
América Latina, se nota que el mismo evolucionó favorablemente (cuadro 18). La causa
inmediata de la disminución del desempleo, puede ser localizada en las variaciones de la
oferta y la demanda en el mercado laboral. Aparentemente, en la primera mitad del
decenio en cuestión, tal descenso obedeció fundamentalmente a una contracción de la
oferta laboral que se expresó en un retroceso en la tasa global de participación en dicho
mercado. Esta hipótesis encuentra asidero, en adición, en el hecho de que el ritmo de
expansión de la población ocupada, fue perdiendo intensidad en la medida que iban
pasando los años correspondientes a la primera mitad del decenio de los noventa.
Empero, en la segunda mitad, “(…) la tasa de participación adopta una pendiente
positiva, con la cual la tasa de crecimiento de la población incorporada de manera activa
a la actividad laboral también se dinamiza. Al mismo tiempo, sin embargo, el número
de personas ocupadas eleva su ritmo de crecimiento, consiguiendo superar el desempleo
durante ese subperíodo, aunque considerablemente más modesta que la reducción
evidenciada en el subperíodo anterior, se corresponde con una mayor capacidad de
generación de empleo por parte de la economía”. (ONAPLAN -2000-: Eficiencia y
equidad desde la perspectiva del mercado laboral: una posible interpretación de la
experiencia dominicana. Santo Domingo, R.D., pág. 50).
Cuadro 19
Incidencia de la informalidad en la población ocupada, en la República
Dominicana, según rama de actividad (1996-2000)
(%)
Ramas Sector informal
1996 2000
Electricidad - -
Minería - 14.14
Servicios financieros 13.5 21.83
Manufactura 18.4 21.56
Otros servicios 36.0 44.14
Construcción 60.1 77.39
Comercio 61.8 63.88
Transporte y comunicación 63.4 69.47
Agricultura 65.3 85.19
Actividades no bien
especificadas
100.0 100.00
Total 44.9 52.14
Fuente: Elaborado con datos Banco Central de la República Dominicana y la
Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN)
No. 2 Enero-Abril 2014
107
Cuadro 20
Ingresos por hora trabajada, en la República Dominicana, según rama de
actividad (1991-2000)
(En RD$)
Rama de actividad 1991 1995 1996 2000
INGRESOS POR
HORA (RD$)
11.75
20.80
21.43
29.45
Agricultura 11.07 17.47 17.20 18.49
Minería 28.80 49.59 73.22 38.71
Manufacturera 10.40 16.55 18.03 24.12
Electricidad y agua 12.32 18.47 25.87 33.24
Construcción 15.36 26.74 27.18 35.98
Comercio 13.72 23.15 23.92 29.74
Transporte y
comunicaciones
14.36
22.36
23.22
33.11
Establecimientos
financieros
21.47
41.33
36.97
53.38
Servicios 9.16 18.63 18.89 35.96
Act. no bien
especificadas
11.51
57.25
31.72
-
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Llama la atención el hecho de que en medio de un contexto macroeconómico, como el
que vivió la República Dominicana, en el decenio de los noventa, caracterizado por un
aumento sostenido del producto agregado, la tasa global de participación acuse
fluctuaciones pronunciadas, sobre todo en los momentos de descensos. Las posibles
causas explicativas podrían estar ubicadas en el impacto que están ejerciendo las
remesas que envían a sus familiares, los dominicanos radicados en el exterior, y que
ayudan considerablemente a sostener el hogar; por tanto diversos miembros de las
familias, no acuden activamente al mercado de trabajo.
Gráfico 2
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Nota: TP, tasa de participación; TO, tasa de ocupación.
Tasas de participación y de ocupación en el
mercado laboral dominicano (1991-2000)
0
10
20
30
40
50
60
70
19911992
19931994
19951996
19971998
19992000
Años
Po
rcen
taje
s
TGP
TO
No. 2 Enero-Abril 2014
108
Las remuneraciones salariales en el mercado, deben ser también objeto de análisis. En
efecto, esta variable aumentó tanto a nivel nominal como a nivel real; la remuneración
media nominal se incrementó en 50.6%, mientras que se incrementó en un 36% en
términos reales, desde el año 1991 al 2000 (cuadro 21).
Cuadro 21
Evolución del salario mínimo promedio real en la República Dominicana* (1980-
1999)
(Índice 1980= 100)
Años Empresas** Zonas
Francas
Sector
público
Trabaja-
dores
del campo Grandes Medianas Pequeñas
1980 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
1981 93.0 93.0 93.0 93.0 93.0 93.0
1982 82.4 82.4 82.4 82.4 82.4 82.4
1983 78.0 78.0 78.0 78.0 78.0 78.0
1984 82.3 82.3 73.6 82.3 82.3 -
1985 76.0 76.0 58.1 76.0 76.0 -
1986 83.0 83.0 58.1 83.0 83.0 -
1987 82.9 82.9 59.4 82.9 87.7 -
1988 86.4 86.4 61.0 86.4 76.2 -
1989 78.3 72.3 53.6 76.8 63.8 -
1990 77.3 52.8 49.7 73.7 48.4 -
1991 74.1 54.2 47.6 73.1 46.7 -
1992 91.2 65.1 58.6 75.2 48.9 -
1993 98.6 61.9 55.7 75.5 46.4 -
1994 101.5 65.2 58.7 75.2 51.5 -
1995 96.4 66.4 59.3 74.7 49.5 75.4
1996 93.2 66.7 60.1 77.9 47.0 71.5
1997 92.7 66.4 59.3 77.3 61.6 69.4
1998 98.5 70.5 63.5 78.9 61.2 75.8
1999 102.5 71.6 63.8 80.6 57.5 76.7
Fuente: CEPAL, sobre la base de cifras oficiales del Banco Central de la República
Dominicana.
*Salarios nominales deflactados por el IPC.
**Grandes empresas: capital de 500,000 pesos en adelante; medianas: de 200,000 a
500,000 pesos
y pequeñas de menos de 200,000 pesos.
El índice real de remuneraciones medias, en el mercado de trabajo dominicano, en la
primera mitad del decenio de los noventa, tuvo una expansión abrupta; en la segunda
mitad persiste el crecimiento pero no tan pronunciado como en el subperíodo anterior.
Sí, es característica de este comportamiento una cierta asociación del aumento real de
los salarios con la baja inflación de los noventa y la reducción del desempleo. La
productividad del factor trabajo, aquí jugo un rol accesorio, puesto que el aumento de
los salarios reales estuvo por encima del aumento de la productividad en el lapso
discutido.
No. 2 Enero-Abril 2014
109
Por lo arriba indicado, coincidimos con la Oficina Nacional de Planificación
(ONAPLAN), cuando dice: “En consecuencia, es razonable inferir que los aumentos en
las remuneraciones salariales durante la primera parte de los noventa respondieron en
gran parte a movimientos en el nivel de desempleo y a posibles compensaciones por las
severas pérdidas salariales que tuvieron lugar durante todo el proceso de ajuste en la
década precedente. Si este es el caso, debe conjeturarse que, en la medida en que los
salarios tiendan a ajustarse a la trayectoria de la productividad, el ritmo de expansión de
las remuneraciones reales en los años siguientes seguirá siendo reducido, a menos que
se obtengan más rápidas mejorías en los niveles de productividad. A su vez, la
posibilidad de tales mejorías depende crucialmente de la velocidad con que la fuerza
laboral consiga elevar su nivel de capacitación y de la capacidad de las firmas locales
para adaptar sus procesos productivos y administrativos a las condiciones que deberán
enfrentar en los próximos años. Por último, la evolución de los salarios internos estará
obviamente condicionada por la notable afluencia de nacionales haitianos al mercado
laboral dominicano, la cual probablemente persistirá en el futuro mediato”. (ONAPLAN
-2000-: Eficiencia y equidad desde la perspectiva del mercado laboral: una posible
interpretación de la experiencia dominicana. Santo Domingo, R.D., pp. 76-77).
A los elementos encontrados en la problemática del comportamiento de las
remuneraciones medias en el mercado laboral dominicano, en el decenio de los noventa,
se añade el hecho de que las evidencias empíricas apuntan hacia una distribución poca
equitativa de los ingresos salariales. (ONAPLAN -2000-: Eficiencia y equidad desde la
perspectiva del mercado laboral: una posible interpretación de la experiencia
dominicana. Santo Domingo, R.D., pág. 88.). Sin dudas, esta desigual distribución de la
renta laboral tuvo que ver probablemente con la tendencia concentracionista que pudo
prohijar la reforma estructural de la economía en la primera mitad del decenio,
problemas de género y diferencias en los niveles de educación.
Cuadro 22
Evolución de la tasa de desocupación en la República Dominicana y América
Latina (1970-2000)
Años Desempleo dominicano
(%)
Desempleo
latinoamericano (%)1
1970 24.1 -
1980 19.0 6.2
1985 27.2 7.3
1990 23.3 5.8
1995 15.8 7.5
2000 13.9 8.5
Fuente: Banco Central de la República Dominicana, Oficina Nacional de
Planificación (ONAPLAN) y Ceara (1992: 14) y CEPAL. 1Solamente incluye el desempleo urbano abierto, mientras que el dominicano
representa el desempleo tanto urbano como rural y además es ampliado.
Del análisis arriba efectuado, se desprende la inconsistencia de la política de empleo
aplicada en la República Dominicana, desde el año 1962, ya que su objeto central,
reducir de manera significativa el desempleo en la economía dominicana, no pudo
cuajar en la realidad. Esta inconsistencia (enjuiciada a partir del enfoque keynesiano de
la génesis del desempleo involuntario) emana, por un lado, de los yerros en la
identificación del tipo de política fiscal que se debe aplicar de conformidad con la fase
No. 2 Enero-Abril 2014
110
del ciclo económico, en que se encuentre la economía, para atacar apropiadamente el
desempleo cíclico, y por el otro lado, de la incapacidad oficial para delinear una efectiva
política de empleo que ataque el desempleo estructural, que con el paso del tiempo ha
ido asumiendo una mayor importancia dentro del mercado de trabajo nacional.
Gráfico 3
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Nota: G.G., gasto del gobierno.
Cuadro 23
Gasto público y oferta monetaria reales en la República Dominicana (1983-2000)
(En millones de RD$)
Años Gasto real*
Variación
porcentual
Oferta
monetaria*
real
Variación
Porcentual
1983 1,414.49 1,194.41 -
1984 1,136.40 -19.66 1,227.67 2.78
1985 1,299.90 14.39 1,153.65 -6.03
1986 1,502.33 15.57 1,687.66 46.29
1987 1,809.84 20.47 1,155.53 -31.53
1988 1,720.48 -4.94 1,656.11 43.32
1989 1,588.26 -7.69 1,549.35 -6.45
1990 1,044.69 -34.22 1,209.73 -21.92
1991 1,375.04 31.62 1,480.57 22.39
1992 2,158.54 56.98 1,774.20 19.83
1993 2,545.23 17.91 2,012.89 13.45
1994 2,335.09 -8.26 1,692.07 -15.94
1995 2,284.44 -2.17 1,864.90 10.21
1996 2,553.09 11.76 2,270.89 21.77
1997 3,082.48 20.74 2,486.48 9.49
1998 3,238.04 5.05 2,419.45 -2.70
1999 3,644.67 12.56 2,794.06 15.48
2000 3,645.38 0.02 2,304.92 -17.51
Fuente: Banco Central de la República Dominicana y A. Martí (1997).
*Estas variables fueron deflactadas por el IPC (1984=100).
Crecimiento real: gasto del gobierno nacional y el
PIB en la República Dominicana (1971-2003)
-40.00
-20.00
0.00
20.00
40.00
60.00
1971
1974
1977
1980
1983
1986
1989
1992
1995
1998
2001
Años
Po
rcen
taje
s
G.G. (%)
PIB (%)
No. 2 Enero-Abril 2014
111
En el período postrujillista, hemos podido observar un comportamiento errático del
crecimiento real del gasto del gobierno nacional y del producto agregado (gráfico 3 y
cuadro 23). No se evidencia un comportamiento relativamente próximo a los preceptos
keynesianos, para el manejo apropiado de la política fiscal frente al ciclo económico.
Parece lógico que cuando la economía entra en la fase recesiva o comienza a
ralentizarse, que la autoridad aplique una política fiscal expansiva, a fin de contrarrestar
la insuficiencia de la demanda efectiva y así evitar el paro, y en el caso contrario, si ha
logrado el pleno empleo, una de carácter restrictivo, para obviar las tensiones
inflacionistas en los precios. Pero resulta que en la segunda parte del decenio de los
setenta cuando la economía va perdiendo vigor en su ritmo de crecimiento, el gasto del
gobierno decrece en promedio un 7%. En el decenio de los ochenta, la incoherencia
estuvo muy presente, pues a pesar de que fue un período donde predominó el ajuste
coyuntural, de contenido recesivo, el gasto del gobierno alcanzó en varios años,
incluyendo la primera mitad del decenio de los noventa, (1980, 1981, 1982, 1984 y
1989, 1990, 1991 y 1995) tasas de crecimiento negativo. Semejante política fiscal, por
el lado del gasto, alimentó el desempleo cíclico.
Cuadro 24
Tasa de ocupación en la República Dominicana (1991-2000)
(%)
Años Tasa de ocupación Cambio %
1991 44.3
1992 46.6 5%
1993 46.0 -1.3%
1994 44.8 -2.6%
1995 43.7 -2.45%
1996 44.3 1.37%
1997 45.4 2.48%
1998 45.1 -0.66%
1999 46.1 2.22%
2000 47.6 3.25%
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
En lo atinente al desempleo estructural, históricamente hemos tenido una situación en la
que los requerimientos de las unidades productivas y algunos segmentos de la PEA se
encuentran yuxtapuestos en el mercado laboral nacional.
Están allí juntos, pero sin vínculo alguno, por el hecho de que las empresas demandan
los servicios de una fuerza laboral con determinadas características relacionadas con la
experiencia y preparación académica, mientras que por el lado de la oferta tenemos una
fuerza de trabajo que en cuanto a capital humano, avanza con cierto rezago, no está
debidamente actualizada.
Luego, aunque las empresas quisieran utilizarla, no pueden porque los oferentes de
trabajo tienen un nivel de cualificación inferior a los paquetes tecnológicos que las
mismas están aplicando en sus unidades productivas. Surge allí un desempleo que
difiere del tipificado como keynesiano, es estructural, y definitivamente involuntario.
No. 2 Enero-Abril 2014
112
Datos estadísticos del mercado laboral dominicano en el período 2000-2010
En el primer decenio del siglo XXI, un indicador clave del mercado de trabajo, como es
la tasa ampliada de desocupación, tendió a aumentar rápidamente, perdiendo el ímpetu
reduccionista que experimentó en el lapso 1991-2000, durante el cual perdió casi 6
puntos porcentuales, probablemente ayudado por el crecimiento sostenido del PIB real y
la materialización de una vasta reforma estructural de la economía. Pero durante el lapso
2000-2004 las cosas variaron. La economía norteamericana se resintió por efecto, entre
otros factores, de la ocurrencia en territorio estadounidense de actos terroristas en gran
escala, mientras que en el plano interno la economía dominicana era devastada por
ejecutorias gubernamentales torpes, las cuales amplificaron la crisis bancaria que nos
azotó. En estas circunstancias adversas, la desocupación pasó de 13.9%, en el año 2000,
a 18.4%, en el año 2002, ganó 4.5 puntos porcentuales. Desde entonces ha tendido hacia
la baja, pero lentamente.
Cuadro 25
Serie de los principales indicadores del mercado de trabajo (1991-2010)
Años Tasa global de
participación
Tasa de
ocupación
Tasa de
desocupación
ampliada
Tasa de
desocupación
abierta
1991 55,0 44,3 19,6 -
1992 58,4 46,6 20,3 -
1993 57,4 46,0 19,9 -
1994 53,3 44,8 16,0 -
1995 51,9 43,7 15,8 -
1996 52,6 43,9 16,7 -
1997 54,1 45,4 16,0 -
1998 52,6 45,1 14,4 -
1999 53,5 46,1 13,8 -
2000 55,3 47,6 13,9 -
2001 54,3 45,8 15,6 -
2002 55,1 46,2 16,1 -
2003 54,7 45,4 17,0 7,3
2004 56,3 46,0 18,4 6,1
2005 55,9 45,9 17,9 6,4
2006 56,0 46,9 16,2 5,5
2007 56,1 47,4 15,6 5,0
2008 55,6 47,7 14,1 4,7
2009 53,8 45,8 14,9 5,3
2010 55,0 47,1 14,3 5,0
2011 56,2 48,0 14,6 5,8
2012 56,5 48,2 14,7 6,5
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
1/Tasa Desocupación Abierta: Se calcula a través de la relación de la Población
Desocupada Abierta (PDAb) entre la PEAAb ( Ocupados más Desocupados
Abiertos). Según las recomendaciones de la OIT. Cifras revisadas a partir del año
2000.
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Estos indicadores, vistos en términos absolutos, también otorgan una idea abrumadora
de la situación de la desocupación que azota al proletariado. En el año 2000 los parados
eran 491,444. En el año 2010, ascendieron a 625,337. La desocupación experimentó un
incremento absoluto de 133,893 brazos proletarios.
En este estudio las autoridades admiten que el 57.1% de la PEA urbana se refugia en la economía
informal.
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114
Cuadro 26
Serie en valores absolutos de los indicadores del mercado de trabajo (1991-2010)
Años PET PEA Ocupados Desocupados
1991 5087573 2799249 2251709 547540
1992 5166374 3018192 2406398 611794
1993 5258097 3015946 2416649 599296
1994 5363785 2857209 2400587 456623
1995 5498798 2852737 2400681 452055
1996 5755012 3029524 2523781 505743
1997 5835283 3155713 2652035 503678
1998 6410511 3375010 2888950 486061
1999 6463367 3457399 2979492 477907
2000 6389628 3532536 3041092 491444
2001 6546889 3557988 3001724 556265
2002 6723578 3701798 3105458 596341
2003 6826593 3731676 3098443 633233
2004 6981868 3933660 3209932 723729
2005 7144757 3992210 3276373 715837
2006 7320435 4100432 3435086 665346
2007 7484807 4202276 3548304 653972
2008 7663945 4256447 3653946 602501
2009 7848901 4221883 3593988 627895
2010 7967202 4378866 3753529 625337
Conclusión
Años Cesantes Nuevos Inactivos
1991 466919 80620 2288323
1992 538894 72900 2148182
1993 554446 44850 2242151
1994 402447 54176 2506575
1995 384409 67647 2646061
1996 253968 251775 2725488
1997 238042 265636 2679570
1998 286723 199338 3035501
1999 224710 253197 3005968
2000 315625 175819 2857093
2001 356379 199886 2988901
2002 362842 233499 3021780
2003 395034 238199 3094917
2004 391071 332658 3048208
2005 415113 300725 3152547
2006 352829 312518 3220003
2007 336868 317105 3282531
2008 264997 337504 3407498
2009 318576 309319 3627018
2010 314055 311282 3588336
Banco Central de la República Dominicana.
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En el año 2010, el sector agropecuario continuó resbalando, en lo atinente al porcentaje
de ocupados, en dicho sector, puesto que en el año 2000, concentraba el 16.27%, y
como se ve en el cuadro presentado abajo, en el año 2010 desciende a 14.57%, en
cambio, el sector servicio, se apoderó de un 67.34%, porcentaje este verdaderamente
impresionante.
Cuadro 27
Población ocupada por rama de actividad económica (2010)
Actividad económica %
Total 100,00
Agricultura y ganadería 14,57
Explotación de minas y canteras 0,27
Industrias manufactureras 10,49
Electricidad, gas y agua 1,01
Construcción 6,33
Comercio al por mayor y menor 21,51
Hoteles, bares y restaurants 6,07
Transporte y comunicaciones 7,59
Internet, financiera y seguros 2,47
Administración pública y defensa 4,92
Otros servicios 24,78
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Cuadro 28
Población ocupada según grupo ocupacional (año 2010)
Grupo ocupacional %
Total 100,00
Gerente y administradores 3,29
Profesionales e intelectuales 7,33
Técnico del nivel medio 6,23
Empleados de oficina 7,06
Trabajadores de los servicios 20,12
Agric. y ganad. calificados 9,30
Operarios y artesanos 13,49
Operadores y conductores 9,96
Trabajadores no calificados 23,22
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Asimismo, respecto al predominio del capitalismo sobre otros regímenes parece
irreversible, pues la población ocupada, según categoría ocupacional, delata en el año
2010, la continuidad de la fortaleza de los asalariados, pues representaron el 51% del
total ocupado.
Cuadro 29
Población ocupada según categoría ocupacional (Año 2010)
Categoría ocupacional %
Total 100,00
Patrono o socio activo 3,88
Cuenta propia 42,90
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Empleado del estado 12,89
Empleado privado 38,08
Familiar no remunerado 2,24
Fuente: Banco Central de la República Dominicana.
Un elemento preocupante, de la fuerza laboral dominicana, es que su nivel educativo
continúa siendo muy bajo. En el año 2000 casi el 50%, de la población ocupada, apenas
alcanzaba el nivel primario de educación. Cuando nos desplazamos al 2010, el citado
guarismo sigue siendo alto: 41.26%. Esta realidad luce complicada, pues mientras
menos nivel de escolaridad, concentre la fuerza laboral, menos es su productividad y
por tanto su competitividad. El responsable principal de esta lamentable situación, no es
sino el Estado burgués que no hace las erogaciones apropiadas para fortalecer la
educación pública dominicana e incluso viola su propia Constitución, que establece un
4% del PIB para el renglón educativo pre-universitario.
Cuadro 30
Población ocupada según nivel educativo (Años 2000 y 2010)
Año 2000
Nivel educativo Total del país
Total 100,00
Primario 49,17
Secundario 26,03
Universitario 15,95
Ninguno 8,85
Conclusión
Año 2010
Nivel educativo %
Total 100,00
Primario 41,26
Secundario 30,42
Universitario 21,05
Ninguno 7,26
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LA FORMACIÓN DE UN PROLETARIADO INDUSTRIAL INTERNACIONAL
Stefan Engel, Presidente del Partido Comunista de Alemania (Marxista-Leninista)
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria. Nuestra
revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA, reproduce a continuación el punto 4, “La
formación de un proletariado industrial internacional”, correspondiente a la Parte I:
“Cambios esenciales en la economía política del imperialismo”, del libro Crepúsculo
de los dioses sobre el “nuevo orden mundial”, de la autoría de Stefan Engel,
Presidente del Partido Comunista de Alemania (Marxista-Leninista). Aconsejamos a
nuestros lectores estudiar a fondo, dicho artículo, pues desmonta varias tesis
burguesas y pequeñoburguesas, particularmente la referida a un supuesto
desmantelamiento de la clase obrera clásica a cargo del progreso tecnológico
experimentado por el capitalismo en la era neoliberal.
Cuando los monopolios internacionales se formaron y se convirtieron en una capa
dominante del mercado mundial, surgió, simultáneamente, un proletariado industrial
internacional que se enfrentó a este enemigo poderoso. Estos obreros y empleados son
los portadores de un sistema de producción integrada internacionalmente que rompe
todas las fronteras nacionales. En ésta, están entrelazadas las empresas de los
monopolios nacionales e internacionales con las empresas de la industria no
monopolista, bajo el dominio del capital financiero internacional.
Al proletariado industrial internacional pertenecen:
l. Obreros directamente empleados por los monopolios internacionales. En el año 2000,
hubo 47 millones de trabajadores solamente en las empresas de los 500 monopolios más
grandes. Ya en el 2000, 30 de los 100 monopolios internacionales más grandes tenían
más de dos tercios de sus empleados en el extranjero. Hubo 50 monopolios donde más
de la mitad de los trabajadores laboraba en el extranjero.
2. Obreros de empresas que están directamente integradas en el proceso de producción
de los monopolios internacionales ("empresas subcontratistas"). En muchos casos, estos
obreros trabajan directamente en las plantas de producción de los monopolios
internacionales - mano a mano con los trabajadores de éstas.
3. Obreros de empresas particulares que producen para los monopolios internacionales y
cuya actividad está dictada por ellos. Trabajan en empresas donde la productividad y los
métodos de trabajo, las normas de calidad y de cualificación están adaptadas a los
estándares de los monopolios internacionales, y hasta en empresas en las que se trabaja
con las técnicas y los métodos de producción más atrasados.
Los obreros que forman parte del proletariado industrial internacional son, pues, en su
conjunto, muchos más de los que están directamente ocupados por los monopolios
internacionales.
Estos obreros industriales y simples empleados en la producción internacional siguen
siendo parte de un antagonismo de clases a escala nacional. Esto no cambiará hasta que
el sistema imperialista mundial sea reemplazado por los Estados Unidos del Mundo, por
una sociedad socialista. Pero estos obreros crecen cada vez más superando la limitación
No. 2 Enero-Abril 2014
118
nacional de la lucha de clases y se incorporan en la lucha de clases internacional contra
los monopolios internacionales y el sistema mundial del imperialismo. Lenin escribió al
respecto:
"Las naciones son un producto inevitable y una forma inevitable de la época burguesa
de desarrollo de la sociedad. La clase obrera no podía fortalecerse, madurar ni
formarse sin «organizarse en los límites de nación», sin ser «nacional» («aunque de
ninguna manera en el sentido burgués»). Pero el desenvolvimiento del capitalismo va
destruyendo cada vez más las barreras nacionales, acaba con el aislamiento nacional y
sustituye los antagonismos nacionales por antagonismos de clase. Por eso, es una
verdad innegable que en los países de capitalismo avanzado «los obreros no tienen
patria» y que la «acción común» de los obreros, al menos en los países civilizados, «es
una de las primeras condiciones de su emancipación» (Manifiesto Comunista)."
(Lenin, Carlos Marx, en Obras Completas, tomo 26, pág. 76).
Cuando Lenin escribió esto, en 1914, existía recién un puñado de países industriales
desarrollados en el mundo. La mayoría de los países eran colonias o semicolonias en los
cuales el capitalismo estaba en sus inicios o no se había desarrollado en absoluto. Con el
desarrollo del imperialismo, y en particular de la exportación de capitales, el capitalismo
se transportó también a los países coloniales y semicoloniales. Ya en 1928 la
Internacional Comunista señaló en su VI Congreso Mundial las tareas resultantes de
ello:
"El imperialismo somete a la inmensa masa de los proletarios de todos los países,
desde los centros del poder capitalista hasta los rincones más alejados del mundo
colonial, bajo la dictadura de la plutocracia capitalista-financiera... Con ello el
imperialismo le pone al proletariado la tarea inmediata de conquistar el poder y obliga
a los trabajadores a la más estrecha cohesión en un ejército internacional unitario de
los proletarios de todos los países, por encima de todos los hitos fronterizos, de todas
las diferencias de nación, cultura, lengua, raza, sexo y profesión. De esa manera el
imperialismo, al mismo tiempo que desarrolla y corona el proceso de la creación de las
condiciones materiales para el socialismo, determina la cohesión del ejército de sus
propios sepultureros, colocando al proletariado ante la necesidad de organizarse en
una asociación internacional obrera de combate." (Protokoll des VI Weltkongresses der
Kommunistischen Internationale [Acta del VI Congreso Mundial de la Internacional
Comunista], tomo 2, pág. 45).
La internacionalización de la producción por los consorcios multinacionales, y la
destrucción del antiguo sistema colonial después de la Segunda Guerra Mundial, aceleró
considerablemente la formación de un proletariado internacional. La división de clases,
entre el proletariado y la burguesía, se transformó en un fenómeno internacional y se la
podía observar en más o menos en todos los países del mundo. Aunque este proceso se
aceleró enormemente precisamente en los últimos tiempos, permanece, sin embargo,
una diferencia entre los obreros en los países imperialistas y los obreros en los países
dependientes y oprimidos por el imperialismo. Lenin escribió sobre esto:
"¿Es igual, desde el punto de vista del problema nacional, la situación real de los
obreros en las naciones opresoras y en las oprimidas?
No, no es igual.
No. 2 Enero-Abril 2014
119
(1) En el aspecto económico, la diferencia consiste en que una parte de la clase obrera
de los países opresores percibe las migajas de las superganancias que obtienen los
burgueses de las naciones opresoras mediante la redoblada explotación permanente de
los obreros de las naciones oprimidas. Los datos económicos prueban, además, que el
porcentaje de obreros que se hacen «maestrillos» en las naciones opresoras es mayor
que en las naciones oprimidas, que es mayor el porcentaje que se incorpora a la
aristocracia de la clase obrera. Esto es un hecho. Los obreros de una nación opresora
son en cierta medida cómplices de su burguesía, en el saqueo de los obreros (y de la
masa de la población) de la nación oprimida.
(2) En el aspecto político, la diferencia consiste en que los obreros de las naciones
opresoras ocupan una situación privilegiada, en comparación con los obreros de la
nación oprimida, en toda una serie de dominios de la vida política.
(3) En el aspecto ideológico o espiritual, la diferencia consiste en que los obreros de
las naciones opresoras son educados siempre, por la escuela y por la vida, en un
espíritu de desprecio o desdén hacia los obreros de las naciones oprimidas." (Lenin,
Sobre la caricatura del marxismo y el "economismo imperialista", en Obras Completas,
tomo 30, págs. 112-113).
Después de la Segunda Guerra Mundial las amplias masas populares en Alemania
Occidental obtuvieron un nivel de vida bastante diferente al nivel de vida en los países
en vías de desarrollo. Un sistema universal de reformas desde arriba permitió a una
masa creciente de obreros conseguir condiciones pequeñoburguesas de vida y
familiares. Cada vez más gente obtuvo la posibilidad de ascender a la pequeña
burguesía por medio de la capacitación y la profesión. Algunos pudieron adquirir
vivienda propia, lo que en algunos casos incluso creó la posibilidad de cobrar alquileres.
Pero la situación de clase pequeñoburguesa y la pequeña propiedad engendran
necesariamente un modo de pensar pequeñoburgués, hacen surgir el afán de aumentar la
propiedad y ascender socialmente, fomentan el individualismo, el egoísmo, la
competencia y las ilusiones en la posibilidad de reformar las relaciones de explotación
capitalistas. En el libro Nuevas perspectivas para la liberación de la mujer se dice al
respecto:
"Para la gran mayoría de los obreros este ascenso social quedó como un sueño -pero
un sueño que a escala masiva debería convertirse en el contenido central de su vida y
debería distraer la atención lejos de los intereses comunes de clase hacia la
consecución de objetivos pequeñoburgueses. Esto fue promovido a gran escala por la
cultura de masas, moda, música, revistas o películas burguesas y pequeñoburguesas.
En la actualidad, a través de la radio y la televisión, todo hogar es sistemáticamente
alcanzado y más o menos influenciado.
La línea divisoria entre el proletariado y la pequeña burguesía pasó a ser muy fluida.
Como los trabajadores permanecieron como asalariados era más bien el modo de
pensar y la forma de vida de las capas más bajas de la intelectualidad asalariada que
se compenetraba con su modo de pensar y vivir. El libro «La lucha por el modo de
pensar en el movimiento obrero» afirma:
«Es verdad que, hoy como antes, la situación de clase proletaria se distingue de la
situación de clase pequeñoburguesa en los sectores bajos de la intelectualidad
No. 2 Enero-Abril 2014
120
asalariada. Pero, con respecto a las condiciones de vida entre la clase obrera y la
intelectualidad pequeñoburguesa, actualmente ya no existe más una separación
estricta. Los barrios obreros tradicionales fueron en gran parte desintegrados. Por un
lado los jóvenes de las familias obreras van a estudiar y se vuelven intelectuales; por
otro lado los hijos de intelectuales pequeñoburgueses se vuelven obreros o empleados
sencillos. El nivel de vida se ha igualado cada vez más, y la masa de los obreros ha
logrado un nivel de formación y de cultura que antes solía estar reservado para las
capas pequeñoburguesas.» (Stefan Engel, La lucha por el modo de pensar en el
movimiento obrero, Essen 1995, págs. 76-77).
El sentimiento de satisfacción personal, junto a la manipulación de la opinión pública,
produce entre las masas puntos de vista, sentimientos y hábitos cotidianos que sólo
pueden ser compatibles, con una sociedad capitalista. El núcleo del modo de pensar
pequeñoburgués reformista y revisionista es la .renuncia a la lucha de clases
revolucionaria para superar el sistema capitalista de explotación. El modo de pensar
pequeñoburgués socava la lucha de clases proletaria y transforma en los obreros el
sentimiento de pertenencia a una clase en una posición vacilante e indiferente entre
la burguesía y el proletariado. La influencia del modo de pensar pequeñoburgués-
reformista y pequeñoburgués-revisionista entre la masa de los obreros y empleados
del nivel más bajo se ha convertido en el mayor impedimento al desarrollo de la
conciencia de clase proletaria de la clase obrera.
En el curso de la concesión de reformas desde arriba se originó en la sociedad todo un
sistema del modo de pensar pequeñoburgués y se convirtió en el principal método del
ejercicio del dominio de los monopolios." (Stefan Engel/Monika Gartner-Engel, Nuevas
perspectivas para la liberación de la mujer, págs. 91-92).
El modo de pensar pequeñoburgués se volvió tanto más importante para los monopolios
cuando, con el fin de las reformas sociales, la reducción general de los salarios y el
desempleo en masa como fenómeno permanente, creció cada vez más el descontento de
la clase obrera. Su conciencia de clase despertó en amplia escala y sus luchas
empezaron a pasar a la ofensiva obrera. Sin embargo, el modo de pensar
pequeñoburgués mantenía su efecto desorientador, desorganizador y desmoralizador y
seguía siendo la traba principal para un rápido desarrollo de la conciencia de clase pese
al notable empeoramiento de la situación de vida de las amplias masas.
El sistema social del modo de pensar pequeñoburgués es sumamente variado. La
internacionalización de la producción capitalista lo convirtió en un fenómeno mundial
de manera que, en lo fundamental, también ejerce sus efectos en las naciones oprimidas
por el imperialismo. Claro que las posibilidades materiales de engaño están limitadas en
estos países. Por eso hay diferencias tanto en el contenido y el método como en el
impacto que tiene en las masas.
El proceso de la internacionalización de la producción capitalista no suprimió las
diferencias entre los países imperialistas y los países dependientes y oprimidos por el
imperialismo, sino incluso agudizó el desarrollo desigual. Pero la formación de un
proletariado industrial internacional tenía suma importancia para la unificación de los
obreros de todos los países y su lucha por la abolición de la explotación. En el Programa
del Partido Marxista-Leninista de Alemania, aprobado en 1999, se pudo leer:
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121
"En el proceso de la internacionalización del modo de producción capitalista y a través
de su lucha común contra el capital monopolista multinacional ha nacido una clase
obrera internacional. Las obreras y los obreros organizados mundialmente en los
consorcios multinacionales son la fuerza dirigente en la lucha internacional por una
sociedad liberada, sin explotación y opresión capitalistas." (págs. 15-16).
Este proletariado industrial internacional, es el portador de un desarrollo social que pone
en el primer plano el antagonismo de clase más allá de todas las barreras nacionales Y
que, por encima de todas las diferencias, desarrolla más y más la unidad y lo que hay en
común en la clase obrera internacional. La posición de los obreros en la producción
social más avanzada, que ha adoptado un carácter internacional, es la base material para
ello.
La negación del proletariado industrial internacional
Los críticos pequeñoburgueses de la globalización niegan estrictamente la formación de
un proletariado industrial internacional. El libro El horror económico de la escritora
francesa Viviane Forrester, publicado en 1997, fue elogiado por los medios burgueses
hasta que llegó a ser un bestseller internacional. La autora afirmó muy en serio que los
obreros, mediante su empleo, disminuirían la ganancia. Y esa era la razón por la cual los
empresarios los despiden cada vez más:
"Sí, pero hoy por hoy, con razón o sin ella, el trabajo representa un factor negativo,
carísimo, inutilizable, perjudicial para las ganancias. Nefasto." (Viviane Forrester, El
horror económico, pág. 93).
Pero ¿quién es, pues, el que crea la ganancia? Para Forrester viene por así decirlo de la
nada, respectivamente del "no trabajo":
"En los hechos, el no trabajo de los no asalariados representa una plusvalía para las
empresas y por tanto una contribución a la dichosa «creación de riquezas»". (Viviane
Forrester, El horror económico, pág. 98).
Es la ignorancia pequeñoburguesa que hace que la autora ya no perciba en absoluto a
los millones de obreros industriales en el mundo. Incluso la instalación industrial más
perfecta, más moderna y plenamente automatizada tiene que ser producida, mantenida y
operada en la producción por los obreros. Es sólo mediante la aplicación de la fuerza de
trabajo humana que las máquinas pueden realmente producir valores. En el fondo,
Forrester descubre a los obreros recién cuando son despedidos de las empresas y ve en
ellos nada más que a miembros de una clase sufriente.
Si Forrester se hubiera tomado la molestia de estudiar a Carlos Marx y las leyes del
capitalismo reveladas por él, entonces habría deducido de que el capitalismo, a fin de
aumentar sus ganancias, necesariamente tiene que expulsar fuerzas laborales del
proceso de producción. Marx escribió al respecto en El Capital:
"Pues el acrecentamiento de la productividad del trabajo consiste precisamente en que
disminuye la proporción de trabajo vivo y aumenta la participación del trabajo
pretérito, pero ello de tal suerte que disminuya la suma global del trabajo que hay en la
mercancía, es decir, de modo que el trabajo vivo disminuya en más de lo que aumenta
No. 2 Enero-Abril 2014
122
el trabajo pretérito." (Carlos Marx, El Capital, tomo III, Siglo XXI Editores, pág.
334).
La internacionalización de la producción capitalista no ha refutado la crítica de la
economía política burguesa realizada por Carlos Marx, sino la ha confirmado de manera
dramática. Hoy en día la productividad del trabajo ha adquirido tal nivel que, frente a
ella, el capitalismo sólo puede reaccionar con desempleo masivo y subempleo
permanente.
Es evidente que Viviane Forrester no se atreve ni siquiera a insinuar una crítica
fundamental frente a la ineptitud de la sociedad capitalista. Más bien, hace
malabarismos con los fenómenos del desarrollo capitalista, que evidentemente no se
pueden ocultar más, a fin de desviar la atención de sus causas en el modo de producción
capitalista. La finalidad de tal tipo de discusión es obvia: la solución para los problemas
no se debe buscar fuera, sino dentro del marco de la sociedad capitalista.
La tendencia a la nivelación internacional del proletariado industrial
Ya Lenin describió una tendencia a la nivelación del modo de vida de las masas obreras,
que iba acompañada por la internacionalización del capital.
"... la «existencia» de las masas obreras se internacionalizaba -la atracción ejercida
por las ciudades y la nivelación de las condiciones de vida en las grandes ciudades del
mundo entero, la internacionalización del capital, la mezcla de la población urbana y
rural, tanto nativa como alógena, en las grandes fábricas, etc.-, las contradicciones de
clase se acentuaban; las asociaciones de empresarios ejercían una presión cada vez
mayor sobre los sindicatos obreros; aparecían formas de lucha más agudas y más
violentas, como, por ejemplo, las huelgas de masas; crecía el costo de la vida, se hacía
insoportable la presión del capital financiero, etc., etc." (Lenin, Bajo pabellón ajeno, en
Obras Completas, tomo 26, pág. 154).
Hoy en día la base material para la tendencia a la nivelación de las condiciones de
trabajo y de vida ha madurado aún más ampliamente que en vida de Lenin hace 80 años.
Bajo las condiciones de trabajo en las empresas multinacionales, esta tendencia ha
adquirido un carácter general internacional. Aún en los años 1970 hubo grandes
diferencias de la productividad laboral entre las sociedades matrices y las filiales de los
consorcios multinacionales. Willi Dickhut lo comentó en 1978 de la forma siguiente:
"El hecho de que la mano de obra en los países atrasados es barata aún no dice nada
sobre su productividad. Pasa a menudo que en los países industriales desarrollados la
cuota del salario en el volumen de ventas es más baja que en un país en vías de
desarrollo." (El capitalismo monopolista de Estado en la RFA, tomo II, pág. 315).
A pesar de condiciones de trabajo más duras y humillantes, el grado de explotación fue
menor en las plantas de producción de los países en vías de desarrollo. La causa yacía
en el nivel de producción. Así, muchas veces se produjeron en las filiales solamente
productos semielaborados para las sociedades matrices. Por lo tanto, la necesidad de
instruir y cualificar al personal en las filiales fue menor. Lo típico fue una división de
trabajo entre las sociedades matrices y filiales de tal forma que la producción con fuerte
No. 2 Enero-Abril 2014
123
coeficiente de trabajo se transfirió a los países de salarios bajos y la producción al más
alto nivel técnico permaneció en las metrópolis imperialistas.
Como hoy los monopolios internacionales generan una parte cada vez más grande de su
volumen total de ventas en los centros de producción extranjeros, surge la necesidad
económica de aumentar la composición orgánica del capital también en las filiales, de
forma que desaparece cada vez más la diferencia en la productividad laboral entre las
sociedades matrices y las filiales.
La implícita tendencia decreciente de la cuota de ganancia, obliga, por otra parte, a la
continua ampliación de la producción en masa a nivel mundial, al aumento de la cuota
de la producción en el extranjero en el volumen total de ventas de los monopolios
internacionales. Con la nueva organización de la producción internacional se produjo un
salto cualitativo en este desarrollo.
Hoy en día, los monopolios internacionales operan en los diferentes países con los
mismos métodos experimentados a nivel internacional. El volumen de ventas por
trabajador tiende a igualarse, tanto como la cuota de los salarios y sueldos en el
volumen de ventas.
El volumen de ventas por empleado de la Bayer, en el año 2001, en la producción
extranjera fue de 335.390 euros frente a 166.541 euros en las fábricas alemanas; la de
BASF, en el año 2000, fue de 360.672 euros frente a 218.624 euros en Alemania.
También en Siemens y E.on la productividad laboral en la producción extranjera subió,
entretanto, por encima de la alemana. En ThyssenKrupp, el volumen de ventas por
trabajador, en el año 2001, tuvo casi el mismo nivel tanto en los centros de producción
alemanes como extranjeros.
Los ejemplos demuestran una tendencia a la igualación del grado de explotación en los
países en vías de desarrollo al nivel de los países imperialistas. El cambio cualitativo de
la productividad laboral de las empresas del extranjero tiene como causa el hecho de
que las inversiones directas de los monopolios internacionales, en la fase de la nueva
organización de la producción internacional, se concentran en la producción extranjera,
y que naturalmente se invierte siempre al más alto nivel técnico. Por ello, las tasas de
aumento de la productividad laboral en la producción en el extranjero, entre 1990 y
2000, fueron en parte considerablemente más altas que en la producción en Alemania:
en Bayer +116,3 % en el extranjero y +70,2 % en Alemania; en Siemens +177,6 % en el
extranjero y +55,9 % en Alemania; en E.on +89,3 % en el extranjero y +55,l % en
Alemania.
Puesto que la producción de las empresas en el extranjero muchas veces es más
productiva que la de las empresas alemanas, las inversiones en el extranjero aumentarán
aún más en comparación con las inversiones en Alemania, pues prometen ganancias
más altas. Esto acelera aún más el proceso de la nueva organización de la producción
internacional.
No. 2 Enero-Abril 2014
124
Tabla 11*
Volumen de ventas por trabajador en las plantas de los consorcios de Alemania y
del extranjero en 1976, 1990 y 2000 (En euros)
Consorcio Alemania y el
extranjero
Año 1976
Ventas por
trabajador
Año 1990
Ventas por
trabajador
Bayer Alemania 86.786 102.543
Bayer Extranjero 47.652 147.268
BASF Alemania 94.525 186.699
BASF Extranjero 97.709 158.464
Volkswagen Alemania 65.367 153.446
Volkswagen Extranjero 48.269 98.179
Siemens Alemania 38.706 98.933
Siemens Extranjero 26.257 66.793
Thyssen Krupp Alemania 74.676 -
Thyssen Krupp Extranjero 69.019 -
E.on Alemania - 292.260
(1994)
E.on Extranjero - 265.916
(1994)
Daimler Chrysler Alemania 76.580 102.377
(1992)
Daimler Chrysler Extranjero 65.864 262.448
(1992)
Continuación…
Consorcio Alemania y el
extranjero
Año 2000
Ventas por
trabajador
Incremento en el
2000 respecto al
1990 (%)
Bayer Alemania 174.564 70,2
Bayer Extranjero 318.480 116,3
BASF Alemania 218.624 17,1
BASF Extranjero 360.672 127,6
Volkswagen Alemania 298.967
(1999)
94,8
Volkswagen Extranjero 187.964
(1999)
91,5
Siemens Alemania 154.241 55,9
Siemens Extranjero 185.432 177,6
Thyssen Krupp Alemania 187.329 -
Thyssen Krupp Extranjero 198.866 -
E.on Alemania 453.436 55,1
E.on Extranjero 503.372 89,3
Daimler Chrysler Alemania 256.257 150,3
Daimler Chrysler Extranjero 509.638 94,2
*El número de esta tabla corresponde a la secuencia de tablas en el libro, no en
este artículo.
No. 2 Enero-Abril 2014
125
Los consorcios sólo dan datos incompletos sobre el volumen de su producción en el
extranjero. Por eso las cifras introducidas en la columna "2000" son en parte de
otros años: BASF de 1999, Volkswagen de 1999, DaimlerChrysler de 1997.
Fuentes: Informes comerciales; cálculos propios.
Un resultado principal de la nueva organización de la producción internacional es,
entonces, una tendencia nivelación de las condiciones de trabajo y de la productividad
en las empresas industriales de la asociación productiva internacional. Como resultado
de esto, se acelera también el proceso de la formación de un proletariado industrial
internacional que produce de manera relativamente homogénea a nivel mundial. Al
mismo tiempo, esto está ligado a un aumento general de la competencia inmediata entre
los productores de los diferentes países y a una inseguridad mayor en relación con los
puestos de trabajo en todos los centros de producción.
Nivelación de la producción mundial de automóviles
A nivel mundial se pudo registrar entre 1989 y el 2000 un aumento gigantesco de la
productividad del trabajo en la industria automotriz. La tendencia a la nivelación en la
productividad laboral se expresó sobre todo en las tasas de incremento muy
diferenciadas de los diversos países. En estos años el incremento en Japón fue de un
59%. Frente a ello hubo tasas de incremento de tres hasta cuatro dígitos en países como
Polonia (+864,9% hasta 1997), Argentina (+l.790% hasta 1997), República Checa
(+458,1%) China (+367,4%) ó Brasil (+319% hasta 1997) (Tabla 12). Este incremento
de la productividad del trabajo superior al promedio fue el resultado de una política de
inversiones modificada de los monopolios internacionales y confirmó la tendencia a la
nivelación de la producción internacional.
Tabla 12*
Volumen de ventas por trabajador en la industria automotriz en euros e
incremento de 1989 a 2000 en tanto por ciento
País 1989 1991 1995
Japón 349.724 336.430 401.569
EE.UU. 225.991 201.960 246.903
Francia 182.531 196.336 246.289
Suecia 160.071 144.311 263.110
Bélgica 203.494 221.900 341.134
Argentina 15.850 10.226 -
España 153.388 172.305 200.631
Alemania 140.605 160.034 191.837
Italia 169.238 158.500 160.750
Austria 93.464
(1988)
115.041 202.420
Gran Bretaña 137.026 137.026 146.485
Países bajos 138.918 161.057 270.831
Brasil 55.039 - 170.567
Portugal 86.817 81.295 153.439
Sudáfrica 117.086 103.792 147.661
Corea del Sur 86.702 97.618 148.275
Australia 110.950 113.507 -
México 119.195 112.484 103.332
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126
Malasia - - 76.387
Hungría 30.013 20.452 52.407
Republica Checa 16.843 15.116 18.662
Turquía 48.573 38.347 19.088
Polonia 5.675 6.658 14.623
China 4.193 6.136 9.868
Rusia 32.354 32.211 3.170
Rumania - 2.588 3.937
India 23.519
(1988)
24.030
(1989)
-
Continuación…
País 1997 2000 Incremento (%)
Japón 405.352 556.200 59,0
EE.UU. 334.538 435.200 92,6
Francia 286.221 426.300 133,5
Suecia 296.900 346.476 116,5
Bélgica 277.018 327.900 61,1
Argentina 299.566 - 11.790,0
España 241.228 295.500 92,6
Alemania 227.269 289.000 105,5
Italia 233.353 274.600 62,3
Austria 247.261 268.200 187,0
Gran Bretaña 226.707 264.800 93,2
Países bajos 220.912 262.400 88,9
Brasil 230.632 - 1319,0
Portugal 213.669 209.400 141,2
Sudáfrica 158.858 - 135,7
Corea del Sur 171.658 131.508 51,7
Australia - - -
México 20.656 - 1-82,7
Malasia 99.400 - 30,1
Hungría 66.446 - 1121,4
Republica Checa 44.073 94.000 458,1
Turquía 58.390 - 120,2
Polonia 54.759 - 1864,9
China 11.453 19.600 367,4
Rusia 14.662 9.479
(1999)
-70,7
Rumania 5.224 6.307
(1998)
143,7
India - - -
*El número de esta tabla corresponde a la secuencia de tablas en el libro, no en
este artículo. 1Estas cifras se refieren a la comparación de 1997 con 1989.
Fuentes: VDA, lnternational Auto Statistics (Estadísticas internacionales del auto);
cálculos propios.
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127
Si se compara a Japón, como el país con el volumen de ventas más alto por trabajador, y
China, como el país con la cuota más baja, entonces se puede ver que la productividad
laboral en la industria automotriz japonesa en 1989 fue 83 veces más alta que la
productividad china. En el año 2000 esta diferencia se ha achicado; en Japón sólo fue 28
veces más que en China. Es de esperar que tales diferencias en la productividad
disminuyan aún más con la posterior concentración y centralización de la industria
automotriz internacional.
No es sólo la actividad inversora de los monopolios internacionales, realizada en todos
los países al más alto nivel, el que juega un papel en cuanto al incremento del volumen
de ventas por trabajador. El reajuste o incluso la vinculación directa de las monedas
nacionales a las monedas de referencia de los países imperialistas, por ejemplo al dólar
o al euro, facilitó imponer precios monopolistas. Esto también se reflejó en el
incremento del volumen de ventas por trabajador y fue claramente el caso de la
Argentina y el Brasil, pero también en los anteriores países del CAME. Para las masas
de estos países esto conllevó a un incremento a saltos del costo de la vida.
La Tabla 13 demuestra que el desarrollo del empleo en la industria automotriz es
sumamente diferente de país a país. Así, en la Federación Rusa se redujeron más de
400.000 puestos de trabajo. En Ucrania, entre 1995 y el 2000, el número de los puestos
de trabajo disminuyó en casi un 40%; también en la República Checa y en Serbia-
Montenegro el número de los puestos de trabajo fue reducido en parte drásticamente.
Sólo entre 1995 y 2000 el volumen de ventas por trabajador en la República Checa
creció de 18.662 euros a 94.000 euros, es decir a más del quíntuplo. En Polonia el
volumen de ventas por empleado creció casi por cuatro (de 14.623 euros a 54.759 euros)
sólo en el lapso de 1995 a 1997. En Alemania hubo primero una reducción del número
de trabajadores de por lo menos 140.000 personas, de 1991a 1995, lo que estuvo
relacionado estrechamente con el cierre de la industria automotriz de Alemania Oriental.
Pero hasta el año 2000 se llegó otra vez al número de obreros automotrices de 1991 y al
mismo tiempo a un nuevo nivel de la productividad del trabajo: el volumen de ventas
por trabajador aumentó drásticamente de 160.034 euros a 289.000 euros, es decir en un
81%.
Tabla 13*
Desarrollo del empleo en la industria automotriz1
País 1991 1995 1998
China 1.704.000 1.952.000 1.963.000
EE.UU. 1.034.000 1.022.500 1.010.000
Alemania 834.700 694.500 806.200
Japón 828.800 770.300 733.900
Rusia 951.000 778.000 662.000
India 299.500 - 281.200
Francia 340.300 290.400 269.400
Brasil 109.4004 104.600
4 250.000
Gran Bretaña 239.100 224.600 251.900
Corea del Sur 183.000 224.000 186.800
Italia 206.700 181.100 190.200
España 146.400 139.600 154.800
Canadá 143.200 153.800 150.000
México 108.3004 73.000
4 137.800
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128
Rumanía 263.000 105.000 162.000
Tailandia - - 78.600
Polonia 93.000 99.100 108.000
Suecia 41.500 67.000 70.800
Sudáfrica 36.900 38.5004 77.100
Republica Checa 172.0007 90.000 67.000
Bielorrusia - 66.000 62.000
Serbia y
Montenegro
83.400 76.100 65.600
Bélgica 55.200 53.600 54.800
Australia 63.000 - 55.358
Ucrania 354.0003 76.000
4 49.000
4
Indonesia - 61.100 38.400
Malasia - 31.3004 38.100
4
Hungría 31.000 23.000 33.900
Portugal 21.300 23.600 23.600
Austria 32.700 23.200 27.500
Países Bajos 37.300 18.800 27.700
Argentina 18.3004 21.362
4 26.286
4
Eslovaquia - 12.726 14.026
Suma 8.431.000 7.494.7885 7.877.206
Continuación…
País 20006 En lugar del 2000 Cuota
2
China 1.807.000 1999 5,2
EE.UU. 1.025.100 5,6
Alemania 846.300 11,3
Japón 683.100 7,5
Rusia 534.000 1999 5,1
India 281.200 1998 3,3
Francia 278.600 7,1
Brasil 259.100 -
Gran Bretaña 217.300 5,3
Corea del Sur 193.500 1999 4,8
Italia 186.00 3,7
España 165.200 6,5
Canadá 150.000 1998 8,0
México 148.200 10,0
Rumanía 146.300 1999 8,8
Tailandia 102.100 4,4
Polonia 100.000 1999 3,9
Suecia 85.300 10,5
Sudáfrica 77.100 1998 5,8
Republica Checa 73.000 5,3
Bielorrusia 66.000 5,2
Serbia y
Montenegro
60.800 9,1
Bélgica 54.100 8,0
Australia 51.694 1999 4,8
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129
Ucrania 47.000 1999 1,5
Indonesia 41.5004 1999 1,0
Malasia 38.1004 1997 2,9
Hungría 32.200 1999 3,5
Portugal 29.500 2,9
Austria 29.200 4,7
Países Bajos 28.400 3,2
Argentina 26.2864 1997 3,4
Eslovaquia 14.026 1998 3,5
Suma 7.877.206
*El número de esta tabla corresponde a la secuencia de tablas en el libro, no en
este artículo. 1Países con más de 10.000 trabajadores en la industria automotriz. Por regla
general se registra al personal en la fabricación de autos y de autopartes. 2Cuota en los obreros industriales del respectivo país en el último año mencionado;
para Bielorrusia es de 1994. 3Fabricación de equipos para el transporte.
4Sólo fabricación de autos sin fabricación de autopartes.
5Debido a datos faltantes la suma es menor.
6Últimos datos disponibles.
7Valores de Checoslovaquia.
Fuente: VDA, lnternational Auto Statistics (Estadísticas internacionales del auto),
diferentes años.
Estos graves cambios, en particular en los anteriores países del CAME y en algunos
países en vías de desarrollo, tuvieron su origen en el hecho de que las industrias
automotrices en aquellos países eran completamente anticuadas y que en el proceso de
la nueva organización de la producción internacional fueron cerradas rigurosamente y
reemplazadas por plantas modernas. Sin embargo, en algunos países el número de
trabajadores también aumentó masivamente. Así por ejemplo, entre 1991 y el 2000,
alcanzó más del doble en Brasil. En Rumanía aumentó un 39 % de 1995 a 1999.
Entretanto, el mayor número de trabajadores de la industria automotriz existe en China.
En este país el número de obreros automotrices creció entre 1991 y 1995 casi en
250.000. Sin embargo, entre 1995 y 1999 se liquidaron otra vez 145.000 puestos de
trabajo. Esto se debió sobre todo a la introducción de la técnica más moderna y al
aumento continuo de la productividad del trabajo: entre 1989 y 2000 en el 367,4 % por
trabajador.
En los años 1990 los monopolios internacionales pasaron en muchos casos a introducir
normas de producción uniformes a nivel internacional. La industria automotriz fue
pionera en este proceso:
• A inicios de los años 1990 el sistema de producción desarrollado por Toyota, la lean
production, se estableció como criterio universalmente válido de la producción
industrial internacional. Se impuso una técnica de producción sobre la base de
instalaciones de mando microelectrónicas, que unió la mano de obra flexiblemente
utilizable y un sistema flexible de proveedores con una comunicación relativamente
rápida y una estrecha cooperación internacional en la producción. Últimamente se
continúa desarrollando la lean production hacia "sistemas de producción integrales".
No. 2 Enero-Abril 2014
130
Estos son códigos para la fabricación de productos donde se definen, por ejemplo, el
modo de los procesos laborales, la forma del trabajo en equipo, los modelos de
remuneración y de tiempo de trabajo, hasta métodos individuales como el "proceso de
mejora continua" (PMC). El objetivo principal es una unificación aún más fuerte de la
organización del trabajo más allá de las empresas y de los países.
• La difusión internacional de estos estándares de producción fue acelerada
considerablemente con la construcción de empresas modelo al último nivel tecnológico.
Así, la planta de Opel en Eisenach/Alemania sirvió de modelo para plantas con una
construcción similar en Rosario/Argentina, Gliwice/Polonia, Shanghai/China así como
en Tailandia. Es decir, tales empresas modelo ya no sólo se encuentran en los países
imperialistas. Entretanto, la General Motors construyó una planta aún más moderna en
Gravatai, cerca de Porto Alegre/Brasil. Esta planta y la planta de Volkswagen en
Resende/Brasil, son consideradas hoy como modelos para la colaboración de los
monopolios internacionales en el sector de la construcción de autos y de los
proveedores, no sólo en la misma área, sino también en las mismas plantas.
• Los métodos del control de calidad y de la documentación fueron unificados con las
normas de calidad VDA e ISO, e impuestos a los proveedores. Hoy en día no se admite
a ninguna empresa como proveedora de la industria automotriz si ésta no se somete a
esas normas y apertura su modo de trabajo a los controles periódicos por los encargados
de los fabricantes de autos.
• En la industria automotriz se ha desarrollado la estrategia de plataformas con la cual se
unifican los productos y procesos de fabricación a nivel internacional. Cada fábrica está
en condiciones de producir diversos modelos basándose en una plataforma común. Así,
en el 2001 la Volkswagen construyó ocho modelos diferentes sobre la plataforma del
Golf. Debido a las fusiones parciales y las alianzas de los monopolios internacionales,
se construyen sobre una plataforma homogénea incluso autos de diferentes marcas para
diferentes continentes.
• La unificación de los sistemas de producción facilita la aplicación del "benchmarking"
(comparación competitiva), un método para comparar diferentes plantas. La planta más
productiva y lucrativa es considerada entonces como criterio para el desarrollo del nivel
productivo de todas las demás plantas. El objetivo de este método consiste en empujar a
los obreros de los diferentes lugares en una lucha competitiva a fin de aumentar la
explotación.
• Muy difundidas son también la tercerización y venta de partes de la planta o de
sectores de producción que hasta aquel entonces fueron partes integrantes fijas de los
consorcios automotrices, tales como la fabricación de engranajes, los talleres de prensa,
sectores de forja y de fundición de presión, o la fundación de los correspondientes joint
ventures.
El objetivo común de todas esas medidas consiste en reducir el gasto de capital fijo de
los supermonopolios mismos, aumentar la productividad y ahorrar en mano de obra e
intensificar la explotación.
No. 2 Enero-Abril 2014
131
La tendencia a la diferenciación más fuerte de los salarios
La tendencia a la nivelación del modo de vida de las masas obreras a escala
internacional no se refiere a los salarios. Por el contrario, las diferencias entre los países
imperialistas y los países oprimidos y explotados por el imperialismo se vuelven cada
vez más claras. Marx escribe respecto al valor del trabajo:
''Además de este elemento puramente físico, en la determinación del valor del trabajo
entra el nivel de vida tradicional en cada país. No se trata solamente de la vida física,
sino de la satisfacción de ciertas necesidades, que brotan de las condiciones sociales en
que viven y se educan los hombres." (Carlos Marx, Salario, precio y ganancia, pág. 68).
La implantación de las fuerzas productivas más avanzadas en los países en vías de
desarrollo exige objetivamente una equiparación tendencial del nivel de formación y de
las condiciones de vida del proletariado industrial internacional. Pero, debido al afán de
los monopolios internacionales de mantener los salarios lo más bajo posible, aumentan
incluso las diferencias salariales:
• De un lado, entre los ocupados en los monopolios internacionales y los demás
trabajadores en un país y,
• Por otro lado, entre los obreros industriales de un monopolio en diferentes países.
Tanto los salarios nominales en los diferentes países imperialistas y los países
dependientes y oprimidos por el imperialismo como también sus tasas de incremento de
1989 a 2000 muestran diferencias enormes. El promedio de los sueldos y salarios
mensuales en la industria suiza en el año 2000 fue 45 veces más alto que en China. Sin
embargo, al considerar estas cifras, se debe tener en cuenta que el promedio de los
sueldos contiene también los sueldos máximos de los altos ejecutivos. Una cantidad
mucho más grande de estos gerentes se encuentra en las metrópolis de los consorcios de
los países imperialistas que en los países oprimidos por el imperialismo. Al mismo
tiempo, se debe considerar que la comparación de los salarios nominales de los obreros
en los diferentes países no tiene gran valor informativo mientras que no se establezca la
relación con los precios y el poder adquisitivo.
Si se comparan los salarios netos promedios por hora en la industria metalúrgica,
teniendo en cuenta las diferencias en el poder adquisitivo (Tabla 14), se vuelve evidente
que el poder adquisitivo de los obreros industriales en los países explotados y oprimidos
por el imperialismo se queda considerablemente atrás del poder adquisitivo en los
países imperialistas.
Mientras que en 1989 los obreros metalúrgicos tunecinos pudieron comprar el 12 % de
lo que adquirieron los obreros metalúrgicos alemanes con su salario; esta cuota cayó,
hacia el año 1999, incluso al 5 %.
No. 2 Enero-Abril 2014
132
Tabla 14*
Comparación internacional del promedio de los salarios netos por hora en la
industria metalúrgica-paridades del poder adquisitivo
País Salarios netos
1980 1989 1999
DM DM DM
Alemania 11,05 16,97 39,67
Suiza 11,95 18,41 29,99
Dinamarca 15,61 21,91 28,93
EE.UU. 21,67 23,57 24,83
Italia - 16,85 -
Canadá 18,15 23,94 23,33
Suecia 14,68 15,69 21,91
Finlandia 9,61 15,91 21,61
Bélgica 13,20 14,32 21,09
Noruega 11,52 16,47 20,88
Francia 9,06 11,63 20,50
Gran Bretaña 10,29 16,09 20,41
España 10,44 13,34 19,30
Irlanda 9,48 11,93 17,89
Australia 15,35 16,66 16,81
Japón 8,66 15,86 16,57
Austria 8,31 13,23 15,03
Brasil - 4,86 14,27
Grecia - 9,01 10,56
Argentina - - 6,24
Singapur - - 6,05
Polonia - - 5,53
Sudáfrica - 3,38 5,48
Turquía - 2,38 5,20
República Checa - - 4,84
Hungría - - 4,69
Chile - 2,34 4,54
Túnez - 1,99 1,92
Continuación…
País Paridades del poder adquisitivo1
1980 1989 1999
Índice (en cada caso referente a Alemania=100)
Alemania 100 100 100
Suiza 108 108 76
Dinamarca 141 129 73
EE.UU. 196 139 63
Italia - 99 -
Canadá 164 141 59
Suecia 133 92 55
Finlandia 87 94 54
Bélgica 119 84 53
Noruega 104 97 53
No. 2 Enero-Abril 2014
133
Francia 82 69 52
Gran Bretaña 93 95 51
España 94 79 49
Irlanda 86 70 45
Australia 139 98 42
Japón 78 93 42
Austria 75 78 38
Brasil - 29 36
Grecia - 53 27
Argentina - - 16
Singapur - - 15
Polonia - - 14
Sudáfrica - 20 14
Turquía - 14 13
República Checa - - 12
Hungría - - 12
Chile - 14 11
Túnez - 12 5
Conclusión…
País Paridades del poder adquisitivo1 Caracterización
1989 1999
Incremento comparado con 1980 en %
Alemania 53,6 259,0 Imperialista
Suiza 54,1 151,0 Imperialista
Dinamarca 40,4 85,3 Imperialista
EE.UU. 8,8 14,6 Imperialista
Italia - - Imperialista
Canadá 31,9 28,5 Imperialista
Suecia 6,9 49,3 Imperialista
Finlandia 65,6 124,9 Imperialista
Bélgica 8,5 59,8 Imperialista
Noruega 43,0 81,2 Imperialista
Francia 28,4 126,3 Imperialista
Gran Bretaña 56,4 98,3 Imperialista
España - - Imperialista
Irlanda 25,8 88,7 Capitalista
dependiente
Australia 8,6 9,6 Imperialista
Japón 83,1 91,3 Imperialista
Austria 59,3 80,9 Imperialista
Brasil - - Neocolonialmente
dependiente
Grecia - - Capitalista
dependiente
Argentina - - Neocolonialmente
dependiente
Singapur - - Neocolonialmente
dependiente
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134
Polonia - - Neocolonialmente
dependiente
Sudáfrica - - Neocolonialmente
dependiente
Turquía - - Neocolonialmente
dependiente
República Checa - - Neocolonialmente
dependiente
Hungría - - Neocolonialmente
dependiente
Chile - - Neocolonialmente
dependiente
Túnez - - Neocolonialmente
dependiente
*El número de esta tabla corresponde a la secuencia de tablas en el libro, no en
este artículo. 1Las cifras publicadas por la FITIM son la única fuente que compara las paridades
del poder adquisitivo a nivel internacional. Por eso las hemos utilizado a pesar de
sus deficiencias. Lo importante no son los valores absolutos, sino la relación entre
ellos. La "paridad del poder adquisitivo" se calcula según un método que
considera tanto los tipos de cambio como también los diferentes costes de vida de
los países. En la tabla, Alemania es el país de referencia y la moneda de referencia
es el marco alemán (DM). Las cifras para Alemania no representan los sueldos
según el convenio colectivo, sino se calculan del ingreso anual bruto incluyendo
todas las primas, horas extras, etc., dividido por las horas trabajadas por año. El
lapso de 1989 a 1999 contiene un aumento de los salarios según el convenio
colectivo en 52 % y una reducción de la jornada semanal de 37 a 35 horas. Las
grandes diferencias entre Alemania y otros países se deben en particular a la
reducida jornada semanal en Alemania. 1980 y 1999 sin construcción y reparación
de buques y otras embarcaciones.
Fuente: FITIM, El poder adquisitivo del tiempo de trabajo. Una comparación
internacional; diferentes años.
Pero también hay graves diferencias entre los países imperialistas. Así, el poder
adquisitivo relativo de los salarios netos por hora en Alemania en 1999 es un 59 % más
alto que en los EE.UU. En Austria sólo es un 38 % del poder adquisitivo en Alemania.
Cuando se ve la "posición tope" de los obreros metalúrgicos alemanes en la escala
internacional se debe tener en cuenta, sin embargo, que la cuantía salarial de ningún
modo es representativa para los obreros en Alemania. Así, por ejemplo, en 2001, el
salario bruto por hora en la construcción de vehículos fue 17,72 euros, pero en la
confección de vestidos sólo 9,83 euros. Otras considerables desviaciones hacia abajo se
revelaron para los trabajadores en los nuevos Lander y para las mujeres de todo el país.
Así, los hombres en los viejos Lander ganaron por término medio 18,45 y 11,80 euros
en la construcción de vehículos y en la confección de vestidos respectivamente;
mientras que las mujeres en los nuevos Lander 10,68 y 6,00 euros en uno y otro caso.
Esto muestra las diferencias y la evolución desigual de los salarios de la clase obrera en
los países imperialistas.
No. 2 Enero-Abril 2014
135
La comparación internacional hace evidente que, respecto a los salarios, lo
característico en la fase de la nueva organización de la producción internacional no es la
tendencia a la nivelación, sino el desarrollo desigual.
Las grandes diferencias en y entre los diversos países tienen diferentes causas. En
primer lugar juega, naturalmente, un papel importante el grado de organización sindical
y la fuerza de combate de los obreros. En segundo lugar, también hay diferencias en la
respectiva política empresarial frente a los obreros. En Alemania los monopolios,
durante un tiempo relativamente largo, hicieron concesiones a los obreros respecto de
las condiciones salariales y laborales y les concedieron salarios y sueldos más altos para
mantenerlos en calma. Sin embargo, en los últimos años se ha impuesto una tendencia a
la reducción del salario real.
Las diferencias salariales siempre son utilizadas por los monopolios para dividir a los
obreros y enfrentarlos el uno contra el otro. Tanto más importante es por ello, que los
obreros ciertamente tengan en cuenta las condiciones de trabajo y el poder adquisitivo
muy diferentes de los diversos países, pero que reclamen internacionalmente "¡el mismo
sueldo por el mismo trabajo!", que se solidaricen y coordinen cada vez mejor sus
luchas.
La cooperación internacional y el apoyo mutuo de los obreros industriales también son
necesarios pues la burguesía imperialista exporta sus métodos y su sistema jurídico. Por
eso los obreros tienen que aprender de las experiencias ya hechas a nivel mundial. Así,
en los últimos años, la política de colaboración de clases de los sindicatos alemanes fue
difundida cada vez más como modelo del trabajo sindical también a nivel internacional.
Un papel importante en este proceso jugó la construcción de comités de empresa
europeos y mundiales en los monopolios internacionales, así como federaciones
sindicales internacionales tales como la Federación Internacional de Trabajadores de las
Industrias Metalúrgicas, en cuya cabeza actúa el presidente reformista del sindicato
metalúrgico alemán IG Metall, Klaus Zwickel. Hoy en día es usual en muchos países
que existan reglamentaciones para la jubilación anticipada, planes sociales, acuerdos
sobre la flexibilización, conversaciones estratégicas entre los dirigentes sindicales y las
direcciones de las empresas.
Todo esto tiene como consecuencia que las tradiciones y particularidades culturales del
movimiento obrero en los diferentes países se relativizan cada vez más. Sin embargo, la
unificación del proletariado internacional no se realizará en primer lugar mediante la
equiparación de sus condiciones de vida y de trabajo; esta requiere la unión consciente
de los trabajadores por medio de la coordinación y revolucionarización de las luchas a
escala internacional.
El desarrollo del proletariado industrial en las zonas económicas especiales
Mientras que la capa de los obreros industriales en las empresas de los monopolios
internacionales vive una tendencia a la equiparación de sus condiciones de trabajo, se
abre al mismo tiempo la tijera entre sus condiciones salariales y laborales y las
condiciones de la masa de los obreros en los países en vías de desarrollo que no son
empleados directamente por los monopolios internacionales. Las micro y pequeñas
empresas que producen partes baratas para los monopolios internacionales emplean por
lo menos cinco veces más trabajadores que los mismos monopolios internacionales. En
No. 2 Enero-Abril 2014
136
1992, Suzuki empezó la producción en Esztergom (Hungría) con 2.100 empleados. Hay
en total 263 empresas proveedoras para esta fábrica, que parcialmente son de propiedad
húngara y en parte extranjera, y que emplean otros 31.200 trabajadores, es decir quince
veces más. Se trata de un sistema de subempresas profundamente escalonado, que
incluye hasta el trabajo a domicilio y el falso trabajo autónomo, tal como se extiende
también en los países imperialistas.
En la mayoría de los casos esos obreros son empleados en zonas económicas especiales
-denominadas también zonas francas o zonas procesadoras de exportación- cuyo
número ha aumentado rápidamente en el marco de la nueva organización de la
producción internacional. Por lo menos el 5 % de los ocupados a nivel mundial trabajan
en estas zonas. El número de la mano de obra en las zonas económicas especiales
aumentó de medio millón, en el año 1975, a estimados 100 millones hacia el año 2002.
A fines del siglo XX hubo más de 2.000 zonas francas o procesadoras de exportación en
aproximadamente 70 países en vías de desarrollo. Sólo en China trabajaron hasta 70
millones de asalariados en zonas económicas especiales. Todo el territorio de Hong
Kong es una zona franca, incluidos dos parques industriales que son considerados zonas
de producción para la exportación. También Sri Lanka declaró como zona franca a todo
el país en 1992; además de esto, existieron cinco zonas de producción para la
exportación. En México el 40 % de las exportaciones fueron producidas en las zonas de
exportación, en Guatemala el 33 %, en la República Dominicana el 50 % y en Honduras
el 61 %.
Obreras de una empresa industrial textil, ubicada en La Vega, República Dominicana. (Foto extraída de
INTERNET e introducida por nuestra revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA).
En las zonas francas a nivel mundial predominan dos sectores industriales: la industria
textil y de la confección y la industria electrónica. Pero también se producen zapatos,
juguetes, joyas y alimentos así como en algunos países suministros para la industria
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137
automotriz (en particular en México). En creciente medida son también las empresas de
tratamiento de datos y de telemarketing las que aprovechan las ventajas de tales zonas.
El proletariado industrial en las zonas francas es extremadamente mal remunerado. Así,
en América Central, las obreras en la industria de la confección son explotadas cada día
durante 10 a 12 horas por sólo 51 hasta 92 euros al mes. En 1999 el nivel salarial
general en México fue aproximadamente de 235 euros al mes. En las zonas de
exportación cubanas los potentados burocráticos alrededor de Fidel Castro reciben 1,10
a 6 dólares norteamericanos por hora para cada empleado, mientras que los obreros
mismos sólo ganan entre 6,50 y 8,70 dólares, ¡al mes!
Vilma Vanegas, nicaragüense, miembro de la organización "María Elena Cuadra".
Crédito de la foto: Horizons of Friendship.
“Ser obrera maquiladora en Nicaragua es vivir con un salario de 146 dólares al mes”
(Foto extraída de INTERNET e introducida por nuestra revista EMANCIPACIÓN PROLETARIA).
En las zonas económicas especiales sale particularmente a la luz cómo los monopolios
internacionales ponen en cuestión los Estados nacionales o, respectivamente, dominan
sobre los Estados nacionales en los países dependientes neocolonialmente. Pasan por
alto las disposiciones constitucionales, leyes y la jurisprudencia y dictan abiertamente
sus condiciones para gravámenes fiscales, prestaciones sociales, condiciones laborales,
tiempos de trabajo, remuneración, etc. Son características generales en todas las zonas
francas una miserable prevención laboral y protección contra accidentes, así como el
impedimento de la actividad sindical y la prohibición de huelgas.
No. 2 Enero-Abril 2014
138
Si dependiera de los monopolios internacionales, las condiciones laborales en las zonas
francas se convertirían en norma general para los países en vías de desarrollo. Según
cálculos del Banco Mundial, ya a inicios de los años 1990 aproximadamente la mitad de
los trabajadores de los consorcios multinacionales en los países en vías de desarrollo
trabajó en una zona de producción para la exportación.
También en los países imperialistas los monopolios internacionales aprovechan sin
piedad los salarios bajos en las pequeñas empresas para dividir al proletariado
industrial. Superar esta división es una tarea fundamental del proletariado industrial
internacional. Sólo de esa manera puede transformarse en fuerza dirigente en la lucha
por la liberación social y nacional de toda la clase obrera y de las amplias masas. Él se
encuentra frente al gran desafío de realizar su papel dirigente frente a todos los sectores
de la clase obrera y de las masas populares.
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139
SECCIÓN 4
CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO Y
POLÍTICA DE FRENTE UNIDO
No. 2 Enero-Abril 2014
140
No. 2 Enero-Abril 2014
141
''PLAN" DE UN PERIÓDICO POLÍTICO CENTRAL PARA TODA RUSIA
Lenin, arquitecto principal del partido comunista para dirigir la revolución proletaria.
No. 2 Enero-Abril 2014
142
V.I. Lenin
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria. En la
República Dominicana los marxistas tienen la encomienda histórica de impulsar la
construcción del partido revolucionario del proletariado, garantía del éxito de la
revolución en nuestro país; por eso decidimos incluir, en nuestras páginas, un
segmento de la obra clásica leninista ¿Qué hacer?, denominado “PLAN DE UN
PERIÓDICO POLÍTICO CENTRAL PARA TODA RUSIA”, y que aparece en el
tomo 6, Obras Completas, en el que Lenin resalta la importancia de un periódico
revolucionario central en la construcción del Partido.
"El error más grande de Iskra en este sentido" -escribe B. Krichevski (R. D., núm. 10;
pág. 30), al imputarnos la tendencia a "convertir la teoría en doctrina muerta, aislándola
de la práctica" - es "su 'plan' de una organización de todo el partido" (es decir, el
artículo ¿Por dónde empezar?). (Véase O.C., t. 5, págs. 1-13.-Ed.). Y Martínov lo
secunda, declarando que "la tendencia de Iskra a subestimar la importancia de la marcha
progresiva de la monótona lucha cotidiana en comparación con la propaganda de ideas
brillantes y acabadas..., ha sido coronada por el plan de organización del partido, plan
que se nos ofrece en el artículo ¿Por dónde empezar?, publicado en el número 4"
(loc. cit., pág. 61). Finalmente, hace poco se ha sumado a los indignados con este "plan"
(las comillas deben expresar la ironía con que lo acogen) L. Nadezhdin, que en su
folleto En vísperas de la revolución, que acabamos de recibir (edición del Grupo
Revolucionario-Socialista Svoboda, que ya conocemos), declara que "hablar ahora de
una organización cuyos hilos arranquen de un periódico central para toda Rusia es
fomentar ideas y labor de gabinete" (pág. 126), es hacer "literatura mixtificada", etc.
No puede sorprendernos que nuestro terrorista coincida con los defensores de la
"marcha progresiva de la monótona lucha cotidiana", pues ya hemos visto las raíces de
esta afinidad en los capítulos sobre política y organización. Pero debemos observar en el
acto que L. Nadezhdin, y sólo él, ha tratado honradamente de penetrar en el curso del
pensamiento del artículo que le ha disgustado; ha tratado de responder yendo al grano,
mientras que Rab. Delo no ha dicho nada sobre el fondo de la cuestión y ha tratado tan
sólo de embrollarla mediante una sarta de indecorosas y demagógicas salidas de tono.
Y, por desagradable que ello sea, hay que perder tiempo en limpiar antes los
establos de Augías (Nota: Los establos de Augías, en la mitología griega, eran establos
muy sucios del rey Augías, limpiados en un día por el héroe legendario Hércules).
a) ¿A quién ha ofendido el artículo „„¿por dónde empezar?"?
Vamos a citar un ramillete de las expresiones y exclamaciones con que ha arremetido
contra nosotros Rabóchee Delo. "No es un periódico el que puede crear la
organización del partido, sino a la inversa"... "Un periódico que se encuentre por encima
del partido, esté fuera de su control y no dependa de él por tener su propia red de
agentes"... "¿Por obra de qué milagro ha olvidado Iskra las organizaciones
socialdemócratas, ya existentes de hecho, del partido al que ella misma pertenece?" ...
"Personas poseedoras de principios firmes y del plan correspondiente son también los
reguladores supremos de la lucha real del partido, al que dictan el cumplimiento de
su plan" ... "El plan relega a nuestras organizaciones, reales y vitales, al reino de
las sombras y quiere dar vida a una red fantástica de agentes"... "Si el plan de
Iskra fuese llevado a la práctica, borraría por completo las huellas del Partido
No. 2 Enero-Abril 2014
143
Obrero Socialdemócrata de Rusia que se viene formando en nuestro país"... "Un órgano
de propaganda se sustrae al control y se convierte en legislador absoluto de toda la lucha
revolucionaria práctica"... "¿Qué actitud debe asumir nuestro Partido al verse totalmente
sometido a una Redacción autónoma?", etc., etc.
Como ve el lector por el contenido y el tono de estas citas, "Rabóchee Delo" se ha
ofendido. Pero no por lo que a él le toca, sino por lo que toca a las organizaciones
y comités de nuestro Partido, a los que Iskra, según pretende dicho órgano, quiere
relegar al reino de las sombras y hasta borrar sus huellas. ¡Menudos horrores! Pero
hay una cosa extraña. El artículo ¿Por dónde empezar?, apareció en mayo de 1901,
y los artículos de Rabóchee Delo en septiembre de 1901; ahora estamos ya a mediados
de enero de 1902. ¡En estos cinco meses (tanto antes como después de septiembre), ni
un solo comité, ni una sola organización del Partido ha protestado formalmente contra
ese monstruo que quiere desterrar a los comités y organizaciones al reino de las
sombras! Y hay que hacer constar que, durante este período, han aparecido, tanto en
Iskra como en numerosas otras publicaciones, locales y no locales, decenas y
centenas de comunicaciones de todos los confines de Rusia. ¿Cómo ha podido
suceder que las organizaciones a las que "se quiere desterrar al reino de las
sombras no se hayan dado cuenta de ello ni se hayan sentido ofendidas, y que, en
cambio, se haya ofendido una tercera persona?
Ha sucedido esto porque los comités y las demás organizaciones están ocupados
en trabajar de verdad, y no en jugar a la "democracia" . Los comités han leído el
artículo ¿Por dónde empezar?, han visto en él una tentativa "de trazar un plan concreto
de la organización a fin de que se pueda emprender su creación desde todas partes", y,
habiéndose percatado perfectamente de que ni una sola de "todas esas partes" pensará
en "emprender su creación" antes de estar convencida de que es necesaria y de que el
plan arquitectónico es certero, no han pensado, naturalmente, en “ofenderse” por la
extrema osadía de los que han dicho en Iskra: “Dada la urgencia e importancia del
asunto, nos decidimos por nuestra parte a someter a la consideración de los
camaradas el bosquejo de un plan que desarrollaremos con más detalle en un folleto en
preparación" (Véase O.C., t. 5, pág. 9.-Ed.). Parece mentira que no se comprenda,
de enfocar este problema con honestidad, que si los camaradas aceptan el plan sometido
a su consideración, no lo ejecutarán por "subordinación", sino por el convencimiento de
que es necesario para nuestra obra común, y que, en el caso de no aceptarlo, el
"bosquejo" (¡qué palabra más presuntuosa!, ¿verdad?) no pasará de ser un simple
bosquejo. ¿¿No es demagogia arremeter contra el bosquejo de un plan no sólo
“demoliéndolo?” y aconsejando a los camaradas que lo rechacen, sino previniendo a
gentes poco expertas en la labor revolucionaria contra los autores del bosquejo por el
mero hecho de que éstos se atreven a "legislar", a actuar de "reguladores
supremos", es decir, que se atreven a proponer un bosquejo de plan?? ¿Puede
nuestro Partido desarrollarse y marchar adelante si la tentativa de elevar a los
dirigentes locales a ideas, tareas, planes, etc., más amplios tropieza no sólo con la
objeción de que estas ideas son erróneas, sino con una sensación de "agravio" por
el hecho de que se les "quiera" "elevar"? Porque también L. Nadezhdin ha
"demolido" nuestro plan, pero no se ha rebajado a semejante demagogia, que ya no
puede explicarse simplemente por candor o por ideas políticas de un carácter primitivo;
ha rechazado resueltamente y desde el primer momento la acusación de "fiscalizar al
partido". Por esta razón podemos y debemos responder con argumentos a la crítica que
No. 2 Enero-Abril 2014
144
Nadezhdin hace del plan, mientras que a Rabóchee Delo sólo cabe contestar con
el desprecio.
Pero el despreciar a un autor que se rebaja hasta el punto de gritar sobre "absolutismo"
y "subordinación" no nos exime del deber de deshacer el lío en el que estas gentes
meten al lector. Y aquí podemos mostrar palmariamente a todo el mundo de qué jaez
son las frases en boga sobre la "amplia democracia". Se nos acusa de haber olvidado los
comités, de querer o de intentar desterrarlos al reino de las sombras, etc. ¿Cómo
contestar a estas acusaciones, cuando, por razones de discreción conspirativa, no
podemos decir al lector casi nada en realidad de nuestras verdaderas relaciones con los
comités? Quienes lanzan una acusación zahiriente que irrita a la multitud nos llevan
ventaja por su desfachatez y por su desdén a los deberes del revolucionario que oculta
cuidadosamente de los ojos del mundo las relaciones y los vínculos que tiene, establece
o trata de entablar. Desde luego, nos negamos de una vez para siempre a competir con
gente de esa calaña en el terreno de la "democracia". En cuanto al lector no iniciado en
los asuntos del partido, el único medio de cumplir nuestro deber con él consiste en
hablarle no de lo que es o está im Werden (en proceso de gestación, de surgimiento.-
Ed.), sino de una pequeña parte de lo que ha sido, y de lo que se puede hablar porque
pertenece al pasado.
El Bund nos acusa de "impostores" con una alusión (Iskra, núm. 8, respuesta del Comité
Central de la Unión General obrera Hebrea de Rusia y de Polonia a nuestro artículo
sobre el problema nacional); la Unión en el Extranjero nos acusa de que tratamos de
borrar las huellas del Partido. ¡Pues bien, señores! Recibirán ustedes plena
satisfacción en el momento que expongamos al público cuatro hechos del pasado.
Primer hecho. Los miembros de una de las Uniones de Lucha que participaron
directamente en la formación de nuestro Partido y en el envío de un delegado al
congreso que lo fundó se ponen de acuerdo con uno de los miembros del grupo Iskra
para establecer una biblioteca obrera especial con objeto de atender a las necesidades de
todo el movimiento. No se consigue abrir la biblioteca obrera; y los folletos Las
tareas de los socialdemócratas rusos y La nueva ley fabril, escritos para ella, van a
parar indirectamente y por mediación de terceras personas al extranjero, donde son
publicados.
Segundo hecho. Los miembros del Comité Central del Bund proponen a uno de los
miembros del grupo Iskra organizar conjuntamente lo que entonces el Bund llamaba
"un laboratorio literario", indicando que si no se lograba realizar el proyecto, nuestro
movimiento podía retroceder mucho. Resultado de aquellas negociaciones fue el
folleto La causa obrera en Rusia.
Tercer hecho. El Comité Central del Bund, por intermedio de una pequeña ciudad
provinciana, se dirige a uno de los miembros del grupo lskra, proponiéndole hacerse
cargo de la redacción de Rabóchaya Gazeta que ha de reanudar su publicación y
obtiene, desde luego, su conformidad. Más tarde cambia la propuesta: se trata
solamente de colaborar, debido a una nueva combinación con la Redacción. Claro
que también se da la conformidad. Se envían los artículos (que se ha logrado
conservar): Nuestro programa, protestando enérgicamente contra la campaña
bernsteiniana, un viraje dado en las publicaciones legales y Rabóchaya Misl;
Nuestra tarea inmediata ("la organización de un órgano del partido que aparezca
No. 2 Enero-Abril 2014
145
regularmente y esté ligado estrechamente a todos los grupos locales"; los defectos
de "los métodos artesanales" imperantes); Una cuestión candente (analizando la
objeción de que primero habría que desarrollar la actividad de los grupos locales y
luego emprender la organización de un órgano central; insistiendo en la
importancia primordial de "la organización revolucionaria", en la necesidad de
"elevar la organización, la disciplina y la técnica de la conspiración al más alto
grado de perfección"). La propuesta de reanudar la publicación de Rabóchaya
Cazeta no llega a ponerse en práctica, y los oráculos quedan sin publicar.
Cuarto hecho. Un miembro del comité organizador del II Congreso ordinario de
nuestro Partido comunica a un miembro del grupo de Iskra el programa del Congreso y
presenta la candidatura de este grupo para redactar Rabóchaya Gazeta, que había de
reanudar su publicación. Esta gestión, por decirlo así, preliminar, es sancionada
luego por el comité al que pertenecía dicha persona, así como por el Comité Central
del Bund; al grupo de Iskra se le indica el lugar y la fecha de celebración del Congreso,
pero el grupo (que por ciertos motivos no estaba seguro de poder enviar un delegado a
este Congreso) redacta asimismo un informe escrito para éste. En dicho informe se
sostiene la idea de que eligiéndose sólo el Comité Central, lejos de resolverse el
problema de la unificación en un momento de completa dispersión como el actual, se
corre, además, el riesgo de poner en tela de juicio la gran idea de la creación
del partido, caso de caer nuevamente en una rápida y completa redada, cosa más
que probable dada la reinante falta de discreción conspirativa; que, por ello, debía
empezarse por invitar a todos los comités y a todas las demás organizaciones a
sostener el órgano central cuando reanudara su aparición, órgano que realmente
vincularía a todos los comités con lazos efectivos y prepararía realmente un grupo de
dirigentes de todo el movimiento; que los comités y el Partido podrían ya fácilmente
transformar en Comité Central este grupo, creado por los primeros, cuando dicho
grupo se hubiera desarrollado y fortalecido. Pero debido a una serie de detenciones el
Congreso no pudo celebrarse; y por motivos de conspiración se destruyó el informe
que sólo algunos camaradas, entre ellos los delegados de un comité, habían podido
leer.
Juzgue ahora el lector por sí mismo del carácter de procedimientos como la alusión del
Bund a una impostura o el argumento de Rabóchee Delo acerca de que queremos
desterrar a los comités al reino de las sombras, "sustituir" la organización del Partido
por una organización que difunda las ideas de un solo periódico. Pues precisamente
ante los comités, por reiteradas invitaciones de ellos, informamos sobre la necesidad de
adoptar un plan determinado de trabajo común. Y precisamente para la
organización del Partido elaboramos este plan en nuestros artículos enviados a
Rabóchaya Gazeta y en el informe para el Congreso del Partido, y repetimos que lo
hicimos por invitación de personas que ocupaban en el Partido una posición tan
influyente que tomaban la iniciativa de reconstruirlo (de hecho). Y sólo cuando
hubieron fracasado las dos tentativas que la organización del Partido hizo con nosotros
para reanudar oficialmente el órgano central del Partido, creímos que era nuestro
deber ineludible presentar un órgano no oficial, para que, en la tercera tentativa, los
camaradas vieran ya ciertos resultados de la experiencia y no meras conjeturas. Ahora
todo el mundo puede apreciar ya ciertos resultados de esa experiencia, y todos
los camaradas pueden juzgar si comprendimos bien nuestro deber y la opinión que
merecen las personas que, molestas por el hecho de que demostremos a unos su falta
de consecuencia en el problema "nacional" y a otros lo inadmisible de sus
No. 2 Enero-Abril 2014
146
vacilaciones carentes de principios, tratan de inducir a error a quienes desconocen
el pasado más reciente.
b) ¿Puede un periódico ser organizador colectivo?
La clave del artículo ¿Por dónde empezar? está en que hace precisamente esta pregunta
y en que da una respuesta afirmativa. L. Nadezhdin es, que sepamos, la única persona
que intenta estudiar esta cuestión a fondo y demostrar la necesidad de darle
respuesta negativa. A continuación reproducimos íntegramente sus argumentos:
"...Mucho nos place que plantee Iskra (núm. 4) la necesidad de un periódico central para
toda Rusia, pero en modo alguno podemos convenir en que este planteamiento
corresponda al título del artículo ¿Por dónde empezar? Es, sin duda, uno de los
asuntos de suma importancia, pero no se pueden colocar los cimientos de una
organización combativa para un momento revolucionario ni con esa labor, ni con
toda una serie de hojas populares, ni con una montaña de proclamas. Es indispensable
empezar a formar fuertes organizaciones políticas locales. Nosotros carecemos de ellas,
nuestra labor se ha desarrollado principalmente entre los obreros cultos, mientras que
las masas desplegaron de modo casi exclusivo una lucha económica. Si no se
educan fuertes organizaciones políticas locales, ¿qué valor podría tener un periódico
central para toda Rusia, aunque estuviera excelentemente organizado? ¡Una zarza que
arde sin consumirse y que no inflama a nadie! Iskra cree que el pueblo se reunirá y
organizará en torno a ese periódico, en el trabajo para él. ¡Pero si le es mucho
más fácil reunirse y organizarse en torno a una labor más concreta! Esta labor
puede y debe consistir en organizar periódicos locales a vasta escala, en
preparar inmediatamente las fuerzas obreras para manifestaciones, en hacer que las
organizaciones locales trabajen constantemente entre los parados (difundiendo de un
modo persistente entre ellos hojas volantes y octavillas, convocándolos a reuniones,
llamándolos a oponer resistencia al Gobierno, etc.). Hay que iniciar una labor política
activa en el plano local, y cuando surja la necesidad de unificarse en este terreno
real, la unión no será artificiosa, no quedará sobre el papel. ¡No es con periódicos
como se puede unificar el trabajo local en una obra común para toda Rusia!"
(En vísperas de la revolución, pág. 54).
Hemos subrayado en este elocuente trozo los pasajes que permiten apreciar con mayor
relieve tanto el juicio equivocado del autor sobre nuestro plan como, en general,
su erróneo punto de vista, que él opone a Iskra. Si no se educan fuertes
organizaciones políticas locales, de nada valdrá el mejor periódico central para toda
Rusia. Completamente justo. Pero se trata precisamente de que no existe otro medio
de educar fuertes organizaciones políticas que un periódico central para toda Rusia.
Al autor se le ha escapado la declaración más importante que Iskra hizo antes de pasar
a exponer su "plan": la declaración de que es necesario "exhortar a formar una
organización revolucionaria capaz de unir a todas las fuerzas y de dirigir el
movimiento no sólo nominalmente, sino en realidad, es decir, capaz de estar siempre
dispuesta a apoyar toda protesta y toda explosión, aprovechándolas para multiplicar y
reforzar los efectivos que han de utilizarse en el combate decisivo". Después de
febrero y marzo, todos están ahora en principio de acuerdo con eso -continúa
Iskra-; pero lo que necesitamos es resolver el problema de una manera práctica, y no en
principio; lo que necesitamos es trazar inmediatamente un plan concreto de esta obra
para que todos puedan ahora mismo emprender la construcción desde todas partes. ¡Y
he aquí que, de la solución práctica del problema, nos empujan una vez más
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hacia atrás, hacia una verdad justa en principio, incontestable, grande, pero de
todo punto insuficiente, incomprensible por completo para las grandes masas
trabajadoras: hacia la "educación do fuertes organizaciones políticas"! Pero ¡si no se
trata ya de eso, respetable autor, sino de cómo precisamente hay que educar, y
educar con éxito!
No es verdad que "nuestra labor se ha desarrollado principalmente entre los obreros
cultos, mientras que las masas desplegaban de modo casi exclusivo una lucha
económica". Bajo esta forma, la tesis se desvía hacia la tendencia, habitual en
Svoboda y errónea de raíz, de oponer los obreros cultos a la "masa". Pues también los
obreros cultos de nuestro país han desplegado en estos últimos años "de modo casi
exclusivo una lucha económica". Esto, por una parte. Por otra, tampoco las masas
aprenderán jamás a desplegar la lucha política mientras no ayudemos a formarse a los
dirigentes de esta lucha, procedentes tanto de los obreros cultos como de los
intelectuales; y estos dirigentes pueden formarse exclusivamente enjuiciando de modo
sistemático y cotidiano todos los aspectos de nuestra vida política, todas las tentativas
de protesta y de lucha de las distintas clases y por diversos motivos. ¡Por eso es
simplemente ridículo hablar de "educar organizaciones políticas" y, al mismo tiempo,
oponer la "labor sobre el papel" de un periódico político a la "labor política viva
en el plano local"! ¡Pero si Iskra adapta precisamente su "plan" de un periódico
central al "plan" de crear una "disposición para el combate'', para que se pueda
apoyar tanto un movimiento de obreros parados o un alzamiento campesino como el
descontento de la gente de los zemstvos, "la indignación de la población contra los
ensoberbecidos “jenízaros zaristas”, etc. ¡Por lo demás, toda persona familiarizada con
el movimiento sabe perfectamente que la inmensa mayoría de las organizaciones locales
ni siquiera piensa en ello; que muchas de las perspectivas aquí esbozadas de "una
labor política viva" no las ha puesto en práctica ni una sola vez ninguna
organización; que, por ejemplo, la tentativa de llamar la atención sobre el aumento del
descontento y de las protestas entre los intelectuales de los zemstvos lleva al
desconcierto y la perplejidad tanto a Nadezhdin ("¡Dios mío!, ¿pero será ese
órgano para los intelectuales de los zemstvos?", En vísperas, pág. 129), como a los
"economistas" (véase la carta en el número 12 de Iskra), como a muchos militantes
dedicados al trabajo práctico. En tales condiciones se puede "empezar" únicamente
por hacer pensar a la gente en todo esto, por hacerla resumir y sintetizar todos y cada
uno de los indicios de efervescencia y de lucha activa. En los momentos actuales
de subestimación de la importancia de las tareas socialdemócratas, la
"labor política activa" puede iniciarse exclusivamente por una agitación
política viva, cosa imposible sin un periódico central para toda Rusia que
aparezca con frecuencia que se difunda con regularidad.
Los que consideran el "plan" de Iskra una manifestación de "literatura mixtificada"
no han comprendido en absoluto el fondo del plan, tomando como fin lo que se
propone como medio más adecuado para el momento actual. Esta gente no se ha
molestado en meditar sobre dos comparaciones que ilustran palmariamente el plan
propuesto. La organización de un periódico político central para toda Rusia -se decía
en Iskra- debe ser el hilo conductor: siguiéndolo podríamos desarrollar, ahondar y
ampliar incesantemente esta organización (es decir, la organización revolucionaria,
siempre dispuesta a apoyar toda protesta y toda explosión). Hagan ustedes el favor de
decirnos: cuando unos albañiles colocan en diferentes sitios las piedra de una obra
grandiosa y sin precedentes, es una labor "sobre el papel" tender el cordel que
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les ayuda a encontrar el lugar preciso para las piedras, que les indica la meta
de la obra común, que les permite colocar no sólo cada piedra, sino cada trozo
de piedra, el cual, al sumarse a los precedentes y a los que sigan, formará la hilada
recta y completa? ¿No vivimos acaso un momento de esta índole en nuestra vida de
partido, nos lo habían propuesto algunos camaradas y como tendríamos pleno derecho
a hacer después de los acontecimientos que hemos referido más arriba. Pero no lo
hemos hecho: queríamos tener las manos sueltas para desarrollar una lucha
inconciliable contra toda clase de seudosocialdemócratas; queríamos que nuestro cordel,
si está bien derecho, sea respetado por su rectitud y no porque lo haya tendido
un órgano oficial.
"La unificación de las actividades locales en órganos centrales se mueve en un círculo
vicioso -nos alecciona L. Nadezhdin-. La unificación requiere homogeneidad de
elementos, y esta homogeneidad no puede ser creada más que por algún aglutinante,
pero este aglutinante sólo puede aparecer como producto de fuertes organizaciones
locales que, en el momento actual, en modo alguno se distinguen por su
homogeneidad." Verdad esta tan respetable y tan incontestable como la de que es
necesario educar fuertes organizaciones políticas. Y no menos estéril. Cualquier
problema "se mueve en un círculo vicioso", pues toda la vida política es una cadena
infinita compuesta de un sinfín de eslabones. Todo el arte de un político estriba
justamente en encontrar y aferrarse con nervio al preciso eslaboncito que menos pueda
ser arrancado de las manos, que sea el más importante en un momento determinado y
mejor garantice a quien lo sujete la posesión de toda la cadena. Si tuviéramos un
destacamento de albañiles expertos que trabajasen de un modo tan acorde que aun sin
el cordel pudieran colocar las piedras precisamente donde hace falta (hablando en
abstracto, esto no es imposible, ni mucho menos), entonces quizás podríamos aferrarnos
también a otro eslaboncito. Pero la desgracia consiste justamente en que aún carecemos
de albañiles expertos que trabajen bien concertados, en que las piedras se colocan muy a
menudo al azar, sin guiarse por el cordel común, de manera tan desordenada que el
enemigo lo dispersa de un soplo como si fuesen granos de arena y no piedras.
Otra comparación: "El periódico no es sólo un propagandista colectivo y un agitador
colectivo, sino también un organizador colectivo. En este último sentido se le puede
comparar con los andamios que se levantan alrededor de un edificio en construcción,
que señalan sus contornos, facilitan las relaciones entre los distintos albañiles, les
ayudan a distribuirse la tarea y a observar los resultados generales alcanzados por el
trabajo organizado”. ¿Verdad que eso se parece mucho a la manera como el literato,
hombre de gabinete, exagera la importancia de su función? El andamiaje no es
imprescindible para la vivienda misma: se hace de materiales de peor calidad, se
levanta por un breve período y luego, una vez terminado el edificio, aunque sólo sea en
bruto, va a parar a la estufa. En cuanto a la edificación de organizaciones
revolucionarias, la experiencia demuestra que a veces se pueden construir sin andamios
(recuérdese la década del 70). Pero ahora no podemos ni imaginarnos la posibilidad de
levantar sin andamiaje el edificio que necesitamos. Nadezhdin no está de acuerdo y
dice : "Iskra cree que el pueblo se reunirá y organizará en torno a ese periódico,
en el trabajo para él. ¡Pero si le es mucho más fácil reunirse y organizarse en torno a
una labor más concreta!” Sí, claro: "más fácil reunirse y organizarse en torno a una
labor más concreta"... Dice un refrán ruso : "No escupas en el pozo, necesitarás su agua
para apagar tu sed". Pero hay gentes que no sienten reparo en beber agua en la que ya se
ha escupido. ¡Qué de infamias no habrán dicho nuestros excelentes "críticos del
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marxismo" legales y admiradores ilegales de Rabóchaya Misl en nombre de esta mayor
concreción! ¡Hasta qué punto coartan todo nuestro movimiento nuestra estrechez de
miras, nuestra falta de iniciativa y nuestra timidez, que se justifican con los
argumentos tradicionales de que "es mucho más fácil... en torno a una labor más
concreta!" ¡Y Nadezhdin, que se considera dotado de un sentido especial de la
"vida", que condena con singular severidad a los hombres de "gabinete", que imputa
(con pretensiones de ingenio) a Iskra la debilidad de ver en todas partes "economismo",
que se imagina estar a cien codos por encima de esta división en ortodoxos y críticos, no
se da cuenta de que, con sus argumentos, hace el juego a la estrechez de miras que le
indigna y bebe precisamente el agua llena de escupitajos! No basta, no, la
indignación más sincera contra la estrechez de miras, ni el deseo más ardiente de
hacer levantar a las gentes que se prosternan ante esta estrechez si el que se indigna
va a merced de las olas y del viento y si se aferra con tanta "espontaneidad" como
los revolucionarios de la década del 70 al "terror excitante", al "terror agrario", al
"toque a rebato", etc. Vean en qué consiste ese "algo más concreto" en torno al que -
cree él- será "mucho más fácil" reunirse y organizarse: 1) periódicos locales; 2)
preparación de manifestaciones; 3) trabajo entre los obreros parados. A simple vista se
advierte que todo eso ha sido entresacado totalmente al azar, por casualidad, por decir
algo, porque, como quiera que se mire, será un perfecto desatino ver en ello algo de
especial utilidad para "reunir y organizar". Y el mismo Nadezhdin dice unas
páginas más adelante: "Ya va siendo hora de hacer constar sencillamente un hecho: en
el plano local se realiza una labor pequeña en grado sumo, los comités no hacen ni la
décima parte de lo que podrían ..., los centros de unificación que tenemos ahora son una
ficción, son burocracia revolucionaria, sus miembros se dedican a ascenderse
mutuamente a generales, y así seguirán las cosas mientras no se desarrollen fuertes
organizaciones locales". No cabe duda de que estas palabras encierran, al mismo tiempo
que exageraciones, muchas y amargas verdades.
¿Será posible que Nadezhdin no vea el nexo existente entre la pequeña labor realizada
en el plano local y el estrecho horizonte de los dirigentes locales, la escasa amplitud de
sus actividades, cosas inevitables, dada la poca preparación de los mismos, puesto que
se encierran en los marcos de las organizaciones locales? ¿Será posible que Nadezhdin
haya olvidado, lo mismo que el autor del artículo sobre organización publicado en
Svoboda, que el paso a una amplia prensa local (desde 1898) fue acompañado de
una intensificación especial del "economismo" y del "primitivismo en el
trabajo"? Además, aunque se pudiera organizar de manera más o menos
satisfactoria "una abundante prensa local" (ya hemos demostrado más arriba que es
imposible, salvo en casos muy excepcionales), ni siquiera en ese caso podrían tampoco
los órganos locales "reunir y organizar" todas las fuerzas de los revolucionarios para
una ofensiva general contra la autocracia, para dirigir la lucha armada. No se olvide que
aquí sólo se trata del alcance "colectivo", organizador, del periódico, y podríamos
hacer a Nadezhdin, defensor del fraccionamiento, la misma pregunta irónica que él
hace: "¿No habremos heredado de alguna parte 200.000 organizadores
revolucionarios?" Prosigamos. No se puede contraponer la "preparación de
manifestaciones" al plan de Iskra por la sencilla razón de que este plan dice
justamente que las manifestaciones más extensas son uno de sus fines; pero de lo que
se trata es de elegir el medio práctico. Nadezhdin se ha vuelto a embrollar al perder
de vista que sólo puede "preparar" manifestaciones (que hasta ahora han sido
espontáneas por completo en la inmensa mayoría de los casos) un ejército ya
"reunido y organizado", y lo que nosotros no sabemos precisamente es reunir y
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organizar. "Trabajo entre los obreros parados". Siempre la misma confusión, ya que
esto es también una de las operaciones militares de un ejército movilizado y no un
plan para movilizar el ejército. El caso siguiente demuestra hasta qué punto
subestima Nadezhdin, también en este sentido, el daño que produce nuestro
fraccionamiento, la falta de los "200.000 organizadores". Muchos (Nadezhdin entre
ellos) han reprochado a Iskra la parquedad de noticias sobre el paro forzoso y la
accidentalidad de las crónicas sobre los fenómenos más habituales de la vida
rural. El reproche es merecido, pero lskra aparece como culpable sin tener culpa
alguna. Nosotros tratamos de "tender un cordelito" también por la aldea, pero en el
campo no hay casi albañiles y se ha de alentar por fuerza a todo el que comunique
aun el hecho más habitual, con la esperanza de que esto multiplique el número de
colaboradores en este terreno y nos enseñe a todos a elegir, por fin, los hechos
que resaltan de verdad. Pero es tan escaso el mensaje que, si no lo sintetizamos a
escala nacional, no hay absolutamente nada con que aprender. No cabe duda de que un
hombre que tenga, aunque sea aproximadamente, las aptitudes de agitador y el
conocimiento de la vida de los vagabundos que observamos en Nadezhdin podría
prestar al movimiento servicios inestimables, haciendo agitación entre los obreros
parados; pero un hombre de esa índole enterraría su talento si no se preocupara de
dar a conocer a todos los camaradas rusos cada paso de su actuación, para que sirva de
enseñanza y ejemplo a quienes, en su inmensa mayoría, aún no saben emprender
esta nueva labor.
De la importancia de unificar y de la necesidad de "reunir y organizar" habla ahora
todo el mundo sin excepción, pero en la mayoría de los casos no se tiene la menor
idea concreta de por dónde empezar y cómo llevar a cabo esa unificación. Todos
convendrán, por seguro, en que si "unificamos", por ejemplo, los círculos aislados de
barrio de una ciudad, harán falta para ello instituciones comunes. es decir, no sólo la
denominación común de "unión", sino una labor realmente común, un intercambio de
publicaciones, de experiencia, de fuerzas y distribución de funciones, no ya sólo por
barrios, sino por oficios de todos los trabajos urbanos. Todo el mundo convendrá en que
un sólido mecanismo conspirativo no cubrirá sus gastos (si es que puede emplearse una
expresión comercial) con los "recursos" (se sobreentiende que tanto materiales como
personales) de un barrio; que en este reducido campo de acción no puede explayarse
el talento de un especialista. Pero lo mismo puede afirmarse de la unión de distintas
ciudades, porque incluso el campo de acción de una comarca aislada resulta, y ha
resultado ya en la historia de nuestro movimiento socialdemócrata, muy estrecho: lo
hemos demostrado cumplidamente antes con el ejemplo de la agitación política y
de la labor de organización. Es de imperiosa e impostergable necesidad
ampliar ante todo este campo de acción, crear un nexo real entre las ciudades
respaldado en una labor regular y común, porque el fraccionamiento deprime a la gente
que "parece estar en un hoyo" (expresión del autor de una carta dirigida a Iskra) sin
saber lo que pasa en el mundo, de quién aprender, cómo conseguir experiencia
y de qué manera satisfacer su deseo de una actividad amplia. Y yo continúo
insistiendo en que este nexo real sólo puede empezar a establecerse con un
periódico común, la única empresa regular de toda Rusia que haga el balance de
la actividad en sus aspectos más variados, impulsando con ello a la gente a seguir
infatigablemente hacia adelante, por todos los numerosos caminos que llevan a la
revolución, lo mismo que todos los caminos llevan a Roma. Si deseamos la
unificación no sólo de palabra es necesario que cada círculo local dedique
inmediatamente, por ejemplo, una cuarta parte de sus fuerzas a un trabajo activo para
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la obra común. Y el periódico le muestra en seguida los contorno generales, las
proporciones y el carácter de la obra; le muestra qué lagunas son las que
más se dejan sentir en toda la actividad general de Rusia, dónde no hay agitación,
dónde son débiles los vínculos, qué ruedecitas del inmenso mecanismo general
podría un círculo determinado arreglar o sustituir por otras mejores. Un círculo
que aún no haya trabajado y que sólo busque trabajo podría empezar ya, no con
los métodos primitivos de un artesano en su pequeño taller aislado, que no conoce
ni el desarrollo de la "industria" anterior a él ni el estado general de los métodos
vigentes de producción industrial, sino como colaborador de una vasta empresa que
refleja todo el empuje revolucionario general contra la autocracia. Y cuanto más
perfecta sea la preparación de cada ruedecita, cuanto mayor número de militantes
desempeñen funciones parciales en la obra común tanto más tupida será nuestra red y
tanta menos confusión provocarán en las filas comunes inevitables descalabros.
El vínculo efectivo empezaría ya a establecerlo la mera difusión del periódico (si es que
éste mereciese realmente el nombre de periódico, es decir, si apareciese regularmente
y no una vez al mes, como las revistas importantes, sino unas cuatro veces). Hoy día
son muy raras las relaciones entre las ciudades en cuanto a los asuntos
revolucionarios, en todo caso son una excepción; entonces, estas relaciones se
convertirían en regla, y, naturalmente, no sólo asegurarían la difusión del periódico,
sino también (lo que reviste mayor importancia) el intercambio de experiencia,
informaciones, fuerzas y recursos. La labor de organización alcanzaría en el acto
una amplitud mucho mayor, y el éxito de una localidad alentaría constantemente a
seguir perfeccionándose, a aprovechar la experiencia ya adquirida por un camarada
que actúa en otro confín del país. El trabajo local sería mucho más rico y variado
que ahora; las denuncias de los manejos políticos y económicos que se recogiesen
por toda Rusia servirían para la nutrición intelectual de los obreros de todas las
profesiones y de todos los grados de desarrollo, suministrarían datos y darían motivo
para charlas y lecturas sobre los problemas más diversos, planteados, además, por
las alusiones de la prensa legal, por lo que se dice en sociedad y por los
"vergonzantes" comunicados del Gobierno. Cada explosión , cada manifestación se
enjuiciaría y discutiría en todos sus aspectos y en todos los confines de Rusia,
despertando el deseo de no quedar a la zaga, de hacer las cosas mejor que
nadie (¡nosotros, los socialistas, no desechamos en absoluto toda emulación, toda
"competencia" en general!), de preparar conscientemente lo que la primera vez
se hizo en cierto modo de manera espontánea, de aprovechar las condiciones
favorables de una localidad determinada o de un momento determinado para
modificar el plan de ataque, etc. Al mismo tiempo, esta reanimación de la labor
local no acarrearía la desesperada tensión "agónica" de todas las fuerzas, ni la
movilización de todos los hombres, como sucede a menudo ahora, cuando hay que
organizar una manifestación o publicar un número de un periódico local: por una
parte, la policía tropezaría con dificultades mucho mayores para llegar hasta "las
raíces", ya que no se sabría en qué localidad había que buscarlas; por otra, una labor
regular y común enseñaría a los hombres a concordar, en cada caso concreto, la fuerza
de un ataque con el estado de fuerzas de tal o cual destacamento del ejército común
(ahora casi nadie piensa en parte alguna en esta coordinación, pues los ataques son
espontáneos en sus nueve décimas partes), y facilitaría el "transporte" de otros lugares
no sólo de las publicaciones, sino también de las fuerzas revolucionarias.
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Ahora, en la mayor parte de los casos estas fuerzas se desangran en la estrecha labor
local; en cambio, entonces habría posibilidad y constantes ocasiones para trasladar a un
agitador u organizador más o menos capaz de un extremo a otro del país. Comenzando
por un pequeño viaje para resolver asuntos del Partido y a expensas del mismo, los
militantes se acostumbrarían a vivir enteramente a costa del Partido, a hacerse
revolucionarios profesionales, a formarse como verdaderos guías políticos.
Y si realmente lográsemos que todos o una gran mayoría de los comités, grupos y
círculos locales emprendiesen activamente la labor común, en un futuro no lejano
estaríamos en condiciones de publicar un semanario que se difundiese regularmente en
decenas de millares de ejemplares por toda Rusia. Este periódico sería una partícula de
un enorme fuelle de fragua que avivase cada chispa de la lucha de clases y de la
indignación del pueblo, convirtiéndola en un gran incendio. En torno a esta labor, de por
sí muy anodina y muy pequeña aún, pero regular y común en el pleno sentido de la
palabra, se concentraría sistemáticamente y se instruiría el ejército permanente de
luchadores probados. No tardaríamos en ver subir por los andamios de este edificio
común de organización y destacarse de entre nuestros revolucionarios a los Zheliábov
socialdemócratas; de entre nuestros obreros, a los Bebel rusos, que se pondrían a la
cabeza del ejército movilizado y levantarían a todo el pueblo para acabar con la
ignominia y la maldición de Rusia.
¡He aquí en lo que hay que soñar!
* * *
"!Hay que soñar!" He escrito estas palabras y me he asustado. Me he imaginado sentado
en el "Congreso de Unificación" frente a los redactores y colaboradores de Rabóchee
Delo. Y he aquí que se pone en pie el camarada Martínov y se encara a mí con
tono amenazador: "Permítame que le pregunte: ¡tiene aún la Redacción autónoma
derecho a soñar sin consultar antes a los comités del Partido?" Tras él se yergue
el camarada Krichevski (profundizando filosóficamente al camarada Martínov, quien
hace mucho tiempo había profundizado ya al camarada Plejánov) y prosigue en
tono más amenazador aún: "Yo voy más lejos, y pregunto si, en general, un
marxista tiene derecho a soñar, si no olvida que, según Marx, la humanidad
siempre se plantea tareas realizables y que la táctica es un proceso de crecimiento de
las tareas, las cuales crecen junto con el Partido".
Sólo de pensar en esas preguntas amenazadoras me dan escalofríos y miro dónde podría
esconderme. Intentaré hacerlo tras Písarev.
"Hay disparidades y disparidades -escribía Písarev a propósito de la existente entre
los sueños y la realidad-. Mis sueños pueden adelantarse al curso natural de los
acontecimientos o bien desviarse hacia donde el curso natural de los acontecimientos no
puede llegar jamás. En el primer caso, los sueños no producen ningún daño, incluso
pueden sostener y reforzar las energías del trabajador... En sueños de esta índole no
hay nada que deforme o paralice la fuerza de trabajo. Todo lo contrario. Si el hombre
estuviese privado por completo de la capacidad de soñar así, si no pudiese adelantarse
alguna que otra vez y contemplar con su imaginación el cuadro enteramente
acabado de la obra que empieza a perfilarse por su mano, no podría figurarme de
ningún modo qué móviles lo obligarían a emprender y llevar a cabo vastas y penosas
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empresas en el terreno de las artes, de las ciencias y de la vida práctica... La
disparidad entre los sueños y la realidad no produce daño alguno, siempre que el
soñador crea seriamente en su sueño, se fije atentamente en la vida, compare sus
observaciones con sus castillos en el aire y, en general, trabaje a conciencia por que se
cumplan sus fantasías. Cuando existe algún contacto entre los sueños y la vida, todo va
bien."
Pues bien, los sueños de esta naturaleza, por desgracia, son rarísimos en nuestro
movimiento. Y la culpa la tienen, sobre todo los representantes de la crítica legal
y del "seguidismo" ilegal que presumen de su sensatez, de su “proximidad” a lo
"concreto".
e) ¿Qué tipo de organización necesitamos?
Por lo que precede, puede ver el lector que nuestra "táctica-plan" consiste en
rechazar el llamamiento inmediato al asalto, en exigir que se organice "debidamente
el asalto a la fortaleza enemiga" o, dicho en otros términos, en exigir que todos los
esfuerzos se dirijan a reunir, organizar y movilizar un ejército regular. Cuando pusimos
en ridículo a Rabóchee Delo por el bandazo que dio, pasando del "economismo" a los
gritos sobre la necesidad del asalto (gritos que dio en el número 6 de Listok "R.
Dela" en abril de 1901), dicho órgano nos atacó, como es natural, acusándonos de
"doctrinarismo", diciendo que no comprendemos el deber revolucionario, que
exhortamos a la prudencia, etc. Desde luego, en modo alguno nos ha extrañado esta
acusación en boca de gentes que carecen de todo principio y que no van más allá de la
sabihonda "táctica-proceso"; como tampoco nos ha extrañado que esta acusación la
haya repetido Nadezhdin, que en general tiene el desprecio más olímpico por la firmeza
de los principios programáticos y tácticos.
Dicen que la historia no se repite. Pero Nadezhdin hace lo imposible por repetirla e
imita con tesón a Tkachov, denostando la "culturización revolucionaria'', vociferando
sobre “las campanas al vuelo del Veche” (asamblea popular en la antigua Rusia, para la
que se convocaba al toque de campana.- Ed.), pregonando un especial “punto de vista
de vísperas de la revolución”, etc. Por lo visto, olvida la conocida sentencia de que, si el
original de un acontecimiento histórico es una tragedia, su copia no es más que una
farsa. La tentativa de adueñarse del poder –tentativa preparada por la prédica de
Tkachov y realizada por el terrorismo “horripilante” y que en realidad horripilaba
entonces- era majestuosa, y, en cambio, el terrorismo “excitante” del pequeño Tkachov
es simplemente ridículo; sobre todo, es ridículo cuando se complementa con la idea de
organizar a los obreros medios.
“Si Iskra –escribe Nadezhdin- saliese de su esfera de literatura mixtificada, vería que
esto (hechos como la carta de un obrero en el número 7 de Iskra, etc.) son síntomas
demostrativos de que pronto, muy pronto, comenzará el asalto, y hablar ahora (sic!) de
una organización cuyos hilos arranquen de un periódico central para toda Rusia es
fomentar ideas y labor de gabinete”. Fíjense en esta confusión inimaginable: por una
parte, terrorismo excitante y "organización de los obreros medios" a la par que la
idea de que es "más fácil" reunirse en torno a algo "más concreto", por ejemplo, de
periódicos locales, y, por otra parte, hablar "ahora" de una organización para toda
Rusia significa fomentar ideas de gabinete, es decir (empleando un lenguaje más franco
y sencillo), ¡"ahora" ya es tarde! Y para "fundar a vasta escala periódicos locales"
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¿no es tarde, respetabilísimo L. Nadezhdin? Comparen con eso el punto de vista y
la táctica de Iskra: el terrorismo excitante es una tontería; hablar de organizar
precisamente a los obreros medios y de fundar a vasta escala periódicos locales
significa abrir de par en par las puertas al "economismo" . Es preciso hablar de
una organización de revolucionarios única para toda Rusia, y no será tarde hablar
de ella hasta el momento en que empiece el asalto de verdad, y no sobre el
papel.
"Sí -continúa Nadezhdin-, en cuanto a la organización, nuestra situación está muy lejos
de ser brillante; sí, Iskra tiene completa razón cuando dice que el grueso de nuestras
fuerzas militares está constituido por voluntarios e insurrectos... Está bien que tengan
una idea lúcida del estado de nuestras fuerzas, pero ¿por qué olvidan que la multitud no
es en absoluto nuestra y que por eso no nos preguntará cuándo hay que romper las
hostilidades y se lanzará al 'motín'?... Cuando la multitud empiece a actuar ella misma
con su devastadora fuerza espontánea, puede arrollar y desalojar al 'ejército regular', al
que siempre se pensaba organizar en forma extraordinariamente sistemática, pero no
hubo tiempo de hacerlo".
¡Sorprendente lógica! Precisamente porque "la multitud no es nuestra" es insensato e
improcedente dar gritos de "asalto" inmediato, ya que el asalto es un ataque de un
ejército regular y no una explosión espontánea de la multitud. Precisamente porque la
multitud puede arrollar y desalojar al ejército regular necesitamos sin falta que toda
nuestra labor de "organización extraordinariamente sistemática" del ejército regular
marche a la par que el auge espontáneo, porque cuanto mejor consigamos esta
organización tanto más probable será que el ejército regular no sea arrollado por la
multitud, sino que se ponga a su frente y la encabece. Nadezhdin se confunde
porque se imagina que este ejército sistemáticamente organizado se ocupa de algo que
lo aparta de la multitud, mientras que, en realidad, éste se ocupa exclusivamente de una
agitación política múltiple y general, es decir, justamente de la labor que aproxima y
funde en un todo la fuerza destructora espontánea de la multitud y la fuerza destructora
consciente de la organización de revolucionarios. La verdad es que ustedes, señores,
inculpan al prójimo las faltas propias, pues precisamente el grupo Svoboda, al introducir
en el programa el terrorismo, exhorta con ello a crear una organización de terroristas, y
una organización así desviaría realmente a nuestro ejército de su aproximación a la
multitud que, por desgracia, ni es aún nuestra ni nos pregunta, o nos pregunta poco,
cuándo y cómo hay que romper las hostilidades.
“Nos pillará desprevenidos la propia revolución –continúa Nadezhdin, asustando a
Iskra- como nos ha ocurrido con los acontecimientos actuales, que nos han caído
encima como un alud". Esta frase, relacionada con las que hemos citado antes, nos
demuestra palmariamente que es absurdo el especial "punto de vista de vísperas de la
revolución" ideado por Svoboda. Hablando sin ambages, el "punto de vista" especial se
reduce a que "ahora" ya es tarde para deliberar y prepararse. Pero en este caso, ¡oh!,
respetabilísimo enemigo de la "literatura mixtificada", ¿para qué escribir 132 páginas
impresas "sobre cuestiones de teoría y táctica"? ¿No le parece que "al punto de vista de
vísperas de la revolución" le iría mejor publicar 132.000 octavillas con un breve
llamamiento: "¡Por ellos!"?
Precisamente corre menor riesgo de que lo pille desprevenido la revolución quien
coloca como piedra angular de todo su programa, de toda su táctica, de toda su labor
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de organización la agitación política entre todo el pueblo, como lo hace Iskra. Los que
se dedican en toda Rusia a trenzar los hilos de la organización que arranque de un
periódico central para todo el país, lejos de que los pillaran desprevenidos los sucesos
de la primavera, nos han ofrecido la posibilidad de pronosticarlos. Tampoco los han
pillado desprevenidos las manifestaciones descritas en los números 13 y 14 de Iskra;
por el contrario, han tomado parte en ellas, con viva conciencia de que su deber era
acudir en ayuda del ascenso espontáneo de la multitud, contribuyendo al mismo tiempo,
por medio de su periódico, a que todos los camaradas rusos conozcan estas
manifestaciones y utilicen su experiencia. ¡Y si conservan la vida, tampoco dejarán que
los pille desprevenidos la revolución, que reclama de nosotros, ante tocio y por encima
de todo, que saquemos experiencia en la agitación, sepamos apoyar (apoyar a la manera
socialdemócrata) toda protesta y acertemos a orientar el movimiento espontáneo,
salvaguardándolo de los errores de los amigos y de las celadas de los enemigos!
Hemos llegado, pues, a la última razón que nos obliga a hacer particular hincapié
en el plan de una organización formada en torno a un periódico central para toda
Rusia, mediante la labor conjunta en este periódico común. Sólo una organización
semejante aseguraría la flexibilidad indispensable a la organización socialdemócrata
combativa, es decir, la capacidad de adaptarse en el acto a la condiciones de lucha
más variadas y cambiantes con rapidez; saber, "de un lado, rehuir las batallas en
campo abierto contra un enemigo que tiene superioridad aplastante de fuerzas,
cuando concentra éstas en un punto, y saber, de otro lado, aprovechar la torpeza de
movimientos de este enemigo y lanzarse sobre él en el sitio y en el momento en
que menos espere ser atacado". Sería un gravísimo error montar la organización del
Partido cifrando las esperanzas sólo en las explosiones y luchas de las calles o sólo en
la "marcha progresiva de la lucha cotidiana y monótona". Debemos desplegar
siempre nuestra labor cotidiana dispuestos a todo, porque muchas veces es
casi imposible prever por anticipado cómo alternarán los períodos de
explosiones con los de calma y, aun cuando fuera posible preverlo, no se
podría aprovechar la previsión para reconstruir la organización, porque en un
país autocrático estos cambios se producen con asombrosa rapidez, a veces como
consecuencia de una incursión nocturna de los jenízaros zaristas. De la revolución
misma no debe uno forjarse la idea de que sea un acto único (como, por lo
visto, se la imaginan los Nadezhdin), sino de que es una sucesión rápida de
explosiones más o menos violentas, alternando con períodos de calma más o
menos profunda. Por tanto, el contenido fundamental de las actividades de la
organización de nuestro Partido, el centro de gravedad de estas actividades debe
consistir en una labor que es posible y necesaria tanto durante el período de la
explosión más violenta como durante el de la calma más completa, a saber: en
una labor de agitación política unificada en toda Rusia que arroje luz sobre todos los
aspectos de la vida y que se dirija a las más grandes masas. Y esta labor es
inconcebible en la Rusia actual sin un periódico central para toda Rusia que aparezca
muy a menudo. La organización que se forme por sí misma en torno a este
periódico, la organización de sus colaboradores (en la acepción más amplia del
término, es decir, de todos los que trabajan en torno a él) estará precisamente
dispuesta a todo, desde salvar el honor, el prestigio y la continuidad del Partido en
los momentos de mayor "depresión" revolucionaria, hasta preparar la insurrección
armada de todo el pueblo, fijar fecha para su comienzo y llevarla a la práctica.
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En efecto, figurémonos una redada completa, muy corriente entre nosotros, en una o
varias localidades. Al no haber en todas las organizaciones locales una labor común
llevada en forma regular, estos descalabros van acompañados a menudo de la
interrupción del trabajo por largos meses. En cambio, si todas tuvieran una labor
común, bastarían, en el caso de la mayor redada, unas cuantas semanas de trabajo de
dos o tres personas enérgicas para poner en contacto con el organismo central
común a los nuevos círculos de la juventud que, como es sabido, incluso ahora brotan
con suma rapidez; y cuando la labor común que sufre los descalabros está a la vista
de todo el mundo, los nuevos círculos pueden surgir y ponerse en contacto con
dicho organismo central más pronto aún.
Por otra parte, imagínense una insurrección popular. Ahora es probable que todo
el mundo esté de acuerdo en que debemos pensar en ella y prepararnos para ella. Pero
¿cómo prepararnos? ¡No se querrá que el Comité Central nombre agentes en todas las
localidades para preparar la insurrección! Aunque tuviésemos un Comité Central, éste
no lograría absolutamente nada con designarlos, dadas las actuales condiciones rusas.
Por el contrario, una red de agentes que se forme por sí misma en el trabajo de
organización y difusión de un periódico central no tendría que "aguardar con los brazos
cruzados" la consigna de la insurrección, sino que desplegaría justamente esa labor
regular que le garantizase, en caso de insurrección, las mayores probabilidades de éxito.
Esa misma labor es la que reforzaría los lazos de unión tanto con las más grandes masas
obreras como con todos los sectores descontentos de la autocracia, lo cual tiene suma
importancia para la insurrección. En esa labor precisamente se formaría la capacidad de
enjuiciar con tino la situación política general y, por tanto, la capacidad de elegir el
momento adecuado para la insurrección. Esa misma labor es la que acostumbraría a
todas las organizaciones locales a hacerse unísono eco de los problemas, casos y
sucesos políticos que agitan a toda Rusia, responder a estos "sucesos" con la mayor
energía posible, de la manera más uniforme y conveniente posible; y la
insurrección es, en el fondo, la "respuesta" más enérgica, más uniforme y más
conveniente de todo el pueblo al Gobierno. Esa misma labor es la que acostumbraría,
por último, a todas las organizaciones revolucionarias, en todos los confines de
Rusia, a mantener las relaciones más constantes, y conspirativas a la vez, que
crearían la unidad efectiva del Partido; sin estas relaciones es imposible discutir
colectivamente un plan de insurrección ni adoptar las medidas preparatorias
indispensables en vísperas de ésta, medidas que deben guardarse en el secreto
más riguroso.
En pocas palabras, "el plan de un periódico político central para toda Rusia"
lejos de ser el fruto de un trabajo de gabinete de personas contaminadas de
doctrinarismo y literatura mixtificada (como les ha parecido a gentes que han meditado
poco en él), es, por el contrario, el plan más práctico de empezar a prepararse en el acto
y por doquier para la insurrección, sin olvidar al mismo tiempo ni por un instante la
labor corriente de cada día.
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EL PARTIDO OBRERO Y EL CAMPESINADO
V. I. Lenin
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria. “EL
PARTIDO OBRERO Y EL CAMPESINADO”, constituye un artículo trascendente de
Lenin, ya que traza líneas generales para normar la actuación del Partido Obrero, en
el movimiento campesino. En los decenios del 60 y del 70, no fue estudiado por la
izquierda marxista dominicana. Todavía tenemos tiempo.
Han transcurrido cuarenta años desde la liberación de los campesinos. Es muy
natural que nuestra sociedad conmemore con particular entusiasmo el aniversario del
19 de febrero, día en que se derrumbó la vieja Rusia feudal y comenzó una época que
prometía al pueblo libertad y bienestar. Pero no debe olvidarse que las frases
encomiásticas de los festejantes contienen no sólo una sincera hostilidad al régimen de
la servidumbre y a todas sus manifestaciones, sino también una gran dosis de
hipocresía. Es hipócrita y falaz desde el comienzo hasta el fin la apreciación en
boga de la "gran" Reforma, presentándola como "liberación de los campesinos con
tierra mediante la ayuda de un rescate estatal". Porque, en realidad, lo que se hizo fue
liberar de la tierra a los campesinos, pues las parcelas que poseían desde hacía
siglos quedaron recortadas en proporciones enormes, y centenares de miles de
campesinos se vieron privados por completo de la tierra, ya que a eso equivalen
los cuartones o lotes de miseria que se les otorgó. En realidad, los campesinos
fueron sometidos a un doble despojo, ya que, además de haberles recortado la tierra, se
les obligó a pagar un "rescate" para quedar en posesión de una tierra que siempre les
había pertenecido; y por si eso no bastara, el rescate fijado superaba en mucho el
verdadero valor de la misma. Diez años después de la liberación, los mismos
terratenientes reconocieron ante los funcionarios del Gobierno encargados de estudiar
la situación de la agricultura que se había obligado a los campesinos no sólo a
pagar su tierra, sino también su libertad. Pero aun habiéndoles cobrado el rescate de su
libertad individual, no se les convirtió en hombres libres, pues se les dejó por
veinte años en dependencia temporal, se les dejó -y siguen hoy día en una situación
de sector social inferior: pueden ser azotados, están obligados a pagar tributos
especiales, o no pueden abandonar libremente la comunidad semifeudal ni disponer
libremente de su tierra ni instalarse libremente en cualquier lugar del país.
Nuestra Reforma campesina no constituye una prueba de magnanimidad del
Gobierno; al contrario, es un gran ejemplo histórico de cómo se envilece cualquier
empresa que pasa por las manos del Gobierno autocrático. Bajo la influencia
de la derrota militar, de las terribles dificultades financieras y de las
amenazadoras explosiones de indignación de los campesinos, el Gobierno se vio
realmente obligado a concederles la libertad. El propio zar tuvo que reconocer la
necesidad de liberar a los campesinos desde arriba antes de que empezaran a
liberarse ellos mismos desde abajo. Pero al emprender la liberación, el gobierno
hizo todo lo posible y hasta lo imposible para satisfacer la voracidad de los
"agraviados" señores feudales. Ni siquiera se detuvo ante la vileza de suplantar
fraudulentamente a las personas llamadas a aplicar la Reforma, ¡a pesar de que todas
ellas pertenecían a la nobleza! Los primeros mediadores de paz fueron sustituidos
por personas incapaces de oponerse al deseo de los señores feudales de engañar
a los campesinos incluso en el deslindamiento mismo de las tierras. Y la
gran Reforma no pudo ser aplicada sin recurrir a las tropas para que
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apaleasen y ametrallasen a los campesinos que se negaban a aceptar las actas
reglamentarias. No es de extrañar que los mejores hombres de aquella época,
amordazados por la censura, acogiesen esa gran Reforma con la maldición del silencio...
El campesino, "liberado" de la prestación personal, salió de las manos de los
reformadores tan oprimido, tan despojado y humillado, tan sujeto a su parcela, que no
le quedaba más salida que aceptar "voluntariamente" la prestación personal. Y empezó a
cultivar las tierras de su antiguo señor, tomándole "en arriendo" las tierras que antes le
pertenecieran -y que le habían sido arrebatadas en forma de recortes- y contratándose
en invierno para las labores estivales a cambio de un préstamo de grano que le
permitiese alimentar a su familia hambrienta. Pagos en trabajo y avasallamiento: a eso
quedó reducido, en realidad, el "trabajo libre", para el cual debía implorar el
campesino "la bendición de Dios", como le pedía el manifiesto redactado por un
pope jesuita. Y a esta opresión ejercida por el terrateniente, y sostenida merced a la
magnanimidad de los funcionarios que prepararon y aplicaron la Reforma, vino a
sumarse la opresión del capital. El poder del dinero, que mantiene subyugado incluso
a un campesino como el francés, liberado del poder de los terratenientes no por
una reforma mezquina, de medias tintas, sino por una poderosa revolución
popular, ha caído con todo su peso sobre nuestro mujik semisiervo. Había que
conseguir dinero a toda costa para pagar los tributos, acrecentados por la bienhechora
Reforma; para arrendar tierra; para adquirir los míseros productos de la industria
fabril, que han empezado a desalojar a los productos domésticos de los campesinos;
para comprar pan , etc. El poder del dinero, además de oprimir a los campesinos,
los ha escindido; la inmensa mayoría se ha ido arruinando inconteniblemente,
convirtiéndose en proletarios; una minoría ha destacado de su seno grupos de
kulaks y mujiks hacendosos, poco numerosos pero de uñas bien afiladas, que se han
apoderado de la hacienda y la tierra de los demás campesinos y que forman la
naciente burguesía rural. Los cuarenta años transcurridos desde la abolición de la
servidumbre son un proceso ininterrumpido de proletarización, de lenta y dolorosa
extinción del campesinado. El campesino fue reducido a un mísero nivel de
vida: vivía con las bestias, vestía harapos y se alimentaba de hierbas. Y huía,
cuando pudo encontrar adónde, abandonando su parcela e incluso pagando a
quien quería hacerse cargo de ella, pues las cargas que imponía su posesión eran
superiores a los ingresos que proporcionaba. Los campesinos se hallaban en un
estado de inanición crónica y durante las malas cosechas, cada vez más frecuentes,
morían por decenas de miles, víctimas del hambre y de las epidemias.
Esta situación sigue existiendo, incluso hoy, en nuestro campo. ¿Cuál es la
salida, a qué medios recurrir para mejorar la suerte del campesino? Los
pequeños campesinos pueden sacudirse el yugo del capital únicamente
sumándose al movimiento obrero y ayudándole a luchar por el régimen socialista,
por convertir la tierra y otros medios de producción (fábricas, maquinas, etc.) en
propiedad social. Tratar de salvar al campesinado defendiendo la pequeña hacienda
y la pequeña propiedad contra el embate del capitalismo significaría frenar
inútilmente el desarrollo social, engañar al campesino con la ilusión de un posible
bienestar en el capitalismo y dividir a las clases trabajadoras, creando una situación
privilegiada para la minoría a expensas de la mayoría. Por eso, los socialdemócratas
lucharán siempre contra instituciones tan absurdas y perjudiciales como la
inalienabilidad de las parcelas campesinas, la caución solidaria, la prohibición de
abandonar libremente la comunidad campesina o de que ésta pueda admitir libremente a
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individuos pertenecientes a cualquier estamento. Pero hemos visto ya que los
padecimientos de nuestros campesinos se deben no sólo, e incluso no tanto, al yugo del
capital como al del terrateniente y a los restos de la servidumbre. La lucha implacable
contra estas trabas, que empeoran inconmensurablemente la situación de los campesinos
y los tienen atados de pies y manos, es posible y necesaria en beneficio de todo el
desarrollo social del país, pues la desesperada miseria, la ignorancia, la falta de derechos
y la humillación del mujik imprimen un sello de asiatismo a toda la vida de nuestra
patria. Y la socialdemocracia faltaría a su deber si no prestase todo el apoyo posible a
esa lucha. Tal apoyo, dicho en pocas palabras, debe consistir en llevar la lucha de
clases al campo.
Hemos visto que en el campo ruso de nuestros días existen contradicciones de clase de
dos tipos: primero, las contradicciones entre los obreros agrícolas y los patronos
rurales; segundo, las contradicciones entre todo el campesinado y toda la clase
de los terratenientes. La primera contradicción crece y se desarrolla: la segunda se va
debilitando poco a poco. La primera pertenece por entero al futuro; la segunda, en
medida considerable, al pasado. Y pese a ello, para los socialdemócratas rusos de
hoy, la segunda es precisamente la más esencial y la de mayor importancia práctica.
Se comprende de por sí, y es un axioma para todo socialdemócrata, que debemos
aprovechar cualquier ocasión que se nos ofrezca para desarrollar la conciencia de
clase de los obreros asalariados del agro y que, por ello, debemos prestar atención al
traslado de obreros urbanos al campo (por ejemplo, de mecánicos para las trilladoras
a vapor, etc.) y a los mercados de contratación de obreros agrícolas.
Pero nuestros obreros agrícolas están ligados aún al campesinado por vínculos
demasiado fuertes ¡sobre ellos pesan todavía demasiado las calamidades que azotan a
todos los campesinos. Por esta razón, el movimiento de los obreros agrícolas en modo
alguno puede, ni ahora ni en un futuro próximo, adquirir una significación nacional.
Por el contrario, barrer los restos de la servidumbre, extirpar de toda la vida del
Estado ruso el espíritu de la desigualdad estamental y la humillación de decenas de
millones de "plebeyos'' es un problema que tiene hoy importancia nacional y un
partido que pretenda desempeñar el papel de campeón en la lucha por la libertad no
puede eludirlo.
Casi todo el mundo reconoce hoy (en forma más o menos general) las calamidades que
padece el campesino. La frase de que la Reforma de 1861 tiene "defectos" y de que
es necesaria la ayuda del Estado se ha convertido en una perogrullada. Nuestro deber es
señalar que esas calamidades se deben precisamente a la opresión del campesinado
como clase; que el Gobierno es un fiel defensor de las clases opresoras, y que quienes
desean sincera y verdaderamente una mejoría radical de la situación del campesinado
no deben buscar la ayuda del Gobierno, sino el modo de librarse de su yugo y
conquistar la libertad política. Se afirma que los rescates son exorbitantes y que el
Gobierno haría bien en rebajarlos y conceder una moratoria. Diremos a esto que todos
esos rescates no son sino una expoliación de los campesinos por los terratenientes y
el Gobierno, encubierta con formas legales y frases burocráticas; no son sino un
tributo pagado a los señores feudales por la liberación de sus esclavos. Nosotros
exigiremos la abolición total e inmediata de los rescates y los tributos, exigiremos
que se devuelvan al pueblo los cientos de millones que durante muchos años ha
ido arrebatándole el Gobierno zarista para satisfacer los apetitos a los esclavistas. Se
dice que los campesinos tienen poca tierra, que se precisa la ayuda del Estado para
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darles más tierra. Responderemos a esto que, debido precisamente a la ayuda del
Estado -la ayuda a los terratenientes claro está- los campesinos se han visto
privados en tan gran número de casos de las tierras que tanto necesitan.
Exigiremos que se devuelvan a los campesinos los recortes, por medio de los cuales
se mantiene el trabajo forzado, avasallado, basado en la prestación personal, es
decir, de hecho, el trabajo de siervos. Exigiremos la constitución de comités campesinos
para corregir las escandalosas injusticias que han cometido con los esclavos en el
proceso de liberación los comités de nobles instituidos por el poder del zar.
Exigiremos la creación de tribunales que tengan derecho a rebajar las rentas
exorbitantes que los terratenientes han impuesto a los campesinos, abusando de la
situación desesperada de éstos, y ante los cuales puedan ellos denunciar por
usura a cuantos ajusten contratos leoninos, aprovechándose de la extrema miseria
de otros. Procuraremos, siempre y en todas las ocasiones, explicar a los
campesinos que quienes les hablan de tutelas o ayudas del Estado moderno
son unos tontainas o unos charlatanes y sus peores enemigos; que los campesinos
necesitan ante todo, liberarse de la arbitrariedad y la opresión del poder
burocrático; que necesitan, sobre todo, que se reconozca su plena y absoluta
igualdad de derechos en los diversos aspectos con respecto a los demás
estamentos, que se reconozca la completa libertad de desplazamiento y de
traslado, la libertad de disponer de la tierra, la libertad de disponer de todos
los asuntos y de todos 'los ingresos del mir (comunidad campesina.-Ed.). Los
hechos más corrientes de la vida de cualquier aldea rusa pueden proporcionar en
todo momento miles de argumentos para hacer agitación en favor de las
reivindicaciones mencionadas. Esta agitación debe partir de las más apremiantes
necesidades concretas de los campesinos de cada lugar, pero sin limitarse a ellas,
sino procurando ampliar sin cesar el horizonte de los campesinos, desarrollar
incansablemente su conciencia política, señalar el lugar especial que ocupan en el
Estado los terratenientes y los campesinos, indicar el único camino que puede
liberar al campo del yugo de la arbitrariedad y la opresión que pesa sobre él: la
convocación de una asamblea de representantes del pueblo, el derrocamiento de la
autocracia de los funcionarios. Es absurdo y ridículo el aserto de que esta
reivindicación de libertades políticas no está al alcance de la conciencia de los
obreros. No sólo los obreros, que han vivido años de lucha abierta contra los
fabricantes y la policía y que ven constantemente las detenciones y las
persecuciones arbitrarias de que se hace víctima a los mejores de entre ellos; no
sólo estos obreros, contagiados ya de socialismo, sino cualquier campesino
despierto, por poco que medite en lo que ve en torno suyo, podrá comprender y
asimilar por qué luchan los obreros, podrá comprender la idea de un Zemski Sabor
que libere a todo el país del poder omnímodo de los odiados funcionarios. Y la
agitación basada en las necesidades inmediatas y más apremiantes de los
campesinos sólo podrá cumplir su misión -llevar la lucha de clases al
campo- cuando cada vez que denuncia algún mal "económico" sepa plantear, en
relación con ello, reivindicaciones políticas concretas.
Ahora bien, ¿puede el Partido Obrero Socialdemócrata incluir en su programa
reivindicaciones del tipo de las mencionadas? ¿Puede encargarse de la agitación entre
los campesinos? ¿No significará eso que desperdigamos nuestras fuerzas
revolucionarias, de por sí tan poco numerosas, y que las apartamos del cauce principal
del movimiento, del único cauce seguro?
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Tales objeciones se basan en una incomprensión. Sí, tenemos el deber ineludible de
incluir en nuestro programa la reivindicación de que se libere a nuestro campo de
toda supervivencia de la esclavitud; debemos incluir reivindicaciones capaces de
despertar entre la parte mejor del campesinado, si no una lucha política independiente,
por lo menos un apoyo consciente a la lucha emancipadora que sostiene la clase obrera.
Cometeríamos un error si propugnáramos medidas capaces de frenar el desarrollo social
o de preservar artificialmente al pequeño campesino del desarrollo del capitalismo, del
desarrollo de la gran producción; pero el error sería aún más funesto si no
supiésemos aprovechar el movimiento obrero para difundir entre el campesinado
las reivindicaciones democráticas que no pudo satisfacer la Reforma del 19 de febrero
de 1861 por haberla desfigurado los terratenientes y los funcionarios. Nuestro
Partido debe incluir esas reivindicaciones si quiere marchar al frente de todo el
pueblo en la lucha contra la autocracia. Pero tal inclusión no significa en modo
alguno que nos dediquemos a invitar a las fuerzas revolucionarias activas de la
ciudad a que se vayan al campo. Ni mucho menos. No cabe la menor duda de
que todos los elementos combativos del Partido deben procurar ir a las ciudades y a
los centros fabriles, de que sólo el proletariado industrial es capaz de luchar en masa
y resueltamente contra la autocracia, de que sólo ese proletariado es capaz de
soportar todo el peso de medios de lucha como son celebrar una manifestación
pública o asegurar la salida regular y la amplia difusión de un periódico político
popular. Y si nosotros debemos incluir en nuestro programa las reivindicaciones
campesinas, no es para sacar de la ciudad a los socialdemócratas convencidos y
enviarlos al campo, no es para atarlos al campo. No, no es para eso, sino para
proporcionar una guía a la actividad de las fuerzas que no pueden encontrar
aplicación más que en el campo, para aprovechar, en beneficio de la causa
democrática y de la lucha política por la libertad, los vínculos con el campo que
las circunstancias ofrecen a muchos intelectuales y obreros fieles a la socialdemocracia
y que necesariamente se amplían y multiplican a medida que se desarrolla el
movimiento. Hace ya mucho que hemos superado la etapa en que no éramos sino
un pequeño destacamento de voluntarios, en que toda la reserva de fuerzas
socialdemócratas se reducía a los círculos juveniles, entregados todos ellos a la
labor de “ir a los obreros”. Nuestro movimiento cuenta ahora con ejércitos enteros,
con el ejército de los obreros incorporados a la lucha por el socialismo y la
libertad, con el ejército de los intelectuales que han participado y participan en el
movimiento y que se han extendido ya por todos los confines de Rusia, con el
ejército de los simpatizantes que contemplan con fe y esperanza el movimiento
obrero y están dispuestos a prestarle mil servicios. Y ante nosotros se alza una gran
tarea: organizar todos estos ejércitos, organizarlos de modo que seamos capaces no
sólo de preparar explosiones fugaces, no sólo de asestar al enemigo golpes
ocasionales y dispersos (y por ello nada peligrosos), sino de perseguir al enemigo
con una lucha constante, tenaz, firme y desplegada en toda la línea y acosar al
Gobierno absolutista en todas partes donde siembre opresión y coseche odio.
Mas ¿acaso se puede conseguir esto sin esparcir en las masas de millones de
campesinos las semillas de la lucha de clases y de la conciencia política? Que no se
nos diga que tal cosa es imposible: no sólo es posible, sino que ya se está
produciendo, y, además, por miles de caminos que escapan a nuestra atención y a
nuestra influencia. Y cuando sepamos dar una consigna que permita ejercer esa
influencia e icemos la bandera de la liberación del campesinado ruso de todos los restos
del oprobioso régimen de la servidumbre, ese proceso se desarrollará con una amplitud
y una rapidez incomparablemente mayores. Los hombres del campo que acuden a las
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ciudades se fijan ya con curiosidad e interés en la lucha de los obreros -
incomprensible para ellos- y difunden la noticia de esta lucha por los rincones más
apartados del país. Podemos y debemos conseguir que la curiosidad de estos simples
espectadores vaya dando paso a la comprensión, aunque sólo sea confusa e incompleta,
de que los obreros luchan por los intereses de todo el pueblo y sea sustituida con una
simpatía cada vez mayor hacia esa lucha de los obreros . Y entonces, el día de la
victoria del partido obrero revolucionario sobre el Gobierno policíaco se acercará con
una rapidez insospechada por nosotros mismos.
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LUCHEMOS POR INCORPORAR A MILLONES DE INTEGRANTES DE LAS
MASAS AL FRENTE ÚNICO NACIONAL ANTIJAPONES
7 de mayo de 1937
Mao Tse-tung
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria. Nuestra
revista, cumpliendo con una de sus tareas, la difusión del marxismo-leninismo,
publica “LUCHEMOS POR INCORPORAR A MILLONES DE INTEGRANTES
DE LAS MASAS AL FRENTE ÚNICO NACIONAL ANTIJAPONES”, de la
autoría de Mao Tse-tung, y que se encuentra en el Tomo I, Obras Escogidas, versión
electrónica, con el objeto de que el movimiento revolucionario dominicano, posea un
material excelente para guiar sus pasos en la política de unidad y convergencia a que
estamos abocados en estos momentos dificilísimos que vive la patria dominicana.
[Conclusiones presentadas por el camarada Mao Tse-tung en la Conferencia Nacional
del Partido Comunista de China celebrada en mayo de 1937]
¡Camaradas! Durante la discusión realizada en estos últimos días sobre mi informe "Las
tareas del Partido Comunista de China en el período de la resistencia al Japón", todos
han manifestado su acuerdo con él, salvo algunos camaradas que han expresado
opiniones diferentes. Como estas opiniones son bastante importantes, las examinaré
primero en estas conclusiones, antes de pasar a otros problemas.
El problema de la paz
Por espacio de casi dos años, nuestro Partido ha luchado por la paz en el país. Después
de la III Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang, hemos dicho
que la paz ha sido alcanzada, que ha pasado la etapa de “lucha por la paz”, y que nuestra
nueva tarea es la "consolidación de la paz". Hemos señalado, además, que esta nueva
tarea está ligada con la "lucha por la democracia", es decir debemos consolidar la paz
mediante la lucha por la democracia. Pero, según algunos camaradas, nuestro punto de
vista carece de fundamento. Indudablemente sus conclusiones son opuestas a las
nuestras, u oscilan entre dos posiciones, pues afirman: "El Japón está retrocediendo[1],
Nankín se muestra más vacilante que nunca, y las contradicciones entre las dos naciones
se atenúan mientras que las existentes en el interior del país se agravan." Naturalmente,
de acuerdo con esta apreciación, la cuestión de una nueva etapa y de una nueva tarea no
existe, y la situación ha vuelto a su etapa anterior o se ha deteriorado aún más.
Considero incorrecta esta apreciación.
Cuando decimos que la paz ha sido alcanzada, no queremos decir que esté consolidada;
por el contrario, decimos que no lo está. Establecer la paz es una cosa y consolidarla es
otra. Es posible que la historia vuelva atrás temporalmente y que la paz experimente
vicisitudes, debido a la existencia del imperialismo japonés, de los traidores a la patria y
del grupo projaponés. Pero el hecho es que se ha logrado la paz interna después del
Incidente de Sían; esta situación es producto de una serie de factores (política
fundamental japonesa de agresión; actitud de la Unión Soviética y también de
Inglaterra, los Estados Unidos y Francia en favor de la paz interna de China; presión
ejercida por el pueblo chino; política de paz del Partido Comunista de China durante el
Incidente de Sían y su política de poner fin al enfrentamiento del Poder rojo con el del
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Kuomintang; división de la burguesía y del Kuomintang, etc.), y Chiang Kai-shek es
impotente para establecer o romper por sí solo la paz interna. Para romperla, tendría que
luchar contra múltiples fuerzas y aproximarse a los imperialistas japoneses y al grupo
projaponés. Indudablemente, el imperialismo japonés y el grupo projaponés tratan aún
de hacer que continúe la guerra civil en China. Precisamente por eso la paz no está
consolidada. En estas circunstancias, nuestra conclusión es que no debemos retroceder a
las viejas consignas de "Poner fin a la guerra civil" y "Luchar por la paz", sino dar un
paso adelante lanzando la nueva consigna de "Luchar por la democracia". Sólo así
podremos consolidar la paz interna y hacer realidad la resistencia armada al Japón. ¿Por
qué lanzamos la triple consigna de "Consolidar la paz", "Luchar por la democracia" y
"Resistir al Japón"? Porque queremos, y la situación actual nos lo permite, impulsar
hacia adelante la rueda de la revolución. Si se niega la existencia de una nueva etapa y
de una nueva tarea, si se niega el hecho de que el Kuomintang "ha comenzado a
cambiar" y, lógicamente, se niegan también los éxitos obtenidos por las distintas fuerzas
que luchan desde hace año y medio por la paz interna, se permanecerá en el mismo sitio,
sin avanzar un solo paso.
¿Por qué esos camaradas hacen una apreciación tan inadecuada? Porque, al examinar la
actual situación, no parten de lo fundamental, sino de un cierto número de fenómenos
parciales y transitorios (la diplomacia de Sato, el proceso de Suchou[2], la represión de
huelgas, el traslado al Este del Ejército del Nordeste[3], la partida del general Yang Ju-
cheng al extranjero[4], etc.), y de este modo forman un cuadro sombrío. Decimos que el
Kuomintang ha comenzado a cambiar, pero al mismo tiempo afirmamos que aún no ha
efectuado un cambio completo. Es inconcebible que la política reaccionaria seguida por
el Kuomintang en los últimos diez años pueda cambiar radicalmente sin nuevos
esfuerzos, sin más y mayores esfuerzos de nuestra parte y del pueblo. No pocas
personas, que se proclaman hombres de "izquierda" que solían condenar violentamente
al Kuomintang y en los momentos del Incidente de Sían abogaban por dar muerte a
Chiang Kai-shek y por "forzar el paso de Tungkuan"[5], se asombran de que, apenas
establecida la paz, se produzcan acontecimientos como el proceso de Suchou, y
preguntan: "¿Por qué Chiang Kai-shek aún hace estas cosas?" Esas personas deben
comprender que ni los comunistas, ni Chiang Kai-shek son seres sobrenaturales, ni
individuos aislados, sino miembros de un partido y elementos de una clase. El Partido
Comunista es capaz de hacer avanzar la revolución paso a paso, pero es impotente para
barrer, de la noche a la mañana, todos los males que padece el país. Chiang Kai-shek y
el Kuomintang han comenzado a cambiar; pero sin mayores esfuerzos de parte de todo
el pueblo, no podrá limpiarse en un solo día la suciedad acumulada en los últimos diez
años. Decimos que el desarrollo de los acontecimientos conduce hacia la paz, la
democracia y la resistencia armada al Japón, pero esto no quiere decir que sin esforzarse
sea posible suprimir definitivamente antiguos males como la guerra civil, la dictadura y
la no resistencia. Sólo con lucha y esfuerzos, que han de hacerse durante largo tiempo,
podremos terminar con esos males inveterados, con esa suciedad, superar las vicisitudes
en el curso de la revolución e incluso prevenir el posible retroceso de la misma.
"Sólo piensan en destruirnos." Es verdad, ellos siempre buscan nuestra destrucción.
Admito plenamente la justeza de esta apreciación, y no tener eso en cuenta sería como
estar dormidos. Pero el problema consiste en si han cambiado los métodos con que
quieren destruirnos. Pienso que sí. La política de guerra y matanza ha dejado lugar a la
de reformas y engaños, la política dura a la blanda, y la táctica militar a la táctica
política. ¿Por qué tales cambios? Frente al imperialismo japonés, la burguesía y el
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Kuomintang están obligados a buscar momentáneamente un aliado en el proletariado,
así como nosotros lo buscamos en la burguesía. Al examinar el problema, hay que partir
de este punto. Y si, en el plano internacional, el Gobierno francés ha pasado de la
hostilidad hacia la Unión Soviética a la alianza con ella[6] lo ha hecho por el mismo
motivo. Nuestras tareas internas han pasado también del terreno militar al político. No
necesitamos de complots ni intrigas; nuestro objetivo es vencer al imperialismo japonés
mediante un esfuerzo común, uniéndonos con todos aquellos elementos de la burguesía
y del Kuomintang que estén en favor de la resistencia al Japón.
El problema de la democracia
"Insistir en la democracia es erróneo, hay que hacer hincapié únicamente en la
resistencia al Japón; sin una acción directa contra el Japón, no puede haber movimiento
por la democracia; la mayoría de la gente sólo exige la resistencia al Japón y no la
democracia, y vendría bien otro Movimiento del g de Diciembre."
Permítanme ante todo hacer algunas preguntas: ¿Se puede decir que en la anterior etapa
(del Movimiento del 9 de Diciembre de 1935 a la III Sesión Plenaria del Comité
Ejecutivo Central del Kuomintang realizada en febrero de 1937) la mayoría exigía
solamente la resistencia al Japón y no la paz interna? ¿Era erróneo poner el acento sobre
esta paz? ¿Era acaso imposible que existiera un movimiento por la paz interna sin que
hubiera acciones directas contra el Japón? (El Incidente de Sían y la III Sesión Plenaria
del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang tuvieron lugar precisamente después del
término de la resistencia armada en Suiyuán y hoy no hay todavía nada semejante a
dicha resistencia ni al Movimiento del 9 de Diciembre.) Todo el mundo sabe que para
resistir al Japón hace falta la paz interna, que sin ella no puede haber resistencia al
Japón, y que esta paz es una condición para la resistencia. En la etapa precedente, todas
las actividades antijaponesas, directas o indirectas (del Movimiento del 9 de Diciembre
a la III Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang), se realizaron en
torno a la lucha por la paz interna, que en aquel tiempo era el eslabón central, el
elemento esencial del movimiento antijaponés.
De la misma manera, en la nueva etapa, la democracia es esencial para resistir al Japón,
y luchar por la democracia es luchar por la resistencia. La resistencia y la democracia se
condicionan mutuamente, tal como la resistencia y la paz interna, o la democracia y la
paz interna. La democracia es la garantía de la resistencia, y ésta puede crear
condiciones favorables al desarrollo del movimiento por la democracia.
Esperamos tener, e indudablemente tendremos, numerosas luchas directas e indirectas
contra el Japón en esta nueva etapa; estas luchas impulsarán la resistencia armada al
Japón y ayudarán considerablemente al movimiento por la democracia. Pero, en la tarea
que nos asigna la historia, la lucha por la democracia es lo principal, lo esencial. ¿Es
pues erróneo insistir en la democracia? Pienso que no.
"El Japón está retrocediendo, Inglaterra y el Japón tienden a un compromiso y Nankín
se muestra más vacilante que nunca." Estas son inquietudes infundadas que provienen
de la ignorancia de las leyes del desarrollo histórico. Si, a causa de una revolución en el
Japón, éste se retirara realmente de nuestro país, eso ayudaría a la revolución china,
respondería a lo que esperamos y marcaría el comienzo del derrumbe del frente mundial
de la agresión. ¿Qué razón habría para inquietarse entonces? Pero, la verdad sea dicha,
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las cosas todavía no son así. Las gestiones diplomáticas de Sato son preparativos para
una guerra de gran envergadura, y esa guerra está ahí, delante de nosotros. La vacilante
política inglesa no conducirá a nada, pues el choque de intereses entre Inglaterra y el
Japón así lo determina. Si Nankín continúa con sus vacilaciones durante mucho tiempo,
se convertirá en enemigo de todo el pueblo; además, no se lo permitirán sus propios
intereses. Un retroceso temporal no puede cambiar las leyes generales de la historia. Por
lo tanto, no se puede negar la existencia de una nueva etapa, ni la necesidad de plantear
como tarea la lucha por la democracia. Por otra parte, la consigna por la democracia es
apropiada en todas las circunstancias, pues como todos saben, no es mucha sino
demasiado poca la democracia de que goza el pueblo chino. Además, los hechos nos
han mostrado que al definir la nueva etapa y formular la tarea de lucha por la
democracia, damos un paso hacia la resistencia armada al Japón. Los acontecimientos
están en marcha, ¡no los hagamos retroceder!
"¿Por qué insistir tanto en una asamblea nacional?" Porque ésta podrá influir sobre
todos los aspectos de la vida del país, porque será el puente que permita pasar de la
dictadura reaccionaria a la democracia, porque tendrá carácter de defensa nacional,
porque será una institución legal. Nuestros camaradas tienen perfecta razón cuando
proponen recobrar el Este de Jopei y el Norte de Chajar, combatir el contrabando[7],
luchar contra la "colaboración económica"[8], etc., pero todo esto y la lucha por la
democracia y por una asamblea nacional, lejos de entrar en contradicción, más bien se
complementan. Lo esencial es, sin embargo, la asamblea nacional y las libertades para
el pueblo.
La lucha diaria contra el Japón y la lucha por el mejoramiento de las condiciones de
vida del pueblo deben estar ligadas al movimiento por la democracia; esto es totalmente
justo y nadie lo discute. Sin embargo, en la etapa actual, la tarea central y esencial es la
lucha por la democracia y la libertad.
El problema del porvenir de la revolución
Algunos camaradas han planteado este problema. Aquí sólo puedo responderles
brevemente.
Cuando uno escribe un artículo, debe terminar la primera parte antes de comenzar la
segunda. Dirigir resueltamente la revolución democrática es la condición para la victoria
del socialismo. Luchamos por el socialismo, y esto es lo que nos distingue de los
simples partidarios de los Tres Principios del Pueblo revolucionarios. Nuestros actuales
esfuerzos se orientan hacia ese gran objetivo del porvenir; si lo perdemos de vista,
dejaremos de ser comunistas. Pero también dejaremos de serlo si disminuimos nuestros
esfuerzos de hoy.
Somos partidarios de la teoría de la transformación de la revolución[9], estamos por la
transformación de la revolución democrática en revolución socialista. La revolución
democrática pasará por varias etapas de desarrollo, todas bajo la consigna de una
república democrática. El paso de la preponderancia de la burguesía a la del proletariado
es un largo proceso de lucha, de lucha por la hegemonía, cuyo éxito dependerá de los
esfuerzos del Partido Comunista por elevar el nivel de conciencia política y de
organización tanto del proletariado como de los campesinos y la pequeña burguesía
urbana.
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El firme aliado del proletariado es el campesinado, y en segundo término, la pequeña
burguesía urbana. Es la burguesía la que se enfrenta con nosotros por la hegemonía.
Para superar la vacilación y la inconsecuencia de la burguesía, debemos apoyarnos en la
fuerza de las masas y en una política correcta; de lo contrario, la burguesía se impondrá
al proletariado.
Esperamos que la transformación sea incruenta, y debemos esforzarnos por lograrlo,
pero eso dependerá de la fuerza que posean las masas.
Somos partidarios de la teoría de la transformación de la revolución y no de la teoría
trotskista de la "revolución permanente"[10]. Nos pronunciamos por llegar al socialismo
pasando por todas las etapas necesarias del desarrollo de la república democrática. Nos
oponemos al seguidismo, pero también al aventurerismo y a la precipitación.
Rechazar, con el pretexto de que sólo será temporal, la participación de la burguesía en
la revolución, y calificar de capitulación la alianza con los sectores antijaponeses de la
burguesía (en un país semicolonial) es un punto de vista trotskista, con el que no
podemos estar de acuerdo. Actualmente, esta alianza constituye, en realidad, un puente
que hay que atravesar en nuestra marcha hacia el socialismo.
El problema de los cuadros
Para dirigir una gran revolución, se requiere un gran partido y muchos y magníficos
cuadros. En China, cuya población asciende a 450 millones, sería imposible llevar a
cabo una gran revolución, una revolución sin precedentes en la historia, si sólo hubiera,
para dirigirla, un estrecho y pequeño grupo de gente, o si en el Partido no hubiese más
que dirigentes y cuadros incompetentes, miopes y con ideas mezquinas. El Partido
Comunista de China es desde hace mucho tiempo un partido grande y lo sigue siendo a
pesar de las pérdidas sufridas durante el período de la reacción; cuenta con muchos
buenos dirigentes y cuadros, pero éstos aún no son suficientes. Nuestro Partido debe
extender sus organizaciones a todo el país, formar conscientemente a decenas de miles
de cuadros y disponer de centenares de excelentes dirigentes de masas. Deben ser
cuadros y dirigentes versados en marxismo-leninismo, perspicaces en lo político,
competentes en el trabajo, impregnados de espíritu de sacrificio, capaces de resolver
independientemente los problemas, indoblegables ante las dificultades y fieles en su
servicio a la nación, a la clase y al Partido. Apoyándose en estos cuadros y dirigentes, el
Partido asegurará su ligazón con la militancia y con las masas, y apoyándose en la firme
dirección de ellos sobre las masas, el Partido logrará vencer al enemigo. Ser ajenos al
egoísmo, al heroísmo individualista y la ostentación, a la indolencia y la pasividad, al
sectarismo altanero, y ser desinteresados héroes de la nación y de la clase: he aquí las
cualidades y el estilo de trabajo que deben tener los militantes, cuadros y dirigentes de
nuestro Partido. Esta es la herencia espiritual que nos han legado las decenas de miles
de miembros del Partido, los millares de cuadros y las decenas de excelentes dirigentes
que han dado su vida por nuestra causa. Sin lugar a duda; debemos adquirir esas
cualidades, para formarnos mejor y elevarnos a un nivel revolucionario más alto. Pero
esto no es suficiente; tenemos todavía otra tarea: descubrir un gran número de nuevos
cuadros y dirigentes en el Partido y en el país. Nuestra revolución depende de los
cuadros. Como dijo Stalin, "los cuadros lo deciden todo"[11].
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El problema de la democracia dentro del partido
Para alcanzar esos objetivos, es necesaria la democracia dentro del Partido. Si se desea
que el Partido sea fuerte, hay que aplicar el centralismo democrático para desplegar la
iniciativa de todos sus miembros. En el período de la reacción y de la guerra civil, el
centralismo fue más pronunciado. En el nuevo período, debe estar estrechamente ligado
a la democracia. Mediante la práctica de la democracia, desarrollaremos la iniciativa de
toda la militancia. Mediante el desarrollo de esta iniciativa, formaremos una gran
cantidad de nuevos cuadros, liquidaremos las supervivencias del sectarismo y daremos
al Partido una unidad tan fuerte como el acero.
Unidad de la conferencia y de todo el partido
Después de dar algunas explicaciones, las diferencias de opinión que se manifestaron en
el curso de la Conferencia sobre problemas políticos han dejado lugar a un acuerdo, y
las divergencias que existieron entre la línea del Comité Central y la línea de retirada
encabezada por ciertos camaradas, también han sido resueltas[12], lo cual demuestra
que nuestro Partido está sólidamente unido. Esta unidad constituye la base más
importante de la actual revolución nacional y democrática, porque solamente con la
unidad del Partido Comunista se podrá alcanzar la unidad de toda la clase y de toda la
nación; solamente con la unidad de toda la clase y de toda la nación se podrá vencer al
enemigo y dar cima a la revolución nacional y democrática.
Luchemos por incorporar a millones de integrantes de las masas al frente único
nacional anti-japonés
Nuestra justa orientación política y nuestra sólida unidad tienen por objetivo incorporar
a millones de integrantes de las masas al frente único nacional antijaponés. Las grandes
masas del proletariado, de los campesinos y de la pequeña burguesía urbana necesitan
nuestro trabajo de propaganda, agitación y organización. Se requieren mayores
esfuerzos de nuestra parte para establecer una alianza con los sectores antijaponeses de
la burguesía. Para que las masas hagan suya la política del Partido, aún debernos
realizar esfuerzos prolongados y continuos, inflexibles y enérgicos, arduos y tenaces,
pacientes y perseverantes. Sin tales esfuerzos, no conseguiremos nada. La formación y
consolidación del frente único nacional antijaponés, el cumplimiento de las tareas de
este frente y el establecimiento de una república democrática en China son
absolutamente inseparables de esos esfuerzos por ganar a las masas. Si, gracias a esos
esfuerzos, logramos reunir bajo nuestra dirección a millones de integrantes de las masas,
podremos cumplir pronto nuestra tarea revolucionaria. Con nuestros esfuerzos
aplastaremos sin duda alguna al imperialismo japonés y lograremos la completa
emancipación nacional y social.
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NOTAS
[1] Después del Incidente de Sían, por un momento los imperialistas japoneses hicieron
gestos conciliatorios para incitar a las autoridades del Kuomintang a que socavaran la
paz interna que comenzaba a instaurarse en China, y a que rompieran el frente único
nacional antijaponés que se estaba constituyendo. Indujeron al Gobierno Autónomo
títere de Mongolia Interior a que enviara al gobierno del Kuomintang en Nankín dos
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mensajes manifestándole su lealtad, uno en diciembre de 1936 y otro en marzo de 1937.
El propio ministro de Relaciones Exteriores del Japón, Sato, halagó públicamente a
Chiang Kai-shek, declarando astutamente que el Japón deseaba mejorar sus relaciones
con China y ayudarla en su unificación política y recuperación económica. Por otra
parte, el Japón envió a China un llamado Grupo de Estudios Económicos dirigido por el
magnate de las finanzas Kenji Kodama, para "ayudar" a China a "organizarse en un
Estado moderno ".Estas intrigas agresivas del Japón eran lo que se conocía como la
"diplomacia de Sato" y que ciertas personas engañadas por las estratagemas de los
imperialistas japoneses llamaban "retroceso del Japón".
[2] En noviembre de 1936, el gobierno del Kuomintang arrestó en Shanghai a siete
dirigentes del movimiento por la resistencia al Japón y la salvación nacional, entre los
que se encontraba Shen Chün-yu. En abril de 1937, la Alta Corte del Kuomintang en
Suchou los sometió a proceso, inculpándolos de "atentado contra la República",
acusación arbitraria que utilizaban habitualmente las autoridades reaccionarias del
Kuomintang contra todo movimiento patriótico.
[3] Antes del Incidente de Sían, el Ejército del Nordeste estaba acantonado en los
límites entre Shensí y Kansú, en contacto directo con el Ejército Rojo del Norte de
Shensí. Grandemente influenciado por éste, realizó el Incidente de Sían. En marzo de
1937, los reaccionarios del Kuomintang, con el propósito de romper los lazos que lo
unían con el Ejército Rojo y sembrar discordia en sus filas, lo obligaron a dirigirse hacia
el Este para ir a Jonán y Anjui.
[4] El general Yang Ju-cheng, uno de los jefes militares del Noroeste, realizó junto con
Chang Süe-liang el Incidente de Sían. Por ese motivo, se hicieron populares y eran
llamados "Chang-Yang". Después que Chiang Kai-shek fue puesto en libertad, Chang
Süe-liang lo acompañó a Nankín, donde fue detenido en seguida. En abril de 1937,
Yang Ju-cheng Fue destituido por la pandilla reaccionaria del Kuomintang y obligado a
expatriarse. Cuando comenzó la Guerra de Resistencia, Yang volvió a China, dispuesto
a tomar parte en la lucha contra el Japón, pero fue detenido por Chiang Kai-shek y
permaneció encarcelado hasta septiembre de 1949, fecha en que fue asesinado en un
campo de concentración cuando el Ejército Popular de Liberación se aproximaba a
Chungching.
[5] Importante paso estratégico en el punto de unión entre Shensí, Jonán y Shansí.
Durante el Incidente de Sían, las tropas del Kuomintang estaban acantonadas
principalmente al Este de dicho paso. Algunas personas que se proclamaban hombres de
"izquierda", entre ellas Chang Kuo-tao, insistían en que el Ejército Rojo "forzara el paso
de Tungkuan", es decir, que pasara a la ofensiva contra las tropas del Kuomintang. Esta
propuesta iba contra la política del Comité Central del Partido que buscaba un arreglo
pacífico del Incidente de Sían.
[6] Después de la Revolución de Octubre, el imperialismo francés mantuvo durante
mucho tiempo una política hostil hacia la Unión Soviética. Desde 1918 hasta 1920, el
Gobierno francés tomó parte activa en la intervención armada de catorce potencias
contra la Unión Soviética y siguió su reaccionaria política de aislar a este país aun
después del fracaso de la intervención. Solamente en mayo de 1935, gracias a la
influencia entre el pueblo francés de la política exterior soviética de paz y debido
también a la amenaza de la Alemania fascista, Francia concluyó con la Unión Soviética
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un pacto de asistencia recíproca. Pero el reaccionario Gobierno francés no cumplió
fielmente dicho pacto.
[7] Se refiere al contrabando de mercancías japonesas en China.
[8] Consigna del imperialismo japonés tendiente al saqueo y la agresión económica
contra China.
[9] Véanse C. Marx y F. Engels, Manifiesto del Partido Comunista, IV; V. I. Lenin, Dos
tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, 12 y 13; Compendio de
Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS, cap. III.
[10] Véanse J. V. Stalin, "Los fundamentos del leninismo", III; "La Revolución de
Octubre y la táctica de los comunistas rusos", II; "Cuestiones del leninismo", III.
[11] Véase el "Discurso pronunciado en el Palacio del Kremlin, ante la promoción de
mandos salidos de las academias del Ejército Rojo" (mayo de 1935), en el que Stalin
dijo: "[...] de todos los valiosos capitales que existen en el mundo, el capital más
precioso y decisivo lo constituyen los hombres, los cuadros. Es necesario que se
comprenda que, en nuestras actuales condiciones, 'los cuadros lo deciden todo'."
[12] Se hace referencia aquí a las divergencias existentes de 1935 a 1936 entre la línea
del Comité Central del Partido y la línea de retirada de Chang Kuo-tao. Véase "Sobre la
táctica de la lucha contra el imperialismo japonés", nota 23, en el presente tomo. Al
decir que "las divergencias [...] han sido resueltas", el camarada Mao Tse-tung se refería
a la reunión de las fuerzas del Ejército del IV Frente con el Ejército Rojo Central. En
cuanto a la traición abierta de Chang Kuo-tao al Partido y su degeneración en
contrarrevolucionario, hecho que se produjo posteriormente, ya no fue una cuestión de
divergencias sobre la línea del Partido, sino un acto de traición individual.
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EL PROBLEMA DE LA INDEPENDENCIA Y AUTODECISIÓN DENTRO DEL
FRENTE ÚNICO
5 de noviembre de 1938
Mao, gran líder histórico de la gloriosa revolución china, hoy traicionada por el revisionismo.
Mao Tse-tung
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria. Nuestra
revista, cumpliendo con una de sus tareas, la difusión del marxismo-leninismo,
publica “EL PROBLEMA DE LA INDEPENDENCIA Y AUTODECISIÓN
DENTRO DEL FRENTE ÚNICO”, de la autoría de Mao Tse-tung, y que se
encuentra en el Tomo II, Obras Escogidas, versión electrónica, con el objeto de que el
movimiento revolucionario dominicano, posea un material excelente para guiar sus
pasos en la política de unidad y convergencia a que estamos abocados en estos
momentos dificilísimos que vive la patria dominicana.
[Parte de las conclusiones presentadas por el camarada Mao Tse-tung en la VI Sesión
Plenaria del Comité Central elegido en el VI Congreso Nacional del Partido. La
independencia y autodecisión dentro del frente único era uno de los destacados
problemas relativos al frente único antijaponés sobre los cuales existían divergencias
entre el camarada Mao Tse-tung y Chen Shao-yu. Se trataba, en esencia, del problema
de la hegemonía del proletariado en el frente único. En su informe de diciembre de 1947
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("La situación actual y nuestras tareas"). El camarada Mao Tse-tung hizo un breve
resumen de estas discrepancias:
"Durante la Guerra de Resistencia, nuestro Partido combatió ideas semejantes a las de
los capitulacionistas [se refiere a las de Chen Tu-siu en el período de la Primera Guerra
Civil Revolucionaria], a saber, hacer concesiones a la política antipopular del
Kuomintang, tener más confianza en éste que en las masas populares, no atreverse a
movilizar audazmente a las masas para la lucha, a ampliar las regiones liberadas ni a
engrosar las fuerzas armadas populares en las zonas ocupadas por los invasores
japoneses, entregando así al Kuomintang la dirección de la Guerra de Resistencia.
Nuestro Partido luchó resueltamente contra estas ideas pusilánimes. decadentes y
contrarias a los principios del marxismo-leninismo, aplicó decididamente su línea
política de 'desarrollar las fuerzas progresistas, ganarse a las intermedias y aislar a las
recalcitrantes', y amplió en forma resuelta las regiones liberadas y el Ejército Popular de
liberación. Esto aseguró que nuestro Partido no sólo pudiera vencer al imperialismo
japonés en el período de su agresión, sino que, en el período posterior a la rendición del
Japón, durante la guerra contrarrevolucionaria desencadenada por Chiang Kai-shek,
pudiera pasar, con éxito y sin pérdidas, a oponer la guerra revolucionaria popular a la
guerra contrarrevolucionaria de Chiang Kai-shek y lograr grandes victorias en corto
tiempo. Todos los miembros del Partido deben grabar muy bien en su memoria estas
experiencias de la historia."]
La ayuda y las concesiones deben ser positivas, no negativas
Para una cooperación a largo plazo es necesario que haya ayuda y concesiones mutuas
entre todos los partidos y grupos políticos que forman el frente único; pero éstas deben
ser positivas, no negativas. Debemos consolidar y ampliar nuestro Partido y nuestro
ejército, y al mismo tiempo apoyar la consolidación y ampliación de los partidos y
ejércitos amigos; el pueblo reclama del gobierno la satisfacción de sus reivindicaciones
políticas y económicas, y a la vez le presta toda ayuda posible que vaya en beneficio de
la Guerra de Resistencia; los obreros exigen a los dueños de fábricas que mejoren su
situación, y al mismo tiempo trabajan con ahínco en interés de la resistencia al Japón;
los terratenientes deben reducir los arriendos y los intereses, y por su parte, los
campesinos deben pagarlos, con el fin de unirse contra la agresión extranjera. Todos
estos principios y orientaciones de ayuda mutua son positivos, no negativos ni
unilaterales. Lo mismo se puede decir acerca de las concesiones mutuas. Cada una de
las partes debe abstenerse de socavar la base de la otra y de formar células secretas
dentro de su partido, gobierno o ejército. Por nuestra parte, esto quiere decir que no
organizaremos células secretas en el seno del Kuomintang, de su gobierno o de su
ejército, a fin de que este partido esté tranquilo, lo cual va en interés de la resistencia al
Japón. Viene precisamente al caso la frase: "Abstenerse de hacer una cosa para poder
hacer otra."[1] Si no hubiéramos reorganizado el Ejército Rojo, cambiado el régimen
administrativo de las zonas rojas, ni abandonado la política de insurrección, no se habría
podido emprender una guerra de amplitud nacional contra los invasores japoneses.
Haciendo concesiones en una cosa, hemos logrado otra; con medidas negativas hemos
obtenido resultados positivos. "Retroceder para saltar mejor"[2]; esto es leninismo.
Considerar las concesiones como algo puramente negativo es contrario al marxismo-
leninismo. Es cierto que se han dado casos de concesiones puramente negativas, como
la teoría de la colaboración entre el trabajo y el capital preconizada por la II
Internacional[3], por la que toda una clase y una revolución fueron traicionadas. En
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China, Chen Tu-siu y, después de él, Chang Kuo-tao, fueron capitulacionistas; debemos
oponernos enérgicamente al capitulacionismo. Por nuestra parte, cuando hacemos
concesiones, retrocedemos, pasamos a la defensiva o nos detenemos, ya sea con
relación a los aliados o a los enemigos, debemos considerarlo como parte del conjunto
de nuestra política revolucionaria, como un eslabón indispensable de la línea
revolucionaria general, como un recodo en un camino sinuoso. En una palabra, todo
esto es positivo.
Identidad entre la lucha nacional y la lucha de clases
Sostener una larga guerra por medio de una cooperación a largo plazo, en otras palabras,
subordinar la lucha de clases a la actual lucha nacional de resistencia al Japón, es el
principio fundamental del frente único. Ateniéndose a este principio, hay que mantener
el carácter independiente de los partidos y de las clases y mantener su independencia y
autodecisión dentro del frente único; no se deben sacrificar los derechos esenciales de
los partidos y de las clases en aras de la cooperación y la unidad, sino por el contrario,
defenderlos resueltamente dentro de ciertos límites; sólo así puede promoverse la
cooperación, sólo así ésta puede existir en realidad. De otro modo, la cooperación se
convertiría en una amalgama, y el frente único inevitablemente sería sacrificado. En una
lucha de carácter nacional, la lucha de clases toma la forma de lucha nacional, lo que
manifiesta la identidad de las dos luchas. Por un lado, las exigencias políticas y
económicas de las diversas clases, durante un determinado período histórico, son
admisibles en la medida en que no rompan la cooperación; por el otro toda exigencia de
la lucha de clases debe partir de la necesidad de la lucha nacional (de la resistencia al
Japón). Así se establece la identidad entre la unidad y la independencia en el frente
único, y la identidad entre la lucha nacional y la lucha de clases.
"Todo a través del frente único" es una consigna errónea
El Kuomintang, partido en el Poder, no ha permitido hasta la fecha que el frente único
tome una forma orgánica. En la retaguardia enemiga, es imposible hacer "todo a través
del frente único"; allí tenemos que actuar con independencia y autodecisión conforme a
lo ya aprobado por el Kuomintang (por ejemplo, el Programa de Resistencia Armada y
Reconstrucción Nacional). O, dando por descontado que el Kuomintang estará de
acuerdo, podemos actuar primero e informar después. Así, por ejemplo, la creación del
cargo de comisarios administrativos y el envío de tropas a la provincia de Shantung no
se habrían realizado si hubiésemos tratado de conseguirlo "a través del frente único". Se
dice que el Partido Comunista Francés lanzó en el pasado la misma consigna, pero esto
se debió tal vez a que en Francia, a pesar de existir ya un comité conjunto de todos los
partidos, el Partido Socialista seguía actuando por su lado sin tener en cuenta el
programa acordado en común, por lo cual el Partido Comunista creyó necesario plantear
esa consigna para limitar las actividades del Partido Socialista, pero en ningún caso para
maniatarse a sí mismo. Ahora bien, en el caso de China, el Kuomintang ha privado a los
demás partidos políticos de los derechos de que él goza y trata de someterlos a sus
órdenes. Si lanzamos esta consigna para exigir del Kuomintang que haga "todo" con
nuestra aprobación, esto es imposible y ridículo. Si lo que deseamos es obtener la
aprobación previa del Kuomintang para "todo" lo que vayamos a realizar, ¿qué haremos
cuando el Kuomintang no esté de acuerdo? Como la política del Kuomintang consiste
en restringir nuestro crecimiento, no tenemos el menor motivo para lanzar semejante
consigna, que sólo puede servir para atarnos de pies y manos. En la actualidad, hay
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cosas para cuya ejecución debemos conseguir la previa aprobación del Kuomintang,
como es el engrosamiento de nuestras tres divisiones para convertirlas en tres cuerpos
de ejército con sus respectivas denominaciones; aquí se trata de "informar primero y
actuar después". En otros casos, como el reclutamiento de más de doscientos mil
hombres para aumentar nuestras fuerzas, debemos colocar al Kuomintang ante el hecho
consumado antes de informarle; esto es "actuar primero e informar después". Hay
también cosas, como la convocación de la Asamblea de la Región Fronteriza, que
debemos hacer sin informar por el momento, a sabiendas de que el Kuomintang no va a
aprobarlas actualmente. Pero hay otras que de momento no vamos a hacer ni a plantear,
cosas que, si se hicieran, comprometerían la situación general. En resumen, no debemos
ni romper el frente único ni atarnos de pies y manos; por eso, no debe lanzarse la
consigna de "Todo a través del frente único". En cuanto a la consigna de "Someter todo
al frente único", si se interpreta como "someter todo" a Chiang Kai-shek y a Yen Si-
shan, es también un error. Nuestra política es la de independencia y autodecisión dentro
del frente único, de unidad e independencia a la vez.
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NOTAS
[1] Cita del Mencio.
[2] V.I. Lenin: Resumen del libro de Hegel "Lecciones de historia de la filosofía".
[3] Teoría reaccionaria de la II Internacional, que aboga por la colaboración entre el
proletariado y la burguesía en los países capitalistas, y se opone al derrocamiento de la
dominación burguesa por medio de la revolución y al establecimiento de la dictadura
del proletariado.
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SECCIÓN 5
CRÍTICA ANTI-REVISIONISTA
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REFORMISMO ANTESALA DEL FASCISMO
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP)
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria. El pasado 11
de septiembre del año 2013, se cumplieron 40 años del golpe militar fascista en Chile.
Nos dignifica acoger, en nuestras páginas, el trabajo “REFORMISMO ANTESALA
DEL FASCISMO”, de la autoría del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria)
PC (AP), que resume las experiencias fundamentales que se desprenden de esa
tragedia. Sin dudas, este estudio, es una joya de valor incalculable, para el proceso
revolucionario de América Latina, que procura afanosamente el progreso, la libertad
y la democracia, de nuestros pueblos, en ruta hacia el socialismo y el comunismo,
haciendo conciencia de la crítica al revisionismo y al reformismo, que dificultan la
lucha revolucionaria y allanan el camino para que las fuerzas imperialistas
fortalezcan su dominio ignominioso.
Presentación
(De la primera edición 1998)
“REFORMISMO ANTESALA DEL FASCISMO” se publica por decisión del Comité
Central del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP) y está destinado a
reforzar la visión marxista-leninista, sobre la experiencia de la Unidad Popular “UP”, de
sus orígenes ideológicos y políticos, al tiempo que pone al desnudo las
responsabilidades ideológicas y políticas frente al golpe militar fascista de 1973.
La presente publicación está dirigida a todos los luchadores sociales, pero en forma
especial a las nuevas generaciones de revolucionarios, que solo han “conocido” por
boca de la burguesía en su versión fascista, “democrática”, revisionista, etc. todo lo
tocante al gobierno de la UP cuyo desenlace trajo consigo consecuencias trágicas y
nefastas para los trabajadores y pueblos de Chile. Por otro lado “Reformismo Antesala
del Fascismo” será una excelente vacuna para prevenir el virus del reformismo y el
revisionismo que hoy nuevamente ataca al movimiento popular en Chile.
Nuestros esfuerzos, también están dirigidos al conjunto del Movimiento Obrero y
Comunista Internacional, sobre el cual continúa la agresión ideológica de la burguesía y
su quinta columna: El revisionismo; el cual, aunque desprestigiado, continúa tirando
tierra a los ojos de los trabajadores y de los pueblos, sembrando ilusiones criminales
para así separarlos de la revolución y entregarlos desarmados a los enemigos de clase, al
imperialismo y a la reacción.
El primer artículo de esta publicación es el del camarada Eduardo Artés, Primer
Secretario de nuestro Partido Comunista (Acción Proletaria) PC (AP), quien ha estado
en la primera línea de lucha de los comunistas en Chile en estos últimos 18 años de
construcción partidaria y que vivió activamente todo el periodo de la UP y la resistencia
a la Dictadura Fascista.
El segundo artículo es obra del eminente comunista albanés Enver-Hoxha, quien fuera
el máximo dirigente de la heroica lucha del pueblo de Albania contra la ocupación Nazi-
Fascista, fundador y Primer Secretario del Partido del Trabajo de Albania y dirigente de
la antigua República Popular Socialista de Albania.
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Estamos seguros que “Reformismo Antesala del Fascismo”, acentuará el odio burgués y
revisionista contra nuestro PC (AP), pero también sabemos que significará un gran
fortalecimiento ideológico y político de los comunistas y de los revolucionarios.
¡Superando las ideas y políticas reformistas y revisionistas que llevaron al Movimiento
Obrero y Popular a la derrota, avancemos triunfantes hacia el futuro!
Comité Central del
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP)
Santiago/Septiembre/1998
Nota a la segunda edición (2003)
La segunda edición de Reformismo Antesala del Fascismo responde a la necesidad de
exponer la opinión marxista leninista respecto al debate que ha surgido en el marco de
la conmemoración 30 años del Golpe de Estado Fascista en Chile. Cabe señalar que en
esta segunda edición se conservan intactos los artículos originales, sumando tres más
para aumentar la calidad del material que tienes en tus manos. Respecto a los nuevos
artículos, estos han sido intervenidos en lo concerniente a redacción y ortografía, con el
solo propósito de mejorar la lectura de artículos eminentemente histórico-políticos.
Comité Central del
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP)
Santiago/Septiembre/2003
Nota a la tercera edición (2013)
Hace diez años reeditamos Reformismo Antesala del Fascismo con la inclusión de dos
artículos más que analizaban la situación política e histórica acaecida en 1973 y cuyas
repercusiones necesitaban un agudo examen a comienzos del siglo XXI. Este año, y con
motivo del 40 aniversario del Golpe de Estado Fascista del 11 de septiembre de 1973, y
al ya haber transcurrido diez años de la segunda edición, consideramos que esta obra
cobra una mayor relevancia de estudio por parte de los revolucionarios en Chile,
América Latina y en todos los rincones del planeta. El contexto internacional en el cual
la reeditamos traspasa las barreras nacionales y convierten a esta obra, que desde su
origen así lo era, en una pieza importante de todo revolucionario y todo internacionalista
proletario. Muchas cosas cambiaron políticamente, algunas para mal, otras para bien,
pero las enseñanzas de Reformismo Antesala del Fascismo siguen intactas y son un
claro ejemplo del camino correcto que siguen los comunistas desde el PC (AP). Por
último es importante leer esta obra en Chile, en especial para despejar quienes son
verdaderamente comunistas y quienes usan el comunismo de forma oportunista y
rastrera, desprestigiándolo al ser parte de la casta neoliberal que gobierna Chile.
Por último, cabe señalar que, a diferencia de la segunda edición, en esta tercera edición,
fueron reordenados los artículos por su secuencia temporal de aparición, es decir, desde
el más antiguo al más nuevo, con excepción del prólogo a la tercera edición, esperando
que la lectura de esta obra sea de vuestro agrado y ayude a la comprensión ideológica
del proletariado y pueblos de Chile y el mundo, los saluda:
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Comité Central del
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP)
Comisión Auxiliar del C.C.
Sobre Educación y Formación Política
Santiago/Chile/Agosto/2013
Prólogo a la tercera edición de reformismo antesala del fascismo 2013 con motivo
de los 40 años del golpe de estado fascista en septiembre de 1973
Camarada Alejandro,
Miembro del Comité Central del
Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP)
A 40 años del golpe la lucha continúa avanzando
Al cumplirse en septiembre 2013, cuarenta años del golpe militar fascista, la Comisión
de Formación del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria), PC (AP), ha
considerado necesario re-editar esta obra clave del pensamiento comunista chileno. En
la arena política y social, nacional e internacional, se han producido cambios, procesos y
transformaciones, que vuelven urgente la publicación de este documento de combate
contra las ideologías opuestas al marxismo-leninismo.
En la arena política, el desmantelamiento de la URSS, la caída de los países que alguna
vez fueron democracias populares, la restauración del capitalismo en otrora heroicos
países socialistas como China y Vietnam, han demostrado la justicia de la causa de la
lucha anti-revisionista que iniciaran los comunistas chinos y albaneses en la década de
1960. Sin negar los errores en que pudiesen haber caído estas experiencias, queda claro
que la traición y el oportunismo, el abandono de las banderas del socialismo científico,
provocó la corrupción al interior de los Partidos Comunistas, la desmoralización de las
masas populares, y prepararon el terreno ideal para que el imperialismo y sus agentes
revisionistas, de Jruschov a Gorvachov y Yeltsin, pudiesen fácilmente destruir dichos
países. Hoy una parte importante de esos países vive un auge de las luchas de las masas
que se expresa a nivel ideológico e historiográfico en la demonización del comunismo y
la justificación del fascismo. Sin embargo el bienestar que existió en dichos países
contrasta radicalmente con el capitalismo mafioso, nido de nazis, drogadicción y neo-
nazismo, y no por nada amplios sectores de masas anhelan aquel periodo y a los líderes
históricos que lo condujeron, principalmente a Lenin y a Stalin. Hoy los viejos
revisionistas que asumieron las tesis anti-marxistas del XX congreso del Partido
Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y la degeneración eurocomunista, han
abandonado su vieja ilusión reformista del socialismo por la vía pacífica, para dar paso
a una ideología amorfa, social-liberal, carente de todo tipo de principios. Casos
emblemáticos son el Partido “Comunista” de Francia que apoya la agresión de la OTAN
y sus mercenarios talibanes contra el pueblo sirio, niega la solidaridad a la “dictadura”
cubana y recientemente ha abandonado la hoz y el martillo, emblema del proletariado
internacional. por supuesto le sigue muy de cerca el no comunista Partido "Comunista"
de Chile que ha abandonado toda aspiración al socialismo, negándolo públicamente,
negando uno tras otro, los hitos y fundamentos del marxismo-leninismo, atacando a la
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Corea Socialista cuando ésta se encuentra en primera línea de batalla contra el
imperialismo yanqui, ocultando todo atisbo de internacionalismo proletario, y
fundiéndose con enemigos de clase rabiosamente neoliberales (Nueva mayoría que es la
misma Concertación de Partidos por la Democracia, que ha impulsado por más de 20
años el modelo neoliberal y no pretende cambiarlo). El trotskismo, otra ideología
pequeño burguesa y contrarrevolucionaria, destaca en el mundo entero, y también en
Chile por la más acérrima defensa de la agresión de la OTAN y del terrorismo talibán
contra los países árabes. Hoy ha quedado demostrado que la vieja ilusión revisionista de
la coexistencia pacífica sin lucha contra el imperialismo, de la posibilidad de contener y
eliminar al imperialismo con medios pacíficos y mediante el utópico desarme general
fue y sigue siendo una vil mentira. La digna oposición de la República Popular y
Democrática de Corea (Corea del Norte) y sus armas atómicas así lo demuestran, y
evitan que dicho país se vuelva otra Libia. Solo mediante la vía de la revolución
democrático-popular, antiimperialista en marcha ininterrumpida hacia el socialismo los
pueblos pueden destruir al imperialismo yanqui a sus socios o emuladores en todo el
mundo. Los pueblos, deben estar alerta contra la ideología burguesa que frenará y
conducirá a la derrota sus luchas.
Las luchas populares en el Chile contemporáneo, en creciente auge, son otro factor de
peso que nos hace volver a analizar científicamente la época de la Unidad Popular.
Estas luchas generan formas de organización y politización en las masas que
constituyen un terreno de lucha para los diversos sectores políticos. Hoy en materia de
educación se levanta como bandera de lucha por una parte el movimiento estudiantil, el
control comunitario de los centros de enseñanza y una forma predilecta de movilización
ha sido la toma de colegios y universidades, que constituyen cordones territoriales
cuando es posible, nombre que es inevitable relacionar con las formas de organización
obrera y popular que se dieron en los años de la Unidad Popular. Estas luchas son un
gran ejemplo de combatividad y del profundo malestar que está naciendo contra el
sistema capitalista y sus desigualdades y precariedades. Los medios no han dejado de
hablar de "una revolución estudiantil" o "'pingüina". Los estudiantes comunistas han
luchado activamente en este terreno, codo a codo con sus compañeros y es deber de
nuestro partido señalar que no habrá una verdadera revolución mientras esta no sea
dirigida por la .clase obrera y su ideología revolucionaria al mando. No por nada un
paro o toma estudiantil puede durar meses y decaer con el agotamiento, pero unos días
de huelga obrera generan pérdidas millonarias a la burguesía. El movimiento obrero
lentamente está comenzando a dar señales de combatividad y de deseo de unidad
combativa, todo a muy a pesar de las tristes direcciones oportunistas y conciliadoras que
han tenido los trabajadores desde el fin de la dictadura militar. Es por eso que las luchas
estudiantiles deben ir de la mano de la reconstrucción de un proyecto sindical clasista,
que permita en un futuro no muy lejano una verdadera revolución, es decir la
conquista del poder para la clase obrera y los pueblos, incluidos los pueblos indígenas,
para la construcción de relaciones de producción socialistas. La construcción de
organización popular, y la ocupación temporal de espacios en escuelas, universidades y
fábricas no pueden hacernos olvidar el objetivo concreto final que es la acumulación
cuantitativa y cualitativa de fuerzas para la toma del poder político y la derrota política
y militar de las clases dominantes mediante la insurrección popular.
Los gobiernos democráticos y soberanos que han surgido producto del auge de las
luchas populares anti-neoliberales en América Latina también son un factor que nos
exige volver a reeditar esta obra. Los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela han
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enfrentado intentos de desestabilización promovidos por los sectores oligárquicos más
retrógrados con el apoyo activo del imperialismo yanqui, al igual que sucedió en Chile,
incluso antes de que Salvador Allende asumiera el gobierno. Lo que tienen de común
estos países con el Chile de la Unidad Popular es que han tomado medidas concretas en
pro del bienestar de sus pueblos, contrarias al imperialismo y las oligarquías locales. El
imperialismo yanqui y sus aliados locales jamás perdonarán esta insolencia, y harán
claudicar a dichos gobiernos o bien los derrocarán por la fuerza y la subversión. La
furiosa campaña subversiva desatada en Venezuela contra de su pueblo y su gobierno,
valiéndose de sectores desclasados manipulados por la reacción, ha demostrado que el
pueblo venezolano ha llegado a una encrucijada donde el proceso bolivariano deberá
transformarse en una revolución, con el pueblo armado, que aplaste definitivamente a la
reacción, o terminar como el gobierno chileno el 11 de septiembre de 1973. Esta tarea
dependerá de los marxista-leninistas ya que por mucha entrega personal y honestidad
que pueda haber en líderes como Salvador Allende, o el recientemente fallecido Hugo
Chávez, solo el proletariado armado de una ideología y política revolucionaria,
marxista-leninista, podrá conducir a los pueblos hacia la derrota del enemigo de clases y
la conquista de una sociedad superior.
Por último debemos señalar que nos ha extrañado profundamente que ciertas
organizaciones al interior del Movimiento Comunista que se proclaman anti-
revisionistas, caigan en desviaciones trotskistas al no saber comprender la
contradicción principal en el caso de las luchas subversivas contra los gobiernos
democráticos y soberanos de América Latina y ante la llamada "primavera árabe" de la
OTAN en medio oriente. Esta falta de análisis marxista-leninista hace necesario la
relectura de esta obra, que nos demuestra cómo los criterios estrechos y mecanicistas
llevan al aislamiento, descrédito e instrumentalización contrarrevolucionaria de los
partidos comunistas que se proclaman anti-revisionistas.
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Los trágicos acontecimientos de chile, enseñanza para los revolucionarios de todo
el mundo
Enver Hoxha, Primer Secretario del Partido del
Trabajo de Albania y dirigente de la antigua
República Popular Socialista de Albania.
(Nota de la tercera edición): Este Artículo fue publicado en Zeri i popullit, 2 de
octubre de 1973. Extraído de Obras Escogidas Tomo IV. Casa editora 8 Nentori,
Tirana, Albania, 1979. Para esta edición fue extraído de la siguiente dirección web:
http://ciml.250x.com/arch ive/hoxha/spanish/span ish_eh_ch ile_1973.pdf, que a
diferencia de la segunda edición lleva las notas a pie de página.
La tormenta contrarrevolucionaria en Chile continúa azotando furiosamente a las masas
trabajadoras, a los patriotas y a los combatientes de ese país. Las fuerzas de derecha,
que llegaron al poder por medio del golpe de Estado del 11 de septiembre, están
imponiendo semejante terror que hasta los hitlerianos les envidiarían. La gente es
asesinada y masacrada en plena calle, en los centros de trabajo, en todas partes, sin
juicio y bajo cualquier pretexto. Incluso los estadios deportivos han sido transformados
en campos de concentración. Está siendo pisoteada la cultura progresista y son
quemados en las plazas, al estilo nazi, los libros marxistas. Los partidos democráticos,
los sindicatos y las organizaciones democráticas han sido declarados fuera de ley, y un
obscurantismo medieval envuelve a todo el país. Aparecen en la primera línea del
escenario político las fuerzas más tenebrosas, los ultrarreaccionarios fanáticos, los
agentes del imperialismo norteamericano. Las libertades democráticas, que el pueblo
había conquistado con su lucha y con su sangre, desaparecieron en un solo día.
Los acontecimientos de Chile afectan no sólo al pueblo chileno, sino a todas las fuerzas
revolucionarias, progresistas y amantes de la paz en el mundo, por ello, corresponde
extraer lecciones de ellos no sólo a los revolucionarios y a los trabajadores de Chile,
sino también a los de los demás países. Aquí, naturalmente, no se trata de analizar los
detalles y las circunstancias de simple carácter nacional, o bien los actos específicos de
la revolución chilena, las deficiencias y los errores que no rebasan su marco interno, nos
referimos a aquellas leyes generales que ninguna revolución puede soslayar y que, por
el contrario, toda revolución está obligada a aplicar. Se trata de enfocar y de apreciar a
la luz de los acontecimientos chilenos los puntos de vista correctos y los erróneos en la
cuestión de la teoría y de la práctica de la revolución, de verificar cuáles son tesis
revolucionarias y cuáles oportunistas, de establecer cuáles son las posiciones y
actuaciones que contribuyen a la revolución y cuáles a la contrarrevolución.
Hay que decir en primer lugar que el período en que el gobierno de Allende permaneció
en el poder no es un período que pueda ser fácilmente borrado de la vida del pueblo
chileno, así como de toda las reivindicaciones y los anhelos de las amplias masas
populares, el gobierno de la Unidad Popular emprendió una serie de medidas y puso en
práctica una serie de reformas, encaminadas a la consolidación de la libertad y de la
independencia del país, al desarrollo independiente de su economía.
El gobierno de Allende golpeó duramente tanto a la oligarquía nacional como a los
monopolios norteamericanos que tenían en sus manos todas las llaves y hacían la ley en
el país. El inspirador de esta línea progresista y antiimperialista fue el presidente
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Salvador Allende, una de las figuras más nobles que América Latina ha dado al mundo,
eminente patriota y combatiente demócrata. Bajo su dirección el pueblo chileno luchó
por la realización de la reforma agraria, luchó por la nacionalización de las compañías
extranjeras, luchó por la democratización de la vida del país y por arrancar a Chile de la
influencia norteamericana. Allende apoyó enérgicamente los movimientos
antiimperialistas de liberación en América Latina y convirtió su país en refugio para
todos los combatientes por la libertad perseguidos por los reaccionarios y las juntas
militares de América del Sur. Respaldó sin reservas los movimientos de liberación y
antiimperialistas de los pueblos y se solidarizó consecuentemente con la lucha que
libran los pueblos vietnamita, camboyano, palestino y otros.
¿Podían los latifundistas chilenos perdonar a Allende esta línea y esta actividad, viendo
que su tierra era distribuida a los campesinos pobres? ¿Podían soportarle los fabricantes
de Santiago que habían sido expulsados de las fábricas al ser nacionalizadas? ¿O bien
las compañías norteamericanas, que perdieron su poderío? Era seguro, que estos se
confabularían un día para derrocarlo y restablecer sus privilegios perdidos. Pero aquí se
plantea una pregunta lógica: ¿Sentía Allende la atmósfera que le rodeaba, se daba
cuenta de los complots que se tramaban contra su gobierno? Por supuesto que sí. La
reacción actuaba abiertamente. Asesinaba a ministros, a funcionarios de los partidos
gubernamentales y a simples empleados. A instigación de la reacción y bajo su
dirección fueron organizadas las huelgas contrarrevolucionarias de los transportistas, de
los comerciantes, los médicos y otras capas pequeñoburguesas. La reacción finalmente,
incluso probó su fuerza con un golpe de estado militar llevado a cabo en junio, pero que
no alcanzó su objetivo. Fueron descubiertos algunos planes de la CIA para derrocar el
gobierno legítimo.
Estas embestidas de la reacción interna y externa debían haber sido suficientes para
hacer sonar la alarma y para meditar bien las cosas. Deberían haber sido suficientes para
poner en práctica la gran ley de toda revolución, es decir oponer a la violencia
contrarrevolucionaria la violencia revolucionaria. Pero el presidente Allende no hizo
nada, ni siquiera se movió. Desde luego, él no puede ser acusado de carencia de ideales.
Amaba con toda su alma la causa por la que luchaba y estaba firmemente convencido
de su justeza. No le faltaba valor personal y estaba resuelto a llegar, como efectivamente
llegó, incluso, hasta el sacrificio supremo. Pero su tragedia radica en que confiaba en el
recurso de la razón para convencer a las fuerzas reaccionarias de que renunciaran a su
actividad y cedieran por las buenas sus antiguas posiciones y privilegios.
En Chile se pensaba que las más o menos viejas tradiciones democráticas, el
parlamento, la actividad legal de los partidos políticos, la existencia de una prensa libre,
etc., representaban un obstáculo insuperable para cualquier fuerza reaccionaria que
intentara adueñarse del poder por medio de la violencia. Pero la realidad confirmó lo
contrario. El golpe de Estado de las fuerzas de derecha probó que la burguesía tolera
algunas libertades en tanto que no resulten lesionados sus intereses esenciales y que
cuando ve éstos amenazados, entonces no tiene en cuenta ética alguna.
Las fuerzas revolucionarias y progresistas de Chile han sufrido ahora una derrota, que,
aunque bastante grave, es también pasajera. Se puede derrocar un gobierno
constitucional, se puede asesinar a miles de personas y crear decenas de campos de
concentración. Pero el ansia de libertad, el espíritu rebelde de un pueblo no pueden ser
asesinados ni encarcelados. El pueblo resiste y eso demuestra que las masas
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trabajadoras no se conforman con la derrota, que están resueltas a extraer enseñanzas de
ella y a continuar avanzando por el camino revolucionario. La lucha de liberación contra
la reacción y el imperialismo tiene sus zigzags y sus altibajos. No cabe duda de que el
pueblo chileno, que tantas pruebas de elevado patriotismo ha dado, que ha manifestado
tanto amor a la libertad y a la justicia, que tanto odia al imperialismo y la reacción,
sabrá movilizar sus fuerzas, luchar medida por medida contra sus enemigos y garantizar
la victoria definitiva.
Pero aquello que para los chilenos es una grave desgracia, aunque pasajera, para los
revisionistas modernos representa un fracaso en todos los aspectos, una nueva
bancarrota de sus teorías oportunistas. Comenzando por los revisionistas de Moscú y
hasta los revisionistas italianos, franceses y otros, la «experiencia chilena» era
presentada como el ejemplo concreto que confirmaba sus -nuevas teorías- sobre el
«camino pacífico de la revolución», el tránsito al socialismo bajo la dirección de
numerosos partidos, acerca del atemperamiento del imperialismo, de la extinción de la
lucha de clases en las condiciones de la coexistencia pacífica, etc. La prensa revisionista
especulaba sobremanera con el «camino chileno», para sostener las tesis oportunistas
del XX Congreso del PCUS y los programas reformistas y utópicos de tipo togliattista.
Los revisionistas esperaban de la «experiencia chilena» no sólo una confirmación de sus
«teorías» sobre el «camino parlamentario», sino también el modelo «clásico» de
construcción del socialismo bajo la dirección de una coalición de partidos marxistas y
burgueses. Esperaban que se confirmara la posibilidad de marchar al socialismo por
medio de las elecciones parlamentarias y sin revolución, de construir el socialismo no
sólo sin la destrucción del viejo aparato estatal de la burguesía , sino incluso con su
ayuda, no sólo sin la instauración del poder revolucionario popular, sino incluso
negando éste.
Las teorías de la «coexistencia pacífica» y del «tránsito pacífico parlamentario»
preconizadas en primer lugar por los revisionistas soviéticos, por los revisionistas
italianos, franceses y sus secuaces son en considerable medida responsables de la
difusión de ilusiones pacifistas y de posiciones oportunistas frente a la burguesía y del
alejamiento de la lucha revolucionaria.
En todos los documentos programáticos de los partidos revisionistas de Occidente,
publicados tras el XX Congreso del PCUS, se ha absolutizado el «camino
parlamentario» de transición del capitalismo al socialismo, mientras que el camino no
pacífico ha sido excluido definitivamente. En la práctica esto se ha traducido en la
renuncia definitiva de estos partidos a la lucha revolucionaria y en la sola
reivindicación de reformas ordinarias de carácter puramente económico o
administrativo. Se han transformado en partidos de la oposición burguesa y han
presentado su candidatura para hacerse cargo de la administración de los bienes de la
burguesía, tal como hasta el presente vienen haciendo los viejos partidos
socialdemócratas.
El Partido Comunista de Chile, una de las principales fuerzas del gobierno de Allende,
era fervoroso partidario de las tesis jruschovistas sobre la «transición pacífica» tanto en
la teoría como en la práctica. Acatando el bastón de mando de Moscú, este partido
pretendía que la burguesía del país, así como el imperialismo, se han ablandado, se han
hecho tolerantes, razonables, que en las supuestamente nuevas condiciones de clase
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creadas por el actual desarrollo mundial, ya no están en condiciones de recurrir a la
contrarrevolución.
Pero semejantes teorías, u otras similares, producen, como demostró una vez más el
presente caso de Chile, la indecisión y desorientación de las masas trabajadoras, el
decaimiento de su espíritu revolucionario, su desmovilización frente a las amenazas de
la burguesía; producen la paralización de su capacidad y sus posibilidades de acción
revolucionaria decisiva contra los planes y la actividad contrarrevolucionarios de la
burguesía.
Los revisionistas, como previeron los auténticos partidos marxistas leninistas y como
confirmó el tiempo, estaban contra la revolución y aspiraban a transformar la Unión
Soviética, como de hecho la transformaron, en un país capitalista, de una base de la
revolución en una base de la contrarrevolución. Han trabajado durante largo tiempo
para sembrar confusión en las filas de los revolucionarios y para minar la
revolución. Por todas partes y en todo momento han actuado como apagafuegos de las
batallas revolucionarias y de los estallidos de las luchas de liberación nacional. Pese a
que por demagogia se pronuncian a favor de la revolución, con sus puntos de vista y su
actividad se esfuerzan por asfixiarla en embrión o por sabotearla cuando ya ha
estallado.
El abandono del marxismo-leninismo, la renuncia a los intereses de clase del
proletariado y la traición a la causa de la liberación nacional de los pueblos condujeron
a los revisionistas a la completa negación de la revolución. La teoría y la práctica de la
revolución quedaron reducidas para ellos a unas cuantas reivindicaciones reformistas,
posibles de aplicar en el marco del régimen capitalista y sin dañar sus bases. Los
revisionistas pretenden demostrar que hoy ha desaparecido la línea de demarcación
entre la revolución y las reformas, que en las actuales condiciones del desarrollo
mundial ya no son necesarias las transformaciones revolucionarias, ya que, según ellos,
la actual revolución técnico-científica estaría eliminando las contradicciones sociales de
clase de la sociedad burguesa y representaría un medio de integración del capitalismo en
el socialismo y de creación de una «nueva sociedad», en la que se alcanzará el bienestar
general. Por tanto, según esta pervertida lógica, ya no se puede hablar de explotadores y
explotados, es decir, se hace innecesaria la revolución social, así como la destrucción de
la máquina del Estado burgués y la instauración de la dictadura del proletariado.
Tras la máscara del leninismo y de su desarrollo creador, los revisionistas aspiran a
dominar el mundo transformándose en socialimperialistas. Comenzaron con la
“coexistencia pacífica”, con la “emulación pacífica”, con el “mundo sin armas y sin
guerras”, con el “camino parlamentario” jruschovistas, etc., para terminar en una Unión
Soviética donde ha sido restaurado el capitalismo y el socialismo ha degenerado en
socialimperialismo.
Así pues, estaban contra la revolución y la lucha de los pueblos por la liberación, contra
los partidos comunistas que se mantuvieron fieles al marxismo-leninismo y lo
defendían. Para alcanzar sus objetivos, especialmente la extinción de las luchas de
liberación y de los movimientos revolucionarios, los revisionistas cimentaron su
“teoría” en el “camino pacífico”. Revisando el marxismo en una cuestión fundamental,
como es la teoría sobre la revolución, y haciendo propaganda de sus tesis oportunistas,
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pretendían convencer a los obreros de que renunciaran a la lucha revolucionaria de
clases, se sometieran a la burguesía y aceptasen la esclavitud capitalista.
Por otro lado, la “coexistencia pacífica” que los dirigentes soviéticos proclamaron como
línea fundamental de su política exterior y que pretendieron imponer a todo el
movimiento comunista y de liberación nacional mundial, representaba todo un plan
estratégico para llegar a un amplio acuerdo con el imperialismo, con el fin de sofocar
los movimientos revolucionarios y las luchas de liberación, intentando así conservar y
ampliar las zonas de influencia. Esta suerte de “coexistencia”, que era también de la
completa conveniencia del imperialismo y la burguesía, los revisionistas querían
utilizarla, como efectivamente hicieron, como una gran diversión destinada a desarmar a
las masas ideológica y políticamente, a relajar su vigilancia revolucionaria y a
desmovilizarlas, a dejarlas indefensas ante los futuros ataques de los imperialistas y los
socialimperialistas.
Los revisionistas soviéticos y los demás revisionistas que habían logrado usurpar el
poder, socavaron el partido, despojándolo de la teoría revolucionaria, echaron por tierra
y pisotearon todas las normas leninistas, abrieron el camino al liberalismo y a la
degeneración en el país. Difundiendo sus tesis antimarxistas de que el “capitalismo se
está integrando en el socialismo”, que “también los partidos no proletarios pueden ser
portadores de los ideales del socialismo y dirigentes de la lucha por el socialismo”, que
“también marchan hacia el socialismo países donde la burguesía nacional está en el
poder”, los revisionistas pretendían no sólo negar la teoría sobre el partido de
vanguardia de la clase obrera, sino también dejar a esta última sin dirección ante los
ataques organizados de la burguesía y la reacción.
La historia ha demostrado y los acontecimientos de Chile –donde todavía no se trataba
de socialismo, sino de un régimen democrático-, pusieron nuevamente de manifiesto
que la instauración del socialismo a través del camino parlamentario es completamente
imposible. En primer lugar debe decirse que hasta hoy la burguesía nunca ha permitido
que los comunistas obtengan la mayoría en el parlamento y formen su propio gobierno.
Incluso en algún caso especial en que los comunistas y sus aliados han podido lograr un
equilibrio a su favor en el parlamento y participar en el gobierno, esto no ha conducido
a la transformación del carácter burgués ni del parlamento ni del gobierno, y la
actividad de aquéllos jamás ha llegado al punto de posibilitar la destrucción de la vieja
máquina estatal y la creación de otra nueva.
Mientras la burguesía tiene en sus manos el aparato burocrático-administrativo, el
obtener una “mayoría parlamentaria” que cambie los destinos del país, es no sólo
improbable, sino además imposible. Los instrumentos fundamentales de la máquina
estatal de la burguesía son el poder político y económico y las fuerzas armadas.
Mientras estas fuerzas se mantengan intactas, es decir, mientras no sean suprimidas y
creadas en su lugar otras nuevas, mientras se conserve el viejo aparato de la policía, de
los servicios secretos de información, etc., no hay ninguna garantía de que un
parlamento o un gobierno democrático puedan tener larga vida. No solo el caso de
Chile, sino tantos y tantos otros, han demostrado que son precisamente las fuerzas
armadas comandadas por la burguesía quienes han llevado a cabo los golpes de Estado
contrarrevolucionarios.
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Los revisionistas jruschovistas han tergiversado deliberadamente y han creado una
enorme confusión en torno a las tesis tan claras y precisas de Lenin sobre la
participación de los comunistas en el parlamento burgués y sobre la toma del poder de
las manos de la burguesía. Es sabido que Lenin no rechazaba la participación de los
comunistas, en determinados casos, en el parlamento burgués, para defender los
intereses de la clase obrera, para desenmascarar a la burguesía y su poder, para imponer
a la burguesía la adopción de alguna medida en favor de los trabajadores. Pero al mismo
tiempo, Lenin advertía que, al luchar por la utilización del parlamento en interés de la
clase obrera, hay que precaverse contra la creación de ilusiones parlamentarias y contra
la falsedad del parlamentarismo burgués.
“El partido revolucionario del proletariado –decía Lenin- necesita participar en el
parlamentarismo burgués a fin de abrir los ojos a las masas por medio de las elecciones
y la lucha del partido en el parlamento. Pero limitar la lucha de clases a la lucha
parlamentaria, considerar ésta como la forma suprema y decisiva de lucha, a la que
deben supeditarse todas las demás, significa de hecho pasarse al campo de la burguesía
contra el proletariado”. (V. l. Lenin. Obras, t. XXX, págs. 304-305, ed. en albanés).
Lenin al criticar el “cretinismo parlamentario” de los representantes de la II
Internacional, que transformaron sus partidos en partidos electorales, ha demostrado
claramente a dónde conduce el parlamentarismo en lo ideológico, en lo político y en lo
práctico. Lenin subrayaba:
“Este (el Estado burgués) no puede sustituirse por el Estado proletario (por la dictadura
del proletariado) mediante la «extinción», sino sólo, como regla general, mediante la
revolución violenta”. (V. l. Lenin. Obras, t. XXV, pág. 473, ed. en albanés).
Puntualizaba que:
“la necesidad de educar sistemáticamente a las masas en ésta, precisamente en esta idea
de la revolución violenta, constituye la base de toda la doctrina de Marx y Engels”.
(Ibídem).
Aferrándose al “camino parlamentario”, los revisionistas modernos no hacen sino seguir
ciegamente el camino de Kautsky y de sus seguidores. Pero cuanto más avanzan por
este camino, tanto más se desenmascaran y tanto mayores son sus derrotas. Toda la
historia del movimiento comunista y obrero internacional ha demostrado que la
revolución violenta, la destrucción de la máquina estatal de la burguesía y el
establecimiento de la dictadura del proletariado constituyen la ley general de la
revolución proletaria.
«El desarrollo progresivo, es decir, el desarrollo hacia el comunismo -señalaba Lenin-
pasa por la dictadura del proletariado, y sólo puede ser así, ya que no hay otra fuerza ni
otro camino para romper la resistencia de los explotadores capitalistas». (V. I. Lenin,
Obras, t. XXV, pág. 548, ed. en albanés).
En la etapa del imperialismo, tanto en sus inicios como en la actualidad, ha existido y
existe siempre el peligro de la instauración de la dictadura militar fascista cuantas veces
los monopolios capitalistas entiendan que sus intereses están amenazados. Además, es
un hecho probado, sobre todo a partir del final de la Segunda Guerra Mundial y hasta
hoy, que el imperialismo estadounidense, el inglés y otros han acudido en ayuda de
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las burguesías de diversos países para eliminar aquellos gobiernos o para reprimir
aquellas fuerzas revolucionarias que, en una forma u otra, ponían en peligro aunque
fuese mínimamente los cimientos del sistema capitalista.
Dado que existe el imperialismo existe también la base, la posibilidad, su invariable
política de intervenir en los asuntos .internos de los demás países, de tramar complots
contrarrevolucionarios, de derrocar los gobiernos legítimos, de liquidar a las fuerzas
democráticas y progresistas, de asfixiar la revolución.
Es el imperialismo norteamericano quien ha mantenido y mantiene en pie a los
regímenes fascista en España y Portugal, quien incita el resurgimiento del fascismo
alemán y del militarismo Japonés, quien apoya a los regímenes racistas de África del
Sur y de Rodesia y mantiene en su país la discriminación racial, quien ayuda a los
regímenes reaccionarios de Corea del Sur y a los fantoches de Saigón y de Pnom Penh,
en fin, quien instiga la agresión sionista y ayuda a Israel a mantener la ocupación de los
territorios árabes. En los Estados Unidos han tenido y tienen su origen todos los vientos
furiosos del anticomunismo, de la opresión nacional y de la explotación capitalista. En
los países de América Latina, con alguna rara excepción, el imperialismo
norteamericano ha instalado en el poder regímenes fascistas tiránicos, que oprimen y
explotan implacablemente a sus pueblos. Todas las armas que en este continente
disparan contra los manifestantes, asesinan a obreros y campesinos, no sólo son de
fabricación norteamericana, sino también suministradas por los norteamericanos.
El golpe militar fascista de Chile no es obra únicamente de la reacción interna, sino
también del imperialismo. A lo largo de tres años, sin descanso, durante todo el tiempo
en que el presidente Salvador Allende estuvo en el poder, las fuerzas chilenas de
derecha fueron instigadas, organizadas e impulsadas en su acción contrarrevolucionaria
por los Estados Unidos. La reacción chilena y los monopolios norteamericanos se
vengaron del presidente Allende por la política progresista y antiimperialista que
aplicaba. La actividad de zapa de los partidos de derecha y de todas las fuerzas
reaccionarias, sus actos de violencia y de terror estaban estrechamente combinados con
las presiones que los monopolios norteamericanos ejercían desde el exterior, con el
bloqueo económico y la guerra política que le hacía a Chile el gobierno norteamericano.
Detrás de la Junta militar estaba la CIA. La misma mano criminal que tantos golpes de
Estado ha perpetrado en América Latina, en Indonesia, en Irán y en otros países. Los
acontecimientos de Chile dejaron al desnudo una vez más el verdadero rostro del
imperialismo norteamericano. Probaron nuevamente que éste ha sido y sigue siendo
enemigo rabioso de todos los pueblos, brutal enemigo de la justicia y del progreso, de
las luchas por la libertad y la independencia, de la revolución y del socialismo.
Pero la contrarrevolución en Chile no es solamente obra de las fuerzas reaccionarias
declaradas y de los imperialistas norteamericanos. El gobierno de Allende fue saboteado
y combatido con la mayor dureza asimismo por los democratacristianos y las otras
corrientes de la burguesía, denominadas progresistas y democráticas, fuerzas similares a
aquéllas con las que los partidos comunistas de Italia y de Francia pretenden marchar
conjuntamente al socialismo mediante las reformas y la vía pacífica parlamentaria.
Sobre el partido de Frei en Chile no recae únicamente la «responsabilidad intelectual»,
como pretende alguno, por haberse negado a negociar y a colaborar con el gobierno de
Allende, o por haberle faltado la lealtad hacia el gobierno legítimo. Este partido es
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responsable por haber saboteado por todos los medios la actividad normal del
gobierno, por haberse unido con las fuerzas de derecha para minar la economía
nacionalizada y provocar la confusión en el país, por haber cometido mil y un actos de
subversión. Este partido luchó por la creación de esa atmósfera política y espiritual que
precede a la contrarrevolución.
También los revisionistas soviéticos están implicados en los acontecimientos de Chile.
Miles de hilos unen a los dirigentes soviéticos con el imperialismo norteamericano
cuando se trata de intrigas y complots. Ellos no pensaron ni quisieron ayudar al
gobierno de Allende cuando estaba en el poder porque así se enfrentarían con el
imperialismo norteamericano y dañarían sus cordiales relaciones con él.
Estas posiciones de los revisionistas jruschovistas hacia Chile y la teoría de la
revolución no se han confirmado tan sólo en el caso de los acontecimientos chilenos; se
habían verificado también con anterioridad. Se confirmaron en los repetidos
acontecimientos trágicos de Irán, cuando la reacción interna asesinó y encarceló a
cientos y miles de comunistas y revolucionarios progresistas, en tanto que los
revisionistas soviéticos ¡no se tomaron siquiera la molestia de levantar un dedo y mucho
menos de romper las relaciones diplomáticas! Exactamente lo mismo se verificó en los
acontecimientos estremecedores de Indonesia, donde fueron asesinados y masacrados
alrededor de 500,000 comunistas y hombres progresistas. Tampoco en este caso
hicieron nada los revisionistas soviéticos, no emprendieron acción alguna y ni siquiera
pensaron en retirar su embajada de Yakarta. (Nota: Los revisionistas soviéticos
expulsaron de la Unión Soviética al corresponsal del órgano del PCI «HarjanRakjat» y
reservaron una buena acogida a la visita de Adam Malik, en esa época ministro de
Asuntos Exteriores del régimen fascista indonesio. Continuaron asimismo abasteciendo
a Indonesia con armas soviéticas). Estas posiciones de los revisionistas soviéticos no
son casuales. Son testimonio de la existencia de una colaboración secreta con los
imperialistas norteamericanos para sabotear los movimientos revolucionarios y para
sofocar las luchas de liberación de los pueblos.
Esta actitud ilumina asimismo el carácter demagógico de la actual y ruidosa ruptura de
las relaciones diplomáticas con Chile.
Esta es la realidad. Sus palabras sobre la supuesta solidaridad con el pueblo chileno, así
como todas sus consignas demagógicas, son máscaras para engañar a la opinión pública
y para ocultar su traición a la revolución y a los movimientos de liberación de los
pueblos.
El gobierno soviético rompe sus relaciones diplomáticas con Chile tratando de
aprovechar la ocasión para hacerse pasar por defensor de las víctimas de la reacción,
para aparentar que está del lado de los que luchan por la libertad y la independencia,
como si los revisionistas estuvieran a favor de la defensa de los regímenes progresistas.
Los revisionistas soviéticos ayudan a algún régimen progresista mientras esto redunde
en favor de sus intereses imperialistas. Pero no van más allá. Ni siquiera se avergüenzan
de mantener relaciones diplomáticas regulares con un régimen tan desacreditado y
fracasado como el de LonNol, levantando por otro lado una cortina de silencio ante la
gran lucha de liberación que libra el pueblo camboyano.
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Los acontecimientos de Chile evidenciaron una vez más toda la tragedia que pesa sobre
los pueblos de América Latina. Asimismo pusieron de manifiesto nuevamente las
deficiencias, las faltas y las debilidades de la revolución en este continente, así como los
dificilísimos caminos, erizados de obstáculos, por los que transcurre. Pero estos
acontecimientos no constituyen una lección sólo para los revolucionarios de América
Latina. Deben extraer lecciones de ellos todos los revolucionarios del mundo, todos los
que luchan por la liberación nacional y social, contra la intervención y la violencia
imperialista, por la democracia y el progreso de la humanidad. Aquí están incluidos
también los revolucionarios de la Unión Soviética, quienes deben levantarse contra los
cabecillas revisionistas de su país y echar abajo, junto al revisionismo, todas las teorías
oportunistas y antileninistas. También los revolucionarios de Italia, de Francia y de
otros países capitalistas desarrollados deben extraer enseñanzas de los acontecimientos
de Chile, deben combatir resueltamente al revisionismo y rechazar las teorías
reaccionarias de los “caminos pacíficos parlamentarios” que difunden los togliattistas y
los demás revisionistas.
Estamos convencidos de que los acontecimientos de Chile, la embestida fascista de la
reacción contra las conquistas democráticas del pueblo chileno, la brutal intervención
del imperialismo yanqui y el respaldo que éste presta a la junta militar, constituirán un
acicate para que todos los pueblos del mundo se mantengan vigilantes, rechacen
decididamente las consignas demagógicas de los imperialistas y revisionistas y de los
oportunistas de todo pelaje y movilicen todas sus fuerzas para defender audazmente la
libertad y la independencia nacional, la paz y la seguridad.
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Reformismo antesala del fascismo, algunos elementos para desentrañar la derrota
del 11 de septiembre de 1973 y avanzar a la victoria
Eduardo Artés Brichetti
Primer Secretario
del Partido Comunista Chileno
(Acción Proletaria) PC (AP)
Nota de los editores: publicado originalmente en la primera edición de 1998, en esta
tercera edición se rescata el nombre completo en el artículo, ya que en la segunda
edición aparece solo el subtítulo.
De cara a los 25 años del golpe militar fascista del 11 de septiembre, cada clase social e
incluso sectores de clase, a través de sus organizaciones, desde las FFAA burguesas
hasta los partidos políticos, incluido nuestro PC(AP), pasando por las iglesias, expresan
sus valorizaciones, sacan conclusiones y señalan caminos de acuerdo a sus particulares
intereses de clase.
Por cierto, el golpe militar fascista dado en Chile en 1973, no fue uno más dentro de los
tantos que registra la historia en nuestra América Latina o en el mundo; es marcante no
sólo por su gran brutalidad, por la duración del poder fascista y por sus características
reordenadoras de la opresión y explotación capitalista en Chile según los requerimientos
del imperialismo yanqui y sus socios criollos. Para nosotros, y este es el objetivo del
presente trabajo, marca a fuego vivo numerosas enseñanzas sobre el Movimiento
Obrero y Popular y de los resultados que obtiene el mismo, según sean las ideas que
guíen su práctica.
Queremos, y para que nadie dado el bajo nivel existente en el debate ideológico se
confunda o lo confundan sobre el carácter verdaderamente proletario y revolucionario
de nuestro análisis, expresar lo que por lo demás está avalado por nuestra permanente
práctica, el merecido homenaje a todas las víctimas del fascismo, a todos los comba
tientes caídos en la defensa o construcción del sindicato, de la organización popular, en
la barricada poblacional, en el enfrentamiento armado, a todos los que han luchado
resueltamente contra el golpe mismo, como contra la dictadura fascista y en honor a
ellos, por doloroso que resulte para algunos reconocer la verdad comunista, es que no
podemos dejar de entregar ampliamente nuestra opinión Marxista-Leninista, sobre
lo principal, es decir, sobre el factor interno (del movimiento popular) que llevó a la
clase obrera y al pueblo a la derrota, a la masacre, a enfrentar desarmados en lo
ideológico, político y en lo material a los reaccionarios, rompiendo así con la actitud
oportunista del revisionismo, que para ocultar su responsabilidad criminal, se centra
sólo en el factor externo, en la conducta reaccionaria del imperialismo y del capitalismo
criollo, de la ITT (Compañía de telecomunicaciones norteamericana que operaba en
Chile y era dueña de la Compañía de Teléfonos de Chile. Durante los gobiernos de la
Concertación, la CTC fue vendida a Telefónica, actual Movístar -en cursiva nota de la
tercera edición-), en la “maldad y traición” de Pinochet, etc. como si hubiera sido
posible esperar que estos actuaran de forma distinta a su naturaleza reaccionaria.
La confusión ideológica y política sobre la Unidad Popular (UP) Salvador Allende y en
torno a cada uno de quienes se reclamaban "Vanguardia " o al menos de "Izquierda" en
el período previo al golpe fascista, no ha disminuido, por el contrario, va en aumento y a
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estas alturas poco menos que de "Ultraizquierdista" es presentado quien sostiene la
senda de Allende y la UP, e incluso en una dimensión diferente, algunos jóvenes que
recién se integran a la lucha social y a manera de buscar algo con que desenmascarar
tanta traición y oportunismo, tratan de ver en la actitud digna y valiente de Salvador
Allende, al tomar este en sus últimos momentos de vida una metralleta en sus manos, a
manera de resistir a las hordas fascistas que atacaban la Moneda, una alternativa
revolucionaria y levantan la consigna : "El no transó con un fusil combatió", lo que
importa aquí es que los jóvenes expresan sus deseos de cambio revolucionario. La
confusión está siendo usada hábilmente por el oportunismo, para desviar la lucha e
introducir al Movimiento Obrero y Popular nuevamente en el camino de la derrota, de
lo cual se está encargando principalmente el revisionismo y su lectura socialdemócrata.
Sin lugar a dudas, desde un punto de vista de las masas, de las libertades democráticas
burguesas y de los espacios obtenidos para expresar el deseo de cambio revolucionario
de la sociedad, no ha existido, fuera de la experiencia de la UP en la historia de Chile y
quizás de toda América Latina, periodo más propicio, y esto es algo que no solo lo vivió
el pueblo, sino que también lo observaba y tomaba las medidas del caso, la reacción y el
imperialismo yanqui.
La efervescencia de las masas fue un ingrediente importante durante todo el gobierno de
Allende, éstas se movilizaron no sólo contra el imperialismo y la reacción, contra el
sabotaje a la producción y el mercado negro como lo presenta el revisionismo, sino que
también por avanzar tras el poder, todo a contra pelo de la política y acciones de la
propia UP. Prueba de ello fue la superación de la Central Única de Trabajadores CUT,
dirigida por el P"C" y el P"S", superación que se concretizó en la construcción de los
Cordones Industriales, los cuales aun cuando presentaron alguna confusión en sus
objetivos y planteamientos debido a la negativa influencia de algunas ideas oportunistas
pequeñoburguesas; junto a los Comandos Comunales y otras formas nuevas de
organización Popular, tuvieron el gran mérito de apuntar y plantear el problema
principal de toda la lucha de clases, la conquista del poder político. Esto último, fue
justamente lo que precipitó el golpe fascista; el imperialismo y la burguesía no podían
permitir que los trabajadores y demás masas populares, a través de las tomas de
fundos e industrias, de mantener la productividad, gestionar la distribución, etc.,
descubrieran en la práctica que los capitalistas sobran.
Como veremos más adelante, la "Unidad Popular" UP, fue el resultado de un largo
trabajo del reformismo y del revisionismo, el cual tuvo un fuerte soporte internacional
en la política revisionista instaurada en la ex-Unión Soviética después de la muerte del
camarada José Stalin y del triunfo del golpe de Estado Khrushchovista en la ex-U RSS
remarcando así el papel que ha jugado y juega la experiencia UP, en el debate
ideológico y político desarrollado y en desarrollo entre las posiciones marxista-
leninistas y las revisionistas a nivel nacional e internacional.
Es necesario tener presente, que la experiencia de la UP, despertó en su tiempo
numerosas ilusiones en diversos países, particularmente en los del llamado “Tercer
Mundo“, estos pueblos buscaban y aún buscan, superar la asfixia imperialista, alcanzar
el progreso y la justicia social. De cualquier forma, la “UP” fue presentada por el
revisionismo internacional, como la confirmación de las tesis de “transición pacífica” o
“vía pacífica al socialismo”, acuñadas en el congreso de la infamia, en el XX Congreso
del PCUS (nota: Congreso efectuado en el año 1956, y estableció los lineamientos
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políticos de la Unión Soviética alejándose del Marxismo Leninismo, por ende del
socialismo, convirtiendo al Estado en un Capitalismo Burocrático de Estado y en un
socialimperialismo) en oposición a la política marxista-leninista sobre la toma
revolucionaria del poder político sostenida en la época de Lenin y Stalin.
La “vía pacífica” del oportunismo fue, sobre todo en el período Brezhneviano (Leonidas
Brezhnev fue el secretario general del PCUS después de Nikita Jruchev), en el cual se
agudiza la disputa de carácter interimperialista entre los EE.UU y la dirección
revisionista soviética, una consigna y práctica permanente hacia las masas, para el
movimiento obrero y popular, al cual negaban la verdad revolucionaria de la
inevitabilidad del enfrentamiento armado, cuando la lucha de clases pasa a su nivel
superior y se plantea la definición del problema del poder. Sin embargo, y aquí queda
establecida la TRAICIÓN CONCIENTE del revisionismo, tenían claro que necesitaban
una fuerza material (armada) para inhibir el “alzamiento reaccionario”, de ello nos habla
su trabajo hacia la llamada “oficialidad patriota”, a “mantener el carácter constitucional
de las FFAA”, a “integrar a nuestras FFAA al cambio” y en la popularización de las
consignas desmovilizadoras y entreguistas de, “soldado amigo el pueblo está contigo” y
“las FFAA son el pueblo con uniforme” o como Luis Coralán sostenía en Diciembre
que “se puede AFIRMAR que el pueblo de Chile y las Fuerzas Armadas del país se
lanzarán resueltamente al combate en defensa de la soberanía de su patria” ("Revista
Internacional", Diciembre de 1970). Consecuente con este pensamiento fue la
aprobación por todo el parlamento, con la excepción del senador Raúl Silva Ulloa,
durante el gobierno de Salvador allende, de la “ley de control de armas”, que entregó a
las FFAA burguesas el poder de intervenir y allanar todo lugar en que se sospechara que
habían armas, lo que fue una gran ayuda paras los fascistas, en la preparación del golpe
del 73; meses, días antes del mismo, las FFAA burguesas usando la ley votada
favorablemente por toda la UP en unión con la DC y los momios fascistas, entraban en
industrias, amedrentaban a los trabajadores y requisaban una u otra escopeta o revólver
viejo, haciendo una verdadera encuesta de la capacidad de respuesta de los trabajadores,
de cara a la masacre que preparaban.
La política “militar” del revisionismo, además de entregar al pueblo desarmado a sus
enemigos, obtuvo algunos magros resultados y estos se pueden resumir en el general
Carlos Prat del ejército, el general Bachelet en la aviación, en algunos oficiales de
carabineros y en un puñado de integrantes de la marina, los que incluso fueron
detenidos y torturados por la armada días antes del golpe mismo. Por último es
pertinente señalar, que tras largos años de echar la culpa a la “ultra izquierda” por el
golpe, el revisionismo decide su amorfa “política de rebelión popular”, que nunca se
planteó otro objetivo que la “vuelta a la democracia” que existía antes del golpe,
organizó “la lucha armada” contra Pinochet, pero una vez más aparte de las masas, a
nivel de aparatos armados altamente especializados, a los cuales incluso niegan y
abandonan al momento de la transada con los otros sectores de la oposición burguesa a
Pinochet.
La UP fue el resumidero del pensamiento pequeño-burgués, no solo del revisionismo,
con algunas frases pedidas de prestado al marxismo-leninismo, en ella también
estuvieron las expresiones de la social democracia representada con grados más, grados
menos de radicalismo, por el Partido Socialista de Chile, en el cual militaba y era
dirigente Salvador Allende y por el Partido Radical, cuyos dirigentes en su gran
mayoría, incluido Allende reconocían militancia orgánica y filosófica en la masonería.
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Otro ingrediente que dinamizó la total confusión ideológica y orgánica de la dirección
de la UP, fue el pensamiento cristiano “progresista”, representado por sectores
desgajados de la Democracia Cristiana DC, por el MAPU (Movimiento de Acción
Popular Unitario) y la IC (Izquierda Cristiana), los cuales por su origen, como por su
pensamiento pequeño-burgués oscilaron unas veces a la izquierda y otras a la derecha,
de cualquier manera el peso de los mismos dentro de la UP, no fue nunca determinante,
entre otras razones porque ambas organizaciones se encontraban cruzadas por un
proceso de definiciones políticas, lo que las imposibilitó de marcar un perfil diferente al
eje P “C”- P “S”.
A manera de una mejor compresión, pensamos que es muy importante reconocer el
perfil ideológico y político de, al menos los integrantes principales de la UP; es decir
del P “S” y del P “C”.
El Partido Socialista de Chile: P "S"
Quizás bastaría con definirlos como la sabía calificación popular lo hace, de "socios
listos", ya que en términos generales, salvo escasas y destacables excepciones, la
mayoría de ellos han usado desde siempre su militancia como una escalera personal de
movilidad social, de acomodo, de acceso al aparato burocrático del Estado burgués
capitalista y así obtener una tajada de la explotación de los trabajadores y de la
enajenación de las riquezas nacionales. Desde siempre, de una forma u otra, ya sea vía
ministerios, acuerdos u otros, el P "S" ha participado abierta o encubiertamente con
prácticamente todos los regímenes que han gobernado Chile, la excepción y aún más, la
persecución recibida durante la dictadura militar fascista, hay que entenderla dentro del
cuadro general internacional caracterizado por la lucha inter-imperialista entre las dos
superpotencias imperialistas de la época, el imperialismo yanqui y el social
imperialismo ruso dentro de la cual el P"S" y su alianza con el P"C", se ponía bajo el
paraguas del revisionismo soviético, uno de los objetivos contra el cual el imperialismo
yanqui levantó la reacción y a las FFAA burguesas. El otro y principal fue, como todos
sabemos, el impedir que la clase obrera a la cabeza del pueblo, avanzara tras la
conquista del poder político, lo expulsara de Chile y comenzara la construcción de un
nuevo país democrático, popular y socialista.
Hoy en el P"S", sus dirigentes, los mismos que ayer fueron ministros, intendentes,
embajadores, parlamentarios y altos dirigentes sindicales y estudiantiles en el período
de la UP, son los actuales campeones del neoliberalismo y del apego al orden
institucional heredado de la dictadura. Sus parlamentarios se sientan y comparten
escaños, banquetes y prebendas con los parlamentarios fascistas, con los senadores
designados y con el vitalicio, con el propio Pinochet; sus ministros como Ricardo Lagos
son recibidos con honores por los representantes del imperialismo yanqui, la patronal
capitalista criolla manifiesta su público beneplácito, sin ninguna contradicción, si el
mismo llegara a la presidencia de la república. (Nota de la tercera edición: Ricardo
Lagos Escobar fue presidente de Chile entre los años 2000 y 2006, cabe señalar que .su
gobierno fue totalmente antiobrero y pro neoliberalismo, a tal grado que reformó unos
pocos pasajes de la Constitución Fascista de Pinochet, le colocó su firma y la presentó
como nueva constitución política de Chile, todo en medio del maridaje de la
Concertación con la Alianza, en una democracia "protegida" que ha mantenido a los
neoliberales gobernando Chile a su antojo).
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Del P"S" son quienes se han hecho cargo del trabajo sucio del Estado reaccionario
chileno, el "socialista" Marcelo Schilling, miembro del Comité Central fue el fundador
de la siniestra "Oficina de Informaciones" del gobierno de la concertación cuyo objetivo
no ha sido precisamente desarticular la herencia fascista, sino que al contrario,
infiltrar, provocar y destruir a las organizaciones revolucionarias del pueblo e incluso en
algunos casos, asesinar a sus militantes. La Gendarmería de Chile encargada de
mantener encerrados y de aniquilar psíquica y físicamente, en las "cárceles de alta
seguridad" a docenas de luchadores sociales y atender en un "hotel de cinco estrellas" a
un par de simbólicos militares criminales fascistas, ha estado y está dirigida por altos
dirigentes "socialistas".
El P"S", nace en lo ideológico, político y orgánico como una expresión claramente
socialdemócrata, oportunista y anticomunista, característica que nunca logró superar.
Las posiciones izquierdistas que ha asumido alguna vez, se han debido a su no inclusión
en el gobierno burgués de turno o a tácticas tendientes a resolver sus problemas de
hegemonía en relación a otras expresiones políticas burguesas como es el revisionismo,
por ejemplo.
Una característica que ha acompañado al Partido "Socialista" de Chile, es el ser un
refugio de las diversas posiciones y personajes oportunistas auto reclamados de
"izquierda", que han atacado o atacan al Marxismo-Leninismo, allí han reconocido
"cuartel" o mejor dicho cloaca los trotskistas (seguidores de León Trotski, militante
menchevique que en el periodo de la Revolución Rusa de 1917 ingresa al Partido
Bolchevique, pero jamás abandonó sus concepciones burguesas, para convertirse en un
abierto traidor al socialismo), los titoístas (seguidores de Josep Broz Tito, quien una vez
producida la liberación e instauración de la República Popular de Yugoslavia disuelve al
Partido Comunista creando una agrupación que denominó la Liga de los Comunistas,
asumiendo una posición chovinista en alianza con el imperialismo inglés y
norteamericano contra el socialismo, contra la URSS dirigida por Stalin y contra el
Marxismo-Leninismo, siendo los paladines de una especie de "tercera vía", con
títulos tales como no alineados, autogestión, etc.) y su engendro anticomunista
autogestionario; el guerrillerismo falso y de café y en estos años de la “concertación",
gran número de ex MIR, ex FPMR, ex PC, etc. Los que cansados de luchar, se han
unido al militarismo fascista en la administración del Estado burgués, usufructuando de
la explotación de los trabajadores y combatiendo con saña a los que no saltaron con
ellos al charco de la traición.
Los socialdemócratas del P "S", siempre tuvieron y tienen en la dirección revisionista
del P "C", a sus hermanos, a incansables pregoneros de la unidad entre ambas
organizaciones y posiciones. Antes de la formación de la "UP" el Secretario General del
P "C", repetía una y otra vez que "no nos cansaremos de insistir que entre socialistas y
comunistas es mucho más fuerte aquello que nos une" (Corvalán, Luis. "A combatir a
pleno sol").
Hoy a 25 años del golpe, la dirección del P "C" persiste en sus intentos de unidad con el
P "S"; al respecto, Jorge lnsunza en una amplia entrevista en el "El Siglo" y en torno a
propuestas hechas al P "S" de actos en conjunto de homenaje a Salvador Allende, se
queja del fracaso de su iniciativa y confiesa con amargura digna de mejores amores:
"francamente, no hemos tenido el éxito que esperábamos. Esta semana, después de
más de dos meses de dedicación, hemos recibido la respuesta de la Dirección del
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Partido Socialista en el sentido de que no asumirán el compromiso que habían tomado
con nosotros de constituir un comité nacional amplio, del cual ellos iban a ser parte" (El
Siglo, N° 890/Agosto/1998).
El Partido "Comunista" de Chile: P "C"
Por una variedad de aspectos ideológicos y políticos tanto nacionales como
internacionales, la caracterización del pensamiento y práctica que dio origen a la
experiencia UP tiene en el P "C" revisionista a su principal impulsor y sostenedor; por
ningún motivo se podría entender la misma, sin comprender el largo trabajo realizado
por la dirección del P "C" revisionista en este sentido, la verdad es que aunque
incompleto, podríamos tener un conocimiento global del sustento ideológico y
político que posibilitó llegar al gobierno de la UP y que llevó a los trabajadores y al
pueblo a la masacre fascista del 11 de Septiembre de 1973, con sólo el estudio de su
desarrollo, cosa que no es igual con el P "S" y su carnavalesca existencia.
El sustento principal del llamado "camino chileno al socialismo " se desarrolló a contra
pelo de toda la experiencia histórica de la clase obrera y de su pensamiento
revolucionario, el marxismo-leninismo. Las ideas de Marx, Engels, Lenin y Stalin sobre
la lucha revolucionaria, el poder, el Estado, el factor dirigente de la clase obrera, el
carácter proletario del partido, etc., jamás estuvieron presentes, es por ello que la
tragedia y fracaso de la “UP” que por cierto ha pagado la clase obrera y el pueblo, al
igual que en la ex-URSS revisionista y en los países del Este Europeo, son la tragedia y
fracaso de la socialdemocracia, del revisionismo y no del marxismo-leninismo. En todo
caso, cuando Gladys Marín, Secretaria General del P "C" revisionista (Nota de la tercera
edición: Antes de la muerte de Gladys Marín, su partido le inventó el cargo de
Presidenta del Partido, rompiendo una larga tradición materialista dialéctica del
comunismo, donde no existe un presidente sino un secretariado político y dentro de él,
el primer secretario, o en el caso del revisionismo secretario general. Esto es parte del
principio básico del Centralismo Democrático), y candidata eterna hoy a la presidencia
de la República, habla de retomar la senda de la UP y de Allende, ya no anuncia una
tragedia, sino apenas una comedia.
Fueron muchos años en que la dirección revisionista del P "C" idealizó las posibilidades
del trabajo parlamentario, de asumir el "cretinismo parlamentario" del que tanto
hablara Lenin previniendo a los comunistas. Han sido muchos los años en que se ha
camuflado la dictadura de clases de la burguesía con la máscara de la sacrosanta
"democracia" burguesa, en que se especuló sobre la "gran tradición de respeto a las
leyes y por la democracia", que supuestamente manifestaban las FFAA burguesas y
demás instituciones del Estado. Toda la argumentación del revisionismo se basó y
se basa en el subjetivismo idealista, en el oportunismo, pero nunca el marxismo
leninismo, a manera de inicio, de muestrario, veremos algunas de sus manifestaciones
históricas.
Usando la todavía socorrida consigna de "con todos los partidos y sectores sin
exclusiones" el P "C" revisionista a mediados de los 40, busca y logra por un corto
período ingresar al gobierno de Gabriel González Videla, quién electo con los votos del
P "C", expulsa a estos del gobierno y los coloca fuera de la ley, todo lo cual, sin
embargo, no fue problema para que la dirección oportunista del P "C" en un primer
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momento desconociera la naturaleza de lo acontecido, ofreciera incluso "su apoyo
constructivo al gobierno".
Desde el exterior al P “C” “sufre” o “goza” la negativa influencia del Browderismo,
Browder por esos tiempos era el Secretario General del P “C” de los EEUU y sostenía
la tendencia oportunista de conciliación de clases, de reducir el papel del Partido a una
suerte de agrupación de tipo cultural lo cual se unió a una fuerte inclinación que marcó
negativamente la dirección del P “C” de Chile, que sostenía la necesidad de llevar a los
Frentes Únicos Antifascistas (necesarios para enfrentar el fascismo a escala mundial) a
una actuación exclusivamente legalista y pacifista, subordinando en los hechos al
proletariado a otras fuerzas, a la llamada “burguesía progresista”, renunciando al
necesario e irremplazable papel dirigente del proletariado en el mismo. La influencia
“extranjera” fue vitamina que fortaleció al pacifismo oportunista que ya había
reconocido ciudadanía en la dirección del P “C”.
La influencia de la Unión soviética de los tiempos del camarada J. Stalin, de su política
internacionalista proletaria y la aplicación de la ley anticomunista de Videla, conocida
como ley de defensa de la democracia o ley maldita por el pueblo, llevó a que una parte
de la dirección del P "C", asumiera una actitud más radicalizada, resumida en el
“Programa de Salvación Nacional”, pero pronto la misma es derrotada y sus
sostenedores expulsados; el P “C” asume una nueva línea de conciliación de clases,
levantando un documento oportunista denominado “Plan de Emergencia”, en total
oposición al programa anterior. La dirección revisionista del P “C”, dio a Ibáñez un
fuerte apoyo cuando entregó su propuesta de “contribuir” decididamente a que el
gobierno del señor Ibáñez pueda realizar su obra en “beneficio del país” y a la que luego
agregara reafirmando su carácter de apaga fuego de la lucha de clases planteando que:
“nuestra norma invariable es tratar que los conflictos del trabajo se solucionen
armónicamente, utilizando todos los recursos. Y sólo somos partidarios de recurrir a la
huelga, que es un derecho reconocido por el Código del Trabajo, cuando fallen tales
procedimientos” (Documento de la dirección central del P "C" a un año del gobierno de
Ibáñez).
La línea oportunista de la dirección del P "C" revisionista, tuvo en la dirección
revisionista de N. Khrushchov su soporte, a la que siguió ciegamente; la verdad que a
pesar de la majadera tendencia de los cabecillas revisionistas de querer presentarse
como independientes y "originales", es bueno recordar a Volodia Teitelboim. Al señor
T, quién eufórico y tratando de ser más papista que el Papa, anduvo diciendo a quién
quería escucharlo, la prensa burguesa, que el P "C" era perestroiko antes que Gorbachov
lanzara su perestroika, con la cual no fue la vuelta al leninismo, como desde trotskistas a
revisionistas sostenían (Perestroika: fue el proceso que se dio en la Unión Soviética
revisionista de Gorbachov, bajo la consigna de la transparencia (glasnot) tendiente a
abrir las puertas y sinceramiento del Estado Capitalista que ya dominaba allí,
engañando e impidiendo la resistencia popular tras plantear que era la vuelta al
leninismo). .
La actitud retorcida del P "C" hoy se está centrando en usar la "experiencia UP", para
atacar y difamar al socialismo proletario construido en los tiempos de Lenin y Stalin, en
los tiempos de la dictadura del proletariado. Dejemos que Jorge lnsunza vierta toda su
nauseabunda hiel contra el socialismo: "En muchos aspectos, el programa de Allende
significó distanciarse absolutamente de ese modelo", "El retomar la experiencia de la
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Unidad Popular y su gobierno es mostrarle a la gente que en nosotros mismos no
tenemos el lastre que significaba rendir cierta pleitesía a modelos que de verdad eran
antagónicos a lo que buscábamos llevar adelante" (El Siglo N° 890).
La memoria no es tan mala y es verdad que la UP no tuvo nada que ver con el
socialismo proletario que tanto incomoda a los oportunistas, pero señor lnsunza, le
queremos recordar que por los años del revisionismo Khrushchovista la dirección de su
partido estornudaba aquí en Chile cuando "el hermano mayor" se resfriaba en Moscú.
El seguidismo del revisionismo criollo en relación al soviético, tuvo expresión máxima
y grotesca en la cita apresurada al X Congreso del P “C” de Chile, apenas dos meses
después del XX Congreso del PCUS, en él “descubren” la “vía pacífica al poder”. En el
número 35 de la revista “Principios”, exponían refiriéndose a la “vía pacífica” que: esta
cuestión ha sido planteada …………….Congreso del PCUS” (Principios. Revista
Teórica del P “C”, N° 35), después de esto, resultan hilarantes los malabáricos esfuerzos
por presentar con originalidad y “elaboración propia”. Corvalán hace su “aporte” al
“desarrollo creador” del marxismo como khrushchov presentaba su veneno burgués y
dice que: “en verdad ya había (la vía pacífica) sido planteada por la vida. En numerosos
países se habían producido cambios revolucionarios por nuevos caminos que no son
precisamente el de la insurrección. En Chile mismo se había demostrado la posibilidad
de utilizar la vía parlamentaria para el ascenso al poder de las fuerzas populares. Pero
esta cuestión no estaba suficientemente esclarecida para nosotros" (Corvalán, Luis:
"Nuestra vía revolucionaria"). Y para que nadie dude de los aportes que tanto han
enorgullecido al revisionismo y que tanto daño han hecho a la lucha obrera y popular,
Corvalán nos recuerda que: "señalamos la necesidad de hacer en él (programa del P"C")
un planteamiento más completo y más rico en lo tocante a la vía pacífica. Dijimos que
se debe dejar claramente establecido que dicha vía solo excluye la guerra civil o la
insurrección armada".
Todo el período anterior al golpe militar fascista del 73, desde Ibáñez hasta S. Allende,
pasando por Alessandri y Frei Montalva y su "revolución en libertad" que caminó con
las directrices y requerimientos de la "Alianza para el Progreso", fue para el
revisionismo criollo, el período de dar certificado de buena conducta a la burguesía y al
imperialismo. En la 240 sesión plenaria del CC realizada en 1957, la dirección
revisionista del P"C" deja muy en claro sus objetivos políticos contrarrevolucionarios:
"Queremos y reclamamos nuestra libertad. Y declaramos solemnemente que, otra vez
libres para actuar en la vida política, no constituiremos una amenaza para ningún interés
respetable. Somos partidarios de que todo se resuelva democráticamente, de acuerdo a
la voluntad de la mayoría del país dentro del libre juego de todos los partidos y
corrientes. No aspiramos hoy a la sustitución de la propiedad de los capitalistas chilenos
por la propiedad colectiva. Y cuando mañana sea preciso avanzar en este terreno,
pensamos que ello debe hacerse también con el acuerdo de la mayoría de los chilenos,
por la vía pacífica y garantizando el bienestar y los derechos de los capitalistas, esto es
indemnizándolos debidamente" (Sesión del Comité Central del Partido Comunista de
Chile, 1957).
Una atención particular merece la actitud "constructiva" de la dirección revisionista del
P"C'" en relación al gobierno "desarrollista" o reformista burgués de Eduardo Frei
Montalva, quién y cómo era natural a su carácter de clase no tuvo la más mínima
consideración a la hora de reprimir y asesinar a obreros, campesinos, mapuches,
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estudiantes y pobladores que luchaban por sus reivindicaciones económicas y
políticas (quién no recuerda, por ejemplo, la masacre de pobladores en Puerto Montt.)
Desde el Senado y la Cámara de Diputados el P"C" y el P"S" votaban favorablemente
los más diversos proyectos del gobierno de Frei, desde "El Siglo" vocero del P"C" se
acusaban de ultraizquierdistas a los campesinos y las tomas de fundos, a los estudiantes
que radicalizaban la lucha por la reforma universitaria, a los trabajadores y dirigentes
sindicales que se oponían y pasaban por encima de los "acuerdos " CUT-Gobierno que
ponían límite a las reivindicaciones obreras, a los que desde posiciones de búsqueda
revolucionaria reivindicaban la lucha armada y la vía insurreccional de masas.
Como sus congéneres italianos en el oportunismo, los revisionistas de la dirección del
P''C", no dejaron nunca, incluso en el período de la .UP de buscar el logro de su
cacareado "Compromiso Histórico", con la DC.
En Diciembre de 1970, ya electo Salvador Allende Presidente de la República, Luis
Corvalán rinde temprano homenaje a la tesis del camino electoral o "vía pacífica" del
revisionismo, de N. Khrushchov y de sus sucesores: "El caso chileno viene a demostrar
que los caminos y métodos del proceso revolucionario tienen en cada país sus propias
particularidades, y prueba que no es precisamente descabellada la tesis que proclamó el
XX Congreso del PCUS" ("Revista Internacional", Diciembre de 1970). Dos años y
medio después que Corvalán a la cabeza de los Volodia, Millas, Marín, etc. (Todos
miembros del Comité Central del P "C") se regocijaran por el supuesto "triunfo" de las
tesis Khrushchovistas, en Septiembre de 1973 quedó no sólo demostrado lo
descabellada de la tesis proclamada por el XX Congreso del partido revisionista ruso,
sino que se puso al descubierto su carácter traidor y criminal; la verdad es que el
descaro de Corvalán no tiene límites, pocos años antes de la elección de Allende, en
Indonesia, una vez más había sido demostrado lo descabellado de la "vía pacífica", allí
fueron asesinados más de 500.000, comunistas y patriotas por el golpe de estado fascista
que diera el ejército burgués del general Suharto contra el Presidente "constitucional" y
padre de la patria Sukarno.
La "Izquierda" Anti-Reformista
Desde la "izquierda ", es decir, en los sectores que levantaron la lucha contra la "vía
pacífica" o "camino electoral", se hicieron grandes esfuerzos para enfrentar el
reformismo burgués, la "vía pacífica" y la conciliación de clases que imponía la llamada
"izquierda tradicional", numerosos compañeros que reconocían militancia en la
"Izquierda revolucionaria": en el MIR, PCR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria
MIR y el Partido Comunista Revolucionario PCR -de orientación maoísta-) y otros
grupos menores fueron ejemplo de coraje al enfrentar a la dictadura fascista y aunque
para los revisionistas eran los responsables del golpe, la verdad es que más allá de sus
errores ideológicos y políticos, es en ellos donde se puede encontrar la posición más
consecuente en la búsqueda de una salida revolucionaria para la crisis de la forma de
explotación capitalista, democrática burguesa que imperaba en Chile antes del 11 de
septiembre del 73".
De una manera u otra la experiencia UP motivó reacciones diferentes dentro de la
"izquierda revolucionaria", así por ejemplo la Vanguardia Revolucionaria Marxista que
diera en su tiempo una cierta lucha contra el revisionismo Khrushchovista, se paralizó y
auto destruyó, la mayoría de sus miembros asumen oportunistamente militancia en el P
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"S" y algunos en el P "C" desde donde engrosan las alas más "izquierdistas" de esos
partidos y curiosamente, fueron los más abnegados defensores del gobierno de la UP,
generado por el llamado "camino pacífico al socialismo", que ellos anteriormente
combatían. A la larga quedó demostrado, que su rompimiento con el revisionismo
nunca superó la contradicción táctica, la supuesta contradicción de simples vías, es
decir, vía armada versus "vía pacífica", con el "triunfo" electoral de la UP, la
contradicción que motivaba división para ellos dejó de existir, no alcanzaron a
comprender que el triunfo electoral de la UP iba a comprobar la inexistencia de la "vía
pacífica". Los que no ingresaron a la UP mantuvieron una cierta coordinación y
mayoritariamente murieron enfrentando el golpe fascista. En lo tocante al Partido
Comunista Revolucionario se debe reconocer que el proceso de cooptación y
destrucción que desató el "triunfo" electoral de la UP y su “vía pacífica" también lo
golpea fuertemente y lo sume en un profundo quiebre interno, quedando con poca
influencia en las masas populares y prácticamente fuera de la gran efervescencia y
confrontaciones de clases existentes justo en un momento en que se combinaban dos
elementos altamente explosivos, como fueron la insatisfacción general de los
trabajadores y el pueblo frente a las vacilaciones, parálisis y legalismo de la dirección
de la UP y el abierto sabotaje de los reaccionarios y fascistas al amparo y orden del
imperialismo yanqui
A manera de hacer política y de salvavidas, el Partido Comunista Revolucionario,
realizó un trasplante mecánico de la posición internacional que mantenía el PC de
China, lo que le indujo a serios errores en la caracterización enemigo imperialista
principal de la Revolución Chilena, se atacaba por igual e incluso a veces con más
fuerza al social imperialismo ruso que al imperialismo yanqui, desconociendo que si
bien es cierto que ambos imperialismos era igualmente peligrosos para los pueblos en
general, en Chile el dominante era el imperialismo yanqui. Como sea, un mérito
importante del PCR fue el mantener vivo el debate antiimperialista y el no dejar de
señalar aunque casi exclusivamente en el plano propagandístico, lo inevitable del
enfrentamiento que la realidad social anunciaba. A fines del 79 y después de haber
impulsado y participado en la resistencia a la dictadura militar fascista, las dos
fracciones en que estaba dividido el PCR dejan de existir como partido y algunos de sus
militantes de base, de los que se quedaron en Chile, continuaron la lucha por la
Revolución Popular y el Socialismo.
Una organización que se destacó por aglutinar a importantes sectores disconformes con
el reformismo burgués de la dirección UP, fue el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria MIR, movimiento que conformado principalmente por estudiantes
radicalizados fuertemente influidos por la experiencia cubana y por la figura del
guerrillero Ernesto Che Guevara, levantaban consignas que reclamaban la lucha armada
de acuerdo a la teoría del "foco guerrillero", de "irse a las montañas". El MIR de esos
años desarrolló diversas experiencias en frentes de masas específicas lo que llevó a
convertirse en la mayor dentro de la organizaciones de la "ultraizquierda" como las
denominaba el revisionismo de la UP. En el plano político, el MIR desarrolla una suerte
de apoyo crítico al gobierno de Salvador Allende y asume algunas acciones donde era lo
mismo o casi siempre lo era, la toma de un pequeño predio agrícola o industria, que una
grande y monopólico, todo lo cual ayudó a aumentar la confusión existente, en la
ubicación de los enemigos principales y los secundarios de la revolución en Chile.
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De la experiencia del MIR antiguo se debe destacar a hombres que como Miguel
Enríquez que asumieron con valentía ejemplar su compromiso con la lucha
revolucionaria, los que por otro lado son hoy una bofetada en la cara de aquellos que no
sólo se retiraron hasta dejar hoy pequeños restos de la organización MIR, sino que
incluso renunciaron a toda idea revolucionaria y se han transformado en recaderos de la
explotación capitalista desde el P "S" o el PPD e incluso desde la DC.
La reacción de la lucha anti-reformista individual, al margen de las masas alcanzó su
expresión más nítida en la Vanguardia Organizada del Pueblo VOP, que frente a la
persecución policial y como una manera de "despertar" a las masas de la ilusión UP, sus
miembros transformados en "Bombas Vivientes" se explotaron frente al cuartel general
de la policía de Investigaciones donde murieron todos, juntos a algunos policías (El
extremismo de la VOP les llevó a la inmolación, solo comparable con el
fundamentalismo musulmán y la ETA en España, en cuanto a las acciones que seguían).
Desde el Trotskismo organizado, sólo y para amenizar este trabajo, es bueno
recordar las embestidas afiebradas de uno de sus destacados exponentes del
mismo que hoy busca "salvar al marxismo con la ética cristiana”, es decir, de Luis
Vitale (éste es un oportunista a todas luces, estuvo en diversas organizaciones, fundó
una conocida como Frente Revolucionario (FR), lo expulsaron del MIR por trotskista,
después se autoproclamó frentista, hoy, para estar en buena onda con los anarquistas se
autodenomina como marxista libre pensador), quién no conforme con ser quién ha
reconocido militancia en mayor número de grupitos pequeños burgueses, se las dio
de historiador y las embistió contra Bernardo O'Higgins y demás independentistas del
tiempo de la colonia española, por no haber luchado por la Revolución Socialista.
Otro hecho que si no fuera por la confusión y la búsqueda desesperada de las masas de
una salida Revolucionaria a la experiencia UP, solo serviría para relajar los nervios, lo
constituyó el Partido Obrero Revolucionario Trotskista dividido en pequeños grupitos,
el cual durante la UP llamó en su periódico a un Paro Nacional en apoyo a Allende; a
los 15 días siguientes y sin haberse realizado el primero a un Paro Continental y sin
esperar algún indicio siquiera de simpatía con su llamado, a los siguientes 15 días el
llamado fue a un “Paro Mundial” en apoyo a Allende y contra la embestida imperialista.
Como sea las diversas agrupaciones de izquierda, con excepción de los trotskistas,
quienes son primos hermanos del revisionismo en la traición, buscaron una salida
revolucionaria a la crisis del sistema democrático burgués existente en Chile hasta el 11
de Septiembre de 1973, sus esfuerzos fueron muchos y no están ellos ausentes de
heroísmo, nadie puede ver sus fracasos en la falta de "voluntad" y espíritu de lucha, por
el contrarío de eso hubo bastante, la explicación hay que buscarla en las ideas que
guiaron su práctica, en sus pensamientos eclécticos, alejados de la comprensión
revolucionaria proletaria de la ideología marxista leninista, de las enseñanzas de Marx,
Engels, Lenin y Stalin aplicadas a la realidad de Chile. .
Una vez más al caro precio de sangre obrera y popular, de la vida de combatientes
honestos y luchadores, la lucha de clases nos recordó que la clase obrera y los pueblos,
no tienen futuro, ni perspectivas de cambio social verdadero, socialista, si no cuentan
con un verdadero Partido Proletario, templado en la lucha de clases y formado en la
ideología comunista, en el marxismo leninismo. Al cumplirse el 25º Aniversario del
golpe militar fascista (Nota de la tercera edición 2013: para esta edición, se cumplen 40
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años de aquel evento sangriento para los trabajadores y pueblos de Chile) la clase obrera
y el pueblo chileno no sólo tienen a su haber derrotas; sino que principalmente atesoran
valiosas enseñanzas aprendidas con sangre y con 18 años de esfuerzos ideológicos,
políticos y orgánicos por la construcción de un auténtico Partido Marxista-Leninista que
se ven coronados con éxito en lo que es el Partido Comunista Chileno (Acción
Proletaria) PC(AP), (Nota de la tercera edición 2013: este año, durante el mes de
noviembre, el Partido Comunista Chileno, Acción Proletaria, PC –AP- cumple 34 años.
Al mismo tiempo en el mes de abril se realizó el IV Congreso del Partido, el cual
mostró una gran unidad ideológica y se fortaleció en cantidad y calidad) el que sin otro
compromiso que no sea el que emana de la consecuencia revolucionaria, del marxismo-
leninismo, de los intereses Revolucionarios de la clase obrera y de los pueblos de Chile,
ha podido y puede entregar, a diferencias de cualquier otra organización
autoproclamada de izquierda o revolucionaria, los elementos que permiten desnudar las
verdaderas causas de los acontecimientos pasados, enfrentar exitosamente el presente de
lucha revolucionaria y señalar la perspectiva de la misma.
Para terminar, permítanos presentar el siguiente trozo de las Tesis programáticas del
PC(AP) publicadas en Junio de 1995: "Las heroicas jornadas de lucha que nos han
precedido debemos asumirlas con un criterio abierto, científico, dejando de lado las
conductas dogmáticas, idealistas y prácticamente religiosas que las desnaturalizan y le
quitan todo aspecto revolucionario, presentándola como hechos acabados, no sujetos al
análisis que pone de manifiesto los aciertos y errores, las enseñanzas positivas y
negativas que de ellas emanan. Quienes así aún hoy actúan, esconden su incapacidad
ideológica e intelectual, o aún peor, pretenden que se persistan en los errores y que el
pueblo sufra nuevas derrotas.
Desde un punto de vista sano y correcto, se debe estudiar tanto las condiciones objetivas
y subjetivas que han enmarcado a cada uno de los combates precedentes, para que con
apego a la cientificidad revolucionaria saquemos las lecciones correctas que nos
permitan avanzar tras la demanda histórica de Democracia Popular y Socialismo que
reclama la actual época para nuestro país.
Partiendo del entendido que las condiciones objetivas (opresión y explotación nacional
y social) reclamantes del cambio revolucionario en un país como el nuestro, siempre
han estado presentes, es que es del todo necesario profundizar sobre las políticas que
estuvieron al mando en los combates anteriores.
Sin duda la calidad del factor subjetivo, es siempre de primera importancia, y de él
depende fundamentalmente el triunfo o derrota. El fracaso de los combates anteriores
no son consecuencia de ausencia o debilidad del factor objetivo, de fatalismo histórico,
de traición de tal o cual, y menos aún de ausencia de espíritu de entrega y generoso de
nuestro pueblo, por el contrario, este ha llenado miles de páginas que por su heroísmo
nos conmueven hasta la médula, humedeciendo nuestros ojos.
La resistencia y rechazo al imperialismo y a la reacción en el pasado, particularmente en
el período republicano, no ha contado con programas de verdadera alternativa
revolucionaria de clases, de destrucción del poder burgués existente y de construcción
del nuevo, del socialismo, más bien estos han estado basados en las reformas
progresivas, en "ampliar la democracia " en pretender ir "tomando" paulatinamente el
Estado Capitalista dependiente del imperialismo, buscando la "transformación" de éste
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hasta ponerlo al "servicio" del pueblo y de los trabajadores. Consecuentemente con este
incorrecto basamento ideológico programático de los dirigentes anteriores del
Movimiento Popular, se desarrollaron formas de luchas que igualmente no ponían en la
perspectiva, para no decir en la orden día, la toma del poder, es decir, la revolución
social. Un buen ejemplo en este aspecto lo tenemos en el camino parlamentario, “igual
vía pacífica” elegido por la Unidad Popular, con toda la tragedia que esto significó para
el Movimiento Obrero y Popular Chileno, esto es observable incluso en la propia
resistencia antifascista la cual, aunque presentó combates abiertos y de masas, incluso
armado, no dejaron de estar bajo la bandera de recuperar la democracia burguesa
existente hasta el 11 de Septiembre de 1973. En ella como dirección estuvo ausente la
Liberación Nacional y Social, la revolución Democrática Popular y Socialista.
El factor subjetivo, la dirección política y sus ideas, es pues el elemento determinante
del cual dependen las luchas obreras y populares. El derrumbe de la ex-URSS y de los
países del Este Europeo, son la comprobación Universal a nuestra afirmación, lo que allí
sucedió no fue el fracaso del Socialismo, menos aún de la ideología comunista, fue al
revés consecuencia del abandono y traición de éstas. Hoy, esto queda claro incluso para
los idealistas ultra ciegos, para los que no querían ver la realidad revisionista y
anticomunista de las direcciones de aquellos Partidos y ex-Estados.
La reacción nacional e internacional ha enturbiado las aguas durante un corto periodo
histórico, algunos autocalificados de izquierda y revolucionarios han abandonado las
trincheras de la lucha y se han pasado abiertamente a la reacción, otros aún vacilan y
oportunistamente tratan de servir a la reacción y al imperialismo usando un lenguaje
"progresista", socialdemócrata.
"Las masas, aunque momentáneamente confundidas, buscan una salida a la crisis de
superexplotación capitalista, los movimientos obreros y populares se suceden unos a
otros. En general se puede afirmar que en Chile, al igual que en el resto del mundo, se
perfila un nuevo auge de la lucha revolucionaria de los trabajadores y de los pueblos.
Ella debe ser asumida con una ideología y política revolucionaria de clases superior a
las anteriores, de manera que realmente permita alcanzar los objetivos planteados para
el presente período y asegure la perspectiva socialista del proceso" (Tesis Programáticas
del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP), Santiago de Chile, junio de
1995. Nota de la tercera edición 2013: en el IV Congreso del partido, en abril del 2013,
las tesis programáticas fueron actualizadas a las condiciones políticas, sociales y
económicas del actual periodo, pero conservan en su esencia la línea política,
experiencia y síntesis del partido en estos 34 años de existencia).
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En torno al 30 aniversario del golpe de estado fascista en chile y el reverdecer de
las ilusiones reformistas en latino américa
Nota de los editores: el artículo, que a continuación se expone, fue publicado en
"Acción Proletaria" Nº 193, Febrero-Marzo del 2003 e incluido en la Segunda
Edición de Reformismo Antesala del Fascismo.
En el presente año 2003 se cumplirán 30 años del fatídico golpe de Estado fascista que
la reacción criolla, siguiendo las órdenes y en unión con los intereses del imperialismo
yanqui, diera en Chile contra el gobierno constitucional presidido por el Dr. Salvador
Allende Gossens, instalado como resultado de una elección o votación. El 11 de
Septiembre de 1973 el fascismo siempre presente en los cuarteles militares y en sectores
burgueses, salió de sus escondrijos expandiéndose y dominando todos los ámbitos de la
sociedad chilena, inaugurando la peor y más sangrienta represión que recuerde la
clase obrera y los pueblos de Chile. No hay duda que la "salida de madre" de los
reaccionarios, fue la respuesta de clase, de quienes han detentado el poder en nuestro
país y que veían amenazados sus intereses; al comprobar que los trabajadores de la
ciudad y del campo, los pueblos de Chile, estaban alcanzando importantes niveles de
conciencia y organización, que ya daban pasos hacia la dirección del poder
(Construcción de importantes órganos de lucha por el poder, al margen de lo
institucional e incluso de lo tradicional a nivel de masas, nos referimos entre otros, a los
Cordones Industriales y los Comandos Comunales, la CUT de ese entonces, fue
ampliamente superada); tras desafiar el poder de la burguesía a la que amenazaban con
su destrucción revolucionaria y con la instauración del poder nuevo, del poder popular.
El proceso de reformas del Estado Capitalista dependiente de Chile, bajo la dirección de
la "Unidad Popular" UP, alimentó las contradicciones de clases y elevó la lucha de
clases a niveles mayores, al punto de verse superado tanto por las exigencias y acciones
directas (toma de fundos a puertas cerradas, de industrias, terrenos para vivienda,
castigo a algunos reaccionarios, etc.), obreras y populares, que sostenían la necesidad de
expropiar sin pago a los latifundistas, a la oligarquía financiera e industrial, de reprimir
a la bestia parda, fascista, que se enseñoreaba golpeando y asesinando en los campos y
calles del país. Por otro lado los señoritos del capital movían sus gremios patronales
(grandes dueños de medios de transporte de carga y pasajeros, industriales,
comerciantes, latifundistas, etc.), en unión, o más justamente dicho, a las órdenes del
imperialismo, de sus dólares y sus agentes, no solo buscaban frenar las movilizaciones y
exigencias revolucionarias de los trabajadores y pueblos; además lograron que el
gobierno de Salvador Allende aplicará leyes en defensa de sus intereses de clase
explotadora y proimperialista, leyes como la de control de armas, votada favorable
mente por casi todos los parlamentarios de la ¿poca, por los momios y por los de la
"UP", con un solo voto en contra, el del ex senador Raúl Silva Ulloa, quién pertenecía
al pequeño Partido Socialista Popular. La aplicación de esta ley permitió, previamente
al golpe, que las FFAA burguesas hicieran un verdadero catastro, de la capacidad de
fuego que existía a nivel popular, realizando allanamientos a muchas industrias y
barrios populares en busca de armas (entre otros "Lanera Austral", "Cobre Cerrillos";
"lnapis" , "Lo Hermída", etc.), para así poder crear las condiciones de la toma violenta y
dirección absoluta del Estado, cuyo precio fue el asesinato, tortura, exilio y hambre, con
el fin de ordenar la casa, la sociedad capitalista de explotación del hombre por el
hombre.
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A treinta años de la tragedia que conmovió hasta lo más íntimo no solo a Chile, sino que
a toda Latinoamérica, se observan una serie de procesos electorales que, no obstante,
están manifestando el rechazo masivo y refrescante, popular y antiimperialista, al
capitalismo en su versión neoliberal. Países como Venezuela, Brasil y Ecuador, pueden
convertirse en algo peor que la tragedia, en la comedia. Los trabajadores y pueblos no
podemos pasar por alto las lecciones de la historia, no debemos dejar de tener presente
que no existe revolución, cambio social, sin toma del poder, sin revolución; que el
Reformismo es la Antesala del Fascismo y no del Socialismo. La lejanía de los trágicos
acontecimientos de Chile de 1973, la instalación de los gobiernos de Chávez, Lula y
Lucio (instalaciones que desde un punto de vista marxista leninista no pueden menos
que contar con el apoyo y simpatía de los comunistas, en tanto que se han dado bajo
banderas de independencia y dignidad nacional, de la antiglobalización, de solucionar
las demandas reivindicativas de mejoramiento de las condiciones de vida de las masas)
está dando, sea o no su objetivo, sustento al análisis falso, revisionista, a los sueños que
negando la necesidad de la revolución, de la destrucción del poder burgués, de la toma
del poder por el pueblo y de la construcción del poder nuevo, Democrático y Popular,
reverdecen las viejas y nunca comprobadas, a no ser en su sentido negativo, de las tesis
oportunistas y revisionistas que hablan de ir paulatinamente colocando al Estado
Capitalista al servicio de la "Independencia y Soberanía Nacional" y de la "Justicia
Social". En Chile, tanto la llamada "Revolución Democrática" (que en el mejor de los
casos podría ser vista como ampliación de la democracia burguesa, lo que por cierto en
estos instantes es una bandera justa, pero en ningún caso como una "revolución"), como
el supuesto "Poder Local" que hoy encuentra aliados en las teorizaciones confucionistas
sobre los llamados "nuevos movimientos" (que como el zapatismo en México, parte del
Movimiento de los sin Tierra del Brasil y de los piqueteros en la Argentina pretenden
hacer realidad las tesis del economista escocés auto presentado como "marxista " John
Holloway de "cambiar al mundo sin tomar el poder") son las expresiones más claras de
los esfuerzos por oscurecer la visión de las masas, por alejarla del camino verdadero y
único de la superación social, de la Revolución Nacional, Popular y Socialista.
A 30 años del golpe de Estado militar fascista en Chile, debemos tener una lectura de
clase de los intereses que representan los Chávez, Lula y Lucio, debemos de observar y
apoyar todo lo que signifique despejar el camino a la clase obrera y a los pueblos en la
lucha económica, reivindicativa inmediata y sobre todo por e1 poder. El problema
planteado es cómo esos gobiernos cumplen con sus promesas y programas, de cómo
sirven para una mayor y superior organización de las fuerzas revolucionarias,
particularmente de los comunistas y no de cómo los trabajadores y pueblos esconden
sus reivindicaciones inmediatas y principalmente su proyecto de poder popular, en bien
de una pretendida estabilidad de gobiernos que en el mejor de los casos solo aspiran a
"humanizar" la despiadada super-explotación capitalista de los trabajadores y la
opresión nacional de 1os pueblos y naciones.
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El neoliberalismo y el golpe de estado fascista de 1973
Camarada Eduardo Artés Brichetti.
Primer Secretario del Partido Comunista Chileno
(Acción Proletaria) PC (AP)
Nota de los editores: este artículo fue insertado en una de versión en formato digital
para ser incluido en Internet, ahora, lo publicamos en la Segunda Edición escrita de
2003.
En diversos artículos y trabajos, particularmente en "REFORMISMO ANTESALA
DEL FASCISMO" , los comunistas hemos tratado profundamente las causas
ideológicas y políticas que llevaron a los trabajadores y pueblos de Chile a enfrentar
(desarmados ideológica, política y materialmente) al golpe militar fascista en 1973, y
con ello la larga Dictadura de Pinochet, de la cual, por cierto aún, en el plano
institucional (constitución política del 80) y económico (sistema neoliberal), se vive su
presencia y herencia.
Hoy nos referiremos brevemente al golpe fascista, como necesidad del capitalismo
imperialista contemporáneo para imponer su salida del momento a su crisis general.
En primer lugar; debemos tener presente que el sistema capitalista presenta, en términos
generales, una gran contradicción entre el desenvolvimiento de las fuerzas productivas y
las relaciones de producción; que lleva a que el sistema capitalista produzca más
mercancías de las que puede vender, lo que deviene en una crisis de superproducción de
mercancías, y al mismo tiempo, en una crisis de sub-consumo.
Esta contradicción fue resuelta con 1a destrucción masiva de las fuerzas productivas
"excedentes" de la siguiente forma:
a) Primera Guerra Mundial.
b) Gran Depresión de 1929-1933, y por la
c) Segunda Guerra Mundial.
Es importante tener presente que en medio de la Primera Guerra Mundial surge la Unión
Soviética, de la Dictadura del Proletariado bajo la dirección bolchevique de Lenin y
Stalin. Después, en la Segunda Guerra Mundial, aparece el Campo Socialista
materializando un proyecto totalmente opuesto al de producción capitalista. En
definitiva, esto influiría de manera poderosa en todo el mundo, e incluso, en la forma
del propio Estado Capitalista, apareciendo el mal llamado "Estado de bienestar".
El "Estado de bienestar" post guerra incrementó en alguna medida el salario como
motor de la economía y estimuló la demanda, cosa ausente en el neoliberal de hoy, que
tiene solo en el centro el aumento absoluto de ganancia o plusvalía a partir del
empobrecimiento total de las masas trabajadoras. De cualquier forma, el “Estado de
bienestar” incrementó "generosos" programas sociales, amplió los horizontes del
mercado y la reproducción del capital. De un punto de vista polít ico el “Estado de
bienestar”, en su competencia ideológica con el socialismo, se vio forzado a mostrar una
fachada "democrática", con sindicatos y partidos políticos que llevaran adelante algunas
demandas sociales y políticas.
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Al final de la década de los 70', y cuando la Unión Soviética ya había cambiado de
color, transformándose de potencia socialista en una potencia social imperialista, y
además como consecuencia de la superproducción de mercancías, superproducción de
capitales y a la superproducción de población, en relación a la demanda de capital, el
sistema capitalista entró en una nueva crisis general; solo que esta vez, dado el
desarrollo militar y de armas nucleares de las superpotencias imperialistas (poderío
nuclear que fue usado para atemorizar y paralizar las luchas de Liberación Nacional de
los pueblos oprimidos), se determinó que el camino no sería una tercera guerra mundial
para destruir las fuerzas productivas excedentes, sino que se buscó la superación
(sinceración capitalista neoliberalista) del llamado "Estado de Bienestar" y de los
sistemas de capitalismo de Estado, revisionistas o ex socialistas.
El golpe de Estado fascista de 1973 en nuestro país, bajo el acuerdo y los dictados del
imperialismo yanqui a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), y con toda la
barbarie y criminalidad que se impuso (barbarie que se entiende como una necesidad
por parte de los fascistas para impedir la resistencia a sus draconianas, antinacionales,
antiobreras y antipopulares medidas), debe ser entendido dentro de la imperiosa
necesidad de imponer, a cualquier precio, la nueva política económica del capital, el
neoliberalismo como su política necesaria para la reproducción del capital financiero
imperialista en la etapa senil del capitalismo.
De cualquier manera, se debe tener presente que el Estado Chileno, inmediatamente
anterior al golpe del 73', era un Estado con todas las características del de "bienestar",
con gran desarrollo de las redes sociales y del movimiento obrero y popular, este último
incluso al final, aspiraba a mucho más, aspiraba a la Revolución. Por las características
señaladas, era imposible imponer el neoliberalismo, con todas las privatizaciones,
aumento extremo de la explotación de los trabajadores, crecimiento de la pobreza,
profundización de la ruina de los pueblos y del saqueo de las materias primas (que en
buena parte estaban "nacionalizadas") sin el baño de sangre conocido y los años de
dictadura. Esto era algo bien sabido por el imperialismo yanqui y sus sirvientes criollos
de allí su actuación; lo que indigna es que quienes estaban a la cabeza del movimiento
popular nunca lo entendieron así, el revisionismo, el pacifismo pequeño burgués, más
una buena cuota de ignorancia y de seguidismo de lo que dictaba la traición en el poder
en la ex URSS, les impidió hacer otra cosa que la que hicieron, y con ello , su propia
derrota, y de paso la noche más larga, amarga y oscura de los trabajadores y pueblos de
Chile.
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Una enseñanza histórica
Nota de la segunda edición 2003: originalmente este artículo tenía como fin motivar
la lectura de Reformismo Antesala del fascismo pero por su extensión y profundidad
se decidió incorporar al texto como estudio previo.
Muchas veces nos preguntamos para qué sirve la Historia, el estudio del pasado de la
humanidad, qué sentido tendría en algunos momentos de nuestra vida (escuela) el tratar
de saber fechas, hechos y acontecimientos; mas de alguno ha dicho "no me interesa,
que me importa a mí lo que pasó antes, si yo quiero vivir el presente" (Primero hubo
una Historia Natural, una Historia Económica, que en el siglo XVII, XVIII y XIX
dieron paso al nacimiento de las ciencias modernas. Por lo demás la historia es tan vieja
como la humanidad misma. Nota a la tercera edición: se considera al padre de la
Historia a Herodoto, que vivió en la Grecia Helenística antes de nuestra era (Antes de
Cristo).
El llamado postmodernismo o las teorías "postmodernas" han dado como resultado una
inconsciencia de nuestra gente respecto al verdadero rol de la historia; y lo que es peor,
en la formación de profesores en esta área del conocimiento, dichas teorías han calado
hondo, a tal grado que se pierde la posibilidad de entender el mundo de manera
intelectiva, a través de estudio pequeños y concentración de las miradas en
acontecimientos ínfimos y aislados unos de otros; no en vano hoy estamos en presencia
de una historia que gira en torno a biografías, encargadas por los demás a los
periodistas, quienes aparecen como los nuevos historiadores del siglo XXI.
En resumidas cuentas la educación bancaria en la que gira la Reforma Educacional
Chilena ha mermado a muchas ciencias y saberes, las ha delimitado e impedido la
creación de personas críticas de su sociedad; críticas en el sentido intelectivo de la
palabra y no de aquel fenómeno televisivo en el cual le pasan un micrófono a alguien y
lanza una diatriba de imbecilidades, algunas pueden estar correctas, pero en la mayoría
de los casos solo hay un descargo sentimental, no elaborado, no pensado ni en lo más
mínimo; llevando a muchos a cometer errores que después no parecen tener remedio. A
muchas ciencias las han reducido en las escuelas a un mero enseñar, pero no en
términos científicos, sino en términos técnicos, convirtiendo a la Filosofía en una
técnica de apoyo a los ramos de Lenguaje y Comunicación e Historia, además de centrar
todo en una ética que dista mucho de ser algo abierto y holístico como lo "pretenden"
los "Reformadores de la Educación Chilena''. Como si fuera poco las llamadas "ciencias
duras" por la burguesía, como las Matemáticas, Física, Biología y Química entran en
una órbita de dar todo por sentado y explicado, sin la posibilidad del cuestionamiento y
el nacimiento y elaboración de nuevas teorías por parte del "educando" (estudiante), se
produce una paradoja en la supuesta intencionalidad por parte de los “Reformadores" a
que se produzca la interdisciplinariedad de las ciencias, en circunstancias que los
programas impiden dicha relación, y más aún la sola separación de las Ciencias en
Ciencias Humanas y exactas impide la interrelación. Todo es técnico y anticientífico. La
Historia no está exenta de aquello, de hecho el afán de los "reformadores" por ver las
cosas en torno a la no existencia de la verdad objetiva ha convertido a la ciencia madre
de la Historia en una miserable técnica atentando contra uno de sus principales
postulados o especies de axiomas históricos (Los Axiomas son aquellos elementos de
las ciencias que no se discuten, ya que son los fundamentos que la conforman como tal.
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La palabra axioma proviene de las Matemáticas y se refiere a elementos como el punto
que no se explica, sino que es un punto, nada más).
Hay dos axiomas o postulados históricos que debemos resaltar en esta ocasión; el
primero es el que dice relación con el aprendizaje histórico y su finalidad: La Historia se
hizo para que los hombres no cometan los errores del Pasado; y en segundo lugar: Cada
Hombre es presa de su tiempo y momento históricamente determinado. Analicemos
estos dos postulados, en especial el primero, porque nos sirven para comprender la
necesidad real que tiene el proletariado de leer, digerir y comprender nuestra historia
reciente. En base a estos dos axiomas entenderemos la real necesidad e importancia de
la lectura de Reformismo Antesala del Fascismo, pues nos lleva a la comprensión de lo
que estamos planteando, la mirada de Clases, Proletaria y Revolucionaria. Pero bueno,
sin más introducción adentrémonos en materia.
La historia se hizo para que los hombres no cometan los errores del pasado
Reformismo Antesala del Fascismo resume la experiencia histórica de nuestro país en
torno a las ilusiones de los revisionistas y oportunistas, que engañan a nuestros pueblos
respecto a la posibilidad según ellos, de llegar al Socialismo de manera “pacífica”, cosa
que nos es ni cierta ni real. El Golpe Militar-Empresarial Fascista del 11 de septiembre
de 1973 es el vivo ejemplo de que son solo ilusiones pero antes de la experiencia
chilena, varios pueblos, naciones y trabajadores habían pasado por el mismo trauma,
bajo sus propias circunstancias y momentos históricos, con sus propios reformadores,
revisionistas y oportunistas. Que mejor ejemplo tocante y vivo para el proletariado
chileno que el de la Guerra Civil Española, en la cual las izquierdas se enfrentaron ante
el embate fascista de Franco y compañía, o el dramático caso de Indonesia en el cual
murieron más de 500.000 izquierdistas y comunistas en la noche de los Cuchillos largos
tras un golpe militar fascista en contra de los demócratas y luchadores por la Liberación
Nacional de dicho país.
Fuera de estas experiencias traumáticas que nos ha enseñado la Historia, en nuestro
propio país la lucha de clases había tenido ya sus momentos trágicos para los
trabajadores y pueblos de Chile. Solo debemos recordar como el mismo Ejército chileno
y Carabineros de Chile mandatados una vez por los oligarcas terratenientes, otras por
los burgueses industriales, previo a ello la plutocracia del período conocido como
República Parlamentaria, y después con las asfixiantes políticas "democráticas" y
populistas de Arturo Alessandri Palma, primero en 1920-1925 y después 1932-1938, las
de los tres gobiernos radicales: Pedro Aguirre Cerda en 1938-1941 (murió en ejercicio
del cargo), Juan Antonio Ríos (1942-1946) con la pasada de cuenta de Gabril González
Videla (1946-1952), Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958), Jorge Allessandri
Rodríguez (1958-1964) y Eduardo Frei Montalva (1964-1970); ya habían masacrado
una y otra vez al proletariado chileno. Para algunos ilusos de izquierda la Constitución
Política de 1925 era una constitución democrática que representaba a los trabajadores,
en circunstancias que fue impuesta al son de los sables, en cuyo proceso Alessandri
debió renunciar, tras lo cual toma el poder Ibáñez conformando la primera dictadura
chilena del siglo XX, prohibiendo la organización sindical a excepción de los
controlados por el lbañismo. Ahí están los recuerdos del viejo EliasLafertte (éste fue
uno de los fundadores del Partido Obrero Socialista junto a Luis Emilio Recabarren, que
en 1922, y luego de conocer la Rusia de Lenin y Stalin, supera esta experiencia atrasada,
dando un salto cualitativo conocido como el Partido Comunista de Chile PCCH) en su
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autobiografía "Vida de un Comunista", cuando nos relata cómo eran perseguidos por la
Dictadura de Ibáñez. Después de eso, y tras la crisis de 1930 (Nos referimos a la Gran
depresión Mundial de 1929, que repercutió en Chile en 1930 inaugurando las populares
ollas comunes), en 1931 Ibáñez renuncia y el país queda en un desorden tremendo, tras
el cual en 1932 Marmaduque Grove, militar de la Fuerza Aérea, inicia un proceso que
denominaron República Socialista, cuya existencia duró 12 días; y OJO no hubo un solo
balazo, llegaron al poder pacíficamente y... 12 días duró el sueño!!!, porque fueron
aplastados por otros militares. El desorden termina con una elección "democrática" que
ganó Arturo Alessandri Palma. En el gobierno de Alessandri la represión hacia los
trabajadores fue incesante, allí murieron varios comunistas y militantes del naciente
Partido Socialista de Chile fundado por Grove (Militar de la FACH); a tal grado llegó la
represión de Alessandri en defensa de los intereses del Imperialismo norteamericano y
la oligarquía nacional que aplastó, incluso, a los jóvenes NAZIS en la llamada Matanza
del Seguro Obrero, en momentos previos a la elección de 1938, lo cual le sirvió al
Frente Popular (éste estaba compuesto por el Partido Radical, el Partido Socialista y el
Partido Comunista de Chile. Cabe señalar que la Política de los Frentes Populares fue
una directriz de Stalin y el KOMINTERN -la tercera Internacional- y elaborada
teóricamente por Dimitrov, para frenar el avance del nazismo en todo el mundo. El
objetivo era hacer alianzas con sectores progresistas (o que así se autodenominaban)
para aislar al enemigo nazi, avanzar hacia la construcción y fortalecimiento de la
política revolucionaria del proletariado y llegar a la conquista del Poder Político; es
decir un trampolín para la insurrección y lucha de clases abierta y franca, y en ningún
momento darle el camino a la burguesía, participar y acomodarse en el gobierno
burgués. Cabe señalar que Pedro Aguirre Cerda estaba lejos de ganar, y tras la Matanza
del Seguro Obrero el candidato Ibáñez renuncia, en tanto que Gustavo Ross Santa
Mana, candidato derechista y Seguro ganador, pierde la elección producto de este
hecho) para llegar al Poder. Lo de Gabriel González Videla fue un chiste, llegó al Poder
con ayuda de los "comunistas" del P "C" y después les dio la espalda, los dejó fuera de
la ley y les persiguió tras aliarse a los EE.UU. La vuelta de Ibáñez al poder no en nada
nuevo, la corrupción del Estado se lo permitió y los nacionalistas se vieron mejor
parados para comenzar un trabajo interno dentro de las Fuerza Armadas, acrecentando
el odio hacia los marxistas, pero además, ahora era contra todos los izquierdistas (Al
respecto recomendamos un trabajo de la Historiadora Verónica Valdivia Ortiz de Zanste
"El Nacionalismo Chileno a la casa o en las Fuerzas Armadas").
Otros hechos no menores tienen relación con los acontecimientos en Europa; nos
referimos a la Guerra Civil Española (1936-1939) y la misma Segunda Guerra Mundial
entre los años 1938 y 1945; hechos que a nivel mundial, y al igual que con la
Revolución Rusa de 1917, provocaron simpatías en todo el mundo por uno u otro
"bando". Así "nuestras" “Constitucionalistas” Fuerzas Armadas apoyaban de manera
sentimental al bando de Franco (Fascista Español) y como si fuera poco "nuestro"
ejército de instrucción prusiana, es decir alemana, ¡Tenía claras simpatías por los nazis
del ejército Alemán dirigido por Hitler!, además esto era de conocimiento público y
popular en esos años.
Jorge Alessandri, comenzó en su mandato a elaborar el plan Norteamericano de la
Alianza para el Progreso en nuestros campos, con la famosa Reforma Agraria, luego
vino Freí Montalva quien la profundizó y ambos reprimieron a los campesinos que
reclamaban de manera justa por el derecho a la Tierra; la matanza de Puerto Montt fue
el caso más emblemático, hecho que después le costaría la vida al ministro del interior
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Edmundo Pérez Zucovich tras ser ajusticiado por la V.O.P. (La Vanguardia Organizada
del Pueblo, fue un grupo radicalizado de izquierda, actuaba de manera terrorista e
individual) en junio de 1971. Con Allende la cosa se desbandó, también hubo represión
física, no de la magnitud de antes, pero recordemos que los tribunales seguían
funcionando, desalojando pobladores e incluso dando muerte a más de un militante de
izquierda, como Eladio Camaño del Partido Comunista Revolucionario, como también
varios Mapuches. Pero el Gobierno de la Unidad Popular cayó en el peor error en que
pueden caer los que se autodenominan revolucionarios: Ser idealistas, porque así
cimentaron el camino a la derrota. Desde el 11 de septiembre de 1973 hasta el fin de la
dictadura, en su parte formal, nuestros trabajadores y pueblos de Chile sufrieron la
represión más fuerte de su historia; y en el período concertacionista la represión ha
continuado, a tal grado que el ejemplo más emblemático de la actualidad fue el
asesinato por parte de Carabineros de Chile en el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle
a Daniel Menco, estudiante de la Universidad Arturo Prat de La Primera Región de
Tarapacá.
Se nos olvidaba hacer mención a otras matanzas clásicas de "nuestro ejército" y
"nuestros" Carabineros, como fueron las del siglo XIX y principios de siglo XX en
variadas huelgas: La de los Tranvías en 1888, la Huelga de la Carné en 1905, o la mayor
matanza registrada de la época en la Escuela de Santa María de Iquique en 1907 (No se
saben la cifras exactas, pero la mayoría concuerda en una cifra estimativa que bordea
los 3.000 obreros salitreros asesinados en un par de horas, eso por parte baja, ya que se
encontraban no menos de 15.000 personas en el lugar). Sin duda que los reformistas
hacen omisión de nuestra historia, lo cual puede ser por dos razones: O no les interesa o
nunca la aprendieron. Pero no seamos ingenuos y veamos la realidad como es, lo más
seguro, y de seguro así es, los revisionistas y oportunistas si conocían nuestra historia;
lo que los pone en un abierto camino de la traición por encaminar al proletariado y
campesinado chileno hacia el suicido, la persecución y la tortura. ¡No nos pueden decir
que no tenían contemplado aquello, o que nunca pensaron lo que iba a pasar, ya que los
militares chilenos tenían un historial! ¡Perdón, ya tenían antecedentes! ... ¡Otra vez
perdón!... No señores, las Fuerzas Armadas y de Orden chilenas no solo tenía historial y
antecedentes, sino que fundamentalmente: ¡Un PRONTUARIO CRIMINAL contra los
trabajadores y pueblos de Chile!!!
Reformismo Antesala del Fascismo nos aporta un estudio innegable respecto a la
realidad política chilena, la cual es una ley científica del Marxismo Leninismo,
comprobado por Carlos Marx y Federico Engels en dos ocasiones memorables dentro
de la Historia del Proletariado Mundial, a partir de lo cual solo debieron bastar esos dos
ejemplos de sufrimiento y comprender el porqué de la necesidad de la Dictadura
Proletaria y la conquista del poder Político para la construcción de la Democracia
Popular y el Socialismo. En 1848-1851 en Francia los socialistas utópicos fueron
aplastados por la burguesía y el bonapartismo; después se repitió la historia (no
aprendieron de ella lo suficiente); y resulta que en la misma Francia, en el mismo París
y como si fuera una verdadera ironía de la vida, ¡En el Mismo Hotel de Ville! (En estas
dos historias, el Hotel de Ville y sus alrededores fueron el mismo escenario físico de los
acontecimientos) fueron aplastados en 1870 los Comuneros de París (De ambos
acontecimientos Marx escribió tres libros que de seguro lo debían haber leído los
dirigentes del P "C" revisionista chileno. De aquello, una de dos, o no lo leyeron, lo cual
hablaría muy mal de un autodenominado marxista, o lo leyeron y no entendieron nada,
lo cual es peor. Lo libros aludidos son "Las Luchas de Clases en Francia, 1848-1851; el
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Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte" 1848-1851 y respecto a la Comuna de París,
movimiento Comunista, Socialista y Anarquista que intenta tomarse el poder tras la
caída de Napoleón III en 1870, un extenso documento llamado "La Guerra Civil en
Francia". El proceso de Colonia en Alemania fue similar; y posterior a aquello, los
bolcheviques fueron los únicos que comprendieron todo y no cometieron el error, lo
superaron y avanzaron hacia la construcción del socialismo, Octubre de 1917).
Si Chile había tenido Dictaduras, si más encima toda nuestra Historia como nación
"Independiente" está plagada de hechos violentos, y con un descaro petulante nos hacen
un alarde de ejemplo democrático, lo que nos lleva sin duda alguna, a pensar que aquí
no hubo ingenuidad. El Estado Chileno se consolida después de una guerra Civil entre
1829-1830, luego en 1833 se impone la Constitución denominada Portalianas (Diego
Portales no redacta la Constitución Política es trimistro y considerado, por muchos,
fascistas y conservadores, por supuesto, como el constructor de la nación. Cabe señalar
que se supone que sus ideas políticas quedan plasmadas en la Constitución) que llevó al
país a dos guerra civiles más: 1851 y posteriormente la de 1859. Como si fuera poco, el
siglo XIX chileno termina con otra Guerra Civil más, la que involucró al Presidente
Balmaceda en 1891. El siglo XX es de Dictaduras Militares (Ibáñez, 1925-1931 y la
Dictadura Militar-Empresarial Fascista de 1973-1990). También de otros Golpes de
Estado, proscripciones políticas, represiones a los trabajadores etc. Entonces ¡CÓMO,
PERO CÓMO NO ENTENDIERON NUESTRA HISTORIA! No es que no la hayan
entendido, simplemente no eran revolucionarios, y de manera consciente o inconsciente,
que para el caso es lo mismo, sirvieron a la reacción.
La historia se hizo para aprender del pasado y no cometer los errores en el futuro, el
proletariado y campesinado chileno no debe caer nunca más en esta tragedia y debe
pensar que la única forma de superación del Estado Capitalista es mediante la toma y
conquista del poder político total, en una verdadera Revolución Marxista-Leninista;
mediante la vía insurreccional de masas que, por algo, nos enseñaron Marx, Engels,
Lenin y Stalin.
Cada Hombre es presa de su tiempo y momento histórico
Algunos pueden usar este axioma histórico en favor de los reformadores, en favor de
1os revisionistas y oportunistas de la Unidad Popular, estableciendo que no fue el
momento histórico para hacer la Revolución. ¿Pero que creyeron ellos, que Herodoto,
historiador de la Grecia Antigua se iba a aparecer para decirles ahora ya? Y lo que es
peor, otros piensan que el momento ya pasó y no se va a volver a repetir jamás. ¡Pero
porque no comprenden la historia! Marx nos enseñó que la Historia es la Historia de las
Luchas de Clases; por lo cual mientras hayan oprimidos y opresores la posibilidad cierta
y real de revolución es constante. Durante la Unidad Popular hubo un momento en que
la realidad objetiva produjo una crisis de gobernabilidad tal, en la cual la administración
del estado burgués no se podía sostener por la vieja forma de gobernar; a esto se
suma el hecho innegable de que el proletariado estaba presionando fuertemente para la
superación revolucionaria de la vieja sociedad. Este fenómeno es el principio de una
situación revolucionaria, el problema fue que la realidad subjetiva, en torno a la
dirección del proletariado era errada. ¿Cómo no iba a ser el momento si habían marchas
de kilómetros y kilómetros y la masas sentían que el socialismo estaba cada vez más
cerca y era posible? En la actualidad, la realidad objetiva está acrecentándose
nuevamente, contrario a los discursos presidenciales de acabar con la pobreza, las
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condiciones de trabajo miserables son cada vez mayores, la crisis económica que
vendrá producto de los Tratados de Libre Comercio será tal que emergerá en su
momento una nueva situación revolucionaria. Lo que debe quedar claro es que
momentos y tiempos históricos objetivos se dan una y otra vez, lo que impone la
necesidad de contar con el elemento subjetivo correcto. Ese elemento existe hoy, y es el
Partido del Proletariado, la conciencia de la ciencia marxista-leninista hecha cuerpo
vivo: el Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC (AP).
El gobierno de Salvador Allende fue sobrepasado por las masas, lo que nos evidencia
que quienes no comprendieron una vez más la historia, ahora respecto a este segundo
postulado, fueron los reformadores. Y si el tiempo histórico nos había dicho en otra
ocasión como se generaban dichas condiciones o momentos, es decir en que instante se
generan los tiempos revolucionarios, quienes se desembarazaron de aquello y pensaron
que podían escapar con ilusiones a la principal regla temporal de la historia, no solo
eran desclasados ilusos sirvientes de la reacción, sino que además se creyeron los dioses
del tiempo haciendo caso" omiso a la realidad histórica objetiva.
Los principales culpables del golpe militar fascista no están solo en Washington, ni en
el barrio alto de Santiago, no son solo los "Chicago Boys", tampoco son solo los curas y
la oficialidad fascista, sino que también son los revisionistas y oportunistas que
sembraron semillas ácidas en un campo fértil y deseoso de revolución, araron mal la
tierra, porque no la sabían arar, intentaron construir una casa con cimientos de cartón,
sembraron la ilusión y convirtieron los campos fértiles en cementerios. Los revisionistas
y oportunistas no deben volver a tomar las riendas de la revolución, nunca más, porque
ya sabemos, comprendemos y entendemos, no solo por nuestra historia nacional, sino
porque también sobran ejemplos en la historia mundial, que sería tropezar con la misma
piedra. Por eso Trabajadores y Pueblos de Chile no caed nuevamente en el juego
macabro y suicida del Reformismo... que es la Antesala del Fascismo.
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Valoración de EMANCIPACIÓN PROLETARIA. Nuestra revista, EMANCIPACIÓN
PROLETARIA, concuerda con los camaradas chilenos, en su trabajo Reformismo
Antesala del Fascismo.
Es un trabajo esencialmente educativo, que eleva el debate teórico en el continente
latinoamericano.
¡Cuánto nos gustaría obtener otros documentos, similares a Reformismo Antesala del
Fascismo, elaborados por partidos marxistas, con el objetivo de publicarlos en
EMANCIPACIÓN PROLETARIA! Hacemos votos por ello.
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EL DERRUMBE DE LA UNIÓN SOVIÉTICA BAJO EL TRASFONDO DE LA
INTERNACIONALIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN CAPITALISTA
Stefan Engel, Presidente del Partido Comunista de Alemania (Marxista-Leninista)
Nota del Consejo de Redacción de la revista Emancipación Proletaria: el estudio que
a continuación se expone abajo, “EL DERRUMBE DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
BAJO EL TRASFONDO DE LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA
PRODUCCIÓN CAPITALISTA”, fue extraído del libro Crepúsculo de los dioses
sobre el “nuevo orden mundial”, de la autoría de Stefan Engel, Presidente del Partido
Comunista de Alemania (Marxista-Leninista).
Partiendo de la usurpación del poder en la Unión Soviética por una burocracia
degenerada, en el XX Congreso de febrero de 1956, se restauró paso a paso el
capitalismo en la mayoría de los países socialistas. La burocracia central en la dirección
del partido, del Estado y de la economía, asumió el rol de clase dominante e impuso su
dictadura burguesa sobre toda la sociedad como personificación colectiva y monopolista
del capital burocrático. La Unión Soviética perdió su carácter socialista y se convirtió en
un capitalismo monopolista de Estado burocrático de nuevo tipo.
Si bien en 1960 la Unión Soviética todavía era el segundo poder económico más fuerte
del mundo, detrás de los EE.UU. y delante de la Europa Occidental y el Japón, su fuerza
económica cayó hacia 1990 a menos de un tercio de Europa Occidental y apenas más de
la mitad con respecto al Japón. Desde la restauración del capitalismo las tasas de
crecimiento de la economía soviética disminuyeron permanentemente. En los años de
1951 a 1955 eran, por término medio, anualmente de un 11,3 %; pero hacia el lapso de
1986 a 1990 bajaron a un promedio de 2,5 %. La pequeña oscilación hacia arriba, de
1966 hasta 1970, fue una excepción y tuvo su origen esencialmente en los Tratados con
el Este. Ellos condujeron temporalmente a una activación relativa de la economía
soviética debido al crecimiento del comercio con los países capitalistas occidentales.
La base decisiva para el declive de las tasas de crecimiento fue el descenso de la
productividad del trabajo en la producción industrial de la Unión Soviética.
La alta productividad laboral socialista se derrumbó cuando en el proceso de la
restauración del capitalismo su base, la conciencia socialista y la iniciativa de las masas,
fue reemplazada más y más por el estímulo material, los métodos de acicateo capitalista
y la competencia entre los obreros. Esto tuvo consecuencias nefastas, las que ya en 1972
Willi Dickhut señaló en su libro La restauración del capitalismo en la Unión Soviética:
"Las direcciones de las empresas recurrieron a métodos muy sutiles para la obtención
de ventajas materiales. Así se culpó a los obreros en parte por la planificación
equivocada y las deficiencias en la ejecución del plan, a pesar de que ellos no habían
participado de manera consultiva ni en la planificación ni en el control . Para no
reducir con la pérdida de premios su salario ya bastante bajo, los obreros callaron ante
la manipulación de la dirección de empresa. Esto socavó la moral proletaria y la
conciencia socialista. Mentira y engaño, derroche de materiales y fuerza de trabajo,
desorganización del mercado, retención de inversiones necesarias, datos falsos sobre
los gastos de explotación y la capacidad productiva, empeoramiento de la calidad, etc.,
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terminaron por estar a la orden del día." (Willi Dickhut, La restauración del
capitalismo en la Unión Soviética, tomo 1, págs. 213-214).
Si bien de 1971 a 1975 la productividad laboral, según las cifras oficiales, todavía subió
en promedio un 4,5 % al año, el incremento anual de 1981 a 1985 bajó a 3,1 %
(Sowjetunion 1988/89 [Unión Soviética 1988-89], pág. 125). La descomposición y
decadencia del capitalismo monopolista de Estado burocrático de tipo soviético saltaron
a la vista.
Lenin reveló una "tendencia a la descomposición que distingue a todo monopolio en el
régimen de la propiedad privada sobre los medios de producción." (Lenin, El
imperialismo y la escisión del socialismo, en Obras Completas, tomo 30, pág. 171). Los
monopolios producen podredumbre y descomposición, pues eliminan la competencia.
En el capitalismo ésta se orienta hacia la maximización de las ganancias, pero al mismo
tiempo es fuerza motriz decisiva para revolucionar las fuerzas productivas. La
tendencia a la descomposición fue particularmente destacada en la Unión Soviética,
porque desde fines de los años 1950 la economía socialista planificada fue transformada
en un sistema de planificación y control burocrático-centralista.
Con la restauración del capitalismo se transformaron también las relaciones económicas
exteriores de la Unión Soviética. Así, el "Consejo de Asistencia Económica Mutua"
(CAME) se convirtió en un instrumento de pillaje neocolonial de los "países hermanos"
revisionistas. Con el espacio económico del CAME la Unión Soviética
socialimperialista ganó una autarquía relativa, se volvió relativamente independiente de
los imperialistas occidentales y del mercado mundial dominado por ellos. En el CAME
se debía eliminar ampliamente la competencia foránea y al mismo tiempo garantizar la
dependencia económica de los demás miembros del CAME frente a la Unión Soviética.
Esta seguía siendo aún la única economía nacional en el CAME con un desarrollo
relativamente completo. Los demás países fueron obligados a comprar de ella las
materias primas a precios exagerados y suministrar como compensación máquinas y
otros bienes industriales por debajo de los precios del mercado internacional.
Después de la crisis de Cuba, en 1962, y el cambio hacia la "política de distensión", el
CAME fue integrado más y más en el mercado mundial. Esto agujereó cada vez más
fuertemente la autarquía relativa. Entre 1970 y 1990 las exportaciones de los países del
CAME crecieron vertiginosamente en el 463,4 %. Mientras que en 1970 todavía el 60,3
% de estas exportaciones se realizaron al interior del CAME, y se utilizaron para
satisfacer las necesidades de los países miembros, en 1990 éstas sólo fueron el 37,8 %.
Las altas tasas de incremento de la exportación hacia el Oeste, de más del 900% en los
años 1970 hasta 1990, y el descenso paralelo de las tasas de crecimiento de la economía
soviética, muestran la dependencia económica cada vez más fuerte de los mercados de
venta occidentales. La Unión Soviética esperaba poder recuperarse del atraso
tecnológico y ganar por puesta de mano a los rivales occidentales mediante sus
actividades crecientes en el mercado mundial. Los imperialistas occidentales, por su
parte, apostaron por la compenetración económica, política e ideológica para acelerar la
restauración del capitalismo e integrar finalmente, por completo el espacio del CAME
en el mercado mundial dominado por ellos. Al final ese cálculo les salió bien, la Unión
Soviética perdió la lucha competitiva.
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217
Tabla 34*
Desarrollo de las exportaciones de Europa Oriental (en millones de US$)
Destino de las
exportaciones
1960 1970 1980 1990 Crecimiento
de 1970
hasta 1990
en %
A los países
industriales del
Occidente
2.490 7.120 43.269 71.420 903,1
A los países en
vías de
desarrollo
780 3.930 32.406 33.896 762,5
Dentro de
Europa
Oriental
8.120 18.390 78.714 64.980 253,3
Total
exportaciones
del CAME
12.890 30.520 155.115 171.944 463,4
Total
exportaciones
de la Unión
Soviética
5.563 12.800 76.449 104.177 713,9
Total
exportaciones
del mundo
128.250 311.800 2.000.947 3.425.960
Cuota de
Europa
Oriental en la
exportación
mundial
10,1% 9,8% 7,8% 5,0%
*El número de esta tabla se corresponde con la secuencia de las tablas contenidas
en el libro Crepúsculo de los dioses sobre el “nuevo orden mundial”.
Fuentes: UN, Anuarios estadísticos; cálculos propios.
Mientras que en los años 1970 y 1980 los grandes Estados industrializados occidentales
colocaron su economía sobre bases modernas, introduciendo la automatización y la
electrónica, la economía soviética cayó cada vez más en el atraso. En 1990 las
computadoras soviéticas se encontraban a un nivel conseguido en el Oeste ya quince
años atrás. En su libro ¿Acabó el socialismo? Willi Dickhut expuso sobre las causas de
este desarrollo desigual:
"El capitalismo burocrático con su régimen de comando unilateralmente centralista no
podía, ni por aproximación, alcanzar la velocidad hoy general en la introducción de
nuevas técnicas en la producción. Esto significó su condena a muerte y el
desenmascaramiento de toda su fraseología." (¿Acabó el Socialismo?, pág. 99).
Por consiguiente, la Unión Soviética pudo vender cada vez menos productos
industriales. La cuota de la exportación del CAME en el mercado mundial se derritió
del 9,8 %, en 1970, al 5 % en 1990. Además de ello, una parte creciente de esas
exportaciones fueron materias primas energéticas; a fines de los años 1980 éstas se
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218
elevaron ya a dos tercios. Para la Unión Soviética fue un callejón sin salida, pues la
tijera entre la caída de los precios para las materias primas y la subida de los precios
para bienes industriales en el mercado mundial se abrió más y más. Si bien a inicios de
1985 una tonelada de petróleo crudo soviético todavía tuvo un valor índice de 100 -
relacionado a la importación de productos industriales de la RFA-, hacia fines de 1988
este valor cayó por debajo de 30 (Sowjetunion 1988/89, pág. 196).
Desde mediados de los años 1980 se agudizó la lucha competitiva entre los imperialistas
occidentales y el socialimperialismo soviético. Los bienes de exportación más
importantes del CAME, tales como carbón, acero, textiles y productos agrarios, fueron
gravados con enormes aranceles y limitaciones cuantitativas en el Occidente. Ni los
EE.UU., ni los Estados de la UE, le concedieron a los países del CAME la denominada
"cláusula de la nación más favorecida": los aranceles, tasas e impuestos para la
exportación e importación fueron claramente más altos que los de los competidores
occidentales. Aún más, los imperialistas occidentales introdujeron "listas de embargo",
impidiendo así que los países del CAME pudieran comprar "mercancías estratégicas",
tales como unidades de centrales informáticas. Además de ello, con una política
cambiaria motivada políticamente las mercancías de los países del CAME en el
mercado mundial fueron sistemáticamente reducidas por debajo de su valor.
Debido a la agudización de la rivalidad de las dos superpotencias, pero también como
compensación a los crecientes problemas de venta en el mercado mundial, la Unión
Soviética concentró sus recursos económicos cada vez más en la carrera armamentista
con los EE.UU. En 1987, según estimaciones occidentales, la Unión Soviética empleó
el 18% de su producto interior bruto para el armamento militar. Al sector militar se
dirigieron de siete a ocho rublos de los 10 gastados a fines de los años 1980 para la
investigación y el desarrollo.
El rol de la Unión Soviética como superpotencia militar fue la base política de poder de
su predominio en el CAME. Al mismo tiempo, el complejo industrial-militar garantizó
a los capitalistas burocráticos ganancias máximas calculables. La gigantesca
hinchazón del presupuesto militar aceleró la podredumbre y descomposición del
capitalismo monopolista de Estado burocrático de cuño soviético.
Los revisionistas modernos o los neorevisionistas alegan siempre de nuevo, que la
Unión Soviética se veía obligada a actuar debido a las actividades del Oeste y que fue
ahogada mediante la carrera armamentista. ¡Esto pone los hechos patas arriba! Ningún
poder del mundo pudo imponer su voluntad a la Unión Soviética mientras todavía era
socialista. Sobre la base del entusiasmo revolucionario, del espíritu de sacrificio y de la
conciencia socialista de las masas la Unión Soviética, en aquel entonces todavía
socialista, salió fortalecida de la Segunda Guerra Mundial a pesar de que ella tuvo que
sufrir la pérdida más grande en vidas humanas e inconmensurables destrucciones. Los
defensores de Jruschov, Brezhnev y Gorbachov cierran los ojos ante el hecho de la
restauración del capitalismo a fin de atribuirle a la Unión Soviética un papel de víctima,
así como justificar también la traición al socialismo y la aberración histórica. La causa
de la horrenda carrera armamentista fue el carácter imperialista de ambas
superpotencias, los EE.UU. y la Unión Soviética, y su rivalidad.
El sistema del CAME se desmoronó primero en su periferia, es decir en Polonia,
Hungría, Checoslovaquia y la RDA. Estos países tuvieron el más alto grado de
No. 2 Enero-Abril 2014
219
integración en el proceso de la internacionalización de la producción capitalista. En
1987, el "comercio occidental" de la RDA con los países de la OCDE ya ocupó el 31,2
%, de Hungría el 39 % y de Polonia incluso el 45,1 % (en comparación con el 41,2%
del comercio con el CAME).
Sobre esta base tuvieron a esos países por dos lados en aprietos. De un lado eran
dependientes del sistema político del socialimperialismo soviético; por el otro,
necesitaban la tecnología occidental que, a su vez, sólo pudieron pagar con divisas. Los
Estados del CAME importaron instalaciones y otros bienes de inversión y los
financiaron en medida creciente a través de créditos en caras divisas occidentales, los
que no fueron cubiertos por las exportaciones correspondientes. En 1970, el
endeudamiento de los países del CAME con el Occidente todavía fue de 6.500 millones
de dólares. En 1989 ella creció 19 veces más, es decir a 124.500 millones de dólares.
Tabla 35*
Balanza comercial y endeudamiento del CAME (en millones de US$)
1970 1975 1980 1985 1989
Comercio Este/Oeste (países del CAME con Estados de la OCDE)
Balanza
comercial
Unión
Soviética
-429 -4.941 203 -785 -6.553
Balanza
comercial
CAME
-1.076 -11.420 -3.480 -1.478 -6.038
Deuda neta de divisas
Unión
Soviética
1.900 7.400 14.900 15.600 37.600
Polonia 800 7.400 23.500 31.800 37.600
Hungría 600 2.200 7.700 14.800 18.900
RDA 1.000 3.500 11.800 8.200 11.000
CAME en
total
6.500 28.800 78.000 88.700 124.500
*El número de esta tabla se corresponde con la secuencia de las tablas contenidas
en el libro Crepúsculo de los dioses sobre el “nuevo orden mundial”.
Fuentes: Monatsberichte (Informes mensuales) del Instituto Austríaco para la
Investigación Económica No. 4 de 1983, No. 5 de 1987 y No. 5 de 1990; The
Economic lmplications of East West Trade and Technology Transfer (Las
consecuencias económicas del comercio Este Oeste y de la transferencia de
tecnología), www.wws.princeton.edu, 23 de diciembre de 2002.
Desde comienzo de los años 1970 se desarrolló un déficit en el comercio exterior del
CAME. A inicios de los años 1980 los países del CAME intentaron enfrentarlo
reduciendo las importaciones. De esa manera se pudo disminuir la tasa de incremento
del endeudamiento, pero al alto precio de la declinación de las inversiones y la
conservación de las antiguas estructuras económicas ¡y esto en una situación, cuando a
nivel mundial se invertía en gran escala en la microelectrónica y alta automatización! El
resultado fue un retroceso drástico en la competitividad.
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220
El colapso de la Unión Soviética
La decadencia del sistema de dominio burocrático-capitalista tuvo su punto de partida a
inicios de los años 1980 con las luchas de masas de la clase obrera en Polonia. Los
obreros polacos se rebelaron con huelgas y manifestaciones contra los aumentos de
precios, lucharon por mayores salarios y la reposición de sus compañeros de trabajo
despedidos. Las reivindicaciones políticas por el derecho de huelga, libertad de prensa y
la admisión de sindicatos independientes caracterizaron más y más la escena.
Esta lucha de clases de los obreros polacos fue una señal que no pudo ser desoída por
las amplias masas en los otros países revisionistas. Por primera vez, desde la
restauración del capitalismo, una clase obrera en lucha hizo tambalear al sistema
burocrático capitalista. El 13 de diciembre de 1981 la lucha de clases en Polonia llegó a
su transitorio punto culminante. Los capitalistas burocráticos establecieron una
dictadura socialfascista bajo el general Jaruzelski. Se prohibieron huelgas y
manifestaciones, se estableció una censura previa a todas las publicaciones y el tránsito
de personas fue restringido. Esto fue, ante los ojos de todo el mundo, la declaración
abierta del fracaso total del sistema burocrático-capitalista, el cual sólo podía
mantenerse por medio de la violencia.
En 1985, con la muerte de L. Brezhnev y el fin de la "era de Brezhnev", la crisis del
capitalismo burocrático produjo la "era de Gorbachov". Desde entonces la Unión
Soviética buscó una salida en la apertura más amplia frente a los Estados imperialistas
occidentales. Se introdujo una reforma económica burocrático-capitalista y se abolió
paso a paso el monopolio del comercio exterior. Esto cuestionó la existencia de la
estructura burocrático-centralista de la Unión Soviética.
Bajo los eslóganes de "glasnost" y "perestroika" Gorbachov intentó darle al ansiado
desarrollo social un nuevo fundamento ideológico. Pero debido a que el objetivo fue
una adaptación más fuerte al capitalismo occidental y una relajación de la autarquía del
CAME, éste sólo podía ser una mezcla de revisionismo moderno y socialdemocratismo
occidental, disfrazado de “moderna”. Esto fue acompañado de masivos anticomunistas
contra Stalin y Lenin, disfrazados demagógicamente como crítica a las presuntas
deformaciones sociales de la Unión Soviética socialista. El núcleo fue el ataque a la
dictadura del proletariado, el fundamento político de toda sociedad socialista. Willi
Dickhut escribió al respecto:
"La clase obrera que ha destruido el poder del capitalismo que ha conseguido el
dominio político, luchando, establece su propio Estado: la dictadura del proletariado.
Este Estado no significa solamente dictadura en el sentido de represión a los
elementos enemigos por parte de las clases anteriormente explotadas y reprimidas,
sino también la más amplia democracia para los trabajadores, los anteriormente
reprimidos y explotados. Por esto, dictadura del proletariado es sinónimo de
democracia proletaria o socialista y ésta es «... un millón de veces más democrática
que cualquier democracia burguesa» (Lenin, La revolución proletaria y el renegado
Kautsky, Obras Escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1977, tomo IX, pág. 20); (Willi
Dickhut, La restauración del capitalismo en la Unión Soviética, tomo 1, pág. 94).
Con el "glasnost" y la "perestroika" sonó la hora del nacimiento del anticomunismo
moderno, siendo precisamente el secretario general del PCUS, Michael Gorbachov,
No. 2 Enero-Abril 2014
221
quien se prestó como testigo principal. Esto desencadenó en todos los partidos
revisionistas una ola de cuestionamiento abierto a todos los fundamentos existentes
hasta el momento y le vino de mil maravillas a los imperialistas occidentales. Apostaron
a Gorbachov como portador de sus esperanzas y especularon a un nuevo reparto de las
esferas de poder e influencia soviéticas. El anterior consejero de seguridad de los
EE.UU., Brzezinski, opinó francamente sobre Gorbachov:
"No podíamos imaginarnos un líder soviético mejor que el que tenemos. Abre la puerta
a la descomposición del imperio soviético." (Periódico The Washington Times, del 6 de
enero de 1990; traducción del inglés).
Gorbachov no pudo cumplir las esperanzas de los capitalistas monopolistas burocráticos
en la dirección del partido, del Estado y de la economía, quienes lo habían instalado en
sus funciones: la crisis económica y política se profundizó imparablemente. La
integración abierta de los Estados del CAME en el mercado mundial capitalista cayó
más y más fuera de control y, debido a que los imperialistas occidentales libraban una
verdadera guerra comercial y financiera, terminó en el desastre.
A diferencia del aislamiento por varias décadas de la Unión Soviética, el
socialimperialismo chino persiguió, desde el principio y con relativo éxito, el método de
la integración controlada y dirigida en el mercado mundial capitalista. Esto tuvo
diferentes causas:
• Los capitalistas burocráticos de China, a diferencia de la Unión Soviética, no tenían la
posibilidad de explotar neocolonialmente a otros países como a los del CAME. Por ello
tuvieron que perseguir desde el principio una política de expansión económica.
• La rivalidad entre las superpotencias EE.UU. y Unión Soviética permitió a China
fortalecerse política y económicamente en una alianza temporal con los imperialistas
occidentales.
• Los imperialistas occidentales temían a las masas populares chinas educadas en la
lucha contra el revisionismo durante la Revolución Cultural y por ello tenían el mayor
interés en la estabilidad de China. Apoyaron la restauración del capitalismo con todos
los medios a su alcance. Remitiéndose a ello, en la primavera del 2002, el entonces
presidente del Estado chino, Jiang Zemin, congraciándose con los imperialistas
occidentales, declaró:
"Tengan en cuenta, por favor, que la estabilidad social no sólo es de interés
fundamental del pueblo chino. También Asia y todo el mundo sacan provecho de ello.
Uno puede imaginarse fácilmente lo que significaría el estallido de disturbios en
China". (Revista Der Spiegel, No. 15 del 2002, pág. 160).
A los imperialistas occidentales, por el contrario, les convenía absolutamente que la
mayoría de los arraigados regímenes burocrático-capitalistas de los países del CAME
fuesen derrocados por movimientos de masas democráticos. Un primer punto
culminante fue la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, el primer paso
hacia la reunificación de Alemania. Luego siguió la disolución del CAME. En agosto de
1991 fracasó el intento de golpe socialfascista en Moscú, un último intento de
restablecer el tradicional orden del sistema burocrático-capitalista. Con ello también
No. 2 Enero-Abril 2014
222
fracasó el intento de Gorbachov de pasar controladamente del capitalismo burocrático
al capitalismo monopolista de Estado de cuño occidental manteniendo, al mismo
tiempo, el monopolio del poder de la burocracia del PCUS. El fin de la Unión Soviética
socialimperialista fue sellado. Sin embargo, las "explicaciones" de los revisionistas
modernos del DKP fueron completamente distintas. Durante décadas alabaron al
capitalismo burocrático como "socialismo real" y difamaron como ''propaganda de la
CIA" la crítica marxistaleninista a la restauración del capitalismo en la Unión
Soviética. Presentaron la tesis de la decadencia de la Unión Soviética como resultado de
la "contrarrevolución" o de la "infiltración desde fuera" a fin de justificar su obvia
bancarrota. En un documento del revisionista Partido Comunista Alemán (DKP), del
2002, el comité ejecutivo del partido hizo un pronunciamiento aparentemente
salomónico sobre las causas del "colapso" y del "derribo" del sistema de la Unión
Soviética:
"Hubo causas internas y externas, económicas, sociales y políticas, objetivas y
subjetivas." (Erste Grundlagen zur Disk ussion und Erarbeitung eines
Programmentwurfs [Primera bases para la discusión y elaboración de un borrador de
programa], pág. 22, www.dkp.de/diskgrdl/, 24 de octubre de 2002).
¡Como si hubiera algún desarrollo social significativo que no se explicara por causas
internas y externas! Este fundamental documento revisionista no mencionó ni una sola
palabra sobre la decisiva causa interna de la decadencia del CAME: la revisión del
marxismo-leninismo y la usurpación del poder por parte de la burguesía monopolista
burocrática de nuevo tipo! Fue simplemente ridículo cuando, al concluir, la dirigencia
del DKP escribió:
"El hecho de que la Rusia soviética, así como luego también todos los demás países de
orientación socialista, fueran amenazados desde el primer momento de su existencia
por el poder concentrado del capital, formó parte de las causas objetivas externas de la
derrota del socialismo en el siglo pasado." (lbíd., pág. 23).
Es decir, según esta teoría revisionista, "el socialismo" habría sucumbido finalmente
debido a la agresión y superioridad del poder capitalista. Sin embargo, el cerco
capitalista, la infiltración y agresión hasta tramar de la Segunda Guerra Mundial en
realidad no fueron capaces de vencer al socialismo. Por el contrario, éste se fortaleció
bajo la dirección de Lenin y Stalin. Entre 1929 y 1955 la producción industrial soviética
creció más de veinte veces, mientras que los países capitalistas ni siquiera pudieron
duplicar su producción industrial y fueron afectados por la más profunda crisis
económica mundial de 1929 a 1933.
El socialismo sufrió su derrota en 1956, cuando la burocracia degenerada de modo
pequeñoburgués logró usurpar el poder en el XX Congreso del PCUS. La restauración
del capitalismo, que desde entonces se realizó paso a paso, envolvió al sistema de la
Unión Soviética en contradicciones imposibles de resolver, las que finalmente, por ley
inherente, desembocaron en su derrumbe.
Con la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y la degeneración revisionista
de la mayoría de los partidos comunistas y obreros, el movimiento obrero marxista-
leninista internacional sufrió su más grave derrota en el siglo XX. Hasta ahora no ha
podido superarla por completo. Sin embargo, el derrumbe del sistema de dominio
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223
socialimperialista, de 1989 a 1991, creó la precondición para que la correlación de
fuerzas entre el marxismo-leninismo y el revisionismo moderno se modifique
nuevamente en favor del socialismo. Sin procesar a fondo la restauración del
capitalismo y sacar conclusiones positivas de la degeneración revisionista será
imposible dar lugar a un nuevo ascenso de la lucha por el socialismo.
La integración completa de Europa Oriental en la producción capitalista
internacional
Después del colapso del CAME y de la disolución de la Unión Soviética en 1991, los
antiguos países del CAME fueron integrados completamente en la producción
capitalista internacional. Europa Central y Oriental, así como Asia Central, se
convirtieron en una región interesante para la inversión de capital; las inversiones
directas extranjeras aumentaron a saltos. Ya en 1991 fueron 2.570 millones de dólares,
una suma 41 veces más alta que la del lapso de 1984 a 1989. De 1991 al 2000 las
inversiones directas anuales crecieron otra vez a un valor once veces mayor, a 28.450
millones de dólares.
El capital extranjero se utilizó sobre todo para conquistar nuevos mercados y comprar
fábricas lucrativas. El valor de las ventas de empresas al extranjero subió de 27 millones
de dólares, en 1989, a 15.990 millones de dólares en el 2000, ¡es decir, un valor 592
veces más alto! En ese contexto se debe tener en cuenta, además, que en la mayoría de
los casos las empresas se vendieron muy por debajo de su valor.
En la República Checa la Volkswagen AG adquirió Skoda, de lejos el monopolio más
grande. Skoda sola hizo el 10% al comercio exterior checo. También nueve cadenas
minoristas de las diez más grandes pasaron a propiedad extranjera. El 90 % de la prensa
en las regiones occidentales de la República Checa pertenecían a consorcios de los
medios de comunicación de Europa del Oeste.
Puesto que gran parte de los productos de los anteriores países del CAME no podían
seguir en la lucha competitiva internacional, la vieja estructura productiva quebró
ampliamente. Los monopolios internacionales construyeron las plantas más modernas e
inundaron con sus mercancías los mercados de los anteriores Estados del CAME.
De 1990 a 1992 el rendimiento económico en Europa Central y del Este bajó en un
18,1% y en Europa Sudoriental en 31,4%. En los Estados bálticos el descenso perduró
hasta 1994 y fue de un 53,5%. En los Estados de la CEI (Comunidad de Estados
Independientes, unión de 12 ex repúblicas soviéticas, fundada en 1991), dominados por
Rusia, el desarrollo económico negativo perduró hasta 1998. El rendimiento económico
bajó en total en 58,2%. Pero esto no sólo se debió a la particularidad de los anteriores
países del CAME, sino que fue, al mismo tiempo, expresión de una crisis estructural
internacional que comenzó a inicios de los años 1990 debido a la nueva organización de
la producción internacional. Esta tuvo efectos particularmente drásticos en los anteriores
países del CAME.
Tabla 36*
Crecimiento económico en Europa Central y Oriental (producto interior bruto en
tanto por ciento relacionado al año anterior)
Países 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996
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Polonia -11,6 -7,0 2,6 3,8 5,2 7,0 6,1
Rep. Checa -1,2 -11,6 -0,5 0,1 2,2 5,9 4,8
Eslovaquia -2,5 -14,6 -6,5 -3,7 4,9 6,7 6,2
Hungría -3,5 -11,9 -3,1 -0,6 2,9 1,5 1,3
Eslovenia -4,7 -8,9 -5,5 2,8 5,3 4,1 3,5
Europa
central y
oriental
-4,7 -10,8 2,6 0,5 4,1 5,0 4,4
Estonia -6,5 -13,6 -14,2 -0,0 -2,0 4,3 3,9
Letonia 2,9 -10,4 -34,9 -14,9 0,6 0,8 3,3
Lituana -5,0 -5,7 -21,3 -16,2 -9,8 3,3 4,7
Estados
bálticos
-2,9 -9,9 -23,5 -13,5 -3,7 2,3 4,0
Albania -10,0 -28,0 -7,2 9,6 8,3 13,3 9,1
Bulgaria -9,1 -11,7 -7,3 -1,5 1,8 2,1 -10,9
Macedonia -9,9 -7,0 -8,0 -9,1 -1,8 -1,2 1,2
Rumanía -5,6 -12,9 -8,8 1,5 3,9 7,1 3,9
Europa
sudoriental
-8,7 -14,9 -7,8 0,1 3,1 5,3 0,8
CEI -3,7 -6,0 -14,1 -9,3 -13,8 -5,2 -3,5
Continuación…
Países 1997 1998 1999 2000
Polonia 6,9 4,8 4,1 5,0
Rep. Checa -1,0 -2,2 0,2 2,0
Eslovaquia 6,2 4,1 1,9 2,0
Hungría 4,6 4,9 4,5 6,0
Eslovenia 4,6 3,8 4,9 5,1
Europa central y
oriental
4,3 3,1 3,0 4,0
Estonia 10,6 4,7 -1,1 5,0
Letonia 8,6 3,9 0,1 4,5
Lituana 7,3 5,1 -4,2 2,2
Estados bálticos 8,8 4,6 -1,7 3,9
Albania -7,0 8,0 7,3 7,0
Bulgaria -6,9 3,5 2,4 4,0
Macedonia 1,4 2,9 2,7 5,0
Rumanía -6,1 -5,4 -3,2 1,5
Europa sudoriental -4,7 2,3 2,3 4,4
CEI 0,9 -3,5 2,8 5,9
*El número de esta tabla se corresponde con la secuencia de las tablas contenidas
en el libro Crepúsculo de los dioses sobre el “nuevo orden mundial”.
Fuente: European Bank for Reconstruction and Development (EBRO), Transition
Report 2000 (Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo [BERD),Informe de
transición de 2000).
La velocidad y el nivel de la integración de los anteriores países del CAME en el
mercado mundial fueron muy distintos. Polonia, República Checa, Hungría, Eslovaquia,
Eslovenia, Letonia y Lituania fueron integrados lo más fuerte y rápidamente.
No. 2 Enero-Abril 2014
225
Tabla 37*
Inversiones directas del extranjero en los anteriores países del CAME de Europa
Central y Oriental (acumuladas de 1989 a 2001)
País Millones de US$ US$ per cápita
Polonia 34.426 890
Republica Checa 26.493 2.570
Hungría 21.869 2.177
Kazajstán 11.001 741
Rusia 9.702 67
Rumanía 7.928 356
Eslovaquia 5.669 1.050
Croacia 4.744 1.065
Azerbaiyán 4.062 501
Bulgaria 3.961 491
Ucrania 3.866 79
Lituana 2.837 771
Letonia 2.798 1.200
Estonia 2.358 1.637
Eslovenia 1.847 925
Bielorrusia 1.315 132
Yugoslavia 1.110 130
Turkmenistán 1.043 189
Macedonia 888 444
Georgia 838 157
Albania 815 241
Uzbekistán 768 30
Armenia 642 213
Bosnia-Herzegovina 504 117
Moldavia 498 116
Kirguizistán 479 101
Tayikistán 153 24
Total 152.614 600
*El número de esta tabla se corresponde con la secuencia de las tablas contenidas
en el libro Crepúsculo de los dioses sobre el “nuevo orden mundial”.
Fuente: BERD, Transition Report Update 2002 (Informe de transición,
actualización de 2002).
Más de la mitad de todas las inversiones directas del extranjero le correspondieron a
Polonia, República Checa y Hungría, aproximadamente 8 veces y media más que a
Rusia. La mayor parte del capital extranjero -en cada caso más de 2.000 dólares per
cápita- se invirtió en la República Checa y Hungría. Paralelamente, con el incremento
de las inversiones del extranjero les fue posible a Polonia, Hungría y Rumania
quintuplicar también el comercio con la UE entre 1990 y 1999 (véase Tabla 38). Ya en
1999 Polonia tuvo, con un valor de 28.980 millones de Ecus (euros), casi el doble del
comercio con la UE que con Rusia. La cuota de los países de Europa Central y del Este
en la exportación de la UE a países terceros aumentó de 5,6%, en 1989, al 13,4% en el
año 1999.
No. 2 Enero-Abril 2014
226
En el curso de la nueva organización de la producción internacional los imperialistas de
la UE llevaron a la mayoría de los países de Europa Oriental a una nueva dependencia
neocolonial. La UE, el FMI y el Banco Mundial dictaron las medidas políticas
esenciales, con las cuales se debía imponer un amplio cambio estructural en los
anteriores países del CAME. Así, en el año 2000, el FMI exigió de la República Checa,
entre otras cosas, criterios considerablemente más severos en la concesión de
prestaciones sociales, reducción de las pensiones y prestaciones sociales, la
revalorización de la corona checa a fin de favorecer las exportaciones de la UE, etc.
Rusia tuvo problemas muy grandes en la reestructuración de su economía. Heredó de la
Unión Soviética la concentración en los suministros de materias primas. Petróleo, gas
natural y metales constituyeron tradicionalmente casi dos tercios de las exportaciones
rusas. Esta estructura sólo cambió poco. En el año 1999 la cuota de Rusia en las
exportaciones mundiales fue de 1,7%; en 1990 todavía era el 2,0 %. Las importaciones
bajaron de 2,4%, en 1990, a 0,7% en 1999. Aún en el 2002 más de 65% de la
exportación rusa correspondieron a materias primas y básicas. Máquinas y equipos sólo
constituyeron el 10,3%. Esto dificultó y retardó la remodelación científico-tecnológica y
la integración en la nueva organización de la producción internacional.
Tabla 38*
Desarrollo del comercio de la UE con países terceros (exportaciones en millones de
Ecus)
Países 1980 1990 1995 1999
Comercio total
de la UE con
países terceros
211.124 398.214 572.840 759.798
Polonia 3.466 5.882 15.436 28.979
Hungría 2.038 3.763 8.729 18.574
Rumania 1.992 1.330 3.794 6.340
Bulgaria 931 1.030 2.052 2.694
Albania 70 131 518 690
Checoslovaquia 1.682 3.387 - -
Republica
Checa1
- - 11.653 18.398
Eslovaquia1 - - 3.194 5.525
Unión
Sovietica2
10.241 18.735 - -
Estonia - - 1.348 2.411
Letonia - - 939 1.661
Lituania - - 1.016 2.095
Ucrania - - 2.249 2.602
Bielorrusia - - 885 1.023
Rusia - - 16.081 14.775
Yugoslavia3 4.913 9.604 - -
Eslovenia - - 5.178 6.917
Croacia - - 3.736 4.020
Macedonia - - 880 1.169
PECO4 15.093 24.260 58.682 101.664
*El número de esta tabla se corresponde con la secuencia de las tablas contenidas
en el libro Crepúsculo de los dioses sobre el “nuevo orden mundial”.
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227
1El 1"de enero de 1993 Checoslovaquia se dividió en la República Checa y
Eslovaquia. 2El 31 de diciembre de 1991 la Unión Soviética se dividió en Estonia, Letonia,
Lituania, Georgia y la CEI (Comunidad de Estados Independientes, en aquel
entonces de 11 Estados). 3En junio de 1991 Eslovenia y Croacia renegaron de Yugoslavia, en septiembre de
1991 Macedonia, en octubre de 1991 Bosnia y Herzegovina. 4
"Países de Europa Central y Oriental" sin Rusia, Ucrania, Bielorrusia.
Fuente: EUROSTAT (Oficina Estadística de las Comunidades Europeas).
La industria de materias primas rusa está fuertemente monopolizada y, por razones
estratégicas, Rusia sólo admite una cantidad muy restringida de capital extranjero. De
todas las inversiones directas realizadas a nivel mundial en 1999 sólo el 0,3 % le
correspondió a Rusia. A menudo grandes inversiones extranjeras en la industria
transformadora fracasaron a causa del mercado ruso que más bien está contrayéndose en
vez de crecer.
Los monopolios rusos, sobre todo los productores de materias primas, actúan con
creciente agresividad a nivel internacional. Los primeros en su ramo son el monopolio
de gas ruso Gazprom y el consorcio petrolero Lukoil. En el año 2000 realizaron juntos
aproximadamente el 10% del producto interior bruto ruso. Lukoil ya invirtió 3.200
millones de dólares en el extranjero y declaró expresamente que quería ascender a la
posición de un "global player" (jugador global), de un monopolio internacional líder. En
diciembre de 2000 Lukoil-EE.UU. adquirió la empresa estadounidense Getty Petroleum
Marketing Inc., con 1.260 gasolineras. Entre 1998 y el 2000 Lukoil compró refinerías
en Bulgaria, Rumanía y Ucrania. Al consorcio pertenece el 58% de la procesadora de
petróleo Neftechim en Bulgaria, que realiza el 7% del producto interior bruto búlgaro.
Rusia y otros países del anterior CAME juegan un papel particular para la industria
atómica internacional. A fines de diciembre de 2000 la duma rusa modificó la
constitución y derogó la prohibición, vigente hasta aquel entonces, para importar
residuos radiactivos. En el boletín Greenpeace Nachrichten (Noticias de Greenpeace) se
pudo leer al respecto:
"El presidente Putin quiere importar 20.000 toneladas de residuos radiactivos de los
EE.UU., Japón, Taiwán, Alemania y Bulgaria y cobrar 20 mil millones de dólares por
ello. Con ese dinero Rusia quiere construir nuevas centrales atómicas y, según dicen,
financiar medidas de saneamiento y de seguridad." (Greenpeace Nachrichten, No. 3 de
2002, pág. 4).
Ya en el año 2002, en las zonas especiales de Mayak/Tscheljabinsk, en los Urales del
Sur, y en Krasnoyarsk, a orillas del Jenissei, se almacenaron miles de toneladas de
basura radiactiva muy venenosa bajo condiciones espeluznantes. Esto llevó en ambas
regiones a una masiva contaminación radioactiva del medio ambiente y causó miles de
enfermos y muertos. Los monopolios energéticos internacionales aprovecharon
inescrupulosamente este inmenso crimen, callado en gran parte ante el público mundial
a fin de deshacerse de sus residuos radiactivos, pues en ningún lugar del mundo es
posible su almacenamiento definitivo y los intentos de almacenarlos temporalmente se
enfrentan en muchos países con una resistencia enconada.
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228
Rusia sigue siendo un poder imperialista mundial debido a su potencial militar
todavía enorme. Aun si se realizaran los acuerdos de desarme acordados con los
EE.UU., Rusia tendría, en el año 2012, 1.600 sistemas portadores de armas nucleares
y hasta 2.200 cabezas nucleares. Además de ello, un millón de soldados en armas. En el
año 2001 Rusia, con su eficiente industria armamentista, ascendió a la posición del
exportador de armas más grande del mundo y desplazó a los EE.UU. de su posición
líder.
Su decadencia económica convierte a Rusia en un foco de particular inestabilidad,
marcada agresividad y despiadada reacción. Con la rápida integración de los países de
Europa Oriental en el sistema imperialista mundial Rusia perdió zonas de influencia
esenciales frente a la UE, particularmente frente a Alemania. Sólo su potencial militar
evitó hasta ahora que Rusia cayera en la insignificancia política o incluso se convirtiera
ella misma en apéndice neocolonialmente dependiente del imperialismo occidental.
El colapso de la Unión Soviética y del CAME produjo de todos modos una cosa: la
estructura imperialista mundial comenzó a moverse. Se ha desencadenado la lucha entre
los países imperialistas más poderosos y entre los monopolios internacionales por el
nuevo reparto del mundo. El fin del sistema burocrático-capitalista de la Unión
Soviética y del CAME creó el decisivo prerrequisito político para la nueva organización
de la producción internacional.
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SECCIÓN 6
LUCHA IDEOLÓGICA
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230
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LA CRÍTICA TEÓRICO-POLÍTICA DEL REVISIONISMO ES
IRRENUNCIABLE
Dr. Manuel Linares
Primera nota aclaratoria. El pasado 5 de noviembre de 2013, con motivo de la
resistencia, que se manifestaba en una de las fracciones en que estaba dividido el
PCML, al proceso unitario que se había abierto, escribimos un documento a todos
nuestros contactos electrónicos, bajo el título de “El PCML debe marchar hacia la
reconciliación y reunificación de sus filas”. De inmediato algunos dirigentes de la
confluencia de fuerzas denominada Izquierda Revolucionaria (IR), formularon
críticas a las ideas contenidas en dicho documento, con una virulencia tal que
lamentablemente cayeron en las ofensas puramente personales, procurando el cese
compulsivo de la crítica marxista al revisionismo y al trotskismo. Para que nuestros
lectores puedan seguir el origen y desarrollo de la controversia anunciada, hemos
decidido transcribir el documento que le da génesis: “El PCML debe marchar hacia
la reconciliación y reunificación de sus filas”. Veamos:
“EL PCML DEBE MARCHAR HACIA LA RECONCILIACIÓN Y
REUNIFICACIÓN DE SUS FILAS”
Introducción
Los grupos marxistas dominicanos y de izquierda, en sentido general, han sido víctimas
de sucesivas divisiones.
Estas divisiones y subdivisiones crean un contexto de desconfianza en la clase obrera,
sobre las perspectivas de dichos grupos.
En este trabajo demostraremos la hipótesis siguiente: las divisiones debilitan al partido
revolucionario del proletariado, en la medida que reducen el número de militantes que
los apoyan y los alejan de la clase obrera. Las divisiones son fomentadas esencialmente
por prejuicios pequeño-burgueses ajenos totalmente al interés proletario y violentan los
principios marxistas-leninistas de la construcción del partido.
Breve repaso del proceso escisionista
El Movimiento Revolucionario “14 de Junio” fue un gran instrumento de combate
político de la revolución dominicana.
Este instrumento, que nació a fines del decenio de los 50, durante la dictadura trujillista,
a duras penas sobrevivió unos 10 años. Resistió la embestida de Trujillo, de la reacción
criolla y del imperialismo, pero las divisiones de sus filas lo hicieron sucumbir. Entrada
la década de los 70 el 1J4 dejaba de existir.
De su seno, sin embargo, surgió la Línea Roja, también un gran instrumento de combate
de la revolución dominicana, pero diferente a su fuente originaria, tuvo un definido
carácter marxista-leninista desde su fundación. En sus primeros años de existencia
sufrió una pequeña escisión, la “fracción sur”, que finalmente no la desangró. A fines de
la década de los 70, la Línea Roja se funde con otras organizaciones marxistas, dando
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232
lugar a un poderoso instrumento de combate de la revolución dominicana, es decir, el
Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD).
De allí se derivó una gran lección; grupos marxistas relativamente pequeños se funden
en una sola organización y dan lugar a un partido poderoso con existencia nacional, por
tanto, diferente a la división, la unidad no debilita, la unidad fortalece y hace grande a
partidos pequeños. Prontamente el PTD sufre una grave escisión que lo expulsa de la
primera fila en cuanto a la principal fuerza de izquierda en la República Dominicana; las
dos fracciones en que se dividió jamás pudieron recuperar la principalía que le otorgó
un partido unido. Quedó confirmado, la división debilita.
El Movimiento Popular Dominicano (MPD), después de la guerra de abril de 1965,
compite con el 1J4, por la principalía en el movimiento de izquierda dominicano; al
pasar un núcleo importante de dirigentes del 1J4, hacia el MPD, la competencia se
arrecia. La fusión de los catorcistas anti-tranformistas con el MPD, fortaleció
grandemente a este partido. Finalmente cuando el 1J4 desaparece, al término del
decenio de los 60, el MPD pasa a ejercer un liderazgo casi absoluto en la izquierda
dominicana.
Divergencias tácticas, en el seno del MPD, alrededor de la Conferencia “Hilda
Gautreaux”, provocan una escisión en el Partido, pero no pone en riesgo la existencia de
la organización. Posteriormente se va a verificar una aguda contradicción entre los
llamados legalistas y los no legalistas, que concluye con la salida de éstos últimos; el
otro sector se quedó con el MPD, pero igualmente se fraccionó del siguiente modo:
grupo El Men, el Núcleo y el PCT. El primer grupo conservó las siglas del MPD, que
ahora acaba de fraccionarse en tres: MPD Alfredo, MPD Monchín y MPD Fidel. En
estos momentos el MPD vive una situación grave de muerte a causa de la maldita
división. Ésta lo llevó de principal fuerza de izquierda a ser una fuerza secundaria.
Debemos decir, en adición, que la unidad político-orgánica de varios grupos marxistas,
en el decenio de los 80, dio lugar al poderoso Bloque Socialista, que tuvo una influencia
en el movimiento obrero-campesino de primer orden. Pero lo bueno no dura,
desapareció. En el presente siglo XXI, segundo decenio, estamos presenciando, no una
división, sino una fusión de dos organizaciones, Alternativa Revolucionaria (AR) y
Movimiento Patria para Todos (MPT), que dará lugar a un partido de izquierda anti-
imperialista. ¿Cuál será el resultado? Obviamente un partido mucho más fuerte, con
presencia nacional. Queda confirmado la unidad fortalece, la división debilita.
Conclusión: la división no fortaleció a las organizaciones marxistas analizadas, todo lo
contrario, las debilitó. En cambio, cuando llevaron a cabo procesos integracionistas o
fusionistas, salieron fortalecidas. La división es un cáncer que destruye los partidos
revolucionarios.
El dogma de la división
En la República Dominicana la división de la izquierda quiere ser justificada en base al
principio de que el partido proletario se fortalece en la medida que se depura de sus
elementos oportunistas.
No. 2 Enero-Abril 2014
233
Ciertamente en la medida que el partido derrota y expulsa los elementos que intentan
introducir en su seno la ideología oportunista del revisionismo, del trotskismo, del
revolucionarismo pequeño-burgués, etc., en esa medida su fundamentación marxista-
leninista tiende a afianzarse.
Ahora bien, en la República Dominicana, lo que ha ocurrido es todo lo contrario.
Muchas divisiones son fomentadas en base al criterio del jefismo, en base al liderazgo
pequeño-burgués. No se producen debates internos que tiendan a esclarecer la esencia
de las contradicciones. No se convocan eventos internos donde se discuta de manera
civilizada los puntos de vista contradictorios. Habitualmente se recurre a la violencia
física, a la confección de expedientes falsos para desacreditar a los camaradas que
sustentan posiciones divergentes. El jefismo no tolera estar en minoría en ningún evento
interno, de inmediato recurre a la división.
Violación de la doctrina marxista-leninista
La pequeña burguesía es una clase social, que en términos de la práctica política, se
caracteriza por portar posiciones desesperadas. No es paciente. No concibe la
revolución como resultado de un trabajo constante y consciente en el seno de la masa
obrero-campesina. Por tanto, cuando nuestros camaradas se ven influidos por el modo
de pensar pequeño-burgués, no son capaces de librar una lucha ideológica prolongada
frente a otros camaradas que sustentan posiciones contrarias. Rápidamente provocan la
ruptura orgánica. No saben que la división orgánica es el último recurso al cual se debe
acudir en caso de la presencia de una contradicción aguda en el Partido.
Cuando nuestros camaradas actúan de esa manera violan el marxismo-leninismo.
Veamos. Al nacer el socialismo marxista, éste tuvo que librar una áspera lucha frente al
socialismo acientífico. Pero a Marx y a Engels, nunca se le ocurrió dividir la
Internacional Comunista. Libraron la lucha interna allí hasta derrotar las corrientes que
le adversaban. Cuando el partido proletario alemán hizo notables concesiones a la
concepción burguesa, en la elaboración de su programa, ni Marx, ni Engels, procedieron
a dividirlo. De ninguna manera. Más bien recurrieron a la crítica teórica, la cual quedó
plasmada para la historia universal en Crítica al programa de Gotha.
Lenin, no fue partidario de la división del movimiento comunista ruso, tampoco del
movimiento comunista internacional, al contrario, a fines del siglo XIX, encabezó los
esfuerzos para unir a los comunistas en un solo partido, que adoptó el nombre de
Partido Obrero Social Demócrata Ruso (POSDR). En este partido, Lenin tuvo que librar
una lucha prolongada contra todo tipo de corrientes oportunistas, que se agruparon en el
menchevismo (minoría), siempre levantando la unidad del partido; dicha lucha interna
concluyó con la victoria definitiva del leninismo, pero Lenin nunca promovió la
división del POSDR. Los que promovían la división del POSDR, en la práctica, fueron
los mencheviques. Así, mientras la inmensa mayoría de los organismos del Partido, en
el año 1905, convocaron la realización del III congreso del POSDR, conforme a los
estatutos del Partido, los mencheviques escisionistas convocaron un evento similar con
el fin de dividir el POSDR. Posteriormente fue realizado el IV congreso de unificación.
Los mencheviques haciendo maniobras orgánicas, al margen de los estatutos, lograron
tener mayoría en dicho congreso. ¿Qué hicieron los leninistas, dividieron el POSDR, al
estar en minoría en el IV congreso? De ningún modo. Asistieron al congreso, siendo
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minoría, en los debates teóricos demolieron al menchevismo, aunque éste con una
mayoría mecánica impuso sus posiciones. Si el leninismo hubiese sido pequeño-burgués
ahí mismo el POSDR quedaba escindido. Pero no ocurrió así. En el año 1907 se lleva a
cabo el V congreso del POSDR, en el que salió victoriosa la línea del marxismo
revolucionario levantada por el bolchevismo. El desarrollo de la revolución durante el
período 1905-1907, confirmó la certeza de la concepción táctica del bolchevismo, del
leninismo, por tanto, el V congreso no hizo sino reconocer lo que la práctica había
demostrado. La victoria la otorgó no la división, la otorgó la perseverancia en una línea
proletaria, marxista, inconciliable con el oportunismo.
La historia del bolchevismo (mayoría) fue la unidad del Partido sobre los principios
marxistas. La historia del menchevismo (minoría) fue la división del Partido.
La experiencia del PCML
En el año 1988 nace el Partido Comunista Marxista-Leninista, en la República
Dominicana, bajo el esfuerzo de un pequeño núcleo de revolucionarios proletarios
liderados por el camarada Leopoldo Grullón. Poco a poco esta organización fue
tomando cuerpo. Tenía su Comité Central y algunos organismos de base tanto en la
ciudad capital como en determinadas provincias del país. Desafortunadamente el
camarada Leopoldo Grullón fallece y posteriormente sobreviene una división que
contribuye notablemente a su estancamiento y retroceso. Nuevamente se presenta la
misma situación: la unidad fortalece, la división debilita.
En el PCML donde estamos militando un pequeño grupo de marxistas-leninistas, han
surgido dos contradicciones que se deben tratar adecuadamente para que no generen
nuevos traumas.
Primera contradicción. Ésta se encuentra expresada en la confrontación interna entre el
trotskismo y el marxismo-leninismo. La existencia de esta contradicción ha provocado
un intenso debate interno y público. Nuestro trabajo teórico “De cómo el trotskismo
embiste a Lenin y a Stalin y desfigura el marxismo en la República Dominicana” y “El
PCML responde el documento de Doña Milagros”, este último de la autoría de la
Comisión Central de Reorganización del PCML, le asestaron un golpe demoledor al
trotskismo que intentaba aposentarse en nuestro Partido para luego engullírselo. Esta
contradicción fue resuelta con un saldo favorable a favor del marxismo-leninismo.
Desafortunadamente Doña Milagros se ha alejado, pero seguimos respetándola e
igualmente a su distinguida familia. Naturalmente el PCML no desea que el trotskismo
se incube en su seno. Nuestra doctrina es la marxista-leninista. Exigimos que el
trotskismo se mantenga bien distante del PCML.
Segunda contradicción. Ésta se concretiza en dos puntos de vista opuestos: el punto de
vista unitario y el punto de vista escisionista. Se necesita una reunificación de la familia
del PCML. El fraccionamiento que sufrió el PCML hace unos años debe ser subsanado
con la reconciliación de las partes encontradas. Las diferencias deben ser discutidas en
los organismos del Partido, ateniéndonos al centralismo democrático leninista.
Oponerse a la reunificación es fomentar la división, que precisamente debilita y aniquila
a los partidos revolucionarios.
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El punto de vista unitario propugna por la reunificación, la reconciliación, la unidad
total del PCML para que se desarrolle, para que crezca y adquiera una dimensión
nacional. El punto de vista escisionista, no quiere la reunificación, no quiere la
reconciliación, no quiere la unidad total del PCML. Es un punto de vista repleto de
prejuicios pequeño-burgueses, que le hace un daño tremendo al Partido y a la
revolución.
En un partido revolucionario los asuntos personales son accesorios. Jamás deben ser
colocados en primer lugar. Los asuntos políticos e ideológicos son esenciales. Siempre
los debemos colocar en primer lugar. La reconciliación no debe ser atacada en base a
asuntos personales, hay que analizarla en función de si debilita o fortalece el Partido.
Indudablemente lo fortalece, pues la unidad proporciona de manera instantánea una
mayor cantidad de militantes y exige una mayor dedicación al Partido para aspirar y
conservar puestos de dirección. La competencia interna se acrecienta, dando lugar al
desarrollo del Partido.
El divisionismo posee espíritu de círculo, de grupillo. No genera contextos de amplitud,
sino de estrechez. El divisionismo no quiere competencia interna, desea que el Partido
vuelva a la situación anterior: no había organismos, cada quien hacía lo que le venía a la
mente. Pero volver a esta situación es engañar al proletariado. Es enarbolar siglas sin
contenido, sin organismos ni de dirección ni de base. Subrayamos es un engaño al
proletariado.
Llevemos a cabo la reconciliación, preparemos la conferencia de reunificación y
desarrollemos el 1er. Congreso del PCML, en el que se debatirán las diferencias y
actualizaremos su programa y lo dotaremos de estatutos. El punto de vista unitario
triunfará. El punto de vista escisionista fracasará.
Segunda nota aclaratoria. Los señores Abad y Pastor criticaron el documento “El
PCML debe marchar hacia la reconciliación y reunificación de sus filas”, que
transcribimos arriba. El primero formuló diversas interrogantes. El segundo pasó
abiertamente a la ofensa personal. El documento que se expone más abajo, fue
publicado el 7 de noviembre del año 2013, es la respuesta a las preguntas del señor
Abad.
LAS CRÍTICAS DE ABAD Y PASTOR
Dr. Manuel Linares
Parte I
He leído con particular atención las críticas que ustedes me formulan, especialmente las
interrogantes de Abad, con motivo de mi documento "EL PCML DEBE MARCHAR
HACIA LA RECONCILIACIÓN Y REUNIFICACIÓN DE SUS FILAS".
Al señor Abad aparentemente no le agradó el hecho que, en el citado documento, no se
analizara lo que él denomina esfuerzo unitario reciente encarnado en Izquierda
Revolucionaria (IR). Su exclusión no fue adrede, pues también otras iniciativas
quedaron fuera del análisis, tales como "La Unidad del Pueblo", "Frente Amplio". “FR,
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236
Fidelio y Alianza País” y otros. No hay nada de particular. De todos modos seamos un
poco más específicos.
IR proviene del Proyecto Unitario de las Izquierdas Revolucionarias. Conocido es su
folleto, del proyecto unitario, donde se plantea que ¡Renace la esperanza! De hecho IR
heredó, dicho folleto, habida cuenta que todavía lo distribuye.
El contenido del folleto se queda muy a la zaga de la bella exclamación ¡Renace la
esperanza! Apenas es una retahíla de cosas sin una galvanización teórica. Si en verdad
¡Renace la esperanza!, el documento constitutivo debió representar una ruptura radical
con el pasado. ¿A cuál pasado nos referimos? A la ausencia de la debida
fundamentación teórica de nuestras posiciones; al contrario reforzó ese triste pasado.
¿Qué se ocultaba con esta postura? Simplemente la carencia de una teoría
revolucionaria en la matriz constitutiva.
La ausencia de una teoría revolucionaria, en el Proyecto Unitario, no fue fortuita.
Emanó de la hegemonía que allí muy tempranamente ejerció el revisionismo de
“izquierda”, que antes de entrar el siglo XXI, frente al derrumbe del social-imperialismo
soviético, ya estaba estructurando su “teoría” anti-marxista en concordancia con el
dependentismo, cuyos rasgos más grotescos quedaron patentizados en la negación del
partido proletario, la alianza obrero-campesina y la existencia de la clase obrera como
clase dirigente de la revolución, ensalzados y relievados por Narciso Isa Conde en sus
libros.
El plenario de Bonao no vino sino a fortalecer la confusión ideológica que envuelve a
IR. La declara comunista, pero no quiere que hablen de la construcción del partido
proletario, la alianza obrero-campesina y la existencia de la clase obrera como clase
dirigente de la revolución. Luego, su socialismo, su comunismo, es de naturaleza
pequeño-burguesa, como manifestación del sismondismo y del proudhunismo, hijos del
siglo XIX, recreados en el siglo XXI, por el revisionismo que hegemoniza a IR.
Debemos, entonces, exclamar: ¡Renace el pasado!, perdón, ¡¿renace la “esperanza”?!
IR dice: “soy socialista”, sin embargo, solamente escoge frases sueltas de la teoría
socialista y desecha lo esencial, lo cardinal. Cuando una organización adecúa el
marxismo a su particular interés, le queda poco para caer en el pozo del revisionismo,
puesto que este flagelo es eso precisamente lo que hace, adulterar el marxismo para
adecuarlo al interés de la burguesía.
En el plano de las concepciones tácticas, las posiciones anti-marxistas de IR se hacen
más evidentes. IR cree mucho en el heroísmo individual, en la sustitución del papel
estelar de las masas en la historia, por el arrojo individual. Hace galas del tremendismo
y la imprudencia. Repite viejos errores que pensábamos que estaban superados. Las dos
jornadas de protestas desplegadas en abril y en octubre, respectivamente, en el presente
año, confirman elocuentemente nuestras aseveraciones. ¿Cómo es posible que en el
segundo decenio del siglo XXI, estemos evaluando una jornada de protesta en función
de unas que otras movilizaciones barriales de militantes y activistas? IR aparentemente
piensa que la revolución avanza con micromítines. ¡Oh, cuánta falta de creatividad!
IR, en su relación con las demás organizaciones revolucionarias, destila sectarismo por
todos sus poros. En la izquierda dominicana hay cuatro bloques.
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237
1. FR, Fidelio Despradel, una gran cantidad de ex-militantes de grupos
revolucionarios, aliados a Alianza País.
2. Revisionistas, trotskistas, emepedeístas y grupos locales democráticos,
agrupados en IR.
3. Frente Amplio.
4. AR-MPT.
El MPD-Monchín y el PCML no están ubicados en ninguno de los cuatro frentes arriba
enunciados. (Nota: recuérdese que este trabajo fue publicado antes de la unificación del
PCML; en los actuales momentos el PCML unido forma parte del Frente Amplio).
Con la responsabilidad que nos caracteriza aseveramos que el bloque más sectario es IR.
Piensa que el único bloque verdaderamente revolucionario es el suyo; los demás son
ubicados en la izquierda reformista. De modo que en vez de fomentar la unidad
promueve la división.
Como se ve, señor Abad, IR no debe ser tomada como un prototipo del esfuerzo unitario
de la izquierda dominicana, por la confusión ideológica que tiene, su indefinición y las
concepciones tácticas erradas que sustenta.
En otra entrega seguiremos estudiando las críticas formuladas, por Abad y Pastor, a
nuestro documento.
Tercera nota aclaratoria. El 11 de noviembre del año 2013, fue publicado la segunda
parte del documento “Las críticas de Abad y Pastor”, que a continuación
transcribimos.
LAS CRÍTICAS DE ABAD Y PASTOR
Parte II
En fecha de 07/11/2013, publicamos la Parte I, de este trabajo, “LAS CRÍTICAS DE
ABAD Y PASTOR”, en la que empezamos a aclarar la queja del señor Abad, sobre el
por qué, el suscrito, no había analizado, en el citado trabajo, la experiencia unitaria
reciente encarnada en Izquierda Revolucionaria (IR).
En esta parte II profundizaremos el análisis referido a la naturaleza de IR. Continuemos:
El folleto ¡Renace la esperanza!, fue la carta de presentación del Proyecto Unitario de
las Izquierdas Revolucionarias, que aun cuando presenta evidentes deficiencias teóricas,
delata la esencia progresista, democrática y anti-imperialista del mismo.
Ahora, cuando ese proyecto sufre un fuerte desgajamiento de fuerzas revolucionarias y
democráticas, entre las que se destacan Alternativa Revolucionaria, Partido Boschista,
La Multitud, Los Unitarios de San Francisco de Macorís y La Coordinadora Patriótica,
y adquiere el nombre de Izquierda Revolucionaria (IR), bajo la dirección total de
Narciso Isa Conde, sufre una profunda metamorfosis que muta su esencia progresista en
revisionista.
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¿Cómo podemos probar tan osada aseveración? Del siguiente modo. Analicemos el
problema en el plano teórico. En el mes de octubre del año 2012, se produce el pleno de
dirigentes que da lugar al nacimiento de IR, mediante los denominados “Acuerdos de
Bonao”. Cuando leemos a fondo estos acuerdos de inmediato notamos la ponzoña del
revisionismo.
En el periódico Convite, No. 1, febrero 2013, que suponemos es el órgano de
propaganda de IR, a pesar de que en ninguna página se testimonia ello, en las páginas 6-
7, se lee lo siguiente:
“1. Tenemos una visión común sobre la necesidad de enfrentar con determinación el
capitalismo y el imperialismo actual, y de luchar por una alternativa socialista camino a
la sociedad comunista,...
“Somos, en consecuencia, revolucionarias/os antiimperialistas, anticapitalistas,
socialistas, comunistas…”
¡Excelente, muy bien por IR, pues ha definido su camino socialista! Pero una simple
proclamación no implica que esta confluencia sea de naturaleza comunista. El
socialismo premarxista simpatizaba con el comunismo; la crítica sismondista, con su
romanticismo económico, puso al descubierto algunas lacras estructurales del
capitalismo; Proudhon se auto-llamaba socialista; Bernstein pronunciaba los vocablos
socialismo y comunismo e igualmente el renegado Kautsky, Trotsky, Jruschev,
Brezhnev, Gorbachev, entre otros, hacían uso del buen nombre del comunismo. Ahí no
es dónde se presenta el problema. En verdad, el tranque se presenta cuando se trata de
definir el camino que conduce al socialismo y al comunismo y con qué instrumento se
debe trillar dicho camino. He aquí cuando queda al descubierto la cara revisionista de
IR.
“6. Todos/as tenemos la determinación –dice IR- de construir juntos/as una fuerza
revolucionaria conductora y articuladora de las luchas de clase y de los combates
populares en dirección a crear el contrapoder de las fuerzas del trabajo, la exclusión
social y las discriminaciones de todo tipo, así como a desarrollar la cultura contra el
capital, en dirección a la liberación nacional y social, al poder popular alternativo y a la
construcción creadora del socialismo y el comunismo.
“Esto es: la voluntad de crear un partido, un movimiento, una nueva vanguardia, una
fuerza conductora unificada…, con la capacidad articuladora y tecno-científica
necesarias para imprimirles poder transformador a las diversas luchas sociales,
culturales, políticas que apunten contra este sistema dominante afectado por una crisis
integral.
“Está pendiente discutir sus características, procesos, modalidades y métodos de
construcción,…”
¿Qué es lo que dice IR sobre el partido? Asevera que tiene la determinación de construir
una fuerza revolucionaria conductora y articuladora de las luchas de clase y de los
combates populares; que tiene la voluntad de crear un partido, un movimiento, una
nueva vanguardia, una fuerza conductora unificada; etc., etc. ¡Todo esto no es más que
palabrería hueca, expresiones seudorrevolucionarias!
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Las palabras vanguardia, revolucionaria, conductora, unificada, no son más que eso,
palabras, con el fin de seducir a incautos, puesto que lo primero que se debe plantear
cuando se habla de la construcción de una vanguardia revolucionaria, es definir el
carácter de clase que va a tener esa vanguardia. ¿Aspiran los comunistas a la edificación
de cualquier vanguardia? Evidentemente no. Aspiran a que esa vanguardia posea un
sello de clase proletario, que represente los intereses de la clase obrera, la clase social
llamada a sepultar el capitalismo. Pero la IR como un bloque pequeño-burgués, pintado
de comunista, elude hablar del carácter de clase del partido que va a construir; prefiere
irse por la tangente sin ir al grano.
Su “vanguardia revolucionaria” es una vanguardia pequeño-burguesa, lo que entra en
contradicción con su pretendida meta socialista, habida cuenta que la pequeña burguesía
no puede construir el socialismo. El socialismo es construido por la clase obrera. De
modo que cuando IR amalgama pequeña burguesía y socialismo, revisa la teoría
marxista-leninista, cayendo estrepitosamente en el abismo del revisionismo. Es esta una
de las razones, por la cual, el bloque IR ya se ha convertido en un preso de confianza del
revisionismo.
Vista la “vanguardia” que desea construir IR y visto el carácter de clase pequeño-
burgués que habría de ostentar esta “vanguardia”, pasemos a examinar cómo IR plantea
llegar a la meta socialista. Volvamos a los acuerdos de Bonao; si leemos dichos
acuerdos, desde el punto 1 hasta el 12, desde el capítulo I, hasta el III, no encontraremos
ninguna proposición o tesis táctica, que oriente la conducción de la clase obrera a la
sociedad socialista, a la sociedad comunista. De hecho, parece que IR dejaría suelta su
“vanguardia” para que porte todo tipo de concepciones tácticas, métodos de lucha y
caminos para conducir a los trabajadores hacia la sociedad socialista. Es este un
tremendo error. Los comunistas no actúan así. Éstos definen el objetivo, plantean su
concepción táctica y sugieren métodos de lucha. Estos son asuntos que no se pueden
dejar al azar.
Mas, la ausencia de una definición rigurosa de la concepción táctica, rumbo al
socialismo, no implica que se le haya olvidado al alto mando del bloque IR. El punto es
que ese alto mando, ha dejado que el revisionismo tome la dirección casi absoluta de los
asuntos básicos de dicha confluencia; y al revisionismo no le conviene introducirse en la
etapa definitoria de las líneas cardinales de IR. Le interesa la nebulosa, las
indefiniciones, pues es en contextos como esos que puede ejercer el liderazgo absoluto y
colar sus proposiciones revisionistas.
¿Cuál es la concepción táctica que debe guiar a la vanguardia? Nosotros respondemos.
Esta concepción táctica debe tener en su centro la línea de denunciar, organizar, educar
y movilizar a las masas populares en un proceso de lucha ascendente hasta coronarlo
con la victoria final. En cambio, el revisionismo, antes de caer el socialimperialismo
soviético, esquivó esa línea táctica central, se adhirió a las tesis oportunistas de la
coexistencia pacífica y del tránsito pacífico del capitalismo al socialismo y relievó el
camino electoral de la Unidad Popular chilena, en América Latina, como el camino más
expedito para el derrocamiento del capital. Con la caída del socialimperialismo
soviético, esta concepción táctica revisionista también se vino abajo; por tanto, el
revisionismo se ha visto forzado a dar un giro hacia la “izquierda”, para crear ilusiones
de un camino confrontacionista, al estilo pequeño-burgués, en el cual los cuerpos
represivos del Estado burgués exterminan a nuestros militantes revolucionarios. ¡Este es
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un gancho en el cual no debemos caer! Los militantes marxistas que todavía quedan en
IR, los agrupamientos marxistas que están allí, como el MPD, nosotros los llamamos a
que se sacudan y conduzcan a esa confluencia por un camino verdaderamente
revolucionario.
Conclusión: señor Abad el bloque IR es revisionista, ya que es el revisionismo el que
dirige a IR. Asimismo su carácter revisionista resulta de su definición supuestamente
comunista, pero niega el partido proletario y la concepción táctica marxista y se adhiere
a la concepción táctica confrontacionista al estilo pequeño-burgués.
Cuarta nota aclaratoria. Después de la publicación de la Parte II, del documento
“LAS CRÍTICAS DE ABAD Y PASTOR”, publicamos el 14 de noviembre de 2013 un
sucinto documento, en INTERNET, bajo el título de “IR ES BARRIDA EN
ELECCIONES DEL COLEGIO MÉDICO DOMINICANO”, que recoge la
inconformidad del movimiento revolucionario dominicano, ante la aplicación de una
línea sectaria y anti-unitaria de IR, en los comicios del CMD. Sabido es que mientras
las fuerzas democráticas y opositoras propugnaron por una unidad amplia, para
derrotar el gobierno burgués, IR respaldó una propuesta electoral separada,
constituida por médicos excelentes, pero no advirtió la necesidad de aplicar una línea
táctica unitaria; los resultados no fueron auspiciosos. A partir de la publicación del
documento “IR ES BARRIDA EN ELECCIONES DEL COLEGIO MÉDICO
DOMINICANO”, algunos dirigentes de esa confluencia, desataron una fuerte
ofensiva, principalmente por INTERNET, de ataques personales e insultos. En este
campo, en el de las ofensas y descalificaciones personales, nuestros adversarios
ejercieron un dominio completo, mas no así en el escenario estrictamente político,
ideológico y teórico que, finalmente, es el que le interesa al proceso revolucionario
dominicano. Es penoso que los insultos y ofensas, propios de los decenios del 60 y 70,
siglo XX, inherentes a la infancia del movimiento de izquierda, en el siglo XXI, aún
se apele a ellos como recurso supremo en el debate ideo-político. ¡Qué pena!