revista el bicitante ed.01

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Llega la primera revista de ciclismo urbano de Colombia: Esta revista tendrá secciones en las que los amantes de la 'bici' podrán encontrar consejos, tendencias, entrevistas a personajes famosos y usuarios de la bici, artículos de opinión, tips, entre otros.

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consejos

42 / A la U en Bici44 / Bike-shop48 / Consejos: Que el peinado no te quite la seguridad de usar el casco50 / Evento: El Ciclopaseo Cachaco53 / Destacados: El Segundo Ciborg 48

04 / Editorial y colaboradores 06 / Notas 07 / Ojo con... Ride With Me08 / Nuestros Sitios: La Setenta, Verdeo y Wok

10/ Rodando la ciudad: Pedalea por Bogotá12 / Bicipersonaje: Andrés Parra

rodando la ciudad

10Rodando por el mundo

18 / Bike Fan: Enamorados de la Bici 20 / Opinión sobre ruedas:

La cultura de la bicicleta22 / Colombianos rodando por el mundo: Río eu te amo

26 / Trabajando por la Bici: Colectivos nacionales probici 22

30 / La Crónica: Pedaleadas para el alma32 / Bicimundo: Bicis por la vida

34 / Biciartista: Verónica y Chandler 36 / Bike-Tec: Apps para salir en bicicleta 38 / Mi historia: Mi regreso a las ruedas

La Crónica

30

CONTENIDO Ed.

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[EDITORIAL]

Dicen que si te esfuerzas por lograr un sueño y tra-bajas muy duro, lo consigues. Este sueño comenzó así, como un pensamiento que tomó mucha fuerza e impulso, se metió en el corazón de tres enamorados de la bicicleta y se transformó en un proyecto gigante: Hacer la primera revista de ciclismo urbano de Colombia, con el dinero de nuestros bolsillos, sin garantías de patrocinio y para rema-tar, sí lográbamos cumplir, la revista sería gratis.

Cuando decidimos comenzar a trabajar en darle vida al Bicitante, no nos detuvimos a pensar en: ¿cuándo seríamos ricos? o ¿cuándo llegaría el dinero? Simplemen-te soñábamos con hacer una revista donde pudiéramos llevar a la gente, todas las cosas buenas de la cultura Bici.

Cada persona que se involucró en la revista, cada una y uno de ellos, de alguna manera se conectaron con la Bici y esta cambió sus vidas, vieron las cosas de una manera diferente, sonrieron más, el mundo a su alrededor fue otro y encontraron en el Bicitante una excelente opción para transmitirle a las personas, sus pensamien-tos, ideas y forma de ver la Bici. Gracias a tod@s por su trabajo y colaboración, sin ell@s este proyecto no podría ser posible.

Revista el Bicitante es eso: una invitación a descubrir mundos nuevos, mejores ciudades, mejores personas, mejores vidas.Les damos una calurosa bienvenida, disfru-ten de esta revista, léanla, compártanla y después salgan a rodar en sus Bicis. //

JOTA.

Director: Jota

Editora Jefe Carolina Escobar Cañon Corrección de Estilo

Sandra Contreras MojicaCarolina Escobar Cañon

Andrés Núñez Flórez Dirección de arte y diseño

Ana Borda Montañez Medios digitales

Andrés Núñez FlórezIlustradora

Verónica Morales GarcíaColaboradores:

Carlos Augusto Martín F.Estefanía Montes

Juan Manuel RobledoLaura Marcela Acuña Ruth Amalia Forero

Fotografía: Bici Cultura Tadeista

Bicis por la Vida Jennifer Duarte SandovalJohana Lara RodríguezJuan Manuel RobledoJuan Rodrigo CortésLaura Salazar Correa

Marcela Salina RincónMauricio Restrepo

Publicidad:

Andrés Núñez Florez [email protected]

3015840920

Publicidad: Editorial J.L. Impresores

LTDA.S

LAURASALAZAR

Estudiante de Comunica-ción Social en la Universidad EAFIT, miembro de la familia EnCicla, blogger de Qué Hago Yo en Medellín, curiosa, fisgo-na y preguntona. //

CARLOSAUGUSTO MARTIN

Soy Albert Hofmann con música electrónica. Creo en la bicicleta como un motivo político: el único motivo real-mente revolucionario para vol-ver a ser personas. Publicista, comunicador y profesor en la Universidad Central. Una bici-cleta con forma de humano. //

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PEDALEAN EN NUESTRA

LAURA MARCELA ACUÑA

Politóloga, especialista en Gobierno y Gestión Pública de la Universidad Javeriana. Am-bientalista y amante de la bi-cicleta. ¡Biciusuaria de Bogotá Humana! //

VERONICA MORALES GARCÍA

Vivo en la ciudad de Me-dellín y me entregué a la bici-cleta hace un año y dos me-ses. En la actualidad, estoy terminando mis estudios de artes plásticas en la Universi-dad Nacional y en mis tiempos libres trabajo como freelance en diseño gráfico. //

RUTHAMALIA FORERO

Ingeniera de Sistemas, trabajo en Cloud Computing, me gustan los videojuegos, el fútbol, la música, los libros, salir con mis amigos y rodar en Penélope, mi Bici. Estudio francés, inglés y portugués. //

JUANMANUEL RODRIGUEZ

Comunicador de la Sa-bana. Trabajó en gobierno, campañas políticas, medios y agencias de comunicación an-tes de dejarlas por la bicicleta y fundar Laika, la primera em-presa de alquiler de bicicletas de Bogotá. //

ESTEFANÍA MONTES

He recorrido Buenos Aires y Madrid en Bici, y amo reco-rrer mi ciudad en una Giant plegable sin perder el estilo, haciendo estos viajes diverti-dos, levantando la curiosidad de las personas que no pue-den creer que siempre llegue en dos ruedas a mi trabajo. //

CAROLINA ESCOBAR CAÑON

Comunicadora Social y periodista de la Universidad Javeriana con énfasis en pro-ducción audiovisual. Bogo-tana de cuna; paisa y caleña de corazón. Fiel seguidora de Tarantino y de thrillers. Amo los animales, el cine, la danza y las cosas simples. //

Ed. [COLABORADORES]

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[NOTAS]

notas:

Juan Manuel Prado, fundador del colectivo “A los Andes en Bici”, será el colombiano que represente al país en la carrera Climate Ride de Nueva York a Washington, que se realizará del 21 al 25 de septiembre. La competencia contará con un recorrido de 480 km, desarrollándose en cinco etapas. Su objetivo es recaudar la suma de 2.400 dólares la cual se donará para incenti-var proyectos de desarrollo y sostenibilidad de la bicicleta a nivel mundial.//

La ciudad de Sao Paulo (Brasil) será la sede oficial del tercer suramericano de Bike Polo, evento que se realizará del 20 al 22 de sep-tiembre en el Parque de la Juventud, ubicado en la zona norte de la ciudad. Según la organización del torneo, se encuentran confirmados equipos de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Puerto Rico y en representación de Colombia, los equipos “Hágame famoso”, “Bike polo club” y “La Ca-pital bike Polo”, este último campeón del Tor-neo nacional del Libertador.//

La reconocida revista digital de ciclismo urbano de México “Cletofilia” lanza su forma-to impreso a finales del mes de septiembre, después de cuatro exitosos años en la web. En esta nueva etapa de la marca, la revista contará con tiraje de 20.000 ejemplares y se distribui-rá a nivel nacional con el propósito de llegar a más usuarios y amigos de la Bici, quienes tam-bién podrán descargar la edición digital desde www.revistacletofilia.com //

La Alcaldía de Medellín, el INDER, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, el Sistema de bicicletas públicas EnCicla y el Metro de Mede-llín se alistan para celebrar del 6 al 11 de octu-bre de 2013 la semana de la movilidad.

Esta celebración que surge tras la promul-gación del Acuerdo municipal 44 de 2007 busca generar en la ciudadanía reflexiones frente a los retos que supone la movilidad en una ciudad en continuo crecimiento, promover espacios de encuentro y discusión frente a este fenómeno, así como incentivar el uso de medios sosteni-bles de transporte. Es así como el 11 de octubre realizará el primer encuentro nacional de expe-riencias públicas y privadas de promoción de la bicicleta. Para este evento se espera contar con la presencia de colectivos de ciclistas urbanos de varias ciudades del país, así como de progra-mas públicos que tienen como principal objetivo incentivar el uso de la bicicleta como alternativa para movilizarse en la ciudad.//

UN COLOMBIANOEN EL CLIMATE RIDE 2013

SURAMÉRICANO DE BIKE POLO

LANZAMIENTO CLETOFILIA

SEMANA DE LA MOVILIDAD

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Cuando éramos niños, todos soñábamos con realizar viajes increíbles y convertir-

nos en los héroes que veíamos en televisión, éramos enérgicos y nos sobraban las ganas de conquistar el mundo.

Ride with me cuenta la historia de Henry, un pequeño niño francés, de padres colom-bianos, que busca cumplir también un sueño: llegar a las pantallas de los cines nacionales e internacionales. Él vive en una situación de po-breza, y encuentra en la bicicleta el modo de ayudar a su familia y realizar sus metas en la Francia de la Postguerra.

La historia de Henry es un proyecto que, a través de la plataforma de crowdfunding Kicks-tarter, busca reunir 25.000 dólares para el desa-rrollo de la película.

El filme tiene un alto contenido de valores y nos recuerda un poco los inicios de cómo co-menzó el Tour de Francia.//

www.illusionhousestudios.com Facebook: Ridewithmemovie

Twitter: @rid3_with_m3

[OJO CON...]

OJO CON:

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8

Este nuevo sitio ubicado en la zona de Chapinero, abre sus puertas para los que

desean pasar un rato agradable en su jardín interior, acompañados de un buen café o una

cerveza (depende de su gusto), unos deliciosos pasteles o dependiendo de la hora, por qué no un

buen almuerzo tipo americano y una agradable conversación. Cuenta con un espacio amplio para parquear bicicletas y si estás buscando un lugar para realizar un evento e impresionar a tus jefes,

este sitio te brinda también esta opción.

Es uno de los restaurantes de comida asiática más conocidos de Bogotá. En el menú puedes encontrar una selección de platos que recogen los sabores tradicionales de lugares como Vietnam, Camboya, Tailandia, Indonesia y Malasia. Su servicio al cliente es excelente

y se encuentra en nuestra lista de sitios Biciamigables, por ser uno de los pioneros en promover que sus clientes lleguen en Bici, con

su campaña Wok en Bici. Además, te ofrecen sin ningún costo espacios de parqueo y convenios

con otros estacionamientos; si no llevas candado no te preocupes que en Wok te facilitan uno.

nuestros sitios LA SETENTA

wok

DIRECCIÓN: Cll 70 # 10A - 25

HORARIO:lunes a sábados de

11:00 - 22:00FACEBOOK:

/LaSetentaBogota

DIRECCIÓN: Av. 19 # 118 -75

HORARIO:lunes a domingo de

12:00 - 23:00FACEBOOK:

/WOK-Av-19

BOGOTÁ

BOGOTÁ

[NUESTROS SITIOS]

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[NUESTROS SITIOS]

PARA LOS QUE NOS ENCANTA LA BUENA COMIDA,LOS ESPACIOS AMIGABLES Y LOS SITIOS QUE PIENSAN EN NUESTRAS BICICLETAS

Es un restaurante vegetariano, cuya filosofía es la del movimiento Slow food, el

cual busca promover la práctica de una calidad de vida distinta, basada en el respeto al ritmo y tiempo naturales, al ambiente y la salud de los consumidores. Verdeo es un espacio que

respeta la naturaleza y cada uno de sus procesos. Le ofrece a los amigos de la Bici un excelente

parqueadero de bicicletas y un 15% de descuento en su delicioso menú, todos los días.

VERDEODIRECCIÓN:

Cra 35 # 8A - 3Sector Provenza - El Poblado

HORARIO:lunes a domingo de

12:00 - 23:00FACEBOOK:

/Verdeo

MEDELLÍN

* *

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[RODANDO LA CIUDAD]

Bogotá no tiene nada que envidiarle a ciudades como Barcelona, Londres, Nueva York o incluso París; grandes

capitales que están a la vanguardia de la movili-dad ciudadana y que le han apostado al fomento del uso de la bicicleta como medio de transpor-te ecológico, económico, rápido y saludable.

Es así como Bogotá le apuesta al programa de bicicletas recreativas conocido como Peda-lea por Bogotá. Este fue lanzado recientemen-te en la capital colombiana como una forma de fomentar el uso de la bicicleta como un medio alternativo de transporte, en una ciudad donde viven 8 millones de personas y donde a diario al menos 1.2 millones de carros transitan. El proyecto, que se encuentra en su etapa inicial, tiene un costo anual de 587 millones de pesos, es una iniciativa del Instituto de Recreación y Deportes (IDRD) y de la Secretaria de Cultura, busca promover la actividad física, los hábitos saludables y aportar a prácticas sustentables a partir del respeto por el peatón y los ciclistas urbanos.

Cuenta en la actualidad con 382 bicicletas para alquiler de los bogotanos y sus visitantes, las cuales se ajustan a las necesidades de los viajeros; existen ciclas dobles para paseos en pareja, del tamaño adecuado para los niños, y también para personas con discapacidad física.

Las ciclas pueden transitar por ahora en un área limitada, en el bicicorredor peatonal de la Séptima, el primero de los cinco que están pro-yectados, y que se extiende desde el centro de Bogotá, es decir la Plaza de Bolívar hasta la calle 26. Se espera que para el 10 de diciembre de este año, se amplie el servicio a otros sectores del norte y del sur como ciudad Kennedy, Bosa y el Virrey, sumando de esta forma ocho kilóme-tros más.

La movilización de manera sustentable ya no tiene excusa. Solicitar una bicicleta en el siste-ma es muy fácil, y lo mejor, es gratis. Los usua-rios que quieran utilizarlas solo deben ingresar al sitio web del IDRD www.idrd.gov.co, inscribir su cédula (deben ser mayores de edad), registrar sus datos en el link de “Bici corredores” y luego

PEDALEA por bogotá

Una iniciativa cosmopolita y sustentable.

POR: REDACCIÓN EL BICITANTE

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[RODANDO LA CIUDAD]

de 24 horas podrán acceder al servicio.

Para utilizar la bicicleta los usuarios interesa-dos pueden desplazarse en el horario de 8 am a 5 pm hacia las cuatro estaciones dispuestas para el préstamo y entrega.

Entre las estaciones se encuentra el bici-corredor de la Séptima, en el Éxito de la Plaza de Bolívar (Carrera 7a con Calle 11); el parque Santander (Carrera 7a con Calle 15) y la última en la calle 24 al extremo norte del bicicorredor (Carrera 7a con Calle 24). Allí, funcionarios del IDRD con el número de identidad del usuario le entregarán una bicicleta con los accesorios de seguridad respectivos.

Los caballitos de acero de manubrio rojo y marco amarillo, colores característicos de la bandera de Bogotá, son vigiladas por satélite y controladas por internet para ser halladas e identificadas de forma fácil.

Hasta el momento aproximadamente 67 mil personas, entre niños, jóvenes, turistas,

universitarios, ejecutivos y visitantes regulares del sector, han disfrutado de este sistema de bi-cicletas recreativas. El IDRD está pensando en incrementar el número de vehículos el próximo año.

Otra de las ventajas del programa Pedalea por Bogotá, además de incentivar a los ciuda-danos a hacer ejercicio, es que permite a los usuarios interconectarse con otros sistemas de transporte público. Los ciclistas urbanos pue-den contar en Bogotá con cicloparqueaderos seguros, de fácil acceso y gratuitos donde dejar sus caballitos de acero para subirse al Sistema Transmilenio en caso de que lo necesiten.

Este sistema de préstamo de bicicletas se suma a la red de ciclo rutas más extensa de Latinoamérica (compuesta por 374 Km de carril exclusivo); y a la ciclovía dominical que tiene ya casi 40 años de funcionamiento. Esto demues-tra una vez más que Bogotá ha convertido a la bicicleta en protagonista formal del transporte para la movilidad diaria, y eso, queridos bicitan-tes, es un motivo de celebración. //

Fotos: Jennifer Duarte /@jedusaa

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andrés parra

POR: CAROLINA ESCOBAR C.

CONQUISTANDO PATIOS CON:

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[EL BICIPERSONAJE]

¿Cómo fueron tus primeras rodadas?Aprendí a montar bicicleta en una monareta

en el barrio donde vivía con mis papás, dándole vueltas a una plazoletica. Creo que era una de esas de la época, de las que usaba el Chavo del Ocho y la Chilindrina.

Luego pasé a una de cambios y me la roba-ron por bruto. Yo tenía once años, la dejé en un parque y me fui a comprar una gaseosa. Cuando volví , ¡chao!, ya no había ninguna bicicleta. Me quedé sin Bici por mucho tiempo.

¿Cómo regresas a la Bici? Yo andaba en una tusa tenaz, desesperado

y aburrido. Un día mi amigo Andrés Suárez me dijo que me comprara una bicicleta. Nos fuimos a la calle 13 donde son baratas, y había una GW, yo no sé si chiviada u original, y le metí cambios Shimano, la chapa y el plato sin tener idea de qué me estaban hablando. Empecé a montar con Andrés y me afiebre tenazmente. Eso fue hace 4 años.

¿Entonces, la Bici te ayudó a superar la tusa*? Mija fue la mejor terapia. Yo sentía que iba a

chillar y me montaba en esa bicicleta. Me ponía los audífonos y podía montar dos o tres horas, quemando ahí tristeza y por otro lado, ganando un montón de otras cosas.

¿Qué rutas recorrías en tu Bici? Montaba por todo Bogotá, por todas las

ciclorrutas posibles. Me iba hasta el peaje del Norte, McDonald´s de Chía, por la ciclorruta de la calle 19 y por la que queda detrás de los cementerios. Luego empecé a irme a ciertas vueltas en bicicleta. Si había una audición o un casting llegaba en la bicicleta, incluso también al canal.

Me empecé a engomar. -Que póngale lu-ces, que cómprese el inflador-, y empecé a lle-vármela a los paseos, a las fincas; tanto así, que cuando yo hice La Bruja en Jardín, Antioquia, de los favores inmensos que pedí a la produc-ción fue que yo pudiera llevarme la bicicleta y allá monté muchísimo. La he llevado a Girardot, a los Llanos, y a Antioquia.

¿Qué descubriste con la bicicleta?A mi me pasó particularmente que conocí

otra Bogotá. La ciudad que yo conocía era en ca-rro o en Transmilenio o de pato en el puesto de

muchos lo recuerdan como el Patrón del Mal, por su interpretación del capo del narcotráfico colombiano,

Pablo Emilio Escobar; algunos por el agente Te-norio, un policía torpe pero de gran corazón de la película colombiana San Andresito; y otros se-guramente lo reconocen por su actuación como un cura que se debate entre el romance y su vocación en la Pasión de Gabriel. La verdad es que sobran películas, novelas y obras de teatro para admirar su trabajo.

Sin embargo; pocos lo conocen en su pro-pio papel, en el de Andrés Parra. Un hombre de 35 años, caleño por accidente, que odia el pescado, madrugar, la fama y la farándula. So-litario; cero rumbero; fanático de la fotografía; amante de su oficio; padre de Sebastián, su hijo de doce años y novio enamorado desde hace dos años.

Le gusta la pintura. Solía hacer malabares (pero no en los semáforos) y pasar tiempo en Facebook y Twitter.

Nunca fue deportista. El peor de su clase en educación física. Un desastre, un petardo, como él mismo se describe. No podía subir ni una escalera sin perder el aliento y aún así, hoy en día, tres veces a la semana, cuando ni siquiera el sol ha salido, se sube en su bicicleta roja, se llena de adrenalina y energía, y recorre durante treinta minutos 6,5 kilómetros de vía pavimenta-da para coronar Patios, ese lugar predilecto por los ciclistas para desafiar cuerpos y mentes que alcanza los 3.000 metros de altitud.

El hobbie que en este momento manda su vida es la bicicleta. Tiene dos: la “Chica”, la de ruta para Patios y el “Chico”, la de montaña para hacer las vueltas.

El Bicitante tuvo la fortuna de reunirse con el actor para hablar de su vicio por la Bici y cono-cer un poco más sobre su experiencia recorrien-do Bogotá en dos ruedas.

Andrés nos recibió con una alegría absurda, vestido como todo un ciclista “pro” (como él diría): short de lycra negro, jersey rojo con bol-sillos traseros, guantes, casco y gafas. Como todo un profesional. Nos presentó a la “Chica”, y compartió con nosotros un rato muy agrada-ble, donde fue evidente su sencillez, simpatía y buen sentido del humor.

*Tusa: Pena de amor.

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copiloto. Cuando te montas a la Bici descubres una Bogotá totalmente nueva, donde rinde más el tiempo, tienes el tiempo de ver los locales, la gente, los otros ciclistas y donde te sorprendes de la 19, de la 15, de la 127, calles que uno ha conocido durante más de treinta años.

¿Qué has logrado en la Bici? Se me quitó definitivamente el vicio de fu-

mar. ¿Culpa de quién? De la bicicleta. Yo era muy fumador, fumaba un paquete al día y tam-bién en ambiente social, cuando iba a una fies-ta me metía tres cigarrillitos. Cuando empecé seriamente a montar bicicleta, lo dejé del todo. Ahora ni se me ocurre porque sé que me lo va a cobrar durísimo.

La bicicleta me ha ayudado también a bajar muchísimo de peso. Me ha quitado un poco de estrés, se volvió mi psicóloga. Llego de montar y estoy como nuevo, me da un montón de ener-gía, la necesaria para el día.

Me ahorra tiempo, me ahorra plata y me ha hecho conocer gente muy chévere.

¿Si la bicicleta no hubiera llegado a tu vida, como sería Andrés Parra en este mo-mento?

Pesaría todavía 110 o 115 Kilos. Peso en este momento 83 kilos, 200 gramos. Hoy subí a Pa-tios, puede ser que ya esté en 83 cerrados.

Fumaría un paquete y medio al día. Estaría

tomando trago, aunque no soy muy bebedor. Creo que estaría con un genio a lo mejor dife-rente, estaría pesado, fofo y cuidaría muy poco a los ciclistas.

¿Has cambiado tu visión del mundo desde la bicicleta?

Al volverme ciclista, creé también una con-ciencia de respeto hacia los que van en Bici. No es que antes yo les echara el carro, pero ahora yo me abro por ahí dos cuadras. Antes les pasa-ba cerquita. ¿Usted cree que a mí se me ocurre hoy pitarle a un ciclista?. Antes a lo mejor yo les gritaba: - ¡Estos malparidos que se creen, que están en el Tour de Francia!-. A mi ya no se me ocurre ni pitarles, qué falta de respeto. Cuando me pitan me da una rabia porque digo: - Este hijueputa seguro nunca se ha montado en una cicla - .

¿De recorrer la ciudad en tu Bici, como llegaste al Alto de Patios?

Yo empecé a hacer una novela con Isabel Cristina Estrada, quien es una actriz muy depor-tista. Ella dice que su sueño hubiera sido vivir del deporte. Hoy en día corre las maratones y usa la bicicleta. Un día ella estaba hablando de la cicla y yo que tengo un bagaje de montar du-rante cuatro años en la calle, en mi bicicleta de montaña, me le acerqué y le dije: - ¿En serio tú montas? - Y ella, muy sencilla, me dijo que sí, y va y me pregunta: -¿vos ya subís a Patios?-.

[RODANDO LA CIUDAD][EL BICIPERSONAJE]

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La verdad había intentado una vez subir y no había podido. Le dije - obviamente no, eso sí ya es muy pro. Y ella me respondió: - más o menos yo subo todos los días-. Me sentí una güeva, - ¡dizque ciclista!- , y desde ese momento se me metió en la cabeza la idea de que yo tenía que lograr subir a Patios. Empecé a entrenar. La primera vez que lo intenté, me bajé 800 veces y no llegué a ninguna parte, la segunda vez igual y a la tercera coroné Patios.

¿Qué sentiste cuando “coronaste Patios”? En el medio ciclístico, “coronar Patios”, se

siente como si uno viajara a otro mundo, dicen que esa es la sensación cuando uno llega al pea-je, y se vuelve un vicio, y se me volvió un vicio. Yo necesito llegar a Patios.

Cuando me subo a la bicicleta, pienso - ¿qué estoy haciendo?¡ Hijueputa yo por qué no es-toy en mi cama, por qué no estoy en mi casa!-, pero lo que yo siento cuando subo a Patios, es como si fuera el deportista más salvaje de este mundo hermana.

Uno llega vuelto nada, lo recibe Maribel a uno con su juguito, uno se come una arepita y eso es una felicidad tan inmensa hermana. Ver amanecer yendo hacia Patios, ver salir el sol, y uno mientras tanto sudando, reventándose para llegar y de repente ver al viejito marica de 60 años, que lleva no se cuántos años haciendo eso y lo pasa a uno. Es muy chévere.

¿Cada cuánto ruedas a Patios?

Trato de ir por lo menos tres días a la se-mana, muy temprano, cuando no hay mucho tráfico. Sagradamente voy los domingos porque aprovecho que sube mucha gente y es un par-che tan bonito. Ahí, trato de hacer una ruta más larga, de irme hasta el Municipio de Briceño o eventualmente dar la vuelta entera, la cual aún no he logrado.

A veces subo los sábados. El cuerpo me lo pide, me levanta temprano. Ahora resulta que a mi hijo lo recoge el bus temprano, entonces ha sido buenísimo porque yo lo levanto, lo visto y nos vamos juntos: yo para Patios y él para el colegio. Me voy a las 5:15 a.m, con un grupito de amigos, y procuro llevarme un carro atrás por si cualquier cosa llega a pasar, por seguridad.

¿Cuál ha sido tu récord en tiempo cuando subes a Patios?

Empecé en una hora, la vez que me bajé como 800 veces. Ahora estoy en treinta y trein-ta y un minutos. Ese es mi mayor récord. Ya no pertenezco al grupo de “Los Patacones”, que son los que se echan cuarenta y cinco minutos para subir a Patios. Cuando usted se demora menos de 45 minutos, usted ya no es un pa-tacón.

¿Cómo combinas tu trabajo como actor con la bicicleta?

Trato de no montar un día que sé que me va a tocar muy duro, entonces tengo unos rodi-

[EL BICIPERSONAJE]

Fotos: Juan Rodrigo Cortés/ @juandariego

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llitos en mi casa donde vuelvo estática la Bici y hago fondo, y un día que no me toque trabajar mucho, me voy, me tomo mi tiempo, me baño y me voy a grabar.

Una historia chistosa en Bici… Pues el tema de los choclos. Ya estrené los

choclos* de lado y lado, ya me caí de uno y del otro, la típica que uno no se alcanza a “desen-choclar” y se va con todo y cicla como un güe-vón en un semáforo.

Ya me caí duro. Tengo cinco caídas, una muy dura, en la que me dañé la mano, pero todas las he sacado baratas, no me ha pasado nada grave.

Recuerdo que la otra vez una niña en Twit-ter puso una cosa que me gustó tanto. Decía: “Sólo hay dos clases de ciclistas, los que se ca-yeron y los que se van a caer”.

¿Recomiendas la Bici?

Sí. La recomiendo hasta para los que somos ya mayores de 30 años. Empiecen a montarse en la Bici. Me parece ideal, es un buen deporte. La Bici te exige y ves unos resultados muy ché-veres. No tienes necesariamente que depender de alguien para practicarlo, como en básquet, en fútbol o en voleibol. Es una actividad que si por alguna razón nadie pudo salir, tú puedes sa-lir, y no necesitas tampoco una cancha como ir a jugar tenis, no tienes que ir a un club, a un centro deportivo, no tienes que ir ningún sitio, solo tienes que subirte e irte.

¿Al ser ciclista urbano, la ciudad ha sido amable contigo?

Conmigo la ciudad ha sido muy amigable. He tenido sustos, pero ha sido generosa cuando voy en Bici. Creo que faltan más ciclorrutas y que el peatón entienda que es para el ciclista y no para él, creo que no nos han enseñado del todo a usarlas.

Claramente sigue existiendo el “atarban” al

* Choclos: Pedales de Clip

[EL BICIPERSONAJE]

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que le importa un carajo el ciclista y se lo va co-miendo por delante, pero me da la sensación de que la Bici se está tomando la ciudad, cada vez uno ve más bicicletas en las ciclorrutas.

No sé porque le tienen tanta rabia al ciclis-ta – ola-. Nos odian, no nos quieren, aún hay gente que no nos entiende. Yo creo que todos debemos poner un poco para mejorar la cultu-ra, empezando por el mismo ciclista. He visto gente sin casco, bajando en la ciclovía a unas velocidades absurdas.

¿Qué deberían mejorar nuestras ciuda-des para los ciclistas urbanos?

Me gustaría que los parqueaderos tuvieran más espacios para las Bicis. Hay muchos luga-res donde tú vas y no hay lugar para las bicicle-tas o está prohibido.

Me parece un poco aburrido. Siento como

si la ciudad no nos reconociera, de alguna u otra manera estamos aportando a un carro menos en el trancón, menos contaminación. Lo mínimo es que yo pueda llevar una bicicleta y tenga don-de parquearla; es que no nos deberían cobrar, sino darnos un incentivo.

Nos despedimos de Andrés, felices de ha-ber compartido con él su pasión y admiración por la Bici. Tímidamente nos confiesa que jamás ha rodado en grupo por la ciudad, así que pro-metemos invitarlo a una salida en Bici con El Bi-citante. - Si me invitan, yo voy- nos dice, - nos llevamos la de montaña, pero la de los choclos no porque nos vamos de culo. Me avisan, no me vayan a dejar embalado -. Será para nuestra próxima edición: Rodando con Andrés Parra. //

[EL BICIPERSONAJE]

CONSEJOSPARA NUESTROS BICITANTES POR:

ANDRÉS PARRA.1. Nunca perderle el respeto a la bicicleta, jamás confiarse y más en Bogotá, porque en

cualquier momento sale la buseta, o se te mete el taxista o te abren la puerta.

2. ¡No te puedes confiar, el día que tú confías te “descoñetas” duro! Uno se confía en este bicho y uno se va de culo.

3. Denle el chance a la bici, prueben un día irse en carro y el otro en bici para que se den cuenta del tiempo que se van a ahorrar. Van a poder dormir media hora más.

4. Venga el que venga a echarle flores de su bicicleta, ignórelo hermano. No lo mire, pase por antipático, pase por lo peor. Como dicen - No se presta ni el carro, ni el caballo, ni la mujer, ni la bicicleta. - Esas cuatro cosas no se prestan, es una regla de oro.

5. Usen el casco

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[BIKE FAN]

CAMILOJOSÉ GUERRERO

Un día un amigo me dijo: “montar en bici-cleta es la sensación más parecida a volar”, años después mi mejor amigo voló a un lugar, donde no podría llegar con una Bici.

Algunas personas afirman que recordar es vivir y morir es volver a nacer, yo digo que recor-dar la primera vez que uno se cae de una bici-cleta es vivir y morir no tiene ni la más mínima comparación a rodar en mi bicicleta.

Desde que tuve mi primera “cicla” hasta el día de hoy, no he dejado de sentir la sensación que mi amigo sentía; la última vez que rodé en una, fue hace un día y ya deseo estar con ella.

Es tal la adicción que he tenido por ella, que le enseñé a mi novia a rodar y ahora volamos tres veces por semana. //

JULIANAVÁSQUEZ CASTILLO

Desde pequeña me ha gustado montar Bici y creo que siempre me ha gustado por lo mis-mo: la sensación. Podría conversar por horas sobre las Bicis livianas, de por qué prefiero las llantas delgadas, o de la razón por la que llevo mi sillín alto; sin embargo, cuando intento explicar por qué me gusta tanto montar no encuentro la forma, no la necesito.

Me gusta por la brisa en la cara, por sentir la fuerza en las piernas, por el paisaje que va pasando y por los ruidos que voy dejando. Me gusta salir y montar en las mañanas, pero la no-che duplica el encanto.

De esta pasión surge el Bike Fest, una co-munidad creada en Bogotá con la intención de reunir a los amantes de la bicicleta y promover el uso de la misma. Además del evento princi-pal, existen otros proyectos ligados en los que trabajamos día a día, como la iniciativa de “Dona una Bici”. La cual consiste en recoger Bicis dona-das, repararlas y entregarlas a niños de colegios del sur para que se movilicen. //

BIKE FAN**

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[ BIKE FAN ]

MAURICIOCASTRO JIMÉNEZ

Conocido en el mundo del bike polo colom-biano como Rojito, tengo 31 años, soy de Bogo-tá y ando en Bici desde muy niño como todo el mundo, pero fue hasta el año 2009 cuando me enamoré totalmente de este bonito medio de transporte. De ahí en adelante solo bici.

Me han levantado carros, me he ido de “jeta” (como dicen popularmente), me han cas-cado conductores de autos sin razón alguna y ¡sigo firme con mi burrita!. Pero no todo ha sido malo, porque también conocí el bike polo (mi pasión), llevo practicándolo desde el año 2011, pertenezco al equipo Red Man.

Por el momento tengo 2 Bicis, una fixed gear y la de bike polo, ¡y pues espero seguir movilizándome en Bici hasta muy viejito!

¡Salud! //

ANDREA MARÍA NAVARRETE

Me muevo en Bici por la misma razón por la que prefiero una panorámica completa del ca-mino, sentir el viento antes que pre-fabricarlo, pedalear que ser llevada.

Me muevo en Bici porque no he sentido otra grata experiencia de la libertad que la de ro-dar por calles censuradas y no dispuestas para la bicicleta, porque es ella parte de la solución prohibida, porque en una jornada puedo dar la vuelta a la ciudad y al ánimo.

Me muevo en Bici porque en esta máquina, soñada en el siglo XV por Leonardo da Vinci, mis alas levantan vuelo.

En algunas ciudades del mundo, como Copenhague, Hangzhou, Barcelona, Rosario, Bogotá y Quito, la bicicleta es una especie de segunda piel entre su gente. Para mí, una aliada, una fuente, una posibilidad. //

ENAMORADOS DE LA BICICLETA{ }

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Intentar construir un concepto sobre la cultura de la bicicleta, es tan difícil como encontrar una sola definición de cultura,

que aún cuando es una dimensión que atravie-sa el conjunto de la vida social, aparece también como un campo específico de acción, con su propia densidad y autonomía; y no solo como una perspectiva, igualmente ocurre cuando in-tentamos definir la bicicleta desde una sola óp-tica.

No pretendemos ahondar en un concepto de consulta sobre la cultura de la Bici. Por el contrario, el objetivo aquí, es esbozar, desde el punto de vista sociológico, el sentir de las nuevas ciudadanías, frente a la utilización de la Bici como un estilo de vida, que abarca desde lo deportivo hasta una forma de vivir de quienes hacemos de este vehículo un medio de transporte cotidiano y sostenible.

Hablar hoy sobre la cultura de la bicicleta está ligado a una moda, dada en principio por los triunfos deportivos que han puesto a Colom-bia de nuevo en las portadas del ciclismo mun-dial. Si bien, han pasado más de dos décadas en las que el país no temblaba viendo a nuestros ciclistas dar la batalla, la cultura de la Bici va más allá de las medallas que a todos nos llenan de orgullo. La bicicleta es hoy, un estilo de vida.

Llegó a Colombia a finales de siglo XIX traí-

da por inmigrantes europeos; convirtiéndose rápidamente en el vehículo de muchas gene-raciones y el foco de desarrollo vial de la gran mayoría de las zonas rurales del país. Fue por décadas el único medio de transporte de cam-pesinos. El auge de los motorizados rezagó al vehículo de propulsión humana. Sin embargo, el despertar de la conciencia de nuevas gene-raciones, que nos preocupamos por mitigar el cambio climático, indagar en hábitos de vida

saludable y en evolucionar a un estilo de vida responsable con el planeta, hemos desempolvado “el caballito de acero” para lan-zarnos a vivir la ciudad desde la sensación de libertad y alegría que produce montar bicicleta.

La crisis ambiental que viven las grandes ciudades, el caos y

el estrés que producen los trancones, han he-cho que, el ciclismo urbano como medio de transporte cotidiano y sostenible, se convierta en la alternativa de retorno a ciudades amiga-bles, tolerantes e interactivas que mejoren la calidad de vida de quienes las habitan.

Ahora bien, ésta no puede ser una tarea únicamente de ciudadanos conscientes y al-truistas que despiertan con la ilusión de sanar el planeta. La cultura de bici, debe ir acompañada de procesos de formación, sensibilización y una oferta institucional que le apueste a una ciudad diferente, lejos del caos. Una ciudad para perso-

La cultura de Bici, debe ir acompañada de procesos de formación,

sensibilización y una oferta institucional que le apueste a una ciudad

diferente...

LA CULTURA DE LA BICIUN ESTILO DE VIDA

POR: LAURA MARCELA ACUÑA

[ OPINIÓN SOBRE RUEDAS]

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nas y no para motores, una ciudad que brinde la infraestructura y los mecanismos necesarios para avanzar en estilos de vida saludable, una ciudad en la que se proteja la vida, una ciudad vital.

La apuesta de Bogotá frente a la cultura de la bicicleta es reconocida en Latinoamérica. Los nuevos movimientos sociales probici han logra-do poner en la agenda pública el tema. Hoy son evidentes los avances. Las transformaciones culturales desde los más pequeños con progra-mas como: A la escuela en Bici, hasta los adul-tos mayores que disfrutan de las bicicletas de uso compartido dispuestas en el corredor de la Carrera Séptima; pasando por el sin número de ciclopaseos nocturnos de iniciativa ciudadana que se toman la ciudad todas las noches, de-muestran que Bogotá le está trabajando desde diferentes escenarios para lograr consolidar la cultura de la Bici.

Apostarle a una ciudad amiga de la bicicle-ta, es apostarle a un trabajo intersectorial, que permita una movilidad integrada e íntermodal, procesos de formación en la escuela, para que desde la pedagogía, tengamos biciusuarios res-ponsables, estrategias de cultura democrática

[ OPINIÓN SOBRE RUEDAS]

Fotos: Jennifer Duarte /@jedusaa

UN ESTILO DE VIDA

que conlleven al respeto compartido de una ciu-dad para todos (transformación cultural), seguri-dad para mitigar la principal amenaza, los robos. Programas de bicicletas para el uso compartido, como mecanismo de promoción y sensibiliza-ción como medio cotidiano de transporte sos-tenible y saludable.

Bogotá pedalea por convertirse en líder de Latinoamérica, como ciudad amiga de la bicicle-ta y para lograrlo, la clave nos la dan nuestros campeones. Equipos que diseñan estrategias para cumplir un objetivo común, estar en el po-dium. El camino es largo, pero el trabajo articula-do desde la cultura, la recreación, el deporte, la educación, la movilidad y la infraestructura, está logrando que ésta ciudad se esté transformado en una ciudad amiga de la Bici.

La cultura de la Bici es un estilo de vida que va en crecida a nivel mundial. Las nuevas ciuda-danías han demostrado que preservar el planeta no se hace sólo desde el discurso, se debe cam-biar el statu quo y avanzar en transformaciones culturales que mitiguen el daño ambiental, y la Bici, es la llave para lograr el cambio a hábitos de vida saludable.//

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[ RODANDO POR EL MUNDO]

Sin que haya lugar a dudas montar bici-cleta por Río de Janeiro es un placer. Claro que cualquier cosa que se haga

en Río es una delicia. La ciudad es seductora por naturaleza y lo envuelve a uno dentro de ese sentir carioca.

Primero, debo aclarar que monté bicicleta por una zona reducida de Río: Zona Sul o Zona Sur. Esta ruta vendría siendo como si un extran-jero viene a Bogotá y sólo conoce Chapinero y Usaquén.

La ciclorruta principal de la Zona Sur es pa-ralela a la playa con una cobertura de unos 10 kilómetros. Como es de esperarse, se observa gente linda por todo el trayecto, muchas garo-tinhas -aunque para las mujeres también hay mucho “eye candy”, puesto que por allí trotan y practican long board (modalidad del skateboard o en español tabla larga).

Esta ciclorruta conecta los sectores de Le-blón, Ipanema, Copacabana y Leme. En Copa-cabana se desprende otra ruta que conecta con Botafogo y Flamengo, que ofrece caminos hacia Urca y hacia el centro. Entre Leblón e Ipanema hay una ciclorruta adicional que llega a Lagoa, Gavea y Jardim Botánico. Darle la vuelta a La-goa es un deleite para los sentidos: Una vista increíble…

Para el paladar, “agüita ‘e coco pa’ calmar la sed” y después se come lo de adentro. Más nutrientes.

Paramos en un punto bastante conocido que es atendido por Luciano, un personaje fa-moso por el cariño y cuidado con que realiza su labor, además de predecir cómo cada cliente gusta de sus cocos (mucha agua, poca carne; mucha agua, mucha carne; grande, pequeño, etc..).

RÍO EU TE amoPOR: JUAN MANUEL ROBLEDO

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[ RODANDO POR EL MUNDO]

Aparte de estas ciclorrutas protegidas, existen otras ciclorrutas que no lo son sino que están pintadas sobre las calles. De estas, por desgracia no tengo fotos.

La mayoría de la gente usa sus propias bi-cicletas para movilizarse, sin embargo funciona un sistema de bicicletas públicas llamado Bike Río. Este “es un proyecto de sostenibilidad de la Alcaldía de Río en conjunto con el Banco Itaú, según la página web de la Institución. El proyec-to cuenta con 600 bicicletas y 60 estaciones distribuidas por toda la Zona Sur y el Centro de la ciudad (Copacabana, Ipanema, Leblon, La-goa, Jardim Botânico, Gávea, Botafogo, Urca, Flamengo y Centro), es decir, las mismas zonas por donde monté.

“Las estaciones son inteligentes, conecta-das a una central de operaciones vía wireless, alimentadas por energía solar”. Se accede a las bicicletas por medio de aplicación para smar-tphone. Para registrarse en el sistema, como re-quisito se exige una tarjeta de crédito, cuestión que en Colombia no es tan popular.

Tengo entendido, según uno de mis profe-sores de portugués, que en Brasil las tarjetas de crédito o débito están realmente masificadas, no como acá. De hecho, el sistema de tarjetas con Chip que acá es la última maravilla, en Brasil es usado desde la década de los 90.

Hago esta aclaración porque en Colombia este requisito dejaría por fuera del servicio a un gran número de personas, de igual manera que la necesidad de tener un smartphone para acceder al aplicativo. Por ejemplo, como yo era turista y no iba a poner mi teléfono en roaming, no pude usar el servicio. Por suerte tenía acceso a una bicicleta prestada. Asimismo, hubiera po-dido alquilar una bicicleta gracias a iniciativas pri-vadas que, como Laika Bikes, alquilan bicicletas

Fotografías: Juan Manuel Robledo / @juanmachee

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[ RODANDO POR EL MUNDO]

a los antojados como yo. Una de las dificultades que vi para Sertell, la empresa que implantó y que opera el programa, fue lo oxidadas que es-taban todas las bicicletas. Ese es el precio que ellas pagan para que nosotros podamos peda-lear con vista al mar. Incluso, podía oír cuando una de esas bicicletas públicas se acercaba.

Algo que me pareció curioso fue ver algu-nas vallas en las que se promueve el uso de la bicicleta solo mientras se termina de construir el metro. Quizás podrían incentivar la bicicleta como alternativa más de movilidad y de forma permanente, no algo pasajero. Es maravilloso y fácil pedalear en Rio, hasta un “no brainer” lo haría como solución sustentable de transporte.

Otra cosa que me encantó de la cultura ci-clera de Río, es que en lugares donde las ciclo-rrutas comparten el espacio con el peatón, pin-tan anuncios como este para que el ciclista se acuerde quién tiene la prioridad, algo que para Bogotá sería muy útil.

Cuando pasé por una de las ciclorrutas, lle-gué a Urca. Es un pequeño barrio alejado del bullicio y de cara a la Bahía.

Al recorrer sus calles alzas la mirada y en-cuentras estilos arquitectónicos de contrastes. Mientras se observa una casa al estilo inglés el vecino del lado prefirió más Art Deco, al frente de esta otra, que transporta a una isla griega, y después en la esquina aprecias otra edificación con cara de ser importada desde los Alpes ale-manes.

Urca es un collage de arquitecturas y esti-los. Un paraíso. Una pequeña villa europea en el trópico. El tipo de lugar donde me gustaría vivir. Quisiera ser más poético para poner en palabras el sentimiento general de ese barrio y más talentoso con el lente para tener mejores fotos del lugar.

Ahí estaban nuestras bicicletas parqueadas, mientras disfrutábamos de algo de “comfort food” y una buena vista frente a uno de los fa-mosos botecos de Urca. Algún día, al rodar por alguna calle, paré en uno de los kioscos de re-vistas y me compré una. ¿Pueden adivinar sobre qué tema? Obvio, sobre bicicletas. Mientras leía en casa llegué a este artículo, grata sorpresa.

En esos kioscos se descubre de todo en un solo lugar y de forma ordenada. En Bogotá se encuentra de lo mismo, pero regado y sin orden en varias esquinas de la ciudad.

En realidad, Rio eu te amo, estou morrendo de saudades. Con todas las ganas e intención por volver. De rodar entre cariocas. De comer açaí. De pedalear con vista al mar y tomar las clases de surf que quedaron pendientes para la próxima visita. Siempre tanto por hacer. Los que la conocen saben a lo que me refiero y espero haber dejado. Me despido con algo de poesía carioca de Tom Jobim (uno de los más cariocas), quien cantó:

Minha alma cantaVejo o Rio de Janeiro

Estou morrendo de saudadesRio, seu mar

Praia sem fimRio, você foi feito prá mim

Este samba é só porqueRio, eu gosto de você

Samba do Avião // Antonio Carlos Jobim

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[ TRABAJANDO POR LA BICI]

Pese a que el carro es un símbolo de status, de movilidad “efectiva” y de que se cuentan con sistemas públicos

de transporte eficientes, son cada día más las personas que se suben a la Bici en Colombia, convirtiéndose esta, en uno de los medios de transporte más utilizados a nivel nacional.

Actualmente en una ciudad como Bogotá, cada día transitan en promedio 1.2 millones de

trabajando por la bici carros y la pregunta que surge es: ¿cómo la bi-cicleta ha logrado ganar tanto terreno en nues-tro país donde las ciudades están diseñadas casi en su totalidad para los carros?

En gran medida se debe al esfuerzo de los colectivos probici, es por eso que en este es-pacio, líderes de algunos de estos grupos del país nos contaran sobre sus historias y cómo han trabajado a favor de la Bici:

BUCARAMANGA

MUJERES BICI-BLES

de las vías principales, con señalizaciones que menosprecian las opciones saludables de vida, la sola comprensión de los beneficios de la Bici nos motiva a promover el ciclismo urbano. No tenemos carriles para la cicla, es cierto, pero mientras se consigue despertar la voluntad polí-tica para invertir en infraestructura que beneficie las alternativas de movilidad limpia, tenemos las vías para automotores y la bicicleta es otro vehí-culo que debe sumarse a los derechos y debe-res para el tránsito, coexistiendo con los otros vehículos, respetando la respectiva normativi-dad por un desplazamiento seguro, respetuoso y cordial.

Quienes han rodado por las calles de Bu-caramanga, saben que montar en bicicleta es una gran experiencia, con un nivel de exigencia apenas justo para el ciclismo urbano. Quizás sea difícil imaginar que dos ruedas y la unidad de ci-clistas urbanos marquen la diferencia. Nosotras ya lo imaginamos.

A pedal, la calle es nuestra. En los reco-rridos urbanos en bicicleta generamos, en el escenario bumangués, más experiencias de bi-cicultura y procuramos que el cambio suceda. ¿Pedaleamos?

Facebook y Twitter: @MujeresBicibles.//

ala historia de bicicultura urbana en Bucaramanga y el área metropolita-na de Santander, nos sumamos las

chicas con un grupo de mujeres, amantes de las bicicletas, diestras del pedal. Nosotras, en cada pedalazo, actualizamos no solo la historia mile-naria de la bicicleta, y los esfuerzos del hombre por conquistar nuevos territorios en ella, sino también homenajeamos la primera emancipa-ción de Annie Cohen Kopchovsky, en su intento de dar la primera vuelta al mundo en Bici y a las otras muchas historias de “ellas”, nosotras, todas, en el empoderamiento de la vida social desde la cicla.

Hoy, ya somos mujeres Bici-bles y cada vez más ciclistas urbanas se nos unen con el ánimo dispuesto a ir al trabajo en bicicleta, al estudio, a hacer las compras, a visitar a los amigos o, de pronto, a dar un paseo por la ciudad. Así es, montar en Bici nos provoca un placer común, un goce que se convierte en energía positiva, que nos lleva de un lugar a otro, en un máximo ejercicio de libertad.

Independiente de las condiciones en la in-fraestructura vial que tenga Bucaramanga para la movilidad no motorizada, porque no la tiene y, además, está prohibido su uso en la mayoría

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[ TRABAJANDO POR LA BICI]

CulturaBici es un sueño llamado ciu-dad. Es el resultado de una charla de amigos, de la pasión por nuestras bici-

cletas y el ánimo de promover su uso en Santia-go de Cali, nuestra ciudad natal.

Al principio, la duda de si apostarle o no a este gran proyecto nos detuvo, pero no debió pasar mucho tiempo para que la idea nos moti-vara a empezar.

En GenerAcción somos veinte jóvenes, entre profesionales y estudiantes de diferentes áreas, lo que nos ha permitido realizar un gran trabajo en equipo.

Con CulturaBici arrancamos en febrero de este año. Nuestra filosofía desde que iniciamos el proyecto es que la bicicleta es un comple-mento de transporte de las personas. Entende-mos que si una persona en el día debe hacer un trayecto de más de 20 kilómetros, usará el transporte público, pero trabajamos para que esa misma persona salga en su bicicleta a lu-gares cercanos.

No queremos quedarnos en la simple invi-tación a pedalear. Creemos viable la implemen-tación del sistema de transporte público de bi-cicletas en la ciudad y por eso trabajamos en su accionar, generando la cultura de movilidad en bicicleta. En los 4 meses que llevamos con el proyecto hemos desarrollado dos grandes actividades: BiciPoemas en 100en1díaCali y la

cicletiada de inauguración, una Mega Obra de la ciudad.

En 100en1díaCali realizamos una cicletiada en donde entregábamos BiciPoemas, y BiciDa-tos con información interesante acerca de las bicicletas, datos curiosos que enseñan y moti-van su uso.

Por otro lado, también hicimos parte del equipo de inauguración de una de las grandes megaobras de Cali y del país, el túnel más largo de Colombia, o como lo conocemos nosotros: El hundimiento de la Av. Colombia, un evento liderado por la Secretaría de Deporte y Recrea-ción de la ciudad. Para esta actividad trabajamos con otros dos colectivos: La Ciudad Verde y con Norte Sobre Ruedas. En esa oportunidad, más que satisfactorio, fue emocionante. Más de 5000 ciclistas salieron una mañana de do-mingo a pedalear.

CulturaBici es hoy un colectivo que con-tinua trabajando por hacer de Cali una ciudad consciente de que la bicicleta no es el transpor-te del futuro, sino es el transporte de nuestro hoy, ese presente que nos mueve a pedalear por el mañana que todos soñamos.

- Los invitamos a conocer más de este pro-yecto siguiéndonos por Twitter: @CulturaBici o buscando nuestro Fan Page en Facebook: Cul-turabici.

CULTURA BICICALI

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El 8 de noviembre de 2012, un grupo de amigos que vivía en la localidad de Teusaquillo en Bogotá, se reunió

para rodar en la noche por los barrios de La So-ledad y Nicolás de Federman, pasando por lu-gares como, el conocido Park Way, la Biblioteca Virgilio Barco y el parque Simón Bolivar. Entre conversaciones y risas, luego de haber tenido una experiencia tan gratificante con la Bici, los quince amigos que realizaron la primera rodada, deciden ponerse de acuerdo y salir en las no-ches de los jueves para vivir la ciudad sobre dos ruedas. El nombre de su colectivo surge de la localidad donde vive la mayoría y del amor que sienten por el caballito de acero. Así nace Teu-saca Tu Bici.

Camilo Bravo, William Miranda y Juan Cami-lo Agudelo, líderes de este grupo, descubrieron que tenían en común el amor por la Bici, las ga-nas de rodar por la ciudad, fomentar su uso, y darla a conocer a aquellas personas que aún le tienen miedo a andar solos por ahí.

Teusaca Tu Bici cada jueves a las siete de la noche tiene una cita en la estatua del Almiran-te Padilla, ubicada en el Parway, para dar inicio a su recorrido. Allí toman la carrera 30 hacia el

norte hasta el puente peatonal del Campín, se adentran al barrio Nicolás de Federman y lue-go, por la calle 63, se dirigen hasta la Biblioteca Virgilio Barco. El camino de vuelta consiste en tomar la calle 53, hasta la carrera 30, subir por la calle 45 y regresar al punto de partida.

Para las salidas nocturnas, este colectivo programa las rutas con anterioridad y solicita a sus participantes una bicicleta en buenas condi-ciones, medidas de seguridad pertinentes como casco, reflectivos y mucha energía, y buena ac-titud para compartir y disfrutar entre los amigos. La logística de la rodada cuenta con el uso de walkie talkies para una constante comunicación y seguridad de los ciclistas.

En definitiva, Teusaca Tu Bici es un grupo de amigos que busca e invita a todos a hacer de la bicicleta un medio de cambio para la mo-vilidad en nuestras ciudades, ya que contribuye al medio ambiente, a la actividad física, al buen empleo del tiempo libre y al reconocimiento y apropiación de la Localidad de Teusaquillo.//

Facebook: TeusacatuBici Twitter: @teusacatuBici

[ TRABAJANDO POR LA BICI]

BOGOTÁTEUSACA TU BICI

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[ TRABAJANDO POR LA BICI]

Las bicicletas están tomando un nue-vo impulso en la ciudad de Medellín y el área Metropolitana. Las ciclovías

se ven colmadas, las ciclorrutas cada vez son más usadas. Los ciclistas urbanos poco a poco recuperan esos espacios que habían perdido y las autoridades locales se han interesado por tener programas que ayuden a incentivar el uso de las bicicletas.

A Sebastián Matos, un ciclista urbano, se le ocurrió la quijotesca idea de empezar con tres amigos más, un ciclopaseo en el munici-pio de Bello. “Llevamos cinco ciclopaseos, en el primero sólo fuimos los cuatro amigos, en el último que hicimos ya éramos 65 personas”, dijo Matos.

La idea, como lo contó Sebastián, resultó de asistir a la Fiesta de la Bici y al Colectivo de las ciclas, dos ciclopaseos que realizan Medellín, y a su participación en la Mesa Metropolitana de la bicicleta,en la que los biciactivistas asistieron para ahondar y reclamar por temas inherentes a los ciclistas urbanos.

“El primer ciclopaseo lo hicimos un jueves para no entrar a competir con los dos ciclopa-seos que se realizan en Medellín. La primera sa-lida no tuvo nombre”, relata Sebastián y agrega: “El nombre resultó de preguntarle a conocidos. Un día me llamó una amiga y me dijo el nombre: Bellocicleta”.

Con el paso del tiempo Bellocicleta se ha ido ganando un espacio en la agenda del muni-cipio de Bello, en gran parte porque no sólo es un ciclopaseo, sino que han ido luchando por los derechos que tienen las personas que usan sus bicicletas para ir al trabajo, para ir al colegio o para hacer deporte.

“Los jueves, antes de cada ciclopaseo, les llevamos la ruta a las empresas de transporte por donde vamos a salir a rodar y estas les in-forman a sus conductores para que por esas zo-nas bajen la velocidad. Realmente han sido muy receptivos”, concluye el cicloactivista. Evolución del ciclopaseo: Bellocicleta no para de rodar, a los ciclopaseos cada vez van más personas y las iniciativas sociales, culturales y educativas no cesan. En parte, el crecimiento que ha te-nido Bellocicleta se debe a la interacción dada entre los diferentes entes del municipio como la Alcaldía, Secretaría de Tránsito, empresas de transporte, universidades, medios de comunica-ción y la comunidad en general. También, a la participación de Sebastián en la Mesa Metropo-litana de la Bicicleta en la que se han logrado acuerdos en pro de los ciclistas urbanos.

“Nos dimos cuenta de la importancia que tiene para nuestras ciudades iniciativas como Bellocicleta. Necesitamos urgentemente edu-cación vial y que nuestros gobernantes pongan foco en la movilidad para los ciclistas”, añadió Matos.

BELLOCICLETAANTIOQUIA

Fotografía: Jeka Sánchez

POR: JUAN DIEGO SUESCUN

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La mañana: oscura, sombría, el rocío en la superficie, un frío que cala hasta los huesos; en fin, otro día común y

corriente en Bogotá.

Mi actitud: a pesar del nubarrón negro que se encuentra encima de mí y del amague de lluvia, me lleno de energía y optimismo - no importa, el clima no será impedimento esta vez para subirme a la bici- me digo a mí misma, pero en el fondo sé que sí es un obstáculo para mí.

La pinta: Dos sacos, una chaqueta térmica, un buff o bandana, bufanda, guantes, casco, ga-fas, botas de caucho. Lista para salir a batallar.

Mi bici: una panadera color rosado pálido, llantas blancas, canasta, parrilla y pompones fucsia. Su nombre: Princesa. Me recuerda los días de mi niñez traviesa. Le pongo nombre a mis bicicletas porque para mí son mis compa-ñeras, mis confidentes.

Estado físico: Mi respiración está agitada a los pocos minutos, llevo una velocidad de ocho kilómetros por hora, estoy sudando y me deten-go cada tres cuadras para hidratarme y hacer una breve pausa. Mi pecho hace sonidos raros, maúlla como un gato, y mi corazón retumba más rápido que las manecillas del reloj.

Mi arma más letal: un pequeño envase en forma de L y carcasa de plástico con el que siento que puedo vencer y comerme al mundo entero. Su munición: una mezcla gaseosa de un componente conocido como salbutamol. Cargo mi arma batiéndola rápidamente durante un mi-nuto para intensificar el efecto del gas, exhalo hasta que me quedo sin aire en los pulmones, apunto dentro de mi boca y disparo.

Silencio, ¿He muerto?No. He vuelto a nacer. Soy asmática crónica severa y ésta es mi

historia de pedales.

[ LA CRÓNICA]

pedaleadas para el alma

POR: CAROLINA ESCOBAR

Fotografía: Mauricio Restrepo/ @maoproduccion

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Soy asmática crónica severa y ésta es mi historia de pedales.

Recuerdo cuando monté mi primera bici-cleta. Me la regalaron mis padres la Navidad de 1990. Fue el último regalo que me entregaron ese 24 de Diciembre. Eran las doce de la noche, y nos dijeron a mí y a mi hermano que bajára-mos al garaje.

Cuando vi aquella resplandeciente bicicle-ta tipo cross, blanca con fucsia y rueditas a los lados, simplemente me quedé sin aliento. Tuve que aprender a manejarla rápido, ya que siem-pre me encontraba compitiendo con mi herma-no mayor, quien era más veloz, más hábil y con mejor capacidad pulmonar que yo.

En ese entonces no era asmática, era “alérgica al frío” como decían los médicos; sin embargo, cada temporada de lluvia tenía que visitar en la ma-drugada la sala de urgencias de la clínica para que me reali-zarán terapias respiratorias.

Durante mi infancia pro-bé cuanto tratamiento pue-dan imaginarse: brebajes con hierbas, eucalipto, aceite de tiburón caliente, empalagosas mezclas de jugo de naranja, miel de abejas, tomillo y cuanta receta de la abuela o yerbatero llegara a las manos u oídos de mi madre.

A la edad de nueve años conocí la homeopa-tía y la medicina alternativa. Durante once años a través de esencias de plantas medicinales logré fortalecer mis bronquios y sobrellevar mi “alergia al frío”.

A los veintiuno, el fantasma de mi pasado regresó y mi vida cambió por completo. Dos, tres, cuatro hospitalizaciones al mes; salidas y rumbas nocturnas canceladas; finales de se-mestre en la clínica, en cama y con una bala de oxigeno. El diagnóstico: Asma crónica severa.

Hace un año y medio volví a subirme a una bicicleta. Sentí miedo la primera vez; había per-dido el equilibrio y luego de mucho tiempo debía poner a prueba mi respiración. La gente a mí alrededor me miraba raro, andaba muy lento, agotada, cansada. Tras unos cuantos paseos,

me enamoré perdidamente de andar sobre dos ruedas. Hoy, gracias a la cicla, tengo las fuer-zas para seguir recuperándome; hacer algo por mí misma. Ha sido reconfortante y mi cuerpo lo agradece, los cambios han sido notables: soy más fuerte, mi capacidad pulmonar cada día au-menta y crece mi resistencia a la inclemencia del frío y del invierno.

A pesar de estar siendo tratada con un nue-vo medicamento para los asmáticos, mi “Sale-rosa” me ha dado lo que los fármacos no han podido: esa sensación de esperanza y de liber-tad indescriptible y el entender que los límites solo nosotros mismos los imponemos.

Según la medicina bioenergética el asma tiene dos explicaciones psicoló-gicas. La primera, te sientes tan inferior e insignificante al resto de las personas que tienes la im-presión que te están quitando tu oxigeno; la segunda, te crees superior a los demás y necesitas tomar el aire que respiran. (Si me preguntan por años he tratado de descubrir cuál es mi condición psicológica frente a la enferme-dad y aún la desconozco). Sin importar mi condición médica, lo único que sé es que cuando estoy encima de una bici, siento que mi pecho se hincha de felicidad, con

cada inhalación mis pulmones se llenan de vida, y mis sueños de esperanza.

En mi caballito de acero puedo ser yo mis-ma. La bici no me juzga, no me critica, no me abandona. Es mi amiga, ella entiende mi ritmo, mis límites, mi cansancio. Somos ella y yo en-frentándonos al camino, al sendero, a cada obs-táculo. Sobre mi “Salerosa”, disfruto del viento que juega con mis rizos y me toca el rostro.

La bicicleta no es sólo mi medio de trans-porte en la ciudad, mi estilo de vida, es también mi mejor medicina y terapia. Con ella llevo mi enfermedad a mi ritmo, controlándola a mi gus-to, y divirtiéndome mientras me ejercito. No ne-cesito combustible, no contamino y la dosis de inhaladores disminuye cada vez. Cuando ruedo por la ciudad, soy libre, olvido mi asma por com-pleto y tengo paz. Cada pedaleada en mi caballi-to de acero es como una bocanada de aire para mi alma. Soy plenamente feliz.//

[ LA CRÓNICA]

“Sentí miedo la primera vez;

había perdido el equilibrio y luego de mucho tiempo debía poner a prueba mi

respiración. La gente a mí alrededor me

miraba raro, andaba muy lento, agotada,

cansada...”

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Por lo general cuando se habla de un personaje, lo primero que pasa por nuestra mente es una persona, un

líder o alguien que ha hecho algo muy importan-te, sin embargo, en esta oportunidad queremos resaltar las ideas que transforman vidas y por ello en esta primera edición destacar al proyecto Bicis por la Vida.

¿Qué es Bicis por la Vida?Es una expresión ciudadana, pacífica e inde-

pendiente, que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible en cual-quier ciudad del mundo, a partir de diversas ma-nifestaciones artísticas, culturales y comunicati-vas de sus participantes, creada por el colectivo paisa Ciudad Verde.

Cada 22 de septiembre, día internacional sin carro, miles de activistas de diferentes partes del mundo, salen a recorrer las calles de sus ciudades para crear “líneas de vida” y realizar distintas actividades e intervenciones creativas para promover el ciclismo urbano. Este año, la cita volverá a repetirse, y por supuesto nuestros Bicitantes están invitados a unirse a esta alter-nativa.

Las “líneas de vida”, que van desde trazos en el suelo, siluetas de Bicis pintadas en los an-denes, creaciones improvisadas de Bici carriles, entre otros dibujos; reflejan el punto de vista al resto de ciudadanos sobre la importancia de contar con mejores condiciones para todos aquellos que día tras día recorren la ciudad en

bicicleta. Estas manifestaciones artísticas, que pueden adoptar cualquier forma, son realizadas bajo el margen de la ley, no dañan el entorno lo-cal, y pretenden dar a conocer las nuevas ideas de la cultura del ciclismo urbano y de la movili-dad sostenible en el mundo.

La invitación este año es que en este día los ciudadanos le hagan diversos regalos a sus lugares de residencia en torno a la cultura pro Bici; sin reglas, sin lineamientos, lo único que cuenta es la creatividad.

El año pasado esta iniciativa se realizó en más de 17 ciudades latinoamericanas y en algu-nos lugares de nuestro país, como Barranquilla, Bogotá, Cali, Medellín, Popayán y Tunja; esta última fue galardonada por el Velo City Vienna, en la competencia mundial “Visionarios del Ci-clismo”, gracias a su excelente trabajo de coor-dinación junto con varios colectivos nacionales para pintar de forma conjunta “líneas de vida” en las calles como símbolo de la necesidad de crear más ciclorrutas en nuestro país.

¿Cómo participar? Encuentra otros bicitantes, que como tú

estén convencidos de que la bicicleta es el futu-ro en la movilidad.

Reúne a un grupo de personas con el que puedas participar el 22 de septiembre.

Déjale saber a la organización Bicis por la Vida en qué ciudad de Colombia te sumarás

[BICIMUNDO]

Una iniciativa en búsqueda del respeto por la vida delos ciclistas urbanos.

POR: REDACCIÓN EL BICITANTE

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[BICIMUNDO]

junto con tu grupo a la iniciativa para que puedan agregarla en el mapa.

Decide qué tipo de líneas de vida pintarás con tus amigos.

Confirma el lugar o la ruta donde iniciarás con tu grupo a pintar las líneas de vida.

Notifica a las autoridades pertinentes sobre la actividad que realizarás ese día para evitar percances.

Difunde tu actividad bajo el hashtag #BicisPorLaVida en redes sociales. Descarga el afiche oficial en:

www. bicisporlavida.org e incluye el nombre de tu ciudad.

Prepara una bandera blanca con el logo o el

hashtag de #BicisPorLaVida e incluye el nom-bre de tu ciudad o tu grupo, y el día del evento toma una fotografía.

La magia y simbolismo de esta jornada activista y probici, es que se desarrollará en si-multánea en distintas ciudades del mundo por amigos de la Bici, que al igual que nosotros, le apuestan a este vehículo como medio de trans-porte y luchan día tras día por lograr que los go-biernos la valoren como elemento fundamental en la construcción de ciudades sostenibles. //

Fotografías: Participantes Bicis por la vida 2012

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[ BICIARTISTA]

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Mi nombre es Verónica Morales Gar-cía “Rarónica“ vivo en la ciudad de Medellín y me entregué a la bicicle-

ta hace un año y dos meses. En la actualidad, estoy terminando mis estudios de Artes Plásti-cas en la universidad Nacional y en mis tiempos libres trabajo como freelance en diseño gráfico.

Chandler, mi bicicleta, fue el especial en-cargo que le hice a mi compañero Daniel Torres Arenas, un aficionado a las bicis, quien hizo rea-lidad ese sueño de dos ruedas.

No fue fácil adaptarme al tránsito de una ciudad como Medellín donde el ciclista no es de mucha importancia para los demás conduc-tores. Sin embargo, no encuentro experiencia tan parecida al vuelo y a la libertad como rodar por las calles. Siento que haber elegido la bici-cleta como mi vehículo de uso diario, satisface

[BICIARTISTA]

algunos anhelos infantiles en los que pensaba en ella como la solución a muchos problemas de la ciudad caótica y contaminada.

Hoy experimento que hago algo importante por mi salud y la de mi ciudad y me complace enormemente ver como cada vez más personas eligen la bici, no solo como una actividad recrea-tiva y deportiva, sino como una forma de trans-porte urbano que aporta grandes soluciones a la movilidad.

La Bici me ha invitado a esforzarme, a ser prudente, a valorar el camino, a afinar el instinto, a regular la presión. Ser ciclista me hace muy feliz.

Ilustracion: Verónica Morales

verónica y chandler

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En este momento, los smartphones, tablets y computadores son reyes y señores de nuestra generación y por

ello, tenemos infinidades de aplicaciones para todo tipo de uso. Los diferentes mercados tie-nen bastantes de ellas, aunque pocas son las que en realidad valen la pena; en el caso de las Bicis tenemos aplicaciones para medir kilóme-tros, para hacer rutas o seguir unas ya creadas; ya sea para competir, para aprender a tener

[ BIKE-TECH]

aplicaciones parasalir en tu bicicletA

POR: AMALIA FORERO

¡La que más me gusta! Puedes grabar tus rutas, buscarlas, medir tus tiempos, compararlos, compartirlos, ver las estadísticas: tiempo, altitud, velocidad; y si tienes sensores, mucho mejor. Tam-bién es posible ganar trofeos por velocidad en ru-tas que ya hayan sido grabadas por otros, crear tu perfil, tener compañeros y ver sus actividades. El tema de los trofeos es bastante divertido si haces rutas que ya estén grabadas, pero, que te ganen tus tiempos en tus rutas, bueno no es tan divertido, aunque ayuda a exigirnos más. La versión gratuita no está nada mal, sin embargo tienen versión paga que incluye metas con las que puedes retar a tus amigos y muchas más estadísticas.

Su blog es http://blog.strava.comRedes sociales: twitter: @stravaFacebook: Strava Cycling

Me parece una grandiosa idea hecha por colom-bianos para colombianos (por ahora), un mapa lleno de indicaciones donde podemos ver zonas seguras, inseguras, ciclorrutas y lugares amigables para Bicis (parqueaderos, restaurantes, bares, cafés, etc) ali-mentados por los ciclo habitantes. Esta aplicación ayuda a que nuestras Bicis no sean robadas, y por el contrario tengan un lugar o varios lugares, donde las reciben con los brazos abiertos. Por esto vale la pena mantenernos informados, así que son nues-tros aportes los que nos ayudan a colaborar.

Sitio www.watchyourbike.com/baiskeli/

nuestra hermosa Bici a punto - como la princesa que es- o simplemente para ver nuestras esta-dísticas al rodar en los misteriosos caminos de la vida.

En esta entrega, he escogido cuatro apli-caciones populares que he usado y me atrevo a compartirlas y recomendarlas. Recuerden que entre gustos no hay disgustos.

1. Strava Cycling

(iPhone, Android)

2. watch your bike

(iPhone, Android)

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[ BIKE-TECH]

Esta definitivamente tiene más cualidades que la anterior y ¡nos habla!, lo que es maravilloso: te va diciendo cuántos kilómetros has recorrido, a cuánta velocidad y el promedio alcanzado, además de contar con la opción de Power Song, para que suene esa canción que te hace volar y pedalear con fuerza. Si tienes manos libres, permite detener y renovar la ruta con solo dos toques sin recurrir al dispositivo y al finalizar, nos pide información adi-cional, como estado de ánimo, superficie en la que montamos, clima, temperatura, etc. También tie-ne versión paga, en la que aparecen mensajes de aliento cuando siente la velocidad decaer, estadísti-cas, metas y muchas características más.

Su blog http://blog.runtastic.com/ Redes sociales: Twitter: @runtastic Facebook: Runtastic

¿Estás cansado de las mismas rutas? ¿Quieres una ruta que te pruebe? ¡Bienvenido a Bikemap! Rutas, rutas y más rutas, a lo largo y ancho del pla-neta, algunas cortas y unas muy largas, pero rutas hechas por otros ciclistas y destinadas a ser rodadas por ti. Me pareció interesante porque aunque las otras dos tienen también opciones para visualizar y crear rutas, esta aplicación no mide nada más, graba rutas que podemos tomar para cambiar de caminos y paisajes, además permite crear eventos para reco-rrerlas, lo cual es muy bueno. Está en beta, pero se ve que es una gran app.

Su página es www.bikemap.net Redes sociales: twitter: @bikemap

Espero que sigan leyendo y aportando con sus rutas, informes, fotos y buena onda, esta revista es por y para nosotros. Todos sus comentarios e ideas

para próximos números serán bien recibidos. ¡A rodar!. Twitter: @laingedice

4. bikemap(iPhone, Android, Windows Phone)

3. RUNASTIC(iPhone, Android, BlackBerry World)

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Después de varios años de haberme alejado de la bicicleta, por esas boni-tas casualidades de la vida, me ena-

moré de un hombre que recorrió medio conti-nente en una de ellas y más tarde, empecé a trabajar en el Sistema de bicicletas públicas de mi ciudad.

A decir verdad, cuando era más pequeña, era feliz de la dicha al salir con mis primos a montar en cicla por el barrio, por las montañas y regresar empantanados a recibir la cantaleta de la abuela por la mugre. Esos sí eran buenos tiempos. Una tarde, estaba reestrenando bici-cleta, era una herencia de uno de mis primos, la llevé a un taller y me la pintaron, le cambié el sillín, las llantas, los manilares. Quedó como nueva y muy orgullosa, salí a dar una vuelta por mi casa a darle la prueba de ruta, de repente, un sujeto me la robó a mano armada. Tenía 14 años, no volví a montar en bicicleta hasta hace más de dos años.

Como mujer, el montar en bicicleta en la ciu-dad se convierte en un reto que te desafía por varios frentes: la seguridad en la vía, el moverse con otros vehículos; la seguridad en las calles, y finalmente, por el estigma de ver a una chica montando en bicicleta para ir a trabajar.

De todo lo anterior, no me queda más que asegurar que aunque sea difícil, los retos ante-riores son invencibles.

Hay que aceptarlo, las mujeres tenemos una gracia especial para apropiarnos del espacio que habitamos, somos partícipes del cuidado del medio ambiente y en ese orden de ideas, nos apropiamos de la bicicleta no sólo como elemento estético que deja ver quiénes somos, sino que también permite demostrar una de las tantas cosas que queremos: conseguir un mundo mejor para vivir. La bicicleta, según su diseño, es un elemento ligero, lleno de gracia y ante todo, te da libertad.

[ MI HISTORIA]

Mi regresoa las ruedas

POR: LAURA SALAZAR

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[ MI HISTORIA]

Para desafiar la inseguridad, por compartir la vía con los demás actores, o por gusto, siento que no hay cosa más sencilla que salir a peda-lear y moverse con calma. Sí, es cierto que los demás pueden ser muy acelerados o groseros, pero aquí toca construir y aportar a una nueva alternativa, ser diferentes. Lo que significa que entre todas debemos poner nuestros granitos de arena para que el movi-miento crezca, ser visibles y que los carros grandes y chi-quitos comprendan que así como hay conductores para carros, buses o motos, tam-bién hay ciclistas urbanos.

Eso sí, para moverse en bicicleta por la ciudad, tanto para hombres como muje-res, es fundamental conocer las normas de tránsito, anun-ciar tus movimientos con tus brazos (giro a la izquierda, a la derecha, parada), no pasarse los semáforos en rojo, permanecer en la derecha y evitar los puntos ciegos de los vehículos cuando vas o estás en parada. Por otro lado, no sobran las recomendaciones: po-ner luces a la Bici para pedalear de noche, usar chaleco reflectivo y sin discusión alguna, usar el casco… Corres el riesgo de que se te dañe el

“...las mujeres tenemos una

gracia especial para apropiarnos

del espacio que habitamos, somos

partícipes del cuidado del medio

ambiente...”

peinado de manera permanente, sino te lo po-nes. Todo lo anterior, lo denomino tiernamente como la Etiqueta de la Bicicleta.

Para vencer la inseguridad por las calles de nuestra querida ciudad, no hay más remedio que pedalear en grupo o moverse por las calles más transitadas. Sí, es molesto y qué pesar, pero

¿qué más le podemos hacer? Hay personas afortunadas que cuentan con seguro para su bicicleta, pero somos otros los que la tenemos hace siglos y de eso ni se hablaba cuando la conseguimos. Un amigo mío, defensor a capa y espada de la cultura de la bicicleta, dice des-de su perspectiva romántico-opti-mista que es algo muy bueno que el índice de robo de bicicletas haya incrementado, que eso quiere de-cir que a su vez ha incrementado el uso de la misma. Yo digo que sí

se puede andar en bicicleta, con precuaciones, y por supuesto mejor acompañadita que sola montando en bicicleta, excepto cuando salgo a trabajar, que ahí sí voy con tan solo mi compa-ñía, contenta y a toda por la Avenida Las Vegas de Medellín.

Finalmente, y como mujeres en bicicleta rumbo al trabajo también es importante hablar

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sobre lo que eso implica: el pelo, que el maqui-llaje, que la ropa, que el sudor, etc. Hay muchos trucos de supervivencia a todas las inquietudes, además, uno bajo la experiencia propia va desa-rrollando su propio “kit”. Aquí van mis tips per-sonales:

1. Para la sudoración el asunto es sencillo, cargas una camisa de repuesto y la que llevas puesta, que sea la ‘guerrera’. El peinado no es mayor cosa si te pones bien el casco y un par de pinzas para sujetar aquí y allá, el maquillaje se resuelve con un retoque al llegar. Si pedaleas a buen ritmo, no a las carreras, no tienes por qué padecer de sudoración excesiva, además, con el hábito cada vez sudarás menos – Been there, done that!

2. Todo es cuestión de llenarse de valor, dejar el sustico a un lado y pedalear para llegar a cualquier parte. Para empezar, no se tiene que emprender una travesía de una punta de la ciu-dad a otra, basta con empezar para ir a hacer las compras en la tienda del barrio, salir a cenar con tu cita (si es relajadita, pues), comer paleta con los amigos y así se va extendiendo el horizon-te para pedalear. Recomiendo que sea gradual, para no cogerle pereza a la primera salida.

3.A mi me gusta mucho salir en bicicle-ta por muchas razones: me siento hermosa, de hecho, quisiera tener como mínimo cinco bicicletas distintas, para recorrer con ellas la ciudad, dependiendo del clima, de mi tempera-mento o de mis ganas de “callejear”. Ir sobre dos ruedas se convierte en un estilo de vida que se hace atractivo para los demás y es así, como se va fortaleciendo esa cultura de la Bici que tanto queremos alcanzar en nuestra ciudad. La sensación de libertad al pedalear es incompara-ble. Alguna vez escuché que los que rodamos

estamos muy cerca al sentimiento de los perros cuando se asoman por al ventana de un carro.

4. Por otro lado, es muy gratificante mover-te y avanzar en la vía cuando el resto de carros se encuentran atascados en un trancón. A mí me pasa que llego más rápido en bicicleta a mi trabajo, que lo que me demoro en bus. Además, la bicicleta es un vehículo de cambio y como se ha dicho en muchos artículos, también tuvo que ver con el movimiento de liberación femenina y la igualdad de género.

5. No hay nada de malo en ponerse taco-nes y vestido para moverse en bicicleta, aunque por el solo hecho de pedalear por la ciudad ya agrega un atractivo a cualquier mujer. Chicas, moverse en bicicleta es rico, no es sino cues-tión de recordar lo que es pedalear, tomarse confianza y así, no resta más que salir a disfrutar la ciudad. Se darán cuenta de que la perspectiva es distinta, al llegar, se sentirán más animadas, enérgicas y el uso constante nos pondrá cada día más hermosas.

Alguien por ahí, dijo una vez

“La mujer tiene una gracia especial para adueñarse del medio ambiente…

La mujer convierte la bicicletaen un complemento de la indumentaria

y en una prolongación de la personalidad.

La bicicleta es ligera,frágil y redondeada como la mujer”.

Ahí les dejo para que reflexionen.//

[ MI HISTORIA]

Fotografía: Laura Salazar/ @Miinouche

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[ A LA U EN BICI]

L as universidades como promotoras del saber, también se posicionan como incubadoras de buenas iniciati-

vas, muestra de esto, es la reciente apertura de espacios a las bicicletas en los campus de estas instituciones.

La bicicleta es una alternativa llena de be-neficios tanto para la ciudad como para sus habitantes. Primero, porque no contamina, no genera congestión en las vías aledañas a las universidades, descongestiona los parqueade-ros del campus y además, es económica para los estudiantes, en especial para quienes deben medir su presupuesto diario.

En Bogotá, la Universidad de los Andes fue la pionera en promover el uso de la bicicleta en el campus, al crear en septiembre de 2010, el proyecto A los Andes en bici. Esta iniciativa de Juan Manuel Pardo y otros estudiantes fue inspirada por el Ciclopaseo de los Miércoles, y tuvo como objetivo organizar caravanas que acercaran a los estudiantes a desplazarse so-bre dos ruedas a la universidad. Lo que empezó como un plan, se convirtió en un movimiento urbano y estudiantil.

* *POR: ANDRÉS NÚÑEZ / @soufrito

Este no es el único logro desde las institu-ciones universitarias, pues muchos estudiantes han tomado a la cicla como su principal medio de transporte, al darse cuenta que el caballito de acero es la alternativa más sostenible, económi-ca y eficiente para transportarse hoy en día en una capital como Bogotá.

A esta propuesta de los Andes se sumaron las de otras universidades como la Javeriana, la Jorge Tadeo Lozano, la Minuto de Dios, el Rosa-rio, entre otras; incluso colegios como el Ameri-cano han creado colectivos y organizan ciclopa-seos para que sus estudiantes usen más la Bici.

Por supuesto, el compromiso con el de-porte y el ambiente no sólo debe ser de los alumnos de educación superior, sino que las instituciones deben contribuir también con más herramientas para que los estudiantes se animen a ir en bicicleta: parqueaderos seguros, caravanas, hidratación e incluso incentivos, son aportes que aportan al bienestar universitario y al de la ciudad.//

Imágenes: Bici cultura Tadeista Twitter: @tadeoenbici

a lA UNIVERSIDADTAMBIÉN SE VA EN BICICLETA

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[ BIKE SHOP]

**BIKE SHOP BIKE SHOPP/// BICICLETA

FUTURA BIKESDESCRIPCIÓN: Cuadro clásico de aceroManubrio fabricado a mano en madera dura (sapán) Asiento italiano cubierto en cuero.Peso aprox: 13 Kilogramos. Precio desde:

$ 979.000 pesos Facebook.com/FuturaBikes

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[ BIKE SHOP]

/// BICICLETA

cornelia

DESCRIPCIÓN: Las curvas del nuevo diseño de Cornelia Bicis no tienen comparación, un diseño rápido, cómodo y ligero, corre como el viento y resiste como el acero.Peso aprox: 13 Kilogramos. Precio desde: $ 490.000 pesos Facebook.com/Cornelia-Bicis

* *BIKE SHOP BIKE SHOPOP

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[ BIKE SHOP]

/// BICICLETA

create BIKES

DESCRIPCIÓN: Marco en acero alta tensión CREATE, Piñón trasero Flip Flop CREATE (17 single, 16 fixed), Plato delantero CREATE 44 dientes, Ruedas en aluminio de alto perfil CREATE (40mm)Peso aprox: 13 Kilogramos. Precio desde: $ 979.000 pesos www.createbikes.com.co

**BIKE SHOPBIKE SHOP BIKE SHOP

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[ BIKE SHOP]

* *BIKE SHOP BIKE SHOPOP/// BICICLETA

cletta

DESCRIPCIÓN: Bicicleta personalizable, partes de aluminio, mangos de cuero, sillín de cuero, freno Shimano o contrapedal, centro de rodamiento sellado Shimano. Peso aprox: 12 Kilogramos. Precio desde: $ 479.000 pesos Facebook.com/ClettaBicycles www.cletta.co

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[ BIKE SHOP]

**BIKE SHOPBIKE SHOP BIKE SHOP/// BICICLETA

PLEGABLE UBIKE VEGA

DESCRIPCIÓN: Alluminio, 6 velocidades Shimano TX30, dimensio nes bicicleta plegada (34 x 85 x 65 cm), tiempo de plegado 10 segundos, peso máximo ciclista 95 KgPeso aprox: 110 Kilogramos. Precio desde: $ 790.000 pesos Facebook.com/Ubike.co

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maquillaje y en especial, si nos cansamos de el, al soltarlo, se tendrán ondas naturales.

Para las más prácticas y guerreras:

Dedicado a aquellas que les encanta mon-tar en Bici con velocidad, seguridad y estilo. Las trenzas son prácticas y naturales, jamás nos van a defraudar, en el momento de usar nuestro casco y quitarlo, nos veremos radiantes.

¿Qué tipo de trenza puedo usar?

Las trenzas laterales y las clásicas (espina de pescado) son perfectas para sentirnos cómodas y vernos muy bien. Se pueden usar apretadas y pegadas a nuestra cabeza, o trenzas flojas, que también dan un look más HippieChic.

Otras recomendaciones1. No olvides ponerte una diadema de tela

que cubra el límite de la frente con la entrada del pelo, así protegerás el flequillo del sudor sin importar el peinado que uses.

2. En caso de tener el cabello cepillado y largo, guarda la cola de caballo de forma tal que quede entre la camisa y la chaqueta/ abrigo que vayas a ponerte, no lo pongas entre la piel y la camisa, ya que allí la humedad y el calor de nuestro cuerpo puede quitarle brillo y orden.

3. Sal con tiempo, así podrás disfrutar tran-quila el camino al trabajo y no tendrás transpi-ración en exceso que pueda arruinar la llegada a la oficina. Al regreso puedes aumentar la ve-locidad y sentir la energía de un recorrido ejer-citado.

¡Me encantaría saber cómo les va! Estaré atenta a todas sus dudas, comentarios y sugeren-cias. Escríbanme a @NiadeOca. ¡Buen BiciLook!

[ CONSEJOS]

* *que el peinado no te quite la seguridad de usar el casco.

CONSEJOS

POR: ESTEFANÍA MONTES.

Muchas veces rechazamos el casco porque nos daña el look que había-mos planeado para ir a la oficina. El

hecho de llegar con la cabeza húmeda, despe-lucadas por el viento y con el cepillado dañado nos aterra.

Debemos poner en una balanza nuestra se-guridad vs. aspecto para llegar a trabajar, a pesar de haber pedaleado para llegar a tiempo. El uso del casco es imprescindible, sin importar que vayamos por ciclorruta, andén o en las calles junto al tráfico.

Por esto, les presentaré unos tips y peina-dos para que las mujeres no tengamos excusa para no usar casco y a su vez, mantenernos se-guras en nuestro camino.

Para los días en los que el cepillado es vital:

Los enemigos del cepillado: Humedad, su-dor, cauchos, ligas o hebillas apretadas. ¿Cómo llevar casco y evitar estos factores?

1. Contra la humedad del sudor: Es reco-mendable ponernos una diadema de tela, que no sea apretada entre la frente y la línea donde comienza nuestro pelo, así protegemos nuestro flequillo del sudor.

2. ¿Cómo mantener el resto de nuestro pelo organizado durante el viaje sin partirlo con cauchos o ligas? Simple. Para esto pode-mos atar nuestro pelo con cauchos que parecen cables de teléfono o ligas hechas con elástico grueso para no marcarlo, en una cola de caballo baja.

Un peinado clásico que no falla (Y lo mejor, perfecto para el casco)

El recogido lateral es ideal si queremos ver-nos clásicas, elegantes y descomplicadas. Este peinado realza el flequillo, nuestras facciones y

Fotografía: Marcelas Salinas Rincón

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[ CONSEJOS]COLA DE CABALLO

RECOGIDO LATERAL

TRENZA SUELTA TRENZA APRETADA

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FOTOGRAFÍA: JOHANA LARA R. / @JohaLara

CICLOPASEO CACHACOEl pasado 24 de agosto se celebró en la ciudad de Bogotá una nueva edición del tradicional Ciclopaseo Cachaco. Los asistentes lucieron sus mejores pintas de época y engalanaron las calles de la ciudad.

[ EVENTOS]

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[ EVENTOS]

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[ DESTACADOS]

EL SEGUNDO CIBORG

POR: CARLOS AUGUSTO MARTÍN

EEra el segundo ciborg de la historia. El primero fue Neil Harbisson, que veía en blanco y negro y se inventó un

aparato para transformar los colores en sonidos. Soñaba sonidos de todos los matices, veía las texturas en forma de música y para todo lado iba con su eyeborg, que pertenecía a su cuerpo y era oficialmente aceptado por los gobiernos del mundo. Tenía acromatopsia. Lo que yo tenía era otra cosa, era un amor desmedido por las bi-cicletas. Cuando no estaba encima de una, me sentía medio hombre, o para no ser injusto, me sentía medio humano. Para algunas cosas resul-taba un poco incómodo, como para ir a bañarse o sentarse a la mesa. Pero para todo lo demás era alegría pura: para ir al trabajo, para ir de fies-ta, para hacer amigos o escuchar música entre el tráfico sin tener que parar de moverse. Algo había que hacer antes que la nostalgia ganara terreno, porque la nostalgia es lo único que que-da al final. El aire se volvía cada vez más pesado, el agua más sucia, los animales estaban cada vez más muertos, los automóviles eran más. Karl Christian Ludwig Drais von Sauerbronn tuvo la idea de un aparato, no con una intención ci-borgciborg en ese momento. Dos ruedas sobre un marco que las unía. La propulsión era huma-na, propia, autónoma. Los mayores o menores desarrollos tecnológicos sobre el aparato no cambiaron su esencia.

Poco a poco comencé a mutar. Me resul-taba incómodo montar en buses con el aliento intoxicado por dentro y por fuera. El roce con cuerpos extraños en espacios reducidos. La po-sición de las sillas que después de cierto tiempo también fatigaba. Luego de varios años en la bi-cicleta el cuerpo necesitaba siempre movimien-to, siempre esa posición atenta y tranquila de reposo en movimiento. La mutación no fue sólo

un asunto mental, sino que ya el cuerpo toma-ba decisiones. Mover las piernas y la espalda, flotar sobre las ruedas, todo el cuerpo apoyado en distintos momentos para que no se cansara una sola parte. Aunque faltaba la mutación más difícil de todas y era vencer la nostalgia. La nos-talgia que va ganando al cuerpo, los años que van pasando, los cuerpos que se van quedando atrás, en la historia, en la memoria. La bicicleta supuso esos cuerpos, atravesando purgatorios del olvido, angustias de extrañar. Y entonces estaba la música. Pasar en medio de los carros gritando canciones mal pronunciadas por la falta de aire y el pedaleo: era la felicidad.

Había una y otra leyenda urbana acerca de mí: se decía que había destruido un automóvil con mis propias manos luego de que intenta-ra atropellarme mientras yo iba en bicicleta, se dijo que no pudo, porque yo era un súper hé-roe en esas dos ruedas, que podía volar como Danny MacasKill por encima de las barandas o las rejas y que por la noche utilizaba naranjas podridas para taponar los exostos de los autos y dejarlos frenados y sin respiración. Sólo una cosa era cierta, mis ruedas ya habían dado más de 20’152.000 giros, y eso implicaba que ya le había dado la vuelta completa a la Tierra.

Poco a poco, con el paso de los años, se fue haciendo más difícil montar en la bicicleta. Aunque las articulaciones habían mutado y se habían hecho más resistentes, los pulmones no soportaban con tanta alegría, el amargo po-deroso de los combustibles fósiles, que salían por esos exostos no taponados con naranjas podridas de los buses y camiones, vehículos que circulaban por la ciudad, envenenando tan campantes a los ciudadanos, a todas horas, con ese humo negro. Ese combustible era el olor de

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[ DESTACADOS]

“...me soldaría a la bicicleta. No podría pasar por

las máquinas detectoras de

metales. No podría ir al cine. No podría

ir a restaurantes. Pero la calle sería

mía.”

la nostalgia, amargo y negro como el peor de los pesares. Y precisamente, la única forma de quitarse encima esa nostalgia era estar mon-tando, rápido o despacio, no importaba, pero estar montando, con música, entre los carros, casi con suficiente tranquilidad para ir leyendo encima del manubrio.

Entonces tomé la decisión: me soldaría a la bicicleta. No podría pasar por las máquinas de-tectoras de metales, no podría ir al cine, no po-dría ir a restaurantes, pero la calle sería mía. La calle, el mundo, aleación de carne y metal carne y aluminio, rines de 26 pulgadas, suspensión bloqueable, 24 cambios, una locura pensaba todo el mundo. -Uno no se puede soldar a una bi-cicleta- decían mis amigos. Lue-go de pocas horas había que ir al baño, había que bajar a comer. Mantenerse drogado tampoco era una solución. Los ladrones sabrían perfectamente que uno no se puede soldar a una bicicle-ta. Entonces ganaba la nostalgia.

Cargué el reproductor mu-sical con toda la batería y comencé a pedalear hacia el mar. Cuando estuve allí, comí un buen plato de pescado con consomé y limonada de panela. Leí el final de un libro que ya casi acaba-ba y que había llevado para el largo viaje. El libro describía la nostalgia del mar. Estaba cansado, tenía calor y se me acababa el dinero y las po-sibilidades. Así que como pude, me amarré los pies a los pedales para que no se fueran a soltar tan fácil. Las manos estaban libres porque es divertido pedalear sin ellas. Y pedaleé hacia el mar. Tenía una fuerza descomunal, como sólo puede tener el mar. Las ruedas se fueron hun-diendo tan fácil y rápido en la arena, hasta que perdí el equilibrio. Caí. No me podía soltar los pies, pero las manos estaban libres y no me dejé ahogar.

Era la idea más estúpida que hubiera po-dido tener alguien en muchos mundos a la re-donda. ¿Cómo haría Neil Harbisson para nadar en el mar? ¿Vería el mar en blanco y negro o se metería con el eyeborg? ¿Qué pensaría de mi Karl Christian Ludwig Drais von Sauerbronn ¿Se burlaría de mi Danny Macaskill? Ni siquiera me respetaban mis amigos. Dejé de montar la bicicleta por los años que ya llegaban. Me hice viejo. Llegó la nostalgia, que es lo único que queda al final. Había que cuidar de los hijos, de las propiedades. Los bancos se quebraban. Los recursos naturales del mundo se agotaban: el aire se volvía cada vez más pesado, el agua más

sucia, los animales estaban cada vez más muertos y torturados, los auto-móviles eran más. Nada cambiaba, solamente los años que pasan.

Al lado del lecho de muerte es-taba la bicicleta. Una última montada antes de largarme, pensé. Me ayuda-ron a salir a la calle luego de muchas peleas. Contaba más peleas que años. “Si podía caminar, podía mon-tar” - pensaba cuando estaba joven, así que lo intenté una vez más. Ya

había dado más de 5 vueltas a la tierra, más de cien millones de giros a las ruedas. Las rodillas estaban desgastadas a pesar de la mutación y la resistencia. El corazón estaba lento y pesado. Los pulmones necesitaban ayuda. Me deshice por última vez de todas esas incomodidades y monté un par de cuadras.

Al final caí, acelerado el corazón por el es-fuerzo. Iba rápido a pesar de la vejez. Dejé una nota escrita en el cajón de la mesa de noche para cuando llegara el momento. Me enterra-rían, encima del cuerpo, estaría la bicicleta. En la cabeza un epitafio: “El segundo ciborg”. No me lo podían negar. Es más importante lo que se lleva en el alma que lo que se lleva en, no sé, la cabeza, como el eyeborg.//

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Medellín

Bogotá

Manizales

Bucaramanga

Cali

LA PRIMERAREVISTA

?¿ DÓNDE PUEDES ENCONTRAR

WWW.EL BICITANTE.COMTwitter: @elBicitante Facebook/elBicitante

DE CICLISMO URBANO

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