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Entre 1940 y 1970 se produjo una transformación tecnológica en los elementos de uso doméstico que hizo que muchos aparatos nuevos se incorporaran a los ho-gares de las familias argentinas. El Museo de la Ciudad organizó una muestra de esos productos a través de los cuales se puede recordar cuáles eran los hábitos de consumo y conocer aspectos particulares de la vida cotidiana de aquel entonces.

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No taN diStiNtoS!

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E ncontrarse con uno de es-tos artefactos establece en aquellas personas que los conocieron o utilizaron algu-

na vez, una conexión inmediata con la infancia o la juventud. La situación dis-para una serie de emociones y recuer-dos difícil de contener.

 En aquellos que nunca los vieron, lo que abunda es la sorpresa. “Un chico de 20 años no conoce un grabador a cassette. Tampoco le resulta lógico que hubiera que levantarse y girar la perilla del televi-sor para cambiar de canal. Ellos crecieron con el control remoto”, explica Sergio Borelli, curador de la muestra. El Museo de la Ciudad presentó una ex-hibición de más de 100 artefactos que marcaron una época en la Argentina y produjeron grandes cambios en la vida diaria de muchas familias. máS ChiCoS, máS LiVianoS, máS baratoS Entre los años 1940 y 1970 el hierro, el bronce, la madera, la baquelita y el vi-

drio, componentes principales de los aparatos hogareños de los inicios del siglo XX, fueron reemplazados por ele-mentos más baratos y livianos como el aluminio y los termoplásticos, haciendo más económicos y livianos a radios, es-tufas, máquinas de escribir o tocadiscos. La invención del transistor, por su par-te, revolucionó el mundo de la electró-

nica, en tanto no solo mejoró la confia-bilidad y la calidad de los circuitos de audio, radio o televisión, sino que tam-bién contribuyó a hacer artefactos más chicos, menos frágiles y más baratos. “Los objetos son atractivos en sí mis-mos, y no solo por tamaño. Por supuesto que llama mucho la atención el com-binado que tiene el televisor, como

mueble. Como elemento técnico es muy interesante, pero también lo es la radio spica”, dice Borelli. uSoS y CoStumbreS El curador de la muestra explica que el tamaño y la disposición de los artefac-tos en las casas, incide directamente en los usos y costumbres de las personas que habitan en ella. “Nosotros siempre usamos como ejemplo la radio. En tanto fue un mueble estaba ubicada en la sala. La gente tenía que ir a la radio, tenía que rodearla y sentarse a escuchar. En la me-

no tan diStintoS

En un periodo de 30 años se pasó de grabar en alambre, a cinta en casette. Pero no todo cambia tan rápido. Las planchas, los calefo-nes y las cocinas, por ejemplo, siguen usando los mismos prin-cipios. La electrónica y el en-tretenimiento es donde más se aprecia el paso del tiempo.

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 Muchos aparatos como grabadores y cámaras fotográficas o filmadoras, hasta entonces reservados para uso profesional, fueron incorporados a las actividades recreativas familiares o in-dividuales y así como esos años se ca-racterizaron por la expansión de uso de los electrodomésticos, también fueron el momento de popularización de los dispositivos para entretenimiento.

“muchos lamentan haber cambiado algunos de estos artefactos por otros más modernos”.

Fue un período de grandes cambios en el que se pasó de escuchar discos de pasta mono, a escuchar vinilos en estereo: de grabar audio en alambre, a grabarlo en cassette y de seguir a “Los Pérez García” con la radio del combinado, a ver a “La Familia Falcón” por televisión.

eL uSo de La Fuerza La electricidad, usada en principio bá-sicamente para iluminación y calefac-ción, comenzó a aprovecharse para

eL origen de LoS obJetoS exhibidoS

La mayoría de los artefactos in-tegran el patrimonio del museo, pero este tipo de muestras hace que mucha gente se acerque a donar objetos muy preciados. “El año pasado una persona que visitó una muestra que hicimos nos dijo que tenía un gramófo-no portatil suizo de gran tamaño que había heredado de su abuelo y le encantaría que pudiera exhi-birse. Lo trajo al día siguiente y era una maravilla mecánica”.

dida en que la tecnología pudo achicarla y la radio se pudo transportar, cambió completamente el hábito de costumbre. Y a su vez, las radios como emisoras, sabiendo esto, también cambiaron el contenido. Porque ya no era un grupo de gente que estaba sentada alrededor que incluía desde el nieto a la abuela. Cada uno podía tener su propia radio y enton-ces empieza a segmentarse el mensaje”.

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hacer funcionar cada vez más dispositi-vos personales y del hogar, los que de-jaron de ser manuales para convertirse en eléctricos, tal el caso de las planchas, afeitadoras, batidoras o relojes. Borelli cuenta que mucha gente se sorprende mucho al enterarse de que antes para usar muchos de estos artefactos había que hacer fuerza. “Las cosas eran grandes. La plancha pesaba 7 kg, la batidora de manteca tenía una manivela, para mover una estufa necesitabas dos personas… todo requería esfuerzo de hombres mujeres y chicos. Incluso los juguetes eran pesados. Una vida cotidiana bas-tante distinta a la nuestra en la que todo es touch” , reflexiona.

induStria naCionaL Borelli dice que la muestra lleva tam-bién a otro tipo de reflexión que tiene que ver con una época en la que la in-dustria nacional producía cosas de muy buena calidad, competitivas en precio, y que eran fuentes de trabajo de mu-chas personas. “En algunos casos esos productos nacionales fueron reempla-zados por importaciones y en otros, la teconología cambió”, explica. “La gente recuerda el tamaño que tenía la fábrica de lavarropas SIAM y todo lo que producía. ¿Qué hicimos mal para que en el año 50 podíamos hacer esto y ahora no? Muchos de estos artefactos, como por ejemplo también los amplificadores Audinac, refieren a un momento de la in-dustria nacional en el que se hacían co-sas de muy buena calidad”, afirma.

“La gente descubre que 50 o 60 años atrás había equipos enteros de audio y tv de calidad que eran fabricados en el país”

“El combinado con el televisor solo lo te-nían en su casa quienes tenían una posición económica más holgada. Es la versión del hometheater del año 50. La gente descubre

que cincuenta o sesenta años atrás había un equipo que tenía todo fabricado en el país. En la línea de combinados que exhibimos, la mayoría son nacionales”, concluye.

Grabador Geloso G257

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